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Dehesa 2000

Gaceta del Angel / Cruel final de un milenio cruel


Por Germán Dehesa
(03-Ene-2000).-

A excéntrico Café-Concert de la Ciudad de México, llegó su Charro Negro con aspecto y ánimo como de damnificado
francés. Supongo que al cierre del 99 le metí tan veloz intensidad que, como nos suele suceder a los hombres que
somos muy hombres y muy veloces, me pellizqué con el cierre partes muy sensibles de mi ser. Estaba yo derrengado
física y moralmente. La vera jugadita que, a dos manos, realizaron el sistema laico y la jerarquía religiosa, para
proporcionarle un discreto chamulazo a Mons. Vera, tiene toda la pinta de lo que en futbol americano llamamos rudeza
innecesaria y, para peor, gratuita e improductiva. Ya nada más falta que Albores tome los hábitos (los buenos; porque
los malos ya los tiene) y, en un metéorico ascenso nos lo presenten como Monseñor Croquetas, novísimo pastor
(alemán) de San Cristóbal. Con eso iba yo cargando, o, como diría mi tía Chelo: con esa pena estoy. Con esa y con la
de saber que Europa está patas para arriba por el horror chechenio y por las catástrofes naturales tan
minuciosamente provocadas por la insensatez y la avidez humanas: ya le metimos los dedos al ventilador y ahora nos
sorprende parejamente el dolor de dedos y la locura del ventilador. Más cosas traía yo en el costal: la recentísima y
legislativa constancia de que el PRI -metido a jugar billar político- sigue siendo diabólicamente magistral y la oposición
(llámese PAN o PRD) por ingenuidad, o por asuntos menos confesables, no le atina ni a la bola (ni a los Bolios) y deja
el paño como la gabardina de Cantinflas (y todavía publican desplegados que hablan de "logros y conquistas"). El
caso es que IPAB dado, ni Dios lo quita. Salinas organiza su megabanquete en Acapulco; Zedillo, con la satisfacción
de que ya logró lo que se había propuesto con los marginados (ya juntó 40 millones) se fué al Centro Castellano y,
nada más para abrir boca, zumbóse dos botellucas de Vega Sicilia ($6,900 el pomiux a cargo, supongo, de PEMEX o
del IPAB). El Divino ya consiguió que sus braveros guaruras obtengan la dulce libertad y la judicial promesa de que le
van a restaurar la barda de su casa, notoriamente dañada por los timbones perjudiciales que, en tiempo récord (seis
horas) cometieron el desacato de ingresar a su divina mansión. Ni Villanueva, ni Gloria Trevi, ni el semidivino Andrade
aparecen y, lo que es peor, a la gente estos asuntos ya le importan un puro y celestial turrón de Alicante. Greenpeace
anuncia que cada día desaparecen cien especies (nuestros hijos ya no las conocerán); se extingue el eslavo cetáceo
llamado Yeltsin y lo sustituye el viril Putin; George Harrison convalece con una pequeña ayuda de sus amigos y Juan
Gabriel nos anuncia que el siglo XX, todavía no se anima a aliviarnos con su ausencia. Con eso y con dos milenios a
cuestas llegué y me encontré con una sala medio vacía (medio llena) poblada por misteriosos compatriotas que, por
inexplicables razones, se animaron a asistir al estreno de "Adiós milenio cruel". Con todo y todo salimos al escenario a
cantar y a platicar. La esperanza le fué ganando a la crueldad y, al salir, México seguía. Otra razón (para no hablar de
los abrazos) para subrayar la activa y retadora esperanza.

El Siglo Pasado

No va a estar fácil para los sobrevivientes de ese siglo veinte que tantas pasiones y odios y pasmos y sorpresas nos
provocó, comenzar a decir cosas como ésta: Agustín Lara, un compositor del siglo pasadoà ¡Horror! Dénse de santos,
si hacia el 2030, comenzamos a resignarnos a que enigmas como Tlatelolco se conviertan en "disturbios poco claros
que ocurrieron en el siglo anterior".

Siglo XX cambalache problemático y febril; no me resigno a que ya no seas, pues también dejaría de ser yo. Presiento
ya la irrisión de las nuevas generaciones cuando les cuente de Avándaro, de José Alfredo, de los artículos que
escribía a mano y en una hoja de papel revolución, de los tacos al pastor y de mi primitiva incapacidad ya no digamos
para ingresar a internet, sino para encender la computadora. Como en pesadilla de Bradbury, harán visitas guiadas a
mi casa y los escuincles conocerán a un pirado que todavía colecciona libros ¡y los lee! Lo que me consta es que
México persiste; que la Hillary encontrada, atrapada y domesticada(?) en el siglo XX, también ¡aleluya! sigue aquí; que
yo estoy estrenando unos turbadores calzones rojos adquiridos en el siglo XX y que, en resumidas cuentas, no hay
prueba matemática de que no siga vivo -con todo y mi cuate Aguilar Zínser- el repulsivo y maravilloso siglo XX; el
único que tengo a mano y que tengo en mente y en amor.

Cualquier correspondencia con esta inaugural columna, favor de dirigirla al correo electrónico
gdehesa@infosel.net.mx o al Apartado Postal 19-111, Delegación Benito Juárez, México, D.F.
Gaceta del Angel / ¿Así o te quito

Por

Germán Dehesa

(04-Ene-2000).-

Doña Leonor Acevedo viuda de Borges murió a los 99 años. El concurridísimo funeral estuvo presidido por un
inconsolable anciano ciego cuya vida entera estuvo vinculada con la de la mujer que ahora yacía muerta. Muchos
pésames -casi todos previsibles y adocenados- tuvo que escuchar Borges. Uno de ellos resultó especialmente
extravagante y corrió a cargo de una anciana amiga de su madre que se acercó a nuestro escritor y le dijo: ¡Pobre
Leonorcita, y pensar que estuvo a punto de cumplir los 100 años! Borges la buscó con sus ojos ciegos y afligidos y le
dijo con su implacable ironía: Señora ¿no tendrá usted demasiado aprecio por el sistema métrico decimal?...No se
sabe lo que contestó la cuatacha de doña Leonor; pero, por lo que veo, el común de los mortales y los organizadores
de celebraciones turísticas, no tienen tan sólo aprecio, sino adoración por el sistema decimal. Lo acabamos de
comprobar con el triple y aniquilante final de década, de siglo y de milenio que, contra el aviso de científicos y
matemáticos del oriente y el occidente, hemos conmemorado, a gran costo, pero con poco rendimiento, en los días
pasados. Yo no soy matemático chino; por lo menos, no me lo han notificado, pero por más que atisbo, no encuentro
el menor aviso de que algo ha cambiado. Mi alma cobija una perplejidad plenamente vigesimónica. Y que conste que
todavía no gana Labastida, ni el PRI agarra carro completo con Paoli en calidad de garrotero; si esto es así,
tendremos que aceptar que lo peor del siglo XX sigue vivo.

Esto, por lo que se refiere al mundo exterior. Si revisamos nuestro pantanoso mundo interior, llegaremos a
conclusiones similares: la democracia es todavía una galaxia muy lejana y son minoría los que ya han asumido los
duros deberes de la libertad. Aún su Charro Negro que se considera aceptablemente libre, vive con temor y temblor
los cotidianos retos de esa inevitable contraparte de la libertad que es la toma de decisiones. Ahí los quiero ver. Todo
comienza con el ¿me levanto o no me levanto? (con razón le tronó el microchip a Hamlet). Todavía sin resolver esta
opción de destino, aparece la Hillary y pregunta: ¿vas a desayunar? ¿vas a querer lo de siempre o, como siempre,
quieres alguna otra cosa? ¿tu café lo quieres sólo o con leche? ¿poca, mucha, o regular de leche? ¿pan tostado o sin
tostar? ¿le ponen mermelada dietética? ¿tu café lo quieres con azúcar, Canderel, o café café? ¿lo quieres ahorita, o
primero te bañas?... Llevo dos minutos despierto y mi cerebro y mi corazón ya están agobiados por la dicha de la
libertad y están a punto de ponerse a las órdenes de Hugo Chávez para que él decida por mí. No lo haré; pero que
tampoco me vengan a mí, hombre del siglo XX, con la historia de que la libertad es una bella mujer con los pechos al
aire (¿el derecho o el izquierdo?). Digamos que muy al estilo de Borges, la libertad es incesantemente un jardín de
senderos que se bifurcan. ¿Así o te quito?

Rubens Contra Modigliani

Este es otro asunto que confirma la certeza que compartimos la ciencia china y el de la pluma, de que el siglo XX salió
más elástico y durable de lo que imaginamos: mujeres y hombres seguimos totalmente de acuerdo en todo lo que no
importa y en franco desacuerdo en todo lo relevante. Un ejemplo dramático: a los mexicanos nos gustan las mujeres
llenitas, tirando a Rubens; las mujeres tenochcas, por ciegos mandatos de las desnutridas revistas yanquis, con la
discutible coartada de la salud (es que flaca, me siento otra. No. No es que se sientan otras: son otras) y, en última
instancia, nada más por fregar, han decidido cultivar el modelo Modigliani mejorado; es decir, más tilicas, más
pescuezonas, con ojos como de que les acaba de tronar el bóiler y con el cuerpo de funda de paraguas. Sus amigas
les dicen que se acaban de quitar 20 años de encima (y se los aventaron al marido); sus médicos felicitan a estas
momias de Guanajuato y las pasan a eso que llaman "dieta de mantenimiento" que las dejará con el aspecto ideal:
mapaches disecados. Los otrora abundosos senos se han convertido en unos limoncitos pachichis (valga la
redundancia) y de aquellas nalgas que tanto prestigio nos dieron en el extranjero ya quedan unas lánguidas burbujitas
como de prófugas de Kosovo. Habrá quien diga que tales campamochas post-modernas conservan su atracción. Lo
que me consta en este tiempo extra del siglo XX es que podrán conservar atracción, pero ya no tienen tracción (¿de
dónde se agarra uno, criatura?). ¡Petaconas de todo el país!: ¡uníos!

Cualquier correspondencia con esta columna aniquilada de tanto tomar decisiones, favor de dirigirla al correo
electrónico gdehesa@infosel.net.mx o al Apartado Postal 19-111, Delegación Benito Juárez, México, D.F.

Gaceta del Angel / ¿Harakiri, Seppuku, Kamikaze o vulgar suicidio

Por

Germán Dehesa

(05-Ene-2000).-

¿Qué le dieron a Francisco Labastida el día del "mitote"? No está en sus cabales. Ya desde que declaró que las
cortaba para siempre con Salinas (creador, padre y fabricante del malogrado Colosio) y hacía suyo el ideario de Luis
Donaldo (¿cuál? si no le dieron tiempo ni de montar en su caballo); ya desde entonces me trae preocupado el
desgobierno verbal del candidato oficial del partido que está cada vez más cerca de tí (se acerca la mano pachona).
Con motivo de un muy respetable duelo familiar, Don Pancho se aplacó durante unos días, pero ahora ha vuelto a la
carga y de alguna manga se sacó la autodestructiva declaración de que no descansará hasta que el PRI se convierta
en un ariete contra la corrupción. Omaigod! ¿Ya le tomaron la temperatura al candidato? Si lo que dijo, lo dijo en sus
cabales, ya estuvo que no descansó durante, por lo menos, un milenio. Yo he leído de los aqueos sitiando a Troya,
conozco del sitio de Tenochtitlán por una cortesía de españoles, tlaxcaltecas y demás tribus; lo que nunca había
llegado a mi conocimiento es el singular caso de que sitiados y sitiadores sean los mismos. No pienso ñy ya lo he
dicho antes- que el PRI tenga la exclusiva de la corrupción, pero no tengo duda de que son los accionistas
mayoritarios; y como bien dice el supremo principio que rige las relaciones policíacas en este país: perro no come
perro.

En un arrebato de imaginación y como mágico efecto de la falsa entrada del falso milenio, supongamos que Labastida
pensó lo que estaba diciendo y que está intrépidamente dispuesto a aniquilar la corrupción a golpes de PRI, ¿a quién
va a encargar de las investigaciones?, ¿qué va a hacer cuando, sobre su escritorio, se amontonen los expedientes de
tantos y tantos compañeros de partido? ¿y si le llega en dos tomos con apéndices el historial de Roberto Madrazo, o
el de tantos y tantos "distinguidos priístas". Va a ser como la rosca del milenio: no van a alcanzar las rebanadas. Yo
opinaría que no hay que andar declarando a lo menso y que la ciudadanía se preparara para darle su voto a aquél que
menos gansadas declare (va a estar reñidísimo).

Pues Muchas Gracias


Con su carisma y generosidad de siempre, Carlos Salinas, aprovechando que todavía no acabamos de transitar el
etílico puente Guadalupe-Reyes (que muchos mexicanos ya ampliaron y convirtieron en esa obra maestra de la
ingeniería no laboral que es el puente Muertos-Candelaria), se aventó la sublime declaración de que sus visitas
deberían de ser tomadas como "aportación a la concordia". ¿No es hermoso?

Para que Vean

Desde hace varios días me he estado aguantando las ganas de proclamar públicamente mi admiración y respeto por
Don Jorge Rodríguez y Rodríguez, orgullo legítimo de nuestro poder judicial. Terminó su responsabilidad y lo hizo con
la debida galanura y con el afecto de todos los abogados decentes de este país (y hay muchos). Ya de salida, surgió
la amenaza de un borrón en su historial: un bono (un bonito bono) por 700 mil pesos. Comenzaron los rumores, pero
no pudieron crecer; en un gesto que lo honra (y que deshonra a tantos cuya honorabilidad ya estaba por verse), Don
Jorge devolvió el bono de la discordia, su conciencia quedó en paz y nosotros nos quedamos pensando que, si bien
hizo lo correcto, la sociedad mexicana tiene una impagable deuda moral con Jorge Rodríguez y Rodríguez. Gracias.

De Pirata a Rielero

El Capitán Bucle está loco y es de una volubilidad solo equiparable a la Talamantes (RAT) o Barbosa. Durante más de
18 meses declaró su náutica pasión. Sin embargo, bastó con que su extravagante abuela (mi suéter Azul) le regalara
de Navidad un trenecito eléctrico para que el pequeño coadjutor mudara de diócesis y de sindicato. El resabiado
Mullor ya habría declarado que era un asunto "puramente eclesial"; yo, que no sé latín, declaro que es una
desgraciadez (lo de Vera y lo de mi hijo). ¿Ahora qué hago con tanta porquería náutica que compré? Mi esperanza es
que todo sea un fugaz trastorno provocado por andar viendo a Juan Gabriel y sus milenarias lonjas y que pronto
volvamos a la vocación marítima. Eso, o vendo los tiliches marítimos y me compro una faja reductora (o se la compro
a Juan Gabriel). Yo les cuento en que para esta absurda historia del marino metido a ferrocarrilero.

Cualquier correspondencia con esta columna que se abstiene de declarar, favor de dirigirla a gdehesa@infosel.net.mx
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Gaceta del Angel / Hermenéutica 2,000

Por

Germán Dehesa

(06-Ene-2000).-

Hace muchos, muchos años, cuando yo tenía papá y mamá y familia completa; solía, a ciertas horas de la tarde,
tomar las instalaciones del comedor de la casititita donde vivíamos y ahí, so pretexto de hacer la tarea, nos
dedicábamos los cuates, los primos y el de la pluma a practicar todo tipo de juegos de azar que aún hoy están
prohibidos en Las Vegas. En el pleno fervor del naipe, se recortaba contra el horizonte de la puerta del comedor, la
nítida silueta de mi padre que con voz tranquila y enérgica decía estas sibilinas palabras: ¡Fuera capas!, traigo ganas
de comerme un pollito. Con eso bastaba. En nueve segundos y centésimas ya estábamos todos sentados en la
banqueta (la escarpa, le dicen en Yucatán), no sin haber guardado previamente fichas, barajas, frijolitos y demás
adminículos pecaminosos. Ahí estábamos todos sentados, sin aliento y sin una idea clara de por qué habíamos
corrido como marranitos en vía rápida. ¿Qué es eso de "fuera capas"? preguntaba alguno. Yo, experto en
dialectología paterna, traducía: quiere decir que nos larguemos hechos la bala y con un rumbo que en las casas
decentes no se menciona. Ah, decía otro, ¿y lo del pollito? Eso quiere decir, proseguía yo, que hace mucho que no le
da a nadie un buen entre de cuerazos (de hecho, nunca se lo dió a nadie). Ah, pues qué bueno que nos salimos,
concluía mi primo El chilaquil que nunca, ni de lejos, fue el Einstein del grupo. Nosotros no lo sabíamos en aquella
época ruizcortinista, pero nos estábamos iniciando en el difícil e indispensable arte de la hermenéutica, sin el cual, un
mexicano está destinado a vagar entre sombras y como en un bosque de espejos. Dicho de manera muy rupestre, la
hermenéutica consiste en poseer las claves para saber qué dicen realmente una persona o un texto, cuando dicen tal
o cual cosa. Es asunto de tener herramientas para conseguir que el hablar hermético (privilegio de los políticos y
demás figuras paternas de este país) se convierta en hablar abierto y al alcance de los ciudadanos.

Tenemos un ejemplo todavía vivo e intrigante de lo que estoy tratando de decir. Labastida, sin permitir siquiera que
nos repongamos del milenariazo, alza la voz y dice que está dispuesto a que el PRI encabece la lucha contra la
corrupción. Lo acaba de decir y ya los hermeneutas están trabajando a todo lo que dan. En unas cuantas horas, ya se
han creado las más divergentes teorías acerca de lo que realmente quiso decir el abanderado (¿qué voy a hacer, si yo
soy el abanderado?) del PRI. Hay quien dice que lo dijo para ver qué cara ponía Hank; otro experto sospecha que la
declaración nació del exceso de bacalao y Sidra Santaclós que se zumbó el candidato en Navidad y Año Nuevo y que
todo es resultado del desvarión concomitante. Otro afirma que Labastida andaba muy deprimido y que el resultado es
la autodestructiva declaración. Interpretaciones hay miles. En lo único en que todos están de acuerdo es que no pudo
haberlo dicho en serio. La paz vuelve a los domicilios priístas (tres por cada militante).

Aquella Mañana en Acapulco

Tres o cuatro amigos recorríamos la bahía. Uno de ellos fungía por entonces como Procurador del D.F. A él le
pregunté acerca del desastrado final de mi admirado Polo Uscanga. El me platicó que la solución del enigma era
clarísima, pero inverosímil. Se trataba de una forma no tan inusual del suicidio en la cual alguien le paga a un tercero
para que le de muerte. La investigación es concluyente, pero la opinión pública que está muy prejuiciada contra
nosotros (¿por qué será?) no lo va a aceptar. Así me dijo y ahí terminó la plática. Ahora me cuentan que ya apareció
el asesino de Polo Uscanga y me platican que le dicen "El grandote". Volvemos a la hermenéutica. ¿Mentía el otrora
procurador?, ¿Me estaba hablando en clave?, ¿Será "El grandote" el asesino o el colaborador de Don Abraham? Una
prueba más de que el siglo XX prosigue y nos persigue.

La Rebelión de las Petaconas

Se me olvida que existen las ciberféminas. Me traen frito. Lo único que yo hice fue manifestar mi alarma estética ante
la pérdida de uno de los más nobles atributos de la mujer mexicana, espejo (de tres lunas) de virtudes. Veo que no
tendría que haberlo hecho. Las hay que me dicen que soy un embozado machista que gozaría viendo a las mujeres
en estado de sujeción. Falso. A mí me encanta ver a las mujeres, pero no veo por qué la aguayónica abundancia tiene
que equivaler a dependencia o esclavitud. La Hillary ya se encrespó también porque dice que la bronca va directito
contra ella, pero que le vale, pues nunca se ha sentido mejor en su vida. ¡Pues que padre! La peor es mi amiga Carola
que amenaza con demandarme por plagio, pues me cuenta que ella y varias amigas ya tienen registrado el concepto
de petaconas como marca de fábrica. ¿Saben qué? ¡Hagan lo que quieran! (siempre lo hacen); nomás luego no se
quejen de la brutal indiferencia que sus magras carnes fat free provoquen en el sector masculino tan urgido de
proteínas. Y ya.

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Gaceta del Angel / Que de dónde, amigo, vengo

Por
Germán Dehesa

(07-Ene-2000).-

Hay golpes en la vida tan fuertes, yo no sé... Ya verás, lectora lector querido, que ando vallejiano: triste, oscuro y
mineral. La noticia que acabo de recibir no es para menos. A mí, a los personajes de la tragedia griega y a las
criaturas de Rulfo nos ocurre lo mismo: nuestra varonil intuición femenina nos avisa con tiempo de la proximidad de la
desgracia, pero de inmediato, nuestra intuición masculina nos dice: no va a pasar nada... no seas paranoico...ya sería
mucha mala suerte...Y así vamos diluyendo nuestra premonición, hasta que la desgracia ocurre. Ya ocurrió. No hace
muchos meses la ví venir con claridad meridiana. Dirigíame a mi trabajo y exactamente a la vuelta de mi casa, mi vista
tropezó con un lote baldío súbitamente habitado por chalanes y oficiales de todos los ramos de la construcción; había
también todo tipo de transportes oficiales: palas mecánicas, apisonadoras, camiones de volteo y camiones de
transporte (que eventualmente también se voltean). Se trata de una avenida del Pedregal aceptablemente amplia. El
tráfago de la construcción dejaba un espacio mínimo para que circuláramos los que militamos en la perrada. A la
sacrosanta hora de la comida, la Hillary me comentó que ella también había descubierto y padecido la inusitada
actividad; su poder deductivo la llevó a una conclusión irrefutable: van a construír una casa. Luego vino la natural
pregunta: ¿para quién será? Mi respuesta fue fantasiosa pero razonable: para la novia de Aladino; sólo en las mil y
una noches construyen un palacio a tal velocidad. Mi respuesta fue esencialmente correcta. Si tomamos en cuenta el
azaroso camino que llevó a Ernesto Zedillo al poder; si le asignamos a Carlos Salinas el papel de perverso y oriental
mago que, muy a su pesar, pone en manos del distraído jovencito la lámpara maravillosa (la puritita y priísta lux)
concluiremos que estamos, una vez más, frente a la historia de Aladino en versión post-moderna y politécnica. En
menos de lo que el Divino se tarda en conseguir un amparo, la casa estaba ya terminada y, sin ánimo de ofender, me
parece que es como de narco, o como de nuevo rico. Hasta llegué a pensar que sería la nueva sede del Museo
Nacional de la Charrería: parabólicas por doquier, acabados early ñero, cámaras de TV para que no se cuele la
chancla perredista; policías a todas horas y en la calle dos nuevos e inmensos topes modelo CGH. Sí, amiguitos, voy
a ser vecino de Zedillo. El infaltable lambiscón ya dijo que se trata de "una casa digna" (de dinamitarse). Es una
mansión (que, yo supongo, Zedillo pagó íntegramente con sus ahorros); pero llegará la noche y subiré a la azotea con
banjo y batería y en honor de mis nuevos vecinos, pienso ejecutar variados y gustados éxitos; entre otros un hip hop
titulado "El error de diciembre" y una baladita country que he bautizado: "No traigo cash". Seremos muy felices.

Un Rey Mago en Yucatán

Muy acorde con la pacífica espiritualidad que debe reinar en estas épocas, en el Congreso Yucateco tuvimos rosca de
reyes y el congresista local Gaspar Xiu Cachún hizo uso de la palabra y la dejó irreconocible. Supongo que el clero no
goza de sus simpatías, porque desde la tribuna y acicateado por el exceso de xtabentún se aventó como pantera
maya contra los ministros del culto. Nada más para abrir boca, don Gaspar dijo que los curas eran homosexuales,
aunque no todos; el resto eran degenerados que se la pasaban engendrando mayitas que no les dicen papás, sino
tíos (a lo mejor a don Gaspar sus hijos le dicen papá y, en una de esas, es su tío. Justicia poética). Nomás lanzó su
grito de guerra don Gaspar y de inmediato se formaron los bandos y el consecuente zipizape. Insisto: el siglo XX no
ha terminado; lejos de eso, prosigue en estas disputas inútiles e intolerantes que nuestro país arrastra desde el siglo
XIX. Quiero creer que don Gaspar está conciente de que no es para eso que el pueblo yucateco le paga un salario.

Don Raúl Vera


Sigue el clero. En entrevista concedida a un periódico francés, el meneado y respetable ex-coadjutor de San Cristóbal
de las Casas declaró sin pestañear que la salida del PRI del poder es indispensable para la paz de Chiapas ¡adentro,
machetes pandos! Ya me imagino el jigapancho que le van a armar al intrépido neopastor de Saltillo. Por lo pronto, lo
que yo puedo afirmar es que nuestra paz personal depende de nuestra obediencia a este riguroso mandamiento: hoy
toca.

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Gaceta del ángel / Me muero como viví

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Germán Dehesa

(10-Ene-2000).-

Las opiniones, las propuestas y los obsequios que Jesús Silva-Herzog Márquez nos trae de sus dilatados viajes como
lector, constituyen una promesa cumplida del pensamiento joven en español. Me siento muy bien de compartir con él
estas páginas y muchas opiniones. Todavía me da más gusto tener alguna diferencia que, a la postre, resulta
perfectamente salvable mediante un buen diálogo. Muchos hemos dicho que nuestro país ya no puede ser de
unanimidades. Lo decimos con gran entusiasmo, pero a la hora de la práctica, la cuestión ya no es tan fácil y
Siqueiros vuelve a aparecer por ahí con su oxidado dogma: "No hay más ruta que la nuestra." Examinemos un caso
reciente: JSHM publica un artículo acerca de aquellos seres que llamamos, no sin admiración, "consistentes" porque
lo que pensaron a los ocho años es lo mismo que pensaron a los 40 y que ahora piensan a los 80. Yo no sé qué
opinen ustedes, pero a mí estos seres que logran convertir su limitado juicio del pasado en un sólido prejuicio del
presente me parecen, como a JSHM, muertos vivientes incapaces de someterse a las nuevas realidades y horizontes
que la vida va trayendo; además, me caen gordísimo. Yo siento una cierta ternura por el que fuí a los 15 o a los 25
años, pero difícilmente me reconozco en sus opiniones y muchas de ellas me parecen lamentables. En esta otra
esquina tenemos a los guapachosos "inconsistentes" que ayer pensaron algo, hoy no pensaron y mañana pensarán
algo totalmente distinto (señora: no estoy escribiendo esto para que usted se ponga a pensar en su marido). Los
consistentemente inconsistentes, no me lo negarán, son también una plaga de la humanidad y no hay modo de tratar
con ellos. ¿Qué hacer? JSHM tiene una propuesta muy interesante y muy humana cuando propone que nuestro
ámbito, si queremos seguir vivos, es el de una inconsistente inconsistencia. Puesto en español más al uso: asumir la
novedad de todas nuestras edades, pero no suponer que cada madrugada o cada milenio, para el caso da lo mismo,
nos traen una edad nueva. Mucho me gustó ese artículo y en cuanto tuve a la vista a JSHM me lancé a felicitarlo
consistentemente. Para mi enorme sorpresa, JSHM me comentó que lo había escrito a raíz de un comentario que yo
había vertido en radio o en TV en elogio de una canción de Silvio Rodríguez titulada "Me muero como viví". En ella
Silvio hace un incompartible acto de fe en la actual revolución cubana. Hace 30 años yo hubiera sentido la canción
como mía; ahora es de Silvio y él, por sus propias razones -respetables algunas, insostenibles otras- insulta a los
herejes y se dispone a morir aferrado a esa deteriorada ilusión primera que a tantos nos hizo despertar y movilizar
nuestra conciencia. Entiendo las razones de JSHM; con todo y ellas yo rescato para mí el título de Silvio: yo también
me quiero morir como viví: dudando, equivocándome, corrigiendo, tratando de comprender y procurando que mi
espíritu no acepte verdades terminales y definitivas. Me parece que esto resolvería la contradicción y que JSHM y su
Charro Negro podremos morirnos como hemos vivido.
¡Viva la Coherencia!

Quizá sigamos veladamente en el mismo tema: consistencia versus inconsistencia y con ello lo ilegible que resulta
México en este final o principio de milenio. El pequeño Andrés, por sus purititas y minúsculas pistolas, decide
abandonar la navegación y seguir la férrea senda de Demetrio Vallejo; los priístas se lanzan en bola (es su fuerte:
lanzarse en bola) a defender, no a la patria, sino a Paoli Bolio. Por el contrario, los panistas que tan gallardamente y
pensando siempre en el bien de México, le dieron al PRI la ayuda indispensable para lanzarnos esa recta de humo
llamada Fobaproa, ahora quieren hacer Paoli pibil y devorarlo en rebanadas muy finitas. El indiciado asesino de Polo
Uscanga, conocido en la buena sociedad como "el Grandote" resulta ahora amigo de Barco, garganta fuerte de los
Pancho Villa y ¿quién lo diría? militante del PRD. Los Coparmexos, tras intensas y sesudas deliberaciones, han
decidido, quizá por experiencia propia, que si a un buen salario mínimo (¿existe tal cosa?) se le añaden buenas
propinas, el trabajador ya la hizo y la hizo en grande. Si leemos que la PGR incautó una casa de narcos en
Guadalajara y que ahora se la renta a otros narcos; si escuchamos a Lira Mora que un día declara que los ires y
venires del Obispo Vera no son de su competencia y, días después, leemos que Lira Mora se le fue a la yugular al
mencionado Obispo. Si vimos el horripilante partido Necaxa-Manchester que, sin demasiado apuro, podría haber
ganado el Necaxa y que terminó en empate. Si nos asomamos a todo esto, veremos que no hay lógica aplicable.
Vivimos en un territorio que podría llamarse "Ernesto en el país de las maravillas". Me doy (por hoy).

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Gaceta del Angel / Que digan que estoy dormido (y que me traigan al PRI

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Germán Dehesa

(11-Ene-2000).-

Regreso de unas breves vacaciones y con ese cansancio sin orillas que sólo puede ser producido por un período de
descanso en compañía de niños, la Hillary y su Charro Negro caemos desmayados sobre nuestro añorado y
levemente pando lecho conyugal. Así permanecemos aproximadamente tres minutos. Por fatiga acumulada y por la
emocionante recuperación de nuestro ambiente natural, las condiciones eran ideales para petrificarnos de sueño
durante un mínimo de 15 horas. Algunas etnias tienen espíritu vagaroso y viajero; algunas otras, como la mexicana y
la de los jugadores del Manchester United, nos resignamos a viajar, pero bien sabemos que en dos días, estaremos
ganados por la nostalgia de nuestra cama, el inconfundible olor de nuestra casa, el caos vial tan propicio a la
meditación y al aprendizaje de lenguas extranjeras, los rostros reconocibles y mi prima la Buga. Para un mexicano
común lo mejor de los viajes es el regreso. Por todo esto, no entiendo muy bien por qué, a los tres minutos de
derrumbarnos exánimes, la adrenalina volvió por sus fueros y la Hillary pudo conversar con cierta coherencia 45
minutos más y yo, por mi cuenta, decidí que era el momento ideal de revisar correspondencia atrasada y de hojear
"Proceso" y los periódicos pendientes de lectura. Así me vine a enterar de que el enigmático capirucho político-eclesial
que sacó de la jugada a don Raúl Vera sigue haciendo ruido y, hasta el momento, no se entiende, ni se acepta bien.
Vicente Fox, por su parte, se trepó al retinto porque el TRIFE decidió en sentido contrario al IFE y prohibió la clonación
de la imagen del guanajuatense en las boletas electorales; unos chavos aceleradones se fueron al aeropuerto y
enarbolaron unas pancartas que decían: Avisen al mundo que ya comenzó la represión en México (no me imagino a
los plomeros de Milwaukee que vinieron a Huatulco avisándole nada al mundo; en cuanto a lo de "ya comenzó la
represión", creo que el anuncio lo tendrían que haber hecho, en su momento, los aztecas y generaciones
subsecuentes). Si me permiten opinar, la decisión del TRIFE puede ser más benéfica que perjudicial para Fox,
máxime que ya encontró la sutil añagaza de dejar en blanco su silueta. El único daño real es que hayan dejado al
ecológico tucán.

Otro asunto: los trabajadores recibieron un raquítico aumento al salario mínimo y los líderes que dicen luchar por sus
derechos y por obtener hermanas de los periodistas declararon que los tiempos no estaban para exigir más (será cosa
de esperar otros tres milenios que, para un líder obrero, se pasan volando). Muy sucintamente, de esto me enteré.
Hacia las cinco de la mañana, no sin dificultades, el sueño me ganó (como México a Irán) y me dormí con la
convicción de que mi cuenta cronológica es la correcta: el siglo XX continúa y el tiempo mexicano se aferra a un
pasado impresentable.

Eduardo Vargas Herrera

Una sóla vez he podido platicar largamente con el tenor Ramón Vargas. Conservo (y confirmo) la impresión de que es
un ser de excepcional calidad humana. Leí hace unas horas acerca de la muerte de su pequeño hijo y también leí las
amorosas declaraciones que al respecto hizo Ramón Vargas. No hay mucho que añadir. Le envío a su esposa y a él
un abrazo que quisiera expresar emociones, perplejidades y, todo junto, dolor y alivio compartidos.

¿Ya Leíste lo que te Dijeron?

Dábale arroz a la zorra el Abad. Hubiera querido dormir más; pero el teléfono comenzó muy temprano sus sonoros
afanes. Es lo bueno de tener amigos. Todos ellos con alegre consternación me preguntaban: ¿Ya leíste la camotiza
que te ponen en "El fistol del diablo"? No la había leído, pero ya la leí (como solía decirme mi alabastrina madre: Ya
me diste mi copita de bilis para desayunar). Salvo el título de "Abad" que me endilgan y que tan peligrosamente me
acerca a Schulenburg, creo que no es para tanto. Si voluntaria y libremente nos ponemos en el escaparate y, de vez
en cuando, se nos pasa la mano, es explicable el revire que puede ser más o menos sensato que nuestro exabrupto.
Creo que polémicas que no le den algo al lector (y, bien mirado, ni a los polemistas) no tiene caso emprenderlas. Dos
citas de dos mexicanos queridos y respetables: Ya nos peleamos; ya podemos ser amigos. ¿Por qué discutir si lo
podemos arreglar a golpes? Por lo tanto y en mi calidad de Abad, emplazo a mi inesperado coadjutor a que nos
vayamos a comer y platiquemos. No es imposible que descubramos que el enemigo común está en otra parte. Va mi
pluma (y mis disculpas) en prenda. A lo macho (expresión idiota, pero significativa).

Cualquier correspondencia con esta insomne columna, favor de dirigirla a gdehesa@infosel.net.mx o al Apartado
Postal 19-111, Delegación Benito Juárez, México D.F

Gaceta del Angel / Dos logotipos de cuidado

Por

Germán Dehesa
(12-Ene-2000).-

Sigue de amor la flama. Chente Fox -que había jurado que este año ya se iba a portar bien y que su imagen, su
lenguaje y su comportamiento lo convertirían en el De Gaulle del Bajío-, en cuanto el TRIFE, con razones atendibles,
le prohibió el uso de su vera efigie en las boletas, olvidó sus promesas de año nuevo y proclamó que había sido
víctima de una "marranada", palabra especialmente fuerte y no del todo propia en boca de alguien que pretende
representarnos en los foros internacionales (he de reconocer que yo a Fujimori, Chávez y Castro les diría que hacen
muchas marranadas; pero yo no aspiro ni a la presidencia de mi condominio). Como F. Reyes Heroles, dudo de que
Fox haya leído con atención (o sin ella) las cien páginas del dictamen del TRIFE y es grave que, sin haberlo hecho, ya
esté poniendo el grito (y el marranito) en el cielo. Sea como fuere, los foxyasesores (dejarían de ser mexicanos) ya
encontraron la manera de darle la vuelta al dictamen y colocar en la boleta la pura silueta del candidato panista (a un
amigo mío se le ocurre que pongan uno de estos dibujitos con números para que los votantes dibujen la efigie de Fox.
Si esto no pega, pueden poner la silueta de una bota). Esto por lo que se refiere al PAN. Algo habrá que decir también
del PRI y de su hipersensible candidato que acaba de descubrir que las elecciones (nos) salen carísimas. Gran
verdad, pero si Labastida ya compró esa línea de investigación, tendría que irse detrás de su primer servicio, llevarla a
sus últimas consecuencias y aceptar que un alto porcentaje de ese multimillonario costo es el oneroso precio que
estamos pagando por la desconfianza que en México generan los procesos electorales conducidos, sesgados,
manoseados y trampeados a lo largo de muchas décadas por un partido llamado PRI que, hasta donde yo sé, no es
ajeno al afamado tenista Labastida. Y si ya estamos en esto y si el TRIFE ha decidido que las elecciones de julio se
den en condiciones de la mayor equidad, ha llegado la hora de volver a poner en el tapete el asunto del uso, a mi
juicio totalmente inequitativo, de los colores nacionales en el logotipo de un partido. Me parecería aberrante estar de
acuerdo en la desaparición de la imagen tipo Marlboro del candidato panista y no inconformarse con el hecho de que
el PRI utilice un emblema que crea la muy alarmante posibilidad de identificar y confundir a un país con un partido.
Todo esto sin contar con la inmensa aplanadora oficial (Leo Lavalle incluído) puesta al servicio del quisquilloso
candidato que nos vino a decir lo que todos ignorábamos: las elecciones en México son monstruosamente costosas.
¿Por qué será, mi estimado Pancho?

¡Clases ya!

Desgraciadamente no me refiero a los alumnos y maestros de la UNAM (sería imperdonable que no participáramos en
el plebiscito convocado por el Rector de la Fuente). Hablo de un asunto de índole totalmente doméstica. El Capitán
Bucle, después de recorrer con ejemplar disciplina el puente Guadalupe-Reyes, se ha visto en el duro trance de
retornar a las labores académicas. Salvo por el hecho de volver a ver a sus cómplices y a sus minicontlapaches, el
micromosh que habita esta casa no le ve mucho sentido a la formación escolar. Si sus vocaciones fundamentales
oscilan entre la piratería y la conducción de ferrocarriles, no le queda muy claro para qué tiene que asimilar las
diferencias entre un cuadrado y un paralelepípedo (que es una palabra casi tan fea como "marranada"). De cualquier
manera, en un acto de disciplina que mucho le honra, aceptó retornar a su Almoloyita particular. No voy a decir que
iba feliz y gorjeante, pero no hizo mayor pancho y accedió a ser trasladado con sereno estoicismo. Al despedirse me
hizo una pregunta de honda raíz mexicana: ¿verdad, papá, que ya pronto va a haber vacaciones?

El Club Rubens

Mi agradecimiento con los lectores es más copioso que un presupuesto de campaña. Gracias a que un buen número
de ellos se toman el trabajo de utilizar el correo electrónico, el solipsista monólogo del que escribe a diario al bote
pronto, apresuradamente y como va, se convierte en un fructífero diálogo de cuates que va de la felicitación a la
mentada, pero pasa por la corrección atinada, la pregunta sagaz y el comentario pertinente. Un caso vivo y de
particular interés ha sido la candente cuestión de las dietas tipo Gandhi a las que ha decidido someterse el mujerío
tenochca. Plantear este asunto ha sido como un pistoletazo en mitad del concierto. Muchos y muy contradictorios
correos han llegado. En un primer conteo podemos decir que el personal femenino me tupe con el frágil argumento del
inmenso trabajo que les ha costado reducir sus abundosas medidas, para que yo ahora venga a soliviantar a los
señores (también ha de costar mucho trabajo cercenarse un brazo con una tarjeta de crédito y esto no lo hace
necesariamente bueno). Los cibermachines me han brindado su total apoyo y su inmediata disposición a darse de alta
en el Club de Rubens. Confirmado: las mujeres son de Venus y los hombres son de Tizayuca.

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Gaceta del Angel / Borrachas de sol

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Germán Dehesa

(13-Ene-2000).-

¡Dáme, Señor, la tenacidad de la palmera! Esto pensé hoy miércoles 12 a la altura del mediodía, mientras recorría el
profundo sur de la avenida Revolución. Como luego se verá, no fue un arrebato gratuito. Las palmeras se han dado
maña para entretejerse frecuentemente con mi vida. Podríamos comenzar con mi temprana afición por Agustín Lara,
podríamos proseguir con las múltiples palmeras que le daban a la ciudad de México una exótica atmósfera arábigo-
tropical que Gengis Hank se encargó de obliterar en honor de la vialidad. Mi magra pero intensa biografía sentimental
conserva una palmera de la Colonia del Valle, a cuya sombra le declaré con líricos fulgores mi casto amor (lo de casto
lo dije, pero no lo pensé) a una caprichosa jovencita de origen leonés (por cierto ¿alguien me podría informar qué
problemas de contaminación tienen en la ciudad cuerera?); retomo: y la mentada jovencita, en lugar de rendirse sin
condiciones ante los efluvios de mi prosa modernista y la cómplice presencia de la palmera, me salió con que lo tenía
que consultar con sus papás (¡hágame el C. favor, C. licenciado!) y que, en la remota posibilidad de que el cónclave
familiar accediera a mis requerimientos, éstos tendrían que ser con estrictos fines matrimoniales y todavía me dió la
puntilla con este parlamento: Yo tengo mucha ilusión de casarme en el Templo Expiatorio de León en cuanto lo
terminen. Ahí nació y se tronchó en flor un posible, aunque tenue y virtual, vínculo entre Miguel Alemán y Vicente Fox;
se acabó el amor, el Templo Expiatorio todavía no lo terminan, quitaron la palmera que, sin embargo, se mantiene
lozana y umbría en la eterna noche de mi desconsuelo.

En 1999, la buena sociedad tapatía tuvo graves conflictos provocados por la decisión municipal de plantar palmeras
en una atareada avenida. La opinión mayoritaria afirmaba con certeza que una especie vegetal tan ajena a sus usos y
costumbres estaba condenada a la vida breve y a la dilatada muerte. Fallóles el pronóstico y las palmeras ahí siguen.

Ahora las palmeras invaden Monterrey (enclave tropical, lujuriante y costeño cual ninguno) y ya los regios cayeron en
profunda crisis por el costo y las posibilidades de sobrevida de la datilera especie. Con respecto al costo, nada puedo
decir de momento, aunque ofrezco consultar con Wall Street para averiguar si la cotización de la palmera ya se
disparó a 18,000 pesos por unidad. En lo referente a la durabilidad, puedo afirmar que las multimencionadas palmeras
son más tercas que Cuauhtémoc Cárdenas y lo puedo avalar con dos razones: en la capitalina avenida Revolución ya
reaparecieron las pertinaces palmeras. Segunda razón: pensándolo bien y desde mi condición de palmera
veracruzana bruscamente trasplantada a Tacubaya, yo mismo soy prueba viviente de la adaptabilidad de esta
especie, pues a los 55 años sigo vivo y, buenos o malos, opimos o mustios, sigo dando frutos.

Aviso a Todos los Usuarios

EL DIA 20 DE ENERO SE REALIZARA EL PLEBISCITO CONVOCADO POR EL RECTOR DE LA UNAM. SI ALGUN


UNIVERSITARIO NO PARTICIPA, QUE LUEGO NO LLORE COMO RATA LO QUE NO SUPO DEFENDER COMO
PUMA.
No Cuesta Nada

Una actriz-enfermera prepara una jeringa para vacunar a un actor-niño que tiene precoz mente macroeconómica.
Todavía no lo vacunan y ya está preguntando cuánto le va a costar el drástico arponazo. La sonriente actriz le
contesta que no es nada, aunque no le vendría mal un beso. Publicidad oficial torpe, tramposa y malévola. La
impostada enfermera tendría que contestar: Mira, niño, las vacunas ya las pagó la sociedad mexicana vía impuestos y
pagó igualmente los raquíticos salarios de médicos y enfermeras; pagó también, sin ser consultada, el oneroso e inútil
costo de este promocional y nos pagó a tí y a mí por hacer el numerito de que yo hago como que te vacuno y tú haces
como que, en vez de pegar de alaridos, distribuyes besos y, para que me entiendas bien, los contribuyentes
mexicanos pagaron hasta la jeringa. Hasta aquí lo que tendría que haber dicho la enfermera; ahora va lo que digo yo:
es una infamia que, después de enterarnos cotidianamente de los mil modos de la corrupción, nos quieran vender
como gratuito favor lo que es su mínima obligación dado que son los administradores de nuestro dinero. Lo peor es
que hay quien lo cree y hasta se siente con la obligación moral de caer postrado y sentirse agradecido hasta las
lágrimas porque un gobierno utiliza algo de nuestra lana en cumplir una mínima parte de sus múltiples obligaciones.
Sugerencia: ¿por qué no destinan íntegro al presupuesto del sector salud el dinero que se gastan en campañas tan
estúpidas y tan tramposas?

Nuestro Juramento

Por la salud de mis hijos, os juro que cuanta ayuda han puesto en mis manos ha llegado a sus destinatarios. El
próximo embarque sale la semana que entra rumbo a Meztitlán, Hidalgo. Si alguien se quiere poner guapo con un
tráiler, comuníquese; si no, yo veo cómo le hago, pero de que llega, llega. Continuará...

Cualquier correspondencia con esta columna con ojeras y palmeras, favor de dirigirla a gdehesa@infosel.net.mx o al
Apartado Postal 19-111, Delegación Benito Juárez, México D.F.

Gaceta del Angel / ¡Siluetas, siluetas, siluetasiii

Por

Germán Dehesa

(14-Ene-2000).-

Labastida fue terminante (esperemos que lo siga siendo): la maniobra foxypanista de dejar en la boleta la pura siluetita
para colorear del, ya de por sí colorido, Vicente Fox era un "artilugio" (¿conocerá don Pancho el significado real de
este vocablo?) y una "triquiñuela". En el septuagenario PRI nada saben de artilugios y triquiñuelas y se explican
sobradamente su asombro y su molestia; de cualquier manera, tan avezada y biliar pirotecnia verbal resultó inútil,
pues el TRIFE, ya levemente encabritado, falló en contra de la segunda propuesta panista. Así ha rematado
provisionalmente esta extraña comedia de las equivocaciones cuyo reparto incluye al PAN-PVE que presentaron el
logotipo de la discordia; al IFE que lo autorizó, al TRIFE que lo prohibió y en el rol estelar: Vicente Fox que, para abrir
juego, proclamó que la cuinoprohibición era una "marranada"; luego escogió entre los 17 millones de abogados que
hay en México (la cifra fue obtenida utilizando el afamado y nacional "tanteómetro" que tiene, de acuerdo con el
mismo instrumento, un grado de confiabilidad de .01%) a su íntimo amigo y simpatizante Diego Fernández de
Cevallos para que defendiera como león queretano su causa ante el TRIFE; luego a la cantina le corrieron a avisar
que, a pesar de que el jefe Diego se rifó hasta la barba por defenderlo, los trifecas se le echaron de a montón y le
quitaron la silueta; luego Chente no se dió por charrasqueado y declaró que la adversa decisión la considera un triunfo
(¿y los marranitos?), que está más contento que Aguinaga cuando le anotó al Vasco de Gama y que la intención de
voto a su favor ha crecido que es una shulada; luego remató (de media chilena) con un sincero agradecimiento para el
PRI. Minutos después, apareció Bravo Mena (que parece sobrino de Lenin) y confirmó lo declarado por Fox: como
está visto que a los trifecas nada les gusta y que no hay arroz al que no le encuentren prietitos, entonces que sean
ellos los que diseñen un logotipo a su gusto y satisfacción. Ya pusieron a dibujar a los gorditos. Yo les sugeriría que
prolongaran la raya intermedia de la "A" de PAN hasta que adquiera forma de bigote; o bien que inviertan esa misma
letra para que adquiera la forma de "V" de la victoria. Todavía está pendiente el asunto del uso de los colores
nacionales por cuenta y provecho del PRI; pero, como bien me comentó telefónicamente un amigo priísta que infesta
la zona Tijuana-San Diego, es una mera coincidencia histórica que el verde, el blanco y el rojo fueran, a la vez, los
colores favoritos de don Plutarco Elías Calles y -asunto menor- los de la bandera de México. Mucho me temo que la
comedia no ha terminado. Esto es un entreacto.

"A la Legalona"

La expresión la escuché por vez primera hace muchos años en voz de un priísta histórico. Si no recuerdo mal, yo le
había preguntado acerca de las posibilidades de triunfo o de derrota que tenía el PRI en equis elecciones. Mi
dinocuate era priísta de la vieja guardia y como tal no le soltaba información ni a su pariente más cercano; pero
conmigo, por ignotas razones, hacía de vez en cuando una excepción. Esto explica la sibilina respuesta a mi pregunta:
mire, Don Germán, a la legalona lo que se dice la legalona, esa elección la perdemos; pero vamos a ganar. Pasan
años, meses, minutos y hoy en plena y fragorosa redacción de este artículo, me telefonea mi cuadernaza Wichita Falls
(Luisita cae, diríamos en español) que es priísta de la nueva ola. Su llamado cimbra mi sosiego espiritual con dos
noticias de primordial importancia: a) Ya aprehendieron en Brasil a Gloria Trevi, a Sergio Andrade y a Mari Boquitas
(un nombre que inspira toda la confianza del mundo); b) En julio del 2000, el PRI va a ganar de todas todas y a la
legalona. La precisión del vaticinio está por verse y es un asunto que habremos de decidir nosotros; lo que es toda
una novedad es que el partido tricolor ya piense en la legalidad como un aceptable método para contender y no un
recurso extremo (y abundantemente empleado) para no perder. Vamos a ver si es cierto y vamos a ver qué entiende
el PRI por legalidad.

El Plebiscito.

"Pleibiscito", "plesbiscito", "pleisbiscito". Así y de maneras aún más exóticas lo llama la gente. Da igual. Lo importante
es recordar que el 20 de enero los universitarios tenemos una cita con la UNAM. Para asentir, para disentir, para lo
que quieran; lo importante es no faltar a la cita. En lo que ésta llega, no olviden que hoy toca.

Cualquier correspondencia con esta silueteada columna, favor de dirigirla a gdehesa@infosel.net.mx o al Apartado
Postal 19-111, Delegación Benito Juárez, México D.F.

Gaceta del ángel / Pan y Circo

Por

Germán Dehesa
(17-Ene-2000).-

Es bien sabido que la expresión que encabeza este segmento no suele ser elogiosa; con frecuencia se utiliza para
denostar a tal o cual gobierno que, en vez de resolver las necesidades sociales más sustantivas y apremiantes, lo
entretiene y lo distrae arrojándole mendrugos y proporcionándole alguna de las mil variantes de lo circense. Mal por
ese gobierno y mal por esa sociedad que se conforma. Dicho esto, no me negarán que un buen pan mexicano (para
mi gusto, el mejor del mundo) y la asistencia a un buen espectáculo nos caen de purititos peluches. ¿A dónde quiere
llegar este zopenco zoperútano? se preguntará la señora potosina. Ahi voy, señora, no me presione. A lo que voy es a
la afirmación ñprobablemente controversial- de que el pan y el circo tienen que formar parte de nuestra canasta
básica; comer amorosos (sabrosos) alimentos en buena compañía y cancelar temporalmente nuestra angustia y
divertirnos son, o tendrían que ser, parte de una vida realmente humana. Aquí es donde los ricos muy muy ricos
inauguran su aburrimiento; como viven en el permanente lujo y en la atenta vigilancia de sus caudales, su Rólex, su
Mercedes y su inminente secuestro; se abisman en las formas más refinadas del aburrimiento, o deciden inhalar
cilantro con tachuelas en busca de inexistentes paraísos. Los mortales comunes, los del mediano pasar, podemos de
vez en cuando ir al centro de la ciudad y procurarnos el lujo de un exquisito pan en el Centro Castellano, o en el
Danubio, o podemos ir a un concierto, o como es el caso, llevar al capitán Bucle (que ahora quiere ser "investigador";
es una refinada tortura tener un hijo que cambia de carrera con más frecuencia que "el Rocco") al único y auténtico
Circo Atayde hermanos. Hace unos días me habló un representante de estos últimos para invitar a toda la familia. Por
supuesto que iré, pero pagando mi boleto; lo haré para que el Bucles vaya conociendo los rigores de la vida y para
que mi memoria reviva aquellas épocas enigmáticas y gozosas de un Circo Atayde que orgullosamente presentaba a
los 15 hermanos Wallenda ¡los alambristas más audaces del mundo!, ¡trabajan sin red! (como Porfirio Muñoz Ledo). A
la mitad del alambre, siempre se caían y con envidiable intrepidez el periódico anunciaba: ¡Venga a ver a los 11
hermanos Wallenda! (y así, como en la canción de "Yo tenía 10 perritos"). Bueno, y todo esto ¿por qué? Pues porque
hoy es lunes y, para acabarla de fricar, es enero y México ñdoble víctima de la lujuria brasileña y de la agresividad
norteamericana- no recibe a Gloria Trevi (dicen los policías cariocas que la quieren tener un año en observación) y en
cambio, tiene que soportar el erótico cimbronazo de la visista de esa chica Ye-yé que es Madeleine Albright que es
como la peor pesadilla de Sergio Andrade. Con la pena, pues, de que es lunes; ergo: es de primera necesidad pensar
que, en algún rincón del fin de semana, nos esperan el buen pan y el melancólico circo.

Y Hablando de...

...Gloria Trevi, el Abad Dehesa se permite opinar que ya está up to the mother del niño Eliancito y del hiperinflado
escándalo de la otrora admirada cantante neoleonesa. Ya todos juzgaron y ya todos condenaron. Yo conservo el
recuerdo de los calendarios, de aquella inteligente carta que ella me envió y de la buena amistad que hicimos. Hoy la
rodean tanto morbo y tanto odio, que me parece pertinente refrendar mi amistad, dejar su juicio en manos de las
autoridades y de afirmar, vengan como vengan las cosas, que yo la quiero mucho. La justicia no cancela la compasión
y si ya se trata de juzgar, habrá que hacer algo con esos estúpidos padres que llevaban a sus hijas para que Mary
Boquitas les hiciera el especial favor de entrenarlas para "que salieran en la tele" y habrá que juzgar a todos los
medios que han decidido que este sórdido y menor asunto es del prioritario interés de la nación y, ya envuelados,
habrá que enviarle un "extrañamiento" (como a Paoli) a la legión de mensos que se lo han creído. Palabra de Abad.

Una Cita

Es un lujo perfectamente asequible leer "Letras Libres", la grácil e inteligente revista que dirige E. Krauze. En su
número de ¡junio de 1999!, la muy fina pluma de Adolfo Castañón, al comentar un libro de George Steiner, escribe lo
siguiente: "(Steiner) Sólo se limita a advertir en los capítulos finales de Errata que la civilización occidental tal y como
hasta ahora la hemos conocido ha dependido (y todavía depende) de esas bolsas de aire, de esos espacios de recreo
exigente y de tensa gimnasia intelectual (los claustros universitarios) donde en cada generación se inventa y reinventa
(seminario y semilla son palabras hermanas) la memoria y la fábula, donde la humanidad resucita en el recuerdo de
las humanidades." ¿Recuperaremos nuestra UNAM? La cita es el 20 de enero. Aikir.
Cualquier correspondencia con esta columna que trabaja sin red, favor de dirigirla a gdehesa@infosel.net.mx o al
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Gaceta del Angel / La marranada

Por

Germán Dehesa

(18-Ene-2000).-

En su cuarta acepción, el Diccionario de María Moliner (Ed. Gredos) nos avisa que "marrano" es un vocablo
despectivo que la España "reconquistada" empleó para designar a los judíos supuestamente conversos que en
secreto seguían practicando su religión. Intolerante y vil como es esta acepción, no es menos nauseabunda que las
otras. Con todo y eso, me creo más facultado que Indiana Fox para denunciar ante el mundo que he sido víctima de
una marranada atrox. El insomnio engendra ociosidad y ésta suele conducirme a prender la TV que, gracias a los
beneficios de Sky TV, me permite ver a las 4 am la televisión árabe con subtítulos en caligrafía arábiga (nunca sé si
están planeando un golpe de Estado, o están dando la receta del keppe charola); si esto no me aletarga, busco otras
opciones y fue así como topé con un programa inglés que me informaba de los afanes de un adiposo científico que se
emperró en enseñarle computación a unos cochinitos (no piensen en los cibermapaches del PRI; éstos eran cuinitos
comunes y corrientes). Construyeron un tablero especial, una pantalla de gran tamaño y los marranitos comenzaron a
ser entrenados con bíblica paciencia; si el condenado cuino apachurraba la tecla correcta, de inmediato recibía una
ración de su comida favorita. La tarea abarcó muchos meses, pero al final de ella, los coshinitos manejaban la
computadora con una destreza mucho mayor que la de varias cajeras bancarias que conozco. ¿Se imaginan lo que yo
sentí?, yo que hasta la fecha no logro apachurrar la tecla correcta ni rezándole a Schulenburg que es tan milagroso.
Desde entonces y hasta hoy, mi insomnio se ha fortalecido. Yo sí he sido víctima de una perfecta marranada. Ayer
domingo, como venganza simbólica, me refiné un excesivo número de tacos de carnitas. Creo que ésa es la clave: no
he aprendido computación, porque la Hillary no me ha premiado con mis alimentos favoritos.

¿Nomás la Mitad?

Aparece Labastida en la pantalla (...y entonces, llegaste tú con tu aire de hombre internacional...) y nos avisa -adusto
el gesto, firme la voz- que cuando él fue Gobernador de Sinaloa metió a la mitad de los policías a la cárcel. En
principio, me suena marvelous, pero me quedan algunas dudas: ¿qué irresponsable y corruptor partido gobernaba
previamente en Sinaloa como para permitir que, por lo menos, la mitad de la policía mereciera la cárcel? Y otra: ¿los
que se quedaron afuera eran espejos de honestidad, o se quedaron muy contentos al saber que ahora tenían doble
clientela?, ¿cómo seleccionaron a ese 50% de hampolicías?, ¿fue por sorteo?, ¿o se turnaban un semestre y un
semestre? Quizá esta inquisitiva nota regocije al panismo, pero no olvidemos los lamentables y recientes hechos
ocurridos en Guadalajara donde, con video y todo, se comprobó que la policía también le entra a la uña con un
regocijo y una ferocidad similares a las que mostraron las Chivas en su juego con el Morelia.

¡Ya Tenemos Tráiler!


Para que vean que al que obra bien le va muy bien y al que obra mal se le pudre su tamal; ya se comunicaron con su
Charro Negro dos transportistas que decidieron ponerse guapos y llevar gratuitamente a su destino las ropas, las
cobijas y los víveres que ustedes tan generosamente han donado en el último mes. El primer embarque zarpa rumbo
a Meztitlán, Hgo. el próximo jueves 20 a las 10 de la mañana. Es un tráiler tamaño caguama así es que si a tí, lectora
lector querido, o a la Delegación Coyoacán les quedan voluntad y modo de enviar alguna ayuda, now is when, ahora
es cuando hay que aprovechar el agradecible camionsote. Asimismo, si alguien se quiere incorporar al viaje en calidad
de observador, tameme y auxiliar será bienvenido. No estoy autorizado expresamente para publicar el nombre de
nuestros bienhechores; quizá por eso nuestro agradecimiento sea mayor.

El Puma Anda Herido...

...y como bien lo advierte René Delgado en su último "Sobreaviso", la recuperación no será fácil ni rápida, pero
necesariamente pasa por el plebiscito del jueves 20. Participarán exclusivamente estudiantes, trabajadores y maestros
de la UNAM. No saben las maromas que he tenido que dar y los papeles que se han tenido que desempolvar, pero ya
estoy incluído en el padrón de la Facultad de Filosofía y Letras y, en cuanto despache las chivas que se van al Edo.
de Hgo. me voy cual microbús enloquecido a la casilla que me corresponde. Aikir.

Cualquier correspondencia con esta columna vejada por los cochinos, favor de dirigirla a gdehesa@infosel.net.mx o al
Apartado Postal 19-111, Delegación Benito Juárez, México D.F.

Gaceta del Angel / La guerra de las gordas

Por

Germán Dehesa

(19-Ene-2000).-

Supongo que nadie ignora que el título de estos renglones rinde un doble homenaje a un colorido capítulo de la
historia del México prehispánico y a Don Salvador Novo que de tantos modos fue el mejor cronista de la vida
mexicana. Cumplida esta venia con el pasado, podemos venir al presente y encontrarle dos caminos actuales a una
historia tan antigua.

La primera tiene que ver con el descontonero e inopinado aumento a las tortillas. Por influjo del habla paterna, yo
aprendí tardíamente el sustantivo "tortilla" y durante todo lo que podríamos llamar mi "período azul" nombré a esos
cilindroides de maíz nixtamalizado con el entrañable nombre de "gordas". ¡Calienten las gordas que ya voy para allá!
decía mi padre a través de aquellos cuaternarios teléfonos Ericsson que presidieron mi acontecida infancia. Yo recibía
el recado y pensaba en meter a mis tías al horno. No es importante lo que yo pensaba; sí lo es saber que cada vez
serán menos familias y menos gordas las que puedan hoy disfrutar de un taco. Nuestros macrochamanes, con la
sensibilidad social que todos les reconocemos, han decidido aumentar el precio de la tortilla. Supongo que aparecerán
en la televisión y nos ofrecerán un ramillete de explicaciones a cual más plausibles, a cual más ininteligibles de los
patrióticos motivos que tuvieron para proceder así. Me temo que no nos van a explicar nada de la siniestra historia de
Conasupo, los fraudes, las trapacerías, los inexplicables apoyos a Maseca y las bestiales cantidades de dinero
nuestro que en todos estos oscuros contubernios se dilapidaron. Nosotros estamos para callar y obedecer. Ojalá y en
todo esto el asunto a tratar fuera la libre competencia entre los que se obstinan en fabricar tortillas más frescas y los
que ya encontraron su mina de oro en flagelarnos con sus tortillas más secas. Si así fuera, estaríamos hablando de
una aceptable guerra de las gordas que, de un modo u otro, redundaría en beneficio del exprimido bolsillo y/o del
estragado paladar del consumidor tenochca. Desgraciadamente no es así; las buenas tortillas, las regulares y las
indigeribles ("nejas", diría mi nana) imitaciones que ya no pasan por el nixtamal, todas valdrán lo mismo. El por qué y
el cómo de este nuevo asalto, supongo que no nos lo explicarán porque -pensarán ellos- no lo entenderíamos. Insisto:
me preocupa y me asombra nuestra capacidad para -literalmente- tragarnos todo.

Capítulo II: Están las otras gordas (aquí sí clasifican mis tías); el correo electrónico me trae desde los más feroces
"extrañamientos" hasta las sentidas súplicas de hombres y mujeres que me piden que en el Club Rubens abra yo lo
que podríamos llamar la "división Botero". Puesto que aquí sí se trata de una libre competencia, lo hago con enorme
gusto (y busto).

Otro Extrañamiento

Hasta donde alcanzo a saber, un "extrañamiento" equivale dentro de una empresa o una organización o un partido, a
lo que en la vida familiar es la más suave de las reprimendas o al más leve papirotazo en la oreja. Vuelvo al viejo
adagio mexicano: Si tienes el pistolín, no uses el pistolón. Me refiero, ya lo habrán imaginado, a los épicos arrebatos
del señor Paoli Bolio que, sin explicación de por medio, abandonó la votación medular del presupuesto 2000 y al
hacerlo provocó no tan sólo entre sus compañeros de partido, sino en la opinión pública una justificada sensación de
molestia e incomodidad. Pasaron los días y Paoli decidió abrir un poquito su corazón y notificarnos que su conducta,
aparentemente inexplicable, tenía que ver con su grave preocupación por el incierto destino del IPAB. Creo que, como
ya lo han señalado muchos otros columnistas, todo esto lo podría haber comentado de viva voz y antes de la votación.
No lo hizo. Pasan otros días; se reúne la cúpula de su partido y decide manifestarle su "extrañamiento". De nuevo
Paoli se sobreactúa y presenta su renuncia. Estimándolo como lo estimo, me parece que una vez más reaccionó de
manera inexplicablemente desmesurada. Yo sé que es demasiado pedir, pero no sería bueno que los hombres
públicos se olvidaran por un rato de su broncínea personita y entendieran que el país ya saturó su capacidad de
tolerancia para con los líricos arrebatos de sus políticas divas. Con su renuncia, Paoli contrarresta el extrañamiento
del PAN; ¿qué va a hacer ahora con el extrañamiento de toda la sociedad?

Envío

Esta columna es para Manuel Marrón, mi amigo y el directo responsable de mi perseverancia periodística. Gracias.

Cualquier correspondencia con esta columna entre nixtamalizada y pechugona, favor de dirigirla a
gdehesa@infosel.net.mx o al Apartado Postal 19-111, Delegación Benito Juárez, México D.F.

Gaceta del Angel / Un caso para Sherlock Bucles

Por

Germán Dehesa
(20-Ene-2000).-

Como ya informé oportunamente, mi voluble benjamín ha decidido postergar sus ímpetus náuticos y tranviarios en
favor de las policíacas tareas de la investigación (no le quiero contar la historia de Miyazawa, o la de Coello Trejo para
no frustrar sus infantiles ímpetus). Estarán de acuerdo conmigo en que México es un verdadero vergel de misterios no
resueltos. Tengo entendido que, por citar un caso, ya se ha abierto una nueva línea de investigación en el misterioso
ilícito (así dicen ahora) que culminó con el santo pedradón que le acomodaron a Moctezuma Xocoyotzin (se fortalece
la teoría del asesino solitario); de este caso en adelante, prácticamente todo es misterio: desde la muerte del Pípila
hasta el affaire Andrade. No quiero sobrevalorar al Bucles, ni afirmar que él podría resolver todos los pendientitos de
la justicia nacional; aunque ya tiene lupa, cachucha, disfraz de Power Ranger y acceso a los laboratorios El Chopo.
Quizá podría entrenarse realizando una investigación a fondo del misterioso caso del hipódromo de Guadalajara en
cuya concesión y posterior explotación están implicados -según noticias publicadas hoy miércoles 19 (mi presente)- el
fallido prócer guanajuatense Ramón Aguirre (uno de los peores sismos que ha padecido la Capital), la hija del no
menos prócer Gutiérrez Barrios y un excolaborador de Cosío Viadaurri, el explosivo paladín jalisciense. En torno a
estas señaladas figuras políticas repentinamente seducidas por el hipismo, hay una maraña de intereses,
descontentos y maniobras que le da al caso un fascinante toque de misterio tenochca. Hoy por la tarde nombraré a
Sherlock Bucles fiscal especial (nombramientos más extravagantes ha habido y ni quién parpadié). No descarto la
posibilidad de que no se encuentre delito que perseguir, o de que se presente esa surrealista eventualidad que los
leguleyos llaman "desvanecimiento de pruebas". En el remoto caso de que el Bucles tope con algún ilícito, de
inmediato informará al Presidente y, años después, se lo platicará a López Dóriga y abundará sobre el mismo tema en
algún rumboso hotel. No creo que el pequeño detective tenga tan mala suerte como para que se le aparezca el hijo de
un caballo y le aviente la bronca; pero nunca se sabe. Chacotas aparte, le envío un saludo a J.J. Salinas Pasalagua
de quien desconozco si ha leído o presenciado la historia de Antígona (Sófocles), pero que, con o sin bibliografía, ha
demostrado que sabe que más allá de las perecibles y falibles (e indispensables) leyes del Estado, están las leyes de
la sangre que nos obligan a la lúcida solidaridad y a la filial compasión.

Otro Misterio y Dos Plebiscitos

El PRI en su tetradedazo interno obtuvo diez millones de votos. Bueno. No son horas de poner en duda la probidad y
exactitud de una entidad tan confiable y provecta. El cada vez más afamado y popular CGH obtuvo, en su primer día
de votación, 500 mil votos (aproximadamente el doble de la población estudiantil de la UNAM) que reflejan y refrendan
el prestigio y la confianza que el CGH ha sabido ganarse a pulso entre la población capitalina que está pensando con
seriedad lanzar al Mosh para la Presidencia de la República. Frente a esta consulta que no tiene más respaldo ni
confiabilidad que la diamantina palabra del ya mencionado comité; hoy, precisamente hoy, los universitarios seremos
consultados por los universitarios en torno a la propuesta del Rector Ramón de la Fuente para resolver un conflicto
que nació, creció y prosiguió en el absurdo y la arbitrariedad; pero, eso sí, con el puntual y surrealista "respeto" de
Zedillo por la autonomía universitaria. El CGH puede darse el lujo de inventar cifras y subrayar su irresponsabilidad,
del mismo modo que puede saquear el patrimonio universitario y tener en vilo a la ciudad. La UNAM no puede. El
plebiscito de hoy, jueves 20 (tu presente) estará supervisado por el mismo organismo internacional que vigilará las
elecciones primarias en Estados Unidos, será respaldado por un padrón y tendrá el aval moral de varios distinguidos
mexicanos. Ni en sueños se obtendrán 500 mil votos. Quizá la única y pequeña diferencia que obtengamos sea que
estos votos serán reales. No descartemos el anuncio del CGH de que ellos ya obtuvieron 300 milllones de votos
porque toda Sudamérica y buena parte de Africa reconoció su vocación democrática, su claridad mental y su luminoso
liderazgo. Universitarios: votemos hoy a sabiendas de que este plebiscito no es la solución (ya el lúcido Fox lo
advirtió); pero puede ser (esto no lo advirtió Fox) el principio de una recomposición. Si no asistes, recuerda lo que
hace poco comenté: no llores como rata lo que no supiste defender como Puma. Aikir.

Cualquier correspondencia con esta columna con ribetes investigadores, favor de dirigirla a gdehesa@infosel.net.mx o
al Apartado Postal 19-111, Delegación Benito Juárez, México D.F

Gaceta del Angel / La Tractorcita II

Por
Germán Dehesa

(21-Ene-2000).-

Quizá así sea mejor, pero me consta que los humanos hacemos tal o cual cosa, decimos ésta o aquella palabra y, ni
de lejos, calculamos la resonancia, las consecuencias, los futuros que pueden provocar lo que hicimos o lo que
dijimos. Ahí tienen a mi amigo Federico que, ante el magno espectáculo de la bienamada Hillary en su octavo mes de
embarazo (a ratos parecía el Titanic y a ratos el iceberg que mandó a calacas al barco supuestamente insumergible).
Todo fue verla para que Federico emitiera un consejo con carácter de irrechazable y perentorio: esa criatura va a
necesitar "brazos" y ya es tiempo de buscarlos. Con la expresión "brazos", mi entrañable cuate define a esa mujer que
estará cerca de nuestro hijo y que, en las artísticas ausencias de la madre biológica, funge como madre adoptiva. Sin
tanto firulete, los tenochcas las llamamos "nanas" y conociéndolas he podido comprobar que sólo una entre mil
mujeres tienen la paciencia, la generosidad, la amorosa disposición y los cálidos brazos para amar como propio al hijo
ajeno. Esa es la infinita gracia y la agradecible virtud de la Tractor. Vivaracha, sonriente, dulce y disciplinaria a la vez,
ha vivido con Sherlock Bucles un idilio que pronto cumplirá cinco años. Si falta Margarita, Andrés anda como la
zarzamora llora que llora por los rincones; si Andrés se ausenta, Margarita dice con voz quebrada que extraña al amor
de su vida. Un Edipo diferido y no previsto en la literatura clásica. Si han pasado por una situación así, ya sabrán lo
que ocurre cuando la nana anuncia que está embarazada: el organigrama doméstico se desquicia hasta quedar como
el esquema operativo de la Conasupo (piensa un número). Con esa pena andamos, mijitos. La Hillary es una novísima
versión de Bernarda Alba, el Bucles padece de hamletianas y constantes melancolías y yo me siento el Tucán de
González Torres. Así de grave es la situación. En general, me encanta y luminosamente me asombra ver a las
mujeres embarazadas; esto de que estén habitadas les confiere una dignidad, una fuerza y una mirada tan intensa y
doblemente viva que irremediablemente me emociona y me coloca en el umbral de eso que llamamos lo sagrado. Con
la Tractor el trámite no ha sido tan sencillo; pero es tal su generosidad que ha terminado por imponerse. Ayer
miércoles Margarita nos anunció que el inquilino que la ocupa es inquilina. Tendrían ustedes que haber visto la súbita
serenidad que descendió sobre el Bucles, el gozo de la Hillary y las emocionadas lágrimas de Margarita. Ya tenemos
a la Tractor II en la tercera base y a punto de arrancar a jom. Creo que lo que a mí me toca ahora es ofrecer mis
brazos y disponerme a darle la bienvenida a otra petaconcita más. Si Margarita amó y ama a nuestro hijo; a nosotros
nos corresponde amar y festejar a la minitractor con la misma ternura, con la misma constancia. Lo decía mi tía
Amparo: no es bien nacido el que no es agradecido. No sé muy bien por qué escribí esto, pero espero que resulte
edificante e instructivo.

El Alma del Ombudsman

Me dicen que tengo el don de la ubicuidad. De hecho, estoy a punto de conseguirlo, pero me informan que tengo que
pagar doble tenencia de cuerpo y esto me tiene muy frenado. Cómo me hubiera gustado el día de ayer haber podido
estar en el escenario donde estuve y, a la vez, materializarme en la presentación del libro de Luis de la Barreda
titulado "El alma del ombudsman" (Ed. Aguilar). En cierto modo, estuve y saludé la aparición de la obra de un
mexicano decente, sensible y de aguda inteligencia. Estoy leyendo el libro y algo comentaremos. Por lo pronto, saludo
al autor, recomiendo la lectura a todos aquellos que han decidido que los derechos humanos son un estorbo y le
recuerdo a Luis que estamos comprometidos junto con Miguel Limón en la creación de un "Parlamento de los Niños".
Creo que es un buen camino (no el único) para que los niños adquieran tempranamente el hábito del diálogo, la
civilizada confrontación de puntos de vista y la buena costumbre de la democracia. Creo que si lo logramos, podremos
en un futuro próximo, ahorrarnos "tomas de instalaciones", enconos absurdos, competencias de plebiscitos,
extrañamientos y tantos otros males que hoy padecemos. Por cierto, compañera compañero Puma: ¿acudiste a votar?
Ojalá y no me digas que no y aduzcas que tal consulta no es ninguna solución. Bien lo sé. Es apenas el principio de
una solución o el final de nuestro largo y total eclipse de luna.
Tengamos el Sexo en Paz

Sabio consejo del matrimonio Fo puesto en boca y alma y cuerpo de Margarita Gralia (Telón de Asfalto. Viernes,
sábado y domingo); dirige Angélica Aragón; el público disfruta y eventualmente entiende que el encuentro amoroso es
la gran hora del recreo. Yo asistiré el domingo porque me dicen que es la función a la que asistimos los de la
selección sub-60. Para no llegar entumido tengo muy presente que hoy toca.

Cualquier correspondencia con esta columna llena de antojos y mareos, favor de dirigirla a gdehesa@infosel.net.mx o
al Apartado Postal 19-111, Delegación Benito Juárez, México D.F.

Gaceta del ángel / Parábola del telefonema virtual (clic, clic, clic

Por

Germán Dehesa

(24-Ene-2000).-

(En algún lugar del ciberespacio de cuyo nombre no quiero enterarme sonó no ha mucho -nueve meses- un teléfono).
-¿A dónde hablo? -Al pináculo del poder, la autoridad y el Estado de Derecho. -¿Con quién hablo personalmente? -
Con el mero mero; tengo como invariable costumbre contestar personalmente. -¡Qué bueno que lo encuentro! ¿Se
acuerda de lo que me dijo del aumento de rentas? -¿Yooo?, eeeste, no lo tome como mal modo, pero con tanto viaje y
tanta bronca, y lo de mi operación del dedo, no me es humanamente posible retener tanta información, pero ha de
estar en el disco duro. -Da igual. Lo que le quiero informar es que llegué a mi casa, que es también la de mis 300 mil
familiares y me encontré con que estaba tomada. -¿Borracha, dice usted?- No, señor; se metieron unos cuates y
ahora resulta que no nos dejan entrar. ¿Qué hago? -¿Cómo se le ocurre?-No sé. Por eso le estoy hablando a usted. -
Ah. Pues creo que es mi deber aconsejarle que sea usted flexible. -¿Con los que nos despojaron de nuestra casa?-
¡Exacto! Veo que nos vamos entendiendo. Flexibilidad y diálogo. Esas son las grandes herramientas de la
democracia. -¿Y usted no puede hacer nada? -Yo que más quisiera, pero mi respeto a la autonomía de los domicilios
me impediría violentar las leyes que nos gobiernan; dialogue, amigo, dialogue. Es que ya dialogué y todo resultó peor.
Ahora ya pusieron barricadas, ya metieron políticos a la casa, ya me mentaron la madre, y ya hicieron
manifestaciones. -¡Ah, que caray!, pues habrá que seguir dialogando. -¿Y como para qué? -No sé, siempre es bueno
platicar. -¿No sería mejor aplicar el estado de derecho? -Buenísimo; pero necesitaría yo que la comunidad me
explicara qué es el estado de derecho. -¿No sabe? Pero si siempre está hablando de él. -Bueno, a veces tiene uno
que decir tantas cosas. Ya ve; me pasé meses diciendo que yo sé cómo hacerlo, pero, por darle un caso, arreglar una
licuadora no sé, necesito que la comunidad se pronuncie. -Y a mi casa que se la coman los leones. -Tampoco sea
alarmista; no se ponga así. -No, no me pongo; más bien me quito. Le voy a pasar al nuevo encargado. -¡Qué carácter
el suyo! (pausa larga) Bueeeno. Habla el nuevo encargado. -Dialogue, amigo, dialogue. -Ya lo intenté y como nomás
me tiraban de a loco, decidí consultar con la comunidad. -¿Y qué pasó? -Acudieron 180 mil votantes y el 90% votó por
la devolución de nuestra casa, por su reconstrucción y por reunirnos todos en santa paz y modificar todo lo que haya
que modificar para que todos los que quieran vivir en ella estén bien y sean útiles para ellos y para el país. -¡¿90 por
ciento?! Ya quisiéramos en mi partido tener votaciones así. ¿Y ahora qué sigue? -Para eso le hablé, creo que ahora
necesitamos oír de usted un pronunciamiento firme y claro. -Ya va a empezar usted como el otro. No traigo cash.
Además, estoy por salir de gira a Guanajuato a las zonas más fregadas para darle su balconeadita a Fox y luego me
tengo que ir a Suiza a dejar muy en alto el nombre de nuestro país. -¿Y la casa? -Dialogue, amigo, que para eso son
autónomos. Le deseamos la mejor de las suertes. -Gracias, señor, su ayuda ha sido invaluable. -No hay nada que
agradecer, para eso estamos. Si las cosas se arreglan, será un triunfo indiscutible para mi partido más cerca de tí y si
fracasan, será un daño histórico provocado por el PRD. -Gracias, señor, que tenga usted buen viaje. (clic).

Escollos del Debate

En un plebiscito tipo CGH, al puro bananazo y sin la menor seriedad ni supervisión, los mexicanos se han pronunciado
a favor de la repulsa mayoritaria e iracunda al oprobioso puente Guadalupe-Reyes. Es intolerable. No da tiempo para
aligerar tensiones, ni soltar el cuerpo. Como complemento a este dictamen, nos manifestamos masivamente a favor
del puente Muertos-Candelaria, más amplio, con mayor vialidad y con mejores márgenes etílico-afrodisíacos. Esto es
prólogo. Viene ahora la sustancia: el jueves pasado, al final del debate -máscara contra cabellera- entre los candidatos
a gobernar la Ciudad de México, la vida premió mis afanes con un módico whisky ("el whisky es el mejor amigo del
hombre; es como un perro embotellado", decía Vinicius de Moraes) patrocinado por mi amigo xalapeño y en compañía
de dos náyades tenochcas que con su amistad le dan a mi alma esa calidad total que pide M.A. Cornejo. La
conversación fue como agüita de mayo y culminó en Tlacotalpan. Si han estado en el carnaval de Venecia, si han ido
al festival de Bayreuth pero no han ido a la Candelaria en Tlacotalpan, les comunico que no han vivido. Yo me largo el
30 y me regresan por paquetería el día 2 por la noche. Es pecado no asistir. Las más grandes reservas probadas de
alegría que tiene el mundo están en Veracruz y más específicamente en el puerto, en Coatepec, en Banderilla, en
Alvarado y muy especial en Tlacotalpan. De allá mandaré noticias, aunque dudo que sean muy claras. "Mi razón es a
la par luz y firmeza/ firmeza y luz como el cristal de roca" (con whisky).

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Gaceta del Angel / La provocación

Por

Germán Dehesa

(25-Ene-2000).-

Mesurado, puntual y firme fue el mensaje público del Rector Juan Ramón de la Fuente pronunciado la mañana de este
lunes 24 de enero. Su notificación es tan clara y tan contundente como lo fueron los resultados del plebiscito del
jueves pasado: por supuesto que habrá reanudación de diálogo; por supuesto que tendremos un congreso para
debatir con respeto y democracia todo lo que la UNAM necesite para cumplir los dos objetivos que México le
demanda: excelencia académica y vocación social. Todo esto se hará, dijo el Rector, pero en una universidad
reintegrada a sus tareas y liberada de todo secuestro. Para avisar de todo esto y para entregar al CGH en propia
mano los resultados del plebiscito, el intrépido Rector citó a los paristas en la explanada de la UNAM a las 11 de la
mañana de este martes 25. Los destinatarios de la cita respondieron con esa velocidad que sólo se consigue
ahorrándose el trámite de pensar lo que va uno a responder. Con su serenidad habitual, los chicos del CGH se
soltaron a vociferar como locos y dijeron que no recibirían ningún documento, que asistirían a la cita con el único
objetivo de insistir frente al Rector en sus demandas y que deseaban plantear con toda claridad (la misma que jamás
les ha faltado) que consideraban la presencia del Rector en CU como un injustificable acto de provocación. El
razonamiento es cartesiano y diamantino: ¿qué demonios tiene qué hacer el Rector de una universidad en el interior
de ésta? Comparto el agravio inferido a los democráticos y tenaces estudiantes del CGH. Es una provocación tras
otra. Ahí tienen al pobre Roco, fósil emérito, quien, ante la perfidia oficial, decidió declararse en huelga de hambre tipo
Carlos Salinas (la tipo Gandhi es demasiado pesada y muy baja en calorías); hecha su declaración, el roqueño Roco
se ha negado a comer lo que sirven en el penal y se alimenta exclusivamente de lo que le llevan sus familiares,
proveedores y amigos; que unos taquitos de huevo, que un arrocito, que póngale salsita mi Roquiux para que no se
nos desmejore. A mí -no sé a ustedes- estas hazañas me parten el alma. Bien mirado, ésos que le llevan al Roco sus
taquitos estilo Siqueiros, han de ser también provocadores natos.

¡Suerte, Señor Rector! y no olvide ni por un momento que es usted el portador del mandato y la voluntad de, por lo
menos, 160 mil universitarios y de muchos miles de mexicanos.

Si Llegare a Delinquir

Cosa improbable, pero posible. Si me viniera el síndrome de Sergio Andrade. Si me echara a perder del alma. Si me
brotara pelo y se me hiciera un repostero copete como a Gutiérrez Barrios. Si me otorgaran concesiones para
hipódromos, centros de apuesta y eventualmente, casinos. Si todo esto me pasara; sólo le pido a Dios que mi
defensor no sea José María Guardia.

Yo Soy la Morsa

Hace un rato, mientras -cosa rara- baboseaba por la calle, contemplé cómo se pandeaba un taxi ecológico al recibir la
brutal carga de una ñora modelo Pánzer que tranquilamente pesaba más que cualquiera de los toros que se han
lidiado en la Plaza México. Permanente rubio y engrifado, brazotes de galantina, vacuna enorme, amplísimos
mallones color encía tumefacta, carpa floreada que le servía de batita, trasero de mapamundi tamaño natural; su
presencia me tenía hipnotizado. De reojo alcancé a ver al chofer del taxi cuyo crispado rostro me anunciaba que
estaba pensando en lo que le iba a costar cambiar la vencida suspensión de su frágil unidad. Tarde se les hizo a dos
neoesbeltas chicas que me acompañaban para preguntarme: ¿así es como te gustan, nooo? Acusación sofista y
falaz. No es ese el objetivo del Club Rubens. Las rellenitas son bienvenidas; las tipo Botero son aceptadas; pero si
llegamos al modelo morsa, entonces mis neuronas podrán apreciarlo, pero mis hormonas se negarán a cualquier
movilización. Es cuestión de defensa propia; en un descuido y quedo peor que el ya mencionado minitaxi.

Tres Menciones Honoríficas

No siempre he hablado favorablemente de ellos. Por eso me parece de estricta justicia felicitar al Dr. Jorge Carpizo
por su muy brillante, articulada y apasionada intervención, noches ha, en el Noticiero de Ortega Ruiz. Me enteré
también que, fiel a su palabra, José Angel Gurría está entregando a APAC el 50% de su traída y llevada jubilación. Mi
tercer reconocimiento es fruto de la casualidad: me enteré de un hermoso y no publicitado acto de amistad y
compasión del Dr. Ernesto Zedillo. Los tres son felicitables. Reconocido esto, podemos seguir peleándonos, pero
civilizadamente. Ya dije.

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Postal 19-111, Delegación Benito Juárez, México D.F

Gaceta del Angel / La contradicción suicida

Por

Germán Dehesa
(26-Ene-2000).-

En abierto contraste con las sospechosamente tímidas evaluaciones del INEGI, el muy respetado maestro e
investigador Julio Boltvinik proporcionó, en entrevista telefónica con Javier Solórzano, algunas cifras que forman parte
de un libro que ha elaborado en compañía de otro respetable académico. Dos cifras son particularmente aterradoras:
75 millones de mexicanos viven en estado de pobreza y 45 millones de ellos se encuentran en pobreza extrema. Esa
es nuestra condición: malestar para todos. Nadie puede asombrarse de la cada vez más generalizada tensión social.
La solución no es fácil, pero tenemos que encontrarla porque, de otro modo, la irracionalidad y la violencia nos
alcanzarán a todos. No podemos ahondar ya más la brecha entre los dueños de México y las víctimas de México. No
es sencillo pedirle sensatez y civilidad a un joven que a los 16 años ya se sabe condenado. La situación empeora si
este joven recibe dosis masivas de ideologización y de un utopismo trasnochado que promete la restauración de la
justicia, por más que históricamente nos haya dejado lecciones tan amargas como la URSS y como Cuba. Se me
ocurre que la verdadera solución -quizá no tan deslumbrante, ni tan inmediata- pasa necesariamente por la educación,
por el trabajo intenso, por la adquisición de valores ciudadanos; factores todos estos que nos permitirían darnos y
exigir mejor gobierno. Todo lo demás me suena a querer remediar un desastre con otro.

En todo esto pensaba yo al contemplar en la mañana de hoy martes 25 al Rector De la Fuente rodeado de un grupo
de universitarios distinguidos intentando vanamente reingresar a su casa. El fracaso de este intento lo explotará el
CGH (y Panchos Villa súbitamente caracterizados como "padres de familia" que lo acompañaba) y nos hablarán de un
"triunfo del movimiento". Yo lo miro como un tristísimo fracaso y como una exasperada solicitud de ultramartirio. En
rigor ya no hay nada que dialogar: los puntos del pliego han sido satisfechos y el congreso podría realizarse bajo una
condición que me suena perfectamente sensata: la restauración de la normalidad académica. Bien lo dijo Carpizo en
su momento: lo que ya no podemos permitir es que un supuesto alumno de la UNAM solicite y repruebe 150 veces el
mismo examen extraordinario; o que el Roco, compañero generacional de Carpizo y de quien esto escribe, siga
"estudiando" a costillas de los que ya llevamos tantos años trabajando. Continúo citando de memoria a Jorge Carpizo:
la responsabilidad de la UNAM es formar triunfadores en el sentido más generoso de la palabra: seres humanos
preparados, útiles y que, cada uno en su ámbito, sea el detonador de alguna forma de progreso. Contra esto, hoy por
la mañana se formó una valla de intolerancia, de amenaza y de violencia. En el terreno de lo académico todos
perdemos; en el terreno de lo moral De la Fuente y su comitiva triunfaron pues su intento por restablecer la legalidad y
hacer cumplir el claro mandato de los universitarios, fue derrotado de la peor manera por aquéllos que viven en la
contradicción de saberse sin futuro y, en absurda consecuencia, destruír una de sus escasas y firmes opciones de
esperanza. La historia seguramente continuará.

El Beso

Con ustedes es por demás; no hay manera de hacerlos gente. Así nos arengaba mi matrioshka en pose de Sarah
Bernhardt cuando nos descubría a mí, a mi primo el Sugus y al Chilaquil en abierta y flagrante colusión criminal. Ese
mismo y fogoso parlamento me gustaría dirigírselo ahora a los lactantes y sofistas encargados de la publicidad oficial.
Por más que les dice uno, no entienden. ¿A quién pretenden hacerle creer que vacunar a nuestros niños no tiene más
costo que ese pegostioso beso que el niño caracterizado como niño le estampa en el moflete a la joven promesa
caracterizada como enfermera? Somos ya muchos los que exigimos que se haga una segunda versión (¡arponazo II!)
y que en ella, en lugar de salir con su babosada de que es gratis, la sediciente enfermera le explique al infante que las
vacunas son caras, que son especialmente costosas si el jefe de compras encargado de la adquisición de jeringas y
vacunas lleva moche, que el promocional mismo resulta carísimo y en su realización suele haber también moche de
por medio y que todo ese dineral (piensa un número) lo pagan los papás de los niños y los papás de los papás de los
niños. Ese sería un testimonio realista y no lo que es ahora: un pokémon clínico-tenochca. Si persisten en su xalada
de que sólo cuesta un beso, un buen grupo de ciudadanos nos comprometemos a agarrar a besos y a no darle ni un
peso al recaudador fiscal cada vez que éste aparezca. No es por antojarlos, pero besamos más rico que el niño.

Envío

Este artículo es para mi amigo Carlos Albert. Ha estado conmigo en las buenas y en las malas. Su joven hermano ha
muerto en Santiago de Chile. Quedamos él y yo para tramitar la pena y recuperar la esperanza.

Cualquier correspondencia con esta columna que se estrella con las vallas, favor de dirigirla a
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Gaceta del ángel

Por

Germán Dehesa

(27-Ene-2000).-

Espero que el PAN no intente cobrarme derechos de autor por su nuevo y muy efectivo grito de guerra: ¡ya! En México
tal expresión es como diría G. Celaya: "un arma cargada de futuro"; pero también de pasado y de presente. Me
explico: decimos ¡ya! Cuando finalmente concluímos una tarea, un compromiso, un asunto molesto o doloroso;
también decimos ¡ya! cuando estamos hartos de una situación que nos rebaja o nos infama; decimos ¡ya! cuando
finalmente se dan las condiciones para comenzar una tarea o un gozo largamente anhelados. La lista no es
exhaustiva, pero para mis fines es suficiente. Mi inaplazable necesidad de emplear la mágica, polisémica y enjundiosa
palabra se ha venido incubando en mi espíritu al contemplar la persistente y sobredimensionada atención de los
medios al pantanoso asunto del "(bata)Clan Andrade-Trevi". Dehesa sufre. Ayer, martes por la noche, al oír que los
conductores de los noticieros televisivos anunciaban: trifulca en CU; el Rector no pudo entrar... Sigue complicándose
el asunto Trevi-Andrade... Cae una banda de secuestradores que incineraba a sus víctimas... Siguen los problemas
con el balserito... Nace la primera pulga clonada; algo se derrumbó dentro de mí y le comuniqué a la Hillary: ¡ya!,
¿podríamos apagarle? ¡ya! en verdad, me tienen harto; lo de Andrade en particular es insoportable. ¿Por qué no dejan
las cosas en manos de la justicia y si el indiciado resulta culpable, que lo dejen sin pene ni gloria. ¡Y ya!

Los Ojos de la Patria

Están entrecerrados. Yo los conocí abiertos y luminosos. Uno se llamaba Pátzcuaro y el otro Chapala. Me ha tocado
también atestiguar cómo han ido enfermando, languideciendo, agonizando. Triste asunto. López Velarde, en su
amorosa derechura poética, no pudo imaginar una suave patria claudicante y ciega ("Quieren morir tu ánima y tu
estilo..."). Espero que no nos dé la gana que tan lamentable cosa nos suceda; de la tenacidad de michoacanos y
jaliscienses y de la solvencia profesional de Julia Carabias (que, por lo visto, ya no le gusta andar de pelo suelto)
espero que logren el rescate de Pátzcuaro y Chapala; si así lo hicieren, México abrirá sus dulces y hondos ojos y
echará a andar solita y por su cuenta.
Y Hablando de Patria

Su Charro Negro padece un post-moderno encamotamiento cívico-ontológico. Mi padre y mis maestros me imbuyeron,
cada uno a su modo, la idea de amor a la Patria. Hoy sigue conmigo; pero resulta que me vienen a avisar que el
concepto mismo de Patria se encuentra en un grave entredicho frente a la noción de aldea global. Ahora resulta que a
lo más que podemos aspirar es a nombrar nuestro "nicho étnico" o nuestro "site geográfico". El asunto me parece
repulsivo e insustentable; por lo menos para mí que me siento agredido personalmente y desplazado rumbo al siglo
XIX en compañía de Altamirano y Zarco. Es más: aunque quisiera aceptar tales modernidades, no podría pues me
asaltaría una insuperable sensación de viudez y una implacable y pertinaz pregunta: ¿y ahora, qué hago yo con tanto
amor?

Se Va el Caimán

Es una licencia poética. Lo que se va es el camión. En vista del éxito que tú y yo y él y ella (nosotros) obtuvimos en
Meztitlán, nuestros siguientes objetivos son (no necesariamente en ese orden) Puebla, Veracruz y la Tarahumara. En
mi restaurada oficina y en su democrático cantón esperamos su benévola, cívica y generosa ayuda. Nuestro tutelar y
anónimo transportista sigue puestazo, pero para que el camión se vaya hay que llenarlo de algo. No sean chacales ni
cicateros. Pónganse con su cuerno y la Patria se los pagará con hijos y Nafin con una jubilación emergente. Me
cuentan que por ahí en un foro internacional el gran Zedillo dijo, palabras más o menos, ¡cuídense de la sociedad civil!
Es una información por comprobar. Lo que yo afirmo es que como sociedad civil tenemos que cuidarnos unos a otros.
¡Ya!

Mensaje al Mosh

Escribe sonetos, intenta epopeyas, redacta romanzas, pero ya no odas.

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Gaceta del ángel / El hoyo negro

Por

Germán Dehesa

(28-Ene-2000).-

Si algo hemos descubierto es que la palabra "autonomía" tiene una elasticidad incalculable. Sólo se trata de crear
ciertas condiciones y todo cabe en ella. Caben, por ejemplo, todos los agravios justificados e injustificados; todos los
intereses confesables e inconfesables; todos los atropellos a la legalidad; todas las justificaciones para que los que
cobran un sueldo para mantener el orden y la convivencia se disculpen y se laven las manos; todas las tentaciones de
la indiferencia y/o del fascismo. Esto último me (nos) preocupa enormemente. Si no logramos que, en medio de tanta
sinrazón, se impongan la sensatez, la cordura y el diálogo; no veo cómo vamos a evitar la colisión entre un sector duro
de la sociedad que clama por una represión violenta y ejemplar y un núcleo igualmente duro del CGH que parece
exigir a gritos el martirio. No es poca cosa. Si en las circunstancias actuales y habiendo permitido que el conflicto se
haya enconado a lo largo de tantos meses, la UNAM detona, la grieta puede fracturar al país entero. No caigamos en
las facilidades de la absolución general, ni en las costosas torpezas de ¡mátenlos en caliente! Tú y yo sabemos de
miles de cosas y de seres que nos molestan en nuestro país (comenzando mayoritariamente por nosotros mismos que
hemos sido cómplices activos o pasivos de tanto pudridero). Frente a esto (y éstos) la tentación polpothiana es fuerte:
¡aniquilemos a los impuros! Preguntas: ¿alguien sabe en este país dónde comienza y dónde termina la impureza? ¿de
qué lado vengo quedando yo? ¿si alguien decide que tú o yo debemos desaparecer, dónde me resguardo si
previamente he patrocinado la cancelación de la legalidad? Ojalá y hubiera respuestas fáciles, pero todo se vuelve
difícil si consideramos que la pobreza de este país es una herida que se emponzoña aceleradamente cada día. Yo no
tengo con qué ni por qué aniquilar a un joven que muy probablemente comenzó a rezagarse desde el vientre materno;
con él sólo puedo intentar una plática y decirle: mira, manito, la pobreza no se arregla empobreciendo más o
destruyendo nuestros escasos bienes; si ya lo hiciste, atente a las consecuencias legales; pero si lo que quieres es
una universidad que sea casa para todos los que quieren trabajar fuerte y mejorar su vida y la de su país, entonces ya
no podemos perder un minuto más; ya estuvo suave de poses heroicas y de baladronadas; reabramos la escuela,
pongámonos a platicar y reflexionemos todos juntos acerca de todo lo que hay que rescatar y de todo lo que hay que
modificar para que la UNAM honre su compromiso de crear ciudadanos mejores. No seas necio. Lo que tenías que
ganar ya está ganado. El costo ha sido excesivo y ha espoleado las inquinas nacionales. Si, a pesar de todo esto, tu
elección sigue siendo la inmolación en el hoyo negro, conmigo no cuentes; tú solito -para hoy o para mañana- te
estarás dando más dilatada muerte, diría nuestra poeta. ¿Vale la pena?

Y Sin Embargo...

...se mueve. Y sin embargo, la UNAM sigue viva. Tienen 72 horas para comprobar esto del modo más gozoso. El
domingo 30 termina en San Ildefonso la exquisita muestra titulada "Arte de las Academias". Yo no sé qué cantidad de
gestiones habrá que hacer para conseguir que el Louvre acceda a prestarle a México un maravilloso lote de dibujos; lo
que me consta es que ahí están y para muchos de nosotros será quizá la única oportunidad que tengamos de verlos.
Sin menospreciar la pintura, el dibujo tiene el poder inmenso de lo inacabado y de lo que se hace como jugando, como
ensayando. El dibujo solicita nuestra imaginativa complicidad para darle color y vuelo a lo que el trazo sugiere. Si
sienten que el chip está a punto de tronarles con tanta UNAM, tanta Trevi y tanto candidato ¿qué esperan, criaturas?
En San Ildefonso, o en el museo, o en la biblioteca, o en el parque la tenaz felicidad mexicana nos está esperando.
Creo que no hay que flagelarse de más. Así como los grandes académicos (o nuestros hijos) dibujaban como jugando;
nada ni nadie nos impide dibujar con nuestros pasos, nuestros buenos modos, nuestra voluntad de vida, algún
transitorio pero exacto mapa del contento. ¿Pretendes decir que yo también puedo dibujar? Respondo: pues claro,
menso. Y dibujar acompañado es la loquiur: hoy toca.

Cualquier correspondencia con esta columna que le apuesta a la palabra, favor de dirigirla a gdehesa@infosel.net.mx
o al Apartado Postal 19-111, Delegación Benito Juárez, México D.F

Gaceta Del Angel / Rumbo a la luz

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Germán Dehesa
(31-Ene-2000).-

Es un cisne. Así me dijo mi cuate Néstor López Aldeco. La tienes que conocer. Yo ya la había visto cruzar desnuda un
escenario ("La señorita de Tacna") como esa nube perfecta que inútilmente buscamos en los cielos de nuestra
infancia. Finalmente la conocí y no era cisne ni nube; era algo mejor: era (y es) una mujer hermosa, bienhumorada,
amiga fiel y dotada actriz. Se llama Margarita Gralia y la acabo de ver en "Tengamos el sexo en paz" que, en abierta
oposición con las desatentas, sesgadas y pueblerinas opiniones de algunos "críticos" que escriben porque ya tienen
computadora y algo tienen que hacer con ella, me pareció un espectáculo hermoso e inteligente que conjunta el
excelente oficio dramático de sus autores con la sobriedad del trazo y el montaje escénicos y la gracia y la honestidad
artística de Margarita. Me dirán: se expresa tan favorablemente porque está hablando de su amiga. No es el caso. Los
espectadores que llenaban el teatro no eran amigos de Margarita y aplaudieron con el mismo entusiasmo que su
Charro Negro. Digo más: esos espectadores terminaron con la fundada convicción de que ya eran amigas y amigos
de la Gralia. No es poca hazaña llenar un teatro en un viernes negro con Tenochtitlan sitiada hasta por aquellos que
están para defenderla, con el Periférico infartado, marchas y contramarchas (¡ya no marchen!), ciencia ficción
declaratoria fabricada en Suiza por técnicos mexicanos, avisos de que los regios todavía no saben si bailar arriba o
abajo de las mesas; notificaciones de que los transportistas tapatíos quieren llevarse el camión a su casa, seguro
social y licencia para matar. En un viernes así y frente a la pesadilla urbana, E. A. Poe es autor de la pequeña Lulú.
Un buen modo de salir de tanta tiniebla es mirar a Margarita y presentir que está linda la mar. Con tal motivo y con el
fin de comprobarlo, levo anclas rumbo a Veracruz y ya en el puerto me quiebro rumbo a Tlacotalpan para cumplir con
el duro deber de divertirme como enano que soy en compañía de la Hillary (que ya quiere también ser Senadora
plurinominal) y de mis cuates xalapeños. Parto sin dolor con la alegre certeza de que allá no estará Rodríguez Alcaine
diciendo babosadas y pidiendo hermanas y con la promesa de enviar -entre torito y torito- mis crónicas tlacotalpeñas.
Tendremos el sexo en fax.

El Arzobispo de Globalifobia...

...se quiere desglobalifobizar. Entre Davos y México hay una sana distancia. Esto es lo que le permite a Ernesto
Zedillo soltar el brazo y la lengua y concederle entrevistas a la prensa suiza que vivía la terrible angustia de no saber
si Zedillo apoyaba o no a Labastida (un apoyón fuerte de Zedillo puede matar a cualquiera). Horas después de la
coleccionable entrevista, Don Ernesto volvió a agarrar por su cuenta los micrófonos para puntualizar que el alado
vocablo "globalifobia" no era de su autoría (de hecho, Cervantes lo usa mucho) aunque de que es bonito, es bonito;
puede usarse en fiestas infantiles; lo podemos emplear todos aquéllos que ya estamos hartos de política globera; es
muy útil para aflojar la lengua y es bajo en calorías. Oé, oé, oeeeeé.

Usurpación de Funciones

Todo hogar necesita orden y una buena distribución de las tareas. Esto lo saben muy bien los hombres y lo ejecutan
las mujeres (lo ejecutaban; ahora andan muy insurrectas). Invoco un caso de lacerante actualidad: en mi domicilio de
interés social (y sexual) a mí me corresponde por escalafón y por carga genética ser el enfermo oficial; a los demás
les toca mantenerse sanos y gorjeantes. Si este frágil equilibrio se trastorna, padece todo el ecosistema doméstico.
Sherlock Bucles fue el primero en caer como apedreado por el rayo con su enésima infección en el oído (el
Patopedíatra ya quiere mudarse a Ciudad Mante y dedicarse a la escultura erótica); dos días después, Aunt Jemima,
nuestra flamante cocinera, comenzó a toser como dóberman. Mi amada Tractor con su embarazada panza tamaño
iglú también mordió el polvo y desde hace cinco días, la elocuente y cantarina Hillary se quedó afónica (lo cual no deja
de tener sus ventajas). En resumen, mi otrora dulce hogar donde tanto me cuidaban y me apapachaban, es hoy una
clínica del ISSSTE donde mi dulce compañera me saluda con voz del Gallo Claudio, la cocinera azota sobre el fogón y
el Bucles me pica la panza a las cinco de la mañana porque le duele el oído (y eso que no ha escuchado las
declaraciones de Zedillo). Me desglobalizo por minutos. Quedan dos caminos: comprarme una peluca de doble gato,
un termómetro y una cofia de Florence Nightingale, o largarme a Tlacotalpan. Por el bien de México, he optado por lo
segundo (me llevo una muda de ropa y una muda de esposa).

Cualquier correspondencia con esta globalifílica columna, favor de dirigirla a gdehesa@infosel.net.mx o al Apartado
Postal 19-111, Delegación Benito Juárez, México D.F
Gaceta del Angel / El terror y la catástrofe

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Germán Dehesa

(01-Feb-2000).-

Después de un fin de semana perfecto (ganaron los Pumas, perdió el América y el Súper-Bowl fue un orgasmo
metafísico) ya estoy -sin merecerlo- en Tlacotalpan. Rayando el cuaco y con la Hillary mentándome la madre en voz
baja (no es lo suyo, pero está afónica) llegamos al aeropuerto dos décimas de segundo antes de que cerrara el vuelo.
Si se tratara de un ciudadano común, no me hubieran dejado abordar; pero, en previsión de alguna contingencia, yo
llevaba mi sombrero de Indiana Fox que doblega y fustiga cualquier voluntad y dulcifica a la más bragada
despachadora de Aeroméxico. Para la chica del mostrador, fue -estoy seguro- una experiencia inolvidable: nos
perdonó la vida, nos dió nuestro pase de abordar y no me lo dijo, pero estoy seguro de que ya quiere organizar
cadenas de esperanza en el Periférico. El vuelo a Veracruz fue una veloz y tersa shulada. Llegamos al Puerto,
abordamos chika kamionetota y en una hora estábamos en Tlacotalpan. Boca del Río, Tlalixcoyan (de tan dulce y
militar recuerdo), Alvarado el puente que ostenta en la entrada un atento y oficial recado que dice, no vaya a ser que
no nos demos cuenta: comienza puente (ya no hubo presupuesto para poner el que anunciara: termina puente).
Tlacotalpan, 14:00 horas, 31 de enero. Cielo gris, el río manso y paciente, el hotel de Doña Lola, jaranas y bullicio en
el cielo y en la tierra, la plaza deslumbrante e inverosímil, sonrisas que relumbran por todas partes, todos bailan, todos
cantan: comienzan las fiestas de La Candelaria. Todo huele a fresco y a mujer engalanada. Como es tradición, hoy es
el día de la cabalgata y aquí y allá los hombres se afanan en sacarle lustre a su caballo para lucirlo en el desfile de la
tardecita. A la orilla del río un amigo nos ha invitado a comer, a platicar, a descansar y juntar fuerzas para el festejo.
En pleno aperitivo, irrumpe Don Angel Rodríguez decimero ilustre. Nada más para abrir boca, este hombre de 80 años
que parece hijo mío, se abisma en su memoria y nos recita su inmortal oda a la inseminación artificial que ya la
quisiera Ezra Pound (la oda, no la inseminación). Camarones, arroz con platanitos, frijolitos negros, pejcaíto frejco,
dulces de leche; todo esto desfiló por el fresco comedor que mira al río y a la plaza. Un último y moroso trago de vino
blanco antes de salir en estampida rumbo a la calle por donde desfilará la cabalgata. Mi mecenas y amigo xalapeño
junta sus ojos claros con los luminosos ojos de su esposa (así se juntan la tarde y el río) y traman recuerdos y gozos
compartidos y por compartir. El desfile lo encabeza una banda de marina que toca la marcha Zacatecas cobijada por
los gritos y los aplausos de tlacotalpeños y fuereños. Ahora avanzan los jinetes, hombres y mujeres, niñas y niños, de
dos en dos y cada uno en su cuaco retozón. Ellos van de blanco y ellas traen su atuendo veracruzano que
seguramente les costó muchas horas de trabajo. Nomás faltaba, para eso ahorramos; para darnos nuestro gusto.
¡Adiós, terror! grita alguien y un joven jinete voltea sonriente al sentirse reconocido por su bien ganado apodo: "el
Terror". Minutos después, garbosa y erguida, pasa frente a nuestros ojos una jovencita que cabalga con sosiego.
Sobre su pecho una banda anuncia con mansedumbre: "La catástrofe" ¿Y si se casaran? pienso yo. Bueno, pues si
se casaran serían una metáfora de México...la tlacotalpeña historia continuará. De hecho, México continúa.

¡Ay, Rosario!

¿Por qué, ante el colapso capitalino del viernes pasado, no se te ocurrió mejor cosa que decir que tú no veías ningún
caos? Tan fácil que hubiera sido que dijeras que si bien el Ejecutivo Federal "delegó" en el gobierno capitalino las
tareas policíacas y del resguardo del orden y la convivencia, eso no lo releva ni lo dispensa de sus responsabilidades.
Hubo tantas "coincidencias" y tanto "caos" tan precisamente organizado que cuesta trabajo pensar en la pura
casualidad. Pero el Jefe del Ejecutivo estaba en Suiza iluminando simultáneamente a los lectores suizos, a la
gramática española (que es globalifílica) y a Labastida. Te dejaron con el cuete prendido y la ciudadanía te pasó a tí
toda la factura. Lo molesto es que la hayas pagado con tanta docilidad. Mal. Tú eres mucho más inteligente que eso
que dijiste.

Envío

Una vez más te nombro Virginia González. No hace mucho el New York Times se ocupó largamente de tu lucha
infatigable en favor de los discapacitados mentales que, en México, habitan el infierno y enriquecen a todos los que
los despojan parejamente de sus bienes, sus alimentos y su dignidad. Ahora "Proceso" en su ejemplar del domingo se
detiene en el mismo asunto. Todos te queremos, todos te admiramos y te acompañamos en tus afanes. Todos, menos
los que podrían poner algún remedio. Esos te odian.

Cualquier correspondencia con esta columna que cabalga, favor de dirigirla a gdehesa@infosel.net.mx o al Apartado
Postal 19-111, Delegación Benito Juárez, México D.F.

Gaceta del Angel / Aquí no hay reglas

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Germán Dehesa

(02-Feb-2000).-

Crónicas de la Candelaria II:

El encuentro de jaraneros. Aquí nadie viene a pelearse, ni a demostrar superioridades. Es encuentro y no pleito (¡ojo,
mexicanos!): el encuentro es posible si todos se ayudan. Entonces llega un grupo, pero no hay quien toque el
pandero; de inmediato surgen un turista suizo, un burócrata de Irapuato y un personaje local. Los tres echando mano
al pandero como queriendo pelear. Rápido conciliábulo de los jaraneros y los tres aspirantes se incorporan al
fandango. Todo esto ocurre hacia la madrugada. Terminó el 31 y apunta el primero de febrero. El manso rumor del río
es apenas un presentimiento junto al trajinar de los tlacotalpeños. El 33% de la población está fabricando música y/o
bailando sobre una sonora tarima; el otro 33% está colocando vallas para prevenir la inminente irrupción de los toros
(eso tendrían que hacer los candidatos); el último 33% anda desbalagado por el pueblo bailando otros ritmos, o
tramitando algún amoroso lance. El 1% restante paseamos atónitos y maravillados. No es posible que en este
colapsado país exista un sitio tan abrumadoramente poblado por tanto loco gozador. La tarima de los jaraneros
retumba en la noche con el zapateo de las parejas que no paran de imprimir sobre la madera la huella de todas sus
sangres: indígena, andaluza, negra y la que se ofrezca. Feliz reunión que ha permitido el garbo, el ritmo, la sonrisa
inacabable y las mujeres de talle mimbreño, piernas terrestres, ojos de mental mirada y cabelleras que son un misterio
fluvial y bruno. Todas las razas y todas las edades andan por aquí. El nuevo grupo se arranca con "El Ahualulco"
(Bonito es Guadalajara/ ¿quén estuviera en el puente?/ abrazadito a mi amor/ mirando pasar la gente...) ¡Oh, ilusa! La
Hillary ha decidido agonizar y, eventualmente, dormir (la pobrecita ignora que en La Candelaria de Tlacotalpan no
duerme nadie). Yo estoy aquí mirando y no creyendo. Una mujer que anda por los 75 baila con un niño de 11. Lo
regaña, le corrige el paso y el niño le responde con un zapateado tan drástico que no admite objeciones. Sólo que sea
genético, dirían mis doctores. Pues ha de ser, respondo yo. Para el sufrimiento hay que ser muy fuertes, decía mi
matrioshka y volteaba sus ojitos. Ha de ser verdad, pero estas fiestas me avisan que para el gozo hacen falta la
fortaleza y otra cosita. Diálogo entre una señora de tierra adentro y una jovencita local (y locochona): perdone, yo
quiero bailar, pero no conozco las reglas. Miré uté, aquí no hay reglas; bailan los que saben y los que no. Bailando se
aprende. Todo es cosa de entrar cuando hay que entrar, callarse cuando toque y salirse cuando le toque salir. Yo
escucho todo esto con total y jaranero regocijo. La señora se sumerge en la perplejidad, pues quiere bailar, pero no
sabe a qué horas entrar, a qué horas callarse y a qué horas salirse. No la culpo. Es un mal generalizado. No sabemos
vivir sin reglas y maridos y gobernantes no sabemos ninguna de las tres cosas. Mañana, si merezco su hospitalidad,
les cuento los dramáticos lances del "día del toro".

¡Qué Envidia!

Pero envidia de la buena, como dicen las señoras decentes cuando están a punto de estrangular a una amiga que
trae un vestido más bonito que el de ellas. No sabemos, lectora lector querido, la envidia que siento al pensar que
ustedes se levantaron temprano para irrumpir en el frío y la contaminación después de haber visto a su cuñada
Ramona con tubos. Me muero al pensar que ustedes están trabajando, o embotellados en alguna vía rápida, o están
lidiando a muerte con el trámite del predial y las cuentas de la telefonía celular u otros servicios igualmente
excelentes. De veras que nadie sabe el mal que tiene hasta que se muere su doctor. Ustedes gozando de la
civilización y yo aquí en Tlacotalpan extraviando el calendario y los relojes; bailando y cantando noche y día, bebiendo
sustancias harto nocivas, platicando con muchachas guapísimas que atentan contra mi monogámico blindaje;
desayunando unas miserables picaditas con queso y jitomate, taquitos de chorizo, huevos revueltos, jugo de pomelo,
tortillitas recién hechas, queso de tira y café humeante y exquisito.

Créanme que sólo lo hago por ustedes. Entiendo que nadie me lo va a agradecer, pero no me importa. Yo me sacrifico
igual. Así es la canija vida: igualita a Labastida.

Pregunta y Sugerencia

¿Y si todos los que aún fuéramos adictos a las mujeres llenitas y bien dotadas fuéramos conocidos como
globalifílicos?

Envío

Esta tlacotalpeña crónica es para mi joven amigo Pablo. Está asustado y tiene derecho. Yo le aviso que con el musical
amor de sus padres y de todos los que lo queremos, volverá a la vida y visitará Veracruz que son una y la misma
cosa. Ahí nomás, nomás.

Cualquier correspondencia con esta jaranera columna, favor de dirigirla a gdehesa@infosel.net.mx o al Apartado
Postal 19-111, Delegación Benito Juárez, México D.F

Gaceta del ángel / No hay que pensar

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Germán Dehesa
(03-Feb-2000).-

Crónicas de la Candelaria III:

Si vienes a Tlacotalpan, procura por tu bien dejar en el camino tu pesado gabán de "intelectual". Aquí nada más te va
a estorbar. La tentación de racionalizar te asaltará (a mano armada) frente a este fenómeno entre goliárdico y jarocho.
De nada sirven los juicios al vapor, las aproximaciones psico-sociales y los mensajes ecologistas. Las fiestas son
como son y en ellas la violencia y la ternura bailan juntas y consiguen la paz. El asunto no es de pensar, es de
imaginar, de escuchar, mirar y disfrutar. ¿Quién decidió que las palmeras, las umbrías arcadas, los balcones de
primorosa herrería, las camas con dosel y los muebles de bejuco cayeran en su lugar y formaran armonía? El tiempo,
el terco tiempo. Lo demás lo ignoro y por lo tanto lo imagino. ¿De dónde el cadencioso garbo de las muchachas que
danzan al caminar y bailan como si caminaran? ¿Quién inventó las gorditas de frijol negro? ¿Por qué un tlacotalpeño
si no tiene tres apodos, por lo menos, no merece ser de aquí? ¿Quién tuvo la ocurrencia de que La Candelaria, la
virgen navegante, estaría particularmente satisfecha si en las vísperas de su fiesta, soltaran por el pueblo seis toros
enloquecidos que siembran el pánico, el destrozo y el júbilo democrático por toda la población? Para todas estas
preguntas tengo una sóla y contundente respuesta: sepa.

No había yo acabado de aterrizar en Veracruz, cuando una chica de la TV local me acercó el micrófono y así me
inquirió: ¿viene usted a autorizar con su presencia las salvajadas y la crueldad? Yo respondí: no sabía yo que el PRI
estuviera organizando algo (yo no podía presentir los hechos de la Prepa 3).

Hoy es el día del toro y la generosidad de dos amigos de reciente adquisición: El Vitico y Don Paleto, también
conocido como El Yeti o el Chocochip, me ha permitido navegar por el río de las mariposas y mirar a prudente
distancia las tropelías de los toros y de los lugareños. Los toros los regalan los rancheros ricos y los destrozos que
hagan los cebúes no los paga nadie. O sea que todo es gratis. En el amplio lanchón llamado "el Mi" cabemos todos:
visitantes, señoras con bebé (o en trance de fabricarlos), los "chuchumbé", jaraneros ilustres y personajes de toda
laya y condición. La democracia fluvial. Desde la ribera, Tlacotalpan hierve de playeras rojas que se mueven y
destellan a golpe de toro. "¡Virgen de La Candelaria!/ Te pedimos por el mundo/ te pedimos por el río/ te pedimos por
el bosque/ te pedimos por los niños". Mi amigo xalapeño y su Charro Negro escondemos el rostro para que los
jaraneros que cantan esta salmodia no nos vean llorando. El cielo se ha puesto azul y allá en la orilla, sobre una
labrada farola de hierro blanco se ha posado un cardenal de rojo pecho. El hierro y el vuelo: día del toro.

Manual para Fabricar un Genio

Hacia las tres de la tarde desembarcamos. Los toros siguen sueltos. La Hillary se espanta, voltea e intenta correr; no
lo logra porque topa conmigo y me acomoda un mulazo peor que embestida de cebú. Tardaré en sanar dos semanas.
En una callejuela, un preclaro y joven tlacotalpeño se ha bebido cinco o seis toritos. El efecto es fulminante: se va de
bruces y ni las manos mete; la banqueta hasta se cuartea con el cerebrazo. Un ribereño mira mi cara de espanto y me
dice: ni se preocupe, Don Germán, en una de esas, se le acomodan las ideas al muchachito y nos resulta un Einstein.
Bueno.

Instrucciones para Capar un Gato

Don Bautista es caporal y es un hombre bueno y firme. Ojos claros y manos de hierro. Ninguna faena campirana le es
desconocida; pero su fuerte es capar potros, toros y gatos. El gato, me dice, es muy delicado. Hay que darle su lechita
con su poco de aguardiente; luego lo agarra uté de la cola y con todo el brazo le da vueltas y vueltas. El gato maúlla
como loco (yo también maullaría); uté le sigue hasta que el maullido se le vuelva suavecito como arrullo; señal de que
ya está listo; con cuidadito lo acuesta lo pone de pancita y le quita sus cositas. Nada más de oírlo hasta me tambaleo
del dolor. Luego me viene la duda: ¿no llevarán 70 años jondeándonos de la cola? Esa es mi duda tlacotalpeña.
Continuará.

Cualquier correspondencia con esta navegante y ribereña columna, favor de dirigirla a gdehesa@infosel.net.mx o al
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Gaceta del ángel / En quién voy a creer

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Germán Dehesa

(04-Feb-2000).-

¿Han probado ustedes una buena sopa de acuyo con camarones y bolitas de masa? ¿Nooo? ¿Pues dónde han
andado, criaturas? Como ya es o debería ser sabido, su Charro Negro ha andado por Tlacotalpan ejecutando lo que
técnicamente se llama tirar baba. Ya no me cabe más color en los ojos, ni más aromas en el olfato, ni más calideces y
sonrisas en el alma. Les notifico que, por obra y gracia de un obeso músico tlacotalpeño, ya no soy Germán Dehesa,
sino "el Salinas". Ya con el mote a cuestas, desperté el día 2, el mero día de La Candelaria. Desayunamos variada y
tranquilamente; yo me retiré a escribir mi artículo y la Hillary se fue al "Mercado Dehesa" y al fascinante Museo
Ferrando, fruto del tenaz amor ribereño de Humberto Aguirre Tinoco (con él he estado tramando una magna
exposición de pintura sotaventina con jaraneros, fandango y todo). Concluídas las gustosas tareas, la expedición se
dirige a pie a casa de Vitico donde nos espera el ritual banquete que comenzó (y todavía no acaba) con la
mencionada sopa de acuyo. Esto de comer entre las enhiestas palmas y mirando al río es otro de los sacrificios que
me impongo por el bien de todos ustedes. Llevo tres días sin ver la televisión, sin leer periódicos y sin toparme con
ningún funcionario. ¿No es el paraíso? Comienzan a circular los tamalitos, pero ya no hay tiempo: viene atracando "El
Mi", lanchón afamado que nos llevará a ver la procesión fluvial de la Virgen de La Candelaria que, cual corresponde,
viene estrenando vestido y con el Niño Jesús en los brazos. El río hierve de lanchas de todos los tamaños y de todos
los colores. En el muelle, los lugareños forman valla (y bulla) para darle paso a la Señora (su Señora) que viene,
guapa y airosa, a pasear por el río en compañía de su hijo que tiene 40 días de nacido. Retumban los cuetes, los
vítores y las jaranas mientras la Señora es colocada en "El Amateco", un inmenso y rojo transbordador engalanado
con flores y cientos de globos (los tlacotalpeños son globalifílicos). La Virgen, me dicen, llegó de Barcelona en el siglo
XVIII y originalmente traía al pequeño Jesús sentado en una mano de su madre y sostenido por la otra. Esto le pareció
muy mal a las damas tlacotalpeñas que solicitaron urgentemente una cita con el obispo. Es una crueldad, señor
obispo; la criatura tiene apenas 40 días y se le va a pandear el espinazo, le dijeron. Es el hijo de Dios y tiene poderes
sobrenaturales, aventuró el prelado. Pué será muy hijo de Dios, pero se le va a pandear el espinazo. Discutir con una
mujer es tarea inútil; discutir con varias mujeres tlacotalpeñas es mortal de necesidad: ahora el Niño viene recostado y
se le mira muy a gusto. Rodeada por las barcas, el atardecer y la música, La Candelaria navega por el Río de las
Mariposas. Todos aplauden, todos gritan, todos cantan, todos agradecen, todos suplican. El paisano que me ha
tocado a mi derecha se quita el sombrero y le reza en voz baja a su Señora que va con la cabellera al viento. Yo que
me he quitado mi sombrero de Indiana Fox le pregunto: ¿cree usted en La Candelaria? El me mira con asombro y
dice: ¿En quién voy a creer si no? ¿En Zedillo? Silencio. Continuará.

La Celada
Regresamos de Tlacotalpan (muy poco) y llegamos (en exceso) a la Capital. Abro los periódicos y contemplo un
prescindible curso de ciclismo y una brutal e ilegible falta de civismo. Huyo rumbo al radio y ahí me están esperando
los telefonemas más airados y descalificatorios: para empezar, yo soy el Pinochet radiofónico; el plebiscito es un
burdo atropello; De la Fuente debe renunciar; los paristas deben ser "aplastados" y los artistas, académicos e
intelectuales que se pronunciaron en contra de la violencia y a favor de la restauración de la normalidad vienen a ser
oportunistas, "orgánicos" y gobiernistas. Y su baboso -el Pinochet del Papaloapan- dirigiendo el tránsito de las
pedradas y esquivando las que le corresponden. No me preocupa a mí, pues bien que mal tengo modo de revirar; me
preocupa comprobar que, ante la sexenal y metódica erosión de las clases medias, el país (nuestro único país) se
esté polarizando violentamente entre los que todo tienen (hasta bicicleta) y los que no se tienen ni a sí mismos. Unos
y otros quieren "aplastarse". Globalifílicos contra globalifóbicos. En este pleito las ausencias son notorias; las que
quedan en la penumbra (la tenebra) son las ominosas presencias (podrían ser las mismas que las ausencias). Por las
buenas quedan dos caminos: a) entregar las instalaciones y aprovechar lo ganado y b) aplicar el sagaz consejo de
René Delgado y comenzar de inmediato en las sedes alternas el Congreso Universitario. Lo demás es un incalculable
horror.

Por cierto.

Hoy toca.

Cualquier correspondencia con esta fluvial y emocionada columna, favor de dirigirla a gdehesa@infosel.net.mx o al
Apartado Postal 19-111, Delegación Benito Juárez, México D.F.

Gaceta del Angel / La Tragedia de las equivocaciones

Por

Germán Dehesa

(07-Feb-2000).-

¿Habrá sido el final? Hoy nadie puede saberlo. Despertar de una pesadilla no garantiza necesariamente la lucidez y la
recuperación del sentido de realidad. La UNAM no está recuperada más que en un estricto sentido topográfico. Mucho
tendremos que hacer para lograr no tan sólo la verdadera recuperación, sino la superación de un modelo de
enseñanza superior que, con o sin CGH, ya mostraba esclerosis y una acentuada parálisis burocrática. El proceso ha
sido, me parece, excesiva e innecesariamente largo. Todo comenzó mal, pero siguió peor. No fue prudente lanzarse a
una modificación de las condiciones de vida universitaria cuando ya el caldero previo a las elecciones estaba en
ebullición. Nadie tomó en cuenta, por ejemplo, que tal modificación avisase con toda claridad que si algún alumno no
podía pagar las nuevas cuotas, se aceptaría su palabra y se le admitiría. Así comenzaron a fluír en cascada los
errores: toma de las instalaciones, endurecimiento gradual de posiciones, propalación de rumores fundados e
infundados, intentos de diálogo siempre fallidos, sacrificio inútil e indigno (solicitado a gritos por el PRD) de un
excelente universitario llamado Francisco Barnés, descalificaciones sistemáticas, 250 mil muchachos despojados de
más de un año de vida académica, demagogia de ida y vuelta, daños materiales y morales incuantificables, manos
cada vez más abundantes y negras metidas en el caldo gordo de la impunidad disfrazada de autonomía,
respetabilísimos maestros e investigadores expuestos absurdamente al escarnio y al desprecio de quienes ni siquiera
sabían con quién estaban tratando, partidos, grupos, grupúsculos reclamando su tajada del botín; visita de Rosario
Green que declara (¡canta, oh diosa!) que en el extranjero el prestigio de la UNAM está intacto; nuevo Rector y nuevos
desprecios de un CGH ensoberbecido; académicos que se presentaban puntualmente en Minería para "dialogar" con
un "comité" que llegaba tarde, o no asistía, o se presentaba con una nueva exigencia; una ciudad semanalmente
colapsada por una creciente multitud de quejosos que, en el mejor de los casos, aceptaba marchar por la lateral del
Periférico; un hecho definitivo: el plebiscito y, a partir de esta coda, el lamentable final, el horror de la Preparatoria 3 (y
de ahí nadie salió del todo limpio), las aprehensiones, las inexplicables fugas, el último e inútil diálogo y la
recuperación de las instalaciones por cuenta de la PFP. Yo, por mi cuenta y riesgo, digo tres cosas: ¡qué bueno!, ¡qué
triste!, y ¡qué tarde! En su mensaje el Rector pidió justicia y benevolencia; en su momento, el Presidente se ha
comprometido a salvaguardar a la UNAM como institución pública y a no permitir que sea herramienta política de
nadie; si esto es así, lo agradezco, lo apoyo y deseo fervientemente que este evitable temblor no tenga réplicas; si así
no fuere, pronto estaremos asistiendo al capítulo II de esta tragedia que ni la UNAM, ni tantísimo pobre de este país
que tiene en la educación superior toda su esperanza, ni nadie nos merecemos. La UNAM es y debe seguir siendo la
casa de todos.

La Tentación Austríaca

La ultraderecha no tan sólo existe en Austria. Su torvo rostro se asoma en todos los rincones de la globalizada aldea.
Tienen a su alcance todos los medios (materiales y de comunicación) y pueden suponer que lo ocurrido esta mañana
en CU marca la pauta de cómo deben resolverse los conflictos en nuestro país. Aventuro que, en el otro extremo del
espectro, hay otros ultras que ya están pensando en guerrillas y/o en terrorismo urbano. Son dos rostros del fascismo.
Mantener a ambos a raya es el nuevo reto de la sociedad y del Estado mexicanos. No será tarea fácil: hay
muchísimos pobres, hay unos cuantos hombres riquísimos y las clases medias están golpeadas, enflaquecidas y
depauperadas. En condiciones así, no será sencillo, pero es indispensable, mantener la paz y no reprivatizar la
esperanza.

Dijo el Doctor De la Fuente

Esta mañana recibí un telefonema del Secretario de Gobernación que me notificaba...Estoy citando de memoria, pero
eso dijo. Creo que se lo podría haber ahorrado. ¿Alguien puede creer que una acción tan delicada y de tales
consecuencias se decidió a espaldas del Rector? El resto de su mensaje es plausible y digno; el arranque es
inverosímil y suena como a curarse en salud. Es como suponer que Barnés se aventó su horripilante salto mortal sin
platicarlo con Zedillo y con Cuauhtémoc. Si todos asumiéramos nuestras responsabilidades; si las decisiones que a
todos nos afectan dejaran de tomarse en lo oscurito; si nos interesara defender más nuestra verdad y menos nuestra
parcela de popularidad; tanto mejor nos iría a todos. Dicho más llanamente: ¿y si nos pusiéramos a pensar en
México?

Cualquier correspondencia con esta aliviada y alarmada columna, favor de dirigirla a gdehesa@infosel.net.mx o al
Apartado Postal 19-111, Delegación Benito Juárez, México D.F.

Gaceta del Angel / Para acabar pronto

Por

Germán Dehesa
(08-Feb-2000).-

Crónicas de la Candelaria V:

No. No es fácil regresar de Tlacotalpan y diré algo todavía peor: me urge regresar a mi jarocho y subvertido edén
donde la felicidad me fue propicia, rítmica y navegable. Es horroroso aterrizar en México ( por lo menos, no fue junto al
periférico ) y enterarse (en el supuesto de que realmente nos estemos enterando) de la sangrienta trifulca de la Prepa
3 que, como suele suceder, puso bajo sospecha a todos y terminó provocando -Zedillo dixit- lo que ya sabemos (o
comenzamos a saber); pasan los días y las cosas, lejos de aclararse, se enconan y revuelven bajo un cúmulo de
informaciones cruzadas; mi congestionado entendimiento saca tres cosas en claro: hay que liberar a la inmensa
mayoría de los muchachos; hay que reestablecer la vida académica y hay que ir al Congreso Universitario. Con la
mirada triste recorro los diarios en busca de algún alivio. No hay mucho. La selección mexicana en un partido
aburridísimo apenas pudo derrotar por 1-0 a un grupo de pokemones cuya estrella se llama Ito (vocablo nipón que,
según el perro Bermúdez, significa "oreja sangrante", tal cual). Un fiasco. Del juego de los Pumas prefiero no hablar.

En Guadalajara ya se armó el tapatipancho protagonizado por Carpizo, Cárdenas y el Cardenal, carcachas caradura
que carcomen cargos y caridades con cargantes carantoñas (¡caramba!). Voy de desaliento en desaliento. Mi
"información" se redondea con la surrealista y muy simbólica fotografía de un avión del Estado Mayor (¿o menor?)
Presidencial sin alas y remolcado por la vía pública. Ante todo esto, yo quisiera regresar a Tlacotalpan y a su gozo
casi perfecto. Dije "casi" porque ahí sólo dos cosas me incomodaron: la ominosa sensación de estar comiendo sin
saber a qué horas irrumpirá sobre mi plato un cebú torturado y enloquecido y la triste comprobación de nuestra
arrasadora capacidad para fabricar basura y dejarla tirada en las calles (y en las universidades) que, si en la mañana
estaban limpias y relucientes; para la noche ya son un absoluto muladar. Vuelvo a mi historia de siempre: si queremos
mejores gobiernos, el único camino eficaz es que seamos mejores ciudadanos. Estas dos cuestiones son mis
personales y tlacotalpeños números rojos; los números negros, el saldo a favor, es inmenso: tanta música, tanto
embrujo, las morosas caminatas, el hospitalario afecto de José Luis Rodríguez, de Vitico, alcalde honorario y vitalicio
del lugar; la cercanía de varias deschavetadas familias que me saludaban al grito de "estamos aquí porque usted
escribió que era pecado no venir a La Candelaria" (me conforta haber atestiguado que se miraban felices); la
indeclinable alegría de los lugareños y la amorosa comprobación de que, con todo y globalización, eso que llamamos
"lo mexicano" ahí sigue y no me ciño exclusivamente a Veracruz; bien he aprendido que la laboriosidad norteña, el
señorío del centro, los firmes y locos colores de Oaxaca -por nombrar algunos rasgos- siguen y prosiguen. No es hora
de empantanarse; si el Papaloapan fluye tenazmente, nosotros no podemos ser menos. Digamos como el poeta:
Vamos Patria a caminar/ yo te acompaño.

Aclaración No Pedida

Personas de mi más entera confianza me aseguran que, en efecto, el Rector Ramón de la Fuente desconocía la
decisión del Ejecutivo de recuperar las instalaciones universitarias. Con tal motivo, vuelvo sobre mis pasos y reintegro
mi crédito al comunicado del Dr. de la Fuente. Aprovecho el viaje para recordarle (y apoyar) su público compromiso de
defender a todos los universitarios mayores y menores de edad que están en la cárcel; eso y exigir la desaparición de
cargos tan desmedidos y amenazantes como el de "terrorismo" tienen que ser prioridades universitarias.

La Casa de la Sal

En algún lugar de la Ciudad de México, un entrañable grupo de mujeres mantiene viva la Casa de la Sal que es
refugio y morada para los niños enfermos de Sida. No doy la dirección exacta porque ya ocurrió que las buenas y
austríacas conciencias capitalinas apedrearan ese "foco de infección y de vicio" (¡háganme el c. favor!). Alimentar,
vestir, proteger, educar y proporcionar atención médica a estos chaparrines cuesta mucho dinero. Habrá que ayudar.
La tarde de este domingo Sherlock Bucles, sus abnegados padres y un buen número de cuates nos disponíamos a
asistir al Circo Atayde para tener el honor de que nos acompañaran los chiquilistrines de la Casa de la Sal. Agradezco
al circo las facilidades que nos dió, me lamento de no haber asistido (el Bucles tose cual perro y él sí es un foco de
contagio como de mil watts) y, muy en especial, agradezco a las intrépidas ñoras que día a día se la rifan para
mantener cálida y activa la Casa de la Sal.
Cualquier correspondencia con esta columna urgida de salir del pantano, favor de dirigirla a gdehesa@infosel.net.mx
o al Apartado Postal 19-111, Delegación Benito Juárez, México D.F.

Gaceta del Angel / El perdón

Por

Germán Dehesa

(09-Feb-2000).-

Los territorios de la intolerancia, de la agresión verbal y física y de la voluntad de ruina eran muy grandes y ahora son
inmensos. Estoy hablando de la tierra baldía. El resultado de esta desertificación (tan grave ésta, como inane es la
descertificación yanqui) es el adelgazamiento y la contaminación del que tendría que ser el anchuroso río de la
sensatez, del respeto y del civilizado desacuerdo. Camino por el mundo como por un bosque de espejos, decía
nuestro prehispánico antepasado (la metáfora es mexicana y terrible); ya me gustaría tener en la vida un bosque de
frescas ventanas para mirar "lo otro" y "al otro". Sucintamente: ha llegado la hora de abrir las ventanas, airear nuestra
casa, defender lo que queda del naufragio, reconocernos y navegar juntos lo que nos queda de vida en lo que nos
queda de río.

Sin el menor ánimo ejemplarizante, pero con voluntad fraternal, quiero compartir con ustedes una buena lección que,
no ha mucho, me dió la sorprendente vida. Los agradecibles y tenaces lectores quizá recordarán el muy absurdo litigio
que yo solito me organicé con un colega de "La Jornada" llamado Edgardo Bermejo. El opinó sobre el Teletón y acá
su Charro montó en el retinto y con perfecta desmesura reviró su resto. En su turno, Edgardo hizo lo propio. Nos
insultamos, nos descalificamos y nos dijimos lo que los clásicos (que, en puntos de honor, eran muy quisquillosos)
designarían como "lo imperdonable", "lo que no se puede tolerar", "la infamia" (puros títulos de telenovela). La sangre
estuvo a punto de llegar al río y contaminarlo más. Aquí es muy importante subrayar y enaltecer la activa participación
de los ciberlectores que comenzaron a enviar razonables mensajes que con buen tino señalaban mi desmesura y me
hacían la futbolística seña de "rudeza innecesaria". Los agradezco cumplidamente. Gracias a ellos recuperé la
sensatez y le extendí mi mano y una invitación a comer a ese "rival" que yo me había fabricado. En honor de Edgardo
he de decir que aceptó inmediatamente. La comida fue muy buena; la plática fue mejor y el pavoroso drama culminó
con una mutua solicitud de perdón y con un amistoso abrazo más amplio que Fobaproa. Pudimos haber creado un
durable y estéril odio; gracias a la vida, tramitamos una incipiente amistad que habrá de crecer y fructificar con el
tiempo y un ganchito. No todas las historias tienen que terminar mal. Supongo que el primer deber de la inteligencia es
construír finales felices, por más provisionales que éstos sean.

El viento trae los mezclados olores de la sangre y la venganza; pero, a poco que aguzemos el olfato, también trae los
aromas de la reconciliación, del perdón, de la civilidad y del respeto. El viento y los tiempos mexicanos nos proponen
esto. Por supuesto que estoy hablando de la UNAM y de todas las crispaciones mayores y menores que hoy
acongojan a nuestro país. Como ciudadano, como universitario, como padre de universitarios declaro: no asistiré a la
manifestación de hoy (no creo que sea hora de echar montón), pero desde este rincón periodístico demando: a)
clemencia y justicia para todos los que por acción u omisión le fallamos a nuestro país; b) la urgente reanudación de la
paz y del trabajo; c) el retorno de estudiantes, campesinos, ciudadanos, soldados y policías a sus ámbitos y tareas
naturales; d) el generoso perdón (y la justicia) que todos merecemos y necesitamos.

La Mata de Mota
Mal, muy mal se vieron los medios electrónicos mostrándonos "n" mil veces las improvisadas y estupefacientes
matitas como prueba irrefutable de la condición diabólica e irredimible de los paristas. No es, ni de lejos, mi intención
hacer la trasnochada exégesis de los "paraísos artificiales"; conociendo los horrores del narcotráfico, esto sería una
irresponsable estupidez. Lo que intento señalar es que, una vez más, la televisión mexicana (tan ajena ella a la
drogadicción) prefirió el sesgo satanizante y amarillista a la información ponderada, contrastada, seria e incluyente. Si
a horrores vamos, a mí me horrorizó infinitamente más ver los resultados (todavía incuantificados) del vandalismo, el
abandono y la voluntad de aniquilación (hace uno o dos días, un parista declaró -y esto también es estupefaciente-
que lo único que pasaba es que no habían tenido tiempo de volver a acomodar). Y pensar que todo comenzó con un
"recorte de presupuesto"...

Envío

Estas palabras fugaces como río son (quisieran ser) un homenaje y un beso a la Maestra Clementina Díaz y de
Ovando, universitaria ejemplar, sonrisa firme y luminosa, o para decirlo más brevemente: clemente y bella mujer
mexicana.

Cualquier correspondencia con esta columna con más preguntas que respuestas, favor de dirigirla a
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Gaceta del ángel / Ramsés y Nefertiti

Por

Germán Dehesa

(10-Feb-2000).-

No me hagan mucho caso (desde tierras potosinas llega el alarido: ¡jamás le hemos hecho el menor caso! Gracias).
Ando muy mal dormido; traigo saturado el disco duro y padezco postración auditiva provocada por ese inevitable corto
circuito que se produce cuando, en un oído, una voz amistosa y respetable me dice: ¡Qué bueno que finalmente el
gobierno hizo algo; ahora que se pudran en el bote los vándalos greñudos! y en el oído contrario, otra voz igualmente
respetable te dice: ¡Esto es otro 68; es urgente que liberen a todos y que evitemos que la "escalada represiva" vaya
ahora sobre Chiapas! Lo real (de París) es que, sin ignorar la masiva marcha del día de hoy (un conflicto de intereses
para Rosario Robles y Andrés Manuel: ¿cómo conciliar el apoyo a la marcha ostensiblemente copatrocinada por el
PRD y el colapso de la ciudad y los casi 240 puntos de ozono que nos tienen al borde de la contingencia ambiental?);
sin dejar de acusar gozoso recibo de la noticia del retiro de la PFP de la UNAM y el comienzo de la larga
reconstrucción; sin ignorar el extraño y condenable jarabe tapatío que están ejecutando don Procurador y doña
Tortura (el viernes 11 me materializaré en Guadalajara); sin olvidar, en pocas palabras, las molestias y las
exaltaciones de México, afirmo que ya me están sonando las punterías; que, con respecto al rompecabezas de la
UNAM, ya dije lo que honradamente podía decir y que para terminar de bosquejar una opinión más amplia y
ponderada, me faltan piezas que -espero- el tiempo me irá trayendo; considerado todo esto, reivindico mi derecho al
silencio (la tensa calma dirían los reporteros chambones) y mi urgente necesidad de salir a recreo (re-crearse: volver a
crearse).

En el microcosmos que habito, las perspectivas no mejoran mucho: Sherlock Bucles ha decidido toser con un ímpetu
que ya quisieran los del Frente Pancho Villa; la afónica Hillary, con abnegación margalopeciana, se ha entregado a
velar el entrecortado sueño del pequeñuelo y su deteriorado Charro Negro que pasa las noches de claro en claro y los
días de turbio en turbio atestiguando los arrebatos pulmonares del frutito de su vientre y condoliéndose por el gradual
pandeamiento de la heroica madre. Tras una semana de brega contra los virus, las partículas suspendidas, el ozono y
vayan ustedes a saber qué más, el resultado es harto lamentable: Sherlock Bucles reanuda su florecimiento, pero la
abnegada madre y el estoico padre parecen haber sido víctimas de una radical y prolongada toma de sus
instalaciones. Pómulos hundidos, beodo caminar, ojeras de mapache, cuerpo cortado y malestar general; tal parecería
que ambos nos hemos dedicado a una perversa maniobra de automomificación; ella no habla porque no puede y yo
no respondo (chipote con sangre) porque no se me ocurre nada. En torno a los dos se va edificando una invisible pero
perceptible pirámide egipcia. Pronto habrá visitas guiadas: éstos que ven son los sorprendentes sarcófagos que
blindan el viaje definitivo de Nefertiti-Hillary, dama muy principal de Teka-Mah-Shalko y de su amado esposo, el
Faraón de Tlacotalpan, Ramsés Dehella; corresponden al período tardío y, para ser momias, están magníficamente
conservadas.

Aviso a los Usuarios

Piñón Maduro, la agraciada y fogosa cibersecretaria que me ayudaba a responder los mensajes recibidos, fue víctima
de un fulminante e internético flechazo que, para estas horas, ya habrá culminado con la celebración nupcial en
lontanas tierras. Como dice Leo Maslía: Fue mejor para los dos, pero muy malo para mí, porque, a raíz de la súbita y
erótica deserción, la computadora está empachada de mensajes pendientes de contestación. Dadas estas
circunstancias, suplico perdón para el que sufre, piedad para el que llora y paciencia para los que esperan respuesta.
A partir de ayer martes comencé las hercúleas tareas de la puesta al día de la copiosa correspondencia atrasada.
Agradezco de anticutimano su comprensión frente a esta indeseada catástrofe entre cibernética y nupcial. O sea.

Cero y Van Dos

Lo dijo el domingo y lo repitió hoy miércoles 9. El Rector De la Fuente y de la UNAM (a quien manifiesto mi entera
solidaridad) ha usado ya en dos ocasiones la expresión "resarcir las heridas". Suena rara. Doña María Moliner dice
que, en efecto, el verbo tiene el mismo origen que zurcir, pero que en el español común vendría a significar:
"compensar o indemnizar a una persona por cierto gasto que ha realizado o alguna pérdida que se le ha causado".
Aplicado a la UNAM, es indudable que tendremos -con la lana de todos- que resarcirla moral y materialmente. Con
respecto a sus heridas, se me ocurre que serían más aplicables los verbos "restañar" o "suturar", operación esta
última muy del tabasqueño gusto de Roberto Madrazo quien sutura que es un primor.

Cualquier correspondencia con esta yacente e insomne columna, favor de dirigirla a gdehesa@infosel.net.mx o al
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Gaceta del Angel / Han de perdonar

Por

Germán Dehesa
(11-Feb-2000).-

...pero comienzo a abrigar (con bufanda, gorro tejido y suéter de Chiconcuac) un razonable optimismo. Me gusta
emprender el vuelo rumbo a Guadalajara y me gusta irme con el alma apaciguada por la visible mejoría del Bucles, de
su heroica madre y azafatas domésticas que la acompañaron en su pulmonorrabia. Me gusta también saber que mis
hijitos los mayorcitos (expresión azteca cual ninguna) regresan a clases y se disponen alegremente a recuperar el
tiempo perdido. Disfruté muchísimo el retiro de la PFP y el ingreso sereno, prudente y sin triunfalismos de Juan
Ramón de la Fuente a su territorio natural. También fue una dicha atestiguar la excarcelación de cientos de jóvenes (y
no tan jóvenes) que habían sido detenidos en los últimos y aciagos días; mientras esto ocurría, muchísimos
universitarios trabajaban arduamente en la dura talacha de limpiar, escombrar y rehabilitar sus escuelas. Festinar el
supuesto paralelismo entre los hechos del 68 y los de 99-2000 es un insostenible absurdo; son otros tiempos y me
permito apuntar que en el 68 todos perdimos frente a la brutalidad y la violencia; hoy ha habido también pérdidas,
enconos y deterioros, pero buenas y sustantivas victorias están al alcance de los que permanecimos vivos y
dispuestos a dar la pacífica batalla por la nueva UNAM. Creo que si logramos recuperar la excelencia académica y la
verdadera conciencia social en nuestra educación superior, promoveremos el inaplazable encuentro de rumbo que
precisa nuestro país. Me complace igualmente percibir que la contienda electoral que culminará el 2 de julio no
necesariamente resultará en el nefasto "carro completo", sino que empieza a dar muestras de que una ciudadanía
alerta ya está pensando en un voto razonado y sabiamente diversificado (¡cuánto mejora el Ejecutivo cuando mejora
la conciencia ciudadana!). Me voy cansado y contento. Voy y vuelvo. No le abran a nadie.

Las Cuentas de McCaffrey

Hemos tenido la visita de Barry McCaffrey que llegó con unas ojeras como de Boris Karloff (¿no se meterá algo?). Su
información no acaba de cuadrar. Según nos cuenta, el consumo de drogas en su país se ha abatido de manera muy
notable. Esto es muy bueno porque pronto podremos "certificarlo" sin restricciones. Lo malo es que, al mismo tiempo,
nos avisa Mr. McCaffrey que el ingreso de estupefacientes y estimulantes a su belicosa nación se mantiene estable o,
en algunos casos, creciente. Aquí es donde no salen las cuentas. Si cada vez son menos los consumidores, por qué
el tráfico se mantiene a la alza. No es fácil responder. A lo mejor los fidelísimos adictos que antes consumían un
gramo ahora consumen un kilo (se les va a aparecer Fidel Velázquez); a lo mejor Estados Unidos ya nada más sirve
de bodega para reexportar a Africa las letales sustancias; a lo mejor -y ésta es mi última hipótesis- el que le hace las
cuentas a McCaffrey (Miss McPachecka) está consumiendo una tonelada diaria de las más diversas y psicotrópicas
sustancias. No lo sé. Lo que me consta es que no hay nada más alucinante que la vida misma, ni nada más
estupefaciente que la escuelita con Ortiz de Pinedo.

La Rosa Transfigurada

Esta hermosa expresión titula y encabeza el más reciente libro de Ernesto de la Peña. La obra está bellamente
editada por el FCE y sería muy triste no disfrutarla. Estamos entrando en una materia muy delicada para el Club de
Scrooge. Con motivo del 14 de febrero y utilizando como pretexto al pobre San Valentín que jamás previó su naco y
rudo futuro de peluchitos y cajas de chocolate en forma de órgano cardíaco, los colmilludos comerciantes han decidido
que, para reponerse de las penurias de la cuesta de enero, era necesario buscar alguna fecha y algún asunto
consumidor y celebrable en febrero. En eso estaban cuando se acordaron de las amorosas festividades de las
"lupercalias" romanas; ¡ya estufas! dijeron los concanacos que de inmediato le encargaron a un guionista la
elaboración de una historia edificante y amorosa para endosársela al indefenso San Valentín que ya estaba muerto.
Por lo hasta aquí dicho, comprenderán que el líder histórico de la fracción ultrascrooge no puede recomendar regalos
para tan señalado día; pero sí puede con leguleya audacia recordarle a la tribu que, otra cosa no seremos; pero el ser
buen cuate y de amorosa disposición es parte sustantiva de la esencia nacional. Ya con esta coartada, puedo
recomendarte, lectora amada lector amigo, el delicioso, aromado, informado y poético texto de Ernesto de la Peña
como el regalo ideal para la novia, para el amigo, para el ser amado en el día que ya se avecina, o en la noche en que
se junten amado con amada/ amada en el amado transformada. "La Rosa Transfigurada" tiene un precio accesible y
un valor incuantificable. Es un amago de la humana arquitectura. "Rosita de olivo/ blanca flor de azahar/ me das un
besito/ cuando haya lugar." Y ya en éstas y, previa y especialísima dispensa: desde hoy y hasta el martes toca.
Cualquier correspondencia con esta columna alucinada de por vida, favor de dirigirla a gdehesa@infosel.net.mx o al
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Gaceta del Angel / Globalidúdicos

Por

Germán Dehesa

(14-Feb-2000).-

Sería un poco absurdo crear una liga de enemigos del amanecer; aunque existiera, venturosamente seguiría
amaneciendo y la vampírica agrupación viviría permanentemente frustrada. Algo semejante ocurre con respecto a la
globalización en estos coléricos tiempos. La globalización ya ocurrió y seguirá ocurriendo. Sería ocioso oponerse a
ella. El esfuerzo que, a mi juicio, nos toca hacer es exigir la creación de reglas claras que normen este novedoso
juego electrónico. La globalización requiere de un marqués de Queensberry. ¿Quién era este carnal? preguntará
alguno de ustedes. Respondo: un charifas británico bastante bruto y asaz zafio, pero que en lo suyo ñque era el
intercambio de golpes- tuvo la buena ocurrencia de crear una reglamentación que dotara de algo de civilidad y
equidad a los guantazos y mamporros. De lo que se trata hoy es de que todas las naciones concurran a la plaza de la
aldea global y se cotejen unas con otras. La parte positiva de esta realidad es la exigencia universal de desarrollo de
la creatividad y de la competitividad. Todos tenemos que ponernos pilas nuevas; pero -aquí comienzan los asigunes-
todos tenemos que pensar que hay de globalizaciones a globalizaciones y que éstas sólo generarán civilización y
futuro si al juego le imponemos reglas claras y justas que contemplen y respeten, por ejemplo, las asimetrías entre
una nación y otra (el resultado de la pelea entre un peso mosca y un peso completo está a la vista); los tiempos y los
niveles de educación cívica, de acceso a la tecnología y de educación a secas de cada cultura; las diferencias y
distancias entre las naciones ricas, las naciones emergentes y las naciones postradas. Si éstos y tantos otros
aspectos más no se regulan adecuadamente, el globalizador globo va a tronar de modo estruendoso; de hecho, ya
está tronando. Por lo dicho en Davos, Zedillo parece ignorarlo y curiosamente, es Bill Clinton quien lo advierte. Si se
mira con cierta distancia y serenidad, el ruinoso paro de la UNAM tiene más que ver con la rebeldía de millones de
desesperados frente a la globalización selvática (que beneficia a unos cuantos y condena a millones), que con
cuestiones estrictamente académicas o de financiamiento de la educación superior. Decir esto no cancela el
aprovechamiento político del desastre por tal o cual partido, o tal o cual interés. Los intelectuales y los opinadores de
nuestro país podremos seguir peleando y envolviéndonos cada uno en su particular bandera para arrojarnos de
nuestro particular castillo; lo cierto es que unos cuantos se están quedando con todas las fichas y que cada vez son
más los que, al darse cuenta de que ya no juegan, le apuestan a la exasperación, a la radicalización y a la ira. Se me
ocurre que tanto ímpetu y tanta neurona podrían dedicarse a la exigencia de un diálogo global que culminase con una
reglamentación humana y propositiva de la nueva convivencia. Sólo así nos aplacaremos los globalidúdicos (los que
dudamos).

Un Caballo Veloz Como la Luz

De ese modo fulgurante, caótico e inmanejable, fluye la información en nuestros cibernéticos tiempos. Supongo que
cuando Gutenberg apareció en el escenario con su nuevo aparatito, creó instantáneamente a millones de seres de
lento aprendizaje. Para muchos de nosotros no es fácil el viaje de la galaxia Gutenberg a la estación espacial Internet.
Hace una semana, la mayoría de los que escribimos expresamos nuestros juicios sobre lo ocurrido en la UNAM.
Durante siete días la información ha llovido sobre nosotros y ha sido, en algunos casos, tan esclarecedora y, en tantos
otros, tan confusa y contradictoria que los juicios expresados hace siete días ya van -por lo menos en mi caso-
quedando archivados como pre-juicios. Para bien o para mal, ahora sé más. Sé de la renuncia de un universitario
respetabilísimo: el arquitecto Ernesto Velasco. Sé de las surrealistas declaraciones de C. Cárdenas ("El Cuate Mosh",
le dice el méndigo de Porfirio) acerca de que no quiere crear la impresión de que se quiere aprovechar el conflicto
universitario como botín político. Sé de la fulminación que el CGH lanzó sobre el PRD. Sé que contra lo que muchos
pensábamos, no hubo, en el origen de todo, el supuesto recorte presupuestal ( Cf. Declaraciones del Srio. Miguel
Limón, 9-II-2000). Sé de la jubilosa declaración de Gurría acerca de su total disposición de soltarle la pachocha a la
UNAM y de la molestia que esto ha provocado en las universidades estatales que ya aprendieron que no hay nada
más rentable que ponerse en huelga. Sé de la ética y la lucidez de F. Reyes Heroles; de la serenidad analítica de S.
Sarmiento y de la feroz guerra de papel que se ha desatado en las publicaciones periódicas. Sé de los que piden
amnistía general, benevolencia focal y ejecución sumaria. He leído a los tontos, a los inteligentes y a los delirantes. He
recibido opiniones fundadas y de buena fe y he padecido las necedades partidistas y/o cerebralmente postradas. Fox
opina por encimita y muchos otros opinan por abajito. Pocos hablan de México. Labastida y Silva Herzog intercambian
inciviles guayabazos grafiteros (Omáigod!); López Obrador me avisa radiofónicamente que asistirá a la marcha, pero
que lo hará como "ciudadano común"(?). Todos hacemos mucho ruido y las nueces no aparecen. Los jueces se
avientan cada día un nuevo capirucho "legal" y prefieren dedicar sus energías al inminente juicio de Gloria Trevi. Mi
doctor me avisa que estoy al borde de la meningitis. De lo dicho hace siete días sobreviven tres cosas: ¡qué bueno!,
¡qué triste!, ¡qué tarde!.

Cualquier correspondencia con esta columna que prefiere no vender globos, favor de dirigirla a
gdehesa@infosel.net.mx o al Apartado Postal 19-111, Delegación Benito Juárez, México D.F

Gaceta del Angel / Cuestión de amor

Por

Germán Dehesa

(15-Feb-2000).-

Para un ultrascrooge, el 14 de febrero no es el día ideal para bordar en torno de los amorosos lances; pero hay que
estar atento a las confabulaciones de los tiempos, a las visitaciones y a eso que quizá con excesiva simpleza
llamamos "coincidencias". Todo esto viene ocurriendo en los molinos de mi mente desde hace unos días y ha
permitido que esos súbitos y malignos brotes de ira, de incomprensión, de intolerancia recuperen su natural condición
de razones de amor. Amor por la institución que me educó y que me permitió educar; amor por ese espacio que le ha
enseñado a mis hijos que México es ancho, variado y, muchas veces, ajeno; amor por mis alumnos que, si bien
algunos salieron políticos, la mayoría han resultado seres de bien; amor por mis maestros que no son responsables de
mis barrabasadas, pero que mucho hicieron por atenuarlas, articularlas y dotarlas de bibliografía. Con la ayuda de
opiniones tan ponderadas y lúcidas como las de Gilberto Rincón Gallardo he podido reinstalarme en mis naturales
quicios y entender, por ejemplo, que no será factible fundar una nueva UNAM sobre los frágiles cimientos de la
ilegalidad. Señalar y en su caso castigar los delitos en que ha incurrido un Estado que permite el despojo a la fuerza y
que por más de nueve meses invoca el diálogo como una forma de desentendimiento es un punto importante. Juzgar
y castigar, así sea tardíamente, a los autores de ese despojo ayudará también a establecer esas bases firmes que
necesitamos. Lo otro: el castigo general y desmesurado, o la amnistía indiscriminada nos conducen, me temo, a otra
contrahechura y a la prolongación del desentendimiento.

El jueves 10, al término de mi numerito teatral, me estaban esperando un grupo de universitarios que trabajan para
una notable universitaria llamada Julia Carabias. Venían a platicarme de un amplísimo y razonado proyecto para
rescatar definitivamente a Chapala y a Pátzcuaro (de ellos acababa yo de escribir una nota titulada "Los ojos de la
Patria"). Su idea era que nos coordináramos para lograr que la Patria conserve sus ojos bien abiertos. Como ya
supondrán, me puse a disposición de mis compañeros Pumas, pues no creo que a ningún buen mexicano se le antoje
prescindir de tan bellos y acuáticos ojos. Mi entero entusiasmo fue premiado con un conmovedor presente del pasado;
el Doctor J. Carlos Belausteguigoitia me obsequió la inasequible edición española de la poesía de mi maestro
universitario y añorado amigo Luis Rius; el libro se titula "Cuestión de amor y otros poemas" (Ed. Universidad Castilla-
La Mancha). No sé si mi amistoso donante midió las consecuencias de sus actos; pero con su regalo me devolvió
completos mis años de estudiante, mis cursos con ese arcángel trasterrado que era Luis, mi cercanía con esa lección
viva de dignidad e inteligencia que fue (y es) el exilio español. Recordé a Luis en el Café Sajonia, en el Sorrento (ahí
conocí a León Felipe), en el Konditori, en el de Las Américas. En esos cafetines nos reuníamos los que sabíamos
poco o nada con los que lo sabían casi todo y nos hacían el beneficio de tomarnos en cuenta. Eran deleitosos cursos
de extensión universitaria que nos permitían -privilegio excepcional- escuchar los manuscritos de Rius, algún cuento
de Souto, un consejo de León Felipe y muchas otras voces aleccionadoras y amadas. Llevo tres días navegando
rumbo a mis orígenes como si fuera salmón. Por un extraño camino, Luis Rius me ha venido a avisar que nuestra
única razón de vida es una razón de amor. (Además, ganaron las Chivas. En pleno Guadalajara lo profeticé y como
que no quisieron creerme).

Voy a Extrañar a Schulz

A título personal, afirmo que, más allá de ese higadito que es Mickey Mouse y de esas desmesuras de la
megalomanía que son los súper-héroes, los monitos de Schulz representan lo más entrañable de la gráfica popular
estadounidense. Los seres que creó este hombre que acaba de morir son todos ellos portadores de algún rasgo de
humanidad y constituyen un microcosmos reconocible. Por lo pronto, yo siempre me sentí transitando entre la tímida y
siempre fallida audacia de Charlie Brown y he compartido la inseguridad de Linus; me he beneficiado de la filosófica y
abierta disposición de Snoopy, de los enrevesados vuelos de Woodstock, de la solipsista genialidad de Schroeder.
Igualmente mi vida ha estado cercada por mujeres implacables y levemente neuróticas como Lucy van Pelt. El título
del mejor imitador de Pig Pen lo disputamos arduamente Monsiváis y su Charro Negro y hoy, aunque sea 14 de
febrero, le envío a Charles M. Schulz -a su humorosa, amorosa y humana compasión- y a su estrambótica familia todo
mi amor y mi amistad.

Se va Justo Mullor

¿Alguna vez llegó?

