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Dehesa 2001

Gaceta del Angel / Cocodrilitos en fuga

Por

Germán Dehesa

(01-Ene-2001).-

Artesanía folclórica, pieza arqueológica, explotador del apellido, maquiavelito tropical... hay tantas maneras de definir
a Roberto Madrazo. Lo que es muy claro es que se ha ganado un status unánime: nadie está a gusto en su cercanía y
donde lo pongas, estorba. Como le consta a Zedillo, Madrazo es un tamal de mañas de muy difícil digestión; una
garrapata cuya extracción es tarea ardua. Para él no son propicios los tiempos de paz y buen gobierno; como plena
reencarnación que es de los violentos y rapaces caciques de las doradas épocas priístas (aquellos que su padre quiso
combatir), Robertico encuentra su natural elemento en las aguas turbulentas, en los ríos revueltos y en los deslaves
políticos. Podríamos decir que él solito es una catástrofe natural. Es como la humedad: la quitas de un lado y sale en
otro.

Imagino que ya todos conocemos los sorprendentes resultados de la sesión del TRIFE del 29 de diciembre. Digna de
alabanza fue la decisión (voluntaria o forzosa) del Magistrado Ojesto quien habiendo emitido, por interés o ligereza, un
prejuicio acerca del caso Tabasco; se abstuvo de participar en la deliberación final. Esta concluyó en la anulación de
las elecciones. Jamás sabremos si Madrazo preveía este fallo adverso y ya tenía montada su contraofensiva.
Igualmente intrigante resultó la respuesta de la actual dirigencia priísta. Aparecieron a cuadro la siempre contundente
efigie de Dulce María Sauri (caracterizada para esta ocasión como directora de la secundaria Garrido Canabal) y a su
lado (y azulado) García Ramírez en avanzado trámite de gasificación. La Sauri habló sin parar y con aladas palabras
dijo que los del Tribunal eran una bola de ojéis que se metían en lo que no les importaba, que habían pisoteado las
leyes divinas y humanas, que su decisión era una porquería que no tenía el menor apego a derecho, sino una clara
intención política; pero (este chiste que viene es buenísimo) como el PRI siempre ha sido respetuoso de la legalidad,
ellos acataban la decisión. El viscoso e incoherente discurso sáurico admite una traducción: esta bronca no es del
PRI, sino de un miembro incómodo llamado Roberto Madrazo. En el fondo, no dejamos de agradecer al TRIFE el favor
recibido, pues nos quitó de en medio y le dio su aflojadita al violento cebú que ya amenazaba con dejarse venir al
centro a galope tendido. En su guarida, el durable Madrazo no decía nada. Me lo puedo imaginar en su Versalles
tropical sesionando a deshoras con los caciques ribereños (leer "Tirano Banderas" de R. Valle Inclán) y razonando (es
un decir) de este modo: Andrés Manuel nos hizo los mandados, Zedillo ni se diga, al pingüino Núñez lo
frescongelamos; nomás faltaba que ahora el TRIFE y Ojeda nos quieran salir con que a la niña le dan calambres; eso
sería un intolerable atropello a la soberanía; la menor ofensa a nosotros tiene que ser tomada como una mentada a
Tabasco (desde que a los priístas les ha dado por razonar, han aparecido severas cuarteaduras en el edificio del
pensamiento occidental). Establecido esto, Madraziux reunió al muriente Congreso y a éste sólo le faltó nombrar a
Roberto I emperador vitalicio y gran timonel del Grijalva (es todo un dato que a nadie le haya importado lo que opine o
deje de opinar Andrade, el defenestrado "Gobernador electo"). En la semana que hoy comienza averiguaremos de
qué lado pega el diurex. Acabó el 2000 tal como comenzó: en el puritito calambre. Bienvenidos al siglo XXI, su cabaret
favorito.

Si Yo Fuera Madrazo
Nada más de pensarlo, hasta siento vértigo; pero si yo fuera Madrazo ya me estaría en paz y dejaría de estar
tramando plataneros golpecitos de estado. Si se mira con cuidado, del dictamen del TRIFE se desprenden
responsabilidades legales que apuntan hacia Robertico y que deben tener un seguimiento judicial. Alguien tiene que
estar detrás de ese "cúmulo de irregularidades" que señaló el TRIFE. ¿Quién es el que anduvo ahí?... Como decía mi
jefecita: Roberto, te estás o te están.

Una Mañana en Melbourne...

...en un ingrato lugar donde toda aflicción tiene su asiento, platicamos acerca de las elecciones en Tabasco Javier
Solórzano, su Charro Negro y nuestro involuntario anfitrión: Carlos Cabal Peniche. Este último es el rey de las
respuestas sibilinas y nos comentó que los Cabal siempre habían sido madracistas, pero que también tenía amistad
con Ojeda. Dicho de otra manera: yo le voy al que gane y ya no me hagan más olas, que con las que tengo ya siento
como que mihogo.

Lo Malo de lo Bueno

Paul Watzlawick publica en Herder un invaluable libro con este título. Es un divertido y sagaz alegato en contra de
maniqueísmos del tipo de "el que no está conmigo está contra mí", o de variantes como "el que está con Fox está
contra Andrés Manuel". Para mí fue muy grato encontrar bibliografía inteligente para apoyar cualquier iniciativa
sensata de los que hoy toman decisiones en nuestro escenario político. Creo que los dos son honrados y que los dos
van por las buenas. El 2001 es un buen año para darles nuestro apoyo crítico y decirles: ¡háganlo bien!, ¿qué les
cuesta?.

Cualquier correspondencia con esta fluvial columna, favor de dirigirla a gdehesa@infosel.net.mx o al Apartado Postal
19-111, Delegación Benito Juárez, México, DF.

Gaceta del Angel / Año nuevo

Por

Germán Dehesa

(02-Ene-2001).-

Lo de Madrazo ya se volvió el festival de Porky y sus amigos. Junto al acelerado tabasqueño, el Villano Fanfarrón es
apenas su anteproyecto. ¡No podrán conmigo, jo, jo, jo!, habrá dicho mientras se envolvía en su capa de duvetina
negra (Macbeth con pashmina), ¡jo, jo, jo!, primero Tabasco, después el mundo y ya luego Puebla. Aliado con Luthor y
con el Guasón, seré invencible. ¡Maldito Pingüino!, pronto sabrá quién soy yo. Ni él, ni Superfox, ni Robin Creel, ni
Wonder Martha, ni Batmandrés podrán con mi hiperplátano radioactivo, ¡ahorita no friegues gordito baboso, ya te daré
tu merecido!, ¿cómo pude pensar que podías ser el heredero de Mongobasco y Chocoweb, mi imperio tropical?,
¡truenos!... ¿Qué les parece, amiguitos?. No fue poca cosa sobrevivir a lo largo del escalofriante año 2000. Las
francesas y los mexicanos apretamos al final. Cerramos durísimo el milenio. Todo indica que así vamos a seguir. Ya
en plan de que pase lo que nunca había pasado, creo que nos vamos a seguir de frente unos 20 años más. El imperio
Chocoweb se derrumbará y aparecerá México.

Mientras Madrazo el villanazo hacía de las suyas, millones de mexicanos descansaban, otros celebraban el fin de año,
Sergio Sarmiento releía a Marcel Proust y algunos trabajábamos. No es queja, es información. Oigan el consejo de
Scrooge: no hay mejor remedio contra la fatal melancolía de las "fechas memorables" que trabajar gustosa

e intensamente. Se siente uno como enano de Blancanieves. El 31 por la mañana, escribí un buen rato, luego ví dos
de los partidos de futbol americano más horripilantes que haya yo visto en mi vida, comí sobritas navideñas (¡arghh!),
ví "Jumanji" con Andrés (veloz diálogo: -oye, Papá, ¿tú te enfrentarías

a un león hambriento?. -¿Y qué crees que hago con tu mamá?). Terminada la demencial película, me dí a la fuga y
loco de contento me fui a mi micro, pequeña y mediana empresa a conducir un espectáculo conmemorativo del fin del
milenio. El año nuevo nos sorprendió en la escena que es uno de los territorios más gratos y favorables para estos
menesteres. Entre el público, los artistas y el personal de servicio logramos reunir a todas las etnias y a todas las
ideologías del país. Por un buen rato, todos cantamos la misma música, platicamos en el mismo idioma, comimos las
mismas uvas y nos abrazamos en un mismo y esperanzado jolgorio. Estuvo muy bien. Después del espectáculo, hubo
música bailable y en vivo. Entre estas dos actividades, algo sucedió que,

a mi juicio, merece ser rescatado.

Los espejos. Son los secretarios del tiempo. Inquietantes e indispensables. Duplican la realidad y en su ilusorio mundo
se pulverizan las ilusiones. Después de 30 años y tres horas de estar en escena, me senté (y me sentí) muy cansado.
Alcé los ojos y vi a un ojeroso y deteriorado sobreviviente del milenio. La melancolía preparó sus alfileres. El ataque
no se consumó. Apareció un hombre con smoking. En la mano izquierda llevaba el estuche de un instrumento musical;
en la derecha cargaba un voluminoso bambineto que contenía a un chipotín que dormía como semilla en invierno.
¿Podemos pasar?, me dijo el hombre con voz amable. Por supuesto, ahora les toca trabajar a ustedes. El hombre
depositó su cargamento, supervisó que el enanete estuviera bajo control y me dio un abrazo de colega a colega. Salí
del camerino pensativo y contento. Si un paisano es capaz de trabajar en la primera hora del 2001 y tiene voluntad y
amor suficientes como para ver por su hijo, algo me dice que nuestro país está en camino

de salvación. ¿O no?.

Al Puerto Donde se Halla

Yo ya me voy. Durante una semana, el mar y yo viviremos en un íntimo y visual abrazo. Esa tumba sin sosiego que
fue el año 2000 me tronó el Bendix (pieza virtual y fundamental de todo mecanismo creada conjuntamente por el
Pulpo y por Javier

Solórzano, que es otro pulpo). Llevo conmigo a mi familia y me hago acompañar de un apreciable tambache de libros
y de discos. No es amenaza, pero voy a pensar. Me urge averiguar qué prendas le sientan bien a mi espíritu en esta
temporada otoño-invierno que ha llegado a mi vida. Supongo que muchos de ustedes, aunque no haya calentado el
año, regresarán a trabajar. Que Alá y asociados los colmen de bendiciones. Yo me voy a verme por dentro y a ver de
lejitos el mundo exterior. Reportaré diariamente los resultados de mi terapéutica pesquisa. El Bucles se lleva su
australiano "torpedo shark" y un ridículo arpón que le servirá, según él, para aventarse una sopa con los tiburones
blancos. La Hillary se lleva la tarjeta de crédito que es infinitamente más letal que el arpón. Ahí les encargo

a Fox quien muy razonablemente acaba

de declarar que no es rey mago y que milagros a La Villa. Cuídenme a Andrés Manuel que se aloca con mucha
facilidad (es la lógica consecuencia de levantarse a esas horas estúpidas en las que él se levanta. Al pobre Leonel ya
lo trae como coatí lampareado). Dejo jamón en el refri. Si llega Madrazo, no le vayan a abrir. Es que es. Si se ofrece
algo urgente, háblenle a Granados Chapa. Yo ni máis. Feliz milenio y esperen marítimas tarjetas postales.

Cualquier correspondencia con esta columna chocoweb, favor de dirigirla a gdehesa@infosel.net.mx o al Apartado
Postal 19-111, Delegación Benito Juárez, México DF.
Gaceta del Angel / Cocodrilitos en fuga II

Por

Germán Dehesa

(03-Ene-2001).-

...Y escoltado por su personal de seguridad hasta las puertas de su avión, Roberto Madrazo (era un rey de chocoweb)
voló rumbo a Miami. A sus espaldas -ya habrán visto y leído- dejó un auténtico cochinero. Tabasco, el Estado cuya
paz y prosperidad le habían sido confiadas (o él se había adjudicado. Esta historia la conoce mejor Andrés Manuel)
quedó convertido en campo de batalla, en campo fértil para las inquinas y, por supuesto, sin la prosperidad y el
bienestar que el potencial de esas tierras (esas aguas, diría Pellicer) viene prometiendo desde hace siglos. Se fue
Madrazo, pero dejó en Tabasco las condiciones ideales para el rencor y el enfrentamiento (o sea, que no se fue).

Algún columnista habla de Roberto Madrazo como de un "personaje fascinante". Es posible que tenga razón. Es
fascinante al modo de aquel esperpento creado por Valle Inclán como paradigma del cacique tropical: Tirano
Banderas. Desde un punto de vista menos literario, yo que lo conocí como estudiante de preparatoria apenas
medianito y abrumado por el fantasma de su apellido, lo encuentro más bien consternante. No era un mal tipo, pero se
esmeró en serlo y lo ha logrado. Otros priístas tardaron décadas en graduarse como dinosaurios. La carrera del
tabasqueño ha sido meteórica. Operador priísta, viudo de Colosio, usufructuario de una gubernatura que obtuvo y
mantuvo mediante el empleo de las más añejas y mafiosas técnicas del otrora partido invencible; vinculado siempre
con lo más sospechoso y sórdido del sistema, Madrazo llega a su punto de fuga queriéndose cobijar todavía con el
muy discutible prestigio de "el hombre que se atrevió a desafiar al sistema". Es ésta una novela de tierra caliente que
todavía no termina. Salinas y Madrazo son dos seres tan alucinadamente necesitados del poder, que pueden traer un
balazo entre ceja y ceja y seguir caminando, intrigando, urdiendo, huyendo, regresando y escribiendo. Su época, sus
modos, sus posibilidades a futuro tienden a la inexistencia. Ellos lo ignoran. Se miran a sí mismos y se confieren
dimensiones entre heroicas y shakesperianas (¡sós grande, pibe!). Miden su importancia por el daño que pueden
hacer y por lo enorme de su disfuncionalidad. Mal cálculo. Una rata puede propiciar la pérdida de todo un granero,
pero no deja de ser una rata. No estamos hablando de Maquiavelo y Macbeth. Son Salinas y Madrazo: cocodrilitos en
fuga.

Gallinas en Fuga

En vista de que el año recién inaugurado ya trae fiebres tropicales, me permito recomendarte, lectora lector querido,
que hables con quien más confianza le tengas y te pongas de acuerdo para ir a ver "Gallinas en Fuga", una película
que, a juicio del pequeño Andrés y de su progenitor, está padrrísssima. Mientras la veía pensaba yo en la capacidad
de distancia y de ironía que pueden tener los ingleses frente a los elementales alardes estadounidenses. Como en el
caso de Swift, o de algunos cuentos de Wilde, o de Orwell, el membrete de "relato infantil" es la coartada perfecta para
comunicar hondos y complejos asuntos humanos. Un grupo de gallinas vive (muere) en una granja que funge como
campo de concentración. Deciden huir, pero también deciden que no basta con huir, sino que es necesario saber
cómo será el nuevo mundo al que aspiran después de la huída. Véanla. Es conmovedora y divertida. Llega a México
en un momento ideal. Ya nos fugamos, ¿ahora para dónde jalamos?.

Periodista en Fuga
Según lo anunciado y sin haber nombrado ningún gobernador interino, su Charro Negro pasa a retirarse. A nombre de
la confianza enorme que me tiene, la Hillary ha decidido encabezar la expedición y ponerse al volante. Tomaremos los
caminos del sur y nos daremos el inmerecido gusto de escuchar durante varias horas un letal CD de las ardillitas de
Lalo Guerrero que el Bucles ha escogido como elemento indispensable para darle intensidad y gozo al trayecto. Ya
con un pie en el estribo, leo en la prensa los sangrientos saldos carreteros de esta jornada vacacional. ¿Y si mejor
acampamos en el Parque Hundido? le pregunto a mi orgullosa consorte. ¡Por favor!, comenta la Hillary, soy la reina de
las carreteras; junto a mí, Adrián Fernández está tullido. Sea por Dios y sea por Fox. A los miembros de todas las
iglesias les suplico que se pongan en oración intensa y constante. No le aflojen, hasta que lean el aviso de que
llegamos con bien. Si algo me ocurriera, ahí les encargo que acaben de pagar la deuda externa y el FOBAPROA.

En cuanto llegue, aviso.

Cualquier correspondencia con esta fugada columna, favor de dirigirla a gdehesa@infosel.net.mx o al Apartado Postal
19-111, Delegación Benito Juárez, México D.F

Gaceta del Angel / La tensa calma

Por

Germán Dehesa

(04-Ene-2001).-

Los periódicos, me dicen, están saliendo muy flaquitos. Es natural. Son las típicas dietas de principio de año. A este
respecto (y sólo a este respecto) es agradecible el funeral tabasqueño-vikingo que se ha organizado Robertico
Madrazo (original de Félix B. Caignet). Es realmente consternante asomarse a los noticieros que la televisión nocturna
nos ofrece. No hay nada que ver. Sergio Andrade no ha encargado un nuevo niño y su hermano no ha irrumpido en
los foros televisivos; Salgado Macedonio está jurado (de espanto), Chayo Robles está quietecita y hasta Vicente Fox
ha cesado temporalmente sus hiperquinéticas andanzas por el país. Está esperando que los mexicanos se reagrupen.
En tal inopia noticiosa, López Dóriga tiene que armar su programa con sólo dos notas llamativas: en la primera vemos
a unos pobres cuates que se avientan de un quinto piso de un hotel en llamas. Los bomberos van y vienen en busca
de una inexistente escalera y apuntan hacia lo alto una perforada manguera porfiriana cuyo chorro, al no alcanzar el
piso incendiado, inunda e inutiliza lo único que no se había quemado del hotel. Y que conste que nada estoy diciendo
contra el respetable Cuerpo de Bomberos (una tía mía tiene cuerpo de bombero). Mi estupor y mi enojo es contra ese
equipo como de cine mudo con el que tienen que trabajar estos sufridos héroes civiles.

La segunda nota es Tabasco. Llevamos ya tres días contemplando la misma escena que nos muestra la sesión
solemne del Congreso del Estado. Es de pena ajena y de risa loca. Parece la entrega de premios de la Escuela
Nacional de Asesinos Seriales y Conexos. Todos gritan como poseídos por algún demonio africano, un gordito se
pone como energúmeno y arranca todos los micrófonos. Una señora delgada y de respetable edad le hace la
roqueseñal a un fogoso orador que trae un saco azul relámpago como del payaso Foforito. Este, tras recibir una lluvia
de agua, le hace a la augusta matroña señas de "ya te vi, méndiga Pelancha" y la aludida se pone en guardia y mira al
Blue Demon con ojos de "!arráncate, manito¡". Las glorias de la vida parlamentaria. Corte y vemos a una patrulla que
recorre las calles de Villahermosa "por si hubiera violencia" (!akelá!). Corte y aparece un líder priísta-madracista
(porque también hay priístas no madracistas) que se llama Floricel. Por mí, cada quien puede llamarse como quiera o
como pueda, pero si uno se llama Floricel, como que pierde energía y contundencia a la hora de pronunciar frases
históricas ("!epueblo etabajco ya ejtá cansao...¡"...¿Cómo no va estar cansado, si no entiende nada?). Corte y vemos
a un reportero micrófono en mano que hace un anuncio que me estremece: como verás, Joaquín, en Tabasco reina
una tensa calma. "Una tensa calma", ¿por qué siempre dicen así?. Es más: ya tienen una cura especial para decirlo.
Parece que van a anunciar la muerte del Dalai Lama y no; lo único que quieren decir es que todavía no ha pasado
nada nuevo.

Una amiga mía, conductora de noticias, vivió una experiencia todavía peor. Le anunciaron que en equis fábrica había
un conflicto grave. Envió a un reportero joven y, a la hora de su noticiero, dijo: vamos con Pepe Tachuela que nos
tiene noticias de la fábrica. !Pepe!, estamos al aire, ¿qué nos cuentas?. Y Pepe: aquí en la fábrica la situación es
hermética. ¿Qué quieres decir con eso, Pepe?. Que está cerrado. Fin de la historia (diría Fukuyama). En mi mente
reina una tensa calma...

El Circo Atayde

En toda mi vida (cinco años) nunca he ido al Circo. Este fue el amargo pronunciamiento de Andrés hace algunos días.
Su ebúrnea madre procedió con admirable diligencia a subsanar ese grave lapso curricular del infanzón. El chicuelo
regresó subyugado de su visita al Circo Atayde. Lo anuncio aquí como descarada forma de publicidad. Hace un año,
los Atayde, en respuesta a una nota aquí publicada, invitaron a presenciar una función a todos los chavitos de La
Casa de la Sal que recibe y atiende y acaricia a niños con SIDA. Gracias. Es un estupendo circo mexicano. Aikir.

Envío

A ustedes también les pasa. Avanza enero y no acabamos de repartir abrazos y de darle los parabienes a los cuates.
Desde mi refugio marítimo, envío un arrumaco como de diosa hindú para María Victoria Llamas, Alejandro Aura,
Carlos Díaz Caíto y sus sufridas parejas que sufren parejo. Voy a la alberca y mañana sigo.

Cualquier correspondencia con esta tensa columna, favor de dirigirla a gdehesa@infosel.net.mx o al Apartado Postal
19-111, Delegación Benito Juárez, México, DF

Gaceta del Angel / Por los caminos del sur

Por

Germán Dehesa

(05-Ene-2001).-

Leticia Navarro no es mi amiga; pero -añadiría Rodríquez Alcaine - ojalá y lo sea. Hace poco platiqué largamente con
ella y pude confirmar mi sospecha: es una triunfadora. Lo es en el mejor sentido del término: sabe administrar
adversidades y tiene su espíritu sosegado y sereno. No hay mejor triunfo. Montaigne hizo poner en su divisa estas
palabras: "Cuídame, Dios, de mí". Al hacerlo, nos comunicaba que sabía muy bien que el enemigo siempre está en
casa y que la gran batalla es silenciosa e interior. Los que la pierden se dedican al ruido y la furia. Los triunfadores son
la flor de la humanidad y se distinguen por su sonriente levedad. Bueno, pues Leticia Navarro es leve y sonriente.
Para ella es este reporte de las turísticas andanzas de la Hillary, el Charro Negro y nuestro "maravilloso chiquillo".

Quien la ve en reposo no puede imaginar lo que es la Hillary al volante. Es un dorado relámpago, una deslumbrante
tromba, una femenina reencarnación de Juan Manuel Fangio sin casco y con un disco de Carole King. A las 11:30 de
la mañana abandonamos nuestro changarrito y a las 4:00 de la tarde ya estábamos instalados en el hotel "Camino
Real" de Acapulco. La carretera es muy cara, está en muy aceptables condiciones y brinda la oportunidad de
escuchar las obras completas de Lalo Guerrero y las ardillitas. Por estricta justicia comentaré que las mencionadas
canciones están muy bien hechas y que el Bucles las escucha con wagneriano arrobo. El hotel es confortable sin ser
excesivo y tiene lo que, a mi juicio, es la mejor virtud: todo mundo es amable y solícito y nadie es servil. Por esa
fatalidad que suele acompañarme, al poco tiempo de quedar instalado en mi habitación y entregado a la filosófica
tarea de mirar el mar con cara de baboso, se descompuso el aire acondicionado y yo comencé a sentirme como en el
Lobohombo. Acudió solícito un pulpo tropical y me dijo con voz grave: es la pastilla. Por lo menos, no me dijo que era
el Béndix, pero para fines intelectivos, da igual pastilla que Béndix. Igual puse cara de congresista tabasqueño que
ignora cuál es el siguiente paso. El Tropipulpo entró en acción y la frescura regresó a mi vida. Excelente noticia para
mí y pésima para la Hilarry que duerme con suéter de Chinconcuac y gorro de lana de los Pittsburgh Steelers. Salvo
estos diferendos térmicos, Acapulco vuelve a ser un paraíso. Tenía razón Ricardo Garibay, ésta es una hermosísima
bahía y el puerto da clara señales de recuperación y crecimiento. Allá en los cerros, el otro Acapulco ya parece haber
puesto en cuenta regresiva su demanda de justicia. Estamos pues, en otro paraíso vulnerado. El puntual azul del mar
ahí está. Están también los buenos hoteles y el buen servicio. Ya no tendrían que estar la injusticia y la absurda
violencia como la que acaba de destruir estúpidamente a un joven turista griego. Malcolm Lowry nos diría: mira el
volcán, pero advina también lo que hay bajo el volcán.

A todo esto, el Bucles se va transformando aceleradamente en chamoy. Doce horas diarias de permanencia acuática
lo están convirtiendo en jaiba parlante. Se muda de la alberca a la playa unas cuarenta veces al día. Además, el cruel
destino quiso que aparecieran por estos rumbos el Patopedíatra y su señora que, precisamente, venían huyendo de
nosotros. Andrés ya los agarró por su cuenta y el abnegado médico (que también es excelente escultor) merece
hacerse una estatua...Llega la noche y Andrés me dice: gracias, Papá, por traerme a Acapulco. Bueno. Como mi
padre ya murió, pero también me traía a Acapulco, repito en voz baja: gracias, Papá.

The Weakest Link

Leo en "El Economista" del miércoles 3 una nota asaz curiosa. En Inglaterra está triunfando un programa televisivo de
concurso que tenía todos los ingredientes para fracasar. Lo conducce una mujer grosera, malmodienta, agresiva y
regañona que se llama Ann Robinson. Los concursantes tienden a la inopia cerebral y participan en grupos de nueve.
La conductora les hace preguntas de "cultura general" y si no responden bien, los pone parejos, los humilla y les dice
que son la escoria de la humanidad. De lo que realmente se trata el programa es de poner en claro quién es el más
idiota (sin contar al público). Ya que se establece esto, la conductora le dice a este dechado de ignorancia: ¡sácate de
aquí!, eres el eslabón más débil (the weakest link), pónte a estudiar, tarado. Diecisiete países ya mostraron su interés
por hacer un programa similar. Lo difícil, dicen éstos, es encontrar un conductor lo suficientemente repulsivo. Creo que
en México, lo díficil sería encontrar al más repulsivo (the weakest link).

Aviso de Ocasión

¡Hoy toca!

Cualquier correspondencia con esta columna, que es acapulqueña y linda favor de dirigirla a gdehesa@infosel.net.mx
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Gaceta del Angel / No hay tox: Fox


Por

Germán Dehesa

(08-Ene-2001).-

El Presidente Fox se dirigió a la Nación y, palabras más palabras menos, le dijo: serenos morenos, todo marcha como
tendría que marchar, no hay novedad en el frente y la economía está cinchérrima. Por profundos e invertebrados
calambres históricos, la sociedad mexicana escuchó este mensaje y como que no acaba de creerlo. No sería la
primera vez que alguien nos dice que el país está más sólido que nunca para que, días después, todo se desmorone
de fea y lesiva manera. Son ya muchos años los que llevamos las tribus meshicas caminando como por Beirut, sin
saber si en el próximo paso explotará la mina que nos dejará irreconocibles. A pesar de los mensajes tranquilizantes,
oímos rechinidos por todas partes. Rechina el sureste (a pesar de esa añeja democracia y civilidad de la que habla
nada menos que el príncipe maya del cinismo dinosáurico Víctor Cervera Pacheco); rechinan los pobres cuya nómina
y cuyos agravios no dejan de aumentar, rechina el narcopoder que se apresta a romperle lo propio al sistema en la
madre de todas las batallas, rechina el club de la impunidad que no se muestra muy dispuesto a que lo descobijen de
un día para otro. El colmo es que no tan sólo quieren quedar impunes, sino que quieren seguir enchufados a la ubre
traficando con influencias, mediaciones, moches y aeropuertos. Desde el exterior, rechina todavía más fuerte y, en
particular, la economía norteamericana con sus tremores y fumarolas, nos parece invitar a desalojar la zona. ¿Se nos
irá a caer el cielo encima?, no necesariamente. ¿No se nos irá a caer?, no necesariamente. Aquí, con el mar a la
vista, les cuento una pequeña historia.

Esto habrá sucedido hace unos 18 años. Canito, mi primogénito, cursaba la educación primaria en el benemérito
Colegio Madrid y como todo niño mexicano que se respete, tenía una relación tormentosa y de mutua incomprensión
con la aritmética. El y los quebrados se llevaban como judíos y palestinos. De tumbo en tumbo llegamos a un
memorable trimestre en el que el heredero de mi rancio linaje consumó la nada fácil hazaña de obtener en su examen
un cero perfecto. Tímido y modesto como era el pequeño prefirió ocultarme su notable logro durante varios días.
Cuando ya no lo quedó de otra, vino a mí transformado en una masa de lágrimas y mucosidad. ¡Ay güey! dije yo
cuando vi su examen y añadí: Canito, hijo mío, lo que me estás entregando es el certificado de un triple fracaso: el
tuyo, por no haber estudiado ni pedido ayuda; el de tu maestro por no haber sabido enseñarte, ni motivarte y el mío,
por no haber estado atento y no haberte ayudado a exorcizar los demonios de la aritmética. Establecido esto, tuvimos
una reunión en la cumbre con el maestro, enderazamos el barco y salimos con bien. Canito tiene ahora 27 años
(¡soltero!) y aunque no es Einstein, tiene buena relación con los números.

Allá por marzo-abril, Vicente Fox va a tener su examen de economía fiscal. La materia será difícil (la materia siempre
es difícil, diría Karl Marx) para Fox y para Francisco Gil Díaz. Supongo que habrá muchos que predicen o desean
(¿hay diferencia?) el fracaso. Yo no. Si ellos reprueban, yo también repruebo y esto no lo digo como coyuntural
votante de Fox; lo digo como alguien que ya está harto de los cíclicos derrumbes del país. Nada más por variar, me
gustaría que todos aprobáramos. Si para esto hay que ponerle más lana, pues le ponemos, comadrita. Nada más exijo
previamente una doble garantía: que nos expliquen con toda claridad el uso que le están dando a lo que ya cobran y
que nos garanticen de modo comprobable lo que harán con la nueva base tributaria. Si reaparecen las partidas
secretas, no será partida la que nosotros les vamos a dar. No hay tox.

¡Ahí Vienen los Bárbaros!

Las dos Rosarios andan meneadísimas con esto de la inminente visita de Marcos a la Capital. Ahi te los encargo
Andrés Manuel. En un descuidón y se organiza la Convención Nacional de Rijosos. Si ya de por sí la coexistencia de
los Poderes Federales y el Gobierno de la Ciudad dista de ser tersa, la presencia de las huestes chiapanecas (más
todos los que se monten en ellas) meterá un ruido quizá excesivo. Marcos se apresta a dar otro golpe de efecto. ¿Lo
dará?, ¿le saldrá lucido?, ¿degenerará en conflictos y rebatinga?, ¿a quién van a dejar en Chiapas cuidando el
territorio conquistado?. Pronto lo sabremos.

¿De Dónde?

Explíqueme Don Vicente: ¿de qué diccionario del español guanajuatense sacó usted el verbo "mendingar"? ¡Ah
méndingos!.

Habló la Güera

¿No que no?. Varias veces Periquín Rodríguez Alcaine negó que su sobrenombre fuese "La Güera". Hace unos días,
con su ternura y buen trato habituales, nos abrió su corazón paleozoico y confesó que López Mateos le puso ese
apodo. Noticia de interés nacional. Luego, ya en plena confidencia, anunció que pronto se retirará a cuidar una granja.
¡Horror!. Se le van a fugar todos los pollitos.

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Gaceta del Angel / Videofox

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Germán Dehesa

(09-Ene-2001).-

No es mi asunto (quizá de algún modo lo sea), pero percibo y no soy el único, que la estrategia de comunicación del
Presidente Fox es, por decir lo menos, espontaneísta, banquetera y errática. Creo que tiene graves problemas de
planeación y de producción. En principio, no estoy cuestionando las buenas intenciones, ni la decencia, ni la voluntad
de beneficiar a México del actual gobierno. Yo ciudadano voté por Fox (y volvería a hacerlo), pero yo comunicador me
erizo un poco (o un mucho) cuando veo y oigo las maneras que se están empleando para avisarme quién es y qué
quiere este nuevo Presidente que se llama Vicente Fox.

Veamos. En el último fin de semana, Fox compareció dos veces ante las cámaras de televisión. En la primera, le
permitió a Héctor Aguilar Camín y al equipo de Zona Abierta entrar a la residencia oficial de Los Pinos para que le
hicieran una entrevista (la primera que concede ahí a Televisa y ya en su calidad de Presidente en funciones). El
programa no me dejó una sensación grata. Aguilar Camín tiene ya doce años largos de entrar y salir de Los Pinos con
entera familiaridad y derecho de picaporte. Vicente Fox tiene apenas un mes y se me hace que todavía no sabe dónde
están todas las llaves (¿Zedillo habrá cambiado las cerraduras?). Como resultado de esto, el entrevistador se percibía
mucho más en su casa y en su ambiente que el entrevistado. Además, Fox es un hombre de exteriores, de aire libre y
de atmósferas naturalmente iluminadas. La imagen televisiva era penumbrosa, agobiante y tensa. Aguilar Camín
llevaba sus preguntas por escrito y Fox respondía al bote pronto y no una, sino varias veces, se enredó con el
vocabulario, la gramática y el buen sentido. Declaró formalmente inaugurados los verbos mendingar y apoquinar,
confundió a Cuauhtémoc con Lázaro y a la hora de "explicar" su relación con Júarez nos hundió a todos en la duda
metafísica (¿lo quiere, no lo quiere?). La disposición escénica también me pareció desastrosa: dos sillas del comedor
(la de Fox le quedaba chica) enfrentadas de tal modo que obligaban a los interlocutores a ser dos perfiles en la
sombra. Por momentos, Fox parecía un esbozo impresionista. Supongo que la cercanía de un edecán militar es
indispensable, pero no veo por qué tiene que salir a cuadro. La que a nadie le parece necesaria es la aparición, libraco
en ristre, de Doña Martha Sahagún y ahí la tuvimos. Fox es dinámico y se vio incómodo y encorsetado. Las botas no
fueron de mucha utilidad y, en esta situación específica, la estatura fue más un estorbo que una ayuda. Resultado
final: ganó Aguilar Camín, perdimos Fox y los demás. La receta para estas ocasiones la proporcionó el mismo
Presidente: cerrar el pico.

Al día siguiente, por cadena nacional, vimos y escuchamos el saludo de año nuevo que nos enviaba el Presidente.
Aquí Fox se veía mucho más relajado y en ambiente. Rodeado por mexicanos y mexicanas, por ancianos y chiquillos
(que ya no son maravillosos), Vicente Fox se dirigió a ellos y a nosotros. Supongo que el objetivo era crear una
imagen de frescura y espontaneidad. De nuevo, la producción conspiró contra eso. El fondito musical volvió
telenovelero lo que tendría que ser natural. El exceso de selección de etnias también fue notorio y por lo mismo
ineficiente (había hasta un pobre futbolista a punto de hacerse la vasectomía con los pantaloncillos). Fox pidió para
todos nosotros la bendición de Dios. La recibo, la agradezco y le recuerdo al Presidente el lema de Montaigne:
"Cuídame, Dios, de mí". Hay algo peor que la acartonada solemnidad: la falsa naturalidad. Waters!, o sea, ¡Aguas!

Guerrero es una Cajita

Ni en las playas de Acapulco puedo conocer el sosiego. Lo que tendría que hacer es no leer periódicos, ni ver la
televisión, pero los vicios tienen sus fueros y sus demandas. Me asomo al periódico y me entero de la reunión que
tuvieron varios gobernadores priístas en torno a ese prócer maya, ese cochinito pibil de la política llamado Víctor
Cervera Pacheco. Lo alabaron, le ofrecieron incienso y mirra (oro ya tiene), lo ensalzaron y hubo cánticos y danzas
rituales a cargo de la sensual Sauri y su rebocito terciado. A la hora del ofertorio, tomó la palabra (así como antes se
tomaba Zacatecas) René Juárez, gobernador de Guerrero, y dijo así con inspirado acento: Gracias, maestro, por todo
lo que nos ha enseñado. Así dijo. Y yo dije: ¡ashingá! y ahora ¿de qué va a resultar maestro Cervera Pacheco?. Tomé
el teléfono y me puse al habla con Zeferino Torreblanca, presidente municipal de Acapulco. Quería que él me ilustrara
sobre el magisterio de Cervera. Palabras más o menos, esto me contestó (y yo lo avalo): Ese señor es maestro en
todo lo que ya no queremos en la política mexicana; domina todas las mañas y toda la parte mala del servicio público;
es maestro en tutelar sectores, en clientelismo y en mapachología; es un dinosaurio que se está tardando en
desaparecer. Colgué el teléfono y volví a mi lectura. Los cronistas dicen que Cervera Pacheco, el gurú del Mayab, el
Dalai Lama del cenote, agradecía los elogios con una leve y humilde sonrisa. ¡Qué padre!. Habría que hacer un friso
con esta escena.

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19-111, Delegación Benito Juárez, México, D.F.

Gaceta del Angel / ¿Eres amigo de tu hijo

Por

Germán Dehesa
(10-Ene-2001).-

Nunca como en estas vacaciones, he admirado la sabiduría y la sinceridad del maestro Fernando Savater. Dos o tres
veces al día lo recuerdo y traigo a mi memoria aquella entrevista que le hicieron en México a raíz de la exitosa
publicación de "Etica para Amador". En ella Savater explicó que la coartada para escribir ese libro había sido doble:
explicarle a su hijo, que efectivamente se llama Amador, en qué consistía el trabajo de su padre como catedrático de
Etica y poner en manos de los jóvenes estudiantes una herramienta que los ayudara a cursar la propia materia en el
bachillerato y a cursar la vida con una noción clara de los valores irrenunciables. Todo esto se lo explicó
cuidadosamente Fernando Savater a una joven reportera que lo entrevistaba. Esta escuchó la explicación y
habiéndola -a su modo- asimilado, obtuvo una conclusión que formuló de esta manera: o sea que usted se considera
amigo de su hijo. Savater la miró largamente con sus ojillos vivaces e inquietos que se parapetan detrás de unos
exóticos anteojos con marco de plástico rojo y le contestó: no, señorita, yo no me considero amigo de mi hijo; cómo se
ve que usted no conoce a mi hijo, ni a sus amigos. Son terribles. Yo no podría vivir como ellos, yo no podría ni
vestirme, ni desvelarme, ni bailar como ellos; no puedo comer lo que ellos comen, ni hacer lo que ellos hacen, ni
escuchar eso que ellos en su pleno derecho llaman música. No me alcanzarían las fuerzas y tendría que renunciar a
mi propia vida. No, señorita, yo no soy amigo de mi hijo; me conformo con ser el padre de mi hijo. Dicho esto, el
bohemio calló y, loado sea Alá, la reportera también.

¿Verdad, Papá, que tú y yo somos amigos?, me pregunta el tenaz capitán Bucles diez veces al día. Yo respondo
afirmativamente, alzo los ojos al cielo, pienso en Savater y siento en el alma unas inmensas ganas de llorar. Desafío a
cualquiera de ustedes, lectores amados mayores de 40 años, a que pasen un día de amistad con Andrés y sobrevivan
incólumes. Si aceptan el reto, consideren que deberán estar preparados para permanecer cuatro horas en la playa
haciendo castillos y entrando y saliendo del mar. Vienen luego tres o cuatro horas de alberca haciendo bucitos y
jugando con una estúpida megapelota de Winnie Puh (personaje demostradamente neurótico y compulsivo). Ya con la
piel como rodilla de elefante y los ojos de conejo, se trasladarán al área civilizada del hotel y pasarán cuarenta
minutos contemplando al Bucles que a su vez contempla unos "deditos" de pescado empanizado que pidió y que se
comerá en algún momento todavía por definir. Cuando termine el digestivo litigio, viene la parte menos pesada de la
amistad: los juegos de salón. Andrés saca su Ciberbombero espacial y te dice: vamos a jugar a que luchaban mi
Ciberbombero contra este pirata cósmico que te voy a prestar. Este es otro Inri como dirían en España. Si te gana, te
acusa de darle el avión y de dejarle ganar; si le ganas, se tira al piso berreando y te amenaza con acudir al TRIFE.
Luego hay que jugar unas quince loterías de Dinosaurios y rematar con una excursión al cine para ver "Pollitos en
fuga". En los ratos libres hay que escribir y nada de esto sería posible si no fuera por el auxilio de la madre que, ella
sí, es amiga de nuestro hijo. Yo no. Yo nada más soy su papá y, en unos minutos, me despido del grato Acapulco y
me voy a la Capital en busca de la liberación laboral.

El América en TV Azteca

Depor TV cumplió 27 años. En México nos encanta festejar la durabilidad. En el caso del programa de José Ramón, la
persistencia no es el único mérito. También hay que hablar de tenacidad, creatividad, actualización, renovación del
capital humano y la firme y colmilluda capacidad de maniobra de su titular. Felicidades. Si hay algo de qué
arrepentirse, José Ramón lo sabrá; si hay algo que aplaudir, los espectadores lo sabemos.

El lunes 8 por la noche, la plana mayor del América, en un gesto honroso e inexplicable en otros tiempos, estuvo con
José Ramón en "En Caliente". Yo supuse que se trataría el asunto de la insinuación que se hizo en Depor TV acerca
de que el debut de Zamorano se había retrasado para que no lo transmitiera TV Azteca. De hecho, minutos antes,
Televisa lo había desmentido enérgicamente. Con José Ramón no hubo esa confrontación que habría sido
interesante. El diálogo corrió mayoritariamente a cargo de José Ramón y de Alfio Basile con su voz de puerta de
castillo medieval. Pérez Teuffer a la defensiva y excesivamente prudente y balbuceante. Rafael Puente atinado y
amable como suele serlo. Iván Zamorano tranquilo y con mucha cancha. Fue un buen ejemplo de civilidad, pero yo
que Pérez Teuffer sí me hubiera aventado una sopita con Joserra. Confirmado: ahora ya no es como antes.

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Gaceta del Angel / El espectáculo

Por

Germán Dehesa

(11-Ene-2001).-

Marco Tulio Cicerón pronunció en el año 80 A.C. su brillante y efectivo discurso "Pro Roscio Amerino". En él dice esto:
"Si en todo momento tenemos que ver y oír sucesos crueles, a la larga perderemos, incluso los más sensibles, todo
sentido de humanidad...". No me digan que no es sobresaltante que Cicerón me visite 2081 años después a las once
de la noche y sin anunciarse. Yo estaba viendo los noticieros de la televisión (venganzas, violaciones, ajustes de
cuentas, desbarajustes políticos, ladrones flagrantes y armados que recuperan la libertad en 24 horas, accidentes
horribles y comerciales, muchos comerciales) y en el borde mismo de la náusea, apareció Marco Tulio con cara de "ya
te lo había yo dicho". Tenía (y tiene) razón. No es correcto que nadie nos exponga, ni que nosotros nos dejemos
exponer a ese cotidiano aluvión de maldades y crueldades que, al intercalarse con la frivolidad y el consumismo,
opera como vacuna y como inhibidor de nuestra humanidad al convertir en susto y escándalo lo que tendría que ser
una profunda compasión.

Por si no fuera suficiente con Cicerón, también me visitó Federico Reyes Heroles que tiene un cierto aire de familia
con el tribuno romano. Después de pensar ¿qué necesidad tengo yo de seguir viendo esto? y a punto de apagar el
televisor, apareció en la pantalla el grato semblante de Reyes Heroles y habló con su calma y su cordura habituales.
Se refirió al sureste mexicano y específicamente a Chiapas. Dijo que ha llegado el momento de sentarse a dialogar y a
buscar con firmeza, inteligencia y patriotismo la solución a esos graves y siempre diferidos problemas que existen en
Chiapas con o sin el EZ. Estoy totalmente de acuerdo. Lo triste es que también concuerdo con Federico cuando dice
que, por lo pronto, tal diálogo no se ha dado, ni tiene muchos visos de poderse dar en plazo próximo. De hecho, todo
indica que hay un buen número de mexicanos que, en lugar de esos diálogos poco lucidores, poco rentables
políticamente y que requerirán de la disposición a hacer concesiones por ambas partes, prefieren "el espectáculo". Así
lo llamó Reyes Heroles: "el espectáculo" y no hizo mayores especificaciones. Yo, por mi cuenta y riesgo, quiero
hacerlas. El Ejército Zapatista le declaró la guerra al Estado mexicano el primero de enero de 1994. El ejército
mexicano reaccionó, comenzaron luego las negociaciones, las torpezas y las malevolencias en los arreglos, todo se
empantanó; pero, que yo sepa, el EZ jamás negó o desconoció la original declaración de guerra. Ahora, con ánimos
de tantear qué tan bien puestas trae las botas el nuevo Presidente, Marcos anuncia una gira triunfal por trece Estados
de la República pastoreado por las Rosarios y rumbo a los brazos de Andrés Manuel. Es curioso que todo esto lo
encuentre Marcos perfectamente coherente. Pasearán los zapatistas con armas y pasamontañas y montarán un
espectáculo que honestamente no veo en qué pueda beneficiar a Chiapas; aunque veo claramente a otros dos
beneficiarios: el EZ (favor de no confundirlo con Chiapas) cuya popularidad había disminuído ostensiblemente y el
PRD (empresario de este circo) cuyos bonos también tienden a la baja. Para Fox el asunto no está sencillo. Esa
hipermula llamada Marcos lo ha puesto en un brete: permite que un grupo beligerante pasee por medio país y entre a
la Capital en plan de legión romana que regresa victoriosa de las Galias, o pone a las personas y a las cosas en su
lugar y corre el riesgo de que Marcos ponga el grito en el e-mail y anuncie que el nuevo gobierno ya enseñó su cara
violenta y represora. ¿Hasta cuándo y hasta dónde aguantará Chente la manita de puerco que le está haciendo
Marcos?. No lo sé. Lo que sí sé es que ya estoy harto de "espectáculos".

Para Seguir y no Acabar


El espectáculo, dicen los del oficio, debe continuar. Por voluntad no ha quedado. En conjunto, los Estados del sureste
son los que tendrían que estar trabajando de manera más armónica y constante para salir del enorme rezago social
en el que viven. Salir o, por lo menos, aminorar sus adversas e injustas condiciones de vida. Los surrealistas sainetes
de Chiapas, Tabasco y Yucatán tienen un costo social muy alto. Nadie parece reparar en lo onerosas que le resultan
al país las épicas baladas de los divos sureños. Circo de tres pistas. Y acá en la Capital no nos salen mal los
melodramas. Fox promete no andar de metiche y acto seguido comenta que hay que subir la tarifa del metro. Viene a
escena Andrés Manuel y proclama que Fox es "un poquito deslenguado" (esta característica del Presidechente la
ignorábamos todos). Aprovechando el viaje, Andrés Manuel solicita que sea condonada la deuda del DF, pero no
aclara quiénes ni cómo se robaron tres mil millones de pesos en un año (¡y nada más en lo de las tenencias!). Yo diría
que ningún gobierno federal o local tiene la menor autoridad para exigir más dinero, mientras no tapone las fugas, ni
recupere lo robado y garantice la transparencia en el uso de ese dinero. Lenguados y deslenguados tienen que oír
esto. Sale Andrés Manuel y viene a proscenio Cuauhtémoc que, en lugar de explicar por qué permitió que durante su
mandato en el DF prosiguiera el saqueo, se va por la fácil y anuncia que Fox es un ignorante y un mentiroso. Los
cardenistas aplauden, los foxistas se pudren de rabia y el país ahí sigue bobeando frente al guiñol y sin producir ideas
y bienes al ritmo que sería necesario y urgente. ¿Qué tal que le paramos al teatrito y nos ponemos a trabajar?. Es una
propuesta.

Cualquier correspondencia con esta columna nada espectacular, favor de dirigirla a gdehesa@infosel.net.mx o al
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Gaceta del Angel / La muerte del guajolote

Por

Germán Dehesa

(12-Ene-2001).-

A don Issac Asimov le interesó todo lo de este mundo y todo lo averiguó. De su abundante bibliografía extraigo el título
de un libro misceláneo e interesante titulado "Book of Facts". En esta obra, por razones que sólo el autor podría
explicar, Asimov se detiene a estudiar las costumbres de los guajolotes. Rescato de ese pasaje una observación
interesante, exótica, macabra. Cual si fueran habitantes de la Ciudad de México, los guajolotes manifiestan enorme
perplejidad y sorpresa cada vez que llueve. El fenómeno les resulta paralizante. No corren, no se guarecen, no hacen
nada. Quedan estupefactos y no encuentran mejor ocupación que alzar la cara al cielo, abrir el pico y estudiar
detenidamente la caída de la lluvia. Remata Asimov: un buen número de guajolotes muere ahogado. Este misterio lo
anunció y redactó don Issac. Si aparece alguna Liga de la defensa de los guajolotes (LIDEGUA), que se inconforme
con los herederos de Asimov y no conmigo que sólo transcribí. Hay un misterio mayor: ¿por qué pensé en este exacto
pasaje de la obra asimoviana mientras veía a Cuauhtémoc Cárdenas haciendo tonantes declaraciones a Jorge Berry?.
Lo ignoro, pero vuelvo a lo que decía ayer: de un modo u otro, nosotros mantenemos a los políticos y lo hacemos para
que sirvan a la comunidad. ¿En qué beneficia la guerra de declaraciones y de muy fallidas ironías a los mexicanos del
2001?. Este es el tercer misterio.

Los Viejos Amigos


Te aviso, manito, que yo sí soy amigo de mi hijo. Este fue el comentario amable y firme que me hizo, a raíz de una
columna reciente, mi venerado cuate xalapeño. Cerca estuve de pedirle perdón a nombre mío y de Fernando Savater.
Me contuve porque consideré la posibilidad tan frecuente de que todos, cada quien a su modo, tuviéramos una dosis
de razón. En torno al mismo tema, me permito reproducir los más recientes señalamientos del Bucles sobre el grato
vínculo amistoso. Para ambientar éstos, conviene apuntar que el infante anda nerviosón por su ya próximo e inevitable
cambio de escuela. En la que actualmente infesta no hay primaria y con tal motivo su acelerada madre ya visitó hasta
la primaria por cooperación "Mártires del IVA". Las noticias no tienen nada complacido a Andrés que ya quiere
aventarle pleito a su madre en la Comisión de Competencia. Al ser requeridos mis buenos oficios como mediador, me
aproximé a la parte agraviada y así le dije: tómalo con calma, pequeña consternación cósmica, a los cinco años todo
lo vemos demasiado grande; pero piensa, por ejemplo, que en tu nueva escuela podrás hacer nuevos amigos. El
Bucles sopesó mis argumentos, se me quedó viendo con cara de "una vez más confirmo que los adultos no saben
nada de la vida" y me dijo: eso está bien, papá, pero ¿te digo qué?; los mejores amigos son los viejos amigos. La
afirmación podría ser argumentable, pero nada dije porque aún no me repongo de la estupefacción que me provoca
saber que un moconete de cinco años ya tiene "viejos amigos". Que yo los tenga es explicable. De hecho, para ellos
son estos renglones. El caso de Andrés lo remitiré a alguna institución que estudie lo referente a la ancianidad
temprana.

La Hipermula

La capacidad y la velocidad de reacción de los visitantes de esta columna es fulminante. Todavía no despertaba yo
del todo y los montoneros ya estaban amotinados vía fax, teléfono, correo electrónico y encuentro de pasillo. ¿Cómo
era posible que cometiese yo el enormísimo desacato de llamar "hipermula" al sub Marcos (a quien G. Loaeza ya le
endosó un súbito Sub-ito)?. Pues lo dije y lo sostengo; aunque aclaro que, hasta donde yo sé, en México tildar a
alguien de mula o hipermula, no es necesariamente un insulto (o no lo es del todo). Ser mula equivale a ser resabiado,
astuto, vivaz, ingenioso y molón. Yo creo que Marcos es todo eso en versión cibernética y creo también que, haciendo
a un lado el hecho de que yo no veo el beneficio que se le siga a Chiapas, la gira triunfal del Sub pone a Fox a jugar
ajedrez chino. Bota contra pasamontañas o ¿logrará Marcos treparse hasta esa selva guanajuatense que son los
bigotes de Fox?. Díganme lo que quieran: son muladas. Me acojo a lo dicho por Andrés Manuel: "ya no hay
intocables". Y ya que estamos en esto, una pregunta al propio Andrés Manuel: ¿está el Jefe de Gobierno del DF en
posibilidad de ofrecerle seguridad, protección y tranquilidad a los peregrinos, a los ciudadanos y a las multitudes que
se dejen caer?; ¿puede ofrecer esto cuando no puede poner en orden a los que expiden tenencias y licencias y la
violencia sigue floreciendo y hasta los ambulantes de Meave le avientan la bronca?. Reconozco que es una mula
pregunta.

Envío Odontológico

¿Qué se creen los dentistas?; ¿suponen acaso que esta columna es como estación de complacencias musicales?.
Pues suponen bien. El H. Dr. Rodrigo Arias conmina a Marisa a que se alivie de inmediato. Yo aprovecho el viaje para
desear de todo corazón la salud de los enfermos. Seré mula, pero tengo mi sensibilidá...

El Cuarto Misterio

Hace frío. Hoy toca.

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Postal 19-111, Delegación Benito Juárez, México D.F.

Gaceta del Angel / El club de la garra

Por
Germán Dehesa

(15-Ene-2001).-

¿Por qué son así las mujeres?. Es que son. Yo, ni aunque me inyectaran Kolaloka intravenosa, podría imaginar a mi
amigo Gerardo Taméz entrando en mi casa y diciendo: fíjate, suiri, que me invitaron a una fiesta jevi y me acordé que
tú tienes unos calzones con el escudo de Superman en el mero mogollito (en efecto los tengo, pero no haré
comentarios) y necesito que me los prestes, ¿puedo pasar a probármelos?. Entre hombres, algo así sería imposible.
En cambio, las belicosas militantes del género femenino practican cada vez más y con mayor intensidad el
extravagante y condenable sistema de la garra circulante. Llevo varios años alertando a la humanidad sobre este
asunto, pero no he recibido respuesta. Allá ustedes.

Lesivo, inquietante, ingrato me resulta llegar por la tarde a mi casa, subir alegremente las escaleras que conducen a la
segunda planta y percibir, cuando voy en el último tramo, un alharaquiento corredero de loras a medio vestir. Si vieron
la película de "Zorba el griego", recordarán la escena de la muerte de Bubulina con todas las morsas griegas cayendo
cual ménades enloquecidas sobre los escasos bienes de la finadita. Hagan de cuenta. Si no vieron la película, pueden
venir cualquier tarde a la casa y atestiguar la versión azteca del ritual.

A reserva de abrir franquicias, la Hillary da servicio de garra circulante a todo el DF y área conurbada. Amplio surtido:
topcitos, bustiers, pashminas, saurirrebocitos, vestidos camiseros, de entretiempo, de coctel, de medio luto y de gran
gala como para cenar en el Castillo de Chapul con Foximiliano y Martota. Quiero dejar en claro que este servicio se
presta sin autorización ni consulta del que esto escribe. De ninguna manera me hace feliz quedar confinado en mi
búnker todo el tiempo que dura la sesión de la garra circulante. Además, no para aquí la contrariedad, no; las
beneficiarias del sistema, cuando se agotan de tanto ponerse y quitarse tiliches, se arranan en mi cama con
gravísimas consecuencias: dejan mis almohadas oliendo a "The sin of the Sheik" de Shalimar y están haciendo
cachetón mi colchón. Muy lamentable. La senadora Hillary dice en su defensa que el club de la garra circulante es una
I.A.P. que se agrupa bajo el lema de "hoy por ti, mañana por mí". En esto sí tiene razón. Basta con asistir a cinco
reuniones para darse cuenta de que son 20 atuendos y 100 accesorios los que componen el inventario total. Cada
garra es usada alternadamente por las beneficiarias. Cada participante hace o deshace alforcitas, sube o baja
dobladillos y, al cabo de un año de servicio pesado la prenda ya no se la puede poner ni Cuasimodo de lo deforme
que queda.

Algún sociólogo postmoderno tiene que estudiar este fenómeno. Los hombres sufrimos mucho. Es expantoso estar en
una fiesta, reparar en la vestimenta de alguna señora e iniciar así un comentario con la propia esposa: oye, pareja,
ese wonderbra color rábano que se le asoma a la Pochis, ¿no es el...?. ¡Cállate! y no preguntes idioteces y no le
andes inspeccionando el busto a la Pochis. A una respuesta así de enérgica, cortante y pelada, en México la solíamos
llamar "plegón". Hoy no sé cómo se le diga, pero sigue deteriorando gravemente nuestra autoestima. En verdad, hoy
que es lunes, le pregunto a los astros: ¿por qué son así las mujeres?. Es que son.

La Paz de Paz

Octavio Paz fue un guerrero intelectual. Ni pidió ni dio cuartel. Esto podría sonar a reproche tardío, pero es
simplemente una percepción ya añeja en mí. En dado caso, sería, en este país de agachones y dejados, un elogio.
Paz no conoció la paz. Su enorme inteligencia permaneció siempre en guardia y dispuesta al duelo. Ahora Paz ha
muerto, pero prosiguen los confrontamientos. El sosegado y benéfico talento de José Emilio Pacheco ya se hizo a un
lado, aunque especificó con claridad que lo justo es que la obra y el legado intelectual de nuestro Premio Nobel
queden a disposición de los mexicanos. Estoy de acuerdo.

Estoy de acuerdo y no voy más lejos, porque desconozco muchos de los ángulos del conflicto (¡uno más!) que hoy se
ha suscitado entre Guillermo Sheridan, director de la Fundación Octavio Paz y Marie Jose, la viuda de nuestro
escritor. Ella, según la prensa, afirma que es la única dueña del archivo de Paz. Según entiendo, Sheridan -de cuya
capacidad y talento no tengo la menor duda- quiere poner este legado a disposición de los muchos que desearíamos
adentrarnos más en la escritura del autor de "La llama doble". Hasta donde alcanzo a ver, no encuentro por qué
podría tratarse de un conflicto irreductible. La sensatez avisa que un diálogo tranquilo puede desembocar en un buen
acuerdo. Claro que se corre el riesgo de que unos cuantos y acelerados ayatolitos suelten el alarido y denuncien con
palabras de fuego que hubo "concertacesión" (pero ya no estamos los mexicanos para dirimir nuestros asuntos al
gusto y al capricho de esos ayatolitos cuya única razón de ser es precisamente que nada se arregle). Me permito
opinar que en éste, como en tantos otros asuntos de la actual agenda nacional, nada se avanza con la guerra de
declaraciones. Lo deseable es un buen acuerdo que salvaguarde los intereses de la viuda de Paz y los intereses
también legítimos que representa Guillermo Sheridan. Ya es tiempo de darle paz a Paz.

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Gaceta del Angel / Si me hubieran dicho

Por

Germán Dehesa

(16-Ene-2001).-

Si me hubieran dicho: ya te toca nacer y lo harás el primero de julio de 1944 en la Ciudad de México y vivirás
desalientos y entusiasmos y serás de muchas maneras y pertenecerás a la generación que pacíficamente derrotó al
PRI y recibirás tu cuota de odio y de amor y llegarás a una tarde de enero del 2001 y escribirás estos renglones...Si
me hubieran dicho, creo que hubiera aceptado con mucho gusto y sin pedir ninguna modificación en el contrato; pero
como no estaba, nadie me pudo notificar y es por eso que aquí estoy...

Si me hubieran dicho: vives en un país con un altísimo porcentaje de evasores fiscales, pero eso no es lo peor. Lo
peor es que una parte muy considerable de lo que se recauda no se aplica a prestarte buenos servicios, sino que se
fuga por los laberínticos caminos de la corrupción, la aplicación discrecional, la manutención de una burocracia inútil o
ineficiente y el financiamiento de los gastos de empresas, partidos políticos y tlatoanis estorbosos pero políticamente
necesarios; pero no te preocupes, aquí te estoy mostrando las denuncias que he levantado, la lista de los grandes
ladrones que he aprehendido, los controles que he creado, los miles de millones que he recuperado, los zánganos que
he corrido y las providencias que he tomado para que, a partir de ahora, tu dinero se aplique al exclusivo beneficio de
la comunidad y por todo esto, creo tener la autoridad moral para anunciarte una reforma fiscal que redundará en el
bien de todos, aunque te implique una razonable elevación en tus impuestos...Si me hubieran dicho esto, creo que
aceptaría hasta de buen grado discutir sensatamente la cuestión. Como no me lo han dicho (sólo me han dicho:
¡ténganme confianza!), como individuo y como ciudadano, me niego a hablar del asunto. Y así estamos...
Si me hubieran dicho: tú votaste fervorosamente para constituir con la oposición el primer gobierno de elección
popular en la Ciudad de México, aunque te advertimos que no tan sólo no iba a haber cambios sustanciales, sino que,
a mitad del camino, aquél por el que votaste te iba a dejar agarrado de la brocha después de haber "gobernado" con
más pena que gloria, para luego cederle el puesto a una recia mujer que no alcanzó a ser tan recia como para frenar
la corrupción y la inseguridad y el desmantelamiento de la vida académica de la UNAM y el desamparo. Si me
hubieran dicho esto, quizá habría cambiado mi voto, o, por lo menos, habría mitigado mi esperanza y mi voluntad
optimista (de hecho, nunca he querido lo óptimo; con lo que sea un poquito mejor, me conformo). Si me hubieran
dicho esto; pero nadie me lo dijo y por eso ya no sé si estoy...

Si me hubieran dicho: fíjate que, en vista del glorioso nivel que ha alcanzado el futbol mexicano y los explicables
gastos que esto ha producido, nosotros, los dueños de un equipo que lleva más de diez años de darle inmensas
satisfacciones al público y a sus seguidores, hemos decidido que es justo y necesario obtener una ganancia adicional
que nos permita seguir comprando bultos argentinos y estrellas chilenas en la plenitud de su eficiencia y, por lo
mismo, podrás entender que ya no puedes ver gratis los partidos pletóricos de vistosos mensajes comerciales, sino
que te vas a tener que poner con un dinero extra. Si me hubieran dicho esto, me hubiera sonado hasta cierto punto
razonable; pero nadie pudo decirme tal cosa y, en virtud de ello, acuso recibo de los hechos consumados y manifiesto
mi desacuerdo y mi voluntad de que todo les resulte contraproducente.

Por lo visto, aquí nadie dice nada. Esa nada es conocida como "discurso público". Y así estamos.

María Victoria Llamas

La extraño. Hoy fue el primer lunes que no pude saludarla al salir de la cabina de transmisión. Ya no está y no da igual
que alguien tan sustantivo como ella esté o no esté. Su vida entera la ha dedicado a comunicar la verdad con
inteligencia, con alegría y con profesionalismo. Sabe comunicarse en excelente español y sabe escuchar con enorme
respeto. En el más libre y promisorio sentido de la palabra, es una mujer de izquierda y con ello quiero decir que no es
dogmática, que se defiende bien de oráculos, ayatolas y prejuicios y que ejerce plenamente su libertad sin más límite
que el respeto a la libertad de los demás. Nunca ha necesitado que alguien muera para que ella viva, ni de que
alguien sea menos para ella ser más. Va su vida de la carcajada a la lágrima, pero el péndulo siempre se detiene y
equilibra en la compasión y en la lucidez. Su verdadero tesoro es su impecable decencia. Nadie puede quitárselo.
Será por eso que la extrañamos y la queremos tanto...

Quince Minutos

Eso dijo el candidato Vicente Fox que se tardaría en arreglar el conflicto de Chiapas. Lo que no avisó es que no eran
seguidos. En el 2001, por ejemplo, le va a dedicar tres minutos al problema y así se la va a llevar cada año. Así es que
no coman ansias. Tranquilo, Camilo.

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Gaceta del Angel / Tres minutos

Por

Germán Dehesa
(17-Ene-2001).-

Según comentaba el día de ayer, Vicente Fox arreglará el conflicto de Chiapas en 15 minutos, pero éstos se repartirán
en cinco fáciles abonos de tres minutos. Sin que nadie me lo pida y sin ánimo de torcer la voluntad presidencial, quiero
sugerir algunos usos (y costumbres) que pueden dársele a los tres minutos que corresponden al 2001. Lo hago
porque veo al Presidechente entre aceleradón y acalambrado por el anuncio de la "triunfal" gira que Marcos (a quien
ya no le diré "hipermula") hará por media República y con destino final (así dicen en los aviones) en la Ciudad de
México. No es una, ni son dos, ¡son trrreesss! las respuestas que le propongo a nuestro neopresidente a este jaque
con caballo y alfil que le ha puesto el ciberdivo suriano:

a) APROVECHAMIENTO TURISTICO. Según se puede averiguar en casi todas las embajadas acreditadas en México
y según lo ha declarado el propio Marcos, son miles de extranjeros los que quieren estar presentes en la entrada de
los zapatistas a la Capital del país. De Francia, de Holanda, de Brasil, de todas partes quieren venir a verlos. Yo no sé
qué espera mi estimada Leticia Navarro para pactar con Marcos un mínimo de cuatro visitas anuales que
seguramente generarán muchas divisas que, aunque no sean tan sólidas y blindadas como nuestro peso, en mucho
ayudarán a fortalecer nuestra economía. El propio Andrés Manuel ya tendría que estar preparando los Sub-paquetes
todo incluido, los vuelos charter y la cesión de derechos a SKY, que le darían a este espectáculo su máxima
rentabilidad. Se pondría "de pelos".

b) OPERACION MACHETAZO. Supongamos que Marcos arranca de algún lugar de las montañas de Chiapas y se
encamina a Perisur. Correcto. No hay tos. El 25 de marzo, Vicente Fox se pone las botas, su abrigadora chamarra
azul, su lucidor sombrero y emprende una intensa y dilatada gira por Chiapas para visitar y escuchar a nuestras
maravillosas etnias. Su discurso tendría que ir por la siguiente línea: miren, amigos chiapanecos, como los que llevan
siete años defendiéndolos y promoviéndolos se fueron a hacer ecoturismo, pensé en venir para acá y averiguar
directamente qué se les ofrece, qué necesitan y qué podemos hacer todos juntos para inaugurar la paz y el progreso
en este territorio de la injusticia. Creo que es mejor verlos a la cara y hablar directamente con ustedes que intentar
entenderme con los que son o dicen ser sus representantes; ¿qué hacemos?.

c) LA VIA LEVE. Para entender cabalmente esta tercera opción, sería muy útil leer un poema de Cavafis titulado
"Esperando a los bárbaros". Alguna vez ya lo dijo Carlos Monsiváis: nada electriza tanto a un mexicano como la
inminencia. Somos muy borloteros y pataratos. Nos encanta ese chamoy emocional que nos produce imaginar que el
país está a punto de estallar en mil pedazos. Esto, además, nos dispensa de trabajar y de pensar (ya se va a acabar
el mundo, para qué pago la tenencia). Como bien me lo decía hace poco H. Aguilar Camín: no pasa nada. Marcos
saldrá, dará sus vueltas, vendrá a la Capital, lo asaltarán, hará uso de la palabra verdadera, se surtirá de
pasamontañas, relojes, biberones y chicolástic para el súbito Sub-ito, fierros de Internet y regresará (yo supongo) a la
selva. No pasa nada, o mejor dicho: el riesgo de que algo pase aumenta en la medida de que el gobierno legalmente
electo manifieste ansiedad y zozobra. Sabiduría vieja: si temes lo peor, ocurrirá. Nada tiene que ocurrir con la sub-
gira. Donde ocurren cosas terribles e intolerables es en Chiapas. Ahí hay que entrarle con todo.

El Irrefrenable Pulpo

Originalmente fue un individuo. Hoy, en México, "el Pulpo" es un arquetipo (una actitud). El domingo lo vi en la tele
haciendo el papel de científico perverso que quería adueñarse primero de la arena México y ya luego, del universo.
Esto ocurría en "El regreso de Huracán Ramírez". El avanzado laboratorio del Pulpo tenía cuatro trastecitos del equipo
de química "Mi Alegría". El octópodo lucía una bata como de la carnicería "La Favorita" pero más cochina. La cámara
lo sorprende mientras exprime a un pobre alacrán en una probeta. Obtenida la ponzoña, le añade proteínas, minerales
y fenilpropanolamina. Preparada la pócima, se la inyecta a un par de mensos que estaban ahí tirando baba. Los
efectos son más terribles que los de la longaniza verde: los mensos caen al piso, se retuercen, arrojan flema veteada
y les salen pelos en los párpados. La cara de limítrofes ya la tenían. El Pulpo que, según el guión es alemán, pero
habla como francés y nació en la colonia Pensil; afirma victorioso: ¡he cgueado dos monstguos teguibles e
inmogtales!. Ahí le cambié.

Ayer por la tarde, el Pulpo reapareció. Estaba trepado en mi coche y así me dijo con voz grave: mire, mi señor, su
coche trae un fallo muy raro y necesito revisarlo bien (como es la quinta vez en dos semanas, deduzco que antes lo
revisó mal). De que son los frenos, son los frenos. En baja y en lo planito, no falla, pero en cualquier subidita, sí.
Pueden ser las balatas, pero puede ser otra cosa. Necesita dejármelo, porque no le quiero quedar mal. No creo que
sea nada grave, pero nunca se sabe. Así son los fallos...¡He cgueado un monstguo teguible e inmogtal!.

Cualquier correspondencia con esta columna pletórica de soluciones, favor de dirigirla a gdehesa@infosel.net.mx o al
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Gaceta del Angel / No hay noticias

Por

Germán Dehesa

(18-Ene-2001).-

El martes 16 de enero tendría que haber sido un día de tregua noticiosa. Los hechos terribles, sustanciales,
definitorios, medularmente interesantes, dignos de toda nuestra alarma o nuestra atención, ocurrieron en días
pasados, o esperan días futuros (¡extra!, como comprobación de esto, acaba de llegar a mis teletipos la noticia del
atentado en Chihuahua), u ocurrieron en el presente, pero de manera secreta y silenciosa. Entiendo la desesperación
de todos los que vivimos de la noticia. Lo que no entiendo es por qué no podemos asomarnos a la pantalla, o empuñar
el micrófono o la pluma y decir: la gran noticia de hoy es que no ha habido grandes noticias y, una vez dicho esto,
pasar a comentar la guerra de las Galias, el incendio de la biblioteca de Alejandría, la caída de Bizancio y la batalla de
Lepanto. Al tiempo le consta que ésas fueron grandes noticias. En lugar de eso, tuvimos que oír, ver y leer hasta la
náusea y la constipación todo lo referente al secuestro express del que fue víctima Bertha Luján, contralora general
del DF. Y no es que no me apene el daño inferido a una conciudadana, pero convendrán conmigo en que no se trata
de algo sorprendente o inusual en el DF. Yo diría que hasta le salió barato para los horrores que suelen acontecer por
aquí. De la misma manera, todos los noticieros le dieron tiempo y espacio a Dolores Padierna y a un clon de José
José que ya está más para allá que para acá. Ambos peregrinaron por todos los "medios" con la noble intención de
anunciarnos la resurrección de la Zona Rosa (le van a poner focos y patrullas y ya con eso) y la creación de una vida
nocturna con ambiente familiar (los niños podrán salir del cabaret e irse directamente al kinder). Lo único realmente
sorprendente y vistoso de estas comparecencias es que José José utilizó una corbata distinta (todas horribles, pero
distintas) en cada aparición. También nos informaron que Iván Zamorano ha decidido tomar con humildad su
refulgente debut y que un exgobernador del PRI está acusado de haberse clavado una lana (ésta sí es noticia, para
que vean). Con el debido morbo y circunstancia fuimos también notificados de que el cocinero con ánimo suicida se
tragó un sacapuntas y también conmemoramos, con profusión de imágenes ya vistas hasta el cansancio, el primer
aniversario del espantoso caso del clan Trevi-Andrade. Si lo pensamos un poco, nosotros también fuimos víctimas de
un secuestro express y es nuestro deber acusar a los noticieros de habernos paseado por los parajes más sórdidos y
anodinos, para luego arrojarnos en un baldío electrónico. Mientras todo esto ocurría, yo pensaba en Gabriel Zaid y en
lo que escribió hace unos días en la sección cultural de "Reforma" referente a...

La Invención de Noticias

He de confesar que es mi mero fuerte, aunque suelo cometer el error de avisar que son invenciones, o, como mejor
diría mi mamá (cuepedé): son visiones. Va una: ¡UNICA OCASION!. Con motivo de la visita de los zapatistas a esta
ciudad Capital, Bellas Artes (el teatro "Blanquito" según el hipermula de Alcaraz) se honra en presentar una Gala
operística con tres tenores de fama internacional: Marcos Carreras, Vichente Pavarotti y Andréj Manué Domingo. En
algunos duetos, tercetos y hasta tetretos cantará también la exquisita y sutil ejecutante Dulce María Caballé. Los
amantes (y aún los maridos) del bel canto y del Vel Rosita no pueden perderse esta oportunidad excepcional. Come
frutas y verduras. Esto sería la pura invención. De esto no habla realmente Zaid. De lo que habla es de la absurda e
inmoral...

Fabricación de Noticias

No requiere mayor ciencia. Tienen que concurrir la falta de noticias reales (o la mitomanía de éste o aquel gurú de la
comunicación), algun personaje notorio y, por lo mismo, vulnerable, dos o tres diálogos oídos al paso, alguna verdad a
medias y lo demás lo añade "el informador" al gusto y con esto basta para que la pseudonoticia quede sazonada y
lista para servirse y/o para comparecer ante la H. Asamblea.

Zaid habla de esto y se refiere al supuesto litigio en torno a los archivos y el legado de Octavio Paz. Con esto se
fabricó una noticia que, al no serlo, quedó sin efecto. Ahora le toca a mi buen cuate Alejandro Aura su dosis de
malintencionada ficción. Un grotesco sujeto de apellido Moyá y un servicial diputado asambleísta del PAN bastaron
para llevar al baile a mi co(ba)voceador. Ahora resulta que Alejandro no es honorable y si no fuera por el gran Moyá,
Aura hubiera logrado engañarnos a todos. Por favor. La ciudadanía tiene todo el derecho a aceptar, criticar, evaluar o
rechazar las actividades culturales que ofrece el gobierno de la Ciudad; pero de ahí a la difamación hay un trecho
sórdido y doloso. Como si en este país escasearan los malos y denunciables funcionarios. En fin, creo que Alejandro
la librará con galanura. Hay llaves que cruzan el pantano y se nos pierden; pero luego aparecen. El llavero de Aura es
de ésos.

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Gaceta del Angel / El mensaje

Por

Germán Dehesa

(19-Ene-2001).-

En lo que se averigua aquello que, según una experiencia colectiva que data por lo menos desde 1968, jamás se
averigua bien (todo queda en "líneas de investigación", fiscales especiales e información inaccesible); en lo que esto
sucede, la ciudadanía está erizada y el sector ocioso de esta ciudadanía urde todas las teorías imaginables. Por lo
pronto, yo me dispenso, por falta de lupa, de hacerle al Sherlock Holmes mestizo y me atengo a un hecho que, como
tal no requiere de hipótesis y especulaciones: hoy en nuestro país todos vivimos bajo permanente amenaza. En el
radio escucho que una investigadora del Politécnico de apellido Isunza afirma que la actual "escalada de violencia" se
debe a que el "crimen organizado" está más organizado que nunca. El dato no deja de ser alentador, aunque le abre
espacio a una hipótesis complementaria: si en México el crimen organizado se organiza cada vez mejor, esto es un
indicio inequívoco de que nuestras policías están cada vez mejor desorganizadas. Dicho de otra manera: delincuentes
y policías, cada cual a su manera, van en pos de la excelencia y han llegado a un punto de encuentro donde ya es
imposible distinguir a unos de otros. Si me apuran, éste es el mensaje inequívoco y aterrador que se cifra en los
hechos acontecidos en las últimas 48 horas (o 48 años, da igual). Presidente Chente: o nos echamos para adelante, o
nos comen a todos. Finalmente, no hay mexicano que no tenga parentesco o cercanía con algun funcionario que fue,
es, o será importante. Ese no es el punto. Lo atroz es la impunidad y la generalizada indefensión.

La Fundación UNAM

Virtualmente todos los egresados y beneficiarios de la UNAM pertenecemos a ella. Su Consejo fundador la creó con la
intención de retribuírle a nuestra institución, aunque fuera en una mínima parte, lo muchísimo que ella nos dio y nos
sigue dando. Ayer miércoles, precisamente ayer, fue para muchos de nosotros la última sesión de este Consejo
fundador. Asistió el doctor De la Fuente y él nos proporcionó un dato que me parece importante poner a la
consideración de los lectores en general y de Andrés Manuel López Obrador en particular. Ese dato es el siguiente: de
los alumnos actualmente inscritos, 27 mil de ellos provienen de familias cuyos ingresos totales alcanzan difícilmente
los tres salarios mínimos. Estamos hablando de cerca del 10% del total de alumnos de la UNAM. Estamos hablando
de una universidad pública, laica y libre poblada por miles de jóvenes que tienen que estudiar y trabajar para abrirse
paso y para vislumbrar el futuro. Esa universidad no merece más golpeteos; no tiene por qué convertirse en arena de
disputas políticas, o en atribulado escenario de visitas chiapanecas. Es un espacio académico donde día a día se
dirime la viabilidad de una existencia digna para miles de jóvenes. Me conmueven y me inspiran un gran respeto esos
muchachos que van y vienen de la chamba a los libros. Los conozco. Recuerdo a uno de ellos, brillantísimo lector y
explorador de la obra de Borges que repartía sus 14 o 16 horas de jornada productiva entre el estudio de las letras y
su trabajo como despachador de gasolina. Sus ensayos mensuales sobre tal o cual obra de Borges eran brillantes y
olían a Magna Sin. Con ellos tenemos dos obligaciones: apoyarlos y procurarles la mejor educación posible. Lo
demás, me parece demagogia de la peor calidad. Si quieres ser parte de la Fundación UNAM, comunícate al teléfono
56 87 26 52.

¡Dios Mío, No me Hagas Viudo!

En serio te lo digo. Sin mi señora y sin mis mujeres, estoy perdido. Mi inválida condición me confina a la yerma
soledad. No sé dónde están los clips, ni las curitas, ni el Merthiolate, ni los antiácidos. No sé si me toca ponerme
abrigo o guayabera. Se me pierden los ojos y los hijos. Se me olvida tomar las medicinas correctas a las horas
indicadas y en las dosis convenientes. Desde que tiré la ponchera en la primera fiesta infantil a la que asistí, he
necesitado de la caridad femenina para servirme ravioles o trasladar limpiamente unos espárragos. No sé estar sin
mujer. Me gustan su conversación, sus locuras, sus misteriosas frivolidades, su facilidad de risa y de llanto, su
insondable maldad, su terrenal sabiduría y sus generosos relámpagos. Sin ellas, en el más literal sentido de la
palabra, no me hallo y acabo perdido en algún recóndito cajón de mi mismo. Su fortaleza es la mía y vivo atento a las
comisuras de sus labios, de sus ojos y de sus ideas. Se pueden llamar Maxime, o María Victoria, o Concepción, o
Manú, o Guadalupe, o Talina, o Mariana, o Juana Inés, o Denisse, o Leticia, o Josefina Vázquez, o la Tractor, o
Adriana. Vienen en muchas presentaciones y pueden ser austeras o lujosas. Me encantan y te suplico de la manera
más atenta que jamás me hagas viudo, porque no sé vivir. Además, hoy toca.

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Gaceta del Angel / ¿Arde Tijuana

Por

Por Germán Dehesa


(22-Ene-2001).-

Como premio al buen comportamiento y como alivio a la zarandeada que nos llevamos de lunes a viernes, este fin de
semana se presentó, aquí en la Capital, invernal ma non troppo. Las condiciones estaban dadas, diría Fox, para
buscar la paz. Pero el ciudadano propone y los periódicos disponen. Uno de éstos anunciaba en su primera y sabatina
plana que Tijuana estaba "tomada" por la PJF. Primer calambre y primera sospecha: ¿no estaría "tomada" la persona
que redactó esta noticia?. Con el fin de aclarar la tiniebla que caía sobre mi día de descanso, me puse en contacto
con el inspector Ardilla y otros informantes infiltrados que tengo allá en la fronteriza y muy querida ciudad de Tijuana.
La información comenzó a fluir y, hacia el mediodía, ya estaban en mis espaciosos oídos los suficientes elementos de
juicio como para poder reconstruir lo que estaba ocurriendo. En efecto, con motivo de la visita del señor Gertz Manero,
se había instrumentado en Tijuana un "operativo" que sembró la confusión entre los ciudadanos honrados (según me
consta, hay muchos), entre los reporteros de San Diego (unos cuantos) y nada más. Los mexicanos y, en especial los
capitalinos que ya contemplamos el patético operativo Tepito, bien sabemos de lo mucho que éstos preocupan a la
delincuencia organizada que recibe, con las debidas precisiones y anticipaciones, avisos ("pitazos", les llaman) acerca
de estos operativos sorpresivos y secretos. Los ratones guardan en lugar seguro sus mercancías, se toman unas
merecidas vacaciones y le ceden el escenario a las "fuerzas del orden" para que se desplieguen con la debida pompa
y circunstancia. Según mis informantes, esto es lo que ocurría en Tijuana.

Aquí vale la pena detenerse y hacer una reflexión al calce. ¿No sería cosa de que el foxismo se detuviera también y
meditara un poco acerca de su política de golpes avisados?. En quince minutos arreglaremos lo de Chiapas, dijeron.
Quince minutos se tardó Marcos en reciclar y redimensionar la bronca. Lucha frontal contra la corrupción, dijeron y
ésta se recrudece como nunca. Emprendemos la cruzada por la seguridad del país, dijeron y no necesito decir la que
se está armando. En lugar de golpes avisados, ¿no sería mejor que nos fueran dando resultados sobre las tareas
cumplidas?. Digo, es una sugerencia.

Volvamos al asunto Tijuana. Hallábame yo recabando la información arriba vertida, cuando por otro medio llegó la
inverosímil noticia de la fuga del Chapo Guzmán. En la pantalla estaba el señor Tello Peón anunciando que se había
presentado una "traición" al sistema de seguridad y que, a resultas de ello, el Chapo andaba perdido. Ya buscamos
muy bien, dijo, y no aparece. Al parecer se fugó (¿no habrán videograbado la fuga?). Todo indica que la comida en
Puente Grande es pésima y lógicamente "El Chapo" se hartó y se fue ("narquitos en fuga"). ¿Cómo la ven?. En el
teléfono estaba mi corresponsal en Tijuana. Le conté lo de la fuga. Silencio largo. ¡Sopas!, me dijo; ahora sí, para que
veas, se va a poner feo aquí en Tijuana; mekai que ahora sí arde Troya. Estoy de acuerdo. Los operativos anunciados
y que se realizan como si fuera un desfile son de comprobaba ineficiencia. Lo son también nuestros aparatos de
seguridad. En cambio, los narcos, silenciosos, desalmados, tenebrosos, son de una eficiencia terrible. Así las cosas.

Mientras Tanto...

En la ciudad de México, Andrés Manuel y el Presidenchente se desgastan discutiendo el vital tema del horario de
verano (omáigod!).

En el Coliflorum Siqueiros, las tribus perredistas cierran (y abren) filas en torno a la Súper-Chayo y al Tlatoani
Cuauhtémoc. El foxismo es el enemigo. Cero colaboración con ese enemigo; si acaso, algunos ratitos de diálogo
aunque todo termine en mentadas. Esa es la izquierda soñada (por la derecha).

Allá en la Casa Blanca, el niño Bush jura sobre la Biblia de George Washington y se apoltrona, sin el voto popular, en
el muy erotizado Salón Oval. Pidamos que, por el bien del mundo, el niño Bush no haga demasidas estupideces.
Del Frío al Frío

Toda nuestra franja fronteriza está helada y nuestros migrantes la están pasando muy mal. Nada más en Nuevo
Laredo (donde ya tendríamos que estar terminando "La Casa del Migrante") las autoridades migratorias de Estados
Unidos nos devolvieron en un día 300 indocumentados que se estaban congelando allá y que ahora se están
congelando acá. ¿Qué hacemos?.

Cualquier correspondencia con esta congelada columna en fuga, favor de dirigirla a gdehesa@infosel.net.mx o al
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Gaceta del Angel / Nunca te pegaré

Por

Germán Dehesa

(23-Ene-2001).-

¿Qué atávicos fanatismos inducen a los humanos a seguir contrayendo matrimonio?. Lo ignoro y me cuesta trabajo
ser juez y parte en esta línea de investigación. Hay un misterio mayor: ¿qué paleozoica pulsión hace que las mujeres
casadas asistan a nuevos matrimonios, propios y ajenos?. Como si les hubiera ido tan bien (o a la mejor, estamos
frente a un inconfesable sadismo que las conduce a atestiguar o protagonizar un nuevo holocausto). No tengo
respuestas. A mi avanzada edad, ya casi no ofrezco resistencia a los enigmas de la vida y a las obsesiones de la
Hillary. Cual señora queretana: nomás me pongo para que me hagan. Ya no soy el guerrero que era antes. El pasado
domingo, para ofrecer un testimonio reciente, mi colaboradora íntima organizó un implacable operativo nupcial.
Primero se colocó su atuendo de Duquesa del Turquestán y luego se presentó en mi futbolístico búnker: ¿vamos a ir a
la boda o no ?. Su mirada fría, conminatoria, con vislumbres de escualo iba y venía de la televisión a mi piyama y a su
deteriorado contenido. El partido lo puedes dejar grabando. Yo todavía no respondía nada; lo único que hacía era
pensar en el muy reciente atentado en contra del gober de Chihuahua y en la capacidad de fuego que tienen las
mujeres cuando son contrariadas. ¿Qué traje te vas a poner?. Por fin pude romper el silencio: un frac anaranjado y
camisa morada con escarolas; quiero parecerme al que se robó a Pinocho. ¿Por qué siempre respondes idioteces?.
Es genético, realmente yo soy hijo de un tío. ¿Qué traje te vas poner?. El nuevo (tengo tres: el nuevo, el azul y el
viejo). Una hora después, mientras los Pumas naufragaban en guayabate e ignominia, la feliz pareja ocupaba su sitio
en rumboso y céntrico salón de bodas y banquetes. Para ser boda, he de confesar que no estuvo tan mal. Hubo
magos y casino de a mentiras. La ceremonia en sí también estuvo divertida. El único incidente lo provocó mi amiga
Luz de Luz, hermana del novio, que estuvo a punto de descontarse al juez por una diferencia de criterios (lo dicho: ya
todas son mujeres ninja y asesinas compulsivas). La fiera pudo ser sedada y los solemnes esponsales prosiguieron.
En lugar de la ya caduca y siempre mafufa Epístola de Melchor Ocampo, el H. Juez se tiró un rollín que comenzó así:
¡qué bueno que se decidieron y se animaron!... Los contrayentes, escritores ambos, decidieron participar también
hablando con palabras verdaderas (así dice el Sup) y el novio en particular creo que no sopesó los alcances de su
oferta. Lo menos que le dijo a su inminente esposa fue: te prometo que jamás te pegaré. Eso es demasiado decir.

Ya en plena celebración, me aproximé al recién casado y reservada y libremente le hablé más o menos así: ¡qué bruto
eres!, no sabes negociar. Te vas de boca. Pareces Fox con Marcos. ¿Qué es eso de "jamás te pegaré"?. Nunca se
sabe. Hay veces que es hasta terapéutico darles un zape, o uno de esos cachetadones estilo Indio Fernández para
que se desenclochen. Además, no pusiste límite temporal. Le hubieras dicho, no te pegaré durante el presente año
fiscal y ya en el próximo, veo si te refrendo el engomado. Mal, maestro, muy mal. El contrayente me oía con la vista
baja y con la plena conciencia de que mi reclamo era legítimo. Tienes razón, mano; me dijo repetidamente, pero con
todo y todo creo que fue una buena negociación, si hice tantos ofrecimientos, no fue de gratis. ¿Ah, no?, respondí.
Pues claro que no, para mí era estratégico, era vital conseguir lo que conseguí. ¿Qué conseguiste?. Poca cosa: a
cambio de mi oferta, me prometió que jamás cocinará. He de reconocer que no es mal resultado para como están las
cosas y para como me dicen que cocina la flamante esposa.

Quejas y Reclamos

Además del horror intrínseco, asistir a una boda representa para mí el muy considerable riesgo de presentarle blanco
fijo a lectoras y lectores. Todos tienen desacuerdos que manifestar, opiniones que externar y, eventualmente, algún
reconocimiento que hacer. Todo es bienvenido, pero apunto que me aterra escuchar atinados comentarios, o
demoledoras críticas acerca de textos que ya ni siquiera recuerdo. Otra contrariedad, escuchar a mis muy respetados
lectores con los ya clásicos estribillos: a) a mi señora le gusta mucho lo que escribe; b) yo no lo leo a usted con
frecuencia (respondo mentalmente: yo no le escribo a usted con frecuencia); c) no siempre estoy de acuerdo con
usted (respuesta mental: ni siquiera yo estoy siempre de acuerdo conmigo).

En la boda ya descrita, mi margen de riesgo fue mucho mayor. Recuerden que mi intrépida denuncia de la maffia de la
garra circulante es muy reciente. Todas las asistentes, con dulzura y buenos modos, me mentaron la madre, sin
reparar en el notorio hecho de que ahí en esa reunión había, por lo menos, 50 vestidos que yo ya conocía, pero con
distinta usuaria (hay uno de saco y pantalón color jícama jaspeada que ya lleva como nueve vueltas). La lógica tal
como la entiende la etnia masculina, es para las mujeres una ausente taquillera del Metro. Una me dejaba por la paz y
aparecía otra para seguir frijoleándome sin que nadie perdiera la compostura o el decoro. ¿quién las entiende?. Si las
denuncio me tupen; si no las nombro, se sienten. Yo me resigno a amarlas y a mirar rumbo al Popocatépetl que ya se
encabritó otra vez.

Cualquier correspondencia con esta columna lánguida y nupcial , favor de dirigirla a gdehesa@infosel.net.mx o al
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Gaceta del Angel / ¡Atención!: luchemos contra el crimen

Por

Germán Dehesa

(24-Ene-2001).-

... y yo me la creía y me emocionaba. Dick Tracy -sombrero Stetson, nariz cuadrada- se inclinaba sobre su reloj de
muñeca que también era teléfono (esto me parecía el máximo delirio de la elaboración fantástica) y emitía la orden
que titula esta columna y que, como en el caso de México, no tenía un destinatario claro. Anoche, mis venerados
hombres de negro ("Primer Plano", Canal 11) dedicaron todo el programa a estos asuntos de la seguridad nacional, la
lucha contra el narcopoder y contra la delincuencia organizada. De entrada, las opiniones se dividieron: Carlos
Elizondo comunicó su impresión de que por mucho tiempo los regímenes autoritarios de México lograron combatir (o
establecer pactos eficientes) contra/con la delincuencia y mantener al país en una relativa calma. Brincó de inmediato
mi Chanoc Lorenzo Meyer y dijo que ni máiz, que lo que realmente ocurría durante los regímenes autoritarios era que
había tal control sobre la información, que represiones y crímenes tan sangrientos como los ocurridos en Guerrero
durante la década de los setentas no fueron y no han sido del conocimiento público, sino de modo muy esporádico, o
por caminos tan poco accesibles como la novela. Lorenzo Meyer se abstuvo de ir un poco más atrás, pues bien podría
haberse referido a los crímenes de Tlatelolco, o a Jaramillo, o a esas tristes memorias de Gonzalo N. Santos y a su
orgullosa confesión de la sangre que él derramó a beneficio de la tranquilidad de Lázaro Cárdenas, o a Huitzilac y a
tantas páginas negras de la historia de México en el siglo XX (que ya se fugó sin ser notado). En principio, estoy de
acuerdo con Lorenzo Meyer, pero añado que no se trata (espero que no se trate) de una competencia acerca de cuál
puede resultar, entre los autoritarios y los neodemócratas, un sistema más corrupto, más imbécil y más cómplice del
crimen. Esto por una parte. Por la otra, creo que habría que hacer una puntualización que en el programa no se hizo:
los centros de poder vinculados con el autoritarismo y con el patrimonialismo (muy particularmente, el narcopoder)
están muy lejos de haber desaparecido y las fuerzas emergentes de la sociedad que pugnan por la democracia, la
modernidad y la transparencia no tienen, ni de lejos, el control del vetusto e ineficiente aparato que recibieron. Como
nos suele suceder, los mexicanos nos estamos echando un volado; la moneda está en el aire y todavía no es tiempo
de saber si caerá del lado de la transformación, la legalidad y los nuevos modos, o si lo que prevalecerá serán las
inercias, las complicidades y el antiguo y apretadísimo nudo de corrupciones que se protegen unas a otras. Por
supuesto que es urgente luchar contra el crimen, pero esto, según nos consta a todos, no será fácil y requerirá no tan
sólo de valentía y honestidad, sino de inteligencia, imaginación, discreción y paciencia.

En el mejor estilo foxista, Santiago Creel (a quien ya lo rebautizaron como "Cree él") anuncia que no cejarán en su
"batalla frontal" contra la corrupción, el crimen y la impunidad. Yo les respondería que se deje de creencias, de
declaraciones y que batalle como pueda: de frente, de ladito, o como caballo de ajedrez, pero que anuncie resultados
y no buenos deseos. Nadie conoce los detalles del victorioso enfrentamiento de San Jorge contra el dragón, pero
imagino algunas cosas: el dragón estaba vivo y San Jorge se tuvo que poner muy vivo; la batalla, para que terminara
como terminó, tuvo que haberse librado en tiempo y circunstancias en las cuales el dragón no fuera tan dragón y San
Jorge no fuera tan santo. Adivino además que, antes de la batalla, San Jorge no hizo ninguna declaración a los
medios; más sencillamente, esperó al dragón y le rompió el ígneo hocico. ¡Atención!: luchemos contra el crimen.

La Vaca para la Beca

De modo menos espectacular que El Chapo o el Popo, el lunes 22 por la tarde, se hizo presente conmigo una ilustre
egresada del ITAM. Se llama María Fernanda Martínez y podría estar haciendo una exitosa carrera personal, pero ha
preferido pensar en los demás. Ella es gerente de promoción y afiliación en la Fundación Lazos. Yo no diría que está
desesperada; pero me consta que no está muy contenta con la lenta marcha de un programa que incide directamente
en nuestra única oportunidad de futuro: la educación. Si en un plazo breve, México no tiene una excelente educación
superior que genere tecnología de vanguardia, México no será, o será una irrelevante planta maquiladora y
exportadora de petróleo y de mano de obra barata. Todo esto ocurrirá con o sin nuestro "glorioso pasado", nuestras
pirámides, nuestros himnos y nuestro indudable talento futbolístico (es broma). Ni siquiera podemos esperar
resultados inmediatos, pero no hay otra esperanza: nos educamos, o desaparecemos del mapa. Según entiendo, no
puede haber gran educación superior sin gran educación primaria. Por esto y por todo lo que tú ya sabes, lectora
lector querido, no puedes quedarte al margen del Programa Lazos. Así como quien compra un seguro de vida,
tendrías que apadrinar a algún niño mexicano para asegurarte de que termine su primaria. Pueden ser dos o tres, o
los que quieras. Según me contaba María Fernanda, puedes también juntarte con tus cuates y patrocinar una vaca
para la beca. El teléfono de Lazos es 53 27 15 10. Así como quien dispara en defensa propia, dispárale una beca a
algún ahijado. Va por todos.

Cualquier correspondencia con esta detectivesca columna, favor de dirigirla a gdehesa@infosel.net.mx o al Apartado
Postal 19-111, Delegación Benito Juárez, México D.F

Gaceta del Angel / La cruzada

Por

Germán Dehesa
(25-Ene-2001).-

No soy el único, ni el primero que externa un cierto malestar frente al arrebato retórico del foxismo que ha decidido
bautizar como "cruzada" la inaplazable tarea de instaurar el estado de derecho en México. Por un segundo, pensé en
utilizar el verbo "restaurar", pero eso indicaría que nuestro país vivió alguna vez en el pleno cumplimiento y
observancia de la ley. Desgraciadamente no ha sido el caso, aunque vale la pena señalar que la sociedad mexicana
jamás había padecido (o tolerado, o festinado) un avance tan amplio y tan profundo de la ilegalidad y de la
consecuente indefensión. Así las cosas, bienvenido sea, aquí y ahora (¡hoy, hoy, hoy!) el indispensable esfuerzo de
todos por poner orden en la casa común y por darle respiración boca a boca a nuestras leyes. Es mucho lo que nos va
en esta enorme tarea y, por lo mismo, me incomoda tanto que nos la presenten como una "cruzada".

Basta con asomarse a la historia de la Edad Media para entender que las injustamente famosas cruzadas fueron un
perfecto sope de vísceras. Hasta la fecha y aunque queda muy clara su coartada retrorreligiosa, no es fácil enumerar
todos los intereses económicos y políticos que fungieron como su secreto aval. Lo que sí sabemos es que esa
muchedumbre de caballeros enlatados, sus vociferantes mesnadas, sus estandartes y oriflamas se estrellaron contra
los sarracenos (que vociferaban más) y contra el clima y las condiciones del adverso oriente. Vistas a la distancia, las
cruzadas son un anticipo de la guerra de Vietnam, o del México-Bulgaria. Las únicas ganancias tangibles para
occidente fueron para las señoras europeas que se vieron obligadas a buscar alguna forma de alivio en ausencia de
los caballeros; para personajes como Juan sin tierra que se dispensó de asistir; para la cultura de ambos bandos que
se enriqueció con estos encuentros y para Robin Hood. Lo demás fueron pérdidas, muertes, empobrecimiento y
desarreglos geopolíticos. El caballero que regresaba hecho una piltrafa se encontraba con que ya le habían ganado
sus tierras, su castillo y su señora.

Suspendo estas líneas porque voy a un encuentro con Alejandro Gertz Manero que ha hecho viaje desde Culiacán,
Sinaloa para reunirse con un buen grupo de capitalinos. En el trayecto escucho la noticia de que un recluso de la
Palma (antes Almoloya) se suicidó (la fuga definitiva) y me pregunto ¿cómo puede ahorcarse un sujeto que está
siendo observado en video y vigilado estrechamente?. Minutos después oigo la autorizada voz de José Antonio
Crespo que dice lo que muchos pensamos: la guerra contra el narco está perdida de antemano pues éste se ha
constituído en un poder de facto inmenso, amenazante y amoral. La batalla contra él pasa por la negociación, las
campañas efectivas para desalentar el consumo, la oferta de opciones interesantes para los campesinos y la
legalización como punto de llegada. Si es en el sentido que yo he tratado de esclarecer, confieso con pena y alarma
que la guerra frontal contra el narco acabará siendo en efecto una verdadera cruzada.

Poblada comida con Gertz Manero. Me hubiera gustado mucho que los temas aquí planteados se hubiesen discutido
ahí. Por Gertz no quedó. Sus planteamientos para luchar en contra de la corrupción y la impunidad fueron precisos,
lúcidos y comprometedores puesto que nos recordó que a esa batalla le tenemos que entrar todos con la aportación
de nuestra cuota de decencia y valentía. Lo que no entendí muy bien fue la actitud de los comensales que lo único
que querían saber es ¿qué iba a pasar con la visita de Marcos? y así, en el sentido estupefaciente de la palabra, la
reunión terminó siendo una motérrima y general "cruzada" que envió al archivo muerto el asunto de la instauración de
la legalidad que supuestamente era el motivo de nuestra reunión. Lo digo en serio: con tanto "cruzado" no hay manera
de ponernos de acuerdo.

Las Insaciables

En menos de cuatro días, son ya dos las situaciones de alto riesgo que he vivido: una boda y la comida con Gertz
Manero. En la primera, las hordas femeniles me humillaron y tupieron por mi viril denuncia de la garra circulante. En la
comida, me hicieron "ver mi suerte" por el asunto de "¡Dios mío, no me hagas viudo!". Con estrategia chamoy
comienzan por decirme dulcemente: me gustó mucho lo que escribiste acerca de tu cariño por las mujeres. Hacen
luego una pausa larga y con fiero gesto emiten estas corrosivas palabras: ¡claro que a mí (Margarita, Ana, Josefina,
Graciela, Amalia, Rosa, Elvira, Martha, etc.) ni de fingido me nombraste. Triste y embarazoso asunto. Las tornadizas
ñoras no entienden que, sentimentalmente hablando, soy el doctor Simi: no vendo marcas, vendo genéricos. Piedad.

Envío

Nunca lo hemos pactado como una competencia, pero habría que ver si todavía queda en el cuadrante radiofónico
una estación de la que Ma. Victoria Llamas, Manú Dornbierer y su Charro Negro no hayamos sido violentamente
expelidos y/o nos hayamos tenido que retirar por un mínimo de solidaridad y de respeto por uno mismo. A Manú le
acaba de volver a suceder. Espero pronto reunirme con ella y con Mariví. En una de ésas, Carlos Salomón se anima a
ponernos una estación propia. No sería remoto que nos autocorriéramos.

Cualquier correspondencia con esta columna que no asiste a las cruzadas, favor de dirigirla a
gdehesa@infosel.net.mx o al Apartado Postal 19-111, Delegación Benito Juárez, México D.F

Gaceta del Angel / ¿Qué horas traes

Por

Germán Dehesa

(26-Ene-2001).-

Creo percibir que las relaciones entre Fox, nuestro viajero frecuente, y Andrés Manuel navegan rumbo a una
distensión. Santo y bueno (Santo y Johnny). A poco que se piense, resulta bastante previsible la necesidad que
tendrán uno del otro en un plazo cercano, puesto que ninguno encontrará en el partido que los postuló el apoyo que
requieren para llevar adelante sus proyectos de transformación -a veces, radical- de la sociedad. Digamos que los dos
son mucho más dinámicos, ejecutivos y acelerados que sus partidos que gustan más de entretenerse en la pachorra,
en los vahídos de García Cervantes, en los petroglifos de Cuauhtémoc y el desgreñe entre sus etnias.

Si más temprano que tarde se van a necesitar para llevar a buen término transformaciones sustantivas, más les vale
cimentar desde ahora una relación fluida y respetuosa. Dicho de otra manera: para consumo masivo se pueden seguir
mentando la madre, pero en espacios discretos pueden hablar y conseguir buenos acuerdos. Si esto fuera así, no
creo que venga muy al caso meterse en litigios tan ociosos como el del horario de verano. A este respecto, ambos
protagonistas parecen locos. Fox comprando la bronca y negociando un mes más o un mes menos; López Obrador
organizando una encuesta que no será ni representativa ni democrática y cuyos costos económicos y, sobre todo
políticos, serán absurdamente altos. Por el camino que va Andrés Manuel acabará desembocando en el horario por
colonias y, en plena coherencia con su incoherencia, habrá de conseguir ese logro popular tan sentido y acariciado
por la sociedad capitalina: el horario personal. Digamos que al ciudadano Arnulfo Pestillo le gusta levantarse a las
once de la mañana, pero le molesta ser señalado como tenaz navegante de la web; bueno, pues irá a la subdirección
de horarios personalizados del DF y avisará que él ha decidido que las once de la mañana sean para él las seis de la
madrugada y ya estuvo. Este sería para mí un logro notable. Alguien dirá que en estas condiciones ninguna cita,
asamblea o festejo serían posibles. Quien diga esto no conoce a los capitalinos: ninguno llega a la hora pactada,
todos hacemos lo que se nos da la gana y, tarde o temprano, todos nos encontramos (¡no sabes, manito, cómo estaba
el tráfico!). Mi visionario proyecto del horario personalizado (que ya se aplica clandestinamente) ha recibido el decidido
apoyo de Leonel Godoy y Bernardo Bátiz que diariamente se reúnen con López Obrador a las 6:30 de la mañana con
el consecuente y brutal deterioro de su salud y de su rostro que ya es como máscara de Palenque.

Volvamos a la seriedad y a la compostura académica: si el problema de producción y suministro de energía eléctrica


ya alcanza proporciones mundiales y hasta los californianos quieren poner su diablito en Tijuana, no veo por qué los
mexicanos no podamos apechugar con una pequeña molestia que implica un ahorro importante en este rubro. Esto
también es democracia, pues implica mirar por el bien común. Así pues, yo opinaría que ya se dejen de xaladas y que
Fox, Andrés Manuel y todos le entremos ¡ya! a los problemas de fondo.

El Super Bowl XXXV

Un invisible filamento de caradura e ineficiencia une a asuntos nacionales aparentemente tan distantes como el
desempeño de la Selección Nacional de futbol y la noticia que acabo de escuchar con respecto a que los juzgadores
de Paola, Mayito & Co. no pueden proclamar su veredicto porque "se descompuso la fotocopiadora" y por ley tienen
que entregarle a cada una de las partes, una copia del expediente (¡de 20 mil hojas!). Me doy. Por 48 horas no
cuenten conmigo. Me retiro a mi búnker y me dispongo a liberar mi alma ñera mediante la contemplación del Super
Bowl. Es posible que ganen Los Cuervos, pero yo le voy a Los Gigantes. Si viene la punzante realidad nacional, le
dicen que salí. Un breve comentario: ya nada será lo mismo sin Sonny Alarcón.

Las Marsupiales

No lo leo con frecuencia, me dicen algunos prósperos señores. Sea por Dios. Por apuntalamiento de ego, necesito
creer que existen hombres y mujeres que acuden regularmente a esta miscelánea y le dan lo que ahora llaman
"seguimiento" a mis olvidables tribulaciones. Si esto es así, habrán captado que en los últimos días he tenido una
cercanía excesiva con la etnia femenina. Puesto que he sobrevivido, no debería quejarme. De hecho, mi única queja
tiene que ver con mi integridad física. Me explico: de unos años para acá, a las mujeres de sociedad les ha dado por
saludar de beso y por usar pesadas bolsas tipo morral donde cargan toda su herramienta cosmética y tecnológica.
Parecen dos hechos aislados, pero tienen una funesta conjunción. Ellas están en una reunión y avistan a su cronista
favorito, pegan un grito, alzan los brazos como en coro griego y se arrancan cual Rayo de Jalisco para saludar al
objeto de su afecto. Llegan con pelota dominada a zona de definición, ofrecen la mejilla, la bolsa que cuelga de su
hombro es catapultada hacia adelante por efecto de la inercia y con notable tino se incrusta en el pubis del saludado.
Ellas piensan que éste palidece y llora por la emoción de verlas. No es así. Es un gravísimo caso de cataplines
machacados (poché). No lo hagan. Nadie gana nada y muchos perdemos mucho. Piensen, por ejemplo, que hoy es
viernes y hoy toca (¿tocará?).

Cualquier correspondencia con esta columna que aparece a sus horas, favor de dirigirla a gdehesa@infosel.net.mx o
al Apartado Postal 19-111, Delegación Benito Juárez, México D.F.

Gaceta del Angel / Vuelo 228

Por

Germán Dehesa
(29-Ene-2001).-

Recibo un cibermensaje tapatío que dice: señor Dehesa, lo estuve esperando en el patio del Palacio de Gobierno,
pues habían anunciado que usted daría una charla. Usted no llegó y espero que tenga una buena excusa para ello.
Respondo: no tengo una buena excusa, tengo una pero es pésima: Aeroméxico. La plática estaba citada para las
19:30 y entre los organizadores y su Charro Negro pensamos que si tomaba el vuelo de las 16:00 (vuelo 228 de
Aeroméxico), llegaría yo con tiempo de sobra a Guadalajara. Por un milagro vial que difícilmente se repetirá, llegué al
aeropuerto a las 15:20 y como iba yo con una ínfima maleta de mano y ya con mi lugar asignado, me dirigí con toda
diligencia a la sala de abordar. Ahí comenzó la cronocatástrofe. Una estúpida pantalla decía: AMX 228 16:00
GUADALAJARA A TIEMPO SALA B. Lo que no indicaba era por qué infecta puerta podía uno treparse a la aeronave.
Supongo que muchos de ustedes ya habrán vivido esta alelante y angustiosa experiencia de contemplar durante
media hora una pantalla que cíclicamente nos avisa de las llegadas y salidas de un vuelo que arranca rumbo a Moscú,
de otro que viene de Tepeji (Pípila Airlines) y de lo bien que va el nuestro. Hasta los ojos me lloraban. Parecía yo la
esposa de Mayito esperando a su impoluto muñeco (en venganza contra la sociedad, ahora va a hacer lo que nunca
hizo en la cárcel: cantar). En esta larga media hora de contemplación, tuve el leve consuelo de no estar nunca solo.
Una vejuquita muy amable que iba a Torreón en un vuelo que también salía a las cuatro, estaba viendo la pantalla
desde el mediodía e iba perdiendo color conforme avanzaban los minutos; había cuatro tabasqueños que iban a
Villahermosa con marcada intención de tomar la Quinta Grijalva; varios norteños que pretendían llegar a "Moshis" y el
equipo Toros Neza y seis civiles que, como yo, soñaban con ir a Guadalajara. No había anunciado ningún vuelo a
Davos, así es que no sé cómo le hizo el Presidenchente. A las 15:55 ocurrió algo espantoso: varios vuelos -incluído el
228- desaparecieron de la pantalla y el de Villahermosa apareció como cancelado. Mientras los tabasqueños discutían
si le enviaban un regalo bomba a Madrazo, la lagunera ruquita (que ya me había adoptado) y yo galopábamos por los
pasillos buscando un mostrador de Aeroméxico. Lo encontramos, pero parecía el Metro Balderas. Acomodé a mi
"agüe" en una repisa y me entregué a la lascivia de la multitud. Finalmente me enfrenté con una señorita que, para
abrir fuego, me camoteó a gritos: usted y todos tendrían que saber que en la mañana hubo neblina en varios
aeropuertos y todos los vuelos están retrasados. ¿Y por qué no lo ponen en las pantallas?. Porque bastante tiene una
con estar lidiando con ustedes, como para andar reprogramando pantallas. Nomás dígame una cosa: los vuelos a
Torreón y Guadalajara ¿van a salir y a qué horas?. ¡No sé, señor!, vea la pantalla. Contra la indigencia neuronal no
hay nada qué hacer. Fui por mi "agüe" que estaba rezando el rosario y nos dedicamos a seguir viendo la pantalla. A
las 17:00 apareció la noticia: nuestros vuelos saldrían a las 17:30 por tal y tal puerta. Nos dimos la bendición y me fui
con los Toros Neza a la puerta indicada. El vuelo salió a las 18:55. De la puerta del avión me llevaron a rastras al
Palacio de Gobierno. Mi charla comenzó a las 20:10 y no tengo excusa. De lo que ocurrió y viví en la grata
Guadalajara, luego os platico. Me siento peor que del Villar.

¡Milagro!

Mediante enormes esfuerzos y gracias a la magia de la más avanzada tecnología, este medio ha conseguido traer
hasta ustedes el discurso que el Rabí de Galilea pronunció ante la comunidad financiera hebraica reunida en Caná.
Esta transcripción se apega estrictamente a la versión original y por muchas razones merece la cobertura y difusión
que le estamos dando. Frente a los ancianos ahí reunidos, el Rabí habló del siguiente modo: ¡Hola, jóvenes! (esto lo
dijo originalmente en arameo) ¿cómo están, canijos (nativos de Caná)?: en verdad, en verdad os digo que
efectivamente hace un bíblico frío, pero en mi tierra estamos acostumbrados a sortear todos los obstáculos y ¡hoy,
hoy, hoy! no será la excepción. Efectivamente estamos aquí reunidos para celebrar las bodas de estos dos
maravillosos muchachos y efectivamente tenemos un problema común: ya se acabó el vino, o como dicen en mi tierra:
ya caminó el tequesquite. Voy a hacer una pausa para que la traductora simultánea se quite el don precioso de la
vida. Efectivamente ya no hay chupe y ni yo ni mis maravillosos amigos estamos dispuestos a que estos dos
muchachos salgan a mendingar botellitas de Calafia. Eso sí que no. Con tal motivo, me permito anunciar que ¡hoy,
hoy, hoy! me voy a aventar el milagro galileo y voy a convertir el agua en Vega Sicilia que es un vinazo de pocas
tuercas elaborado en un changarrito. Ya se suicidó otra intérprete. Me avisan que tampoco hay agua, pero ya di
instrucciones de que me traigan dos maravillosas pipas... Por supuesto que esta escena es ficticia. En verdad creo
que el foxiano discurso en Davos estuvo realmente bien, pero se me atora el anuncio del "milagro mexicano". ¿Por
qué no lo hacemos primero y luego lo proclamamos?. Es una opinión.
Cualquier correspondencia con esta alucinada y volátil columna, favor de dirigirla a gdehesa@infosel.net.mx o al
Apartado Postal 19-111, Delegación Benito Juárez, México D.F

Gaceta del Angel / Asuntos varios

Por

Germán Dehesa

(30-Ene-2001).-

VUELO 228 II: ¿Sabe qué?, el problema lo crea el personal de tierra, pero las mentadas nos tocan siempre a los que
estamos en el avión. Así me dijo un amable tripulante de Aeroméxico. Le concedí toda la razón, aunque le aclaré lo
siguiente: no se preocupe, por eso ya le menté la madre a la gorgona del mostrador. Lo demás fue una tersa bajadita.
Mi charla con los tapatíos nos hizo, yo espero, muy grata la amable noche en Guadalajara. Después me apersoné en
una rumbosa cena con el góber y con Joan, su diligente esposa que, a diferencia de nuestra última y olvidable Primera
Dama, se rifó la vida y la tranquilidad en favor del DIF. El gran Bebeto acababa de llegar de Israel y todavía traía cara
de Talmud, pero sacó juventud de su pasado para que pudiéramos platicar un poco acerca de todo lo que concierne a
Jalisco: desde el Chapo (que es bronca federal y no suya), hasta la urgencia de dar ese gran salto que nos permita
desarrollar nuestra propia tecnología, pues de otro modo estamos condenados a ser raquíticos proveedores de
materia prima, o en el mejor de los casos, maquiladores baratos. En la alta y grata noche jalisciense, me despedí de
Bebeta y de Bebeto y me fui a mi hotel donde me esperaban tres masajistas suecas que me trasladaron al Valhalla.
Con la salvedad de que este último dato es falso, informo que a la mañana siguiente, regresé a la Capital con tiempo
suficiente para oír a Mayito concediendo entrevistas para todos los medios de comunicación conocidos. A veces
siento un poco de pena por Dios. Igual sale Liébano a decir que Dios es aliado de Zedillo ¡HCF! (¡háganme el favor!),
que Mayito proclama que Dios fue su abogado. Lo bueno es que, como dice Sabines: "Dios siempre está de buen
humor."

DIALOGO IMPOSIBLE: -¿Queasó, mi Chupirul?. -¿Cómo vamos, mi bueno y fino Filemón?. -Aquí, cuidando la
frontera, ya ves que hay mucho güero que quiere pasar de ilegal para lavar parabrisas... ¿traes el trailer cargado?. -
Quevoatrair; lo que traigo es la suspensión vencida y los frenos todos chorriados, ire, ire. -Noposí, los muelles ya
vienen al revés. - Le digo, por eso me regresé de vacío, yamiurge que el Yeyo mihaga el checop. -¿Y ese berrido que
se oyó?. -Son las balatas, ya vengo frenando fierro contra fierro. -Eso es muy peligroso, oye, Chupirul, y ¿por qué
huele tan raro?. -¿Cuál raro?. Huele a demonio yesque cuando se chorrean los frenos y se sobrecalienta el béndix,
huele como a boñiga de elefante, ¿a poco no?. -Pues yo no he olido a los elefantes, pero esto huele a madre de
elefante y ya no te entretengo, córrele al taller. -¡Ese es mi Filemón, el rey de las aduanas. -Bájale, Chupirul; si
quieres, los papeles los vemos a la vuelta. -Gracias, yesquemiurge llegar a Monterrey; diayá le traigo sus glorias. -
Coste, tons, circulando, Chupirul...

Detalle más, detalle menos, así se habrá consumado el pasmoso y surrealista contrabando del elefante. Me maravilla
y me conmueve que las autoridades realicen ahora minuciosas investigaciones acerca de "la condición migratoria del
paquidermo". Y no es menos refulgente lo dicho por el dueño del circo que declaró que todo se hizo por la niñez
mexicana. Para triunfar en la vida, sólo hacen falta dos cosas: pensar en grande y ser mexicano.
Abrazo Quasi Homenaje

Varias veces he disfrutado la cercanía, la apacible mirada, el ansia de Dios y la buena plática de Vicente Leñero. Es
maestro sin proponérselo y sus palabras invitan siempre a la reconciliación de nosotros con nosotros. Muchas veces,
muchas más, he contemplado en el escenario y en los libros el manso fuego de su rebeldía y su inconformidad.
Premiar a Vicente Leñero es un gustoso deber y un obligatorio acto de defensa propia. México no se agota en los
Chapos y en los Madrazos. México también se da el dolorido lujo de permitir la vida y la obra de Vicente Leñero,
albañil de la justicia.

Ecos de Navojoa

Resulta que yo tengo una tía política. Esta es una contrariedad bastante común, pero lo que le da condición milagrosa
a mi caso es que yo la quiero mucho. Es norteña, se llama Adriana y hace unas horas me habló para contarme que
fue a Navojoa y que la recibieron como sólo reciben a los beisbolistas en Puerto Rico y que todo ese fervor popular se
debía a que los naturales de Navojoa se enteraron de que ella es tía de la Hillary. Creo que hoy, precisamente hoy,
cuando algunos lamentables mexicanos están atizando la hoguera de los regionalismos, de los enconos y los
separatismos, es imperioso que, como signo del amor que nos debemos todos los mexicanos, nos demos un buen
abrazo. Por lo pronto y aleccionado por mi inesperada tía, envío besos, abrazos y lo que se ofrezca a la familia Quirós
y a toda la buena gente de Navojoa (a la mala gente lo único que le deseo es que la muerda un burro). A ver si invitan.

La Ciencia en México

Antes del nefasto Sope-Bowl, ¿no vieron en la tele "El Santo y Blue Demon en la Atlántida"?. ¿No?. Hicieron muy mal.
Si la hubieran visto, sabrían que la Atlántida sí existió y que estaba abajito de la Roqueta. Ni intenten comprobarlo. Ya
desapareció (como tantos Renaves). El Santo y Blue Demon la hicieron tronar con un regalito bomba que preparó
Rafael Banquells. En el siniestro pereció Silvia Pasquel. Tronó horrible (Silvia y/o la Atlántida). Sólo quedó un páramo
submarino. Hagan de cuenta, el cerebro del guionista y del televidente.

Cualquier correspondencia con esta elefantiásica columna, favor de dirigirla a gdehesa@infosel.net.mx o al Apartado
Postal 19-111, Delegación Benito Juárez, México D.F.

Gaceta del Angel / López Dictador

Por

Germán Dehesa

(31-Ene-2001).-

No creo sorprender a nadie si afirmo que Andrés Manuel es bravo. Tan lo es, que aunque tenga a la sintaxis al borde
mismo de la rebelión y la inmolación, él no se arredra y continúa diciendo cosas como aquella en la cual se definió por
vía negativa al afirmar con vehemencia: ¡yo no soy florerito!. La afirmación parece gratuita. A mí por lo menos, jamás
se me ocurriría confundir a nuestro Jefe de Gobierno con un florero; pero si leen ese aleccionador libro titulado "El
hombre que confundió a su esposa con un sombrero" de Oliver Sacks, o si se internan en los lóbregos laberintos de la
primitiva pero perversa mente del señor Espino y de otros capitos de las múltiples minimafias que en el DF existieron y
sobrevivieron felizmente a los "gobiernos" de Cuauhtémoc y Rosario, entenderán que no tan sólo no era gratuita la
definición de López Obrador, sino que resultaba urgente e indispensable. Para decirlo de modo más sencillo: los
ratones le querían tomar la medida al nuevo gobernante y poco se tardaron en averiguar que el tabasqueño viene en
serio. Entiendo que existan ciudadanos que hubieran preferido "llevar la fiesta en paz" aunque prosiguieran el saqueo,
la intermediación, el coyotaje y la impunidad. No es mi caso, ni, mucho menos, es el caso de Andrés Manuel. Va en
serio y va con todo. El problema es que las mafias también vienen con todo y no están dispuestas a ceder los
rentabilísimos territorios conseguidos en complicidad con los sucesivos gobiernos y a costa de los gobernados.
Menciono algunas cloacas que han quedado al descubierto: el asunto de las tenencias, la expedición de licencias, el
catastro, el Renave de los autos comprados en agencia, el Metro y las oficinas de recaudación de la Tesorería (de la
Policía no tiene caso mojar sobre llovido). De un modo u otro, en todas estas dependencias hay corrupción, hay
"entre", hay "moche", hay tráfico de influencias y son muchos los que están dispuestos a defender estas ilegítimas
"conquistas laborales" a costa de lo que sea. Ayer lunes, escuché a uno de los achichincles de la Tesorería que
hablaba engolando la voz y en pose de mártir de Chicago. Herido en lo más íntimo (la cartera), afirmaba que las bases
trabajadoras estaban profundamente decepcionadas ante el comportamiento de Andrés Manuel, pues éste en lugar de
López Obrador, había resultado López Dictador. "Ahora va a resultar que salió decente y va a querer que trabajemos y
que no robemos". Esto no lo dijo el adalid y vocero del sector burocrático, pero es muy probable que lo haya pensado
(si es que piensa). Lo que yo quiero comunicarle a López Obrador es mi total solidaridad en esta dificilísima batalla
que está librando en contra de las plagas que se están comiendo viva a la Capital. Creo que somos muchos los que
estamos a favor de estas tareas de limpieza. Andrés Manuel: que no te amilanen con apoditos babosos, no te rajes,
entamba a unos cuantos y verás que los demás se alinean y hasta te dicen López Limpiador.

La Candelaria

El proyecto es original del Negro Ojeda y yo solamente soy el operador. Todo nació de la plena conciencia que
adquirimos acerca de que hay millones de mexicanos que viven la extensa pena de no ser veracruzanos. Tan grave
llegó a ser esto, que decidimos poner un remedio. Cada año, el dos de febrero, día de la Candelaria, los que así lo
requieran pueden trasladarse a Tlacotalpan y ser bautizados a orillas del Papaloapan como veracruzanos honorarios.
La ceremonia se realiza en la confluencia del Papaloapan y el San Nicolás y es por eso que esta maniobra es
conocida como "el papanicolau". Yo la recomiendo a todos los hombres mayores de 40 años. Desde el día de mañana
y hasta el dos de febrero, despacharé en Tlacotalpan y atenderé estas solicitudes ginecojarochas. Si pues, mano.

El Elefante que No Cesa

En la eterna noche de mi desconsuelo, el asunto del elefante ha sido la estrella que alumbra mi vida. El narco, el
crimen organizado, el desorganizado, el Chapo, la crisis energética, la desaceleración de la economía
norteamericana, la capuchimarcha, Mayito, todo pasa a segundo término ante la indecible hazaña de haber logrado
contrabandear un elefante. Si a Mayito (tan simpático él) ya le van a dar programa y disco, al elefante y a su personal
de confianza les corresponde como mínimo una telenovela ("Dos colmillos en idilio"), una entrevista con Sari
Bermúdez y una película de éxito internacional (Amores paquidermos). Una vez más, somos víctimas de la envidia
norteamericana y ya una institución de este país quiere empañar nuestro logro histórico y rescatar al proboscídeo que
tan contento está con la tradicional hospitalidad mexicana. Es urgente que Gobernación tome cartas en el asunto y,
por tratarse de un asunto de interés nacional, expida un decreto que proclame la nacionalización de Benny, el elefante
trailero.

¡Ya Llegó Ling-Ling!

Con lentes oscuros, bufanda de seda, pantuflas de terciopelo, bata de Mauricio Garcés y tonificado por dos o tres
martinis, ya está en Chapultepec el panda macho que viene a atender a nuestras pandas matronas. Le deseamos
éxito, pero le suplicamos no excederse. Lo único que nos falta es que se nos llene la República de maravillosos
panditas.
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Gaceta del Angel / Música para ballenas

Por

Germán Dehesa

(01-Feb-2001).-

La infinita (la bendita) ociosidad de los humanos. Nada bueno hubiéramos hecho sin el ocio y su cortejo de enigmas
atisbados y curiosidades tramitadas. Ya sabemos que lo contrario al ocio, su negación, es el neg-ocio y sus
globalifílicas consecuencias; pero para que exista el negocio, previamente hacen falta muchos ociosos dedicados,
como yo, a papar moscas y a preguntarse por qué vuelan las moscas, cómo lo logran y cuál es su itinerario. Así pues,
reivindico la ociosidad que, no por ser un estado eminentemente contemplativo y reflexivo, debe ser confundida con la
pereza, o la vacuna y casi pétrea condición de los estólidos. Tan celestiales estados, tienen ya múltiples practicantes y
defensores. Mi vindicación es a favor del ocio y a favor de uno de sus aliados naturales: el insomnio.

Si no fuera por mi condición de insomne no me hubiera sucedido la otra noche ese curioso fenómeno conocido como
el hoyo negro, a falta de mejor nombre. Este comparece cuando todo indica que ya es tardísimo; el resto de los
habitantes de la casa, seres civilizados, ya obedecen al metrónomo del sueño; el libro que estábamos leyendo ya se
acabó y todo indica que ya es hora de dormir con una paz similar a la del Chapo en su guarida. El único problema es
que el sueño no acude.

¿Qué hacer?. En mi caso, lo que hice fue prender el televisor, contemplar miles de anuncios de cinturones vibradores
y de sustancias que, en dos semanas, nos dejan como Agustín Lara. A punto de ponerme a leer la historia del Sitatyr
(que es un sindicato, pero tiene nombre de mito persa...es posible que sea un mito persa), atrapé un canal sajón que
me propuso una historia maravillosa. Es la de un hombre que en la costa del Pacífico estadounidense, se dedicó a
grabar minuciosamente esos largos gemidos que emiten las ballenas. Obtuvo horas y horas de grabación. Este
material lo procesó con infinito y prolijo ocio en una computadora. El resultado fue una partitura puesta a la
consideración de un experto organista quien la sometió a todo un trabajo de orquestación, lo que produjo una música
prodigiosa y de una belleza inhumana, si vale el adjetivo. El siguiente paso fue buscar en el repertorio musical de
occidente alguna música que tuviera algún parentesco con la obtenida por el científico. Algunas composiciones
corales (nunca mejor usado el término) de Bach y de Mozart. No paró ahí la ociosa pesquisa. Todo loco atrae a otros
locos y así, pronto apareció un conjunto dispuestísimo a cantar ese repertorio clásico a la orilla del mar, en un sitio
frecuentado por las ballenas. Serían mis tres o cuatro de la mañana, cuando vi a músicos y cantantes instalándose
una fresca mañana en una atónita playa : atriles, partituras, instrumentos, micrófonos submarinos, grabadoras y
mujeres y hombres muy serios y muy divertidos con la idea de cantar para un público cetáceo que no necesariamente
acudiría. Comenzó el concierto y las ballenas no encontraron en Bach un atractivo especial. Por ahi se asomó alguna,
pero puso cara de "no es exactamente lo que yo buscaba" y se retiró. Con Mozart todo cambió. De dos en dos y de
tres en tres aparecieron las ballenas y se divirtieron como locas: jugaban, bailaban, chapoteaban y, según mostró la
grabación, colaboraron con variaciones, contracantos y armonías. Al final del concierto, los músicos aplaudieron a un
público tan distinguido. Este cronista no pudo aplaudir porque tenía mucho sueño y porque estaba llorando.
Ociosidades.
Los Arboles Enamorados

Escribo este artículo a orillas del Papaloapan. Vine a Veracruz, pero el vuelo no se retrasó: se canceló. La Hillary dice
que tengo más salitre que Zedillo. Quizá está en lo correcto. Llegamos en otro vuelo que salió dos horas después. El
viaje fue sorpresivamente tranquilo. Don J. L. González, nuestro anfitrión, decidió que viniéramos a Tlacotalpan por el
camino de Alvarado para que pudiéramos ver un espectáculo que él llamó "los árboles enamorados". El nombre es
correcto. Entre Veracruz y Tlalixcoyan (de fama tan injusta para un pueblo tan plácido), hay un paraje poblado por
amates y palmas. Lo sorprendente no es esto. Lo que resulta entre emocionante y aterrador es que cada amate está
literalmente tomado por una palmera que enreda su follaje con las ramas del arbusto que ha escogido por pareja. Me
cuentan que, conforme pasa el tiempo, el abrazo es cada vez más apasionado, hasta que llega el punto de que uno y
otra se confunden. El final de la historia es preocupante: el amate acaba siendo devorado por la palmera. Dejo a los
enamorados que extraigan sus propias conclusiones. Yo me voy con la Hillary a comer arroz con platanitos.

Cualquier correspondencia con esta insomne y asombrada columna, favor de dirigirla a gdehesa@infosel.net.mx o al
Apartado Postal 19-111, Delegación Benito Juárez, México D.F

Gaceta del Angel / La Cabalgata

Por

Germán Dehesa

(02-Feb-2001).-

Repárese que en la expresión "la cabalgata" la única vocal admitida es la "a" y conclúyase que por eso es una
expresión tan amanecida y tan inaugural. Cuando en Tlacotalpan comienza la fiesta de La Candelaria, la ceremonia
inaugural es precisamente La Cabalgata. Los niños, las muchachas, los hombres de la región sueñan todo el año con
ese desfile ecuestre que, de algún modo, los hace visibles y reales. Desde las impávidas y casi analgésicas ciudades,
cuesta trabajo imaginar lo que aquí significa tener un caballo y cabalgarlo de modo que el mundo, al ser visto desde
otra altura, adquiera una dimensión nueva y poseíble. Para entender esto habría que rastrear los orígenes de la
palabra "caballero" y releer a Bernal Díaz que nos cuenta que Cortés le dio mando y grado por el único, pero nada
despreciable, mérito de poseer un caballo. Todo esto lo digo a pie y a sabiendas de que no soy caballero. Mi única
experiencia ecuestre tuvo lugar hace cincuenta años en Xochimilco con un caballo imbécil (no tanto como yo) que me
llevó por donde quiso y que, cuando percibió mi total inhabilidad, concluyó que lo que él quería realmente era rascarse
a gusto contra un ahuehuete. Decidido esto, se aproximó al árbol más cercano y comenzó a frotarse rítmicamente,
mientras yo gritaba como prisionero de dos judiciales. Cuando mi papá me rescató, yo era ya una masa rasguñada,
maltrecha y alérgica a los caballos.

Cincuenta años después, estoy en Tlacotalpan comiendo tismiche y platanitos. Nada empaña mi cielo pagano. Es
primero de febrero y todos comemos con cierta premura. No podemos perdernos la cabalgata. Todos los buenos
jinetes de la región ya han preparado sus cabalgaduras para desfilar por las principales avenidas del poblado
precedidas por la H. Banda de Marina, que igual ejecuta la marcha "Tierra Blanca" que "El Chubasco" y lo que se vaya
ofreciendo. Las mujeres que cabalgarán con su blanco ropaje de gala llevan dos horas confeccionando su laborioso
peinado que remata con un peineta llena de dorados arabescos. El universo es misterioso, pero el peinado de una
mujer no lo es menos. Los niños que hoy cabalgan por primera vez viven un estado de gracia que sus otros hermanos
envidian, añoran o recelan. De todos los días, éste es el día. En la amistosa comida se aproxima el plato fuerte y los
brindis y las conversaciones son como juegos y fuegos de artificios. ¿Trajiste guayabera y pantalón blancos?, me
pregunta mi anfitrión que es un huizache norteño prósperamente trasplantado a la linde del Papaloapan. Desde mi
infinita ingenuidad, respondo afirmativamente. Bueno, pues vas a cabalgar; ya te tengo un caballo precioso, hoy vas a
cabalgar. Sentí como una puñalada, pensé en asilarme en Nicaragua, deseé ser menonita y al final dije que sí, que
estaba bien. Lo hice por mí, por mis lectores y porque pertenezco a la indefensa especie de los que primero nos
morimos, antes de que nuestro anfitrión se sienta mal. Me vestí de blanco, me puse mi paliacate alrededor del cuello,
me calé mi sombrero de cuatro pedradas y acudí a la inmolación. Mi último deseo era: ojalá y esto no salga en Depor
TV.

"El Milamores" caballo palomino, brioso y de buena alzada (¡un cromo de animal!, diría el Piporro) fue mi caballo
asignado. Antes de subirme, la Hillary me tomó una fotografía que ella y yo imaginábamos póstuma. En la pura subida
sentí la vasectomía sin bisturí, pero yo sonreía con estoicismo azteca. Comenzó la cabalgata y mi noble montura se
comportó con una benevolencia infinita. Yo, por parálisis facial y rigor mortis, me miraba sonriente y erguido. La banda
tocaba, la gente aplaudía el desfile y "El Milamores" y yo nos sobrellevábamos como matrimonio en bodas de oro.
Cada metro de marcha era un daño ecológico para mi zona sur; pero yo jamás dejé de sonreír, aunque lo intenté.
Reconozco que la silla se fue ladeando de modo ignominioso, pero yo, aunque acabé horizontal con la calle, jamás
dejé de estar erguido. Cuando me bajaron, mi cuerpo me dictó lo que hoy tenía que decirles: hoy tocaba.

Desayuno

En México despierto (cuando despierto) sin hambre. Un nefando tinaco de jugo de nopal y una taza de café son mi
desayuno. En Tlacotalpan, los jinetes consagrados desayunamos de un modo distinto: jugo de naranja, frutas
variadas, longaniza con salsita de cacahuate y chile de árbol, chicharrón guisado, huevitos revueltos con camarón,
gorditas de frijol, picaditas con queso, cebolla y salsa verde, algunos tamales, café recién hecho y algunas piezas de
pan dulce. Todo esto a las diez de la mañana y a orillas del río que hoy vino manso y se abrió paso bajo un cielo
plomizo. Mi amigo Humberto me mira comer y sabe que me lo he ganado por mis hazañas ecuestres. A lo lejos se oye
el son y mis mecenas (medesayunas) tlacotalpeños, Ibis y Vitico me preguntan: ¿no te quedaste con hambre?. Creo
que no. Creo que no me merezco un festín así. Por eso me lo comí: para merecerlo.

Cualquier correspondencia con esta columna rematada por una estatua ecuestre, favor de dirigirla a
gdehesa@infosel.net.mx o al Apartado Postal 19-111, Delegación Benito Juárez, México, D.F.

Gaceta del Angel / Amigos de Tlacotalpan

Por

Germán Dehesa

(05-Feb-2001).-
¿De azul?, ¿azul clarito?, ¡¿cuándo se ha visto eso?!. Inquietud y desconcierto entre las damas tlacotalpeñas.
Algunas de ellas habían decidido que, para este año, la Virgen de la Candelaria saliera a pasear por el río (su río)
vestida de azul claro y el inusitado hecho tenía frenéticas a las damas que militan en el ala conservadora de la
cofradía. Este asunto era como el remate del malestar y la inquietud que habían llegado al pueblo en estas fiestas de
La Candelaria. El cielo se entoldó primero, luego llegó el viento norte y trajo más desasosiego. Vinieron luego "los
medios" y medio pasaron a torcer las fiestas con sus encendidas denuncias de las inauditas crueldades que se
cometen con los toros. Al respecto, he de comentar varias cosas: a mí tampoco me hace la menor gracia que torturen
a un toro aterrado y que ni siquiera es de lidia. Diré también que las peores atrocidades y los más graves daños corren
por cuenta de los etilizados fuereños que llegan a Tlacotalpan como quien llega, no a un espacio de historia y
civilización, sino a un territorio sin ley. Añado que teniendo la fraternidad del Papaloapan, la mágica arquitectura, la
blanca cabalgata, el encuentro de jaraneros, la exquisita gastronomía y la procesión por el río, maldita la falta que le
hace a Tlacotalpan ésta y otras expresiones del salvajismo como las torpes borracheras, el indiscriminado tiradero de
basura, la corrientísima fayuca y ese ruido electrónico que ahoga las entrañables voces de jaranas y requintos. Como
mi fuerte no es escandalizarme y tirarme al piso, mejor me reuní (me reunieron) con un grupo de amigos de
Tlacotalpan y, teniendo al Papaloapan por testigo, decidimos conjurarnos en la operación Candelaria 2002 y lograr,
con la ayuda de las autoridades y de la sociedad, que las fiestas recuperen íntegras su gracia y su entusiasmo
originales. Lo demás sería queja y denuesto. ¿Queremos rescatar, cuidar y engrandecer lo nuestro?. Sólo hay un
camino: organizarse y ponerse a trabajar. Por cierto, la Virgen desafió al norte y salió muy guapa vestida de azul.
Todo esto hay que salvarlo. Eso haremos. Ahi nomás, nomás.

Muchacho Chilango

Viene a Torear

Ahi tienen que Canito, mi gallardo primogénito, decidió hacerse presente en Tlacotalpan. El jamás había estado por
ahí y, además, heredó de su padre la precisa capacidad de estar pensando siempre en otra cosa y la rara habilidad
para tirar baba en oceánicas proporciones. Voló de México a Veracruz. Un taxi lo dejó en las afueras de Tlacotalpan.
Mi joven vástago echó a andar y tres minutos después se encontró con un cebú enloquecido. Durante la memorable
carrera que pegó perdió todo menos la honra. Cuando finalmente llegó a buen resguardo tenía cara de secuestro
express. Su juventud le ayudará a olvidar (ése es su fuerte: todo se le olvida). Ustedes ya lo habrán vivido, pero vale
la pena (vale la alegría) consignar que un hermoso modo de la felicidad es pasear por las anochecidas orillas del río
del brazo de un hijo que ya te supera en estatura, en brío y en curiosidad: "cogollito de melón/ a muy rica fruta sabe/
regálame el corazón/ para que nunca se acabe."

Aaacá. Dama del Bajío...

...recién salida de agencia, excelente compresión, magnífica respuesta en las subidas y muy económica solicita
encuentro discreto con caballero encapuchado del sureste, objeto conocer verdaderas intenciones, itinerario preciso y
seriedad en los propósitos de tener una bonita relación y, eventualmente, un hogar sólido. Interesados favor de hacer
contacto Cocopa, o comunicarse directamente Rancho San Cristóbal. Serenidad y paciencia.

La Hipermula Ataca de Nuevo

Equidistante de las risibles e inquisitoriales fulminaciones queretanas y de las excesivas mitificaciones europeas,
contemplo y vivo con gran interés la enésima resurrección de Marcos. Más allá de acuerdos y desacuerdos, no puedo
dejar de reconocer su dominio de la escena y de los tiempos, la pugnacidad de su discurso que rompe hacia lo lírico
y/o hacia lo irónico sin perder el sentido y la eficacia. Si vemos y escuchamos con serenidad la conversación que tuvo
con Carmen Aristegui y Javier Solórzano encontraremos que la gran mayoría de los argumentos de Marcos (que son
los de los indios de México) son vigentes y válidos; descubriremos también que no va a ser fácil encontrar en la
nómina de los políticos que actualmente están en activo en el ámbito mexicano un interlocutor con la autoridad moral y
el repertorio intelectual de Marcos. Entre una izquierda que no sabe si pasteurizarlo o promover su canonización laica
y una derecha que invoca a Blue Demon y anuncia el Apocalipsis, creo que Vicente Fox es el único que podría
dialogar con el inasible Sup. Conste que dije "dialogar" y bien me cuidé de decir pelear o entablar combate. Entre
Marcos, Andrés Manuel y Vicente Fox hay algo en común: su liderazgo es atípico, es novedoso, es antisolemne y
audaz y rebasa muy frecuentemente la rigidez, los prejuicios y los almidones mentales de los grupos políticos que
supuestamente los patrocinan. Así las cosas, bienvenido sea el encuentro y el diálogo. Este no tiene por qué ser en
detrimento de nadie y puede acarrearle muchos beneficios a México. Aunque se sofoquen los beatos de partidos y
cofradías. Ya estuvo suave de rounds de sombra.

Cualquier correspondencia con esta columna como cebú correteado, favor de dirigirla a gdehesa@infosel.net.mx o al
Apartado Postal 19-111, Delegación Benito Juárez, México D.F.

Gaceta del Angel / Día feriado

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Germán Dehesa

(06-Feb-2001).-

Papá: ¿puedo acostarme más tarde?. ¿Con qué motivo?, pregunté yo haciendo uso de esa magnífica y mexicana
técnica dilatoria de responder a una pregunta con otra. Pues porque mañana es puente, respondió el Bucles con la
cara llena de burocrática y radiante felicidad. Como tal, el asunto es nimio; como síntoma, es aterrador. Andrés
cumplirá seis años el 23 de febrero, apenas comienza a descifrar los misterios de la lectura y la escritura, desconoce
casi todo acerca de la historia y la geografía de su país, su mente navega por un mundo raro y, sin embargo, sus
neuronas ya pirograbaron el concepto "puente" como elemento clave para el terso fluir de la pachorra nacional.
Dichoso él que pudo despertarse cuando yo estaba a punto de salir rumbo a mi trabajo. En las calles había unos
cuantos paseantes y aquí, desde el ventanal de mi oficina, observo el paso cansino de algunos autos y la deserción
del resto del vecindario: los viejitos no han venido a tomar el sol en su banca habitual (a lo mejor, porque no hay sol) y
los pájaros que también están de puente no han acudido a los árboles. No es difícil entender por qué me siento en
clarísimo fuera de lugar y con una tenue sensación de que yo debo ser idiota.

Me consuela saber que Vicente Fox también trabajó y que con notable enjundia convocó a las fuerzas vivas (que
están todas en Cuernavaca) a que sometiéramos a un riguroso y crítico análisis a nuestra Constitución con el objeto
de decidir que la dejemos como está (que está irreconocible) o bien, que hagamos una nueva. La iniciativa
presidencial tiene sus pros y sus contras, pero se me hace que hoy no fue el día ideal para colocarla en la ya cargada
agenda nacional. Mientras Fox hablaba, todos los mexicanos de cepa estaban coagulados (incluso los asistentes al
acto) y aunque no lo estuvieran, no están genéticamente preparados para procesar tan graves cuestiones en día de
puente. Hoy, hoy, hoy, la atención del mexicano medio está intensamente concentrada en decidir entre la barbacoa y
las carnitas como alimento corporal y entre el cine y los toros como nutrición para el espíritu. Pedirnos que hoy
pensemos en los infinitos trabajos inherentes a la lectura y comprensión cuidadosa de nuestra actual Constitución tal
como quedó después de 70 años de PRI (creo que es más fácil leer una estela maya) y sopesar la eventual y
laboriosa redacción de una nueva, son tareas impensables para un lunes de puente. A nombre de la multitudinaria
ciudadanía vacante, yo le pediría al Presidenchente (el Ponchidente) que considerara por no enviado su mensaje y
que se diera una vueltecita a finales de marzo, ya que caliente el año (en abril ya no, porque es mes muerto con lo de
la Semana Santa).

Ponchicuestiones
La revista "Proceso" lo considera un "frentazo" de Fox. Eduardo Andrade, desde su inmensa autoridad, opina que un
funcionario no debe exponerse a ningún tipo de choteo. Dulce María Sauri, haciendo gala de toda su capacidad de
ironía (que no es mucha) propone que Ponchito resuelva todos los grandes pendientes nacionales. En los ciudadanos
del común encuentro un cierto estupor que conserva el respeto sacramental por "el señor Presidente" y no acaba de
aceptar del todo que la nueva figura presidencial sea tan chacotuda como somos la infinita mayoría de los tenochcas.
Mentiría si yo dijera que tengo una opinión muy clara al respecto, pero instintivamente percibo que, al fin y al cabo, se
trata de un asunto menor y entiendo también que Andrés Bustamante es un comediante excepcional, es un hombre
muy inteligente y un buen mexicano. Ninguna de estas tres características lo imposibilitan para hablar con Marcos,
con Fox, o con quien se le dé la gana. El humor no resuelve los problemas, pero los ilumina.

Don Paleto va al Futbol

El es de origen regiomontano, pero decidió trasladar su corazón a Tlacotalpan donde todos lo aceptan y lo quieren.
Tan es cierto esto, que no lo conocen por su nombre, sino por un apodo que la jarocha ciudadanía le inventó: Don
Paleto. He platicado con él largamente y, por hablar de esto y de aquello, tropezamos con el tema del futbol. Su
declaración fue marmórea y terminante: mientras viví en Monterrey, fui un fanático de los Rayados; luego vine a la
Capital, aprendí de futbol y desde entonces le voy al América. Como ya sabrán, el sábado pasado, se enfrentaron los
Rayados del Monterrey y el América. Los regios le dieron con todo a las Aguilas e Iván Zamorano pudo demostrar que
ya adquirió plenamente la mística perdedora de los de Coapa. Mientras veía el partido, no sé por qué me puse a
pensar en la certera filosofía futbolística de Don Paleto...

Cualquier correspondencia con esta columna sin puente que cruzar, favor de dirigirla a gdehesa@infosel.net.mx o al
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Gaceta del Angel / Estado inconveniente

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Germán Dehesa

(07-Feb-2001).-

Dos acontecimientos sobresalieron en el gris y afriolentado 5 de febrero del 2001: el discurso de Vicente Fox acerca
de la Constitución y la corrida de toros en la Plaza México. Para no faltar a la ilógica imperante, me ocuparé primero
de lo segundo, pues de lo primero ya me ocuparé en algún artículo tercero.

¿Te gustan los toros?, me preguntan con más frecuencia de lo que yo desearía. No es que no me agrade responder,
pero en este caso, mi respuesta es prolija, poco convincente y provoca fuertes cefaleas al que preguntó y al que
intenta responder. Lo intentaré de nuevo: por mucho tiempo, creí que me gustaban los toros y acompañé a mi papá a
múltiples corridas de las que no solíamos salir bien librados, porque mi papá se enzarzaba en arrebatadas discusiones
con el personal de sol. Después murió mi papá y descubrí que no sentía el menor deseo de volver a una corrida. Mi
conclusión provisional fue que realmente no me gustaban los toros, sino que lo que me gustaba era ver a mi papá en
los toros discutiendo con todos y por todo: el pelaje del toro, la forma de los cuernos, el color de la taleguilla del diestro
en turno, que si tal torero codilleaba o no codilleaba, que si ese par de banderillas tenía mérito o estaba caído, que si
la faena era efectista, que si el diestro había dado un bajonazo, que a ese toro le faltó una puya...de lo único que no
se discutía, porque no estaba de moda, era del horario de verano. Todas estas tonterías (incluyo el horario de verano)
se convertían en materia grave y terminaban fácilmente en gresca. Como mi padre solía ser bonachón, me encantaba
asistir a su metamorfosis en energúmeno taurino.

Muchos años después, me habla un buen amigo para invitarme a la corrida del LV aniversario de la Plaza México.
Aunque me invade la súbita tentación de asistir, ésta queda disipada por la cantidad de trabajo pendiente. De camino
a mi programa de radio, oigo la noticia de la nutrida manifestación en defensa de la salud y la paz de los toros:
¡queremos las orejas de los toreros!, ¡arrastre lento para el ganadero!, dicen las pancartas de los pacifistas. Horas
después, me enteraré de que un torazo (seguramente aleccionado por los manifestantes) salió hecho la peluda, brincó
las tablas, alcanzó la primera fila y tuvo un encuentro cercano con la mamá del ganadero. Me dicen que el Zotoluco
estuvo muy bien (ni tanto, hubiera dicho mi papá), que el Juli fue zarandeado, pero que estuvo muy valiente, que los
toros fueron buenos (francamente malos, dijeron otros cronistas); pero la tarde se la llevó el Juez de Plaza, pues todos
los que ahí estuvieron coinciden en que éste llegó hasta el queque, o en "estado inconveniente" como dicen los
pulcros reseñistas. El caso es que ya no hay valores. Entre Ponchito que se divierte como enano y el Juez de Plaza
que, desfajado y con la corbata ladeada, concedía orejas, arrastres lentos, contestaba mentadas y se bronqueaba con
todo mundo; las formas, la solemnidad y el debido respeto amenazan con desaparecer en este país ritualista y
almidonado cual ninguno. De ninguna manera estoy defendiendo ni recomendando que un Juez de Plaza se presente
a oficiar en estado burro, o en "estado inconveniente". Lo que me alarma es nuestra capacidad de escándalo y
nuestra celeridad para poner el grito en el nublado cielo. Vivir en ese estado, tampoco me parece muy conveniente.

Pececitos de Colores

La Hillary piensa en grande, el Bucles es megalómano y yo vivo atrapado entre estas dos fuerzas de la naturaleza.
Hoy, 6 de febrero, recibí instrucciones muy precisas con respecto a mi desempeño vial: no se te olvide que va a haber
manifestaciones por todos lados y, aunque el Mosh ya anunció que el CGH es ante todo una "fuerza espiritual", igual
te puedes quedar embotellado (como el Juez de Plaza) y aquí hay mucho trabajo. Es cierto. Ante la inminencia del
cumpleaños del Bucles, estamos ya en plena fase logística de su fiesta de cumpleaños. El dueto "Edipo-son" ya
decidió que el tema del festejo será el mar. Para efectos decorativos, le pedimos a nuestro cuate Fernando Llera que
nos dibujara "algunos" seres marítimos. Por amor o por venganza, el afamado dibujante nos entregó algo así como
500 cartulinas pletóricas de fauna marítima. Ahora hay que colorearlas. El Bucles sugiere que lo hagamos con
crayolas. Si lo hacemos, la fiesta será en el 2040. Yo propongo cubetazos de pintura, mi secretaria sugiere que
solicitemos la ayuda del CGH que es un organismo experto en pintas (y en la infame vejación de maestros). La Hillary
se inclina por los plumones. La situación es tensa. Si tres mexicanos no logramos llegar a un acuerdo acerca de cómo
colorear pescaditos; imagínense lo que será hojalatear la Constitución, modificar su arquitectura y cambiar de raíz sin
destruir las raíces. Se puede hacer, pero va a estar cañón.

Cualquier correspondencia con esta columna que no corta orejas, favor de dirigirla a gdehesa@infosel.net.mx o al
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Gaceta del Angel / Porque usted lo pidió

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Germán Dehesa
(08-Feb-2001).-

...y en vista del éxito obtenido, las huestes hacendarias, no escatimando gastos, organizaron su segundo y solemne
"operativo". A la hora de escribir estos renglones, la información (llamémosla así) es todavía incompleta y confusa
(digamos que todavía). De todo lo visto y escuchado hasta este momento, lo que saco en claro es que la redada en
pos de mercancías ilícitas se hizo simultáneamente en la Ciudad de México y en Guadalajara (para que luego no haya
envidias). Aquí en la Capital se concentraron en el barrio de Tepito y en la Plaza de Meave y, según informes
preliminares, se "aseguraron" 30 bodegas y varios transportes con mercancía de origen "sospechoso". Hasta aquí,
todo parecía ir bien, pero en algún momento se hicieron presentes los "vándalos" (¿alguna vez en los últimos años
han estado ausentes?) quienes, con la debida impunidad, se dedicaron a las actividades propias de su condición:
asalto y desvalijamiento de automóviles, robo generalizado, saqueo de negocios, violencia verbal y física y todo lo que
se fue ofreciendo. Cuando por fin llegó la policía, muchos delitos ya estaban consumados ("es que nadie nos avisó...
si nos avisan, acudimos de inmediato", declaró un patrullero) y muchos delincuentes ya se habían retirado a disfrutar
de su bien ganada impunidad. Se realizaron algunas aprehensiones y ahora habrá que averiguar cuántas de estas
personas apresadas son inocentes y cuántas no. Los que están a la vista son los daños y los perjuicios con sus
correspondientes dañados y perjudicados. Varias cosas me papalotean en la mente: las muy recientes declaraciones
de López Obrador y de su equipo acerca de la urgencia de terminar con el mito de que la Ciudad de México es
insegura; pienso igualmente en los nefastos resultados del primer "operativo" en Tepito y de la incapacidad de las
autoridades para preveer que, en este segundo intento, era más que posible que se presentaran desmanes similares;
se me ocurre también -pero esto es una hipótesis- que, en el fondo de toda esta violencia hay un difuso sedimento de
traición.

Como mera hipótesis supongamos que los verdaderos capos del contrabando de mercancías están o estuvieron en
las altas esferas del aparato judicial y/o del aparato político en general. Dada esta suposición, tenemos también que
suponer que estos altos señores no manejan tráilers, ni se dedican a repartir sus mercancías por las bodegas de las
ciudades. Supongamos que estas tareas prácticas pudieran correr a cargo del personal de las aduanas, las policías
de caminos y los cuerpos de policía urbanos. En el último eslabón de esta fraternal cadena estarían los bodegueros y
los vendedores al menudeo. Para que este mecanismo funcione, es necesario que cada pieza sea solidaria de las
otras y que, de abajo hacia arriba, fluya el justamente famoso "entre". Cada quien recibe su dinero, todos tapan a
todos y las cosas caminan que es un primor. Caminan hasta que un eslabón se vence. En este caso, la autoridad cae
sobre los bodegueros y minoristas y se produce un grave corto circuito: ¿cómo que vienes a llevarte mi mercancía si
ya te di tu moche?; ¿cómo que me vas a aprehender si eres mi socio?. Resultado: violencia irrestricta y generalizada.
No estoy victimizando a nadie; mucho menos pretendo justificar el contrabando, o el vandalismo. Estoy tratando de
entender; pero nadie debe sentirse señalado u ofendido. Lo que he planteado es una hipótesis. Para que ésta
resultara cierta, tendría que haber corrupción en la policía y corrupción en las cúpulas políticas. Como esto sólo ocurre
en Rusia, habrá que buscar otra explicación y, eso sí, seguir adelante con los operativos que están saliendo tan
lucidos.

¿Cómo nos arreglamos?

Transparencia Internacional, a través de su Capítulo México me encargó que elaborara un diccionario de la corrupción
en México. Con mucho gusto acepté el encargo (y el anticipo) y me di a la tarea de recolectar todas las palabras que
en el español coloquial de México se utilizan para tramitar un acto de corrupción. Muy pronto descubrí que la tarea era
inmensa y que amenazaba con desembocar en una obra mucho más voluminosa que la Enciclopedia Británica. Como
no tengo la obsesión lexicográfica del Dr. Samuel Johnson y como todavía tengo otras tareas en la vida (iluminar
pececitos), he decidido, de común acuerdo con mis patrocinadores, elaborar un "prontuario" de la corrupción en
México con los vocablos y expresiones más útiles y eficaces para "consensar" con tal o cual prójimo una "movidiux".
El título provisional es "¿Cómo nos arreglamos?" que es, para hablar en términos ajedrecísticos, la apertura clásica
para obtener una sustantiva "mordis". Bien mirado, es un título cargado de negra ironía, pues en su recto sentido
"arreglar" significa ajustar a las reglas de funcionamiento que le son propias un hecho, una situación, un mecanismo.
En el caso de nuestro paradójico país "arreglarse" implica la transgresión de una o varias reglas. Obviamente mi
trabajo no pretende ser un auxiliar para aquellos que quieran corromper o corromperse. Pretende volver al origen y
buscar algún modo eficaz de arreglar nuestro país. Ustedes dicen, mis señores: ¿cómo nos arreglamos?.

