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### Capítulo 1: Un Descubrimiento Perturbador

En la primavera de 1894, mientras la mayoría de Europa dormía bajo el manto de la


rutina, el Profesor Alphonse Meriweather, un astrónomo de poco reconocimiento pero
de gran talento, trabajaba incansablemente en su observatorio privado en las afueras de
Londres. Meriweather, con una curiosidad que superaba con creces los límites de la
ciencia convencional, había diseñado un nuevo tipo de telescopio que prometía penetrar
más profundamente en los cielos que cualquiera antes de él.

Una noche, mientras observaba la luna llena, el Profesor notó algo que alteró el curso de
su vida: la superficie lunar no solo reflejaba la luz del sol, como dictaban los principios
aceptados de la astronomía, sino que también parecía emitir un resplandor propio, sutil
pero inequívoco. Intrigado por este fenómeno, Meriweather ajustó su instrumento para
estudiar este brillo en detalle. Lo que descubrió fue asombroso: las formaciones y los
colores en ciertas partes de la luna parecían replicar, con asombrosa precisión, las
características geográficas de la Tierra.

Consumido por su hallazgo, Meriweather empezó a documentar, noche tras noche, las
similitudes entre ambos cuerpos celestes. Montañas, ríos, incluso formaciones que
parecían copias exactas de los bosques y las ciudades de la Tierra se revelaban en el
espejo lunar. Sin embargo, sabía que la comunidad científica recibiría con escepticismo,
si no con burla, su descubrimiento. Necesitaba una prueba irrefutable antes de poder
presentar su teoría al mundo. El Profesor decidió entonces embarcarse en una misión:
demostrar que la Luna es un reflejo detallado y misterioso de nuestro propio planeta.

Preparando su investigación y sus argumentos, Meriweather se dispuso a escribir sus


hallazgos en un compendio detallado, con la esperanza de que, algún día, la ciencia
estuviera lista para aceptar una verdad tan inconcebible. Mientras tanto, decidió
compartir su teoría con un viejo amigo y colega, el Dr. Jonathan Hargrove, un geólogo
de renombre con quien había colaborado en varias ocasiones. La respuesta de Hargrove
sería crucial para dar el siguiente paso.

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