Cualquier correspondencia con esta columna que recibe libros del más allá, favor de dirigirla a
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Gaceta del Angel / Renunciación

Por

Germán Dehesa
(16-Feb-2000).-

Pasó con su madre/ ¡qué rara la vieja!... Lo que acabas de leer, lectora lector querido, es una versión levemente
modernizada de un famoso poema de Amado Nervo que, como bien recordarás, termina con estos versos: "y no
obstante toda mi sed de ternura/ cerrando los ojos la dejé pasar" (hagan de cuenta portero del América). El texto se
titula "Renunciación" y ha sido convocado por mi memoria involuntaria a raíz de que leí lo de la renuncia del
Procurador de Jalisco. Coincidentalmente estuve hace unos días en Guadalajara donde fuí tratado con inaudita
amabilidad. El Charro Negro está completamente agradecido. Platicando con los lugareños (ya ven que ni me gusta
platicar) percibí un alto grado de aceptación de la gestión del Gober, aunque varios me comentaron muy
mexicanamente "que podría haber dado más" (nosotros como ciudadanos también podemos dar más); percibí
asimismo el desasosiego y la molestia que provocaba el asunto del Procurador. Hoy vengo a enterarme de que las
denuncias, entredichos y sospechas han terminado con la renuncia del indiciado. No estoy de acuerdo. Es una fácil
solución que, en su período clásico tardío, solía aplicar el PRI, pero que en los tiempos actuales y estando en el
gobierno otro partido provoca más irritación que sosiego. Una vez más tropezamos con el traído y llevado "Estado de
Derecho" que no puede aplicarse o suspenderse a voluntad, pues de su estricta aplicación dependen la credibilidad y
el aval moral que todo gobierno y toda vida comunitaria necesitan. ¿Cómo que renunció y que ahí muere el asunto? Si
es inocente, no tiene por qué renunciar; si no lo es, debe ser sometido a juicio y eventualmente a una condena. Basta
con revisar las últimas siete décadas de la vida mexicana para encontrarnos con una interminable lista de renuncias
inexplicables que dejaron en suspenso a la legalidad y en pleno florecimiento a la impunidad. Entre los que renuncian,
los que tranquilamente se van a Irlanda, los que desaparecen indiciados y reaparecen amparados, los que dicen con
estentórea voz "...y si no, que la Patria me lo demande" con plena conciencia de que la Patria no les va a demandar
nada, o que, cuando la Patria se ponga en ánimo de demandar, ellos ya estarán muy lejos; entre toda esta
muchedumbre (y la sociedad que ha permitido su medro) la Patria se nos ha ido enfermando de cinismo, lasitud y
resignada aceptación de que nadie es culpable de nada. Los daños, los saqueos, las heridas, los atropellos, el
empobrecimiento y la sordidez moral la pagamos nosotros. Es una injusticia. ¿En qué capítulo de qué artículo de cuál
de los códigos que nos gobiernan está estipulado que la renuncia es pena y reparación suficiente para un daño
cometido en contra de una comunidad? Hasta donde alcanzo a saber, en ninguno. No sé ustedes, pero yo ya estoy
harto de encontrarme por el mundo a cientos de malos mexicanos que se dan la gran vida, pues como ya renunciaron,
ya no hay nada que reclamarles. Acá se quedan sus bueyes a resarcir los daños.

Mi Renunciación

Con fecha de hoy y hasta que el cuerpo aguante, me propongo renunciar a cualquier forma de discurso apocalíptico o
acalambrante. Ese sexto sentido masculino que me acompaña desde la niñez me avisa que nuestro país ya llenó su
cupo de intensitos, desmelenados y catastrofistas. Ya me tienen hasta el copete (que en mi caso, se ubica en lo que
Gabriel Vargas nombra como la región del aguayón). Decía H. James que la imaginación del desastre es mucho más
devastadora que el desastre mismo. Por lo tanto y en vista de que la primavera ya comienza a dar indicios, renuncio a
tales imaginaciones. Si alguna me asaltara, cerrando los ojos, la dejaré pasar. ¿Sale?

Cualquier correspondencia con esta columna que no renuncia, favor de dirigirla a gdehesa@infosel.net.mx o al
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Gaceta del ángel / Gorilas en la niebla

Por

Germán Dehesa
(17-Feb-2000).-

Sé que a algunos les importa poco y que a la mayoría no le importa en lo absoluto, pero yo cumplo con informar que la
paz va retornando lentamente a mi domicilio. Todavía hace unos días era mi casa una exasperada sucursal de la
perrera municipal, pues todos sus habitantes habían sido víctimas de una especie de broncolepra y así, entre horrà!
sonas toses, tráfico de jarabes, visitas a Andy Panda, nuestro apacible y eficaz otorrino, dantescas inhaloterapias y
consumo masivo de pañuelos desechables, mi vida era una de las peores canciones de los Tucanes de Tijuana. Con
un ritmo similar al de la UNAM, la normalidad se va restableciendo. El personal doméstico ya respira a pleno pulmón
y, lo que es mejor, ya no se me aparece en la madrugada con sus alarmantes tapabocas zapatistas. A la Hillary ya le
permiten manifestar en voz baja su alado pensamiento y el Capitán Bucles se dispone con renovados bríos a celebrar
el quinto aniversario de su comparecencia en este mundo. Las dos semanas de ociosa convalecencia han llenado su
loca cabecita de todo tipo de proyectos descabellados. La reiterada y obsesiva contemplación de la película de Tarzán
lo ha llevado a incluír en su cumpleañero pliego petitorio la irrenunciable exigencia de que la fiesta de aniversario
tenga como tema único la susodicha película. Con una ejecutiva creatividad que ya quisiera Spielberg, el Bucles ha
decidido que él encarnará a Tarzán (para eso es su fiesta); todos los seres y animales malignos que pululan por la
película serán encarnados por familiares y amigos que le vayan al América; una agraciada enaneta ha sido premiada
con el papel de Jane; pero aún falta lo peor: los originales padres del hombre mono son dos humanos bastante
presentables, pero que desaparecen en los primeros diez minutos de la cinta y son suplidos por dos gorilas que, para
efectos prácticos y desde la muy impresionable sensibilidad infantil, fungen como los verdaderos padres de Tarzán.
Los daños de esta argumentación son incuantificables: ahora resulta que el Bucles ya se emperró en que su frágil y
agostada madre y su adusto padre nos vistamos de gorilas para darle a la fiesta un realismo nunca antes visto en la
pantalla. La posición del Bucles es inflexible y, por el momento, el diálogo se ha roto. En este caso específico sí
podríamos hablar de motín y terrorismo. Al menor intento de negociación, el hipersensible chamaquín se tira al piso,
se retuerce como almeja con limón y se voltea como cachucha con los alaridos que lanza. La fecha se acerca y los
acongojados padres no sabemos qué hacer. Hemos pensado en tomarle las instalaciones; en aventarle a la PFP, pero
bien sabemos que sólo queda una opción: disfrazarnos de gorilas (lo cual traerá aparejada nuestra muerte social o
nuestro ingreso a la policía judicial) o financiarle a nuestro hijo 10 años de terapia psicoanalítica. La duda nos corroe.
¿Nadie tiene un disfraz de gorila en buen estado que me pudiera prestar?

Puntualización Económica

La Lic. Carmen Durán K. coordinadora de comunicación social de la Facultad de Economía de la UNAM me ha


enviado un atento y detallado fax que responde a la noticia publicada en diversos medios de que dicha Facultad no ha
reiniciado actividades. Según me entero por el comunicado, en efecto Economía no ha reanudado sus labores por la
simple raz

ón de que nunca las interrumpió. Antes de metamorfosearme en gorila, cumplo con divulgar la información recibida y
con manifestar mi firme deseo de que México y sus instituciones recuperen sus naturales quicios y todos nos
pongamos a trabajar en rescatar lo rescatable y en mejorar todo lo que hay de mejorable. Se me hace que ya estuvo
suave de argüendes.

Cualquier correspondencia con esta columna donde habita la changada, favor de dirigirla a gdehesa@infosel.net.mx o
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Gaceta del ángel / Adopte un Patrullero


Por

Germán Dehesa

(18-Feb-2000).-

Dentro de la escala del aprecio nacional el bombero y el policía ocupan niveles muy distantes uno del otro. Los
bomberos gozan de la simpatía mayoritaria; los patrulleros se han ganado golpe a golpe y verso a verso nuestra
desconfianza. Percepciones aparte, lo cierto es que unos y otros son imprescindibles para la sociedad. A ningún
ciudadano civilizado (expresión que tendría que ser pleonástica) le gusta ser víctima de un asalto y saber que la
policía no tan sólo no lo ayudará, sino que muy probablemente esté coludido con los asaltantes. Tampoco es grata la
escena que contemplamos hace poco: se declara un incendio en un enorme negocio; llegan los bomberos; aprestan
sus mangueras y no sale una gota de agua (sofocus interruptus). Al lado de estas experiencias nos vamos enterando
de las paupérrimas condiciones en las que tienen que trabajar bomberos y policías. Con enorme y gravoso despliegue
comercial se organiza una campaña para ayudar a los bomberos que arroja como resultado lo siguiente: de cada diez
pesos que tú y yo aportamos para el H. Cuerpo, a los bomberos sólo le tocan tres y fracción. Ya nos podrían haber
dicho que la campaña era para apoyar al H. Cuerpo de Publicistas. Por lo que se refiere a los policías, ni quien piense
en una campaña para ayudarlos. Frente a toda esta batea de mondongo se me ocurre que los ciudadanos, además de
quejarnos (que es nuestro fuerte) podríamos hacer cosas más prácticas y beneficiosas. Ni que fuera tan difícil darle la
vuelta a los ayudadores y benefactores de oficio y beneficio. Yo no veo qué nos impide acercarnos a las estaciones de
bomberos y platicar con ellos de ciudadano a ciudadano; averiguar quiénes son, qué problemas tienen, qué necesitan
y ayudarlos en la medida de nuestras posibilidades y sin reverendos patronatos de por medio. De la misma manera,
no le veo el problema a adoptar a los patrulleros de nuestro barrio, conocerlos, ayudarlos, respetarlos, saber
sencillamente cómo se llaman y ponerlos de nuestra parte. Ustedes podrán opinar que todo lo que estoy diciendo es
una ingenua mezcla de utopía y carta a los Santos Reyes, pero mi experiencia personal me mueve a pensar que no
estoy tan loco. Antes, mucho antes de que adquiriera yo la muy precaria fama de famoso, he recibido buen trato y
mejor ayuda de soldados, bomberos y patrulleros. Rasgo persistente de los mexicanos es dañar a quien los trata mal
y rifarse la vida por quien los respeta, los conoce y espera lo mejor de ellos. Creo que el intento vale la pena (vale la
alegría). Ya no es hora de esperar a que las quelonias autoridades arreglen las cosas; mientras tal milagro sucede,
muchos y muy sustantivos pasos podemos dar los ciudadanos si es que partimos del supuesto de que deseamos vivir
mejor, con mayor seguridad y con servicios más eficientes. Acércate a los maestros, a los bomberos, a los soldados, a
los patrulleros y descubrirás que son tan mexicanos como tú y que, como tú, ya están hartos de vivir en la sordidez.
Digo.

Jugo de Guanábana

El mexicano medio inaugura su desayuno (cuando hay desayuno) con un vaso de jugo de naranja. Yo que soy
mexicano medio-diabético, me tomo (me zumbo, me infiero, me empujo) un florero copeteado de jugo de nopal. Con
esto podría bastarme para instalarme en la depresión y/o para que un águila se posara en mi lomo a ingerir una Big
Mac de serpiente. Mi manera de prevenir tales desfiguros es variarle de vez en cuando y concederme permiso y
responsiva médica para degustar los prodigios de la fruticultura nacional. Con esa noble intención acudí esta mañana
del jueves 17 a desayunar con un querido amigo que merecería ser veracruzano honorario por la abundancia y
exquisitez de los almuerzos que ofrece a sus cuates. Nada más en la sección jugos había seis variedades distintas
que incluían jugo de zapote y jugo de guanábana. Tras ciertas vacilaciones, opté por este último. Hice bien. Era como
estar bebiendo sorbo a sorbo la parte más tierna, aromada y deleitosa de México. En el paladar se me organizó una
suerte de 15 de septiembre instantáneo. Hasta la palabra es bonita, femenina y fresca: guanábana. La puritita vida. Y
hablando de guanábanas: hoy toca (holy guanábana!).
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Gaceta del ángel / Los cabitos

Por

Germán Dehesa

(21-Feb-2000).-

Es muy consolador saber que siempre que causamos alguna mala impresión, nos queda la oportunidad de causar una
peor. Espero que no sea el caso actual. Allá por 1994, narré con una cierta dosis de leche Lala mis fragorosas
experiencias como conscripto. Creo recordar que el pachanguero artículo se titulaba "Chiricuto" y me granjeó múltiples
y cordialísimas mentadas de madre de varios mílites de distintas graduaciones. Espero resarcirlos con estas líneas,
pero cabe también la ya señalada posibilidad de quedar peor.

En general, mi relación con el personal castrense ha sido buena y a veces excelente. Mi siempre recordada tía Queta
tuvo una belicosísima vida conyugal con el General Brigadier Raúl Fernández Robert (a) "El Foch", gloria del
basquetbol nacional y azote de la colonia Nápoles. Con cierta frecuencia, mi rudísimo tío invitaba a sus sobrinos a
jugar tochito y, de vez en cuando, a pesar de sus ostensibles marrullerías, lográbamos ganarle. Con esto bastaba para
que nos declarara en arresto inmediato "porque a un superior que además obtuvo medalla de bronce en la Olimpíada
de Londres no le va a ganar una bola de escuincles raquíticos, chamagosos y sin el menor sentido táctico." Dicho
esto, le zumbaba dos o tres cuerazos a sus hijos y a sus sobrinos nos decía: Para que aprendan, mocosos, les voy a
contar de la Olimpíada en Londres. Yo alzaba la mano y hacía oír mi tenue voz civil: tío, lo de Londres nos lo has
contado como mil veces; preferimos que nos pegues. Ese era el lado oscuro de mi tío; en su lado brillante fue amable
y generoso. Gracias a él y a otros contactos militares que había en la familia, mi madre fue atendida en múltiples
ocasiones en el Hospital Militar; casi se ganó el grado de Capitana por méritos en quirófano. Según me consta, los
médicos y enfermeras militares fueron y son un orgullo nacional.

Todos estos recuerdos acudieron a mí hace tres o cuatro días cuando la vida me dió la oportunidad de visitar,
después de muchos años, las renovadas instalaciones del Hospital Militar. Mentiría si dijera que están como antes;
están mucho mejor que antes. Todo está en orden y todo está limpio; su infraestructura tecnológica es de primer nivel
y la prontitud y la eficacia de la atención que reciben los pacientes internos y externos es insuperable. Ya metido en
gastos, me asomé a la recién estrenada clínica dedicada a atender al personal femenino; ahí son atendidas de todo a
todo, pero las tareas más frecuentes son las relacionadas con la atención de las parturientas. Ahí nacen los hijos de
los soldados y/o de las mujeres dedicadas a la vida militar. Contemplar el cunero y comprobar que hay en México
instituciones oficiales que funcionan con tan altos niveles de excelencia es algo muy emocionante. Contra lo que yo
pensaba, los bebés no son verde olivo, sino de saludable color rosado. Nadie me lo dijo, pero supongo que ya nacen
con el grado de cabo. Estas líneas son a la salud de los cabitos y de los hombres y mujeres que los reciben en el
mundo.

w Los Consejos de Téllez

Durante varias décadas, las compañías extranjeras se llevaron nuestro petróleo sin pagar nada y nadie nos aconsejó.
Cuando Lázaro Cárdenas decidió que era bueno el encaje, pero no tan ancho; nadie nos aconsejó acerca de la
manera de obtener nuestro tetraetilo de plomo. Cuando en los últimos años del sexenio de López Portillo, los precios
de nuestro petróleo se desplomaron, no se conserva memoria de que nadie nos haya brindado consejo o consuelo.
Más recientemente, cuando el bajísimo precio de nuestro crudo nos impuso un doloroso recorte presupuestal, México
volvió a quedarse solo. Con buen tino, buscamos pactos y alianzas con otras naciones petroleras y el resultado está a
la vista: el precio del barril está cerca de los 30 dólares. Con tal motivo, los estadounidenses se dejan venir y nos
cuentan que vienen a pedir consejo. ¡Akelá! Ahora resulta que estamos desequilibrando la economía mundial. Solícito
y veloz, Luis Téllez brinda su consejo y afirma que, en efecto, el petróleo está muy caro (¿para quién?). Supongamos
que tiene razón. Por fin de temporada, pongámoslo a 24 dólares, por decir algo; pero previamente firmemos un
compromiso internacional para que ese precio se mantenga durante un tiempo razonable. De otro modo, la impresión
que queda es que las decisiones se toman de acuerdo con los intereses de los grandes centros de poder y no para el
bien de México. Opino.

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Gaceta del Angel / Pasarse en limpio

Por

Germán Dehesa

(22-Feb-2000).-

La expresión es de Mario Benedetti, pero la tomo prestada por urgencia ontológica (del griego ¿on'toy?). Cual
Segismundo calderoniano, experimento la sensación de que ya se me borró la raya entre la realidad, la imaginación,
la catástrofe presentida y el mal sueño. Mi piña ya se hizo tepache y tengo la fundada sospecha de que ya se me
metió un hacker en el cerebro y me lo está dejando del asco. Si me duermo, sueño alternativa o conjuntamente que
soy parista de El Mexe, la mamá de Gloria Trevi, orador oficial de Labastida, el niño Eliancito, brazo derecho de los
Arellano Félix, oceanógrafo zacatecano o palmera regiomontana. La Hillary comienza a verme como si estuviera yo
enlamado y mis hijos me oyen hablar y se miran como si estuvieran calculando la dosis de Tafil que necesito. Sherlock
Bucles que está a unas cuantas horas de ingresar triunfalmente a los cinco años de su edad, se apresta para la
selvática celebración, pero no manifiesta mucha confianza en que su padre vaya a estar a la altura de los rumbosos
festejos que se preparan. Difíciles momentos, ¡vive Dios!. Como decía la tortuguita: ¡qué bueno que voy despacio,
porque casi seguro voy mal! Quiero creer que no soy el único nacional que está empachado con la brutal sobredosis
de información cruzada y mal jerarquizada que hemos recibido en las últimas semanas. El resultado es caótico: me
asomo a mi chicloso universo mental y me viene el certero recuerdo de aquellos exámenes escritos que me
entregaban mis alumnos de preparatoria; eran como mapas perversos con instrucciones que no eran tales: maestro,
el primer párrafo léalo hasta el final, el segundo no lo lea, lo que viene tachado sí cuenta, pero lo que está entre
paréntesis puede servir o no servir. Así está mi monólogo interior. Con tal motivo y sin perder contacto con la inasible
realidad nacional, he decidido tomar distancia y ocupar unos cuantos días en pasarme en limpio con el noble fin de ver
luego para dónde me hago. Decía San Ignacio: en tiempo de crisis no te muevas, pero si aplicáramos esto con rigor,
los mexicanos estaríamos paralizados desde la caída de Tenochtitlan cuyas consecuencias macroeconómicas aún
padecemos. Prefiero el consejo de Gracián: si el tiempo está tormentoso, lleva tu barco a una bahía tranquila, arregla
lo que tienes que arreglar, espera que el tiempo aclare y reanuda tu navegación. Precisamente en eso estoy. He
venido a las nevadas cumbres norteñas y en la protectora soledad de una cabaña estoy tratando de rearmar el
rompecabezas. Serán dos o tres días; mientras tanto, ahi les encargo el país no le abran a nadie y tengan a raya al
Osito Téllez que es un oso muy prejuicioso.

Cosas del Alma

Cito de memoria un renglón de la novela "Medianoche de amor" de Tournier: pasada cierta edad (que su Charro
Negro ya pasó) los hombres lo que buscan son oídos vírgenes. Me acaba de suceder. Perdido como ando en estos
andurriales de la geografía, me he venido a topar con una recia y joven mujer de Shihuahua. Se llama Alma y es
oriunda de un lugar llamado Cuauhtémoc (que, aunque lo pasearon mucho, no creo que lo hayan llevado a
Shihuahua). Una vez más he podido comprobar mi gusto y facilidad para hacerme cuate de las féminas. Lo que
comenzó con un saludo, terminó en plática de 40 minutos. Me contó una vida dura, difícil, llena de trabajos, de hijos,
de deberes y lo hizo con ánimo sonriente y firme. En ningún momento puso cara de mártir, ni externó la menor queja.
Su conclusión es que le ha ido bien y que nunca se deja ganar por la tristeza, porque sólo los tontos se ponen tristes.
Su balance final indica que hay

musho que agradecer. Disho esto, pasó a preguntar: ¿y usté qué hace po' aquí? Estoy tratando de olvidar, le dije, a
un joven rubio de ojos azules que destrozó mi vida y puse cara de Zurita. Paso a creer, me comentó, usté se ve
hombrecito ¿por qué no se busca una señora?, ésas rinden musho más y no andan de veleidosas. ¡Ay, Almita! si
usted supiera cómo están las mujeres en las grandes ciudades; son terribles, por eso yo me desvié. Adió, pues no las
busque en las capitales, váyase a Cuauhtémoc y allá tengo primas muy mujercitas y que no les importa la edad. Este
último comentario sí me caló hondo, pero no acusé recibo del rudo golpe. No es mala la oferta. Voy a platicar con la
Hillary a ver cómo lo toma. Por lo pronto Almita ya tomó mi regeneración como deber personal. Seguiré informando.

Tiene Razón Jesús Silva Herzog M.

Hoy lunes 21, Jesús Silva-Herzog M. publica una columna tan inteligente como todas las suyas. De los muchos y muy
sustanciosos renglones que la forman, rescato uno: Vicente Fox es el candidato más entretenido. Pues sí.

In Memoriam

Fernando Benítez, maestro y benefactor de todos.

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Gaceta del Angel / Carta a mi hijo

Por

Germán Dehesa
(23-Feb-2000).-

En México, mi estimado Bucles, no es demasiado inusual tener hijos; de hecho, es más raro tener papás. Nuestro
caso es una verdadera ganga: naciste asediado por el amor de tus padres, de tus tres hermanos, de muchos amigos y
de cientos de lectores que nos han acompañado a lo largo de cinco años de andanzas por un país que, ya te has ido
dando cuenta, es fascinante y complicado; todavía está hecho un tiradero, pero cuánto mejor es para mí desde que tú
llegaste. Dicen que los 50 años no son la edad ideal para tener un hijo. Es posible que, en general, no lo sea; pero de
mí, sólo sé decir que tú viniste a reinaugurar mi vida y a ponerle parques y jardines. Eres un agasajo marinero y una
estrella vespertina, mi querido Sherlock. Todo ha sido distinto a partir de aquella mañana en el cunero del Hospital
Santa Mónica. Tú tenías los ojos cerrados y la enfermera te aseaba y te forraba como tamal para la presentación
oficial con tu padre. Te acercó al cristal, te puso de pie y por primera vez en tu vida mundana, abriste los ojos y yo,
desde entonces y para siempre (el frágil "siempre" de los humanos) vivo ahí y desde ahí vislumbro al resto de mis
amores. Naciste sonriente y persistes en la sonrisa. Naciste amigable y cada día tienes más amigos. Te quiere la
escoba y el recogedor y esto es muy importante Bebeto-Tamal-Bucles.

Busca en el subsuelo de tu memoria y acudirá un lejano rumor de autos y un extraño balanceo: tú estabas a punto de
nacer y tu madre voceaba periódicos en Altavista e Insurgentes. Eres el primer (ba)voceador nonato de la historia. Ya
por ahí podrás calar de qué temple es tu madre tan firme, tan tierna, tan enamorada. Te gustan los libros y te gusta
jugar. De mi cuenta corre que tus gustos persistan y culminen, como en el caso de tus hermanos, en la inteligencia, la
salud mental, el amor al trabajo y el puritito gozo de ser mexicanos. Hoy cumples cinco años y ya tienes una
capacidad negociadora que excede por mucho a la de Rosario Green y el Osito Téllez. Que sea para bien. Como diría
San Agustín: ama y haz lo que quieras. Vas creciendo por tu cuenta y nuestros caminos se irán separando. No es del
todo cierto. Estarás para siempre en el corazón de tu madre y tus ojos me llevarán por ese nuevo mundo que nos
espera y que será mejor si tú y yo nos ponemos muy almejas. Felicidades, queridísimo Andrés. Perdona los males y
celebra los bienes.

Los Murmullos

Con pasmosa velocidad, la revista "Letras Libres" se me ha vuelto parte imprescindible de mi canasta básica. Mes tras
mes llega cargada de dones. En el número de febrero del 2000 viene reproducido ("Historia de unos premios") el
discurso que Sergio Pitol pronunció al recibir con sobrados merecimientos el Premio Juan Rulfo. En las palabras
iniciales, Pitol traza algunas viñetas de sus recuerdos rulfianos. Permítanme citar una: "Juan Rulfo en las comidas de
los lunes en casa de Alba y Vicente Rojo, con Fernando Benítez, Jaime y Celia García Terrés, Tito Monterroso,
Bárbara Jacobs, Catalina Sierra y Carlos Monsiváis siguiendo en silencio algunas incisivas conversaciones sobre la
actualidad mexicana." No es difícil deducir que el de los silencios no era Monsiváis, sino Rulfo; pero mi emoción va por
otro rumbo: varios de los comensales citados por Pitol ya han sido tomados por el silencio. Don Fernando Benítez, tan
inteligente, tan bravo, tan generoso se acaba de incorporar -en lunes- a esta asamblea de murmullos. No tengo la
menor duda de que la conversación prosigue y que, tarde o temprano, seremos parte de ella.

Envío

Estas línes son para J.S. que, cuando estábamos pariendo a Bebeto y según lo ofrecido, se presentó para tomarme la
manita y hacerme llevaderas las contracciones. También llevó champaña y se dió tiempo para seducir a las múltiples
féminas ahí presentes. Gracias.

Cualquier correspondencia con esta columna que felicita a la madre del cordero, favor de dirigirla a
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Gaceta del ángel / La Bandera

Por
Germán Dehesa

(24-Feb-2000).-

En el año de 1951, mi maestro Ruano nos contó la pavorosa historia de un automovilista que, al perder tapón del
tanque de gasolina de su auto, no encontró mejor remedio que hacer bolas una Bandera mexicana y utilizarla como
sustituto del tapón; cuadras adelante se encontró con dos buenos y fornidos ciudadanos que lo interceptaron, le
acomodaron dos bofetadas y en vilo lo presentaron ante la policía (que todavía era una entidad confiable) y lo
acusaron formalmente de falta de respeto a los símbolos patrios. La historia terminaba ahí y el infantil, público
severamente afectado por la encendida oratoria del profesor Ruano, nos quedamos sin saber si el gasolinero
blasfemo había terminado su existencia en las Islas Marías y si el maestro Ruano nos estaba contando la verdad o era
víctima de alguna hierba estupefaciente. Detalles menores. El mensaje principal había llegado a su destino: con los
símbolos patrios no se jugaba, pues eran dignos de toda veneración y respeto. El 24 de febrero era un día muy
importante y formar parte de la escolta de la bandera era un señaladísimo honor que yo alcancé varias veces por
méritos académicos y a pesar de mi inconfundible silueta de chile relleno. En tales ocasiones yo me sentía un injerto
de Niño Héroe y el General Zaragoza y recitaba con voz pituda pero bravía aquello de "Como renuevos cuyos aliños/
un viento helado marchita en flor..." Eran los tiempos heroicos.

49 años después, el globalifílico panorama es muy distinto. Tal parecería -me dice un amigo- que la Bandera hubiera
sido secuestrada por el PRI-gobierno y/o por los intereses de la industria deportiva. Los colores patrios sirven por igual
como identificación de un partido político que como uniforme de once chilapastrosos que se van a San Diego a tirar
baba y a perder con Canadá. De aquélla distante y emocionada veneración de mi infancia ya va quedando muy poco
aunque considero obligatorio confesar que a mí me siguen conmoviendo las ceremonias de izamiento y arriamiento de
Bandera allá en el Zócalo y me emociona ver cómo la gente que es toda bullicio guarda un súbito silencio mientras
desciende la bandera. No creo que se trate de algo totalmente racional o racionalizable, pero no me digan que no es
un gusto enorme encontrarse a la vuelta de un camino con un enorme mástil coronado por nuestra Bandera que
ondea al viento colorida y libre. Allá por San Jerónimo hay una que se alcanza a ver muy bien desde la recámara de
Andresito el Bucles. Antes se asomaba a la ventana y decía: ahí está la Bandera; ahora dice: ahí está mi Bandera.
Dicho esto, sonríe y se queda muy a gusto. Los humanos no necesitamos símbolos. Yo le pediría a quien haya que
pedirle que nos devuelva la Bandera que es de todos y que ya no la usen como disfraz de intereses políticos, o como
cobija de rentables enajenaciones deportivas. Terminemos diciendo una obviedad: la Bandera de México es de
México.

La Nave de los Locos

Y todos dentro de ella. Ni modo de bajarse, aunque ganas no faltan sobre todo cuando escuchamos hablar a la
"oficialidad". Si Solís Cámara habla con tanto fervor de Vicente Labastida (panprisic); si el Góber de Hidalgo M. Angel
Núñez Soto organiza un enorme zacahuil verbal para intentar explicar lo de las armas en El Mexe; si Vicente Fox
comenta que ha platicado con varios Premios Nobel como Octavio Paz y Carlos Fuentes (suecosic); si Pancho-Chente
Labastida agarra vuelo lírico y comenta con la debida mansedumbre que él no vive del Fobaproa como la familia Fox;
si el jurado que otorga el premio a la babosada de la semana ha decidido suicidarse con pambacitos descompuestos,
ante la imposibilidad de discernir un ganador. Si todo esto sucede en unos cuantos días, los mexicanos comunes nos
sentimos como la tripulación del "Pequod" cuando descubrió que el Capitán Ahab ya estaba firuláis y en lugar de
portarse como Dios manda se dedicaba a corretear ballenas blancas. No quedan muchas opciones; podemos hacer
un Teletón para darle ayuda psiquiátrica a candidatos, funcionarios, o podemos imponerles una cura de silencio, o
podemos arrojarlos del barco. No suena mal. Sigan votando, campeones.
Cualquier correspondencia con esta columna que ondea su Bandera, favor de dirigirla a gdehesa@infosel.net.mx o al
Apartado Postal 19-111, Delegación Benito Juárez, México D.F.

Gaceta del ángel / El perjurio de la nieve

Por

Germán Dehesa

(25-Feb-2000).-

Van a decir que soy un irresponsable y que estoy faltando a mis más elementales deberes, pero mientras los
candidatos se agarran del chongo y Chente le dice a Pancho que se ven a la salida para arreglar sus diferencias como
hombrecitos y que ya no le mande recados con los chícharos; y en Guadalajara andan con el jelengue del hipódromo;
y las instituciones de educación superior se andan cuarteando por todos lados; y el tal Andrés Caletri reparte
mentadas mientras se interna en Almoloya; y en la Secretaría de Hacienda, Gurría -en el mejor estilo de Manuel
Lapuente- hace cambios netamente defensivos que muy a las claras indican que ya se conformó con el marcador; y
un investigador sajón ya hizo el estremecedor descubrimiento de que en México, como en la Dinamarca de Hamlet,
todos nos dedicamos a espiarnos unos a otros; mientras todo esto sucede, su Charro Negro está contemplando por
primera vez, en su ya larga vida, una nevada. Yo la nieve la conocía en bolitas y sin salir de la Capital. Me bastaba ir a
"La especial de París" o a "La Siberia" o a "Chiandoni" y la nieve venía a mí en módicas y sabrosas raciones. Ahora la
estoy conociendo al natural y en raciones que se miden por toneladas. Es muy emocionante y novedoso. Veo caer la
nieve con la misma cara de payo que pondría un esquimal que contemplara a las bikinadas de Acapulco. Parezco
entre gallina comprada y gamuza en fábrica de chamarras. Me siento amenazado, descolocado y encantado. Es una
experiencia sin antecedentes biográficos. Los próceres que tenemos raíces xalapeñas no tenemos otro antecedente
nevado que el Pico de Orizaba; pero esto de caminar por una calle mientras todo se va tornando blanco como si se
tratara de un beatismo congelado, nunca me había tocado vivirlo. Mis únicas referencias son literarias y pienso en
Tolstoi, en el imprescindible Chejov, me transformo en Raskolnikov, o recuerdo "De blanco" un poema de Gutiérrez
Nájera, o una línea de Díaz Mirón donde habla de "la veste Zarca" (la túnica blanca) de Jesús; o me asaltan Jack
London y Bioy Casares que tiene un hermoso relato que se titula "El perjurio de la nieve". Los nativos descienden por
la laderas en skis o en "snowboard"; los mexicanos descienden casi todos en camilla y mientan madres igualito que
Caletri. Yo tengo mi propia pista que es esta hoja en blanco por donde desciendo con mi pluma que trata de deslizarse
limpiamente y sin cometer ningún perjurio. Ya conocí la nieve. Ya contemplé desde mi ventana a los que parten
gozosos rumbo a la montaña para regresar horas después, con aspecto de que los acaba de atropellar un microbús.
Ya mi amiga Alma me proporcionó la dirección de sus primas en Ciudad Cuauhtémoc, Chihuahua y ya me dijo que
ellas me regresarán al buen camino. Que Dios la oiga. Saciada mi curiosidad, regreso a México lindo y querido. En lo
que llego y para compensar tanto frío, no olviden que hoy toca.

Agradecimientos

Gracias, Señor, por la nieve y por el abrigo. Gracias a una señora muy linda que se puso guapa con unos disfraces de
gorila para que en la fiesta del Bucles no faltara nada. Gracias a Ana, mi amiga de Barcelona y del alma por aumentar
el arsenal de investigador del mini-Sherlock. Gracias a mis amigos que tanto me acompañan y a mis enemigos que
tanto me estimulan. Vuelvo a Díaz Mirón: "En versos que perduren/ publicaré a los siglos mi venganza." (Mira, mira).
Envíos

Este artículo es para la Rubia Misteriosa que es mi brazo derecho, pero también es el lado derecho de mi corazón y
mi cerebro. Tanto amor que la protege no permitirá más que su salud y bienestar.

Recordatorio

El espía que vino del frío, o sea yo, se permite recordarles que hoy tienen que nevar amores y arrebatos. Es viernes y
hoy toca.

Cualquier correspondencia con esta columna presidida por un muñeco de nieve, favor de dirigirla a
gdehesa@infosel.net.mx o al Apartado Postal 19-111, Delegación Benito Juárez, México D.F.

Gaceta del ángel / ¡Nos vemos en el infierno

Por

Germán Dehesa

(28-Feb-2000).-

Alguna vez ya dejé constancia escrita de la singular fascinación que ejercen en mí los villanos. No es un cargo fácil de
ocupar y preservar. El mundo está lleno de aspirantes a villano, de villanejos, de vicevillanos y de postvillanos; pero
escasean los villanos sólidos, perseverantes, profesionales, orgullosos de su oficio y coherentes hasta el final.
Dostoyevsky y la historia de México han logrado crear algunos de estos caracteres notables. El más reciente de ellos
se apellida Caletri y físicamente podría ser el resultado del improbable matrimonio entre El Caballo Rojas y Mario
Villanueva. Los medios se han encargado de contarnos su horripilante carrera delictiva (que incluía hasta la
subcontratación de secuestros), su posterior aprehensión en una caseta telefónica (por andar de pizpireto) y su
fragorosa y florida presentación en sociedad, representada en este caso por los chicos de la prensa que tuvieron que
aguantar a grabadora firme el oratorio diluvio de denuestos que Caletri lanzó sobre ellos y sobre las mamacitas de los
reporteros (if any, diría Cosío Villegas). La brillante andanada remató con el siguiente y galano parlamento: ¡nos
vemos en el infierno! Esta lapidaria línea no tiene que ser leída necesariamente como una maldición. Si se piensa

bien, para la mayoría de los que hoy habitamos en las grandes urbes del país, podría sonar hasta como promesa de
campaña y esperanza de mejoramiento. Quiero pensar que el infierno es una negociación más segura, más confiable
y hasta más divertida que la que hoy nos ofrece el diario vivir en Monterrey, Guadalajara o México. Por muy
congestionado que esté el infierno, tendrá más orden y vialidad que las que nos brindan las grandes ciudades. Los
trámites infernales serán seguramente más sencillos y todos los condenados tendremos la enorme ventaja de saber
que estamos tratando con puros e inocultables desgraciados que no se disfrazarán de servidores públicos, ni podrán
decirnos que lo único que desean es el bien del infierno, ni utilizarán artilugios tan burdos como el Fobaproa para
robarnos. En el infierno toda la educación será inferior, pero a nadie le molestará; el tráfico y consumo de enervantes
no tan sólo será legal, sino recomendable; en una sección especial estarán todos los embajadores de Estados Unidos
haciendo declaraciones fulminantes que serán el regocijo de todos los avernícolas y, lo mejor de todo, no habrá
elecciones, ni candidatos metidos en la sórdida competencia para ver quién dice la burrada más grande. Como ya
habrán percibido, las ventajas del infierno son sustanciales. Sólo resta agradecerle al señor Caletri sus buenos
deseos: nos vemos en el infierno y ahí juntitos los dos haremos de las flamas terciopelo.

Dice Jorge Serna...

...que es el único americanista que disfruta las crónicas que escribo cuando pierde el América. Me duele mucho
contrariarlo, pero por culpa del Toluca (para que vean que el infierno también puede desprestigiarse) no puedo ahora
celebrar la caída del águila. Toluca ganaba 2-0, los perros bravos ya se habían encuerado; 40 minutos después,
América ganaba 4-2, los perros se tuvieron que vestir y yo sentí en el alma unas ganas inmensas de llorar. Como dijo
el gangoso: dibodobadito.

El Reiterado Homenaje

Van a decir que ya se me hizo vicio esto de elogiar a Gilberto Rincón Gallardo y a Gabriel Zaid. Es posible, pero en
mitad del coro de los grillos que cantan a la urna, siempre es una felicidad comprobar que el tino y la inteligencia
sobreviven. Con su serenidad habitual, Rincón Gallardo, un verdadero hombre de izquierda, reflexiona sobre la
educación en México y nos avisa que la solución de sus graves problemas no es exclusivamente monetaria; es una
cuestión de imaginación y de voluntad que nos lleven a un replanteamiento a fondo de los objetivos que perseguimos
al educar a los mexicanos y de los medios que hay que poner en juego para lograr esto. Por su parte, Zaid nos habla
en su artículo titulado "Fomento microempresarial" de las absurdas e infinitas trabas que le aguardan al ingenuo
mexicano que pretende establecer una microempresa. No hay político, ni funcionario que no alabe a la microempresa
y que, en teoría, no vea en ella el gran detonador de la siempre diferida prosperidad nacional. Todos hablan
maravillas, pero ninguno ha hecho una propuesta articulada para darle fluidez y viabilidad a la microempresa y al
microcrédito que, según me consta por los resultados del Programa "Compartamos", es útil y es exitoso. ¿Sería
demasiado pedir a los candidatos que dejaran un ratito de darse fobaproazos y pensaran en propuestas y soluciones
de este tipo?.

Cualquier correspondencia con esta columna que yadibodo, favor de dirigirla a gdehesa@infosel.net.mx o al Apartado
Postal 19-111, Delegación Benito Juárez, México D.F.

Gaceta del Angel / Centro izquierda

Por

Germán Dehesa

(29-Feb-2000).-
La geometría política de México ha entrado de lleno en su fase no euclidiana. De por sí, nuestro temperamento
rumbero y jarocho le ha dado a conceptos aparentemente tan nítidos como "derecha" e "izquierda" las connotaciones
más coloridas y barrocas que registra la historia de la ciencia política. A los que tenemos edad suficiente nos bastaría
con recordar ese magno capirucho verbal que se aventó López Mateos cuando habló de que su gobierno era de
"izquierda atinada". Y era apenas el período clásico temprano. De entonces para acá, hemos vapuleado de tal modo
las nociones de derecha e izquierda que las hemos dejado irreconocibles (de hecho, ya se rindieron por default); tan
inservibles quedaron una y otra que, muy en la globalimoda, echamos mano de la noción de "centro" para que de
inmediato los ideólogos, los jilgueros, los chícharos y los partidos se mudaran a vivir en él. Casi de un día para otro y
sin previa reflexión (trámite perfectamente evitable en la política mexicana) todos se volvieron "centristas"; unos
guardaron su escapulario verde, otros pulverizaron su busto de Marx y el camaleónico PRI no hizo nada porque, entre
sus múltiples dones naturales, está el de adquirir instantáneamente el color y la textura de la escenografía ideológica
que se vaya presentando.

Con todo y el hacinamiento, vivir en el centro es enormemente cómodo y exitoso. Como realmente ser del centro no
significa nada, puede ser la justificación para todo. Tan exitoso ha sido el centrismo, que pronto será necesario crear
franquicias y abrir sucursales de modo que se cumpla el viejo delirio verbal provocado por Santana: "y retiemble en
sus centros(?) la tierra". Insisto: en política ser centrista no compromete a mucho, pero tiene una balsámica y relajante
acción sobre los ciudadanos que, al saber que tal o cual candidato es de centro, reciben subliminalmente el mensaje
de que ese señor o señora que quiere nuestro voto es algo pero no mucho. Si así solita la noción ya es borrosona,
todavía puede empeorar cuando se le añaden otros conceptos. Tratemos, por ejemplo, de pensar en el brutal
desmantelamiento de la lógica cartesiana que está implícito en el hecho de afirmar que se es "de centro izquierda" (es
como ser sureño del norte, o nórdico súrdico); más que un posicionamiento ideológico es un delirio geométrico cuyo
autor, si aprendiera las ventajas y virtudes del silencio, nos podría haber ahorrado. Si necesitaba decir algo (que no
era el caso) podría haber dicho que era de izquierda moderada, o de derecha liviana, o algo más sensato y coherente.
Con tan malos ejemplos, pronto aparecerán los políticos que nos digan que son de centro abajito, o de centro
diagonal. Me permitiría proponer que nombráramos al centro patrimonio de la humanidad para que nadie se meta con
él. Lo que realmente nos interesa saber de los candidatos es si tienen compasión por México, si tienen un proyecto
viable e incluyente para que todos salgamos del atolladero; si son decentes y si conocen y disfrutan su propio centro.
Dicho más sucintamente: ¿no podrían ser más centrados?

w Mira, Papá...

...de veras que yo intento leer tus artículos, pero comienzas a hablar de políticos y entre que me desespero y me
aburro. Demoledoras palabras de mi hija Mariana (a) la Ninfa Montessori. A sus doce años ya tiene opiniones nítidas y
contundentes; la política -y éste es un síntoma de salud mental- le importa un puro, celestial y globalifóbico pistache.
Añade: ¿no podrías hablar de cosas más interesantes? Repongo: ¿cómo cuáles, princesita tenochca? No sé, me dice
la jovencita de tersa piel, podrías hablar de mí; sería un éxito. Esta sección es un acto de obediencia; espero que la
lea y todavía mejor: espero que me quiera.

Cambio en la Alineación

La Tractor que ha dedicado su vida a malcriar al Bucles, a alburear al padre de la quinquenal criatura y a organizarse
un magno embarazo, ha salido temporalmente de la alineación titular. En su posición de carrilera ha ingresado a la
cancha la ruda Delfina (a) la Chupitos II. Ayer se presentó con un modernísimo corte de pelo que antaño sólo usaban
los sobrevivientes del tifo. Como de pasadita, rompí a cantar: "¡Ya llegaron las pelonas!". La Chupitos II detuvo su
recio paso, me miró con femenina mordacidad y me dijo: ¿las pelonas? mire quién habla. Dehesa sufre.

Cualquier correspondencia con esta columna que es de centro arribota, favor de dirigirla a gdehesa@infosel.net.mx o
al Apartado Postal 19-111, Delegación Benito Juárez, México D.F

Gaceta del Angel / El Santo JOV

Por

Germán Dehesa
(01-Mar-2000).-

Mis buenos y muy queridos lectores jaliscienses (por cierto; mi más sentido pésame para las Chivas y un abrazo
erótico y varonil para Trino) ya tienen antecedentes de un asunto que comenzó siendo local y que, en los últimos días,
se ha vuelto globalifílico (supongo que la creación del hombre también comenzó siendo un incidente local). Me refiero
a las cuantiosas e ilícitas maromas del ínclito personaje llamado Cirilo José Ocampo Verdugo, conocido entre la mejor
sociedad (que es la peor) como JOV. Su enorme y ramificado tendedero donde -dicen los medios- ponía a secar los
dólares recién lavados se le comenzó a deshilachar en una caja de ahorros que regenteaba en Puerto Vallarta. Todo
fue -dicen las siempre confiables autoridades- tan burdo e irritante, que ahí comenzaron a entrar en sospechas y a
darle "seguimiento" al asunto y a abrir "líneas de investigación". El hecho es que en este caso (¡oh, magnífico
milagro!), mediante el sencillo trámite de averiguar hasta dónde llegaba el tendedero, se vino a descubrir que el señor
JOV que cuidaba los ahorros de los neovallartinos, hacía lo propio en decenas de lugares y que lo hacía tan bien y
con tanto escrúpulo y eficacia que, si le hubieran dado un poquito más de tiempo, podría haber comprado completo el
territorio africano a precio de locura (¿no hubiera sido maravilloso anexarle a nuestra Federación el Estado de Africa,
capital Nairobitlán de Comonfort?). La justicia mexicana tronchó en flor los patrióticos afanes de don JOV. Me parece
bien. Sobreviven algunas preguntas: ¿por qué las autoridades mexicanas tardan tanto en descubrir las evidentes
anomalías de tantos y tantos desplumaderos civiles que se encubren bajo el rubro (ya casi giro negro) de
"instituciones de crédito y ahorro"?; ¿son en verdad tan difíciles de detectar las ganancias ilícitas, los manejos
fraudulentos y las entradas y salidas de divisas de origen sospechoso?; ¿en qué están pensando los H. mexicanos
que depositan sus pocos o muchos ahorros en manos de alguien como don JOV del cual basta con ver la fotografía,
para cancelar toda posibilidad de comprarle ya no digamos un auto usado, pero ni una bolsita de arrayanes o Glorias
de Linares? Alguien en nuestro país tiene una ingenuidad y una paciencia que dejan al Santo Job en calidad de
neurótico limítrofe. ¿Serán las autoridades? o ¿acaso seremos nosotros, Maestro?

Tercera Llamada

La primera fue la UNAM. La segunda se cifra en la estremecedora fotografía de decenas de "agentes del orden"
semidesnudos y arrodillados. La tercera ocurrió este domingo en la martirizada Tijuana. ¿Qué ocurre? Ojalá y alguien
lo sepa. Yo sé de una sociedad exasperada y arrinconada y sé de una frágil legalidad (que es, para tí y para mí, la
única protección asequible) que se está desfondando por muchas partes. Nada de esto puede ser bueno para los
ciudadanos honrados (expresión que tendría que ser un pleonasmo).

Tres Regalos

Hace unos meses, mi amigo Palisandro Colina me regaló "Las afueras de Dios" de Antonio Gala (Ed. Planeta); si van
o vienen o están en el amor y sus desfiguros caudalosos y emocionantes, disfrutarán de este andalucísimo relato que
es un bello cuaderno para iluminar (la vida). La semana pasada, la Hillary me regaló "Borges, sus días y su tiempo" de
María Esther Vázquez (Ed. Argos) que re-produce y re-presenta las sabias, lúcidas, sosegadas, bienhumoradas y
precisas conversaciones de Borges, mi amadísimo minotauro. El domingo, mi hija Juana Inés que es sabia y que es
mula (¡ahi, nomás, nomás!) me regaló "1791. El último año de Mozart" de H.C. Robbins Landon (Ed. Siruela) que es
una hermosa crónica de la belleza que pueden producir la enfermedad y el desconsuelo. Loados sean los dioses que
nos dan amores que nos regalan libros y nos dan paciencia y curiosidad para leerlos y, a veces, hasta para
entenderlos.

La Disyuntiva del Siglo


Me desgarra. Me quita la paciencia y la calma: ¿Luis Miguel o Ricky Martin?

Cualquier correspondencia con esta columna con la paciencia muy mermada y mormada, favor de dirigirla a
gdehesa@infosel.net.mx o al Apartado Postal 19-111, Delegación Benito Juárez, México D.F

Gaceta del Angel / Canguros alarmados

Por

Germán Dehesa

(02-Mar-2000).-

Todo parece indicar que los australianos son muy soflameros, preocupones y sacaletiras. Nada más porque ya
quedaron de organizar la Olimpíada andan como pepita en comal, como perico en alfombra, como Alka Seltzer con
Tehuacán. Ni que fuera tan difícil. Aquí nos salió a todo dar y al gobierno le dió tiempo hasta de organizar una
matanza cuya investigación va muy avanzada. Me imagino que de lo que estamos hablando es de las abismales
diferencias que existen entre las culturas espasmódicas como la mexicana y las culturas metódicas como la
australiana. El imposible diálogo entre un guajolote y un ornitorrinco. A este respecto, invoco un asunto que me parece
particularmente conmovedor: a seis meses y medio de la inauguración olímpica, los australianos están
preocupadísimos ante la eventualidad de que pudiera presentarse en Sidney un congestionamiento de tránsito
provocado por la súbita afluencia de visitantes de todo el mundo. Este asunto de la vialidad los tiene con
dillisusindimaud. Tan alarmados están, que se han dado a la tarea de diseñar operativos y dispositivos interinos para
prevenir esa grave contingencia. Lo creamos o no, ya están listas estas medidas preventivas; ahora su problema es
similar al de nuestro señor Don Quijote cuando se vió en el trance de disponer sus armas: ya las tenía, pero no sabía
si servían; reaparece la diferencia: Don Quijote decidió que era cuestión de averiguarlo sobre la marcha; los
maniáticos australianos, para probar la eficiencia de su dispositivo, han decidido organizar un "simulacro de
embotellamiento" y para ello han solicitado la colaboración de 2000 automovilistas que estén dispuestos a
encamotarse en la salida "Queensland-Pericoapa" del periférico de Sidney. ¡Qué ganas de complicarse! En
situaciones así hay que recurrir a los expertos y no vacilo en afirmar que, en todo lo referente a embotellamientos, los
mexicanos tenemos la mera tecnología de la mera punta. Un telefonema a doña Rosario Green y en 72 horas (para no
quedarles mal: en un mes) trasladamos a Sidney mil microbuseros, tres marchas de maestros, ambulantes y
barzonistas de Puruándiro; 3000 pujantes amas de casa con camionetota, dos comitivas oficiales, 300 juniors que
juegan arrancones, 800 mil oficinistas con su Tsuru y su Amigo Kit, dos transportes de redilas con sendas y huidizas
cargas de marranitos y cebucitos, un helicóptero de Radio Red y un enloquecido camión del Politécnico. Todo esto, si
quieren un congestionamiento light; si lo quieren xxx (hard-porno), les mandamos a los policletos rebeldes, a los
chapingueros y al Mosh. Consulten a los expertos y déjense de austroxaladas; porque los que sabemos de esto nos
permitimos, sin menoscabo de la soberanía australiana, hacer tres respetuosas observaciones: a) no es muy seguro
que en toda Australia junten 2000 coches; b) en caso de que éstos existan, es poco probable que los conductores
australianos estén dispuestos a colaborar eficazmente sin ese indispensable entrenamiento previo que todo
manejador mexicano tiene ya de por sí; y c) a modo de reflexión final, nos permitimos hacer una pertinente
consideración geográfica: es indudable que a las Olimpíadas de Sidney acudirán miles de observadores, pero no es
muy factible que lleguen por automóvil, a menos que éste sea anfibio. Digo.
Pro Domo Sua

Intentaré decir algo a favor de mi casa y algo a favor de los míos. Comencemos con la casa: si alguien me propusiera
vivir una semana con esos dos letrados peluchochos que se apellidan Burgoa Orihuela y Carrancá y Rivas, creo que
preferiría cortarme las venas con una galleta María; pero aquí lo importante es que la UNAM es mi casa (por
agradecido amor y no por excluyente propiedad) y me ofende verla convertida -de ida y vuelta- en espacio de la
intolerancia. Si en ella ya hablaron los ultralíderes hasta que se ahorcaron con su propia lengua, no entiendo ni acepto
por qué no han de hablar ahí dos ilustres universitarios. Es justo y civilizado (Jus semper loquitur) aceptar o disentir,
pero lo imperdonable, lo ofensivo es no escuchar.

Hablo ahora por los míos. Mi libre y voluntario testimonio es éste: Alejandro Aura es un hombre íntegro y de bien.
Juntos (ba)voceamos y juntos nos habrá de encontrar la muerte, desdicha fuerte. Lo demás, a mi juicio, son tarugadas
láser.

Cualquier correspondencia con esta olímpica columna, favor de dirigirla a gdehesa@infosel.net.mx o al Apartado
Postal 19-111, Delegación Benito Juárez, México D.F.

Gaceta del ángel / Los recortes

Por

Germán Dehesa

(03-Mar-2000).-

Yo nací en el período pre-clásico de la cultura mexoamericana; en mi conmemorada infancia estuve muy ocupado;
tenía que ir a la escuela, honrar a mi padre y a mi madre (esto era lo más laborioso) y cumplir dos estratégicas faenas
domésticas: ir a la miscelánea a comprar fideo del delgadito y a la panadería a adquirir los cocoles de mi mamá, las
teleras de la familia y las campechanas (en aquel entonces no existía Laida Sansores) de mi papá; mi temprana
capacidad negociadora me había granjeado la buena voluntad de las expendedoras y las cordiales concertaciones me
garantizaban el inalienable derecho a recibir pilones y recortes; estos últimos consistían en trocitos de jamón,
rebanadas de queso, pedacería de galletas y bolillos cuchos pero comestibles. Esos

eran buenos recortes. Más sin en cambio (así hablan muchos capitalinos), los de ahora más que recortes, parecen
amputaciones. Las respectivas dependencias podrán declarar esto o aquello; los voceros oficiales nos recetarán las
previsibles justificaciones; pero los ciudadanos del común no entenderemos fácilmente por qué el golpe de cimitarra
tenía que caer en tan estratégicos lugares (así dijo el compañero de Lorena Bobbit). Veamos: sin la pericia necesaria
para juzgar sobre el tema, se me ocurre que recortar el gasto de Pemex es un acto de temeridad y un sinuoso modo
de justificar a priori las fugas, los derrames, las explosiones y todo aquello que pueda achacarse a la falta de
mantenimiento en una industria que hoy (tristemente) es clave para la captación de dólares. Recortar el presupuesto
en Comunicaciones -cuando éstas se han vuelto la llave del futuro- es otro modo de patrocinar nuestro rezago y ese
ancestral aislamiento que sólo beneficia a aquéllos que, en favor de la desinformación y la impunidad, optan por el
autoritario monólogo de la soledad, o su equivalente: la canalización exclusiva y excluyente de la información y la
publicidad por vía de una entidad tan sospechosa como Notimex. Mermar la inversión educativa que, al fin y al cabo,
es nuestro único camino de superviviencia digna, suena también a ceguera y a falta de compasión por México.

A reserva de discutir si tales recortes eran indispensables, o se hicieron a nombre de Fobaproa y de las buenas
cuentas macroeconómicas que el sistema tiene que entregar a sus verdaderos patrones, quedan pendientes otras
preguntas: ¿es calculable el daño que dichos recortes nos van a producir a los que no somos mexicanos sexenales?;
¿quitarle dinero a estas tres dependencias significa que antes se les estaba otorgando demasiado?; ¿se ha vigilado
que el dinero público se aplique rigurosamente a su único objetivo justo que es el beneficio de la comunidad?; ¿por
qué, puestos a recortar, no impusieron previamente una total cancelación de rubros tan estúpidos como choferes,
transportes lujosos, celulares, guaruras, chayotes, viajes tan absurdos como el de Rosario Green a la Unión Soviética
(es que no conocía, dice la muy recuperada Rubia Misteriosa), las giras internacionales del Presidente, la multitud de
burócratas ineptos e inútiles, los desvíos de fondos y el financiamiento de las campañas políticas más onerosas del
mundo? Yo pregunto. Nosotros preguntamos. Vosotros deberíais responder. Hay de recortes a recortes.

¡Qué Angustia tan Espantosa!

Ya completo, el delicioso parlamento que Oscar Wilde pone en boca de la joven protagonista de "The importance of
being earnest" dice así: "Qué angustia tan espantosa...espero que se prolongará." Pues así estamos con el
espantable caso de Enrique Borja, humorista involuntario y autor de un parlamento que también podría ser wildeano:
"Presentaré mi renuncia...si me la aceptan, me va a dar mucha tristeza." Como si los mexicanos no tuviéramos ya
suficiente con la pulverizante disyuntiva entre Luis Miguel y Ricky Martin, ahora Joserra nos damnifica el alma con
esta otra: ¿Borja o la secretaria? Omaigod! La única luz en el metafísico apagón es saber que hoy toca.

Envío

Estas líneas son para mi amiga Gloria. ¡Gloria a Gloria! No saben qué fiesta de cumpleaños se aventó. Insisto: hoy
toca.

Cualquier correspondencia con esta recortada columna, favor de dirigirla a gdehesa@infosel.net.mx o al Apartado
Postal 19-111, Delegación Benito Juárez, México D.F.

Gaceta del ángel / Piensa otro número (Un nuevo mito genial

Por

Germán Dehesa

(06-Mar-2000).-

Con asombro, quizá con alarma, los lugareños dicen haber atestiguado el prodigio. No es imposible que se trate de un
caso ñpor lo demás, tan frecuente en estas latitudes tropicales- de alucinación colectiva. Los que dicen haberlo visto
hablan de dos manos afantasmadas, como recién extraídas de las narcofosas, que en sus abiertas palmas sostenían
un pálido globo tricolor; parecía como que se iba, o como que se venía en el más correcto sentido de la palabra. Ahí
estaba sostenido mágicamente en el espacio para dicha y estupor de don Pedro Ferriz y Jaime Maussán. El rumor fue
casi simultáneo a la aparición: es el nuevo PRI le decía en voz baja un lugareño a otro y a otro y así hasta llegar a
Tapachula; ahí el rumor decidió cambiar de dirección y emprender el viaje rumbo a Tijuana que es un risueño
pueblecillo al que acuden los que buscan la paz, el silencio y el recato provinciano. Según me cuentan, esto sucedió
no hace mucho. Todos, cuentan las voces anónimas, sintieron, presintieron o resintieron al nuevo PRI más cerca de
sí. La tricolor y evanescente pelota volaba de pueblo en pueblo como esos pases de taquito que hacen los futbolistas
nacionales que culminan con el balón surcando los aires y abandonando el estadio. Así de voz en voz y de pueblo en
pueblo se fue creando el mito del nuevo PRI. Hoy ya nadie está seguro de nada. Hay quien dice que la megabola sí
existió, pero se elevó y desapareció en lo azul (o en lo blanquiazul); los hay que dicen que jamás se concretó su
transferencia porque los documentos que acreditaban el uso de cielo del novedoso cuerpo astral traían una firma
falsificada; también se comenta que el flotante asteroide sí existió, pero que no resistió ni las presiones inflacionarias,
ni el fantasma de la altura y tronó de horrísona manera y se disipó en la atmósfera que quedó muy enrarecida. Todo
esto cuenta la tradición oral. Historiadores y politólogos serios no aceptan esta elaboración del inconsciente colectivo
que se forma, como todo mundo sabe, al juntar a un chorro de inconscientes cuya insensatez apunta en la misma
dirección. Según los doctos en la materia, todo fue un simulacro y un estéril intento por fundir y confundir dos
incompatibilidades: el concepto nuevo anula por fuerza al concepto PRI. Las imposibles nupcias entre un saurio y un
horno de micro-ondas. Algunos ejemplos: si los virtuales neopriístas se hubieran atrevido a externar su deseo de que
el poder sirviera a la gente, tácitamente provocaban la pregunta ¿antes a quién servía?; si hubieran dicho:
acabaremos con la impunidad, nos estarían contando sintéticamente su propia historia de 70 años de
impunidad...Dicho de modo más apretado: hubiera sido el harakiri huasteco. La bola fue eso: una pura bola. Piensa un
número; le sumes lo que le sumes, le restes lo que le restes, te dará 71. Es mágico.

Un Mensaje de Esperanza

Esto ocurrió en un concurrido semáforo de avenida Constituyentes. Decenas de transportes esperábamos la luz
verde. En ese momento apareció un desafiante personaje masculino que enarbolaba una pancarta: "Yo tragaría
lumbre; pero hace mucho daño a los pulmones. Colabore a mantenerlos sanos." ¿Y qué hiciste? me pregunta la
señora potosina siempre atenta a los pequeños detalles de mi biografía. Pues le di lana y le dije: aquí te estás
desperdiciando; tú tendrías que estar en la campaña de Silva Herzog con una manta: "Yo haría campaña; pero ya
entré en la web."

¡Sigan Votando, Campeones!

Se comunica conmigo una mujer de la tercera edad que me dice: yo necesito atención médica, pero si gana
Labastida, no me va a pelar porque ya no me puedo embarazar. Impecable razonamiento. Ya del inglés y de la
computación ni hablamos.

Envío

La honrada e inteligente voz de Humberto Murrieta ya le salió al paso a tantísima xalada que escuchamos
diariamente: a) no todos los que cayeron "en la panza de Fobaproa" son necesariamente defraudadores y criminales;
b) una cosa es el turbio Fobaproa y otra es la que con el nombre de IPAB están tratando de construir varios
mexicanos honorables; c) la única manera de disipar las mencionadas turbiedades de Fobaproa es publicar íntegras
las costosas listas de los que se treparon en ese barco. Las listas están en manos de los legisladores. Ellos tienen la
palabra. De ellos depende que la expresión ¡hijo de tu fobaproica madre! no sobreviva como insulto postmoderno (o
que, por lo menos, se vuelva más especializado y menos genérico). Oportunas y agradecibles aclaraciones de H.
Murrieta, el relámpago azul y oro de Sotavento.

Cualquier correspondencia con esta columna coronada por una bola tricolor, favor de dirigirla a
gdehesa@infosel.net.mx o al Apartado Postal 19-111, Delegación Benito Juárez, México D.F
Gaceta del Angel / El país Scherezada

Por

Germán Dehesa

(07-Mar-2000).-

Han comenzado las celebraciones por el Día de la Mujer. No tengo objeción, aunque, como presidente de la fracción
ultra-Scrooge, tampoco tengo la menor intención de festejar. Antes de que se me arranquen las ñoras, declaro que
estoy estructuralmente imposibilitado para cantar las virtudes de nuestro mujerío, pues considero que la vida de un
hombre o está dedicada, instante por instante, a cultivar, a procurar, a agradecer y a celebrar el afecto y la compañía
de las mujeres; o está irremisiblemente condenada a cien años de soledad. Jaime Sabines solía decir que en la
gramática de la humanidad, las mujeres eran el sustantivo y los hombres, en el mejor de los casos, seríamos
desechables adjetivos. Aunque en mi vida me he encontrado con algunas féminas que no llegaban a ser ni artículos
indeterminados; estoy de acuerdo con lo dicho por mi amigo el poeta.

Recuerdo ahora un vetusto texto de mi período azul. En él expresaba yo mi admiración por una notable fabricación
literaria, oriental y femenina: Scherezada, la intrépida mujer que noche a noche, a golpes de imaginación y de
palabras, se ganaba un día más de vida. En los tiempos actuales, varios asuntos me han hecho recordar a esta
muchacha que se mantenía viva gracias al canto y al cuento. He pensado, por dar un caso, en el lastimoso asunto de
la certificación que, año con año, obliga a todo el país a ser Scherezada y a inventar un cuento para obtener
misericordia y perdón del Sultán del Norte. Lamentable Scherezada. He pensado también en los candidatos y en sus
vacuos discursos que pretenden ganar nuestro favor. El que pronunció Labastida en la febril fiestecita del cumpleaños
del PRI fue un fallidísimo intento por combinar la grisura lamadridista con el rojo colosista y el jaspeado e indefinible
color del zedillismo. El resultado me pareció lamentable, sentimentalón y triunfalista. Si de lo que estamos hablando es
de la magia de las palabras y de su capacidad para convocar un fervor que las transforme en actos, ninguno de los
tres candidatos mayores corre el peligro de aproximarse a los poderes de Scherezada. Otras virtudes tendrán; pero si
esto es así, que se eviten y nos eviten la pena de tanta declaración mal tramada y tanta promesa incumplible e
ingenua. Olvidémonos del nivel de zafiedad que ha alcanzado la interlocución política; ya bastante sufrimos con la
cursilería.

Todos queremos obtener la voluntad del otro a base de palabras. Yo mismo estoy aquí pastoreando vocablos para
ganarme la vida. Muy lejos de todo este mundanal ruido, permanece alguien que no desea el poder temporal, sino el
encanto de la estricta belleza ("Este era un rey que tenía...): Scherezada.

A la Orilla del Palmar

Así estoy. Sospecho que Mayito dejó un taco encargado para mí. Los análisis dirán si es influenza o tifoidea. Lo único
que me consta es que me siento perro café y a la orilla de palmar (a punto de darme de baja).

Un Drama Tapatío
Bueno, es tapatío y es nacional. Son tantos los puestos de elección que están por dirimirse y son tantos los partidotes
y los partiditos que, en un descuido, no van a quedar votantes, pues todos vamos a resultar candidatos a algo.

Justicia Pronta

Aunque no sean Scherezada, a nuestros leguleyos y a nuestro (es un decir) Poder Judicial siempre se les ocurre
algún confuso laberinto verbal para disfrazar ésta o aquella ofensa a la paz ciudadana. Se trata ahora de terminar de
colapsar el Periférico Sur mediante el uso de dos torres de oficinas para instalar ahí mismo en la lateral del Periférico
Sur, entre el puente de las Flores y la calzada del Desierto de los Leones, diez juzgados de distrito y once tribunales
de circuito. Según los sapientes letrados todo está en orden; todo está en paz; la lateral del Periférico es un "corredor
comercial" (???); se procede así para darle a la ciudadanía "justicia pronta" y, si alguien no está de acuerdo con tanta
bondad y sabiduría, se le cubrirá con una descalificadora manta con un letrero que dice "Un grupo de vecinos".
Considérenme uno más del multitudinario grupo y permítanme preguntar: ¿cómo pretenden impartir una justicia que,
está fincada -no se hagan que McCaffrey les habla- en perjudiciales maromas, todas ellas injustas e ilegales?

Cualquier correspondencia con esta cuentera columna, favor de dirigirla a gdehesa@infosel.net.mx o al Apartado
Postal 19-111, Delegación Benito Juárez, México D.F

Gaceta del Angel / El príncipe y el méndigo

Por

Germán Dehesa

(08-Mar-2000).-

No me digan que Diego no se siente príncipe y que Andrés Manuel no es pero bien méndigo. Al comienzo de su
rudísima pelea en súper-libre, Diego (que había llegado con noble porte y saludando hasta a un perico disecado que
tienen ahí en Televisa) ingresó al foro, se sentó regiamente en una como mesa de tepachería que había dispuesto
López Dóriga, lo saludó y comenzó a esbozar una sonrisa que se congeló. Este preciso instante es el que me interesa
rescatar: Diego ha quedado estupefacto y sus brillantes ojos contemplan algo con antiguo asombro. Esa cara es la
que debe haber puesto Cortés cuando miró a Moctezuma por primera vez. ¡Un maya! habrá pensado Diego. Ahí
estaba Andrés Manuel López Obrador vestido con una exótica sinfonía en verdes que le podríamos haber diseñado
Monsiváis y yo. Andrés Manuel saludó brevemente (¡un maya hispanohablante! pensaría Diego) y de inmediato puso
sobre la mesa un amenazador tambache de documentos similar al de su contrincante. Se ve que López Dóriga iba a
decirles: quiero una pelea limpia, no quiero cabezazos y tal, pero ni tiempo tuvo. Andrés Manuel desenfundó un
videocassette rojo como de película porno y solicitó que lo pusieran en transmisión nacional (luego se averiguaría que
era Diego exigiendo la quema de los "míticos documentos" del 88). Diego iba de estupor en estupor. El resto, como
bien les consta a ustedes, fue una violentísima zacapela. Tengo la impresión de que Diego llegó frío al ring y supuso
que en este pleito la victoria sería tan sencilla como en el debate del 94. Lo malo es que su rival le salió respondón y
le devolvió golpe por golpe. En estrictos términos de técnica, Diego es muy superior: su manejo del español es
impecable, su gesticulación es elegante y exacta y es notable su capacidad para rematar con algún letal sarcasmo sus
ráfagas verbales. Los viejos aficionados al boxeo sabemos que cuando se enfrentan un estilista y un ponchador, este
último es el que suele ganar. Andrés Manuel tiene un repertorio verbal más limitado; su lengua tropieza
reiteradamente con la expresión "de que", su acento sureño suena raro en el altiplano y, por si le faltara algo, en estos
pleitos tan apretados tiene que responder por él y por Cuauhtémoc (esto le sucedió en el debate en el Club de
Industriales y le volvió a suceder hoy martes por la mañana. Ya sería tiempo de que, a ese tipo de ataques,
respondiera sencillamente: esa pregunta hágasela a Cuauhtémoc; por el momento, la bronca es conmigo). Con todo y
esto, Andrés Manuel es contundente, revira rápido y se tira a matar al menor descuido de su contrincante. Del penoso
nivel de los argumentos e improperios que intercambiaron es mejor guardar silencio. Más que hablar de debate
político (que no lo hubo) lo que procede es hacer la reseña del entre que se dieron dos ciudadanos que se traían
muchas ganas. El dudoso premio a la mayor bajeza es para Diego que trajo a la discusión el tema de la muerte del
hermano de Andrés Manuel. La rudeza innecesaria corrió a cargo de Andrés Manuel que exhibió la fotografía de
Diego junto a Salinas. A mí no me pregunten quién ganó; la única seguridad que tengo es que en estos pleitos la que
pierde necesariamente es nuestra vida política.

Con Todo y Todo

La televisión mexicana parece salir de su marasmo oficialista. La realidad, así sea cruda y ausente de propuesta
comienza a asomarse a las pantallas. No se trata de un milagro, ni de una dádiva gratuita. La vocación natural de los
políticos y de los medios de comunicación es (tendría que ser) informar veraz, oportuna e inteligentemente a su
comunidad. Veo con alegría que el "espectador" comienza a entender que su tarea no es pasiva. Doy un admirable
ejemplo: el exitoso programa "Primer Plano" que transmite Canal 11. Si al debate-riña le sobró crudeza y le faltaron
inteligencia y horizonte político, a la sociedad le toca demandarlo y modularlo. Lo que es indudable no es que vaya a
ocurrir un cambio; sino que estamos cambiando vertiginosamente. Encuentro muy deseable que seamos parte de él.

Justicia Pronta II

Delegadas y Delegados del PRD, les tengo otras dos noticias: 1) Pronto no serán dos, sino tres los edificios
construídos en ese bello y despejado corredor comercial que es la lateral del Periférico Sur y "algunos vecinos"
estamos cada día menos dispuestos a tolerarlo. 2) Un cibercorresponsal me envía la interminable lista de llamadas y
mensajes que ha mandado infructuosamente durante siete meses para denunciar una fuga de agua que hay en la
esquina de ¿dónde creen? Lateral del Periférico Sur y Camino a Santa Teresa. ¿Se trata quizá de un caso de justicia
lenta?

Cualquier correspondencia con esta rijosa columna, favor de dirigirla a gdehesa@infosel.net.mx o al Apartado Postal
19-111, Delegación Benito Juárez, México D.F.

Gaceta del ángel / ¿Quién ganó

Por

Germán Dehesa

(09-Mar-2000).-
¡Otra vez la pollina encamina sus pasos al bíblico cereal! (¡otra vez la burra al trigo!). Los ociosos lectores y
cibernautas insisten en que quieren saber quién, según yo, ganó el debate-pugilato entre Diego y Andrés Manuel.
Según Sergio Sarmiento, cuya serena lucidez lo ha convertido en el fiel de la balanza, el ganador fue López Obrador,
pero lo fue por malas razones y con argumentos poco sustentados. Según Calderón, excelente dibujante y mejor
amigo, Diego se vistió de torero y le hizo la faena a Andrés Manuel que embestía de mala manera. Según su Charro
Negro, en el corto o mediano plazo, los ganadores fueron la sinrazón y muy especialmente el PRI (cuyo tramposo e
ilícito financiamiento regiomontano parece no ser advertido por el ciudadano común en toda su ilegal dimensión). ¡Una
trampa más! parece decir la ciudadanía con voz resignada y sumisa. Todo esto me lleva a la sospecha quizá
paranoica de que una vez más estamos frente a los...

...Tres Actos

La obra se estrenó en 1994 bajo la dirección de Carlos Salinas. Consta de tres actos cuya sinopsis ofrezco al curioso
lector.

PRIMER ACTO: Hay tres protagonistas llamados PRI, PAN y PRD. El candidato del PRI (Zedillo o Labastida) se
mantiene en la gris y confortable penumbra del bajo perfil (cosa fácil de lograr para Zedillo y Labastida). Mientras el
priísta permanece en una esquina neutral, el candidato panista (Diego o Foxidiego) se encarga de pulverizar al
candidato perredista. Si se analizan y se comparan con cuidado los debates del 94 y éste que acaba de ocurrir, en
ambos casos, en presencia y en ausencia, el más raspado ha sido Cuauhtémoc. Mientras tanto, el sistema se encarga
de mantener viva y a fuego lento una amenaza de desorden y de peligro de violencia (Chiapas, el narco y la UNAM)
que predispone a las conciencias y a las subconciencias a favor del malo por conocido. La frágil ciudadanía supone
que, a pesar de todos sus horrores, el PRI es el único que puede lidiar con la "amenaza enmascarada". Las últimas
encuestas confiables avisan que el 50% de los mexicanos prefiere el mantenimiento del orden(?) actual y que el 30%
añora el autoritarismo. El libreto funciona.

SEGUNDO ACTO: Una vez golpeado y mermado el candidato perredista; los medios y la inducción de conflictos
internos se encargan de bajarle el volumen al candidato panista que, por enfermedad, cansancio, declaraciones
absurdas, bloqueo mediático y alguna otra razón misteriosa; se va desdibujando y dilapida tristemente el capital
político adquirido en el primer acto. El candidato priísta se mantiene en la grisura y el miedo sigue haciendo su trabajo.
Confirmado: el libreto funciona.

TERCER ACTO: Con sus oponentes reducidos a la virtualidad, emerge glorioso el candidato priísta que, casi de
golpe, le sube el volumen a su campaña y se encamina a un triunfo arrasador. El melodrama ha sido un éxito. PRD,
PAN, EZLN y CGH hicieron su papel de modo insuperable. Ellos saben cómo hacerlo.

Preguntas a los candidatos opositores: ¿así van a estar?; ¿así van a seguir?; ¿para eso les pagamos?

Pregunta a la ciudadanía: ¿habrá una segunda función de esta gótica tragedia musical?

Los Grandotes y los Chiquitos

Si en la democracia sólo se tratara de discernir quién representa a la mayoría para, acto seguido, depositar en sus
manos las decisiones y los actos de gobierno que nos conciernen a todos; no estaríamos hablando de verdadera
democracia, pues en nada se distinguiría del fascismo, del autoritarismo y/o de la dictadura. En la democracia
necesita comparecer la mayoría, pero también es indispensable que las minorías adquieran voz, opinión y presencia.
Si no entendemos que un gobierno democrático se construye a través de la interlocución de las mayorías y las
minorías, les puedo asegurar que hay un Pinochet en nuestro futuro y que éste, llegado el momento, no podrá ser
juzgado por falta de condiciones físicas y mentales (¡háganme el C. favor!). Por esto, precisamente por esto, me dió
tanto gusto tener en mi programa de radio a Don Gilberto Rincón Gallardo que representa dignamente a ese grupo de
mexicanos que quiere edificar una izquierda moderna y democrática que, por el momento y ante la esplendorosa
inteligencia (y opulencia) de los candidatos grandotes, es todavía un grupo minoritario, pero perfectamente atendible y
apoyable. No olvidemos que toda mayoría comenzó siendo minoría. O sea.

Cualquier correspondencia con esta columna que imagina melodramas, favor de dirigirla a gdehesa@infosel.net.mx o
al Apartado Postal 19-111, Delegación Benito Juárez, México D.F.
Gaceta del ángel / Autores intelectuales

Por

Germán Dehesa

(10-Mar-2000).-

Si he de pasar a la historia, exijo pase automático, me niego a ser evaluado por el Ceneval, demando admisión
gratuita, libre permanencia, renuncia del rector, sea quien sea y llámese como se llame, la entrega por adelantado de
mi título y mi mención honorífica, el cese absoluto de la brutal represión, la incondicional liberación de Mayito y la
creación inmediata de condiciones propicias para un monólogo libre y respetuoso acerca de los puntos de este pliego
petitorio y de los que se me vayan ocurriendo conforme vaya agarrando vuelo. Este monólogo democrático será
transmitido mundialmente y sin cortes comerciales, ni mensajes de los candidatos. De no cumplirse estas
irrenunciables demandas, yo y los quince padres y las treinta madres que me han ido apareciendo procederemos a
tomar respetuosamente las instalaciones del Castillo de Chapultepec en cuanto terminen de restaurarlo. Ya
fortificados allí, vamos a organizar la orgía del milenio en la recámara de Carlota. Ustedes tienen (por lo pronto) la
palabra. Firma: Germosh Dehesha.

¿Nunca les ha ocurrido esto de tener muy claro lo que se va a decir (o a escribir); pronunciar con mucho aplomo las
primeras siete palabras ("si he de pasar a la historia") para, de inmediato, extraviarse en una absurda e impensada
divagación? A mi me acaba de suceder. Con su venia, voy a intentarlo de nuevo.

Si he de pasar a la historia, quiero dejar avisado que todo se deberá a un lamentable error. A mí, casi nunca se me
ocurre nada. Es mucho más lo que me ocurre, que lo que se me ocurre. Dudaría de la originalidad de lo que pienso,
de lo que leo y de lo que escribo. Mis trabajos más eficientes y productivos son ver, leer y escuchar; siempre aparece
algún autor que me regala piadosas palabras e ideas. Siempre aparecen amigos y cibercuates urgidos de decir,
denunciar, reclamar, declamar, o proclamar algo. Siempre me topo con algún transeúnte que me dice, o le dice a
alguien las palabras que yo necesitaba. Yo me limito, ya lo dije, a vivir, a ver, a leer y a escuchar. Mi único esmero es
reproducir con la mayor legalidad ese aluvión de palabras y silencios que inundan implacablemente la tunda sin
sosiego de mis días y mis noches. Yo suministro exclusivamente conjunciones, disyunciones y comas que, a veces,
son diabéticos. Ellos, los escritores y los habladores son los verdaderos autores intelectuales de cuanto escribo y digo.
Para ellos habrían de ser los derechos de autor que incluyen mentadas y reconocimientos. Quien guste reclamarlos,
váyase formando (o deformando). La lista es más larga que la mítica lista de beneficiarios del Fobaproa. Por lo pronto,
agradezco a mis beneficiarios e insisto en declarar: "Si he de pasar a la historia...").

Lo Necesario

Puesto que es viernes y dado que somos personas de bien, olvidémonos por un rato de la copiosa nota roja y de sus
debatientes precursores y recordemos, así nomás por que sí, aquellas clases de etimologías que alguna vez
cursamos, o quisimos cursar. Hecho esto, recordemos aquel vocablo de apariencia tan humilde y de exigencias tan
soberbias: "necesitar" que literalmente significa, según apunta Don Fernando, "no cesar". De aquí, no es descabellado
(para descabellados, yo) deducir que lo necesario puede significar lo que fluye fatal e inconteniblemente, o bien, todo
lo que hacemos para no cesar o ser cesados. Si entendemos esto, podemos darle una dimensión más real a lo que
llamamos nuestras necesidades; asimilaremos también, no sin escándalo, que la muerte es etimológicamente
necesaria y quizá descubriremos la pletórica (¡órale!) de cosas innecesarias que tenemos, hacemos y decimos. El
excesivo dinero, por ejemplo, es innecesario, dañino insensibilizador y puede conducirnos al cese propio y ajeno.
Cosas similares podríamos decir del poder, la fama, la violencia, los logros egoístas, los avaros prestigios y los
pantalones pescadores o acampanados. Cada quien, tú o yo, puede (podemos) hacer sus propias cuentas, sumar,
restar (¡piensa un número!) y creo (necesito creer) que todos llegaremos a una conclusión similar: sólo el amor es
necesario (el amor no cesa; el amor nos hace fluir eternamente). Remato: leer estos renglones no es necesario.

¡Hey, Hoy Hay!

¡Huy! por poco lo olvido: hoy toca.

Cualquier correspondencia con esta columna entre histórica y necesitada, favor de dirigirla a gdehesa@infosel.net.mx
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Gaceta del ángel / Delfín y al cabo

Por

Germán Dehesa

(13-Mar-2000).-

Cuatro días en Cancún. Parece premio de "Atínale al precio", pero, en principio, no fue mi caso pues yo iba a trabajar;
sin embargo, la vida se reserva su misterioso derecho a regalarnos los premios más inesperados e inmerecidos. Ya
dispuesto mi laborioso viaje (una puntual relatoría, una conferencia, presentación de un espectáculo y vigoroso
[ba]voceo de un nuevo periódico); apareció la Hillary con noticias frescas: dice el Patopediatra que nada sería mejor
para el Bucles que respirar el aire marino en compañía de su agraciada y abnegada madre. Fue así como un viaje de
trabajo se convirtió en expedición punitiva. No voy a relatar la escalofriante odisea que vivimos en un
inexplicablemente afamado hotel de Cancún (esta columna no es para desahogar agravios personales); lo importante
es señalar que tras el horror, vino el milagro en forma de dos muchachas llamadas Iliana Rodríguez y Martha Balandra
quienes, a temprana hora del jueves 9, nos rescataron del hotel de la ignominia y nos llevaron a pasear por Xcaret.
Para que esta historia rinda lo que debe, hay que mirarla desde los ojos de un niño de cinco años. El es capitalino y de
pronto se encontró en un mundo totalmente ajeno; él ha estado enfermo y ni siquiera tiene claro el concepto de
enfermedad (¿alguien lo tendrá?) y lo traduce en desánimo y tristeza; él tiene muchos miedos (¿alguien no los tiene?)
y venturosamente todavía no aprende del todo a censurarlos y a disfrazarlos de bravata; él se siente extranjero entre
los adultos y no entiende por qué ellos no se asombran ni se admiran con todo lo que ocurre minuto a minuto. Dicho
muy brevemente: es un niño. En la entrada misma de Xcaret tienen una incubadora transparente donde han
depositado muchos huevecillos de codorniz para que el curioso paseante pueda ver el momento exacto en el que
ocurre el milagro: éste o aquel huevecillo comienza a agrietarse; aparece un pico y, detrás de él, surge contento y
atónito un polluelo que comparece en la vida. Su andar y su expresión son las de alguien que acaba de salir del metro,
o de alguna concentración de masas. El Bucles estaba muy interesado en saber si así había nacido él. Así nacemos
todos, le dije a reserva de explicarle más adelante la irrelevante diferencia entre ovíparos y mamíferos. Ya por este
gozoso asombro hubiera valido la pena el viaje; pero faltaban otros prodigios. Aquí vas a poder nadar junto con los
delfines, le dijo Iliana al Bucles, ¿no es emocionante?. El Bucles dijo que sí, pero lo hizo con esa cara entre confusa y
alarmada que pone Jo-Jo-Jorge Madrazo cuando lee las cartas de Izábal. Como dicen las antiguas crónicas
indígenas: El capitán Bucle estaba temeroso, estaba asustado, tenía miedo; quería huir, quería escaparse, quería
desaparecer. Antes de que se cumpliera el encuentro con los delfines recorrimos todo el Parque y yo miraba al
pequeñuelo que, por una parte, disfrutaba de todas las maravillas que ahí se ofrecen y, por la otra, no olvidaba que,
de un momento a otro, tendría que cumplir su delfínico y ominoso destino. Finalmente ¿qué ocurrió?. No se pierdan,
amiguitos, nuestro capítulo de mañana.

Jo-Jo-Jorge está Transparente

Así lo declaró el todavía Procurador General: estoy transparente. No le falta razón. Yo también lo estaría. Díganme en
qué país que se diga moderno, civilizado y democrático, un Procurador de Justicia sobrevive al ignominioso
descubrimiento de que su brazo derecho ha reunido enormes cantidades de dinero "difícil de explicar". La lectura de
las cartas que supuestamente lo aclaran todo; en realidad no aclaran nada y lo único que confirman es que su finado
redactor era un cursi perdido. Se abren dos líneas de investigación: Izábal se dedicó afanosamente a la uña, pero se
regeneró instantáneamente cuando ingresó a la Procu. Pregunta: ¿Madrazo fue tan irresponsable y tan lelo como para
darle tareas especialmente delicadas a un sujeto que no había sido investigado exhaustivamente. Segunda: Con todo
y lo que dice la providencial tercera carta ¿será cierto que Izábal se comportó con absoluta limpieza al lado de
Madrazo?; ¿no habrá seguido en el noble oficio de ratón de cuello blanco? Pregunta: ¿Jo-Jo-Jorge no se habrá
enterado nunca de que el hombre de todas sus confianzas se llevaba hasta las engrapadoras?. Diagnóstico: Madrazo
o es un estúpido, o es cómplice activo o pasivo; en cualquier caso: ¿qué hace en el cargo de Procurador de Justicia?
Digo.

Envío

Este recado es para Diego que se siente "injuriado" por mí. Achíquele máichif. ¿Por qué no platicamos?

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Gaceta del Angel / Delfín y al cabo II

Por

Germán Dehesa

(14-Mar-2000).-
Amiguitos: en el capítulo anterior, dejamos al capitán Bucles en serios aprietos. Desde su mirada, todo le era hostil: se
encontraba lejos del asfalto citadino; estaba a la mitad de una ominosa jungla poblada por cocodrilos, jaguares,
tiburones, manatíes, turistas europeos y nacionales (que son una subespecie de los manatíes) y todo tipo de bichos
que, según la absurda mitología televisiva que consume, son amenazantes y peligrosos. La mínima dosis de
confianza que le inspiraba la presencia de su madre quedaba neutralizada por la asistencia de su padre que traía esa
cara de terror que suelen poner los pollos cuando llegan a Kentucky. Vimos, compartimos y disfrutamos muchas
cosas, pero para el buen Andresín, todo tenía un regusto amargo, pues sabía que tarde o temprano sería arrojado a la
fosa de los delfines. Un breve alivio nos fue proporcionado cuando presenciamos un auténtico y original juego de
pelota, tal como se practicaba en la antigua Mesoamérica: el graderío rebosante; un excelente grupo de música
prehispánica; ofrendas de copal; silencio ritual; suenan las caracolas y vienen a la liza -penachos, taparrabos y
tatuajes- los dos grupos que habrán de enfrentarse a puro golpe de cadera. Los ojos de Andrés parecen como de
personaje de caricatura japonesa, así de grandes los pelaba. Comienza el juego. Andrés me pregunta en voz baja:
papá, ¿cuáles son los Pumas? Con gran aplomo, respondo: los de taparrabo amarillo (felizmente esos fueron los que
ganaron).

¡Y ahora, vamos a los delfines! Chín, pensó Andrés, que abrigaba la ilusión de que el asunto se hubiese pospuesto o
traspapelado. Avanzamos rumbo al delfinario. El Bucles caminaba como cristiano que fuese conducido a un menú de
degustación con los leones. Es muy fácil minimizar los problemas de los niños. Es fácil y es tonto. Toda proporción
guardada, el novedoso y delfínico asunto era para Andrés lo que para tí o para mí significaría escalar el Everest sin
entrenamiento previo. Era obvio que el pequeño estaba a punto de decir que no quería, pero ya se había
comprometido con Iliana y con Martha y no es cosa de fruncirse delante de dos chavas amorosas, atractivas y recién
conocidas. Todos fuímos provistos de un chaleco salvavidas e instruídos acerca de que no deberíamos gritar, ni
rasguñar a los delfines, ni perseguirlos. El Bucles tiritaba agachado y con la quijada trabada. Para mejorar las cosas,
el agua estaba helada y Andrés se aferraba a su madre cual Procurador a su cargo. Aparecieron los delfines y uno de
ellos decidió adoptar a Andrés; se le acercaba, se ponía panza arriba y el Bucles finalmente fue hechizado, extendió
su mano, acarició a esa sedosa criatura de Dios y ocurrió el milagro: el Bucles se desprendió de su mamá y se dedicó
a jugar y a platicar con el delfín. Estaba encantado. ¿Ves papá, cómo sí soy valiente? Cuando logramos que saliera
del estanque, las chicas le entregaron una fotografía con "su" delfín. Horas después, la seguía mirando. Tiempo de
dormir: Gracias, Papá Dios, por un día maravillooossso. Después se durmió, abrazado a su fotografía.

Otro Debate

El Canal 40, tan querido por tantas razones, trasmitió el pasado domingo 12 a las nueve de la noche, un verdadero
debate entre los tres principales candidatos a la Gubernatura del DF. La excelente y afilada conducción corrió a cargo
de Denise Maerker que es inteligente y atractiva. Nadie se rebajó al insulto personal y todos pudieron externar y
cotejar sus ideas, puntos de vista y planes de gobierno. Andrés Manuel proyectó firmeza y valentía, aunque su
obsesión por el Fobaproa ya está resultando reiterativa; Jesús Silva-Herzog tiene muchas tablas y se manifestó sagaz
y bienhumorado, aunque con un dejo de altivez; Santiago Creel fue quizá el más sereno y articulado. Podría ser que,
en la medida que es el menos conocido, haya resultado el más gratamente recibido. ¿Quién ganó? Eso se sabrá el 2
de julio. Por lo pronto, agradezco a nombre de muchos, la pulcritud y civilidad de los tres, la eficiencia del personal de
Canal 40 y la aguda inteligencia de Denise Maerker. Con debates así, ganamos todos.

Santísima Notimex

Gracias, por favor recibido (sin porcentaje).

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Gaceta del Angel / Acontecimientos aislados

Por

Germán Dehesa
(15-Mar-2000).-

En los versos finales del romance "Finjamos que soy feliz", Sor Juana manifiesta su pesar por la inexistencia de una
escuela donde se aprendiera a ignorar. Sor Juana era quien era y podía darse esos lujos. De haber vivido en la
actualidad mexicana, ya sabría inglés y computación y ya habría escrito un romance titulado "Finjamos que soy del
PAN" que culminaría con la urgida solicitud de una escuela donde se aprendiera a callar. Pienso todo esto (y ya llueve
sobre mojado) al leer en un sólo golpe de vista dos declaraciones de dos conspicuos panistas: Vicente Fox y Alberto
Cárdenas. El rey de la patineta verbal acaba de expeler otra perla: "Tengo el voto de los ricos y de los que piensan";
en principio, no suena mal; el problema es que adujo esta singular razón como si en ella fuera implícita la garantía de
su victoria. ¿Será? Veamos: los ricos en este país constituyen una ínfima minoría que, además, no gozan de eso que
podríamos llamar "idolatría popular" ¿o sí?. Los pensantes me temo que tampoco alcanzarían a llenar el Auditorio
Nacional y, como en el caso de los ricos, no tienen el arrastre popular del prolífico Potrillo Alejandro Fernández, ni del
simpatiquísimo Luismi. Todavía más: si después de leer una declaración así, los "pensantes" insisten en apoyar a Fox
es que son pensantes honorarios. Pregunta que trabaja como conclusión eventual: ¿qué inch'necesidad tenía Fox de
decir lo que dijo? Aprendamos a callar.

El caso de Alberto Cárdenas es para mí más penoso. Creo que ha sido un buen Gobernador y que sus gobernados
mayoritariamente lo respetan y lo estiman. Como en el caso de Fox, su órgano más damnificado es la lengua. La
situación en Jalisco dista de ser tersa. Entre el santo JOV, el narco, el transporte, la Universidad, el sórdido jaloneo
pre-electoral (de los chalecos y las palmeras, ya no voy a decir nada) el Estado se ha puesto bronco y rijoso. En ese
ambiente ya cargado de partículas suspendidas, surge la inenarrable imbecilidad de suministrar a varios enfermos, en
un hospital del Estado, bióxido de carbono en lugar de oxígeno. Resultado: cinco muertos. Aún no se ha hecho un
deslinde de responsabilidades y yo no me propongo hacerlo. Lo único que subrayo es mi extrañeza ante la insensible,
gratuita e inoportuna declaración del Gobernador Cárdenas quien, según los medios, declaró lo siguiente: se trata de
un "acontecimiento aislado". Bueeeno; si se mira con panista amplitud de criterio, la declaración puede ser certera. El
diluvio universal, la invención de la imprenta, Hiroshima, Acteal, Chernobyl; todos éstos fueron hechos aislados; los
ingleses son seres aislados; según Leibnitz, todos los mortales vivimos aislados. Así pues, la afirmación del gran
Bebeto es sustentable, pero me sigue pareciendo enormemente irritante e inoportuna ante la evitable muerte de cinco
de sus gobernados. Aprendamos a callar.

El Crepuscular Perdón

Un hombre encorvado y de andar vacilante tuvo, hace unos días, la nobleza y la inteligencia de pedir perdón. Se llama
Karol Wojtyla y para los católicos del mundo es el representante de Dios en la tierra. Con voz que ya es casi un
susurro, pidió perdón por tanta sangre derramada, por las guerras religiosas, por las Cruzadas, por la pasividad ante
el exterminio de los judíos, por la falta de un compromiso mayor con los desposeídos, por la intolerancia y por la
Inquisición. Habrá quien mire en esto solamente una tardía y cosmética venia de arrepentimiento. A mí me parece un
acto trascendente, definitorio y enormemente respetable que bien podría haber culminado con la evangélica precisión:
el que tenga oídos que oiga.

Por lo mismo, me extrañaron y me molestaron la actitud y las palabras de Norberto Rivera que, para decirlo en pocas
palabras, salió con que la Iglesia mexicana no debe nada. Ni siquiera viene al caso alborotar el avispero del pasado y
el presente mexicanos (Schulenburg, Reinoso, Onésimo...); señalaré simplemente el radical contraste entre la
generosa humildad de Juan Pablo II ("...y tomó sobre sí todos los pecados del mundo...") y la arrogancia de nuestros
jerarcas (que no toman sobre sus regordetes hombros ni la más venial de las faltas).
Hipogrifo Violento

La expresión es de Calderón de la Barca; el actual encargado del grifo se apellida Medina Viedas y fue comunista
hasta que vió la lux. El despacha en Notimex que es una cochambrosa tiendita de anuncios del gobierno. La tiendita la
financiamos tú y yo, lectora lector querido. La oferta es por tiempo limitado (hasta Dic. del 2000): si te portas bien, te
dan muchos muchos anunciotes; si te portas mal, te cierran el grifo. Más allá de esto, la que resulta anacrónica y
perversa es la existencia misma del grifo y del grifero. Ya volvimos a los gloriosos y sofísticos tiempos de "no les pago
para que me peguen"; Jólimouses!

Cualquier correspondencia con esta columna náufraga y aislada, favor de dirigirla a gdehesa@infosel.net.mx o al
Apartado Postal 19-111, Delegación Benito Juárez, México D.F

Gaceta del ángel / San Miguel de los Jagüeyes

Por

Germán Dehesa

(16-Mar-2000).-

Gracias a que Aerolíneas Tzompantli ofrecen el vuelo directo Cancún-San Miguel de los Jagüeyes, pude llegar a
tiempo a la cita que tenía en este último lugar. Mi madre me definía como "oyón y metiche"; estaba en lo correcto.
Paso a probarlo: hace algunos meses, Adolfo Aguilar Zinser, en franco tono de amenaza, avisó que se proponía
escribir como Germán Dehesa. Estas laceraciones son de las que exigen venganza. Sólo me queda, pensé, ponerme
a escribir como Aguilar Zinser. La oportunidad se presentó hace algunos días cuando el Cyrano de Conasupo (Aguilar
Zinser) publicó un disfrutable artículo que versaba sobre los bienes que traen los males y viceversa. Su tesis la
ilustraba con el caso de la presencia militar en Chiapas y la casi milagrosa preservación de ese último y hermosísimo
reducto de selva boscosa llamado Montes Azules. De no estar ahí el ejército dedicado a cuidar, vigilar y reforestar; lo
más probable es que los (in)civiles ya lo hubiéramos arrasado. El texto de mi colega me gustó y me intrigó. Como
ando escaso de broncas en esta vida, me dije: voy a comprar otra. De inmediato me comuniqué a la Secretaría de la
Defensa para pedir informes sobre las tareas de reforestación. Con eficacia y prontitud inusuales en las instancias
civiles, recibí un cúmulo de noticias y una invitación para visitar el Campo Militar de San Miguel de los Jagüeyes, Hgo.
(¿me querrán reclutar como tropa selecta? preguntéme). Llegué y el mismísimo Secretario de la Defensa me
acompañó a hacer una visita completa por las pulcras, modernas y eficientes instalaciones donde muchos mexicanos
como tú y como yo reciben conocimientos, adiestramiento y salud. El momento estelar de la visita fue sin duda el
amplísimo y eficiente vivero donde con métodos muy avanzados que no me son del todo desconocidos (en algún
emocionante capítulo de mi vida, me dediqué a los cultivos hidropónicos), los militares en colaboración con hombres y
mujeres de la comunidad preparan millones (dije millones) de arbolitos para ser plantados donde hagan falta; es decir,
en todo el territorio nacional, pero pensando siempre en las especies más favorables para cada zona del país. Los
verdes y lo verde, podría titularse este artículo. Pregunté muchas tonterías y todas tuvieron una respuesta paciente y
sensata. Los árboles replantados tienen un 80% de posibilidades de crecer y de cumplir su destino. Esos brotecillos
que yo ví estarán listos para ser plantados en su domicilio definitivo en julio de este año. Millones de mexicanos
lloramos por la muerte de nuestros bosques; miles de mexicanos la provocan; unos cuantos cientos la restauran.
Habrá que andarse con cuidado a la hora de repartir condenas y absoluciones. Preguntas sueltas: ¿qué ha hecho el
EZLN por preservar la Selva Lacandona?; ¿cuántos árboles ha plantado Marcos? (si me manda un correo electrónico,
lo publico y lo contesto). Lo último que quisiera es que lo dicho sea leído como un perdón a los miserables talamontes,
o como una dispensa para los civiles que cumplen con quejarse, pero que nada hacen por conservar y acrecentar
nuestro mejor patrimonio: el verdor. Ya con ésta me despido/ de inteligentes y bueyes/ bonito pueblo afamado/ San
Miguel de los Jagüeyes.

De Quirófanos

Creo que estamos de acuerdo en que es muy desagradable que existan los quirófanos; pero sería más desagradable
que no existieran. Tranquilos. No se trata de un nuevo episodio de mi amplio historial médico. El torturado ahora es el
Capitán Bucles que está siendo sometido a la extirpación de anginas y adenoides. Es el resultado del nefasto
encuentro de un infante con la atmósfera del DF. Mi mejor deseo es que los Humanos Vázquez, el Patopedíatra y el
Dr. Andrés Delgado procedan con tersura y felicidad. Pronóstico: Andrés tardará en sanar una semana; los padres dos
años. Sirvan estos renglones a modo de mil flores e incontables apapachos para Carmen Aristegui -cuya inteligencia y
profesionalismo acabo de comprobar en la reunión que condujo en Cancún- que convalece -deseo que felizmente- de
una inesperada operación de vesícula (si la información es inexacta, pásenle la factura a Javier Solórzano Caletri).
Que los quirófanos nos sean propicios.

La Casa Pierde

Hace unos días, tuve el gusto de conocer personalmente a Juan Villoro. Barbón, sonriente y humillantemente alto. Su
obra tengo tiempo de disfrutarla. Curiosamente llegué a ella por recomendación de varios amigos adolescentes. Su
más reciente obra "La casa pierde" (que no es la historia de Notimex) le ha ganado merecidamente el Premio Xavier
Villaurrutia. Asunto celebrable. El mejor fin de fiesta sería leer a Juan Villoro.

Cualquier correspondencia con esta columna tipo arbolito, favor de dirigirla a gdehesa@infosel.net.mx o al Apartado
Postal 19-111, Delegación Benito Juárez, México D.F.

Gaceta del Angel / Fax de Fox

Por

Germán Dehesa

(17-Mar-2000).-

¿Sería Ixtlahuaca? Creo que sí, pero podría ser cualquier otro polvoso, desertado, desertificado (y pronto
descertificado) lugarejo de esa inombrable tristeza que llamamos campo mexicano. Mujeres y hombres han sido
acarreados desde temprana hora: harapos, huaraches viejísimos, rasgos indígenas, dientes muy blancos rodeados de
asombrada tristeza. Parecen bibliografía de Rulfo, o de Benítez, o de Rojas González. Pero aún están vivos. Sus
postradas palabras son el título de un cuento "Es que somos muy pobres". Piden todo, aunque llevan años sabiendo
que no recibirán nada. Si su cuerpo es raquítico, su espíritu está aniquilado. Como en milagro bíblico, el encarnizado
sol se ha detenido para achicharrarlos. Llevan cuatro horas (podrían ser cuatro siglos) esperando la visita del
sacratísimo candidato Labastida. Para que los mire, para que entienda que ahí siguen y para que, si no fuera
demasiado pedir, los escuche. Alguien, alguna vez, les dijo que eran mexicanos y que su voto contaba. Se dicen
tantas cosas. Fresco, sonriente y protegido llega por fin Labastida; se adueña del templete y frente a la melancólica y
asoleada perplejidad de su auditorio, proclama que él sí sabe del campo (lo dudo: si supiera, sabría que el tiempo y la
persona de un campesino mexicano son tan respetables como el tiempo y la persona de un presidente chileno) y que
ahora sí llegó la hora de hacerle justicia a los campesinos (¿no llegará tarde?). Jovial, bien nutrido y con amplios
conocimientos en computación e inglés, Labastida gesticula (Usigli) por todo el templete y remata gritando -como
queriendo convencerse y obtener su propio voto-: ¡Vamos a ganar! Los campesinos, tan tristes como llegaron, se
retiran rumbo a los camiones que los regresarán a la nada de siempre.

Mientras tanto, a mi fax llega un mensaje del equipo de Fox. Lo recibo tarde porque he estado en el hospital
acompañando al acarreado Bucles que libró con exitosa galanura y gracias a sus médicos, su quirofánico trance. Fox
sufre. Mis comentarios acerca de los ricos y los pensantes, le parecieron aviesos y fuera de contexto. Es muy
probable que así sea. La extraña legislación que rige el discurso de Chente tiene muchos vacíos y oquedades. Dos
mensajes de regreso: a) si no leí a fondo y me fuí por la fácil, mil disculpas; b) el golpeadísimo campesino mexicano,
solía ser rico en historia, tan o más pensante que cualquiera de nosotros; tan digno como cualquier nacido de mujer;
tan respetable como cualquier graduado en Yale y tan emprendedor y creativo como cualquier mortal amenazado.
Señor Fox y señores candidatos, dejémonos de lástimas y de limosnas clientelistas y pongámonos a crear las
condiciones para que nuestra buena gente del campo recupere con su esfuerzo: su historia, su pensamiento, su
dignidad, su respetabilidad y su iniciativa.

Bonito Guadalajara.

El lunes estaré por allá para brindarle apoyo moral a los atlistas. Al borde mismo de las jacarandas y de la primavera,
sé que llevo un abrazo y que regresaré con muchísimos.

¿Seguro Médico?

Si te retrasas un sólo día en cubrir esa cuota que te "garantizará" la módica y oportuna atención médica de tu
achacosa persona y la de "tus seres queridos" (expresión pringosa y manipuladora como pocas), pueden caer sobre tí
todas las plagas de Egipto y de Zacatecas. En cambio, si te enfermas y requieres hospitalización o atención costosa,
la aseguradora que tan diligente se vió para cobrar, se convertirá en quelonio pachorrudo que buscará todos los
subterfugios, "deducibles", clausulitas y clausulotas para pagarte lo menos posible y lo más tarde que pueda. Hablo
específicamente de Seguros Grupo Nacional Provincial que a mí ya no me pagan ni la risa, porque entiendo que mi
deducible es mayor que el Fobaproa. Así pues, no hablo de mi persona, sino de todos los pacientes que, en mis
múltiples visitas a hospitales, encuentro blandiendo su tarjeta de "gastos médicos" frente a una iguánica señorita que
probablemente ya no esté viva, porque no reacciona, ni manifiesta la menor disposición de allanarle el camino a su
supuesto "cliente". Son divinas. Felizmente estamos en el país donde nadie es culpable de nada (ni de saqueo de
instituciones, ni de enriquecimiento de Oficial Mayor, ni de lo que gastamos en nuestros "seguros", ni en nuestra
salud). Conclusión: el seguro de gastos médicos es excelente, siempre y cuando jamás te enfermes de nada. Dicho
de otro modo: te dan bióxido por oxígeno.

El Inminente Calorcito.

Se ve y se siente. Las flores regresan, la vida resurge, la minifalda reaparece, la ropa se adelgaza, la piel y los ojos
vuelven a brillar...¡Ay, Jojutla cuánto arroz! Termina el invierno y la nueva estación nos impone un erotismo fiero como
mortero casero: hoy toca.

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Gaceta del ángel / Los dolores de Lolita

Por

Germán Dehesa

(20-Mar-2000).-

Señor José Angel Gurría, titular de la SHCP. Presente (aijoup): Nombraré, para comenzar, un territorio que nos es
común: La benemérita APAC que, para deleite de ambos, cumple 30 años de alocada y efectiva existencia. Usted y
yo, creo, nos felicitamos por la humanísima existencia de Carmelina Ortiz Monasterio y su escuadrón melódico. Este
es nuestro punto de encuentro, aunque yo no pierdo de vista (de oído) lo que tan puntualmente acaba de expresar
Pablo González Casanova: hoy millones de seres reciben como caridad lo que tendrían que recibir como justicia.

Hablemos ahora de nuestros desacuerdos. En mi calidad de muy oficioso representante de los causantes de nuestro
país que, según me informan, estamos más bien cabreados por la reaparición de las estrategias amenazantes y
conminatorias de la Secretaría a su cargo. La maloliente resurrección de Lolita. Si no recuerdo mal, hace algunos
años, tuve el (dis)gusto de redactar un textículo dirigido a Guillermo Ortiz, su prensil y sudoríparo antecesor. El artículo
se titulaba "No me amenace" que fue premiado con una invitación a desayunar y con una inacabable auditoría fiscal.
Ténquius. Ahora el tiburón ataca de nuevo en forma de un "gracioso", musical, baboso y amenazante mensaje que
muy gentilmente nos aplica la llave china mientras nos dice: si pagas, bienamado causante, te esperan en el tálamo
los más secretos deleites de Lolita; pero si no pagas, hijo de tu pinkpanther, conocerás los dolores en sus más
novedosas presentaciones. Todo esto con musiquita mensa y, en el caso de la TV, reforzado con la "actuación" de un
respetable colega (me parece que es el mismo que promociona la angustia que nos corroe al percibir que ya llevamos
muchos meses sin ese indispensable bien que es el Hipódromo) magistralmente caracterizado como neogutierritos a
merced de Dolores, Lolita, Lola. Pienso luego insisto: no nos amenacen. ¿Con qué autoridad moral se permiten
tratarnos así?; ¿Para qué van a servir nuestros impuestos?; ¿Para que los incontables Izábal abran más cajas
bancarias y contraten a más aviadores?; ¿Para resarcir a la UNAM del impune saqueo que padeció durante diez
meses?; ¿Para que paguemos esa cuantiosa partida del Fobaproa que se utilizó para comprar cartera chatarra como
si fuera buena?; ¿Para pagar la incalculable corrupción de Conasupo?; ¿Por qué no gravan al capital especulativo?;
¿Por qué abrir la más ínfima microempresa cuesta, como mínimo, 20 mil pesos y millones de dolores?. Piense un
número, señor Gurría, y dése cuenta que, en la medida en que ustedes se han refocilado con Lolita, a ustedes les
toca cargar también con los dolores. Es posible, señor Gurría, que no le sea fácil entender por qué no nos entusiasma
particularmente pagar "impuestos"; pero si finalmente nos avenimos a una obligación tan poco rentable, preferimos
una campaña como la que dice "el que paga manda" que la que usted patrocina con tan ridículos y primitivos
argumentos. A los que no robamos, ni permitimos que nos roben, no nos traten como si fuéramos estúpidos. No me
amenace.

Dorita Pascual

Es mi más duradera novia. La acabo de ver en TV sentada al lado de Cuauhtémoc Cárdenas en la reunión que éste
tuvo con la buena gente del exilio español. Yo podría objetar ese apoyo irrestricto a Cárdenas; pero de la misma
manera, entiendo que es mi gustosa obligación respetar la coherencia de esa añeja y generosa adhesión a la causa
cardenista de Dorita y de todos los que ella representa. Tendría que estar más loco de lo que estoy, para suponer que
entiendo más, o que soy más sabio que una mujer que por tantos apasionados años ha sido benéfica para lo mejor de
México. Los hay que hacen señas con los dedos (lenguaje digital); los hay que callada y firmemente están con el país.
Prefiero a estos últimos.
¡Primavera!

Ya no hay pretextos. Llegó el tiempo de alumbrar y de florecer. Aún los que militamos en la fracción ultra del Club de
Scrooge nos rendimos ante el asedio de las flores. Desde Xochimilco llega el aromado mensaje que, a nombre de la
alegría, nos exige la inmediata entrega de las instalaciones. Me doy. Aprovecho el espacio (dijo el astronauta) para
felicitar al olvidado y trampeado Benito Juárez. Me imagino que ha de estar paseando por la Alameda, porque acabo
de ver su Hemiciclo estacionado en Reforma. Diría Sabines: ¡Levantémonos a vivir!.

Cualquier correspondencia con esta columna con Lolita y sin dolores, favor de dirigirla a gdehesa@infosel.net.mx o al
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Gaceta del Angel / Pumas craquelados

Por

Germán Dehesa

(21-Mar-2000).-

Según me consta (y le constará a muchos de ustedes) nadie sobrevive sin daño a la severa experiencia de un
quirófano. Se puede tratar de una operación mayor, o de una talachita amigdalítica. Según el batracio es el pétreo
golpe. Nadie queda igual. Ahí tienen al Capitán Bucles que llegó al hospital hablando un español amplio e inteligible y
con sus convicciones claras, sólidas, contundentes. Entró el miércoles y salió el jueves, pero ya era otro (dirán
ustedes: no es cosa del otro jueves). Les platico. Llegamos a la casa y el otrora articulado infante me preguntó: Gagá,
¿de gadadon gos bumas al grusasú? (traduzco: Papá: ¿le ganaron los Pumas al Cruz Azul?). Podría yo haber
recurrido a una mentira piadosa, pero en esta casa hemos decidido gobernar con la ley en la mano y la verdad en el
corazón. No, Andrés, te tengo una noticia terrible: un sujeto llamado Paco Palencia decidió meter el mejor gol de su
vida y el Cruz Azul nos zumbó tres a uno. Demoledora noticia cuyas consecuencias no pude calcular. Bien que mal, el
Bucles, en su calidad de firme aficionado a los Pumas, ya sabe del estoicismo que hace falta para mantenerse firme
en una opción tan devaluada. Por lo menos eso pensé, pero el Bucles cayó en un abismo profundo y negro y, tras
varios minutos de silencio pesado y meditabundo, alzó su voz y profirió las palabras fatales: ¿ gabes, gagá?, ga no
guiero igde a los gumas (ya no quiero irle a los Pumas). En los buenos y patriarcales tiempos, un motín a bordo de
estas dimensiones se resolvía arrojando al minimosh por la ventana, o -ya en plan benevolente- borrándolo del
testamento y retirándole la palabra para siempre. Ahora, en estos tiempos de diálogo y concertación, ya no se puede.
Muy bien, Andrés, y ahora ¿a quién vas a irle? No se detuvo un segundo a pensar; mortífero como áspid, tiró el
segundo lancetazo: guiero igle ad Abéguica (ya ni traduzco). No seas méndigo, Bucles ¿cómo me haces eso?. Está
malito, ya el doctor me había dicho que podía tener conductas extravagantes, me dijo en tono conciliador la madre del
ex-felino convertido en súbita águila. No puede ser, repuse yo, en unos cuantos años va a estar comprando cajas de
seguridad, escribiendo cartitas mamilas y contratando más aviadores que TAESA. Dicho esto, pasé a retirarme con
ánimo de encontrar consuelo en mi trabajo.

Por la tarde, saludé al pequeño con toda naturalidad y pregunté por su estado físico y anímico. ¿Gabes gagá?: ya do
le voal Abédiga (¡aleluya!, ¡ozono, ozono en las alturas! pensé yo); aoga le voalas shivas (¡chin!). Nada le dije, porque
pensé en Agustín de Hipona (que jugó de medio de contención en el Patrística F.C.) y en la teología del mal menor.
Guedo, gagá, ti te paguece le voa los bumas y a das shivas. Un triunfo de la negociación respetuosa. De cualquier
manera, a nadie le deseo que tenga un hijo chivuma o pumiva; pero podría haber sido peor. Su dinoabuelo que es
chiva pertinaz está muy contento. Yo no tanto, pero acepto la pluralidad.

Mexicanos Notables

No tienen el nivel heroico (ni las percepciones económicas) de un Juan Gabriel, o de un Cuauhtémoc Blanco.
Difícilmente ocuparán las primeras planas. Son talentosos, trabajadores, creativos y apasionados de sus tareas. No
les queda tiempo para el borlote ni para la promoción. Son la espina dorsal de nuestro país. Ya hablé de la maestra
Dorita y de su generosa entereza. Podría hablar también de un notable hematólogo que se llama Rafael Hurtado. El y
su equipo son los únicos que han recibido invitación formal a un importante congreso europeo donde mostrarán sus
avances en transplante de médula. Todos son mexicanos. Lo es también Ignacio Gómez Palacio, hombre de múltiples
talentos que acaba de publicar "La arregladera y el panadero sabedor" (Ed. Plaza y Janés) que es una divertida y
brutal alegoría de la corrupción mexicana. Es otro compatriota ilustre. Muy probablemente lo eres tú, lectora, y lo eres
tú lector. Si es así, recibe el título de mexicano notable y, con él, recibe mi súplica de que no cejes, no te dejes ganar
por la mediocridad, la ira o el desánimo. Ser buen mexicano es una de las mejores y más alegres cosas que pueden
ocurrirnos. Gracias.

La Tofiquita

Sigo con mi nómina de buenos mexicanos. Mi ginecólgo de cabecera y el generoso Patopedíatra se han encargado,
con amor y solvencia, de traer a la luz a la hija de la Tractor y de Hugo, coautor de los hechos. Es una niña grande y
hermosa. Es morena y el Patopedíatra ha decidido que es un bello tofico. Ha nacido con la primavera y todos estamos
muy contentos. Además, hoy es cumpleaños del palmípedo galeno y se impone felicitarlo porque es bueno, es
eficiente y es amoroso. Hasta el Bucles aceptó ya la feliz llegada de la competencia y entendió que, puesto que el
corazón de Margarita la Tractor es amplísimo y hospitalario, no hay tal competencia. Los amores no se excluyen; se
multiplican.

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Gaceta del Angel / La celulitis que nos aqueja

Por

Germán Dehesa

(22-Mar-2000).-
Cuando aparecieron los primeros teléfonos celulares (móviles, les dicen en España), mexicanos y mexicanas
experimentamos una suerte de orgasmo colectivo: la tecnología al servicio de las palabras (ociosas casi todas ellas).
Una vez más nos pasó lo que con Zedillo: no medimos las consecuencias. Si no se es médico o bombero ¿a quién le
importa o le ayuda estar localizable las 24 horas del día?; ¿es imprescindible la angustia de oír que suena el celular y
no encontrarlo (mi hijo el más pequeño lo puso un día en el refrigerador)?; ¿han visto a las señoras vaciando su
bolsón del Mapimí en un restorán porque su celular suena, pero está sepultado en esa sucursal de Sanborns que toda
dama moderna trae consigo: frasquitos, frascotes, amplio surtido de cosméticos, zicos ye-yé, ropa íntima de recambio,
fotos del ingrato, estampitas enmicadas de las Animas del Purgatorio y adminículos menos confesables pero
vibradores?, para cuando encuentran el celular, éste ya dejó de sonar y ellas, siempre atentas al manual de Carreño,
dicen con voz ahogada: inch'teléfono. Y nos faltaba todavía lo peor: la sobresaturación que hoy nos devora como el
mar al que se hunde. Les habrá pasado: horas y horas pensando cómo declarar nuestro amor o nuestra decisión de
divorcio al elegido o elegida; respirar hondo, activar el celular, marcar un chorro de dígitos y que contesten "Plomería
la Hormiga" (chín. Va de nuez). Por fin, responde la voz amada (o repudiada); uno pone voz de Jorge Negrete y dice:
mira, Lupe...lo he estado pensando muy bien (falso, el que piensa bien no se declara) y ya decidí que no puedo vivir
sin tí (o contigo, según el caso) porque eres la estrella de mis noches, el hielo de mi Titanic, la mostaza de mi
hamburguesa... Y la mensa de Lupe nos sale con: ¡no te oigo nada! ¿quién eres? (ultrachín. Va de nuez): ¿yamioyes?
Soy Epigmenio y de esta llamada depende mi vida, porque tiamo y se me ocurre que el amor es el silencio más fino
(impune plagio de Sabines) y la méndiga Lupe: nada más oí hasta Epigmenio y luego un ruidajo (megachín. Va de
nuez): móndriga, Lupe, véte mucho...Y Lupe: bueno, mi amor, ahi nos vemos. ¿Sabían ustedes, queridos Epigmenios,
que cada interrupción (fonus interruptus) y cada reanudación se miden y cuentan y son cobradas como llamadas
completas? De veras que aguantamos todo. Basta con que salga algún gordito en la tele para decirnos que es un
problema tecnológico muy complejo, pero que es temporal y que la compañía ya está pensando en algún modo de
compensarnos por la molestia, para que nuestra tímida ira se aplaque y Lupe reaparezca en nuestra existencia. Si el
problema es de sobresaturación ¿quién fue el responsable (o el irresponsable) que permitió la venta irrestricta de
tantos aparatos que tan impunemente nos roban tiempo, dinero y posibilidades eróticas? Todos dirán que es el
gobierno, pero ya va siendo tiempo de entender que el gobierno somos todos o no es nadie. ¿Es una compensación
justa para tanta ineficiencia la "bonificación" que nos ofrecen? Ahi les dejo este mensaje en su correo de voz para que
le den una pensadita. Muy probablemente ocurrirá lo que acontece con mi celular que me avisa que tengo mensajes;
los solicito y oigo uno por uno todos los mensajes que yo dejé en algún otro teléfono y, al final, uno que no era para mí
y que dice con voz tímida: ¿mioyes, Lupe?

¡Házme una Señita!

El triste duelo de vulgaridades digitales entre Labastida y Fox ya ha sido suficientemente comentado. Me parece que
fue un duelo donde todos perdimos. Si la realidad pudiera regresarse como videocassette, me gustaría retomar la
escena de Fox dirigiéndose al público y más me gustaría corregir sus palabras. En mi versión, Fox diría: el candidato
Labastida dijo ayer que esta seña (la Churchillseñal, la llama Monsiváis) la hacen nada más los penitentes. No estoy
de acuerdo. Me gustaría proponerle otra señal al candidato del PRI: la mano extendida como gesto de buena voluntad
que pretende ayudarlo en su caída y que le recuerde que, aunque yo llegue a Los Pinos y él no, los dos, puesto que
somos mexicanos, podemos ser de utilidad para el país. Lectora, lector querido: ¿qué te parece esta nueva versión?

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Postal 19-111, Delegación Benito Juárez, México D.F

Gaceta del ángel / La importancia de ser importante

Por

Germán Dehesa
(23-Mar-2000).-

¿En qué consiste ser importante? En el vasto escenario de los efectos y las causas no es fácil discernir por qué tú o
yo seríamos más importantes que la Tractor o que un aldeano cura polaco, o que la primavera, o que los
rigurosamente sumergibles barcos de cemento que patrocinó el General Jara. No tengo respuestas, pero sí muchas
molestias. Entiendo a mi amigo Caíto que periódicamente me recuerda que lo importante no es ser famoso, sino tener
fama de famoso. Con la herida todavía abierta, recuerdo mi reciente viaje a Cancún: todo comenzó en el aeropuerto.
Como era yo "importante" nos fue a recibir un amable personaje que nos trasladó al faraónico hotel. Una vez que
llegamos, me dijo: creo que a los "importantes" los están registrando aquí abajo. La información resultó falsa; a los
"importantes" les tocaba arriba (no estoy hablando de preferencias sexuales). Llegamos al nivel superior y había una
cola monumental para registrarse. Me formé (y esto es siempre formativo). La señora que me precedía volteó y me
dijo: señor Dehesa, usted no debe hacer cola; usted es "importante"; no más que usted, señora, le respondí. Cuando
por fin llegó mi turno, la chica del mostrador me dijo: a las personas "importantes" las están registrando allá abajo. Le
dije que de ahí venía y que no era cierto. Con tal motivo, la joven mayita giró en redondo y desapareció; 15 minutos
después regresó y así dijo: perdón, es que a los muy "importantes" los están registrando aquí a la derecha. Nueva
peregrinación con el Bucles y su madre ya en plan de crucificarse en Rectoría. Después de 30 minutos nos asignaron
dos cuartos estilo early Almoloya con vista al pantano. Uno de ellos no abría. Vino el de "mantenimiento" con un
desarmador en la mano; desapareció y luego reapareció con un martillo; volvió a desaparecer y regresó con un marro;
tan certero fue el golpe que tumbó la chapa y dejó inservible la puerta. El Bucles agonizaba en traje de baño y con
goggles. Apareció la encargada de relaciones públicas: señor Dehesa, estoy muy apenada; nadie me dijo que estaba
aquí alguien tan "importante"; ya le tengo dos cuartos a su altura, ¿me acompaña? Ahí fue su baboso. No lo voy a
negar, el cuarto era muy bonito y tenía sala de estar. La chica sonreía complacida, pero en ese momento escuchamos
dos voces particularmente soeces. Un matrimonio debatía como Andrés Manuel y Diego. ¡Qué barbaridad! dijo la
eficiente funcionaria, está ocupado. Yo abandoné precipitadamente el lujoso cuarto y minutos después, me alcanzó la
joven ejecutiva: no entiendo nada, no es posible que alguien "importante" se lleve una mala impresión. Yo sólo acerté
a preguntar: ¿es cierto que en este hotel durmieron los Reyes de España? Así es, me contestó ufana la núbil gacela.
Pues han de ser importantísimos; otra pregunta, señorita: ¿cómo tratan a los que no son "importantes"? La señorita
desapareció. Pregunta general: ¿no será lo más correcto establecer que una de dos: o todos somos "importantes", o
nadie lo es?.

Perdón, Doña Alejandrina

Toda historia tiene su contraparte. La actual Viuda del Señor Izábal me envió un correo electrónico. En él me muestra
su explicable inconformidad ante el juicio que expresé acerca de la cursilería de las cartas que su difunto marido
escribió (o dicen los peritos que escribió); su respetable molestia aterriza en un argumento: está usted, señor Dehesa
hablando de alguien que ya no se puede defender. Aquí difiero. Estamos hablando de asuntos públicos y, aunque no
puedo estar de acuerdo con lo que hoy sabemos que fue el desempeño público del señor Izábal (cajas, cuentas y
aviadores), el objeto de mi ataque está vivo y bien peinado. Se llama Jo-jo-jorge Madrazo. Para lo que estrictamente
se refiere a su condición de viuda, Doña Alejandrina, no tengo más que respeto y compasión. No soy animal
carroñero, ni me interesa irrumpir en la vida privada de nadie. Sea como fuere, le pido perdón, señora, por haber
añadido una molestia a su dolor.

Cualquier correspondencia con esta columna que se da su importancia, favor de dirigirla a gdehesa@infosel.net.mx o
al Apartado Postal 19-111, Delegación Benito Juárez, México D.F.

Gaceta del ángel / Surtido primaveral

Por
Germán Dehesa

(24-Mar-2000).-

DALLAS: Pocas estrategias intelectuales implican tanta actividad, tanto riesgo y tanta resistencia como la de dar ese
paso que nos lleve a cambiar de patrones, de modelos y de paradigmas. Para decirlo en términos de charrería, es
algo muy similar al paso de la muerte, pues se trata de abandonar un caballo que todavía galopa y así, sobre la
marcha, saltar a otro que apenas va arrancando. ¿Qué me traigo? Les cuento: mi arcaico período de formación estuvo
marcado por el autoritarismo, el indiscutido y unánime gobierno priísta, la escasa y filtrada información, los boletines
de prensa y la omnisapiente opinión de unos cuantos periodistas y locutores cuya palabra jamás refutada fungía como
verdad oficial. En unas cuantas décadas, todo este dosificado control de las verdades oficiales ha entrado en crisis.
Hoy los que quieren saber la verdad comienzan por poner en duda las versiones oficiales y de aquí deciden
embarcarse en navegaciones cibernéticas que les allegan información que complementa, contextualiza y,
eventualmente, refuta aquella versión oficial. Un caso que comprueba esto acaba de llegar a mis manos y a mis ojos:
una cibercorresponsal me envía un reportaje escrito por mi colega Timothy O'Leary del "Dallas Morning News". De
entrada, O'Leary reseña la conferencia de prensa que concedió Ernesto Zedillo a varios periodistas sajones. Es una
shulada. Zedillo habla de su denodada lucha en pro de la democratización de México; de su sana distancia con el PRI;
de su inocultable simpatía personal por Labastida que de ninguna manera se traducirá en un apoyo institucional que
sería, a la vez, ilegal y contraproducente. What a wonderful world!, diría Satchmo. Todo el planteamiento es bellísimo,
salvo por un detalle menor: es falso. El mismo O'Leary manifiesta su perplejidad ante la obvia contradicción que
percibe cuando, horas después de haber escuchado las serenas e imparciales palabras de Zedillo, recibe el
telefonema de un colaborador cercano al señor de Los Pinos que, bajita la mano, le pide a él y a sus colegas que no
acudan a la entrevista con Fox, sino que se presenten a charlar con Labastida el anglocibercandidato del PRI. Las
conclusiones de O'Leary son poco halagüeñas: tal como están las cosas, asear y oxigenar las empantanadas aguas
de la política mexicana requerirían de una alternancia en la Presidencia; pero, tal como están las cosas y con toda la
maquinaria del poder volcada a favor de un candidato, el cambio, al parecer, tendrá que esperar. No; no es fácil
entender a Zedillo que defiende el "Estado de Derecho" y lanza a J. Madrazo a homenajear a Juárez; que se declara
imparcial y luego pone toda la maquinota al servicio de Labastida.

LA REGIA AFICION: Ya quisieran Italia o Argentina una afición futbolística como la regiomontana. El sábado la ví en
acción en el juego Tigres-Tecos. Están como locos. Son entrones, solidarios, alegres y tenaces. Lo mejor es que así
son para todo. En esto hay una buena lección para el melancólico altiplano.

SEGURO MEDICO II: Los dinámicos y pungentes comentarios que me permití hacer sobre los poco eficientes seguros
de gastos médicos cayeron en tierra doblemente infértil: ¿a quién se le ocurre cuestionar a una empresa cuyos altos
funcionarios están a punto de usufructuar un puente? En condiciones así, es explicable que la única respuesta
recibida haya sido un cortés telefonema en el cual me ofrecían resolver eficaz y prontamente cualquier problema que
yo tuviera con la empresa. No fue fácil convencerlos de que yo no empleo este espacio para patrocinar mis broncas
personales. El problema es con los médicos (que ya me manifestaron sus cuitas personales con la aseguradora); con
los hospitales; con el personal de la empresa y con los pacientes que de modo cada vez más numeroso me cuentan
sus odiseas particulares. En síntesis: yo veré cómo arreglo mis problemas; espero que la aseguradora arregle los
suyos.

UN QUINQUENIO DE AUREOLAS: El original y prolífico club de lectura "Las Aureolas" celebra este sábado 25 a
partir de las 10 am sus primeros y felices cinco años de vida. El festejo orgiástico-literario se realizará en un lugar de
Chapultepec llamado "Las tazas" y culminará con el insólito y plausible anuncio que hará Rosario Robles de la
creación de 1000 bibliotecas-clubes de lectura para la ciudad (de hecho, ya hay 500). Aikir.

ATENCION A TODAS LAS UNIDADES: Debido llegada primavera e inminencia viernes, notifícase a todos los
efectivos deberán presentarse tálamo. Misión: hoy toca.
Cualquier correspondencia con esta atejanada y atejonada columna, favor de dirigirla al correo electrónico
gdehesa@infosel.net.mx o al Apartado Postal 19-111, Delegación Benito Juárez, México, D.F.

Gaceta del ángel / Sub-respuesta

Por

Germán Dehesa

(27-Mar-2000).-

A buenas horas. Son ya seis años de esperar la oportunidad de platicar con Marcos y de resignarme exclusivamente a
leer sus comunicados, a veces conmovedores, a veces discutibles, a veces difusos, pero siempre patrocinados por la
inteligencia, el humor y el buen dominio de la palabra y es ahora, precisamente ahora que ando de bracero cultural,
cuando recibo un mensaje desde las montañas del sureste. Hace ya varios meses y con la buena mediación de varios
amigos, acepté la invitación de la Biblioteca Pública de San Antonio, Texas (ciudad que tiene más del 60% de
población hispana) para tirar un inefable rollo titulado "El Derecho a la Esperanza" ( perciba, Marcos, que somos
varios los que nos obstinamos en mantener firme el mexicano árbol de la esperanza). La Biblioteca la diseñó y la
realizó Legorreta y es un grato y colorido hogar para los libros, los lectores y el aire que ahí se empoza mansamente.
Mi viaje fue una verdadera expedición punitiva (para mí), pues me hice acompañar exclusivamente por mi hija Mariana
y por el convaleciente Capitán Bucles que, nada más para abrir juego, decidió que tenía que llevarse un matamoscas,
porque tenía fundadas noticias de que en Texas abundaban los dípteros. No fue un viaje fácil. No le cuento, Marcos,
mis penurias, porque sería contarle cuentos a Walt Disney, o pedirle milagros a Schulenburg. Los ángeles de la
bondad estuvieron de mi parte y logré conjurar todos los malos augurios de la Hillary: pude estar con mis hijos y
mantenerlos más o menos a raya; pude pronunciar mi charla con cierta derechura y convencer a mi audiencia de que
era algo monstruoso que en esa biblioteca sólo hubiera 4 mil volúmenes en español; pude recibir como único y
generoso pago el afecto de la gente y una pequeña silla plateada que es apenas una metáfora de la que andan
correteando los candidatos; pude regresar moribundo a mi hotel y supervisar todas las extrañas maniobras que la
infancia postmoderna ejecuta antes de dormirse. A todo esto, el teléfono de mi cuarto centelleaba sin cesar: tenía yo
diez recados y un fax (mi fax os dejo). Todo este material electrónico tenía un común denominador: Marcos. Ya te
contestó...mañana se publica...¿no piensas contestar?...te han estado hablando del "Reforma" y yo quiero saber si no
has perdido a Andresito...le estamos enviando copia por fax...parece que lo va a publicar "La Jornada". Yo me había
levantado a las cinco de la mañana y llevaba 21 horas en estado de vigilia. La curiosidad y el morbo fabrican
adrenalina; no fue fácil movilizar a los texanos, pero conseguí dos cosas: una copia del comunicado y un sólido
insomnio que aún me dura. Creo que ya memoricé el texto. Procedo a responderlo. No es el resultado de una sesuda
reflexión, ni he recibido la menor asesoría. Casi toda mi respuesta la urdí en un asoleado y exótico paraje llamado
"Sea World" que visité porque al Bucles le urgía comprobar la existencia de las "gallinas submarinas" que yo, en un
arrebato lírico le había anunciado. Ya estando allí, decidió (y aquí se percibe la nefasta influencia materna) que quería
un "churro". Como comprenderá, Marcos, no es fácil cumplir simultáneamente la tarea de buscar un churro en Texas,
describir a las gallinas submarinas y pensar en pendientitos chiapanecos.

En 1954 visité por primera vez Chiapas y, en particular, San Cristóbal las Casas y San Juan Chamula. Mi padre me
mostraba a los indios que no podían hacer uso de las banquetas, me señalaba a las indias cargadas de leña y a sus
maridos alcoholizados con la venia y bendición de patrones y jerarquías. Vi a otro comiendo una tortilla con una hebra
de tasajo que iba jalando de modo que le alcanzara para cuatro tacos ilusorios. Por meras cuestiones calendáricas, es
posible, Marcos, que haya visto más horrores que usted y también es posible que la selva haya estado más
deslumbrante y tupida que la que hoy ve usted ("aquí Dios se detuvo", dice Sabines).

Volví a Chiapas el 4 de enero de 1994. ¿Recuerda, Marcos, el humeante panorama de Ocosingo? Por aquellos
tiempos, los protagonistas eran Samuel Ruiz, Manuel Camacho y Marcos. Por muy distintas razones, los dos primeros
han desaparecido del escenario. Terco, discutido, lúcido sobrevive usted. Yo no lo considero un "secesionista"; pero le
mentiría si le dijera que alcanzo a percibir lo que se ha logrado en estos durísimos seis años. No caeré en la facilidad
de tildarlo de maximalista. Ahí están los acuerdos de San Andrés Larráinzar para recordarnos las gravísimas
incongruencias del Estado Mexicano (¿verdad, Javier Sicilia?). Con la partida de Monseñor Vera, con la reactivación
de los grupos paramilitares, con la interferencia del Narco, con la indudable sensibilidad social del Croquetas Albores,
con el recrudecimiento de los fanatismos religiosos; con Acteal y Chenalhó todavía sangrantes, con el desquiciamiento
de la civilidad que supone la presencia de dos ejércitos (uno infinitamente mejor pertrechado que el otro); con todo
esto (más los usos y abusos políticos que el PRI se sirva urdir mediante la fácil conexión UNAM-EZLN), el destino de
Chiapas se mira particularmente sombrío. Por supuesto que quiero ir para allá y quiero, sin ánimos periodísticos,
platicar con usted. Tenemos que hablar de muchas cosas, diría Miguel Hernández. No me pida que vaya de incógnito;
me parezco demasiado a Salinas (en lo físico) como para lograr algo así. Hablaremos de Chiapas, de usted, de mi, del
árbol de la esperanza y de los árboles en general. A eso fui a San Miguel de los Jagüeyes y a eso iría yo a Chiapas: a
palabrear. Si lo hacemos con la deferencia y buen ánimo que han presidido estos dos comunicados, quizá
consigamos que nuestra conversación sea un árbol bien plantado más danzante. Vale.

P.D.) Jamás conseguí el churro y jamás vimos ni a una mosca, ni a una gallina submarina. Revale.

Cualquier correspondencia con esta columna que responde con preguntas, favor de dirigirla a
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Gaceta del Angel / Las batidas de Labastida

Por

Germán Dehesa

(28-Mar-2000).-

Todos aquéllos que han contraído el feo vicio de leer esta columna pueden atestiguar las frecuentes menciones que
hago de Vicente Fox y los daños que se causa al enredarse con su patineta verbal. Creo que en favor de la justicia
hay que repartir parejo, pues también el foro político resiente daños estructurales, cuando el "abanderado" priísta se
suelta el chongo y hace declaraciones automáticas de ésas que se profieren sin pasar por cerebro (si alguno de
ustedes jugó "Turista" en su infancia, recordará esa fatídica carta que anunciaba: pase al garage sin pasar por
México). Sin ánimo de agotar tan rica veta, me quiero detener en tres nacaradas efusiones del inconspicuo
sinaloense. El primer lugar le corresponde (¡y la ganadora es...!) a la publicitadísima campaña de "inglés y
computación" que rápidamente degeneró en pachanga y regocijo popular; tal chacota se armó, que todos
esperábamos una rectificación que de algún modo dijera: ya lo pensé bien y me he dado cuenta de que las prioridades
de la mayoría de los niños mexicanos son otras, aunque no dejo de considerar que, cumplidas éstas, sociedad y
gobierno tienen que esforzarse en proporcionar a esos niños y a los jóvenes y a los adultos dos herramientas útiles
para manejarse en el presente y en el futuro. Creo que hubiera sonado bien, pero todavía está por nacer el funcionario
mexicano que oportuna y frontalmente reconozca que cometió un error; y así, en lugar de tal reconocimiento, nos
envió la segunda edición del mismo mensaje que, bajita la mano, nos dice: algunos méndigos pocalucha me han
agarrado de botana, pero como mi alma es morenita y luminosa, ni los veo, ni los oigo y persistiré en mi empeño;
considera, mugre criticón, que lo hago por tus hijos (y a nosotros que nos atropelle un microbús). En segundo lugar,
quiero detenerme en el vehemente pendejeo (pueblito michoacano) que Labastida fulminó sobre los que hacían la
foxiseñal (luego los jilgueros de campaña -ésos que dicen "Vicente Labastida", o que gritan "¡Viva Fox!"- aclararon que
nunca los había pendejeado "oficialmente" (¡ay, si no fuera por estos ratos!). Remato este veloz muestreo con el más
reciente pasmo psicolingüístico del candidato del "nuevo" PRI: según Labastida, Manuel Camacho es el responsable
"moral" del asesinato de Colosio. Se trata de una declaración tramposa, insostenible, oportunista y que tendría que ser
respondida con una demanda por parte del agraviado. Creo que don Pancho tendría que cederle el uso exclusivo de
la palabra a su hermano Jaime, magnífico prosista y deleitoso poeta. Como diría mi comadre Carmen: no es lo mismo
batirse en retirada, que retirarse batido.

Futbol

Mal que me pese, abandono las reservas y retorno como titular de la afición Puma. Me alarman los equipos regios y
agradezco inmensamente a los Tecos de la UAG el favor recibido. ¡Qué profunda emoción!.

Machos, Mochos y Muchos

El asunto se está ventilando en el Congreso jalisciense, pero quiero suponer que es de interés nacional. Se trata de
una añeja imbecilidad: la violencia intrafamiliar. Los que quieran defenderse diciendo que ellos no golpean ni a su
mujer, ni a sus hijos, pueden hacerlo; pero no olviden que la crueldad y la violencia pueden tener infinitos rostros y
muy refinadas modalidades. El maltrato conoce muchísimas variantes y es un camino que puede ser de ida y vuelta
entre el hombre, la mujer y los hijos. No es difícil convertir un dulce hogar en un discreto infierno. Entre los humanos
tendríamos que crear un amoroso código que previniera estos delitos intangibles; pero esto no dispensa al Estado de
prevenir y, en su caso, castigar esta violencia cuando aparece en sus formas más visibles y cruentas. Lo ideal, lo
humano es no lastimar a ese ser que voluntaria y libremente decidió que su voluntad, su corazón y su destino
confluyeran con los nuestros. Lo ideal, lo humano sería no ejercer violencia en contra de los hijos, esas maravillosas
calamidades que el amor le impone al universo. No dejo de reconocer que, a veces, mujeres e hijos dan una lata
infernal; pero también reconozcamos que tú y yo andamos más cerca de Mario Villanueva que de San Francisco de
Asís. Somos machos, somos muchos y, para peor, somos mochos (la mochería también tiene infinitas variantes en la
derecha, en la izquierda y en el centro-izquierda). Entonces, legislemos.

Cualquier correspondencia con esta columna con batidora incluída, favor de dirigirla a gdehesa@infosel.net.mx o al
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Gaceta del ángel / El himno de los bosques

Por

Germán Dehesa
(30-Mar-2000).-

"En este sosegado apartamiento,/ lejos de cortesanas ambiciones,/ libre curso dejando al pensamiento/ quiero
escuchar suspiros y canciones./ ¡El himno de los bosques!..." (Manuel José Othón 1858-1906). El injustamente
olvidado

Othón fue un poeta de muchas singularidades; nombro dos: jamás experimentó la tentación de venir a la Capital a
buscarse un lugar en nuestro Olimpo de huacales y prefirió gozar y sufrir en San Luis Potosí; como poeta se propuso
un extraño objetivo: cantarle únicamente a aquello cuya existencia le constara. De esta segunda peculiaridad
podemos deducir que en el siglo XIX mexicano había bosques y que éstos eran merecedores del canto. En el año
2000 no sería tan sencilla la tarea para el poeta; nuestros bosques están heridos, desgarrados, disminuídos e
irracionalmente explotados. Los mexicanos nos hemos enfrascado en una competencia monstruosa: en esta esquina,
la parte más consciente de la ciudadanía mexicana y el sector más patriótico del Estado mexicano (que también
existe); en esta otra esquina, los que incendian, los que talan, los que rozan y queman; los que consiguen frondosas
fortunas mediante la creación de desiertos; los que miran todo esto como si no fuera asunto suyo, o no pudieran hacer
nada. Los primeros plantan, conservan, defienden, denuncian y se comprometen; los segundos se alían con lo peor
de México, reparten dinero, aducen tradiciones, pobreza e ignorancia; se apoltronan en facilismos ideológicos, o
sencillamente saquean sin más coartada que la impunidad. ¿Quién va a ganar en este enfrentamiento? No hay
respuesta. Tal enfrentamiento no tendría por qué existir y no se requiere mucha ciencia para saber lo fácil y rápido que
es destruír y lo lento y costoso que es edificar. Granados Chapa con su habitual pulcritud nos contó el lunes la
grotesca historia de Rodolfo Montiel y Teodoro Cabrera, dos campesinos guerrerenses que están por cumplir un año
de cárcel acusados del extraño delito de defender la zona boscosa de Guerrero y Oaxaca de la tala bestial
patrocinada por los caciques locales y por una empresa canadiense. Para saber lo que ocurre en Chihuahua y
Durango basta con ir allá. Lo de la selva de los Tuxtlas y las noticias que ayer martes recibimos acerca de los alegres
talamontes, me ofende particularmente porque tengo (y mantengo) un compromiso personal con el rescate de esa
manchita de verdor. Con respecto a Montes Azules, Chiapas, no hablo de oídas, ni bajo instrucciones del Ejército;
bien sé -señor Marcos- que, por lo pronto, hay cuatro nuevas invasiones de terrenos en el corazón mismo de ese
último pulmón que nos queda; bien sé que, a pesar de la rigurosa vigilancia que -según Marcos- ha impuesto el EZLN,
la destrucción de la Selva Lacandona prosigue. Me conmueve que el Subcomandante haya sembrado un naranjo y
que cibercultive el árbol de la esperanza; pero, en mi calidad de prosista, afirmo que ese árbol poético estará formado
por millones de árboles reales, o no será. El remate va por cuenta de M. J. Othón: "Abajo, entre la malla de raíces/ que
el tronco de las ceibas ha formado,/ grita el papán y se oye en el sembrado/ cuchichear a las tímidas perdices./ Mezcla
aquí sus ruídos y sus sones/ todo lo que voz tiene: la corteza/ que hincha la savia ya, crepitaciones/ su rumor
misterioso la maleza/ y el clarín de la selva sus canciones."

El Pájaro Madrugador

¿Lo recuerdan? Fue un satélite y su nombre original era "Early bird". Me imagino que actualmente es chatarra humana
que vaga por el cosmos. No os preocupéis, ya reapareció en México bajo el encubierto y tropical nombre de Félix
Salgado Macedonio. Bastaría con visualizar la intrepidez de que hace gala el tribuno sureño al combinar sus ropajes,
para deducir que se trata de un hombre valiente que ha superado todo prejuicio. El martes 28 tuvimos oportunidad de
comprobarlo. Don Salgado ocupó la tribuna y nos brindó un argumento irrefutable para apoyar la sobredimensionada y
politizada causa de la oposición al cambio de horario. En un momento de efusión íntima, don Macedonio confesó urbi
et orbi que a él le gusta echarse "el tempranero" (dichoso él) y que el cambio de horario lo afectaría terriblemente
porque con el nuevo horario, él despertará y ya no encontrará a la indispensable colaboradora de su erótico y
madrugador arrebato (habría que preguntarle a la señora si don Salgado es tan brioso como dijo en tribuna). Otras
razones que han proclamado perredistas y ciudadanos pueden ser tildadas de oportunistas o de infundadas; pero lo
de Salgado sí merece reflexión y quizá hasta el examen de un tribunal internacional.

Envío

Estas líneas son un abrazo fraterno para Alejandro Montaño y una ola no por individual menos masiva para Carlos
Monsiváis, padre y maestro mágico...
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Gaceta del Angel / Corte y confección

Por

German Dehesa

(31-Mar-2000).-

Si vas a pedir algo, pide justicia; pero sería mejor que no pidieras nada. Estas son palabras de don Pedro Bonifacio
Palacios (1854-1917), poeta argentino que firmaba sus obras con el fiero sinónimo de "Almafuerte". Su declaración
arriba consignada apunta hacia un esencial pesimismo con respecto a la posibilidad (o imposibilidad) que tenemos los
humanos para impartir justicia. No estoy hablando de un asunto menor. La literatura occidental lo hace suyo por lo
menos desde "La Orestíada" de Esquilo. La filosofía y la teoría del Estado han reflexionado largamente también sobre
este tema. Si me apuran un poco (expresión que nunca he entendido del todo), la impartición de justicia sería una de
las justificaciones fundamentales para la existencia del Estado. Puesto que es viernes y puesto que llevo una semana
muy cargada de rollo, aquí refreno mis ímpetus teorizantes e invito a mis lectores sobrevivientes a que echemos una
mirada sobre lo que, en la práctica y sobre la marcha, está aconteciendo con nuestro tan publicitado "Estado de
Derecho". Preguntas para una posible encuesta: ¿considera usted que en el México actual tenemos un sistema de
impartición de justicia confiable y eficiente?; ¿usted como ciudadano confía en la justicia que imparte el Estado y, por
lo mismo, se abstiene de erigirse en juez, dictar condena "moral" (la expresión es de Labastida) y ejecutarla
simbólicamente, sin más base que lo dicho en algún noticiero, o publicado por algún medio? Desconozco cuál sería el
resultado de esta encuesta, pero me consta que, para el ciudadano medio, el proceso probatorio, los juzgados y las
cortes podrían abolirse, sin menoscabo de la condena que automáticamente fulminamos sobre todo personaje cuya
posible culpabilidad sea insinuada en alguna "columna", o proclamada por los medios electrónicos. Mal por los
ciudadanos que descalifican con tal ligereza y peor por nuestros órganos de justicia (y aquí las indiscutidas palmas se
las lleva la patética PGR) que con tanto esmero y con tan aplicada corrupción han conseguido convertir a cada hogar
mexicano en una especie de tribunal alternativo. Ha llegado el momento de escuchar una pregunta que quizá se estén
haciendo ustedes: ¿a quién está defendiendo este cuate? Respondo: a mí mismo y, eventualmente, a todos nosotros.
Ilustro: en su eficaz escenificación de la vida de Tomás Moro, el dramaturgo Robert Bolt incluye este diálogo entre ese
sereno abogado que era Moro y su fanático y acelerado yerno: Moro -Supongamos, querido yerno, que las leyes
humanas son un tupidísimo bosque y que en ese bosque se hubiera ocultado el demonio, ¿qué harías?. Yerno -¡Con
tal de atrapar al demonio, yo arrasaría el bosque!. Moro -Muy bien, ¿y si en ese momento, el demonio se revolviera
contra tí, cómo te protegerías?... Creo que la pregunta del antiguo canciller martirizado conserva validez. Concluyo sin
ánimos moralizantes: exijamos justicia, confiemos en las falibles leyes humanas, no las cancelemos y no las
confundamos con los muchos miserables que las corrompen. Si no me dí a entender, tengo diagramas.

Levantar el Tiradero

Es un drama nacional; pero también es un conflicto doméstico. La anunciada secuela de la visita que el Bucles realizó
al quirófano es su presente y ofensiva actitud levantisca y subversiva. De por sí los mexicanos preferimos tirar a
levantar, regar a recoger y aventar a reunir. Con esa carga histórica, imagínense a un infante tenochca que ha -
decidido que la más leve intromisión de un bisturí funciona como salvoconducto para sembrar la desolación. El
resultado está a la vista: su recámara parece San Juanico un minuto después de la explosión (que ya se está
investigando). Las negociaciones han sido pesadísimas. El méndigo enano salió maximalista y nieto aventajado de
Bakunin. Se le han ofrecido las más jugosas recompensas y las penas más apocalípticas, y unas y otras le valen
Hillarys. Ahí sigue abodollado en la mitad del caos y hagan de cuenta que no fuera su padre quien le hablara, sino
Ramón de la Fuente. Es una experiencia espantosa comprobar que el auditorio no está con nosotros. De todo corazón
les deseo mejor suerte a los que, por vía electoral, han decidido levantar el tiradero nacional. Supongo que será más
fácil.

Ultima Llamada

Todo indica que estamos a punto de cambiar de horario. Si esto es así, éste es el último viernes -según Salgado
Macedonio- para poder cumplir con el epitalámico ritual popularmente conocido como "el mañanero". Si la fatalidad se
cumple, el próximo viernes, nuestro tropical tribuno tendrá que hacerse justicia por su propia mano. Ultima llamada:
hoy toca.

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al Apartado Postal 19-111, Delegación Benito Juárez, México, D.F.

Gaceta del ángel / Piensa otro número

Por

Germán Dehesa

(03-Abr-2000).-

El airado regocijo se lo debo a "Monitor de la tarde", un noticiero radiofónico que, sin aspavientos ni protagonismos,
cumple eficazmente su tarea. Gracias a sus puntuales colaboradores, me pude enterar de la sublevación que está
ocurriendo en el interior del Sindicato de Electricistas, adscrito a la CTM (que es similar a darse de alta como momia
de Guanajuato), organismo dirigido (es un decir) por el que, según Javier Solórzano, es el cuñado de todos los
periodistas: Leonardo (a) la Güera, (aa) el Güero, (aaa) Periquín Rodríguez Alcaine. Según se vea, el conflicto es
normal, o es un capítulo más de la interminable historia de los robos a los que hemos sido sometidos los mexicanos y,
en particular, los más fregados: campesinos y obreros. La historia es inmensa y no hay tiempo para contarla. Dejemos
a un lado Infonavit, fondos para el retiro, cajitas y cajotas de ahorro y, por pura higiene informativa, hablemos del
Fondo Mutualista de los Trabajadores del Sector Eléctrico. Rodríguez Alcaine lo organizó; él mismo lo dirigió y él
mismo se encargó de darlo por desaparecido. El ilusorio y mítico objetivo era proteger a esos trabajadores (que
mensualmente recibían su sueldo con el correspondiente descuento) de eventualidades adversas como el despido, la
jubilación, o la muerte. Según el primer informe, el fondo administraba (es otro decir) 730 mil millones de pesos en
1990. Actualmente no queda nada y el fondo, por lapidaria decisión del faraón Periquín I, ha desaparecido. Un grupo
de trabajadores despedidos y de deudos de trabajadores muertos ha cometido la osadía de inconformarse con esta
situación y de proceder por la vía legal (y/o penal) contra los que resulten responsables de este robo que, no obstante
su cuantía, se diluye en las impensables cifras (piensa un número) del permanente saqueo que hemos permitido por
cuenta de la pandilla de truhanes que tienen secuestrado a este país (ellos saben cómo hacerlo). Supongo que esa
contrahecha y borrosísima copia de Fidel Velázquez que es Rodríguez Alcaine ni siquiera se dignará responder. En
nuestro país, la impunidad es una perversa forma de la aristocracia. Los tardíos quejosos se atreven a decir que,
aunque "tradicionalmente" han votado por el PRI, ya están pensando seriamente en no hacerlo; su amenaza es
explicable, pero quizá un poco tardía: a buenas horas se vienen a enterar de que han sido manipulados, usados y
despojados. Algo semejante nos ocurre a millones de mexicanos. No sé si han observado ese enérgico, brusco y
entero movimiento que hacen los perros para sacarse de encima el agua y las alimañas. Creo que algo similar
tenemos que hacer nosotros. ¡Ya estuvo suave!. Los despojados, los humillados, los ofendidos no son solamente los
electricistas; estamos hablando de todo un país (pensemos un numerote) amedrentado, silenciado, transador y
transado y desposeído de esperanza y de honor y ética ciudadana. Señor Rodríguez Alcaine: piense un número,
perciba (si puede) su despreciable indigencia moral y, a modo de primera e insignificante retribución, aviéntenos una
hermana.

Algo es Algo

Cuando la derrota es casi cotidiana, las mínimas victorias son fuente de entusiasmo. Miguel Angel Granados Chapa
denunció el caso y yo le hice una épica sordina. Rodolfo Montiel y Teodoro Cabrera fueron encarcelados por atreverse
a defender la selva guerrerense y oaxaqueña. Amnistía Internacional ha hecho suya esta causa y deseo imaginar que
el Estado mexicano, tan sordo a los reclamos locales y tan atento a su "imagen internacional", hará algo al respecto.
¿Qué habría que hacer?, aventuro dos acciones: la liberación inmediata de estos dos hombres y la vigilancia extrema
de nuestra explotación maderera; digo "nuestra"por decir algo; los beneficiarios son canadienses y son también unos
cuantos caciques de la zona (¿no quieres también tu helado de limón?...Pueees, si no fuera mucha molestia,
también).

La Fiesta del Chivo

Así se titula la más reciente novela de Mario Vargas Llosa (Ed. Alfaguara). Leerla ha sido todo un reencuentro, pero ya
hablaremos de eso. Por lo pronto, lo que me tiene obsesionado es comprobar que cada sexenio mexicano tiene su
chivo expiatorio. ¿Qué hace falta para desempeñar tan riesgoso papel?: a) estar en una posición pública, notoria y
vulnerable (salvo contadísimas excepciones, los que llenan los dos primeros requisitos llenan también el tercero); b)
tener urgencia de castigo y, por lo mismo, aceptar con plena aquiescencia la piedra de los sacrificios y el fulgurante
puñal de obsidiana (quien resuelva este insondable misterio recibirá una sorpresa y podrá hacer de Almoloya un
nuevo destino turístico).

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Postal 19-111, Delegación Benito Juárez, México D.F

Gaceta del Angel / Cuando los hijos se van

Por

Germán Dehesa
(04-Abr-2000).-

En mi escritorio y en mi mesilla de noche se acumulan dos torres gemelas; una es de manuscritos por leer (la mayoría
de los cuales, me temo, tendrán que esperar a que su Charro Negro reencarne en scanner); la otra torre es de
invitaciones para asistir a los acontecimientos y a los espectáculos más importantes, o extravagantes que los
mexicanos al grito de fiesta son capaces de organizar. Día con día, una vez cumplidas las impostergables tareas de
corretear la chuleta, de asistir a mi vida familiar y de cultivar la parcela de ciudad que me ha sido asignada; juro que
me esmero en mantener las susodichas torres a una altura lo suficientemente razonable para no tener que pagar uso
de suelo. La tarea no es fácil, porque lo que alcanzo a avanzar por las noches se recupera al día siguiente. Con
particular alarma observo que, por comienzo de primavera, por fin de sexenio, o cambio de horario; las invitaciones
para asistir a bodas han aumentado desmesuradamente. No seré yo quien desaliente la intrépida voluntad nupcial de
los jóvenes tenochcas. Me limito a advertirles que el viaje de Colón fue un plácido paseo en trajinera junto a la
navegación que han emprendido. Al principio , la convivencia no es nada fácil; luego llegan los hijos y comienza el
crujir de biberones y el entrechocar de sonajas. Fresca está en mi lacerada conciencia la nítida huella del último
pancho organizado por el quinquenal Capitán Bucles. Antecedentes: en un plazo brevísimo, el frutito de mis entrañas
vivió el amenazante embarazo y alumbramiento de la pequeña Tractor; padeció una intervención quirúrgica y el
alejamiento temporal de su venerada madre que tenía sus propios achaques que atender. Resultado: al buen Sherlock
se le tronó el chip, se le desprogramó la conducta y sintió como si hubiera sido súbitamente despojado de la
inmunidad oficial y de la candidatura de Tabasco. La rebelión en las cañadas no se hizo esperar. El pequeño
desadaptado ha incurrido en todo tipo de conductas antisociales que, hace unos días culminaron, con ese anuncio
que todos los padres hemos escuchado: me voy de la casa. Esto ocurría hacia las ocho de la noche y supongo que el
Bucles esperaba que de inmediato retemblara en su centro la tierra. Fue un grave y antidramático golpe que su madre
le contestara: está bien. Cuando una mujer contesta así, un hombre sensato y con experiencia sabe que ha llegado la
hora de sentarse a negociar. No fue el caso del Bucles que, abandonando toda prudencia, endureció posiciones: me
voy a vivir a un árbol y no me van a volver a ver nunca. ¿Has oído hablar de la tala inmoderada? intervine yo; si te
vas, yo te aconsejaría que te fueras ahora mismo. El Bucles entró en acelerado proceso de descomposición, pero
todavía alcanzó a revirar: ahorita no me puedo ir porque es de noche y no se ven los árboles. Mutis paterno con
parlamento de gran efecto: lo que tendrías que hacer, hijo mío, es ponerte a pensar... Siempre no me voy, nos
anunció todosonrisas media hora después. Quedó conjurada la primera amenaza; ahora habrá que enfrentar la
segunda: cuando los hijos no se van.

Cervantes Llega a su Portal

Una invitación que no quise ni pude rechazar fue la que me hicieron para conducir y "moderar" una reunión
particularmente gozosa y alentadora. Se trataba de la presentación ante la cibersociedad mexicana del "Portal
Cervantes", una biblioteca virtual que pretende poner a disposición de los cibernautas interesados en esa memoria
colectiva que es la literatura en español, un creciente y magnífico caudal de obras escritas en nuestro idioma en todos
los tiempos y en todos los espacios del orbe hispánico. ¿Se imaginan poder tener acceso a 30,000 obras más las que
se vayan acumulando? El servicio es gratuito y gratificante. Se puede leer, pero también se está formando un acervo
para que se pueda escuchar. La Universidad de Alicante y la Fundación Botín pusieron a navegar esta inmensa
carabela de palabras en julio del 99. El éxito ha sido instantáneo. Cervantes tiene ahora un portal en México.
Estaremos de acuerdo en que hay que recibirlo con todo júbilo. Bienvenido, don Miguel e ingenios que lo acompañan
http://www.cervantesvirtual.com.

Núñez se Puso Chipilín

Tiene razón. En el PRI son muy mañosos. Además, como diría el inmortal Negro Durazo a la hora de su aprehensión:
¿qué pasó, muchachos?, perro no come perro (lo que está por averiguarse es si Dinoperro come o no come
Pejeperro).

Envío

A un buen y cordial enemigo hay que cuidarlo como oro en paño. Ahora que ha perdido "Por una cabeza", le recuerdo
a Jacobo Zabludovsky que nos debemos una comida en honor de los urólogos. Vayan por lo pronto, estas líneas y un
abrazo.
Cualquier correspondencia con esta columna responsable y paterna, favor de dirigirla al correo electrónico
gdehesa@infosel.net.mx o al Apartado Postal 19-111, Delegación Benito Juárez, México, D.F

Gaceta del Angel / Recados

Por

Germán Dehesa

(05-Abr-2000).-

Para Samuel del Villar: Sólo la garantía de impunidad puede orquestar jugadas tan obvias. Usted es un hombre pulcro
e inteligente. La facilidad de palabra no es ninguna garantía de solvencia o insolvencia moral. Usted en muchos
frentes ha decidido dar la batalla en favor del justo castigo y en contra de la apadrinada impunidad. Usted ha decidido
tocar (lastimar) los intereses de los patéticos grupos mediáticos y de los crepusculares grupos políticos. Usted merece
nuestro total apoyo. Le advierto que estoy a punto de solicitar el patrocinio (González Garrido) del C. Gobernador de
Puebla y del no menos C. Srio. de Gobernación del Estado (en nuestro país, federalista por vocación y tradición, nadie
puede influír en las decisiones de ningún Estado soberano), para que TV Azteca (imparcial como ninguna) y Televisa
(que nos sorprendió otorgándole el derecho de réplica) para que ambas instancias me concedan, en el reclusorio en
que me encuentren, una conferencia de prensa (previamente manuscrita en el español más descalabrado, trampeado
e ilegible que se pueda) para que yo diga que lo que dije, en mi imbécil declaración, quede anulado por mi nueva
declaración que, no por más imbécil, ni menos convincente; deje de ser menos ilegal y oportunista. Entienda, don
Samuel, que su lucha es la de millones de mexicanos que, por lo mismo, le pedimos que se ponga las pilas, que
aprenda a articular su discurso (o que no hable más que en defensa propia) y que sustente bien sus acusaciones y
alegatos. Entienda usted, don Samuel, que sus litigios ya no son personales, sino que incluyen a toda una sociedad
agraviada por un poder perverso, por los rejuegos de los medios que no incluyen nuestro bien entre sus prioridades y
que no buscan (poder y medios) el bien común, sino el medro de sus particulares intereses. Don Samuel: yo no tengo
ningún sombrero nacional o extraño que quitarme frente a usted (ni me hace falta); tengo eso sí una módica cachucha
de la UNAM que lanzaré al aire si usted con mi total apoyo (no a su discurso; no a sus buenas intenciones; sí a su
solvencia política) sale adelante en su lucha contra las tinieblas. Pienso, señor Del Villar, que para no ser un mártir
mas en la abultada nómina de México, no bastan la buena fe y el conocimiento teórico; tenemos que ser inocentes
como palomas y letales como serpientes. Es un deber moral apoyarlo; pero, por favor, no nos haga la tarea tan difícil.

SEÑOR LUIS DE LA BARREDA: Sus argumentos podrían ser plausibles. No es hora de negar el apoyo y el respeto
que usted me merecen; pero en el endiablado caso de Paco Stanley creo que usted ha equivocado la dirección del
destinatario de sus reclamos. Opino que, en este momento, no es hora de meterse con el Procurador, sino con el Juez
que está conociendo del asunto. Usted y yo sabemos de la roncha que ha levantado la irrupción de los derechos
humanos en un aparato de justicia que solía actuar por su cuenta y/o a nombre de las instrucciones del Ejecutivo, o
del poder económico del acusado. Por eso -precisamente por eso- el caso de Paola Durante no es asunto menor. Si el
asunto revela una injusticia, ahora está en manos del Juez; si está en manos de TV Azteca o del "cocinero", entonces
lo mejor sería no meterse (ni comprometerse).

PARA ROSARIO ROBLES: Estará usted de acuerdo conmigo en que los gastos de su campaña mediática (¡grandes
acciones!) son desmedidos. Para usted están bien, puesto que le han creado una "imagen" de la que vino a hacer
bien lo que se estaba haciendo mal, o simplemente no se estaba haciendo. Me imagino que tampoco le habrá hecho
daño a la campaña de Andrés Manuel, ni a la tercera cruzada (post-mortem) de Cuauhtémoc Cárdenas. A todo esto,
me permito oponer mis reparos éticos. Si su Procurador ha declarado la dispareja lucha contra el robo impune y contra
los intereses del narco, no me acaba de convencer su dispendiosa actitud. Por supuesto que ya sé que, en los
tiempos actuales, quien no está en los medios, simplemente no existe; pero, al mismo tiempo, me pregunto si esta
nación depauperada y esta capital secuestrada se merecen el uso político de bienes que podrían aliviar sus
incontables males. Hace unas horas, una amiga me contó la ya muy trillada historia de la coladera destapada y de su
coche, difícilmente adquirido, que quedó severamente dañado (me ahorro las infinitas y horrorosas historias que
recibo día con día). Por supuesto que ella tendrá que pagar los cuantiosos daños. Nada más le pido, doña Rosario
(tan dispuesta a luchar a muerte contra el nuevo horario) que piense en cuánto dolor y cuánto daño inútil se podría
haber ahorrado esta ciudad si usted hubiera usado bien lo que ha gastado en su lastimosa campaña de la gran ciudad
y las grandes acciones.