Cualquier correspondencia con esta operativa columna, favor de dirigirla a gdehesa@infosel.net.mx o al Apartado
Postal 19-111, Delegación Benito Juárez, México, DF
Gaceta del Angel / ¡Hola, Presidente

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Germán Dehesa

(09-Feb-2001).-

Los lectores obsesivos de la prensa nacional habrán tropezado la semana pasada con una breve nota que anunciaba
algunos cambios en el programa radiofónico que Vicente Fox tiene desde que era candidato y que, sábado a sábado a
las doce de la mañana, se sigue difundiendo ahora que es Presidente en funciones. Entre los cambios avisados por la
nota se hablaba de la intención presidencial de hacerse acompañar en la conducción del programa por diversos
ciudadanos. Hasta aquí, mi lectura de la nota era tersa. Dejó de serlo cuando vi que entre los diversos ciudadanos
venían los nombres de Andrés Bustamante, Joaquín López Dóriga y el de su Charro Negro. Todo fue leerlo, para
convertirme de inmediato en Virgencita de la Anunciación y preguntarme: ¿de dónde a mí tal honor? y ¿cómo es que
salí premiado si ni boleto compré?. A lo largo de la semana hábil (que ni resultó tan hábil) que hoy concluye, las dudas
se fueron disipando. Un emprendedor joven que trabaja en difusión de Presidencia me llamó por teléfono y tuvo que
escuchar mi amarga queja: ¿por qué me andan anunciando sin siquiera preguntarme?. El intrépido funcionario aclaró
con mexicano aplomo que solamente me había nombrado como un ejemplo. Yo no puedo ser ejemplo de nada,
respondí. Como un ejemplo, prosiguió mi interlocutor, de la pluralidad de las personas que serán invitadas al
programa. Correcto. Yo me daba por satisfecho con ser ejemplo de lo variadito que puede ser el país, pero el
jovenazo no. Aprovechando la ocasión, el Presidente quiere invitarlo al programa el próximo sábado 10 para que lo
conduzcan juntos. Vamos a parecer futbolistas con coche deportivo, pensé, pero no lo dije; para simplificar las cosas,
sólo pronuncié una palabra: ¡sale!. Así pues, lectora lector querido, si tienes tiempo y voluntad, mañana sábado a las
doce del día (hora del centro), podrás participar en la, para mí, inédita experiencia de compartir los micrófonos con
nuestro Presidente. Me dicen que el tema central será "la Reforma del Estado", aunque yo también quiero preguntarle
por el estado de la Reforma y deseo asimismo conversar acerca de algunos asuntos que a todos nos preocupan.
Pongo un ejemplo: el miércoles pasado, Vicente Fox, sin venir demasiado a cuento, anunció que la paz en Chiapas se
obtendría en "unas cuantas semanas". Hoy jueves, C. Aristegui y J. Solórzano entrevistaron a Don Luis H. Alvarez y le
preguntaron acerca de esta afirmación del Presidente. Don Luis contestó que no había ocurrido nada nuevo y que el
anuncio presidencial sólo podía interpretarse como una muestra de la vehemente esperanza que tiene Fox de resolver
pronto y bien el asunto de Chiapas. ¿En qué quedamos?, ¿se resolverá en unas cuantas semanas, o sería deseable
que se resolviera?. Mejor que ponerme a especular, espero unas cuantas horas y le pregunto en vivo y en directo al
autor del anuncio. Si al final quedan algunos minutos, le voy a pedir a Fox que me recomiende con su amigo López
Obrador para que me den la chamba de Juez de Plaza que está vacante (al que estaba ya lo sometieron al arrastre
lento). De cualquier modo, no creo que sobre tiempo y sólo espero conversar con el Presidente acerca de los temas
que más nos interesan a todos. Que el ángel me proteja en este grave y divertido trance.

Otra Vez la UNAM

"Volátil y tornadiza" son dos adjetivos que pueden calificar a eso que llamamos "opinión pública". No es algo exclusivo
de México, aunque vale la pena señalar que el grado de volubilidad de la opinión pública está directamente vinculado
con el nivel de desinformación que exista en una sociedad. Dejemos las teorías por la paz y platiquemos de un hecho
concreto: la fallidísima conmemoración que un CGH acelerado, dividido y paranoico intentó realizar el pasado 6 de
febrero. Creo que, al respecto, la opinión pública fue unánime: nada justifica los desmanes y atropellos de los
supuestos estudiantes en contra de la ciudadanía en general y en contra del personal académico de la Facultad de
Ciencias Políticas en particular. Frente a una brutalidad así, no hay coartada ideológica posible. Tampoco se puede
hablar de un "asunto menor" y echarlo al olvido. El Rector de la UNAM y la Junta de Gobierno tienen a su alcance un
instrumento legal: remitir ante el Tribunal Universitario los nombres y expedientes de los responsables de este
atropello. Sé que lo harán (no hacerlo los volvería cómplices) y por eso he invocado de entrada a la opinión pública.
Sería terrible que por el hecho de remitir a estas personas ante el organismo que la UNAM tiene para preservar su
legalidad y convivencia internas, comenzaran a llover otra vez las acusaciones de "represión", "actitudes fascistoides"
y despropósitos similares. Las maestras y maestros que fueron tan estúpidamente maltratados, estaban a esas horas
en las aulas para defender el derecho de los jóvenes a recibir clases. Ahora nos toca a nosotros respaldar al Rector y
defender a esos maestros. En la UNAM ya no hay tiempo que perder y en su defensa ya no hay titubeo posible.

También sin Titubear

Hoy toca.

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Gaceta del Angel / Los rolleros del Volga

Por

Germán Dehesa

(12-Feb-2001).-

El sábado 10 a las 11:30 ya estábamos todos en Los Pinos (empinados, como quien dijera): Porfirio Muñoz Ledo,
Diego Valadés, Santiago Creel y su Charro Negro. Sin mayores cortejos y alharacas, llegó Vicente Fox (me imagino
que estaba en San Cristóbal dando una alzadita porque, según sé, le van a caer unas visitas de Estados Unidos).
Previamente Creel nos había tranquilizado al negar el rumor esparcido por Muñoz Ledo acerca de la irrupción en el
programa del Subcomandante Cervera Pacheco.

Ya se sabe que el nuevo protocolo presidencial exige pantalón de mezclilla y camisa arremangada. El único que no se
atuvo a él fue Diego Valadés que, como ocurría con los jueces de plaza de los tiempos pasados, lucía un atuendo
severo y formal. Pasamos al estudio, comenzó la trasmisión y el Presidente Fox se dirigió a los radioescuchas de un
modo cordial, articulado y coherente. Yo espero que las altas autoridades de Radio Centro no hayan escuchado el
programa, porque, si lo hicieron, le van a ofrecer mi chamba al Presidenchente. El tema del programa era la Reforma
del Estado y el reto consistía en lograr que la ciudadanía entendiera cómo un asunto que suena tan abstracto y lejano
modifica y eventualmente enriquece nuestra diaria convivencia. Creo que, gracias al buen ánimo de los ahí presentes
y a su claridad expositiva, bastante se logró a este respecto. Hablan muy claro, pero -también hay que decirlo-, son
muy rolleros. Darle la palabra a Muñoz Ledo es condenarse al silencio y a la muerte por empacho verbal. Como
alguna vez dijo Borges refiriéndose a un encuentro con Juan José Arreola: fue una conversación muy interesante; yo
pude intercalar algunos silencios. Mi caso no fue tan grave, pero tampoco fue tan distinto. Entre los ahí presentes y un
señor que habló desde Ciudad Obregón para impartirnos un prolijo curso sobre problemas constitucionales en la
galaxia, en el hemisferio norte y en Sonora, mis oportunidades de decir algo quedaron severamente restringidas. Con
todo, mediante hábiles jugadas a profundidad, pude obtener del Presidente dos pronunciamientos que me parecen
importantes: su compromiso a fondo con la UNAM, con la educación superior pública y, en general pero de modo
vehemente, con la educación superior y, en otro ámbito, el refrendo de su voluntad y convicción de que, al comenzar a
saldar con respeto y transparencia la inmensa deuda que tenemos con los indígenas, podemos contemplar como algo
cercano la pacificación digna y justa de nuestro país. Terminó el programa, me despedí de los nobles tribunos,
estreché la manota del Presidente y llegamos al acuerdo de que habría una revancha. Agradezco a lectoras y lectores
el cúmulo de preguntas que me enviaron para que yo se las formulara al Presidente. Tiempo habrá de hacerlo. Por lo
pronto, mi único pesar es no haberle enviado -en medio de tanto rollo- un saludo a doña Mercedes Quesada. Ahora lo
hago. Para no variar, comienza otra acalambrante semana para los mexicanos. Que nos sea leve.

¡El Imperio nos Invade!

Varias veces he hablado en este espacio acerca de la fascinación que ejercen sobre mí los villanos. En la
esclarecedora y puntual biografía de Vicente Fox ("Fox & Co.") que M.A. Granados Chapa escribió, hay, entre otras
muchas, una cita memorable que recuerda una estremecedora afirmación de José Francisco Ruiz Massieu: "Como
amigo tengo muchos defectos, como enemigo soy perfecto". Ni modo, a mí un buen malo me resulta hipnótico. Desde
el doctor Zarkov, hasta Víctor Cervera Pacheco que acaba de reencarnar en su Alteza Serenísima Antonio López de
Cervera. Sus últimos arrebatos me tienen en la total estupefacción. Escucho atónito sus arrebatos retóricos que le
exigen al noble pueblo yucateco que no acepte de rodillas (postura, por lo demás, bastante incómoda) la indigna
humillación del imperio centralista y llego a la conclusión de que don Víctor no tiene desperdicio. Ni las películas de
luchadores podrían ofrecer algo mejor que este Guasón con guayabera: pose marmórea, épico ademán, abotagado
rostro pibil y caprichosa melena estilo Bonampak. No se priva de nada. Como es sabido, todo villano que se respete
necesita de un staff femenino igualmente pérfido. A este respecto, Mirna Hoyos con su peinado de papadzul laqueado
y la indescriptible Dulce María fungen de modo insuperable como sacerdotisas de Canek II. Es un culebrón perfecto
donde, por si algo faltara, flota pesada y etérea la maligna e inasible sombra del Chueco Villanueva que representa a
las oscuras sombras del inframundo. En torno a estas figuras protagónicas se arremolina la espontánea multitud
dispuesta a ofrendar lo más preciado a cambio de un Boing, una torta y, si hay suerte, una bicicleta. Todo podría ser
una irresistible y jaranera comedia, si no implicara riesgos tan graves, tan absurdos, tan insostenibles y tan arcaicos.
Lo deseable (hasta para el menguado y pacheco dinosaurio) sería que todo se arreglara en paz. A ninguno nos
gustaría ver el sacrificio de Santiago Creel en la pirámide de Chichen-Itzá. Según la Hillary, el güerito todavía está de
buen ver.

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Postal 19-111, Delegación Benito Juárez, México D.F.

Gaceta del Angel / Los cortones

Por

Germán Dehesa

(13-Feb-2001).-
No pienso dedicarle, después de ésta, una línea más a Don Antonio López de Cervera. Concederle tanta importancia
es ofender nuestro concepto mismo de importancia. Si resultara necesario e inevitable referirnos a él, lo aludiré como
el M'M (mazacote maya), o "el individuo" que es un apelativo que mi madre empleaba para indicar repugnancia, o
descalificación moral. ¿ Cómo se llama el individuo este que dices que es tu amigo? preguntaba mi madre adorada y
bendecida, y mi papá ya sabía que lo tenía que borrar de la agenda. Ayuno, pues, de asuntos mayas, prefiero
platicarles el crispante final de mi pasada jornada dominguera.

Todo pintaba para ser un excelente día. La única nube en el horizonte era la Hillary que, cuando la ataca la migraña,
se le pone cara de Ed Sullivan. Lo demás era un prolongado gorjeo. Los peces de la fiesta ya están pintados y el
Bucles se encuentra muy satisfecho con la seguridad que le di de que Bush no vendrá a su fiesta. Faltando quince
minutos para las doce, mi amigo xalapeño se presentó luciendo con un orgullo que jamás conocerá "el Mosh", su
playera de los Pumas. Mano con mano y mejilla con mejilla nos dirigimos al Estadio de CU con la firme convicción de
que un empate con el sub-Necaxa sería glorioso. Esa multitud que forman las cuatro familias que apoyan al Necaxa
no logró llenar el estadio. Sea como fuere y tras un primer tiempo tan tarante como una conferencia de prensa de
Rodríguez Alcaine, ganaron (¡ ganaron!) los Pumas y mi alma glorificó al Señor y logré acercarme al Dios que alegra
mi juventud. Y todavía faltaban mayores regocijos. Llegué a la casa y la Hillary ya no parecía la gemela de Luis
Echeverría; la migraña había desaparecido (¿no seré yo el causante?) y estaba en plena actividad creativa y marítima.
¿Y si hiciéramos con una barda de cartón una especie de piscina gigante toda pintada de azul y ahí ponemos a los
pescados y a los niños?. Mi mesura digna del Palacio de Covián me impuso un discreto silencio. La familia feliz comió
reunida y evitando cuidadosamente el tema de la piscina gigante. A las cuatro de la tarde vi al gordito Mohamed
agarrar de botana a las Aguilas del América en un partido que terminó con un sufrido empate (que consiguió el árbitro)
y con una zacapela que parecía como el tercer operativo en Tepito. Cuando los greñudos se cansaron de arrancarse
las cabelleras, apagué la televisión y me fui con Andrés a jugar a policías narcos contra policías contrabandistas. A las
19:00 el Bucles fue puesto en remojo porque ya olía como a tepache pútrido y sus padres tomaron el rumbo de
Chimalistac para visitar a un cuate que convalece felizmente en su condominio horizontal.

¡Usted me tiene que ayudar!, le dijo a la Hillary un hombre joven y de aspecto formal que se hallaba apostado en la
entrada del condominio Chimalistac. Yo lo miraba, pero no ganaba su atención. Es que yo vivo en Avándaro y vine a
la ciudad con mi mujer y, pues no sé, algo le dije porque me bajó del coche (no sean así, señoras) a puros empujones
y necesito regresar a mi casa. Con 150 pesos, ya la hice y le juro por lo más sagrado que se los pago. Yo le extendí
un billete de 200 y él lo miró maravillado. ¡Dios es bueno! gritó el abandonado. Yo creo mucho -prosiguió- en la
filosofía oriental y hay una historia de un rey que pidió que lo atendiera un barbero y vino el mejor del reino, pero
estaba nervioso y le dio un cortón terrible al rey y éste lo metió a la cárcel (seguro lo mandó a barrer Almoloyita) pero
luego al rey lo secuestraron en una guerra que hizo, pero que cuando le vieron el cortón lo dejaron libre porque
pensaron que ya estaba dañado y a mí me acaba de pasar lo mismo. Pero tu cortón es peor, le comenté yo. Ni me
peló. Siguió hablando con pasión muñozledista. De hecho, nos despedimos y todavía seguía gritando: ¡Dios me ama,
seguro que sí!. Ojalá y recupere sino a la señora, por lo menos al coche. No saben.

Urgencias

Lo he pensado mucho. Quizá no sea lo más prudente, pero algo tenemos que hacer. Con admirables excepciones,
todos los funcionarios de todos los partidos han experimentado la inaplazable necesidad de hablar todo lo que no
hablaron en 70 años. Lo de menos es que el tema a tratar sea importante o pertinente. Tampoco importa si es o no
materia de su conocimiento o interés. Ni siquiera se detienen a pensar si tienen una aceptable relación con la
gramática, la sintaxis y la ortolalia. No importa. Aunque nadie entienda nada, ellos hablan caudalosamente hasta que
les retiran el micrófono. Ya la ciudadanía está a punto de arrojar la toalla. Ya no queremos saber qué tan cerca está la
paz, ni qué tanto nos va a afectar la recesión norteamericana, ni lo que opinan las encuestas sobre el horario de
verano, ni lo tranquilo que es vivir en la Capital y los bienes que obtendremos al instalar un changarrito. Ya no. Lo
único que exigimos es la presencia de un ginecólogo experto que los ponga a todos en fila, los pase uno por uno al
quirófano y les ligue la trompa. Ya dije.

Cualquier correspondencia con esta verbosa columna, favor de dirigirla a gdehesa@infosel.net.mx o al Apartado
Postal 19-111, Delegación Benito Juárez, México, D.F.
Gaceta del Angel / La estrella solitaria

Por

Germán Dehesa

(14-Feb-2001).-

En un violento cambio de escenario estoy ahora en Houston, Tejas. Houston no es una palabra de gratos recuerdos
para los mexicanos, pero, para matizar las cosas, tenemos que asociarlo con el de Antonio López de Santa Anna
(veracruzano, para mayor aprobio) y concluir que no tiene la culpa Víctor, sino el que le compra panuchos. Por lo
demás, los mexicanos (nuestros maravillosos migrantes) van recuperando poco a poco los territorios perdidos y ya es
todo un síntoma que los californianos, en franco plan de paracaidistas de Chimalhuacán, hayan puesto su diablito en
Baja California para no quedarse sin luz. De esto he venido a hablar en Houston y en San Antonio. Los mexicanos: los
peregrinos eternos. Me han invitado dos prósperas asociaciones de mexicanos residentes en Tejas. La gran mayoría
llegó aquí por una especial cortesía de José López Portillo y sus delirios de abundancia. Ellos las creyeron, quebraron
y vinieron para acá a juntar sus pedazos, cosa que la mayoría ha conseguido trabajando macizo. Son ahora hispano-
norteamericanos y, muy explicablemente, ya no saben si van o vienen. Padecen agudos ataques de nixtamalalgia
(nostalgia del nixtamal), pero les aterra la posibilidad de volver a perderlo todo.

La Hillary y su Charro Negro llegamos ayer lunes por la tarde. En el avión venían unos cuantos güeros, varios
braceros con sus ojos tristes, su sonrisa ancha y su caja de cartón a modo de maleta. Venían también varios
peregrinos clínicos que viajan a Houston como antes íbamos a la Villa en busca de la salud. De hecho, el guardia
aduanal dio por supuesto que yo venía a hojalatearme la válvula cardíaca y tuve que explicarle en mi mejor inglés
(que es de los peorcitos del mundo) que a lo que veníamos realmente era a que la Hillary se lanzara cual hiena
enloquecida sobre los centros comerciales. Cuando reviente la tarjeta, le expliqué al señor de la cachucha, a mí me va
a venir un infarto y entonces sí, me voy al Hospital San Lucas a que me revivan. El agente del orden nos selló el
pasaporte con cierta reticencia y, cumplido el trámite, irrumpimos en Houston y su tristona y lluviosa tarde.

En el aeropuerto nos recibieron dos mujeres (¿qué tengo yo que las pongo así?). Eran una señora muy amable y su
hija guapa, sonriente, joven y sin compromiso (y mi hijo mayor tirando la baba en México, sin visos de hacerme
abuelo). Dos preocupaciones tenía nuestra gentil recepcionista: ¿ya se podrá volver a México ahora que ganó Fox? y
¿qué hace el gobierno dialogando con encapuchados?. Para la primera, no tuve una respuesta clara y menos la tuve
para la segunda, aunque le aclaré que el asunto no estaba del todo bien planteado y que, encapuchados o no, los
problemas de los grupos indígenas en México eran gravísimos y de solución impostergable. Si algo estuvo
enmascarado en México por muchos siglos fueron estas injusticias terribles, le comenté a la señora que, de cualquier
manera, no quedó muy satisfecha (y me faltaba encontrarme con los señores que están todavía más acelerados;
tanto, que parecen gobernadores de Querétaro). Todo esto ocurría mientras avanzábamos presurosos por una
carretera amplia y despejada. ¿Por qué no hay coches?, pregunté yo. Porque es vía rápida, me contestó la joven
conductora. Se ve, hija mía, le contesté, que no has estado en el D.F., ahí las vías rápidas son espacios de quietud
muy aptos para la meditación zen y para aprender macramé. ¿Regresarías a México?, le pregunté con ánimos de ser
su suegro. No, nunca, yo aquí estoy muy bien; quiero a México, pero de lejitos. Así me contestó y por alguna razón
poco clara, sentí el alfiler de la tristeza.

Bush se va a México y, en venganza, yo he venido a Houston y San Antonio. Soy mexicano, soy peregrino y he venido
a hablar con otros peregrinos. ¿De qué pienso platicarles?. Pues de que ya va siendo hora de encontrar un lugar que
sea verdaderamente México y que, al serlo, nos pueda cobijar a todos. Les encargo el país. Si vienen los yucatecos,
no les abran. Díganles que pasen el panucho por debajo de la puerta, o que lo manden por E-mail.
¿Y el Bucles?

Lo dejamos cuidando a los pececitos y bajo la muy flexible férula de su abuela. Espero que se comporte con mesura y
con estricto apego a derecho. Ultimamente ha manifestado conductas como de minimosh. Todavía el domingo, en un
arranque de ira porque su nueva nana le ganó una tanda de volados, agarró sus tiliches, empacó sus peluches y
decidió emigrar a Tejas con una breve escala nocturna en su casita del árbol. Era de noche, hacía frío, sus padres
estaban ausentes y la nana quería irse al rancho San Cristóbal. Antes de hacerlo, tuvo la feliz ocurriencia de
telefonear a la madre del cegehachero de bolsillo. Esta actuó con su indiscutible autoridad, habló con el súbito
migrante, lo colocó bajo el imperio de las leyes que a todos nos rigen, confirmó a la nana en su puesto de directora
técnica y conjuró la crisis. Ahora que estamos lejos, no sé qué vaya a suceder. No sería imposible que nos
encontremos a mi suéter azul viviendo en la casita del árbol.

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Gaceta del Angel / La estrella solitaria II

Por

Por Germán Dehesa

(15-Feb-2001).-

Un país que consigue meter a un elefante de contrabando es un país que merece vivir. Con estas sapientísimas
palabras comencé en Houston mi charla titulada "La vida como peregrinación". Esta apertura no me parece
demasiado lógica o sustentable, pero tiene una invaluable fuerza dramática. Es lo que los sajones llaman un "teaser",
lo que vendría a equivaler a una especie de gancho dramático de apertura, o, dicho más llanamente: un calambre
verbal para atrapar la atención del auditorio. Tienen que ser expresiones cargadas de electricidad y que generen de
inmediato grandes expectativas en el escucha. Es como decir: les voy a contar cómo perdí una pierna en la guerra de
Corea, o "el problema de Chiapas lo arreglo en quince minutos". Yo, por lo menos, conseguí mis objetivos y pude
tomar prestada la atención de la audiencia hispánica de Houston, durante una hora larga. Traté de hablar de esa
peregrinación que es la vida y de esa doble peregrinación que es ser mexicano. Desde aquellos tiempos míticos, que,
según nuestros maestros de primaria, fueron empleados por las siete tribus nahuatlacas en arrastrar la pata por toda
nuestra República (parecían amigos de Fox), hasta la actual migración rumbo al norte, el peregrinar de los mexicanos
jamás se ha interrumpido. Los Tlatoanis aztecas, Hernán Cortés, los virreyes, Iturbide, Maximiliano, Juárez, Don
Porfis, Don Venustiano, Don Plutarco y su siniestro club de declinantes sucesores, Cuauhtémoc Cárdenas y ahora
Vicente Fox nos han anunciado, una y otra vez, que ahora sí ya llegamos al México que todos queríamos. De sobra
está decir que hemos sido bellacamente cotorreados y hemos de reconocer que somos la clientela ideal para que,
cada seis años, nos den el avión de Pípila Airlines que despega rumbo a la tierra prometida y termina aterrizando en
los negros pantanos de la crisis. Lo admirable es que el país, una vez que se repone del metafísico zacatazo, se
vuelve a poner de pie y reanuda su peregrinación. Algún día, nos decimos, llegaremos a México y lo más importante
del trayecto es fijarnos muy bien. No vaya a ser (a lo mejor, ya sucedió) que por ir baboseando, pasemos por la Patria
y no nos fijemos. Sería espantoso. Mi auditorio tejano estaba entre divertido y aterrado con mi prolija exaltación de la
tenaz y peregrina voluntad de los tenochcas. Creo que cada uno de ellos entendía su condición de migrante que ahora
busca nación en otras coordenadas geográficas. Para no dejarlos tristes, pero con ánimo de decir verdad, terminé
diciéndoles que ya se acerca el final de la peregrinación. De ello hay indicios en los cielos y en la tierra. Las mujeres y
los jóvenes se han puesto a la vanguardia, las parejas empiezan a ser posibles y han aparecido jubilosos, dispuestos,
demandantes y comprometidos, los ciudadanos. Ya vamos llegando a México, ya brillan allá sus cúpulas. De nuevo es
posible imaginarlo y amarlo. De nuevo es y suena inteligible la emocionante declaración de López Velarde: "Suave
Patria, permite que te envuelva/ en mi más honda música de selva". En verdad dan ganas de envolver a nuestra
patria, acunarla en nuestro brazos y decirle: ya llegamos, ya pasó, ya pasó, ¿te asustaron esos viejos tan horribles de
Tabasco y Yucatán, verdad?; no te preocupes, país, ya está cerca la llegada. Próximas estaciones: para mí, San
Antonio y luego el D.F.; para México, su próxima llegada es México. ¡Oh, sí!.

En las Aridas Regiones

...de las praderas del norte,/se agarraron a balazos/ policías y ladrones..." estoy citando de memoria a Chava Flores,
con el fin de darle atmósfera a mi telegráfica crónica de una grata cena en una casa de Houston. La casa de nuestros
anfitriones estaba en una calle oscurísima, de esas que en el D.F. no recorreríamos ni bajo los efectos de algún
estupefaciente. A pesar de que la chica que nos transportó nos hablaba maravillas de la seguridad en las calles de
Houston, la pesada paranoia capitalina que nos cargamos la Hillary y su príncipe consorte nos tenía enteramente
atejonados. Llegamos con bien y nuestra conductora incurrió en un segundo descuido que en México sería
imperdonable: sin poner ninguna alarma, sin un bastón metálico en el volante, ni un candado en la palanca de
velocidades, ni una cadenota que fuera de la defensa hasta un poste; bueno, ni siquiera un sanguinario Rottweiler en
el asiento de atrás, esta desaprensiva mujer dejó su BMW estacionado en la oscura calle. Si estuviéramos en el DF,
este coche aparecería mañana en Nairobi pintado de negro con flamas anaranjadas, le comenté. Pero aquí estamos
en Houston, me respondió y lo hizo con tal firmeza que ya no hice mi propuesta de quedarme a cuidarlo y darle un
trapazo. La velada fue animada y previsiblemente aterrizó en el tema de la seguridad urbana y la eficiencia policíaca.
Contra lo esperado, escuchamos varios testimonios espeluznantes acerca del comportamiento de la policía
estadounidense con los mexicanos ilegales, o legales pero pobres. De eso platicaremos luego. Hacia la medianoche
terminó la reunión, nos despedimos y salimos rumbo a la tiniebla. En la calle, tan tranquilo, estaba el coche intacto y
en el neblinoso cielo, igualmente tranquila, brillaba la estrella solitaria, la que atestigua los bienes y los males de los
hombres.

Cualquier correspondencia con esta columna que es peregrina tejana, favor de dirigirla a gdehesa@infosel.net.mx o al
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Gaceta del Angel / La estrella solitaria III

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Germán Dehesa

(16-Feb-2001).-

Allá (para un mexicano "allá" se refiere necesariamente a USA y la palabra "allá" se acompaña necesariamente con
un gesto que mezcla admiración y rencor y que consiste en alzar cejas, ojos y brazo derecho como buscando el norte)
sí se respeta la ley. Eso decimos acá (acá es acá). Si, como me acaba de suceder, va uno para allá (ya estoy acá) y
se pone a platicar con la gente, resulta que las diferencias no son tan nítidas y que ese ofrecimiento fundacional de los
estadounidenses de "justicia para todos" dista mucho de cumplirse. Tan grave es esto y tan enormes los atropellos
que he podido conocer, que, sin perder de vista cuan deseable sería que el mundo todo fuera enteramente justo, me
da por preguntarme ¿qué es preferible?, ¿la casi inexistente, tambaleante, corrupta y burocrática justicia de México
que, con todo y todo, reconoce ese añejo estado de marginalidad legal en el que ha vivido; o el puritanismo
anglosajón que se nos presenta como impoluto espejo de la democracia (remember Florida) y como el arquetipo de la
seguridad ciudadana, la policía incorruptible y la justicia que se imparte sin el menor distingo?. Dicho de otra manera:
¿quién está más enfermo?, ¿el que reconoce su enfermedad o el que proclama su total salud a sabiendas de que ya
tiene el diagnóstico de lepra y de cáncer?.

En el estado de Tejas hay 19 mexicanos en espera de su ejecución. Jamás fueron notificados con oportunidad de que
tenían derecho a hablar con sus representantes diplomáticos (ni ellos, ni la mayoría de los mexicanos que son
aprehendidos). En el estado de Tejas los presuntos delincuentes mexicanos reciben enormes e ilegales presiones
para que se declaren culpables. Les dicen que con eso lograrán una condena más benévola. Lo que quiere realmente
el estado de Tejas es ahorrarse los costos de un juicio largo cuyo resultado puede ser adverso para los acusadores.
En el estado de Tejas es habitual el atropello de los derechos humanos de los ilegales (y aún de los legales pobres);
la siembra de "pruebas" como el paquetito de cocaína, o el arma que el acusado jamás reconoce como suya. En el
estado de Tejas no hace mucho, un joven mexicano fue muerto a balazos porque una vecina se quejó del excesivo
volumen del radio de este joven. La policía llegó, el joven abrió con una lata de cerveza en la mano y de inmediato fue
balaceado. El maravilloso argumento de la policía fue que el joven tenía un objeto sospechoso en la mano. En el
estado de Tejas es frecuente deportar a un mojado y quedarse con su coche y sus bienes. Y mejor ahí la dejo. Señor
Presidente Fox: le encargo estos asuntitos ahora que va a tener usted el señalado privilegio de platicar con el hijo
incómodo de George Bush, familia tejana de cepa.

Público Perdón Pibil (PPP)

Recibo noticias del principado de Yucatán. Me escribe la feroz Myrna Hoyos y me comenta que, si como yo digo, "todo
villano que se respete necesita un staff femenino igualmente pérfido", yo, a ese respecto, no canto mal los bambucos
pues tengo a la Hillary. ¡Oh, sabiduría maya!, agradezco doblemente a doña Myrna que haya dicho de la Hillary lo que
yo no me atreví a decir y que, lo más importante, tácitamente haya reconocido la regocijante villanía de Antonio López
de Cervera. Pasa luego doña Myrna a refutar mi señalamiento de que su peinado es de "papadzul laqueado" y
procede a preguntarme qué hago yo con mi "abundante cabellera". Ante Dios y ante los hombres y ante las señoras
yucatecas admito que la razón asiste a doña Myrna. Traté de que esto jamás se supiera, pero ahora tengo que
reconocer públicamente que soy calvo. Como dirían en el Mónaco maya: mi cabellera ya se gastó. La pura verdad,
doña Myrna, me cae usted a todo dar por bravera, por firme y por su firma como de resorte. Le mando un beso y
espero otro en el baldío páramo de mi desertada cabellera.

Las Viudas del Futbol

Está bien que en el Club de Scrooge no acusemos recibo de los empalagosos fastos del día del Amor y la Amistad,
pero la terca realidad me avisa que un importante segmento de mexicanos ¡y mexicanas! sí se lo toman en serio y
hasta lo celebran y todo. Como bien dice Canito, mi primogénito, ¿a quién se le ocurrió dinamitar la consumación
erótica de San Valentín con un América-Chivas que, además, resultó deslucido y ratonero?. Las chicas se quedaron
enclochadas y como andando. Ellas caracterizadas como diosas tahitianas de la concupiscencia y el babotas del
marido comiendo chupifritos y atestiguando la crucifixión de Bracamontes. Todavía hoy existe la oportunidad de
protagonizar un verdadero clásico de clásicos: hoy toca.

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Gaceta del Angel / Hay que legalizarla

Por
Germán Dehesa

(19-Feb-2001).-

Ignoro en detalle lo que habrán hablado George W. Bush (Presidente chocolate) y Vicente Fox (Presidente legítimo).
He sido ajeno a los fastos protocolarios y gastronómicos que han tenido lugar en la corte de San Cristóbal. Si acaso,
puedo imaginar las consecuencias gastroenterológicas que se presentaron en el organismo del señor Bush veinte
minutos después de la ingestión de ese mole estilo brujas de Macbeth que le prepararon las chicas de la región.
Desconozco los íntimos tratos que habrán tenido el mandatario tejano y la yegua Maximiliana. Y puesto que todo lo
ignoro, todo lo puedo imaginar. Eso se sacan por no invitarme.

Me hubiera gustado estar ahí y participar en la plática con un asunto que se ha vuelto para mí, obsesión, delirio y
torbellino: la legalización. Ya no es posible ignorar que es el único camino. Nosotros, los que hemos conocido los
riesgos y los horrores de ir a buscar nuestra dosis en algún lugar oscuro y desprotegido. Nosotros que hemos
traficado con ella, aunque sea en pequeña escala. Nosotros que hemos adquirido el hábito de consumirla y sabemos
de los delirios que provoca y la ilusoria distancia que crea entre los que la conocen y los que viven una existencia que
ellos llaman "normal"; nosotros que sabemos de primera mano que impedir su difusión es una guerra que ya está
perdida; nosotros que hemos conocido incontables casos de seres que delinquen, traicionan, lucran y se rebajan con
tal de obtenerla, podemos afirmar con pleno conocimiento de causa que, ante la magnitud del fenómeno y la
irrefrenable voluntad de obtenerla el único camino sano es la legalización. Me refiero, ya lo habrán entendido, a la
legalización de la información.

Son ya muchas décadas las que llevo preguntando: ¿con qué derecho el Estado nos niega el pleno acceso a esa
información pública que tiene directa repercusión en nuestra vida privada?. Si lo que me van a responder es que se
trata de asuntos de "seguridad nacional", les comentaré que no me hagan reír porque traigo el labio partido. Salvo
algunas zonas del archivo de la Secretaría de la Defensa, de la de Gobernación y quizá de la de Hacienda (muchas
menos de las que imaginamos), el ciudadano común tiene pleno derecho a saber cómo, por qué y a qué horas se
utilizó nuestro dinero. Mientras no se le reconozca a la sociedad este derecho a pedir y revisar cuentas, todo irá mal,
proseguirá la impunidad, se mantendrán vigentes los criterios patrimonialistas (los bienes públicos empleados como
patrimonio personal), el ciudadano no será tal, sino la víctima de maniobras que desconoce y carecerá de elementos
para saber qué tan bien o qué tan mal está.

Un microejemplo: un padre de familia se entrevista con la directora de la escuela donde quiere que sus hijos estudien
y le pide a la augusta dama que le proporcione información exhaustiva acerca de la trayectoria académica y docente
de los maestros que van a encargarse de sus hijos. La provecta y hitleriana señora se precipita en los abismos de la
ira y contesta: esa información es "confidencial"y no se puede proporcionar; si no le parecen nuestros métodos, hay
muchas otras escuelas. Es cierto. Lo malo es que en las "otras escuelas" reaccionarán de la misma manera. ¿En qué
país estamos, Agripina?, ¿tengo o no tengo el derecho a conocer el perfil moral y académico de una persona que
tendrá en sus manos la educación de mis hijos?. Yo afirmo rotundamente que es mi derecho y mi obligación; pero acá
en la tierra de las mil transas, les parece una ofensa. Olvidemos ahora a la directora de la escuela y pensemos en
Martha Sahagún: ¿reaccionará de otra manera?. Insisto: no queda otro camino que legalizar, airear, ventilar y poner a
nuestro alcance la información.

El Zapatón
Así llama la voz popular al cada día más publicitado "concierto por la paz" organizado por TV Azteca y Televisa. No
tengo ninguna objeción a que dos consorcios televisivos olviden sus rencillas, su natural y cotidiana competencia (o
incompetencia) y se unan a favor de una causa. Tampoco me ofende la idea de un concierto multitudinario, aunque
éste no tenga como materia prima la música que más pudiera gustarme. Hasta aquí vamos bien. Mis reticencias
nacen cuando me pongo a pensar en términos de eficacia y pertinencia. ¿Conseguirá algo este concierto que se hace
a nombre de una paz que, para lograrse cabalmente, requiere previamente del establecimiento de condiciones de
justicia, dignidad, respeto y atención que les han sido negadas por siglos a millones de mexicanos?; ¿tienen TV
Azteca y Televisa autoridad moral para mediar entre un sistema secularmente explotador y esos "jodidos" que, por
supuesto, no podrán asistir al estadio?. Sin ánimo belicoso, en serio tengo mis dudas acerca del beneficio que un
tarahumara, un zoque, un tzotzil y/o un marginado urbano puedan obtener de este "evento" tan "nice". Presumo que,
de una manera u otra, Marcos va a salir raspado (para usar el neofoxismo) y el único beneficio que me queda claro
será para las televisoras que se lavarán la cara, como se decía antes, bien y barato.

Porque usted lo pidió, Televisa canceló los Talk Shows; a cambio, ambas cadenas nos ofrecen un nuevo,
multitudinario, catártico y rítmico Talk Show gigante.

Cualquier correspondencia con esta columna que se quiere legalizar, favor de dirigirla a gdehesa@infosel.net.mx o al
Apartado Postal 19-111, Delegación Benito Juárez, México, D.F.

Gaceta del Angel / Fox Trot

Por

Germán Dehesa

(20-Feb-2001).-

Moctezuma Xocoyotzin transfigurándose en tapetito de tule para que Hernán Cortés le haga el señalado favor de
pasarle por encima. Primera e imborrable imagen de nuestra capacidad de achicamiento y entreguismo frente al
extranjero. La inmensa lista de los mexicanos que jamás supieron ni de qué lado pegaba el diurex, ni para dónde
quedaba México es vastísima y creciente. Algo habría que decir también de los soberbios imprudentes que, sin mayor
oficio ni destreza, se pusieron con Sansón a las patadas sin importarles que los costos de sus bravuconadas corrieran
a cargo de todo un país. A este respecto, todavía está fresco el recuerdo de Don José López Portillo que con
encendida prosa "puso en su lugar" a Jimmy Carter, aunque hasta la fecha no nos repongamos del contrataque del
imperio. Difícil posición la nuestra: si nos volvemos tapetes, nos enrollan; si nos ponemos sabrosos, nos hacen
BigMac. Sólo nos quedan la dignidad, la discreción, la astucia y la palabra oportuna y exacta.

Viene todo esto a cuento por la reciente visita del señor Bush a nuestro país. "Vamos a apantallar al mundo" declaró el
señor Ortiz cuyo fuerte es la comunicación(?). Con tal motivo, preparamos una fastuosa boda de rancho. El problema
es que el novio nunca llegó. Llegó el suegro y llegó de malas. Lo mejorcito de nuestro gabinete esperaba sonriente y
compuesto en el aeropuerto de León (a Castañeda lo peinaron con linaza y quedó como Manolito el de Mafalda).
Llegó César Augusto Bush y, nomás para abrir boca, le marcó las distancias a Vicente Pilatos. Desde mi rústica
perspectiva de observador no privilegiado, la apantallante visita fue una sarta de improperios ("descolones", solíamos
decir los mexicanos) por parte del tejano Calígula postmoderno: el bombardeo a Irak (¿por qué hoy, hoy,hoy? se
preguntaba, no sin ingenuidad, Martha Sahagún) que implicó un doble "estáte quieto" para dos países petroleros; la
visita a los cultivos de bróccoli de la familia Fox y el grato comentario de Bush: a mi papi y a mí nos repugna el
bróccoli; el altivo rechazo del molito que con tantos sacrificios le preparamos; la rueda de prensa donde el gerente de
la globaliempresa llamó "rutina" a un ataque aéreo y la consternante intervención de Fox que opinó que no tenía
opinión (¿no podría haber dicho que México se opone a la violencia y que estando como estamos en la búsqueda de
una paz negociada, malamente podemos entender o aceptar una intervención armada?). Bush no trajo ni siquiera a su
esposa que "ama tanto a México"; Fox lo esperaba con toda su familia. Bush nos regaló una foto suya (omaigod!) y
una toalla vieja que dejó Clinton en la Sala Oval (o hueval, según se vea); Fox le ofreció oro, incienso y mirra y una
silla de montar (que el muy ojéis no se llevó "porque era muy cara y no se fuera a comprometer"); la yegua
"Maximiliana" se quedó, como varias primas mías, esperando a un jinete que le diera la vueltecita. Nuestro tradicional
mole que tantas bajas ha provocado en las filas yanquis, ahí se quedó. Todos los asuntos importantes quedaron en
veremos y la única satisfacción real que pudo tener Fox fue el permiso imperial para que su hijo y él se asomaran al
interior del aviononón ("nomás no toquen nada porque lo llenan de nixtamal", comentó Bush). El resto del día nos
trajeron como perico a toallazos. Sé que este punto de vista no coincide con las versiones oficiales; pero su Charro
Negro así vió las cosas y, por verlas así, me felicité de no ser presidente. De haberlo sido, yo sí me le arranco al cara
de chamoy. Yo le hubiera dicho: ¿sabes qué, Bushito?, no lo tomes como mal modo, pero he decidido hablarte con
toda franqueza y avisarte de tres medidas que voy a tomar: a) no pienso desperdiciar un solo peso, ni una sola gota
de sangre mexicana en la estúpida guerra contra el narco que es tuya y no mía; b) hasta nuevo aviso, reduciremos a
lo indispensable la compra de porquerías yanquis y c) ahorita mismo mando quitar el diablito que los californianos
pusieron en nuestro territorio ¿cómo la ves?. No digo que se hubiera quedado bizco porque ya está, pero le hubiera
calado. Insisto: ésta no es la versión oficial. Lo que dijo Fox es que la visita fue "un tiro" (en la nuca). Fox Trot.

La Fiesta

Llegó el día. Hoy, tres días antes del aniversario cronológico, celebraremos (es un decir) la marítima fiesta del Bucles.
Ya están los pececitos de colores, el tiburón inflable, la fingida albercota de cartón, los brincolines de ballena y el
disfraz de Ursula, villana subacuática, que lucirá la Hillary. Yo iré de pirata, pero de ésos que hacen copias no
autorizadas de videos porno. Comeremos bróccoli y el mole que se quedó en San Cristóbal. No estamos para andar
desperdiciando. Si sobrevivo, les cuento. Si no, no.

Regia Solicitud

Por tratarse de algo tan inusual y aunque sea a destiempo, cumplo con reconocer lo que públicamente me han pedido
los corresponsales regios: los Pumas fueron goleados sin misericordia por los Rayados. No volverá a suceder, pero
reconozco mirándolos a los ojos como Bush a Fox que ya sucedió. El llanto se extiende por todo Tenochtitlan.

Cualquier correspondencia con esta malmodeada columna, favor de dirigirla a gdehesa@infosel.net.mx o al Apartado
Postal 19-111, Delegación Benito Juárez, México D.F.

Gaceta del Angel / El comité de salud

Por

Germán Dehesa
(21-Feb-2001).-

Como recordarán, con ese nombre fue conocida la drástica institución que, en su período ultra y cegehachero,
engendró la Revolución Francesa. Lo formaban unos cuantos ciudadanos intachables (aunque nunca quedó claro
quién decidía la intachabilidad de esos ciudadanos). Sus sesiones eran veloces y ejecutivas. El punto central de su
agenda era muy nítido: ¿a quién hay que guillotinar?. Se presentaban candidaturas, se discutían más con odio que
con ponderación, se pronunciaba un fallo casi siempre condenatorio y se procedía a la ejecución que brindaba al
populacho sana diversión y esparcimiento. Quien guste puede asomarse a este tenebroso pasaje de la historia y
descubrirá que sólo fue cuestión de tiempo el que, uno a uno, los miembros del Comité de Salud dejaran de ser
acusadores y resultasen acusados. Estamos hablando de un grave temblor de la razón que fue anticipado por muchos
experimentos inquisitoriales y que ha engendrado réplicas desde entonces y hasta hoy. Me ocupo de esto porque veo
con antiguo terror cómo, tras setenta años de mordaza, los "medios" mexicanos están por constituirse en una suerte
de reproducción tropical del Comité de Salud. Hemos descubierto la rentabilidad mediática de las ejecuciones
sumarias.

Lo de menos es que México tenga leyes, aunque sea en teoría. No importa tampoco que no pase día sin que
hablemos de garantías individuales, derechos humanos y respeto a la vida privada. Todavía importa menos averiguar
a qué intereses políticos está sirviendo un medio cuando decide que tal o cual ciudadano debe ser guillotinado. Lejos
de eso, los "informadores" solemos decir con muy discutible orgullo cosas como: "según documentos que han llegado
a nuestras manos por vía de una "filtración" (¿qué es eso y a qué me compromete?... eso jamás se dice)", o "gracias a
una fuente autorizada (hermosas fuentes) que no revelaré, podemos informar a nuestro culto público que el
prestigiado licenciado Tachuelín, que tan decente se veía, es un monstruo de corrupción y de maldad que fue un
siniestro cómplice del antiguo régimen y que ya desde el kinder se robaba las gelatinas.

Estoy hablando en general, pero también quiero hablar en lo particular. Me urge deslindarme de Héctor Aguilar Camín.
Con él puedo discutir pública o privadamente sus chicoleos con el salinismo y/o su cercanía, quizá excesiva, con el
zedillismo. Lo que no puedo (ni es mi tarea) es juzgarlo y condenarlo porque ¡oh, aberración!, su empresa trabajó para
el gobierno y cobró su trabajo y tuvo la inaudita suerte de que le pagaran pronto y bien. Hasta aquí, colegas, no
encuentro delito que perseguir. ¿Ninguno de nosotros los dizque "líderes de opinión" ha trabajado jamás para el
gobierno, o ha admitido en sus tribunas propaganda oficial?. Sin ir más lejos, el sexenio pasado, a mí y a mi
escuadrón melódico nos contrató la SEP para cuatro conciertos para los maestros en el Auditorio y ¡horror de
horrores!, nos pagaron pronto y de modo razonable (hay fotocopias de los comprometedores cheques).

En conclusión: no cuenten conmigo para el Comité de Salud. No intento proclamar la inocencia de Aguilar Camín,
pero estoy mucho más lejos de declararlo culpable. Creo que en México hay tribunales para ventilar estos asuntos. En
pleno ejercicio de la defensa propia, encuentro ilegal y lamentable entrometerme en vidas privadas y juzgar y
condenar a partir de presunciones, filtraciones y fobias y filias personales. Creo que no ganaré mucha popularidad,
pero afirmo que Aguilar Camín es inocente hasta que nuestras leyes demuestren lo contrario. Lo demás es meterse
en la doble y siniestra grilla de los intelectuales, los comunicadores y los políticos.

Por si Fuera la Ultima

Debido a las presiones brutales de la Hillary, escribo esta columna antes de la jumbofiesta del frutito de mis entrañas.
No es imposible que los setenta niños convidados ("ahora los niños son muy sensibles") detecten el medular odio que
les profeso y decidan tomar la ofensiva. Desde que Fox dijo lo de "nuestros maravillosos chiquillos", todos nuestros
moconetes se han convertido en embriones del Mosh y nomásh no hay modo con ellos (hijoesú). Temo un motín de
los minirreclusos que concluirá con la vejación y ejecución del "papá del festejado". Si esto ocurriera, quiero dejar
constancia de que moriré pensando en Pancho Barrio y en sus muy alentadoras declaraciones a favor del derecho a
la información; pensaré también en Paco Gil y en su última y audaz declaración: "no creo que la gente me odie". Si de
algo le sirve, yo no lo odio; más bien, lo considero un buen mexicano y un hombre tierno y firme en la adversidad.
Pensaré también que no es mala cosa que por fin el gobierno haya decidido hacer algo por las miles de víctimas de
las "cajas de ahorro" y, con particular agrado, recordaré mi última cena en casa de mis amigos sono-xalapeños que
fue una islámica delicia y una radiante mesa de amistad. Recordaré muchas cosas, pero muy en particular, recordaré
a las mamacitas de los escuincles que se disponen a organizar mi holocausto. I will survive. ¿O no?.

Cualquier correspondencia con esta columna que no sirve de guillotina, favor de dirigirla a gdehesa@infosel.net.mx o
al Apartado Postal 19-111, Delegación Benito Juárez, México D.F.
Gaceta del Angel / Ballet acuático

Por

Germán Dehesa

(22-Feb-2001).-

ANDANTE FESTIVO: Llegó mi amigo Lalo a la fiesta del Bucles. Contempló la jardinada hondura donde ésta se
estaba realizando. Un meidral de niños; otro meidral de madres; una gigantesca reproducción inflable del Titánic a
punto de naufragar (escalofriante símbolo nacional); pececitos, tiburones, mi hija Juana Inés disfrazada de ola (es un
performance conceptual, ¿sabes?), mi suegra caracterizada como Jacques Cousteau y el resto de mi familia política
en calidad de arrecife de coral. Lalo vio todo esto y vio que era bueno (pobrecito). Adoptó su épica pose de dueño del
rancho La Ponderosa, adelantó el pie con inaudito garbo y se rodó las escaleras. Los escuincles cabrestos hasta le
aplaudieron. Su esposa se lo llevó a urgencias. Tardará en sanar dos semanas. Muchas otras actividades recreativas
tuvimos en la fiesta, pero ésta fue insuperable. El grupo "Cántaro" que se dedica a la inexplicable tarea de hacer
música infantil y la hace muy bien sobrevivió airoso al embate de los minimoshes. Una encantadora niña insistía en
meterme un cheeto en la oreja, otra me pegó una paleta pringosa en mi suéter. La Hillary disfrazada de gitana otomí
bloqueó mi iniciativa de seguir el luminoso ejemplo del Pinky Bush y regalarle un retrato mío a todos los asistentes. No
me resultó fácil, pero en menos de una hora logré que los caperuzos me declararan persona non grata en el
alucinante ágape. Con tal motivo, organicé una mesa de póker con varios adultos que sobrevivían al naufragio. Al
final, salí a mano y eso es ya mucho decir para una fiesta infantil. A media noche, el Bucles despertó dando de
alaridos porque estaba soñando con tiburones. Su madre lo tomó en brazos y le contó el cuento de la última asamblea
del PRI y esto lo aletargó definitivamente. Ahora tenemos un año de tregua. Por lo pronto, el festival acuático ya pasó.
Peor le fue a Lalo.

ADAGIO DRAMATICO: Fox es un provocador nato. El fue quien puso en el tapete el inaplazable, el muy grave, el
estratégico asunto del agua (el "vital líquido" como dicen los locutores descerebrados). Dicen que Fox dijo lo que
luego M. Sahagún dicen que no dijo y entonces Andrés Manuel dice que Fox sí dijo lo que dice M. Sahagún que no
dijo, pero que de todos modos, Andrés Manuel dice que no va a decir nada, hasta dentro de un año cuando dirá cosas
quizá similares a las que dicen que Fox no dijo. Como verán las palabras, el agua y el tiempo son bienes
perfectamente desperdiciables y enturbiables. Digo y no me desdigo.

Como mi falta de sagacidad política es absoluta (a veces me mandan una pipa, pero es muy de vez en cuando), yo
considero que el asunto es claro y prioritario: el país no puede seguir subsidiando el agua de la Capital y el gobierno
no puede seguir subsidiando indiscriminadamente el agua de todos. A la fecha los resultados son catastróficos: los
ricos desperdician el agua, los pobres no tienen y las clases medias a veces no tienen y a veces la desperdician.
Resultado: ya se encabritó Tláloc.

¿Sería mucho pedirle a las autoridades de todas las filiaciones que se reunieran y, puesto que se trata de una
verdadera emergencia nacional, se comprometiesen en un pacto nacional del agua?; ¿sería mucho pedirles que
tabularan el precio del agua tomando en cuenta dos variables: el volumen de uso y la situación socioeconómica de los
usuarios?; ¿un problema de sobrevivencia nacional tiene que convertirse en bronca ideológica y/o en materia de
"oportunidad política"?. Me aterra mirar que de la sumisión perruna hayamos pasado de golpe al rollo permanente.
Con acuática ilusión imagino lo que ocurriría si ajustáramos bien los precios del agua: los ricotes cuidarían ese recurso
que les cuesta tanto, los pobres conocerían el agua y los sectores medios aprenderían a ahorrar. Como el agua: todo
fluiría.

Madame Democracia

Vemos a cuadro a Miss Villahermosa que, en espera de que se reabra el Lobohombo, está caracterizada como "la
democracia" en versión pastel de Sanbornís. Nos pide que le hablemos y que no la dejemos sola con su problemón
del horario; luego nos da un teléfono discreto para que la contactemos y el televidente se queda torturado por la duda
de si se trata de una call girl, o una consulta de Andrés Manuel, o las dos cosas. Pregunta: ¿cuánto nos va a costar
este arrebato tropical sobre una materia tan inane y tan imbécil?.

El Secreto de los Mayas

Creo que para los lingüistas rusos no hay placer mayor que escuchar los encendidos y herméticos discursos de Víctor
Cervera Pacheco. En Tlacotalpan dirían que habla muy físico. En Chiapas se dice hablar muy crítico. Lo maravilloso
es que nadie entiende nada. Si se le pregunta al prócer ¿qué quiso decir?, responde con otro texto místico que
requeriría de otro traductor. Hasta ahora las misteriosas estelas mayas estaban grabadas en piedra. Cervera ha
logrado tallarlas en el aire y con la pura lengua. Como decía mi mamá cuando leía mis enigmáticos textos juveniles:
¡ay, mijito, te debe haber quedado muy descansada la cabeza!.

Cualquier correspondencia con esta fluída y húmeda columna, favor de dirigirla a gdehesa@infosel.net.mx o al
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Gaceta del Angel / Me tomo la libertad

Por

Germán Dehesa

(23-Feb-2001).-

Si me espero a que me la den, me la concedan, o me la otorguen y conociendo cómo se las gastan nuestros
maravillosos burócratas, lo más posible es que muera sin conocerla. Por eso me tomo la libertad. Resulta que hoy la
necesito de manera inaplazable. Hoy el menor de mis hijos cumple seis años y no encuentro mejor regalo para él que
una muestra viva y a todo color de la libertad que, a falta de la firma autentificadora de alguna autoridad eclesiástica,
está avalada por mi existencia.

Advierto que no hay nada extraordinario en el hecho de que un hijo cumpla años. Para decirlo con más precisión:
todos nuestros hijos cumplen años y a los padres siempre nos parece extraordinario. Así pues, viene a resultar que es
un acontecimiento a la vez cotidiano y milagroso (¿habrá algo más milagroso que lo cotidiano?). Aunque soy padre en
el Siglo XXI, algo muy medular en mí se siente madre del Siglo XIX. Así caracterizado, me llena de orgullo saber que
tengo cuatro hijos de los cuales dos ya son muy aceptables ciudadanos y otros dos están en camino de lograrse como
tales. Si esto se ha conseguido gracias a mí, o a pesar de mí, la historia lo juzgará. A la fecha y de modo totalmente
empírico, puedo concluir provisionalmente que un hijo se logra bien si tiene una madre inteligente y un padre que no
estorbe demasiado y que aporte una cuota suficiente de amor y de humor.

Como todavía no he recibido la biológica bendición de la maternidad, me concentro en el asunto de la paternidad y me


pregunto: ¿cómo le hace un padre para cumplir esa no aprendida tarea de amor que un hijo, por el hecho mismo de
existir, nos demanda?. Aquí es donde el humor es una ayuda invaluable. Si ambos ingredientes se combinan en la
justa proporción, se puede proceder a tomar la libertad. Según me consta, la operación es complicada. Supongamos
que un padre ya cursó con cierto éxito materias como iniciación al respeto, compasión avanzada, taller de autoestima,
administración de adversidades, seminario de sentido común, contemplación de amaneceres y bosques, práctica
intensiva de la sonrisa, apapacho aplicado, afinamiento auditivo, olfato social, gusto existencial y refinamiento del
tacto. Si lo ha hecho, quizá esté en el umbral de la libertad. En tan emocionante condición descubrirá varias cosas:
nadie toma la libertad de una vez y para siempre (es un ejercicio cotidiano); la libertad no se consigue arrebatando o
disminuyendo la libertad del otro y la libertad es un bien intransferible.

Así las cosas, concluyo que mi parcela de libertad no puede ser heredada a mis hijos (ni a nadie). Lo que sí puedo
hacer es tomarme la libertad de modo tan constante y tan sonriente que a los hijos les venga la feliz tentación de
tomarse sus propias libertades. Házlo, Andrés, y verás que no tan sólo es el mejor regalo que te puedas hacer, sino
que es el único. Sin él, nada te será dado. Con él, tienes derecho al árbol, al abrazo, a la música, a las constelaciones
y a los dos regalos que me tomé la libertad de ofrecerte: el amor y el humor. Como somos mexicanos, me tomé la
libertad de envolverlos profusamente. Considera que estas líneas son esa envoltura. La infaltable tarjetita la tomo
prestada de un antiguo y quizá inexacto recuerdo de Virgilio: quien no piensa y sonríe jamás tendrá el beneplácito de
Júpiter, ni el derecho a compartir los placeres de Venus. Por lo pronto, concentrémonos en Júpiter. En próximas
fechas, me tomaré la libertad de platicarte de Venus. Felicidades mi estimado, mi entrañable Bucles.

Contigo, lectora lector querido, sí puedo hablar de Venus: hoy toca.

¿Algo más, Don Marcos?

El mundo comienza a contagiarse de virtualidad. Tenazmente sobreviven algunos seres y algunos eventos reales.
Esporádica y casi milagrosamente se da el fenómeno contrario: virtualidades que se convierten en realidades. Tal es
el caso de los indios mexicanos. Después de siglos de virtualidad, se han vuelto tenaz, irreversible y dolorosamente
reales. Para mí, ésta es exactamente la medida de lo logrado por el EZLN y de lo producido por el sonriente y enorme
talento mediático de Marcos. La Realidad, ahora lo sabemos todos, queda justamente en Chiapas. Creo que lo que
ahora procede es entender que todo logro implica riesgos. Mientras se viva en la virtualidad nada significa nada. La
terca realidad tiene límites y exige como cuota de permanencia mesura y sentido común. Véase como se vea, la
marcha zapatista es para todos los implicados, pero en particular para el EZLN una jugada definitiva con objetivos que
están (o deberían estar) muy claros. Si se convierte en tour proselitista que en su camino levante los miles de agravios
-reales o ficticios- que nuestro país ha acumulado, lo que llegará a México no será la justísima demanda indígena de
una paz digna, sino la más variopinta y exclusiva corte de los milagros que la historia haya contemplado. Si, como ya
sucedió, a Marcos se le ocurre que la Cruz Roja está ahí para cuidar caravanas y peregrinaciones y luego resulta,
como ya resultó, que la Cruz Roja avisa que no da ese servicio, me parece una virtual locura real que Marcos se trepe
al mítico retinto y decida que todo es una siniestra conjura de Fox. Mi muy apreciado Marcos: la realidad no da para
tanto. Bien me lo comentaba hace poco un querido cuate: con todos los peros que quieras ponerle, Germán, creo que
la campaña de las televisoras ha puesto de manifiesto el ansia colectiva de paz. Habrá que acotar y definir el concepto
"paz"; habrá que cargarlo de sentido y de futuro; pero desde la realidad hay un mandato claro. Marcos: ya déjate de
xaladas; el tiempo ha llegado de que en el centro mismo de lo real estalle la paz.

Cualquier correspondencia con esta columna que se toma muchas libertades, favor de dirigirla a
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Gaceta del Angel / Sobre la marcha

Por
Germán Dehesa

(26-Feb-2001).-

EL DESLINDE: Alfonso Reyes sabrá perdonar esta usurpación de título, pero mi alma no conocerá el sosiego si no
pinto una urgente y nítida raya en mi territorio. Pocas ofensas tan graves ha recibido mi espalda como las palmaditas
que últimamente me suelen propinar los viejos jerarcas priístas a la voz de ¡duro con los advenedizos!, ¡pónlos en su
lugar!, ¡ahora van a aprender este par de improvisados que no es lo mismo ser borracho que cantinero!. Ya se
imaginarán que "este par" está formado por Vicente Fox y Andrés Manuel López Obrador. Como yo voté por ambos
( y sigo votando), me aterra que los aperplejados dinosaurios interpreten mis críticas razonables o no como una suerte
de nostalgia de los estilos paleozoicos y la indigna y contínua transa "patriótica" que ellos practicaban y
usufructuaban. Por favor, dinocuates, no se equivoquen. Bendita la hora en la que ustedes se fueron. Mi mejor deseo
es que sus modos, sus atropellos, su medular corrupción, su ineptitud y los incontables daños materiales y morales
que le causaron al país jamás vuelvan a darse y ojalá que logremos ir extirpando todo lo que de malo nos dejaron.
¡Uff!, ya lo dije, ya me alivié, ya puedo comenzar esta semana en paz y ya puedo malhablar a gusto del
presidenchente y del pejejefe.

EL TRATO: En entrevista radiofónica, Andrés Manuel, una vez más, resistió heroicamente la tentación de guardar
silencio y comentó en su singular dialecto que a Marcos se le trataría en el DF como a cualquier ciudadano, pero que
se le brindaría apoyo y protección porque está "luchando por una causa noble". ¿Se dará cuenta Andrés Manuel de
las inconsecuencias que emite?. Si se le brinda protección a Marcos, ya no está siendo tratado como cualquier
ciudadano. A los ciudadanos comunes nos consta que estamos atenidos a nuestras propias fuerzas y que día a día
tenemos que hacer verdaderos milagros para cruzar con bien el estrechísimo cauce que nos dejan la omnipresente
violencia y la cotidiana corrupción (Scila y Caribdis). Por lo que se refiere a la coartada de la "causa noble" tampoco la
encuentro muy feliz. ¿La de los ciudadanos que trabajamos en paz y tratamos de ver por el bien propio y ajeno y
pagamos nuestros impuestos y sufrimos y nos comprometemos a favor de la prosperidad y la justicia para todos los
mexicanos no es una "causa noble"?. Si lo es, ¿por qué no nos brindan protección?. Yo que Andrés Manuel no
hubiera hablado, pero si ya habló, ahora que nos explique. Creo que esta aclaración será más sustanciosa que el
sainete que se trae con su cheque y con su sueldo.

VA MI BANDA EN PRENDA: Todavía está caliente el micrófono y viene a escena el Presidente Fox y, sin red
protectora ni tequila de por medio, anuncia que con la marcha de Marcos se está jugando la presidencia. ¡Akelá!. ¿Por
qué no se juega otra cosa?. La presidencia no es suya; nosotros se la dimos en custodia y no le vemos la menor
gracia al hecho de arriesgarla en honor de un cuate que, si se mira bien, ya cumplió su tarea y que mucho bien nos
haría no con su multimediático y riesgoso circo itinerante, sino incorporándose a las inaplazables, pacíficas y poco
vistosas labores que se requieren para traer a la dignidad y a la realidad a todos los humillados y ofendidos de este
país sean de la etnia que sean. Don Vicente: usted es el Presidente y uno de sus temas de atención, uno entre
muchos, debe ser Marcos y más allá de Marcos, el problema de la marginalidad y la pobreza. Hasta ahí vamos bien.
"Jugarse la presidencia" es hacer lo mismo que el Sup y su "San Cristóbal marching band": ponerle demasiados
huevos a su rompope.

Por cierto, Presidente, lo felicito por su programa de radio en torno a la lucha contra la corrupción. Pancho Barrio es
un valiosísimo colaborador y el aval moral de Federico Reyes Heroles es, bien lo sabe usted, inapreciable.
Consérvelo.

La Tradición del Corrido


Cuentan los estudiosos del tema que una buena manera de averiguar la importancia de un narcotraficante es
preguntar ¿cuántos corridos le han hecho?. Si la respuesta es tres o más y el homenajeado sigue vivo, tengan por
seguro que están frente a un durable y respetado profesional.

Un criterio similar puede aplicarse para evaluar a un comentarista de radio y/o televisión. Todo es cuestión de
preguntarle: ¿cuántas veces te han corrido?. Si la respuesta es tres o más, casi con absoluta certeza puedo decirles
que se trata de una voz crítica, independiente y que corresponde a un ser que piensa y eventualmente se equivoca,
pero siempre por su cuenta.

Comprenderán que no estoy haciendo un simple ejercicio teórico. Me estoy refiriendo a Ricardo Rocha, a Manú
Dornbierer, a María Victoria Llamas, a Gina Batista, a Estela Livera, a Paco Huerta y a una voluminosa colección de
corridos. "Es que eran conflictivos" suelen decir los magnates con aire de que se están sacudiendo del hombro un
insecto dañino aunque irrelevante.

Me invaden varias alarmas: ¿por qúe en esta época de supuesto cambio y apertura ha crecido tan intensamente la
lista de caídos en el deber?. ¿Por qué muchas de estas "voces" recogen su cabeza recién guillotinada, pasan a
retirarse y no hablan a fondo sobre los motivos de su defenestración?. ¿Será cierto eso de que a los que sufren en
silencio los premian con un contrato en otro lugar y en cambio a los "incómodos" que se van de la lengua los incluyen
en la lista negra y ya no los contratan ni en la Voz de Tingüindín?. ¿Cuánto tiempo más seguiremos desunidos,
sumisos y martirizados los que tenemos el deber de hablar?. Todavía no tengo respuestas. De la Revolución para
acá, los corridos se han vuelto muy misteriosos.

Cualquier correspondencia con esta columna que es una marcha inmóvil , favor de dirigirla a gdehesa@infosel.net.mx
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Gaceta del Angel / Lo inesperado

Por

Germán Dehesa

(27-Feb-2001).-

Si quieres que te ocurra, debes esperar lo inesperado. Alguien dijo eso y me sonó tan extravagante que de inmediato
lo adopté como norma de vida. Desde entonces y hasta hoy, vivo en la emocionada espera de lo inesperado.
Reconozco que la vida, la caprichosa, la marchosa, vida mexicana, ha sido pródiga conmigo a este respecto. No diré
que vivo de sorpresa en sorpresa, porque entonces ya no habría sorpresa alguna. La irrupción de lo inesperado es
más laboriosa. Pienso en el Macario de Rulfo que ahí se estaba inmóvil y acuclillado en espera de que apareciera una
rana para darle un garrotazo.

Lo inesperado es como Macario: espera silencioso que se abra un resquicio, una fisura en lo cotidiano y ¡chuic!
aparece con su sorpresivo garrote. Comienzo a sospechar que no soy el único en México que vive en tal estado de
alerta. Desde 1985 somos millones de mexicanos que día a día despertamos instalados en el chamoy metafísico que
se formula así: ¿y ahora, con qué irán a salir?. La pregunta incluye a los tres tenores (Fox, Andrés Manuel y Marcos),
al crimen organizado, a la justicia desorganizada, al narco, a los partidos, a los próceres locales, a los bisoños
funcionarios, a los agonizantes dinosaurios, a la surrealista "consulta popular" sobre el horario de verano (mi teléfono
no dejó de recibir quejas y agravios), a la comunidad lésbico-gay, a obispos y potestades y al camión de la basura
(¿pasará o no pasará?).

Tan bonita que era la vida en tiempos de López Mateos: nunca pasaba nada, cada mes inauguraban la misma presa
con nombre distinto, enseñaban la maqueta de una carretera única en América Latina (la carretera nunca se
construiría, pero eso no le restaba unicidad a la maqueta), López Mateos siempre estaba de viaje y cuando regresaba
a ver si no se había ofrecido nada, tenían que recibirlo hasta los barrenderos con matracas y confeti como si hubiera
regresado de Saturno. "Y así rodeado de bellas damitas concluyó la exitosa gira de Estado de nuestro señor
Presidente", decía Santibáñez con voz engolada a modo de épico remate del noticiero cinematográfico. Eso era
bonito. Todo el sexenio estaba previamente agendado y cualquier personaje o acontecimiento que rompieran la rutina
eran acusados inmediatamente de disolución social y retirados de nuestra vista. Ismael Rodríguez había logrado
convencernos de que ser rico era una maldición bíblica y que, en cambio, los pobres usufructuaban una felicidad a
prueba de Chachita y del atropellamiento del Camellito. Todo el país estaba como muy bien acomodadito. Luego ya
no.

Hoy todo puede ocurrir. Yo puedo apuntar en mi agenda que el martes por la noche tengo cita formal con prestigiado
periodista en guajolotero restorán de la zona sur. Puedo llegar puntualmente a ese compromiso. Cuarenta minutos
después, mi cuate no ha llegado (no llegó nunca) y yo estoy cenando tortas de pierna con tres amables
administradores que jamás había visto en la vida. Diez minutos después, ya estamos intercambiando confidencias,
anécdotas familiares, perplejidades y efusiones de amistad eterna. Suena mi celular, contesto y oigo lo siguiente:
"deveras inch'Mendoza, ¿por qué no te presentaste al juzgado?, te encanta hacerte buey." Juro que no me apellido
Mendoza, que no frecuento los juzgados y que no me hago buey; es la realidad la que me está haciendo. Yo también
quiero la paz; la inesperada paz.

Pero, ¿Qué es la Paz?

Juego a imaginar e imagino (con la ayuda de Sánchez Susarrey y Bartra) que esas tres letras, pe-a-zeta, son un
minúsculo continente para muy diversos contenidos: la paz que busca Marcos, la paz que necesita Fox, la paz que
publicita la televisión y la paz que requieren México y el desasosegado, desacralizado, desencantado y depredado
mundo.

Creo que Fox se equivoca cuando piensa que la rebelión en Chiapas fue contra el PRI y no contra un gobierno
neoliberal (de origen legítimo o no), globalizador y adscrito a la economía de mercado y a sus instantáneos, narcóticos
y virtuales paraísos donde no tienen lugar los mitos y los ritos de las tribus (todos pertenecemos, por el momento, a
alguna tribu).

Creo que Marcos se equivoca al suponer que puede lograr que México entero, con Marcos y Fox al frente, puede
convertirse en una Chiapas global que lance comunicados a favor de las etnias marginales (tú y yo) que, aunque no lo
sepan, tienen sus días contados (quizá por aquí podamos entender la imposibilidad del verdadero diálogo). Suena
romántico, pero no es real. Más nos valdría educarnos intensivamente y adquirir las armas intelectuales que hoy
necesitamos para dar una batalla real y hacernos un espacio legal y justo en el mundo. No hay paz sin bienestar y no
hay bienestar sin educación y trabajo. Lo demás son marchas.

En cuanto a los cancunenses berrinches globalifóbicos y los tardíos arrebatos televisivos con música de Maná y
Caifanes (¡háganme el c.favor!), apelo a mi pudor intelectual para abstenerme de todo comentario. Un elemental
sentido de humanidad me induce a respetar a los que le hacen caso a las proclamas del perro Bermúdez.

En principio, todos decimos querer la paz. La bronca o el avenimiento comenzarán cuando nos pongamos de acuerdo
en qué significa exactamente hoy esa palabra. Si este acuerdo no se cumple, ocurrirá lo peor: no pasará nada.

Cualquier correspondencia con esta inesperada columna, favor de dirigirla a gdehesa@infosel.net.mx o al Apartado
Postal 19-111, Delegación Benito Juárez, México D.F.

Gaceta del Angel / Clonemos a Javier Aguirre


Por

Germán Dehesa

(28-Feb-2001).-

Yo admiro y me beneficio de la amistad de Javier Aguirre. De hecho, me cuesta mucho trabajo ser amigo de alguien a
quien no admiro (la excepción sería mi amigo "el chilaquil", pero es una historia vieja y luciferina que no voy a contar
ahora). Vuelvo a Javier Aguirre. El domingo tuve la malhadada oportunidad de verlos a él y a su equipo hacer
tristísimos desfiguros que alcanzaron su más bajo y lamentable nivel cuando Javier (que estaba en cadena nacional)
actuó de un modo tramposo, ratonero e indigno. Digamos que se comportó como tú o yo, o ellos nos hemos
comportado en alguno o algunos momentos de inasistencia o bloqueo neuronal de nuestra variopinta existencia.

Hago una pausa que refresca y la aprovecho para salirle al paso y marcar a presión a la señora potosina que, a estas
alturas del artículo, estará pensando: este imbécil, en lugar de hablar de la marcha o de succionar la yugular de López
Obrador, está hablando de Javier Aguirre y de las malandanzas de los Tuzos del Pachuca. Pues sí, señora mía (es un
decir), creo que es un deber de higiene social que alguien hable de otras cosas.

Regreso a la cancha y comparto con ustedes el asombro que me provocó Javier Aguirre cuando, a 25 horas de los
reprobables hechos, tomó el teléfono y se comunicó al programa de José Ramón Fernández para declarar con voz
firme que se había comportado como un perfecto idiota, que había perdido toda compostura, que se había mostrado
indigno de su cargo y de su equipo, que no tenía que culpar a nadie de sus tonterías personales y que estaba
dispuesto, no a renunciar que sería una salida fácil, sino a sacar adelante a su equipo por el bien del Pachuca y por
dignidad personal. Thatís my boy!, dije yo, que cuando me emociono, pienso en lenguas extranjeras. No es usual
escuchar a un mexicano asumiendo plenamente sus responsabilidades y aceptando sus errores. Estarán de acuerdo
conmigo en que esto va más allá de los avatares deportivos y tiene que ver con el urgente cambio de actitud que
necesitamos los aquí nacidos. Lo normal sería que un mexicano recurriera a su inagotable catálogo de pretextos,
coartadas, explicaciones incoherentes y torturados razonamientos sin más destino que demostrar que la culpa (la
responsabilidad) era de otro. Las energías y el tiempo que hemos consumido en las tareas exculpatorias; la cerrada
bruma ética que hemos creado por nuestra incapacidad para usar el límpido vocablo griego que ahora cito:
apendexéme.

Imaginemos que a los políticos les viniera un ataque similar de decencia intelectual y de coherencia ética. Imaginemos
a cualquiera de los que hoy están en funciones, o a cualquiera de los que todavía mantienen gobierno cerebral y uso
de la palabra (no cuenten a López Portillo) pidiendo el micrófono para reconocer sus fallas y aceptar sus
responsabilidades. Si la imaginación no te da para tanto, lectora lector querido, haz un ejercicio más doméstico e
imagínate haciendo lo propio frente a tus hijos, o tus compañeros de trabajo, o los destinatarios de tus palabras y
silencios. En ese mismo instante, México recuperaría su luz.

Por algún extraño atavismo tenochca, suponemos que reconocer un error y asumir plenamente sus consecuencias
lesiona gravemente nuestra "imagen". Es posible; pero resulta que no somos "imágenes", somos seres falibles que
sólo crecen, maduran y adquieren plena dignidad cuando reconocen sus faltas. Convengo con el hoy homenajeado
Vicente Leñero: la palabra "perfección" es detestable. Añado: es detestable por irreal. Dicho esto, vuelvo a mi súplica
inicial: clonemos a Javier Aguirre.

Los Reparos de la Hillary


Comienzo por reconocer que la afanosa madre del Bucles jamás ha estado muy de acuerdo con su mote periodístico.
Cuando la saludan en la calle y le dicen Doña Hilaria experimenta crisis convulsivas. Ahora las cosas se han puesto
peores. La información que llega del norte indica que la Hillary original es una especie de Loba de Chimalhuacán en
versión neoyorquina. Con tal motivo y en lo que se averigua, mi frenética consorte exige un cambio de seudónimo y
amenaza con llevar el asunto al TRIFE e incorporarse al Zapatour. De natural pacífico como soy, he propuesto el
diálogo y la negociación. En honor a ella he de reconocer que se mostró aquiescente y dispuesta a oír propuestas.
Quizá mi imprudencia consistió en proponer Dulce María como nuevo nombre periodístico. De momento están rotas
las negociaciones y estoy en la mejor disposición de recibir sugerencias (Elba Esther ya también está vetado). Esto
tiene que arreglarse para el viernes. De lo contrario, mi soledad será infinitamente más intensa que la de Labastida.

Cualquier correspondencia con esta columna que le va a México, favor de dirigirla a gdehesa@infosel.net.mx o al
Apartado Postal 19-111, Delegación Benito Juárez, México, DF

Gaceta del Angel / En lo que llega el polvo

Por

Germán Dehesa

(01-Mar-2001).-

Recuerda, hombre, que eres polvo y en partícula suspendida te convertirás. Ayer fue Miércoles de Ceniza y la grey
católica recibió el mensaje quizá poco alentador de que todos terminaremos hechos polvo. Si alguno vio el
estremecedor reportaje presentado por el no menos estremecedor Amador Narcia acerca de las "barras asesinas" y
los accidentes carreteros, está dispensado de ir a tomar ceniza. Gente allegada a Don Norberto (Norbocop), me
informa que a los capitalinos les basta con respirar fuerte para tomar suficiente ceniza (para colmo de pesares,
Savonarola Loyola ya clausuró los table-dance de Querétaro que eran famosos en todo el mundo). Comienza la
Cuaresma y, según mi finadita madre, lo único que nos toca es ¡llorar y llorar!.

A mí no me gusta llorar. Muy sabido tengo que seré polvo. De hecho, ya poseo varias vísceras muy adelantadas en
tan molesta tarea. Mi certeza es que el polvoso asunto no me concierne. Trato de ocupar mi vida en todo lo que quiero
hacer antes de que llegue el polvo. Hoy, por ejemplo, me sacudí las telarañas del sueño y emprendí camino rumbo a
Los Pinos. Como quizá les conste, no soy visitante asiduo de la residencia presidencial. Hace ya algunos años acudí a
platicar con el Dr. Zedillo que me invitó un café que nunca me sirvieron. Hoy llegué y encontré un ambiente mucho
más relajado y amable. Varias zonas están en trabajos de remodelación y me imagino que van a poner una
vulcanizadora, un expendio de brócoli y otros changarritos.

Lo esperan en la puerta #1, me dijo un solícito cuidador de la residencia. Caminé cual sediento migrante hasta la
puerta #1 que, como su nombre lo indica, es la primera. Pasé por un detector de metales y ya con la axila muy
amotinada, desemboqué en un amplio jardín. No había nadie. Me sentí Caperucito Negro. De atrás de una apacible
fronda ¿quién creen que surgió?. ¡Martha Sahagún! que se me acercó como mamá de Bambi. ¡Germaaán!. Omaigod!.
¿Qué haces aquí?. Es lo que ando averiguando. ¿Vienes a la reunión con las organizaciones sociales?. Yo creo que
sí. ¡Uuuy!, pues estás lejísimos; tienes que volver a salir y buscar la puerta #5 que queda en el otro extremo, ahí bajas
por la rampita (mímica de rampita) y te encuentras con el Auditorio López Mateos, pero apúrale, porque queda
retirado. ¿No me podrían prestar a la yegua Maximiliana?, pensé en preguntar, pero desistí y emprendí la larga
marcha. La puerta #5, como su nombre lo indica, queda en el quinto demonio. Llegué en actitud de marchista
descalificado.

El pésimo ejemplo de Andrés Manuel. La reunión estaba citada a las once y comenzó a las once. Eso nunca pasaba
en México. Como una concesión muy especial, nos dejaron pasar a los olorosos remisos. Valió la pena. El auditorio
estaba lleno de puros cuates y cuatas que han decidido que, en lo que llega el polvo, hay que trabajar por los demás.
Fox y Elizondo aguantaron firmes los señalamientos y reclamos femeninos. Una admirable mujer llamada Blanca
Villaseñor que trabaja con niños migrantes se salió del libreto y le dijo a Fox que la sociedad civil estaba en total
desacuerdo con la absurda golpiza de Cancún. Aplauso general (en su momento, Fox diría que él también reprobaba
esa injustificada violencia que, según él, había corrido por cuenta de la policía municipal de Cancún y sin la menor
participación de la PFP. ¿Será?. Las imágenes no parecen corroborar esto).

De esta reunión saco en claro que las tareas de ayuda social ya no se realizarán a pesar del gobierno, sino en
colaboración con él. Como quieran verlo, ya es ganancia.

De salida y ya subiendo "la rampita" me encuentro con un niño de la edad del Bucles que sube ayudándose con dos
muletas. ¿Te ayudo, manito?, le pregunto. ¿A qué?, me responde con mirada dulce y firme. Silencio. Subimos juntos.
Ese niño y yo seremos polvo, pero en lo que llega el polvo, no habrá rampa que nos detenga, ni tarea humana que no
nos concierna.

Fox, Saramago, y Marcos

En entrevista con Javier Solórzano, escucho al infatigable y genial autor de "Ensayo sobre la Ceguera". Me encantan
los hombres que hablan con calma y que piensan antes de hablar. Javier conoce muy bien la cercanía que Saramago
tiene con el EZLN y con Marcos. A sabiendas de esto, le pregunta al Premio Nobel sus impresiones sobre Vicente
Fox. La respuesta de Saramago no tiene desperdicio. Repito de memoria, pero no creo ser infiel a lo que escuché:
todos conocemos de sobra las diferencias que hay entre Marcos y Fox; en lo que no nos hemos detenido lo suficiente
es en lo que tienen en común; es en esto en lo que hay que trabajar si se quieren la paz y el bien de México. Hasta
aquí Saramago. Dudo que él llegue a saberlo; dudo que sabiéndolo, le importe; pero yo estoy profundamente de
acuerdo con él. Con sus medios, Marcos está dando la batalla a favor de una comunidad arrinconada y amenazada.
Con sus propios medios (y con una legitimidad que, ni en sus más otomanos sueños, tuvieron Salinas y congéneres)
Vicente Fox también está dando la batalla por una etnia más que amenazada: los mexicanos. Más nos vale que en
ese punto lleguen a un acuerdo. Si lo logran, será cosa de avisarle a Andrés Manuel para ver si dentro de su horario
cabe la posibilidad de sumarse a esta batalla definitiva por la supervivencia de México. Ahí comenzaría la paz.

Cualquier correspondencia con esta columna repelente al polvo, favor de dirigirla a gdehesa@infosel.net.mx o al
Apartado Postal 19-111, Delegación Benito Juárez, México, DF.

Gaceta del Angel / Bebeto en vacaciones

Por

Germán Dehesa

(02-Mar-2001).-
Sólo en dos ocasiones pude platicar largamente con él. Ambas están documentadas en estos olvidables renglones. El
resto de su trayectoria como gobernador de Jalisco, lo viví, lo oí, lo conocí a través de sus gobernados. Al final del
camino, las calificaciones de Alberto Cárdenas son ampliamente favorables. Me parece un poco absurdo evaluar a
alguien por lo que supuestamente podría haber hecho o dejado de hacer. Me parece más justo decir que recibió el
gobierno de un estado en condiciones más bien lamentables y postradas y que lo deja, gracias a su trabajo y al de su
sociedad, esperanzado, de pie, con un presente menos injusto y con excelentes posibilidades de porvenir. Por si
alguien no lo recuerda, la llegada de Alberto Cárdenas a la gubernatura de Jalisco despertó comentarios no muy
distintos a los que suscitó Vicente Fox en su toma de posesión presidencial: está muy verdeà es un rancheroà no va a
poder con el paqueteà en unos cuantos meses, la gente va a suplicar el regreso del PRI. Con la satisfacción de lo que
pudo lograr y con la pena de lo que se quedó en el camino, Alberto Cárdenas ha concluido seis años de gobierno.
¿Qué tan bien hizo su trabajo?, eso, como decía Tomás Moro, es materia opinable y corre por cuenta de los
jaliscienses. Yo cumplo con allegar tres testimonios: la excelente impresión que me produjo un "Señor Gobernador"
que me recibió personalmente en las puertas de la Casa de Gobierno y que se retiró unos metros para lanzar a las
alturas el mexicano grito de ¡Vieeeja!, ¿dónde habrá papitas?; la sonrisa amable y la voz aprobatoria de taxistas y
viandantes tapatíos y el hecho de que haya sido el escasamente carismático candidato de su partido el que haya
obtenido el derecho a sucederlo. Este proceso sucesorio dejó en claro dos cuestiones: el margen del triunfo panista
fue escaso pero suficiente y el pancho postelectoral que armó el PRI fue de una desmesura wagneriana y muy similar
a las bailarinas de table-dance: sin sostén.

Expuesto como he estado a los favores y a los rencores de los señores del gran poder, puedo hablar de la extrema
pulcritud y las exactas distancias de Alberto Cárdenas. El no me debe nada y yo sí le debo una ayuda para el DIF de
Jalisco. En el saldo a mi favor queda una buena amistad y una cantidad de tequila suficiente para que, de tiempo en
tiempo, la Hillary me muestre cómo vive su locura.

Ahora Bebeto está de vacaciones. Ya cumplió sus tareas y, como tendría que ser lo normal, habrá de buscarse
nuevos quehaceres para ganarse la vida. Que yo sepa, no reprivatizó ningún sistema ferroviario para que luego éste
le diera empleo. Creo que tampoco otorgó indultos de última hora a sus cuñados, o a algún amigo incómodo. Antes de
abandonar la Casa Xalisco, envió a sus conciudadanos una carta manuscrita que viene firmada, para horror de los
ortodoxos del protocolo: Su Gober.

El gran Bebeto se va en paz y, aunque estemos en plena Cuaresma, yo me permito recordarle a su esposa un
misterio gozoso que Su Gober a lo mejor, con la excelente coartada de las "altas tareas de gobierno", no cumplió con
la regularidad que la amorosa legislación demanda: hoy toca. No me falles, Bebeto. Para esto de fallar ya tenemos de
sobra con las Chivas, el Atlas y la Selección Nacional (¿vieron el frígido partido?. Quizá con la honrosa excepción de
Palencia, los verdirroedores no tienen sumaye). Por esto es tan importante que Alberto Cárdenas llegue al área rival
con pelota dominada y no perdone. Hay que anotar. Bebeto: hoy toca.

Un País Tropical

No es que no lo agradezca. Lo que ocurre es que he recibido diez comunicados con la misma información. En ella me
dicen que México, por su posición geográfica, no tendría que haber hecho nunca modificaciones a su horario. Por otra
parte, oigo voces imparciales y autorizadas que me informan que el ahorro energético es, dadas las condiciones
financieras de nuestro país, significativo y hasta relevante. Mi hermana la eminente doctora dice que no hay ningún
perjuicio a la salud por el cambio de horario. A fin de cuentas, nada de eso me pone en bien o en mal con López
Obrador. Lo que me tiene divertido, asombrado y encabritado es que alguien, quien sea, meta las manos en el
elemental engranaje de la vida nacional y trastorne un acuerdo que, mucho o poco, beneficia el ahorro y la
sincronización de México con el mundo. Para no variar, los expertos hablan de un "vacío legislativo". Pregunto: ¿no
sería mejor llenarlo, dejar claro quién y cómo decide estas cuestiones, atenernos a esas decisiones y así salvar relojes
y agendas de todo manoseo político?. Acuso recepción y memorización del mensaje: somos un país tropical. Si no lo
supiera, me bastaría con ver a López Obrador.

Sigan Votando, Campeones

Es la hora (tiempo del centro) en que todavía no encuentro un nuevo apelativo para la Hillary. Mi amigo el Pirrín que
es un megababas sugirió "Sasha", pero no puedo correr tan grave riesgo. Yo comienzo a decirle Sasha a la Hillary y
me expongo a una patada que me coloque en el centro de algún rancho de Valle de Bravo. Sigo esperando
sugerencias.

Cualquier correspondencia con esta columna que no toma ni deja el poder, favor de dirigirla a
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Gaceta del Angel / Rudezas innecesarias

Por

Germán Dehesa

(05-Mar-2001).-

JUICIO DESDE LA BLANCURA: el sábado cuatro de marzo, la Ciudad de México amaneció transparente, bendecida y
absuelta por la nieve. Nevó durante toda la noche y tal parecería que la naturaleza hubiera adivinado la urgencia de
los capitalinos (de los mexicanos todos) por ser rebautizados y hacer una tregua en sus congojas. La última semana
acumuló angustias y desasosiegos. Supongo que los que ya tienen su catecismo y su dogma bien aprendidos se
angustiarán menos. Ellos ya saben a quién admirar y a quién detestar; a qué horas aplaudir y a qué horas abuchear.
Tratar de entender y de discernir lo bueno que hay en lo malo y lo malo que hay en lo bueno son tareas más
complicadas y no necesariamente gratas. Sin embargo, creo que lo humano es dudar, analizar y defenderse contra la
falta de inteligibilidad. Me gustaría saber.

¿QUE ME GUSTARIA SABER?: sin querer agotar mi lista de perplejidades, aventuro algunas:

Me gustaría saber quién es el responsable de la gratuita golpiza que recibieron los jóvenes que, sin mucho ánimo ni
coherencia, protestaban allá en Cancún. El gobierno federal dice que todo fue por cuenta de la policía municipal y que
la PFP es inocente. Sin embargo, las escenas muestran que la PFP formó valla y que sus miembros contemplaron la
patiza como si no fuera asunto de ellos. ¿Eso es inocencia?.

Me gustaría saber por qué Marcos respondió a las declaraciones insensatas, excluyentes, ofensivas y fascistas del
gobernador Loyola con un discurso insensato, excluyente, ofensivo y fascista. En teoría (cada vez más en teoría),
Marcos lucha por la inclusión y la tolerancia. ¿Entonces?.

Me gustaría saber por qué el mismo Marcos, al presentar sus tibias condolencias por la muerte de una persona que no
cumplía más tarea que la de cuidar a los zapatistas y a sus compañeros de viaje, comenzó por hacer la salvedad
(entre paranoica y mañosa) de que estaban a la espera de un peritaje que certificara que no se había tratado de un
atentado en contra de las divinas y encapuchadas personitas. El sub puede tener derecho a la suspicacia, pero no a la
mezquindad. Digo.

Me gustaría saber por qué en su programa "Fox contigo, Fox en vivo", el presidenchente permitió que intercalaran un
mensaje supuestamente satírico e indudablemente ofensivo contra López Obrador. Fue una babosada que no venía al
caso, que llovía sobre mojado y que puso en entredicho a la co-conductora del programa y a los invitados que ni la
debían, ni la temían. Presidente Fox: ¿por qué no nos deja la sátira a nosotros y usted se dedica a gobernar?.
Bien mirado, estamos hablando de cuatro lamentables ejemplos de rudeza innecesaria. Creo que nos merecíamos un
sábado mejor y no esta semanal acumulación de torpezas elementales. La naturaleza hizo su parte y nos regaló
paisajes de José María Velasco que todo el día estuvieron expuestos a la cambiante y clara luz del Valle de México. El
cielo fue de todos los azules. Por la noche, aparecieron las estrellas que nombraban el consuelo. Como premio
suplementario, yo recibí un milagro personal: acudí, con las reservas del caso, a un bautizo y para mi sorpresa la pasé
de maravilla, porque me encontré a dos entrañables amigos que traía perdidos. A ver : si la belleza nos es regalada, si
los amigos se reencuentran, si las estrellas nos visitan, ¿qué es lo que puede justificar el infantilismo, la ordinariez y la
costosa rudeza innecesaria?.

Heart

Acabo de leer un libro muy hermoso que no es de actualidad. Esto último equivale a decir que tiene buenas
posibilidades de perdurar. Se titula "Heart" y lo escribió una sensitiva mujer llamada Gail Godwin. Lo que ella pretende
y logra es contarnos la historia paralela del corazón como mítico lugar de la sensibilidad, la intuición (las
corazonadas), los buenos sentimientos y el amor; y el corazón como órgano vital que se encarga de bombear y
distribuir la sangre por la inmensa red fluvial de nuestras venas. Es una historia apasionante y llena de momentos
luminosos. Menciono uno de ellos: en 1628 William Harvey publica "De motu cordis..." y hace posible toda la
cardiología moderna que, por supuesto, incluye el estudio de los ritmos cardíacos. Paralelamente la música italiana
establece un ritmo al que llaman "Tempo giusto" (el tiempo justo). Es emocionante comprobar que ese pulso normal
que para Harvey se ubica entre las 76 y las 80 pulsaciones por minuto coincida plenamente con lo que los músicos
llaman tempo giusto. No encuentro mejor manera de declarar formalmente inaugurada esta semana que desearte,
lectora lector querido, que los días que hoy comienzan los podamos vivir con nuestro corazón acordado, por vía
científica y poética, en el tiempo justo. Esto es lo que necesitamos: tiempos justos.

Cualquier correspondencia con esta columna que va de la nieve a la estrella , favor de dirigirla a
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Gaceta del Angel / ¿Qué es poesía

Por

Germán Dehesa

(06-Mar-2001).-

Becquerianos andamos. Ni modo. Con ciertos parpadeos, mi último fin de semana fue altamente satisfactorio. Me
abrazó la blancura y me cobijaron las estrellas. Estuve con mis hijos que son todavía mejores que las estrellas. Mis
Pumas tuvieron un óptimo domingo: no jugaron; el desempeño de Javier Aguirre y sus juveniles tuzos me pareció
altamente satisfactorio (aunque le podrían haber metido otros tres golecitos al América) y el cielo y la tierra me
sonrieron. Hoy más que nunca resulta agradecible que la historia y sus vertiginosos tiempos nos concedan uno o dos
días de tregua antes de reanudar la marcha.

El domingo a las ocho de la noche, Marcos estaría fumando su pipa en silencio, Andrés Manuel dormiría plácidamente
atenido a su propio horario, Vicente Fox ya se habría trepado a su pino particular y la nocturna paz descendía sobre
nosotros. Los héroes estaban fatigados. El Bucles no. El más pequeño de mis hijos es noctívago y nictálope.
Conforme avanza la noche, él comienza a florecer. Las fuerzas represivas lo pueden depositar en su cama, pero él se
declara en franca rebeldía y organiza un mínimo de diez alzamientos. Se pone de pie sobre la cama y, con el obvio fin
de ganar tiempo, presenta las demandas más extravagantes (es el sub-bucles) y hace las preguntas más
inesperadas. En la noche que estoy reseñando nos comunicó su firme voluntad de terminar con un raspado que
estaba ingiriendo como requisito indispensable para sentarse a negociar un sueño digno. Las autoridades,
foxianamente benévolas, accedimos a la solicitud. Mientras se le daba curso, el pequeñajo me clavó muy hondo su
mirada color avellana y me preguntó: ¿qué es poesía?. Su cocopa madre también volteó a verme con un cierto aire
retador. El asunto era espinoso; no podía yo salir con "poesía eres tú" porque me habría aventado el raspado; no
podía tampoco ponerme académico y plantearle el arduo misterio de la poiesis. ¿Qué hacer?.

Mira, hijo del Mosh, le dije, la poesía es usar las palabras para construir belleza y para intentar ponerle nombre a lo
que está oculto en las cosas y en las personas, o lo que está a la vista, pero nos cuesta trabajo nombrar. Chupetón de
raspado y nueva solicitud: a ver, dáme un ejemplo. ¡Me carga la pirinola!, pensé. Mira, narcocapito, ¿conoces las
palabras amanecer y aparición?. Amanecer sí, aparición no. Prolija explicación acerca de las significaciones implícitas
en el vocablo "aparición". Ya entendí. ¡Alabado sea Tláloc!. Pero, ¿y qué?. Déjame terminar; si yo te digo que tu
madre es como un amanecer y como una aparición estoy haciendo poesía, no de la mejor, pero es poesía. ¡Claro!,
dijo el Bucles y añadió ya enardecido por las musas: entonces, si yo digo que mi raspado ya se hizo pipí también es
poesía. En efecto, la otrora congelada golosina fluía abundantemente. Pues sí, hijo mío, aunque yo te aconsejaría que
todavía no publicaras (yo ya me imaginaba una plaquette titulada "el raspado y otros poemas nocturnos"). ¿Y cómo se
puede saber... ¡Hoy ya no se puede!, hoy lo que te toca es dormirte; si vuelves a levantarte, te empotro en un muro.
¿Y si ocurre una desgracia?. Pues te levantas. ¿No que no podía?. ¡Andrés!. Está bien, ya me voy a dormir; ¿y si
vomito?. ¡Duérmete!... De todo esto, lo que más me puede es el secreto regocijo de la madre que es como un
amanecer y como una aparición.

No se Hubieran Molestado

El próximo juego de la rentable empresa virtual conocida como selmex.com es contra Brasil. A piece of cake, dirían los
sajones; "está chupao" dirían los hispanos; ¡está cabrera!, decimos nosotros. La verdad, se esperaba que los
brasileños fueran un poquito más amables y que enviaran al equipo suplente de la liga bahiana de reumáticos. Todo
indica que no va a ser así. Ya fueron convocados Romario, Carlos Alberto, Cafú, Junior, Rivaldo y demás astros
refulgentes. Nos quedan pocas salidas: podemos invocar la sagrada ley mexicana que le exige cortesía, mesura y
buenos modales a los visitantes (un 1-1 sería ideal); podemos desviar a la caravana zapatista rumbo al estadio
Jalisco, o podemos incendiar previamente dicho estadio. De otra manera, sólo podemos esperar un aciago destino. En
verdad, señores del Brasil, no se hubieran molestado; nosotros con una cachetada tenemos.

Envío

Estos renglones son para dos pequeñines que se inician en el difícil arte de ser mexicanos. Ella se llama Valeria y el
se llama Nicolás y, para más señas, su padre es poeta y su abuelo es un doctor bienamado. Ni les digo que llegaron
al lugar ideal en el momento justo; pero sí puedo decirles que con la protección del amor todo termina siendo ideal y
justo. Pásenle a la vida. De que se van a divertir, se van a divertir.

Cualquier correspondencia con esta columna que adquiere forma de poema, favor de dirigirla a
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Gaceta del Angel / ¿Qué pasó, Maestro

Por

Germán Dehesa
(07-Mar-2001).-

A mí me encanta hablar. Creo que no hacía falta decirlo, ni mucho menos comprobarlo. En mi descargo puedo decir
que también me gusta mucho escuchar. Si no escuchara, poco tendría que hablar. Sin ánimos populistas puedo decir
que aprendo de todo mundo, incluso de los arquitectos. No ha mucho, platicaba con un distinguido representante de
este gremio de los alarifes y nuestra charla, que comenzó como hondísimo lamento futbolístico, terminó siendo una
compleja reflexión sobre las extrañas características del alma nacional.

Ahi tienes, me decía mi interlocutor, el caso de los maestros de obra. Se trata de un título autoadjudicado. No hay
exámenes, no hay un jurado que te lo otorgue, no hay ni una edad mínima, ni una edad máxima. El asunto es más
sencillo y más misterioso. Basta con ejercer durante un tiempo el oficio de albañil e ir adquiriendo los niveles de
destreza que te lleven de ser un humilde "media cuchara" al reconocimiento de que ya eres todo un albañil por
derecho propio. Alguien tendría que estudiar estos años de aprendizaje y vincularlos con los ceremoniales y jerarquías
de los antiguos ritos, códigos y gradaciones masónicas. No olvidemos que la masonería, tan satanizada por las almas
buenas, surgió en los antiguos gremios de albañiles. Por lo pronto, dejo de lado esta apasionante cuestión y me
reencuentro con este personaje mexicano que ya ha alcanzado pleno reconocimiento como albañil. A partir de este
momento, va por su cuenta y será su libre voluntad la que lo llevará a decidir si da el paso adelante y anuncia que ya
es maestro de obras. Aquí es donde la hembra porcina experimenta un violento escorzo en su apéndice trasero
(donde la puerca tuerce el rabo). Esto de la libre voluntad y de la consecuente aceptación de la prosperidad y las
responsabilidades que conlleva ponen en crisis el alma nacional. Son muchos años (siglos) de vivir a ras de piso y de
delegar en otros la facultad de decidir. En México, me decía mi cuate, hay cientos de albañiles con la experiencia y la
destreza para ser maestros de obras; pero son poquísimos los que deciden otorgarse el título y asumir los
compromisos y responsabilidades que éste trae consigo.

Ojalá y esta pequeñez de ánimo fuera un lastre exclusivo de los albañiles. Si así fuera, bastaría con ponerlos a leer la
obra de Leñero y probablemente encontrarían un camino de redención (o una conformidad con su perdición, que es
otro modo de redención); pero no es así; el mal alcanza a los futbolistas, a los ciudadanos, a nuestros maravillosos
chiquillos y a millones de compatriotas que podrían ser más y mejores si decidieran ser maestros de obras. En estas
faenas de crecimiento y de audacia personales, encuentro que las mujeres, para no variar, nos llevan la delantera. De
modo más rápido y radical han renunciado a ser meras acomodadoras de tabiques y han decidido construir catedrales
y palacios de gobierno. Loadas sean las maextras.

Y Hablando de Maestros

Tengo una hija que se llama Juana Inés. Antes de que la señora potosina trepe en su yegua maximiliana, se incorpore
a la marcha zapatista y exija mi ejecución en el antiguo quemadero del Santo Oficio, séame permitido justificar esta
irrupción autobiográfica. Mi hija, como muchos miles de jóvenes mexicanos (tendrían que ser millones) está a punto
de terminar su carrera universitaria. Pronto será licenciada en Letras (¡oh, Edipo!) por la UNAM. La he acompañado en
su carrera y he atestiguado su paciente y constante saqueo hormiga de mi biblioteca. Puedo dar fe de que ha tenido
los mejores maestros de México y de que, a pesar de tanta ruindad y barbarie, la

UNAM conserva su excelencia académica y sigue siendo la gran palanca para el cambio de nuestro país. Mi hija
ahora tiene un futuro gracias a la UNAM. Es exactamente el mismo caso de su padre. Por si lo hubiera olvidado, recibí
hace algunos días un libro titulado "La realidad de un simulacro: el cine" (Ed. CONACULTA) deleitosamente escrito
por mi maestro Sergio Fernández. Ha sido una maravilla comprobar la íntegra vitalidad que conserva ese hombre que
con inteligencia, sensibilidad y emoción me hizo recorrer los barrocos laberintos de los siglos de oro. Leer sus
exquisitas divagaciones sobre Greta Garbo, o Bette Davis, o Ana Magnani y otras deidades de la pantalla me ha
hecho recuperar el privilegio, el perdido paraíso de ser su alumno. A él le debo el amor a Sor Juana, a Proust, a
Virginia Woolf y a ese bosque de espejos que es el espíritu mexicano. Si tú, lectora lector querido, no asististe a la
UNAM, no fuiste alumno del Dr. Fernández, todavía puedes remediar en algo tal carencia. Puedes leer "La realidad de
un simulacro: el cine". Tener buenos maestros es una de las grandes dádivas de la vida.
Expedición Punitiva

Mientras tú lees esto, yo estaré viajando rumbo a Mérida. Pedí la protección de la Cruz Roja y me fue negada.
Tampoco me acompaña un camión cargado de italianos (los monos blancos, pues). Voy solito. Si en una semana no
tienen noticias mías, hablen con American Watch y con la señora Mitterrand. Voy vengo. Si llega Marquiux, que me
espere.

Cualquier correspondencia con esta columna que se construyó solita, favor de dirigirla a gdehesa@infosel.net.mx o al
Apartado Postal 19-111, Delegación Benito Juárez, México D.F

Gaceta del Angel / Carne de presidium

Por

Germán Dehesa

(08-Mar-2001).-

De entrada, rindamos un homenaje a Margarita Michelena poeta, ensayista, periodista y empecinada correctora de
nuestro desportillado español cotidiano. A ella le escuché ironizar acerca de las mexicanas manías de llamar "evento"
a cualquier reunión de más de cinco nahuatlacas y de llamar "presidium" a la mesa principal de todo "evento".
Presidium es una voz latina que en español evolucionó como "presidio", voz que alguna vez sirvió para designar a
aquellos edificios que, por su ubicación privilegiada, servían como oteadero y defensa de un poblado. Actualmente
"presidio" equivale a cárcel y, aunque muchas veces los que están en un presidium terminan en un presidio, creo que
sería mejor evitar su uso (para el caso que me hacen).

En ésta y en otras ociosidades divertía mi alma, mientras trataba de obtener dos buenos lugares (aunque fuera en
reventa) en la muy concurrida presentación de "La encrucijada" de Manuel Camacho Solís (Ed. Océano). Ya hubiera
querido el PRI en su desairadito cumpleaños tener la cantidad y calidad de convocatoria que tuvo esta reunión. Las
buenas relaciones y la capacidad negociadora de Camacho lograron que el libro fuera presentado por Beatriz
Paredes, Santiago Creel y Andrés Manuel López Obrador. La conducción y moderación corrieron a cargo de Carmen
Aristegui y en medio de nosotros: Camacho como un dios.

Café del Lago, 19 horas, intenso pulular de "cuadros" políticos y empresariales; guaruras por doquier; profusión de
medios y ¡los malditos celulares! que no dejaron de sonar e interrumpir; Muñoz Ledo que en toda reunión, sarao u
orgía siempre logra convertirse en anfitrión y nuestro viajado kanciller Kastañeda peinado con gel de kola-loka para
aplacar su alzamiento capilar. Puntuales y discretos aparecieron los presentadores.

ESAS TUS MIRADAS DE FULGOR EXTRAÑO: Creel mira sereno y de frente, aunque trae los ojos levemente
apichojados después de haber mirado fijamente la erupción del Popo durante dos semanas. Me informan que nadie le
dijo que lo que estaba presentando López Dóriga era una fotografía. La mirada de López Obrador es extremadamente
inquieta y oblicua, rara vez se detiene en otra mirada y da la impresión de seguir escudriñando la contabilidad del
FOBAPROA. Beatriz Paredes tiene ojos grandes, oscuros, inteligentes, quizá con alguna brizna de cansancio, fastidio
o melancolía. La mirada de Camacho va y viene en una marcha ocular de Chiapas al Zócalo.

¿QUE DIJERON?: Sólo B. Paredes intentó hacer un comentario acerca del libro. Su actitud fue recibida con un
aplauso. Afirmó no estar de acuerdo con la tesis de Camacho acerca de que los grandes cambos políticos los
producen las élites. Según ella, son los grandes conglomerados sociales los factores del cambio que, en su momento,
operarán las élites (el asunto daría para una discusión larga). S. Creel habló con mesura de la Reforma del Estado y
de los primeros logros obtenidos por el nuevo régimen que enfrenta junto con la sociedad y por vía del diálogo y la
concordia una disyuntiva: ¿transitar o no transitar?. Terminó su intervención proclamando su amor por el Popocatépetl
cuya eruptiva fotografía está en la portada del libro. Para Andrés Manuel, el cambio de personas no implica
necesariamente un cambio de gobierno, ni un cambio de régimen. Bien podría suceder, afirmó AMLO, que
siguiéramos en las mismas, sobre todo en lo referente a la distribución de la riqueza. Argumentó con inteligencia y
adujo pruebas (salarios, IVA, gas) difícilmente refutables. Discrepante, respetuoso, brillante estuvo Andrés Manuel.
Camacho se mantuvo parco y se felicitó por esa asamblea plural y patriótica que su libro había provocado. Con
respecto al gobierno de Fox, comentó que las próximas 8 semanas serán fundamentales para saber de su capacidad
y de sus objetivos... Todo esto pasaba mientras allá en Cuernavaca, Marcos despotricaba contra Fox a quien llamó el
nuevo Madero por querer un cambio sin cambio. Discrepo: Madero y Fox son seres bastante más complejos y
admirables. Marcos quiere pleito a fuerzas. Me temo que no lo va a conseguir. La encrucijada.

Problemas Acuáticos

Durante la presentación del libro de Manuel Camacho, los ahí presentes (PRI, PAN, PRD y OVNIS) atestiguamos una
grave crisis en el suministro de agua. Cada presentador tenía a su alcance una botellita para su uso personal (en el
caso de AMLO, para su huso horario). Santiago Creel que es todo un caballero abrió su botellita y llenó el vaso de
Beatriz Paredes. Buen gesto. Bueno pero costoso. 40 minutos después, Creel comenzó a boquear muy feo y ya no
tenía agua. La SEGOB estuvo a punto de quedar acéfala por deshidratación del titular. Beatriz Paredes detectó el
drama y, en un gesto que la honra, le sirvió de su botellita al güero Creel. Asuntos menores, dirán ustedes. La
civilización y la gentileza no son asuntos menores, comenta su Charro Negro que vuela rumbo a Mérida sin más
blindaje y protección que una deslumbrante guayabera blanca que merqué en el mero puerto de Veracruz. Está de
pocas tuercas. Espero que me sirva.

Dedicatoria

A las ñoras y ñoritas, niñas y viejitas en éste que, me dicen, es su día. Falso: ellas son el día.

Cualquier correspondencia con esta columna que está en la encrucijada, favor de dirigirla a gdehesa@infosel.net.mx o
al Apartado Postal 19-111, Delegación Benito Juárez, México D.F

Gaceta del Angel / Meridiana luz

Por

Germán Dehesa
(09-Mar-2001).-

Hacía tantos años que no venía yo por aquí. En mi última visita, gobernaba Manzanilla Schaffer. Recuerdo que llegó
Salinas en una de sus hiperquinéticas giras y su único interlocutor a lo largo de su estancia en Yucatán, no fue el
gobernador, sino Víctor Cervera Pacheco que se presentaba sin el menor recato como el amo y señor de la península.
A más de diez años de distancia, regreso y no necesito decirles quién es ahora el dueño de la finca, los trastos y los
cebúes. No sin congoja tengo otra cosa que decir: no me he encontrado a un sólo poblador que me diga que el de
Cervera ha sido un mal gobierno y la misma ciudad de Mérida, su calmo señorío, su alba limpieza y la amabilidad de
sus habitantes son un argumento a favor de su gobierno muy digno de tomarse en cuenta. Lo que nadie se cree
(entiéndase por "nadie" a taxistas, viandantes y ciudadanos comunes) es lo de la famosa independencia yucateca y la
rebelión permanente. Con envidiable serenidad maya, he visto a los emeritenses o meridanos sosegados y amables.
Al parecer, están muy concientes de que los de Cervera son rugidos de ratón y de que las aguas recuperarán su nivel.
Lo más curioso de todo es que, aún acatando los mandatos del TRIFE, el PRI tiene buenas oportunidades de ganar,
no tanto por el escaso carisma de su posible candidato, sino por el liderazgo y la amplia clientela de Cervera que es el
rey de la ingeniería pre-electoral. Esperemos que todo se arregle del mejor modo posible y sin necesidad de que
vuelvan a traer a Dinoburgoa a que explique nada.

La noche del miércoles y como una manera de prepararme anímicamente para el juego contra Brasil, tuve un feliz
reencuentro con la comida yucateca. Para dimensionar esto es necesario considerar que mi alimentación normal
consiste en ensaladas ligeras y en algún changüisito que ingiero mientras escribo, o en algún trayecto automovilístico.
De tan inocuos cotejos pasar a rifársela con los salbutes, la longaniza, los papadzules, la cochinita y el frijol con
puerco hay una distancia que no se recorre sin riesgos importantes. La salsa en particular era como ácido de batería.
Cuando la probé, puse la misma cara de Fox cuando le dio la primera mordida al tamal tepiteño el día de su toma de
posesión. Con los ojos todavía desorbitados, recuerdo que pensé: voy a soñar que Dulce María irrumpe en mi
habitacón y arranca la flor de mi virtud. Tambaleante y a punto de rodar como barrilito, regresé a mi habitación y pude
comprobar que aquí en Mérida los peatones se saludan y caminan con pausa y con orden. Disfrutan y se disfrutan.

Contra todos mis pronósticos y después de haber leído "La Encrucijada" de M. Camacho (la semana que entra les
platico), dormí apaciblemente y fui despertado por la luz que se colaba a mi recámara en un quinto piso de un hotel en
el centro de Mérida. La ciudad tiene una luminosidad mediterránea y algo tiene de alborozo en su blanca arquitectura.
Es como un bambuco inspiradísimo: galana, grácil, señorial y seductora. Tengo que estar a la altura, me dije y me
encaminé al Centro de Convenciones a hablar sobre la democracia y los medios en el siglo XXI. Fue una faena
aseada y espero que bien rematada. A la salida me esperaba un reportero radiofónico que me puso una grabadora en
las anginas y me preguntó con voz de informador paranoico: ¿qué va a pasar en Yucatán?. Calmadamente le
contesté: nada, no va a pasar nada; mientras tengan esta ciudad tan hermosa, tan limpia, tan señora, no puede
pasarles nada. Mérida.

No Se Hubieran Molestado II

¿Ven?. De algo sirve escribir. Yo, con toda anticipación, le solicité al "scratch du ouro" que se atuviera al Manual de
Carreño y se comportara con la discreción y decencia propias de alguien que está de visita. Me hicieron caso y en el
Estadio Jalisco se comportaron con todo comedimiento y se mostraron dispuestos hasta a dejarse ganar. El que echó
el moco en el atole fue el babas del árbitro que nos quitó un penalty y dio por bueno un gol brasileño en fuera de lugar.
Da igual. Un 3-3 es muy decente y muy distinto a la goliza que muchos presentíamos con terror. La selmex.com
redescubrió que el futbol es posible y divertido. Dio un juego más que aceptable, por más que Brasil se haya dedicado
a marcar el golpe y a sobrellevar las cosas. Fue un partido grato y emocionante; tuvimos portero y De Nigris hizo el
mejor gol de la noche. Me da gusto que los ratones crezcan, se vuelvan canguros y devuelvan golpe por golpe. Por
ahí hay que seguirle. Este mensaje se hace extensivo a todos los que están paralizados "esperando a los bárbaros".
No sean sacatones. Por lo pronto: hoy toca. Si no anotan, no me vuelvan a dirigir la palabra.

Cualquier correspondencia con esta columna que es un faro de luz maya, favor de dirigirla a gdehesa@infosel.net.mx
o al Apartado Postal 19-111, Delegación Benito Juárez, México, D.F.

Gaceta del Angel / Esperando a los bárbaros


Por

Germán Dehesa

(12-Mar-2001).-

Porque la noche cae y no llegan los bárbaros./ Y gente venida de la frontera/ afirma que ya no hay bárbaros./ ¿Y qué
será ahora de nosotros sin bárbaros?./ Quizá ellos fueran una solución después de todo."...ésta es la última estrofa
del poema de Kavafis. Toda civilización cansada está en espera de los bárbaros. Ellos pueden tener el remedio. El
sábado por la noche, miraba yo cómo cada palabra de Marcos iba modificando el rostro de Julio Scherer, el vivo
compendio de los agravios, las heridas y las ausencias de México.

ada de lo que hoy ocurre tiene un referente, alguna similitud, algún confortable patrón que nos remita al pasado. Está
ocurriendo lo que nunca había ocurrido. Frente a esto, los timoratos, los débiles, los tontos prefieren condenar sin
reserva, o exaltar con absurdo fervor. Lo nuevo siempre es una amenaza, un atentado (una barbaridad) contra
nuestras inercias mentales y espirituales. Lo más difícil y hasta doloroso es sentir y pensar.

n enero de 1994, uno de los primeros hombres que se acercó a Marcos me dijo casi textualmente: creo que el sistema
mexicano (que nos incluían a todos) no le ha dado "el golpe" a Marcos. Ese hombre tenía razón. El asunto de las
minorías amenazadas es infinitamente más complejo que lo que pudo suponerse en 94. En el 2001 Saramago,
Chomsky y millones de mexicanos (yo espero) comenzamos a entender que todo lo que antes se llamaba el tercer
mundo es etnia amenazada. Su sobrevivencia no depende, como bien se ha comprobado en Bosnia, de su capacidad
de violencia; sino de su imaginación, de su articulación y de su valiente solidaridad. Ya lo habíamos platicado aquí:
entre Vicente Fox y Marcos hay una espléndida oportunidad de convergencia. Cada uno, por sus propios caminos,
han llegado a este tiempo amenazado de muerte y preñado de futuro. Fox tiene en sus manos la legitimidad, la
esperanza y la urgencia de cambio y de futuro. No son patrimonio personal, son los deseos de millones. Marcos es el
depositario de la bien ganada voz y de las infinitas vejaciones y dolores de las etnias. Su tarea es ser depositarios
dignos de la viabilidad de toda una nación. Eso es lo que está verdaderamente en juego.

stamos entre el nunca y el siempre. Nunca un personero de los indígenas le había alzado la voz a alguno de los
señores del gran poder, por más estúpido que éste fuera. Siempre les había tocado agacharse y padecer. Nunca Julio
Scherer podría haber imaginado aparecer en televisión en el espacio de Televisa. Marcos trajo lo inesperado y
finalmente encontró a ese interlocutor que andaba buscando desde 1994. El espacio fue un claustro conventual; de
tiempo en tiempo, sonaban las campanas que volvían presente el tiempo del infaltable rito mexicano. En apariencia,
Marcos llega sin armas. No es cierto: frente al acerado escrutinio de la mirada de Scherer, la inteligencia (con
pasamontañas de humor y cercanía) de Marcos jamás se rindió, ni bajó la mirada. Son (pueden ser) nuevos tiempos.
Scherer dijo y redijo: Fox es un cero. No estoy seguro, pero pronto podré averiguarlo. Creo que a Fox tampoco le
hemos dado "el golpe". Ha llegado el momento de averiguar qué se esconde debajo de las botas, la coca cola y la
condición ranchera. Más que como un cero, lo imagino como un gran signo de interrogación. Con Marcos me ocurre
algo similar. Por supuesto que es un hipermula, pero mira hacia el futuro, ya se alivió de sus tentaciones mesiánicas y
de autoinmolación. El sabe, así lo dijo y lo reiteró en el Zócalo, que su obligación moral es entrar en un juego en el que
todos ganan. Si acaso ganaran los grandes centros de poder (que no están en México), todos perdemos. Si acaso
ganaran los prejuicios y la postración mental, todos perdemos. Merecemos un final mejor. Ya llegaron los bárbaros y
su mera presencia nos echa en cara nuestra enorme barbarie. Sentémonos a hablar y a escuchar. Es eso, o la
certeza de que pronto dejaremos de ser. Como bien dice René Delgado: ni Los Pinos, ni la selva son buenos lugares
para platicar. A la mitad del camino, los señores del poder tendrán que oír a los que nunca habían tenido voz. Quizá
encontremos una solución. Sería algo bárbaro.
Se Busca Productor

El sábado a las doce del día, Vicente Fox ocupó su espacio radiofónico habitual. Por "no estar enterados", el
programa ya había tenido un tropiezo bastante lamentable que produjo a la primera víctima de la estrategia foxista de
comunicación. Todos imaginamos que ya con eso habrían escarmentado. Nada de eso. Insisten en hacer "humor"
refrito y rancio. Ahora fue a costa de López Dóriga y de Eduardo Andrade quien, nomás faltaba, ya se tiró al piso y
habla de ofensas a la nación. Sin ser para tanto, sigo sin entender cuál es la necesidad del Ejecutivo de incursionar en
los difíciles terrenos de la sátira. Me imagino que M. Sahagún anunciará a media semana que ya fue cesado el autor
del lamentable chascarrillo. Estoy por demandarlos bajo el cargo de usurpación de funciones. Es eso, o que Monsiváis
ocupe la SEGOB y yo, en revancha, me encargue del alucinante plan Puebla-Panamá.

Cualquier correspondencia con esta columna que junta minorías y hace una mayoría, favor de dirigirla a
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Gaceta del Angel / Los cien días

Por

Germán Dehesa

(13-Mar-2001).-

Como que le estoy agarrando gusto a Los Pinos. Esta podría ser una declaración de Fox, pero no es de él, es mía.
Hoy, lunes 12, me presenté de nuevo en la Residencia Oficial para asistir a una rendición de cuentas que hizo el
Presidente acerca de sus primeros cien días de trabajo. Como pedí el mejor lugar que hubiera, me sentaron junto a
Leticia Navarro, Secretaria de Turismo, quien, lejos de desmejorarse con las cien primeras y rudísimas jornadas, está
fresca como manojito de verduras y luminosa cual Concorde en pleno vuelo. Es muy posible que la grata compañía
sesgue mi opinión, pero creo que, contra la opinión de muchos zopilotes, en estos 100 primeros días se ha alcanzado
a escombrar bastante, se han echado a andar proyectos importantes y el Estado se ha fortalecido para tramitar los
próximos 50 días que serán cruciales.

Trata, lectora lector querido, de imaginar en qué condiciones habrá recibido el aparato de gobierno el equipo de Fox.
Te doy un ejemplo casi baladí: un Secretario de Estado que recibe su nuevo despacho y se entera de que tiene 50
automóviles a su disposición personal. ¿Qué hace un ser humano mesurado y decente con esa cantidad de coches?
(ni modo que ponga un sitio). ¿Qué hace un ser humano con tanta burocracia inútil pero sindicalizada, con tanto
"grupo de apoyo", con tantos "compromisos" (que se vuelven amenazas) y con tanto pedinche que tuvo 70 años para
conjugar todas las formas del verbo pedir y para olvidar el verbo trabajar?. Todo esto hay que ponderarlo antes de
evaluar los primeros cien días del Presidenchente. Nada de esto va en descargo de Fox que ya tendría que haberse
imaginado lo que se iba a encontrar. Simplemente juego a imaginar lo que él se habrá encontrado y las inercias que
su equipo tiene que vencer si es que quieren llevar adelante su proyecto de cambio (más les vale).

Hago un veloz ejercicio de memoria y recuerdo los primeros y espasmódicos cien días de Salinas y sólo acude a mi
mente ese frenético pataleo por adquirir una muy discutible legitimidad, mismo que culminó con la orquestadísima
aprehensión de La Quina y su sonora petrolera. De los cien primeros días de Zedillo y de su mortífero error de
diciembre nadie quiere acordarse. En conclusión podemos decir que Fox ahi la va llevando, aunque sería urgente que
alguien le avisara que la campaña ya terminó y que no se gobierna con altos índices de popularidad. Un Presidente
que entienda a fondo su cargo tendrá que tomar medidas necesariamente impopulares. Ni modo. Mi mejor deseo es
que, dentro de cien días, nos volvamos a encontrar y tengamos buenas noticias.

Y Hablando de Salinas

Cuando Marcos y el EZLN se alzaron, en México gobernaba Salinas. Dos reivindicaciones centrales de los zapatistas,
oposición al TLC y a las modificaciones a la tenencia y reparto de la tierra, tenían que ver con Salinas. No obstante,
Scherer y Marcos en su conversación le tupieron a Fox y a Zedillo. Salinas ni siquiera fue mencionado. Asunto
curioso.

Un Caso para Andrés Manuel

El pasado fin de semana me reuní a comer con un buen grupo de amigos. Todos platicamos de todo y en realidad la
estábamos pasando muy bien. Llegaron los postres y las guitarras amenazaron con aparecer. Un muchacho, un buen
muchacho, se puso de pie y comenzó a despedirse. Yo supuse que su repentina huída tenía que ver con nuestra
amenaza de ponernos a cantar. El me aclaró que no era así; sino que tenía que visitar a un amigo que estaba muy
grave en el hospital; el día anterior lo habían baleado en la calle y una bala expansiva le destrozó el vientre. Dicho
esto, se retiró. Media hora después, llamó por teléfono: nunca pudo llegar al hospital porque en el camino lo asaltaron
y le quitaron todo lo que tenía. Ni el hospitalizado, ni su amigo presentaron una denuncia. Esto ayudará a que
descienda el índice delictivo en la Ciudad que, aunque no es un asunto tan importante como el horario de verano,
también ayuda para esto de la popularidad.

Yo Sí me Voy a Clonar

No encuentro otra manera de atender a mi ciberclientela. Créanme que me esmero en tratar de responder cuanto
mensaje me envían, pero el cuero no da para tanto. Ahi tienen a mi amigo Rattán que, por vía electrónica, me sugiere
que le proponga a Cervera Pacheco que se ponga un pasamontañas y que alegue usos y costumbres para justificar
sus mafufadas electorales. ¿Qué le contesto a mi extraviado cuate?. Ahi tienen a mi corresponsal Cabreriux que me
envía un mínimo de tres rollos semanales. Si no recibe respuesta satisfactoria, los junta todos en un apretado volumen
y toma por asalto la Planta de Luz para entregarlos en propia mano. Por supuesto que agradezco todo comunicado
correcto en tiempo y forma; pero suplico que, en lo que me clonan, me tengan un adarme de paciencia. Y tú ¿cómo
vives tu locura?.

Envío

Estos renglones son, quisieran ser, una solidaria muestra de afecto para Marta Sahagún. Es muy posible que luego
nos sigamos peleando, pero toda pérdida debe unirnos.

Cualquier correspondencia con esta columna que cumple mil noches y una noche, favor de dirigirla a
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Gaceta del Angel / El extraño caso del Dr. Guillén & Mr. Marcos

Por

Germán Dehesa
(14-Mar-2001).-

Según es fama, la curiosa parábola del Dr. Jekill & Mr. Hyde le fue otorgada a Robert Louis Stevenson por una
minuciosa pesadilla que el autor, al despertar, puso en palabras. Si a pesadillas vamos, la nuestra podría aspirar al
Oscar a la mejor pesadilla extranjera o ¿qué pero le ponen a Cervera, Madrazo y al propio Vázquez Raña que,
después de ser la madre de todos los deportes, ahora abandona a sus hijos?. Hasta elefantes de contrabando se
cuelan en nuestra suntuosa pesadilla.

Quien haya seguido los pasos de Marcos desde 1994 y, ya más acotadamente, a lo largo del prolongado viaje rumbo
a la Capital encontrará en la personalidad del Sub, elementos muy similares a los de la pesadilla de Stevenson.

¿Es el mismo Marcos quien, frente a Scherer, reconoce la existencia de empresarios inteligentes, patriotas y con un
gran compromiso social para, horas después y en otro escenario, tildarlos de descerebrados, lacayos, insensibles e
imbéciles? (o no es el mismo Marcos, o no son los mismos empresarios, o ¿qué onda?). Hay una alarmante falta de
consecuencia. Primero se deslinda del CGH y lo condena y a los pocos días lo vemos pasteleando a 'El Mosh'. De
igual manera afirma que los políticos son una bola de imbéciles atacados por severa postración neuronal y luego pide
ser escuchado en San Lázaro que, por si no lo sabe el Sub, está habitado por puros políticos. Si son una sarta de
tarados corruptos, ¿tiene algún caso negociar con ellos?. Hay un Marcos que afirma que la violencia es la rendición de
la inteligencia y que no lleva a ninguna parte; pero hay otro Marcos que hace explícita su solidaridad con los
movimientos armados y juega la carta de la inminente violencia (además de la que ya institucionalmente padecemos).
Hay uno que quiere perder y hay otro que quiere no tan sólo ganar, sino que ganemos todos. Uno que quiere morir y
otro que quiere vivir. Uno que, aunque no le reconoce muchas luces a Fox, acepta su legitimidad y se muestra
dispuesto a parlamentar con él en algún Vips y hay otro que lo llama "el Fox" y lo acusa de servir a oscuros e
innominados intereses. Supongo que todos somos contradictorios y que, como dice Silva Herzog M., somos
inconsistentemente inconsistentes, pero creo que a Marquiux se le está pasando la mano (¿qué le estará poniendo a
la pipa?). Lo peor es que su mal es contagioso y por eso, al margen de esa multitud portátil que aplaude con fervor si
Marcos dice negro, o dice blanco, o dice el color de la tierra; hay otro vasto sector de mexicanos (¡y mexicanas!) que
lo aborrecen los días pares y quieren durísimo (durito) con él los días nones (los domingos descansan).

Curiosamente también Fox fue, en su momento, acusado de veleidoso y contradictorio. Suponiendo que así es, mi
mejor deseo, es que cada uno escoja su personalidad más presentable y tolerante y que, de cara a la Nación que
comparten, dialoguen y encuentren el sentido y el rumbo de la paz (la vapuleada palabra). Sentado a la sombra de la
inmensa ceiba que plantaron nuestros ancestros, ésta es mi palabra verdadera y la digo yo que no soy del color de la
tierra, sino del color de los lavabos del ISSSTE.

¡Qué Calor!

Para regocijo de un mi amigo, la primavera se adelantó y ya llegó con sus hombros descubiertos y apetitosos, sus
jacarandas y sus juveniles estridencias. Colores y calores. Por lo pronto, amarrado a las rudas faenas cotidianas,
galeote verbal, sólo me han tocado los calores. De día es terrible; pero de noche es de la p.m. (hora del centro). No
pretenderás, lectora lector querido, que escriba algo con derechura sumido como estoy en las reverberaciones
tropicales. ¿Se acuerdan de Liz Taylor en "La gata sobre el tejado caliente"?, pues así me siento yo a medianoche.
Podría entregarme a una pingüina. Como ya es habitual en la Ciudad, me asalta una duda: ¿el Sub dormirá con
pasamontañas?.

Querida Mariví
M.V. Llamas, A. Aura y yo somos como la humedad: nos quitan de un lado y salimos en otro. El sábado pasado nos
íbamos a reunir para celebrar el aniversario del club de lectura "Las aureolas", pero el aire acondicionado de mi hotel
en Mérida me dejó los pulmones como callejón de Pachuca. Me urgía darle un abrazo a Mariví por su debut como
columnista en el nuevo Excélsior. Su colaboración será de lunes a viernes, se titula "Querida Marivíà", está presidida
por una inquietante foto y, conociendo a mi cuatacha, sé que su profesional trabajo periodístico está condenado al
éxito. Y ya me voy: la Tractor ya desalojó el refri para que yo me encierre hasta mañana.

Cualquier correspondencia con esta columna que se va poniendo jacarandosa, favor de dirigirla a
gdehesa@infosel.net.mx o al Apartado Postal 19-111, Delegación Benito Juárez, México, DF

Gaceta del Angel / Infancia robada

Por

Germán Dehesa

(15-Mar-2001).-

En un cálculo que, dada la naturaleza del asunto, muy probablemente está por abajo de la cifra real, actualmente hay
en México 16 mil menores de edad que son obligados a ejercer la prostitución. Sé que es una ingrata noticia para ti y
para mí, pero, puesto que nos deshonra a todos, es mejor saberla que ignorarla. En mi caso (y supongo que en el
tuyo), no salgo a la vida con la intención de escarbar en los basureros y/o de encontrar esa nota amarilla que añada
una nueva calamidad a las que ya traemos a cuestas. El asunto es más sencillo y más alarmante: los horrores vienen
a tu encuentro. Yo estoy en mi aséptica oficina, llega un mensajero, me entrega un libro titulado "Infancia robada"
patrocinado por la UNESCO y coordinado por Elena Azaola. Basta con hojearlo para entrar en crisis: ¿lo leo o finjo
demencia?. La materia del texto es, como dicen los teólogos, materia grave. Se trata de un estudio lo más acucioso y
ponderado posible sobre cómo operan las redes de prostitución infantil en seis ciudades de México (Acapulco,
Tijuana, Guadalajara por nombrar tres). Lo he leído de principio a fin y esta noche, en venganza, lo presentaré a las
19:00 hrs. en la Casa de la cultura Reyes Heroles allá en Coyoacán. Me gusta mucho más presentar libros hermosos;
pero éste, de algún modo terrible, lo es porque no hace concesiones, porque jamás pierde el contexto ni la distancia,
porque no busca escandalizar sino diagnosticar, porque no presenta los hechos como una fatalidad incurable, sino
como un mal que gobierno y sociedad pueden atacar, de la misma manera que han podido permitirlo. Insisto: no es
agradable enterarse de que estas monstruosidades existan (han existido siempre, pero esto no me dispensa de
oponerme a ellas, ni me faculta para pensar que son para siempre) y de que todavía haya algo peor: el problema va
en aumento y los beneficiarios de este comercio están cada vez mejor organizados y más coludidos con "la ley". Salgo
de leer los pulcramente aniquilantes renglones de este libro como quien sale de una visita al infierno. Ahora sé más,
pero me consta que ningún conocimiento es gratuito y que la pesadilla mexicana no se agota en Marcos y su
exigencia de tribuna. Alzo los ojos y veo en la televisión a un gandul italiano que toma el sol en el campus de CU y
pontifica acerca de la importancia del zapatismo. Mientras este badulaque se apoltrona para tostarse la rabadilla,
niñas y niños sin voz son traídos y llevados por todo mi país para ser puestos al servicio de nuestros usos y
costumbres. El estudio se titula "Infancia robada"; me suena a poco; podría titularse Infancia asesinada o más
escuetamente, sacrilegio.

La Conspiración China
Tanto viaje, tanto esfuerzo, tanto mimo y ahora nos salen con que Ling-Ling resultó vano e inapetente. Las pandas
hembras están molestísimas con su visitante oriental. No es para menos. Ellas estaban puestísimas, pero todo
terminó en una maniobra artificial muy escasamente satisfactoria.

Sería el momento ideal para que López Dóriga en la apasionante serie "los reporteros" le hiciera una detallada
entrevista al guardián del zoológico de Chapultepec que tuvo que cumplir con la heroica misión de obtener la
indispensable dosis para la inseminación artificial. Esa sí sería una inolvidable página del México real.

El Milusos

Todavía está vivo el recuerdo del último informe de Ernesto Zedillo. Fue dramático su anuncio de que, en cuanto
saliera de la Presidencia, tendría que ponerse a buscar trabajo (se solicita ex-presidente con bicicleta). Lo que es
tener suerte. En cien días ya tiene tres chambas. No todos los mexicanos pueden presumir de lo mismo. En la ONU le
dieron algún cargo exótico que es algo así como macroeconomía interplanetaria, pero no sabemos muy bien. También
agarró un leve hueso en Union Pacific que es una empresa ferrocarrilera estadounidense que vino a salvarnos de
nuestra ineptitud. Ayer martes 13 recibimos la noticia de que le dieron el turno de noche en Procter & Gamble. La
verdad, pobre del Ernie. Se la va a pasar al grito de ¡ya llegué, vieja!, ¡ya me voy, vieja! y entrará a su casa con su
cachucha de ferrocarrilero y saldrá con su casco de jabonero, o con su jacquet de funcionario de la ONU. No tenemos
ninguna objeción que oponer a que nuestros ex-presidentes trabajen, pero sí resulta un tanto cuanto peculiar que toda
la información privilegiada que acumuló la ponga al servicio de dos trasnacionales estadounidenses. Quizá pienso
esto porque soy criptoglobalifóbico. Es posible. Todo sea porque Zedillo jamás pierda su burbujeante buen humor.

Cualquier correspondencia con esta columna agridulce cual chamoy chino, favor de dirigirla a
gdehesa@infosel.net.mx o al Apartado Postal 19-111, Delegación Benito Juárez, México, DF

Gaceta del Angel

Por

Germán Dehesa/Usted

(16-Mar-2001).-

La música de este bolero esencial es de Gabriel Ruiz. La letra la firma J.M. Zorrilla, aunque muchos se la atribuyen a
Elías Nandino. Mientras las cosas salgan perdurablemente bien, la autoría es una contingencia temporal.

"Usted". Yo todavía no soñaba con declarármele a mi nana Luz y ya me extrañaba con la implícita contradicción que
tensa el hecho de que un ser humano le diga cosas tan íntimas, tan cercanas y tan fuertes a otro ser humano y que
todo esto lo haga desde las higiénicas distancias del "usted". Dicho de otro modo: si no habían roto el turrón, no veía
yo por qué o cómo el otro lo desesperaba, lo mataba, lo enloquecía. Por muchas décadas no entendí esto. Tuvieron
que llegar López Portillo y el holocausto que le organizó a la clase media mexicana, para poder entender que sí es
verosímil y válido decir: usted es el culpable de todas mis angustias, de todos mis quebrantos. Hace unos días, mi
lucidez al respecto aumentó cuando vi el diálogo Julio Scherer-Marcos. Don Julio ustedeaba y Marcos tuteaba.
Curiosamente el que sonaba más cercano y cordial era el que hablaba de usted.

Ya con todas estas experiencias almacenadas (bolero incluido), me dirijo al Presidenchente y le digo: no juegue con
mis penas/ ni con mis sentimientos/ que es lo único que tengo. De veras, don Fox, usted me desespera y aunque no
me mata, sí me enloquece. La estrategia de las complacencias con Marcos, aunque tenga una fundamentación ética,
ha llegado, pensamos muchos, a su límite. Es una historia de 507 años que ya precisa de un remate elegante. Eso le
toca a usted, señor Presidente. Necesito imaginarlo en un discurso a la Nación que, palabras más o menos, dijera:
mexicanos y mexicanas, el amigo Marcos la está haciendo de episodios y a la Nación le urge comenzar la inaplazable
tarea de darle pleno reconocimiento a la pluralidad de este país y de dotar a todas sus etnias de todos los
instrumentos legales, morales, nutricionales, médicos, educativos y laborales para que, por fin, este país pueda crecer
de un modo armonioso y en condiciones de igualdad de oportunidades. Más que el peso de 500 años de injusticia, me
mueve la urgencia de futuro que como Nación todos tenemos. Más que la plena conciencia de la enorme deuda que
contrajimos con el México indio, me lastima saber todo lo que ellos han dejado de aportar por nuestra soberbia,
nuestra ambición y nuestra ceguera. Esto se termina ¡hoy!. El amigo Marcos puede disponer de todo el tiempo del
mundo para sus trámites; el Presidente de México sabe que todos estos problemas tenemos que remediarlos ya...

Algo así podría ser. Hágalo usted, señor Presidente, y verá cómo despunta la primavera mexicana. Quizá en algunos
sectores quede mermada su popularidad. Lo dudo, pero de cualquier manera no importaría, como ya alguna vez le
dije, no se gobierna para ganar torneos de popularidad. Será nuestro agradecimiento y nuestro respeto lo que
conseguirá USTED.

Rechace Imitaciones

Antes de que alguien escriba "el extraño caso del Dr. Germán & Mr. Dehesa", me apresuro a aclarar que hay de
Germanes a Germanes y que yo soy "el Germán y a quien sirve" y no "el Germán que manda a Marcos". No se trata
de un deslinde gratuito. Un prominente Senador ya me acusó de ser el verdadero comandante Germán. Es totalmente
falso. Desgraciadamente el único testigo de calidad soy yo que acudo a esta muy sobria tribuna para aclarar que
tengo una excelente relación con Germán Dehesa quien, a pesar de ciertos tropiezos menores, goza de mi confianza;
al comandante Germán no lo conozco personalmente (ni está en mis planes conocerlo). De él me cuentan muchas y
muy violentas y sórdidas historias y, en verdad, no me inspira la menor confianza. A pregunta expresa de J. Scherer,
Marcos se salió por peteneras y dijo que el haber nombrado al comandante Germán como intermediario con el Poder
Legislativo era una señal clarísima y que se tenía que ser muy tonto para no entenderla. Si es una señal, me parece
espeluznante y si hay que ser tonto para no captar los otros mensajes implícitos en tal señal, me doy de alta en el
heroico batallón de los babosos y aviso que lo único que alcanzo a leer es que el verdadero dueño del circo es el así
llamado comandante Germán.

Las Canoras Avecillas

Andan como locas. Seguramente ya recibieron también indicios de que la primavera viene este año tan o más
madrugadora que López Obrador. Son las seis de la tarde, los árboles mansamente danzan con un aire suave de
pausados giros. Hoy la belleza viene de buenas: hoy toca.

Cualquier correspondencia con esta columna hecha de dulces inquietudes y amargos desencantos, favor de dirigirla a
gdehesa@infosel.net.mx o al Apartado Postal 19-111, Delegación Benito Juárez, México D.F.

Gaceta del Angel / Posición de saber

Por

Germán Dehesa
(19-Mar-2001).-

"Infancia Robada" se llama el libro acerca de la prostitución infantil que fue presentado hace unos días por Miguel
Angel Granados Chapa, Cecilia Loría y el autor de estas líneas. Ahí está el libro en espera de que los lectores se
asomen a lo que ocurre en el submundo de seis ciudades mexicanas. Hoy quiero detenerme en el epígrafe que Elena
Azaola, coordinadora de la investigación, colocó en el umbral de su trabajo. Es de Tzvetan Todorov y dice así: "Estar
en posición de saber y evitar saber te hace directamente responsable de las consecuencias". Pienso en esto y lo
contrasto con la añeja y sostenida desinformación de los mexicanos comunes. Sin excepción, todas nuestras
estructuras de poder, particularmente sus cúpulas, han encontrado siempre magníficas coartadas para negarnos,
limitarnos, sesgarnos y posponer esa información indispensable para saber en qué país vivimos y dónde estamos
parados. Nunca hemos podido saber con certeza y oportunidad qué es lo que está ocurriendo, no en las vidas
privadas de nadie (curiosamente, de esto acabamos sabiendo más y hasta llegamos a suponer que estar enterado de
esas intimidades equivale a estar "bien informado"), sino en los asuntos que, en tanto ciudadanos, nos atañen:
decisiones de gobierno, protección a la ciudadanía, manejo de los dineros públicos, concursos, licitaciones y
adjudicaciones; políticas educativas, de salud y de cultura (¿sabrán Andrés Manuel y Fox lo que significa la cultura y
el papel que cumple en la vida social?) etc, etc. Por siglos no hemos sabido nada y en los tiempos actuales nos ponen
cara de contrariedad, hacen, no de muy buen grado, algunas "concesiones" y vagas promesas de apertura informativa
para ese futuro mexicano que siempre está a punto de ocurrir y nunca ocurre.

Las consecuencias de que una comuninad viva tanto tiempo sin enterarse de lo que está ocurriendo en materias que
tendrían que ser comunes tienen costos muy altos. Por supuesto que hablan de sistemas de gobierno que han
preferido no informar y hasta han llegado a decirnos que es por nuestro bien; pero también hablan de una sociedad
que mayoritariamente ha preferido no saber y ha optado por las comodidades de la minoría de edad (para que
prospere el paternalismo es indispensable el "hijismo"), la indigencia cívica y la dorada oportunidad de tener siempre a
quién culpar. Como toda injusticia, diría S. Weil, ésta es una espada de dos puntas que infama a los que la ejercen y a
los que la toleran.

A la fecha, las cuentas de este juego, que es tramposo de ida y vuelta, son nefastas. Al gobierno y a la sociedad nos
ha ido muy mal. Los del gobierno se llevarán su tajada, o la insostenible "satisfacción del deber cumplido", o
conseguirán una o varias chambas en empresas estadounidenses, pero la sociedad se queda hablando sola y
llorando como bebé lo que no supo exigir como adulto. Y aquí vuelve a comparecer el epígrafe de Todorov. Es cierto
que todo aquél que pudiendo saber prefirió ignorar se hace responsable de las consecuencias; pero hoy está
ocurriendo algo más perverso: todos aquellos que preferimos no saber estamos pagando las consecuencias y lo
hacemos sin haber tenido la dignidad de saber. ¿Entonces?.

La Pluma Enamorada

Ocurrió también en la presentación del libro. Noche coyoacanense, templada y grata. A punto de comenzar el acto, se
me acerca una pareja enamorada y bondadosa. Señor Dehesa: ¿se acuerda de aquel artículo que escribió diciendo
cuánto extrañaba aquella pluma Esterbrook con la que aprendió a escribir?. Me acuerdo del artículo y de la pluma.
Pues mire, nosotros conocemos a un señor que se dedica a coleccionar y restaurar plumas antiguas y con él
conseguimos esta Esterbrook. ¡¿Es para mí?!. Claro que es para usted. ¡ya tengo pluma!, ¡ya me pueden reconocer
como una magnífica pluma!. Gracias Ma. Elena y Jesús, por su amoroso premio. Gracias a todos los que me regalan
alguna bendecida reliquia de su alma. Con la pena, pero tiendo a ser un periodista muy laureado.

Venganza Virtual
Robin Hood ha decidido negociar la paz con el sheriff de Nottingham. Así se lo avisa a Much el molinero, a Scarlett, al
pequeño Juan y al fraile Tuck. Tendrán que dejar las armas y caminar las leguas que los separan de la villa. A punto
de abandonar el bosque de Sherwood, la inerme banda se topa con una multitud de personajes extrañísimos. Son
morenos cobrizos, lucen grandes penachos, rodelas, mazas, pectorales y muñequeras de jade y chalchihuite. Whatís
going on?, pregunta Robin Hood. Y entonces el que parecía el jefe de los bizarros seres abrió un poco su corazón y
dijo en extraña lengua su palabra: mire, Señor Robin el encapuchado, nosotros somos los caballeros águila, los
guerreros ocelote y hemos llegado desde Mesoamérica; sabemos que usted se halla en grande peligro y hemos
venido a protegerlo en su marcha rumbo al macromercado. De ahora en adelante queremos ser conocidos como los
monos verdes, ¿cómo la ve, usted, mi Robin?. No ha acabado de hablar, cuando irrumpe una respetable y rolliza
dama que añade: pará, loco, pará; sho que tú, morusho, no soltaba las armas y armaba sha mismo el quilombo,
¿nosssierto?... ¿Se imaginan la cara de Robin Hood?. Bueno, pues eso.

Cualquier correspondencia con esta columna que prefiere saber, favor de dirigirla a gdehesa@infosel.net.mx o al
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Gaceta del Angel / El contexto

Por

Germán Dehesa

(20-Mar-2001).-

Con deslumbrante velocidad, el jefe de voceros de la Secretaría del Trabajo se ha puesto en contacto con todos los
medios para "distraer nuestra atención con el objeto de que en el medio que usted tan atinadamente dirige se
publiquen las siguientes aclaraciones." (Este parrafito ¿será de Cervantes o de Sor Juana?). En el caso que hoy nos
ocupa, las aclaraciones tienen que ver con la barroca pieza oratoria que el Secretario Carlos Abascal esculpió en el
aire en honor de las rijosísimas ñoras mexicanas, quienes no lo dejaron ni terminar cuando ya lo estaban agarrando a
polverazos y trompones electrónicos que, no por virtuales son menos dolorosos. Aclaraciones o no, yo digo que
Abascal pecó de temerario. Es más fácil que yo me aviente un tiro, máscara contra bota, con el cártel de Juárez a que
yo admita siquiera en el sellado secreto de mi conciencia la posibilidad de poner en duda la plurifuncionalidad de la
Hillary. Terminado el segundo milenio, a los hombres lúcidos lo único que nos toca es negociar con las mujeres una
rendición honrosa y en los términos que ellas se sirvan señalar. Todavía en los años cincuenta del siglo pasado,
Thornton Wilder podía escribir en "Los idus de marzo" cosas como ésta: la mujer aunque se esté derrumbando el
universo está pensando en su casa; el hombre, aunque se esté derrumbando su casa está pensando en el universo.
Lo escribió y hombres y mujeres aplaudieron. 50 años después son muy pocos y no muy distinguidos los que
aplauden. Con ciertos trabajos, pero ya entendimos que hombre y mujer tienen el compartido y equitativo derecho a
apuntalar la casa y el universo. Esto me parece el acto fundacional de la pareja y la mejor aventura que se pueda vivir.

Vuelvo a las aclaraciones. El C. vocero dice que todo es un problema de descontextualización y que muchas de las
opiniones medievales que el C. Secretario le infirió a las féminas han sido sacadas de su contexto original (siglo IX) y
por eso pueden resultar insultantes, pues bien leídas (por Francisco Franco) son un aromado ramillete de elogios.
Imagínense que Judas Iscariote (ya el nombre es alarmante) hubiera tenido un vocero oficial que saliera como de rayo
a enderezar los entuertos. Otra sería la historia sagrada, pues el vocero habría aclarado que lo de las treinta monedas
eran parte de un crédito blando que el C. Judas había solicitado en tiempo y forma a la administración Pilatos; pero
que, además, su representado nunca tuvo acceso a la agenda sagrada y que su cargo era exclusivamente de director
del personal de apoyo y que realmente no se ahorcó por remordimiento, sino practicando deportes extremos (lo que
se llama rappel bíblico).

Cuánto más sencilla podría ser nuestra vida si los funcionarios no hablaran, o si pensaran antes de hablar, o si nos
evitaran la pena de las aclaraciones infinitas que sólo logran que un desliz se convierta en el ruido y la furia. Da una
cierta pena ajena que Abascal o el Diputado Jorge Ruiz García digan lo que dijeron, para pasar luego a hacer
aclaraciones que sólo transforman un postulado sexista en una melcocha entre telenovelera y pleistocénica. Y
vosotras, mujeres, sed pacientes y no olvidéis que estas versiones terminales de Pedro Páramo fueron educadas por
vosotras y que si siguen diciendo lo que dicen es porque todavía hay hombres y mujeres que lo siguen creyendo.
Cosas del contexto.

Me Tranquilizo

Siempre es un regocijo escuchar a Norbocop, pastor de la grey metropolitana; pero ahora que acaba de tomar la
decisión de tener en cada parroquia a un exorcista oficial, ha descendido sobre mi alma la leche, la miel, el maná y los
jaguares de la consolación. Ustedes no saben de lo que es capaz un padre desesperado. Tengo múltiples evidencias
de que el Bucles ha sido poseído por Satanás. Desde que le anunciamos que en su guapachosa escuela sólo se
imparten cursos hasta preprimaria y que pronto tendríamos que emprender la mudanza, la criatura está literalmente
endemoniada (los estadounidenses dirían que lo patrocina Procter & Gamble) y ya nada más le falta vomitar verde y
caminar como araña en reversa para que nuestras peores corazonadas se confirmen. Espero que acá en la Santa
Cruz del Pedregal hayan designado a un exorcista fogueadísimo porque los trabajos difíciles no le van a faltar. Sin ir
más lejos, aquí en mi cuadra están el supramencionado Bucles, la madre de la criatura que también necesita una
hojalateada teológica, un señor que no quiere pagar el gas y el expresidente con toda su etnia. Me permito proponer
un exorcismo colectivo que incluya a Mejía Barón, a Jiménez Espriú, a los papás y mamás de la escuela del Bucles
que secretamente manifiestan que las juntas de padres de familia degeneren en orgía y un cuidacoches de Sanborns
que nunca está, pero que deja la cachucha para que el dueño del auto deposite lo que sea su voluntad. Sobreviven
unas preguntas: ¿dónde van a publicar la lista de exorcistas oficiales?, ¿en Locatel darán ese servicio, o abrirán la
línea diablotel?, ¿si el exorcismo falla, puedo llevar mi niño a la Profeco?.

Cualquier correspondencia con esta columna contextualizada, favor de dirigirla a gdehesa@infosel.net.mx o al


Apartado Postal 19-111, Delegación Benito Juárez, México D.F.

Gaceta del Angel / La primavera indiana

Por

Germán Dehesa

(21-Mar-2001).-

"Murió de mal estomacal durante una exposición de Botero". Precisamente para evitar un titular así, le supliqué a la
rigurosa Hillary que pasáramos a retirarnos de la acontecida pre-inauguración de la muestra que se preparó en San
Ildefonso para exponer cincuenta años de trabajo pictórico del maestro colombiano. No tendría yo que contarlo, pero a
lo largo del lunes 19 y totalmente inasistido por San José que estaba en su fiesta, me la pasé retorciéndome como
Drácula al mediodía, víctima de atroz afección estomacal (¿no tendré fiebre aftosa?). A lo largo de la jornada, mi
cantarina consorte veló por mi salud, prodigóme mimos y siendo las 19:00 horas, me dijo: nos vamos. ¡Ah,
meeéndiga!, diría Clavillazo. Ella era una fina estampa y yo parecía jerga de gasolinera. Para mejorar el panorama (y
la vialidad), en toda la ciudad llovía intensamente. Allá en San Ildefonso, la directora del Museo se preguntaba con
cierta amargura: ¿por qué hoy tenía que llover?. Refinada y culta como es, Dolores Béistegui ignora ciertos aspectos
fundamentales de la cultura mexicana: mientras en San Ildefonso los cuadros de Botero se disponían a recibir visitas,
en el Foro Sol se inauguraba la liga mexicana de beisbol y, como bien lo apuntan Humboldt y la marquesa Calderón
de la Barca, el día que se inaugura la liga mexicana indefectiblemente llueve. Si ella lo hubiera sabido, el convivio en
el patio no hubiera tenido ese matiz de última cena en el Titanic que finalmente adquirió. Pero vengamos a la verdad:
la exposición es de primera, la cena no la probé, Botero es un cuate muy amable y la pareja formada por la Hillary y la
lánguida pashmina que iba arrastrando en calidad de marido se retiró a muy temprana hora.

Para salir de San Ildefonso hay que hacer un prolijo recorrido por el Centro Histórico de la Ciudad. Yo, que todo el día
lo pasé redactando los términos de mi testamento, encontré un inesperado sosiego en este paseo. La lluvia había
cesado y una clara luz iluminaba la prodigiosa Plaza de Loreto, el Palacio de Moneda, la Catedral, ese Sagrario que
ya es casi mío por tantas noches que a su barroca sombra me he arrimado a pensar, a sentir, a saberme vivo. Lo
único ingrato es la basura que a diario fabricamos para vulnerar toda esta belleza (¿por qué somos tan enemigos de
nosotros?). No estaba yo anoche para detenerme demasiado en los horrores. Aproveché uno de los Pegasos de
Bellas Artes y me escapé cielo arriba. Ahí estaba la primavera que es una modosa y rotunda mujer pintada por Botero
que se disponía ya a hacer su presentación oficial en México, hoy martes 20 entre siete y ocho de la mañana. Ya llegó
y, como bien advierte F. Reyes Heroles, es una delicia, pero también trae el horror del agostadero rural y la escasez
de agua en las ciudades. Esto nos impone una doble tarea: gozar todo lo posible y atesorar y compartir nuestra agua
(¡y no producir incendios, no sean chacales!).

En la noche indiana, avanzamos por Reforma. El Angel tutelar de esta columna era una absolución general, la Diana
se está poniendo mejor que nunca y por allá sigue el Castillo desde donde la primavera rodará por toda la Ciudad.

Me gusta pasear contigo, dije con mi voz de convaleciente. A mí también, respondió la Hillary.

Regreso a Chiapas

Si es una finta, me parece que la gravedad de los asuntos que están de por medio no permite, no debería permitir,
arrebatos tan maximalistas y tan pasados de rosca. Si en efecto, Marcos ha decidido regresar no sin antes acumular
denuestos válidos e inválidos (de todo hubo) contra el gobierno, tampoco me quedo muy en paz. Si Marcos conociera
(o reconociera) la mecánica legislativa, sabría que toda iniciativa sea cual fuere su importancia se discute
detalladamente en Comisiones (que no son "el patio de atrás" del Congreso) y sólo después de esto, pasan al Pleno.
No hay pues, ningún desdoro en que la iniciativa presidencial (ya no es de la COCOPA, sino del Presidente) se
discuta en las Comisiones y no en una asamblea con más de 600 representantes. ¿Que hubo terquedad e
imprudencia por ambas partes?. Es posible, pero creo que el tornadizo Marcos ganó este triste torneo por amplio
margen. ¿Quién perdió?: México.

Y QUE SALE FOX: Y se dirige a la Nación y anuncia que las tres posiciones militares que aún había en la zona
Lacandona serán convertidas en instituciones civiles para el desarrollo rural. Anuncia también su disposición a recibir
la lista de presos zapatistas que, a juicio del EZLN, todavía no recuperan la libertad; hace un exhorto al Poder
Legislativo para que atiendan y reciban a los representantes del movimiento indígena y manifiesta su voluntad de
tener una plática personal con Marcos. La reportera radiofónica comenta: aquí entre los medios informativos flota una
pregunta: ¿por qué Fox hace estos anuncios hasta que Marcos avisó de su retiro?. Si de algo sirve un testimonio
personal, puedo decir que me consta que estas medidas estaban en la agenda de Fox con o sin el retiro de los
zapatistas... Mientras Fox habla, Marcos en la UAM Azcapotzalco lee una fábula de "Durito y los lápices" que, a estas
alturas, no viene muy a cuento. A ver si todos nos dejamos ya de historias y comenzamos, en verdad y en paz, a
escribir nuestra Historia.

