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DESARROLLO

PSICOLOGICO

ENTREVISTA
Paciente: Héctor Noel guijarro Díaz
Edad: 14 años

Integrantes:
•Karen Yamel Bernal Batrez matrícula: 238517
•David Alonso Pérez Márquez matrícula: 230220
•Miguel Ángel Botello Díaz matrícula: 231487
Antecedentes antes del nacimiento. Concepción
Los padres se conocieron siendo jóvenes en un encuentro casual. A pesar de la
diferencia de edad de 6 años, la madre tenía 19 años y el padre 25 cuando ocurrió el
embarazo. Existen antecedentes de consumo de alcohol y marihuana. La madre afirmó
que su relación con el padre era bastante informal, limitándose a encuentros
esporádicos en fiestas. La madre siempre mantuvo una relación respetuosa y
relativamente saludable con sus padres, observando los límites y reglas del hogar. En
cambio, el padre tenía una relación caótica con su familia, donde la agresión verbal y los
insultos eran comunes. Además, el padre llevaba un estilo de vida problemático, con
frecuentes enfrentamientos con la ley y situaciones relacionadas con la calle. Con el
tiempo, la relación de la madre con los padres se deterioró, llegando incluso al punto de
que la madre llegaba a casa inconsciente debido a los problemas con los padres.

Embarazo
Al darse cuenta del embarazo, el padre se muda a la casa de los padres de la madre. En
ese momento, solo la madre trabaja con un salario mínimo en un supermercado.
Después del nacimiento, el padre experimenta un cambio en su comportamiento y de
alguna manera madura, empezando a trabajar para poder mantener a su familia.

Primeros años de vida


En los primeros años de vida del paciente, experimenta un crecimiento dentro de los
límites de la normalidad, y la unidad familiar se consolida, mejorando la relación entre
los padres. El bebé no presenta complicaciones de salud ni retrasos en su desarrollo
cognitivo. Comienza a gatear y caminar a una edad temprana, además de vocalizar
palabras de manera adecuada. Durante este período, se observa el desarrollo de su
personalidad, que, según los padres, era extrovertida en ese momento.
Es importante destacar que el paciente ha experimentado cambios significativos en su
entorno, mudándose de casa en seis ocasiones a lo largo de su vida. Durante sus
primeros cuatro años, vivió en dos hogares diferentes.
Durante su cuarto año de vida, nació su primer hermano, lo que provocó grandes
alteraciones en el comportamiento y personalidad del padre. Este evento desencadenó
comentarios más agresivos y discusiones verbales constantes con la madre, ocurriendo
frente al paciente. Estas situaciones afectaron el estado de ánimo y el comportamiento
del niño, transformándolo de un niño extrovertido, siempre interactuando con otros
niños y desarrollando habilidades como el dibujo, a un niño más retraído en situaciones
sociales. Se volvió más callado y reservado, y desarrolló ciertos miedos e inseguridades
sobre sí mismo.

Cabe mencionar un evento traumático en el cual el paciente presenció fuertes


discusiones verbales entre sus padres, lo que lo llevó a encerrarse en el baño y llorar,
expresando el deseo de que sus padres dejaran de pelear.

Infancia (4-8 años)


Con el nacimiento de su primer hermano, los padres empezaron a trabajar en horarios
similares, lo que llevó al paciente a pasar la mayoría de su tiempo con sus abuelos
paternos, quienes se encargaban de su cuidado. En el ámbito escolar, se desenvolvía de
manera proactiva y productiva gracias al apoyo constante de sus padres en su
educación. Sin embargo, a nivel social, no lograba recuperar su extroversión y
continuaba mostrando resistencia para socializar, algo que le costaba mucho. Además,
empezaron a surgir otros episodios traumáticos que influían aún más en su perspectiva
debido a la peligrosidad de la zona en la que vivían.

En su tercera casa, fue testigo de situaciones alarmantes, como la presencia policial