Cualquier correspondencia con esta recadera columna, favor de dirigirla a gdehesa@infosel.net.mx o al Apartado
Postal 19-111, Delegación Benito Juárez, México D.F

Gaceta del Angel / Retiembla el centro

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Germán Dehesa

(06-Abr-2000).-

Un fantasma recorre México: ¡el federalismo!. Ya veo venir a la señora potosina, Constitución en mano, avisándome
con arisca voz de tuna que México tiene mucho tiempo de ser federalista. En teoría tiene razón mi ilustre corresponsal
(que me tiene con dillisusindimaud, porque hace mucho que no se comunica con su benévolo redactor capitalino-
xalapeño); nuestra Carta Magna consagra nuestro pacto federal, pero, por muchas décadas, esto no se ha cumplido
en la práctica; bien sabemos que por décadas y décadas "el centro" velada o descaradamente hacía y organizaba o
desorganizaba a su entero antojo la agenda política de toda la nación. Para usar palabras de actualidad: políticamente
hablando, no había más horario que el del centro. Creo que esta férrea, paralizante y contrahecha situación va
llegando a su terminación definitiva. Imagínense: ahora va a resultar que Roberto Madrazo puede pasar a la historia
como el restaurador del federalismo. De veras que los caminos del Señor son inescrutables y que la Providencia
puede valerse de los más abochornantes seres para cumplir sus designios. Si nos siguiéramos por aquí, acabaríamos
deduciendo que R. Madrazo es el San Agustín tabasqueño y esto no sería justo con el autor de "Las confesiones", ni
conveniente para mí, pues no deseo que la eclesiástica jerarquía capitalina, ahora improvisada como crítica
cinematográfica, declare que mi película verbal es "irreverente". Además, todavía no queda muy claro que el tal
federalismo del temible bucanero tropical no haya sido pactado desde el centro lo cual dejaría todo en calidad de
simulacro.

A este respecto, es más interesante y un poco menos tortuoso el caso de Jalisco donde ni el PAN en el poder, ni el
PRI en la oposición (tan dignamente representado por el señor Silerio Esparza de límpido historial) se hallan muy
dispuestos a ajustar sus tiempos electorales a lo que el centro les marca. Esto, por fuerza, crea problemas y conflictos
inéditos que no tendrían que sorprender ni atemorizar a nadie. La libertad es difícil; la democracia es lenta; el
autoritarismo es fácil, fluído y brutal. De este último los mexicanos hemos tenido ya una sobredosis casi letal; ahora
tenemos que aprender que es más difícil pensar, decidir, elegir por nuestra cuenta e incluír en esa cuenta la libre
decisión de los demás; esto es más tardado pero es hasta ahora la mejor fórmula y la mejor garantía de que los
nuevos pasos que dará nuestro país tendrán el aval de todos, puesto que entre todos los hemos decidido. Quizá no a
la velocidad y con la derechura que quisiéramos, pero las cosas van cambiando. Para mí es algo inédito y
emocionante escuchar las voces de los Estados que forman mi país y que ahora dicen lo que por muchas décadas
callaron: mis tiempos, mis decisiones, mi agenda política interna no tienen por qué programarse, aprobarse y decidirse
en el centro. Habrá quien se asuste por tamaños desacatos; yo los celebro como indicio claro de que ya comienza a
amanecer. Si Pérez-Reverte dice que la honra de una nación no es más que la suma de las pequeñas honras de cada
uno de sus habitantes; yo añado: la libertad de mi país habrá de ser la suma de las libertades sensata y firmemente
obtenidas por cada uno de nosotros. Digo.

Historia de una Pluma

Cuando me dedico al solitario vicio de la escritura -ya lo habré confesado- lo hago con pluma. Supongo que con esto
basta para no calificar como habitante digno del siglo XXI. Dibodobadito ¿quevashashé? Lo más grave es que voy
empeorando consistentemente. Alguna vez tuve una muy legible letra Palmer y fui el orgulloso propietario de una
pluma fuente con snorkel de la acreditada marca Sheaffer's que me costó la mitad de mi reino y que perdí a las dos
semanas; luego perdí la de mi papá, la de mi tío Eduardo y luego me convencí de que era el Premio Nobel del
despiste y la distracción y comencé a comprar plumas desechables. De todo este calamitoso pasado conservo el
distante amor por las plumas finas y la invencible pasión por las papelerías. En La Jolla, Cal. hay una papelería-
librería maravillosa que se llama "Warwicks" que ejerce sobre mí ese irresistible hechizo que las pornoshops ejercen
sobre los erotómanos y los malls sobre las mujeres que son totalmente Palacio. Ahí compré hace algunos años una
hermosa pluma que reunía el diseño antiguo y todos los beneficios de la modernidad. Conociéndome, es obvio que no
la compré para mí; la compré para un escritor admirado y querido. En cuanto regresé a México, la puse en manos de
Jaime Sabines y hoy me emociona verlo en la TV con nuestra pluma asomándose discretamente en la bolsa de su
camisa. Lo que quiero decir es que no extraño la pluma; extraño a Jaime. Por eso, hace unos meses, compré una
igual y se la regalé a otro querido amigo que también está "lletra ferit" (herido por la letra). El tácito compromiso es que
este amigo dure más. En eso quedamos.

Cualquier correspondencia con esta columna gustosamente federal, favor de dirigirla a gdehesa@infosel.net.mx o al
Apartado Postal 19-111, Delegación Benito Juárez, México D.F.

Gaceta del ángel / En el Diván

Por

Germán Dehesa

(07-Abr-2000).-

...lo sé, doctor; usted es lacaniano y no habla, pero tampoco es cosa de que se duerma... sufro, doctor, de un mal tan
espantoso... no, no es problema de autoestima; creo que es muy firme, muy sólida, muy satisfactoria, lo malo es que
la tengo depositada en otra persona... sí, doctor, estoy muy confundido, por el momento no sé quién soy; a veces creo
que estoy en mí, pero luego me veo en otra ciudad y con otra gente, luego me descubro en una sillota verde y luego
se me va la imagen y nomás ya no me veo... ¿puedo tomar un Kleenex, doctor?; ¡doctor, no esté baboseando! deje el
TV Novelas y excúcheme ¿ve, doctor? ¿por qué dije excúcheme?, en mi vida todo se ha convertido en "ex"... En exte
(¡otra vuelta!) momento ya no sé si soy tigre o soy clon. Extoy seguro de que algo hice mal, pero no sé en cuál
reencarnación comencé a fallar; y a lo mejor no soy yo ¿pero quién soy yo?, sino ex el mundo el que extá fallando
gachísimo. Cuando extaba aquí, todos me tupían; entonces me fui para allá y me tupieron peor. Cuando llega la
noche, doctor, trato de hablar con Dios, pero no me toma la llamada; ya me extoy cansando de dejarle recados con
San Ignacio... De los que no tengo nada que decir ex de mis amigos, bola de infelices, pocarropa, sacones, méndigos,
entreguistas y lacayos que a la hora buena, pusieron todos cara de que se les extaba apareciendo el Niño de Atocha y
me dejaron morir como perro acuático. ¿Tendrá algún caso seguir viviendo, o hablo con Nafin? Mi partido me ofrece el
nombramiento de director supremo de relaciones intergalácticas, pero presiento que me extán dando el avión y ex de
Taesa. ¡No se cuaje, doctor!, dígame algo...¿cómo dice?, ¿tiempo transcurrido?; no sea mariqueta, doctor; usted no
sabe los abismos de violencia a los que puedo llegar; lo del "cocinero" ex serenidad mística junto al descoyunte
mental que yo me cargo...¿qué dice, doctor?, apenas puedo dar crédito a mis trompas de Falopio, ¿que me vaya una
temporadita a Tabasco?, ¿que Tabasco ex un edén? Mire, doctor; no lo mato ahorita porque perjudicaría la campaña
de Labastida, pero nos vemos el 3 de julio. Doctor, yo soy Arturo Núñez ¡cambiadme la receta!

El Son de Maracumbé

el rey de todos los sones./ Querido de las mujeres/ y apreciado de los hombres. Este bonito son fue lo único que le
faltó a mi Góber Bebeto para rematar las prolijas alabanzas a Zedillo. Digamos que lo sepultó a puros guayabazos y
boca le faltó para lanzar más incienso verbal y para decirle que nunca cambie porque piensa padre y vale chorros; y
también le dijo que, gracias a él, ahora nos van a querer en todo el mundo y que no habrá nación extranjera que no
nos encuentre irresistiblemente atractivos. Zedillo feliz y aventándole la bronca a los que criticamos desde un café, o
desde alguna biblioteca (que para él, ha de ser como un table dance pero más pecaminoso). ¿No se habrá excedido,
mi estimado Bebeto? Ahi piénsele.

Acuse de Recibo

Don Luis de la Barreda: agradezco sus oportunas y puntuales precisiones con respecto al caso de Paola Durante.
Puesto que no soy defensor de oficio (ni beneficio) de la PGJDF, entiendo que ésta tiene que ser la destinataria de
sus recomendaciones; le reitero, sin embargo, mi horror ante las acumuladas impunidades y crímenes y atracos sin
esclarecer que caen dentro del saldo negativo de este sexenio (por hablar de lo inmediato). Sigo creyendo que la
defensa de los derechos humanos apunta rumbo a la vida y a la claridad; en ese contexto ¿qué opina usted de la
insólita "conferencia de prensa" del "cocinero" diligentemente organizada por la SEGOB (de Puebla) con la
obsequiosa y eficiente participación del director del CERESO (también de Puebla, nomás faltaba)? Me interesa su
opinión, porque creo que usted y yo algo podremos hacer para que la justicia comparezca en este país tan injusta
(culpa del sistema) y tan impunemente (culpa de nosotros) ha sido tratado.

Don Samuel del Villar: agradezco su telefonema. Mi trabajo quisiera estar más a favor de las causas que de las
personas; sin embargo, las causas encarnan en personas. Si como creo, su causa es buena y la informa la
inteligencia, su causa es correcta, su salario se justifica y su persona adquiere realidad y sentido. Como dijo un
próspero anciano conocido mío a punto de morir asistido por su hija: nomás no te me apendexes. Dicho esto, murió.

Preguntaron las Aves

...al búho sabio: ¿qué te metes para hacer esos comerciales de brandy tan mafufos?

Para que Sufra Macedonio

"El mañanero" se ha vuelto imposible; quedan el vespertino y, para los faltos de imaginación, el nocturno (el búho
sabio): hoy toca.

Cualquier correspondencia con esta psicoanalítica columna, favor de dirigirla


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o al Apartado Postal 19-111, Delegación Benito Juárez, México DF.

Gaceta del ángel / Magnolias de Acero

Por

Germán Dehesa

(10-Abr-2000).-

Viaje a Mexicali. Nada más para no perder prestigio, me presenté en el aeropuerto rayando el cuaco y con la Hillary
que llevaba el hígado más retorcido que la declaración de "el cocinero". Calor feroz en el aeropuerto de México y don
Saúl, el dinámico encargado de atender a los viajeros de última hora en el mostrador de Mexicana, todavía con
ánimos de hacer humor negro: el vuelo ya está cerrado y no puedo hacer nada porque sus boletos son de clase
turista. La Hillary traba las quijadas, hace unos bizcos horribles y sus manos (que son totalmente Palacio) avanzan
sobre mi garganta. Lo que puedo hacer, dice don Saúl, es enviarlos en primera clase sin costo adicional. Lo dijo en el
momento justo: esposa dulcificóse súbitamente y charro-marido hizo gesto de "soy un talento incomprendido". Vuelo
grato y sin sobresaltos. Cabe aclarar que yo iba a dar una charla patrocinada por un organismo empresarial de
Mexicali; la Hillary (que allá es conocida como "la Adrianita") iba en pos de su vasta familia y de los mejores recuerdos
de su infancia; es decir: no había una sintonía perfecta; yo tenía cara de que iba a Mexicali; pero ella mostraba tal
arrobo que hagan de cuenta que iba a un territorio que fuera la mezcla de Camelot, la tierra prometida y Disneylandia.
No lo digo yo; me lo dijo una oriunda del lugar: ¿a quién demonios se le ocurrió que aquí se podía vivir? Y sin
embargo, viven y viven bien (la tasa de desempleo es de las más bajas del país) y ya llevan casi un siglo viviendo ahí.
Todo esto pensé cuando sentí el brutal hornazo que me pegó seco, en cuanto bajé del avión. La Adrianita repartía
sonrisas, mientras yo sentía que se me craquelaba la madre del puro fogonazo. Luego viene la pasteurización: te
meten a un restorán chino con aire acondicionado para que pruebes esos chiles empanizados que son tan famosos en
Beijing y luego te sacan otra vez a la caldera del diablo y así te traen hasta que el pubis se te hace como chamoy. La
Adrianita se dió un retuch superficial (hora y media) y yo zarpé rumbo a mi charla (¡con traje y corbata!) que estuvo de
agasajo. El único problema fue el costo de los boletos (por eso y en un acto de locura, me he comprometido a
regresar a Mexicali city of love y dar una charla a un costo accesible y cuyos beneficios se destinen íntegramente a la
Universidad). Una vez que terminó la interminable sesión de preguntas y respuestas, me dirigí al encuentro de la
Hillary y su enorme batallón de tías, primas y parientas en general. No lo digo en menosprecio de los hombres que tan
gentilmente me trataron, pero las mujeres de Mexicali son hermosas, entronas, emprendedoras, protectoras,
resistentes y tiernamente firmes. Son mexicanas flores del desierto. Son como el título de aquella película: Magnolias
de Acero. Para ellas (y puntualizando que entre ellas no desentona la Adrianita) son estos renglones.

SKYFOX

Calurosa estaba la noche. La Hillary dormía como pantera en reposo y su acalorado charro sufría enormidades por
culpa de la pachanga que organizó Televisa con los horarios de la transmisión del juego México-Costa Rica. No es
fácil leer un libro de Simone Weil ("Gravedad y Gracia"), oir a Fox diciéndole a Javier Solórzano cosas muy raras
sobre la cultura y descubrir que en el canal 9 van a pasar el partido, pero en un canal de Tijuana están pasando una
mesa redonda con Fox, Aguilar Zinzer, Silva-Herzog Márquez y Aguilar Camín como anfitrión. Todo esto a las dos de
la mañana. Me concentré en la mesa redonda y en el partido. México, por orden presidencial, jugó muy bien y liquidó
al combinado de plomeros y repartidores de pizza de Costa Rica. Yo que tan mal he hablado del desempeño verbal de
Fox, debo reconocer que estuvo francamente bien en la mesa redonda: lúcido, articulado, con excelente información y
con un concepto muy claro y muy cabal de por qué es candidato y para qué quiere ser Presidente. Jamás lo había
visto tan dueño de la escena. Habrá que felicitar también a Aguilar Camín y a Federico Wilkins porque una serie que
comenzó en el rigor mortis, se ha convertido en algo interesante, real y llamativo. Al parecer, nuestra televisión le está
dando oportunidad a la inteligencia (¿me estará leyendo Adal Ramones? Si fuera así, que no se considere incluído).
En el futbol, ya lo dije, ganó México; en esa mesa redonda que yo ví, también ganaron cuatro inteligencias mexicanas.
Celebrar estos triunfos no es un mal modo de comenzar la semana. Te envío, lectora lector querido, un abrazo desde
Mexicali hasta Chiapas.

Cualquier correspondencia con esta columna al pastor, favor de dirigirla a gdehesa@infosel.net.mx o al Apartado
Postal 19-111, Delegación Benito Juárez, México D.F.

Gaceta del Angel / ¿Qué hacer

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Germán Dehesa

(11-Abr-2000).-

Ya que nos metimos en trabajos de ingeniería calendárica y de horarios, creo que ha llegado el momento oportuno de
organizar un plebiscito en pro de la abolición de los lunes. No hay quien pueda con el lunes. El peso de lo que ya se
hizo y, sobre todo, el peso de lo que tenemos que hacer convierten el alma en una torturada oblea. No he visto las
estadísticas, pero podría asegurar que los que cometen suicidio, los que abandonan hogar y trabajo, los que cambian
de sexo, los que se van a vivir a Comondú, los que se autosecuestran, los que deciden que Janet Reno es un símbolo
sexual y, en general, todos los que tienen drásticas transformaciones en su conducta, toman estas decisiones en
lunes. Mi vida, por darles el caso más a mano, es en este lunes 10 de abril, un torbellino de adversidades: González
Schmal reinició su fea costumbre de decir crípticas mafufadas, los Pumas perdieron de manera ignominiosa (si
pierden con el América, abro diez cajas de seguridad en diez bancos distintos y dejo diez cartas y diez huatos de
dólares); Zedillo estuvo muy contento en la inauguración del Tianguis Turístico; un cronista de TV declaró que "a un
equipo que quiere avanzar no le conviene jugar para atrás"; Del Villar ya quiere declarar la guerra de las galaxias.
Esto por lo que se refiere al pasado inmediato. El futuro no pinta mejor: la semana viene abrumadora y mañana,
particularmente mañana, seré sometido a una prueba que muy pocos espíritus intrépidos han superado. En el jardín
de niños donde, mañana a mañana, se la rifan con el Bucles, no han encontrado mejor venganza que organizar un
ciclo de encuentro entre padres e hijos; la mecánica es muy sencilla: si el padre es ingeniero, va con los niños y les
explica cómo se construye un puente; si el padre es aviador les cuenta en cuántas oficinas cobra; pero si el padre es
periodista ¿qué puede contar? Mañana martes, mientras tú lees esto, yo estaré rodeado de 50 miniultras que -estoy
seguro- me van a dejar irreconocible. Muchos retos he enfrentado en esta vida; pero ninguno me había provocado
tanto terror. Considera, caro lector, que mi auditorio fluctuará entre los tres y los seis años de edad; ni modo que les
cuente de Gloria Trevi o de las elecciones en Perú. A lo mejor me incorporo a la moderna moda de las encuestas
instantáneas y comienzo mi perorata diciendo: de cada diez infantes que no se están sosiegos en la plática de un
adulto, los diez experimentan daños gravísimos. La verdad, no sé qué hacer ante tan terribles riesgos. Espero
sobrevivir. Como le dijo el Bucles a la Tractor después del nacimiento de la bella Tractorcita: ya la vida no es igual.
Al Puritito Bananazo

Así arregla la Femexfut sus broncas, cochineros e imprevisiones cotidianas. Se reúnen a elaborar un calendario, salen
de la junta con cara de que ya diseñaron un submarino nuclear y, unos cuantos días después, anuncian que el tal
calendario ya valió gorro, porque nos acaban de invitar a la Copa Merconorte y al Torneo Panafricano y ni modo de no
ir. Resultado: los juegos se realizan en las fechas más impensadas y los equipos que se presentan tienen que alinear
al hijo del cubetero y a un cuñado del masajista. Como es costumbre, la derrota es para la afición. Omaigod!

Apocalípticos e Integrados

Así rebautizó Umberto Eco a la vieja querella entre optimistas (Leibnitz) y pesimistas (Voltaire). Me imagino que, antes
de llegar a ser materia de discusión intelectual, la bronca entre los que creen que todo está bien o se arreglará por
pura inercia y los que creen que todo está mal y que nada se puede hacer, salvo maldecir, ha pintado de un color u
otro el temperamento de los que en el mundo han sido. Con su proyecto de "pesimismo activo" Savater nos ha
recordado que hay un tercer camino; a su vez, Silva-Herzog Márquez con su artículo "La complacencia de la
indignación" refuerza nuestra sospecha de que los aplaudidores de tiempo completo y los mientamadres profesionales
son, unos y otros, perfectamente inútiles en las tareas de restauración de nuestro mundo y de mejoramiento de
nuestros proyectos de vida. En estos tiempos de ira y de miedo que nos quieren imponer, es necesario recordar que
los dos ya citados bandos en pugna representan, cada uno a su modo, formas de la complacencia y de la abdicación
neuronal. Todo pasa y todo queda; pero lo nuestro es pensar, analizar, criticar, proponer, mirar en profundidad y
comprometerse totalmente con la caótica, contrastada, contradictoria y hermosa vida. No es fácil pensar esto en
lunes, pero es lo que pienso (luego insisto).

Cualquier correspondencia con esta columna que ya se hizo bolas, favor de dirigirla a gdehesa@infosel.net.mx o al
Apartado Postal 19-111, Delegación Benito Juárez, México D.F.

Gaceta del Angel / ¿Y cómo te fue

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Germán Dehesa

(12-Abr-2000).-

El primer reporte me indica que sobreviví sin demasiado daño y que los infantes sólo tienen raspones leves. Cuando
llegué a la pequeña biblioteca que fue el escenario de mi riesgoso encuentro, todos los pérfidos enanetes fingían
dormir (se supone que ése es el efecto que provoca mi charla, pero suele presentarse hacia el final). Conminados por
sus misses adquirieron cierta, resignada y no muy durable compostura. De inmediato tomé por mi cuenta la palabra y
nos pusimos a platicar de palabras. A puro golpe de vocablo logré defenderme y mantener más o menos a raya a la
infantil turbamulta que venturosamente no me tomó las instalaciones, ni derramó sus biberones por el caño, ni exigió
la legalización de sus triciclos chocolate. Saldo blanco. Yo le obsequié a los miniparistas unos cuentecillos
previsoramente adquiridos por la Hillary (será tuyo cuando puedas leerlo y ya que lo logres, se me ocurre que lo
podrías regalar a esta biblioteca para que todos lo lean; así le dije, con voz de patriarca bíblico o bibliófilo, a cada
infante); ellos me regalaron unos dibujos muy bonitos. Así pues, podemos hablar de un nuevo y arduo triunfo de la
diplomacia mexicana.

El Basurero Virtual

Hasta ahora, para mí, Internet es un país lejano e inaccesible. Amigas y amigos me traen noticias de allá o me
mandan recados. Me cuentan que es una carretera inmensa, recién inaugurada y que ya está llena de basura. Me
cuentan también que, de vez en cuando, aparezco por ahí y, lo que es peor, aparecen textos firmados por mí con tal o
cual intención y/o insidia política. Basura. Si de algo sirve, declaro que hasta el día de hoy nada he escrito para su
exclusiva utilización en el ciberespacio; afirmo también que algunos artículos periodísticos de su Charro Negro andan
navegando por ahí casi siempre fuera de contexto y con claras intenciones políticas. Se han reproducido sin mi
autorización. Falta lo peor: entiendo que no hay manera de protegerse legalmente de la multitud de piratas
oportunistas que encuentran un inexplicable deleite en acumular calumnias, verdades a medias, severos ataques a la
sintaxis y lozanas tonterías; ya que les descansa el alma (si la tienen), proceden a firmar con mi nombre. Pregunta:
¿no podrían firmar con el nombre de su ciberhackermamacita?. Seríamos todos tan felices.

La Jubilación de Zapata

Como hay tantos individuos y grupos que se consideran los únicos y legítimos herederos del ideario de Zapata, el
calamitoso lunes 10 de abril, todos ellos consideraron su exclusivo derecho recordar el asesinato de don Emiliano. El
discurso oficial fue una joya de lo que podríamos llamar la agrociencia-ficción. Según el jilguero en turno, las
demandas de Zapata ya están cumplidas íntegramente y, por lo mismo, el mártir morelense puede ya estarse tranquilo
y pasar cada quincena a Procampo o a la Reforma Agraria por los 400 pesotes de su jubilación. Y nosotros que
pensábamos que el campo mexicano era un total desastre; pero no es así: vivimos en un secreto e invisible vergel.
Pues qué padre.

Las Paulinas

Apenas hace dos días, hice el fundado elogio de las mujeres de Mexicali. Lo que ahora escribo no es una retracción,
sino un apenado refrendo. La jovencita Paulina me trae con el alma desacomodada y desgraciada. ¿Cómo le
hacemos para permitir tantos horrores y tantos atropellos? Anoche ví en la televisión al C. Gobernador del Estado con
cara de perfecta inocencia y enjuagándose la boca con algo que llamó "ética personal" que le sirvió para otorgarse la
absolución inmediata y para hacerla extensiva a todos aquéllos que fueron parte de un atropello que no tan sólo
incluye a una mujer, sino a eso que ilusamente llamamos "Estado de Derecho". A mi juicio, Paulina, como tantas otras
mujeres de este país, ha sido víctima de múltiples violaciones. Enumero algunas: la física, la moral, la psicológica, la
emocional y la legal. La primera corrió a cargo de un miserable; de las demás, son responsables unos cómodos
fanáticos que lucran con los prejuicios y que todavía no se enteran en qué año y bajo qué Constitución están viviendo;
unos cuantos funcionarios médicos y funcionarios políticos que dan por no recibido el mensaje legal y fundamentado
que reciben y una sociedad que prefiere no meterse en problemas (hasta que los problemas la alcancen a ella). Me
imagino (espero) que el conflicto no termine aquí. Por lo pronto, en Nuevo León (con un PRI bajo fundadas
sospechas), los panistas se aprestan a echarle más lumbre al fuego con su "legislación" sobre "el derecho a la vida".
Me queda una pregunta: ¿qué opinarán sobre esto las cada vez más lúcidas mujeres (y un buen número de hombres)
de este país?.

Envío

Estos renglones van rumbo a Tijuana y son para mi amigo Rattán que, con motivo de su cumpleaños, va a debutar
vestido de Shakira. Se los envía Bambi.

Cualquier correspondencia con esta columna que sobrevivió a la matanza de los inocentes, favor de dirigirla a
gdehesa@infosel.net.mx o al Apartado Postal 19-111, Delegación Benito Juárez, México D.F
Gaceta del Angel / Las altas cumbres

Por

Germán Dehesa

(13-Abr-2000).-

Hace algunas semanas, asistí gustoso a una charla videoilustrada que cuenta, en voz y presencia del protagonista
llamado Martín Hernández, la hazaña de alcanzar la cumbre del Everest y de lograrlo no una, sino dos veces (y me
cuentan que va por la tercera). Comprenderán que a mí que miro al Ajusco como una cima inalcanzable, la historia me
impresionó hondamente por lo que implica de energía moral y física, pero también por la sencillez y la serenidad de
quien fue doblemente su protagonista y narrador. Martín Hernández tiene el aspecto y la actitud de un ciudadano
mexicano tal cual; no asume poses heroicas, es de sonrisa fácil y de palabras precisas y gratas. Me cayó muy bien y,
sin permiso de Krauze, incluí a Martín en mi personal lista de mexicanos eminentes; lo hice no tan sólo por el Everest,
sino por la conquista de una cumbre todavía más alta: su propio ego que, gracias a su disciplina interior, ha dejado de
ser el ultrapopocatépetl propio de los "ídolos" mexicanos y se ha convertido en una accesible colina para pasear con
los amigos. El martes 11 de abril, en la rumbosa celebración de los 30 años de APAC (felicidades y jacarandas para
Carmelina y su Sonora Dinamita), recordé a Martín Hernández al contemplar a esa cantidad de niñas y niños, de
mujeres y hombres de nuestro país dedicados día con día a superar los mil modos de la discapacidad. Fue un acto de
memoria involuntaria (favor de leer a Bergson y a Proust); lo que yo realmente estaba viendo eran los hospitalarios
ojos de una mujer que reposaba su belleza en una silla de ruedas. Por eso me dió por hablar del Everest y de las
cumbres que tenemos que escalar todos los días. Vivir no es fácil para nadie; pero si además la vida o la caprichosa
ortografía de Dios deciden que nos van a poner a prueba y nos van a hacer "distintos"; o sea más "otros" que los otros
(quiero decir: tzotziles, o cuadrapléjicos, o pames, o con parálisis cerebral); entonces, la existencia sólo se puede
cumplir si hacemos acopio de valor y de valores. Sin demérito de Martín Hernández, entendí y traté de comunicar que
existen millones de seres (y una mujer) que sin mayor prestigio ni publicidad escalan noche y día las elevadas
cumbres de una montaña, no por invisible, menos helada y hostil que el Everest; su aventura es difícil y esencialmente
incompartible; a lo más que podemos aspirar es a acompañarlos a distancia, a allanarles en lo posible el camino y a
incluírlos sustantivamente en esa difícil página que cotidianamente se ofrece (nos reta) a nuestra lectura. Más
fácilmente dicho: lector, levántate y anda.

Existe la Teoría...

...de que Trino es de Guadalajara, pero como se parece al Macetón Cabrera, ha logrado -en solapada complicidad con
el potente Salgado Macedonio (a) Early Bird- infiltrarse en los medios (y aún en los enteros) nacionales, desde donde
cumple su nociva tarea de convertir a todos los tenochcas en atlistas que dejan de creer en Gurría, para entregarse al
excéntrico y pagano culto de La Volpe que es ¿quién lo ignora? una deidad menor. Estemos atentos; no caigamos en
la tentación de rendirle culto a esta empobrecida versión de la TRINIdad (es chafa, pero es cuate).

Me Alquilo para Mirar


Este anuncio va dirigido a todos aquellos que ven noticieros por la noche y sienten que, noticia a noticia, se van
convirtiendo en perro café. En principio, este dato no es alarmante; lejos de eso, es un indicio de intrépida normalidad.
Supongo que sólo Hitler o Pinochet podrían contemplar ese catálogo de horrores, incoherencias y derrotas y, acto
seguido, disponerse a gozar de un confortable sueño. Aquí reside el interés de mi oferta. Sería una trampa decir que
hay miles de clientas satisfechas. Por lo pronto, la Hillary puede testimoniar que no es lo mismo enterarse de una
horrorosa noticia (cualquier noticia) en la entera soledad, que hacerlo en mi compañía. Tampoco afirmo que las cosas
mejoren mucho; pero un sagaz y oportuno comentario sobre el bigote de Leonel Godoy hace más llevadera la vida. Si
el que aparece es Labastida que pública y solemnemente se compromete a impedir que los policías nos avienten el
lamparazo cuando estamos en delicadísimos y eróticos trámites en plena noche y en pleno auto, las cosas se facilitan.
Lo dijo Labastida: es un atropello anticonstitucional. Para que vean; jamás pensé que llegaría el momento de estar en
pleno acuerdo con el abanderado del PRI; pero no me queda de otra. En su momento -y así se lo comenté a la Hillary
como de pasadita- yo fuí víctima de tres lamparazos; por supuesto que no dí (ni daré) detalles, pero vuelvo a mi
asunto: como compañero y regocijado comentarista de noticias, tengo comprobada eficacia: me alquilo para mirar.

Cualquier correspondencia con esta columna en forma de helada cumbre, favor de dirigirla a gdehesa@infosel.net.mx
o al Apartado Postal 19-111, Delegación Benito Juárez, México D.F.

Gaceta del ángel / El nombre del hombre

Por

Germán Dehesa

(14-Abr-2000).-

Para interrumpir mi embarazo, una corrección: en mi columna de ayer ("Las altas cumbres") nombré al mexicano que
ha llegado dos veces a la cumbre del Everest y, por una mala trampa de la memoria, decidí que se llamaba Martín
Hernández, cuando en ese prolongado sueño que llamamos realidad, se llama Hugo Rodríguez. Desde mi grandísima
culpa, espero la generosa disculpa de Hugo, de todos los Rodríguez y, eventualmente, de todos los Hernández. Sirva
como paliativo y contrición proclamar que yo me llamo Germán Dehesa Violante y que todavía está por nacer el
funcionario, mayor o menor, que retenga o escriba correctamente mis patronímicos y mis matronímicos. Gracias a
Borges, entiendo que nuestro último destino es ser nadie; pero esto no nos dispensa de honrar y poblar nuestro
nombre de modo que en la inescrutable parcela de tiempo y espacio que nos han concedido, lleguemos a ser alguien.
¿Qué hay en un nombre? se pregunta Shakespeare por boca de la asombrada y dulce Julieta. En el siglo XX le
responde una mexicana llamada Esther Cohen ("El silencio del nombre" Ed. Anthropos) que, por decir algo, dice (la
interpretación corre al sospechoso cargo de su Charro Negro): nacer es obligarnos a abandonar la más tibia e
ingrávida felicidad y es también colocarnos de golpe en la más brutal e intolerable intemperie; ese alarido inaugural es
simultáneamente aviso de vida y declaración de temblor pánico; hemos sido expulsados; quizá por eso se acongojan
todos los que nos esperaban en la mejor disposición de amarnos; quizá por eso su tierna compasión se expresa en
una pregunta central: ¿cómo se va a llamar? Darnos un nombre (en espera de todos los que nos dará la vida y nos
quitarán la muerte y el olvido) es darnos nuestra primera casa, nuestro primer cobijo (quizá el único que en verdad
podremos llamar nuestro). Con el nombre comienza la vida y, de hecho, vivir será validar, justificar, poblar y hacer
habitable nuestro nombre; vivir será adquirir otros nombres (sólo poseeremos lo que podamos nombrar) y conseguir
por las perplejas artes de la inteligencia y del amor, que esos nombres avistados y formulados se comuniquen con el
mío y formen un nombre mayor (se me ocurre uno: México; se me ocurre otro: nosotros). Dice Derrida (que, como
buen intelectual, exagera) que toda palabra es un nombre; es posible, yo conozco a seres que tendrían que llamarse
¡Guácala! Rodríguez, conozco a otros con francas actitudes de Preposición Antúnez; he encontrado también a Trigal
al Viento, a Cucharita Deslumbrante, a Nubeselva Porqué, a Firmeamigo Sonriente, a Chiapas Capucha y a
Funcionario Malhueles. Puesto que todos tienen -o se han fabricado- un nombre, todos son mis semejantes; de todos
ellos ¿quién es el más opulento?, aventuro que no es el que tiene más bienes (que suelen ser males), sino el que
tiene más nombres que amorosamente confluyen con el suyo. Aceptemos provisionalmente que mi nombre es mi casa
y que Hugo Rodríguez es Hugo Rodríguez (aunque en verdad se llame Cumbreamigo); esto me otorga el provisional
permiso para preguntarte: ¿cómo te llamas?.

El Patio de mi Casa

Es muy particular. Dos lujos tiene: una jacaranda que da a nuestra ventana y un jardín central que, como es de todos,
felizmente no es de nadie. La tierra aportó el verde pasto y los imperturbables árboles; nosotros lo mejoramos o lo
afligimos con los niños prolijamente fabricados. Llega la tarde y mientras los árboles se dan sombra a sí mismos, los
niños se iluminan como cuadernos. Entonces, llega el papá del Bucles y lo sorprende jugando (compitiendo)
fragorosamente con una niña a la que llamaremos Microfiera. Andrés me reconoce (ya es una ventaja), se acerca y
me informa que está jugando con una nueva amiga (en verdad, la ingenuidad masculina hace esquina con lo patético);
el subtexto de su anuncio es muy claro: ahorita, no me molestes. Prosigo mi camino y topo (roedor subterráneo
venerado por Marx) con Microfiera. Muy propia se presenta: hola, señor, yo estoy jugando con su hijo (ya lo adivinaba
yo). Le pregunto a la frágil criaturita: ¿Andrés es tu amigo? Ella pone cara de total rechazo a las sucias maniobras de
Rectoría y me da un avance, no de su pliego petitorio, sino de su lista resolutiva: no, señor, no es mi amigo; es mi
novio. Se acerca el Bucles sin saber lo que le espera y le dice a Microfiera: ¿seguimos jugando? (omaigod!).

Con Tal Motivo

A nombre del hombre y a nombre del nombre: hoy toca.

Cualquier correspondencia con esta columna con casa

y con nombre, favor de dirigirla a gdehesa@infosel.net.mx o al Apartado Postal 19-111, Delegación Benito Juárez,
México D.F.

Gaceta del ángel / Dura Lex

Por

Germán Dehesa

(17-Abr-2000).-

¿De qué se trata?; ¿existen o no las leyes?; ¿su existencia y observancia es tan variable como puedan serlo los
intereses y/o las fobias y filias personales?; ¿nuestros Poderes Legislativo y Judicial han sufrido una erosión tan
grande como para que ya sólo sean "bosques simbólicos" para el particular recreo del señor Salgado Macedonio y del
no menos indescriptible y chirinesco señor Yunes?; ¿todavía existen las "autoridades competentes" o ya han sido
suplantadas por las pantallas de TV, los verbosos arrebatos periodísticos y los juzgados con guillotina virtual que se
erigen en cualquier mesa de restaurante? ...ustedes dirán (con razón) que son demasiadas preguntas para ser
formuladas en lunes Santo ("está muy avanzada la cuaresma" solía responderme mi madre cuando le solicitaba yo
una opinión, o le proponía alguna forma de regocijo por más virtual que éste fuera). En mi defensa puedo aducir que
precisamente por eso lo hago; porque es lunes Santo y, por lo mismo, tengo la dolorosa conciencia de que la inmensa
mayoría de esa inmensa minoría que son mis lectores no están; sé que todos ellos se encuentran ahora en estado
etílico-catatónico tiradotes con su pelota de colores y su madre política en alguna reducida porción de playa (muy
probablemente ya habrán pisado una colilla, o su señora ñcomo no se aplicó uniformemente el protector solar- ya se
le jaspeó el espaldar o se le puso cara de waffle). El caso es que aquí no hay nadie (hasta Ramón de la Fuente se fue
y dejó a unos veladores que cuidaran Rectoría). De mi selecto grupo de amistades, sólo quedó mi abogado (que, lo
crean o no, es decente y conocedor) y ha sido en la despaciosa plática con él, que han surgido las preguntas que
inauguran esta columna. La materia de el mexicano y las leyes es amplia y compleja de suyo, pero además la
trepidante actualidad nacional le añade una dramática urgencia. Pensemos en algunos nombres. Andrés Manuel
López Obrador: valioso, respetable, creíble y con probada capacidad de organización y liderazgo; en cuanto a dotes
personales es inobjetable como candidato a Gobernador del DF; sin embargo, hay una ley de por medio que exige la
comprobación de cinco años de residencia (no de permanencia) en la Capital. Esa ley le obliga a probar esto frente a
la autoridad competente. Si lo hace (y creo que puede hacerlo) será candidato (de hecho, el IFE ya lo reconoció); si no
lo hiciera, tendría que renunciar. Así sería de fácil si nuestro país fuera en verdad un país de leyes (nuestra obligación
es que lo sea). El problema es que la grilla (priiii-priiii-priiii...dice el punzante mensaje radiofónico de Rincón Gallardo)
lo tuerce y lo complica todo. No deja de ser novedoso y divertido que el PRI evolucione como Pokémon y resulte un
tardío paladín de la justicia que exige que caiga "todo el peso de la ley", no sobre "el Divino", ni sobre Robertico
Madrazo; sino casualmente, sobre un adversario político que va punteando en las expectativas de voto. Conclusión
provisional: aunque sea el PRI el que la demande la ley es, debe ser, la ley. Mañana le seguimos con Samuel del
Villar.

La Conversión de la Magdalena

Podría ser el título de un cuadro del Tiziano; pero yo quiero hablar de la Magdalena Mixhuca. Mis numerosos años me
permiten recordar la primera inauguración de ese espacio creado con nuestro dinero y destinado al ejercicio y al
entretenimiento gratuito (en México llamamos gratuito a todo aquello que pagamos anticipadamente) de todos los
capitalinos; pero en especial de los múltiples sectores menesterosos que viven en las cercanías (paradójicamente,
tenía un autódromo que servía para el regocijo de López Mateos y de los hermanos Rodríguez). También me tocó vivir
y atestiguar su gradual deterioro, abandono y agandalle (de nuevo tropezamos con la ley) por cuenta de esos
minicaciques (deportivos en este caso) que convierten la propiedad común en feudo para el lucro personal. El
resultado -nos consta a Carlos Albert y a mí- fue desastroso. Para los legos en la materia, no es fácil imaginar las
complicadas tareas de fumigación que -entre periodicazo y periodicazo- tuvo que realizar la administración perredista.
Mi invariable cercanía con Carlos me permitió conocer paso a paso los infinitos trabajos de recuperación que este
sábado 15 llegaron a feliz término. Como el sistema se esmera en proclamar como victorias propias las derrotas del
actual gobierno capitalino, creo que es de justicia señalar que ha habido muchas e importantes victorias. Una de ellas
se llama la Magdalena Mixhuca. Salud, Carlos; salud, Rosario. ¡¡¡SALUD, PUMAS!!! (¡Ay, si no fuera por estos ratos!).

Cualquier correspondencia con esta columna obediente de sus leyes, favor de dirigirla a gdehesa@infosel.net.mx o al
Apartado Postal 19-111, Delegación Benito Juárez, México D.F.

Gaceta del Angel / Dura Lex II

Por

Germán Dehesa
(18-Abr-2000).-

Capítulo primero: no tengo el menor elemento tangible para dudar de la inteligencia y rectitud de Luis de la Barreda
como Ombudsman y como ser humano. En el ámbito del trato privado y cotidiano y en el ámbito de su desempeño
profesional (que es el que nos interesa) su trayectoria me parece impecable. Lo que pudiera tener en su contra surge
de comentarios rinconeros, imputaciones gratuitas y rezongos no fundamentados de aquéllos que, en tal o cual
coyuntura, se sienten agraviados por la nada fácil (ni necesariamente popular) tarea de defender al ciudadano
injustamente atrapado en esa tupida maraña de bosques legales que no permiten ver el árbol de la justicia.
Sopesados todos estos elementos, me envío la recomendación 1/2000 que consta de dos apartados: a) No vivas sin
tener confianza plena en alguien y en algo; b) Confía en Luis de la Barreda.

Capítulo segundo: la impunidad, como

bien nos consta a los mexicanos, ha sido el perverso y añejo alimento de la corrupción en cuya fórmula no es difícil
detectar el trampeado manejo de las leyes (si me conviene, las acato y exijo su cumplimiento; si me perjudican, me las
brinco y las declaro monstruosas) y el frecuentísimo (quasi consuetudinario) atropello de la independencia y
autonomía de las que deberían gozar los poderes Legislativo y Judicial. Dicho esto, aterrizo con ciertas dificultades, en
un hombre público llamado Samuel del Villar de cuya sólida formación teórica, arrojo e intrepidez no tengo razones
fundadas para dudar. La crispada actualidad nacional y su propia decisión lo han colocado en trance de heroísmo o de
martirio. No es asunto menor aceptar el triple y frontal reto de TV Azteca, el narco y la corrupción del sistema. Es la
postmoderna versión de la lucha de San Jorge contra el dragón (es bien sabido que un dragón de 71 años está en la
flor de su edad). Las muchas personas de bien que habitamos este país deseamos que gane este duelo a muerte
(porque es a muerte); pero por lo mismo, de modo tácito o explícito, le hemos señalado que con aliados como "el
Cocinero" y con acusaciones tan frágiles como las que pesan sobre Paola Durante no se puede ir muy lejos. No es
atropellando la ley como se pueden subsanar tantos atropellos que nuestras leyes han sufrido. Dicho de otra manera:
para que prevalezca la ley, no bastan el buen conocimiento teórico, ni las buenas intenciones, ni siquiera el heroísmo
con vocación de martirio. Hoy necesitamos héroes eficaces (leer "Galileo Galilei" de B. Brecht), funcionarios eficientes
y ciudadanos que, para su provecho o su daño, se atengan a las leyes y dejen, con las peores o mejores coartadas,
de estar hojalateando los códigos.

Capítulo tercero (intransitorio; o sea, que no admite "transitas"): Oído, en reunión virtual, el testimonio de todas las
partes, me permito emitir la recomendación 2/2000 que a la letra dice: "Tanto el C. Luis de la Barreda como el C.
Samuel del Villar están al servicio de la sociedad para cumplir una tarea específica: posibilitar la legalidad y
mantenerse equidistantes del atropello y de la colusión (por interés o impericia) con la impunidad; si cumplen con su
tarea, la Patria los premiará; si incumplen, se van a ver chafísimas." ¿Florecerá el árbol de la justicia? Faltan muchos
capítulos, amiguitos.

Dentro y Fuera de la Cancha

Pumas-América. De lo que ocurrió en la cancha, sólo me queda la blanca y feliz espuma de ser Puma; mi rendido
agradecimiento a las facilidades otorgadas por el portero americanista y mi comedido recordatorio a la plétora de
deudores que, por primera vez en este año, van a tener que transferir a mi cuenta personal una importante cantidad
de divisas, pachocha, marmaja o firulilla. Por lo que ocurrió fuera de la cancha, sólo tengo pesadumbre y malestar. Yo
ví a las hordas tirar un tramo de reja, golpear a un policía y destruír lo que encontraron a su paso. Lo que no ví, pero
me apena igual, fue la agresión a Vinicio Bravo y a Carlos Hermosillo,estimado gentilhombre. ¿Servirá de algo
pedirles perdón?. Vuelvo al asunto de la legalidad y hago una declaración que casi va a sonar como herejía: si tantos
y tan imbéciles abusos van a ser el costo de un triunfo, prefiero que gane el América (aunque un empate no caería
mal).

Se Blindan Economías
Aaaacá. Seriedad y experiencia. Traiga su economía y aquí se la blindamos. Resistirá resorterazos, diávolos y
municiones. Termine su sexenio en paz. Aplican restricciones: si el obús es internacional, no hay garantía; truena
usted, truena su gabinete, truena su país y truena esta empresa. Llámenos: Blindajes "Noaitox".

Cualquier correspondencia con esta columna legal y perpleja, favor de dirigirla a gdehesa@infosel.net.mx o al
Apartado Postal 19-111, Delegación Benito Juárez, México D.F

Gaceta del Angel / Alfombra de jacarandas

Por

Germán Dehesa

(19-Abr-2000).-

"Y yo te miro, flor, tender el vuelo/ (...)/ y cubrir con tu velo de crepúsculo triste/ la jacaranda de Guadalajara/ que
inmola alfombras tenues/ a los pasos románticos/ (...)/ Lo menos que yo puedo/ para darte las gracias porque existes;/
para alabar a Dios que te ha creado,/ ¡Oh, flor, milagro múltiple!/ es conocer tu nombre y repetirlo/ en una letanía de
colores/ y en una sinfonía de perfume." Lo menos que yo puedo para darte las gracias por leerme en Miércoles Santo,
lectora lector querido, es compartir ñasí sea fragmentariamente- esta flor de palabras que, en la primavera de 1944,
cultivó Salvador Novo ("Florido Laude"). Viene además muy a cuento porque precisamente desde la jacarandosa
Guadalajara recibo noticias de un proceso ejemplar y de un ejemplar como para el "Proceso".

Los panistas andaban inquietos, andaban intranquilos, no tenían sosiego, pues la hora había llegado de elegir a su
candidato para la gubernatura de Jalisco. Aspirantes y suspirantes había muchos y el jaloneo, nomás faltaba, estuvo
fuerte. Los anuncios de cismas y divisiones comenzaron a pulular (para la infinita tristeza -ya se imaginarán- del PRI).
Al final quedaron dos contendientes Tarsicio Rodríguez y Francisco Ramírez Acuña (que, según me dicen, fue un
buen Alcalde de Guadalajara). Como no soy afiliado, ni exégeta del PAN, lo que me interesa es consignar la limpieza
y la civilidad de este proceso de elección que culminó con la victoria de Ramírez Acuña y con la inmediata adhesión
de Tarsicio Rodríguez (y la bendición de Sandoval Iñiguez que, hasta donde me consta, es un personaje con mucha
jiribilla). Bien por el PAN y bien por la democracia. Ahora le tocará al PRI escoger a su candidato (tampoco va a estar
fácil ni terso).

En el otro extremo del tapatipaquete noticioso me encuentro con el extraño caso del Dr. Jekyll y Antonio Gómez
Cristóbal, quien fungió como Director de Egresos de Zapopan; luego lo chisparon y luego le dijeron que ya podía
regresar, pero no ha regresado. Hasta aquí estamos hablando de los normales ires y venires de la burocracia media;
el dato escueto y extraño lo consigna muy sucintamente la prensa: necesitan que el señor Gómez Cristóbal regrese,
porque en la caja fuerte dejó 246 mil dólares. Como la nota no añade nada más, ipso facto queda abierto un amplio
espacio para la inquisitiva imaginación tenochca: ¿estaremos frente al inaudito acontecimiento de un funcionario que,
en un arrebato de honestidad, se va, pero deja los dólares?; ¿será que tendría que haber dejado más?; ¿será que no
los vió?; ¿será que es el único que conoce la combinación y que sus superiores no quieren dinamitar la caja?. La
angustia me corroe. Espero que mis cibercorresponsales tapatíos y muralísticos ilustren mi perplejidad.
Si comenzamos hablando de Guadalajara y sus románticas alfombras de jacarandas, concluyamos esta efusión con el
envío de un consolador mensaje a las Chivas que no ha muchos días fueron convertidos en rayados tapetes de
Temoaya por una aplanadora cementera. Dibodobaditos; es Semana Mayor y les tocó cargar bajo el ardiente sol una
pesada Cruz Azul. Si de algo les sirve, piensen que le fue peor al América (¡ay, poishitos!).

w Yo No Soy

la Tigresa...

Los refranes los van construyendo el tiempo, la memoria y las sintonizadas voces populares. Me imagino que, como
en el caso de los chistes, alguien tiene que haber arrojado la primera piedra, pero ésta tiene que caer en zona
acuática para producir esos ondulantes círculos que se van ampliando en el espacio y en el tiempo hasta constituir un
chisme, un rumor político, un chiste y finalmente inmovilizarse en una conseja, dicho o refrán. Una vez puntualizado
esto, me gustaría suplicarle a la voz popular y al fluyente tiempo que conserven eterna memoria de ese edificante
pasaje de nuestra historia legislativa protagonizado por Irma Serrano (a) la Tigresa; Dionisio Pérez-Jácome (a) el
Nicho y por Félix (¿será Fálix?) Salgado Macedonio (a) el Early Bird. Guerra tropical: Chiapas, Veracruz y Guerrero en
abierta y oratoria pugna. Abrió fuego la Tigresa con su anuncio de que se iba a "madrear" a Pérez-Jácome (luego
pidió disculpas y anunció que iba a votar por Fox que es una simbólica manera de "madrear" al PRI y, dicho esto,
pasó a abandonar el ring). Frente a frente quedaron Salgado Macedonio (que de tanto "mañanero" ya trae ojeras de
mapache; ¿quién le manda?) y Pérez-Jácome (que, en el caso de que el encuentro se hubiera concretado, era mi
favorito por razones de paisanaje). Hasta la fecha todo ha quedado en rispideces verbales; lo que deseo que la
historia salve está constituido por las aladas e inmortales palabras de S. Macedonio: "Yo no soy la Tigresa; yo sí te
madreo." Piensen, compatriotas, en los múltiples usos que puede tener la expresión.

w Envío

Como no tengo mando de tropa, ni contratos con la SEDENA, puedo dedicar estas líneas a mi firme amigo, el General
Enrique Cervantes. Quien no confía en sus amigos, no confía en sí mismo.

Cualquier correspondencia con esta columna con ojos de jacaranda en flor, favor de dirigirla a
gdehesa@infosel.net.mx o al Apartado Postal 19-111, Delegación Benito Juárez, México D.F.

Gaceta del Angel / Los vuelos de André Maurois

Por

Germán Dehesa

(20-Abr-2000).-

Cuando a la vida le da por hacer poesía rimada, ocurren las coincidencias (pruebas hechas en Alemania, así lo han
demostrado). A este respecto, el caso de André Maurois es muy ilustrativo. El nació y murió en Francia y sus días en
este mundo abarcaron de julio de 1885 a octubre de 1967. Vivió quizá con excesiva fama y a su muerte, su obra
padeció de un excesivo olvido. El nombre que la vida le otorgó fue Emile Herzog. Puedo asegurar que no escribió para
mí, pero lo he leído con frecuencia y atención; digamos que ha sido un autor inevitable (cada figura materna que ha
comparecido en mi vida -desde mi madre biológica, hasta Rosario Castellanos- se ha encargado de ponerme a leer a
Maurois). Mediante un hábil golpe de timón, pasemos ahora al vuelo Mexicali-México que realicé hace algunos días.
El azar se encargó de asignarme en la clase turista del avión, un lugar distante del de la Hillary y colindante del de un
señor que estaba magnéticamente concentrado en la lectura de un libro que, así de reojo, se veía viejo sin ser antiguo
y barato sin ser corriente. No era la suya una lectura apresurada o superficial; parecía que estaba descifrando una
estela maya. Nada estimula más mi metichería que el espectáculo de un lector -un cómplice- hipnotizado. En cuanto
se distraiga un momento -pensé- le voy a preguntar qué está leyendo. No hubo modo. Leyó sin pausa desde antes del
despegue, hasta después del aterrizaje, su método era asaz extraño: leía fluidamente 30 renglones y de pronto se
detenía largamente en uno como si éste fuera el secreto nombre de Dios, o una cita en chino mandarín. Mi curiosidad,
ya se imaginarán, era brutal. Cuando fuimos conminados a abandonar la aeronave, ya no resistí más y le dije: usted
ha de pensar que qué me importa, pero es muy posible que muera yo de aerotétanos si no me dice qué libro está
usted leyendo. ¡Ay, don Germán! (la temblorosa ventaja de ser conocido por quien uno no conoce), es una historia
muy complicada: es un libro de un francés (adivinaste, lector, era André Maurois) que mi mujer leía mucho y le
encantaba subrayar las frases que más le gustaban; por eso lo leo, porque, aunque sea a destiempo, quiero averiguar
quién era mi mujer. Este tendría que ser el fin de la historia; pero la historia es muy desatenta con Fukuyama y
conmigo. Días después, me reúno a comer con un queridísimo cuate que tiene la agradecible manía de regalarme
libros personales cercanos a su corazón. Entenderán el vago horror sagrado que experimenté cuando me acercó un
fatigado libro de André Maurois y me dijo: estaba subrayado, pero intenté borrar esos subrayados. Venturosamente
las marcas permanecen. Leo aplicadamente el libro. Pronto sabré quién es mi amigo (conoceré por lo menos, una
porción del mapa de su espíritu).

¡Qué Movida tan Chueeeca!

Así decía Clavillazo (¡ahnonó!) y así digo yo cuando contemplo la santa y flamígera ira del PRI y del PAN ante la
presunta, posible, virtual ilegalidad de Andrés Manuel que, según esto, no puede probar concluyentemente su
pentanual residencia en la ciudad de México. Esto podría ser exclusivamente un problema de López Obrador, pero
resulta que el ataque kamikaze que se están aventando ambos partidos repercute y modifica todo el escenario
(palabra particularmente odiosa) político de nuestro país. Puestos a encamotar el asunto (una de las ciencias
nacionales más avanzadas), resulta que dos de los supuestos beneficiarios directos de la pejeinmolación han
manifestado pública y explícitamente su voluntad de dejar las chicanerías por la paz y de aguardar cívicamente a que
el asunto se decida en las urnas el 2 de julio (no sé si ya se dieron cuenta de que lo que se ha logrado, por oscuros
caminos, es adelantar la elección para Gobernador del DF). Estos dos presuntos beneficiarios son Vicente Fox y
Santiago Creel. Ambos le han pedido al PAN (que, hasta donde entiendo, es el partido que orgullosamente los
postula) que saque las manos de esta equívoca maniobra. ¿No suena raro?; ¿lo hacen por estricta decencia? (es una
posibilidad); ¿lo hacen por elemental olfato político, pues ya se dieron cuenta de que ellos no son necesariamente los
beneficiarios de tan refinada carambola?. Puntualizaré que ninguna pregunta cancela a las otras. Poco vivirá el que no
conozca las respuestas. Como diría el buzo: yo me sumo; yo me sumo a los que le piden al PAN que no se incorpore
a la sordidez que -bien lo sabemos- es el territorio natural del PRI.

Envío

Hoy 19 de abril cumplieron años María Elena Chapa que se está partiendo el regioapellido por el respeto a la dignidad
de la mujer. Mauricio Achar (a) "el Gordo" que, como en Macbeth, hizo caminar a un bosque de libros, también cumple
años. Para ambos son estos renglones, estos subrayados y un abrazo no por virtual, menos sabroso. O sea.

Cualquier correspondencia con esta columna con subrayados secretos, favor de dirigirla a gdehesa@infosel.net.mx o
al Apartado Postal 19-111, Delegación Benito Juárez, México, D.F

Gaceta del Angel / Día de guardar

Por

Germán Dehesa
(21-Abr-2000).-

En 1944, mi madre me dió un click y yo navegué galanamente del amniótico universo virtual y aparecí en la inmensa
pantalla del mundo real. En aquellos años 40 y 50 creo recordar que los días y los años venían en más variados y
brillantes colores; el aire, el agua, la tierra y el fuego eran lo que eran y no lo que son ahora. Los días grises eran
escasos y estaban correctamente colocados en el calendario; la luz estaba muy a gusto y las campanas (las de
Catedral, las del recreo, la del señor de la basura, la del carro de bomberos y las del carrito de paletas) organizaban
nuestras horas y tensaban y relajaban nuestras emociones. Era muy divertido vivir. Lo sigue siendo porque ahora el
melancólico recuerdo encarna en este presente vertiginoso y emocionante. Hoy, por ejemplo, con la fundada certeza
de que nadie me va a leer, decido ausentarme por un rato del chaparro presente y huronear en los calendarios de mi
infancia. Al hacerlo, me encuentro con que en aquellos multicolores años había siempre un día negro: el Viernes
Santo. Mi Mater Veneranda pertenecía a la escuela paroxístico-tenebrista y convertía la sagrada fecha en un
ininterrumpido oficio de tinieblas: nadie hablaba más que lo indispensable, todos teníamos que mostrar en el rostro
nuestra infinita pena; las mujeres vestían luto riguroso y los señores ponían cara de estar muy arrepentidos de su
licenciosa vida y musitaban edificantes reflexiones que solían rematar con la original expresión "no somos nada"; toda
actividad era suspendida y la tenebra lo abarcaba todo (como en el PRI). Los más damnificados por este eclipse de
vida éramos los menores que no entendíamos muy bien a qué se debía la tajante interrupción de nuestro natural y
mexicano ímpetu pachanguero, pajarero y gozador; por órdenes de muy arriba no podía yo leer más que la vida de
San Juan Bosco que ya me tenía hasta la cachucha, no podía jugar cuirias, andar en bicla, ni mucho menos ponerme
mi máscara de Blue Demon que era mi tesoro más preciado. La tiniebla total. Lo único que podía yo hacer era
acompañar a mi mamá a alguna oscurecida iglesia que olía a incienso y a sobaquina plus. Yo me asfixiaba y mi mamá
lloraba como si fuera la novia del "Cocinero": ¿por qué lloras, mami? -Porque murió Jesucristo -Pero fue hace mucho -
No importa, murió para que te salves -¿De qué me tengo que salvar? -No entenderías y no me estés molestando. Era
un día difícil, pero de algo habrá servido porque, sin ánimos heréticos, siento que día con día me voy salvando. Por
eso y porque recordar a mi madre que se llamaba Margarita me produce una oscura ternura; por eso -y porque ahora
estas fechas vienen descoloridas o en color gris ozono- en mi memoria aquellos Viernes Santos han quedado como
días dignos de guardar.

Labastida Electrónico

Puesto que ya me receté su comparecencia con Aguilar Camín (asesorado -es un decir- por Jorge Alcocer cuyo charm
televisivo casi iguala al de Raúl Sánchez Carrillo) y su reciente visita al todavía lánguido noticiero de López Dóriga, me
siento con derecho a hacer algunas observaciones: a) Urge, señor candidato, que tenga usted una enérgica plática
con su ortodoncista, pues la Hillary opina que se excedió con la sonrisa Colgate que le colocó. Hágalo para que el
poder sirva a los dientes; b) Un comediante de añeja trayectoria se lo puede decir: no es buena estrategia celebrar los
propios chistes antes de que la clientela acuse recibo; c) Tampoco es eficaz repetir, palabra por palabra, los mismos
argumentos y gracejadas en el mismo ámbito y con escasas 72 horas de diferencia; d) No es muy verosímil jugar el
papel de recién llegado y acusar a un sistema -del cual se ha sido parte por más de 30 años- de los males que el
propio candidato del sistema pretende, o dice que pretende, remediar; e) Tampoco suena muy atinado responderle al
pelado de Fox que lo tilda de "chaparro" (vinculándolo subliminalmente a Salinas), pidiéndole un diálogo "de altura"; f)
Si como dice, las encuestas realmente respetables le dan 10 o más puntos de ventaja, no veo por qué, ni para qué se
afana tanto en su campaña; con una ventaja así, puede dormir tranquilo hasta el 2 de julio. Aquí la dejamos.

Dijeron los Caballos


...cuando vieron que el Pegaso era distinto: en verdad que la droga que consume el búho sabio es efectiva y
llegadora, pues nos permite, mi buen, participar en estos comerciales de brandy que son el éxtasis de la pachequez;
es rico tener el don.

Oferta de Temporada

En esta recia columna el dogmatismo no tiene cabida y, por lo mismo, emite la siguiente recomendación: si su
amorosa enjundia es laica y secular: hoy toca; si por alguna respetable y religiosa convicción deciden que mejor hoy
no, se les recomienda que en la noche del sábado al domingo abran la puritita gloria y resuciten. ¿Me entienden o les
mando el manual?

Cualquier correspondencia con esta columna que es de no guardar, favor de dirigirla a gdehesa@infosel.net.mx o al
Apartado Postal 19-111, Delegación Benito Juárez, México D.F.

Gaceta del ángel / Como unas Pascuas

Por

Germán Dehesa

(24-Abr-2000).-

Ya nada es como antes; pero, añadiría Robert Graves, las cosas nunca fueron antes como las recordamos hoy. El
caso es que, hasta donde recuerdo, las Semanas Santas eran una extraña y petrificada isla de quietud y aburrimiento
que nos sorprendía en plena primavera y cancelaba toda forma de acción o movimiento. En Semana Santa nunca
pasaba nada; la vida pública se ponía entre paréntesis y la vida privada era un aburrido péndulo que se movía del
murmullo rezandero a la catatonia. Mi eminente hermana conserva todavía en su antebrazo la minúscula cicatriz que
testimonia, según ella, su heroica defensa de los valores cristianos. Jamás olvidaré la escena: era Jueves Santo y su
Charrito Negro había conseguido, tras meses de ahorro, comprar el envidiado y ambicionado elepé (33 rpm) de Elvis
Presley titulado "King Creole". En la primera canción -¡cómo olvidarlo!- el gran Elvis decía con voz amenazante: "If
you're looking for trouble"... hasta ahí llegué; mi hermanita súbitamente convertida en la versión premoderna de Irma
Serrano se lanzó como enloquecida sobre el tocadiscos marca Garrard y al grito de ¡En Jueves Santo no se oye
música!, retiró el brazo del tocadiscos con tal vehemencia que rayó todo el disco y lo dejó inservible. Sé que no hice

bien, pero he de reconocer que tan artero ataque a las vías generales de comunicación provocó en mí ese demoníaco
sentimiento conocido con el nombre de "enchilamiento"; ciego de ira, tomé lo primero que tuve a mano que resultó ser
un cuchillo de mesa y, lo juro por la estatura de Labastida, le di a la hoy admirable gastroenteróloga un golpe
meramente correctivo en el brazo. Con lo que yo no contaba era con que, por aquel entonces, mi devota hermanita
tenía los brazos como morcillas y una capacidad melodramática muy superior a la de Libertad Lamarque; habrá sido
un levísimo corte de cinco centímetros que sangró profusamente: ¡Maaamaaaá, mi hermano me quiso matar de una
cuchillada porque no cree en Dios!. No saben el pancho que se organizó, e ignoran igualmente la brutal reprimenda de
la que fui objeto. Básteles saber que si mi madre aún viviera, yo todavía seguiría castigado y sin mi disco. Conté esta
historia por dos razones: a) Porque mi méndiga hermana sigue mostrando la cicatriz y sobredramatizando la historia;
ahora cuenta que la ataqué con un machete guerrerense; b) Porque es la única anécdota realmente memorable que
conservo de todas las Semanas Santas que viví en mi infancia y juventud; se trata pues, de la muestra inequívoca de
que en aquellos días no pasaba nada, todo mundo se quedaba quieto, o ya en plan de orgía, visitaba las Siete Casas
o atestiguaba el Lavatorio y ahí moría. Los políticos se aplacaban, Raúl Salinas Lozano no anunciaba el triunfo de
Fox, la Rumorosa no existía, el "Grandote" era chiquito, nadie acusaba a nadie de chaparro y mandilón; Salgado
Macedonio y Pérez Jácome todavía no tenían intimidad entre ellos y Andrés Manuel nadaba tranquilamente en el
Grijalva sin necesidad del apoyo de Creelifox. Dicho más llanamente: esta Semana Santa resultó meneada y
acalambrante; yo estoy muy contento de que hayamos sobrevivido y resucitado en Pascua Florida y, con tal motivo,
me largo una semana de vacaciones con mi disco de Elvis Presley. Desde algún secreto lugar, seguiré informando.

Estas Ruinas que Ya No Ves

Aquí estuvo tal templo; aquí había un jardín muy hermoso; en este expendio de hamburguesas estuvo la casa donde
nació tal prócer... expresiones comunes en la muy caníbal ciudad de México. Los capitalinos y me temo que los
mexicanos en general tenemos una extraña devoción por el olvido; una maligna obsesión por destruir nuestra
memoria. Hemos destruido desde templos maravillosos, edificios insignes y lugares que algún día fueron vida y gozo
para muchos de nosotros. Tal es el caso del antiguo Parque Delta, luego Parque del Seguro Social y luego nada.
Herido y molesto mi yucabogado me telefoneó: oye, reo (un día con más calma les cuento por qué me dice reo), ¿ya
viste que nos dieron prórroga y que todavía no van a destruir nuestro templo beisbolístico?, tenemos que ir. Fue así
como el de la pluma (Diablo Rojo de toda la vida) se presentó en el Parque del Seguro Social en pleno Viernes Santo
y atestiguó el encuentro entre los Tigres y los Acereros de Monclova. Esto ocurría en el presente; el pasado estaba
pletórico de fantasmas: mi padre que me inculcó el amor al beisbol, Angel Castro, la Muñeca Iturralde, Al Pinkston,
Alfredo Ortiz, el Diablo Montoya, los mañosísimos apostadores, las fragorosas series Tigres-Diablos, el Rápido
Esquivel, el Mago Septién, el Brujo Rossell, Ramón Arano (orgullo de Cosamaloapan) y miles de sucesos y de seres
que ya casi son olvido y polvo. Contra la desmemoria y a favor de esa pasión inteligente que se necesita para el juego
de pelota y para la vida, ahí estuvimos aún a sabiendas de que pronto ya no estaremos. Lectora, lector querido: si ya
resucitaron, ahora toca procurar la felicidad y la memoria (que es otra forma de la felicidad).

Cualquier correspondencia con esta columna gloriosamente resucitada, favor de dirigirla al correo electrónico
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Gaceta del Angel / Debatirse en retirada

Por

Germán Dehesa

(25-Abr-2000).-

Desde mi apartado retiro con vista al mar, avizoro dos cosas: el inminente "debate "va a ser más aburrido que un
documental sobre los helechos (o que las amortecidas charlas radiofónicas del electrizante Dr. Zedillo) ; adivino
también que, por el tumulto de participantes y por el pleistocénico formato que se le impuso al encuentro, nadie va a
ganar o a perder demasiado. Por supuesto que lo voy a ver (los candidatos se pondrían tristísimos si no lo hiciera) ,
pero espero más de la presencia y de los siderales ojos de Mayte Noriega, que de los estremecimientos que puedan
provocarme Cárdenas, Labastida, Camacho y carismáticos que los acompañan (omaigod!) . Difícilmente se repetirá
un sobresalto como el que provocó la encendida y descontonera verba del Jefe Diego en el debate del 94; me temo
que algo así no volverá a ocurrir (una vez es gracia, dos es leperada; solía decir mi tía la Gorda) . En previsión de
cualquier desafuero, los organizadores (que algo tienen de agentes funerarios) se han encargado de diluír las posibles
tensiones mediante el momi . cador formato de este primer debate y mediante la división del cotejo en dos capítulos;
el que hoy contemplaremos tendrá que ser considerado preliminar y de calentamiento y el segundo (si llega a
realizarse) se vivirá como una suerte de nota de contratapa y así, entre un prólogo y un epílogo nos quedaremos sin
libro (¿dónde quedó la bolita?) .

Si resultan reales las hipótesis aquí planteadas, lectora lector querido, creo que muchas cosas podemos esperar del
debate; muchas, pero entre ellas no esperes emociones estrujantes y quemaduras de tercer grado como las que hubo
en el 94. ¿Qué cosas sí podemos razonablemente esperar de los sincronizados monólogos que oiremos y/o veremos
esta noche?Enumero: 1) Que empiece. Esto puede sonar como una estupidez (probablemente lo sea) pero a todos
nos consta que, desde hace meses, varios candidatos y miles de politólogos, "comunicadores ", "líderes de opinión "y
taxistas ya saben o creen saber qué va a decir cada candidato, qué van a responder los otros, quién va a ganar y
cuánto van a tardar en sanar los damni . cados; 2) Hay que estar muy almejas para ver cómo administra cada
candidato sus 14 minutos (puede proponer, puede agredir, puede defenderse, . ngir demencia, mostrarse, ocultarse,
etc. ) ; me parece que es una buena oportunidad para que algo aprendamos de la capacidad de administración moral
y material de los que pretenden gobernarnos; 3) Será interesante la inclusión o exclusión que haga cada expositor de
sus compañeros de debate, ¿jugarán a "no hay más ruta que la mía ", o se mostrarán dispuestos a aprovechar el
talento de los otros?; 4) En la medida en que lo permita el manejo de cámaras, habrá que estar atento a los lenguajes
no verbales que emitan tanto el que está hablando como los que están escuchando; 5) ¿Quién me está hablando?,
¿con qué palabras me lo está diciendo?, ¿qué me está diciendo?, ¿está hablando a nombre propio, o a nombre de su
partido, o a nombre de nuestro país? mucha información podremos obtener si estamos atentos a estas preguntas y
somos buenos lectores de fondo y forma; de palabras y silencios. En Internet podríamos decir muchas cosas más; en
una gaceta encorsetada por el número de renglones, aquí tenemos que dejar las cosas. Mañana las comentaremos.

. LA UNAM YELNIÑO ELIANCITO Tiene razón Gilberto Rincón Gallardo: si no nos atenemos todos a la ley, no
sobreviviremos como sociedad. Esto lo entienden y lo aceptan los estadounidenses, pero enloquece a los mexicanos.
A ningún ser pensante y sensible le gusta ver a un niño encañonado por un o . cial armado; tampoco nos gusta ver a
los policías cercando la UNAM. En ambos casos un gobierno se desgasta y eventualmente pone en riesgo su futuro
político. En Estados Unidos la prevalencia de la ley fue prioridad y a ella se supeditaron todos los demás intereses. En
el caso de México ya hemos visto los costos generados (más los que se acumulen) por las debilidades, los
destiempos, las "negociaciones "y los trapicheos políticos que aceptan o rechazan la ley de acuerdo a intereses cada
vez menos discernibles. Algo importante está fallando y los medios de comunicación no somos ajenos a esta falla: nos
apresuramos a darle voz y pantalla a los enloquecidos esquizofrénicos "ultras "y bien nos abstenemos de mostrar
cómo, todavía en la mitad del caos, las bibliotecas vuelven a ser visitadas, los laboratorios prosiguen sus tareas y en
las aulas reaparecen alumnos y maestros empecinados en recuperar el tiempo perdido. Yo saludo con entera
solidaridad a esos 300 mil mexicanos que han optado por la legalidad del estudio y que han preferido trabajar en lugar
de . ngir cruci . xiones.

Cualquier correspondencia con esta columna que debate consigo misma, favor de dirigirla al correo electrónico
gdehesa

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Gaceta de Angel / Fondo gris

Por

Germán Dehesa
(26-Abr-2000).-

Debate entre algodones; así lo llamó Manuel Camacho, en alguna de sus escasas intervenciones memorables (la otra
-veneno puro- fue la de la "sorpre- sa" que le tenía a Labastida y que consistió en la pública comprobación de la
capacidad elusiva de Speedy Labastida. Muchos anticiparon un debate sin el menor interés; en ese sentido trabajaron
todos los cerebros que en su preparación colaboraron: desde los que decidieron el mediocre horario (para que si
alguien "importante" perdía no salpicara mucha sangre), hasta los que diseñaron el formato tipo museo de cera con
las cámaras amarradas en una toma fija y excluyente (hubiera sido un maravilloso golpe de efecto que algún
candidato dijera a cuadro: ¡Abran la toma porque mi proyecto es incluyente y quiero que se vean las reacciones de los
otros candidatos!); un permanente y depresivo fondo gris y cada candidato escondiendo el cuerpo tras su respectivo y
amniótico podium. Horas antes del debate, F. Labastida se reunió a jugar tenis con Gamboa Patrón y otros honorables
personajes (me dicen que cesó al 40%); minutos antes, los perros de la acreditada agencia "Lobo" subieron y bajaron
por el WTC buscando algún explosivo o alguna idea profunda: no encontraron nada. Comenzó el debate y yo, a falta
de podium, me parapeté no en la objetividad ni en la seriedad que no están a mi alcance, sino en la mayor
imparcialidad y serenidad que pude conseguir. En tal ánimo puedo afirmar que si bien el debate estuvo muy lejos de
serlo, tuvo muchos ángulos interesantes y reveladores. Digamos algo sobre lo que me pareció el desempeño de cada
uno de los ponentes quasi contendientes: Manuel Camacho es de oratoria difícil, de gesticulación previsible y mucho
más eficiente en el diálogo murmurado que en la oratoria pública; sus intervenciones le ahorraron tiempo y trabajo a
Fox, pues a falta de posibilidades reales de ganar la Presidencia, ya se conformaba con la yugular de Labastida.
Porfirio Muñoz Ledo venía cargando la lépera y oportunista carta abierta del inefable Patrocinio González G. y, para mi
gusto, le puso mucho merengue a su pastel en su esfuerzo por parecer Cicerón o tribuno ilustrado. Cuauhtémoc
Cárdenas apenas destacó en el fondo gris al insistir que el petróleo debe seguir siendo nuestro (pregunta: ¿Pemex es
nuestro, o es de la Quina y de sus borrosos sucesores y de sus entreguistas beneficiarios?) y al subrayar, sin excesivo
apoyo en la realidad, que con su gobierno la ciudad de México había sido arrebatada de las manos de la corrupción; la
verdad, se esperaba de Cárdenas un discurso más bravo, más real y mucho más punzante; gris pintado de gris.
Francisco Labastida llegó sobrado y con la creencia quizá infundada de que él era el protagonista y el dueño de las
propuestas; desperdició el tiempo atacando a Fox y tratando de cubrirse de los enérgicos revires del guanajuatense; si
mañana fuera la elección para la jefatura de su manzana, podría perderla. G. Rincón Gallardo habló con altura, con
humanidad, con inteligencia y nos recordó a todos que sin respeto a los que son minoría y a los que son distintos, no
hay democracia que valga; yo lo quiero mucho y ahora lo quiero más (somos mucho máx que dox y que Fox). Vicente
Fox está que se come la lumbre a puños; le quitó el reflector a Labastida y con lo que dijo y con el modo como lo dijo
acabó con el cuadro (menos con Rincón Gallardo al que, con buen colmillo, le rindió homenaje). En mi ponderada
opinión, tuvimos dos ganadores: un ganador moral, humanista e intelectual: Gilberto Rincón Gallardo y un amplio
ganador político: Vicente Fox.

Me lo Dijo Kissinger

No es fácil la vida para el que decide dedicarse al periodismo. Las aduanas son difíciles, los chayotes abundan y las
oportunidades son escasas. En esas condiciones, es una especie de regalo celestial tener la oportunidad de hacer un
reportaje sobre la visita de Henry Kissinger a México. Ocurrió hace ya muchos años y yo era uno entre las decenas de
periodistas que queríamos oír algo de la boca de tan poderoso caballero. Lo que yo oí (sin grabadora) lo conservo en
mi mente. Kissinger salía de alguna de estas barrocas ceremonias con ocho exquisitos oradores que suele organizar
el Estado Mexicano. Kissinger traía cara de cosmiweb (flojera cósmica) y comentó: ustedes los mexicanos son muy
raros; creen que hacer buena política es hacer discursos bonitos. Aplíquense estas palabras a nuestra situación actual
y por favor, compatriotas, voten por el futuro y no por la oratoria.

El Gran Salto

Adelante

Las autoridades de la UNAM ya consiguieron que las postmodernas divas del CGH nos hagan el inmenso favor de
sentarse a discutir los puntos del pliego petitorio. Ahora sí nos vamos a ir en ráfaga huracanada y para el 2099 habrá
un proyecto de solución. Omaigod!

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Gaceta del ángel / Polvos de aquel debate

Por

Germán Dehesa

(27-Abr-2000).-

PALABRAS FRECUENTES: Creo que era suizo y creo que se apellida Friederici (en vacaciones, la Hillary no me deja
traer mis libros de consulta). Este hombre o quien resulte responsable se dedicó a estudiar a los "Cronistas de Indias"
y, cuando todavía no había computadoras, se impuso la tarea de establecer cuáles eran los sustantivos más
frecuentemente usados por aquellos imaginativos y casi siempre prejuiciados relatores de la caudalosa e inabarcable
realidad americana. El resultado, no por previsible, es menos sobresaltante; los tres sustantivos más usados por los
cronistas son: oro, Cristo y sangre. Aunque yo no soy suizo, ni tengo intimidad con la computadora, le tengo cierta
confianza a mi capacidad retentiva y, después de oír y de repasar la copia escrita del semidebate del 25 de abril (día
de San Marcos; día de gallos en palenque) puedo afirmar que las dos palabras más reiteradas por los candidatos en
sus monodiálogos (invento mexicano) fueron: Fobaproa y cambio. Esto en el terreno del discurso real y polémico; en
lo referente a las propuestas virtuales y/o utópicas, dos conceptos reiterados fueron "la mujer" que, salvo en el caso
de Rincón Gallardo que le concedió pleno nombre y entera realidad, fue nombrada como una especie de etnia
alienígena que comienza a aterrizar en México (¡háganme el C. favor!) y a la cual, sin decirlo tan obviamente, se le
puede conferir las nobles tareas de darle una alzadita al país, pasar la aspiradora y ayudarla a tramitar su permiso de
existencia y su visa de humanidad. La otra utopía verbal que compareció fue "la nueva Constitución" que de hecho ya
existe, pues entre aquel documento que se elaboró en Querétaro en 1917 y esta colcha de abuelita (retazos y retazos)
que tenemos ahora no hay muchas semejanzas. Si me permiten decir, creo que los mexicanos antes de darnos
nuevas leyes, necesitamos asumir una nueva actitud frente a la ley; pero una cosa no cancelaría la otra.

VOCES POPULARES: El actual reto de Vicente Fox es el de evolucionar como Pokémon y aparecer como un
estadista con capacidad de mando y gobierno, sin perder sus primeros atributos de Pedro Infante postmoderno. En el
terreno de lo verbal lo está logrando con enorme astucia. Cita cifras, propone alianzas y de pasadita le comenta a
Labastida "hágase la voluntad de Dios en los bueyes de mi compadre"; recupera el casimir y la corbata, se maneja
con pulcritud gramatical y de pronto suelta otro descontón, éste sí directo a la mandíbula: a mí se me podrá quitar lo
majadero, pero a ustedes no se les quitará nunca lo corrupto (¡zácatelas!, gritó la nación entera). Curiosa mezcla entre
Lawrence Olivier y Javier Solís.

EL AUTODESCONTON: Un insulto mal planeado, o tardío, o incorrectamente verbalizado adquiere efecto de


boomerang y le parte los costosos dientes a quien lo arroja. Decir: "Vicente, me recuerdas al viejo PRI" es un ejemplo
perfecto de lo aquí dicho; a Fox le vino guango, a todos los viejos priístas que con tantos trabajos se alinearon con
Labastida les cayó como mentada de madre y, para peor, no me parece fácil demostrar que el propio Labastida no
sea un producto nato y neto del tal viejo PRI que curiosamente es igualito al nuevo PRI. Ya en plan de sacar sangre
con elegancia, prefiero a Rincón Gallardo cuando afirmó: decir "yo soy el cambio" es lo más viejo del mundo (¡toma tu
pan, gorila! pensaron los asesores de Fox). Y todavía no acabo.

La Eme con la A
Para estar de vacaciones, ando muy revolucionado; cuando no estoy haciendo encuestas banqueteras sobre el
debate, me estoy autoencuestando (un 20% de mi ser no sabe, no opina, no contestó), o, lo que es más laborioso, le
estoy enseñando a leer y a escribir al Capitán Bucle que ya experimenta la urgencia de lanzar sus primeros
comunicados desde algún lugar de la costa. Es un trabajo arduo y emocionante; es también pagar una vieja deuda
con mi padre que tantas tardes dedicó a enseñarme las letras que nombran (o aluden) al mundo. Un segundo efecto
de la pedagógica labor es comunicarle mi convicción de que la única fuente legítima de prosperidad es el trabajo. Los
juguetes que desea ya no se cotizan en dinero, sino en planas de escritura que realiza con esmero y con la inusitada
alegría del que sabe que no va a recibir una dádiva, sino un pago justo (creo que por aquí comienza la libertad). Hace
un rato, el pequeño filibustero realizó una muy legible plana con la eme, con la a y con la palabra mamá; vendrá luego
un clásico: mi mamá me mima, proseguiremos con mi mamá me ama y yo espero que en próximas fechas pueda
escribir: mi papá y la vida también me aman. Santo y bueno.

Cualquier correspondencia con esta columna de puras palabras, favor de dirigirla al correo electrónico
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Gaceta del Angel / Polvos de aquel debate II

Por

Germán Dehesa

(28-Abr-2000).-

"EL LEGADO DE COLOSIO": Sin detrimento del buen recuerdo que de él guardan sus amigos, me parece que
Labastida, en su verbosa restauración del mito Colosio, está utilizando para verse más alto un banquito político-
emocional bastante frágil y peligroso. Yo no sé (nadie puede saber) qué tanto y qué tan a fondo hubiera renovado y
transformado el sistema Luis Donaldo de haber llegado a la Presidencia; lo que sí sabemos es que en vida, lejos de
mostrarse crítico y opositor al proyecto salinista, fue una pieza útil para éste. Si así son las cosas, en verdad no
entiendo muy bien qué quiso decir Labastida en el debate cuando habló de "recuperar el legado de Colosio". A mi
juicio, no hay mucho que recuperar: un discurso moderadamente crítico muy en la tradición del candidato que
comienza a marcar distancias con el que, por una parte, es su creador; pero que, por la otra, es ya el mandatario
saliente. Este sobrevaluado texto y una muerte injusta, impune y atroz constituyen a mi juicio el legado de Colosio que
así visto, no da para mucho, ni sirve para crear los nuevos modos de gobierno que en el 2000 necesitamos los
mexicanos. Ya puestos en esto y ateniéndome estrictamente a la vida pública, no puedo dejar de preguntarme: ¿por
qué el padre de Luis Donaldo permite que lo utilice como mera figura emblemática un sistema que no ha querido y/o
no ha podido paliar con un mínimo de justicia y claridad la experiencia más dolorosa y más oscura que puede vivir un
padre?

LA BRECHA TECNOLOGICA: Encuentro en el debate y en su posterior evaluación una contradicción fundamental.


Los que necesitan de modo más urgente una transformación de nuestras reglas de convivencia son esos 40 millones
(hay quien habla de varias decenas de millones más) que sobreviven con menos de 10 pesos diarios; supongo que
entre ellos hay un altísimo porcentaje que no tiene televisión (y que si la tiene no la usa para ver debates), no tiene
radio (o tampoco oye debates) y no tiene teléfono. Resulta entonces que los más urgidos de cambio, no conocen más
propuesta que las magras caridades que de vez en cuando (de preferencia, en tiempos electorales) les hace el PRI y,
ni de lejos, tienen modo de manifestar su opinión sobre un asunto que, de cualquier manera, no conocen. Carentes de
información, sin la mínima tecnología para enterarse y opinar, sólo tienen una herramienta: el voto. Pregunta: ¿por
quién irán a votar estos millones de mexicanos pre(pri)-tecnificados?.

¿QUIEN GANO?: Amalia dice que Cuauhtémoc; la PISOAPO (Pitufa Sociedad de Amigos de los Pokémones) dice
que Labastida; todas las encuestas importantes dicen que Fox; yo (que no soy encuesta importante) ya dije que
ganaron Rincón Gallardo y Fox, pero añado que resulte quien resulte electo el 2 de julio, el verdadero triunfo o la triste
derrota dependerán de la elección que hagamos los ciudadanos entre seguir dejando nuestro diario destino en manos
de unos cuantos, o volvernos parte activa del gobierno. Creo que en esto reside que gane o pierda México.

Chocolate Batido

Y que se enoja Zedillo y se tupe a los Diputados de la oposición que autorizaron la legalización de los transportes
chocolates. ¡Demagogos! les dijo el ya crepuscular inquilino de Los Pinos. No deja de tener razón el Presidente,
porque la jugada es de muchas bandas y trae detonantes diferidos. Veamos: la iniciativa de los Diputados
"demagogos" pasará al Senado y ahí me permito suponer que la detendrá la recia defensiva priísta; lo malo es que si
lo hace, esto tendrá costos político-electorales considerables; si en un rapto de locura, el Senado aprueba la iniciativa,
la bronca con los que fabrican, venden y compramos transportes legales también tendrá costos elevados. O sea que,
serán muy demagogos, pero ya le metieron al PRI-gobierno un gol de alto grado de dificultad. En el aire se quedan
algunas cuestiones que algo tienen que ver con este nudo ciego: ¿cómo llegaron a México los famosos chocolates?
(si me responden que de uno en uno, los agarro a cachetadas); ¿se ha hecho una investigación a fondo para ver si
por una extrañísima casualidad, algún funcionario o funcionarios del partido no demagógico está metido en la industria
chocolatera?; la demagogia es horrible y nociva, pero, a seis años de distancia, ¿los mexicanos hemos escuchado
propuestas más demagógicas que aquéllas que decían "yo voto por la paz" o "bienestar para tu familia"?; para
rematar de media chilena: ¿por qué resulta tan escandalosa la diferencia entre el precio de un transporte adquirido
aquí y otro similar adquirido en el terreno de nuestros socios, amigos y benefactores estadounidenses?. Una vez más,
topamos con LA LEY que, para aplicarse, necesita procuración que a su vez, necesita investigación que sólo puede
cumplirse con información. Mientras todo esto no se cumpla, nadie estará a salvo de la demagogia. Por lo pronto, lo
único claro es que hoy toca.

Cualquier correspondencia con esta columna que se pone en pausa, favor de dirigirla al correo electrónico
gdehesa@infosel.net.mx o al Apartado Postal 19-111, Delegación Benito Juárez, México, D.F.

Gaceta del ángel / El Imperio contraataca

Por

Germán Dehesa

(01-May-2000).-

Amiguitos, ya están de regreso Hank Vader, Chewbacca Albores, el Jedi Alcaine y todos los archivillanos que, durante
tantas décadas, han hecho las delicias de chicos y grandes. No fue fácil ni gratuito tramitar su regreso a la pantalla
grande. Si han regresado es para cumplir la difícil misión de contrarrestar el ataque comandado por Obi-Guan-a-juato
que se ha convertido en una seria amenaza contra el imperio de las Tinieblas. La acción ocurre en el año 2000 en una
república tradicionalmente sumisa al Imperio; todo habría seguido así, pero en el monte de Chi mataron a Ri, vino Fox
y dijo ¡ya!. El grito se extendió por toda la comarca (¡yayayayá!) y en menos de lo que México (o el Atlas) se tarda en
fallar un penalty, la rebeldía se había generalizado. Era un momento de particular debilidad para el Imperio que fue
sorprendido en pleno proceso de cambio del viejo Imperio al nuevo Imperio que iba a ser igualito al viejo, pero con
Web y más cerca de ti. Según lo planeado, este cambio llevaría varios siglos (tampoco eran enchiladas), pero vinieron
los alzados y el aspirante al trono, el debatido Labastida, que estaba claramente posicionado como el más viejo de los
nuevos, decidió modificar la estrategia y dejar los cambios para mejores tiempos. Claramente lo dijo: con una buena
ajustadita, el viejo todavía puede dar excelente servicio, porque el nuevo todavía está "en gestación" y se puede
malograr si lo sacamos tan tiernito. Así pues, el discutido aspirante tomó su celular con gesto enérgico y después de
quince llamadas interrumpidas y tres absurdas comunicaciones a la taquería "La Reina de los Alamos", logró hacer
contacto con un secretísimo lugar llamado "El Club de Gobernadores" (los domingos rica pancita) y así dijo con firme
voz: ¿no está Madrazo?... ¿no?...¡qué bueno!; oye, chaparrito, convócame a todos porque nos están jalando la cobija
gacho; así es, mi buen; tú diles que o nos vamos todos a la ofensiva o no calificamos para la olimpíada de julio; tú así
diles; es un mensaje en clave, güey; los necesito a todos; sí, también a los que ya están en formol; sáquenlos, dénles
su oreadita, les pones Aqua Velva y me los mandas; quiero que vayan organizando dos que tres agrupaciones de
nombre cachetón; sí, haz de cuenta la PLAPAPA, Plataforma de Patriotas Paleozoicos o alguna otra xalada que se les
ocurra; lo importante es que hagan actos de masas -yo pongo los Boings, las tortas de galantina y un toleco por
piocha- y que publiquen desplegados pero diamóders; los abajo firmantes los sacan del directorio, o del censo, o del
obituario; díle al babas de Albores que ya no hable por teléfono; sí, pero es para hoy; una mujer se me acercó y me
dijo: Pancho, te traen como perico a toallazos y yo no le puedo fallar a esa mujer.

He aquí la historia exclusiva del por qué y del cómo estamos asistiendo al retorno de las momias (y probablemente de
la violencia y de las súbitas "guerrillas"). El Imperio contraataca.

El Ciberbucles

Día del Niño: una más de las fechas no autorizadas por el Club de Scrooge; para el caso que nos hacen, da igual. El
Bucles amaneció pimpante y recibió de manos de su irresponsable madre una cajota de cartón retacada de esos
letales dulces tenochcas (chupifritos aciditos, power-chamoys explosivos y muchas delicias más) y así le dijo al
sonriente minitruhán: éste es un regalo de mami y de papi (¡sácate!, dije yo en voz baja) pero no es para que te los
comas todos en un día. Claro que no, mamita linda (me los voy a zampar en una hora, pensó); y tú, papito, me dijo sin
dejar de abrazar su cajota, como es día del niño me vas a acompañar a jugar con un sidirrom interactivo padrísimo
que tengo. Si la infeliz criatura supiera que los conocimientos cibernéticos de su padre son similares a los del Hombre
de Tepexpan. Sufrí lo indecible. El méndigo chaparro mandilón me rebasa ampliamente en la hermética ciencia de la
computación. Me salvé gracias a mis indudables dotes de improvisación verbal e imaginativa. Papito: ¿por qué no me
obedece el mouse?. Pausa larga. Esteee, yo creo que nos falta un módem de más gigawatts y un disco duro de
Magneto y Café Tacuba, mijito. Ah, y ¿cómo le hago para que se ponga todo verde?...Esteee, de poderse, sí se
puede; pero es mejor no intentarlo porque se puentean los microchips y podemos explotar con horrísono estruendo.
Ah ¿y qué es horrísono? (ya lo tenía yo en mis terrenos). Lo que suena horrible, mijito. Ah ¿y por qué con mi amigo
Toño no pasa nada de lo que tú dices?. Mira escuincle cabresto: porque Toño y la mamá de Toño y tú mismo son
alienígenas y te propongo que mejor juguemos guerras de agua, porque no estás preparado para usar estos aparatos.
¡Sale! dijo el Bucles y aquí me tienen jugando guerras de agua y celebrando el Día del Niño. Dehesa sufre.

Cualquier correspondencia con esta imperial columna, favor de dirigirla a gdehesa@infosel.net.mx o al Apartado
Postal 19-111, Delegación Benito Juárez, México D.F.

Gaceta del ángel / Día del Trabajo

Por

Germán Dehesa
(02-May-2000).-

No ha sido un día fácil. Es una respetabilísima tradición mexicana ésta de que nadie quiera trabajar el 1¦ de mayo.
Según mis encuestas banqueteras, el 92% de los mexicanos no tan sólo se atuvo a la noble tradición, sino que han
decidido aprovechar la oportunidad histórica y aventarse un megapuente del día 1¦ que cayó en lunes al día 5 que
caerá en viernes (si son madres y/o maestros, se abre todo un océano de posibilidades). Volvamos a la encuesta: 5%
de los interrogados prefirieron no responder, o desconectaron el teléfono, o mandaron decir que estaban en la web.
Sólo el 3% fuímos tan zopencos como para pretender laborar en una fecha secularmente consagrada al trabajo. Con
esa intención tan subversiva, nos levantamos a buena hora, tomamos un desayuno ligero y le dimos un vistazo a la
primera plana del periódico. Ahí comenzó el desasosiego: con motivo del día del niño, Labastida fue a Tabasco a
tomarse una foto en la amistosa y benevolente compañía de Robertico Madrazo y Manuel Andrade (100 kilos de rock
y de PRI); cada uno le levanta un brazo a Labastida, aunque el pie de foto no aclara si es con intención de arrojarlo al
Grijalva, o de, eventualmente, declararlo vencedor; el institucional coro encabezado por la considerable Dulce María
Sauri aplaude y sonríe como si fuera la inauguración de Six Flags y en la gran familia todo es dicha y avenimiento
(conste que lo advertí: el Imperio contraataca); en la foto no aparece Arturo Núñez, pero no es difícil deducir que su
delicadísima encomienda como jefe de relaciones intergalácticas, utópicas y no verbales, absorba todo su tiempo.
Enigmática fotografía ¡vive Dios!, decía yo para mis adentros, mientras, viva aún la voluntad de trabajar, hacía mis
abluciones matutinas y cantaba con levantada voz "Seré tu amante bandido". Salí a la calle y no había nadie; llegué
temprano a todas partes; y de todos aquéllos que hace unos días me dijeron que les "urgía" hablar conmigo no
encontré a ninguno. Al momento de redactar estas líneas, sólo puedo decir que me consta que hay cuatro capitalinos
trabajando: la Rubia Misteriosa, Carmen Aristegui, su Charro Negro y mi cuñado virtual Leonardo Rodríguez Alcaine
que se levantó tempranito, se puso su traje de lámina galvanizada, las indescriptibles camisa y corbata; se trasladó al
Zócalo en humilde carruaje y se aventó una declaración todavía más enigmática que la fotografía ya comentada: la
CTM estará con Zedillo hasta el último día de su mandato y ya después se pondrá a las órdenes del candidato que
resulte triunfador (aún en la lealtad aplican restricciones). En la total perplejidad, aventuro algunas preguntas: ¿no
querrán, no podrán, no merecerán los obreros de México organizarse de manera más digna y con representantes
menos marrulleros, menos pillos, menos serviles y más a la altura de sus derechos amenazados como nunca?; ¿no
sería interesante contemplar la posibilidad de trabajar en el día del trabajo?; ¿no podrían los jugadores del Atlas
ponerse a practicar tiros penales?.

Donación de Organos

Desde una perspectiva civil y secular, donar total o parcialmente nuestro perecible cuerpo me parece una exquisita
forma del amor y un misterioso modo de la inmortalidad; desde un horizonte religioso y caritativo, encuentro todavía
más justificaciones para esta forma extrema de la dádiva y de la compasión. Me cuesta trabajo entender los infinitos
reparos de los que se oponen a la donación y aprovechamiento de sus órganos; sus argumentos serían válidos para
Yamaha Inc., para Casa Veerkamp y para la Catedral de Puebla (que tiene ñcomo tantos señores- un órgano enorme,
pero descompuesto); para los mortales comunes, tales argumentos me crean la imagen del narcisismo, de la
estupidez y del prejuicio. Desde aquí y desde ahora, me comprometo a donar lo que de mí quede de útil o de
aprovechable. El problema es que, al paso que voy, no va a quedar mucho; pero si alguna de mis orejas, o algo de mi
memoria resulta reciclable, se lo regalo con todo amor a los que vienen llegando. Si esto se cumple, podré decir como
Gutiérrez Nájera: "No moriré del todo, amiga mía."

Circo en el Zócalo

Nunca faltan las buenas conciencias dispuestas a tirarse al piso y a desgarrarse las vestiduras adquiridas en
¡Eeecalli!. Ahora se sienten personalmente agraviadas porque en el Zócalo, con motivo del día del niño, instalaron un
circo. A mí me parece un perfecto encanto que nuestra Plaza Mayor, bajo el gobierno del PRD, haya recuperado su
vocación de lugar de encuentro y de jolgorio. En verdad, no creo que los "símbolos patrios" corran peligro; si ya
aguantaron los desfiles de borregos y los balconeros discursos presidenciales, pueden aguantar cualquier otro circo.
¿No podríamos invertir nuestra patriótica ira en algo más relevante?.

Cualquier correspondencia con esta columna que intenta laborar, favor de dirigirla a gdehesa@infosel.net.mx o al
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Gaceta del Angel / Sesenta días

Por

Germán Dehesa

(03-May-2000).-

"Oídlo, soberanos y vasallos; próceres y mendigos: todavía no tengo la más pinacatera idea sobre mi intención de
voto. Por lo pronto, me conformo con tener alguna noción clara acerca de por quién, o por quiénes no voy a votar.
Puesto que para decidir el uso que le voy a dar a mi boleta electoral todavía me quedan sesenta días, me conformo
sereno y tranquilo con mi actual situación y resisto sin demasiada merma las encuestas, los debates y los terrorismos
del évoto útilé. Creo percibir que todos los que aquí somos nos encontramos en el difícil y pospuesto aprendizaje de la
democracia que requiere, entre tantas otras cosas, de pensar y decidir (y repensar y equivocarnos) por nuestra cuenta
y no con cargo a nuestras inercias, ni a fobias y prejuicios heredados, o contagiados por vía electrónica. Creo que de
lo que se trata es de encontrar la mejor y más justa forma para que todos los mexicanos convivamos, nos respetemos
y podamos ser. Si alguien comparte mi punto de vista, entenderá que, hasta el momento, muy poco nos han permitido
saber los candidatos acerca de ese proyecto de convivencia, pues le han dedicado demasiado tiempo a la injuria, a la
descalificación, a exhibir encuestas (que, gracias a los mexicanos, ya son consideradas un subgénero de la ciencia
ficción) y a avisarnos que ellos y sólo ellos son la salvación de la patria. Nada de esto me ofende; entiendo que así es
la mercadotecnia; pero me consta que antes de ellos, México ya era y que, después de ellos, seguiremos siendo. Veo
el panorama y me propongo votar por el que menos le estorbe al país y por el que me ofrezca mejores propuestas
para la recuperación de la legalidad perdida. Importante y todo, es un episodio más de nuestra complicada historia.
Para decidir en qué va a topar, todavía tenemos sesenta días; así es que ¿cuál es la prisa?; el calambre es para los
candidatos, no para nosotros que ya tendremos seis años para acalambrarnos. Como dicen los oficiantes del dominó:
espérenme tantito, porque esta jugada salió de pensar. Bueno, pues pensemos.

Alguien me Podría Explicar

Supongamos que yo fuera un capo (o capote) del narco. Pregunta: ¿me interesaría actuar en el mayor sigilo,
mantenerme inadvertido y no hacer olas; o me dedicaría a ejecutar judiciales, a encajuelar individuos y a ametrallar al
que me mirara feo?. Si yo fuera un capo discreto optaría por lo que ahora llaman éel bajo perfilé y sólo en caso
extremo me adueñaría de los horarios estelares y de las ocho columnas. Pregunta: ¿cuáles serían estos écasos
extremosé?. Respuestas posibles: a) Disputa territorial con otro cártel; b) Guerra declarada contra un sistema que, por
un lado, acepta mis dólares y por otro, me persigue; c) Solicitud expresa de algún jumbonarcofuncionario que, con
miras al 2 de julio, quiere crear un clima de pánico y amedrentamiento que garantice triplemente la existencia del
cártel, del sistema y de su rentable complicidad. El que pueda escoger la hipótesis correcta recibirá una sorpresa.

Pena de Vida / Pena de Muerte


Cuando yo nací no existía la televisión y ya existían los libros. Hacia 1959 apareció en mi rústico hogar el primer
televisor que era de la acreditada marca Capehart; pero para mí llegó demasiado tarde; mis prioridades eran leer e
intentar vivir. Por estas razones y por desánimo neuronal, la televisión no está en el centro de mi vida; jamás la visito
en el día y no necesariamente la veo por la noche. Aquí hago dos excepciones (y descuento el futbol): éPrimer planoé
los lunes a las 22:00 por Canal 11 y éZona abiertaé conducido por Héctor Aguilar Camín que, en su más reciente
espacio, abordó frente a un público juvenil el tema de la pena de muerte. Ahí se expresaron las sensatas y fundadas
opiniones de Rafael Ruiz Harrell y de Luis de la Barreda. Comprobar que ambos son inteligentes y buenos amigos de
la vida no es ninguna novedad; lo que me resulta alarmante es descubrir que la juventud bienpensante y bien
alimentada de nuestro país apoya mayoritariamente la aplicación de la pena de muerte. Antes de emitir su voto, estos
jóvenes ¿habrán pensado bien?; ¿habrán considerado en manos de qué ineficiente sistema de justicia estarían
colocando esta letal herramienta?; ¿habrán contextualizado las cosas como para entender que muchos de esos seres
que ellos quieren condenar a muerte fueron condenados a vida por un sistema que ni quiso ni pudo educarlos?...aquí
seguirían muchas preguntas que ya habrá ocasión de formular; por lo pronto, yo le pediría a esos jóvenes que
pensaran un poquito más y que pensaran mejor.

Cualquier correspondencia con esta columna que salió de pensar, favor de dirigirla a gdehesa.infosel.net.mx o al
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Gaceta del ángel / La Sub-80

Por

Germán Dehesa

(04-May-2000).-

En vista del indiscutido triunfo de los catrachos Fox y Rincón Gallardo sobre el poderoso TRI en el último debate
eliminatorio, paletas Tootsie-pop anuncia: cambios en la alineación; salen (pero no mucho) Moctezuma y el juvenil
Gamboa; entran (pero no tanto) dos recios y agresivos defensas centrales: Manuel Bartlett (todavía no acaba de
entrar y ya se le barrió con todo al delantero Fox) y Jesús Murillo Karam que dejó honda huella a su paso por el
Pachuca y en su federal desempeño con los esquivadores de Gobernación; como medio de contención, carrilero,
extremo mentiroso, enlace chocolate y lo que se vaya ofreciendo, ha entrado Humberto "el Señitas" Roque, un jugador
que ya pensaba en el retiro (es el Benjamín Galindo de la política) pero que está dispuesto a poner su toque
privilegiado al servicio del TRI. Si a estas novedosas reapariciones le añadimos la ya cumplida contratación de Carlos
"el Atlacomulco" Hank, Roberto "el Severo" Madrazo y de todos los gobernadores de fuerzas básicas; no es difícil
deducir que para este tramo final del partido, los tricolores saldrán con una actitud netamente ofensiva y en la
aguerrida disposición de poner la pierna (la prierna) fuerte. La fanaticada espera impaciente la reacción del equipo
azul (que también se está reforzando, pero con jugadores más bien cascareros) frente a esta nueva alineación Sub-80
que, como dijo recientemente su abanderado, me recuerda al viejo PRI.

¡Maldito Dinero!

¿Recuerdan aquellas doradas épocas de la total ausencia de rendición de cuentas con respecto al uso de los dineros
públicos? las divisas, los cheques, las concesiones, las partidas torcían su destino sin problema alguno y tal o cual
dinero destinado originalmente a obras de bacheo (por decir algo) desaparecía de su lugar original y reaparecía en la
tejana o europea cuenta personal de algún funcionario, o se destinaba a la compra de cachuchas y otros patrióticos
gastos del partido en el poder. Lejos estoy de pensar que esto ya se acabó; lo que sí podemos afirmar es que se ha
vuelto más difícil y más riesgoso. Ahí tienen el caso del PRI en Nuevo León y el no menos intrigante asunto de la
Alcaldía de Zapopan, Jalisco que cada día se parece más a la Femexfut. Desde 1995, esta conflictiva Alcaldía ha
estado gobernada por el PAN y ha tenido cinco Alcaldes. El último titular, don Cornelio Ramírez Acuña dejó a un
suplente porque pretendía la nominación como candidato a la gubernatura. Mientras él andaba en esas danzas (de los
viejitos), el suplente aceptó la realización de una auditoría que, como primeros resultados, descubrió la existencia de
una misteriosa caja fuerte cargada de dólares y de un buen número de recibos por "compensaciones" presuntamente
alterados (no traen la firma de Donizete, pero casi). Frustradas sus ansias gobernadoras, don Cornelio anunció que
regresaba a Zapopan y que regresaba "como un león" (de hecho, ahora le tendrían que decir don Corleone) y lo
cumplió: ya le aventó la bronca jurídica a todos los Alcaldes (incluído el de Toronto) y a los Legisladores que le
metieron el gol de la auditoría. No me parece una buena estrategia, pues casi implica el reconocimiento tácito de una
culpabilidad. Y todo por el maldito dinero.

Los Lectores Opinan

Realmente opinan muchas cosas. Doy dos ejemplos extremos: un ciberiracundo lector presumiblemente regiomontano
(se apellida Garza) me pregunta (supongo que a partir del artículo titulado "El imperio contraataca") si es que yo creo
que el pueblo de México sólo entiende cuentos estúpidos, o qué. Respondo dos cosas: a) tengo un buen amor y un
mejor respeto por mi pueblo, pero no descarto la posibilidad de que, entre sus múltiples etnias, alguna habrá que sólo
entienda "cuentos estúpidos", pero reconozco que no soy experto en la materia; creo que en las abigarradas filas del
viejo PRI podría encontrar una mejor y más probada respuesta a su curiosidad; b) con respecto a la opción "¿o qué?"
la suscribo totalmente, pues en ella caben, por nombrar a alguien, personas como Ma. Dolores e Ignacio que me
acaban de enviar una carta que manifiesta su indignación ante un incendio forestal que atestiguaron en una fallida
excursión al Nevado de Toluca; de mil modos y por mil caminos trataron de reportar esa destrucción que crecía por
minutos; desperdiciaron su tiempo y su angustia; nada lograron (aunque luego se enteraron por TV que ese incendio
que ellos vieron extenderse había sido "combatido oportunamente"). Me interesó particularmente esta carta, porque
no se trata de un simple desahogo a favor de la buena conciencia, sino que plantea la inaplazable y doble necesidad
que hoy tiene México: una ciudadanía lúcida, participativa y demandante y un sistema de gobierno que atienda con
eficacia y prontitud estas demandas que tienen el respetable aval de nuestro bienestar presente y futuro. Al señor
Garza se le envía un cordial saludo y el honorífico nombramiento de Señora Potosina II (¿o qué?) y a Ma. Dolores e
Ignacio un solidario y fogoso abrazo.

Cualquier correspondencia con esta columna reforzada e incluyente, favor de dirigirla a gdehesa@infosel.net.mx o al
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Gaceta del Angel / Trabaja, niño

Por

Germán Dehesa

(05-May-2000).-
"Trabaja, niño, sin cesar trabaja/ que la frente honrada que en sudor se moja/ jamás ante otra frente se sonroja,/ ni se
inclina servil a quien la ultraja." Así me recitaba (y me recetaba) aquella Margarita que tuvo el discutible honor de
traerme a este mundo; que vivió en la improbable convicción de que era una cimera recitadora y que actualmente está
en el cielo y se asoma a verme torear. Lo peor de todo este asunto es que los poco defendibles versos que acabo de
citar quedaron pirograbados en mi alma y en mi voluntad. Desde que me acuerdo estoy trabajando (del latín: tripaliare,
torturar -omaigod!) y sin embargo, bien me guardo de adjudicarme el título de "trabajador", pues en nuestro idioma, tal
vocablo nombra a esos millones de seres que, bien o mal, ejercen un oficio y sólo obtienen un magro y perecible
beneficio. No sin disturbios importantes, en muchos lugares del mundo, el lunes de esta semana fue recordada, casi
anecdótica y simbólicamente, la importancia de lo que día y noche hacen los trabajadores para mantener funcionando
a nuestro mundo y para mantener a una multitud de zánganos, rentistas, vividores, especuladores, ciberintelectuales,
artistas becados y abajo firmantes, "chistosos" y funcionarios caudalosamente ineptos. Insisto: en esos términos, yo
no soy "trabajador", ni entiendo muy bien en qué consiste esto de ser "trabajador de la cultura" (¿será que la cultura
resulta trabajosa?); los que me han provocado una triste perplejidad son los datos publicados este primero de mayo
que me informan que si un trabajador (sin adjetivos) quiere adquirir cada semana una "canasta básica", tiene que
trabajar en esa semana 120 horas. Si tienen una calculadora a mano, pueden dividir esta cantidad entre cinco
(semana inglesa) y descubrirán que un obrero mexicano tendría que laborar 24 horas diarias, cantidad que para las
maquiladoras y trasnacionales empresas mexicanas, resultaría apenas satisfactoria. Si Rodríguez Alcaine (¡oh,
cuñado!) no estuviera demasiado ocupado con su teñidor de pelo (que, sin ánimo de ofender, está abusando del azul
pitufo y panista) podríamos ofrecerle a los obreros una posibilidad menos extenuante: siete días de trabajo (semana
turca) con jornadas de 17.142 horas de faena. Suena ideal. Los obreros tendrían su canastota básica y la friolera de 6
horas con 40 minutos para dormir, aprender inglés y computación, cumplir con el mañanero, hacer aerobics, ver el fut,
contarle a sus hijos historias de la Revolución y presentarse puntualmente a las marchas que organice la CTM. Este
es el paraíso que con 70 años de denodados esfuerzos hemos construido para los trabajadores de México. Realmente
el esfuerzo ha valido la pena. Y que conste que, si los comparamos con los campesinos (que han optado por
ausentarse para que los venadeen en Arizona), los obreros están en el puritito edén. Trabaja, niño, sin cesar trabaja.

Ahora Mando Yo

Artículo transitorio: todos los que pública o íntimamente proclamen que las declaraciones de Labastida son oportunas,
contundentes, favorables y no botaneables serán perseguidos por los delitos de calumnia, difamación, peligrosidad
social y estupro gramatical. ¡Ahora mando yo! dicen los periódicos que dijo Labastida, aunque no aclararon si el
dictamen era de aplicación doméstica, partidista, nacional o galáctica. Por el contexto, alcanzo a deducir que se refiere
a su campaña y que incluye a los valores juveniles que acaba de incorporar a su épica lucha por treparse a Los Pinos.
Supongamos que es así y, a partir de la quemante declaración, hagamos NPF (nomás por fregar) algunas preguntas:
¿quién mandaba antes?; ¿en horas y en minutos qué tanto va a durar ese "ahora"?; ¿acaso será eterno, o durará
hasta que algún otro candidato lo permita?; ¿ya le avisó a Hank, a Madrazo, a Roque, a Bartlett, a Gamboa, a Murillo
Karam (siguen firmas) que ahora es usted el que manda?; ¿no se rieron?; ¿no le avisaron que el viejo y aventurero
PRI vende caro su amor?; ¿cómo va el proceso de "gestación" del nuevo PRI? (me parece prudente hacer un
ultrasonido para averiguar si no se trata de un embarazo psicológico, o si la criatura viene cucha). Poco vivirá el que
no averigüe los provechos y los daños que se deriven de la enérgica declaración: ¡ahora mando yo! (bueno).

Envío

Hoy cumple años mi ahijado que se apellida Basave; mi amor atraviesa el Atlántico y lo abraza. Mi cuate JAPS está en
los mismos trances y merece igual tratamiento. Tú, lectora lector querido, no sé qué cumplirán, pero igual los abrazo y
les envío un atento recordatorio: hoy toca.

Cualquier correspondencia con esta columna que prefiere no desfilar, favor de dirigirla a gdehesa@infosel.net.mx o al
Apartado Postal 19-111, Delegación Benito Juárez, México, DF.

Gaceta del ángel / De plazas y conventos


Por

Germán Dehesa

(08-May-2000).-

Domingo 7 de mayo; 7:45 AM. Es muy posible que este artículo resulte un mero escurrimiento de la desmañanada
exasperación. Quizá el señor Garza (a) "El Potosino" lo ignore, pero yo suelo dormirme entre 3 y 4 de la mañana y,
por lo mismo, despertarme antes de las nueve de la mañana no me es posible, ni deseable. Tengo comprobado que si
por obra de un extraño enemigo, me levanto antes, lo que me espera es una jornada sonámbula y con el cerebro en
pausa o en "delete" todo él lleno de virus I Love You. Respeto mucho a los amantes del amanecer; he visto varias
fotografías de amaneceres muy llamativas, pero la afirmación de que "al que madruga Dios lo ayuda" me parece, por
lo menos, discutible. De hecho, a mí no me ayuda nada madrugar; me deteriora gravemente. Imagina ahora, lectora
lector querido, lo que puede ocurrir en mi delicado organismo si en una semana escasa tengo que madrugar no uno,
sino tres días. El tercero es hoy domingo y me siento peor y más amenazado que Cuauhtémoc Blanco y Esteban
Moctezuma juntos. Un sediciente "amigo" dio en la absurda idea de que el domingo a las 8 de la mañana, en Tlalpan
eran la hora y el lugar ideales para que su inocente hija hiciera la Primera Comunión (ahora que sea la confirmación
del Bucles, la voy a hacer en Cuautla a las 5 de la mañana y lo voy a invitar de Padrino). Aikir, dijo la Hillary cuya
tenacidad es deliciosa. Al Bucles le pusieron corbata y lo peinaron como Pikachú que es un Pokémon muy
evolucionado; yo voy de Tortuga Ninja y los dos vamos mentando madres; la Hillary en cambio, viene bella, dorada y
fresquecita como salsifí. Con tal de despertar (ya una vez me ocurrió esto de dormirme en una ceremonia religiosa e
irme de bruces sobre las veladoras) vengo hojeando periódicos y tratando de enterarme del estado que guardan los
asuntos de la Nación. Por dos días seguidos, la capitalina Plaza de la Constitución (a) "El Zócalo" ha sido el ámbito
central de la vida mexicana. El viernes, Andrés Manuel, el PRD y C. Cárdenas (en ese orden) pintaron esa plaza de
tumultuoso y brioso amarillo. El sábado le tocó a la grey católica manifestar su fervor en ese mismo espacio. No deja
de ser un tema de reflexión esta doble y pacífica toma del corazón del país por cuenta de las fuerzas civiles y de las
huestes religiosas. Creo que es, por una parte, señal de tolerancia y democracia; pero también nos puede avisar de la
tensión de esas fuerzas que por tantos siglos han polarizado a este país. Cualquier ayuda para leer con corrección
esta llama doble será bienvenida.

Ya vamos llegando a Tlalpan. El patio y la Capilla del Convento son dos obras maestras de Barragán. Unos cuantos
desmañanados nos miramos con mutua compasión. La niña de la fiesta ha escogido como madrina a su nana de
hermosos rasgos mesoamericanos y pidió decir el primer párrafo de "Me encanta Dios" de Sabines en calidad de
oración. Oficiando la misa está Alberto Athié, buen sacerdote y entrañable amigo. Pidamos por Chiapas y por México
nos dice con su voz grave y conciliadora. Pidamos. Con todo y todo, fue bueno madrugar. Ya desperté. Dios me
ayuda porque es un viejo magnífico que no se toma en serio.

¡Ahí Vienen las Mamacitas!

Y ellas (felizmente) no son como La Tigresa; ellas sí nos madrean. Año con año experimento el mismo terror y el
mismo desacomodo espiritual conforme se acerca el 10 de mayo. Alguien dirá que mi problema es la carencia de
materia celebrable. Craso error. Cuando mi mamuchis pululaba como cracker-hacker por la pantalla de este mundo,
yo me sentía todavía peor. No es que no la quisiera; más simplemente: la quería casi todos los días (en otros, nos
detestamos cordialmente) , pero nunca estuvo a mi alcance esto de darle todo mi amor en un sólo pago anual
convertido en aparato electrodoméstico. Sé que no me van a hacer caso; la Hillary me informa que por Perisur
avanzan las hordas ultraedípicas que le quieren dar a su jefecita adorada un práctico microondas, o un tratamiento
completo de "Nariz bella en cinco minutos" (quedan como Miss Piggy); insisto: no me van a pelar, pero a nombre del
Club de Scrooge les aviso que si quieren que el poder sirva a las madres, lo mejor que pueden hacer es ahorrarles el
nefasto y momificador agasajo. Déjenlas en paz; si ellas no han encontrado cómo celebrarse; será en vano
obsequiarles una olla express de la acreditada marca "Presto". Es mi firme convicción que el 10 de mayo las únicas
que gozan son las virtuales mamacitas de los comerciantes. Ellas los amaron antes de conocerlos y sólo antes de
conocerlos. Dicho esto: el bohemio calló (y cayó).

Cualquier correspondencia con esta madrugadora columna, favor de dirigirla a gdehesa@infosel.net.mx o al Apartado
Postal 19-111, Delegación Benito Juárez, México D.F

Gaceta del ángel / Lo digno de observación

Por

Por Germán Dehesa

(09-May-2000).-

Cosa rara en México: el asunto de la postulación de Andrés Manuel López Obrador como candidato a la Jefatura de
Gobierno del DF ya se enredó. De hecho, nació enredado por las impugnaciones de sus propios compañeros de
partido: Pablo Gómez y Demetrio Sodi. Ambos, por sus propias razones, decidieron dejar en suspenso sus reparos y
acatar la decisión mayoritaria que concedió la candidatura a Andrés Manuel. Percibo que este conflicto interno ha sido
sobredimensionado y manipulado en los medios por los partidos y grupos de poder contrarios a la alianza encabezada
por el PRD y al mismo Andrés Manuel que, curiosamente, ha ido ganando en respaldo popular lo que sus rivales han
querido irle restando en cuanto a legitimidad. Si de lo que se tratara fuera de escandalizarse, podríamos asomarnos al
proceso interno-externo-digital-democrático que el PRI montó para seleccionar a su candidato a la Presidencia; está
bien que seamos desmemoriados, pero todavía recordamos las lindezas, las descalificaciones y los golpes bajos que
se asestaron Madrazo, Bartlett, Roque y Labastida; mismos que hoy, después de un proceso de votación organizado,
"vigilado" y contabilizado (¡10 millones de votos!) por el mismo PRI, se miran y se toman dulcemente de las manos en
bella muestra de osteoerotismo (amor al hueso).

Ya nominado por su partido, Andrés Manuel arrancó formalmente su campaña y, llegado el momento, presentó y
documentó su registro oficial como candidato ante la autoridad competente: el Instituto Electoral del DF (Granados
Chapa ha reseñado puntualmente la limpieza de este proceso). El IEDF le otorgó por mayoría su registro y ahí podría
haber terminado el asunto; pero resulta que el PRI y el PAN (éste con los honrosos y muy significativos deslindes de
Santiago Creel y de Vicente Fox) decidieron inconformarse y llevar su bronca a otra instancia legal: el Tribunal
Electoral del DF que supuestamente tendrá que emitir un fallo en el curso de la semana que hoy comienza. En este
capítulo ocurrieron dos lances dignos de nota: la mágica aparición de una "fotocopia"(?) de una supuesta y no pedida
constancia de residencia de López Obrador en Tabasco y la aparición de nuevas encuestas que claramente indicaban
(e indican) que el Defelagarto había obtenido, en un breve plazo, 10 puntos más en la intención de voto de los
capitalinos (malas nuevas para el PRI y para el contradictorio PAN). Como verán, una vez más, ya se logró hacer un
batidillo de legalidad y política con grave daño para ambas. Así las cosas, la coalición que encabeza el PRD decidió
hacer una consulta ciudadana acerca de esta controversia que, en un descuido, puede terminar en algún tribunal de
La Haya en el año 2040. Tomada esta decisión, Andrés Manuel y su coalición convocaron a un grupo de ciudadanos
apartidistas en su mayoría y enteramente a favor de la legalidad, para que cumpliéramos una tarea limitada y
específica: observar la consulta y, en su caso, validar su pulcritud y transparencia; y publicar los resultados sean
cuales fueren en el entendido de que no se pretende crear una "metalegalidad", sino de poner las cifras de este
ejercicio a la consideración de la sociedad en general y de las autoridades competentes en particular. Como Consejo
no es nuestro interés apoyar u obstaculizar a ningún candidato de ningún partido. Invertimos nuestro nombre y nuestro
tiempo a favor de la recta aplicación de la justicia; nada más, pero nada menos.

Ave, Cesaria

Sobre las ruinas de una historia -negra historia- y de una vida, amanece un cuerpo de luz y de agua: es la voz de
Cesaria Evora. Ella está en México, pero canta y mira rumbo a Cabo Verde en la costa atlántica de Africa. Hierática y
distante, los intensos aplausos la dejan entre perpleja y acongojada. El éxito también puede ser una esclavitud. No es
fácil (ni necesario) desmenuzar las texturas, los colores, los sabores que concurren en esa iluminada lágrima que
brota cuando canta Cesaria Evora. Como muchos otros capitalinos, fui a escucharla y salí confortablemente
desasosegado. Pensé en Toña la Negra, en Mahalia Jackson, en Elena Burke y en muchas voces de mujeres y de
hombres que, por el hecho mismo de cantar, denuncian el maltrato y reafirman su voluntad de vivir. Rodeada de
excelentes músicos, conducida certeramente por el ritmo, la descalza Evora le impone a la noche velaturas que
acumulan negro sobre negro y todas juntas suscitan el amanecer. (¿Me están oyendo, inútiles?).

Cualquier correspondencia con esta observadora columna, favor de dirigirla a gdehesa@infosel.net.mx o al Apartado
Postal 19-111, Delegación Benito Juárez, México D.F.

Gaceta del Angel / La sobrina de Labastida


Por Germán Dehesa
(10-May-2000).-

A falta de madre, de lo que quiero hablar es de la reunión gastronómico-política que tuvo, hoy mayo 9, el señor
Francisco Labastida con un selecto grupo de colaboradores del periódico "Reforma". Yo quedé sentado entre Lorenzo
Meyer y Sergio Sarmiento y exactamente enfrente de Guadalupe Loaeza (quedé pues, en el puritito Triángulo de las
Bermudas). No voy a detallar el menú, pero sospecho que el plato principal fueron filetitos de Vucetich rellenos con
hígado picado de Benito Floro. El Candidato del PRI llegó flanqueado por Esteban Moctezuma (que es buen cuate) y
por Jorge Alcocer. Con civilidad y buen modo, Labastida le dirigió la palabra a la herética jauría reformista y comenzó
con una caballerosa disculpa por no haber acudido a un fallido encuentro pactado anteriormente. Dicho esto, pasó a
hacer una exposición bien razonada, pero quizá excesivamente sintética (taquigráfica por momentos) de su proyecto
de gobierno. Tres temas sobresalieron: la lucha contra la pobreza; el enriquecimiento (lícito) del programa educativo y
la restauración de la legalidad. Cumplida esta exposición, pasamos al capítulo de preguntas y respuestas. Opino que
quizá hubo más preguntas que respuestas; pero es de justicia señalar que Labastida no dejó ninguna interrogante sin
responder, aunque varias veces la respuesta fue generalizadora, previsible y no respondía puntualmente a la
pregunta. Como era de esperar, un tema recurrente en el interrogatorio fue la reciente y repentina inclusión en el
equipo de campaña de los viejos y ya consagrados villanos del cine nacional (el Tiranomanlio, el Brontobartlett y otros
ejemplares que creíamos ya extintos). Labastida respondió con meditaciones acerca de la unidad del partido; de lo
bien que se ven los viejos cuadros en la nueva casa; de lo enternecedora que puede resultar una melodía oldie but
goldie y otros capiruchos verbales que a él lo dejaron muy satisfecho y a varios de nosotros no tanto. Abrió fuego
Guadalupe Loaeza con un exótico ejercicio de teatro terapéutico: Sr. Labastida, imagínese que yo soy su sobrina y le
pregunto acerca de la democracia y los 70 años del PRI. El fulgurante parentesco dejó atónito a don Pancho que se
replegó visiblemente tocado. En su oportunidad, Sarmiento pidió los nombres del nuevo Gabinete, pero le fueron
negados. En mi turno, yo (que soy un feliz chaparro mandilón) hice tres señalamientos: con o sin la aquiescencia y/o
la coherencia de Labastida, el nuevo PRI ya existe gracias a una sociedad cada vez más participativa y vigilante que
ya no permite trapacerías como la ya denunciada y castigada en Nuevo León; pregunté también acerca del por qué y
el para qué del fantasmal pugilato con Carlos Salinas y terminé preguntando por el virtual "legado de Colosio".
Labastida acusó recibo de mi primera observación y con respecto a Colosio y Salinas me dijo que eran ante todo
emblemas de lo que quería y de lo que no quería hacer en política. Terminé haciéndole un último cuestionamiento:
ante la opinión pública, Sr. Labastida, ha creado la impresión de que fue usted quien convocó recientemente al viejo
PRI, ¿es esto cierto, o fueron ellos los que lo llamaron?. La respuesta del Candidato es una variante del cuento "El
dinosaurio" de Monterroso: ellos siempre han estado ahí.

El Pareja Ruiz Harrell


En la ya reseñada comida, el maestro Rafael Ruiz Harrell que es mi Hércules Poirot particular, se permitió disminuir y
corregir con firme autoridad, las cifras que Labastida estaba dando con respecto a los elevados índices de
criminalidad en las entidades que no son gobernadas por el PRI. El imprudente Ruiz Harrell tuvo además la cortés
osadía de citar su fuente: el INEGI. A la tercera corrección, Labastida comentó: tampoco es concurso de a ver quién
se acuerda mejor. Pausa largaà

A la salida, me sentí en la obligación moral de reconvenir a Rafael y así le dije: Maestro, es usted una bestia; con tal
de lucirse, perdió usted el puesto de Jefe de la PFP que ya tenía prácticamente amarrado; por sus chistecitos, a lo
más que puede aspirar es a una patrulla. Respondióme: no me suena mal, maestro Dehesa, siempre y cuando funja
usted como mi pareja. Ya está. Ahora sí que se prepare el crimen organizado (y el desorganizado, que es el favorito
de los mexicanos). El 2 de diciembre entra en acción el dúo dinámico. ¡Santos comicios, Batman!

Luna Desleída

Los japoneses han descubierto que la tierra tiene otra luna que es casi invisible y que pronto se disolverá en el
Universo. Tenía razón Sabines: la luna se puede tomar a cucharadas. Yo quiero regalársela a mi novia Dorita Pascual
que cumple años, al Capitán Bucles que se consiguió una madre de puritito lujo y a México que es la dura,
emocionante y entrañable Matria de todos nosotros.

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Gaceta del ángel / Nuevo PRI o nuevo país


Por Germán Dehesa
(11-May-2000).-

A punto de naufragar en una vorágine de madres que avanzan por la ciudad cual marsopas enloquecidas, intento
concentrarme para jugar a las variaciones y ahondar en un tema que ya enunciábamos ayer. En la cotidiana y
afectuosa charla con mis conciudadanos (que han decidido conferirme el no solicitado cargo de receptor oficial de
quejas y gestor-coyote designado), de unos días para acá, me he encontrado con un reclamo que podría formularse
así: ¿cómo se atreve el candidato Labastida a seguir hablando del "nuevo PRI" si ya está totalmente rodeado y
cobijado por el PRI más viejo, sospechoso y desprestigiado?. Ya comprenderán que la respuesta a esta pregunta es
responsabilidad de Labastida y comprenderán también que, entre mis variadas tareas, no está la de ser vocero oficial
u oficioso de éste, ni de ningún otro candidato. Mi oficio es platicar con ustedes y tratar de escuchar con mis
parabólicos oídos lo que ustedes tengan que decir, para luego formularlo con toda la derechura que mis
conocimientos e ignorancias de la palabra me permitan.

Yo sigo creyendo en la perfecta factibilidad del nuevo PRI, siempre y cuando este país contrahecho, saqueado y
engañado se decida a engendrar a ese nuevo actor histórico al que provisionalmente podemos llamar la ciudadana y
el ciudadano activos, comprometidos y dispuestos a darse buen gobierno. Si en lugar de esperarnos a ver qué pasa
en julio, decidimos comparecer ¡ya! en el escenario social y somos los suficientes como para constituir lo que en la
física nuclear se llama "masa crítica", estamos en la plena posibilidad de fundar y de comenzar las tareas de
edificación de un nuevo país que no tiene por qué negar o destruir mucho de lo que ya hemos logrado; lo que
lograremos será comenzar a crear cauces para la legalidad, para la equidad, para la convivencia, para el orden y para
el respeto a nuestra gran casa y a todos los que en ella habitan. Estoy convencido de que esta no es tarea que
puedan cumplir los partidos políticos, todos ellos minoritarios frente a la muchedumbre de los apartidistas; éste es un
reto para toda la sociedad mexicana. El señor Garza que me lee con tanto gusto y atención, preguntará: ¿y los
dinosaurios?. Respondo: en un nuevo país (vale decir: en un nuevo ecosistema) las grandes bestias políticas están
condenadas a desaparecer por una razón elemental: carecerán de alimento; para que el atropello ocurra tienen que
reunirse el que está dispuesto a abusar y el que permite el abuso; si esta segunda especie evoluciona, la primera
desaparecerá (o irá a la cárcel) más temprano que tarde. Por esto comentaba ayer que, con o sin la voluntad de sus
jerarcas, al PRI no le queda más opción que convertirse en un verdadero partido, o desaparecer; pero no olvidemos
que para que esto ocurra, el cambio tiene que cumplirse con nosotros en primerísimo término. A mí me suena muy
estimulante esto: nos ha tocado -a ti y a mí lectora lector querido- aprovechar la energía acumulada por los años y las
generaciones y dedicarla íntegra a la creación de un nuevo país. Si lo logramos, habrá nuevo PRI, nuevo PAN,
nuevas opciones políticas, nuevas maneras de entender y practicar las religiones y nuevos modos de estar (bien-
estar) en México. Como dirían Los Panchos: caminemos.
¡Que se Oiga Recio!

Así dice Cuauhtémoc Cárdenas en una reiterada aparición electrónica: ¡Que se oiga recio; el petróleo es nuestro! Sin
dejar de entender y compartir lo que Cárdenas intenta expresar, tengo, sin embargo, que hacerme algunas preguntas:
¿actualmente los mexicanos podemos llamar "nuestro" al petróleo?; ¿no ha estado por muchas décadas en las no
muy limpias manos de un sindicato que expropió el petróleo para el beneficio de unos cuantos?; ¿no está actualmente
al servicio de una camarilla tecnocrática y globalifílica que emplea discrecionalmente para sus maromas
macroeconómicas los beneficios que genera el petróleo?; ¿son óptimas las condiciones de seguridad y de rentabilidad
de nuestra industria petrolera?; ¿si el petróleo es nuestro, por qué hay tantos países no petroleros que venden los
derivados de este producto a mejores precios que los nuestros?. Más y mejores preguntas podrían hacerse, pero creo
que todas las respuestas avisarían que el petróleo puede ser nuestro (en un nuevo país), pero que en la actualidad
está secuestrado por unos cuantos grupos de poder. Esto sí sería importante que se oyera recio: hay que rescatar el
petróleo mexicano y lo tienen que hacer los buenos mexicanos. Quizá este planteamiento político, por ser más
complejo, no tenga tanta efectividad (o efectismo) política; pero la verdad es que simplismos como el aquí examinado
ya no nos convencen; como tampoco nos convence ese acto reflejo que hace decir a tal o cual candidato que ese otro
candidato que va a Estados Unidos (todos han ido) es un méndigo traidor que seguramente va a vender "nuestro"
petróleo. ¿Pues cuál?

Cualquier correspondencia con esta columna rodeada de madres, favor de dirigirla al correo electrónico
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Gaceta del Angel / Labastida's dancing club

Por

Germán Dehesa

(12-May-2000).-

Yo nunca, ni bajo el influjo de la droga más enérgica al alcance de "el Mayel", me propondría el (para mí) extravagante
objetivo de ser Presidente de México, ni Jefe de Gobierno del DF, ni Director del Club de Diabéticos de mi manzana
(hay quienes dicen que algunos nacieron para mandar y otros para obedecer. Los que esto dicen no contemplan la
tercera vía que está constituida por todos aquéllos que no nacimos para mandar y somos muy reacios a obedecer).
Hecha esta puntualización, puedo afirmar sin riesgo para mis inexistentes candidaturas, que a mí me encanta bailar
(lo cual no significa que a la gente le encante cómo bailo). Desde la cumbia hasta el rap, pasando por el folclor y el
danzón, ningún ritmo me es ajeno. No pretendo pues, hablar mal del baile por el baile mismo; de hecho, no pretendo
hablar mal de nada, ni de nadie. Más prudentemente, quiero pensar en voz alta en la pertinencia y en la eficacia del
ejercicio coreográfico como instrumento de captación de votos dentro de una campaña política. Hay quien piensa que
esto ya degeneró en pachanga; pero hay también quien opina que entregarse públicamente a los arrebatos
dancísticos es un instrumento válido para granjearse la simpatía popular. Yo todavía estoy perplejo y demasiado atado
a lo que, todavía hace unas décadas, era una campaña política; por lo mismo, me cuesta trabajo imaginar, por poner
un caso, a Adolfo Ruiz Cortines bailando "El manicero" dentro de un acto de campaña, o a Gustavo Díaz Ordaz
reventándose el "Rock del angelito". Que yo no pueda imaginarme esto, no significa necesariamente que esté mal; a
lo mejor lo único que indica es que he sido rebasado por la impetuosa marcha de los tiempos posmodernos. En la
duda, dejo suspendido mi veredicto sobre la validez política de menear el bote en busca del voto y me ciño a lo que
sería una estricta calificación estética. Ignoro si ya bailaron todos los candidatos; yo he visto a Silva-Herzog
asegundeado por Oscar Levín Coppelia y, en ocasión muy reciente, a Francisco Labastida. A los dos primeros no me
queda más que felicitarlos por su audacia y por haber escogido la política y no el ballet como modo de vida; creo que
si audicionaran ante Amalia Hernández, la prueba duraría 15 segundos y de ella saldrían dos hombres decididos a ser
conductores (de masas o de microbús), pero jamás bailarines. El caso de Labastida es más complejo; varias cuatas
mías expertas en esto del rítmico meneo me han externado unánimemente su opinión: no lo hace mal, tiene ritmo,
cadencia y sabrosura; es como Panchito el Ché: tiene la cintura montada en flan. Yo acato el veredicto popular y
puesto ya en la vereda del optimismo, puedo aventurar que si se diera el remoto caso de que a Labastida no le fuera
propicio el voto popular, no tendría necesariamente que dedicarse a vender computadoras como quiere Fox, sino que
podría abrir una academia de aerobics, baile regional, moderno y hawaiano (tap a domicilio): Labastida's Dancing
Club. Es una sugerencia.

El Monsiclón

Me rindo. Son ya varios años de inútil lucha por intentar igualar el pasmoso don de ubicuidad y de asistencia total que
tiene Carlos Monsiváis. Cada vez tengo más elementos para sospechar que nuestro premiado escritor ha sido clonado
y que son varios Monsiváis los que andan por el mundo: los Monsiclones. Sólo él puede estar al mismo tiempo en el
recital de Cesaria Evora, en Salzburgo recibiendo las llaves de la ciudad y en su casa escribiendo una magnífica
reflexión sobre el debate. Por muchos años intenté competir. Ya no lo haré. Como diría mi no celebrada progenitora:
Mijito, es por demás. Bueno.

Desgraciadamente esta rendición coincidió con el primer aniversario del CRIT (Centro de Rehabilitación Infantil
Teletón). De muchos modos, me siento parte de ese esfuerzo y soy admirador y amigo de los que día a día lo hacen
posible. Estoy seguro de que habrá muchos aniversarios más y que yo encontraré alojo en ese hospitalario corazón.
Ahí estaré y eso será señal de que ya logré descansar un poco, o de que ya me clonaron (lo que ocurra primero).

Aikír

Si eres ciudadano y resides en la ciudad de México (y tienes tu credencial de elector) te invito (casi te conmino) a que
participes en la consulta popular que el PRD y Alianza que lo acompaña organizaron en torno a la discutida
candidatura de Andrés Manuel López Obrador. Si estás de acuerdo con tal candidatura, opina; si estás en
desacuerdo, opina. El compromiso que hemos adquirido muchos ciudadanos es observar este ejercicio y poner los
resultados a disposición de los tribunales que son las únicas instancias respetables para aplicar la ley sin torcer el
cauce de la legalidad. A eso nos atenemos. Asistamos. Y hablando de asistencia: hoy toca.

Cualquier correspondencia con esta columna rítmica y sensual, favor de dirigirla a gdehesa@infosel.net.mx o al
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Gaceta del ángel / Observaciones

Por

Germán Dehesa
(15-May-2000).-

- Si me niego a creer en los miríficos 10 millones que supuestamente obtuvo el PRI en su votación interna; me va a
costar trabajo creer que Andrés Manuel obtuvo un millón de votos (a favor o en contra) en la Consulta Popular
convocada por la alianza que lo apoya. Su Charro Negro y sus voluntarios colaboradores-observadores visitamos
largamente 31 casillas en las Delegaciones A. Obregón e Iztapalapa y el promedio de votantes difícilmente llegaba a
20.

- Lo más rescatable de este ejercicio fue la generosidad y buena disposición de los responsables de las mesas de
votación. Todos se quejaban de la falta de preparación y de apoyo, pero todos estaban ahí apostándole a la
esperanza.

- La violeta de genciana (supuestamente indeleble) es una porquería. También lo son las boletas no foliadas y, en
muchos casos, no contadas (¿qué va a pasar con las sobrantes?).

- La gran mayoría de los encargados de las mesas carecía de la mínima capacitación para realizar con pulcritud y
eficiencia su trabajo.

- Coincido plenamente con P. González Casanova: la decisión de los tribunales competentes es respetable; pero es
igualmente respetable la exigencia de la ciudadanía a favor de que estos tribunales se conduzcan con apego a la ley y
al margen de las presiones políticas (o de maniobras pripanperredepaleolíticas).

- Opino por mi cuenta. El DF no se agota en A. Obregón (en el Pedregal no pude encontrar una mesa de votación) y/o
en Iztapalapa (ahí sobraban los lugares para votar).

- En democrática votación, mis ayudantes y yo decidimos que la consulta popular fue respetable (por el entusiasmo de
la gente), pero poco confiable por su aplicación (en un buen número de lugares, cualquiera podía votar; en casi todos
no había un espacio para hacerlo en libertad y en secreto).

- En la fatigosa jornada de hoy, he comprobado parejamente la urgencia de consultar con los ciudadanos y lo
indispensable que es hacerlo con disciplina, preparación y seriedad.

- Andrés Manuel: si gracias o a pesar de esta inconsistente pachanga que gustosa y fatigosamente observé, obtienes
la Jefatura del DF, acuérdate de la buena gente de Iztapalapa que tan fervorosa y esperanzadamente te apoyó.

Yo Bailé con Don Porfirio

Escribo estos renglones a horcajadas en el precario techo de dos aguas formado por una semana coreográfica,
ominosa, signada por la incertidumbre y por la creciente bravuconería del viejo PRI que ha decidido ser portavoz del
nuevo PRI (la coherencia ante todo) y una semana que comienza con las nubes muy cargadas y los vientos muy
contrarios; pronóstico: turbulencia. Releo lo hasta aquí dicho y lo encuentro tan catastrofista, que de inmediato me
digo en voz baja: sereno moreno, no te calientes, plancha; no te rellenes, urna. La obvia consigna de un sistema
dispuesto a defenderse no como un perro, sino como un brontodóberman es precisamente sembrar el pánico y
generalizar el calambre. Es una lógica muy simple: en cuanto se alzan los umbrales del miedo, la voluntad de cambio
disminuye (tan bonita estrategia ya sirvió para legitimar a Salinas, ya le dio el triunfo a Zedillo y se dispone a rescatar
a Labastida, el Nureyev tropical). Por todo esto, me niego a incorporarme a la negra zopilotiza y reafirmo mi voluntad
de caminar alegremente con ustedes rumbo a la restauración de México. Como la prensa ha informado: Labastida ya
bailó (pero luego, para corregir, don Pancho se comprometió en Morelia a ayudar a la Alianza para el Cambio que es
la coalición de Fox. Aaah: la baba); los inversionistas japoneses y norteamericanos ya se quieren ir bailando y a
Porfirio ya lo llevaron al baile (recado para mi amigo Labra: como dijo el fabricante de confetti: ¡qué méndigos
papelitos!). O sea que San Vito amenaza con adueñarse del país. No lo permitamos. No es de mi interés promover
abierta o solapadamente la candidatura de nadie. Mi objetivo es consignar que nos están queriendo hacer manita de
puerco; avisar que el voto del miedo es el voto más inútil de todos; que, en la medida de lo posible, tenemos que votar
con honradez, patriotismo y dignidad (no por temor al PRI, sino por amor a México). Esta es la única receta que
encuentro para que no nos bailen una vez más. Coreografía pura.

Sigue de Amor la Flama

Por pura deducción (único método al alcance de los mexicanos que ¡oh, ilusos! queremos entender) podemos concluir
que en el caso Stanley están involucrados asuntos muy graves e intereses enormes y ramificados. De otro modo no
se entiende la intensidad de la guerra entre TV Azteca y la Procuraduría del DF. Patética y anticlimática figura de este
sainete (que es la cara visible de una novela negra) es el inconspicuo señor Valencia (a) el Cocinero; (a) el Flama. Su
último lance es de antología. Pobre flamita. Tras mucho meditar, decidió casarse y frente a la ley y por las buenas se
animó a decirle te amo a su fiel compañera. Ya con los preparativos hechos, las autoridades cancelaron la ceremonia.
Cruel destino del Flamita: la primera vez que intentó decir la verdad, no lo dejaron. No hay que ser.

Pronósticos Deportivos

En la que cursilonamente llaman "la fiesta grande del futbol mexicano" se aproximan dos guerras civiles: Atlas-Chivas
y Pumas-Necaxa. Deseo que gane el mejor, siempre y cuando los mejores sean Atlas y Pumas (San Hugo, no nos
desampares ni de noche ni de día). ¿Están de acuerdo?; ¿no lo están?. Mi abuela me lo dijo: no discutas; apuesta.
Ustedes dicen.

Cualquier correspondencia con esta columna que no danza, favor de dirigirla a gdehesa@infosel.net.mx o al Apartado
Postal 19-111, Delegación Benito Juárez, México D.F

Gaceta del Angel / Agenda dominical

Por

Germán Dehesa

(16-May-2000).-

Según mi equipo de asesoras (o solapadas patronas)mi vida carecería de rumbo, madurez y consistencia en tanto no
adquiriese yo una agenda. Así me dijeron.

Me conseguí la agenda y he logrado encimar un caos sobre otro. Me explico: la Rubia Misteriosa guarda la agenda
como oro en paño y sólo la extrae de su tabernáculo para anotar los compromisos doblemente certificados por el
contratante (una variada multitud de personas y agrupaciones igualmente extravagantes)y por la parte contratada (su
Charro Negro).

Esta agenda tendría que ser mi exclusiva carta de navegación que me condujera por el proceloso mar de la
existencia; lo malo es que no es así; lo malo es que, mientras la enigmática rubia construye con precisión y paciencia
mis rumbos de navegación cotidiana, yo ando suelto por el mundo construyendo una agenda paralela que muy rara
vez coincide con la o . ficial. Me encantan los repentes y por lo mismo, decido súbitamente que será mejor no asistir a
tal compromiso, que prefiero ver a un amigo, o hablar de mujer a mujer con alguno de mis hijos, o terminar algún libro
que me trae con dillisusindimaud. Y todavía hay algo más grave: la bitácora moral que, en mi caso, es la que acaba
gobernando mi talante y mi disponibilidad energética. Creo que a todos nos ocurre que, de tiempo en tiempo,
amanecemos tristones y -agenda o no agenda-no nos da la gana hacer nada y si, agotados los pretextos, tenemos
que hacerlo, las tareas más simples se convierten en una especie de edificación personal y contra reloj de las
pirámides de Egipto. Porque lo tengo fresco y a mano, invoco aquí el terrorífico ejemplo del reciente domingo 14 de
mayo. Mis agendas decían: 1)Estar muy triste por la muerte del admirable Héctor Azar (¿te acuerdas, Martha
Ofelia?)que correspondía a mi afecto con una ciega con . fianza en lo que yo podría hacer; 2) Releer "La . esta del
chivo "del mejor M. Vargas Llosa como preparación para una plática con él (luego les cuento); 3)Levantarme a las 8
para recibir a las 9 a las huestes que habrían de ayudarme en la observación de la consulta ciudadana; 4)Participar
gustosamente con una breve ponencia en el coloquio sobre educación organizado por S. Creel (la reunión felizmente
se pospuso); 5)Observar personalmente lo que ocurría en las mesas de consulta en A. Obregón; 6)Asistir al Museo J.
L. Cuevas y ser uno de los presentadores de esa zarza ardiente que es el libro "El silencio del nombre "de Esther
Cohen; 7) Coordinar, evaluar e informar la observación del comportamiento de 21 mesas de consulta en Iztapalapa;
8)Comer con mi alegre tropa de escrutadores; 9)Enviar mi informe comentado a la Fundación A. Rosenblueth;
10)Escribir mi artículo; 11)Reclamarle a la Hillary sin demérito del amor-el uso de pantalones pescadores;
12)Participar con el Bucles en la sesión plenaria de la cofradía de piratas cibernéticos; 13)Ver el huracanado
enfrentamiento Chivas-Atlas; 14) Hablar con Mariví Llamas, mi maestra de vida y hermana de elección;
15)Entregarme a la nocturna pokariza y ganar para remontar la melancolía; 16)Hacer un serio intento por pensar.

Creo que no dejé nada pendiente. Me costó uno y 7á8 del otro. Resultado: ya no estoy triste.

Consejo Final

Mi muy apreciado J. A. Ortiz Pinchetti que tanto tiempo y esfuerzo dedicó a la organización del Consejo Ciudadano de
Observación me comenta que los resultados particulares de la observación que realizaron el Charro Negro y su
mariachi plebiscitario son más alarmantes que los presentados por el resto de los observadores. Puesto que afirmé
que hablaba a título personal, no me ofende reconocer que es más que probable que lo observado por mí (con todo y
su batallón)quede disminuído y matizado por lo observado por los otros veintitantos compañeros de observación.
Dicho de otro modo: las irregularidades observadas terminan por no ser significativas en el marco de la totalidad del
ejercicio. De acuerdo.

Una consideración última: no es improbable que el ejercicio mismo, visto desde sus magros resultados, termine por no
ser significativo. Lo importante es que hoy muy probablemente tengamos el veredicto del Tribunal Electoral del DF. Mi
voluntad coincide con la de otros dos ilustres subversivos: Santiago Creel y Vicente Fox; Andrés Manuel -pero me
atengo a lo que la dura lex decida-debe ganar o perder en las urnas de julio.

Ya terminé de observar.

Tiene Mi Casa Un Arbol

Los vientos más encontrados han decidido hacer su asamblea en este mayo mexicano. El sábado 13 hacia las seis de
la tarde, estaba yo en dos lugares: en Inglaterra conversando con los poetas de "La generación del cordero "y en el
breve espacio que me ha concedido la Hillary para que me apoltrone a leer.

Un largo silbido canceló mi ubicuidad; alcé los ojos y vi tras la ventana la frenética locura de un árbol al viento. Era
como una descontrolada y verde ebullición. Cada hoja iba por su cuenta, aunque todo el árbol se remecía de aquí
para allá.

Espasmo de vida e inminencia de muerte. Se va a caer, pensé. Habrá durado 30 minutos largos. A las 12 de la noche,
el copado árbol estaba quieto, . firme y enhiesto. Pensé (sentí): así pasará con México y con su árbol de la esperanza.

Cualquier correspondencia con esta columna atareada y feliz, favor de dirigirla a gdehesa.

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Gaceta del Angel / La fiesta del chivo

Por

Germán Dehesa

(17-May-2000).-

Nos ocurre una vez tras otra: en la multitud de las ovejas, aparece un chivo mutante que a tarascadas, embestidas y
topetazos impone su ley (o su no ley), se adueña del rebaño y desde su caprina corrupción, lo corrompe todo.
Abiertamente sórdido es quien lo atropella todo a nombre del Estado, la democracia, la paz social, las buenas
costumbres, la ortodoxia y el progreso. Secretamente infame es el que lo tolera, el que cierra los ojos y la boca, el que
decide que no le conciernen los daños que sufren sus vecinos y aún sus parientes. Esta mansedumbre del borrego
alimenta, fortalece y le da longevidad al chivo. Orwell y Kapuscinsky, por citar dos nombres, han reflexionado
amargamente sobre este asunto. La novela de la dictadura la han escrito dilatadamente los "caudillos", las sociedades
y los narradores de nuestra América. Todos los testimonios apuntan en una dirección: para que el chivo exista hacen
falta los borregos (muchos de ellos transformados en perversos clones del chivo). En condiciones así, la sociedad
acostumbra asumir el papel de mártir de la infamia que la gobierna; no se da cuenta que esta misma sociedad ya
también se ha vuelto infame. El infierno es implacablemente difusivo y va colmando los espacios de las conciencias y
las voluntades vacías. Los individuos, las familias, los grupos, los pueblos son todos ellos ámbitos propicios para que
el chivo medre. Siempre hay alguien dispuesto a imponer su voluntad y a anular la de los demás. La pálida esperanza
de los borregos es una: alguien aparecerá, en algún indeterminado día futuro, que se hartará de tanta afrenta, de tanta
violación de intimidades, cuerpos, inteligencias y voluntades, y asumirá el papel de héroe para así convertir al chivo en
sacrificial chivo expiatorio. Cumplido este ritual, las ovejas pueden (¿deben?) volver a pastar sin darse cuenta de que
el héroe, ante lo propicio de las condiciones, se transformará más temprano que tarde en el nuevo chivo. Con enorme
sagacidad narrativa y echando mano de su larga experiencia humana y literaria, Mario Vargas Llosa nos recuenta esta
pesadilla real y la ubica en un tropical infierno que, por llamarse de algún modo, se llama República Dominicana (pero
tiene tantos otros nombres); el chivo y los borregos también tienen nombres y apellidos, pero son perfectamente
sustituibles e identificables en el infierno por todos compartido. Con implacable eficacia narrativa, el autor de "La casa
verde" y "Conversación en la catedral" edifica "La fiesta del chivo" (Ed. Alfaguara) y al hacerlo, pone ante nuestros
ojos un insoslayable, veraz y doloroso espejo. No es su asunto extraer moralejas; quizá el lector deduzca y aprenda
que estos mundos de borregos, chivos y héroes están esencialmente contrahechos y no ofrecen bienestar posible.
Por ausencia y sólo por ausencia se perfila como lejana posibilidad la esperanza de una sociedad habitada por
ciudadanos y encauzada por la democracia profunda y corresponsable. ¿Será?.

Agravios y Compromisos

"Agravios a la Nación" (Ed. Galileo) es el título de un libro preparado y editado por la Fundación Arturo Rosenblueth.
Podría ser también el secular subtítulo de la vida mexicana. Lo presentaremos esta tarde en el Centro Cultural San
Angel y trataremos de hacerlo sin ánimo revanchista, pero con la firme voluntad de que nadie olvide los cuantiosos
daños que se le han hecho a nuestro país. El libro que vamos a comentar públicamente es apenas el primer tomo (la
Fundación avisa que serán dos) de una serie que podría ser infinita, o tender al infinito como dicen los matemáticos y
las lavanderas (que tienden infinitamente); así son de numerosos y hondos los agravios que hemos permitido y que,
en un descuido, podríamos seguir permitiendo. Con respecto al pasado, ya basta de desmemoria; con respecto al
presente y al futuro inmediato, nosotros -en tanto sociedad agraviada- no podemos tolerar que nuestro destino se
decida a base de denuestos, de promesas huecas, de bombardeos mediáticos, de decálogos traídos desde la cumbre
del Cerro del Cubilete (no muy distante del Cerro de las Campanas, ¡ojo!), de invocaciones o denuncias en torno a
cuál candidato tiene sangre más legítimamente mexicana (¿leyeron la inserción pagada de un tal Banuet, politiquillo
franco-tabasqueño?, es un ejemplo magnífico de lo que se puede lograr en política cuando la estupidez se pone al
servicio de la insidia). Todo esto es basura. Lo que un país agraviado exige hoy es un explícito, claro y firme
compromiso que especifique (hasta con nombres y apellidos como quiere R. Delgado) un proyecto de nación, un
pronunciamiento sobre los temas fundamentales y una jerarquización de objetivos acompañada de un listado de los
medios y los recursos que se emplearán para cumplir tales objetivos. Lo demás es mala literatura, o perfecta infamia
como es el caso de G. Rincón Gallardo en CU.

Cualquier correspondencia con esta columna que no quiere chivos pero que acepta a las Chivas, favor de dirigirla a
gdehesa@infosel.net.mx o al Apartado Postal 19-111, Delegación Benito Juárez, México, DF

Gaceta del ángel / El "interior" de la República

Por

Germán Dehesa

(18-May-2000).-

Expresión pendular que va de lo retórico a lo baboso. Si Jalisco, o Guanajuato, o Veracruz son el "interior" de la
República, la ciudad de México qué vendría siendo: ¿el exterior?, ¿el hueso del aguacate?, ¿el mamey del hueso?,
¿la terra incógnita?. Sepa. Supongo que todo deriva de nuestro asfixiante y anticonstitucional centralismo. Para los
efectos de este artículo, da igual. Sin ánimos catastrofistas, lo que me interesa comentar es el perceptible aumento de
los índices de desasosiego en todo el país. Para decirlo coloquialmente: está rechinando bien feo. Desde Baja
California a Tabasco; desde Nuevo León a Chiapas. Los apocalípticos (y los dinopriístas) nos envían, abierta o
veladamente, el siguiente diagnóstico: los fuertes crujidos que se perciben a lo largo y a lo ancho del cuerpo nacional
son apenas un indicio del mortal colapso que podría sufrir este organismo si, en un gravísimo error clínico, se
procediera a la ablación de la estratégica glándula llamada PRI. No estoy inventando; ya varios conciudadanos me
han traído este diagnóstico y sólo he podido darles un consejo: yo que ustedes, consultaba otra opinión. Podríamos,
por ejemplo, ser más serenos, menos viscerales y renunciar a nuestro secreto apetito de desgracia. Ya con ese
ánimo, podemos aventurar el diagnóstico contrario: las extrañas crepitaciones que se perciben en nuestro país
pueden ser indicio de parto inminente; doloroso, difícil, laborioso (parece que la criatura viene atravesada y con el
cordón muy enredado). El alumbramiento, ya se imaginarán, está provocando reacomodos y deslizamientos; si
existimos muchos que deseamos el nacimiento, también existen muchos otros que quieren impedirlo; ennumero
algunos: el narco y su inmensa red de afiliados políticos, policíacos y empresariales; la corrupción que teje su tela y la
enreda con la del narco; la legión de impunes usufructuarios de nuestro dinero y /o de nuestras deudas; los
beneficiarios de la injusticia, los que ya se acostumbraron a vivir en la tiniebla, los que absurdamente prefieren "las
cosas como están" a las cosas como podrían estar, los sufridores profesionales, los sectores corruptos del PRI (por
supuesto que creo que en el PRI hay logros y personas respetabilísimas; de otro modo no se explicarían las obvias
fisuras en el otrora monolítico partidazo), los falsos opositores que de tantos modos medran con la actual situación y,
así en general, los sacatones. Aventuro un pronóstico: la criatura va a nacer y nacerá viva y proferirá un grito hindú:
¡Llahshinghamhos!. Simultáneamente expreso un deseo: que nadie muera sin verlo. Lo dice la canción caribeña:
nadie se va a morir, menos ahora. Lo mejor del PRI se convertirá en un verdadero partido y conocerá la inédita y
emocionante experiencia de vivir fuera de Los Pinos; el PAN, el PRD, Gilberto y todos los verdaderos y legítimos
actores políticos de México (por supuesto que tú y yo nos incluimos) tendremos que ser los tutores, las felices madres
y los preocupados padres de la criatura. Todos cabemos; es cuestión de acomodarnos de otra manera (a algunos la
cárcel les vendría de maravilla). A mi juicio, por esto se oye tanto tronido; algo muy emocionante está ocurriendo en el
interior (en el mero vientre) de la Patria.
Tampoco es Hipódromo

Tarde se les hace. En cuanto anuncié que aceptaba yo apuestas para el Pumas-Necaxa, comencé a recibir
cibermensajes de generosos y desinteresados lectores que querían averiguar qué momio estaba yo ofreciendo, pues
deseaban colocar fuertes sumas a favor de Aguinaga y sus rayadas huestes. No sean payasos. Si de eso se tratara,
ya hubiera instalado (y ya hubiera quebrado) una casa de apuestas en Tijuana. Con apego a Derecho, yo apuesto
cenas, taquizas, encuentros eróticos, románticos y/o amistosos. Lo único que está en juego es la cuenta o, en su
caso, el riesgo de aparecer retratados en alguna publicación escandalosa. Todo es, como quien dice, de a pellizco;
pero tomen en cuenta que hay de pellizcos a pellizcos (omaigod!).

La Rosa Múltiple

Rosa me regaló una rosa. Parece ejercicio de latín, pero no es así: mi secretaria auxiliar se llama Rosa y, con motivo
del día del maestro, me regaló una rosa que no es cualquier rosa; es un santo rosón (si fuera con "z" no sería santo).
La miro y creo adivinar que tres rosas decidieron nacer simultáneamente y no encontraron más que un tallo (un santo
tallón). La triple rosa cumple su breve vida aquí en mi escritorio. Yo se la envío a los buenos maestros de México y, en
particular, a mi respetado amigo Gilberto Rincón Gallardo. Va de parte de alguien que fue alumno, maestro adjunto y
maestro titular de la Facultad de Filosofía y Letras de la UNAM. Perdón, Gilberto.

Cualquier correspondencia con esta parturienta columna, favor de dirigirla a gdehesa@infosel.net.mx o al Apartado
Postal 19-111, Delegación Benito Juárez, México, DF

Gaceta del Angel / ¿Dónde está Hualli

Por

Germán Dehesa

(19-May-2000).-

Antes de que me fulminen con una enérgica cibercorrección, me adelanto y hago dos puntualizaciones: conozco por
vía filial estos ingeniosos enigmas gráficos que en español se llaman "¿Dónde está Wally?" y en homenaje a ellos, me
permití hacer un traslado del sajón al tenochca y escribir, por razones que luego se verán, Hualli; he hecho todo esto
con el ánimo de tramar un texto que, me temo, va a resultar un tanto recamado y barroco, porque pretendo tejerlo con
muchos hilos y así, hablaré de la SEP, de los mapas, de los niños y de la estremecedora visita que hice en compañía
del Bucles y de varios heroicos padres y madres al Museo de Historia Natural del nuevo Chapultepec. Si nos
atenemos a la temblorosa cronología, habría que comenzar por la mano de mi padre que tomaba la mía para
conducirme a la emocionante y reiterada visita al Museo del Chopo, exótica reliquia franco-porfirista que albergaba,
creo recordar, dinosaurios y borregos bicéfalos. Hoy ya no están ni mi padre, ni el Museo del Chopo (sí están, pero
disueltos en mí), sin embargo el país sigue siendo habitable gracias a gente derecha como Miguel Limón; con él hablé
para que la idea de organizar un congreso de los niños de México no se quedara en el aire (ya se efectuó y los
esperanzadores resultados merecen artículo aparte); él en venganza me envió "Los cuentos del abuelo" de Rubén
Bonifaz Nuño y un mapa de la República Mexicana que ilustra nuestra emocionante pluralidad que abarca desde
etnias hasta flores (al Bucles y a mí nos es particularmente útil para jugar a encontrarnos -¿dónde está Hualli?- en esa
emocionante diversidad. Lo más exaltante es descubrir que estamos y somos en cada rincón de México). En esas
estábamos cuando llegó el inapelable aviso miniacadémico: el miércoles 17, de 9:30 a 13:30, los niños realizarán una
visita al Museo de Historia Natural en compañía de sus papás. La conminatoria orden nada decía de la posibilidad de
ampararse, o de llevar el asunto al TRIFE. Ya en el transporte escolar que nos conducía a Chapultepec, arengué a
padres y madres emergentes para que los niños se fueran al museo y los padres nos fuéramos al "Mirador" a jugar
dominó y a ponernos hasta el queque; de igual modo les propuse a las maestras que soltaran a los niños en la lateral
del Periférico y, en compensación, yo las llevaba a un full monty que es la loquiur. Mi propuesta fue recibida con
amplia simpatía, pero terminó imponiéndose la mexicana voluntad de martirio. ¿Vamos a ver muchos dinosaurios? me
preguntó Andresito. No sé, le dije, creo que los más grandes están en la Fundación Labastida, pero alguno habrá
quedado. La visita confirmó mi pronóstico: el único dinosaurio que está completo es obsequio de un grupo
norteamericano; los demás andan en campaña. En menos de una hora, agotamos el museo, compramos papitas con
Pokémones y recibimos el aviso de que teníamos un buen rato para subirnos al trenecito (ésta hubiera sido mi
opción), o para remar (ésta fue la opción del marítimo Bucles). Remar en un artificial lago--pantano en compañía de un
poliviceconcuño que, nomás por caliente, afirmó que el arte del remo no tenía secretos para él (chocamos con todas
las mulas lanchas de la comarca), es una congoja que no le deseo a nadie. Agradezco a San Hugo Pichichi mi
milagrosa sobrevivencia. Rematemos con dos preguntas: ¿dónde quedó Hualli? y ¿entre los dinosaurios, dónde
vamos a quedar nosotros?.