Cualquier correspondencia con esta columna indiana y primaveral, favor de dirigirla a gdehesa@infosel.net.mx o al
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Gaceta del Angel / Caoba y ébano

Por

Germán Dehesa

(22-Mar-2001).-

Si Vicente Fox ha tenido la generosidad (la astucia/la ingenuidad, dirían algunos) de creer en la voluntad de paz del
subcomandante Marcos, éste ya podría tener la generosidad (astucia/ingenuidad) de aceptar como ciertas las
palabras presidenciales y no decir tan a la ligera que nada ha cambiado (él probablemente no esté dispuesto a
cambiar, pero en torno a Marcos, México y el mundo están cambiando vertiginosamente). Hoy no ha sido un buen 21
de marzo. Da miedo salir a la calle y escuchar insistentemente dos preguntas imposibles de responder: ¿qué está
pasando? y ¿qué va a pasar?. Ignoro si alguien tiene las respuestas y, tras mucho pensar y mucho consultar me
autonombro secretario general del club de los perplejos.

Creo que todo nació de una decisión equivocada. Exactamente a las 8:30 de la mañana me hice la pregunta: ¿me
levanto o no me levanto?. Opté por lo primero y ahora veo que fue un error y que hay días en los cuales, por el bien
propio y ajeno, no hay que menearse. Ya se sabe que un error conduce a otro. ¿Trabajo o no trabajo?. De nuevo opté
por lo primero y volví a equivocarme (sospecho que este artículo lo prueba ampliamente). En las calles de mi condado
nadie tiene cara de ir a trabajar. Los viandantes avanzan en pequeños grupos rumbo a la reunión zapatista en CU. No
tienen mucha prisa, ni muestran un excesivo fervor cívico. Podrían ir rumbo al futbol, o a un día de campo. Yo avanzo
rumbo a mi oficina donde todos tienen cara de asueto frustrado. Es imposible oponerse a la voluntad colectiva, sobre
todo cuando ésta coincide con la secreta voluntad personal. A las 14:00 horas, se decreta el cese de labores y yo
regreso al lecho que jamás debí abandonar. A modo de consuelo, me pongo a leer un fascinante libro titulado "Ebano"
de Ryszard Kapuscinski (Ed. Anagrama) que reúne la larga experiencia africana de éste talentosísimo periodista-
escritor-poeta-humorista-ser humano que es el polaco Kapuscinski.

¿Qué hace un polaco en Africa?. Respuesta: llenarse de estupor y compasión, tratar de entender, contraer malaria
cerebral y tuberculosis, intentar reposar y descubrir que a su lado dormita una inmensa cobra, ser sacudido por el
monzón en una ínfima lancha entre Zanzíbar y la costa africana, quedarse varado y alucinado a la mitad del desierto,
asomarse a

unos extremos de miseria y desesperanza sin paralelo alguno, residir en un barrio negro de Lagos, Nigeria y conocer
el otro lado del racismo, ser despojado regularmente de sus escasas pertenencias y escuchar a un vecino decir que
tales robos son una magnífica señal de que, a pesar de ser blanco, comienza a ser aceptado y apreciado. Si el lector
de este libro no tiene fiebre, ya la adquirirá conforme vaya leyendo. Está en un mundo absolutamente provisional,
transitorio, menesteroso. Barrios, ciudades, tribus, paisajes desaparecen o se transforman radicalmente de un día
para otro. Sólo hay dos constantes: la enriquecida corrupción de unos cuantos y la radical y atemporal miseria de
millones de seres acuclillados, cubiertos de moscas, calcinándose al sol y convencidos de que no será la acción
humana, sino el tiempo, ese búfalo adormecido, el que modifique las cosas. Y en mitad de este horror, la naturaleza
magnífica y la terca e inexplicable floración de las sonrisas humanas. Esto es "Ebano". Tengo entendido que en
Chiapas hay (¿había?) caoba.

La Hora Nacional
De las oficinas de Andrés Manuel me invitan a conducir algún capítulo del segmento asignado al DF en "La hora
Nacional". Acepto gustosamente y en mi ánimo pesan parejamente mi firme voluntad de apoyar a López Obrador (ni
con él, ni con Fox me puedo dar el lujo de apostar a que fracasen) y mi certeza de que no corro peligro de ser
escuchado por un público multitudinario. El último sondeo indica que hay más seguidores del Necaxa que
radioescuchas de "La hora Nacional".

Algo más diré: creo que ésta es la hora nacional; la hora de tirar todos parejo y para adelante o escurrirnos por las
cañerías de la historia; la hora de la reconciliación y la generosidad. Se ha dicho hasta el cansancio: toda violencia
física comienza siendo violencia verbal. Todos los que alzamos la voz (te lo digo Diego) tendríamos que ser más
cautos y tolerantes. Parecemos locos. Todos queremos participar en el concurso del vituperio ingenioso. Hace un rato,
escuché a un vociferante legislador perredista que decía que Fox era el nuevo Bucaram. Apagué el radio con fastidio y
pensé que infamar a un Presidente electo democráticamente, infamar a nuestras instituciones, infamar a los que
piensan o son distintos es infamarnos a nosotros. No está el horno para rollos. Es la hora nacional. ¿Sale?.

Cualquier correspondencia con esta columna de ébano y caoba, favor de dirigirla a gdehesa@infosel.net.mx o al
Apartado Postal 19-111, Delegación Benito Juárez, México D.F.

Gaceta del Angel / Dos carteros en apuros

Por

Germán Dehesa

(23-Mar-2001).-

No me lo digan. Ya sé que parece el título en español de una película de Laurel y Hardy originalmente titulada "Better
by letter" que nunca se filmó, pero que yo puedo con pormenor imaginar. En el papel del flaco y sin demérito del
enorme respeto que le tengo, aparece Luis H. Alvarez. En el papel del gordo y pareciéndome un tipo excelente,
Rodolfo el "Negro" Elizondo. Ambos han recibido y aceptado una misión extraña, difícil, aventurada: entregar "propia
mano" una carta a un personaje que, esté donde esté, siempre parece estar en lo alto de una emboscada montaña
chiapaneca (a este fenómeno se le llama "aura portátil"). ¿Qué pasará?.

En primerísima instancia, pasará el tiempo puesto que tiene el indiscutible derecho de paso; pero pasa que en México
el tiempo pasa muy raro y antes de pasar como que se atora. A las 12:00 horas del martes 20, Vicente Fox dijo "estoy
enviando una carta a Marcos...". Don Luis y don Rodolfo que son serios y formales de inmediato tomaron sus
cachuchas, sus silbatos, sus mochilas y sendas biclas. Con lo que no contaban es con la durativa vaguedad de la
forma verbal "estoy enviando" que, en manos (o en lengua) de un buen técnico mexicano, puede llegar a abarcar 37
años. Y mientras, el Güicho y el Fofo hechos unos babosos esperando afuera de Los Pinos recargados en las
bicicletas. Y pasó el día y pasó la noche y hasta el día siguiente, el Presidenchente tomó papel y pluma y se dio a la
faena. ¡Marthaaa!. ¡Eu!. ¿conciencia se escribe con "c"?. La primera sí y ya luego es a criterio. Gracias, maravillosa
chiquilla. A las 10:45 de la mañana del miércoles 21, concluyó la agobiante tarea. ¡Marthaaa!. ¿orakeeé?. Amgoin
tucalifornia, ahi te encargo que le digas a nuestros maravillosos carteros que entreguen esta carta pero de balazo.
Zeguro que zí. Fox se fue, los carteros (que dormitaban recargados uno en el otro) recibieron la misiva y se pusieron
en movimiento. Metros adelante, frenaron su marcha. Oye, negro, aquí nomás dice C. Marcos, pero no pone la
dirección. ¡Ujule, julita!, ¿y si nos retachamos?. N'hombre, ya ves la seño cómo se pone. ¿Tons?. Hay que dar con
Marcos, ni que fuera tan difícil; en la red vial dicen cada cinco minutos dónde anda.

Así comenzó la peregrinación. Fueron a una UAM: se acaba dir. Fueron a otra con igual resultado. Oye, negro, ¿y si
mejor nos la comemos?. ¡Calla boca!, nos tupe el "botitas". Tons, síguele pedaleando. Azcapotzalco, Iztapalapa,
Xochimilco, Villa Coapa, la Pensil, la Agrícola Oriental; toda la ciudad plancharon los alados (y salados) mensajeros. Y
el friegaquedito de Marcos por acá: pus los hombres de palabra verdadera no hemos recibido nada. No le aflojes,
negro, si no la entregamos hoy, la tenemos que llevar a Chiapas. ¡No manches, Güicho!. A las 23:28 del miércoles 21
llegaron a la ENAH. La carta ya estaba como chilaquil, pero ellos estaban peor. Pues sí está don Marcos, pero no sé
si entregársela, ¿qué tal que es explosiva?. ¡Agárrala, inchí Tacho o te parto tu encapuchada madre!. Correcto; yo se
la entrego con mucho gusto. ¿No nos da para un chesco?. Nop. El Güicho y el Fofo le hicieron con las manos las tres
señales que habían pedido y con el cuerpo desvencijado pasaron a retirarse...

Ya salió Zebedeo y dijo que iban a ver. Luego, los zapatistas se fueron a San Lázaro e hicieron su reunión. Luego
salió un señor y les dijo que podían pasar a la sala grande y luego dijo Marcos que iba a ver y hasta ahí vamos. Por lo
pronto, quede aquí este sencillo homenaje a dos carteros que cumplieron su deber hasta la ignominia y más allá.

En Vista de lo Cual...

...y aprovechando que los congresistas andan de buenas, quisiera enviarles una iniciativa para que en cada punto de
ingreso al territorio nacional sea colocado un letrero que diga: "Viajero, deténte. Has llegado a la región más
ocurrente. Si no tienes ningún problema, aquí te lo creamos. Si ya lo tienes, aquí te lo complicamos. Seriedad y
experiencia. Pregunte por nuestros paquetes". Es que somooos.

Acertijo

Ya en plan inquisitorial y con el mejor ánimo de hacer justicia distributiva planteo la siguiente pregunta: ¿cuántos
centímetros cuadrados de piel facial muestra Marcos y cuántos muestra Diego Fernández de Cevallos?. La respuesta
es sorprendente, pues las cifras resultan milimétricamente semejantes.

La Pejepción

Ricky Martin llena el Auditorio; Andy López no. Y miren que por acarreados no quedó. Y recuerden los denuestos de
AMLO contra aquellas ceremonias fastuosas y absurdas de autohomenaje que eran, según él, los informes
presidenciales. Tomamos nota de ello y de la solidaria y enfáticamente sincera presencia de Rosario Robles.

De muchas cosas habló Andrés Manuel. De modo particular se me atravesó aquello que dijo para reconocer
humildemente que, con respecto a la seguridad en el DF, había fracasado en su intento por lograr que variara "la
percepción" de los ciudadanos quienes, como buenos necios paranoicos, seguimos pensando que la Ciudad no es
segura. Aventuro una teoría: ¿no será que esa percepción de inseguridad la provoca el hecho de que a cada rato nos
asaltan?. Es una posibilidad; pero son otros y más gozosos los asaltos que en este momento deben ocuparnos: hoy
toca.

Cualquier correspondencia con esta columna mensajera, favor de dirigirla a gdehesa@infosel.net.mx o al Apartado
Postal 19-111, Delegación Benito Juárez, México D.F.

Gaceta del Angel / ¡Mueran todos! y ¡que viva México

Por

Germán Dehesa
(26-Mar-2001).-

Así andamos. Con la democracia todavía en cierne, supongo que estos enconos son lógicos. Con la democracia en
botón y con nuestro ímpetu sacrificial a todo lo que da. Este último rasgo sí es de viejo cuño mexicano. No es
exclusivamente nuestro, pero es muy nuestro el salvaje pensamiento de que alguien tiene que morir (aunque sea,
darse una sacrificatida) para que otro viva; alguien tiene que restarse para que otro sume y alguien tiene que perder
para que otro gane. Juegos de suma cero, les llaman. Por lo visto, todavía no están a nuestro alcance los juegos de
todos ganan.

Ya sería tiempo de entender (de imaginar) la íntima y honrosa dignidad de jugar (co-ludirnos) a que todos ganen. Ni
nuestro país, ni el mundo van a resistir mucho tiempo más el salvaje embate de unos cuantos que todo lo destrozan,
lo atropellan, lo marchitan, lo deshonran con tal de ser ellos los que ganen todo. Lograrlo es lo peor que les puede
pasar a los humanos y a los ganadores mismos. Se habrán devorado la tierra y todos seremos partículas
suspendidas. Pues no me parece.

Por todo esto, en la actual e intrigante coyuntura política que vive nuestro país, me niego a adherirme a ningún coro
que proclame ¡ganó Fox!, o ¡ganó Marcos!, o ¡perdió Felipe!, o ¡aplastamos a Diego!. Creo que es un modo tuerto y
frívolo de ver las cosas. Mientras ahí sigan los 40 millonarios y los 40 millones de pobres, aquí no ha ganado, en
definitiva, nadie. Vamos perdiendo y los parciales y todavía magros triunfos que comienzan a perfilarse en el horizonte
de un probable amanecer, son de México y de nadie en particular.

Gana México si el Poder Legislativo gana en autonomía, en diversidad y en respetabilidad. Cada partido y cada
legislador expone las verdades en las que cree (Felipe Calderón lo hizo de modo magnífico), se hace la votación y
gana la voluntad de la mayoría sin demérito del matiz y los cauces que imponen las minorías. Gana México si
encontramos el punto de confluencia entre Fox y Marcos y gracias a ello, conseguimos darle pleno respeto y plena
carta de ciudadanía mexicana a los indios, mestizos y criollos (todos indígenas puesto que esta palabra significa
"habitante del lugar en que nació") de este país. Creo que por aquí tiene que ser. ¿Cuál es la urgencia de que muera
éste o aquél que tanto tienen que aportar a la pluralidad que es quizá nuestro signo más notorio?. Somos de muchos
modos, venimos en muchas presentaciones y somos de muchos colores.

Es que a éste yo lo ahorcaba con mis manos. Es que a tal otro lo tengo en un altar. Es que ése es un farsante y aquél
es un cavernario pleistocénico. No digan eso ni en broma. Convocar al alzamiento general, al todos contra todos, es
nuestra peor derrota y un triunfo más para Estados Unidos y los grandes centros de poder que gozarán como victoria
personal el desgarramiento de México y su inacabable condena a ser exportador de materia prima y mano de obra. Si
es cosa de ahorcar, ahorquemos los prejuicios, las inercias, las telarañas, las intolerancias, la violencia y nuestro
maldito fatalismo. México ya murió, sólo quedan los mexicanos, me dice un amigo proclive al pesimismo. Disiento. Si
quedan los mexicanos, éstos pueden lograr con inteligencia y trabajo que México reviva. Se trata de ganar y como
primer logro, me permito proponer que nos gane la risa. Que viva y reviva México.

¡Qué Horrible!

Mi amigo "el moco" García dícese experto en futbol. De algún extraño modo lo es. Tras hondas reflexiones, decidió
este domingo irle a Jamaica y arriesgar una buena cantidad siempre y cuando sus amigos entrañables le diéramos
tres goles de ventaja. Era como una petición del EZLN, pero por tratarse del "moco", sometimos a deliberación el
asunto y dijimos ¡pobre moco!, anda fregadón de lana, hay que ayudarlo. La apuesta fue aceptada y todos, "moco"
incluido, nos sentamos a ver el partido. Cayeron los dos primeros goles y "el moco" cayó en una estupefacción
profunda. Parecía Julio Scherer oyendo las prolijas explicaciones del sup. Luego la postración cayó sobre nosotros,
pues la selmex. s.a. de c.v. brindó los 50 peores minutos de su larga existencia. Hacia el minuto 80 y con "el moco" ya
listo para cobrar, Jared Borgetti nos trajo la redención y la paz digna. Bien está lo que bien acaba. "El moco", ya se
imaginarán, estaba verde.

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Gaceta del Angel / La oración

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Germán Dehesa

(27-Mar-2001).-

Hablar en México de tácticas dilatorias es hablar de una entrañable artesanía nacional. Sé que se emplean en todo el
mundo, pero en México las hemos llevado a un nivel tan alto de creatividad e ingenio, que ya las podemos considerar
como una bella variante verbal del barroco churrigueresco. En verdad, para nosotros no hay asunto tan grave o tan
urgente que no pueda ser galanamente pospuesto. A veces me da por pensar que todos los que se mueren en este
país (nuestro país) lo hacen, por lo menos, al día siguiente, o una década después. Nuestra infinita capacidad
negociadora y el amplísimo repertorio de pretextos que está a nuestro alcance (yo conozco a una gran actriz que
llegaba tarde a los ensayos y explicaba con gran fuerza dramática que había un león en la puerta de su casa y no
pudo salir hasta que se lo llevaron), todo esto nos permite ampliar plazos, trasladar ceremonias para mejor fecha y
eludir cualquier mandato o urgencia. Es algo genético.

En fechas no muy lejanas, alivié con ustedes mi adolorido corazón de padre y algo comenté del permanente estado de
insurrección frente a los poderes constituídos en el que se encuentra el subcomandantito Andrés. No hay orden,
sugerencia o instrucción que obedezca de inmediato. Para todo hay que sentarse a negociar condiciones y plazos y
siempre acaba pidiendo tres señales para iniciar las pláticas. Rollos van y rollos vienen y con eso el enanete va
ganando tiempo y así, al final del día, de las veinte cosas que tendría que haber hecho, acaba haciendo cinco y esto
en los días buenos. Y si por lo menos al final del día conociéramos el reposo, pero no es así. Falta todavía convencer
al chipotín de que ha llegado la hora de dormir. Las negociaciones son tipo San Andrés (patrono del Bucles).
Comienza pidiendo una hora de plazo y acaba aceptando veinte minutos después de cuarenta de negociación. Pasan
los veinte minutos y comienza el ritual hipnótico propiamente dicho. Hay que leerle con buena voz y mejor entonación
algún cuento predilecto. Terminado el cuento, viene la desquiciante liturgia de la oración. Esta da principio con el ya
clásico "Angel de mi guarda/ dulce compañía..." que el Bucles canta en ritmo de rap mientras se contorsiona como
poseso en la más alta tribuna de la patria que para él es su cama. Concluída su incursión en el rock pesado, junta sus
manos, se pone de rodillas y comienza un ejercicio a lengua libre: Gracias Papá Dios por este día que estuvo muy
divertido porque pude jugar a (inmensa lista de divertimentos infantiles) con (interminable nómina de amigos y
cómplices), aunque extrañé mucho a (aquí entra la lista más larga de todas). A estas alturas su madre hace bizcos y
se tambalea. El rito apenas comienza. Te quiero dar gracias también por mi familia (aquí salen hasta los sobrinos de
algún concuño) y te quiero encargar que cuides a mis periquitos y a los animales de Australia como el equidna, el
wallabee, el ornitorrinco (aparece hasta el wombat y en las noches de inspiración plena puede incluir a las amibas, los
paramecios y el bacilo de Koch). Es muy importante que los niños de todos los países tengan algo para comer, así es
que te encargo a los niños de México, a los de Acapulco (y por esta ruta podemos llegar hasta los malayos, los
shoshones y los fueguinos). ¡Andrés!, grita la mareada madre. Te encargo mucho mucho a mi mamita linda que me
enseña a rezar y siempre está de buen humor y nunca se enoja. Ojalá y en todos los países hubiera mamás así (en
este punto se incluye la lista de los países reconocidos por la ONU). ¡Que te duermas!, grito yo desde mi recámara.
Ayuda mucho a mi papacito porque yo lo quiero mucho... Una vez que todo lo creado y por crear es puesto a la
consideración de Dios por el Bucles, éste se hace un ovillo, su madre lo cobija, cierra los ojos y estalla la paz.

Siento que me Feminizo

Si como dice Carlos Abascal, la mujer que sale de su hogar se masculiniza, los hombres que permanecemos bajo el
confortable techo nos feminizamos. Por lo menos, yo estoy empezando a sentir graves cambios hormonales que me
tienen muy inquieto. Nada me gusta más que estar en mi casa leyendo, escribiendo y alternando con mi familia. Creo
que no voy por buen camino. Cualquier día de éstos, voy a empezar a tejer macramé y a cocinar pay de manzana. Por
supuesto que todavía salgo de vez en cuando y estas salidas restauran mi masculinidad, pero cada vez ansío con
más vehemencia pasar la aspiradora y hacer arreglos florales. Lo peor de todo es que hace años que no me hago el
papanicolau. ¿Voy bien, don Carlos?.

¿Para eso Leen?

Un lector está francamente cabreado conmigo porque "como comparto ideología e intereses con Fox" desprecio a los
indios y soy capaz de decir inch' Tacho. Este diamantino razonamiento me lo envía por correo electrónico y con la
ortografía más inch' que se puedan imaginar. Si hubiera leído con cuidado, se habría dado cuenta de que yo sólo
imaginé que Elizondo en un arrebato de ira y cansancio podría haber dicho eso. Pero, por lo visto, mi inch'
imaginación no logró entregar su mensaje con claridad. Siempre es posible dejar de leerme y concentrarse en el
obituario. Tampoco es manda.

Cualquier correspondencia con esta columna que es un oratorio, favor de dirigirla a gdehesa@infosel.net.mx o al
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Gaceta del Angel / Página editorial

Por

Germán Dehesa

(28-Mar-2001).-

Hoy, martes 27 de marzo, escudriño minuciosamente las planas editoriales del periódico "Reforma" y compruebo con
agrado que cada editorialista tiene opinión propia y que ninguno tiene más "línea" que la de su pensamiento, su edad,
sus lecturas, su temperamento, su modo de vivir y su voluntad de entender. Humberto Musacchio manifiesta en "Lo
importante es hallar soluciones" su respaldo a ese primer Marcos que puso el tema de los indios en la agenda
nacional, pero esto no le impide apoyar los pasos de Fox en pro de una solución y guardar ciertas reservas con
respecto al Marcos de hoy. Catón adopta una actitud distante e irónica y considera que no estamos en el camino
correcto y que el supuesto "fortalecimiento" del Poder Legislativo no es tal si se toma en cuenta la cantidad de
atropellos que han sufrido las leyes. Sergio Sarmiento en "Ley Cocopa" razona con lucidez acerca de las objeciones
que él tendría que hacerle a varios de los postulados más conflictivos de la llamada ley Cocopa. Guadalupe Loaeza
anda buscando de modo enloquecido a la "Señora sociedad civil" para pedirle su presencia y su apoyo en San Lázaro
hoy miércoles a las once. Federico Reyes Heroles en "Edenismo" nos previene muy juiciosamente de las facilidades
utópicas que el fenómeno "Marcos" ha desatado y que tienen un peligroso parentesco con el idílico Rousseau y sus
insostenibles teorías del "buen salvaje". Escudriñar a fondo todo lo que respalda cada uno de estos puntos de vista, le
llevaría al lector un buen rato de meditación. Ninguno es rechazable y ningún autor espera una aceptación acrítica. Lo
que, a mi juicio, resulta admirable es la diversidad que se cumple en el respeto y en la contigüidad. Si alguien me
preguntara con quién estoy más de acuerdo, respondería que no es una pregunta importante y que, en la medida en
que informan mi pensamiento, agradezco por igual el trabajo de cada uno. Es obvio que las costumbres de mi mente
me acercan de modo natural a Reyes Heroles y a Sarmiento, pero no desaprovecho las aportaciones de nadie y no
dejo de felicitarme por poder vivir (con-vivir) y ser parte de un periodismo que se entiende y acepta como ejercicio
democrático. Cada quien expone sus razones que coinciden o se alejan de las de sus vecinos de plana, pero al final,
todos nos saludamos, nadie mata a nadie, todos convivimos y somos buenos amigos. La sociedad queda servida y la
justa paz va ganando terreno. Me parece bien.

Dicho lo Anterior

Procedo a declarar que, a estas alturas, me siento más "enmarcado" que Las Meninas y que del ciberguerrillero ya
estoy más o menos hasta la cachucha maoísta y harapienta. Me da cierta pena, pero no tengo cómo creer que hoy,
hacia el mediodía, la sabiduría divina nos iluminará desde el Ararat legislativo. En rigor (espero que no mortis) sólo
puedo decir que bien está lo que bien acaba, aunque presiento que las negociaciones con el EZLN todavía van para
largo. Insisto: lo urgente, lo que no necesita la bendición de Marcos es atender a nuestros 40 millones de pobres
(razas fundadoras incluidas). Obviamente no estoy hablando de dádivas; hablo de oportunidades, de servicios, de
educación y respeto; hablo de ayudarlos a ayudarse. Lo demás lo veo muy negro para huevo y muy redondo
paíaguacate.

La Pataleta

El universo de la música vocal está a punto de experimentar un súbito enriquecimiento (quizá ilícito). Sabemos de la
existencia de géneros como la cantata, el oratorio, la zarzuela, la ópera y la opereta. Algún día podré decir que yo
atestigüé la gestación de una novedad importante.

Todo comenzó hace dos semanas. Esta casa ya resentía las matutinas clases de canto que el maestro Mario Llano le
imparte a la Hillary. A resultas de ellas, ya tenemos daño estructural en todas las paredes; pero no hay mal que no
pueda empeorar. Tenemos un nuevo alumno. Es el Patopedíatra que ahora ha decidido agarrar por su cuenta el bel
canto. Con tan aviesa intención, se presenta a unas horas absurdas. El maestro tiene cara de cadáver del río Tula, el
señor de la casa intenta dormir y el Patopedíatra ya viene a todo lo que da. A juzgar por lo que siento cuando hace
escalas, le descubro cualidades de heldentenor (tenor heroico) y ese mismo heroísmo necesitará el público que asista
a su debut en Bellas Artes. En los pisos ya se botó la duela y la Tractor está a punto de perder el oído y la orientación.
Para mayor inri, el Pato que va cantando alegremente leyó lo que escribí acerca de mi feminización y me trajo una
bella rosa que, al tercer patoalarido, se despetaló de golpe. Todo sea por el progreso de la música. Está por nacer la
pataleta (género lírico para pato y orquesta).

¿Y Lorenzo?

Varias veces he hablado de "Primer Plano" (rebautizada por el pueblo con el nombre de "Los hombres de negro")
como mi telenovela favorita. Percibo que, de unas semanas para acá, no está Lorenzo Meyer y, sin demérito de los
presentes, ya nada es igual. Todavía no me resignaba a la ausencia de Castillo Peraza y ahora echo en falta a mi muy
apreciado Lorenzo. Ojalá y reaparezca.

Cualquier correspondencia con esta columna que es una tribuna intermedia, favor de dirigirla a
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Gaceta del Angel / El uso de la palabra

Por

Germán Dehesa

(29-Mar-2001).-

En teoría todos los humanos tenemos derecho al uso de la palabra; en la práctica no todos pueden hablar y muchos
de los que hablan quedan muy por debajo de la dignidad de la palabra. Allá por 1967, el maestro Juan José Arreola
nos enseñaba que el hombre había creado la palabra para nombrar al mundo y mostrar su rostro, pero que en México
empleábamos la palabra para escondernos, porque en nuestra cultura mostrarse era perderse. Creo que todo esto
viene a cuento porque esta semana ha sido de palabras necias, de oídos sordos y de verdaderas palabras.

PALABRAS NECIAS: Ha habido muchas, pero creo que entre todos los nominados para recibir el simbólico trofeo de
la lengua de chicharrón, la ganadora es María Félix que una vez más desde su senil arrogancia despachó por vía oral
una labrada (y ladrada) sarta de tonterías que, en fondo y forma, intentaron trasladarnos a ese mundo idílico de
criollos bellos y todopoderosos y de inditos ayudables siempre y cuando no anden de alzados y cumplan su tarea de
hacer los trabajos pesados y morirse mansamente de hambre. Si alguien se atreve a hacer algún día una colección de
los mejores anacronismos idiotas que se han proferido en este país, la patética Doña ya tiene garantizada una cúpula
de los Inválidos para ella solita.

OIDOS SORDOS: Aquí tenemos que hablar de la ausencia del PAN en la Cámara Legislativa. No le encuentro
justificación política, ni mucho menos validación ética. Fresco está el recuerdo de los reclamos que, a nombre de la
democracia, le hizo el PAN al PRI cuando este último amenazó con no presentarse a la toma de posesión de Fox. Lo
mismo le dice hoy al PAN la sociedad mexicana. ¿Creen o no creen en la democracia?; ¿discutirán exclusivamente
las iniciativas previamente apoyadas por ellos?; ¿están o no devengando el salario que nosotros pagamos a los
legisladores?. Esta pregunta me parece importante, pues más allá de votos a favor o en contra, los legisladores
perciben un sueldo por atender todos los asuntos legislativos que son de interés nacional y éste es el caso de la Ley
Cocopa. Vistas así las cosas, no se trataba de que a los legisladores de un partido se les antojara o no se les antojara
asistir. Por estricto apego a su ética de trabajo tendrían que haber estado ahí. En mi condición de ciudadano mexicano
les hago un enérgico reclamo y les notifico que no les pagamos para financiar sus berrinches. Mis todavía estimados
Felipe y Diego: ustedes, en tanto siervos de la nación y cumplidores de nuestro mandato, no se mandan

solos.

LAS VERDADERAS PALABRAS: los cuatro zapatistas que hicieron uso de la tribuna expusieron con exactitud y con
coherencia su verdad. Quizá haya salido sobrando la ironía que Esther le dirigió al Presidente. Si ella habló de respeto
al Poder Legislativo, no veo por qué no incluir a un Ejecutivo que se ha esforzado en allanarle todos los caminos. Por
lo demás, creo que hemos asistido a una jornada excepcional que nos permitió escuchar, clara, vibrante, patriótica,
una voz que no es tan sólo la de los descendientes de los primeros pobladores de estas tierras, sino la de los millones
de mexicanos amenazados, marginados y violentamente rezagados de toda justicia humana. Con tanta y tan justa ira
acumulada no es poca cosa descubrir que en su voz hay firmeza, pero también dulzura y voluntad de paz. Creo que
ahora sí estamos en el umbral de que México se dé luz y se dé a luz.

HAY AUSENCIAS QUE TRIUNFAN: algunos legisladores del PAN y el PRD dicen que la ausencia de Marcos fue "una
burla" (de haber ido, habrían hablado de "protagonismo"). A mí personalmente me pareció una jugada magistral. Ya
termino esta crónica a vuelapluma. Déjenme nada más decirles que el otro ausente triunfador se llama Vicente Fox.
El San Sub

Por el radio me entero de que hay una señora que hizo su viaje desde Celaya para ver si podía encontrarse con
Marcos pues quiere pedirle que intervenga para que le devuelvan a su hija que, según dice ella, ha sido secuestrada
por unas monjas guanajuatenses. Por lo visto, la detección de Mesías sigue siendo deporte nacional. Por ese camino,
pronto estaremos solicitando la intervención de Marcos para tapar los baches de Cuernavaca y para resolver los
conflictos de Tepito. Ya no será sub Marcos, sino San Marcos. Espérense.

Envío

Impulsados por el afecto, vuelan estos renglones rumbo al domicilio de mi cuaderna doble raya Graciela Cantú,
flamante académica.

Como yo, por obra y gracia del equipo de bacheo del aeropuerto, no puedo volar, al término de la ceremonia de
entronización de la Miss Graciela, arranco por carretera a rodear veredas rumbo a Guanajuato. Espero que en mi
breve ausencia, no hagan operativos, perrerías, bufonadas o maldades. Se portan. Si necesitan algo, le hablan a
AMLO.

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Gaceta del Angel / Viaje de noche

Por

Germán Dehesa

(30-Mar-2001).-

Hacia los finales de los años cincuenta, yo comencé a viajar mucho rumbo a Querétaro y Guanajuato, los feudos de
Diego y de Fox para más señas. Mi padre se ponía al volante (años después, manejaría yo mi potente Datsun llamado
Filiberto) y arrancábamos con destino al Bajío.

Mucho tiempo después de lo apuntado, en la noche del memorable 28 de marzo del 2001, Pancho, mi auriga, y su
Charro Negro enfilamos con destino a Guanajuato. La coyuntura me obliga a proceder así. Los del Aeropuerto de la
Ciudad de México son unos ineptos que no me pueden garantizar ni mi salida y llegada a tiempo ni tampoco que no
vaya yo a terminar aterrizando en Tomóchic o en Ixtapan de la Sal. Por eso, como en mis viejos tiempos, voy por
carretera. No me arrepiento. Algo tienen en común este viaje nocturno y el giro que ha tomado el destino de nuestro
país. Hay tiniebla por todas partes, pero se adivinan los pueblitos, la carretera ya es visible y tenemos una razonable
idea de nuestro punto de llegada.
Como sabe todo viajero capitalino, lo más difícil es abandonar la Capital. A juzgar por los coches hacia allá
encaminados, en Satélite y Lomas Verdes han de vivir unos 60 millones de individuos no censados. La ciudad se
resiste a soltarnos y ya en los suburbios nos amenaza con microbuses. Terminan éstos y comienzan los trailers.
Cientos de ellos. Un letrero anuncia "Polotitlán" y, aunque no lo veo, la memoria me presenta un pueblito blanco
donde hacen unas tortillas inmensas y todavía más blancas. No he cenado, pero Pancho sí. Considero por un rato la
posibilidad de tirarle una mordida. La descarto. En el radio todas las estaciones se oyen mal, salvo una de Monterrey
que está transmitiendo el partido Regios-Toluca. Hemos llegado a la desviación a Tequisquiapan y mi edad también
se desvía rumbo a los nueve años. Mi mamá y mis tías nos llevaban en tren a vacacionar en Tequisquiapan. Ellas se
arrancaban la piel jugando cartas y bebiendo tequila (por no leer a Abascal) y los niños nadábamos en una poza que
tenía en el fondo muchas rocas puntiagudas. Ahí mi primo Emilio se aventó un memorable clavado que lo dejó ídem
en el fondo y con el rostro como paño de la Verónica. San Juan del Río. Ahí mi padre compraba piedras semi-
preciosas que a mí me parecían como del rey Salomón y que eran depositadas en las enérgicas manos de mi madre,
en un vano intento por aplacar su furia ante el hecho notorio de que a mi papá le encantaban unas señoras rete-
preciosas. En Querétaro que fue el escenario de mi primera aparición foránea como actor, doblamos a la izquierda y
tomamos el rumbo de Celaya que tenía un inmenso depósito de agua colocado en una base altísima. Según mi papá,
el tanque estaba lleno de cajeta que proveía a toda la región. Desviación a San Miguel Allende en cuyo instituto di
clases a gringas y gringos motísimos todos los fines de semana de un año y en cuyo parque conocí a varios
distinguidos y también motísimos poetas de la generación Beat. A lo lejos, las luces de Cortazar, tierra de una
admirada cuata. Una flecha anuncia la cercanía de León donde tengo una novia que, yo supongo, lleva 40 años
esperándome para la boda. La luna parece la luminosa uña del dedo gordo que se acaba de cortar San Pedro. Ya
llegamos, dice el inchí Pancho que me dejó sin más cena que unos Sabritones en putrefacción avanzada. De noche,
Guanajuato es un encanto. De día, también. Por vía celular me entero del triunfo de los Pumas. Con esto, con el dulce
y oscurecido misterio de Guanajuato, con tantos recuerdos y visitaciones y con la palabra de los indígenas en San
Lázaro he logrado un viaje y una jornada perfectas.

El Coach de Tercera

¿Han visto a un coach de tercera enviando enfáticas señales al bateador y a los corredores?, ¿nooo?, bueno, no
importa. Basta con que hayan visto a Daniel Mallens que tradujo en mímica para sordomudos las intervenciones de
varios oradores indígenas. Lo hizo con una enjundia terrible, tanto que hasta yo que no domino esa forma de
comunicación entendí perfectamente. El contraste fue particularmente notorio cuando habló la nahua jalisciense María
de Jesús Patricio quien lanzó un rollo interminable en voz baja y pareja (otro discurso de ésos y se disuelve la etnia).
Ella hablaba con fines hipnóticos, pero el mimo-traductor hacía señales de bateo y corrido que electrizaban a los
asistentes. Supongo que terminó exhausto, pero valió la pena (la alegría).

Traigo Curules de Segundo Tendido

Los panistas nada más hicieron mala obra. Ya podrían haber revendido las curules que dejaron vacías. Hubieran
hecho su agosto en marzo. Diego ha dejado pasar otra oportunidad de obtener pingües ganancias. ¿Qué va usted a
hacerle?. De un modo u otro, hemos terminado con bien una semana de puro repeluz. Bien vale hacer un exhorto: hoy
toca.

Cualquier correspondencia con esta columna nocturna y viajera, favor de dirigirla a gdehesa@infosel.net.mx o al
Apartado Postal 19-111, Delegación Benito Juárez, México, D.F.

Gaceta del Angel / Palabras de mujer

Por

Germán Dehesa
(02-Abr-2001).-

Creo que estos renglones sólo podrán serle de utilidad al señor Abascal y a todos aquellos que todavía no registran la
fulgurante capacidad de aprendizaje de las mujeres y su gradual pero implacable apropiación de la palabra. Como
muestra de estudio quiero tomar el discurso de la comandanta Esther en la Cámara de Diputados. El análisis, el
comentario y la crítica de lo que ella dijo ahí ya lo han hecho exhaustivamente los politólogos, los comentaristas, los
opinadores y los ciudadanos. Ha habido aplausos, rechazos, apoyos condicionados y expresiones de incredulidad.
Hay un amplio abanico de opiniones que yo no pretendo aumentar. Lo que me propongo es desentenderme del fondo
y atenerme a la forma. Hace poco lo comenté y ahora lo reitero: mi entrenamiento me conduce instintivamente a
concentrarme en cómo me están diciendo lo que me están diciendo, ¿qué tonos están usando?, ¿qué vocabulario y
qué sintaxis está empleando ése que me habla?, ¿usa sustantivos y verbos o se regodea en adjetivos y adverbios?,
¿emplea los verbos en modo indicativo o se extravía en los mexicanísimos subjuntivos?, ¿quiere darse a entender o
quiere ocultarse?. Trato de escuchar todo esto con máxima atención porque creo que en la forma de decir están los
mensajes más sustanciosos y profundos.

Así mirado, el discurso de Esther más que darnos un retrato, nos ofrece una película. En ella pueden discernirse tres
secuencias. En la primera parte es notoria la huella, el eco, de Marcos. Hay ironías no muy bien intencionadas y
ciertos vuelos líricos. Es una especie de andamio del que se sirve Esther para encontrar su plena voz femenina,
indígena e individualizada (por más que, de vez en cuando, aparezca el exótico término "balcanización"). Quien
piense que el discurso resultó efectivo y conmovedor por lo que dijo no se ha enterado de que toda la gracia estuvo en
la manera cada vez más entrañable de decir las cosas, de nombrarlas y de darles rostro. En la secuencia final, el eco
de Marcos y la voz femenina desembocan en una entera voz colectiva y humana. En esta tercera tesitura se puede
mandar, señalar, ordenar y delinear las orillas de la paz. Oigo y vuelvo a escuchar este discurso y lo entiendo como
una veraz alegoría verbal de una larga peregrinación del espíritu que, a partir de no tener rostro ni voz, se echó a
caminar, se encontró consigo mismo y prosiguió su marcha hasta encontrarse con y entre los otros. Del nadie, al yo, al
nosotros. El reino de los pronombres enlazados, diría Octavio Paz.

Los Espectadores

¿No sería posible crear una escuela para espectadores donde los ciudadanos aprendieran a comportarse como
tales?. Invoco una experiencia dolorosa y cercana: en el Estadio de CU se enfrentaron, hace algunas horas, los
Pumas y el América. Vale hacer la observación de que en esta jornada futbolística, seis partidos terminaron 1-0. Así
tendría que haber terminado el Pumas-América. El equipo que apoyo con todo mi corazón y vísceras adyacentes se
había colocado arriba en el marcador mediante un dudosísimo gol que el sublime árbitro dio por bueno. Loados sean
Alá y José Vasconcelos. En el segundo tiempo, el América intentó empatar sin mayor suerte. Ahi la íbamos llevando,
cuando algún anónimo descerebrado decidió arrojar un cohetón a la cancha. Este pegó en la nuca del abanderado
quien rodó cual niño héroe envuelto en su bandera. El partido se suspendió diez minutos. Otro gandul badulaque logró
pandear la base de una bocina y en ella se columpiaba como simio. "El inspector autoridad" era una inepta petacona
que traía un Jetta en la cabeza. En el tiempo de reposición nos metieron uno de los goles más estúpidos de la historia
y a la salida, el distinguido y culto público apedreó el camión del América. Si ése es el futuro de México, yo en este
momento opto por la inmovilidad.

Las Colas de Andrés Manuel

En menos de dos semanas he oído tres variantes de la misma historia. Tres personas, dos mujeres y un hombre, han
estacionado su automóvil en lugares probablemente prohibidos. Ese no es el punto. Los autos de los tres han sido
levantados por la grúa y llevados al "corralón". Ninguno ha llegado. Me dicen mis tres informantes que en las
inmediaciones de este lugar se hacen colas de grúas que esperan la llegada de los dueños para "arreglarse" con
ellos. A una la esperaron más de dos horas, a otra la insultaron porque exigió que su auto fuera introducido al corralón
para ahí arreglar las cosas de modo legal. El trámite fue engorrosísimo y le llevó varias horas. Andrés Manuel: ¿ésa
es la honestidad valiente?.

No es Mimo

Ya se me arrancó una dilecta discípula del profesor Mallens quien fungió como silencioso traductor durante la
comparecencia en San Lázaro de los representantes indígenas. Me aclara que su verdadero apellido es Maya (el
periódico decía Mallens) y que no es mimo (yo nunca dije tal cosa) y que es un excelente maestro (no me cabe la
menor duda). Sólo añado, y no es por terquear, que podría ser un excelente coach de tercera (en la Liga Maya).

Cualquier correspondencia con esta columna que va del yo al nosotros, favor de dirigirla a gdehesa@infosel.net.mx o
al Apartado Postal 19-111, Delegación Benito Juárez, México D.F.

Gaceta del Angel / Vuela esta canción

Por

Germán Dehesa

(03-Abr-2001).-

...para ti, Lucía. Palabras de Serrat. Las tomo prestadas para anunciar que a las 11:45 de la noche del día 1¦ de abril
del año 2001 de nuestra era, nació en perfecto estado la niña Lucía, hija de Lorena y de mi amigo Antonio,
aventajadísimo guitarrista. Actualmente nacen tantos, que el nacimiento de uno o una más no es ya noticia. Me
imagino que nuestra madre Eva sí podría haber publicado en primera plana el nacimiento de Abelito y aún el de
Caincito, pero ahora la cuestión se ha vuelto mucho más común aparentemente. Yo pienso que todo nacimiento es
milagroso, que toda muerte es una catástrofe y que, bien mirado, Abelito y Caincito la tuvieron mucho más fácil que
todos los Lucios y Lucías que hoy se asoman a este mundo. Por esto su nacimiento me parece materia misteriosa y
celebrable. Quizá no lo logre, pero quisiera escribir acerca de este asunto como quien reza un misterio gozoso, como
quien ora no por el inabarcable bien del mundo, sino por el alivio de congojas muy precisas.

Hace un año, yo estuve en la boda de los padres de Lucía y ahora me doy el gusto de cantar y contar su nacimiento
con la seguridad de que esta vertiginosa novedad en algo ayudará a renovar la esperanza mexicana, colaborará a
resolver nuestros problemas de inseguridad, aliviará la adolorida espalda de un compadre mío, le otorgará un segundo
más de vida a las jacarandas y les regalará a todas las hormigas nacionales su prodigioso miligramo. Es obvio que no
se trata de un responsable solitario, sino de un complot cuya autoría intelectual es enteramente de la vida.

Hasta el momento, Lucía no ha querido hacer ninguna declaración y ha nombrado a sus padres voceros oficiales para
que ellos den noticia de que le gusta mucho México y que no se siente excesivamente ofendida por las palabras de
Abascal, aunque reivindica su derecho a tener en calidad de hogares su casa y el universo. Lucía sabe asimismo que
su presentación en México se da en plena canícula, al término de la cuaresma, al borde de la semana santa y en
tiempos políticos particularmente emocionantes con Marcos por un lado y Gil Díaz por el otro. Nada de esto arredra a
Lucía que ya, nomás de entrada, dio muestras de su audacia al atreverse a practicar ese deporte extremo que es
nacer en la Ciudad de México un domingo por la noche. Si salió ilesa de tamaño reto, lo demás ya es de bajadita.

Bienvenida seas, muchacha. Ya nos tenías con pendiente a todos los que contemplábamos el incontrolable aumento
de la inflación materna. Aliviarse quiere decir hacerse leve. Así es que ya nos aliviamos todos. Que la levedad te
acompañe siempre. Sé leve con la tierra y con tus semejantes y ellos serán leves contigo. En tu primer grito estuvieron
todas las voces de los que fueron antes y las de aquellos que serán después. Que tu paso por la vida no sea como el
de una lágrima que se despeña por la mejilla, sino como una sonrisa que ilumina a todos como un súbito ofrecimiento
de sandía. En las manos de tu padre está la música, pero la canción está en la mirada de tu madre. Llegaste en el
momento exacto. Es muy posible que ya hayan nacido también tu enamorado, tu mejor amiga, tu maestro de álgebra
y un hombre extrañamente atractivo que algún día mirarás en Praga. Todo se andará. Por lo pronto, hoy los
microbuseros no fueron a trabajar con tal de celebrar tu llegada; el sol capitalino se hizo rayitos para que lo vieras
guapo y en la noche insomne de tus padres te espera una luna en creciente que yo encargué con la debida
anticipación. Luce Lucía que para eso naciste: para que te luzcas.

CRUZ ROJA

Si les digo que en el aeropuerto las cosas están mejor que en Los Pinos, creo que entenderán mi malestar. La Hillary
y su cibercharro fueron citados a las diez de la mañana para atestiguar la ceremonia inicial de la campaña 2001 de la
Cruz Roja. Con la Hillary francamente molesta por mi impuntualidad, llegamos a las 10:15 e ingresamos al salón
López Mateos. ¿Quién creen que era la única que estaba?, ¡mi suéter azul! que, pudiendo haber escogido la lujuria
como vicio favorito, optó por la puntualidad. La alivianada ceremonia comenzó realmente a las doce. Fresco cual
bróccoli llegó el Presidente con cara de miscelánea fiscal. Oradores varios y hacia el final, Fox, en perfecto español,
declaró iniciada la colecta al grito de ¡a darle al bote! (¡y háganse a un lao que yo soy Martín Cocacolona!). De
inmediato, todo mundo se formó para ponerse con su cuerno. Estratégicamente yo me ubiqué detrás de Gil Díaz para
observar cuánto depositaba. No voy a decir la irrisoria cantidad, pero básteles saber que es inferior al IVA con el que
pretenden gravar una caja de mejoralitos (el pobre no sabe que ya tengo un plan para que su donativo sea mucho
más sustancioso).

¡Dios mío, no me hagas viudo!, le dije a mi muy apreciada Josefina Vázquez quien, a su vez, me solicitó mi ayuda
para divulgar esta campaña a favor de la Cruz Roja. Creo que los novedosos méritos de esta colecta consisten en que
por primera vez hay una garantía de absoluta transparencia y por primera vez daremos una ayuda realmente
voluntaria y no coercitiva. Ahora sí daremos lo que sea nuestra voluntad, pero espero que ésta sea amplia y generosa.
Yo públicamente me comprometo a poner un peso por cada peso que ponga el ciudadano Francisco Gil Díaz. ¿Cómo
dijo, señor Secretario?, ¿de cuánto estamos hablando?, ¡no se oye!, ¿cuánto?. ¡Va!.

Cualquier correspondencia con esta columna que extiende acta de nacimiento, favor de dirigirla a
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Gaceta del Angel / No hay noticias

Por

Germán Dehesa

(04-Abr-2001).-
Yo esperaba que, a primera hora de la mañana, llegaría un telefonema de Francisco Gil Díaz en el cual el Secretario
de Hacienda abordara, sin trámites ni papeleos, el asunto del donativo para la campaña de la Cruz Roja. Yo me
imaginaba que iba a escuchar algo así: mira, desgraciado, a mí nadie me balconea, así es que yo, en pleno ejercicio
de la hacienda distributiva, mando lo que tú hayas mandado, más todo el mobiliario de mi oficina, más tres edecanes y
dos subsecretarios (en total: quinientos pesos ya con el IVA incluído). Tal movimiento me hubiera permitido resubir la
apuesta y todo acabaría redundando en beneficio de la benemérita institución. Como don Paco no se ha comunicado,
el reto sigue en pie y acá seguiré esperando con franciscana paciencia. Mientras tanto, ustedes, benévolos lectores,
pueden ir haciendo su propio donativo que, si lo piensan bien, no es un acto de caridad, sino de defensa propia.

Por otra parte, entiendo perfectamente que, hoy martes 3, Gil Díaz no haya tenido tiempo de zanjar conmigo el grave
y público reto que le lancé. Hoy tiene que haber sido un día muy ajetreado, pues nuestro Secretario de Hacienda tuvo
que pasar en limpio la propuesta de reforma para una hacienda distributiva y someterla al duro escrutinio de los
legisladores quienes, desde el roquenaufragio, se fruncen muy feo a la hora de aprobar alzas de impuestos y gastos
extraordinarios. Como decía mi tía Eutiquia: el que se quemó con leche hasta al jocoque le sopla (y la que se
embarazó con un búlgaro hasta al Danonino le pone preservativo). En fortísimo trance se halla el gobierno foxista. Sin
dramatizar en exceso, lo que está en juego es la viabilidad del país. Nuestro actual sistema tributario ya no da más.
Hace falta un cambio radical. Lo interesante es averiguar: a) la reforma que propone el Ejecutivo ¿es la mejor y la más
asimilable y aceptable por los ciudadanos? y b) ¿nos han explicado con claridad qué ganamos y qué perdemos con
estas reformas? En ninguno de los dos casos creo que la respuesta pueda ser enfáticamente afirmativa. Tengo la
impresión de que Fox le ha apostado demasiado a su popularidad, a su capacidad de vendedor y a su indudable
carisma (palabra que detesto); pero ahora se trata de hablar de dinero y, mi querido Chente, con la lana no se juega.
No nos han explicado, por ejemplo, que si Epigmenio Betanzos inscribe a sus gemelos Gedeón y Gaudiano en la
secundaria particular "El Mosh" y paga 15% de IVA por esa inscripción, obtiene de inmediato el derecho a descontar
de su declaración anual de impuestos el 20% de este concepto y con ello conseguimos varios efectos benéficos:
Epigmenio Betanzos que vende jícamas y churrumáis en la glorieta de Vaqueritos ingresa a la economía formal y
amplía la base gravable y recibe un pequeño apoyo para la educación de sus caperuzos. Pero todo esto hay que
explicarlo de modo claro y exhaustivo. De otra forma, Fox y Gil le están regalando banderitas facilonas a los partidos y
están provocando entre los ciudadanos legítimas perplejidades y espacios nada legítimos para la hipocresía. Con
respecto a esto último, ya comienzo a hartarme de escuchar de labios de personitas que jamás han hecho nada por
los pobres y que además, para redondear su educación, jamás han leído un libro, discursos encendidos contra la
reforma fiscal porque "pobres pobres" y "pobres de los que ya se habían animado a leer un libro". Hay que echarle
mucha talacha legislativa. Hay que explicar, hay que corregir, hay que ajustar y todo esto hay que hacerlo rápido. De
los recintos legislativos tiene que salir pronto la noticia de que ya tenemos un régimen fiscal a la medida del México
que estamos imaginando. Esa sí sería noticia.

El Regreso del Profesor Maya

Nada más para que vean la cantidad de personas buenas y de buen ánimo que hay en nuestro país, paso a
notificarles que recibí un correo electrónico del ínclito profesor Maya, mi coach de tercera favorito. Ahora resulta que
hasta conocidos somos, pues él me ha hecho el insondable favor de traducir, con su enjundia habitual, alguna de mis
charlas. Bien lo decía mi abuelo: no hay amigo pequeño. Inspirado en esas ebúrneas palabras, le envío al profe Maya
mi más grande abrazo y una invitación todo pagado para que, a la brevedad, nos apersonemos en el Foro Sol a ver un
juego Diablos-Tigres abundantemente exhornado con tacos de cochinita y chelas concomitantes. ¿Sale?. ¿Play ball?.
¡Va!.

Ya Es Otra Cosa

Ayer lunes amaneció a las diez de la noche. Carmen Aristegui apareció por primera vez en "Primer Plano" (los
hombres de negro) y su fresca inteligencia nos benefició a todos. Como tiene la color sonrosada y dorado el munífico
cabello, el color negro le viene de lo más bien. Lectora lector querido, si no tienes la sana costumbre de sintonizar
Canal 11 a las diez de la noche, ha llegado el tiempo ideal para que lo hagas. El programa tiene nueva iluminación.

Cualquier correspondencia con esta columna distributiva, favor de dirigirla a gdehesa@infosel.net.mx o al Apartado
Postal 19-111, Delegación Benito Juárez, México D.F.
Gaceta del Angel / Tenebrario

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Germán Dehesa

(05-Abr-2001).-

No somos, ni de lejos, lo que podría llamarse "almas gemelas"; de hecho, nuestra actividad más frecuente es la
discrepancia; pero ahora tengo que reconocer que, como una experiencia absolutamente novedosa en mi vida, estoy
de acuerdo con el Cardenal Sandoval Iñiguez. Esto es parte de la emoción de vivir el presente mexicano: día con día,
las piezas del calidoscopio (antes de corregirme esta palabra, consulten un buen diccionario) se acomodan de distinta
manera y, así, las coincidencias y diferencias fluctúan y varían de modo muy espectacular. Nuestros ídolos de ayer
pueden ser hoy nuestra más nefasta alucinación y viceversa.

Así las cosas, hoy declaro mi solidaridad con el pronunciamiento del cardenal tapatío con respecto a la Semana Santa
(semanasánta, dicen en Veracruz), pues yo también considero que, al margen del muy respetable credo que cada uno
profese, estos días son más propicios a la meditación y la serena sobriedad que a los despelotes playeros. Supongo
que esta opinión que estoy exponiendo fue impresa en mi genoma y refrendada por mi augusta y abascaliana madre
que el Domingo de Ramos procedía a embalsamar a toda la familia y nos dejaba en la mística inmovilidad (¡qué
callada quietud!) hasta que "desde arriba" le llegaban las tres señales que anunciaban que ya se había "abierto la
gloria". Infancia es destino, dicen los que no tienen nada más original que decir y, si esto es así, me atrapen donde me
atrapen los días de Semana Santa yo estoy ya pavlovianamente condicionado para poner cara de retortijón y para
sentir el alma como camión del América que, según me dicen, será rebautizado como el "Bosh". La inesperada
duración de mi existencia me ha permitido comprobar todo esto que digo, porque hacia mis quince años, mi
mamushka sucumbió a la brutal presión de los nuevos tiempos y, no de muy buen grado, aceptó que nos
trasladáramos a Acapulco en los días sacros. Salió peor. No podíamos nadar, no podíamos gritar, teníamos que asistir
a todos los Oficios en la horripilante e hirviente Catedral de Acapulco y el Viernes Santo a las tres de la tarde nos
teníamos que hincar en la Costera para realizar una liturgia de alto grado de dificultad y con toda la familia
derritiéndose como muñecos de plastilina.

Con antecedentes así de adversos, es totalmente explicable mi coincidencia con el Cardenal Sandoval Iñiguez que,
además, se ve reforzada por la ingrata y reciente experiencia de haber visto a varias señoras aztecas modelo Botero
plus comprándose brevísimos bikinis en Perisur. Nada más de pensar que me topo en la playa con alguna morsa de
este calibre, mis ímpetus vacacionales quedan totalmente inhibidos (creo que me volvería a hincar en la Costera) y mi
único deseo es renunciar al mundo, al demonio y, en especial, a tanta carne.

Que quede claro: el Cardenal Sandoval Iñiguez y yo permaneceremos en nuestro puesto durante toda la Semana
Mayor. Cada uno se dedicará a las labores propias de su oficio. Lo voy a estar vigilando. Si le hablo y me dicen que ya
se fue a Ajijic o a Puerto Vallarta (¡y todavía peor! a la pecaminosa Roma), no se la va a acabar. Es tiempo de
meditación. Como textos apropiados les recomiendo "En espera de Dios" de Simone Weil, o "Iniciativas para la
reforma fiscal de la nueva hacienda distributiva" de Fox & Gil que todavía se venderá sin IVA.

El Renacimiento
Entre los chicos de la prensa solemos decir que "uno mata al cochino y otro hace las carnitas". Con esta esotérica
expresión establecemos el deslinde entre los que consiguen una información novedosa, o vierten alguna opinión
original y los que se dedican a comentar y explotar el trabajo de los primeros.

En el caso de este inciso, yo estaré haciendo carnitas, pues la noticia de que un grupo de priístas, con audaz voluntad
kamikaze, ha decidido transformar al partido desde sus cimientos es ya del dominio público. De ninguna manera
oculto mi amplia simpatía por Margarita González Gamio, Roberto "el galletas" Campa, Agustín Dinobasave y Genaro
"el peptobismol" Borrego. Su declaración de principios es impecable en fondo y forma y, me temo, inaplicable frente a
las inercias catastrofistas del sector jurásico del PRI. Eso se sabrá en noviembre, durante la XVIII convención del PRI
patrocinada por Gayosso y Jardines del Recuerdo. Durante el luctuoso evento podrán ocurrir dos cosas: los
renacentistas, para bien del otrora invencible, se salen con la suya y se ponen a hojalatear la dinocarcacha, o bien (lo
más probable) terminan atropellados y arrojados al exterior. Esta tampoco sería una mala solución (a mí me parece la
mejor), pues este grupo de buenos políticos podría gestar una convergencia con el sector todavía sano del PRD y con
fuerzas como la que encabeza Gilberto Rincón Gallardo. No sé si ustedes lo han percibido, pero creo que a nuestro
país le urge tener una propuesta moderna y vigorosa de democracia social.

Cualquier correspondencia con esta columna entregada a la meditación, favor de dirigirla a gdehesa@infosel.net.mx o
al Apartado Postal 19-111, Delegación Benito Juárez, México D.F.

Gaceta del Angel / ¡Lleveló, lleveló

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Germán Dehesa

(06-Abr-2001).-

Los indios de México ya tenían una economía de mercado mucho antes de que llegaran los españoles, comenta
Hernando de Soto en su muy provocador libro "El misterio del capital" (Ed. Diana). No tengo por qué dudarlo. El
testimonio personal que yo puedo aportar es mi constancia biográfica de que hace cincuenta años había mercados y
era un perfecto deleite visitarlos en compañía de mi tía la Gorda con canasta y con rebozo de bolita. Con el objeto de
evitar que la fruta estuviera ya muy pellizcada y el recaudo muy bigoteado, nos presentábamos a muy temprana hora.
Mi augusta consanguínea contrataba a un tameme, yo me encargaba de la canasta chica (canasta básica) y así
organizados, avanzábamos por esa vocinglera asamblea de colores, aromas, gritos, sabores y trajines. Mercado de la
Merced. ¿A cuánto tiene el jitomate bola?, preguntaba mi tía que era chacotudísima, pero que para estos menesteres
ponía cara de judicial. A cinco pesos, güerita, pero mire nada más que jitomate, decía la encargada del puesto que
nos mostraba en su palma morena un jitomate rojo, sano y cachetón. No, no, no; ni me lo enseñe, decía la gorda, está
carísimo. Dicho esto volteaba a verme con gesto interrogatorio y yo, que estaba perfectamente entrenado, ponía cara
de despojo y movía la cabeza como diciendo ¡a lo que hemos llegado!. Vámonos, sobrino, ya estuvo que esta semana
no comemos jitomate y tú, ándale, menso (el menso era el tameme). Emprendíamos la marcha con aire ofendido y en
fracciones de segundo nos interceptaba la vendedora a la voz de: pérese, güerita, yo dije cinco pesos, pero para que
ofrezca. Dos pesos, decía la Gorda. ¡Cómo dos pesos!, ni el trabajo de traerlos. Se abrían las negociaciones. El
menso y yo dejábamos nuestros bultos, nos repartíamos un chicozapote y asistíamos con gran interés al duelo de
titanes. El negocio se cerraba en 2.80 y las dos partes se despedían con grandes muestras de afecto y confianza.
Para no variar de tema, hablemos ahora de la reforma fiscal. Esencialmente es lo mismo. El Ejecutivo ya señaló cifras,
y el Legislativo ya se puso a dar de gritos y a abrirse las venas en nombre del pueblo. El PAN puso rostro grave. El
PRI, que exprimió al pueblo hasta el cansancio (del pueblo), ya dijo que siempre estará al lado de los desposeídos
(por él) y el PRD ya cavó su trinchera, apretó la mandíbula y emitió la novedosísima expresión: ¡no pasarán!; los
intelectuales que traen a Fox entre ceja, oreja y madre ya llegaron a la instantánea conclusión de que el Presidente
tiene un odio africano por los libros, los pobres, las medicinas y las garnachas. Pronto reaparecerá Francisco Gil y
dirá: espérense, güeritos, es para que ofrezcan. Comenzarán entonces las verdaderas negociaciones. Por el bien de
México, los ciudadanos deseamos que éstas se conduzcan con decencia, sin mezquindades y con una clara noción
de lo que está en juego. Como dice mi amigo "El Figura": hay que torear para el toro y no para el tendido. Creo que de
entrada hay un acuerdo básico: es indispensable una reforma fiscal. El Ejecutivo ya propuso, le toca ahora al
Legislativo negociar, discutir, imaginar, proponer, obtener y disponer la mejor reforma posible. Ese es el punto. Yo
coyunturalmente vengo quedando en el grupo de los que ganan bien y estoy totalmente dispuesto a poner una mayor
parte de mis ganancias en manos de un gobierno que me garantice el buen uso de nuestro dinero. No me seduce la
idea de "ayudar a los pobres", me entusiasma el proyecto de ayudar a establecer las condiciones para crear un
presente digno y un futuro sin pobreza. Así de iluso ando. Mientras tanto, contemplo las negociaciones y me como un
chicozapote.

La Multiplicación de los Peces

El miércoles por la noche, el Bucles, en su interminable ritual oratorio dijo: ... y otra cosa, Papá Dios: mañana voy a ir
a la playa y me voy a meter al mar y te quiero pedir, por favor, que no haya tiburones, ni mantarrayas, ni barracudas,
ni ballenas enormes. Lo que quiero es que haya muchísimos peces chiquitos y de muchos colores. Gracias por la
arena y gracias por el mar... (Buc. CXII. 36-39). Todo se cumplió. Hoy jueves estamos en Acapulco. Yo estoy
preparando una charla y escribiendo estos renglones. La Sub-Esther (antes la Hillary) y el mini mosh han bajado a la
playa. La feliz madre acaba de rendir frente a mí su testimonio: el mar está pletórico de peces de colores. Gracias.

Cuando tú, lectora lector querido, leas estos renglones, la folklórica y, por qué no, distinguida familia surcará las
carreteras rumbo a la Capital. En lo que llegamos, recuerden que los abrazos no causan IVA: hoy toca.

Cualquier correspondencia con esta columna que va al mercado, favor de dirigirla a gdehesa@infosel.net.mx o al
Apartado Postal 19-111, Delegación Benito Juárez, México, DF.

Gaceta del Angel / Palabras ociosas

Por

Germán Dehesa

(09-Abr-2001).-

¿Hay alguien ahí?...¡Ah, de la vida!, nadie me responde. ¡Ya se largaron!. Y acá su baboso escribe y escribe. Son
cartas de náufrago. Para que la comunicación escrita se cumpla, hace falta alguien que escriba y alguien que lea. Si
este último se muda a Chachalacas o a Guayabitos, el circuito se interrumpe y la sinapsis vale gorro. Mi trabajo sólo
se cumple si encuentra a un receptor. ¿Qué hacer cuando éste ya se embodegó tres six packs y su enturbiada
atención es acaparada por Rosy la bikinuda, o por Leandro Tijerina, el bigotoncito que trabaja en ventas?. Este es mi
drama. Mi clientela natural está tirada como cuija en Tuxpan, o en alguna azotea, o acampando en el Valle del
Silencio y me han dejado aquí olvidado y hecho a un lado como si fuera yo un vulgar perro café.

Por más que busco en la Ciudad, no encuentro a ningún cliente actual o potencial. Sólo están los intelectuales que se
quedaron a dar la feroz batalla a favor del libro; pero ellos no me incluyen en su canasta básica de lecturas. Ellos leen
a Fukuyama, a la burbujeante Julia Kristeva y apasionantes ensayos sobre los metalenguajes de la otredad holística
del yo virtual (¡erotismo puro!).

A estas alturas, no sé si hice bien al quedarme a trabajar. El resto de los que permanecieron aquí en la Capital dice
que lo hizo por respeto a la Semana Mayor, pero sospecho que se quedaron porque no les alcanzó la lana para
enfilarse, de perdida, a Oaxtepec. No trabajan, no leen, no contestan llamadas, no asisten al Templo, no van a
manifestaciones y permanecen en su hogar viendo "El manto sagrado" y "El Mártir del Calvario" con Enrique Rambal y
con Manolo Fábregas que sale de Judas y se hace chinitos en las patillas para subrayar su equívoca maldad. El calor
es brutal, en la calle no pasa nada, ni siquiera los microbuses le meten velocidad y yo me siento como navegando en
un plato inmenso y espesísimo de caldo de habas. La Sub-Esther ha caído en un trance hipnótico y se duerme parada
mientras habla por el celular. Entre tanto, el Bucles ha decidido adquirir un perro y yo, con foxiana astucia, he dicho
que, en principio, estoy de acuerdo, pero que tenemos que decidir con mucho cuidado sexo, raza y condición social
del animal. Cada semana estudiaremos una raza y calculo que, para cuando Andresito tenga 42 años, podremos
decidir con conocimiento de causa.

Me comunico a mi oficina y me contesta doña Angustias, directora de apoyo doméstico de la corporación. Le pregunto
por Rosachiva, mi secretaria, y contesta doña Angustias: sí está, pero salió. ¡Me quiero morir en Houston gritando
leperadas!. Estoy por llamar al cardenal S. Iñiguez para deshacer el trato e invitarlo a Cancún. A mí, tanta paz y tanto
recogimiento me truenan el béndix. Mi pensamiento se aposhcagua y mis palabras son ganadas por el ocio. Necesito
entrar en acción. Mujeres bromistas, favor de abstenerse.

La Primera Gran Derrota

Eso dicen que puede ser la reforma fiscal para Fox. Digamos algo: si lo que quiere Fox y lo que queremos una gran
mayoría de nacionales es el bienestar de México, conseguir la mejor reforma fiscal posible, se parezca o no a la
propuesta de Fox, será un triunfo para todos. Tenemos que hacer importantes ajustes en nuestro cerebro. El
Presidente ya no gobierna con un Poder Legislativo dócil, silencioso y sumiso. Tampoco gobierna "contra" el
Legislativo. Los tres Poderes gobiernan "para" y "con" nosotros y su obligación es discernir las mejores soluciones y
los cauces más viables para que México, por fin, se cumpla. Solamente si este trabajo no se hiciera a base de
acuerdos honestos y más allá de caprichos, empecinamientos, revanchas absurdas, líneas partidistas e intereses
mezquinos, podríamos hablar de derrotas. De lo que se trata es de que todos ganemos. Yo espero.

Se Regala Tepetate

Este anuncio lo acabo de leer en la barda de un predio de Tizapán. Cualquier lingüista español podría experimentar
fibrilación cardíaca e hiperventilación frente a esta exótica estrategia meshica para poner a la lengua española como
aliada de nuestra irresponsabilidad. "Se regala tepetate", ¿por qué no poner "regalo tepetate", o "¡vengan por su
tepetate gratuito!", o "ayúdenme a deshacerme de tanto méndigo tepetate que se acumula aquí en mi terreno"?. Se
tiró la leche, dice la auxiliar doméstica que, por estar pensando en el potrillo Fernández, no supervisó la ebullición del
lácteo producto. Se descompuso la tele, dice el nefando Bucles después de haber apachurrado al mismo tiempo todos
los botones del control remoto del aparato provocándole con ello la electrónica muerte súbita. Los ejemplos son
infinitos; tantos como nuestra renuencia a aceptar cualquier responsabilidad. Se educan mexicanos.

Cualquier correspondencia con esta columna ociosa y vagarosa, favor de dirigirla a gdehesa @infosel.net.mx o al
Apartado Postal 19-111, Delegación Benito Juárez, México, D.F.

Gaceta del Angel / Padres e hijos


Por

Germán Dehesa

(10-Abr-2001).-

Así se titula una exquisita novela de Iván Turgueniev (Alianza Editorial). Los que viven estos días en ritmo de adagio
bien podrían aprovecharlos para leerla o releerla. También pueden, tal es mi caso, revivirla. Platico con mi exposa y la
encuentro convertida en una mezcla genética de Sara García y Marga López. Nuestros hijos son pollitos en fuga.
Mariana (antes "la pequeña Carlo") se fue toda la semana a un viaje de locura y desenfreno a Austin, Texas, ciudad
que ya desde antes de los Bush (que son tan vivarachos, livianitos y simpáticos), era una de las capitales mundiales
del aburrimiento. Juana Inés (antes Viruta) se largó a Nueva York sin pedirle permiso a su padre, ni a Carlos Abascal.
No quiero ni imaginarme sus aviesas actividades en esa ciudad de perdición. Angel (antes Canito), el primogénito,
está ultimando detalles para trasladarse a vivir a su propia casa y ya sabemos cómo se pone una madre mexicana
cuando Edipo presenta su renuncia. Estamos frente a un escenario de catástrofe. Es terrible ser padre o madre y no
tener de quién serlo. Tan afectada está la madre de los polluelos que, en plena desesperación, ha decidido tomar
medidas extremas y, con la cuaresma tan avanzada, organizar un pachangón de ésos que hasta dejan cicatriz. Tan
afectado como ella (entre Fernando Soler y Pardavé), le deseo que tenga una buena semana y le digo: te quiero
mucho. Yo también, me contesta y cuelga antes de que humedezcamos la fibra óptica.

Por su cuenta, el Bucles ya también pintó su raya y ha tomado dos medidas igualmente braveras y preocupantes: se
tumbó los bucles porque "sólo las niñas usan chinos" (Bush también) y decidió cambiar de dentadura. Con esa pena
estamos. Su madre que es un monumento al sosiego y a la serenidad ya le había diagnosticado escorbuto, pero los
ínclitos y venerables doctores Arias, después de una prolija interconsulta, emitieron un boletín que indica que el ex-
bucles está en el natural trámite de desechar los dientes de leche y de adquirir su dentición definitiva. El caso es que,
por presencia o ausencia, los hijos me traen atareado cual defensa del Toluca en su juego con las Chivas (de los
Pumas, me rehúso a hablar).

Por si no fuera suficiente, un acongojado lector de nombre Luis Antonio me plantea el escalofriante caso de su sobrina
de nueve años que le preguntó a qué me dedicaba yo. Como él le contestó que yo pensaba y escribía, ella concluyó
que yo no hacía nada y que ella quería dedicarse a lo mismo. El alarmado Luis Antonio me pregunta qué hacer. Y yo
le contesto lo mismo que su sobrina: no haga nada, la muchachita muestra una excelente disposición anímica para
dedicarse a la vida intelectual y al periodismo. En esta vida hay seres que hacen cosas y hay otros que miramos a los
que hacen cosas y supervisamos muy cuidadosamente que las hagan bien. Si se hace con disciplina, no hacer nada
es una vocación tan respetable como cualquiera.

Como remate, recibo una buena noticia: ya tengo un sobrino cibernético que se llama Santiago, le dicen Santi, tiene
dos años y medio y me considera parte de su familia. Su mamá me envió la foto de Santi y yo con mucho gusto lo
adopto y le pido a sus padres que no lo saquen de su error. Espero no llegar a ser el tío incómodo.

El Evangelio según Grodin

Charles Grodin es un actor estadounidense. Yo lo he visto unas 700 veces en la película "Beethoven" que goza del
particular agrado del ex-bucles. Hace algunas noches, mientras mi atención vagaba por las llanuras de Sky TV, me
encontré con un programa conducido por él. A modo de apertura, saludó a su público y procedió a proporcionar su
correo electrónico. Mientras éste permanecía en pantalla, Grodin le aseguró a su audiencia que todos los mensajes
serían leídos. Tengo, añadió, un equipo de secretarias dedicadas exclusivamente a esta tarea y a seleccionar todos
los mensajes de amor, simpatía, solidaridad, apoyo y aplauso para mí o para mi programa. Esos son los que leo yo,
pues no tengo por qué amargarme la vida con recados de personas que me odian, me encuentran detestable y no les
da el cerebro para cambiar de canal o apagar la televisión. Repito: todos sus mensajes serán leídos; no por mí, pero
serán leídos. Eso dijo Grodin. Santas palabras.

El Boshito y el Bushito

Me refiero a Cervera Pacheco y a esa bizca formación rocosa llamada George Bush. Sería ideal que se fueran juntos
a vivir a Cuba. Son latosísimos y disfuncionales. Parecen como villanos de tira cómica (hagan de cuenta La vaca y el
pollito). Cervera con sus delirios de Napoleón caribeño y Bush con sus inspiradas declaraciones de que a nosotros
nos va a desgasificar y que a los mugres chinos se los va a tupir si se atreven a poner sus amarillas manotas en su
avión de espionaje que, de la manera más pelada, irrumpió en el espacio chino y le aventó la lámina a un minúsculo
Mig chino que quedó peor que microbús sin revista. Algún día el buen Dios nos explicará en qué momentos de
distracción creó seres así.

Cualquier correspondencia con esta columna hospitalariamente paternal, favor de dirigirla a gdehesa@infosel.net.mx
o al Apartado Postal 19-111, Delegación Benito Juárez, México D.F.

Gaceta del Angel / La sabiduría de Mersault

Por

Germán Dehesa

(11-Abr-2001).-

Con motivo de la Semana Mayor y harto ya de hablar de IVAS (agradezco a Amalia García el envío del proyecto de
reforma fiscal del PRD) y de culebrones yucatecos, he convocado a esta columna a dos personajes del siglo XX:
Albert Camus y Susan Sontag.

Camus es para mí un infalible punto de referencia que me reorienta cada vez que la fragorosa realidad mexicana me
provoca la ingrata sensación de estar perdido en el departamento de lencería de Perisur. Tal es mi situación actual.
Soy una partícula suspendida entre las jacarandas, una ciudad desertada y un sol que es una ardiente e iluminada
guillotina. Sigo siendo yo pero menos. De las once de la mañana a las 4:30 de la tarde soy Mersault, el camusiano
antihéroe de la novela "El Extranjero". Si ustedes recuerdan, en la segunda mitad de la historia, Mersault mata a un
árabe y es hecho prisionero. Ya en la cárcel, la policía le pregunta: ¿por qué lo mató?. La respuesta de Mersault deja
muy insatisfechos a sus captores, pero a mí me parece absolutamente lúcida y totalmente aclaratoria: lo maté porque
hacía mucho calor. Creo que todos los que nos quedamos en la Capital durante "los días santos" comprenderíamos
perfectamente la explicación de nuestro personaje.

Aclaro que yo no he matado a nadie (todavía) porque soy muy civilizado y, sobre todo, porque luego es mucho
papeleo; pero no estoy seguro de cómo voy a reaccionar si prosigue el calor, si mi barrio se queda sin agua y si en la
televisión siguen entrevistando a Martí Batres y al hijo de Paco Stanley. Esta advertencia debe ser tomada
especialmente en cuenta por mis numerosos amigos árabes.
Vamos ahora con Susan Sontag. Todo mundo la leía en los años sesenta. Hoy no la leen ni exentándola del IVA. Yo
recuerdo ahora un ensayo incluído en su libro titulado "Contra la interpretación". En este ensayo la Sontag habla de
escritores-maridos (cumplidos, rutinarios, predecibles, respetables y disciplinadamente afectuosos) y los escritores-
amantes (sorpresivos, arrebatados, intensos, indómitos y seductores). La Sontag propone un ejemplo insuperable: J.
P. Sartre como marido y Albert Camus como amante. Como este artículo fue pensado en plena calle y bajo los
ardientes rayos del africano sol, la imagen de Mersault no llegó sola; traía de la mano a Susan Sontag que me hizo
una pregunta que yo traslado a ustedes para entretener su vacacional ocio: ¿qué tipo de escritor prefieres?.

El Perro Aguayo

Con enorme preocupación me entero de que ya ni siquiera la lucha libre es una ocupación exenta de riesgos. Parece
que ahora también ahí se lastiman. Yo tengo un afectuoso recuerdo del Perro Aguayo porque, gracias a él, pude
sobrevivir algunos meses de mi vida. Ustedes no están para saberlo, pero en mi período azul me dediqué a escribir
crónicas de lucha libre y, durante varias semanas, dediqué lo mejor de mi pluma a cantar las glorias del can
zacatecano. Por lo mismo, me parece una pésima noticia que, en su pelea de despedida, lo hayan maltratado de tan
mala manera. Su alivio será también el mío.

Hay otro luchador que se hace llamar "El Méison" que, hace poco, no encontró mejor entretención que llevar al
cuadrilátero una enorme escalera de aluminio como de lavador de ventanas. Llegó, la instaló en el ring, se trepó, se
aventó y nadie lo cachó. Se acomodó un megatarugazo que lo tiene en el hospital. Cuando yo era cronista, no
pasaban esas cosas. Era mucho más peligroso ser espectador que luchador. En el ring sangraban, escupían dientes,
se desmayaban, se fracturaban la columna; pero luego en el vestidor, todos se veían de lo más contentos y repuestos.
Eso era muy bonito. Insisto: era más peligroso ser espectador. En mi infancia, yo me puse una toalla azul en calidad
de capa de Blue Demon y me aventé de un tendedero sobre Elvirita la lavandera que me evitó diestramente mientras
yo me floreaba el océano con el borde del lavadero; pero yo no era profesional (y Elvirita sí). Si ahora los
profesionales van a estar así, creo que ha llegado el momento de doblar esa página de mi vida.

El Otro Perro Aguayo

Del primero y de sus calamidades ya me he ocupado y preocupado. Ahora quiero saludar la incorporación de Sergio
Aguayo al imbatible equipo de "Los Hombres de Negro". Sergio Aguayo también es luchador y también milita en el
bando de los limpios y científicos. Con todo y la nostalgia por C. Castillo Peraza y por Lorenzo Meyer, la actual
alineación es de lujo, es muy efectiva y su capacidad de realización y su hambre de gol son indudables. Me cuentan,
además, que Sergio Aguayo es un magnífico jugador de póker. Me encantaría conocerlo en esa faceta. Muchas
leyendas han sido pulverizadas en mi cancha.

Cualquier correspondencia con esta camusiana columna, favor de dirigirla a gdehesa@infosel.net.mx o al Apartado
Postal 19-111, Delegación Benito Juárez, México D.F.

Gaceta del Angel / Bucles o no Bucles

Por

Germán Dehesa
(12-Abr-2001).-

Uno cree, porque necesita creerlo, que lo está haciendo maravillosamente. No es necesariamente cierto. El difícil arte
de la paternidad tiene un amplísimo margen de error. Como es Jueves Santo, me permito contar esta historia menor a
los escasos e inesperados lectores que anden por ahí.

Todo comenzó por la súbita y unipersonal decisión del niño Andrés de cortarse el pelo de modo tan drástico que no
quedara ni el asomo de un rizo. Como yo no fui notificado previamente, el reencuentro con mi vastaguín en calidad de
sub-pelón me resultó traumático, pero pensé que era mejor tomarlo a broma. Ahora entiendo que hay de bromas a
bromas. Lo miré y le dije: ¿quién eres, niño?, te pareces mucho a mi hijo Andrés que es también conocido como el
capitán Bucles porque tiene el pelo rizado. ¡Soy yo, papá!, yo soy Andrés. ¿Tú también te llamas Andrés?, es una
coincidencia casi milagrosa. ¡Ya, papá!, yo soy Andrés Dehesa. ¡Además te llamas igual!, sería muy bueno que
conocieras a mi hijo. Claro que lo conozco, si soy yo. Creo que ésta es una situación muy complicada, ¿te parece bien
que a ti te diga Andrés 2, para distinguirte de mi hijo que es Andrés 1?. ¡No me parece!, yo soy el único Andrés. Estás
loco, ¿y Andrés Soler y Andrés García y Andrés Rábago que se hacía llamar Andy Rusell y cantaba como con dulla?.
No los conozco, pero yo soy tu único hijo Andrés. Alguna brizna de angustia habré percibido en su voz, pues comencé
a sentirme elefante en invernadero de orquídeas. Yo dejé el asunto en paz, pero algo se quedó germinando en la
podada cabeza del pequeñín. Al día siguiente, el ex-bucles me fue a despertar y lo primero que me dijo fue esto:
buenos días, papá; yo soy Andrés 1 y ya me creció un poquito el pelo. Lo de la Virgen de los siete puñales fue una
escoriación leve junto a lo que yo sentí. Aquí comienza el pantano II, porque uno ya sabe que regó profusamente el
tepache, pero no sabe cómo recogerlo. En el más puro estilo zedillista, decidí dejar que fuera el tiempo el que se
encargara de suturar la herida. Así hubiera sucedido de no mediar la intervención de la sub-Esther, madre de la
hipersensible criatura, que con una dulzura muy similar a la del general Patton, me intimó: ¿ya ves lo que lograste?,
Andrés me pregunta todo el día cuánto va a tardar su pelo en crecer. Chin. Es posible que no me crean, pero me entró
un desasosiego cañón.

Hoy, miércoles 11, por la mañana, decidí hablar con Andrés de hombre a hombre (realmente sólo nos faltó tomarnos
juntos una botella de tequila, pero a esas horas cae de peso). Te tengo que decir algo, Andrés: tu padre es una bestia
(espero que este mensaje no lo haya impreso); por hacerte una broma, te dije la tontería aquélla de Andrés 1 y Andrés
2; pero tú eres mi único Andrés y mi único Andrés puede hacer con su pelo y con su vida lo que le dé la gana, porque
yo de todos modos lo voy a querer siempre como a nadie (declaración ligeramente tautológica; a todos los seres que
amamos los amamos como a nadie). Te puedes cortar el pelo estilo punk, te lo puedes pintar verde perico, te puedes
hacer rayitos como tu madre, o te puedes rapar y dibujarte en la calva un escudo del América y no te digo que me vas
a hacer muy feliz, pero a ti, Andrés, mi Andrés, te voy a querer siempre. No fue un rollo de fácil elaboración, pero se
vio enormemente recompensado con besos y abrazos del enanete que, a modo de consuelo, me dijo: no te
preocupes, papá, lo del escudo del América yo creo que no lo voy a hacer nunca. Aunque deja abierto todo un océano
de posibilidades, esta declaración fue muy reconfortante. La paz es con nosotros y mi mejor deseo es que sea
también con ustedes.

Precauciones Veracruzanas

Mi amigo xalapeño me telefonea desde la orilla misma del mar. Nada más por molestar, me informa que la está
pasando a toda madre, que la brisa es fresca, que está en una terraza y que el whisky Chivas está saliendo muy
bueno. Pues, tenquiu for colin, me dieron ganas de decirle, pero soy hispanohablante y soy un caballero. Me da
mucho gusto que la estés pasando bien, le comenté y casi me trozo la lengua del mordidón que me administré.
Cumplidos estos trámites iniciáticos, mi cuate me dio un informe entre mítico, arqueológico y horrible. ¿Tú sabes que
el que se mete a nadar al Papaloapan en Viernes Santo se convierte en tismiche?. No, no lo sabía. Pues ahi te dejo la
inquietud. Pues ahi se las dejo yo a ustedes si es que andan cerca del Papaloapan y si es que saben lo que es
tismiche.

Envío

Estos renglones son para Carmen, viuda de Ramón. Ella me ha escrito para decirme lo mucho que amó a Ramón y lo
bien que éste la pasaba leyendo mis trémulas columnas tropicales. No te conozco, Carmen, pero te propongo que nos
guardemos mutuamente en las entretelas del corazón. ¿Sale?.
Cualquier correspondencia con esta columna que rueda del nicho paternal, favor de dirigirla a
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Gaceta del Angel / Quiera Dios

Por

Germán Dehesa

(13-Abr-2001).-

Quiera Dios que exista Dios. ¿A poco no es un gran comienzo?. Mi amigo García (de cuyo apodo no quiero
acordarme) me regala una novela de Eliseo Alberto titulada "La fábula de José" (Ed. Alfaguara). Compulsivo como
soy, en cuanto García desaparece por las calles del centro de la Ciudad, yo rasgo el abyecto celofán y, todavía sin
causar IVA, me pongo a leer. No leo mucho. En realidad, lo único que he leído son estas cinco palabras inaugurales
en las que caí como quien cae en el pozo que dejó vacante Alicia la de L. Carroll. Hoy es Jueves Santo y mi mater
veneranda ha fantasmeado a sus anchas por el baldío de mi cerebro. Y luego vino la comida en el Danubio con mi
amigo García (cuyo apodo es infame) y no tuvimos conversación; yo diría que la conversación nos tuvo a nosotros y
hablamos hasta de María Félix, pero los fantasmas nos llevaron en calidad de indiciados hasta Pomona, California
donde alguna vez J. C. Orozco pintó (¿sangró?) "Cristo destruyendo su cruz", ese altísimo mural.

De alguna otra cosa conversaríamos, pero el inmenso espejo que nos propuso (impuso) Orozco se ganó el derecho a
ser recuerdo vivo. Aquí está conmigo como ofrenda de Jueves Santo. "Quiera Dios que exista Dios" se colocó
naturalmente como segundo título de la obra de Orozco y percibo que me ha dejado en las exactas comisuras del
misterio. Pueden dudarlo, pero estoy piense y piense. Siente y siente. Viene a escena el crítico y añade una frase que
no cancela la anterior, sino que la complementa: quiera el hombre que exista el hombre. Ya viene la resurrección.

w ¿Me Van a Extrañar?

Si la respuesta es negativa, háganmela saber para yo tomar mis providencias (que es un tequila bastante aceptable).
Si es que ya no me quieren, que ya les estorbo, que soy la nube gris que nubla su camino, la espinita en el talón, el
aerolito en el zapato, ustedes nomás avísenme porque, como buen sobrino que soy de mis melodramáticas tías, lo
último que yo quisiera sería volverme un estorbo, un obstáculo para su felicidad, una ilegal barrera para sus tiros
penales. En serio, para mí lo más importante es no estorbar. Así decía mi tía Trinita y luego añadía: yo casi no ocupo
lugar, si no hay cama, me duermo aquí en el mosaico aunque me dé pulmonía, por mi no te preocupes, mijito, si algo
se me ofrece en la noche, no importa, aunque ya sabes que tengo mi pierna mala, yo me arrastro hasta el apagador y
prendo la luz para tomar mis medicinas, que no me sirven de nada, ni me quitan este dolor que no se lo desearía ni al
peor de mis enemigos, porque, además, ya me dijo el doctor que, en cualquier momento, me vienen convulsiones,
pero ustedes no se preocupen, váyanse a su fiesta y olvídense de este tompiatito roto que soy yo, qué mejor
compañía que la del Santo Niño de Caborca que siempre está conmigo y que me manda estos dolores tan horribles
porque sabe muy bien que en mi familia hay mucho pecado que redimir, sobre todo los de mi difunto Isaías, que era
un hijo de la tiznada, pero con un corazón de oro, Dios lo tenga en su gloria, aunque no está fácil, porque a ustedes
les consta cómo me trataba Isaías que, aunque yo nunca le di motivo, me pegaba con el puño cerrado, pero yo
pensaba en San Juditas y casi no me dolía... (Continuará).
Bueno, continuará el trinitario monólogo si es que ustedes me dan noticia de que sí me van a extrañar; porque todo
este discurso como de Pura Córdoba es para avisarles que me voy a tomar una semana de vacaciones. Ya me tronó
el béndix y ya me cuesta mucho trabajo hablar con palabras verdaderas y que sean del color de la tierra (según las
fotos que tenemos, la tierra es azul, así es que sólo los pitufos y los insuficientes cardíacos son del color de la tierra).
Mi ausencia será de una semana, pero si ustedes, en un inconcebible acto de mendiguez, deciden que sea sexenal o
permanente, trataré de rehacer mi vida como entrenador de la selección de Tonga que tiene un equipo muy
prometedor. Me les voy, muchachos y maravillosas muchachas, pero el lunes 23 estaré de regreso con más proteínas
y más minerales.

Antes de decidir si me van a extrañar o no, tomen en cuenta que yo sí los voy a extrañar. No les digo que los
considero como de mi familia, porque, con el antecedente de Trinita, lo pueden tomar como mala razón. La familia no
se escoge; en cambio, sí escogemos a nuestros amigos y amigas. A la vuelta de tantos años y tantos ajigolones y
tantos entusiasmos compartidos, ustedes son mis meros cuates y cuatas. Así pues, no decidan a lo loco, piénsenlo
bien, mulatas y mulatos, y dediquen un minuto de su atareada mañana a extrañar a su Charro Negro. Otra cosa: antes
de decidir, tomen muy en cuenta que hoy toca, aunque pueden abrir la gloria hasta el domingo. Por favor, no decidan
antes de cumplir este misterio gozoso.

Cualquier correspondencia con esta vacaional columna, favor de dirigirla a gdehesa@infosel.net.mx o al Apartado
Postal 19-111, Delegación Benito Juárez, México, DF.

Gaceta del Angel

Por

Germán Dehesa

(16-Abr-2001).-

Durante esta semana no aparecerá la columna de nuestro colaborador Germán Dehesa, quien se encuentra de
vacaciones. Sus artículos se publicarán de nuevo el lunes 23 de abril

Gaceta del Angel / ¿No habló

Por

Germán Dehesa
(23-Abr-2001).-

Ya vine. Antes de aterrizar del todo, quiero enviarle mis mejores (y mis peores) deseos al anónimo personaje que, al
ver el pequeño anuncio que insertó el periódico para avisar que, durante una semana no publicaría, echó mano a su
computadora y me envió un correo electrónico que, palabras más o menos, decía: lo felicito. Su colaboración de hoy
es, por mucho, la mejor; manténgase así y todos seremos muy felices. Fin del comunicado. Me parece un puntadón
(así te ha de ir, méndigo) y por lo mismo me parece muy poco elegante que no haya firmado. Sólo por eso y por los
muchos y muy nostalgiosos mensajes que recibí de mexicanos y mexicanas (gracias mil), torno a menear la péndola y
a permitir que el negocio cálamo inscriba en el papiro mis vertiginosos renglones que algún día, así lo espero, serán
lectura obligatoria en el exclusivo colegio Félix de Jesús Rougier.

Y hablando de eso ¿qué despelote armaron con el ya internacional affaire Carlos & Charlie (Abascal y Fuentes,
respectivamente). Confirmo una vez más que, en cuanto dejo de supervisarla, la etnia meshica es muy patarata y
desmedida. ¿Qué tenemos? Tenemos a una joven maestra de literatura cuya formación va más por el lado del arte
dramático (dato revelador). Esta muchacha, por una cantidad tan infame como la que siempre han pagado en las
escuelas particulares, accedió a dar clases de literatura en la secundaria del ya mencionado F. Rougier. Después de
sorrajarles impunemente libros tan horrendos como "El Periquillo Sarniento", la maestra decidió dar a sus alumnas "un
postre" y les señaló "Aura" de Carlos Fuentes y "Doce cuentos peregrinos" de García Márquez (recuerdo el
insuperable título de uno de ellos: "Me alquilo para soñar"). Ahí comenzó lo que el futbolero can llamaría "el traca-
traca". A partir de aquí todo es borroso y huidizo. Se habla de una carta de Abascal que nadie ha visto, pero que todos
condenaron. Se habla de una o dos "llamadas de atención" que la maestra recibió por escrito y que no mencionan un
cese, aunque ella se dio por cesada. Se habla de unas "autoridades de la escuela" que han de despachar en la cuarta
dimensión, porque en el mundo real aparecen poco. Se invoca un testimonio de las "amigas" de la niña Abascal y que
le esculcaron la mochila (con amigas así...) y vieron al trasluz la firma fatal (corte a comercial). A Guadalupe Loaeza le
viene un tramafat ontológico y la niña Abascal le envía una carta (esta sí es visible) donde con firmeza y aceptable
estilo defiende a su padre y expone sus razones. La carta no ha recibido respuesta. La joven maestra peregrina (como
los cuentos de Gabo) por estaciones de radio y TV contando su cándida historia y la de la directora desalmada.
México hierve como si estuviéramos a punto de entrar en guerra con Alemania. Fuentes le recomienda a Abascal la
lectura de Cicerón. La joven maestra comenta que ella lo que quería era que sus alumnillas conocieran el realismo
mágico. Pues si no lo conocían, ya con esta ensalada de pepino, berenjena y capulín que hemos preparado, lo
pueden conocer de sobra.

Abascal cita a los medios y se dice víctima de una campaña en su contra. No puedo caerle bien todos, comenta. Pues
no, comento yo, pero con uno o dos nos conformamos. El caso es que no es el rey de la simpatía, ni nadie puede
acusarlo de permisivo, reventado y liberal. De lo que se trata es que cumpla bien su tarea como Secretario del
Trabajo. Con la derogación de la inicua "cláusula de exclusión" hay mucho que hacer por los trabajadores de México.
Por lo pronto, la vida le ha puesto en bandeja varias cuestiones laborales muy importantes. Nombro algunas: ¿porqué
en las escuelas más ricas los maestros reciben salarios tan miserables?; ¿gozan de alguna prestación?; ¿de qué
manera son reclutados, evaluados y contratados?; ¿éstos contratos se apegan a la ley?; ¿en qué condiciones puede
ser cesado un maestro?; ¿Qué requisitos debe cumplir un maestro de materia?; todos los maestros llenan estos
requisitos?. Creo que éstas son preguntas pertinentes para un Secretario del Trabajo. Lo otro, lo referente a la
supervisión de las lecturas de su hija menor de edad, me parece que cae en la esfera de lo privado. Si hay algo más,
ya aparecerá. Yo apenas voy llegando.

¿Y qué Hiciste?

Muchas cosas. Una de ellas, intentar descansar, aunque he comprobado que el chincual laboral no es fácilmente
curable. Malformación profesional me hace estar todo el día redactando cuanto veo, cuanto escucho, cuanto imagino.
Llega la tarde y recuerdo que no tengo que escribir mi columna y caigo en una depresión tipo cenote sagrado. Yo soy
Garrick, cambiadme la raqueta. Al contemplarme en tan ruinoso estado, mi abnegado amigo Rattán me llevó a Tijuana
a departir con su cártel local. Es un grupo muy plural y muy grato. Empresarios, investigadores, maestros,
funcionarios, todos mexicanos, todos animosos y todos dispuestos a escuchar. La buena conversación es un
excelente remedio para la melancolía. Agradezco el estímulo. Dos horas de conversación me bastaron para recuperar
la forma goleadora (de los Pumas no quiero hablar). Al término del encuentro y mientras me encaminaba a mi guarida,
vi a lo lejos un sueño en plena realización: el Hospital de las Californias. Médicos y ciudadanos de aquí y de allá
trabajando juntos para los niños enfermos y marginados. Comenzó siendo una clínica menesterosa; pronto será un
señor hospital. El 28 de abril habrá un Teletón para ayudarlos. Si andan por allá, colaboren. Yo andaré por acá, pero
igual me pondré con mi cuerno. La patria no es etérea; la patria, creo yo, es ese niño cuya vida vas a ayudar a salvar.
Hay que comprar hartas medicinas antes de que nos caiga el IVA.

Cualquier correspondencia con esta columna que recupera su zócalo, favor de dirigirla a gdehesa@infosel.net.mx o al
Apartado Postal 19-111, Delegación Benito Juárez, México D.F.

Gaceta del Angel / Por cuenta de la Casa

Por

Germán Dehesa

(24-Abr-2001).-

¡Un panista en "El Cadillac"!. ¡Cómo está el mundo!. Quizá el problema resida en la sospechosa relajación de mi
espíritu, pero a mí la noticia de que un panista saque al gato a retozar me parece propicia y favorable. Tantos
munícipes, gobernadores y secretarios se han dedicado con tanto fervor a crearle a su partido una imagen de
santurronería y represión, que la aparición de un panista en los humanos territorios de la chacota resulta refrescante y
hasta apaciguante. Dicho de otra manera: siempre es saludable saber que a los panistas también les gusta el tilingo
lingo.

Quiero creer que el susodicho panista actuó por cuenta propia, y decidió reventarse por motivos personales. Digo
esto, porque no sería imposible que todo fuera parte de una campaña de recuperación de imagen promovida por la SS
(Sahagún-Salomón) en vista de los últimos y notorios arrebatos místico-pedagógicos de varios miembros distinguidos
del actual sistema. Ya embarcados en esta suspicacia, podríamos imaginar una asamblea secreta de panistas
notables citada para discutir los saldos negativos de la imagen de mochería que muchos mexicanos tienen del partido.
Es necesario, habrá dicho Bravo Mena, que uno de nosotros se sacrifique para restaurar el buen nombre del partido,
lo podemos hacer por sorteo, o nombramos por unanimidad a Felipe Calderón. ¡Yo, ni máiz!, podría haber respondido
Felipillo, ustedes ya saben cómo es mi señora, aunque le diga que lo hice por el buen nombre del partido, me arma un
pancho que no me lo acabo en todo el sexenio. ¿Y si mandamos a Diego con pasamontañas?, habrá sugerido otro
notable. Se pierde todo el efecto, comentaría Felipe, el caso es que lo reconozcan y vean que no hay frente donde
Acción Nacional no dé la batalla. Bueno, pues que vaya a un table dance y en pleno despelote, Diego se quite el
pasamontañas, ¡sería un trancazo!. ¡Trancazo te voy a dar yo a ti!, respondería Diego, un caballero de honor y de
palabra no tiene por qué andar haciendo desfiguros en esos lugares de baja estofa, es lo que me faltaba, ¡yo con un
calcetín en la cabeza!.

En vista de la tensión generada, la selección se hizo por sorteo. El señalado por el destino fue el diputado Francisco
Solís que, ya por el hecho mismo, ingresó al martirologio mexicano, pues habría pedido que se asentara en actas que
todo lo que hiciera sería por el buen nombre del PAN y en cumplimiento de su adquirida obligación de estar cerca,
muy cerca de mexicanos y mexicanas.
La gira de trabajo del diputado Solís fue pesadona. Estuvo en el Bar Milán donde, sin llegar a los arrebatos etílicos de
un profesional como Salgado Macedonio, se aventó su Bacachá para agarrar valor y poner muy en alto las siglas de
su instituto político. Se presentó también en "El Cadillac" y cuentan que participó con tal enjundia en el table dance,
que la multitud enardecida le gritaba ¡tubo!, ¡tubo! que es el tradicional grito con el que se solicita que un parroquiano
se aviente a la cazuela y deleite a la concurrencia. De ahí se fue al "Barba Azul" donde declaró, en una lírica
evocación de Abascal, que todas las chicas ahí reunidas eran amas de casa. El cívico parrandón remató en "El
Butterfly", que es un bar gay de ambiente familiar, donde el diputado fue atendido por un chico caracterizado como
Paulina Rubio. Mi admiración entera para el diputado Solís. Ya me gustaría ver si René Bejarano (PRD) u Oscar Levín
(PRI) tienen esa condición física. Con una ventaja adicional: no nos costó ni un centavo, todo fue cortesía de la casa.
¡Eso!.

La Casa

Durante nuestra reciente estancia en el extranjero, fuimos invitados a alojarnos en un departamento que está en el
piso 14 de un edificio que está frente al mar. Situación ideal para gozar del sol y del clima bonancible. El gótico drama
se presentó el jueves por la noche. Con una turbadora piyama hallábame yo entregado a la horizontal lectura cuando
percibí un extraño y persistente silbido. ¿Qué es eso?, le pregunté a la Subesther que ya dormía como si la hubiera
hipnotizado un mago brasileño. Mi agraciada cónyuge es el único ser que conozco que puede responder sin
despertarse. Es el viento, no te preocupes, me dijo. Ella no se preocupó. Yo sí. Yo me sentía como en un cuento de
Allan Poe. Una hora después, cuando comenzó a rechinar todo, me sentí como en "Aura" de Fuentes. Era espantoso.
¡Me lleva!, grité a las 4:30 de la mañana. La Subesther se enderezó como Pinocho y se me quedó viendo como si
fuera yo la sombra fatal, sombra del mal. ¿Qué tienes?, preguntó ya como queriendo pelea. Nada, respondí, no puedo
dormir, el departamento parece el Pequod que es el barco de Moby Dick, los crujidos anuncian que en cinco minutos
el edificio se va a derrumbar y toda la familia va a salir en el periódico; salvo eso no tengo nada. Así pasaron muchas
horas. Hoy desde mi cama y desde mi casa, evoco las azules horas y agradezco a San Gaspar el favor recibido.

Envío

Estos renglones son para Alejandro Aura que aró en el mar.

Cualquier correspondencia con esta columna que recupera su zócalo, favor de dirigirla a gdehesa@infosel.net.mx o al
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Gaceta del Angel / La lluvia, la cultura y la felicidad

Por

Germán Dehesa

(25-Abr-2001).-
Este martes por la tarde vino hogareño y tequilero. Esa crueldad de abril de la que habla Eliot llegó a la ciudad de
México en forma líquida. El tránsito, ya se sabe, se coagula de inmediato. Nadie avanza, las aguas suben, los
ciudadanos maldicen al jefe de gobierno, como antes maldijimos al regente o al virrey. Año tras año, el drenaje se
tapa, la ciudad se inunda, los habitantes vociferan contra las autoridades y éstas comentan que es imposible que el
drenaje no se tape con tanta porquería que tiran los habitantes. Así nos hemos ido desde el siglo XVI. Como mera
variación, ¿no sería ya tiempo de preguntarnos si no será la ciudad misma la que está mal diseñada?. Digo, es una
sospecha que no tiene más sustento que casi cinco siglos de inundaciones y desastres. Me parece levemente
anacrónico cargárselos a López Obrador.

En lo que decidimos a quién atribuírle la disfuncionalidad, a los gobernantes, a los gobernados, o a la ciudad, lo
prudente es permanecer en casa y anunciar una buena nueva que a muchos dejará impávidos: ¡ya salió un nuevo
libro de Borges! (por cierto, ¿por qué habrá dicho a la revista "Proceso" Georgina Rábago, desde su fulminante
notoriedad, que uno de sus "dramaturgos" favoritos era Borges?. Luego por eso se enoja Abascal). El libro se titula
"This craft of verse" (Ed. Harvard U. Press) y está formado por las conferencias que Borges pronunció en Harvard
mientras ocupó la cátedra Charles Eliot Norton a finales de los años sesenta. De la pertinaz lluvia, extraigo dos citas
que ayudan a navegar la tarde: una de las peores debilidades de este siglo (se refiere al XX) es no haber aceptado la
idea de felicidad. La otra cita podría ser complementaria o antitética: la poesía es una felicidad.

¿Y qué?, preguntarán desde San Luis Potosí y otras zonas del país. Aventuro una respuesta a tan malmodosa
pregunta: mi mejor deseo es que el siglo XXI no se contagie de las debilidades del siglo anterior y que sus habitantes
se propongan conseguir una razonable ración de felicidad. Si no lo hacemos, no le veo el caso a tanta lucha y a tanto
esfuerzo humano. Si de todos modos han de prevalecer la injusticia, la violencia y el abuso; entonces da igual quién
gobierne, cómo gobierne y qué cuentas entregue o deje de entregar. Las posibilidades subversivas de la felicidad son
enormes y no estaría nada mal explorarlas.

Continúa la lluvia y yo prosigo con mis divagaciones. Borges dice: la poesía es una felicidad, pero lo es también la
música, la pintura, los mil modos que tiene la belleza de hacerse carne y habitar entre nosotros. Si esto se entiende
bien, se comprenderá que eso que llamamos "la cultura" es asunto de primera necesidad. Un gobierno federal o
municipal que lo desatienda, o que crea que es asunto menor y que puede quedar en manos del primero que
aparezca, está dando señales de que no entiende muy bien el hondo y sensible humanismo que requiere un buen
gobierno.

Otro poeta, mi amigo Luis Rius, escribió que "no se puede vivir como si la belleza no existiera". A poco que nos
descuidemos, a eso nos condenarán Vicente Fox y Andrés Manuel López Obrador. Ellos pueden decir: la cultura no
es prioritaria; yo podría responder que ignoro qué tan prioritaria sea; lo que sé es que es indispensable y vivificadora
como la lluvia. Por cierto, sigue lloviendo.

La Demanda como Bella Arte

Hace todavía pocos años, la consigna entre funcionarios mayores y menores era no darse ni siquiera por enterados
de tal o cual ataque público. De pronto, algo ocurrió y ahora basta con mirar feo a algún empleado delegacional, para
que éste se deje ir a presentar una demanda a velocidad de microbús. El Poder Judicial que antes vivía con razonable
tranquilidad, ahora ya no tiene tiempo ni de quitarse la toga con la avalancha de demandas que está desahogando.
Los abogados son parte también de este frenesí de nombres maculados y honras puestas en entredicho. Hoy, un
funcionario que se respete necesita tener en trámite un mínimo de cinco demandas. Si, a su vez, este funcionario está
demandado por cinco agravios, ya estamos hablando de un historial importante. Acaba de brincar al ring el justamente
famoso y contundente diputado Francisco Solís que ya demandó a la irreprochable Dolores Padierna (que me va a
demandar por andarle diciendo "irreprochable") porque, según Solís, la Padierna lo tildó de drogadicto y alcohólico.
Demandas van y demandas vienen, pero los verdaderos, graves y urgentes problemas de gobierno ahí siguen sin
resolverse. ¿Y si la ciudadanía en masa demandáramos a las autoridades por andar perdiendo el tiempo y gastando
nuestro dinero en babosadas?.

Envío

Este artículo es para Alejandro Cornejo Martín Moreno, el más hábil pescador de las dos Californias. Sigue lloviendo.
Cualquier correspondencia con esta columna que lee bajo la lluvia, favor de dirigirla a gdehesa@infosel.net.mx o al
Apartado Postal 19-111, Delegación Benito Juárez, México D.F.

Gaceta del Angel / El otro genoma

Por

Germán Dehesa

(26-Abr-2001).-

Según hoy sabemos, en algún infinitesimal rincón de cada una de nuestras células hay un paquete de información
llamado genoma. Me gusta imaginarlo como una minúscula estela maya que esperó por siglos ser descifrada. Hoy
comenzamos a hacerlo y vamos de asombro en asombro al descubrir los microscópicos trazos de nuestro pasado, los
invisibles litorales de nuestro ser y las secretísimas claves de nuestro futuro. Siglos de siglos y sólo hoy hemos podido
tener un primer atisbo de que todo ser vivo es portador de una espiral micro-red de instrucciones que hacen que la
rosa sea rosa, el tigre sea tigre y tú seas tú. Me asombra esto, pero me asombra más la impasible tranquilidad con la
que millones de seres se enteran del descubrimiento y ni siquiera parpadean. Ante esta actitud yo doy el viejazo
instantáneo. A mí me parece milagroso que el agua hierva, que la luz se haga porque yo apachurro un botón y que
esos tres niños de la fotografía seamos mi hermano ya muerto, la doctora Dehesa y su Charro Negro. Si estas cosas
me parecen un milagro, ya se imaginarán que lo del genoma me produce vértigo y me hace sentir que estoy en el
sagrado umbral de un tabernáculo que permaneció sellado por millones de años. La forma de mis uñas, las
imposibilidades de mi mente, aquella veleidad de mi bisabuela, la ausencia de mi pelo ya están anunciadas y previstas
en ese minimapa, en ese manualito de instrucciones que viene impreso en mis células. No me digan que no se
sienten electrizados de estupor; no me digan que no alcanzan a percibir el terrible poder que este hallazgo pone en
nuestras manos.

De otro genoma quiero hablar. Si el primero es microscópico, el segundo es vastísimo. Los dos son complementarios,
pues en ambos casos se trata de paquetes de información. El primero se hereda, el segundo se adquiere. Para esta
adquisición contamos con un amplio equipo: los sentidos y las extensiones de éstos que hemos inventado; la mente y
el corazón (en el sentido amplio de la palabra) para procesar, jerarquizar y entretejer la información y el permanente
aluvión de datos que el mundo, los otros, el otro emiten y que hoy como nunca pueden estar a nuestro alcance. Entre
la red genética y la red informática, el ser humano que necesita de ambas para encontrar su lugar en el mundo; para
ser él. Una y otra red pueden estar o ser alteradas; en una y otra red podemos quedar atrapados e incumplidos.
Pronto, me dicen, alguien podrá ingresar a mi genoma y corregir, por decir algo, mi predisposición diabética. Espero
que se apuren. También el segundo genoma, la red externa de información es ampliamente perfectible sobre todo si
se piensa en casos como el de la sociedad mexicana tan acostumbrada a recibir tarde y mal los paquetes de
información. Julio Cortázar decía que "no puede ser que estemos aquí para no poder ser", pero sólo puede ser el que
sabe y asume las consecuencias de saber. Creo que los mexicanos ya pagamos con creces los elevados costos de
que la información nos fuera ocultada o diferida. Además, nos decían que era por nuestro bien ¡y nosotros lo
creíamos!. Hoy, supongo yo, nuestro talante es distinto. Hoy la mayoría prefiere saber, prefiere tener acceso a la
información que le permita tomar decisiones correctas. Nos interesa, por ejemplo, saber con detalle qué hace el
gobierno con nuestro dinero. Si seis mil millones de pesos andan bailando porque faltan unos cuantos comprobantes,
honestamente no veo de dónde pueda considerarse delictivo y/o difamatorio el hecho de hacérselo saber a la
sociedad. Sería un delito no informar que esto ocurre y sería otro delito no comunicar que todo pudiera eventualmente
aclararse. En espera de que ocurra algo así, me reinstalo en el presente histórico y aviso que hoy y aquí podemos y
debemos darle libre curso y buena entrega a nuestros paquetes de información. Sólo así podremos ser.
Las Cartas sobre las Cartas

Un lector y antiguo compañero de lances pokarísticos me solicita con amable tono que no ande yo publicando mi muy
discutible condición de campeón nacional de póker. Jamás he proclamado tal cosa, aunque sí puedo decir que como
me gusta más ganar que perder, lo primero me ocurre con más frecuencia y a mi lector le consta. El mismo me pide
que avise que yo no juego póker serio, sino una variante de la oca que es el póker con fantasías (y así soy para todo).
En efecto, cuando la jugada es en mi tugurio, eventualmente jugamos póker clásico, pero nuestro fuerte son las
extravagancias. Cuando juego en casa de Abascal (cosa que nunca me ha ocurrido) jugamos nada más cerrado y
nadie habla. Con esto, espero que quede satisfecho mi amistoso lector.

Caso aparte es el de Sergio Aguayo que ya publicó una breve nota en la que acepta el reto a jugar en mi cancha
(¡esos son hombres!) y además se tira el farol de avisar que será misericordioso conmigo. No espero otra cosa. Me
consta que Sergio es un hombre misericordioso. Lástima que vaya a perder.

Cualquier correspondencia con esta columna con genoma desconocido, favor de dirigirla a gdehesa@infosel.net.mx o
al Apartado Postal 19-111, Delegación Benito Juárez, México D.F

Gaceta del Angel / Crispaos los unos a los otros

Por

Germán Dehesa

(27-Abr-2001).-

Tal parece que éste es el primer y obligatorio mandamiento del actual sexenio. En lo público y en lo privado vamos del
arrebato heroico a la agonía trágica sin pasar por el sosiego; de la ovación fervorosa al abucheo desorbitado sin pasar
por el análisis sereno; del Génesis al Apocalipsis sin pasar por la buena nueva del Evangelio. ¿No estaremos
enloqueciendo?. Encuentro en la mayoría de mis conciudadanos una grave tendencia a la sobreactuación y al exceso
de volumen. ¡Es que esto es lo último que podía suceder!, proclama la Subesther con el rostro crispado. ¿Qué cosa?,
pregunto yo que, bajita la mano, imagino que a mi suéter azul ya la entambaron en algún operativo policíaco realizado
en conocido antro de Strip Tease masculino. Los de la tintorería no trajeron tus pantalones grises. Yo la contemplo
con estricta incredulidad y no alcanzo a comentar nada porque aparece el ex-Bucles y anuncia: ¡esto es terrible!.
¿Qué pasa?, inquiere el acongojado padre al borde de la hiperventilación. ¡Me dejaron dos planas de tarea!. No me es
difícil entender que no hay nada que contestar. Los exaltados sólo admiten el monólogo. Para mi coleto digo en voz
baja: no es posible vivir permanentemente en este tono sostenido y mayor.

¿Todavía venderán Passiflorine?. No es una pregunta ociosa. Su consumo habitual fue la clave de la supervivencia
del matrimonio de mis padres. Muy sabio sería don Julio Frenk si en toda población nacional con más de mil
habitantes colocara un tanque estacionario de la pacificadora sustancia directamente conectado al sistema de agua
potable. En ciertos casos, podríamos ser más drásticos y llenar de Passiflorine el tinaco de todos los funcionarios y
"líderes de opinión" que peregrinan a diario por todos los medios de comunicación anunciando que todo va de
maravilla, o que todo es un desastre. Si alguien piensa que mi diagnóstico de crispación generalizada es exagerado,
le suplico que vea en cualquier periódico la foto de Jorge G. Castañeda con cara de ardoroso Grinch diplomático, o la
no menos calamitosa fotografía de Amalia García en Zacatecas caracterizada como Aurora Bautista en el
arrebatadamente famoso monólogo de "El rey duerme..." de aquella paleolítica película llamada "Locura de amor".
Como que ya nadie está en sus cabales.

Ahí tienen el caso de mi buen amigo y fino caballero Arne aus den Ruthen (nombre de claras raíces mayas) que ya se
soltó hablando como mecapalero de Jamaica por razones que no justifican tamañas desmesuras verbales. ¿Cómo
estarán las cosas que hasta un ser como Miguel de la Madrid, de cuya existencia misma se llegó a dudar, se haya
aventado al ruedo y haya irrumpido en el espacio sonoro para dar magistrales lecciones de cómo ser un buen
presidente que él desgraciadamente no aplicó durante su tenue gestión.

No quiero ni imaginarme lo que habrá pensado el muy razonable Felipe González en su fallido intento por explicarle a
las etnias perredistas las bondades de una izquierda moderna y con propuesta, mientras las belicosas tribus del sol
azteca intercambiaban porras, mentadas y abucheos.

Maravillosos muchachos y muchachas: Ya esténse. Se acerca mayo florido con su galano caudal de días feriados.
Aprendamos de nuestra selección nacional de futbol el difícil arte de la mansedumbre, la paciencia, el pacifismo y la
no agresión. Les aseguro que por lo menos este año no desapareceremos con horrísono estruendo, ni emergeremos
como potencia mundial. Las cosas no son así. A su paso, con su ritmo, fluida y mansa, la vida va.

La Hora Nacional

Por fin podré hablar con la seguridad de que nadie me escucha. El próximo domingo 29 de abril, el segmento de la
Hora Nacional destinado a la Ciudad de México estará ocupado por su Charro Negro. Si alguien por el hecho siempre
deprimente de que ya es domingo por la noche, o lacerado por la todavía más depresiva coincidencia de que será
víspera del inicuo día del niño, piensa seriamente en terminar con su vida, yo le suplicaría que detuviese su
enloquecida carrera rumbo al abismo y, como una solución intermedia, optase por sintonizar el programa y así paliar
mi soledad. Prometo no hacer ninguna denuncia candente, ni señalar a nadie con dedo de fuego. Vuelvo al asunto de
la crispación generalizada. De vez en cuando, también es buena cosa platicar de esto y de aquello por el puro gusto
de hacerlo y por brindarnos un poco de sonriente sosiego y tranquila quietud. Agradezco la oportunidad brindada por
el gobierno del DF. Si en próximas fechas, la oportunidad viene acompañada por algún pago, todavía lo voy a
agradecer más. Como decimos los jugadores profesionales: ahi se van las buenas con las malas. Además, y esto sí
es en verdad importante, hoy toca.

Cualquier correspondencia con esta columna que aspira a la relajación, favor de dirigirla a gdehesa@infosel.net.mx o
al Apartado Postal 19-111, Delegación Benito Juárez, México D.F.

Gaceta del Angel / ¡En esta esquinaaa

Por

Germán Dehesa

(30-Abr-2001).-
...¡los gobernaaantes! ¡en esta otraaa!: ¡los gobernaaados!. Junto con Carmen Aristegui, creo que éstos son los
verdaderos términos del conflicto y el verdadero "tema" de esta historia. Considero que para mirarla así, es necesario
tomar cierta distancia. Propongo un ejemplo veloz e ilustrativo: "La Ilíada". ¿De qué trata "La Ilíada"?. Habrá quien
conteste que es el levantado canto y el confuso cuento de los motivos y consecuencias de la iracundia profesional y
atrabiliaria de un guerrero llamado Aquiles. Creo recordar que, en mi primera lectura, el verdadero héroe era, para mí,
Héctor, el hombre tranquilo y generoso que defendía a muerte su ciudad. Otro dirá que el poema homérico es un
ejemplo palpable de las discordias que una mujer puede producir entre los hombres. Otro más dirá que es la crónica
sesgada y poética de algunas escenas de la guerra entre aqueos y troyanos que culminó con el sitio de la ciudad de
estos últimos. En efecto, de todo esto trata "La Ilíada", pero si se lee y se vive (¿hay diferencia?) lo suficiente,
acabamos por entender que lo único que está haciendo el poeta es reflexionar, en voz alta, enternecida y trágica,
sobre la condición humana: Aquiles, un hombre furioso, arriesga su pasión y su tiempo enteros en una empresa cuya
culminación, él bien lo sabe, no contemplará. Héctor termina muerto e infamado por defender una ciudad que, él lo
sabe mejor que nadie, no tiene salvación. De esto trata "La Ilíada"; trata de ti y de mí.

¿No se han ido?. Gracias. Vengamos ahora al presente. Nuestra actual y módica epopeya no trata del enfrentamiento
entre "Reforma" y la señora Rosario Robles, tan circunstanciales y perecibles ambos. La historia es mucho más
antigua y se puede cifrar en una expresión muy nítida: rendición de cuentas. ¿Tenemos o no derecho los gobernados
a que los gobernantes nos informen con detalle qué hacen con el dinero y el poder que depositamos en sus manos?;
¿por qué resulta "difamatoria" la divulgación de la información que un gobierno ha hecho pública con respecto a
presuntas irregularidades que éste ha detectado en la administración del gobierno anterior?. Por supuesto que en este
zafarrancho, como en "La Ilíada" están implicados seres verosímilmente reales, pasiones, intereses y, como ahora se
dice, usos y costumbres; pero, más allá de estas contingencias, algo queda claro: tarde, pero llegamos a la discusión
del fundamental tema del derecho a la información. Y comparece en la sala el señor Creelman y la pregunta a Porfirio
Díaz: ¿estará ya México preparado para que sea pública su vida pública?. Omaigod!.

No vengan, pues, a preguntarme a quién le voy: ¿a "Reforma" o a Rosario?. Con o sin broncas, mi respeto y mi afecto
solidario están con mis compañeros de trabajo, pero no estoy hablando de eso, la historia es más antigua. A lo largo
de 50 años he acumulado preguntas que, aunque nunca han tenido respuesta, siempre me han parecido razonables y
legítimas. Señores Avila Camacho: ¿por qué corrompieron tanto, por qué robaron tanto, por qué derramaron tanta
sangre?; señor Díaz Ordaz: ¿por qué aniquiló la vida y los sueños de mi generación?; señores Echeverría y López
Portillo: ¿por qué destruyeron la economía de nuestras familias?; señor de la Madrid: ¿cómo empleó usted su
"liderazgo" durante los terremotos del 85 y qué hizo usted para castigar a los corruptos y enriquecidos constructores
de edificios derrumbables?. Esta lista no es exhaustiva y casi todas las preguntas llevan varias copias sexenales; pero
a partir de "Proceso" y hasta llegar a "Reforma", la buena gente de México nos ha pedido que, a su nombre, hagamos
estas preguntas en voz alta, legible y audible y que ahi nos estemos pregunte y pregunte hasta que nos den
respuestas claras y cuentas satisfactorias. En eso estamos. En esta esquina.

Jumiles y Chapulines

Los renglones que ya leíste y los que vas a leer me ocurren en la autopista México-Querétaro. Es lo que se llama
pensamiento en movimiento. Transito, dicto, como papitas y escucho en el radio el diálogo entre el Chente, Chabelo y
nuestros maravillosos chiquillos y chiquillas (70/30 según cifras proporcionadas por el PRD). En espera de la mentada
de madre que me destinarán los intensitos nacionales, he de confesar que el programa me parece divertido y que
Chabelo me cae muy bien. Hace dos años, mientras yo agonizaba víctima de una hemorragia "por do más pecado
había", el buen Chabelo, con quien jamás había cruzado palabra, se presentó a visitarme en mi sufriente habitación.
Alguien tan cordial y benévolo tiene derecho a prolongar su infancia hasta que le dé su real o virtual gana. En cuanto a
los maravillosos chiquillos, estos se pusieron mexicanamente solemnes y hablaron con voz almidonada.
Venturosamente uno de ellos se salió de papel y dijo que vivir en México es a todo dar, porque sólo aquí se pueden
comer jumiles y chapulines. ¡Méndigo loco, que Dios lo conserve así y que alcancen los chapulines!. Ni modo: habrá
que felicitarlos. (A los niños, a los jumiles y, ofcors, a los chapulines).

Cualquier correspondencia con esta épica columna, favor de dirigirla a gdehesa@infosel.net.mx o al Apartado Postal
19-111, Delegación Benito Juárez, México, D.F.

Gaceta del Angel / La comunicación en México


Por

Germán Dehesa

(01-May-2001).-

No es sencilla, no es fluída, no es clara. Entre entender, interpretar y malinterpretar, el mexicano se inclinará


naturalmente por la tercera posibilidad. Malinterpretar nos abre todo un océano de posibilidades: a partir de una mala
interpretación se puede alburear, exhibir y hasta demandar al que osó hablar. ¿De quién es la culpa?. Juan Legido
diría que no quiere saberlo, pero yo sí quiero y necesito saber, porque me dedico todo el día a hablar, a escuchar y a
leer que, como bien lo sabía Quevedo, es conversar con los difuntos, en músicos, callados contrapuntos.

¿Qué es lo que quiere decir un mexicano cuando dice lo que dice?. Vivo está todavía en mí el recuerdo de un
compañero de mis juveniles andanzas musicales a quien le reclamé sus constantes faltas a los ensayos. Escuchó mi
reclamo, me miró muy hondo, se puso de pie como posando para el mármol y me fulminó con dos insondables
preguntas: ¿a qué llamas "faltar"?, ¿a no venir?. 35 años después, todavía no tengo una respuesta, porque todavía no
entiendo las preguntas.

En el presente, me duele comunicarlo, las cosas no han mejorado. Seguimos haciendo preguntas muy claras y
recibiendo respuestas muy confusas. Seguimos haciendo declaraciones rarísimas ("A Castañeda no tengo ninguna
atención que llamarle") que siguen siendo objeto de las interpretaciones más estupefacientes del mundo. Hace unos
días, mientras navegaba por el sistema Usumacinta-Periférico, me comuniqué (es una licencia poética) a mi oficina.
Me respondió "La Calambres" que es nuestra abnegada auxiliar doméstica. Mi pregunta fue clarísima: ¿está mi
secretaria?. "La Calambres" que es del color de chocolate Abuelita me respondió con palabras verdaderas: sí, señor;
si está. Hasta aquí, todo bien. Prosiguió el diálogo: ¿me la pueda pasar?. No, señor. ¿Por qué no?. Porque sí está,
pero salió. Así me respondió. Lo juro por Rosario Robles. No hay nada que hacer. Inútil todo afán, dirían mis tías
tabasqueñas. En México, una secretaria puede estar, pero salir, y puede salir, pero estar. Es el caso de los
Presidentes.

Hoy, 30 de abril, he vuelto a tener varios tropiezos comunicativos. Abro el periódico y me encuentro con que Fox opina
que la Ley Indígena salió de lujo y hasta copeteada. Su colaboradora, mi cuatacha Xóchitl Gálvez (la lengua más
florida del gabinete) dice que esa Ley es una porquería. Previamente M. Sahagún había dicho que las contradicciones
en el equipo de gobierno eran un perverso invento de los comunicadores. Ya me canso de llorar y no amanece.
Prosigo mi lectura y me entero de que Fox dice que no se ha encontrado a ningún ciudadano que se oponga a la
reforma fiscal; que lo que ha encontrado es a algunos que tienen dudas. ¡Me lleva el FIDELIC!, ¿y entonces dónde
quedamos todos los que nos oponemos precisamente porque tenemos muchas dudas?.

Ya con el alma estropajosa y con el celular cortándose cada veinte segundos, llamo a mi oficina y con justificado gozo
me entero de que mi secretaria sí está y no ha salido. De hecho, ella me contestó y yo procedo a hacer la misteriosa y
mexicana pregunta: ¿no se ha ofrecido nada?. La respuesta que recibo es urológica y terrible: "Sí. Hablaron de
Guadalajara para decirte que te la van a cortar". Así dijo. Silencio largo y estremecido. ¿Qué me van a cortar?. La
columna, porque dicen que te estás extendiendo demasiado. Casi lloro del alivio que sentí. Insisto: no es fácil
comunicarse en México.

Más de lo Mismo
El PRD sabrá por qué decidió adoptar el estilo machista, pero yo no lo comparto. Yo acepto feliz el 50/50 y me podría
ir hasta el 80/20 si se trata de saldar el costoso error histórico que ha sido silenciar por tanto tiempo a las mujeres. Lo
único que pido a cambio es que ahora las mujeres respeten nuestro silencio y no lo interpreten mal.

Reproduzco una escena conyugal basada en hechos reales. El laborioso marido llega a casa y se derrumba en un
sillón, entrecierra los ojos e intenta recuperar fuerzas y sacar juventud de su pasado. Aparece esposa dinámica y,
quizá con obviedad, pregunta: ¿ya llegaste?. Marido responde: ya. ¿Y por qué estás tan callado?. Porque no estoy
diciendo nada. ¿Y por qué no dices nada?. Porque estoy cansadísimo. O sea que ya no me quieres (¿de dónde,
díganme, de dónde deducen eso?). Antes no parabas de hablar y hasta me decías poemas, pero eso era antes,
cuando todavía había algo entre nosotros; si ya te aburro, dímelo, ¿o acaso hay otra?. Hay un friego, musita marido.
¡Claro!, ¡lo sabía!, ¡el corazón de una mujer no se equivoca nunca!, ¡y ya me lo había dicho mi amiga Rosi, pero
preferí no ver!.

Señoras: no sean así. Respeten nuestro silencio. ¿Qué les cuesta?

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Gaceta del Angel / De atorón en atorón

Por

Germán Dehesa

(02-May-2001).-

Para variar, ya se nos atoró la carreta. Me dan ansias. ¿Siempre será igual? ¿Siempre estaremos a la espera de que
el vecino ande de buenas para poder crecer, para poder producir, para poder ser? ¿No hay por dónde romper ese
círculo corredizo que, alternativamente, nos deja respirar un rato para luego seguir ahorcándonos? ¿Nuestro destino
inevitable es Disneylandia? Espero que no. Creo que no. Vuelvo a mi obsesión: no tiene la culpa el indio, sino el que
ve sus películas.

Por lo pronto, ya nos atoramos otra vez y ya entramos en zona de turbulencia comunicativa. Como dice Guido
Belsasso: ya se me hizo un hoyo en el cerebro (de por sí, ya lo traía balaceado). Siento que se me pega una meninge
con otra cuando oigo a Francisco Gil confirmar la noticia de que el Gobierno de México ya solicitó un nuevo "crédito de
contingencia" (¿qué es eso?), porque, aunque la economía nacional está muy sólida, no vaya a ser la de malas y se
nos aguade (la economía). Lo estamos tramitando, pero no lo vamos a necesitar, salvo que lo necesitemos. En pocas
y resplandecientes palabras, eso es lo que dijo Don Francisco y creo que es importante que alguien le avise que ya no
estamos para oír mafufadas y que si ya ve venir la tormenta perfecta, su deber es anunciarlo para treparnos al cerro, o
guarecernos en algún lugar protegido (yo quepo en una bota de Fox, o en algún huipil de Beatriz Paredes). Para eso
votamos el 2 de julio, para que no nos traten como a idiotas.

Una de las obsesivas promesas de campaña fue: creceremos a un ritmo anual del 7 por ciento. Unos meses después
el hidráulico Ortiz anuncia que si llegamos al 3 por ciento, tendremos que ir todos a San Juan de los Lagos a
agradecer el favor recibido. Ante esta declaración, brinca Fox y dice que la Perica está borracha y que andaremos por
el 4.5. Horas después, Fox vuelve sobre sus pasos y dice que le va a dar una pensadita (¿sabrá?) y que luego nos
avisa (Martha querida: encogí al país). Otro atorón.

Lo de Chiapas es otro atorón. Marcos y su escolta de rancheros, diez fornidos gurrilleros, se chutan medio país para
traernos su palabra que se dijo ayer, pero anuncia mañana, que nació como espejo y resultó ventana. Correcto. Luego
vinieron los paroxismos legislativos (¿les prestamos la tribuna, o les sacamos el banquito?) y todos pudimos escuchar
la palabra de las etnias. Correcto. Después se fueron los chiapanecos y los legisladores se pusieron a hojalatear la ley
Cocopa que acabó quedando, en fondo y forma, como aquellos discursos improvisados de Echeverría donde la
sintaxis quedaba en calidad de desaparecida política. Todo avisa que ya volvimos a ese gustado punto original donde
no se podía ni avanzar, ni retroceder. Mientras tanto, el desvergonzado Absalón no halla cosa más elegante y
propicia, que pedir que le devuelvan su reloj (lo apoyo, siempre y cuando él le devuelva a Chiapas todo lo que su
gobierno le quitó).

Préstamo a la vista. Crecimiento por discutirse. Yucatán y Tabasco cargados de nitroglicerina dinosáurica, Chiapas
convertida en ruina circular, la reforma fiscal encamotada y atrapada sin salida. El fervor de julio se disipa velozmente.
En improvisada entrevista banquetera me autointerrogo: ¿se arrepiente usted de haber votado por Fox?. Respuesta:
arrepentirse, dice Borges, es una arrogancia y una estupidez, puesto que implicaría modificar el pasado. Creo que,
con todo y todo, voté bien y, aunque la carreta esté atorada, ahora estamos, por primera vez, en posibilidad de
modificar el futuro. No es poca cosa. Termino para que no me la corten en Guadalajara.

Y por si Algo nos Faltara

Aparece Andrés Manuel y anuncia que se suspenden las obras de mantenimiento y rehabilitación en la Columna de la
Independencia. Una vez más, nuestro angelito-angelita se va a quedar bailando en un pie. Todo comenzó con una
empresa que ofreció encargarse de la tarea a cambio de que le permitieran, durante tres meses, cubrir la columna con
un biombo que incluía el aviso publicitario de que esa empresa se había hecho cargo de lavarle la cara al símbolo más
hermoso de nuestra Ciudad. Ya avanzado el proyecto, brincó nuestro Robespierre tropical y dijo que la obra se
suspendía porque la empresa no estaba actuando de buena fe, pues si lo estuviera, actuaría de manera anónima y sin
tratar de obtener ninguna ventaja. El gobierno, añadió AMLO, tiene dinero suficiente para realizar esa obra. Yo estoy
muy perplejo. En Venecia y en varias ciudades españolas he visto obras de este tipo y con patrocinios similares y
nadie se ha escandalizado. Si una empresa, a cambio de tres meses de publicitar su ayuda, colabora a la belleza de
la comunidad, yo no encuentro el delito por ninguna parte y sí percibo el ahorro y el beneficio que a todos nos acarrea.

Como verán, nadie tiene el monopolio de la insensatez. Quedó muy bien repartidito. Lo único que me falta para que mi
mal se vuelva irreversible es que se corone el América. Si esto ocurriera, termino con mis días.

Cualquier correspondencia con esta cenicienta y cochambrosa columna, favor de dirigirla a gdehesa@infosel.net.mx o
al Apartado Postal 19-111, Delegación Benito Juárez, México D.F.

Gaceta del Angel / Un tigre a las puertas

Por

Germán Dehesa
(03-May-2001).-

¿Se acuerdan de la obra de teatro así titulada?. ¿No?. No importa. Básteles saber que toda comunidad, o todo
individuo que admiten la posibilidad de aplicar la violencia como remedio a tal o cual malestar o discrepancia viven con
un tigre a las puertas. Para redondear esta consideración, señalo que toda violencia comienza por ser verbal. Lo
primero que trastornamos es la armonía auditiva y terminamos cortándole los oídos a nuestro contrincante real o
supuesto. Yo he visto unas espeluznantes fotografías de la guerra cristera que muestran a algún combatiente que luce
con inhumano orgullo un abigarrado collar hecho con las orejas que le cortó a sus enemigos.

Algunos ejemplos recientísimos de estos tigres que estamos aludiendo. Todos ellos, ya estarán enterados,
aparecieron durante la tormentosa "celebración" del Día del Trabajo, o so pretexto de ella. Es posible que muchos
estén lo suficientemente ciegos como para no percibir los afelpados pasos de los tigres. No tengo la menor duda de
que esa desprestigiada pero vigente agrupación conocida como "el narcopoder" se esté encargando muy
jubilosamente de abrir la jaula de las fieras y de recordarles su sanguinaria e inevitable vocación. Percibo también un
creciente número de imbéciles útiles que se regocijan olfateando y festinando la batalla. Desean estos indigentes
cerebrales que fracase el gobierno y que todo se arruine. Lo de menos es que nos quedemos sin país para vivir. Eso y
más nos merecemos los papanatas del voto útil. Serenos, morenos. Revisemos los hechos.

Quizá fue Vicente Fox quien de modo desatento proporcionó la idea germinal al declarar "no he oído a nadie que esté
en desacuerdo con la reforma fiscal". Pues ahora, 2 de mayo, ya lo oyó y del modo más agresivo y montonero (¡IVA
no, hoy, hoy, hoy!à¡la mujer a la oficina; Abascal a la cocina!). Algunas preguntas: ¿los que se reunieron en ese
auditorio eran verdaderos trabajadores, o eran remanentes de aquellas utilísimas y golpeadoras hordas priístas, o
mitad y mitad?; ¿si están en desacuerdo con la reforma fiscal, qué proponen además de las mentadas?; y por último:
¿a nombre de qué o de quién habla esa quimera vegetal llamada Leonardo Rodríguez Alcaine?. Y que conste que no
estoy en la nómina oficial y que ciertas actitudes y muchas de las declaraciones de Fox y/o de su escuadrón melódico
me llenan de pavor, pero conservo viva mi memoria y ella me dice que, a partir de 1968 el PRI fue un horror y una
indignidad creciente e intolerable. Bajo el imperio de los últimos césares priístas, los ciudadanos ni éramos nada ni
teníamos derecho a querer nada. Hoy, para aceptar o para disentir, somos alguien y podemos (y debemos) imaginar
un futuro. Por supuesto que Vicente Fox no es nuestro líder ideal, pero nosotros tampoco somos la ciudadanía ideal.
Lo único que hemos logrado es recuperar nuestra capacidad de caminar rumbo al país que queremos. Esto no ha sido
fácil ni cómodo. Sería suicida sacrificarlo en honor (en horror) de esa violencia que se siente ronronear por todo el
país azuzada por los perversos y por los imbéciles.

Hubo violencia ahí en el auditorio, la hubo en las calles, la hubo en el campo. Chiapas se tensa y yo me asomo a las
orillas de mi país y aviso que tengamos cuidado: hay un tigre a las puertas.

Chambrita Antibalas

La Ciudad de México es un caos. Me permito usar esta trilladísima expresión, porque la necesito como basamento de
una reflexión que dice así: la Ciudad de México es un caos, pero esto no necesariamente obliga a gobernarla de modo
caótico. Sería un homeopático milagro que un desgarriate se arreglara con otro desgarriate. Dicho esto, procedo a
enunciar algunas perplejidades citadinas.

Por muchos años, los habitantes de la Ciudad dimos por supuesta la inexistencia o la ineficiencia de la policía. O
estaban en el módulo haciendo pornotelefonemas, o se juntaban en gratos corrillos para degustar una rica torta,
compartir un chesco y platicar de las bondades de esa bicicleta cuyo manubrio mansamente sostenían con la mano
izquierda. Su esporádica comparecencia en algún hecho delictivo era perjudicial y/o irrelevante. Hay indicios de que
esto empieza a cambiar. A esta redacción llegan cada vez con más frecuencia informes de policías que se comportan
como tales y actúan en favor de la seguridad y protección de la ciudadanía. Esta es una buena noticia y sería mejor si
viniera acompañada de la notificación de que estos servidores públicos, mal pagados, mal afamados, escasamente
respetados; están, por lo menos, bien equipados para enfrentar a una delincuencia cada vez más brutal, con mayor
capacidad de fuego e infinitamente más peligrosa. La reciente noticia de la muerte del policía Erik Enríquez a causa
de una bala que perforó su chaleco es desoladora y tristemente ilustrativa. Un policía, por el hecho mismo de serlo,
vive en permanente riesgo; equiparlo mal me parece criminal. Como meras preguntas: ¿quién fue el encargado de
comprar esos chalecos? y ¿quién se encarga de supervisar que estén en buen estado?. Misterio.

Cualquier correspondencia con esta columna antitigres, favor de dirigirla a gdehesa@infosel.net.mx o al Apartado
Postal 19-111, Delegación Benito Juárez, México, D.F
Gaceta del Angel / ¡A volar, joven

Por

Germán Dehesa

(04-May-2001).-

Ya no soy joven, pero sigo volando. Ahora voy rumbo a Monterrey. No sé si sea el momento más propicio y prudente
para visitar a los regios. Futbolísticamente hablando, están aniquilados y, como suele suceder, me van a echar la
culpa a mí. Reconozco que yo publiqué que, según mis pronósticos, este campeonato tendría que quedar en
Monterrey. Reconozco también que mi salitre deteriora cualquier superficie. En cuanto llegue, me iré a La Macroplaza
y de rodillas pediré perdón a los regios en general y a Basave y Gómez Junco en particular. Lo haré volando.

También Dehesa sufre. En compañía de mi socio y amigo García (el del apodo inmencionable) he abierto un
modestísimo negocio de apuestas que, con muchos trabajos, comienza a rendir frutos. Inauguramos formalmente
hace unos días y nuestro primer y riesgosísimo lance ocurrió el día anterior al juego (de algún modo hay que llamarlo)
entre León y América. Aprovechándose de nuestra inexperiencia, un distinguido miembro de conspicua y céntrica
familia capitalina nos suplicó que le pusiéramos una laniux al León, porque él le iba al América. García (el del inicuo
mote) y el Charro Negro deliberaron reservada y libremente. García fue tajante: si no nos da un mínimo de tres goles
de ventaja, estamos perdidos. En plan de COCOPA futbolística, yo conduje las negociaciones. Fueron arduas. El
cliente se puso perrísimo y sólo ofreció dos goles. En un gesto de bondad que mucho nos honra, García (cuyo apodo
no mencionaría ni bajo tortura judicial) y el de la voz aceptamos la apuesta y con ella un destino que se adivinaba
fatal. Todavía hubo más. El hermano de nuestro cliente, quien además funge como líder histórico de la etnia, saltó a la
palestra y afirmó que quintuplicaba la apuesta, a condición de que a él le diéramos un solo gol de desventaja. García y
yo deliberamos y, en un acto de prudencia (que acabaría siendo de piedad) rechazamos ese ofrecimiento. El partido
(o lo que haya sido), ya se sabe, pudo haber terminado 3-0 a favor del León. Los dioses (que son accionistas de
Televisa) propiciaron un injusto empate a uno. De cualquier manera, García & Dehesa Inc. ha obtenido pingües
ganancias. De hecho, si hubiéramos aceptado la segunda apuesta, ya estaríamos viviendo a todo lujo en Dublín.
Siempre hemos preferido la clemencia a la ambición. Con lo que no contábamos era con la perfidia de la familia que
solicitó nuestro servicios. Pretenden ¡loado sea Alá! valerse de argucias legaloides con tal de no cubrir su adeudo. Por
eso, porque sé que hoy las demandas se fabrican al vapor y por las más insostenibles razones, he abandonado mi
ciudad que es chinampa y a mi señora que es chinampina y he venido volando a Monterrey. Aquí, en la UDEM, trataré
de rehacer mi vida. El balsámico tiempo me ayudará a olvidar y a perdonar. El tiempo (lo estoy viendo) pasa volando.
Regreso el sábado.

Andrés Manuel

Según la encuesta que hoy, jueves 3, publicó REFORMA, el nivel de aceptación de AMLO ha descendido de manera
importante. Ya el propio Andrés Manuel declaró que a él las cifras le vienen valiendo gorro. Hasta cierto punto, tiene
razón. Gobernar desgasta y gobernar bien no es necesariamente un torneo de popularidad. Recordemos que Carlos
Salinas, en su último año de gobierno, tenía más de setenta puntos de aceptación. De cualquier manera, las
encuestas son una suerte de semáforo para quien ha sido electo como conductor de una comunidad. Leyendo con
atención las últimas cifras que se han obtenido acerca de la gestión de López Obrador, se perciben dos importantes
focos rojos: la ciudadanía no está, ni de lejos, satisfecha con lo logrado en materia de seguridad, protección e
impartición de justicia y los capitalinos tampoco encontramos satisfactoria la ríspida relación que AMLO ha establecido
con el Presidente. Con respecto a esto último, adquieren un doble valor las declaraciones hechas el miércoles por
AMLO referentes a la prudencia, el buen ánimo y el tono conciliatorio que Fox manifestó en su ingrato encuentro del 1
de Mayo en el Auditorio del Museo de Antropología. A mí me parecieron muy en su lugar las palabras de Andrés
Manuel. Representan un gesto de distensión y un acto de cortesía que en nada deteriora los acuerdos y desacuerdos
que ambos gobernantes puedan tener. Sin un mínimo de civilidad, no hay vida política, ni diferencia que no termine en
enfrentamiento. Que Fox y Andrés Manuel son diferentes, todos lo sabemos; pero también sabemos que los buenos
modos son la única garantía de convivencia y la única salvaguarda del bien común. Si mi madre viviera, le diría a
Andrés Manuel: otro te ves cuando no estás enojado; hasta se te entiende lo que dices. Yo, por mi cuenta, le digo a
lectoras y lectores algo igualmente importante: hoy toca.

Cualquier correspondencia con esta volátil columna, favor de dirigirla a gdehesa@infosel.net.mx o al Apartado Postal
19-111, Delegación Benito Juárez, México, D.F

Gaceta del Angel / Regia luna

Por

Germán Dehesa

(07-May-2001).-

Pasadas las seis de la tarde, atardecía en Monterrey. Lo cercano se aleja, dice Goethe. Era el jueves 3 de mayo y su
Charro Negro se disponía a ensayar su participación como conductor de un celebratorio concierto dedicado a los
benefactores de la UDEM. El escenario fue colocado en uno de los extremos del verde, cuidado y florido campus. El
servicio meteorológico había anunciado que no llovería. Cayeron las primeras gotas y deposité una mirada ansiosa en
la ejecutiva chica que me acompañaba. No se preocupe, me dijo, todo va a salir bruto; ya está arreglado, a la hora del
concierto no va a llover. Yo sé que la tecnología regiomontana está muy avanzada (es bruta), pero desconocía esta
capacidad que tienen para ponerle horario a la lluvia. ¿Cómo le hacen para saber que a las nueve de la noche no va a
llover en un concierto al aire libre?. Es muy fácil, me dijo mi interlocutora con firmeza científica, ya fue una compañera
a llevarle huevos a las monjas clarisas; nunca nos han fallado. Esta vez no fue la excepción; a las nueve de la noche
cesó la lluvia y el cielo se abrió. Con esa tranquilidad y mientras anochecía en pleno aguacero, proseguimos el
ensayo. Sonora, grave, emocionante, la voz de una campana nos llegó desde el otro extremo del campus. Antes de
preguntar algo, ya me estaban explicando que no me alarmara (y es que yo puse cara de capitalino paranoico, pues
imaginé que era el aviso de que se estaba inundando la universidad y había que rescatar los pupitres). La campanada
es una tradición de la UDEM: cuando un alumno presenta su examen profesional y es aprobado, sale en compañía de
sus maestros y familiares y toca la campana para avisarle al mundo que ya está listo para incorporarse a él y hacer
algo constructivo, provechoso, humano. Mientras me lo contaban, yo ya estaba berreando cual cuinito e imaginando
cuánto mejor sería México si por todo nuestro país no cesaran de sonar esas campanas.

Como ya queda reseñado, a las nueve de la noche cesó la lluvia y comenzó la fiesta. Entre las nubes en fuga apareció
la luna y en el escenario apareció Eugenia León que, como es sabido, es otra fidelísima y cordial luna que derrama
desde su garganta una luz que no cesa y que absuelve toda lágrima. Ella se encargó del canto y yo me hice cargo del
cuento. Tuvimos función jueves y viernes y todo fue gratísimo. El público fue un lujo. Les estoy hablando de cerca de
dos mil personas de los más diversos orígenes y condiciones, pero todos ellos con un denominador común: todos son
responsables de la existencia de la UDEM. Aportan dinero, trabajo, compromiso, voluntad y ansias de futuro. La
UDEM es de ellos y de sus hijos. Por eso la mejoran, la cuidan, la aprecian y procuran su crecimiento. Esto explica por
qué Eugenia estuvo excelsa, su Charro Negro se pulió al máximo y la luna estuvo con nosotros. Aquí se las dejo y ya
me voy, porque, por futbolísticas razones, los de Guadalajara están putrefactos y son capaces de cortármela con una
cimitarra en forma de media luna.

El Perro Café

Reapareció. Y es que la tenacidad de la Subesther es inquebrantable, pero, en mi opinión, mal orientada. La iniquidad
del ex-bucles en un restorán es infalible e infinita. Los meseros dominicales nos ven llegar en compañía del minimosh
y ponen cara de ataque instantáneo de parásitos púbicos. La imagen es exacta. Así lo acaba de reconocer el presunto
indiciado quien, a la mitad de caudalosa efusión biliar, me dijo así: a ver, papá, si ya saben que en los restoranes me
porto como perro café, ¿para qué me llevan?. Sensatísima pregunta cuyo contenido traslado íntegro a la madre del
intrépido destroyer y a todas las madrecitas mexicanas que, en preparación de su magno día (vía cursis, lo llama
Sheridan), ya pusieron cara de Libertad Lamarque post-mortem. ¡No lleven xoloixcuintles a los restoranes!, ¿me
oyeron?.

Oye, Xavier

Sí, a ti te hablo; a ti, Xavier Aguirre. Te consta que soy tu cuate, te consta mi invariable apoyo, igualmente te consta
que jamás te he pedido un favor; pero ahora sí estoy desesperado. Públicamente anuncié que si el América se
coronaba, yo me aventaba de la torre de Rectoría envuelto en la bandera Puma. Tú y tus aguerridos Tuzos son los
únicos que pueden evitar que yo me tronche en flor como Fidel Velázquez. En tus manos (y en los pies de Cesáreo
Victorino) encomiendo mi espíritu (que habla por la raza). Házlo por mí y por una señora (criptoamericanista
probablemente) que me escribió para decirme que no me matara, que no valía la pena. Ahi te encargo a Braulio (ex-
puma); los demás se cuidan solos. Andale, Xavier, ¿qué te cuesta?.

Envío

Estos renglones son para la familia Noriega Elío con quien tanto he querido. Tardíamente me entero de la muerte de
mi lector, radioescucha y amigo Don Mariano Noriega. En silencio y en amor, los abrazo a todos.

Cualquier correspondencia con esta lunecida columna, favor de dirigirla a gdehesa@infosel.net.mx o al Apartado
Postal 19-111, Delegación Benito Juárez, México D.F.

Gaceta del Angel / Cosas del Corazón

Por

Germán Dehesa

(08-May-2001).-
Esto no quiere ser más que un refrendo de lo impredecible que es el curso de nuestras vidas que son los ríos que van
a dar a la mar o, eventualmente, van a dar a Houston. Nada de lo que a continuación diré deberá ser tomado como
agresión o menosprecio al justamente acreditado Saint Luke's Hospital que es un centro de atención cardiovascular
de excelencia. Ocurre simplemente que a mí no me atendieron ahí, sino en México donde muy galanamente prosigue
mi existencia.

En agosto de 1989, yo, sin objetivo claro ni causa justificada, me organicé un infarto que, meses después, me
conduciría a una cirugía muy similar a los sacrificios que se organizaban en honor de Huitzilopochtli. En el comienzo
mismo de mi circuito hospitales, caí en el Hospital Español donde, a falta de uno propio, me consiguieron a un
cardiólogo que, nomás para entrar en confianza, me puso cual traílla de porcino. Según él, yo era culpable hasta de la
pérdida de Texas. Mi existencia toda era una larga lista de vicios, depravaciones, hábitos horribles y atentados contra
la salud. Mi tolerancia al regaño tiende a ser nula y, en pleno infarto, era inexistente. Con la bendita velocidad de
respuesta que el Altísimo me ha concedido, me fui sobre la yugular del galeno, le avisé que no me estaba notificando
nada nuevo, que se dejara de xaladas y que si ya venía en plan de hacer juicio sumario de los daños, tomara en
cuenta un poderoso factor coadyuvante: dado que mis requerimientos materiales han sido siempre razonablemente
bajos, mi vida y la de mi familia transcurría con tersura hasta que aparecieron en el escenario nacional Echeverría y
López Portillo; a partir de esas dos preclaras bendiciones, ya nadie que viviera de su trabajo conoció la paz; todos
tuvimos que ponernos a trabajar el doble y el triple y no para prosperar, sino para no acabar de hundirnos. Con esto y
alguna cosilla más que le dije al facultativo su actitud cambió y hasta la fecha nos tenemos gran aprecio. Después
vendrían la operación y el ofrecimiento de Carlos Salinas de trasladarme a Houston para que me operaran en el San
Lucas. Todo esto con cargo al erario. Me operaron en México y con cargo a mi lana y a la de mis generosísimos
cuates.

Casi doce años después, José López Portillo se ha visto en un trance similar. Con el dinero de los mexicanos, Vicente
Fox ha financiado el viaje a Houston y la operación. No está en mí desearle mal a ese señor que tanto daño nos hizo.
Con cirugía o sin ella, López Portillo y yo atardecemos. Mi atardecer es suave, grato, enamorado, sigiloso. Adivino que
en esta historia hay alguna moraleja, pero me despreocupo de adivinarla. Viene bien aquí la vieja cita de Pascal: el
corazón tiene razones que la razón desconoce. Desde el corazón y la razón observo una cosa: vivo contento y me
entusiasma enormemente estar dedicado de tiempo completo a dar y recibir amor (y alguna que otra vivificante
mentada) de mi familia. Cosas del corazón.

Consolación

Para todos aquellos que viven con la sensación de que estamos a la mitad de todo y al final de nada; para los que van
camino a la locura con tanta canción, tanto anuncio y tanto poemejo en honor de las madres, reproduzco, en
traducción de J.M. Valverde, un fragmento del cuarteto de T. S. Eliot titulado "East Coker": "Así que aquí estoy, por el
camino de en medioàtratando de aprender a usar palabras, y cada intento es un arranque completamente nuevo, y un
diferente tipo de fracaso/ porque uno ha aprendido sólo a prevalecer sobre las palabras/ para aquello que uno ya no
tiene que decir/ o el modo como uno ya no está dispuesto a decirloà pero no hay competición/ sólo hay la lucha por
recobrar lo que se ha perdido/ y encontrado y vuelto a perder;/ y ahora, en condiciones/ que no parecen propicias./
Pero quizá no hay ganancia ni pérdida./ Para nosotros, sólo está el intentar./ Lo demás no es asunto nuestro." (¿Me
están oyendo, inútiles?). Nada hay que añadir a estas perfectas palabras. Basta con entenderlas, memorizarlas y
guardarlas, como quería San Pablo, en las entretelas del corazón.

La Bolsa de Valores

A petición de una amable corresponsal que no entendió muy bien a dónde me había yo ido, notifico que la UDEM es la
Universidad de Monterrey y no debe ser confundida con la también magnífica Universidad Autónoma de Monterrey
cuyo anterior Rector es hoy nuestro Secretario de Educación. Fue allá en la UDEM donde me mostraron que uno de
mis más intensos delirios es perfectamente factible. Me explico: noche a noche, tengo que padecer en la TV una
sección que se titula Bolsa de Valores y que no habla de ningún valor importante, sino de las cotizaciones de tales o
cuales papelillos. A mí lo que me encantaría ver y/o conducir sería un informativo que dijera cosas como: el día de hoy
la honradez mexicana tuvo una importante alza; la amistad tuvo un cierre espectacular porque mi amigo "El Pichulín",
conductor de pueblos, cumplió su promesa de enviarme una botella del tequila más espectacular que los siglos hayan
conocido, cosas así. Bueno, pues eso es lo que hacen en la UDEM. Ahí han diseñado mecanismos y reactivos
confiables para establecer qué valores humanos y morales han adquirido solidez, o perdido presencia en una
comunidad determinada. Con esta información, padres, maestros y alumnos tienen mucho mayor certidumbre para
conducirse (verbo que tiene la misma raíz que educar). Esta sí es una verdadera bolsa de valores. Está bruta, dirían
allá.

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Gaceta del Angel / Pasitas con chocolate

Por

Germán Dehesa

(09-May-2001).-

Hay golpes en la vida tan fuertes...

Golpes como del odio de Dios, o de López Obrador. Yo no sé. Lo que comienzo a saber es lo manipulable y lábiles
que somos las etnias meshicas.

Supongamos que alguna revista titulada "The Modern Science" (editada en Acámbaro) publica un artículo firmado por
el doctor Blitzkrieg donde el afamado galeno nos cuenta que, pruebas hechas en la clínica municipal de Stuttgart han
venido a demostrar que la ingestión de dos o más pasitas con chocolate produce calambres gastrointestinales. Un
mexicano, que lleva décadas de comer sin mayor daño puños de pasitas con chocolate, lee esto y queda condenado a
sufrir calambres gastrointestinales cada vez que ingiera dos o más pasitas con chocolate. Somos víctimas de nuestra
crédula susceptibilidad y esta es la única explicación que encuentro para ese aspecto cerúleo, tenebroso y funéreo
que hemos adquirido los meshicas a partir del cambio de horario. Mientras nadie puso el grito en el cielo y avisó de
sus catastróficas consecuencias, no pasó nada. Apareció Andrejmanué, anunció la veraniega hecatombe y yo me
siento doña Líber a punto de morir en "Carita de Angel". Ya gravemente afectado, recibo el mensaje de una lectora
que, como queriendo pelear, me dice...

