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imprescindible en los siglos XVII y XVIII, en prácticamente toda la música, por su uso como bajo
continuo. Formas específicas, y de gran importancia para el clavecín solista, se encuentran en
las fantasías, fugas, sonatas, caprichos, las suites, los preludios, las variaciones,
las oberturas y las tocatas, formas habituales en el barroco.
Girolamo Frescobaldi es el gran maestro de estas formas (excluyendo la suite), que desarrolla
hacia 1650 e influye notablemente en las generaciones posteriores. Es el punto de partida de
Bach, Händel, Couperin, Rameau y Scarlatti. Su obra Fiori musicale contiene ejemplos
cimeros de las formas antedichas. Pachelbel y Kuhnau también contribuyeron a la variación y
la sonata respectivamente, en la segunda mitad del siglo XVII, donde son muy importantes las
sonatas bíblicas, y las variaciones Hexachordum apollinis. Bach es una figura capital en el
desarrollo estas formas en el clavecín. Los preludios y fugas tienen un hito en los libros I y II
de El clave bien temperado, BWV 846-893. La variación con las famosas Variaciones
Goldberg, BWV 988. La fantasía con su Fantasía cromática, BWV 903. Las suites
inglesas, francesas y partitas, en su obra BWV 812-830. La obertura un ejemplo destacado en
la Obertura francesa, BWV 831.
François Couperin y Rameau se aplicaron a la evolución de la suite francesa para teclado, a la
que dedicaron los esfuerzos de siete obras publicadas entre 1706 y 1730. Junto con las BWV
812-830 de Bach, componen el repertorio clásico de la suite barroca europea para tecla.
Scarlatti, con sus más de 500 sonatas de un solo movimiento, es el máximo compositor de
esta forma en el clavecín. Además de suponer el cénit de la sonata para teclado barroca, se
adelanta y anticipa soluciones que culminarán en las sonatas
para pianoforte de Haydn, Mozart y Beethoven. Su discípulo Antonio Soler también compuso y
desarrolló ampliamente la sonata, escribiendo unas 200 piezas de ese género, si bien más
variadas, pues incluyó la división de la sonata en tres movimientos y el clavecín concertante.
Händel es el otro gran maestro en la forma de la variación, junto con Bach, con
las Variaciones Blacksmith, compuestas hacia 1720. Igualmente, sus ocho
grandes suites para clavecín, compuestas en 1720, es otro ejemplo del nivel alcanzado en esa
forma musical.
En el siglo XX Shostakóvich rinde homenaje a estas formas para clavecín, y a Bach y su Clave
bien temperado, con sus 48 preludios y fugas, aunque no están escritas para clavecín, sino
para piano.
Obras destacadas[editar]
Barroco[editar]