Las Campañas

En general, la propaganda radiofónica y televisiva de los candidatos me ha parecido de un nivel bastante miserable,
bravero, roñoso o naftalínico. En mi muy discutible opinión, se salvan -por su oportunidad y filo- algunos mensajes de
Fox y, por su pertinencia y agudeza, los mensajes radiofónicos (pri-pri-pri ... "tres veces te engañé...") de Gilberto
Rincón Gallardo. Anoche ví en la TV un mensaje de este mismo candidato que, en su estrategia visual, me parece
tramposo e ineficiente: vemos un semáforo en cuya luz roja se ve el rostro de Vicente Fox; en la luz verde (la luz del
¡siga!) se ve la cara de Labastida. Al mismo tiempo, escuchamos alguna declaración no muy afortunada de estos dos
candidatos; viene un corte y aparece G. Rincón Gallardo reiterando la frase de Benedetti (inutilizada por N. Guevara)
"somos mucho más que dos". Mensaje final: yo Gilberto no aspiro a ganar, ni siquiera estoy en el semáforo; pero no
importa; lo urgente es darle el siga a Labastida y ponerle el alto a Fox. En este planteamiento, Cuauhtémoc no existe.
Opino que me hubiera parecido más coherente ver en el siga a Gilberto; a Cuauhtémoc y a Fox en preventiva y a
Labastida en el alto; pero es obvio que Rincón Gallardo piensa distinto. ¿Por qué?.

Robar un Helicóptero

Se puede, pero no lo recomiendo. De acuerdo con el libreto, el aéreo lance termina en suicidio. Hay mejores maneras
de volar. Sugiero una: hoy toca.

Cualquier correspondencia con esta columna remera, favor de dirigirla a gdehesa@infosel.net.mx o al Apartado Postal
19-111, Delegación Benito Juárez, México, DF.

Gaceta del Angel / Un largo viaje

Por

Germán Dehesa
(22-May-2000).-

Habrá durado unas catorce horas. Temprano salí de México, fui a Oaxaca, resistí con aceptable prestancia las feroces
dentelladas del sol jaguar, visité las magníficas obras de restauración del Convento de Santo Domingo (aikir), platiqué
en el auditorio "Alvaro Carrillo" con maestros, alumnos y amigos de la Universidad Mesoamericana y entre todos
hallamos la grafía y la entonación correctas para pronunciar en tono bajo, firme e inaugural la palabra México. Oaxaca
es un antidepresivo que produce adicción. No conozco el mundo entero; pero en el entero mundo que yo conozco, no
he estado jamás en una ciudad en la que quepan tantos colores, tantas formas, tantos olores y sabores, tantos y tan
libres modos de ser como en Oaxaca. Sospecho que su ubicación no es geográfica, ni histórica; es mítica. Llegar a
Oaxaca no es asunto ni de tiempo, ni de aviones; supongo que requiere de una disposición espiritual y de una
voluntad de riesgo personal. En Oaxaca nada es como nuestro (pre)juicio dicta; sino como nuestra imaginación desea.
Oaxaca es una zona abierta, generosa y hospitalaria.

Terminada la charla, tuve tiempo y modo de platicar con la gente. El tema obligatorio fue previsiblemente: ¿quién va a
ganar?. Mi respuesta también fue previsible: si participamos todos y si el IFE, que debe gozar de toda nuestra
confianza, no denuncia ninguna anomalía, gane quien gane, ganaremos nosotros. ¿No hay por aquí un maestro?
pregunté yo a sabiendas de que todos se habían ido al DF; yo, me contestó una mujer fornida, morena, sonriente y
austera al mismo tiempo (podría ser directa descendiente de Benito Juárez); me llamo Hortensia Domínguez y soy la
directora del Centro de Integración Social (internado para niños indígenas) # 8 que recibe a niños y a jóvenes mixes,
chinantecos y zapotecos (algunos tienen que caminar tres días para llegar); el Centro lo inauguró don Lázaro
Cárdenas en 1967 y ahí atendemos a 229 muchachos. No ha sido fácil sobrevivir, pero nos ayudamos con un taller de
panadería y con la fabricación de tortillas. Lo más bonito es nuestra banda que toca toda la música de nosotros (desde
sones de Betaza hasta "Dios nunca muere"); la dirige aquí don Ismael Méndez y sus alumnos mejor preparados se
van a los pueblos y ayudan a formar otras bandas; nuestro Centro está en San Bartolomé Zoogocho, aquí cerquita,
como a tres horas y necesitamos mucha ayuda, no porque nos estemos muriendo de hambre, sino porque queremos
crecer, hacer más cosas y mantener vivo lo que somos; usted, señor periodista, ¿puede ayudarnos?. El "señor
periodista" lo que quería era darle de besos a doña Hortensia, pero se contuvo, se comprometió a visitar San
Bartolomé Zoogocho y a pedir con enérgico buen modo la ayuda que hace falta. Si un niño se enamora de la música,
salva su alma y si esa música que hace es la suya, adquirirá una dignidad (ésa que no muestran ni Zedillo, ni Rosario
Green) que lo arraigará en su tierra y, si ésta lo expulsa, le ayudará a impedir que lo conviertan en el humillante objeto
de la explotación y la cacería más imbéciles e intolerables. México, Oaxaca, Arizona, el cielo y el infierno. Por la noche
llovía sobre Monte Albán. Es largo nuestro viaje.

Artículo 33

En su semanal sonatina periodística, O. Levín Coppelia se refina (sin red protectora) un alegato sociopsicolingüístico
contra M. Vargas Llosa. Según el fallido danzante folclórico, Vargas Llosa no ha superado el trauma Fujimori y como
el autor de "La Fiesta del Chivo" (¿ya la leyeron?) es un narcisista perdido, lo que desea es que todos tengamos un
Fujimori; ergo: por eso se pronunció a favor de Fox (¿no es un razonamiento de rigor alabastrino?). Cae en blandito
Levín; previamente algún diputado del PRI y un señalado senador del PRD habían pedido que se extrajera del formol
en que reposa el Artículo 33, para que se aplicara con pompa y majestad al autor peruano que ya se había ido a
Costa Rica. Los leo y los oigo y siento una vaga ternura. También siento alarma porque, hasta donde sé, nadie ha
divulgado debidamente las lúcidas y sensatas declaraciones de Amalia García (mi amor imposible); ella con toda
oportunidad dijo que no estaba de acuerdo con lo dicho por Vargas Llosa, pero que respetaba firmemente el derecho
que tenía a opinar el autor de "La Casa Verde" y que exigía la revisión y la eventual pero necesaria derogación de
nuestro manoseadísimo Artículo 33. Bien por Amalia que tiene una idea correcta acerca de los tiempos presentes y
futuros; mal por los extraviados que se obstinan en vivir en el copretérito condicional.

Enemigo de Fox

No lo soy. Tampoco soy su amigo; pero si fuera su enemigo y quisiera torpedearlo sin misericordia, no encontraría
mejor estrategia que lanzarle una letal y campechana bomba de profundidad modelo Layda Sansores. Pobre Chente,
no sean así. Si en los días por venir le mandan a la Tigresa y a Raquel Sevilla, el jinete sin cabeza está perdido. Los
hombres somos adjuntos de la maldad; las titulares son las mujeres. Omaigod!.

Cualquier correspondencia con esta columna que es una guelaguetza, favor de dirigirla a gdehesa@infosel.net.mx o al
Apartado Postal 19-111, Delegación Benito Juárez, México D.F.

Gaceta del Angel / ¡Santos mexicanos, Batman

Por

Germán Dehesa

(23-May-2000).-

Tranquilos, compatriotas, nada pienso decir por el momento acerca del vatiofertón de elevar a los altares a 25
connacionales. Ya habrá tiempos menos ríspidos para explayarnos sobre el tema sin que nadie solicite la excomunión
de nadie. Por lo pronto, empleo el vocablo "santo" en su sentido más coloquial y tenochca (me tomé mi thé de
gordolobo y santo remedioàme levanté en la noche y me acomodé un santo tarugazoà) y es en ese sentido de
encomio exagerado, de radical magnificación, de incrédula admiración (àes que te cargas una santa flojeraà) que lo
uso hoy lunes 22 de mayo, después de revisar las notas más salientes de la prensa nacional y otras fuentes
informativas que tengo a mi alcance: ¡santos mexicanos! En verdad, no nos damos reposo en nuestra disciplinada
tarea de complicar lo sencillo, de enturbiar lo claro y de hacer puntualizaciones que lo único que logran es crear
nuevas suspicacias.

Un caso: apenas concluyó el primer debate, por puro sentido común, anuncié públicamente mi convicción de que no
habría un segundo encuentro. Todos me dijeron que estaba yo loco; lo estaré, pero el debate ya tronó como zeppelín.
Cada santo opinador mexicano tiene su santa teoría acerca de quién fue el beneficiario y quiénes fueron los
damnificados en este previsible aunque incoherente caso del coloquio frustrado. Fox dice que él estaba puestísimo,
pero quería un jumbochat transmitido en cadena nacional desde el Estadio Azteca donde todos pudieran preguntar y
todos pudieran responder. Labastida comentó que a él ya le andaba por darle su sopapos verbales a Kid Guanajuato,
pero se atenía al ya tradicional y funéreo formato tipo almas en pena de Comala con banquito. Cárdenas -que cada
vez que debate, se debate- mostró su estoica contrariedad y se fue a seguir placeando. Los candidatos de la primera
A se quejaron, una vez más, de los feos modos y los desprecios que les hacen los que ya están en la fiesta grande de
la política mexicana. A mí se me hace que ninguno tenía, en ese tortuoso laberinto de la soledad que es su
conciencia, muchas ganas de aventarse una segunda balconeada. Así pues y aunque nosotros éramos los invitados,
se suspendió esta fiesta porque no llegó la orquesta (como una opción, podemos ir a ver "Los muchachos no lloran").
¡Santos mexicanos!. Para enriquecer el panorama, los maestros de todo el país han decidido que el DF es el polo
turístico por excelencia; en Nuevo León, clausuran los table dance, pero prosiguen las luchas en lodo organizadas por
el PRI; el país se estremece por las "cajas de ahorro" (personal) del santo JOV; "La Jornada" da la noticia: "En seis
años crecieron 3500% las importaciones de maíz"; el reportero Melitón García se consigue, por el mismo precio, una
acta de nacimiento chocolata, una segunda credencial de elector, dos acusaciones y un endemoniado margallate
ético-jurídico. Del camión del Necaxa y del notable talento defensivo del doctor Mejía Barón, es mejor no hablar.
¡Santos mexicanos, Batman!

w Ya Déjenla de ese Tamaño


Con apego a Derecho y sin ceder a ningún tipo de presión (así lo dijo el vocero del TRIEDF), Andrés Manuel López
Obrador obtuvo por tres votos contra dos un veredicto favorable a su candidatura para Jefe de Gobierno del DF. Al
momento de escribir esto, ninguno de los partidos que habían impugnado al Defelagarto ha manifestado su
conformidad o, en su caso, su voluntad para seguir peleando en la barandilla lo que, a mi juicio (pero yo no soy
tribunal de nada), habrá de dirimirse en las urnas. En el momento actual, Andrés Manuel, Rosario y Amalia me
parecen los tres activos más valiosos del PRD. Santiago Creel es un hombre de primera y de comprobable decencia;
Jesús Silva-Herzog que, por cierto, ganó por unanimidad la igualmente ridícula impugnación que le había hecho el
PRD, ha sido un funcionario honesto, con buena experiencia de gobierno y de cultivada inteligencia. Escoger a uno no
implica desconocer los méritos de otros. Que los tres debatan; que los tres lleven a buen término su campaña; que los
tres se comprometan desde ahora a reconocer los resultados de la elección y que tú y yo, conciudadana,
conciudadano querido, tengamos sensatez para escoger al que más conveniente nos parezca para formar junto con él
la gubernatura de esta atribulada y enternecedora ciudad. Creo que esto es la democracia; lo demás es el desgreñe y
el estúpido juego de las descalificaciones.

w A falta de debate...

àtenemos lavadero. Dicen que Pedro Cerisola dijo que Carlos Ortiz Tejeda pronunció con respecto a los artistas,
comunicadores e intelectuales la telenovelera sentencia: "Todos tienen su precio" (¡Cuidado, Margot, cuidado!;
¡Dispara, Carlos, dispara!). Tempranito, ya estaba COT hablando a los "medios" para aclarar que PC era un rajón y un
mentiroso y que él tenía buena opinión y mejor relación con muchos y muy afamados "comunicadores" (hasta me
incluyó a mí). A lo largo del día, el argüende ha brincado de estación en estación. A título personal, yo le diría a mi
cuate COT y al muy sagaz PC que ya se estén y que no olviden que los asesores de candidatos están en barata. Mi
inapreciable opinión es que lo mejor para un buen colaborador de campaña es que no se vea, ni se oiga. Dicho esto:
atínenle al precio.

Cualquier correspondencia con esta santa columnota, favor de dirigirla a gdehesa@infosel.net.mx o al Apartado Postal
19-111, Delegación Benito Juárez, México D.F.

Gaceta del Angel / Debatv

Por

Germán Dehesa

(24-May-2000).-

En Canal 11, los hombres de negro (L. Meyer, J. Silva-Herzog M., F. Reyes Heroles, C. Elizondo M.S.) en torno de
una mesa de cantina, conversaban lúcida y serenamente. El tema inevitable era la suspensión del debate. Silva-
Herzog opinaba que no era para tanto, que de hecho el debate es permanente y que no tiene peso importante en la
intención de voto. Reyes Heroles no estaba muy de acuerdo pues decía que los tres candidatos habían faltado a un
compromiso que tenían con la ciudadanía y que eso no estaba bien. En el mismo sentido se pronunció Elizondo; L.
Meyer añadió que el debate sí era importante porque permitía al ciudadano observar el comportamiento de los
candidatos en igualdad de circunstancias y frente a retos inesperados. Todos tenían buenas razones y el hecho de
que hubiera acuerdos y desacuerdos no canceló en ningún momento la atmósfera de respeto y cordialidad. Vino un
corte y en ese momento le cambié al noticiero de López Dóriga: ¡recórcholis! Ahí estaban de busto presente (parecían
angelitos barrocos; el cuerpo nunca se les vio) Labastida, Fox y Cárdenas. Por obra y magia de la tecnología, estaba
por realizarse un debate virtual que, según pudimos ver, no difirió demasiado del que se realizó en el WTC. Una vez
más, a Labastida lo maquillaron como para la Opera de Pekín y lo proveyeron de argumentos y alegatos manidos y
retóricos (lo del cambio en reversa lo ha dicho 10 mil veces para ser exactos). Vicente Fox con los ojos entrecerrados
tomaba notas, extraía papeles, saludaba a la afición, aprovechaba sus manos de raqueta (tipo Clavillazo), le hacía
venias a Cuauhtémoc y le asestaba chicos mandarriazos a don Pancho. Cuauhtémoc optó por la línea conciliadora,
prudente y sólo al final entró a la pelea en corto cuando, para acabar pronto, tildó de salinistas a sus dos
contrincantes; por momentos, Cárdenas ponía cara de espectador entretenido y, de cuando en cuando, manifestaba
cierta consternación muy parecida a la que podría tener un acongojado padre que descubre que sus hijos salieron
extremadamente rijosos. Labastida ya tendría que haber aprendido que a Fox, como a todo buen fajador (en el sentido
boxístico de la palabra) hay que pelearle a distancia y no comprometerse en esos intercambios violentos donde Kid
Guanajuato es fulminante. Fox va a todas y responde todas. Una sola le falló: Labastida le dijo, tú, Vicente, has
atacado a la iglesia católica. Si yo hubiera estado en la esquina de Fox le hubiera sugerido esta respuesta: mi querido
Pancho, sólo dije que se parecía al PRI ¿consideras un insulto ser priísta? No lo dijo, pero casi puedo jurar, por la cara
de mula que puso Chente, que algo semejante pasó por su cabeza. Se dieron con todo. Labastida reclamó para sí la
herencia de Lázaro Cárdenas y Cuauhtémoc no acusó recibo. Al final, Fox dio por noqueados a sus rivales y se dirigió
al público televidente. Los tres con sonrisita de conejo quedaron de verse hoy martes en algún Vips para seguirse
sonajeando. Para mi gusto, faltaron dos cosas: 1) que al final del encuentro, los tres se despidieran entre sí con
civismo y cordialidad y 2) que los tres pusieran sus banderas a un lado y se pronunciaran enérgicamente contra la
monstruosa cacería de mexicanos en Estados Unidos. Eso faltó.

¿Quién Ganó?

Creo que podemos hablar de varios premios. Ganó Televisa; lograr que se realizara el debate, supuestamente
inviable, fue un enorme éxito informativo. El premio a la corbata más vistosa fue para Labastida; el premio a la
ponderación y a la prudencia (que no son malas cualidades para un estadista) lo obtuvo C. Cárdenas. En todo lo
demás, me parece que ganó Fox; pero tú sabes más, lectora lector querido.

Debatv II

Crispados y emocionantes días. Terminada una fragorosa clase, dirigíame yo a una rutinaria visita a mi
cardiólogo.Encendí el radio y topéme con un infinito argüende telefónico -C. Aristegui de por medio- organizado por
Fox que reproducía al aire sus conversaciones con Cuauhtémoc y con Labastida (que se resistía a tomar la llamada).
Para felicidad de Telmex, fueron muchos minutos de jaloneada conversación. Por fin, los tres tenores llegaron a un
acuerdo: la cita ya no sería en Vips, sino en la casa de campaña de C. Cárdenas a las 5 de la tarde y con la presencia
de los medios (se servirán corundas y charanda). Alarma general. El cardiólogo, pensaba yo, me va a encontrar
agonizante. No fue así, me encontró

bien (para mi edad), me garantizó que llego al 2 de julio y me platicó lo feliz que es sin leer periódicos, ni asomarse al
radio y la TV. Hombre sabio. A las 15 hrs. estaba yo en el Club de Industriales atestiguando el nada fácil encuentro de
A.M. López Obrador con un buen número de empresarios capitalinos (mañana les cuento bien). Salgo, llego a mi
casa, prendo la tele y me encuentro a Groucho Fox, Harpo Cárdenas, Chico Labastida y Zeppo Vargas que ya
organizaron su mercado sobre ruedas. De tanto agasajo y relevancia fue este sketch que, por razones de espacio, lo
platicaremos mañana (¡hoy!, diría Fox).

Cualquier correspondencia con esta columna que se debate en la duda, favor de dirigirla a gdehesa@infosel.net.mx o
al Apartado Postal 19-111, Delegación Benito Juárez, México, DF.

Gaceta del ángel / Debatv II (Continuación

Por

Germán Dehesa
(25-May-2000).-

El martes 23 de mayo fue, a mi juicio, un día negro para Vicente Fox. Ofuscación, protagonismo, mala asesoría,
urgencia de reforzar su imagen de "hombre recio que no se deja de nadie"à yo no sé por qué hizo lo que hizo, pero le
salió contraproducente. Hay días así. Te habrá ocurrido, curioso lector, que hacia la una de la tarde de una fecha
determinada, ya tienes elementos para afirmar con plena certeza: hoy no debería haberme levantado; nada más ando
regando caudalosas cantidades de baba. A ver, explíquenme: si el público llamado al avenimiento y a la serenidad
corrió a cargo de C. Cárdenas, ¿por qué tenía el desatinado Chente que solicitar el reflector desde temprana hora y
arrogarse oficiosamente en vivo y en directo el papel de telefónico "organizador" de la deliberación previa al hipotético
debate?; y ya desatado ¿por qué solicitó la "cargada" de los medios en una plática que, por meras cuestiones de
efectividad y fluidez, tendría que haber sido reservada y libre? (y esto no equivale a "arreglos en lo oscurito"); ¿por
qué aceptó que el lugar de encuentro fuera la casa de campaña de Cárdenas y no un territorio neutral?; ¿por qué
denuncia una perversa complicidad entre Cárdenas y Labastida si es obvio que cuando tres quieren algo y uno
asegura que ya lo tiene, los otros dos harán por fuerza causa común para quitárselo, o para quitarle la impresión de
que ya lo tiene?; ¿por qué a nombre de un muy tembloroso "compromiso con la ciudadanía" se empecinó en que el
debate fuera ese mismo día, si sus propios "negociadores" habían ya declarado incumplible tal compromiso?; ¿por
qué en TV Azteca, Fox declara que le sorprendió negativamente la presencia de J. Vargas? (a mí también me pareció
un extraño en el paraíso), si esta presencia le pareció tan ominosa, no hubiera sido muy difícil solicitar la ausencia del
Presidente de la CIRT hasta que se lograra un acuerdo; pero no olvidemos que quien solicitó la presencia de los
"medios" fue el propio Fox; ¿a título de qué, en la mencionada e inopinada aparición en TV Azteca, el señor del "Ya
ganamos" le pidió perdón a Lilly Téllez?à quedarían muchas preguntas más, pero todas apuntan en una dirección: en
la "histórica jornada" (todas lo son) del 23 de mayo, Fox estuvo muy por debajo de la confianza que en él han
depositado muchísimos mexicanos. Dicho más rápidamente: el jinete sin cabeza se embotó. En este subibaja que ya
comienza a marearnos, el que estuvo muy por encima de lo que previamente había mostrado fue Cuauhtémoc
Cárdenas quien procedió con soltura, paciencia y hasta feroz y feliz ironía purépecha. Digamos que Labastida salió
tablas, aunque no sé qué tan bien le cayó el programa que, al final de su dura jornada, presentó Enrique Krauze sobre
la historia del PRI.

Opino que a Fox le convendría presentarse el viernes (¡ULTIMA HORA!: Con felicidad me entero de que Fox ya se
animó. ¡Ozono en las alturas!); opino que Cárdenas no debería hablar de la "necedad" de Fox (como sinónimo de
terquedad), pues si a tercos vamos, Cuauh es medalla de oro y opino que ni a Labastida, ni a Vargas les conviene
sentarse juntitos y hablarse al oído en cadena nacional. Pregunta al cívico lector: ¿no nos mereceremos algo de más
altura que estos pedestres y animados frescos de Bonampak?.

¿Qué Quiere Andrés Manuel?

La respuesta "¡le pletequemes tedes!": quiere ser Jefe de Gobierno del DF y probablemente lo logre y más ahora que
ya tiene la postergada canonización legal. A todas va; en todo está y acude a donde lo llamen. Decía C. Peraza que
hay candidatos "párrocos" que sólo se preocupan por atender a sus fieles y que hay candidatos "misioneros" que se
lanzan a predicar ante los infieles. Fox, Gilberto y Andrés Manuel pertenecen a este segundo grupo. En el muy
exclusivo Club de Industriales, se presentó este martes e hizo, sin más ayuda que un pequeño guión, un puntual
recuento de los grandes problemas de la ciudad y de lo que podemos hacer para resolverlos. El público no era
"clientela cautiva", pero se produjo con inteligencia, respeto y, por momentos, con admiración. Fue muy interesante
ver cómo el hidráulico Andrés Manuel tendía puentes entre los acomodados y los desacomodados de una de las
ciudades más grandes y calamitosas del mundo. En ciertos temas (Fobaproa, Ipab, Unam), A. Manuel me pareció
ideologizado y simplista; en su firme voluntad de recuperar la honradez, la seguridad y la alegría ciudadanas, el
Defelagarto me pareció convincente y hasta entusiasmante. La sesión de preguntas y respuestas fue baja en calorías
y muy manejable para una liebre tan apredreada como es AMLO. A cierta hora discreta y en medio de los
perturbadores perfumes de las damas y, lo que es peor, de los caballeros, nos retiramos sin saber que nos esperaba
el Show de los Simpson estelarizado por Homero Fox y Bartgas.

¡Pumas!

Santos Laguna es un equipo que me cae muy bien. Desde Quirarte hasta Miguel España y el Pony Ruiz (tristemente
ausente); pero para desgracia humana, siempre le llega su turno a la monogamia: voy Pumas y yo no ando con
payasadas de que rompo el diálogo (¿cuál?) y abandono la mesa (¿cuál? bis).

Cualquier correspondencia con esta columna que también tiene sus días negros, favor de dirigirla a
gdehesa@infosel.net.mx o al Apartado Postal 19-111, Delegación Benito Juárez, México, DF

Gaceta del Angel / La caja de ahorros

Por

Germán Dehesa

(26-May-2000).-

Meses y meses lleva Fox acumulando un capital político. Buena parte de él no es propio, sino que le fue confiado por
miles y miles de mexicanos. Recibió valores como la voluntad, la confianza, la esperanza y la solidaridad. ¿Tiene
derecho a dilapidar ese capital en una jugada caprichosa y absurda? Creo que no; creo que su deber es rescatar lo
perdido y entregar cuentas.

La Fe en el IFE

Hace algunos meses, mi amigo Arturo Pérez-Reverte me comentaba de la profunda indignación que le produjo la
irresponsable decisión que tomó la Real Academia de la Lengua de quitarle el acento a la palabra "Fe". Es que no pué
sé, me decía con andaluza vehemencia, la fe sin acento queda muy disminuida, pierde esplendor y energía, vamos,
queda hecha una birria. En mi profundo corazón yo estaba de acuerdo y además añado: con acento o sin acento, la fe
de estos días es más bien temblorosa y raquítica. Vengo ahora al pasado inmediato y hago comparecer a Angeles
Mastretta que estuvo la semana pasada en el noticiero de López Dóriga y ahí opinó acerca de lo esencial que resulta
brindarle nuestra total confianza al IFE. Estoy totalmente de acuerdo, pues todos sabemos la cantidad de esfuerzos,
porfías y recursos que la sociedad tuvo que invertir para crear ese instituto tal como es ahora. Sería entre idiota y
suicida retirarle nuestra fe y declarar desde ahora que sólo creeremos en las cuentas que entregue, si éstas resultan
compatibles con mis particulares preferencias políticas (¿y tu nieve, de qué la vas a querer?). Se me hace que ya llegó
la hora de que todos los candidatos y todos los ciudadanos sin excepción actuemos con absoluta confianza en los
trabajos y en los resultados del IFE. Los costos de la suspicacia y el descreimiento han sido altísimos para México. Es
hasta ocioso afirmar que nuestra desconfianza no nació de la nada, sino que ha sido sembrada y frondosamente
cultivada por un sistema que, por una serie de indicios y dinosáuricos avisos que observo ahora, intenta todavía
cobijarse a la sombra de la iniquidad y del fraude. Denunciarlo es tarea de nosotros; sancionarlo y actuar en
consecuencia es una importante tarea del IFE. Creo que lo harán bien. Los costos de cualquier complicidad serían
altísimos. Las elecciones no van a ser el 2 de julio, ya están siendo (me imagino que los dinomapaches están
trabajando jornada triple) y ya nos están comprometiendo a todos. Creo que es un enorme desperdicio de energía
estar imaginando las infinitas triquiñuelas que nos hacen y nos seguirán haciendo (si tienen constancia de alguna, no
se conformen con hablar a un programa de radio, o con usarla como tema de conversación; denúncienla con las
autoridades electorales y/o con los ministerios públicos). Mucho más útil que estar especulando acerca de cómo nos
van a engañar ahora, sería que todos entráramos en campaña a favor de la creación de una masa crítica de votantes
de tal modo amplia y numerosa que diluyera y neutralizara cualquier posible intento de trampa. Dicho esto, me permito
hacer dos comedidos pronunciamientos: tengo fe (virtud cívica) en el IFE y creo que todo voto que se emita
razonadamente será de una u otra manera, un voto útil.

El Remiso Recluta

En los nebulosos tiempos de mi primera juventud, el servicio militar se presentaba como una obligación molesta pero
inevitable. Era mucho mejor hacerlo por propia voluntad, que cargar con el baldón de ser "remiso" que era el
infamante vocablo que la SEDENA fulminaba sobre todos aquéllos que, habiendo remoloneado y fingido demencia,
acudían mal y a destiempo a cumplir sus obligaciones con la Patria. Era horrible que a la cartilla le pusieran ese sello
vergonzoso: REMISO.

No sé si esto aún se estile con los jóvenes reclutas; lo que me consta es que se ha vuelto aplicable a los candidatos a
la Presidencia. Sin ánimo de sumarme a los enfermizamente gozosos trabajos de demolición emprendidos por todos
los medios, me limito a preguntarme qué sentido tuvo la ceremonia de autoinmolación a la que se sometió Chente en
vivo y en directo en pleno jardín purépecha. Comprobado está que el debate es un ámbito propicio para Kid
Guanajuato; también es claro que si alguien enarbola la bandera de la democracia y en una votación de tres, tiene dos
votos en contra, no le queda más que apechugar y someterse a la decisión de la mayoría. Al no haber procedido así,
al no haber rectificado por su cuenta y voluntad, al aceptar el debate de hoy como riguroso mandato de su partido;
Vicente Fox, que podría haber llegado a la reunión como indiscutido y admirado favorito, llegará con las botas muy
disminuidas y en condición de recluta remiso. ¿Para qué tantos brincos? Lo ignoro. Vamos a ver si se crece al castigo
o lo rematan por nocaut técnico. Lo veremos.

Hoy Toca

Debate o no debate, hoy es viernes. Aquí sí es válido emplear la técnica foxiana. Si la compañera o el compañero
salen con que mejor mañana, ustedes respondan ¡hoy!; que me duele la cabeza: ¡hoy!; que ando muy tenso: ¡hoy!;
que me están esperando Vicente y Cuauhtémoc: ¡hoy!.

Cualquier correspondencia con esta columna encendida por la Fé, favor de dirigirla a gdehesa@infosel.net.mx o al
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Gaceta del ángel / ¡Vuelven los tres García

Por

Germán Dehesa
(29-May-2000).-

Termina la semana nacional de la crispación. ¿Queríamos que el país se pusiera emocionante?( "Que se ponga", diría
Gila). Pues ya se puso. Para cerrar como comenzó, la calamitosa semanita logró un acuerdo entre la meteorología y
la CNTE para que este viernes que acaba de pasar, ambas organizaciones echaran sus restos: un tormentón bíblico y
una manifestación épica. Todo esto como aperitivo del llevado y traído debate. El lugar fue el Museo de Ciencia y
Tecnología. Visitarlo es recordar la deteriorada época de oro del priísmo. Ahí tienen en exhibición el otrora famoso
Tren Olivo (¡qué tiempos, don Susanito!); en él recorría la República el ungido, el señalado, el único y auténtico
candidato a la Presidencia. Era padrísimo. Todo consistía en ir a conocer Acaponeta y Tapachula, reunirse con las
vibrantes "fuerzas vivas" (y sus vivísimos líderes), tramitar sin sobresaltos las elecciones y, llegado el momento, pasar
a recoger la banda presidencial. Shulada de proceso. Para bien (decimos nosotros) o para mal (dicen los dinos) la
piña ya se les atepachó. Tan deteriorado está el viejo orden, que ahora, en una elección presidencial, se ha hecho
presente la posibilidad de perder y eso, pues la mera verdad, no está bien, porque los candidatos se ponen muy
nerviosos. Como maravillosamente lo dijo el sábado Gabriel Zaid: ahora resulta que hasta los ciudadanos existimos
(ya podríamos haber avisado antes).

Sin saber las tormentas y bataholas que lo esperaban, Labastida regresó de Yautepec en un helicóptero oficial,
aterrizó tersamente en el espacio presidencial (¿por cuenta de quién?) y se preparó para las exequias de Fox. Este
fue muy temprano a la Villa a comprar unas gorditas y a pedir un milagro: ¡que se me quite lo terco, obstinado y
contumaz!; retachó, se dio un buen regaderazo, se puso sus churriguerescas botas, su corbata perredista, un tacuche
muy acá y, acatando el sabio mandato de su partido y de su gente, se presentó al debate. Con su habitual sobriedad,
C. Cárdenas abandonó el pabellón de la límpida soledad y se dirigió a ocupar ese lugar que nadie puede discutirle.

Si el debate se hubiera dado en tiempos y en condiciones normales, supongo que los tres se hubieran dado por
satisfechos con quedar tablas. Como ocurrió lo que ocurrió, creo que tuvimos una baja: F. Labastida (yo también
hubiera llegado desmoralizado, si previamente hubiera recibido el enloquecido, rollizo y tropical apoyo de Juan
Gabriel); un resucitado: V. Fox y el refrendo de una integridad: C. Cárdenas.

Ganancias importantes: a) los medios volvieron a ser eso: "medios"; b) la oposición pintó su raya, presentó su oferta y
canceló la gótica teoría de los arreglos y conspiraciones; c) quedó clarísimo que el mandato está en manos de los
ciudadanos y que éstos, reservada y libremente, lo otorgarán el 2 de julio con la debida vigilancia y con las reservas
del caso. Ya era hora de que entendiéramos y aceptáramos que el gobierno es del pueblo y para el pueblo. Si
dejamos suelto a cualquiera de los tres García, poco tardará en convertirse en un enloquecido Tlatoani.

Se Solicita Exorcista

¡Ya chole!. Después de que Carlos Salinas fue el presidente mexicano que alcanzó el más alto nivel de aceptación,
seis años más tarde resulta que en el lenguaje mexicano, el epíteto ¡salinista! resulta el más infamante y oprobioso.
Será cuestión de tiempo y de serenidad darle una mayor ponderación a nuestros juicios sumarios. Me imagino que
llegará un tiempo que nos permita entender que ni el PRI, ni Salinas son facilonas encarnaciones del demonio. La
sociedad mexicana está hoy en su derecho de buscar opciones que considere más eficaces y modernas; pero creo
que en esa modernidad que todos los ciudadanos procuramos (quizá tardíamente) tiene que venir el matiz y la más
justa distribución de responsabilidades. Lo que a mí me tiene optudimóder es la invocación y la consecuente
reaparición del fantasma de Agualeguas. Se me hace que, por lo pronto, lo que, para nuestro bien nos toca, es
declarar difuntito al fantasma y no incluirlo en nuestra agenda política actual. Aunque no lo parezca, la recurrencia del
Gasparín de la política en nuestro proyecto de hoy, al único que beneficia es al propio Salinas a quien, una vez tras
otra, le mandamos el equívoco aviso de que sigue vivo. ¿O será que sigue vivo?. Solicito a un buen exorcista que me
saque de la duda.

No Estoy para Bromas

Es domingo 28 de mayo; es mi santo; si no fuera por un buen amigo, ni quién se acordara. La Hillary me llevó al
Ajusco a celebrar el "Día de la Familia" patrocinado por la minialmoloya que habita el Bucles. La carretera estaba
hasta el gorro; hacía un frío estúpido; llovió copiosamente; estaba prohibido llevar bebidas alcohólicas; hubo partidos
de fut de solteros contra casados; los infantes vomitaron profusamente y en dirección a los adultos; una mujer
gobernaba nuestras vidas a silbatazos; me negué a participar en la carrera de costales y me dijeron que el Bucles iba
a desarrollar un trauma; huí; perdieron los Pumas y para rematar, la Hillary me pregunta: ¿a poco no fue un día
bonito?. Con un hilo de voz respondo como Edipo Rey: a toda madre.

Cualquier correspondencia con esta columna de fantasmas y resurrecciones, favor de dirigirla a


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Gaceta del ángel / La Fiesta

Por

Germán Dehesa

(30-May-2000).-

Desde que soy ciudadano, nunca he dejado de acudir a las urnas. Ni siquiera dejé de comparecer cuando el PRI se
aventó la megaxalada del candidato único (por ahí ha de andar mi boleta llena de barrocas mentadas). Jamás he
votado por el PRI, aunque me reservo mi derecho a hacerlo cuando salga de Los Pinos, se eduque y se deshaga de
Bartlett y su orquesta jurásica. Además he de confesar que, aún a sabiendas de que se trataba de un simulacro y un
formalismo, siempre he acudido a la casilla lleno de esperanzas y de regocijo. Mi sospechosa formación de lector
obsesivo ha edificado en mi espíritu la noción de que las elecciones son una fiesta y una gozosa certificación de que
la voluntad popular cuenta y decide. De cara al próximo 2 de julio, me siento obligado a manifestar mi extrañeza:
después de un larguísimo camino (no exento de horror y de sangre), los buenos mexicanos estamos por fin en el
umbral de unos comicios competidos, confiables y vigilados. Si esto es así ¿por qué el calambre?; si cuando las
votaciones eran como de kermesse y ya todos sabían quién iba a ganar, nos sentíamos en ánimo de fiesta ¿por qué
ahora andamos tan atejonados?. De todas las reservas energéticas que tiene este país, ninguna es tan cuantiosa y
tan aprovechable como nuestro ímpetu y nuestra alegría. ¿A poco eres tan poquita cosa como para que te espante
regresar a la verdad? (como si la ficción en la que hemos vivido fuera tan justa y tan hermosa). Parafraseando a Zaid
y a Machado, creo que todos percibimos que hay una sigilosa primavera que viene llegando; a los padres (a las
mamás, ni se diga) nos consta que todo alumbramiento es anunciado por una crispación, una contracción. Si la
criatura nace tricolor habrá que pensar en someterla a un enérgico tratamiento; si nace amarilla, ya nos encargaremos
de bajarle la bilis a punta de sonrisas; si nace azul, será cuestión de oxigenarla con el fresco aire de la libertad y del
respeto que son lo mejor de la herencia liberal mexicana. Lo que a mi juicio nos corresponde hacer es preparar
jubilosamente la fiesta que con motivo del nacimiento disfrutaremos todos los padres y todas las madres de la criatura.
Por supuesto que hay que pensar en el 2 de julio (amable recordatorio: el 1o de julio es mi cumpleaños por si quieren
ir comprando algo. Es una información suelta); pero tan o más importante es pensar en el 3 de julio que, les aseguro,
no será un día fácil, a menos que desde hoy pensemos en abrazos y en reconciliación. Pensemos un poco (y
sintamos un poco más): las familias, las tribus, las etnias, las clases que, en una determinada coyuntura política se
dividieron y/o se enfrentaron, tendrán que acudir a la fiesta y recordar en buena compañía que de uno u otro modo,
pero todos somos de aquí y todos queremos que ese "aquí" que se llama México sea de todos. Aviso importante: para
esta fiesta tenemos un riguroso requisito de admisión: sólo aceptamos a mexicanos decentes. Tranquilos, tenochcas;
que no nos espanten con el tramado tule del occiso (el petate del muerto); no nos esperan ni la guerra, ni la catástrofe
(eso quisieran los embozados mapaches); pronto amanecerá y habrá alumbramiento y habrá fiesta. Lo merecemos.
¿Dónde Quedamos?

Polvos de aquellos lodos. Alguien decidió que yo tenía algo que decir acerca de lo que sobradamente se dijeron los
candidatos en el debate del viernes pasado. Mi forzada y escasamente lucida ausencia del hogar, obligó a la Hillary a
un brutal esfuerzo tecnológico. Tres videograbadoras fueron puestas al servicio de la noble causa de la información.
La recia y eficiente madre del Bucles anduvo como canica en estuche en su enloquecida tarea de grabar los post-
debates de Televisa, de TV Azteca y el de Canal 11 con los hombres de negro. De este último rescato una muy
pertinente observación de F. Reyes Heroles: ningún candidato hizo la menor referencia al lugar que México ocupa y/o
deberá ocupar en el globalizado ámbito internacional. Hagan de cuenta que fuéramos un planeta aparte. Me temo que
no lo somos. Hoy más que nunca somos parte del mundo y más nos valdría imaginar dónde y cómo vamos a quedar
en este nuevo tablero. Según me informan, Europa existe, Estados Unidos (omaigod!) también y el mismo problema
tienen Japón, Africa, América Latina y hasta Australia. Sería deseable que los que pretenden gobernarnos acusaran
recibo de esta novedad. Si desean más información pueden leer el "Diccionario del Siglo XXI" de J. Attali (Ed. Paidós)
y buscar a México en la "eme"; si lo hacen, ahí, palabras más o menos, leerán que nuestro país está llamado -una vez
que resuelva su intolerable atraso político- a ser una potencia emergente que, llegado el momento, podrá decidir si
quiere seguir siendo el último vagón de Norteamérica, o la locomotora del Mercosur. Si me lo preguntan (cosa que
dudo), la segunda opción me parece un verdadero agasajo marinero. O sea.

Cualquier correspondencia con esta columna que adelanta fiestas, favor de dirigirla a gdehesa@infosel.net.mx o al
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Gaceta del Angel / Apostillas al debate por la ciudad

Por

Germán Dehesa

(31-May-2000).-

Es muy difícil entablar un debate entre el candidato que ya lleva una ventaja que se antoja inalcanzable y sus
contendientes que ya sólo aspiran a un papel decoroso y a un posicionamiento político digno de tomarse en cuenta.
"Trabajos de amor perdidos" podría titularse este encuentro cuya dinámica apunta más hacia la guerra de posiciones,
que hacia una victoria que ya parece decidida. Visto así, el debate capitalino no dejó de tener su interés y sus
sorpresas. Formularé todo esto con un muy personal juego de preguntas y respuestas:

¿Quién me sorprendió más?

Tere Vale. Firme, elegante, atractiva, clara en sus propuestas e implacable en sus respuestas. Es probable que le
inventen algún sórdido vínculo con la SEGOB; ésa será la señal de que, al igual que sucedió con Rincón Gallardo, la
vehemente y bien razonada defensa de las mujeres, las minorías y los marginados tiene mucho más presente y
mucho más futuro que el que los grandotes le concedían. No es gratuito que López Obrador, en la mejor tradición
foxiana, haya invitado a Tere a trabajar juntos (¿pues no decían que era un partido inventado por Alcocer?).
¿Quién me Decepcionó Más?

López Obrador. Pésima sintaxis; pronunciación calamitosa; bravero y obsesionado con Salinas y el FOBAPROA; poco
atento a los cuestionamientos de los que supone ya derrotados. Mala noche para el Defelagarto.

¿Quién me Pareció más Eficiente?

Santiago Creel. Totalmente pulcro en sus planteamientos y argumentaciones; sensato y bien fundamentado en sus
críticas al PRD y al PRI; cálido y respetuoso con la audiencia. Se podría haber ahorrado la foxiseñal. Por lo demás,
muy bien.

¿Quién Llegó Tarde?

Silva-Herzog. Su reiterada voluntad de orden suena convincente; pero algo hay de desaliento en su actitud de llegué-
demasiado-tarde-a-un-trabajo-demasiado-pequeño-para-lo-que-merezco. ¿Y si hubiera llegado Campa?

¿Quién no Llegó nunca?

Ordorica. Si su intención previa era declararle su amor a Andrés Manuel (así lo anunciaba su corbata rojo-pasional),
¿para qué nos quitó nuestro tiempo? ¡Qué partidito!

Preguntas Sin Respuesta:

¿Cuántas ESCUELAS, cuántas viviendas, cuántos hospitales podrían haberse construído con lo que el PRD (eso
dijeron) tiene en el banco y/o ha gastado en publicidad mediática?

85 Minutos de Soledad

Lo que ahora voy a decir no tiene nada que ver con lo que voy a tratar; o como diría el orador argentino: "Antes de
hablar, quiero decir unas palabras." Yo admiro y disfruto enormemente el trabajo de Trino Camacho. Me parece muy
bien que le hayan otorgado el Premio Nacional de Periodismo y todavía me parece mejor su declaración al ser
notificado: no entiendo por qué me dieron el premio. Desde chiquito le voy al Atlas y los del Atlas nunca ganamos
nada. Afirmación falsa pero muy chistosa. En su todavía corta vida, Trino se ha ganado firmes amistades y honrosas
enemistades (hay odios que nos revalúan grandemente). Existe la teoría de que Trino nació en un sonriente y
desértico lugar de Neptuno llamado Axixik (antes, Ciudad Ferriz).

Voy ahora rumbo a la soledad pasando por F. Reyes Heroles, F. Savater, Grecia y la Delegación A. Obregón. En su
acepción más antigua, los griegos llamaban "idiota" al individuo que se mantenía apartado, que se creía autosuficiente
y se dispensaba de participar en la vida y los afanes de la comunidad (hay que ser idiota para eso). Savater rescata
esa acepción en un libro titulado "Política para Amador" donde le pide a su hijo precisamente que no sea idiota, que
participe, que sea con los demás y que se comprometa con los asuntos del bien común. En su artículo más reciente,
F. Reyes Heroles pregunta: ¿creerán que los mexicanos somos idiotas? Y acá su Charro Negro responde con la
debida cortesía: en efecto, millones de mexicanos a lo largo de muchas décadas nos hemos comportado como idiotas
en el sentido savateriano de la palabra. Y así nos ha ido. Un veloz corolario de esta argumentación sería: nadie se
salva solo; nadie puede solo; nadie puede prescindir de los demás. Si alguna duda tenemos al respecto, bastaría con
evocar los acontecimientos de la semana pasada y, en particular, los 85 minutos del debate. Tres mexicanos
respetables y dotados de ese paquete de virtudes y defectos que a todos nos es asignado se confrontaron, solitos y
su alma, en su afán por convencernos de que tienen el suficiente valimiento para ser mandatarios, o sea: ejecutores
diligentes de nuestro mandato. Supongo que cada uno de ustedes fabricó su muy propia y respetable impresión
acerca del desempeño de cada uno de estos tres presuntos indiciados. Yo quisiera decir algo acerca de estas tres
divinas personas miradas como totalidad. Me parecieron humanos, demasiado humanos; tensos, solapadamente
frágiles, usuarios habituales de la droga del poder, vulnerables al denuesto y al halago, asustados y profundamente
solitarios (me imagino que sus jefes de campaña negarían todo esto); creo que tú y yo nos veríamos todavía peor; a
mí, por lo menos, no me llevarían ni borracho a ese electrónico escaparate de carnicería. No hay sorna ni crueldad en
mis palabras: cualquiera de los tres se volvería loco si no tuviera el contrapeso de otros poderes y si no tuviera el
marcaje a presión de una ciudadanía que responde y exige cuentas. Pensémoslo. No en balde les dieron 90 minutos y
sólo ocuparon 85. Si el poder corrompe; el poder ejercido en soledad idiotiza al que lo ejerce y al que lo padece.
Cualquier correspondencia con esta columna que no está sola, favor de dirigirla a gdehesa@infosel.net.mx o al
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Gaceta del ángel / Martes: Día de guardar

Por

Germán Dehesa

(01-Jun-2000).-

Me parece que "algo que ciertamente no se nombra/ con la palabra azar rige estas cosas" (J.L. Borges). Martes 23 de
mayo: tempranito se levantó Vicente Fox a regar caudalosamente el tepache; el ritual harakiri (seppuku) culminó,
todos lo saben, en el jardín purépecha con la gustada y difundida representación de la ya clásica tragicomedia titulada
"Vida estamos en fax". Martes 30 de mayo: debate de los candidatos a la Jefatura del gobierno del DF. Andrés Manuel
llegó con la clara conciencia de que es imposible que algún candidato remonte esa ventaja de 20 puntos que tiene en
las encuestas de intención de voto; es decir, tendría que haber llegado cómodo, relajado y con el ánimo bien
dispuesto. Yo esperaba de él una actitud serena y dispuesta a tomar en cuenta las buenas iniciativas que pudieran
presentar sus contendientes (de hecho, Silva-Herzog, Creel y Tere Vale hicieron apuntes muy valiosos). No sucedió
eso. López Obrador tuvo su martes negrito; se tropezó violentamente con la redacción y con la ortolalia; habló en
tabasqueño antiguo y, lo que es peor, asumió con Tere Vale una actitud de consternante perdonavidas y, ya en plan
de desbarrancarse, pretendió descalificarla por su muy respetable y privado vínculo conyugal. De todo esto, lo que
más me asombra es la casi nula reacción de las supuestamente combativas mujeres mexicanas de izquierda. No
hablo de oídas. He examinado la prensa de hoy y acabo de estar en mi programa de radio donde, para mi sorpresa,
recibí un buen número de telefonemas femeninos que denunciaban a Tere Vale por confundir la ortografía con la
ortolalia y por estar casada con un priísta (¡háganme el C. favor!); en cambio no recibí un sólo llamado ni masculino ni
femenino que comentara el batidillo verbosexista que se organizó el candidato del PRD. No me parece un buen
síntoma. Los medios y los ciudadanos ya no tendríamos que estar en esos claudicantes ánimos del "apoyo irrestricto";
para bien de todos, nuestra tarea tiene que ser apoyar lo convincente y manifestar nuestro desacuerdo frente a lo que
nos parece incorrecto (díganmelo a mí que tengo que torear un promedio de 20 mentadas diarias). Lo refrescante fue
encontrarme ahí en el radio con una hermosa amiga de libre e intachable trayectoria que me manifestó su
consternación ante el tristísimo papel de Andrés Manuel. Bien por ella y mal por los aplaudidores profesionales.

Retomo el hilo principal de mi alegato: me parece que ya es mucha casualidad que en dos martes consecutivos, dos
candidatos se inmolen tan brutalmente con su propia lengua. Para prevenir mayores desgracias, me permito solicitarle
a todos candidatazos y candidatitos que hoy contienden por puestazos y puestitos que aprueben lo que he bautizado
como "tregua marciana" que los obligará a quedarse en cama y a guardar absoluto silencio todos los martes. Para
ellos y para el país será un verdadero agasajo. Mientras llega el miércoles, pueden leer alguna buena historia de
México, algún aceptable manual de sintaxis y elocución y loas obras completas de Simone de Beauvoir. En martes, no
declares porque puede ser que te embarques.

Ampliación

Una atractiva mujer que cultiva con igual éxito el tenis y la inteligencia se ha tomado el trabajo de rectificar mi
desatención. Dice -y dice bien- que es justo y necesario felicitar a Trino por su premio de periodismo; pero que es
igualmente importante darle los parabienes al premio que, en el rubro de divulgación cultural, fue otorgado a la revista
"CIENCIAS" editada (aún en los tristes tiempos de la huelga) por la Facultad de Ciencias de la UNAM. Es mi gustoso
privilegio dar y celebrar esta noticia. Si algo necesitamos los Pumas en este momento es distraer nuestra afligida
mirada que sólo contempla bravatas, manoseos, daños e ineficiencia y descubrir que la UNAM, como México, sigue
pertinazmente viva, talentosa y creativa. Agradezco la corrección.

El Alivio

Es rico aliviarse (tiene la misma raíz que "alivianarse"). Mi amigo Richard se está aliviando de "una pequeñita
operación" que le hicieron; mi novia Dorita se alivia de una enorme tristeza que la visitó; un doctor bueno y generoso
se alivia de la angustia provocada por un secuestro. Bienaventurados sean los que encuentran alivio. Bienaventurados
sean los que quieren aliviarse. ¿Y si nos abrazáramos todos?

Cualquier correspondencia con esta columna que siempre ha desconfiado del martes, favor de dirigirla a
gdehesa@infosel.net.mx o al Apartado Postal 19-111, Delegación Benito Juárez, México, DF

Gaceta del Angel / Cosas de la vida

Por

Germán Dehesa

(02-Jun-2000).-

¿Qué creen? Hoy no vamos a hablar de política. Sé que los candidatos caen en una profundísima depresión tipo
Alfredo Tena cuando no hablo de ellos, pero dibodobadito. Como diría mi recordada jefecita: ya bastantes penas tiene
uno en la vida, como para andar pensando en la política. Estoy cansado de ver a personajitos y personajotes que se
lanzan a salvar a México y, en nombre de tan magno ideal, ni salvan al país y convierten su universo familiar en un
caos. Con tal motivo y aprovechando el fin de semana, he decidido dos cosas: hacer un viaje relámpago a Mexicali
para quedar como pollo Kentucky y entregarme sábado y domingo a las inefables delicias de la vida familiar (la
agenda incluye desde una animada cena con mis extraviadas hijas -pretenso incluído-, hasta una plática de hombre a
hombre con el Bucles que trae unas angustias que ni Labastida.

Decía Mark Twain que si un rey pierde su corona, o una niña pierde su muñeca son, en esencia, dos tragedias iguales
(según la Rubia Misteriosa, la de la niña es más grave). Si aceptamos lo dice Twain, podremos entender la pena sin
orillas que invade a mi chilpayate: su naná lo abandonó por una mujer. A este respecto, no es relevante que esa mujer
que vino a vulnerar el paraíso tenga apenas unos cuantos meses de edad y sea conocida como la Minitractor. Para
Andrés es la causa de todo su llanto. El enanín tenía más de cuatro años de vivir en brazos de la ejecutiva y vivaracha
Margarita (a) La Tractor. Toda una vida, dirían Los Panchos. De un día para otro, Margarita entró en fuga, comenzó a
inflarse, deapareció por varias y acongojadas semanas y cuando regresó, traía en esos brazos, que supuestamente
eran territrorio exclusivo del Bucles, un ominoso y rechinante bulto. Ahí se nos terminó el sosiego. La vida de
Andresito se ha vuelto pantano hostil, rencoroso páramo, urna rellena. Mi chicuelo trae el alma desacomodada,
aunque mucho se esmera en proseguir su sólida vocación de desmadre. Hasta en esto se percibe su filiación
mexicana: trae elevada la mortífera daga y nomás le gana la risa. Otro dato a considerar es su sorprendente repertorio
verbal y gestual. Ya quisieran los candidatos expresarse hoy con la precisión semántica, sintáctica y dramática del
pequeño Lope de Bucles. De hecho, este artículo nace del sorprendido asombro de mi Suéter Azul quien, al recibir la
visita de Andrés, permitió sin querer que el dramático asunto de la ausencia de su nana se convirtiera en tema de
conversación. ¿Por qué no vino Margarita? le preguntaron al pequeño que estaba entregado por entero a la ingestión
de un Duvalín. La golosina se volvió azufre, el aire se cargó de electricidad, el Bucles transformó su rostro en la viva
máscara del sentimiento trágico y de la pasión gaucha; tras un largo, denso silencio, Andrés alzó sus ojos y con
estoica voz anunció: cosas de la vida.

Letras Libres

¿Ya leyeron el número de junio? ¿No? ¿Qué esperan, criaturas? Si quieren tener un retrato inteligente, útil y
ponderado de cada uno de las candidatos a la megasilla, lo encontrarán en las páginas de "Letras Libres" de junio.
Pero trae además un regocijante artículo de Guillermo Sheridan ("Visión de los tupidos"), una aproximación a "La
ignorancia" de Kundera, muchas otras cosas sabrosas y una impecable declaración de E. Krauze en defensa de G.
Rincón Gallardo tan puntual y tan conmovedora que me bastó leerla, para suscribirla de inmediato. A la lectura, aikir; a
la libertad, aikir.

Foxiana

Ya llegó otro viernes. Hoy toca. Que la bolsa anda a la baja; ¡hoy!; que mejor la dejamos pa' lueguito; ¡hoy!; que ando
bajo de pila; ¡hoy!; que lo de Elanciato me trae tensa; ¡hoy! Dibodo. Hoy toca.

Cualquier correspondencia con esta columna que es una cosa de la vida, favor de dirigirla a gdehesa@infosel.net.mx
o al Apartado Postal 19-111, Delegación Benito Juárez, México D.F.

Gaceta del ángel / ¿La fuerza mexiquense

Por

Germán Dehesa

(05-Jun-2000).-

¿No sentirán vergüenza?; ¿no queda nadie en el PRI con un adarme de sentido político y de sensibilidad social?. En
esto pensé mientras veía el segundo juego de la final Santos-Toluca (como los Santos quedaron martirizados e
irreconocibles, hubo tiempo de pensar en muchas cosas). En el programa previo al partido; durante la realización de
éste; en el medio tiempo y al final, la propaganda fue implacable e insultante: ¡Fuerza Mexiquense!. Según me
cuentan, el PRI ha depositado grandes esperanzas en esta supuesta fuerza y en los millones de votantes "cautivos"
que, según ellos, cruzarán la papeleta tricolor de grado o por fuerza. Esa es su apuesta. Allá ellos. No creo haber sido
el único espectador de este juego final que haya tenido la mente dividida entre Toluca y Chalco. Si esto es así, resulta
ofensivo y ridículo que nos agredan con esos costosos mensajes que muestran el "buen gobierno", la "preocupación
social", la "capacidad de respuesta ante los desastres" del ínclito y priísta gobierno de Montiel y sus Atlacomulcos.
Entiendo que lo fácil es cargarle la mano al siempre disponible fantasma de Salinas. Por supuesto que fue el
napoleónico chaparro el que, con el debido aparato publicitario, llevó a Chalco la energía eléctrica y convirtió a este
martirizado municipio en el virtual y deteriorable estandarte de "Solidaridad" (no confundir con la verdadera
solidaridad). A la vuelta de unos cuantos años y estando ya el poder en manos de Zedillo y de Montiel, Chalco dejó de
ser la antesala del paraíso y se convirtió en el puritito infierno. Veloz tragedia mexicana: se hace la luz, pasan unos
cuantos años y todo queda convertido en un lago de excremento. ¿En esto consiste la fuerza mexiquense?.

Es tan drástico este horror que muy fácilmente nos puede llevar a esa extrema ingenuidad de pensar que con el mero
hecho de quitar al PRI del Ejecutivo todo se arreglará mágicamente. No es tan sencillo. El PRI ha demostrado que su
medular corrupción ya no le permite gobernar; de hecho, ya no gobierna (nadie puede considerar gobierno todo lo que
hoy estamos padeciendo); pero saber con tal certeza quiénes ya no deben gobernar, no nos garantiza que los que
vengan en su lugar sí puedan hacerlo. Con todo, vale la pena (vale la alegría) correr el riesgo, siempre y cuando
exista una ciudadanía plenamente consciente de que llegue el que llegue, no podemos dejarlo suelto y libre a su
capricho, so pena de seguir metidos en la alberca de inmundicias. Yo diría que una buena prueba de que ésa es
nuestra disposición será no esperar a que nos ayude la Fuerza Mexiquense, ni el que resulte electo el 2 de julio. El
horror y la indefensión no pueden esperar tanto. El asunto es para hoy. Todos podemos (todos debemos) hacer algo
por Chalco. Una vez más nos toca ayudar. Hagámoslo en defensa propia. Ya saben que en la calle de Parque del
Conde # 24, Col. San José Insurgentes tenemos un Centro de Acopio permanente y eficiente según consta en actas y
en actos. Es indispensable ayudar, pero el problema no termina aquí. Todavía es más urgente que construyamos un
gobierno que nos ilumine a todos verdadera y permanentemente. Estamos hartos de fuerzas mexiquenses; llegó la
hora de mostrar la fuerza mexicana.

Y Allá en la Frontera

Mientras Chalco era devorado por el sórdido pantano, su Charro Negro andaba derritiéndose en Mexicali que estaba a
46 grados centígrados. Mi programa genético no está preparado para tales rigores africanos. Primero es el fogonazo,
luego la pérdida de identidad y la lasitud, después se experimenta una gran paz y ya al final comienza uno a hablar
como López Obrador. Todo eso me pasó allá en Mexicali, lugar al que asisto en calidad de "marido-de-la-Adrianita". Si
sobreviví y pude dar una conferencia y alcancé a tomar el avión de regreso, fue gracias al refrescante y masivo
tratamiento mujeril que recibí. Me alivié a la sombra de las muchachas en flor. Fieras, tiernas y hospitalarias, así son
las chicas de Mexicali. Además son muy hermosas. Tan bellas son, que pueden usar los horripilantes pantalones
pescadores y mantenerse atractivas (aunque parezcan primas de Doris Day). Desde aquí y por medio de "La Crónica"
(ahora mejorado con amonia) agradezco el enorme afecto que recibimos de tantas mujeres y tantos hombres que
honradamente se la rifan con el sol y con la vida. Confirmo mi teoría: México está lleno de seres decentes; ya nos toca
gobernar.

Bienvenido, Mano

Está en México Arturo Pérez-Reverte. Es un gentilhombre. Su amistad es afectuosamente pedagógica. Leyéndolo y


tratándolo he aprendido que la honra de una nación no es más que la suma de las pequeñas honras de cada uno de
sus habitantes. Me parece que en los tiempos actuales, esta lección está viva y es útil. Lectora, lector querido: vamos
a vivir.

Cualquier correspondencia con esta columna con fuerza pero no mexiquense, favor de dirigirla a
gdehesa@infosel.net.mx o al Apartado Postal 19-111, Delegación Benito Juárez, México D.

Gaceta del Angel / Reacción inmediata

Por
Germán Dehesa

(06-Jun-2000).-

Los conozco y los padezco desde hace mucho. Se hacen llamar los puros, los incorruptibles, los decentes, los
defensores de las buenas costumbres, los guardianes de muy diversas bahías: la verdad, la-izquierda-que-no

-transige, las auténticas tradiciones, el derecho a la vida, la recta moral. Si no fueran tan nocivos; si no encontraran
tanta clientela bobalicona, serían entre patéticos e impresentables. Son los "Ultras" y su oficio (su maleficio) es
reventar todo intento de sensatez, de avenimiento, de confrontación respetuosa de ideas, de democracia. De ellos se
puede decir lo que, en su tiempo, se dijo de mis primos los Chilaquiles: donde los pongas, estorban. Carentes de
juicio, abundan en prejuicios; carentes de ideas, su indigencia neuronal reposa en el fanatismo; carentes de principios,
son perfectamente comprables y utilizables por el mejor postor. Se adhieren tranquilamente a Hitler, a Stalin, a los
Ayatollas, o a cualquiera que patrocine sus imbecilidades. Los he padecido y los conozco. Tengo que hacer una
suprema ampliación de conciencia para conferirles la dignidad de ser "mis prójimos".

¿Por qué toda esta andanada? Paso a responder: porque los veo trabajando a sus anchas en la UNAM; porque los
adivino entreverados en el movimiento magisterial y porque, bajo el hueco y muy significativo membrete de "grupo de
reacción inmediata", los veo actuar como perros rabiosos en contra de los que con toda decencia queremos informar a
la gente y comunicarle nuestra opinión acerca de las cosas. Hablo de Raúl Trejo D., de Federico Reyes Heroles, de J.
López Dóriga; pero muy especialmente hablo en nombre de todos los comunicadores que cotidianamente y en pleno
uso de nuestra libertad compartimos respetuosamente nuestras opiniones con la ciudadanía. Esta es una laboriosa
conquista a la que no pretendemos renunciar. Es obvio que no opinamos igual; pero más allá de nuestra falible
opinión, está la defensa de nuestra saludable discrepancia. La calamitosa nómina de "reacción inmediata" no es
discernible, pero imagino que incluirá un buen número de tontos útiles, de almas puras, de fanáticos pertinaces y de
rentables líderes morales. Hoy dicen actuar en defensa de Vicente Fox. El mismo, a través de M. Sahagún, se
deslindó expresamente de ellos en un desplegado que trae fecha del 25 de mayo. Yo no estoy en condiciones de
negar o de afirmar tajantemente nada. Simplemente se me ocurre que a Fox menos que a nadie le ayudaría la
confrontación irracional con los opinadores decentes y centrados (de los otros, ya sabemos quién se encarga de
amamantarlos). Pregunta tipo encuesta: ¿A quién le interesa crear la imagen de un Vicente Fox intolerante, agresivo,
fundamentalista e irracional?, posibles respuestas: a Fox, al PRI, no sabe, no contestó. Ahi me avisan (¡Hoy!, de
preferencia).

Mejores Vientos

Con la loable intención de civilizar a un rústico marino llamado Arturo Pérez-Reverte, estaré hoy martes en
Guadalajara. Vamos a platicar públicamente del Capitán Alatriste y de esa carta de navegación que todos
necesitamos para no andar por la vida causando enconos y lástimas. Todos están invitados, aunque sería maravilloso
que no fueran los de la "reacción inmediata".

Las Ratas

Mientras el señor Montiel se ponía su ridículo disfraz de diablo y mostraba su lastimoso torso (pellejos para el gato)
con la perra brava, esas ratas que en su campaña denostó con tanta furia (Labastida, en su momento, también se
sumó a la escuadra raticida); las ratas decía, nadaban tranquilas y felices (de perrito, de dorso, de mariposa) en el
estercolado lago chalquense que, nada más por molestar al ínclito Montiel y al no menos ínclito candidato César
Camacho, vino a quedar en el Edodemex. Haré un intento por recordar la alada declaración: los derechos humanos
son para los humanos y no para las ratas (a ellas les corresponderían los derechos ratiles); a éstas sólo les
corresponde la cárcel. Correcto. Por esto me urgía avisar a Montiel y a sus abajo firmantes que las ratas andan
nadando en el puro agasajo y que los humanos ya no tienen derecho ni a respirar. Lo aviso, pero no urge que ni
usted, señor Montiel, ni mucho menos el Presidente acudan. Eso sería crear un pésimo precendente y una falsa
imagen de sensibilidad social que es una nefasta variante del populismo.

Envío

Este artículo es para mi tabasqueña colega Denise Dresser. Su intensa e inspirada reflexión sobre la ominosa
"maquinaria priísta" publicada en el "Proceso" del domingo 4 constituye por su rigor ético y estético la plena
justificación de nuestro oficio. Mañana diré algo más. Mientras tanto, váyanlo leyendo y a mi regreso de la tierra del
arrayán y del mariachi platicamos. Voyvengo. No le abran a nadie.

Cualquier correspondencia con esta columna perfectamente impávida frente a la reacción, favor de dirigirla a
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Gaceta del Angel / Manual para civilizar a un señor de Cartagena

Por

Germán Dehesa

(07-Jun-2000).-

Arturo es pequeño, peludo, suave (así comienza "Platero y yo" y, aunque Arturo dista de ser un borrico, este comienzo
puede ser totalmente inexacto, pero ya es un comienzo). Ahora camina garboso por Guadalajara, pero mi memoria lo
mantiene congelado en el momento exacto de abrir la puerta del Café Gijón, último reducto madrileño de la tertulia
galdosiana. Pérez-Reverte es un ser anfibio, o para decirlo con palabras de Alberti, un marinero en tierra. Cuando
navega por esta última, viene a Madrid, se coloca en el umbral del Gijón, los contertulios sonríen y el vendedor de
lotería sabe que ya llegó su cómplice itinerante. Generoso, de sonrisa fácil, de ira grande pero domesticada, Arturo
hace lo que le piden sus amigos o su editorial; lo hace hasta que decide que ya no le da la gana hacerlo y entonces,
como Ismael, busca un camino hacia el mar; o, como Melville, se embarca en el océano de la literatura con la
monomaniática obsesión de hacerse de una gran novela, o de una gran ballena. Arturo.

Me paseó por Madrid como quien muestra su casa; lo que hubo, lo que hay, lo que habrá. Por las calles va saludando
como si fuera futbolista famoso o imagen habitual del "¡Hola!". Un taxista le comenta en español antiguo una de sus
novelas ("El maestro de esgrima") y Arturo le responde con hispánica vehemencia. Al final del trayecto le da una
propina espléndida y me comenta por lo bajo: a nuestros lectores tenemos que cuidarlos mucho. Buen consejo.

El trayecto al aeropuerto del DF fue algo así como el éxodo final. Tuve tiempo de sobra para perder el avión y apenas
pude tomar el siguiente y esto gracias a don Oscar, el raudo conductor del cochecito que transita hecho la mocha por
el pasillo del aeropuerto (de milagro no planchamos a un ciclista). Un acomedido guía me llevó al tapatío encuentro
con Arturo y me brindó una minuciosa y no solicitada visita al centro histórico de Guadalajara. Yo tenía que ir al
Paraninfo de la Universidad y mi guía preguntaba por el "parafino" y así nos fue. Cuando por fin avisté a Pérez-
Reverte, éste acusaba en el rostro las huellas del Xochimilcazo y los mezcalazos que la-tradicional-hospitalidad-
capitalina le había asestado la noche anterior. Todo en el ambiente (Charro Negro incluído) hacía pensar en el velorio
del Jamaicón Villegas. Puro territorio comanche. La buena fortuna y nuestro genético ímpetu pachanguero nos
permitieron sacar juventud de nuestro pasado y así, entre el público y los ocupantes de la mesa pudimos provocar un
amanecer tapatío que, como todo mundo sabe, es morenito y luminoso. Todo esto ocurría hacia la una de la tarde a
espaldas del Templo Expiatorio. Yo no podía saber que sobre mi vida gravitaba "el Parafino" y que éste me había
abandonado y se había llevado en su coche hasta mis más íntimas prendas (Victorino's Secret). De cómo unas
cuantas horas en Guadalajara bastaron para que yo me convirtiera en héroe de novela de Pérez-Reverte, lo contaré,
si me acompañan, el día de mañana.

w Arraso o Habrá Caos

En esencia, eso dijo Labastida ante nueve "organizaciones (auto)adheridas. Don Pancho: ¿es lo menos, lo menos?;
yo le suplicaría que no dijera cosas tan apocalípticas, porque nomás de oírlas, hasta se me espanta la leche. Además,
ahora que me acuerdo, creo, don Pancho, que al decir "habrá caos", está usted incurriendo en una grave confusión de
los tiempos verbales. ¿Nadie le ha avisado que llevamos ya dos décadas largas sumidos en ese caos
eufemísticamente apodado "la crisis"?; ¿ha leído usted con cuidado las cifras que indican el tamaño de nuestro
empobrecimiento en todos los ámbitos?; ¿será coherente y justo que nos mande sesgadamente el mensaje de que
usted no es como su padre político, benefactor y vivificador Ernesto Zedillo?. Sólo usted podría responder a estas
preguntas; yo me resigno a no entender nada de estas machincuepas. Lo que sí me consta como individuo y como
ciudadano es que el caos ya lleva un buen tiempo viviendo entre nosotros y empobreciendo mi vida, la de mis hijos y
la de millones de mexicanos a quienes les fue bastante peor que a mí con sus Fobaproazos, sus errores de diciembre
(que, como su nombre lo indica, han ocurrido en cualquier mes), sus narconegocios, sus promesas de bienestar y con
su intolerable e incontenible rapacidad. Así pues, don Pancho, yo le aconsejaría que buscara otra manera de
acalambrarnos, o de convencernos (quizá esto sea mucho pedir); pero, por respeto a nuestra lastimada memoria, no
nos venga con su historia del caos que se aproxima (aunque entiendo que su partido es tan sabio que siempre
encuentra la manera de empeorar cualquier desgracia: "para empeorar, ¡somos los mejores!"). El caos ya se
naturalizó mexicano y lo que queremos es expulsarlo. Ya una vez, con la amenaza de Chiapas pendiendo sobre
nuestra cabeza, nos vendieron la incumplida oferta de que votáramos por la paz. Creo que ya no queremos reincidir
en la torpeza y creo también que ya localizamos en su partido el peor foco de violencia en este país. No serán muchos
los que reincidirán. ¿Me entendió, señor Labastida, o vamos a Chalco y le enseño un croquis?.

Cualquier correspondencia con esta desenvainada columna, favor de dirigirla al correo electrónico
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Gaceta del ángel / Manual para civilizar a un señor de Cartagena II

Por

Germán Dehesa

(08-Jun-2000).-

El dinámico y espectacular "Parafino" me había dejado en la escalinata que contempla los arrebatos gótico-
jaliscienses del Templo Expiatorio y había desaparecido dejando el vago ofrecimiento de que volvería hacia la 1:30.
Faltaba media hora y un amable escuadrón comandado por el propio Pérez-Reverte, natural de Cartagena y el alférez
Alatriste, natural a secas, se ofrecieron a hacerme compañía. Hacia la 1:45, mis tropas ya se habían reducido a dos
recias mujeres tapatías. Todos hemos tenido en la vida un instante de extrañamiento metafísico que nos mueve a
preguntarnos: ¿qué demonios hago yo aquí?. En espera del "Parafino" y varado en la tapatía calle de López Cotilla,
viví intensamente uno de esos momentos; con flebe voz externé mi deseo de treparme a la torre gótica y aventarme
envuelto en la bandera de los Pumas. Para bien de todos, llegó la noticia: el veleidoso "Parafino" había dejado mis
triques en el hotel y habíase evaporado sin dejar rastro. Traslado al hotel. Plática nutrida con representantes de los
sectores tapatíos: ellos, como todos, ya no entienden nada, no saben quién va a ganar, pero tienen plena confianza
en un 3 de julio terso y vivible. Todo indica que en Jalisco ganará Fox quien es, por lo pronto, el gran tema de
conversación. Para averiguar estas cosas es para lo que sirve pasarse hora y media sentado en la banqueta
esperando al multimencionado personaje.

Si la mañana estuvo ruda; la tarde resultó aún más ajetreada. Había una "rueda de prensa" y una presentación en
sociedad de "La carta esférica". El encuentro con la prensa me dejó la impresión de que en Guadalajara y en todo el
país, la prensa cultural está en un nivel entre tristón y pavoroso. Más animada estuvo la presentación; Arturo que es
hoy el autor en español más leído del mundo hizo gala de casta y de buena disposición y pudo cumplir con galanura
una de las tareas que menos le agradan: hablar de libros suyos que ya quedaron en el desván de su memoria. La
ginebra azul, la mágica y tutelar presencia de Maricarmen Canales, la cercanía de Trino Padilla y la buena disposición
del público fueron de mucha ayuda para surcar las cambiantes aguas del novelado mar y de ese otro mar que es la
mujer (tienen más arrecifes que qué). De pronto, ya había entrado la noche y allá en Guadalajara se sentía como una
absolución. Fresca, limpia, tierna era la noche allá. Hoy he vuelto, pero me he traído ese limonado aroma y, como un
especial regalo de Arturo Pérez-Reverte, he traído la certeza de que, como ocurre en la novela, en alguna bahía de
nuestra memoria personal o colectiva hay un galeón hundido que conserva un tesoro; nuestra obligación será
rescatarlo con toda bravura y con toda inteligencia. Es eso, o seguir siendo los inútiles mártires de la amnesia y de los
incontables bribones que la patrocinan. ¿No es así, lector?; ¿no es así, Arturo?.

Señor Anónimo

Borges y Machado coinciden en que un poeta no puede aspirar a mayor gloria que la anonimia; es decir, a que sus
versos expresen tan rotundamente el sentir de todos, que el nombre del autor quede olvidado en favor de esas
palabras que todos consideran suyas. Totalmente de acuerdo. Me preocupan más esos autores que ya nacen
anónimos y que emplean tal dignidad para no responsabilizarse de las calumnias, las imbecilidades y las "candentes
revelaciones" que publican. Todo hace pensar que a la hora de estampar su firma tienen, ellos sí, disfunción eréctil, en
la pluma, en la mano y en el rudimental cerebro. Sienten, por ejemplo, que van a lograr que retiemble en su centro la
tierra si publican una amañada lista de las empresas, los grupos, los periodistas y los intelectuales y artistas que
apoyan al PAN para los próximos comicios (de una vez y ya en plan de revelar misterios hubiera usted, señor
anónimo, publicado una lista similar de los que apoyan al PRI debidamente acompañada de la ennumeración de las
preferencias sexuales de todos los candidatos del resplandeciente partido; digo, si ya escogió usted ser anónimo,
aproveche la oferta). El listado es, ya se imaginarán, lo suficientemente calumnioso y avieso como para que lo
publique un periódico muriente que sólo florece a la lux del sistema (son vaciados: hablan de esta porquería anónima
y dicen: "el documento") y para que lo comente un gris entenado de Gamboa Patrón. Lo más patético de todo es el
aire de escándalo del que se quiere revestir. Supongamos sin conceder; si una empresa o un ciudadano quieren
apoyar a un candidato ¿cuál es el problema?, ¿quién lo prohibe?. Como verán, también hay Chalcos metafísicos e
impresos. Dejemos a los anónimos que se lean entre sí, pero percibamos el nivel deplorable en el que se halla la
contienda política más importante de las últimas décadas. ¿Así van a estar?; ¿éste es el poder que sirve a la gente?.
Bueeeno.

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Gaceta del Angel / La Maquinota

Por

Germán Dehesa
(09-Jun-2000).-

El Candidato estaba triste, estaba asustado, no hallaba sosiego. La llegada del hombre blanco, alto y embigotado lo
había puesto así; intranquilo estaba su corazón que hacía ruido como sonaja llena de preciosos chalchihuites.
Acercóse entonces al consejo de los ancianos y éstos deliberaron entre sí, palabras de sabiduría entrecruzaron,
muchas cosas se dijeron. Después de mucho deliberar, decidieron descorrer el velo de su misterio, abrir un poquito su
corazón y enviaron a Bartlettíhuitl, el de la congelada sonrisa, para que le diera tranquilidad y fortaleza al pretlatoani. Y
díjole: mucho has padecido, pequeño mío, muchas y muy rigurosas pruebas te ha puesto el señor del cerca y del
junto; pero el tiempo ha llegado de que termine ya tu inquietud, tu chincual, tu ansiedad; quita de tu memoria esos
recuerdos de los debates que te son pestíferos como Chalco; vengo a decirte que, no por tus merecimientos
personales, sino por voluntad del misterio; tu destino ya está escrito y éste no será como el de esos aguiluchos
llamados "América" que clavaron el pico, con honor pero lo clavaron, en la meritita orilla. No. Te lo diré para que tu
corazón se regocije con sonoros cascabeles: el trono será tuyo, no dudes, no desconfíes, no seas sacatón; no
terminará contigo la fiera estirpe de caballeros mapache que se ha enseñoreado en el Anáhuac; ni que estuviéramos
orates, ni que fuéramos niños de pre-calmecac que nos dejáramos arrebatar nuestro puñalito de obsidiana. Tranquilo,
Panchotl, tranquilo. Ahora conocerás un poquito el misterio: sábete que nosotros tenemos una grande máquina que
arroja fuego, que reparte unos como caballos de hierro llamados vírulas, que regala grandes sacos de mortero, que
administra el Procampotl y el Progresha que sirven para doblegar voluntades, para torcer intenciones y para
acarrearnos favores; sábete también que la ira, el miedo y el desmadritzin han estado siempre de nuestra parte y
están en el centro mismo de la maquinota que todo lo aplana, todo lo allana y no hay camino, aunque sea de cuota,
que no enderece en nuestro favor. Tú verás la gran angustia, el terror y la desesperación de los macehuales y de los
pochtecas cuando vean que del gran Teocalli surge la maquinota que irá por todos los rumbos pregonando las glorias
de Panchotl y de los caballeros mapache. No es bueno que, por lo pronto, sepas más; tú sigue bailando, aléjate de
Moctezuma, desconfía de Cuauhtémoc y procura que cuando alguien vea tu rostro de muchos colores, sienta pánico,
sienta veneración, sepa que tú sólo tú serás el Tlatoani.

Esto se dijo en el oscuro silencio de las cámaras reales. Afuera el pueblo ya se lo imaginaba y decía: ¡akelá!, pues
éstos qué dijeron: el pueblo es aguacate y me lo embarro en mi telera. Fíjense que no. Ni que estuviéramos
chimuelos. Ya el miedo no se extiende por Tenochtitlan; ya no les creemos nada; caerán ellos, pero no nuestros
muertos, ni nuestros hijos. Llegó la hora de recuperar la grandeza. Si somos capaces de desmantelar un automóvil, de
desaparecer desde un helicóptero hasta una línea aérea completa, una maquinota cuantimás. Animo, tenochcas, llegó
la hora de combatir con florida inteligencia y fortalecido corazón.

Chalco Agradecido

Zedillo, de magnífico humor en el avión que lo transportaba a Nueva York, comentó que había ido a Chalco tarde y de
pasadita para no pecar de "populismo"; ya envuelado (nunca mejor usado el término) dijo que lo de Chalco era una
"catástrofe natural" (¿será natural construír mal un mal canal de drenaje a cielo abierto?) y que él no era tan autoritario
como para ordenarle a la lluvia que no cayera (muero tranquilo sabiendo que el humor mexicano queda en magníficas
manos). Santas palabras.

Nosotros por acá, seguimos dándole al populismo y agradeciendo profundamente toda la ayuda que a esta oficina
(Parque del Conde #24; Colonia San José Insurgentes; 03900 México D.F.) ha traído la nutrida y enjundiosa fundación
"Nosotros" (tú, él y yo). Tal ayuda llegará pronta y oportunamente a buenas manos. Ya en plan de agradecer, creo que
es hora de que nosotros que tan puntualmente denunciamos la ominosa presencia del Ejército aquí y allá,
manifestemos nuestra entera gratitud por esos soldados que acudieron, como la sangre a la herida, a la desgracia de
Chalco y ahí han estado trabajando con y para la gente día y noche. Créanme que un trabajo así es muy cercano a la
pesadilla. Si hoy Chalco va retomando su ser y su paso, en mucho se lo debe a la admirable tarea de civiles y
soldados; mexicanos todos.
Envío

Tres destinatarios tiene esta columna: Denise Dresser (mi premio de periodismo particular y experta en maquinotas);
Guillermo Sheridan, inspirador de mis arrebatos prehispánicos y Javier Jiménez Espriú, justamente premiado y
coautor de la resurrección de mis Pumas que planchan sudafricanos.

¡Hoy!

Toca.

Cualquier correspondencia con esta columna en forma de códice, favor de dirigirla a gdehesa@infosel.net.mx o al
Apartado Postal 19-111, Delegación Benito Juárez, México D.F.

Gaceta del ángel / En voz alta

Por

Germán Dehesa

(12-Jun-2000).-

Deduzco que Dios ha de ser muy sabio y por eso decidió descansar en sábado...me consta que no es fácil trabajar,
pensar, urdir, crear en un día tan fatigado...y si fuera un sábado cualquiera, pero éste en particular (10 de junio; día de
los Halcones invictos e impunes) salió cuchísimo; todo está gris y lloviznado...parecería que todos los afanes y
congojas de la semana se empozasen en esta hora descolorida y demasiado vespertina para ser mañana...el
panshock financiero organizado por Panchocaos (el Súper Agente 2000); la liberación de los "presos políticos"
(invadir, robar, destruir, amenazar y golpear son, sin duda, "delitos de conciencia") quienes ya declararon que vienen
por la revancha; los maestros de la CNTE que ya vinieron, ya se fueron, aunque nadie sabe qué obtuvieron (un
maestro en Chalco obtiene alrededor de $1,300 al mes. Quizá les sirva de consuelo saber que ni a la mismísima
maestra Carabias quisieron subirle el sueldo); la circulación de un inspirado panfleto supuestamente antifoxista cuyo
autor, en un acto de modestia que lo honra, no quiso firmar; el inverosímil y creciente enredo de las cajas de ahorros
del Santo JOV; el ridículo y ominoso citatorio a Sergio Sarmiento; la auditoría en Zapopan que ya se convirtió en una
versión terrestre de la Isla del Tesoro; Zedillo volando en el Cantoya III rumbo a Nueva York cargado de cerveza
Victoria y de salero y buen humor; el implacable horror de ver ahogarse a dos mexicanos ante una asamblea
binacional de imbéciles incapaces de la menor compasión y de la menor valentía; la consternante defensa de éstos
por cuenta de Alejandro Carillo Castro...con razón el sábado llega tan aposhcaguado y encuentra a los redactores
incapaces de juntar una palabra con otra...en mi ayuda viene el Capitán Bucles que, sabedor de que hoy sábado en la
tarde iré a Chalco, me hace un sustancioso donativo de juguetes y me anuncia su irrevocable decisión de consagrar
su vida adulta a la elaboración de "millones de ladrillos" que luego, con certera visión empresarial y comercial
heredada de su padre, venderá gratis para que a todos les alcance para hacer su casa; con todo, el proyecto del
Bucles es más viable que el de un primo suyo que ya anunció que, a beneficio de los damnificados, se dedicará a
practicar "deportes extremos" (podría comenzar con ciclismo en el periférico)...el cielo sigue cenizo como ala de
chanate y, por si algo me faltara, una méndiga mosca ha decidido solidarizarse con Aeroméxico y permanecer inmóvil
en mi calva (obituario: participo con relativa pena que la mosca llamada Mary Fly acaba de ser enviada al inframundo
de las moscas aztecas)... en fin, no me hagan mucho caso; todo lo que han leído no pasan de ser grises divagaciones
en voz alta de un sábado que dista infinitamente de un viernes que ocurrió hace mucho tiempo y de un lunes cuyas
costas aún no se perfilan... como diría Manuel Camacho: I will survive (aijoup).

Chalco para Principiantes

Casi dos horas tardamos en llegar. Un camión de mudanzas cargado de la ayuda que ustedes y el Bucles depositaron
en mis manos; un auto de la SEDENA que hizo el enlace con un albergue comunitario y en otro auto la Rubia
Misteriosa, Pancho el piloto infernal y su Charro Negro. Hubiera sido más fácil ir a Tapachula. Más fácil pero menos
aleccionador y gratificante. Cuando llegamos, Chalco era ya casi Chalco de nuevo. 1500 soldados y los lugareños han
hecho en unos cuantos días de trabajo ordenado y macizo una labor prodigiosa. El albergue es limpio, organizado y
confortable. Hay camas limpias y perfectamente distribuídas; cocinas higiénicas, servicios sanitarios y atención
médica y odontológica de primera. Son más de doscientos damnificados los que ahí son atendidos (las casas
inhabilitadas son más de mil). Hombres, mujeres y niños que conservan en el rostro la desolación, aunque ya
despunta alguna sonrisa. ¡Oiga, periodista, dígale al gobierno que nos quedamos sin casa!, ¡dígale que manden lana!,
¡dígale que no tenemos camas!... ¿Qué pensarán estos cuates?, han de creer que yo llego a los Pinos, abro las
oficinas de Zedillo y pego el grito: ¡oye, Neto, dice Juventino el de Chalco que mandes camas a la voz de újale!. ¿Y si
pensamos en la manera de ayudarnos entre nosotros? les propongo a las fuerzas húmedas. Bueno, me dice uno, pero
usted le atora. En eso quedamos (ojalá y ustedes también le atoren para que los ayudemos a ayudarse). Ya
quedamos de hacer un pachangón con todo y las milicias femeninas (hay unas soldaditas bien guapas) y masculinas.
Agua, cobijas, ropas, juguetes y medicinas. Eso llevamos y eso repartimos. Hacen falta sustancias e instrumentos de
aseo para restaurar el interior de las casas. Es cosa de hacer otro viaje. Que se quede con ustedes la sonrisa de un
niño con un juguete nuevo, o la de una señora encantada con su chaleco muy abrigador. Estos proyectos donde todos
ganan, militares, civiles, pobladores, son chulos como atardecer tropical.

La Marcha

Lleno de ímpetus periodísticos y habiéndome levantado al alba para ver el partido tipo Lepanto que los italianos
mañosamente le ganaron a los turcos, me lancé al Monumento Alvaro Obregón a ver cómo estaba lo de la marcha de
Vicente Fox. Tómese en cuenta que eran las nueve de la mañana de un domingo capitalino. Yo pensé que no iba a
haber nadie y que Fox y yo podríamos sentarnos tranquilamente en una banca a platicar de esos jodidos que tanto
espantan a los que coadyuvaron a su fabricación. Error: había lo que en chino mandarín se dice un shin-go de
jubilosos meshicas y pasaron tantas y tan coloridas cosas que tendrán que ser materia de otra columna. Buena
semana, lectora lector querido.

Cualquier correspondencia con esta columna vagarosamente gris, favor de dirigirla

a gdehesa@infosel.net.mx

o al Apartado Postal 19-111, Delegación Benito Juárez,

México D.F.

Gaceta del Angel / La Marcha II

Por

Germán Dehesa
(13-Jun-2000).-

Hay dos acontecimientos que quiero reseñar: el primero es una comida en "Reforma" con Cuauhtémoc Cárdenas. Los
ahí presentes (ni modo que los ausentes) le preguntaron al Candidato del PRD sobre muy diversas materias. Yo, por
razones que luego se entenderán, hubiera preferido no hablar, pero de pronto ya tenía el micrófono a ras de labio y
así dije: Ingeniero Cárdenas, usted ha dicho que el proyecto de cambio que propone Fox no convence a los
mexicanos; yo diría que hay también millones de mexicanos que no se sienten convencidos por el proyecto de
Cárdenas; pero creo que ésta no es la materia importante; de lo que hoy estamos hablando es de si queremos o no
que el PRI siga en Los Pinos; sé bien que esto no nos llevará automáticamente al México que queremos; se trata de
algo más simple: salir del México que no queremos; si para lograr esto, es necesario que confluyan dos fuerzas
políticas de oposición y que lo hagan sin menoscabo de los principios de cada una de ellas, no veo por qué en México
no se da una confluencia que es tan común en todas las democracias del mundo. Este fue mi planteamiento y en
respuesta recibí palabras serenas, respetuosas y evasivas. Mientras oía esto, mi imaginación fabricó una escena: en
algún día de julio, C. Cárdenas le levanta el brazo a Labastida. Me pareció una imagen indigna de México, indigna de
Cárdenas e inmerecida para su gente y para los que hemos votado por él en tres ocasiones.

Tres días después, me hice presente en el Monumento a Alvaro Obregón de tan infausta memoria para mí (en mi
infancia me horrorizaba que me llevaran a ver la mano del caudillo que mimaba un incipiente caracolito, pero además
me conseguí un principio de peritonitis al arrojarme 100 veces por las marmóreas resbaladillas mientras mi nana
andaba de franjolina comiendo elotes con los paseantes). Era el arranque de la marcha de Vicente Fox. En el estrado
Creel, Bravo Mena, el guapachoso Muñoz Ledo y otras personalidades panistas esperaban al candidato. Por
entretenerse en algo, solicitaron mi presencia y mi palabra. Como mi fuerte no es el silencio, pues me aventé y así
dije: vengo aquí en calidad de testigo y a decirles que ya era hora de que este país se echara a caminar. Me felicito y
los felicito. ¿Cuántos vinieron acarreados? (la multitud: ¡NINGUNOOO!); eso todavía me parece mejor. Yo los
acompaño. Un joven poeta asesinado dijo: "¡Levántate!/ Vamos Patria a caminar/ yo te acompaño." Dicho esto,
abandoné el estrado porque pensé: me van a pedir "La barca de Güaymas" y no me acuerdo bien. Ya en el asfalto, oí
tres señalamientos: a) ¡Qué bueno que ya no es usted perredista!, me dijo una señora; nunca he estado en ningún
partido, le dije, pero me reservo mi derecho a votar por muchos perredistas decentes que conozco; b) ¡Qué bueno que
ya no es usted priísta!, me dijo una señora con aire de Madame Curie; respondí con un perplejo monosílabo:
¿¿¿yooo???; c) ¡Qué bueno que ya es usted panista!, me dijo uno de los miles de jóvenes que por ahí andaban;
respondí: apenas tengo tiempo para intentar ser yo mismo y para oír a la gente. Mi único partido y mi única urgencia
es que salgamos en paz de tanto horror. Dicho esto, llegó Fox y la festiva y tumultuosa caminata arrancó rumbo al
Angel. Aquí seguimos buscando la ruta de escape. La encontraremos.

Los Malandrines

HIPOTESIS DE TRABAJO: Los salvadores de pueblos, los padrecitos de la Patria y los líderes de opinión son
artilugios más descontinuados que los automóviles Studebaker. Los mandarines ya se pudrieron. Tengo la
emocionante sensación de que el pueblo, harto de la minuciosa falibilidad de sus guías, ha decidido guiarse por su
cuenta y, en un acto de generosidad histórica que mucho lo honra, ha decidido también conducir a sus conductores.
Todo esto no es verdad universal, sino percepción individual. Voy y vengo por todo el país y me encuentro a
muchísimos mexicanos que ya saben con justeza lo que no quieren y lo que en verdad quieren; saben también que no
será fácil ni rápido obtener eso que quieren, pero están alegremente dispuestos a caminar el emocionante trecho que
nos ha tocado. Así las cosas, ¿qué le piden a sus candidatos? Solicitan unas cuantas cosas muy elementales: que no
estorben, que no roben, que no mientan, que sepan escuchar lo que la gente manda; que amen a México con pasión y
compasión; que no le hagan al mártir del Calvario y que si sufren mucho en sus tareas, mejor se dediquen al
macramé; que sean firmes pero no braveros; que sean felices y que se les note; que organicen lo grande y lo
pequeño; que sean puentes entre la mayoría y esas minorías que todas juntas son mayoría; que nos informen con
verdad y oportunidad; que en lugar de mandar aprendan a obedecer; que mueran los caudillos y que nazcan los
organizadores de la vida democrática. Los mandarines intelectuales y políticos ya andan encuerados y sus miserias
dan risa. ¿Qué otros modelitos hay?.
Envío

Para A. Carrillo Castro que entiende mis argumentos como yo trato de entender los suyos. Nuestra tarea es común: ni
un ahogado más, ni un asesinado, ni un vejado. Así sea.

Cualquier correspondencia con esta columna que recibe marchas, favor de dirigirla a gdehesa@infosel.net.mx o al
Apartado Postal 19-111, Delegación Benito Juárez, México D.F

Gaceta del Angel / Trapitos al sol

Por

Germán Dehesa

(14-Jun-2000).-

Si ya se trata de perder toda compostura y de, como es costumbre, hacer privado todo lo público y de ventilar en
público todo lo que tendría que mantenerse en el respetable territorio de lo privado; si ya se trata de eso, yo también
tengo picantes revelaciones que hacer. Voy. ¿Sabía usted que Francisco Labastida, tan decente como se ve, tiene un
hermano que es excelente poeta, claro pensador y valioso prosista?, se llama Jaime y algunas veces nos ha tocado
compartir la mesa en esas meshicas y ociosas ceremonias que organizamos para presentar un libro; a mí me
horroriza que lleve su breve alegato totalmente escrito y cuidadosamente redactado; a él le horroriza que yo me
aviente en brazos de las musas y diga sin más lo que mi pecho siente. Lo bueno es que a ambos nos da mucha risa
nuestro mutuo horror. ¿Sabía usted que Cuauhtémoc Cárdenas tiene una cuñada que también está en el Fobaproa
literario y que además de talentosa es tan guapa, tan sobria, tan airosa como su hermana Celeste?; ¿a que no sabían
que el sector femenino de la familia Fox está constituido por un aguerrido batallón de señoras trabajadoras, simpáticas
y, como me consta, respondonas? (en cierta ocasión, alguna barrabasada dije de la familia y una tía me respondió
veloz y letal cual microbús. Tan mal acabaron las cosas, que ahora estoy invitado a comer y a padecer las glorias de
la vida campirana). Estas y muchas otras cosas terribles sé acerca de la vida privada de los candidatos y de los
políticos (un ejemplo: el Góber de Jalisco lleva años fingiendo demencia y negándose a invitarme un café; ya le
mandé decir que yo pago y que nuncamente permitiría que él disparara). Consideré que era mi obligación moral
revelarlas (y firmarlas), porque, como ya habrán percibido, ha comenzado la lluvia de lodo y los anónimos infamantes
y los documentos hechizos pueden (dudo que lo logren) enturbiar un proceso electoral que tiene que ser la fiesta de
todos los mexicanos y no las patéticas luchas en lodo que algunos quieren organizar. Digo.

Días de Radio

Al programa radiofónico que intento conducir, acudió como invitada Tere Vale. Su visita me sirvió para comprobar la
buena inteligencia política y el humor de la candidata del PCD y para confirmar el ánimo rijoso e irracional de la
ciudadanía. Entraron muchos telefonemas que podrían haber sido empleados para conocer más y mejor la oferta
política del PCD y de la propia Tere. No fue así. Casi todos los mensajes proponían la heroica defensa de Andrés
Manuel (que ni la pidió, ni la necesita) y la ejecución sumaria de Tere Vale. De pasada, yo también salí al baile, pues
un señor "que se pone a mis órdenes" (¿como para qué?) me demostró de modo irrefutable que soy maricón. Salvo
por su falsedad, la acusación no me ofende en absoluto; lo que me crea problemas es pensar que milito en el mismo
género que ese señor que me llamó; si así fuera todo el sector masculino; la verdad, preferiría ser Tere Vale. Vuelvo a
lo de siempre: no podemos olvidar que el 3 de julio volveremos a estar todos juntos; si esto es así, ¿para qué
injuriarnos, calumniarnos y escarnecernos?. No son modos.

Monsiváis Contra Castañeda

Una estimada (y leída) colega me llama para hacerme varias preguntas. A falta de grabadora, reproduzco de memoria
dos: ¿qué opina usted de que Vicente Fox haya dicho que Monsiváis ni es intelectual, ni es inteligente?. Respuesta: si
dijo eso, no definió a Monsiváis, sino a sí mismo. ¿Qué opina usted de la polémica entre Jorge G. Castañeda y Carlos
Monsiváis?. Respuesta: no tengo nada que opinar; me encantan las polémicas inteligentes y, en este caso, ni siquiera
es muy justo hablar de polémica, sino de la higiénica y articulada exposición de ideas y puntos de vista que, al ser tan
lúcidamente expuestos, resultan parejamente útiles y esclarecedores; ahora, si de lo que se trata es de canonizar a
Monsi y/o de quemar en leña verde a Castañeda, no cuenten conmigo. Los dos son inteligentes y maduros; se
defienden solos. Monsiváis, ya se sabe, es mi Chanoc, pero Castañeda tiene una inteligencia fina y valiente; entonces,
si de lo que se trata es de organizar un auto de fe con alguno de ellos, yo pido que me lleven también a la hoguera.
México necesita que sus inteligencias se confronten; las unanimidades y los apoyos irrestrictos son la abdicación de la
neurona y esto es precisamente lo que ya no queremos.

"Os Lusíadas"

Portugal traza un arco que va de la bravura de Cam"ens (indomable autor de la hazañosa gesta nombrada "Os
Lusíadas"), pasa por la exquisitez de Eca de Queiros, se vuelve arco iris melancólico en la variada saudade de
Pessoa y se cierra tocándonos el corazón y la inteligencia con las humanísimas verdades de Saramago y Lobo
Antúnes. Todo esto fui paladeando como si fuera una copa de finísimo Oporto (vino exquisito secuestrado por los
ingleses) mientras veía al equipo de Portugal que le cantaba un inesperado y letal fado a los de Inglaterra. Esta
ganaba 2-0; los lusitanos se pusieron a la faena y con tranquila contundencia le acomodaron tres poemas mortuorios
(tres goles) a los piratas. Perderse un partido de éstos es perder una deleitosa obra de arte y una cumplida venganza
histórica.

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Postal 19-111, Delegación Benito Juárez, México, DF

Gaceta del ángel / Luces y sombras de la cultura

Por

Germán Dehesa

(15-Jun-2000).-

Becqueriana: ¿Qué es cultura?... ¿Y tú me lo preguntas?... Cultura eres tú. Serio; tú, él, nosotros somos
simultáneamente depositarios y creadores de cultura. Lo que sucede es que el concepto ha sido secuestrado por unos
cuantos mandarines malandrines que, invocando algún derecho divino o amparándose en un hemiciclo virtual, se han
dedicado a convencernos de que ellos son los dueños únicos de la parcela cultural; por lo tanto, la misión de la
perrada (nosotros) es admirarlos, becarlos, aplaudirlos, jamás contradecirlos (se tensan) y, llegado el doloroso
momento, enterrarlos en alguna ilustre rotonda. ¡Háganme el C. favor!; pero volvemos a lo mismo: no tiene la culpa el
Indio, sino el que ve sus películas. Por pura flojera, por tropical desidia hemos aceptado que sólo piensen los
intelectuales, que sólo los becarios de Conaculta aspiren a la belleza y que, en general, la cultura quede en las
exclusivas y alabastrinas manos de los que, tras engorrosos y a veces inconfesables trámites, han conseguido su
licencia de "cultos". No estoy de acuerdo; también el tambor es tropa, también la cola es burro y también el cabús es
tren. Un veloz ejemplo: Doña Lucía (a) Charito Granados es mi pedicurista y gracias a su cultivada ciencia, yo puedo
caminar por el mundo sin sentirme perico en alfombra; pero además, Doña Lucía pertenece a una familia con larga
tradición floricultora. ¿Usted cree, Doña Lucía, que en mis dos metros cuadrados de jardín podríamos sembrar unos
rosales?, le pregunté hace unos dos años. Yo digo que sí, me dijo, es cosa de consentirlas porque las rosas son muy
malcriadas. No hay peor lucha que la de Hitler, le dije y pa'pronto. Hoy las rosas de mi nanojardín son magisterio
purpúreo a la belleza y amago de la humana arquitectura. Pregunta: ¿Doña Lucía y su Charro Negro son parte o no
de la gentil cultura?. Yo digo que todo lo que hagamos con nuestras manos y con nuestra imaginación en favor del
cultivo del jardín que nos fue asignado merece el nombre de cultura. Por esto me pareció sensata y apropiada la
propuesta cultural de Vicente Fox. La presentó hoy miércoles 14 en el consternante y cavernoso Colyflorum. Nombro
algunos puntos que me parecieron dignos de consideración: cero censura; aceptación plena de la minifalda
(datsmaiboi!); respeto absoluto a la libertad intelectual y artística; revitalización de los espacios (museos, bibliotecas y
plazas) de la cultura y de la recreación (que también es cultura); fomento intensivo de la lectura; ciudadanización de
una suerte de consejo (o instituto, o secretaría) de la cultura; recuperación de nuestra voluntad de belleza (que por
fuerza pasa por la verdad y por la democracia); desaparición del Estado como ogro filantrópico y la sustitución de éste
por un organismo patrocinador de la industria cultural que, en el caso de México, tiene un potencial inmenso, no tan
sólo por lo que hicieron nuestros ancestros, sino por lo que hoy podemos hacer. Esta propuesta, como la de los otros
candidatos, puede quedarse en un mero listado de ofertas electorales. También puede ser, si la comunidad por fin se
anima a aceptar que la verdad y la belleza no pueden sernos ajenas, un punto de arranque para el bien estar de los
mexicanos. Créanme: todo lo que hagamos por ser más libres, más felices y más humanos merece el nombre de
cultura. O sea.

La Oscura Barbarie

Yo estaba ahí. No me lo contaron. La maquinota modelo T puede ser patética. Fox hablaba a la comunidad intelectual
y mientras esto sucedía, por todas partes se oía un rumor incesante y molesto. No bien había terminado el Candidato
su exposición, los rumorosos se hicieron presentes: eran un grupo de jóvenes con playera azul que gritaban: ¡Fox!,
¡juventud!, mientras desplegaban una bandera norteamericana. Reventadores juveniles. No tengo la menor prueba de
que así sea, pero podrían ser sicarios del nunca bien infamado M. A. Yunes, el memorable coordinador de aquel
grupo de travestí que, allá en Veracruz, se arrojó a los brazos de C. Cárdenas. Si éstos son los recursos de la
maquinota, para mí tengo que está a punto de desbielarse. Supongo que el atropello proseguirá y arreciará. Mis
corresponsales me cuentan de los $300.00 que se ofrecen por una credencial de elector; de los rumores que se
esparcen para controlar el voto y para sesgarlo a favor de la cadavérica inmovilidad. Ese es su tristísimo pri-vilegio; el
nuestro es votar con libertad y con apetito de futuro. Es que la oposición me produce desconfianza e inseguridad, me
dicen. Pregunta: ¿tu situación actual y la manipulación de tu conciencia te producen confianza y admiración por ti
mismo?. ¿Cómo la van viendo?.

El Oso y el Madroño

El oso lo hicieron los españoles al vencerse a lo tarugo con los empecinados vikingos noruegos; el madroño se lo
proporcionaron mutuamente eslovenios y yugoslavos al empatar en el marcador y en el número de mulazos que se
acomodaron. Vinieron luego los italianos y, como yo le había apostado a Bélgica, le zamborujaron dos goles a las
huestes francoflamencas. Confirmado: no doy una.

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Gaceta del Angel / Vuelo de noche


Por

Germán Dehesa

(16-Jun-2000).-

...en un avión azul. Antoine-Marie-Roger de Saint-Exupéry nació el 29 de julio de 1900 y murió (o se le dio por muerto)
el 31 de julio de 1944 (como yo tenía 30 días de nacido, nada pude hacer). Su avión se perdió en la noche. Me
cuentan que era alto, afable y narizón (sus amigos le decían "pica-la-luna", pues cuando alzaba la cabeza, daba la
impresión de estarle haciendo a la luna cosquillas en el ombligo). El se perdió en la tiniebla de la guerra, pero nos dejó
sus memorias, "Tierra de hombres", "Vuelo de noche", "Ciudadela" y sobre todo, sometió a nuestro escrutinio "El
principito" (según Heidegger, el libro más admirable y rescatable de nuestra época). Si nos invitamos un café, lectora
lector querido, muchas y muy sabrosas impresiones podríamos cambiar sobre Saint-Exupéry y sobre "El principito".
Hoy (¡hoy!) sólo quiero invitarte a que caigamos juntos en la cuenta de que a todos, disfrazado de hijo, hermano,
sobrino, nieto o niño de la calle, nos ha visitado el Principito. Por mi vida han desfilado, cual manifestación perredista o
jubilosa marcha panista, muchos principitos y princesitas. Siempre me están pidiendo que les dibuje un borrego, o que
hablemos con la zorra, o que visitemos el inagotable sistema planetario de la imaginación. En el principio (en el
principito), estuvo mi hermano que se llamaba Angel y ahora, en mi cordial otoño, está el Capitán Bucles que se llama
Andrés, traficante de ladrillos gratuitos, apacentador de estrellas y, de un tiempo a esta parte, sorprendido fabricante
de aviones de papel. Ni para él, ni para los candidatos, esta semana ha resultado fácil. Dejemos a un lado a los
candidatos (éste es un sano consejo que tú puedes seguir) y concentrémonos en el Bucles; el misterioso azar ha
decidido imponerle en un perentorio plazo de 72 horas el cumpleaños de su azulabuela (ya en olor y sabor de
santidad) y, por si esto fuera poco, avanza rugiente el lactante Día del Padre que, en el caso del Bucles que sabe de
la activa militancia de su padre en el club de Scrooge, transfiere sus privilegios a su Dinoabuelo. Ambos (no sé si para
bien) aman mucho al enrulado principito y como éste lo sabe, ha caído en la náusea metafísica provocada por el
deseo de darles un regalo. Tras mucho pensar, ha llegado a la nada fácil conclusión de que mujeres y hombres no
son iguales (y como diría mi maestro OíGorman: ¡Viva la diferencia!). Establecido esto, meditó largamente (diez
minutos) y decidió que a su abuela le correspondía un movido cuadro no figurativo que anda entre Joan Miró y
colorida mancha de humedad. El autor quedó muy satisfecho con su obra (ya lo dije: todos somos cultura) y, acto
seguido, se lanzó con toda intrepidez a imaginar el regalo para su abuelo. El resultado es asombroso. Es un navío,
navío cargado deà Es decir, se trata de un aerodinámico avioncito de color azul, pintado a mano, realizado en papel
de reuso y que viene tripulado por dos imágenes autoadheribles: un tigre adulto que protege a un tigre diminuto y
sonriente. Como no tiene broncas laborales, el avión ya está en vuelo y quiero (necesito) creer que a todos nos
conduce a un planeta, a un universo más justo y más bello. El avioncito azul que despedaza la noche.

Fe de Erratas

¡Qué semana llevo!. Si un ser humano promedio tiene derecho a cometer dos estupideces diarias, creo que yo ya
cubrí hasta el 2040. Por ser dolorosamente públicas, intento rectificar dos: el partido de la frutal Tere Vale es el de la
Democracia Social y no el que yo nombré en un acto de colapso neuronal. Incurrí también en el delito de ligereza y
falta de precisión cuando hablé de la democratización de la cultura como un hecho por venir, cuando, a mí mejor que
a nadie, le consta el largo y sostenido esfuerzo de Alejandro Aura y muchos otros mexicanos buenos que, con o sin
militancia partidista, han dedicado alegre y apasionadamente su tiempo a provocar el reencuentro de los mexicanos
con su cultura, con los libros y con la belleza. Perdón. Como decía mi abuela: el trabajo es hacer la primera babosada,
ya luego la mazorca se desgrana solita. Omaigod!.
Hay Muchos Ojos

Tal parece que fuera una consigna. Voy de noticiero en noticiero y todos los "comunicadores" nos dicen lo mismo: hay
muchos ojos sobre México como para que pudiera orquestarse un megafraude. Mientras esto pasa, voy por el
Periférico y mis ojos atestiguan cómo, en cuestión de horas, desaparece la propaganda panista y todo se convierte en
un kafkiano delirio: Labastida/Silva-Herzog/Labastida/Silva-Herzog; en algunos sitios de taxis, los choferes me
cuentan que el "líder" les retira su permiso en el entendido de que se los devolverá cuando voten por el PRI. Pregunta:
¿cuántos minifraudes hay que juntar para crear un megafraude? Respuesta: si estamos hablando de una elección que
se va a decidir por tres o cuatro puntos, no hacen falta muchos. De acuerdo, hay muchos ojos sobre México; pero
también hay muchos ojeis. ¿No es cierto?.

Borges no Debió de Morir

Y sin embargo, murió el 14 de junio de 1986. Dos cosas dijo que ahora quiero recordar: "Bendito sea el amor/donde
ambos se entregan/y ninguno es el poseedor." "Todo hombre que abraza a una mujer inaugura el Paraíso." Hoy
(¡hoy!) toca.

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Gaceta del Angel / Con los ojos abiertos

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Germán Dehesa

(19-Jun-2000).-

Las elecciones del 2 de julio del 2000 resultan excepcionales por muchas razones. Si dejamos a un lado la fallida,
turbulenta y trampeada elección del 88, hoy, por primera vez en los 56 años de vida que ya habré cumplido el
domingo electoral (¡ojo!, no vaya a ser que por estar baboseando, olviden el magno cumpleaños y el regio regalo),
resulta posible un cambio en la Jefatura del Ejecutivo Federal y partidote y maquinota que lo acompañan. Estas dos
últimas y fantasmagóricas presencias nos han trabajado insidiosa y cotidianamente la conciencia de manera que
creamos que lo que habrá el 2 de julio es un plebiscito para que la sociedad decida Fox sí o Fox no. Plantear así las
cosas me parece incorrecto y tramposo. Si de un plebiscito se tratara, el planteamiento correcto, a mi juicio, sería:
¿debe seguir el PRI adueñado del Ejecutivo Federal, o ya le toca recreo?. Por todo esto, y abrumado por las noticias
que diariamente recibo acerca de los minifraudes y coacciones que la maquinota esparce por todo el país (hagan de
cuenta una avioneta fumigadora), he decidido razonar y publicar en compañía de ustedes mi intención de voto (me
parece más sensato proceder así, que seguir contemplando el caritativo y anónimo trabajo de los que meten a Internet
fragmentos descontextualizados de mis últimos artículos y los acompañan con las más nauseabundas escenas
pornográficas). Vayamos por eliminación y digamos algo acerca de los candidatos sobrevivientes.
Manuel Camacho Solís: un político experimentado que, sin embargo, tiene un buen rato de proyectar una imagen
borrosa y carente de rumbo. Hay un Manuel Camacho que surgió como el gran negociador del 88 y que duró hasta el
día que fue destapado Luis Donaldo Colosio. Esta primera versión de Camacho creó en nosotros la impresión de un
político talentoso, indispensable para Salinas, creador eficientísimo de todos los amarres y todas las concertaciones
que se hacían en lo oscurito con los múltiples actores de la escena política nacional. Camacho era poderoso,
Camacho tenía buenas relaciones con todos (eso pensábamos); Camacho era presidenciable. Vino el destape, el
berrinche, el jaloneo, el transitorio paso por la SRE, su ambigua nominación de Comisionado para la Paz y la
Concordia en Chiapas, el asesinato de Colosio y el ostracismo, el silencio zedillista y la creación del partido del Centro
Democrático que previsiblemente lo nombró candidato a la Presidencia (si no es para que lo nombren candidato a la
sillota, yo no sé para qué un mexicano va a fundar un partido). Ya le dimos su lana para la campaña, ya participó sin
particular gloria en el primer debate, ya se aventó una discreta gira; ya tiene cuarenta votos asegurados y, aún
estimándolo, ya me convenció de que mi voto no será para él. Como en la canción de los perritos: ya nomás me
quedan cuatro. Si me acompañas, lectora lector querido, proseguiremos esta tarea sustractiva a lo largo de la
semana. Finalmente, lo que tiene que quedar claro es que los mexicanos queremos limpieza, equidad y confiabilidad
antes, durante y después de las elecciones. El IFE es una garantía para el día 2, pero siento que en el "antes" y en el
"después" puede ser fácilmente rebasado por las trapacerías, las amenazas y las coacciones. ¿Estará históricamente
imposibilitado el PRI para jugar limpio?.

El Romance del Bucles

En vista de que mis tres primeros hijos no muestran el menor interés en hacerme abuelo, el Bucles ha decidido tomar
la reproductiva cuestión bajo su control. Para él no ha sido una tarea pesada o adversa. Desde tempranísima edad
mostró su propensión a caer en brazos de cuanta mujer estuviera dentro de su límite de acción. Estos límites se han
ensanchado y, a sus cinco floridos años, ha optado por sentar cabeza y formar una pareja estable. Así pasa; aún los
grandes calaveras son tocados a fondo por la erótica pasión y deciden olvidarse de chicoleos y buscar a Lolita de la
Vega para que les organice (y les compre) una boda por todo lo alto. Lo del Bucles todavía no es tan grave, ni tan
patético. Todo indica que está locamente enamorado; su madre ya le valió sinónimos y sólo piensa en la grácil
doncella; se duerme pensando en ella y sólo despierta para buscarla. Ella se llama M.J. y, al parecer, le corresponde.
Bendito sea San Antonio Abad. Mientras yo escribo esto bajo la feroz tormenta, la feliz pareja está en Acapulco
viviendo una especie de miniluna de miel de maple. Hace un rato, habló por teléfono para pedir que enviemos regalos
para la prenda amada. A nosotros que nos atropelle un microbús. El idilio marcha con toda tersura. La única dificultad
es que ella tiene 20 años más que él; pero eso jamás ha sido obstáculo para un Casanova de bolsillo. El primer amor
de Balzac, tenía 60 años más que él y el romance pasó a la historia. Pronto seré abuelo. Todo es cuestión de saber
usar dos eficaces monosílabos: ¡ya! y ¡hoy!.

Tu esposa,¿Es Normal o de Dieta?

¿Es normal?. Loado sea Alá. Esas son las auténticas y originales; son ricas en proteínas y carbohidratos; tienen un
sabor insustituíble; engordan al mismo ritmo que tú y jamás te mirarán como si fueras tiborcito chino o albondiguita de
rata. Siempre están contentas, se zampan una concha de un sólo llegue y los dedos se les van poniendo como
chistorras. Alegres y gozadoras, inauguran la mañana con carcajadas como fumarolas del Popocatépetl y beben en
fino cristal una Lulú de grosella o un Titán de piña. Son la sal y el azúcar de la tierra. Las adoro y las venero.

¿La tuya es de dieta?. Dibodobadito. Te comprendo. Ojalá y platicáramos e hiciéramos una cita para comer algo más
sustancioso que ensaladita de berros con una galleta cubana y cinco vasos de agua. Dehesa sufre.

Cualquier correspondencia con esta columna que elige por sustracción, favor de dirigirla a gdehesa@infosel.net.mx o
al Apartado Postal 19-111, Delegación Benito Juárez, México D.F

Gaceta del Angel / Con los ojos abiertos II

Por
Germán Dehesa

(20-Jun-2000).-

¿Por qué este título para la electoral autoencuesta a la que me he sometido? Nadie me ha hecho tal pregunta, pero yo
me apresuro a dar respuesta, por si alguien me la hace: porque no están los tiempos para andar tomando decisiones
a lo baboso y brindando apoyos con los ojos cerrados. Mi amiga y maestra (a quien jamás conocí) Marguerite
Yourcenar decía que siempre es mejor enterarse y que, ocurra lo que ocurra, hay que vivir con los ojos abiertos. Creo
que es un buen proyecto de vida y que es perfectamente aplicable a nuestra fiesta del 2 de julio. Hoy todo mundo
habla del "mal menor" como una calamidad exclusiva de la elección que estamos por hacer. Se me hace que no es
para tanto. Propongo algunas atenuantes: no vamos a elegir a un dictador, o a un partido perpetuo, ni a un monarca;
lo peor que puede pasar es que haga puras brutalidades (como si los anteriores presidentes no las hubieran hecho) y
si eso pasara, pues lo cambiamos, lo juzgamos, lo entambamos (o lo casamos con una yugoslava) y ya. Otra cosa:
supongamos que los actuales candidatos fueran las cinco perfectas emanaciones del dios mayor; si lo fueran y los
otros poderes y la sociedad no los asistieran, los acotaran y les pidieran cuentas, cualquiera de estos cinco heraldos
de la perfección terminaría siendo un mal y no menor; por lo tanto, lo promisorio o lo terrible de nuestro futuro está y
queda de muchas maneras en nuestras manos y no en las de un muy falible señor. Nosotros somos los que podemos
ser un bien mayor para nuestro país. Como diría Zaid: ¡ya llegaron los ciudadanos!

Digamos algo ahora de Gilberto Rincón Gallardo. Un hombre admirable, estimable y digno. Su propuesta política tiene
que estar en la agenda nacional, pues encarna las metas y los matices éticos indispensables para la existencia de una
moderna izquierda mexicana. Creo que en estas elecciones conseguirá un objetivo importante: el registro definitivo
para su partido y la presencia de éste en las Cámaras. Muchos y muy respetables hombres de opinión se han
pronunciado en favor de Gilberto. Yo no lo he hecho y tengo una sola y buena razón para hacerlo: el de Gilberto es un
proyecto a futuro, una minoría que podrá ser con el tiempo una mayoría; pero para que esto pueda ser, hay que salvar
el inmenso escollo del presente; si no lo hacemos, no hay caminos rumbo al futuro y lo real es que, en el presente,
Gilberto no puede llegar a los Pinos, aunque debe permanecer con nosotros. Por esto y sólo por esto no votaré por
Gilberto, aunque puedo votar por candidatos de su partido para otros puestos. De los cinco que tenía, ya nomás me
quedan tres. La tensión crece y ¡oh, desgracia! todo el mundo se olvida de mi inminente cumpleaños. ¿Qué
vashashé?

Los Talk Shows

Por respeto al lector y como una manera de reservarle su espacio (y porque mi mamá y los maristas me dieron una
cuidada educación), suelo matizar mis opiniones y suavizarlas con expresiones como "yo opino", "me parece",
"supongo", "creo", que son como Vel Rosita. En el caso de los "novedosos" Talk Shows no puedo matizar nada: son
una porquería; son una exhibición infame, son el patético concurso de Miss Misserias. Si en este país, Carmen
Salinas va a ser el árbitro de las intimidades nacionales, procedo a refugiarme en la embajada de Andorra. Jamás
imaginé que la televisión mexicana fuera empeorable, pero lo han logrado y no es una hazaña menor. En los buenos
tiempos (que eran pésimos), un Talk Show era conducido por alguien que tenía cierta cultura, cierto talento, cierto
encanto o cierta sabiduría de la vida. Esta persona platicaba con nosotros y con invitados que tenían algo que
compartir con nosotros. Recuerdo con dolor un programa del show de Dick Cavette donde éste habló largamente con
Orson Welles; hablaron de todo y todo lo que dijeron fue memorable. Pasan los años y me encuentro ñlos pocos
minutos que resisto- con un puñado de oligofrénicos exhibicionistas limítrofes guiados por el o la más limítrofe de
todos los presentes; y enardecidos y aplaudidos por puros ociosos homínidos en un programa patrocinado por las
empresas más dudosas del planeta; a esta visita al planeta de los simios la llaman Talk Show. Bueeeno.

¡Oyeme, Tláloc!
¿Qué te estás pensando? De veras que los dioses a veces se ponen en un plan (en este caso: Plan de Agua Prieta).
Meses y meses esperando las lluvias; recurrimos a la tecnología de punta: aventamos cuetes e hicimos procesiones;
te valieron un puro y celestial gorro de tezontle. Pasaron los días y cuando a ti se te dio la gana, te dejaste venir loco
de contento y, gracias a tus arrebatos y a las puntuales previsiones de nuestros gobiernos, hemos pasado de la
sequía a la inundación en navegación directa. Ten piedad, no seas chacal. Ya estáte. Porfa.

Cualquier correspondencia con esta columna que no es ni Talk, ni Show, favor de dirigirla a gdehesa@infosel.net.mx o
al Apartado Postal 19-111, Delegación Benito Juárez, México D.F.

Gaceta de Angel / Con los ojos abiertos III

Por

Germán Dehesa

(21-Jun-2000).-

¡2000 camiones!, ¡movilización (acarreo) de 50 a 70 mil ciudadanos!, ¿alguien que sepa de estas cuestiones me
podría hacer un cálculo (biliar) de lo que cuesta, en términos de logística y en términos de dinero, organizar una
movilización de tan chonchas dimensiones (con pase de lista, moche, lonche y chesco incluidos)?. Y todo para que la
señora Sauri estrenara su vestido el rojito, para que Labastida hablara 17 minutos y para que la inenarrable Carmen
Salinas y el indescriptible Juan Gabriel (que se presentó vestido con los colores del PRD) hicieran sus desfiguros (me
da por pensar que a estos dos les paga la oposición para que apoyen al PRI y lo hundan). Esto más lo de Pemex, más
Gamboa habilitado de Al Capone en la portada de "Milenio", más los operadores de la maquinota trabajando triple
turno; y Labastida diciendo que hay que estar loco para proclamar el fraude (pues claro: el fraude hay que hacerlo,
pero no proclamarlo); luego añadió que Palacio Nacional ni se vende, ni se alquila, porque es del "pueblo". Excelente
noticia; tengo varios años de ir por ahí y no me encuentro ni al pueblo, ni al Presidente, ni a nadie que dé razón; llegué
a pensar que lo iban a hacer centro comercial Perizócalo.

Mientras el desangelado y borreguil encuentro ocurría en el Zócalo, Cuauhtémoc Cárdenas congregaba a 50 mil
mexicanos en Morelia y Vicente Fox reunía a otros 50 mil en mi bendecida Xalapa. Así están las cosas: hay
mexicanos acarreables, pero ya existimos otros que vamos a donde queremos y con quien queremos. Esto es lo
mejor de todo y, a este respecto, me gustaría hacer pública mi coincidencia con J. Silva-Herzog Márquez que muy
razonablemente acaba de escribir que el 2 de julio es, sin duda, una fecha importante, pero que no es para tanto;
gane quien gane, el 3 de julio, México ahí seguirá con sus grandezas y sus miserias; los que amaneceremos distintos
seremos los mexicanos que tenemos trabajo para rato si queremos, por moral y por higiene, atenuar las miserias y
detonar las grandezas de nuestro país.

Por todo lo dicho y tras pensarlo largamente, he decidido no votar por el PRI. Nunca lo he hecho, pero, justo es
decirlo, jamás les ha hecho falta mi voto. Del ser humano llamado Francisco Labastida Ochoa no tengo nada malo que
decir. Muchos colaboradores cercanos me hablan de un hombre sereno, firme y tratable. De su equipo de campaña
escojo con gran afecto a Esteban Moctezuma y, a partir de él, comienza mi jurásico horror. Pronto cumpliré 56 años; si
los astros me son propicios, conoceré a mis nietos; todo esto es el futuro; en el presente hay una mole inmensa que,
según me cuentan y según me consta, fue útil por algunas décadas. Ya no. Hoy, en mi opinión, la vida de México tiene
que fluir y evitar a los Gamboa, a los Manlio Fabio, a los Bartlett, a los Hank, a los Madrazo (por nombrar algunos). En
síntesis: tendría yo algunas buenas razones para votar por el ciudadano Labastida; pero año tras año, semana a
semana se han acumulado abrumadoras razones para no votar por la continuidad del PRI. Que les sirva de consuelo
saber que con alarmante frecuencia le voy al que pierde. En este caso, si le atino o le fallo, no es importante más que
para mí.

Escenario Virtual

O no tan virtual. Imaginemos que existe una procampeada y progresada comunidad. Llamémosla San Nicolás
Totolapan. Por primera vez en su vida, el cacique del lugar se pone a trabajar; va casa por casa (sería más correcto
decir choza por choza) llevando despensas, o cemento, o guajolotes y haciéndole a los futuros votantes una simple
advertencia: el voto es libre y secreto, pero si quieren seguir recibiendo ayuda, el PRI necesita, por lo menos, el 70%
de la votación. Ahí platiquen entre ustedes. Yo iré en la nochecita a la casilla para revisar los porcentajes. Recuerden
que ustedes son muy libres y que su voto es muy secreto. No me fallen, muchachos.

Mi Vida en el Baile

Casi con cualquiera me puedo poner de acuerdo; casi con cualquiera, menos conmigo mismo. Paso a los hechos:
hace una semana, decidí que tomaba yo un descanso, o no llegaría a las elecciones. Negociar con mi agenda fue
tarea de altísima diplomacia. Tras cambiar, posponer y cancelar, conseguí un VTP a Acapulco de viernes por la tarde
a martes por la mañana. Cinco minutos después de que la Rubia Misteriosa lo había arreglado todo, escuché por el
teléfono la conminatoria voz de Juana Inés, mi hijita la mayorcita: no se te habrá olvidado, padre y maestro mágico,
que el sábado bailamos Mariana (antes "la Pequeña Carlos") y yo. Mi estupefacto silencio fue estruendoso. Es a las
doce, no llegues tarde. Ahí me dejó, hecho una bestia cuadrafónica. La verdad es que no lo había olvidado; más
sencillamente, no tenía la más méndiga idea de que mis capullitos pensaran invadir los escenarios. ¿Qué harían los
hombres cabales en una disyuntiva así?. De los hombres cabales no les puedo dar razón; yo me organicé un festival
aeronáutico que me llevó el viernes a Acapulco, que me trajo el sábado a México y me regresó al bello puerto con
tiempo suficiente para preparar la llegada del ciclón. Ya estoy de regreso y ya puedo decirles que mis mushashitas
son la redención de la danza moderna y que quieren mucho a su augusta madre y a su desvencijado padre que sólo
les fallará cuando se le acabe la pila alcalina.

Cualquier correspondencia con esta columna imposible de acarrear, favor de dirigirla a gdehesa@infosel.net.mx o al
Apartado Postal 19-111, Delegación Benito Juárez, México, DF.

Gaceta del Angel / Con los ojos abiertos IV

Por

Germán Dehesa

(22-Jun-2000).-

De los cinco que tenía, tres me la hicieron de tox; ya nomás me quedan dox: Cuauhtémoc Cárdenas y Vicente Fox.
Aquí, si me lo permiten, voy a recordar tres acontecimientos que ocurrieron en ese año todavía vivo de 1988: la
declinación generosa e inteligente de Heberto Castillo (cuyo liderazgo moral ahora nos haría tanta falta) en favor de
Cuauhtémoc Cárdenas cuya campaña, a partir de este momento, comenzó a ser vista con cierta preocupación por el
PRI que ¡loado sea Alá! ni la oía ni la veía. La inolvidable y multitudinaria reunión en CU que representó el gran
despegue del cardenismo y, para muchos de nosotros, un crepuscular aviso de que el 68 no había sido en vano. El
día de la votación; De la Vega Domínguez en franco plan descontonero y madrugador apareció en la tele y anunció el
triunfo "claro e inobjetable" de Salinas, para que, minutos después, Bartlett lo desmintiera y nos anunciara, cual cajera
de banco, la prodigiosa e inolvidable caída del sistema. Mientras esto sucedía, yo escribía mi artículo avisándole a la
gente que yo había votado por Cárdenas. Recuerdo que a la mañana siguiente, recibí un telefonema de felicitación de
un joven ensayista llamado Jorge G. Castañeda a quien no conocía personalmente.

¡Cómo han pasado los años!. Ahora estamos en el 2000 y, como en un calidoscopio, las piezas siguen siendo las
mismas, pero la disposición y la composición han cambiado. Tres veces he votado por Cárdenas y en la campaña por
el DF, tuve el gusto adicional de acompañarlo a varios mítines. Mi cuatazo Jaime Sabines me decía que era yo un
mugre perredista vergonzante. No lo soy, aunque reconozco la enorme aportación de Cárdenas a la revitalización de
la izquierda mexicana, al adecentamiento de la vida pública y al establecimiento de una esperanza de mayor justicia
para millones de mexicanos que han sido víctimas de las maromas del sistema y de su propia pasividad. Por decirlo
rápidamente, éstos son los beneficios que C. Cárdenas nos ha traído. También tengo -junto con el agradecimiento-
tres reclamos centrales que hacerle: ¿qué hizo con el enorme caudal de esperanza que la ciudadanía depositó en sus
manos cuando ganó arrasadoramente en la ciudad de México?; ¿por qué el primer gobernante electo de esta ciudad
nos dijo tranquilamente "ahí se ven" y dejó su responsabilidad en manos de una interina (lo de menos, es decir que
ésta resultó bastante más efectiva y entrona que C. Cárdenas) cuando la gente votó precisamente por él y no por un
interinato?; ¿por qué, a la luz de tantas y tan efectivas coaliciones que se dan en las democracias modernas, y
sabiendo lo importante que es para la mayoría quitarle al PRI la jefatura del Ejecutivo, se han negado usted y sus
partidos a buscar una alianza digna con Fox y el PAN (no me venga con que la buscaron en su momento, porque bien
sabemos que eso no fue un intento de alianza, sino una astucia política destinada al fracaso)?.

Para acabar pronto: no me ofendería (quizá me sorprendería) que Cárdenas ganara. Me daría una enorme tristeza y
una gran rabia mirar a Cuauhtémoc alzándole el brazo a Labastida. Será algo lamentable que, sin embargo, no variará
mi rumbo personal. Mientras tú lees esto, lectora lector querido, C. Cárdenas, previo permiso de los hooligans del
CGH, estará en CU. ¡Cómo han pasado los años!.

No Haces Uno

Sobradones como somos los mexicanos, ahora nos ha dado por ponernos muy exigentes y mirar a los tres candidatos
principales a la Presidencia y afirmar con cara de "yo lo haría mucho mejor": es que de los tres, no haces uno. Bueno.
¿Quién les gustaría más?: ¿Helmut K"hl?, ¿Bill Clinton?. Vean la contienda estadounidense: ¿Bush y Gore les
parecen como para una exposición de los grandes estadistas del mundo moderno?. Veamos rumbo a España: Felipe
González es un finísimo animal político, pero, al permanecer demasiado tiempo en el poder su equipo fue siendo
ganado por la corrupción y el desgaste; entró Aznar que no asusta de talentoso y España, me consta, sigue creciendo
y reverdeciendo. Moralejas instantáneas: la alternancia es importante y liberar la energía de las comunidades es
mucho más importante que sus dirigentes con los cuales, en efecto, no se hace uno. ¿Y si todos los mexicanos
recuperáramos nuestra esencial unidad y nos volviéramos uno?.

¿Cómo lo Pago?

Los libros navegan y suelen llegar a nuestras manos como cartas de náufragos. Ahí tienen mi libro de gramática de
cuarto de primaria forrado y rotulado por mi finadita madre; navegó y navegó (mi libro, no mi madre), fue a dar a La
Lagunilla donde lo compró un querido cuate que me lo regaló. No saben lo que fue hojearlo. Hace unos días (esto va a
matar de envidia al sabio Monsiváis), un lector desconocido y querido me envió una colección empastada de "La
familia Burrón". ¿Cómo se pagan tan amorosas dádivas? Lo ignoro. Sólo sé de mi agradecimiento sin orillas.

Cualquier correspondencia con esta columna que ya le anda, favor de dirigirla a gdehesa@infosel.net.mx o al
Apartado Postal 19-111, Delegación Benito Juárez, México, DF

Gaceta del Angel / Con los ojos abiertos V


Por

Germán Dehesa

(23-Jun-2000).-

¿Quién irá a ganar? Lo ignoro. Si lo supiera y si tuviera clara vocación de búfalo, todo sería más fácil (e indigno).
Percibo que, caiga donde caiga la perinola, México ya ha ganado muchas cosas y quedará en posición de ganar más.
F. R. Heroles, J. Silva-Herzog M., Javier Solórzano y su Charro Negro, cada uno por sus propios caminos, ha llegado
a la conclusión de que es importante desdramatizar el 2 de julio que es, sin duda, una encrucijada importante (y
emocionante en la vida de nuestro país, pero no es la fundación de Tenochtitlan, ni, mucho menos, la catástrofe final.
Ha sido trabajo de todos crear las condiciones para que no sea pensable, ni imaginable que el 3 de julio, México
amanezca convertido en Parque Jurásico, o en Mochilandia, o en la casa del Sol Azteca. Creo que más sencillamente,
amaneceremos, México ahí estará y, cumplida en santa paz la jornada electoral, será, como diría Onetti, tiempo de
abrazar. Supongamos, por decir algo, que gana Labastida; aún así, él sabrá que no cuenta con el 60% de los
ciudadanos, que muy posible y deseablemente las Cámaras de Diputados y Senadores le serán adversas y que en el
DF también tendrá un panorama desfavorable. Así pues, tranquilos tenochcas, si le ponemos inteligencia, alegría y
voluntad, caiga para donde caiga la moneda, México gana.

Ahora bien, como te digo una cosa, te digo otra (así decía mi tía Chelo antes de tirarse a matar); yo, el ciudadano
Germán Dehesa, en vísperas de cumplir 56 años (1¦ de julio no se olvida), se halla optudimóder de la maquinota, de la
gran familia revolucionaria, de los narcopolíticos, de los nacopolíticos y del abuso, la humillación y el saqueo
sistemáticos. Entre esos tipos y yo hay algo personal y héte aquí que ya cerca del ocaso (y del locazo) mi tiempo
confluye con el tiempo de Vicente Fox. De Fox me agradan su tenacidad, su fortaleza, su capacidad de organización,
su desparpajo y sencillez, su velocidad para aprender y rectificar, su abandono de los estereotipos, la comunicación
clara e inmediata con la gente, el buen amor por la tierra y por el esfuerzo individual y su sanísima facilidad para que
le gane la risa hasta de sus propias locuras. Me aterra el Vicente Fox que ondea pendones, que pone sus finanzas en
manos de Lino Korrodi a quien desgraciadamente conozco, que dice inconsecuencias, que se injerta en Ayatollah, que
permite que tal o cual martes se lo lleven al baile, que escribe libros inoportunos y literariamente consternantes, que
descalifica a Monsiváis (a quien no considero ni vaca, ni sagrada; pero que es el confiable dependiente de la
miscelánea "la lucidez"); que ha mostrado en varias ocasiones (el spot de "los mañosos" es un lamentable ejemplo) su
capacidad de autosabotaje y que todo lo quiere ¡ya! y para ¡hoy! (el imperio de los monosílabos).

Y sin embargo están Concha Lupe y Leticia Múzquiz, dos foxistas infatigables, apasionadas y en pleno uso de razón.
Está mi conciencia que me avisa que si ahora gana el PRI, tendrá oxígeno para llegar a sus 100 añitos y que me
indica que Fox no necesariamente representa el México que queremos (ése habrá que construirlo entre todos); pero sí
encarna la tangible posibilidad de salir del México que ya no queremos. Por todo esto, por la previsible y divertida
posibilidad de compartir la inquisitorial hoguera con otros plumíferos de mi amistad y con el ánimo de fregarlo sin
reposo en el deseable caso de que gane, mi voto con los ojos y el corazón abiertos será para Vicente Fox (aplican
restricciones).

Monsiviana

Cito textualmente ("Proceso" 18 de junio): "Las tensiones crecen. La seguridad de que el PRI jamás podrá obtener un
ëtriunfo por las buenasí; también, a estas alturas, sólo ese ëmilagroí fraudulento de la Maquinaria se levanta en el
camino de la alternancia que, insisto, requiere de pactos explícitos, no del suicidio electoral de la izquierda." (C.
Monsiváis). Totalmente de acuerdo: nadie se va a morir, menos ahora. Como bien dice mi cuate Basave (que ya se
aventó un difícil round con Monsiváis) es el momento de crear una suerte de Cocopa (esperemos que más exitosa)
electoral y post-electoral que establezca esos pactos explícitos que hoy y mañana serán indispensables para que
todos podamos vivir y pensar con total libertad y respeto. De hecho, hace unos minutos, recibí una carta de V. Fox
que establece sin cortapisas su disposición a poner por escrito y avalar las condiciones de esta transición mexicana
que ya está en marcha y que sólo necesita cauce. Yo diría (pero nadie es dueño de la verdad) que ya es hora de que
los que llevamos décadas solicitando que la gente nos oiga tengamos también nuestra leve transición y, nada más por
variar, ahora oigamos a la gente.

Cierres de Campaña

El sábado a las seis de la tarde estaré en el Zócalo para el cierre de campaña de V. Fox. El domingo a las 11 estaré
en el de Cárdenas y L. Obrador. El martes a las 15 horas en el salón Gran Fórum (Cerro de los Músicos #22, Colonia
Campestre Churubusco) participaré en el remate de la muy digna campaña de G. Rincón Gallardo. Es muy difícil la
vida del periodista. Ni modo, aikir. Si los políticos cierran campaña, nosotros podemos hoy, precisamente hoy, abrir
nuestra campañita. Hoy toca.

Cualquier correspondencia con esta columna que se puso azul, favor de dirigirla a gdehesa@infosel.net.mx o al
Apartado Postal 19-111, Delegación Benito Juárez, México, DF.

Gaceta del Angel / El Bucles se pronuncia

Por

Germán Dehesa

(26-Jun-2000).-

Después de cuatro juegos de la Eurocopa, dos febriles presentaciones rollero-musicales y dos tumultuosos cierres de
campaña, no esperen que este artículo sea de ésos que se guardan para la posteridad. Si los adultos ya nomás nos
agachamos y nos vamos de lado cuando vemos y escuchamos las injurias y los pronunciamientos propagandísticos
de los candidatos; imagínense en qué estado se encuentran las vulnerables almitas infantiles (han de estar al borde
de ese colapso neuronal conocido como Síndrome de Fauzi Hamdam). El Capitán Bucles, por lo menos, ya trae el
cerebro muy extraviado y supone que esto de la política es una especie de Pokémon para adultos. Pobres chavitos.
En la hermosa tarde del sábado, miles y miles de panistas, foxistas y ecologistas llevaron a sus criaturas al Zócalo
para que ahí murieran en olor de multitud (imagínense a un tierno chipotín oyendo a Muñoz Ledo que con levantada
voz citaba a Shakespeare. Estamos hablando de diez años de terapia psicoanalítica.) En la rigurosa mañana del
domingo, miles y miles de perredistas hicieron lo propio con sus chiquitines que o se pandearon bajo el sol, o se
perdieron rumbo a la Lagunilla donde iniciarán una nueva vida, lejos de sus obsesivos padres. Supongo que los
indecisos llevaron a sus hijos a los dos cierres y pronto tendremos una adolescente camada de asesinos múltiples.
Ambas concentraciones duraron cerca de cuatro horas; los oradores que iban a hablar de tres a cinco minutos se
chutaron ñlos menos inspirados- treinta (la gloriosa excepción fue Rosario Robles que fue agradeciblemente breve).
Las variopintas hordas tenochcas se desmayaban por racimos, o se recargaban en el Sagrario Metropolitano hasta
quedar incorporados a la churrigueresca fachada como monitos de plastilina con banderita partidaria. Deseo con toda
mi alma que las próximas concentraciones sean por Internet (o que ¡maldita sea! la oposición se ponga de acuerdo y
nos concentre a todos), porque un hombre de la tercera edad ya no está para esas cosas. Y que conste que el Bucles
permaneció en su hogar entregado a todo tipo de actividades subversivas. Hace algunas horas, hizo un
pronunciamiento definitivo que cito textualmente: ¿saben qué? Ojalá y gane Fox. ¿por qué dices eso?, pregunté.
Porque, mira, papito, el otro día que fuimos al Museo de Historia Natural, no había más que un dinosaurio y tú me
dijiste que los demás se habían ido al PRI; y yo quiero que regresen el Triceratops y el Brontosaurio; además, mi
mamita le va a Fox. El argumento edípico es comprensible, el otro pone de manifiesto que los padres hemos de poner
harto cuidado en las locuras que decimos. Estamos frente a un palmario caso de inducción del voto.

La Luz de Camus

Yo votaré y ya dije por qué y por quién; tú votarás y es importantísimo que todos votemos. Igualmente importante es
recordar la reflexión de Albert Camus: ¿a nombre de qué maravilloso futuro me pides que ofenda y lastime a los
compañeros de vida con los que comparto el presente?. Dicho al estilo mexicano: tengamos la fiesta en paz y
¡vámonos respetando!.

¡Oh, Paradojas Nacionales!

Al Reverendo Charles L. Dodgson (a) Lewis Carroll y a Bertrand Russell les encantaban las paradojas y los abismos
matemáticos. En la actual campaña presidencial de los meshicas hubieran sido muy felices con asuntos tan
misteriosos como el que en seguida formularé y que originalmente fue planteado por René Delgado, para luego
ocupar también la atención de Porfirio; se puede enunciar así: ¿qué ocurre con el destino de una sociedad cuando
éste será decidido por los indecisos?...¿Ah, verdad?. Propongo otro que es una shulada: en su diario noticiero, López
Dóriga abrió las líneas telefónicas e hizo la siguiente pregunta: ¿Cree usted en las encuestas, sí o no?; el 83% de los
10 mil que llamaron dijo que no. Perfecto. La paradoja se crea cuando entendemos que lo que hizo López Dóriga fue
una encuesta y, por lo tanto, 83% está obligado a no creerla. ¿Ah, verdad? (bis).

Los Amarra-abrazos

Conocemos y padecemos a los amarradores de navajas; esa legión de babosos que disfrutan llevando y trayendo
chismes, fertilizando rencores y asegurando pleitos. En compensación, también existen los procuradores de la
concordia y el avenimiento. A esta última y noble especie pertenece un corresponsal que me escribió para señalarme
que hace un año, mientras los urólogos me la dejaban como pretzel, mi querido Catón me había expresado en su
columna su afecto y su preocupación por mi salud. A Catón y a mi corresponsal les puedo yo jurar ante un altar que
no tenía noticia; pero sirva exto como pretexto para echar a volar besos y abrazos con destino a Saltillo en viaje
directo a la buena alma de Armando Fuentes Aguirre (a) Catón. Y ya. Mañana le sigo porque la eliminación de España
me tiene hecho polvo.

Cualquier correspondencia con esta multitudinaria columna, favor de dirigirla a gdehesa@infosel.net.mx o al Apartado
Postal 19-111, Delegación Benito Juárez, México D.F.

Gaceta del Angel / ¿Eres feliz

Por

Germán Dehesa
(27-Jun-2000).-

Por la espaciosa, pachanguera y respetuosa cabina de mi programa de radio (que realmente es de los radioescuchas
querendones y/o belicosos) han desfilado candidatos de todos los partidos y, como bien lo pueden certificar ellos, han
dicho lo que han querido y han sido tratados de manera amable y hospitalaria; las preguntas que han llegado por
teléfono y por fax van del apoyo al denuesto, pero ninguna ha sido censurada. Yo diría que han sido muchas más las
preguntas del público, que las que yo he hecho. De estas últimas hay una especialmente reiterada: señor candidato
¿es usted feliz?. Siempre que la hago, obtengo como primer resultado una mirada entre perpleja e intrigada; pero
créanme que no la hago nomás por metiche o por orate; creo firmemente que nos han gobernado demasiados
infelices que consecuentemente nos han contagiado sus ansias de infelicidad. Y así estamos: millones de mexicanos
consideran que la infelicidad es el estado natural del ser humano. Si esto es así, me permito suponer que esas
legiones meshicas con vocación sufridora votarán con los ojos cerrados por el PRI que es el que tiene el proyecto de
infelicidad más duradero, más comprobado, más amplio y más ambicioso. Ahora, si tú, lectora lector querido, han
comprobado que aquello que decía Bernard Shaw "¡Cuánto ganará la humanidad cuando descubra que sufrir no es un
mérito!" es una luminosa verdad; entonces, ha llegado el momento de ponernos a pensar, a sentir y a ser valientes.
Persistir en la infelicidad personal y colectiva es la triste y doble derrota de la inteligencia y del corazón. Digo.

Como yo nunca he sido invitado a mi programa, no he tenido la oportunidad de que nadie me pregunte acerca de si
soy feliz. Me lo pregunto ahora y mi respuesta es enfáticamente afirmativa. No veo por qué nada más los infelices
pueden dar su testimonio. En coyunturas que no viene al caso pormenorizar, he visitado el infierno, pero por ventura y
por Gracia, jamás he perdido el rumbo del paraíso; disfruto de cuanto hago, me enamora mi país y el iluminado
momento que hoy vive; tengo excelentes amigos y muy aceptables y estimulantes enemigos; no aspiro a premios, ni a
cargos públicos, ni a asesorías, ni a la lista de "Forbes", ni a becas, ni a rotondas. Deseo respetar y ser respetado;
deseo que me siga ganando la risa y, como diría Spinoza, aspiro a permanecer en mi ser. Quiero seguir viajando,
escribiendo, leyendo, fregando a los gobernantes y platicando con la gente. Me encantan mis inmerecidos hijos y en
mi corazón están las contadas mujeres que han incurrido en la extraña pifia de enamorarse de mí. Me congratulo por
la inteligencia y la felicidad de los otros y reconozco mi casi nula capacidad para el odio o la envidia. Me emocionan
los taxistas, los meseros, las muchachas, los campesinos, los jóvenes de provincia, los hombres y mujeres que yo he
visto y escuchado en Chalco, en Oaxaca, en Mexicali, en Guadalajara, en la capital; todos con un sólo reclamo: ya
estamos hasta la madre de la trampa, el robo, la coacción, la inseguridad, la manipulación y la infinita postergación de
la felicidad; queremos ser felices. Yo también, pues entiendo que si bien la felicidad personal hay que defenderla con
toda la pasión del mundo, ésta jamás llegará al mar si está cercada por la infelicidad de tantos. Entonces votemos y
hagámoslo a favor de la felicidad de México. Por si algo faltara, hoy lunes 26 es mi aniversario de bodas y tengo que
estar a la altura de la fecha. Felicito a la Hillary por su intrépido aguante. A prudente distancia, el Bucles, un niño que
se mira divertido y feliz, contempla la escena y se dice: ¡akelá!.

La Política que Me Gusta

Me gusta ver a Héctor González Reza (que ya perdió una y va por la revancha) que va para Diputado panista por el
XXI Distrito de la capital; me gusta verlo, decía, parado en un puente del Periférico saludando a sus posibles votantes,
o platicando con ellos en cualquier sitio concurrido. Me gusta ver a mi cuatacha María Elena Chapa, priísta ella,
rifándosela por las mejores causas en el Congreso de Nuevo León mayoritariamente panista; me gusta el
Cuauhtémoc Cárdenas que se aventó el tiro de presentarse en CU para reconquistar un espacio de libre discusión
que, dicho sea de paso, su propio partido había ayudado a vulnerar; me gusta que el ciudadano Alejandro Aura
celebre hoy el segundo aniversario del Instituto de Cultura del DF; me gusta Sergio Aguayo que le puso pausa a su
higiénico trabajo de académico observador para entrarle a los cocolazos de la contienda política; me gusta Estefanía
Chávez heroica chinampera perredista; me gusta la honesta firmeza de Santiago Creel que quizá no ganará en las
urnas, pero que nada perderá de su clara y generosa inteligencia...Tener ya tantos políticos buenos, patriotas e
inteligentes comprometidos con tal o cual partido es un magnífico saldo para el México de hoy y el de mañana. Todo
eso me gusta.

¿Cuál Juan?
Pues muchos. Mi vida está rodeada de Juanes y yo, por andar en el jelengue, no los felicité a tiempo. Juanita y Juan:
¿me aceptarían todavía un abrazo de esos autoadheribles?.

Cualquier correspondencia con esta columna loca de contento, favor de dirigirla a gdehesa@infosel.net.mx o al
Apartado Postal 19-111, Delegación Benito Juárez, México D.F.

Gaceta del Angel / Cartas mejicanas

Por

Germán Dehesa

(28-Jun-2000).-

Los tiempos de la política y los tiempos de la reflexión intelectual son de difícil coexistencia. Al hombre de
pensamiento le encanta observar; el político sabe que tiene que actuar sobre la marcha. En lo que un pensador
resuelve alguna de sus hamletianas dudas, el político ya solicitó dos créditos, ya inauguró cuatro presas, tres parques
y una clínica que ya hasta se cayó. En estas divagaciones ocupo mis atormentadas noches pre-electorales que,
gracias a las peladas cumbres del insomnio, me han permitido conocer la historia de seres tan singulares como Benito
María de Moxó y Francolí (1763-1816), benedictino catalán que, por esas cosas raras de la vida, llegó a la Nueva
España en 1804 para ocupar el cargo de Obispo Auxiliar de Michoacán. Apacible, sereno, amante de la historia de los
libros, de la Ilustración y de la verdad, don Benito se felicitaba por haber huido de la crispación hispánica provocada
por el equipo francés encabezado por Zinedine Bonaparte, sin saber que acá le esperaba la crispación
independentista. A él lo que le gustaba era la ciencia, los libros raros, los testimonios arqueológicos y la observación
de costumbres. Algún tiempo y espacio tuvo para esto, pero no el suficiente. Los caudillos, los militares, los políticos le
imponían a aquellos tiempos una condición vertiginosa, intolerable para la serena necesidad de análisis que requería
la conciencia del buen Moxó. Si murió a los 53 años en el Alto Perú, quiero creer que fue por un severo ataque de
perplejidad frente a un mundo tan raudamente movedizo que no daba tiempo para destilar una opinión, sino que
exigía adhesiones instantáneas so pena de condenas inmediatas. ¿Les va sonando conocida la historia?; ¿alguno de
ustedes está experimentando el "mal de Moxó"?; pues en ésas andamos muchos y con esa pena estamos.
Difícilmente encontraremos una opinión que no sea provisional, un punto de vista que no venga cargado de
inmediatez (o de mala leche) y pintado, así sea levemente, por algún color partidista. Al final se verá (lo dice Trabulse
de Moxó) que todos (me refiero a los bien pensantes) teníamos algo de razón y algo de equivocación. Con todo,
Benito Moxó tuvo tiempo para observar, para escribir y para participar a favor de América en la bizantina discusión
europea acerca de la inferioridad esencial de las razas americanas: "Largas y repetidas esperiencias nos han
enseñado, que la activa y despierta vijilancia de un hábil labrador es suficiente para quitar poco á poco las malezas, y
arrancar las espinas que inutilizan esta preciosa viña, al parecer estéril é ingrata, y volverla con el tiempo, no sólo
propia para el cultivo, sino estremamente amena y fecunda." Esto escribió Moxó en 1805 y éste sigue siendo nuestro
reto en el 2000. Por esto, cierro mi ínfima campaña con la muy personal opinión de que Fox (¡EL DOX, POR FOX!) es,
en la encrucijada actual y con los compromisos que ya públicamente externó, el labrador que me permitirá ayudar a
que mi país, al parecer estéril e ingrato, se vuelva con el tiempo y con nuestro trabajo, ameno y fecundo. (Moxó,
Benito María de; "Cartas mejicanas", Ed. FCE y Fundación Miguel Alemán. 1999).

Acuérdate del Porvenir II


Alguna vez, un libro de F. Reyes Heroles ("Memorial del Futuro") me (con)movió a escribir un texto titulado "Acuérdate
del porvenir" que mereció la benevolente aceptación de sus lectores. Igualmente sensato y patriota me pareció su
artículo de hoy martes 27 ("Minoría") que con magníficos argumentos refuta la caudalosa tontería de que tal o cual
candidato no merece ser Presidente porque no es mexicano 100%. ¿Quiénes lo serían y quién haría la fascista
enumeración de los requisitos necesarios para ser, en esta tierra mestiza, "mexicano puro"? (a lo mejor nos piden el
genoma con tres copias). Si se piensa bien, cada mexicano resultaría sospechosón y minoritario. Ya basta de
argumentaciones y descalificaciones estúpidas. Lectora lector querido: vayamos a las urnas llenos de confianza en
nosotros y con toda alegría (y hablando de alegría: acabamos de estar la Hillary y yo en el concurrido y festivo cierre
de campaña de G. Rincón Gallardo y T. Vale; cantamos por y con una rosa empuñada). Vota con entera libertad y
cuando lo hagas, por favor ¡acuérdate del porvenir!.

Truculento, Turbio, Maquinado, Perverso, Inmoral...

El repertorio de adjetivos que posee Enrique Jackson para escandalizarse por el manejo de los fondos de campaña de
Fox es suntuoso; casi podríamos hablar, si no fuera patético, de enriquecimiento verbal ilícito. Me cuentan los
gerontólogos que no es raro que los septuagenarios de oscuro historial (me refiero al PRI) experimenten, ante la
amenaza de extinción, estos arrebatos tardíos de repentino celo por la moral pública. Es urgente la creación de un
Fobaproa verbal que compense los dispendios de Jackson y de Pablo Gómez que ha hecho doble gasto: primero
contra Andrés Manuel y ahora contra Fox. ¿No habrán adquirido su vocabulario con divisas extranjeras?.

Monterrosiana

Lunes 3 de julio: Cuando México despertó; el dinosaurio YA NO estaba ahí.

Cualquier correspondencia con esta columna mejicana, favor de dirigirla a gdehesa@infosel.net.mx o al Apartado
Postal 19-111, Delegación Benito Juárez, México, DF.

Gaceta del Angel / Su inseguro servidor

Por

Germán Dehesa

(29-Jun-2000).-

No me pregunten qué es, ni para qué sirve; pero en el mundo de la cibercomunicación existe un artilugio
importantísimo que se llama "el servidor" (palabra de claras connotaciones feudales que mucho le gustaba a A. María
Carreño, autor del "Manual" que legisló y reprimió los tropicales apetitos de mis abuelos y, sobre todo, de mis
abuelas). Que yo recuerde, nunca he visto un servidor y si lo vi, no me fue presentado; por lo mismo no puedo
imaginarlo con certidumbre, pues mi última intimidad con la ficción científica se remonta a los tiempos de Bradbury y
de "Roldán el Temerario" (patrono de los gruperos). Lo que sí puedo afirmar con pleno conocimiento de causa es que
mi servidor no sirve. Lo afirmo por dos razones: desde el sábado pasado dejé de recibir mi cotidiana dosis de
cibermensajes y, ante mi dolorida extrañeza, los expertos cibernéticos me dijeron que secara yo mi llanto, que alzara
la cara y que dejara de juguetear con esa pistolita con cacha de nácar; que el problema no era que ya no me quisieran
y/o que ya no me odiaran, que el asunto era que el servidor que me atendía desmamonádose había (no me dijeron
así, pero lo dieron a entender). El caso es que hoy salgo a la plaza y a nombre mío y de mi servidor (llamémosle
Clodoaldo) pido perdón por no responder a esos mensajes que no recibí. No es mi culpa. Lo es de un servidor infiel
que, según me informan, ya regresó a trabajar (supongo que le habrán ofrecido mejores prestaciones) y está listo para
recibir los abrazos y mentadas que ustedes se sirvan enviar.

A la Inglesa y a la Francesa

Por la infidencia de mi servidor, me temo que ya me quedé sin saber cuántos recordaron a mi finadita autora y a
cuántos les pareció bueno o correcto que yo diera color para las elecciones del dox. Si al asunto le diéramos
dimensión globalifílica, podríamos establecer un respetable conflicto entre la tradición intelectual británica y la tradición
francesa. En la primera, los opinadores guardan reserva y distancia frente a los avatares de la política y sirven a su
sociedad como testigos mesurados y, en lo posible, imparciales. Los franceses -dejarían de ser latinos- creen en el
compromiso y en la toma de posiciones. Los que me han acompañado a lo largo de estas décadas pueden dar
constancia de que tiendo a ser británico y que es, en este 2000, la primera ocasión que me abro de capa. ¿Por qué?,
pues porque creo que es una coyuntura excepcional, porque me indignan las agónicas maniobras pre-electorales del
sistema (hoy, en muchas casillas no han entregado las boletas para la elección presidencial) y porque, antes de
hablar, leo y escucho. No es que mi opinión se forme con lo que me dicen los demás; pero no puedo opinar sin hacer
mi más amplio esfuerzo por escucharlos. Me gusta ser y me gusta estar. El sábado, por ejemplo, gocé el fervor
popular y saludé a la Señora Bebeto e hice amigos y me sentí parte de algo. Viejos y nuevos amigos estuvieron el
domingo y, ayer martes, allá con Gilberto eché de menos a tantos intelectuales que se pronunciaron por él y saludé
también a muchos amigos. En resumen: estoy en pleno arrebato francés. Dice Gabriel Celaya: "...Maldigo la poesía/
concebida como un lujo/ cultural por los neutrales,/ que lavándose las manos/ se desentienden y evaden./ Maldigo la
poesía/ del que no toma partido/ partido hasta mancharse." Pues eso.

¡Ya no Ayuden!

Ignoro el nombre, pero imagino el genoma del poseedor de ese inspiradísimo y aromatizado cerebro que decidió
"cumplir un sueño" (sic deodorizado) y regar por el Periférico un singular perfume de doble y enérgica acción: disipa
los malos olores y exorciza a los espíritus luciferinos; lo malo es que también sirve para convertir el asfalto en pista de
patinar. Según escuché en la radio, fueron 18 los autos dañados. Señor Vetiver Yardley: ¡ya no piense!, ¡ya no sueñe!,
¡ya no friegue!; ¿no habría manera de que traicionara al foxismo y, en un brusco patinón ideológico, se convirtiera al
camachismo?. Es una sugerencia.

Candidato Devaluado

Podrán no creerlo, pero tengo muchos buenos amigos argentinos. Uno de ellos me acaba de decir por teléfono: vos
estás loco, mirá que postularte como candidato a cumplir años a 24 horas de las elecciones es una boludez enorme;
¿sabés quién te va a hacer caso?... Despachada esta confortante reflexión, entró la llamada de Jorge G. Castañeda:
"¡La gloria francesa es eterna; nada que ver con el incurable provincianismo de Portugal!". Bastó con esto para echar
a andar a su Charro Negro: por si no lo sabes, neogalicista infecto, soy un desconocido heterónimo de Fernando
Pessoa; pero mi abuela me lo dijo: no discutas, apuesta. ¿Una cena para cuatro?. ¡Va!. Como antecedente, hay que
señalar que el domingo pasado el avisado retoño de Jorge G. me ganó una taquiza en el Holanda-Yugoslavia. Por lo
dicho, se debe concluir que este devaluado candidato va a encargarse por un buen tiempo de la alimentación de la
familia Castañeda. Dehesa sufre, pero algún día (el dox) mi gato comerá sandía.

Cualquier correspondencia con esta columna con arrebatos galos, favor de dirigirla a gdehesa@infosel.net.mx o al
Apartado Postal 19-111, Delegación Benito Juárez, México DF
Gaceta del Angel / Amores perros

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Germán Dehesa

(30-Jun-2000).-

¿Serán prierros?. No lo sé, pero la película -dirección, producción, fotografía, libreto, actuación- me pareció excelente.
Creo que si se han vivido pasablemente 55 años, se obtiene el derecho a que sólo nos duela lo que es real. Esta
película es dolorosísima porque habla de México y es real. No deja escapatoria. La realizó un mexicano talentoso y
adolorido que se llama Alejandro González Iñárritu de cuya amistad me beneficio. Así están millones de mexicanos,
lastimados, exasperados, condenados al infierno o a Ecatepec (¡cóbrale a tu madre!, le gritó la fuerza mexiquense a
Zedillo en su más reciente y festejosa visita). Así están: dispuestos a saltar como perros enfurecidos y ciegos. Están
(estamos) hartos de tanta mentira, de tanto engaño, de tanta "higiene legal y democrática"; ya no quieren (queremos)
vivir unos contra otros; ofendiéndonos, traicionándonos, agachándonos y violentándonos. No hay amor que llegue a
buen término; no hay destino que se cumpla; los caminos hacia arriba están cegados y el lugar de arriba y el lugar de
en medio están secuestrados e hipotecados; no hay civilización, ni decencia posibles; sólo están los perros, los
dueños de los perros, los subperros, los subdueños y los encervezados apostadores cuya única y pervertida ilusión
radica en la absurda certeza de saber el nombre del perro que va a ganar. Nadie gana. En una pelea de perros nadie
gana. Hermano contra hermano; marido contra mujer; bando contra banda; realidad contra sueño; presente contra
futuro; hijos contra padres-fantasmas; policías corruptos contra pésimos delincuentes; muertos en vida contra muertos
vivientes; caos contra cosmos; mujeres contra el arrinconamiento; todos contra un destino que no pasa por ahí; perros
contra perros: amores que sólo pueden ser perros... En esto y en la sonriente fiereza de Alejandro y en la impecable
actuación de Emilio Echeverría y en mi país de hoy pensaba yo mientras, en la alta noche, salía de la exhibición de la
película. Recién llovida, la ciudad era un animal en falsa calma. Pura apariencia. En la noche todos los perros parecen
mansos. Mi impresión es que ya no aguantarán (aguantaremos) mucho más. En la escena culminante de esta edad
de mi país no sé qué ocurrirá. En la de la película, un hombre que, por razones de amor ha decidido abdicar de la
violencia, camina astroso y solitario rumbo al amanecer. Mi mejor deseo es que ambas escenas sean semejantes.
Nos vemos el dox y el trex y cuando haga falta. No me voy a ir de aquí. Yo tengo el perro amor de las ciudades.

No se Emperren

Restaurada provisionalmente la frágil salud de mi "servidor" (Clodoaldo), me entero, no sin disgusto, que un
abundante sector de mis lectores me cibersuplica que no apoye al candidato que abiertamente he decidido apoyar.
Esta bola de méndigos gaznápiros dice que siempre apoyo al que pierde. Perdónenme, pero se trata de una
apreciación muy burda. A veces le atino. Por no ir más lejos, hoy jueves 29 y en contra de las humillantes certezas de
la Rubia Misteriosa (próximamente, la señora Fox) la imperial escuadra azul -que jugaba en cancha adversa- humilló
hasta el oprobio a los holandeses que, por lo visto, han estudiado a fondo la técnica tenochca para chutar los tiros
penales (el juego fue en Amsterdam y el tiro más certero de los holandeses le pegó al Big Ben). De sobra está decir
que la mitad restante de mi reino la había yo invertido en favor del itálico escuadrón azul. Así es que, no se emperren,
a veces -cuando están los intereses nacionales de por medio- tengo un tino que ya hubieran querido los peculiares
asaltantes de Lilly Téllez. No se fijen en mi aspecto benévolo y ausente; puedo ser terrible. Nos vemos el dox.