He de Estar muy Enferma...

...para leerlo. Diría Pompín: ¡qué bonito carácter! y ¡qué bonita señora!. Poco puedo decirle a la patológica matrona.
Sería interesante saber si ella está versada y tiene firmes creencias en la homeopatía. De ser así, le podría
recomendar la lectura de mis obras completas para que por saturación obtuviese la ansiada salud. Me gustaría saber
también si la bravera ñora ha ingerido recientemente dos o más pasitas con chocolate. De ser así, bastaría con
suspender esa peligrosa ingesta y, ya de regreso al bienestar, interrumpiría mi lectura y podría leer las memorias de
Carlos Abascal ("2001: el año en que viví en peligro". Ediciones del Verbo Conjugado). Termino de leer este
comunicado y paso al siguiente...

¡Ya deje de Hacerse el Sabelotodo!


Chin. Y lo peor no es esto. Mi corresponsal afirma que me dedico a dar clases de economía (¿cuándo?), que yo no sé
nada de tal ciencia (es posible); que necesito aprender (es horrible) y que él me va a enseñar (omáigod!). Con tan
endebles coartadas, saturó mi correo electrónico con ensayos, apuntes, estadísticas y fórmulas apasionantes. La
memoria se saturó y la compu vomitó como si hubiera comido dos o más pasitas con chocolate. Bienamado lector: ya
no me ilustre por vida suyita, mi caso no tiene remedio. Para hablar en plata, estoy condenado a ser un sabepoquito
contumaz. Dejo el correo y poso mis inflamados ojitos en los periódicos de hoy, 8 de mayo, y me encuentro con...

Corazón de León

Con aspecto de pasita con chocolate blanco y el infaltable oso de peluche (yo hubiera recomendado un perrito, pero
nadie me preguntó), JLP evoluciona favorablemente. Quizá exagera, pero dice que se siente de maravilla. No dijo
nada del IVA y sólo habló de su sorpresa de "lo fácil que era haber pasado de un lado al otro". No aclaró si se refería a
los países, a los sexenios, o a su nuevo luc que lo hace parecer entre papá del Papa y tío de Ghandi. El caso es que
nosotros no nos sentimos tan bien, ni nos ha sido tan fácil pasar de un horario a otro.

Sé Que es una Impertinencia

Y también sé que anda muy ocupado con lo de la ONU, los jabones y los trenes. Ni siquiera puedo ofrecerle una
remuneración importante. Tendría que considerarlo como un trabajo de servicio social. A mi favor puedo decir que no
me mueve ningún interés mezquino y que no tengo a nadie a quien recurrir que ofrezca servicios de tan alto nivel de
eficacia y excelencia.

Por todo esto, me atrevo a pedirle al Dr. Ernesto Zedillo que escuche a la multitud doliente y nos haga el señalado
favor de apoyar al América en su inminente cotejo con las hordas tuzas del Pachuca. Un gesto así nos daría a todos
una enorme tranquilidad. A este respecto, el historial de don Ernesto es impresionante: anunció que le iba al Necaxa y
hundió para siempre al equipo de la década; decidió festejar al Toluca por el campeonato que obtuvieron y el
banquete tuvo dolorosísimas consecuencias: falleció don Nemesio, Meza desapareció, el Toluca no ha vuelto a
coronarse y ahora está en el fondo de la tabla; se encontró en Guadalajara con los seleccionados Sub-23, los saludó
de mano y les manifestó su entera confianza de que estarían en Sidney: nos eliminaron en tiros penales, no fueron a
Australia y el dolor fue inmenso. De Bernardo Segura todos conocen la historia: medalla de oro, telefonema de Zedillo,
apañón de medalla. Sería glorioso que apoyara al América. Si no fuera mucho pedir, podría, don Ernesto, visitarlos en
el vestidor y saludarlos a todos. Es un favor de cuates. Tenemos mucho dinero invertido. Piénselo. Es mejor
apoyarnos ahora, que tener que crear el lunes el FOBAFUT para rescatar a los deudores.

Perdón y Envío

La petición de perdón va rumbo a Monterrey. Ya lograron tronarme el correo con enérgicos avisos de que no existe la
Universidad Autónoma de Monterrey, sino la Universidad Autónoma de Nuevo León. Se cebaron conmigo como si yo
fuera el entrenador del Puebla. ¡Perdón! (¡qué día llevo!).

El envío es una felicitación para el CRIT (Teletón) que hoy cumple dos años de haber inaugurado sus hermosas y
benéficas instalaciones capitalinas.

Cualquier correspondencia con esta columna con pasas, favor de dirigirla a gdehesa@infosel.net.mx o al Apartado
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Gaceta del Angel / ¡Ahi voooy

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Germán Dehesa
(10-May-2001).-

Muchos y muy variados son los talentos de los mexicanos. Podemos contrabandear elefantes, exportar por la libre tres
mil millones de dólares en oro, pedir préstamos que no necesitamos y que nos serán concedidos sólo porque saben
que tenemos unas reservas que ni el América (al rato juega. Me siento como almeja con limón. Ojalá y Zedillo haya
escuchado mi súplica). Comprobado: como México no hay dos y si nos descuidamos tantito no va a haber ni uno.

Mucho se habla en el mundo de las artesanías, ritos y tradiciones (usos y costumbres) de los meshicas. Hoy me
quiero ocupar de dos hallazgos del secular talento nacional: las tácticas dilatorias y el trampeo electoral.

Tengo entendido, pero algún historiador me corregirá, que durante el gobierno del Tlatoani Ahuízotl, la ciudad de
Tenochtitlan se inundó. El Tlatoani expidió un bando-códice que anunciaba que ya se estaban tomando medidas para
resolver de una vez y para siempre el hidráulico problema que tanto dañaba a los habitantes de la metrópoli del
imperio. Un día no tenían agua y al día siguiente se ahogaban. Al parecer, la decisión de Ahuízotl ha tenido algunos
tropiezos y, sin ir más lejos, el día de ayer, quien esto escribe se quedó por la mañana con las noblezas enjabonadas
porque se acabó el agua, pero en la noche estuvo a punto de ahogarse en el periférico en mitad de una tormenta
digna de Salgari. Tácticas dilatorias. Hay otra que aquí invoco como sesgado homenaje a nuestras cabecitas blancas
que hoy quedarán varadas cual marsopas en alguna vía rápida. Me refiero a la estrategia "¡ahi voy!". Madre meshica
convoca a su hijo: ¡Gume, ven rápido!. Gume contesta: ahi voy. Pasan diez minutos. MM insiste: ¿qué pasó, Gume?.
Gume: ¡ya te dije que ahi voy!. Pasan 20 minutos: ¡GUME!. Y Gume con voz paquidérmica: ya te oí, ahi voy. Llega la
noche y MM ya comenzó a encabritarse: ¿estoy pintada o qué, Gume?. Silencio profundo. Gume ya se fue. MM en
voz baja: inch' Gume. Esta escena se repite en los múltiples escenarios nacionales. Imaginen a Santiago Creel en el
papel de madre meshica y a Víctor Cervera Pacheco en el lucido papel de Gume. Así se la han llevado. Todavía el
martes 8 (¡a 19 días de las elecciones para gobernador de Yucatán!) Gume Cervera declaró que él prácticamente ya
cumplió (¡ahi voy!) y que por él no ha quedado; los que le achacan el haber interferido en la marcha del proceso
electoral no son más que unas cuantas "mentes calenturientas". Así dijo el Gume.

Con respecto a las maniobras electorales, Yucatán y Tabasco son dos bastiones ejemplares. En este momento vuelo
(sin el financiamiento del satánico doctor Madrazo) rumbo a Villahermosa. Voy a ver qué pasa allá y a tratar de brindar
todo mi apoyo al candidato Ojeda y a manifestar mi desacuerdo con Andrade y su chocoweb. La gente de Ojeda me
pidió mi presencia; yo, que no soy el Gume, dije ahi voy y, en unos minutos, estaré en Villahermosa. Regreso hoy
mismo en la noche. Está bien que la dilación y el fraude sean tradiciones y artesanías nacionales; pero ya va siendo
tiempo de que dejen de serlo.

La Ley de Newton-Gil

Para sorpresa, como para pasmo y asombro, para temor y temblor de los mexicanos, Francisco Gil Díaz acaba de
hacer un descubrimiento que lo coloca entre los talentos más singulares de la actual econometría. Sin ambajes, sin
preámbulos, sin ningún aviso anticipatorio y sin anestesia, el Secretario de Hacienda acaba de hacer una esotérica
revelación. Sus palabras verdaderas fueron: no cabe duda que la economía mexicana está cayendo. Si nadie se me
ha adelantado, me apresuro a proponer al ivalquimista Gil como fuerte candidato al premio Nobel de física. Con este
descubrimiento pasa lo mismo que con el huevo de Colón: ahora todos dicen que ya lo sabían y que el hallazgo no
tiene la menor gracia. Así ocurre con todos los pioneros, descubridores y visionarios. A Newton y a Galileo sus
contemporáneos los tomaron a chacota. No se preocupe don Paco: así se reían de Chaplin.
Pa' la Madre

Mi fragoroso, emocionante y enternecido trato con las mujeres me ha demostrado que, con hijos o sin hijos, todas
ellas, al menor descuido, ejercen la maternidad. Nos cuidan, nos dan nuestro salario mínimo de ternura, nos ayudan a
vivir, a trabajar, a ser. En la medida en que yo tengo muchas amigas, disfruto, por el hecho mismo, de muchas y muy
amorosas madres que ni siquiera se ostentan como tales. Es posible que ni siquiera sepan el inmenso consuelo y
amparo que proporcionan.

A todas ellas, y a pesar de las terribles reticencias que me impone mi condición de presidente vitalicio del ala ultra del
club de Scrooge, y sin ánimo de dar el Abascalazo, las felicito, las abrazo y les informo que estoy maxicontento por
maxitener tanta maximadre (cosa que no le ocurre al señor Serfín). Es así que el presente artículo es todo entero pa'
la madre.

Cualquier correspondencia con esta artesanal columna, favor de dirigirla a gdehesa@infosel.net.mx o al Apartado
Postal 19-111, Delegación Benito Juárez, México, DF.

Gaceta del Angel / La Villa que puede ser hermosa

Por

Germán Dehesa

(11-May-2001).-

O lo que es lo mismo: Crónicas del Chocoweb. Hacia las tres de la tarde del miércoles 9 de mayo, su Charro Negro
conoció personalmente a un pejelagarto. Mediría unos 30 cms. y según me informaron, se trataba de un ejemplar
pequeño. Su aspecto no es especialmente atractivo. Parecería una cruza entre cocodrilo albino y monstruo de los
abismos. Se lo vamos a preparar a la sal, me advirtieron. Yo guardé un silencio terrible. Si yo tuviera la desfachatada
intrepidez de cualquier señora motherna, hubiera gritado: ¡sacarráquense!, yo ni drogado, me como ese estegosaurio
portátil. Pero ya ven, a mí me tocó ser yo y recibir una cuidada educación que me impide rigurosamente hacer nada
que eventualmente pudiera provocarle malestar a un invitado, o a un anfitrión. Mi exquisita prudencia fue
recompensada: el pejelagarto es delicioso y, hasta el momento, no ha provocado mi metamorfosis en pochitoque
(tortuga tabasqueña). Mi gratitud es doble y va dirigida en porciones iguales a los dioses y a los tabasqueños que,
aunque están decididamente locos, son un bronco caudal de afecto y hospitalidad.

De gira por Villahermosa, percibí que está asentada en uno de los lugares más hermosos del mundo. Es una isla de
verdor con una laguna al centro y abrazada por el majestuoso y pensativo río. García Márquez podría haber diseñado
ahí una mágica Venecia tropical. Aquí y allá hay nobles edificaciones que parecen anunciaciones de esta hermosa
ciudad virtual; pero, desgraciadamente, también hay en abundancia edificios, casas, comercios que se extravían en la
fealdad sin cumplir su pretendida modernidad. La ciudad ha crecido a golpe de caprichos y modas sexenales y no
parece responder a ninguna voluntad o criterio unificador. Igual puede uno asomarse a la romántica y misteriosa
Quinta Grijalva, que tropezarse con el horroroso changarro de servicios cibernéticos llamado "Chocoweb". Si ustedes
recuerdan, ese Chocoweb le sirvió al Jumboandrade de fachada para su laboratorio de cibermapaches electorales.
Según me consta, el negocio sigue funcionando y muy garbosamente ofrece servicios de "ciber-café". Todo aquí es
raro, pasional, desmedido, intenso. Los tabasqueños son como jarochos dramáticos. Ríen, odian, aman, aplauden y
sufren en tono sostenido mayor. Durante la charla que les asesté, aplaudían cada vez que yo me detenía para
respirar. Tuve que notificarles que no era informe de López Mateos. Lo curioso es que, aunque aplaudían todo, no
todos aplaudían todo. Para mi tranquilidad, cuando terminé, logré por fin la aprobación unánime. Gracias.

De mi estancia en Villahermosa extraigo algunas conclusiones: Roberto Madrazo es un ser omnipresente que solicita
las más encontradas pasiones. Todos lo aman hasta que deciden odiarlo. Andrés Manuel es en Tabasco la intocable
cuarta persona de la Santísima Trinidad. Aquí el PAN es irrelevante y básicamente lo que hace es estorbar. El
domingo 13 de mayo arranca la segunda campaña electoral y todo parece favorecer al candidato externo Raúl Ojeda.
Maxiandrade no parece preocuparle a nadie. Lo que todos se preguntan es: ¿qué va a hacer Madrazo?. De eso
hablaremos el lunes...

La Mística Tuza

A las once de la noche del miércoles, Aeroméxico me depositó en la capital. Durante el trayecto, conversé gratamente
con el Rector de la Universidad Benito Juárez de Tabasco. En cuanto tocamos tierra, un señor le preguntó a una
mujer que lo esperaba: ¿cómo quedó el partido?. Y yo me puse a gritar como loco: ¡no le diga, porque lo dejé
grabando!. Y la señora con esa exquisita maldad que sólo una mujer puede destilar: ganó el América 2-1. Todo se
derrumbó dentro de mí. La duda y la náusea metafísica me invadieron: ¿será posible que Zedillo no haya escuchado
mis ruegos? (ya me escribió un señor para decirme que no hace falta Zedillo, que con mi salitre es suficiente).

Ya en el hogar, el minimosh dormitaba con desusada serenidad. Mi Sasha particular me recibió con un camisón como
del hospital San Lucas. Con fingidísimo entusiasmo balompédico me preguntó: ¿vas a ver el partido?. Con la
resignada voz que usé para aceptar la ingestión de un ignoto pejelagarto, contesté: pues, sí. Cuajóse la Hillary y yo
me concentré en la TV como quien mira el patíbulo. En los primeros 30 minutos, entendí que, en efecto, el América
ganaría 2-1. Sin embargo, no anotó. Los que anotaron fueron los Tuzos. ¡Claro!, pensé yo, éste es el gol del Pachuca.
En la segunda parte, se impuso lo que alguien llamó -abusando quizá de la semántica-, "la mística tuza". El América
fue desapareciendo de la cancha y hubo un momento en el que Pavel Pardo se acercó a hablar con su entrenador
para preguntarle si hacían línea de cinco, o línea de cuatro, o si la línea era que no había línea. ¡Ozono, ozono en las
alturas!, ¡anotó el Pachuca!. Yo pensé: condenada vieja, me agarró de su baboso. Lo perdono todo. Mi emoción es
inmensa. Falta el partido de vuelta, pero confío en que la mística tuza perfore toda la cancha del Azteca. Gracias, don
Ernesto, pero no se distraiga; el América sigue requiriendo de su apoyo (y del mío).

Envío

Con motivo del 10 de mayo, estos renglones son para el señor Armando Archundia, supuesto árbitro de futbol. ¿Qué
pasó, mi buen, con ese penalty que no marcó?. ¿Ha pensado en el macramé como actividad alternativa?. ¿Es
consciente de que hoy toca?.

Cualquier correspondencia con esta columna frondosa como ceiba tabasqueña, favor de dirigirla a
gdehesa@infosel.net.mx o al Apartado Postal 19-111, Delegación Benito Juárez, México, D.F.

Gaceta del Angel / La villa que puede ser hermosa II

Por

Germán Dehesa
(14-May-2001).-

Crónicas del Chocoweb II. Los tabasqueños insisten en que Graham Greene, por muy grande escritor que fuera,
jamás entendió lo que Garrido Canabal, omnipresente espectro tabasqueño quería; ni lo que era el alma tabasqueña.
Tienen razón, pero pregunto: ¿los tabasqueños sí entienden ese abismo que es el alma tabasqueña?.

Si de los ingleses ya se ha dicho que cada uno de ellos es una isla; me permito decir que cada tabasqueño es un
islote. Así las cosas, quien aspire a gobernarlos tendrá que ser un gran pontífice (creador de puentes). Esa es la ruta
de la democracia, la otra es la de mantener el aislamiento mediante el caudillismo benévolo o perverso, según el
ánimo y la personalidad del cacique en turno. El actual, ya lo dijimos, es Robertico Madrazo. Aquellos que, con
simplismos telenoveleros lo miren como si fuera un villano simplón a punto de recibir el inevitable castigo, le están
haciendo un favor a un personaje complejísimo y con tropicales aires de iluminado. Un dato: desde Andrés Manuel
hasta Mayans y Ojeda pasando por Cabal Peniche y todos los notables de la región han sido, alternativa o
simultáneamente, amigos y enemigos del bifronte y camaleónico hijo de su papá. Todos son levemente Madrazo y
quien menosprecia a éste se desconoce y le ayuda. Suyo es el reino, suya es la lana, suyos son los medios (alguna
excepción honrosa), suyo el pantano y la gloria.

Como bien me consta, Madrazo es impune e inmune. Agrede y calumnia sin conocer límite; dispone de dinero y
voluntades sin rendir cuentas a nadie (hay un paupérrimo municipio con doce choferes para un sólo coche) y darlo por
derrotado es procurar su vigencia (un contraste: Madrazo elevó los índices educacionales de su estado). Yo fui a
Tabasco invitado por Carmen de Ojeda. Sabedor de cómo se las gasta el villano con peluquín (el pejeluquín), convine
con Carmen en que yo cubriría todos mis gastos de traslado y estancia, pues necesito entera libertad para
encargarme de la fascinante tarea de reseñar la posible agonía de uno de los más feroces, anfibios y astutos
dinosaurios. Desde hoy y hasta el 5 de agosto, "Reforma" y su Charro Negro tendrán los ojos puestos en el
archipiélago de Pellicer, Gorostiza y J.C. Becerra (tres islas iluminadas).

No me quiero quedar sin saber en qué topa, por ejemplo, la tropical maniobra de credencializar como tabasqueños a
cientos, quizá miles, de chiapanecos y campechanos (¿qué opinarán de esto el IFE y el TRIFE?). Quiero asimismo
tratar de entender por qué el PAN no accedió a una coalición similar a la que aceptó en Yucatán. También quiero
averiguar si el interino Priego podrá hacer algo a favor de la equidad en los gastos y en el uso de los medios. Seremos
puente para que estas historias vayan y vengan por vía fluvial.

Gracias, Don Xavier

Se sufre, pero se gana. Una vez más, la furia americanista alcanzó exclusivamente para 30 minutos. En plena
humedad, corrieron y lucharon de modo admirable pero ineficiente frente a un Pachuca que, en plan de invasor ejidal,
se adueñó de los terrenos de Santa Ursula. Notable desempeño de los Tuzos. Efectivo el salitre de Zedillo. Enorme mi
agradecimiento para Xavier Aguirre. Tranquilidad para la señora que no quería que me matara. Uff, uff y recontrauuf.

Nos Tocó el Viernes

Desde Los Pinos nos asestaron el recortón que, según nos cuentan, será muy benéfico pues se aplicará a gastos
superfluos (si son superfluos, ¿para qué los presupuestaron originalmente?). Nada de perder la confianza, nos dijeron,
pues no es lo mismo frenarse que detenerse (diría el sapito: ¡qué a todo daaar!). Creo que a estas alturas, la única
manera de conservar la confianza es que nos hablen claro, que piensen antes de hablar (o aunque sea, después), que
nos den información entera y oportuna y que dejen de lado su absurda y priísta (salomónica) manía de tratarnos como
a tarados que siguen comiendo dirigibles y grandes bolas de humo.

Desde el Zócalo capitalino también nos tocó granizada. Andrejmanué, para no variar, le aventó el mulazo a Fox y
comentó que a éste le está creciendo la nariz de tanto contradecirse. Asentado esto, procedió a contradecir a su
propio y capitalino encargado de los dineros que, hace unos días, avisó que los muchos miles de ciudadanos que
habían pagado un predial y/o una tenencia y que, a cambio, habían recibido documentación chocolata, tendrían que
volver a pagar. No nejejariamente, dijo AMLO con sus cachetes de Quico; lojque jactuaron de buena fe y lo puedan
demojtrá no tienen que pagar otra vej (sipuej, ¿y cómo lo demuejtro?). Ya saben, muchachos y muchachas, tengan
todos sus papeles listos y la mejor de sus paciencias, pues habrá que ir de ventanilla en ventanilla para que, no se
cómo, quede demostrado que, a pesar de nuestro sospechoso aspecto, somos de buena fe. Nota para el diario íntimo
de Kafka: es obvio que en la Tesorería del DF pululan los rateros. ¿Qué medidas se han tomado para controlar esta
plaga?. Respuesta: demandar al "Reforma" y pedirle a los ciudadanos que "demuestren" su buena fe. Frente a dos
medidas tan enérgicas, los rateros están alarmadísimos.

Remate spenceriano: día llegará en el que habremos alcanzado tal grado de civilidad, que mereceremos la dicha de
no tener gobiernos. En espera de ese día, el viernes pasado, por lo pronto, ya caminó.

Envío

Para Dorita Pascual que es menuda como un soplo y cuyo cumpleaños canta en mi alma como un gorrión.

Cualquier correspondencia con esta columna que recorre las islas, favor de dirigirla a gdehesa@infosel.net.mx o al
Apartado Postal 19-111, Delegación Benito Juárez, México, D.F.

Gaceta del Angel / Lus Picus del Dumingo

Por

Germán Dehesa

(15-May-2001).-

Bien me lo dijo mi amigo García, el del vertiginoso apodo: nos hubiéramos quedado a ver el Santos-Puebla. Así
hubiera sido, pero el tequilero domingo nos llevó por otros rumbos. Nuestro amigo Pichulín cumplía años y no era
cosa de dejarlo solito con su gaita. Porque la fiesta, he de decirlo, estaba muy cargada hacia el rumbo asturiano.
Según encuestas levantadas in situ por la revista "Este País", en la fiesta había 85% de astures, otro 10% lo
formábamos los que somos del color de la tierra y 5% no supo, no contestó. Entre los nacionales probados y calados
menciono, por cercanía, a mi amigo el Figura, intérprete singular de Lara; mi cuate xalapeño con su esposa de
lacustres ojos, el gerente de "Mudanzas Quique" quien asiste a la amistad con militar puntualidad, Anita de Montemar
con su tigre privado; Titipópulos (ya aliviado de sus excedentes monetarios), la Casta Susana, peluquera insigne y
muchas otras figuras del table dance y del full monty.

Es cosa sabida que los asturianicus dejaron su verde tierra y vinieron por la mar salobre con el afanoso ánimo de
hacer la América. Loable asunto. Mi única molestia es que, al parecer, nadie les explicó que América era un
continente y no un equipo. A resultas del craso error, ahora todos son americanistas y me bastó presentarme en la
festividad, para que me llovieran los dicterios, las mentadas y las maldiciones. Según ellos, ahora yo soy el
responsable de la eliminación del América. No es por evadir mi responsabilidad, le dije a la hispánica etnia que gritaba
como en el Tupinamba, pero reclámenle a los jugadores que acabaron arrastrándose cual fardos húmedos, al
entrenador Alfio Corleone, a los directivos y, en especial a Xavier Aguirre y a Zedillo que fueron los autores
intelectuales del desaguisado; yo sólo ensamblé las piezas, pero les consta que apoyé al América. Con esta arenga
tipo Don Pelayo lus susegué un raticu y pasamos a comer con sostenida aplicación.

Caída que fue la noche, comenzaron el baile y el canto. De la propia Asturias llegó un grupo de música y danza
folclórica sediento de sangre azteca. Resulta que el día anterior los habían trepado a las pirámides, los rellenaron de
pulque y de birria y, a resultas de todo esto, parecían damnificados del Popo y querían venganza. No supe ni a qué
horas, pero de pronto los astutos astures ya me habían nombrado representante de los tenochcas. Bailando el
Pericote y cantando maldiciones en bable me fueron rodeando. Inminente mi muerte a gaitazos, mi subshasha salvó
mi existencia. Se puso a cantar una bella canción jalisciense titulada "Coincidir" y su hermosa letra le provocó orvallo
espiritual a mozas y mocetones. De inmediato, se creó una COCOPA, nos sentamos a negociar, yo acepté la
existencia de los Picos de Europa (en algo había que ceder), los ánimos se aplacaron y todos terminamos abrazados
y cantando "El Rey". En todo esto hay una moraleja, descúbrala y hágase rico con Niurka (¡uuuy, qué tía más rica!
hasta el Pichulín se entusiasma).

Cármen y Javier

Por favor, no malgasten su correo electrónico para preguntarme qué opino acerca del hipotético pase de Aristegui y
Solórzano a TV Azteca. Lo único que opino es que los admiro y los respeto. Son mis colegas y sólo saben conducirse
con decencia, claridad y buen juicio. Discrepamos, coincidimos, pero sé que hagan lo que hagan, bien hecho estará. Y
no digo más porque no hace falta y para que no me hagan la circuncisión de párrafo allá en Guadalajara.

Prolongación de Villahermosa

Si sigue lloviendo así, pronto el DF quedará fluvial y pantanoso y AMLO se sentirá en su terruño (hidruño) pescando
piguas en el eje central. Por lo pronto, ya le tocó comparecer, una vez más, en primera plana. En un auto oficial, dicen,
su hijo se acomodó un zapotazo contra otro vehículo oficial. El asunto se arregló rápidamente, AMLO está dispuesto a
pagar los daños y me parece aventurado y tendencioso acusar a los López Obrador de tráfico de influencias. AMLO y
su familia son gente ajena a esas tontísimas ruindades. El asunto puede ser más complicado. Ilustro con una historia
del México real. El sábado a las ocho de la noche, me llamó un joven y queridísimo doctor. El coche de un amigo suyo
había sido embestido por un Malibú blanco conducido por un policía bancario. El perjuicio llegó hasta la agencia 24 bis
de la Del. A. Obregón. Ahí el policía infractor ignoró a los testigos que lo señalaban y cambió su versión. De agresor
pasó a ser agredido y, con la bendición de la C. del ministerio público, el embestido estuvo a punto de quedar en
calidad de detenido, a pesar de que requería atención médica en el cuello. Quizá algo pudo hacer "Reforma" (léase
Charro Negro) por enderezar el entuerto; el caso es que un contratiempo vial que comenzó a las cinco de la tarde
concluyó a la una de la mañana y con el agraviado dándose ya por bien servido con el mero hecho de no quedar tras
las rejas. Pregunta: ¿si este hombre joven, decente y correcto hubiera tenido la virtud adicional de apellidarse López
Obrador lo hubieran tratado del mismo modo?. Sospecho que no. Los "importantes" no necesitan ejercer ningún
trafique; con el apellido basta. Somos nosotros ciudadanos y los dizque servidores públicos los que aplicamos estos
dobles criterios y así, todos terminamos humillados y ofendidos. ¿Cómo la ven?.

La Final

Quiero ser justo. Mi tarea está cumplida. Xavier Aguirre es mi Chanoc deportivo, pero Fernando Quirarte, me consta,
es un hombre de primera. Cualquiera que gane, gana México y se supone (¿todavía?) que es lo que todos queremos
(¡claro que todavía!).

Cualquier correspondencia con esta columna "Jalisco canta en Asturias", favor de dirigirla a gdehesa@infosel.net.mx
o al Apartado Postal 19-111, Delegación Benito Juárez, México, D.F.

Gaceta del Angel / Las calientes aguas del corazón


Por

Germán Dehesa

(16-May-2001).-

¿Cómo veeen?. He hecho un viaje relámpago a Aguascalientes, el antiguo feudo de mi dinosuegro. El ex-bucles y
actual Minimosh que nada más oye la palabra "viaje" y ya está en la puerta con su mochila lista, acompañó a sus
padres en esta fugaz gira artístico-asistencial.

El corazón, ya lo sabrán, es un complicado órgano que me produce gran interés. López Portillo y su Charro Negro,
bien sabemos que enfermarse del corazón es doloroso, riesgoso y, para peor, costosísimo. Hace 30 años, un episodio
cardíaco severo solía desembocar en la muerte del afectado. Hoy las posibilidades de sobrevida son mucho más
amplias. Hoy se mueren los que sufren un infarto tipo Hiroshima, los que se complican con otras enfermedades, los
que ya les tocaba, los que desconocen la confiabilidad del Instituto Nacional de Cardiología y los que no tienen el
dinero que se necesita para costear intervenciones que requieren de mucha y muy avanzada tecnología. De todos los
casos que he enumerado, yo sólo puedo asumir como tarea propia colaborar a que la gente no se descorazone por no
tener dinero. Por esto, la Subshasha y yo fuimos a Aguascalientes. El Minimosh nada más fue a orearse, pero sus
padres, en compañía del guitarrista Antonio López fuimos a presentar el espectáculo titulado "Fallaste Corazón" a
beneficio de una asociación llamada "Corazón Amigo" que quiere ayudar a todos los cardiópatas que no tienen dinero,
ni manera de peregrinar a la Capital y ya no digamos a Houston. Ahí en Aguascalientes hay una clínica
exclusivamente cardiológica que va obteniendo creciente prestigio por su nivel médico y por su óptimo equipamiento.
Su director, el Dr. Llamas (egresado de la UNAM, para que luego anden diciendo) considera que es un crimen contra
la humanidad no atender a un paciente porque éste no tiene los recursos suficientes para una curación tan costosa.
Aquí es donde entramos los mexicanos y mexicanas de "Corazón Amigo". Dos gratas tareas cumplimos con la función
del lunes en la noche: recaudar fondos y motivar a los presentes para que se incorporen a este cordial esfuerzo. Nos
recibió una ciudad limpia, grata, afable; un público receptivo, apapachón y bien dispuesto. Ni la inminente llegada de
Fox empañó nuestro cielo pagano. Todo salió muy bien y en la alta noche, ya en pleno curso la celebración del
maestro, la oscuridad nos fue tierna y los corazones de la etnia Landeros y el de la etnia Dehesa pudieron latir al
mismo compás. De corazón, te invitamos a incorporarte.

Acertijo

Este es un problema de aritmética infantil. Lo podríamos enunciar así: Vicente, el gran vendedor de refrescos,
necesita ahora vender una miscelánea llamada "La Reforma". Para lograrlo cuenta con todas las ventajas posibles:
planeación, asesoría, popularidad, credibilidad, financiamiento para diseñar y transmitir modernas campañas de apoyo
electrónico y colaboradores dispuestos a visitar cuanto medio fuese necesario y así apoyar con su presencia y sus
argumentos las bellezas de la miscelánea. Preguntas: ¿logrará Vicente vender este publicitado producto? y si no lo
lograra, responda usted la siguiente pregunta: ¿cómo le hizo para vender, en su período oscuro y gaseoso, una
mísera Coca-Cola?. Misterio.

La Palinodia

Hace unos días, nos preguntábamos un amigo y yo en qué consistía exactamente esto de "cantar la palinodia".
Hurgando en los diccionarios, descubro que significa arrepentirse pública y detalladamente de algún dicho o acción.
Viene a cuento la palinodia, porque percibo que ya varios paisanos están haciendo lo propio y comienzan a dar
señales de que en su profundo corazón quisieran regresar el tiempo y restaurar el autoritarismo (palinodia perfecta y
abyecta). No nos equivoquemos; la intemperie política es cruel para todos y a todos nos obliga a ser astutos y
razonables. Muchos mexicanos vienen ahora a descubrir que estamos gobernados por seres con escasa experiencia
política. Deslumbrados por su descubrimiento, no se detienen a recordar cómo nos fue con los "expertos". La
desmemoria es un grave mal. Tan lo es, que llevó a nuestros antepasados a suplicarle once veces a Santana que nos
hiciera el señalado favor de gobernarnos; que movilizó a los italianos (tan cercanos a nuestro temperamento) a votar
una vez más por Berlusconi y que tiene a los peruanos sopesando ¡vive Dios!, el regreso de Alan García. Te he
ofrecido, lectora lector querido, estos tres ejemplos de palinodia social para que te resulte evidente su falta de aseo
ético y el triste síntoma que manifiesta. Yo canto corridos y rancheras, pero no palinodias. A mí nadie me dijo que iba
a ser fácil escapar del secuestro en el que estuvimos. Lo logramos; el 2 de julio lo logramos. Ahora hay que restaurar
un país. La tarea es larga e invita al cansancio. Los guías son inexpertos. Lo tendríamos que haber supuesto. Herido
de muerte, el viejo régimen y todo su andamiaje de complicidades con la delincuencia, los grupos de interés y los
medios de comunicación, se resiste a morir de una vez por todas. Andrés Manuel no tiene el sutil encanto del regente
Hank; Vicente Fox carece de la izquierda atinada de López Mateos. Me vale. Yo voté por ellos. Por las buenas, por las
malas, guiando y dejándome guiar, con ellos vamos a restaurar la República. ¡Ya perdí la esperanza! dirá alguno; no
te preocupes, si ya la perdiste es que no era esperanza sino reacción alérgica al pensamiento. Es que son medio
mensos. De acuerdo, pero nosotros, los saqueados, no espantamos de listos. Mejoraremos.

Cualquier correspondencia con esta columna plantada en el corazón de la República, favor de dirigirla a
gdehesa@infosel.net.mx o al Apartado Postal 19-111, Delegación Benito Juárez, México D.F.

Gaceta del Angel / Yo tenía un chorro de voz

Por

Germán Dehesa

(17-May-2001).-

¿Te estabas durmiendo, verdad?, me preguntó con su proverbial candidez Flor Berenguer. Lo intenté, pero no lo
conseguí del todo, le respondí. Añadí: y eso que me sentí como en informe de Ruiz Cortines. Todo esto ocurría hoy,
miércoles 16, en las afueras del Salón López Mateos de la Residencia presidencial de Los Pinos. Todos los que
salíamos lo hacíamos con prisa. Los quince minutos de Fox (¿por qué para todo pedirá quince minutos?) se habían
convertido en cuarenta y no había tiempo, ni voluntad de entrar en muchos detalles. A ti, lectora lector querido, puedo
explicarte que no todo el problema fue de Fox y el tono de cívica e hipnótica salmodia ritual que adoptó para su
informe; sino que yo también traía lo mío, pues mi promedio de sueño en los últimos diez días no alcanza las tres
horas cabales. El caso es que en rigor histórico habré hecho algunos bizcos, dos o tres cabeceos instantáneos, pero
resistí a pie firme la retórica notificación que nos hizo el Presidenchente de que ni él, ni su equipo han estado
iguaneando mano sobre mano estos seis meses, sino que han trabajado con mucho afán y ya consiguieron llegar con
todo éxito al punto B (implícito reconocimiento de que no llegaron al punto C que es a donde originalmente querían
llegar). Invoco en este punto a dos voces cercanas: la de Federico Reyes Heroles que sabiamente escribió que el peor
enemigo de Fox es Fox ("¡Cuídame Dios de mí!", decía Montaigne) y la de una cuatacha que me llamó hace rato y me
dijo: "pues el tonito será el mismo, pero a éste (se refería a Fox) le crees". Por lo pronto, aquí estamos, equidistantes
de lo que ya no queremos ser y de lo que necesitamos ser. Habrá que seguir remando.
Por lo visto, todo el Estado Mayor se encuentra dedicado a hojalatear la foxicamionetota que el martes fue planchada
por un Torton conducido por un presunto perredista. De otro modo, no se explica por qué a Fox, tan propenso a la
afonía, no le pusieron a su alcance ni un mula vasito de agua, o algún bebedizo guanajuatense. Este criminal
descuido provocó lo que a todos nos consta: en lo más intenso de su cívica cantata y a punto de cortar a la epopeya
un gajo, a Fox le comenzó a salir una estropajosa vox de gato en reversa que mucho alarmó a Martha Sahagún que
brincaba como pepita en comal y que no conoció el sosiego hasta que consiguió que un mílite le acercara al
Presidente una botellita de agua Santa María y un frasquito de Broncolín. Ya confortado, Chente recuperó la forma,
atropelló al verbo "diferenciar" con trailera furia y lanzó la doble amenaza: él va a informar cada tres meses (o cada 10
mil kilómetros) y sus secretarios cada mes.

He contado todo esto para que funja como testimonio de que no me dormí. Tuve algunos instantes de meditación Zen
pero no me alejé del todo. A la salida, Martha Sahagún se despedía de mano de todos los forajidos que laboramos en
los medios. En mi turno, le dije: cuando te haga falta una ilusión, ¡háblame!. ¡Nooo!, me dijo ella. Bueno.

Para que no Pene

Andrés el Minimosh Dehesa tiene copiosas pretendientas de las más diversas edades y cataduras. El miserable se
deja querer y preveo que muy pronto me quitará de trabajar. Un problema acaba de presentarse en la todavía tierna
trayectoria del Tenorio de buró. La mamá de alguna de sus múltiples cuatachas acaba de presentar su formal queja
ante la Hillary (estoy advertido de que si le vuelvo a poner Subshasha me deshoja la Margarita y ése era el nombre de
mi madre). Según la quejosa, el pequeño "June", en su plática cotidiana, le dice "pene" al pene y esto provoca enorme
malestar entre las maravillosas chiquillas. No entiendo muy bien el malestar. Decirle "pizarrín", o "churrumáis", o
"pikochito" me parece mucho más infame. Recuerdo a un sufrido medio pariente mío a quien su extraviada madre le
dijo que el único nombre autorizado para tan útil herramienta era "mazacuata" y, 30 años después, no han cesado la
chacota y el pitorreo. Irrelevante o no, la queja de la potencial consuegra y otros extrañamientos similares han
provocado que, en la escuela donde el Minimosh adquiere sus primeras letras hayan decidido dar un curso de
sexualidad. Estando como están las cosas y con tanta infrabestia dispuesta a abusar de los niños, me parece atinado
que las maravillosas chiquillas y chiquillos aprendan lo que tienen que aprender. De las preguntas, dudas,
deducciones y arrebatos esotéricos del Minimosh nos tendremos que hacer cargo los amenazados padres. En su
momento, informaré cómo le va al enanín con su iniciación a los emocionantes misterios de Eritos (diminutivo de
Eros).

Envío

Estos renglones son para el valiente "Ferozo" (Luis Fernando Cano Jiménez). Tiene ocho años y distrofia muscular.
Los que tenemos la buena costumbre de rezar pediremos con enfática alegría que salgas bien del trance quirúrgico
que ahora enfrentas. Vivir cansa, vivir duele, vivir mata, vivir es un hermoso milagro. Vive.

Cualquier correspondencia con esta insomne columna, favor de dirigirla a gdehesa@infosel.net.mx o al Apartado
Postal 19-111, Delegación Benito Juárez, México, DF

Gaceta del Angel / Yo tenía un chorro de voz II

Por

Germán Dehesa
(18-May-2001).-

Aquí hay algo que está rechinando. Si se le pregunta a cualquiera de las estrellas mayores o menores del actual
elenco político nacional, todos responderán que una reforma fiscal es indispensable e impostergable para que la vida
económica del país fluya con tersura. Así responden. El Ejecutivo envía una propuesta bastante cucha hemos de
reconocer y los del Legislativo (que antes eran mansos corderos y ahora son canes hidrófobos) se ponen como locos,
adquieren pose de salvadores de la patria y defensores del pueblo oprimido y gritan que esa reforma es una
verdadera e insultante porquería. La aprobarán sobre nuestro escultórico cadáver, añaden. El remate es memorable:
los tiempos del Ejecutivo no son los tiempos del Legislativo (nomás como pregunta: ¿y los siempre pospuestos
tiempos de México, cuándo?).

En su informe pentasesquimensual Vicente Fox tomó el micrófono (¿lo habrá soltado alguna vez?; ¿es recomendable
tal abuso?) para comunicar, con más o menos aderezo, unas cuantas y básicas nociones: el autoritarismo ya no es
funcional para gobernar; el gobierno puede equivocarse y reivindica su derecho a reconocerlo y a rectificar; la
negociación de la reforma y la reforma misma dejaron mucho que desear; puesto que tal reforma es inaplazable, se
hace necesario que el Ejecutivo y el Legislativo dialoguen y encuentren la fórmula más eficiente para reactivar al país.
Palabras más (algunas), palabras menos (ninguna), eso fue lo que dijo el Presidente. A mí me pareció novedoso,
sensato y patriótico. Muchos no estarán de acuerdo conmigo y le restarán todo mérito o importancia.

Es interesante preguntarse ¿por qué tantos encontraron irrelevante un mensaje presidencial de tantas maneras inédito
y/o inaudito?. Especulemos algunas respuestas: Fox está sobreexpuesto y la gente ya no discierne entre lo sustantivo
y lo adjetivo. Muchos medios están todavía bajo el control parcial o total del antiguo narcopoder. Otros están al
servicio de un partido, o acaban de descubrir las bondades de la crítica y se lavan la cara torpedeándolo todo. Algunos
más de modo ponderado y razonable encuentran tardía y/o insuficiente la nueva propuesta presidencial. Esto me lleva
a dos conclusiones: nuestro aprendizaje de los derechos y deberes de la democracia es todavía una larga tarea y, en
lo que esto se cumple, la política de medios de la Presidencia está haciendo agua por todos lados.

Habiendo pues reconocido que Fox ha abusado de su chorro de vox, sigue pareciéndome majadera e inmoral la
respuesta de seres como Enrique Jackson, Dulce María Sauri y Martí Batres que se aprovechan de su arrollador
encanto físico para desvirtuar, malmodear y cancelar las palabras de Fox. Creo que actitudes así sólo manifiestan
miseria ética y neuronal. Es posible que Fox abalanzado y bisoño esté un poco afónico, pero los mencionados no
tienen, ni tuvieron, ni pueden soñar con tener voz propia.

Castigo Ejemplar

¡Olvídate de tus domingos hasta el final del sexenio, de la escuela a la casa y de la casa a la escuela; ni pienses en el
postre, ni en salir con tus amigos, ni en pedir tamal de chipilín. Cualquier vuelta que des por la casa será considerada
vuelta prohibida y para efectos de este castigo, cualquier mueble con el que tropieces será considerado como patrulla
capitalina. Ha llegado la hora de hojalatearte el cerebro y lo haremos en horario de verano y en todos los demás.
Nomás te veo cerca de la Cherokee y te meto una guantoniza que te vas a acordar de Garrido Canabal y ahora
quítate de mi vista y métete a la manigua de tu recámara...!. Quiero pensar que así o de similar modo fue increpado el
pejelagartito, también conocido como el Fittipaldi tabasqueño. Fregado escuincle.

Aviso Urgente

Pensé en darle la exclusiva a mi cuate Alberto Aguilar, pero como se trata de una información de interés nacional, la
publico desde aquí: esta enhiesta columna (sin disfunción alguna) se complace en avisar a sus clientes, proveedores y
amigos que no ha contemplado, ni contemplará, la posibilidad de realizar ningún tipo de fusión con Citibank. Estén
tranquilos todos mis accionistas. Basta con leer el libro de Oppenheimer "Ojos vendados" para saber cómo se las
suele gastar Citibank, el banco preferido de los Salinas. Mejor me sigo solito.

Otra novedad: ¡albricias, pastores!, ya tenemos nuevo correo electrónico. Apúntenlo, sivuplé. Es
germandehesa@prodigy.net.mx. Ultima novedad maravillosa: hoy toca.
Cualquier correspondencia con esta columna que se cura en salud de la afonía, favor de dirigirla a
germandehesa@prodigy.net.mx o al Apartado Postal 19-111, Delegación Benito Juárez, México D.F

Gaceta del Angel / Los pasos perdidos

Por

Germán Dehesa

(21-May-2001).-

Hemos adquirido la pésima costumbre de no leer a Alejo Carpentier y eso es muy triste; es como vivir en la playa de
espaldas al mar. Por razones personales y nacionales (aunque sea en una cienmillonésima parte, yo soy nación) hoy
quiero traer a nuestra compartida colación la novela de este autor cubano que a mí más cosas me dice: "Los pasos
perdidos". ¿De qué trata?, del paraíso recuperado y vuelto a perder. Es, como verán, una historia triste, muy triste.

Un musicólogo latinoamericano está perdido en una ciudad que podría ser Nueva York. Como en toda perdición bien
organizada, la vida le da a este hombre una oportunidad de salvación. Alguien le ofrece costear un viaje por el alto
Orinoco en pos de los orígenes de la música, del canto y del treno (esos ruidos más del alma que de la garganta que
nos arranca el dolor). La descripción del viaje es magnífica y emplea como contrapunto la narración homérica del viaje
de Ulises que, como se sabe, fue una verdadera odisea. En el camino nuestro salmonado Ulises americano pierde a
una submujer, pero gana a una mujer mujer. Todo le es concedido por la milagrosa conjunción de la caprichosa
voluntad del río y de la urgida voluntad de salvación de nuestro personaje. La barca avanza río y edades arriba. Ya
cerca de los orígenes, se abre una brecha, la embarcación se aventura por ella y el viaje culmina con el hallazgo del
canto y la dicha primigenias. Ahí tendría que concluir la novela, pero el personaje decide, puesto que ya cree saber el
camino, salir y dar noticia de su hallazgo. Cuando intente regresar, no lo logrará: la brecha se ha cerrado.

Para ser lunes, vengo intensito, pero es que me urge avisarles, compatriotas y compatriotos, que para México se ha
abierto provisionalmente una brecha apenas perceptible. Hay que aprovecharla. Si Fox viene con nosotros, bueno y
útil será. Si se atora, si se hace bolas, nosotros no podemos esperarlo. Que nos alcance en el camino (si puede). Lo
que es insensato es suponer que la brecha va a estar ahí abierta para siempre. Nadie sabe en qué instante el río
variará de curso y el resquicio desaparecerá. Me consta que hay muchísimos que se afanan noche y día por cerrar
este punto de fuga. Lo hacen por perversos, por estúpidos o, lo que es peor, porque no tienen costumbre de felicidad
y lo suyo es la frustración. Lectora lector querido: ahí está ese resquicio que nuestros padres no vieron. ¡Hace falta un
líder!, gritará algún culebra. ¿Y si avanzamos todos en bola y cada quien se acepta como líder de sí mismo?. Lean a
Carpentier.

Reconozco mi Error

Por no perjudicar a nadie, hice pública mi actitud neutral en la final Pachuca- Santos. En lo esencial no mentí, puesto
que ambos equipos, ambas aficiones y ambos entrenadores disfrutan (si es que es algo disfrutable) de mi simpatía y
de admiración. Sin embargo, he de reconocer (¡perdón, Xavier!) que en mi secreto corazón guardaba yo una cierta
simpatía por el Pachuca y por Aguirre, la ira de Dios. Guiado por esto y con el mayor secreto y reserva, crucé una
apuesta con mi amigo el del apodo letal, verde e ignominioso. Mi dolor es enorme y copeteado. Cuando cayó el tercer
gol del Santos, pensé en invocar a Zedillo. No lo hice porque quizá no hubiera sido justo. Acepto mi pena. Felicidades
Quirarte; felicidades Aguirre. Dehesa sufre.

La UNAM Siempre Siempre la UNAM

Es obvio que no soy imparcial. Por supuesto que la objetividad no me asiste cuando hablo de la UNAM. Hablo de mi
casa y desde mi casa; pero hay tantos que se han dedicado a malmodearla, a arruinarla y a minusvaluarla (futbol
incluido), que alguien tiene que dar o subrayar sus logros. Con tantos IVAS y Citibancazos, muchos no advirtieron la
importancia y la trascendencia de lo que el rector Ramón de la Fuente hizo hace unos cuantos días al exponer al
escrutinio público las auditadas cuentas de la UNAM. Tú, yo, cualquiera puede desde ahora saber en qué se gasta
cada peso del presupuesto que se le asigna a la UNAM. Imagínense que el buen ejemplo cunda y que en breve plazo
todas las dependencias oficiales hagan lo mismo y muestren semejante disponibilidad a dar cuentas y a explicarlas.
Ya sé que, a estas alturas, proceder así tendría que ser lo normal. Lo cierto es que entre nosotros no lo es. Una vez
más, la UNAM ejerce plenamente su magisterio y su autoridad moral.

Traición y Tradición

Las dos palabras tienen el mismo origen y eso está bien. Hay que traicionar amorosamente las tradiciones para que
éstas sobrevivan. Tal es el caso de los dichos, refranes y modismos que la tradición nos entrega. Si no los ponemos al
día, perderán fatalmente su sentido. ¿Quién sabe hoy que el garabato era ese gancho que los carniceros usaban para
colgar la carne que estaba a la venta?. Si se ignora esto, perdemos el sentido de la expresión "estar con un ojo al gato
y otro al garabato". Con este ánimo de renovación, propongo un sustituto para la expresión "me mandaron a la guerra
sin fusil". Ahora diremos: "me mandaron a Houston sin osito".

Cualquier correspondencia con esta columna que no pierde el paso, favor de dirigirla a gdehesa@prodigy.net.mx o al
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Gaceta del Angel / La pichancha

Por

Germán Dehesa

(22-May-2001).-

La dicha que produce la ducha ya ha sido reiteradamente encomiada en este espacio de información y divertimento.
No ha muchos días, me encontraba yo bajo el lustral chorro cotidiano. El jabón abundante ejercía su benéfica acción y
yo con abierto júbilo cantaba "no volveré" en honor de Cervera Pacheco. En la línea que dice "en el tren de la
ausencia", ahí merito cesó el flujo de la cebolleta y mi matutina alegría tornóse en ira y abatimiento. Para un adulto
respetable y aún para mí no hay estado de mayor indefensión que éste de quedarse enjabonado bajo la ducha
interrupta. ¡Cielos!.

Precisamente desde los cielos y como en una escena del Antiguo Testamento, una grave voz me anunció algo que ya
intuía yo: no hay agua. Lo crean o no, era el nefando Pulpo, mi plomero en jefe, que reaparecía en mi vida en tan
insólitas circunstancias. He de confesar que al ingresar a mi baño particular había ya reparado en una escalera de
aluminio que estaba recargada en la pared, pero como en ese íntimo espacio suelen circular el ex-bucles y su
agraciada madre regando todo tipo de porquerías y objetos extravagantes, ya miro sin mirar. Resultado: el Pulpo me
encontró como Venus surgiendo de la amarga espuma y el muy méndigo pudo contemplar un cuadro virtual y pintado
a dos manos por Botticelli y por Botero. ¡Ay, ojón!, dijo el Pulpo mientras descendía con toda pompa y majestad.
¡Méndigo Pulpo!, ¿qué hacías ahí trepado?. Mire, mi señor, lo que pasa es de que tenía yo que checar el tinaco. ¿Y
para qué?, pregunté mientras cubría mis recias noblezas con pachona toalla. Ya lo hablé con la señora, díjome el
Pulpo como dando a entender que si ya había tratado el asunto con la máxima autoridad, no tenía por qué darle
explicaciones a la perrada. ¿Qué hablaste con la señora?. ¿Cómo qué?, pus lo de la pichancha del hidroneumático.
¿La qué del qué?. Osh, lo que es no entender la técnica; se la pongo fácil: la bomba ya tronó. Cuando la instalaste,
dijiste que estaba garantizada. Pues sí, pero milagros no hago; y es que la usan mucho. Ni mucho ni poco, es
automática, tú mismo dijiste que así era mejor. No, de que es mejor, es mejor, porque ahorra vueltas, pero dura
menos y es que jala luz a lo bruto, por eso me llamó la señora. ¿Por qué?. Poca cosa: la pichancha ya dio de sí
(percíbase la circularidad del discurso mexicano). ¿Y entonces? (el jabón se me secaba en la piel dándome un
acabado tipo Nefertiti). Tons me llamaron el lunes y me dejé venir. Hoy es sábado. Es que tengo un cuñado en
Ixtlahuaca...¡luego me cuentas de tu cuñado!. Vine desde ayer en la tarde, detecté el fallo, se lo dije a la señora, le
hice un porsupuesto, me dijo que quería que le quedara bien y en eso estoy. ¿Y yo qué hago?. Pus no sé, yo que usté
me vestía, precisamente mi cuñado...¿Y cuándo me voy a bañar?. Eso sí ya es voluntad de cada uno. ¡¿A qué horas
va a haber agua?!. Máximo diez minutos, es más, ya habría si no estuviéramos aquí en la guáguara. Pues vete a
trabajar. Es lo que yo digo, cómper, ábrame canchita porque voy con la escalera. El Pulpo se fue. Treinta minutos
después el agua fluyó, la regadera me bendijo y yo fui feliz para siempre. El Pulpo dejó dicho que la reparación estaba
garantizada.

Tarde Futbolera

Como ya lo había advertido el autor de la Divina Comedia, en cualquier momento de tu existencia o de la mía, la vida
nos da los elementos necesarios para construir un infierno, o un purgatorio, o un paraíso. Los elementos no varían. Lo
que cambia es la disposición y la jerarquización que les impongamos. Si tienes todo para ser infeliz, es que tienes
todo para ser feliz. Nuestro país, ya lo sé, no anda bien. Creo que desde la caída de Tenochtitlan, no se ha
recuperado del todo. Lo sé, pero no veo en qué o cómo mi infelicidad puede mejorar la situación. Leer el ejemplar de
"Proceso" de esta semana (desde las notas sobre Citibank hasta la espléndida colaboración de Javier Sicilia acerca
del compromiso de Kioto) es un minucioso trabajo de demolición. Sin embargo, ocurre que yo estaba contento. Para
gloria y calefacción de su dinoabuelo, el Bucles salió airoso de su exhibición de karate (de por sí es como la roña) y
volvió a casa con una fulgurante "cinta naranja". Ahí nos esperaba una bullente sopa de cilantro que es una refinada
loquiur y alrededor de la mesa mi amiga sonorense, mi brody xalapeño, Canito el primogénito, la antigua Viruta que
estudia letras y teje bromas y estambres, la pequeña Carlos cuya febril pubertad la lleva a pedirme que mande matar
a un jovenzuelo que no repara en sus encantos, mi dinosuegro que cuenta historias del período clásico del PRI y la
señora de la casa que reparte juego con una habilidad que envidiaría Cesáreo Victorino. Faltaban unos minutos para
ver un buen juego de futbol y en mi pequeña república todo estaba bien. Javier Sicilia cita a Lanza del Vasto y dice:
desea sólo lo necesario y trata de necesitar cada vez menos. Así fue y la paz estuvo con nosotros. Correcto.

Envío

Estos renglones son para Sergio Aguayo tan por encima de primitivos ataques y tan por debajo de mi mesa de póker.

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Gaceta del Angel / El jurásico del sureste


Por

Germán Dehesa

(23-May-2001).-

Entre el 27 de mayo (elecciones en Yucatán) y el 5 de agosto (elecciones en Tabasco) ocurrirán cosas importantes en
el sureste mexicano. Podremos, por ejemplo, comprobar si los dinosaurios conservan aún un espacio de
supervivencia, o si los mexicanos ya se hartaron del caldo de iguanodonte (si así fuera, todavía sobrevivirá un buen
rato el microsaurio que todos los meshicas alojamos en nuestra alma). Averiguaremos también si los mapaches y sus
estrategias ya pertenecen irreversiblemente al pasado, o, en una prodigiosa mutación, sobreviven como
cibermapaches pokémon.

YUCATAN: Víctor Cervera Pacheco ha sido justamente proclamado por Carmen Aristegui como el gobernador de la
década puesto que fueron diez años los que se aferró al poder. Según he comprobado, es un mañoso e irredento
cacique. Esto lo sabe hasta Santiago Creel. Lo que tendríamos que observar con gran cuidado es la perversa afición
que grandes sectores de la sociedad mexicana tienen a los caciques mañosos e irredentos. Digámoslo de otro modo:
es su estilo cavernario-medieval, Cervera ha sido un buen gobernador que goza del afecto de muchos yucatecos,
pues no en balde, han recibido de manos del ogro filantrópico desde una chambita hasta un cebú (¡con el logo del PRI
en el lomo!), pasando por las infaltables bicicletas y máquinas de coser.

Brontocervera ha anunciado (golondrinas yucatecas) que se retira de la política y ya nada más de salidita ha
procurado la decisión ovigénica (flamante neologismo que significaría "por sus purititos ovos") de impedir la presencia
de observadores externos y la publicación de resultados preliminares en los comicios del próximo domingo. Todo
cuadra con su paleozoica dinológica y, según él, no es cosa de permitir en Yucatán esa transparencia electoral que
tan costosa fue para Labastida. A su pacheco modo, Cervera tiene razón: un mapache por bueno que sea necesita
trabajar con tiempo y sin mirones. Las encuestas favorecen al candidato de oposición, pero Cervera es muy
milagroso.

TABASCO: Si el candidato del PRI en Yucatán es gris perla, el de Tabasco es gris cenizo. Ahí, como ya lo
comentamos, el que fabrica el queso, lo parte y se lo come es el bebesaurio Madrazo que, todo lo indica así, está
dispuesto a credencializar como tabasqueños a cuanto chiapaneco, campechano y guatemalteco se aproxime a su
ínsula. La conducta de los miembros del Consejo Estatal Electoral no deja de ser extravagante: cuando se
presentaron graves delitos electorales, les vino un ataque de pachorra tropical (la hamaca metafísica), pero cuando se
trata de acudir a un llamado del PRI e irrumpir, sin mandamiento legal alguno, en las oficinas del candidato de la
coalición encabezada por el PRD, entonces se vuelven un prodigio de celeridad y eficiencia pues tienen que averiguar
in situ si es que el candidato Ojeda está incurriendo en el enormísimo delito de no incluir el logo adecuado en su
propaganda (¿y para eso les pagamos?).

Amiguitos: no se pierdan los últimos capítulos de "Dos dinosaurios en apuros".

Un Entrenador para el Atlas

Sólo hay una persona que reúne el talento, la ecuanimidad, la sensatez, el equilibrio mental, el olfato estratégico y el
liderazgo que el Atlas necesita: Trino Camacho.

Siempre Me Regaña...
...pero yo lo estimo mucho a Pedro Ferriz Santacruz. Hemos sido buenos vecinos de cabina radiofónica y ahora en su
mala hora, aunque me vuelva a regañar y a considerar alienígena, me propongo la cercanía y lo invito a alguna
vivificante discusión (que él ganará) sobre alguno de los muchísimos temas que yo detalladamente desconozco.

Las Bodas

Las evito como parte de mi higiene espiritual. Con alguna dosis de voluntad personal sólo he asistido a dos. A las
demás he sido arrastrado por la vida en su avalancha. Por misteriosas razones, me hubiera gustado asistir libremente
a una tercera boda que ocurrió el pasado viernes. Sólo mis ineludibles compromisos escénicos me impidieron
atestiguar la certificación de los firmes vínculos que unen a mi querida Elvia-Diana y a Jorge Díaz Serrano, tan recio,
tan hombre, tan buen amigo. Viéndolo bien, no fui, pero sí estuve.

Mis Cuates

Salvo aquel cuyo apodo es como un jaspeado relámpago de Odín y que vive a mis costillas (tendría que estar
tipificado el delito de explotación de orejones), todos mis amigos son muy presentables. Hoy me quiero congratular
públicamente por la buena y gentil amistad de Humberto Murrieta y de Federico Reyes Heroles. Ambos disfrutan de
las navegaciones difíciles y de esas tareas que todos consideran indispensables y urgentes, pero a las que nadie le
quiere entrar. Federico se ha hecho cargo del capítulo México de Transparencia Internacional y Humberto más tardó
en ser invitado que en hacerse presente. Hoy, los medios anuncian que el Gobierno Federal ha solicitado la presencia
de éstos y otros mexicanos honorables reunidos en torno al proyecto de Transparencia para que den fe, en calidad de
testigos sociales, de la regularidad y nitidez de distintas adjudicaciones y licitaciones de este Gobierno Federal.
Créanme que difícilmente podríamos encontrar mejores representantes y más confiables anuncios de que la decencia
se va abriendo paso en México.

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Gaceta del Angel / El fin del mundo

Por

Germán Dehesa

(24-May-2001).-

Ya sabía que Víctor Cervera Pacheco era poderoso, pero jamás calculé los alcances cósmicos de sus mefistofélicos
poderes. Demasiado tarde, vengo a saber que el Rex Luthor de los mayas tiene control total sobre nuestro sistema
planetario y aún sobre Querétaro.
Quien me hizo entender la magnitud de los cervéricos alcances fue monseñor Mario de Gasperín (que, sin ánimo de
parecer irrespetuoso, también es nombre de tira cómica) Obispo de Querétaro que, hace unas cuantas horas y sin red
de protección, declaró con absoluta seriedad que el mundo se va a acabar el domingo. Como es bien sabido, la
tecnología queretana es la envidia del MIT, Princeton, la NASA y algunas otras instituciones chafitas que no tienen el
reconocimiento y el nivel que ha adquirido la ciencia queretana. Ni los mayas en su más alto esplendor habían
conseguido tal precisión calendárica: el domingo todos nos vamos a la goma. Así dijo Gasperín y se negó a revelar las
fuentes de una noticia que, no necesito decirlo, es de interés general. Yo veo clarísima la conexión del sureste y la
larga zarpa de Madrazo y de Cerveriux, sobre todo la de este último. Ojalá y antes de que ocurra el colectivo chupetón
de faros, Gasperín, Rex Cervera, o algún vocero oficial nos proporcione alguna información adicional: ¿ya es seguro,
seguro?, ¿no irá a haber prórroga?, ¿se suspenderá el evento si el PRI gana en Yucatán?, ¿tendrán algo que ver en
el tronidón los operadores del Tren Ligero, o se encargará otra dependencia?, ¿ya tienen el horario, o todavía lo están
discutiendo?. No es una noticia grata, pero si los demás están de acuerdo, yo no tengo nada que objetar. Ya no es
oportuno decirlo, pero, la verdad, podrían haber avisado con más anticipación. Yo, en junio, quería irme dos semanas
a España, pero ya estuvo que no fui. Lo bueno es que España también va a desaparecer. Para quien sabe leer las
señales tendría que haberle bastado con la eliminación del América y con el comportamiento del peso frente al dólar
para adivinar que el final estaba cerca; pero aún así, sólo Gasperín y sus fuentes podían saber qué tan cerca.

Lo peor es que nadie parece mayormente afectado por un anuncio que, a mi juicio, es bastante grave. Mis amigos
siguen como si nacho y el propio Gasperín, lejos de hacerla de jamón, tomó su anuncio con envidiable calma y se
limitó a decirle a sus feligreses que acudieran al templo, porque quedarían muy mal ante la opinión cósmica si el
Apocalipsis los agarra en una Disco, o en pecaminoso motelazo. En eso lleva razón Monseñor, pero no me cansaré
de insistir en que no son modos.

Finalmente acabará teniendo razón Eliseo Alberto cuyo libro, si no recuerdo mal, se titula "La eternidad, por fin,
comienza en lunes".

El Macabro Hallazgo

Alberto de la Torre, el mero mero femexfuto, quizá movido por el anuncio de Gasperín, decidió poner en paz su
conciencia y sacudir la de todos los tenochcas con una inesperada e insospechada confesión: en el futbol profesional
de México hay corrupción. Como lo oyen. Sé que no es fácil creerlo, pero ni a Gasperín, ni a De la Torre les ganó la
risa al hacer revelaciones de tal magnitud. Ahora resulta que también algunos dueños de los equipos le hacen a la
uña. Nadie pudo haberlo imaginado. Si fuese cierto, ¡qué bueno que ya se va a acabar el mundo!.

"La Campaña"

Yo nunca te he pedido nada (así me decía mi mamá que todos los días me pedía algo), carísimo lector, pero ahora sí
te voy a suplicar que no me interceptes en calles y restoranes para reclamarme o felicitarme por la tunda que en "mi"
periódico le estamos dando a Rosario Robles. Me temo que entender así las cosas equivale a no entender nada. Con
o sin demanda de por medio, las investigaciones de "Reforma" estaban en curso y publicar sus resultados no es más
que el ejercicio de nuestro derecho como ciudadanos y como informadores a pedirle cuentas a los funcionarios de lo
que han hecho con el dinero que hemos puesto en sus manos. No es tarea sencilla, ni exenta de riesgos. Habrá sin
duda beneficiarios y damnificados. Para tanto daño de última hora, no veo más remedio que ése que llevamos ya
mucho tiempo planteando en nuestras páginas: información precisa y oportuna para todos. Sólo así la vida pública
será realmente pública. Por esta razón consideré tan celebrable que el Dr. Ramón de la Fuente entregara públicas
cuentas del ejercicio del presupuesto de la UNAM. Con una medida así, la UNAM, los causantes y donadores, y ¡ojo!
el propio Ramón de la Fuente quedan por encima de toda suspicacia. Voy a gastar tanto en tales rubros y éstos son
los mecanismos que me garantizarán la transparencia y la eficaz administración del gasto que me ha sido
encomendado. ¿Es mucho pedir?.

Por dar un caso: hoy yo sé que AMLO tiene contratado un gasto de 11 millones de pesos para la producción de
mensajes publicitarios durante el 2001. Lo sabemos por el propio AMLO y tendría que estar loco para autorizar en un
sólo día un gasto de cincuenta y tantos millones de pesos. Al proceder así, todos ganamos. Si no establecemos estos
cauces, todos perdemos. Dicho esto, confirmo que, en efecto, estamos en campaña: exigimos saber qué hacen con
nuestro dinero. Así, seco y directo; todos queremos ser testigos sociales. El nombre y el apellido del funcionario no
son relevantes para este efecto. La campaña es más simple: ya no nos roben.
Cualquier correspondencia con esta apocalíptica columna, favor de dirigirla a germandehesa@prodigy.net.mx o al
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Gaceta del Angel / La dinohuella

Por

Germán Dehesa

(25-May-2001).-

El actual cariz de los acontecimientos nacionales, me obliga a adoptar temporalmente la actitud que me parece más
ponderada y sensata: la paranoia. Los renglones que ahora leerás son precisamente el fruto de esta perspectiva
solitaria, cavilosa, alarmada que es como una bruma con aspiraciones de certidumbre.

El narcopoder existe. Fue (y es) un cáncer que surgió y prosperó en el decadente cuerpo del sistema priísta. La
impunidad y la corrupción lo alimentaron y le permitieron ir tomando órganos cada vez más importantes de ese
adiposo cuerpo complacido en el exceso. Es imposible imaginar que la sociedad no se contagió, o no adquirió
contrahechuras derivadas de este mal. Igualmente ingenuo sería suponer que esta alianza entre el crimen y el poder
terminó de tajo el 2 de julio del 2000. Ese día reventó el centro de mando, pero los órganos tomados tienen sus
propios mecanismos de conducción y supervivencia.

Preguntas: ¿quién tenía el control de los sindicatos y de los "grupos disidentes" de esos sindicatos?, ¿quién tenía (y
en muchos casos sigue teniendo) el control de los medios electrónicos, el de la distribución de los medios gráficos
(¿se acuerdan, porque yo sí, del sindicato de voceadores del DF que ahora Fox tan alegremente celebra con gorrito y
todo?), el control de la cultura y hasta el de los rumores?; ¿quién manejaba abierta o secretamente las infinitas mafias
de fayuqueros, aduaneros, ambulantes, basureros, ligas campesinas, grupos de choque supuestamente
"reivindicadores", bandas juveniles, redentores indígenas, traficantes de droga, de armas, de autos, de migrantes y lo
que ustedes se sirvan añadir (boleros, maestros, meseros, de todo hay)?; ¿quién se encargó de minar, sabotear,
corromper a todos los cuerpos de vigilancia y seguridad pública?; ¿quién financió por décadas la desinformación, la
mediocridad de los profesionistas, la improductividad, el sabotaje del talento, el horror por los libros, la ineficiencia
burocrática y la abulia cívica?. No le piensen mucho, la respuesta es única: la colusión del crimen y el gobierno (su
creciente sector canceroso y ante nuestra bovina pasividad). Esto me lleva a otra pregunta: ¿toda esta red de
perversiones desapareció el 2 de julio?. Respuesta: ¡NOOO!. Ahí sigue infectando nuestra vida diaria y chocando
todos nuestros trenes.

Enciendo la televisión y de inmediato escucho: ¡crece la inseguridad de modo alarmante!, ¡la ciudad colapsada!,
¡florece la industria del secuestro!. Esto escucho, pero el nanosaurio que habita en el subsuelo de mi espíritu me
susurra: ¿ya ves?, ¿quién te manda andarte sintiendo patrocinador del cambio?, con el PRI no pasaban estas cosas;
esto que estás viendo son huellas todavía leves de que ahí seguimos; es mejor que recapacites y nos devuelvas lo
nuestro. Hoy que es aniversario del asesinato del Cardenal Posadas, hoy que ya tenemos en la mira a Ojeda el de
Tabasco, hoy que Cervera Pacheco, cínico cebú, se declara "intimidado"; hoy es un buen día para que te rindas,
ingenuo ejecutor del voto útil. Respondo: ¡Me rindo, madres!. Esto apenas comienza.
Reacciones Diversas

Ante la infidencia de La Tractor, hoy tenemos en casa dos auxiliares domésticas conocidas como Pinky y Cerebro. La
robusta Pinky se presentó ante mi acatamiento ayer por la noche y me preguntó: ¿no quiere un tecito? (¿cómo me
vería?). Su Charro Negro respondió veloz: ¡estoy yo para tecitos!, tráigame una botella de Jimador y tres viejas. ¡Ay,
señor, paso a creer!, y luego ¿qué hace con ellas?. En condiciones normales, trueno; pero el domingo se acaba el
mundo y hay que cerrar durísimo. ¡Jesucristísimo!, ¿de veras se va a acabar?. Ya salió en el periódico, lo dijo el
Obispo de Querétaro que no se anda con cosas; usted ¿qué va a hacer?. Pinky cayó en un abismo filosófico y de ahí
regresó con una respuesta insuperable: hay que ponernos a comer pa'que lléguemos gorditos (huelga comentar que
si Pinky quiere llegar nada más "gordita", tendría que ponerse a dieta).

Por otra parte y para poner a salvo la verdad histórica comento que Mons. Gasperín ya matizó su anuncio y aclaró que
el mundo se va a acabar "un" domingo, pero no necesariamente éste. Bien mirado, ya nos acalambró peor. ¿Se
imaginan qué sábados nos esperan?.

El Delicado Asunto

Un atento aunque fatigado lector (regio tenía que ser) me ha hecho una comedida observación: no pretendo, me dice,
ejercer ningún tipo de censura sobre su trabajo, pero le pido que sopese las consecuencias de anunciar, viernes tras
viernes, que hoy toca. No lo comente, añade, pero a muchos hombres se nos hace muy cuesta arriba cumplir el cívico
mandato todas las veces; porque, además, si se conformaran con el puro viernes, pero ya echadas a andar son más
ligeras que el tren; no podría, señor Dehesa, en atención a ciertos casos de otoño prematuro, poner que un viernes sí
y otro no. Antes de emitir un fallo, necesito pulsar la opinión de lectoras y lectores. Por el momento y puesto que el
domingo puede desaparecer Querétaro y el mundo que lo rodea, no podemos irnos de vacío: hoy toca.

Envío

Alabado y premiado sea por siempre el Colegio de México que es, por mucho, la mejor secuela de la conquista.

Cualquier correspondencia con esta columna en honor del realismo paranoico, favor de dirigirla a
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Gaceta del Angel / No fue hoy

Por

Germán Dehesa

(28-May-2001).-
Con una mezcla de satisfacción y angustia compruebo que, hasta la hora de redactar estos renglones (domingo 27,
18:00 hrs.) el vertiginoso mundo (Querétaro incluido) ahí sigue. No deja de ser gratificante saber que mi tía Lucha y la
Torre de Pisa, y los rinocerontes, y Martí Batres, y el dinero que pronto recibirán los ex-dueños de Banamex y las
barbas de Villanueva y todas las exaltaciones y aflicciones de este mundo prosiguen su curso. La guerra continúa,
algún cosmos se desfonda y recupera su condición de caos que, volverá lentamente a ser inteligible y surgirá otro
cosmos tan provisional como el anterior.

Quizá estoy cantando victoria demasiado pronto. El domingo no ha terminado y todavía pueden perderse el mundo,
Yucatán y el mismo Querétaro. Quizá sería mejor. Hay cosas que me resultan cada vez menos llevaderas. A los siete
años comencé a sufrir la lenta y descendente tiniebla del domingo por la tarde (¡mañana hay escuela!... ¡no he hecho
la tarea de geometría!... ¡ya se acabó el fin de semana!... ¡mañana hay que trabajar!... ¡mis hijos no han hecho la tarea
de geometría!...). Grosso modo ya llevo 2600 domingos así y, como diría mi madre, ¡nadie se acomide!, ¿cuánto más
tiene que sufrir una mujer?. Este último dato lo ignoro, pero lo imagino muy superior a la resistencia masculina. Yo no
sé, por ejemplo, si podré resistir otro partido amistoso de la Selección Nacional. En el más reciente, me dieron ganas
de visitar personalmente al Embajador de Inglaterra y decirle a nombre mío y de Cri-Cri: nosotros no somos así.
Ignoro también si aún me queda voluntad para seguir patrocinando las clases de karate del ex-bucles que el otro día,
a modo de práctica, le propinó a un caballeroso amigo mío un terminal patadón en la boscosa zona lacandona (mi
amigo se portó como gitano legítimo: intentaba sonreír y me decía "no es nada", pero en su ojo derecho brotaba una
furtiva lágrima). Como sea, los otros tres ya van rumbo a sí mismos, pero me da cosa dejar suelto en la ciudad al
pequeño Bruce Lee que el destino me asignó. Algo similar me sucede con la Hillary cuya educación dista mucho de
haber llegado a la fase Pigmalión que yo soñé para ella. Si en las horas que faltan tronamos todos, me temo que ella
sea capaz de presentarse al Juicio Final con sus pantalones pescadores anaranjados y su playera color encía de tigre.
Me va a dar una pena...

Pensándolo bien, será mejor que no se acabe. En el más allá, los acreedores de México van a estar molestísimos.
Faltan además los resultados de Yucatán (al cierre de casillas, los siempre confiables resultados preliminares del PRI
anuncian un triunfo "irreversible" de su carismático candidato Paredes). Si el mundo se acabara al rato, nos
quedaríamos sin el partido de regreso del Cruz Azul y con ello se extinguiría la última y cada vez menos explicable
esperanza futbolística de México (de veras que no escarmentamos).

Habría tanto que se quedaría a la mitad. Sería horrible que nos fuéramos sin llegar a ser; me dolería la ausencia de la
palabra de mis amigos y la mirada de mis amigas, la fallida inminencia de mi cumpleaños y el olvido de alguna
canción, de algún poema, de algún silencio. Para terminar pronto: si por fin desaparecemos, ya no leerás estos
renglones. Si los lees, te abrazo y seguimos caminando.

¡Sigan Votando, Campeones!

Terrible ámpula ha levantado en el cuerpo civil de la hermosa República Mexicana la reciente publicación de la
regiomontana solicitud de espaciar el "hoy toca". La votación ha sido copiosa, pero la urna permanecerá abierta hasta
el próximo jueves a las doce de la noche. A modo de resultados preliminares puedo anunciar que la repulsa ha sido
abrumadoramente mayoritaria. A mi pobre cuate de Monterrey lo han insultado peor que al árbitro Archundia. Lo
menos que le dicen es "¡regiomontano tenía que ser!" y de ahí se siguen hasta dejarlo irreconocible. Es interesante
observar que a la votación han acudido hombres y mujeres, aunque estas últimas son mayoría y son también las que
no tan sólo se oponen al "hoy toca" quincenal, sino que solicitan engomados doble cero para que toque diario.
Reporto asimismo el conmovedor mensaje de una viuda que me dice que mientras más espaciado haga el anuncio,
menos oportunidad tendrá ella de que aparezca lo que los sajones llaman un latecomer (algún galán de última hora).
Quizá varíen las tendencias, pero hasta el actual cierre, sólo hemos tenido dos votos en favor de la solicitud de mi
regio cuate. Es importante que la votación prosiga. Creo que es un asunto de seguridad (o de inseguridad) nacional.

A Slowly Little Dance

Cada día (con su cada noche) me convenzo más de que son los artistas los que impiden la desaparición del mundo.
El sábado por la noche, en una insular mesa rodeada de amigos por todas partes, escuché a Luis Eduardo Aute
cantar sus canciones. El casi se ausenta para dejar que su voz entera ocupe el espacio. Como tú y como yo, él quiere
que lo quieran y lo dice con fuego, con agua, levantando el viento, acariciando el húmedo centro de la tierra. A lo lejos,
la voz de Cristina es un enamorado murmullo. Nos invitaron los Solórzano. Por un buen rato, todos bailamos
suavecito. Eso no tiene precio. Inevitablemente es un regalo. Gracias.
Cualquier correspondencia con esta columna entre caótica y cósmica, favor de dirigirla a
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Gaceta del Angel / Los premios

Por

Germán Dehesa

(29-May-2001).-

(tomado del lat. praemium 'botín, despojo, recompensa'. DCECH. Corominas.). En su tercer sentido, la sociedad
mexicana recompensa a sus comunicadores por la voluntad y talento (hacen falta ambos ingredientes) que dedican a
difundir las porciones de verdad que alcanzan a vislumbrar. Hablo, ya se imaginarán, del premio Nacional de
Periodismo que tantos años se otorgó como despojo o botín y que ahora, así lo espero, comienza a ser verdadera
recompensa y justo reconocimiento a nuestro gustoso trabajo. Lo diré de otra manera: si el premio fue otorgado a
Carmen Aristegui y a Javier Solórzano, ha de ser un buen premio y, de algún modo, lo siento también mío, no por
merecimientos, sino por estricta contigüidad.

Somos, no me lo negarán, una sociedad que le impone a los premios condiciones muy azarosas. Nadie debe sentirse
mal por recibirlos, pero nadie tampoco debe sentirse agraviado por no haber sido tomado en cuenta. Es la lotería de
Babilonia. Va una historia que puede ser también un acertijo: J.P. Sartre ganó el Premio Nobel de Literatura y lo
rechazó; Samuel Beckett también lo ganó, fue a Suecia, recogió el jumbocheque y de regreso lo depositó en el cepo
de limosnas de la primera iglesia que encontró; J.L. Borges jamás lo recibió, murió tranquilamente rodeado de rosas
blancas e ingresó sin estrépito en la inmortalidad. ¿Quién tuvo mejor destino?. Como primera respuesta, yo
aventuraría la siguiente: el mejor beneficiario del premio es ese recóndito lector de Sartre, de Beckett y de Borges.

Mi amigo Eligio Meléndez está nominado con sobrados méritos para un Ariel. Mi joven cuate Juan Sahagún acaba de
recibir un premio por su muy estimable trabajo cuentístico. Entiendo que a todos nos satisface el reconocimiento; pero
también entiendo que en esta loca tarea de encontrar esa belleza exacta que nos permita acariciar al otro, el premio
llega en el momento preciso de lograrlo, o, por lo menos, de intentarlo. Lo que venga después será un grato
pleonasmo que no sustituirá a esa voz cálida y transeúnte que te dice cosas como ¿qué te traes tú con los perros de
color café?, o ese sintético piropo que se cifra en tres palabras que te dicen al pasar: ¡tás bien loco!.

Hace algunos años, a mí me tocó un premio de periodismo. La ceremonia fue levemente naftalínica y culminó con la
irrupción de un gobernador priísta que decidió que nos quería regalar una sortija a cada uno de los premiados. Con tal
motivo, una gentil damita valiéndose de un hilito tomó las medidas de los premiados deditos. Han pasado los añitos y
sigo esperando mi sortija. Señor gobernador: si ya se le olvidó, mándeme aunque sea el hilito y yo me encargo de lo
demás. Ya termino. Señores premiados, reciban mi entera felicitación, pero no olviden que el verdadero premio es
mucho más misterioso y cotidiano. Ese lo disciernes tú.

Galletitas Chinas
Hoy lunes 28 fue mi santo y hagan de cuenta que se hubiera acabado el mundo. Ni quien me pelara. Si acaso mi
amigo Pichulín se acordó y me llevó a conocer un restorán chino de mucho mundo. A los postres, nos llevaron una
copita de helado con su correspondiente galleta de la suerte. Te cambio tu futuro por el mío, le dije, y, sin mirarlas,
intercambié las galletas. La mía (que hubiera sido la suya) decía: "no hay problema por complejo que sea que no
puedas resolver" y la suya, originalmente mía: "tienes un corazón bondadoso y todos te quieren". ¿Gané o perdí?
(manden lana).

El Síndrome de Down

Ya les habré contado la historia de aquel joven down que se incorporó al equipo de (ba)voceadores de inmortal
memoria. Su madre me lo presentó y en voz baja me dijo: no se preocupe, yo le pago los periódicos que mi hijo no
pueda vender, pero es importante que se sienta útil. Para asombro mío y pasmo de su mamá, el jovenazo resultó uno
de nuestros vendedores estrella. Para él y para tantos más que son de otra manera (quizá más luminosa porque su
amor fluye sin obstáculos) vamos a cantar y a platicar hoy en la noche en "La Planta de Luz". A ver si van. Ya están
listos los engomados 00 para que toque diario. Ahí comenzaremos a repartirlos. Luego les cuento.

Y Hablando de Eso

Es obvio que los mexicanos han aprendido a darle prioridad a lo sustantivo por encima de lo adjetivo. Esto es lo que
explica la vehemente y copiosa reacción que ha provocado el intento de recalendarizar el "hoy toca". Ya escribió una
joven mujer que expresó sus temores de que se me caiga el sistema. Un tabasqueño de apellido Santarelli escribió
desde Madrid y me dijo que, ni como broma se me ocurra ampliar los plazos. Escribió también el regio que
originalmente provocó este plebiscito y dice que voluntad la hay, pero que no alcanza a llegar al viernes ni por
aeroviagra. Poishito.

Cualquier correspondencia con esta columna que no da premios pero los celebra, favor de dirigirla a
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Gaceta del Angel / ¿Qué Onda Maestro

Por

Germán Dehesa

(30-May-2001).-

Quien esto escribe es maestro desde 1965. Ya puedo decir que es el mayor lujo que me he dado en la vida y que la
vida me ha dado. En el principio, me apuraba a dar muchas clases (era yo clasifundista) para que me alcanzara el
dinero. En aquellos tiempos le pagaban muy mal a los maestros; ahora, en cambio, les pagan pésimo. Hoy me apuro
a hacer muchas cosas para poder seguir dando algunas clases. Si consideran que nací el primero de julio (¡ojo!,
apuntarlo en la agenda) de 1944, entenderán que a mí todavía me alcanzó el rescoldo de la pedagógica hoguera
vasconcelista. Ser maestro urbano o rural, de educación primaria o superior, era lo más cercano a la santidad laica y
un destino particularmente emocionante y respetable. Como tantos otros proyectos mexicanos, éste se fue
deteriorando, arruinando, encanallando. De José Vasconcelos a Carlos Jonguitud Barrios podemos establecer la ruta
de una putrefacción moral. Por supuesto que tenemos todavía buenos maestros en todos los niveles, pero en ninguno
tenemos los suficientes y, en general, las condiciones para que el maestro cumpla y se cumpla son cada vez más
adversas. Los hemos convertido en milusos y en carne de borlote.

En todo lo aquí dicho y en muchas cosas más, me da tiempo de pensar durante mis cotidianos encuentros con tal o
cual pandilla de "maestros disidentes" que colapsa la vialidad de la ciudad de México. No quiero ni hacer la suma de
las horas muertas que la semana pasada tuve que ofrendar en el altar de la "superación magisterial". Vociferantes,
braveros y barrigones los miro y los remiro en vivo y en la TV y experimento una cierta incredulidad, ¿de veras serán
maestros?. Tienen más pinta de antorchistas, fayuqueros, o panchosvillas, que de apóstoles del alfabeto. Sería
interesante salir de dudas.

Ya ubicado en ese territorio que mi hija Viruta llama el planeta lindo, yo le pediría a los fogosos manifestantes que
fueran pasando de diez en diez a presentar un examen de mínima aptitud magisterial. ¿Cuántos aprobarían?.
Aventuro que no serían muchos. A éstos habría que concederles un sustancioso aumento y todo el apoyo que
necesiten en sus materias educativas (que no incluyen caos urbano). Entre los réprobos habría que distinguir a
aquellos que ni en mil reencarnaciones más experimentarán la más leve tentación pedagógica. A éstos los podemos
derivar hacia algún oficio útil. No sería remoto que alguno de ellos fuera un gran banquero en cierne, o un buen
entrenador de la Selección Nacional.

Nos queda todavía una nutrida sección intermedia formada por aquellos que si bien reprobaron, muestran alguna
capacidad y vocación magisterial. Con ellos tendríamos que realizar una operación muy delicada que comenzaría por
convencer a AMLO de que ya deje en paz su tropical obsesión por edificar preparatorias y universidades (¿de dónde
va a sacar a los maestros?, o ¿de lo que se trata es de establecer viveros de perredistas?) y le haga a su comunidad
el enorme servicio de crear centros de capacitación magisterial para todos los enclaves educativos ya existentes. Con
esto resolvemos varios problemas: separamos lobos de coyotes, estimulamos a los buenos maestros, calmamos las
ansias de novillero de AMLO, capacitamos a los que quieren y no pueden y ¡oh, maravilla! le devolvemos viabilidad a
nuestras calles.

Los Huehuetlatolli

En el siglo XVI, Fray Andrés de Olmos tuvo la agradecible curiosidad de interesarse por los usos y costumbres de los
pueblos recién conquistados. Gracias a él podemos saber que, entre los aztecas, la educación de los niños estaba a
cargo de los ancianos. Estos se encargaban de instruir a los minitenochcas a través de sus pláticas pacientes, claras,
detalladas que, en su lengua original, eran conocidas como huehuetlatolli. Más allá de que nuestras ideas acerca de la
educación se hayan alejado del estoico autoritarismo azteca, la fascinación de los textos recogidos por el fraile reside
en la doble sabiduría que implican: el niño conocía las reglas y las raíces del mundo que habitaba y el anciano se
sabía el útil y fiel conducto de la tradición. Ambos ganaban.

En el año 2001, los niños están conectados a la televisión, y los ancianos se van de bruces al vacío social que se crea
en torno a ellos. Ambos pierden.

Por estricta compasión, por respeto y hasta por utilidad, un grupo de ciudadanos hemos pensado en la urgencia de
reciclar a los ancianos y de aprovechar su acumulada vida y su experiencia. Hoy miércoles 30 a las 19:00 hrs., en el
auditorio Jaime Torres Bodet del Museo de Antropología, nos reuniremos a platicar de estos asuntos. Ahí estarán los
viejos árboles de Chapultepec, es posible que estés tú y con esto bastará para reanudar la plática. En tales
condiciones, el título es casi obligado:

"Un paseo bajo los ahuehuetes". Ojalá y vayan.

Tengo un Plan

Cuando nuestros ancestros avistaron al primer mamut, de inmediato se reunieron para confeccionar el PLANCAM
(plan nacional para cazar al mamut). El plan quedó precioso. El mamut murió de un enfriamiento muchas décadas
después.
Hoy fue presentado a nuestra consideración el PND (Plan Nacional de Desarrollo). Ojalá y ahora sí tengamos suerte y
logremos cazar al mamut, o al dinosaurio. Lo que aparezca primero.

Cualquier correspondencia con esta columna antimotines, favor de dirigirla a germandehesa@prodigy.net.mx o al


Apartado Postal 19-111, Delegación Benito Juárez, México D.F.

Gaceta del Angel / La Evolución

Por

Germán Dehesa

(31-May-2001).-

Si algo caracteriza a la sociedad mexicana es nuestra incapacidad para jugar en el extranjero un futbol mínimamente
decoroso y nuestra capacidad para lograr que cualquier bronquita, por insignificante que sea, se convierta en un
broncón. En esta extraña y delicada tarea de matar pulgas a cañonazos hemos logrado los más altos reconocimientos
internacionales.

Propongo a tu atención, lectora lector querido, un asunto doméstico que todavía está en curso y que ilustra el raro
talento nacional arriba enunciado. La historia va así: los altos mandos del kínder infestado por el minimosh llegaron a
la conclusión de que el entrenamiento de los embrionarios mafiositos no estaría completo si no se les proporcionaba
un cierto entrenamiento en el galano arte de exponer en público. Nada del otro mundo. Cada infantina y cada infanzón
escogerían libremente un tema, lo expondrían frente a sus compañeros durante tres minutos; habría luego una sesión
de preguntas y respuestas y un capítulo final dedicado a recibir las felicitaciones de la zotaca asamblea. Asunto
sencillísimo que pronto comenzó a complicarse. Algún niño anunció que hablaría de animales feroces, alguna niña dijo
que ella se ocuparía de las mariposas y el ex-bucles, en un insondable desvarío, anunció que él pensaba disertar
sobre el darwiniano tema de la evolución. Nadie logró modificar su decisión inicial. El problemita ya se había vuelto
problemón y todavía le faltaba evolucionar.

Germán: ¿qué sabes del ardilopithecus?, me preguntaba la Hillary. No sé, no lo he visto últimamente, creo que se fue
a California con su cajita feliz. No seas idiota, se supone que es uno de los antecesores más lejanos del homo
sapiens. Entonces ha de ser guardaespaldas del June. Mi devota cónyuge ya ni me contestaba. Ella y el Edipito post-
moderno se afanaban en la tarea de confeccionar una cartulinota que mostraba cada uno de los pasos de la evolución
humana, desde el ardilopithecus hasta Rodríguez Alcaine... Al ritmo que iban, lo podrían haber presentado en la
Sorbona. En eso, apareció mi Suéter Azul.

¿Cómo es posible que un nieto mío, descendiente en caída libre de los Verdugo de Sonora ande diciendo que sus
antepasados fueron los changos y no Adán y Eva?. Me bastó escucharla para sentir una íntima tristeza reaccionaria.
En pleno 2001 se reactivaba la vieja disputa decimonónica. Yo hasta pensé que era chacota, pero no; era materia
grave. Tuve que actuar drásticamente. Mira, suetercito: si tú le puedes explicar al Karate Kid cómo le hicieron Adán y
Eva para folgar alegremente y, nueve meses después, tener un ardilopithecus que es como chofer de microbús, te
cedemos gustosamente la asesoría de la conferencia. Este argumento la desconcertó por un buen tiempo. Cuando
reaccionó, ya era demasiado tarde y Andrés y un minicómplice que se consiguió ya estaban exponiendo su muy
personal teoría de la evolución. El acontecimiento fue videograbado y, gracias a esto, me he podido percatar de que
hubo graves lagunas e inexactitudes, pero también pude comprobar que el frutito de mis entrañas posee la más alta y
útil virtud a la que puede aspirar un mexicano: miente con soltura y no se queda callado ni a tehuacanazos. Andrés se
muestra muy satisfecho. Su madre tardará en sanar cinco semanas si es que evoluciona bien.

El Milingo Lingo

El Obispo Milingo me tiene subyugado. Hasta hace una semana su vida fluía tranquilamente en el corazón del Africa
negra. Su claro cielo sólo incluía algunas nubecillas formadas por chismes y rumores que le atribuían la práctica poco
ortodoxa de algunos exorcismos y ciertas operaciones mágicas más atribuíbles a su condición africana, que a su
cargo de Obispo católico. En ésas andaba Milingo, cuando, como un aerolito, apareció en su vida una robusta coreana
que podría ser hija de Andrade, el candidato tabasqueño y de Dulce María. Gordita, gordita, pero ha de conocer a
fondo los hechizos de la liviandad y los filtros que hay en el amor. Parece que pasaron un viernes de loquiur, el
domingo se casaron y el lunes lo excomulgaron (es una oferta conocida como el "paquetecondenes"). Hasta aquí, el
asunto no me concierne y allá Milingo y su conciencia. En la foto de su boda sí se ve cansado, pero nada compungido.
Tiene cara de Lou Armstrong (What a wonderful world!).

Lo que sí es un golpe bajo es el regio correo electrónico que recibí a raíz del erótico rapto de Milingo. Según mi
corresponsal, toda la culpa es mía, pues si el Milingo lingo no hubiera sabido del "hoy toca", no habría pasado nada.
Difiero. Tengo fundadas dudas de que alguien me lea en Africa, pero si así no fuera, yo seguiría sin tener arte ni parte.
Estoy seguro de que Milingo ya andaba como planchita y que la chirrisca coreana se encargó del resto. Si ocurrió en
viernes, fue sencillamente una feliz coincidencia. Sigan votando, campeones.

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Gaceta del Angel / Los Ahuehuetes

Por

Germán Dehesa

(01-Jun-2001).-

Milagrosamente no me alcanzó ninguna de las múltiples balas que fueron disparadas ayer en la Ciudad de México.
Tampoco alcancé a recibir ninguna anotación por parte de los australianos que, como ya es nuestra melodramática
costumbre, agarraron a nuestros seleccionados tragando dirigibles y haciendo su primera comunión con el calendario
azteca. Gracias a estas fortuitas dichas, pude llegar con bien al pintoresco Chapultepec (la expresión es de G. Nájera
que en "La Duquesa Job" necesitaba con urgencia una rima para "bistec"). Bien sé que pasada cierta edad, ya no hay
tiempo que perder. Esto es lo único que explica la insólita puntualidad con la que llegué al Museo de Antropología. En
la puerta, una señorita me miró con cara de que me quería envitrinar (Homo Jarochus. Neolítico medio). Para mi
sosiego, se materializaron las chicas del "Comité Organizador" y me trasladaron al auditorio Torres Bodet. No es por
nada, pero fue una perfecta delicia la plática a la sombra de los ahuehuetes. Se confirma nuevamente que una buena
conferencia la hace el público mucho más que el conferenciante. La mayoría de los asistentes rebasaba los sesenta
años, pero había también hombres y mujeres de todas las edades a quienes no pude desearles mejor cosa que su
futura y feliz llegada a la tercera edad.

Atardecía bajo los añosos ahuehuetes, la luz temblaba entre el polvo de oro y el polvo a secas, y ahí estábamos
conversando su Charro Negro, que pisa ya los umbrales de la temporada otoño-invierno, y la abigarrada
muchedumbre, senescente en su mayoría. Varios temas ocuparon nuestra atención. Enuncio algunos: todo aquél que
solicita lástima, la obtiene (con una pizca de odio); si te miras inútil, obtendrás tu certificado de inutilidad; si en tu
profundo corazón quieres ser puesto a un lado y estorbar en todas partes, la sabia comunidad colmará tus deseos.
Dicho de otro modo: si ya te instalaste en la quejumbre permanente y te ofende que ni Fox, ni la comunidad, ni tu
familia, ni tu hija Mayolita que siempre te llevaba a ver "Lo que el viento se llevó", te den el lugar que mereces y que,
en vez de ello, te tengan arrumbado como mueble viejo, tirado en un rincón como rebocito usado y abandonado e
inútil como Teleguía de la semana pasada, la responsabilidad es totalmente tuya, salvo prueba en contrario. Es decir,
lo hasta aquí enunciado no aplica en el caso de grave deterioro físico o mental (no era ésta la situación de ninguno de
los ahí presentes); en el resto de los casos, la inutilidad de los ancianos es, ante todo, una invención colectiva
patrocinada por los ancianos. Bien mirada, la lástima es una porquería que a nadie le sirve; envilece al que la solicita y
ofende al que la otorga. Por este camino fue que los mexicanos llegamos al PRI y a su horrenda decadencia. Por ahí
no vamos a ninguna parte; ni los viejos, ni ninguno de los grupos que en este país se sienten desatendidos y
descolocados por el gobierno omnipotente, controlador y fuente de toda ventura.

Te sienta bien el otoño, dice Serrat y tiene toda la razón. A eso fui a Chapultepec y de eso intenté hablar: ya es hora
de que jóvenes y viejos nos pongamos a caminar por nuestra cuenta y nos dejemos alcanzar por la vida y tocar por la
felicidad.

Los Numeritos Finales

Según se anunció con la debida transparencia, hoy cerramos la milingoencuesta de opinión acerca del controvertido
"hoy toca". Para que luego don Orlando Paredes no me la haga de expectoración, yo como responsable del
levantamiento, he de aclarar por qué anulé algunas opiniones. En una me topé con un conmovedor personaje que
quería saber en qué consistía propiamente el "hoy toca", en otra un grato lector me anuncia que está en Africa (en
Cape Town), que me lee asiduamente, que piensa ir a España. Todo muy digno de consideración, pero nada dice
acerca de la materia que nos ocupa. Otro señor dice que por qué a fuerzas los viernes, si el amor es la plenitud de la
libertad, la suprema dignidad de los mortales y ya de ahí se sigue hasta el Congreso de Apatzingán. Por falta de foco
en la actitud, estos pronunciamientos fueron descartados en el cómputo final.

Así llegamos a una cifra que rebasa el centenar de comunicados. De ellos, el 99% se pronunció en contra del
espaciamiento de la salutífera medida. De este 99%, un 25% es resignadamente masculino y tres cuartas partes
militan en el sector femenino. De este último grupo, más del 60% solicitó el engomado 00 que permite el libre y diario
regocijo. Son muy dignos de mención un señor de 63 años que también solicitó su engomado y un orgulloso toluqueño
que aclaró con gran sabiduría que no por tener calcomanía 00, resulta obligatorio salir diario a pasear. En fin,
podemos decir que la encuesta Milingo fue un agradable ejercicio. Curiosamente, el único voto a favor del
espaciamiento fue el que detonó el plebiscito. Es importante aclarar que del mismo Monterrey llegaron muchas
solicitudes 00. El bello endecasílabo de Quevedo "Vencida de la edad sentí la espada" no es aplicable en nuestras
latitudes: hoy toca.

Día Mundial De La Etica

Desde Piedras Negras, Coah. me piden que te recuerde, lectora lector querido, que el 2 de junio es el día mundial de
los valores éticos. Es tal nuestra desorientación, que se hace inaplazable recordar que no es lo mismo ser honrado
que no serlo, ser valiente que ser cobarde, ser leal que traidor. Para mayor bibliografía, podemos leer a Aristóteles, a
Fernando Savater y, muy en especial, podemos leer en nuestro corazón. ¿Quieres la buena vida, o procuras la mala
muerte?.

Cualquier correspondencia con esta columna que resuena como huéhuetl, favor de dirigirla a
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Gaceta del Angel / Orquídea sangrienta

Por

Germán Dehesa

(04-Jun-2001).-

¿Ven?. Por otorgarle entera mi arrobada atención al excomulgado ex-Obispo Milingo, se me olvidó comentar con
ustedes el deslumbrante caso del Edil panista de Tultitlán, José Antonio Ríos Granados, quien estando ya en pleno
desempeño político, vino a descubrir su íntima vocación de artista de cine (Tony Rivers podría ser un nombre ideal
para las tareas cinematográficas). Todo esto ocurrió hace unos meses, a raíz de la filmación de "Orquídea Sangrienta"
con Lorena Herrera (no comments) como cabeza de reparto. Este fue, por así decirlo, el bautizo de fuego de Tony
Rivers que tuvo en esta ambiciosa cinta un papel pequeño pero muy lucidor. El clímax de la actuación de Tony Rivers
sobreviene en una escena donde éste tiene que apergollar con ambas manos a Lorenita Herrera. En una escena así,
yo mismo hubiera vacilado de modo ostensible; cuantimás Tony Rivers que, aunque tiene enormes facultades, es un
recién llegado a los rigores de la actuación. Como sucede con los elegidos, el error mismo se convierte en grandeza y
así, una escena escasamente relevante, adquiere gracias a Tony Rivers una intensidad que ya hubiera querido Orson
Welles. Si tienen oportunidad de verla, no se la pierdan. Es claro que Tony le quiere echar el guante a Lorena Herrera,
pero esos eternos segundos que dedica a averiguar por dónde la agarra y cómo la agarra de manera que no ofenda al
decoro y, lo más grave, que no provoque el enérgico y defensivo guantón de la abundosa actriz, hacen de esta
secuencia un pasaje inolvidable del cine nacional (si no fuera por estos ratos, cómo podríamos aguantar las derrotas
de la Selección).

Como sabemos, el olvido nacional trabaja a marchas forzadas y de un día para otro, el escándalo de ayer queda
olvidado frente a esas desmesuras que se agolpan en el presente exigiendo ser televisadas. Fue López Dóriga el que
se encargó de reciclar la historia del Edil de Tultitlán. Cuando todos pensamos que José Antonio Ríos ya había tenido
escarmiento suficiente con "Orquídea Sangrienta", López Dóriga pasó a informarnos que no era así. Como tigre
cebado, Tony Rivers quería más de lo mismo. Yo digo que hace bien en no desperdiciar sus múltiples talentos. Hay en
especial una foto de Tony con una chamarra de peluche tipo mink que nos permite verlo como el Marlon Brando de la
naquez. Su rostro es duro (supongo que el cerebro también), la voz gangosa es sorprendente (va a necesitar
subtítulos en español, pero eso es lo de menos) y, en general, su aspecto de Mario Villanueva recién hojalateado le
aseguran un lugar en el Olimpo del celuloide (sololoy, le decimos en México).

En descargo de L. Dóriga, digamos que no hubo encarnizamiento. El asunto fue más simple. J.A. Ríos ha vuelto a ser
noticia. Por ignotas razones, una empresa mexiquense le otorgó un premio y Tony Rivers se presentó a recibirlo en
una limusina como supositorio gigante. Tony llegó con dos indescriptibles sobrevivientes del Lobohombo en calidad de
edecanes y anunció (amenazó) que está pensando (sic) en una nueva película. Sugiero que se titule "Cempasúchil
Flatulento", pero en su partido aceptan sugerencias.

No Me Tengas Lástima

APAC está en aprietos. Esta es una noticia atemporal y puede ser el reiterado titular de lo que ocurre cotidianamente
en esa conmovedora institución-familia que le brinda atención y elementos de superación a nuestros niños con
parálisis cerebral. Para colmo de males, hace algunas semanas murió la mamá de Elena Poniatowska que era uno de
los custodios tutelares de esa institución. APAC está en aprietos, pero APAC prosigue su tarea y Carmelina Ortíz
Monasterio y sus locas del ritmo ahí siguen, siempre dispuestas a recibir ayuda y sin la menor voluntad de causar
lástimas. Lo suyo es la compasión y el compromiso. Lectora, lector querido, te aviso que también esos niños y niñas
tocadas por una luz distinta son nuestros hermanos y/o nuestros hijos. Se me ocurre que entre este gesto de
desilusión destinado a Fox y aquella otra mentada para AMLO, podrías hacer algo de provecho: ayudar a mis
regocijantes cuatachonas de APAC. El teléfono es 57 61 35 12. No necesitamos lástima. Queremos salud dinero y
amor (en ese orden o todo junto).

Rulfo Cabalga de Nuevo

Pablo Rulfo viajó a las jaliscienses tierras de sus mayores y llevó consigo su mirada implacable. De allá regresó con
un testimonial titulado "El abuelo Cheno" que ahora se presenta en Canal 22. Si lo ves y lo escuchas, regresarás al
yermo de Luvina y oirás a los ancianos hablar como en murmullos de lugares, personas y cosas que ya sólo existen
en la tenaz memoria de estos seres que alguna vez fueron mocitos, vivieron y murieron por hambre o por bala y
sobreviven como almas en pena. La vida tiene su paso y es mejor no violentarla, dice uno de ellos. Otro nos cuenta
con desacomodada dulzura de cómo tuvo que matar a varios paisanos que venían por las malas. Uno más,
reconstruye la persecusión y muerte de Juan Nepomuceno Rulfo emboscado en una cañada. ¿Por qué lo mataron?
pregunta el entrevistador. La respuesta es un homenaje a la intervención norteamericana: allá mismito lo mataron,
pero por qué se lo echaron, aidonó. Aidonó tampoco, pero me encantó y me remeció la historia del abuelo Cheno.

Envío

Para Carlos Payán, lector de Neruda y espíritu pobladísimo. He oído las palabras que pronunció para avisar del
nacimiento del Canal 46 y, una vez más, Rilke nos acerca: sólo hay que proponerse lo difícil.

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Gaceta del Angel / ¿Antropoides o iguanas

Por

Germán Dehesa

(05-Jun-2001).-

En mi reporte sobre el debut del minimosh como expositor, olvidé un asunto de cierta importancia. Se refiere a la
selección del tema. Andrés y su contlapache Bernal pudieron escoger entre la Evolución y las Iguanas como tema
para su mini-conferencia. Como ya quedó reportado, Andrés sacó adelante la candidatura de la Evolución y Bernal
tuvo que apechugar. El día de la exposición, mientras Andrés mezclaba la antropología con la lírica popular, Bernal le
comentaba en voz baja: ¿ves, Dehesa?, mejor hubiéramos hablado de las iguanas. Palabras sabias. Sabias pero
tardías.
Bola de Malagradecidos

Doña Myrna Hoyos no está nada contenta con el pueblo yucateco. Sergio, mi amable y yucateco lector no está nada
contento conmigo por mi flagrante anticerverismo y yo, estoy en medio de este torbellino de pasiones mayas, sin
saber muy bien qué cara poner. La aguerrida Ana Rosa Payán ya tiene su constancia de mayoría y se dispone a ser la
alcaldesa de Mérida. Lo mismo ocurre con Patricio Patrón L. que ya es gobernador electo de Yucatán. Ante estos
resultados, no es difícil explicar el enojo de doña Myrna y de Dulce María quien, por cierto, ya logró rebasar a Enrique
Meza en el escasamente favorecedor rubro de derrotas recibidas. Creo (y deseo) que, conforme los mexicanos
vayamos asumiendo plenamente las condiciones del juego democrático, entenderemos que en él se gana y se pierde
y que en todo esto el factor definitivo es la voluntad de una comunidad que quiere vivir mejor. Ciertamente en estas
elecciones yucatecas no hubo un cien por ciento de transparencia, pero es del dominio público que las mayores
turbiedades corrieron por cuenta del PRI y, en particular, de Cervera Pacheco. Así las cosas, no hay mucha autoridad
moral para proclamarse despojado y engañado; pero tampoco sería válido el argumento que ahora escucho con
frecuencia acerca de la justicia poética de derrotar con trampas a un partido que hizo de la trampa su estrategia más
importante. Derrotar a tu enemigo volviéndote como él, lejos de derrotarlo es darle alojamiento en nuestro propio ser.
Si realmente deseamos un futuro, lo que hoy nos corresponde es pugnar en favor de la claridad y la legalidad en todos
los ámbitos de nuestra coexistencia. Eso y no tomar las cosas tan a la tremenda. Sergio, mi yucateco lector, me echa
amablemente en cara no haber vivido en Yucatán y, por lo mismo, no conocer la grandeza histórica de Cervera
Pacheco. Reconozco que mi mirada puede ser distante y distinta, pero tácitamente nos reúne la aceptación de que ya
el país se hartó de esos caciques medievales, a veces generosísimos, a veces terribles, venerados, odiados y siempre
ambiguos. Creo que son una demasía tropical. Para mal o para bien, tiene razón Sergio: ya se volvieron "históricos";
ya están en la vitrina del pasado. Creo que lo mejor sería no necesitarlos nunca más, pero aquí regreso a ese
obsesivo pensamiento que me acompaña desde el 2 de julio: salir del infierno, no nos coloca ipso facto en la tierra
prometida. Le pido a doña Myrna que ya no se enoje, a Sergio le envío un abrazo, un gato y un garabato. Mi otro yo
me dice, a modo de remate: mejor hubiéramos hablado de las iguanas.

Los Misterios del Organigrama

Hoy quería hablar de Liconsa, de la leche y de los arrebatos lácteos de López Obrador. No pudo ser. Un mínimo
examen de conciencia me indicó que no tenía la menor idea de qué era Liconsa; bueno, ni siquiera sabía qué
significaba la palabra Liconsa. Hablar de lo que no se sabe es bonito, pero riesgoso.

Con Rosa la Tapatía en calidad de timonel, me lancé a navegar por Internet y fui a dar a los lugares más inverosímiles
del mundo virtual. Igual caíamos en Colombia que en Coahuila. Finalmente y en el más puro barroco mexicano,
decidimos comenzar por el principio y averiguar si Liconsa tenía portal propio. Lo tiene. Ya en él, navegamos
organigrama abajo y hacia las ocho de la noche, desembocamos en "Comunicación Social". Como ahí venía un
número telefónico, cambiamos de embarcación. Alivio y horror. Eso sentimos cuando un innominado telefonista de
Liconsa nos dijo que él tampoco sabía qué quería decir Liconsa, pero, me dijo con emocionada voz, lo voy a
comunicar con el señor Bermúdez para que amplíe sus dudas. Así me dijo. Se equivocó. Bermúdez sabe muchas
cosas. Sabe, por ejemplo, que Liconsa existe desde hace 50 años, pero que así como Liconsa Liconsa existe desde
diciembre de 1994. Sabe también que Liconsa quiere decir Leche Industrializada Conasupo, pero no depende de esta
última porque ya no existe, sino que ahora depende de Sedesol, aunque se sigue llamando Liconsa S.A. de C.V. para
evitarse las complicaciones de "volver a posicionar la marca". Sabe asimismo que Liconsa es una empresa única en el
mundo y atiende a 4,200,000 niños mexicanos y en este año aspira a beneficiar a 5 millones. Por cuestiones como la
de las vacas locas, el insumo principal se ha encarecido en más de un 50% y esto es lo que los ha obligado a subir su
precio a $3.50 el litro (16% de aumento). Un litro de leche comercial de similar calidad cuesta $7.00, así es que, con
todo y aumento, la leche Liconsa es 50% más barata. Hasta aquí llegó el muy servicial señor Bermúdez y, por lo
pronto, hasta aquí llego yo, pero mañana le sigo. Quizá fuera mejor hablar de iguanas.

Cualquier correspondencia con esta columna en forma de iguana, favor de dirigirla a germandehesa@prodigy.net.mx
o al Apartado Postal 19-111, Delegación Benito Juárez, México D.F.

Gaceta del Angel / ¡Hermana Engracia


Por

Germán Dehesa

(06-Jun-2001).-

...que se tira la leche. Esto ocurría en la publicidad de los años 50 y 60. Pasaremos diez segundos con la niña
Barbarita que, según Humberto G. Tamayo estaba feliz y sanita porque tomaba su lechita. Llegaron después las
guayaberas y las bardas proclamaron: "si la leche es poca, al niño le toca". Como verán, ha corrido mucha leche bajo
el puente. Ahora este asunto eminentemente nutricional ha regresado a la atención pública y de inmediato se ha
convertido en botín político.

Liconsa S.A. de C.V., empresa que depende directamente de Sedesol ha incrementado en un 16% el precio del litro
de leche que, todavía con un importante subsidio, se distribuye entre los "niños mexicanos menores de 12 años de
familias de escasos recursos". Según sé, Liconsa es una empresa única en el mundo, tanto por sus objetivos, como
por la amplitud de su cobertura. Si me apuran un poco, yo diría que su tarea es de seguridad nacional. Si el futuro está
en la educación y si no puede haber buena educación sin una nutrición elemental, es claro que Liconsa tiene una de
las llaves principales de la esperanza mexicana.

Hace algunos años, con motivo del triste asunto de la repugnante leche Betty distribuida en la Capital por el PRD,
visité el laboratorio de la Profeco. Bajo la guía del "Galletas" Campa Cifrián, vi paso a paso las pruebas a las que eran
sometidas todas las leches que consumen los mexicanos. En los resultados finales, la leche de Liconsa resultaba de
calidad igual o superior a la de muchas leches comerciales y ampliamente publicitadas. Salvo prueba en contrario, los
chicos de Liconsa están haciendo bien su trabajo.

En esas condiciones ideales que todos quisiéramos para el país, no tendrían por qué existir los subsidios. Sin
embargo, sucede que México está muy lejos todavía de esas condiciones y necesita hacer una magnífica y cuantiosa
inversión en sus niños. Creo que hasta aquí, todos estamos de acuerdo. Me disuena un poco la voz de Andrés Manuel
que, sin mucho pensarlo, se avienta a la cazuela y anuncia que el subsidio va por su cuenta (90 millones por el
periodo Junio-Diciembre y 150 millones al año) e invita a las autoridades del resto del país a que hagan lo mismo. Un
vocero de AMLO añade que esta bicoca no repercutirá en la obra pública presupuestada, porque el dinero ya se
obtuvo de los recortes en salario y en gastos suntuarios (celulares, viajes, choferes, automóviles, etc.) que la
administración de AMLO realizó con todos los funcionarios heredados de Rosario Robles. En este momento, me
pongo mi cachucha de ciudadano y hago algunas preguntas al señor López Obrador: ¿a quién le pidió permiso para
usar, en un arrebato populista, ese dinero que, a como quiera verse, es nuestro?, ¿qué va a hacer el año que entra
cuando ya no disponga de este dinero?, ¿pedirá a la Asamblea una láctea partida extra?, ¿se la concederán?, ¿hará
un nuevo recorte?, ¿dejará a Leonel Godoy con el puro taparrabo y su patín del diablo?, ¿le interesan los niños, o le
interesan Los Pinos?

¿No sería mucho más transparente, duradero y apartidista que este asunto lo hiciera suyo la sociedad civil?. Me
consta que se puede. En la Fundación Llaguno tenemos ya un buen tiempo comprando leche Liconsa y
distribuyéndola entre los niños tarahumaras con excelentes resultados. ¿Por qué nunca nos pelan a los ciudadanos?.
¿No te sobran por ahí cien pesos?. Con esa cantidad subsidias 200 litros de leche. Si lo ponemos en manos claras y
confiables, me canso que hacemos la ronchita. Yo le entro. ¿Y tú?.

El Plan Guanajuato-Beijing
Muy contentotes que se ven el Presidenchente y su comitiva en la gira por el oriente. Los japoneses se portaron de
maravilla, hicieron muchas caravanas, nos dieron cacahuatitos autóctonos, organizaron recepciones interminables,
llevaron a los meshicas a visitar industrias pesadas y le pusieron a Chente un casquito que lo hacía parecer chupón ya
muy trabajado. Todo muy bien. Donde la oriental puerca torció el asiático rabo fue a la hora que México le propuso a
Japón que se aventara un TLC con nosotros. Ahí sí no se va a podel, nos dijeron, ese tlatado mejol lo hacen con
honolable abuela. Chin (voz oriental que indica frustración o molestia). A ver cómo nos va con los chalecos (así le
decía mi papá a los chinos). Se me hace que también nos van a mandar por un honolable tubo. Ni modo. Ya que
están allá, aprovechen para echarse unos bisquets en la plaza de Tíien An Men y para hacerle publicidad a los
restoranes de Mexicali que, no es por nada, pero tienen la mejor comida china del mundo. Y ya luego se regresan,
porque nos tienen con mucho pendiente.

Recomendación

¿Tiene usted padre y/o madre?, ¿ya fallecieron y se le aparecen diario?. En cualquier caso es urgente, recomendable
y gozoso que asistan al espectáculo que hoy miércoles presentan Macaria, Roberto DíAmico, Jacqueline y Caíto. Se
titula "Buenos días, Mamá, buenas noches, Papá" y es una mezcla perfecta de teatro, poesía y música. El subterráneo
río de los agravios y júbilos familiares aflora súbitamente en el escenario y nos recuerda que la única relación inocente
es la que ya reconoció todas sus faltas.

Cualquier correspondencia con esta columna como vía láctea, favor de dirigirla a germandehesa@prodigy.net.mx o al
Apartado Postal 19-111, Delegación Benito Juárez, México, DF.

Gaceta del Angel / La vida en su avalancha

Por

Germán Dehesa

(07-Jun-2001).-

Mientras ustedes leen esto, su Charro Negro estará en el Museo Universum cumpliendo la ya tradicional convivencia
entre padres e hijos, organizada por la almoloyita pedagógica donde el minimosh recibe, quiero pensar que así es, las
primeras luces del conocimiento. No deja de asombrarme, ni de emocionarme la minuciosa seriedad que un niño
puede dedicarle a la fabricación de un proyecto que, desde la mirada del adulto, puede ser de escasa relevancia; pero
que para un niño se transfigura en la ilusión total. En un poema de Pessoa titulado "Tabaquería" nos encontramos a
un hombre aburrido y melancólico que mira por la ventana. Pisos abajo, en la calle, una niña come chocolates con tal
concentración, con tan excluyente seriedad y dedicación a su placentera tarea, que el hombre aburrido no puede más
que externar su irrealizable deseo de poder vivir con la intensa fruición que esa niña dedica a los chocolates. En esa
tesitura me encuentro yo.

Si yo pudiera cifrar todas mis ilusiones y esperanzas en la inminente visita al Universum con la concentrada energía
que le dedica Andrés, ciertamente estaría tranquilo y a salvo.
La notificación la recibimos hace más de una semana y desde ese momento y hasta hoy, el chipotín se ha encargado
de convertir un desplazamiento de unos cuantos kilómetros en una especie de mítico viaje intergaláctico. No ha
dejado detalle sin examinar. Cada día se le ocurre que es indispensable que también llevemos algún nuevo
adminículo. Ya pensó en la ropa más conveniente, en el itacate más adecuado, en las conveniencias e
inconveniencias de llevar cachuchas, refrescos, frutas, mi navaja suiza, playeras de los Pumas, binoculares, lupa e
instrumentos para reinventar el fuego. Nada debe ser dejado al azar (salvo el hecho ya consumado de que en Junio
del 2001 seamos mexicanos y seamos un padre y un hijo que se miran desde los extremos de una hondonada de 50
años).

En rigor, yo no podría ir. Yo tendría que pensar en Rosario Robles, en el viaje de Fox, en el edil de Tultitlán, en la
leche Liconsa, en el ingreso de China a la OMC, en la conveniencia de cambiar mi cuenta de cheques a Banjército, en
la pugna Cruz Azul-Femexfut (alineación bastante más peligrosa que Rosario Central) y en mi absurda decisión de
apoyar a los Sixers en la final del basquet. Además de pensar, tengo una cantidad más o menos absurda de tareas
pendientes. Tengo mucho que escribir; tendría que visitar a "La Calambres" mi amiga y auxiliar doméstica a quien le
acaban de bajar el cigüeñal para hacerle mecánica mayor; estoy invitado a una charla, una corresponsal quiere mi
opinión sobre las elecciones en Los Angeles y otra corporación quiere un ensayito sobre el autotransporte en México.
Lo siento muchísimo. Esta mañana no cuenten conmigo. Después de mucho sentirlo y poco pensarlo he decidido que
tendría que estar severamente dañado del cerebro y del corazón si no entendiera que lo único que puedo y debo
hacer es irme de pinta, ponerme mi playera de los Pumas y explorar el Universum de la mano de mi hijo.

¡Al hilo, al hilo!

Mi siempre bien recordado Carlos Castillo Peraza se autocalificaba como "un pecador standard". De acuerdo con esta
nomenclatura, Francisco Solís Peón, diputado panista, tendrá que ser catalogado como "pecador automático y
turbocargado". Condenado gordito, no se da tregua. Tengo la impresión de que no actúa por su cuenta, sino que está
cumpliendo una delicadísima misión que consiste en demostrarle al mundo que a los panistas también les encantan el
refuego nocturno y los etílicos néctares. Me parece que es una estrategia perfectamente orquestada y que Solís Peón
está ofrendando su hígado para mejorar la imagen del PAN a base de empeorarla. Quizá sea el estúpido y
bochornoso calor que se siente en esta Ciudad, pero puedo imaginar a la alta jerarquía panista reuniéndose en
apartado lugar y planeando la estrategia anti-abascal. Imagino también a Solís Peón dando un paso al frente y
poniéndose a las órdenes del jefe Diego quien, durante varios meses, lo entrenó cuidadosamente en las difíciles artes
de visitar antros como el "Luxor" y entregarse a los deliquios del table dance, beber marranillas de los más dudosos
orígenes (¡al hilo, al hilo!) y sobrevivir con cierto garbo (no mucho). Todo esto ante los atónitos ojos de los chicos de la
prensa que se cansaron de tomar notas y fotografías.

Si de lo que se trataba era de mostrar que en el PAN también florecen la frivolidad, la hipernaquería y el desfiguro,
creo que José Antonio Ríos y Francisco Solís Peón pueden decir con orgullosa voz: ¡misión cumplida!.

Envío

Para Jaime González Graff, que ya está con nosotros de otra manera.

Cualquier correspondencia con esta columna que se va de pinta, favor de dirigirla a germandehesa@prodigy.net.mx o
al Apartado Postal 19-111, Delegación Benito Juárez, México D.F.

Gaceta del Angel / ¡¡¡Universum

Por

Germán Dehesa
(08-Jun-2001).-

Es un agasajo de Museo. Divertido, variado, pedagógico, bien atendido con excelente mantenimiento. En México no
conozco un espacio de oferta cultural tan amplio y tan variado como el que ofrece Ciudad Universitaria: cines, teatros,
una magnífica sala de conciertos, un hermoso jardín botánico y el "Universum". Esta enumeración no es exhaustiva,
pero sí suficiente y reciente. Imaginen a la orilla de una ciudad grisácea, hostil, congestionada y amenazante, un
amplio y aireado espacio verde tranquilo y propicio para la divertida educación de toda la familia, o, como es el caso,
la convivencia de padres e hijos.

Como ya habrán percibido, mi escolar incursión fue coronada por el éxito. Antes de que lleguen, acuso recibo de todas
las mentadas que seguramente me enviarán las personas e instituciones que esta mañana de jueves dejé agarradas
de la brocha. Acuso recibo y de inmediato reexpido las mentadas a las celestiales llanuras tenochcas donde mi madre,
caracterizada como Mary Be Bop, apacienta su rebaño de almas borreguiles.

Refrendando mis usos y costumbres, el ex-bucles y yo llegamos con un levísimo retraso al punto de partida donde ya
estaban reunidos infantes, maestras y padres aferrados a su teléfono celular. ¿Cómo ves lo de Rosario Robles?, me
dijo uno de ellos en cuanto me avistó. A estas horas no veo nada, además, no tengo ninguna bronca personal, lo que
tengo es el deseo y la firme intención de que ya no nos roben y, para rematar, te suplico que leas el artículo que hoy
jueves le dedica Sergio Sarmiento a la ex-jefa de gobierno. Coincido plenamente con él. ¿Pero no estás enojado?. Sí,
sí estoy, pero es por la desmañanada que me cargo. Yo no sé cómo le hace el diputado Solís Peón para transitar de
la orgía a la curul sin sentirse jerga de gasolinera. ¿De veras le ibas a los Sixers?, me preguntó otro abnegado colega.
Sí, si por eso me desvelé. Comencé a verlo como a la una de la mañana. ¿Y cómo ganaron, si tú les ibas?. Los
designios de Alá son misteriosos; algunas veces le atino, además Shaquille O' Neal nos resultó utilísimo. Se percibe
que desde que nació (medía 1.40) sólo ha visto la escuelita de Ortiz de Pinedo y eso le ha provocado muerte cerebral.

Cumplidos estos trámites, el camión arrancó y nos depositó a las puertas del Universum. El Bucles no cabía de gozo.
Yo tampoco. La doctora Julieta Fierro, directora del Museo, se acercó a saludarnos con gran gentileza y con
inocultable orgullo por ese espacio que ella y sus colaboradores mantienen, bello y útil, para el servicio de sus
visitantes. Fueron dos horas largas de minuciosa visita. A la entrada, las maestras nos entregaron unas hojas con
preguntas que los niños tenían que responder durante la visita. Con gran satisfacción aviso que todos los padres las
respondimos con mucho cuidado.

¿Se dan cuenta de que ésta es nuestra última excursión de padres e hijos?, preguntó un padre a la hora del lunch. Yo
sentí a la vez alivio y melancolía. Falso, dije yo, el año que entra, nos vamos al Lobohombo que ya va a estar
reabierto.

Friendeights...

...o sea, amigochos. Yo, el más indigno; yo, el peor de todos, yo, que he dicho I am the wife of mistress Landeros; yo,
que he intentado comprar a sweater without sleeves; yo, que tanto te quise en la vida, quiero hacer algunas
observaciones sobre el muy peculiar inglés que habla Vincent van Fox. En gramática y vocabulario no hay
demasiados problemas y los que hay ya los trae desde el español. En diversos noticieros televisivos he visto a Fox
dirigirse a las orientales masas en un inglés bastante aceptable en su construcción, aunque poco curioso en la tonada.
Digamos que la letra es de Cole Porter, pero la música es de José Alfredo. Güiara bisnescountry y ahí me hiere el
recuerdo, dice Chente. No es nada grave, digo yo. Ni que los japoneses hablaran con acento de Oxford.

Más trascendente que esto es la percepción que mis conciudadanos me comunican como si ya fuera un hecho
consumado. Según esto, Fox se fue al oriente a vender literalmente el país al grito de ¡en la compra de PEMEX,
llévese Veracruz y un útil llaverito de Banamex!. En mi cotidiana comparecencia radiofónica me traen frito y rebozado
con los alarmados telefonemas de los radioescuchas que ya se sienten viviendo en un suburbio chino. Teikitisi, mai
friendeights.
Las Orquídeas Penumbra...

...mueren de una mirada malpuesta de los hombres que no saben ver nada. Palabras de Carlos Pellicer. Añado yo: no
hay un sólo día en el que no florezca alguna orquídea penumbra. Lo que necesitamos es mirar con cuidado. ¡Fíjense!.
Fíjense que hoy toca.

Cualquier correspondencia con esta columna recreativa y museográfica, favor de dirigirla a


germandehesa@prodigy.net.mx o al Apartado Postal 19-111, Delegación Benito Juárez, México, D.F.

Gaceta del Angel / Anteojos Polarizados

Por

Germán Dehesa

(11-Jun-2001).-

Tal como están las cosas, cada quien ve lo que quiere ver, entiende lo que quiere entender y, de acuerdo con su
manual de prejuicios ideológicos, extrae de los mismos hechos señales alentadoras o conclusiones catastróficas. Un
caso: Vicente Fox vuela al Oriente y ya estando allá, anuncia que México y sus gobernantes están dispuestos a hacer
negocios. ¡Por fin mostró sus verdaderas intenciones!, vociferan los autodesignados defensores del "México profundo
y liberal" y añaden: va a malbaratar lo poquito que nos queda y le va a regalar a los chinos (vocablo que en México
incluye a los japoneses, a los coreanos, a los vietnamitas, a los que padecen ictericia y a los propios chinos) nuestra
industria petrolera, la generación de energía y el Pico de Orizaba (como repuesto del Fujiyama). En el otro extremo del
espectro ideológico están los que todo lo aplauden, los que miran a Fox como Quetzalcóatl con botas y aprueban,
entiendan o no, cada paso y cada declaración de Fox y su variopinta caravana. Unos y otros, en su delirante ánimo de
mirarse como salvadores de la patria, se trasladan al siglo XIX y reactivan la guerra santa entre conservadores y
liberales. Está bien. Todos tenemos derecho a divertirnos de una manera u otra. Lo que produce una cierta
pesadumbre es que se lo tomen tan en serio y hasta lleguen a creer que eso es realmente lo que está ocurriendo.

En cierto sentido, a los que peor nos va es a los que estamos en medio y no tenemos más apuesta que la
recuperación de México y la búsqueda de una fórmula que nos permita crecer de manera menos indigna y más
armónica. Sabemos que para empezar no hay que hacerse demasiadas ilusiones. Tan de pena ajena son los
desfiguros de Fox que ofrece sus buenos servicios para reunificar a las dos Coreas (primero arregla tu casa,
papacito), como los paroxismos melodramáticos de doña Chayo (me atacan por ser mujer, pero no lograrán ponerme
de rodillas), o los inenarrables conflictos de AMLO con las monedas de a tostón: las voy a usar para subsidiar la leche
Liconsa, luego las recupero con el alza de tarifas del Metro, luego se me encrespan las fuerzas vivas y entonces meto
reversa, le paso la factura a Fox y vuelvo a quedar como al principio sin saber si el tostón me sobra, me falta, o quedo
a mano (las cuentas de la lechera). Si estos van a ser los caudillos de la guerra santa, creo que la ciudadanía prefiere
quedarse en santa paz.
Y sin embargo, el país se mueve. Nuestros dirigentes de uno y otro signo, reconozcámoslo, son bisoños, chambones,
lenguaraces, urgidos de figuración, secreta o abiertamente mesiánicos, equipados con ideologías arcaicas y/o
raquíticas y convencidos de que no hay más ruta que la suya. Habría que avisarles que, por lo pronto, ni siquiera hay
ruta. Reconozcamos también que, por el lado positivo, hay algunos signos alentadores: estos mismos dirigentes
levemente extraviados tienen, en general, un más alto coeficiente de buena voluntad y cuentan con el apoyo y la
exigencia de una ciudadanía que viene regresando a México después de su prolongada estancia de 70 años en la
luna. ¿Y si cambiáramos la guerra santa por una alianza laica?.

La Buena Leche y la Otra

Un amable corresponsal guanajuatense me comenta que la de Liconsa no es leche sino una mezcla entre alquímica y
diabólica; que, para leche auténtica, la que él obtiene de las vacas que cotidianamente ordeña y que, con dificultades,
puede colocar en el mercado a un precio que, en el mejor de los casos, alcanza los dos pesos. No creo que su agravio
sea único y algo tendremos que hacer para mediar esta brecha entre los pequeños productores rústicos y los
tecnificados productores e importadores masivos. Obviamente no se trata de discutir cuál es leche y cuál no. Las
noticias que tenemos de la tarahumara acerca de la mejoría nutricional de los infantes a partir de que pudimos
hacerles llegar leche Liconsa, son enormemente alentadoras. De lo que se trata es de aprovechar toda la leche de la
que disponemos y de pagarla a un precio justo.

En otro ámbito, Jaime Avilés me asigna (sin nombrarme, porque le puede salir un fuego) el cargo de organizador de
tés canasta y, sin mucho sustento, deduce que yo digo que AMLO tiene que pedirme permiso para absorber el
aumento de la leche Liconsa. Está orate. Es AMLO el que tiene la manía de consultarle a los ciudadanos hasta el
asunto de si debe o no volverle a prestar la Cherokee a su retoño. Siendo esto así y tratándose de dineros públicos,
me pareció sensato que lo consultara, no conmigo, sino con sus gobernados. De cualquier manera, consultándola o
no, es la ciudadanía la que va a pagar esta ayuda, esta inversión en nuestro futuro común. Cualquier funcionario que
quiera ponerse la medallita y adjudicarse el mérito estará haciendo lo que se llama "caravana con sombrero ajeno".

Nacos.com

Me conmueve ese Monet anciano que en Giverny testimoniaba el cambiante idilio entre el sol y los nenúfares y lirios.
Me emociona Felisberto Hernández y la historia de ese hombre que se volvió un virtuoso del llanto. Me asombra la
fecunda sonrisa de Gabo. Del mismo modo, me parece patológico admirar a un faraón baboso que ordena la
edificación de una pirámide que resguarde su lamentable osamenta; o a un rey francés que se hace una casota con
muebles como de Lerdo Chiquito; o a un emperador chino que manda fabricar un pasmado y numeroso ejército con
todo y cuacos estilo Tlaquepaque. Bien mirado, son antecesores del edil de Tultitlán. Nunca he pensado que valga la
pena hacer el viaje para contemplar tan acabados testimonios de la estética ultranaca. Nada más de imaginarme a
Fox y a sus business boys jugando a las escondidillas con el ejército de terracota y sobando a los megalladrós, siento
que me quiero morir en Houston abrazado a mi osito de peluche.

Gaceta del Angel / Yo te daré protección

Por

Germán Dehesa
(12-Jun-2001).-

Madres y padres tenochcas ya se habrán dado cuenta. Comienza junio y con él ese periodo de intensa turbulencia
creada por nuestros maravillosos chiquillos en edad escolar (es decir, en cuanto cumplen un mes de nacidos y hasta
que son incorporados a algún gabinete presidencial o consejo directivo). Así es, mexicanas y mexicanos, ha llegado la
época de los festivales de fin de cursos, entregas de diplomas, recitales de danza moderna y exhibiciones de karate.
Que yo recuerde, mis padres acudieron una sola vez a verme bailar "Las Chiapanecas" con coreografía de la seño
Elisa y quedaron tan horrorizados que jamás, para tranquilidad de todos, volvieron a presentarse en un aquelarre así.
Lo he hablado mucho con mi terapeuta de cabecera y, en verdad, no les guardo el menor rencor por su inasistencia a
mis obligatorios arrebatos artísticos. Creo que a los que nunca podré perdonar es a todos esos maestros que
supusieron que yo podía servir para alguna actividad al aire libre, cuando es obvio que soy una sensitiva planta de
interior.

El temperamento de Andresito es mucho más arrebatado. Así lo acaba de demostrar en el alucinante festival de fin de
cursos que su escuela organizó (es un decir) el sábado pasado. Desfilaron cerca de 70 grupos de minitruhanes. Lo
bueno es que había que llegar desde el principio y el fastuoso cuadro escénico en el que participaba el ex-tamal era el
último. Si mi relación con la infancia era difícil, ahora es imposible. Me faltó el valor que tuvo una señora de mi
cercanía que, aterrada por tanto moconete, apachurró a una niña de brazos que llevaba hasta que esta vomitó como
si la estuviera exorcizando Onésimo. ¡Vomitó la niña!, dijo como si no nos hubiéramos enterado y una vez asentada
esta información, huyó para siempre de la zona de desastre.

Yo aguanté a nalga firme hasta que apareció Andrés caracterizado como papá (no como papá de alguien, sino como
papá genérico). En sus manos llevaba una pieza de cartón adherible con forma como de abrigo. Se plantó en la mitad
del foro y dijo con una voz que envidiaría el Perro Bermúdez: yo te daré protección y abrigo. Dicho esto, pegó su
cartón en una figura masculina que estaba pintada en el telón de fondo. La imprudente madre videogrababa todo esto
para eterna vergüenza del infante y el padre de la criaturita lagrimeaba de un modo oprobioso. Si Andrés supiera; si
mis hijos supieran cuánta protección y cuánto abrigo me han proporcionado por el mero hecho de ser mis hijos y de
educarme y de quererme. Bueeeno.

Con Tal Motivo...

...y siguiendo el pésimo ejemplo de Fox, procedo a evaporarme pues voy a realizar una veloz gira por Nueva York,
Madrid y Barcelona (ahí estaré para la noche de San Juan). I am a business people y este viaje no lo realizo nomás a
lo buey. No. Voy a abrir mercados y a advertirles a los extranjeros que si no invierten en México es porque
francamente son muy babas. Una ventaja adicional: viajo por mi cuenta y no con cargo al erario. Diariamente recibirán
un cumplido informe de mis andanzas. No le abran a nadie.

Los Pendientes

Ser agente libre tiene todas las ventajas y todas las cargas inherentes a la libertad. Puede uno irse cuando quiera y
regresar cuando se le dé la gana. La única limitación es muy simple: si no trabajas, no ganas. Así las cosas, la única
manera de abandonar la base y arrastrar la pata por el mundo es adelantando un tercio del trabajo, posponiendo otro
tercio y realizando sobre la marcha el tercio restante. Lo que se podía adelantar ya lo hice. Lo que se procesa sobre la
marcha lo hago con mucho gusto por el mero hecho de cambiar de paisaje. Lo que ya desde ahora comienza a
provocarme fibrilaciones espirituales es el asunto de los pendientitos. Son como semillas transgénicas que dejara uno
sembradas en un medio especialmente propicio. Si en este momento son apenas brotecillos, cuando regrese, estoy
seguro, van a ser la selva lacandona; pero ni modo; ya veré cómo me las arreglo, porque, como dice mi abogado con
voz grave y sentenciosa: nadie está obligado a lo imposible. En este momento, pienso en mis pendientes y me
imagino "la Rebelión de los Colgados" de Bruno Traven. Pronto llegará el olvido.

Envío
¡Qué chambita te conseguiste!, le dije a Enrique Semo, amigo mucho más entrañable que lo que él imagina. Ambos
estábamos en Toluca (¿qué tal?, antes de enfilar a Nueva York pasé a Toluca a participar en una mesa redonda
organizada por "Espacio 2001"). La chambita a la que me refería era la de Director de Cultura en el DF. Tengo
fundadas esperanzas de que hará muy bien su trabajo. No sabe hacerlo mal.

Para Enrique Semo, que me lee a tempranas horas y con buenos ojos, son estos renglones que van acompañados de
mi público ofrecimiento de ayudarlo a que nuestra Ciudad sonría con inteligencia.

Cualquier correspondencia con esta columna que brinda abrigo, favor de dirigirla a germandehesa@prodigy.net.mx o
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Gaceta del Angel / Grumos en la leche

Por

Germán Dehesa

(13-Jun-2001).-

A más de quince años de distancia, todavía me asombra recordar las declaraciones de Miguel de la Madrid a raíz del
temblor. Según dijo (aunque luego se retractaría de palabra y de hecho), el gobierno mexicano podía solito con el
paquete terrible de los daños, el auxilio a los damnificados y la reconstrucción de la ciudad dilapidada. Aunque
agradecible, no era necesaria la ayuda internacional, ni la colaboración de la ciudadanía. Venturosamente, nadie le
hizo caso y los ciudadanos aprendimos en aquellas dolorosas jornadas todo lo que la sociedad podía hacer por su
cuenta y riesgo. Si se piensa bien, ahí se hizo posible y tangible el 2 de julio del 2000 que yo, sin escatimar el tenaz
esfuerzo y el liderazgo de Vicente Fox, veo como la expresión de la voluntad ciudadana que ya había aprendido que
quería y podía provocar el cambio.

La historia apenas comienza. Ya logramos salir del abismo profundo y negro, pero todavía no llegamos a ninguna
parte. Ahí siguen, por ejemplo, los gobernantes supuestamente democráticos que, sin embargo, continúan haciendo
uso discrecional de los dineros públicos y sin convocar a la ciudadanía para que se sume a aquellas tareas que son
de interés y urgencia común. "Yo puedo solito", parece ser el lema de estos administradores disfuncionales que le
niegan a la sociedad su derecho a servir. Creo adivinar lo que hay en el fondo de esta actitud. Si solicito la
colaboración de los ciudadanos, diría este hipotético personaje, van a pensar que no soy todopoderoso, perderé mi
aura sagrada, me sabrán humano y limitado, no podré colgarme todas las medallitas y, lo que es peor, esa ciudadanía
que colabore conmigo terminará cogobernando y sintiéndose con derecho a opinar, criticar y pedir cuentas acerca de
mis tareas. Me imagino que éste o alguno similar será el itinerario mítico-mental de algunos de los grandes solitarios
de palacio. Puede ser.

Por lo pronto, lo que tenemos es a AMLO con el tren ligero hecho charamusca, con el Metro atorado (y todavía no le
entra de frente a la bronca del sindicato que usufructúa ese servicio como subterráneo feudo personal), con el crimen
más organizado que nunca y, por si algo faltara, con la leche echándosele a perder.

Como no pudo llegar a ningún arreglo con Liconsa, ahora nos dice que él va a distribuir directamente el dinero del
subsidio entre las familias necesitadas. El ciudadano pregunta: ¿dónde está su padrón de familias necesitadas?,
¿podríamos verlo?, ¿cómo se va asegurar usted de que ese subsidio se aplique correctamente¿, ¿una familia
necesitada tiene que ser perredista, o puede tener otra militancia, o no tener ninguna?. En verdad, creo que vamos de
mal en peor y creo también que ya no son horas de andarle haciendo al Evito Perón.

Don AMLO: ¡déjese ayudar!. La sociedad tiene ya muchos años realizando miles de tareas que, en principio, le
corresponderían al gobierno. Créame que es una ciudad endemoniada y que una buena manera de comenzar a
exorcizarla es pidiéndole a los ciudadanos que, mediante la ayuda y el trabajo comunitario, la volvamos a sentir
nuestra. Sería ingenuo suponer que esos ciudadanos que comparecimos el 2 de julio, pensamos que no teníamos
más tarea que votar y regresar a casa a esperar apoltronados a que los cambios ocurrieran. Habrá algunos que quizá
hayan pensado así, pero la mayoría quiere acción, quiere trabajo, quiere ayudar. Por favor, señores del gobierno, no
nos digan que ustedes con ¡grandes acciones! pueden solitos. Eso no es democracia, sino todo lo contrario.

¿Y Nueva York?

Ahí está. Desde aquí lo estoy viendo, pero primero tenía que avisar que llegué bien para que no se inquieten en Los
Pinos. El viaje, como todos mis traslados aéreos, fue infernal, pero no voy a dar detalles porque ya chole. Llegamos
aquí dos horas después de lo previsto, pero la insensata Hillary dice que todo es parte de la diversión. Ahora ella va
rumbo a las grandes avenidas y yo estoy aquí escribiéndote, lectora lector querido, e iniciando un difícil romance con
una recamarera colombiana que es gentil como las flores de mayo. Llegó hace 20 años de Bogotá, tiene dos hijos y
canta entre labios mientras trabaja. Tendrá unos 60 años (a mí me gustan maduras) y es muy platicadora. Metidos en
conversación caímos previsiblemente en el tema del narco y de pronto, ya estábamos discutiendo quiénes eran
mejores (peores) narcos, los mexicanos o los colombianos. Allá afuera la ciudad comenzó a rugir desde las seis de la
mañana. William Blake me espera en el Metropolitan, en el Plaza me aguarda un Manhattan, en la Frick Collection
quedé de encontrarme con Tomás Moro, en la punta de la isla están Los Claustros con sus tapices del Unicornio y, en
general, Nueva York sigue igual, es decir, siempre es distinta.

Envío

Estos renglones son para Carlos N., un aguerrido tenochca que me saludó en el avión y que se compadeció de mi
infinita torpeza y del dialecto shoshone con el que intento comunicarme en estas latitudes. Nos ayudó con nuestras
maletas, nos guió por el infernal aeropuerto, nos trajo en su coche, se aseguró de que tuviéramos cuarto y ya no subió
a ponerme la piyama porque la Hillary lo miró muy feo. Gracias. No hay nada mejor que, en las horas de prueba,
conseguirse un nuevo cuate.

Cualquier correspondencia con esta columna que prepara malteadas, favor de dirigirla a
germandehesa@prodigy.net.mx o al Apartado Postal 19-111, Delegación Benito Juárez, México, D.F.

Gaceta del Angel / Fooling around

Por

Germán Dehesa

(14-Jun-2001).-
"Baboseando" me parece la traducción correcta para la intensa actividad que actualmente realizo en Nueva York.
Como ya tuve a bien advertir, estoy aquí para anunciar que los mexicanos estamos ready para hacer business con
todo el world. Como no traigo periodistas gorrones, ni equipo de "comunicación social", me es muy fácil hablar con la
gente y comunicarme con México. Nadie me malinterpreta, nadie me cobra viáticos, ni tengo que explicarle a nadie
que mi relación con el Presidente es entera y tiernamente profesional. Desembarazado de todo esto, me luce mucho
el tiempo e intento ir y venir por las calles de Manhattan.

Por la calle 55, un ciclista avanza hecho la mocha. Por esa misma calle avanza la limusina de una respetable matrona
peinada como Rodríguez Alcaine. La limusina se detiene, la señora abre la puerta y el raudo ciclista se estampa en
ella. Queda como salpicón. Lo bueno es que traía casco, porque es lo único identificable que queda. Lo demás es
como caricatura de la vaca y el pollito. Con celeridad que en México jamás veremos, llegan tres patrullas, un carro de
bomberos y dos ambulancias. En mi añorada tierra, ni cuando ametrallan a un cardenal armamos estos panchos. El
ciclista va y viene de la inconciencia para avisar que se siente a todo dar. La policía acordona el lugar y se forma una
larga fila de testigos presenciales. La señora Rodríguez Alcaine dice que no es bronca de ella, que exige que el
agónico ciclista pague los daños de su puerta que quedó como de cantina de Tampico e intenta comunicarse con su
abogado. Los bomberos se retiran, el tráfico ya se atascó, los taxistas pakistaníes profieren mentadas orientales, el
ciclista se levanta, mira su vírula convertida en monociclo y se vuelve a desmayar. Los policías nos conminan a
circular y yo, con enorme pena, tengo que abandonar esta salpimentada escena neoyorquina.

Ahora estoy en quinta avenida esperando que el semáforo peatonal me otorgue derecho para circular. Mientras esto
ocurre, viajo mentalmente a México y acuso recibo de las últimas noticias. Bajita la mano, Jorge Carpizo ya le dijo al
inspector Sandoval Iñiguez que es un papero (en su acepción de mentiroso, no de Sumo Pontífice) y que se avienten
un tiro con el detector de mentiras y que lo va a castigar Dios. La Contaduría entregó su informe y, según él, siguen
sin salirle las cuentas a Rosario Robles. Muy probablemente esto se debe a que es mujer, a que es luchadora de
izquierda y a que nadie logrará arrodillarla. Puede ser, pero las cuentas no salen. Con su acostumbrada falta de éxito,
los maestros inconformes levantan su plantón y regresan a averiguar si sus alumnos todavía están en edad escolar.
Sin saber muy bien cómo le fue en el Oriente, Fox se dispone a emprender una nueva gira. Al paso que va, para
septiembre ya desbieló el avión. Curioso fenómeno el de Vicente Fox: cada vez es más popular en el extranjero y más
cuestionado en su propio país donde, la verdad, nadie ve claro en qué consistió el cambio de gobierno. La información
que recibimos el domingo acerca de las enormes cantidades que se están gastando en Presidencia en comparación
con lo que gastaba Zedillo es terriblemente descorazonadora.

Luz verde. Chocan las huestes que van de aquí para allá, contra las que van de allá para acá. Yo soy parte del primer
pelotón, pero me toca un carril muy difícil. Directamente contra mí viene una señora que empuja una carreola azul y
sostiene el celular entre el hombro y la oreja. La opción es clara: o me quito, o me deja como al ciclista. Me quito.
Mañana le sigo.

¿Y la Hillary?

En pleno anonimato neoyorquino, una señora vestida muy propiamente (en las ciudades calurosas, sólo las
mexicanas se visten muy propiamente) se me queda viendo y me dice con voz de que acaba de descubrir un flagrante
adulterio: ¿dónde dejó a la Hillary?. Mi respuesta no la deja del todo satisfecha. Vaya usted a cualquier tienda, le digo,
y pregunte por el probador de damas (eso es lo que a mí me hubiera gustado ser), asómese y es casi seguro que ahí
la encuentra; yo voy rumbo al Hotel Plaza porque tengo cita con Tom Cruise y Sharon Stone para cometer todo tipo de
excesos eróticos. No es cierto, me dice la señora. No, señora, no lo es, pero suena bien. Yo soy de Colima, me dice la
señora como si esto fuera un alto título nobiliario. La felicito, señora. A ver qué día escribe de Colima. Hoy mismo,
señora. Ya escribí. No cabe duda de que soy un caballero.

Con motivo de este Día

Me permito felicitar a todos los Antonios que en el mundo han sido. Felicito a mi amigo el Taiguer, a Toño López y al
mismísimo Antonio de Padua que es el más famoso. Flores y abrazos para todos ellos.
Cualquier correspondencia con esta cosmopolita columna, favor de dirigirla a germandehesa@prodigy.net.mx o al
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Gaceta del Angel / Los Audaces

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Germán Dehesa

(15-Jun-2001).-

¿No te gusta?, me pregunta la Hillary mientras me muestra una camisa negra, supuestamente para caballero,
realizada en una especie de brocado como para cortina de hotel coreano. Miro la camisa, miro a mi señora y digo del
siguiente modo: mi estimada consorte, yo me pongo esa camisa en México y, en menos de diez minutos, Leonel
Godoy me organiza un operativo que culminará con mi aprehensión e inmediata vinculación con la sucursal sureña del
cártel de los Arellano; si ya aprehendieron al "metro", yo sería bautizado como el "centímetro" y me cargarían la
muerte de los Carrola, el candente robo de la nómina, lo del Cardenal Posadas y, de una vez, lo de Paco Stanley,
¿eso es lo que quieres?. Eres muy exagerado; yo pensaba que la podías usar en el escenario. Pues si tienen teatro
en Almoloya, a lo mejor sí. No compramos la camisa. Tan negro fracaso hizo que nuestras vidas abandonaran el
rumbo comercial y derivaran hacia satisfacciones de mejor índole. Decidimos ir a "Los Claustros" que quedan en casa
del demonio, en la última punta de la isla de Manhattan.

Fort Tryon, como su nombre lo indica, fue alguna vez un espacio fortificado donde tuvieron lugar varias escaramuzas
entre los sajones y los algonquinos que eran del color del ladrillo. A comienzos del Siglo XX, la familia Rockefeller
compró el lotecito y decidió reunir ahí una enorme cantidad de labradas piedras medievales que se habían traído de
España y Francia a muy buenos precios. Fue como armar un rompecabezas gigante y sin modelo previo. Una capilla
catalana, convive con una columnata provenzal, un patio conventual español y un Cristo germánico. El resultado es
armonioso, sereno y bello. Los jardines son muy hermosos, la vista al río Hudson es como una silenciosa estrofa de
Manrique (allá van los señoríos/ derechos a se acabar/ e consumir) y los tapices del Unicornio (que cuando fueron
encontrados, servían como bellaca alfombra de un depósito de legumbres) son unos de los milagros de este mundo.

¿Qué me decías de la nómina, allá en la tienda de las camisas?, me preguntó la Hillary mientras descansábamos en
la terraza de Los Claustros. La nómina de la policía capitalina, se la volaron. ¿De veras?. Los rateros ya están en un
plan muy pelado. Godoy (que jamás logrará reponerse de los brutales madrugones que le arrima AMLO) ya reconoció
públicamente que la delincuencia "es cada vez más audaz". Para eso sirve levantarse temprano; para llegar a esas
conclusiones tan profundas. Y no es que yo no esté de acuerdo con Don Leonel, pero creo que no llevó la sutil
deducción a sus últimas consecuencias. Si la delincuencia es cada vez más audaz, esto podría deberse a que la
policía es cada vez más inepta, o más corrupta, o más burocratizada, o más atejonada, o con peores chalecos, o todo
junto. Entre delincuencia y policía hay un inevitable sistema de vasos comunicantes. Si una es más audaz, es que la
otra es más taruga. Por lo menos, ésa es mi conclusión, pero Godoy ha de saber más. Me preocupa que el Gobierno
del DF no encuentre mejor cosa que reconocer que los ratones están muy bravos. Una vez reconocido esto, nos
gustaría que nos dijeran qué procede hacer. Se me ocurre.

La Primera Enmienda
En la Avenida Madison casi esquina con la Calle 56, hay un enorme edificio cuyas instalaciones están enteramente
dedicadas a la defensa de las libertades dentro y fuera de los Estados Unidos. "The First Amendment Center" se llama
el lugar y desde sus escaparates convoca a todo ser humano que se sienta atropellado en alguna de las siguientes
libertades: de reunión, de petición de cuentas, de religión, de prensa y de expresión. Es un lugar vivo y habitado por
hombres y mujeres de todas las naciones de la tierra. La gente entra y sale, pide información, lleva sus protestas y
participa en las actividades que ahí se organizan. Hoy jueves 14 al mediodía, se realizó una especie de seminario
acerca de los derechos y riesgos de los reporteros que trabajan como agentes libres. Me enteré ya tarde. Me hubiera
encantado asistir y presentar el caso de México, donde una reportera y el director del periódico donde trabaja están
demandados por haber publicado documentos que ponen en duda la transparencia en los gastos del anterior gobierno
de la Ciudad de México. Están demandados, pero no pueden conocer los términos exactos de la acusación que pesa
contra ellos y quienes habrán de juzgarlos pertenecen al nuevo gobierno que es del mismo partido que el anterior. Un
batidillo, pues. Me enteré cuando ya había terminado. Quizá fue mejor, porque no sé cómo se dice batidillo en Inglés.

Los Otros Audaces

Son los que no compran camisas de brocado negro, ni roban nóminas. Son (somos) los que hoy sienten (sentimos) el
florido alivio de que es viernes. Hoy toca.

Cualquier correspondencia con esta columna con camisa negra, favor de dirigirla a germandehesa@prodigy,net,mx o
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Gaceta del Angel / Vuelven los audaces

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Germán Dehesa

(18-Jun-2001).-

Hace mucho que no nos tocaba a nosotros. Estadísticamente estábamos fuera de la norma. Nuestros percances eran
nimios y caían dentro de lo que ya se considera "normal" en la atmósfera de violencia e impunidad en la que vivimos
los ciudadanos de este país: la Rubia Misteriosa salía de la oficina y descubría que su auto ya no tenía parrilla, ni
faros, ni defensa; a otros colaboradores y visitantes de esta prestigiada negociación le ocurrían cosas similares. Hace
dos años ocurrió algo peor: durante toda una noche, varios ganapanes se dedicaron a vaciar minuciosamente mi
oficina. Lo único que dejaron, ¡miserables!, fueron los libros. Todo lo demás se lo llevaron. Los ladrones tuvieron toda
la noche para hacer la mudanza. Alguna vecina los vio, pero prefirió no meterse en problemas. A cien metros de la
oficina hay un "módulo" de Policía cuya utilidad está todavía por averiguarse. Los ladrones fueron aprehendidos y, por
enigmáticas razones, dejados en libertad. Jamás aparecieron las computadoras, aparatos, equipo y chunches
diversos que se volaron. Tras muchos afanes, los sabuesos consiguieron recuperar una botella de whiskey y otra de
vino. Si quería yo recuperarlas, tenía que presentarme con las facturas de las botellas. No lo hice, porque no suelo
conservar las facturas de las botellas que compro o me regalan. Grave error. Hace unas semanas recibí un
amenazador citatorio para que fuera yo a explicar tan grave anomalía. Resultado: yo pago ahora un servicio privado
que vigila mi oficina, yo tuve que reponer todo lo robado y tuve que solicitar la ayuda de un notario y un abogado que
me defendieran del desacato de no haber ido a recuperar mis botellas. Con todo esto he aprendido que denunciar un
robo no es tan sólo inútil, sino que acaba resultando más caro que el robo mismo.