debido a que un vecino, involucrado en actividades ilegales. Estos eventos impactaron
profundamente al paciente, quien tenía que proteger a su hermano menor.
- Uno de los vecinos estaba involucrado en actividades ilegales, lo que llevaba a la
policía a hacer frecuentes apariciones afuera de su casa. En una ocasión, cuando la
policía estaba buscando al vecino, este se escondió en el patio de la casa del paciente, lo
que obligó a la madre, junto con su hermano y él, a huir hacia afuera. En ese momento,
el padre llegaba del trabajo y los oficiales ingresaron a la casa para buscar al vecino,
quien ya se había escapado.
- En otra ocasión, el mismo vecino comenzó a golpear a su esposa mientras sostenía a su
bebé en brazos. La madre del paciente intervino para ayudar a la esposa del vecino,
quitándole el bebé de las manos para protegerlo en su casa hasta la llegada de los
oficiales. El vecino intentó entrar a la fuerza en la casa para herir al bebé y a la madre
del paciente. Todas estas situaciones fueron presenciadas por el paciente, quien cuidaba
de su hermano de 2 años de edad.
Finalmente, los oficiales llegaron y se llevaron al vecino.
Ante estas circunstancias, sus padres decidieron mudarse nuevamente, esta vez a una
zona rural en Durango. Sin embargo, la relación conflictiva de sus padres y la dificultad
para adaptarse a la vida rural llevaron al padre a regresar a Juárez, dejando al paciente
con una sensación de ausencia paterna que perdura hasta hoy. A pesar de esto, el
cambio de hogar y estilo de vida tuvo un impacto positivo en el paciente, ya que pudo
conocer nuevas personas y recuperar su habilidad para socializar de manera saludable.
Además, comenzó a jugar al fútbol, una actividad sugerida por su madre para mejorar
su estabilidad emocional.

En este punto, el paciente desarrolló una relación muy cercana con su familia paterna, a
pesar de un ambiente poco saludable marcado por el tabaco, el alcohol y la violencia
verbal. Esta dinámica era la única opción para que los padres pudieran trabajar.
Después de un año en la zona rural, la familia regresó a Juárez, viviendo juntos
nuevamente en otro hogar, con el padre del paciente de vuelta en sus vidas.

Desarrollo adolescente (8-14 años)


En este punto, al regresar a Juárez, vivieron juntos por unos meses en la misma colonia
problemática. Pasaron dos años, y durante este tiempo, el paciente se volvió más
cercano a su abuelo materno. Pasaba muchas tardes y, a veces, fines de semana enteros
con él. A medida que pasaba más tiempo juntos, su vínculo se fortalecía. La constante
ausencia de su padre, debido a cuestiones de "trabajo", alimentaba aún más su conexión
con su abuelo. Este último era un maestro de obra y comenzó a llevar al paciente a las
obras, enseñándole sobre construcción, un interés que el paciente adoptó por sí mismo.
Esto llevó al paciente a considerar dedicarse a esa área en el futuro, incluso
descuidando un poco sus responsabilidades escolares.

Cuando tenía 10 años, se desató una pandemia global, el confinamiento por COVID-19
en 2019-2020. Durante este período, su madre, prácticamente sola en la crianza de dos
hijos y con otro en camino, experimentó crisis nerviosas debido a la situación de la
enfermedad y el confinamiento. Decidió vender la casa y mudarse junto con sus padres
(los abuelos del paciente) a Durango, dejando al padre en Juárez, mostrando
nuevamente su falta de compromiso con la crianza de sus hijos y el apoyo a la familia.

En su último año de primaria, mientras vivía con sus abuelos en Durango, el paciente
comenzó a desarrollarse de manera más positiva y responsable. Ayudaba a sus abuelos
en diversas actividades agrícolas y se mostraba independiente en sus estudios, ya que la
escuela quedaba cerca de su hogar en ese pequeño pueblo. A pesar de las diferencias
culturales y lingüísticas con los niños del lugar, logró socializar y hacer amigos.
Después de la temporada de alta alerta por la pandemia y al finalizar el año escolar, los
abuelos insistieron en que se quedara para cursar la secundaria en ese pueblo. Sin
embargo, debido a razones económicas y al deseo de estar cerca de su hijo durante su
año escolar de secundaria, su madre decidió regresar a Juárez con dos de sus hijos,
dejando al paciente en Durango.

El paciente regresó a Juárez y se mudaron a una nueva casa en una ubicación menos
problemática. A los 11 años, ingresó a la secundaria y se adaptó de manera favorable
tanto social como académicamente. A pesar de estar experimentando la separación
definitiva de sus padres durante estos dos años de secundaria, mostró una notable
madurez cognitiva y emocional. Se convirtió en un pilar en su familia, cuidando por
iniciativa propia a sus hermanos y dedicándose a sus pasatiempos y estudios.

A pesar de su relación algo tensa con su padre, los padres continúan interactuando
como amigos y están presentes en la vida del paciente y sus hermanos. A través de estas
experiencias, el paciente ha mostrado una madurez excepcional, siendo el apoyo
fundamental en su núcleo familiar.

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