Los Galgos Morados


Podrían haber sido pintados por Tamayo o por Remedios Varo, o por el celebrado y celebrable Juan Soriano. No lo
sé. Lo que me consta (¡y dále con los amores perros!) es que José Gorostiza los enunció: "Tiene el amor feroces
galgos morados;/ pero también sus mieses, también sus pájaros." Curiosamente estos versos contienen el veneno y el
antídoto: si deseamos obliterar la senda de los feroces galgos (morados, para mayor desgracia), se impone establecer
la siguiente agenda: 1í de julio, celebrar con la debida pompa y circunstancia mis 56 años (experiencia no necesaria);
2 de julio, votar, Votar, VOTAR, ¡VVOTTARR! con entera libertad y con afilado apetito de futuro; 3 de julio, amanecer
con la pacífica certeza de que, con la mañana, ya llegó el mañana (las mieses y los pájaros) y que todo está por ser
nombrado y construido. Para estos tres días y por una especialísima posdata no publicada en el Génesis: hoy toca (y
hasta puede tocar tres veces).

Cualquier correspondencia con esta columna que está perrísima, favor de dirigirla a gdehesa@infosel.net.mx o al
Apartado Postal 19-111, Delegación Benito Juárez, México, DF.

Gaceta del Angel / Hoy

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Germán Dehesa

(03-Jul-2000).-

Es una historia tan vieja, tan triste, tan humillante. No es fácil paladear la victoria. Ya perdimos la costumbre. Según
esto, nos habían dicho que lo nuestro era callar y obedecer, agacharnos y permitir, aceptar sumisamente el martirio y
el cáliz. Adquirimos el horrendo vicio del sufrimiento y el despojo permanentes. Sísifos criollos, aceptamos una vez
tras otra cargar la inmensa piedra, recibir el aviso de que lo estábamos haciendo muy bien y, a unos cuantos pasos de
la cumbre, contemplar atónitos cómo la piedra rodaba una vez más rumbo al abismo. El pasmo de las naciones y de
algunos nacionales era mirar la docilidad y la sumisión de todo un país que mansamente aceptaba cargar
eternamente esa piedra que cada vez pesaba más. Creo que hoy no alcanzamos a imaginar lo que conseguimos. A
mis 56 años, ya me puedo dar permiso de llorar y de festejar un hecho insólito que ya se anuncia en aquello que decía
Cortázar: "No puede ser que estemos aquí para no poder ser" (sin embargo, tantos y tantos no han podido ser). Con
fecha de hoy, México puede ser. Suplicaría que no me pongan en la lista de los idiotas que creen que nada se ha
logrado; lo que yo creo es que el costo ha sido altísimo y que los daños materiales y morales son incuantificables. Mi
primer recuerdo es humillante y tiene que ver con el PRI. Mi padre intentaba ganarse la vida como camarógrafo y
proyeccionista de cine. Para su desgracia, hacía tan bien su trabajo que mereció ser seleccionado por Maximino Avila
Camacho para estar a su disposición las 24 horas del día (para eso servía el poder). Jefe de múltiples familias,
Maximino tenía súbitos arranques de difusa ternura paternal. Hacia las dos de la mañana, en mitad de alguna
parranda, podía decir: Quiero que mi hija vea "Blancanieves", háblenle al chaparro y díganle que lleve a su hijo, para
que juegue con la nena. Mi padre era el chaparro y yo era el hijo. Jamás hablamos de esto, pero puedo imaginar su
infinita vergüenza al tener que despertar a un escuincle que todavía no cumplía tres años y que ya estaba
aprendiendo a hablar y a recordar. Hoy recuerdo y hoy hablo. Entre esos tipos y yo siempre ha habido algo personal.
Hace unos minutos, el Capitán Bucles ha venido a desearme buenas noches. Ojalá y puedan compartir la felicidad y el
orgullo que me provoca saber que nadie en este mundo me obligará a despertarlo a deshoras. Hoy todos los
mexicanos dignos podemos dormir tranquilos y felices. Todo está por hacerse; pero todo puede ser hecho. Yo que
tanto lo he fregado puedo sin sentir desdoro saludar a Ernesto Zedillo por su gentil y honrado comportamiento de hoy.
Ya hasta siento que lo quiero (es posible que este ímpetu transeúnte se me quite mañana). Antes de dormir, le enviaré
una carta al misterio y le diré lo agradecido que estoy por permitirme llegar a este acto de fundación que mis padres
ya no pudieron ver; en el mismo mensaje incluiré lo mejor de mi parchado corazón que habrá de ser repartido, por
correo especial, a todos los que pensaron (y pensarán) y votaron (y votarán) distinto. La tarea es enorme y nos incluye
a todos: hoy México vuelve a ser visible y acariciable. A lo lejos, se oyen la voz de José Alfredo y una jarana
tlacotalpeña. Por hoy: gracias, Chente.

Taquería Crispín

Me resulta tan raro esto de haberle atinado. Tengo una especial habilidad para irle a los perdedores. En todas las
Copas Mundiales le voy a México y, eventualmente, a Malasia. Dueño de tan dolorosa habilidad, siempre ando
buscando algún aviso de que los dioses se han apiadado de mí y, por una sola ocasión, han decidido otorgarme la
victoria. Doy un ejemplo de estas conductas mágicas: cuando tenía examen de física me decía: si te vas a pata y no
pisas ninguna raya, ése será el anuncio fehaciente de que vas a aprobar, aunque no entiendas nada. Reprobaba. Sigo
en las mismas. La dura realidad no ha logrado minar tan supersticioso comportamiento. Por eso mismo, cuando vi en
la TV que Vicente Fox, mientras votaba su hija, se había ido a un rústico expendio de tacos llamado "Taquería
Crispín" decidí que ésa era la exit poll que estaba yo esperando: un orate que, en el exacto día en que se está
jugando su destino se mete a la guapachosa "Taquería Crispín", merece ganar. Creo que es la primera vez que me
funciona este mecanismo precientífico; pero le pegué seco. Ya puedo vivir tranquilo.

¿Y cómo votaste, mi alma?

Mi querida señora potosina, procedo a contestarle: con extrema habilidad y con desenfado notable hice un voto
diferenciado. Para Presidente voté por Fox; para jefe de Gobierno del DF voté, no sin reservas, por López Obrador;
voté también por Marcelo Ebrard, por González Reza y por todos aquellos no priistas que algo hicieron por estar
presentes con sus electores. Mañana, si me tienen paciencia, les cuento con detalle mi fragorosa jornada electoral
que se cumplió en compañía de la Hillary, el Bucles y fauna todavía más maligna. Advierto que voy a celebrar toda la
semana el notorio hecho de que hoy yo sigo vivo, de que hoy tú me sigues leyendo y de que hoy México ¡por fin!
sigue. Mekai.

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Gaceta del Angel / ¡Hoy

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Germán Dehesa

(04-Jul-2000).-
Desde que estuve en posibilidad de hacerlo, nunca he dejado de votar. Estoy hablando de casi 40 años de acudir
desganadamente a las urnas con la creciente sospecha de que mi ingenua fe cívica era casi tan útil como los guaruras
de Lilly Téllez. Depositar mi boleta era un acto nimbado por una melancolía similar a la de esos náufragos que arrojan
al mar esa botella que abriga su más desesperada esperanza. Algo horrible. Así llegué al año 2000 y con incurable
optimismo patrocinado por la imaginación, me dió por pensar que, en una de ésas, ésta era la buena. Bastó con
decidirlo así, para que todo comenzara a complicarse. Decía el filósofo: la vida es horrible pero cortita. La Tractor está
entregada por entero a su gustado papel de madre recién parida y fue la primera en darse de baja. Aunt Jemima tuvo
un súbito ataque de civismo y nos anunció que ella estaba registrada en San Esteban Tepecuacuilco y que, con
mucha pena, nos abandonaría desde el sábado. La Toninita Jackson, que es nuestra mejor pitcher relevista, emitió un
boletín por medio del cual nos notificaba que ella era de San Melesio de las Iguanas y que también pasaba a retirarse
por comiciales motivos. De un día para otro, un hogar sólido se convirtió en precaria tienda de campaña. El Bucles
contemplaba la fuga masiva y no entendía muy bien qué tipo de meteoro estaba por caer sobre el hogar puesto que
todos lo abandonaban. Mientras mi voto no tuvo la menor relevancia, jamás encontré obstáculo para ejercerlo; me
bastó decidir que era importante, para que todo se conjurara en nuestra contra. Llegó el domingo 2 y en nuestro
domicilio de interés social permanecían estrictamente el padre, el atónito hijo y el Espíritu Santo que, transfigurado en
señora con camisón de dubetina verde, intentaba sin demasiado éxito preparar una compleja delikatessen de la
nouvelle cuisine llamada jugo de nopal. La Hillary y la licuadora se fueron a tiempos extras y acabó ganando la
licuadora. El horror apenas comenzaba. El méndigo Bucles amaneció cual tormenta tropical exigiendo su tequila y
exigiendo su canción. El quería saber, como los trágicos griegos, a qué se debía tanto desmadre. Su selvática
progenitora que tiene veleidades montessorianas intentaba explicarle, mientras le ponía sus calzones de Buzz
Lightyear, que se trataba de un domingo muy importante para mamita y aún para papito, porque teníamos que ir a
votar y que si no quería quedarse más abandonado que Rodríguez Alcaine (con su horripilante suéter de rayas que es
un anticipo de Almoloya), nos tenía que acompañar. Estas son concertaciones y no payasadas. Todo esto ocurría
mientras yo me bañaba y me aplicaba esencias orientales en lugares que el pudor me impide describir.

En tensa calma, la precaria familia se dirigió a la concurrida casilla. Intuitivo como soy, me bastó alzar la mirada para
descubrir que el día estaba bonito y que el cielo era azul. Amarramos al Bucles a un semáforo, nos formamos y nos
dispusimos a ejercer nuestro voto. El destino dispuso que exactamente delante de mí quedara un bondadoso señor
que avanzaba en una andadera de aluminio. Digamos que no era Alejandro Cárdenas y que se tardó unos 50 minutos
flat en ejercer su derecho. El Bucles berreaba, la Hillary bizqueaba y yo no me animaba a rebasar a la ráfaga de San
Angel. Valió la pena (valió la alegría). Hoy México amaneció muy mejoradito y el Bucles declaró a los medios: prefiero
cocinar yo.

Peor te la Contaré

En cuanto cumplí con mi cívico deber de votar, abandoné a la Sagrada Familia y me arranqué rumbo a mi oficina
donde, por órdenes superiores, estaban acuarteladas mis informáticas tropas. En periodística previsión, teníamos
monitores de TV, computadoras, radioteléfonos y toda una compleja red tecnológica para mejor servir al público de
esta empresa. Todos preveíamos una jornada llena de sobresaltos, actos sospechosos y abiertos hechos de pillaje.
Ahí estuvimos ocho horas como estúpidos. Los acontecimientos más emocionantes fueron, en orden de importancia:
a) El inverosímil triunfo de Francia en la Eurocopa; b) Una pizza modelo ratón loco que encargamos sin saber que
tenía 150 centímetros de diámetro; c) La noticia que llegó de Ecatepec referente a unas méndigas abejas
abstencionistas que trastornaron la votación y d) Un subversivo perro cegehachero que, en algún lugar del DF, se
lanzó sobre la ciudadanía y se comió las boletas. Salvo estos graves incidentes, la guardia -para nuestra desgracia-
transcurrió sin novedad. Loado sea Alá.

Las Ñoras

Haciendo a un lado las preferencias electorales, quiero dejar testimonio escrito sobre la infinita capacidad de firmeza y
de ternura (entre los hombres, éstos son términos excluyentes) que manifestaron ante nuestros ojos Teresa Uriarte de
L., Celeste Battel de C. e Hilde de S. Herzog. Las tres son leales; las tres son compatriotas; las tres estuvieron cuando
tenían que estar; las tres son magníficas mexicanas y las tres merecen reconocimiento. Ahora que es tiempo de
abrazar, ellas son imprescindibles.

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Gaceta del Angel / ¡¡Hoy

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Germán Dehesa

(05-Jul-2000).-

Las aduanas de la alegría. Me gustaría alguna vez entender cómo se ha ido troquelando el genoma colectivo de los
mexicanos; saber cuántos y cuáles acontecimientos, infortunios, admoniciones, catástrofes, dichas inalcanzadas,
esperanzas frustradas y "castigos divinos" se han ido depositando en la añeja y polvosa memoria nacional que hoy,
por ejemplo, nos prohíbe a tantos darle la plena bienvenida a la felicidad. La desconfianza, la tristeza, la
autodevaluación, el desánimo suelen dársenos con notable persistencia. Llega el dolor a nuestra casa y de inmediato,
sin preguntar siquiera de parte de quién, le franqueamos la puerta y le imploramos que se quede a vivir con nosotros.
Siempre andamos con la pena y en cuanto nos piden alguna señal de identidad, con extraño orgullo afirmamos que no
somos nadie. Es muy molesto ser así, o tener un amigo así. ¿Cuánto tiempo más seguiremos siendo tan ilegales con
nosotros?, porque, mire usted, mientras sigamos siendo tan hospitalarios con la pena y tan refractarios para el gozo,
viviremos en un permanente estado de ilegalidad moral.

Lo que acabas de leer, lectora lector amigo, es el enunciado de un enigma nacional que lleva muchos años
inquietándome, pero que el domingo dox se me hizo particularmente presente. Fue un largo viaje que comenzó a las
seis de la tarde y prosiguió a lo largo de doce horas inquietas, insomnes, atónitas y, en mi caso (y en mi casa),
inexpresablemente felices. Expertos como somos en recorrer las ruinas del sufrimiento (hasta podríamos hacer visitas
guiadas) el territorio de la dicha nos provoca todas las desconfianzas del mundo. En los 56 años que llevo fungiendo
como alborozado habitante de este país, nunca me había tocado ser parte de una ocasión tan plena para el júbilo
colectivo como la que compartimos en la inolvidable noche del 2 de julio. Entonces ¿si ya removimos la inmensa
piedra?; entonces, si el pueblo, ya nos instruyó a los opinadores e "intelectuales" acerca de sus verdaderos deseos:
¿por qué escatimar el grito, la dichosa lágrima, el abrazo, la infinita y fraterna felicidad de los que ya salimos del
infierno?. Dos cosas tengo muy claras con respecto al futuro inmediato: no seré gobierno y no seré de los mediocres
que, a nombre de no sé qué, se atreven a decirle al buen pueblo de México: eres muy ingenuo; esto va a ser
costosísimo; la Santa Inquisición está a punto de reinstalarse, a poco crees que va a ser tan fácil. A todos los que
dicen esto les expreso mi hondo deseo de que su órgano lingual se convierta en piel de cerdo sofrita en aceite (que la
lengua se les haga chicharrón). No tienen compostura, ni tienen llenadera; nada les acomoda; ni lo de siempre, ni lo
de nunca. Contra ellos y a nombre mío, de mis muertos, de los que se murieron porque algún imbécil decidió robarse
lo de sus vacunas; por mis hijos que ahora veo; por mis nietos que, según calculo, no alcanzaré a ver; por un lugar del
Universo que se llama México, les aviso que somos millones los que nacimos sin el perverso placer del dolor; que
somos millones los que estamos orgullosísimos de ser de aquí; que no le ponemos ninguna aduana a la alegría de
¡hoy!, y que nos permitimos notificar que, sin haber solicitado el permiso correspondiente, estamos juntos y felices
como nunca lo habíamos estado desde la fundación de Tenochtitlan; en síntesis: una maravilla.

Oye, Vicente...

Ai te dejo esos dos pesos... ¡cuídalos!, te lo pido por ti y por tu entrañable familia que todavía me debe una comida (y
es lo único que me debe); cuídate, hasta que no tengas todos los pelos de la burra en la mano, estáte tranquilo.
Supongo que ya advertiste que, durante cinco minutos, Ernesto Zedillo se la rifó por ti; ahora a ti y a nosotros nos toca
una tarea clarísima: cuidar a Ernesto Zedillo, arroparlo, decirle que se aventó el tiro del siglo, que ya se ganó el
respeto de México y que las víboras prietas sólo podrán morderse su propia cola. Vicente, sereno moreno; no
conviertas en absurda venganza lo que habrá de ser (1í de diciembre) justicia a secas. Leo en el periódico que el
domingo pasado, aunque tuviste mucha chamba, te presentaste en el Angel de la Independencia a acompañar a una
bola de locas y de locos recién liberados. Me platican que los loquitos te gritaban: ¡No nos falles!; tú, tranquilo; yo,
desde mi parvo ejido de autoridad moral, me abstengo del grito y te digo en tono de cuates: no te preocupes, buena
constancia tenemos de que eres humano y de que puedes fallar; si ocurre, no hay tox con Fox, aquí estamos los de
afuera para señalar, corregir y hojalatear la falla; no nacimos ayer, ni moriremos tu muerte; el domingo México decidió
acompañarte; si te equivocas, aquí estamos los que ya sabemos de estos asuntos de corregir el rumbo. Tú, llévatela
tranquilo y livianito; si fallas, aquí estamos nosotros que no sabemos fallar; nadie se va a regresar a su casa a ver por
la tele lo que vas a hacer por nosotros; esa historia ya nos la sabemos; estaremos en la vida, en las calles, en los
pueblos gobernando y proponiendo junto a ti. Como dijo a sus hijas, en su lecho de muerte, un acaudalado
tabasqueño: tienen todo para no pasar penas ni vergüenzas; nomás no se me apendexen. Pues eso.

Cualquier correspondencia con esta columna que refrenda la felicidad, favor de dirigirla a gdehesa@infosel.net.mx o al
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Gaceta del Angel / ¡¡¡Hoy

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Germán Dehesa

(06-Jul-2000).-

Aunque nos resulte difícil reconocerlo, toda la evidencia científica que tenemos hasta el momento produce un
diagnóstico inapelable: Vicente Fox existe (al desconocer este dato, los Dinos precipitaron su extinción). Todavía hay
datos más sorprendentes: existe el IFE, existe Zedillo, existe la justicia a largo plazo (a ver si lo vamos acortando) y,
ahora nos consta, existimos nosotros. Ya los mexicanos, cuya suspicacia es deliciosa, tienen cada uno su teoría
acerca del criptofoxismo de Zedillo, de la intervención de la larga y pilosa mano de Salinas, de un complot fraguado en
Washington, de una cantidad infinita de intereses ilegítimos e inconfesables que, casi de golpe, pusieron a un botado
(y votado) guanajuatense en la luna. Con tal de no disfrutar somos capaces de inventar las novelas más absurdas e
inverosímiles y todavía podemos, al mismo tiempo, no mirar con nitidez los hechos y los motivos reales y largamente
suficientes: un partido democrático que lleva décadas sobreviviendo en medio de la cada vez más espesa jungla
priísta y buscando la civilización (¿cómo hacemos para negarle el triunfo a Gómez Morín, a Adolfo Christlieb, a Luis H.
Alvarez y al Maquío?); un partido que se puso las botas de las siete leguas y decidió que el triunfo era ¡hoy!, y no en la
eternidad. Ignoramos igualmente algo que nos dijeron que no existía y que sólo había que invocar como quien solicita
la presencia de la Tlazoltéotl: la voluntad popular, también conocida como la inteligencia de la piella sabiduría
instintiva, la recuperación de la dignidad pospuesta y atropellada. Ya puestos a hacer nuestro catálogo de
incapacidades ante lo evidente, hay que nombrar con el debido aparato la omnipresencia de un partido de gobierno
que, me cuentan, alguna vez sirvió para algo; pero que hoy está constituido mayoritariamente y con respetabilísimas
excepciones por una mafia de bandidos, de inútiles, de narconacos y de almas exquisitas que pueden matar sin
mancharse las manos (eso creían). Desconocer estas evidencias nos lleva hacia dos destinos igualmente futiles: la
irrespetuosa teoría de que la peor derecha mexicana nos trajo a un Maximiliano autóctono (en esto puede basarse
Cárdenas para perder el tiempo -que podría dedicarle a la autocrítica- repartiendo fulminaciones a todo "traidor" que
intente colaborar con "el enemigo"). En caso de que este argumento no funcione porque la terca y reaccionaria
realidad se obstine en desmentirlo, se puede echar mano de otra línea de investigación (como acaba de comprobarlo
TV Azteca, el horror ante la indefensión es perfectamente prefabricable): siempre podemos decir que esto es
demasiado bueno para ser cierto y que, por lo tanto, no puede acabar bien. Si ésta va a ser nuestra actitud; si así
vamos a estar, desde hoy y desde aquí les puedo decir que el asunto acabará mal; pero si de esto se trata, no
cuenten conmigo. Yo estoy encantado (habitado por un canto) y dispuesto a trabajar con más ánimo que nunca.
¿Dónde estoy?, pues en el único lugar que conozco: frente a las palabras, en mi breve e insustituible territorio y
afiliado al único partido que me interesa: nosotros. O sea que aquí estoy listísimo para recordarle a Foxifox su
compromiso de firmar los Acuerdos de San Andrés y sugiriéndole que ponga a trabajar a la familia González Torres
que cada vez gana más haciendo menos (podrían los González, por decir algo, aprender nociones de ecología
moderna y dejarse de chamanismos yuppies). Ayer, por andar de festejoso, llegué tarde a mi artículo; ¡¡¡hoy!!! estoy
de regreso y lo que es más prodigioso: tengo ganas de trabajar. Besos y abrazos miles.

De Festejos

Comencemos con una breve y ejemplar anécdota: los Santos de Nueva Orleans son un conjunto de eficientes
jugadores de futbol americano que, año con año, se reúnen a cobrar costosas nóminas y a hacer puras brutalidades
en la cancha. El dueño del equipo decidió hacer un "comité de reflexión" que intentara explicarle tantas y tan
contundentes derrotas. El dictamen del comité fue un poco drástico: había que correrlos a todos. Veloz como Zedillo,
el dueño aceptó el diagnóstico y echó a todos a la calle Bourbon. Entre las víctimas del cese fulminante están los
propios miembros del comité y la mascota cuyo único delito era ser perro y ladrar al ritmo del blues. ¿Estarán leyendo
esto en el auditorio Plutarco Elías Calles?.

Ahora sí, procedo a desmentir los calumniosos rumores: no es cierto que con motivo de lo ocurrido el uno y dos de
julio haya hecho yo una fiesta: la verdad es que hice dos; una nocturna y bailable y la otra diurna y cantable. En
ambas me divertí como buen chaparro mandilón que soy. No hay atenuantes. Por tan grave causa mi artículo no
apareció en algunos periódicos de los Estados. No lo vuelvo a hacer (hasta el año que entra). Que me quiten lo
cantado y lo bailado. Como decía Vittorio Gassman: io sono veramente sorri, ma io sono veramente japi.

Cualquier correspondencia con esta columna que no compra chambas ni catástrofes, favor de dirigirla a
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Gaceta del Angel / ¡¡¡¡Hoy

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Germán Dehesa

(07-Jul-2000).-

Ya casi es mañana. Bien mirado (bien celebrado y bien vivido) este domingo salió muy durable y muy bonito (¡un
domingo plastifox!). Basta de pachangas. Por el momento, lo único que tenemos es la certeza de que ya nos
liberamos de un secuestro express que duró 70 años (será justo reconocer que, a veces nos trataron bien y muchas
otras, con nuestra participación activa o pasiva, nos trataron muy mal). Como sea, la sociedad mexicana de ¡hoy! se
sabe libre y descubrió que es capaz de decidir. Pero habrá que irse con cuidado; una cosa es salir del infierno y otra,
mucho más tenaz y laboriosa, es edificar un módico paraíso con cupo para 100 millones. Tanto es lo que hay que
hacer, que la foxiana luna de miel tiene que ser (ha sido) necesariamente breve. Ya "La Jornada" de hoy jueves trae
un encabezado ("Gobernaré yo, no el PAN: Fox") que ha encendido muchas luces de alarma (en algunos casos:
regocijada alarma) y que, para muchos lectores, ha resultado ambigua, por decir lo menos. Leído con mala leche, este
encabezado y la entrevista que lo motiva, pueden esgrimirse como la comprobación de una sospecha largamente
cocinada: Fox en realidad jamás fue panista y ahora, tras pedirle su abrazo y su bendición, rompe con el partido
blanquiazul. Leído con el mejor de los ánimos, el desaseado diálogo de Chente con un periódico que, según entiendo,
no le es del todo favorable (de ponderación, ya no hablamos), podríamos pensar en un sano distanciamiento de su
partido (¿dónde habré oído esa expresión?) y en una medida precautoria tendiente a evitar el desplazamiento rumbo a
Los Pinos del centro de gravedad de Acción Nacional que, como bien lo señaló Castillo Peraza, siempre ha estado en
el interior del mismo PAN. Dicho de otra manera: Fox asumió su riesgo necesariamente personal y pluripartidista y
protegió a su partido del calamitoso trance de convertirse en un nuevo PRI. ¿Cuál es la lectura correcta?.
Probablemente Fox la sabe; los lectores la ignoramos y pensamos que éstas no son horas de hacer declaraciones
ambiguas. Casi diría yo que, antes del 1íde diciembre, más le vale a Fox proceder como aconseja el Polonio de
Shakespeare: presta a todos tus oídos y a muy pocos tu voz.

A lo mejor, mi añeja paranoia no ha sido aplacada, pero me resultó irritante tropezarme con estos dispendios verbales
excesivamente madrugadores (no están bien en un candidato muy probablemente ganador; no estarán

bien en un Presidente electo -título que en pleno derecho aún no recibe- y serán una torpe demasía en un Presidente
de la República). Para mayor ardor, el miércoles por la noche leí, en la edición extraordinaria de "Proceso", la
entrañada e inteligente crónica de los nuevos (y los viejos) tiempos redactada por Felipe Calderón en honor a su
padre y en amor al PAN. Un énfasis y una interrogante: ¡qué acto de buena y civil memoria cumpliste, Felipe!. Mi
estimado candidato Fox: ¿qué quisiste decir con lo que dijiste y para qué lo dijiste ahora que no es momento de andar
diciendo por decir?.

México de mis Recuerdos

Creo que el cine mexicano ha fabricado unas cuantas escenas que han llegado a convertirse en mitos centrales de
nuestra vida. Yo, a veces, me transfiguro (no sin dificultad) en Pedro Armendáriz y subo la patota a la cama en espera
(infructuosa) de que la Hillary me ponga las espuelas y arranque a caminar al lado de su Charro Negro que va a tomar
Chimalhuacán. Nunca ha ocurrido. Más frecuentemente, me transfiguro en Don Susanito Peñafiel y Somellera y me
instalo, en compañía de algún fantasmal Don Chucho, en un fingido muelle veracruzano. Ya ubicado, miro hacia lo
lejos, me despido de Don Porfirio y oigo el retórico y conmovedor rollo de Don Chucho: sí, Don Susanito, es un México
que se nos va, pero que nos deja esto y aquelloà Caigo en este virtual trance cada vez que descubro que hay modos
buenos y malos, palabras, costumbres, esclavitudes y grandezas que desaparecen al diluirse en la movediza pantalla
que es mar y recuerdo al mismo tiempo. Por supuesto que todo será para bien. Esa es nuestra asignatura pendiente;
pero hago un llamado a los jóvenes mexicanos: por favor sean comprensivos con sus mayores que, de tiempo en
tiempo, sucumben al síndrome de Don Susanito. Son tantos y tan mezclados los recuerdos.

El Milagro y la Rosa

Nos precipitamos a decir que lo ocurrido el domingo 2 fue un milagro. Hace unos minutos, Miguel Angel Granados
Chapa me hizo entender que, para ser milagro, ha llevado mucho tiempo y ha implicado muchos heroísmos para
cumplirse. Tiene razón. Hace poco vi una videograbación que testimonia, por mencionar un caso, la larga e infatigable
lucha de "El Norte", "Reforma", "Mural" y varios otros periódicos mexicanos en defensa de la democracia y del sufragio
efectivo. Justo es rectificar: es un milagro largamente tramado. También lo es la rosa.

Mientras es Mañana...

...sigue siendo hoy. Y hoy andamos entre asombrados, atónitos, cansados y urgidos de algún abrazo culminante y
democrático. Dicho más sintéticamente ¡¡¡¡hoy toca!!!!.

Cualquier correspondencia con esta columna que se propone descansar, favor de dirigirla a gdehesa@infosel.net.mx

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Gaceta del Angel / Tiempos de adversidad

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Germán Dehesa

(10-Jul-2000).-

Este es un mensaje de solidaridad para los priístas caídos en el incumplimiento de su deber. Lejos de agarrarlos de
botana lo cual sería un énfasis gratuito y una rudeza innecesaria, mi deseo (al grito de "mal de muchos...") es
comunicarles que no son ellos los únicos que han vivido estos últimos tiempos sintiéndose como cocodrilos en fábrica
de carteras. Como decía mi madre cuando la querían apantallar con algún sufrimiento inenarrable: "sólo una sabe la
cruz que va cargando; lo que pasa es que yo sufro en silencio, pero déjame contarte..." (aquí entraba una sinopsis en
90 minutos de una telenovela de 500 capítulos). Pues así estoy yo, mis finos dinos: yo también cargo mi cruz.
Ustedes, por lo menos, tuvieron la perfecta coartada de que estaban en campaña y consecuentemente se pudieron
dispensar de las obligaciones y compromisos familiares y esto me faculta para decirles ¡felices, ustedes!. Es posible
que los resultados obtenidos no hayan sido óptimos (¿quién era el PRI antes de ganar medalla de plata en México
2000?); pero la postración física y metafísica no es su monopolio particular. La galana vida y la módica sobrevivencia
no ha sido fácil para nadie. Piensen (aunque sea como distracción) en un caso como el mío. Yo jamás pude invocar
ante mi esposa y ante mi enérgica exposa razones excluyentes como: lo siento mucho, jani, pero no podré
acompañarte porque tengo "agendada" una reunión de alto nivel con la cúpula de la CROC. No, señores, yo me tuve
que chutar íntegra la aciaga temporada junio/julio pródiga en fastos civiles y religiosos como bodas, primeras
comuniones, graduaciones, festivales de fin de cursos, presentaciones de libros, circuncisiones y otras mil variantes
que la sangrienta imaginación tenochca ha inventado en memoria de Huitzilopochtli. Lo crean o no, están leyendo una
dolorosa página adicional de la "Visión de los Vencidos". Quien les habla es un trémulo sobreviviente. Ya estuve en el
Ajusco en el indescriptible y lluvioso día de la "convivencia familiar" (mi alimento más sólido fueron unos chetos
aguados y mi único heroísmo fue no participar en la carrera de costales); ya estuve en el tumultuoso festival de la
Academia donde mis hijas aprenden (es un decir) jazz, tap y danza moderna. Cada coreografía (y fueron como 50)
incluye a 500 moconetes que chocan entre sí en el escenario mientras sus papás los graban en video (para su eterna
vergüenza) y sus abuelitas se desmayan por violentas hipoglucemias. Asistí también al baile de graduación de
primaria (¡háganme el c. favor!; cuando yo acabé primaria creo que me dieron una galleta María con cajeta) de la
pequeña Carlos. Imaginaos, dinos prinos, lo que es interactuar con 30 prepúberes vestidas como

Fanny Cano (las chicas) y como los hermanos Almohada (los chicos) y todo esto atestiguado por los
injustificadamente orgullosos padres y amuebladísimas madres que, bien a bien, lo único que pudieron comprobar fue
que los frutitos de su vientre, después de 6 años de vida académica, ya sabían bailar rap. Suspendo, pero no termino.
Mis estimados priístas (en verdad estimo a un buen número de ellos): vayan, por lo pronto, considerando que no son
ustedes los únicos que se sienten flagelados por el adverso destino. Continuará.

¿Qué Estás Leyendo?

Quizá una de las más desafortunadas frases de J.P. Sartre es aquella de que el hombre tiene que escoger entre vivir
y contar (yo creo que el que no vive no tiene nada que contar). Del mismo modo, es una falaz disyuntiva (felizmente
resuelta por el Quijote y perfectamente válida para Borges) la que postula que o se lee o se vive (Garibay decía: "¡lo
que lee el que vive!"). Todo esto quiere fungir como respaldo bibliográfico para el aviso de que si bien este año me
(nos) tocó vivir con desusada intensidad, los libros también han tenido su parte. Nombremos algunos: "La Fiesta del
Chivo" de M. Vargas Llosa nos invitó a ir y venir en raudos viajes imaginarios de la República Dominicana a la
República Mexicana. "La Carta Esférica" de A. Pérez Reverte nos conduce con sostenida emoción a tres modos del
misterio: el mar, la mujer y la muerte. "Cómo leer y por qué" de Harold Bloom nos proporciona un agradecible (quizá
discutible) mapa de lo que tenemos que leer si es que queremos enterarnos de dónde estamos parados hoy. "Lugar a
dudas" de Guillermo Sheridan es una deliciosa recopilación que certifica que el surrealismo desorbitado es el entorno
y el natural talante espiritual de los mexicanos. "El Manual del Ciudadano Contemporáneo" de Ikram Antaki nos avisa,
con encanto y rigor, del inmenso trecho y de los enormes riesgos que tienen que recorrer y enfrentar los ciudadanos
que en verdad quieren llegar a la tierra prometida. Hay tantos libros y hay tan poca vida. Algo habrá que leer y algo
habrá que vivir. Decía Gómez Morín: que no haya ilusos, para que luego no haya desilusionados. Hoy la tarea no cae
del lado de la ilusión, sino de la lucidez; los libros nos pueden ayudar a encontrarla.

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Gaceta del Angel / Tiempos de adversidad II

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Germán Dehesa

(11-Jul-2000).-

Mi estimado y Dino amigo: Enjuga ese llanto, contén tu bramido, acepta el duro revés (tipo Wimbledon) que te asestó
el destino y recupera el ímpetu y la emoción revolucionaria. Si yo sobreviví, tú también puedes, compatriota. Lo que
leíste ayer en esta conciliadora columna fue apenas una breve e incompleta sinopsis de lo que me ha hecho la ingrata
fortuna en los últimos meses. Tan bonito que era ser papá en la época de oro del priísmo. Como tú y yo bien
sabemos, algo pasó en el camino, graves mutaciones hubo en el genoma de las féminas y, casi de un día para otro,
abandonaron el cómodo y distante marcaje por zona (no sé dónde anda mi marido, pero el corazón me dice que está
pensando en mí y en sus hijos) y han optado por el brutal y descontonero marcaje personal a presión (si no te
levantas en este momento y me acompañas a la Primera Comunión del "Cebollín", en la tarde hablas con mi
abogado). Los politólogos dirían que ha cambiado la correlación de fuerzas.

Dejando a un lado el amor natural y confeso que tengo por los míos ¿ustedes creen que, en los buenos tiempos, yo
hubiera comparecido en la injustificada fiesta de graduación de Marianita y, días después, en la solemne ceremonia
de fin de cursos y entrega de calificaciones?. Si uno tiene la sana costumbre de dormirse a las cuatro de la mañana,
no está humanamente calificado para asistir a una hora que yo no sabía que existía a presenciar: honores a la
Bandera, palabras a cargo de la C. Directora, presentación de la C. Inspectora, bailable de rap tenochca a cargo de
alumnas y alumnos de quinto de primaria (como los aplaudieron mucho, ocurrió lo que me temía: se aventaron un
encore); entrega de los diplomas con discurso personalizado (las madres lloraban porque son muy sensibles; los
padres pensábamos en las nada despreciables compensaciones del celibato). 48 horas me dieron para reponerme de
este golpe y prepararme para el siguiente: una boda de etiqueta rigurosa. No saben. La Hillary me alquiló el smoking
que usó Oscar Pulido en "Escuela de vagabundos". El resultado fue aterrador: mi consorte parecía Hedy Lamarr y yo
parecía longaniza mal amarrada; desde que me la puse, yo sabía que algo iba a pasar con esa maldita faja "plisadita"
que es con lo que la cursilería de un smoking llega a su plenitud. Pasó. A la hora de saludar a un importante
personaje, la faja dió de sí, me deschicoté y le acomodé un fajazo en el plexo solar al distinguido personaje. Me
encantan las bodas, dijo la Hillary en el trayecto de regreso; Dehesa sufría en silencio. Lo bueno es que al otro día, a
otra hora estúpida, el Bucles tenía su graduación de ¡1o de kinder! (háganme el C. favor). Por supuesto que asistí; por
supuesto que me dispuse a ver un bello audiovisual que, me imagino, ha de mostrar el notable avance de los
pequeños narcosatánicos (dije "me imagino", porque más tardaron en apagar la luz que yo en cuajarme con más
solidez que el Ixtaccíhuatl). En conclusión: no sólo los priístas sufren en junio y julio. A los padres abnegados nos está
yendo peor que a Manuel Camacho. Y yo ni siquiera tengo 13 millones y medio de votantes que estén esperando mi
luz y mi guía. Nadie, diría Borges, puede comprender mi infinita contrición y mi cansancio.

Para Acabar Pronto

Mi amigo Rattán me habla con alarmante frecuencia: lo tengo muy preocupado. Me dice -opinión que no comparto-
que no he expresado claramente mi actual posición con respecto a Vicente Fox. De una vez por todas, me pronuncio
ante la comunidad pensante y no pensante de nuestro país: entre las muchas ayudas que necesita el que será el
próximo Presidente de México, una que no me parece nada despreciable es la siguiente: algunos (que además ya
tenemos costumbre) nos tenemos que quedar afuera, recuperar nuestra individual capacidad de crítica y de error y de
rectificación, si no queremos volver al tormentoso reino de las unanimidades y los apoyos incondicionales. A mí lo que
me gusta es ser quien soy y (diría Spinoza) persistir en mi ser. Jamás he ocupado un cargo público, ni lo ocuparé.
Jamás he sido consejero de nadie y jamás lo seré. Alguna vez, un funcionario priísta me trató de convencer de que la
Patria me requería para hacerme cargo de las culturas populares; mis argumentos para no aceptar fueron tan
luminosos que él se quedó con la chamba. Lo mío, me recuerda un buen cuate, es mantenerme a una escéptica
distancia. Tanto me gusta estar donde estoy que no lo cambiaría ni por la Alcaldía de Ixtapan de la Sal. Mientras tú
lees esto, lectora lector querido, Gurría anuncia que va a dejar la economía blindada, planchada y chula de bonita.
Cárdenas ya habrá declarado que es casi seguro que Zedillo le pasó lana a Fox (?). Yo estaré volando rumbo a
Chiapas con la sana intención de traerte buenas noticias de allá por el rumbo de las Cañadas. Dejo a los clásicos el
remate de esta secuencia: "Vivir quiero conmigo."

Cualquier correspondencia con esta columna que puede morir con smoking, favor de dirigirla a
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Delegación Benito Juárez, México D.F

Gaceta del Angel / El edén subvertido

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Germán Dehesa

(12-Jul-2000).-

...o el paraíso vulnerado, o ¿qué se te perdió en Chiapas?. Un poco harto de los patéticos despropósitos de Cárdenas
que, en un cibernético alarde de aceleración histórica, ya denunció los horrores de un sistema que aún no existe y ya
se levantó en retóricas armas contra un no por mítico menos peligroso Maximiliano guanajuatense. Fatigado también
por el intenso y público autodebate que cada priísta está sosteniendo con su otro yo patrocinado por Plutarco Elías
Calles y por Roberto Madrazo (que es el otro yo de aquello otro). Rendido ante la implacable felicidad de ser padre
modelo (T) y marido ejemplar; ante todo esto, el abajo firmante decidió trasladarse a Chiapas. Lo hice con el único
ánimo de enterarme cómo están por allá las cosas y con la convicción de que, según los chiapanecólogos más lúcidos
y mejor pagados, allá, para bien de la causa, lo único que se puede esperar es que todo empeore. Entre este
constructivo pronóstico y el cercano horror de tener que despertarme a las seis de la mañana, me dormí el domingo a
tardías horas y con la satisfacción de haber obtenido un triunfo contundente en el póker y con la esperanza de que
Fox y la sociedad me diseñen una terna para mí solito.

Lunes tempranisísimo: una versión en blanco y negro de mi caviloso ser llegó al aeropuerto. No entiendo por qué,
pero llegué a tiempo. Lo bueno es que ya sabía que, horas antes, un avión se había desmameyado en Tila, Chiapas.
Noticias así son las que reconfortan. Hasta donde alcanzo a recordar, llegué con bien al conflictivo territorio. No me
parece oportuno negar en este momento mi gratificante amistad con un chiapaneco contumazmente priísta: Jaime
Sabines (cuyos beduinos ojos, vengo de comprobarlo, se parecen a la Laguna de Miramar). Si aquí lo nombro es
porque me acompañó a lo largo de todo mi viaje. Estoy seguro de que él se habría indignado como yo con la
emboscada que me fue tendida en San Quintín (pero de eso hablaré más tarde). Retomo el hilo cronológico y abordo
un transporte aéreo que me permite recorrer casi de punta a punta lo que aún conservamos de la Selva Lacandona y
en particular de dos zonas conocidas como Montes Azules y Marqués de Comillas. Para describir Montes Azules,
cedo la palabra a Don Jaime: "...las montañas existen. Son una masa de árboles y de agua, de una luz que se toca
con los dedos, y de algo más que todavía no existe./ Penetradas del aire más solemne, nada como ellas para ser la
tierra, siglos de amor ensimismado, absorto en la creación y muerte de sus hojas...". Hagan, por favor, un esfuerzo
para imaginar lo que siente un desvelado hombre de asfalto frente a la unánime conspiración de lo verde que, a
golpes de luz, ha convocado a todos los amarillos, los azules, los dorados, los ocres, los invencibles colores de la
tierra para cantar todos juntos la muy trivial contingencia de que este lunes el sol salió por las buenas. Decía Wilde
que la naturaleza imita al arte. Es claro que nunca estuvo en la Selva Lacandona; de haberlo hecho, hubiera tenido
que escribir que no hay manera de que el arte descubra el verdadero nombre de la naturaleza. Palenque, Nueva
Palestina, Bethel, Bonampak, Crucero Corozal, Yaxchilán, Boca Lacantún, Zamora-Pico de Oro; lugares, nombres (un
chiapaneco jamás renunciará a su pasión nominativa), hombres y mujeres que ahí viven y que andan buscando
veredas para tener presente y futuro. Por el rumbo de Montes Azules se adivinan los espacios baldíos, o apenas
verdecidos, que ya fueron lastimados por la mano del hombre. Por el rumbo de Marqués de Comillas, la que fue
unánime selva hoy apenas conserva ésta o aquella mancha de verdor. En algún momento, me dicen que estoy en
pleno territorio zapatista. No me ofende, ni me molesta. Creo que la destrucción comenzó siglos arriba. Razón
suficiente para que ya termine. Caminando por algún tramo de selva (con ese aire lastimoso que sólo un citadino
puede tener en estos parajes) escucho un rugido pavoroso. Mi serenidad habitual me hace pensar en un grupo
perfectamente organizado de jaguares, de velocirráptors y de judiciales que están a punto de devorar a la expedición.
Cuando comienzo a sentir pena por Gurría que ya no contará con mis impuestos, me entero de que tan horrísonos
gañidos los producen unos méndigos e inofensivos changuitos conocidos como zaraguatos. Por una extraña
asociación de ideas, pienso en el PRI. Mañana, si me acompañan, procedo a contarles del loco proyecto de sembrar
(plantar), durante

18 días, 20 millones de árboles allá en Chiapas.

Cualquier correspondencia con esta emboscada columna, favor de dirigirla a gdehesa@infosel.net.mx o al Apartado
Postal 19-111, Delegación Benito Juárez, México, DF.

Gaceta del Angel / El edén subvertido II

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Germán Dehesa
(13-Jul-2000).-

DICE SABINES: "Las montañas... son una masa de árboles... a punto de caer sobre los hombres, milagro de
equilibrio, permanecen en su mismo lugar, caen hacia arriba... pasan nubes y ríos y tormentas, guardan sombras...
dan el pecho a limones increíbles, pastorean arbustos y zacates, duermen de pie sobre su propio sueño de madera,
de leche, de humedades...". Vengo de verlo. En lo que me reste de vida, trataré de entenderlo.

Como Italo Calvino, yo también desconozco qué horas son en el reloj de mi vida. Por lo pronto, lo que alcanzo a
percibir es que no sobreviviré fácilmente a otro meneo chiapaneco como el que el CISEN y la SEDENA me acaban de
organizar bajo la consigna de: ¡Haga Patria y aniquile a un periodista!. Salvo un submarino atómico, no hubo aparato
de locomoción al que no me hayan trepado con la sana intención de que me desplomara a media selva gritando
leperadas y exhalando mi último suspiro. Si acaso esto fallara, ya tenían lista la emboscada de San Quintín (pero de
esto hablaré más tarde). Hay indicios ciertos de que sobreviví a tantas y tan ominosas maniobras. Pronto saldré en
peregrinación a San Juan de los Lagos a depositar mi exvoto o "milagrito" exactamente abajo de aquél que dice:
"Grasias quiero dar a la Birgen porque después de pasar una noche pacional y terrivle con un señor, no pasó nada."
Esto ocurrirá en agosto. Por lo pronto, vamos al vivero.

Para depositar las semillas germinadas en su receptáculo de cobre y de nutrientes, las mujeres son indispensables,
pues sólo sus manos saben de estas tareas tan delicadas. Así me dijeron en el vivero de Zamora-Pico de Oro que es
uno de los muchos puntos de la geografía de Chiapas donde los árboles recién nacidos pero ya sonrientes esperan el
momento de ser trasladados a su hogar definitivo: la selva. Su memoria vegetal les avisa que son de ahí y que, en un
plazo promedio de siete años, ya serán maderables y, por lo mismo, sacrificables. Nuestros árboles merecen mejor
destino. Les deseo larga vida y larga sombra.

Según entiendo, hoy 13 de julio, comienza la subversiva operación planeada maquiavélicamente por la Secretaría de
la Defensa y por la SEMARNAP. Se trata de comenzar a pagar nuestra larga deuda con la selva y con la vida; se trata
de que cerca de 15 mil jóvenes mexicanos, mujeres y hombres, le entreguen a la buena tierra lacandona 20 millones
de árboles en edad de merecer. El Presidente Zedillo (tan revaluado él) se encargará de poner en marcha la
movilización de este ejército armado de coas, de arbolitos Montessori y de aperos agrícolas. Adivino que existen los
que en todo encuentran una maligna conspiración y un pérfido complot. Se alzarán las voces que denunciarán esta
campaña de reforestación como una siniestra coartada para estrechar el cerco militar sobre el EZLN; creo
honestamente que tan esclarecidos gritos acabarán extraviándose en la millonaria selva que hoy comienza a
recuperar su territorio.

Mientras yo contemplaba los preparativos para este multitudinario avance del verdor y miraba a las mujeres indígenas
que se ganaban un salario prodigándole su intensa y amorosa atención a los arboletes, me preguntaba qué pensará
Marcos de todo esto. No puedo pensar o hablar por él. Me resigno sin mayor pena a hablar por mi cuenta y sin ser
vocero oficial u oficioso de nadie. Mi estimado Marcos: ya no os la xaléis. Llegó la hora de sentarse a hablar para
fundar esa paz digna y esperanzada que hoy queremos los buenos mexicanos. Con serena furia, brota el bosque de
la democracia mexicana que durante tantas décadas durmió bajo la tierra sus sueños de semilla. Si hoy entre todas
las mestizas etnias mexicanas hemos abierto el espacio para que el árbol de la esperanza arraigue y nos cobije a
todos, nadie tiene derecho a lastimarlo o a frustrarlo. Buenas cosas sé, Subcomandante, de su cultura, de su palabra
que ahora es la de todos y de la buena sombra de su sentido del humor. Imagino que habrá usted leído Macbeth de
William Shakespeare que es un autor que está haciendo furor. Ahí se habla de un bosque que camina y que termina
por destruir a un hombre soberbio y empecinado. No vaya a ser la de malas, mi Sup. ¡Bienvenido a la pesadilla! le dijo
usted a Ernesto Zedillo. Es hora de platicar. Creo que de no ser así, habrá un bosque creciente y caminante (bien
plantado mas danzante) que le dirá: ¡Bienvenido a tu propia pesadilla!. (Mañana terminamos).

Envío Bígamo

Estas líneas son para dos mujeres lejanas entre sí y cercanas en la buena esperanza: Florinda Meza que me envió un
amable correo electrónico que pone en claro su alegría y su buena voluntad frente (hacia, desde) la claridad que
comienza a iluminarnos a todos los mexicanos. Quiero también felicitar a Amalia García que fue con Sergio Sarmiento
y dijo en voz alta y serena lo que muchos perredistas o sedicientes "personas de izquierda" quizá ni siquiera han
pensado: México, en un acto feliz y pacífico, se ha convertido en un territorio que, si lo deseamos con la suficiente
fuerza e imaginación, puede dar cabida al pensamiento crítico, fraternal y generoso; Amalia habló también de la
impostergable autocrítica a la que tiene que someterse la izquierda mexicana y manifestó sin aspavientos su buena y
alegre disposición para colaborar a construir el lado izquierdo de la nueva casa. Yo ayudo.

Cualquier correspondencia con esta columna que es un árbol que camina, favor de dirigirla a gdehesa@infosel.net.mx
o al Apartado Postal 19-111, Delegación Benito Juárez, México, DF

Gaceta del Angel / El edén subvertido III

Por

Germán Dehesa

(14-Jul-2000).-

En Chiapas, informa el noticiero conducido por López Dóriga, las mujeres indígenas son vendidas en precios que
oscilan entre los $ 3,000 y $ 5,000. En Chiapas es más que probable el triunfo de la coalición opositora encabezada
por P. Salazar Mendiguchía en las elecciones para la gubernatura del Estado (y eso que Labastida afirmó que "el
Croquetas" Albores era un "gobernador ejemplar"); en Chiapas, al cabo de los años de violencia abierta que se han
depositado en los años de violencia cotidiana, hemos llegado a un punto en el que ya nadie entiende nada (vale la
pena leer "Chiapas/ La guerra en el papel" de M. Levario Turcott. Ed. Cal y Arena, para entender la cuestionable
participación de "los medios" y "los comunicadores" en esta recia construcción de lo ininteligible). En Chiapas,
coinciden M. A. Granados Ch. y Amalia García, cada uno con sus propios argumentos, se abre un espacio de
excepción para que Fox y Marcos (y lo que ambos representan) conspiren a favor de la paz y de la justicia. En
Chiapas, dice Saramago (que está más loco que Fox) todo puede arreglarse en cinco minutos; todo es cosa, dice el
Premio Nobel, de firmar los Acuerdos de San Andrés, retirar al Ejército y ya estuvo (y su lusitano helado de limón ¿a
qué hora se lo servimos?). Si algo me queda claro es que lo poco o lo mucho que se podía conseguir por la vía de la
insurrección ya está ahí y no arroja saldos totalmente positivos. Siempre es mejor vivir el espasmo épico del heroísmo,
que construir en el prosaico terreno del día con día, pero a veces no queda de otra.

Ahí estaba yo recorriendo a pata y en vehículo el tramo de carretera que une a Ixcán con Flor de Café (para la fauna
urbana ferozmente sedentaria es difícil entender el reto y la oportunidad de civilización que representa una carretera.
Es tan sencillo y tan arduo como poner a circular los fluidos vitales que estaban coagulados y empozados). Este tramo
que parecía imposible de construir, lo hicieron los soldados mexicanos y beneficiará a los hombres libres que ya
tienen un camino nuevo. De Flor de Café volamos en helicóptero a San Quintín y pude ver desde lo alto la inverosímil,
la nacarada Laguna de Miramar. Estos vehículos pueden transitar en cualquier terreno, me dijeron en San Quintín
mientras me enseñaban un vehículo con aspecto de torta compuesta. Lo abordamos y (¡oh, milagros mexicanos!) dos
minutos después, se atascó. Esto es una conspiración, pensé yo que soy un poco paranoico. No dije nada y me
dispuse a continuar a pie el recorrido. ¿Saben lo que es una pendiente lodosa y chiapaneca?. No, no lo saben; lo sé
yo pues tuve con ella una íntima comunión. Recuerdo nítidamente que descendía yo erguido y con envidiable
gracilidad; un segundo después, estaba yo horizontalmente suspendido en el aire (me gustaría decir que pensé en mis
hijos y en la Patria que estaba a punto de perderme; pero nada más pensé: ¡me voy a partir la madre!). Lo hice. No se
necesitó coa para sembrarme en suelo chiapaneco; con la pura gravedad tuve. Quedé como chocorrol. ¿No te
lastimaste?, me preguntaron los solícitos expedicionarios. Cuando les dije que no (cosa que está por verse), pusieron
cara de enorme decepción. Me queda claro que todo era un complot para acabar conmigo. No lo lograron. Todavía
tuve ánimos para comer, para ir a Guadalupe Tepeyac y para visitar ese claro en la selva donde los zapatistas
construyeron con la madera de sus árboles una especie de enorme barco que jamás ha zarpado...

De regreso a México tuve oportunidad para la venganza y para la esperanza. Molido, barrido y fregado pedí un café a
la gentil azafata; me lo sirvieron y en ese mismo instante, el avión entró no en una bolsa de aire, sino en un enorme
costalón aéreo. ¿Ustedes han visto cómo queda suspendido en la atmósfera un cuarto de litro de café hirviente?, yo
sí; juro que lo vi con toda claridad antes de que se incorporara a los impecables ropajes del C. Secretario de la
Defensa. Nomás me miró con cara de "ya quedamos a mano".

Con respecto a la esperanza, ahí en el avión se me ocurrió que todo Chiapas es un inmenso navío de madera
dispuesto a zarpar rumbo a la lejana justicia. Paz para la selva (dice Sabines: "Aquí Dios se detuvo, se detiene, se
abstiene de sí mismo, se complace."); paz para Chiapas; paz para México.

Aviso para los Pumas

La transacción ya estaba hecha. Se realizó fuera del draft. Se trataba de dos piernas muy preciadas y muy cotizadas
internacionalmente. Las arduas conversaciones concluyeron en un contrato ventajoso para ambas partes. Si Olalde ya
no estará más con los Pumas, el enorme hueco había sido sabiamente subsanado. Por una cantidad que no estoy
dispuesto a revelar, vendí el contrato de la Hillary a la organización universitaria. Sin embargo, la fatalidad nos
persigue a Peláez y a mí. En plena pretemporada, a la Hillary, en una gambeta particularmente difícil, le tronaron los
cartílagos de las dos rodillas. No es broma. Ya la operaron y aquí la tengo en calidad de Nefertiti momificada. El lunes
hará público el anuncio de su retiro de las canchas. Estoy desolado. Ya es viernes. Ustedes que tienen su alineación
completa recuerden: hoy toca.

Cualquier correspondencia con esta columna que mordió el lodo, favor de dirigirla a gdehesa@infosel.net.mx o al
Apartado Postal 19-111, Delegación Benito Juárez, México, DF.

Gaceta del Angel / Destinos

Por

Germán Dehesa

(17-Jul-2000).-

La palabra tenía resonancias terribles. En la tragedia griega, aparecía el destino y se acababa el talk show. El
jansenismo jesuítico sembró el desconcierto con sus especulaciones en la bolsa teológica acerca del concepto de la
predestinación. La ilustración francesa nos propuso poner en razonable tela de duda la teoría de que nuestro destino
está escrito y especuló largamente con la posibilidad de que cada quien escribiera su destino y, si le quedaba tiempo,
redactara en el cuaderno de los otros. De modo muy constructivo, Amado Nervo avisa que él fue el arquitecto de su
propio destino (le quedó como del INFONAVIT, pero lo hizo él solito). El romanticismo lánguido reactivó, en tono
menor y perdurable, la leyenda de que ya estaba escrito que aquella noche perdiera tu amor. Según esto (y según yo)
lo único que ni la suprema omnipotencia pudo imaginar o anticipar fue el destino que llegaría a tener en México la
palabra destino. Aquí comparecen en la historia dos factores disruptivos: la SECTUR y el FONATUR. Fueron estos
extraños organismos los que cancelaron la noble prosapia de la palabra destino y la convirtieron en playa, balneario,
belleza natural o deslumbrante ruina. Si antes las personas, las familias, las tribus se reunían con alma abierta y limpio
corazón a tratar de escrutar su destino, hoy nos basta con mirar un folletito y preguntarnos: ¿a dónde nos largaremos
de vacaciones? y de inmediato aparecen nuestros posibles "destinos". Un misterio más que muerde el polvo en las
triturantes manos de la modernidad. En esta última y trivial acepción del término, hablemos de algunos destinos.

DESTINO INCIERTO: El capitán Bucles y su Dinoabuelo (urgido de suturar sus sangrantes heridas) se fueron solitos a
Acapulco. La yacente Hillary (la Amada Inmóvil) le dijo a su brontopadre: por favor, cuidas mucho a Andresito, te
mando quince hojas de instrucciones de uso y el niño va todo marcado con plumón por si quiere hacer pipí sepas por
dónde. Yo que soy más escueto, le dije a mi enrulado vástago: cuidas mucho a tu abuelo, acuérdate de que es priísta
y en cualquier momento se puede aventar de la Quebrada. Ya se fueron tomaditos de la mano. Es posible que anden
todavía por la TAPO buscando un avión. Si alguno de ustedes, vacacionistas que ya llegaron a su destino, encuentra
vagando por la Costera a un señor tricolor acompañado por un niño azul, les suplico que tengan misericordia y los
conduzca al hotel Elcano. Ahí los están esperando.

DESTINO TRANSITORIO: Su Charro Negro está en Cancún. No me pregunten por qué, pero cada año la industria
farmacéutica me invita a su convención. Supongo que me consideran cliente frecuente y buscan darme alguna
compensación. Desde que llegué al aeropuerto con media hora de anticipación tuve una premonición: los voy a
desprogramar y el vuelo va a salir retrasado. En efecto: salimos una hora más tarde. Yo estoy aquí solito y mi alma
mirando al mar. Este es mi destino. Desde mi cuarto veo la alberca llena de convencionistas que, guiados por un
"animador" subnormal, pretenden jugar volibol acuático. A lo lejos el mar -diría Zitarrosa- alborotado desde anteayer,
manda saludos. Escribo estas líneas (ni modo que otras), trato de organizar la charla que vine a pronunciar y pienso
que, según avisa el mar, todavía no es éste nuestro destino definitivo.

Naidie Comperende

He hecho una pausa en mis melancólicas meditaciones tropicales y he bajado a cenar. Todo responde a una lógica
secreta. Mientras pienso que no he nombrado a los autores de boleros como grandes usufructuarios de los destinos
fatales (el bolero es destino), se materializaron -guitarra en ristre- junto a mí tres individuos mayas que, sin que nadie
los haya ofendido, se ponen a cantar. Han de llamarse "Los Tapetones del Mayab" o algo así. De cantar, cantan
horrible pero con los peores sentimientos y lo hacen en un dialecto que es una variante del español muy influída por el
perro Bermúdez. Parece que en lugar de boca tienen dulla y con ella construyen un melódico pastel de Sanborns. La
clientela sajona no sale de su pasmo cuando los oye susurrar: Naidie comperende lo qui sufero yo (hablando así, no
los va comprender nadie)... ¡Bujeeer! ssibuedessetú con Diosabelá (ya me conformo con que puedas hablar, aunque
no sea con Dios) pregúntele si llealguene vesetiedije diadurar... El dialecto dulla es aniquilante. La cena me cayó
como cateo en Tijuana. Pedí la cuenta. Salí con paso vencido. "Los Tapetones" entonaban (es un decir) ¡Béseme!
bésemebushuu... Confirmado: éste no puede ser mi destino.

Cualquier correspondencia con esta columna sin destino manifiesto, favor de dirigirla a gdehesa@infosel.net.mx o al
Apartado Postal 19-111, Delegación Benito Juárez, México D.F

Gaceta del Angel / Bendito entre las mujeres

Por

Germán Dehesa
(18-Jul-2000).-

¡Usted tiene la obligación moral de hablar bien de Guadalajara y de darle a nuestra ciudad el lugar que merece por
sus maravillosas mujeres!. ¿Quién creen que me decía esto?. Adivinaron: una mujer de Guadalajara que me abordó
(como microbús) en una comida de las comadres de Fox en la que aparecí sin saber que: a) no iba a poder comer y b)
iba yo a quedar a merced de cientos de féminas enfebrecidas a quienes, me temo, no les han avisado que ya pasó la
elección, porque siguen en pie de guerra. Tener amigas tan conspicuas como Concha Lupe (que ya se volvió
totalmente palacio) y Leticia Múzquiz tiene sus costos. Con mucho gusto los pagué y los seguiré pagando, porque en
mi genoma (germanoma le llama una corresponsal) existe una natural tendencia a la amistad con las mujeres, aunque
--como fue el caso- bolígrafo en mano se me avienten de a montón y porque no es poca cosa mirar en un sólo golpe
de vista a todas las etnias femeninas de nuestro país. Literalmente había mujeres de Sonora a Yucatán; de San Angel
a Tepito; de Zacatecas a Chiapas. Mención aparte merecen las mujeres tapatías que me tienen amenazadísimo si no
digo que son mielecita en penca, rositas en botón y rudísimas e incansables luchadoras. Lo peor es que sí lo son y lo
son con tal pasión, sabiduría y generosidad que nos obligan a las tribus masculinas a repensar nuestras reservas,
mezquindades y chaparros intereses. No hace muchas décadas, Thornton Wilder escribía en "Los idus de marzo":
Una mujer, aunque se esté desplomando el Universo, está pensando en su casa; un hombre, aunque se esté
desplomando su casa, está pensando en el Universo. Chicos: les tengo malas noticias; las mujeres han decidido que
tanto el Universo como su casa son asuntos que directamente les conciernen. Dicho de otra manera: o los hombres
nos pasamos en limpio y nos ponemos las pilas, o corremos el grave peligro de ingresar al ejército industrial de
reserva.

Un Navío, Navío Cargado de...

Estoy muy impresionado con la ductilidad espiritual e ideológica de muchos compatriotas. Todos se están subiendo al
barco (lo van a hundir). Ahora resulta que el 98% de los mexicanos actualmente vivos (o vivillos) nacieron foxistas,
aunque la vida no les había dado la oportunidad de demostrarlo. Lo estamos comprobando y creo que en los tiempos
venideros tendremos oportunidad de atestiguarlo de manera todavía más tumultuosa. Búfalo Vil sigue galopando por
las llanuras del oportunismo y su bravío impudor no conoce fronteras. Igual organiza un programa de TV para invitar al
candidato triunfante y decirle en cadena nacional: oye, Vicente, hay un tema que tú y yo hemos platicado mucho y que
a nuestro público le interesaría conocer... (mensaje subliminal: Fox y yo somos íntimos desde hace décadas); si esto
no está a su alcance, entonces se cuelan en cualquier festejo o besamanos foxista y esperan y aguantan lo que sea
necesario con tal de ser vistos y saludados por el inminente "ungido". Opino (necesito opinar) que no están
entendiendo nada y que quieren aplicar su fosilizada mentalidad priísta a estos nuevos tiempos que si no son
diferentes, no serán ni nuevos, ni tiempos; serán (serían) una melancólica mutación del pasado. A mí me parece muy
bien que Fox sea quien es; me complace igualmente saber que yo soy quien soy y que cada uno tiene, desde su
lugar, muchas cosas que hacer.

Cada Soldado Francés...

...trae en su mochila un bastón de Mariscal. El méndigo Napoleón que era buenísimo para esto de electrizar
multitudes solía arengar con este incumplible ofrecimiento a sus sufridos soldados. Lo solía decir antes de entrar en
combate de modo que a sus tropas no les diera tiempo de revisar la mochila para ver si era cierto lo del prometido
bastón de Mariscal. Pensé en esto ahora que Fox, con su proverbial capacidad para el dispendio verbal, anunció que
cualquiera de los 100 millones de mexicanos puede ser parte de su gabinete (sin haber hecho bien las cuentas, creo
que a cada mexicano nos tocaría ocupar algún ministerio durante cuatro segundos del sexenio. Calculo que tantos
cambios le restarían continuidad al proyecto de gobierno). Ya Ikram Antaki procedió a cabrearse y declaró que así no
se forma un gabinete. Estoy de acuerdo. Yo prefiero no formarme falsas esperanzas y, como anuncié renglones
arriba, he decidido no treparme al sobrecargado navío. En cierta medida, las tareas del candidato triunfante se
facilitan. Ya puede anunciar que hay una Secretaría esperando a 100 millones de mexicanos menos uno. Algo es
algo. Mi tío Manuel manda decir que tampoco cuenten con él porque ya está muerto y no cree poder con la
responsabilidad. Dos mariscales menos. La que todavía lo está pensando es la convaleciente Mariscala Hillary que
muestra cierto interés por SEMIP, SECODAM o la que quede libre. Nomás avísenle con tiempo, porque se tiene que
peinar.

Envío

Unico, sin palabras, para siempre: un abrazo a Emilio Echevarría. Alguien en algún lugar nos debe una explicación.
Hoy sólo tenemos el abrazo.

Cualquier correspondencia con esta columna que se queda en el muelle y no se sube al barco, favor de dirigirla a
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Gaceta del Angel / ¿Cómo dicen que dijo

Por

Germán Dehesa

(19-Jul-2000).-

El Presidente Zedillo (percíbase que ya no le escatimo el título; cosa que lo debe tener muy aliviado) fue a Oaxaca y
dijo esto y aquello. Terminó su alocución y, veloz como el Renave, se lanzó al oratorio ruedo un descendiente de
Benito Juárez que estaba urgidísimo de manifestar su molestia, su alarma y su contrariedad porque, según él, Vicente
Fox había manifestado en un programa de televisión su voluntad de irle dando pellizquitos a la soberanía nacional y
esto, según el descendiente, era algo que no se podía permitir porque la soberanía es la más preciada herencia de los
mexicanos. En un tono paciente y conciliador, el Presidente le contestó al febril descendiente: no te calientes,
planchita (no le dijo así exactamente, pero se lo dió a entender), creo que por el momento el deber de todos es apoyar
a Fox (a lo lejos se oyen los enloquecidos bramidos de los dinopriístas y de los dinoperredistas). Dejemos a un lado la
respuesta institucional y sensata de Zedillo; por el momento, me preocupa más la capacidad que están manifestando
algunos mexicanos para leer las cosas del peor modo posible. Sucede que yo también ví ese programa que tan
alarmado tiene al descendiente. Sucede además que, según mi mamá que era proclive a la mitomanía, nosotros
descendíamos (en caída libre) de un Niño Héroe (pero a mí, ni borracho se me ha ocurrido apuntalar alguna opinión
propia con la muy tenue coartada de que estoy hablando a nombre de los heroicos defensores de Chapultepec). El
ejercicio de memoria que estoy a punto de hacer corre por mi estricta cuenta y me permite recordar que, en efecto, en
la larga charla que tuvieron H. Aguilar Camín y Vicente Fox se tocó el punto de la globalización y algo dijo Fox en
referencia al caso de España y a una plática que sobre el asunto había tenido con Felipe González. En ese contexto,
Fox comentó que el ingreso de España a la Comunidad Europea había representado, según Felipe, cierta cesión de
soberanía y daba como ejemplo la desaparición de las fronteras y la creación de una moneda común. Yo escuché
todo esto con mis orejas parabólicas y en ningún momento experimenté la urgencia de escupir sangre y/o de rodar por
la alfombra. Realmente se necesita tener lo que Henry James llama "la imaginación del desastre" para deducir que lo
que estaba haciendo Fox era ofertar la sacrosanta virtud nacional y declarar que México se ponía en venta de garage.
Realmente hay que descender mucho de Benito Juárez para extraer de la manga la teoría de que Chente ya vendió al
país y de que no tardan en llegar los chalanes de los oscuros intereses internacionales para llevarse a Oaxaca en
unos diablitos. La única lección que de todo esto se desprende es la de que cada quien lee lo que quiere leer y
entiende lo que quiere entender. Como diría el Mago Septién: contra la interpretación prejuiciada y la base por bolas
no hay defensa. Les propongo otro refulgente caso de interpretación mágica: María Bernal, la nueva gloria de las
letras hispánicas, acaba de declarar refiriéndose a Raúl Salinas: ya me maldijo, ya me insultó, ya declaró que digo
puras mentiras y puras estupideces; para mí esto es una señal clarísima de que soy el amor de su vida (realmente
sólo le faltó mentarle la madre, para que ella quedara convencida de que Raúl la amará hasta más allá de la tumba).
O sea: ¿cómo dijo?.

Prosiguen los Zopilotes

Un señor que se apellida Chiarito tiene la ilusión, para mí infundada, de que es pintor. Guiado por esta discutible
certeza expuso algunos cuadros en la Casa de la Cultura de Tlalpan. Varios de los visitantes manifestaron su horror
ante los cuadros, pero, a mi juicio, esgrimieron para su rechazo una razón incorrecta e inaceptable: los cuadros eran
"inmorales" (asunto irrelevante). El megapancho se armó porque, atendiendo a estas protestas mal formuladas, algún
funcionario decidió retirar los cuadros. De inmediato se alzaron voces airadas contra "la brutal embestida de la
intolerancia". Ya volvieron a poner los cuadros. Opino que son horribles, pero Alá y tú saben más de estas cosas.
Quizá mi sensibilidad todavía no merece disfrutar de un arte tan evolucionado. Sólo tengo una cosa que opinar: si los
vuelven a quitar que sea porque ya se llegó a un consenso de que son como de pulquería, pero no porque sean
inmorales (aunque algo hay de inmoral en lo mal hecho, pero éste es asunto difícil de juzgar. Hay quien considera que
el Monumento a la Revolución es la cumbre de la arquitectura del siglo XX).

Canal 40

Yo tuve la felicidad de participar en la gestación y nacimiento de ese buen proyecto televisivo. Me concierne. Hoy
aprecio la buena inteligencia de Denise Dresser, de Denise Maerkler, de Ciro Gómez Leyva, de Hernán Cabalzeta y
en particular de Javier Moreno Valle. Como ya no estoy en nómina, puedo hacer público mi regocijo por la oportunidad
que se ha abierto de que Canal 40 se recupere por entero. Hoy es tiempo de apoyar enteramente estos proyectos
críticos e independientes.

Cualquier correspondencia con esta columna que mejor no dice, favor de dirigirla a gdehesa@infosel.net.mx o al
Apartado Postal 19-111, Delegación Benito Juárez, México D.F.

Gaceta del Angel / La íntima tristeza

Por

Germán Dehesa

(20-Jul-2000).-

No sé a ustedes, pero a mí la felicidad me produce mucha melancolía. En medio de tan justificado júbilo y tan
fundadas esperanzas, yo como que no me hallo; me siento cual ornitorrinco en Trafalgar Square: entiendo el idioma,
pero como que no vengo al caso. Quiero imaginar que hay un buen número de mexicanas y mexicanos mayores de
40 años que estamos viviendo este indispensable período de adaptación que nos llevará de la decadencia priísta (y si
hablo de decadencia es porque tácitamente reconozco la existencia de un período de lozanía, de edificación y de
propuesta) a esta civil esperanza que la ciudadanía inauguró el 2 de julio. Proust escribió que nunca sufre más un ser
humano que cuando va de una costumbre a otra. Pues eso. Lo dicho hasta aquí no tiene que alarmar en demasía a la
señora potosina, ni a don Hipólito que es un honorario señor potosino que me acabo de conseguir y que, nomás para
abrir juego, ya me confirió el inmerecido título de limpiabotas de Fox. Den por descontado que llegaré al 1¦ de
diciembre con el mejor de los ánimos y con la pluma bien afilada (y jamás afiliada).

Si ya anda uno entre melancólico y nostalgioso y con el alma color ala de mosca, peor se ponen las cosas si, por dar
un caso reciente, nos llega la noticia de que se murió Fernando Marcos (¡qué hado maligno persigue a los mexicanos!,
así dijo don Fer cuando nos zumbaron los británicos en el Mundial de Inglaterra). A Fernando Marcos lo conocí
cuando yo tenía seis años y él colaboraba, al igual que mi papá, en el noticiero de Clasa Films Mundiales (en esos
tiempos, el mundo se acababa en Ixtapan de la Sal). Tiempo después, coincidimos varias veces ante los micrófonos
de la radio y, eventualmente, frente a las cámaras de TV. Creo que no hubo una sola vez en la que no nos
peleáramos; pero era todo un gusto y un honor pelear con él. El último pleito lo motivó Fernández de Lizardi: yo
comenté que, entre las muchas publicaciones periódicas que Lizardi había provocado, hubo una que se tituló "El
conductor eléctrico"; lo dije y ya en la sílaba "tri" don Fer estaba farfullando que estaba yo loco y que era
cronológicamente imposible que Lizardi hubiera usado ese título. Lo de menos es que, en ese caso, Lizardi y yo
tuviéramos la razón; lo rescatable es la vehemencia, la pasión vital y la generosidad de F. Marcos para aconsejar -él
que ya estaba de regreso de todo- a los que apenas estábamos de ida en esto de la intimidad con el micrófono. Buen
viaje, don Fer; ya habrá un lugar para seguir discutiendo.

Sin reponerme todavía de esta tristeza, la televisión me mostró la imagen de dos jaliscienses abundantes en talento y
en gracia: Juan José Arreola y Antonio Alatorre. El motivo del programa era el primero, pero el segundo es el que más
entrañables cosas sabe sobre Arreola y el que mejor puede contarlas. Los dos -aunque esto no los responsabiliza de
nada- fueron mis maestros en la UNAM, y cada uno a su manera me mostró con claridad el difícil rumbo de la tierra
prometida. El programa producido por Editorial Clío me pareció excelente, justo y conmovedor (los tres adjetivos se
necesitan). Me da mucha tristeza que la vida de Arreola esté terminando. El alguna vez dijo: la mujer que yo amaba se
me ha vuelto un fantasma; yo soy el lugar de sus apariciones. F. Marcos, Alatorre, Luis Rius, Rulfo, Arreola, Sergio
Fernández, Ma. del C. Millán... varios están vivos, otros ya han muerto y yo aquí estoy convertido en lugar de
apariciones.

Esplendor y Decadencia

No ha mucho, el FCE publicó las memorias de Antonio Ortiz Mena compiladas y editadas por Carlos Sales. Quien lo
desee puede asomarse a la rica y aleccionadora prosa de don Jesús Reyes Heroles. Mencionar juntos a estos dos
personajes es restaurar instantáneamente la gran época del pensamiento y de la expresión política del PRI y refrendar
la convicción de que para hablar claro y bien hay que pensar con ética y claridad. Creo que ésta es una lección que
deben tener presente los políticos de hoy que hablan sin cesar y muchas veces sin pensar. Militan en cualquier
partido, pero están hermanados por su casi permanente conflicto con el idioma español. Si un filólogo quisiera
averiguar las razones profundas del deterioro del PRI, le bastaría con estudiar un poco la trayectoria y la expresión
verbal de Ortiz Mena y de Reyes Heroles y luego compararlas con los discursos-responsos de la señora Sauri y con
las cartas de Roberto Madrazo que, a mi juicio, carece de toda autoridad moral o gramatical para proclamarse
redentor de nada. Bien usadas, las palabras son actos; en caso contrario, son el crujido de la vacuidad.

Y Salió Bartlett y Dijo...

El dilapidado PRI realizó con ese brío que sólo tienen los difuntos, sus libres y transparentes elecciones para designar
a los jefes de sus bancadas partidistas en las Cámaras de Senadores y Diputados. Con su indomable ánimo y con
fundadas ilusiones, Manuel Bartlett participó en la elección. Una vez que conoció el resultado, el ex-gobernador de
Puebla hizo a la prensa este comentario digno de Quevedo: ¡Son fregaderas!. Les digo.

Cualquier correspondencia con esta columna que se afantasma un poco, favor de dirigirla a gdehesa@infosel.net.mx
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Gaceta del Angel / Tirar el arpa

Por

Germán Dehesa

(21-Jul-2000).-

A veces dan ganas. En su "Epístola in carcere et vinculis" Oscar Wilde dice cosas tristes y sabias. Una de ellas vive
conmigo: "Lo que se entiende está bien". Ustedes me dirán que la frase de Wilde lejos de ser triste es estimulante. De
acuerdo, pero detengámonos un poco a observar sus implicaciones y encontraremos que en las palabras de Wilde
hay un segundo y desalentado mensaje: Lo que no se entiende está mal (la Rubia Misteriosa ya se colapsó con mi
exótica inferencia porque dice que no la entiende y se siente muy mal). La nómina de lo que sí entendemos (o
creemos entender) es magra y notoriamente menor a la infinita lista de asuntos y materias que no entendemos. El
hombre avisado acepta esto y lo sobrelleva con paciente prudencia; lo hace, por lo menos, mientras su dosis de
inteligibilidad es suficiente para sobrevivir y mientras el incalculable peso de lo que no entiende no lo abruma, ni lo
lastima en el centro de su intimidad. Si esto ocurre; si ya no se entiende nada; si neuronalmente hablando ingresamos
a la pobreza extrema; entonces, comenzamos a sentirnos muy mal. Esta semana comenzó para mí con la
inmanejable noticia de la muerte de un muchacho cuyo padre es un amigo admirado y querido. Comenzó el malestar.
Cada día nos trajo el ultrajante aviso de que la crueldad y la violencia -impunidad y "líneas de investigación" de por
medio- distribuía cadáveres aquí y allá. El malestar creció. Aquí me detengo para retroceder 20 años largos y
recuperar la imagen de una muchacha sonriente, hermosa, buena amiga, llena de gracia y con una voz que era un
fluído milagro; de ella decían que "tenía todo el futuro del mundo"; fue y es mi amiga queridísima (¡rata! es la palabra
clave que utilizamos para reanudar la amistad cada vez que nos encontramos); su nombre artístico es Beatriz Adriana
y me considero un experto en los mil modos de la generosidad que tiene su amistoso corazón. Hace algunas horas la
he vuelto a ver convertida toda ella en un grito indescifrable. Le han robado su más íntimo futuro. Han matado a su
hijo. Tenía mucho tiempo de no verla. Para mirarla como la miré, hubiera preferido no volver a verla jamás. En el pozo
del dolor se puede exigir justicia, reclamar la pena de muerte, se pueden decir tantas cosas, pero lo cierto es que ese
dolor en las entrañas es irreparable y es para siempre. Todo es verlo y entender que ya no entendemos. No quedan
ganas de escribir pues se sabe que cada palabra disminuye y traiciona lo que se siente. Además y en aumento de la
pena se sabe que si pedimos justicia, los destinatarios son una compacta masa de corruptos y de estúpidos que no
pueden, ni quieren darnos razón de esa sangrante tiniebla de la que ellos forman parte. Por todo esto dan ganas de
tirar el arpa. No entiendo. Pero otra amiga que se llama Rosario Castellanos me reanima y avisa: "Recuerda,
recordemos./ Es nuestra manera de ayudar a que amanezca./ Recuerda, recordemos/ hasta que la justicia se siente
entre nosotros."

Los Misterios de la Segob

"Para divertir su afán/ cantaba a su reja un loco/ unos estamos por poco/ y otros por poco no están." Esta es una copla
de Ramón de Campoamor que podríamos haber olvidado si la vida no nos hubiera otorgado el difícil premio que tomó
cuerpo en el actual Gobernador de Oaxaca. El señor Murat está preocupado y casi alarmado. Ya descubrió que hasta
en su íntima tina hay micrófonos. Los mostró en TV (como si fuera tan difícil colocar alambritos). El señor Murat con
emocionante y ficticia cara de preocupación, presentó en sociedad a los micrófonos. No acusó específicamente a
nadie; pero la SEGOB sintió la necesidad de aclarar que el espionaje ¡vive Dios! no es su asunto. La rapiña de Murat y
sus 40 asesores no es relevante en este caso. Lo terrible es que al se'orgobe'rdor lo estén espiando cuando, la mera
verdad, no tiene nada que ocultar (¿o sí?). Su queja es para enternecer el corazón de cualquiera. Dice el señor Murat
que si algo le pasa (un golpe así, no podríamos resistirlo), ya dejó con unos notarios la cumplida relación de quiénes
son los culpables. Si tienen tiempo en este fin de semana, lean el "Sartor resartus" (el cosedor recosido) de Carlyle.
Creo que tan edificante lectura nos ayudará a comprender las oaxaqueñas pugnas entre el eficacísimo (es un decir)
Diódoro Carrasco y el impoluto (enfáticamente es otro decir) señor Murat. Nomás faltaba que lo que no le ha hecho la
cirrosis, se lo fuera a hacer la SEGOB. Porfa.

La Cojita no está Embarazada

¿Pues cómo?. Anda trabajosamente y, para mayor desgracia, otros delincuentes (que también quedarán impunes;
ésta es una de las seguridades que nos alivian a los capitalinos) le robaron su agenda y me pide que por este medio
avise a clientes, proveedores y amigos que se comuniquen para restaurar la dolorosa pérdida. Retomo: no está
embarazada ni en peligro de estarlo; ya cursó la fase momia egipcia y comienza a caminar entre la gente y ella se ríe
y el Bucles y yo también nos reímos, dificultosamente. Me dicen que hoy es viernes largamente y contra tanta pena,
yo digo que hoy toca minuciosamente.

Cualquier correspondencia con esta columna que cojea penosamente, favor de dirigirla a gdehesa@infosel.net.mx o al
Apartado Postal 19-111, Delegación Benito Juárez, México D.F.

Gaceta del Angel / Oiga, Don Vicente

Por

Germán Dehesa

(24-Jul-2000).-

¿Es usted o lo están haciendo?; ¿a poco ya se manda solo?. No sé si usted en la TV ve otros programas además del
de Don Adal Ramones. Lo ignoro. Lo que sí me consta es que, por invencible morbo, yo me asomo todos los días al
noticiero de López Dóriga y precisamente ahí (el preciso día en que estuvo de visita C. Cárdenas) me vine a enterar
de que aquella promesa de campaña que nos aseguraba un crecimiento del 7% no estaba sanforizada y ya se
encogió a un 5% (y esto a reserva de que la sigan rapando de casquete corto). Escuché la noticia y mi hígado
comenzó a adoptar la forma de moño navideño. Pero todavía faltaba la sorna de C. Cárdenas que dijo, palabras más
o menos: yo no tengo nada que hablar con el señor Fox; no tengo por qué quitarle su tiempo; ojalá y que le vaya
bonito y que cumpla sus promesas de campaña; pero ya ve, Joaquín, el 7% ya se convirtió en 5%... (hasta aquí lo que
recuerdo de CCS). Sobre la burla, el escarnio. Si el hígado ya lo tenía como pretzel, ahora la bilis entró en ebullición y,
la mera verdad, no me quiero quedar con el coraje, porque para acabarla de friccionar, mis muchos y supuestamente
buenos amigos que fungen como izquierdosos me traen como perico a toallazos con sus telefonemas que
invariablemente comienzan con la pregunta: ¿ya viste a tu Fox?. Lo de menos sería avisarles que usted no es de mi
propiedad; esto no es lo que me preocupa; me alarma mucho más el desencanto de tantos millones de mexicanos
que, al votar por usted, hicieron suyas -por convicción y esperanza- esas promesas de campaña. A ver si nos
entendemos don Vicente: usted habló por su cuenta, riesgo y conveniencia de un 7%. Hasta el momento de
proclamarla esta cifra era un sueño guajiro de su exclusiva propiedad. Una vez hecha pública y avalada por el voto, se
volvió compromiso nuestro; entonces le pregunto: ¿cómo sin consultarnos anda usted chiquiteando y manoseando
nuestros compromisos?, ¿dónde quedaron esos dos puntos del PIB?, ¿le dieron alguna información nueva que no ha
compartido con nosotros?, ¿desde un principio sabía que la cifra era inalcanzable y simplemente la usó como un falaz
argumento de campaña?. Haga un esfuerzo y piense antes de responder. Responda lo que responda, yo me adelanto
a decirle: si usted que como candidato era tan aventado, ahora como triunfador ha decidido ser prudente y sacatón,
ése no es problema nuestro. Si usted ha decidido desconocer sus compromisos, nosotros no. No acepto que usted
con novedosa cautela nos venga a contar de un 5% cuando ni siquiera nos ha consultado, ni nos ha dado la
oportunidad de respaldar la original oferta de campaña. Yo suponía que nos tenía confianza. Pónganos a prueba.
Reúnase con sus dotadísimos asesores y preséntenos un proyecto para no fallar. Si hay que ahorrar más, le
entramos; si hay que trabajar más, le entramos; si tengo que pagar más impuestos, le entro (siempre y cuando me
entregue buenas y transparentes cuentas); si hay que ser más equitativos y generosos, estamos dispuestos. Lo
intolerable es que usted por su cuenta nos salga con que a la niña le dan calambres. Veo con horror que usted no
aprecia lo suficiente la generosidad, la madurez y la energía que liberó este país el dos de julio. Don Vicente: déjese
de tarugaditas y díganos cómo le hacemos para que ese 7% se cumpla. Ya no es compromiso suyo; es nuestro. Es
mejor morir intentándolo que disminuir nuestra esperanza. ¿Me entendió o le hago un dibujito?.

Los Misterios de la Segob II

Don Diódoro ya nos avisó que está francamente preocupado con el espionaje y las amenazas (tareas tan ajenas a la
SEGOB) que ha recibido su entrañable amigo y alma gemela José Murat. Mirad cómo se aman, dirían las Escrituras.
Solventado este enojoso y oaxaqueño problema, la Secretaría a su cargo se dio a la tarea de enfrentar el candente
asunto de los Talk-Shows (que arrancaron formalmente con los dos debates por la Presidencia que atestiguamos en
meses recientes). No cabe duda que la SEGOB está viviendo la edad de oro de su período de descrédito. Yo nunca la
había visto tan enérgica, terminante y eficaz. Ante la unánime repulsa de todos los que en nuestro país se esfuerzan
en pensar, la SEGOB no se anduvo por las ramas y decidió descargar todo el peso de su enorme autoridad: si la
sociedad está horripilada y rechaza tumultuosamente los Talk-Shows, no hay pero que valga: ¡que los cambien de
horario!. La sentencia puso a temblar a todo mundo. Las conductoras de estos ridículos pugilatos intrafamiliares ya
declararon que aceptan humildemente el veredicto y que se resignan a tener más audiencia como resultado de este
atropello. Perfecto. Y ya la SEGOB anunció que si esta brutal decisión no resulta, está dispuesta a tomar una medida
más drástica: cambiarle el horario a la sociedad. Les digo que son...

Y por si Algo me Faltara

Tengo que terminar de escribir, porque quedé con Viruta y con el Bucles de acompañarlos a ver "Dinosaurio".
Andresito quiere ir a Loreto; pero yo le digo que en el Auditorio Plutarco Elías Calles hay una versión mucho más
intensa y realista. Le vale. Iremos a Loreto. Ustedes queden con Dios y cuídense mucho. Como decía uno de nuestros
más recientes líderes morales: los demonios andan sueltos.

Cualquier correspondencia con esta columna que crece al 7%, favor de dirigirla a gdehesa@infosel.net.mx o al
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Gaceta del Angel / Dinosaurio

Por

Germán Dehesa
(25-Jul-2000).-

El Bucles no está para bromas; no admite dilaciones ni, mucho menos, posposiciones. Como buen mexicano, toma
con extremada seriedad todo lo que tenga que ver con la diversión. Si su padre le había prometido llevarlo al cine a
ver "Dinosaurio", su crepuscular progenitor tenía que cumplir. Según me enteré luego, el infame Bucles mantuvo un
discreto diálogo con su augusta y yacente madre: oye, mamá: se me hace que mi papá se va a dormir en el cine. Es
posible, mijito, tu papá está muy cansado y donde duerme mejor es en el cine. Bueno, mamita, entonces lo dejo
dormir, pero ¿y si ronca?. Entonces, con cuidado, lo despiertas para que se acomode bien (en el fondo, el par de
méndigos, se avergüenza de mí). Oye, mamita, yo ya ví la película y si papá está despierto, yo creo que se va a
asustar con los carnosaurios. Si eso pasa, Andrés, tú lo proteges y le dices que no tenga miedo. Todo esto ocurrió a
mis espaldas, aunque me resultó entre extraño y conmovedor que el Bucles me tomara la mano para entrar al cine y
me avisara que ahí estaba él y que no debía tener miedo. En sábado, los cines de Plaza Loreto son un generoso
anticipo del infierno; moconetas ombligonas y mozalbetes con el pelo engominado y lleno de picos estilo Sierra Madre
ingresan a las salas cual turbamulta de apaches enloquecidos por los hongos (tienen como pie de atleta en el
cerebro). El Bucles los mira con aristocrático desprecio, mi veinteañera y letrada hija Viruta me comenta por lo bajo:
¡qué bella edad!, y la rubita misteriosita, que es como princesa de cuento, prefiere no darse por enterada de la
existencia de la astrosa grey. Con enorme pericia, el Bucles obtiene una suerte de silla adicional que, colocada sobre
la butaca, le permite estar a la altura del espectáculo. Para pasmo de mis acompañantes, no me dormí ni un minuto.
Lejos de eso, la película me arrobó de principio a fin. El argumento es más o menos previsible y mezcla sin empacho
elementos de Tarzán con vislumbres de Shakespeare. Acaba siendo lo menos importante. Lo prodigioso es el milagro
visual. Varios años dedicaron los realizadores a remontar millones de ayeres y a re-presentar esa naturaleza
primigenia de bosques, lagos, desiertos y mares habitados por criaturas que hoy en los museos son anticipos del
polvo. En mi calidad de veterano visitante del Museo del Chopo, tengo que declarar mi caudaloso asombro y la
oceánica dicha de mis ojos mortales que alcanzaron a recibir este vislumbre del pasado. Cuando los presuntos
inteligentes me vienen a contar la trillada historia de que hemos perdido nuestra capacidad de asombro, yo me siento
obligado a manifestar mi desacuerdo y a puntualizar que a mí me asombra una guitarra, me asombra México, me
asombra la hermosura de las mujeres, me asombra que una de ellas me quiera, me asombra que mis hijos me cuiden
y me asombra el cine. Es que eres muy ingenuo; todo lo hicieron por computadora, me dicen los que están de regreso
de todo (sin haber ido a ninguna parte). Yo sigo asombrado. No tengo una, sino varias computadoras y con todas ellas
no podría hacer ni una amiba convincente (Fox). ¡Cuidado, papá, me decía el Bucles, ahorita viene una escena de
miedo!, ¿estás preparado?. Yo le decía que sí, pero él de todas maneras se hacía un ovillo y se metía por debajo de
mi brazo. ¿No tienes miedo? preguntaba el sujetín. No ¿y tú?. Yo un poquito, decía con frágil voz mi supuesto
cuidador. Conclusiones provisionales: a) ver una película mientras abrazas a tus hijos es una indecible felicidad y b)
hay muchos dinosaurios que, a pesar de serlo, son buenos e inteligentes (este asunto tiene dimensiones políticas).

Telcel

Como todas las mujeres de modelo reciente, la Hillary viene equipada con tracción delantera y suspensión
independiente. Ignorante de esto, una abogadín le habló la semana pasada para notificarle que se había excedido por
algo así como 300 pesos en los gastos de su teléfono celular y que estaban él y su arrasador bufete en pleno proceso
de demanda. Me conmueve y me impresiona la inocente arrogancia del leguleyo. La Hillary, que había liquidado su
adeudo el día anterior, percibió, con esa sensibilidad que sólo las mujeres y los periodistas tenemos, que caía en
blandito. Lo que le dijo al abogado no podría publicarse ni en los tabloides más audaces y permisivos. Como se decía
antes: la agarró de malas y consecuentemente al jurisconsulto le fue de peores. Moralmente hablando, no le quedó ni
un hueso, ni un pariente sano. Ignoro en qué cantina cursó la secundaria mi dulce compañera, pero aún yo que tengo
doctorado en leperalogía ignoraba los hondos misterios del arte de injuriar que la Hillary exploró. Lo peor (o lo mejor)
es que lejos de ofenderme, me sentí aliviadamente solidario con esta modosa ama de casa que tan certeramente les
recordó su condición amátrida a estos operadores de la telefonía celular. Ya lo de menos eran los 300 pesos (que
seguramente servirán para apoyar a nuestros atletas de excelencia); la injuria estriba en el hecho de que estos
miserables se atrevan a amenazar a aquéllos que se exceden en el límite prefijado, o no pagan a tiempo uno de los
servicios más deficientes, más horrendos, y más mediocres de que se tenga memoria en este país famoso por lo malo
de sus servicios. O sea, que si les mentaron todo lo mentable, todavía nos siguen debiendo. Y que conste que no
estoy fomentando la incultura del no pago. Aquí el punto es: ¿por qué cobran tamaña porquería?.
Cualquier correspondencia con esta dinosáurica columna, favor de dirigirla a gdehesa@infosel.net.mx o al Apartado
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Gaceta del Angel / Desayuno con Fox

Por

Germán Dehesa

(26-Jul-2000).-

¡No le permito que insulte a mi muñeco!, éste fue el recado telefónico que una airada radioescucha me envió el lunes
a mi pachanga hertziana. Ignoro si logré convencerla de que no se trataba de insultar a "su muñeco"; sino de avisarle
a don Vicente Fox que los compromisos de campaña son ahora también compromisos nuestros y que si por algo
éstos no se pueden cumplir; eso lo tendremos que decidir entre todos. Yo digo que no fue para tanto; que fue apenas
un round de sombra que cae dentro de la indispensable preparación de todos aquellos que nos disponemos a
brindarle al nuevo presidente nuestro apoyo crítico. El caso es que, como consecuencia o como coincidencia, hoy
martes tuve el gusto de compartir el pan y la sal y los chilaquiles del desayuno con Vicente Fox y con algunos otros
periodistas tan o más sospechosos que yo (Carlos Marín por dar el más lamentable ejemplo). Fue un encuentro grato,
afable que permitió poner en la mesa acuerdos y desacuerdos, coincidencias y extrañezas, proyectos y suspicacias.
De todo, lo más novedoso, a mi juicio, fue el tono de confianza y de comodidad que Vicente Fox sabe crear para que
la libre expresión se pueda ejercer sin falsos protocolos, ni barrocos guayabazos, ni crujientes almidones. Tampoco
era cosa de picarnos el ombligo, sino de algo mucho más extraño en estos parajes: el clima diáfano de la franqueza
republicana. El señor Fox está dispuesto a gobernar y con tal disposición como aval, nos pregunta si nosotros los
plumíferos estamos dispuestos a informar y si la sociedad está dispuesta a asumir sus propias tareas de gobierno.
Aunque todavía el TRIFE no me da (y creo que no me dará nunca) mi certificado como vocero oficial de la sociedad
mexicana, yo me aventé a decirle al señor Fox (al fin que él tampoco tiene todavía su papelito) que la sociedad en
general y las mujeres y los jóvenes muy en lo particular, están de uñas y en plena disposición de hacer las tareas
necesarias para que todos nos demos buen gobierno. Por nuestra parte, los comunicadores -por lo menos, los dignos
de tal nombre- estamos dispuestos (aún sin chayote) a cumplir nuestro gustoso trabajo de mediar entre un gobierno
que ¡por fin! nos dé información completa y oportuna y una sociedad que requiere de esa información para saber si va
bien o se regresa. Saldos del desayuno: el establecimiento de un espacio de diálogo cordial y constructivo entre el
poder y los medios; el abierto reconocimiento de que así como el poder necesita el cauce de la crítica; la sociedad
requiere de buena información y de una clara asignación de tareas. Establecido esto, cada chango se fue a su
mecate, cada mochuelo a su olivo y, si no me equivoco, las semillas de la esperanza han comenzado a caer en buena
tierra. Tiempo habrá para cerciorarnos de que nuestro país crecerá más y de mejor manera que lo que hoy podemos
imaginar. Trabajemos.

Amanecer Tapatío

No sé en qué lugar del mundo estarás despertando, lectora lector querido. Yo, tras una variada y deliciosa (más le
vale) cena que compartiré con el Gober Bebeto, dormiré en Guadalajara y tendré, estoy seguro, un grato amanecer
tapatío. Voy vengo. Cuiden la ciudad y ya no rieguen cadáveres. Si se ofrece algo, me dejan recado con Rosario
Robles y se fijan que apunte bien.

Murió Chayo

La noticia no está confirmada, pero yo me apuro a publicar la esquela: en santa paz y víctima de un paro cardíaco (a
todos los que se mueren se les detiene el corazón) murió doña Rosario Embute de la Transa. Ella, en sus buenos
tiempos, fue idolatrada y deseada por todo el medio periodístico que la conocía indistintamente con los cariñosos
apodos de "el chayote" y/o "doña Chayo". Este redactor tuvo la oportunidad de viajar en un avión donde los chicos de
la prensa recibían su sobre y cantaban en alegre coro: "¡La cosecha del chayote/ nunca se acaba!". Si algún lego en la
materia siente que ahora sí no está entendiendo nada, paso a informarle que, en los medios periodísticos y noticiosos,
llámase chayote a esos bienes que en moneda o en especie recibía el periodista por lo que publicaba por
instrucciones de tal o cual funcionario y sobre todo por lo que no publicaba. Me dicen, pero falta el certificado, que el 2
de julio a las 11 de la noche -exangüe, desnutrida, desnortada y atraviatada- murió doña Chayo rodeada por sus
últimos y nostalgiosos enamorados. ¿Descansará en paz? o dicho de otro modo: ¿tendremos los periodistas que
rascarnos con nuestras propias uñas e incurrir en esa demasía que es pensar y trabajar por nuestra cuenta?; como
dijo Moctezuma Xocoyotzin cuando le informaron que con unos cuantos regalitos los españoles se irían: aijopsou.

Cualquier correspondencia con esta columna que no carece de PAN para desayunar y cenar, favor de dirigirla a
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Gaceta del Angel / Atlas-UNAM

Por

Germán Dehesa

(27-Jul-2000).-

Si yo fuera Manuel Lapuente diría que no soy un chambista y que lo único que sucede es que cuando me toca jugar
en cancha ajena utilizo -como muchas señoras- un dispositivo defensivo y cauteloso. Tal fue el caso de más reciente
visita a Guadalajara, Jalisco. En esa ciudad todavía tan paseable y habitable tengo siempre pendientitos que cumplir;
pero en el caso específico del martes 25 de julio, mi compromiso central era aventarme una cascarita verbal mano a
mano con el atlista Alberto Cárdenas (a) Bebeto, (a) mi Gober; Gobernador del Estado de Jalisco en una doméstica
versión del Atlas-Pumas, el clásico más joven del futbol mexicano.

Un buen amigo se hizo cargo de pepenarme en el aeropuerto y depositarme frente a la puerta de la muy sobria y bella
"Casa Jalisco" residencia oficial del Ejecutivo jalisciense. Como no quería sorpresas desagradables como la que nos
acaba de propinar Trinidad-Tabago (que conste que escribí Tabago para que no haga muina Sarmiento), tomé todas
las precauciones del caso y llegué equipadísimo. Me puse mi tacuche más lucidor (es uno gris rata como de director
de colegio marista), una corbata azul como de lámina galvanizada que me regalaron en mi cumpleaños y una
excitante loción de esas que dice María Bernal que se ponía Raúl cuando andaba en plan de ligarrecio. Nada más me
faltó mi condecoración de la orden del Zaraguato Rugidor que me fue conferida hace unas semanas en Chiapas por
méritos en campaña; pero me pareció un exceso. De hecho, todo resultó un exceso; el Gober andaba por el patio
quitadazo de la pena con su atuendo casual de huichol postmoderno. Por contraste, yo comencé a sentirme huevo de
Pascua, pero el cordial saludo de don Alberto, me devolvió mi original prestancia. La muy amable señora Bebeta salió
a saludarme y acá su Charro Negro, acostumbrado a los ceremoniales, antesalas y protocolos priístas, no salía de su
estupor ante la sobriedad y la campechanía republicana. 1-0 a favor del Atlas. Sin guaruras, sin secretarios, sin
celulares nos sentamos a platicar ahí en el gratísimo patio. Déjeme conseguir algo de botanita, me dijo el Gober y se
arrancó en busca de bastimentos y de una sobreviviente botella de tequila. Yo he contemplado en todo su esplendor a
un buen número de mandatarios priístas y jamás vi a ninguno pesquisando personalmente la botaniux. Atlas 2, Pumas
0. Cuatro deliciosas horas platicamos sobre lo que se ha hecho bien, lo que se ha hecho mal y lo que está por hacerse
en Jalisco. Es grato e inédito para mis parabólicos oídos, escuchar a un gobernante que tranquilamente dice: esto fue
una novatada, éste fue un error y esto otro nos salió bien a los jaliscienses. Hasta donde sé, los jaliscienses se dividen
en dos grupos: los que dicen que Cárdenas es un Gobernador bueno y los que dicen que es un buen Gobernador. A
mediados de su último año de gestión, no me parece un mal resultado. Pumas 1, Atlas 2. Ya pasada la medianoche
me despedí de Alberto Cárdenas. Cumplimos el difícil y mexicano tránsito del usted al tú. Creo que ambos nos
quedamos con la certeza de que ya tenemos un amigo más. Sobre el tiempo de reposición, él me extendió la mano
para despedirse; yo le di un abrazo. Pumas 2, Atlas 2. Un empate muy sufrido.

El Sojo de Pancha

En Tepito llueven los balazos porque la policía acaba de descubrir que ahí venden drogas. Al módulo de la PFP que
dista unos cuantos metros del Campo Militar No. 1, un buen grupo (malo) de "revolucionarios" lo dejó en calidad de
molde para donas a puros plomazos. En Morelos, el PRI y el PRD están en pleno agandalle legislativo para maniatar
al nuevo Ejecutivo. Sumemos a esto la sólida ineficiencia del Procurador Madrazo y la cantidad de delitos pendientes
de castigo (o sea todos, a partir del pedradón que le pusieron a Moctezuma II, caso en el que se sospecha de un
apedreador solitario) y a esto añádanle el enrarecido tufo de violencia y de revancha que emana del Auditorio Plutarco
Elías Calles. Si así están las cosas, no creo que sea la hora más propicia para que el virtual vocero del virtual
candidato a la virtual presidencia se aviente tamañas declaraciones que dejan pariendo ornitorrincos a los que
votamos por Fox y en avieso regodeo a los que votaron en contra. Sojo no sea sojo. No está el horno para sojos de
Pancha.

"En el Corazón Tenía/...

...la espina de una pasión./ Logré arrancarme la espina;/ ya no siento el corazón." Esta cuarteta es de Antonio
Machado. Nació hace 125 años ("Mi infancia son recuerdos de un patio de Sevilla..."). El no nos debe nada; nosotros
le debemos cuanto escribió. Joan Manuel Serrat ha hecho un armonioso esfuerzo por pagar esa larga deuda.
Felicidades para ambos.

Cualquier correspondencia con esta tequilera columna, favor de dirigirla a gdehesa@infosel.net.mx o al Apartado
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Gaceta del Angel / El reparto de los bienes

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Germán Dehesa
(28-Jul-2000).-

A todos nos ofende que unos cuantos tengan todo, que algunos tengamos algo y que millones no tengan nada. En
este punto es muy posible que aparezca ese resignado mártir que a todos nos habita (diminutivo de haba) y diga: así
ha sido el mundo, así es y así será (¡uyjayjay!). En verdad yo no creo que esto sea justo y todo indica que millones de
mexicanos coinciden conmigo, pues de otra manera todos habrían vuelto a votar por el PRI que estaba convertido en
una sólida garantía de infelicidad y de falta de justicia. Como bien me indica una amiga y vecina de mis instalaciones
tipo Madison Avenue (pregunte por nuestros paquetes de fin de semana): el pueblo caminó incansablemente
alrededor de la muralla de Jericó haciendo sonar sus trompetas y dando grandes gritos y lo hicieron con tal constancia
que las murallas terminaron derrumbándose. Bíblico anticipo del 2 de julio. Quiero creer que si logramos eso, no es
porque nos guste dilapidar murallas, sino porque sentimos la marina urgencia de fundar una mejor justicia cuyo más
discernible aroma se llama felicidad. Me parece excelente: el tiempo ha llegado de pensar, imaginar y ¡malas noticias!
de trabajar para disminuir las intolerables brechas entre el todo y el nada. La pasión y la razón de los hombres no
tendrían que conformarse con menos.

Serán difíciles y contradictorios, pero son buenos tiempos. Porque creo en esto, opino que no podemos limitar
nuestros afanes y esfuerzos a enfrentar las suicidas diferencias económicas. No confundamos urgencia con
importancia. Si en el terreno económico los bienes están mal distribuídos, en el terreno cultural, aunque usted no lo
crea, el centralismo, la inequitativa repartición de los bienes y la consecuente injusticia es todavía más grave. Si de
algún consuelo nos sirve, esta lacra no es exclusivamente nacional. El mundo ha decidido organizarse así: los
filósofos filosofan, los intelectuales (previa beca) refinan su intelecto y hasta lo redactan y los artistas (también
bequívoros) se ayuntan con las musas y con los funcionarios y/o patrocinadores para dar a luz sexenalmente unas
cuantas perlas perfectas; a los demás, a los que no somos filósofos, ni intelectuales, ni -mucho menos- artistas nos
toca estar sentados y aplaudir aunque no entendamos. Somos la perrada cultural. Lo más grave de todo esto es que
lo aceptamos y nos resignamos. Hoy tengo ganas de decir que ya me tienen optudimóder; que no les creo nada y que
no acepto que haya dueños exclusivos del pensamiento, de la reflexión, ni de la belleza.

Tú que en la diaria friega te has ido haciendo una idea de la vida y te afanas en buscar caminos para sufrir menos y
para amar más, eres poseedor de una filosofía. Tú que tienes que pensar e imaginar cómo le haces para ganarte la
vida (o para que la vida te gane) tienes todo el derecho a considerarte intelectual. Tú que cantas, o dibujas, o que te
conmueves ante los infinitos modos de la gracia, eres un artista. Probablemente no eres Sócrates, o Sartre, o Picasso;
pero eso sólo lo discierne el tiempo. Lo evidente es que eres culto y tienes derecho a mejorar tu cultura. Nadie te ha
becado y, sin embargo, has sobrevivido y la vida te asombra y te deslumbra. No permitas que nos sigan vendiendo el
cuento de nosotros lo sabemos todo y ustedes no saben nada. Cada quien sabe lo que necesita saber. El remate va
por cuenta de Sor Juana: "No es saber saber hacer/ discursos sutiles, vanos/ el saber consiste sólo/ en elegir lo más
sano." O sea que, en principio, todos somos cultos y, en últimas cuentas, todos podemos y necesitamos serlo más,
pues nadie sabe todo lo que hay que saber para, en esta hermosa vida, elegir con aceptable frecuencia lo más sano.
Decía Epicteto: nunca le pidas a la vida que las cosas resulten tal como las has planeado; pídele -y ya será suficiente-
que, resulten como resulten, salgas bien librado.

¡Olé!

La escena me la puedo imaginar perfectamente. Lugar: edificio bien de Polanco. Hora: llovido atardecer de un
miércoles de julio. Acción: un hombre alto y con botas toca la puerta de un confortable departamento de interés social.
Desde el interior, una voz someramente purépecha y cavernosa grita: ¡vamos a la victoria!; ¿quieeén?. El hombre alto
alza la voz y dice: ¡gaaas!. El hombre de la voz purépecha abre la puerta y con rostro impávido (la impavidez es su
fuerte) dice para sí: ¡en la madre!; recupera la nunca perdida impavidez y exclama: ¡Vicente, qué gustazo!; pero no
seas ranchero guanajuatense, pásale. El hombre alto traspone el umbral y dice: vengo a pedir disculpas. Ni lo digas,
Chente, yo también te menté la madre (su voz cambia de dirección mientras grita) ¡Celeste!, llegó un cuate; péinate y
prepárate unos nachos (vuelve a su interlocutor) y mira, yo pensé que eras virtual; no te quiero quitar el tiempo, pero
¿qué se te ofrece?... ¿Habrá sido así? No lo sé, pero con lo que sé me basta para percibir que, en esta coyuntura
exacta, el que se vió como príncipe fue Vicente Fox. Astuto, elegante, civilizado, estadista. ¡Olé!. Como dirían los
chinos: keniké. Además ¡aleluya!: hoy toka. También keniké.

Cualquier correspondencia con esta cultivada columna, favor de dirigirla a gdehesa@infosel.net.mx o al Apartado
Postal 19-111, Delegación Benito Juárez, México D.F.
Gaceta del Angel / Grandes esperanzas

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Germán Dehesa

(31-Jul-2000).-

Desde que Viruta, mi hija bienamada, me anunció su intención de estudiar Letras, yo experimenté una agridulce
sensación. La dulzura corría a cargo del Edipo recompensado y de ese natural alivio que proporciona la sensación de
continuidad. Me imagino que hasta los grandes ladrones experimentan algo así cuando su hija mayor les dice: quiero
ser una gran ladrona y robar más bancos que tú, papacito querido. Se siente a todo dar. La parte ácida de la filial
declaración la experimenté a partir de dos certezas que instantáneamente adquirí al recibir la noticia: a) esta
zaraguata va a saquear mi biblioteca (esto es lo que se llama intuición masculina: no hay semana en que no
desaparezcan de mis estantes ocho o diez libros) y b) voy a tener que seguir trabajando porque con un hijo que
pretende ser historiador, otra que está terminando en la UNAM su carrera de Letras, Marianita que amenaza con
dedicarse al baile y a la pintura no figurativa y el pequeño Bucles que muy probablemente vivirá de las mujeres; entre
estos cuatro frutitos de mi vientre no veo a qué horas me van a sacar de trabajar. Bueno, ni juntando las percepciones
de los cuatro. Como bien dice mi amigo Toquinho: en la próxima reencarnación yo quiero ser hijo mío; los miserables
la pasan mucho mejor que yo.

Teniendo como tenía las ilusiones tan deterioradas, imagínense lo que es recibir un telefonema de Viruta que
solicitaba algunas pistas bibliográficas sobre Julio Torri y -aquí viene lo importante- me preguntaba acerca de la
posibilidad de que nos reuniéramos a comer. La propuesta en sí, no era rara; lo inaudito fue lo que Juana Inés (que
ése es el verdadero y hermoso nombre de Viruta) me dijo acto seguido: yo invito. Jolimouses!, algo así no me había
pasado nunca. Ya comprenderán que, aunque no establecimos el lugar, acepté de inmediato la invitación. Como lema
de vida, yo me atengo a lo dicho por mi tía Josefa: si te dan, agarra; si te quitan, grita. Más que dudar de la largueza
de mi pequeña, lo que me preocupaba era lo magro de su presupuesto. Pensaba yo: me va a invitar unos tacos de
buche en el mercado Melchor M. Múzquiz, o si me va bien, me llevará al Charco de las Balas. Fallé. Me llevó a un
restorán de mucho mundo (el capitán la saludó como si fuera clienta habitual), me dejó pedir lo que quise, pagó sin
pestañear y todavía se dio el lujo de regalarme una edición bellamente ilustrada de "Los mitos griegos" de Robert
Graves. Es para que se lo leas a Andrés, me dijo la entrañable infanta. Algo dice Gibrán acerca de que jamás
debemos intentar que nuestros hijos sean como nosotros; que, si acaso, nosotros somos los que tenemos que hacer
un esfuerzo para ser como ellos. Yo voy muy adelantado.

El Futbol Tapatío

Así es, señoras mías: ya comenzó otro campeonato mexicano de liga (los femexfutos están viendo la posibilidad de
hacer cuatro al año). En la primera jornada, el magnificente Atlas tuvo que tragar cajeta; el Guadalajara manifestó el
esplendor de su mediocridad al obtener un tarante empate con el Irapuato. ¡Maldición!, el único que tenía que jugar
bien era el equipo de la UAG que planchó a los depauperados Pumas sin la menor misericordia. Creo que es mejor
que no hablemos de futbol.
Alguien Murió

Desgraciadamente no es ninguna novedad. Era un hombre menor de 30 años, bondadoso, trabajador, generoso y
amable. Murió de sida como ya han muerto y morirán miles. No por saber que todos moriremos nos sentimos menos
agraviados por nuestra muerte personal y la de nuestros seres cercanos. Pero sí, además, nosotros los "puros"
permitimos o festinamos que los que mueren victimados por esta plaga pierdan toda dignidad, toda compasión y todo
decoro en su lenta agonía; entonces me temo que nosotros estamos contagiados por un virus todavía más nocivo. Las
implicaciones morales y sociales del sida llenarían varios volúmenes y esto sin considerar que, de muchos modos, la
plaga apenas comienza. Si queremos combatirla con cierta eficiencia, me temo que tenemos que dejar a un lado
nuestros sermones del castigo divino, nuestras actitudes de sobrada suficiencia y nuestros aires de que tal asunto
sólo concierne a los "pecadores". Es urgente ser compasivos, solidarios e inteligentes (creo que las tres cosas suelen
venir juntas). Es hora de releer con cuidado "La Peste" de Albert Camus para darnos cuenta de que ese mal o nos
concierne y nos compromete a todos, o no habrá manera de conjurarlo. Hoy, domingo 30 de julio ¿por quién doblan
las campanas?, doblan por todos los que no supimos acompañar, confortar y paliar el dolor de ese hombre que murió.
Todavía hay algo peor: las campanas ni siquiera doblaron.

Cualquier correspondencia con esta columna que come de gorra, favor de dirigirla a gdehesa@infosel.net.mx o al
Apartado Postal 19-111, Delegación Benito Juárez, México D.F.

Gaceta del Angel / Lo van a hacer pando

Por

Germán Dehesa

(01-Ago-2000).-

Si me lo permiten (y si no, yo ya me aventé), en nuestro número de hoy, amiguitos, vamos a aplicar los principios de la
técnica sufi (o charrosufi, pues ha sido sabia y mexicanamente destilada en alambiques de barro). Voy: había en
Bagdad, Colima un señor de mediana posición que tenía muchos hijos (por eso queda uno, anatómicamente
hablando, en mediana posición); nadie lo sabía pero él tenía guardada en las entretelas de su corazón la secreta
esperanza de, algún día, tener un caballo de buena crianza y mejor alzada. Sin contárselo a nadie, guardaba sus
centavitos y, mientras el sueño iba quedándose con él, se conseguía el lujo de imaginarse jinete en su cabalgadura al
trote suave por la calle principal del pueblo. En su duermevela alcanzaba a oir la percutiva música de los cascos de su
cuaco, el tintinear de su atalaje y el rumor de los admirados murmullos de las vecinas y vecinos del pueblo que
dificilmente creerían que un vecino común se convirtiera en un gallardo caballero. Muchos años tuvo esta ilusión como
juguete principal. La vida puede ser dadivosa con los tenaces y así llegó el día de la realización de su hípico sueño.
Un respetable tratante de caballos apareció por el pueblo con una oferta irresistible. Nuestro buen hombre entregó sus
ahorros y a cambio recibió la promesa de que al día siguiente recibiría el ensoñado corcel. Olvídense. Feliz cual
ninguno y silbando por lo bajo "la varsoviana", se presentó en su casa y convocó de inmediato a su señora y a su
numerosa y variopinta prole e hizo el anuncio más importante de su vida: acabo de comprar un caballo precioso. El
júbilo y la excitación fueron inmensas: gritos, felicitaciones y aspavientos múltiples. Nuestro personaje mantenía la
calma y la silenciosa compostura. ¡Yo me voy a trepar!, dijo el primogénito; y yo también, dijo el segundo; yo no me
quedo abajo, dijo otro; y yo, y yo, y yo comenzaron todos a gritar. Nuestro héroe nomás los medía. Sin decir palabra,
echó mano a la cintura, se quitó el ancho cinturón (en Bagdad, Col. se llevan anchos) y comenzó a repartir cintarazos.
Una sóla cosa dijo: ¡bájense, babosos!, ¿no ven que me lo hacen pando?.

Según Kipling, al narrador de historias le ha sido dado imaginar la fábula, pero no la moraleja. Pues que me disculpe
Rudyard, pero aquí sí hay moraleja: con tantos hombres y mujeres de buena, mala, o regular voluntad que se están
queriendo trepar al cuaco llamado 2 de julio; con tanto vidente buitre que pronostica lo peor y con tanto ingenuo que
cree en la inmediata transformación de México en Disneylandia; con tanto loco que le pide cuentas a un gobierno que
todavía no está en funciones y con tantas almas caritativas que anuncian la inminencia del tercer salinato, al
tenacísimo Vicente Fox lo van a hacer pando. Con esa pena andamos.

Mensaje a Fox

Yo no quiero oro, ni quiero chamba. Nada tengo que pedirle. Creo que si logra mantenerse alojado en el corazón de
México, puede ser usted un magnífico presidente. Yo sólo (y solo) le quiero decir una cosa: ¿En qué puedo ayudarlo?.

WWW

A los pre-cibernéticos el súbito congestionamiento internético nos tiene muy azorados. Entiendo que es un medio de
comunicación veloz y eficaz. Hasta la fecha, el meollo del negocio no me ha sido revelado. No entiendo, pues. Si
intento navegar me va peor que a Julio César en el foro (de Roma o de Las Vegas). Almas generosas y gentiles me
sientan frente al monitor y me van mostrando la creciente oferta de virtualidades. Mis deducciones son elementales:
veo una carretera recién inaugurada que ya está llena de basura; veo también que por muy virtual que sea esta
realidad paralela y sucedánea, reproduce fatalmente las bondades y las miserias del hombre. Ahí tienen, por dar un
caso, a un jayán badulaque y zoperútano que, aprovechando el nombre del lugar donde trabajo y gozo varias noches
a la semana, ha inventado por sus cibernéticas pistolas un lugar de internet donde caritativamente ofrece las
columnas que tú, lectora lector querido, mantienes vivas. Supongo que, como ya se va volviendo costumbre, el
personajito aparecerá y me pedirá un dinero por su ilegal apropiación. Tengo ensayadísimas las señas, las palabras y
las acusaciones formales que le voy a hacer. Estamos aquí para no hacer y para no permitir el daño. No sé si es
complot o confusión; pero estoy seguro de que no es justo que, mientras alguien trabaje, otro ande en la web con el
trabajo de uno.

Envío

Hoy lunes, comí con una muy querida amiga. Está triste y no sabe muy bien por qué. Me consta que así andamos
muchos. Supongo que en nuestra actual tristeza hay un cierto componente de fatiga y de ansiedad. Advierto que,
mejor que psicoanalizarnos, lo que ahora procede es apapacharnos. Yo te abrazo, amiga triste, y te aseguro que
mientras te viva tu charro negro, nada te pasará. Y si nos pasa algo, nos vamos a Bagdad, Colima.

Cualquier correspondencia con esta columna que no tiene caballo, favor de dirigirla a gdehesa@infosel.net.mx o al
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Gaceta del Angel / Periquín va de visita

Por

Germán Dehesa
(02-Ago-2000).-

Don Leonardo Rodríguez Alcaine (a quien nunca nadie le ha llamado "La Güera", sino "Periquín", o "Cuñis" que es
como yo le digo en la intimidad), con la reciedumbre y coherencia que lo caracterizan, decidió hacer una amable y
desinteresada visita "de funcionario a funcionario" a Vicente Fox.

Tempranito se presentó en la estética unisex "Gina 's" para que dos expertas en tintes capilares y tres reposteros de
Sanborns le elaboraran un peinado de gran gala estilo charroco post-moderno todo él realizado en tonos plateados y
azules y de tres pisos con mezzanine y pent-house. Culminada esta obra de arte efímero, el gran Leonardo regresó a
su humilde y obrera mansión para ponerse el sobrio tacuche de lámina galvanizada y demás adminículos comprados
con sus mínimos salarios en la boutique Flore 's Magón 's. Hecho esto, se encomendó a San Fidel Velázquez y
abordó su In . nity plateado (el obrero bien transportado jamás será derrotado)y dio instrucciones de que lo llevaran a
la casa de trabajo de Vicente Fox. Con sorprendente agilidad descendió del automóvil (que todavía estaba en
marcha)y se encontró con sus bienamados chicos de la prensa que lo esperaban a las puertas de la foxirresidencia.
¡Me carga la pirinola, aquí están estos méndigos!, pensó don Leonardo mientras mostraba esa sonrisa que puede
desarmar hasta un Concorde. ¿No que iba a organizar una huelga general si ganaba Fox?le preguntó uno de sus
múltiples cuñados. Yo no dije eso y si lo dije, ustedes como siempre lo interpretaron mal, bola de mentirosos, contestó
Periquín con esa gracia que tantos odios le ha granjeado. ¿Es usted cuate de Fox?, le preguntó otro reportero de alma
mala y con grabadora. La respuesta del prócer debe ingresar a nuestra historia sin pasar por el TRIFE: No, señor, no
es mi cuate; pero ojalá y lo sea. Su Charro Negro pregunta: ¿qué quieren que yo les diga?; es que lo amo. Mientras
Periquín siga declarando tan enormes xaladas, todos podremos tener la tranquilizante certeza de que el PRI sigue
vivo y lozano. Compañeros: dénme una ele, dénme una e, dénme una o. . . y así nos seguimos hasta la matraca y la
náusea.

¿ME REEXPLICA LO DEL RENAVE?

Dirán que soy ignorante, pero es la hora en que no entiendo los secretos resortes del RENAVE. Entiendo que en
todos los países medianamente civilizados y también en México (donde los rateros tardan en conejearse un coche lo
que yo me tardo en escribir un renglón) es necesario tener un registro de todos los automóviles y demás medios de
locomoción que a . afligen nuestra vialidad. Donde se me chispa la neurona es cuando me dicen que esta tarea está
"concesionada" a un organismo privado (privado ¿de qué?)y que nosotros somos los encargados de . financiar esta
obligación del gobierno. Mi azoro aumenta cuando me dicen que si se trata de un auto nuevo comprado en agencia, el
RENAVE me va a salir más caro (esto es ya total abdicación materna)y ya con ganas de tronar todo el sistema, traten
de imaginar el margen de ganancias del "organismo privado" a la luz de la millonaria campaña de publicidad que han
organizado para convencernos de que circular fuera del RENAVE es circular en el error. Mi solidario abrazo a los
tapatíos que al grito de ¡remadres! se niegan a soltar su lanita y se amparan en contra de esta novedosa y tortuosa
maroma. ¿Me la podrían volver a explicar?.

DE CONSOLATIONE

Tristes siempre ha habido. La tristeza como profesión es una lata y una porquería; como talante ocasional, es un lujo
que nadie se debe negar. Apenas ayer escribí acerca (desde)una amiga que está triste y a lo largo del día de hoy he
recibido múltiples solicitudes de inscripción en el Club de los TT (temporalmente tristes). Desde una bienamada mujer
que vive en Barcelona, hasta un claro varón regiomontano, son muchos los que me han notificado que traen el alma
desacomodada y el ánimo borroso. Quizá sería hora de escribir "La Anatomía de la Melancolía" pero ya la escribió
Burton hace cuatro siglos. Quizá sería bueno leer "De Consolatione Philosophiae" del maestrísimo Anicius Manlius
Severinus Boethius (480524)mejor conocido por su nombre artístico: Boecio (hay una magnífica traducción al inglés y
una buena traducción al español. No intenten leerlo en el original latino, porque se van a deprimir más). Podrían
también buscar y encontrar un enorme consuelo si adquieren la certeza de que no son ni "el cocinero", ni Sergio
Andrade, ni Beltrones, ni Carmen Salinas. Si esto no funciona, pueden ver las películas de los hermanos Almohada
que son un total regocijo. Si persiste la tristeza, podrían leer "Más Platón y menos Prozac" de Marinoff (Ed. Sine qua
non), un hermoso libro que comentaremos mañana. Y si ni así levantan el avión, entonces disfruten de su tristeza,
oigan los secretos mensajes que trae y dejen de estar fregando.

Cualquier correspondencia con esta obrera y cetemista columna, favor de dirigirla a gdehesa.infosel.net.mx o al
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Gaceta del Angel / El cumpleaños de la Infanta

Por

Germán Dehesa

(03-Ago-2000).-

Después de conseguirse el casi unánime odio (creo que el odio es una abdicación humana que se fabrica con
hipocresía y cobardía) de sus contemporáneos, Oscar Wilde es muy feliz y justamente apreciado por la posteridad. Yo
lo quiero mucho y hasta lo he leído. Si desando mi camino de lector wildeano inevitablemente aterrizo en una
entrañable tarde: mi madre lee en voz alta para mi hermana y para mí "El Fantasma de Canterville". Sin exagerar,
creo que esa visita a la imaginación de Wilde (por vía edípica) fue y es una experiencia central en mi vida. No es poca
cosa descubrir a los seis años las cosas tan hermosas, tan divertidas, tan poéticas que se pueden construir con las
palabras. Terminada la lectura, mi madre dejó a un lado el grueso tomo de "Obras Completas de Oscar Wilde" (Ed.
Aguilar) y reanudó sus quehaceres. Yo procedí a expropiar el volumen y a leerlo desde el principio y hasta donde dice:
este libro se terminó de imprimir...Muchas historias, muchas geografías, muchos talantes del espíritu se pueden
conocer en la punzante compañía de Wilde. Hoy, por razones que luego se verán, escojo esos cuentos que el
dotadísimo irlandés (que acabaría muriendo de mala manera en París con el extravagante seudónimo de Sebastián
Melmoth) escribió para sus hijos (y para los hijos de nuestros hijos, diría Salinas el dublinense). Uno de ellos se titula
"El Cumpleaños de la Infanta" y su tema -cual corresponde- está anunciado y eludido en el título. Si quieren saber
más, pónganse a leer y a mí no me molesten porque ando muy tenso. He invocado este cuento de Wilde porque en mi
casa (que es la suya, si me ayudan a pagar el predial) se han presentado situaciones muy similares a las que Wilde
reseña en su relato.

Como ya tendrían que estar informados, la Tractor tuvo a bien parir a una vivaracha niña que, si no interviene la
SEGOB, cargará para siempre con el lastre de llamarse Adriana. El bautizo es inminente. Los padrinos, ya se
imaginarán, serán la Hillary y el abnegado Charro Negro. Se supone que es un honor (de algún misterioso modo, lo
es), pero también es una Joda (personaje de la Guerra de las Galaxias). La inminente bautizada no ha podido opinar y
aprovechando ese vacío legal, la madre y la madrina que son genéticamente pataratas y soflameras están
organizando un sacramental Holiday on Ice. Hagan de cuenta que fuéramos a inaugurar la Presa de la Angostura. Los
elegantes pliegos ya circulan entre nuestra mejor sociedad (que suele ser de lo peor). El Bucles y yo nada más somos
atónitos espectadores de los incontables y ociosos trajines femeniles: conseguir iglesia, conseguir un cura ( todos
andan en la bronca de Posadas, o buscando pruebas de la existencia de Juan Diego), conseguir un salón "accesible"
(yo suponía que todos lo eran, pero la Hillary ya me explicó que es un término macroeconómico); revisar si a los
invitados se les da "la suprema de melón" (que son tres inch's bolitas de melón pasado) o el "carrusel tropical"
(sobrantes de frutas varias) como "primer tiempo" del desayuno. También hay que revisar la lista de invitados para
que no nos pase lo que a Fox y se cuele mucha purucha; hablar con Mague que hace unos arreglos florales divinos,
contratar a tres enanos limítrofes que cantan música sacra con guitarra ("soy la oveja que andaba perdida/lejos lejos
con otro señor."). En el momento actual, lo que podríamos llamar "obra negra" ya ha sido concluída y ya estamos en la
fase de ¿qué me pondré?, y algo mucho más místico: ¿dónde fregados conseguiré unos bolos bonitos?. A todo esto,
la casa es un desastre y el Bucles y yo llevamos tres días comiendo galletas cubanas y dip de Sabritas. Remate
provisional: el Bucles se acercó a la criaturita al borde de ser cristianizada y le dijo con sorna wildeana: ¡qué bueno
que ya vas a tener nombre y ya vas a existir!.
Miércoles 2 de Agosto

Son las 6:50 de la tarde. Me dispongo a oir por la radio la reseña de la solemne entrega de un bonito diploma y un
práctico pelapapas a Vicente Fox por cuenta y responsabilidad del TRIFE. El pelapapas no es relevante, pero el
diploma tendrá el poder de cancelar la virtualidad y de convertir a Fox en el Presidente Electo de México. Se dice fácil.
Venimos de tan lejos y hemos esperado tanto tiempo. ¡Hoy!, ¡Ya!. Me imagino que miles de búfalos están esperando
el banderazo de salida. Imagino también a la multitud de idiotas que están deseando que se hunda el barco de Fox,
sin tomar en cuenta que es el barco de todos y es el único que tenemos. De veras que somos. Yo pienso en un
magnífico mexicano que se llamó Ramón López Velarde y tomo prestadas sus palabras para decirle, Don Vicente: "Sé
igual y fiel"..."Que sea para bien." (Me asomaré a la pachanga para hacerles la viperina crónica).

Cualquier correspondencia con esta lustral columna, favor de dirigirla a gdehesa@infosel.net.mx o al Apartado Postal
19-111, Delegación Benito Juárez, México, D.F

Gaceta del Angel / Los Boteros del Vodka

Por

Germán Dehesa

(04-Ago-2000).-

Con tan sonoro título he decidido encabezar esta veloz y alada reseña del brindis realizado por el Presidente Electo
Vicente Fox y su equipo, la noche del 2 de agosto en la Ex-Hacienda de Tlalpan. No entiendo por qué me cuesta tanto
trabajo llegar a cualquier lugar. No sé si es complot o confusión, pero el caso es que la Hillary pensaba que yo sabía
donde era y yo, pues ni pensaba. Habremos llegado unas cinco veces a Topilejo y otras tantas al Estadio Azteca; por
fin avistamos un lugar pletórico de reflectores y cámaras de TV y, con esa sagacidad que nos distingue, dijimos al
unísono: ahí ha de ser. Era. En ordenada fila ingresaban automóviles de muy diversas cataduras; es decir, no era el
típico desfile de autos lujosos e inaccesibles para los mortales que se solía ver en los "besamanos" priístas. Los
camarógrafos asaltaban a cada transporte e intentaban meter su cámara hasta por el escape. Yo, nomás para crear
morbo, me tapaba el rostro con los dos brazos como si fuera el sobrino del Mochaorejas (yo soy el mucha oreja)
conducido a la PGR. Había que pasar luego por el escrutinio del EMP y por fin tocar base en un salón digno y
animado, pero de ninguna manera "babilónico" como ya comentó algún cronista que se ve que sólo conocía el
merendero "El Pato". Denisse Maerker, Javier Solórzano con cara de que se había equivocado de fiesta, Ricardo
Rocha y su siempre indescriptible corbata, Carmen Aristegui, inquilina del PH de mi corazón, Javier Moreno Valle con
feliz semblante de va de nuez y, en general, las huestes informativas nos apeñuscábamos a la entrada cual si
fuéramos gallinas compradas. Jorge Castañeda (a quien todo mundo vuelve a decirle "doctor") y Adolfo Aguilar Z.
transitaban por todos los corrillos que, para general sorpresa, pertenecían a muy mezcladas etnias y no adoptaban
ese aire de friso de Bonampak que solían tener los supremos señores que en el cercano pasado se reunían,
campanudos y extasiados con su propia grandeza, en torno al sacratísimo ungido.

De todo, lo más memorable no es ni siquiera definible: era un aire suave de pausados giros (diría R. Darío); una
atmósfera leve, cordial e inmensa y justificadamente alegre. Con mala fe, podría traducirse como "¡ya la hicimos!". Yo
la percibí como: tras mucho caminar, ya llegamos al lugar donde podremos comenzar a hacer. Vicente Fox no estaba
en su estrado (de hecho, lo trae interconstruído), ni adoptaba pose de afligido santo barroco; estaba encantado de la
vida, saludando sonriente y cordial a cada uno de los integrantes de ese grupo no demasiado numeroso de mujeres y
hombres libres que nos saludábamos con buen afecto (para mí fue todo un gusto saludar a Don Luis H. Alvarez, a
Florinda Meza y Roberto Gómez Bolaños que tenían, como todos los ahí presentes, la esperanzadora actitud de
sonrientes Lázaros recién resucitados). Ilustres ausentes: los sempiternos señorones del poder, el dinero y la cultura
(quizá por esto, el ambiente era respirable y livianito). Por supuesto que de entre los que ahí estaban surgirá buena
parte de la nueva clase gobernante en este país y llegará la hora de meternos con ellos y pedirles cuentas; pero lo
que ya se puede decir es que los confortables aires republicanos han llegado a México con ánimo de quedarse aquí.
Me lo dijo Don Luis H. Alvarez: esto ya cambió y no tiene regreso. A todo dar.

Vacaciones

En mi periódico ya se largaron todos. Nomás dejaron a mi cuate el Homo Eróticus para que cuidara el changarro y
para que imprimiera los megadesplegados de Espinosa Villarreal. Poverello. Por solidaridad (con los demás) yo
también me largo. Me voy una semana a Cancún a hacer un estudio de los efectos del whisky en la tercera edad y a
nivel del mar. Desde allá les escribo. No le abran a nadie. No vean muchos Talk-Shows. Se portan.

Más Platón y Menos Prozac

Con un día de retraso, va un comentario sobre este libro de Marinoff que comienza a circular en español, después de
su notable éxito en inglés. Su autor es doctor en filosofía, pero es muy tratable. Su propuesta es sencilla: muchas
depresiones y desarreglos mentales y/o emocionales tienen su raíz en el desconocimiento (y consecuente
desaprovechamiento) de los múltiples y afinados recursos de nuestra inteligencia que, a su vez, está conectada
plenamente con esa decantada sabiduría de la especie que conocemos como filosofía universal. Sin necesidad de
recurrir a terapeutas o chamanes, en muchos casos nuestros conflictos del día con día se resuelven restableciendo
esa conexión de nuestro espíritu con la sabiduría del mundo. Dicho más sencillamente, somos mucho más inteligentes
y resistentes (70 años de PRI así lo demuestran) de lo que solemos imaginar; pero además tenemos enormes
reservas probadas de sabiduría. Toda la gracia estriba en saber extraerlas. Algunos críticos no están muy a bien con
ciertas simplificaciones en las que incurre Lou Marinoff; son críticas válidas que, sin embargo, no cancelan la tesis
central: necesitamos más Platón y menos Prozac. Hoy es viernes de sabiduría: Hoy toca.

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Gaceta del Angel / Hay de vacaciones a vacaciones

Por

Germán Dehesa

(07-Ago-2000).-
Compruebo una vez más que no hay mejor manera de hacer vida marítima, que estar en la sombreada terraza de un
octavo piso desde donde se dominan, por una parte, los tersos y fluidos azules del mar Caribe y, por la otra, la
servicial mesilla pletórica de botanas, espirituosos néctares, buena música y mejores libros. Calla boca, criatura; esto
es, como diría el injustamente olvidado Luis Spota: "Casi el Paraíso". La Hillary está desde temprana hora derrumbada
en la arena (hagan de cuenta que se cayó desde este octavo piso) cumpliendo el salvaje ritual del bronceado. Por
más que uno quiera ser demócrata, no cabe duda que todavía hay niveles sociales; un personaje de mi alcurnia jamás
condescendería a exponer su delicada piel a la brutal acción del sol contemporáneo. Es una faena entre naka y
peligrosa. Un doctor de todas mis confianzas me lo dijo: Cocó Chanel, cuando convenció a la bola de viejas (así
hablan los doctores) de que tenían que dorarse la piel, se hizo responsable del súbito aumento de enfermedades
cutáneas.

Esto yo lo sé, pero desafío a cualquier bravío mexicano a que intente explicárselo a mi mansa consorte. Ahí está en la
playa y no se moverá hasta que quede como crujipollo Kentucky (de veras que las mujeres sonà). Por su parte, el
Bucles -previa negociación- ya aceptó que su padre abandona las zonas techadas después de las 19 horas y ni un
minuto antes. Mucho trabajo me ha costado mantener mi color blanco verdoso tipo lavabo del ISSSTE, Rodríguez
Alcaine, Zedillo reconociendo el triunfo de Fox; como para exponerlo a las peladeces de la deidad solar. Soy lunático
por convicción y por conducta. No crean que esto hace sufrir a mi vastaguito que, por vía materna, es de alma naka y
de vocación salvaje. En una obvia regresión amniótica, se instala en la alberca desde que Dios amanece y hasta que
el mismo y simpático personaje decide cautelosamente mandarnos la noche ("Me encanta Dios", diría Jaime).
Estamos de vacaciones.

Vayamos ahora al chisme que podría justificar el título de esta columna. Días después del fervoroso (o calamitoso,
según se vea) 2 de julio, Francisco Labastida Ochoa también se fue de vacaciones. Pregunta: ¿a dónde fue?;
respuesta: supongo que a muchas partes; de la única que tengo noticia cierta se cumple en cuatro letras: Vigo.
Pregunta: ¿con quién se reunió en tan lejano y marino lugar?; respuesta: con Luis Echeverría y con Mario Vázquez
Raña (¿qué sería del deporte nacional sin Don Mario? Respuesta: una maravilla). Pregunta: ¿por qué y para qué se
encontró con estos dos personajes tan dinosáuricos?; respuesta: ahi la dejo a su criterio; pero, imaginemos lo que
imaginemos, no suena nada grato para el futuro cercano o distante de nuestro país. La hispánica reunión huele a
pólvora y a dinamita. Las brujas de Macbeth. Lo bueno es que, según su propia declaración, Echeverría ya no controla
ni a sus nietos y, por su parte, ese excepcional comunicador que es Vázquez Raña ya decidió que México es poca
cosa y ahora aspira a controlar el deporte galáctico y a lanzar en próximas fechas "El Sol de Neptuno". Ultima
pregunta sin respuesta: ¿en su breve y quizá tensa entrevista de 35 minutos, Labastida le habrá contado a Fox lo que
platicó con estos dos elevados personajes?. Hay de vacaciones a vacaciones.

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Gaceta del Angel / Y siguen tan campantes

Por

Germán Dehesa

(09-Ago-2000).-
Lo que van a leer es un ejercicio imaginario; pero, en mi caso, la imaginación es una especie de espuma que se eleva
incoteniblemente cuando la realidad se calienta en exceso (es imaginación tipo Hermana Engracia). Tras el juliano
derrumbe he visto, oído y leído tantas y disparatadas o colmilludas entrevistas a viejos (y viejas) militantes del PRI,
que esto me ha animado a redactar este diálogo arquetípico que puede ser usado como un machote (o como
hembrota) de cualquier entrevista futura (previa revisión de los que ese día funjan como dirigentes del CEN) que
conceda algún sobreviviente tricolor (con el amarillo bilis ya es tetracolor). Por comodidad, llamaremos E al
entrevistador y P al priísta. Voy.

E: ¿Cómo vivió usted la derrota del 2 de julio?

P: ¿Cuál derrota? Creo que no nos estamos entendiendo. En primer lugar, yo hice mi tarea y cumplí a cabalidad con
mi partido y con el electorado; a mí que me esculquen. En segundo lugar, me parece alarmista, por decir lo menos,
hablar de la derrota de un partido que obtuvo 13 millones de votos, que retiene la mayoría de las gubernaturas y una
amplia representación en las cámaras, tanto federales como estatales; esto por no hablar de los cuadros de Rivera y
de nuestras brutales reservas monetarias en el exterior. ¿Cuál derrota?

E: ¿Por qué ganó Fox?

P: Porque nosotros quisimos. Sin el PRI no se hubieran creado las herramientas constitucionales para la sana
alternancia. Si hubiéramos querido ganar, destapamos a Gutiérrez Barrios o a Luis Miguel o a Ortiz de Pinedo y
arrasamos. Además, el PRI mandó sus naves a luchar contra los adversarios y no contra la mercadotecnia que
también nos salió adversaria.

E: ¿Es cierto que usted intentó suicidarse la noche del 2 de julio?

P: ¡Un infundio más! Con plena responsabilidad política puedo decirle que fue tal mi alegría ante el triunfo de la
democracia y la transparencia de los comicios que, por lo mismo, se me espantó el sueño y organicé en mi estómago
una asamblea extraordinaria de Rohypnol, Dormicum, Tafil, Rivotril y té de tila y pues me cayeron de peso.

E: ¿Usted es de los que culpan a Zedillo y piden su expulsión?

P: Por favor. Culpar a Zedillo sería como autosuicidarnos, para usar la expresión de Rattán, un politólogo de Tijuana.
La única culpa, si así la pudiéramos llamar, sería su prisa por darle voz a las urnas; quizá nos podría haber dado unos
diyitas, pero estoy especulando. El Doctor Zedillo es Presidente y mientras lo sea es impecable. Ya luego vemos.

E: ¿Cómo ve el panorama para Fox?

P: Inmejorable. Le dejamos la mesa puesta. Gracias a la alternancia del PRI con el PRI, México entra al siglo XXI más
fuerte que nunca. Le dejamos todo. Bueno, hasta le dejamos un chorro de pobres para que el nuevo presidente pueda
hacer política social que siempre es muy lucidora. Además no lo vamos a dejar solo. Nuestro apoyo crítico, si es por el
bien de México, siempre lo tendrá y esto, aunque nos obligara a ocupar algún alto cargo. Yo estoy listo para servir al
país con la misma emoción.

E: ¿Y su partido?

P: Bien, gracias

E: Quiero decir ¿qué va a ser de su partido? ¿qué línea ideológica va a proponer?

P: Por favor. Ya estamos en un trabajo de recomposición profunda. Tenemos que sintonizarnos con las nuevas
demandas del país por más absurdas que éstas sean. Nuestra derrota no fue política sino histórica e histórico será
nuestro regreso a lo que por derecho civil nos corresponde. ¿Me salió suave esta frase o no?. En cuanto a la línea: no
hay recta que no se haga curva. Esto lo sabía hasta Einstein.

E: Ultimamente se le ha visto muy cerca de Fox...

P: Luego, luego el veneno y la insidia. Otra vez está usted personalizando cuando el asunto es es-truc-tu-ral. Yo por
mí estaría de regreso en mi salón de belleza, o en la cátedra, o escribiendo mis memorias; pero mi compromiso es
con México y con los que represento. ¿Qué voy a hacer si mi vocación es servir?

E: ¿Aceptaría un cargo en el gobierno foxista?


P: Otra vuelta. El problema no es de personas, sino de urgentes tareas a futuro. Si el pueblo, a través del Presidente
Electo, me ofrece una trinchera, no a mí, sino a la historia que en mí se condensa, yo me hago a un lado y dejo a la
historia que me conduzca. ¿Quiénes somos los individuos para ponernos perrones con la marcha histórica? (Corte a
comercial de RENAVE y fin de la entrevista).

¿Quién se Quedó en México?

En tres saliditas que hecho en Cancún, he podido darme cuenta de que todos andan por aquí. Los que no están aquí,
andan en Sudamérica. Si todavía queda alguien en la ciudad (además del Homo Eróticus), le aviso que aquí ya salió
el sol y que anda suelto un canalla que se apellida Martí que publicó que me estoy disolviendo en sol y en whisky.
Falso. También tomo vino.

Envío

Mi amigo Oscar Espinosa Villarreal salió a campo abierto. Como no me toca a mi juzgar lo que no me consta, he
contemplado este pugilato con deportiva distancia. Samuel del Villar subvaluó una vez más a su contrincante.
Resultado: Espinosa ya le metió tres goles en dos semanas. Oscar, si ganas, muy tu triunfo y muy tu arrojo; si pierdes,
igual sigues siendo mi buen cuate.

Cualquier correspondencia con esta columna que no concede entrevistas, favor de dirigirla a gdehesa@infosel.net.mx
o al Apartado Postal 19-111, Delegación Benito

Juárez, México, DF.

Gaceta del Angel / Ahí va Freud

Por

Germán Dehesa

(10-Ago-2000).-

El matrimonio es la continuación de la guerra por otros medios.

Esto lo entendieron perfectamente Clauzewits y su señora. Pero también están las tortuguitas. Está el Bucles. Está la
burocracia mexicana y está la asoleadísima madre (la del Bucles; la de la burocracia es un mito genial). Todos, incluso
Freud y Clauzewits, estamos en Cancún. Hay también un vaso de jugo de naranja natural. El Bucles lo mira con
desconfianza infinita. Ha de sospechar que es esperma de ballena. Tómate tu juguito, dice la mamá con voz de
mamá. No quiero, mami; es que no sé lo que es. Pero, mijito ¿nunca has visto un vaso de jugo de naranja?. Sí,
responde el pequeño filósofo, pero éste no lo había visto nunca (el razonamiento es impecable. Punto para Espinosa).
Tómatelo te digo, si no, no vas a poder ir al mar, dice la dorada madre que ya comienza a hablar como Samuel del
Villar, a ver dále una probadita. Freud se sienta a la mesa. Trae una camisa verde PVEM con fálicas palmeras
estampadas. ¡Mmmh! dice el infante que ha condescendido a probar el jugo ¿ya me puedo ir?. ¡Acábatelo!, dice la
dama plenamente avillarada. Don Segismundo mueve la cabeza y saca su pipa. La burocracia azteca desciende y
ocupa enteramente el alma del niño. Mamita: hagamos un trato ¿qué tal que me tomo la mitad? ¡Acábatelo! no sabes
lo cansado que es estar siempre negociando todo contigo. Es que no me oyes, mamita, te digo que me tomo la mitad;
¡o ya sé! echamos un volado. ¿Un volado?, ¿un volado para qué?. Freud se inyecta algo; la burocracia gana
posiciones. Pues qué va a hacer; si tú ganas me tomo la mitad, si yo gano, no me tomo nada. Tómatelo todititito, dice
Mater Solaris que escupe de tanta te. ¿Y el volado?. Freud decide recurrir a las anfetaminas. ¡No estoy jugando!, mira
a papito, ya se está poniendo de malas. A mí no me metan en su desmadre, yo ya me tomé mi jugo, proclama la
paternidad responsable. ¿Ese es el apoyo que voy a tener como madre? pregunta la señora que ya no es del Villar,
sino Libertad Lamarque. Freud me convida una tacha y prosigue su observación. Tengo otra mejor idea (así habla el
oficial menor): nos echamos un volado y si pierdes me tomo la mitad de la mitad, si yo gano no me tomo nada. Tú ya
sabes cómo es mamita cuando se enoja, dice la ñora, que ahora es Salma Hayek y rechina los considerables dientes.
¡Pues no me tomo nada! ¡¿Qué?! Que no me tomo nada, porque ya no hay nada, ya me lo acabé. En efecto, el
mendiguito ya succionó todo el jugo y toda la maternal paciencia. Freud tiene los ojos en blanco. Esto ocurre todas las
mañanas.

El atardecer es distinto. Exactamente en la playa que está frente al hotel vienen las tortugas a desovar. Según nos
cuentan, hace unas semanas estuvieron por aquí de visita. La gente del hotel se ha encargado de cuidar y mantener
los huevecillos en las mejores condiciones. Ayer martes recibimos en los cuartos un jubiloso documento que
anunciaba que ya habían nacido las tortuguitas y que a las 6:30 de la tarde serían depositadas en la playa para que se
fuesen al mar que es su casa y es su madre. Todos estábamos invitados a la ceremonia. El negociador Bucles cayó
en trance con la noticia y comenzó a friccionar desde las cinco. Hacia las 6:20 ya se había reunido un buen grupo de
nacionales y extranjeros. Llegaron las niñas de la fiesta: decenas de tortugas minúsculas que movían sus breves
aletas en dos contenedores de plástico. Los niños que así lo deseen, pueden pasar por una; la colocan sobre la arena
mirando hacia al hotel para que la tortuguita recuerde el lugar a que regresará y luego ella solita se irá rumbo al mar.
El Bucles ya tenía la suya. No es una piedra, Andrés, está viva. De inmediato sus manos se convirtieron en cóncavo
vientre y avanzó rumbo a la playa como si portara el Santo Grial. La tortuguita quedó en la arena y con infinitos
trabajos cumplió sus tareas. Conforme se acercan al mar, las minitortugas adquieren velocidad y alegría (me imagino).
Su encuentro con la espuma es memorable. Ahí va Freud, pensé (la tortuga burocracia ya agarró para otro lado), y
voltee a ver a la Hillary que tenía en la mejilla una lágrima en forma de tortuguita.

Envío

Este artículo es para un buen cuate que me escribió para reclamar por el hecho de que yo esté aquí bañándome en
espirituosos néctares, mientras los Pumas naufragan en el oprobio. Por eso estoy aquí. Bebo para olvidar.

Desde las entretelas del corazón, este artículo es también para mi amiga Blanca Rosa que mucho nos quiere y a
quien mucho queremos. Estos son buenos argumentos para acompañarnos y abrazarnos en los malos tiempos.

Cualquier correspondencia con esta quelonia columna, favor de dirigirla a gdehesa@infosel.net.mx o al Apartado
Postal 19-111, Delegación Benito Juárez, México D.F

Gaceta del Angel / Estas ruinas que ves

Por

Germán Dehesa
(11-Ago-2000).-

Murió Arturo Durazo Moreno (más que dos apellidos, éstos fueron dos adjetivos implacables). Los mandos policíacos
de la Ciudad han sido indiciados como millonarios defraudadores por su propio jefe. Del Villar (sin demasiado
esfuerzo) finge demencia y se concentra en Paola Durante y en el lastimoso caso de Pipino Cuevas. Los policías
citadinos concurren también a los lucidos festejos del día nacional de la ineptitud. En vivo y a color representan la
versión azteca de "Loca Academia de Policía". Ante el fiero balconazo, deciden, en un espasmo de originalidad, hacer
una manifestación. Los "mandos" se acalambran y les dan pistolas nuevas para que se maten con más fluidez.

Pero yo no quería hablar de nada de esto. Yo quería hablar del Partenón de Durazo. Acabo de ver una fotografía de
las ruinosas condiciones en las que se encuentra el tropical delirio del moro de Cumpas. Pocos pueblos como el
mexicano pueden lograr que una persona o una obra transiten de ser proyectos con mucho futuro, a ser reliquias del
pasado, sin haber tenido ningún cumplimiento presente... Ahora les voy a contar cómo conocí yo el famoso Partenón
cuando todavía era adefesio futuro. Esto, podrán imaginarlo, ocurrió en la edad de oro del lopezportillismo (años del
perro, según el calendario chino). Yo era un tímido y joven maestro en la Facultad de Filosofía y Letras de la UNAM y
me daba tiempo para trabajar como guionista en Televisa y para asistir a mis cursos de doctorado. Me daba tiempo
también para intentar convencer a las jóvenes gacelas de que el único remedio para la neurosis juvenil provocada por
la violenta defunción de los sueños sesenteros era "levantarse la tapa de los sexos". Mi poder de convencimiento era
ínfimo tirando a nulo, pero de vez en cuando, alguna chicuela decidía darle trámite a mi solicitud. Por aquellos tiempos
tuve un caso particularmente arduo: una chica sensible y espantadiza que quería y no quería (sí me entienden,
verdad). Lo

peor es que estaba moenísima como se dice en afgano. Tenía unasss y tenía unosss (y dosss de cada uno). Meses
de negociaciones culminaron en aquella petrolera tarde: está bien, llévame en tu coche a dar una vuelta, me dijo la
princesita hecha un manojo de nervios, de rubores y de sus propios sabores. Yo soy una centella para entender las
insinuaciones. Pospuse (o reubiqué) indefinidamente mis clases de linguística avanzada y abordamos mi Datsun 62
llamado Filiberto. No sé que me dio por enfilar rumbo a la carretera vieja a Cuernavaca. Atavismos capitalinos. ¿A
dónde vamos? A la foresta, a las boscosas regiones donde se abrazan las náyades y los faunos, respondí con cara de
Rubén Darío (antes Fundición). Filiberto, siempre fiel, trepaba por las laderas del Ajusco. A lo lejos, vislumbré una
construcción fingidamente griega y me dije: ya estufas. A lo cerca, miré la minifalda de Dafne (llamémosla así porque
ahora es dama de mucho respeto) y miré también una desviación que conducía a lo que yo imaginaba sería el "Hotel
Olimpo" (Jacuzzi de mármol, antena parabólica. Las toallas están contadas). Creo que lo merezco, dije yo, que
acababa de cobrar y que estaba como planchita. Certero volantazo para tomar la desviación. ¿Y ahora a dónde
vamos? dijo Dafne. Es que quiero conocer unos monumentos, dije yo sin faltar a la verdad. Cinco minutos avanzamos
en una tensa calma. Y de pronto, todo se derrumbó. De golpe aparecieron soldados, policías, patrullas y judiciales
gordos diente de oro. Me obligaron a descender, me esculcaron, me pidieron hasta el acta de nacimiento (Dafne
lloraba), me insultaron, ni suquiera me pidieron mordida; simplemente me advirtieron que estaba yo invadiendo
"propiedad privada" y que la carretera y los árboles y el cielo y el aire y la marmórea consternación eran propiedad de
mi general Arturo Durazo. Media hora de oprobio, corte de cartucho e indulto final: regrésese, muchachito baboso.
Regresé. Silencio denso. Dehesa sufría: perdón Dafne. ¿Te llevo a tu casa? No, estoy muy nerviosa, aquí adelantito
hay un motel. Las mujeres son insumergibles; los jefes de la policía no lo son. Así conocí de cerca y con terror el
Partenón de Durazo. Me dan risa los patéticos elogios postmortem que intenta la agonizante prensa oficialista. Ellos y
los que por décadas compraron periodistas a plazos son ahora una pura ruina. Dafne no. Dafne es una señora muy
guapa que quizá esté leyendo estos renglones.

Principio de Indeterminación

La existencia de Dios, las razones de las azarosas necesidades de nacer y morir, los siempre cambiantes estatutos
del amor, las preferencias sexuales de adultos y entre adultos, los inescrutables argumentos del cuerpo masculino y
femenino, las tornasoladas mareas de las pasiones de cada vida personal no pueden ser materia del gobierno común.
Desde fuera, sólo podemos opinar, respetar y, en su caso, ejercer la solidaridad. Me aterra el sacatón Soberanes que
anuncia que muy pronto emitirá una recomendación sobre el caso Paulina. Me aterran los partidos que ya tienen su
catecismo rígido y aplicable a cuanto nos ocurre a los vacilantes mortales. Me aterran los hombres y las mujeres que
violentan el umbral de la conciencia individual a golpe de prejuicios. Me aterra PROVIDA y el oligofrénico limítrofe que
tanto ha medrado y tan injusto prestigio ha adquirido en defensa de su propia y buena vida. Opino que nadie salvo la
mujer violada, agraviada, amenazada puede determinar algo acerca del aborto. Aún los más sabios no pueden
determinar una ley general sobre materias tan íntimas e individuales; si lo hicieran, no serían sabios. Además, no se
trata de los más sabios; se trata del Congreso de Guanajuato.

Y Antes de Que se me Olvide...y para que no se me olvide: hoy toca.

Cualquier correspondencia con esta columna que para no arruinarse se vuelve mortal, favor de dirigirla a
gdehesa@infosel.net.mx o al Apartado Postal 19-111, Delegación Benito Juárez, México D.F.

Gaceta del Angel / El Hoyo negro

Por

Germán Dehesa

(14-Ago-2000).-

Es domingo y llueve en la capital del país. Estos días no deberían de valer como domingo. Cuando seamos
ciudadanos plenamente investidos de nuestros derechos y obligaciones, podremos exigir la anulación de estos días
tan pútridos y ejercer nuestro derecho a que cualquier otro día de la semana que tenga sol y sosiego nos lo cuenten
como domingo de reposición. En espera de que alcancemos ese grado de civilidad, paso a reportar que ya regresé de
Cancún y que, en vista del mal tiempo, he dedicado varias horas a investigar lo que ha ocurrido en mi ausencia.
Según mis nada halagüeñas encuestas de salida, en realidad no ha pasado nada. No tengo recados de ningún
importante personaje del alto o del bajo mundo, nadie ha requerido mi sabio consejo y el mundo y el país se las
arreglan bastante bien para funcionar sin mí tan bien o tan mal como es su costumbre. He recibido un buen número de
mensajes de varios cibercorresponsales que están francamente molestos y hasta escandalizados porque escribí que
Oscar Espinosa es mi buen cuate. Algunos comentarios: en nuestro país nunca se sabe cuándo ni por qué nos va a
indiciar la justicia que es más azarosa que la Lotería Nacional (que ya tendría que estar indiciada por la justicia, dicho
sea de paso) y es en esa desgracia cuando los cuates se tienen que hacer presentes. Por otra parte, hay que estar
loco para confundir cuate con cómplice. Lo demás es asunto de tiempo y de paciencia. Por explicables razones
recuerdo ahora a un loquísimo tío mío que, semana tras semana, me llevaba a Lecumberri a visitar a su cuate Chava
Flores; o sea que el mal (si es que es mal) es de familia.

Como verán, no ha sucedido nada de mayor relevancia. Ya aplacaron a los orates del Congreso de Guanajuato; el
RENAVE no ha variado su extraña condición de megacamote y, según me cuentan, el suceso semanal más
estremecedor fue un video casero de un enfrentamiento (llamémosle así) entre policías y asaltantes tomado por un
joven vecino que ya está viviendo en Burundi. De hecho, yo lo vi de reojo en Cancún y pensé que era un sketch de
Héctor Suárez. Luego hubo un corte donde apareció un "experto" que comentó que la delincuencia tenía un
entrenamiento cada vez más refinado y disponía de un armamento crecientemente poderoso. Nuevo corte para ver a
un chalán blandiendo con técnica coreana (que es igualita a la tepiteña) un cuchillo cebollero de altísimo calibre
(Vasconia Magnum) y a un grupo de aguerridos policías que corrían a todo lo que les daban sus cortas y regordetas
piernas y esto sin contar con el impedimento de la mayúscula y pulquera panza y su avanzado chaleco de guata que
puede resistir hasta municiones. Pero como dijo Gertz Manero que no sabe quedarse callado: lo importante es que los
malhechores fueron inmovilizados (a puros patines) y presentados ante la autoridad. En la refriega murió un policía y,
en un descuido, la muerte de este pobre sujeto se la van a cargar a Aburto o a Gloria Trevi. Cómo habrá estado de
aburrida la semana, que a este asunto del video le dedicó Televisa más de la mitad de su noticiero estelar. Y faltaba el
domingo y la exasperante lluvia y los cajetosos partidos de futbol entre Pumas y Morelia que acabó en empate porque
en realidad a nadie le interesaba ganar y el otro entre Toluca y América que fue una invitación a la catatonia y a la
depresión profunda. Confirmado: el hoyo negro.

Aclaración Urgente

Al principio eran unos cuantos; luego aparecieron varios más; de un tiempo para acá, salen a la luz por lo menos dos
cada día. Ante tamaña proliferación, me parece correcto y justo aclarar que yo no soy hijo de Sergio Andrade. Como
sea, ya es uno menos.

La Justa Proporción

La semana entera estuvo dedicada al tema del aborto. Pudimos escuchar desde voces sensatas y mesuradas, hasta
despropósitos intelectuales y manoseos políticos. En la revista Proceso de hoy domingo 13, Javier Sicilia, buen poeta
y buen cristiano, escribe un artículo ("La pérdida de la proporción y el aborto.") sabio, humano, respetuoso y
compadecido. No vendría nada mal leerlo entre una vociferación y otra. En éste y en tantos otros asuntos es urgente
que recuperemos, en todos los sentidos de la palabra, la justa proporción. Además, y junto con Sicilia, considero que
hay que respetar los acuerdos de San Andrés (el próximo domingo hay elecciones en Chiapas. Esperemos que salgan
bien y que ese domingo sí sea un domingo decente y no esta porquería que hoy nos tocó a los capitalinos).

Cualquier correspondencia con esta columna como caverna de Platón, favor de dirigirla a gdehesa@infosel.net.mx

o al Apartado Postal 19-111, Delegación Benito Juárez,

México D.F.

Gaceta del Angel / Los nuevos inquisidores

Por

Germán Dehesa

(15-Ago-2000).-

Hará unas dos semanas, tuve el enorme gusto de platicar con Ikram Antaki cuyo libro más reciente "Manual del
ciudadano contemporáneo" (Ed. Planeta/Ariel) ha tenido un enorme y justificado éxito de ventas. En algún momento
de la plática aterrizamos en el tema de lo que requiere un artista para poder expresarse y recordamos el caso muy
reciente del poeta griego Yannis Ritsos a quien le tocó vivir la dictadura (en el país que gestó la democracia) y ser
perseguido hasta quedar confinado en una isla que funcionaba doblemente como exilio y como cárcel. Obviamente el
poeta fue despojado de todas las herramientas y materiales que hubieran podido servirle para proseguir su
apasionada pesquisa de la belleza por medio de las palabras. Digamos que su caso era el diametralmente opuesto al
de un becario de Conaculta. Pasaron los meses y los años; llegó el día de la libertad y Yannis Ritsos regresó a su
tierra. Listo para embarcar rumbo a la liberación, varios amigos le ayudaron a trasladar un buen número de costales
llenos de piedras. En esos pedazos de roca y valiéndose de lo que encontraba a su paso, Ritsos había escrito poemas
día y noche. Conclusión provisional: el que tiene algo que decir y algo que expresar encontrará la manera de hacerlo
más allá de lo propicio u hostil de las circunstancias. Supongo que la señora potosina y su cada vez más nutrido coro
ya están dando de alaridos, preparando pancartas y anunciando al mundo que mi proyecto cultural 2000-2006
contempla la concentración de todos los artistas mexicanos en las Islas Marías como método infalible para estimular
su desarrollo personal y su creatividad. Lo niego, aunque no me suena tan descabellado. El gran arte y el gran
pensamiento pasan por el dolor y la adversidad, pero no creo que sea tarea del Estado proporcionarle a los creadores
estos dos ingredientes. La vida se encarga. A lo que quiero salir al paso es a los paroxismos y dramáticas desmesuras
de los divos y divitos nacionales que ya estaban tensos ante el cercano peligro de la disminución y/o pérdida de su
beca y de su improductiva chamba y, como las desgracias pistola en mano se nos echan de a montón, ahora,
además, se ven obligados a entablar singular combate con la deleznable y naquérrima cursilería de los defensores de
la moral y petrificadas jerarquías que los acompañan y patrocinan. ¡Ahi viene la censura!, ¡Prepárense, chicos y
chicas, para la "brutal embestida" de la Inquisición panista!, gritan nuestros talentos que estaban a punto de escribir el
Hamlet mexicano, o de pintar la versión náhuatl de la Capilla Sixtina (donde, por cierto, Dios Padre, Dios Hijo y el
hombre mismo aparecen tan desnudos como Marilyn Monroe). Algo me dice que, en el fondo, estos genios en
potencia están muy satisfechos de pasarle la factura al "Estado represor" (que, por lo pronto, encarna en dos
mozalbetes babosos y en varios Prelados a quien nadie podría calumniar llamándolos inteligentes y "de avanzada").
Siempre es más cómodo culpar a alguien por lo que no pudimos hacer, que asumir la responsabilidad de lo que
hicimos contra todo y contra todos. Hace unos 30 años, cuando yo comenzaba a perpetrar mis primeros textos
publicados, alguien me dijo que todo se valía menos meterse con el Presidente, el Ejército y la Virgen de Guadalupe.
Creo que no entendí bien porque me he metido con los dos primeros y aquí sigo. Con la Guadalupana no me he
metido porque, a pesar de Schulenburg y de todos los que con ella medran, me conmueve y me cae muy bien. Tengo
bibliografía suficiente para saber que los inquisidores son genéticamente estúpidos. Lo son también los que dedican
su vida a denunciarlos. Escribo estas líneas en total libertad y no encuentro para ellas más censura que mi propia
limitación. Lo demás es el melodramático enfrentamiento entre el potencial villano y la chica en peligro (Producciones
Zacarías).