CAPITULO II: Pancho es un querido amigo y, por muchos años, mi colaborador más leal y honrado. Le va al América,
pero aún esa falla congénita nos da motivo de conversación en nuestros largos trayectos automovilísticos. El jueves
14 yo estaba en Nueva York escribiendo acerca del robo de la nómina de la policía y mientras tanto, en el sur de la
Ciudad de México, Pancho retiraba del banco su sueldo y el de algunos de sus compañeros. Salió del banco, abordó
su auto en compañía de mi secretaria y se dirigió a la oficina. En la calle de Hermes, casi esquina con Insurgentes,
había el consabido embotellamiento. Cuando vino a saber, Pancho ya tenía una pistola detrás de la oreja y un grito
histérico: ¡entrégame todo el dinero que acabas de sacar del banco!. Pancho obedeció. El ratero tomó las llaves del
coche. Policías no había y los muchos automovilistas y viandantes miraban para otro lado. De la nada, surgió otro
ladrón que gritaba: ¡dále un balazo a este cabrón!, ¡mátalo!, ¡mátalo!. Pasados algunos segundos, el par de ladrones
desaparecieron. A Pancho le salió barato, pues nada más lo golpearon en la cara. No cuento esto porque me haya
pasado a mí; pasa en mi ciudad; ni porque solicite un trato especial que ni quiero, ni tendré. Por supuesto que
levantamos un acta (FDBENITO/31/USDO2/01322/2001-06). Estamos citados para comparecer el 12 de julio (ojalá y
los rateros no se gasten nuestra lana mientras tanto).

Adivino el final: Tendremos que ir y venir a la Delegación. El susto nadie se lo quita a Pancho. La lana la tendré que
volver a pagar yo. Leonel Godoy declarará que la delincuencia sigue muy audaz y Andrés Manuel seguirá peleándose
con Fox declarando que la banda más terrible está en Los Pinos y repartiendo leche y dinero a sus potenciales
votantes. No tienen vergüenza. No sirven para nada están rebasados por todas partes y ni siquiera piensan en la
mínima dignidad de renunciar. Pancho, el ofendido, tuvo que ir a la Delegación. El hijo de Andrés Manuel, el ofensor,
ni siquiera fue molestado.

Madrid

Allá en mi oficina todos están en el calambre y ya nadie quiere ir a cobrar su sueldo. El irresponsable jefe de la
corporación está en Madrid. Llegué el sábado en calidad de mortadela, pero poco a poco la vida fluye. Como dirían las
etnias de aquí "hace un calor fresquito", la ciudad está limpia y más verdecida que nunca. Los hombres hablan de las
mujeres, de futbol, de cultura y de política. Creo que ese es el orden natural. La Feria del Libro está en su mejor
momento y Chabela Vargas y Carlos Monsiváis acaban de ofrecer un diálogo-recital con enorme éxito. Los amigos me
preguntaban acerca de Monsi y yo me doy gusto platicando (y presumiendo) de uno de los más altos, coherentes y
divertidos lujos que tiene la cultura mexicana. En la alta noche, la gente pasea, platica, se divierte, se respeta y vive
en paz. La buena vida. Para los que venimos de la mala vida es casi como un milagro. Y que conste que no estoy
pretendiendo mudarme a Madrid, ni pidiéndole a Pedro Cerisola que el nuevo aeropuerto sea en Barajas. Lo que me
gustaría más que nada en este mundo sería recuperar mi única y natural ciudad: la Ciudad de México.

Y Allá en el Azteca

Otra copita de bilis. A los roedores les metieron ingeniería, les dieron mutación intensa, les cambiaron ese uniforme
como de hospicio que traían y, ya con todas estas modificaciones, volvieron a perder, pero ahora en el Azteca y contra
Costa Rica. ¡Focos rojos!, diría Javier Solórzano. ¡Me carga la pirinola!, digo yo.

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Gaceta del Angel / ¿No hay nada que hacer

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Germán Dehesa
(19-Jun-2001).-

No hay un sólo biógrafo de Dostoyevski que no se detenga en ese episodio decisivo de su existencia, cuando el joven
y ya famoso escritor es acusado de conspirar contra el Estado y, en un precipitado juicio es condenado a muerte.
Frente al pelotón, cuentan los historiadores, Dostoyevski muere mil muertes durante los segundos que anteceden a la
ejecución. Esta es una farsa, los ejecutores traen balas de salva y el supuesto ejecutado tiene que escuchar que su
sentencia ha sido conmutada por la de trabajos forzados en Siberia. Nunca, nos cuentan, se repondrá el autor de
"Crimen y Castigo" de esta muerte ficticia.

Pienso en esto y pienso en mi buen Pancho que todavía no ha escrito una novela, ni es ciudadano distinguido (sólo es
un buen ciudadano), pero que ya vivió esos atroces instantes de una muerte ficticia con una pistola en la cabeza.
Multipliquemos esta experiencia por miles y miles de trances similares y obtendremos como resultado un país
convertido en rehén de la delincuencia que, como tan atinadamente deduce Leonel Godoy, es cada vez más audaz.
Pregunto: ¿no se puede hacer nada?, ¿no vamos a hacer nada?. No me resulta fácil creer que cada una de estas
pequeñas bandas de ladrones y asesinos trabajan por su cuenta. Todo avisa que hay una red mayor y que en ésta
hay policías importantes y políticos que tienen o tuvieron altos cargos y que resultan doblemente beneficiados por las
ganancias que se obtienen y por el pánico social que generan. Contra un aparato así, no podemos oponer cuatro
patrulleros panza de bóiler (que con frecuencia están en el ajo) o seis policletos subalimentados que nunca llegan a
ningún ajo. Necesitamos, yo creo, de una enorme y bien organizada acción conjunta.

Da igual que hablemos de Tijuana, Culiacán, Guadalajara, Ciudad Juárez o de la Ciudad de México. Más allá de
jurisdicciones federales, estatales o municipales, el problema de la delincuencia es común y como tal hay que
atacarlo. Si no creamos los grandes acuerdos y estructuras de seguridad, los delitos seguirán ocurriendo en
Tapachula, en Tepoztlán, o en la Colonia Florida del DF y siempre habrá manera de eludir la responsabilidad de su
investigación y castigo para mayor gloria y medro de los delincuentes.

Todos los que cobran por cuidarnos y que juraron servirnos tendrían que reunirse y crear un acuerdo nacional de
seguridad y combate a la delincuencia. La ausencia de un dispositivo de estas características es una suerte de
patente de corso para el hampa. Veo, por ejemplo, el caso de la permanente animadversión entre López Obrador y
Vicente Fox y lo encuentro enormemente dañino para nuestra seguridad. Entre viaje y viaje del Presidente y entre
mentada y mentada del Jefe de Gobierno, ¿no podrían encontrar un rato para reunirse y tratar con inteligencia y
buena voluntad estos asuntos que atañen a la protección y la integridad física de todos los ciudadanos?. Algo
tenemos que hacer. Son ya muchos años de cruzarnos de brazos, de llorar nuestras pérdidas con los amigos y de
darnos por bien servidos cuando no hay muertes de por medio. Una sociedad permanentemente amedrentada no
vive, sólo sobrevive e incuba en su corazón el mal deseo de la dictadura y la represión. Roba el que me asalta y roba
el que cobra por cuidar y no cuida nada. Ya no nos roben.

¡Feliz Viaje!

Me produce un cierto alivio saber que no tan sólo en México los "viajes de Estado" resultan invariablemente triunfales
y exitosos. Bush acaba de estar en Europa y apareció aquí por Madrid e hizo gala de su magnética simpatía y
encanto, que no fueron muy apreciados por los madrileños. No importa. Bush regresó a Washington y contó que le
había ido de pelos y que Putin ya es su amigo íntimo y que Aznar le quiere poner departamento. Igual dice Fox cada
vez que regresa.

Acá la prensa madrileña no comparte el tejano entusiasmo del chiripiento mandatario estadounidense. Lejos de eso, le
avientan la bronca a Aznar por andar de facilote con Bush ofreciéndole la peineta, la bata de cola y la pandereta. En
tono similar, entre chunga y rechazo, los columnistas se permiten dudar de las amistosas venias norteamericanas y
comentan con sorna y alarma la reactivación del proyecto del escudo espacial y su correspondiente parafernalia
armamentista. ¿Contra qué o quién se van a proteger los gringos?, preguntan muy sensatamente los españoles. Los
rusos ya nada más tienen resorteras Katiushka, los chinos tienen cohetes, pero para fiestas y no creo que los
maestros disidentes de Oaxaca se avienten un ataque nuclear contra Washington. Visto así, el tal escudo nuclear sólo
beneficiará a la paranoia estadounidense y, sobre todo, a su próspera industria de la guerra.

Cualquier correspondencia con esta columna secuestrada, favor de dirigirla a germandehesa@prodigy.net.mx o al


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Gaceta del Angel / Invitación al viaje

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Germán Dehesa

(20-Jun-2001).-

Creo que esta columna necesita de una breve exposición de motivos. Me propongo decir algunas cosas respecto a los
viajes porque, hace algunos meses, me encontré con un lector que me dijo que yo había escrito algo acerca del mejor
de los viajes y que él había recortado esa secuencia con la loable intención de aflojar a una galana, pero que, cuando
la tuvo en suerte, descubrió que había perdido el papelillo. El me dio su dirección y yo le ofrecí buscar el artículo en
cuestión y enviárselo con toda celeridad. El texto no lo encuentro (consideren que he escrito cerca de 11,000
artículos) y la dirección ya la perdí. Es más fácil intentar la reconstrucción. Escribo de viajes, además, porque de
México me llegan noticias muy contradictorias. Según algunos malquerientes del actual sistema, estamos al borde de
una crisis de tales dimensiones que dejará al error de diciembre en calidad de problemita de caja; según Fox, México
está de superlujo y al borde del nirvana tipo changarro. Como no estoy ahí, no puedo saber a quién le asiste la razón y
por eso me ocupo de otros temas. Finalmente, escribo de viajes, porque alguien tiene que hablar de cosas distintas a
las finanzas, la grilla, los Carrola y las brutalidades de la Selección Nacional.

Viajar no es algo que necesariamente nos confiera virtud, o enriquecimiento espiritual, o amplitud cultural. Conozco a
un buen número de personas que han estado en todo el mundo y jamás han perdido su virginidad neuronal, ni su recia
condición de acémilas maiceras. Conozco también a un viejito muy sabio que jamás abandonó su jarciería en
Pátzcuaro y podría haber dialogado fructíferamente con Sócrates o con Marsilio Ficino. Sólo una vez intentó viajar mi
cuate michoacano y encaminó sus pasos rumbo Santa Clara del Cobre que queda a unos cuantos kilómetros, pero,
según me contaba, nada más salió de Pátzcuaro y sintió que el corazón lo llevaba de regreso a su lugar.

Así pues, los viajes en sí, ni quitan ni dan. Y mucho menos ahora que, vayas donde vayas, siempre te encuentras con
el mismo puesto de hamburguesas y la misma tienda de Banana Republic. Con Marco Polo, o con Hernán Cortés,
viajar tenía su emoción, pero la invención del turismo y los paquetes y las agencias de viajes han venido a trivializarlo
todo. Los espacios para el riesgo y la aventura se han adelgazado y ya hasta un betabelito gringo, mediante el sencillo
pago de unos cuantos millones de dólares, puede ir al espacio exterior y regresar con la misma cara de pantufla con la
que se fue. Bien mirado, es mucho más riesgoso para un habitante del DF ir a Tepito que al Nepal (a menos que
tenga parentesco con la familia real).

El único viaje que implica el riesgo total y ofrece la mayor de las aventuras es el tan antiguo y tan nuevo viaje de un
cuerpo a otro cuerpo; de un ser a otro ser. Aquí sí no hay manera de obtener seguros o adquirir reservaciones. El
amor es la gran invitación al viaje. Para cumplirlo habré de viajar a oscuras, dice San Juan, y dejar mi casa
abandonada. Llegaré a territorios que tendrán otra historia y otra geografía. Toda flor, toda colina, toda espesura, toda
playa tendrá que ser nombrada. Y habrá fieras y tormentas de nieve, soles calcinantes y lunas derramadas. Muy
audaces tendrán que ser los viajeros que se recorran con firme y tierna intrepidez. Sólo perdiéndose podrán irse
ganando y sólo obtendré lo que regale. Superada la suave cuesta de los pómulos, los ojos se encontrarán y, desde el
abrazo, la historia comenzará. Feliz Viaje.

Don Vicente de la Mancha

¿Habrá leído Vicente Fox Don Quijote de la Mancha?. Lo dudo y también, todo sea dicho, dudo de que sea una
lectura indispensable para ser Presidente de México. Si planteo aquí la cuestión cervantina es porque el propio Fox
acaba de invocar, de modo quizá no muy feliz, al ingenioso hidalgo. Resulta que Fox está convencido de dos
verdades que, como todas, pueden ser objetables sin demérito para nadie. Nuestro errante Presidente cree
firmemente que México está de maravilla y que todavía se va a poner mejor.

Asimismo, es su convicción que Quijote es, como nos enseñaban los malos maestros de primaria, la encarnación
plena del idealismo y de la alteza de miras. Afincado en esto, trae a colación el dudoso lugar común de que la mejor
muestra de que su gobierno cabalga victorioso es el ladrido de los perros. En este bonito símil los perros somos todos
aquellos que pensamos que, hasta la fecha, las iniciativas foxistas, trátese del laberíntico organigrama de su equipo, o
de la cuestión chiapaneca, o de la reforma fiscal, o de los microcréditos, no han desembocado en nada y tienen al
país en vilo. Ni qué decir de la cerrada ovación a la operación Citycorp-Banamex. Es legítimo estar en desacuerdo con
esto y señalarlo. Conferirnos condición de perros por no aplaudir es entre ofensivo, megalómano y patético. Y todavía
falta. Ya envuelado en Rocinante, Fox añade que aquí se cumplirán los grandes sueños del Quijote. Como bien
señala Savater en "Instrucciones para olvidar al Quijote", el personaje de Cervantes no soñaba; lejos de eso
"alucinaba" precisamente por no dormir. Sus alucinaciones eran cómicas, desmedidas, disfuncionales, trágicas y
finalmente gloriosas por su maniática tenacidad. Quijote no es emblema de nada, es un enternecedor ser humano. Lo
de los sueños imposibles se lo añadieron los de la comedia musical; pero de eso no tenemos la culpa los perros.

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Gaceta del Angel / El coloquio de los perros

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Germán Dehesa

(21-Jun-2001).-

El último Presidente mexicano que, sin mucho éxito (o con notable eficacia, según se vea) trajo a los perros al
escenario político fue José López Portillo que, conjeturo yo, jamás se arrepentirá lo suficiente de su canina invocación.
El que ha venido ahora a remover la cazuela es Vicente Fox quien con las toallotas recién adquiridas se improvisó su
atuendo de Cidi Hamet de Benenenjeli, el historiador a quien Cervantes atribuye el manuscrito original de El Quijote, y
nos promovió a la perruna dignidad a todos aquellos que no vemos a México tan hermoso como se ve desde Corea.
Loado sea Alá el misericordioso.
Me desquicia enterarme de que estas cosas ocurren en México mientras yo ando arrastrando la pata (de perro,
naturalmente) por las regiones extranjeras. Mis corresponsales tenochcas me cuentan que el canino denuesto ha
provocado reacciones hidrofóbicas en vastos sectores de la sociedad, que la ANAPECA (Asociación Nacional de
Perros Cafés) está pensando en demandar al ejecutivo, que "La Ciudad y los perros" de Mario Vargas Llosa se está
vendiendo más que "Aura" y que hasta Roque (cuyo santo titular patrocina a los perros) y Fidel Herrera (of all people)
se soltaron ladrando, pues no quieren ser considerados perros, sino dinoperros que es la clasificación que la historia
les ha asignado.

Y yo acá, aguantando vara con el calor madrileño en sol mayor (ayer martes, a las 18:00 hrs, los termómetros
marcaban 36¦) y sin poder intervenir veloz y oportunamente en estos amores perros entre Fox (terrier) y sus
gobernados.

Acá, en lo que junto fuerzas para invadir las calles, leo El País, hojeo el Herald- Tribune y me tropiezo con una foto
enorme de Putin que acaba de declarar que si Bush persiste en su proyecto del escudo galáctico, Rusia está
dispuesta a construir unos cohetes gigantes retacados de ojivas nucleares. Tanto Bush como Putin son un par de
ojivas. Este es el verdadero coloquio de los perros y los que dialogan son los perros de la guerra. Ahora se entiende
por qué regresó Bush tan contento de su gira europea. La reactivación de la guerra fría es rentabilísima para los
intereses de los verdaderos centros de poder, de los cuales Bush y Putin son apenas perros mensajeros. No es difícil
imaginar su diálogo: yo anuncio que le voy a meter velocidad a la guerra de las galaxias ¡claro! y entonces yo declaro
que mi país tomará medidas defensivas y ¡listo! ya volvimos a montar el numerito.

Nosotros, los perros callejeros, no podemos ni siquiera imaginar el poder y el dinero que hay detrás de todo esto. Con
el rabo entre las patas, sólo podremos adquirir constancia de que todo lo que se destine a la industria de la muerte, se
le resta a la empresa de la vida. Sencillo y terrible saldo.

Edmund Wilson escribió que el gran pecado del siglo XX había sido permitir el gobierno y la guía de los más enfermos
y de los más estúpidos. Por lo que hasta ahora se ha visto, en el siglo XXI sigue ocurriendo lo mismo. La vida está
muy perra.

Instrucciones para Manejar

Con esa misma honestidad, no exenta de calambres legales, con la que los fabricantes del Dodge Neón le avisaron a
los compradores que pasaran al taller antes de que se embarraran en una barda, los fabricantes de la camioneta
Cherokee tendrían que platicar con todos los personajes prominentes que pretendan adquirir alguna de sus unidades.
Algo ocurre que no se mezclan bien la notoriedad y esas camionetas. Primero fue el Cardenal Norbocop quien fue
despojado de su camionetón (yo siempre sospeché de Schulemburg). La "unidad" apareció en Cuernavaca, de allá se
la trajeron en grúa, la camioneta se chispó e hizo chuza por doquier.

Luego el pequeño López Obrador enreató otra Cherokee con un patrulla (parecían lagartos en celo) y ahora Tony
Rivers, nuestro alcalde-Schwarzenegger, fue el que dejó su camioneta como perol apedreado. Ya esténse. Ya no
compren Cherokees.

Las Viudas del Futbol

El lunes a la hora de comer, Madrid era un extenso velorio. En todos los restoranes se guardaba luto riguroso por el
no ascenso del Atlético (el "aleti" dicen aquí en su media lengua).

Los siempre pachangueros comensales hispanos estaban irreconocibles. Tirados sobre barras y mesas todos tenían
cara de daño total y bebían y tapeaban en lánguido silencio. Esque- nopuezé, decía alguno y los demás movían la
cabeza lastimeramente. Yo los veía y trataba de compartir su pena. La única que comía abundantemente y no
manifestaba la menor compunción era la Hillary que, en materia de futbol, es emocionalmente insensible. ¿Es usted
Germán Dehesa?, me dijo una señora que se acercó a la mesa. Sí, señora, estoy aquí para promover los negocios
entre dos naciones hermanas. ¿Ves, vida?, te lo dije que sí era, le dijo la señora a un señor distante y circunspecto.
¿Qué le querías preguntar a Don Germán, vida?. El señor vida se me quedó mirando con cara de yo que le voy a
preguntar a este wei, pero de pronto se hizo la luz: ¡ah, sí!, dijo vida, ¿cómo le fue a la Selección?. Perdió 2-1 con
Costa Rica en el Azteca. Vida se desplomó y pidió un whiskote. La señora vida le sobaba el brazo. La Hillary también
bajó los ojos y puso gesto de que no nos merecemos tanta pena.
Lo dicho: todo Madrid era un puro sollozo.

Cualquier correspondencia con esta columna que no admite ojivas, favor de dirigirla a germandehesa@prodigy.net.mx
o al Apartado Postal 19-111, Delegación Benito Juárez, México, DF

Gaceta del Angel / La manifestación

Por

Germán Dehesa

(22-Jun-2001).-

Muy intensas han sido mis actividades madrileñas. La semana que entra haremos una cuidadosa reseña. Por ahora,
me limito a la noche del miércoles y la mañana de jueves. Veinticinco mujeres periodistas, tan pérfidas como las de
cualquier otro país, otorgan anualmente el premio "El hombre del año" a los personajes que ellas, en sus inescrutables
maquinaciones, consideran los semovientes masculinos más dignos de nota en la última temporada. Este año, la
maldición recayó en José Saramago, Luis Eduardo Aute y Adolfo Marsillach a quien yo conocí, hace algunos años,
allá en México donde dirigió y actuó "El Tartufo" de Moliere. Por esto y por aquello, de pronto la Hillary y yo nos vimos
entreverados con la crema de la intelectualidad y departiendo con las 25 aves prensiles y con los premiados. No
perderemos el tiempo haciendo una crónica de esta reunión de magnates de la opinión. Todas son como
graduaciones del Colegio Miguel Angel con la única excepción de que aquí en Madrid, el 90% de los machines han
decidido salir del clóset y se presentan a las fiestas con el pelo aborregado teñido de rubio y azul y con los pantalones
atigrados de lycra verde y pescadora. Muy desconcertante es esto de que el autor de "Los guerreros del internet" se te
presente con las uñas pintadas y pidiéndote que le acerques el "meshero", pero, como bien aconsejaba mi madre, es
cosa de pensar en la Beata Beatriz de Silva y dejar que pase el mal rato. Por lo demás, es un lujo poder platicar con
Saramago, tan sabio, tan joven y tan bien casado, y escuchar por ahí que Aute se retiraba de la reunión porque, al día
siguiente iba a cantar para los obreros de la UGT, que tenían "manifestación" en la Plaza Mayor. Fue como un
hornazo perredista. No fue fácil convencer a la aristocrática Hillary de que teníamos el deber moral de convivir con el
proletariado hispánico.

Según mis cálculos, Madrid tendría que haber amanecido totalmente colapsado. Un capitalino oye "manifestación" y
de inmediato piensa en que no volverá a ver a sus hijos. Aquí son mucho más tranquilos. Avanzan por las banquetas,
no vandalizan las tiendas y aunque sus intenciones sean "plantear un paro general para defender sus conquistas y
detener la escalada de explotación y represión" se la toman con calma, utilizan sombrillas para el sol y la marcha
degenera en paseo. La Hillary se muestra muy extrañada porque ella se vistió como para actuar en "Los Miserables"
de Víctor Hugo y la masa obrera viste más elegante que ella, gritan consignas con cierto desgano y se resignan a
entrar a la real plaza sabedores de que el sol los tratará peor que los inexistentes granaderos. El único policía que hay
en la plaza se está tomando un barquillo y ha decidido que su vida no interfiera con la de las masas explotadas. Por
allá se viene acercando La Pasionaria postmoderna que es una morsa enmorrillada que tiene la gracia y la resolución
de una tanqueta. En el estrado, Aute canta y el proletariado lo escucha sin excesivo fervor. La morsa trae sombrilla y
bandera de la UGT. En un alarde de economía bólica empalma una con otra y avanza como bulldozer. Me acomoda
un mulazo que casi me monta en la real estatua ecuestre que preside la plaza y se le deja ir a la Hillary. Yo sabía que
mi mujer era recia pero no sabía que lo fuera tanto. Varias veces rebotó la morsa y la firme soldadera mexicana ni
parpadeó. Extasiada con el canto de Aute, la Hillary repelió la última agresión con un codazo de esos de tarjeta roja, la
morsa se retiró tapándose la boca y yo me quedé pensando que con 10 Hillarys otro hubiera sido el resultado del sitio
de Tenochtitlan.

Noche Aciaga

El jueves hacia las cinco de la mañana, oí el característico zumbido del fax. Mi secretaria, Rosa la pantera futbolera
me hacía llegar las aciagas noticias. En el Estadio Azteca, la máquina cruzazulina había descarrilado contra el muro
del Boca Juniors. Un descorazonado 1-0 que, sin embargo, deja un pequeño resquicio para la esperanza en el juego
de vuelta. Vamos a ver.

Lo que ya no tiene perdón ni remedio es lo de Honduras. Un solo jugador que ni siquiera interesa a nuestros equipos
grandes, Pavón, se encargó se embuchacarles tres oprobiosos goles.

Los nuestros, ya se sabe, arrastrando las patas y tomando venganza por lo del draft y por toda la mugre que hay en
las cañerías de nuestro futbol. Al final, tiraron por la ventana a Enrique Meza y con eso creen que arreglan algo.
¿Cuándo tiran a Kiesse y a la bola de inútiles mercachifles que tienen en la Femexfut?.

Por lo Menos

Por lo menos hoy es viernes. Olvídense del fut y de las toallas de Los Pinos. Hoy toca.

Cualquier correspondencia con esta columna que preside manifestaciones, favor de dirigirla a
gdehesa@infosel.net.mx o al Apartado Postal 19-111, Delegación Benito Juárez, México, D.F.

Gaceta del Angel / Fastos de la hispanidad

Por

Germán Dehesa

(25-Jun-2001).-

PRIMER ALIVIO: Ha ocurrido el primer eclipse de sol del nuevo milenio. No escatimando gastos, los científicos
españoles (supongo que asesorados por Gila) organizaron en tiempo y forma una expedición al Africa del sur para no
perder detalle del celestial fenómeno. Llegaron, instalaron todos sus triques y, en lo que se presentaba el eclipse, me
imagino que se fueron a tapear un poquillo, quizá un vinito y unos pinchos de rinoceronte de bellota. Regresaron con
el tiempo justo para hacer sus minuciosas observaciones. Comenzó el magnífico eclipse y una hispánica voz rasgó la
noche anómala: ¡coño, las baterías!. En efecto, no le pusieron las indispensables pilas a su telescopio y el científico
estudio se fue a inflar gaitas. Yo sé que es una pérdida para la ciencia hispánica, pero para la simpatía entre la Madre
Patria y sus antiguas colonias, un lance así es una especie de guiño identificatorio que atraviesa los océanos y las
edades y certifica la unidad de destino y de temperamento.
JARDIEL: Cuando era yo muy pequeñín, mi madre y mis tías condenaban unánimemente los libros de Jardiel
Poncela. Los condenaban y los leían. En su momento, yo también los leí y los encontré graciosos, deschavetados y
quizá condenados a un envejecimiento prematuro. Conocí después el teatro Jardiel y recuerdo con particular deleite
"Angelina o el honor de un brigadier". Por aquellos tiempos, Jardiel Poncela ya había muerto (1901-1952) y mi
formación literaria corría a cargo de mis queridos maestros del exilio español a quienes no les resultaba fácil aceptar
que autores como Mihura o Jardiel, que habían permanecido en la España franquista, pudieran tener alguna gracia o
talento. Lo tenían, y leídos a la distancia no es difícil distinguir entre ellos la irreverencia y la radical fractura del
llamado realismo que luego sería conocido como "teatro del absurdo" (que incluye las esplendorosas aportaciones de
la política mexicana). A 61 años de su estreno original, los madrileños han decidido reponer "Eloísa está debajo de un
almendro" de Jardiel y a mí "el homenaje" me ha sonado como una especie de venganza. Jardiel era irrespetuoso y
antisolemne de tiempo completo. Exhumarlo con una puesta en escena estilo 1940 sin atreverse a dinamitar y
revitalizar lo que hiciera falta es como acabar de enterrarlo. El obituario corre a cargo del Alcalde de Madrid, José
María Alvarez del Manzano y López del Hierro que, desde su severa intoxicación de apellidos, ha escrito una
presentación pletórica de lugares comunes e insospechable de gracia o talento. Jardiel ha quedado debajo, muy
debajo, de un almendro. La puesta en escena no está mal; está muerta.

MARTIRIO: Mi relación con María Grever siempre ha sido pedregosa. Si hubiéramos sido marido y mujer, ella me
habría hecho una canción y yo hubiera tenido que matarla. La vida nos mantuvo higiénicamente distantes. Ahora vine
a Madrid y Carlos Tena, un excelente musicólogo y hombre de cultura, nos ha invitado al muy marchoso Teatro
Albéniz a escuchar a una cantante andaluza que originalmente se llamó Maribel Quiñones, nombre que ella, en un
arrebato flamenco, transformó en "Martirio" y con él y con unas gafas negras se presenta frente a un público
devotísimo. Se alza el telón, en escena se apunta una iluminación penumbrosa y yo escucho "todos dicen que es
mentira que te quiero, porque nunca me habían visto enamorada"...¡La Grever ataca de nuevo! y ahora en voz de una
coplera flamenca que "fusiona" el cante con el jazz, con el tango, la bossa nova, el fado y lo que se ofrezca. Voy del
terror, al estupor, a la seducción y me poso en una feliz complicidad. Martirio es un deleite. Es una tierna paloma que
se disfraza de cuervo para que no le roben el corazón. Se arriesga en cada canción y gana casi en todas. Diría el
místico alemán: florece porque florece.

¿DONDE ESTOY?: En Barcelona. En unas horas, será la noche de San Juan y habrá fiesta y fuego y todo podrá
ocurrir. Digámoslo de otro modo: todo le podrá ocurrir a los que están habitados por la fiesta y por el fuego. Los demás
ya están muertos. Yo no. Yo el 1o de julio llego a los 57 años que son el fuego del otoño. Ya estaré en México.

México Tras Lomita

Hablo a México y pregunto a mis servicios informativos: ¿qué ha pasado?. La respuesta es entre desalentadora y
sedante: nada, siguen con lo de las toallas, con lo de los perros y con lo de la súbita conversión de López Obrador. ¿Y
nuestros aguerridos aguiluchos?. Ahí siguen, me responden, ahora el Vasco Aguirre ya aceptó agarrarlos por su
cuenta y a ver qué pasa; todavía podemos calificar. Eso es lo que más miedo me da, pienso yo mientras cuelgo el
auricular. México ahí sigue, digo para tranquilizarme. La prensa española sólo se ha ocupado de nosotros para
comentar con cierto estupor el artificial pancho que hemos orquestado con motivo de la compra de blancos para los
azules. Creo que no será a toallazos como podremos tener un diálogo crítico con Fox (terrier).

Señor Ratero

Mi denuncia está dormidita en algún lugar de la Delegación Benito Juárez. No la despierte. La próxima diligencia está
emplazada para el 12 de julio. Si no fuera mucho pedirle, yo le suplicaría que no vaya a huir y no se vaya a gastar mi
lana antes de esa fecha.

Envío

Esta ensaladilla hispánica es para todos los juanes dignos de celebración. Son muchos. Mi amigo El Pichulín ocupa el
centro de mis afectos. Que todos tengan fuego y fiesta.

Cualquier correspondencia con esta columna que sube y que baja, favor de dirigirla a gdehesa@infosel.net.mx o al
Apartado Postal 19-111, Delegación Benito Juárez, México, D.F.
Gaceta del Angel / La noche de San Juan

Por

Germán Dehesa

(26-Jun-2001).-

"Gloria a Dios en las alturas, recogieron las basuras de mi barrio ayer a oscuras y hoy sembrado de bombillas...". "La
Fiesta" de Joan Manuel Serrat, una canción que nos iluminó allá en los años sesenta. Desde entonces y hasta ahora,
he tenido que escuchar a mis amigos catalanes hablar maravillas de la noche de San Juan y de lo mucho que se
divierten prendiendo hogueras (cosa que a mí no me parece divertida, pero yo no soy catalopiromaníaco). La Hillary y
yo, para salir de dudas, decidimos emprender una expedición a Barcelona y averiguar qué es lo que realmente pasaba
en la noche del 23 al 24 de junio. La excursión la organizaron la Maga Vaga y Carlitos Gafotas que son dos amigos
ibéricos que tienen la rara habilidad de complicar el viaje más sencillo de este mundo. Ya van a abrir su agencia y si
ustedes, por ejemplo, quieren ir de la Ciudad de México a Cuernavaca, ellos conseguirán que sea vía Somalia con
escala en Belfast. Son terribles.

Llegamos, nos instalamos en el Paseo de Gracia y, con ánimo de esperar que llegara la noche prodigiosa, nos fuimos
al cine a ver una película de Bigas Luna titulada "Son de mar" inspirada (inhalada, diría yo) en la novela de Manuel
Vicent del mismo título. Lo mejor de todo fue el cine que era inmenso y suntuoso como los de mi infancia. Tenía como
mil butacas y como veinte parroquianos, así es que nos tocaban cincuenta butacas a cada uno. En la dulcería no
vendían gaznates pero era lo único que faltaba. La película es un culebrón pseudoerótico que deja a la novela
irreconocible. El personaje principal se llama Ulises, es maestro de literatura (aunque no se sabe más que dos
poemas y "La Eneida" que la está leyendo). Todo ocurre en un pueblo de la costa valenciana. Ahí Ulises le avienta los
perros a la dependienta de un bar, la lleva de día de campo, le dice los dos poemas, la afloja durísimo, la embaraza,
se casa con ella, nace el bebé con cara de poema náutico, ponen depto, él se atora con "La Eneida", el pequeño
centollo comienza a chillar y Ulises dice que se va a ir de pesca porque quiere traerle a su esposa un atún. A Ulises se
lo traga el mar y a la viudita con bebé se la merienda un hombre muy rico y muy malo. Tan malo es, que cría
cocodrilos. Pasan seis años, el centollo crece y se pasa la vida metido en una alberca, porque su padrastro cada vez
que se hace más rico construye una alberca nueva (pinches ricos, de veras que son). Pasado este tiempo, reaparece
Ulises, se encuentra con su ex-esposa y pseudoviuda y le dice la frase que hará inmortal a esta película: te traje el
atún. Para mí, éste fue el clímax del regocijo. Lo demás no se los cuento para no echárselas a perder más de lo que
ya lo hizo el director. Básteles saber que el atún y el cocodrilo tienen una actuación insuperable.

De regreso en el hotel y ya listos para la orgía de San Juan, nos dijeron que el Ayuntamiento de la ciudad tiene
dispuesto que en Barcelona, lo que se dice Barcelona, ya no prendan fogatas, ni armen verbenas, pero que en los
pueblitos costaneros todavía se conserva la tradición. Ya está, dije yo, tomamos un taxi, nos vamos al Puerto
Olímpico, porque el conserje me ha dicho que ahí se pone muy bien. Aprobación general. Conseguir un taxi nos llevó
casi una hora. Tuvimos tiempo de leer un bando que contenía los consejos para celebrar bien la noche de San Juan.
Avisa por ejemplo que no hay que arrojarse a las fogatas y que si se lleva ropa de acrílico tampoco hay que acercarse
mucho porque la esposa queda como taco al pastor. Juro que así decía.

Conseguimos el taxi, llegamos al Puerto Olímpico. En busca del ambiente, la caravana se dispersó. Nos perdimos. Un
servicio de Megafotas Tours. Más de una hora tardé en reencontrar a la Hillary. No sabía si llorar o volverme a casar.
Cuando la encontré, me dio mucho gusto. Y más me dio cuando me preguntó: ¿me trajiste el atún?. Esta historia
continuará y Ulises regresará.

La Música y la Infancia

He de traer los cables cruzados. Ahora les explico. En el muelle del Puerto Olímpico de Barcelona, los catalanes han
colocado muchos establecimientos que sirven vino, cervezas, mariscos muy ricos y viandas de todo tipo. Es un lugar
limpio e iluminado donde la gente va y viene y se divierte y no molesta a nadie. En una mesa se pone una gitana que
lee el Tarot, la mano, la pupila o lo que uno le pida. Se sienta muy seria y la rodean muchos niños y niñas color de
aceituna y ojos relampagueantes. Unos metros más allá, llegaron dos personajes de inconfundibles rasgos andinos.
Con mucha diligencia montaron un rústico sistema de sonido y extrajeron de sus morrales de cuero una vasta
variedad de instrumentos andinos: quenas, rondadores, sicus y todo lo demás. Comenzaron a tocar con cara de
tristísimos perros (de esos que critican al Presidente) una música andina que era como compota de melancolía. Se
veía que estaban muy deprimidos. Yo creo que Vladimiro Montesinos les había robado todo su dinero porque estaban
inconsolables. Apenas comenzaron a tocar, los rodearon los gitanitos y manos y gargantas les sobraban para
palmear, pitar, jalear y armar un fandango enorme. Todo les bailaba: los ojos, la sonrisa, la cintura, los pies. Los
andinos se deprimieron todavía más y los niños, venga más juerga. Aquí es donde me crucé. Yo veía a los músicos y
me ganaba la risa de lo nostalgiosos que estaban. Veía a los niños jugar como pájaros y me daban ganas de llorar.
¿Qué tendré?.

Cualquier correspondencia con esta columna que alumbra fogatas, favor de dirigirla a germandehesa@prodigy.net.mx
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Gaceta del Angel / La noche de San Juan II

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Germán Dehesa

(27-Jun-2001).-

Media noche frente al mar mediterráneo. Ya habíamos visto una película cuyo concepto de erotismo encarnaba en
una ninfeta prebulímica que oía un verso clásico y se encueraba, veía un cocodrilo e igual y si veía un salmón se
convertía en la Venus desmolanada. Ya habíamos consumido dos horas en buscar un taxi y en buscarnos a nosotros
mismos, mi amigo Carlitos Gafotas estaba a punto de ingerir, él no lo sabía, un mejillón que le provocaría
convulsiones, y en el Puerto Olímpico de Barcelona las cosas estaban tan animadas como siempre están. De vez en
cuando, estalla un cuete en el cielo, pero a un matrimonio tenochca de rancia cepa cuetera hace falta más para
impresionarlo. La noche de San Juan está llena de prodigios, dijo la Maga Vaga poniendo cara de sacerdotisa celta. A
las dos de la mañana todavía no ocurrían. Regresamos al hotel.

A la mañana siguiente, los periódicos dirían que había sido una noche maravillosa, que se habían presentado sólo
unos cuantos casos de catalanes calcinados y de incendios forestales. La noche de San Juan, decía el periódico,
había tenido sus mejores momentos entre las tres y las cuatro de la mañana. O sea que no hay manera de
acompasarse con el horario ibérico. Lo que para un mexicano es la crispante madrugada, para un español es la
nochecita. Otra cosa anunciaba el diario: una manifestación "pacífica" de globalífobicos por las principales avenidas.
Esta materia sí la dominamos los aztecas. Gafotas agonizaba víctima del mejillón fatal, la Maga se hacía cosas en el
pelo y la Hillary y yo emprendimos el camino rumbo al barrio gótico en sentido opuesto al de la manifestación. ¡Uuuy!
lo que caminamos.

En la plaza de la Catedral estaban el sol pintado por Miró, una banda que producía sonidos de color mediterráneo, un
piso muy blanco y muchos ancianos que, al bailar sardanas, dibujaban con trazos de Gaudí las letras de la vida. Yo no
sé tomar fotografías, pero sí sé que al ver esos corrillos de hombres y mujeres embarazados que bailaban con baile
no aprendido la misma danza que el sol baila sobre los espejos del mar, se suben todos los buenos colores desde los
pies hasta los diez surtidores de las manos. Estar vivo.

En la Catedral se oficiaba la misa de San Juan. El sacerdote predicaba en catalán. Yo como soy nihilista moderado
(no creo en nada, pero poco) y centropanteísta (se me aparece Dios en todas partes, pero con cara de buena gente),
me puse a pensar en mi país, en sus muchos años de gradual empantamiento, en Andés Manuel y en Fox, víctimas
de mi voto útil, que no han estado nada luciditos, aunque ya parecen ir entendiendo, a la vuelta de un año, que se
necesitan mutuamente y que los necesitan para que entre todos nos demos buen gobierno. También México está vivo.

Salimos de la catedral y echamos a caminar por el barrio Gótico. No había, en apariencia, mucha gente, pero por cada
callejón de piedra penumbrosa se sentían, se escuchaban, resollaban tropeles de fantasmas que a caballo, a pie, en
carruaje, en andas iban y venían por ese laberinto de sombras tenues, guerreras, amorosas. Callejón de las dagas.
Ahí se compraba la muerte. Ahora el cliente, supongo yo, la daga se la lleva puesta. Salimos de ahí y topamos con
otro callejón. En un balcón alto de un edificio muy viejo, un anciano desmelenado y en camiseta blandía una pistola y
le gritaba a unos niñitos que estaban en la calle: ¡niños católicos, hijos de puta! y soltó el primer balazo. No supe
dónde dio la bala, pero ese olor acre de la pólvora es inconfundible y aterrador. Los niños corrieron y sólo una niñita
se quedó en su sitio, plantó cara y le gritó al viejo unas cosas que antes no se la sabían ni mis tías veracruzanas. Se
oyó otro balazo. Falta que haya yo venido a morirme a Barcelona, pensé mientras me acercaba a la niñita y le decía:
Vámonos, niña, no está bien que estés aquí. La muchachita me miró, los ojos se le ablandaron, sonó otro tiro, salimos.
El viejo ahí se quedó gritando maldiciones. Volvió la plena luz. Alabados sean los ángeles que nos cuidaron. Esta
crónica de las fiestas de San Juan todavía no termina. Como diría mi amigo Sabines: maldigamos a los hombres con
pistola y canonicemos a las putas. Es un decir. Es la vida.

Hace un Año

Horas más, horas menos, estaba yo poniendo por escrito mi decisión de votar por Vicente Fox. Si hoy pudiera volver
sobre mis pasos, no cambiaría mi decisión. Quizá tendría menos entusiasmo, pero he de decir que no era Fox quien
me entusiasmaba, sino la posibilidad de sacarnos de encima al menguado y claudicante dinosaurio. Ya sé que han
menudeado los exquisitamente irónicos señalamientos que se refieren a los que optamos por Fox como "esos
ingenuos del voto útil". Está bien. Me encanta la idea de que mi voto haya sido útil. Ya no estoy de acuerdo en que me
digan que fue útil "para la derecha clerical, empresarial y entreguista". Eso es una estupidez. Esa derecha estaba
encantada (y asociada) con el PRI. Sigo pensando en que mi voto resultó útil para México. El tiempo lo dirá, pero creo
que alcanzaremos a ver un país más decente, más moderno y con un ambiente político más oxigenado y más
democrático. Para estar de acuerdo o en desacuerdo con Fox terrier. No importa. Chente fue el punto de fuga. No le
escatimemos mérito. Lo demás, me apena informarlo, lo tenemos que hacer nosotros.

Hace Ocho Años

El 26 de junio de 1993, la Hillary y su Charro Negro contrajimos matrimonio. Tampoco me arrepiento. También fue
voto útil. Felicito a la abnegada mariscala que se aventó el tiro de cargar conmigo por la vida. Saludo también a todos
los invitados a aquella ceremonia que todavía no están en Almoloya, o en el oprobio político. Para ventura de la
pareja, todavía son mayoría los decentes.

Cualquier correspondencia con esta columna gótica y sardanera, favor de dirigirla a germandehesa@prodigy.net.mx o
al Apartado Postal 19-111, Delegación Benito Juárez, México, DF.
Gaceta del Angel / La noche de San Juan III

Por

Germán Dehesa

(28-Jun-2001).-

Este tercer y último capítulo de mi crónica catalana bien podría titularse "La noche de las navajas". Suena violento,
pero no es para tanto. De hecho, el doble sentido de la palabra ya me lo había advertido un amigo de Bilbao cuando le
pregunté dónde podría conseguir navajas. Hombre, me dijo, en Albacete hacen unas muy majas; pinchas a un
cristiano como quien trincha un solomillo. Yo no ando pinchando cristianos, le contesté, yo lo que quiero es comer
unas almejas riquísimas que, si no recuerdo mal, se llaman navajas. ¡Claro! y están buenísimas. Esas las encuentras
en unos comedorcitos que hay en el Puerto Viejo de Barcelona; haces tu reserva, te sientas ahí pegadito al mar y te
pones morado de comer navajas. Eso pensé y, por lo mismo, el domingo en la mañana hablé a "Canpincho palau de
mar" (así se llama el "comedorcito") e hice una reservación para las diez de la noche. Ya con esta seguridad, pude ir a
pasear (consultar capítulo anterior) por Barcelona y comer un espectacular "Fideua" en un lugar muy historiado
llamado "El siete puertas" (¿qué otra cosa harán los españoles además de comer y beber?, trabajar no sé a qué horas
y lo otro parece que tampoco porque las tasas de natalidad, salvo en el segmento de los migrantes, han descendido
de modo notorio). Cuando ya no pudimos comer más, emprendimos camino por el Paseo de Gracia que ese domingo
24, a esas precisas horas, ya había quedado muy desgraciadito por la acción de los globalifóbicos (¿cómo le
agradeceremos a Zedillo tan bella palabra?) que habían prometido manifestarse pacíficamente, sin saber que a sus
filas se habían incorporado 30 ó 40 ultras, primos catalanes del Mosh, quienes en honor del Che y de Marcos
apedrearon aparadores, grafitearon a gusto hasta que llegó la policía y se los llevó. De inmediato el PSOE montó su
numerito de la "brutal represión" y dijo que los tales "ultras" eran policías infiltrados. Puede ser. Como bien dice un
dramaturgo de por aquí: "los extremeños se tocan".

Fue ahí en el Paseo de Gracia vandalizada, donde el gran Gafotas, ya recuperado de su gastroagonía, hizo la terrible
pregunta: ¿vosotros (nosotros) conocéis Sitges?. No, respondimos con entera verdad, aunque por lo que luego se
verá, tendríamos que haber respondido: ¡claro!, hemos ido millones de veces. ¡Pues ya está!, tengo un plan; Sitges
está a media hora, tomamos un tazi (no hay español que pueda decir "taxi") nos ponemos en Sitges, nos tiramos un
paseíllo y nos regresamos despendolaos a cenar las navajitas, ¿os parece?. Yo todavía pregunté: ¿no importa que
sea domingo y que la carretera venga cargada?. ¡Qué va!, si ésa es la parte más astuta de mi plan; a esta hora la
carretera de ida está vacía, la de vuelta es un plastón; pero ya para cuando regresemos nosotros estará más solitaria
que el llanero del mismo nombre. Dicho esto, detuvo un taxi marca Skoda manejado por Manuel el destripador de
Aragón: alto, fornido, manos como de pala mecánica, ojos azules entre ingenuos y fríamente feroces y ese olor a
sudor al ajillo que es como emblema de la virilidad ibérica. Carlos Gafotas le planteó nuestro caso, se pactó una tarifa
y arrancamos rumbo a Sitges.

Un éxito más de Megafotas tours. La carretera de ida no estaba tan despejada y la de regreso no estaba "cargadita",
no, era un sólido muégano automotriz estilo "Autopista del sur" de Cortázar. Tan dramático estaba el asunto que, a los
40 minutos de camino, Manuel el aragonés preguntó con voz castiza y firme: ¿pero a quién, coños , se le ocurrió venir
a Sitges?. Los viajeros rieron con cierto nerviosismo. Yo pensé: ¿a quién, coños, se le ocurrió traernos en su taxi?,
pero no dije nada, porque Manué, me suelta una bofetada y me deja frappé. Con esa cantidad de autos no
regresamos ni en una semana, dijo el chofer con voz llena de optimismo.

Sitges ha de ser muy hermoso, pero el Domingo de San Juan era como Acapulco en Semana Santa, detrás de un
millón de coches estacionados, se puede ver el mar. Estuvimos quince minutos pensando si no sería mejor ya
quedarnos a vivir ahí. Luego decidimos regresar. Manué estaba más fruncido que nunca. Milagrosamente, en la
carretera ya no había tanto tránsito y Manué se convirtió en el Schumacher de Aragón. Venía como loco. A las 10:15
de la noche nos depositó en "Conpincho palau de mar" y se despidió muy sonriente.

¿Qué va a querer el señó?. Dos órdenes de navajas. ¡Uuy!, se nos acaban de terminar y es que estaban mu,
mubuenas. Este fue el último prodigio de San Juan; pero ¿les digo una cosa?. La noche y el día fueron milagrosos.
Haber vivido todo lo que viví, seguir sano y con vida y poder platicar con ustedes es el mayor de los prodigios.

El Informe

José María Aznar, a quien Fidel Castro apoda "el caballerito" se presentó en el Parlamento para informar a los
legisladores cómo marcha España. Su discurso duró una hora exacta y, en general, entregó buenas cuentas, aunque
avisó que este año (¿dónde habré oído eso?) viene difícil. Terminó y para mi mexicana sorpresa, comenzó de
inmediato un debate. Donde todos, en magnífico español y con retórica moderna, se dijeron hasta su probable causa
de defunción. Por lo visto, es lo normal aquí porque la prensa dijo que todo había estado muy terso. Y sí. Por menos,
en México se agarran a balazos, o se demandan por difamación. Aquí un legislador del PSOE apellidado Zapatero se
le aventó como microbús a Aznar y le dijo que era mediocre, tramposo, cómplice de corrupciones, culpable del atraso
tecnológico y enemigo de Cervantes (como Fox) porque no ha hecho el menor preparativo para el cuarto centenario
del Quijote que será en el 2005 (¿se imaginan en México?). Aznar contestaba tranquilo, toreaba los temas escabrosos
y ya con lo del Quijote agarró de bajada a Zapatero. Para mí, lo más atractivo de todo fue la responsable libertad de
expresión y la constante voluntad de la oposición de acompañar cada crítica con un proyecto alternativo o con puntos
que sirvan para crear un acuerdo. Me convenzo de que la democracia plena es un buen modo de gobierno.
Finalmente, coincido con Zapatero en su alarma por la falta de preparativos; pero yo no me preocupo por Cervantes,
sino por mi cumpleaños que es el domingo y no veo ni a Fox, ni a AMLO preparando las fastuosas manifestaciones. A
lo mejor va a ser sorpresa. Quien quita.

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Gaceta del Angel / Madrid y la cebolla

Por

Germán Dehesa

(29-Jun-2001).-

Si es materia comestible, un español puede disertar varias horas (y varias ollas) acerca de ella. Cuando tengo tiempo,
me encanta preguntarles acerca de la muy sutil cuestión de si una merluza debe ir a la plancha o rebozada. Se arman
uno seminarios instantáneos que ya los podría videograbar Vladimiro Montesinos como muestra de lo que puede
llegar a descomponerse un ser humano. El tema puede ser la merluza o, como la otra noche, puede ser la cebolla. La
pasión es la misma. Aquí vale la pena anotar que, en España, bendita tierra, la noshe, lo que se llama noshe,
comienza pasaítas las dié y sólo termina cuando al turista le viene la lipotimia o el pasmo cerebral. La Hillary y yo, de
vuelta en Madrid y ya para zarpar a México, nos citamos con Arturo Pérez Reverte para ir a cenar. Esa fue "la otra
noche".

Pérez Reverte es un hombre y un escritor de primera. Alto, gallardo, con nariz de metiche, nos esperaba en nuestro
hotel. El es andaluz de Cartagena, pero Madrid es el mapa de su alma. En compañía de Arturo se pueden ir
conociendo todas las ciudades que aquí se han superpuesto. El Madrid de Tierno Galván, el de Franco, el de Valle
Inclán y la generación del 98, el de Pérez Galdós, el de Goya y Jovellanos... es cosa de caminar e ir quitándole pieles
a la cebolla hasta que se llega al Madrid de los Austrias, el de Velázquez y Quevedo y Lope y Góngora y los que
ustedes manden. Fue en este último Madrid, el de la Plaza Mayor y el Arco de Cuchilleros, donde recalamos en la
"Casa Lucio" y comimos huevos con patatas y un solomillo (¡Hágame usté el favor de oírme dos palabras, sólo dos
palabras,!) que estaba más bueno que la Montiel cuando estaba buena (ya veo venir el correo electrónico de la
Señora potosina: usted tragando como cuino en Madrid, mientras millones de niños se mueren de hambre en China y
en Matehuala. Responderé: pues sí, señora, pero a mí me llevaron al restorán y no le iba a hacer la peladez al
laureado escritor). Bueno, pues comimos como el Quico y la Hillary ya anunció que llegando a México va a ver a un
dietólogo que le dicen "el Killer" y que durante un mes sólo va a comer pepitas de papaya. Con Pérez Reverte la
conversación va muy bien, pero va para todas partes, como debe de ser. Por alguna razón que no recuerdo bien,
dimos con el tema de la cebolla y, salvo una mención que pude hacer sobre la cebollera pasión de Neruda y su
prodigiosa "Oda a la cebolla", todo lo demás corrió a cargo de los iberos: que si es comida, que si es aderezo, que si
es una mariconada freírla, que si es propio de gamberros tomarla cruda, que si es para gilis, que lo de los hombres es
el ajo; que yo la pico muy finito, que yo le tiro unos mordiscos que Dios guarde la hora, que a mí me encanta pero
tengo que tomarla con Valdepeñas para que caiga suavecito, que mi tía Monchis las empaniza y las rebaña con orujito
y eso es la madre de las cebollas. Y entre cebolla y cebolla, Pérez Reverte contándome de su nueva novela y de su
marinera vida y yo en duelo a muerte con el solomillo de los Austrias y la noche madrileña fresquita y llena de gente.
Por fin, el tema de la cebolla dio de sí, quedó suspendido (nunca concluido) y Arturo anunció la siguiente etapa:
¡venga!, vamos a pasear un rato que te quiero enseñar una taberna que frecuentaba Quevedo y la zona del nuncio
donde se refugiaban todos los bandidos. Y podemos tomar unos churritos, dijo la Maga Vaga que también va a
contactar al Killer. Con cebolla, comenté yo, pero no hubo eco.

Pérez Reverte, ya calle arriba, me tomó del brazo y me preguntó: ¿cómo va vuestro presidente con las toallas?. No
me jodas con eso, yo ya soy un hombre de edad, respeta las canas que me quedan. Vale; ahora que llegues a México
le das un abrazo a la ciudad. A eso voy, le dije mientras pensaba que si Madrid es una cebolla, México y la vida son
un cebollón. Es ir quitando velos. Al final no hay nada, pero no importa.

¡Santiago, Cierra España! (O Abre Archivos)

Santiago Creel anunció, no sé si con la venia de Aguilar Zínser, su disposición a abrir los archivos y darle
cumplimiento a ese postergado derecho a la información que no es bandera de nadie, sino demanda ciudadana. Ya es
hora de que sepamos dónde quedó la bolita y dónde se han ido quedando nuestra historia como pueblo y nuestras
congojas como individuos. A nuestro actual Secretario de Gobernación todo mundo lo veía con una mezcla de ternura
y lástima. De todo el gabinete, Creel era mirado como la más inmediata víctima de los múltiples tiburones
sobrevivientes. Sin poses, sin estrépitos ha ido toreando cada uno de los marrajos que le han soltado y con su carita
de primera comunión se los ha ido echando al plato. Señor Creel, por ahí tiene que ser. No hay que gobernar a la
gente. Mucho menos hay que gobernar contra la gente. Hay que hacerlo con la gente. Abramos la información y se
abrirá el juego.

Envío

Estos renglones son un abrazo fuerte y solidario a Julio Scherer. Yo sé que él no lo necesita. Yo sí.

Ultima Hora

Hoy toca.

Cualquier correspondencia con esta columna con olor a cebolla, favor de dirigirla a germandehesa@prodigy.net.mx o
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Gaceta del Angel / El relevo

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Germán Dehesa

(02-Jul-2001).-

Para mí, Joan Manuel Serrat es el emblema mismo de la juventud. ¿Por qué?. Muy sencillo: porque él era joven
cuando yo era joven, y así mi lozanía depende de la suya. Ya se imaginarán lo que sentí ahora que ví en Madrid el
anuncio de un concierto de Serrat a beneficio de los deudos de un músico amigo suyo. Ya sé que la música de Joan
Manuel no es tan poderosa como antes, que su voz es un poco más tembleque que la de antes; sé, en fin, que ni
Serrat ni yo somos los de antes, pero somos y eso me da mucho gusto. Lo terrorífico no es leer que Serrat no tuvo
tantos aplausos en un concierto; mucho peor es leer que no hubo tal concierto porque, a última hora, Serrat canceló
por problemas de angina de pecho. Todo fue leerlo y empezar a sentir que me ahogaba. ¿Cómo es posible que un
jovenazo experimente angor pectoris?. Todo es posible en la paz. Hasta dejar de ser joven es posible.

Ya con la mosca detrás de la oreja, volteo rumbo a Cuba y las cosas no mejoran mucho. Para bien, para mal, mis
tiempos son los de Fidel Castro y la Revolución cubana. Cuando el comandante entró en La Habana, yo entré en la
adolescencia con la misma sonrisa fiera y con la misma decisión de cambiarlo todo. Por mucho tiempo creí en Fidel y
lo defendí. Después ganó la desilusión y Fidel se me convirtió en un nuevo Batista. Pero éste no es el punto ahora. El
caso es que, para glorificarlo o para vituperarlo, Fidel Castro ahí estaba. Lo acalambrante es que esté hablando y le
venga 'lipotimia' y dé el azotón (en los discursos de Fidel, lo normal era que los escuchas, y no él, se desmayaran por
fatiga intensa). Angina de pecho, lipotimia, hipoglucemia...¡valientes adalides estamos hechos!. Esto de ser los valores
juveniles del INSEN no es serio, ni es heroico. Sobrevivientes de tantas batallas, por pura erosión nos va deteriorando
la vida.

René Villanueva y Chico O'Farril, dos maestros de música, de mi música, ya se murieron sin pedirle permiso a nadie.
Esas cosas no se hacen.

Para que acabemos todos llorando a gritos, les aviso de lo mucho que quise y veneré a la pareja que formaban Walter
Matthau y Jack Lemmon. Matthau vino a México hace algunos años y en la televisión dio respuestas muy inteligentes
o chispeantes a preguntas más bien tontas. Señor Matthau: ¿cuál es la mujer más hermosa con la que usted se haya
relacionado?. Jack Lemmon, respondió Matthau, serio veloz y con cachetes de perro. Ahora ya se murieron los dos y
el mundo -por lo menos, mi mundo- se vuelve menos real.

Para pasmo de médicos, adivinos y críticos, ya llegué a los 57 años. No estoy muy seguro de que me guste llegar con
tantas bajas y tanto deterioro en la alineación. A lo lejos (ya no tan lejos), se oye un murmullo creciente, tropical y
amenazante. Son los del relevo. Son la retadora. Vienen llegando. Que esperen.

¿Ya Contaron las Papitas?

De veras que somos. No contentos con haber sacado a toallazos a un hombre excelente como Carlos Rojas Magnon,
ahora el 'comité de salud' encargado de velar la recién encontrada pureza republicana van sobre los gastos de la
Casa de Gobierno de Jalisco. Como están haciendo cuentas estilo servi-bar, informo que aquella noche de cena con
Bebeto en la Casa Jalisco, yo consumí una coca de dieta, dos tequilas y unas papitas. No vayan a dejar de cargarlas.

De lo de después, yo ya no sé; pero todos tenemos derecho a saber.

El Sushi de Don Kim

Arrancaba el partido México-USA y el árbitro coreano comenzó a dar muestras de estar sumergido en un profundo
abismo opiáceo. No marcaba nada, no se enteraba de nada, no tenía signos vitales. Era un amarillo bambú natural.
¡Se me hace que el árbitro Kim nos va a invitar a comer sushi!, exclamó el gran Perro Bermúdez.

Vino luego una larga pausa meditativa inusual en él, y luego exclamó con gran convicción: ¡claro, en Corea también
comen sushi!. A modo de información, le notifico al Perriux que en Peralvillo también comen sushi. Es asunto menor.
Ganó México y el deber moral de don Perro es invitarnos a Aguirre, a Palencia y a todos a comer sushi.

Letras de Oro

Allá en Madrid, mi amigo Carlos Gafotas me adelantó mi regalo de cumpleaños. ¿Alguno de ustedes aprendió a
escribir con plumilla, tintero y manguillo?. ¿Queda alguno?. ¿Tú?, pues ven a mis brazos porque hoy resulta que tú y
yo somos contemporáneos. De vuelta con Carlos, paso a informar que me regaló un bello estuche con su manguillo,
sus plumillas y un tintero lleno de tinta dorada para que, según esto, escriba yo con letras de oro. Lo haré y tal como
se lo prometí a mi amigo de Madrid, las primeras líneas serán para él.

Las segundas van a ser para Don José Ignacio Carbajal, embajador de España en México, que me ofreció gentilmente
su ayuda en mis hispánicas andanzas. Gracias al Altísimo y a los taxistas, sobreviví por mi cuenta, pero eso no
merma mi gratitud.

Las terceras -y con estas me acabo el tintero- son para todos mis amigos y mis amigas que me acompañan por este
mundo y me colman de bondades, venias, detallazos, detallitos y sonrisas compartidas. De todas las edades, de todas
las condiciones, de todos los sabores, mis amigas y amigos son como lluvia de flores y yo, uno a uno, los nombro en
mi corazón y ahí quedan inscritos con letras de oro.

Cualquier correspondencia con esta columna que todavía no quiere ser relevada, favor de dirigirla a
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Gaceta del Angel / Hoy tocó

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Germán Dehesa

(03-Jul-2001).-
A ver, lectora lector querido, respóndanme una cosa: ¿ustedes se casarían en lunes a las siete de la mañana?. A
reserva de conocer sus respuestas reales, me permito aventurar que el sector masculino respondería enfáticamente
que no y que el sector femenino respondería que, si no hay de otra, pues aunque sea el lunes a las siete de la
mañana. Aquí me detengo y tomo plena conciencia de que soy un pre-sesentón que, por lo mismo, tiene una idea ya
muy arcaica de lo que son los hombres y de lo que son las mujeres. Me cuentan que ahora son ellas las que se
muestran francamente renuentes a adquirir el comprometedor vínculo. ¿Será?.

¿Qué ocurrió realmente en el día con día de la vida palaciega o, como es el caso, pinociega?, no lo sé. Lo que ahora
haré será un puro ejercicio de imaginación. En este teatro de sombras, hago comparecer a una Martha Sahagún
virtual que anda duro y dale a todo lo que da (como en la cacería del zorro o fox hunting) detrás de un ciberchente:
¿qué pasó, me vas a cumplir o no?, siento muy feo de que no me des mi lugar y ni te digo lo que andan comentando
los periodistas, los del gabinetazo y todo mundo; yo pensé que eras de otro modo, Chente. ¡Híjole, Martha!, ya
cámbiale a tu disco; de veras que la voluntad la tengo, pero no sabes cómo traigo la agenda. No seas así, Chente,
cuando en verdad los hombres quieren cumplir, se buscan un huequito. Te juro, Martucha, que ya me lo busqué, pero
mira nomás cómo estoy de compromisos, mmh, aquí tengo un día libre en marzo del 2009. No seas payaso, nada
más vamos a entrar de oyentes ¿no tienes nada antes?. ¡Ay, amigocha!, pues sólo que quisieras casarte el lunes 2 a
las siete de la mañana entre Aznar y una fiesta del PAN. ¡Va!. ¿Queeé?. Lo que oíste: ¡va!. Ciertamente tasloca ¿y la
fiesta, y los invitados?, ¿quién va a venir a esas méndigas horas?. Yo me encargo de todo; ya tengo todo preparado
por si te animabas. Pero, amigocha. ¡Nada!. Es que en lunes y a las siete como que no carga la batería. ¡Nada!. Es
que no quiero quedarte mal. Tú, flojito; actualmente hay unos fármacos maravillosos. ¿Y qué hago con Aznar?. Pues
lo saludas y le dices que tienes un pendientito. ¿Cómo le voy a decir eso?. Yo he dicho cosas peores nada más por
defenderte. ¿Pero qué tienes contra marzo del 2009?, nos da tiempo de sensibilizar a nuestros maravillosos chiquillos
y de negociar con Onésimo y Norberto. ¡El lunes 2 o me voy a Guanajuato!. Pero, Martucha. ¡Ahorita no me toques!.
Está bien, nos casamos el lunes 2, pero vas a ver la que se va a armar; el jefe Diego me va a ver horrible. Sereno,
Chente; te tengo una corbata preciosa para la ceremonia y ya apalabré al Juez. Pero no va a querer venir nadie; a
esas horas el único que está levantado es López Obrador, pero no creo que quiera ser testigo. Ya te dije que todo eso
yo lo arreglo; imagínate: tu cumpleaños, el aniversario de la victoria, la visita de Aznar y tu anhelado matrimonio. Me lo
estoy imaginando, ¿no serán demasiadas fiestas en un solo lunes?. No, hombre, se va a poner súper...Así pudo haber
pasado. Yo no lo sé. A mí nunca me ha tocado en lunes, pero ya sabemos que el estilo de Fox es heterodoxo. De
pleno corazón, les deseo toda la felicidad de este mundo y, a nombre del país, recuerdo a López Velarde: que sea
para bien.

Páginas Interiores

No pude disfrutar ni de la mínima gloria de mi cumpleaños. La esperada boda que agarró a todos tragando dirigibles
vino a opacar y minimizar los fastos de mi cumpleaños, del de mi amiga Josefina, el de la Nauyaca Llera, el de Talina
Fernández y el de tantos prohombres y promujeres que militamos bajo el signo del cangrejo. Nuestro cumpleaños
podría haber sido noticia de ocho columnas; ahora quedamos relegados a las páginas interiores entre el obituario y los
anuncios de puertas para baño. Hay golpes en la vida tan fuertes, yo no sé.

El Brindis

Yo no sé si a José María Aznar le avisaron de la arrebatada y nupcial decisión. Espero que sí. De otro modo, se va a ir
con la idea de que las recepciones de Estado en México son rarísimas. Eso de llegar y que estén los pajecitos y las
señoras festoneadas como el Queen Mary y un Juez leyendo la naftalínica epístola de don Melchor Ocampo (que
tenía del matrimonio un concepto entre medieval y jurásico) y los amigochos haciendo la ola y brindando ¡con jugo de
naranja! ha de ser una experiencia fuerte y más si ocurre en la madrugada del lunes, después de más de doce horas
de vuelo. ¡Goicochea!, le habrá dicho Aznar a su ayudante, consígueme un vaso de agua con seis Alkaselzers y
comunícame con mi analista en Madrí, porque esto está muy guai (madrileñismo por wild). Señor Aznar: no siempre
somos así. Es que al Presidenchente cuando le viene un pronto, no lo para nadie.

Envío

Mi guía en materia de danza es Sergio Sarmiento. El pasado sábado le hablé para que formáramos un coreográfico
grupachón y nos fuéramos a bailar al lugar que él indicara. El dijo que desgraciadamente tenía una boda. Se fue a esa
boda y, nada más para contrariar a AMLO, lo asaltaron una vez más. Te abrazo, Sergio y a ti y a Fox les digo: son
mejores los bailes que las bodas.

Cualquier correspondencia con esta columna sorpresivamente nupcial, favor de dirigirla a


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Gaceta del Angel / ¡Suerte, Matador

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Germán Dehesa

(04-Jul-2001).-

¡Qué lunes tan poco lunes!

El historiado ritual mexicano enseña que un tenochca de buena cuna dedica los lunes a la vida vegetativa, los martes
a la contemplación trascendental y, si no se presenta algún emisario del pasado, o algún error de diciembre (que, en
México, puede ocurrir en cualquier mes); por ahí del miércoles al mediodía comenzamos a dar señales de vida
neuronal y/o hormonal. Este lunes no fue así. Estuvo durísimo.

19:30 hrs. La Hillary con un atuendo lucidor pero abrigadorcito (así lo definió ella) y su Charro Negro que, por tratarse
de tan señalada ocasión, estrenaba una corbata como de titanio galvanizado que me compré en el aeropuerto de
Barajas, avanzábamos (es un decir) rumbo a Palacio Nacional. Supuestamente se trataba de una recepción en honor
del señor José María Aznar y de su señora, Ana Botella que es una chica muy maja y muy marchosa. En realidad era
una multifiesta o polipachanga que, en favor del ahorro nacional, fue también la celebración del primer aniversario del
dos de julio, la fiesta de cumpleaños del Presidente y, sobre todo, el banquete nocturno y nupcial del electrizante
acontecimiento que ya todos conocemos. No fue fácil llegar, pero me imagino que los vericuetos, atajos y caminos que
Martha y Vicente recorrieron tampoco fueron sencillos. Llegamos como pudimos y en la misma puerta nos
encontramos con Sergio Sarmiento, santo patrono de los delincuentes capitalinos (ahora le conejearon una Cherokee.
Esas camionetas están malditas). En el patio principal estaba el todo México, la media España y un hotelero mallorquí
que no se hallaba. Nos asignaron nuestra mesa y para allá nos dirigimos con todo y el hotelero que ya había sido
adoptado legalmente por la Hillary.

Saludos, buen ambiente y mucha, mucha expectación. ¡Señoras y señores, recibamos con un aplauso! En una
millonésima de segundo las señoras todasojos ya estaban de pie y redactando mentalmente su reseña para el
"¡Hola!". No lo voy a negar, yo también, pero con fines periodísticos, movía la cabeza como periscopio. Entraron los
Aznar, entraron los Fox y los aplausos sirvieron como biombo acústico para el intensísimo chismorreo que se desató
por todo el inmenso salón. Si quieren saber cómo era el vestido de Martha Sahagún, háblenle a la Hillary, porque yo
soy una bestia que usó durante cincuenta años calzones Zaga y esto lo inhabilita a uno para opinar sobre alta costura.

El menú era un himno al encuentro de dos mundos. Iba desde los hispánicos y amenazantes "Pimientos al piquillo"
hasta el filete con chapulines. Esto de los chapulines fertilizó in vitro mi imaginación. A ver qué hace Aznar cuando un
chapulín azteca se le embosque en el hiperbigote, pensé yo (¿esto será pensar?)
¡Y ahora, distinguida concurrencia, escuchemos con respeto y atención los himnos de España y México!. Todos de
pie. Himnos. Todos sentados. Yo me imaginé a los chapulines haciendo su último calentamiento y recibiendo
instrucciones de Xavier Aguirre. ¡Y ahora, distinguida concurrencia, escuchemos las palabras del Presidente de la
República Mexicana!. Palabras. Aplausos. Ya vienen los chapulines. ¡Y ahora, distinguida concurrencia, escuchemos
a don José María Aznar!. Chin. Se van a enfriar los chapulines. Aquí interrumpo. Mañana le sigo. Ojalá y asistan. Se
puso bueno.

Mientras Escribo

...allá en Los Pinos se están reuniendo Vicente Fox y Andrés Manuel López Obrador. Las notas preliminares
comentan que el tema fundamental de la reunión será la recuperación del Centro Histórico de la Ciudad de México,
pero que, dados los últimos pronunciamientos de AMLO acerca de la urgencia de un pacto político nacional, la agenda
de este encuentro podría ampliarse. Al respecto, tendremos mejor información mañana, pero si sólo se hablara de
nuestro maravilloso e infamado Centro Histórico y se llegara a algún acuerdo positivo y que nos incluyera a todos los
que aquí habitamos, ya podríamos hablar de un encuentro exitoso. El centro histórico de México es el corazón del
país. Lo digo sin aspavientos localistas. Lo es. Es un prodigio abandonado a mitad de un muladar. No es justo que
esté así. AMLO y Fox lo tienen que entender. No hay un sólo capitalino bien nacido que no quiera recuperar,
preservar, verdecer, embellecer y amar a su ciudad. Ustedes hablen y luego inviten. Ahí estaremos.

Agradecimiento

Me emociona tanto no ser José Serrano Limón. Me conforta tanto no ser el autodesignado guardián del castillo de la
pureza. Me siento tan inteligente cada vez que él habla (y es que frente a los escurrimientos de este petroglifo,
cualquiera se siente Einstein). Me asombra tanto que lo más que pueda decir sobre la reciente boda sea que
"legalizaron su amasiato", que no me queda más que un regocijado agradecimiento por no ser él.

Envío

De nuevo la muerte y su ilegible factura. Nos toca en el hombro, a ti mi normanda amiga, a ti Toquinho, a ti, lectora
lector querido, y crea un vacío instantáneo que tendremos que colmar de abrazos nosotros, los que vivimos, los que
estamos en lista de espera. No le concedamos a la muerte más de lo indispensable. Quede lo demás en nuestros
amorosos brazos.

Cualquier correspondencia con esta columna como cerro del Chapulín, favor de dirigirla a
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Gaceta del Angel / ¡Suerte, matador! II

Por

Germán Dehesa
(05-Jul-2001).-

Me enteré después, pero mientras la morbosa sociedad mexicana estaba en Palacio Nacional, afuera llovía
intensamente. Ya en la tarde habían llovido mentadas por cuenta de algunos "líderes obreros" que anunciaron
inminentes brotes de violencia (Hernández Juárez fue más sereno y prefirió comentar el foxibodón anunciando clima
placentero, aunque con posibles turbulencias en la vertiente eclesiástica). También en la alta noche del Zócalo llovía
mientras José María Aznar nos dirigía la palabra en un dialecto prevascuence (¿algún día los españoles hablarán
español?). Lo que más me gustó entender fue lo que dijo el Jefe del Gobierno español apoyado en una cita de Alfonso
Reyes: si con la lengua y la inmensa cultura que compartimos los pueblos hispánicos no logramos el lugar y el respeto
que merecemos en el mundo, estaremos dando el más grande ejemplo de ineptitud que conozca la historia. Eso
estuvo muy bien. De modo muy justificado llovieron los aplausos.

Por fin, llegó la ansiada hora de los chapulines. Un fiasco. Venían molidos y diluidos en una salsa. Hagan de cuenta
los mexicanos contra Costa Rica. En nuestra mesa, el hotelero mallorquí ya nos estaba vendiendo unos paquetes de
ensueño para la riviera maya y en el salón crecía la inquietud. So pretexto de que todos querían presentarle sus
respetos al mandatario español, se iba formando una larga fila de desorbitados metiches que querían ver de cerca a
los recién casados.

Doy por sabido que todo mundo entiende que la única opinión que yo tengo acerca de este matrimonio se cifra en dos
términos: respeto y parabienes. Lo demás que comente o que cite será lo común y propio de estos festejos. Dos
casos. Una amiga me bisbisea: ¡qué locura!, los lunes ni las gallinas ponen; y los hombres, menos, le respondo yo.
Otra cuatacha se acerca y me pregunta: ¿sabes qué le va a decir Martha a Vicente en cuanto se queden solos?. No
sé. ¡Hoy, hoy, hoy!.

Para esto, la Hillary y yo ya estamos formados para la supuesta salutación a Aznar. Como en toda fila mexicana que
se respete, hay quien se quiere colar, hay quien dice (y miente) que ya estaba formado y hay seductores natos que te
guiñan el ojo y te dicen: dame chance, ¿nooo?. Llegamos. Martha Sahagún de Fox me avienta las luces altas y yo de
todo corazón la abrazo y le digo: démonos mutuamente la paz. La paz, responde ella con voz aliviada, sincera, entera.
Fox tiene ya los ojos de apipizca. Lo abrazo y nos damos las gracias por lo que hemos hecho, por lo que hemos
dejado de hacer, por lo que haremos. Lo admiro mucho y sé que me toca mirarlo a distancia y decirle lo que no nos
parece; pero en la noche nupcial, el amor exige (y consigue) fuero y tregua. Mi convicción es ésta: sólo el que se gana
el derecho a abrazar puede aspirar a gobernar.

Las luces se atenuaron. Terminó la recepción. En Palacio Nacional se formó naturalmente una valla. Más que
aplausos, hubo miradas de complicidad y asentimiento. Cuando Fox pasó frente a mí, le dije: ¡suerte, matador!. Volteó
a verme con media sonrisa. Sus ojos ya eran de árbitro coreano. Los novios salieron. Afuera llovía encarnizadamente.

Rumbo al Centro

La tesis la hizo suya Virginia Woolf: no puedes hablar de libertad si no tienes una habitación propia; no puedes tener
habitación propia si no obtienes suficiente dinero con tu trabajo; tu trabajo no será bien pagado si no vives en una
economía justa. Hasta aquí la Woolf. Conecto ahora con Alejandro Junco de la Vega: una economía justa sólo florece
en una democracia vigorosa; una democracia vigorosa requiere de reglas claras, de una impartición de justicia
pública, transparente y vigilable; sin este diáfano imperio de la justicia no hay comercio sano ni confianza nacional e
internacional; para que florezca la confianza, todos tenemos que saber oportuna y precisamente lo que tenemos
derecho a saber. Aquí tomo yo la palabra: con cada uno de los ladrillos mencionados edificaremos la ciudad y la
civilización que la hermosa vida nos exige. Vamos llegando al centro. Aquí un corolario que puede sonar extravagante:
aún los sueños tienen que construirse del centro hacia las afueras y por eso me parece muy bien que Fox y López
Obrador hayan entendido que hay que comenzar por rescatar el Centro. Lo hemos vuelto tan horrible y era tan
hermoso. ¿Podremos volver a enamorarnos?. Yo digo que sí. Siento (presiento) que podemos estar al borde de la
novísima grandeza mexicana. Vamos llegando al centro.

Las Amorosas Navajas

Lo dicho: con el megabodón, mi cumpleaños se fue a la goma. Casi. Para mi bien, las tropas leales cerraron filas y
llegaron refuerzos de los sitios más inesperados.
Con respecto a esto último, he de agradecer los muchos y amorosos mensajes que he recibido en estos días. Digo
esto a sabiendas de que, cualquier día me encuentro a la autora (llamémosla Chabela) o autor del mensaje que me
dirá con voz de mentada: ¡te mandé un mensaje, pero como eres tan importante, ni me pelaste!. No sean así. Ahí voy.
El cuero no da paítanto. En este agradecimiento cósmico incluyo a un señor que me escribió desde El-Djazair, Argelia.
Se apellida Briones (apellido típicamente argelino) y su esposa es ¡de Sitges! (maiomai!).

Vuelvo a México vía Sitges. El mero día de mi cumpleaños, mi cuatazo Abú invitó a los leales a comer. ¿Qué creen
que había en la mesa?. ¡Navajas!. Esas que fui a buscar a Barcelona, por amistosas artes, me estaban esperando en
México.

El amor es una inmensa catedral que se construye grano a grano. En los detalles está el detalle.

Cualquier correspondencia con esta columna como chapulín pulverizado, favor de dirigirla a
germandehesa@prodigy.net.mx o al Apartado Postal 19-111, Delegación Benito Juárez, México, DF.

Gaceta del Angel / El estrépito y la furia

Por

Germán Dehesa

(06-Jul-2001).-

Termina otra semana tenochca estilo tifón (Corominas dice que esta extraña palabra vendría a significar algo así como
torbellino similar al que forma el humo producido al quemar incienso. Yo pregunto: ¿de qué humo habrá aspirado el
ilustre Don Joan Corominas?). Tuvimos de todo y, como bien les consta, todo fue inesperado: desde el foxibodón
hasta los volcánicos amagos, las grabaciones clandestinas, el rescate del Centro Histórico del DF, la consternante y
trágica reincidencia del tren ligero que está resultando más letal que un proyectil atómico y el condenado
Presidenchente que se fue al Caribe y en lugar de llevar a la ñora, se llevó a Castañeda (no hay que ser).

Es imposible intentar decir algo sobre tantos y tan contrastados asuntos. Quedémonos con dos: la tenebrosa historia
de la grabación de una conversación de Dolores Padierna y el segundo capítulo del tren ligero que, como segundo
efecto, ha provocado, como luego se verá, una colisión informativa.

Mi lista de amigos imprescindibles es, por fuerza, escueta; mi lista de buenos amigos y amigas es inmensa. Ya
busqué bien y en ninguna de las dos están Raúl Salinas y Dolores Padierna. Sin embargo, considero que es mi
obligación salir en defensa del respeto que merece todo ámbito privado. No veo por qué precisamente el de ellos dos
tenga que ser atropellado. Sobre todo en el caso de Dolores Padierna, no hay manera de encontrar una validación
ética o moral para "filtrar" de modo perverso y anónimo una grabación que, según me informan los que conocen de
ingeniería de sonido, puede trucarse de modo impecable. Tomando en cuenta todo esto, pregunto: ¿es legal publicar
un testimonio que puede estar viciado en fondo y forma?, ¿tiene alguna validez probatoria este flagrante testimonio de
metichería y atropello del espacio privado?. Para no variar, volvemos a topar con uno de nuestros problemas
centrales: el derecho a la información cuya contraparte indispensable es la defensa del secreto de todo aquello que no
es, ni debe ser público. Conclusión provisional: el jabonoso, sórdido, lúdico (¡ojo!: tenemos derecho al baile, a la fiesta
y a la noche) de los giros negros tiene que ser resuelto (¿y el Lobohombo?). No veo cómo una grabación ilegal y
probablemente trucada colabore a esa resolución.

Al momento de escribir esto, sólo se sabe que el tren ligero ya volvió a fracturar la vida capitalina. Que unos
microbuses le quisieron ganar el paso; que no, que los microbuses tenían luz verde; que no, que la luz verde la tenía
el tren; que no, que los dos semáforos estaban en verde. ¡Me carga la pirinola!. Lo ideal es que no ocurrieran estas
cosas; pero si ocurren, proporciónenos, al menos, información coherente y verosímil. Señor AMLO, no son ganas de
fregar, pero ¿qué pasa?, ¿tendremos que crear otro comité para la recuperación del Centro cerebral del DF?.

¡Yyy!...¡Pab!

No es mala estrategia conocer algo, o investigar a fondo quién es alguien, antes de hacer un juicio moral o de valor
acerca de ese algo y/o de ese alguien. Después de ese, aún turbio, herradero (y erradero) llamado FOBAPROA,
varios mexicanos destacados y probos fueron convocados para intentar con ciencia y paciencia, mediante la creación
del IPAB, hacer un poco de luz en la eterna noche de la panza del FOBAPROA. Vicente Corta fue uno de ellos.
Humberto Murrieta es otro. Somos muchísimos los beneficiarios de la bonhomía, el profesionalismo y la entera
honestidad de Humberto Murrieta. Por eso me llama tanto la atención que un periódico, dedicado a tareas que
requieren asepsia moral y cuidadosa comprobación de los datos y cifras que proporciona, haya escogido como víctima
propiciatoria ("agarrar de su puerquito", decimos en el español coloquial) a alguien como H. Murrieta, tan por encima
de grillas y tan invariablemente transparente (El es Murrieta/ ¡cambiádle la receta!) . Un encabezado: "Murrieta trata
de justificarse". ¿Qué es eso?. En mi opinión, ni trata, ni necesita. Como bien les consta a todos aquellos que, por una
razón u otra, están vinculados con la difícil tarea de dar cuenta y razón de los dineros (tal sería el caso de Francisco
Gil), H. Murrieta no va por el mundo "justificándose". Más sencillamente: su vida ha sido justa.

Señor Ratero

Aguánteme tantito. Ya viene la audiencia del 12 de julio. En ella tengo todas mis esperanzas. No se gaste mi lana.
Póngala a plazo fijo y nos mochamos con los réditos. Si por casualidad a usted le ha tocado asaltar a Sergio
Sarmiento, que lo asaltan todos los días nones, podemos hablar de un arreglo en flotilla. Déle tiempo a la justicia, no
sea impaciente, ni nachapronta. Cuídeme mi laniux.

¡Oídlo, Soberanos y Vasallos!

Por más que el grupo Los Pinos intente atropellar la tradición y subvertir las sagradas leyes de Eros con sus
inverosímiles ritos de los lunes; por más que Norbocop se injerte en Cantinflas teológico y siembre el desconcierto al
comentar que pecado, lo que se dice pecado, puede serlo pero puede no serlo y que es mejor no menearle, porque no
juzguéis y no seréis juzgados y con la vara que mides te pueden romper el océano y seamos todos prudentes (¡un
traductor, por favor!); por más que Serrano Limón (aderezo para jícamas) diga que está bueno el amasiato pero no
para mucho rato; por más que se oponga el destino: hoy toca.

Cualquier correspondencia con esta columna que es casi giro negro, favor de dirigirla a
germandehesa@prodigy.net.mx o al Apartado Postal 19-111, Delegación Benito Juárez, México, DF.

Gaceta del Angel / Retacería hispánica

Por

Germán Dehesa
(09-Jul-2001).-

Los tiempos verbales padecen una cierta ineptitud. Si digo: estoy en Madrid, es inexacto pero no del todo falso. Si
afirmo: estuve en Madrid, suena correcto pero deja fuera algo de mí que todavía sigue estando allá. Tendría que decir
estuoy en Madrid y sonaría más correcto, pero mis médicos comenzarían a intercambiar telefonemas acerca de mi
estabilidad mental y mi propensión al autismo. En lo que resuelvo este conflicto y con la confianza de que este lunes
sea normal y no pase nada, ni nadie se case; permítanme traer a México algunos pedazos de memoria que se
quedaron en Madrid.

UN TAXISTA: Sería usted tan amable... ¡La leshe!, ¡un mejicano!. Sí. Venga, ¿a dónde quiere que lo lleve?. Pues a tal
parte. Pues ya está...Oiga: ¿a usted le cae bien José María Aznar?. Pué, mire uté; yo he nacío en un pueblillo mu, mu
pobre. Tan pobres éramos que no nos alcanzaba para tener ideología. Entonze yo me he venío a Madrí, aquí me he
casao y entonze llegó Felipe y yo pensé que él tenía que ser mi candidato. Para eto yo ya tenía tré hijo y ninguno
encontraba trabajo. Y Felipe para acá y Felipe para allá y mizijo sin trabajo. Bueno. Entonze llega Azná y yo voto
Felipe, pero gana Azná y ¿sabe qué le digo?, pué que mizijo lo tré tienen ahora trabajo y entonze, pué que viva
Azná...

LA NOUVELLE CUISINE ESPAÑOLA: Con José Bonaparte tendrían que haber escarmentado. Las relaciones entre
Francia y España están condenadas a ser tensas o, en su caso, fragorosas. Los euroibéricos parecen haberlo
olvidado. Si una noche de verano un viajero llega a un restorán madrileño, las palabras que este viajero espera son
del tipo de "gazpacho", "besugo", "solomillo" y muchas más que son intensamente castizas. Lo que desarregla los
sentidos del viajero es encontrarse textos como el siguiente: el carroussel de cordero en una cama de nécoras al
jengibre, salteado con laminillas de merluza, cubierto con un tapete de bechamel sazonada a las finas hierbas con
destellos de guindilla. Nada más para leer esto y entenderlo, hay que solicitar una beca de CONACYT. Si el viajero es
lo suficientemente empecinado (o le tiene suficiente miedo al jefe de meseros como es mi caso), se arriesgará a pedir
eso, aunque no sepa bien si es plato fuerte, postre o instrucciones para incendio. Pasan veinte fértiles minutos. El
viajero se imagina su plato y piensa que, en cuanto a forma, ha de parecerse a la Cibeles o a la fuente de Petróleos.
Regresa el ominoso mesero, coloca la fuente frente a nosotros, con gesto como de Beto el Boticario retira la cóncava
cubierta y ¿qué ve el viajero?. Ve un pinche pedacito de borrego y un platote artísticamente churreteado con
caprichosos y diversos colores y manchitas aquí y allá como de mota pulverizada. Además, hay que comérselo. Luego
hay que pagar la cuenta. Suntuosa. A las tres de la mañana hay que tomar la Suprema de Pepto-Bismol en una
camita de agonizante ribeteada con sal de uvas y destellos de Imodium. Todavía no acabo de regresar. El próximo
lunes, si no hay boda, sigo regresando. Yo estuoy en Madrid.

Agradecimiento II

Mediante un comunicado enérgico y cortés, el señor Serrano Limón (aderezo para jícamas) me hace precisiones y
solicitudes. No sé si pueda darle curso a todas, pero lo intentaré.

Comienzo por una feroz expresión condicional. Dice JSL: "si es que tiene un poco de ética profesional". Respondo:
¡albricias, pastores!, todavía me queda un chirris. Si me vuelve a escribir, ya no le aseguro nada.

Viene después una importante cuestión onomástica: "Mi nombre no es José, sino Jorge." ¡Mil perdones!. Estoy
procediendo a flagelar brutalmente a la mujer que me proporcionó la información incorrecta. Porque, para peor, en
cualquier momento me va a escribir algún José Serrano Limón que estará todavía más enojado que usted, Don Jorge.

Entramos luego en materia grave: "No me asombra que con la amplísima cultura que manifiesta, no entienda la
diferencia entre adulterio y amasiato." No sea corrosivo, Don Jorge; no pateé al caído. La verdad, no creo que se
necesite de mucha cultura para saber si se está viviendo en amasiato, o se está cometiendo un adulterio; pero su
observación es correcta: usted dijo adulterio y yo escribí amasiato. Volvamos al adulterio (no usted y yo, sino el de su
declaración) y que ahí quede. Amasiato o adulterio, sobrevive mi júbilo por no haber dicho tal cosa.
Terminamos: "Usted puede burlarse de mis ideas". Eso sí no le consta, Don Jorge. En cuanto usted tenga una idea,
yo decidiré si me burlo o no. Hasta el momento, eso no ha ocurrido. Tiro penal: "más (sic) no puede inventar
afirmaciones que son falsas". Perdóneme, Don Jorge, pero eso, en rigor lógico, no puedo entenderlo muy bien.
Déjeme examinarlo con mi amplísima cultura y, en cuanto llegue a una conclusión, le contesto, o abordo el tren ligero
y termino con mi vida.

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Gaceta del Angel / ¡Ya me voy, vieja

Por

Germán Dehesa

(10-Jul-2001).-

Un modo, tan arbitrario como cualquier otro, de reconstruir el pasado cercano de nuestro país consiste en seguir la
trayectoria de nuestro cine que se ha debatido siempre entre las "épocas de oro", la muerte por ausencia cerebral, las
fugaces resurrecciones, la plena iniquidad, las crisis terribles y los loables esfuerzos. Todo esto le ha pasado a
nuestro cine y a nuestro país. No me propongo hablar de historias paralelas (para lelas mis hermanas, decía Tin Tán),
sino de trayectorias que se entrecruzan. Hagamos, como diría Beto el Boticario (que, por si no lo saben, es uno de mis
gigantes), un bonito experimento.

1951 fue un buen año para Pedro Infante. Su primera película de ese año se tituló "Necesito dinero", un culebrón que
tuvo un aceptable éxito de taquilla porque Pedro Infante era una garantía, y porque la gente o necesitaba dinero, o
sabía que pronto lo iba a necesitar. Vino después "A toda máquina" que, aún hoy, es uno de los más grandes éxitos
del actor de Guamúchil. Ismael Rodríguez logra en esta comedia contarnos con eficiencia, gracia y verosimilitud la
muy ambigua relación entre Pedro Chávez y Luis Macías, dos policías motorizados que mucho hicieron por darle
"imagen" a los, por entonces, todavía respetados agentes de tránsito. Además de la solvencia de los protagonistas, al
éxito de la película colaboraron el eficiente guión del propio I. Rodríguez y Pedro de Urdimalas; la memorable
musicalización ("Si te vienen a contar" de Consuelito Velázquez) y el muy eficiente trazo de los personajes
secundarios. Me detengo en dos que se han vuelto arquetípicos: la casera fodonga y cuentachiles y su esforzado
marido que, como todo mexicano que no esté en el crimen, la política y/o la banca organizadas, tiene que desempeñar
todas las chambas del mundo para sobrevivir medianamente. Hasta aquí la filmografía de Pedro Infante.

Del Pedro Infante de 1951, me traslado ahora al Ernesto Zedillo del periodo que va de 1994 (¡Necesito dinero!) al
2001. En este año nos encontramos a un ex-presidente dedicado a trabajar a toda máquina. ¡Ya me voy, vieja!, dice
Don Ernesto y sale hecho la peluda rumbo a Nueva York con su uniforme de director de la Comisión de
Financiamiento para el Desarrollo en la ONU. ¡Ya vine, vieja!, dice y sale de cuadro, para reaparecer segundos
después con su uniforme de ferrocarrilero: ¡ya me voy, vieja! y sale como la bala a la junta de directores de la Union
Pacific (¿no estarán dándole asesoría al Tren Ligero?). Regresa Don Ernesto arrastrando la matraca, desaparece y
reaparece caracterizado como caja de detergente: ¡ya me voy, vieja!, tengo que hacer chaca-chaca en la junta de
directores de Procter & Gamble. Nomás de contarlo, ya me cansé y todavía le falta regresar con su cubeta, cambiarla
por la laptop, escribir un artículo para Forbes y de ahí salir veloz cual clausura de la Padierna a asesorar a Mike
Moore, director general de la OMC. ¡Uff y recontrauff!.

Yo que soy polichámbico puedo afirmar que Zedillo me tiene severamente apantallado. Me asalta el fundado temor de
que se nos vaya a descriar Don Ernesto. Yo también hago muchas cosas, pero junto a la hiperactividad del ex-
presidente tengo que declarar en inglés: no book (no libro). Además, hay otra cosa. La oferta de trabajo está retraída y
más se retraerá si todas las chambas las agarramos entre Zedillo y yo. Una propuesta: ¿por qué, mejor, no ponemos
una escuela de vagabundos?.

El Acervo de Banamex

Sergio Sarmiento ya se ocupó con lucidez y puntualidad de este asunto. Vuelvo sobre él, porque a mí también han
querido nombrarme guardián de este tesoro y he recibido listas, catálogos y exhortos. Los agradezco, pero, en lo
esencial, he de decir que concuerdo con Sarmiento.

Banamex ha hecho hasta ahora un excelente trabajo de rescate, restauración y conservación del arte mexicano.
Desde la espléndida Casa de Iturbide, hasta una riquísima colección de artes plásticas. Viene ahora la compra de
Banamex por parte de Citigroup (tan discutible en tantos otros aspectos). ¿Qué va a pasar con todo este acervo?. De
acuerdo con el compromiso escrito de los bancos que se fusionan, edificios y colecciones conservarán la condición
que hasta ahora han tenido. Creo que a la ciudadanía mexicana lo que le corresponde es procurar la plena y detallada
certidumbre legal de este compromiso. ¿Y esto cómo se logra?. Creo que, más allá de comunicados de buena
intención, lo que se espera de Banamex y Citigroup es que dejen fuera de la operación a Fomento Cultural Banamex y
que éste quede en manos de aquellos que, desde los tiempos de Don Agustín Legorreta, lo han manejado de manera
más que satisfactoria.

Si ya quedó el lanal que quedó en la panza del FOBAPROA, si no va a causar impuestos este jumbonegocio, ¿sería
mucho pedir que dejaran la casita y los cuadritos en paz?.

Cualquier correspondencia con esta columna a toda máquina, favor de dirigirla a germandehesa@prodigy.net.mx o al
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Gaceta del Angel / El programa

Por

Germán Dehesa

(11-Jul-2001).-

Si toca en esa puerta, ahí le abren y ahí es. Estas fueron las misteriosas instrucciones que recibí de parte de un
fornido integrante del EMP. Era el sábado 7 de julio a las 11:45, yo estaba en Los Pinos y me sentía más extraviado
que Aznar. Estaba invitado a participar en "Fox en vivo, Fox contigo" y faltaban unos cuantos minutos para que el
programa comenzara.
La puerta era de metal, estaba pintada de verde y no tenía ni timbre, ni aldabón. Absurdamente recordé aquellos
tendajones de mi juventud donde íbamos a deshoras a comprar botellas de unos rones horripilantes. Di un discreto
manazo sobre la puerta. Esta se entreabrió y asomó un rostro levemente canino (ha de ser un crítico del plan de
gobierno, pensé). Diga. Vengo al programa. Pásele. Así de sencillo fue. Mi paranoia había previsto la posibilidad de
que me pidieran alguna contraseña (swordfish, o "vengo de parte de Don Lupe, o algo así). No hubo tal.

Jorge Berry, Lorenzo Meyer, Silva Herzog Márquez ya estaban ahí y me miraban con cara de los puntuales de la
clase. No hubo mayor plática, porque el eficiente personal técnico nos mandó al aire con la previa advertencia de que
el Presidente se incorporaría sobre la marcha. Y ahí nos tienen, disertando a manos libres acerca de si los mexicanos
ya somos plenamente democráticos, o nos falta un chirris, o ya nos pasamos, o qué. Discusión interminable y sin
acuerdos sustanciales. Observo que ya el poder discutir interminablemente y sustentar cada quien su punto de vista
es un aviso de democracia. Y ya no observé más porque, cual tromba, invadió el aire Vicente Fox quien nos recetó a
los del círculo verde (ciudadanía en general) y a los del círculo rojo (nosotros, los ladradores sabatinos) un prolijo
informe de su desempeño público a lo largo de la semana. Por razones perfectamente válidas, Fox no trató el tema
nupcial y no le hizo falta. Con alarma, descubro que ya somos tres los del club de ¡ya vine, vieja!: Zedillo, su Charro
Negro y Vicente Fox que tiene entre pinolillo y chincual y nada más no calienta lugar.

Entiendo sin ánimo belicoso que el reportero de "La Jornada" que reseñó este programa desconozca detalladamente
mi nombre y me haya rebautizado como "uno de los asistentes" y haya puesto en boca de este novísimo personaje
expresiones que, hasta donde recuerdo, yo dije. Algunos ejemplos de lo que dijo "uno de los asistentes": señor
Presidente, ¿no será que Doña Marta está "sentida" porque no la llevó a Jamaica?à señor Presidente, con mucha
pena le informo que Lorenzo Meyer y yo hemos recorrido Los Pinos minuciosamente y no encontramos toallas. Fox
respondió: es que los solteros somos muy desorganizados. Señor Presidente, ¿ya le entregó Doña Marta un
presupuesto detallado del gasto semanal?. Respuesta de Fox: ¡Siií y nos vamos a ahorrar una muy buena lana! (ésta
es de las pocas ventajas matrimoniales). Intervino Lorenzo Meyer y dijo (cito de memoria): señor Presidente, al pueblo
le gustaría oír una respuesta juarista a la interrogante de cómo queda su relación con la Iglesia Católica después de
su matrimonio civil. Fox respondió: mis asuntos privados los trato directamente con Dios; como Presidente, mi relación
con la Iglesia Católica ha sido muy buena y confío en que lo seguirá siendo. Me parece una respuesta razonada y
razonable. "Uno de los invitados" cerró el programa con una súplica: señor Presidente, usted que habla directamente
con Dios, platíquele de mí, porque yo también soy de segunda vuelta. Remató Fox: está bien, Germán, yo le trato tu
asunto, pero te va a costar una feria (¡di no a la mordida!). Fin del programa.

Uno de Hombre...

...y una de mujer. Me refiero a Marta Lamas y a quien esto escribe. Nuestra relación ha sido muy similar a la de
Sancho y Quijote: ninguno entiende muy bien al otro, pero siempre nos hemos querido y respetado tumultuosamente.
Admiro su larga lucha y su entereza. Con Mauricio Achar como oficiante, quedamos formalmente unidos para siempre.

Por tales motivos, hoy miércoles 11 estaré en la Casa de la Cultura San Angel a las 19:00 hrs. opinando buenamente
(y espero que sensatamente) sobre un libro provocado por Marta: "Miradas sobre el aborto" editado por GIRE. Lo haré
a sabiendas de que no soy mujer y de que voy a ingresar a un territorio, a un oscuro valle que se sitúa entre los ríos
de lo sagrado y de lo íntimo. Nada definitivo diré, pero si ustedes nos acompañan, quizá podremos reunir más luz.

Envío

Amiga María Eugenia Revueltas: en algún tiempo ensoñado fuimos compañeros de clase; en otro tiempo que aún
dura somos amigos; en un tiempo paralelo fuiste la excelente maestra de mi hija. Son muchos tiempos los nuestros.
Hoy es tiempo de acongojarnos juntos por la muerte de Abelardo Villegas, tu esposo, el director de mi Facultad, el
ensayista, el buen mexicano. Los tiempos.

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Gaceta del Angel / La pirecua magistral


Por

Germán Dehesa

(12-Jul-2001).-

¿Por qué las mujeres experimentan la inaplazable necesidad de regañarme?. No tengo respuesta, pero tengo
constancia. Añado ahora a mi lista al personal femenino de Aeromar. En el aeropuerto de México, la chica del
mostrador me dijo que ya estaba cerrado el vuelo y que tenía yo que administrar mejor mi tiempo (si supiera ella la
cantidad de mujeres que me han dicho lo mismo). Ante mi triste mirada de perro que ladra a Fox en vano, me perdonó
la vida y me ordenó que "procediera" yo de inmediato al camioncito 083 que nos llevaría al avión. En el aeropuerto
llovía con inexplicable júbilo. El camioncito se tardó 20 minutos en encontrar un avión como de la guerra de Corea que
resultó ser el nuestro. Rezando la Magnífica abordé el aerotransporte y de inmediato otra mujer joven me indicó que
mi elegante maletita portátil la tendría que haber registrado. Falso. Nunca la he registrado. No es mi culpa que los
aviones de Aeromar sean enanos. Por fin obtuve permiso para tenderla en dos asientos vacíos.

Llegué a Morelia a las 20:00 hrs. Un selecto comité de maestros michoacanos me esperaba para llevarme a Uruapan.
Pero antes, Don Germán, tiene usted que echarle una miradita al centro histórico de Morelia que ya sin vendedores, ni
estorbos quedó precioso. En efecto, el corazón de Morelia ha recuperado su esplendor. Ojalá y vengan a verlo. Es un
ejemplo para el DF y para todo el país.

En la carretera a Uruapan caen la noche, la lluvia y los recuerdos. En Tiripitío, Alonso de la Vera Cruz fundó nuestra
primera universidad. En Pátzcuaro se está quedando tuerta la patria. Además, tengo un hambre monumental.

Uruapan. Hotel Mansión de Cupatitzio. Va terminando la lluvia y el río pasa ligero. Uruapan es una conspiración de
aromas. Huele a madera, a flores, a café, a musgo y humedad. La cena excelsa y la buena plática con los maestros
michoacanos, mis anfitriones.

En Michoacán hay sesenta mil maestros. Como en el resto del país están divididos, agraviados, enfrentados y sólo los
une la convicción de que su trabajo no es apreciado ni moral, ni económicamente. Si el gobierno de Fox ha insistido
en la prioridad de la educación, creo que hay que comenzar por un reposicionamiento y una revaluación de la figura
del maestro. Con ganas de contribuir, así sea mínimamente, a esta tarea que a todos nos interesa, me trasladé a
Uruapan. No fue un acto heroico. Los madrileños dirían que fue una "gozada". En el cobertizo principal de un antiguo
beneficio textil llamado "los telares", me reuní con 1,500 maestros para platicar de política educativa, eros pedagógico
y de la enseñanza como el método más noble de contagiar una pasión. No le hablé a una sección, a un grupo, a una
tendencia, a un sector; platiqué con 1,500 colegas y creo que la pasamos muy bien.

El regreso fue esplendoroso. Michoacán verde, misterioso e iluminado como nunca. Dicen que pronto lo gobernará
Lázaro Cárdenas B. El candidato del PRI (que se siente Rocky) está haciendo su mejor esfuerzo para que así sea.

Para variar, llegué al aeropuerto de Morelia rayando el cuaco. ¿Qué creen?. La señorita de Aeromar me regañó, pero
ya llegué, vieja.

Nachas de Rana

Ahora resulta que uno de los "cerebros" del cártel de los Arellano estaba preso, pero nadie lo sabía. Es conocido
como "el Rana". Las sagaces autoridades dicen en su descargo que la astutísima rana había cambiado totalmente su
apariencia (según veo en las fotos, está más flaco, no tiene bigote, pero los ojos de Hush Puppie son inconfundibles).
Su perdición fue el trasero. Ese no se lo arregló y fue una herida de bala en tan inhóspita región la que lo delató. Yo
sigo perplejo. Si a un hombre mexicano lo van a indiciar por tener nachas de rana, el 99% de los caballeros águila
estamos en grave peligro.

Envío

Hoy no me han tocado ni luto, ni lágrimas. Hoy me conseguí dos cuates a quienes les prometí dedicarles este artículo.
El primero se llama Abelardo y es una dádiva de Telcel. En mi celular intenté hablarle a la Hillary desde Uruapan y me
contestó Abelardo que vive en Naucalpan. Hemos trabado una amistad eterna y un odio compartido por la telefonía
celular.

Mi otro amigo se llama Abraham y está trabajando como aprendiz de botones y pianista en el Hotel de Uruapan. Es
tan amable y tan industrioso que estoy seguro de que va a triunfar. Con ánimo de que alguna vez me incluya en su
gabinete, le envío estas palabras chilangas.

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Gaceta del Angel / En la orilla

Por

Germán Dehesa

(13-Jul-2001).-

¿Qué se hace a la hora de morir?. Este verso de Rosario Castellanos se presentó en el desordenado espacio de mi
cerebro (cualquier día de estos, voy a dar una alzadita) mientras leía dos correos electrónicos que cayeron en mi
escritorio como dos hojas de algún árbol de camposanto. Un amigo me cuenta que su padre está ya en el último e
irreversible tramo del camino hacia la muerte y, más que nunca, necesita saber que su familia, sus amigos y su Charro
Negro, que se autodenomina familiar y amigo, queremos mucho a Don Bernardo Gómez Ramírez. La segunda
muerte, la más terrible es la que nos infieren el desamor y el olvido. Usted, Don Bernardo, está a salvo de esta muerte
puesto que en su vida provocó tantos y tan firmes amores. No digo más, porque entiendo que es contraproducente
llenar de algarabía el misterio.

En el segundo mensaje, una queridísima amiga osa atreverse a anunciarme que ya no vamos a bailar danzón, porque
ha tenido ya tres episodios de isquemia cerebral transitoria (tan transitoria que me lo puede contar con su
acostumbrada articulación y gracia). Decía Henry James que uno de los talentos indispensables de un novelista es "la
imaginación del desastre". En dosis más o menos tolerables todos los mexicanos la tenemos. Mi hijo el mayor me
anuncia que se va a ir a bailar y yo de inmediato imagino un secuestro express, o alguna droga maligna en su
refresco. Mi hijo el menor baja el primer escalón; yo de inmediato escojo el hospital al que lo voy a llevar en cuanto se
ruede las escaleras. Quiero creer que mi amiga anda en ésas. Según me cuenta, pronto tendrá un infarto cerebral
masivo que la mantendrá con vida vegetativa durante siete años. Espérate, manita. Los buenos médicos mexicanos y
tu legión de enamorados te defenderemos de eso y de tu galopante imaginación. Es tiempo de cuidarse, de curarse
(el verbo "curar" es amplio y poderoso en sus significados), de serenarse, de hacerle un caracolito a la muerte y de
recordar que, en su momento, el danzón "Nereidas" fue compuesto por Amador Pérez "Dimas" expresamente para
que Xóchitl y Germán lo bailaran en el doble otoño de su vida y de este año. Si me hicieras la perrada de no acudir a
la cita, pues no bailo y ya está; pero pasarás a la historia como la culpable de mi abandono de las pistas. La última
palabra no la tiene la muerte; le corresponde a la vida.

Pesos y Medidas

Todo matrimonio con hijos ya sabe la estremecedora noticia: han comenzado las vacaciones. Los adultos que
seguimos trabajando enfrentamos ahora el reto de darle entretenimiento a los mini-rana y de tomar las medidas
precautorias suficientes para evitar que los vandalines "siniestren" (así dicen los ajustadores de seguros) en sus
largas horas de ocio nuestras escasas pertenencias.

La ceremonia de libertad condicional de Andresito recibió el eufemístico nombre de "evaluación". La mexicana madre
acudió presurosa y fue informada de que el pequeño había purgado su pena con harta galanura. Dicho de otra
manera: aprendió a leer y a escribir y echó harto desmadre. Se nos informó por escrito de su amplia y certera
capacidad de discernimiento y nos dieron el siguiente ejemplo: pusimos a todos los niños y niñas de su grupo a que
midieran la longitud de una mesa y dejamos a su alcance varios instrumentos. Un niño dijo que la mesa medía
muchas cuartas, una niña dijo que medía tres estambritos y medio. Entonces llegó Andrés con su aire de niño de
mundo y blandiendo una regla anunció: las cosas se miden con esto. De inmediato se puso a la tarea y llegó a una
conclusión asombrosa: la mesa mide cinco reglas y un cachito. Padre y madre lloramos de felicidad: hemos parido al
nuevo Einstein.

Erizos y Begonias

De algo sirve acudir al aeropuerto y quedar bajo el recio látigo de las mujeres uniformadas de azul. En estos días he
estado en Acapulco y en Uruapan. En Acapulco pude conversar largamente con el ex-bucles que me hizo la
trascendental pregunta: ¿los erizos son peligrosos? y yo, con el memorizado auxilio de un experto en la materia, pude
responderle: depende; si se te ocurre extender la mano sin pensarlo bien e intentas agarrarlo, terminas con la mano
destrozada; pero, si primero te acompasas con el movimiento del mar, extiendes tu mano, dejas que el mar la mueva y
muy lentamente, como quien acaricia, permites que el erizo se pose en tu mano, esto puede ser muy grato para ti y
para el erizo. Recuerda esto, hijo mío, cuando contraigas matrimonio.

Estuve después en Uruapan y conocí las begonias. Son un milagro. Un milagro con un cartelito al pie: "estas flores
son muy delicadas, véalas pero no las toque". Dice la canción: así hay en el mundo seres. Son de mírame y no me
toques. De cualquier modo: hoy toca.

Cualquier correspondencia con esta columna siempre erótica y jamás tanática, favor de dirigirla a germandehesa

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Gaceta del Angel / Retacería hispánica II

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Germán Dehesa
(16-Jul-2001).-

TRIUNFAR EN MADRID: La envidia, dijo alguien, es la admiración que no se atreve a decir su nombre. La envidia,
digo yo, no es el rasgo exclusivo de ninguna etnia, sino tentación permanente de la humanidad. Dicho esto, he de
subrrayar que la envidia que todo ser humano puede experimentar ha encontrado en el ámbito mexicano un medio
especialmente propicio para medrar, crecer y florecer de un modo lujuriante y tropical. Si las influencias pesan más
que los méritos, si no hay juego limpio, si ni siquiera hay reglas claras e información suficiente para jugar; no es difícil
entender por qué la trayectoria de los individuos se convierte en un sórdido torneo de zancadillas, calumnias,
descalificaciones y envidias. ¿Quieres sobresalir?, ¿tu trabajo te ha proporcionado una cierta notoriedad?, tranquilo,
mi buen, nosotros nos encargamos de ponerte en tu lugar que es, sin duda, el sótano donde todos vivimos. ¿Quién te
crees?.

Cosas así pensaba yo en Madrid mientras caminaba por su alta y poblada noche en compañía de Arturo Pérez
Reverte, el escritor en español con más éxito de venta en la actualidad. La gente lo saludaba, el vendedor de lotería
bromeaba con él, los escritores mayores y menores que nos tropezamos lo felicitaban, le reclamaban, le tomaban un
poco el pelo, pero en ningún momento compareció la saña o la mala fe. Era obvio que le perdonaban el éxito y
seguían teniendo a Arturo en gran estima. Eso me pareció muy bien. Para alguien que escribe, el "yo" es una enorme
incomodidad y una insostenible falacia si previamente se ha entendido que no existe más que un sólo libro que
estamos escribiendo entre todos. A algunos nos ha tocado redactar, bien o mal, una frase, a otros les ha
correspondido escribir grandes y hermosos capítulos. Esto no me parece importante. Lo que es una noticia feliz y
trascendente es que el libro se está escribiendo.

Exactamente 24 horas después de haber visitado con Pérez Reverte el Madrid que habitó Lope y el otro que habitó
Pérez Galdós, me encuentro en el hotel Palace con José Saramago. Alto, sonriente, bien plantado y mejor
acompañado por su esposa que es un cántaro de alegría, no es difícil que acceda a conversar con un extraño que soy
yo. Rescato un diálogo: ¿por qué le dieron el Premio Nobel, Don José?. Por un error. Se lo tendrían que haber dado a
Jorge Amado. No es mala respuesta. Es sana, generosa y revela solidaria humanidad, máxime ahora que Jorge
Amado, el infatigable fabulador brasileño, se está muriendo. Es buen tiempo para leer, por lo menos, "Gabriela, clavo
y canela", "Teresa Batista cansada de guerra", "Doña Flor y sus dos maridos". Dentro de diez siglos, nadie sabrá si
estas novelas son de Amado, o de Saramago, o serán anónimas. Lo importante es que serán.

Remato con una cita de Xóchitl Gálvez: a mí la envidia me da mucha web. Es horroroso esto de que tu importancia se
mida por el número de envidiosos que te rodean y por el número de teléfonos que tienes intervenidos. Si triunfas en
Madrid, todos viven ese logro como propio; si triunfas en Topilejo, toda la hermosa República de las letras nacionales
se siente afrentada.

VIAJES CON MI TIA: Aunque me trata como si fuera el más descerebrado de sus sobrinos, realmente no es mi tía,
sino mi amiguísima Graciela Cantú. La gran Cantú es mujer de amplias luces y ha tomado como misión personal e
imposible mi educación y mi fulgurante brillo en sociedad. No ha logrado mucho. Con todo y que sabía que mis días
de juerga y libertad habían terminado, me dio mucho gusto levantar el madrileño auricular y escucharla: saluda como
es debido porque ya estoy aquí, hoy no podemos comer juntos porque tengo cosas importantes, pero ya tengo
entradas para el teatro, llevas corbata, llegas a tiempo y, como es una comedia, te ríes cuando yo te lo indique y lo
haces con la boca cerrada; luego iremos a cenar con unas amistades, me haces favor de no decir groserías y no te
atrevas a hablar mal de Don Norberto, o de Sari Bermúdez; yo soy muy noble y aguanto todas tus locuras, pero ellos
no están para pesadeces; ¡ah!, en la cena yo te indicaré qué cubiertos usar; no hables con la boca llena y salúdame a
esa sufrida mujer que te acompaña por la vida. Dicho esto, colgó y mi mente conoció el extraño alivio de saber que al
gobierno de mi espíritu había regresado Don Porfirio, o Carmelita Romero Rubio y Cantú. Es un lujo babilónico viajar
con ella que avanza erguida y airosa por la calle de Alcalá. Yo sigo a mi amita blanca como si fuera su esclavo indiano
y le llevo el parasol y los polvos de rapé. Ya casi termino de estar en Madrid. Voy regresando.

Diálogo Elevador
Es toda una artesanía nacional lograr que ocho mexicanos que están en un elevador consigan no mirarse entre ellos a
lo largo del trayecto. A veces falla. A veces entro y digo: buenas tardes a todos y los otros siete piensan: ya llegó el
protagónico, pero alguno me devuelve el saludo y la mirada. "Alguno" fue el otro día Roberto Hernández. Buenas
tardes. Ahi le encargo los cuadritos y las casitas, Don Roberto. Eso ya está arreglado, no tenga la menor duda.
Correcto. Fin del trayecto.

Cualquier correspondencia con esta columna que vuela sin el lastre de la envidia, favor de dirigirla a
dehesa@prodigy.net.mx o al Apartado Postal 19-111, Delegación Benito Juárez, México D.F.

Gaceta del Angel / Hijos regados

Por

Germán Dehesa

(17-Jul-2001).-

Que yo recuerde, las cosas no solían ser así. En mi infancia (periodo pre-clásico de la cultura mesoamericana) nadie
tomaba dos meses de vacaciones. Es posible que esto se debiera a que mis años infantiles se cumplieron, en lo que a
estatus social se refiere, dentro del círculo rojo de la perrada. En los escasos años de abundancia y crecimiento
sostenido que me tocaron, el mayor lujo del que disfruté constó de dos semanas de vacaciones familiares en la casa
que tenían en Acapulco mis tíos los pudientes. Ellos enviaban a la susodicha perrada por carretera y, días después,
ellos se trasladaban en avión. Llegaban frescos como ramita de perejil, mientras las bases (nosotros) estábamos
todavía jaspeados por el trayecto y por el mole que habíamos comido en Iguala y devuelto en Taxco. Conste: esto es
crónica, no queja tardía. Me imagino que éramos bastante idiotas porque la pasábamos muy bien todos los primos y
primas entreteniéndonos con actividades que en la actualidad convertirían a cualquier menor de edad en protagonista
de "Y tu mamá también". Y hablando de madres. Las nuestras nos dejaban en el muelle a las cuatro de la tarde para
que practicáramos la pesca virtual (yo, una vez, pesqué un brassiere que es, hasta la fecha, mi máximo trofeo
deportivo). Dejaban ahí a siete u ocho moconetes y ellas se iban a hacer "cosas de grandes". Regresaban a las siete
por nosotros y las rodeaba un intenso olor a tequila. Tres sólidas horas de aburrimiento y a ninguno se nos ocurría
comprar un cuerno de chivo y escribir una página del México real con un matricidio colectivo. Al día siguiente nos
dejaban en el estúpido golfito y con esto y con la contemplación del clavado en La Quebrada y la puesta de sol en Pie
de la Cuesta, se acababan las vacaciones. Creo que fue por lo aversivo de esta realidad que me aficioné a la lectura
(en los libros nadie juega golfito).

Antes de los veinte años, jamás viajé en avión y la primera vez que lo hice (hablo de viajar en avión), recuerdo que mi
madre me puso el escapulario verde y me dio un "¡Deténte!". Vacacionábamos poco, pero lo hacíamos todos en bola
y, aunque usted no lo crea, nos divertíamos mucho y lo hacíamos porque sabíamos que era nuestra obligación de
niños cristianos divertirnos como locos, aunque la realidad no diera muchos motivos.

Ahora todo mundo "veranea". Bueno, todo mundo que puede. En este privilegiado sector incluyo a mis hijos. La pre-
púber Mariana ya se largó a Nueva York y de ahí arrancará para Grecia. Canito, cuyos patrocinios ya corren por su
cuenta, juguetea con el proyecto de largarse a Mazatlán. La inefable Juana Inés está instalada en Ixtlahuaca, zona
guajolotera que jamás aparecerá en el ¡Hola!, e intenta evangelizar y alfabetizar a las etnias de la región (algún día
será conocida como Santa Juana de los pípilas). El Bucles está frenado por una cíclica infección de ojos cortesía de la
Capital, pero pronto arrancará a Cancún. Mientras todo esto sucede, su abnegado padre aguanta granizadas,
declaraciones de Enrique Jackson, manifestaciones de cañeros y recibe, de vez en cuando, breves telefonemas y
tarjetas postales. La diáspora de los hijos. Estoy aquí, pero me gustaría estar en el golfito.

Todo se Derrumbó

Mi programa de radio se transmite desde una estación que está al borde de la salida a Toluca. Si quisiera llegar con
puntualidad inglesa, tendría que salir desde un día antes. No lo hago, pero llego con el tiempo exacto para colgarme
del micrófono y poner voz de que llevo horas esperando. Hoy lunes 16 de julio, entré a la cabina a las 16:01 y regué la
mirada por los amplios ventanales. El paisaje era plácido y aunque no era un José María Velasco, no daba motivos de
alarma. A las 16:30 todo era gris Oxford, a las 16:45 llovía y a las 17:00 ya estaba en pleno la versión local del diluvio
universal. Supongo que en la selva amazónica debe llover más, pero yo nunca he estado en la selva amazónica. Yo
estaba ahí y pretendía llegar a mi sureña oficina. No saben. En Constituyentes, las coladeras formaban unos juegos
acuáticos que jamás soñó Luis XIV para Versalles. En serio creí que había llegado el fin del mundo. Sentí pena por los
gringos que se iban a quedar sin cobrar la deuda externa y con su guerra de las galaxias frustrada. Le hablé a la
Hillary para despedirme. Su respuesta fue esperanzadora pero anticlimática: por acá no ha caído ni una gota.
Recuperé mi proverbial serenidad y deduje dos cosas: no es posible vivir en una ciudad que no tiene un clima común
y, lo peor, habrá que seguir trabajando. Ya no llueve.

Envío

Estas húmedas líneas son para mi bien amada Amalia García que me acaba de enviar un libro titulado "Historia de
Merlín" (Ed. Siruela). Todavía no sé si es la biografía de Roberto Madrazo, o un tratado medieval. Lo que sé es que la
verdadera alquimia consiste en lograr que el plomo del egoísmo y las malas pasiones humanas se transmute en el oro
de la cordial amistad.

Cualquier correspondencia con esta columna que juega golfito, favor de dirigirla a germandehesa@prodigy.net.mx o al
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Gaceta del Angel / Tribulaciones de un espía

Por

Germán Dehesa

(18-Jul-2001).-

Para tratar el tema que hoy nos ocupará, me siento altamente calificado. Podría afirmar que mi experiencia es
insuperable. Tengo más de cincuenta años recibiendo y enviando telefonemas. Mi carrera comenzó cuando todavía
existían dos compañías telefónicas: Ericsson y Mexicana. En mi familia sólo mi madrina tenía teléfono y nos miraba
con infinito desprecio al resto de los mortales. Viví luego los dramas de acompañar a mi industriosa madre a que
realizara los épicos trámites para solicitar una línea (cuando llegaba la noticia de que "ya teníamos línea" se
improvisaba una celebración instantánea y mi madre, con lágrimas en los ojos, recibía el envidioso homenaje de todas
mis tías). Luego había que juntar para las "acciones" que de inmediato se revendían con pérdida. Pasaban después
luengos meses y después de súplicas y recordatorios de toda índole, aparecían "los de la camioneta", instalaban el
teléfono y la familia ingresaba a la modernidad. De ella salíamos en menos de un mes, porque el aparato enloquecía
e, igual que ahora, moría con todos los auxilios, o le tronaba la sinapsis y comenzaba a comunicarnos a los lugares y
con las personas más inverosímiles.

De mi periodo celular no quiero hablar, porque no nos queremos amargar el día. El punto que quiero dejar claro es
que los teléfonos y yo tenemos una durable intimidad.

Si esto no bastara, informo al curioso lector que tengo los mismos cincuenta años escuchando a los políticos y a los
"personajes de pro" (y PRI). Me consta que, aún desde antes de que tuvieran la paranoia del espionaje, estos seres
hablaban en un lenguaje absolutamente hermético, pues empleaban y emplean códigos instantáneos, desechables y
sólo accesibles para los dos iniciados que están conversando.

A la luz de todo esto, no me queda más que expresar mi profunda compasión por esos audaces plomeros
mexiquenses (o de otras etnias) que, a riesgo de tronarse el espinazo, se trepan en un poste, colocan su audiodiablito,
bajan y se meten a algún sótano infame a escuchar cosas como esta: ¿qué pasó, mi buen Tutsipop?, mira, te hablo
por lo de aquello...sacto...resulta que hablé con nuestro amigo...sacto...y me dijo muy en corto que ese asunto no es
de arriba, sino de un ladito...sacto y me comentó que mhjujujuh prefería que lo tratáramos con andobas...sacto; mira,
Tutsipop, no eres tan idiota como dice tu señora. Tranquilo, mi Tutsi, creo que lo que toca es que el asunto lo
duérmamos un ratito...sacto y luego le entremos por la carretera vieja, ¿me entiendes?...sacto. Tú házte tarugo que
ningún trabajo te cuesta y más o menos en un mes mandas al Polvorón con andobas. ¡Noo, Tutsipop!, que no diga
que va de parte de nadie; que llegue así como si nacho y questo y quelotro y que diga que tiene muy buena relación
con molcas...sacto y que molcas tiene mucho interés en que esto salga. Vas a ver cómo se nos abre todo un océano
de posibilidades...sacto. Nomás pónte almeja para que el polvorianchis no se salga del libreto, ya ves que luego se
pone creativo. Y ya estufas. Ahi te encargo, Tutsipop. Si no te me apendientas, ya la hicimos Choncha...¡sacto!.

Explíquenme: ¿qué haría ya no digamos Montiel, James Bond con una grabación así? Llorar y llorar.

Todo Bajo Control

El alivio y la paz caen sobre Tenochtitlan cual granizada veraniega. Ya habló Bernardo Bátiz; ya abrió un poquito su
corazón; ya nos dijo las cosas que en él guarda. Alabado y lavado sea Tláloc. Cual Caballero Aguila de orgulloso
penacho y alegres cascabeles, Bernardo Bátiz vino a la plaza pública y habló con verdad, sin dobleces, mirándonos a
los ojos. Así dijo el aguerrido Bernardo: la delincuencia no se ha salido de control. Los macehuales prorrumpimos en
gran grita y agitábamos los escudos y golpeábamos nuestros labios con las manos. Ya dijo Don Bernardo.

Ya dijo y yo estoy de acuerdo. En ningún momento he percibido que la delincuencia se haya salido de control. Me
asomo a la Buenos Aires, me aproximo a Tepito y por todas partes percibo un inmenso sosiego. Judiciales,
secuestradores, rateros, descuideros, retinteros, saperos, paqueros y toda la variopinta biodiversidad del hampa se
percibe enormemente controlada y hasta serena, diría yo. Un hampón que se sabe impune y que goza del favor de
una amplia y dócil clientela no tiene por qué perder el control. Lejos de eso, conserva la calma y sueña con su
jubilación en el 2015.

Otra cosa bella y verdadera dijo el Caballero Bernardo: la delincuencia no ha aumentado. De nuevo su afirmación es
certera y razonable: la delincuencia permanece estable, es el mercado el que se ha contraído. Esto sí podría
descontrolar al hampa. Si cada vez es más difícil encontrar ciudadanos asaltables, los ratones se van a poner
extremadamente nerviosos. Colaboremos a mantener la paz social.

Cualquier correspondencia con esta columna que está siendo grabada, favor de dirigirla a
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Gaceta del Angel / Un inmundo nos vigila

Por

Germán Dehesa
(19-Jul-2001).-

Recia ámpula ha levantado en nuestra sociedad la nota titulada "Tribulaciones de un espía" publicada por su Charro
Negro el día de ayer, miércoles 18. El autor ha recibido comentarios de toda índole. Desde lectores que me solicitan
que mueva mis inexistentes influencias con el fin de conseguir que su teléfono y el de su señora sean intervenidos. Me
dicen que es una forma de muerte social descolgar su teléfono y no oír el consolador rumor de la grabadora, ni esos
leves crujidos que se producen cuando en el CISEN, o en alguna de sus múltiples franquicias, voltean el cassette.
También me han buscado para preguntarme si ese servicio es de paga, o viene incluido en los impuestos. Alguno más
me plantea el caso, muy frecuente en verano, de su inminente salida de la ciudad. ¿Sería posible que le grabaran
todas las llamadas que reciba mientras no está? y, de ser esto posible, ¿dónde podría pasar a recoger su cassette?

Una vez más, topamos con el grave problema de la desinformación. Nadie sabe nada. Aún los que saben dicen, quizá
por timidez, que no saben nada. Aguilar Zinser ha hecho varios pronunciamientos al respecto y mi mejor deseo es que
nadie los haya grabado, porque cada uno logra ser más confuso y esotérico que el anterior (¿estará pensando con la
caótica y tumultuosa cabellera, o será pura envidia mía?). De todo esto, lo único que saco en claro es que algo está
podrido en Dinamarca, Edodemex. Y no es casual mi alusión a Hamlet. Si releen con cuidado esa obra descubrirán
que trata de una cúpula de poder en la que todos los que la constituyen se escuchan unos a otros y todos acaban
muriendo por el oído, o por lo oído.

Tan enorme es la desinformación y tan complejo es el asunto, que la ciudadanía ya no puede permanecer
desorientada y ajena, cual si fuera gallina recién comprada. No. No se alarmen, pero ya me puse a pensar y he
decidido que la solución comenzaría si creáramos un espacio radiofónico donde diariamente nos informaran quién y
por qué está siendo sometido a espionaje telefónico. Para darle color al programa podrían reproducirse los fragmentos
más candentes, las pláticas más interesantes y los silencios más elocuentes. Por su probada capacidad, el conductor
tiene que ser Pedro Ferriz Santacruz auxiliado por Jaime Maussán . El título del programa ya está anunciado en este
artículo: "Un inmundo nos vigila".

El Aura de Abascal

Ni entiendo, ni comparto su vicio, pero a los nuevos funcionarios les encanta salir en la tele. Abascal se había estado
quietecito durante un buen tiempo. Ahora salió y dijo que se habían perdido más de 200 mil empleos, pero que ya
habíamos tocado fondo y que en el segundo semestre se crearían más de 300 mil nuevas plazas. En franca actitud de
apoyo al Secretario del Trabajo, Concanacos y Concamines declararon que se habían perdido muchos empleos más,
que todavía no habíamos tocado fondo y que, ni borrachos, lograríamos crear tantas plazas como las que anunció el
reventadísimo Abascal. Eso es apoyo y no payasadas. El ciudadano de a pata nada más los mira y piensa: ¡oh, qué
armonía! y luego se pregunta: si van a emplear a más de 300 mil, ¿para qué corrieron a más de 200 mil?

Rumbo a Los Cabos

¡Ya me voy, vieja!. Acá la dama, acá el caballero: mientras ustedes están tiradotes leyendo estos renglones y
degustando un aromático café colombiano cosechado en Veracruz, su Charro Negro está en Los Cabos B.C.
preparándose para asestarle una conferencia a los naturales de la región. Los insensatos que me contrataron me
pusieron en un gravísimo brete cuando me dijeron: habla de lo que quieras. ¿De qué querré yo hablar?. Supongo que
les hablaré de un extraño país donde 20 babosos, previo aviso, pueden cerrar la Rectoría de la universidad más
poblada e importante sin que nadie haga nada; un país donde, como dice F. Reyes Heroles, todos están dispuestos a
acatar la ley siempre y cuando esa ley haya sido confeccionada a la medida de su voluntad; un país donde más del
90% de sus "intelectuales" le apuestan al fracaso y a la catástrofe; un país con terca voluntad floral que se redime en
el mar e inaugura en el trabajo su apetito de futuro. Mi amigo xalapeño me regaló esta frase: "el futuro ya no es como
antes". Por supuesto que no. Primero que nada, ya sabemos que existe y segundo que nada: de nuestra cuenta corre
que sea mejor. A los fines y a los cabos, para eso vivimos y para eso vine a Los Cabos.

Refrito

Hace mucho lo escribí, pero no resisto la tentación de reescribirlo. De todas maneras, no es un pensamiento mío, sino
el consejo de mi ancianísimo tío José que trabajaba como sacerdote en una orden de la primera A llamada "Los
Josefinos". En un momento de abismales dudas existenciales, él me lo dijo: Mijito, pónte en manos de Dios y pídele
que no aplauda. Essso.

Cualquier correspondencia con esta columna en forma de estetoscopio, favor de dirigirla a


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Gaceta del Angel / La feria de las flores

Por

Germán Dehesa

(20-Jul-2001).-

Como las flores llegamos. Sigilosamente rompemos, rasgamos la delicada piel de la tierra, la madre tierra, y nos
asomamos al mundo y sus perplejidades. Voluntad le llamamos a ese ciego mandato de crecimiento. La primera hoja,
el tierno tallo y allá arriba, muy arriba, el sol que indica el rumbo prefijado e inalcanzable. Crecemos, conocemos,
persistimos porque el sol exige que naveguemos su río de luz. Fototropismos les llamamos a estas tenaces ganas de
no morirnos. Pasa el tiempo y el tallo es un gentil talle en espera de su fiesta y su penacho. El agua, la celosa clorofila,
los humores ascienden por el tallo, ese brevísimo obelisco. Capilaridad le llamamos a esta decisión juvenil de no
respetar ninguna ley, ni siquiera la de la gravedad.

Como las flores, vamos preparando, desde el verdor, la colorida fiesta del despliegue de los pétalos. El tiempo la hará
posible, el tiempo la destruirá. Hay más trajines en un tallo que se dispone a florecer que en la más tumultuosa ciudad
de los hombres. Infinitesimales sustancias se conjuran y reúnen en su secretísimo laboratorio. Algo, alguien, ha
ordenado que la flor sea. Azalea, alhelí, nomeolvides, nube, geranio, plúmbago, perrito, orquídea, cundeamor. Las
flores, las alegres heridas, los coloridos flechazos del amor a la vida. ¿Por qué, a ver, por qué florecen los tallos?.
Florecen porque florecen.

Como las flores, navegamos rumbo al grito del color desparramado. Florecemos para luego, desmayados y
encogidos, de nuestro caduco ser dar mustias señas. Y no hay reclamo posible. Si florecemos es para marchitarnos,
pero lo florecido nadie nos lo quita. Esa no es la tragedia. Lo terrible, lo intolerable, es marchitarse sin haber jamás
estado en flor.
Como ya habrán percibido, no he dicho nada nuevo. Sencillamente he fungido como inepto amanuense de
Nezahualcóyotl, de Omar Khayam, de Calderón, de Sor Juana, del misticismo germánico, de Gorostiza, de Novo y
Pellicer, de Frida y de otros jardineros. Lo hice en defensa propia.

Entre las oportunidades que ofrece México está la de tener que dar una conferencia e ignorarlo 24 horas antes. En las
orillas de esta ciudad que ya casi no tiene orillas está el barrio de San Angel. Lo protege la Virgen del Carmen. Para
ella y alrededor de ella se trama, año con año, la Feria de las Flores (aquí vine porque vine). Este año decidieron que,
como parte de los festejos, sería equitativo y saludable que su Charro Negro platicara acerca de las flores con mujeres
y hombres de la tercera edad (y con la reina de la feria) en la Casa del Risco. Lo más llamativo fue que, para hacer
todo más emocionante, nadie me avisó nada. De no ser por un telefonema de Ana Luisa Valdés (la amistad es lluvia
de flores), Directora de la arriscada casa, no me hubiera enterado de que el martes 17 tenía que tejer la flor y el canto
para los vejuquitos. Como ellos tampoco sabían, quedamos a mano, nos encontramos bajo un cielo más bien áspero y
plomizo; platicamos y contra todo lo esperado y en la más mexicana tradición, nos ganó la risa, rejuvenecimos y
¿quién lo dijera?, florecimos.

Manda Decir el Mar

Noche frenética en Los Cabos B.C. Llegada al hotel, atmósfera ígnea, regaderazo terapéutico, conferencia para cerca
de 500 cabeños (casi ninguno nació ahí), animada sesión de preguntas y respuestas, traslado de San José del Cabo a
Cabo San Lucas (30 kms.), hambre aullante, calles sin asfaltar, llegada al acreditado bar restorán discoteca
"Mangoré", chiles güeros rellenos de marlin, camarones a la diabla, sublevación ácida, baile intenso con mujeres que
hacen inverosímiles cabriolas, regreso a San José, íntimo encuentro con una blanquísima camota, rumor de mar. Esta
fue la parte tranquila. Vino luego la guerra a muerte contra el aire acondicionado. No hay tregua, ni avenimiento: te
congelas o te cueces (media hora y media hora). ¡Amaneció!. Como premio al pasteurizado heroísmo nocturno, recibí
un vivo lienzo que mostraba el mar, la piedra rojiza, los cactus y el desierto. Todo en un galopante golpe de vista. El
mar amaneció contentísimo y yo lo sorprendí en el momento exacto en que tendía suavemente su colcha del color de
todos los azules (¿han oído hablar del lecho del mar?). Manda decir el mar que ahí sigue para que nosotros sigamos;
que ya nos estemos para que él esté; que ya nos dejemos de riñas y desplegados mamilas, porque si él quisiera
desplegarse nos ahogaba en menos de lo que tarda Fox en organizar un viaje; solicita también que cuidemos Los
Cabos que están creciendo a lo loco (hace 20 años, había 5 mil habitantes; hoy andan por 120 mil) y, una vez más, la
belleza vive bajo amenaza. El mar, con tinta azul zafiro, escribió una espumosa postdata: hoy toca.

Cualquier correspondencia con esta columna en forma de alcatraz, favor de dirigirla a germandehesa@prodigy.net.mx
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Gaceta del Angel / Noches queretanas

Por

Germán Dehesa

(23-Jul-2001).-
"¡Escriba de Querétaro...pero escriba bien...diga cosas agradables...bueno, diga lo que quiera, pero escriba de
Querétaro!". Me va quedando claro cuál es mi papel en el mundo: recibir regaños de las mujeres y recibir órdenes de
los hombres. No me quejo; tomo nota.

Los Cabos-Querétaro es un trayecto larguísimo no tan sólo en kilómetros, sino también en términos históricos,
geográficos y de contenidos culturales. A Los Cabos lo inventaron ayer; Querétaro cumplió el 14 de julio, 470 años de
su fundación. Me he trasladado de lo provisional y adjetivo a lo raigal y sustantivo. En Baja California Sur, conceptos
como historia, convivencia ciudadana, orden, preservación y desarrollo urbanos son todavía nociones muy primarias.
En Querétaro, bendito sea Dios, ya están totalmente diluídas en el vivir cotidiano. Aquí, hago una observación que
puede resultar molesta para los marxistas rococó (leer "Letras Libres" de julio): los conservadores conservan. En
Querétaro lo han hecho maravillosamente, la ciudad luce más limpia y hermosa que nunca, el Alcalde Rolando García
ha hecho muy bien su tarea y el Gobernador Loyola ("Firuláis", según San Marcos) rinde, hoy domingo 22, un
satisfactorio informe de labores. Según encuesta banquetera, los queretanos viven contentos, aunque las mentadas
se coticen en el mercado negro a 200 pesos de multa que se pueden paquetear y pagar por adelantado. ¿Por qué
necesita mentar madres un queretano?, por dos razones: porque ya es de nacencia y porque están llegando muchos
capitalinos y muchos fuereños; tantos que la ciudad está por alcanzar el millón de habitantes.

Para evitar las mentadas, hay que venir a Querétaro de entrada por salida, pero hay que venir. El hotel de Doña
Urraca es excelente, el Centro Histórico luce esplendoroso, la noche es de un suntuoso azul, hay una librería grata y
bien surtida y un hermoso edificio colonial llamado la Casa de los cinco patios que ha sido rescatado de la ruina por un
empecinado hombre llamado Servando Canela que, no tan sólo le ha devuelto su gracia original, sino que la ha puesto
al servicio de la comunidad. Si alguna vez Leticia Navarro y su Charro Negro logran aterrizar su mexicano y turístico
proyecto de "Ciudades con encanto", Querétaro deberá tener un lugar principalísimo.

Querido viandante: si vienes a Querétaro, no dejes de visitar el "Bar-macia" cuyo interior reproduce con asombrosa
fidelidad las farmacias de antes. Hoy ya no venden Emulsión de Scott, ni navajas Gillette, ni crema dental Kolinos,
pero expenden tragos muy aceptables y tienen borrachos muy entrenados y de excelente comportamiento: saludan
muy afables, platican cosas muy divertidas, requieren respetuosamente una entrevista más cercana con la Hillary y/o
con la Rubia Misteriosa. Si les es negada, piden perdón y azotan sin perder la compostura. Vamos saliendo hacia la
una de la mañana. Un afable queretano levemente etilizado me invita a regresar a su ciudad a pronunciar una
conferencia. Si viene, me dice, yo invito a todos al Club Náutico de Querétaro. Tendré que volver. Yo necesito mirar el
muelle, el malecón, las playas y los huachinangos queretanos. Con los fogonazos que ya traía embodegados mi
virtual anfitrión, se han de ver hasta ballenas azules.

Señor Futbol

Ya sé que el futbol no es lo más importante del mundo; pero ocurre que, en la actualidad, el mundo pasa por el futbol.
Me complazco en anunciar una magnífica noticia a los millones de aficionados y a las tres aficionadas que conozco:
hoy, lunes 23, aparece "Señor Futbol", un balompédico semanario que tenía la mala costumbre de aparecer los
jueves. Ahora iluminará nuestros desérticos lunes con noticias, imágenes, números actualizados y comentarios de
nuestros mejores expertos en la materia y también los de su Charro Negro que sólo es un doliente pero constante
puma sin reposo (según lo planeado, comenzamos perdiendo con el Monterrey. Estoy pensando seriamente en
tomarle la Rectoría a Ramón de la Fuente). ¡Albricias, futbolifílicos!, ya está aquí "Señor Futbol" para comunicarles la
neta del planeta y la onda de la pelota redonda (verso cucho, pero no mucho).

El Huerfanito

Varias cosas. Hace unos días murió Kate Graham, una señora de sociedad que, de un día para otro, se encontró
dirigiendo el "Washington Post". Todos le auguraban el fracaso. Ella no. Ella se jugó todo en la apuesta de Watergate
y apoyó a Ben Bradlee quien, a su vez, respaldó a Bernstein y Woodward. Apostó todo y lo ganó todo. Para eso
estamos los que vivimos.

Vuelvo con Bradlee y recuerdo su consejo a los reporteros: ¿quieren conocer los orígenes de un asunto turbio?, sigan
al dinero. Si aplicamos esta receta al asunto, no turbio sino cochambroso, del desplegado de los gobernadores
priístas, la ruta del dinero nos conduce al Estado de México. Repitamos todos a coro: los derechos humanos son para
los humanos y no para las ratas. De acuerdo.
Cualquier correspondencia con esta náutica columna del Bajío, favor de dirigirla a germandehesa@prodigy.net.mx o al
Apartado Postal 19-111, Delegación Benito Juárez, México, D.F.

Gaceta del Angel / Vivir como cerdos

Por

Germán Dehesa

(24-Jul-2001).-

En el siglo pasado, durante la época de los sesenta, apareció en Inglaterra una muy prometedora (y poco cumplidora)
generación de jóvenes dramaturgos. Fueron conocidos como The angry young men (los chavos encabritados). Uno de
ellos llamado John Arden escribió la obra que da título a esta columna. En ella nos traslada a la horripilante vida en los
ghettos marginales de las ciudades modernas. Ahí viven como cerdos, pero lo peor es que ni siquiera conocen otra
manera de vivir. Su situación les parece normal. El alegato de Arden no es contra estos seres condenados sin juicio
previo; su ira se dirige contra aquellos que pudiendo hacer algo, evaden su responsabilidad y contra aquellos que,
pudiendo vivir de otra manera, optan deliberadamente por la basura y el daño.

También por aquellos tiempos, Calvino escribió aquello de que "no hay peor infierno que el que ya se volvió invisible."

En todo esto he pensado durante mis recientes visitas a Michoacán y Querétaro. Yo conocí (padecí) el centro histórico
de Morelia arrasado de basura, vendedores ambulantes, miasmas y estrépitos y, por lo mismo, vivo ahora el lustral
asombro de la belleza recuperada, el tiempo histórico que vuelve a hallar su acomodo y se posa con atardecida
placidez sobre los serenos edificios de Morelia y desde ahí mejora la vida de sus habitantes. Gracias al gobierno y
gracias a los ciudadanos que le están dando cumplimiento a esta tarea de justicia y de defensa propia. Ahora sí vale
la pena (la alegría) viajar a Morelia. Viajero, te hago una súplica: no lleves basura, no lleves ruido, no lleves fealdad.

Michoacán está gobernado por el PRI, aunque ya ven venir a Speedy Lazarito. Querétaro está gobernado por el PAN,
aunque justo es reconocer que las tareas de recuperación urbana las impulsó el Negro Camacho, polémico
gobernador priísta. Mientras una comunidad tenga voluntad de crecer en verdad y en belleza, los partidos no son tan
importantes.

Para un residente del DF, es una extraña experiencia llegar a Querétaro. El primer desconcierto llega por los ojos: ¡no
hay anuncios!. En todo el centro histórico está prohibido fijar, ya no digamos anuncios espectaculares, ni siquiera un
cartel, una marquesina, un letrerito de neón (también conocido como gas nako), nada. Para llegar a nuestro hotel,
tuvimos que escudriñar puerta por puerta, zaguán por zaguán y esto nos permitió caminar despacio y disfrutar de cada
fachada y de cada detalle arquitectónico. En cada cuadra, hay dos botes de basura adosados a los postes. Declaro,
no sin orgullo, que yo arrojé a estos botes los tres últimos papeles tirados que quedaban en Querétaro. Vivir en
lugares así, sea uno rico o pobre, es un comunitario lujo.

Mi pregunta es ésta: si morelianos y queretanos pudieron rescatar sus ciudades, ¿no podremos hacer lo mismo en el
resto de las poblaciones del país y muy particularmente -no por su tamaño, sino por su cantidad de mugre- en la
Capital del país?, ¿seguiremos resignados a vivir como cerdos?.
Las Dietas I

Los mexicanos sólo podemos vivir en la inminencia. Mientras ésta no se presenta, a lo más vegetamos y la vamos
chachareando. Presento un caso de solar actualidad: son inminentes las vacaciones de verano y esto trae como
consecuencia la inminencia de comparecer en una playa en traje de baño. Una inminencia acarrea otra: enflacar se
vuelve prioridad nacional. No es cosa de irrumpir en Tecolutla, en Comanjilla o en Los Cabos con silueta Rotoplás (los
señores), o como elefantes sin cola (las señoras). A resultas de todas estas inminencias, todo mundo se pone a dieta
y decide eliminar en una semana el confortable panículo adiposo que, con tantos trabajos, acumulamos en la
temporada invierno-primavera. Entre los de mi primer círculo de amistades soy el único que conserva su voracidad
intacta. A mí ni a mentadas me ponen traje de baño. Es un lamentable espectáculo ver a mis seres queridos con la
mirada extraviada, el rostro gacho y la color verdosa como la de Aguilar Zinser. Si los ven, ya no tienen que leer "Las
memorias de la casa de los muertos" de Dostoyevski.

Ahi tienen a la Hillary que recibió por fax todas las instrucciones, especificaciones y recompensas de la llamada "dieta
de la sopa de col" que garantiza la pérdida de cinco kilos (y/o del sentido) en una semana. Se puede tomar toda la
sopa de col que se desee (yo, por ejemplo, no deseo ni un mililitro) y complementarla con un platanito dominico, una
croqueta "Saru-khán" (¡la croqueta del perro académico!) y cinco nueces deshidratadas. Me consta que lo primero que
adelgaza es la paciencia del que está sometido a la dieta. Tiene otra ventaja adicional: en cinco kilómetros a la
redonda todo huele a col. Parece el metro de Praga. El ex-bucles huele a col, los armarios huelen a col, el conyugal
lecho es una col viva. La enérgica Hillary me ve con mi bolsa de chupifritos y me lanza una mirada de infinito
desprecio. Lleva seis días a dieta y ha bajado un kilo y está como loca. Deseo con toda mi alma que hoy baje cuatro
kilos, porque si no, no sé qué va a ser de nosotros. Huelo a col.

Cualquier correspondencia con esta columna con basureros adheridos, favor de dirigirla a
germandehesa@prodigy.net.mx o al Apartado Postal 19-111, Delegación Benito Juárez, México D.F.

Gaceta del Angel / De otro modo

Por

Germán Dehesa

(25-Jul-2001).-

Las tardes capitalinas se han vuelto muy volubles. En diez minutos, van de la placidez lopezvelardiana a los
relampagueantes estrépitos pellicerianos. A las 18:30 horas del lunes 23, en el profundo sur de la ciudad, yo no sabía
si ponerme unos chors cortitos (así decía una tía mía), o un equipo de buzo. La tarde vacilaba entre un ocaso radiante
estilo Matehuala, o un tormentón wagneriano como se estilan en Chiapas. Y acá su uei, urgido de salir a la
presentación de un libro de APAC en el Convento del Carmen en San Angel. Finalmente arranqué con un atuendo de
entretiempo muy propio para esta ciudad a la que ya sólo le queda la esperanza.
Hubiera preferido quedarme a ver el fut, o a leer un libro efectivísimo sobre Italo Calvino que me conseguí en
Querétaro y, todavía mejor, quedarme con el ex-bucles a leer algún libro de Tin Tin que es su descubrimiento más
reciente. ¿Cuántos libros me puedo comprar, papá?, me preguntó Andrés. Yo respondí exactamente lo mismo que, en
su momento, me dijo mi padre: mientras se trate de libros, te compro los que quieras. Yo no sabía cuán literalmente
puede un enano tomarse las cosas. Cuando lo volví a ver, parecía mecapalero de la Merced cargando media librería.
De hecho, no se le veían más que los brazos, pues de las rodillas al envidiable copete se erguía majestuosa una
montaña de libros.

Pero ya me distraje. Fui al Carmen a presentar "De otro modo la vida", un libro de Guadalupe Velasco, una fotógrafa
mexicana que se impuso la temeraria y finalmente gozosa obligación de retratar a los niños con parálisis cerebral, o
algún otro enigma genético. Ellos son el otro modo de la vida. No hace mucho, me encontré con un querido amigo que
no sabe cómo acomodar en su alma la doble perplejidad de tener un nieto con síndrome de Down. Era obvio que él no
quería mis palabras, sino la hospitalidad de mis oídos. Como éstos son amplios, no me costó trabajo brindársela.
Ahora estuve en el Carmen en honor y en amor a él y la frase en la que apoyé mi tartamudeante alegato ni siquiera es
mía, sino de mi taurino cuate Francisco Prieto que, a propósito de este libro, alguna vez dijo: estos niños ya
perdonaron a Dios. Yo creo que así es, porque de otro modo, no se les vería tan sonrientes, tan dispuestos a la
felicidad y tan preparados para recibir el amor venga de donde viniere. Ellos también van de la amenaza de tormenta
al apacible crepúsculo. Son simultáneamente amanecer y atisbo de noche. Nunca me ha costado trabajo quererlos
mucho.

Para eso Hay Teléfonos

No voy a hablar de la bucólica fotografía de la cabalgata en San Cristóbal que podría haber sido protagonizada por
Silvia Derbez y Pedro Infante (con producción de los hermanos Almohada). No. El público exige nombres y
situaciones electrizantes. Como a Tatiana ya me la ganaron, voy con otro de igual temperamento y calibre: Jorge G.
Castañeda. A lo mejor soy flojo y monolingüe, pero me dicen que Jorge G. acaba de responder a la airada pregunta
de la prensa acerca de por qué se ausentaba tanto Fox del país si en éste había tantas y tan frecuentes broncas. Para
eso hay teléfonos, dicen que respondió Jorge G. No es mala respuesta, pero es de doble uso: ¿cuál es el sentido de
andar del tingo al tango, desbielando el avión, para visitar a presidentes y magnates?, para eso hay teléfonos. ¿O no?.

Las Dietas II

Como si no lo supiera todo el mundo. Como si fuera una tarea vergonzosa. Las señoras, en particular la que conmigo
cohabita, ya se pasaron a molestar por lo que dije de las dietas. No he recibido más dicterios porque el virus "Sercan"
(o algo así) ya se tiró a mi sistema y los correos electrónicos llegan en arameo, cuando llegan. Esta minucia técnica
estorba, pero no frena a las rugientes ñoras que están en plan de globalifóbicas. A falta de Internet, tienen el teléfono,
el fax y el marcaje personal (¡San Tata Vasco: sálvanos de los charrúas!). Hace rato llamó mi tía Agata (antes Graciela
Cantú), habló con la Hillary y me mandó decir que soy un inútil, metiche, bueno para nada, comecuandohay,
caradeperro. A la Hillary también le tocó su ración: sólo a ti se te ocurre, mijita, hacer la dieta de la col. En la gran
sociedad estamos haciendo ahora la dieta del helado de vainilla. Te la voy a enviar por fax y te vas a acordar de mi. Si
a esas vamos, yo ya me estoy acordando.

¿De Veras, Don Luis?

Con su indiscutible autoridad moral, Luis Pazos acaba de exigir la desaparición del Instituto Nacional Indigenista. Por
mí, que desaparezca, yo ahí jugaba dominó con Juan Rulfo y, desde su muerte, no le he encontrado otra utilidad.

Don Luis solicita también la desaparición de la dependencia a cargo de Xóchitl Gálvez. No sirve para nada, dijo Pazos
despectivo y luminoso como es él. No tan sólo no estoy de acuerdo, sino que reviro una pregunta: ¿qué utilidad
material, moral o intelectual le ha reportado a los mexicanos la obra y la actuación pública del señor Pazos?.

Cualquier correspondencia con esta columna que también es de otro modo, favor de dirigirla a
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Gaceta del Angel / Saurita la del barrio

Por

Germán Dehesa

(26-Jul-2001).-

Aclaración a modo de Introito: yo no soy el Presidente de México y no siento que cargo a la Patria sobre mis exiguos
lomos; es más: si yo fuera Presidente y sintiera que soy el tameme de la Patria, sería un pésimo Presidente, un
Presidente paralizado.

Propuesta virtual: si a mí me tocara tomar la decisión, yo, sin pestañear, entambaba a las 20 ratas mayores de este
país. Me refiero a las ratas vivas. Ese sería el acto de mínima justicia y coherencia que estamos esperando del
foxismo. Ahí estaría el aval moral indispensable para sentarnos a discutir la reforma fiscal. Mientras esto no suceda,
¿cómo se atreven a pedirnos más dinero si no han hecho el menor esfuerzo tangible por recuperar, aunque sea en
parte, los millones de millones que nos han robado?. Sospecho una coartada: es que esas 20 ratas, de una manera u
otra, están adscritas o vinculadas al PRI (¡sorpresas te da la vida!) y si ahorita molestamos a los sobrevivientes, no
nos apoyan con lo de la reforma fiscal. Este argumento es de una ingenuidad conmovedora. Entamben a los 20 y
tengan preparados los expedientes e historiales minuciosos de los actuales tribunos priístas. No pretendo decir que
todos traigan cola (siempre se cuela algún decente); lo que afirmo es que se generaría la suficiente masa crítica,
apoyadora y entusiasta, como para no hacerle los ascos que le hacen a cuanta iniciativa del Ejecutivo les proponen.
No sé si ya lo detectó el Presidenchente, pero ya llegamos al punto de me friegas o te friego. ¿Tons?.

La triste historia del huerfanito: chinchupadre y chinchumadre el desplegado se publicó. Vinieron luego los raudos y
apenados deslindes. ¿Alguien se los creyó?. El mensaje estaba enviado; el vidrio estaba roto y no hay nada más
sencillo que reunir a una rondalla priísta (los cadetes del Anáhuac) que cantara a 15 voces "Si te vienen a contar...".

Clímax telenovelero pero previsible (después de niño desahogado, abran más pozos): Pancho Barrio, nuestro fiscal de
hierro (colado) y Santiago Creel, ¡dos Secretarios de Estado, dos! se presentan en la intendencia del parque jurásico
(antes PRI) para explicarles (???) a los administradores de las ruinas los intríngulis de la lucha contra la corrupción (es
algo así como ir con el coronel Sanders a explicarle cómo se prepara el crujipollo). Hubiera sido mejor y más digno
que nos explicaran a nosotros. Para los priístas fue como la visita de los Reyes Magos. A Barrio lo aplacaron rápido y
Creel se fingió muerto en la guerra cristera, aunque luego declaró que cualquier ilícito se "desahogaría" por la vía
legal. La rutilante estrella de la sesión (la concesión) fue Saurita la de Barrio. Tomó el micrófono con sensual gesto y
luciendo su infaltable atuendo rojo de jitomata giganta interpretó el gustado bolero "Yo del pasado no me arrepiento"
cuyas líricas estrofas conmovieron a sus incondicionales. Todo era trópico y erotismo. ¡Díles más! coreaban
acezantes los tricolores. Saurita, siempre atenta y complaciente, se le quedó viendo muy fijo a Don Pancho, apachurró
el micrófono con gesto equívoco y preguntó: ¡¿Me estás oyendo, inútil?!.

La Inmortalidad (Ruta Corta)

"Cualquier declaración en la prensa, me vale madre de quien, le doy en la madre a la COCOPA, ¿eh?. Le doy a la
COCOPA en la madre." Con declaraciones así, ¿quién necesita a Montiel?. Basta con dejar grabadoras en cualquier
sitio visible de todas las dependencias oficiales. El grabado es doble: en el aparato y en la memoria colectiva. Si a
Roque le bastaron sus dos brazos y unos cuantos segundos para darse de alta en la inmortalidad, a la Senadora
panista Luisa María Calderón Hinojosa (la hermana incómoda) le bastó medio metro de cinta magnetofónica para
ingresar viva y palpitante a la mitología nacional. De pasadita y como efecto secundario, le dio en la madre a la
inmaculada imagen pública de la mujer panista que es funcionaria y que es madre (me vale madre de quién, ¿eh?).

Como dijo el gangoso: dibodobadita, te agarraron en clarísimo fuera de lugar. Si de algo te sirve, envíote mi
solidaridad. Yo también hablo así, pero tengo sangre jarocha, no soy senador y, en cuanto veo una grabadora, hago
puras citas en alemán (Miguel). Te puede servir de consuelo saber que tus matriarcales declaraciones fueron
proferidas en el DF, zona de tolerancia cual ninguna; si te hubieras soltado en Querétaro, no te alcanzaría el sueldo de
un año para quedar a mano con el Alcalde. Ya estoy al habla con Cuarón para que se te asigne un rol protagónico en
"Y tu mamá también II". Bienvenida a la inmortalidad.

Cualquier correspondencia con esta columna enamorada del bolero, favor de dirigirla a
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Gaceta del Angel / Legalicemos la vida

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Germán Dehesa

(27-Jul-2001).-

A mí me invitaron a lo de la cancelación del timbre, pero, aguantando mi morbo, tuve que declinar la amable
intimación, porque previamente Guido Belsasso me había convidado al lanzamiento de la nueva campaña contra las
adicciones. Se trataba de una conferencia de prensa en el auditorio de la Secretaría de Salud. En lo que Pancho, mi
fiel auriga, localizaba la calle de Lieja; en lo que encontraba una manera de ingresar a ella y en lo que yo me tardé en
encontrar mi cerebro, llegué tarde (lástima; este mes traía record perfecto) y ya el Dr. Belsasso le estaba
proporcionando a los comunicadores una información bastante desalentadora. Justificadamente mis colegas me
miraron con fulgor extraño a la hora que me colé a la mesa principal.

Belsasso habló del alarmante aumento en el consumo juvenil de cocaína, metanfetaminas y "éxtasis" y nos hizo ver
cómo la sobreproducción ha inducido a los narcotraficantes a atacar de manera más agresiva el mercado mexicano.
Las expectativas son realmente desoladoras. Desde el norte, las "drogas duras" comienzan a permear el territorio
mexicano. Algo se podrá hacer en el terreno de la lucha contra los narcotraficantes, pero en el remotísimo caso de
que ésta se ganara, no sería en el corto plazo y tendrá (ya tiene) costos altísimos. Coincido con el Dr. Belsasso en
que el único territorio al que podemos atraer con buenas esperanzas esta batalla es al de la prevención. Si no
blindamos perfectamente a nuestros jóvenes, es ingenuo suponer que no les lloverán las ofertas que, en un plazo más
o menos breve, los dañarán irremisiblemente.

¿Cómo blindarlos?. No soy experto, ni conozco la fórmula infalible. Soy apenas el asombrado padre de tres jóvenes
que ni siquiera han tenido que decir no a las drogas; sencillamente no forman parte de su repertorio existencial
totalmente ocupado por el estudio, el trabajo y el enorme gusto de vivir. En su casa y en la escuela han recibido
información suficiente; se quieren lo necesario y su sabia madre y su amoroso padre se esfuerzan al máximo por
hacerles saber lo amados y lo importantes que son. Si esta fórmula le es total o parcialmente útil a cualquiera de
ustedes, aplíquela sin temor. Si en algo fallamos y el problema se presenta, no lo miren ni como un delito, ni como un
fracaso del otro; es un tropiezo común y ha llegado la hora de pedir ayuda para todos los que forman ese núcleo.
Comparen este caso con el de miles de niños y jóvenes que están en la calle, sin posibilidad de auxilio, consumiendo
drogas particularmente agresivas y verán que, dentro de todo, nuestro horizonte es mejor. Como diría Tomás Moro:
todo acaba siendo una cuestión de amor. Y esto tendría que llevarnos a enfrentar el problema de las adicciones
juveniles y el de los niños y jóvenes de la calle.

¿Qué opina usted de la legalización de las drogas?, me preguntaron. Utópica y a muy largo plazo, respondí; más
urgente y posible me parece la legalización de la vida con todos sus retos y todos sus gozos. Permítanos vivir, pero
vivir a fondo y verán que las drogas irán pasando de moda. Se me ocurre.

Voy Vengo

Entiendo perfectamente que Robertico Madrazo suelte, divulgue, filtre el rumor de que ya pactó con Fox el triunfo
priísta en Tabasco. Entiendo también que Fox no puede ni necesita prestarse a tamañas porquerías. En diez días
más, se sabrá quién ganó en Tabasco. Eso lo decidirán los tabasqueños. Los que a la distancia queremos a Tabasco
sólo podemos exigir elecciones limpias y un proceso post-electoral aseado. Con tal motivo y como no me gusta que
me cuenten, me voy a Villahermosa a palpar la humedad de los tubérculos y a asistir a los cierres de campaña. El
viaje lo pago yo y, si tú, lectora lector querido, leen las noticias que les traiga, con eso me ayudarán a amortizar mi
tropical desplazamiento.

San Tata Vasco

Antes de hacer cualquier movimiento, me comuniqué a Villahermosa para cerciorarme de que en la pantanosa zona
se recibiera con toda nitidez la señal de la transmisión de la Copa América. Me encanta observar la grilla, me gusta
beneficiarme de la inteligencia y la belleza que han creado los hombres, pero también me chifla el fut.
¿Quevausteacele?, ¿vausteamatalo?; pues no. Aunque Madrazo esté haciendo full monty, a la hora indicada, me van
a perdonar, pero yo voy a ver el fut. Si pierde México es más que probable que me arroje al Grijalva a que me devoren
las piguas y los pejelagartos. Yo sé que San Tata Vasco no permitirá tan desastrado final para una vida que iba tan
bonito.

¿Qué Tenemos para Hoy?

Si la dama, si el caballero trae muchas penas en el alma, ha llegado el momento de ahogarlas en amor: hoy toca.

Cualquier correspondencia con esta columna que es un carrujo de vida, favor de dirigirla a
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Gaceta del Angel / ¿En qué te he fallado

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Germán Dehesa
(30-Jul-2001).-

Esta pregunta recorre Tabasco. Llego el sábado 28, por la noche, y de inmediato me dedico a averiguar qué tan
cocinado está el tamal de chipilín y quién se lo va a comer. La encuesta de "Reforma" le da 50 puntos a esa
voluminosa sucursal de Roberto Madrazo que se llama, creo recordar, Manuel Andrade; al candidato de la coalición
PRD-PT, Raúl Ojeda, le da 43 puntos y al panista Lastra (lastre) le dan esos 7 puntos que nos permitirían hablar de un
empate técnico y con buenas posibilidades para Ojeda. Algún día los jerarcas del panismo histórico tendrán que
explicar por qué no fueron a esa coalición que tan efectiva resultó ser en Yucatán. Tal parecería que no entienden lo
que para mí es obvio: en este momento, la tarea política nacional prioritaria es no darle oxígeno al dinosaurio
agonizante.

¿En qué te he fallado?, me dicen que pregunta Madrazo en su nueva campaña casa por casa. Todo es parte de una
estrategia bastante absurda y bastante tonta. Los agraviados contestan que en esto, en aquello y en aquello otro.
Correcto, respondería Madrazo, si todo lo que dices no se ha cumplido, ésa es una excelente razón para votar por
Andrade, pues el Gordis es el único que sabe cómo terminar lo que se quedó a la mitad, o se quedó en el papel.

¿En qué te he fallado?. La noche ya era alta, la tormenta ya se había aplacado, cuando me apoltroné a cenar. Como
una aparición se materializó Amalia García. Menuda, sonriente, serena. Se sienta y comienza la plática. La historia de
la chocoweb, el club de mapaches electrónicos que el PRI instaló en las elecciones pasadas (y anuladas) es como
para García Márquez. Una pregunta me viene a la cabeza: ¿cómo a un partido que incurrió en delitos tan graves se le
permite volver a participar en el mismo Estado y con la misma gente?. ¿En qué estamos fallando?. Amalia pronostica
un apretado triunfo de Ojeda. Si las dos grandes fuentes de trabajo aquí son el gobierno y PEMEX, es muy difícil no
ser del PRI, o anunciar que se va a votar contra él. Es posible que esto le reste consistencia a las encuestas y que
explique la considerable cantidad de tabasqueños que han preferido no manifestar su intención de voto. No es
imposible que Amalia tenga razón. El cierre de campaña del domingo 29 será también una buena y viva encuesta.

¿En qué te he fallado?. Todo indica que ahora no va a haber chocoweb. Al parecer, los mapaches locales han
decidido volver a sus estrategias clásicas: sabotaje, borlote, violencia si las encuestas de salida resultan
desfavorables. Tengo entendido que Santiago Creel y el Presidente ya están informados con respecto a esta
estrategia. Seguramente harán algo.

Villahermosa ya duerme. Amalia no. Aparece trémula de cansancio Carmen Ojeda, esposa de Raúl e infatigable
compañera de campaña. Ella ha movilizado a las mujeres y a los jóvenes. La acompaño a revisar la instalación del
templete, el sonido y todo lo necesario para el cierre de campaña. Yo nunca seré político, pero si lo fuera, con una
mujer como Carmen estaría seguro de ganar.

¿En qué te he fallado?. Si Madrazo me lo preguntara, le respondería que en todo. Como yo no soy votante potencial,
no me preguntará. A ti, lectora lector querido, me propongo no fallarte. Mañana te cuento.

¡Qué Verde era ese Niño!

El asunto del nuevo aeropuerto confirma mi teoría de que el gobierno foxista tiene la mexicana y morbosa manía de
permitir que cualquier naciente bronquita medre, se fortalezca, se complique y se convierta en un broncón. Aquí es de
decencia aclarar que su Charro Negro jamás ha construido un aeropuerto. De hecho, acabo de aterrizar en el de
Villahermosa en medio de relámpagos tropicales, con un senador priísta a mi mano izquierda y todavía no me repongo
de la milagrosa experiencia de que el piloto le haya atinado a la pista y de que yo siga escribiendo (el senador no
decía nada, pero también venía fruncidón). No sé nada de aeropuertos, pero pregunto a los que sí saben y me dicen
que la única opción realmente viable es Texcoco. Los que se han gastado un dineral en patrocinar la opción de
Tizayuca saben (o deberían saber) que, además de la bronca de la distancia, que no es asunto menor, está una
cuestión todavía más contundente: el nuevo aeropuerto, para resolver realmente nuestro problema de
aerotransportación y convertir a México en un puerto aéreo de conexión internacional de primer nivel, necesita tres
pistas de operación simultánea. Estas no se pueden construir en Tizayuca. No caben. Fin de la historia.

En la post-historia aparece el rentable niño verde, Jorge González Torres, senador (?) de la República y en un costoso
mensaje televisivo, se pone intensito y, a nombre de los patos, dirige un mensaje ecológico (?) a los quince militantes
de su productivo partido y a la porra del Necaxa. Niño verde: ¿sabes o no sabes las ventajas y desventajas
ambientales del hipotético aeropuerto en Texcoco?, ¿sabes o no sabes que el impacto sobre la migración de aves
sería irrelevante?, ¿en verdad, tu melodramático discursito te lo aventaste por puro amor a los patos?.

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Gaceta del Angel / ¿En qué te he fallado? II

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Germán Dehesa

(31-Jul-2001).-

LA PEREGRINACION: El domingo se presentó neblinoso. Villahermosa era una calma quelonia. La cita para la
marcha del cierre de campaña era a las diez de la mañana en el lobby del hotel. En cuanto salí, me sentí virus de
Cuitzeo. Como en un friso de Bonampak estaban todos los jerarcas del perredismo nacional: Amalia, los Chuchos,
Rosario, Martí, Lázaro, Andrés Manuel (mi secretaria, la Pantera Rosa, dice que es un comestible "bombón".
Bueeeno), Cuauhtémoc y todos los "cuadros notables". Mi amigo el Cunningham se había ofrecido a valerme en esta
ruda ocasión. Ya estaba ahí dispuestísimo a que arrancáramos en la dirección que yo indicara. Dime, Cunningham, si
en este momento cayera en este lobby un rayo terrible, ¿quién se salvaba?. No sé, me contestó mi tabasqueño guía.
México, le respondí yo. La risa todavía le dura, sobre todo porque considera que yo estaría incluido en la
pulverización.

Puedes esperar a que la marcha llegue a la Plaza, puedes incorporarte a la mitad, puedes marchar junto a Ojeda y la
plana mayor y, si tienes muchas ganas de derretirte, puedes arrancar con todo el contingente desde la Ciudad
Deportiva; total, si sientes que te pandeas, te subes conmigo a la camioneta y ahi la vamos pastoreando. Como mi
intención era palpar una página del México real e ir detrás de la noticia y dar una verdadera imagen informativa, opté
por esta posibilidad. Lo que no calculé fue que el méndigo Cunningham desaparecería y me dejaría en brazos de la
muchedumbre tabasqueña. Yo no sé qué sistema de pesos y medidas implantó Garrido Canabal en Tabasco, pero a
mí me dijeron que la caminata duraría media hora y realmente duró 90 minutos largos; me dijeron también que serían
a lo mucho tres kilómetros y mis pies que hacen como teléfono ocupado me indican que caminé aproximadamente la
distancia que hay entre México y Zihuatanejo. Lo bueno es que a media marcha salió el sol pelliceriano y, con todo y
nativos, llegamos en calidad de chapulines fritos previamente deshidratados. Molestias aparte, fue un agasajo
marinero reanudar la peregrinación de las aztecas. No es fácil comunicar la emoción que produce la disolución del
"yo"en una multitud que sabe con mucha mayor claridad y urgencia que uno, por qué y para qué quiere caminar.
Niños, ancianos, muchos jóvenes, muchas mujeres, hombres, campesinos, obreros, clase media, sanos, enfermos,
muchos enfermos, todos caminamos bajo árboles suntuosos y defendiéndonos del sol como quien se defiende del
amor. Los tamborileros tocaron sin respiro, no hubo el menor acto de vandalismo y la gente, la humilde gente, la
hastiada gente, la siempre engañada y siempre esperanzada gente, avanzaba contenta, bailarina, pachanguera y
dispuesta a inaugurar un nuevo sueño. En el tramo final, una interminable formación de camiones de volteo nos
saludaba a golpes de claxon. Desembocamos en la Plaza de la Revolución. Eramos muchísimos. "Reforma" en su
primera plana dice que 5 mil; "Tabasco Hoy" (un periódico no particularmente pro-aliancista) dice que 100 mil. Yo que
estuve ahí, calculo que éramos, por lo menos, 50 mil sin contar al méndigo Cunningham que apareció a última hora.
El PRI, con todo y la grácil Sauri, se reunió en el teatro "Esperanza Iris" que tiene cupo para 1,300 personas (o lo que
sean). La TV del estado le dio a este acto amplia cobertura. No he confirmado la versión de que Dulce María y
Andrade (a) "el Mango Petacón" iban a bailar la danza de las horas. Si esto ocurrió, no lo supe porque yo estaba
agonizando en la Plaza. Mañana les cuento.

¿Cómo Agradecer?

Mis regalos de cumpleaños todavía me duran. Creo que nunca me habían obsequiado cosas tan extravagantes y
espectaculares. Menciono dos y no lo hago para suscitar envidias, sino para convidar usuarios.

No creo que muchos de ustedes puedan presumir de haber recibido una mecedora tlacotalpeña. Me refiero a un
mueble, porque las chicas de por allá también tienen capacidad de mecimiento. Bueno, pues yo ya tengo una (hablo
del mueble) y me emociona pensar que ya no es importante que mi vida atardezca puesto que puedo gozar de ese
atardecer como aquellas señoras compuestas y decidoras que allá, en los Portales de Tlacotalpan, provocan la puesta
de sol a base de las cadencias de su mecedora, de su sabrosa plática, de su ver pasar la vida mientras entretejen
recuerdos. La mecedora, por supuesto, está a la disposición de todos los que en mi país se sientan cansados, pero
quieran pastorear el amanecer. Para esta tarea, nada como una mecedora tlacotalpeña de la acreditada marca
"Vitico".

Una señora me preparó un mole de ésos que ya no hay. No saben. Consumió varias semanas de su vida en la tarea.
Ni siquiera me conoce (a lo mejor, por eso). Si quieren un taquito, todavía queda y lo estoy dando (el taquito) a precios
de quemazón. Gracias, Dios mío, porque todavía en mi país hay señoras pacientes y sonrientes que preparan mole
para los desconocidos.

Cualquier correspondencia con esta columna en plena marcha, favor de dirigirla a germandehesa@prodigy.net.mx o al
Apartado Postal 19-111, Delegación Benito Juárez, México D.F.

Gaceta del Angel / ¿En qué te he fallado? III

Por

Germán Dehesa

(01-Ago-2001).-

Son emocionantes las ubicuidades. Una buena parte de mí se quedó, quizá derretida por el sol, en un dominical e
intensamente amarillo estrado tabasqueño. Otra parte (el envase, pues) ya está en la Capital, circula por la avenida
Revolución que, cuando no llueve, es bastante fea; pero que cuando llueve es horripilante. En la radio, Javier
Solórzano, con ese extraordinario modo que tiene para ser punzante sin dejar de ser amable, está entrevistando a
Manuel Andrade. Este se expresa con atingencia, corrección y serenidad. En Tabasco se esperan, según él, unas
elecciones limpias, tranquilas y favorables al PRI por un aceptable margen. Si esto no fuera así, Andrade reconocería
el triunfo de su contrincante. El sereno y jovial tono del priísta podría hacer pensar que ya hubo una transfiguración en
el dinopartido que ahora estaría formado por carmelitas descalzos y monjitas jerónimas. Dos pequeños deslices en el
discurso de Andrade: en esta segunda campaña hemos tratado de evitar los "excesos" de la primera (¿se referirá a la
chocoweb?); de obtener yo el triunfo iniciaremos la reconstrucción de Tabasco (¿quién lo destruyó?, ¿no me diga que
Madrazo?). Nada mal estuvo Andrade. Todos los analistas políticos picudos hablan de su triunfo. ¿Tendrán siempre
razón los picudos?

A FALTA DE TEMPLO, TEMPLETE: La lluvia ha cesado y estoy de regreso bajo el sol tropical. En el templete, los
jerarcas perredistas han hecho una franca tregua y se sonríen y se toman del brazo. Lazarito Cárdenas se está
"placeando". Por allá, Andrés Manuel está flanqueado por un hijo pequeño y simpático y por su otro hijo, conocido
como el Fittipaldi de Coyoacán (¿no trabajarías como mi chofer?, le pregunto, tu fama de hell driver ya es
internacional. El chavo nomás se ríe, mientras su padre le comenta: no le digas nada a este méndigo, porque luego lo
publica). Viene al micrófono el propio Andrés Manuel y las bases tabasqueñas enloquecen. Ni Ricky Martin
encendería tantas pasiones. Me intriga esta nueva política donde un candidato puede llenar a tope una plaza sin que
esto se refleje necesaria o eventualmente en las urnas. Amalia García está ya como manzanita al horno de tanto sol
que ha absorbido. Habla Ojeda y pronuncia un discurso breve, bien articulado, quizá un poco escaso de ese fuego
retórico que tanto seduce a los tabasqueños. Las playeras y las banderas amarillas le dan a la concentración un
aspecto de omelette gigante e hirviente. ¡Ya terminamos!.

Arrastrando los pies como recién operado de la matriz, llego al hotel. Hay que escribir, comer algo, ver el futbol (si es
que eso fue futbol), dar una entrevista para un periódico local, juntar mis tiliches y pedirle al gran Cunningham que me
traslade al aeropuerto. Vuelo nocturno. El avión lo conduce una mujer. El aterrizaje es una tersa shulada. Mi casa está
desierta. Yo tengo insolación y me duele todo mi hermoso cuerpo. Me siento como el paracaidista colombiano que,
durante el primer tiempo de la final, se desmamonó la virtud contra la publicidad estática, aplastó a un camarógrafo y
se fracturó una pata: muy lucido. Hagan de cuenta. ¿Quién ganará en Tabasco?. El que los tabasqueños decidan.
Democracia tropical. En avenida Revolución sigue lloviendo.

Si Nos Viéramos

Estoy levemente desencontrado con mi país. Tengo la molesta sensación de que le estamos dedicando demasiado
tiempo, morbo y atención a asuntos realmente irrelevantes: ¿deberá haber o no imágenes religiosas en las
dependencias oficiales? (¡a mí quéchimimporta!, lo que tiene que haber en las dependencias oficiales es eficiencia,
decencia y buena atención, si los que están ahí quieren tener una réplica en migajón de la catedral de Maguncia, me
da igual); ¿por qué mandaron a Martha Hari a Perú y dejaron al güerito chiflando en la loma?, pues no lo sé, pero no
creo que sea asunto de seguridad nacional, pues, además, el güerito ya está muy resignado a que nada más lo
quieran la escoba y el sacudidor.

Los ejemplos podrían multiplicarse, pero el caso es que, en lugar de proponer y trabajar, estamos discutiendo puras
estupideces. Nunca como hoy, México tiene una imagen tan positiva en el extranjero. Nunca como ahora hay voluntad
internacional de apostar por el futuro de nuestro país. Cuánto mejor estaríamos si los mexicanos lográramos mirarnos
con la confianza y la fundada esperanza con las que nos miran los extranjeros.

Cualquier correspondencia con esta columna paracaidista, favor de dirigirla a germandehesa@prodigy.net.mx o al


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Gaceta del Angel / ¿En qué te he fallado? IV

Por

Germán Dehesa
(02-Ago-2001).-

Este domingo, los ojos de la República mirarán con atención rumbo a Tabasco. Encuestadores y sagaces politólogos
hablan de un triunfo más o menos claro del PRI. Los tabasqueños con los que yo platiqué (ninguno de ellos es
encuestador, ni politólogo) no están tan seguros. Hablan de una votación muy cerrada que, eventualmente, podría
favorecer a Ojeda. En última instancia, serán los tabasqueños los que decidirán el domingo en las urnas. Si esto no es
así y si un sector de los mexicanos siempre dispuesto a hacer suyas las teorías del complot y de la intriga diabólica
piensa, por ejemplo, que Satanás Madrazo ya compró la guanajuatense alma de Fox, tendría que aducir pruebas o
mejor callarse la boca, pues ya no está la Magdalena para tafetanes.

A ver, hagamos un ejercicio de sensatez: supongamos, aunque sea mucho suponer, que yo acepto ser el candidato
oposicionista a la gubernatura de Pitámbaro. Ya en plena campaña, recibo pruebas fehacientes de que los supremos
poderes ya pactaron mi derrota, ¿qué haría yo?. Creo que publicaría esas pruebas y me retiraría de la campaña para
dejar al contrincante hablando solo. Eso haría yo, pero cabe aclarar que no soy encuestador, ni politólogo, ni político,
ni tabasqueño. Es más, ni siquiera salí en la foto. Esto me tiene acabado. REFORMA, en una rectificación que me
parece muy correcta, admite que esa cifra de cinco mil asistentes al cierre de campaña de Ojeda que publicó el lunes
pasado es un error y que la cantidad es cercana a esos 50 mil de los que yo hablé. Para ilustrar esto, publicó una
fotografía aérea de esta tumultuosa concentración. Ya estudié muy a fondo la foto, pero para mi desgracia en Tabasco
hay una sobreproducción de chaparros pelones y, aunque estoy seguro de que ahí estoy, no me distingo. Ojalá y que,
como quería Sabines, los que escribimos tuviéramos un resplandor especial, pero como no es el caso, nos diluimos
entre los contingentes de base y las fuerzas vivas (vivas aunque madreadonas, diríamos en el caso de Tabasco).

El caso es que el domingo 5 de agosto culmina otro proceso electoral en México. Me parece que son demasiados, que
son muy onerosos, que tienen una calendarización tan mal planeada que hacen que el país viva en campaña
permanente y con sus Partidos supeditando sus compromisos nacionales de mediano y largo plazo a sus intereses
electorales de coyuntura (pensemos en PRI y PRD paralizados frente a la urgente reforma fiscal por temor a perder
votos en Tabasco) y pienso que todo esto atenta contra la fluidez de la agenda mexicana y contra la urgencia de
ponernos todos a trabajar.

Dicho esto y con la atenta recomendación que le hago a mis cuates tabasqueños que le amarren las manitas a
Madrazo, paso a ocupar mi lugar de observador de los comicios. Tanto Ojeda como Andrade han hablado de una
votación cerrada, de su disposición a aceptar la voluntad popular y de cerrar las heridas que pudieran haberse
provocado a lo largo de esta prolongadísima y tropical refriega. Que así sea. Gane quien gane, mi amistad por
Carmen y Raúl Ojeda ahí sigue. Permanece también mi personal constancia de que las relaciones entre Roberto
Madrazo y la decencia son inexistentes.

¡Money, Money, Money!

Es toda una experiencia platicar con Jorge Vergara, empresario tapatío, que de manera velocísima, espero que
consistente, ha aparecido en las ligas mayores del empresariado nacional. Los expertos financieros sabrán más, pero
a mí me impresiona muchísimo que un señor decida invertir sumas respetables en producir una película mexicana.
Según yo, esto sólo puede hacerse por vocación suicida, o porque hay una juvenil revelación que nos brinda sus
ebúrneos encantos, está esperando un hijo nuestro, amenaza con rajar y quiere un estelar. Así era antes. No es el
caso de Vergara. Este cuate vió lo de la película ("Y tu mamá también") ¡como negocio!, le metió lana y ¿qué creen?,
¡está ganando!. Para contrariar todavía más la cautela mexicana, piensa seguir invirtiendo en el cine nacional y no le
importa perder los calcetines porque no usa. Todo lo que te pasa, me dijo, te pasa por usar calcetines (ahora va a
resultar que el haberme infartado y haberme embarazado de Andrés es atribuible a los calcetines).

El tema calcetines puede ser discutido después. Me interesan la levedad y la audacia de Jorge Vergara. Ahora quiere
construir (está construyendo) en Guadalajara un enorme centro de convenciones que sea también un ámbito de
recuperación ecológica. Si se sale con la suya (y suele salirse) México tendrá un complejo arquitectónico que, como
ocurrió con el Guggenheim de Bilbao, nos instalará de golpe como presencia sustantiva en el siglo XXI. ¿Lo construirá
o no lo construirá?. No lo sé. ¿De dónde sacarías el dinero?, le pregunté. Me miró hasta con ternura y me contestó:
dinero hay de sobra y por todo el mundo, lo que escasea es la imaginación; imaginación grande. Eso me dijo un señor
sin calcetines.
Cualquier correspondencia con esta columna que espera el domingo en su mecedora, favor de dirigirla a
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Gaceta del Angel / La borra del café

Por

Germán Dehesa

(03-Ago-2001).-

Habrá que comenzar diciendo que esta sección queda, desde el título, en deuda con don Mario Benedetti, un ilustre
uruguayo que nunca ha necesitado tirar patadas para demostrar que tiene garra. Es un hombre firme y apacible; es el
padre literario de Avellaneda, uno de los grandes personajes femeninos de la narrativa hispanoamericana del siglo XX
y es también, por razones que sólo don Segismundo podría explicar, un personaje que se coló en un fatigoso sueño
que tuve anoche. Como si se tratara de alguna de esas películas que vimos hace muchos años, no recuerdo muy bien
los detalles. Recuerdo sí que andaba yo metido en alguna faena muy complicada y que aparecía Benedetti para
anunciarme que mis afanes eran inútiles y que más me convenía descansar. Tengo entendido que luego desperté,
pero Benedetti ahí seguía emboscado en ese estado de ánimo que nos lleva, de vez en cuando, a sentirnos la borra
del café; es decir, lo que queda después de extraerle sus esencias y sus beneficios a lo que la vida nos obsequia. Un
despertar así inaugura varias posibilidades: tirarse a la basura (me suena excesivo), volverse a dormir (suena
tentador), comprar un helado de chocolate (suena bien) y folgar con moza fermosa (ésta es una versión mejorada del
helado de chocolate).

Tú también, lectora lector querido, habrán tenido o tendrán despertares así. La primera recomendación es tomarlo con
calma. La segunda es hacer una inspección interna y descubrir que, en efecto, nuestras tropas están fatigadas. La
tercera ¡atención! es no contrariar a la naturaleza y entender que, en condiciones así, lo mejor que podemos hacer por
la Patria y por la vida, es no meternos con ellas. Los viejos maestros orientales nos dicen que ha llegado ese
momento de enorme disciplina espiritual que nos lleve a resistir las seducciones del pensamiento y del trabajo con dos
aladas palabras: ¡me vale!. Si eres vicioso del trabajo, ¡me vale!; si eres regiomontano, ¡me vale!; si Madrazo la quiere
hacer de jamón el próximo domingo, ¡me vale! (no saben lo que me costó decir esto); si el edil de Tultitlán, el Travolta
meshica, sigue acumulando iniquidades e imbecilidades, ¡me vale!; si los fementidos gringos siguen malmodeando a
nuestros traileros, ¡me vale!; si mis suegros me invitaron a comer, ¡me vale! (éste también me dolió); si Dinocervera no
se presentó a la toma de poder de Patrón Laviada, ¡me vale!; si "la oposición" (al pensamiento) anuncia que de nada
valdrán los "cabildeos" de Fox, ¡me vale!. Por lo pronto, y durante unas 72 horas, me retiro de la danza y me dedicaré
a estudiar prolijamente mi ombligo. Creo que traigo muchos virus en el disco duro y necesito reconfigurarme.
Ausentarse en casos así resulta hasta positivo para el país. Esto lo aprendí en las tardes de mi infancia cuando mi
hermana y sus malévolas amigas me permitían incorporarme a la difícil tarea de brincar la cuerda. Como recordarán,
la decisión clave era cuándo entrar. Hacerlo un segundo antes, o un segundo después significaba la catástrofe y el
suntuoso ridículo frente a una bola de escuinclas méndigas que se encargaban de cambiar el ritmo en ese momento
de tu entrada. Cuántos años han tenido que pasar para entender que, en condiciones así, lo mejor es no entrar.

Regresa Benedetti y me avisa: de vez en cuando, hay que tomar distancia, guardar silencio y pasarse en limpio.
¡Money, Money, Money! II

No nada más los grandes financieros nacionales tienen momentos conflictivos con el dinero. Observo que la mayoría
de los mexicanos tenemos una tortuosa relación con esa herramienta. Al dinero o lo endiosamos, o lo basureamos,
pero no tenemos un buen trato con él. Ahorrar nos parece un método infalible para convocar la desgracia y de tan
brillante razonamiento pasamos al dispendio y a la quiebra. Desprecia a los que desprecian al dinero, dice Somerset
Maughan, autor poco leído (y menos obedecido) en México.

No es mi intención pontificar sobre el tema. Me resigno a intentar que Andresito y el dinero tengan una relación
aceptable. Como ésta se halla en su fase inicial, espero que logremos algo.

Ayer se presentó ante mí el tal Andrés con un cierto aire de virus de Cuitzeo. Sus palabras ya las había pronunciado
Pedro Infante en célebre película: necesito dinero. Como yo no soy Sarita Montiel (aunque me han confundido
mucho), me puse difícil y así le dije: si necesitas dinero, tienes que trabajar; yo te pongo una tarea, tú la haces y
entonces te doy lo que necesitas. No le pareció el mejor método, pero estuvo de acuerdo. Además, continué, aunque
lo obtengas con tu trabajo tienes que aprender a cuidarlo; es muy importante saber cuidar el dinero. El Virus me
miraba a los ojos con aparente respeto, pero en lo profundo, se podía leer un mensaje: ¡cuánto rollo por una feriecita!.
Ya te entendí, papá, te aseguro que voy a cuidar mucho mi dinero, porque si no lo cuido, se rompen los billetes y ya
no te los reciben en la juguetería. Dicho esto, se fue a hacer su productiva tarea y yo me quedé aquí sin más consuelo
que saber que hoy toca.

Cualquier correspondencia con esta columna que le vale, favor de dirigirla a germandehesa@prodigy.net.mx o al
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Gaceta del Angel / Ecos de León

Por

Germán Dehesa

(06-Ago-2001).-

Durante muchas, muchas décadas la vida de los políticos en activo fue muy tersa y llevadera. Toda su tarea consistía
en escuchar con claridad la voz de Los Pinos y actuar en consecuencia. No hacía falta pensar ni, mucho menos,
decidir. Esas no eran sus tareas. Todos gobernaban y todo se gobernaba desde la Capital. De vez en cuando, un
gobernador, algún legislador se "mareaba" y se iba por la libre. La defenestración, o la renuncia por motivos de salud
no se hacían esperar y todo regresaba a la normalidad. Si ustedes recuerdan, López Portillo organizaba unas
reuniones muy lucidoras para escuchar las voces de la República, apuntar muy cuidadosamente lo que ahí se decía y
luego hacer lo que a López Portillo le venía en gana, pero esto no le restaba esplendor a las reuniones.

Con los resultados del 2 de julio del 2000, terminó abruptamente esta época de oro. Gobernadores y legisladores
priístas que jamás habían sucumbido a la tentación de pensar por su cuenta, se vieron en la dolorosa urgencia de
inaugurar el cerebro, tarea que aún no han cumplido al 100%. Los perredistas que siempre tuvieron la certeza de que
serían ellos los que desbancarían al PRI, tampoco acaban de saber muy bien qué cara poner frente al escandaloso
hecho de que fuera un panista guanajuatense, discípulo de Maquío, quien obtuviera la presidencia. Los panistas no
están mejor. Por lo visto, no estaba en sus planes llegar a Los Pinos. Si el fuerte del PRI era mandar, el del PAN era
oponerse y, por el momento, no saben si a Fox lo deben considerar un adalid o un traidor. En este distorsionado
panorama, Vicente Fox decide extenderle una invitación a todos los gobernadores del país. Los del PRI que llevan
ocho meses chilloneando y succionando la calceta con su cantinela de que ahí viene la cacería de brujas y de que no
permitirán actitudes revanchistas, ni comisiones de la verdad (tal parecería que no tuvieran la conciencia tranquila) y
de que si los siguen molestando nos van a quitar la gobernabilidad, decidieron hacerse un poquito del rogar y
finalmente acudir al convivio leonés. Los perredistas también se pusieron sus moños amarillos, pero acabaron
animándose. Los ciudadanos, con lágrimas en los ojos (ni modo que en las orejas), le agradecemos a los 31 tenores
que nos hayan hecho el inmenso favor de reunirse a cantar bonito y hayan recordado que, de la misma manera que el
Legislativo, el Ejecutivo también tiene que funcionar a base de acuerdos y propuestas acordadas. Para lograr esto,
hay que reunirse de vez en cuando.

Para lo que se esperaba, las cosas marcharon bien. Corría el rumor de que AMLO iba a solicitar que, como es uso y
costumbre en el México profundo, los góbers lincharan a Fox. Rumor infundado. Los priístas no se llevaron las
cucharitas; Fox y López Obrador se produjeron con puntualidad, discreción y prudencia y, al parecer, se obtuvieron
acuerdos interesantes, aunque larvarios para salir del atorón. Aunque sea un verso nefasto, ése es el espíritu de
León.

El Mitote Nacional

Mientras los gobernadores se quejaban y hacían propuestas alternativamente en la ciudad cuerera, aquí en la Capital,
yo sudaba como perro café en pletórico café-concert de la zona sur. El público se comportó de modo admirable y nos
acompañó hasta el final de la odisea satírico-política. Terminamos y público y actores nos dispusimos a marchar en
busca de oxígeno y frescor. En ese momento se escuchó una suave música y una masculina voz. Lo crean o no, un
audaz joven, en un inexplicable arrebato lírico, consideró que ese lugar y esas horas eran las condiciones ideales para
declararse y pedir en matrimonio a una agraciada joven ahí presente. Tengo la impresión de que el solicitante es
discípulo de Muñoz Ledo porque se mandó un rollo entre romántico y parlamentario que parecía no terminar nunca.
Se puso de agasajo. Los parroquianos que ya se retiraban volvieron a ocupar sus lugares remolcados por sus señoras
que no podían perderse el final de la historia. Un sector opinaba: le va a decir que no por rollero; otro, capitaneado por
las féminas, opinaba que la solicitada contestaría afirmativamente puesto que, al fin y al cabo, el novio jamás volvería
a tener la oportunidad de hablar tanto tiempo sin recibir réplica. Seguía el rollo, la tensión aumentaba y la novia se
veía presionadísima. Terminó la solicitud y, para malestar de la concurrencia, la novia contestó en voz tan baja y con
rostro tan neutro que no supimos cómo interpretarlo. Nombramos de inmediato a un fiscal especial que hizo la
investigación conducente. ¡Dijo que sí!, nos informó jubiloso. Estalló la música, hubo porras, hicimos la ola y la novia
ponía cara de Marta Sahagún. Me encantan mis paisanos.

¡Viva Cuitzeo!

Por favor, ya dejen a mi madrecita en paz. Reconozco que no estoy contestando mis correos electrónicos, pero
también reconozco que no los estoy recibiendo. Los nuevos virus ya dejaron mi sistema como el tren ligero. En cuanto
lo arreglen, yo les aviso.

Cualquier correspondencia con esta columna que fabrica zapatos, favor de dirigirla a germandehesa@prodigy.net.mx
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Gaceta del Angel / Sin novedad en Tabasco

Por

Germán Dehesa
(07-Ago-2001).-

Graham Greene ("Caminos sin ley", "El poder y la gloria") estuvo en el Tabasco de Garrido Canabal y se consiguió
una terrible insolación espiritual. Y es que sí hay ciertas diferencias entre la campiña inglesa y la manigua tabasqueña.
Yo soy mexicano, acabo de estar en Tabasco y creo que me fue peor que al agudísimo novelista inglés. Cuando zarpé
rumbo a Villahermosa, llevaba conmigo las encuestas de "Reforma" que pronosticaban un triunfo del PRI por seis
puntos de diferencia sobre la coalición PRD-PT. Una vez que llegué, descubrí que los priístas estaban en su casa y
que la ciudad entera parecía pronunciarse a favor de Ojeda. La tumultuosa manifestación a la que asistí así me lo
confirmó. Quizá tendría que haberle prestado más atención a las palabras de un natural de la región levemente
esquizofrénico: yo estoy con el PRD, pero si me preguntan, digo que soy del PRI, porque aquí todo es del PRI y toda
mi familia, que le va al PRD, trabaja para el PRI, porque aquí ellos son los únicos que dan trabajo y, aunque vamos a
votar por el PRD, no sabemos lo que puede pasar si pierde el PRI (ya irán entendiendo por qué G. Greene quedó al
borde de la locura). Con un pensamiento político así de pantanoso, no resulta inverosímil que haya ganado el PRI.
Resulta alarmante, pero no inverosímil.

Desde el domingo por la tarde, las televisoras anunciaron una provisional ventaja de Andrade. Los periódicos de hoy
lunes así lo confirman. Mentiría si les dijera que todo lo entiendo muy bien. No hay tal. No es fácil entender por qué la
ciudadanía de uno de los Estados con mayor riqueza potencial del país vuelve a votar por el sistema que los tiene
sumidos en la miseria; pero todo indica que así fue. Los amenazaron, compraron su voto, les quitaron las
credenciales, colaron chiapanecos, aislaron a los votantes adversos. Eso me dicen que hizo el PRI. Es lo que ha
hecho siempre. Primero fue el descarado fraude electoral, luego vino el bravero fraude post-electoral y el último grito
del dinosaurio ha sido el paciente y laborioso fraude pre-electoral (para ya no llegar con angustia a las urnas). Por eso
resulta tan difícil y tan meritorio ganarle. Todo aquél que se enfrente con él lo sabe. Para que las cosas cambien, lo
primero es quitarle el poder y para lograr esto, la oposición debe ser amplia, fuerte, articulada y enormemente atenta.
Aquí es donde PAN (Rodríguez Pratts) y PRD tienen que hacer un profundo examen de conciencia. Las explicaciones
que el neopanista R. Pratts le ofreció a Granados Chapa son, en el mejor de los casos, insuficientes frente a lo que
estaba en juego. Con respecto al PRD, no sé si todas sus tribus estaban muy a gusto con Ojeda y si se sentían muy
felices con extender de manera tan drástica los dominios de López Obrador (que a la hora de las elecciones en su
tierra, estaba en el DF jugando beisbol y equivocando muy simbólicamente todos sus lanzamientos). Nadie sabe
todavía si aquí se acabó la historia de los comicios tabasqueños; pero, por lo pronto, tenemos que decir no sin
tristeza: sin novedad en Tabasco.

¿Y los Pumas?

Los periódicos que el grupo "Reforma" publica nos traen este lunes la noticia del sorprendente y a la vez explicable
repunte del Cruz Azul en las preferencias de los aficionados. Lo que ya no es tan explicable (salvo por la videocracia)
es que un equipo tan consistentemente devoto de ahogarse en la orilla como es el América siga siendo el que más
adeptos tiene.

Como ya estoy sintiendo la reverberación del odio femenino, no me ocuparé más en detalle de este asunto y me
reservo para la próxima entrega de "Señor Futbol". Sólo quiero dejar mi adolorida constancia de la pena que me ha
producido ver a mis Pumas con cinco miserables puntos de preferencia, pero esto sí es explicable. Llevamos diez
años acumulando más reveses que Aguilar Talamantes (RAT) quien, por cierto, ya se formó para que le den su lanita
para otro partido, pero no me distraigo y remato de cabeza como Borgetti: Dr. Ramón de la Fuente, ¿hasta cuándo?.

La Vacuna

Una diligente lectora se enteró de la brutal invasión de virus purépechas que padece mi sistema de cómputo. Veloz y
servicial se comunicó a mis oficinas y me dejó recado de que ella es poseedora de una infalible vacuna para
computadoras. A muchos todo esto les sonará muy lógico. Yo me siento en la dimensión desconocida. Al rato va a
haber laxantes y tranquilizantes para las computadoras. Dehesa sufre.

Cualquier correspondencia con esta columna sin poder y sin gloria, favor de dirigirla a germandehesa@prodigy.net.mx
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Gaceta del Angel / Sin novedad en Tabasco II

Por

Germán Dehesa

(08-Ago-2001).-

¿Qué sentirá Manuel Andrade al oír y ver que todos los medios hablan del "triunfo de Madrazo"?. Me imagino a
Pinocho celebrando la obtención de un Oscar para Geppetto. Aquí en la Capital puedo oír desde el muy razonable
análisis de Javier Solórzano, hasta las mentecateces de ¡Bravo!, Mena quien calificó al 2.1% obtenido en la votación
como un "éxito" y como una consolidación de la presencia panista en Tabasco (si Bravo Mena fuera forense y le
llegara un muertito con 98% de quemaduras graves diagnosticaría un 2% de intensa vida). Ya también se soltó Miguel
Alemán que no ha de querer nada al PRI puesto que anunció, en plan de San Juan Bautista de Sotavento, el
advenimiento de un Mesías tabasqueño que encarna lo

peor, lo más disfuncional, lo más cavernícola e impresentable del priísmo (¿madrazo para quién?, sería la pregunta).

Desde Tabasco también me han llegado algunas voces. En un mensaje me dicen que yo no entiendo nada (cosa que
ya sospechaba) y que no tengo ni idea de los intereses que ahí están en juego. Es posible. En otro, me envían
algunas pruebas de todo el manoseo pre-electoral que hubo. Algo escribí ya al respecto, pero me parece pertinente
añadir una pregunta: si ya hubo una anulación de elecciones y se siembra la idea de que una segunda anulación es
impensable, ¿esto inhibe o favorece un posible fraude?, ¿paraliza o refina a los mapaches?. Averigüemos.

Amado, Canela y Clavo

Es posible que lloren los que no entienden nada y no es que yo entienda mucho, pero soy devotísimo lector de mi
señor Don Jorge Amado y con él he aprendido que si bien todos nos morimos, no todos mueren de buena muerte.
Existen los infames, los díscolos, los tramposos, los desamorados, los que nunca se apasionaron, ya no digamos por
un ser humano, por un árbol, por alguna música, por los olores de la hierba, por el vaporcito que suelta una camisa
cuando la besa la plancha. Son ellos, los que humillan, los que atropellan, los que violan y avasallan, los que oprimen
pueblos y familias, los que de mala manera despojan a nuestra madre tierra de sus menguantes tesoros; son ellos los
que mueren de mala muerte y regresan a esa tierra que los recibe con vergüenza. Pero existe también la buena
muerte, la que llega con sonrisa de buena amiga a recordarnos que ya es tiempo de irnos un poco de nuestra propia
fiesta, que ya es hora de descansar y permitir que la música vaya por su cuenta. Los que mueren de buena muerte,
Don Jorge Amado, dejan de vivir porque aprenden que contar y cantar son tareas gozosas pero cansadas y entonces,
sin mayores aspavientos, se dan de alta como coloridos fantasmas que, disueltos en el aire, siguen atestiguando la
emocionante fiesta de la vida. Se murió un poco Don Jorge Amado, pero Teresa Batista (cansada de guerra), Doña
Flor y sus dos (ahora tres) maridos y Gabriela ahí se quedan, en San Salvador de Bahía, bailando las interminables
cadencias que nacieron de la siempre viva caligrafía de la pluma de Amado que era como un afluente del Amazonas y
un presentimiento del mar. Descansa tranquilo, Don Jorge, que tus lectores te seguiremos dando vida y tus páginas
mantendrán iluminados tus ojos, tu sonrisa, tu fiesta, tu entero perfil.

¿Y las Ratotas?

Detectan, localizan, presumen, sospechan, les late, denuncian, publican. Con enorme gozo, esto es lo que hacen las
ya no tan nuevas autoridades del Ejecutivo Federal. De lunes a viernes, en horas hábiles, los perceptivos sabuesos de
la nueva administración detectan que en tal dependencia se volaron hasta las engrapadoras, que en tal otra hay un
faltante que excede a su presupuesto sexenal, que en el departamento de preservación de las tradiciones charras no
dejaron ni las reatas. No sé si tengan agendadas las denuncias, pero las han hecho todas las dependencias con
loable orden y rigurosa disciplina. Cuando no es SEDESOL es CAPUFE, o es el IMSS, o es SAGARPA (que es
nombre de reina nepalesa). A mí me parece maravilloso que hagan las denuncias. Simultáneamente, me parecen
estremecedoras las cantidades conejeadas a nuestro explicablemente contraído erario. Cuando entro de lleno en el
país de las maravillas es en el momento en que leo que, como resultado del ilícito (así dicen) descubierto, han
procedido a fincar graves responsabilidades al pasante Radamés Mastique, jefe de adquisición de tornillos del
almacén que la dependencia tenía en Carácuaro. ¿De veras piensan que con la no muy probable aprehensión de
Radamés Mastique se aclarará y se castigará un faltante de muchos millones?. ¿No piensan hacerle nada a las
ratotas?, ¿las van a dejar sueltas para que sigan conspirando contra Fox y contra el país en los mejores restoranes de
la Capital?, ¿y así pretenden, con o sin gobernadores, subirnos los impuestos?. ¿Para eso te elegimos, Chente?.

Cualquier correspondencia con esta columna de pantanos y fantasmas, favor de dirigirla a


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Gaceta del Angel / Canta ¡Oh, musa

Por

Germán Dehesa

(09-Ago-2001).-

Esto quisiera ser una pequeña, pero firme oda a la alegría. Arrebatado por el vuelo lírico, en mi columna de ayer no
hice el suficiente énfasis en una de las virtudes mayores de la fluvial narrativa de Jorge Amado: su obra es asombrosa
y permanentemente alegre. Todo lo bueno y lo malo del mundo desfila por sus novelas, pero Amado consigue lo que
quizá no consiguió ningún otro gran novelista del siglo XX, cuyos intelectuales nos impusieron la insostenible pero
patológicamente seductora noción de que todo está mal, pero seguramente empeorará. Amado no se dio por enterado
de este mensaje e hizo la crónica del gozo que mana desde lo profundo de la vida misma. En el desventurado siglo
XX, escribir una novela con final feliz era exponerse a la inmediata fulminación de "la crítica especializada" que
hablaría de un relato concesivo, cursi, comercial y para el exclusivo consumo de esa clase media cuya vulgaridad y
mal gusto no está, según ellos, a discusión. Me alegra tanto que Jorge Amado, intensamente comprometido y coludido
(coludir quiere decir jugar juntos) con su pueblo, no supo de estas excomuniones y escribió, una tras otra, cuarenta
novelas que no tan sólo tienen final feliz, sino que, de principio a fin, son la colorida crónica de la módica pero
consistente felicidad cotidiana. ¿Cómo le hizo Jorge Amado para defenderse de la crema (agria) de la intelectualidad?.
A reserva de que, en alguna universidad de Kansas, hagan un soporífero y profundo estudio sobre este asunto,
formulo algunas impresiones: por lo que he leído y sabido de él (jamás lo traté personalmente), Jorge Amado tuvo la
higiene de no tomarse muy en serio y no concederle demasiado espacio a sus congojas personales; muy sabiamente,
prefirió mantenerse cercano y solidario con su pueblo, arrobarse cotidianamente con el aroma de mujer y defender su
derecho a la alegría como lo que es: su más profunda dignidad. Supo del dolor y del horror, pero lo bailado nadie se lo
quitó y vivió contento, pues.

Ayer martes a las diez de la noche, pensaba (sentía) yo precisamente estas cuestiones del derecho a la alegría. Sin
pudor, he de confesar que yo también estaba contentísimo. Ana Gabriela Guevara estuvo a punto de desbielarse,
pero obtuvo la medalla que quería y necesitaba. Tener una paisana triunfadora y que, día con día, hace mejor su tarea
es una realidad muy feliz. Pero fue de bronce, pero tanto ejercicio le va a hacer daño, pero ahora se le va a subir, pero
esto es pan y circo, pero va a acabar alcohólica. Esto y más será capaz de decir el gigantesco coro de buitres que en
este país no toleran ni el triunfo ajeno, ni la alegría propia. Allá ellos. Yo estaba transido de emoción y con el
inconfesable deseo de que Anita me diera una correteadita. Seguro me alcanzaba. ¿Se imaginan?. Yo sí. En estas
euforias andaba, cuando apareció en pantalla Vicente Fox que también estaba feliz como lombriz.

Puse punto y aparte, porque ahora voy a decir algo que podría leerse de modo incorrecto. Se trata de un
agradecimiento y un elogio para Vicente Fox. Me podrán molestar algunas cosas que hace o dice. Todavía me
molestan más las que no hace, pero me gratifica grandemente su no tomarse demasiado en serio y su permanente
instinto de felicidad. En este país con tales urgencias melodramáticas y con tal capacidad de quejumbre, no es poca
cosa tener en la Presidencia a un hombre alegre y dispuesto a redistribuir la felicidad. Canta, ¡oh, musa! y échate
aunque sea "el hijo desobediente".

¿Colaboró Usted con los Nazis?

Yo nací en 1944. En 1969, hice mi primer viaje a Estados Unidos. Para poder cumplir esto, tuve que obtener mi visa.
No tuve mayor dificultad. Mi amiga la pechocha era amiga de la Cuqui que trabajaba en la Embajada. A temprana
hora, la Cuqui me coló y, en menos de dos horas, ya tenía yo mi pequeña mica. Aunque ya está en calidad de
chilaquil y aunque la foto no corresponde en absoluto a lo que la vida en su avalancha me dejó, la miquita me había
sido de enorme utilidad en mi trashumante existencia. Ahora resulta que ya no, que en septiembre se me vence (es de
lo poquito que no se me había vencido).

Si recuerdan, antes había que llegar a las cinco de la mañana a la Embajada de USA y exponerse a ser tratado como
parte de un rebaño de vacas locas. Ahora es muy distinto: habla uno a la Embajada para pedir informes y cobran 12
pesos por cada minuto, se hace una cita, se llevan documentos, se paga una lana, se presenta uno quince minutos
antes de la hora señalada y pasa uno a ser tratado como vaca loca. Lo peor es que perdí mi tiempo y mi lana. Mi cita
era a la 13:30 y a las 14:25 estaba yo llenando apenas un cuestionario redactado mancomunadamente por el senador
Mc Carthy y Boris Karloff. Reconozco que no lo hice rápido, pero es que es muy difícil no soltar la carcajada cuando
tiene uno que responder a preguntas como: ¿planea usted ejecutar algún acto de terrorismo en suelo
norteamericano? (como no fuera encuerarme en la Quinta Avenida, no se me ocurre otro), o como esta otra que es
impecable y diamantina, aunque ligeramente extemporánea: ¿ha colaborado usted con el gobierno nazi? (de haber
sabido, hubiera puesto que me llamaba German Goering el chico). En esta pregunta, procedí a retirarme, porque tenía
yo programa de radio. No tengo visa, pero tengo muchas ganas de contarles esta historia con más detalle. Lo haré.

Cualquier correspondencia con esta columna como carita sonriente, favor de dirigirla a
germandehesa@prodigy.net.mx o al Apartado Postal 19-111, Delegación Benito Juárez, México D.F.

Gaceta del Angel / Dos maravillosos migrantes

Por

Germán Dehesa
(10-Ago-2001).-

Por algunos años (agosto de 1969agosto de 2001)pude internarme impunemente en territorio estadounidense. Ahora
ya no.

Según fui informado, mi traqueteada visa está a punto de expirar (en cuanto esto ocurra, lo publicaré en el obituario y
les pediré que rueguen por el eterno descanso de mi miquita y de esa irreconocible fotografía en la que parezco el
quinto integrante de los hermanos Carreón). En lo que ocurre el fatal desenlace, trato de distraerme y de recordar los
ratos felices que pasamos juntos (así dicen las numerosas viudas inminentes que pueblan y repoblaron este bello
país). Compartiré con ustedes, bienamados lectores, uno de los más recientes.

Creo que es bello e instructivo.

Hace unos días, estuve fugazmente en San Diego en compañía de mi primogénito Canito. Nuestra intención, en
franco plan de Woodward y Bernstein, era internarnos en el barrio Logan de San Diego y averiguar los tejemanejes de
la droga, los polleros, la industria de la prostitución infantil y la contratación de gatilleros. Rattán, mi asesor para la
zona Tijuana-San Diego, nos recibió en su novedosísima caracterización de Tatiana (sé de buena fuente que su
esposa le pega), le comunicamos nuestro proyecto y en tono casual nos preguntó: ¿me podrían dejar la dirección del
lugar al que tengo que enviar los cadáveres?. Dicho esto, pasó a explicarnos el carácter francamente poco amistoso y
cooperativo que tienen los vecinos de ese barrio que, si no vacilan para ametrallar a un Cardenal, o a un Capote
(Capo enorme), tomarán como una especie de precalentamiento el destazar a dos rubicundos metiches que andan en
pos de emociones fuertes. Los relatos y descripciones de Rattán nos conmovieron hondamente y padre e hijo
decidimos que, por el momento, íbamos a perdonar de nuestra presencia a los loganeños. La vida, amigos míos, es
más frágil que una bicicleta de Nagoya. Canito se fue a hacer un reportaje sobre los San Diego Chargers y yo me
enclaustré en el hotel a leer y a escribir que son mi segunda y tercera actividades favoritas.

Al caer de la tarde, Canito retornó con cara de balón ovoide. ¿Y si vemos una película en la tele?, me preguntó. Sale,
respondí. Ver películas con un hijo capacitado para rascarte la espalda es una forma nada desdeñable de la dicha.
Con envidiable habilidad, Canito manejó los controles y llegó a una conclusión inapelable: en el menú dice que hay
películas peiperviú, pero le apachurro y se pone negro. Miles de hoteles ha de haber en San Diego; miles de
televisiones y la que se tiene que descomponer es la de mi cuarto, ¿por qué, oh, señor de los ejércitos y la marina, me
tienen que pasar estas cosas?. Como es sabido, yo hablo inglés como Montiel habla el español. Me comuniqué al
frondesc y dije algo así: esquiusmi, leidi, botmaitiviset is guortin moders, canllú senmi a tecnishian?. Va para allá, me
dijo la seño en perfecto español.

¿Dónde aprendiste a hablar inglés?, me preguntó el infecto Canito.

¡Ding-dong!, sonó el timbre del cuarto. Con tal de no responder preguntas impertinentes, me precipité a abrir la puerta.
Frente a mí apareció un hijo no reconocido de El Pulpo que me preguntó mientras hacía sonar su estuchote de
herramientas: ¿qué pasa con su baño?.

Fue así que conocí a "El Chuy "y posteriormente al "Rulo ". Si perseveran, en la próxima les cuento.

¿Colaboro usted con los nazis? II

La Embajada de Estados Unidos en México está ubicada en el Paseo de la Reforma, entre las calles de Río Sena y
Río Danubio. El último tramo de ésta ya no es calle, sino una especie de gigantesco vestíbulo al aire libre. Por pura
deducción, mi querido Watson, concluyo que, hacia las once de la mañana del miércoles 8 de agosto, un mexicano
sicótico adquirió y rumió un paquete entero de chicles de menta, formó con él una bola del tamaño de una pelota de
beisbol y, con exquisita higiene, la escupió precisamente en este último tramo de la calle de Río Danubio. ¿Cómo lo
sé?. Elemental: todos los que nos formamos ahí a partir de esa hora la pisamos. Yo llegué a las 13: 10 y ya me tocó
una ración muy escasa. El sol azteca se solazaba en mi calva y yo veía atónito dos larguísimas. las de compatriotas y
compatriotos que apretaban un folder contra su pecho y, simultáneamente, revisaban la suela de su zapato.

¿Por qué hay dos filas, mi oficial?. Pos porque ésta es ladeluna llestotra es ladelunaimedia. ¿Y a qué horas pasará la
de la una y media?. Esosidepen, como puede pasar pronto, puede dilatarse. En realidad, yo fui el que se dilató. Hacia
las 14: 20, yo ya me sentía zepelin de lo que me había dilatado el mula sol. ¡Bueeenas tardes a todos!, nos dijo un
joven edecán que nos recibió en uno como pesebrito. Mmmh, ufff, zfpgatumá, obtuvo como única respuesta. Nuestro
transitorio anfitrión no se arredró: ¡Bueeenas tardes a todos!, ¿ya llenaron su formitaaa?, cooorrecto, es muy posible
que la hayan llenado mal; les pongo un ejemplo: en la pregunta que dice: país de residencia en los últimos cinco años,
no se vale dejarla en blanco, pueden poner México. ¿Todavía lo consideran país?, pregunté yo siempre urgido de
actualización geopolítica. El anfitrión me miró muy feo, la señora que estaba atrás de mí seguía inspeccionando su
zapato y yo decidí largarme. Esto de vivir como en la escuelita de Ortiz de Pinedo es demasiado para mí. Lo bueno es
que hoy toca.

Cualquier correspondencia con esta columna que es golondrina peregrina, favor de dirigirla a
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Gaceta del Angel / El profesor

Por

Germán Dehesa

(13-Ago-2001).-

En Cancún lo único que ocurre realmente es el mar y la permanente conspiración de los azules y la luz. San Diego,
D.F., Pachuca, D.F., Cancún, ha sido mi itinerario de los últimos días. Es más, si todo hubiera sucedido como tenía
que ocurrir (situación que en México, jamás se presenta), yo tendría que estarles contando el aleccionador y jolgorioso
remate de mi duelo a muerte con los dos maravillosos migrantes que la vida me infligió allá en San Diego, pero, como
pedrada en el terso vitral de Cancún, llegó la noticia de la muerte del profesor Carlos Hank González. La mejor prueba
de que Cancún está programado para que no pase nada y de que la intuición colectiva advierte que no se trata de un
hecho menor, fue el silencio estupefacto que la noticia provocó cuando se la comuniqué a la clínica audiencia que tuvo
la osadía de contratarme para que les presentara un espectáculo. Fue un silencio súbito y pesado. Fue, digámoslo
así, una noticia de fin de época.

Entre los clientes mayoristas (no exclusivos) de mi bilis, destaco cuatro: Gustavo Díaz Ordaz, Carlos Hank, Fernando
Gutiérrez Barrios y Roberto Madrazo. Lo siento por Madrazo, porque ahora, con tres bajas en el equipo, me voy a
tener que concentrar en él.

La bronca con Gutiérrez Barrios siempre fue a la distancia. El, sin jamás hacerse presente, me hizo sentir el frío de su
zarpa y me fregó cuanto pudo (y podía mucho). Aunque todavía estoy en espera de que alguien me explique bien su
poco convincente muerte, no puedo decir que lo extraño. Otra cosa diré: los villanos que son tan obviamente villanos
no son buenos villanos.
El caso del profesor Hank es mucho más complejo. Nuestra enemistad era muy cordial. Cuando yo lograba asestarle
un buen golpe, él de inmediato me enviaba algún regalo, cuidadosamente escogido por su significación y por su
escaso valor material, que fungía como un elegante acuse de recibo. En verdad, era un privilegio tener un enemigo así
de implacable, de sonriente y de generoso. Varias veces nos reunimos a almorzar, a tomar el café, a platicar. Su
hospitalidad era impecable. Su apertura de juego era una obra de arte de sencillez: Gracias por aceptar mi invitación,
Don Germán (¡siciliano puro!), ya comprenderá que un hombre mayor y totalmente alejado de la política como yo,
necesita oír las opiniones frescas de alguien que, según leo, está en todas partes. Lectora lector querido, revisa las
palabras que acabo de reproducir y encontrarás ahí un insuperable compendio de las sabias y seductoras maneras de
la vieja política mexicana. Comenzaba así una fatigosísima esgrima. Yo comentaba esto o aquello y lo hacía de modo
superficial (a veces por cálculo y a veces por buey) y el Prof. entraba con su fino estilete: Don Germán, me voy a
permitir hacer una respetuosa observación. En su turno, Carlos Hank, me ponía el cassette y me orientaba, o acababa
de desorientarme; pero los dos sabíamos que ésas eran las reglas del juego. Tuvimos tiempo suficiente como para
saber que siempre estaríamos enfrentados, pero también para saber que una enemistad bien cultivada no cancela la
cordialidad. A él sí lo voy a extrañar. Murió el último león grande. Ahora quedan las hienas, los lagartos y las ratas. Su
misma falta de grandeza me inspira mucho más miedo. Hasta luego, profesor.

¿Texcoco o Tizayuca?

Algo quiero decir de las encuestas telefónicas o cibernéticas que ya se han vuelto una consternante manía de
muchísimos programas radiofónicos y/o televisivos. En una gran cantidad de estas encuestas, la misma formulación
de las preguntas induce las respuestas, o crea tales espacios de incertidumbre que todas las opciones pueden
resultar igualmente válidas o discutibles. Con la noble finalidad de afinar este procedimiento, me permito sugerir que
de modo obligatorio se introduzcan dos posibilidades más en cada una de estas electrónicas consultas ciudadanas: 1)
¿considera usted que le estamos haciendo una pregunta estúpida? (creo que habría miles de telefonemas contantes y
sonantes) y 2) no puedo responder porque no tengo suficiente información (si a los mexicanos nos viniera un
novedoso ataque de sinceridad, esta respuesta sería tumultuosa y utilísima). En mi reciente estancia en Pachuca, yo
la emplee, y no como artificio retórico, cuando los hidalguenses me preguntaron acerca de dónde habría que construir
el nuevo aeropuerto. No tengo la suficiente información, respondí, y el reporte de la UNAM no me aclara nada, pues
me dice que en ambos lugares, la construcción de un aeropuerto tendría "impacto ambiental". ¿Y para eso se tardaron
tanto?. Aunque lo construyeran en el desierto de Altar, un aeropuerto tendría impacto ambiental. No, si les digo que
somos.

Cualquier correspondencia con esta desertada columna, favor de dirigirla a germandehesa@prodigy.net.mx o al


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Gaceta del Angel / Dos maravillosos migrantes II

Por

Germán Dehesa

(14-Ago-2001).-
"El Chuy" era flaco, tenía color de aguacate Hass, lucía un ralo bigotillo de primera voz de la Rondalla de Huipulco y
cargaba una cajota de herramientas. Como recordarán, su presencia en la puerta de mi sandieguino cuarto de hotel
se debía a la grave disfunción eréctil de la televisión de mi cuarto y la consecuente imposibilidad de que Canito, mi
primogénito, y su Charro Negro pudiéramos ver una película. ¿Qué le pasa a su baño?, me preguntó el gran Chuy que
se veía dispuesto a desempotrar el lavabo en cinco minutos.

Fue muy frustrante aplacar su frenesí. Al baño no le pasa nada, aseveré con firmeza, yo, en perfecto inglés (por nada
y me troncho la lengua al decir esto) pedí que viniera un técnico a arreglar la televisión. ¡Tjule!, yo de teles no sé
mucho, mi fuerte es la plomería, ¿con el baño no ha tenido ningún problema?. Ninguno, mi querido paisano. Si tiene
alguno, yo vengo voladazo. ¿Y la tele?. Déjeme echarle un ojo, quién quita y le atino, ¿cuál es el fallo?. El fallo,
maravilloso migrante, es que si le apachurro el botón para ver películas, todo se pone negro. A ver, preste el control.
El intrépido Chuy hizo todo lo que se puede hacer con un control remoto (nada más le faltó convertirlo en vibrador) y,
ante los atónitos ojos de Canito, se tiró al suelo y comenzó a deslizarse como sabueso. ¿Y ora?, pregunté. Es que
quiero ver si no le falta un pluguito. ¿Usted sabe cuántos "pluguitos" necesita?. No, pero se echa de ver. Maniobra
infructuosa.

¿Mioyes central?, dijo Chuy por un radioteléfono que extrajo de la parte aguayónica de la cintura. Arghmzzzecto.

Comprendido, central, mándenme al Rulo como la bala aquí al 1306, cambio y fuera. ¿El Rulo sí sabe de electrónica?,
me atreví a preguntar.

Novasaber, él es el mero efectivo; en Zacatecas no lo apreciaron, pero acá tampoco; en cuanto tenga su mica, pone
su taller. Llegó el Rulo con aire de cirujano altamente especializado. Buenas tardes, dijo con aire concesivo. Fíate, mi
Rulo, que en la tiví no se ven las películas del peiperviú; ya lice pero no quiere.

El Rulo puso manos a la obra. Entre él y el Chuy movieron el megamueble con todo y servibar. ¡Lo van a tirar!, gritó
Canito. Por favor, mi joven, dijo el Chuy en voz alta. No lo vayas a tirar inchí Rulo, dijo en voz baja. De atrás está bien,
diagnosticó el Rulo como si fuera jurado de Miss Universo. Nuestros hermanos migrantes hicieron, revisaron, tornaron
y, al término de sus afanes, la tele seguía negra. ¿Y si le metes un buen fregadazo? propuso el Chuy siempre leal al
pensamiento científico. No creo, pero deja ver. También falló.

Nuestros compatriotas siguieron arrastrándose por la alfombra. En un momento, estaban los dos de hinojos frente al
nipón artefacto. ¿Qué hacen?, le pregunté con tenue voz a Canito. Yo creo que están rezando para que se componga.
¡Se compuso!.

¿Cómo le hiciste, inchí Rulo?. No sé, pero no creo que me vuelva a salir.

¡Servido, mi señor!, dijo el Chuy.

Los dos esforzados migrantes fueron regiamente recompensados. Central, misión cumplida, dijo por su aparatito el
Chuy que se sentía viajero intergaláctico.

Dicho esto, el dúo dinámico procedió a retirarse. Ya no era hora de ver ninguna película, pero eso no importaba. Lo
divertido, lo conmovedor es la indeclinable voluntad, el tesón, de nuestros maravillosos migrantes.

EL SEPELIO

Para ventura de la familia y desventura de los medios, las honras fúnebres de Carlos Hank González ocurrieron en
domingo. Con todo y esto, algo pudo hacer la televisión para "cubrir el evento" y algún sesudo análisis pudieron hacer
los medios escritos en torno al tema de: quién no fue, quién sí fue, a qué fueron los que fueron y qué dijeron los que
fueron y los que no fueron. Yo no doy para tanto y le dejo a la poderosa mente de Rodríguez Alcaine un análisis .no
de lo que significará la ausencia de Hank (adivino que en sus delirios de otoñal patriarca de inexistentes masas,
sugerirá que venga Durazo al relevo).

Yo me resigno al profundo malestar que me provocaron las obsequiosas, aceitosas y melcochosas frases que le
dedicó, no al difunto, sino a los muy vivos parientes del difunto, el señor Norberto Rivera. Por momentos, parecía que
ese fervorín lo había preparado para las exequias de la Madre Teresa de Calcuta y que, al no poder pronunciarlo en el
momento adecuado, pensó que tampoco era cosa de desperdiciar tan espirituales conceptos. Imagino que no asistir
hubiera sido más sencillo, pero, si finalmente se animó el gran Norbocop, ya podría haberse pronunciado con mayor
sobriedad y decoro.

La que también exploró sin vacilación los más recónditos ámbitos de la tontería y del cinismo fue Dulce María Sauri,
emperatriz del desatino. Ella dijo (¡alma mía!) que el actual Secretario de Agricultura podría estudiar detenidamente la
biografía del profesor para aprender que sí se pueden hacer muchas cosas en el campo. Señora Sauri: usted
representa al partido que prostituyó y aniquiló a nuestro campo, ¿con qué derecho se atreven ahora a pasarle la
factura a un régimen que tiene 8 meses de haber llegado?. ¿Y si se callara?.

Cualquier correspondencia con esta columna migrante y milagrosa, favor de dirigirla a

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Gaceta del Angel / ¡Basta de mordidas

Por

Germán Dehesa

(15-Ago-2001).-

Para decirlo beisbolísticamente, ya estamos a tres outs de la victoria. Un, dos, tres por los dioses y todos sus
compañeros. El lunes se reanudan las clases, el caos volverá a las vías rápidas, pero la paz descenderá sobre
nosotros como fervorín (fervorón) de Norberto Rivera. En estos últimos días, la tensión ya es como de sitio de
Estalingrado. Agotados los cursos de verano, terminados los campamentos y los seminarios de karate y buceo, el
cártel de los minirranas lanza su ofensiva final.

En la mañana, no se quieren despertar. Por fin se levantan y exigen desayunar un pelón pelo-rico. Salen al patio a
hacer puras iniquidades. Comen galletas Ritz sopeadas en Gatorade (les digo que son unos cochinos) y, por la tarde,
manifiestan belicosamente su deseo de ver "Schrek" por quincuagésima vez, o por asistir a Six Flags con la noble
intención de contemplar cómo a sus madres se les jaspea el cutis en verde y amarillo por el brutal mareo que
experimentan. Por cierto, me comentan que el Tren Ligero ya fue concesionado a este parque de diversiones para que
¡sigan las emociones, amiguitos!. El final de la jornada no es menos arduo. Los moconetes ya huelen a tornillo, pero
hay que ofrecerles, por lo menos, una concesión satelital para que accedan a bañarse en una tina cuyas aguas
quedarán como del balneario Bahía, o como chocolate Abuelita. Terminada la lustral ceremonia, exigen cenar
espaghetti con mermelada mientras ven en la tele las horripilantes caricaturas de la vaca y el pollito que son, hagan de
cuenta, Manuel Andrade y Roberto Madrazo. Llegada la alta noche, el mismo fervor que invirtieron para no querer
levantarse, ahora lo invierten en no querer acostarse. La Hillary está tomando un complemento vitamínico y usa el
reglamentario chaleco antibalas, pero ni así consigue salir indemne de estas rudísimas jornadas. Ya tiene
osteoporosis en el cerebro.

Está, además, lo del diente. Al comienzo de las vacaciones, el ex-Bucles anunció que ya se le había aflojado. Una
cuidadosa inspección y una evaluación del PUMA confirmaron este diagnóstico empírico. Semanas han ido, semanas
han venido y el diente de leche no acaba de ceder (ha de ser de leche Betty). Conforme han pasado los días, el frutito
de mis entrañas ha ido enriqueciendo la lista de solicitudes que, llegado el momento, tendrá que cumplir el ratón Pérez
(personaje particularmente idiota) a cambio de su piececita dental.

Como es sabido, la vida es inescrutable y, según Rubén Blades, te da sorpresas. En efecto. La Hillary tiene especial
aprecio por sus piezas dentales; de hecho, todavía no las acaba de pagar. A ella, ¡a ella!, se le acaba de caer entero
un premolar mientras ingería un pay de queso. Gerbém: ¿al baydeguesu lebonen albendrash?. Creo que no, le
respondí. No eran almendras, era su costosísimo premolar. El ex-Bucles asistía interesadísimo a esta escena. ¡Clonc!,
hizo la pieza al caer sobre el plato. La Hillary se tapaba la boca como en el teatro Griego. Al ex-Bucles le brillaban los
ojos. Mamita: ¿me prestas tu diente para dejárserlo al ratón y te doy la mitad de lo que me traiga?. La madre negó con
la cabeza, el enano se crispó y yo estoy aquí reseñando los hechos y esperando el regreso a clases como quien
espera a Godot.

Rumbo al Centro

No pudo escoger Federico Reyes Heroles mejor día que hoy, martes 14, para escribir acerca de nuestra creciente
vocación de fealdad. Yo puedo avalar sus palabras con un testimonio todavía fresco e hiriente. Acabo de estar en las
prodigiosas playas de Cancún y mis muy amables contratantes alojaron a la familia Telerín en un hotel que
supuestamente era de gran lujo. En cierto modo, lo era, pero no tenía nada que ver con el paisaje, el clima, el talante
de la región. En Denver hubiera estado mucho mejor. En Cancún, un hotel enteramente alfombrado, con artesonados
y maderas que andan entre early american y ñero tardío es una disrrupción y una rudeza que la costa caribeña ni
necesita, ni solicitó. Para que vean que esto de la estética y el buen gusto no es necesariamente cuestión de tener o
no tener dinero. La casa más humilde puede ser bella y la edificación más onerosa puede ser un adefesio.

Mañana zarpo a Guanajuato y hoy voy rumbo a Palacio Nacional a hacer mi mejor esfuerzo en favor del rescate del
Centro Histórico. Me parece muy sano para la República que las invitaciones las encabecen Vicente Fox y Andrés
Manuel López Obrador. A ver si entre todos, logramos recuperar esa belleza que es nuestra herencia y nuestra
verdadera (y olvidada) voluntad. Luego les cuento.

Cualquier correspondencia con esta columna premolar, favor de dirigirla a germandehesa@prodigy.net.mx o al


Apartado Postal 19-111, Delegación Benito Juárez, México D.F.

Gaceta del Angel / La fuente de Pegaso

Por

Germán Dehesa

(16-Ago-2001).-

El primer paso en la recuperación del Centro Histórico ya está dado: el Palacio Nacional vuelve a estar vivo y vuelve a
ser el ámbito de encuentro entre la sociedad y el gobierno federal. Era triste y ominoso que los últimos regímenes
priístas lo hubieran desertado y, en franca retirada rumbo al búnker de Los Pinos, hubieran condenado ese magnífico
espacio a ser un sordo muro de las lamentaciones populares que se extraviaban en sus impávidas paredes exteriores
y en sus cerrados balcones.

El martes 14 por la mañana, el Palacio recuperó la vida. Yo, que llegué a suponer que, más temprano que tarde, en
ese espacio acabarían poniendo un Costco, o un Office Depot, sentí una enorme alegría al cruzar el umbral y
encontrarme con la fuente del Pegaso limpia, sonriente y con todos sus surtidores repartiendo frescor. Como muchos
de ustedes sabrán, el Pegaso fue uno de los emblemas de la Ciudad de México en la etapa colonial. Frente a la
extraña fiereza del águila que devora a una serpiente (y el trabajo que nos ha costado encontrarla: cuando
conseguimos el águila, no hay serpientes; cuando conseguimos a ambas, el nopal se escasea y cuando hemos
logrado juntar al nopal y a la serpiente, resulta que el águila pidió el día libre y así ha sido nuestra historia), el Pegaso
es un símbolo de la alada imaginación que, contra todo pronóstico, surca el cielo, se salva y nos salva. Por eso me dio
tanto gusto encontrar a la fuente del Pegaso en plena forma.

Muchos hombres y muchas mujeres nos reunimos en ese vasto salón que, durante muchas décadas, sirvió para el
pago de impuestos. Si se escucha con atención, todavía desde sus altas techumbres descienden las quejas
lastimeras de los causantes doloridos. Dicen que es el alma en pena del causante llorón: ¡ayyyyy, mis pesos!, me
cuentan que grita. Nada de eso se oyó el martes 14. En la mesa principal, Carlos Slim, Guillermo Tovar de Teresa,
Andrés Manuel López Obrador, Norberto Rivera, el Bossuet mexicano, Vicente Fox, Jacobo Zabludovsky formando
todos ellos un bello fresco de Bonampak.

Las intervenciones fueron breves y mesuradas. Literalmente a nombre de la Ciudad, de su historia y de su grandeza,
habló Don José Iturriaga que ha leído y ha vivido todas las tribulaciones, fervores, historias, muertes y resurrecciones
de la grandeza mexicana. Nadie mejor que él (y después Carlos Monsiváis que, con enorme agudeza, nos recordó
que el rescate tiene que ser con todo y gente) para recordarnos a los ahí presentes que la restauración del corazón de
México representaba, en este país de rituales y símbolos, un momento especialísimo para la reconciliación de las
inquinas que han desgarrado durante 180 años al México independiente. De tan buena manera dijo las cosas Don
Pepe Iturriaga que todos los ahí presentes entendimos que, en efecto, la revitalización de nuestro país pasaba
necesariamente por la reconciliación de los que somos o nos decimos buenos mexicanos. El silencio formó un
profundo foso. De pie, Vicente Fox y Andrés Manuel López Obrador se vieron a los ojos, estrecharon cálidamente sus
manos. Se desató la tormenta de aplausos. El Pegaso echó a volar.

El Milingazo

Emmanuel Milingo, Arzobispo de Zambia temporalmente retirado para hacer unos trabajitos de campo, nos sale ahora
con que ya lo pensó bien y ha decidido renunciar a los deliquios de la vida conyugal. Y que conste que nada más
llevaba unos meses dándole el gasto a la potente coreanita y visitando los domingos a la familia política. Y que conste
también que todavía no tenía hijos en edad de destrucción y no tenía que partirse el alma y el cutis en procura de
unas felices vacaciones de verano para sus caperuzos zambiocoreanos (prietitos con rayas amarillas como
chirimoyas). El Arzobispo de Zambia se quiere descoreaconyugalizar. La verdad, Milingo se ha visto muy sacón.
Desde Corea pegó la carrera y no paró hasta refugiarse tras las murallas vaticanas. Desde ahí le envió una atenta
misiva a María Sung ex de Milingo y le dijo: amarilla madrecita, cuando recibas esta carta sin razón, entenderás que
ya no estaré contigo el próximo viernes, ni ningún otro viernes (mi regio lector que impulsa el vetado proyecto de "casi
nunca toca" ha de estar feliz); te encargo mi bronceador y mi ropa interior, la bonita. Si me quieres esperar, espérame
en el cielo. La Sung ya se puso bien locota y mantiene estrecha vigilancia en la puerta del Vaticano (a Milingo lo van a
tener que sacar por las catacumbas). Dice María Sung que está embarazada y que se ha puesto en huelga de
hambre. Esto último no le caerá mal y lo primero sí viene a crear un grave conflicto. Sospecho que hay una nueva
variante del virus de Cuitzeo que está dañando a arzobispos y cardenales. De fea manera, se les está botando la
cuiria (y la Curia).

Cualquier correspondencia con esta columna alada, favor de dirigirla a germandehesa@prodigy.net.mx o al Apartado
Postal 19-111, Delegación Benito Juárez, México D.F.

Gaceta del Angel / El sol de Guanajuato

Por
Germán Dehesa

(17-Ago-2001).-

El avión hace escasos 40 minutos entre la Ciudad de México y el aeropuerto del Bajío. De ahí son 15 o 20 minutos los
que se consumen en llegar a la ciudad de Guanajuato. En mi caso, es seguro que la mirada que desparramo por la
agreste y barroca ciudad sería otra, si no mediara la obra de Jorge Ibargüengoitia. Ya sé que no tenemos derecho a
confundir Macondo con Aracataca, el tigre de Borges con ese otro que pasea su aciaga soledad rayada en algún lugar
de la India. De hecho, mi propio hijo, el ex-Bucles, que me acompañó en este viaje, percibe la diferencia y reacciona
con cierto enfado cuando lo detienen en la calle y le hacen la consabida pregunta: ¿tú eres el ex-Bucles?. No, señora,
yo soy Andrés, el ex-Bucles es el que sale en el periódico. Todo esto lo sé, pero no puedo pasear por Guanajuato, sin
encontrarme con los personajes, la atmósfera y el talante que en sus libros y artículos convirtió en literatura el autor de
"Las Muertas", "Estas ruinas que ves", "Dos crímenes" y "Los pasos de López" que son, me parece, las novelas de
más intensa atmósfera guanajuatense en la obra de Ibargüengoitia.

Hay en Guanajuato una cierta sensación de asoleado desaliento quizá atribuible al hecho de que es una ciudad
turística al final de la época de vacaciones. Pero la explicación suena insuficiente. Algo se está momificando en este
hermoso enclave colonial. De pronto, su destino podría parecerse al de las capitales estatales estadounidenses que
se retraen y se ciñen a unas cuantas tareas políticas, burocráticas y académicas y dejan el florecimiento y el gran
desarrollo para otras ciudades del mismo Estado. Aquí en Guanajuato, por ejemplo, todos me hablan del crecimiento y
el cosmopolitismo de León, de Salamanca, de Celaya. Guanajuato parece haber optado por el tiempo de vals. A lo
mejor, todo se debe a que su índice de familias decentes es demasiado alto y la decencia, como bien se sabe,
produce distrofia muscular y espiritual. Todo es muy raro: el acervo arquitectónico, artístico e histórico es prodigioso;
aquí está la bien afamada universidad del Estado (¿cómo es posible que no haya una excelente librería al servicio de
esta comunidad académica?), por aquí pasan nervios muy importantes de nuestra historia, de nuestra política y de
nuestra manera de entender al mundo; aquí en Guanajuato hay mucho talento joven y muchos adultos, mujeres y
hombres, dispuestos a lanzarse a grandes empresas. Y sin embargo, algo languidece. No es por forzar un
paralelismo, pero ¿han visto algún retrato del actual gobernador Romero Hicks?. Tal parecería que alguna vez se
enamoró fallidamente de Libertad Lamarque y que, desde entonces, no ha logrado superar su melancolía. Puede ser
contagio gubernamental, puede ser la ausencia de table dance; a lo mejor se están reservando para el Cervantino,
pero aquí en Guanajuato la vitalidad y la energía corren mayoritariamente por cuenta del sol que, desde temprano, se
avienta como un león sobre los reconcentrados descendientes del Pípila.

Mire, Don Germán, está usted en tierra de mineros. Usted tiene que entender que, para extraer el metal precioso nos
perdemos en las profundas galerías subterráneas y ahí pasamos mucho tiempo; de vez en cuando, salimos a la luz y
traemos un puñado de oro o de plata. Así me dijo un conocedor de la ciudad. Acuso recibo del mensaje y sólo externo
mi deseo de que salgan pronto; de que vengan al sol antes de que sean un suburbio de León. A mí y a mi familia nos
trataron con hospitalaria bondad. Precisamente por eso, no me gustaría verlos momificados. Por cierto, traté de
comprar unas botas Fox y me dijeron que no eran buenas.

Los Mensajes Cruzados

¿Qué está ocurriendo?. Los gobernadores del PRI se le avientan con todo a Vicente Fox. Luego dejan pasar un plazo
prudente para que todo mundo se entere cuál es su agravio y, una vez transcurrido este plazo, se ponen a llamar a
López Dóriga para decirle que ellos no firmaron semejante documento. De cualquier modo, el mensaje llega a su
destino sin producir, aparentemente, más daño que la supuesta autoría intelectual de Arturo Montiel que, hasta la
fecha, no ha sido comprobada, ni lo será, porque, por esas cosas raras de la vida, Montiel el maquiavélico ha pasado
de moda, ha ingresado al amplio archivo de enigmas nacionales no resueltos y, ahora, vuelve a la escena, muerto
Carlos Hank, como el ratón que puede ocupar el trono del león. Bueno.

La Ciudad de México, varias de sus vías principales, amanece inundada de una extraña propaganda perredista que se
lanza con desmedida agresividad contra Vicente Fox. Tan estrafalaria y prematura es esta propaganda, como el
autodestape presidencial de Monreal y el destape, por cuenta de Amalia García, de Andrés Manuel para el mismo
cargo. Lo menos que se puede decir es que los del PRD platican poco entre ellos. Viene a escena AMLO y con finos
argumentos que buscan no lesionar la libertad de expresión, exige el retiro de la propaganda. La autoría de ésta es
reivindicada por el PRD capitalino que "acata" la instrucción del Jefe de Gobierno y dice que, en cuanto tengan un
ratito libre, la retirarán. Preguntas que quedarán sin respuesta: ¿López Obrador desconoce las campañas y
estrategias de su partido en la ciudad gobernada por el propio López Obrador?, ¿si el PRD capitalino va por la libre,
no hay un individuo con nombre y apellido que se haga responsable de una estrategia tan virulenta?, ¿le toca a Carlos
Imaz hacer el papel más bien tristón de Arturo Montiel II?. Mirada a fondo, es la misma estrategia: el desplegado de
los gobernadores priístas y las mantas perredistas, llegado el momento, no tienen padre y, por supuesto, no tienen
madre.

¡Fuera Chalecos!

Hoy toca.

Cualquier correspondencia con esta columna con callejón del beso, favor de dirigirla a
germandehesa@prodigy.net.mx o al Apartado Postal 19-111, Delegación Benito Juárez, México D.F.

Gaceta del Angel / También los hombres reirán

Por

Germán Dehesa

(20-Ago-2001).-

Eso dice Salman Rushdie en su calidad de comentarista de la obra de Helen Fielding, la exitosa creadora de Bridget
Jones. Lo dice, además, como si estuviera poniendo sobre la mesa el argumento más poderoso a favor de esta
escritora que ha sabido reseñar las difíciles aventuras y desventuras del novedosísimo modelo femenino puesto en
circulación en estos últimos años: la mujer todo terreno.

Desde mi nichito cultural, le hago al correteadísimo Rushdie un guiño de comprensión y de solidaridad. Comparto
totalmente el punto de vista que subyace en las palabras que emplea: las mujeres ríen con mayor facilidad, soltura y
desenfado que los hombres que, sin el menor argumento lógico que sustente su opinión, creen que reirse de manera
abierta, frecuente y cordial puede ser señal de tontería, de indefinición sexual, de virilidad postrada, o de falta de
compromiso con los grandes retos de la patria y del mundo. Todo esto, supongo yo, pertenece al programa y a la
dinámica del machismo, porque esos mismos señores que se ponen tan serios y solemnes cuando hay "damas" en
las cercanías, se ríen como estúpidos (que lo son) en cuanto se quedan solos con sus cuates y se dedican a
intercambiar vulgaridades, chistes pleistocénicos y alusiones gastrointestinales o genitourinarias. Entonces sí, gritan,
sueltan risotadas y yo, como en la canción, siento en el alma unas ganas inmensas de llorar.

En "El nombre de la rosa" de Umberto Eco, uno de los temas centrales es, como ustedes recuerdan, la enconada
discusión en torno al tema de si resulta herético o no imaginar a un Dios sonriente. Sin ser monje, imagino que Dios
sonríe con ternura cuando mira las trapacerías y los prodigios de ese género humano que, sin duda alguna, está
todavía en proceso de cocimiento y detalles finales. Mi siempre amigo, Jaime Sabines, participó en esta discusión y
afirmó de modo claro que Dios siempre está de buen humor, porque, al igual que mi amigo el Gordo, es un viejo
magnífico que no se toma en serio.

Si así son las cosas, habría que extenderle a la etnia masculina una licencia permanente para sonreir, para llevársela
leve, para que abandonen su pose de padres de la patria y para que les gane el júbilo ante hechos tan asombrosos
como el de ver a Rodríguez Alcaine esforzándose en hablar (también ha intentado pensar), o el embargo precautorio
del Club Atlas donde, según me cuentan, Paco Gil se llevó hasta los suspensorios de los titulares, o el misterioso
reporte de que tuvimos crecimiento cero (de haber sabido, no hubiéramos trabajado y hubiera salido igual) y tantos
otros prodigios que ocurren en nuestras fragorosas latitudes. Si no somos capaces de sonreír ante desvaríos tan
suntuosos; si nos tomamos en serio, o nos ofendemos porque la Sauri declara que el PRI siempre defenderá a los que
menos tienen (si el PRI los fabricó, su mínimo deber es defenderlos), nada remediaremos, pero sí estaremos
atentando contra nuestra salud esencial. Es lamentable y es real que también en la capacidad de júbilo y agasajo el
sector femenil nos haya rebasado. Me lastima decirlo, pero pocas cosas quedan tan risibles como la seriedad
masculina.

Desventuras del Piropo

En rigor etimológico, tendría que escribirse pyropo, pero ya se sabe que el rigor etimológico y el rigor mortis son casi
vecinos. La palabra se originó en Grecia, pero de ahí pasó al latín (iba con la mira de llegar al norte) y se aclimató en
el español que la empleó para designar genéricamente una piedra preciosa y más específicamente, un carbunclo, o
un granate. Todo va bien hasta el siglo XVI en que aparece un sabiazo que se llamaba Arias Montano que le torció el
rumbo al vocablo y casi lo hizo equivaler a "joya verbal". En el siglo XVII, viene a escena Don Francisco de Quevedo
que, con tal de molestar al mamucas de Góngora, le volvió a torcer el brazo al pyropo para que significara algo así
como locución culterana, exagerada y retorcida. Pero las palabras, como los hombres, tienen su destino y así, desde
la segunda mitad del siglo XVII, piropo vino a significar requiebro, frase halagüeña, homenaje verbal a los encantos
reales, adivinados, o supuestos de una mujer. A partir de 1970 (aprox.) el juego, muy justamente, se volvió de ida y
vuelta y todos fuimos muy felices. Los hombres arrojábamos una flor y las mujeres devolvían una verdurita. Fuimos
felices hasta hace unos días. Un disminuido cerebro sinaloense llegó a la conclusión de que piropear era una
emboscada forma de acoso sexual (tarás tonto, tarás loco, tarás borracho) y, acto seguido (expresión también
sospechosa) procedió a considerar que constituía un delito merecedor de castigo. ¿Para eso elegimos a estas
acémilas?, ¿no tendrán mejor cosa que hacer?. Primero aparece Nachito Loyola dispuesto a fulminar a todos los que
echamos madres en la vía pública (para luego irse a un chileno "café con piernas" y entregarse a la depravación en
compañía de Murat). Ahora surgen los censores sinaloenses que prohíben el piropo. Si quieren, ya no hablamos, hijos
de su Pichardo Pagaza.

Cualquier correspondencia con esta columna que tuvo decrecimiento cero, favor de dirigirla a
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Gaceta del Angel / Niños trabajando

Por

Germán Dehesa
(21-Ago-2001).-

Parece aracuán. Entre aracuán y cucaburra. Todo esto, de sobra está decirlo, ocurrió con la activa complicidad de la
progenitora. Tanta y tan costosa labor para crearle una imagen y "posicionarlo" en el mercado como "el Bucles" ya se
fue al caño. El primer paso, ya reseñado, fue presentarse a la peluquería y solicitar que lo dejaran como Bruce Willis
(crecimiento cero). Los rizos cayeron al suelo de donde fueron recolectados por la fetichista madre que los conserva
como si fueran el vello axilar de Santa Paula de Mompracem. Yo, con la serena sabiduría que es la médula de mi
constitución espiritual, lo tomé con calma, pues entendí que el paso del tiempo volvería las cosas a sus naturales
quicios. Así sucedió. El pasado jueves, en la cabeza de mi benjamín ya apuntaban los nuevos rizos. El sábado,
dejaron de apuntar. Con la frágil coartada del regreso a clases, el minimosh fue conducido a la peluquería donde un
implacable "estilista" le confeccionó un corte como de cheyenne hongueado. Los entendidos me dicen que ese corte
se llama "los picos del diablo" y el nombre es correcto. Supongo que madres y padres que me honran con su lectura
han pasado ya por trances similares y entienden mi dolor y mi estupefacción. Ustedes ya habrán tenido que lidiar con
hijas e hijos que aparecen con la cabeza como Sierra Madre Occidental, o con anillos en el ombligo, o tatuajes en la
cola. Lo peor es que la voluntad democrática y la moderna psicología nos prohiben desheredarlos y agarrarlos a
zapes. ¿Fue tu gusto, mijito?, muy

bien, mijito; ¿qué cómo te ves, mijito?, eso es lo de menos, mijito, eso, si quieres, te lo dejo por escrito en el
testamento; pero lo que importa es que tú te sientas libre y a gusto. Dicho esto, hay que encerrarse en el baño y
morder una toalla, para que no se oigan los airados gemidos.

Parece aracuán, pero ya entró a clases. Reconozco el valor. No cualquiera se presenta en una escuela nueva con ese
peinado. Desde las seis de la mañana ya estaba listo para irrumpir en el mundo académico. A las siete con treinta, se
fue a despedir de mí. ¡Ay, güey!, dije cuando abrí los ojos y vi al heredero de mi ilustrísimo apellido caracterizado
como rapero del Centro Histórico. ¿Verdad que se ve lindo?, preguntó la madre que algún día será juzgada por la
historia. Me reservé mi respuesta, pero le di al pequeño un intenso abrazo intergeneracional y le dije: espero, pequeño
integrante de las FARP, que tengas un feliz regreso al trabajo, porque es importante que en el interior de tu cabeza,
del exterior no hablamos, entiendas que trabajar es lo más divertido que hay en esta vida y que, por ahora, tu trabajo
es estudiar bien para que algún día te conviertas en un ser lo suficientemente productivo, como para que puedas
formar una familia y pagar la peluquería de tu hijo.

Entre edificado y extrañado por mi breve discurso, el nanopunk asió su mochila y, de la mano de su Yocasta
particular, emprendió, con el corazón intrépido, el camino que lo condujo a la laboriosa pre-primaria.

Finalizaron las vacaciones, principia el trabajo. Los niños ya están en eso. Los adultos, con pelo o sin pelo, tendríamos
que hacer lo propio. ¿No crecimos?, pues vamos a ver cómo le hacemos para crecer. Llorando y grillando y
maldiciendo no creo que vayamos a llegar muy lejos.

Nuevita Perón

Tal pareciera que México no tiene ninguna bronca importante y por eso inventa, una después de la otra, broncas
ficticias. Quizá la explicación es otra: precisamente por ser tan acuciantes y tan aparentemente insolubles nuestros
problemas, nos demoramos en la invención, especulación y análisis de las deslumbrantes elaboraciones del
imaginario colectivo. Una de ellas está adquiriendo particular fuerza: Marta Sahagún como extemporánea sombra de
Evita Perón y sus fervorosas legiones de descamisados. ¿Será?.

Creo que, para bien o para mal, el fenómeno de Evita Perón es irrepetible. Cuando ella surge, Argentina era una
nación superavitaria y con un mandatario urgido de legitimación. No concurren en el presente mexicano ninguna de
estas dos características. Por más que imagino, no alcanzo a ver en alguna marquesina de Broadway el futuro estreno
de "¡Martita!". Lo que veo es a una mujer que no se resigna a la quietud decorativa. Esto siempre ha espantado a los
meshicas de la etnia masculina. Alguna vez lo conversé con Rosario Castellanos: para el hombre mexicano, la mujer
perfecta, la plenamente virtuosa, es la amada inmóvil, la que se está quietecita donde la deja su dueño y señor, la que
no piensa ni decide por su cuenta. Tengo entendido que en México ese modelo tiende a desaparecer. En buena hora.
Es horrible convivir con un mueble. Marta Sahagún anuncia que va a hacer algo por el bien de México. Pues que lo
haga. Condenarla por el mero anuncio, o porque quiera hacerlo con el máximo de calidad y alcanzando a la mayor
cantidad, me parece una tontería enorme. Bienvenida al trabajo, Doña Marta. Si usted evita sentirse Evita, nosotros no
tenemos por qué evitar, coartar o sentirnos amenazados porque usted quiere ayudar. Si las cosas van de otra manera,
ya se lo haremos saber, pero por lo pronto, nos toca trabajar.

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Gaceta del Angel / Me canso que hay proyecto

Por

Germán Dehesa

(22-Ago-2001).-

Tan lo hay, que ya nos cansamos. Un día escaso le duramos a Don Reyes Taméz. La solidaridad familiar ha llegado a
su plenitud. A las tres de la tarde, el Mohicano (antes exbucles) comenzó a toser como foca hambrienta; a las 15:30,
intenté hablar con su recia madre, pero su discurso era un manual práctico de gangoseo instantáneo (ser zipizape y
hablar gangoso es un excesivo lujo verbal: de lo zubligo, do be boleztez, borgue be ziendo dodobrar). A las 16:00
horas, su Charro Negro se convirtió en perro café y a las 17:00, la tormenta Chantal entró a la casa y arrasó con todo.
Cada quien habló con su médico y a los tres nos diagnosticaron bronquitis, infección en vías respiratorias altas y
probable pulmonorrabia. Antibióticos tipo misil, expectorantes, febrífugos, antinflamatorios, hectolitros de agua y
reposo, mucho reposo. A las 20:00 horas los tres cochinitos ya estaban en la cama en un reñidísimo torneo de
quejumbres. Tosíamos, estornudábamos, nos sonábamos y luego descansábamos un rato. Parecíamos familia
kosovar ya muy bombardeada. Aunt Jemima se asomó, vio la patética escena y dijo con voz de Pompín Iglesias: ¡qué
bonita familia!. Nadie contestó. ¿Van a cenar algo?. Yo no, mi buena y fina Jemima, yo me voy a morir al rato y no le
veo caso a desperdiciar comida. ¡Usted no se va a morir!, ¡usted tiene que vivir porque nos tiene que mantener a
todos!, me contestó la levantisca Jemima. En la gloriosa edad media (o en tiempos del PRI) un diálogo así hubiera
sido impensable. Ni modo, Jemima, pero ya lo tengo decidido, en cuanto acabe el programa de "Los hombres de
negro", ingreso de lleno al crecimiento cero; te suplico, amadísima mucama, que te vayas poniendo en contacto con
Don Norberto Rivera para que me prepare una oración fúnebre tipo Hank, pero más garigoleada. Tasté loco,
respondió y procedió a retirarse. Como es usual, la mujer tuvo razón: no me morí (yo creo), a pesar de que vi con
Andrés una idiotísima película de canguros que originalmente estaba en inglés, pero que la heroica madre traducía al
gangozipiñol. Terminó la película y en un operativo sorpresa, me adueñé del control de la tele y le pasé a canal 11
para ver "Primer Plano". ¿Quiénes son esos?, preguntó el Mohicano. Son pokemones en su última evolución, le
expliqué al minidoliente que optó por retirarse a agonizar en su recámara. Llegado el momento, los tres nos
entregamos a un sueño inquieto, tosijiento y febril. Como indulto divino llegó la mañana. Yo, supuestamente, tenía que
ir a Los Pinos con Leticia Navarro, mi funcionaria favorita, a la presentación de los nuevos proyectos turísticos (¡me
canso que hay proyectos!). Esto fue a las 8:30. Yo, con muchos trabajos, me desperté a las 10:00. ¿Góbo
abadezizde?, me preguntó mi damnificada cónyuge. De la shingeé, respondí en perfecto francés. Dozodroz dambién,
me contestó. Sin embargo, aquí estoy enviando esta carta de náufrago para avisar que ya aflojamos la duela de tanto
toser, que ojalá y manden víveres. Me canso que hay proyecto.
Huracán de Mentadas

Lo que me faltaba. Creo que sólo Fox y yo hemos conseguido el repudio unánime de los tres partidos políticos
relevantes. De Tabasco me escriben los pristomadracistas para decirme que sólo un perredista infecto como yo puede
poner en duda la honorabilidad de Madrazo y las heroicas dimensiones de Andrade. No tengo nada que responder: si
se equivocan al darme de alta en el PRD, es muy posible que se equivoquen en sus otras dos apreciaciones.

Todavía no se me cae la pintura amarilla, cuando comienzan a llegar las maldiciones por el flagrante panismo que
demostré con mi sacrílega comparación entre Montiel e Imaz. Acepto que estuvo fuerte, pero invito al PRD del DF a
que haga una sencilla prueba de campo: en alguna concurrida arteria capitalina, coloquen mantas que digan "¿Ujté
votó por ejto?" y pongan en ellas un retrato de AMLO con o sin toalla. ¿Cómo les iría?.

El remate merece un punto y aparte. Una biliosa alma en pena me escribe para comunicarme que, cada vez que me
lee, vomita sangre (¿y si probara a no leerme?). Me dice que no entiende (se ve que entender no es su fuerte) cómo
no vivo en perpetuo estado de agradecimiento con el PRI, pues, según él, todo se lo debo al tricolor y, para
demostrarme esto, no encuentra mejor prueba que mi dinosuegro. El razonamiento de mi regocijante corresponsal no
es muy correcto. Es como si yo lo juzgara por el comportamiento de su mamá, a quien no tengo el gusto. Querido
muchacho: son cuentas separadas; pero, además, a mi suegris lo admiro y lo estimo por dos razones nada materiales:
porque jamás ha influido ni en mi chequera, ni en un sólo renglón de los que he escrito y, sobre todo, por el acendrado
amor que tiene por su mohicano nieto. Quizá sea difícil de creer, pero me equivoco por mi cuenta y cuando ¡oh,
maravilla!, le atino también es por mi cuenta. Ojalá y resucitaran Gutiérrez Barrios y Hank para no estarme peleando
con enanos.

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Gaceta del Angel / ¡Nombres, Nombres

Por

Germán Dehesa

(23-Ago-2001).-

PAN. En la mitología clásica, Pan era un diosecillo no demasiado relevante (de media tabla, se diría en términos
futbolísticos).

Vivía en los bosques, vergeles y espesuras. Además de tocar la flauta, no tenía otro oficio conocido. El cargo de
tráfico de enervantes vegetales jamás se le comprobó. Era asustadizo, timorato y dado a la fuga (como Bach). A la
posteridad le dejó su condición siempre huidiza y un adjetivo: pánico. Si alguien siente un temor desmedido e
irresistible, diremos que tiene un
miedo pánico. Por alguna razón el adjetivo se volvió sustantivo y la gente comenzó a decir que tenía pánico de esto o
de aquello. Luego llegaron los meshicas de florida lengua y dieron en la loca manía de emplear los verbos empanicar
y apanicar que son francamente horrendos, injustificados y cursis, aunque, según se oye, están poniéndose de moda
en los círculos más elevados.

ROBERTO GOMEZ BOLAÑOS. En mi infancia, el tope de la moda entre "la gente menuda" era usar camisas con un
cuellote almidonado que se extraía y doblaba, como alas del Concorde, por encima del suéter o chamarra. A la vuelta
de cincuenta años, veo en la televisión al afable e inteligente Roberto Gómez Bolaños vestido precisamente como en
aquella estampa de mi memoria infantil. Si consideramos que Enrique Bermúdez lucía camisa negra y corbata de zinc
galvanizado, se verá que en este país cada quien se viste como se le da la gana, aunque yo, por mil afinidades,
prefiero el nostálgico estilo Chespirito quien, como suele suceder, estuvo oportuno, sagaz y divertido. Le agradezco
los recuerdos.

JUAN RAMON DE LA FUENTE. Yo le hablé para otra cosa, pero él aprovechó el viaje y del modo más gentil me
señaló que no era correcta mi pobre apreciación del dictamen que el PUMA elaboró

sobre el impacto ambiental que, sobre Tizayuca o sobre Texcoco, pudiera tener la construcción de un aeropuerto. Ya
en franco plan de venganza, me envió una copia del estudio y me dispongo a leerlo, si no con regocijo, por lo menos,
con mucha atención. En algo tiene razón el Rector: no es competencia de la UNAM tomar una decisión que
corresponde al gobierno federal; su tarea fue allegar datos que iluminaran esa decisión que, de tanto diferirla, ya entró
en descomposición. Ahora bien, si por cada opinión que vierto, me van a obligar a leer un informe científico, creo que
voy a adelantar mi

jubilación.

CARLOS FUENTES. Muy bien que estuvo en la presentación del proyecto Nacional de Cultura 2001-2006. Fue
elegante y fue claro. No estamos pidiendo becas, dijo, y en el antiguo patio se escuchó un ahogado sollozo de la
intelectualidad (¡nosotros sí!, parecían decir). Fue emocionante recordar todo lo que es un libro, todo lo que se pierde
cuando no hay lectores y todos los amaneceres futuros que se crean cuando los libros, espejo y ventana, circulan y
encuentran a sus lectores. Sari Bermúdez pasó de modo muy airoso su primera prueba pública y Vicente Fox no se
apanicó (¡qué verbo!) y anunció que, si en algún siglo de éstos, aprueban la reforma fiscal, a los libros no se les
cargará el IVA. Provisionalmente me parece bien, pero me gusta imaginar que algún día tendremos tantos lectores y
tan eficiente industria editorial, que el IVA no

será problema.

¿Y Cómo Sigues?

Compruebo con tristeza que nadie pregunta y que a la mayoría le interesa infinitamente más el drama del equipo
Universidad (¡Cisma en la UNAM!, decían los cronistas de Televisa que se esmeran en ignorar lo que significa cisma)
que la salud y buena ventura de su Charro

Negro. Y es que pasa lo de siempre, el amor se va volviendo costumbre, luego indiferencia y luego el crecimiento cero
del interés y la pasión (ando muy sensible).

Como nadie me pregunta, me apresuro a contestar: voy mejorando pero muy lentamente. De hecho, hoy iba a ir a la
Ciudadela a la presentación del PLANSARI, pero en la alta noche, la Hillary se puso a enseñarme las viejas
fotografías de su familia de Mexicali y me volví a colapsar. Tuve que resignarme a ver por televisión el esperanzador
encuentro. De algo sirvió mi postración matutina, pues pude leer con calma en

"Reforma" un artículo titulado "La alternancia es también mental" de Luis F. Aguilar. Es impecable. Nos dice que
queremos el cambio, pero no cambiamos de mentalidad; que votamos para tener un presidente acotado y, una vez
que lo logramos, nos enfurece que el Presidente ya no sea omnipotente. Si no lo leyeron, léanlo; es muy efectivo y
esclarecedor. Alivia mucho. Alivia hasta la invasión de virus michoacanos que tengo en los pulmones y zonas
conurbadas. Tardaré en sanar tres meses, pero ustedes no se preocupen, ya estoy impuesto a la fría indiferencia
urbana. Dehesa sufre.
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Gaceta del Angel / Paz de hogar

Por

Germán Dehesa

(24-Ago-2001).-

Esto lo estoy escribiendo en mi tercer día de confinamiento bronquial y obligatorio. Necesitas quedarte unos días en la
casa para que descanses, estés tranquilo, te recuperes poco a poco, te relajes, te olvides de la agenda enloquecida
que traes y nadie te moleste, me dijo la Hillary caracterizada como Florence Nightingale, la madre de todas las
enfermeras. La propuesta me sonó razonable y decidí obedecerla. ¿Vieran qué paz reina en un hogar mexicano?. A
las 7:30 el mohicanito que ya se repuso de sus males se va gorjeando a la escuela. Su madre lo lleva y para ello se
coloca unos atuendos inverosímiles y asume un aspecto general de Doña Macabra. Regresa, se da una arregladita
(así dicen) y sale como enloquecida a su curso de Terapia Kundalini para exfoliación cutánea. Yo quedo a merced de
las fuerzas de la naturaleza.

Tengo una bata como de Mauricio Garcés que alguien me regaló en algún arranque de odio. Tengo también una
turbadora pijama con planas de periódico estampadas que me regalaron en "Mural" de Guadalajara. Con ellas
puestas, vago como ánima en pena por todo el hogar y no encuentro ni mi lugar, ni mi sosiego. Ahorita no se vaya a
bañar porque estoy usando la lavadora. Pero yo no me baño en la lavadora. ¡Ya sé!, pero la lavadora jala toda el agua
caliente y allá arriba sale bien fría y luego, de golpe, sale hirviendo y se le arden las nachas (este asunto tengo que
consultarlo con Lorenzo Meyer). Ya llegó el señor de la tintorería. Muy bien, acuéstelo en mi cama y entréguense al
erotismo. Tampoco me conteste así, es que la señora no dejó dinero. ¿Ya murió?. ¡Ay, de veras que los hombres
son!, no dejó dinero para pagar la tintorería; tenga, le traje su cartera. ¿Puedo pasar la aspiradora?. ¿Siempre pides
permiso para pasar la aspiradora?. No, pero es que hace un ruidal y, además, en un descuido y lo aspiro con todo y
pantuflas. Mira, ebúrnea doncella: en esta casa yo hago el humor y tú pasas la aspiradora, ¿te parece?. Pues sí, pero
necesito que se pase a otro cuarto. Que si vamos a querer que fumiguen todo. Es un secreto deseo que atesoro
desde mi infancia. ¿Sí o no?, ahi está el señor que siempre fumiga. ¿Y tiene que fumigar precisamente hoy?. Yo digo
que no. Y entonces ¿para qué me preguntas?. Porque usté es el que manda. ¿Tengo cara de que necesito una
fumigación, o más bien parece que ya me fumigaron?. Lo segundo. Pues entonces, dile que yo mando que vaya a
fumigar a su madre. ¿Cómo cree que le voy a decir así?. Porque yo mando. Sí, pero no tanto. Entonces, nomás dile
que no y, por favor, prepárame un café. ¡Osh!. ¿No se ofreció nada?, ¿pudiste descansar?. Maravillosamente, ¡oh,
amada consorte!, te llamó tu amiga Lupita, habló un señor para ofrecerte una tarjeta de crédito. Tenga, le traje su
tecito. ¡Me lleva!, habló otro que nos regala un viaje todo pagado a Guayabitos con la condición de que compremos un
lote de diez mil metros cuadrados y un cuate que quiere que hables conmigo para que me convenzas de dar una
conferencia gratuita a favor de los bizcos de Nayarit; las otras cien llamadas te las apunté, pero ya perdí el papelito.
¿Te sientes mejor?. ¿Por haber perdido el papelito?. No, idiota, mejor de salud. Lo ignoro, mujer alabastrina, pero de
algo sí estoy seguro: un día más de felicidad hogareña y el sábado me entierran en el rancho "Don Catarino". Nadie
comprende lo que sufro yo.

Por Mi Raza
Durante tres años, Juan Ramón de la Fuente tuvo el discutible honor de ser mi alumno. No sé si gracias a mi
enjundioso magisterio, o a pesar de él, resultó un hombre constructivo y bien hallado consigo mismo. Según ha
quedado consignado en esta página, hace poco platicamos largamente. ¿A poco es tan difícil conseguir un buen
entrenador de futbol?, le pregunté y procedí a ilustrar lo dicho con una anécdota: cuando estaba yo en primaria, caro
Rector, yo alineaba en la tercera fuerza y nuestro entrenador era el maestro Ruano. Sus instrucciones eran precisas e
inapelables. Mira, Dehesa, vas a entrar y te paras en la media cancha y te dedicas a estorbar a todos los que quieran
avanzar a nuestra cancha. Es lo único que hace falta: instrucciones precisas. Me paraba a media cancha y estorbaba
yo de maravilla. Y lo sigues haciendo, me dijo el muy respetable y muy méndigo Rector. La verdad, yo esperaba un
mejor trato, pero allá él y su conciencia. El que se ríe se lleva. Pronto mi espíritu le hará saber cuál es mi raza. Por
cierto, ya estoy leyendo el dictamen del PUMA sobre el impacto ambiental de la construcción de un aeropuerto. El
"Ulises" de Joyce es mucho más sencillo. Ya no se puede confiar en nadie.

Milingos de Todos los Países

¡Uníos!. Hoy Toca.

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Gaceta del Angel / Viviré con su nombre

Por

Germán Dehesa

(27-Ago-2001).-

...morirá con el mío. De este modo poético, ambiguo, interesante, se titula el último libro de Jorge Semprún (Ed.
Tusquets). Emplea magníficamente las estrategias de la novela, pero no es una novela; por lo menos, yo no lo he
leído como tal. Lo he leído como, en su momento, leí "La esperanza" de Andre Malraux, o "Tierra de hombres" de
Saint Exupéry; es decir, como testimonios; como minuciosos trabajos de la memoria que con prosa magistral rescata
del tiempo lo que merece seguir estando vivo, lo que siendo pasado puede ayudar a dibujar el contorno del futuro.

A los 20 años, Semprún, nacido en 1923, ya conoció la derrota en la Guerra Civil española, ya ha ido a Francia y ya
ha pasado por la experiencia de asumir una doble vida como aventajado estudiante de filosofía y como colaborador de
la Resistencia francesa contra los nazis. El jovencito, lúcido e indómito, es apresado y es enviado al campo de
concentración de Buchenwald que es un infierno situado a escasa distancia de Weimar, el santuario de Goethe.
Imagina, lectora lector querido, la convivencia del luminoso espíritu de Goethe con la ominosa chimenea del horno
crematorio. A diferencia de otros lugares como Dachau, en Buchenwald el exterminio no es inmediato. Los prisioneros
fabrican armas para los nazis en condiciones tan indignas, tan bestiales, que su agonía, su total agotamiento consume
varios meses; los que hacen falta para que llegue una nueva remesa de prisioneros. De todo este infierno, impensable
para Dante, Semprún ya nos ha contado en otro libro titulado "La escritura o la vida". En su nueva obra, el ex-ministro
de cultura española reconstruye, como en las tragedias clásicas, un sólo día: un domingo en Buchenwald. No es un
domingo cualquiera. El joven prisionero español está en peligro. Alguien le ha dicho que de Berlín llegó la orden de
ejecutarlo. La única manera de salvarse es buscar a algún prisionero que esté por morir y que tenga similitudes físicas
con el españolito. Es admirable y conmovedor ver cómo estos seres atropellados y sin esperanza se organizan a favor
de la vida. En la enfermería hay un joven latinista francés que está expirando. Será cosa de pasar la noche en la
morgue (la bodega infame de cadáveres) en compañía de "su" muerto y aguardar a que se haga el cambio de
identidades.

Lo demás, espero, lo leerán ustedes. Paradójicamente, es un libro brutalmente vital. Un pasaje me parece
especialmente pertinente en el México actual. Los condenados de Buchenwald leen y leen muchísimo. Es su modo de
aferrarse a la vida. Cuando la pesadilla termine, los que llegaron a liberar el campo encontraron una biblioteca de ¡13
mil volúmenes!. El propio Semprún nos cuenta cómo en medio de los miasmas, al lado de la muerte omnipresente y
con el horno convirtiendo en humo al que ayer era mi amigo, pudo leer a Kant y a Faulkner. ¿Y los mexicanos, por qué
no leemos?. ¿Será por el IVA?, ¿será porque son muy caros?, ¿más caros que en Buchenwald?. ¿Quieres el
cambio?, cambiemos nosotros y, por ejemplo, otorguémonos la vieja felicidad de la lectura.

Una Señora Mayor

En la Facultad de Filosofía y Letras de la UNAM, la población femenina es abrumadoramente mayoritaria. Los


escasos representantes de la etnia machirrina vivíamos literalmente a la sombra de las muchachas en flor. Entre éstas
destacaban de modo aromado y relevante las Valdés, mejor conocidas como "las Modigliani" por su largo cuello y por
su rostro que era un óvalo de perfecta belleza. Los que en aquellos años constituíamos la perrada nos resignábamos
a verlas pasar con la plena conciencia de que tan perfectas pulgas jamás brincarían en nuestro rústico petate. Por eso
eran famosas las Valdés. Por eso y por Doña Renée, su elegante y bondadosa madre. Vivía en la casa más bonita y
singular de San Angel y entre la astrosa grey estudiantil era cosa sabida que cuando Baco nos llamaba con
desesperado grito, a nosotros que vivíamos en el lujo de la miseria, lo conducente era llevarle serenata a Doña
Renée. Hacia la tercera canción, allá en las alturas se abría un elegante postigo y, como regalo de las deidades
paganas, descendía, sostenida por una cuerda, una canasta con botanitas y dos o tres botellas. Muchas noches de
alegre disipación (en aquellos tiempos bastaban tres tragos de vermouth para disiparse) fueron patrocinadas por Doña
Renée a quien yo tantas veces vi caminar mimbreña y elegante cual Duquesa Job rumbo a la misa matutina en San
Jacinto. Era (es) un encanto. Nunca dejó de regañarme por mi hablar veracruzano y nunca dejó de morirse de la risa
mientras me oía.

Su hija, Ana Luisa Valdés (Güichita Falls) me anunció hace algunas horas esa muerte que Doña Renée ya había
previsto cuando dijo: creo que no voy a morir de muerte natural, sino de alguna enfermedad. Así fue. Como yo no sé
asistir a los sepelios, aquí estoy con mis recuerdos ateridos y mi presente enjuto. Estoy seguro de que si reúno a mis
amigos y nos ponemos a cantar, la lluvia cesará y desde lo alto descenderá una festiva canasta con bocadillos y
botellas. Salud, Doña Renée.

Cualquier correspondencia con esta columna sobreviviente, favor de dirigirla a germandehesa@prodigy.net.mx o al


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Gaceta del Angel / El plan Veracruz-París

Por

Germán Dehesa
(28-Ago-2001).-

Entre las cinco y las seis de la tarde del domingo, las almas desalentadas, casi yertas, tocan el blandísimo fondo del
hastío. No sentir esto es un aviso casi infalible de que no se tiene alma. Si además llueve con burocrática pachorra y
los minutos escurren como lágrimas inútiles, entonces el desanimado ánimo susurra: si tuviera yo fuerzas, me bebería
entera una botella de brandy nacional y terminaría con mi vida. Y entonces, todo a un tiempo, se asoma Jemima y me
dice con el teléfono en la mano y sin tapar la bocina: quesque le hablan de París, ¿está usted?. Mientras le hago a
Jemima señas penadísimas por el Congreso queretano, tomo la bocina y escucho una voz que se expresa en perfecto
español, aunque con levísimo y nostálgico dejo de intervención francesa. Señor Dehesa, sé que está usted en su
descanso dominical (yo no siento que estoy "descansando"; me siento más bien y más francesamente como si yo
fuera un pathé gigante forrado de gelatina), pero nuestros radioescuchas franceses agradecerían mucho su opinión
sobre un tema de enorme interés para la opinión pública de nuestro país. Aquí mi fonoentrevistador francés hizo una
breve pausa que yo aproveché para organizar a mis desbalagadas neuronas y para intentar adivinar qué asunto
mexicano podría tener en vilo a la sociedad francesa: ¿la madruboda?, ¿el narcomuégano?, ¿el foxiatorón?, ¿el
Pumatruene? (éste lo deseché casi de inmediato), ¿el Tatidrama?. No fue nada de eso. Fue algo todavía más exótico.
Señor Dehesa: ¿qué nos puede decir acerca del plebiscito en Veracruz?. No me desmayé porque soy muy hombre,
pero por más que obligué a mi imaginación a que hiciera su mejor esfuerzo, no logré figurarme a la ciudadanía
francesa llena de angustiada curiosidad reuniéndose en los cafetines de la orilla izquierda y preguntándose: ¡Oh, mon
Dieu!, ¿qué habgá pasadó en el plebiscitó de Vegacgouz?. De cualquier manera, no era cosa de quedarse callado y,
en pleno y lujuriante realismo mágico, me aventé un rollo como de diez minutos. Me sentía yo Miss Veracruz: mi
Estado es rico en historia lo mismo que en bellezas naturales, en tesoros arqueológicos y en sitios llenos de magia
que están esperando con los brazos abiertos al turismo extranjero... por ahi me fui y, del otro lado de la línea,
escuchaba yo una especie de estertores que emitía mi entrevistador. Como mi ángel de la guarda no conoce el
descanso dominical, ya había acudido en mi auxilio pues, de puritita casualidad, esa mañana había puesto ante mis
ojos un minucioso texto acerca del famoso plebiscito. En un instante que me tomé para respirar, el entrevistador
francés me tomó Puebla a la voz de: agradecemos mucho sus valiosos comentarios y, si usted está de acuerdo,
seguiremos otro día platicando sobre los asuntos mexicanos que tanto preocupan a los franceses y que usted tan
bellamente explica. Yo puestazo, le dije (recuerden que era domingo y el ocio me asediaba). Si el pobrecito supiera
que no participó ni el 10% y que, como el Estado ya se inundó, las urnas navegan rumbo al Golfo. Pero estos son
detalles menores. Lo importante es que he inaugurado formalmente el plan Veracruz-París.

Los Señores Potosinos

Con el trabajo que me costó apaciguar a la Señora Potosina (supongo que ya ingresó a un convento de clausura, o a
un table dance clausurable), me aparecen de inmediato dos relevos dispuestos a perforarme el hígado. De hecho, el
primero se autodesigna "el Señor Potosino" y me dice que cómo me atrevo a molestarme por la negativa del PAN a
aliarse con el PRD en la contienda tabasqueña, si yo fui el primero en quejarme por la

terca negativa de Cárdenas a hacer un frente común con Fox. Pues precisamente por eso, mi querido potosino; vaya
en el sentido que vaya, la falta de acuerdos entre los sectores de oposición siempre facilitará las tareas de los dueños
del balón (los exdueños del exbalón). Además, estimado corresponsal, está fresco el recuerdo de la exitosa alianza en
Yucatán. Si nada de esto le convence, le puedo decir que reivindico mi derecho a la efusión de mi muy personal y
respetable bilis.

Otro corresponsal trabaja en CEMEX y de ello infiere que si Hugo Sánchez no regresa a Pumas, éstos jamás tendrán
la eficiencia, productividad y proyección internacional de la empresa en la que él trabaja. Mi cortedad de miras me
impide adivinar la secuencia lógica que nos lleva de una fábrica de cemento a un equipo de futbol. De cualquier
manera, le comunico a mi corresponsal que, dada su condición de divos, su inestabilidad emocional, su avidez de
figuración y de riqueza, su instrumentalización en servicio de los intereses mercantiles, su reiterada debilidad por las
drogas, su desbordada y lastimosa egolatría; los deportistas profesionales hace mucho que dejaron de ser (si alguna
vez lo fueron) "ejemplos para la juventud". Le digo algo peor: puesto que toda biografía es irrepetible, nadie es
ejemplo para nadie. Los mejores padres pueden tener hijos truhanes y a la sombra de los "peores ejemplos" crecen
seres valiosísimos. Intensidades aparte, me da mucho gusto que CEMEX sea una gran empresa e igual gusto me
daría que Pumas recuperara esa entereza que ya tenía cuando Hugo Sánchez ni siquiera jugaba. Agradezco los
disentimientos y, si son inteligentes, todavía más.
Cualquier correspondencia con esta columna en forma de torre Eiffel, favor de dirigirla a
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Gaceta del Angel / El marciano

Por

Germán Dehesa

(29-Ago-2001).-

Poco antes de que muriera, Ikram Antaki me comunicó una de sus congojas más profundas: aunque viviera 100 años,
no le iba a dar tiempo de leer todos los libros que ella consideraba imprescindibles. Escuchar esto y recibir, semanas
después, la noticia de su muerte fueron dos acontecimientos que me obligaron a revisar mi muy propia, muy durable y
muy apasionada relación con los libros. Organicé una junta conmigo mismo y con mis variadísimos fantasmas y, tras
mucho cabildeo, llegamos a un "consenso": nadie sabe, y creo que no es importante saber, cuántos libros, cuántos
amaneceres y cuántos abrazos le depara la vida; lo importante es no dejar pasar ninguno. Si el asesino llega, que nos
sorprenda en un abrazo (para horror de la abrazada), en un amanecer, o, como en el cuento de Cortázar
("Continuidad de los parques"), con un libro en la mano. Como queda una mano libre, no es imposible imaginar que
las tres felicidades concurrieran. Pero yo no quería hablar de esto, sino de uno de los libros que pude visitar en mi
reciente semana de convalecencia. Se titula "El blanco móvil" (Curso de periodismo) y su autor es Miguel Angel
Bastenier (Ed. El País). Don Bastenier es periodista, maestro de la propia materia y alto directivo de "El País", ese
admirable periódico. Creo que para esos jóvenes que ya se preparan a hacer sus votos de pobreza, desobediencia y
total falta de castidad, imprescindibles para todo periodista que quiera hacer carrera, la lectura de estas lecciones
vivas de periodismo puede ser útil y disfrutable.

No es mi caso. Mi juventud ha pasado a ser virtual. Todas las noches la guardo en el refri y cada mañana me la pongo
con maniobras semejantes a las que realizan las mexicanas petaconas para caber dentro de unos jeans. ¿Las han
visto?, ¡se los ponen acostadas! y con movimientos de iguana moribunda, jadeos enormes, sudoración profusa y lucha
a muerte con el cierre. Así me pongo yo mi menguante lozanía.

En tan crepusculares condiciones, me pongo a leer el libro de Bastenier y descubro, con 30 años de retraso, que el
90% de mi trabajo periodístico está mal hecho. ¡A buenas horas!. Expongo un solo caso: dice Bastenier que un trabajo
periodístico bien hecho tiene que estar al alcance de un marciano que acabase de llegar a la tierra y que sólo
conociera el idioma en el que está escrito lo que va a leer. El marciano no tendría que necesitar ninguna ayuda
externa y le deberá bastar el contexto y la limpia redacción de ese artículo que está leyendo, para entenderlo todo con
claridad.

Cerré el libro e imaginé al marciano. Era igualito a Trino Camacho pero más verde y dibujado por él mismo. Lo
imaginé leyendo un artículo mío. No sé cómo sollozarán los marcianos, pero éste comenzaba a sollozar desde el
primer renglón mientras con voz metálica y casi inaudible decía: ¡lo que necesitamos es otro Durazo!. Proseguía su
lectura y su malestar iba en aumento. Erección de antenas. Hacia el último tercio, el desconcertado dolor comienza a
descender. De modo inexplicable, sorprendente, franco (para un marciano), el alienígena dibuja una sonrisa
satisfecha. No sin regocijo ha descubierto que está leyendo un auténtico artículo marciano. El extraterrestre descansa.
Yo más.

El Informe Secreto

Uno de cada dos clientes de López Dóriga anunció, en la encuesta de ayer lunes, que no le interesa ver el primer
informe de Fox. A mí me parece muy mal, pero también me parece muy respetable. A estas alturas de la vida, voy
llegando a la conclusión de que por más "líderes de opinión" que aparezcan en las revistas y por más libros de
autoayuda y de meditación tántrica que vendan en Sanborns, la gente va y hace lo que le da su repostera gana.

En uso de la libertad recién enunciada, aviso que consumaré con tenochca regocijo mis bodas de oro con la
Presidencia de la República. ¡Sí, amiguitos!, éste será el quincuagésimo (cincuentavo, dirían los locutores) informe
que atestiguo. A lo mejor hay alguna perversión en mi alma, pero me divierto como loco en estos fastos civiles. Invito
cuates, la Hillary prepara botanita, todos nos concentramos intensamente, tomamos notas, discutimos y hasta la
hacemos de pleito. Hagan de cuenta un juego de la Selección sin comerciales (ya el Congreso podría solicitar para su
Charro Negro la presea Beethoven al civismo auditivo).

Escucharé el informe. Lo haré a sabiendas de que, por mucho que se esfuercen Vicente Fox, Beatriz Paredes y las
desatadas hordas partidistas, no lograrán la perfecta concisión que nos obsequió Gabriel Zaid en su impecable
artículo del domingo pasado. Se titula "Lo que no ha sucedido" y es, a mi juicio, un preciso e iluminador informe
secreto.

De todas maneras, veré y escucharé el informe de Fox. Lo haré con la morbosa curiosidad de averiguar si comienza
diciendo: "Honorable Congreso de la Unión. Amigochas y amigochos...". Es capaz.

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Gaceta del Angel / México en el desván

Por

Germán Dehesa

(30-Ago-2001).-

Martes agitado. Por la tarde, una charla para (y con) un grupo de farmacéuticos que, a pesar de que ya sienten sobre
sus cabezas prematuramente encanecidas la recia espada de Paco Gil, están trabajando, proyectando, lanzando
nuevos productos al mercado y, en general, dibujando un mapa del futuro.

Este es un rasgo curioso del México de hoy: un mismo individuo me puede asegurar con toda convicción que el país
va a desaparecer, a más tardar, el día de muertos (sería terrible, porque nos perderíamos de un megapuente
maravilloso) y, acto seguido, platicarme que acaba de embarcarse gozosamente en un proyecto a diez años. Dicho
más sintéticamente: somos apocalípticos, pero nos ganan la risa y la vida (ahora hasta traemos ganas de trabajar,
¿qué nos estará pasando?). Hipótesis de trabajo: por muy atorado que esté el presente, el pasado es tan poderoso
que provoca un futuro.

Tres horas después, estoy en un Sanborns platicando a todo vapor con Xavier Aguirre que, como los antiguos
guerreros, está fatigado y feliz. Un gratísimo encuentro que podría haber durado mucho tiempo más, pero que fue
interrumpido por una sombra shakesperiana que así me increpó: ¿no que ibas a estar en el Sanborns de San
Jerónimo?. ¡Pa' la madre!, era la Hillary en plena incandescencia. ¿Yo dije eso?. ¡Sí!, ya nos están esperando en la
cena. Y Aguirre en voz baja: ya te tocó madrina; a mí me pasa a cada rato; a ver si la aplacamos con una playera de
la Selección,

pero lo dudo. Saludos, litigios, despedidas. Custodiado por un fuerte dispositivo de seguridad (la Hillary con ojos de
AK- 47), soy conducido a una cena.

La plática nocturna gira obsesivamente en torno a dos personajes: Vicente Fox y Andrés Manuel. Como en la tarde (y
como en todas partes y a todas horas) reaparece la extraña mezcla de certidumbres catastróficas y de fundadas
esperanzas que hoy cohabitan en el espíritu nacional. Los juicios sumarios que fulminamos sobre nuestros actuales
gobernantes, me parecen apresurados. Más interesante y con mejor destino, me parece la voluntad de una
ciudadanía que está dispuesta a abrirse paso con o sin el gobierno. Esto es ya un modo cotidiano y eficiente del
cambio.

A los postres, soy secuestrado por uno de los comensales que me traslada a una especie de bodega. Hagan de
cuenta que es la gruta del tesoro. Biombos, óleos, cerámica, orfebrería, platería, maderas talladas, trabajos de
talabartería, taraceados, enconchados, obras de herrería, bellísimos objetos domésticos, manuscritos miniados, siglos
y siglos de belleza acumulada. Manito: ésta es la profunda verdad de México; lo que yo quiero es que hagamos una
exposición viva, intensa, electrizante; yo quiero que los mexicanos la vean y digan: con razón estoy tan contento y tan
orgulloso de ser de aquí y que los extranjeros pregunten: ¿cómo es posible que yo no supiera de la existencia de un
país que, como cosa del diario y hasta sin querer, ha acumulado tanto milagro?. Es lo que yo digo. Tenemos nuestra
grandeza en el desván. Ya sería hora de revitalizarla, de lucirla y de emplearla como el cimiento de un firme futuro.

De Gobernadores y Aeropuertos

Me imagino que no será un criterio decisivo para dar el ya muy diferido veredicto acerca del nuevo aeropuerto, pero,
precisamente porque no va a correr por mi cuenta, yo puedo considerar, en un puro ejercicio doméstico, la
personalidad de los dos mandatarios que gobiernan los Estados que pugnan por obtener esa concesión, como un
factor que también tendría que gravitar sobre la decisión. Que conste que, aún a riesgo de conseguirme una
meningitis mortal, leí el detallado estudio de impacto ambiental que hizo el PUMA. Está cuidadosamente elaborado,
aunque yo añado que un gobernador también es un factor de impacto ambiental favorable o desfavorable.

Cualquier correspondencia con esta columna estilo futurista, favor de dirigirla a germandehesa@prodigy.net.mx o al
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Gaceta del Angel / México en el desván II

Por

Germán Dehesa
(31-Ago-2001).-

Ayer platicábamos (ése es mi juego; no está en mí revelar verdades ignotas, fulminar condenas inapelables, iluminar
conciencias desahuciadas, dar rumbo y cauce, o emitir rayos luminosos; lo que a mí me gusta es platicar, escuchar y,
en su caso, alburear o responder). Ayer platicábamos de todas las "cosas" mexicanas que duermen inertes, ausentes
de luz y de vida, en bodegas, desvanes, criptas y hasta en las casas de los narcopolíticos. Hay un desván donde
duerme México.

Hoy les quiero platicar de otro México todavía más secreto y de un desván menos ubicable. Por facilidad, lo llamaré
"la conciencia de los mexicanos". Sin proclamarme experto en tan huidiza cuestión, puedo decir que no me es ajena;
la visito, la entreveo, la deduzco, o la adivino. Algo sé de ella cuando la veo aflorar en dos palabras que se asoman
interrogativas y desalentadas: ¿cuál cambio?. A quien esto me pregunta, trato de verlo profundamente a los ojos y, en
cuanto veo pasar por esas negras oquedades de la retina el tricolor rebaño de ovejas, me digo que sí, que en efecto:
¿cuál cambio?. Siguen siendo los mismos sopes de siempre y siguen esperando que alguien desde fuera llegue a
salvarlos.

Un obcecado guanajuatense se propuso una tarea nada fácil: sacar al PRI y al narcopoder (que conste que hago un
distingo) de Los Pinos. Con nuestra ayuda, lo logró el 2 de julio del 2000. Fue la primera fase de su tarea, pero no fue
poca cosa. A quince meses de distancia, se impone una pregunta: ¿tú ya lograste expulsar al PRI de tu espíritu y de
tu mente, o sigues creyendo que alguien va a llegar a cumplir tu personalísima tarea de salvarte?. Si tu respuesta es
negativa, te concedo total razón: nada ha cambiado.

En el ámbito de la irresponsable desmemoria y dejadez pueden sonar hasta coherentes los reclamos y las amenazas
de los septuagenarios priístas (adultos en plenitud) violentamente privados de la nutricia ubre: ¡los nuevos no saben
hacer política! (¿cuándo los dejaron?), ¡los nuevos ya destruyeron el campo! (¿será posible que, en nueve meses
pueda ser aniquilado ese maravilloso vergel que el PRI cultivó 70 años?); ¡crece la inseguridad, aumenta el
contrabando, ya nadie respeta la ley, nadie vela por los pobres! (y esto lo dicen, apoltronados en su cómoda
impunidad los que, hasta la fecha, siguen siendo los capos del crimen organizado, el contrabando, la corrupción
sistemática y la acelerada fabricación de la pobreza). Me cuentan que Diódoro Carrasco y Enrique Jackson
(próximamente de Cevallos) han anunciado que no va a ser cómodo el primer informe de Fox. Es posible que no lo
sea; pero moralmente hablando siempre será infinitamente más incómodo, más punible, más infame, más repugnante
apellidarse como ellos, o como Beltrones, o Gamboa Patrón, o Bartlett, o Sauri, o Rodríguez Alcaine, o Madrazo, o
toda esa manada de malas bestias que, con lastimosa frecuencia, encuentro brindando con los mejores vinos y
fumando los mejores puros en los más selectos y más tranquilos restoranes de la ciudad.

Hay un México justiciero, digno, urgido de cambio, dispuesto a batallar, harto de despojos que está dormido en el
desván de la conciencia. Va a comenzar el mes de México. ¿No sería hora de despertar?.

De Gobernadores y Aeropuertos II

Cantaba Juan Legido: "¿de quién fue la culpa?, no quiero saberlo". El caso es que a mi columna de ayer le hicieron la
circuncisión y la dejaron muy adolorida. Estaba yo hablando de una cuestión totalmente virtual: a qué Estado debería
adjudicarse la tarea de construir el nuevo aeropuerto. El párrafo cercenado decía así:

Así pues, si en mi mano estuviera la decisión y el elemento a considerar fuera la personalidad y aceptación social de
los dos gobernadores en pugna, Montiel y Núñez, acá su Charro Negro daría su voto pleno y razonado por Tizayuca,
es decir, por Manuel Angel Núñez Soto a quien he saludado brevemente dos veces en mi vida. Con esto, lo que
quiero decir es que, más allá de simpatías y antipatías personales (que las tengo), me guío por lo que veo y escucho
de mis muchos y muy buenos amigos hidalguenses y mexiquenses. La imagen pública de Núñez es la de un político
eficiente, discreto, atento a su comunidad y, según me dicen, más afecto a transitar por los iluminados caminos de la
negociación democrática, que por los tortuosos y ya casi inoperantes callejones de la grilla. Nada así de favorable he
oído del señor Arturo Montiel. No es el caso, ni el momento, de desgastarse en ironías. Sólo quiero puntualizar que si
ambos gobernadores me vendieran un coche usado, creo que no se lo compraría a Montiel. Y estamos hablando de
un coche. Imagínense un aeropuerto.
Un fantasma Recorre México

Es el de las mamás cuyos hijos acaban de entrar a clases. Les queda el resto del día para causar lástimas y cancelar
líbidos. No viven; están y, eventualmente, vegetan. Día con día se parecen más a Leonel Godoy. Me duele en el alma
(y en otra parte) hacer este anuncio terrible: se me hace que hoy no toca.

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Gaceta del Angel / El nacimiento del H. Congreso

Por

Germán Dehesa

(03-Sep-2001).-

Acá en la Capital, las tardes del sábado y del domingo han sido calurosas, tensas, ominosas. Han estado, además,
cargadas de dramatismo y de incertidumbre. Finalmente, todo resultó bien, pero, del mismo modo que en el futbol, el
buen resultado llegó después de un arduo trámite.

En mis delirios tropicales, llegué a imaginar que Fox incurriría en el autosecuestro con tal de no presentarse en San
Lázaro. Lejos de eso, el Presidenchente hizo su programa de radio, estuvo en un baile de XV años y arrastró de fea
manera a dos jovencitas, luego acompañó a Doña Marta a que se comprara unas garritas presentables, pasaron a la
tintorería a recoger la banda, se boleó las bototas y se puso en pausa a esperar el momento de su partida a San
Lázaro.

Allá en el Palacio Legislativo, los representantes de los partidos de la barra infantil pronunciaban sus discursos con
esa serenidad que da el saber que no se está hablando en representación de nadie y que nadie lo está pelando a uno.
El único que logró sacar de su digestivo sopor a Bartlett, que estaba tirado como cuija en su curul, fue el niño verde
que representa a su papá verde y a un sector pequeño de la porra del Necaxa. Con un peinado muy similar al que
actualmente usa el Bucles, el tucancito anunció que las cortaba para siempre con el foxismo y que el pujante Partido
Verde pasa a ser oposición (¡quiere llorar!, ¡quiere llorar!, le gritaban los de gayola). Tengo entendido que Bush citó de
inmediato a una reunión de altísimo nivel, para que los mandatarios de las grandes potencias mundiales analicen el
súbito cambio en la correlación de fuerzas políticas mundiales provocado por el audaz movimiento del paladín de los
patos, que hasta puso cara de niño héroe.

Hasta aquí, todo parecía concurso de oratoria del Conalep de Motul, pero llegó el gran Auldárico del PRD y todo
empeoró. Entiendo que no todos tienen que ser tribunos de elevadísima jerarquía, pero aprender español no le hace
daño a nadie. La honrosísima excepción corrió a cargo de Felipe Calderón que articuló su discurso con elocuencia,
propiedad y voluntad de armonía. A estas alturas (anchuras), ya había llegado Dulce María con su inverosímil atuendo
rojo, ya se había zampado un chiclote y dormitaba cual cachalote varado en el angustiado regazo de César Camacho.
Terminó Felipe. Diego quitadazo de la pena revisaba las cuentas de Bital en plena mesa de honor. Subió a la tribuna
un señor muy enojado que, con gangosa voz de merolico, nos hizo saber que representaba al PRI y que venía a
denunciar los rezagos terribles del país. A este buen señor jamás se le ocurrió notificarnos que una buena parte de
esos rezagos son precisamente los benéficos resultados del durable monopolio priísta. De cualquier manera, casi no
se le entendió nada. Gabriel Leyva, que así se llama el rey de las gárgaras, se retiró igual de enojado. Beatriz
Paredes, peinada cual Katy Jurado,

pidió un receso en lo que llegaba el Chentemóvil con todo su pelotón. Yo también lo solicito, pero mañana
proseguiremos la crónica de este alumbramiento de alto riesgo.

Alzamiento Masivo

Si lo del niño verde conmocionó al mundo, la que yo armé no fue para menos. El viernes pasado con ingenua
inocencia comenté que, dada la claudicante condición física de las desmañanadas madres, era posible, era probable,
era de suponer que "no tocara". Jamás esperé tamaño diluvio de mentadas, rupturas, malos modos y violentísimos
correos electrónicos que cayó sobre mi desguarnecida cabeza. El único que me apoyó en silencio fue mi corresponsal
regio, pero ése no cuenta, porque de todos modos nunca quiere (¡qué chamaco tan arreado!). Lo demás fue extrañeza
y vituperio. Una señora me ofreció asesoría psicológica para que reencontrara yo la armonía corporal con mi pareja a
la cual, esto me lo dijo de pasadita, seguramente he de tratar muy mal. Lo único que me faltó fue un telefonema de
Luis García para que me explicara que la disfunción eréctil, no se arregla, pero se suple con una pelotita abajo del
agua. En otro comunicado me decían que era terrible saber que el crecimiento cero ya me había llegado al pubis. De
veras que somos una raza desmedida y soflamera. Por eso los quiero tanto, condenadotes.

Envío

Estos renglones son para una polígama activa y confesa. Vive en el Centro de la ciudad y, hace unos años, cuando
vinieron los empleados de limpia de Tabasco y se encueraron en pleno Primer Cuadro, ella sacó su sillita al balcón y
gozó inmoderadamente del Full Monty tropical. Actualmente sale, los días nones, con un galán de origen
estadounidense y los días pares, sale conmigo. No me importa. Yo igual la quiero. Se llama Dorita Pascual, es una
generosa princesita de Watteau y tiene sus ojuelos garzos. Es mi novia incómoda y fue una gloria comer con ella y
con su otro novio el sábado pasado. También estaban nuestras esposas. Somos muy modernos.

Cualquier correspondencia con esta parlamentaria columna, favor de dirigirla a germandehesa@prodigy.net.mx o al


Apartado Postal 19-111, Delegación Benito Juárez, México D.F.

Gaceta del Angel / El Nacimiento del H. Congreso II

Por

Germán Dehesa

(04-Sep-2001).-
¿Para eso les pagamos?. Durante la transmisión del sábado desde San Lázaro, varias veces me sorprendí haciendo
en voz

alta esta pregunta dirigida a varios legisladores de distintos partidos que, al parecer, jamás cayeron en la cuenta de la
importancia del acto que estaban protagonizando. Hoy ya todo nos parece fácil, normal, natural; pero cuántas
décadas, cuántas batallas de la sociedad, cuántos desacuerdos y acuerdos políticos le ha costado a México tener por
fin un verdadero Poder Legislativo.

Mucho tiempo, muchos sacrificios y mucho dinero nos costó y nos sigue costando este logro. Por lo mismo, es entre
indignante y patético que los primeros beneficiarios de esta conquista piensen que se mandan solos y que no tienen
que rendir cuentas a sus electores. Si las Cámaras lucían ridículas cuando sólo servían para aprobar cuanta locura se
le ocurriera al presidente en turno; en su actual actitud no mejoran

mucho. ¿De veras creerán que les pagamos por dormirse, por salirse de la sesión plenaria, por gritar como
adolescentes montoneros, por exhibir con aire de que están arriesgando la vida, pancartas babosas, por hacer
corrillos de espaldas al que está hablando, por no entender que están ahí con el mandato de representarnos?, ¿para
eso les pagamos?. En serio, es una vergüenza. Entiendo que una Cámara legislativa sea lugar de discrepancias y de
acuerdos, de exposición vigorosa de las propias convicciones y de respetuosa atención para la discrepancia. Es
(tendría que ser) el pleno juego democrático cuyo más alto fin no es la inmovilidad, sino el discernimiento de aquello
que sea lo mejor para nuestro país. Todo esto es respetable. Lo que resulta una triste infamia es que ese recinto, en
los actuales tiempos de diálogo respetuoso, sea convertido en asamblea de leperadas, tonterías, frivolidades y feria
nacional de la inmadurez política. ¿Para eso les pagamos?. La democracia ha sido la conquista de millones de
mexicanos; me parece muy grave permitir o pasar por alto que unos cuantos irresponsables supongan que esa
democracia existe para que ellos se comporten como mequetrefes (y mequetrefas).

En esta escuelita de Ortiz de Pinedo, hay que rescatar la buena prosa de Felipe Calderón, la sobriedad de Vicente
Fox quien, muy fuera de su estilo habitual, empleó una prosa casi neutra

para ennumerar sus logros, reconocer los compromisos incumplidos y recordarle a los legisladores que tanto él como
ellos habían sido electos por una ciudadanía que, junto con su voto, depositó su esperanza. Esta, más allá del
catecismo ideológico que profese cada uno, es la gran demanda de México. Por mucho tiempo (demasiado), el
Legislativo sólo fue un decorado instrumento de la omnipotente voluntad presidencial. Hoy sus tareas son otras y su
nueva dignidad no puede disiparse y dilapidarse en burlas y desdenes. Quien mejor entendió esto, quien nos recordó
lo importante y digno que es ser legislador, fue Beatriz Paredes de cuyo talentoso discurso creo que vale la pena que
nos ocupemos mañana.

Las Tribulaciones de una Camiseta

Xavier Aguirre me regaló una camiseta de La Selección Nacional. Al Mohicano, antes Bucles, le bastó con verla para
caer subyugado. He de confesar que no me hizo feliz pensar en cedérsela a mi extravagante heredero. En un último y
desesperado intento le dije: yo te la daría, pero no es de tu

talla. En quince segundos se la

puso, comprobó que le llegaba hasta el piso y que las mangas le llegaban a las muñecas. ¡Perfecto!, dijo el pelos de
jabalí, me queda de camisón; todas las noches me la voy a poner. La prenda ya no es mía. Noche a noche encuentro
al pequeño enroscado como bultito verde e instalado en el sonriente sueño.

El domingo estuvimos a punto de tener una crisis de gabinete. Su Charro Negro y Andrés caracterizado como verde
bisnieto de González Torres nos dispusimos a ver el juego contra Jamaica. Cayó el autogol y con él la autoestima de
mi vástago. ¿Y si perdemos, papá?. Por favor, Andrés, todo está planeado, ¿no viste que el gol lo metimos nosotros
mismos?. Pero se lo apuntaron a ellos. Así es esto, pero vamos a ganar; de una vez ve aprendiendo, bienamado hijo,
que la vida de un aficionado de la Selección Mexicana está llena de calambres terribles. Pero, ¿vamos a ganar?. Te lo
aseguro, Andrés (¿se imaginan a un padre supuestamente lúcido y respetable mintiendo con tal soltura?. Todo lo hice
por amor). Así pasaron muchos minutos. Padre e hijo nos retorcíamos como almejas con limón. Cayó el segundo gol
mexicano. Terminó el partido. Andrés estrujaba su camiseta y decía con todo cinismo: yo estaba seguro de que
México ganaba. Feliz él. Yo nunca estuve seguro de nada. Todavía más: jamás me imaginé que tuviera yo que
entonar himnos de alabanza a Cuauhtémoc Blanco. Hoy reconozco públicamente que, gracias a él, la camiseta sigue
vigente y en paz. Alabado sea Tláloc.

Cualquier correspondencia con esta columna bla, bla, bla, favor de dirigirla a germandehesa@prodigy.net.mx o al
Apartado Postal 19-111,

Delegación Benito Juárez,

México, D.F.

Gaceta del Angel / Nacimiento del H. Congreso III

Por

Germán Dehesa

(05-Sep-2001).-

Si alguna persona te hace el favor de venir a tu casa, por respeto a esa persona, por respeto a tu casa y a ti mismo,
no puedes portarte mal, no puedes hacer groserías, ni puedes hacerle malos modos a tu invitado. Con éstas o
similares palabras, mi madre me adoctrinaba ante la inminente visita de algún familiar o amigo. Viven todavía muchos
testigos de cómo mi vida ha sido un prolijo esfuerzo por desobedecer los preceptos que mi madre inculcó en mi
cándido espíritu infantil. Inútil sería afirmar que sus enseñanzas quedaron pirograbadas en mi sensibilidad; pero esta
lección en particular, sí se me ha convertido en mandamiento de vida. Ofender a alguien en mi casa me parece una de
las peores villanías. Quizá por eso me incomodó tanto la actitud de condescendiente indiferencia de los priístas y la
paya e improcedente belicosidad de las infanterías perredistas. Ellos, como se quiera ver, estaban en su casa y
Vicente Fox era el estoico visitante que los miraba con cara de prefecto de la secundaria y correccional "El Pípila".
Literalmente le echaron montón. Ahora me dicen que el mensaje presidencial fue gris hasta el lamadridismo y escueto
hasta el zedillismo. Yo creo que traía su jiribilla y que bastante hizo con leerlo de modo aceptablemente correcto. Yo
que él, le hubiera dicho a gandules y gandulas: ¿saben qué?, cuando terminen su desmadre me avisan, junto a mi
pandilla y nos vemos en zona neutral a ver a cómo nos toca. Con loable prudencia, Fox aguantó como los buenos y
dejó las cosas en su punto para que saltara a la palestra Beatriz Paredes.

En franco plan de Cuauhtémoc Blanco, Beatriz Paredes salió decidida a anotar un gol tempranero. La cita de Norberto
Bobbio sembró la estupefacción en las filas de los revoltosos. Todavía hoy no saben si Bobbio fue un amigo de Alvaro
Obregón e igualmente ignoran cuál es la solución de la adivinanza que Beatriz planteó: ¿quién le da soberanía al
soberano que para ser soberano necesita de otros poderes soberanos que le otorguen esa soberanía? (casi todos los
legisladores han respondido que la vaca, pero no están en lo correcto).

Jugando en cancha propia, con amplia experiencia mundialista, con envidiable olfato de gol y con una pelambrera que
ya hubiera querido Leonardo Cuéllar en sus días de gloria, Beatriz Paredes le devolvió su dignidad al discurso político
en español. No necesitó de la injuria para llamar a cuentas al Presidente y no necesitó condescender al halago para
reconocer los logros del Ejecutivo. Su discurso sólo fue partidista en la medida en que ella es de lo mejorcito y más
rescatable que tiene el PRI, pero sus palabras rebasaron esos estrechos límites y ella, ante todo y ante todos, habló a
nombre del Poder Legislativo. Lo que realmente hizo Beatriz fue redactar la diferida acta de nacimiento del Congreso
de la Unión. Al final comparecieron los luminosos versos de Pellicer y así, la inteligencia y la poesía le confirieron a
ese Congreso de la Unión la honorabilidad que tantos de sus miembros se habían obstinado en negarle. Esperemos
que la conserve y esperemos que ésta haya sido la última versión montonera del obsoleto y disfuncional "informe".

¡Azúcar!

Fue tan lastimosa la ausencia de ingenio durante el informe, que el gobierno, a primera hora del lunes, decidió
adquirirlo a granel. 27 ingenios fueron expropiados y esto le ha provocado hipoglucemia a la mayoría de los
ciudadanos que no acaban de entender muy bien la jugada. Cada funcionario que sale a explicar el asunto encamota
más la cuestión. No es fácil entender cómo si la deuda de esos ingenios es enorme, si sus activos no cubren sus
pasivos y si, además, le deben muchísimo dinero a los campesinos, el gobierno nos dice que esto no nos va a costar
nada, ni terminará en un Fobazúcar o algo así. Dicho de otra manera: si el gobierno adquiere el control de 27
empresas quebradas, cómo le va a hacer para enfrentar los compromisos financieros de esas empresas que ha hecho
suyas. Lo peor es que, de momento, no hay quien nos explique. Vicente Fox ya agarró su avión de redilas y se
arrancó a Washington y se llevó a todos, incluso a la Sauri que, perfectamente flejada, viaja en calidad de paquetería.

Lunes Universitario

En la puerta principal del Palacio de Minería, un nutrido contingente de casi diez miembros del CGH esperaban a Fox
para decirle que era un visitante non grato en las instalaciones de la UNAM. Fox entró por otra puerta y celebró, en
compañía del Rector de la Fuente y de muchos universitarios, los 450 años de existencia (a veces tan difícil y
precaria) de nuestra más importante institución de enseñanza superior. Contra viento y marea, la UNAM sigue activa,
viva y joven.

Por su parte, AMLO atestiguó el primer día de existencia de la Universidad de la Ciudad de México. Su Rectoría no
tiene sede, pero tampoco hubo clases y, en palabras de su Rector, no será una institución competitiva, ni buscará la
excelencia. Con esto queda garantizada la oferta de choferes de microbús y de aguerridos cuadros para el Frente
Popular Francisco Villa. Ya lo logramos: hemos creado la enseñanza superior más inferior del mundo.

Cualquier correspondencia con esta columna que ya acabó de legislar, favor de dirigirla a
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México D.F.

Gaceta del Angel / La hora de la hora

Por

Germán Dehesa

(06-Sep-2001).-
La palabra embrollo es un italianismo que ha echado profundas raíces en el espíritu, el temperamento y el habla
nacional. No reclamo para México patentes o propiedades exclusivas, pero me siento facultado para señalar que los
meshicas hemos logrado hacer del embrollo un arte mayor. Se diría que hay en nuestro genoma un infinitesimal y
enérgico mensaje que nos dice: en lo sencillo y fluido no hay mérito, ni gloria. Lo nuestro es la complicación, lo
paroxístico, lo hazañoso. Nada hay lo suficientemente sencillo, que un buen grupo de mexicanos no pueda convertir
en un laborioso berenjenal.

Ahí tienen (es un decir, espero que no lo tengan) a mi amigo Pepe que, en los años sesenta era el feliz propietario de
un Renault Dauphine cuyas partes se mantenían reunidas nada más por el amor que se tenían. A Pepe le gustaba ir a
Cuernavaca y alguna vez cometí el grave error de acompañarlo. Lo normal hubiera sido pagar cinco pesos y emplear
la carretera de cuota; pero Pepe no era normal, ni estaba dispuesto, así lo proclamaba, a darle su dinero a un
gobierno espurio. Nuestra ruta crítica fue la siguiente: tomamos la carretera vieja que, ya por entonces era el museo
mundial del bache. A cierta altura, Pepe con infinita audacia se lanzaba a campo traviesa con gravísimos daños para
el auto, para sus ocupantes y para la fauna silvestre. Ya con los cachetes como los de Castañeda desembocamos en
la carretera de cuota y en ella recorrimos unos cincuenta kilómetros. Antes de la caseta de cobro, Pepe volvió a
invadir las zonas boscosas, apareció un hoyote no presupuestado y ahí quedamos. Lo bueno es que era media noche
y Pepe y yo traíamos traje de estudiantina. Ridículo enorme. Sin contar el daño emocional, la grúa y la reparación del
automóvil costaron 1,500 pesos que le tuvimos que dar a un talachero más espurio que el gobierno. Creo que éste es
un magnífico ejemplo de la astucia mexicana y de nuestra congénita capacidad de encamotamiento. Hay cien millones
de historias como ésta en la República desnuda.