Recula el Renave

Como ya platicábamos la semana pasada, en México lo que se politiza se pudre. El RENAVE ya se politizó. El
brillante proyecto fue patrocinado por un Secretario priísta de un gobierno priísta. El PRI ya externó su oposición al
Registro Nacional de Vehículos. El PRD, tan urgido de causas defendibles, ya también soltó el berrido. Me cuentan
que un ilustre y panista padre de la patria llamado Felipe de Jesús Preciado que, en su momento, defendió con toda
enjundia la pertinencia del RENAVE, ahora (de modo quizá tardío) lo juzga "anticonstitucional". Si la Constitución data
de 1917, se explica que don Felipe de Jesús no haya tenido tiempo de leerla. Satanizar al RENAVE se ha convertido
en una ganga política y mediática. Lo que nadie nos explica es que, si el proyecto se echara para atrás, habría que
pagarle a los concesionarios 10 millones de dólares (¿no será que los mismos concesionarios están patrocinando la
campaña para que les quiten la concesión y les den sus 10 millones?). Si el RENAVE sigue, hay que pagar; si lo
echan para atrás (¡un triunfo de la voluntad popular!), también tenemos que pagar, pero con la ventaja de que no
habrá registro (mientras tanto, en varios lugares ya ofrecen, por fin de temporada, RENAVE a la mitad de precio). La
vida es bella.

Cualquier correspondencia con esta columna huérfana de inquisiciones, favor de dirigirla a gdehesa@infosel.net.mx o
al Apartado Postal 19-111, Delegación Benito Juárez, México D.F

Gaceta del Angel / El más doloroso aborto

Por

Germán Dehesa
(16-Ago-2000).-

Me asombran, me admiran, me horrorizan, todo junto, esos peculiares seres mayoritariamente masculinos que, con o
sin previa solicitud, externan de modo tajante y nítido su opinión sobre el aborto después de pensarla muy bien
durante dos décimas de segundo. Algo raro ha de ocurrir conmigo, pues no me han bastado 56 años de vida entre las
personas y los libros para poder trasponer, a golpe de prejuicios y de intereses pro-videros, ese umbral que para mí
sigue siendo sagrado que es la íntima conciencia de una mujer y, en este caso, una mujer afligida (hay que ser
contumazmente machista e idiota como para imaginar que una mujer -cualquier mujer- asiste gozosa y/o indiferente a
ese tristísimo golpe en el centro de sí misma que es todo aborto). No alcanzo a llegar mucho más lejos. La situación
empeora cuando descubro que tampoco mi razón alcanza para formular argumentos válidos que, ante mi conciencia,
justificaran la irrestricta o casuística despenalización de la interrupción del embarazo (o sea que no asisto ni al
congreso de Guanajuato, ni a los oportunistas mítines de Rosario Robles). Como en el caso de la guerra, de la
creciente miseria, de la corrupción, de la injusticia y del daño a la naturaleza; al aborto lo miro como un triste fracaso
de la inteligencia, la capacidad de comprensión y compasión de los humanos. No se trata de decidir si estas
calamidades son buenas o malas, o si son permisibles o no; es que ya no tendrían que existir, o, por lo menos, no
tendrían que existir del modo tan masivo y doloroso como hoy se nos presentan. Nombro algunos antídotos:
educación, respeto, amor y lucidez. Lo demás corre por cuenta de los administradores de Dios y de los
administradores del poder, personajes éstos de tan inconmensurable grandeza que quizá no precisen de ninguno de
los antídotos que, desde mi perplejidad, mencioné. En medio de esta higiénica especulación, irrumpe la terca realidad
y avisa: en México 2000 se practican miles y miles de abortos y la mayoría de ellos se realizan en las condiciones más
deplorables y humillantes; ¿cómo le hacemos para que esto no ocurra?; ¿a golpe de leyes y de excomuniones?;
¿hasta ahí nos da el cerebro?...

Y hay otra alarma todavía, si cabe, más grave y urgente. No tan sólo las mujeres pueden abortar; también las
sociedades. Pensemos que un país como el nuestro ya había sido declarado estéril a golpe de corrupción, de
conformismo, de pasividad y de resignación. El domingo 2 de julio provocamos la buena nueva: México estaba
embarazado de esperanza. No fue fácil pero lo logramos. La celebración estuvo a la altura de la hazaña. A Vicente
Fox y a la empecinada tenacidad panista había que atribuirle la paternidad; pero fueron los comunes ciudadanos de
México los que permitieron y patrocinaron ese trance de alumbramiento que bien lo sabíamos todos iba a ser difícil y
prolongado. Hay que ser muy perverso, o muy tonto, o muy malnacido como para desear que este trámite de la
esperanza se interrumpa. Quiero suponer que Vicente Fox tiene plena conciencia de que en su mano (en su
inteligencia y en su cautela política) está defender esta vida que apenas comienza. No creo exagerar si digo que la
frustración de nuestro proyecto democrático sería el más doloroso aborto.

Un mundo raro

Un amigo de los años estudiantiles los llamaba "los incompletos"; otros les dicen "limítrofes"; Ferriz Santacruz podría
tildarlos de "alienígenas"; yo los considero consternaciones genéticas. Son muchos y varios de ellos tienen puestos de
responsabilidad y decisión ("la Iglesia en manos del útero" decía un cuate veracruzano que ignoraba los zafarranchos
que en torno a tal materia se organizarían años después). Al mirarlos, la primera tentación es considerarlos irreales, o
virtuales, o prófugos de alguna tira cómica o de la escuelita de Ortiz de Pinedo. Sin embargo, son reales. No piensan,
luego insisten. Son la avanzada de la inminente invasión de los Muppets. Lo peor es que su irrealidad es difusiva y
contaminante. Basta con mirarlos para dudar de la propia existencia. Se apellidan Serrano Limón, Herrerías, Rivera
Carrera (el Butch Norberto), Sandoval Iñiguez (el Sundance Kid), Sauri Riancho (Hermelinda Linda) y de muchos otros
modos. Son los Power Rangers tenochcas y los Pokemones autóctonos. Cada uno de sus actos acaba siendo un
happening surrealista. Con toda tranquilidad llenan de taurinos picadores una Delegación, o ponen cara de que al
defender al feto están defendiéndose a sí mismos, o fulminan excomuniones, o se alían para avalar la destrucción de
un dibujo, no particularmente genial, pero que se acogía a la benevolencia de un museo civil y se injertan en el
Fernando Soler de "La oveja negra" y sueltan el grito: ¡Tráiganme al juez, yo pago la multa, nomás faltaba, esos
mushashos son impetuosos, pero son hombres cabales y al pintorcito ese en su casa lo conocen y le hablan de tú! (al
parecer, lo de menos es que estos dos alegres compadres sean Cardenales -primados o primates- y que estén
cohonestando un delito llamado "daño en propiedad ajena"). Mirar el comportamiento de estos seres es lo que me
lleva a concluir que me tocó vivir en un mundo raro.
Cualquier correspondencia con esta columna urgida de dar a luz, favor de dirigirla a gdehesa@infosel.net.mx o al
Apartado Postal 19-111, Delegación Benito Juárez, México, DF.

Gaceta del Angel / La semana del tiburón

Por

Germán Dehesa

(17-Ago-2000).-

Realmente la zozobra y la inquietud comenzaron en Cancún con el ya reseñado asunto de las tortuguitas que rompían
el cascarón y avanzaban, en una clara maniobra de tortuguismo, rumbo al mar. La hora que se escogió para llevar a
cabo esta maniobra (18:30) tenía directa relación con la escasa presencia de las gaviotas que, según nos explicaron,
tienen la ingrata costumbre de lanzarse en picada sobre la playa y zamparse a los miniquelonios. De hecho, a los
pocos segundos de iniciada la ceremonia, aparecieron en el cielo cinco o seis de estas aves y comenzaron su
implacable ataque. Los ahí presentes gritábamos y hacíamos gestos en un intento poco eficaz por impedir la muerte
súbita de las que ya habían pasado a ser "nuestras" tortugas. El Bucles estaba petrificado: no podía entender la
violencia y la desmesura de lo que estaba viendo. Para ser sinceros, el papá del Bucles tampoco entendía muy bien.
Una cosa es el oscuro gesto de la resignación y otra la feliz luz de la comprensión. En aquel momento, mi único y
absurdo ruego era que, por lo menos la tortuguita tutelada por Andrés pudiera llegar al mar. Así ocurrió y creo que con
ello el Bucles (que ya expulsó de su vocabulario la palabra gaviota y se refiere a esta especie como "los pajarracos")
se ahorró unas cuantas sesiones de psicoanálisis. Yo soy el que todavía no sale de su perplejidad: ¿por qué ocurre lo
que ocurre?; ¿por qué la vida opera a base de comernos unos a otros?; cuando desde las alturas se precipita el rayo
de la muerte ¿quién decide a quién le toca? ¿el azar, la Providencia, la ley natural o el genoma de los pajarracos?.
Preguntas vertiginosas. Espero un próximo pronunciamiento del congreso de Guanajuato (nuestro Oráculo de Delfos
sucursal Bajío).

Ya de regreso en la lloviznada Capital y todavía con el alma tambaleante, el Bucles (que no se arredra ante nada) me
anuncia que en el Discovery Channel están anunciando la semana del tiburón y que sería extremadamente
recomendable que viéramos juntos esta serie. Tengo dos caminos: acceder a la petición del novelero infante, o
explicarle que, de un tiempo para acá, cada semana de la vida nacional es, de un modo u otro, la semana del tiburón.
Opto por el primer camino y así el lunes 14 de agosto a las 9 de la noche, padre e hijo confortablemente abrazados se
disponen a sorprender la intimidad de los escualos. Mientras tanto, la Hillary que tiene la sana costumbre de azotar
como costal arrocero en cuanto ve una gota de sangre, se dedica a "arreglar" mis cajones de modo que ya nunca
pueda yo encontrar nada. En la pantalla comienza el desfile de tiburones que son capaces de comerse hasta
hamburguesas franquiciadas y no morir de horrible forma. Como si hubiéramos hecho una cita con el destino, en la
videopantalla comparece una feliz familia de gaviotas que nadan plácidamente. En un feroz instante surge del mar ese
dentado y mortífero umbral que es la bocaza de un tiburón y sale de cuadro (y de todo) una gaviota. Yo estoy
aterrado. El Bucles comenta tranquilamente: yo creo que ese pajarraco se había comido una tortuguita. Semana del
tiburón.

(Inma) Dura Lex


Yo que don Norberto Rivera me tomaría algunos días (unos 90) para hacer lo que se llama ejercicios de silencio y
para leer con cuidado las leyes de la República Mexicana que, según tengo entendido, es el país donde él trabaja y
goza de derechos y de obligaciones. Según me cuentan los enterados, don Norberto es pastor de almas y su voz guía
la conducta de muchos seres. Si esto es así, no suena del todo inteligente plantarse frente a cámaras y micrófonos de
la TV y arrancarse con la pastoral declaración de que en México hay muchísimas leyes que no se obedecen y que por
lo tanto (esta inferencia es mía, pero viene implícita) brincarse una más o una menos es irrelevante. Si así vamos a
razonar (o a dejar de hacerlo), queda el campo abierto para decir que también la Iglesia católica tiene tantas leyes que
dejar de lado ésta o aquélla, tampoco sería relevante. ¿Ah, verdaaad?.

Acertijo para Cecilia Soto

El miércoles en la prensa y el martes en la televisión, Cecilia Soto, apoyándose en la certera información de Rafael
Ruiz Harrell, se pronunció con serenidad e inteligencia acerca del muy incómodo tema del aborto. Nada tengo que
objetar a sus bien razonadas opiniones. Lo único que me intrigó un poco fue el argumento que empleó en la televisión:
"No hay regla sin excepciones." A poco que se piense, se entiende que el antiguo proverbio como ella lo llamó es en
sí una regla. El problema es que está mal articulada porque para que la regla que dice que "no hay regla sin
excepciones" pueda cumplirse, necesita existir -como excepción- una regla que no tenga ninguna excepción. Si ésta
existiera, tendría un doble y catastrófico efecto: confirmar la regla original y cancelarla. Y ya me voy porque se me
acaban de aparecer Whitehead y Bertrand Russell.

Cualquier correspondencia con esta darwiniana columna, favor de dirigirla a gdehesa@infosel.net.mx o al Apartado
Postal 19-111, Delegación Benito Juárez, México, DF

Gaceta del Angel / Hay golpes en la vida

Por

Germán Dehesa

(18-Ago-2000).-

Hay golpes y hay días. El miércoles 16 fue uno de ellos. Hoy me llovió. Temprano apareció en mi vida, en forma de
correo electrónico, una pulcra matrona apostólica y romana llamada Claudia que, sin haber sido presentados y nomás
para irnos conociendo, me mentó la madre para luego informarme que este país es católico y guadalupano y que por
lo mismo, nadie tiene derecho a discrepar de don Norberto ni, mucho menos, a tomar a chunga sus flamígeras
apologías de la ilegalidad. El remate es a la vez original, cristiano y tolerante: así es México y si no le parece
¡lárguese!. ¿Le contestaré, o primero me largo y luego le contesto?. Tampoco tuve mucho tiempo para pensar. Desde
mi periódico me notificaban la inminente e inevitable publicación de una carta que me enviaba Carmen Boullosa,
amiga querida y apreciable escritora. A ella sí quiero responderle, pero no con ánimo polémico o revanchista, sino
como un afectuoso acuse de recibo. Puedo aventármele a funcionarios, dignatarios, tronos y dominaciones; a Carmen
no. Me constan su honestidad y su inteligencia.
Carmen: leo con asombro tu asombrada pregunta: "¿Piensas sinceramente que Rosario Robles toma el tema [del
aborto] para aprovecharse políticamente de él?." Respondo: por supuesto que lo pienso, querida Carmen, si no lo
pensara no lo habría escrito. Si, por ejemplo, la línea Cuauhtémoc-Rosario que lleva tres años intentando gobernar
esta ciudad, le hubiera entrado de frente y desde un principio a una consulta amplia y a fondo sobre el tema y ésta
hubiera culminado naturalmente en un pronunciamiento nítido, hablar de "oportunismo" hubiera sido impensable y
doloso; pero como se dió la "oportunidad" del inoportuno y estúpido pronunciamiento del Congreso de Guanajuato (y
ya no hablemos del "premio" que se quieren otorgar los de Mexicali), pues me dió por pensar sinceramente que era
una buena ocasión para reposicionarse políticamente y para poner a trabajar a deshoras a la exótica Asamblea de
Representantes. Aclaro que "pensar sinceramente" no equivale, ni de lejos, a verdad universal. Dices, Carmen, que
con un pronunciamiento así, muchos dejarán de saludar a Rosario y pienso sinceramente que no dices mucho: tal
como está hoy México, digas lo que digas sobre el tema, estarás renunciando al saludo de la mitad de la población
(me consta). Me preguntas, Carmen, si pienso sinceramente (no sé cómo se piensa insinceramente) que tú, o Elena
Poniatowska, o Marta Lamas, o Luis Villoro son oportunistas. ¡Ay, Carmen, sinceramente lo dudo!. Con todo y que el
texto que Villoro leyó en esa reunión me parece un tanto contradictorio pues por un lado afirma que sobre un tema tan
controvertido el Estado no tiene derecho a imponer una concepción moral, para luego, por el otro, decir que le da la
bienvenida al pronunciamiento de Estado que hace Rosario; con todo, las personas que tú enumeras no son, en modo
alguno, oportunistas (asistir a una obra de teatro dudosa no hace dudoso al público). Con pleno derecho comentas,
Carmen, que R. Robles te parece una "habilísima política". Pienso que a este respecto la ciudadanía examinará los
resultados (seguridad, salud, medio ambiente, corrupción y uso de los recursos) y emitirá un juicio más valedero que
el nuestro. Rectifico, Carmen, lo que haya que rectificar y te saludo con el afecto de siempre.

Y por si Algo Faltara...

Entre los dos comunicados que ya incluí, me cayó otro. Resulta que algún alma caritativa y perversa me dió de alta y
proporcionó mis datos y mi correo electrónico a una especie de leonera virtual cuyo lema podría ser "todos contra
todos" (no se crean que me propongo compartir con ustedes mi correspondencia cotidiana; pero es que ayer fue un
día especial y de cierto interés colectivo). De toda esta ciberconspiración me enteré por un mensaje que recibí. Lo
firmaba alguien que se encubría bajo el elegante seudónimo de "la cochinita entrona" o algo así. En su candente
mensaje, la coshinita me informa que supo de mí en Internet (¿existe o no existe el progreso?), pero que desea
ahondar en nuestra intimidad. Quiere, por ejemplo, saber (yo también) si soy hombre o mujer (omaigod!) y desea
asimismo información prolija y detallada sobre mis preferencias y fantasías más secretas. La condenada coshina dice
que es una mujer madura que no se arredra ni ante el Renave y que le entra a todo, incluso al Gabinete. Pienso, quizá
vanamente, que doña Claudia (la que me quiere correr de México) podría asesorarme en este durísimo trance. Por lo
pronto y dado que soy una persona de edad y de respeto, te aviso, coshinita, que no lo tomes como mal modo, pero
llegaste tarde en el ocaso de mi vida triste. Con esa pena andamos. Lo bueno es que hoy toca.

Cualquier correspondencia con esta columna que es una llovida milpita, favor de dirigirla a gdehesa@infosel.net.mx o
al Apartado Postal 19-111, Delegación Benito Juárez, México D.F.

Gaceta del Angel / La transición, la tranquiza y la tregua

Por

Germán Dehesa
(21-Ago-2000).-

Hemos pasado una semana que comenzó con la violencia verbal (el inacabable e irresoluble asunto del aborto) y
terminó, como era de temerse, con la violencia física allá en Chimalhuacán (no dejo de pensar en el Gobernador
Montiel y su sofístico lema que nos decía que los derechos humanos eran para los humanos y que a las ratas les
tocaba la cárcel. Si su discutible afirmación sigue en pie, le aviso que allá en Chimalhuacán hay una ratota en forma
de loba que ya alborotó a muchas otras ratas y ya dejó varios cadáveres en el camino). Pero no son exclusivamente el
Gobernador Montiel, ni los mexiquenses los únicos que tienen que acusar recibo del aviso que llega con esa
lamentable fotografía de ese hombre de edad que yace muerto aunque su mano se aferra tercamente a una roja
bandera de no sé qué. Así, exactamente así puede quedar el proyecto que con tantas dificultades nació el 2 de julio.
Desatada la imprudencia y rebasados los cauces de la civilidad y del respeto, nuestros proyectos de reconciliación y
de transición democrática se van al demonio. Apenas estamos a tiempo de abandonar este torneo de desmesuras y
de insensateces. De pronto resulta que nadie se está produciendo con mesura. No lo ha hecho el equipo de Fox, no lo
ha hecho una buena parte del PAN; la jerarquía eclesiástica está más rijosa y retadora que nunca; la izquierda (o lo
que se dice izquierda, o lo que queda de ella) no lo piensa dos veces (quizá no lo piensa ni una) y se sube al ring con
tal de que le toquen los reflectores del pleito. De la interpriísta guerra a muerte tenemos documentación de sobra y,
por si algo faltara, estamos los medios que, en lugar de propiciar serenidad, avenimiento y una justa jerarquización de
los problemas y tareas nacionales; hemos fungido hasta ahora como beneficiarios y atizadores de la violencia de este
indigno talk show en el que se está consumiendo tontamente nuestra esperanza postelectoral. La cruda guerra de
posiciones ha venido a robarle su justo tiempo y espacio a las conversaciones de paz (y en paz) que hoy tendrían que
ocuparnos. Confieso que yo mismo he sobredimensionado estas diferencias que brotan por todas partes y que de
inmediato generan la inútil y desgastante escaramuza. A poco que nos pusiéramos a pensar juntos, encontraríamos
los temas realmente sustantivos que se presentan como tareas comunes para todos los mexicanos de bien que, más
allá de opiniones y militancias personales, queremos paliar los males presentes e imaginar los bienes futuros. No es
posible que casi de golpe hayamos quedado todos tan arrinconados, tan disminuídos del espíritu, tan desconfiados,
tan asustados frente a la posibilidad de ser maduros y libres y, como manifestación de todo esto, tan irrespetuosos y
tan braveros. ¿Se imaginan a nuestro país muerto en alguna banqueta con su inútil banderita?; ¿quién va a celebrar
esa victoria?; ¿quién puede hablar de victoria?.

Es domingo por la tarde y llueve en la Ciudad de México. De Chiapas llega la noticia del probable triunfo de la
Coalición que apoya a Salazar Mendiguchía. En el parque jurásico se olfatean nuevas reyertas. Chiapas y México
recibimos, una vez más, el guiño de la paz digna y de la esperanza posible. ¿Y si con toda nuestra imaginación y
buena voluntad nos sentamos a negociar un buen perdón y una durable tregua?.

Y Faltaba el Pilón

Rasposa e ingrata como estuvo la semana, los implacables dioses le recetaron a los aficionados al futbol una dosis
adicional de perplejidad: el cese de Hugo Sánchez como entrenador de los Pumas. Es horripilante esto de no
entender ni por qué ni cómo ocurre lo que ocurre. Antes solíamos decir: me dan ansias y siento como que no me hallo.
Fueron tales mis ansias que me lancé a platicar largamente con Hugo Sánchez, con Javier Jiménez Espriú, con otros
directivos del equipo, con varios jugadores y exjugadores. No es que, tras mi dilatada investigación, ya no esté
perplejo; pero ahora tengo perplejidad con bibliografía. En cuanto ordene mis materiales y mi materia gris, espero que
podamos compartir los términos de la pesquisa. Ya se imaginarán que hay varias versiones del mismo hecho. Lo
interesante es que todos los entrevistados coincidían en un punto: el resultado del juego contra Santos en Torreón
(donde el equipo de Quirarte es impasable) tendría una repercusión fundamental sobre nuestra percepción del
peludísimo asunto. Si los Pumas salían a la cancha en calidad de marineros rusos y huerfanitos desvalidos, la gente
tendría una lectura equis de lo acontecido; si los Pumas salían briosos y dispuestos a morir en la cancha, la
percepción se modificaría. Los Pumas salieron como locos y ganaron 3-0. Jiménez Espriú, Hugo Sánchez y su Charro
Negro necesitarían estar severamente dañados si no nos sintiéramos encantados con la victoria. Imagino que el
asunto seguirá; yo también, pero ya será otro día.

Cualquier correspondencia con esta columna que no quiere ser rata, ni loba, favor de dirigirla a
gdehesa@infosel.net.mx o al Apartado Postal 19-111, Delegación Benito Juárez,

México D.F
Gaceta del Angel / La resistencia

Por

Germán Dehesa

(22-Ago-2000).-

Ya el martes 15, F. Reyes Heroles publicó el sabio consejo: lean "La resistencia" de Ernesto Sábato (Ed. Seix Barral).
En este caso, accedo gozosamente a convertirme en abajo firmante. Es un libro sabio y ardiente. Lo escribe un
hombre que, en su último crepúsculo, ha merecido la verdad y la sabiduría. ¿De qué trata el libro?; trata de que el
cimiento de toda dignidad humana está en nuestra capacidad de resistencia. El concepto "resistencia" está quizá
excesivamente vinculado con guerras mundiales, ciudades ocupadas y campos de concentración. Es mucho más
amplio y de esto se ocupa Sábato. El nos avisa que toda grandeza humana estará perdida si no aprendemos a resistir
la permanente y anestésica tentación de la frivolidad, la insensibilidad y la abdicación neuronal que nos asedian con el
ruido, la furia y las luminosas pantallas que dicen ser heraldos de la modernidad y que nos coartan con la velada
amenaza de que, si no nos resignamos a su horror, nos convertiremos en vejestorios premodernos. Es decir, tenemos
que aguantar el ruido, la furia y los talk shows, aunque en el camino se queden los valores humanos. ¿Por qué?.

Y si eso fuera lo único que hay que resistir; pero tenemos al enemigo en casa. ¡Cuídame, Dios, de mí! decía
Montaigne. Es en este Chimalhuacán moral donde se aparece y aulla la loba que a todos nos habita. Los prejuicios,
los intereses, los dogmas, el fatalismo, la ira, las verdades irrefutables (¿cuáles?), la cobardía, la pereza mental, el
temor a perder "imagen", los apellidos y supongo que hasta el genoma pululan en nuestra sangre y nos invitan
constantemente a ceder y a conceder territorio y así, por no resistir y no resistirnos acabamos más cerca de los
moluscos que de lo humano. Grave asunto. En el trayecto de la concesión se van quedando ilusiones, amistades
incumplidas, proyectos personales y colectivos, deberes solidarios y aquella voluntad de bien y de belleza que nos
habitó en la juventud. Todo por no aprender el noble arte de la resistencia. Para los mexicanos ésta es una hora
magnífica para resistir el desánimo interior y los estrépitos de la política. Si Ernesto Sábato, en la orilla final de su vida,
es capaz de ocupar sus madrugadas en enviarnos un mensaje para avisarnos que en la resistencia está la clave para
recuperar la esperanza, creo que debe ser leído, atendido y aplicado. Los resistentes se vuelven irresistibles.

¡Ya Volvieron!

Este lunes aquí en la Capital, el paisaje era como para ambientar el regreso de las tropas napoleónicas de la ruinosa
campaña rusa. Frío, neblina, el infinito y mal redactado telegrama de la lluvia y la molesta sensación de que hasta el
alma se nos está licuando. Reptando por estos sombríos territorios miles y miles de niños que arrastran por el fango
sus mexicanas y tradicionales mochilas de Winnie Pooh y avanzan hacia la tenebrosa escuela como Pokemones en
su milésima evolución. Los remolcan sus crueles madres que lucen (es un decir) sus pants color mamey, pantuflas
pachonas y esa cara de perro lanudo y melancólico que sólo tienen las señoras que no se han bañado. En el radio los
locutores hablan del "regreso a clases" como de una ceremonia particularmente jubilosa. No hay tal. Es como una
especie de retorno masivo a Siberia. Dice Fox que la salvación de México está en la educación. No quiero ni puedo
refutarlo; solamente me atrevería a hacer dos preguntas: ¿no podríamos comenzar a mejor hora la salvación de la
Patria? y ¿las señoras no podrían ir bañadas a la inauguración del futuro de México?. Es que huelen como a taco
sudado.
Warning! I

Mariana, que alguna vez fue "la Pequeña Carlos", regresó hoy a clases. No es un trámite sencillo ingresar a los
rigores de la secundaria del Colegio Madrid después de haber folgado durante nueve años en ese paraíso musulmán
que es una escuela Montessori. Así lo pensé y me dije: mi deber es procurar que su último domingo de vacaciones le
sea grato y le sirva para reforzar la frágil admiración por su padre. Para entender esto último les tengo que contar la
triste historia del DVD que apareció en casa meses ha. Según me explicaron, se trataba del sistema más moderno y
espectacular para que el ciudadano común disfrutara "en la comodidad de su hogar" de las grandes producciones de
la cinematografía mundial. Desde mi abismal ignorancia tecnológica adquirí un buen número de películas para ser
disfrutadas por los que tienen familia, o para los que disfrutan esforzándose en aumentar su familia. Hecho esto,
convoqué a Mariana y al Bucles y les anuncié que tendríamos "cine como en el cine", procuré la fabricación de
abundantes palomitas, apagué las luces y liberé la tecnología de punta. No pasó nada. Lo único que apareció en la
pantalla fue un estúpido mensaje que decía "Warning!", usted, miserable, está intentando ver una película que
corresponde a la zona 2 en un aparato que es de la zona 4 y usted, rata repugnante, debe saber que eso constituye
un delito...Ahí estuvimos viendo el letrerito como idiotas durante 15 minutos. Mis hijos me miraban con algo que era
lástima pero también rencor. Un pequeño fracaso. Lo bueno es que no hay fracaso por pequeño que éste sea, que un
mexicano audaz no pueda convertir en una catástrofe. Mañana les cuento...Warning!

Cualquier correspondencia con esta resistente columna, favor de dirigirla a gdehesa@infosel.net.mx o al Apartado
Postal 19-111,

Delegación Benito Juárez,

México D.F.

Gaceta del Angel / Temblor de agua

Por

Germán Dehesa

(23-Ago-2000).-

Cuando hay, el agua da para mucho. Es espejo, absolución, gota de vida, muerte sin fin y todo. Proteo, su dios tutelar,
adoptaba todas las formas, incluso la de un dios que, si se piensa bien, será o está siendo una forma vertiginosa e
inmóvil; pero mejor sofreno mis arrebatos lírico-teológicos y me ciño al rigor del recipiente que me contiene. Una
amiga me envió un vasito de agua. El vaso tiene forma de libro bueno y se titula "Agua". Contiene un fluente poema y
reproduce cuatro dibujos de Juan Soriano que, según consta, es un espléndido avatar de Proteo. El poema es de
Carmen Boullosa y aquí es donde las aguas se reúnen. Hace algunos días, Carmen envió a mi periódico (aquí la
expresión "mi periódico" no implica propiedad, sino lealtad y cercanía) una carta firme y cortés. En ella manifestaba su
extrañeza porque yo hubiera utilizado la palabra "oportunista" para referirme a la muy difundida y quizá tardía
intervención de Rosario Robles en las siempre difíciles relaciones entre la legislación pública (civil o religiosa) y el
necesariamente íntimo tema del aborto. Ella expresó con pulcritud su desacuerdo; yo traté de responder en tono
similar y la diferencia de opiniones ha traído como resultado un gesto de elegancia: Carmen me dio "Agua" (en el
mejor sentido de la expresión) y a mí lo que me toca es agradecer tan desmedida recompensa. Habrá que añadir que
el libro venía acompañado por un recado manuscrito con acuática caligrafía que contenía una doble reiteración:
Carmen sigue pensando que la palabra "oportunista" no es justa y, lo más importante, Carmen sigue teniéndome
aprecio. Lo que de esto se desprende es que la discrepancia sigue siendo un noble ejercicio de la democracia,
siempre y cuando las diferencias no sirvan para un Chimalhuacán, sino que valgan como coartada para que los
discrepantes se proporcionen un vasito de agua. "Los dos lejanos, los separados, van hacia el agua a que su sed los
guía." Con este verso comienza el libro de Carmen y con él quiero terminar este reconocimiento de lo útil que es la
discusión racional y de la urgencia que tiene nuestro país del agua como tal (prioridad nacional) y de esa otra agua
que temblorosa llega en forma de libro y con ojos de mujer.

Arrebato Tequilero

Una caja. Ahí estaba rodeada por esa apasionante correspondencia que recibimos cotidianamente: invitaciones para
bodas (¿por qué siguen casándose?), anuncios de muebles modulares, invitaciones para "eventos" que ocurrieron
hace un mes, solicitudes no pedidas de servicios que van desde una tarjeta de crédito hasta un tiempo compartido en
Guayabitos. Pero ahí estaba la caja. El remitente se llama Alberto Cárdenas y trabaja de Gobernador en Jalisco. La
caja era de tequila e implicaba el discreto mensaje de que, contra los temores manifestados persona a persona, el
noble licor jalisciense (a diferencia de las Chivas) sigue siendo real y autóctono. Gracias, mi Gober. La Hillary anuncia
su intención de darle mate al destilado agave en un plazo prudente. En mis tiempos, las señoras tomaban rompope y,
ya en pleno deschongue, pedían un "vermucito". Hoy se avientan enormes fogonazos de tequila y ni parpadean. Si
hay una próxima revolución, ésta correrá a cargo de las ñoras. A nosotros nos tocará cuidar a las criaturitas y
asomarnos al vagón para que nos retrate algún Casasola postmoderno. Seremos los fieles soldaderos. Los Adelitos
(omaigod!).

Los Pseudocaciques

Según confesión televisiva, Lorenzo Meyer es el depositario de esta mirífica expresión. De acuerdo con el relato de
Lorenzo, el autor original fue algún alto funcionario priísta (¿quedará alguno?) que intentó explicar las brutalidades de
Chimalhuacán, diciendo que se trataba de un enfrentamiento entre "pseudocaciques". ¿Qué quiso decir realmente el
alto funcionario?. Creo que Lorenzo y yo lo ignoramos. Es una trampa verbal (parienta del oxímoron e hija de la
idiotez) de la misma índole que la que se agazapa en expresiones como "pseudoimpostor" (anónima), "subnulidad"
(G. Dehesa) o "revolucionario institucional" (varios autores). La expresión tiene todo su derecho a ser vaga y hasta
ilegible. Lo que tiene que quedar claro es que el PRI, sus caciques, sus voceros, sus gobernadores raticidas, sus
grupos de choque, sus otrora dóciles clientelas ya no tienen derecho a interferir con la paz que hemos decidido
instaurar. Ya bastante gravoso nos resulta perdonar los incuantificables daños que ellos nos infirieron y que nosotros
soportamos, como para que ahora pretendan pelearse por lo poco que les queda del botín en nuestras plazas
públicas, a punta de balazos, ante la irrelevante presencia de la policía y, para mayor congoja, con las tartamudas
explicaciones del señor Montiel y ratones que, por el momento, lo acompañan. ¿Será tan difícil que entiendan que ya
no queremos ni lobas ni antorchas?. Queremos repensarnos en la amable paz y en las gratas aguas.

Cualquier correspondencia con esta columna que va del agua al tequila, favor de dirigirla a gdehesa@infosel.net.mx o
al Apartado Postal 19-111, Delegación Benito Juárez, México, DF.

Gaceta del Angel / El coyote empumado

Por

Germán Dehesa
(24-Ago-2000).-

Así estoy: aullando y saturado de Pumas. Cumplo una semana de desayunar Puma, soñar Puma, comer Puma y
alucinar Puma. Ya me empumé. Con lo fácil que hubiera sido que a Hugo lo contratara el Guadalajara (suplico a los
lectores tapatíos que no me castiguen con el recio puñal de su orgullo; estoy nomás especulando) o, eventualmente,
el América. No fue así (por el momento); fuímos los Pumas los que libre y voluntariamente contratamos al polémico
personaje. A toro pasado, se puede decir que el conflicto era previsible. Me queda el consuelo de que yo en "Señor
Futbol" lo anuncié en el momento mismo; pero también he de confesar que, en cuanto comenzaron a presentarse los
milagros de San Hugo y un equipo atejonado, correlón y desnortado se convirtió en un grupo bien organizado, con
espíritu, con ilusión (ésta es la palabra favorita de Hugo) y con ideas futbolísticas claras, dejé atrás -como muchos
otros- mis suspicacias y pensé que, en el momento más oportuno (1999 fue un año aciago para la UNAM) los Pumas
recuperaban su ser y su sentido. Eso pensé y me dio mucho gusto. La siguiente noticia que recibimos fue la del cese
de Hugo por fulminante vía telefónica. Llenos de ansiedad y ya un poco hasta el gorro, los lectores preguntan: ¿y todo
esto a nosotros qué nos importa?. Respondo con voz cortés (ya J.A. Alcaraz nos acaba de recordar que la voz es el
músculo del alma): como mera eventualidad deportiva, a muchísimos seres esto no tendría nada que importarles. Si
dedicáramos el trabajo periodístico a averiguar los puntos finos, los antecedentes y consecuencias del cese de cada
uno de los entrenadores mexicanos arrojados por la ventana, no alcanzarían los periódicos nacionales ya de por sí
excesivamente numerosos. Lo que me lanzó a la loca aventura de tratar de averiguar más a fondo la cuestión -
dejando a un lado mi martirizada condición de Puma- fue que en el caso Hugo Sánchez creo adivinar una metáfora
reducida pero útil de varios problemas que están en la agenda nacional, por lo menos, desde el 2 de julio: el nuevo y
acotado concepto de "autoridad", la redistribución de las cuotas de poder; el replanteamiento del pacto entre
empleadores y empleados y la instauración de formas más civilizadas y responsables para dirimir cualquier conflicto.
Creo que ya no es hora de juzgar (ni de cesar) a nadie en ausencia; creo también que ya no se trata de que nadie
avasalle a nadie. Es hora -así me lo comentó un amigo- del vasito de agua mutuamente brindado. La sed es común y
común tiene que ser ese hipotético y deseable arreglo donde cada parte ceda un poco en favor del bien general. En
español, a esto le llamamos democracia y de eso, mucho más que de futbol, fue de lo que intenté hablar. Si lo logré o
no, es mi entera responsabilidad. Ninguno de los consultados habló con doblez o reticencia. En esto como en todo,
cada uno trae consigo una pieza indispensable de ese curioso rompecabezas que puede llamarse "razón", "verdad" y
"solución". De mala manera sobreviven en nuestro país los caciques y los vasallos. Son rebabas (y son re babas) del
pasado. Hoy en México los que tienen derecho a la palabra son los ciudadanos. Si ejercemos este derecho, les
aseguro que por mi raza hablará el espíritu.

Warning! II

Amiguitos: soy una bestia. Por andar de pizpireto se me olvidó que había dejado a la mitad la estrujante historia de mi
ríspida relación con esos aparatos que se llaman "reproductores de DVD". La cotización de mis buenas acciones se
fue a la baja en el mercado filial. No me decían nada, pero su elocuente mirada decía: nuestro padre es un animal de
pezuña grande que no sabe ni poner una película. Así terminó el primer capítulo; pero yo soy más terco y aferrado que
Fox. Pasados unos días, la Hillary (mi loba particular) me comentó: lo que tú necesitas es un reproductor multizonal.
¿Me estás hablando de erotismo? pregunté yo con xalapeña ingenuidad. No, menso, (así me trata) me refiero a un
reproductor de DVD que tenga el chip para reproducir películas de todas las zonas (las mujeres antes no sabían nada
de avances tecnológicos. No si les digo que están...). La operación no fue difícil. Vendí a la Tractor al Benfica y con las
utilidades adquirí el multizonal artilugio. Avisos gozosos a las partes interesadas. Palomitas de maíz, variopintos
chescos y chupifritos mil. Discurso de inauguración: Andrés y Mariana, su padre no sabe fallar (ajá, decían los enanos
sentaditos y dubitativos). ¡No escatimando gastos la empresa de este lugar se honra en presentar (ajá) el único, el
revolucionario, reproductor multizonaaaal!. Dicho esto, coloqué el méndigo disquito y me dispuse a disfrutar de mi
hazaña tecnológica. Pasaron varios segundos. Esplendoroso apareció en la pantalla un letrero: WARNING! usted,
tercermundista ojéis, pretende ver esta película en un DVD multizonal e ignora, amiba repugnante, que sólo puede ser
vista con un aparato DVD XX-&-MEGAPLUS-ORALE.COM. Le recordamos, zoquete, que las leyes internacionales
persiguen,bla,bla. Crisis de gabinete. Los enanos reinstalaron su mirada de fulgor extraño. A unos metros, la Lobezna
se reía de inicua manera. Houston: tengo un desmadre.
Cualquier correspondencia con esta columna empumada, favor de dirigirla a gdehesa@infosel.net.mx o al Apartado
Postal 19-111, Delegación Benito Juárez, México, D.F

Gaceta del Angel / ¡En la remadre

Por

Germán Dehesa

(25-Ago-2000).-

El grupo Reforma-El Norte-Mural y anexas y conexas se acaba de aventar otro tiro de esos que hasta dejan cicatriz.
Se confirma mi teoría de que hay cosas que empiezan mal, pero luego empeoran y ya al final revientan (moraleja: no
hagas cosas malas que se pongan peores). Ahora resulta que el "cerebro" (Llísus!) del RENAVE es un tal Cavallo
cuya verdadera maestría reside en la tortura, el robo de autos y la falsificación de documentos. Si fuéramos menos
tiquismiquis, tendríamos que afirmar que con esos títulos, era el director ideal para el RENAVE. El problema es que el
señor Cavallo, con inexplicable aunque argentina modestia, no quiso hacer gala de estos títulos y se presentó
modestamente como un empresario más. Según escuché hace rato, la Interpol, el Smersh o alguna corporación igual
de espeluznante, le propinó drástico cancunazo al señor Cavallo, lo detuvo y ya no le dió permiso de ir a Buenos Aires
por unos papelitos que había dejado en el cajón de su buró. Esta noticia llovía sobre mojado (por cierto, aquí en la
ciudad está cayendo una tormenta modelo Chimalhuacán que para qué os platico... Chín...¡Dioses del Olimpo!, ya se
fue la luz y lo usual en mi periódico es castigar con cien latigazos y un disco de Adal Ramones al que no entrega a
tiempo su artículo. Lo que ahora leerás ha sido manuscrito y será ciberescrito por la Rubia Misteriosa cuando vuelva la
luz). Como os decía, amados y húmedos hermanos, el cancunazo ya era el tercer calambre. Primero las ocho
columnas y el recuento y lucido historial del señor Cavallo. Minutos después, Gutiérrez Vivó comentaba la noticia con
tino y con sorna. Entró la sorprendente llamada de Don Herminio Blanco que había sido localizado en Japón. Según
colijo de la transcripción de esa llamada, el Blanco Secretario explicó, en perfecto japonés, que no había tox, que no
tenía la menor información sobre la noticia publicada (¿oskae, Don Hermitt?) y que ésta, en caso de que fuera cierta,
no hacía la menor mella en un proyecto sabiamente planeado (por la marina rusa, comento yo) como es el RENAVE.
El tal Cavallo, de existir, sería un empleaducho más que quizá hubiese cometido algún delito en Argentina, pero que si
así fuese, eso sería bronca de la policía argentina y no de la nuestra (que anda tan atareada, comento yo). Arrebatado
por la retórica y espoleado por Gutiérrez Vivó que es especialista en esta difícil materia de lograr que el interlocutor se
aplique garrote vil con sus propias palabras, Herminio Blanco manifestó sus sospechas y suspicacias acerca de quién
podría haber financiado una "investigación tan costosa" y, ya en un éxtasis lírico, deslizó su sospecha (no su
certidumbre) de que no sería imposible que las grandes bandas de robacoches, tan amenazadas por el RENAVE,
hubieran financiado una averiguación así de onerosa. Elemental, mi querido Herminio. Ni modo, ya se supo la neta del
planeta. Yunes, Miguel Angel Granados Chapa y yo encabezamos la banda. Ya no tiene caso negarlo. Yunes echa
aguas (por todos lados), yo recableo la renave y Miguel Angel se la relleva al Estado de Hidalgo donde la embarca
rumbo a Malasia. Sé que no tenemos justificación, pero todo lo hemos hecho por amor.

Ya en serio y haciendo un corte de caja en lo que regresa la luz, ¿qué queda al final de este meneadísimo jueves?
(porque también apareció el barroco merengue del rendimiento de cuentas de Banca Unión; pero de eso hablamos
luego). Pues quedan cosas muy raras. Las enumero: 1) Un Secretario de Estado que trae un balazo en la frente, pero
que en la mejor tradición de nuestro autoritarismo disfuncional, no se da por enterado y dice que ni le dolió, que todo
va de maravilla y que quien lo niegue es porque tiene financiamientos sospechosos; 2) Unos tribunos que aplaudieron
como locos cuando se planteó el asunto del RENAVE y que luego aplaudieron como locos cuando se planteó la
posibilidad de echarlo para atrás. Supongo que el asunto Cavallo también lo aplaudirán como locos; 3) Una empresa
privada que se consiguió a un presunto ladrón y torturador para garantizarnos, con la más avanzada tecnología, la
seguridad de nuestros coches, previo pago de 100 pesos o lo que fuera nuestra voluntad (¿de qué tamaño serán o
serían las ganacias previstas que de cien pudieron bajarse a cincuenta o, en su caso, a veinticinco?); 4) Una empresa
periodística que hizo bien su trabajo (y si no es así, ahí están los tribunales) y 5) Una ciudadanía estupefacta ante
tamaños ridículos, turbiedades y desaseos.

Fiel Admirador

La única ventaja del apagón es que, por un rato, se interrumpe el correo electrónico. De los últimos que alcancé a leer,
está el de un lector de apellido Quijano cuya fuente de credibilidad es un programa de televisión. Como ahí dijeron que
yo ya no soy sujeto de crédito porque ya fui comprado por los más oscuros intereses, me notifica con mucha pena que
ya no me va a creer. Y todo esto en referencia al agotador reportaje acerca de los Pumas. Sigo empumado. Me dice
que ya no va a ser mi fiel admirador. La expresión, por el lado de la etimología, tiene que ver con la fe y con lo
admirable (lo milagroso, lo portentoso). No merezco ninguno de los dos arrebatos. En verdad, no me lastima perder a
un "fiel admirador", siempre y cuando gane un buen amigo. A eso estamos jugando.

El Presidente Enamorado

Por caminos poco científicos, Guadalupe Loaeza llega a la conclusión de que Ernesto Zedillo está enamorado. Me
parece muy bien. De eso pedimos todos nuestra limosna. Si tú no eres La Loba; si tú no eres Cavallo; si nos
esforzamos en ser gente de bien y en equivocarnos por las buenas, nuestro natural destino es enamorarnos. Hoy
toca.

Cualquier correspondencia con esta remojada columna, favor de dirigirla a gdehesa@infosel.net.mx o al Apartado
Postal 19-111, Delegación Benito Juárez, México, D.F.

Gaceta del Angel / ¡Ay qué tiempos, Señor Don Ramón

Por

Germán Dehesa

(28-Ago-2000).-

Por edad y voluntad pertenezco a la generación que disfrutó de la gracia, la divertida sabiduría, la melodramática
ternura (Warning!, no nos equivoquemos, existe el buen melodrama que se valida -leer Dostoyevsky- por su poderosa
y legítima humanidad y el melodrama chafa del Presidente que llora y le pide perdón a los pobres) de Joaquín
Pardavé. Si me atuviera a la visión del pasado que él pirograbó en mi espíritu, el México porfiriano sería el mejor de
los mundos plausibles. Sin embargo crecí (no mucho, pero crecí) y nuestros historiadores del siglo XX se dedicaron a
demoler la mitología que Pardavé tan deleitosamente me había enseñado. Los acuerdos y coincidencias eran
mínimos; aunque ya autores como Krauze, con la debida anticipación, nos mostró que ni el porfiriato fue tan aciago, ni
el prifiriato resultó tan maravilloso. Para lo que hoy quiero comentar, rescato una coincidencia, nimia pero significativa,
entre el México de mis recuerdos y el México de los acuerdos: la palabra "cómico" empleada como argumento
descalificatorio, como insulto y, referida a otro, como subrayado de la propia grandeza y de la insignificancia de ese
otro. "Mi hijo, mi propio hijo, está enamorado de una...de una...¡¡¡cómica!!! (aquí al industrioso y respetable padre
poblano le quedaban dos caminos: suicidarse, o fugarse con la cómica). Vienen la Revolución y el Priato y hoy
escuchamos que alguien dice con despectiva sorna: "¿qué podemos esperar de él?, si es un...si es un...¡¡¡cómico!!!.
Por supuesto que no estoy hablando con serena objetividad. De acuerdo con los diccionarios dignos de confianza
(que no estaría mal consultar de vez en cuando) yo soy...yo soy ¡¡¡un cómico!!!; lo que equivale a decir que, aunque
he leído "Del sentimiento trágico de la vida" de Unamuno y he vivido entre tías y comunicadores cuya vida, según le
cuentan al primero que quiera escucharlo, es una permanente tragedia nacida del doloroso hecho de que nadie
comprende su grandeza; se obstina y se entretiene en la sonrisa. Dios, dice Sabines, es un viejo magnífico que no se
toma en serio y siempre está de buen humor. México, según observo, no ha sobrevivido gracias a sus pétreos líderes
que, en el mejor de los casos, condescienden a la ironía elemental y biliosa; de hecho, estos seres son parte de
nuestra consternación. A ella sobrevivimos gracias a nuestra genética capacidad para que nos gane la risa. Todos en
este país somos cómicos; algunos, los que ya son "voces autorizadas" o durables conductores de pueblos o de
micrófonos, ni siquiera se dan cuenta de lo cómicos que pueden resultar en su ampulosa prosopopeya. A mí me gusta
más reir y hacer reir y, ateniéndome a ese no visitado diccionario, resulta que también soy cómico porque escribo
comedias y porque tengo la capacidad para reirme de mí y para movilizar la risa de los demás. Comprenderán que
conociendo tan bien mi insuperable condición de cómico, no acepte la invitación de los amarradores de navajas que
me dicen con fingido escándalo: ¿ya supiste que un profeta del antiguo testamento en magra versión futbolística te
descalificó porque eres un "¡cómico!"?. Me quedo sin respuestas: el asunto es cómico, la descalificación lo es más y el
descalificador es un inmenso y respetable regocijo nacional. No hay materia de conflicto. Cuántas discordias nos
evitaríamos en México si descubriéramos nuestra enternecedora comicidad y estableciéramos que los cómicos no
pueden pelearse entre ellos (sería muy cómico).

Don Joaquín/Joaquín/ Señor López Dóriga

Y para seguir con los arcángeles de la comunicación, digamos algo acerca de todo lo que viene implícito en el simple
modo de dirigirse a un Tlatoani electrónico. A falta de mejores noticias, Televisa nos afligió durante cinco noches con
las mismas escenas de la aflictiva batalla de Chimalhuacán. En una de éstas, López Dóriga fue particularmente cruel:
nos afligió con la patética y rollera presencia de la hija de La Loba que, entre otras cosas, aclaró que su mamá no es
loba, sino una cariñosa cocker spaniel y, puntualizado esto, acusó a Tolentino hasta de la explosión de San Juanico.
El conductor tenía cara de querer entrarle a garrotazos a la Lobita. Para bien (o para mal) de todos, entró una llamada
del gran Tolentino que le habló a JLD con voz de dulla prosternada: DooOON JoAAAquIIn (traducción: yo soy hoja,
soy escalera, soy chicle masticado, soy piña atepachada y vuestra merced es grande entre los grandes). Tolentino dijo
tres gansadas para responder a las que fabricaba la Lobita a razón de mil por minuto y, hecho esto, JLD le chispó el
cable. Segundos después, el gober Montiel se comunicó y así dijo: Jjoaquín (traducción: tú eres grande, pero yo no lo
soy menos y además me llevo fuerte contigo porque, de alteza a alteza, nos picamos el ombligo). En dialecto
mexiquense, Montielux emitió la consabida consigna: llegaremos a fondo (así dijeron los marineros rusos), yo a La
Loba ni la conozco y México es un estado de derecho (¡guao!). Después de media hora, nos dispensaron de
Chimalhuacán y pasaron al candente caso del balneario de Aguascalientes que no admite ni a homosexuales, ni a
animales. De balazo entró la llamada del Alcalde hidrocálido que dijo así con inspirado acento: ¡Señor López Dóriga!,
agradezco mucho que me tome la llamada, porque esto es para mí una oportunidad prodigiosa, exultante, grandiosa,
extraordinaria, coruscante, flamígera, supercalifragilística, amátrida, impepinable...López Dóriga le colgó. Todo esto
transcurrió en menos de una hora y yo todavía no sé cuál es la mejor manera de dirigirse a López Dóriga.
Próximamente pondré tres teléfonos para que ustedes me digan, con llamadas contantes y sonantes, cómo debe un
simple mortal hablarle a un superconductor.

Cualquier correspondencia con esta columna ganada por la risa, favor de dirigirla a gdehesa@infosel.net.mx o al
Apartado Postal 19-111, Delegación Benito Juárez, México D.F.

Gaceta del Angel / Lo que ve el que flota

Por
Germán Dehesa

(29-Ago-2000).-

Esta turbulenta crónica de una ciudad súbitamente tomada por el agua tendrían que escribirla García Márquez y
Carpentier. Como ellos no anduvieron por Constituyentes (ominosa y velozmente transformada en Constitufuentes)
hoy lunes 28 a las cinco de la tarde, su humedecido y tiritante Charro Negro se encargará de hacerlo. Ya varias veces
hemos hablado de la extraña y difícil relación que tenemos los capitalinos con la lluvia. En la ciudad de México llueve y
llueve mucho. Algún gen hemos de traer papaloteado porque vivimos y nos comportamos como si no lloviera jamás.
Según nosotros, traer gabardina y/o paraguas es propio de gente payita y paranoica y es, además, una inequívoca
señal de senilidad y lasitud espiritual. Y no termina ahí nuestra inexplicable confianza en la sequía permanente: el
drenaje es un desastre (y cuando no lo es, lo retacamos de basura), nos parece muy razonable vivir en las laderas de
las barrancas donde una tormenta 36 short arrancará de cuajo la vivienda (pero, decimos: ya sería mucha mala suerte
que lloviera duro); o decidimos fundar nuestro dulce hogar (o poner una vía rápida) al pie mismo de colinas y
barrancas, porque ya sería mucha mala suerte que, junto con la eventual tormenta, nos llovieran 30 casas-habitación
con todo y el chiffonier, el refri y el tío Melquiades que por su "riuma" no alcanzó a pepenarse de un poste. Ya verás,
Andrés Manuel, el premiote que te sacaste (¿o se dice sacajtes?).

En plena y capitalina inconciencia, hacia las 2:30 de la tarde abandoné el sur y, luciendo un lujuriante atuendo
veraniego, me encaminé hasta ese alejado punto donde se juntan Av. Constituyentes, Reforma y la carretera a
Toluca. Terminadas mis tareas radiofónicas, salí con buen ánimo y pude asistir a la inauguración (y recepción en
plena calva) del diluvio municipal. Van a decir que estoy exagerando, pero por aquellos rumbos, calles y avenidas
eran el embravecido delta del Amazonas. Mi fiel automóvil conocido como "el Madrazo azul" acometía las turbias
aguas y todo era como el desembarco en Normandía. Pancho, mi intrépido piloto, avanzaba como por el Balsas y
buscaba algún camino, porque ya la radio nos había avisado que, cosa rara, en San Antonio y Periférico se había
formado un Iguazú azteca; pero que, en cambio, en avenida Revolución se había desmamonado un trolebús y el
tránsito estaba interrumpido. Yo jamás imaginé que el poniente de Tacubaya y el Olivar del Padre fueran zonas
fluviales. Este lunes por la tarde, lo fueron. El muégano vehicular no es para ser descrito. Cada ladera era una
Tzararácua y cada coladera una enérgica fuente brotante con envases de Coca Cola y Klinbebés. Las aguas subían y
en la radio el gran Herminio Blanco nos explicaba a los inminentes ahogados que, aunque el Renave era un
proyectazo, lo iban a intervenir en lo que se aclaraba la equívoca situación del señor Cavallo (¡corren los Cavallitos,
los grandotes y los chiquitos!). Ya con eso, los preahogados nos sentimos mucho más tranquilos. 90 minutos después,
llegué a mi oficina en calidad de hongo marinado. Me siento martajadito, pero aquí estoy escribiendo en espera de
que suban las aguas. Ya se lo dije al Bucles por teléfono: traté de ser un buen padre.

Talacha Celestial

Muy simbólicamente, el satélite Solidaridad ya chupó Faros. Lo supe en la mañana, pero lo confirmé mientras
navegaba en la tormenta perfecta. El diagnóstico de Javier Solórzano me parece impecable: le tronó el "bendix". Es lo
que me imaginaba. Si de algo sirve y puesto que los que administran el artefacto ya dijeron que no van a pagar nimaís
(en portugués: ni un cruzeiro), aunque van a ver si conectan un diablito en algún otro satélite que ande descuidado (lo
bueno es que no hay Renasat); yo me permito ofrecer los servicios de "el Pulpo" y su ayudante Monroy. Son tardados,
pero muy bienhechos (¿quiere que le quede

bien?). Todo es cosa de equiparlos adecuadamente en deportes Martí, no vaya a ser cosa de que truenen en el
espacio exterior, prepararles una nave ecológica (el módulo "Eréndira") y lanzarlos con chico cuetón (más el que ellos
traigan) desde la base espacial Ixhuatepec. Lo demás es su asunto: le ponen al satelíviro un bendix de medio cachete,
le calibran las punterías, le riman los bujes, le ajustan el calabazo, le dan su enceradita, le pintan las loderas y le
acomodan su trapazo en el parabrisas. Me canso que queda mejor que nuevo. Un mexicano -Arquímedes criollo- bien
puede decir: dádme un alambrito y suficiente masquin y moveré al mundo. ¿Y cómo regresan los aeromexinautas?.
Dos hipótesis: a) Si no regresan, no perdemos demasiado; b) Un mexicano siempre regresa. La nostalgia es canija.

Cualquier correspondencia con esta columna que se sumerge, favor de dirigirla a gdehesa@infosel.net.mx o al
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Gaceta del Angel / Un Tranvía llamado Renave

Por

Germán Dehesa

(30-Ago-2000).-

Como ya avisé la semana pasada, el asunto del Renave todavía va a dar mucho qué hablar (contra lo que algunos
quisieran, ésta no es la renave del olvido). La noche de ayer, habiendo sobrevivido al diluvio municipal, me arrebujé en
mi nupcial lecho con el cuerpo todavía traspuesto y me dispuse a ver mi telenovela favorita: "Los hombres de negro"
también conocida como Primer Plano (Canal 11, todos los lunes a las diez de la noche. Si donde me estás leyendo,
lectora lector querido, no pasan ese programa, házle manita de puerco a tu teleconcesionario local para que lo
adquiera en lugar de tanto y tan baboso talk show). Como era de esperarse, el primer tema que salió a la plática fue el
del Renave. Carlos Elizondo comentó que a los mexicanos no les gusta pagar por los servicios (creo que a los
afganos tampoco), pero que el Renave, aparte de su desastrosa instrumentación, era de primera necesidad. De
acuerdo. F. Reyes Heroles dijo que él ya lo había pagado (y yo que pensaba que la Rubia Misteriosa era la única),
pero que coincidía con Elizondo en esto de que todo se había hecho con las patas y que el gobierno de México
tendría que pensarlo dos veces, antes de concesionar un servicio. Aquí entró mi muy querido Lorenzo Meyer que
venía en plan apocalíptico y dijo que, ya en ésas, también saldría más barato concesionar el Ejército y, ya injertado en
profeta de la catástrofe, imaginó la creación de una flota de Renaves que abarcara toda América Latina que, con toda
impunidad, se apañara racimos de taxis ecológicos y Mercedes mexicanos que luego reaparecerían en Andorra. Silva
Herzog Márquez opinó que, a lo mejor Lorenzo, estaba viendo demasiado cine, pero que, en efecto, el peligro existía,
aunque recordó que alguna vez existió un Registro Nacional de Autos que tuvo que desaparecer porque estaba en
manos de una bola de burócratas rateros y ahora reaparecía para quedar en manos de otra bola de rateros pero
privados. La discusión fue un agasajo. Me extraña que nadie haya dicho que bastaría con interconectar las bases de
datos de cada uno de los organismos estatales encargados de cobrar la tenencia para tener un aceptable registro
(pero, comentaría algún tenochca, entonces ya no tendría chiste, porque no habría lana de por medio, no habría
"busquitas", los torturadores argentinos quedarían desempleados y los periódicos se quedarían sin ocho columnas).
Recapitulemos: según Lorenzo Meyer no es descartable una conspiración internacional; según Herminio Blanco (que
ahora dice que la investigación de "Reforma" fue un éxtasis mejorado), se intervino a tiempo para que nadie resultara
perjudicado (nada dijo acerca de los márgenes de ganancia de una empresa que saca su producto a 100 pesos y
luego lo baja a 50 y sigue teniendo ganancia). Yo me colocaría más cerca de Lorenzo Meyer que de la SECOFI. La
catástrofe y el margen para la delincuencia podrían haber sido mayores, pero me atrevo a pensar que el daño ya
estaba hecho y que sus efectos los seguiremos resintiendo. Espera un poco, un poquiiiito más.

El Comal le Dijo a la Olla


Cri-Crí es un lujo nacional. Su música y sus palabras han ingresado por derecho propio a nuestra mitología
contemporánea. No hay mexicano digno de tal nombre que no se sienta acompañado desde la cuna hasta el nichito
por algo que compuso y dijo Gabilondo Soler. Hoy me detengo en la insustituible expresión "El comal le dijo a la olla" y
lo hago porque veo el litigio que se trae Vicente Fox con los medios mexicanos de comunicación. Como suele
suceder, la razón está a la mitad del camino. Quizá a la prensa nacional se le ha pasado la mano con Chente. De puro
ocioso, me he asomado a la prensa chilena, argentina, brasileña y estadounidense. El resultado es bastante más
favorable para Fox que el que arroja la prensa mexicana que, además, saca de contexto algunas expresiones de las
muchísimas (demasiadas) que usa nuestro Presidente Electo y se apoya en estas frases sueltas para decir que Fox
fue al extranjero nada más a causar lástimas. Creo que no es verdad. El síndrome de privación del chayote y la santa
ira de los ayatolas de la así llamada izquierda mexicana pueden producir estos efectos distorsionantes. Pero también
hay que decir algo más: Vicente Fox con su incontenible verborrea (¿practicará con Muñoz Ledo?) tampoco ayuda
mucho. El lunes por la noche estuvo con López Dóriga y bastó con que Joaquín le dijera "Buenas noches" para que
Fox soltara el Niágara verbal. Puntualizo: no es que hable mal, es que habla mucho y con la jauría suelta, siempre se
desliza alguna frase que será carne para las hienas. Si los medios nacionales y el Presidente Electo van a seguir así,
el único comentario que queda es: el comal le dijo a la olla.

Envío

Esta renaval columna es para mi compadre Alejandro que lleva con dignidad la múltiple lápida de cumplir años, tener
dolores de cintura y ser abuelo inminente. Así es la vida: cortita pero fregada.

Cualquier correspondencia con esta columna en forma de renave intergaláctica, favor de dirigirla a
gdehesa@infosel.net.mx o al Apartado Postal 19-111, Delegación Benito Juárez, México, D.F.

Gaceta del Angel / Las Olimpíadas

Por

Germán Dehesa

(31-Ago-2000).-

¿Qué tan limpias son las Olimpíadas?. Puesto que es un asunto humano, me imagino que habrá de todo. Si nos
atuviéramos a los testimonios de Píndaro, los originales Juegos Olímpicos creaban un espacio de paz entre los
belicosos helenos y permitían las altas expresiones del espíritu y de la destreza física. Podemos sospechar que ya
desde entonces habría algunos modos de dopaje e intervenciones no muy claras de los intereses económicos. No
olvidemos que nuestros más altos ideales, en su trayecto rumbo a la realidad, pasan por la difícil aduana de las
pasiones. Con todo, me comentan, el saldo sigue siendo favorable y una vez cada cuatro años, hombres y mujeres de
todo el mundo, se olvidan por unas semanas de sus interminables litigios y llevan sus guerras al incruento ámbito de
lo deportivo. Mucho ha cambiado, pero el espíritu de fiesta sobrevive (y si no es así, habrá que ir y comprobarlo). A
Jim Thorpe lo despojaron de sus bien ganadas medallas, porque se pudo comprobar que alguna vez había recibido
dinero por practicar el deporte. Me imagino que, en las actuales Olimpíadas, si por ahí se cuela un deportista que no
ha recibido patrocinio económico, le quitan las medallas y hasta su credencial de elector. En resumidas cuentas, a mí
me interesa incorporarme al contingente tenochca (no dudo ni tantito de que por ahí aparezca el Huaráshington) que
asistirá a Sidney que, como todo mundo sabe, está en una islota que queda pasando Tapachula.
¿Y qué se te perdió a tí en Australia?, se pregunta la afición trémula de angustia. Realmente nada. Quizá el resorte
psicoanalítico que me impulsa a aventarme un viaje tan pelado en compañía de la Hillary y el Bucles (que no tiene ni
la más méndiga idea de la embarcada que le estoy dando) se encuentre en mi tormentoso pasado y más
precisamente en el año de 1968. Esa hubiera sido mi oportunidad de asistir a una Olimpíada a las puertas de mi
hogar; pero resulta que el prólogo se llamó Tlatelolco y yo, que ni de lejos tuve una participación señalada en el
Movimiento Estudiantil (para variar, iba yo por mi cuenta y veía y escuchaba y adquirí un cúmulo de tristes recuerdos),
me sentí tan harto que, durante todos los días que duró la Olimpíada, me fui a vivir a Pátzcuaro y no me enteré de las
hazañas del Tibio Muñoz, ni de nada. 32 años después, varios medios me invitan a que me apersone yo en el quinto
Pacífico e informe de lo que ahí sucede a la expectante multitud de tenochcas que con justificada ansiedad (e
inconfesada envidia) estarán esperando mis australinotas. Como bien puede atestiguarlo la Hillary, yo soy muy
delicado en esto de aceptar chambas y, aunque tengo la debilidad de decir a todo que sí, sólo acabo haciendo lo que
se me da la gana. Este es un privilegio del otoño. Así es que, en próximas fechas, saldremos locos de contento rumbo
a Sidney (solicito con urgencia a un hipnotizador que deje al Bucles lacio lacio durante 22 horas). En orden de
aparición, mis tareas australianas serán: a) tirar baba, b) escribir esta gaceta doblemente alimentada por la flagelante
realidad nacional que recibiré por internético camino y por lo que ocurra en Sidney; c) participar en la sección
deportiva con una colaboración que llevará el peregrino título de "El Cocodrilo ¿dónde?"; d) colaborar con la televisión
mexicana mediante una intervención diaria que pienso dedicar al día con día de una ciudad olímpica y/o al dolor
terrible de lacerarme las pupilas platicando con Rebeca de Alba; e) echar una platicada con Carlos Cabal Peniche que
se ha de sentir perro café al estar tan lejos del tamal de chipilín; f) reimplantar a Luis Téllez en un eucalipto que ya me
tienen preparado para que recupere su orgullo de koala y g) darle gracias a la vida que me proporcionó la olímpica
condición. Que nadie rompa en llanto; me voy hasta el 7 de septiembre.

Los Machos y los Mochos

Existen. Son etnias que ya no abundan como en la época de oro de la desarmonía y contrahechura nacionales.
Quedan los suficientes y dan una lata infernal. Si militan en el primer bando, abdican de entrada de su de por sí
escasa capacidad neuronal y desde su páramo interior deciden que la mujer existe para servirlos, atenderlos,
glorificarlos, jamás contradecirlos y siempre estar a su disposición para cualquier urgencia que le venga al amo; si
alguna se resiste, lo más fácil es violarla y obtener con ello un refrendo de su licencia de machos. Los segundos -los
mochos- son secretos aliados de los primeros. Dejar en manos de cada ser el gobierno de esa minúscula república
que es su cuerpo les parece un intolerable acto de libertinaje. De todo se espantan; para todo tienen un exorcismo,
una jaculatoria, pero jamás un compasivo y sereno pensamiento. Tal como están las cosas en México 2000, no
podrían estar peor: los machos las violan y los mochos las atropellan. Venturosamente, son cada vez más las mujeres
que no se dejan ni de unos ni de otros. Si dejáramos a merced de machos y mochos asuntos como la violación, el
aborto, la homosexualidad, el acoso sexual, la no tipificada violación que padecen cotidianamente miles de mujeres
por parte de su propia pareja, el control natal y tantos otros asuntos que están en la frontera de lo público y lo privado,
no acabaríamos nunca. Creo que ha llegado la hora de que entre los machos y los mochos, comparezcamos los
muchos (y muchas) que queremos ventilar ponderadamente estos asuntos. Se me ocurre.

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Gaceta del Angel / Maldito dinero

Por

Germán Dehesa
(01-Sep-2000).-

Hoy jueves 31, leo con alarma que Guadalupe Loaeza necesita 400 millones de pesos y, en lugar de acudir a sus
buenos cuates, desenvaina el sable y se le avienta directamente a Ernesto Zedillo y le dice que quizá en el pasado
hubo algún mal modo entre los dos, pero que ahora Guadalupe ya vio con cuidado a Zedillo y ha descubierto que -
como decía mi abuelita-: "en su tipo, no es feo" y además, dice la Lupe, se nota que Don Ernesto anda de buenas,
pletórico de buen humor y derramando gracia y salero por doquier (quizá con la excepción de Zacatecas); esto por no
hablar del aura de gracia y serenidad que lo rodea. Con tal motivo, y sin ánimo de verse encajosa, Guadalupe le pide
que se moche con 400 millones de pesos, porque quiere poner unas carreteritas de cuota. ¿Traerá cash el
Presidente?. ¿No estará muy gastado?. ¿No irá a perder el aura de gracia y serenidad ante el enorme sablazo que le
quiere asestar la Loaeza?. Yo que ella, mejor acudiría al Monte de Piedad, o buscaría otra forma de financiamiento.
Podríamos -es un decir- rifar a Herminio Blanco; u organizar un Melate con el próximo Gabinete, o pedirle a Herminio
White que organice la CONACA (Cooperacha Nacional para las Carreteras). La marcha Zacatecas ya se presentó en
la Capital; Zedillo está escribe y escribe; Ruiz Sacristán hace su gustado papel de submarinista ruso; a Diódoro lo
mandan a torear la bronca y la Loaeza desenvaina la cimitarra de hoja damasquina y ya tenemos, por si nos faltara,
otro cochinero político. Guadalupe: si de veras te urge la lana, comunícate conmigo; mientras te viva tu Charro Negro
nada te faltará. ¿Qué son 400 mugres millones de pesos?.

Operación Topkapi

Los que tienen el extraño pero agradecible vicio de leer estas enhiestas columnas, recordarán que hace un año recibí
en paquete la doble contrariedad de caer en el hospital y de que me vaciaran mi oficina. El primer siniestro ya fue
controlado; en cuanto a los ratones que se llevaron todo, menos mis libros, aún estoy esperando los resultados de la
"minuciosa investigación" que, según me dijeron, las autoridades (sin que les ganara la risa) realizarían "a la brevedad
posible". Para no presionar a los judiciales, ya sustituí todo lo robado y le puse a mis modernas instalaciones un
sensibilísimo y escandalosísimo sistema de alarmas que me ha proporcionado una gran tranquilidad espiritual. A
cualquier hora de la noche (de preferencia en la madrugada) recibo en mi casa un telefonema de una señorita muy
amable (ya somos cuatazos) que me dice: señor Dehesa, estamos verificando si se encuentra usted o no en su
oficina, porque se acaba de disparar la alarma y vamos a mandar una patrulla para ver si es falsa alarma, o hay
alguna anomalía; nosotros lo tendremos informado. Sin exagerar, les digo que son cinco telefonemas de este tipo que
recibo como promedio semanal. Todas han resultado falsas alarmas. Ni les cuento lo popular que me he vuelto entre
mis vecinos de oficina (sin mencionar a la Hillary que sospecha que la engaño con Miss Alarmas). Todos andamos
desvelados como mapaches zurumbáticos y mis vecinos me miran con odio en aerosol. Yo soy levemente paranoico y
muy aficionado al cine. Estoy seguro de que los cárteles internacionales ansían robarme mi "compu" nueva y mi foto
de Borges. Su estrategia es rendirme por cansancio y conseguir que desconecte las alarmas. No lo conseguirán. Ya
me fabriqué un disfraz de rabino con chinitos en las orejas para que mis vecinos no me reconozcan. Mi ilusión a largo
plazo es que algún día tengamos una policía eficiente.

Y viene un Aire de Alhelí/

También a preguntar por tí. Aunque no son míos, les regalo estos dos versos de Sabines para que los tengan en un
florerito durante este fin de semana. Hay que ver el Informe. Aikir a la nueva ala del Museo del Carmen en San Angel
que nos ofrece la detallada y asombrosa reconstrucción de los espacios interiores de una casa colonial. Tres mujeres
soñaron y realizaron esto: Laura Espino, Virginia Armella y Ninfa Santos. Gracias. Aikir a San Ildefonso y disfrutar de
la magnífica exposición de pintura mexicana (1900-1950). Los buenos oficios de Dolores Béistegui nos permiten
comprobar que la belleza no nos ha sido negada. Aikir el domingo al Zócalo a esa fiesta de la libertad civil que
organizó Alejandro Aura: "Contra Censura, Tolerancia." (ojalá y asistan Don Norberto y Don Sandoval que tienen
especial fascinación por este tema). Aikir a una buena librería y comprar "Al téquerreteque" (Sabines para niños) que
es una joya por su contenido (una antología de versos de Don Jaime preparada para el doble disfrute de los padres y
los hijos), por sus ilustraciones hechas por niños chiapanecos y por el cuidado de la edición (Conaculta y el Consejo
Estatal para la Cultura de Chiapas). No hay nada mejor para limpiar los ojos de los niños que unas gotas de poesía,
diría Jaime. Cumplidas estas muy gratas tareas, falta lo mejor: hoy toca (y viene un aire de alhelí).

Cualquier correspondencia con esta alarmada columna, favor de dirigirla a gdehesa@infosel.net.mx o al Apartado
Postal 19-111, Delegación Benito Juárez, México D.F.

Gaceta del Angel / ¡Perdimos, manito

Por

Germán Dehesa

(04-Sep-2000).-

Me atengo a la tradición oral. Cuentan que ese sobrio y mañoso Presidente que fue Adolfo Ruiz Cortines, veracruzano
ilustre, topóse en una jarocha gira con un viejo y entrañable amigo que lo felicitó efusivamente por su cargo
presidencial y le solicitó como único favor que lo apoyara en sus aspiraciones de ser Alcalde de su pueblo. Don
Adolfo, aventajadísimo jugador de dominó, le dijo a su venerado cuate que haría cuanto en su mano estuviera para
ayudarlo. Pasaron los meses, vinieron las elecciones locales en Veracruz y el amigo de don Adolfo no alcanzó ni la
nominación. Más adelante, los dos amigos se volvieron a encontrar y, ante la cara de reproche del fallido alcalde, don
Adolfo le abrió los brazos y, con voz compungidísima, le dijo: ¡perdimos, manito!

En esto pensaba yo (en algo había que pensar durante esos 90 minutos de vacuidad) mientras Zedillo leía a paso
veloz su eficacísimo manual de "Cómo no decir nada durante 45 minutos" (también conocido como "Memorias del
planeta lindo"). Si no recuerdo mal y si no me dormí como otros padres de la Patria que se coagularon hacia el minuto
20, Zedillo se refirió dos veces a la derrota del PRI en las pasadas elecciones y en ambos casos empleó la folclórica
fórmula de don Adolfo: ¡perdimos, manito!. Habrá que oír qué opinan Madrazo, Bartlett, Roque (que ya dijo que a él no
lo estén fregando; que el juicio se lo deja a la historia) y demás brontojerarcas del dinopartido.

Dicho esto, no queda mucho más que comentar sobre el etéreo Informe que tantas expectativas había creado. Ya
otros comunicadores se han encargado de hacer la lista de la multitud de asuntos que no fueron tratados: Colosio,
Posadas, Aguas Blancas, Acteal, Chiapas, narcotráfico, migración, Fobaproa, Secretaría de Turismo, RENAVE, Banca
Unión, Zacatecas y un larguísimo etcétera. Todos los "comunicadores", incluyendo al que esto escribe, nos quedamos
frustrados, estupefactos y sin materia comentable. De todo lo que yo vi, lo único electrizante que recuerdo es el bravío
atuendo (peinado adjunto) de Beatriz Paredes que habló fuerte y habló bien; la motocicleta y las fachas de Salgado
Macedonio que se sentía el Mad Max autóctono; la electrizante corbata de García Cervantes (su respuesta al Informe
exigía ser olvidada conforme la iba leyendo); la caracterización de Dulce María Sauri como alegoría de la Patria en
versión Botero, el prehistórico discurso de Martí Batres, los cartoncitos del PRD que muy silenciosa y gimnásticamente
anunciaban "mentiras... 60 millones de pobres" (pregunta: ¿en verdad son 60, o el dato es también una mentira?). A
este respecto, valdría hacer una reflexión: en la tribuna, Zedillo hablaba de respeto irrestricto a la libertad de expresión
y, mientras tanto, CEPROPIE, organismo encargado de la transmisión, hacía su mejor esfuerzo para que el letrerito no
alcanzara a leerse. Nada realmente memorable ocurrió. Importantes cantidades se invirtieron en la campaña de
promoción del tal Informe. Ya podríamos haberlas ahorrado. Ceremonias, comisiones, guardias de honor, comitivas,
impunes ejecuciones del Himno Nacional, entrevistas -todas iguales- a Gurría. La pura web. Hasta el 31 de agosto,
pensaba que ver Golf por televisión era el Olimpo de la ociosidad y del marasmo neuronal. Con el último Informe de
Zedillo ya tengo mis dudas. ¡Perdimos, manito!

¡Ay, Don Onésimo!

Una vez que el Informe fue declarado oficialmente muerto, Carmen Aristegui, Javier Solórzano y Pedro Ferriz de C.,
que habían preparado un análisis a fondo de lo que a fin de cuentas no tuvo ningún fondo, resumieron en tres minutos
lo que había dicho Zedillo y dedicaron el tiempo restante a lo que no había dicho. En plena autopsia del muertito por
inanición, capturaron y trajeron a cuadro al extravagante Obispo de Ecatepec, Onésimo Cepeda. Yo que él no hubiera
salido. Como no lo conozco, no puedo saber si siempre es tan confuso para hablar; si habitualmente tiene esa voz
como del Gallo Claudio y si, durante la entrevista, ya traía media estocada en el morrillo o así anda naturalmente por
la vida (Carmen lo miraba con cara de "paso a creer"). Sus declaraciones fueron tan vagas, tan ambiguas y tan
tropezadas como las que escuchamos en el propio Informe. Lo único que saco en claro es que la jerarquía mexicana
atraviesa por una honda crisis declarativa. Quizá no les vendría mal terminar la primaria, o dejar de hacer
declaraciones políticas con la coartada de que ellos no hacen declaraciones políticas.

Vicente Fox

Desde su casa-cuartel, Fox también se aventó al ruedo y dijo que el Informe estaba bien en lo general, aunque había
que ahondar en lo particular. Por lo visto, este 1 de septiembre fue el día oficial de las declaraciones que no declaran
nada. ¿Saben qué? yo mejor me voy a poner a empacar para mi inminente traslado a Australia. Voy a ver si logro
inscribir a Monreal en el equipo de marcha. Es un nuevo valor.

Cualquier correspondencia con esta columna que no sale de la hipnosis, favor de dirigirla a gdehesa@infosel.net.mx o
al Apartado Postal 19-111, Delegación Benito Juárez, México, D.F

Gaceta del Angel / El cabo de buena esperanza

Por

Germán Dehesa

(05-Sep-2000).-

En pleno interregno, con Zedillo diluyéndose en gris y dejando, como el gato de Cheshire, una sonrisita ladeada que
trae encabritadísimos a los priístas; y con Fox haciendo ejercicios declarativos de altísimo grado de dificultad y de
bajísimo nivel de eficacia que traen a los panistas sumergidos en una bilis verde ecologista; en estas circunstancias, y
para mi personal alivio, los mexicanos van formando sus propios criterios (ya era hora) y manifestando -así lo dicen
las encuestas más recientes- el positivo ánimo y la buena esperanza con la que encaran ese futuro que está a punto
de ser ¡ya! y de aterrizar ¡hoy!. Según Gabriel Celaya, la poesía es un arma cargada de futuro. Según su Charro
Negro, los jóvenes también lo son y esto ha quedado de manifiesto en las mencionadas encuestas. F. Reyes Heroles
dice que ya sería tiempo de que entendiéramos que la esperanza, además de ser una virtud teologal, puede y debe
ser una virtud cívica que nos movilice y nos haga salirle al paso al futuro. Del gobierno, de cualquier gobierno, lo que
tenemos que exigir es que sea honrado, eficaz, respetuoso, que cumpla sus tareas, que nos asigne con claridad las
nuestras y que no estorbe. Zedillo en su último mensaje que, como

bien advirtió, no era informe (tampoco fue mensaje pero ese es otro asunto) insistió que, quizá excesivamente, en su
invariable respeto a la libre expresión y su sorprendente tolerancia con los que no compartían sus proyectos. Creo que
lo dijo de buena fe, pero a mí me queda la sospecha de que lo que hizo fue no pelar a nadie y ya enrielado en una
presidencia que no solicitó, agarró la escondida senda del voy derecho y no me quito. Una cosa es el respeto y otra es
el autismo. Los autistas son muy respetuosos: nunca contestan.

Ahora que estamos hablando de la esperanza cívica, creo que esta cuestión de tener el oído muy atento a lo que la
gente piensa y quiere, pues no hay otra manera de incorporarnos a todos al nada fácil trabajo de construir un futuro
satisfactorio. Puesto que queremos ser parte de la tarea y queremos provocar el amanecer, necesitamos que nos
vean y que nos oigan. Con esa pena andamos.

El 1o de diciembre, México emprende un nuevo viaje y pretende fundar un nuevo tiempo. ¿Qué tan nuevos podrán
ser?. Pues hasta donde la imaginación y la participación nos den. Queda constancia de que esta nave (sin renave)
quiere doblar el cabo de Buena Esperanza.

¡Once Candidatos!

Si un debate entre cinco candidatos está, como nos consta, condenado a no ser debate y a morir de catatonia y/o a
degenerar en batalla campal en súper libre, imagínense lo que ha de ser un encuentro de once candidatos. Esto
acaba de ocurrir en Guadalajara. Los candidatos a gobernadores, estimulados por la dicha de que las Chivas ya
ganaron un partido, se reunieron, discutieron y tras el prolijo borlote llegaron al nítido acuerdo de que están en pleno
desacuerdo. Correcto. Ya en ésas, yo organizaría otro debate en el Estadio Jalisco y le daría la palabra a todos los
que quieren ser gobernadores aunque sea por un día.

Para una vida republicana verdadera y bien encauzada, es imprescindible la existencia de los partidos políticos. Son
instituciones fundamentales y defendibles. Pero estamos hablando de verdaderos partidos y no de estos changarritos
familiares que medran a la verde sombra del presupuesto. Esos son estanquillos, no partidos.

¡Ese, mi Schulenburg!

¿Qué pasó? Después de años y años de exitosa carrera como Abad y portero titular de la Basílica, Don Guillermo
Schulenburg comenzó a dar traspiés y a decir cosas muy exóticas. Con la debida discreción, le dieron su carta de
retiro y le dijeron: ¡tenga, buen hombre!, y le dieron unos palos de golf (le fue bien, en Chimalhuacán dan los puros
palos). Pasa el tiempo, se aplacan las aguas y de pronto, en este país que no gana para sofocones, vemos al ex-abad
metido en cuestiones de nota roja. Así es la vida en el trópico. A él, precisamente a él que tenía tan graves dudas se
le acaba de parecer Juan Diego. Les digo.

Cualquier correspondencia con esta columna que navega bien, favor de dirigirla a gdehesa@infosel.net.mx o al
Apartado Postal 19-111, Delegación Benito Juárez, México D.F.

Gaceta del Angel / Nacido para beber

Por

Germán Dehesa
(06-Sep-2000).-

Amalia García ya está pensando en correrlo del PRD y, en un maquiavélico acto de doble venganza, inscribirlo en el
PAN.

Yo no sería tan riguroso con Félix Salgado Macedonio. Podrá haber tenido un tropezón etílico (y el que esté libre de
culpa que dispare la primera chela), pero la Patria tiene mucho que agradecerle al tribuno guerrerense que, no sin
mérito y sin gloria y sin Karina, ha ocupado las más altas esferas del poder legislativo. Sin él, la vida en los recintos
donde se deciden los destinos de la nación hubiera sido un tedio aún mayor que el que padecimos el 1o de
septiembre. Sus atuendos tan adecuados para asistir a las exequias del Embajador de Samoa pusieron siempre la
nota de color, el relámpago exótico en la pertinaz grisura de los casimires pri-panistas. Sus intervenciones siempre
floridas y de extrema pertinencia hicieron el deleite e chicos y grandes. Su apología del "mañanero" que le granjeó el
apodo de "Early Bird" el fervoroso agradecimiento de las señoras, pasará a la historia como un momento cumbre en la
larga lucha por la seguridad sexual de los mexicanos. Su llegada al último Informe con su motocicleta tipo Mad Max y
su caracterización como el Marlon Brando de Coyuca despertó en mí un inédito regocijo. ¡Aaay, son tantas cosas! y es
tan digno de misericordia el gran Salgado Macedonio, que entiendo perfectamente por qué algún periódico capitalino
lo disculpó de inmediato y compró la muy lógica teoría de que todo había sido una sórdida trampa policíaca para
empañar el impoluto nombre del ex-senador y actual diputado.

Sin embargo, parece que, en efecto, Salgado Macedonio y su alegre tropa motorizada agarraron la jarra, como se dice
en el mundillo diplomático. Pero aún si fuera verdad que Don Félix se hubiera puesto hasta el queque a base de
nuestro auténtico mezcal sabiamente mezclado con cervatanas orgullosamente nacionales; aún en ese caso, el gato
Félix es más digno de comprensión que de censura. Piensa, lectora lector querido, en que a ti te sumergieran en el
PRD en el preciso momento de las intensas turbulencias y las intensas zacapelas de este partido que está en plena
disputa de los restecitos que quedaron después del cimbronazo.

Los Chuchos y los Amalios y los Rosarios y los Lázaros todos contra todos. Saldrías con la neurona desacomodada y
con los ojos de monedero tal como los trae el noble patricio costeño. Después de esto, trépate en una moto tipo
armadillo y preséntate en San Lázaro con aires de Indiana Jones o del Tunco Maclovio; ocupa tu curul y prepara tu
manta para torpedear a Zedillo. Chútate los discursos completos de todos los voceros de todos los partidos. Escucha
sin dormirte el recitativo en gris mayor que emitió durante 50 minutos el Presidente. Remata con el alabastrino elogio
de la vacuidad que se refinó el corbatas García Cervantes (parecía que estaba vendiendo nichos en "Jardines del
Recuerdo é). Ya de salida, intenta extender tu subversiva manta y comprueba que Zedillo pasa cual saeta y te declara
inexistente (en la alcancía de su mirada no hubo cash para ti).

¿Cómo te quedaría el alma?; ¿cómo te quedaría el ojo?. Yo no sé ustedes, pero yo sí me lanzaba alos brazos de
Baco hasta quedarme tieso, sin camiseta Rinbros, con las firestone al aire, con la pupila fija y el fuero de fuera. A
nombre del Early Bird me permito solicitar al PRD que sea clemente y prudente. Si corren a Salgado Macedonio van a
perder a uno de sus inactivos más valiosos. Con el crudón de once grados Richter que ha de traer, ya tiene castigo
suficiente.

RUDEZA INNECESARIA

Ahora resulta que los chicos del Presidente ya se pasaron a sentir. Están tristes, están mohinos, están sublevados.
Dicen con fulgurante originalidad no exenta de infantilismo que, "no se vaaale". Resulta que, como una exquisita
cortesía por tratarse de quien se trataba, le hicieron llegar con 24 horas de anticipación a Vicente Fox las electrizantes
y apasionantes cuartillas que Zedillo leería con voz vibrante el 1o de septiembre ante un público enloquecido de
emoción. Según los Pinochicos, Vicente Fox, en lugar de agradecer el anticipado envío de este delicadísimo material,
aprovechó la coyuntura para decir coshas horroroshas del menshaje y que eso es una rudeza innecesaria y que no
esperaban que Chente fuera tan pelado y que lástima de botitas y que quien le da PAN al perro ajeno, gana el PAN y
pierde el perro.

Todo este caso de la vida real me parece bastante plañidero e idiota. A mí no me mandaron el mensaje con
anticipación y dije cosas peores. En cuanto a Fox, lo encontré bastante leve y olvidable. Pinochicos: achíquenle, por
favor. Ya no amarren navajas. La verdad, ya nos tienen hartos con sus tormentas perfectas en perfectos vasos de
agua.

Cualquier correspondencia con esta columna en forma de armadillo, favor de dirigirla gdehesa.infosel.net.mx o al
Apartado Postal 19-111, Delegación Benito Juárez, México, D. F.

Gaceta del Angel / ¡Ya vine, vieja

Por

Germán Dehesa

(07-Sep-2000).-

Es que de veras ustedes son. Me voy a San Diego tres escasos diyitas y luego luego arman su tiradero. No puede ser.
A ver, díganme: si así van a estar ¿con qué confianza me puedo ir a Australia?. De veras que con ustedes es por
demás. ¿Y a qué fuiste a San Diego, corazón mío?, preguntará la señora potosina a quien le encanta saber hasta los
más nimios detalles de mi diario acontecer. Respondo yo: pues mira, mi tunita favorita, yo no seré Vicente Fox, pero
también me aviento mis giras por Estados Unidos. De hecho, me acordé mucho de nuestro Presidente Electo cuando
vi la fila inmensa de automóviles mexicanos que esperaban ser admitidos en el paraíso sajón. El tiempo, la gasolina y
las mentadas que nos ahorraríamos si le hubieran hecho caso a Chente y ya no tuviéramos fronteras (esto por no
hablar de las dantescas "artesanías mexicanas" que venden en la línea y que ya tienen un lugar asegurado en el
museo universal de lo cucho que algún día se inaugurará en Otay). El caso es que fui a San Diego porque es
septiembre y porque mi querida amiga la Cónsul Gabriela Torres y su fiel pistolera Beatriz Margáin me habían invitado
a hacer una presentación de música, poesía y cháchara mexicana para los compatriotas que viven (o permanecen)
allá en California. Todo esto con los buenos oficios del gran Rattán que es el líder de los tolerados en ambos lados de
la frontera. De la función les puedo decir que fue en un confortable espacio universitario, que la entrada fue gratuita y
que, aunque nosotros estuvimos a la altura de la fama que tenemos en Coyoacán, el público con su interés, su calor y
su cercanía nos ganó por goliza. De la misma manera que los premios y reconocimientos oficiales me vienen valiendo
más o menos un puro y garapiñado pistache; el abrazo de una amistad recién fundada opera en mí como
canonización instantánea. Siento irrefrenables ataques de gratitud hacia personas como Don Goyo que, en cuanto
supo que no tenía yo quien me llevara al aeropuerto de Tijuana en la absurda madrugada de hoy miércoles, veloz cual
descontón de Salgado Macedonio, me dijo que él me traía. O sea que el SNC (Sistema Nacional de Cuatitud) sigue
funcionando de modo óptimo.

Hacia las tres de la tarde, llegué a mi ciudad que es chinampa y no he terminado de bajar del avión cuando me entero
que el mítico hombre de la cachucha de chilaquil, Manuel Lapuente, ya pasó a retirarse (confiesa Lebrija: ¿qué le
hiciste al Cachuchas?). Me entero también que en una de ésas, sueltan a Cavallo; que a Salgado Macedonio lo
chisparon 90 días de su partido, lo cual, bromas aparte, me parece un deslinde correcto por parte del PRD y
finalmente, por vía epidérmica, me entero de que en la ciudad de México está haciendo un calor bruto. Total que ni
Zedillo ni yo nos podemos ausentar, porque de inmediato nos descuacharrangan el sistema. De veras que son.

Los Malos Tratos


El Estado de California por sí solo tiene una de las economías más poderosas del mundo. Es una gigantesca máquina
que fabrica billetes mediante la agricultura, la industria de alta tecnología, el comercio, la industria bélica, el turismo, el
entretenimiento y lo que compran las señoras en los centros comerciales. En verdad es algo apabullante y que me
mueve a hacer una pregunta: ¿quiénes mantienen funcionando esta inmensa máquina? Respuesta: en gran medida,
los migrantes mexicanos que hacen lo que nadie quiere hacer por un dinero tan escaso que nadie aceptaría. Cada vez
que visito la zona Tijuana-San Diego, regreso con la misma perplejidad: ¿quién y por qué se atreve a decir que los
mexicanos no son trabajadores?; ¿quién y por qué se atreve a tratarlos a balazos, a perseguirlos con perros y a
dejarlos que se ahoguen en el río, o se congelen en las serranías, o se calcinen en el desierto?; ¿qué país es México
que no encuentra el modo de aprovechar esta fuerza de trabajo y expulsa a su buena gente como si fuera lo más
natural?. Si vamos a hablar de malos tratos hay que poner en la agenda los que ocurren allá y, sobre todo, los que
previamente ocurren aquí. ¿Qué hacemos para que los mexicanos generen prosperidad en México?.

Es el Momento

La Hillary y el Bucles permanecen en California. De ahí zarparán rumbo a Australia. Yo regresé a Comala porque me
dijeron que tenía que dar una conferencia. Ya lo hice y ahora me esperan dos terribles noches de soledad. No sé, tal
vez la señora potosina o alguna otra aguerrida mujer mexicana quisiera paliar mi solitaria congoja y proporcionarme lo
que se llama estimulación tardía. Oportunidades como éstas hay muy pocas. Ofrezco discreción y experiencia.
Bromistas favor de no abstenerse. Ahora es cuando.

Cualquier correspondencia con esta columna que devora continentes, favor de dirigirla a gdehesa@infosel.net.mx o al
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Gaceta del Angel / ¡Ya me voy, vieja

Por

Germán Dehesa

(08-Sep-2000).-

"1787/1788: Once barcos al mando del Capitán Arthur Phillip a bordo del 'First Fleet' parten de Inglaterra con 800
presos y arriban a Botany Bay tras ocho meses de viaje. El Capitán Phillip decide levantar el primer asentamiento en
la bahía de Port Jackson, puesto que está más protegida. El 26 de enero de 1788 iza la bandera británica,
desposeyendo así a los aborígenes. Cinco años después llegan los primeros inmigrantes libres." (Huy, Stefan y
Gebauer-Huy, Bruni; "Sidney". Ed. Everest). Si alguien quiere apropiarse de una islota aquí están las instrucciones:
embarcar a 800 facinerosos, trasladarlos al territorio deseado, desembarcarlos, izar una bandera (mágica operación
mediante la cual se logra desconocer el uso de suelo y el derecho a la vida de los aborígenes) y, andando el tiempo,
organizar una o dos Olimpíadas. En el año 2000, el viaje es un poco más rápido (20 hrs. aprox.) y, con tal motivo, en
compañía de otros facinerosos, zarpo rumbo a Australia y me llevo una bandera veracruzana. Pienso izarla y declarar
solemnemente fundada la novísima región de Nueva Xalapa. Si pega, yo les aviso para que se dejen venir...
Y Sin Embargo...

El destino mexicano hace unos bordados muy barrocos. Si yo hubiera emprendido mi viaje el 7 de septiembre, que es
cuando lo tenía planeado, me hubiera ido con la natural congoja (nixtamalalgia) que invade a cualquier azteca que
abandona su "nicho cultural" (así le dicen ahora a la Patria); pero, por esas cosas raras de la vida, salgo hasta hoy
viernes ocho y me llevo en el alma la congoja y la perplejidad de la muerte del Subsecretario de la SEcofi, Raúl
Ramos Tercero. Toda muerte es injusta y todo suicidio es un garabato ilegible; pero si además se trata de un hombre
en lo mejor de su edad, ganador legitimo de prestigio académico y profesional y, muy señaladamente, hombre
decente y respetable, todavía se entiende menos. He leído las cartas que dejó y, en efecto, confirmo su respetabilidad
y su amorosa relación familiar. Para todo esto no hay más que tristeza y silencio frente al íntimo e inevitable dolor de
los que hoy reciben esta súbita pena. Ocurre, sin embargo, que entre las cartas que dejó Raúl Ramos Tercero hay
una que atañe y señala directamente a mi casa de trabajo. Con ese texto, no con la persona, estoy en total
desacuerdo. Como bien nos consta a los que hemos trabajado aquí desde la fundación del periódico, lo nuestro no es
la impunidad, ni el no responder ante nadie, ni propalar rumores infundados, ni descalificar al hombre público desde la
esfera de lo privado. Tratamos -y los lectores pueden dar fe de ello- de fundamentar nuestros juicios y de trabajar para
que en México la vida pública -lo que a todos nos atañe- sea realmente pública. No ha sido un trabajo fácil, ni ha
carecido de costos. Los hemos pagado y hemos seguido adelante. Alguna vez, los medios me calumniaron. Fui a la
Procuraduría, presenté mi querella y esos medios tuvieron que retractarse. Está bien (o está muy mal) que entre
nosotros lo que prive sea la impunidad; pero frente a una calumnia evidente, me consta que existen medios legales
para defenderse. O sea que no es momento de poner a los medios o a un medio en el banquillo de los acusados. Lo
que en buena ley procede es demostrar que publicamos alguna falsedad ostensible o solapada. Mientras esto no
suceda, lo que a nosotros nos toca es perseverar en nuestro intento por hacer buen periodismo. ¿Qué tan bueno?, el
lector y los que se sientan agraviados son los que tienen que decidir.

Warning! III

Compruebo una vez más que pertenezco a una generación que llegó tarde al presente y demasiado temprano al
futuro (todavía ni abrían). Con motivo de mi aventurado viaje a Australia, la Rubia Misteriosa y todo el sector juvenil de
esta corporación me indicaron que era imprescindible que adquiriera una laptop digna de tal nombre. No sé si lo
sepan, pero la más moderna computadora queda obsoleta en un plazo promedio de 45 días. Y ahi va su uei. Mediante
costosa erogación me hice de la madre de todas las laptops. Según me indicaron hace encaje de bolillo y tiene un
programa para preparar tortas ahogadas. La extraje de su imponente cajota; la conecté, la prendí (toda esta parte, ya
la domino): de inmediato apareció en la pantalla el maldito mensaje: WARNING! si usted, méndigo wetback, intenta
utilizar este maravilloso instrumento y no ha leído el manual de uso y pretende posar sus dedotes llenos de sebo en el
sensibilísimo teclado, le advertimos que esta máquina puede explotar y que usted, miserable grasoso, puede recibir
severísimos daños en su vida y/o en su sexualidad. Yo que usted la apagaba y me ponía a leer, o pondría este
exquisito artefacto en mejores manos. WARNING!. ¡Me carga Macedonio!, por qué hasta las máquinas me regañan. Y
pensar que a ésta me la tengo que llevar a Australia para que me siga malmodeando. En fin; ahi les encargo el país.
Cuídenme a Zedillo y a Fox. No le abran a nadie y ustedes que no van a estar en un avión recuerden que hoy toca.

Cualquier correspondencia con esta columna que se va y se queda, favor de dirigirla a gdehesa@infosel.net.mx o al
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Gaceta del Angel / Comer canguro

Por

Germán Dehesa
(11-Sep-2000).-

Está duro. No es fácil. El viaje, dicho sea sin exageraciones, es una mentada de madre. Además, lo compruebo
nuevamente, mi H. familia tiene una rara voluntad de desastre. Yo viajé México-Los Angeles sin demasiado
sobresalto. La Hillary y el Bucles viajaron San Diego-Los Angeles y nomás para abrir boca se incendió un motor del
avionejo que los trasladaba; éste tuvo que aventarse una aérea vuelta en U y regresar humeante a San Diego.
Mientras la Hillary se transformaba en Libertad Lamarque en versión demacrada, el Bucles hacía un sabio comentario:
Los Angeles es igualito a San Diego. Embarcaron en otro avión y llegaron rayando el cuaco a donde los esperaba el
acongojado padre. Nos treparon a un avionsote donde cabría Topilejo completo y nos avisaron que en unos minutos
saldríamos rumbo a Australia. Así pasaron dos horas. Nadie explicaba nada, pero yo podría jurar que el Pulpo estaba
echándole mecánica a una turbina mientras gritaba: ¡bombéale, Santoscoy, bombéale!. La Hillary que ya venía en
plan griego comentó: se me hace que éste también se va a incendiar, pero en el océano. Muy estimulante. Las
azafatas que se quedaron de guardia en el avión desde la guerra de Corea nos ofrecían todo tipo de licores para que
muriéramos contentos. Por fin despegamos y yo me concentré en la lectura de "The Australian" la voz oficial de
Oceanía. Cada página es como una sábana del IMSS y nunca me dieron los brazos como para verlo completo. De
hecho, cuando me trajeron mi magra cena, yo estaba sepultado en noticias australianas. Después sobrevino el
silencio. La Hillary Lamarque se transfiguró en el Iztacíhuatl y yo me dediqué con estoica paranoia a observar el motor
que iba a estallar en llamas. En honor al Bucles he de decir que se comportó maravillosamente y nunca dio motivo
para que le administrara yo ese vaso de leche con dos tercios de Cognac que me habían dicho que era la fórmula
ideal para aplacar niños en viajes largos. Despertó la Hillary y así dijo: ¿todavía no te duermes?; ya casi vamos a
llegar; nada más faltan ocho horas. No contesté; saqué mi libro de las "Meditaciones" de Marco Aurelio y me beneficié
de la serena reciedumbre del autor. En algún punto del trayecto, amaneció casi de golpe. Ahora sí ya estamos cerca;
faltan cuando mucho cuatro horas, dijo mi exótica consorte. Ya con el disco duro derretido como reloj de Dalí llegamos
a esa moderna versión del 5éme carage que es Sidney. El Bucles comenzó a toser como perro de Alaska. Yo no. Yo
me sentía como argentino en el Renave.

Warnig! IV

El Hotel Rex es un aseado edificio de lo que vendría a ser el Peralvillo de Sidney. Media hora para instalarme en mi
lujosa suite tipo Almoloya y para sacar de su estuche mi lujosa laptop modelo Rolls Royce. Los pérfidos australianos
tienen todo distinto (por lo menos, todo lo que se alcanza a ver). Los enchufes eléctricos son lo más mafufo que he
visto, pero el glorioso Hotel Rex proporciona adaptadores por la módica cantidad de 20 dólares australianos. Hechas
las conexiones apropiadas, se procedió a encender la refinadísima máquina y ¿qué creen?: "WARNING! su módem,
astroso aborígen, es una porquería indigna de la tecnología australiana; reprográmelo o enchúfeselo en otra parte,
porque aquí nomás no." Chin. El Bucles tosía, la laptop hacía como górgoros y faltaba el Furby (un estúpido perro
robot, propiedad del Bucles que hace ruidos entre digestivos e hidrofóbicos). No puedo más: cada ruido que oigo, no
sé si es estertor del Bucles, implosión de laptop o imbecilidad del Furby. Si la Canción Mixteca hubiera sido
compuesta en Sidney, duraría más que los Nibelungos. Dehesa sufre.

La Lagunilla

Acabo de visitar su versión australiana. Realmente venden puras porquerías. Lo mejor y más exitoso son los elotes
con queso y mantequilla. También venden boomerangs taiwaneses. Una shulada. El negocio más amplio se llama
"Todo para su Harley" y ahí venden los adornos más horripilantes y chafas para la motocicleta. No saben lo que pensé
en Salgado Macedonio. Sería tan feliz.

Envío
Allá en México, tengo sobre mi escritorio una pequeña réplica en plata del Botafumeiro de Santiago de Compostela.
Carlos Castillo Peraza y yo sabíamos lo que esa miniatura significaba para los dos. Ahora sólo yo lo sé y en algún día
por venir, nadie lo sabrá. "Y consiento en mi morir/ con voluntad placentera/ clara e pura./ Que querer hombre vivir/
cuando Dios quiere que muera/ es locura." Entre una canción yucateca y otra, Carlos y yo nos refugiábamos en Jorge
Manrique y sus coplas (al lado de "Itaca" de Cavafis) servían de epígrafe para la renovada amistad. A veces áspero, a
veces sarcástico, siempre inteligente e iluminado Carlos Castillo Peraza, nuevo Moisés, imaginó y alcanzó a ver la
Tierra Prometida, pero no le fue dado habitarla. Todos perdemos. Sus rivales ya no tendrán su réplica siempre incisiva
y culta. Sus amigos ("¡Qué amigo de sus amigos!") Julio, Javier, Juan Antonio y todos los que lo quisimos tenemos el
corazón deshabitado. ¿Por qué, Carlos?...

Cualquier correspondencia con esta columna con inmensa nostalgia, favor de dirigirla a gdehesa@infosel.net.mx o al
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Gaceta del Angel / Comer canguro II

Por

Germán Dehesa

(12-Sep-2000).-

¿Cuántos de ustedes están dispuestos a hincar su tenedor en un trozo de saltadora carne de canguro y llevárselo a la
boca con serena displicencia?. Si tuviera teléfonos (si yo fuera Slim) pondría tres: uno para el sí, otro para el no y otro
para el ¡guácala! (expresión mexicana que se traduce como "ante el riesgo de vértigo ontológico, preferiría no
hacerlo"). Cuando llegue el momento oportuno, les platicaré qué hice yo en tan exótica coyuntura y cuáles fueron las
consecuencias. Por lo pronto, paso a comentarles que aquí en Sidney, el horizonte es soleado con algunos
nubarrones prietos. Su corresponsal en Australia (el Koaláshington) ya logró dormir casi cinco horas y eso es bueno.
La laptop amaneció mejoradita y eso es regular; al Bucles le sigue la tos, pero ya le salieron unas ronchas en las
nalgas y eso es espantoso (lo bueno es que el Patopedíatra está a 15,000 kilómetros de distancia... ¡Me quiero morir
en Houston gritando leperadas!). Y ya que estamos en el preocupante tema del Bucles, paso a contarles lo ocurrido
con mi benjamín en la australiana tarde del sábado. Entre ladrido y ladrido, la mortificada criatura manifestó su deseo
de ver en la tele el Chavo del Ocho. No fue fácil explicarle que en el oceánico continente han cometido la gravísima
omisión de no programar a Chespirito. ¿Aquí en Australia no hay niños? preguntó mi proyectito de Diputado
Plurinominal. No tantos como en México, pero sí hay algunos, le contesté para disipar su náusea metafísica. Además,
no falté a la verdad: si en México hay 987.5 mujeres embarazadas por hectárea (y por retozonas. Ya lo decía mi tía "la
Bigos": primero el retozo y luego el mocoso); en Sidney habrá, cuando mucho, 0.01. Hecha esta precisión, el Bucles,
previsiblemente, pasó a preguntar si no había nada en la TV australiana para deleite y entretenimiento de la infancia.
¡Vamos a averiguarlo juntos!, le dije con ese ímpetu montessoriano que tenemos los padres postmodernos. Declarado
esto, tomé el control de la TV del sospechosísimo Hotel Rex y nos pusimos a revisar la programación. Era tan
espeluznante y tan vacua como en cualquier lugar del mundo. Dos o tres programas de opinión que, eventualmente,
podrían interesarme a mí, pero no a ese hijo de la Traviata que es actualmente el Bucles. Para mi súbito rubor, en un
teclazo del control, caímos en un pornochannel y conjuntamente caímos también en un mutuo estupor. ¿Qué es eso?
preguntó el Bucles sinceramente intrigado. Es un deporte olímpico de exhibición, respondí yo de inmediato al tiempo
que apagaba la tele. ¿Cómo se llama?, preguntó Andrés que salió inquisitivo. Es lucha grecorromana estilo oriental.
Hay que ser mexicano de muchas generaciones (y degeneraciones) para mentir con tanta soltura. ¿Y quién iba
ganando?, volvió a la carga el tenaz ixcuintle. Pues vi muy poquito, pero yo creo que iban empatados. La peor
pregunta vino después: ¿tú sabes jugar a eso?. Psssé; digo, soy aficionado; en México hay muchos profesionales; en
esa especialidad, no creo que pudiera venir a Australia. ¿Y duele?. Regular. No se me hace divertido. A lo mejor,
luego te interesa. ¿Se necesita equipo?. Ya no estés fregando; si quieres te cuento "Ricitos de Oro" con Carmen
Salinas en el papel estelar. Bueno. Fíuuu...

La Ceremonia

Para acentuar nuestra fundada sensación de que el mundo está lleno de inexplicables contigüidades, les quiero
contar, amados hermanos y hermanas, que el domingo a las doce del día celebróse aquí en el Teatro de la Opera de
Sidney (un edificio que me tiene muy perplejo: de pronto pienso que parece un hermoso cardumen de veleros y a
veces lo veo como el estrellado cascarón de un huevo que el ave Roc hubiera lanzado desde el cielo) una ceremonia
ecuménica. Concelebraron un rabino, un sacerdote católico y un ministro protestante. Atestiguaron en primera fila las
autoridades civiles de Sidney y un gran número de australianos y de turistas. La magnífica orquesta colaboró
sobriamente y nadie, gracias a Dios, abusó de la palabra. El asunto era muy simple: todos querían, con motivo de la
inminente Olimpíada, orar por la paz justa. Según vi, el único protagonista fue el misterio. Los agonistas fuimos todos
los que deseamos enteramente esa paz justa. Bien sabemos que la Olimpíada no la va a conseguir; pero igualmente
aprovechamos la oportunidad para rezar y con ello fortalecer nuestra atlética esperanza. Si me preguntan qué puede
ser mejor para la concordia del mundo y me dan a escoger entre la inútil, costosa y cursi reunión cumbre en Nueva
York y lo que ocurría aquí en Sidney, yo sin dudar opinaría que lo segundo. Mientras miraba yo todo esto y alzaba los
ojos al cielo azul y a este sol pálido de ozono que se estila por aquí, pensaba si una ceremonia así podría tener lugar
en México. No encontré una respuesta definitiva, pero tampoco me fue fácil imaginar a la jerarquía católica de mi país
allanándose a una ceremonia así de igualitaria y de democrática. Si mi pensamiento es correcto, algo malo sigue
ocurriendo en México. Hace falta orar juntos. Orar y trabajar.

Cualquier correspondencia con esta pornocolumna, favor de dirigirla a gdehesa@infosel.net.mx o al Apartado Postal
19-111, Delegación

Gaceta del Angel / Comer canguro III

Por

Germán Dehesa

(13-Sep-2000).-

El triunfo de las Chivas y la ausencia de noticias mexicanas escalofriantes me tienen con el ánimo bastante aplacado,
aunque todavía no aparece la euforia olímpica. A este respecto, me siento como ésos que llegan muy temprano a las
fiestas y tienen que ponerse a platicar con la cocinera, porque la familia todavía "se está arreglando" y porque los
invitados importantes llegarán mucho más tarde. Sin mayor quehacer, paseo por las calles de Sidney y todavía no me
encuentro a nadie que tenga cara o cuerpo de atleta. Los que ya llegaron son los periodistas y comunicadores que
perseguimos en los mismos lugares y con la misma gente las "notas de color" que justifiquen el haber llegado a
Sidney (4 millones de habitantes y 176 años de existencia legal) con tanta anticipación. Ya llegaron también los "altos
funcionarios" del deporte pues, como bien sabemos los mexicanos, en esto de la grilla y de las campañas para
obtener lo que sea, hay que empezar desde antes (pregúntenle a Fox). De cualquier manera, estas presencias no son
relevantes; se trata de seres intangibles que están fortificados en los grandes hoteles y que, en casos de extrema
necesidad, atraviesan velozmente la ciudad en sus coches blindados y rodeados de guaruras diente de oro, vacuna
grande y lente oscuro. Es decir, todavía no es hora de agarrar tono épico y cantar las glorias de la fiesta deportiva de
la humanidad y etnias aledañas. Nada más para que vean cómo están las cosas, en estos momentos es más
importante Sosamontes que Ana Guevara. Ergo: los que hablamos, los que escribimos y/o los que hacemos las dos
cosas andamos como el espectro de Labastida buscando a ver qué inventamos. Por ejemplo: comer canguro (pero de
eso hablaremos después). Por lo pronto, procedo a informar que, no escatimando gastos la empresa de este lugar (la
Hillary) ya se comunicó con el Patopedíatra porque el Bucles sigue tosiendo cual exhalación del Popo. El galeno
azteca aprobó el tratamiento que estamos aplicando, recetó una nueva medicina que se consigue en Borneo y nos
dijo que no nos preocupáramos, que es totalmente normal que del techo caiga caliche australiano cada vez que el
infante se avienta una pinochética sesión de tos. Correcto. Lo de menos es despertar siete veces en las falsas noches
de Sidney con la certeza de que el pequeño se va a voltear como cachucha de beisbolista. Es normal. Lo que ya no es
tan normal es levantarse a una hora que no es mexicana y comprobar en el espejo que Boris Karloff se parece a
nosotros en guapo, oír en la tele australiana que ya se armó otro pancho en alguna cárcel de Guerrero(?) y disponerse
a salir en la tele desde el IBC (International Broadcasting Centre) para contarle al público tenochca que Sidney, como
todo lugar distante, es maravilloso. Lo es en efecto, pero como seguramente sucede en el DF, su vida es, por hoy, la
vida normal de una ciudad grande que, aunque espera una fiesta, prosigue sus afanes y sus entusiasmos normales:
los hombres trabajan, las mujeres trabajan lo doble y los escasos niños están remoloneando para hacer su tarea.
Desde los lugares más distantes del planeta (en el caso de Australia, son todos), hemos llegado dos o tres mil
individuos a atestiguar que aquí no suceden cosas de mayor trascendencia que las rosas. En espera de que el espíritu
olímpico se haga presente, el Bucles tose y, aunque parezca contradictorio, se divierte como enano que es; la Hillary
ya ubicó los centros comerciales más vulnerables y ya me mentó la madre por andarle diciendo "la Loba de
Tecamachalco" y los periodistas nos entrevistamos unos a otros. Si logro dormir seis horas seguidas, seguiré
informando; si no, no.

La Entrevista

Todo nació de un doble error histórico: los brasileños están convencidos de que hablan el español perfectamente y los
mexicanos estamos convencidos de que nuestro portugués es impecable. Establecido esto, bastó con que
aparecieran en el horizonte de Nueva Gales del Sur tres periodistas brasileños sin demasiado qué hacer, para que la
comedia de los errores tuviera una novedosísima versión. Vieron mi gafete, comprobaron con alborozo que yo era
tenochca y en un segundo aparecieron los micrófonos y la cámara portátil. Lo primero que me preguntaron fue lo
último que entendí. Ellos querían saber mi opinión y, si no fuera mucho pedir, la de todos los mexicanos acerca de
Emiliano Zapata. Yo me concentré en Anenecuilco y Chinameca (desde Australia no es tan fácil), repasé
instantáneamente mis lecturas de Womack y me arranqué a cortar a la epopeya un gajo. Los brasileños ponían cara
de que me estaban entendiendo perfectamente y yo, en venganza, ponía la misma cara cada vez que hacían una
pregunta adicional. Pocas certezas tengo yo en la vida, pero hoy adquirí una: si esa entrevista la pasan por la
televisión de Brasil o de México (de Noruega, ni hablamos) todo mundo va a pensar que el entrevistado y el
entrevistador se entregaron previamente a los marsupiales deliquios de algún estupefaciente de Oceanía. Yo he
entrevistado a personas que no entienden mis preguntas; he vivido también la pena de no entender las respuestas de
mi entrevistado; pero tuve que venir a Australia a vivir la inédita experiencia de protagonizar una entrevista donde no
se entienden ni las preguntas, ni las respuestas. Me consuela haber comprobado que los sobrinhos de Cabinho
terminaron muy satisfechos y me felicitaron con palabras tan hondas, tan sentidas, tan hermosas, que tampoco las
entendí.

Cualquier correspondencia con esta columna que llegó antes, favor de dirigirla a gdehesa@infosel.net.mx o al
Apartado Postal 19-111, Delegación Benito Juárez, México, D.F.

Gaceta del Angel / Comer canguro IV

Por

Germán Dehesa
(14-Sep-2000).-

Si ya existen las carnitas y los tacos al pastor, no entiendo realmente cuál es la necesidad de ingerir un trozo de
aguayón o cuadril o falda de canguro. Mi abuela diría que ésas son visiones y no le faltaría razón. Pero este tema de
la conveniencia o inconveniencia de la ingesta de canguro lo trataremos en mejor momento. Por lo pronto, me limito a
informar que, como dicen los reporteros que no tienen nada que decir, en Sydney reina una tensa calma. Ya llegaron
Andrés Bustamante, Javier Solórzano, Brozo y Pablo Carrillo, pero ni así se rompe la tensa calma.

En esta ciudad austral, el invierno y la primavera se han declarado en debate permanente y, por el momento, no hay
un ganador claro. De pronto, sopla el austro y los irlandeses se ajustan sus negros ropajes (todos tienen aquí la
maldita manía de vestirse de negro como si anduvieran de luto por Inglaterra) y los turistas que salieron con camisita
floreada regresan despavoridos a sus hoteles y se ponen su suéter de Chiconcuac, el abrigo pachón y la gorrita de
pompón que les tejió su tía Licha. Salen y descubren que el viento se ha ausentado y que el sol brilla con todo su
pálido rigor: durante tres horas estarán condenados a arrastrar las garras por todo Sydney y a olvidar el entrañable
gorrito en alguna pizzería que se puede llamar "The crazy crocodile" o algo todavía peor. Con esta pena andamos los
que andamos por la ciudad más poblada de Australia. La ceremonia inaugural ya está cercana y, según me dicen,
todo será distinto en nuestras vidas. Pos qué a todo daaar, diría el cocodrilo.

¡Ya Apareció!

En la mismísima Australia, ya es difícil ver a un ornitorrinco en libertad; pero aún más problemático es encontrarse a
un azteca en la plenitud de su mexicanidad. Por esto me parece del más alto interés para el INEGI, para la Sociedad
Mexicana de Geografía y Estadística y para la comunidad en general informar que, mero enfrente de la celebrada
Opera House fue avistado, vivo, rugiente y en plenitud de facultades, el único, el inimitable, el insumergible
¡Koaláshington!. Señora María Guadalupe Vázquez de Tafolla, ya no se angustie, ya deje de hablar a Locatel, ya no
pida audiencia urgente con Sosamontes, ya no le hable a sus siete hijos de su "difunto padre que en gloria esté",
olvídese de la sospecha del secuestro express; ya apareció su marido. Está en Sydney y no le es infiel. Está con su
compadre "el Torpedo" Garnica y la están pasando de puros y auténticos peluches. Gorditos ellos, chaparritos ellos,
bigotito ralo, pelambrera hirsuta, piernita panda y calzado Nike ya muy trabajado. Traen sombrerote, usan la Bandera
nacional a manera de capa y en sus abundosos labios se turnan unas chelas nacionales y la infaltable cornetota que
pronto será sustituída por un "didgeridoo" que es un típico instrumento australiano que suena como a dispepsia de
rinoceronte. Estoy asombrado. La travesía que puede llevar a dos humanos (lo son hasta que no se pruebe lo
contrario) de la colonia de los Doctores a las playas de Sydney deja al viaje de Colón a la altura de un recorrido en
trajinera. Ya están aquí. Los australianos les toman fotos y muestran harto asombro. Yo sabía que las deidades
tenochcas no me podían fallar. No sé si llegaron a nado o por paquetería, pero ya está aquí, ya es con nosotros el
Koaláshington. Loado sea Tláloc.

El Embotellamiento

Según Sony Alarcón los responsables son los del Frente Nacional Francisco Villa, fracción Australia; según yo, son los
de Antorcha Austral; el caso es que aquí en Sydney, para escándalo de todos, ya se armaron unos embotellamientos
viales que harían palidecer de envidia a Rosario Robles. Los sydneyanos o sydneytecas, que de los dos modos se les
dice, están sumamente encabritados. A buenas horas. Yo avisé que practicaran con la debida anticipación y que
mandaran a una delegación para que agarrara callo en el Periférico en viernes a las seis de la tarde; pero nadie oyó
mi oportuno consejo. Ahora el megacamote es de proporciones cósmicas. En condiciones normales, viajar del excelso
Hotel Rex (en el mero corazón de la zona roja) al IBC (mi lugar de trabajo) requiere cuando mucho de 20 minutos. Hoy
hicimos mucho más de una hora y eso que el que venía manejando era Luis Eduardo Carreola que es conocido como
Mad-Mex "la Ráfaga Chilanga" (en algún otro artículo les contaré su estrujante historia). Según me dijo un sudoroso
policía de tránsito, lo peor está por ocurrir y ya en plena Olimpíada, no sería difícil que la vialidad sydneyteca se
coagulara de golpe y ya nadie pudiera avanzar para ninguna parte. Dice Sony Alarcón que hay que avisar como lo
hacen los de los helicópteros que allá en México lindo, proporcionan radiofónicamente alentadoras noticias viales: en
Sydney todo está congestionado, pero pasado este punto, la circulación vuelve a ser fluida (no va a ser: es el océano).
Envío

Estos australes renglones son para Madame de Stäel y Cantú y para Lali González quienes, a pesar de la enorme
distancia, se han acordado de su cuate.

Cualquier correspondencia con esta columna entre primavera e invierno, favor de dirigirla a gdehesa@infosel.net.mx o
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Gaceta del Angel / Inauguración y grito

Por

Germán Dehesa

(15-Sep-2000).-

He estado revisando mi porosa memoria y creo que ésta será la primera vez que el 15 de septiembre me encuentre en
el extranjero. Nos guste o no, los humanos vivimos de rituales y de ceremonias y aún los que militamos en el sector
ultra del Club de Scrooge reconocemos que el 15 de septiembre y el 12 de diciembre son días especiales para las
etnias tenochcas.

Según lo último que supe antes de desgarrarme de la Patria, Zedillo, contra lo que la tradición establece, dará su
último grito en el Zócalo del DF y no en Dolores Hidalgo, Gto. Según me explicaron, Zedillo se acalambró ante la
posibilidad de que, en ausencia, Rosario Robles se mudara a Palacio Nacional con todo y tiliches y ya no le devolviera
nunca el inmueble ni la campana. Estoy muy preocupado, porque a Don Ernesto se le suelen olvidar los nombres de
los héroes y temo que en un arrebato lírico grite ¡Viva la Quina! y pierda ese lugar en la historia que con tantos
trabajos y mentadas priístas se ganó.

Pero antes de dar el grito (que ojalá no los vaya a pisotear la zocalera turbamulta, y por favor no abusen de los rones
nacionales ni de los eróticos deliquios ñporque los hay que dan el grito en la recámara-), ya habrán visto la ceremonia
inaugural de los Juegos Olímpicos de Sydney.

Gracias a tanto ensayo y a la obsesión de estos pelirrojos, la ceremonia resultó memorable. Sin merecerlo
mayormente, su Charro Negro estuvo ahí. Ya les iré comentando los pormenores de esta fiesta que mereció ser
alegre y jubilosa. De todo el mundo han llegado contingentes que, más allá del dinero y los intereses del poder,
quieren (queremos) restaurar nuestro derecho a jugar, a competir y -ganando o perdiendo- renovar la esperanza en el
nuevo milenio. Yo, por lo pronto, ya tengo cuates brasileños, africanos, noruegos, zacatecanos y australianos. Eso voy
ganando. Regresaré a mi lugar y estaré de nuevo en Coyoacán y en Monterrey, en Tijuana, en Cancún, en Saltillo, en
Oaxaca, en Chiapas que es un bosque triste, en Guadalajara, en Xalapa que es mi raíz y en todos los aromados
rincones donde tú y yo logramos con éxito ser nosotros los mexicanos. Me comprometo a que, mientras los
australianos y todos los aquí reunidos gritan a voz en cuello, los mexicanos trasterrados gritaremos en voz baja: Viva
México.
Los Angeles de Charry

Acerbas y envidiosas críticas he recibido por mostrarme en la pantalla rodeado de tres drásticas rubias de imponente
estatura y ergonómico diseño. Son Rebeca de Alba, la Rubia Misteriosa y la Hillary y ya son conocidas como los
Angeles de Charry. Lo peor es que las tres están perdidamente enamoradas de mí (¡ay, sí!). Yo no tengo la culpa de
poseer un estilo internacional y de tener un mundo que ya quisiera Charles Boyer. Ya en serio, aquí sí se puede
aplicar la sajona expresión que dice: too much; too late. Rebeca es una maravillosa compañera de trabajo eficiente,
profesional y amable. La Rubia Misteriosa es la enfermera en jefe de la computadora que llegó muy malita y vive para
ella y para sus extrañas pasiones marítimas. La Hillary es la Adelita postmoderna que me acompaña por tierra y por
mar con todo y el Bucles que cada día está más zafado (se quiere llevar a México un canguro vivo de regular tamaño).
Las dos primeras aligeran mi vida; la Hillary (la Loba de Tecamachalco) la ilumina de muchos colores.

Y Hablando de Antorchas

Creo que con todo y la tecnología de punta, el numerito este de traer fuego desde Grecia hasta Australia no salió muy
logradito que digamos. Por una parte, en el mundo hay cada vez más desertificados neuronales que, en su tiniebla
mental, deciden que apagar la antorcha olímpica es la mejor manera de ganarse un lugar en la memoria humana,
cuando realmente lo único que consiguen es ingresar a la olvidable enciclopedia de la estupidez mundial. El trayecto
ha sido tan brutalmente largo, que ha permitido que todos los orates del mundo conspiren contra ese fuego que los
australes decidieron trasladar en unos artefactos que más parecen cucuruchos que antorchas. Aún suponiendo que el
venerado fuego no hubiera sufrido ningún atentado, no podemos olvidar una realidad palmaria: en el mundo hay
mucho chiflón. Tengo fundadas sospechas de que cada portador de la antorcha traía consigo una cajita de Clásicos
La Central a la que tuvo que acudir por lo menos tres veces mientras no lo veía algún camarógrafo. O sea que el
fuego que llegará al Estadio Olímpico de Sydney, será todo, menos griego. Finalmente, no importa mucho. El fuego
llegará y será de todos y algún calorcito nos comunicará a todos.

El Cocodrilo ¿Dónde?

El sábado me arranco con una olímpica colaboración especial para la sección de deportes de Reforma y rotativos
conexos. Aclaro por enésima vez: yo no soy deportista; tampoco soy experto; soy un contumaz aficionado a quien le
gusta platicar lo que ve y lo que imagina detrás de lo que ve. Pero eso será el sábado; hoy con gritos e inauguraciones
es viernes: hoy toca.

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Gaceta del Angel / Comer canguro V

Por

Germán Dehesa
(18-Sep-2000).-

Acabo de cumplir una semana de estancia en Australia. A mí ya me están sonando las punterías y a la Rubia
Misteriosa ya se le pegaron los platinos y dice cosas como: tus papeles los dejé en esta mesa, pero en otra.
Omaigad!, dirían los australianos. Las seis horas que tuve que invertir en la trasmisión de la jornada inaugural me han
producido daño estructural y, cuando me duermo por unas cuantas horas, sueño que soy Nikki Webster, la heroica
infantina que columpiaron por todo el Estadio Olímpico de Sydney. Supongo que los atletas llevan años dedicando su
entera energía a preparar su experiencia olímpica. Mi respeto para ellos, pero también mi comentario: los periodistas
ni siquiera entrenamos; hemos llegado desde la rutina urbana y de un día para otro y de un continente para otro, aquí
estamos todos consumiendo hasta nuestra última caloría en busca de la información y sin la esperanza de ninguna
medalla. La verdad: somos muy calientes; de otro modo no se explica ¿qué hacemos aquí?, y, lo peor en el caso de
los "comunicadores mexicanos" es que todavía nos gana la risa.

Hoy también se cumple una semana de mi último paseo familiar con la Hillary & Co. Fuimos a un lugar fundacional de
Sydney llamado "The Rocks", nos metimos a un restorán cercano a la playa que, por extravagantes razones, parecía
extraído de "Muerte en Venecia": el manso mar, unos cuantos barquillos y un espacio presidido por muebles blancos,
azules suaves y meseros pelirrojos. Fue ahí donde decidí, para ayudar a la formación de la niñez mexicana, probar la
carne de canguro. Cuando lo hice, no sabía que los australianos no comen canguro ni con hongos de Oaxaca. La
gentil mesera trajo un plato que podría haber contenido un lácteo atributo femenino, la mano de Obregón o una
maqueta del Paricutín. Todo estaba cubierto de una salsa roja de aspecto estremecedor. Me he tardado una semana,
pero ahora ya sé a qué sabe el canguro. Si ustedes quieren saberlo, no tienen que venir a Australia. Basta con que
compren un kilo de carnitas y lo dejen una semana a la intemperie. Ya que esté verde y le hayan brotado orquídeas,
dénle un llegue y eso que estalle en su paladar será el sabor del canguro. Dicho más rancheramente: sabe a madres.
Básteles saber que preferiría comerme un cuadril de Rodríguez Alcaine. Pasa una semana, el madlstrom del trabajo
me devora y la Hillary -dejaría de ser mexicana- "se siente". Decidimos salir a cenar. La solícita Rubia Misteriosa
ofrece rifársela con el Bucles e invadimos el Sydney nocturno. Tres horas después, regresamos y...

Warning!

¡Qué hado maligno nos persigue!. En el equívoco Hotel Rex se ha declarado una alarma por incendio. Hay bomberos,
corresponsales y mexicanos en calzones. En todos los cuartos escucharon el mismo mensaje: WARNING! ésta es
una alarma contra incendios. Permanezcan tranquilos (cómo no). Quédense en su cuarto (¡cómo no!) hasta recibir
instrucciones. El que controla la situación entre los mexicanos damnificados es Eugenio Derbez (toda una garantía).
La Hillary ya se transformó en mater dolorosa. Un señor del hotel nos explica: parece que un niño (¡mi hijo!, dice la
Hillary; ¡méndigo escuincle!, pienso yo) abrió la llave de agua caliente y la dejó correr hasta que activó la alarma de
incendio; pero ya todo está controlado y no hubo ningún daño (salvo el estético, pienso yo al ver a los tenochcas con
calzones de tigre). Ya en la habitación, comprobamos que el Bucles ni siquiera se enteró y que todo está en orden.
Pero ¿y si se hubiera incendiado el hotel? pregunta la Hillary. Yo respondo: hubiera ganado Sydney, hubiéramos
perdido nosotros y, dentro de 40 años, se estrenaría una película mexicana titulada "Llamas en el Rex"; nada de eso
pasó, así es que ya duérmete y ustedes, queridos lectores, váyanse a trabajar.

Aborígenes Tardíos

Así que uno diga ¡qué bruto, qué guapos son los aborígenes australianos! pues, la mera verdad, no (pero lo mismo
han de pensar ellos de nosotros en general y de los pecosos y pelirrojos colonizadores australianos en particular). Lo
cierto es que, como en el caso de México, ellos llegaron primero. De hecho, aquí la desventaja cronológica es mucho
mayor: las primeras etnias australianas llegaron aquí hace decenas de miles de años; los ingleses tienen apenas dos
siglos largos de residencia y ya son dueños de todo (por lo menos, de todo lo adueñable). La preocupación de los
occidentales por estos grupos étnicos tendrá quizá 30 años y aunque agradecible, es tardía (de la demagogia
mexicana y su muy dudosa preocupación indigenista, mejor no hablamos). Lo real es que aquí, indígenas puros sólo
quedarán menos de 50 mil (si quieren una cifra comparativa les doy una: inmigrantes chilenos hay cerca de 40 mil).

Hacia los finales de los años 60, se dio la primera controversia legal y atendible entre los descendientes de ingleses y
los aborígenes por la posesión de la tierra y los derechos sobre ella. La tenacidad y la inteligencia de los aborígenes
consiguieron que la corte australiana fallara en su favor. Es el aquí famoso caso del estrecho de Torre al que se refirió
el hoy viudo Samaranch en su alocución inaugural. Rodeados de fantasmas, desertados por sus mitologías, cargados
de palabras muertas, de idiomas afantasmados; al borde mismo de la desaparición, los aborígenes consiguieron,
después de dos siglos de injusticia, que sus derechos a habitar su tierra fueran reconocidos. Es una historia
atardecida que, fatigada y todo, vuela rumbo a México y quizá se detiene en Chiapas. Historias difíciles. Ya
hablaremos.

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Gaceta del Angel / Ya me estoy preocupando

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Germán Dehesa

(19-Sep-2000).-

Por un lado, mis corresponsales en México me dicen que, desde que yo salí, no ha ocurrido nada que estremezca la
vida nacional. Esto me lleva a pensar que la familia Dehesa y la Rubia Misteriosa podríamos ser el factor de
desestabilización azteca. Por el otro, llego a Australia y al día siguiente hay una manifestación tipo Frente Nacional
Francisco Villa organizada por unos cuates globalifóbicos que se desparramaron por las calles de Melbourne para
protestar por una reunión del foro mundial pro agandallamiento de la riqueza mundial. Casi simultáneamente, la Hillary
y el Bucles (la pareja Terminator) incendiaron un avión californiano. Pasaron unos cuantos días de tensa calma
australiana y, según reseña previa, en el apacible Hotel Rex rodeado de pornoshops y de bares travesti, se declaró
una alarma por incendio. Vinieron algunas horas de tranquilidad y hoy lunes por la mañana, la policía decidió
acordonar la zona porque, según un telefonema anónimo, teníamos una bomba alojada en este aristocrático paraje.
En menos de dos minutos, ya teníamos por aquí a policías y bomberos (en Sydney todo es igualito que en México; les
encanta copiarnos). Después de prolija pesquisa, nos notificaron que todo era una falsa alarma y que podíamos
circular libremente. Esto es traducido por la suspicaz mente mexicana del siguiente modo: como ya es la hora de
almorzar, los bomberos decidieron declarar inexistente la bombota que va a estallar en cuanto estornude el Bucles.
Todavía no estalla, pero no desechen la posibilidad de que me regresen a México en latitas como de atún Calmex.
Antes, a mí no me pasaban tantas cosas tan raras y tan frecuentes. Comienzo a abrigar la idea de que la Hillary
quiere deshacerse de mí o del país, o de las dos cosas.

Para Que Vean

Mis lectores tenaces recordarán aquella reseña que hice acerca del embarazoso numerito que me aventé en una
tienda californiana porque nunca pude recordar que en el idioma de Clinton chaleco se dice vest. Recordarán que ante
tamaña claudicación de la memoria, me permití tronarle el chip a una betabelita sandieguina a quien le solicité un
"sweater without sleeves". Para mí, fue toda una lección de vida. Ahora vengo a Australia, el paraíso de la lana,
acompañado de toda mi tribu nahuatlaca; entramos a una tienda y solicitamos un vest. Un solícito y pelirrojo jovenazo
se moviliza con la agilidad propia de su edad y trae un suéter (lo juro por la bendita salvación de Salgado Macedonio
que va a estar cañona). Estupefacción general. En nuestro inglés de apaches de Hollywood le explicamos, o
intentamos explicarle, las diferencias entre un suéter y un chaleco. El perceptivo joven nos mira con asombro y
finalmente se hace la luz en su lóbrego cerebro: aaah!, you want a sweater without sleeves!!!. Por mi madre que de
Dios goza (algo tenía que gozar), juro que así dijo el mozalbete. El pobre no sabía que con esas palabras me estaba
desprogramando el cerebro desde ahora y para siempre. Creo que lo más sano será ya no usar chalecos.

Y Vino Sorayita

Hacia las diez de la noche (hora de México), Soraya apareció en un reportaje televisivo y contó su difícil historia
(percibo que todo aquél que puede contar su historia cuenta una historia difícil). Lo propio de un atleta no es hablar,
pero Soraya se expresó con aseo y con exactitud. Recuerdo algunas palabras: tuve que luchar contra todo, contra los
prejuicios, los federativos (¿lo habrá oído Vázquez Raña en su infinita majestad?) y tal y cual. Ya pocos recuerdan
cuánto tiempo ha pasado desde que México ganó su última medalla de oro en una Olimpíada. Han sido muchos años.
Yo diría que demasiados para un país que se acerca a los 100 millones de habitantes. Muy simbólicamente tenía que
ser una mujer la que detonara la esperanza. Ya sé que lo más importante para México no es ganar medallas en las
Olimpíadas; pero sé igualmente que si algo nos hace falta es recuperar nuestra confianza en el esfuerzo individual, en
nuestra capacidad para darle la vuelta a los adiposos burócratas y a darle vía libre a nuestra voluntad de triunfar a
base de trabajo y de tenacidad. Este es el regalo de Soraya y más cotidianamente es el obsequio de todas las
mujeres de mi país. A la menor provocación, los hombres declaramos que "la cancha nos fue adversa", que "el público
y los árbitros estuvieron en nuestra contra"; que "si no me hubiera lesionado, podría haber hecho un magnífico
papel"...Mientras tanto, las mujeres nada dicen: aceptan las contrariedades, las lesiones, la adversidad y siguen
adelante; a la menor oportunidad, nos dan una medalla de oro y con ella una satisfacción enorme. Es más: yo quiero
que me cargue Soraya.

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Gaceta del Angel / Crónica de un instante

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Germán Dehesa

(20-Sep-2000).-

Humillantemente alto; pero inmensamente cordial se me acerca Toño de Valdés y me pregunta: ¿te imaginas,
Germán, cómo un país entero puede transformarse y experimentar la euforia instantánea en el momento en que una
mujer alza con los brazos 127.5 kgs?. Ella alza los brazos y en ese instante un país cambia. ¿Qué hay en ese gesto?;
¿qué tiene que ocurrir en una comunidad para que ésta libere en un segundo todo su entusiasmo (el caso actual) o
toda su ira (el caso que nadie quiere)?. No es fácil especular acerca de esto. Lo único que nos consta es que esto
ocurre y que, de tiempo en tiempo, se presentan estos casos de que algo o alguien detonen una pasión colectiva.
Ahora le tocó a México levantar su corazón y compartir, por un instante ("El desamparo que es ser hombres,/ la gloria
que es ser hombres", dice O. Paz) una felicidad común.

Por las Calles de Sydney


Ocurre algo semejante a lo ya descrito en los renglones anteriores. Según me habían dicho, los australianos son
afables y hospitalarios. Quizá están muy conscientes de que el extranjero que viene a visitarlos viene, por fuerza,
desde muy lejos y esto a ellos les da mucho gusto. Ya estando aquí, se puede percibir otro rasgo de su carácter que
en algo los hace semejantes a los mexicanos: los australianos no están muy seguros de en qué consiste ser
australiano e ignoran, no sin angustia, si ser australiano es bueno o es malo. A este respecto, los juegos de Sydney
han logrado una suerte de florecimiento del orgullo nacional. La misma prensa de aquí no se hacía demasiadas
ilusiones acerca de la capacidad nacional para organizar unos juegos olímpicos a la altura de los de Atlanta y, sobre
todo, los de Barcelona. La ceremonia inaugural y las primeras medallas obtenidas por los aquí nacidos cambiaron
todo el panorama. Los australianos andan por la calle y no caben en ella del puro orgullo; Ian Thorpe ya está a la
altura del Capitán Cook y la cara no les alcanza para la sonrisa que traen. En buena hora.

Tan pobladas están las calles que puede uno encontrarse hasta con Javier Solórzano. Así le acaba de ocurrir a la
Hillary que andaba de paseo con el ya adaptadísimo Bucles. Mi infantil heredero acaba de descubrir un juguete
típicamente australiano: el yo-yo y, segundos antes del encuentro con Solórzano, tuvo una gravísima contrariedad: la
cuerda de su yo-yo se hizo nudo en el interior mismo del artefacto y esto lo traía desconsolado. Aparecieron en la
soleada escena Javier Solórzano y Pablo Carrillo quienes declararon ser expertos yoyólogos. Lleno de confianza, el
Bucles les confió su malestar y los dos comunicadores tenochcas examinaron a fondo el adminículo y llegaron al
mismo diagnóstico: el daño era irreparable, progresivo y mortal. Mi pequeñín quedó devastado. Creo que se
necesitarán diez años de terapia mental muy intensa para que quede como estaba. Cuando los pedazos del pequeño
llegaron al hotel y su padre fue informado del grave incidente, el Charro Negro se hizo cargo de la situación. En tres
minutos el yo-yo estaba como nuevo y Andrés comenzaba a recuperar su fe en la humanidad. Un mensaje para Pablo
y Javier: son un par de inútiles; no arreglaron el filial yo-yo y ya me pasaron a perjudicar la estabilidad emocional de la
criatura.

Hay Maneras y Maneras

Estamos (¿estamos, Kimosabi?) en el Sydney International Aquatic Centre. Los australianos han tomado el lugar por
asalto. La noche promete varias medallas y no es cosa de quedarse afuera. De hecho, hoy martes por la mañana, el
Alcalde de Sydney, francamente encabritado, clausuró las oficinas de varios revendedores (scalpers les dicen aquí y
me imagino que la expresión alude a la reprobable costumbre de arrancarle el cuero cabelludo -o el cuero carterudo- a
los aficionados que quieren asistir). Los aussies están contentos (su porra es de inspiración francamente foxiana:
"¡Aussies, aussies; hoy, hoy, hoy!") y esperan buenos resultados. Los obtuvieron, pero no es eso lo que quiero
comentar. Quiero hablar de actitudes. Un norteamericano que nada como ratero de San Juan de Letrán y que se llama
Tom Malchow gana la medalla de oro en los 200 metros estilo mariposa y, en cuanto lo declararon vencedor, comenzó
a gesticular como enloquecido y a lanzar puñetazos al aire y a hacer la roqueseñal convertido en una versión
neurótica y bravera de Bruce Willis. Algo humillante para sus rivales e infamante y revelador para él y para su país.
Muy desagradable. Minutos después, vino la prueba de relevos masculinos de 4x200 nado libre. Ian Thorpe y Van den
Hoogenband se volvieron a encontrar, ahora acompañados cada uno por tres coequiperos. Los australianos ganaron
de calle, impusieron nuevo récord olímpico y nuevo récord mundial. Ian Thorpe estaba tirado de la risa y saludaba a
todos sus contrincantes. Cuando el equipo australiano recibió sus medallas de oro, los cuatro cangurines mordieron la
medalla para cerciorarse de que fuera orégano y no chocolate y volvieron a romper en carcajadas. Pregunta: ¿en qué
espíritu se encuentra mejor alojado el ideal olímpico?. Yo digo que en los guapachosos aussies, pero no faltará quien
piense que la actitud prepotente y bravera sea la correcta. Que Dios lo ampare.

Cualquier correspondencia con esta columna que alza los brazos, favor de dirigirla a gdehesa@infosel.net.mx o al
Apartado Postal 19-111, Delegación Benito Juárez, México, D.F.

Gaceta del Angel / Noticias ultramarinas

Por

Germán Dehesa
(21-Sep-2000).-

Agradezco cumplidamente los telefonemas, faxes y cibercorreos que he recibido desde mi país natal. Los hay de
todos los colores pero en su mayoría son gratos. Amigas y amigos que me mandan su afecto (lo reviro con mi resto) y
me comentan lo que yo imaginaba ya: desde que los Dehesa abandonamos el país, todo está en calma y nadie se
atreve a hacer ninguna perrería mayor, pues bien saben que pronto regresaré. En la Asamblea del DF se quieren
calentar las cosas; Rosario Robles nos va a tener que explicar los ¡grandes promocionales! para sus ¡grandes
acciones!; López Obrador ya prometió que le va a rajar la cara a la corrupción (¿pues no que Cuauhtémoc ya había
acabado con ella?); los integrantes del equipo de transición ya fueron notificados de que recibirán un modesto salario
de Secretarios de Estado; a mi General Cervantes le quieren hacer olas en tierra firme; los Pumas ya están listos para
deglutir Chivas al pastor; Enrique Meza no ve claro con su contratiux y desde Perú llega la noticia de que, en vista de
los malos modos de los peruanos y sobre todo de los estadounidenses, el chino Fujimori está dispuesto a sacrificarse
por la patria (ya se podría haber sacrificado antes) y a citar a nuevas elecciones en las que no piensa participar
(itsapaiti, dicen los australianos cuando quieren decir it's a pity). Hasta el momento, nada demasiado estremecedor. La
XEW celebró sus 70 años comiéndose un pastelito llamado ACIR y los capitalinos recordamos ese temblor que
sacudió nuestras vidas, nuestras conciencias y que terminó agrietando de fea manera el mítico y hasta entonces
monolítico edificio del PRI.

En la información menuda, paso a contestar que está bueno el encaje pero no tan garigoleado. Acepto que yo dije que
estaba dispuesto a llevarles lo que se les ofreciera, pero jamás imaginé que fueran tan pelados. A ver explíquenme
cómo consigo y cómo transporto un boomerang de un metro, o con qué pago un collar de aguamarinas y ópalos. Si
mandan lana suficiente, a lo mejor me animo y está por verse. Ya decidí que mi próximo viaje es a Ixtapan de la Sal.
De allá les puedo traer una bola de salutífero lodo. A algunos cibercorresponsales les pasa lo que a los enanos: no se
miden.

¡Ahí Está el Torpedo!

La retentiva y la capacidad de aprendizaje del Bucles son notables. Notables y consternantes. Su velocísimo cerebro
ya tiene perfectamente almacenados el rostro y los rasgos principales de Ian Thorpe. Este es el primer dato. El
segundo es que no hay calle de Sydney donde no haya un anuncio donde el juvenil Thorpe no aparezca anunciando
algo. Yo no sé quién le confirió al Bucles el cargo de inspector municipal o algo así; pero la cuestión ya me está
afectando gravemente. Por cualquier calle que transitemos, el pequeño metiche se siente en la obligación de
proclamar: ¡ahí está el Torpedo!. Según la última estadística, Andrés hizo 500 veces este anuncio en menos de 20
minutos de paseo. Además, el moconete no se conforma con dar la información y proseguir el paseo entre malayos,
chinos, coreanos, indios, europeos y algunos australianos. No. Es necesario acusar recibo y decirle en aras de no
"traumarlo": Si, mijito, es el mismísimo Torpedo ¡qué bueno que te fijaste! (hijo de tu pelona). Tengo el alma postrada y
ya no quiero salir a la calle. El Bucles se instala frente al televisor, lo activa y tres segundos después dice: ¡mira, papá,
ahí está el Torpedo!. Se alquila infante con bucles y muy perceptivo. Experiencia no necesaria.

Las Matildas

Si ustedes hubieran conocido a mi austera y victoriana tía Matilde, comprenderían el secreto regocijo que me
proporciona redactar estas líneas. Resulta que el equipo australiano femenil de futbol es, deportivamente hablando,
malito tirando a cutre. Ahora, como les digo una cosa, les digo la otra: desde una perspectiva estética, la alineación
titular entera está para lo que dijo Cejas; todas están moenísimas. Lo peligroso es que ellas lo saben y, hace unos
meses, tomaron una doble decisión: bautizar a su equipo como "Las Matildas" y, acto seguido, encuerarse y posar
para un calendario que les ha dado muchas satisfacciones y muy buenas ganancias. El nombre proviene de una
canción titulada "Waltzing Matilda" que es como el segundo himno nacional de Australia y lo del calendario se les
ocurrió a ellas solitas. Ta'paaadre, diría el Piporro. Ya lo tengo iluminando mi crujía y experimento una especial
debilidad por la portera que tiene diseño ergonómico. No sé si llevarme unos 15 mil ejemplares para México (en lugar
del boomerang gigante), o llevarme nada más uno y allá pirateármelo. Voy a ver. Por lo pronto, dejo aquí constancia
de mi caudaloso agradecimiento al anónimo donante austral de tan coleccionable pieza. Mi tía Matilde está en el cielo
y sabrá perdonarme (o a lo mejor, reencarnó en portera).

Cualquier correspondencia con esta columna en forma de torpedo, favor de dirigirla a gdehesa@infosel.net.mx o al
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Gaceta del Angel / Noticias de intramar

Por

Germán Dehesa

(22-Sep-2000).-

Espérenme tantito; ahora los atiendo (Australia y USA se están dando el agarrón del siglo; el partido normal terminó
con empate a cero y ya nos fuimos al sueño dorado del fanático; en la parte alta de la decimotercera entrada las
estadounidenses anotan la que parece la carrera del triunfo; en la parte baja, las australianas a puro churrazo colocan
a una corredora en segunda; caen dos outs, viene al bat una australianita nada fea y ¡tómala, barbón! se vuela la
barda, caen dos carreras y ¡gana Australia!. Han de perdonar, pero me da mucho gusto cuando pierden los dueños
del medallero olímpico)... Ahora sí ¿en qué estábamos? (la señora potosina interviene y dice: En las noticias
intramarinas, zopenco). Exacto, les quería yo contar de lo bien que los mexicanos de aquí tratan a los mexicanos que
vienen de allá. Nuestro Embajador, Don Raphael Steger Cataño reside en Canberra, pero anda como trompo chillador
por todas las ciudades australianas. Es amable, es cordial, se ahorra las ínfulas y prodiga su gentil ayuda y ya hemos
logrado hacernos cuadernos doble raya. No es el caso de nuestra Cónsul en Sydney, Doña Martha Ortiz de Rosas;
ella es mi cuatacha de los tiempos heroicos y pronto cenaremos para pasar en limpio nuestros buenos recuerdos. Así
es que, por representación diplomática no quedamos. Ustedes dirán que su obligación es ser amables y útiles y
tendrán razón, pero, según me consta, luego se encuentra uno a cada hiperlactante en el Cuerpo Diplomático que
resulta más cómodo hablarle al Socorro Alpino.

Otro caso particularmente notorio es el de Doña Velia Hernández que vive aquí en Sydney por razones profesionales.
Ella, no me pregunten por qué, ha encontrado en esta voladora gaceta su manera de mantenerse unida a México. La
gran Velia fatigó las guías telefónicas hasta que encontró el teléfono del babilónico Hotel Rex. Logrado esto, se puso
en contacto con la Hillary y según el testimonio de la Loba de Tecamachalco, Velia fue "monísima" y su amabilidad
llegó al punto de ofrecerse para cuidar al Bucles. La pobrecita ignora que la última persona que intentó tamaña proeza
acaba de ingresar a una orden monástica de clausura. De cualquier manera, se agradece el heroico ofrecimiento y
espero tener la oportunidad de agradecerle personalmente su hospitalidad kamikaze. En suma: estamos muy
contentos aquí en Australia, aunque no dejamos de pensar en los rufianes que traspapelaron la Constitución de
Apatzingan y en las telefónicas broncas de Foxifox (¿qué pasa?; hasta donde yo sé, en México nunca habían
intervenido un teléfono. Sin duda, ha de ser un error).

Dialecto Australiano
Los Aussies están erróneamente convencidos de que hablan inglés. Es falso. Hablan una cosa rarísima. A la hora del
almuerzo, en lugar de decir snack (que se pronuncia esnac) dicen esneic y provocan el terror. Hace rato, entrevistaron
a un ciudadano indio que está de visita y le preguntaron si en la India tenían esneics y el pobre contestó que tenían un
meidral (en la India equivale a muchísimas). El entrevistador se fue muy perplejo pero al indio ya se le pegó el motor.

Se Peló la Perec

Son las seis de la tarde del jueves 21 en Sydney. Una noticia recorre la ciudad. La pigmentada corredora francesa
Marie-Jose Perec decidió súbitamente que Sydney ya le había caído espeso y, acto seguido, arrancó para el
aeropuerto y se fue a Singapur (chingapur la que le van a poner) y de ahí a Londres aunque fuera de aventón. El
pobre representante de la delegación gala ya agotó todas las maneras que hay en francés para decir no tengo la más
méndiga idea de por qué lo hizo. En los círculos noticiosos se comenta que la Perec arrugóse ante la posibilidad
cercana de enfrentar a Cathy Freeman que aquí es la dueña de la papaya y los mangos. Otros comunicadores más
pérfidos y más chismosos dicen que su verdadero terror no era la Freeman, sino la prueba antidoping y que si se la
hacían le iban a encontrar hasta plutonio. En lo que se averiguan las cosas, los franceses traen el cuerpo cortado y su
Charro Negro prefiere no aventurar ninguna hipótesis, aunque se permite pedir la prueba antidoping para los
comunicadores. Se me hace que no la pasamos ninguno.

¡Aaay, mis Hijos!

Canito, Juana Inés y Mariana están en México y están sumidos en la perplejidad. Hace algunas horas hablé con ellos
y escuché tres variantes de lo que podríamos llamar mentadas de padres. Como dice nuestra vernácula melodía: no
les falta razón. Su abnegado padre está en Australia y su heroica madre, en el mejor estilo Perec, se peló al Tibet. Mis
chicuelos nunca se habían sentido tan cerca de sus padres.

Juana Inés que es la más ordenada y emprendedora ya me informó que ha confeccionado una apretada agenda de
reventones domésticos particularmente recios. ¿A cómo van a dar la cuba? le pregunté. Estamos viendo, me dijo yo
creo que la primera es gratis y ya luego les clavamos la cimitarra. Shulada de mushasha. En lo que llego, échenles un
ojito, por vida suyita. Ya lo dice el dicho: cría cuervos y te mandarán al Tibet; pero como ustedes no entienden: hoy
toca.

Cualquier correspondencia con esta columna que se siente como en casa, favor de dirigirla a gdehesa@infosel.net.mx
o al Apartado Postal 19-111, Delegación Benito Juárez, México, D.F

Gaceta del Angel / The Waltzing medalla

Por

Germán Dehesa

(25-Sep-2000).-
Si los mexicanos no pusiéramos cara de what? cuando nos preguntan qué es eso de "más si osare" o aquello del
"bridón"; podríamos escandalizarnos ante los australianos que cantan todo el día una canción no particularmente
afortunada que se titula "Waltzing Matilda", aún sin saber exactamente lo que están cantando. A la Rubia Misteriosa le
di instrucciones perentorias para que averiguara dos cuestiones igualmente graves: a) qué quiere decir la letra de esa
canción y b) quién fue la tal Matilda. Cinco días han transcurrido y la pesquisa ha resultado un fracaso total. Según mi
investigadora privada, cada australiano entrevistado aventura una hipótesis más enrevesada que la misma letra de la
canción y termina por confesar que así cuait gual, lo que se dice cuait gual (en inglés: quite well) no tienen la más
cangurera idea de lo que dice la canción. Por lo que respecta a la heroína llamada Matilda hay tres líneas de
investigación: puede ser una mochila, una borrega y, eventualmente, una muchacha (ojalá y sea lo tercero, porque de
otro modo, comenzaré a pensar muy mal de las costumbres eróticas de los australianos). Al cierre de esta edición, lo
único que nos consta sin lugar a dudas es que Matilda valseaba. ¿Cuándo, dónde, por qué?. Esos misterios no nos
han sido revelados.

De mucho más interés nos resulta averiguar en qué va a parar el pavoroso misterio de la medalla hallada y perdida en
el templo en perjuicio de Bernardo Segura y de la etnia tenochca. La medalla también anda valseando, aunque me
temo que ya está depositada en el Banco Nacional de Polonia. Los jueces no se dejan ver por ninguna parte y nada
han dicho o hecho después del drástico tarjetazo; los medios tienen videos que parecen mostrar que, por lo menos
una de las tres supuestas amonestaciones para Segura, no era para él, sino para nuestro medallista de plata (asunto
que no tendría relevancia, pues sería su única amonestación). Nuestros federativos entraron por lo visto en un
lentísimo proceso de ira súbita y ahora Vázquez Raña (que ya hasta se despeinó) dice que le entró tal muina, que no
se presentó a la ceremonia de premiación; la sociedad mexicana tiene quebrada la hiel y Bernardo Segura, hasta
donde sé, ya regresó a la Patria. En verdad, creo que lo justo es que nos devolvieran nuestra medalluca, pero me
temo que Korzeniowski es capaz de deglutirla antes de devolver la waltzing medalla. De veras que los atletas son.

Los Ricos También Lloran

Ustedes lo habrán percibido allá, pero aquí fue intenso, inmediato y en vivo. Era la final femenil de waterpolo y se
enfrentaban las estadounidenses contra las australianas. Faltando dos minutos para su conclusión, el partido estaba
empatado a dos. Anotaron las australianas y el público enloqueció por unos cuantos segundos; la anotación
estadounidense creó un gélido silencio. A un segundo del final, anotaron las koalitas y vino la explosión que todavía
dura. El colerón del entrenador yanqui también se percibía durable. Los turistas de Milwaukee salieron putrefactos.
Tuve ganas de preguntarles: ¿verdad que se siente gacho?; pero el temor de crear un incidente internacional me
refrenó. Soy muy prudente.

Domingo en Sydney

Con o sin Olimpíada, los habitantes de Sydney enloquecen durante las noches del viernes y del sábado. Es una etnia
respetuosa y amable, pero pachanguera hasta el paroxismo. Como decía renglones arriba: no necesitan de las
Olimpíadas, pero tampoco les estorban. Este último sábado el festejo adquirió proporciones orgiásticas y abarcó a
todas las etnias aquí presentes. Con decirles que hasta los nadadores daneses que se ven tan decentes andaban en
el todos contra todos y las bellas ondinas de los Países Bajos y el muy comedido Van den Hoogenband se aventaron
en brazos de la multitud en plan de háganme lo que quieran. Muy caldoso que se puso el asunto. Al Bucles le fue
explicado que todo esto forma parte de un entrenamiento para aprender a nadar en un mar de gente. Según me
cuentan, el multiamajuje duró hasta el amanecer.

Llega el domingo y por ahi de las doce, los sydneytecas comienzan a aparecer con aspecto de muertos escapados de
la fosa. Van a la playa, van a los parques y, en general, disfrutan de su ciudad con una tranquilidad y una frescura ya
casi desconocida en la ciudad de México. Los australianos, por dar un caso candente, hacen picnic en un parque y
cuando se retiran no dejan el reguero de botes de cerveza, bolsas de plástico y Chicolastics usados. Para un visitante
tenochca tal seguridad y tanta limpieza son inverosímiles. Y que conste que yo vivo en Kings Cross que es el
equivalente australiano a Lagunilla mi barrio; pero aún aquí, todo mundo se preocupa de que las calles estén limpias y
transitables. Serán muy travestis y muy locochones, pero son muy decentes y quieren mucho a su ciudad. Esto me
parece bello e instructivo.

Cualquier correspondencia con esta columna valseadora, favor de dirigirla a gdehesa@infosel.net.mx o al Apartado
Postal 19-111, Delegación Benito Juárez, México, D.F.
Gaceta del Angel / Bañarse en Sydney

Por

Germán Dehesa

(26-Sep-2000).-

No voy a referirme al olímpico baño que nos pusieron a los mexicanos, vía Alejandro Cárdenas, Adriana Fernández y
Denisse López. No. A lo que me quiero referir es a ese cotidiano y personal ritual que practicamos los mexicanos: el
baño. De ninguna manera pretendo hablar mal del suntuoso Hotel Rex. Créanme que la vida me ha prodigado un
número excesivo de sobrecogedoras noches en varios de los peores hoteles del mundo. Desde un hotel de paso en
Florencia, donde el único que ocupaba la habitación en silencio y por toda la noche era yo; hasta un escalofriante
motel en Ciudad Anáhuac, Nuevo León, en cuya regadera había un lecho de musgo putrefacto rico en flora y fauna y
de diez centímetros de espesor. Soy experto en malos hoteles y con esa autoridad puedo decir que el Rex es, entre
los malos, de los más buenos. Salvo por el hecho de que no hablan ningún idioma conocido por el hombre, los
empleados del hotel son serviciales, cumplidos y limpios. El baño, aunque es pequeño, está aseado y por las llaves de
agua caliente sale agua caliente, cosa que no ocurre en muchísimos hoteles mexicanos. El problema no es el Hotel
Rex; el problema es tener familia y cometer la imprudencia de traerla a Australia. Yo, no lo voy a negar, despierto de
un humor narcosatánico que solamente se va atemperando bajo la regadera y tras la ejecución de selectas melodías
del repertorio internacional (a últimas fechas, me he concentrado en dos canciones que no creo que sean de Mahler:
"Pollito con papas" y "Yo quiero una novia pechugona"). Si todo funciona bien, abandono la regadera convertido en
ese hombre dinámico y grato que todo mundo conoce. Cuando las cosas no marchan como es debido, el día se me
convierte en un intransitable páramo. Este es el problema: aquí las cosas no marchan. Todas las mañanas es el
mismo drama; la regadera está incorporada a una tina de una altura similar a las vallas que los atletas, por su propio
gusto, tienen que saltar; pero que para mí suponen el cercano riesgo de provocarme dos o tres hernias inguinales
dada mi escasa estatura y mis nulas aptitudes atléticas. Pero eso no es todo; para darle mayor emoción al asunto, el
irresponsable Bucles ya rodeó todo el borde de la tina con la colección más completa de muñecos de hule que incluye
ranas aztecas, ornitorrincos australes y focas y peces que son obsequio de Rebeca de Alba. Y que conste que ya es
un logro que estén en el borde de la tina. Originalmente, Andrés que suele hacer sus abluciones por la noche, las
dejaba dentro de la tina con el grave riesgo de descerebrar a su padre. Superado el obstáculo con enormes
dificultades, viene la segunda fase de este triatlón doméstico: el tendedero. En el Hotel Rex la felicidad del cliente es
prioritaria y, con tal motivo, han instalado en cada regadera un ingenioso dispositivo que puede fungir como
tendedero. Esto ha sido para la Hillary una tentación irresistible y un enorme regocijo. No voy a enumerar la cantidad
de prendas que me encuentro ahí colgadas, pero cumplo con informar que no le piden nada a una azotea de Narvarte.
Para un caballero que ya está en cueros vivos y dispuesto a entregarse a las acuáticas delicias, un espectáculo así
resulta sumamente enfadoso. ¡Adriana, ven a recoger tu tilichero!. Voooy, pero ciérrale a la regadera porque la lycra
es muy delicada (por lo visto, yo no). Sin precipitarse demasiado, la Hillary recoge sus 148 prendas y pasa a retirarse.
Yo ya tengo un mustio color lila. Vuelvo a accionar los grifos de la regadera; salto una vez más la zoológica valla y
comienzo las jabonosas tareas. En cuanto se junta un poco de agua en el fondo de la tina, veo a una especie de
minisubmarino negruzco que avanza contra mí con esa furia con la que Dornbusch se le aventó a Fox. En un segundo
abandono otra vez la tina. Aparece el Bucles y explica jubiloso: es el Torpedo Shark, lo compré ayer y en cuanto
siente el agua, avanza rapidísimo, ¿verdad que está padrísimo?. Yo no contesto. Yo estoy azul verdoso como el Mar
Caribe.
La Plática

El IBC (International Broadcast Centre) es la capital mundial de la neurosis. El espíritu de competencia olímpica es
llevado a su más frenética potencia en estos pasillos. Todos los medios compiten entre sí. En el cercano caso de que
se trate de medios de un mismo país, la competencia llega a extremos delirantes. Algo hay en mi genoma que, a lo
largo de mi vida, me ha negado dos pasiones: la competitividad y la posesividad. Yo creo que cada quien hará, ni más
ni menos, lo que está en él hacer y que las cosas (de las personas ya ni hablamos) sólo serán poseídas
transitoriamente por el amor y el conocimiento. Pero esa es mi opinión y aquí muy pocos la comparten. Por eso me es
tan grato caminar unos cuantos metros rumbo a los espacios de descanso y al aire libre que tienen aquí. Usualmente
me encuentro con un policía llamado Roderick quien, según me ha confesado, comparte mi aversión por la neurosis
triunfalista. Roderick es cincuentón, es delgado, es lector de Shakespeare y le encanta platicar. Pregunta: ¿será
pensable algún día poder platicar así en México con un policía capitalino?.