La del horario de verano no es salivazo de cotorra. Sin demasiadas dificultades, ni daños perceptibles, los mexicanos
aceptamos ajustar nuestros horarios a los tiempos que rigen mayoritariamente la marcha del mundo. Tan sencillo
resultó todo, que comenzó a crear enormes desconfianzas. Si era tan simple, no podía ser bueno para nosotros (es
como mis tías que dicen: estoy gozando tanto, que seguro me va a dar cáncer). Y así, en el apenas amanecido
horizonte apareció López Obrador y se dio a la tarea de organizar el tubérculo poblano cristalizado con azúcar
subsidiada. Fresco está el recuerdo de la pachanga que armamos. Con gritos y sombrerazos el horario de verano
entró en vigor; pero ahora acaba de entrar con más vigor Don Genaro Góngora y Pimentel quien nos anuncia que
AMLO tenía razón y que Fox no tiene potestad para menearnos el reloj, pero AMLO tampoco. La decisión es del
Congreso, pero como AMLO es el único que se quejó, este Congreso sólo decidirá el horario del DF. Nos tardamos,
pero lo logramos: ya armamos otro hipercamote. ¿Qué va a pasar?. Sepa. De lo que estoy seguro es de que todavía
podemos complicar más las cosas. Así es el alma nacional.

Doña Sari y Don Reyes

Hasta donde alcancé a entender lo que se dijo durante la ceremonia de la presentación del Plan Cultural 2001-2006,
uno de los ejes rectores de este proyecto sería el fomento de la lectura. Más allá de las controversias que puede
haber suscitado el discurso de Fuentes y del amplio equívoco patrocinado por Fox y sus coreografías verbales de "yo
no dije lo que dicen que dije y aunque lo hubiera dicho lo que realmente quería decir era otra cosa"; más allá de todo
esto, lo que a mí me quedó muy claro es que el gobierno y sus instituciones por fin habían entendido lo que ya
muchos sabíamos: el analfabetismo es el terreno ideal del autoritarismo y sin información no hay democracia.
Mientras México no sea un país de lectores, nuestro país estará condenado a esa orfandad mayor que es la
ignorancia.

Desde hace un buen número de años, existe de un modo rayano en lo heroico la institución llamada "IBBY de México"
cuyo único y casi obsesivo interés es el fomento de la lectura infantil. A mí y a algunos otros ciudadanos que hemos
tratado de ayudar nos consta no tan sólo la buena intención, sino la seriedad, la pasión y el profesionalismo con que
trabajan los ibbynautas. En su pequeño local con vista al parque podía uno encontrarse con poetas importantes, amas
de casa, jóvenes narradores, maestros y maestras. Todos ellos cumplían una tarea a la vez divertida e indispensable:
evaluar y divulgar los textos infantiles y juveniles que hay en el mercado mexicano. IBBY organizó también
conferencias, cursos, diplomados para todos aquellos que quisieran contagiar a los niños la pasión por las letras.
Experimentamos también con pequeñas bibliotecas portátiles e hicimos muchas otras cosas por propiciar el idilio entre
los libros y los chipotines. Todo esto puede desaparecer. La voluntad está intacta, pero ya no nos alcanza el dinero.
Hemos tocado todas las puertas, incluso las de la SEP y las de CONACULTA y nada más nos soban el lomo. Es
absurdo y es criminal que un esfuerzo que tendría que multiplicarse, muera de inanición. Doña Sari y Don Reyes:
¿cómo van a lograr un país de lectores sin niños apasionados por la lectura?.
Cualquier correspondencia con esta columna que es un Big Ben tropical, favor de dirigirla a
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Gaceta del Angel / Mi cuate de Australia

Por

Germán Dehesa

(07-Sep-2001).-

Tamal de chipilín.

Éstas fueron las palabras mágicas.

Según me explicó su abogado, Carlos Cabal Peniche me recibiría allá en la prisión de Melbourne, por la tabasqueña
razón de que yo en esta columna había ofrecido llevarle tamal de chipilín.

De toda esta curiosa aventura ya dimos razón, cada quien por su cuenta, Javier Solórzano y su Charro Negro. Si no
recuerdo mal, la línea básica de argumentación de este hombre mucho más cabal que peniche fue: todos le entramos,
pero yo soy el único al que decidieron perseguir. Recuerdo también su anuncio de que esperaría el “momento
propicio” para regresar a México y la tenue plática sobre cuestiones tabasqueñas provocada por Solórzano que llevó a
Cabal a comentar que la familia política de ese Estado tenía un apellido común: Madrazo. ¿Y Raúl Ojeda?, preguntó
Solórzano. Es lo que le digo; todos nos conocemos y todos tenemos un origen común; Raúl es también mi amigo,
tiene ideas propias y puede crear ciertos conflictos que no pasarán a mayores. Imagínense estar en una prisión de
alta seguridad en Australia y desde ahí analizar la agenda política tabasqueña. La entrevista fue cordial y quizá la
única sombra cayó en el momento que pregunté acerca de la entonces reciente visita de Mario Vázquez Raña (yo
mantengo mi hipótesis de que lo quería fichar para el equipo mexicano de fuga en bicicleta). Cabal guardó silencio un
instante, me miró con intensa minuciosidad y dijo, como quien reconoce que, en efecto, es seropositivo: es mi amigo,
¿qué tiene de raro que me visite?.

Un año después, Carlos Cabal Peniche ha regresado a México.

Los altos mandos de la PGR hablan de un trámite muy difícil, pero exitoso. Desde aquella visita en Melbourne, yo me
quedé con la impresión de que Cabal regresaría cuando a él se le diera la gana y que esto no ocurriría durante el
gobierno de Zedillo. La pregunta que ahora me ocupa es ésta: ¿por qué habrá decidido Cabal Peniche que los
tiempos de Fox sí eran “tiempos propicios”?. Cuestiones así de graves, según hemos podido comprobar
recientemente, sólo las puede responder con galanura Beatriz Paredes.

Mediante un fatigoso VTP, Cabal Peniche ha regresado a México. Cumplo con informar que no llegó de buenas. Los
frenéticos paparazzi se lanzaron cual tropel de búfalos a la residencia de su abogado. El marqués de Cabal mandó
decir que no quería ser molestado, porque el viaje había estado groexo y sentía el cerebro como penca de plátanos ya
muy pambaceados.

Los chicos de los medios manifestaron con decencia y discreción su inconformidad y amenazaron con incendiar la
casa y violar hasta las macetas.
El marqués mandó decir que, en un acto de civilidad y democracia, daría un mensaje, pero que no aceptaba
preguntas. En principio, el lugar designado para la aparición del marqués de Cremi y Bancaunión fue la reja que divide
la o.cina y la casa del abogado. Seguramente alguien avisó del horrible y agorero simbolismo de mirar al marqués tras
una reja y, veloces cual expropiación azucarera, cancelaron el acto.

Al momento de escribir estos renglones, todo es confusión. No es seguro que el marqués acepte dirigirnos la palabra.
Lo que ya hizo, y nunca se lo agradeceremos lo su.ciente, fue asomarse al balcón para que pudiéramos mirarlo e
incluso fotografiarlo.

Más no se puede pedir. Quien desee ganarse su voluntad de modo más enfático tendrá que llevarle un tamal de
chipilín.

¿CUÁL EMPATE?

En fechas muy próximas, ya no necesitaré moverme de mi base de operaciones. Mi red de corresponsales oficiales
y/o oficiosos se extiende como humedad en el tirol.

En la zona Lomas ya tengo a mi tía Ágatha Bracknell y en Tijuana, el equívoco Rattán es el encargado de
mantenerme al tanto. Fue este último quien interrumpió de abrupto modo mis labores del día de ayer para respetarme
por la telefónica bocina las palabras que ahora reproduzco: ¿cuál empate, uei?. A preguntas tan braveras suelo
responder con un dignísimo silencio.

No te hagas, tú dijiste que en el informe podía hablarse de un empate técnico entre Fox y mi Beatriz (¿”su” Beatriz?);
¡por favor!, mi Beatriz se comportó como una reina y tu Vicente (¿”mi” Vicente?) parecía que le iban a chutar un
penalty y le iban a poner un supositorio, todo al mismo tiempo. Bueeeno, me animé a contestar, toma en cuenta que
estaba en cancha ajena y en un ambiente muy hostil. ¡Nada!, la verdad es que en Tijuana has perdido mucha
credibilidad con tu fallo. Pareces árbitro de Concacaf.

Así me dijo y así lo reproduzco.

Creo que voy a dar de baja a mis corresponsales.

ANTES DE QUE NOS EXPROPIEN EL EDULCORANTE

¡Sí!, ¡lo adivinaron!, ¡eso era!.

Frente a la calumnia y a los emisarios del pasado; frente a los contreras que se miran en el espejo humeante y negro
de Tezcatlipoca, hoy, con éeemoción révoluciooónaria, lo afirmo: hoy toca y retoca y postoca e hipertoca y megatoca y
huehuetoca.

Cualquier correspondencia con esta columna que brota en el platanar, favor de dirigirla a

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Gaceta del Angel / Por el gusto

Por

Germán Dehesa
(10-Sep-2001).-

Creo que nos están faltando un poco de compasión y una pizca de miramiento con respecto a la salud de nuestro
espíritu. Hemos adquirido, después de décadas de lasitud, el feo vicio de despertar y buscar de inmediato un motivo
de crispación, de congoja, de ira y de inminencia de desastre. Especular las tragedias es una eficaz técnica para
provocarlas y para aumentarlas, decía Sor Juana en "Finjamos que soy feliz".

Toda esta obertura la fabriqué yo solito hoy, domingo en la mañana, mientras me disponía a escribir y en la trémula
espera del encuentro entre los Pumas y el América (van a salir a morirse en la cancha, me dijo Luis Regueiro hace
dos días. No, Luis, que no se mueran; que salgan a vivir, a divertirse, a jugar bien y a romperle todo al América, le
contesté). Vamos a ver. Mientras tanto, mi pluma (sigo escribiendo a mano) ya se disponía a argumentar todas las
malhechuras, los apresuramientos, las contradicciones y las tonterías de la reciente y extrañísima expropiación
selectiva de los ingenios azucareros. De eso quería yo escribir para luego seguirme con una comparación entre lo que
Fox dijo frente al Congreso de su país y lo que dijo, con gran entusiasmo pero poco aseo político, frente al Congreso
norteamericano; asunto este último que tiene tan enchilados a los del PRI, tan cabreada a Dulce María y tan sereno a
Diego que goza de la bendición de no saber inglés. Me preocupa que Fox tenga tan difícil relación con las palabras,
las maltrate tanto y que, no

haya caído en la cuenta de que, frente a los soberbios y suspicaces congresistas estadounidenses, no estaba
hablando a título personal, sino a nombre de todos los mexicanos; y esto incluye, para bien y para mal, a los priístas
que marcaron el

perfil del siglo XX y que siguen presentes, actuantes y vivos (y ahora todavía más belicosos) en el actual y delicado
momento que vivimos. De todo esto pensaba escribir. Ya le había puesto a la pluma detonantes, petardos y
sustancias corrosivas y, de pronto, me visitó un ángel, o un demonio socrático, o quizá el sosegado espíritu de la
mañana acapulqueña y dominical y me dijo: ¿no sería cosa de que amarraras tus perros?, ¿es tan urgente acalambrar
desde el lunes a tus lectores que ya, en el resto del periódico y de la información que recibirán a lo largo del día,
tendrán motivos sobrados para sentir que el desastre se avecina?, con qué derecho, si estás vivo, si tienes salud, si
puedes mirar el mar y a tu mujer y a tus hijos que son otro azul misterio, si tienes trabajo y amigos, si los colores, las
letras, las formas, aquella nube, esta sonrisa, una canción oída al pasar, la inteligencia de los demás, los afanes y el
tesón de los que están en peores condiciones que tú, si un buen pleito conyugal, una mejor reconciliación, la
serenidad de un árbol, los cambiantes humores del

cielo, el olor del café que estás bebiendo, los ríos del tiempo que confluyen en ti y le dan cauce y navegación a tu vida
que te lleva de una sorpresa a otra, la confortable mirada de las mujeres, la existencia de la iluminada sombra de
Mozart que siempre te espera, en la salud y en la enfermedad, Chava Flores que padeció cárcel y le ganó la risa,
Borges y sus catedrales, Borola Burrón y el príncipe Hamlet; si el abrazo, la flor y la sonrisa de Dios y el recuerdo de
Carlos Castillo Peraza y la amorosa mano de mi padre que todos los días me rasca la espalda, te da tanto gusto, ¿por
qué y para qué te ganan la ira y el miedo?. No está bien. Lo que cuenta es el gusto. Así pues, evito ponerme intensito
y prefiero, por el puro gusto, enviarte un abrazo y desearte una gustosa semana. ¿Sale?.

Pido Permiso

Ahora que me dejen solo. Así dice Neruda en un poema que se pierde en su obra torrencial. Es posible que se titule
"Permiso para nacer", pero no suelo cargar con mi biblioteca cuando vengo dos días a Acapulco. Lo memorable de
sus líneas, además de la musicalidad verbal, es la plena conciencia que nos comunica que nadie debe darse por
cumplido y bien servido con su primer nacimiento, que, hasta la fecha, es algo tan ajeno a nuestra voluntad y albedrío.
Nuestros padres nos nacen y nos ponen rumbo a la

vida y la muerte. Antes de que llegue la última aniquilación, morimos, por mano propia o ajena, cientos de veces. A
veces, basta una palabra, una traición, un olvido, una desatención y ¡listo! ya estás muerto. Una vez más te ganó la
muerte. Hay que saber reconocerla cuando llega y hay que saber remontarla. Es cuestión de juntar nuestros pedazos,
reabrir los ojos, respirar hondo, solicitar que nos dejen solos y avisar con insumisa cortesía: ahora voy a nacer.
Repítase la operación cuantas veces sea necesario. Es muy desagradable tratar con muertos vivientes.

Envío

Para Carlos Castillo Peraza. Con la certeza de que algún día terminaremos de cantar esa canción yucateca que
dejamos a la mitad.
Cualquier correspondencia con esta gustosa columna, favor de dirigirla a germandehesa@prodigy.net.mx o al
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Gaceta del Angel / No se murieron

Por

Germán Dehesa

(11-Sep-2001).-

Mi colaboración de ayer la escribí minutos antes del partido Pumas-América. Si ustedes recuerdan (y si no, les
informo) traje a colación una plática reciente con Luis Regueiro. Según esto, los Pumas iban a salir a "morirse en la
cancha". No hizo falta. No "se" murieron; los mató un babotas llamado Paul Delgadillo que estudió un semestre de
mercadotecnia, que vende refacciones para camiones y que, ya con esta experiencia acumulada, fue aceptado, no tan
sólo como árbitro de Primera División, sino como el elegido por los dioses tenochcas para dirigir el partido más difícil,
más potencialmente violento y más conflictivo de todo este campeonato. La brillante gestión del señor Delgadillo ya la
conoce hasta la Hillary a quien le basta ver un balón para sufrir ausencia mental instantánea y mormazón neuronal
aguda de las cuales regresa en un plazo mínimo de 72 horas. Bueno, pues hasta ella ha solicitado información sobre
el caso y, en cuanto le fue proporcionada está, como toda la gente de bien, trepada en el retinto, arañando las
paredes y preparando petardos caseros.

Alguien dirá: fue sólo un juego de futbol. Yo respondo que ojalá y hubiera sido sólo eso, pero creo que el asunto tiene
otras dimensiones. Fue un espectáculo que tuvo difusión nacional y que consiguió una enorme audiencia. ¿Qué fue lo
que vimos?, pues vimos que en México, hasta en las canchas de futbol imperan la arbitrariedad y la injusticia; que la
aplicación de las reglas es puesta en manos de los corruptos, o de los pasmados sin autoridad moral que ven lo que
quieren ver, que les aterra cumplir con su deber y que pueden cambiar el cauce legal de las cosas desde su
arbitrariedad, su incapacidad, su frivolidad, o su estupidez. Y también vimos cómo la decisión de un mediocre o de un
perverso

(o mitad y mitad) es inapelable y, pues ya ni modo, manito, ya será para la próxima.

Insisto: si esto ocurriera solamente en el trámite de un partido de futbol, sería igualmente punible, pero se
circunscribiría a nuestra rica historia de extravagancias deportivas. Lo grave es que esto no es así. Esto ocurre en un
país secuestrado por el narcopoder y sus incontables ramificaciones; un país donde los grandes ladrones se pasean
por las calles y dan autógrafos, mientras los que roban 200

pesos pueden pasar años en la cárcel; un país donde es difícil no encontrar, en cualquier dependencia pública, a
algún pariente espiritual de Paul Delgadillo armado de

algún silbato, o de otra herramienta de poder que, con la misma irresponsabilidad o mala fe, decretará que tal logro
nuestro no cuenta y que tal otro de nuestro competidor es oro legítimo. Ese es el verdadero problema: todo tiene que
ocurrir de manera tenebrosa y

a la mala. Que después nos digan: ni modo, así fue y no hay vuelta de hoja, es una lección siniestra
de conformismo y de impotencia. Es posible que, a manera de consuelo, aparezca algún femexfuto que declare que el
patético Delgadillo ya se va a concentrar en su negocio camionero. Si ese fuera

el caso, sobreviviría un malestar: ¿quién o quiénes le allanaron el camino al refulgente Delgadillo

para que llegara a donde llegó?. Creo que si le entramos en serio a este último asunto, pondríamos en crisis a todo
nuestro mediocrático sistema.

w ¡Metan las Garras!

A mi padre lo habitaban muchos espíritus. Uno de ellos era el de meteorólogo. Si llegaba a la casa

al grito de: ¡metan las garras, que ya va a llover!, en diez o quince minutos, comenzaba el diluvio. Desgraciadamente,
mi padre ya

está por encima de las nubes y sin mojarse las mira llorar sobre

México. Ahora me toca a mí enviar

el aviso: pluvialmente hablando,

la semana viene cañona. No es nada más cuestión de meter las garras, sino el automóvil, el patín del diablo y, muy en
especial, a esa abuelita que sacamos en julio para que se asoleara. Ya la pobrecita ha de estar como chamoy, o como
confleis (que es el modo que tiene el monolingüe jefe Diego de decir Corn Flakes). Tomen en cuenta mi advertencia.
Me he cansado de

decirlo. Todos los que han oído mi teoría se ríen y me dicen que mis niveles de paranoia han alcanzado alturas
nepalesas (así se reían de Chaplin y ya ven). Mi teoría es

la siguiente: flagelado por la nostalgia, Andrés Manuel no descansará hasta que el país entero, del centro hacia las
afueras, sea un

tabasqueño pantano. Ríanse si quieren, pero cuando vean el primer cocodrilo en Perisur se van a acordar de mí. Y no
digo más.

Ya comenzó a llover. Hay un grupo de compatriotas que está recibiendo en la crisma el severo riatazo de un
espectacular de Ana Guevara con suspensión hidráulica que acaba de ser arrebatado por el viento. Tengo frío y ya se
me acabó el ingenio. Fox me lo nacionalizó.

Cualquier correspondencia con esta columna que no es árbitro de nada, favor de dirigirla

a germandehesa@prodigy.net.mx o al Apartado Postal 19-111, Delegación Benito Juárez, México D.F.

Gaceta del Angel / La toalla

Por

Germán Dehesa
(12-Sep-2001).-

Cada quien tiene sus manías. Son gloriosamente irracionales. Muchos años he tenido que litigar con la férrea Hillary
para explicarle lo inexplicable: las toallas y las sábanas sólo merecen tal nombre si son de color blanco. En el período
temprano de nuestro connubio, ella insistía en poner sábanas floreadas que son el más exquisito fruto de la cultura
mexicaleña. Sólo mis vastas ojeras y mi notoria pérdida de rendimiento erótico, la convencieron de que un caballero
respetable no puede dormir si pende sobre él la amenaza, quizá paranoica, de despertar con un floripondio
estampado en cada miniglúteo. La razón triunfó y del horizonte doméstico han desaparecido las toallas negras y las
sábanas de Flash Gordon. Podemos hablar de una conquista del movimiento obrero.

La señora potosina, la puedo imaginar desayunando su te de gordolobo, ha de estar pensando a gritos: ¡el mundo
está en vilo y este imbécil hablando de toallas!. Tranquilos. En el amor y en el periodismo lo mejor son los prólogos.
Pues ahí tienen que hoy, martes 11 de septiembre de 2001, estaba yo en íntima y tranquila comunión con el agua, el
zacate y la burbuja, cuando fui interrumpido por los destemplados alaridos de la Hillary que exigía mi inmediata
presencia frente al televisor. No me es fácil apresurar mis abluciones matinales, pero tan clamorosa era la conyugal
demanda que interrumpí mi canto, cerré las llaves, me envolví en una pachona toalla blanca y surgí, cual Venus de la
amarga espuma. La Hillary estaba como jugando a los encantados. Su mano inmóvil sostenía una taza de café con
leche y su aquilina mirada estaba fija en la pantalla del televisor. Exactamente en el momento de mi salida, un avión
se incrustaba en la segunda Torre Gemela de Nueva York. A partir de este momento, los informes llegaron como una
avalancha que, hasta el momento, me tiene sepultado. Mírese por donde se le mire, matar a miles de ciudadanos que
ni la deben ni la temen, es una infamia que a todos nos deshonra. Matar es una infamia. De nada me sirve saber que
Estados Unidos ha cometido infamias. Ya es tiempo de que todos dejemos de cometerlas. Para mayor preocupación,
el actual presidente de Estados Unidos es de dudosa legitimidad y de comprobada mediocridad. Su mérito más
notorio es su apellido y en su videograbado discurso a la nación extrajo de su desván mental algunas galletas rancias
y ofreció castigo inmediato. Nada dijo de su ostensiblemente ridículo aparato de seguridad, no asumió ninguna culpa
ni a nombre propio, ni de su nación, no pudo reconocer, junto al flagrante y mortífero golpe de la injusticia que su
nación acababa de recibir, las acumuladas injusticias históricas que Estados Unidos ha cometido y sigue cometiendo
con sus obsesiones belicistas, su industria de las armas, su culto a la violencia y su capitalismo salvaje que
diariamente fabrica miles y miles de seres que, al quedarse sin futuro, sólo admiten el resentimiento. Podría haberlo
dicho.

En unos cuantos minutos terminó el segundo milenio y comenzó el tercero. Estados Unidos puede tomar venganza.
También podría ejercer (inaugurar) la justicia. De esto depende nuestro porvenir. Nada más de pensarlo, se me cayó
la toalla (la potosina se desmaya).

Ventajas y Desventajas

Cuando el mundo padece espasmos como el de hoy martes, resulta muy gratificante saberse mexicano. Realmente
no creo que los talibanes tengan pensado destruir la Torre Latinoamericana que, de todos modos, ya se está cayendo
sola. Me imagino que a los centroamericanos y a los trinitarios no les caemos muy bien, pero, o no nos odian con esa
intensidad que genera el Imperio, o bien carecen de tecnología y financiamiento para hacernos el daño que quisieran.
Esta es la ventaja. La desventaja es que nadie va a secuestrar un avión de Taesa y a estrellarlo contra el monumento
a la Revolución, lo cual sería una doble ganancia: nos deshacemos del avión y del adefesio. Dibodobadito. No hay
felicidad perfecta.

¿Saben Cuándo?

¿Saben cuándo me van a dar mi visa?. Hace rato vi al embajador norteamericano, Jeffrey Davidow, que, además de
ser igualito al gallo Claudio y hablar el español como el jefe Diego habla el inglés, produce la ingrata sensación de
dormir vestido y peinarse a manazos. Me bastó verlo para que los focos rojos se encendieran en mi espíritu: ¡mi visa!,
omaigod!. Si en mi último y fallido intento por obtenerla, cuando todavía no había ocurrido nada, me preguntaron por
escrito si no había yo servido a los nazis y si no pensaba detonar un explosivo en territorio norteamericano,
imagínense ahora. Van a pensar que soy hijo de Lenin.

Cualquier correspondencia con esta columna triste y preocupada, favor de dirigirla a germandehesa@prodigy.net.mx o
al Apartado Postal 19-111, Delegación Benito Juárez, México D.F.
Gaceta del Angel / Volaron las palomas

Por

Germán Dehesa

(13-Sep-2001).-

En la sección oeste de Broadway, a unas cuantas cuadras del lugar donde estaban las Torres Gemelas, hay un
modesto cafetín al aire libre. Su acera suele estar llena de palomas que buscan su alimento entre las sobras que los
parroquianos dejan caer. Uno de estos parroquianos se llama Jim Farmer, compone música para películas y hacia las
7:30 de la mañana, llegó al restorán, ocupó una mesa y se dispuso a desayunar. Minutos después, percibió en el aire
una vibración extraña. Era ese rumor que produce un avión y que ya es una costumbre para el oído urbano. Lo normal
es ya no registrarlo; pero en este caso, Jim Farmer lo oyó demasiado fuerte y demasiado cerca. Se disponía a alzar la
mirada, cuando otro pequeño evento lo distrajo: al unísono, todas las palomas de la acera echaron a volar. No

tuvo tiempo de pensar más. De inmediato vinieron el estruendo y el horror. El dolor prosigue y la acera está desierta.
Esta breve anécdota fue originalmente recogida por mi colega N.R. Kleinfield y publicada el día de hoy, 12 de
septiembre, en el "New York Times".

No creo que sea el momento de recordarle a los norteamericanos las "pifias" que han cometido, me dice un
cibercorresponsal. ¿Está usted o no de acuerdo con que los norteamericanos tomen venganza?, pregunta otra; ¿no
se compadece usted de los miles de inocentes asesinados?, dice una más. Comentemos algo. Creo que la situación
es tan grave y ha modificado tan drásticamente los equilibrios de la geopolítica mundial que, si no queremos que esto
culmine en la efusión masiva de sangre, alguien tiene que recordarle al gobierno imperial, no sus "pifias", sino la
acumulada violencia, daño y deterioro que el capitalismo salvaje ha producido en el mundo. Dos viñetas ilustrativas: la
CIA patrocinando a los talibanes y entrenando a Osama ben Laden y George Bush desconociendo el protocolo de
Kioto en favor de la atmósfera que previamente había sido firmado por el gobierno norteamericano (del asunto Irán-
Contras y de Vietnam, mejor no hablamos). Entiendo que es mucho más fácil optar por lo blanco o lo negro, no hacer
distingos y que

cada quien se atenga a sus prejuicios, a sus intereses, o a sus miedos; pero resulta que, en estos momentos, una
reacción brutal e iracunda de los norteamericanos puede poner en riesgo el futuro de la humanidad. Si quieren un dato
todavía más irracional e inverosímil, ahi les va: muchos economistas del mundo se frotan las manos de gusto al saber
que un inesperado e importante aumento de los gastos en la industria bélica pondrá fin a la recesión y reactivará la
economía. ¿Quién quedará para disfrutar de la nueva bonanza bélica?. Es posible que mi entendimiento sea corto,
pero no alcanza para comprender ¿qué celebraban los orientales que salieron a bailar a las calles? y tampoco
entiendo las voces de aquellos que me dicen que todo se arreglará exterminando a los individuos, los grupos, o las
naciones que puedan estar vinculados con los demenciales actos de terrorismo. No, tajantemente no, creo en la
venganza. Me conduelo por tanta vida sacrificada y me siento, a la vez, víctima y verdugo. Creo que la humanidad
entera tiene ahora la oportunidad de hacer un profundo examen de conciencia. Me incluyo. Todos tenemos al enemigo
en casa. Ya volaron las palomas. Temo que sean ahora los halcones los que emprendan el vuelo.

Andrés Pregunta

Todos los hijos preguntan. En la pantalla de la televisión repiten por enésima vez las imágenes de la destrucción de
las Torres Gemelas. Desde sus seis años, Andrés, recién bañado y recién llegado a la vida, me pregunta: ¿qué pasó,
papá?. En Nueva York dos aviones chocaron contra esos edificios altísimos. ¿Fue un accidente?. No, los pilotos lo
hicieron a propósito. ¿Y por qué?. Porque el mal existe. ¿Y qué es el mal?. El mal es el triunfo de la muerte contra la
vida. ¿En esos edificios había gente?. Muchísima y casi todos se murieron. ¿Eran malos?. No, fueron destruidos por
el mal. ¿Los bomberos son buenos?. Los bomberos hacen cosas muy buenas porque defienden la vida. ¿Tardaron
mucho tiempo los que hicieron esos edificios?. Sí, tardaron varios años. ¿Y cómo se cayeron tan rápido?. Porque es
como si tú pisaras con todas tus fuerzas un juguete: los que lo hicieron tardaron

mucho tiempo, pero tú, de un pisotón, lo deshaces. ¿Y la gente?. Es lo mismo; tú eres un edificio que apenas está
creciendo, pero el mal te puede destruir en un instante. ¿Dónde está el mal?. Dentro y fuera de ti, pero juntos nos
vamos a defender. ¿No me va a pasar nada?. Te van a pasar muchas cosas y tú tienes que estar muy atento a que
nadie, ¡nadie!, te robe la alegría que es tu mejor señal de vida; te pasará de todo, pero yo te voy a ayudar a que todo
acabe siendo bueno. ¿Seguro?. ¡Seguro! (si mi hijo supiera de la cósmica inseguridad con la que los adultos decimos
¡seguro!).

Cualquier correspondencia con esta columna que sonríe a las palomas y maldice a los halcones, favor de dirigirla a
germandehesa@prodigy.net.mx o al Apartado Postal 19-111, Delegación Benito Juárez, México D.F.

Gaceta del Angel / El Grito

Por

Germán Dehesa

(14-Sep-2001).-

Muchos, demasiados, gritos hemos dado y recibido esta semana. No sé cuántas de nuestras ideas acerca del mundo
se fueron derrumbando junto con las Torres Gemelas. Al final (que nunca es el final) el violento polvo se asienta, el
irracional humo se dispersa y descubrimos, no sin cierta felicidad avergonzada, que somos sobrevivientes, que
nuestra salida de escena ha sido postergada y que la vertiginosa vida es todavía nuestro territorio. No encuentro mejor
homenaje para nuestros muertos (porque nuestros son todos los muertos) que no aflojarle, ni humillarle la intensa
mirada a esa exquisita y amenazante señora que es la vida.

Escribo estos renglones (reúno estas palabras) en la carretera que va de Pachuca a México. A ambos lados del
camino, lo que era grisura y muerte es ahora verdor y silenciosos cantos en sol mayor. Vine por propia voluntad a
Pachuca. Quería conocer ese loco proyecto que es la Universidad del Futbol. Es una utopía absurda, pero hay algo
más grave: ya es real. Mientras en algún lugar del mundo unos cuantos se reúnen y se confabulan para perpetrar el
secuestro, la destrucción y la muerte; mientras en el vulnerado corazón del gigante, otro puñado de hombres se reúne
para maquinar, a nombre de la justicia o de la venganza, un "escarmiento ejemplar" (que nunca lo es); mientras todo
esto ocurre, en Pachuca (que jamás ha corrido el riesgo de ser confundida con Nueva York), unos cuantos seres
reconociblemente humanos han decidido convertir un terreno baldío en una feliz y vital conjunción de aulas y canchas.
Imaginen a un niño de Apan, o de Comondú, que sueña con ser futbolista, o morir en el intento. Gracias a esta
universidad que acabo de visitar, ya no morirá en el intento: será futbolista si en él está serlo, pero su destino puede
derivar rumbo a la sociología, la comunicación, las humanidades, la educación física, la administración deportiva, la
formación como director técnico, o su capacitación como árbitro (¿se imaginan que el ominoso señor Paul Delgadillo
hubiera tenido estas facilidades?). Hay aulas, hay instalaciones, hay todo el soporte tecnológico necesario, hay una
capilla que ya está habitada por el misterio y todo por aquí, puesto que comienza a ser presente cumplido, huele a
pasto recién cortado y a futuro. Bienaventurados sean los que siembran la buena semilla del mañana.

La carretera va terminando y la larga grisura de la Capital impone su irrecusable presencia.

Será como sea, pero es el ámbito de mi vida y el absurdamente brioso corazón de mi patria (palabra que no pide ser
entonada con soberbia superioridad, sino con sonriente ternura).
En unas cuantas horas, Vicente Fox saldrá al balcón y gritará ¡Viva México!. Todos responderemos lo mismo, pero
cada quien sabrá lo que está diciendo. Yo suelo gritar en voz baja y siempre he intentado que en esas dos palabras
quepan nuestros muertos y los que no han llegado; nuestra lastimada historia y nuestras ganas de seguir siendo;
nuestra llaga y nuestra flor; nuestra pena y nuestro canto; Chiapas y las estrellas que se prodigan en el mar de Cortés;
tantas cosas, tantos años. Para que México viva, que viva México.

La Innombrable Vergüenza

Fui a Pachuca porque, como ya se sabe, prefiero ver a que me cuenten. Vine también porque ya estoy hasta la
cachucha de responder los acalambrados telefonemas de mis tías reales y postizas que me llaman para preguntarme
si ya va a comenzar la tercera guerra mundial (porque, si ya va a comenzar, mijito, no tiene caso que termine la
chambrita que estoy tejiendo).

Mi relampagueante viaje tenía, además, un valor agregado: aquí va a estar, me dijeron los hidalguenses jerarcas
deportivos, Xavier Aguirre y podrás tener tiempo y espacio para platicar con él.

Como caballero que soy, me presenté a la hora señalada. ¿Y Xavier?. La respuesta fue, a la vez, una infamia y un
retrato moral: no pudo venir, porque tuvo que quedarse a cuidar a sus hijos y a darle una alzadita a la casa. ¿Se
imaginan?. El aguerrido, el indomable, el broncíneo entrenador de los verdes aguiluchos vestido con cofia y mandil y
agitando en su diestra mano un laborioso plumero. Algo así no pasaba antes. Yo no me imagino a Horacio Casarín
pasando la aspiradora, ni a Nacho Trélles remendando calcetines. En verdad, son otros tiempos. Oremos, hermanos
de la etnia masculina, para que hoy, por decirlo metafóricamente, nos den el engomado. Hoy toca.

Cualquier correspondencia con esta columna que grita en voz baja, favor de dirigirla a germandehesa@prodigy.net.mx
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Gaceta del Angel / El fuego y la sal

Por

Germán Dehesa

(17-Sep-2001).-

Tan intenso (je, je), tan emocionante (juar, juar) está el juego entre los Pumas y el Pachuca, que, por mera
comparación, el desfile militar del 16 de septiembre (camiones y camiones verdes que pasan por el Zócalo) es una
especie de orgasmo visual. La afgana aridez del presente, permite el libre juego de la imaginación y la memoria que
cita a una asamblea virtual al señor Huntington, al señor Tito Livio, a los generales Aníbal y Escipión y al poeta Jorge
Luis Borges. He aquí la minuta de la asamblea.

En la segunda mitad del siglo III A.C., oriente y occidente tuvieron una de sus muchas y catastróficas colisiones. La
próspera Cartago era un obstáculo para las cuantiosas ambiciones del Imperio Romano que sustentaba su creciente
poder en la capacidad de sus legiones para llevar la muerte a domicilio (a los sobrevivientes se les "civilizaba" y se les
cobraba tributo). Sabedor de esto, Aníbal, el joven y talentoso general cartaginés decidió dar un inaudito y sorpresivo
golpe: penetrar en la penínusla itálica y golpear a Roma en su propio territorio supuestamente inexpugnable. La
historia de esta operación suicida no tuvo que ser contada por CNN para que todos la conociéramos. Aníbal, con todo
y elefantes, cruzó el Pirineo, cruzó Los Alpes y cayó sobre la actual Italia como un rayo. La batalla crucial fue en
Cannas (216 A.C.). Las tropas de Aníbal aniquilaron a miles de romanos (entre 50 mil y 30 mil. Ya desde entonces
jugaban con las cifras) y los avergonzaron frente al mundo. Roma estaba a la disposición de Cartago. Sólo bastaba
con que Aníbal marchara sobre la ciudad imperial. Este, en el más grave error de su vida, no lo hizo. Prefirió que él y
sus tropas descansaran en Capua. Aún hoy, no entendemos la vacilación del cartaginés frente a la posibilidad de dar
el golpe definitivo en ese momento preciso en el que la mayoría de los aliados de Roma comenzaban a retirar, o a
escatimar su apoyo al imperio. El resultado lo conocemos. Roma tuvo tiempo para recuperarse y su revancha fue
brutal. Aníbal fue obligado a retroceder y en Zama (202 A.C.) su ejército fue aniquilado por Escipión el Africano quien,
no contento con esto, marchó sobre Cartago y literalmente la borró del mapa. La otrora próspera ciudad fue
consumida por el fuego y los civilizados romanos derramaron la sal ritual sobre el baldío (Borges comenta refiriéndose
a un recuerdo personal: "tan perdido estará como Cartago/que con fuego y con sal borró el latino."). Me gustaría decir
que éste es el final de la historia. No lo es. Oriente y occidente parecen estar en permanente ruta de catástrofe. Las
sanguinarias Cruzadas, Lepanto, el Holocausto, Hiroshima y Nagasaki, Corea, Vietnam, la guerra del Golfo, Nueva
York son avatares, episodios de esta prefijada colisión. Sus espasmos violentos antes se computaban en años; ahora
es cuestión de días. Antes se hablaba de la cimitarra contra la espada; hoy hablamos de la guerra bacteriológica y del
ataque nuclear. Ha habido escarmientos monstruosos; ninguno ha extinguido el odio. Podemos imaginar que a los no
muy aptos oídos de George Bush llegan las constantes solicitudes de venganza y aniquilación. Alguien también
tendría que decirle que el fuego y la sal, lejos de extinguir el odio, lo alimentan, lo avivan, lo prolongan (por cierto,
perdieron los Pumas).

¡Viva la Paz!

Después de las muy confusas y objetables declaraciones del Canciller Castañeda, fue reanimante y tranquilizador,
todo junto, escuchar a Vicente Fox comprometiéndose con la paz en la ceremonia del Grito. Creo que estuvo oportuno
y magnífico. Sin embargo, hay algo en lo que, sin cortapisas, concuerdo con Castañeda: México tiene que
involucrarse totalmente en la lucha contra el terrorismo. Para nosotros es una guerra inevitable.

Permitir o tolerar que miles de mujeres indígenas y/o indigentes sean tratadas como animales es terrorismo puro.
Habrá que declararle la guerra. Mantener vivo y en funcionamiento un sistema económico que acumula la riqueza en
unas cuantas manos y genera millones de pobres es el más inhumano de los terrorismos. Guerra contra él. No hacer
nada efectivo para que multitud de niños muera de enfermedades vinculadas con la miseria o la ignorancia y/o permitir
que crezcan en la desnutrición, la exasperación y la falta de futuro por ausencia de educación y oportunidades es el
más condenable acto terrorista. Declarémosle la guerra. Darse por vencido frente a la corrupción, la impunidad, la
cotidiana violencia, el narcopoder, la ostensible e insultante impunidad con la que operan los pequeños y grandes
ladrones y criminales es para nosotros terror puro. Hay que combatirlo con todo.

Creo que es en estos frentes donde la batalla tiene que librarse. A nosotros no se nos perdió nada en Afganistán y yo,
en lo personal, me beneficio de la amistad de árabes y judíos. Son mis cuates y no me aterrorizan. El terror me invade
cuando veo la cotidiana injusticia en la que vivimos. Oficialmente le declaro la guerra para que viva la paz.

Envío

Josefina Galindo fue mi más antigua y entrañable alumna. Me dicen que ha muerto. Yo necesito pensar que ahí sigue
risa y risa. De otro modo, sin su tierna cercanía, yo no podría dar clases. Como tantas otras veces, Jose, estas
palabras son para ti.

Cualquier correspondencia con esta columna antiterrorista, favor de dirigirla a germandehesa@prodigy.net.mx o al


Apartado Postal 19-111, Delegación Benito Juárez, México D.F

Gaceta del Angel / El informe de AMLO

Por

Germán Dehesa
(18-Sep-2001).-

El sábado por la noche, cuando todos estábamos en un grito, recibí la invitación para asistir al primer informe de
López Obrador. Mi agenda de los lunes por la mañana suele ser fragorosa y éste lunes 17 no era la excepción. No
obstante esto, decidí asistir lleno de fervor cívico y movido por mi secreta vocación de cronista de sociales. Todo fue
decidirlo y descubrir que mi invitación se había quedado en el melódico y bohemio changarro donde presto mis
servicios los sábados por la noche. El lugar permanece cerrado hasta el martes y esto me produjo una trémula
angustia de la que no pudieron salvarme los buenos oficios del muy amable personal de Comunicación Social que
labora con Andrés Manuel. El caso es que terminé oyéndolo por Internet. No se imaginan el circo que organizamos
aquí en mi torrecita gemela (dos pisos). Todo el personal que aquí labora desfiló frente a mi computadora. Yo lo único
que aporté fue mi compacta ignorancia. Los demás tecleaban frenéticamente, apachurraban botones y decían cosas
en dialecto cibernético. Cada vez que alguno de mis chalanes y chalanas terminaban de hacer alguna maniobra en el
teclado, aparecía la palabra que más horror me produce en la vida: WARNING!. En tan apurado trance, yo recé en
silencio una efectivísima oración a San Vicente Ferrer que me enseñó mi mamá y de inmediato (vía Seattle) las
bocinas difundieron la reconocible voz de mi taquera amiga Ma. de los Angeles Moreno. Misión cumplida. Loados
sean Vicente Ferrer y mi mamá (poishita, tanto que la zarandearon los cibercorresponsales la semana pasada).

Creo que este informe fue bastante más civilizado y cívico que el de Vicente Fox. Por supuesto que hubo
discrepancias entre el PAN y el PRD y la expresión de serias reservas por parte del PRI; pero para eso son los
parlamentos: para formular disensos y, eventualmente, llegar a consensos. La presencia de AMLO en esta primera
fase de "posicionamiento" de los partidos le dio sentido y mesura a todas las intervenciones que, por otra parte, no
enunciaron nada nuevo: la inseguridad sigue siendo el problema central, muchas promesas no se han cumplido, se ha
festinado la impunidad de algunos funcionarios y ex-funcionarios perredistas (¿y el Lobohombo?), el proyecto de las
preparatorias y de la nueva universidad es demagógico e inoperante (estoy totalmente de acuerdo), el presupuesto no
ha sido ejercido a cabalidad y esto y lo otro.

En su turno, AMLO entregó el librote con el verdadero informe y se adueñó del micrófono durante 40 minutos largos.
Mucho más relajado que Fox y cobijadísimo por los leales aplausos de la fracción perredista, López Obrador nos
comunicó la muy halagüeña opinión que tiene acerca de su propio mandato. Decir que algunas promesas se han
cumplido y otras están en proceso de cumplirse me parece un bello logro retórico para decir que ahi la va llevando.
Mencionó también que su proyectazo de la nueva Universidad ha generado mucha polémica (no hay tal: la
investigación de Infored muestra que simplemente es un desastre). Lo mejor vino al final: la sesión de preguntas y
respuestas fue mesurada y democrática. Ha habido cosas buenas, ha habido fallas graves. ¿Queremos mejores
resultados?, no veo otro camino que ser mejores ciudadanos; ni AMLO que es un hombre decente, ni nadie pueden
solos con este monstruo de ciudad.

Leer Televisión CNN, la única dispensadora de información planetaria, ha provocado severos daños en las
vulnerables mentes de los niños mexicanos, tan aguerridos ellos. No niego que ya venían dañados por la vaca y el
pollito y por esa infamia intelectual que se llama "La Escuelita"; pero lo del martes 11 acabó de tronarles el chip. Ahí
tienen el caso del hijo de mi amigo Mike que dedicó todo ese martes a ver la televisión para concluir, con rara
habilidad matemática, que 300 aviones habían tirado 300 torres igualitas (y eso que no vio todas las repeticiones).

Algo tenemos que hacer para defendernos de los ataques del videoimperio. Aunque no parezca, este asunto está muy
vinculado con el de la lectura. Un buen lector sabe que, frente al libro, hay que aprender a defenderse, hay que
guardar distancias y hay que aprender a preguntarse cosas como éstas: ¿quién me está diciendo esto?, ¿es confiable
o no mucho?, ¿para qué me lo está diciendo?, ¿qué palabras y qué estrategia verbal está empleando?, ¿habla en
imperativo, en indicativo (lo más decente) o en subjuntivo (lo más desconfiable)?, ¿qué dice y qué deja de decir?, ¿por
qué?, ¿lo que estoy leyendo es ensayo, es relato, o es deschongue lírico?. Una vez que se aprende esto, puede
aplicarse a lo que me cuenta mi tía Rosa (mitómana contumaz), o a lo que me permite ver CNN, o sus filiales: Televisa
y TV Azteca. Sin ir más lejos, ayer domingo en DeporTV pude ver a unos matarifes que, en el Estadio Azteca,
agredían a las huestes de José Ramón capitaneadas por Faitelson y todo esto con el visible patrocinio de Coca Cola
(¡la chispa de la vida presenta!: la madriza).

Aprendamos a leer. Logrado esto, sentémonos con nuestros hijos y enseñémoslos también a crear esa desconfiada y
sana distancia crítica indispensable para leer libros, para leer la vida, para leer televisión.
Cualquier correspondencia con esta columna que todavía tiene Capital, favor de dirigirla a
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Gaceta del Angel / Asedio a los Pinos

Por

Germán Dehesa

(19-Sep-2001).-

El martes, nadie lo ignora, está consagrado al dios latino de la guerra. Esto no nos dice mayor cosa acerca de los
dioses, pero nos revela el talante guerrero, broncudo, "civilizador" de los romanos. Tan hermoso que es el viernes, día
de Venus, dedicado al amor; tan hermoso y tan lejano de las furias de Marte (a batallas de amor, campo de plumas).

Martes 18 de septiembre. Por aquello del no te entumas, me levanté a las siete de la mañana. El Mohicanito ya estaba
vestido y despachaba alegremente su desayuno. Yo simplemente no estaba y era apenas una imagen virtual de un
adulto con tanta plenitud que ya ni en la morgue lo aceptarían. Zarpamos en silencio, lo deposité en la primera escuela
que avistamos y yo me incorporé al espeso periférico que fluía de sur a norte como sangre de Arafat (¿se la
imaginan?, ha de tener consistencia de kepe charola). Fue una hora de trayecto entre mi condado y Los Pinos. Tuve
tiempo suficiente para escuchar la entrevista que le hizo Gutiérrez Vivó a Andrés Manuel. A esas horas, los dos se
oían totalmente frescos, lúcidos y hasta de buen humor. Malditos. ¿Cómo le hacen?. AMLO estuvo francamente bien,
y eso que tuvo que torear los telefonemas de un ingeniero químico que literalmente vive en la calle y de un abogado
con la carrera concluida que quiere obtener un permiso para fabricar algo en su casa. ¿Ha descendido la criminalidad
en la Ciudad de México? preguntó Gutiérrez Vivó. La neta, no, dijo AMLO, sigue estable y eso está mal; en lo único en
que hemos logrado ciertos avances es en el robo de autos. Otro telefonema: quiero decirle, señor López Obrador, que
lo admiro mucho y me gustaría ser su amigo. Si no era Carlos Imaz con la voz disfrazada, debe haber sido muy
satisfactorio para AMLO oír ese mensaje.

Llegué al Salón Carranza en el momento exacto en el que iban a retirar mi platito de frutas. Lo hace, le dije al mesero,
y le recito Garrick de Juan de Dios Peza y le produciré daños irreversibles. Me zampé mi frutiux, miré a mi alrededor y
me encontré con todo México. No me refiero a la consabida lista de "pájaros muy importantes", sino a un
conglomerado amplísimo de todas las etnias meshicas: pobres, ricos, jóvenes, yo, empresarios, luchadores sociales,
ministros religiosos, ciudadanos del común (que tan poco comunes son), académicos y Ricardo Rocha. Todos
estábamos ahí convocados por mi viuda consentida, Josefina Vázquez, para cumplir una tarea específica. El 60% de
la población mexicana no es pobre, el 40% lo es. Entre ambos sectores hay una frontera que, aunque poco
perceptible, es casi impasable cuando se va del 40 al 60. La tarea de los del 60 se enuncia sencillamente: hay que
derrumbar esa frontera y darle fluidez y dinámica a la ascensión social. Se enuncia sencillamente, pero, en las
actuales condiciones, implica que gobierno y sociedad hagamos un enorme esfuerzo de imaginación, de compromiso
y de alegre voluntad de justicia (los expertos en lástima no son bienvenidos). De eso hablamos Josefina Vázquez,
Martha R eséndiz, dos o tres ciudadanos más y Vicente Fox. Como el Presidenchente estuvo francamente bien y
habló de cosas de mucha entidad, habrá que dedicarle otra columna como ésta que, según leo, viene cargada de
guayabazos oficialistas. Ni modo. A veces, hay que hablar bien de los funcionarios.

El Grito
En los primeros años del siglo XX, un pintor noruego llamado Edvard Munch que ya presentía la que íbamos a armar,
pintó "El Grito" y, después de una prolongada estancia en Francia, tuvo una larga depresión, regresó a Noruega y ahí
murió en 1944 unos cuantos días antes de mi nacimiento (quizá fue mejor: se hubiera deprimido más).

El 15 de septiembre de 2001, Vicente Fox dio "el grito" y dejó a muchos mexicanos con cara de Munch. Hace unas
horas saludé al Presidente y, de manera por demás amable y respetuosa, le pregunté si no le habían avisado que en
el balcón de Palacio Nacional había micrófonos. Como toda respuesta, obtuve un gesto de enorme extrañeza. Sí, le
dije, es que se aventó El Grito estilo Hidalgo, así a lo pelón y, pues no es por nada, pero le salieron unos rugidos
terroríficos; varios de los asistentes al Zócalo perdieron de golpe el vello púbico y la onda sónica llegó hasta la
Alameda donde varios caperuzos se tragaron el chupón ante el horrísono estruendo. ¿Sí, verdad?, me dijo, aunque
me miraba (ahora le tocó a él) con cara de Munch.

Leer televisión II

Pues con la novedad de que ya están nuestros corresponsales en Estados Unidos. Loable esfuerzo, pero, insisto,
vayámonos con cuidado. A este rompecabezas todavía le faltan muchas piezas y alrededor de los montones de
piedras, no existen aún los contextos necesarios. A Jorge Berry todavía no se le quita la cara de susto; Carla Iberia es
sobria y profesional y al que hay que leer con más cuidado y con su granito de sal es a Tinoco Guadarrammma.

Cualquier correspondencia con esta pinácea columna, favor de dirigirla a germandehesa@prodigy.net.mx o al


Apartado Postal 19-111, Delegación Benito Juárez, México D.F.

Gaceta del Angel / Asedio a Los Pinos II

Por

Germán Dehesa

(20-Sep-2001).-

Estábamos en esto: en México el 60% no somos pobres (por el momento) y el 40% sí lo es. Además, somos ya la
décima economía del mundo y, en un plazo cercano, seremos la novena y, por lo tanto, estaremos ya en el umbral
(¿por qué México siempre está en el umbral de algo y no logra trasponerlo?) del poderoso Grupo de los 8. Sin
embargo, esta favorable posición de nuestra economía no se refleja correctamente en la distribución del ingreso. En
esta tabla nos desplomamos más allá del centésimo lugar. Digámoslo de otra manera: generamos mucha riqueza,
pero ésta se concentra en unas cuantas manos y son millones los que no se benefician de ella. Para hablar en cifras
redondas: son 16 millones los mexicanos que viven en pobreza extrema. Esta situación es ingrata y dolorosa.
Además, no tiene remedio inmediato. Si hoy sociedad y gobierno nos ponemos a atacar este problema de manera
correcta, nuestras expectativas a diez años son las de reducir de 40 a 30 el porcentaje de pobreza y de 16 a 12 el de
pobreza extrema. Todas estas son palabras de Fox tal como las recuerda y transcribe un catatónico asistente a la
matutinísima reunión del Consejo Consultivo Ciudadano de Desarrollo Social. Las recuerdo hoy, 19 de septiembre, a
ocho días del enmascarado Pearl Harbor post-moderno (y con Bushito calentando motores, disponiendo aviones y
listo para atacar un objetivo que todavía no le queda muy claro), a 16 años del temblor que literalmente nos desquició
(según las autoridades capitalinas, hay, por lo menos, 400 edificios desahuciados que no han sido derrumbados y que
de nuevo están habitados) y a unas cuantas horas de escuchar la noticia de que el tren ligero atacó de nuevo y
atropelló a unos trabajadores (de veras, AMLO, hazme caso y concesiónaselo a Six Flags). Espero que mi memoria
haya encontrado el rumbo correcto entre tanto escombro.
Lo que ahora diré será por cuenta mía. Pese a las buenas intenciones de unos cuantos funcionarios excepcionales, al
PRI como sistema no le interesó erradicar la pobreza. Su vocación autoritaria y paternalista le indicó que lo correcto
era "mantener" la pobreza (si no hay pobres, ¿a quién ayudo?, ¿a quién acarreo? y ¿con quién lleno, matraca y torta
de por medio, mis fervorosos encuentros con el pueblo?). Había pues que asignar cantidades suficientes para
mantener esa pobreza, pero, para acabarla de amolar, en el camino se atravesó la corrupción y así, lo que comenzó
siendo "mantenimiento" terminó convirtiéndose en la cada vez más acelerada producción de pobres. El último intento
por refrenarla se llamó "Solidaridad" que quizá, de no mediar la corrupción, hubiera funcionado. No fue así y así
estamos.

Papá gobierno ya pasó a mejor vida. Mamá sociedad comienza a despertar. El rezago y el daño son inmensos.
También lo es la voluntad de México por recuperar el tiempo perdido. Todos ponen y nadie roba. Sin esta regla de oro,
no hay remedio. No se trata de actos caritativos. Tenemos que pensar en recuperar terreno para la justicia, pues sólo
en ésta podemos hablar de verdadera vida. Mantener el rumbo de las últimas décadas nos llevará a la violencia y a la
aniquilación. No. No me levanté tan temprano y navegué rumbo a Los Pinos nomás a lo menso. Lo hice en defensa
propia. Si perteneces al club del 60%, creo que tienes que actuar en consecuencia. Diría El Piporro: no es regaño, es
consejo.

El Tren que Corría

La memoria nacional, como nuestro sistema legal, está llena de huecos (eso dicen los que regaron copiosa baba con
los expedientes de Cabal Peniche). Pocos recordamos que una de las últimas obras "importantes" que inauguró
Miguel de la Madrid fue el malhadado tren ligero. Desde su inauguración, todos nos quedamos con la duda con
respecto a la ligereza del mencionado tren. No supimos si se refería a la frivolidad con la que fue planeado, a su
escaso peso, o a su sorprendente velocidad. Esta tercera teoría era la que menos apoyo tenía. En el televisado
recorrido inaugural, el carismático regente Aguirre y el electrizante Miguel de la Madrid fueron obligados a ponerse
unos cascos metálicos muy poco favorecedores (parecían dos muestras de Pelón Pelo Rico), pero que, según
dedujimos, los protegerían de la vertiginosa aceleración. No hubo tal. La máxima velocidad que alcanzó el tren en este
primer recorrido fue algo así como tres kilómetros por hora. Alguna voz no identificada nos explicó a los
videoespectadores que se trataba de una leve falla técnica que sería inmediatamente subsanada.

Desde lo narrado, han transcurrido 23 años. Parece que siguen apareciendo fallitas. ¿Hasta cuándo?. Yo que AMLO,
lo dejaría por la paz, hablaría con un buen circo y establecería un servicio de hombres y mujeres bala y compraría a
buen precio dos cañones tipo Navarone que disparen a los usuarios y usuarias de Xochimilco al Zócalo y de regreso.
Sería mucho más seguro y el índice de víctimas decrecería notoriamente.

Cualquier correspondencia con esta columna fugazmente convertida en sucursal de Sedesol, favor de dirigirla a
germandehesa@prodigy.net.mx o al Apartado Postal 19-111, Delegación Benito Juárez, México D.F

Gaceta del Angel / El largo camino

Por

Germán Dehesa

(21-Sep-2001).-

El próximo sábado conmemoraremos la consumación de nuestra primera Independencia (la segunda, todavía se va a
tardar un poco). Hoy, precisamente hoy, tendríamos que recordar un acontecimiento de similar importancia: hace 450
años fue fundada y establecida la Real y Pontificia Universidad de México. Todos los que creemos que la educación
es y ha sido siempre el único camino viable para México tenemos obligación de celebrar el feliz acontecimiento.

Sería absurdo pensar que es la UNAM, o sólo la UNAM, la única que debe estar de fiesta. Poco o nada sobrevive de
la estructura de aquella primitiva Universidad. Muchos y muy aciagos años pasó México sin una institución de estudios
superiores. El camino hacia esa única forma de verdadera libertad que es el conocimiento ha sido para los mexicanos
una larga peregrinación que todavía no concluye. El mundo ingresa al ámbito de la virtualidad, a los milagros de la
tecnología, a los horrores de formas inéditas de la violencia y la confrontación y nuestro país llega a todo esto con
muchas desventajas y muy poco guarnecido. Desde los territorios del sector oficial nos llega la noticia de que todavía
lo van a pensar un rato, antes de decidir si podemos o no tener libre acceso a la información pública. Es decir que
podemos aterrorizarnos frente a la televisión al contemplar el ataque a Nueva York, pero no podemos saber lo que
ocurre con los manejos de nuestro dinero en tal o cual dependencia pública. Quizá por aquí esté una de las claves
para entender por qué un país que, hace 450 años no significaba nada, es ahora el más poderoso del mundo y por
qué otro país que, hace el mismo número de años ya tenía Universidad, está tan atorado y es tan dependiente en este
calamitoso septiembre del 2001.

Por supuesto que me congratulo por este aniversario; pero mi felicidad no se fija en esa remotísima fundación a la que
no asistí, sino que encuentra su verdadero motivo de gozo en la actual existencia de muchas, aunque todavía
insuficientes, instituciones de estudios superiores que hoy tenemos en nuestro país. Todavía más: lo que hoy tenemos
que celebrar, patrocinar y provocar es la sobrevivencia de nuestra curiosidad intelectual, de nuestro espíritu inquisitivo,
nuestras ganas de aprender para ser mejores y para ser útiles. Creo que no entra en nuestros planes convertirnos en
una potencia bélica. Alabado sea Dios. De lo que no tengo la menor duda es de que si no nos convertimos en una
potencia intelectual, no sobreviviremos como nación en este bravísimo nuevo mundo que, mediante un violentísimo
parto, nació el 11 de septiembre del año en curso.

Celebremos que hace 450 años surgió entre nosotros el espíritu universitario. Celebremos, pero recordemos que el
trecho por recorrer todavía es largo. Aún no sabemos lo que necesitamos saber. El conocimiento y la información son
todavía entre nosotros una riqueza mal repartida. Si tienes hijos no les permitas conformarse con la ignorancia, o con
las superficialidades, o con las verdades a medias. Si logras inculcarles un total apetito de verdad es posible que les
compliques la vida, pero es seguro que les estarás heredando lo mejor. Le estarás dando continuidad y futuro a esa
larga caminata que comenzó hace cuatro siglos y medio. Al principio, sólo unos cuantos tenían derecho a caminar;
hoy es imperativo que todos caminemos.

Anochece

Según la fórmula de Goethe: lo cercano se hace lejano. Cae la noche y las invisibles rosas comienzan su secreta
navegación. El mundo está en vilo, los portaviones rompen el cristal del agua, los aviones se disponen a repartir
paquetes de muerte y muchos seres ignoran si mirarán el amanecer. Nada se ha detenido, pero todo se ha refrenado.
Los hombres prosiguen sus afanes, pero husmean el aire en busca de señales que confirmen o disipen sus temores.
Algún violinista afina su instrumento porque quiere seguir tocando; alguna madre arropa a su hijo y lo acompaña a
rezar; en alguna cocina humea la merecida cena; en alguna otra no hay nada y eso es inmerecido. En este ínfimo
rincón del mundo reúno estas palabras, junto esta parvada de renglones e intento considerar. El verbo considerar es
pariente inmediato de la palabra que empleamos para nombrar al espacio sideral. Considerar es consultar con las
estrellas. Alguna habrá que florezca esta noche para nosotros; que nos avise que, una vez más, sobreviviremos y que
amanecerá. Anochece y tenemos miedo. Alguna fórmula habrá para conjurarlo. Permanezcamos juntos hasta que
amanezca. Hoy toca.

Cualquier correspondencia con esta columna universitaria, favor de dirigirla a germandehesa@prodigy.net.mx o al


Apartado Postal 19-111, Delegación Benito Juárez, México D.F.

Gaceta del Angel / ¿Cómo dijo

Por

Germán Dehesa
(24-Sep-2001).-

"O están con nosotros o están con los terroristas". George W. Bush le planteó al planeta entero esta disyuntiva tan
sencilla de enunciar como difícil de digerir. En mi indudable calidad de perecible habitante de este planeta (también
perecible), me permito plantear mi postura frente a la elección tajante a la que nos intimó el Presidente del país más
poderoso de la tierra. Creo que lo que ahora diré será poco novedoso dentro del torbellino de discusiones bizantinas
que se han desatado desde el 11 de septiembre. La discusión, como bien nos consta, ha involucrado a expertos en la
materia (y en el espíritu de la materia), a internacionalistas recién autopromovidos como tales, a fundamentalistas de
ambos bandos y a opinadores kamikaze. De mí, lo único que sé decir es que intuyo que nos faltan herramientas para
mirar con más cuidado y eficacia esta situación tan radicalmente novedosa. No tengo demasiadas certezas, aunque
abundo en perplejidades. Además experimento una gran angustia. No tengo miedo de que algo me ocurra. No es mi
temor que el mundo desaparezca. Me aterra que se envilezca.

Vuelvo a la disyunción de Bush y encuentro más sencillo situarme con toda nitidez frente a la segunda parte de ella.
Como Savater, como Monsiváis y como la fracción pensante de la humanidad, no tengo la menor duda: el terrorismo
es indefendible, es inhumano, es monstruoso, no reivindica nada, produce efectos siempre contraproducentes, no
tiene justificación posible, es una de las más graves consternaciones de la humanidad, todo lo empeora y sólo
produce daños y ruinas. "¿En nombre de qué fraternidad futura me pides que destruya a mi hermano presente?",
pregunta Janek, un conmovedor personaje de "Los Justos" de Albert Camus, una obra de teatro que hoy tendríamos
que releer con atención. Frente a esta lepra moral del terrorismo no puedo tener reservas, ni medias tintas: es el fruto
maldito de la más torcida inteligencia humana. El terrorismo no propone nada, corrompe cualquier causa justa,
destruye el terreno ganado por la civilización y en su lugar deja un baldío sólo apto para la desolación, el dolor y la
ruina. Eso pienso del terrorismo.

Entro ahora en terreno más escabroso e invierto la admonición de Bush: el que está contra el terrorismo ¿está con
"nosotros"?. Aquí es donde me comienza a rechinar el maderamen. Depende de quiénes estén respaldando ese
"nosotros". Si se trata de todas las sociedades del mundo que hayan sido estúpidamente heridas por los fanáticos
desarbolados del alma; pienso en España, en Israel y Palestina, en Irlanda, en Colombia y si se trata también de las
que puedan estar amenazadas por el mismo mal, es decir, todas las naciones del mundo, no me cuesta ningún trabajo
darme de alta en ese "nosotros".

Si hablamos del pueblo norteamericano, poseedor de tantas y tan admirables virtudes, víctima reciente de una
agresión que no encuentra calificativos, no es difícil, por compasión y civilización, sentirse cerca de ese nosotros.

Si se trata de un específico proyecto bélico del gobierno y el sistema estadounidenses. Si lo que me están pidiendo es
mi adhesión a ciegas a la más gigantesca industria militar en toda la historia de la humanidad y que apoye una "guerra
muy larga" que consumirá vidas, que arrojará bombas, que emprenderá "acciones quirúrgicas", que invadirá países
con el autoconferido permiso de exterminar terroristas sin arrancar de raíz las causas y las coartadas morales que
producen la barbarie. Si no hay acuerdo internacional que decida la mejor estrategia para extirpar de raíz este mal;
entonces, señor Bush, me aparto de ese "nosotros" y le pregunto: ¿cómo dijo?, ¿me podría repetir la pregunta?. Van a
ajusticiar a muchos terroristas. Me temo que el terror sobrevivirá.

Gol en Ciudad Universitaria

Cuando terminó el partido contra los Tigres de la UANL y la ovación se desató, Hugo Sánchez tuvo la elegancia de
hacer una seña que indicaba que los aplausos no eran para él, sino para los jugadores. Así fue. El partido distó mucho
de ser memorable, aunque en el segundo tiempo los Pumas intentaron ser más ofensivos, aunque con escasos
resultados. Ya cerca del final, Christian Ramírez, un jugador que había estado relegado, pateó desde muy lejos un
balón que agarró trayectoria de meteorito y se alojó en la portería regiomontana. Ganamos. No fue un buen juego,
pero ¡ganamos! y la felicidad que, en ese momento, compartí con mi hija Juana Inés, antes Viruta y próximamente
(espero) Licenciada en Letras por la UNAM, ahora la comparto (la felicidad, no mi hija) con todos los que apoyan, o
simpatizan con el equipo Universidad.
Y hablando de esto, me entero de que la Porra Plus no está nada contenta conmigo. Agradezco la distinción y sin
ánimos de violencia, vuelvo a decir lo que ya he dicho: apoyar a un equipo no requiere de la vulgaridad y de las
obscenidades reiteradas. No es pensable que un árbitro no vaya a reaccionar en contra si, desde un principio, es
blanco de insultos que pretenden ser graciosos y sólo son contraproducentes y cobardes en tanto se resguardan en el
tumulto anónimo. Y no perdamos de vista otra cosa: la violencia verbal es el prólogo de la violencia física. Me gustaría
seguir asistiendo al Estadio con mis hijos. ¿Sería mucho pedirles, mis estimados porropluses, que se comportaran a la
altura de su condición de universitarios?. Quedemos en paz. No están los tiempos para patrocinar agresiones.

Ganamos. Un vecino de asiento intercambió felicitaciones. Yo le comenté: ¡no, y espérese a que juguemos bien!.

Cualquier correspondencia con esta columna entre el terror y nosotros, favor de dirigirla a
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Gaceta del Angel / La sonrisa secuestrada

Por

Germán Dehesa

(25-Sep-2001).-

Me extraña y me abruma un poco la cantidad de correos electrónicos que he recibido a partir del aciago 11 de
septiembre. Como suele suceder, hay muchos enormemente gratos y serenos, en otros hay observaciones atendibles
y enriquecedoras. Después comienza la zona de turbulencia con mensajes remojados en respetable bilis y algunos
más, perfectamente desechables porque están elaborados con un venenoso concentrado de mala leche. Para estos
últimos he desarrollado una robusta capacidad de olvido. Me interesan los penúltimos; los que me hablan de mi
incurable "frivolidad" y de mi ofensiva incapacidad para tomarme en serio materias tan graves como la que ahora nos
ocupa. Puedo entender que familias enteras sientan que el hígado se les hace moño con alguna de mis sinrazones;
acepto también que otro rayo de la ira me escriba para decirme que deje que los periodistas "serios" hablen de las
cosas "serias" y que yo, por lo pronto, me vaya a vivir a la perrera que ni siquiera tengo. Lo acepto, pero como
comprenderán, no lo comparto. Como bien lo reconoce mi estimado Silva Herzog Márquez: estamos frente a una
situación tan arrolladoramente inédita, que todo análisis tiene enormes márgenes de error y toda predicción, al carecer
de bases sólidas, nos convierte, en el mejor de los casos, en Nostradamus charros. Así las cosas y con los periodistas
"serios" tan conscientes de que algo va a pasar, aunque no saben muy bien qué, ni cuándo; reivindico mi derecho a
no crisparme, a no rodar por las alfombras bañado en llanto y a platicar contigo, lectora, lector querido, de modo
acompasado y grato, aunque luego me reviren con tan malos modos.

La extendida teoría de que soy idiota no ha podido ser probada científicamente, a pesar de la presión brutal que mis
tías y mis familias políticas han ejercido sobre los especialistas que se han ocupado del caso. El espacio que me crea
el beneficio de la duda lo aprovecho para leer (no con la intención de saber más, sino de ignorar menos, diría Sor
Juana), para escribir y para disfrutar de la vida que, bien me consta, a veces resulta áspera, hostil y poco disfrutable.
Cuando se ponen así las cosas, experimento el ansia genética de no cargarle más la vida a mi prójimo y de no
colaborar con la zopilotera tarea de agravar los desastres y de moverle el agua a los tiburones. No es seguro, pero es
probable que pudiera modificar esta actitud si es que alguien logra demostrarme que poner cara de enterrador y
hablar con voz del profeta Jeremías ayuda en algo a remediar el daño, cualquier daño. Lejos de eso, tengo para mí
que con los rictus solemnes colaboramos a extender la pena, a difundir la angustia y a ejercer el terrorismo gestual.
Esto me parece más frívolo e irresponsable, que colaborar a hacer más leve y llevadera la carga.
Me niego a que me secuestren la sonrisa. Desde mi infancia aprendí que soy proclive a que me gane la risa en
momentos muy poco apropiados. Mi padre y yo solíamos ser violentamente expelidos de los velorios. El cardiólogo
que me atendió cuando estuve a punto de felpar todavía está en psicoanálisis por las locuras que le dije mientras él se
la rifaba por traerme de regreso. Tengo en alta estima a la sonrisa que me parece una señal de vida y de humanidad.
Ni siquiera soy optimista. Soy pesimista activo. A la gente de mi generación y de mi país nos han robado, secuestrado,
tantas cosas. No me parece que nos roben la sonrisa. Es nuestra última elegancia.

Y Para Mejorar las Cosas

Ya cae la lluvia minuciosa. Siempre hay un distante ciclón, una enigmática tormenta tropical que resultan
responsables de la conversión del Periférico en afluente del Grijalva. Alguien tendrá que estudiar el extraño poder
apaciguador que tiene el mero hecho de saber el nombre del talibán o el meteorito que nos perjudica la existencia. Yo
no me siento muy aplacado. Al borde mismo de ser adulto en plenitud se me empañan las articulaciones y se me
aguada la melancolía con esta lluvia persistente que comenzó el domingo por la tarde, continuó toda la noche y aquí
sigue preparando un lento engrudo con mis neuronas. En los húmedos amaneceres sigue apareciéndose López
Obrador para mirar con satisfacción la avanzada villahermosización de la capital (en Perisur ya avistaron un manatí y
una cabeza olmeca). Leonel Godoy ya dijo que los laberintos subterráneos no son bronca suya y que, si quieren
arreglar ese asunto, tendrán que elegir a un jefe de gobierno de ese México subterráneo que ya no es jurisdicción
suya; ellos gobiernan de los baches para arriba; lo de abajo ya es otro boleto.

Mientras tú leas esto, yo estaré volando rumbo a Monterrey. Vamos a presentar un espectáculo, a hacer la subasta de
canciones para la Tarahumara y a lo que se ofrezca. Ya me comuniqué para allá y me dieron una regia noticia: en
Monterrey también está lloviendo. Creo que regresaré en hidroavión.

Cualquier correspondencia con esta columna melancólica y sonriente, favor de dirigirla a


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Gaceta del Angel / Una nueva manera de volar

Por

Germán Dehesa

(26-Sep-2001).-

De haber sabido que el cimbronazo se iba a interponer. A finales de agosto, cuando este viaje fue pactado, nadie, ni
Nostradamus, sabía lo que iba a ocurrir el 11 de septiembre. Como dice mi tía Trinita que es filósofa intuitiva: para
sabios, Salomón. Con todo esto no quiero decir que no hubiera venido a Monterrey, pero de lo que estoy seguro es de
que mi estrategia logística hubiera sido enteramente distinta. Si yo hubiera sabido, por ejemplo, que nuestras
autoridades aeroportuarias se iban a poner tan perras y nos iban a exigir a los sufridos aeroviajeros que nos
presentáramos dos horas antes a los vuelos nacionales (que están saliendo una hora después por inundación de
pista) y que trajéramos identificación vigente con foto, una carta del padre o tutor, una muestra de orina y dos
taparroscas de Fanta; no hubiera escogido jamás el vuelo de las once de la mañana. Lo peor es que la Hillary es
intensita y lleva en sus venas gotas de sangre luterana. Todo se lo toma al pie de la letra. Todavía el lunes en la
noche, mientras yo contemplaba la patiza que le estaban poniendo a mis Pieles Rojas de Washington, apareció en mi
búnker con su bata de Morticia y me anunció con voz grave: Germán, o estás conmigo, o estás con el terrorismo;
mañana nos tenemos que levantar a las siete de la mañana si es que queremos estar en el aeropuerto a las nueve. Es
que yo no quiero estar en el aeropuerto a las nueve. No es que quieras, es que tienes que estar y no me impacientes
porque se me alacia el pelo, ¿tienes dinero?. Este sorprendente giro financiero en la conversación es muy propio de la
Hillary. ¿Para qué quieres dinero?.

Es que ya se le cayó otro diente a Andrés y se lo dejó al ratón. ¿Y no le puedes explicar a Osama bin Bucles que
Bush le congeló sus cuentas al ratón?. No. Correcto. Le extendí una cuantiosa suma, apagué el televisor y me dispuse
a dormir. Lo logré hacia la una de la mañana. A las siete, el microfundamentalista me asestó un periodicazo en la
panza. Yo sentí lo que sentía la Sauri cuando se despertaba a medio informe de Fox.

Andrés me platicó de las pingües ganancias que había obtenido con el ratón y manifestaba su voluntad de tirarse
todos los dientes a martillazos para reunir un buen capital.

Después me bañé dormido, me rasuré dormido, acompañé a bin Bucles a su escuela y emprendí con la Hillary el difícil
camino del aeropuerto.

Hicimos más de una hora.

Dormí todo el camino. En el mostrador de Aeroméxico estábamos cinco audaces viajeros. Nos despacharon a gran
velocidad. Todavía faltaban cien minutos para nuestra hora de abordar. Si conocen mi habilidad para llegar dos
minutos antes, comprenderán mi desasosiego.

Mi vida (así me dice): vamos de una vez a pasar el control porque me han contado que están muy sangrones.

En el momento de poner mi vetusto portafolios en la banda, recordé que ahí llevo una navaja suiza que me acompaña
desde mi niñez. Pensé: ya estuvo que me la hicieron de jamón. En efecto: una mujer policía levemente albondigona
me detuvo para estudiar con visible desconfianza mi reloj de Goofy. La navaja pasó totalmente inadvertida.

Los noventa minutos restantes los empleó la Hillary para adquirir un huevito Kínder y un libro muy serio sobre
reencarnación. Llegó el ansiado momento. Nos volvieron a formar.

Nos volvieron a pedir la identificación. Nos trepamos al avión.

Esperamos cuarenta minutos y finalmente despegamos. A caballo hubiéramos llegado más rápido.

LAS FALSAS CERTEZAS

Sigo severamente afectado por lo acontecido en Nueva York y Washington. El público asistente al monday night
football me produjo una sensación de solidaridad, de urgencia, de cercanía y hasta de un cierto desvalimiento. Están
tristes por sus muertos del día 11 y están tristes por los que morirán en la que Bush anunció como una guerra muy
larga.

Al lado de esta conmoción, la multitud futbolera me comunicó también la noción de ingenuidad compartida. Todos
hemos dado ya por hecho que Osama bin Laden es el villano de esta historia. Si lo pensamos un poco, se trata de una
gran fabricación mediática. Nadie tiene ni el asomo de una prueba real o contundente en su contra, pero todos lo
señalan como culpable y lo quieren vivo o muerto. Habría que esperar.

Cualquier correspondencia con esta columna que vuela de otro modo, favor de dirigirla a
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Gaceta del Angel / ¡Estuvo bruto

Por

Germán Dehesa
(27-Sep-2001).-

Para esta noche de martes, todos los meteorólogos regiomontanos (es decir: todos los regiomontanos) pronosticaban
lluvias. No llovió. Todos los conocedores de la vida artística y cultural anunciaban la asistencia de "unos quinientos
pelados" al "Cancionero Mexicano" que presentamos en el historiado patio del Museo de Historia de México. Entre
semana, los regios salen poco. Fueron más de mil paisanos y ninguno era pelado. Todas las etnias regiomontanas,
los ricos y los pobres, los jóvenes y los adultos en plenitud, hombres, mujeres y niños; todos estuvimos allí. El público
de aquí es más bien reservado y frío, me advirtieron los psicólogos sociales, además todo mundo sabe que eres
Puma y la afición regia no está nada contenta con esa porquería de gol que le acaban de meter a los Tigres.

Con todos estos antecedentes, la Hillary, el Charro Negro y todo el cártel melódico salimos al escenario con aire de
que nos acababan de reclutar para la guerra en Afganistán. Nunca, ni en nuestro más desbordado sueño tropical,
habíamos tenido un público tan cálido, tan cercano, tan participativo. Algo muy misterioso pasó para que el patio de un
museo se convirtiera en el Estadio "El Volcán", casa de los Tigres de la UANL. Más de mil mexicanos se
reencontraron con su música, sus poetas, sus modos de hablar y de cantar (que, a fin de cuentas, son nuestros
modos de ser) y lo celebraron con enorme entusiasmo. Yo también celebro que hayamos sido nosotros los
intermediarios de ese reencuentro.

Todo fue sencillo y gustoso. Bastó con explicar que el aciago gol de los Pumas había caído sin querer, pues ese balón
iba rumbo al Estadio Azteca pero que, en su ruta había sido secuestrado por un Pokemon talibán que desvió su curso
y lo incrustó en la portería de los regios; decía que con esto bastó para que obtuviéramos gracia de la solidaria
audiencia y de ahí para adelante todo fue literalmente coser y cantar. Durante dos horas logramos apartar la mirada
de Nueva York y Washington y volver la mirada sobre nosotros mismos, nuestra historia de tan profundas y ricas
raíces y sobre nuestro árbol de la esperanza que aún en plena tiniebla está poblado por los murmullos de lo
amanecer. Los pájaros cantan y la risa se levanta.

En los años cincuenta ocurrió mi emocionante iniciación cinematográfica. Mi padre anunciaba que me iba a llevar al
cine y le solicitaba a mi madre que me "arreglara". Esta, quizá con una pizca de rencor me ponía un incómodo, pituco
y rasposo traje de tweed de apariencia inglesa, pero de indudable origen tlaxcalteca. El pantalón corto me erosionaba
de horripilante manera mis incipientes noblezas, pero eso no era lo peor; lo más terrible era la cachuchita del mismo
material. Era espantosa pero asfixiante (como Janet Reno). Estoy convencido de que esa perversa cachucha fue la
que provocó mi prematura caída de pelo. Una vez "arreglado", mi papá y yo ganábamos la calle y el autor de mis días
me hacía el anuncio fatal: vamos a ver "Casablanca". ¿Otra vez? decía una voz que brotaba por abajo de la
cachucha. ¡Claro!, es buenísima esa película y si ya sabemos que ésa es buena, ¿para qué arriesgarnos con otra?.
Todavía hoy puedo repetir los diálogos completos de las orientales aventuras de Bogart y la Bergman. Viene a cuento
esta fugaz evocación, porque anoche, en el mero clamor del espectáculo y después de haber cantado "El gato viudo"
adaptado a Vicente Fox, la gente aplaudió tanto que yo le dije a la regia concurrencia: ¿no sería posible que los
contratáramos como público de planta?, si ya sabemos que ustedes son buenos, ¿para qué arriesgarnos con otros?.
Creo que no será posible. Lo que sí está a nuestro alcance es agradecerle a Monterrey, a Diana Siller, a la gente del
Museo de Historia tan feliz confabulación.

Cuando todo terminó, me quedé un rato en la sala principal del museo donde están en exhibición todas las banderas
mexicanas. Qué agasajo y qué honor ser mexicano. Tiene razón Fuentes: no tenemos por qué ser achichincles de
nadie.

¿La Inevitable Crisis?

El mundo, me dicen, vuelve a polarizarse. Bush ha dicho que o estamos con ellos, o estamos con el terrorismo. Decir
algo así, ya es terrorismo verbal. Es inevitable que esto repercuta en México, pero no todo tiene que ser impacto
negativo. Entre los dos extremosos fundamentalismos que amenazan con darse un agarrón cósmico, se puede abrir
un espacio para la hispanidad. Sería inhumano y absurdo no compadecer (sufrir juntos) con el pueblo estadounidense
que, además, está formado por millones de mexicanos. De lo que se trata es de hacer virtud de nuestras necesidades
y aprovechar esta coyuntura que nosotros no creamos, para revaluarnos moral y materialmente. Por mucho tiempo
vivimos como mexicanos provisionales y en lista de espera para ser estadounidenses. Hoy, entre las humeantes
ruinas y los tambores de guerra, descubrimos que ser mexicano no está nada mal y que puede estar mejor. Hay
tantas tareas: rescatar nuestro campo, incorporar plenamente a nuestras etnias, restaurar nuestras ciudades, extirpar
la corrupción, mejorar nuestro gobierno, volvernos ciudadanos verdaderos, reactivar nuestra imaginación y aprovechar
nuestros mares, nuestros recursos y nuestra historia. A modo de ejemplo, una pregunta: ¿qué prefieres conocer?.
¿Disneylandia o Oaxaca?. Tranquilos tenochcas. Los grandes avances de la humanidad y la humanidad misma nacen
del caos.

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Gaceta del Angel / Un nuevo modo de volar II

Por

Germán Dehesa

(28-Sep-2001).-

No sin alarma compruebo que me estoy volviendo muy popular entre el personal aeroportuario que se encarga de los
rayos X y el detector de metales. Hoy, jueves por la mañana, me presenté en el aeropuerto de Monterrey y al llegar a
la antedicha banda, el señor que la operaba me reconoció, me clavó su mirada de berbiquí y le dijo a su chalana:
revisa bien ese portafolios porque trae una navaja. La señorita me estudió el rostro buscando vestigios islámicos, pero
yo puse cara de serena beatitud estilo Francisco de Asís. No la convencí y extrajo de mi bolsón del Mapimí los cuatro
mil chunches y el libro aquél que me acompaña desde mi niñez. No encontró nada. Lo más letal que traía eran unos
chicles fosilizados sabor orozús que compré en 1987. Ya ve, le dije al bandolero (encargado de la banda), eso le pasa
por leer tantos periódicos. Vine con navaja, pero ahora de regreso, como quiero ser un ciudadano ejemplar y no afligir
más a Bushito, la puse en la maleta. No le hice la menor gracia.

De Monterrey siempre regreso contento. La ciudad es cada día más interesante (tendrían que visitarla) y la gente es la
mar de amable y hospitalaria. El avión sobrevuela una pachona alfombra de nubes, los músicos dormitan y la Hillary
se recarga en mi hombro. La quiero mucho y me encanta viajar con ella, aunque traiga la mitad de las existencias
cosmetológicas del país. Osama bin Bucles nos aguarda, pero cada vez se convence más de que debe denunciarnos
en Derechos Humanos por dejarlo a merced de la hitleriana Tractor.

Los periódicos traen la nada grata noticia del conflicto entre Creel y Castañeda. Según leo, Creel fue entrevistado por
M. A. Granados Chapa y planteó, ante la crisis norteamericana, una postura sensata, digna y apegada a los principios
de nuestra Constitución. Por su parte, Castañeda, ante un Congreso antes tan obsecuente y ahora tan prepotente,
planteó lo que quiere ser visto como todo lo contrario a lo dicho por Creel, aunque yo percibo que son el águila y el sol
de la misma moneda: a Creel le tocó el discurso que apacigua las broncas polarizaciones internas y a Castañeda le
tocó hacer de villano que, sin embargo, rescata lo rescatable de nuestra estrecha y complejísima relación con Estados
Unidos. Más temprano que tarde (espero) Fox tendrá que tomar el asunto en sus manos, dirigirse a nosotros y
decirnos qué es lo que más le conviene a México en una situación donde Estados Unidos, con o sin nosotros, va a
hacer exactamente lo que se le dé la gana. Bien aprovechada, y sin cumplimientos para el PRI que, por lo visto,
todavía no se entera de que perdió, ésta es una coyuntura magnífica para que Vicente Fox asuma plenamente ese
liderazgo que, al no aumentar, se va erosionando lentamente. En este momento inédito, si Fox se dedica a sobarle el
lomo al PRI y al PRD y no convoca a ese multitudinario partido llamado "nosotros", creo que no logrará destrabar la
reforma fiscal, ni hará un papel airoso en la política exterior. Es posible que yo esté pensando desde las nubes, pero
ya voy a aterrizar.
¿Y el Cambio?

Las trapacerías y/o las abiertas locuras de algunos alcaldes panistas del Estado de México, las maromas del señor
Coll en Jalisco, las megalomanías salariales de Nachito Loyola, dueño del perico Blas y Gobernador de Querétaro,
producen en la sociedad uno de los males políticos más graves: el desencanto. Todos los personajes nombrados son
militantes del partido que se constituyó para oponerse a la corrupción y a la impunidad del PRI. Ahora están en el
poder y dan vergüenza. No se adivina en ellos ni un adarme de legítimo patriotismo. Se dedican exclusivamente a sus
extravagancias personales, o a hacer mal uso del erario, o a suponer que sus maravillosos servicios tienen que ser
pagados como si fueran gerentes de una empresa particularmente exitosa. ¿Para eso querían el poder?, ¿se darán
cuenta del daño moral que le están haciendo a la sociedad?. Antes y ahora, ya sabíamos qué esperar del PRI. Los
capitalinos ya sabemos a qué atenernos con el PRD (me comenta F. Reyes Heroles que, en la última encuesta de
Transparencia, el D.F. resultó el lugar más corrupto de México; 40 veces más corrupto que el que le sigue); ahora
estamos averiguando lo que ocurre con el PAN. ¿Y luego?.

El Día del Corazón

Me dicen que este domingo es el día del corazón. Yo felicito al mío porque ahí viven ustedes. Ustedes y mi corazón
han tenido que aguantar mis burradas y mis arrebatos. Gracias. Cuidemos nuestro corazón. Hoy toca (un grupo de
señores regiomontanos me pide que modifique el texto y diga: hoy toca, si se puede).

Cualquier correspondencia con esta columna arriba de las nubes, favor de dirigirla a germandehesa@prodigy.net.mx o
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Gaceta del Angel / La disyuntiva

Por

Germán Dehesa

(01-Oct-2001).-

Con muchos autores me ocurre que tengo que agradecerles su magnífica obra, pero tengo que desentenderme de su
escasa vida; con algunos me ocurre que me deslumbra su magnífica vida, pero me deprime su raquítica obra. Sólo
con unos cuantos, mis favoritos, me ocurre el paralelo asombro entre su vida y su obra. André Malraux es uno de
ellos. Su vida y su obra asistieron a lo más brillante y a lo más terrible del siglo XX. Hoy quiero recordar una reflexión
que hace Malraux en sus "Antimemorias" acerca del holocausto y los campos de concentración. De estos últimos dice
Malraux que fueron el espacio para la confrontación cruda, esencial, definitiva entre el mal absoluto y la fraternidad;
pero, añade Malraux, encarnados estos conceptos, que suelen ser etéreamente "filosóficos", en el diario y absurdo
morir y/o en la tenaz voluntad no tan sólo de sobrevivir, sino de vivir, pensar y ¿quién lo dijera? de sonreír y disfrutar.
El mal absoluto y la fraternidad.

Hoy no vivimos en un campo de concentración, aunque nadie nos asegura que el mundo no pueda convertirse en una
ampliada reedición de aquellos germánicos delirios totalitarios. No vivimos en un campo de concentración, pero de
ellos hemos aprendido que el mal absoluto existe y que se aloja en el corazón del hombre y no en el de un hombre
remoto y ajeno, sino en el tuyo, en el mío, en el de todos los hombres. En ti y en mi está la posibilidad de ejercer ese
mal absoluto que nos lleva a destruir al otro; pero también está en nosotros la posibilidad de ser fraternos y ayudar de
todas las maneras a que el otro se construya. Esa es la verdadera disyuntiva. Plantearla en otros términos más
coyunturales es una trampa política y es una estupefacción para la inteligencia. Estados Unidos y los países orientales
y todos los países han hecho el mal, pero también han sido capaces de la fraternidad. Del islam y del catolicismo y del
protestantismo y del comunismo (ese opio de la religión) se puede decir algo similar. De ti y de tu vecino, de hombres
y mujeres conocemos los poderes de su maldad y los bálsamos de su generosidad. Esta es nuestra historia. Hemos
sido alternativamente víctimas y verdugos.

Hoy, quizá por primera vez en nuestra historia, se ofrece la oportunidad excepcional de resolver la disyuntiva de una
vez por todas. Se trata de hacernos justicia. Se trata de optar por la fraternidad y de mantener a raya, quizá extirpar, la
enfermiza, la dañina tentación del mal. No suena fácil. Hay una nación que dedica (a reserva de mejorar) 800 mil
millones de dólares anuales a la industria bélica. Hay una región del mundo donde existen hombres dispuestos a morir
con tal de matar a muchos seres que consideran, no sus prójimos, sino sus enemigos. No es justo que nos pidan optar
entre unos y otros. La opción tiene que ser mucho más amplia y luminosa. Si vamos a ser "aldea global", seámoslo de
un modo igualitario y digno y que esto se refleje en el respeto para cada uno de sus miembros. Lo que no es justo es
que para ciertos fines, casi siempre de lucro, seamos esa aldea global y para otros que tienen que ver con el dominio
y la posesión de la verdad, sigamos divididos en naciones poderosas, etnias peligrosas y pueblos menesterosos y, por
lo mismo, obligados al vasallaje.

Hasta donde yo sé, México todavía existe y tiene un enclave de 20 millones de seres en Estados Unidos. Ese México
nítido y difuso a la vez puede en este momento, más allá de los protocolos del pragmatismo político, alzar su voz en
favor de la humanidad y condenar cualquier modo del mal absoluto y patrocinar la única causa que tiene futuro: la
fraternidad.

El Día del Corazón II

Harta estupefacción he creado entre la fanaticada por la nota que publiqué acerca del Día del Corazón. Creo que fui
demasiado sucinto.

Todo comenzó con un mensaje de la Sociedad de Cardiología que me comunicaba que los deterioros y las muertes
provocadas por daño cardíaco estaban aumentando de un modo alarmante. Con tal motivo y dado que yo era cliente
emérito, me solicitaban que avisara que los cardiólogos de todo el mundo habían decidido celebrar en el último
domingo de septiembre, el Día del Corazón con la finalidad de recordarle a todos lo importante que es mantener en
forma el corazón y reducir los factores de riesgo cardíaco.

A mi el corazón me cae muy bien. Como diría Woody Allen: es mi segundo órgano favorito. Además hay que
considerar su carga simbólica. No hay nada mejor que tener buen corazón. Si a una mujer le dices "corazón mío" y no
afloja, hay que dejarla por imposible. Alacena de las penas, cántaro de las alegrías, rosa secreta, fuente de la sonrisa
y del llanto, todo eso es también el corazón. Por todo esto me pareció conducente y apropiado avisar que era
importante cuidar nuestro corazón. Si por mi falta de claridad, no pudieron celebrar ayer, hoy lunes, para rabia del
obligatoriamente casto señor regiomontano, pueden celebrar, pueden festejar a su corazón y darle alegría a su
cuerpo, macarenos.

Gaceta del Angel / La nación oculta

Por

Germán Dehesa

(02-Oct-2001).-
Mi admirado colega Armando Labra sabrá perdonar el . agrante plagio de la expresión “nación oculta” que él (y ahora
yo) emplea para referirse a los méxico-norteamericanos que, aún careciendo de fronteras definibles, forman ya una
nación con más de 20 millones de habitantes. Esta nación oculta ha sido severamente dañada por los hechos
ocurridos a partir del 11 de septiembre y, lo que es peor, esta nación ha sido gravemente ignorada por México.

Como muestra de esto, quiero reproducir un mensaje de Roberto Cornejo, un amigo méxico-americano residente en
San Diego, que puede hablar con más autoridad que yo: “Soy un mexicano residente en California, USA, que con
tristeza ve cómo la reacción de México ante el problema terrorista, de nuevo nos ha dejado solos. Parecen olvidar que
somos 23 millones de mexicanos que también han sido atacados por el terrorismo. Que no nada más murieron o
desaparecieron 15 de nosotros como irresponsablemente maneja el Consulado de Nueva York.

Que miles de ellos han perdido sus empleos con los que subsisten; que no ven salida a sus problemas; que no
pueden regresar a México porque no hay empleo y porque sus familias viven aquí. Y cuando esperábamos un apoyo
de México, allá pierden el tiempo discutiendo y cobrándose cuentas partidistas, o pensando en apoyos de guerra que
nadie les ha pedido. Que si la Doctrina Estrada, o Castañeda, etc.

No, no. Lo que queríamos era apoyo moral como mexicanos. ¿Por qué no vino el Presidente Fox a ver a la comunidad
mexicana?, ¿o los gobernadores de Zacatecas, Puebla, Jalisco, Veracruz?, o los perredistas, priístas, panistas, los
intelectuales, periodistas, artistas, ¿dónde están?.

Ellos vienen cuando necesitan el apoyo de nosotros, en elecciones o por dinero; vienen hasta cuando no los invitan.
Los he visto hasta en bautizos. Que nos cobran, como Carlos Fuentes, 10 mil dólares por 45 minutos de plática en
San Diego, que no recogió como achichincle.

No, no. Lo que queríamos era que estuvieran con nosotros moralmente; que guardaran un minuto de silencio por los
mexicanos muertos.

Queríamos recibir el calor tradicional de los mexicanos, queríamos que el pueblo norteamericano, que nos ha recibido,
viera que somos una nación solidaria con ellos.

Mientras ustedes toman su tiempo para decidir, nosotros los méxico-americanos nos damos cuenta de que estamos
solos; que al nopal sólo se le visita cuando da tunas. Es muy triste. Firma: Roberto Cornejo”.

Leí esto y lo único que pude decir es: tiene razón. Si con Estados Unidos hemos cometido, por acción y omisión,
garrafales errores diplomáticos y de esencial humanidad, con esta “nación oculta” tanto más cercana a nosotros
hemos sido imperdonablemente desatentos. A ellos, a mis paisanos distantes, les pido perdón por no haber
discernido, en mitad del estruendo, la tragedia particular que estaban y están viviendo, porque, como bien dice la
carta, no se trata tan sólo de ese número de muertos todavía no precisado; se trata también de los millones de vivos
que ya estaban en condiciones difíciles y que ahora lo están todavía más. Privilegio de los humanos es corregir sus
desaciertos. Hagámoslo.

Señores del Ejecutivo y del Legislativo: 20 millones de paisanos bien merecen una tregua y una acción inmediata. ¿En
qué ayudamos?.

NO SE OLVIDA

Cada 2 de octubre, los “comunicadores” jóvenes y viejos, los que estuvieron y los que tienen información de segunda
y tercera mano, hacen una recordación de los hechos, aún no totalmente esclarecidos, de Tlatelolco.

No pretenderé yo volver a contar una historia a la que sobreviví escaso y maltrecho. No es tiempo de añadir
desolación a la desolación.

Sólo por hoy me dispongo a olvidar el 2 de octubre y me concentro en una proclamación mucho más viva y privada:
¡tres de octubre, no se olvida!, es más, si se me olvida me desflecan los cachetes. Es el cumpleaños de la Hillary.

EL RAQUETAZO

En mi periodo cretáceo ya conté esta historia. Por motivos que luego se entenderán, la vuelvo a contar.

Alguna vez hice deporte. Jugaba frontón con aceptable destreza. Mi retiro de las canchas ocurrió en aquel momento
aciago en que decidí hacer una jugada de fantasía. La pelota pegó en la pared trasera; hecho un jabato, yo me
coloqué frente a ella e intenté devolverla con todas mis fuerzas. Lo que no consideré es que estaba mi cara de por
medio. Me acomodé tal raquetazo que la cara me quedó como waf. e y la nariz como sangrante berenjena. Fue
entonces cuando conocí al doctor Andrés Delgado Falfari. Me curó, me taponó la nariz, me pidió que durmiera
sentado, me habló a las tres de la mañana para saber cómo estaba. Era pura ciencia y puro amor. A la Hillary la operó
de las cuerdas, a Andrés de las amígdalas y a mí de todo. Lo quisimos mucho. Ayer supimos de su muerte. La tristeza
es general. Andrés vio tan acongojada a su madre que le dijo: no te preocupes, mami, era tan buen médico que tiene
que estar en el cielo. Seguro.

Cualquier correspondencia con esta columna que vuela rumbo a la nación oculta, favor de dirigirla a germandehesa-
@prodigy.net.mx o al Apartado Postal 19-111, Delegación Benito Juárez, México, D.

Gaceta del Angel / ¿Qué le regalo

Por

Germán Dehesa

(03-Oct-2001).-

Aquí los quiero ver. Es en el cumpleaños de la cónyuge donde los grandes hombres somos puestos a prueba. Los
riesgos son tan enormes como los de caminar por Kabul, ser tabledancer en la misma ciudad (y con los mismos
talibanes), o abordar el tren ligero. Nunca como en este día, las señoras esgrimen sus ancestrales y luminosos
argumentos: "los hombres nunca entenderán la sensibilidad (sensibilidá, dicen las mexicanas) femenina", "todo lo que
hago es para gustarte", "soy madre y el corazón de una madre no se equivoca nunca", "ya sé que de ti no puedo
esperar un gran regalo, ni me importa, porque ya sabes que a mí los lujos no me interesan; pero lo que sí me importa
es el detalle". Ya eran terribles, pero ahora tienen bibliografía. En los albores del siglo XXI, ¡qué difícil es ser hombre!.

Para mi ventura, he salvado airosamente el primer escollo: no se me olvidó la fecha. Muhammad Bucles y su padre
llevan ya una semana en estado de máxima alerta. Lo que ocurre es que él la tiene más fácil. El ya la libró con una
edípica elegancia que yo encuentro muy discutible desde el punto de vista ético. Una de esas señoras que gustan de
adelantar vísperas se presentó con un pastel de Sanborns que parecía la peluca de Rodríguez Alcaine. En ausencia
de su madre, Andrés se apresuró a interceptarla a la voz de: ¡yo quiero decorar el pastel para mi mami!. La tal
decoración consistió en añadirle una consternación a otra. Si no son diabéticos, traten de imaginar una fachada
horizontal de Santa Prisca constelada de pokemones y guerreros galácticos. ¡La decoración es mía!, dijo Andrés
cuando su madre posó los glaucos ojos en la amerengada penuria. Es por tu cumpleaños, añadió el enanete con la
voz de un Montesco que estuviera vengando una grave ofensa inferida a los Capuleto. ¿La hiciste tú solito? (y es que
parecía obra de una banda internacional). ¡Sí, mamita!. Lo demás fue mímica: abrazos, besos, apapachos, ojos
vidriosos. ¿Ya viste, Germán, lo que me hizo Andrés?. Ya lo vi, consorte bienamada, al paso que lleva, va a terminar
de director de vestuario de Beatriz Paredes.

He quedado solo frente a la grave responsabilidad. El pequeño fundamentalista se trepó en el pastel ajeno y ya la
libró. Yo soy el que, habiendo librado la primera y difícil prueba del olvido, no sabe todavía qué regalarle a la augusta
matrona. Toda mujer dice que con una porquerillita se conforma, pero ustedes prueben a regalarle una porquerillita y,
cuando el hogar esté deshecho, se comunican conmigo. He vivido bastante como para no hablar de oídas. Por el lado
de lo suntuoso no hay mucho qué explorar. Los precios del petróleo y los cada vez más tenebrosos pronósticos de
crecimiento me obligan a la cautela. Tengo que pensar rápido en un obsequio poco oneroso pero que se sienta muy
selecto y personal. Tengo una foto de mi abuela Elena que puedo mandarle enmarcar. El problema es que mi abuela
Elena era igualita al Charro Avitia y es posible que la Hillary no se conmueva tanto como yo. Sé que hay todo un
océano de posibilidades, pero el tiempo apremia y mi angustia va en aumento. El problema se podría formular del
siguiente modo: ¿qué regalarle a una mujer que, puesto que me tiene a mí, lo tiene todo?. A esto en España le llaman
una "chorrada". Una vez dicha, paso a retirarme.

¡Qué Verde era mi Bache!

En honor a la verdad, tengo que decir que la Ciudad de México nunca ha estado totalmente asfaltada. Digo todavía
más: nunca ha tenido, ya no digamos un barrio, ni una calle de más de 20 metros que esté bien asfaltada. Podría
pensarse que los que están construyendo desde Tepito la ciudad subterránea le hacen a las calles de la ciudad
supraterránea chipotes invertidos. Podría pensarse también que los que pavimentan originalmente piensan con
esperanzado patriotismo en la ulterior creación de empleos y por eso pavimentan mal, para que luego puedan crearse
los escuadrones de bacheo que también bachean mal para que así se reactive el mercado de partes automotrices y
se incentive la creación de los escuadrones de segundo bacheo.

Todo esto comenzó a mediados del siglo XVI, pero hoy ha llegado a su época de oro. Una tradición no se improvisa.
Ya me imagino los bachecitos primitivos que había en la Nueva España. No tenían nuestra tecnología. Ahora son
unos bachesones como cráteres lunares. Les cabe completa una combi. Andrés Manuel con su natural modestia no
ha hecho gala de este logro de la ingeniería vial; pero yo creo que baches tan extraordinarios merecerían hasta una
ceremonia de inauguración, con la Filarmónica de la Ciudad tocando dentro del bache y con sustanciosos premios
para los diez primeros automóviles que sean devorados por el bachesote. Es una idea.

Envío

Para ti sin la cual no.

Cualquier correspondencia con esta columna cuya vida cumple años, favor de dirigirla a germandehesa
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Gaceta del Angel / El círculo se estrecha

Por

Germán Dehesa

(04-Oct-2001).-

Abogados, maquillistas, camarógrafos, técnicos de audio, técnicos de video, la señora de Cabal Peniche, más
abogados, productores, ayudantes de algo. ¿Por qué somos tan montoneros los mexicanos?. Se trataba
sencillamente de entrevistar a Carlos Cabal Peniche. En mi caso, había una ventaja adicional: el gusto de colaborar,
así fuera por unos minutos, con dos colegas queridos y respetados: Carmen Aristegui y Javier Solórzano.
Hipotéticamente la entrevista se incluiría en "Círculo Rojo", el programa que nació vivo y atractivo el pasado lunes
como el resultado de la sana colaboración entre Imagen y Televisa. Esa era la hipótesis. La realidad es que es muy
poco lo que puede decir el que fue magnate tabasqueño, puesto que sus litigios con la justicia mexicana todavía
llevarán tiempo. Con esa previsible novedad nos encontramos: el pasado y el presente eran temas vedados. Lo eran
por lo menos en esos puntos finos que no pueden tratarse en una conferencia de prensa, o en una entrevista light. El
conflicto se enuncia de modo muy sencillo: nosotros queríamos preguntar lo que él, de momento, no podía responder.

La solución fue entre tabasqueña y salomónica: yo conversaría con Cabal respecto a lo que tiene que decirle a la
sociedad mexicana y, una vez arregladas, para bien o para mal, las cuentas con la justicia, platicaríamos de todo y a
fondo. Los abogados respiraron tranquilos (y esto no es fácil), a Cabal se le aplacó una urticaria que le estaba
saliendo en el cuello (el trópico es muy sensible) y yo, cuando todo terminó, me quedé pensando en una antigua
costumbre islámica: cuando un Califa sentía que alguno de sus funcionarios no estaba a la altura de la misión que se
le había conferido, recibía de éste un regalo consistente en una caja hermosamente labrada cuyo único contenido era
un cordón circular de seda negra. El funcionario procedía a ahorcarse y el problema quedaba resuelto a satisfacción
de todos. Podría haber sido también de seda roja. No sabe Vicente Fox lo que hizo al fundar este club del círculo rojo;
es muy exclusivo y puede ahorcar a cualquiera.

¿Qué le Regalaste?

De modo más que explicable, los mexicanos (y mexicanas) están muy preocupados por lo que Estados Unidos y la
OTAN vayan a hacer en las próximas horas. En lo que ese cuete truena, las tribus tenochcas tienen otra interrogante
que les corroe el alma: ¿qué le habrá regalado el Charro Negro a su afortunadísima consorte?. Paso a responder.

Yo trabajo muy bien contra reloj. Corrijo: yo sólo trabajo contra reloj. Las horas del 2 de octubre pasaban como
procesión de espectros (y esto no es una metáfora) y yo me exprimía los sesos (y los esos) en busca del regalo ideal
para mi Scherezada particular. La lista de posibilidades que descarté serviría como el catálogo ideal para una tienda
que se propusiera vender puras inutilidades (ya existe un buen número de ellas). Llegó la noche cuyas horas son para
mí particularmente luminosas. Cerca de las dos de la mañana, los retintos cielos le abrieron paso a la luna y desde ahí
llegó la indiscutible revelación: ¡unos amortiguadores!, para la mujer moderna que posee camionetota y para el hijo
moderno que bota como pelota en el interior del vehículo (con el consecuente desacomodo cerebral) no hay mejor
regalo que unos amortiguadores. Ese fue mi regalo. Ella me dijo que toda su vida había soñado con unos
amortiguadores. Ya veré si los ponemos en la camioneta, o en la cama.

Dos Municipios

El doctor Julio Frenk es uno de los lujos del actual gabinete. Conversar con él es una invitación a guardar silencio y a
escuchar. Mucha información me proporcionó generosamente. Por lo pronto, rescato lo que él me contó acerca de la
investigación que hizo la Secretaría de Salud sobre las expectativas de vida en cada uno de los municipios
mexicanos. Si tú, lectora lector querido, quieres vivir mucho, esmérate en nacer y vivir en San Nicolás de los Garza,
Nuevo León. Este municipio tiene el más alto nivel de esperanzas de vida. Si quieres vivir muy poco tiempo, lo
aconsejable (es un decir) es nacer en Huachochi, un municipio que está en plena Tarahumara cuyas expectativas son
las más bajas. Entre uno y otro hay 17 años. Ahora ustedes díganme ¿cómo le hacemos para que Huachochi se
acerque a San Nicolás de los Garza?. Esta pregunta es un modo de agradecer a todos los regios que ayudan a la
Tarahumara y un extrañamiento a los que escatiman esa ayuda y también a los que no logramos tocar y movilizar los
corazones.

Borgeana

Bombardear a tu enemigo es un modo terrible de darle la razón. Eso dijo Borges.


Envío

Quisiera que esta hoja fuera de papel pautado para hacer con ella un avioncito y echarlo a volar rumbo al lugar donde
ahora, de algún modo, vive José Antonio Alcaraz. Era inteligente, era cáustico, podía ser cálido y su genoma era una
partitura, una honda música de selva. Platicamos unas cuantas veces. Ninguna es olvidable.

Cualquier correspondencia con esta columna roja y circular, favor de dirigirla a germandehesa@prodigy. net.mx o al
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Gaceta del Angel / No es importante

Por

Germán Dehesa

(05-Oct-2001).-

Por supuesto que el futbol es un juego. Por supuesto que no está el horno para bollos (ni para rollos). A la luz de esto,
el juego del domingo entre México y Costa Rica es, para los espíritus superiores y para las almas ponderadas, un
juego más. No está en el tablero la soberanía nacional. No se trata, pues, de desmelenarse, ni de poner en riesgo
nuestra ya de por sí frágil estabilidad emocional. Nada de eso.

Lo que a mí me pasa es que la vida ya me desmelenó, mi estabilidad emocional carece, a diferencia de la Hillary, de
amortiguadores; no soy un espíritu evolucionado y la ponderación de mi alma está todavía por verse.

Por todo lo dicho -y porque así es uno- el partido del domingo me tiene en una espera tan angustiosa, que ríanse de
los talibanes. No me gusta recurrir a la presión ultraterrena, pero éste es un caso de vida o muerte. Si perdemos, no
esperen que yo vaya a publicar algo el lunes; el domingo mismo me encaminaré rumbo a Pachuca y me autoinhumaré
en un hoyo de tuza y le pediré al profesor Fassi que arroje sobre mis restos unas cuantas paletadas de tierra de la
Universidad del Futbol. Salvo por este gesto simbólico, tomaré la derrota con calma. Dicho esto, pongo mi destino en
manos de San Xavier Aguirre y le pido a Zedillo que, por encima de nuestras diferencias, unamos nuestros esfuerzos
y los dos apoyemos con todas nuestras fuerzas a los costarricenses. No encuentro mejor manera de garantizar el
triunfo mexicano.

Los Cabos

Cabo mil es una estación de radio que hizo posible que yo, tras muchos años de ausencia, regresara a Los Cabos.
Creo que allá dejé buenos amigos. Aún si no fuera así, hoy a México le duele ese luminoso extremo de la península
de California. Ayer miércoles oí al gobernador de Baja California Sur que hablaba desde La Paz y hacía, a la vez, el
recuento de los daños y lo que ya están haciendo para neutralizarlos. Me gustó mucho esa mezcla de realismo y
entusiasmo. Podríamos contagiarnos de ambos estados anímicos y buscar entre todos la mejor manera de ayudar a
esos territorios nuestros que han sido y seguirán siendo para muchísimos migrantes mexicanos la tierra (y el mar) de
promisión dentro de su propia tierra. Ha llegado el momento de ejercer nuestra probada capacidad de ayuda. A mis
cuates de Cabo mil les pido que nos orienten acerca de lo que más necesitan. Los fines y los cabos. Contra el horror,
la fraternidad.

El Abuelo Caíto

Hablando de fraternidad, yo tengo un amigo-hermano que se llama Carlos Díaz "Caíto". Es un ser enteramente
musical y su alma es su mejor y más grata composición. Es divertido, es leve, es inteligente y es entrañable. El tiene
ahora la nacionalidad mexicana, pero su hija está allá en Argentina a punto de dar a luz. Con tal motivo, Caíto da una
lata espeluznante y no hay modo de aplacarlo. Tiene mareos, náuseas, antojos extravagantes y tan mal se ha puesto,
qu ente hablando es una rudeza innecesaria. De unos días para acá, le han comenzado las contracciones y eso ya es
demasiado. Para tranquilidad de todos, zarpa rumbo a Buenos Aires a dar a luz. Serán mejores aires los que lo traigan
de regreso a la gran Bachetitlán.

Huauzontles de Contrabando

El amor se construye con miramientos y detalles. Ayer me lo comentaba la Hillary cuando recibió, por su cumpleaños,
un hermoso ramo de flores acompañado de una tarjeta que firmaba mi amigo cuyo apodo si llegara a pronunciarse,
cuartearía la bóveda celeste. Los ojos de mi aguerrida soldadera iban del ramo a la tarjeta y luego de regreso. Es que
la tarjeta, me decía, también es un ramo de flores (¡eso!).Horas después se presentó mi hija Viruta que ahora se llama
Juana Inés. Elegante y misteriosa, lucía un largo abrigo y apenas llegó, me llevó a lo oscurito. ¿No será un exceso
venir de abrigo?. No, padre mío, lo que pasa es que traigo contrabando. ¿Qué traes?. Es que, mira, fui a comer a una
casa donde nos dieron unos huauzontles deliciosos y, mediante delicadísimas negociaciones, me conseguí dos que te
voy a dejar en un espacio restringido del refrigerador. Bueno, pues así es el amor. Un par de huauzontles puede ser
también un ramo de flores. Hoy toca.

Cualquier correspondencia con esta columna en oración perpetua y futbolística, favor de dirigirla a
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Gaceta del Angel / Juicio Sumario

Por

Germán Dehesa
(08-Oct-2001).-

¿A eso le llama usted una entrevista?, me pregunta una airada cibercorresponsal en referencia a la exigua retacería
que apareció en "Círculo Rojo" del miércoles pasado, bajo el anunciado y jamás justificado título de "Conversación con
Carlos Cabal Peniche". Mi respuesta inmediata es ¡no!, por supuesto que no fue una entrevista. Fue una porquería y
un muy torpe intento del señor Cabal por utilizarme como toallita facial. No me da la gana.

Desde aquella entrevista en Melbourne, yo no había vuelto a tener noticia del potentado tabasqueño. Después de su
triunfal regreso a México, recibí un telefonema de él solicitándome una conversación. Acudí y en esa conversación
acordamos dos cosas: él me daría la primera entrevista periodística y nos daría a Javier Solórzano y a mí la exclusiva
de su primera entrevista televisada. Todos los arreglos fueron hechos. Jamás se habló -ni Carmen, ni Javier, ni yo lo
habríamos permitido- de establecer un guión previo, o de evitar tal o cual tema. La realidad ya es conocida: Cabal
salió a los medios como se le dio la gana, dijo lo que se le dio la gana, se arropó con sus abogados y con medios y
entrevistadores a modo y complacientes. No me toca a mí juzgar si el señor Cabal P. es inocente o no de los
suntuosos delitos que se le imputan. Lo que puedo decir con plena constancia es que no una, sino dos veces faltó a
su palabra del modo más desvergonzado. Si de esto se puede deducir un perfil de la ética del personaje, cada quien
opinará. Yo opino que carece de ella. Ojalá y la torpísima justicia mexicana encuentre elementos para sustanciar esto.

Ni pierdas tu tiempo con él, me dijo una querida amiga, te va a decir que es Teresa de Calcuta. Si algo saco en claro
de mi fugaz trato con este personaje es que no es Teresa de Calcuta. Es imposible que lo sea. Algo se aprende.

El Fuego y el Juego

Precisamente hoy domingo, día del Señor, comenzó el fuego. Ya el rostro y el acento de Bush son una brutal ofensiva
antineuronal. Los mexicanos queríamos ver en paz el juego contra Costa Rica, pero la televisión nos despachaba un
absurdo cuadro verde con esporádicos y fugaces destellos. Eso era, nos decían, el bombardeo de Kabul. Para
rematar, apareció bin Laden con su cara de abonero místico y le advirtió a los gringos (y de pasadita, a todos) que
jamás volverían a conocer la tranquilidad.

Ya con el corazón en las amígdalas, nos pusimos a ver el juego: un cuadro verde con esporádicos y fugaces destellos.
Tendría que haber ganado Costa Rica. Tuvo mucho más llegadas. También tendría que haber ganado Honduras y
perdió con los mataperros de Trinidad Tobago. Dirán que soy mal pensado, pero tan favorable combinación de
resultados tiene un lejano regusto a tongo. Los que le han metido millones a la Selección y quieren obtener otros
tantos pueden respirar tranquilos. Lo del juego está resuelto. Lo del fuego no tiene para cuándo.

Una Inversión Rentable Acá la dama, acá el caballero: olvídense de Cetes, o de aventuradas inversiones en Bolsa.
Vayan a lo seguro. Obtengan magníficos dividendos garantizados. Inviertan en el concierto de Elton John.

Asamblea de Viudas

Hará unos diez días, René Delgado, en su disfrutable colaboración titulada "Sobreaviso", hablaba de los actuales
políticos mexicanos (legisladores incluidos) y decía que todos estaban dedicados a hacer negocios de viuda. Querían
escatimar todo riesgo y obtener el máximo de ganancia. Cautos, timoratos, ventajosos, sin compromiso con sus
electores, venteando los rumbos y las alianzas más favorables para sus mezquinos intereses. Así andaban y así
andan. Es hasta una ofensa llamarlos viudas pues muchas de éstas conozco yo con mejor ímpetu y con más
riesgosos compromisos.
Al momento de escribir estos renglones, las viudas están sesionando allá en Palacio Nacional. Me dicen que están
jugando a la Moncloa.

Como suele suceder, ya se les volvieron a enredar las pitas y, todavía sin llegar a un acuerdo nacional, la situación
internacional ha dado otro vuelco terrible que nos vuelve a dejar totalmente descolocados. De tanto perder el tiempo
tan estúpidamente, ahora estamos en riesgo de que los tiempos nos pierdan a nosotros. Yo no sé tú qué opines,
lectora lector querido, pero a mí me enferman esas sesiones del Congreso dedicadas enteramente al sabotaje, a la
discusión de naderías y a ponerle zancadillas a un país que apenas intenta caminar. Ningún partido ha estado a la
altura de lo que dice que es su ideario. Todos son talacheros de su ruinosa capillita y ninguno parece recordar que
México les paga y que su primer y más alto compromiso es con México.

Las viudas se reunieron este domingo. ¿Qué harán?, ¿jugarán brisca?, ¿seguirán de chismosas?, ¿harán algo por su
país?. Esta última hipótesis es casi milagrosa.

Gaceta del Angel / ¿Miolles, Salazar

Por

Germán Dehesa

(09-Oct-2001).-

Desastroso domingo. Fuego sobre Afganistán y pólvora mojada en San José de Costa Rica. Inquietos, angustiados,
enfadados, desconcertados, desencantados, así estábamos los mexicanos. Dulce María Sauri con su vestido color
ejote tenía, allá en la mesota que pusieron en Palacio Nacional, una cara de ancestral aburrimiento que no se le quitó
ni cuando Fox le plantó chico besote (se espera un extrañamiento del Pleno del partido). Bueno, pues esa cara era la
viva y arqueológica imagen del angustiado tedio nacional. Todavía faltaba el mensaje presidencial que fijaría la
postura de México frente a las acciones iniciadas por Estados Unidos e Inglaterra (¿qué tal de bravero nos salió Tony
Blair?) en contra de varias ciudades afganas.

A las nueve de la noche llegó el mensaje presidencial. Fue un acto de funambulismo verbal (llámase funámbulo al que
camina por la cuerda floja) sin red protectora. Todos los tragos gordos que ha tenido que pasar México nos han
enseñado a elaborar estas joyas retóricas que comienzan con una afirmación contundente y luego se van cargando de
los llamados "asigunes", de modo que, al final, la primera e inequívoca afirmación ya quedó extraviada en la tupida
floresta de la flor y el canto. Este tipo de discursos es el que nos permite puntualizar con posterioridad: sí dije lo que
dije, pero se habrán fijado que también dije lo otro que dije y, por lo mismo, lo que dije hay que interpretarlo desde lo
otro que dije, porque si no, va a parecer que dije lo que no dije, ¿ya quedó claro?. Cooorrecto.

Terminó el discurso y mientras mexicanas y mexicanos nos interrogábamos con la mirada, apareció López Dóriga
que, sin escatimar elogios, realizó una dominical, excelente y relampagueante cobertura de los dolorosos sucesos
dominicales. Ver su trabajo y ver lo que hicieron las otras cadenas (e incluyo a CNN) es como comparar la fuerza
naval norteamericana con la inexistente armada afgana que, según sé, sólo tiene una panga llamada "La Burka".

Apantallante y todo, el trabajo de López Dóriga sólo tuvo dos pequeñas fallas. La primera la protagonizó el Canciller
Castañeda que habló por un celular mientras se comía un mazapán. Parecía que estaba hablando en talibán antiguo.
López Dóriga ponía cara de ¿quéonda conestecuate?. La comunicación se interrumpió. Castañeda tiró a la basura a
su amigo kit, escupió el mazapán y volvió a llamar. ¿Qué creen que dijo?, pues que el Presidente había dicho lo que
había dicho, pero que también había dichoà No falla. Y ahora, dijo Joaquín, vamos a Karajistán con nuestro enviado el
Chapulín Salazar, ¿miolles, Salazar?. Salazar en la baba. En lo que hacemos contacto con Salazar, vamos a Ciudad
Lambada con nuestro amigo Peláez. Este, con su simpatía habitual, no dijo nada importante, pero lució mucho. Ahora
sí regresamos con Salazar. Y Salazar apareció en la pantalla tirado de la risa. Se veía que estaba echando muy buen
desmadre con el camarógrafo. Más se enojaba Joaquín y más se reía Salazar, hasta que lo dejaron como caso
perdido. Regó baba a gusto el buen Salazar. El nivel del Golfo Pérsico ha de haber subido unos dos centímetros. Me
imagino que hoy le llegó a Salazar su cese vía Tomahawk.

¿Estás de Acuerdo?

Según la encuesta publicada hoy lunes 8 por el periódico "Reforma", el 67% de los mexicanos no está de acuerdo con
la guerra. A mí no me preguntaron. Les pido que sean tan amables de incluirme en ese 67%. Precisamente porque
creo que tenemos que erradicar para siempre el terrorismo, no estoy de acuerdo con que esto se logre con una lluvia
de lumbre sobre esa especie de Valle del Mezquital que es Afganistán. La guerra no es remedio, la guerra va para
largo, la guerra puede provocar respuestas inimaginables, la guerra es la abdicación de la inteligencia, la guerra es
una porquería. El mundo ha llegado a su más profundo desencanto. Vamos a acabar dándole la razón a Einstein que
decía que ignoraba con qué armas se pelearía la Tercera Guerra Mundial, pero que estaba seguro de que la Cuarta
sería con piedras y palos.

Don Pepe

Un mexicano ilustrísimo, Don José Ezequiel Iturriaga, recibió hoy martes la medalla "Belisario Domínguez". A todos
nos debe dar un enorme gusto que tal distinción haya sido otorgada, en estos tiempos calamitosos, a un mexicano
que es la memoria viva de nuestra historia y que es también uno de los grandes conocedores de la siempre difícil
relación entre México y Estados Unidos.

En su discurso de aceptación, Don Pepe Iturriaga dijo muchas cosas pertinentes e interesantes. Cito un pasaje: "A
nuestros vecinos les toca crear una amnesia saludable en los mexicanos mediante un nuevo trato, a ellos les conviene
ser amigos de México, a nosotros también. Los mexicanos dejaremos de lado posturas y doctrinas inferiores a la
noción de patria, pues si no es así, el país puede desaparecer". Sólo siendo una patria lograremos establecer
relaciones justas. ¿Le haremos caso a esto?. ¿Lo entenderán nuestros políticos que sólo saben dar firmas
"condicionadas"?, ¿se atreverá alguien a tildar de "entreguista" a este buen mexicano?. Felicidades, Don Pepe.

Cualquier correspondencia con esta columna que ya no oye bien, favor de dirigirla a germandehesa@prodigy.net.mx o
al Apartado Postal 19-111, Delegación Benito Juárez, México D.F.

Gaceta del Angel / ¿A dónde va Vicente

Por

Germán Dehesa
(10-Oct-2001).-

No estoy seguro de no haber usado ya este título para alguno de mis cotidianos arrebatos. Si es así, dibodobadito (ya
un cibercorresponsal me escribió pidiéndome la traducción al español de esta expresión y la de dobedabidabidá.
Ambas pertenecen a un dialecto del español llamado "gangoso"). Hoy se impone preguntar ¿a dónde va Vicente?
porque la interrogante es rica en significaciones. Puede referirse al rumbo que tomará el régimen foxista en cuanto
salgamos del atorón, o puede, de manera más inmediata, aplicarse al indomable ímpetu viajero del zorro con botas. A
este último quiero referirme.

Ayer lunes se reunieron en el antiguo edificio de Correos los miembros del Consejo Consultivo del Centro Histórico. El
motivo de la reunión era conocer los estímulos fiscales para las empresas que se instalen en ese Centro Histórico.
Habló Carlos Slim y dijo que era una oferta de locura. Como en asuntos de análisis financiero y de programación del
gasto, Slim es el presidente espiritual de la República, no dudo de que sus palabras tengan amplia e inmediata
respuesta. Habló también Andrés Manuel que, como decimos en México, "andaba de buenas" y dijo que se sentía
como peje en el agua y hasta le aventó sus guayabazos al gobierno federal. Al contemplar todo esto, me quedé
pensando en el lento pero seguro ascenso de los bonos de López Obrador y en la gradual disminución de la imagen
de Fox. Creo que esto ni siquiera tiene mucho que ver con la obtención o la ausencia de logros espectaculares. Ni de
Fox, ni de AMLO puede decirse que, hasta la fecha, hayan hecho un gobierno de esos que nos hicieran exclamar:
¡híjole, qué bruto, qué bonito gobierno!. Para nada. La diferencia es más elemental, más mexicana y más emocional:
Fox nunca está y a López Obrador a diario lo encuentran, a partir de las 6:30, recargadito en el asta bandera del
Zócalo. Lo crean o no los grandes "ingenieros de imagen", eso cuenta mucho. Si algo nos molestaba de Salinas y
Zedillo era que, con la coartada de que había que sacarle jugo al avionsote, ya no calentaban lugar en su país.
Parecía que tenían pinolillo (prinolillo) en la cola. Ahora resulta que Fox padece del mismo mal. Nomás viene a que
Castañeda le dé un trapazo a la unidá y tarde se les hace para arrancar otra vez.

Si esta hipermovilidad presidencial nos cae espesa en tiempos tranquilos, peor nos ponemos cuando los cielos se
congestionan de misiles y de aviones que hacen servicios de demolición. ¿A poco es tan urgente que se vuelva a ir?,
¿va a recoger alguna herencia?, ¿por qué no fue a Los Cabos donde sí hubiera sido necesario?, ¿cuál es la urgencia
de ir al Vaticano donde puros malos modos le van a hacer? (con la pena, pero la señora se queda en el guardarropa
junto con la señora Milingo). Yo, con la seguridad de que no me va a pelar, le pediría que se quedara con su gente.
Varios son los riesgos de arrancarse en estos crispados momentos: le pueden caer los talibanes; puede regresar y ya
no encontrar país; pueden anclarlo en Europa; puede regresar y ya no encontrarnos a nosotros. ¿A dónde vas que
más valgas?.

La Señal

Tengo un amigo hamletiano, caviloso, irresoluto, dubitativo e intensito. Es la décima plaga de Egipto. Lleva ya varios
años enamorado sin remedio de una chica que está muy bien de cuerpo y alma. No obstante esto, el genoma de mi
cuate lo tenía instalado en el atorón sentimental. ¿Le pediré matrimonio o no le pediré?. Apabullado por este dilema se
presentaba a las reuniones en calidad de molusco putrefacto. Sus cuates le decíamos: ya aviéntate, nomás estás
causando lástimas. El ponía cara de mártir del cristianismo primitivo y decía: es que estoy esperando una señal. ¡Me
lleva!, pensaba yo. Así llegó el domingo. Los sajones abrieron fuego, Trinidad Tobago le ganó a Honduras, Fox se
pasteleó a la Sauri y en la noche tembló. Mi cuate compró el anillo el lunes a primera hora y para las tres de la tarde
ya había salido del bache metafísico. Una sobrinita de la muy paciente y resistente pretensa dio un parte de guerra
impecable: a mi tía ya le dieron su anillo de compermiso. En medio de tanta muerte, la vida se abre paso.

Mujeres de Tabasco

Por invitación de Carmen Ojeda estuve esta mañana en la conferencia de prensa de las mujeres de Tabasco que se
han inconformado con el veredicto del TRIFE y, más a fondo, se han inconformado con la ruinosa condición en la que
se halla Tabasco desde que los Gurría, los Cabal, los Madrazo y sus zepelines del ritmo se han encargado de aliviar
al Estado de todas sus riquezas. Yo que el augusto señor Andrade, no las tendría todas conmigo. Las mujeres, con o
sin amortiguadores, están, una por una, en plan terrible; ya en montón son una desatada fuerza de la naturaleza. Ahi
se las encargo, señor gobernador electo.

Cualquier correspondencia con esta columna que no está para viajes, favor de dirigirla a
germandehesa@prodigy.net.mx o al Apartado Postal 19-111, Delegación Benito Juárez, México D.F

Gaceta del Angel / La ciudad desnuda

Por

Germán Dehesa

(11-Oct-2001).-

AMLO acaba de saltar a la palestra en compañía de su Sonora Dinamita formada por los variopintos delegados (es un
himno al amor ver a Dolores Padierna y a Arne aus den Ruthen happy and together). En tan selecta compañía, López
Obrador anunció con su desparpajado estilo (¿no han visto cómo literalmente se acuesta sobre el pódium buscando
infructuosamente recuperar el sueño perdido) que ahora sí le vamos a entrar durísimo a la restauración de la ciudad.
Calles, banquetas, jardines, glorietas y demás áreas urbanas recibirán un enérgico tratamiento de restauración y de
limpieza. AMLO decía esto y los delegados ponían cara de que se iban a portar bien, pero que no garantizaban nada.
Entonces AMLO comentó que nada se podría conseguir sin la ayuda de los ciudadanos (lo cual es absolutamente
cierto) y expresó su íntimo y tropical deseo de que este proyecto de recuperar la grandeza mexicana no se diluyera en
buenas intenciones, porque éstos, y señaló a los delegados, quedarían a la altura del betún.

Atestiguar toda esta escena me dejó muy pensativo. Contra mi sedentaria voluntad, casi diario tengo que recorrer los
diversos rumbos de la ciudad. Encuentro todo en tal estado de deterioro que no sé si tenga sentido el proyecto de
AMLO. Quizá (conste que digo quizá) sería mejor esperar los dos meses que faltan para que la ciudad se caiga
completa y ya luego damos una aplanadita y construimos otra. Es posible que salga más barato.

Con su horario de lechero, a AMLO le luce mucho el día. Después de anunciar la inminente restauración de
Tenochtitlan, le entró al asunto de los anuncios espectaculares. En el periférico hay uno que dice: "AMLO, ¿y la
seguridad, cuándo?" y firma el PAN. No digo que sea por esto, pero Andrés Manuel anunció que ahora sí se aplicará
una solución definitiva a este horror que ha convertido a nuestras principales vías en alucinantes túneles cercados por
biombos pletóricos de anuncios de calzones.

Minutos después, en pleno Zócalo los ambulantes y la policía capitalina escenificaron con admirable realismo la
batalla de Puebla. Aplacados los ánimos, AMLO anunció que serían castigados todos los que merecieran castigo (los
que no, no). Fastuosa declaración, ¡vive Dios!.
En otro rumbo de la Capital, en la Delegación Alvaro Obregón gobernada por el pío delegado Zuno, se presentó un
acontecimiento singular y aleccionador. Durante varios días, un sector de esa Delegación se quedó sin agua ("el vital
líquido" dirían los reporteros radiofónicos). Los vecinos se cansaron de pedir auxilio y las vecinas decidieron tomar el
asunto por su cuenta. Una de ellas habló a los bomberos y con la voz quebrada avisó que en tal dirección se había
declarado un incendio. Con su admirable y comprobada celeridad los bomberos llegaron hechos la peluda, extrajeron
la manguera del carro tanque, pero, en lugar del incendio, se encontraron a una larga fila de señoras con cubetas. El
diálogo fue ríspido. Los bomberos no querían llenar las cubetas, pero las señoras amenazaron con echarles montón y
con cortarles la manguera (signifique lo que signifique la expresión) y los heroicos tragahumo entregaron el agua
rapidito y de buen modo. Algo hay de ejemplar en esta historia, pero no sé qué.

¿Cuál Lujo?

Tengan tantita compasión. Me van a matar a puros imeilazos. ¡Nada les parece!, ¡nadie se acomide! (así se quejaban
mis tías). Escribí que el doctor Frenk me parecía un lujo meshica y se me dejó venir una ñora: ¿cuál lujo?, ¿cuál lujo?,
¿ya vio usted en qué condiciones están los hospitales públicos?. Con franciscana mansedumbre le respondo a la
señora: en efecto, mi venerada señora, ya los he visto; llevo más de 30 años viéndolos. El doctor Frenk apenas tiene
diez meses a cargo del asunto y créame que está haciendo su mejor y más inteligente esfuerzo por ir remediando ese
largo deterioro.

Me tomo una infusión de tila con hierba de tumbavaqueros, regreso a mi noble oficio y escribo que los legisladores, en
lugar de entrarle a las urgencias de la agenda nacional, se dedican a jugar a la malacatonche. Envío el artículo y de
rebote me llega un ladrillo firmado por don Juan Manuel Carreras López, diputado priísta. A modo de introducción, me
dice que está de acuerdo con lo que digo, pero que él sí está trabajando. Como demostración de esto me envía
¡completa! la iniciativa que acaba de presentar para que sea modificada, a favor de los gobiernos estatales, la
recaudación fiscal. Leí con detenimiento la antedicha iniciativa y me pareció inteligente y oportuna. Esto de que el
gobierno federal se lleve la parte del león para que luego Estados y Municipios tengan que limosnear es una más de
las contrahechuras de nuestro país. Hago la rectificación pertinente: el diputado Carreras no está jugando a la
malacatonche. Dehesa sufre.

Cualquier correspondencia con esta columna que se alza en la ciudad en ruinas, favor de dirigirla a
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Gaceta del Angel / P’al que se va

Por

German Dehesa

(12-Oct-2001).-
“No te olvidés del pago/si te vas pa’ la ciudad./Cuantimás lejos te vayas,/ más te tienes que acordar.” En el campo
uruguayo hay una forma alegre, rítmica, bailable, del canto que se llama “Chamarrita”. Lo que acabas de leer, lectora
lector querido, es una copla de chamarrita. Yo la aprendí con Alfredo Zitarrosa que ya se fue junto con tantos otros
seres que formaban parte de ese mi paisaje humano que alguna vez, desde la infinita ingenuidad de la juventud,
consideré definitivo e inamovible. No es cierto.

Todos nos vamos y, aunque la obra sigue siendo una extraña mezcla de comedia de Moliere y de tragedia de
Shakespeare, el reparto va cambiando y los jóvenes galanes pasan a ser actores de carácter.

Después aparece Laertes y ordena: “retirad estos cadáveres” y la obra prosigue ya sin nosotros.

“No eches en la maleta/ lo que no vayas a usar,/ son más largos los caminos/ p’al que va cargao de más.” En unos
cuantos días, yo tenía pensado ir a España. Ya tenía mi maletita. Por razones difíciles de entender, mi presencia era
requerida en Valladolid en el segundo Congreso de la Lengua Española.

Yo asistiría en calidad de representante del grupo “Reforma-El Norte”.

Por primera y única vez en mi vida, me adelanté a los acontecimientos y escribí mi ponencia y la envié a Valladolid. Es
posible que ésa haya sido la falla. El domingo se nos apareció bin Laden con su amistoso aviso de que no
volveríamos a conocer la tranquilidad. Como a todos aquellos que tenemos un adarme de imaginación, el anuncio me
pareció espantoso. Me llené de un extraño miedo que no conecta directamente con mi seguridad personal, sino con el
terror de verme lejos de mis hijos y de mi gente.

El viaje quedó en curso de cancelación.

En eso estaba, cuando mi amable y respetuoso dinosuegro ingresó al hospital en condiciones de extrema gravedad.
Entonces el dolor se convirtió en río de varios cursos.

Andrés no entiende qué pasa con su abuelo; la Hillary sí lo sabe y lo sabe dolorosamente y yo siento que por todas
partes me llueve ceniza.

Cada uno de ustedes conoce estos túneles que se forman con el dolor de los que amamos y que nosotros recorremos
como atónitos transeúntes de la pena. Habrá que seguir caminando. Es triste comprobar que es en este territorio
donde todos nos encontramos.

Nuestros placeres son tan diversos.

Nuestra pena es tan única.

“Cierto que hay muchas cosas/ que se pueden olvidar,/ pero algunas son olvido/ y otras son cosas nomás.” Nos
estamos yendo. Hace ya varios años, mi dinosuegro comenzó a disponer su partida. La astuta vida le puso una
trampa y le colocó a un nieto en las rodillas.

De dos años para acá, el pequeño Andrés fue para él una inundación de luz, una algarabía de pájaros tan enérgica
que la silenciosa muerte no hallaba resquicio.

Al parecer, ya lo halló. No hay mucho más que hacer. Los muertos enterrarán a sus muertos. Entiendo (siento) que mi
magra contribución cae necesariamente del lado de la vida. Desde ella, me quedan el agradecimiento para un abuelo
excepcional, el cariño para un nieto desolado y el enorme caudal de recuerdos que de muy buena gana y con todo
amor compartiré con su hija que canta y encanta.

No me interesa olvidar; pre. ero amansar los recuerdos. Estas líneas son p’al que se va.

LA CUCARACHA
Me escribe una cibercorresponsal, supongo que de buena fe, para solicitarme que visite con urgencia un extraño lugar
de Internet que, según me cuenta, es regenteado por uno de estos grupúsculos de fundamentalistas yanquis que
velan por la pureza norteamericana. Mi pobre corresponsal no sabe de mi absoluta ciberincapacidad e ignora que,
aunque fuera experto navegante, no andaría perdiendo mi tiempo en tan morbosas y babosas visitas. Según ella me
informa, en ese lugar viene una prolija y comentada lista de todos aquellos que los desprejuiciados coimes del lugar
consideran como “las cucarachas mexicanas”. En un apartado especial (cosa que me honra) hemos sido colocados
Carlos Fuentes y su Charro Negro. Sin ánimo de polemizar con tan ponderados sujetos, observo que se trata de una
doble injusticia que incomoda a ambos. Fuentes es una voz que resuena en todo el mundo; mi cobertura va de
Mexicali a Mérida.

Fuentes tiene sus propias razones para asumir frente a Estados Unidos una actitud de apoyo crítico.

Yo tengo las mías y cada uno de los que leen y piensan deberían de tener las propias. Por pura precisión y decencia
intelectual habría que reorganizar esa lista porque quedamos muy mal acomodados, pero también porque, una vez
que he consultado a varias eminencias y a varios expertos en plagas domésticas y en la obra de Kafka, puedo afirmar
con aceptable grado de certidumbre que ni Carlos Fuentes, ni su Charro Negro somos cucarachas.

Si acaso, chapulines.

Contra Tánatos, Eros: hoy toca.

Cualquier correspondencia con esta columna que se va y se queda, favor de dirigirla a


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Gaceta del Angel / Ratones y conejas

Por

Germán Dehesa

(15-Oct-2001).-

En el organigrama de esta familia que no es la suya porque es la mía, el papel de suprema corte de justicia lo
ocupaba mi ahora difunto dinosuegro. Su nieto y contlapache llamado Andrés solía presentarse amparado ante sus
padres que fungíamos como una especie de tribunal de primer circuito. A veces venía en calidad de indiciado, a veces
se presentaba con alguna solicitud de dudosa legalidad. En ambas situaciones, no solía presentar alegatos muy
enjundiosos. Sabía perfectamente que había una instancia superior donde, sin lugar a dudas, obtendría un fallo
favorable. Digamos que lo que hacía con nosotros es lo que en el español coloquial de México llamamos "tocar base"
o "corrernos la cortesía". En cuanto era emitido el fallo adverso, el solicitante ponía cara de mansa aceptación y se
retiraba a sus instalaciones particulares en espera de entrar en contacto con su abuelo. Como esto ocurría
diariamente, la espera no era ni larga, ni angustiosa. Aparecía su abuelo y el grillísimo ex-Bucles solicitaba una
audiencia privada. La ilusa progenitora del minicabildero le advertía a su padre: Andrés te va a pedir una pista
intergaláctica de naves subatómicas que, además de ser muy cara, es una porquería; si se la compras, harás muy mal
y no nos estarás ayudando en nada en la educación del minimosh. El abuelo ponía cara de que no cedería ante
ninguna provocación y, dicho esto, se iba a pasear con su nieto. Horas después aparecían con la pista intergaláctica;
la madre hacía esos bizcos que tanto se le dificultan y el abuelo esgrimía como único argumento: es que es un juguete
muy educativo.

El principio del fin tuvo lugar a raíz de lo del diente que se le cayó al talibancito. Aquí en la casa, el ratón le dejó al
neochimuelo una cantidad apropiada; pero el industrioso enano, con espíritu de Hank González, le habló a su abuelo
para preguntar, así como quien no quiere la cosa, si el ratón no había ido también por casa del abuelo. Mi dinosuegro
no era muy ducho en esto de la mitología infantil. A él había que preguntarle quiénes habían formado parte del
gabinete ampliado de López Mateos y sus respuestas eran infalibles. De eso lo sabía todo, de los mitos de la infancia
no sabía nada. La tarde de los hechos se presentó en esta casa y con misterioso aire de traficante le entregó a Andrés
un sospechoso sobre. Contenía 200 pesos y un críptico mensaje: "De parte de la coneja". Bin Bucles cayó en
profunda perplejidad. Papá: ¿el ratón y la coneja son lo mismo?. Sí y no, respondí yo que detesto la ambigüedad; el
ratón es el ratón, pero para realizar ciertas operaciones encubiertas se disfraza de coneja para no dejar huella.

Creo que pocos niños en este país alojan en su tierno espíritu la imagen de un ratón travesti. Andrés tiene ese
privilegio y ése es uno de los múltiples dones que recibió de un abuelo que ahora ya no está para resolver sus
controversias constitucionales, pero que le dejó impresa la noción de que siempre existe una instancia superior que
nos puede aliviar cualquier congoja y puede hacernos recuperar nuestro natural estado de felicidad. Aunque sea
disfrazado de coneja, el ratón siempre acude.

Hablando de eso: gracias a tantos y tantos amigos y amigas que nos han acompañado en estos días baldíos y en
estas noches tan inciertas. La vida prosigue, pero ya es otra vida.

Los Funerales y sus Peligros

No es necesariamente un mérito, pero ocurre que en mi genoma hay algo que me hace totalmente refractario a los
rituales funerarios. Creo que ni siquiera a mi velorio acudiré con voluntad placentera ("Y consiento en mi morir/ con
voluntad placentera/ clara e pura./ Que querer hombre vivir/ cuando Dios quiere que muera/ es locura." J. Manrique).
Sin embargo, a veces la vida nos avisa que nuestro deber de amor es acercarse a esos parajes particularmente
hostiles. Este es mi caso reciente.

En todos los sentidos de la expresión, todavía no me repongo de mi asistencia a las concurridas exequias de Rodolfo
Landeros G. En mi recuerdo, las mujeres asistían a estos rituales rosario en mano y cubiertas con una burka de gasa
negra. Mi mamá era solicitadísima para estos menesteres porque se aventaba unos jumborrosarios que, en versión
corta, duraban 90 minutos. Las señoras se desvanecían y mi tío el Guajolote se iba de bruces sobre las coronas.
Ahora todo ha cambiado. Las mujeres van de pantalones, fuman como locas y, para mi desgracia, llevan elegantes
morrales cargados de cosméticos que colocan sobre sus hombros mediante largas tiras de cuero. Eso tendría que
estar prohibido. Te ven llegar, se aproximan, te dan un vehemente beso en la mejilla y, por pura inercia pendular, te
acomodan un bolsazo en el pubis. El efecto es inmediato: palidez, rictus de dolor enorme y ojos desorbitados. Lo
querías mucho, ¿verdad?, te preguntan las inconscientes. Y a uno ni siquiera le sale la voz al sentir vulneradas sus
torres gemelas. No necesitas decírmelo, me basta leerlo en tu cara; sabes que cuentas conmigo. Dicho esto,
prosiguen su recorrido por la capilla ardiente repartiendo bolsazos y dejando un reguero de damnificados. No lo
hagan, muchachas. No es bueno.

Cualquier correspondencia con esta columna que es un monumento al ratón y a la coneja, favor de dirigirla a
germandehesa@prodigy. net.mx o al Apartado Postal 19-111, Delegación Benito Juárez, México, D.F.

Gaceta del Angel / Ratones y conejas

Por

Germán Dehesa
(15-Oct-2001).-

En el organigrama de esta familia que no es la suya porque es la mía, el papel de suprema corte de justicia lo
ocupaba mi ahora difunto dinosuegro. Su nieto y contlapache llamado Andrés solía presentarse amparado ante sus
padres que fungíamos como una especie de tribunal de primer circuito. A veces venía en calidad de indiciado, a veces
se presentaba con alguna solicitud de dudosa legalidad. En ambas situaciones, no solía presentar alegatos muy
enjundiosos. Sabía perfectamente que había una instancia superior donde, sin lugar a dudas, obtendría un fallo
favorable. Digamos que lo que hacía con nosotros es lo que en el español coloquial de México llamamos "tocar base"
o "corrernos la cortesía". En cuanto era emitido el fallo adverso, el solicitante ponía cara de mansa aceptación y se
retiraba a sus instalaciones particulares en espera de entrar en contacto con su abuelo. Como esto ocurría
diariamente, la espera no era ni larga, ni angustiosa. Aparecía su abuelo y el grillísimo ex-Bucles solicitaba una
audiencia privada. La ilusa progenitora del minicabildero le advertía a su padre: Andrés te va a pedir una pista
intergaláctica de naves subatómicas que, además de ser muy cara, es una porquería; si se la compras, harás muy mal
y no nos estarás ayudando en nada en la educación del minimosh. El abuelo ponía cara de que no cedería ante
ninguna provocación y, dicho esto, se iba a pasear con su nieto. Horas después aparecían con la pista intergaláctica;
la madre hacía esos bizcos que tanto se le dificultan y el abuelo esgrimía como único argumento: es que es un juguete
muy educativo.

El principio del fin tuvo lugar a raíz de lo del diente que se le cayó al talibancito. Aquí en la casa, el ratón le dejó al
neochimuelo una cantidad apropiada; pero el industrioso enano, con espíritu de Hank González, le habló a su abuelo
para preguntar, así como quien no quiere la cosa, si el ratón no había ido también por casa del abuelo. Mi dinosuegro
no era muy ducho en esto de la mitología infantil. A él había que preguntarle quiénes habían formado parte del
gabinete ampliado de López Mateos y sus respuestas eran infalibles. De eso lo sabía todo, de los mitos de la infancia
no sabía nada. La tarde de los hechos se presentó en esta casa y con misterioso aire de traficante le entregó a Andrés
un sospechoso sobre. Contenía 200 pesos y un críptico mensaje: "De parte de la coneja". Bin Bucles cayó en
profunda perplejidad. Papá: ¿el ratón y la coneja son lo mismo?. Sí y no, respondí yo que detesto la ambigüedad; el
ratón es el ratón, pero para realizar ciertas operaciones encubiertas se disfraza de coneja para no dejar huella.

Creo que pocos niños en este país alojan en su tierno espíritu la imagen de un ratón travesti. Andrés tiene ese
privilegio y ése es uno de los múltiples dones que recibió de un abuelo que ahora ya no está para resolver sus
controversias constitucionales, pero que le dejó impresa la noción de que siempre existe una instancia superior que
nos puede aliviar cualquier congoja y puede hacernos recuperar nuestro natural estado de felicidad. Aunque sea
disfrazado de coneja, el ratón siempre acude.

Hablando de eso: gracias a tantos y tantos amigos y amigas que nos han acompañado en estos días baldíos y en
estas noches tan inciertas. La vida prosigue, pero ya es otra vida.

Los Funerales y sus Peligros

No es necesariamente un mérito, pero ocurre que en mi genoma hay algo que me hace totalmente refractario a los
rituales funerarios. Creo que ni siquiera a mi velorio acudiré con voluntad placentera ("Y consiento en mi morir/ con
voluntad placentera/ clara e pura./ Que querer hombre vivir/ cuando Dios quiere que muera/ es locura." J. Manrique).
Sin embargo, a veces la vida nos avisa que nuestro deber de amor es acercarse a esos parajes particularmente
hostiles. Este es mi caso reciente.
En todos los sentidos de la expresión, todavía no me repongo de mi asistencia a las concurridas exequias de Rodolfo
Landeros G. En mi recuerdo, las mujeres asistían a estos rituales rosario en mano y cubiertas con una burka de gasa
negra. Mi mamá era solicitadísima para estos menesteres porque se aventaba unos jumborrosarios que, en versión
corta, duraban 90 minutos. Las señoras se desvanecían y mi tío el Guajolote se iba de bruces sobre las coronas.
Ahora todo ha cambiado. Las mujeres van de pantalones, fuman como locas y, para mi desgracia, llevan elegantes
morrales cargados de cosméticos que colocan sobre sus hombros mediante largas tiras de cuero. Eso tendría que
estar prohibido. Te ven llegar, se aproximan, te dan un vehemente beso en la mejilla y, por pura inercia pendular, te
acomodan un bolsazo en el pubis. El efecto es inmediato: palidez, rictus de dolor enorme y ojos desorbitados. Lo
querías mucho, ¿verdad?, te preguntan las inconscientes. Y a uno ni siquiera le sale la voz al sentir vulneradas sus
torres gemelas. No necesitas decírmelo, me basta leerlo en tu cara; sabes que cuentas conmigo. Dicho esto,
prosiguen su recorrido por la capilla ardiente repartiendo bolsazos y dejando un reguero de damnificados. No lo
hagan, muchachas. No es bueno.

Cualquier correspondencia con esta columna que es un monumento al ratón y a la coneja, favor de dirigirla a
germandehesa@prodigy. net.mx o al Apartado Postal 19-111, Delegación Benito Juárez, México, D.F.

Gaceta del Angel / El tesoro de la jumentud

Por

Germán Dehesa

(16-Oct-2001).-

Mi amigo "el Pánzer" era muy delicado para ciertas cuestiones. Conviví con él primaria y secundaria y ambos
resistimos los recios embates del fundamentalismo marista. He de confesar que a mí me resultó más sencillo, porque
la lucha de el Pánzer fue mucho más frontal. Por aquellos tiempos (1951-1959), los maristas tenían la fea costumbre
de hacer una evaluación semanal de nuestro desempeño académico que incluía los siguientes rubros: conducta,
aprovechamiento, puntualidad, aseo, urbanidad y el lugar que ocupábamos en la tabla de rendimiento académico.
Puesto que yo estaba becado, no tenía más opción que estar dentro de los cinco primeros so pena de acerbas
reprimendas públicas y privadas. El Pánzer jugaba más suelto porque sus ilusos padres pagaban puntualmente la
colegiatura. El Pánzer no se conformaba con menos que el último lugar. Cuando obtenía el penúltimo, o el
antepenúltimo se la hacía de jamón al titular y no descansaba hasta que recuperaba ese puesto que consideraba
suyo. De algún modo terrible, yo admiraba al Pánzer. Algo tenía de filósofo hindú. No molestar y no ser molestado
eran sus principios de vida. Lo único que podía deprimirlo o enfurecerlo era que lo sacaran de ese sótano académico
donde tan apaciblemente transcurría su infancia. Era sonriente, buen amigo y una estrella refulgente del tochito
callejero. Sus papás decían que era un flojo y un burro, pero lo calumniaban. El asunto era más simple o más
misterioso: su vida fluia por un camino distante y ajeno al del conocimiento. Según me cuentan, así ha proseguido. Me
dicen que se le ve feliz.

He dibujado con torpes palabras esta viñeta de mi amigo el Pánzer porque, sin solicitud previa, apareció en mi
lacerada mente esta mañana en cuanto leí la noticia de que México obtuvo en 1995 el último lugar en lo que se refiere
a educación matemática y científica. De inmediato pensé en el Pánzer, pero también pensé que la suerte que nos
espera como país no será ciertamente tan grata como la de mi estoico compañero. A nosotros está a punto de
llevarnos el tren (a nuestros mismos trenes ya se los llevó el tren). El costo de fabricar tanto jumento será la vida
misma del país. Como lo oyen.

"A lo largo de la historia, la habilidad para entender y adaptar nuevas tecnologías y aplicarlas para lograr una mejora
real en la vida del ciudadano es factor fundamental para determinar si un país sobrevive, o no. Y quienes han olvidado
esta lección se han vuelto curiosidades arqueológicas, civilizaciones perdidas." (J. Enríquez Cabot, "El reto de México:
tecnología y fronteras en el siglo XXI" Ed. Planeta). Los que tienen la curiosa manía de leer esta columna quizá
recordarán que hace algunos meses recomendé la lectura de este libro de un mexicano excepcional. Creo que en él
se muestra de modo implacable que no tenemos más posibilidad de acceso al futuro que una excelente educación
científica y tecnológica. La actual es la peor del mundo. ¿Qué vamos a hacer?, ¿seguiremos manteniendo a la
ineficiente burocracia y a las divinas garzas del sindicalismo magisterial?, ¿qué haremos con tanta jumentud?.

Breve Historia de Singapur

En los años cincuenta, el gobierno de una nación llamada Singapur llegó a la trágica conclusión de que su país no era
viable. Sabiendo esto se presentaron ante la Federación Malaya y literalmente se ofrecieron para ser integrados a esa
unidad política. Los malayos lo pensaron durante un buen rato y concluyeron que Singapur ni regalado era bueno.
Rechazados y hambrientos, los singapureños (o singapurenses, o lo que sean) tomaron una decisión que a muchos
mexicanos les puede sonar terrible: dejarse de cuentos y ponerse a trabajar. Trabajaron y trabajaron, ahorraron y
ahorraron, disciplina y más disciplina, se concentraron en la educación científica y tecnológica y así, a la vuelta de
cuatro décadas, se convirtieron en una potencia emergente. Si revisas, lectora lector querido, las evaluaciones que
este lunes publicó "Reforma", verás que en esas materias científicas y tecnológicas donde México cosechó un nada
envidiable ramillete de últimos y penúltimos lugares, Singapur obtuvo primeros y segundos lugares. Salvo lo que
decidan los talibanes del oriente y de norteamérica (ante el salvaje bombardeo, ¿seguiremos sin "regatear" apoyos?),
Singapur hoy tiene un enorme futuro; México no tiene ninguno, a menos que decida ofrecerse regalado a la
Federación Malaya.

Una Modesta Proposición

Nuestro fracaso en la educación científica y tecnológica es de tales dimensiones, que como primera solución, me
permitiría sugerir a los líderes del Sindicato Magisterial una magna marcha con plantón adjunto que dure, por lo
menos, un mes y que congestione todas las ciudades del país. Es eso o ponernos a trabajar.

Cualquier correspondencia con esta columna llena de pena propia y ajena, favor de dirigirla a
germandehesa@prodigy.net.mx o al Apartado Postal 19-111, Delegación Benito Juárez, México D.F

Gaceta del Angel / El chupa-ántrax

Por

Germán Dehesa
(17-Oct-2001).-

Hace algunos años, la siempre dispuesta y desinformada paranoia nacional encontró en el chupa-cabras el oscuro
objeto de sus peores deseos. Los resultados fueron altamente satisfactorios: nuestro pueblo, docto en ignorancia, se
dedicó a eliminar cuanto murciélago y vampiro encontrara en su horizonte y con ello consiguió romper el ciclo de
polinización del agave y puso en grave predicamento la industria del tequila que comenzaba a abrirse paso en el
mundo. Obsesionados por el chupa-cabras, logramos también, con disciplinada estupidez, dejarle el terreno libre a los
políticos chupa-gente y chupa-lana que pudieron trabajar con entera libertad. Un logro más de nuestra mala educación
y nuestra peor información.

Hoy los lectores de Nostradamus y de textos igualmente científicos han encontrado en el ántrax una nueva y post-
moderna encarnación de sus terrores medievales. Según ellos, Osama bin Laden está metido en su talicueva afgana
aguantando la brutal lluvia de misiles quirúrgicos (se acaban de cargar las instalaciones de la Cruz Roja) y urdiendo
un plan particularmente maligno: mi próximo golpe lo descargaré en el lugar menos pensado; mis futuras víctimas
serán los integrantes de la familia Teutli Villalpando que viven en la colonia Obrera en el califato controlado por el
Imán Ibrahim López Obrador, je-je-jé, siiiií, eso voy a hacer; aquí tengo un sobrecito de papel manila y lo voy a retacar
de ésporas, como dice Javier Solórzano, y se lo mando a los Teutli Villalpando como si fuera publicidad de tiempos
compartidos en Guayabitos, siiiií, si logro aniquilar a los Teutli Villalpando y a su perro el Tutsipop, desestabilizaré a
todo Occidente. En Narvarte, la Alamos y la Pensil no volverán a conocer la tranquilidad, je-je-jé. De nada les servirán
los túneles de Tepito, ni los agentes especiales de Leonel Godoy que lamen cuanto polvo les llevan y mueren
gritando: ¡no es ántrax, es matarratas!. Comenzaremos con el ántrax, pero seguiremos con las alfombras y el quepe
charola y el jocoque. Nadie podrá detenerme. ¡Primero la colonia Obrera y luego el mundo! (traducción directa del
árabe hecha por Gaspar Henaine "Capulina").