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Gaceta del Angel / Las niñas tristes

Por

Germán Dehesa

(27-Sep-2000).-

Creo que la columna de hoy va a resultar un tanto cuanto melodramática. Ni modo. Hay veces que el chamoy cósmico
nos alcanza. No es nada grave, ni personal, pero resulta que la cotidiana contemplación de las niñas gimnastas me
produce una infinita y chapliniana melancolía. Todas tienen mirada triste y ninguna parece niña, ni mujer, sino una
especie de fenómeno circense. Es perfectamente adivinable el tipo de disciplina al que han sido sometidas y la
presión que tienen que cargar en sus anómalas espaldas. Les cae el reflector encima y en su rostro tienen que dibujar
una sonrisa como de comediante viejo y seguir sonriendo mientras brincan como pulgas kafkianas y/o se equivocan y
azotan y se ponen de pie y vuelven a sonreír y terminan como pueden su ejercicio para luego desplomarse, como
niñas asustadas que son, en brazos de su entrenador o entrenadora que les prodiga arrumacos tan falsos como la
sonrisa comentada. Viene luego la calificación y las premiaciones y si pierden, lloran como perros; pero si ganan,
lloran como coyotes. Yo sé que ahora la moda es que la gimnasia corra por cuenta de las infantas que todavía tienen
el esqueleto flexible, pero me parece un atropello a la sensatez y a la estética. En buena ley, la actual gimnasia
femenina tendría que ser considerada como explotación de menores. Lo peor es que, cuando finalmente obtienen
medalla de oro, aparece el Comité Olímpico y les quita la medalla porque en el antidoping aparecen rastros de una
sustancia (pseudoefedrina) que el doctor les recetó para el catarro. Más lágrimas.

Y Sigue el Llanto

Esto del lloradero ya me tiene optudimóder. Cada vez que en vivo o en TV aparece un atleta masculino o femenino,
éste tiene los ojos como la fuente de petróleos. Lloran por su país, por su familia, por sus seres cercanos, por el
mundo, por haberle fallado a los de su pueblo que tanta esperanza había depositado en su actuación, por haber
cumplido con el sueño más largamente acariciado, porque se cayeron de la bici y se acomodaron un mulazo marca
diablo (ésta sí es una buena razón para llorar), porque se perdieron en la lluvia y se salieron del estadio en la final de
10,000 mts., porque a su marido le salió el antidoping como el de Amado Carrillo, porque brincaron de más, porque
brincaron de menos; por todo chillan. Si, además, se trata de una competidora o de un competidor mexicano, la cuota
lacrimal aumenta considerablemente, porque también entrevistan a la familia y la tía Lucha y el abuelito Rigoberto
también sueltan el trapo y yo confieso que ya no puedo más y que ya siento ganas de ahorcar con mis manos a cada
chillón que me encuentro. No es que no respete las emociones ajenas; pero es que ya se me humedecieron las
meninges.

Termina el Llanto

Mi entero agradecimiento es para Ana Guevara que bien se ha cuidado de soltarse chillando. Toma las cosas con
calma y con reciedumbre; reconoce sus errores y se propone hacer mejor las cosas. Todo esto lo dice con voz serena
y calmada. En mitad de un mar de lágrimas, Ana Guevara es una confortable isla de serenidad. Me parece muy bien.

La Revolución Portátil

Es todo un espectáculo ver en Sydney a un respetable y tilico ejecutivo japonés que avanza por las calles con su
impecable traje occidental, su corbata inglesa, su portafolios de piel, sus zapatos bostonianos y un extraño adminículo
metálico bajo el brazo. Si la distancia que tiene que recorrer es superior a las dos cuadras, con toda parsimonia toma
su adminículo y lo despliega hasta convertirlo en un patín del diablo. Con enorme dignidad se trepa en él y sale
disparado rumbo a alguna cita de negocios. Me dicen que soy un hombre poco viajado porque no tenía noticias de
que el patín del diablo estuviera haciendo furor en las grandes capitales del mundo. Aquí en Sydney donde el
transporte es tan caro, todo mundo de toda edad y condición tiene su patín plegadizo. Creo que Rosario Robles,
aunque sea de salidita, podría comenzar en el DF la revolución del patín del diablo. Imagino al Periférico pletórico de
estos cómodos vehículos. Imagino también a una nueva fuerza policíaca que, en lugar de las estorbosas bicicletas y
las contaminantes patrullas, trajera sus diabólicos patines. Serían los polidiablos y estoy seguro de que serían
infinitamente más eficientes que los que actualmente padecemos. En cuanto aparezca una Ram Charger cargada de
narcos será perseguida de inmediato e interceptada por los audaces polidiablos. Por favor avísenme si le ven
posibilidades a mi idea, para llevar a México el primer pedido de patines del diablo.

Cualquier correspondencia con esta columna ahogada en llanto, favor de dirigirla a gdehesa@infosel.net.mx o al
Apartado Postal 19-111, Delegación Benito Juárez, México, DF.

Gaceta del Angel / No worries

Por

Germán Dehesa

(28-Sep-2000).-
Pronúnciese "noguorris" y ya la hicieron en Australia. Esta sintética y frecuentísima expresión sydneyteca equivale a
todo un racimo de modismos mexicanos: no hay cuete, tranquilo, mi buen; no hay fijón, no hay tox, no hay purrún, no
vale la pena ni siquiera mencionarlo, no os acalambréis, mi lord, ni me digas, para eso están los cuates, mientras yo te
viva y miles y miles de firuletes verbales más: no worries. Siendo como soy, el viajero más torpe desde Cristóbal
Colón, he tenido que oír la expresión unas quinientas veces diarias. Se me olvida la llave del cuarto, olvido mi
acreditación, dejo mi cachucha de los Pumas en el piso 500 de la AMP Tower (la construcción más alta de Sydney),
me pierdo en cuanto me alejo dos cuadras del Hotel Rex (el Taj Mahal de los hoteles), me tiro la salsa catsup en el
pubis, abrazo a un ruso porque lo confundo con mi viejo amigo el Chilaquil y en todas estas (y en muchas otras)
ocasiones, aparece un afable australiano que dice: no worries y esto destensa cualquier situación que podría haber
llegado a las cortes internacionales.

Mucho tienen los australianos de civilizado y agradecible, pero esta capacidad de tomar los errores propios y ajenos
con levedad y buen humor es algo imitable y maravilloso. Que entre amigos podemos sobrellevar nuestros errores y
nos digamos "no worries" es bueno, pero está en el orden de las obligaciones que el afecto impone; pero que, frente a
un desconocido notoriamente torpe, o frente a un enemigo claramente malintencionado pudiéramos decir como los
australianos: no worries, sería un milagro de urbanidad. Imaginen a Cuauhtémoc sonriéndole a Fox y diciéndole la
australiana expresión. Probablemente estoy pidiendo demasiado. Si alguien se molesta con mi símil: no worries.

Yo Quiero ser Wombat

"The dream" se llama un magnífico programa nocturno de la TV australiana. Lo conducen un par de mulas que se
ocupan de burlarse como locos de todo lo que los demás consideran sagrado, venerable o respetable. Anoche, por
ejemplo, se dedicaron a poner en evidencia la edulcorada cursilería del nado sincronizado que es como nadar con
dulla y fabricar en la alberca una acuática e instantánea fiesta de quince años en el "Salón Ilusión". Como
comprenderán, yo los admiro mucho más que a Ian Thorpe y a la Freeman. No son obscenos, se niegan al albur
prefabricado y tienen un enorme ingenio verbal y un espíritu intensamente corrosivo. Me encantan. Su mascota y
emblema es un wombat llamado "Fatso". El wombat es un animal exclusivamente australiano que parece entre oso,
coshinito y perro adiposo. No hace nada ni sirve para nada. Carece de todo glamour y se pasa el día echadote
pensando en el plan de gobierno de Fox. Hace una semana, el Comité Olímpico Australiano expulsó
vergonzosamente a Fatso del cuadro de mascotas olímpicas. La decisión de la burocracia deportiva mereció todo un
sarcástico y elogioso programa donde se enumeraron los múltiples y ejemplares defectos del wombat en general y de
Fatso en particular. El programa podría haberse llamado ¡Vivan los gorditos! y mereció mi entera simpatía. Si
reencarno, quiero ser wombat.

Las Carambolas Geográficas

En Sydney dicen con enorme orgullo que ellos no tienen shrimps y hacen con los dedos un gesto que muy
elocuentemente proclama un tamaño indigno de tomarse en cuenta. De inmediato añaden: aquí tenemos prawns y
proceden a mostrarte unos monstruos marítimos a los que nada más les falta ser marsupiales. Realmente la historia
no viene al caso porque, monstruosos y todo, los prawns saben como a chicle premasticado (de ésos que despega
uno de abajo de una mesa). Usé esta información como nota de color para introducir un lloroso comentario
futbolístico.

En su momento de expansión colonial, Portugal se adueñó de un territorio africano pletórico de camarones que, por lo
mismo, terminó llamándose Camerún. Como todos sabemos, también hizo suyo el territorio de Brasil. Los años
pasaron, la historia cumplió sus inesperadas maniobras y, en el año 2000 después de Cristo, el equipo olímpico de
futbol de Camerún eliminó justamente a Brasil (tengo entendido que a Wanderley Luxemburgo lo van a enterrar vivo
en Maracanhá) y luego se alió con el árbitro para derrotar a Chile y aniquilar las esperanzas del América Latina. La
final la jugarán la antigua colonia portuguesa de Camerún y el equipo representativo de España. Me dispongo a asistir
al partido y a reseñarlo detalladamente en "Señor Futbol". Como verán: la historia da muchas vueltas.

Cualquier correspondencia con esta columna que no tiene worries, favor de dirigirla a gdehesa@infosel.net.mx o al
Apartado Postal 19-111, Delegación Benito Juárez, México, D.F
Gaceta del Angel / No me lo merezco

Por

Germán Dehesa

(29-Sep-2000).-

Sydney, Hotel Rex, ocho de la mañana (en México son las cuatro de la tarde del día anterior), jueves 28 de
septiembre: la familia Dehesa duerme profundamente. Suena una chicharra brutal e intermitente y una voz como de
ultratumba dice en un casi ininteligible inglés malayo: Warning! Esta es una alarma contra incendios; todos tranquilos;
permanezcan en sus cuartos hasta recibir nuevas instrucciones. Esto lo dijeron como unas 25 veces. Nosotros nos
despertamos como en la cuarta así es que nada más nos tocaron 21. El Bucles corrió alborozado a la ventana para
ver los coches de bomberos que iban llegando; la Hillary se sentó en la cama a meditar cuál es el atuendo propio para
incendio hotelero y matinal; yo me quedé viendo el techo cual estúpido. Vinieron unos momentos de "tensa calma" y el
malayo volvió a la carga: Warning!, desalojen de manera ordenada; bajen por las escaleras; no hagan uso de los
elevadores y agarren la calle que puedan. ¿Qué hacemos? me dijo la Hillary que, como primera providencia, depositó
en su maternal seno las tarjetas de crédito que tanto prestigio le han ganado en el mundo. El Bucles no entendía
nada, pero el asunto le parecía muy emocionante. Mira, mijito, vamos a tener que salir del hotel con mucha calma,
pero no te preocupes porque tu papá te va a cuidar. Hasta que oyó esto, Andrés no estaba preocupado, pero una vez
que me vió abismado en profunda perplejidad, comenzó a hiperventilar. ¿Cuántos peluches me puedo llevar?,
preguntó el chipotín. No tuvo respuesta; su madre estaba totalmente concentrada en mi estática persona: ¿qué
hacemos?, preguntó un tanto cuanto reiterativa. ¿Y si pidiéramos el desayuno?, aventuré yo. ¡Germán, acaban de
decir que abandonemos el hotel!. ¿Me puedo llevar dos peluches? insistió Andrés. En estos graves litigios familiares
estábamos, cuando la voz anglomalaya anunció: Warning!, todo ha sido una falsa alarma; regresen a sus cuartos
(cuando se supone que ya todos habían salido); el Hotel Rex les pide una disculpa for da inconvinians (nada más le
faltó añadir: no worries). ¡Qué bruto, mi sabiduría ha llegado a niveles cósmicos!, comenté con voz autoadmirativa.
Estás loco, me dijo la Hillary, si hubiera sido cierto, ya estaríamos calcinados los tres. Pero, pumpkin pie, tu Charro
Negro sabía que no era cierto; que todo esto es parte del programa recreativo que el Hotel Rex ha preparado para sus
olímpicos visitantes de ultramar; quita esa cara de Ofelia Guilmain y averigua por qué no han traído el desayuno. ¿Ya
no nos vamos a tener que escapar por un tubo?, preguntó el Bucles que ha visto mucho cine y estaba viviendo su
Titanic particular. No hubo respuesta, porque de nuevo se oyó al malayo: Warning! Esta es otra alarma contra
incendios...¿Qué hacemos?, volvió a decir la Hillary. Yo no sé ustedes, pero yo me voy a bañar y espero desayunar a
alguna hora. Hubo otra disculpa, tuvimos otra alarma, nos trajeron el desayuno, escuchamos otra disculpa y yo me fui
a trabajar. Así son los alegres amaneceres en Sydney.

El Cártel del Eucalipto

Ya descubrí que a mí lo que me encanta es sentirme parte de un grupo y colaborar con todos y sentirme parte de
todos y armar chorcha. Esto es lo que me ha pasado en Sydney y por eso lo he disfrutado tanto. Lo convincente o
insatisfactorio que a la comunidad le pueda resultar nuestro trabajo es potestad y privilegio de esa comunidad; lo que
a mí me consta es el buen ánimo y la enorme capacidad y energía de todos los que están aquí. Pasan los días y todos
siguen atentos, bien dispuestos y aceptando a seres como yo que, en principio, soy un alienígena en esto de la
comunicación deportiva. ¿Por qué no haces tu comentario desde el zoológico de Waranatah?, me dijo el productor.
Pues me lo echo, respondí yo que no me arredro ante la chamba. Allá fuimos a dar y ahí, a una hora larga de Sydney,
estuvimos más de tres horas recibiendo el salvaje sol australiano. Para esto, la Hillary me puso un bloqueador solar
que es como el blindaje financiero de Gurría. Cuando llegué a la clásica visita a los koalas parecía yo la momia
azteca. Los koalas duermen de 20 a 22 horas diarias y se ha extendido la creencia de que tan hipnótica capacidad se
debe a las cantidades de eucalipto que se recetan diariamente (de hecho, yo vi a un koala igualito a don Neto, el
célebre narcotraficante hoy preso); pero, según nos explicó el experto ahí presente, esto es falso; el eucalipto no es
estupefaciente y los koalas ya tienen de por sí y por su metabolismo alma de diputados. Comunico esto para que en
México no comiencen a sembrar eucaliptos para vender sus hojas en California. El eucalipto es bueno para los koalas,
para los resfríos; pero es totalmente falsa la creencia de que los simpáticos animalillos, tan apreciados por el Bucles y
criaturas similares, sean pachecos y macizos. Olvídense de estas teorías y recuerden que hoy toca.

Cualquier correspondencia con esta inflamada columna, favor de dirigirla a gdehesa@infosel.net.mx o al Apartado
Postal 19-111, Delegación Benito Juárez, México, D.F.

Gaceta del Angel / Simón Boccanegra

Por

Germán Dehesa

(02-Oct-2000).-

Para bien o para mal, la Olimpíada va terminando. Sydney recuperará su día con día y difícilmente tendrá otro
domingo tan explosivo, tan caótico y tan loco como éste. Finalmente las fiestas olímpicas resultaron impecables. En el
masivo festival de clausura (que los "ahuses" comenzaron desde temprano) están ahora cantando los himnos de
Grecia y de Australia y todo Sydney ha decidido formar ese extraño fervor que contiene, entre otros ingredientes, la
reafirmación de su personalidad nacional y la intensa (quizá por transitoria) emoción de haber sido, por dos semanas,
el centro de atención de todos los países y la encrucijada de todos los caminos. Esto último es fundamental para un
país que se sabe lejos de todas partes y una suerte de extravagante rincón del mundo que muy pocos ubican con
claridad. Bien por Sydney, bien por los atletas y muy bien por los 47,000 voluntarios que generosamente trabajaron
para atender a los visitantes y para realizar las infinitas tareas que implica lograr la tersa fluidez de una empresa tan
endemoniadamente complicada como es, el día de hoy, una Olimpíada. De hecho, aunque es posible que me
equivoque, creo que hemos asistido a la Olimpíada más cargada de actividad en toda la historia moderna. Creo que
en Atenas, los Juegos Olímpicos tendrán una dimensión más manejable y menos vertiginosa.

Mucho tiempo pasará antes de que logre procesar, entender y poner en su lugar la cantidad de imágenes, historias,
experiencias y relámpagos de humanidad y de belleza que Sydney me ha regalado. Este es un velado aviso de que
todavía voy a dar cierta lata con mis historias australianas, pero prometo dosificarlas y entreverarlas con lo que México
vive en estos extraños días que compartimos. Por lo pronto, acompáñenme a The Opera House de Sydney lugar al
cual, con el permiso de ustedes, me dirigí en compañía de la Hillary (que ya me estará leyendo allá en la mismísima
víspera de su cumpleaños) a tan magnífico espacio para ver y escuchar "Simón Boccanegra", una ópera temprana y
casi desconocida de G. Verdi.

Simón Boccanegra está inspirada en una enredadísima y telenovelera tragedia escrita por un olvidable autor del post-
romanticismo español. Verdi y sus libretistas trabajaron con el texto español, lo dejaron irreconocible y estrenaron la
ópera en 1857. Cuarenta años después, Verdi escribió que, la mera verdad, la ópera era bonita, pero le había salido
media cucha esta historia enredadísima de un pirata genovés del siglo XIV que, por razones no del todo claras, se
convierte en el máximo gobernante de su ciudad y, tras deponer súbita e inexplicablemente, su ánimo rijoso, se
convierte en un empecinado pacifista y en un adelantado de la cultura ecológica. Estos dos elementos, la paz y el
amor por la naturaleza, explican suficientemente por qué la Compañía Nacional de Opera Australiana decidió
escenificar esta ópera en el período de los Juegos Olímpicos. Me parece muy bien.

Simón Boccanegra no sería a mi juicio lo mejor de Verdi, pero es una ópera de Verdi y tiene, por lo mismo, momentos
magníficos. Lo terrible es que dure tres horas y el espectador no acabe de entender muy bien asuntos que valdría la
pena conocer como: quién es hijo de quién; quién odia a quién y por qué; quién diseñó esa escenografía como de
vestíbulo de hotel californiano de medio pelo y quién decidió que todos los personajes usaran una batotas matinales
como si todas las escenas ocurrieran early in the morning. Todo esto me intrigó. Igualmente me preocupó el
envenenamiento del protagonista que tarda hora y media en morirse y le da tiempo de arreglar hasta el alcantarillado
de Génova mientras agoniza. Yo creo que le dieron una sopa de lata que estaba pasadona y por eso tardó tanto en
hacerle efecto. Ya llegué al punto que quería: mientras Boccanegra tramita su defunción, se encuentra con su anciano
y jurado enemigo. Los dos están al borde de la muerte y cantan un hermoso dúo que va diluyendo la enemistad y
culmina con un abrazo. Para mí fue el momento más inteligible, hermoso y conmovedor de la obra. Y aquí viene el
anuncio: para las Olimpíadas Guanajuato 2020, esta escena será cantada y vivida por José Ramón Fernández y
Germán Dehesa.

Voy Terminando

Me refiero a mi estancia en Australia, a este artículo y a mi inminente retorno a México: en cuanto termine unos
pendientitos, me arranco para allá cargado de peluches, de calendarios de las Matildas y de historias que compartir.
Muchas cosas me requieren en México: mis hijos, mis cuates (mi amigo el Gordo está malo) y los añorados brazos de
mi cumpleañera esposa. Tranquilos. Ya voy.

Envío

Estos renglones son para Don Jorge Sony Alarcón que, por una leve fractura, todavía estará unos días más en
Sydney. Le dejo todo mi afecto. Para David Faitelson que tanto ayudó a Sony en su triste momento, va el refrendo de
mi cariñosa admiración. Mientras llego, no le abran a nadie.

Cualquier correspondencia con esta operística columna, favor de dirigirla a gdehesa@infosel.net.mx o al Apartado
Postal 19-111, Delegación Benito Juárez, México, D.F

Gaceta del Angel / Viajar a Melbourne

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Germán Dehesa

(03-Oct-2000).-
Ya no quiero insistir en el tema, pero percibo en mí una extraña tendencia a meterme en unas berenjenales peores
que los que habitan Muñoz Ledo y el imperdonable alcalde bígamo de Xalapa. Todavía no establezco si soy yo el que
organiza las trifulcas, o son éstas las que me desorganizan la vida. Muy bíblicamente me limitaré a decir que sólo
aquél que no vive no conoce la desgracia. También es cierto que uno puede colaborar bastante.

Desde que tomé la decisión de organizar un familiar y olímpico traslado a Sydney, comencé a complicarme la
existencia. Ya que voy a ir para allá, por qué no aprovecho e intento visitar a Carlos Cabal Peniche, me dije muy
mexicanamente. Pensado esto, consulté el mapa de Australia y observé que entre Sydney y Melbourne había unos
tres centímetros de distancia. Ya con esta tranquilidad comencé a hacer los trámites, contactos y gestiones más
complicadas de mi vida periodística: decenas de telefonemas, faxes, correos electrónicos y el permanente respaldo de
mi periódico. Al principio, todos me dijeron que era imposible, luego algunos me comentaron que era difícil pero
probable. Poco antes de emprender el vuelo, recibí la alentadora noticia de que, a reserva de lo que platicara con los
abogados australianos, era factible estar cara a cara con Cabal Peniche. Con esta información, podrán imaginarse
cómo eran mis días en Sydney: compromisos televisivos, intenso trabajo periodístico e incontables telefonemas que
iban y venían de mi hotel a los despachos de dos ilustres abogados nativos. Mientras tanto, transcurría la Olimpíada,
la Freeman corría bajo la lluvia y yo no recibía respuesta definitiva. Finalmente, hacia los días finales de los juegos,
recibimos (y empleo el plural porque toda esta loca aventura la he vivido en compañía de Javier Solórzano que pasó
por los mismos laberintos) la noticia de que el señor Cabal nos recibiría en Melbourne el lunes 2 de octubre a las dos
de la tarde. Perfecto. Ahora había que contemplar lo del traslado Sydney-Melbourne. Aviso que los mapas resultan
muy engañosos y que tres centímetros pueden convertirse en 800 kilómetros. Me acaba de ocurrir. Nuevos Líos: las
líneas aéreas estaban saturadas y mi única posibilidad de llegar a Melbourne era conseguir con buena suerte un
boleto del tren que en 10 horas me llevaría a la victoriana ciudad. Con aire franciscano acepté, le di a la Rubia
Misteriosa instrucciones al respecto y me fui a corretear la chuleta. A mi regreso el panorama se había aclarado. La
eficiente Rubia empleó sus mejores encantos y ya tenía dos boletos para ir a Melbourne en un guajolote. Alivio
general.

Una nueva bronca: reto a cualquiera de ustedes a que intente atravesar Sydney y dirigirse al aeropuerto en plena
efervescencia de la clausura olímpica. No saben. En cuanto terminé mis compromisos televisivos abordé un transporte
y comencé a parir ornitorrincos y equidnas. Tumultos por todas partes y el tránsito paralizado. Si no puse fin a mi vida,
fue gracias al fraternal apoyo moral de Rebeca de Alba y a la indómita voluntad de Luis Carreola, un muchacho
mexicano de excelente temple y perfectamente entrenado para ser microbusero. Todavía no sé cómo le hicimos para
llegar, pero llegamos.

El aeropuerto era otro hormiguero pletórico de seres que ya querían largarse a algún punto del planeta. Con andares
de gallina recién comprada, subía y bajaba por los pasillos de aeropuerto que es tan neutro y tan encamotado como
cualquier aeropuerto del mundo. Finalmente encontré el mostrador de AGA (Austro-Guajolote-Airlines). Ya llevaba yo
perfectamente entrenadas unas lágrimas como de marchista local eliminada cuando me enfrenté a la despachadora
de AGA y presenté mi boleto y la inolvidable chica me dijo: no worries, el vuelo va a salir con un retraso de cincuenta
minutos; en Melbourne acaba de haber una tormenta terrible de derribó varias casas y estamos esperando reportes;
tome aire y descanse tranquilo. Ahora hay tormenta, me dijo sin descanso y sin tranquilidad; va a resultar que por una
méndiga tormenta todo se va a ir al caño. No fue así. El vuelo partió y nos dejó en un Melbourne y con un viento
enloquecido. Solórzano iba de playero y bermudas y parecía "Resortes" en su gustado papel del futbolista fenómeno.
De lo que después pasó en el Penal de Port Phillip hay nota aparte; pero de que viajé a Melbourne, viajé.

¿Por Qué Corren los Etíopes?

Difícil pregunta que tiene que venir conectada con otra: ¿por qué corren tan bien? Vienen de un país hambreado y
sufrido. Quien lo dude que lea "El Emperador" de Kapuscinsky para que, a través de la historia de Haile Selassie
magníficamente contada, conozca también la pena de siglos que arrastra todo un pueblo. Me quiero imaginar a un
entrenador alemán escogiendo personal para carreras de gran fondo y me gustaría ver la cara que pondrían al
observar el torso de marimba de los corredores africanos. Creo que jamás los escogería porque pensaría: a éste le
pido que vaya a la esquina por una torta y se desmaya a media cuadra, o llega por la torta, se la come y jamás los
vuelvo a ver. Y sin embargo se mueven y son astutos y arrancan a medio paso, van apretando y al final, su tranco es
de gacela, llegan a la meta en primer lugar y se quedan tranquilos y felices. Me caen muy

bien y ellos han de estar encantados de saber que gozan de mis simpatías.

Cualquier correspondencia con esta columna que va de tormenta en tormenta, favor de dirigirla a
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Gaceta del Angel / Segundos pensamientos

Por

Germán Dehesa

(04-Oct-2000).-

Situación excepcional: como hace muchos meses no me ocurría, ahora tengo muchas horas disponibles. Para ser
exactos, son 20 demenciales horas de vuelo Australia-Los Angeles-México. El despachador de Sydney, quizá con
rencor, me ha asignado un estratégico sitio en clase económica donde quedo totalmente rodeado por el rugiente
personal de Televisa que, tras casi un mes durísimo de trabajo, ahora se dispone a la disipación y el desafuero. Por lo
pronto, ya salió una botella de Jimador y una azafata gordita está muy molesta con nosotros y se dice dispuesta a
comunicarse con la Interpol. Por puro cansancio, los ímpetus subversivos se van disipando; técnicos y camarógrafos
se incorporan gradualmente al concierto de ronquidos y yo sigo acá con el ojo pelón tratando de leer un libro de
Monsivaís, pero con la mente todavía anclada en Melbourne, en la cárcel de alta seguridad y en las dos horas de
charla que nos concedió Cabal Peniche. Es la hora de los segundos pensamientos.

No tengo todavía una respuesta clara para eso que Javier Solórzano y yo nos preguntábamos. ¿por qué a nosotros?.
Si se pierde distancia y mesura, la respuesta es sencilla: por nuestra importancia periodística (mira, mira); si se
responde desde las coordenadas reales, toda esta pesquisa desemboca, por lo tanto, en la perplejidad. Finalmente
fue una excelente oportunidad y habrá que agradecer al desconocido laberinto que la hizo posible. Otra pregunta se
quedó suspendida: ¿qué hace en una prisión lejana y amenazante (según Cabal, sus compañeros de cárcel lo
extorsionan continuamente) un personaje que sabe que, tarde o temprano, tendrá que defender su causa en México?;
¿Cabal desea regresar?, ¿ El Procurador Madrazo desea tal regreso?. Nada queda muy claro, salvo la voluntad del
empresario tabasqueño de ser trasladado dentro de Australia a un lugar menos riguroso.

Cuando los hombres del poder (o que fueron del poder) acceden a platicar con un periodista, se da por sentado que
hay una tácita conveniencia mutua, una complicidad y un "te uso y me usas" inevitable. Todo tiene doble fondo, todo
es de ida y vuelta y se puede como en el teatro clásico "engañar con la verdad". Un caso: el aspecto de Carlos Cabal,
tan pulcro, tan liviano, tan relajado ¿era verdadero, o era parte de una puesta en escena del que está depositando el
mensaje de "al cabo ni me dolió?. Las dos respuestas pueden ser válidas. Va otro dato: por mucho tiempo, Cabal
evitó todo contacto con los medios nacionales, ¿qué ha pasado en el camino como para que se de este cambio de
estrategia?, ¿va ganando?, ¿va perdiendo?, ¿ya se le acabaron las fichas, o se estará cocinando algo más
cmplicado?, ¿qué pinta Vázquez Raña en toda esta historia?, ¿simplemente pasaba por ahí?. ¿Veeen?. Por eso no
puedo dormir en mitad de los acompasados ronquidos de la etnia Televisa. Estoy ahito de segundos pensamientos (y
de primeros sueños). No será en este avión donde la lucidez me visite. Sobre el océano y en la tiniebla, la historia
sórdida que me obsesiona es la de esta reiterada tragedia del hombre que, en unos cuantos días, pasa de tenerlo
todo (y tú que te creías el rey de todo el mundo) a no poseer más que la cárcel y la lejanía (qué voy a hacer si yo soy
el abandonado). Oye, me dice Javier, para ser cárcel, no está tan mal. Pues no; hasta tiene alfombra, pero el bote es
el bote, dije yo. Quiiíjole, respondimos pensativos y al unísono.

Segunda Escala
Cuando ya los tenochcas habíamos abandonado toda esperanza, nuestra peregrinación llega a la antigua villa de
Nuestra Señora de los Angeles de la Porciúncula. No es posible (pero sí lo es) que vengamos cargando tanta
porquería (un cuate trae cinco patines del diablo). Con lánguida mirada me despido de una atleta de Barbados que es
una pantera y un suspiro. Todos llegamos muy maltrechos y todos los gringos nos regañan. Y eso que estamos nada
más "en tránsito". Como suele suceder en este maldito aeropuerto de Los Angeles, nuestra nueva puerta de
embarque queda a 42 kilómetros de la puerta de salida. ¡Ya perdí el pinche papelito! Es el grito más común entre los
semidormidos expedicionarios. Llega la hora de abordar rumbo a México. Si el 2 de octubre no se olvida, el 3 menos
porque es cumpleaños de la Hillary que ha de estar en plena pachanga. Ya para abordar el avión se me presenta un
problema: ya perdí el pinche papelito.

Cualquier correspondencia con esta columna que no pega el ojo, favor de dirigirla a gdehesa@infosel.net.mx o al
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Gaceta del Angel / ¿Temblará

Por

Germán Dehesa

(05-Oct-2000).-

Almas aviesas comentan que nos pusimos de acuerdo. Es falso. Yo regresé porque ni modo que me quedara en
Australia a escombrar el Estadio Olímpico (lo contemplé horas después de la clausura y era una aterida imagen de la
soledad). Carlos Salinas llegó supuestamente al lanzamiento de su libro (nadie ha confirmado mi teoría de que la
presentación vaya a ser en la explanada de Los Pinos) y, me imagino que a hacerse presente en este complicado
momento de recolocación de todas las fuerzas políticas del país. A pregunta expresa de varios cibercorresponsales,
respondo que no creo que vaya a temblar otra vez y que, si tal fuese el caso, ya no es hora de atribuirle al errabundo
expresidente ningún poder sobre los caprichosos movimientos del subsuelo mexicano.

No conozco un sólo renglón de las memorias de Carlos Salinas (todavía no me repongo de la hazañosa y aburridísima
lectura de las de José López Portillo); pero me imagino que, en cierto sentido, llegan tarde y en otros sentidos, son
prematuras. Intento explicarme (no me pidan mucho; acabo de llegar y no he llegado del todo): la publicación puede
resultar tardía en términos de estrategia mercadotécnica y editorial. Si el libro se hubiese publicado en los primeros
meses de este año (tengo entendido que ya estaba listo), el interés por recorrer sus renglones y por escrutar sus
entrerrenglones hubiera sido enorme; pasado el 2 de julio y habiendo ganado Fox, este interés ha decrecido
notoriamente. El problema será para la editorial, porque el autor, me comentan fuentes informadas, ya recibió un
cuantioso cheque en calidad de anticipo y ni modo que lo devuelva. Para los tiempos de la agenda política mexicana
el libro llega tarde. Sería interesante y revelador averiguar si esta tardanza la impusieron el autor, o la editorial (cosa
que dudo), o los supremos intereses del Estado.

Desde otra perspectiva, la publicación puede resultar temprana. Aquí lo que habría que investigar es si Carlos Salinas
ya dio por concluida su carrera política y cuenta y recuenta sus experiencias desde el sosiego que sólo poseen los
que ya se retiraron del torbellino de los asuntos públicos y de los barrocos juegos del poder. Es una posibilidad que,
en el caso de Salinas, no me suena muy factible; por su edad y por su temperamento yo creo que el está muy lejos de
considerarse un jubilado político. Para los morbosos obsesivos, la posibilidad más prometedora es la de que las
famosas memorias sean una coartada para hacer un manifiesto de retorno abierto a la política; pero entonces no
serán memorias, sino algo bastante más complicado. Creo que habrá que correr el riesgo de leerlas y averiguarlo. En
el fondo, ésta es mi ilusión. La otra me aterra.

Mi experiencia con las memorias de los políticos mexicanos me confirma que Wilde tenía razón cuando decía que sólo
se ponen a escribir sus memorias los que lo han olvidado todo. ¿Temblará?; tope en lo que tope el libro, yo creo que
no temblará México; temblarán, si acaso, algunos políticos y algunos personajes públicos. Será cosa de ver.

Las Rejas de Chapultepec

Por un complicado azar que no reconstruiré, conocí hace varios años a un niño excepcionalmente educado y correcto
que se llamaba Arne aus den Ruthen. En mi propia infancia tuve la oportunidad de conocer Chapultepec y de
disfrutarlo prolijamente (aquí lo fácil sería decir que Chapultepec ya no es lo mismo; pero añadiría Neruda: nosotros,
los de entonces, tampoco somos los mismos). El laberíntico tiempo mexicano traza unos cuantos meandros y viene a
resultar que en una exacta encrucijada cronológica se encuentran Arne, que ya es Delegado por Miguel Hidalgo y
Chapultepec que resulta súbita y sorprendentemente amputado de la Delegación a cargo de Arne. Quizá no he estado
aquí el suficiente tiempo para entender el por qué y el para qué de la descontonera maniobra del actual y crepuscular
gobierno del DF; pero así a primera vista, no me suena muy lógica. Lo que más me alarma es que pueda tratarse de
una prueba piloto de lo que va a ser el ejercicio del poder en esta ciudad repartido entre un gobernador del PRD y
varios delegados de otros partidos. Aunque no lo creamos, bastará un descuido para descubrir que la situación de los
capitalinos en términos de gobierno y de servicios puede todavía empeorar. No sean así. ¿Será tan difícil que los
partidos entiendan que más allá de sus particulares y legítimos intereses está algo que se llama "bien común"?.
Nononononó, si les digo.

Se Renta Eucalipto

Me urge un alma caritativa que venda, alquile o traspase un eucalipto. Necesito treparme como koala, aferrarme con
las 20 uñas y dormir 22 horas seguidas como mínimo. Mientras esto no suceda, no me pidan que entienda nada. Ya
que duerma, tampoco voy a entender nada, pero voy a estar más fresquecito. Hasta mañana.

Cualquier correspondencia con esta columna que no tiembla, favor de dirigirla a gdehesa@infosel.net.mx o al
Apartado Postal 19-111, Delegación Benito Juárez, México, D.F

Gaceta del Angel / Belgrado-Loreto

Por

Germán Dehesa

(06-Oct-2000).-
Hasta el momento la información no es del todo clara. Creo que la situación nunca es clara cuando la gente decide
tomar la palabra y la calle y poner en entredicho a los que se dicen representantes de la gente. Oigo que en Belgrado
hay un millón de personas en las calles exigiéndole a Milosevic que les haga el inmenso favor de ya no gobernarlas.
Del sangrón de Milosevic no hay noticia clara. Algunos reporteros dicen que ya se fue y se llevó el coshinito y hay
quien dice que se metió al closet de su recámara y le dijo a la muchacha: si viene la multitud, le dices que no estoy. Se
habla también de que la policía recibió el encargo de aplacar a los soliviantados y que las fuerzas del orden salieron
muy briosas a las calles, pero que cuando vieron que, en un cálculo conservador, a cada policía le tocaba macanear a
diez mil ciudadanos, los agentes del orden experimentaron un súbito ataque de amor al pueblo y pensaron que lo
digno (y lo salutífero) era no hacer olas y fraternizar con las muchedumbres que, según se ha comprobado
históricamente, no dejan de tener razón.

Todo comenzó cuando una especie de IFE yugoslavo anunció que las elecciones de septiembre no habían salido
bonitas y había que repetirlas. Esto, al parecer, no fue del agrado de los partidarios de Kostunica que de inmediato
dejaron lo que estaban haciendo y se lanzaron a los espacios abiertos con ánimos de armar un pancho de
dimensiones internacionales. Todo indica que lo lograron. El inefable Putin ya se ofreció como mediador y está
dispuesto hasta a mandar un submarino siempre y cuando los yugoslavos paguen el seguro. Las potencias
internacionales (léase: los dueños de la globalitienda) ya dijeron que Milosevic les cae muy espeso y que no usa
desodorante y que, por lo tanto, nadie lo va a apoyar. Si todo va por el rumbo que parece ir, la prensa internacional
nos traerá las imágenes de Kostunica, el pueblo y la policía brindando por el triunfo y la noticia de que Milosevic,
Villanueva y Espinosa ya se alojan en el mismo hotel. Hoy jueves a las seis de la tarde, esto es lo que pasa en
Belgrado.

En la ciudad de México, Alejandro Gertz Manero compareció ante las aguerridas huestes de la Asamblea Legislativa.
Previamente les había enviado a los honorables tribunos un folletito que, según me consta, era demasiado flaco para
lo gordo que es el problema de la seguridad en la ciudad de México. El informe que tengo de la comparecencia del
señor Gertz indica que, para decirlo en términos de marcha olímpica, don Alejandro se la pasó flotando y no peló
mayormente las amonestaciones que le llovieron. "Un error brutal" diría con su escogida pluma don Mario Vázquez
Raña. En efecto lo fue y nadie, salvo Gertz, quedó satisfecho con tantos y tan etéreos rollos sobre cuestiones que
tendrían que ser tan inmediatas, tan reales, tan concretas. Para más detalles, habrá que esperar al comentario del
maestro Ruiz Harrell, la aguda mirada de Granados Chapa y la pena cotidiana de esta ciudad que, al no ser Belgrado,
no tiene nada que celebrar con su policía. Con esa pena andamos. Nuestra alegría tiene otro origen: hoy toca.

Rezagos Australianos

Aquí los voy a dejar para que no se me olviden. Así pensé mientras colocaba en una conspicua esquina de mi celda
del Hotel Rex un considerable rollo de cartón que contenía un buen número de calendarios de "Las Matildas", las
nudistas futbolistas. Ahí debe seguir. No sé si fue un mecanismo de autocensura, o el abandono ocurrió por el
comprobable hecho de que soy una bestia que sólo recuerda lo olvidable y viceversa. Unicamente puedo decir en mi
descargo lo que, en su momento, dijo Jorge Ibargüengoitia cuando los cubanos le pidieron que les enviara un busto de
Emiliano Zapata y subrayaron su solicitud con la clásica expresión "no se le vaya a olvidar". A varios años de
distancia, Ibargüengoitia comentó: no se me ha olvidado; no les he enviado nada, pero no se me ha olvidado. Algo así
me pasó con los calendarios de "Las Matildas" que me encargaron.

Oí ayer miércoles la puntual reconstrucción que hizo Javier Solórzano de nuestra visita a Cabal Peniche. Nada que
objetar y sólo una cosa que añadir: vivir esta aventura en tan buena compañía fue todo un agasajo marinero (a pesar
de las bermudas que llevaba Solórzano). Y pasando a asuntos de interés global: hoy toca.

Cualquier correspondencia con esta columna sin brindis y sin medalla, favor de dirigirla a gdehesa@infosel.net.mx o al
Apartado Postal 19-111, Delegación Benito Juárez, México D.F.

Gaceta del Angel / No Worries II

Por

Germán Dehesa
(09-Oct-2000).-

ADMINISTRAR LA ADVERSIDAD: Todavía con horario australiano y sin ningún eucalipto disponible para dormir ese
mínimo de 22 horas que me es indispensable para reacomodar el alma y restaurar el pleno funcionamiento de mi
equipo de transición, me voy reincorporando lentamente al paisaje mexicano. Todavía en estado crepuscular, tomo el
teléfono y entro en comunicación con un querido galeno dedicado a la odontología. No está nada contento. Más bien
lo encuentro instalado en esa forma especialmente virulenta del malestar que es el enojo con uno mismo. Es algo muy
semejante a lo que nos ocurre cuando a media noche y sin pantuflas avanzamos con cierta prisa rumbo al baño y esa
maldita esquinita de un mueble entra en violenta colisión con el dedo chiquito de nuestro pie izquierdo. Es algo
espantoso: brotan dos lagrimitas y nos invade, cual catarata de bilis, una ira absoluta y sin destinatario posible (a
menos que piense uno en las madres de los fabricantes de muebles). Más o menos así estaba mi cuate y como mi
estado de ánimo no era demasiado distinto, nos dedicamos a un prolijo y tranquilizante diálogo sobre la administración
de la adversidad, una ciencia que es indispensable para sobrevivir con galanura. A nadie le va permanentemente bien;
nadie hace siempre las cosas tal como las planeó (o todavía peor: las hace tal como las planeó y resultan
desastrosas). Mis 56 años me han enseñado que dedicar la vida a no hacer ninguna estupidez es una "necia
diligencia errada"; lo importante es no abusar; lo constructivo es diagnosticarla y así no comenzar a enhebrar una con
otra. Todas éstas son facetas importantísimas de la administración de la adversidad. Bien aplicada, nos tranquiliza la
muina, nos devuelve la risa y nos permite decir: no worries.

¿QUE VAS A HACER?. O como diría Carlos Gardel ¿quevashashé?. Clientes, colaboradores y amigos han decidido
buscarme por todos los medios conocidos y por conocer para hacerme una angustiada pregunta: ¿ya leíste lo que
dicen de ti en prestigiados periódicos?. Ya, contesto yo sin excesiva congoja. Alcanzo a percibir que mi pachorra les
produce un cierto desencanto, pero todavía alcanzan a reunir fuerzas para preguntarme: ¿qué vas a hacer?. ¿Como
qué te gustaría que hiciera?. No sé. Mira: te puedo decir lo que no voy a hacer: no voy a dar el labastidazo (me has
dicho mandilón, me has dicho la vestidaà); no voy a entrar en demandas y polémicas con un ser mitológico
escasamente exitoso (le pareció razonable llegar a "El Sol" y acabó rompiéndose los dientes); no emprenderé una
cruzada para "limpiar mi nombre" porque no tengo tiempo para escribir 1500 páginas dedicadas a tan ociosa tarea (y
con tan feo título: "México, un paso difícil a la modernidad". El paso realmente difícil es leerlo); por último, si lo que te
están diciendo es una rupestre tontería, ni el lector ni el supuestamente agraviado tiene por qué tomarlo demasiado en
serio; si lo que te señalan es verdad, tendrías que agradecerlo y aplicarlo. A este último respecto, hago público
reconocimiento de una lacra personal que por muchos años traté de ocultar: soy calvo (o, como me dice el intrépido
viajero con inmerecida confianza, soy "pelón"). En el fondo se trata simplemente de una diferencia de criterios: no
comparto (y difícilmente compartiré) la idolátrica admiración del galano redactor por el desempeño público de Mario
Vázquez Raña. Mi colega(?) piensa(?) que don Mario es un titán del periodismo y un pilar del deporte nacional. Yo no.
Frente a esto, ¿qué voy a hacer?. Creo que seguir siendo. No worries.

Fin de Semana

Como diría Sir Issac Newton: dentro de la gravedad, no me ha ido nada mal. Me siento muy agradecido por no ser
Milosevic, porque mi amigo el Gordo ya salió del hospital (¿cómo les fue en Groenlandia?, le preguntó a la Hillary. O
sea que está un poco desubicado, pero ya salió), porque he podido ver dos o tres partidos de gran beisbol y porque
tuve una felicísima comida con todos mis hijos. Los aguerridos aguiluchos que al Ojitos Meza tienen por capitán están
haciendo salpicón trinitario, he releído esa pequeña obra maestra de Julio Scherer titulada "PINOCHET. Vivir
matando" y ya estoy de regreso en México. ¿Se puede pedir más? (quizá se pueda, pero no me parece sensato).
Lectora lector querido, te (nos) deseo feliz semana. Ya se fue Salinas, pero pronto encontraremos el consuelo y la
resignación. No worries.
Doble Ración

Releo mi columna del último viernes y descubro que no una, sino dos veces lancé mi cordial admonición: hoy toca.
Varios exhaustos señores me han manifestado su desacuerdo y su languidez. ¿Qué puedo decir?. Quizá Freud puede
explicar las cosas: el subconsciente es canijo.

Cualquier correspondencia con esta columna urgida de koala, favor de dirigirla a gdehesa@infosel.net.mx o al
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Gaceta del Angel / Salinas contra las momias

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Germán Dehesa

(10-Oct-2000).-

Una atenta súplica: ya no me pregunten ¿viste el sábado el programa de Salinas con López Dóriga y Aguilar Camín?.
Siento exactamente lo mismo que cuando mi mamá me preguntaba: ¿ya hiciste la tarea?. En ambos casos, la
respuesta es negativa: no vi el programa y aún no hago mi tarea. Con respecto a la tarea puedo decir que la vida no
me ha dado todavía estímulos suficientes como para que yo me aprenda todas las capitales del Asia menor y el
nombre de todos los órganos que componen el aparato digestivo de los rumiantes. En lo referente al show de Salinas
en grande, mi justificación es más inmediata: tenía función de teatro. Alguien tiene que trabajar en este país mientras
los jerarcas viajan y los ciudadanos se instalan frente al televisor. Me cuenta un amigo muy sensato que a él, el
sábado por la noche, lo invitaron al cine y que rechazó la invitación con estas aladas palabras: ¡ni loco!, la mejor
película de terror va a ser la de Salinas. Dichoso él. Yo tuve que esperar hasta el domingo por la noche para
contemplar (mientras los malditos Yanquis le ganaban a los Atléticos) el regreso de Salinas a la pantalla chica. Lo
malo fue que llegué a la función sobrecargado de prejuicios, pues a esas horas ya todo mundo me había dado su
opinión y me había manifestado su lástima y su desprecio porque yo no estaba en antecedentes. Para empeorar las
cosas, no estaba yo solo, sino en la vehemente compañía de la Hillary que contempló el programa como esas señoras
que van a la lucha libre con su bolsita de naranjas y cargando a tres criaturas: ¡sácale!...¡eso!...¡órale!...¡mátalo!...
¡vientos!; así decía mi acompañante mientras se aplicaba la crema limpiadora y sin el menor respeto por mis intentos
de concentrarme en los entrelineados políticos y los sutiles mensajes de fondo y forma que lanzaba sin cesar el
itinerante ex-presidente de México. Cuando terminó el programa, la Hillary dijo "yo creo que todos estuvieron muy
bien" y una vez emitido su veredicto, procedió a transformarse en hipnotizada formación pétrea. Acá su baboso
regresó el cassette y, ya sin presiones externas, le cedió de nuevo la palabra al compañero Salinas. Mi juicio puede
ser tan parcial como el de cualquiera, pero creo que el papel menos lucido le tocó a López Dóriga, que Aguilar Camín,
orgulloso salinista en su momento, fungió como discreto anfitrión y que Carlos Salinas decretó la expropiación del
programa, luego lo reprivatizó, platicó con el público, se apropió de la audiencia, la depositó en Suiza, se tupió a
Zedillo (aunque aclaró que no era nada personal), regañó a López Dóriga por no esperar su "momentito" (le dieron
ficha para el 2004) y todavía le dio tiempo de darnos clases de economía política y de civilidad (si a Fox le va bien, a
México le va bien. ¡Cómo no lo habíamos pensado antes!). Dos visitas a la ciencia ficción: 1) Nunca me enteré de que
mi hermano se llevaba hasta los tenedores de las fiestas y 2) Yo ya abandoné la trinchera política (con tal de que no
se dedique a pintar como López Portillo).
Para mí lo más amenazante es el librote (pesa dos kilos más que Salinas). Ahora resulta que si nos queremos enterar
bien de cómo estuvo el severo descuacharrangue que organizó, tenemos que recetarnos íntegra esa sección amarilla
que acaba de publicar (¿no nos podrían dar una beca a los lectores?). Bien lo dijo el sagaz Salinas: no hay blindaje
que resista. Le faltó añadir: no hay lector que aguante.

¡Y Zedillo en Acapulco!

Mal, muy mal don Ernesto. Comienzo a sospechar que Salinas no le avisa de sus visitas porque siempre lo encuentra
fuera de la Capital. Nos dejó aquí de a perrote para que lidiáramos solitos con el Chaparro que vino tumbando caña y
como queriendo pelear. Usted en Acapulco subiéndose al parachute y nosotros acá flotando como marchistas,
mientras su antecesor nos agarraba a librazos y nos miraba muy feo desde la pantalla (esos ojos no miran, vigilan;
escribió alguna vez J. Scherer).

No entiendo muy bien. Si lo que dice Salinas acerca de que fue el equipo zedillista el que, por imprudencia,
indiscreción o mala fe, provocó la masiva fuga de capitales, usted es responsable y nos debe una explicación (por no
hablar de la lana). Si no es cierto, Salinas tendría que ser enjuiciado por una calumnia gravísima. Lo inverosímil y lo
inaceptable es que no ocurra nada. Hoy lunes escucho que ya desde Los Pinos fue emitida una respuesta por demás
enérgica y esclarecedora: la respuesta es que no hay respuesta, dicen que dijeron los voceros oficiales. Perfecto. Ahi
cuando despierten, me avisan.

Cualquier correspondencia con esta columna que no tiene columna, favor de dirigirla a gdehesa@infosel.net.mx o al
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Gaceta del Angel / Problemas técnicos

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Germán Dehesa

(11-Oct-2000).-

He pensado mucho en los hermanos maristas y en aquello que nos decían del escándalo que, por vía del mal
ejemplo, puede torcer la virtud de los que nos rodean e inducirlos al pecado. Sin embargo, hay delitos que, como
decía nuestra poeta, sólo es bastante pena publicarlos. Lo haré: acabo de comprar el libro de Carlos Salinas titulado
"MEXICO. Un paso difícil a la modernidad." (WARNING! espero que nadie intente hacer lo mismo sin el debido
entrenamiento, sin un criterio formado y sin una amplia justificación profesional). Entiendo que no es una conducta
imitable ni justificable por razones de morbo, o de curiosidad literaria. Consideremos además las cuestiones
estrictamente monetarias; con 40 dólares australianos, que es lo que cuesta el librote en los lugares donde está de
oferta, se pueden obtener satisfactores más urgentes y/o más placenteros que los que nos puede ofrecer el alucinado
soliloquio de Salinas. Esto sin contar con lo que ya nos costaron (y nos seguirán costando) el error de diciembre y el
Fobaproa. Me suena más razonable que cada uno de ustedes me mande un peso y un beso y yo me comprometo, en
un término de seis años, a irles platicando lo que dice el gran chaparral. Su total satisfacción, o la devolución de su
dinero.
Aquí al alcance de mis ojos tengo el libro ("Tengo en mi casa a Cleto/ ahora ¿dónde lo meto?"). Confieso tener dos
pésimas costumbres: leer los libros que compro (no hacerlo sería un personalísimo "error de diciembre") y lo que es
más grave, leer acostado. En el caso del libro de Salinas, creo que puedo llevar a término la hazaña de leerlo, aunque
quizá requiera una enfermera de guardia, el apoyo especial de CIMA y ayuda psiquiátrica cada tercer día. El problema
técnico que más acongojado me tiene es el de leerlo acostado. Ya estuve sopesando la obra monumental (al decir
esto pienso en el Monumento a la Revolución, o en la Pirámide del Sol) y en verdad temo por mi integridad física. Los
libros de pequeño formato me encanta leerlos en pose totalmente horizontal y sosteniendo la obra con los brazos
estirados frente a mi aguda mirada. Si le hago así con el libro de Salinas y, Dios no lo quiera, me quedo dormido, corro
el espantoso peligro de que la obra me caiga en plena cara y acabe con mi vida, o me deje igualito a José Ramón
Fernández (que no sabe nada de libros). Cuando se trata de textos de formato normal, empleo la técnica Fosbury y
recargo la obra en mi turbadora panza y me enderezo levemente con la ayuda de dos almohadas. Leer así es lo más
cercano a la comunión mística y al éxtasis tibetano. Muchos amaneceres me han sorprendido así. Lo malo es que
para obtener tan beatíficos resultados hace falta que el libro tenga un tamaño y un peso normales. Si procedo así con
el lingote salinista, estoy seguro de que me llagaré la panza y de que la ominosa foto de don Carlos me va a quedar
impresa en el plexo solar. El caso es que no sé cómo le voy a hacer, pero nada me detendrá en mi arrebatado y nada
imitable empeño de recetarme la brevísima relación de la destrucción de las Indias en versión salinista. Si dejo de
publicar, ya sabrán que, como en el caso de las alhajas de casi todas mis tías: morí en el empeño.

Salsa Tabasco

Se suponía que el gran tema de la semana sería el de las elecciones en Tabasco. Comunicadores, analistas y
politólogos así lo anunciaron y no dejaban de tener razón. Con lo que nadie contaba era con el meneo que iba a
organizar Salinas con sus pataleos verbales que, bien mirados, no dejan de ser patéticos y anacrónicos. Mucho más
que los duendes del pasado, tienen que preocuparnos los conflictos del presente y los futuros que éstos puedan
engendrar. El domingo en Villahermosa vamos a averiguar cuál es el destino que aguarda a las fuerzas y a los
protagonistas de la política mexicana. El incombustible Roberto Madrazo averiguará si él puede ser o no la pieza clave
en la recomposición del PRI. Andrés Manuel recibirá un aviso acerca de cuáles son los verdaderos límites de su
liderazgo y Vicente Fox tendrá elementos para jerarquizar a sus interlocutores políticos. No es poca cosa lo que se
dirimirá en la tierra (el agua) de Carlos Pellicer. Las últimas encuestas parecen favorecer a Andrade, ese clon gordito
que se fabricó Madrazo. A muchos mexicanos nos queda la duda de por qué Fox no favoreció de algún modo esa
alianza opositora que él tan empecinadamente solicitaba para su candidatura. Si en sus cálculos políticos está
suponer que será más fácil dialogar con Madrazo que con López Obrador, creo que su cálculo no es del todo correcto.
A mi juicio, siempre es mejor dialogar con un hombre limpio que con otro que, según me consta, no tiene más capital
que su apellido y sus padrinos. Mientras tanto y para no variar, Villahermosa está inundada. ¿Seguirá así?.

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Gaceta del Angel / Don Juan Bucles

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Germán Dehesa

(12-Oct-2000).-
Con los primeros renglones de lo que escribe, dice J. P. Sartre, el autor ya está escogiendo y perfilando a su lector.
Creo que el buen Juan Pablo tiene razón y que no es posible escribir para todos. Sé, por ejemplo, que hoy miércoles
11 de octubre, no pretendo invocar a la humanidad, ni movilizar a la patria entera, ni ocuparme de los grandes temas
de la agenda nacional, ni, mucho menos, las pequeñas miserias de esa vulgarísima pulquería llamada "la cúpula del
poder". Cuando siento que toda la gran maquinaria de los "medios" y de los mecanismos que supuestamente "forman
opinión" están dedicados mayoritariamente a apelar a lo peor de mí mismo y de los ciudadanos: morbo, chismes,
calumnias, atropellos de la vida privada, "filtraciones", venganzas tardías y desleales, ausencia total de compasión por
un país ya de por sí lastimado... cuando todo esto sucede, me rehuso a participar del juego, me ausento de la vida
pública, recojo mis canicas y me voy a mi casa. Sabemos (y si no sabíamos, nos lo acaban de recordar) que no hay
blindaje que resista y que no hay hogar mexicano tan perfectamente aislado como para que en su interior no se
escuchen los destemplados gritos y los arteros sombrerazos que en la calle menudean. De acuerdo; pero una cosa es
entrarle de lleno a la pelea de ratas (con el grave riesgo de convertirse en una) y otra es escuchar a lo lejos los
chillidos y decidir tranquilamente que no es hora de asomarse. Hoy escribo pues para aquellos que, como yo, han
optado por ausentarse de las luchas en lodo y aguardar a que el debate nacional recupere sus niveles mínimos de
inteligencia, respeto y sobriedad.

En lo que esto ocurre, permanezco en casa, intento descansar (todavía no encuentro el eucalipto adecuado para
dormir 22 horas) y atisbo las vicisitudes de la reinserción del Bucles a la atmósfera tenochca. Me consta que su viaje a
Australia le resultó enormemente disfrutable. Mi único temor es que el liberal y permisivo ambiente afectivo y
emocional de los "Aussies" (que están alegremente dedicados al todos contra todos) haya hecho mella en la
austeridad republicana que sus padres hemos tratado de inculcarle.

Contra todo pronóstico, el pequeño Andrés regresó alegremente a clases y aceptó con estoica serenidad el aviso de
que, por andar de pizpireto, estaba muy atrasado y lo ignoraba todo: desde las nuevas y sutiles materias que se
estaban cursando en kinder II, hasta la composición del nuevo grupo de bravíos infantes e infantas que lo
acompañarán a lo largo del actual año docente. El Bucles recibió las adversas nuevas con calma ejemplar, declaró
algo así como: a la sociedad no le debo una disculpa, sino una explicación y sin mayores aspavientos se dispuso a
recuperar el tiempo perdido y a ponerse al día. Confieso que me tiene asombrado. Que yo recuerde, jamás me dirigí a
la escuela con ese alegre ímpetu, como de enano de Blancanieves, que Andrés manifiesta todas las mañanas cuando
zarpa en pos del conocimiento. Tanto júbilo no es normal. Tan no lo es, que el propio Bucles confesó ayer tarde la
secreta razón de ese regocijo que dista mucho de ser académico: en mi nuevo salón, afirmó con los ojos en blanco, ya
tengo tres novias y las tres me quieren mucho. Lo que me faltaba: ser padre de un micromenonita. Andrés: ¿cómo es
posible que tengas tres novias en el mismo salón?, preguntó su alarmada madre. Es que no conozco a las del otro,
respondió el Casanova de bolsillo. Temo lo peor.

Otras Filtraciones

A veces, también la vida se filtra. Quizá el mejor camino para ir de la colonia Roma al profundo sur de la ciudad no sea
la avenida Insurgentes; pero si se da la maravillosa conjunción de que el viandante no tenga demasiada prisa y
experimente una cierta nostalgia por esa avenida que es la espina dorsal de sus recuerdos infantiles, entonces se
toma la decisión de avanzar por ella y emprender el juego de aquí donde ahora venden jugos, vendían antes pelotas
de frontenis; ahí donde ofrecen lectura de Tarot estaba mi primer dentista. La aventura podría titularse: "Estas ruinas
que ves". A la altura de la glorieta de Insurgentes (que ya no es glorieta), un microbús se detiene en doble fila y
produce un vendaval de frenones y mentadas. Tranquila, acompasada, sin prisa, desciende una muchacha morena
que, al compás que le marca su cola de caballo, gana la banqueta y se detiene un momento. Es delgada, muy joven y
lleva en bandolera una guitarra. Está llena de gracia y esto ha condenado al silencio a todos los frenéticos. Quizá lo
sabe, porque antes de reiniciar su camino voltea a vernos y sonríe. La cola de caballo, la guitarra y las jóvenes
caderas cantan en silencio. No todo es ruina. De vez en cuando, también la vida se filtra.

Cualquier correspondencia con esta columna doméstica, favor de dirigirla a gdehesa@infosel.net.mx o al Apartado
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Gaceta del Angel / '¡Eh! Ya salimos del paso


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Germán Dehesa

(13-Oct-2000).-

...y no hay que extrañar la homilia;/ son pláticas de familia,/ de las que nunca hice caso." Para consternación de ese
futuro que él no pudo presentir, José Zorrilla concluyó en marzo de 1844 "Don Juan Tenorio", una pieza dramática que
goza hoy de injusta fama entre los mexicanos. Como nadie ignora, Zorrilla estuvo en México con la incumplida
intención de encargarse del Teatro de Maximiliano (que ya de por sí era un teatro). Quedó su obra que, como cíclica
maldición, vuelve a la escena año con año. Quedaron también algunos pasajes que, por lo visto y por lo oído,
reaparecen también en la escena política mexicana (¡cuán gritan esos malditos!). Esta semana le tocó el turno a esa
extraña copla que emplea Don Juan para darle salida a su padre que había llegado a la Hostería del Laurel con la
firme decisión de aplicarle un correctivo a su calamitoso hijo. Este lo ignoró y, ya en plan de ignorar, también ignoró la
acentuación del español y en lugar de "homilía" dijo "homilia". Esto se explica porque estaba de nervios y porque,
mucho más que el perdón paterno, necesitaba una palabra que rimara con familia. Se trata de lo que se suele llamar
"licencia poética" y todo lector de Zorrilla sabe que, quizá por la influencia de su estancia en México, el poeta y
dramaturgo se otorgaba licencias hasta para giros negros.

Todo esto es literatura. Por donde desembocamos en la actualidad política es en esos dos versos que dicen: "Son
pláticas de familia/ de las que nunca hice caso." Imagínenlos en labios de Carlos Salinas de Gortari, tradúzcanlas al
dialecto del liberalismo social y verán que no han perdido actualidad. A Carlos Salinas, como al Tenorio original, lo que
le toca es cambiar los acentos, adoptar un tono ligero y fingir (supongo que está fingiendo) que no le concede
importancia al telefonazo que recibió como respuesta a su librazo (Carmen Aristegui lo dice mejor: Salinas vino a
lanzar dardos envenenados y le regresaron un bazucazo). En el drama original, estos versos forman parte del primer
acto de una obra que consta de cuatro y, por lo mismo, son parte de los escarceos originales de un drama que todavía
va a durar mucho. No tengo dotes de vidente, pero creo que algo similar ocurrirá ahora y que Zedillo, a quien todos
tenían por convidado de piedra, todavía va a dar y recibir muchas estocadas antes de que finalice el culebrón. Este es
el problema de ventilar en público y a todo color las pláticas de familia. Y aquí hay un punto que más nos vale
subrayar: hoy nos regodeamos porque el balconazo corrió a cargo de los hermanos Salinas y sus marimbas
melódicas; pero aceptar, sin mayor análisis, que se trata de algo correcto es abrir un espacio para que cualquier chico
rato sean nuestras pláticas familiares las que vengan a la escena. Esto ni siquiera constituye una crítica al trabajo de
Joaquín López Dóriga; a él le pasaron la bola por el centro del home (en español: jom) y él la puso del otro lado de la
barda. Estamos hablando de esa línea cada vez más tenue que separa lo público de lo privado y de esas sinuosas
maniobras de un Estado que, precisamente por no ser de derecho, emplea recursos chuequísimos. Sea como fuere,
la bomba ya tronó, Raúl ya mandó un comunicado ilegible, la familia ya organizó un intenso cónclave carcelario,
Aguilar Camín hizo declaraciones que no lo honran en exceso y el Chaparro perdió su ritmo de marcha y comenzó a
flotar. Cancelemos el primer verso: "¡Eh!, ya salimos del paso." Creo que no han salido y que la "homilia" va para
largo.

Ya No Están Saliendo Buenos

Basta con tener más de treinta años para recordar esas doradas épocas en las que los Nuncios papales eran más
durables que los juguetes Plastimarx. Los mandaban jovencísimos y se los llevaban, digámoslo taurinamente, cuando
ya estaban amorcilladones y buscando las tablas. Tiempo de sobra tenían para incorporarse al paisaje nacional. Tal
fue el caso de Luigi Raimondi y de ese tornasolado piamontés llamado Jerónimo Prigione. Se quedaban años y años,
le agarraban sabor al nixtamal y organizaban con los políticos unas conspiraciones místico-políticas que duraban
décadas. Así hasta gusto daba. Ahora ya no es igual (ha de ser culpa de Salinas). Ahora más tardan en llegar,
instalarse, contratar a una chica de servicio, ponerse de acuerdo con el que recoge la basura, aprender para dónde
queda Gobernación; que lo que se tardan en retirarse porque ya les ofrecieron un santísimo hueso en el Vaticano. La
verdad es que a los mexicanos no nos gustan esas visitas tan carrereadas. Apenas nos estamos aprendiendo el
nombre de Mullor o de Sandri y nos salen con que ya se tienen que ir. Pues ¿qué mala cara vieron?.

La Serie Mundial

Pues sí. Aunque mi voz haya sido tan enérgicamente desautorizada, voy a hablar de deportes. Mi pronóstico para la
Serie Mundial es que ésta será protagonizada por los Marineros de Seattle y los Mets de Nueva York. Y como decía
mi abuela: no discutas, apuesta. Pasando a los deportes bajo techo: hoy toca.

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Gaceta del Angel / Un novedoso juego

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Germán Dehesa

(16-Oct-2000).-

Parece que fue ayer (este parlamento es típico de los hombres de la tercera edad): su Charrito Negro, su verborreica
hermana (la mía, aunque la de ustedes ha de ser igual), mis impertinentes primos y mis amigos "el chilaquil" y "el
mamut" nos enzarzábamos en discusiones violentas e interminables (¡no es cierto, Raúl!...Dí lo que quieras, Adriana...
¡No es cierto!). El bravo litigio tenía un sólo tema: ¿A qué vamos a jugar?. De no haber sido por mi justiciera y
ejecutiva madre, es posible que la discusión prosiguiera todavía y que ya estuviera en la Corte de la Haya. Mi madre
se encargaba de resolver el conflicto con una velocidad que jamás he vuelto a ver en la justicia mexicana. Una puerta
se abría violentamente y un grito rasgaba el aire: ¡ya!; ya consiguieron colmarme la paciencia; ¿saben a qué vamos a
jugar?: vamos a jugar a que todos nos callábamos; ustedes dos se largan a su casa, ustedes dos ("el chilaquil" y "el
mamut") se van a la calle porque ni casa han de tener, tú te vas a bañar y tú (o sea yo) te quedas porque cosquillitas
me hacen las manos (siento que al contar esto, me estoy ahorrando diez años de psicoanálisis). Como solución era
impecable, aunque he de decir que esto de jugar a que todos nos callábamos no era especialmente divertido. No lo
habrá sido, pero a la vuelta de las décadas, llego a comprender que hay momentos (y hay meses) en la vida de una
nación que éste tendría que ser el juego más sensato y más tranquilizante para todos. Y lo peor es que ya no está mi
mamá para ejercer justicia fulminante. La sensible ausencia nos obliga a tomar la decisión por nuestro riesgo, voluntad
y conveniencia. Alguien tiene que empezar y creo que el más indicado se llama Vicente Fox que hoy se arrepiente de
lo que dijo en la campaña y que seguramente mañana se arrepentirá de lo que dijo hoy (¡creceremos al 7%!...
¡creceremos al 5% y ya luego nos vamos sobre el 7%!...¡creceremos al 4.5%, pero crearemos tantos empleos que
hasta Arturo Núñez va a agarrar chamba!). Tres atropellos al silencio y tres pifias enormemente descorazonadoras. Y
aquí no se termina el argüende. No. Si algún periodista o comunicador se permite señalar la erosionada inconsistencia
de estas declaraciones, de inmediato es señalado con dedo de fuego porque es un flojo, porque es monolingüe,
porque es un ignorante y porque está al servicio de los intereses más abyectos. Uno por uno, cada uno de estos
juicios descalificativos podría ser aplicado a éste o a aquel periodista; pero meternos a todos en el mismo paquete es
una injusticia y todavía peor: es una idiotez. Por dar un caso: yo conozco a muchos periodistas que no son
monolingües; son semilingües.

En serio, don Vicente: urge revaluar el silencio. Estos días afantasmados no son propicios para comprar broncas,
rectificar promesas y aceptar tan ingenuamente cuanta provocación se sirvan despacharle. Si le sirven, hay dos
consejos que a mí me han sido de enorme utilidad y que en mucho me han ayudado a acercarme a la tercera edad. El
primero me lo proporcionó mi venerable cardiólogo que a la letra dijo: todo está bien, Germán, pero cuídate mucho y
no te vayas a morir discutiendo con un imbécil (en las últimas semanas, estas palabras han sido oro molido). El
segundo es un corolario a las leyes de Morphy: "nunca discutas con un imbécil; es posible que la gente no perciba la
diferencia." Dicho en términos legales, don Vicente: ya pasó a rasparnos a todos y, en estos días, todo lo que diga
será usado en su contra. ¿Y si jugamos a que todos nos callábamos?.

Justicia Poética

Sería una indigna mentira afirmar que mis profecías deportivas son infalibles; pero este domingo, puedo informarle a
la nación que mi promedio de bateo es de 1,000. De todas, todas. Los Mets se encaminan rumbo a la Serie Mundial y
a los Yanquis (con todo y la infinita y sabia maldad de Joe Torre) ya se les hizo grumos el barniz y sigue viva mi
esperanza de que los Marineros asistan a la Serie Mundial. En un partido tan aburrido como el libro de Salinas, los
Pumas le ganaron al León cuyo único rasgo notorio es traer publicidad hasta en los glúteos. Al América se le pudrió su
fiesta pues no pudo derrotar al potente escuadrón camotero. La suerte de las Chivas me es totalmente indiferente,
pero la complicidad arbitral siempre será bienvenida. Según calculé, el juego de los Pieles Rojas contra los Cuervos
de Baltimore sería un duelo defensivo del que saldrían triunfadores mis ínclitos y washingtonianos equiperos. Los
Dallas, como es su obligación, mordieron el polvo y las cantidades que están fluyendo a mis arcas harían salivar
intensamente a Guillermo Ortiz. Pídanle a Dios que no pierda mi toque ganador y ya verán que en la próxima
Olimpíada, México derrotará al Dream Team en la final. Si alguna apuesta pierdo este domingo, no será culpa mía
sino de Fox: en Tabasco yo le iba a Ojeda.

Cualquier correspondencia con esta silente columna, favor de dirigirla a gdehesa@infosel.net.mx o al Apartado Postal
19-111, Delegación Benito Juárez, México D.F.

Gaceta del Angel / ¿Cómo dices que te llamas

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Germán Dehesa

(17-Oct-2000).-

A cualquiera le ocurre. Vas por la calle regando baba alegremente y de pronto se materializa frente a tí un personaje
que usa anteojos panorámicos y pisacorbatas y te abre los brazos mientras proclama: ¡Hermanito, qué milagrazo! (de
algún modo lo es: uno jamás se sintió digno de tan inexplicable aparición). Prosigue el aparecido: ¿Te acuerdas de
mí?, ¿te acuerdas que me decían Robotín?, ¿te acuerdas cuando te mandaron a la Dirección porque te cacharon con
un "Playboy"?. Es una experiencia espantosa (no la del "Playboy", sino la del encuentro). En fracciones de segundo, el
sujeto así amenazado tiene que reconstruir su biografía entera y tratar de acomodar las novedosas piezas que ofrece
el rechonchito del pisacorbatas que, además, no para de hablar: yo siempre supe que ibas a llegar lejos (con personas
así bloqueando el camino, no hay manera de llegar ni lejos, ni cerca). La memoria queda derrotada y ahora el
interceptado enfrenta dos caminos: poner cara de complicidad gozosa y exclamar: ¡No me voacordar, inch' Robotín, si
eras una perfecta mula! (esto siempre sirve; a cualquier mexicano le halaga profundamente que le digan que era una
perfecta mula). Lo malo de esta solución viene después: abrazos, solicitud de préstamos y/o invitaciones a comer
"para que pruebes los sesos que hace mi señora". No es una buena solución, pero suele ser la que yo adopto dada mi
genética timidez. Lo que me espera son 30 telefonemas para invitarme a comer sesos y una creciente voluntad de
cambiar de nacionalidad. La otra solución es la que adoptan los hombres recios y varoniles que usan loción "Andros" y
ropa interior de lycra. Estos envidiables sujetos miran a los ojos de su interlocutor y le dicen: No tengo la más méndiga
idea de quién eres; jamás me he permitido, ya no digamos la amistad, la cercanía de nadie que se apode Robotín;
detesto a los hombres que

usan pisacorbata y jamás fui sorprendido en la contemplación del "Playboy" por la sencilla razón de que le ponía el
forro de mi libro de civismo; así es que le suplico que haga el favor de bajar los malolientes brazos y hacerse a un lado
para que yo pueda proseguir mi camino y llegar muy lejos. ¿Se imaginan?. Confieso que a mí, para llegar a dar una
respuesta así, me faltan millones de reencarnaciones y con tal motivo vivo en el peligro permanente de comer sesos
con gente que ni conozco. Vivo amenazado.

Otro gallo me cantara, si hubiera vivido en el período culminante de la cultura latina. Los padres de la civilización, los
romanos, sabían de estos malestares y por eso habían creado un utilísimo oficio llamado "nomenclator". Para no
pasar vergüenzas, bastaba con emplear a uno de estos nomenclator que se situaba discretamente al lado de su
contratante y lo acompañaba en todos sus recorridos. Su tarea consistía en depositar en el oído de su patrón
sutilísimas advertencias como éstas: Ahi viene Publio Castulo que acaba de enviudar y es muy amigo de tu suegro.
Ya con estos datos era sencillísimo detenerse y decir: ¡Oh, Publio; mi suegro y yo le hemos rogado a los dioses que te
consuelen en tu pena!. Publio quedaba contentísimo y uno podía tranquilamente abstenerse de los sesos. Pero no es
de nada de esto de lo que quería yo hablar. Mi deseo era examinar la morbosa afición que Salinas ha adquirido por la
palabra "nomenklatura" que tiene directa relación con este asunto del olvido voluntario o involuntario de los nombres
de las personas. Pero eso ya será mañana.

El Diligente Deslinde

De la misma manera que las leyes escritas no pesan demasiado sobre la conciencia del mexicano, las reglas no
escritas tienen un carácter de total obligatoriedad. Entre nosotros, por ejemplo, no es bien visto ni aceptado que, una
vez establecido un vínculo estrecho, no es legal, a la vuelta de los meses o los años, fingir demencia y prorrumpir en
escándalos tardíos. Carlos seguía estrechamente los pasos de Raúl y le brindaba su apoyo y su fraternal amistad.
Llegado el momento, Carlos afirma no conocer los vergonzosas maniobras de Raúl y públicamente le pide que le dé
una explicación a la sociedad. Bueno. Los amigos de Salinas, los meros cuadernos que entraban y salían día con día
de Los Pinos exclaman ahora que ni de lejos se dieron cuenta de la infinita corrupción de ese hombre que les brindó
su confianza y su apoyo. Bueno. Manlio Fabio Beltrones que, por razones que saltan al oído, no suele hacer uso de
los micrófonos y no gusta de posar ante las cámaras de la televisión, lo ha hecho según mi conteo rápido (que no es
definitivo, ni exhaustivo), siete veces en tres días. Bueno.

No deja de ser curiosa esta urgencia por alegar ignorancia e inocencia. Creo que es un exceso. Al parecer este país
pachorrudo ha decidido volverse vertiginoso. Ya ven: aquí en el DF amaneció soleado y ahora llueve
abundantemente. Yo de inmediato me deslindo y anuncio que nunca le tuve confianza a este lunes. Bueno.

Cualquier correspondencia con esta columna que ignora nombres, favor de dirigirla a gdehesa@infosel.net.mx o al
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Gaceta del Angel / ¿Cómo dices que te llamas? II

Por
Por Germán Dehesa

(18-Oct-2000).-

La tradición oral ha traído hasta mis parabólicos oídos una veloz anécdota que si no es verdadera, es verosímil: en su
patriarcal otoño, Fidel Velázquez recibe la visita de alguno de sus múltiples informantes que le trae una ponderativa
información: Carlos Salinas es muy inteligente. Fidel Velázquez retoma su pose entre pétrea y quelonia, macera un
rato en espesa saliva lo que va a decir y finalmente farfulla: ¿Inteligente para qué?. Esto puede haber ocurrido hacia
1980. Hoy Fidel Velázquez está muerto y Carlos Salinas también, aunque no le hayan querido decir para no
preocuparlo (sería inútil recontar la historia de Adriana y Raúl que nomás tres tiros le dieron). Finaditos y todo,
subsisten las preguntas: ¿es inteligente Carlos Salinas? (ésta es una pregunta que casi exige una respuesta
afirmativa, porque es espantoso, aunque posible, reconocer que durante varios años un país fue mayoritariamente
cotorreado por alguien que ni siquiera era inteligente); ¿para qué era inteligente Carlos Salinas? y otra más: ¿basta
con tener ojillos ofidios como de lector de código de barras, traje con hombreras y solapas de aviador, bigote de Luis
Aguilar y corte de pelo "casquete corto" como de peluquería de los años 50 para proyectar la aristotélica imagen de la
inteligencia?. Sepa. Estoy tratando de revisar mis criterios al respecto. Cuando termine de leer el libro (si es que
termino) haré un pronunciamiento más preciso y más amplio.

Por lo pronto, puedo adelantarle a la opinión pública internacional que está urgidísima de conocer mi punto de vista,
que el gran chaparro tiene, como todos nosotros, sus áreas de diáfana inteligencia, pero también sus ejidos mentales
consagrados a la ciega tontería. Y hay otra complicación: en Salinas, como en todos nosotros, las fronteras entre
ambos territorios no son fijas y, al no serlo, una misma palabra, un mismo gesto pueden ser geniales o totalmente
obtusos. Tal es el caso de la obsesión del expresidente por culpar de todas sus desgracias ocurridas y por ocurrir a un
ente viscoso y chiclosón que él designa como "la nomenklatura". La palabrita trae su jiribilla, pues es una creación de
la muy justificada paranoia de la sociedad soviética que muy buenas razones tenía para sentirse amenazada,
perseguida y vigilada (parece que les grababan hasta las conversaciones telefónicas). En medio de tal terror, no se
atrevían a pronunciar el nombre del funcionariote o funcionarete, o inspector, o valido, o influyentazo, o intelectual bien
posicionado, o jefe de manzana que no les quitaba el ojo de encima y así, en lugar de dar nombre, apodo y apellido de
su perseguidor, todos se referían a un vago, pero vivo y poderoso grupo conocido como "la nomenklatura". A tantos
años de la ceremonia de clausura de la guerra fría, importar a México tan tenebrosa expresión puede ser signo de
paranoia contumaz o de afilado colmillo político. En ambos casos, implica reconocer que en México hay quien las
puede y hay quien no; los hay que son alguien (unos cuantos) y los hay que son nadie (todos los demás). En la
nomenklatura están todos los que tienen nombre y fuera de ella están todos los que son rayita (y si eres rayita, no
pretenderás que te vean y que te oigan). Sin embargo, sucede (y aquí me inspiro en Denise Dresser) que hoy los
mexicanos aspiramos a ser reconocidos por nuestro nombre y a que nos digan el nombre y el apellido de los que nos
robaron. Aspiramos también a saber a nombre de quién gobernaron y gobernarán nuestros presidentes. Entiendo que,
con tanta deuda y tanto cochupo pendiente, Salinas viva en la paranoia soviética. Por mí (y por todos mis
compañeros) la nomenklatura puede irse a hacer lo mismo que, según se averiguó después, hacía Edipo Rey.

Un Caso Complicado

Historia larga. Mi oficina ya fue saqueada en una ocasión. Los autos que frente a ella se estacionan son despojados
regularmente. Los que aquí trabajamos hemos tenido que acudir a "Talachas Gurría" para que nos blinden espejos,
defensas, parrillas y todo lo blindable. Esto no es una justificación; es prólogo. Hace unos minutos llegó Pancho, mi
heroico conductor, y se estacionó en doble fila. Más tardó en entrar que lo que se tardó la grúa CR716 en aparecer y
comenzar las maniobras para llevarse mi automovilín. Veloz como la bala, apareció Pancho, reconoció su falta y
solicitó que se levantara la infracción correspondiente. Al parecer, los gruyeros experimentaron una cierta frustración
espiritual. Esta aumentó cuando aparecí en la ventana y uno de ellos me miró con cara de "éste es uno de los
méndigos periodistas que nos andan balconeando." Supongo que algo así pasó, porque de inmediato, los gruyeros
tornáronse sonrientes y le dijeron a Pancho que "no era nada" y desaparecieron. En conclusión, yo le debo una multa
a Rosario Robles y ella debería debernos todo lo que nos han robado. Como alguien tiene que poner el buen ejemplo,
declaro que estoy dispuesto a financiar la brutalidad de Pancho. Doña Rosario: le debo una multa, pero ahi lo dejo a
su criterio.

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Gaceta del Angel / Garfio

Por

Germán Dehesa

(19-Oct-2000).-

Sir James Barrie (1860-1937) jamás se repuso de la confusión y el dolor que le provocó enterarse a los seis años de
la muerte de un queridísimo hermano. Como dicen los que dominan el espanglish "lo tomó personal" y la muerte y el
incesante tiempo que a ella nos conduce le despertaban odio y rechazo. Si hasta aquí hubieran llegado las cosas, hoy
estaríamos hablando de un gentil caballero escocés, inteligente, sensible y peleado a muerte con la muerte (ganó ella,
pero por puntos). Sin embargo, Barrie también era escritor y eso le permitió darse el lujo y el alivio de cursar sus
obsesiones y exorcizarlas (más sucintamente lo diría Cortázar: escribo para sacarme de encima un animal horrible y
pasárselo al lector). Con esta breve información, ya podemos entender que "Peter Pan" la obra más famosa de Barrie
es una deleitosa pesadilla (como casi todos los textos que solemos asestar a los infantes: Los viajes de Gulliver,
Robinson Crusoe, México. Un difícil paso a la modernidad). Peter Pan es la metáfora perfecta del ser humano que no
quiere crecer porque no quiere morir. Su "mortal" enemigo es Garfio, un pirata bastante simpático y bastante torpe;
tanto que ya fue mordido por el tiempo. Aquí viene a escena ("Peter Pan" fue originalmente una obra de teatro muy
exitosa) el cocodrilo, una bestia irracional, sorpresiva, incomprensible. El cocodrilo, lo recordarán, tiene en su vientre
un reloj (¡ojo, amiguitos!): es el vehículo de la muerte. Pregunta: ¿hace falta toda esta información para disfrutar Peter
Pan?. Respuesta: de ninguna manera; es más: se trata de una interpretación todavía muy elemental y no hace falta
estar alerta. Esta es la gracia del arte: los mensajes llegan sin necesidad de que los procese el intelecto del
espectador.

Hay un espectador que es conocido como el Capitán Bucles que ha visto en compañía de su padre o de su madre
(con uno basta, diría Wilde) la muy aseada versión cinematográfica del texto de Barrie. Lo crean o no, durante la
compartida experiencia me he cuidado bien de decir algo que interfiera con las emociones y reflexiones de Andrés. Lo
que me consta es que la película, que ya memorizamos, le deja un sabor agridulce y que no se cree mucho esto del
final feliz. A últimas fechas había decidido que "Peter Pan" era una experiencia archivable y transfirió sus entusiasmos
a los Pokemones. Mi opinión de que más vale un final complicado que un final estúpido no le hizo la menor mella.
Hace unos días, apareció en su repertorio la película "Hook" que a mí no me parece excelsa, pero que nos regala a un
Dustin Hoffman que se transfigura maravillosamente en el Capitán Garfio, o sea en ese villano y archirrival que a
todos nos aguarda, del mismo modo que otros nos aguardan a nosotros. Curiosamente las inquietudes del Bucles, no
tienen nada que ver con las mías, aunque me consta que esta película lo tiene subyugado. Así como no queriendo, su
madre le preguntó de qué trataba la película. La respuesta de mi productín me ha lanzado a los abismos de la
quemante culpa. Mira, mamá, se trata de un papá que siempre tenía mucho trabajo y hablaba y hablaba por teléfono y
nunca tenía tiempo de jugar con sus hijos. Traducción: ya me mordió el cocodrilo. Si de algo les sirve: evitemos que
nos devore.

El Gordito Está Embarazado

Antes de hablar: quiero decir unas palabras. Son en honor de la señora potosina y de todos los que se dedican a
succionarme la calceta porque, en lugar de ocuparme de Madrazo (¡El villano reventón!), me dedico a hablar de mi
muy olvidable día con día. Pues sí, pero, en el caso que hoy me acongoja, puedo decir que no hay un sólo mexicano
que no tenga un amigo gordito y que, entre esta cofradía de los gorditos, menudean los contratiempos cardíacos. Hay
corazones que se enferman por petrificación y hay otros que se colapsan de tanta y tanta generosidad. Esto último es
lo que le pasa a mi amigo el gordo: tenía el corazón sobrepoblado y, por exceso de inquilinos, hubo que instalarle
nueva tubería. Dicen los doctores que quedó de lujo, pero, como yo bien sé, el trecho que hay que caminar rumbo a la
salud está amenazado por muchos microbios y muchas angustias. No por desamor, sino porque sé que la
recuperación es un trámite que se cumple en soledad, me limito a saber de él, a enviarle todo mi amor y a escribirle
estos renglones. Créanme: un amigo hospitalizado puede molestarse con nuestra ausencia; pero lo que no nos
perdonará jamás es que le ocupemos su breve espacio con globos, con arreglos florales, con niños y con
impertinencias. "Recuperarse" es la solitaria tarea de los héroes y, si conocen a Asterix, sabrán que hay héroes
gorditos.

Voy Vengo

Muy sonadas que van a estar las fiestas que la Asociación Nacional de Museos organizó allá en Veracruz. Con la
pena de que no puedo faltar. En lo que regreso y les cuento, les encargo la ciudad, insístanle a Chayo en que
devuelva Chapultepec, aplaquen a los diputados y no le abran a nadie. Si viene el señor que graba las
conversaciones, le entregan los cassettes y le dicen que son para el señor López Dóriga. Cuídense mucho y no
saquen a asolear a la abuelita, porque le cae el súbito aguacero y queda como de papier maché. Les digo.

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Gaceta del Angel / Dramas jarochos

Por

Germán Dehesa

(20-Oct-2000).-

Lo advertí y lo he cumplido. He venido personalmente a decirle a Veracruz que soy más feliz aquí que en Sydney. Y
eso que en Australia nadie me mentaba la madre, pero tampoco nadie me decía: ¡adioinchgermán! que es un saludo
muy reconfortante. En el último vuelo del miércoles por la noche, la Hillary y su consorte se trasladaron a la tres o
cuatro veces (o las que hagan falta) heroica Veracruz. Llegamos a un afamado hotel y todavía nos dio tiempo de ver
los noticieros y enterarnos de que a Roberto Madrazo no acaba de salirle bien el intragable caldo de mapache que
preparó con tanta ilusión y con tanto dinero. También nos enteramos -pero éste es un asunto menor- de que el
servibar de nuestro cuarto no servía. Será un asunto menor, pero los que recurrimos a la insulina (que si no está
refrigerada, se convierte en yakult) un contratiempo así nos produce trémulas angustias musicales. La ejecutiva Hillary
entró de inmediato en acción. 20 minutos después, apareció un personaje de "mantenimiento" que bastaba con verlo
para adquirir la convicción de que ese cuate no sabía ni de qué lado pega el diurex y que si, por algún milagro muy
especial, lograba arreglar el refrigerador, diez minutos después volaríamos todos en pedazos. Antes de huir a
Veracruz, trabajó -estoy seguro- como mecánico de los submarinos rusos. ¿No ejtará dejconectao?, me preguntó tras
comprobar que, en efecto, el pequeño refrigerador no refrigeraba nada. Ej que ni ruidito jace, añadió ya en plan
técnico. Pues no, le dije yo, por eso le pedimos que viniera. Esta respuesta lo dejó un buen rato estupefacto. Ya que
se repuso, se pegó a la pared y metió el brazo por detrás del imponente armario que le da acomodo a la televisión, al
servibar, a una repisa llena de botellitas y a dos cajones. Con el brazo a punto de descoyuntarse, dijo triunfante: ¡ya lo
jallé! y dio un tirón muy enérgico. La televisión se apagó. ¡Ajijo! ahora ya tampoco la tele jirve. No. A lo mejó la
dejconejté. Es posible. ¿Ujdé no la apagó?. No. A ver. Volvió a pegarse a la pared e hizo una maniobra similar a la ya
descrita. ¡Lijto!. La televisión volvió a funcionar. Puej ya quedó, con permijo. ¡Oiga! ¿Y el refri?. ¡Ejo! yo sabía que algo
faltaba. Dijo esto y clavó la mirada en el servibar durante un buen rato. A lo mejor lo quiere arreglar con hipnotismo,
pensé yo. No fue así. ¿Jabe qué?. No. Loj refri jon mutraicionero; creo que mejó le traigo otro. Bueno. Dicho esto,
salió. Pasó media hora y la Hillary y yo hechos unos idiotas, sentado cada uno en una esquina de la cama. ¿Lo irá a
traer hoy? preguntó la Hillary con cierta sorna. Yo tenía dos caminos: ponerme la piyama o suicidarme con un compás
Baco. Golpecitos en la puerta. Era el pulpo tropical que retornaba vencedor: ¡Lijto!, dijo mientras penetraba con un
refrigerador cargado en unos diablitos. Lo conectó y, antes de salir, dijo su frase más enigmática: lojtuve enfriando por
ji también ejtá dejcompueto, pué. En efecto: estaba helado. Todo tiene remedio en este país. Es cosa de que nos den
tiempo.

La mañana llegó más descompuesta que el servibar: lluvia, nublados, viento. Con cierta tristeza y muy
desmañanados, nos dirigimos al Teatro Clavijero. La reunión de los amigos de los museos se inauguró con la debida
pompa y circunstancia. Salió padre el numerito y se volvió glorioso con una lúcida e impecable conferencia de
Federico Reyes Heroles sobre Clavijero y la conciencia americana. Oir a Federico es entender que México también
produce hombres luminosos. Salimos a la calle y la hostil mañana se había convertido en un radiante mediodía
jarocho. ¡Lijto!.

Díaz Mirón

Mientras tú, lectora lector querido, lees esto, yo estaré en el ya mencionado teatro, tirando el divino rollo sobre un
poema de Díaz Mirón. Después pasearemos por Veracruz, comeremos rico y regresaremos a México. El sábado
tengo que "cubrir dos eventos" igualmente escalofriantes: la Serie Mundial (¡odio a Joe Torre!) y la fastuosa boda de
Guadalupe Loaeza y Enrique Goldbard. En la serie, le voy a los Mets y en la boda le voy a los dos. Además: hoy toca.

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Gaceta del Angel / '¡Excélsior

Por

Germán Dehesa
(23-Oct-2000).-

Mandé poner el mar para regalártelo, le dije a Juana Inés Abreu, amiga querida. No mentí. Ese mar que estrenó
Veracruz el viernes 20 de octubre era nuevecito; tanto, que apenas se estaba alisando sobre el puerto. Ya entrado en
gastos, ordené que colocaran un verdadero sol, un poquito de playa, el malecón radiante y algunas muchachas. Lo
demás, no les voy a mentir, ya estaba. Con vista al mar y con derecho al aire suave, éramos cinco a la mesa y la vida
tuvo con los cinco la amabilidad de regalarnos la felicidad entera. Aún para Veracruz, era un día singularmente bello y
si éste viene sazonado con tres mujeres en flor, buena plática, una copa de vino blanco y chilpachole de jaiba, pues
todo está ¡lijto!. El motivo del ágape era nimio pero significativo: horas antes en el Teatro Clavijero, trabajando a gran
altura y sin red protectora, su Charro Negro se había aventado 70 minutos de plática en torno a Salvador Díaz Mirón y
sus fantasmas. Me consta que la vida borda muy laboriosamente sus historias ("es muy curiosita", diría mi tía Chelo).
En el veloz e incompleto recuento biográfico que hice del rijoso poeta jarocho, me referí a los hermosos poemas que
cinceló en la cárcel. En dos me detuve especialmente: "El Fantasma" que le daba sustento a la charla y "¡Excélsior!"
que contiene unos versos que me parecen la clave (de sol) de su radical cambio de actitud poética. Dicen así: "En
versos que perduren/ publicaré a los siglos mi venganza." La plática resultó bastante aseadita y, con tal motivo, estaba
yo sentado frente al mar y rodeado de cuates por todas partes. Siempre que termino una charla y no soy linchado
masivamente, me viene una gozosa sensación de alivio y de resurrección. Yo no podía suponer que mientras yo
celebraba tan ricamente mi supervivencia; en el quinto piso de un céntrico edificio de la ciudad de México, Regino
Díaz Redondo, desencajado, cerúleo, maquillado y con decadente aire de avejentado intérprete de tangos; se
encontraba con sus propios fantasmas que, como en una arrabalera versión shakesperiana, se reunían para pedirle
cuentas y para gritarle: ¡a la calle!, ¡a la calle!.

Todo esto lo supe y lo vi después y es hasta ahora que lo escribo, que alcanzo a vislumbrar los secretos, extraños,
terribles pasadizos de nuestra historia. En el caso del que fue "El Periódico de la Vida Nacional", no podemos hablar
de venganza. Es un caso palmario y ostensible de justicia poética. Para que ésta pudiera cumplirse muchos hombres
y muchas mujeres escribieron versos que perduraron. Uno de estos hombres acaba de publicar un libro perfecto que
se titula "PINOCHET. Vivir matando", su autor es Julio Scherer que sabe, como Díaz Mirón, que contra la canallada
ética sólo nos queda la precisa perfección estética. Si quieres darle a la villanía en mitad de la frente, habrás de tomar
tu pluma y escribir: "de la traición no se regresa". "¡Excélsior!".

'La Adversidad Podría...

...quitarme el triunfo, pero no la gloria." Este es otro arrebato diazmironiano. Se aplica (como inyección) con toda
conveniencia al prolongado martirio que sufrí en el primer juego de la Serie Mundial. Ambos equipos hicieron todo lo
posible para perder; uno de ellos, aprovechó la posibilidad de ganar. El juego comenzó tenso, siguió emocionante y se
disolvió en un sopor que ya lo único que deseaba era que algún equipo ganara para poder dormir. Los Mets son
indómitos (y medio babas) y darán la pelea. Las apuestas siguen en pie y estoy en espera de noticias de Javier
Solórzano que, cual delantero del Guadalajara, especula mucho, pero no concreta a la hora de la hora. No soporto a
los yanquis: son como el PRI en la época de gloria y creen que la victoria les pertenece por derecho. Lo malo es que
con este falaz argumento convencen a sus rivales. Me caen en los purititos juanetes.

El Lobohombo

El fuego, los heridos, los muertos: la enérgica, la dolorosa nitidez. Lo demás es bruma. El gobierno del DF se dice
maniatado por la venalidad de los jueces: tendría que haberlo notificado a la sociedad antes de la desgracia. El
trafique de licencias para giros negros lejos de cesar, se ha encarecido y multiplicado. Según veo, todos los
involucrados quieren una salida "política"; ninguno parece desear una justicia a fondo que podría balconearlos a
todos. Dolores Padierna y Andrés Manuel nomás ven venir la inmensa bola de nieve que les van a heredar sus
cooperativos antecesores. Asunto caliente.

Envío
La mejor gratificación de estos trabajos de amor escritos es la cantidad de amigos, invisibles pero reales, que surgen
aquí y allá. Estos renglones son para Thomás que antes de conocerme, me regaló; me regaló una hermosa pluma que
tendrá el benéfico efecto de robustecer mi prosa y aliviar mi ignorancia. Gracias.

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Gaceta del Angel / Vamos subiendo la cuesta

Por

Germán Dehesa

(24-Oct-2000).-

...que aquí en mi calle se acabó la fiesta. Así ve las cosas Joan Manuel Serrat; pero Vicente Fox no es de la misma
opinión. Desde su física eminencia, la fiesta apenas va a comenzar. He leído con ese horror y con ese tierno asombro
que me producen las invitaciones para una fiesta de 15 años, el programa de celebraciones que el equipo foxista ha
concebido y parido para el próximo 1o de diciembre. No me parece ni bien, ni mal; me parece algo peor: es cursi. Creo
que nada más faltaron los cisnes de hielo y los violines de Villafontana, pero ya aparecerán. Lo digo en serio: ni que
fueran las fiestas del centenario (que tan bonitas le salieron a don Porfirio que no sabía que le quedaban 35 días de
reinado). De no mitigar esa lista que yo leí, la toma de posesión de Vicente I va a resultar una mezcla entre la boda de
Lady Di, la inauguración de las Olimpíadas y la coronación de Miss Guanajuato. Todo esto (¡que no se vea pobreza!)
con cargo al erario (y no como dice pleonásticamente Raúl Salinas cuando hace telefonemas privados: "el erario
público").

No se crea por esto que yo no considero que hay mucho que celebrar (y hay todavía más por hacer). Lo que me
ocurre tiene más que ver con eso que se llama "pena ajena" y con eso otro que alguna vez se llamó "sobriedad
republicana". Hasta donde sé, México es un país pobre y empobrecido y ya no desea que lo empobrezcan más.
Alguien me dirá que estoy exagerando y que las celebraciones no van a salir tan caras, porque han conseguido muy
buenos precios en el salón de fiestas "Auditorio" y los elotes de la "verbena popular" estaban de oferta en la Comer.
Es posible; pero estamos hablando de un candidato que denunció una vez tras otra los dispendios oficiales y sus
onerosos protocolos. Si así vamos a estar, todavía no entiendo en qué consiste el cambio. Cualquier funcionario
priísta, con pretexto o sin él, organizaba pachangas igual de excesivas e igual de patéticas. En dado caso, yo me
hubiera ahorrado esa lana, habría esperado seis años y, si mi gestión como Presidente le hubiera traído a México una
mejoría sustantiva, me hubiera dicho: ahora sí te mereces una buena pachanga.

Armarla en mi primer día de gobierno me parece de un cierto mal gusto; pero yo no sé mucho de estos fastos cívicos.
Lo que ya sé desde ahora es que, en el muy improbable caso de que alguien decidiera invitarme, no asistiré porque
me horrorizan las celebraciones faraónicas y porque, entre las contadas certezas que la vida me ha regalado, está la
comprobada seguridad de que una fiesta, mientras más ostentosa y retadora es su preparación, más aburrida y
menos festiva resulta. En mi casa y con mi gente brindaré por estos seis difíciles años que le esperan a México y, en
verdad, le desearé la mejor de las suertes al nuevo Presidente y a su nuevo Gabinete que de tanto cocinarse, ya se
anda tatemando. Resulta además que ese mismo día voy a estar muy atareado, pues por la noche estrenaré en mi
giro negro un novedoso y decembrino espectáculo satírico-musical que llevará el galano título de "Cartas a Santa Fox"
al que, por supuesto, está invitado don Vicente para que ría con las botas puestas.
Sopita Caliente

¿Qué pueden hacer las mujeres por nosotros?. Tengo entendido que todo. Fourier decía que el grado de civilización
de un pueblo se mide por el grado de libertad que tienen sus mujeres. Esto lo leí en una entrevista a Octavio Paz
recopilada en el libro titulado "Entre la historia y la memoria" (Ed. Conaculta) tramado por una mujer inteligente
llamada Silvia Cherem. Ya con esta bibliografía les puedo contar que estaba yo en la boda de la implacable Loaeza
cuando un mesero me puso ante los ojos un plato hondo que contenía una sustancia que parecía esperma de ballena.
¿Qué es esto? pregunté con visible horror. El resto de la escena corrió a cargo de las mujeres. Crema fría de elote,
respondió la Hillary y ya sé que no te la vas a tomar. ¿No se la va a tomar?, ¿por qué?, preguntó mi cuataza
Francesca. Porque a éste (yo) no le gustan las sopas frías (el subtexto era: es un ñero rupestre que no sabe ni
comer). Nomás faltaba, dijo Francesca, ahorita mismo yo me encargo de que esté calientita. Tomó mi plato,
desapareció y, minutos después, reapareció con un plato humeante. Estaba rica la sopa. Repito mi pregunta: ¿qué
pueden hacer las mujeres por nosotros?. Respuesta: todo y además encargarse de que siempre tengamos caliente
nuestra sopita (expresión que admite muchos significados).

Envío

Hoy lunes 23 fue Día del Médico. Estos renglones son para mis médicos. Se llaman Margarita, Carlos, Pedro, Lauro,
Leonardo, Alberto, Xavier, Rafael, Leopoldo, Rosy y de muchos otros modos. Otras profesiones admiten y permiten la
mediocridad, pero sólo un gran médico merece el nombre de médico; los demás son funcionarios de Gayosso.

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Gaceta del Angel / ¿Competencia desleal

Por

Germán Dehesa

(25-Oct-2000).-

Hoy, martes 24, la CANACAM (Cámara Nacional de Autotransporte) amaneció de malas y dispuso que ya era hora de
aventarse un tirito en favor de "la dignidad de sus agremiados" y en contra del muy zarandeado Herminio Blanco. ¿El
motivo? La pasividad y hasta la complicidad de la SECOFI frente a la "competencia desleal" que le hacen a nuestros
autotransportistas sus similares norteamericanos. Con tal motivo y al grito de ¡Muera el Santa Anna postmoderno! los
canacamos decidieron bloquear por algunas horas varias de las carreteras más importantes de algunos Estados del
país. Como ya es una noble tradición entre nosotros, cada vez que algún organismo real o virtual decide
inconformarse con el gobierno, somos los ciudadanos comunes los que tenemos que pagar con tiempo perdido, con
libertad atropellada y con la anticonstitucional cancelación de nuestro derecho al libre tránsito, los costos de tales
inconformidades que, en su enorme mayoría, tienen un turbio trasfondo político. En el caso que hoy nos ocupa, el
costo ha sido más alto: en el Estado de Puebla ya murió un conductor que no esperaba encontrar la carretera
bloqueada y pulverizó su automóvil y su vida contra un trailer.

De Puebla, permítanme manejar en reversa hasta el Puerto de Veracruz. A una cuadra de Plaza de Armas tomo un
taxi y le pido que, sin la menor prisa, me lleve por el Malecón hasta mi hotel. Creo que los dos disfrutamos del paseo.
Pelo crespo, gordito moreno y cachetón, el chofer me cuenta que él nació en Veracruz y que ahí piensa morir; porque,
mire usted, hace como diez años me entró la tentación de hacerme trailero como mi hermano y me fui con él para que
me enseñara cómo era la cosa. Nooo, lo que yo le cuente es poco...es jugarse la vida todos los días...hay que
manejar un trailer carcachiento por horas y horas...jugarse la vida...dormir a ratitos ahí en la cabina...meterse a la
droga, primero para estar despierto y luego ya por gusto, pues...y si no te mueres y si no matas a nadie, pues te
pagan una miseria...nooo, mi jefe, yo me quedo aquí y aunque viva fregado, pues vivo contento; en cambio mi
hermano también está fregado, pero ya se volvió loco, pues...

Pues sí. Aunque no pretendo darle peso de argumento jurídico a esta conversación casual, me gustaría que sirviera
para que la belicosa CANACAM o alguien me explicara quién le está haciendo competencia desleal a quién. Como
comprenderán, no es mi urgencia en la vida defender a Herminio Blanco; pero tampoco me parece justo disfrazar de
"nacionalismo" lo que tiene que resolverse en los términos de una disyuntiva inaplazable: entre un servicio nacional
vinculado con la corrupción, el abuso, la explotación, el riesgo y la ineficiencia y un servicio similar prestado en
mejores condiciones por una empresa extranjera ¿cuál vamos a preferir?. Si ambos servicios fueran igualmente
legales y eficientes ¿tendría sentido hablar de "competencia desleal"?.

AAACA. Vendo Rento o Permuto

Ejemplar seminuevo del libro de Carlos Salinas. 1,300 páginas intactas. Cambio por libro Maradona, patín del diablo, o
enchiladitas de San Luis. Sin intermediarios. Amparos vigentes. Posibilidades de incendio remotas. Seriedad y
experiencia. Interesados comunicarse directamente horas hábiles. Precio de locura. Recuerdo inolvidable. Libro puede
donarse obras benéficas. Aproveche.

La Insidia

El muy muy. Con la serie a su favor 2-0, Javier Solórzano me manda público recado de que a él, como a mí y como a
Vicente Leñero, los Yanquis le caen en los purititos callos; pero que, por esas cosas raras de la vida, él le va a ésos
que, con inédita cursilería, son llamados "los bombarderos del Bronx" (¡Ay, chulis!). Yo le voy a los Mets, aunque
reconozco la luciferina maldad de Joe Torre y la desconfianza que me inspira Valentine que hace bombas de chicle
mientras sus jugadores riegan baba por la grama. Hoy a las 18:00 horas, no hay apuesta posible. Si como adivino, los
Yanquis y su visajiento Duque Hernández muerden el polvo de Shea Stadium, la serie se pondrá 2-1 y ya podemos
negociar una cena para ocho personas en el más rumboso y oneroso restorán de la Capital. Si pierden los Mets, no
hay nada que hablar. Tal como lo ofrecí, me autoinmolaré en el medio tiempo del espectáculo "Para Serrat con broche
de oro" que este miércoles presentarán en La Planta de Luz Nacho Méndez y Enrique Rambal. Está bien que yo le
vaya a los Mets, pero el Solórzano quiere extraer de mí su bono sexenal. Tampoco.

Cualquier correspondencia con esta columna que no es desleal ni competidora, favor de dirigirla a
gdehesa@infosel.net.mx o al Apartado Postal 19-111, Delegación Benito Juárez, México D.F

Gaceta del Angel / El ginecomuégano

Por

Germán Dehesa
(26-Oct-2000).-

Con Rosario Robles las diferencias pueden ser muy grandes, pero el respeto es mayor. Esto me lo dijo un alto
funcionario del actual gobierno federal y yo lo suscribo palabra por palabra. En los turbulentos días que estamos
viviendo, Rosario ha estado, con suerte adversa o favorable, en todas las batallas. El desastrado asunto del
Lobohombo es para ella y para muchos, una papa ardiente (nunca mejor usada la expresión). La infatigable Rosario
no sale de una bronca, cuando ya está en otra. Ahora el hiperpancho se armó a raíz de un ofrecimiento de las
autoridades del gobierno del DF que se anunció bajo el poco logradito rubro de "Primera Feria de Salud Sexual y
Reproductiva" que incluía el ofrecimiento de exámenes gratuitos de osteoporosis, papanicolau y cáncer de mama para
ñoras y ñoritas. No sé qué habrá ocurrido en el camino (el fuerte de los ciudadanos de nuestro país es no saber); no
sé si los organizadores no calcularon bien la cantidad de mujeres que están dispuestas a arrancarse rumbo al Zócalo;
no sé si la cifra de mujeres que ya no se resignan a que su cuerpo sea carcomido por esos males que, si se detectan
a tiempo, pueden ser conjurados, fue minusvaluado; pero el asunto es que de pronto el Zócalo fue ocupado por un
enorme ginecomuégano (en español antiguo: un gran hacinamiento de mujeres) que solicitaba los exámenes. Los
organizadores fueron rebasados y el asunto desembocó en denuestos y desorden. Habrá medios que decidan mirar
este evento como un nuevo "error" de Rosario. Difiero. A mí me emocionan la generosidad solidaria y la aparición en
la escena nacional de miles de mujeres que respetan y cuidan sus cuerpos y sus vidas. En este asunto preciso, lo
último que se me ocurriría sería atacar a Rosario. Prefiero decirle: ¿en qué te puedo ayudar?; ¿por qué no
convocamos a tantos y tan buenos ginecólogos que hay en la ciudad, a tantos internos y enfermeras que también
pueden ayudar, a los laboratorios, a los hospitales públicos y privados que nos puedan echar la mano, a los miles de
ciudadanos que podemos ayudar en la logística y organización de esta batalla por la vida, la buena vida de nuestras
compañeras?. Tú nomás avísame, Rosario, y nos echamos a andar. Nuestro objetivo es clarísimo: que ninguna mujer
padezca o muera por falta de atención oportuna. Acuérdate de que un buen triunfo suele pasar por una mala derrota.
Luego nos podemos seguir peleando; pero esta tarea hay que llevarla a buen término. Se trata de nuestras mujeres. Y
al decir "nuestras", no estoy hablando en términos de propiedad, ni mucho menos de superioridad. Es una cuestión de
amor.

Aquí Vine porque Vine...

...a la feria de las flores. La canción es de Chucho Monge y, de momento, no quiero detenerme en ese arrebato de la
muy extraña lógica mexicana que declara que "aquí vine porque vine". Me interesan las flores y su inevitable vínculo
con la felicidad mexicana (aunque bien me consta que, ni de lejos, tenemos el monopolio del amor por las flores). Será
el sereno, pero de mí sé decir que sin la cercanía de las flores el alma se me empoza y petrifica. Lo comprobé en la
boda de Guadalupe Loaeza donde, como ya reseñé, "la situación era tensa". Nada que las flores no pudieran
remediar y había muchas y muy bellamente dispuestas: un arco floral a la entrada y una armoniosa y florida asamblea
en cada mesa. Me llamo Becky Alazraky, me dijo una mujer de ojos florecidos; yo puse las flores. Ya lo sabía, pensé
pero no lo dije para no sonar a Mona Bell. Luego platicamos y luego nos despedimos; pero toda despedida es ilusoria
y nunca nos vamos del todo. Hoy retorna mi exposa de su gira triunfal por el Tibet (vieja loca) y se dio la urgente
coyuntura de que sus hijos y el padre de sus hijos la recibiéramos como a Julio César cuando volvió de las Galias.
Vuelve Becky a escena, porque este lance en México sólo puede resolverse con flores, muchas flores y no hay cerro
que se me empine, ni cuaco que se me atore.

La Visitación del Canguro

Hallábame yo en pleno disfrute de la dramática victoria de los Mets sobre los Yanquis (¿cómo te quedó el ojo, mi
estimado Chima Solórzano?) cuando tres voces que hoy, además de familiares, me resultan entrañables, me lanzaron
de regreso a Australia. Eran Toño de Valdés, Enrique Burak y José Segarra. Quizá les falta el aura mítica del Mago
Septién, Sony Alarcón, Oscar Esquivel, Carlos Albert, Fernando Marcos y Angel Fernández, pero según me consta, en
cuanto a información, disposición para trabajar, empatía y capacidad de comunicación, no le piden nada a nadie.
Haber compartido con ellos un tramo de la vida y los sobresaltos del inefable Hotel Rex; el hecho mismo de que ellos
y la dulce amiga Rebeca de Alba y Javier Alarcón y Liceaga y Benjamín Hidalgo y Ricardo Pérez Teuffer y todos me
hayan hecho sentir aceptado, estimado e incluído, me hace entender que el agobiante viaje valió la alegría. Al "yo" no
le tengo nada de confianza; la felicidad y el buen futuro es tarea del "nosotros". A eso, ahora entiendo, fui a Australia:
a fundar un "nosotros". Cuenta el viejo cronista que en su infancia uruguaya formaba parte de un equipo de futbol.
Después del partido, regresaban a casa cansados y felices, cercanos y solidarios cantaban: "ganamos; perdimos/
igual nos divertimos." Pues eso. Mi futuro televisivo es inexistente; mi agradecimiento ahí está.

Cualquier correspondencia con esta columna que es un rosario gozoso, favor de dirigirla a gdehesa@infosel.net.mx o
al Apartado Postal 19-111, Delegación Benito Juárez, México D.F

Gaceta del Angel / Cinderfox

Por

Germán Dehesa

(27-Oct-2000).-

En un tono entre braverón y explicativo, Martha Sahagún, la voz del cambio, puntualizó y reiteró lo que ya se había
dicho aquí: las fiestas de coronación de Chente The First van a salir muy económicas. Dos precisiones hace la señora
vocera: se erogarán (¿quién?, ¿de dónde?, ¿no es lana nuestra, verdad?) solamente siete millones de pesos (¿tan
poquito? yo me he gastado más en una taqueada) y que esa módica cantidad coincide exactamente con lo que se ha
gastado en las tomas de posesión de los Presidentes anteriores. ¿Enterados?, pregunta la vocera. ¡Enterados!
(¡booono, booono!) respondemos los siempre sospechosos chicos de la prensa.

Una vez enterados, queremos saber todavía más cosas y apuntar algunos señalamientos. Es importante dejar claro
que estamos hablando de cuestiones públicas y que, por lo mismo, se hacen o deberían hacerse con transparencia y
pleno conocimiento de la comunidad. Dice doña Martha que la fiestecita nos va a costar sólo siete millones. Ya es una
lana. No tengo elementos para dudar de la veracidad de lo que declara la todavía señora Sahagún, pero se me ocurre
que, para evitar toda suspicacia, sería un magnífico ejemplo de transparencia republicana que los foxiorganizadores le
proporcionaran a los medios una copia fiel y detallada de su presupuesto de gastos para que veamos cómo y en qué
se aplicarán los dineros para alcanzar la bonita cifra de siete millones. A lo mejor, podemos conseguir precios más
accesibles y obtener ahorros sustanciales. También puede suceder que la cuenta no esté bien hecha y esto traiga
como resultado que, como ya nos ha sucedido, la vasta y basta pachanga resulte un poco más cara de lo que
originalmente se pensó (digamos: unos 15 millones más). ¿Podríamos, si es usted tan amable, tener acceso a ese
presupuesto para una fiesta pública hecha con dinero público, o son datos de seguridad nacional?.

Hay un segundo asunto. Dice doña Martha que lo que ahora se va a gastar en la elevación a los laicos altares del
nuevo señor Presidente es lo mismo que se gastaba en los festejos de los anteriores mandatarios. Puede ser cierto
(habría que cotejar presupuestos que jamás han pasado por nuestra vista). Lo equívoco es que Martha Sahagún nos
lo diga con un tono que parece incluir la pregunta ¿de qué se espantan si es lo mismo?. Me apresuro a responder: eso
es precisamente lo que nos espanta: que todo siga siendo lo mismo. Creo que todos los que votamos razonadamente
por Fox lo hicimos para que las cosas de este país ya no fueran lo mismo; dicho más abreviadamente: votamos por el
cambio. Creo que hasta el mismo Fox habló de cambio, pero ya no me acuerdo bien. De cualquier manera, defender
esas pachangas que se aproximan con el argumento de que van a costar lo mismo que las de antes me parece, para
el ánimo actual de la sociedad, lo más contraproducente e insostenible. Señora Sahagún: ¿alcanza usted a entender
que somos muchísimos los que ya no queremos que las cosas sean como antes?; ¿alcanzan ustedes a entender que,
con o sin Fox, México está cambiando y su voluntad apunta por el rumbo del trabajo y la justicia y no está de mucho
ánimo para fiestecitas anticipadas?. Apenas estamos saliendo del infierno y ya quieren celebrar la llegada al cielo.
¿Cuál?... Ojalá y lo entiendan. De no ser así, sigan con sus preparativos. Un cuate mío alquila unas carrozas
bellísimas en forma de calabaza para bodas, XV años y tomas de posesión. Y lástima que el Lobohombo ya está muy
quemado, porque podríamos rematar ahí con drástico chanclazo popular; o podríamos, a modo de gran final, irnos de
viaje, como el Edil de Xalostoc a Grecia y Vatisitios aledaños con cargo al erario. No, si les digo.

Un Drama Doméstico

Fue Día del Médico. Con todo y que pertenezco al Club de Scrooge, me dio gusto. Hasta aquí, no había ningún
drama. La turbulencia comenzó cuando ante mi alto acatamiento se presentó una comisión (¡booono, booono!)
formada por el Bucles (el acarreado) y su pugnaz madre (la acarreadora). Su queja era clara y contundente: ¿cómo te
atreves a hacer una lista de tus médicos favoritos y no incluyes al Patopedíatra?. Mi línea de defensa fue muy clara: el
Pato es un excelente pedíatra y un admirable escultor; cuando le tocó intervenir en mi difícil proceso de recuperación,
procedió como escultor y me hizo un vaciado en yeso en la tráquea; ergo: lo felicitaré el día del escultor. No convencí
a nadie, pero mi argumento es impecable.

El Holocausto que Viene

Hoy jueves por la noche, los Mets decidirán si nuestro destino será trágico o épico. En el primer caso, por puro honor
nipón, lo que me toca es el Seppuku (el suicidio honroso). Como voy a estar en Guadalajara, la ceremonia será en la
Fuente de la Minerva. Consumiré mi vida, pero antes consumaré: hoy toca (¡booono, booono!). Si no nos dan bono,
aunque sea que nos den bonito.

Cualquier correspondencia con esta columna que quiere cuentas y no cuentos, favor de dirigirla a
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Gaceta del Angel / ¿Arde Tlaquepaque

Por

Germán Dehesa

(30-Oct-2000).-

La respuesta es afirmativa. El viernes 27, Tlaquepaque, Tonalá y Guadalajara toda eran, por efecto de los drásticos
rayos solares, un inmenso horno. Ese súbito encogimiento del cuerpo que se experimenta al abandonar el avión y
sentirse incorporado de golpe a un enorme trompo de tacos al pastor, sólo lo había experimentado en Mexicali.
Cualquier mujer inteligente hubiera llevado como única vestimenta un chorcito y un topsito (así dicen ellas). Como yo
milito en el género complementario y nunca le atino a la ropa adecuada, me presenté con traje oscuro de lana y, en
menos de dos minutos, ya me estaba tambaleando. La camioneta no tiene aire acondicionado, me dijo el amable y
atlista jovenzuelo que hizo el favor de recoger mis restos, ¿no le importa, verdad?. Estas preguntas mexicanas de
respuesta obligatoria siempre me han producido una estupefacción enorme. No, no importa, le dije mientras abordaba
una especie de horno de microondas motorizado. ¿Estamos muy lejos de donde vamos?. Un poco, pero a lo mejor, no
tan poco, porque es viernes, porque hay obras, porque hay paros y porque el calor como que ataruga ¿le urge llegar?.
Realmente no; yo de todos modos lo que necesito es suicidarme porque perdieron los Mets, lo puedo hacer en la
Minerva, o calcinarme lentamente aquí dentro de la camioneta. ¿Le iba usted a los Mets? (el muy miserable esbozó
una piadosa sonrisita), paso a creer. Yo le voy al Atlas y no me tienen nada contento (para contarme con detalle las
múltiples congojas que le ha producido el equipo rojinegro, disminuyó la velocidad, mientras yo me derretía como
muñeco de pastel) ¿usted estaría contento con el Atlas?. Usted (que era yo) sólo emitía ruidos confusos como de
tortuga agonizante. Cuando recuperé el discurso, pregunté: ¿no podríamos ir más rápido?. ¿Y para qué?, aquí
adelantito se vuelve a congestionar; la verdad, yo no entiendo a los políticos, aunque reconozco que aquí en Jalisco el
PAN no lo ha hecho tan mal ¿no cree?...aunque tampoco lo ha hecho tan bien ¿verdad?...al Bebeto lo queremos, pero
como que llegó muy verde ¿no se le hace? (el que estaba francamente verde era yo)...y ahora vienen las elecciones y
todos están metidos: el Cardenal y Barbosa y luego el candidato del PAN es medio pesadito y ahí está la bronca de
los Arcos de Sebastián y los traileros y como que todo eso pesa ¿no se le hace? (a mí ya no se me estaba haciendo
nada)...todo mundo piensa que va a ganar el PAN, pero paímí que no va a estar tan fácil, porque Arana, aunque es
del PRI, se ve decente o ¿usted qué piensa? (creo recordar que a estas alturas ya estaba yo dormido y no suelo
pensar dormido)...aquí en Jalisco pasan cosas muy raras, usted lo va a ver, en un descuido todos vamos a decir: pues
como ya va a ganar el PAN, yo voto por el PRI para que todo salga más balanceado y luego cuando cuenten va a
resultar que ganó el PRI ¿qué le parece? (el verboso conductor tenía cara de Einstein explicando la Teoría de la
Relatividad)...¡ya llegamos!, siempre es un gusto platicar con gente que sabe...yo le dije que en menos de hora y
media íbamos a llegar ¿cómo la ve?. Yo casi no veía. Agradecí los buenos servicios, la síntesis informativa, comprobé
que hacía más calor dentro que fuera del coche y procedí a dar una charla sobre variados temas. Cuando terminé, me
puse a platicar con distinguidos representantes de la sociedad tapatía y descubrí que, gracias a todas las filtraciones e
informes confidenciales que me había hecho el chofer, era yo un verdadero experto en actualidades jaliscienses. Yo
repetía palabra por palabra lo que me había dicho el infatigable conductor y mis escuchas comentaban: ¡exacto!,
¡luego luego se ve que usted conoce a fondo la situación!. Si yo fuera jalisciense, votaría por el chofer ¿no creen?.

¿Pagar o No Pagar?

¿Qué hacer?. Javier Solórzano y otros oscuros seguidores del millonario equipo del carismático George Steinbrenner
(que está sonando mucho como nuevo director de Excélsior) exigen el pago de su bono beisbolístico. Frente a las
inhumanas presiones que estoy recibiendo, me permito hacer la siguiente declaración: Dehesa sufre. Vive tiempos
difíciles. Ha pensado en el suicidio con una pluma atómica. Ha especulado con la posibilidad de irse a Houston a
operarse de unas várices y ha contemplado también la suspensión de pagos; pero ante el peligro de que Solórzano y
sus golpeadores cierren mi calle (¡bono, bono!) informo que estoy dispuesto a pagar. Todos los interesados deberán
presentarse en mi oficina de 11:45 a 12:00 y solicitar una formita que deberán llenar por triplicado. Favor de
presentarse con tres retratos tamaño infantil, una identificación vigente, muestra de orina, placa de tórax, certificado
de no embarazo, cartilla liberada, actas de nacimiento y de no antecedentes penales, copia de la CURP y una carta
del padre o tutor. Las solicitudes serán revisadas por el comité correspondiente y en 40 días hábiles, el nombre y el
folio de los solicitantes aceptados se publicará en el Diario Oficial y en Susy, secretos del corazón. Quedará así
constituida la mesa directiva de los Cenadores del Huarashington. Voy a pagar, pero les va a costar trabajo.

Cualquier correspondencia con esta columna al pastor, favor de dirigirla a gdehesa@infosel.net.mx o al Apartado
Postal 19-111, Delegación Benito Juárez, México D.F.

Gaceta del Angel / Yo acuso a Felipe II

Por

Germán Dehesa
(31-Oct-2000).-

El hijo de Carlos V era un hombre puntilloso, obsesivo, desconfiado y quizá maniático. Todo lo quería por escrito y con
copia y, dado su vasto poder, pudo contagiar de modo fulminante su manía papelera a todos los que dependían de él
(es decir: todos). No es que antes no existiera la burocracia, pero la versión austro-hispánica que patentó don Felipe
produjo una mutación tan magnífica que ya incluía en su proyecto a Joel Ayala y a doña Tencha que, frente a una
ventanilla, hace una laborcita de crochet y come una torta de arroz con huevo mientras tú y yo, con algún estúpido
papelito verde en la mano, tenemos que escuchar su indignado reclamo: ¿qué no ve que estoy ocupada? (al decir
esto, suele escupir algunos arrocitos tránsfugas). Visto desde un Estado que se quería omnipotente y que de ninguna
manera deseaba molestias o intromisiones por parte de la sociedad, la burocracia que engendró el llamado "Príncipe
papelero" fue todo un hallazgo. Por una parte, le dio empleo a muchísimos seres que no querían y/o no podían
emplear su vida en algún proyecto personal y productivo. El Estado sabía que el burócrata no sabía y que ni siquiera
sabía que no sabía. Esto le garantizaba un apoyo no por inerte y bovino, menos útil en determinadas coyunturas. Pero
la burocracia cumplía otra función igualmente estratégica: tener a raya y a prudente distancia a la sociedad.
Supongamos que yo quisiera respetar la ley y solicitar del Estado su apoyo para corregir una injusticia, o su
aprobación para iniciar un negocio o para legalizar la herencia de mi abuela. Para conseguir cualquiera de estas
cosas, yo tenía (tengo) que ingresar al laberinto de la burocracia donde, a manera de los héroes épicos, tendré que
enfrentarme a doña Tencha en todas sus variantes y mutaciones (la torta puede ser con o sin huevo). Nadie me dice
tajantemente que no; nadie me dice fácilmente que sí. Siempre queda algún trámite pendiente; siempre falta el
taloncito amarillo con ese resello que sólo lo ponen en Tláhuac si estás en Azcapotzalco, o en Contreras si estás en
La Villa. Hagas lo que hagas, siempre hay una Tencha en tu futuro. Este es el horror que desató Felipe II y que, a la
fecha, no hemos logrado conjurar.

En buena ley, no descarto la posibilidad de que exista uno o algunos burócratas que se esmeren en hacer bien su
trabajo. Nunca falta una oveja descarriada; pero ellos mismos saben que son organismos anómalos que lo único que
hacen es granjearse el intenso odio de sus compañeros, la violenta rabia de los coyotes y la desarmonía total de su
microcosmos. Los admiro y no me molestaría cooperar para su bono sexenal; pero me veo en la obligación de decirles
que son productos anómalos, que van a contracorriente de la historia, que no han entendido bien y que pueden
producir un grave daño al sistema del que forman parte. Ni México, ni ningún país está preparado para la brutal
detonación social que se produciría si, por un acto de locura colectiva, la burocracia despertara mañana dispuesta a
trabajar con el máximo de eficiencia y productividad. Hasta Beijing se escucharía el tronido; México se convertiría en
un inmenso Lobohombo y ya nadie entendería nada. Tranquilos. No hay motivo para preocuparse. Las posibilidades
de que esto ocurra tienden a cero.

Hoy, por ejemplo, doña Tencha no fue a trabajar. El minilider que depende del mesolider que acuerda con el maxilider
le pidió que fuera solidaria y ayudara en la urgente tarea de desmameyar la vialidad de la Capital. Su derecho a bono
sexenal está gravemente amenazado y, compañera, hay conquistas laborales irreversibles. Doña Tencha se resignó a
comer su torta en San Lázaro y se incorporó al contingente. En El Escorial, Felipe II sonríe. Con lo que no cuenta la
burocracia es con la perversidad del sistema. Ya tiene un instrumento letal para partir en dos su legítimo movimiento:
un puente. Ahí los quiero ver. ¿Seguirán en pie de lucha o se irán a Las Estacas?.

Solicito Exorcista

Para desasosiego de las señoras mexicanas y para la consecuente inquietud de los señores, Joaquín Cortés ha
regresado a México. No hay mucho que decir acerca de los poderes absolutos que este hombre ejerce sobre el
escenario, sobre la danza y sobre los infinitos lenguajes del cuerpo. Para decirlo con la voz de Rilke: es un arcángel
terrible. Hasta aquí llega mi admiración. Después comienza mi angustia. Este domingo, mientras los Pumas
empleaban su ineptitud en patrocinar generosamente el triunfo del América, Joaquín Cortés tomaba por asalto el
Auditorio Nacional. Ahí estaban la Hillary y nuestra mutua amiga Luzdeluz. Algo muy grave tiene que haber ocurrido,
porque la Hillary regresó entre atejonada y estupefacta. Hagan de cuenta que la hubieran puesto en pausa. Lejos de
hablar, balbucea; incapaz de respirar, suspira y todo su ser parece suspendido entre la realidad y el Mictlan. Puede
ser un alma en pena, o un ser en gozo. Puede ser el Béndix. No lo sé, pero está convertida en una especie de
Gasparín del erotismo virtual. Padece un rapto. Solicito los urgentes servicios de la Paca o de algún otro vidente
privilegiado que la regrese a su natural y bonancible condición. Está gruesa.

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Gaceta del Angel / Dominan Tencha y Felipe

Por

Germán Dehesa

(02-Nov-2000).-

A la vida le ha dado por zarandearme. Supongo que no soy el único, pero sólo yo puedo hacer la crónica de mis
propios zarandeos. Está el fantasma de Felipe II que, en compañía de doña Tencha, me ha escogido como sucursal
de El Escorial y se me aparece en cada esquina bloqueada (por cierto, si los burócratas aplicaran a sus diarios
quehaceres la eficiencia y la sincronizada estrategia que desplegaron el martes para colapsar la ciudad, México ya
estaría entrando de lleno en el primer mundo). Está la muy lamentable noticia de la muerte de Ikram Antaki en cuya
amistad perseveré y que, en su último libro, nos avisa que una nación sin instituciones fuertes y confiables no
prevalecerá. Están dos o tres horas de mi única vida sacrificadas en el escasamente respetable altar de una
burocracia que, en todos los sentidos de la palabra, le está pasando la factura al doctor Zedillo. Está un libro irónico y
terrible titulado "Allá en el campus grande" de Guillermo Sheridan (Ed. Alfaguara) que nos cuenta paso a paso cómo
hemos ido arruinando a la UNAM a punta de gritos sindicales y sombrerazos de "estudiantes" que, a falta de voluntad
académica, optan por la vaga e incomprobable redención del pueblo. Está la noticia que ventila López Dóriga: el
gobierno ya accedió a dar el bono sexenal y está el comentario de muchos enterados que me dicen (espero que
tengan razón) que el asunto no es tan fácil y que ni siquiera puede depender de una decisión unilateral del Ejecutivo.
Con todo esto se fabrica un acongojado insomnio. Y todavía falta recibir la noticia de que los burócratas capitalinos
también quieren su bono y que, conociendo ya el método, se disponen a coaccionar a Rosario Robles. No lo van a
hacer en estos próximos días porque son de puente y un puente es sagrado, pero lo harán a partir del próximo lunes
ya vigorizados por las salutíferas aguas de algún balneario.

¿Será siempre nuestro destino ser rehenes de algo o de alguien?. ¿Existen o no las instituciones?. ¿Será sano
enviarle a la sociedad el mensaje de que la única manera de obtener una respuesta rápida y favorable del gobierno es
mediante el atropello de la legalidad y la flagrante suspensión de la vida pública?. Pueden ser los traileros, pueden ser
los trabajadores de la UNAM (que como bien documenta Sheridan ya son más numerosos que el personal académico,
aunque las tareas que cumplen las podrían realizar con una quinta parte de los que actualmente están en nómina);
pueden ser los burócratas que, sin precisar si son útiles o inútiles o nocivos, le exigen un premio a los causantes
mexicanos; puede ser la nomenklatura o la abuela de la nomenklatura; pero, tal como están las cosas, todo indica que
cualquier grupito o grupote puede obtener lo que se le venga en gana, con tal de que esté dispuesta a obturar e
infartar la vida de una ciudad y del país. Siempre invocarán algún etéreo y sagrado derecho; pero jamás nos
explicarán con claridad qué méritos han hecho para reclamar un premio, una prebenda, una canonjía. A lo más que
llegan es a decirnos: siempre se ha hecho así, la costumbre hace la ley, la clase trabajadora no dará ni un paso atrás
(¿de veras será trabajadora?), no permitiremos que desde Washington nos arrebaten nuestras conquistas (ésta es
una admirable premisa turístico-sociológica). En un país ideal, las cosas podrían ser mucho más sencillas: todo aquel
que trabaje de manera constante y eficiente tiene derecho a ser compensado dignamente. Necesitamos salud,
educación, protección, respeto, información oportuna y justicia. Nada debería conseguirse por el mero hecho de echar
montón; pero esto, mi querida Ikram, requeriría de instituciones moralmente fuertes. ¿Dónde están?. Como no somos
ese país ideal, al momento de escribir estos renglones todo parece indicar que en esta demencial partida de dobles
mixtos, van ganando don Felipe y doña Tencha. Mala cosa.

Nación Refresquera

Los mexicanos, con la muy justificada coartada de que nuestra agua potable es todo menos potable, nos hemos
convertido en importantísimos consumidores de bebidas embotelladas. Como ya se sabe, esto ni siquiera beneficia a
nuestra industria azucarera que ha quedado relegada frente a la irrupción de la fructuosa. Sea como fuere, pronto
tendremos como Presidente a un hombre que prosperó en la industria refresquera. En buena hora. Lo que me parece
menos celebrable es la noticia que leo en el último "Proceso" acerca de que, por lo menos uno de los celebratorios
actos de la toma de posesión de Chente I será patrocinado por "Squirt". ¿Qué es eso?. Si nos dejamos ir por ese
camino, pronto tendremos en la banda presidencial un discreto logotipo de "Nike" y publicidad de "Six Flags" en Los
Pinos. Me dirán que es un mal necesario. Si esto es así ¿por qué no vamos hablando de una vez con Bill Gates para
que "Microsoft" patrocine todo el sexenio con bono incluido?.

Cualquier correspondencia con esta columna con el tránsito interrumpido, favor de dirigirla a gdehesa@infosel.net.mx
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Gaceta del Angel / Ya tengo yo la casita

Por

Germán Dehesa

(03-Nov-2000).-

Las casadas casa quieren. Cosa sabida. Al menos yo, durante mi infancia, juventud y lozana soltería, lo tenía muy
sabido. Mi temprana lectura de la Odisea pirograbó en mi espíritu dos nociones muy claras: las mujeres quieren tener
su casa y permanecer en ella tejiendo, urdiendo, tramando; los hombres lo que disfrutan realmente es, de tiempo en
tiempo, regresar a su casa y sólo para regresar quieren tenerla. Ya en mi período romántico, las enseñanzas de
Homero adquirieron plena certificación. Bastaba ir un domingo cualquiera (any given sunday) a las tardeadas del
Salón Riviera y conseguir que una núbil gacela aceptara bailar en nuestra grata compañía "el amor es una cosa
esplendorosa", para que la susodicha gacela abriera una línea de investigación acerca de nuestra voluntad y
capacidad inmobiliaria. La mera posibilidad de ponerles casa era el Nirvana urbanizado (el Nurbana). Su objetivo en la
vida era tener un depto (hoy depa) y un tostador y unos capitonados guantes de bombero para sacar las cosas del
horno. De compatibilidades sexuales ni hablábamos. El objetivo del gremio masculino era defenderse contra este
ataque a las vías generales de comunicación, posponer las negociaciones, ofrecer bonos y finalmente ponernos a
buscar depto.
Como es del conocimiento general, los años han pasado y los usos y costumbres han sufrido drásticas
modificaciones. La ciudad está pletórica de chicas que viven solas en su depto y ahora somos los hombres los que
experimentamos la urgencia del arraigo habitacional. Penélope se va a la guerra y Ulises quiere quedarse en pantuflas
haciendo crochet y/o viendo el fut. ¿En qué momento me jodí? se pregunta Zavalita, el personaje principal (iba yo a
decir el héroe, pero Zavalita es bastante poco heroico) de "Conversación en la Catedral" de Mario Vargas Llosa. La
respuesta es unánime: sepa. Nadie se aleja de golpe de sus proyectos de vida; una concesión aquí, una omisión allá y
de pronto ya no somos lo que podríamos haber sido. Percibo que me estoy poniendo intensito. Eso me pasa por
escribir en día de Muertos en abierta violación de las sagradas leyes del puente. Lo que realmente quiero decir es que
yo nací en un mundo y ahora vivo en otro. En mi genoma no se encuentra la necesidad de ser dueño de una casa, ni
de nada, ni de nadie. En dado caso, me gustaría alguna vez ser dueño de mí. Desde los huesos siento que cada
propiedad es un ancla y es un barrote que le añado a mi prisión. Esto no me impide entender la urgencia de arraigo
terrenal que experimentan las mujeres (¡bono, bono!). Lo que me tiene preocupado es que mis dos hijos varones,
separados por 20 años de distancia, experimenten la urgencia de tener casa propia. Cada uno tiene sus propias
razones y sus propios temores. Si me apuran, el mayor tiene argumentos más válidos y hasta más tranquilizantes. El
cine nacional ya nos mostró las melodramáticas y llorosas consecuencias que se presentan "Cuando los hijos se van",
pero nada nos ha dicho de la abismal tragedia que cimbra a los padres "cuando los hijos no se van" (méndigos
conchudos).

El caso del Bucles es mucho más complejo. Tiene cinco años y ya ha decidido vivir en una rústica casita arbórea. En
su declaración de hechos y en su pliego petitorio anuncia su voluntad de exilio y exige que se le brinden todos los
materiales y todas las facilidades para residir trepado en un árbol y lejos del mundanal ruido (y que la casa tenga una
terracita). Los motivos para una decisión tan drástica no han sido declarados; pero yo interpreto este temprano acto de
independencia como una maniobra defensiva frente al peligro de que lo volvamos a llevar a Australia a vivir al hotel
Rex y como un enérgico rechazo a volver a colaborar en la confección de un tradicional altar de muertos. Dicho más
sucintamente: está optudimóder. Esperamos que reaccione.

Ya no Hay Respeto

Ahora resulta que a don Norberto le conejearon su camionetota. No hay que ser. Para mayor escarnio -y según dice el
"Reforma" de hoy jueves 2 de noviembre- se la robaron dos veces. El inasible chofer del prelado, Eduardo Vera
Sánchez, declaró que hacia las 14 horas del miércoles 1o, él estaba tirando baba y rezando un triduo compacto en el
palacio arzobispal. Notificado que fue de que don Norberto arrancaría de un momento a otro a una gira de trabajo, fue
en busca de "la unidá" y anda vete ¿cuál unidá?, nomás quedaba el huequito. Ya se la volaron, dedujo con espiritual
celeridá. Procederé a levantar un acta, habríase dicho. Así pasaron muchas horas. El relampagueante Vera se
materializó a las 19:00 horas a presentar denuncia formal y dijo que a las mismas 14:00 horas circulaba en la ubicua
camionetota rumbo a una ferretería ubicada en Periférico sur y Circuito Azteca y que ahí, mientras encargaba unos
fierritos y un poco de mastique, lo amagaron dos jóvenes y le quitaron las llaves de la unidá. Misterio sobre misterio:
¿son dos camionetas?; ¿existe un Vera real y un Vera místico?; ¿está tan tecnificada el hampa capitalina que puede
robar la misma camioneta a la misma hora y en dos lugares distantes y distintos?; ¿la casa arzobispal funciona
también como ferretería?. Este es un caso para el padre Brown. No quiero enredar más las cosas, ni meter cizaña,
pero Samuel del Villar anda estrenando una camioneta muy parecida. Ya me voy. Hoy toca.

Cualquier correspondencia con esta columna que es casa y monumento, favor de dirigirla a gdehesa@infosel.net.mx o
al Apartado Postal 19-111, Delegación Benito Juárez, México D.F.

Gaceta del Angel / El burócrata del sexenio

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Germán Dehesa
(06-Nov-2000).-

Esta escena es imaginaria pero no tanto. Las huestes burocráticas, cansadas de tanta lucha, deterioradas por el
puente e infinitamente apenadas por las molestias provocadas a la ciudadanía, recibieron por fin una señal alentadora
con respecto a su respetuosa demanda de un bono sexenal. Cantando coros ambrosianos acudieron jubilosas a
recibir, en vivo y en directo, la buena nueva que les tenía el subsecretario Santiago Levy. Este recibió a la burocracia.
Se le veía tranquilo, despeinado, sereno, sudoroso, ecuánime y con la corbata ladeada. Con la entrada de dona
Tencha y de Felipe II, se declaró que había quórum y don Santiago, con su claridad habitual, le habló así a los
servidores públicos: miren, hijos, bono lo que se dice bono, la verdad no creo que les vayamos a dar, tranquilo
Pacheco, dejen les explico, porque ustedes creen que cuando yo dije lo que dije, estaba diciendo lo que no dije, ¿está
claro?. El gobierno federal hace suya una demanda tan sentida como la de ustedes. Ya te ví, Pacheco. Una cosa es
hablar de bono y otra muy distinta es decir compensación. En este terreno, ya podemos hablar de espacios para el
entendimiento. Ni les digo que no, ni les digo que sí; pero de que hay voluntad, la hay. Mediante el diálogo abierto,
razonado, crítico y patriótico es posible alcanzar un punto de entendimiento. No digo que sea fácil, pero tampoco digo
que es imposible. Cuando hay voluntad de ambas partes, algo se consigue. Estamos hablando de un acuerdo
numérico que todavía no existe, pero que puede existir. El esfuerzo se va a hacer porque la disposición está presente.
Juntos y con mucho cuidado vamos a explorar las alternativas legales. Alguna tendrá que haber. Nadie pretende
lesionar su economía, ni violentar sus derechos. Sin embargo, no olvidemos que en este ejercicio no estamos solos.
Habrá que solicitar la colaboración de los diputados para encontrar en tiempo y forma una solución donde todos
ganemos algo, aunque todos tengamos que sacrificar algo. No te duermas, Pacheco. Los medios y ustedes mismos
me preguntan: ¿habrá bono o no habrá bono?. El planteamiento es excesivamente simplista y no toma en cuenta la
disponibilidad presupuestaria del Estado, ni los arduos vericuetos legislativos que tendremos que recorrer, ni la
inminencia del cambio de administración, ni el avionsote que se cayó en Singapur con cuatro nacionales a bordo. Sé
que el asunto urge y por eso hay que ir despacio. No demos pasos en falso que luego nos conduzcan a la
confrontación estéril y al colapso del Periférico. De pagarles, les vamos a pagar. ¿Cuánto? eso es lo que vamos a
negociar con la mejor disposición. ¿Cuándo? no quiero hacer cuentas alegres, ni decirles irresponsablemente que hoy
o mañana. Puede ser cosa de días, o de décadas. Ahí lo dejo a su criterio; pero lo importante es que el gobierno que
me honro en servir reconoce su impagable deuda con los servidores públicos. Por lo pronto y en lo que afinamos toda
esta estrategia, vamos a abrir una oficina en Ciudad Mante para que ustedes vayan presentando los comprobantes,
las acreditaciones, los documentos, su CURP, la solicitud de compensación firmada por su jefe inmediato y las seis
fotografías con genoma adjunto. Ya con todo esto, se harán los expedientes y pongan ustedes que nunca cobran el
bono; pero compensación, aunque sea moral, les toca. Esto sin contar que conocen Ciudad Mante. Vayan pensando
en unos 1,600 pesotes. ¿Cómo les suena?... Pacheco, esa seña, para que veas, no te la permito...

Lobohombitas

En todo este manoseadísimo asunto, lo único claro hasta el momento es una tragedia que pudo ser evitable. No
haberlo hecho es un aviso inequívoco de tontería y/o de corrupción; pero no garantiza que éstas no se seguirán
cometiendo. Si algo tenemos los mexicanos es capacidad para aprovechar el viaje. No sé si la manera más correcta
de castigar a los culpables y de evitar que vuelva a ocurrir un siniestro así, sea sacar al balcón a Jorge Legorreta y
realizar clausuras fulminantes y absurdas como la de "El Hijo del Cuervo" que, lejos de ser un antro, ha sido un
espacio para la reflexión, la crítica y la creación de los clubes de lectura. Por supuesto que también hay diversión y
hay negocio, pero clausurar un lugar así porque, en lugar del original, se exhibía una fotocopia de la licencia de
funcionamiento, me suena más a venganza intrapartidista que a protección de la ciudadanía. Carmen Boullosa y
Alejandro Aura le dieron vida a ese lugar. Ahora Alejandro es dueño exclusivamente del 10% del negocio, pero por las
mejores razones, la gente lo sigue identificando con él. Ojalá y alguien pudiera explicarnos cómo se evita la
proliferación de antros vinculados con el narcotráfico, la corrupción y el lenocinio clausurando espacios como el de
Alejandro Aura quien, por cierto, es de los que mejor han hecho su tarea en el muy irregular gobierno perredista de
estos tres años. ¿O será por eso?.

Cualquier correspondencia con esta columna que no dice lo que dijo, favor de dirigirla a gdehesa@infosel.net.mx o al
Apartado Postal 19-111, Delegación Benito Juárez, México D.F.
Gaceta del Angel / El migrante

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Germán Dehesa

(07-Nov-2000).-

LOS HECHOS: Este ha sido el año más sangriento y doloroso para los miles de mexicanos y centroamericanos que,
en busca de algún modo de sobrevivencia, intentan cruzar la frontera estadounidense. Braceros, greasers,
indocumentados, wetbacks, migrantes; así los llamamos y, un segundo después de nombrarlos los olvidamos.
Aquéllos que logran llegar (en las más deplorables condiciones y a los trabajos más miserables) envían a México seis
mil millones de dólares anuales. De esta cantidad, el 80% llega a través de benévolas empresas privadas (Western
Union, Elektra, Salinas y Rocha, The One y otras caritativas instituciones) que se quedan con un peso por cada dólar
(estamos hablando de 4,800 millones de pesos anuales) que pasa por sus manos (¿el Estado mexicano no podría
hacer nada para impedir esta exacción criminal de la que son víctimas los más esforzados e indefensos de nuestros
compatriotas?). Algunos llegan, pero otros fracasan y se ahogan en el río, o se calcinan en el desierto, o se congelan
en alguna serranía, quedan asfixiados o mutilados en el ferrocarril, son apresados por la Border Patrol, o son
engañados por los coyotes, los polleros, los pateros. Nada más Nuevo Laredo recibe diariamente un promedio de 45
migrantes diarios que, en las peores condiciones, son devueltos a territorio mexicano insolados, heridos, hambreados,
humillados y sin recurso alguno. Vienen del sur. Vienen de Centroamérica, de Oaxaca, de Veracruz, de Chiapas, de
Michoacán, de todas partes. Que la paranoia estadounidense los trate mal es, a la vez, explicable e intolerable; pero
que aquí en México nadie les tienda la mano es monstruoso.

Por eso fui a Nuevo Laredo. Un sacerdote en bicicleta (ya podría don Norberto ponerse con una Cherokee) hace su
mejor esfuerzo por rescatar a estos paisanos y brindarles algún modo de cobijo. La sociedad civil (que ya se está
hartando de hacer el trabajo que tendría que hacer el gobierno) ha decidido hacer algo. Ya hay una primera y
provisional Casa del Migrante en Nuevo Laredo donde estos expulsados de aquí y de allá tienen refugio y alimento
dignos. Nos lanzamos (te estoy incluyendo lectora, lector querido) a construír una casa más amplia y con mayores
servicios. Detrás del cura en bicicleta se han lanzado el periódico "El Mañana" (Ninfa Cantú de Andar), la estación
Radiorama (Carolina Villarreal de Noguez), tres monjas prodigiosas capitaneadas por la dulce Sor María del Tepeyac,
la sociedad neolaredense, su Charro Negro y nosotros. Dentro de un año (va mi pluma en prenda) vamos a tener una
casa a todo mecate (me dicen que el Ayuntamiento se va a poner guapo con el terreno) y pronto, estoy seguro, habrá
una casa similar en todos nuestros poblados fronterizos. Ya luego trabajaremos todos por hacer los cambios
estructurales que permitan que México deje de ser un país expulsor de sus propios hijos; pero, por lo pronto, nada
más en Nuevo Laredo nos devuelven diariamente a 45 paisanos que necesitan urgentemente de un buen abrazo, una
buena sopa de fideos, un buen médico y una buena cama para poder soñar que el cambio es posible. Continuará...

Pe...queñeces

Un amable lector de apellido Peimbert escribe al periódico y me dice que en su opinión y con todo respeto (cuando les
digan así, pónganse a temblar) me estoy pasando de rosca con mis críticas a las ceremonias de coronación de
Chente I y la princesa Caramelo. Es posible. Si el tiempo me muestra que me vi exagerado, estoy más que dispuesto
a rectificar. Dice el señor Peimbert que él está puestazo con el cambio (yo también) y que no se fija en pe...queñeces
(para acabarla de amolar "Pequeñeces" es el título de uno de los libros más cursis del Padre Coloma). En el presente
es muy difícil establecer la verdadera dimensión de cualquier evento o acontecimiento. Ese trabajo le corresponde a la
historia. En unos años sabremos (o lo sabrán nuestros hijos) si los pasos de Fox han sido pequeñeces. Sabremos
también qué tan nefastos resultan los fastos. Nos enteraremos si resultan pequeñeces o no el ladino silencio en torno
a Tabasco, la tácita indiferencia ante la rebelión de la burocracia y la muy probable participación en la reelección de
ese pleonasmo genético que es Rodríguez Alcaine, las decisiones de la señora Sahagún acerca del manejo de la
información y de la propaganda oficial y el postergado gabinete y esto y aquello y lo de más allá. Mi amigo Peimbert
estará de acuerdo en dos cosas: todo gran bien y todo gran mal comienzan en pequeñeces y, en su momento, nadie
sabe si tal o cual decisión es una pequeñez o el discreto comienzo de una gran avalancha. Por eso hay que mantener
el diálogo y no molestarse demasiado por mis pe...queñeces. A ver si esta semana sale mejor.

Cualquier correspondencia con esta columna que también es migrante, favor de dirigirla a gdehesa@infosel.net.mx o
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Gaceta del Angel / El migrante II

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Germán Dehesa

(08-Nov-2000).-

El Bucles tiene problemas para entender la palabra "frontera". No entiende muy bien por qué una rayita en el mapa
indica que ya no se puede pasar de ahí, porque ya comenzó otro país. No es buena época para explicar estas cosas,
ni yo estoy resultando demasiado hábil para hacerlo. Es posible que yo tampoco lo entienda. Le digo: imagínate,
Andrés, que ves a una niña que se acerca con los brazos abiertos, así como queriendo darte un abrazo; camina hacia
ti y, en algún momento, sientes que está entrando a tu territorio. En ese momento, está pasando tu frontera ¿me
entiendes?. No. Imagínate que sigue avanzando ¿qué harías?. Pues, dejarme abrazar, dice mi embrión de Sergio
Andrade. ¿Y si lo que quiere es pegarte?. Entonces, la abrazo yo. Es buena respuesta, pero mi explicación de lo que
es una frontera se va al demonio.

A reserva de seguir teorizando, retomo mi fronteriza experiencia neolaredense y les cuento que comunicarme con la
gente de allá me resultó un poco más sencillo que mis averiguaciones con el Bucles. No me fue ni difícil ni ingrato
comunicar mi fundada sospecha de que todos somos migrantes que vamos de la noche rumbo al día, de la tersura a
la arruga, de la soledad al abrazo, de un cuerpo a otro cuerpo, de una a otra talla, del nacimiento a la muerte. Al
hacerlo, cruzamos muchas fronteras; en múltiples ocasiones lo hacemos sin documentos y no es raro que alguna
"migra" nos atrape, nos maltrate y nos expulse del territorio que acabamos de ocupar. Dicho de otra manera: los
aztecas seguimos peregrinando y nos sentimos muy agradecidos cuando alguien nos da posada. Nuevo Laredo me la
proporcionó a mí y se dispone a proporcionársela a esos migrantes que, día con día, nos regresa Estados Unidos. Fue
una noche grata y de plática sabrosa. Yo no sabía que a la mañana siguiente me esperaba una laboriosa migración.
Todo comenzó con la noticia de que el avión que me traería de regreso no saldría de México por fallas técnicas. No
hay problema, Monterrey está a dos horas y de allá salen muchos aviones para la Capital. Correcto. Abordamos una
camionetota negra tipo Norberto y salimos tendidos rumbo a Monterrey. Por poco y también regresamos tendidos. A
menos de 50 kilómetros de nuestro destino (y aquí la palabra adquiere otra dimensión) comenzó un insólito estruendo
y la camioneta comenzó a bandearse sin control. Según pude comprobar, en unos cuantos segundos se pueden
pensar millones de cosas. Alcancé a verme proyectado por los aires y me vi aterrizando en el Cerro de la Silla.
Cuando la diestra conductora logró orillarse y aplacar al monstruo, yo tenía un bonito color pergamino veteado. Al
descender y mirar hacia atrás, vimos un enorme reguero de pedazos de llanta Firestone y en cada uno de ellos había
un trozo de mi estabilidad emocional. Cuando por fin llegué al regio aeropuerto, un amabilísimo caballero de apellido
De la Rosa hizo múltiples maniobras y logró depositarme en un avión de Aeroméxico. No quise preguntar qué marca
de llantas usaba el avión, pero no deben haber sido Firestone porque el viaje transcurrió con entera felicidad. Dos
viajeros regiomontanos escucharon mis aventuras y desventuras y decidieron "terapiarme" (novedoso verbo) y me
aplicaron un tratamiento a base de whisky disuelto en norteñas bromas a mis chilangas costillas. Y por aquí podemos
deducir que yo vine a encontrar mi "Casa del Migrante" en un avión. Todos somos peregrinos, todos somos pasajeros
y para todos hay fronteras.

Danzón

La busqué desde la semana pasada, pero ella estaba en Xalapa (y no la culpo); el lunes por la tarde pude conversar
con mi buena cuatacha María Rojo que, con respecto al cierre de "El hijo del cuervo" me hizo las siguientes
precisiones: a) El hijo del cuervo no es de ninguna manera un "giro negro"; b) es absolutamente falsa la noticia que
por ahí se publicó acerca de que en El hijo del cuervo se trafique o se consuma droga; c) la única anomalía importante
que se encontró tiene que ver con las instalaciones de gas y de electricidad y con una puerta de emergencia; d) en
cuanto estas fallas menores se subsanen, El hijo del cuervo será reabierto y ahí estaremos para celebrarlo. María y yo
tenemos un acuerdo central: la vida nocturna es maravillosa. Toda la gracia está en no convertirla en una trampa.

Www.juanciudadano.com va a Los Pinos

Por iniciativa del Grupo Reforma, ya navega en los virtuales mares del Internet www.juanciudadano.com que es un
espacio que no pretende servir a un medio en particular, sino a esos ciudadanos que ya entendieron (ya era hora) que
necesitan información oportuna y fidedigna sobre esos asuntos públicos que benefician o perjudican nuestra vida
diaria. Creo que ya es hora de que vivamos como quería M. Yourcenar: con los ojos abiertos. En esto andábamos,
cuando M. Sahagún nos avisa que la Presidencia centralizará toda la información oficial y todos los gastos de
propaganda y difusión. juanciudadano.com pregunta: ¿será éste el mejor camino para que yo, Juanciudadano, sepa lo
que tengo derecho a saber para gobernar mi vida en sociedad?. Germandehesa.com opina que lo ve muy negro para
huevo y muy redondo pa'aguacate. El tiempo lo dirá y Juanciudadano responderá.

¡Vacaciones!

Para reponerme de un año atareadísimo y lleno de sobresaltos, tomaré UNA SEMANA DE VACACIONES.
Descansarán ustedes y descansaré yo. El jueves 16 estaré de regreso y reanudaremos la plática. Les encargo el país;
les encargo Jalisco. No le abran a Madrazo.

Cualquier correspondencia con esta columna con llantitas, favor de dirigirla a gdehesa@infosel.net.mx o al Apartado
Postal 19-111, Delegación Benito Juárez, México, DF

Gaceta del Angel / ¡Ya volví, vieja

Por

Germán Dehesa
(16-Nov-2000).-

ODA A LA VIDA RETIRADA: Urgido de lejanía, soledad y sosiego, me retiré seis días, en compañía de la Hillary y el
Bucles, a un pacífico hotel de las afueras de San Diego. Por experiencias anteriores, me constaba que era el lugar
ideal para disfrutar del sol, de la paz, de la silenciosa lectura; para apartarse del mundo, olvidarse de Tabasco y
superar el feo vicio de formar Gabinetes cada diez minutos. Creo que logré muy poco. En mis cuidadosos planes,
jamás calculé el megacamote que iban a organizar los estadounidenses con esas elecciones presidenciales que se
adivinaban rutinarias, cerradonas pero poco concurridas. Creo que nadie pudo calcular la que se estaba armando. Yo
llegué hacia las tres de la tarde del miércoles 8 y el pancho ya se había generalizado. Todos discutían con todos. En
la TV todas las cadenas importantes ayudaron a generalizar la confusión con las sesudas intervenciones de
historiadores, politólogos, sociólogos y "líderes de opinión" que se aventaban las teorías más descabelladas del
mundo ricamente sazonadas con citas incomprobables. Los vetarrines que suelen habitar el hotel y vegetar en el
lobby en calidad de tibores, muebles rinconeros o arreglos florales se animaron súbitamente, compraron la bronca y
comenzaron a discutir sobre el sistema electoral norteamericano, sobre las papeletas-mariposa y sobre los votos de
los ausentes. En la pantalla de la TV apareció la imagen de miles de paracaidistas que, desde muchos aviones, se
arrojaban sobre un territorio desconocido. La imagen venía acompañada por la voz de un locutor que decía: ya están
llegando los abogados a Florida. Lo bueno es que San Diego era azotado por una de las ondas frías más rigurosas de
su historia. Los huéspedes desgreñándose, el Bucles recuperando esa tos que le ha dado fama internacional y la
Hillary (que ya es senadora) adquiriendo gradualmente cara de hush-puppie. No les puedo decir que sufrí mucho; pero
tampoco puedo afirmar que fueron mis vacaciones ideales. Todo por no irme a Veracruz. Mis contactos en Tijuana y
mis telefonemas a la capital me permitieron saber que en Tabasco seguía el jelengue; pero que, para mejorarlo todo,
también en Jalisco la piña se les había vuelto tepache (y ni me digan que no lo advertí con la debida anticipación: el
PAN ya lo daba todo por ganado, pero el PRI estaba en plan de lo perdido lo que aparezca. Y ya ven). Para
tranquilidad mía y felicidad de los estadounidenses, nadie me invitó a que externara yo mi opinión sobre lo que estaba
ocurriendo en Estados Unidos. Hicieron mal. Por el mero hecho de ser mexicano, yo sé mucho más sobre elecciones
cuchas que cualquiera de los expertos que salieron en la tele. Si me hubieran solicitado un punto de vista, podría
haberles comentado que, por una parte, su sistemita de voto indirecto tiene ya un buen tiempo de ser disfuncional;
que sus diseñadores de boletas son unas bestias de pezuña grande y que el pueblo, cuando se decide a opinar, es
mucho más sabio y menos manejable de lo que parece. No voy a citar a ningún clásico, pero es claro que la
Presidencia del país más poderoso de la tierra es una institución gravemente deteriorada. No se puede impunemente
poner al frente de ella a seres como Nixon, o Reagan, o Clinton y suponer que la sociedad no se va a dar cuenta de
que los verdaderos centros de poder y de decisión ya están en otra parte. A esta erosión añádanle dos candidatos
intelectualmente limítrofes y socialmente impresentables y obtendremos un bonito empate técnico cuyo secreto
mensaje podría ser: no queremos que nos gobierne ninguno de los dos. A estas cavilaciones dediqué mis días de
descanso. Ya regresé. Ya volví al trabajo. Estoy encantado.

Dice Fox...

...que ya estuvo viendo las instalaciones y que prefiere no vivir en Los Pinos. ¿A poco doña Nilda Patricia dejó tanto
tiradero?; ¿a poco le da miedo que por los pasillos vague el fantasma de Muñoz Rocha?; ¿a poco le da "cosa" dormir
en la camita de Salinas?. No lo sé y me temo que no seré informado. Si de algo le sirve, le notifico a don Vicente que
la ciudad de México nos recibió con la grata sorpresa de que la arbórea casita del Bucles ya está terminada. Es
acabado rústico, un sólo espacio y muy tranquila. La pongo a sus órdenes. Ya estuve midiendo y sin botas alcanza a
caber perfectamente. Con la ventaja de que al pie del árbol puede amarrar el cuaco y que, por instrucciones de
Andrés, no se admiten mujeres. Una ganga. Sin compromiso, venga a verla.

Envío

Este artículo que anuncia mi confortable regreso es para mi lectora Natalia a quien no conozco, pero que me escribió
para decirme que, por razones que no alcanzo a descifrar, "se volvería loca" si le dedicaba un artículo. Aquí lo tiene
con mi mejor deseo de que no enloquezca más de lo que ya se echa de ver en su comunicado.
Cualquier correspondencia con esta columna que ya regresó a su glorieta, favor de dirigirla a gdehesa@infosel.net.mx
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Gaceta del Angel / Expomujer

Por

Germán Dehesa

(17-Nov-2000).-

Según me enseñaron mis ancestros, los mexicanos solemos ser pataratos, noveleros y visionudos (por lo menos, mis
ancestros lo eran). Un claro síntoma de esto es nuestro loco afán por rebautizar las cosas y ponerle "estética unisex" a
una peluquería, "Tako's boutique" a una taquería y "Centro hiperclean" a una tintorería (de proseguir tal tendencia, la
UNAM pronto será "Puma'ss funky hole"). Ahora a la reunión de más de 30 personas que son invitadas a conocer más
de tres productos la llamamos "Expo" y todos, salvo Cervantes, nos ponemos muy contentos. Me incluyo porque a
ellas me invitan y suelo pasarla muy bien. El miércoles 15 estuve precisamente en la Expomujer y por dos horas me
sentí como una especie de dueño de un inimaginable Lobohombo intelectual. Platiqué con hombres y mujeres, estuve
muy contento y al salir, el radio me organizó una segunda expomujer. Escuché a tres políticas mexicanas y ahora
quiero platicar con ustedes la impresión que me dejaron.

ROSARIO ROBLES: Algo tiene de Robespierre. En su discurso casi repite palabra por palabra los argumentos que
empleó C. Cárdenas para no aliarse con Fox antes de las elecciones. El razonamiento central sería que ella no
comparte con el foxismo un proyecto de nación y que, por lo mismo, no puede colaborar con el nuevo gobierno. En
principio, todo suena muy respetable; sin embargo me pregunto si lo mejor para México es dejar que sólo los foxistas
diseñen y ejecuten ese "proyecto de nación" mientras una izquierda dividida, ineficiente (lo de la Policía Preventiva es
sublime) y enfrentada consigo misma se aferra a una pureza opositora cuya autenticidad y operatividad ya no suenan
demasiado reales. Pregunta: ¿ese ominoso "proyecto de nación" no mejoraría en algo si personas como Rosario
participaran en él?. A estas alturas, creo que ni yo ni Rosario tendríamos una respuesta comprobadamente correcta.
Lo que a mi juicio suena excesivo es el tono de repulsa y de desplante. Nadie le habló de colaborar con una dictadura,
ni con un príncipe extranjero. Si alguien la invitó (cosa que no me consta), fue a trabajar con un Presidente libremente
escogido por la voluntad mayoritaria de los electores mexicanos. No viene muy a cuento disfrazarse de Benito Juárez.

AMALIA GARCIA: Ella no está posando para el bronce. Su argumento me suena mucho más razonable: sentémonos
a platicar, examinemos las áreas de interés común y aclaremos nuestras diferencias. Cumplida esta agenda, cada
quien verá cómo puede ser más útil al país; se puede entrar, o se puede permanecer en las afueras. Los hay que son
útiles estando adentro. Existimos los que tenemos que quedarnos afuera. También los hay que, los pongas donde los
pongas, estorban.

DULCE MARIA SAURI: Es la Coatlicue de las urnas. Habiendo olvidado sus incontables y pasmosas maromas
yucatecas, ahora nos sale con que está muy ofendida con el supuesto fraude electoral en Jalisco. Porfa. Oírla hablar
de porquerías electorales y de maniobras legaloides sería como escuchar las quejas de José Ocampo Verdugo
porque no hay transparencia en el manejo de la caja de ahorros de la cárcel. En sus tristes quejas resuena todavía la
absurda y durable convicción de que el poder en México le pertenece naturalmente al PRI; a veces lo prestan, a veces
lo recuperan pero es irrenunciablemente propio. Si alguien en Jalisco debe sentirse defraudado es el candidato Arana
a quien primero lo dejaron morir solo, luego le enviaron a unos tardíos mapaches y ahora rematan con un jarabe
tapatío bailado de puntitas por la Sauripavlova y acompañado de la amenaza de no asistir a las foxifiestas.

¿Y las Conferencias?

Al gobierno le es de extrema utilidad nuestra desmemoria. Digamos también que los tiempos actuales han adquirido
tan vertiginosa condición, que ya no resulta fácil conservar un recuerdo y ubicarlo correctamente. Por dar un caso y
hablando de crímenes recientes, ya no sé si la muerte de Moctezuma Xocoyotzin ha quedado debidamente
esclarecida por el "fortalecimiento" de la hipótesis del apedreador solitario, o si todavía quedan abiertas algunas líneas
de investigación. Si no me acuerdo de eso, mucho menos me voy a acordar de qué pasó con aquel ofrecimiento que
nos hizo Zedillo en su período azul de reunirse una vez al mes y cara a cara con la prensa y los medios de
comunicación. Vagamente recuerdo un primer encuentro en Los Pinos (se alquilan para bodas y XV años) y una
segunda conferencia de prensa en un lugar particularmente propicio y alegórico: la barranca del cobre. Zedillo
literalmente al borde del precipicio platicó con unos cuantos periodistas desmañanados que miraban con terror (o
regocijo) al señor Presidente a punto de precipitarse al vacío. Supongo que la experiencia no le resultó grata, porque
ahí terminaron las conferencias de prensa. Zedillo decidió que no éramos de la estatura de su vida y, tras mucho
pensarlo, prefirió organizar un sabatino programa radiofónico de complacencias musicales (¡sigan votando,
campeones!). A unos cuantos días del cambio de poderes y con el doctor Zedillo volando plácidamente por esos
lugares que los mexicanos conocemos de modo genérico como "casa de la fregada", no parece tener mucha
pertinencia recordarle al Presidente su incumplido compromiso; pero mirando (no sin angustia) hacia el futuro, sería
interesante notificar a Vicente Fox de lo importante y enriquecedor que sería para todos enterarnos en vivo y en
directo de cómo van las cosas en este país cuya dirigencia y mandato le conferimos nosotros. No hablo de los
periodistas, sino de los ciudadanos. Para bien de todos, pueblo y gobierno tenemos que dirigirnos mutuamente. Y
hablando del bien de todos: hoy toca.

Cualquier correspondencia con esta expocolumna, favor de dirigirla a gdehesa@infosel.net.mx o al Apartado Postal
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Gaceta del Angel / Las revoluciones

Por

Germán Dehesa

(20-Nov-2000).-

Tengo entendido que todavía no hay un recuento final acerca de los logros obtenidos por la Revolución Mexicana.
Faltan por contar los votos de los ausentes (18 millones de ellos están viviendo en los Estados Unidos). Por lo pronto,
los bonificados burócratas nos deleitarán (es un decir) una vez más (y esperemos que sea la última) con su fastuoso
desfile deportivo encabezado por doña Tencha que, con 30 kilos de sobrepeso y enfundada en unos pants color
chicloso, realizará riesgosas evoluciones en una bellísima tabla gimnástica con pelotas y aros hula-hula. Desde hace
varios sexenios, éste ha sido nuestro extravagante modo de conmemorar la apolillada "gesta histórica". La novedad
que este año se nos ofrece es que no habrá orador oficial, pues ni la Sauri, ni Madrazo quisieron usar el micrófono
para cortar a la epopeya un gajo. Ni modo, muchachos, resignémonos a no tener discurso.

Aquí en nuestra casa de trabajo tampoco habrá discurso, pero eso no significa que no tengamos muchos y muy
buenos motivos para celebrar. El 20 de noviembre de 1993 arrancaron las rotativas del periódico "Reforma" (en cuyo
primer número, no es por nada, pero venía la primera entrega de "La Gaceta del Angel"). El 20 de noviembre de 1994
salimos a la calle a vender nuestro periódico y ustedes (¡alabados sean!) salieron a comprarlo y con ello comenzó una
pequeña pero eficaz revolución en las relaciones entre los informadores y los destinatarios de esa información. El 20
de noviembre de 1998 apareció en Guadalajara "Mural" que nació bajo el mismo espíritu y la misma voluntad de
auxiliar a la ciudadanía a ejercer su derecho a la información. Para los que aquí escribimos y para los que tienen la
gentileza de leernos, han sido años intensos y emocionantes. Dos postales que comienzan a avejentarse: una es de
marzo del 94 y en ella se contempla a su Charro Negro terminando un artículo que nunca se publicó y recibiendo al
mismo tiempo la noticia de lo ocurrido en Lomas Taurinas. La otra es de corte doméstico: en el sur de la ciudad de
México, en la esquina de Altavista e Insurgentes, la Hillary con seis meses de embarazo vocea el "Reforma" con
exquisitas maneras: señor, decía aproximándose a un automóvil, sería usted tan amable de adquirir un ejemplar del
"Reforma" que es un periódico que le va a gustar mucho. Imagínense. Casi todo mundo le compraba. Con nuestras
ganancias como voceadores pudimos costear el parto del Bucles que ahora tiene 5 años y un elevado potencial de
daño social.

Han pasado millones de cosas, pero lo hermoso de la chamba periodística es que día a día tenemos que hacer un
nuevo periódico y ustedes y nosotros sabemos todo lo que falta para hacer ese periódico que cotidianamente
planeamos, necesitamos y merecemos. Hace falta INFORMACION. Hoy más que nunca, hace falta. Saber esto no es
obstáculo para detenernos un momento, darnos un buen abrazo y desearle buen futuro a todos los que hacemos el
periódico y, en especial, a todos aquéllos que nos leen y han hecho ya en nuestras personales arcas un buen depósito
de credibilidad. ¡Salud! y regresemos a trabajar. En nuestro país hay muchas revoluciones pendientes. A nosotros nos
toca la de la información. Con tal motivo ¡oh, dolor!, ni puente podemos hacer.

El Pavoroso Caso de los 'Operativos'

Es un asunto que me trae desquiciado y que tiene directa pertinencia con esa capacidad o incapacidad informativa de
la que hablábamos: todo mundo me pregunta qué opino de los "operativos" realizados en Chiapas y en Tepito. Los
dos fueron asuntos públicos y los dos han puesto, de un modo u otro, en grave entredicho la paz y la seguridad del
país. Todavía hoy, domingo 19, la ciudadanía no tiene cabal información de qué ocurrió realmente, ¿quién se
responsabiliza plenamente de tales maniobras?, ¿quién las planeó?, ¿quién decidió que éste era el momento ideal
para realizarlas?, ¿quién sopesó lo que se ponía en riesgo y lo que podría obtenerse?, ¿tienen o no los tales
"operativos" una función de "recados" políticos?; ¿valió la pena, a la luz de los miserables resultados, arriesgar tanto?.
Mientras no tengamos pleno acceso a esta información a la que supuestamente tenemos derecho; mientras éstos y
tantos otros "asuntos públicos" se sigan maquinando en lo oscurito y a espaldas de la sociedad, a los informadores
sólo nos queda jugar a la adivinación, o resignarnos a esperar que llegue alguna "garganta profunda" que, a costa de
nuestra libertad, nos entregue algún documento, nos mande un cassette, o nos "filtre" determinados datos. Puras
indignidades. Bien mirado, éste es un trabajo para Juan Ciudadano. Si por alguna estupidez o alguna perversión el
problema chiapaneco se intensifica; si te tocó estar cerca de Tepito en esos minutos selváticos sin ley y sin autoridad;
si en la vida pública ocurren cosas que modifican y lastiman tu esfera privada, tu economía, tu paz, tu seguridad, tus
derechos; si percibes todo esto como un riesgo que urge conjurar, ha llegado la hora de emprender una firme y
pacífica revolución: en lo tocante a lo público, queremos todos saberlo todo. Mientras esto no ocurra, no se cumplirá
ese tránsito que con tanta precisión señala Enrique Krauze: ya no queremos ser vasallos; queremos ser ciudadanos.

Cualquier correspondencia con esta columna montada en su cibercuaco alazán, favor de dirigirla a
gdehesa@infosel.net.mx o al Apartado Postal 19-111, Delegación Benito Juárez, México D.F.

Gaceta del Angel / Estampas tepiteñas

Por

Germán Dehesa
(21-Nov-2000).-

Que Benito Juárez me perdone y que San Miguel Arcángel, guarura particular de Granados Chapa, me otorgue su
dispensa por estar trabajando en fecha tan señalada como es (¿era?) el 20 de noviembre. A falta de un buen corrido
(género también llamado, en sus buenas épocas de floración, "romance", "relación", "mañanitas", "memoria", "bola
suriana") quiero dar la relación/fruncida el alma y el ceño/de lo que a mí me ha pasado/en el barrio tepiteño. Corrían
(sin flotar) los años sesenta y su Charro Negro andaba en trance de darle palabra de matrimonio a agraciada damita
de nuestra mejor sociedad. Como bien nos recordó el ahora afantasmado Cuco Sánchez (quien, según mi amiga Luz
de luz, se ha posesionado del rostro de Miguel de la Madrid) para estos menesteres es indispensable un anillo de
compromiso. Como yo en aquellos tiempos carecía del dinero maldito que nada vale (errores de diciembre), decidí
orillar los códigos y acudir al mercado negro. Para tal efecto me apersoné en el Frontón México que, en esas épocas,
era un glorioso nido de bribones y el nocturno ámbito habitual de mi amiga Fanny que fumaba cigarros Belmont, no se
depilaba las piernas y tenía ojos con aspecto de hojas. ¡Cien a mil! gritaban las boinas rojas de los corredores de
apuestas que eran criptoetarras. Si quieres un buen anillo, tenemos que ir mañana a Tepito, me dijo Fanny. Fue una
excursión inolvidable. En la penumbra vaga, un gordito panza de bisquet me vendió una "churumbela" de brillantes por
450 pesos. Fanny aprobó la tepiteña adquisición y, aunque yo no lo supiera, ahí se hicieron posibles mis tres primeros
hijos. O sea que no tengo ningún motivo de rencor contra Tepito.

Algunos años después y habiendo muerto ya Fanny, mi infalible asesora, acudí ahora por mi cuenta y riesgo a Tepito.
Un chuequísimo librero ofrecía una primera edición de "Las Soledades" de Góngora. Llegué demasiado tarde. Un
ilustrísimo poeta mexicano se había adelantado y le había dejado al traficante su reloj (que también adelantaba) en
prenda de que la operación estaba hecha. Ofrecí y supliqué, pero no hubo manera. En Tepito podrá haber la peor
gente, pero esa gente tiene la mejor palabra.

No pretendo agotar el tema. Con cierta tristeza vengo ahora al año 2000. Como ya reseñé en su oportunidad, estuve
hace unos días en Nuevo Laredo Tamps. Su sociedad es tan variopinta como la de cualquier ciudad digna de tal
nombre; pero Nuevo Laredo es además una ciudad que hace frontera con el Imperio. Como corresponde a mi trabajo,
dije algo y escuché mucho. Alguna voz me dijo: por aquí pasan de contrabando casi todas las porquerías que venden
en Tepito. Estas exactas palabras se encendieron en mi mente cuando contemplé las imágenes del ya famoso
"operativo" tepiteño que tan orgullosa y feliz tiene a doña Rosario Robles.

Cuarenta años largos tengo de ir a Tepito (alguna vez me tocó residir en sus cercanías). No soy tepitólogo experto,
pero me desenvuelvo con cierta soltura en su extraño e intenso ambiente. Me consta que es territorio de pícaros, de
bribones y de seres que no tienen tiempo ni modo de obedecer a otros códigos que no sean los de la estricta
supervivencia y los de la solidaridad familiar y tribal. Con tan endeble autoridad, me permito disentir de Rosario
Robles. No me parece que su (¿su?) "operativo" haya sido ejemplar y tampoco le permito que me regañe y me acuse
de desmemoria. Evocar tragedias mayores para disfrazar estupideces supuestamente menores no pasa de ser un
adocenado recurso demagógico. ¿Les vino la urgencia de remediar lo de Tepito? Vayan a Nuevo Laredo, vayan con
sus policías y vayan a las oficinas de los pulcros personajes que permiten el tráfico, el contrabando y que venden
mercancía y protección a los tepiteños que son, a fin de cuentas, el último y más frágil eslabón de una larguísima y
rentable cadena de complicidades.

El Teorema del Bucles

Papá: he estado pensando. Así dijo Salinas y ya habrán visto el barroco merengue que se ha ido armando. Así me dijo
también el Capitán Bucles el sábado por la tarde mientras yo intentaba reponerme de un relampagueante y fructífero
viaje a la ciudad de Chihuahua. ¿Ah, sí?, respondí yo que no estaba en capacidad de elaborar frases largas. Sí, papá,
porque ya supe que la gente se muere y eso no está bien; por eso me puse a pensar y ya me dí cuenta de que todos
los que se mueren vuelven a nacer en Inglaterra. Suplico al digno y culto público que no me pida que le explique por
qué laberínticos caminos llegó Andrés a una conclusión tan precisa y tan extravagante. Es una teoría tan sólida como
cualquier otra. No sé si quieran acompañarme, pero yo estoy dispuesto a embarcarme rumbo a Inglaterra y buscar en
esa isla a tantos seres que extraño. Sé que corro el peligro de encontrarme con Fidel Velázquez, pero el privilegio de
poder platicar con Pascal, con mi padre, con Cervantes, con Sabines, con mi tío Guillermo, con Montaigne, con mis
abuelas que nunca conocí y con Carlos Castillo Peraza vale la aventura. Me consta que tú y ella y muchísimos otros
amigos se incorporarían a la expedición. El problema es que el Bucles tiene el alma dubitativamente hamletiana.
Después de decir "Inglaterra" se quedó un rato en actitud contemplativa y luego añadió con voz insegura: bueeeno,
Inglaterra o China. Tú, Lilí, y todos ustedes díganme qué Imperio visitamos primero: ¿la pérfida Albión o la misteriosa
China?. Piénsenlo. Nos iremos con la primavera.

Cualquier correspondencia con esta columna que va de Tepito a las fronteras, favor de dirigirla a
gdehesa@infosel.net.mx o al Apartado Postal 19-111, Delegación Benito Juárez, México, D.F

Gaceta del Angel / Predominan mujeres en el gabinete

Por

Germán Dehesa

(22-Nov-2000).-

Así encabezó "Reforma" su primera plana del martes 21 de noviembre del 2000. Estamos hablando del primer
ejemplar de nuestro octavo año de existencia periodística. Como verán, somos muy jóvenes y muy ingenuos. Con
unos 20 años más de vida, nuestro encabezado seguramente será alguno de éstos: TAMBIEN PREDOMINAN
MUJERES EN EL GABINETE, o SIGUEN PREDOMINANDO, o más económicamente, PREDOMINAN. El por tantos
motivos admirable, Stendhal dijo alguna vez: "yo amo a las mujeres, pero en mí sí es mérito, porque yo las conozco".
Poishito. Stendhal era sabio, pero era hombre y, por lo mismo, se daba el lujo de ser ingenuo y de proclamar que
conocía a las mujeres, sin saber que, como luego lo averiguaría T.S. Eliot, en el momento mismo en el que un hombre
dice que conoce a las mujeres, ellas ya son de otra manera. Resumiendo: una caudalosa corriente de ingenuidad
masculina atraviesa la historia, pasa por Stendhal y llega hasta la primera plana de un periódico nacional. Por
resistencia, por arraigo, por su capacidad para administrar la adversidad, por ser dueñas de la vida y por lo ricas que
están, las mujeres predominan y lo hacen en el gabinete que se ofrezca, en el arrinconamiento chiapaneco o en la
senaduría de Nueva York, en las Cámaras o en las recámaras. Distinguidos compañeros de género, este aviso lo
hago con el parchado corazón en la mano: más nos vale buscar ¡ya! ¡hoy! una concertación digna con la etnia
femenina. En 30 años será demasiado tarde y los machines habremos pasado a formar parte de la decoración
doméstica entre los Lladrós y los peluches. Como decía mi mamá: ¡qué bueno, mijito, que yo ya no voy a estar para
ver esas visiones!.

Dejo a un lado el Apocalipsis masculino y vuelvo al asunto del gabinete de Andrés Manuel. Así de golpe me parece
bien y creo que con nuestra indispensable ayuda la ciudad puede mejorar (lo difícil es que empeorara). Vamos a ver
cómo le va a Ortiz Pinchetti (si no recuerdo mal, él como "apartidista" nos convocó a varios ciudadanos apartidistas a
que validáramos con nuestro trabajo y nuestro poco o mucho prestigio la muy rústica "consulta popular" que se hizo
para que la ciudadanía opinara acerca de la pertinencia o impertinencia de que un tabasqueño gobernara el DF),
Leonel Godoy y a Bernardo Bátiz en la lidia de los tres toros marrajos que les soltaron. Tendrán que hacerlo bien, o
evidenciar (todo es posible) que han llegado felizmente a su nivel de ineficiencia. Laura Itzel Castillo es una mujer de
primera, el talento de Julieta Campos no está a discusión y mis informantas me dicen que Bertha Luján es fiera y
decente; también lo es Ana Lilia Cepeda, aunque ignoro los títulos y las capacidades que podrían avalarla como titular
de ese nido de nauyacas que es Comunicación Social. No es cosa de precipitarse. Puede pasar lo que pasó con los
Tigres de la UANL que, en el papel, era un equipo que podía ganarle a todos y, en la realidad, acabó perdiendo con
todos. También pueden presentarse casos como el del Pachuca y el Santos, dos equipos que parecían modestos y
que terminaron siendo triunfadores. Si me preguntan cuál es mi apuesta, de inmediato respondo que la segunda.
Jugamos a ganar. La ciudad y Andrés Manuel nos lo merecemos; pero además, LAS MUJERES PREDOMINAN.
Pregúntenme a mí.

Las Fiestas

Me encantan. Glosando a Don José Iturriaga diré: esfuerzo que no acabe en pachanga y banquete que no acabe en la
cama, no son dignos de tal nombre. Sin embargo, reconozcamos que hay de fiestas a fiestas. Las que Fox organizó
para lo que él, quizá con desmesura, llama "su asunción" (¿se irá a elevar con todo y botas?) me parecen entre nakas
y aberrantes. Digo esto porque, a pesar de lo que ya he publicado contumazmente, me siguen hablando para que
vaya yo a hacer bulto. No voy a ir. Conmino a mi amiga Leticia Múzquiz a que me acompañe a ver el numerito por
televisión. El viernes pasado estuve en Chihuahua y la buena gente de por allá me regaló chica botellota de un Zotol
que, según me informan, pulveriza desde bacterias hasta súper-héroes. Nos ponemos optudimóder y ya luego nos
vamos (si seguimos vivos) a la verbena popular. Suplico que no lean esto como un mal modo. Me queda muy claro
que hay que celebrar y que hay que trabajar con el nuevo gobierno hasta donde las fuerzas y la inteligencia alcancen.
Cuando la fiesta acabe, alguien tiene que levantar el tiradero que es este país.

A mí me gustan otras fiestas. Me gusta, por ejemplo, asistir al cumpleaños de mi amigo Toquinho y, sin mayores
alardes, brindar con mexicanos de bien como Miguel Limón Rojas y como todos los que acepto como amigos. Ya llegó
la hora de reencontrar esa esperanza que nació el 2 de julio, de desoír todos los sibilantes y pésimos augurios que
llegan desde el Auditorio P.E. Calles; es la hora de dar la batalla por la felicidad. Creo que la vida es una fiesta y como
tal tiene ratos horrendos, pero también tiene sus discretas glorias. Si te apetece, lectora lector querido, te convido un
Zotol. Ya luego nos vamos a trabajar.

Cualquier correspondencia con esta columna que no agarró gabinete, favor de dirigirla a gdehesa@infosel.net.mx o al
Apartado Postal 19-111, Delegación Benito Juárez, México D.F

Gaceta del Angel / El gabinetazo con botas

Por

Germán Dehesa

(23-Nov-2000).-

En uno de los más bellos, airosos y sobrios edificios de la Capital, Vicente Fox, hacia las 12:30 pm, presentó en
sociedad a su gabinete de desarrollo y crecimiento sustentable. Inteligente y bienintencionado se mostró el Presidente
electo al comenzar su presentación con un saludo y una felicitación para Andrés Manuel López Obrador y para su
equipo de trabajo. La posibilidad de acuerdo y colaboración que de modo elegante planteó Fox necesita aterrizar en
los hechos y solicita el apoyo de todos los ciudadanos. Sólo mediante la intensa colaboración del Presidente, el
Gobernador del DF y la sociedad, México volverá a ser nuestra ciudad y dejará de ser nuestro selvático campo de
concentración.

Concluyó Fox y tomó la palabra Martha Sahagún quien, en su confirmada calidad de Coordinadora de Comunicación
Social de la Presidencial, se comprometió públicamente a no dar un sólo paso atrás en lo ya logrado con respecto al
derecho a la información. Esto, sin dejar de sonar bien, quizá resulte insuficiente si calculamos desde los ojos de Juan
Ciudadano la gran cantidad de pasos que todavía tenemos que dar hacia adelante para conseguir algo que parece
elemental, pero que, entre nosotros, se ha convertido en una especie de delirio guajiro y tropical: que lo público sea
enteramente público. Entiendo que este cambio inaplazable (ya va siendo hora de que sepamos dónde estamos
parados, hacia dónde vamos, cómo pretendemos llegar y con cuánto contamos, en tiempo y en pesos, para cumplir
nuestro trayecto) no lo puede operar Martha Sahagún por su exclusiva cuenta. Necesitará de los medios y, sobre todo,
necesitará de una sociedad que por fin entienda que si quiere tomar una buena decisión y revertir el proceso de
corrupción, no tiene más instrumento eficaz que la información (señores funcionarios, jerarcas y poderosos: ¡ya salgan
del clóset!).

Por la pasarela desfilaron después Jorge G. Castañeda que, como no es ni flojo ni monolingüe, puede ser un
excelente Canciller siempre y cuando reconozca la existencia del resto de la humanidad. La reaparición de Francisco
Gil no me produjo la urticaria que alcanzo a percibir en ciertos medios empresariales. Es inteligente, es eficiente, es
duro y creo que es necesario para un país que requiere de un óptimo financiamiento. Pedro Cerisola es muy eficiente
y nada le impedirá hacer un excelente trabajo. En el corto plazo, será interesante saber con cuánto espacio de
maniobra contará Gil Díaz colocado entre Sojo, Cerisola y Guillermo Ortiz.

Hasta aquí he dicho algo de los que conozco. Obviamente sé (y aprecio) quién es Ernesto Ruffo, pero jamás me lo he
encontrado. Lo mismo me ocurre con Derbez que se mostraba relajado y contentote. Los apellidos Usabiaga, Martens,
Lichtinger, Laborín y Mc Carthy (todos de claro origen náhuatl) me resultan escasamente familiares. Mi sorpresa total
fue la señora Martha Navarro que igual podría llamarse Cleopatra Antúnez, pues no tenía yo ni la más remota
referencia acerca de ella. Me pareció grata, bien dispuesta y con buena inteligencia. Esta es la primera remesa del
gabinetazo. Creo que ésta última expresión subraya el prurito de Fox por adelantar vísperas. Lo que por lo pronto se
puede decir es que esta parte del gabinete se percibió muy cargada hacia lo empresarial, hacia la educación privada y
ausente de lo que podríamos llamar las raíces históricas y sociales de México. Faltó pueblo, pues. Si con estas
buenas personas se consigue o no "un gabinetazo" lo podremos decir dentro de seis años y no ahora. Es obvio que
esta historia continuará...

Ipiranga II

Mientras contemplaba por televisión esta primera tanda del Principal, una parte de mi demente mente se puso a
pensar en la gran familia revolucionaria; es decir, en todos aquéllos que, sexenio tras sexenio, se sabían colocados,
enchufados, reciclados e invitados al permanente banquete. Por primera vez en 20 años, se tuvieron que quedar en el
muelle sin poderse subir al barco (yo espero). Creo que todos percibimos que viene ahora una fase muy delicada del
relevo. Hay muchas ratas que no se resignan a no abordar (lo de Juan Pablo de Tavira es todo un abismo). Creo que
a Vicente Fox lo que le hace falta es serenidad y paciencia como a Kalimán. Un altísimo porcentaje de estas ratas se
autodestruirá en muy breve plazo. No es una especie muy acostumbrada a vivir en la intemperie y la violencia de sus
reacciones es el mejor aviso de su pánico. Habrá que dejarlas que se merienden unas a otras. Cumplido este ritual,
Fox y la sociedad nos las entenderemos con los tres o cuatro roedores sobrevivientes. Serenidad y paciencia, mi
pequeño Foxín.

Cualquier correspondencia con esta columna que no agarró gabinetazo, favor de dirigirla a gdehesa@infosel.net.mx o
al Apartado Postal 19-111, Delegación Benito Juárez, México, DF

Gaceta del Angel / A medios chiles

Por

Germán Dehesa
(24-Nov-2000).-

Me la estás haciendo de episodios. Esta expresión coloquial era muy empleada por los infantes neuróticos (98%) y por
los jóvenes urgidos de erótica respuesta a su solicitud (100%) en la distante década de los cincuentas. Vinieron luego
otras maneras de expresar la misma inquietud y la vieja expresión cayó en desuso hasta que Vicente Fox la ha vuelto
a reciclar. Aquí haría falta un Mago Septién de nuestra historia política para que nos diera las fechas y las cifras
exactas de todo este hitchcockiano rollo titulado "El gabinete del Doctor Boots". No soy experto en retener ese tipo de
información, pero recuerdo que hace un chorro de tiempo, Fox anunció que de un día para otro daría la lista de sus
colaboradores en las tareas de gobierno. Cada vez que se aproximaba el vencimiento del plazo anunciado, Fox o
Martha Sahagún nos decían, palabras más palabras, menos: fíjense que ahora sí les vamos a quedar mal, pero es
que no hemos conseguido unas piececitas, pero ¿por qué no se dan una vueltecita en dos semanas a ver si ya les
tenemos razón?. Realmente se portaron como plomeros. Semanas fueron, semanas vinieron y Mandrake Fox y Narda
Sahagún (y Lotario Sojo) seguían fingiendo demencia. Que no coman ansias; que queremos que quede bien; que cuál
es la prisa; que ya casi está, pero si ahorita lo sacamos del horno se nos aguada; que los están enseñando a usar los
cubiertos...Todo eso nos dijeron. Amasar, amasar: ¿ya está el pan?.

Llegó por fin el anuncio de que ahora sí había llegado la hora señalada. Todos los presuntos implicados se reunieron
en un rancho llamado "Santín" especializado en la cría de reses bravas (Francisco Gil) y borregos (del TEC). No es
con ánimo de ofender, pero parecían ratones de panadería: misteriosos y pendículos. Camionetotas iban y venían y
todos los conspiradores (Gertz Manero muy señaladamente) ponían cara de Charles Bronson y asumían la marmórea
pose de que estaban a punto de salvar a la Patria (tan suave ella). Para añadirle más emoción a la película, el agente
00Fox avisó que, para evitar deslumbramientos y quemaduras de retina, no iba a soltar todos los nombres de golpe,
sino en cómodos plazos. Ya asistimos al primero y nos tocó asistir al inesperado debut de Cher Navarro como
Secretaria de Turismo (apuesto lo que quieran a que esa mujer, egresada de la UNAM, la va a hacer y la va a hacer
en grande). Terminó el primer acto y todos nos quedamos tragando dirigibles. Para acentuar el surrealismo de esta
novela por entregas, politécnicos y universitarios decidieron echarse un tochito en el Zócalo que es el lugar ideal para
estas actividades.

¿Para qué tanto calambre y tanto suspense?. Se me ocurre que, además del efecto dramático, lo que se buscaba (y
se consiguió) fue dosificar las mentadas y poner entre paréntesis los lapidarios juicios de los politólogos meshicas
(74% de la población, según el último recuento del INEGI). No deja de haber cierto colmillo político en esta estrategia;
pero, a nombre de la ciudadanía, yo suplico que ya no la hagan tan cansada. Si siguen como van, el Secretario de
Marina tomará posesión tres días antes de que termine el sexenio foxista y, como seguramente va a ser puente, ya no
tendrá tiempo de hacer algo por nuestra gloriosa armada. Dicho de otro modo: mi estimado Chente, ya no la
prolonguéis, munífico señor, pues corréis el peligro de que la altiva piña se os vuelva plebeyo tepache; ya no nos la
hagáis de episodios.

La Pronacha

"Changarro" es un vocablo escasamente eufónico y no demasiado estimulante. Sin embargo, parece haberse
convertido en un sustantivo fundamental de la neogramática foxiana. Según esto, todos los mexicanos tenemos que
aspirar a tener un changarro y, conseguido esto, vivir en un estado de beatitud que, a la fecha, no conoce Dolores
Padierna. Cada sexenio, a falta de otra cosa, trae un nuevo vocabulario y su aparato de propaganda es de tal modo
poderoso que, más temprano que tarde, logra imprimir su mensaje en el inconsciente colectivo (así le decíamos a un
maestro que nos daba clases de "Psicología y Estética"). Así las cosas, sólo nos queda resignarnos. Cualquier día de
éstos, nos anunciarán la creación del PRONACHA (Promotora Nacional del Changarro). Cada mexicano estará en
libertad de decidir qué hace y si tiene o no las calificaciones para incorporarse al proyecto.
Acción de Gracias

Los festejos yanquis me caen en la punta del enfado. Hago una muy especial excepción en el caso del Thanksgiving
Day. Es digno y es hermoso dar gracias. Este año en particular, su Charro Negro está agradecidísmo por el 2 de julio,
por la esperanza que renace, por Australia, por la salud de los que quiere y de los que no quiere, por un país que se
levanta y anda, por tanta amistad y tanto amor, por sus amigos tlacotalpeños que lo acompañaron a recibir su premio
de veracruzano distinguido, por las puntuales flores, por mi maestra Margit Frenk que recibió un merecidísimo premio,
por todo lo bueno que podamos construir con Andrés Manuel y con Vicente, porque existes, lectora lector querido,
porque este tiempo ya se puso emocionante y porque hoy toca.

Cualquier correspondencia con esta columna que todavía está esperando la foxillamada, favor de dirigirla a
gdehesa@infosel.net.mx o al Apartado Postal 19-111, Delegación Benito Juárez, México D.F.

Gaceta del Angel / Scrooge y el desfile

Por

Germán Dehesa

(27-Nov-2000).-

La agenda política del país en cuenta regresiva, el país plagado de "recaditos" ominosos, Vicente Fox mandando
señales de que ya se le hizo bolas el engrudo con la tercera (y espero que última) parte del gabinetazo, el Irapuato
con la fresa totalmente mermeladeada y, por si algo le faltara a mi alma lacerada, me salen ahora con que ya viene la
navidad. ¡Me carga Soraya!, ¿y a mí qué?. Yo soy el fundador y el presidente vitalicio de la sección ultra del Club de
Scrooge; así es que a mí no me vengan con ¡albricias, pastores!, ni con villancicos gangosos, ni con posadas etílicas.
Cómo me gustaría seguir los pasos de San Simón Estilita e irme a vivir dos meses en la mera punta de la Columna de
la Independencia. No puedo. Vivo aherrojado por las fuertes cadenas del vínculo familiar. La senadora Hillary (futura
presidenta) tiene una pasión morbosa por estas festividades y ya sacó su horripilante disco de villancicos españoles
cantados por gachupincitos con voz de pito. Ya está poniendo el árbol y ya trajo a su amiga Mague para que ésta sea
la que se electrocute al conectar los pinchemil foquitos. Y todavía hay algo peor: el Capitán Bucles que, para su edad,
es aceptablemente maduro y formal, acaba de anunciar, en improvisada rueda de prensa, que a él también le encanta
la navidad. Mientras la eléctrica Mague y la senadora trabajan en la sala, él está poniendo un arbolito en su recámara
que, cualquier noche de éstas, se le va a caer encima en calidad de Lobohombo particular. Si pretenden que yo
ayude, están como trepanados del cerebro. Esto de ser bueno, caritativo, feliz, generoso y amante de mi familia
política ab ovum, no está en mi genoma. Ya en marzo hablamos.

No hay desgracia que no pueda empeorar. Hoy domingo 26, una tienda departamental anunció profusamente un
"desfile de Walt Disney" como "regalo navideño" para "los chiquitines". El resultado fue deplorable: la ciudad se
colapsó, los que desfilaron fueron los mismos burócratas del 20 de noviembre ahora vestidos como príncipes
austriacos (versión Nonoalco) y como Sirenitas (de bomberos); Súper Chayo retrasó hora y media su llegada a un
cívico compromiso y lo tuvo que hacer en la motocicleta de Salgado Macedonio y yo, que amanecí con antojo de
carnitas, me vi imposibilitado de llegar a tiempo al "Venadito" y ya nada más me tocaron puras colitas de marrano. So
pretexto de la blanca navidad, me tuve que chutar un domingo negro relleno de frustraciones. La peor de ellas: ver en
la televisión un buen tramo del montonero y rascuache desfile y ni siquiera tener la satisfacción de ver desfilar un
mecanizado dinosaurio gigante de cartón tripulado por Madrazo y la Sauri vestidos de Sansón y Dalila y un florido
carro alegórico del nuevo gabinete con Aguilar Zinser como rey mago y con Jorge G. Castañeda caracterizado como
Bombón I.

A tantos y tantos simpatizantes de la benemérita institución llamada "El Club de Scrooge" les pido que estemos muy
alertas y que no caigamos en la provocación. Esto apenas comienza.

Oye, Andrés Manuel

Confirmo una vez más que tu grave problema es no saber español. En la cuenta de tu ignorancia ya están todas las
burradas que "dijistes" en el debate y ahora tenemos que añadir tu respuesta perfectamente imbécil al saludo que te
envió Vicente Fox. Si supieras español, podrías haber dicho: agradezco el saludo, pero espero platicar pronto con el
Presidente que eligieron los mexicanos acerca del presupuesto de la ciudad. También podrías haber dicho: yo
también saludo y felicito al Presidente electo y les deseo, a él y a su equipo, un excelente desempeño y aprovecho
para recordarle que tenemos que replantear las finanzas de la Capital. Podrías haber dicho tantas cosas y todas ellas
sin menoscabo de tu purísimo y virginal izquierdismo. Te pido, puesto que te aprecio, que hagas un ejercicio de
humildad y compares tus arrebatos de Robespierre tropical con la sobria dignidad de Gilberto Rincón Gallardo. Opino
que puedes ser bastante mejor que tus palabras y tus baladronadas. Triste favor te haces expresándote así y en muy
poco sirves a tu país. Para acabar pronto: lo que "dijistes" lo podría haber dicho Roberto Madrazo.

¿Qué Estás Leyendo?

Terminé hace unos días "Las Horas" de Robert Cunningham (Ed. Norma) y me pareció una novela extraordinaria.
Leyéndola aprendí que la reconstrucción de ese tiempo que Virginia Woolf -acuática e iluminada suicida- dedicó a
escribir "Mrs. Dalloway" se ramifica y crece en la conciencia y en el tiempo de todas las mujeres. Terminé también
"Guía triste de París" del peruano Alfredo Bryce Echenique que refrenda la enorme capacidad de este zafadísimo
sujeto para contarnos historias humedecidas doblemente por la melancolía y la carcajada. Estoy en plena y
emocionada navegación de "El oro del Rey" de Arturo Pérez Reverte (Ed. Alfaguara) que es el cuarto tomo de las
Aventuras del Capitán Alatriste. No diré mucho del libro, porque sé que leer un nuevo tomo de Arturo es como recibir
la grata carta (esférica) de un hermano. Nada que objetar a mis lecturas. El problema es la navidad.

Cualquier correspondencia con esta columna quieta y sin desfilar, favor de dirigirla a gdehesa@infosel.net.mx o al
Apartado Postal 19-111, Delegación Benito Juárez, México D.F

Gaceta del Angel / Mis vecinos

Por

Germán Dehesa

(28-Nov-2000).-
Cuando tú leas estos renglones, lector condenado a la emocionante tarea de protagonizar el cambio, faltarán escasos
tres días para que la familia Zedillo asuma la elevada dignidad de ser mi vecina (me imagino que esto debe ser, para
los Zedillo, lo más parecido al sueño posible de XE-TU). En aras de la civilidad, la buena convivencia y el respeto que
todos nos debemos, me permito presentar aquí un primer borrador de un pacto de amistad y límites que le dé norma y
cauce a nuestro trato vecinal.

Por carecer de la suficiente información confiable (y decir esto, ya implica un reproche) me reservo para mejores
tiempos un juicio fundado y amplio acerca del desempeño público del C. Ernesto Zedillo. En este momento, me
pregunto si el "error de diciembre" no pudo manejarse de manera menos traumática, me inconformo frontalmente con
Aguas Blancas, Acteal, FOBAPROA, la ambivalente relación con el impresentable Roberto Madrazo y con Oscar
Espinosa. Me ofenden igualmente su incapacidad política y humana para encontrar una salida razonable al problema
de Chiapas y, muy especialmente, los millones de pobres que financiaron esas buenas cuentas macroeconómicas que
usted, con tanto orgullo, entregó a los organismos internacionales y el alucinante crecimiento del narcopoder. Hablan
en su favor la sobriedad de su desempeño, la ostensible reducción del imperio presidencial, el tono menor en el que
usted se esforzó por cumplir una encomienda que, todo así lo indica, usted no buscó, ni sintió adecuada para sus
capacidades. Muy especialmente, usted se consiguió un impensado lugar en la historia al redactar en cinco minutos el
acta de defunción del viejo PRI mediante el inédito y admirable expediente de reconocer el triunfo de Vicente Fox.
Deja usted el poder y lo hace, como no lo hizo Salinas, con mesura, comedimiento y buenas maneras. En muchas
ocasiones he manifestado mi desacuerdo con su desempeño público y con el permanente aire de incomodidad y de
hartazgo de la Primera Dama. Todo esto terminará el próximo viernes. Mientras no entorpezcan la vialidad (cosa que
ya han hecho), me parece muy bien que vengan a vivir a este barrio. Si como figuras públicas, pude eventualmente
encontrar en ustedes rasgos criticables, como ciudadanos privados lo único que me corresponde es el respeto y la
amabilidad. Si cualquier día de estos necesitan, no sé, una tacita de azúcar, o un tanque para bucear, no vacilen en
acudir a sus vecinos. Si resulta que nos mandan a la misma hora a comprar el pan, o a la tlapalería por aguarrás, o le
viene la loca y tardía idea de inscribirse en el PRI, yo lo acompaño para que me platique bien cómo estuvo la sopa en
este sexenio que, a trancas y barrancas, va terminando aceptablemente (estamos vivos) y en el filo exacto entre la
incivil violencia y la enérgica esperanza ciudadana. Más no digo, estimado vecino, porque no sé más. Ahora que
vuelva usted a ser ciudadano, verá lo impostergable, lo urgente que es estar informados bien y a tiempo de lo que
ocurre en la vida pública. En lo que esto sucede: bienvenidos sean al vecindario.

Lo que Nos Faltaba

Voy a interrumpir esta transmisión porque son las siete de la noche y Chente y la Marthiux están a punto de dar a
conocer lo que ya todos conocen (o creen conocer): los miembros restantes del gabinete ampliado y rediseñado. Voy
veo y luego regreso... Encendí la TV y, lo juro, un cintillo de SKY TV anunciaba: "Aventuras en pañales" (mi mejor
deseo es que sea un error). Ahora sí ya tenemos un gabinete completo. De hecho, han aparecido las dependencias y
los rubros más exóticos. Es lo malo de darles tanto tiempo. Un mes más y hubieran creado la Comisión Nacional de
Atención a Buzos (la CONABU) y la Oficina para la Defensa de los Derechos de los Zurdos (la ODEDEZU). Espero
que todos (los ya nombrados y los que nos faltaban) hagan bien su trabajo. Estoy en espera de que alguien me
explique por qué un militar que, además, no tiene un respaldo unánime quede a cargo de la PGR. Permanezco
también aguardando una explicación que justifique en la práctica por qué subsiste la Secretaría de la Reforma Agraria
y por qué se siguen duplicando las funciones de SECTUR y FONATUR, del IMSS y del ISSSTE. En este último tercio
del "gabinetazo", me quedo con la firmeza y la buena articulación de Santiago Creel, la norteña energía de Pancho
Barrio y la tenaz voluntad de Adolfo Aguilar Zinser por reforestar el desertificado bosque de la legalidad mexicana.
Gabinete habemus: son hombres y mujeres tan bien dispuestos y tan falibles como tú y como yo. Enjuiciarlos,
aprobarlos y/o condenarlos cuando aún no toman posesión de su cargo, me parece entre estúpido y malévolo. Yo no
le entro. Prefiero esperar que transcurran, por lo menos tres meses y externar una opinión. Cada quien pensará que
podría haber sido mejor o peor. Lo real es que, como dicen en nuestro campo: con estos bueyes hay que arar. Los
labradores somos nosotros.

Cualquier correspondencia con esta columna vecina y ciudadana, favor de dirigirla a gdehesa@infosel.net.mx o al
Apartado Postal 19-111, Delegación Benito Juárez, México D.F.

Gaceta del Angel / Adiós, muchachos


Por

Por Germán Dehesa

(29-Nov-2000).-

Si has llegado, lectora lector querido, con bien (o sin demasiado daño) a este 29 de noviembre del emocionante,
tumultuoso y contrastado año del 2000, es muy posible que te sientas, como yo, parado en un estrecho oteadero (¿se
acuerdan de Zedillo ofreciendo una conferencia de prensa en la Barranca del Cobre?) rodeado de inmensidades poco
discernibles: el bronco pasado que fueron creando y abrumando "los gobiernos emanados de la Revolución" y un
futuro cuya misma novedad lo hace temible para muchos, esperanzador para otros muchos y enigmático para todos.
Ambas inmensidades son retadoras e invitan, a beneficio de la tranquilidad y la buena conciencia o inconsciencia, a
las generalizaciones y a las condenas o entusiasmos fanáticos e irrestrictos. En estos tiempos podemos escuchar los
más diversos pareceres. Los hay que afirman que el PRI fue una maravilla y que los ingratos pérfidos que lo
despojamos del poder ejecutivo pronto nos daremos cuenta y nos arrepentiremos, pues tardíamente advertiremos la
intrínseca maldad del foxismo. Los hay que dicen que nada hay de rescatable en los últimos 70 años y que la
verdadera y triunfal historia de México está por comenzar. También existen -y son una maravilla de lucidez- los que
opinan que lo que ocurrió en el pasado y lo que ocurrirá en el futuro serán dos períodos igualmente espantosos y que
la única salvación de la Patria hubiera sido que Madero, con vidente anticipación, se hubiese registrado en el PRD,
partido que por ser el único representante de "las legítimas aspiraciones del pueblo mexicano" seguiría gobernando
feliz e ininterrumpidamente hasta el 2100. Bueno.

Me temo que la realidad es más complicada que esto. Aventuro que la evaluación fina de la presencia del PRI en el
poder y de su interacción con la sociedad mexicana, todavía está por hacerse y que, cuando llegue la hora de hacer
cuentas, arrojará, para el partido y para la sociedad, logros importantes y fallas graves, material para el reclamo, pero
también para el agradecimiento. Decía Balzac: "de las ansias de la memoria nacen los deseos." Leámoslo así: una
comunidad que no escruta y pacifica su pasado con sereno raciocinio, difícilmente imaginará y cumplirá un futuro
armonioso, bonancible, superior. Llegó la hora de pedir la cuenta, de revisarla, de despedirnos con buenos modos
(adiós, muchachos) y de salir a la vida (la hermosa vida, diría Sabines).

Gracias, Muchachos

Muy larga sería la lista si tuviera que enumerar a todos los funcionarios de los regímenes priístas que, a mi juicio, le
han prestado con su inteligencia y honradez buenos servicios a la Patria. Esta incluiría, por mencionar solamente a
tres, a Antonio Ortiz Mena, a Jesús Reyes Heroles y al doctor Federico Wolpert, hombre sabio y generoso. Por
estrictas razones de espacio, me limito a mencionar a algunos miembros del actual gabinete saliente cuyo desempeño
me ha parecido encomiable. Dos de ellos están condenados a ser mis perdurables amigos: Miguel Limón Rojas,
jarocho benemérito, vasconcelista notable, aventajado intérprete de Lara, puma irredento y excelente Secretario de
Educación. El General Enrique Cervantes Aguirre a quien disculpo de todo corazón por la emboscada que me tendió
en la selva y a quien admiro por su tranquila lealtad a su Presidente, a su Patria y a su dulce esposa. Diré también que
admiro y quiero a Julia Carabias y que le refrendo nuestro compromiso con el bosque y con Chapala y Pátzcuaro, los
ojos de la Patria. Y la lista seguiría: Genaro Borrego, Esteban Moctezuma, Jesús Salazar Toledano, Cristina Alcayaga
(guapa ella), Roberto "el Galletas" Campa Cifrián, Rafael Tovar de Teresa (cómplice literario-musical); y algunas y
algunos que, o no conocí, o no alcanzo a nombrar; a todos ellos y a nombre propio: muchas gracias, mushashos.

Diana Laura
A mi memoria involuntaria le basta con nombrar a Sabines, para asociarlo de inmediato con el nombre de Diana Laura
Riojas. Sólo una vez en la vida estreché su mano fragilísima. La admiración por ella la edificó Jaime Sabines a lo largo
de muchas tardes de iluminada conversación. En recuerdo de ella y de Jaime, yo tendría que haber estado la tarde de
este martes en el justo homenaje y recordación que organizaron sus tenaces amigos. El clima, las admoniciones
médicas y los toreadísimos microbios que me obsequiaron el Bucles y la Senadora me dejaron anclado en casa. Con
todo y el motín bronquial que me acompaña, te recuerdo, Diana Laura, y te saludo con todo amor en el hueco que le
has prestado al aire.

Cualquier correspondencia con esta columna que agita el pañuelo, favor de dirigirla a gdehesa@infosel.net.mx o al
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Gaceta del Angel / Ultima carcajada de la Cumbancha

Por

Germán Dehesa

(30-Nov-2000).-

A mediados de octubre de 1968, Ernesto Zedillo (según pudimos comprobar en el ponderado y sagaz ensayo
televisivo de Enrique Krauze, producido por León Serment) se rifaba la espesa cabellera contra los granaderos
diazordacistas. Mientras tanto, yo escribía mi primera sátira político-teatral y lo hacía con la desalentada rabia del que
sabía que estaba intentando rasguñar un monolito cuya erosión y pulverización podría llevar varios siglos. Así de
contundente y ominoso se veía. Si en aquel tiempo alguien le hubiera dicho a Zedillo que llegaría a ocupar la silla de
Díaz Ordaz y me hubiera dicho a mí que alcanzaría a vivir para ver la dilapidación de la inmensa y sólida pirámide,
creo que a los dos nos hubiera ganado la risa. De todo esto, aguerrido niño mexicano (chiquillo maravilloso, te diría
Fox que luego luego se ve que no te conoce bien) debes aprender que el futuro personal es impredecible y que el
mexicano laberinto de la soledad está lleno de sorpresas y vericuetos (muchos de ellos bloqueados por burócratas y
panchos villas). Zedillo llegó a la Presidencia y logró, desde el interior, lo que no consiguió desde el exterior:
coadyuvar al pleno surgimiento de la democracia. Mientras tanto, en este último día del priísmo histórico, yo transporto
mis poblados 56 años rumbo a Guadalajara. Voy a la leve pachanga de aniversario del periódico "Mural" y voy
también a la FIL con la aviesa intención de presentar "El oro del rey" (Ed. Alfaguara) que es el cuarto episodio de la
saga del Capitán Alatriste perpetrada por mi cuaderno pautado Arturo Pérez-Reverte. De allá tengo que regresar
hecho la peluda a ensayar febrilmente, pues, mientras la foxifiesta toma por asalto el Castillo de Chapultepec, yo
estaré estrenando "Cartas a Santa Fox" que es el capítulo 40 de aquella sátira que comencé a escribir en 68. Ni todo
pasa, ni todo queda, pero seamos justos con Machado: "àal andar se hace camino/ y al volver la vista atrás,/ se ve la
senda que nunca/ se ha de volver a pisar." Eso, dirían los japoneses, keniké.

En un plazo de 48 horas, asistiremos (así son las intensidades nacionales) a un deceso y a un alumbramiento. La
última carcajada de la cumbancha (yo nunca he sabido qué es exactamente la cumbancha) y el primer y saludable
berrido de un México misteriosamente nuevo. Las resistentes apariencias ahí seguirán. Nada va a cambiar en la Plaza
de Coatepec; el Mar de Cortés proseguirá sus azules trajines. Nuestros muertos, nuestras flores, nuestros hijos,
nuestros problemas ahí seguirán. Todo será igual, pero será distinto. Muestro mi brazo y exclamo: ¡miren cómo me
pongo!, chinito como Fujimori. Ultimo día del priísmo histórico...
Se nos va el "Ipiranga", don Chucho. Pues sí, don Susanito, pero vendrán tiempos mejores, tiempos distintos, tiempos
nuevos. Pues sí, don Chucho, pero se acaba el México que nosotros conocimos. Y que tantos padecieron, don
Susanito; se acaba un México, pero nace otro. ¡Ay, don Chucho!. Animo, don Susanito; todo será para bien; ese
México que se va es el México de mis recuerdos.

Don Pancho y Doña Ramona

Supongamos que ella se llama doña Ramona, vive en Ciudad Juárez y es viajera frecuente de esta columna volante.
El con toda seguridad se llama Francisco, se parece alarmantemente a Plutarco Elías Calles, tiene su propio pelo y el
que me falta (sin embargo, el bigote lo tiene así como parceladito). Me refiero a Pancho Barrio y le paso al costo el
mensaje de doña Ramona que tuvo la gentileza de comunicarse a estas babilónicas instalaciones. Manda decir doña
Ramona que no encuentra muy justificados mis elogios a don Pancho Barrio, puesto que, allá en Ciudad Juárez, dejó
pendiente el grave caso de muchas mujeres asesinadas. Según yo sé, algo se ha avanzado en esta investigación,
pero don Pancho sabrá mejor. Si este espacio puede servir para aclarar tan ingrato asunto, está a las órdenes de don
Pancho. Queda usted servida, doña Ramona.

A ver si Invitan

De la apretada agenda de foxifestejos, extraigo el dato del desayuno en Tepito. Como escribí no ha mucho, su Charro
Negro, sin ser tepitólogo, siente un entrañable amor por esa zona de la ciudad. Del mismo modo que hasta vértigo me
da pensar en cenar en Chapultepec, o comparecer en esa función de "Up with people!" que habrá en el Auditorio; me
encantaría desayunar en Tepis. A ver si invitan, o, por lo menos, avisan dónde va a ser. Total, yo llevo mi atole y mi
guajolota que es, como todos saben, una deliciosa y explosiva torta de tamal. Si se la toman con un Titán de piña, se
elevan como globo de Cantoya. O sea: avisen.

Cualquier correspondencia con esta columna Peñafiel y Somellera, favor de dirigirla a gdehesa@infosel.net.mx o al
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Gaceta del Angel / Novedad de la Patria

Por

Germán Dehesa

(01-Dic-2000).-

Aquí en Guadalajara no es tiempo de jacarandas, pero como si lo fuera. La ciudad está guapa, el sol es amable, las
mujeres sonríen, los hombres saludan y los niños en ellos se están. Mientras allá en el Hospicio Cabañas, el hombre
de fuego -soledad en llamas- todo lo concibe sin crearlo, yo, tú, nosotros estamos paladeando el grato sabor del último
día del PRI. En todo nos fijamos, porque esto habrá que contárselo a nuestros nietos. Nos tocó estar, asistir, participar
en una epifanía civil: la aparición del ciudadano. Es posible que cuando tú leas esto, el cambio de poderes ya se haya
consumado. Es posible que seas tan joven como para no entender la magnitud y la trascendencia de lo que hemos
logrado los ciudadanos. También es probable que ya te hayan envenenado el alma y te hayan convencido de que no
es para tanto y que no fuiste inteligente al rechazar la brusca y enferma mano paternalista, en favor de la riesgosa
aventura de la fraternidad. Ni modo, manito, te equivocaste otra vez. Así nos dicen. No les creo. Nuestra pudrición
moral y cívica era ya intolerable. Aquí hago una pausa. Tocan a la puerta de mi cuarto. Un paisano me trae un regalo.
Se trata de un cristalino recipiente adornado con papeles de china de múltiples colores. Contiene frutas: manzanas,
peras, duraznos, uvas. Es una ínfima metáfora del México que nos robaron; que permitimos que nos robaran. Aquí
está de regreso, aunque sea en calidad de promesa y de regalo. Bien pensado y bien imaginado, nadie merece una
Patria, pero nadie puede negarse el privilegio de soñar, imaginar y trabajar para tenerla. Ya llegó y es una entera
novedad.

En todo esto hay dos historias, o, como dirían los mayas: una cuenta corta y una cuenta larga. En la pequeña historia
está Vicente Fox y su agradecible irrupción en lo que parecía la eterna noche de nuestro desconsuelo. En un gesto
magnífico, decidimos corresponder a su bravura y le dimos trabajo como Presidente. Le avisamos que nuestra
esperanza es que haga bien su tarea y que, con regularidad, nos entregue buenas cuentas y mejor información con
todo y el muy mestizo equipo que se consiguió. Todo esto cae dentro de lo que él mismo llamaría "el círculo rojo", es
decir, el ámbito de lo urgente, de lo inmediato. Hay otro círculo. Llamémosle el círculo verde. También podríamos
llamarlo el espacio de la democracia recién avistada. En este territorio, los protagonistas somos tú y yo, lectora lector
querido. En esta cuenta larga, Vicente Fox es un episodio, un capítulo crucial de una historia cuyos discretos héroes
somos nosotros, los que vienen después de nosotros; la perceptible gravitación de nuestra historia y nuestra voluntad
de futuro. No somos poca cosa y no es poco lo que logramos. Hemos escrito la emocionante historia de un país que
aceptó tanto polvo y tanta mugre que ya iba de lo borroso a lo invisible. Ahora vemos. Los colores han regresado y la
nación vuelve a dar señales de vida. Propongo un ejercicio simbólico: tomen al país entre sus brazos, acérquenlo a su
pecho, dejen que Baja California penda tranquila en su espalda y dénle a la maltratada criatura unas palmaditas en
Veracruz (o en Yucatán, esto es al gusto): ya pasó, ya pasó, ya se va el señor Gamboa, la señora Sauri, el señor
Madrazo...¿te asustaste mucho?...pues sí, pero ya no llores...ahora estás con nosotros. Tocan a la puerta. Tan-tan;
¿quién es?. Es la Patria; la novedad de la Patria.

La Fiesta

Por vida suyita entiendan que hoy es día de fiesta. Panistas escamadones, beligerantes perredistas, priístas decentes
(los hay), ciudadanos; todos tenemos hoy algo que celebrar. Hasta donde alcanzo a conocer nuestra historia, en
nuestro país nunca habíamos tenido un milagro colectivo como el que provocamos el 2 de julio. Lo propuso el
Presidente Chente, pero lo ejecutamos todos. Los que votaron a favor, los que votaron en contra y los que no votaron.
Si no incluímos a todos es que no hemos entendido todavía lo que es la democracia. Toda dictadura celebra el triunfo
de las hipotéticas mayorías; la democracia y su ejercicio nos incluyen a todos y no censuran ni la crítica, ni la
oposición de nadie.

Agonizaba el siglo XVI y un hispánico sacerdote, Bernardo de Balbuena, castigado por la grilla novohispana se puso a
escribir un poema titulado "La grandeza mexicana". Imagínense. Quería ser Rector de la Universidad. El conmovedor
Balbuena no sabía que nunca lo iba a lograr y que la verdadera grandeza mexicana se comenzaría a cocinar, a
mediados del siglo XIX, con la generación de la Reforma y estaría dispuesta a ofrecer su primer platillo en el umbral
del siglo XXI. Por eso es nuestro canto y por eso es nuestra fiesta. Hoy puede vivir y ser la grandeza mexicana. Hoy
toca. ¡Salud, Chente!.

Cualquier correspondencia con esta columna fervorosa y celebratoria, favor de dirigirla a gdehesa@infosel.net.mx o al
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Gaceta del Angel / Viernes santo

Por

Germán Dehesa
(04-Dic-2000).-

6:00 A.M. Amanecer tapatío. Después de una fragorosa jornada en Guadalajara que remató en la FIL con la
acontecida y divertida presentación del libro "El Oro del Rey" de A. P. Reverte y con una alucinada cena en compañía
de puras glorias de la actual narrativa española (¿por qué, si los leo con mucha fluidez, no les entiendo nada cuando
hablan?), me retiré a dormir unas cuantas horas peladamente interrumpidas por el teléfono de mi cuarto. No había
tiempo que perder. Había que tomar el avión y regresar a México para llegar a tiempo al Tepidesayuno. Todo estaba
perfectamente planeado, pero el ejecutivo propone y el meteorológico dispone: el avión saldría con más de una hora
de retraso. Ni modo. No pude estar en Tepis, pero envié, en mi representación, a mi suéter Azul (rugiente sector
popular) y a Vicky González Torres quien, fuera de mi control, le aventó el perro a Chente y hasta le dijo que tenía
"ojos de chiquillo" (al paso que vamos, los "maravillosos chiquillos" -méndigos maloras- van a ser los protagonistas del
sexenio con Joserra como líder natural). El resto del día fue la esquizofrenia pura. Se trataba de vivir y atestiguar el
cambio de poderes y, al mismo tiempo, ensayar febrilmente "Cartas a Santa Fox" que se estrenó esa misma noche
con inexplicable y razonable éxito. Serían las dos de la mañana cuando llegué a mi domicilio en calidad de jerga de
gasolinera. ¡No puedo creer que seas tan obsesivo!, me dijo la senadora Hillary cuando me vio con los videocassettes
que fueron grabados a lo largo de la muy memorable jornada. No me dijo nada más, porque se coaguló sólidamente
en tres segundos flat. Cuando volteé a verla, ya era el Ixtaccíhuatl. Yo todavía resistí cerca de cuatro horas. No me
arrepiento. Vi a Fox orando en la Basílica rodeado por un enjambre de "jerarquías" (bien por la oración; de las
"jerarquías" luego hablamos); vi lo de Tepito con Martha Sahagún despachando tamales; vi a Eduardo Andrade que
ya desde esas horas andaba jaladón; vi y oí a Enrique Jackson que, a golpe de colmillo, transformó su dudosa
trayectoria en altar a la República; vi a Zedillo solitario y tranquilo con su bandota que, como era para Fox, le quedaba
como huipil oaxaqueño; vi a la Sauri que siempre sí se animó a asistir y llegó como Santoclós de Sears y ví y escuché
al Presidente Fox pronunciando un discurso moderado, inteligente e incluyente (contra el escándalo de algunos, a mí
no me pareció mal que comenzara con un saludo a sus hijos). ¡Chiapas!, vociferaban los priístas que, en mucho,
provocaron ese alzamiento y en seis años nada efectivo hicieron para restablecer la paz...¡Juárez!, gritaban
enloquecidos los que más han negociado y traicionado la herencia juarista. Dos atinados muletazos de Fox y nuestros
"maravillosos opositores" de última hora se pusieron sosiegos. Fue tal vez un discurso demasiado largo, pero no
encuentro en él ningún concepto desatinado, o alguna propuesta inaceptable. Tal como fue planteada, me parece una
muy apoyable y emocionante propuesta de país. ¡Puras palabras!, dirán los escépticos de siempre (que también son
necesarios). Yo pienso en dos versos de Gabriel Celaya: "son gritos en el cielo/ y en la tierra son actos." Vicente Fox
ya puso el grito en el cielo; a él, a su equipo y a nosotros nos corresponde lograr que en la tierra sean actos. Muchas
otras cosas vi en esa jornada particular. Seguiremos platicando...

Sigue el Salitre

Hasta hace cuatro días abrigaba yo las siguientes dudas: ¿quién es el que le está echando salitre al deporte
nacional?, ¿Zedillo o yo?. ¡Oh, dolor!. Me temo que soy yo (¿seré yo, Maestro?). En Guadalajara, viandantes y
taxistas me decían con tonito tapatío: ¿cómo ve, eeeh, que el Atlas va a remontar, eeeh?. Yo no respondía nada
porque no estoy tan orate como para exponerme a una jalisciense madrixa, pero mi corazón decía en secreto: ¡A-zul!.
Resultado: remontó el Atlas con la colaboración de un indigente neuronal que simuló ser árbitro. En el Pachuca-
Morelia, le iba yo al Pachuca y ganó el Morelia gracias a Comizzo que es primo de Cavallo y es igualito a mi prima
Marcela. En el americano le voy a los Pieles Rojas. Perdieron. En mi favor puedo decir que, gracias a un portentoso
milagro de San Saturnino Cardozo, ganó el Toluca y se cumplió mi predicción de que el América no calificaría. Perdió
también el Necaxa (que es el equipo de Zedillo, así es que la duda sigue en pie). De cualquier manera, reconozco que
mi producción de sal excede por mucho a la de Guerrero Negro. Por lo mismo y, a petición de los aficionados y de los
equipos sobrevivientes, me abstendré de hacer cualquier pronóstico acerca de las semifinales. Sobre la final sí haré
un pronunciamiento y ¡a temblar todo mundo!.

Tamal Fatal
Voces no autorizadas me cuentan que Cuauhtémoc y Labastida trabajaron toda la noche del jueves 30. Rellenaron un
tamal tepiteño con chile de árbol, chile manzano, chile habanero, chile piquín, pelón pelo-rico, dinamita y tachuelas.
Era el último y desesperado intento por impedir "la asunción" de Fox. De hecho, cuando Chente se lo comió allá en
Tepito, por nadita y se eleva al cielo. Nomás pelaba los maravillosos ojos y le preguntaba, en pleno estertor, a los
maravillosos chiquillos: ¡óiganme, hijos de su Pink Floyd!, ¿quién preparó este tamal?. Doña Marthita, contestó un
caperuzo tepiteño perfectamente aleccionado. Pudo haber sido un magnicidio; pero se ve que la constitución de
Chente se halla en mucho mejor estado que la de la República, porque a puro atolazo restauró los graves daños y
pudo recibir su bandota. Tardará en sanar un sexenio. No pasó del susto.

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Gaceta del Angel / Viernes Santo II

Por

Germán Dehesa

(05-Dic-2000).-

Yo así no juego (ni escribo). Sin previo aviso, aquí en el altiplano se soltó un frío ultrapelado. Ya se me enjutó la
neurona y ya traigo en la calva un casquete polar. Está visto que en México 2000 todo ocurre de golpe y todo nos
sorprende tragando bolas. Aterido y todo, retomo mi veloz reseña de los admirables hechos acontecidos el pasado
viernes primero.

Varios cronistas y analistas de la realidad mexicana han escrito que ese "Juárez, Juárez...jóvenes" que Fox pronunció
en San Lázaro (patrono de los leprosos) fue una burla a la República Liberal. Yo no lo percibí así. Lo entendí más
como un acto de sagacidad política y de reconocimiento histórico. A fin de cuentas, el México independiente (o lo que
hayan dejado los priístas) existe gracias a Juárez y a sus admirables muchachones. Si el discurso entero de Fox fue
un llamado a la reconciliación y a la inclusión, no veo por qué tendría que dejar fuera a la iluminada generación de la
Reforma. El tiempo lo dirá. Terminó el evento en el Congreso y vino luego una extraña sesión de repaso en el
Auditorio. El público era mucho más favorable y todo podría haber resultado bien, aunque levemente aburridón por
reiterativo. Lo que fue entre inopinado y crispante fue la irrupción de la foxita con su cruz. Hago la enfática aclaración
que una y otra, en su lugar, me parecen totalmente respetables. Mi incomodidad es de origen evangélico y tiene que
ver con la poco feliz mezcla de los asuntos del César con los asuntos de Dios. Tiene que ver también con Machado,
pues sería más de mi gusto ver a Fox sin madero y andando por la mar, aunque sea con botas. Algo me dice que el
propio Presidente Fox sintió un desasosiego similar al que muchos experimentamos.

Saludos al Ejército que ya estaba más o menos asoleado. Comida rumbosa. Conatos de bronca aquí y allá. Verbena
popular con Mijares al canto (fue muy consolador comprobar que nuestro glorioso himno es incantable pues el pérfido
Nunó se encargó de hacerlo para soprano y bajo profundo). Fox se despoja de los ornamentos rituales y baja a torear
el frío con la multitud. Nada objetable. Lo que encuentro admirable es la resistencia del individuo. Se ve que Chente es
de carrera larga. Todavía de ahí se arrancó a Chapultepec a tirarle los guanajuatenses perros a la turbadora
Madeleine Albright (¡lo hizo por México!). Para los medios, la jornada remató en Televisa con Eduardo Andrade en el
patético papel de "El Chicote" exigiendo su tequila y exigiendo su canción (¿se imaginan la megacruda?. Pompín diría:
¡qué bonita familia!, ¡qué bonita!). De lo que ocurrió con Fox después de Chapul ya no hay noticia. Con la cuerda que
traía es capaz de haberse ido al Titanium, pero este dato permanece en el misterio. Bromas aparte, fue un día
particular, especial, memorable. No me parece razonable ni justo decir ahora que nada ha cambiado o que lo que ha
cambiado ha sido para empeorar. Creo que ya va siendo hora de que le demos a la sociedad su justa dimensión y le
reconozcamos el peso específico que tiene para inclinar las cosas del lado de la catástrofe, o del lado de la
construcción de un democrático pacto social. Acaba la fiesta. Trabajemos.

La Otra Fiesta

Cuando tú leas esto, yo estaré dirigiendo mis pasos rumbo a la toma de posesión de Andrés Manuel López Obrador.
Voy con la firme intención de repetirle lo que le dije la última vez que nos vimos: Andrés Manuel, ¡házlo bien!, ¿qué
trabajo te cuesta?. Tengo entendido que Vicente Fox asistirá. Espero que haya respeto y cordialidad, pero como no
quiero que me lo platiquen, prefiero atestiguarlo en vivo y a color. Mañana haré puntual reseña de lo que ocurra ahí.
Ustedes váyanse a trabajar con toda confianza. Yo mañana les cuento todo. Ahi lo dejo a su criterio...

Recado a Chayo

Acuso recibo del agradecimiento que publicaste en varios periódicos. Tienes razón, hubo alegrías y hubo enojos; pero
estuviste nítidamente presente y entrona en las buenas y en las malas. Buena suerte. En el apoyo y en la crítica nos
seguiremos encontrando.

Recado a M. Sahagún

Leo sus declaraciones acerca del "respeto irrestricto a la libertad de expresión" y acerca de la dosificación de la
información referente a los asuntos públicos. No lo encuentro muy lógico. ¿Si no estoy bien informado qué voy a
expresar?. Paso por alto esta inconsistencia y, en uso de mi libertad de expresión, solicito la siguiente información: en
cantidad y en calidad ¿cuánta información recibiremos?; ¿cuáles son los asuntos públicos que no se harán públicos?,
¿por qué?, ¿hasta cuándo?, ¿se trata de la seguridad del Estado, o de la inseguridad que el Estado tiene con
respecto a la madurez ciudadana?. Pregunto. El que también pregunta es Juan Ciudadano. Y ya me voy antes de
morir como Sherpa abandonado en el Himalaya.

Cualquier correspondencia con esta columna que se quiere casar con Mottola, favor de dirigirla a
gdehesa@infosel.net.mx o al Apartado Postal 19-111, Delegación Benito Juárez, México D.F

Gaceta del Angel / ¿Este día no es de fiesta

Por

Germán Dehesa

(06-Dic-2000).-
Datos fundamentales: yo calzo del seis y medio desparramado y tengo unos zapatos nuevos que son angostitos, pero
del seis. Salvo estas minucias, son un poema. Con motivo de la toma de protesta de López Obrador los voy a
estrenar, me dije. Error. Error de diciembre. Mi amiga María Victoria Llamas sabe de mi patológica inclinación por
estrenar zapatos en las grandes ocasiones cívicas. A mí ya desde endenantes me caían gordo los del frente popular
Francisco Villa y tantas otras organizaciones "populares" que han medrado al calor de la corrupción política
combinada con el precarismo. Hoy, el rechazo se convirtió en odio. El acceso a la ALDF estaba bloqueado por la
estentórea colectividad ("¡Este día no es de fiestaaa/es de lucha y de protestaaa!". Pues qué padre). Con tan grave
motivo, la enérgica Súper-Chayo bloqueó, con las siempre eficientes fuerzas policíacas, el acceso a la Asamblea. Su
Charro Negro llegó al edificio de la calle de los Donceles con los pies llagados y todo el hocico sangrando. Mi
democrático consuelo es saber que a Andrés Manuel no le fue mejor.

-Parejaaa!, aquí está un cuate en un Tsuru blanco que habla muy raro y que dice que es el nuevo Jefe de Gobierno.
¿Qué dices, pareja?, ¿lo consignamos, o lo dejamos a su criterio?. Así puede haber sido. El caso es que Andrés
Manuel llegó ligeramente retrasado. Jerarquías y potestades de la ciudad lo esperábamos: don Norberto, la sonriente
Amalia, Cuauh, Azcárraga Jean, Luis de la Barreda, Carlos Slim, Demetrio Sodi, Chayo Robles (negro traje sastre
casualmente combinado con mascada amarilla), Juan Sánchez Navarro, Ricardo Rocha, poshtecas, macehuales y
gran copia de ciudadanas y ciudadanos (por cierto, me intriga mucho por qué Andrés Manuel dice "suidad"). Reunidas
las cuadrillas, los alternantes procedieron a partir plaza. En medio de aplausos entró Vicente Fox (Cuauh no aplaudió)
con cara de pepto-bismol y de "una fiestecita más y me derrumbo desde lo alto de mis botas". Apareció también
Andrés Manuel, dióle sonoro beso a Chayo y el Fox (Vicente) y el Pex (Andrés Manuel) quedaron frente a frente.
Silencio espeso en el graderío (¿se la irá a mentar?). El saludo fue respetuoso y, si me apuran, hasta cordial. Una
espontánea y anónima mujer subió al estrado y le entregó a Andrés Manuel un megarretrato de Benito Juárez. Fox
habrá pensado: si a mí me dieron mi cruz, a éste le dan su Benemérito; vamos uno a uno y apenas arranca el partido.
Con voz firme y quasidefeña, AMLO protesta cumplir y hacer cumplir... Concluído el juramento, López Obrador
pronuncia un discurso que, en fondo y forma, hace su retrato hablado. Dos ejes: primero los pobres y México, ciudad
de la esperanza. Bien. Al menor descuido, irrumpe Tabasco: "desigualdat", "loj'mantojacuíferoj", "loj'majaltoj'nivélej".
Chayo y Cuauh se convierten en "ciudadanoj, compañeroj y amigoj y el Presidente es tropicalizado como Vijentefó.
Mis zapatos comienzan a agrietarse.

Lúgubres noticias: Andrés Manuel anuncia que todos los días se reunirá a las 6:30 de la mañana con su Secretario de
Gobierno. ¡Pa'sumadre!. Todos voltean a ver con honda piedad al mencionado. Falta lo peor: a los altos funcionarios
se les reducirá su salario en un 15%. Pausa dramática. Todos voltean a verse con honda piedad. Andrés Manuel ni
parpadea. Está concentrado en la lectura dinámica: estímulos al autoempleo (changarrito juarista)...El apoyo a los
pobres es populismo; la ayuda a los ricos es "rescate" (el FOBAPROA ataca de nuevo)...no habrá aumento en el
transporte...información internética del ejercicio del presupuesto y, lo más riesgoso y colmilludo: plebiscito bianual que
pueda culminar en la "revocación del mandato" (¿voy bien rumbo a Los Pinos o me regreso a Villahermosa?). Remata
Andrés Manuel subrayando su lema: "México, ciudad de la esperanza". Bien. Andrés Manuel, al referirse a "Vijentefó"
ha dicho palabras claves: diferencia, respeto, colaboración. Bien. Ahora se despiden. Se miran a los ojos y yo pienso
(luego insisto): los dos son mexicanos, ninguno es de la Capital, los dos son decentes, ninguno es priísta. Este día sí
es de fiesta. Loada sea la esperanza.

Estampitas Atesorables

Gilberto Rincón Gallardo atestiguando la "asunción" de AMLO y pensando -yo supongo- que nos tocó vivir entre dos
torbellinos, entre dos misterios y entre dos crisis de paradigmas y de valores (pero, añadiría Savater: todo valor nace
de una crisis).

Alejandro Aura impregnado de Zócalo, de bailes, de cantos, de alivio y de nostalgias.

Demetrio Sodi con el cuerpo (quizá el alma) echado un poco para atrás, como queriendo mirar mejor; como queriendo
entender qué es lo que realmente está pasando (yo también).

Patricia Ruiz Anchondo que súbitamente da la espalda y pone a consideración del respetable dos contundentes
argumentos poéticamente curvos.

Cuauhtémoc Cárdenas tan presente y tan ausente; tan claro y tan ilegible; tan histórico y tan mítico; ojos vivos, sonrisa
difunta; tan lleno de pasados, tan vacío de presentes.
Laura Itzel Castillo tranquilamente hermosa. La ilumina la solar sombra de su padre.

Denise Maerker, la de los ojos navegables, que me pregunta con alarma: ¿por qué Fox no aplaude?. Yo respondo: sí
aplaude pero de ladito, es que tiene manos de raqueta. Ella se fija y responde: tienes razón.

Cristina Barros, mi irrenunciable comadre, con la mano en la mejilla, pensando quizá en cumplir el ofrecimiento que
me hizo de retirarse al Tepozteco y fundar un convento de juaristas descalzas e hijas del divino itacate.

Una muchacha que canta y lava las sábanas en una cercana vecindad de la calle de la Santa Veracruz. Es posible
que no sepa mucho (ni le importe) que hoy es día de cambio de gobierno. Sabe que es hora de lavar y de tender la
ropa. Es hora de cantar.

¡Aaaacá!

Por súbita amputación vial, remato elegantes zapatos seminuevos. Perfecto estado. Ideales para ballet (parking).

Envío

Estos renglones son para Estefanía Chávez, mi Delegada favorita. Mi niñopa.

Cualquier correspondencia con ejta tabajqueña columna, favor de dirigirla a gdehesa @infosel.net.mx o al Apartado
Postal 19111, Delegación Benito Juárez, México DF.

Gaceta del Angel / ¡Que se pare la bola

Por

Germán Dehesa

(07-Dic-2000).-

Amadísimos hermanos: lo digo con toda verdad, con inflamado amor y con inflamados pies. Ya párenle a las
pachangas. A este ritmo, no vamos a llegar, ya no digamos a navidad, ni al Teletón. Las cívicas pre-pre-posadas han
sido de las que ponen en peligro la vida. Los meshicas estamos genéticamente preparados para recibir grandes dosis
de adversidad; la dicha cívica, religiosa o familiar es la que puede aniquilarnos. Por lo menos, Eduardo Andrade y su
Charro Negro, aunque sea por razones diversas, ya pedimos paz (una veloz reflexión en torno al affaire Andrade: no
obstante la improcedencia y total falta de estilo de su irrupción, algo encuentro de rescatable: la opinión de todos los
actores políticos de México es atendible y merece un espacio de difusión. Si esto no es así, no podemos hablar de
democracia, sino de un neopriísmo contrahecho).

Está bien que sea diciembre, pero no hay quien resista una pachanga diaria con fervor cívico incluido. Ayer martes, el
mismo e hiperquinético Vicente Fox (Vijentefó) ya tenía cara de pantufla y voz de Cacahuamilpa (quebrada y
cavernosa). Sé que es horrible hacer este tipo de pronunciamientos en medio de tanto frío, pero creo que, aún por
razones térmicas, llegó la hora de que pueblo y gobierno nos pongamos a trabajar macizo. Alcanzo a percibir el brutal
estremecimiento que un llamado así le provoca a los que ya habían decidido hacer el puente San Lázaro-Candelaria
(del 10 de diciembre al 3 de febrero). Truena la economía y, lo que es peor, truena la anatomía. Sería algo tan
extravagante como el plan Puebla-Panamá. Evitémoslo. Créanme que nos viene mejor, antes de que nos devore el
remolino navideño, atender nuestro trabajo y, con el mejor y más esperanzado ánimo, colaborar con alguna de las
muchas y solidarias tareas que se ha impuesto con el mejor de los ánimos la Fundación Nosotros (él, tú y yo).

El ya mencionado Teletón está a la vista y el resultado de sus esfuerzos también lo está. Sin embargo, hay que
mantener vivo lo que ya existe y crear muchos, muchos más, Centros de Rehabilitación.

Las tareas de APAC en favor de las personas con parálisis cerebral también siguen adelante contra cualquier
adversidad. Nuestra colaboración es indispensable.

La Fundación Lazos nos permite el honor de ser co-secretarios de educación. Por una cantidad que no llega a los
$300.00 mensuales podemos ser padrinos de un niño que no tendrá que interrumpir su educación primaria.

El invierno ya cayó en la Tarahumara y en la Fundación Llaguno preparamos cobijo, ayuda, educación y atención
médica.

En C. Juárez y en Nuevo Laredo, las Casas del Migrante necesitan también de nuestro apoyo.

En la Capital, la Casa de las Mercedes auxilia a las madres menores de edad y la Casa de la Sal se hace cargo de
niños con SIDA. Hay que comprometerse y hay que ayudar. Los aquí nombrados son unos cuantos de los miles de
esfuerzos emprendidos por esta sociedad generosa y urgida de echarse a andar. En el fax 5598 2345 (o por correo
electrónico) te podemos dar informes acerca de estas tareas, o de cualquiera a la que se te ocurra incorporarte. En lo
que quieras, en lo que puedas: ayuda. Esa es la mejor fiesta; ésa es la mejor celebración decembrina (bueno, que
gane el Atlas también ayudaría. Mi mejor modo de colaborar es irle al Toluca).

¿Dónde la Hacemos?

Estoy seguro de que mi caso no es único. Millones de abnegados maridos nacionales ya habrán escuchado la misma
pregunta conyugal: ¿dónde hacemos la cena de navidad?. Yo la escuché en el íntimo apartamiento de la regadera
mientras intentaba enjabonarme las populares y casi inexistentes tepalcuanas, al tiempo que entonaba (es un decir)
"Alevosía" de Luis E. Aute. Una voz femenil dijo de pronto: ¿ya pensaste, pompkinpai, dónde va a ser la cena?. Para
mí es una pregunta abismal. Odio las cenas navideñas, pero la senadora Hillary y el extraviado Bucles las consideran
el más intenso éxtasis que la vida ofrece. Están orates. Reproduzco el diálogo: -¿y si mejor armamos una pokariza?. -
Te estoy preguntando en serio, mi mamá y Peu (¡así se llama!) también quieren hacerla, pero tienen poco espacio. -
Pues que no nos inviten. -¡Germán!, esto es serio. Si tú estás de acuerdo (percíbase la insidia femenina), yo creo que
aquí es el lugar ideal.

-No manches, Hillary; siempre es aquí y, no es por nada, pero tu familia deja la casa peor que el Zócalo después de
una verbena popular. Es un tiradero de papeles, hojas de elote, huesos de mango y envases de Titán de piña.

-Perdóname, pero mi familia es mucho más decente que la tuya. Mi prima Margo siempre levanta todo. -Cualquier
familia es más decente que la mía; tu argumento no es consistente. -Entonces, ¿la hacemos aquí?. -¿Me estás
preguntando o me estás avisando?. -Contigo no se puede hablar. Me da pena por Andrés que tiene tanta ilusión (voz
quebrada). -¡Me carga la pirinola!... ¿Sabes, lectora lector querido, dónde va a ser la cena de navidad?. Si lo adivinas,
recibirás una sorpresa. Dehesa sufre.

Misterioso Envío

Estas divagaciones son para una mujer firme y dulce a quien jamás conocí de vista. Sólo escuché su voz cálida,
cortés, amorosa. Se llamó Elena Guerra y siempre fue el sonriente camino para encontrarme con Julio Scherer. La
recuerdo y extraño la tersa dádiva de su plática...
Cualquier correspondencia con esta crudísima columna, favor de dirigirla a gdehesa@infosel.net.mx o al Apartado
Postal 19-111, Delegación Benito Juárez, México, DF.

Gaceta del Angel / El verbo cobijar

Por

Germán Dehesa

(08-Dic-2000).-

Tiene tantos sentidos en el español de México. Todos apuntan hacia la calidez, el amparo, la protección, el afecto y la
ayuda solidaria. Todas las buenas personas que conozco (y son muchas) tienen voluntad de cobijar. Una señora
viuda, de 60 años (cumplidos hace 15) toma sus libros favoritos y se va a asilos y hospitales y ahí busca a enfermos y
solitarios que quieran cobijarse con un cuento o un poema leídos con voz alta, correcta y amistosa. Un señor que ya
desde antes de Fox tenía su changarrito compra con sus ganancias navideñas suéteres y cobijas y, por la noche, se
va a las orillas de la ciudad y sin la menor evaluación psico-social distribuye sus regalos entre niños y adultos
friolentos. Me gustan y me admiran estos dos casos que conozco (hay y habrá muchos más), porque son dos
ejemplos de la generosidad en estado puro. Ninguno de los dos actúa por recibir éste o aquel reconocimiento; ninguno
de los dos actúa a nombre de un membrete o de algún catecismo. Tranquilamente y sin saberlo pertenecen a la
Fundación Nosotros (él, tú, yo). Los he traído a la letra impresa porque algo hay que hacer en contra de la confortable
falacia que se cifra en las siguientes palabras: yo ayudaría, pero no sé cómo, ni encuentro alguna agrupación
confiable. Mentira sobre mentira. Existen cientos de agrupaciones confiables (ayer olvidé mencionar "Christel House
de México" que se dedica a cobijar la orfandad y procurar la educación de los niños. También ¡guay de mí y güey de
mí! dejé a un lado a la Fundación Michou y Mau que auxilia y alivia a los niños que sufren quemaduras graves. Mi lista
de olvidos y omisiones es larguísima, pero ustedes comuníquense y yo les digo dónde pueden calmar sus cobijeras
ansias de novillero); pero, además (y con esto vuelvo a mi punto de partida), no existe ser humano que no pueda, solo
o acompañado, proporcionarle a su prójimo alguna forma de cobijo. Un donativo, alguna prenda, tal palabra, la
disposición para escuchar, la exacta, suave y cóncava caricia, un caudaloso abrazo, una afectuosa mentada, un
telefonema que escuetamente dice: nada más hablé para decirte que te quiero...hay tantos modos y formas de cobijar
y afuera y adentro de nosotros hace tanto frío...¿qué esperan, mijitos?.

El Verbo Descobijar

Lo están conjugando drásticamente nuestros nuevos gobiernos. También es una loable tarea. Francisco Gil Díaz ya
puso en acción sus baterías antiaéreas y "los aviadores" comienzan a morder el polvo. Don Paco: ¡duro con los
haraganes, rateros, pocalucha y menos madre!. Andrés Manuel ya se cargó a los de la Tesorería del DF. Ahora
entiendo por qué decidió trabajar desde las 6:30 de la mañana. Así agarra amodorrados a los ratones. Santo jalón de
cobija que les dio. Creo percibir que, entre los descobijados también figuran Rosario Robles y Cuauhtémoc Cárdenas.
Será cosa de ver qué color agarran. Andrés Manuel: para cualquier tarea raticida, tú nomás avísanos y con mucho
gusto te ayudamos. Conclusiones provisionales: cobijar es una moción natural de los buenos espíritus; descobijar a
los malhechores es el higiénico deber de la justicia.
Goles al Amanecer

Mi enérgica militancia en el Club de Scrooge (sección Grinch) y mi pasión futbolística están creando hondos abismos
decembrinos entre la senadora Hillary y su rey mago. La noche del miércoles, hacia las 2:30 de la mañana recibí una
mirada enérgicamente reprobatoria y desorbitada. La recia fémina no podía creer que ¡a esas horas! Fuera yo a ver el
partido Atlas-Toluca que había dejado grabando. La senadora nada más dijo ¡estás loco!, pero el subtexto era: yo he
de estar más por haberme casado con esta bestia balompédica. La senadora no vio el juego. Lástima. Fue un
partidazo. Apolo contra Dionisios. Clásicos contra románticos. Terminó 3-3 y todo se decidirá a la sombra de Nemesio
Díez. Yo sigo deseando que gane el Atlas (dionisiaco y romántico) y por lo mismo considero que es mi deber apoyar al
Toluca (apolíneo y clásico). Cuando cayó el último gol, amanecía. ¡Broughshoeum!, comentó la Hillary desde las
confortables llanuras del penúltimo sueño. En efecto, fue un golazo, le respondí.

El Verbo Felicitar

"Astillero" se titula la cotidiana columna que escribe Julio Hernández López. Jamás lo he visto, pero puedo decir que lo
conozco porque leo puntualmente su trabajo. Es informado, claro, mula, bienhumorado y esclarecedor. Su columna
acaba de ser premiada. Me congratulo por ello. De algún modo son míos el talento y la felicidad de los otros.

El Verbo Tocar

Incluye arpas, pianos y pieles.

Hoy toca.

Cualquier correspondencia con esta columna cual cobijita enrollada, favor de dirigirla a gdehesa@infosel.net.mx o al
Apartado Postal 19-111, Delegación Benito Juárez, México D.F.

Gaceta del Angel / Breviario de la perplejidad

Por

Germán Dehesa

(11-Dic-2000).-

Después de hondas cavilaciones, de prolijas consultas y de rigurosos análisis llego a una luminosa certeza: ya no
estoy entendiendo nada. Todo tiene la textura de un mal sueño donde nada ocurre como tendría que ocurrir (pero
¿quién sabe cómo "tendrían que ocurrir" las cosas?) y donde nadie está donde tendría que estar (¿alguien, por poner
un ejemplo, le habrá explicado al carismático Abascal las diferencias entre un Secretario del Trabajo y un Abad de la
Basílica?). Me refugio en lo que Wilde, traducido por J.E. Pacheco, dice en su "Epístola in carcere et vinculis": lo que
se entiende está bien. El ineludible corolario de esto es que lo que no se entiende está muy mal y nos produce un
enorme desasosiego. Supongo que es parte de la cuota que tenemos que pagar por haber decidido tan tardíamente
ser ciudadanos. Si hacemos un ejercicio de memoria, recordaremos que, durante muchas décadas, no entendíamos
nada de los asuntos públicos, pero como nuestra cómoda postura anclaba en la nociva fórmula de que la política era
para los políticos, no entender no nos importaba ni mucho, ni poco. Instintivamente sabíamos que esto de la grilla era
una suerte de saber hermético al alcance de unos cuantos iniciados y sellado y laberíntico para los legos. Decisiones
y designaciones, acciones y omisiones del gobierno, fueron, por mucho tiempo, tranquilamente ilegibles para nosotros
los ciudadanos de a pata. Muchas cosas tuvieron que ocurrir (cito algunas: el 68, las crisis recurrentes, el temblor del
85, los crímenes políticos, Chiapas, el error de diciembre, los millones de pobres, la inseguridad cotidiana), para que
finalmente aceptáramos que era una indignidad ser mártires sin saber siquiera por qué causa. Decidimos saber y
decidimos entender. Nuestro tardío ingreso a las aulas de la vida ciudadana nos está resultando costosísimo.

Me recuerdo en mi infancia poblada por un exceso de aflicciones y rodeada de hermanos maristas. Me acercaba con
alguno de ellos y le presentaba la ya larga lista de asuntos, hechos y eventos que no entendía. El educador elegido
me miraba con estupor y piedad, permanecía un rato en silencio y pasaba luego a explicarme lo que él llamaba "el
plan de Dios" que tenía la enorme ventaja de que no era para entenderse, sino para agradecerse; porque, aunque mi
limitada y orejona mente, no alcanzara a entenderlo, todo lo que ocurría, ocurría para mi bien. Pues, qué a toamaye,
pensaba yo mientras regresaba a las actividades propias de mi edad y condición. No es que ahora me haya dado por
descreer del plan de Dios. No. Es que ahora lo que me preocupa es el plan de Fox (quien, según los últimos informes,
no es Dios, aunque se parece). Hace unas horas, lo vi efusivo y sonriente en el Teletón. El contraste con Zedillo era
notorio. Tan efusivo y arrebatado es Fox, que estuvo a punto de desmamonar la silla de ruedas de una niñita que puso
cara de pánico al ver cómo se le aventaba el titán del Bajío. No era hora de preguntarle si así de abalanzado es para
todo. No era tampoco momento para preguntarle por qué J.J. Bremer se va a Washington y/o de pedirle que me
explicara cómo funciona (si es que funciona) el organigrama de su gabinete y quién depende de quién. No hubiera
sido prudente inquirir acerca del flamígero kamikaze de Paco Gil y sus 300 aviadores. Ni siquiera pude preguntarle si
le iba al Atlas. En resumen: no sé nada, no entiendo nada y mi espíritu es un amplio cántaro lleno de perplejidad.
Omaigod!.

En Vista de la Confusión...

...decidí encaminar mis pasos rumbo a Toluca. Ahí, en pleno feudo del industrioso prof., una sonorense con ojos
abrumados de violetas y un xalapeño que vive en (para, desde, con...) esos ojos celebraron sus 40 años de
matrimonio. Si ya dije algo sobre las perplejidades lastimosas, algo habrá que decir sobre los misterios gozosos. En
estos tiempos de pasiones efímeras y desechables, es muy emocionante atestiguar la más feliz de todas las
duraciones: la del tiempo enamorado. Fue una fiesta presidida por la alegría, las exquisitas canciones yucatecas, la
dilatada familia y los innumerables amigos. Todos estábamos ahí y curiosamente, cada uno se sentía el orgulloso
responsable de que ese matrimonio hubiese durado tanto. Esto de ser (o de sentirse) discreto conspirador del amor,
no es mal oficio. La señora potosina ya ha de estar pensando que a ella mi vida social le importa bastante menos que
el queso de tuna; pero hace mal. Ella tendría que entender que todos los pequeños calpullis que conforman la
sociedad tenochca mantiene su cohesión y su armonía gracias a que gira en torno a una pareja que supo amarse a
tiempo y en el tiempo. Todo esto ocurre en secreto y en silencio; pero en verdad, no entiendo cómo podríamos
sobrevivir y confiar en nosotros si no existieran esas parejas cuyo amor es más poderoso que la muerte (y que el tedio
y que el miedo y que la brutal erosión del tiempo que día con día, noche con noche, se afana en destruir nuestros
temblorosos monumentos). Digamos con el poeta: Loado sea el amor/donde ambos se entregan/y ninguno es el
poseedor.

Cualquier correspondencia con esta columa que es una confusa torre de Babel, favor de dirigirla a
gdehesa@infosel.net.mx o al Apartado Postal 19-111, Delegación Benito Juárez, México D.F

Gaceta del Angel / La otra Guadalupe

Por

Germán Dehesa
(12-Dic-2000).-

No me interesa, no me dice nada, me incomoda y me parece que no viene al caso esa guadalupana efigie visual o
verbal que los políticos, según su voluntad y conveniencia, sacan y meten de los archivos oficiales para esgrimirla (a
ella, precisamente a ella) como pendón de discordia entre liberales tardíos y neoliberales desmañanados y
desbrujulados en el tiempo y en el espacio. Del mismo modo, no estoy a bien con esa otra Tonantzin-Guadalupe que
las altas jerarquías disfrutan e industrializan como personalísimo patrimonio. Villana me parece la comercialización de
la fe y el desamparo de tantos mexicanos. Me molesta profundamente ese mercadeo que miro en las pantallas de TV
donde me ofrecen "copias escaneadas utilizando la más avanzada tecnología" de la que, me dicen, fue la tilma de
Juan Diego, personaje éste cuya existencia histórica es todavía dudosa, según dijo -en un acto de harakiri oral- el
señor Schulenburg que tantas mercedes (Benz) había recibido.

La María de Guadalupe que a mí me impone y conmueve es otra. Es la que hilo a hilo ha ido tramando el fervor, el
miedo, la orfandad, la devoción de los mexicanos. Es aquélla que invocaba mi nana Elvira cuando el minúsculo orejón
que le había sido confiado chillaba cual becerro y tosía como perro café con 40 grados de fiebre. Me alivié y salimos
en peregrinación. Yo ofrecí, me dijo Elvira, que si te aliviabas, nos iríamos caminando a la Villa y, pues no hubo modo
de contrariarla (no es jacobinismo, pero los antibióticos también ayudaron). Fuimos a la Villa, no perdimos nuestra silla
(a diferencia del PRI), compramos gorditas y a los seis años aprendí que había una misteriosa y potente fuerza que
movilizaba a millones de mexicanos. ¿Cómo negarla o cuestionarla?.

Muchos años después, en algún vericueto de las oficinas de un querido amigo español que se confiesa y reconoce
agnóstico, me encontré con un enorme y maravilloso óleo que reproduce a la Guadalupana. ¿Y tú, por qué tienes este
cuadro?. Porque, me dijo no sin una pizca de emoción, para mí representa a México y a toda la gratitud que le tengo.
No la exhibía, no la presumía; ahí estaba en algún recatado recinto de su intimidad.

Como verán, la Guadalupana que hoy celebro es un tercer avatar de la que acaparan Secretarios y Cardenales. A mí,
que no uso tilma, se me ha aparecido en varias madrugadas del 12 de diciembre mientras camino perfectamente
disuelto entre miles y miles de mexicanos que rezan, desfallecen, cantan y caminan. Sentirse nación, experimentar en
la piel que somos parte de algo mucho más intenso, amplio y enigmático que nuestra patética y perecible
individualidad es un verdadero milagro y como tal hay que proclamarlo.

No hace mucho, se casó en un pueblecito del Estado de México, una linda muchacha que por varios años trabajó con
nosotros y para nosotros. La senadora Hillary, ya se imaginarán, me encorbató, me trasladó y me depositó en una
banca de la minúscula iglesia. Todo marchaba conforme al nada emocionante ritual de las bodas católicas. Los
asistentes -hijos de la modorra y la friolencia- estaban pero no eran. De pronto, la mujer más vieja y más gangosa del
municipio rompió a cantar: "dendeljielounaedmodamañana"...Y ¡órale!, todos adquirieron vida y respondieron (cada
uno en su muy particular tono): ¡la Guadalupaaana, la Guadalupaaan'bajoal Tepeyá!. La rucailita se sabía como 1500
coplas y, dada la magnitud de la ceremonia, no nos ahorró ninguna. Cada vez que me iba yo a sentar, sacaba otra de
su CISEN particular. Todos, incluido el cura que se pandeaba de fea manera, resistimos el melodioso aluvión místico.
Contra el fervor popular y la base por bolas no hay defensa... Yo hoy te celebro, Madre mía de Guadalupe, y te
ofrezco y te pido el milagro de un vasito de agua...

Jícamas y Fritangas

Frente a mi oficina, ya te lo habré contado, hay un parque circular. Sabedor de que jamás alcanzaré la gloria, me
viene bien tener una glorieta. Hoy no fue un día especialmente propicio. Mi inclinación por el Atlas me obligó a pagarle
al verdadero y secreto fundador del Club de Scrooge una enorme cantidad de piastras. Ya afectado por esto, salí de
mi oficina y con enfático horror descubrí la inminente vejez. En la banqueta había dos puestos: en uno, estaba un
gordito bigotón que ofrecía jícamas y pepinos. En otro, un joven verde-amarillo ofrecía papas, charritos y chicharrones
de harina. Imagínense una jícama, o una bolsa de charritos con su fregadacito de limón, su chirris de sal y un diluvio
total de chile piquín. Si en el paraíso no hay fritangas, le cedo mi lugar a Abascal. Yo sentí en la sangre el tumultuoso
motín de mi infancia; pero pensé también en la tifoidea y el duodeno. ¡No compré nada!. Cerrando los ojos, los dejé
pasar. Triste asunto. Escribo esto rodeado de golondrinas que no volverán...

Envío

Este artículo es para todas las Guadalupes que en mi vida han sido como una aparición.

Cualquier correspondencia con esta columna que celebra a su manera, favor de dirigirla a gdehesa@infosel.net.mx o
al Apartado Postal 19-111, Delegación Benito Juárez, México D.F

Gaceta del Angel / Paco Gil

Por

Germán Dehesa

(13-Dic-2000).-

¡Hola!...¿Está el enemigo?...¡Que se ponga!...¿Es el enemigo?...Pues na' os estoy hablando por lo de los aviadores...
¿Cómo que cuáles aviadores?... Pero es que vosotros tenéis más conchas que un galápago...Os estoy hablando de
los 300 aviadores que habéis mandao...Os quiero avisar que no los esperéis de regreso, yo personalmente los acabo
de derribar... ¡eso!, con mi tirachinas y pedruzco del gordo... os lo aviso, por si los esperábais a cenar...Que os lo digo
yo...podéis repartir la merluza...¡sacto!, los muertos quedan muy inapetentes...¿Qué leches me estáis diciendo?...
¿Vosotros no tenéis aviación?...¿Ibáis a comprar los aviones de Taesa y nuca llegaron?... ¡Joer!...¿Se han caído tóos
en Tenerife?...¡La monda!...¿Y los 300 que yo he derribao?...¡Leñe!...¿No serán alemanes?...¿Negativo?...Pues,
menudo papelón el mío; me acabo de cargar a mi fuerza aérea...¿Vosotros no necesitáis un vigía con experiencia?...
¿Otorgáis bono sexenal?...Es cosa hecha, yo me reporto en enero...No, no ha sío na'...Uno por ayudar.

(Cuelga el teléfono, calla y mira al cielo)...¡Osuuú!, ya la hemos líao.

Scrooge le Va al Toluca

La única mujer realmente sabia que ha engendrado México se llamó Amalia Mendoza "La Tariácuri". En sesión
plenaria, los biliosos integrantes del club Scrooge-Grinch hemos decidido por unanimidad que el lema de nuestra
benéfica asociación sea: "Diciembre me gustó pa' que te largues". Es bello, es eufónico y atesora verdades profundas.
No creo que sea el mejor momento para intentar rebatirme. En cuatro días he tenido (padecido) tres "convivios
navideños". La creatividad mexicana es inagotable. Muestra de ello es que en las tres reuniones han servido pavo,
bacalao y romeritos. No puedo más. El resto de diciembre me voy a salir a pastar a algún camellón. Tengo la
sensación de que un romerito tierno me está germinando en la panza y ya para febrero asomará por mis axilas. El
festejo (por así llamarlo) que acabo de abandonar "por razones de trabajo" (¡loado sea el periodismo!) era una
multitudinaria asamblea de ese sector de mi familia política conocido como el cártel de Mexicali, o "la verduguiza"
como ellos se autonombran con insostenible orgullo. Pronto publicaré "¡Dios mío, házme viudo!". Todos tenían cara de
que, desde la luna de miel, no habían gozado tanto. Como diría López Portillo: ¡qué capacidad de simulación la suya!.
Todo el sector masculino y varias féminas de la etnia bajacaliforniana me pidieron de modo reservado que los
incluyera en el club de Scrooge. Una grata chica que se llama "Peu" y que viene siendo mi vicesubconcuña se
aproximó a mi augusta persona, me miró con ojos de acetileno y me dijo: Germán, no estoy para bromas y te exijo dos
cosas: en primeras, si vas a hablar de mí en el periódico, tienes que decir puras maravillas y, en segundas, te
recuerdo que yo soy de Morelia y que vamos a ser campeones; nada más para asegurar el campeonato, te exijo que
publiques que le vas al Toluca. Los michoacanos sabemos agradecer. Misión cumplida. En diciembre los hombres
sólo tenemos dos tareas: callar y obedecer.

En Jalisco sí se Rajan

Con un buen matracazo automovilístico cualquiera -en cualquier lugar del mundo- por supuesto que se raja. Yo me
permitiría suplicar a los responsables de la vialidad y la seguridad jaliscienses que, hasta nueva orden, requisen todos
los vehículos automotores de todos los futbolistas que militen, hayan militado o piensen militar en el balompié de ese
Estado. Supongo que debe tratarse de un virus que con toda justicia tendría que llamarse "Jamaicón Villegas" el que
se ha extendido por el territorio de Nueva Galicia y cuyo síntoma más notorio es hacer incompatibles las tareas de
patear un balón y manejar un coche. Mientras no estudien en Houston al Chima Ruiz y a Erubey Cabuto, todo
futbolista que ingrese a Jalisco tendrá que caminar de noche y por la banqueta.

Letras Libres

Entre celebración y celebración, su Charro Negro tiene que encontrar espacio y repertorio espiritual para asimilar
noticias tan diversas como la de la comparecencia de Francisco Gil en la Cámara, los borlotes magisteriales, la
aprehensión de Oscar Espinosa y la muerte de Libertad Lamarque. Hay que esmerarse también en tomarle el pulso a
lo que ocurre en el ámbito cultural de México y del mundo. A este respecto, la revista "Letras Libres" es útil y deleitosa.
Otro día les platico acerca de las reflexiones sobre el narcotráfico que hace Javier Marías en el número de noviembre.
Hoy les recomiendo que se asomen al de diciembre. No tiene desperdicio. Está dedicado a todos los modos del
caudillismo en la cultura y en la vida política y familiar de México. Hay un ensayo de Monsiváis sobre Gonzalo N.
Santos y una heroica y aguda reseña de M.A. Granados Chapa sobre el libro de Carlos Salinas. A mí que me dí de
baja en la página 300, me ha sido esclarecedora y útil. Además de comer bacalao, se puede leer. Digo.

Cualquier correspondencia con esta antiaérea columna, favor de dirigirla a gdehesa@infosel.net.mx o al Apartado
Postal 19-111, Delegación Benito Juárez, México D.F

Gaceta del Angel / De otro modo / la vida

Por

Germán Dehesa

(14-Dic-2000).-
"El corazón en la mano". Así se tituló el festejo que, a beneficio de APAC y por estrictas órdenes de Carmelina (a)
"Leopoldina" Ortiz Monasterio, presentamos el martes por la noche. La respuesta del público fue cálida y dadivosa.
Esto admite la siguiente traducción: el potencial de generosidad de los mexicanos es inmenso. Nuestras reservas
probadas de amor y compasión son muy altas. Ocurre, sin embargo, que, muy explicablemente, sólo fluyen cuando un
paisano o paisana con nombre y apellido crean un ámbito de confianza, transparencia y credibilidad. Es el caso de
Fernando Landeros y el Teletón y la muy gratificante fundación Lazos (nos siguen urgiendo padrinos que quieran ser
co-secretarios de Educación Pública).

Es el caso también de los Llaguno y los tarahumaras; de tantísima gente buena y honrada que hay aquí (cuando nos
cansemos de hablar de la "corrupción mexicana", será tonificante pensar en estas personas). Otro buen ejemplo es
Carmelina Ortiz Monasterio que ya lleva muchos años haciendo el generoso y emocionante papel de Scherezada:
noche a noche vive el presentimiento de que, por falta de dinero, en unas horas, la echarán a la calle con todo y sus
niños. En el último momento, el dinero literalmente aparece y el amor sigue. Por eso es que Carmelina dice rana y yo
brinco.

El martes nos convocó y ahí estuvimos para que nuestro espectáculo fungiera como epílogo a la presentación de un
libro hermoso y terrible (una cosa trae la otra) que lleva por título "De otro modo / la vida". El libro reúne un buen
número de las fotografías que Guadalupe Velasco tomó a los usuarios, los entrañables habitantes de APAC. El
prólogo es de Paco Prieto, la presentación es de su Charro Negro y el excelente diseño gráfico es de Luis Almeida.
Hojear el libro y aguantar cada imagen con mirada firme es ingresar precisamente a otro modo de la vida. En esa otra
parcela de la realidad, la ternura, la furia, la amistad, la inteligencia, la pena y el entusiasmo tienen otros códigos
(Goya y Bacon los conocían) y la luz y la tiniebla se disputan -como en tu vida y mi vida- su derecho a manifestar u
ocultar la verdad. Finalmente es la mirada del espectador la que decide cuánta verdad puede tolerar y cuánta
misteriosa belleza puede soportar. De mí sé decir que estuve y estoy encantado (habitado por el canto) de haber sido
parte de esta rigurosa conspiración en contra de "lo bonito" (doy un preclaro ejemplo: la consternante boda de Thalía)
y a favor de la irritante hermosura. Por si fuera poco, Carmelina nos regaló un "nacimiento" realizado por anónimos
autores que, aún sin saberlo, se inspiraron en el Popol- Vuh y en M.A. Asturias, pues todo él está fabricado con
pedazos de tortilla. Son acontecimientos como éste los que me alejan de los centros comerciales y los que amenazan
mi cargo de presidente del club de Scrooge. Nadie debe preocuparse. Hoy amanecí con pulmonorrabia aguda y he
recuperado por entero mi pésimo humor, mi mala disposición y mi vocación santaclocida. Lo confieso: durante tres
horas estuve muy bien, pero ya me habita de nuevo el caudaloso rencor contra el Fruit-Cake y contra todo lo que se
relacione con ese incomible material. Con los bronquios hechos moño, he decidido morir echando mentadas y
resucitar el 7 de enero. Seguiré escribiendo, pero serán cartas de ultratumba.

Tú no Sabes Nada

Fugaz encuentro con un dilecto y brillante miembro del nuevo gabinete: oye, Germán, tenemos que comer. Tú no
sabes nada de lo que es la grilla y tampoco sabes nada acerca de cómo están las cosas aquí adentro; pero
precisamente por eso, me interesa tu opinión; muchas veces a los que menos saben se les ocurren las mejores
ideas...Muy sinópticamente esto me dijeron. Lo peor es que me lo decían en tono de piropo. A mí me pareció (además
de una patanería y una mentada de madre) una triste muestra de que la información acerca de los asuntos públicos
fue, es y, si lo seguimos permitiendo, seguirá siendo patrimonio de unos cuantos "iniciados" que, más temprano que
tarde, resultarán también "indiciados".

Por supuesto que no sabemos nada y que me produce una enorme frustración vivir en estas condiciones, pero tal
parece que en nuestro país todo aquello que directa o indirectamente incide en nuestra vida diaria debe mantenerse
en el misterio, en la información "privilegiada" y a cuentagotas, o a la espera de la "filtración". Si yo fuera Secretario de
Estado (en esta reencarnación, ya no me tocó) me daría una vergüenza infinita decirle a un ciudadano periodista que
no sabe nada y decírselo con ese aire de suficiencia que lleva implícito un claro mensaje: ni te esfuerces, manito, sólo
sabrás lo que nosotros, en nuestra infinita sabiduría, decidamos que es conveniente y provechoso que sepas...
¿Alguna vez entenderán que es legítimo, necesario y útil saber lo que hace y decide un gobierno elegido por nosotros,
pagado por nosotros y sin más tarea que servirnos a nosotros?. Me dicen que no sé nada. No lo creo del todo. Por lo
pronto ya sé que tenemos a un Secretario que es entre tonto y arrogante. Lo demás lo iremos averiguando.

Cualquier correspondencia con esta columna que canta en la tiniebla, favor de dirigirla a gdehesa@infosel.net.mx o al
Apartado Postal 19-111, Delegación Benito Juárez, México D.F.
Gaceta del Angel / Lo tveo y no lo tvcreo

Por

Germán Dehesa

(15-Dic-2000).-

Pensadores muy confiables me anuncian que ya se encuentra plenamente instalado en el mundo el homo videns que,
definido así muy rústicamente, vendría a ser un individuo que desde su nacimiento y hasta su muerte, conocerá y
jerarquizará al mundo, formará sus opiniones, establecerá sus valores y sus mitologías y encauzará su vida a partir de
los mensajes que reciba desde una pantalla que le exigirá cómodos períodos de siete minutos de atención seguidos
por dos minutos de marasmo que serán empleados para depositar en el buzón de su inconsciente los lineamientos de
la propaganda y los mandamientos de la publicidad.

Quizá yo me apuré a nacer, o la televisión se tardó en llegar y así, antes de que la pantalla se metiera en mi vida,
compareció la vida misma y los libros me fueron otorgados. De cualquier modo, me acepto como homo semividens y,
por lo mismo, me concedo derecho a hacer la crónica de lo que la variante tenochca recibió desde la pantalla el día 13
de diciembre.

LA PROPAGANDA OFICIAL: en mi infinita ingenuidad, supuse que la foxicracia dejaría a un lado la exótica costumbre
de avisarnos 40 veces al día que están haciendo lo que tienen que hacer: ¡seguimos vacunando niños!; ¡hay un
policía que no se ha robado nada!; ¡van a ver qué parejo vamos a trabajar ahora!, ¡el país quedará rechinando de
limpio!. Hasta donde sé, ningún otro gobierno del mundo destina tanto dinero a promover y publicitar el estricto
cumplimiento de su deber. Porque esta es otra inconsecuencia: en lugar de emplear el 12.5% de tiempo televisivo al
que tienen derecho, pagan con nuestra lana la producción y la transmisión de sus muy discutibles mensajes.
Supongamos que fueran indispensables (y es mucho suponer): ¿no sería mucho más transparente y correcto que la
TV comercial pagara esos impuestos que ahora no paga y que el gobierno, en el caso de que le urja avisarnos que
cada día hay más escuelas, pague lo que tenga que pagar, o que aproveche los espacios noticiosos?. Y esto me lleva
a otra TV noticia del día 13...

DICE FOX: y lo dijo en la tele que somos uno de los países con más baja recaudación fiscal y que así no hay modo. Si
queremos un país grande, nos tenemos que mochar en grande con Francisco Gil. En principio, suena bien, pero esto
lo dijo en la tele y ni de lejos tocó el punto de lo que deja de pagar la tele.

Y SIGUIO DICIENDO FOX: que ya había visto por ahí (en la tele) que algunos policías fronterizos se dedican a
esquilmar en especie y en dinero a los migrantes que regresan a México y que ya había actuado en consecuencia. De
nuevo, suena bien, pero no deja de ser grave que López Dóriga y sus reporteros acaben siendo más temibles y
eficaces que toda la PGR. Por lo menos que alguien los denuncie, comentó la Hillary. ¿y el Poder Judicial? pregunté
yo. Vamos a un corte...

¡REGRESO SILVIA PINAL!: me parece bien, pero me parecería mejor si me dijeran dónde quedó la lana de Protea y
si me explicaran por qué tanto pancho para recibir a una señora que, hasta donde sé, no es madame Curie, no es
Leona Vicario, no es Sara Bernhardt, no es la Madre Teresa. Es Silvia Pinal y ya la libró. Dicho de otro modo:
achíquenle.
¡VAMONOS AL FUT!: también lo vi por la tele. Fue la esplendorosa comprobación de que mi salitre es de efectos
inmediatos. Bastó con proclamar mi apoyo al Toluca, para hundir a los choriceros. 7-1 hubiera sido un resultado justo.
¡Atención!: el sábado no le voy a nadie. El lunes proseguiremos nuestro monólogo del homo videns.

Los Regalos

Por favor, no vayan a pensar que soy un pelado malagradecido. Es más: me conmueve mucho que mi cuate Gamboa
me envíe un ángel de Ricky Parra, o mi nacimiento Maseca, o la lamparita que me obsequió María Elena Chapa; pero
creo que estamos disipando esfuerzos. A los que tengan en mente regalarme algo con motivo de las fiestas
decembrinas, yo les suplicaría que mejor mandaran dinero en efectivo. Con la cantidad así reunida, me compro un
Tsuru o pongo mi changarrito. San Ignacio de Loyola y/o Benito Juárez premiarán su generosidad.

Sólo Cenizas Hallarás

Hoy jueves por la tarde, la ciudad de México está convertida en una Subsodoma, o en una Pregomorra (parece
enfermedad inconfesable). Caen implacables y lentas las cenizas del Popocatépetl. Los expertos dicen que no hay
motivo de alarma. Tienen razón. Si mañana ya tenemos los pulmones petrificados, o el cuerpo como mano de metate
serán daños menores. Lo cierto es que todo se ve tristón y afantasmado. La Llorona y Scrooge vuelan tomados del
brazo por el inmóvil periférico yerto. Mejor ni salgan. Guarden su aguinaldo, permanezcan bajo techo y recuerden que,
aún entre las cenizas, hoy toca.

Cualquier correspondencia con esta videocrática columna, favor de dirigirla a gdehesa@infosel.net.mx o al Apartado
Postal 19-111, Delegación Benito Juárez, México D.F.

Gaceta del Angel / Fase crítica

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Germán Dehesa

(18-Dic-2000).-

El letal proceso decembrino ha entrado en su semana más aguda. En los próximos seis días los navidófilos desatarán
la ofensiva final. Serán tiempos difíciles para los cada vez más numerosos y heroicos miembros del Club de Scrooge.
Les pido, compañeras y compañeros, que no caigamos en el gravísimo error del Toluca; no nos repleguemos, no
entreguemos la media cancha, ni fallemos los penales. Seamos ofensivos, no cedamos a las tentaciones de la ternura
prefabricada, ni caigamos en la provocación de cantar villancicos españoles o de agradecer un fruit-cake. Si por
compromisos laborales o presiones familiares tenemos que asistir a una posada o cena navideña, hagámoslo con
gesto adusto, con aire de profunda molestia y dediquémonos a sabotear los intercambios de regalos, las peticiones de
posada y las salvajes piñatas que siempre terminan en algún hospital de urgencias con un infante que se craqueló el
cráneo a puros tepalcatazos. Un Scrooge está obligado a ser siempre un Scrooge, por más adversas que sean las
condiciones exteriores.
Ahí tienen a su Charro Negro que, amenazado por el divorcio fulminante y la pérdida de la patria potestad, tuvo que
apersonarse a ver "Grinch" en uno de estos cines tipo microbús que hoy son supuestamente nuestro lujo (lujo el del
Real Cinema, o el del Palacio Chino). Grinch'película; está toda ella realizada en un estilo que podría llamarse barroco
gore. Todo ocurre en el pueblito de los "Quien" que constituyen una etnia subnormal cuyos integrantes, además de
imbéciles, han sido sometidos todos a esa operación que se llama "nariz bella en cinco minutos". Entre ellos ha nacido
milagrosamente un ser razonable y por momentos admirable. Tiene un lejano parecido con mi amigo Aguilar Zinser,
vive felizmente desterrado en la montaña sin más compañía que la de un perro afable y gruñón. En su meditativo y
solitario espacio, el Grinch concibe un plan tepiteño y magistral: conejearse todos los absurdos y costosos regalos
navideños que los porcinarizones han adquirido para agraviarse mutuamente. Es una iniciativa admirable que
merecería ser imitada y que mereció mi apoyo incondicional. Según el Bucles y su madre, éste es el momento más
triste de la película; para mí fue glorioso. Luego aparece una mocosa lombricienta con peinado de fuente de Hank
González y con tres lagrimitas y dos arrumacos convence al Grinch de que devuelva los regalos para que no quiebren
los centros comerciales y ¡el Grinch obedece!. ¡Uleeeeero!, grité en el cine, pero ningún moconete me secundó. No
importa. El testimonio ahí queda. Nos espera, hermanos Scrooge, una semana terrible. Los romeritos han ido minando
nuestra resistencia. No sucumbiremos. Cayó el Toluca, pero nosotros no.

Los Grandes

No ha mucho, asistí a una fiesta más o menos tumultuosa. Música ensordecedora, parejas brinconas, luces
parpadeantes y conversaciones imposibles. En mi condición de Grinch urbano, nunca he disfrutado de estos convivios
tribales. Algo me pasa que no puedo fundirme con la festejosa multitud. Mi espíritu da un paso atrás y decide que su
vocación no es de protagonista, sino de testigo. En esta última ocasión, hice un veloz ejercicio de fiestología
comparada y llegué a una conclusión provisional: a las fiestas de antes asistían muchas más personas mayores; lo
que llamábamos gente grande. Tres segundos después, cayó el relámpago de la revelación: ahora tú eres la gente
grande. ¡Recórcholis!. No es una noticia grata. Si apenas hace unos minutos, Vicente Fox, Andrés Manuel, mi amigo
el Gordo y yo mismo éramos los rugientes jóvenes que íbamos a cambiar el mundo y nos lanzábamos a cualquier loca
aventura con la certeza de que, en el peor de los casos, nuestros papás y nuestros mayores nos sacarían del
atolladero. Los mayores ya no están. Ahora nosotros somos la gente grande y, aunque pongamos cara de que todo
está bajo control, estamos en verdad aterrados.

El Aguila Cercenada

Félix Salgado Macedonio, siempre preocupado por los asuntos de máximo interés para la República, acaba de hacer
uso de la palabra (en estas ocasiones, la palabra padece como mártir del cristianismo primitivo) para denunciar la
reaccionaria y medular maldad de la Presidencia foxista que ya nos mochó media águila y que, después de la
amputación y en calidad de vendaje, le puso una cinta tricolor que muy claramente tiene forma de "efe". ¡Cómo
agradecerle a Salgado Macedonio sus desvelos por la República!. Carente del alucinante mezcal, alejado de su sobria
motocicleta y privado del riguroso mañanero, don Félix está peor que nunca. ¿No le podríamos nombrar cónsul en El
Chipote, Nicaragua?.

Envío

Estos renglones amenazados de bacalao son para doña Mercedes Q. Viuda de Fox. Como a ella bien le consta, yo
aprendí a quererla y a apreciarla antes de que la vida le otorgara el papel, no necesariamente grato, de mamá del
Presidente. Me da un enorme gusto saber que se recupera y le suplico que se quede con nosotros por bien de sus
hijos y de todos los que la queremos.

Cualquier correspondencia con esta columna que no acepta esferas ni colaciones, favor de dirigirla a
gdehesa@infosel.net.mx o al Apartado Postal 19-111, Delegación Benito Juárez, México D.F.

Gaceta del Angel / Felices


Por

Germán Dehesa

(19-Dic-2000).-

Felices aquellos que ya tienen la científica y absoluta seguridad del fracaso del gobierno de Vicente Fox. Loados sean
porque ya pueden denunciar los horrores del gobierno gerencial, las lacras de la changarrización de la Patria, los
indecibles espantos que emanarán de un gobierno derechizado, clerical, reaccionario y antijuarista. Benditos sean por
su capacidad de adivinación profética y por su admirable e inflexible voluntad de fracaso. A ellos y sólo a ellos les
tocará, por derecho propio, gobernar sobre las humeantes ruinas de las ruinas. Misión cumplida, se dirán.

Felices aquellos que, aún sin hacer nada, ya vislumbraron la inédita y radiante grandeza mexicana que Vicente Fox -él
solito- conseguirá para nuestro país. Bienaventurados sean porque ya entendieron que todo consiste en sentarse a
esperar que el maná de la prosperidad caiga del cielo. Dichosos sean, pues ya están preparados para denostar al
nuevo régimen en el lamentable caso de que les falle y no les cumpla sus gozosas esperanzas. Cuando llegue la hora
de la ruina de la ruina, ya saben de qué altísimo promontorio arrojarán al que les hizo concebir en vano la esperanza;
esa tonta e inmóvil actitud que llaman esperanza.

Felices aquellos que en todo y para todo esperan lo peor. Ellos saben que todo intento fracasará, que una vez más el
precio del petróleo se derrumbará, que la justicia, la educación y la salud seguirán siendo inalcanzables; que la
violencia se multiplicará, que el Popocatépetl hará erupción, que la miseria seguirá creciendo, que las Chivas
descenderán y que día llegará en que de rodillas todos suplicaremos el retorno del PRI. Estos sonrientes enterradores
ya tienen lista su frase favorita: "te lo dije" y se disponen sonrientes a recibir de parte de una asamblea de fantasmas
el merecido homenaje a su sabiduría.

Felices aquellos que, en honor a Lampedusa, ya se resignaron a que cambie todo para que nada cambie. Las frases
favoritas de estos beatíficos seres son: fregados ya estábamos y total, del suelo no pasamos. Jamás caerán en la
tentación de ser protagonistas de nada; ni siquiera de su propia vida. Son personas comunes y corrientes que aceptan
sin congoja ni agonía que sólo pueden aspirar a dos papeles en el gran teatro del mundo: ser espectadores y, si
perseveran lo suficiente, ser mártires. Bienaventurados sean.

Felices aquellos que ya lo saben todo sobre todo y cotidianamente nos bendicen con su sabiduría infusa.

Felices aquellos que no saben nada de nada y que consideran que su ignorancia es una virtud mayúscula, pues de
otro modo tendrían que pensar, sentir y vivir. El que nada sabe nada teme.

Infelices seamos los que tenemos más dudas que certezas y que, carentes del don de la videncia, nos resignamos a
trabajar, a equivocarnos, a rectificar, a nadar en el poderoso río de la vida. Nuestra infinita ingenuidad de
"patrocinadores del voto útil" nos ha llevado -pobres infelices- a pensar que en México se ha abierto un resquicio de
luz y a creer que la Patria secuestrada puede echarse a caminar del brazo de todos nosotros. El trabajo más arduo ya
lo hizo Fox (que escribe su nombre con la equis que algo tiene de cruz y de auditorio). Ahora nos toca a nosotros, los
pesimistas activos, los optimistas críticos, provocar minuto a minuto el mejor de los futuros. Si lo logramos, felices
serán los infelices que trabajan y se arriesgan. Sólo ellos merecen serlo.

El Reno Gordo
Es muy posible, lectora lector querido, que mientras tú lees estos renglones alucinado por la atroz cruda que provocan
las bebidas nacionales (vas a sentir en el cerebro como emanaciones del Popo), tu Charro Negro esté de cuerpo
presente en un jardín de niños de la zona sur de la ciudad de México. El ineludible motivo es el siguiente: el Bucles
(que se niega a ser rebautizado como "Scroochito") va a debutar como actor en un espectáculo navideño. Lo hará en
el gustado papel de Reno gordo que, según me indicó el actor, tendrá que disculparse ante Santaclós por no poder
tirar del trineo debido a que el renito no ha logrado atemperar su notoria obesidad. Llevamos dos meses ensayando
las tres irrelevantes líneas que, si todo es propicio, emitirá el debutante. Con mi mejor ánimo, yo le he propuesto que
improvise y diga: Mira, grinche Santaclós, de gordura, mejor no hablamos; lo de menos son los regalos, lo que me
pudre es jalarte a ti con todo y tu panza de bóiler y tu sonrisa de beodo. El actor y su madre se niegan. Yo digo que
ése sí sería un parlamento sonoro y galano. No me hacen caso. Allá ellos. De todos modos, tengo que ir porque,
según me avisó su madre, Andrés tiene mucha ilusión de que lo veas de reno gordo. ¡Me lleva Cardozo!. Dehesa
sufre.

Cualquier correspondencia con esta columna feliz en su infelicidad, favor de dirigirla a gdehesa@infosel.net.mx o al
Apartado Postal 19-111, Delegación Benito Juárez, México D.F.

Gaceta del Angel / ¡Fum, fum, fum

Por

Germán Dehesa

(20-Dic-2000).-

Después de varios intentos fallidos, don Goyo finalmente se dio de alta en el Club de Scrooge. Ningún personaje
adusto y formal puede resistir sin reaccionar violentamente tanta dicha y tanto villancico. Consigno esta información
con más terror que entusiasmo, con más contrariedad que satisfacción. A las 19:00 horas del martes, dí por terminada
mi artesanal tarea de elaborar mi columna. Abandoné la oficina (a petición popular, ya instalamos calentadores para
no morir como náufragos del Titanic). Me dirigí a mi hogar con la triple intención de descansar, pulir los últimos
detalles del inminente debut del Bucles como reno gordo y campechanear en la TV un juego de americano y "Primer
Plano" con Lorenzo Meyer y otros galanes de la pantalla. Ya se sabe: el Presidente propone, pero don Goyo dispone.
El susodicho don Goyo aprovechó mis 20 minutos de traslado para hacer erupción con horrísono estruendo y para
damnificar irreparablemente la columna recién concluida. Sea por Dios y que en eso tope. No es mi primer ni último
comunicado que resiente un grave daño estructural provocado por las vertiginosas eventualidades que hoy concurren
en la vida mexicana. Convendrán conmigo en que no es exagerado decir que el año 2000 fue para los mexicanos un
año meneadísimo y pletórico de emociones; tantas, que ya pedimos paz. Mi memoria todavía alcanza a recordar que
en 1956 no pasaba nada, o pasaba lo de siempre (es decir: nada); yo tenía doce años y mi naciente y briosa
adolescencia exigía que pasara algo definitivo y escalofriante. Algún burocrático dios azteca debe haber recibido mi
solicitud que fue pasando de ventanilla en ventanilla del inframundo náhuatl (bienvenidos al Mictlan, delicioso conejo y
los domingos rica pancita), hasta que el sub-dios Quetzalcóatl Menchaca la autorizó, le puso el sello de "cúmplase en
el 2000" y en sueños me dijo: ahi lo dejo a su criterio, mi estimado. De veras que en este nicho cultural no tenemos
medida. Pides un vaso de agua y acaban mandándote la Tzaráracua. En este año, en cualquier día aburrido ocurren,
por lo menos, tres cosas que estremecen al mundo. Como en mis días de infancia: pedimos tain (nos quedaba el resto
de la vida para averiguar que lo que realmente estábamos pidiendo era "time"). Volvamos a los tiempos mansos. Pido
permiso para padecer mi navidad en paz. Don Goyo: estése sosiego. Don Goyo: si va a seguir aventando rocas
flamígeras, apúntele a la casa de Bartlett. Don Goyo: ahi muere.
¡Vientos, Don Chente!

Si recordamos las patéticas ausencias de Miguel de la Madrid y las estorbosas presencias de Ramón Aguirre en 1985,
podremos valorar mejor las muy sensatas previsiones de Santiago Creel (asesorado en todo momento por nuestros
mejores especialistas), la mesurada alerta de Andrés Manuel, la agradecible disponibilidad ciudadana y, muy en
especial, la velocidad de respuesta y la enfática presencia de Vicente Fox que, lejos de atrincherarse en un escritorio,
le ha entrado con enjundiosa celeridad y eficiencia al arrebato de don Goyo. Oportunismo político, dirá ese "sagaz
crítico" que nunca falta. Puede ser, manito, pero en situaciones así, lo usual en nuestros Presidentes era no aparecer,
o irse de gira a Tasmania. A mí me parece muy bien que, en compañía de su equipo, dé la cara y encabece el
esfuerzo de fraternidad que todos tenemos que realizar.

¿Y el Reno Gordo?

Yo no sé ustedes, pero para mí la noche del martes al miércoles fue terrorífica. Esto de intentar dormir con un
encabritado volcán a la vista, no es nada sencillo cuando se tiene el alma sentimental, sensible y sensitiva. Como a
las tres de la mañana, apareció el Bucles y dijo: tengo miedo. Yo también, pensé, pero dejé a Clitemnestra Hillary a
cargo del asunto. En el alucinado insomnio acepté dos mensajes de esperanza: por lo del Popo van a suspender el
festival infantil y pospondrán indefinidamente la navidad. A las 4:35 A.M. sonó un imbécil despertador. Pavorosa y
flotante como la deuda externa, se incorporó la Hillary, apagó el despertador, comentó con voz de Ofelia Guilmain:
lleva años descompuesto y coagulóse de inmediato. Acá su wey. A las 10 de la mañana fui conducido al patio del
jardín de niños y colocado en riesgosa posición: entre mi dinosuegro y mi suéter azul que mostraban un injustificado
entusiasmo. Comenzó la minizarzuela y niñas y niños demostraron que, si es por ellos, el teatro mexicano puede
descansar en paz. Al reno gordo se le entendió casi todo y su madre puso cara de que estaba asistiendo al nacimiento
del Jackie Coogan azteca. El reno padre hizo mutis y, en este preciso instante, se larga a dormir.

Cualquier correspondencia con esta columna que trema y tiembla, favor de dirigirla a gdehesa@infosel.net.mx o al
Apartado Postal 19-111, Delegación Benito Juárez, México D.F

Gaceta del Angel / La estrombolización del asunto

Por

Germán Dehesa

(21-Dic-2000).-

Después de un severo pugilato entre los chicos de López Dóriga y el verbo evacuar (que se conjuga como actuar),
nuestro hombre a seguir nos avisó que ahora nos mostraría los mejores momentos de una entrevista que Vicente Fox
le había concedido a Televisa. Dicho esto, apareció Foxifox en pantalla y comenzó a mover los labios, pero no
escuchamos nada. ¡Ya tragó ceniza!, comentaron algunos. Los meganeuróticos como yo, le dimos vuelo al volumen
del control remoto, pero no se oía ni el más leve tremor. Reapareció López Dóriga (la onda sónica estuvo a punto de
dejar calva a la Hillary) con cara de "no sé qué pasó en la cocina, pero se me hace que ya se quemaron los frijoles" y
dijo con voz fina (yo, acá bajándole al volumen con desusada celeridad): una disculpa, algo pasó aquí en mi noticiero,
vamos a unos mensajes y ahora regresamos con el Presidente Fox. En ese preciso instante en que la cámara queda
fija sobre el conductor antes de cortar rumbo a los anuncios de nobles y navideños alcoholes, el espectador atento
pudo leer en el rostro de López Dóriga un nítido mensaje para su equipo técnico: ahorita mismo, jijos del magma, me
van a explicar quién le bajó el volumen al Preciso y me dejó a merced de las incandescentes iras de Martha Sahagún.
Ya luego se compuso todo y justo es decir que, minutos antes del desaguisado, Joaquín había presentado un
magnífico y bien articulado reportaje sobre las condiciones imperantes en los desertados villorrios cercanos al volcán.
La nota tuvo sus momentos poéticos y encontró su anticlímax en la entrevista que López Dóriga le hizo a un humilde
pastorcillo que comenzó a empulcarse en 1994 y que, a juzgar por lo que declaró, no estaba muy enterado de la
erupción puesto que él más bien pensaba que era el resultado natural de la brutal alcoholización a la que se había
sometido con fines experimentales.

Cada dos o tres minutos, reaparecía en la pantalla la imagen de don Goyo tronando como cuetería de Celaya.
Supongo que la mayoría de los capitalinos sopesábamos la posibilidad de irnos a las islas Aleutianas, o a Mérida; pero
Joaquín dijo que no había purrún y que, en unos momentos tendría en el estudio a dos expertos en vulcanología. Yo
me dije: han de ser Ortiz de Pinedo y Adal Ramones, porque los meros meros vulcanólogos ya han de estar en Iowa.
Me equivoqué (es mi fuerte): en la pantalla compareció el doctor Quass (que, me van a perdonar, pero no es el
apellido ideal para un vulcanólogo. Sólo falta que su ayudante sea la señorita ¡Riatha!). Muy circunspecto, el doctor
Quass nos dijo a los tenochcas (cito de memoria): tranquilos, flojitos y cooperando. Todo está ocurriendo según lo
previsto; en lugar de andarse acalambrando, aprovechen la oportunidad única de contemplar a un volcán en fase de
"estrombolización" (¿?). El suntuoso neologismo parece aludir a "Pinocho", pero en realidad se refiere a una isla
italiana situada en el mar Tirreno. La isla se llamó originalmente Strongyle, pero le salió un volcán y le desacomodó el
nombre. Ahora se llama Stromboli y sigue con su volcán que, como ocurre con tantos maridos, ni se extingue, ni
estalla del todo; nada más está friegue y friegue. Arroja rocas incandescentes (continúa la metáfora conyugal) y luego
nada. Actualmente Stromboli tiene 469 habitantes y produce buenos dátiles.

Con todo el respeto que me merece el doctor Quass, yo no estoy disfrutando mucho y lo que se me está
estrombolizando es el cerebro. Se me ocurre que, en lo que pasa el cimbronazo, lo más atinado es seguir el luminoso
ejemplo del humilde pastorcillo que entrevistó López Dóriga. Luego me cuentan cómo estuvo la estrombolización.

La Mordida y el Volcán

Los comunes mortales, de vez en cuando, también estrombolizamos. Surge un recuerdo por aquí y entra en colisión
con algún recuerdo que brotó por allá y el choque produce fuego. Desde que comenzó el meneo del Popocatépetl,
llegó a mi hospitalaria memoria Malcolm Lowry (escritor inglés que, en realidad, no fue de ninguna parte) con su
botella de mezcal y con su alucinante novela titulada "Bajo el Volcán" (Ed. Era). Llegó con dos cuates: Raúl Ortiz y
Ortiz, su insuperable traductor al español y Felipe Garrido, mi sabio amigo que podía consumir horas enteras haciendo
el exaltado comentario de "Bajo el Volcán". El domingo 17, la revista "Proceso" publicó un artículo de otro Garrido
(Luis Javier) que con agudeza e inteligencia repasa la desastrada vida de Lowry y nos anuncia la publicación en inglés
de un relato de Lowry titulado "La Mordida" que, sobra decirlo, es también de entera inspiración mexicana. Han
llegado luego los nada atentos recados de don Goyo y he escuchado a opinadores y reporteros que invocan sin cesar
la expresión "bajo el volcán". ¿Habrán leído la novela de Lowry?, ¿pensarán leerla?, ¿se habrán sumergido en su
aterradora grandeza simbólica?. Por los hombres del micrófono no puedo responder. Puedo invitarte, lectora lector
querido, a que te defiendas de la rosada lava navideña, te hagas a un lado, dejes pasar la incontenible marcha de los
peregrinos que quieren comprar lavadoras y te atrevas a arrojarte a ese cráter incandescente que está "Bajo el
Volcán".

Cualquier correspondencia con esta columna estrombolizada, favor de dirigirla a gdehesa@infosel.net.mx o al


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Gaceta del Angel / Caer en la cuenta

Por

Germán Dehesa
(22-Dic-2000).-

Le ocurre a muchos borrachos pre-navideños: piden la cuenta, la traen y, en cuanto la ven, pierden el sentido y la
compostura y, en lugar de entregar su tarjeta de crédito o sus billetes, aflojan el cuello, adquieren una súbita voluntad
kamikaze y le asestan a la factura un radical cerebrazo. Caen en la cuenta.

Otras maneras más galanas hay de caer en la cuenta. De ello puedo dar testimonio, porque, con motivo del vacuo
estrépito navideño, voy de caída en caída en ese reservado y silencioso ámbito donde, en algún lugar de mi propia e
interior selva, hacen esquina el entendimiento y el corazón. Podría decir que me he puesto a pensar. Podría decir que
me he puesto a sentir; pero se trata de las dos cosas íntimamente reunidas e indiscernibles una de otra. Piensiento,
sientenso y caigo en la cuenta...

Caigo en la cuenta de que, hace algunos minutos, mis amigos me enviaron un doble regalo: una mexicana moneda de
oro de 50 pesos que muestra en todo su esplendor a nuestro Angel de la Independencia, titular de esta columna y
sagrado patrono de la prensa libre, de Andrés Manuel, de Vicente y de todos los que pensamos y sentimos que cada
día inaugura una posibilidad de ganar algún espacio en favor de la libertad de todos. Muy significativamente, el otro
regalo fue una antiquísima máquina de escribir "Remington" que también es una marca de armas de fuego. Entiendo
que el fuego puede tener fines civilizatorios y pacíficos y me inquieta pensar que una bala o una palabra pueden ser
igualmente mortíferas. Ante tal disyuntiva, su Charro Negro que jamás ha usado un arma de fuego, se compromete a
usar su "Remington" a favor de la vida y a emplearla como arma de fuego sólo con fines térmicos o a demanda
explícita del ya mencionado y venerado Angel de la Independencia. Ahora entiendo que un mexicano puede resistir y
conjurar tal o cual conspiración del odio; pero frente a conspiraciones de amor como la ya reseñada y frente a la base
por bolas, no hay defensa. Scrooge se tambalea y está a punto de pedir tregua, o de solicitar licencia hasta el 7 de
enero para poder, contra todos sus principios, abrazar a sus hijos, a su mujer, a sus amigos, a su exposa y beber con
calma el sagrado néctar que le enviaron Quique Gavilán (jefe que fuera de "Mudanzas Piolín") y su esposa llena de
gracia. Caigo en la cuenta de que, frente a tan graneada ofensiva regalística, no queda más que ponerse en trance de
infinito agradecimiento y de una oración profunda que suplica al misterio la inmensa dádiva de algún día llegar a ser lo
que mis amigos creen que soy.

Caigo en la cuenta de que, debiéndola un poco y temiéndola mucho, he sobrevivido lo suficiente como para
abandonar, en un tremor de democracia, un México que me sublevaba y me avergonzaba y llegar a un paraje desde
donde puede mirarse, motín de lejanías, un país alegre y justo. Colocado en este módico promontorio pienso que
están igualmente trastornados los que piensan que ya llegamos, que los que piensan que nunca llegaremos.

Caigo en la cuenta de que el año 2000 fue un año prodigioso. En Los Pinos y en el Popocatépetl ocurrió lo
inimaginable, lo que nunca había ocurrido y caigo en la cuenta de que quizá por primera vez en la historia, Juan
Ciudadano no fue testigo, sino protagonista de sus triunfos y de sus congojas que, según me consta, hasta hace unos
cuantos años eran decididas desde lo alto, sin la menor averiguación o consulta previa.

Caigo en la cuenta de que hemos sobrevivido al PRI, a las crisis sexenales, a las penurias cotidianas, a temblores,
huracanes e inundaciones, a la feroz rapiña, a los mil modos de la violencia, a la brutal rapacidad de los corruptos, al
descerebramiento televisivo, a las derrotas de la legalidad y de la Selección Nacional, a la vergüenza de vivir
agachados, a la pena de que nuestros hijos aceptaran la trampa y el menor esfuerzo como leyes de la vida, a la
propaganda oficial y a la publicidad privada, a los cardiólogos, a los urólogos, a las malas bestias y a la incesante
conspiración de los estúpidos que no descansan nunca.

Caigo (caigamos) en la cuenta de que vivir es lujoso y sencillo; que una "Remington" habrá de usarse más para
acariciar que para golpear y que, día y noche, hay un Angel, independiente, alegre y esclarecido, que nos guía, nos
ilumina y nos señala el rumbo correcto...
Finalmente entiendo (caigo en la cuenta) de que esto es la democrática navidad: la posibilidad, el derecho, el privilegio
y el regocijo de que tú, él o yo (nosotros) admitamos que, aunque fuera inalcanzable (que no debe serlo) admitir la
esperanza nos hace, por el hecho mismo, mejores personas y más presentables hijos de Dios...

Caigo en la cuenta de tantas cosas y de tantas benditas supervivencias, que acepto rendirme a la felicidad y
abrazarte, lectora lector querido, pues entiendo que la esperanza renace y es hora de celebrar. Por si fuera poco: hoy
toca.

Cualquier correspondencia con esta columna que cae pero se sostiene, favor de dirigirla a gdehesa@infosel.net.mx o
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Gaceta del Angel / La obliteración de Scrooge

Por

Germán Dehesa

(26-Dic-2000).-

Las reuniones de Nochebuena divertidas, cordiales, cálidas terminan hacia las tres de la mañana. Las que resultan
espeluznantes, aburridas y tarantes terminan hacia las tres de la mañana. La nuestra terminó a las tres de la mañana.
En mi calidad de observador designado por la directiva de Scrooge & Grinch Inc., pude percatarme de varias y muy
graves fallas que padece la navidad tal como la celebran los meshicas postmodernos. Como primer punto, quiero
precisar que mi comportamiento fue notoriamente afable. De hecho, no sería remoto que la Academia me nominara
para el Oscar por la mejor actuación especial. ¿Vamos a jugar como caballeros, o como lo que somos?, preguntaba
Cantinflas en alguna remota película. Mutatis mutandis, lo mismo me dijo un querido amigo que me llamó hacia las
ocho de la noche del día 24: mira, figura (me dice "figura"), por razones que ni tú ni yo entendemos, a tu familia sí le
gusta la navidad. Hago un llamado a tu grandeza para que te portes como los buenos, evites los malos modos y
quedes a la altura del envidiable cartel que tienes en España y en México.

Hice lo más que pude. Besé niños pringosos, abracé a gente que ni conocía y agradecí con cara de San Juan Bosco
unos regalos de tal modo cutres que, en rigor, lo que merecían era que yo le vaciara una pistola al donante. Acepto
que estoy muy lejos de ser el ideal de Santaclós, pero me porté mejor que nunca. De cualquier manera y habiendo
hecho mi mejor esfuerzo, vuelvo a mi planteamiento original: la navidad trae daños de origen.

El problema primero y esencial se puede formular con una pregunta: ¿para quién está hecha la navidad?. A este
respecto, mi experiencia es la de un trágico desencuentro cronológico: cuando era yo niño, la navidad era para los
adultos; los infantes sólo éramos unos imperceptibles paramecios que nos íbamos quedando tirados en las alfombras,
víctimas del rompope y del sueño. Cuando sea grande, pensaba yo, será mi desquite. Craso error. Ahora soy grande y
los niños (¡nuestros maravillosos chiquillos!) son ahora los protagonistas del festejo. "Yo por mí no celebraba nada,
pero hay que hacerlo por los niños" es la expresión que oí miles de veces en boca de numerosos compatriotas que
simpatizan con Scrooge, pero que no se atreven a aplicar la solución final. Lo peor es que los moconetes lo saben e
imponen su ley. A las nueve de la noche hay que declarar a Jesús oficialmente nacido, para que las masas infantiles
lo arrullen con unos cánticos que le provocarían ictericia a cualquier bebé por muy divino que fuera. A las diez ya
cenaron y ya sus elegantísimos atuendos son unos harapos con manchas de romeritos y lamparones de bacalao. A
las 10:30, estén los adultos haciendo lo que estén haciendo, los pequeños chupacabras no piden ¡exigen! sus regalos
so pena de organizar un Lobohombo doméstico. Luego sobreviene el caos. Los adultos nos quedamos a media cena y
vamos naufragando en un pantano de cajas, bolsas, envolturas e "instrucciones para armar" redactadas en Badajoz:
"Si no quiere usted dañar definitivamente su Skalectrix hipermóvil, inserte el pijotín en la charnela del embrague"...Mal,
muy mal. Tenemos que diseñar navidades menos traumáticas. No pueden depender de los niños, ni de los regalos.
¿Qué tal sería una navidad para todos y sin regalos?. ¿O sin niños?, ¿o con regalos, pero sin navidad?. Hay muchas
combinaciones. Todas son mejores.

Los Nemontemi

En la cuenta calendárica prehispánica había 18 meses de 20 días. Los días que faltaban para que se cumpliese el
ciclo anual eran considerados desechables, vacíos y desperdiciados. Eran los nemontemi. Se apagaba el fuego, se
rompían las cazuelas y todo mundo se quedaba en la babosa esperando a que los dioses se pusieran guapos con otro
año, o decidieran cerrar el changarro existencial. Actualmente ocurre exactamente lo mismo. La Hillary que en
Nochebuena brillaba como una especie de Turbonefertiti, hoy amaneció como quelite hervido. Por cazuelas rotas no
hemos quedado. La Tractor y la Llorona son dos versiones del mismo mito y el Bucles verdoso y tambaleante
amenaza con regresar los ocho mil chocolates que se zampó. Lo bueno es que hace frío y no hay agua (me bañé con
Electropura). Sólo yo he quedado para escribir estas melancólicas crónicas que nadie leerá...¿Hay alguien ahí?...
¡Aaaay mis hijoooos!...

Envío

Estos yertos renglones son para Edna que me pidió un saludo y para Eusebio Ruvalcaba, escritor admirable y amigo
del alma (¿Que no te amarraron las manos de chiquito?).

Cualquier correspondencia con esta columna nemontemi, favor de dirigirla a gdehesa@infosel.net.mx o al Apartado
Postal 19-111, Delegación Benito Juárez, México D.F.

Gaceta del Angel / Murió el periquito

Por

Germán Dehesa

(27-Dic-2000).-

No puede terminar el año sin que le desbiele yo el hígado a la señora potosina. Creo que esta irrelevante crónica
doméstica será utilísima para tal fin. Mi falible memoria me avisa que nunca les he contado que, ante mi enérgico veto
a los cocodrilos, los perros y los gatos; el capitán Bucles se resignó con buen ánimo a la compañía de un periquito
australiano de aspecto bastante grato, aunque sin oficio conocido. Era un ave asaz idiota que jamás manifestó gusto o
disgusto por vivir en nuestra compañía. Jamás aprendió ninguna gracia, nunca habló (hagan de cuenta Gutiérrez
Barrios), jamás intentó volar, echarse alguna marometa o dar la menor señal de vida. Sabíamos que existía porque, a
cierta hora discreta, ingería algunas semillas y un poco de agua. El resto era silencio. Con criterios priístas podríamos
decir que era un cuadro muy disciplinado. Hoy martes 26 por la mañana, amaneció igual que siempre pero muerto. "El
macabro hallazgo" corrió a cargo de Aunt Jemima que es nuestra sonriente y angelical cocinera. Como buena
mexicana, es muy patarata y se entregó con dramática intensidad al doble duelo implícito en el deceso del prensil
pajarraco y de las repercusiones psíquicas que esto tendría en la sensible almita del Bucles que, en esos momentos,
estaba entregado a la dulce tarea de descomponer todos los regalos electrónicos que recibió. La extraviada Jemima
quería que, a esas horas y en estas fechas, peináramos incansablemente la ciudad hasta encontrar un periquito
similar, de manera que el pequeño Andrés no notara el cambio. Esta obcecada mujer es capaz, el día que yo
amanezca yerto, de irse a Irlanda, rasurar a Salinas y acostarlo al lado de la Hillary para que no note el cambio.

Por bien de la verdad, la mater admirabilis se opuso al proyecto y decidió que los humanos, si queremos tener una
idea acerca de la vida, necesitamos formarnos una noción de la muerte. Como era previsible, la reacción de Andrés
fue llorosa, huérfana y transitoria. Con un Kleenex en calidad de sudario, el periquito fue devuelto a la tierra y Andrés
le lloró lo que tenía que llorarle. No está en mí dar cuenta de los deslaves y reacomodos internos que el pequeño
habrá sufrido. La muerte es un escándalo terrible. Los padres de la criatura han vuelto a sus afanes. El Bucles ha
vuelto a sus juegos; pero ya todos sabemos.

Norbocop

Los que de esto saben me han comunicado su malestar. Yo no he podido cerciorarme directamente. Sólo he podido
ver las fotografías que la prensa ha publicado. Nuestra Catedral Metropolitana cuya fábrica fue autorizada en el siglo
XVI y concluida en el siglo XIX (¿quiere que le quede bien?) tiene ahora un nuevo y audaz altar. No estoy seguro de
que éste haga buena amistad con el resto de los elementos coloniales que la habitan, la adornan y la dotan de
armonía. ¿Qué pasaría si metiéramos un Concorde en la Basílica de San Pedro?. El caso es que por voluntad de don
Norberto, dueño de la camioneta, la futurista y sagrada mesa quedó instalada con sorprendente celeridad. Creo
percibir una cierta disonancia. La Catedral está bien; el altar puede gustarle a muchos. El surrealismo, como bien lo
sabía Lautreamont, nace de las contigüidades inexplicables. Quizá un atenuante para este desencuentro sea que
nuestro Arzobispo ajuste su vestuario a los requerimientos del altar. Sería toda una experiencia ver oficiar a Norbocop.

Burak Dice

Varios incorruptibles lectores ya se han encargado de señalarme y subrayarme con una energía digna de mejor uso
que en el año 2000 "los decepcioné" pues "me vendí a Televisa". Como yo vivo en la ingenua ilusión de que estoy
condenado a la grata y difícil tarea de seguir siendo quien soy, no es un asunto que me preocupe. Más bien, me
entusiasma recordar los fragorosos tiempos australianos, las sobas que en Sydney nos pusimos y los entrañables
amigos y amigas que ahí conseguí. Hace unos días me encontré con Enrique Burak que es bondadoso e inteligente.
Sin mayor preámbulo le pregunté: ¿quiénes van a jugar el Super Bowl?. El dudó un poco y respondió: Vikingos contra
Cuervos. Así dijo. El irresponsable chacal comentó en su última transmisión que ese pronóstico era mío y no de él.
Aclarar esto me parece indispensable, pues si coloca bajo mi tutela a esos dos equipos los está condenando
irremisiblemente. Que quede muy claro: mi único acierto del año (y está por verse si fue acierto) fue apostarle a Fox.
Reconozco que en todo lo demás no he dado una; pero tampoco tengo por qué cargar con los Vikingos y los Cuervos.
Yo le iba a los Pieles Rojas y ya ven...

Cualquier correspondencia con esta columna que es un altar post-moderno, favor de dirigirla a
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Gaceta del Angel / El perico no ha muerto

Por

Germán Dehesa
(28-Dic-2000).-

Biológicamente ya no es con nosotros. El propio Andrés cavó la pequeña tumba en el jardín con sus manos
regordetas y depositó a su aterida mascota envuelta en una mortaja desechable. Sin embargo y como ocurre con
todos los finaditos, el miniperico fantasmea ahora por nuestras vidas. El Bucles entra y sale de la melancolía y se
detiene en el azoro. Por su parte, la senadora Hillary ya se me arrancó, pues dice que el perico no era idiota (en
México, los muertos mejoran día con día) y que cantaba precioso (todos los difuntos cantaban precioso). Lo que
ocurre, me dijo, es que, como nunca estás, nunca pudiste oírlo. ¡Háganme el C. favor!. Ahora va a resultar que por el
deceso de un austroloro, voy a terminar acusado de abandono de hogar.

En vista de que la herida no sutura y de que pesa sobre mí la acusación de ser un pésimo biógrafo de pericos (leer "El
Loro de Flaubert" de Julian Barnes. Ed. Anagrama), he tenido que emprender intensas negociaciones con las partes
interesadas.

Flagelado por el duelo y por la navidad, Andrés amaneció hoy miércoles 27 intensamente hamletiano. -¿Estás triste
por lo del perico, verdad?. -Míjú, pero no estoy muy muy triste, porque una amiga de mi mamá me dijo que me va a
regalar una pareja de pericos nuevos. -¿Macho y hembra?. -Sip, y los voy a dejar en el jardín para que sean libres y
hagan lo que quieran. -¡Es que van a hacer lo que quieren! y todo se va a llenar de pericos. -¿Tú crees?. -Seguro. En
unos meses, tendremos millones de pericos. Esto se va a convertir en la pericocracia. -¿Qué es eso?. -El gobierno de
los pericos. Van a ser tantos, que nosotros vamos a acabar siendo sus mascotas. -¡¿Tú creees?!. -Seguro. Nos van a
poner en una jaula. -¡Eso sí no!, en una jaula no. -¿Por qué no?. -Porque si te ponen en una jaula, te mueres; ya ves
lo que acaba de pasa...

Conocida la causa, se amortigua el efecto. El Bucles ya tiene su duelo en terapia intermedia y yo soy ahora el que
está condenado a imaginar un mundo gobernado por los pericos.

28 de Diciembre

¡CULMINA ZEDILLO UN SEXENIO TRIUNFAL!...¡SUFRE PRI DERROTA EN LAS ELECCIONES


PRESIDENCIALES!...¡OCUPA CHICO PALACIO SECRETARIA DE GOBERNACION!...¡DENUNCIA PRI A
MAPACHES PANISTAS!...¡RECLUIDO EN EL CHIPOTE IMPORTANTISIMO FUNCIONARIO!...¡FORMAN
COALICION PRI Y PRD!...¡NOMBRAN A ABASCAL EL INTERLOCUTOR IDEAL CON LOS OBREROS!...¡SE
DECLARA ROSARIO ROBLES A DIETA! (El PAN la engorda, comentó)...¡TRIUNFA MEXICO EN HALTEROFILIA!...
¡REVENTO DON GOYO!...¡CONTEMPLA FOX VOTO DE CASTIDAD!... ¡MIL PATRULLAS EN TEPITO! (Dos
detenidos)... ¡ANUNCIA M.SAHAGUN ACCESO TOTAL A LA INFORMACION PREVIAMENTE RESTRINGIDA!...
¡MUERE SALINAS DE VIOLENTO CASSETAZO!... ¡DECLARO SERGIO ANDRADE: MI HERMANO NO ES MI
HIJO!... ¡INICIA MARCOS PSICOANALISIS!... ¡GERTZ NO ES DE LA VIDA REAL: SILVIA PINAL!... ¡LO MATO UN
TACO, DECLARO MAYITO!... y así nos podríamos seguir. En México 2000 es inútil querer inventar noticias
inverosímiles, absurdas y chistosas. De eso se encarga la realidad. Bien mirado, hemos vivido todo este año en un
durable 28 de diciembre y todos, de un modo u otro, hemos sido los santos inocentes. Felicidades, colegas.

¿Y entonces?
Que yo sepa, ninguno de los exfuncionarios de la Sedesol ha aclarado nada con respecto al reparto discriminado del
PROGRESA. Según lo publicado, la magra ayuda gubernamental se otorgó a ciertos grupos y se le negó a otros. El
asunto era averiguar, como en laboratorio hitleriano, cómo se comportaban los individuos apoyados y qué tanto lo
resentían los que quedaban librados a su suerte. Es urgente que alguien nos explique. Volvemos al punto de siempre:
es nuestro dinero (el que aportamos y el que debemos) el que se aplica a estos programas de "ayuda social". Creo
entender que a ninguno de nosotros se le preguntó si quería patrocinar un experimento. ¿Nadie tiene una explicación
que proporcionarnos?.

Ya metidos en este asunto, caemos en otro hoyo negro que se llama "Lotería Nacional para la Asistencia Pública".
Carlos Salomón acaba de presentarse a declarar, pues al parecer un funcionario de esa institución no hizo buen uso
del dinero público. Sobrevive una pregunta: ¿alguna vez la Lotería Nacional ha hecho buen uso del dinero que
obtiene?; ¿dónde están las grandes obras de asistencia pública que podría haber hecho?. ¿Alguien nos explicará?.

Envío

Estos renglones y nuestros cien primeros pericos son para Federico Reyes Heroles. Su decembrina acción de gracias
es un magnífico testimonio de un mexicano igualmente magnífico. Gracias, don Federico.

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Gaceta del Angel / El alguacil alguacilado

Por

Germán Dehesa

(29-Dic-2000).-

Se llamaban los Keystone Cops y pertenecen a la prehistoria del cine. Eran decenas de policías disparatados que
cruzaban velozmente por la pantalla persiguiéndose unos a otros. Se correteaban de derecha a izquierda y
reaparecían de izquierda a derecha. Utilizaban todo tipo de transportes y su alocada aparición marcaba el remate final
de algún frenético cortometraje cómico. Como habrán visto, milenaristas lectores, los Keystone Cops han reaparecido.
Vienen ahora en versión torva y tenochca. Policletos contra granaderos, pareja contra pareja, azul luido contra azul
brilloso, panza derramada contra panza enhiesta, casco contra cachucha. Lo vimos en la televisión, lo padecimos en
la vialidad y como diría nuestro clásico más reciente: lo platicamos todos.

Los ciudadanos que llevamos ya muchos años de padecer la ineptitud y la corrupción de los llamados "cuerpos de
seguridad" quisiéramos creer que las batallas campales del miércoles 27 fueron el remate de la comedia de horror que
hemos vivido. Fue un espectáculo demencial. ¿Quién detenía a quién y de parte de quién?, ¿quién reprimía a quién?
y sobre todo ¿quién cuidaba el orden en la Ciudad? (aquí cabría otra pregunta: ¿cuál orden?). Me temo que ningún
ciudadano común conoce a fondo lo que ocurre en los íntimos laberintos de nuestras corporaciones policíacas. De lo
que tenemos constancia es de una caudalosa ineptitud y de una medular corrupción. Ignoramos hasta dónde llegan
las raíces de este tronco podrido. Deben ser fuertes, ramificadas y profundas. De otra manera, es difícil entender por
qué gobiernos van y gobiernos vienen y el mal no tan sólo no se corrige, sino que avanza y deja a la ciudad sin
protección y sin límites legales. El caso es que la olla podrida ya reventó y los que tendrían que enfrentar el delito se
enfrentan unos contra otros. Ni siquiera podemos hablar de que fueron los buenos contra los malos, o los regulares
contra los pésimos, los institucionales contra los selváticos. Vaya usted a saber. Tan torpes y aviesos se mostraban
unos como otros. Tampoco podemos establecer las verdaderas causas del desaguisado. Igual podía tratarse de
alguna reivindicación más o menos legítima que de darle una "caladita" a López Obrador. Como sea, a éste le
corresponde poner orden de una vez por todas. La tarea se mira complicadísima y no veo cómo Andrés Manuel y
Leonel Godoy, aunque se reúnan diario a las 6:30 de la mañana, van a poder ellos solos con el paquete. Además el
daño no es exclusivo de la Ciudad de México. Todos los cuerpos de seguridad del país están, de una manera u otra,
penetrados por la corrupción y ésta nos pone en peligro y en indefensión a todos. Andrés Manuel: se trata de una
prioridad nacional. Enfrentarla con posibilidades de éxito precisa del diálogo y la coordinación con el Ejecutivo Federal
(pueden soltar un ratito sus efigies de Juárez y de la Guadalupana) y de solicitar el apoyo de toda la ciudadanía.
Nuestro mandato es claro: ya no queremos vivir a merced de los bandidos con uniforme o sin él, de cuello blanco o de
playera. Queremos vivir seguros y en paz. Al borde del siglo y del milenio preguntamos: ¿en qué podemos ayudar?
Las escenas del miércoles merecen ser el final.

La Industria Chocolatera

Es un típico caso de mala crianza llevada al plano nacional. Doce veces las autoridades han lanzado su férrea
advertencia: es la última vez que autorizamos la legalización de los vehículos introducidos ilegalmente. Cualquier
padre o madre sabe que no puede proferir doce veces un ultimátum sin que esto degenere en chacota. Lo peor es que
las legislativas mesnadas priístas dicen actuar a nombre del pueblo desprotegido y no nos dicen los nombres de los
funcionarios o exfuncionarios priístas que lucran con el negocio chocolatero y que son los únicos que resultan
realmente protegidos. Si el atinado Sarmiento dice que aumentar tranquilamente el presupuesto en 30 mil millones es
jugar con fuego, yo añado que estas medidas significan arrojar gasolina al fuego. Nos espera nuestro chocolatote
hirviente.

Tiempo de Abrazar

Vuelvo a tomar prestado el título de Onetti. Tiempo y espacio se me acaban y esto no puede ocurrir sin que antes nos
demos un abrazo. Venimos de tan lejos. Hemos sobrevivido a tanto horror y a tanta ternura. Mucho hemos caminado.
Ya vamos llegando a México. Ya no es el México de mis recuerdos; es el México de nuestros deseos (que nacen de
los recuerdos). Nos merecemos un abrazo. Va.

La Ultima y Nos Vamos

Si los hados no disponen otra cosa, éste será el último artículo del año y del milenio. Mi próximo bando se publicará
en el 2001. En lo que esto ocurre, ustedes recuerden que hoy toca.

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