De modo muy razonable, el doctor Samuel Ponce de León, emérito infectólogo mexicano, se apersonó en "Círculo
Rojo" y dijo que esta cuestión del ántrax está muy ojona pa' paloma y que, si los mexicanos persistimos en el terror
por el chupa-ántrax, conseguiremos varios efectos maravillosos: gastar a lo idiota en antibióticos, colapsar los ya
endebles sistemas de urgencias hospitalarias (con el consecuente daño para las señoras que deciden parir tetrallizos
a las tres de la mañana), enloquecer a los carteros, trastornar el frágil sistema emocional del ya mencionado Godoy,
satanizar a cualquier pariente que empiece a toser y/o manifieste síntomas inminentes de barro, golondrino, sabañón
o verruguita.

Como si no tuviéramos suficiente con Fox y sus botas de charol (charrol), con Castañeda (a) Beethoven (no por el
músico, sino por el perro) y con el Poder Legislativo en general, concentramos nuestra primitiva y desinformada
angustia en la amenaza del ántrax. De veras que somos...

México en Vocativo

Asumo plenamente mi responsabilidad. El uso de los signos de ortografía hay que conocerlo, para después
atropellarlo. Lo que es consternante es el atropello sin el previo conocimiento. Si yo ya estoy decidido a vender
protección gubernamental disfrazándola de obra social; si ya decidí ponerle a mi obra supuestamente benéfica el
tutelar membrete de "¡Vamos México!", no estaría de más asomarme, aunque fuera tardíamente, a algún curso de
gramática para aprender que en español el vocativo requiere del uso de la coma (¡Animo, Vicente!, ¡Vicente, ánimo!,
¡Animo, Vicente, ánimo!). Si esto es así (y es así), lo correcto será escribir: ¡Vamos, México!. Si el imagólogo que
opera todo este proyecto me hace el favor de colocar esa coma, yo me comprometo a comprar un boleto para el
concierto de Elton John en el Castillo de Chapultepec. Lo haría por puro morbo, pero lo haría. No quiero perderme de
ese mágico momento en el que se encuentren las miradas de Elton John y Carlos Abascal. ¿Habrá erotismo?.
Necesito cerciorarme. Si el descocado británico decide corretear a nuestro recio Secretario, yo quiero atestiguarlo. Mi
tropical imaginación no se atreve a figurar lo que podría acontecer en la alcoba de Carlota. ¡Vamos, Carlos, tú tienes
aura!.

Envío

Estos renglones son para Carlos Gaos Schmidt, cardiólogo en jefe de mi entero corazón. Ahora le ha tocado ser
paciente y, como todo médico que se respete, es un desastre. Según me cuentan, tenía una uña enterrada, pero
cerca del pecho. ¿Cómo se le enterró ahí?, no me lo pregunten. Lo importante para todos es que se recupera
felizmente.

Cualquier correspondencia con esta columna que tose levemente, favor de dirigirla a germandehesa@prodigy.net.mx
o al Apartado Postal 19-111, Delegación Benito Juárez, México D.F.

Gaceta del Angel / Historia nacional de la infamia

Por

Germán Dehesa

(18-Oct-2001).-

Según lo planeado, yo tendría que haber asistido al congreso de Valladolid. La vida y la muerte me obligaron a la
ausencia. Dios sabe por qué hace las cosas, solía decir mi madre. Espero que así sea y que Dios y mi madre
realmente sepan (o supieron) por qué hacen lo que hacen. Cuando yo también lo sepa, podré afirmar que, por lo
pronto, esta ausencia me salvó de uno de los más incómodos sentimientos que puede experimentar un
hispanohablante: la pena ajena.

Jorge Luis Borges nació en Buenos Aires en 1899 y murió y fue sepultado en Ginebra, Suiza en 1986. Es muy posible
que Borges sea el más complejo y rico escritor en español del siglo XX. Sus ensayos, sus ficciones, sus reseñas, sus
crónicas fantásticas y su misteriosa poesía representan un punto altísimo e irrepetible de la música verbal de nuestro
idioma. Borges decía cosas sorprendentes y lo hacía con un lenguaje igualmente deslumbrante en su novedad y
perfección. En algún soneto le rindió homenaje a Baruch Spinoza y habló de su oficio que consistía en pulir lentes y
cristales hasta su extrema transparencia. No otra cosa hizo Borges con las palabras. Si leemos lo que Borges dijo en
conferencias, todas ellas improvisadas puesto que era ciego, y en entrevistas descubriremos con admiración que la
oralidad de Borges es tan precisa y tan pulida como su obra escrita.

En alguna conversación Borges se queja de poseer un nombre cacofónico: Jorge Luis Borges. El grupo que forman
las letras o, ere, ge (org) le parecía particularmente desagradable. Preveo, decía el ciego genial, que, tras mi muerte,
poco a poco me iré convirtiendo en José Luis Borges y así mi nombre quedará parcialmente aliviado de la fealdad.
Con lo que no contaba la vasta imaginación de Borges era con la extravagante irrupción de Vicente Fox en el
escenario internacional y, más precisamente, en el segundo Congreso de la Lengua Española. En tan señalada
tribuna y aprovechando que el Rey Juan Carlos dormía con la boca abierta, nuestro Presidente agarró por su cuenta
la palabra y pronunció un discurso que avanzó con cierto aseo hasta que tropezó (y con botas de charol) con el
nombre, para él remoto y extraño, de Jorge Luis Borges. Fox frenó violentamente y estudió con veloz intensidad ese
renglón que se le presentó como un jardín de senderos que se bifurcan. En la duda, absténte, dice la educación
jesuita. Fox no se abstuvo; se arrojó a ese fuego color encía de tigre de las ruinas circulares ("Nadie lo vio
desembarcar en la unánime noche") y con voz insegura pronunció la terrible blasfemia laica: José Luis Borgues. En la
tumba llovida de rosas blancas de un cementerio de Ginebra se percibió un leve tremor de tierra. Después vino el
silencio. "Nadie rebaje a lágrima o reproche/ esta declaración de la maestría de Dios/ que con magnífica ironía/ me dio
a la vez los libros y la noche." Nuestro destino final es el olvido, dijo alguna vez Borges. Por lo que se refiere a Vicente
Fox, ese destino ya se cumplió para el autor de "El Aleph". Ardua tarea ésta de olvidar lo que jamás se ha conocido.

Cuestión de Flechas

Más allá del ántrax y de los despropósitos literarios de Fox, la noticia más grave que México ha recibido esta semana
es, según mi opinión, la de nuestro desastre educativo. Como recordarán, esto salió a la luz el lunes pasado cuando el
grupo "Reforma-El Norte" publicó los resultados del estudio mundial de calidad educativa que se realizó en 1995. Por
lo que se refiere a conocimientos matemáticos y científicos nos fue peor que en el Mundial de Futbol de Italia 90 al
que no asistimos por cachirulescas razones. Sin constarme, me imagino que, puesto que fue un organismo público e
internacional el que realizó esta evaluación, los resultados tienen que haber estado desde 1995 a disposición de quien
los requiriera. El Estado mexicano, por obvias razones, no los publicó y así llegamos al 2001 cuando por fin un
periódico los hace del conocimiento general. Esto ocurrió un lunes. El martes, Miguel Limón Rojas intenta una defensa
más o menos débil del ocultamiento de esta información. Tal defensa, basada en el argumento de que prefirieron no
decírnoslo para no desalentarnos (?), me pareció poco sostenible e indigna de la fina inteligencia de Miguel Limón. En
eso estaba pensando, cuando me puse a recapitular un poco y me hice este razonamiento: Miguel Limón se hizo
cargo de la SEP en 1995, o sea que no podía cargársele a él la factura de la muy lastimosa evaluación. La
responsabilidad corría a cargo de los anteriores Secretarios de Educación. ¿Quiénes fueron éstos?. Respuesta:
Fausto Alzati que duró unas cuantas semanas por lo de su doctorado que también resultó cachirul y ¡ojo, amiguitos!
Ernesto Zedillo quien luego sería Presidente y jefe directo de Limón. Si en 1995 los resultados se publicaban, el que
salía raspado era Zedillo y no Limón. ¿Conoceremos alguna vez la opinión de Zedillo, o esa información que a todos
nos concierne seguirá siendo secreto de Estado?.

Agradecimiento Cibernético

Son muchos y enormemente gratos los correos electrónicos recibidos por la Hillary y por su Charro Negro con motivo
de la triste ausencia de mi dinosuegro. Gracias. Créanme que esta amorosa conspiración de los vivos es una aromada
algarabía que nos trae de regreso a la vida.

Cualquier correspondencia con esta columna que prefiere dormir como rey, favor de dirigirla a germandehesa@
prodigy.net.mx o al Apartado Postal 19-111, Delegación Benito Juárez, México, DF

Gaceta del Angel / Borgeana

Por

Germán Dehesa
(19-Oct-2001).-

"¿Cómo admirar a seres que se pasan la vida poniéndose de acuerdo, diciendo las cosas que dicen y con perdón-
retratándose?". Esto es lo que opinaba Borges acerca de los políticos. Para matizar esta consideración hay que decir
que, de las múltiples tareas humanas que solicitaron la inteligente curiosidad de Borges, la política no ocupaba un
lugar preponderante. Algún día mereceremos la dicha de no tener gobiernos, comentó en alguna otra ocasión. Al igual
que su padre, Borges se consideraba esencialmente un anarquista spenceriano y gran parte de su admiración por
Suiza se debía a que el gobierno de esa nación era invisible y desconocido para la mayoría de los ciudadanos que, sin
mayores aspavientos, pagaban regularmente sus impuestos a cambio de buenos servicios, de educación, transporte,
seguridad, salud, recreaciones y pensión. Es hermoso, decía, vivir en un país donde casi todos ignoran el nombre de
su jefe de Estado y donde los militares han arrumbado los fusiles en algún lugar que ya no recuerdan.

Antes que a Fox y de modo más grave, Borges padeció a Juan Domingo Perón que encarceló a Doña Leonor
Acevedo, la madre del poeta y a Norah, su amadísima hermana. Esto no bastó para amenguar la ironía feroz del
eterno candidato al premio Nobel que, por órdenes superiores y de un día para otro, se quedó sin su modesto trabajo
de bibliotecario de barrio y fue reasignado al cargo de inspector de aves en los mercados. Llegado el momento, Perón
huyó de Argentina y Borges pasó de ser un escritor casi secreto a una suerte de gloria nacional. Junto con la fama,
llegó la ceguera y la admiración mundial ("a los otros les queda el universo/ a mi penumbra el hábito del verso"). Sus
últimos 30 años de vida fueron, según sus palabras, un lento atardecer. Jamás varió su sencillo modo de vida, jamás
manifestó altanería y siempre tuvo en alta estima la amistad, el coraje y el sentido del humor. Cierto día, alguien le
contó que había un pintor que estaba planeando hacer una edición ilustrada de alguno de sus libros. Borges recabó
aquí y allá opiniones acerca de la calidad del pintor. Todos le decían que era mediocre tirando a horripilante. Borges
pidió que lo pusieran en contacto telefónico con el inminente ilustrador y sostuvo con él este diálogo. Amigo pintor,
habla Borges. ¡Maestro, qué honor!. Mire, amigo pintor, corren rumores por Buenos Aires acerca de que usted va a
ilustrar un libro mío. Así es, maestro. Bien, yo le hablo para autorizarlo a que desmienta esos rumores. Fin de la
charla.

Imaginemos ahora un teléfono que suena en Valladolid. Amigo Presidente, habla Borgues. ¡Maestro, qué honor!. Mire,
amigo Presidente, me han llegado rumores de que usted piensa nombrarme en un discurso... Fin de esta secuencia.

Semana Fatal

El lunes, mi amigo, cuyo apodo si fuese dicho provocaría el ántrax, el botulismo y la lepra universal, me habló por
teléfono para que cruzáramos una apuesta en el juego Yanquis-Atléticos. Previamente le había apostado a los Pieles
Rojas en contra de los Vaqueros. En un sólo día comprometí casi toda la herencia de mis hijos. Este domingo espero
reponerme. Le voy al América.

Brozo en Televisa

"Círculo Rojo" es un programa que apenas va adquiriendo su ritmo y su formato. Su horario, además, es terrible.
Termina el noticiero y todavía hay que recetarse media hora de pseudohumor totalmente miserable y cerebralmente
catatónico. Con todo, Carmen y Javier tienen suficiente talento para abrirse paso. La visita de Brozo fue una maravilla.
La televisión puede ser un prodigio si nos ofrece el espectáculo de la inteligencia, el discurso libre y desprejuiciado, la
amistad y el talento. Me felicito por haberlo visto y felicito a estos tres buenos amigos que me regalaron múltiples
iluminaciones. A pesar de todo y para nuestro bien, las cosas están cambiando.
Vacaciones

En vista del éxito obtenido y dado el visible deterioro de mi familia y del propio Charro Negro, previo permiso de la
autoridad, he decidido tomar una semana de vacaciones. Cinco días no escribiré y me dedicaré a la minuciosa
holganza. Les encargo a Fox y a AMLO. No le abran a nadie y no anden oliendo sobres sospechosos. Los voy a
extrañar. Apuesto a que hoy toca.

Cualquier correspondencia con esta columna que se dispone a descansar, favor de dirigirla a germandehesa
@prodigy.net.mx o al Apartado Postal 19-111, Delegación Benito Juárez, México, D.F

Gaceta del Angel

Por

Germán Dehesa

(22-Oct-2001).-

A partir de hoy el autor de esta columna toma vacaciones. Es por ello que no se publicarán sus textos hasta el
próximo lunes 28 de octubre. Desde esa fecha la Gaceta del Angel reanudará sus entregas de lunes a viernes cada
semana.

Gaceta del Angel / El Tiradero

Por

Germán Dehesa
(29-Oct-2001).-

Los vascos ya nos quieren aventar la madre de todas las broncas. Los ejidatarios de Texcoco, desoyendo los
favorables y contundentes pronunciamientos de los patos a.c., se disponen a defender sus parcelas cual talibanes
autóctonos. La piña de la reforma fiscal ya se hizo tepache y en unas cuantas semanas podrá fosilizarse; el IPAB, que
se suponía que era el hijo guapo de esa vieja horrenda llamada FOBAPROA, está ahora sometido a tan intenso y
cruzado fuego, que ya no se sabe quién es amigo de quién y cuál es el enemigo de cuál. El asesinato sin nombre, sin
adjetivos, sin culpables de Doña Digna Ochoa malhirió de grave manera al gobierno capitalino, al gobierno federal y a
todo nuestro lamentable "sistema de justicia". El concierto de Elton John en el Castillo de Chapultepec que en sí no
me parece un asunto criticable o relevante (ya alguna vez, en el siglo XIX, los sajones se presentaron ahí en plan por
demás bravero), tuvo sus ribetes de escándalo por la falta de prudencia política de la organizadora (Marta S. de Fox
ha declarado que no tiene mayor aspiración que la de ayudar a su marido. Otras dos ayudaditas como ésta, o como la
de la prediabética fotografía en el Vaticano y lo hunde para siempre) y por el uso y el abuso, como ya lo comentó
Granados Chapa, del Estado Mayor Presidencial para tareas que no le corresponden y que, además, ofenden
directamente a una ciudadanía que ya no está dispuesta a soportar que le privaticen de golpe espacios
consagradamente públicos. Dicho de otra manera: todo aquello contra lo que votamos el 2 de julio reaparece,
sobrevive, nos lastima y todo aquello que patrocinamos, empujamos y decidimos ese mismo día se ha quedado en
estado larvario, o ha sido postergado, o se ha convertido en declaración banquetera, o ha sido sencillamente olvidado.

De veras que es por demás. Me voy una semana a darme una rostizadita como trompo de tacos al pastor y regreso
para encontrarme tamaño tiradero. No es justo. Señor Vicente Fox: ¿todavía oye usted bien, o este asunto de la
información filtrada y escogida funciona de ida y vuelta?. Usted dígame, usted explíqueme, si es que todavía escucha
el malestar, la molestia, el desencanto y la ira de tantos que depositaron en sus manos tantas y tan fundadas
esperanzas de restaurar nuestra República. Al alcance de esa valentía que usted ostentaba y en la que tantos
creyeron estuvo la posibilidad de rematar al dinosaurio del narcopoder. No lo hizo y le apostó al borrón y cuenta
nueva. Pretendió la convivencia y ellos, a modo de atenta respuesta, le enviaron el cadáver de una respetabilísima
mujer. ¿Dónde ha andado usted?. ¿Practicando la hechura del nudo de la corbata de frac?. Usted explíqueme por qué
Madero y Fox, los dos únicos presidentes electos en comicios legales y democráticos han tenido una gestión tan
desastrosa. Aventuro una hipótesis: Madero le apostó a la convivencia con los porfiristas y usted supone que se
puede convivir con la narcopolítica.

En fin. Habría tantas cosas que decir. Le juro que no hablo desde una frustración personal. Yo (y muchos otros)
sabemos que el 2 de julio del 2000 nos ganó el derecho a participar en el cambio. Seguimos creyendo en ese cambio
y hemos de lograrlo. Si usted quiere entrarle, sea bienvenido; si desea proseguir su luna de miel rodeado de tanto
inútil y tanto mediocre, será asunto suyo. Ojalá y no nos estorbe demasiado en nuestra voluntad de cambiar. Sería
muy triste llevárnoslo de corbata.

La Alzadita

Siento informarte, lectora lector querido, que esta tarea de darle una alzadita a la casa va a estar todavía más
complicada de lo que parecía. No será la primera vez que nos vamos por la libre y hacemos las cosas por nuestra
cuenta. Si nos esperamos a que Fox despeje su agenda turística, a que el poder ejecutivo se ponga de acuerdo, a que
el legislativo se sacuda su provechosa, mañosa y boicoteadora flojera y a que el judicial limpie sus hediondos establos
va a llegar primero el juicio final presidido por San Genaro Góngora. Todos estos tiborcitos sexenales pueden seguir
mirándose el ombligo eternamente. Nosotros no. Corrijo: yo no. Ya Gabriel Zaid en "Letras libres" habló sabiamente
de la falacia del "nosotros". A mí ya me anda. Estoy en el último tercio de mi vida y no sé qué tan tarde es. Por encima
de todo y en esto incluyo mis hondos amores, quiero irme, como pide San Juan de la Cruz, a oscuras y en celadal
estando ya mi casa sosegada.

Dedicatoria

Estos renglones son para ti, lectora lector querido, que me tienes paciencia y que me esperas.
Cualquier correspondencia con esta columna cuya sombra pinta una raya, favor de dirigirla a
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Gaceta del Angel / Ponerse al día

Por

Germán Dehesa

(30-Oct-2001).-

El camión de la historia mexicana avanza de modo tan irregular y espasmódico y por caminos tan tortuosos, que basta
con abandonarlo una semana para perder de tal manera los referentes que, en el momento en que quiere uno
reincorporarse, ya no se sabe dónde está el camión y dónde está uno. Oigo con toda nitidez a la señora potosina que
me dice: ¿y por qué no preguntas, luz de mi vida, capushito de alhelí?. Eso estoy haciendo, señora, pero ya comienzo
a hartarme de que todo mundo se me quede viendo como si fuera tío de bin Laden y en tono hiriente me pregunten:
¿pues qué no supiste?, ¿no te enteraste?, ¿no se supone que eres periodista?.

Por lo visto, en estos tiempos del calambre y del crujir de dientes, es un delito grave desconectarse del vertiginoso fluir
de la realidad y retirarse, como yo lo hice, a un lugar donde no suceden cosas de mayor trascendencia que las olas. Y
todavía me ocurre algo más horripilante: las febriles horas que dedico a averiguar qué pasó en esta semana que perdí
me enajenan y me vedan el ingreso a las horas de esta semana que estoy perdiendo. De prevalecer esta situación, va
a llegar el juicio final y yo voy a seguir con una semana de retraso. Este es un desenlace posible. Otro sería decir con
filosófico sosiego: ¡me vale gorro!, estoy en México y en este reino de la desinformación ¿qué saben los que dicen que
saben?, pues saben muy poco. Saben, por ejemplo, que Digna Ochoa fue asesinada, pero no sabemos quién ordenó
esa muerte, por qué lo hizo, cuál era la intención final de un acto de barbarie de ese tamaño. Es decir, las piezas de la
información están regadas tan caóticamente, que nadie acaba sabiendo todo lo que necesitaría saber para entender
algo.

Si así están las cosas, esta tarea de ponerse al día y de pasarse en limpio no puede nutrirse de mendrugos de
información y tiene que concentrarse de modo más atento y firme en un trabajo interior. En la imposibilidad de saber
qué pasa en este extraño país donde las opiniones más nítidas las tienen los patos, habrá qué averiguar qué ocurre
en nuestra comarca interior. En mi caso, creo que las cosas van bien. Sobreviví con bastante aplomo a una semana
entera de vacaciones e hice tanta y tan intensa vida familiar, que ya quedé listo para trasladarme a una gruta (con
servibar) en la isla de Patmos y ahí vivir encuerado y solitario y escribir mi apocalipsis particular. En lo que esto
ocurre, me reintegro alegremente a la vorágine capitalina, me reincorporo al paisaje urbano y me esmeraré en
producirme con levedad. No quiero incorporarme a las nutridas filas de los que permanentemente traen cara de que
están muy preocupados por México. Ni siquiera se dan cuenta de que ellos son de suyo preocupantes. El mar ahí
sigue, la luna está en creciente, los amigos seguimos juntos y nuestros problemas son tan endemoniados como
siempre. Pongámonos al día, cantemos algo en voz baja y hagamos algún esfuerzo por desatorar alguno de estos
problemas. Ustedes verán que cualquier día de éstos, Fox se suelta gobernando y nosotros nos soltamos trabajando.
Amén.

A la Alza
Como es sabido, mi vida como apostador deportivo ha sido un melodramático folletón trágico y por entregas
semanales. El próspero beneficiario de mis constantes descalabros, no necesito decirlo, es mi amigo cuyo apodo, de
ser pronunciado, sacaría al universo de sus naturales quicios y anularía todo milagro, incluso el de San Cerisola
predicando a los patos. Sin embargo, las leyes de la dialéctica y los principios que rigen el Ying y el Yang son de
hierro. Ha terminado mi fase negativa y ahora, ya cerca de mi ocaso, conoceré el gozo y la plenitud de la victoria.
Sabré del inédito deleite de ganar una apuesta y de cobrar una laniux. Mis aguerridos Tuzos (ya he publicado por ahí
que soy Puma con el corazón atuzado) acaban de construirle a las Chivas un aeropuerto sobre el lomo y los Diamond
Backs me acaban de hacer el señalado favor de ganarle dos partidos a los muy disminuidos yanquis de Nueva York.
Me enfilo rumbo a la victoria. Nadie osará detenerme. Suplico a mis acreedores que tengan listo el biyeye. Con esas
fuertes cantidades me propongo ofrecer una recepción que ríanse de la del rey de España. En ella pretendo estrenar
mi manopla de charol. Es la primera que se hace en el mundo.

Las Mujeres de Adriano

Así se titula la novela más reciente de Héctor Aguilar Camín (Ed. Alfaguara). La presentaremos esta tarde, a las 19:30
hrs., en la librería "El Arca" que está allá en Prado Norte. A ver si van. Siempre es grato hablar de buenos libros y de
amores intensos, de ésos que hasta dejan cicatriz.

Cualquier correspondencia con esta columna puesta al día, favor de dirigirla a germandehesa@prodigy.

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Gaceta del Angel / De golpe, llegó el frío

Por

Germán Dehesa

(31-Oct-2001).-

Después de las fugaces vacaciones y para soltar el brazo, escribí un artículo titulado "El Tiradero". No pretendía ser
un acta de rendición, tampoco quería ser un destilado de la ira. Lo que más sencillamente pretendía era avisarle al
ciudadano Presidente que muchos de sus votantes están profundamente contrariados y desasosegados con su
palmaria ineficiencia y con su alarmante incapacidad para darse cuenta de que esas cuentas alegres que se hizo en
los primeros días de su gobierno ya se fueron al caño y de que hoy lo que impera es una grave y casi ilegible
adversidad. Quizá Vicente Fox tenía el proyecto y las personas adecuadas para conseguir un mejor reparto del
bienestar. Eso jamás lo sabremos. El objetivo ha cambiado drásticamente. Hoy de lo que se trata es de sobrevivir.
Quizá mejor que Fox, esta historia la conocemos los ciudadanos del común. A nosotros ya nos tocó escuchar al
delirante López Portillo que nos pedía prepararnos para "administrar la abundancia" y resentir, en unos cuantos
meses, cómo esta abundancia se convertía en una crisis colosal. Cuando llegó Salinas y nos anunció que nos
preparáramos para ingresar al primer mundo, hasta nos ganó la risa y muy razonablemente nos preparamos para lo
peor que, en efecto, ocurrió. O sea que los mexicanos ya tenemos callo y hemos aprendido que lo mejor es casi
siempre lo peor y que lo peor, aunque suene raro, siempre puede empeorar.

A lo que voy es a esto: desde la caída de Tenochtitlan, los mexicanos hemos adquirido una enorme destreza para
administrar la adversidad. Siempre hemos esperado lo inesperado y quizá por eso, siempre ha ocurrido. Desde que a
un sádico se le ocurrió decirnos: peregrinaréis hasta encontrar a un águila parada sobre un nopal devorando a una
serpiente, no hemos conocido el descanso. Cuando hay águila, no hay nopales; cuando conseguimos la serpiente, el
águila hizo puente y cuando conseguimos los tres elementos, el águila se pone difícil y decide que las serpientes le
dan mucho asco. Seguimos peregrinando y ya sabemos que si los tiempos son gratos y propicios, ésa es la mejor
señal de que está a punto de caernos la helada. A reserva de mejor diagnóstico, ya nos volvió a caer.

¡No le falte, usted, al respeto al señor Presidente!, me dice una airada cibercorresponsal. Señora de mi corazón, le
respondo yo, quien nos está faltando al respeto y quien no está cumpliendo su palabra es el señor Presidente. El
formó un equipo para navegar con velas desplegadas, con el viento a favor y en aguas bonancibles; desde su avión,
no parece haberse enterado de la violentísima tormenta que se ha desatado en el mundo. Nunca sabremos si esa
tripulación hubiera hecho una buena travesía con la mar en calma (me permito dudarlo); lo que está a la vista de todos
es que, ante la borrasca, son muy pocos los que han reaccionado con entereza, serenidad y sensatez. ¿Cómo estarán
las cosas como para que un borrosísimo miembro del partido de Fox haya salido con la magna babosada de que
habría que pensar en un presidente interino? (con correligionarios así, Martí Batres ya viene resultando un
pleonasmo).

El frío llegó de golpe, Presidente. Todavía puede usted decidir si nos congelamos, o buscamos las maneras, los
rumbos y las personas adecuadas para sobrevivir.

Licencia Lunática

Van a decir que debo tener el cerebro trepanado, pero ando muy contento. Mi amigo Vitico, califa de Tlacotalpan, libró
venturosamente una delicada operación de hojalatería cardíaca, mi cuate Quique Gavilán me envió dos botellotas de
un ron que sólo se bebe en el paraíso mahometano y Andrés, mi pequeño amigo inundado de pena por la muerte de
su abuelo, escudriñó el cielo en mi compañía. Estábamos en una tropical alberca y en el cielo apareció una rajita de
luna que aspiraba a ser creciente. Mira, Andrés, es tu abuelo que te envía una sonrisa y que te dice que ya no estés
triste. ¿De veras, papá?. Seguro, yo sé mucho de estas cosas. En realidad no sé nada, pero Andrés se sacudió la
pena y también sonrió y miró fijamente al cielo. Si asuntos tan graves se pueden arreglar, lo demás, me canso que
también. ¡Vamos, (coma) México!.

Cualquier correspondencia con esta afriolentada columna, favor de dirigirla a german dehesa@prodigy.net.mx o al
Apartado Postal 19-111, Delegación Benito Juárez, México, DF

Gaceta del Angel / Altar de muertos

Por

Germán Dehesa
(01-Nov-2001).-

El jardín que un nieto y un abuelo pueden cultivar es, según me consta, un secreto y sellado paraíso. Imaginen un
jazmín recién brotado, bien guarnecido con matitas de perejil (que siempre están de muy buen humor y risa y risa)
rodeado de conejos teporingos, a la orilla de un estanque donde sosegadamente nadan patos que todavía no toman
una decisión aeroportuaria y todo esto protegido por la sombra de un añoso sabino que derrama tiempo como si
fueran bendiciones (un árbol bien plantado más danzante, diría Paz). Más o menos así me lo imagino yo, pero, puesto
que su Charro Negro ni abuelos tuvo, no poseo más referente que los ojos de Andrés que avisan del derrumbe del
sabino y de la consecuente cancelación de este paraíso. Otros podrá tener, pero éste ya no existe.

Para colmo de males, ocurre la malhadada coyuntura de que es Día de Muertos que, aquí en México y para infinita
confusión de nuestra infancia, se debate entre Mixquic y Wisconsin; entre el altar de muertos (¿dobedamigalaverida?)
y la celebración al estilo yanqui (¿dobedamijalogüín?). Si a mí me preguntaran, cosa que hasta el momento no han
hecho, yo pospondría infinitamente la recordación de los muertos, pues como bien puedo atestiguarlo, la pululación de
nuestra sangre y los marinos movimientos de nuestra conciencia incluyen permanentemente a nuestros fieles e
infieles difuntos. Esto es lo que yo opino, pero cien millones de mexicanos opinan que debe proseguir la anual
conmemoración, máxime cuando funge como pilote maestro de un airoso puente, orgullo y honra de la ingeniería
calendárica de los tenochcas.

Así están las cosas y para mi buena fortuna, mi enlutado vástago salió pluricultural, sincrético y multiétnico (como
todos los niños aztecas de la variedad urbana). Con tal motivo, se dispone a dedicar las primeras horas de la noche a
vagar por el vecindario disfrazado de vampiro, o de auditor fiscal en procura de esas golosinas que, hacia las doce de
la noche, lo ponen de un color verde jaspeado que sólo se remedia cuando los tradicionales dulces tradicionalmente
regresan por donde ingresaron (es horrible: vomita como la niña del Exorcista). Durante el día, el industrioso ex-bucles
ya anunció que se dedicará a la minuciosa elaboración de un altar de muertos para su abuelo. A mí el asunto me
parece más bien macabro, pero, por lo visto y para los fines de esta materia, en el frutito de mi vientre predominan los
maternos genes hidrocálidos y el enanete está encantado con el proyecto cuyo resultado, según nos anunció, será
preciooosssoo.

No es fácil, como verán, la vida del padre mexicano post-moderno. Yo no estoy haciendo puente, tengo la chamba
casi tan atrasada como Fox, múltiples tareas solicitan mi atención, juega la Selección contra los Fontaneros F.C. del
Salvador, hay serie mundial, es Halloween y en mi casa habrá un conmovedor y sonriente altar de muertos. Está bien.
Si lo pensamos con calma, cada uno de nosotros, en el trabajo y en el sosiego, es el vivo altar de sus muertos.

El Bien Gratuito

Alguna lectora, algún lector recordará una misteriosa e intensa película titulada "Los duelistas". Está basada en un
relato de Joseph Conrad cuyo presupuesto central es enigmático y actual. Se podría formular así: la existencia del mal
gratuito es un misterio terrible; pero hay un misterio mayor: el bien gratuito.

Millones de padres en el mundo estamos ahora, precisamente ahora, en el brete de intentar explicarles a nuestros
hijos la esencialmente inexplicable existencia del mal gratuito que puede cometerse en nombre de Alá, o en nombre
del libre mercado. Conforme vamos tratando de razonar, ya les habrá sucedido, vamos sintiendo cómo el piso de
nuestro discurso se adelgaza hasta convertirse en pantano o en hielo quebradizo. Finalmente las palabras dan de sí y
no nos queda más recurso que compartir la infantil perplejidad y aliviarnos de ella mediante la superior gramática del
abrazo.

Quizá deberíamos intentar otro modo de explicación. No hay mucho que hacer frente a esas torres que, en la pantalla
del televisor, siguen cayendo reiteradamente y ahora aderezadas con bombardeos, imágenes de niños muertos, de
seres lisiados y de páramos cuya destrucción es vuelta a destruir. Frente a esto no hay explicación posible. Son
pellejos de carne cruda y maloliente que arrojan a lo que se supone es el espacio de nuestra intimidad. Frente a esto,
no veo más contraveneno que manifestarnos mutuamente la también válida, también enérgica, también poderosa
posibilidad del bien gratuito; de aquello que se hace porque debe hacerse; porque también la bondad tiene sus fueros
y sus lujos; porque es perfectamente posible hacer las cosas por el puro amor, por pura humanidad, por el puro gusto
de hacerlas. Si no queremos acabar en talibanes, o en marines, hagámoslas.

Cualquier correspondencia con esta columna entre mortuoria y festiva, favor de dirigirla a
germandehesa@prodigy .net.mx o al Apartado Postal 19-111, Delegación Benito Juárez, México D.F.

Gaceta del Angel / Altar de Muertos II

Por

Germán Dehesa

(02-Nov-2001).-

A mí me gustan muchísimo esas personas que ya se han instalado cómodamente en el centro de sí mismas, que ya
saben, cosa rarísima, lo que piensan y que ya saben, esto es ya casi milagroso, lo que quieren. Me gustan porque, al
ser así, adquieren una tranquila firmeza y un modo suave y respetuoso para tratar a la gente; prefieren escucharla que
adoctrinarla y en lugar de tomarte por las solapas y convencerte de que eres una bestia que vive en el error, te
aceptan y tácitamente respetan tus diversidades, tus perplejidades. Tal es el caso de Enrique Semo que es un sabiazo
que podría utilizar sus títulos, su amplia bibliografía y su arriesgada existencia para actuar como talibán de la cultura y
como portador de la verdad única. En lugar de eso, comunica sonrisas y bienestar y acepta la desmedida encomienda
de dirigir el Instituto de Cultura del DF. Entiendo que es mucho más fácil procurar la aparición de la verdad, la belleza
y el arte de vivir (esto vendría a ser, para mí, la cultura) con el patrocinio de los Medicis, o de alguna otra etnia
pudiente. No es el caso de Enrique Semo. A él le toca operar milagros con un presupuesto que apenas alcanzaría
para unos cuantos panes y dos o tres peces. Sin embargo, la imaginación y la voluntad son poderosas y expansivas.
Si lo dudan, asómense al Zócalo y vean lo que ha preparado para estos días que, según las tribus nahuatlacas,
permiten la magna asamblea de todos los santos y de todos los muertos cuyo objetivo básico es, según nosotros,
propiciar la holganza de aquellos que, quizá con infundado optimismo, llamamos los "sectores productivos". Y esto es
apenas una muestra. Vamos a hacer cosas de más relevancia y entidad. Digo "vamos" porque la única ley realmente
respetable entre nosotros es la que nos advierte que a un cuate jamás hay que dejarlo morir (en este caso, vivir) solo.
¿Queremos cultura?, hagámosla, patrocinémosla, apoyémosla. Nadie, diría Luis Rius, puede vivir como si la belleza
no existiera. ¿Queremos conmemorar a nuestros muertos?. Más allá de puentes vacacionales y de inanes batallas
entre las calaveras y las calabazas, se encuentra el más eficaz modo de honrar a nuestros muertos: proporcionarnos
la mejor, la más intensa, la más compartida vida que podamos. Este sí es un buen altar de muertos. Vamos al Centro.

Alma de Albañal
No estoy seguro de que los que enviaron el grotesco anónimo que amenaza de muerte a otros cinco buenos
mexicanos comprometidos con el respeto que merece todo individuo, tengan alma en realidad. Si la tienen, ha de ser
como baño de gasolinera. Si sus amenazas llegaran a cumplirse, me imagino que Fox comentaría, a destiempo, que
son cinco crímenes más de los muchos que ocurren en el país. Yo, no sin cierto desaliento, le exijo que proteja a
estas cinco personas y que nos proteja a todos de estos treponemas analfabetas, de estos espermatozoides sin cola,
de estos desgraciados incapaces de redactar un párrafo sin demostrar su penuria neuronal, su orfandad moral y su
lamentable inasistencia a la educación. El insulto, decía Borges (también llamado Borgues), es un arte exquisito.
Estas cuadrúpedas y tartamudeantes versiones del ántrax no están en posibilidad de ejercerlo. Su lenguaje que
pretende ser melodramáticamente tremendista es apenas un lastimoso retrato hablado de su derrotada aspiración de
ser humanos. Son apenas bacterias contrahechas. Ellos con su maquinita de no escribir intentan amenazar. Hacen
bien en no firmar. Sería una vergüenza que avalaran con su desertado nombre su condición de bestias. Su única
herramienta es el miedo. Por lo que a mí toca, no cuenten con ella. Si la tiniebla nos ha de alcanzar a todos, más vale
que nos encuentre en compañía de los mejores y no aterrorizados por las variantes más fallidas de lo humano.

Las Regias Vacilaciones

Recibo de mi regio corresponsal una nota de agradecido alivio. Me comenta que el viernes pasado que no publiqué mi
provocador mensaje de hoy toca, fue para él un día particularmente feliz y relajado. No me lo comenta, pero imagino
que tiene sus hormonas depositadas a plazo fijo y no puede hacer retiros semanales (¿seminales?). En su amable
recado me pide que ahora que estoy de regreso reflexione acerca de mi irresponsable proceder y que detenga mi
carrera loca. Como dijo el hipersensible: lo siento muchísimo, pero no puedo complacerlo. El afelpado pero aniquilante
paso de los años me avisa que, en poco tiempo, ya sólo podré entrar de oyente y por lo mismo, me veo en la
obligación de arengar parejamente a la todavía firme virilidad azteca y a la siempre suave e íntima hospitalidad de las
mujeres con dos sugerentes y conminatorias palabras: hoy toca.

Cualquier correspondencia con esta columna panteonera y jarocha, favor de dirigirla a


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Gaceta del Angel / ¡Muchas gracias, señor presidente

Por

Germán Dehesa

(05-Nov-2001).-

"Fox en vivo, Fox contigo", así se llama el espacio radiofónico que, sábado a sábado, emplea el Presidente para
comunicarnos el semanal estado de su humor y de su muy personal punto de vista acerca del país donde
eventualmente reside: México.
Ninguno de los capítulos de este programa ha resultado especialmente eficaz o memorable en términos de
comunicación Estado-ciudadanía. Los pasajes más recordados lo han sido por sus dislates, sus tonterías, su pésima
producción, la impuntualidad del Presidente y lo aventurado y desinformado de sus juicios instantáneos. A este
respecto, la emisión más reciente, la del sábado 3 de noviembre, fue una perla refulgente e irrepetible. Aunque nada
de lo que dijo tiene desperdicio, por razones de mi oficio, quiero destacar la biliosa, elemental e irrespetuosa diatriba
en contra de los medios de comunicación y de los comunicadores que nos hemos atrevido a alzar la voz en contra de
sus guanajuatenses majestades y hemos cometido el imperdonable delito de señalar que están haciendo muchas
tonterías (el programa fue una más), que la señora, en su actuación pública, es entre ventajosa, desmesurada,
ambiciosa y cursi y que, dadas las condiciones del país y del mundo, el gabinetazo, lejos de funcionar de manera
armónica, patriótica y planeada, se ha dedicado a protagonizar una patética tragicomedia de las equivocaciones cuyos
costos corren enteramente por cuenta del país. Según Fox, nada de eso es cierto; no hay por qué rectificar nada, todo
va de maravilla, la señora es Juana de Arco en versión del Bajío y los periodistas somos unos perros del mal. Todos lo
somos, los que siguen a sueldo del narcodinosaurio, los beneficiarios de la mala leche y también aquellos que, en su
momento, arriesgamos el único capital de nuestra credibilidad por apoyar a un candidato combativo, valiente y
dispuesto a lograr el cambio costase lo que costase. Todos estamos equivocados. Nada hay de rescatable en los
señalamientos que hacemos. Todos somos enemigos de este Presidente que, a diferencia del candidato, ha resultado
quisquilloso, frívolo, desinformado, cobarde, errático y viajero. Sin duda, tiene usted razón Señor Presidente. Gracias
por hacernos ver la luz. Nunca más lo tocaremos ni con el pétalo de un ramo de novia.

Es usted grandioso, enorme, atinado, infalible, simpático, certero, oportuno, excelente cantante, sagaz, sabio hasta el
deslumbramiento, inalcanzable por la crítica malsana, amigo personal de Dios, aeronauta intrépido, primer buzo de la
República, ordeñador insigne, confidente de los patos, bróccoli místico, arca de la alianza, casa de oro, botita de
charol, látigo implacable de la delincuencia, ira divina que ha aniquilado a cuanto ratero había en el país, mente
agudísima, inteligencia que crece al 7% diario, protector amantísimo de los buenos periodistas y seguro salvador de
un país al que previamente volvió insalvable.

Gracias por traernos a la verdad. Gracias por permitirnos rectificar nuestras perversas apreciaciones. Gracias, en
especial, por no leernos pues no merecíamos ser leídos. Aunque sabemos que su fuerte es precisamente no leer, esto
no disminuye, no merma, nuestra postrada gratitud por ignorarnos. Créanos que no queríamos molestar. Lejos de eso,
nuestro único deseo es su ventura infinita en sus esporádicas estancias en nuestro país y, en especial, en sus
próximos viajes. ¡Mucha suerte en Argentina con los paisanos de José Luis Borgues!.

Otros Calambres

Ahora se trata de deportes. En esta esquina tenemos a la Selección Mexicana que, con cierto desgano y jugando de
modo paleozoico, entrenó con la Selección de hemipléjicos salvadoreños. Aún como entrenamiento, fue un juego
horrendo y narcotizante. No tengo por qué negarle a Aguirre y sus muchachos el derecho a entrenar; lo que no
entiendo es por qué los poblanos tienen que pagar por ver esto y por qué las televisoras nos saturan de anuncios
telefónicos y cerveceros cuando les estamos haciendo el favor de ver este ballet de lisiados.

Mientras esto ocurría en Puebla, en Nueva York, un señor de apellido Brenly se esmeraba en derrotar a su propio
equipo ("Diamond Backs" de Arizona) con tal de darle trabajo a un coreano de apellido Kim que tiene cara de
pokemon y que infundadamente cree que es pitcher. Dos verdaderos lanzadores llamados Schilling y Batista se
encargaron de poner en la lona a los Yanquis; Brenly se encargó de revivirlos y regalarles el triunfo con su cerebral
maniobra de traer a lanzar al lamentable coreanito. Me siento humillado y ofendido. Ya no me importa nada. Lo único
que me interesa recalcar es que fueron dos juegos intensos y emocionantes que justificaron de sobra el boleto de los
presentes y la emocionada atención de los televidentes. Dos conclusiones al bote pronto: la FEMEXFUT nos sigue
explotando y, muy probablemente, Brenly y el coreano tengan un secreto romance. Hoy es el séptimo partido. ¡No
metan al coreano!.

Cualquier correspondencia con esta elogiosa columna, favor de dirigirla a germandehesa@prodigy.net.mx o al


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Gaceta del Angel / ¡Gracias, señor presidente! II

Por

Germán Dehesa

(06-Nov-2001).-

Comienzo por declarar que mi artículo anterior del mismo título lo escribí con la bilis en plena ebullición. Hoy lo he
releído (cosa que no suelo hacer, porque me invade el terror de convertirme en estatua de sal) y, la verdad, me siento
satisfecho y sin ánimo de cambiarle nada. Sigo considerando que los impensados exabruptos presidenciales son
alarmantes, ineficientes e indignos de alguien que, hasta ahora sin mucho éxito, pretende ser un Jefe de Estado.
Señalo, sin embargo, un aspecto curioso: me es más fácil entender la explosiva contrariedad de Fox, que la mía.

A dos horas de haber enviado mi colaboración, vi en el Canal 40 un programa llamado "Séptimo Día" donde Lorenzo
Meyer, mi admirado asesor en plomería y Carlos Marín, excelente periodista que, para la ocasión, lucía un turbador
saco color diarrea infantil combinado (es un decir) con una camisa color vino, comentaban precisamente los
acharolados y paroxísticos arrebatos radiofónicos de nuestro Presidente. Escuchar sus comentarios (y ver el saco de
Marín) me fue de enorme utilidad para recuperar el sosiego y para saber qué me traía yo. El resto de la noche me
sirvió para deshilvanar mi ira y para averiguar cuáles eran los callos morales que me dolían. Enumeraré algunos.

"No me van a tumbar con críticas de periódicos". Esta declaración no hay ni por dónde agarrarla. ¿A quién han
tumbado con críticas?, ¿quién quiere tumbarlo?. En dado caso sería más fácil tumbarlo con elogios, o con
guayabazos cortesanos o, todavía mejor, con una buena conspiración entre el narcopoder, la ultraderecha y los
intereses transnacionales. Si Fox se anima a leer historia, verá que así tumbaron a Madero. Los que nos tomamos
nuestro trabajo con seriedad y decencia (obviamente no estoy hablando de los gatilleros del PRI, ni de los nostálgicos
del chayote) lo último que nos propondríamos sería tumbarlo. Sería más fácil que usted se tumbara solito. Recuerde lo
que dijo Jesús Reyes Heroles: lo que se me resiste me sostiene (¿ha leído a Reyes Heroles?). Puede usted no
creerlo, pero lejos de tumbarlo lo que queremos es apoyarlo a usted y, sobre todo, apoyar su proyecto de
transformación nacional.

No creo que esté bien que Fox nos pase a nosotros la factura de la ineptitud de su equipo de comunicación. Desde las
torpezas de "Fox en vivo, Fox contigo" hasta la inoportuna y melcochosa foto en el Vaticano, la mayoría de estas
calamidades han sido "ideones" de sus comunicadores que no dan una en lo que comunican, ni en lo que dejan de
comunicar. Ellos son los experimentados artesanos que fabrican en serie "sartas de babosadas" con calidad de
exportación.

"Yo ya dejé de leer una buena cantidad de periódicos". Muy mal, Presidente. Aunque se le derrame la bilis (en esas
circunstancias, mi nana me daba un pedacito de migajón para que la bilis se absorbiera), hay que leer. Lo grato y lo
ingrato, lo amistoso y lo agresivo. Como venga, su obligación es estar enterado. Lea. Yo pongo el migajón y usted
permítanos el libre acceso a esa información pública que necesitamos para "mediar" eficientemente entre el poder y la
sociedad. Verá que a todos nos irá mejor. Por lo pronto y como dice el ex-bucles: no te calientes, planchita. (Una
última duda: ¿dónde consiguió Marín ese saco?).

El Chapo está Deprimido


Hoy, lunes 5, el Procurador Macedo de la Concha anunció la aprehensión de Jesús Castro Pantoja (a) "El
antigüedad". Según esto, "El antigüedad" es colaborador cercanísimo de el Chapo Guzmán y nos trajo muy malas
noticias. Yo estoy acabado. "El antigüedad" estuvo hace unos días en Puebla (percíbase la sagacidad: en Puebla hay
muchas antigüedades) platicando con el Chapo y éste le confió que está muy triste en compañía de su señora (a lo
mejor es por eso), que anda fregadísimo de lana (está pensando en dedicarse al tráfico de camotes) y que ya ni las
declaraciones oficiales lo hacen sonreir.

Manda decir el Chapo que está muy arrepentido y que le demos permiso de regresar a Puente Grande donde fue tan
feliz; que ya se va a portar bien y que nos jura por su Chapa madre que nunca más va a cometer la locura de
escaparse de un lugar donde se vive tan a gusto, para extraviarse en un país donde se corren tantísimos peligros.
Ustedes qué dicen: ¿lo perdonamos?.

¿Dónde dejé mis Tarzaneras?

Los mayores de 50 años conocemos como tarzaneras a esos benéficos y confortantes calzones largos que, en
tiempos rigurosos, empleamos los caballeros de pro. Yo tenía unas tarzaneras bellísimas modelo "Don Susanito" y no
las encuentro. Con el descontonero invierno que nos acaba de caer, la estoy pasando muy mal. Con las caudalosas
cantidades de dinero que gané gracias a los Diamond backs de Arizona, recompensaré regiamente, en moneda o en
especie, a quien las localice, o las sustituya.

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Gaceta del Angel / ¡Piiip

Por

Germán Dehesa

(07-Nov-2001).-

Como ya es del dominio popular, mi genoma es rumbero y jarocho, trovador de veras. En este paquete viene incluido
el uso festivo y gozoso de algunas palabras que, en otras regiones del país, son consideradas "groserías",
"palabrotas", "palabras altisonantes". Yo nunca las he considerado tales porque las empleo como condimentos
verbales y como parte de la fiesta de los afectos. A mí me suenan más léperos, vocablos como neoliberalismo,
FOBAPROA, ántrax, CONASUPO y muchos más.

Es cuestión de gustos, de talantes espirituales y de temperamentos. Tú conoces, lectora lector querido, a ciertos
plomitos humanos que dicen "lapizlázuli" y se oye como mentada de madre y conocerás también a algún paisano que
suelta con tal gracia las supuestas palabrotas y se oyen como endecasílabo de Sor Juana. Este último no es el caso
de los ociosos y perversos autores de amenazas escritas que han comenzado a pulular en el ambiente mexicano. De
no mediar el lamentabilísimo caso de Digna Ochoa, ni siquiera valdría la pena comentar estos descalabros
gramaticales; pero, puesto que ya hay un cadáver de por medio y apareció una amenaza igualmente soez y mal
redactada contra cinco mexicanos honorables, me permití hace algunos días dirigirme a estos desarbolados del alma,
como los llamaría Unamuno.

Así las cosas y el mismo día que publiqué la primera parte de "Gracias, Señor Presidente", a las 11:59 de la mañana
recibí un correo electrónico firmado por un tal Athel Malagate (un seudónimo cuyo extranjerismo es delicioso). El
contenido de este mensaje quiero comentarlo con ustedes. Al reproducirlo emplearé el ingenuo ¡piiip! que utilizan los
medios electrónicos para enmascarar sin mucho éxito las malas razones que los declarantes utilizan cada vez con
más frecuencia. El gran Malagate me dice:

"Eres un hijo de tu ¡piiip! y purísima madre (esto de que mi madre haya sido a la vez ¡piiip! y purísima me tiene muy
intrigado; lo que sí es certero e innegable es que, en efecto, soy hijo de mi madre). Cuanto (¿nunca van a aprender a
usar los acentos?) te paga el PRI por escribir tu basura..eh? (el inútil de Malagate tampoco sabe abrir interrogaciones
y de su brújula política, mejor no hablamos. De todo el mensaje, lo que en verdad me laceró el alma fue esta horrible
calumnia de darme de alta en el PRI). ¡Piiip! palero de dinosaurios... Cuidate (la ausencia de acento me hace
suponerle al autor un vago origen argentino), lo que le hicimos a la ¡piiip! de la Digna Ochoa te lo haremos a tí
(recibamos con un aplauso al primer acento y preparémonos para extrañar al siguiente). Muerete (¿qué es eso del
"muerete"?) baboso de ¡piiip! (al igual que los creadores de ¡Vamos México!, al admirable Malagate en su entusiasmo
literario se le olvidó la coma que todo vocativo, por infame que sea, necesita. Yo digo que, si ya van a amenazar, sean
un poco más cuidadosos de la forma. Yo podré haberlos ofendido en algo (¡ojalá!), pero la gramática no tiene la culpa.

Agradezco a la SEGOB, a la PGR y a tantos amigos y amigas que me han mostrado su cercanía. Si se miran bien las
cosas, todos estamos amenazados; pero si ya pude con los urólogos y ya me salvé del tren ligero, no me asusta
excesivamente un redactor tan lamentable. Aquí seguiré, hijo de tu ¡piiip!.

¿De quién sospechas?

Entrenado en el rigor de Holmes y de Poirot, mi primer paso es la eliminación: descarto a Fox, a su familia y a su
gabinete ampliado; descarto también a las Carmelitas Descalzas, a los amigos de Tatiana y a los aficionados del
Necaxa. Cumplida esta rigurosa tarea, ya nada más quedan 98 millones de sospechosos entre los que incluyo a Joe
Torre, Carlos Marín, al Perro Bermúdez, a Sergio Aguayo que no me perdona mi deslumbrante destreza pokarística y
a mi amigo cuyo apodo no puedo revelar ni en estas circunstancias extremas.

Ya tomando las cosas con cierta seriedad, me imagino que de lo que se trata es de enviarle un mensaje al gobierno y
a ese enorme sector de la sociedad que se está movilizando en favor del cambio y de la justicia eficaz en contra de
todos aquellos que, por tanto tiempo, mantuvieron (y, dada la incuria oficial, mantienen) secuestrado a nuestro país.
Es decir, tanto en el caso de Digna Ochoa, como en el de todos los amenazados, lo lógico es sospechar de ese
horrendo amasijo de intereses que tienen como núcleo al narcopoder y cuyos tentáculos tienen penetrado tanto al
sector oficial como al privado. Eso pienso, pero pienso también que no me da la gana servir como recadito para Fox.
Lo que tengo que decirle al Presidenchente se lo diré de frente, a nombre propio y de viva voz.

¿Quién ama a Osama?

Por lo pronto, Irma Serrano, la implacable "Tigresa", ya se aventó al ruedo y declaró que ella quiere todo con el
extraviado bin Laden (el amor de "la Tigresa" es peor que un misil tomahawk). Por su parte, el español Felipe
González, que tiene un poquito más de autoridad moral y política que "la Tigresa", declaró que Osama bin Laden es
un "hijo de perra". Con la debida ponderación, me coloco en el bando de Felipe, aunque aclaro que la perra es muy
prolífica y tiene cachorros en Oriente y Occidente. Algunos envían recados así sea redactados con la parte más
carnosa de su ser.

Envío Para Proceso, en sus 25 años.


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Gaceta del Angel / ¿Otra vez por New York

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Germán Dehesa

(08-Nov-2001).-

Así me preguntaban algunos pachangueros compatriotas (y compatriotos) que, como yo, formaban parte de la nutrida
y matutina fila que con aceptable orden (hasta donde esto es posible entre los montoneros meshicas) aguardábamos
nuestro turno para adquirir o renovar esa visa que nos franquearía el ingreso al vulnerado paraíso norteamericano. De
un modo discreto y absurdo, me sentía soñado, pues me consideraba un veterano en esas lides. Yo veía a mis
afanosos compañeros intentando llenar "la formita" y preveía con toda certeza que lo iban a hacer mal. Esta
certidumbre fue la que me dio fuerzas para resistir la botana popular en la que me habían convertido estos galeotes
del turismo. Para bien de mis pies planos (los tengo como de politizado pato texcocano), la fila avanzaba con mayor
fluidez que en mi anterior intento y pronto fui recibido en el galpón-antesala donde los jóvenes edecanes se dedican a
notificarle a las fuerzas vivas que, en el interrogatorio incluido en "la formita", han respondido puras brutalidades. No
fue mi caso; yo llevaba mi forma respondida a máquina y sin haber incurrido en un sólo error en preguntas tan
turbadoras como aquellas que ya mencioné acerca de mis posibles servicios al gobierno nazi, o mis vínculos con los
muhaidines, o mi eventual y negra intención de detonar algún artefacto en los Dumbos voladores de Disneylandia. No
es por hacer alarde, ni para provocar antojos, pero mi formita estaba perfecta. Hasta me pidieron autógrafos los
edecanes. Con el ánimo muy en alto, penetré en las que ya son propiamente las instalaciones de la Embajada. Es un
salón que más bien parece el departamento de salchichonería de Costco. La pulcritud y veracidad con las que debe
conducirse un cronista me obligan a decir que nos trataron con amabilidad y diligencia. Hasta donde yo percibí, a
nadie se la hicieron de jamón y si algún percance hubo, me ocurrió a mí y fue ante todo, fruto de mi paranoia. Usted
espere aquí, porque el Cónsul rayita quiere hablar con usted (no se apellida "Rayita", pero puse así porque ignoro si
quiere que su nombre sea publicado). Omaigod!, pensé yo; ya estuvo que Bushito dio instrucciones de que la CIA me
desaparezca, para luego trasladarme a Panamá con otro nombre. Confieso que la idea no me desagradó del todo. En
aquellas tierras, no hay una fundación que se llame ¡Vamos Panamá! (sin coma). Como suele suceder, mis temores
fueron infundados. En cosa de minutos, me recibió un hombre muy amable que, en perfecto español, me pidió que le
avisara a mis lectores que Estados Unidos sigue expidiendo normalmente visas turísticas a los mexicanos y que están
haciendo su mejor esfuerzo para mejorar en cantidad y calidad su atención a la nación vecina. Dicho esto, me anunció
que mi visa había sido renovada y que el trámite había concluido. He de añadir que a una señora igualita al Toluco
López (yo no le hubiera dado visa ni para ir a Cuautla), también le otorgaron su salvoconducto.

O sea que ya puedo ir a Tijuana-San Diego a dar mi charla para el Hospital de las Californias y, eventualmente, podré
volver a New York que es uno de los lugares de mi felicidad.

Lo que no se Perdona
Después de 15 horas de andar por todas las estaciones de radio y TV, cual si fuera Jennifer López en plena
promoción de su nuevo disco, aterricé en mi casa para encontrarme con que el personal de apoyo doméstico me
miraba con un molesto y compungido aire de zopilotes en el alambre. ¡Ya no me mantengan, bola de méndigas!, les
dije con mi proverbial ternura.

Llegó la noche, la Hillary me rezó la sábana santa ("por esta sábana santa de que hemos hecho recuerdo, te pedimos,
oh, María, de la fe santa el aumento+") y yo me quedé conmigo haciendo el recuento de los bienes y los daños
provocados por el "recadito". Por mucho, los primeros exceden a los segundos. Me conmueve la solidaridad de mi
gremio. Mis colegas, los que me quieren bien y los que me abominan, todos me arroparon con inmediata cercanía y el
fraterno amor de cuatas y cuates tejió alrededor de mí una finísima malla blindada. Todo esto es impagable ("Es el
amor, tendré que esconderme o huir...", dice Borges en un texto cuyo significativo título es "El Amenazado").

Con respecto a los daños, creo que el más grave tiene que ver con mi autoestima. Por los cinco luchadores (incluido
el Perro Aguayo II) piden 30 millones y a mí, estos gaznápiros me quieren liquidar gratis (como dice mi amigo
Palisandro: no sacamos ni los gastos). Eso es lo que no se perdona.

Envío

Estos renglones son para Fernando Rivera Calderón y para su esposa Claudia. No los conozco, pero acaban de tener
un hijo que ha sido colocado bajo la protección de Shakespeare. A este último sí lo conozco (todos creemos
conocerlo). Bienvenido al mundo, enanete; sé leve sobre la tierra para que ella, llegado el momento, sea leve sobre ti.

Cualquier correspondencia con esta visada columna, favor de dirigirla a germandehesa @prodigy.net.mx o al
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Gaceta del Angel / Los amenazados

Por

Germán Dehesa

(09-Nov-2001).-

En principio, no me es difícil aceptar que nada de lo que nos ocurre como individuos deba tener alguna relevancia,
salvo para cada individuo. Resulta, sin embargo, que entiendo que no hay nada más raro y excepcional que el evento
individual; lo común es que la enorme mayoría de las cosas que nos ocurren como individuos, de algún modo
subterráneo (o subanímico) nos ocurran también como especie. Somos únicos, pero no tanto. Valgámonos de un
ejemplo que nos queda muy a la mano: el Presidente Fox amaneció el sábado pasado muy molesto con los medios.
Esto trajo como consecuencia que algunos (bastantes) de los que trabajamos en los medios amaneciéramos el
domingo muy molestos con el Presidente Fox. El tronó, nosotros tronamos y todo este tronadero tuvo consecuencias.
Fox, así quiero creerlo, sabe que se extralimitó y que le faltaron finura, sagacidad, serenidad y repertorio mental y
verbal. Creo que yo tampoco, ni muchos de mis colegas, estuvimos maravillosos. Si él habló de calumnias y de la
sarta de babosadas y no hizo mayores precisiones o matices, yo (que soy el caso que tengo más a mi alcance)
empleé adjetivos como "cursi" o "cobarde" y es muy posible que tampoco haya explicado bien que me refería
específicamente a un concierto en Chapultepec y a esa irritante actitud de Fox de querer contemporizar con el
narcopriísmo más siniestro y dedicarse a sobarle el lomo cuando éste lo único que quiere es deshacerse de Fox (o
emascular a ese aguerrido y bravísimo candidato también apellidado Fox) y volver a secuestrarnos. Si tomo en cuenta
esta falta de precisión y el mayestático respeto que sigue despertando la figura presidencial, entiendo la airada
reacción de muchos lectores. A ellos les pido perdón y les ofrezco que trataré de ser más preciso la próxima vez que
me venga el arrebato biliar.

Después vinieron las amenazas y su consecuente malestar. Me parece que no hay que sobredimensionar las cosas.
Desde la caída de Tenochtitlan (los tlaxcaltecas opinan que desde antes) esta nación vive amenazada. Un niño
lacandón está gravemente amenazado por una muerte cercana. Las mujeres de Ciudad Juárez tienen tiempo de no
conocer el sosiego. ¿Cuántos tarahumaras y cuántos niños de la calle no morirán de frío este invierno?. Mientras tú
lees esto, lectora lector querido, un mexicano intenta cruzar a nado el Río Bravo y morirá en cualquier momento. Hay
una mujer que tiene un marido bestial que está a punto de matarla. En Polanco hay un joven que será secuestrado
esta mañana y que muy probablemente muera. Hay muchos enfermos que no serán atendidos a tiempo cuyo futuro es
mucho más delgado que el mío. Alguien está a punto de ser asesinado en Guerrero. Una turista morirá en Oaxaca. Lo
que me ocurre a mí le ocurre a todas nuestras etnias. Por siglos, hemos vivido bajo amenaza. Si para algo existimos
Vicente Fox y la gente de los medios es para luchar a muerte por la vida. Dicho más brevemente y a quien
corresponda: no mamenaces.

El Grave Riesgo

Como actor primerizo, el invierno que compareció en esta Capital se dio cuenta de que había salido a escena antes de
tiempo y, no sin tropiezos, hizo un mutis bastante poco airoso. Los días se han entibiado, las flores que pretendían
marcharse en precipitada fuga han vuelto sobre sus pasos y sobre sus pétalos; mis paisanos y mis paisanas que
intentan poner una invernal cara de que "la situación es muy grave" se dejan ganar por la risa y los ojos y los hombros
de las muchachas vuelven a brillar. El aire se serena, diría Fray Luis de León y, aunque nada ha cambiado, todo
cambia cuando nos atrevemos a sonreír y a cantar por lo bajo alguna canción que es como el secreto depósito de
algún recuerdo o de algún inconfesable, pero implacable proyecto amoroso.

Dicen que el libertador San Martín escribió como epígrafe a sus notas autobiográficas: "serás lo que debes ser, o no
serás nada". ¿Qué debemos ser?. Pues se me ocurre que tenemos la ineludible obligación, dice Borges, de ser justos
y de ser felices. Debemos ser leves, pacientes con nosotros, con los demás y hasta con los habitantes de Los Pinos.
Debemos ser motivo de sosiego y no de crispación. Debemos ser buenos amigos de nuestro destino y de nuestros
amigos, aunque éstos tengan apodos aniquilantes. Deberíamos estar enamorados y aceptar ese amor como la
sinrazón, el escándalo (el estruendo de las rosas) y el contratiempo. Debemos ser, aún bajo amenaza, gente entre la
gente. Debemos ser.

Estamos gravemente amenazados de vida. Hoy toca.

Cualquier correspondencia con esta columna con un letrero que dice "nomamenaces", favor de dirigirla a
germandehesa@prodigy.net.mx o al Apartado Postal 19-111, Delegación Benito Juárez, México D.F.

Gaceta del Angel / El sábado es un círculo rojo

Por

Germán Dehesa
(12-Nov-2001).-

Un oscuro, ensombrecido diría yo, escritor argentino llamado Borges escribió que la mejor prueba de que el siglo XIX
no había sido del todo bueno era que había engendrado al siglo XX. De manera más modesta, invoco yo al viernes
pasado para explicar la caótica condición de mi sábado. Como es del desconocimiento general, el viernes 9 por la
noche, los equipos del TEC de Monterrey y el de los auténticos Tigres de la UANL disputaron la final de nuestro futbol
americano colegial (la señora potosina, probable autora de las amenazas anónimas, comienza a sentir ántrax en el
pubis y me maldice por enésima vez). A falta de algo mejor, el canal 320 de SKY transmitió ese juego y lo más
inverosímil es que yo no lo vi, sino que lo dejé grabando porque tenía función de teatro. Cerca de las dos de la
mañana y cobijado por la pétrea y yacente sombra de la Hillary, me puse a ver el aburridísimo juego que culminó con
la victoria del TEC. Concluía, no lo olvidemos, una semana asaz fragorosa y extenuante.

Apagué el televisor, leí un rato y el reloj me advirtió que el amanecer ya estaba cerca. Ingerí mi pastilla para dormir y
dos horas después se me apareció el ex-Bucles con atuendo de karateca. Los padres modernos sabrán entenderme
cuando digo que somos frívolos y ligeros al aceptar asistir a los matutinísimos torneos de karate de nuestros hijos y,
por el mismo boleto, adquirimos la responsabilidad de traumarlos para toda la vida con nuestra inasistencia y
precipitarlos, en consecuencia, al consumo de sustancias estimulantes y a su presentación en los programas de
"Laura de América".

Todavía no entiendo cómo me levanté, ni cómo llegué a un gimnasio que está allá por la glorieta de Vaqueritos. Ahí
sentado en las gradas de frío cemento, veía a lo lejos a cinco mil ínfimos karatecas que parecían espermatozoides en
espera de un descuido de Gloria Trevi. Todo esto era más borroso que la señal original de Canal 11. Cabeceaba yo
de una manera que, según la Hillary, era ultrajante. Mi peor temor era rodarme las gradas y del puro mulazo ahorrarle
el trabajo a mis malquerientes. Según recuerdo, mi vástago compitió con otros tres pokemones. Hubo trofeo para el
primer lugar, otro para el segundo y dos terceros lugares. Andrés me mostró con orgullo su trofeo de segundo tercer
lugar. Un minuto después, el sueño me volvió a coagular. Así me la llevé todo el día: me hablaban y despertaba; se
callaban y me dormía. En ese mismo estado me llevaron al Auditorio a ver y a oír a Les Luthiers. Me dormí en el
periférico, en el estacionamiento, en el espectáculo, en la salida (la buena gente me daba golpecitos en los hombros y,
una vez tras otra, yo despertaba pensando que mi hora había llegado, aunque venturosamente descubría que se
trataba de todo lo contrario). Me dormí también de regreso y en el primer tiempo del juego Honduras-México y no
estoy seguro de que estos renglones que me ahorcan como ese círculo rojo que amenaza a Fox (¿no será su propia
lengua?) los esté escribiendo dormido o despierto. De cualquier manera, creo que merezco un trofeo como el de
Andrés.

Desde el Círculo Verde

De muchos modos quieren convencernos de que existe este círculo verde y nos dicen que ahí todo es felicidad.
Juguemos a que existe y afirmemos que no la están pasando tan bien como nos dicen. Hoy vino a verme una niña
inteligente y amorosa. Vino a preguntarme qué se hace con el miedo. Entre Bush, bin Laden y dos compañeritos de
escuela que han sido secuestrados, ella vive aterrada. El sábado por la noche llegó a mi función de teatro una señora
que acababa de ser asaltada en avenida Revolución. Por teléfono, por fax, por correo electrónico los del virtual círculo
verde me hablan de impunidad, de corrupción, de desempleo, de inseguridad, de amenazas y de angustias
interminables. Lo más curioso es que también recibo mensajes que me dicen que no tengo derecho a criticar, que
estoy siendo excesivo en la expresión de mi malestar y que Fox merece una oportunidad. Sigamos imaginando y
supongamos que estos últimos tienen razón: Fox merece una oportunidad. En cuanto nuestro Presidente permanezca
una semana en México, yo con mucho gusto le transmito el mensaje. En lo que esto ocurre, hago otra pregunta:
¿cuándo merecerá México su oportunidad?.

Dedicatoria

Estos renglones y el sentido mismo de nuestro trabajo tienen por fuerza que incluir a nuestros compañeros de
"Milenio" y "La Jornada". Es tristísimo que un mequetrefe que cree injustificadamente que ejerce nuestro mismo oficio
se preste (ése es su fuerte: prestarse) a minar la respetabilidad de una tarea que, en la medida que es atacada desde
el poder, tiene que ser defendida por todos los que la ejercemos.

Cualquier correspondencia con esta hipnotizada columna, favor de dirigirla a germandehesa @prodigy.net.mx o al
Apartado Postal 19-111, Delegación Benito Juárez, México D.F.

Gaceta del Angel / ¡Ya desperté

Por

Germán Dehesa

(13-Nov-2001).-

No lo digo necesariamente con gusto. Si la noticia de hoy es la de otro avionazo en Nueva York, quizá hubiera sido
mejor seguir dormido; pero ya no es hora de arrepentirse y, bien mirado, siempre es mejor enterarse y vivir, hasta
donde esto sea posible, con los ojos abiertos. Primer diagnóstico: las cosas están muy mal (¡horror!). Segundo
diagnóstico: estarán muy mal, pero ahí están (¡aleluya!). Si somos ponderados, las cosas nunca han estado
demasiado bien y si lo estuvieran, nos aburriríamos como el niño verde en su curul senatorial. No es mal estímulo
para vivir el que las cosas no estén, según nuestra muy falible y tornadiza opinión, como tendrían que estar (nosotros
tampoco estamos como tendríamos que estar). Suspendo el rollo y vuelvo a la crónica. Llegar en lunes al trabajo
siempre es un golpe rudísimo. Por lo menos yo me siento como Sísifo azteca o mítico tameme que vuelve a cargar su
piedra de sol.

¿Por qué defiende a "La Jornada" y "Milenio"? me pregunta un amable lector. La pregunta me marea un poco, pero
acierto a responder: porque en una democracia la tarea del Presidente y la de los medios no deben admitir otro
veredicto último que la aceptación o el rechazo de la sociedad. Si no nos allanamos a esto y permitimos la
intervención de jueces oficiosos y/o chambones, entonces resultará que en verdad no creemos que la soberanía
reside en la gente y sólo en la gente. Suponer que los que trabajamos en los medios podemos ser juez y parte y, en
tan precaria posición, fulminar condenas o absoluciones es, me parece, hacerle un flaco favor a la ciudadanía que es
la única que, al leernos o al evitarnos, hace un juicio inapelable acerca de nuestro trabajo. Y esto nos acerca también
a las tareas de gobierno. Ni los medios, ni los funcionarios que nos gobiernan nos mandamos solos; unos y otros
estamos (o deberíamos estar) al servicio de la sociedad que patrocina y juzga nuestro desempeño. Precisamente por
esto, gobierno y medios no podemos desgastarnos en pleitos inútiles, ni podemos desnaturalizarnos en romances
acríticos. Al gobierno le toca generar información sustantiva y oportuna; a los medios nos corresponde entregarla a la
gente de modo contextualizado y acompañada de la pertinente herramienta crítica que le permita a los ciudadanos
evaluar la vida pública y saber lo que tiene derecho a saber. Como verán, desperté un poco densito, pero convencido
de algunas cosas que me parecen importantes: medios, gobierno y sociedad tenemos que hacer mejor nuestro
trabajo; los lunes con frío son horripilantes; las cosas están muy mal, pero están y ese mero estar de las cosas y del
enigmático mundo es un módico prodigio y un tranquilo reto a la imaginación.

Hoy lunes, según me cuentan, es cumpleaños de Sor Juana. Como ella, nosotros también padecemos la "diuturna
enfermedad de la esperanza". ¿Cuál cambio?, preguntamos muchos de nosotros. De regreso del sueño, percibo que
es posible que la pregunta esté planteada de modo excesivamente esquemático. Hoy me pregunto: ¿cuánto puedo
cambiar yo para que la vida comience a cambiar?. Para ser lunes, es lo más que doy.

Solicitud Térmica

Además de todo, me han abandonado. Sin las prevenciones, avisos y amonestaciones que la ley tendría que señalar,
la Hillary empacó su bistec y so pretexto de algún confuso asunto vinculado con su herencia paterna, abandonó el
hogar. Iba con la mira de llegar al norte y hace un rato se reportó desde Tijuana. En la Ciudad de México permanece
una criatura aferrada a un trofeo de karate. Sólo su padre lo consuela con cariño. Ahora bien: al padre ¿quién lo
consuela?. En principio, nadie; pero estoy depositando toda mi confianza en este anuncio de ocasión. No pido mucho.
Me conformo con una mujer que sea puro fuego, vino, amaranto y miel. Su aspecto habrá de ser bellísimo, pero
necesitará también tener un alma exquisita, avanzada cultura, refinadísimo talento, dotes para la danza oriental, la
cocina autóctona y las artes del silencio. Sus manos habrán de ser suavísimas palomas que alivien sin lastimar y
acaricien sin hostigar. Pómulos altos, ojos navegables, cabellera anochecida, relevado torso, hospitalarias caderas y
piernas perfectas. Deberá saberlo todo sobre deportes y sobre la historia del arte. Tañerá el laúd y otros delicados
instrumentos. Inglés no necesario. Oportunidad única para pasar dos noches de vértigo y locura. Es urgente que, si
usted llena los requisitos mínimos arriba enlistados, se ponga en contacto con esta redacción. Si no llena ninguno,
hábleme de todos modos y nos sentamos a ver "Shrek" por enésima vez en compañía de Andresito que ya la recita de
memoria. Tengan tantita piedad de un padre seducido y abandonado en el frío.

Cualquier correspondencia con esta columna que quiere amanecer, favor de dirigirla a
germandehesa@prodigy.net.mx o al Apartado Postal 19-111, Delegación Benito Juárez, México D.F.

Gaceta del Angel / Amigo instantáneo

Por

Germán Dehesa
(14-Nov-2001).-

Don Genaro David Góngora y Pimentel (el único mexicano canonizado en vida) es un hombre muy serio, muy cordial,
muy firme y con un suave sentido del humor. Precisamente con motivo de la inopinada canonización que yo le
endilgué desde esta columna, me invitó a tomar un café en la sede de nuestra Suprema Corte de Justicia. Visitar ese
historiado edificio en compañía de Don Genaro fue todo un agasajo. El hecho de que ahí todos los relojes, antiguos y
modernos, estén funcionando es ya un aviso de la tenaz urgencia que tiene el Presidente de la Corte de poner al día
nuestro sistema de impartición de justicia. Subimos y bajamos. Conocí una hermosa sala decorada con unos frescos
de José Clemente Orozco que yo no conocía y que hablan de la justicia (y de Orozco) como de un urgido fuego.
Platicamos largamente y tuvimos una seria controversia constitucional acerca de si hice bien o hice mal en llamarlo
San Genaro. Como recuerdo de este buen encuentro, Don Genaro Góngora me regaló un libro que contiene varias
hermosas cartas a un joven juez. Lo leo con gusto porque siempre me ha parecido terrible que un ser humano decida
cargar con la desmedida responsabilidad de juzgar, absolver o condenar a otros seres humanos. Con el mismo gusto
leo la sucinta dedicatoria donde Don Genaro me llama "amigo instantáneo".

He pensado en todo esto, porque hace algunas horas vi al Presidente de la Suprema Corte demandando justicia con
serena firmeza. Dos magistrados federales fueron asesinados en Mazatlán. Si sus asesinos quedan también bajo el
amplio cobijo de la impunidad, eso será la confirmación de que estamos en el peor de los mundos posibles: por
décadas nos quejamos de la venalidad de la justicia y de su alto nivel de corrupción; en cuanto las cosas comienzan a
cambiar, el crimen organizado envía dos mensajes terminantes. En ambos casos, el ciudadano no sale demasiado
airoso: se escandaliza frente a la justicia corrupta y/o se espanta frente a la posibilidad de una nueva y verdadera
justicia, pero en ninguno de estos dos mundos, el ciudadano considera que el asunto sea, como tendría que ser, parte
de su responsabilidad cívica. Me parece importantísimo que no dejemos solos a los que están haciendo este trabajo
de restauración. Junto con ellos exijamos justicia para la justicia y defendamos cada tramo que se va ganando.
Pongamos nuestros relojes a tiempo. Yo me encomiendo a San Genaro y le recuerdo que acá está su amigo
instantáneo.

¡Oye, Betsabé!

La lic. Betsabé Guzmán Trujillo, coordinadora de Comunicación Social del gobierno del Edo. de Querétaro me envió
una amable carta que contiene cifras que revelan el buen desempeño de Don Ignacio Loyola como góber del Edo. Los
lectores de aquellas tierras tendrán su opinión. Yo he ido recientemente a Querétaro y, según consta en actas, he
encontrado a la ciudad rechinando de limpia y a sus habitantes amables y de buen ánimo. Hay excelentes hoteles
nuevos, una librería magnífica, restoranes gratos y sosegados, monjas bigotonas que venden rompope y está sobre
todo el azul y empozado tiempo queretano.

Mi bronca con Don Nachito nació de su arrebato salarial, pero como ya Fox anunció la congelación de salarios para el
2002, no hay asunto que litigar. La carta remata con una cordial invitación a Querétaro y, como le dijo una amiga mía
a un jefe suyo que le ofreció dinero por sus encantos: con la pena de que sí le voy a agarrar la palabra, porque ando
muy necesitada. Así ando yo.

Cumpleaños y Diploma

Un grato desayuno para un padre abandonado que, de no haber sido por la providencial invitación, tendría que
haberse resignado, dada la tijuanense estancia de la Hillary, a mordisquear un nopal. Como suele sucederme: los
cuates vinieron en mi auxilio y me organizaron un "desayuno de trabajo". López Obrador se reunió con el grupo de
ciudadanos que, lo crean o no, estamos haciendo nuestro mejor esfuerzo por vigilar la transparencia de los ingresos
del DF y por convencer a los ciudadanos de que no le entren a la corrupción. AMLO festejaba además su cumpleaños
y nuestro anfitrión le obsequió un pastel que, aunque era de Sanborns, estaba bueno. En venganza, AMLO nos otorgó
nuestros nombramientos que, según lo pactado, serán lo único que recibiremos del gobierno. Me parece muy
satisfactorio desayunar con buenas personas y apoyar las buenas iniciativas de un funcionario al que he criticado
cuando, a mi juicio, se pone muy locote; o sea, con mucha frecuencia; pero de eso se trata: de criticar lo criticable y
apoyar lo apoyable.

Se Amplió el Plazo
¿Qué creen?. La Hillary llega hasta el jueves. Sigan votando, campeonas. Les da tiempo de aprender laúd. Mañana
les cuento con más detalle. Ahorita tengo que ver "Shrek" con Osama bin Bucles.

Cualquier correspondencia con esta columna dedicada a San Genaro, favor de dirigirla a
germandehesa@prodigy.net.mx o al Apartado Postal 19-111, Delegación Benito Juárez, México D.F.

Gaceta del Angel / Amo de casa

Por

Germán Dehesa

(15-Nov-2001).-

Un hombre soltero puede sobrevivir con cierta facilidad. Una mujer sobreviviría hasta en la atmósfera de Plutón. Un
hombre casado y repentinamente abandonado vive sólo para contar los minutos de su desgracia. La Hillary se mudó a
Tijuana y, aunque dijo que volvería en cuanto arreglara algunos "pendientitos" de su difunto padre, comienzo a
sospechar que ya se vinculó emocionalmente con un trailero y que, en combinación con él, trabaja de pollera.
Azotados por la ventisca y el estupor, un padre, un hijo y un trofeo de karate permanecemos ateridos en la Capital y
minuto a minuto comprobamos la inmensa orfandad de la condición masculina. ¡Dios mío, nunca me hagas viudo!. Lo
digo en serio. Los seres de recia virilidad estamos radicalmente incapacitados para las tareas domésticas y para el
delicadísimo trato con el personal de apoyo. Llega Aunt Jemima y me pregunta: ¿va a querer desayunar cuando se
despierte?. Respondo: nunca he probado a desayunar dormido, pero podríamos intentarlo. Revira la morena de fuego:
tampoco me conteste así; la señora se despierta, va a dejar al niño a la escuela y desayuna hasta que regresa.
Correcto, mi dilecta gordis, yo observaré un patrón de conducta similar. ¿Y a qué horas va a desayunar?. Cuando
regrese de dejar a Andrés. Está bien, de veras que a los hombres les encanta (nunca se sabrá qué es lo que nos
encanta).

7:40 de la mañana. Recargados uno en el otro, Andrés y yo nos dirigimos a la escuela. El pequeño carga un mochilón
como de Sherpa. Yo me cargo a mí mismo y me veo más fatigado. En la puerta de la escuela de alta seguridad, una
señora sonriente y rubia recibe a los niños con los brazos extendidos. Me dan ganas de abrazarla y de pedirle asilo
político. Me detiene pensar que ella quizá no me entendería.

Es tempranísimo y yo ya estoy levantado y de regreso en el hogar. ¿Ya va a querer su desayuno?. Si te resulta más
cómodo, mi pigmentada amiga, puedo desayunar en la noche. ¡Osh!, ¡ánimas que ya regrese la señora para que lidie
con usted!. Bajita la mano, he sido degradado a la condición taurina. ¿Le puedo hacer una pregunta, señor?. La que
habla es una vivaracha y rollerísima muchacha que se encarga del departamento de textiles. Procede, rústica
jovenzuela. ¿A su pantalón azul le puedo poner un botón azul?. Me suena lógico, pero ¿tienes otro color en mente?.
No, señor, es que el que se le cayó era así como conchita jaspeada, pero ya no tenemos de ésos y pensé ponerle un
azul. Tu decisión, núbil zagala, es del todo conducente. Pues yo le voy a poner el azul y luego hablo con la señora, de
veras que los hombres son. Mis fatigas apenas comienzan. Todavía tengo que decidir si lavan las alfombras o nada
más las aspiran (me imagino a las muchachas consumiendo alfombra cual si fuese cocaína); va a venir el de la
tintorería y tengo que decidir si quiero cuete para comer y si lo prefiero "deshebradito". El niño tiene clase de pintura,
clase de karate, hay que ponerlo en remojo, ver que haga la tarea y acompañarlo a ver "Shrek". Si después de hacer
todo esto, llegara mi marido y me pidiera que me pusiera mi camisón sexy, les juro que le partía su mandarina a puros
bofetones. No hay suerte para el hombre honrado. Además, me duele la panza por desayunar tan temprano.

Siguen las Amenazas

Ahora son peores, porque ahora provienen de una turbamulta de mujeres enfebrecidas de pasión que decidieron
aprovechar el paquete nocturno de estimulación tardía que, de modo irresponsable, oferté en esta columna en días
pasados. Parafraseando a Juan Charrasqueado: secadora en mano se me quieren echar de a montón. Pensé que lo
del laúd las detendría, pero les valió un celestial pistache. Con que me hagan la mitad de las cosas que en sus
correos electrónicos dicen que me van a hacer, me perjudicarían más que el autor de las amenazas. No creo estar
físicamente preparado. Voy a hacer un campamento de altura con Soraya y a ver si agarro condición. Yo les aviso. No
llamen, yo las busco. Entretanto les aviso que hay un lujurioso ciberlector que escribe diciendo que él es menos
exigente que yo y que le mande todas las candidatas que yo haya encontrado insatisfactorias. Ustedes dicen,
chicuelas: ¿las "forwardeo", o las dejo en pausa y luego hacemos un "draft"?.

Públicas Disculpas

Según el director en jefe de mis servicios médicos, lo que yo tengo es el colon más bombardeado que Kabul. Todo
esto a resultas de decesos y sucesos bastante ingratos que han visitado mi vida en las últimas semanas. Mi agudo
dolor de panza y mis férreos deberes de padre soltero me han impedido asistir al noticiero de Mayté Noriega, amiga
predilecta, y detuvieron asimismo mi avance sobre el "Círculo Rojo" donde planeaba platicar de futbol con Carmen y
Javier, compañeros del alma. Mis disculpas y mi ofrecimiento de que donde me la pongan brinco.

Recado Urgentísimo

Hillary: ya nos perdonó Fox, regresa a casa.

Cualquier correspondencia con esta doméstica columna, favor de dirigirla a germandehesa@prodigy.net.mx o al


Apartado Postal 19-111, Delegación Benito Juárez, México D.F

Gaceta del Angel / Los heraldos negros

Por

Germán Dehesa
(16-Nov-2001).-

Me gustaría saber qué sintieron ustedes al ver a esa turbamulta que, a pie, a caballo y en camión avanzó el pasado
miércoles sobre la Capital blandiendo machetes, palos y piedras. Era como el daguerrotipo actualizado de la
Revolución, o una acuarela cibernética de Hidalgo en el Cerro de las Cruces. Era dramático, era real y era
estremecedor. Era un atisbo ominoso y lamentable de guerra civil. Sin poner en duda la legitimidad de la demanda de
los campesinos texcocanos, es imposible dejar de pensar que, durante 70 años, hombres y mujeres del campo fueron
despojados, agredidos, robados y utilizados por un poder que siempre hablaba a nombre del progreso, del desarrollo y
de las nobles causas de la Revolución. Todo esto pasaba y los machetes no aparecían o, por lo menos, no los
veíamos echar chispas contra el suelo de la Capital. ¿Qué está ocurriendo ahora?. Perdido el control corporativista del
Estado, ¿la ira acumulada comienza a desbordarse?. Esta es una hipótesis, pero puede haber otra todavía más
alarmante: ¿no será que el sector más sórdido del antiguo sistema mantiene su control sobre ciertos grupos y los
lanza, so capa de "legítimas reivindicaciones" sobre el nuevo gobierno que con enorme ingenuidad decretó la
extinción de los dinosaurios?. Si escuchamos a los ciudadanos comunes, esta segunda hipótesis parece fortalecerse,
pues muchos de ellos que, en su momento votaron por el PAN o por el PRD, comienzan a murmurar por lo bajo que
estas cosas no pasaban cuando estaba el PRI. Creo que ése es exactamente el efecto que quieren obtener. Que
conste que sólo estoy haciendo un ejercicio de política ficción. Aquí lo único incuestionablemente real es que, con su
tenebroso recado, se pasean por México los heraldos negros.

Es la violencia cada vez más fuera de control. Es una amiga mía que fue asaltada anoche y que todavía hoy temblaba
y sollozaba diciendo: lo peor es que tengo que dar las gracias de que, por lo menos, no me mataron. Es lo que tú y yo
oímos y vemos a diario. Son dos jueces ejecutados. Es el Estado que está pensando en la posibilidad de enmascarar
a los jueces, en lugar de desenmascarar a los viejos funcionarios que encabezan estos sindicatos del poder. Es un
mesero que ahorró durante años para conseguir un coche que le fue robado tres horas después de haberlo recibido.
Es la amenaza constante. Son las mujeres de Chihuahua. Es la autoridad que quiere ocultar esto culpando a los
medios, o haciendo declaraciones como la de Godoy: los niveles de delincuencia se han abatido, pero los ciudadanos
no lo han percibido (los criminales tampoco). Es Digna Ochoa, pero también son los cientos de víctimas menos
conspicuas que padecen diariamente. Si, como aventuro, todos estos son recados del resurrecto dinonarcopoder, lo
más patético sería que Fox y López Obrador y todos aquellos que recibieron la encomienda del cambio, no tuvieran la
astucia, la valentía, la energía para aplacar y castigar a estos heraldos negros. El hecho de que el PRI nos tuviera
optudimóder, no cancela la posibilidad de que pronto ustedes nos provoquen la misma sensación.

¿Por qué Cae el Aguila?

Hace algunos años, en un programa de radio vino a cuento el nombre y la personalidad de Cuauhtémoc, último
defensor de los aztecas. Alguien comentó que ese nombre significaba "águila que cae". De inmediato entró la llamada
de un radioescucha experto en la lengua náhuatl que nos aclaró que Cuauhtémoc sí es águila que cae, pero no cae
de golpe, sino planeando. Ignoro si tal matiz es correcto, pero hace unos minutos pensé en esta vocación de caída
cuando escuché que Cuauhtémoc Blanco declaraba que no se había presentado al horripilante juego contra España
"porque tengo los pantalones muy grandes". ¡Qué horror!. Y estos son nuestros lujitos. Los mexicanos excepcionales
tienen múltiples dones, grandes capacidades, talentos extraordinarios, pero, para su desgracia, se tienen también a sí
mismos y con esto basta para horrorizarse ante el triunfo y optar por la caída, aunque sea planeando. El culto por el
fracaso es una antigua y tramposa superstición romántica.

¿Estaremos alguna vez a la altura de nosotros mismos?. ¿Adquiriremos el gusto por ganar sin trampa (que es la única
manera real de ganar)?. El domingo ya le querían hacer su estatua; hoy se quema los pies él solito. ¿Qué opinará
Xavier Aguirre?. Yo lo mandaría a planear sobre Afganistán.

Mensaje tardío

Llega este recado a mi computadora: no sé tocar laúd, pero sé algo de mandolina, ¿me acepta?. Yo, con muchísimo
gusto, pero ya llegó la patrona de esta hacienda. De cualquier manera, hoy la mandolina estorbaría: hoy toca.
Cualquier correspondencia con esta columna en honor de César Vallejo, favor de dirigirla a
germandehesa@prodigy.net.mx o al Apartado Postal 19-111, Delegación Benito Juárez, México D.F

Gaceta del Angel / Oiga, joven

Por

Germán Dehesa

(19-Nov-2001).-

Me asomo a las cartas que recibe mi periódico; leo cotidianamente los correos que llegan a mi computadora, o a mi
apartado postal, o directamente a mi oficina. Al final de esta pesquisa me encuentro con que hay un número
considerable de mensajes en defensa de Vicente Fox y de Marta Sahagún. Hay mensajes iracundos y hay otros que
razonan ponderadamente; los hay breves o extensos, pero todos ellos, en el fondo, parecen decir una sola cosa: no
nos quiten la esperanza. Lo fácil, lo elemental, lo dogmático sería no tomar en cuenta estas notificaciones y dar por
supuesto que la gente no sabe lo que los periodistas y los comentaristas sabemos. Si el lector critica mi crítica, lo más
sencillo es descalificarlo e intentar sepultarlo con adjetivos como ignorante, reaccionario, desinformado, o perverso. Si
procedemos así, creo que estamos reviviendo en nosotros ese autoritarismo que supuestamente queremos combatir.
¿De dónde sacamos ese prejuicio de que nosotros sí sabemos y que la gente, ésa que se la rifa día a día con una
realidad cada vez más áspera, que mantiene a México funcionando y que nos hace favor de leernos, ésa no sabe
nada?. Esta pregunta tiene que complementarse con otra: ¿de dónde saca la gente el prejuicio de que el santísimo
señor presidente es intocable y ése otro de que los periodistas tenemos la obligación de ser maestros, guías y faros
espirituales que iluminen las tinieblas de la ignorancia popular?. Para ambas preguntas la respuesta es la misma: la
fuente de éstos y de muchos otros prejuicios está en nuestra historia que parece coagularse en los arquetipos del
señor que lo puede todo y los vasallos cuya única obligación es callar y obedecer; de los dueños de la palabra que la
reparten en dosis homeopáticas y la astrosa grey confinada al silencio. Así fue con el tlatoani, con el virrey, con don
Porfirio y con eso que Krauze llama el presidencialismo imperial. ¿No será tiempo ya de reescribir este libreto y
repartir mejor los papeles?.

Digamos algo más: la propuesta del candidato Fox resultó efectiva precisamente porque planteaba este cambio de
arquetipos. Para derrotar a ese partido que hoy naufraga en Veracruz fue necesario el apoyo abrumador de los
jóvenes de este país. Ellos con todo su ímpetu lograron hacer valer el hartazgo de las mayorías y provocaron la
posibilidad del cambio. Ellos mismos se muestran hoy desalentados porque no perciben la llegada de ese cambio. A
ellos me dirijo hoy para pedirles que no desfallezcan, que entiendan que la tarea es enorme y que va más allá de los
errores y aciertos de los muy prejuiciados adultos que gobiernan o que critican al gobierno. A los mayores de 50 las
inercias y las tentaciones del pasado nos desorientan frecuentemente; pero nosotros estamos de salida, ustedes
vienen llegando y del mismo modo que fueron definitivos para abrir el espacio de la esperanza, hoy no sería justo, ni
razonable que lo abandonaran. Oiga, joven: de usted es la firme valentía; no me venga con que ya le ganó el
desaliento. Es bien posible que, hasta ahora, ni Fox, ni sus críticos hayamos estado a la altura de las complicadísimas
circunstancias actuales; pero, mi querido joven, nuestra apuesta no fue por un individuo llamado Vicente Fox, sino por
esa urgencia de cambiar la vida que él y usted representan. Yo le ofrezco proceder con mayor ponderación y cautela,
pero usted tiene que comprometerse a persistir alegremente en una tarea que va para largo. En el delgado presente,
los que ya somos casi pasado necesitamos pactar con todos aquellos que son todo futuro. Oiga, joven: no deje de
asistir.

Mapache Tibio y Callado

"El Padrino" en versión tropical. Capos, capitos y capotes de diversos territorios decidieron reunirse en Veracruz.
Según muestra la historia, en la evolución de todas las mafias llega el momento de salir de la penumbra y adquirir
respetabilidad. No es tarea fácil. La XVIII Asamblea del PRI así lo demuestra. Por una parte, un inspirado orador habla
de la urgencia que tiene su partido de que la sociedad ya no lo asocie con el delito y la corrupción y por la otra, allá en
lo oscurito, cada sub-famiglia toma sus providencias para imponer sus criterios y para colocar a su gente en la
dirección de esta extraña asociación de dinosaurios sobrevivientes. Imagínense a los grillos grillándose unos a otros.
Ha de ser una verdadera vibración de cocuyos. Estos quieren darle madruguete a aquellos. Otros quieren palomear
las listas, o embarazar urnas, o tirar el sistema, o llevar a cabo la operación tamal, el cambio de actas, el carrusel, el
voto de los difuntos, la operación taco, la chocoweb y tantas y tan efectivas maniobras que emplearon durante tantos
años. El problema es que ahora la bronca es entre ellos y cada uno sabe cómo se las gasta el otro. Me los puedo
imaginar a todos pegaditos a la pared, jurando que ahora ya son decentes y dando instrucciones por el celular para
que sus lugartenientes se encarguen de todo el trabajo de plomería subterránea. ¿Qué resultará de este histórico
encuentro de mapaches?. Me puedo equivocar, pero me imagino que nada. Como ellos dicen: perro no come perro.

Cualquier correspondencia con esta columna que amaneció juvenil , favor de dirigirla a germandehesa
@prodigy.net.mx o al Apartado Postal 19-111, Delegación Benito Juárez, México DF

Gaceta del Angel / Un escrúpulo

Por

Germán Dehesa

(20-Nov-2001).-

¿Hay alguien ahí?. Me temo que no. Aprovecho esta impunidad para celebrar que hoy, gracias al apoyo jamás
incondicional de los lectores, mi periódico cumple ocho años de vida crispada pero venturosa. Me viene la gana
también de poner el alma en disposición papalotera y recordar a mi amigo Carlos Castillo Peraza de quien sólo recibí
cosas buenas, divertidas, sabias. Recuerdo una dádiva nimia que hoy me será muy útil. Carlos me enseñó que
originalmente la palabra escrúpulo significa piedrecilla. Bien mirado, regalar una palabra es un obsequio magnífico. Lo
tomo en este momento y con él me voy a Rusia.
Con la ayuda de Ryszard Kapuscinski y de su humanísimo libro titulado "El Imperio" (Ed. Anagrama), llego a Nóvgorod
que fue del siglo XI al siglo XV una especie de Florencia eslava que atesoró la libertad, el gusto por vivir y muchísimas
bellezas. Hoy, gracias a la modernidad, a las guerras y a José Stalin, en Nóvgorod casi todo está arruinado. La
hermosa iglesia de la Transfiguración fue convertida en búnker por el ejército ruso y bombardeada durante casi tres
años. Todo el interior de la iglesia estaba decorado con maravillosos frescos pintados por manos anónimas
(probablemente serbias). Desde los años 40, los frescos de la Transfiguración solamente son un montón de piedritas
dispersas.

En 1965 un profesor de apellido Grékov se propuso lo que parecía imposible: reconstruir los frescos de la
Transfiguración. Kapuscinski encontró al profesor Grékov en 1991. En un enorme sótano y sobre larguísimas mesas,
el profesor y un número creciente de conciudadanos se afanan todos los días en esta tarea de rescatar la belleza. Hay
que volver a juntar cientos de miles de piedrecillas. Grékov no tiene prisa y sí tiene la seguridad de que él o sus nietos,
o los nietos de alguien cumplirán la tarea. Ninguno de los muchos hombres y mujeres que ahí trabajan se siente mártir
o héroe. Son ciudadanos que trabajan por el bien común. Cito a Kapuscinski: "Y viendo cómo los miles de trocitos,
terrones y migajas, partículas de polvo, de piedra y de pintura, se convierten, bajo las manos del profesor y de sus
discípulos, en las perdidas imágenes de santos, de personas y de leyendas, en este frío y polvoriento sótano me
siento como si presenciara el nacimiento del cielo y de la tierra, de todos los colores y de todas las formas, de los
ángeles y de los reyes, de la luz y de la oscuridad, del bien y del mal." Regresemos ahora a México y hagamos un
esfuerzo por entender que a nuestro país, sobre todo en el aspecto moral, no le ha ido mejor que a Nóvgorod.
También hemos sido bombardeados, atropellados y arruinados. Ojalá y recuerden esto los que ahora comienzan a
manifestar su nostalgia por los regímenes que utilizaron a la Revolución institucionalizada como coartada para
secuestrar y depredar a todo un país. Antes de sucumbir a la tentación de mirar hacia atrás y quedar bíblicamente
convertidos en estatuas de sal, veamos si ya hemos hecho un esfuerzo semejante al del profesor Grékov y sus
conciudadanos. Ellos llevan ya 36 años recuperando su tesoro y saben que la tarea todavía llevará mucho tiempo.
Nosotros todavía no cumplimos un año de esfuerzo y ya nos queremos rajar so pretexto de que este Presidente no
salió tan bueno como esperábamos. Opino que es una enorme injusticia. Lo que tenemos que hacer es dejarnos de
quejumbres y ponernos a buscar nuestra piedrita, o nuestro escrúpulo, diría Carlos Castillo Peraza cuyo recuerdo
abrazo en este octavo aniversario del periódico que hacemos nosotros y ustedes, lectoras lectores queridos.

Una Extraña en el Paraíso

Por motivos personales (todo motivo acaba siendo personal) y por tiempo indefinido, la Tractor ha venido a vivir con
nosotros. Llega acompañada de su hija que es una minúscula fémina llamada previsiblemente Adriana, pero conocida
como la Minisauri por su mofletudo parecido con la muy abucheada dirigente priísta. La minúscula luchadora social
tiene todavía en trámite su licencia para hablar y su repertorio expresivo está formado por miradas taladrantes y
alaridos como de alma desasosegada. Los tres titulares de esta laboriosa familia sureña estamos contentísimos con
esta inesperada ampliación de nuestro censo. El Exbucles en particular goza mucho de la recuperación de los brazos
que lo acunaron en sus años de novato y diariamente aprende a no temer y a querer a su hermanita recién adquirida.
De hecho, contribuye a su educación. Visita su corralito con aire profesoral, se acuclilla, mira fijamente a su discípula y
le dice: Adrianita, dí mantarraya. La alumna remisa suelta un berrido y Andrés se retira sabiéndose fracasado y
farfullando: ¡es inútil, esta niña nunca va a aprender a hablar!.

El único prietito en el arroz es el desmelenado temor que la Minisauri me tiene. Llegue yo a la hora que llegue, la
enana me ve y sale disparada. Hagan de cuenta Ana Guevara en miniatura tambaleante. No entiendo. Normalmente
mis relaciones con las mujeres son excelentes. ¿Le habrá contado algo Marta S. de Fox?.

Cualquier correspondencia con esta columna que es una restaurada catedral, favor de dirigirla a
germandehesa@prodigy.net.mx o al Apartado Postal 19-111, Delegación Benito Juárez, México D.F.

Gaceta del Angel / ¿Revolución o thanksgiving

Por
Germán Dehesa

(21-Nov-2001).-

Por mí, yo dejaría pasar en silencio ambos rituales. No es que los encuentre deleznables. Ocurre que me quedan muy
lejos. No creo que la Revolución Mexicana haya sido un fracaso. Para bien y para mal, ese millón de muertos y esa
manoseadísima nómina de revolucionarios distinguidos que se mataron entre ellos cambiaron el rumbo del país y
mucho nos dieron, aunque, a nombre de ellos, también haya sido mucho lo que nos quitaron. Vista a la distancia, la
Revolución se me aparece como el último capítulo de la épica mexicana y como una más de las muchas
oportunidades que nuestro país no supo aprovechar. Vale detenerse en este último punto, porque hoy se nos presenta
otra oportunidad, quizá la última, y estamos cerca de desaprovecharla por pura desidia, frivolidad y pequeñez de
ánimo. La Revolución se malogró porque unos cuantos decidieron hacerse cómplices y utilizarla en su beneficio
personal. Muchos de estos cómplices están vivos y no han rendido cuentas. Hay un cómplice mayor que tampoco ha
rendido cuentas: la sociedad mexicana. ¡Ya nos saquearon!, ¡no nos volverán a saquear!, dijo López Portillo. ¿Qué
creen?, nos volvieron a saquear cuantas veces quisieron y nosotros no fuímos más allá del retobo, la quejumbre y la
inconformidad que se expresaba con voz inaudible. No hay sistema de gobierno que no se corrompa si no existe una
sociedad organizada, crítica, vigilante y dispuesta a exigir cuentas. La Revolución quedó incompleta e incumplida. La
responsabilidad de esto no nos es ajena. De hecho, creo que todo intento por establecer entre nosotros la justicia y el
derecho quedará frustrado si nos seguimos viendo como víctimas inermes frente a las desmesuras del poder. Esto
pienso, pero una cosa es pensarlo y otra explicárselo a un niño de seis años que quiere saber qué fue la Revolución y
por qué, a nombre de ella, se organiza, ¡háganme el C. favor!, un desfile deportivo y un puente vacacional de exquisita
ingeniería calendárica. Decirle al infante que un millón de compatriotas derramaron su sangre para que él pudiera
levantarse tarde y obligarme a acompañarlo a ver "El mundo está loco, loco" me parece, por decir lo menos,
insuficiente.

Si sólo fuera eso, pero el Exbucles, junto con su holganza, me trajo una "circular" de su escuela que contiene un
mensaje terrorífico. El próximo jueves, dice la circular, los niños y niñas (amigochos y amigochas) van a celebrar el
Thanksgiving (maigudnesgreishus!) y lo harán con un animado desayuno que comenzará, ¡vuélvanme a hacer el C.
favor!, a las ocho de la mañana (si los originales pilgrims hubieran celebrado así, el desayuno hubiera acabado a
hachazos, no existiría Estados Unidos y Bin Laden estaría tragando espadas en el Circo Atayde). Por más que lo
intento, no puedo imaginarme desayunando pavo a las ocho de la mañana, ni encuentro ningún motivo válido para dar
las gracias a esas mulas horas. Esto sin contar que el sobrepublicitado "greivi" sabe a mexolub rancio. Por enésima
vez, la Hillary me recuerda que el equilibrio emocional de un infante es muy delicado y puede lesionarse con la misma
facilidad con la que Gloria Trevi se embaraza. Por lo tanto, según mi Beatriz Paredes particular, tenemos la obligación
moral de asistir. Además, le tengo que explicar al talibancito en qué consiste eso del Thanksgiving. ¡Cómo no!. Si no
entiendo la Revolución que pasó aquí y pasó hace poco, le voy a explicar el Thanksgiving que ocurrió en el V carage
hace un fregadal de años. ¡Cómo no!.

La Indispensable
Adopción Una cuatacha y yo acabamos de desarrollar esta nueva fórmula de felicidad. Es un sencillísimo trámite que
no requiere de permisos y resellos oficiales. Se trata de una operación emocional, moral y mental. Esencialmente
consiste en que cada uno se adopte a sí mismo como hijo. No estoy haciendo pirotecnia verbal. Estoy hablando de
algo necesario. Ultimamente a los adultos nos ha dado por tratarnos a patadas. Trabajamos como locos, no
disfrutamos de lo poco o mucho que conseguimos con nuestro trabajo, nos enfermamos y no nos ocupamos de
nosotros con tal de seguir produciendo, entre Fox, Bush, Blair y Bin Laden vivimos en el calambre permanente y ni
siquiera nos detenemos un instante para serenarnos. Supuestamente todo esto lo hacemos para que "a nuestros hijos
no les falte nada" (a este ritmo, pronto les faltará un papá o una mamá). Creo que se trata de un infame pretexto para
flagelarnos. Por tal motivo y con fecha de hoy he decidido adoptarme como hijo mío. Al hacerlo, supero por mucho las
esperanzas de mi amigo Toquinho quien dice que en la próxima reencarnación quiere ser hijo suyo, porque sus hijos
la pasan de maravilla. ¿Por qué esperarse a la próxima reencarnación?. Hoy, hoy, hoy. Adoptémonos. Créanme que a
todos nos va a ir mejor.

Cualquier correspondencia con esta columna perpleja y postrada, favor de dirigirla a germandehesa@prodigy. net.mx
o al Apartado Postal 19-111, Delegación Benito Juárez, México D.F.

Gaceta del Angel / El regreso de la momia

Por

Germán Dehesa

(22-Nov-2001).-

Arturo Montiel tiene que hablar seriamente con su peinador. No es posible que, en cada aparición pública, traiga el
pelo de distinto color. Ya lo hemos visto de caoba incendiada, rojo flamazo, otoño en Nueva York y aurora boreal en
Atlacomulco. En la clausura de la exitosa (no hubo muertos) décimoctava asamblea del PRI, el gran Montiel apareció
con un novedoso tinte como de trigal granizado por demás sobresaltante. Quizá la variopinta y capilar sobreexposición
del gobernador del Estado de México fungió como elemento distractivo para que no reparáramos en dos hechos
notorios: a) la amenazante, costosa e histórica asamblea no fue ni resolutiva, ni deliberativa, sino que acabó siendo
pospositiva. En este terreno de la posposición los priístas tienen una admirable y comprobada capacidad. En 1929 se
propusieron resolver asuntos tan fundamentales como la democratización de la sociedad. Llegó el año 2000 y la
cuestión seguía atorada, aunque ya nada más faltaban detallitos que, en un plazo máximo de 30 años, se resolverían.
Llegaba doña sociedad al changarro del PRI (bautizado por Mojarro como "la esquina que domina") y preguntaba:
perdone, maistro, ¿ya me tiene la democracia y la justicia social que le encargué? Y el PRI respondía: con la pena,
señito, que todavía no me llega y es que ya ve que tuvimos crisis, pero ¿por qué no se da una vueltecita en un
sexenio, o en dos para no quedarle mal?. Y así se la llevaron durante 71 años. Ahora en su asamblea se
autorrecetaron el mismo operativo y así, todo lo importante ocurrirá después; b) el único ganón visible de esta
reunioncita desparramada por toda la República fue el inmarcesible Roberto Madrazo que llegó acompañado de su
sonora tabasqueña que trae como nuevo vocalista a Manuel Andrade (cien kilos de cumbia). Me conmueve tanto la
conversión de Madrazo. Si alguien pudo pensar alguna vez que su comportamiento político no era lo que se dice
inmaculado, ahora todos tendremos que reconocer que se ha transformado en un hombre noble, probo y ¡milagro de
milagros!: carismático. Esa simpatía que derrama y esa serena sencillez con la que se expresa conmueven hasta a los
curtidos calumniadores del círculo rojo (el de Fox, no el de Carmen y Javier). San Madrazo de Asís predicó a los
jilgueros, a los mapaches y a otras bestezuelas de Dios y les pidió humildad, honestidad, rectitud y apoyo para el
Presidente Fox que le está guardando su lugar. Con esta conmovedora intervención y con la contundente aparición de
Dulce María Sauri que nos prometió que ya se van a portar bien, que ya no caerán en los errores del pasado (están
preparando todo un nuevo repertorio de errores) y que -esto lo dijo con el corazón en la mano- no seamos mulas y les
demos otra oportunidad, culminó la anticlimática asamblea. A mí me dejaron totalmente convencido. No sé si
Labastida y Miguelito Alemán comparten mi opinión, pero yo retomo el emocionante discurso de Dulce María, a quien
le pidieron que se quedara a cuidar la casa y a enseñarla si llega algún posible comprador, y le pregunto a la sociedad
mexicana: ¿qué dicen, muchachos?, ¿les damos otra oportunidad?. Juran que ya no van a tomar.

Acción de Gracias

Como en las ingenuas películas del oeste que exaltaron mi niñez, cuando el fuerte estaba a punto de caer en manos
de la etnia apache (los del color del ladrillo), se presentaba el IV Batallón de Caballería y mataba como a mil apaches,
pero preservaba la vida de los 20 rubios defensores del fuerte. Así me acaba de pasar. La H. directiva de la escuela
donde el Exbucles hace tibios intentos por desasnarse tuvo compasión de los poco madrugadores miembros del
círculo rojo y decidió modificar el horario de su celebración de Acción de Gracias. En lugar de a las ocho de la
mañana, será a las doce del día. Ya es otra cosa. A las doce del día ya es factible y hasta grato dar las gracias. Yo lo
haré con mi mejor fervor y, en primerísmo lugar, agradeceré la sensatez de la H. directiva que alcanzó a comprender
que a la hora original, lejos de obtener agradecimientos, lo que se iba a organizar era un mentadero de madres.
Agradeceré también que Cuauhtémoc Cárdenas esté pensando en retirarse de la política activa y que Cuauhtémoc
Blanco se esté animando a perdonarnos y a regresar, todo simpatía, a la alineación tricolor (para evitar críticas y
malos entendidos, yo propongo que juegue con burka verde). También daré gracias por el silencio de los inocentes
(Marta y Vicente) que con ese silencio tanto han ayudado a aplacar las alebrestadas aguas. Muy en particular, daré
gracias porque todavía tenemos país y enfermo y amenazado y todo, hemos decidido seguirlo teniendo.

Ya sé que Thanksgiving es una fiesta ajena, pero si es para dar las gracias, cualquier día es bueno. Por cierto: gracias
a ustedes, lectoras lectores queridos.

Cualquier correspondencia con esta columna que quiere otra oportunidad, favor de dirigirla a
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Gaceta del Angel / "Podría bailar

Por

Germán Dehesa

(23-Nov-2001).-

... sobre un tablado de agua." Eso le escribió Luis Rius a Pilar Rioja. Tal era el donaire y la ingravidez de esta bailarina
que, como aquel Jesús que enamoraba a Machado, podría, en plena gracia, dibujar con levísima caligrafía sus pasos
sobre el mar.
Sobre aquellos versos de Rius han pasado muchos años llenos de polvo, de ruido, de frivolidad y de violencia. Lo
profano se ha ido adueñando de lo sagrado hasta el punto de hacernos creer que todo es profano, cuando la verdad,
como alguien recordaba hace poco, todo es sagrado. Por esto me dio tanto gusto encontrarme con mi amiga Tania
Pérez Salas, coreógrafa y bailarina, que hoy, mañana y pasado presentará tres piezas coreográficas en la sala
Covarrubias de Ciudad Universitaria. La tercera se llama "Agua" y es un delicado milagro. Literalmente hay un tablado
de agua y sobre él y con él la danza y las luces y las miradas de los asistentes lograrán restaurar el primer y perdido
encanto de lo acuático. ¡Ay, pero el agua! se queja Gorostiza en nuestra "Muerte sin fin". Creo que hoy la belleza la
quitará de sufrir y la restaurará a su misterio original y nos moverá a preguntarnos qué ha pasado en este territorio
nuestro donde alguna vez el agua fue endiosada y hoy llega del cielo convertida en fango ácido, se derrama como
llanto inútil en grifos y cañerías y termina de corromperse en las atarjeas. Si al agua que es nuestra primera madre la
tratamos así, ¿qué no haremos con lo demás?.

¿Recuerdan a aquel primer Serrat que le cantaba a su mar Mediterráneo y pedía que su descanso final fuese en sus
orillas?. Algunas décadas después, un Serrat triste cantará (llorará) por el lamentable hecho de ser él quien sobrevivió
lo suficiente como para asistir a las exequias de ese Mediterráneo que ya no es un mar, sino una cloaca, un vertedero
de los desperdicios humanos. ¡Ay, amor, que se ahoga en un vaso de agua!, insiste Gorostiza.

Es descorazonador que hoy sean tan pocos los que celebran el milagro del agua. Hace falta quizá alguna noche de
rabiosa fiebre para descubrir la bendición que es un vasito de agua. Hace falta, como me ocurrió a mí, que transcurran
varios días en un hospital con el cuerpo invadido por tubos, máquinas y enfermeras, con la vida convertida en desierto
hasta llegar a esa orilla donde una doctora, esto ya lo he contado, nos dice: puede usted darse un regaderazo. Sólo
entonces se descubre el portento del agua que cae tibiamente sobre la espalda y nos franquea las puertas de la vida.
Cuando esto sucedió, sólo pude recargar la frente en el mosaico y llorar, volverme agua, como recién nacido, como
salmón que vuelve a sus orígenes, como sobreviviente de la catástrofe, como nunca había llorado en mi vida.

Me gusta mucho el agua. A veces viene con su sencilla y transparente ropa de agua, a veces llega emocionada como
lluvia o como lágrima, y a veces, las mejores, se presenta en gran formato y la llamamos mar, o la llamamos mujer. Ya
no es tiempo de distraernos, o de no fijarnos: el agua es un misterio que danza y prodiga sus caricias y sus besos; es
el espejo de Dios y es el más íntimo abrazo.

Mujeres, Mujeres, Mujeres

Como suele suceder, Carlos Monsiváis tiene razón: las muertas de Juárez (y Digna Ochoa) son un problema de
Estado. El miércoles por la noche, Carmen Aristegui y Javier Solórzano, guardianes oficiales del malmodeado círculo
rojo, nos entregaron un excelente reportaje sobre este siniestro asunto. De entrada, hicieron bien en señalar que se
trataba de una primera aproximación a una cuestión complejísima cuya única constante es la indefensión que, en
nuestro país, provoca la miseria. Han pasado nueve años de impunidad. Las autoridades fabrican culpables, pero los
crímenes continúan. De palabra, las autoridades ofrecen, ya se sabe, investigaciones exhaustivas y averiguaciones
que llegarán hasta sus últimas consecuencias; de hecho, las autoridades no dan una. Si vieron el reportaje del equipo
de Carmen y Javier, habrán padecido el espectáculo de un subprocurador limítrofe que, por ejemplo, ante las
muestras evidentes de tortura a presuntos culpables, se atreve a hablar de "autolesiones". No tiene madre. Me parece
importantísimo que todos, los verdes y los rojos, exijamos justicia y vivamos como propio este durable horror. Para no
variar, han sido las mujeres las que de manera más tenaz y articulada han estado dando esta batalla en favor de los
elementales derechos que tiene la sociedad a ser protegida y a exigirle al Estado el esclarecimiento de los crímenes.
Hoy como pocas veces tenemos que unir todas nuestras voces en una sola exigencia: justicia y seguridad. De veras
hay que estar loco para suponer que es un asunto que no nos concierne. Mientras medre tal horror no habrá entre
nosotros amor que no se marchite y tranquilidad que no se vulnere. Yo he soñado pesadillas, pero la noche del
miércoles, mientras leía en la pantalla esa lista interminable de mujeres asesinadas que, además, remataba diciendo:
y 79 desconocidas, supe lo que era vivir una pesadilla. Despertemos.

Mozartiana

Hace ya muchos años que Mozart abandonó el clavecín y se sentó por primera vez ante un piano. Hoy toca.
Cualquier correspondencia con esta columna de pura agua pura, favor de dirigirla a germandehesa@prodigy.net.mx o
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Gaceta del Angel / Contratiempos mexicanos

Por

Germán Dehesa

(26-Nov-2001).-

THANKSGIVING: Este es el primer contratiempo. Ya no hay cupo en nuestra mitología. Demasiados héroes,
demasiados mártires. De la Llorona a Dulce María. De Cuauhtémoc a los Cuauhtémoc. ¡Cuánto mito, cuánto rito!.
¿Nos perdonará Cuauhtémoc Blanco?. ¡Qué trémula angustia!. ¡Esas son penas y no las de Paco Gil!. Jueves, 12
horas. Con tal de no ser "pilgrim", Andrés se ha vestido de apache. La fiesta va a ser en su salón convertido, por artes
maternas, en merendero estilo Indianilla. La industriosa e implacable Hillary ha aportado un tablón, un mantel y un
guajolote cocinado a la manera de Nueva Inglaterra con relleno poblano y nopalitos. Ortodoxia pura.

¿Tú eres el papá de Andrés?, me pregunta una enanita gafuda y me mira como si fuera yo el bacilo del ántrax. Yo
soy, acepto y reconozco. La gafudita no dice nada, pero pone cara de esperábamos algo un poquito más presentable.
Ni modo. De haber sabido me hago lifting. Como parte central de esta presentación, niñas y niños han preparado para
ustedes una pequeña obra de teatro. La maestra, con gran aplomo, se encarga de la narración. La coordinación y la
disciplina de los niños y niñas son impresionantes: son como veinte y ninguno se sabe su papel. Juego perfecto.
Vamos ahora a comernos nuestros elotitos y el pavo que trajeron las mamás. La Hillary se transfigura en Doña Lencha
en "Lagunilla mi barrio" y reparte pavo a chicos y grandes. Y ahora los que quieran dar las gracias en voz alta pueden
hacerlo. En mi turno, pongo cara de pilgrim y cumplo lo ofrecido: gracias porque esta fiesta fue a las doce y no a las
ocho. La gafudita desaprueba con la cabeza y comenta en el oído de Andrés apache: ¡qué raro es tu papá!. Andrés
sale en mi defensa: es raro, pero chistoso.

TIJUANA: Aeropasón sabatino. Cuatro horas de vuelo y ya estoy en Tijuana. El benemérito pedíatra Gabriel Chong
me espera en el aeropuerto. La jornada tiene el ritmo de la campaña de Fox: entrevista para radio, encuentro con mis
amables colegas del periódico "Frontera". Preguntas con y sin respuesta. El traje, la camisa blanca, ¿dónde está mi
corbata?, telefonema urgente a la Capital, lo intento con cinco cincos, con cuatro cincos, con tres y un seis (¡pinche
Nicolín! pienso, pero no lo digo. ¿A quién se le habrá ocurrido y cuánto nos habrá costado la ineficiente campaña del
par de mensos que "ya tenían la clave"?). ¡Mi amor!, me dice la Hillary por fibra óptica. ¿Cuál amor?, respondo
destemplado, ¿cómo es posible que tenga yo un traje para ser usado con corbata, una camisa de corbata y no traiga
yo corbata?, ¿cómo voy a dar mi conferencia?, ni modo que agarre una sábana y me vista de talibán. Desde la zona
sur de la Capital llega una voz como de maestra especializada en mensos abismáticos. En tu maleta hay dos. Chin.
En efecto. Conferencia a beneficio del Hospital Infantil de las Californias. Fue un hermoso proyecto. Ahora se va
volviendo tangible, real. El Doctor Chong y sus locas del ritmo se han encargado. En Tijuana son las once de la noche.
Para mí es la una de la mañana. ¿Cómo pagar tanto amor de la gente?, pienso mientras me duermo.

GUADALAJARA: ¡El horror!. Llegué al aeropuerto tres horas antes. Pretendo llegar a Guadalajara. Voy a presentar
mis nuevos libros "No basta ser padre" (Ed. Planeta) y "Las Nuevas Aventuras del Principito" (Ed. Diana). Cuando
despega el avión, yo ya estoy todo despegado. Desde el cielo, la frontera es una cicatriz mal cerrada. Contratiempos.
Aterrizaje

150 minutos son mucho tiempo. Escribo estos renglones, platico con Leonor de Aquitania que ahora trabaja de
azafata. Los pilotos me comentan que la explicación de "la turbulencia" para el "accidente" de Queens está muy ojona
pa' paloma.

Lo peor de todo este meneo es que ya me quedé sin saber lo que ocurrió en la última jornada del horripilante y
aburrido torneo de invierno del futbol tenochca.

Me asomo a un periódico que compré en Tijuana: "ESTADO CIVIL DE FOX, EL UNICO CAMBIO", firma, Manuel
Bartlett, se tiran sistemas a domicilio. El veneno salpica para todos lados; la bilis no digerida, también. Pienso en lo
mucho que ganaría México si Bartlett y sus descalificados congéneres cambiaran su estado incivil. Allá abajo:
Guadalajara en un llano y su Charro Negro en una laguna (mental).

Cualquier correspondencia con esta columna a contrarreloj, favor de dirigirla a germandehesa @prodigy.net.mx o al
Apartado Postal 19-111, Delegación Benito Juárez, México, D.F.

Gaceta del Angel / Contratiempos mexicanos II

Por

Germán Dehesa

(27-Nov-2001).-

¿QUE ES UN CONTRATIEMPO?: Para la mayoría de mis conciudadanos (y conciudadanas), un contratiempo es


toparse con un Torton (no confundir con tortón) que viene en sentido contrario a todo lo que da (y da mucho), o , en su
caso, quedar embarazada durante ese año que el marido se fue al Tibet a meditar en un lamasterio (siempre se puede
intentar convencerlo de que nos embarazó por pura fuerza telepática y por vía mística). En mi caso y puesto que es
remoto que quede embarazado, le doy la bienvenida a los contratiempos. Julio Cortázar, presencia permanente, dice
que el amor es el mayor contratiempo. Si nos vamos por aquí, podemos proponer que hay un tiempo que, en su
manso fluir, edifica costumbres, rutinas y días y noches que se resignan a ser un día más, o una noche como
cualquier otra. Es el tiempo de los relojes y los plazos fijos. De pronto, ocurre un contratiempo y la noche se ilumina, o
las estrellas se asoman a las once de la mañana. El tiempo manso se fisura y se atisba el milagro, lo impensado, lo
terrible, lo riesgoso, lo exaltante. Se tuercen los rumbos y los mapas se pierden. Tenemos un contratiempo. Hay
tontos abismales que dicen: ¡tan a gusto que estaba yo en mi tiempo!. No es cierto. Sólo en el contratiempo la vida
vuelve a ser saber y sabor (¡sabor!). Vivir en México es ir de contratiempo en contratiempo. El gobierno foxista es un
grave contratiempo. Bienvenido sea, siempre y cuando el tiempo no lo diluya y pierda.

ALI EN LA FIL: Hombre de amorosa raíz, poeta finísimo y casi secreto, ironista demoledor, hacedor de libros
memorables, Alí Chumacero ha venido a la Feria de Guadalajara que este año luce más hermosa y señorial que
nunca. Aquí está en asamblea plenaria la Tribu de Cervantes, los que hablamos y nos entendemos y nos
apasionamos en español. En este espacio respirable, amplio, iluminado, los mil y un libros salen a tomar el sol y a
pedirle al lector ese poquito de amor y atención que les permita dejar de ser cosas y volverse verdaderos libros. La FIL
es el espacio ideal para premiar a Alí cuyo hospitalario genio pastoreó igualmente los renglones de Rulfo y los
balbuceos de mi tesis de licenciatura que tenía el terrible título de "Mario Vargas Llosa, cronista de la frustración".
Como el Islam peregrina a La Meca, así nosotros tendríamos que venir aquí cada año. Al calor de los libros y al amor
de Guadalajara, México infinitamente mejora. Yo traje dos libros que cuentan, pero que sólo cuentan con la
benevolencia de la gente. Alí Chumacero, mi mayor, llegó con su corte de libros inevitables, su ser contundente, sus
palabras mejores. Vino a recibir el Premio que merece. Nuestro idioma tiene fiesta, es una fiesta.

LAS CHIVAS EXPIATORIAS: No hay -y esto es decir mucho- júbilo futbolístico en Guadalajara. Viandantes y taxistas
comparten una vaga alegría que se reviste con velos trágicos. Las Chivas calificaron, pero nadie avizora un buen y
rayado futuro. ¿Para qué calificaron? pregunto con la bondadosa inocencia de este charro chilango. Los tapatíos me
miran y contestan: para nada, pero nos fue mejor que a los Pumas. Ellos sueltan la risa, yo contengo la pena y
contesto: tranquilos, en una semana el Toluca los quitará de sufrir. Esto es un empate técnico.

La Decección

Francamente alarmada por el prolijo y generoso amor que las tapatías me otorgan, la Hillary ya está en Guadalajara
ejerciendo marca presionada. Osama bin Bucles permanece en la Capital en compañía de su azul abuela surrealista.
Como era previsible, el sensitivo chicuelo se comporta como xoloixcuintle pardo (perro café). Liberado de la tutela de
sus progenitores, el talibán del altiplano ha desencadenado toda su capacidad de terror. Amenazada como nunca, la
abuela se trepó en el ropero y desde ahí se comunicó con nosotros para pedir instrucciones. No sabe si aventarle un
Tomahawk, o hablar a la perrera municipal para que lo remolquen. Ejecutiva como es, la disciplinaria madre solicitó
hablar con el microfundamentalista y le dijo: ¡Andrés!, ¿qué pasa?, pero lo dijo en un tono que dejó a Hitler en calidad
de Novicia Rebelde. Hubo un vasto silencio y luego un infantil y tropezado discurso: no sé, mamita linda, estoy muy
dececcionado de mí mismo. La madre tuvo que tapar la bocina para no soltar el carcajeante trapo. La situación parece
controlada. Le pido a la Hillary el 1í de diciembre le hable a Fox en el mismo tono. ¡Vicente!, ¿qué pasa?. Esperamos
similar respuesta.

El Teletón es un Hecho

En el país de las posposiciones, las desmemorias, la de malas, las promesas incumplidas, los pretextos, las cuentas
turbias, el Teletón es un hecho inapelable, contundente, sustantivo. Es un hecho y lo seguirá siendo. Vayan aflojando,
porque ahí viene y viene difícil. Nos los echamos. Será un hecho.

Cualquier correspondencia con esta columna sin contratiempos, favor de dirigirla a germandehesa@prodigy. net.mx o
al Apartado Postal 19-111, Delegación Benito Juárez, México, D.F.

Gaceta del Angel / Contratiempos mexicanos III

Por
Germán Dehesa

(28-Nov-2001).-

SER O NO SER: La expresión, lo habrán adivinado, no es original, pero la traigo pirograbada en mis deterioradas
neuronas desde ayer martes. El periódico "Mural" de Guadalajara me avisó que, con cierta aura melancólica, está en
México Porfirio Muñoz Ledo que es, por mucho, el mejor operador político que podría haber tenido Vicente Fox. Por
razones que nunca me han quedado muy claras, y que se prestan a la suspicacia, Porfirio está en Bruselas, mientras
acá en México, el gabinetazo se dedica a jugar al teléfono descompuesto (y con nuevas claves).

El 23 de junio del año 2000, el Zócalo estaba a reventar. La candidatura de Vicente Fox había remontado el "martes
negro" y estaba en su punto más alto, esperanzado y fervoroso. Hacia las 17 horas ya no cabía nadie más.
Comenzaron los oradores a calentar un ambiente que ya de suyo estaba en plena ebullición. La gente, con esa infinita
paciencia que solíamos tenerle a los políticos, esperaba la llegada de Fox y, mientras tanto, se aburría, cambiaba de
postura y compraba un elote. Las cosas mejoraron con Medina Plascencia y, minutos después, con el anuncio de que
ahora hablaría (¿cuándo no ha hablado?) Porfirio Muñoz Ledo, el Lorenzo Garza de la grilla mexicana. El gran Porfis
avanzó, despacioso y churchilliano, rumbo al micrófono. En la plaza se hizo un gran silencio subrayado por algún grito
interrumpido y por los murmullos de nuestros fantasmas. Muñoz Ledo que es una lagartija ya muy apedreada, se
regodeó en una larga y circular mirada silenciosa sobre toda la multitud, adoptó pose tribunicia, sacudió su melena
alborotada y dijo: ¡Ser!+¿o no ser? (pausa dramática que me permitió pensar: pobre Shakespeare, nunca se imaginó
que Porfis lo fuera a emplear en tales circunstancias). Prosiguió nuestro Cicerón: ese es el dilema del México de hoy.
Aquí detengo mi crónica y paso a reconocer que cuando oí el hamletiano latiguillo pensé que Porfirio estaba
simplemente abandonándose a un arrebato retórico de esos que son tan de su gusto. Quince meses después, regresa
de visita Muñoz Ledo a un país en pleno contratiempo y ya no me suena tan teatral lo que dijo allá en el Zócalo. A un
año de la toma de posesión de Vicente Fox, las condiciones de México por lo que ha ocurrido y dejado de ocurrir en el
interior y en el exterior, las prioridades pendientes y urgencias del país son enormemente distintas, pero seguimos en
el trance cada vez más acuciante de ser o volver a ser de aquel otro modo que ya no podía ser. Tómelo en cuenta,
Presidente, y tomémoslo en cuenta nosotros. Seguimos sin poder ser.

Por cierto, ya que estamos en éstas, pongo en la mesa una pregunta: ¿no será mucho más útil Porfirio dentro de
México que fuera de él?. Piénsenlo. Es que no hay que ser.

Fin de la Gira

Ya voy de regreso a la Capital. Es posible que cuando tú termines de leer esto, yo vaya aterrizando en la muy noble y
leal. He estado en Tijuana y he encontrado a la gente trabajando y de buen humor. Hay que ayudar al Hospital de las
Californias. Son niños nuestros. Me trataron como si fuera beisbolista de grandes ligas que regresa a su tierra natal.
Gracias.

He estado en Guadalajara y, salvo la buena hospitalidad de mi ex-góber, no me ha faltado nada. La Feria del Libro es
un acontecimiento que nos debe dar mucho orgullo. Es una inmensa fiesta de palabras, de inteligencia y de buena
imaginación. Los tapatíos y los visitantes me han dado casa, cobijo y sustento. Me han adoptado y a mí que ni me
gusta. Si hace algún tiempo algún uei me amenazó de muerte, acá en Guadalajara, la gente ha cumplido todas sus
amenazas de vida y la hemos pasado muy bien. Me he divertido como enano que soy, he trabajado fuerte en
entrevistas, en presentaciones, mesas redondas, toreo de multitudes y firma de libros. Me duele el brazo derecho,
pero el corazón lo tengo florecido. Regreso antes de que Osama bin Bucles atente contra López Obrador y su metro
mejorado. Me voy, pero me he ido quedando en Tijuana y en Guadalajara.

Se portan. No le abran a nadie.

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Gaceta del Angel / Contratiempos mexicanos

Por

Germán Dehesa

(29-Nov-2001).-

RESCOLDOS DE LA FIL: Brasil es un modo de iluminar. Quizá esta sea la razón que explique por qué la Feria
Internacional del Libro en Guadalajara, al dedicarle su décimoquinto aniversario a Brasil, haya estado tan cadenciosa
y llena de luz. Ayer martes, aparecieron en mi hotel unos reporteros de la televisión brasileña. Los habitaba la extraña
convicción de que hacer un reportaje conmigo era lo que su país necesitaba. Supuestamente lo hicimos, pero éste
que iba a ser de tres minutos, consumió 30 minutos largos porque nos ganó el Bossa Nova y las saudades por
Vinicius de Moraes, Toquinho, Chico Buarque, Jorge Amado, Astrud Gilberto y así el reportaje degeneró en batucada
y todos, incluido el personal del hotel, fuimos muy felices. Luego caí con la Hillary en un excelente restorán de
Tlaquepaque donde comí hasta adquirir silueta rotoplas y así me fui de regreso a la Feria. Firmé ejemplares de "Las
nuevas aventuras del Principito", lo presenté ante la alharaquienta y cordialísima sociedad tapatía en compañía y
complicidad de María Victoria Llamas. Proseguí con las firmas hasta que la mano me quedó como aquella de Obregón
que patrocinaba mis pesadillas infantiles, compré libros para mí y para el microtalibán y reservé para lectura inmediata
"Retornamos como sombras" de Paco Ignacio Taibo II (Ed. Planeta), pues no conozco a ningún narrador mexicano en
activo que sea tan emocionante y que tenga una imaginación tan feraz.

Brasil no está quizá en su mejor momento literario, financiero, o futbolístico; pero, como dice mi amigo el "Taiguer":
Brasil es Brasil y la FIL es la FIL.

LOS AEROPUERTOS: Como bien les consta, soy visitante frecuente de los aeropuertos nacionales. En todos, basta
que caminemos cien metros para topar con enormes mamparas de color blanco sucio que dicen: "Disculpe las
molestias. Estamos trabajando para darle un mejor servicio." Así llevan, por lo menos, cinco años. ¿Pues qué están
haciendo?, ¿algún día nuestros nietos disfrutarán de ese mejor servicio?. Ya de por sí es desolador esto de llegar dos
horas antes y que una gordita con cachucha nos quiera quitar la navajita suiza que nos acompaña desde la niñez,
para tener, además, que recorrer sórdidos laberintos cretenses en versión maistro de obras acolhua del período
tardío.
BORRACHITO LLEGUE: Ya estoy en la Capital (¡pues, qué abismático gusto!, dirá la señora potosina). En la antigua
Tenochtitlan, dirían los reporteros de la televisión, reina una tensa calma. Hace un frío grisáceo y, aunque con la
debida antelación nos avisaron que no se celebrará ninguna fiesta, todo parece suspendido y en espera del primero
de diciembre. Nomás faltaba que, además, quisieran hacer fiesta (si acaso, nos la tendrían que hacer a nosotros que
no tenemos avión a la puerta).

Fox ha decidido abrir los archivos de la guerra sucia de los años setenta (tendría que abrir los de la paz putrefacta de
los ochenta y los noventa). Soberanes, el defensor de los derechos humanos que, al comienzo de su mandato,
pretendió ingresar con guaruras a la Ibero, hizo gala de una audacia totalmente desusada y el sistema comienza a dar
tímidas muestras de que ya entendió que sería una contrahechura pretender fundar sobre el cenagal el México del
cambio. Si no hay piso moral (castigo a la impunidad) nada puede ser edificado.

El Teletón es un Hecho II

Escasean los hechos entre nosotros. Nos enorgullecemos de lo que hicieron los olmecas, los mayas, los toltecas. En
su honor, volcamos cataratas de palabras. Nos emocionamos hasta las lágrimas con lo que vamos a hacer cuando
"las circunstancias sean propicias". En lo que éstas llegan, consumimos tardes enteras en platicar las inauditas
maravillas de nuestra obra futura. Así podemos morirnos.

El altísimo nivel de confianza y credibilidad social que la obra del Teletón ha generado descansa mucho en esto que
estamos platicando. No lo hicieron los mayas, no se hará en el siglo XXIII. Es un hecho tangible y benéfico que ocurre
aquí y ahora. Su obra es y persiste en su ser. Buena parte de esa persistencia está en nuestras manos. Se me ocurre
que ya es hora de dejarnos de argüendes y arraigar en hechos nuestro esfuerzo y nuestro gusto de vivir.

Un Nido de Criminales

Jorge Carrillo Olea declaró a "La Jornada" que la antigua Dirección Federal de Seguridad era un nido de criminales.
Nadie lo sospechaba, pero ahora lo sabemos. Lo que nos falta por saber es ¿qué ha sido de aquellos criminales que
ahí anidaban?.

Envío

Mi amigo, el filósofo Titipópulos está en obras de reconstrucción. Estos renglones son para que estas obras se
cumplan con más diligencia que las de los aeropuertos. Son para él, para María Victoria Llamas que es mi cobijita de
seguridad y para ustedes, lectora lector amigo, que me acompañan en mis andares de ardilla hiperquinética por todo
el país.
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Gaceta del Angel / Contratiempos mexicanos V

Por

Germán Dehesa

(30-Nov-2001).-

LOS MISTERIOS DE LA MOMIA TAPATIA: La Hillary y su omnipotente amor se acordaron de Osama bin Bucles allá
en Guadalajara. La emocionada recordación fructificó en la compra de abundantes libros que serán empleados en la
difícil formación y el solaz del pequeño talibán.

Un libro titulado "Historia del mundo antiguo" ha provocado, con sus profusas y llamativas ilustraciones, el regocijado
entusiasmo del pequeñuelo encomendado a nuestra custodia. ¡Está padríssshimo el libro que me trajeron de
Guadalajara!, me dice a modo de atropellado y vespertino saludo; mamá me dijo que tú me ibas a explicar lo del
minotauro y lo de las momias. ¿Eso te dijo?. Sí, dice que tú sabes todo de todo (este parlamento lo enunció con un
cierto tono de duda bastante molesto). La verdad, frutito de mis entrañas, es que sé algo de algunas cosas. ¿Sabes
de momias?. ¡Porfa!, domino la materia: yo conocí a la señora de Ruiz Cortínes, a Fidel Velázquez, a Blas
Chumacero, a Rodríguez Alcaine que es la única momia con pelo azul. Oye, papá: ¿y es cierto que antes de hacerlas
momias les vaciaban el cerebro?. Era un trámite indispensable, ¡oh, joven heredero!. ¿Y cómo lo hacían?. No era
difícil, los sentaban y les ponían música de Timbiriche, luego les leían los discursos completos de Luis Echeverría y
del niño verde; ya con el cerebro reblandecido, los obligaban a leer "Un grito desesperado" y para asegurarse de que
el cráneo les quedaba totalmente vacío los colocaban frente a la televisión para que vieran "La Hora Pico", "Laura en
América", "Cero en conducta" y "El laboratorio de Dexter". ¿¡También el laboratorio de Dexter!?, preguntó Andrés
alarmadísimo. Así es, hijo mío, si te ves al espejo vas a comprobar que ya te está escurriendo la masa encefálica por
una oreja. No creo, contestó el rebeldito sin causa, lo que sí vacía el cerebro es ver tantos partidos de fut. No hubo (ni
habrá) comentarios.

LAS DESVENTURAS DE DOÑA LOLA: Lo sabe todo el mundo. Mi muy querida Doña Dolores Miranda de Creel fue
asaltada (y no por la duda, sino por los rateros) que tanto y tan impunemente se afanan (lo ajeno) en esta Capital.
Bien mirada, la situación de Doña Lola es la peor. Si la policía se esmera (lo cual sería un milagro de San Leonel
Godoy) y atrapa a los cacomixtles, la opinión pública dirá: ¡claro!, como es la mamá del Secretario de Gobernación,
luego luego se resolvió el caso. Si todo transcurre con la anormal normalidad acostumbrada, los rateros jamás
aparecerán y Doña Lola tendrá que hacer una rifa si es que quiere recuperar su lana. En este caso, la ciudadanía dirá:
¡cómo estarán las cosas, que la policía no pudo ni siquiera resolver lo del robo a la mamá del Secretario de
Gobernación!. Es decir, estamos en un perverso juego donde la opción es perder o perder. Doña Lola: le envío un
solidario saludo y junto con él, mi disposición a cooperar en la rifa.
A Falta de Algo Mejor

Si no tienen otra cosa qué hacer, el próximo domingo, a las nueve de la noche, Carlos Marín (a) sacoamarillo y su
Charro Negro estaremos en el "Séptimo Día" de Canal 40 platicando sobre las pasionales relaciones entre los
periodistas y el poder. De veras que lo que hay que ver...

El Polvo y el Júbilo

Yo conocí allá en Torreón la llamada "lluvia lagunera" que no es más que una versión doméstica de aquellas
tormentas de arena que, para desdicha de los tuareg, amotinan las dunas del Sahara (o Sájara). En mitad de esa
feroz tolvanera jugaron el Santos y los Tigres. El partido fue demencial, pero el resultado, dadas las condiciones, fue
extremadamente favorable: nadie se murió; ni siquiera el Pony Ruiz que cabalga a ras del pasto y que, como mide
1.40, a los diez minutos ya era montículo de arena.

Por la noche, allá en el Estadio Jalisco, las Chivas y el Toluca dieron un excelente partido. Todo mundo esperaba la
ira de Lavolpe, pero las Chivitas, sabiamente instruidas por el cabezón Rugieri, dieron una buena pelea y obtuvieron
un empate que quizá no les alcance, pero que restauró su dignidad frente a esos aficionados que, de entrada, no
estaban muy contentos con el desempeño de su equipo. Santos y Chivas venían de cuatro derrotas consecutivas y
lograron empatar con equipos que se veían superiores. No veo por qué Fox no pueda hacerlo. Yo conmemoro su
primer año de gobierno y estoy seguro de que habrá mejores cosas para todos en los años por venir (más nos vale).

Paganini

Según la leyenda, Paganini pulsaba el violín de modo tan magistral porque tenía pacto con Satanás. Si esto es así, su
socio sigue en activo, pero Paganini tiene muchísimos años de no hechizar a su audiencia. Sin embargo: Hoy toca.

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Gaceta del Angel / El mar y los volcanes

Por

Germán Dehesa
(03-Dic-2001).-

En 1995, con el desempleo y la pobreza que nos cayeron encima, tuve tantos problemas, que hasta me enfermé.
Bueno, yo creo que estaba enfermo de mí mismo. Así me dice Don Pablo, taxista vallartense con veleidades poéticas,
mientras me traslada al aeropuerto desde el hotel donde he dado una charla. Buen tipo, Don Pablo.

Todo esto ocurría en la tarde del viernes 30 de noviembre, último día del primer año de Fox. La vista del mar
comenzaba a enjuagarme el alma de la negra bilis que había producido horas antes en el aeropuerto de la Capital. A
ver, díganme ustedes ¿qué hacemos los que sólo llevamos un pequeño maletín y nos tenemos que enfrentar a unos
gorditos color aguacate quienes, para mayor amenaza, emplean guantes de látex como con ánimo de hacernos un
reconocimiento íntimo?. El señor que me antecedió en la inspección experimentó súbita hidrofobia cuando le quitaron
su rastrillo de rasurar y yo le hice segunda voz cuando escuché: psss, fíjese de questa navaíta psss lavatener que
documentar, porque psss es, como quien dice, punzocortante. A ver, caballero, ¿usted conoce alguna navajita que no
sea punzocortante?. Psss, no estoy autorizado para responder. ¿Ya vio la fila que hay para registrar?. Eso sí ya no es
cosa mía. Correcto: le regalo la navajita y clávesela en la cola. Dicho esto, los dos presuntos talibanes nos retiramos
temblorosos de furia. A otros pasajeros les expropiaron unos encendedores igualitos a los que venden 20 metros más
allá del punto de inspección. En apariencia, esto no tiene nada que ver con el primer año de Fox; pero, para los
ciudadanos comunes, la existencia de burócratas descerebrados es una prueba palpable de que nada ha cambiado.
Antes traíamos videocaseteras de Estados Unidos, ahora traemos paranoias.

Como sea, llegué a Vallarta, tuve una muy satisfactoria conversación con la gente y regresé al hogar para comprobar
con horror que Osama bin Bucles ya está poniendo su árbol de navidad y oyendo villancicos. Oír "campana sobre
campana" durante 25 días no se lo deseo ni a Roberto Madrazo. Papá: ¿me ayudas a poner las esferas?. Ni loco, ni
borracho, ni amenazado por Rigoberto el mión (¡rata!). Oye, mamita, ¿por qué es así mi papá?. No sé, mijito, pero ya
sabes que es peor que el Grinch. Cansado de vejaciones, me encerré en mi recámara a terminar de leer "Máxima
seguridad", un ramillete de crónicas navideñas podado por la implacable y filosa pluma de Julio Scherer que, en
Almoloya y Puente Grande, entrevistó a seres como el Mochaorejas, o la amante del Chapo Guzmán (luego les
cuento bien). Me dormí y soñé cosas horripilantes. Hoy es sábado y me dispongo a trasponer los volcanes y a caer
sobre la ciudad de Puebla que es, como ya se sabe, tan afín con Panamá. Ahora avanzo acompañado por la Hillary y
por nuestro escuadrón melódico. Daremos una función y regresaremos a celebrar los siete años de la Planta de Luz y
el primer aniversario de "Cartas a Santa Fox" y del propio destinatario de las cartas.

En una semana he estado en Tijuana, en Guadalajara, en la Ciudad de México, en Puerto Vallarta y en Puebla. Si
alguien me ha seguido para hacerme daño, ya ha de estar escupiendo el bofe. Y eso que yo no tengo avión. Vamos
en un camioncito.

Aquel Primer Encuentro

Fue en la Ex-hacienda de Tlalpan. Vicente Fox estaba de fiesta porque acababa de recibir su constancia de
Presidente electo. El lugar, ya se imaginarán, estaba pletórico de fauna de muy diversos pelajes: los que ya tenían
hueso, los que habían dicho que no querían pero ya lo habían pensado bien, los que pululan a ver qué agarran y los
que simplemente estábamos muy contentos por haber echado al PRI. Durante los escasos 30 minutos que ahí estuve,
me encontré con Fox que me dijo palabras similares a éstas: Germán, me tienes que ayudar; las expectativas son
demasiado altas y ni yo ni nadie podrá cumplirlas; ayúdame a ponerlas más en proporción. Creo que yo he hecho mi
parte. Con lo que no contábamos era con que los talibanes, Bush y, sobre todo, el propio Fox también iban a trabajar
para casi desaparecer esas expectativas.

Mi teoría es la siguiente: durante seis años, el número de errores que un ser humano puede cometer es amplio, pero
limitado. Creo que Fox, en este primer año, se apuró a agotarlo. Si esto es así, nos esperan cinco años de aciertos
luminosísimos de parte del Presidente y de parte de la sociedad. Que así sea.

El Teletón es un Hecho III

Acá la dama, acá el caballero; no se hagan que la Virgen o Francisco Gil les están hablando. Bríndenme un momento
de su atención. Ya Gabriel Zaid escribió sabiamente acerca de lo que no ocurrió este año. La ciudadanía, por su parte,
de lo único que habla es de la "horrible frustración" que experimenta (¿quién les manda andar creyendo que en un
año esto se iba a convertir, sin ningún esfuerzo de su parte, en el plan Nirvana-Edén?). Y sin embargo, han ocurrido
cosas. Pocas tan positivas y contundentes como los centros Teletón. Ya hay tres. Ahora vamos por el cuarto. Como
diría mi finadita mater: ¡acomídanse, criaturas!.

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Gaceta del Angel / George

Por

Germán Dehesa

(04-Dic-2001).-

Murió George Harrison (1943-2001) y todos los cincuentones quedamos un poco desvaídos, disminuídos y con la
alegría mermada. Regresan de nítida manera los insoportables temas del dolor y de la muerte. Según el poeta, son
dos infamias que nadie merece. No lo sé. No lo sé, pero me duele que un ser humano, como tú y como yo,
enamorado de la belleza y con su imaginación dedicada a dibujar en el viento la ondulante caligrafía de la música,
termine con el cerebro destrozado por el cáncer. Siempre están los prudentes, los durables, los que desde siempre
renunciaron a toda grandeza que, en voz baja, comentan que seguramente la enfermedad de Harrison se la provocó
él mismo con sus abusos juveniles. Dicen esto y quedan muy satisfechos sin percibir cómo a su alrededor el daño y la
muerte se encarnizan con los más débiles y los más inocentes. A mí alguna vez me contaron que sin duda alguna la
parálisis cerebral de mi hermano era un castigo que Dios le enviaba a mi padre por sus pecados (¡a él que estaba
lleno de gracia!) y a mí por los pecados que seguramente cometería. Desde entonces soy amigo de Machado y el
Cristo que me enamora es el que juega a caminar sobre las aguas y comparte con nosotros el riesgo de anegarse en
la pena.

En verdad quiero verte, mi dulce Señor, escribió George Harrison; en verdad quiero estar contigo. El problema está en
lo doloroso del trámite. Absurdamente pienso en un juego de mi infancia llamado "Turista". En él había una carta
aciaga que decía: "vaya al garage sin pasar por México". De otra manera, pero yo sigo jugando Turista y en algún
lance me salió una luminosa tarjeta que dice: "conozca a Dios sin pasar por la muerte". Estoy hablando de la
solidaridad, de nuestra capacidad de compasión, de la adquisición de la certeza de que más allá de la triste frontera
de nuestra piel están lo otro, los otros, lo distinto, lo variado, lo interesante, el cambiante rostro de Dios, los destinos
de nuestros viajes. Ver a Dios, estar con él, quedar con él es tan sencillo o tan arduo como salir de nuestro laberinto y
arriesgarnos a ser con el otro, desde el otro; ser el otro. Con la muerte de Harrison, la música de nuestra juventud se
atenúa; pero si en nuestra vida, las penas y las sonrisas de los otros siguen siendo nuestras (a esto se le llama
compasión), entonces la juventud regresa, Harrison permanece y más allá del sombrío horizonte hay una luna
inmensa que con callada música nos avisa que ahí viene el sol. Here comes the sun.

El Teletón es un Hecho IV

Seguimos hablando de lo mismo. Ahí están los otros y, en particular, ahí están los niños cuyas discapacidades
solicitan de nosotros, no miradas lastimeras, no regodeos de nuestra buena conciencia, no reclamos generalizados
contra la injusticia del mundo; requieren hechos. Hace falta levantar clínicas, equiparlas con personal capacitado y con
aparatos eficientes; hay que darle mantenimiento a las instalaciones y cubrir una nómina; hay que proporcionar alivio,
recuperación y afecto. Esto es lo que ha hecho la Fundación Teletón. La altísima confianza y credibilidad social que ha
adquirido el Teletón radica en esta cuestión tan simple en apariencia y tan ardua para los mexicanos: el Teletón es un
hecho.

El Club de Scrooge

Desde el sábado 1í estamos en sesión urgentísima y permanente. La navidad viene especialmente brava. Osama bin
Bucles va por la vida con un reno electrónico que vocifera "¡feliz navidad, feliz navidad!" con aguardentosa voz de
vocalista de la Santanera, o de diputado del PAN. Todas las mañanas me despierta con el méndigo reno y me dice
que lo hace por mi bien. A la vuelta de nuestra casa, hay una mansión early-nako a la que ya le pusieron foquitos
hasta en las coladeras. Cada vez que pasamos por enfrente, Andrés pone cara de éxtasis de Santa Teresa y dice con
unciosa voz: es la casa que nos gusta, ¿verdat, papá?. Yo sufro mucho.

El sufrimiento apenas comienza. Adivino lo que me espera. Miren cómo me pongo al presentir las preposadas, las
reuniones navideñas, la avalancha de bacalao, los tabiques de fruit cake, la jungla de romeritos, la inundación de sidra
Santaclós, los enanos que se caerán al hirviente perol de ponche, la familia política constelada de dacrón, los regalos
bumerang, el tío que tira el árbol al irse de bruces por intoxicación severa, la tía que recita, aunque no venga al caso,
"México, creo en ti" que es la única que se sabe, el pavo que sabe a entraña de morsa, los mensajes reconciliatorios
estilo "no te leo porque escribes puras estupideces, pero te tengo un gran respeto". Me quedan varios días para
exponer los motivos que me obligan a estar al frente del Club de Scrooge; por lo pronto, básteles saber que, en
verdad, Dehesa sufre.

Cualquier correspondencia con esta columna que añora aquellos tiempos, favor de dirigirla a germadehesa
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Gaceta del Angel / El guardagujas

Por

Germán Dehesa

(05-Dic-2001).-

Jamás pertenecí al selecto grupo de los discípulos cercanos. No había manera. Yo era un prófugo de ingeniería
química con graves problemas de adaptación a la exquisita atmósfera que se respiraba en la Facultad de Filosofía y
Letras de la UNAM y sabía mucho más de mecánica cuántica que de fonética; dominaba el arte del albur, pero no
podía citar de memoria a Paul Claudel. Algo todavía peor: en Ciencias Químicas había una mujer por cada 100
hombres, en Letras la relación era totalmente inversa y yo, desde mi vestimenta hasta mis modales, resultaba una
suerte de octavo pasajero en esa nave tripulada por las amazonas que, en aquel año de 1965, tramitaban velozmente
su plena liberación. Con todo esto lo que quiero explicar es por qué para mí, Juan José Arreola era una deidad lejana.

Como ocurre cíclicamente en mi vida, una grácil doncella se apiadó de mí y, en plan de vestal, me inició a los cultos
ocultos: me hizo asistir a la Casa del Lago a las presentaciones de "Poesía en voz alta", me conminó a la lectura de
"Los Presentes", "Cuadernos del Unicornio", "Mester" y, una vez que me consideró aceptablemente preparado, puso
en mis manos "Confabulario", no sin advertirme que me sometería a una prueba rigurosa sobre la obra. Cuando fui
requerido, contesté entusiasmado que esa breve colección de relámpagos que iluminaban parejamente los terrenos
de la poesía, la parábola y el cuento brevísimo me había parecido deslumbrante. Es, le dije, como si Schwob, Kafka y
Borges se hubieran reunido a platicar en lo recóndito de un alma jalisciense. Con esto la apantallé durísimo y fui
admitido como catecúmeno en la arreólica iglesia. Jamás he abjurado de ella.

Una tarde caminaba yo por un pasillo de la Facultad. Una mano blanca y afilada me tomó del brazo y me dijo:
jovencito, condúzcame al salón 106, estoy extraviado. Pantalones grises, camisa blanca, corbata entre harapo y
plastrón, saco negro de pana, amplia capa, gorro de ferrocarrilero, melena indómita y ojos agudísimos como de
pájaro, o de criatura del bosque. Era Juan José Arreola y, como todo genio que se respete, estaba extraviado en la
realidad. Guiarlo fue un gran placer. Además, yo iba a ser su alumno en el curso de Literatura Medieval que
profundizó en dos grandes temas: la historia de Zapotlán el Grande y la historia de Juan José Arreola. ¿Y la Edad
Media?, osó preguntar un alumno irrespetuoso. Esa, dijo Juan José, está en los libros; yo a lo que vine es a contagiar
una pasión.

En mi caso, querido Juan José, te aviso que lo lograste y te aviso también que el resto de tu vida fue para mí un largo
disfrute.

Gocé inmensamente "La feria", pero también el "Confabulario total" y tus charlas por televisión, tu doble pasión por el
ajedrez y por el tenis de mesa que es deporte de duendes y me maravilló tu capacidad para convertir un juego de
futbol en una epopeya cargada de héroes y mitos.
Ahora, Juan José, mereces descansar. Finalmente te ha alcanzado ese borrego negro que te perseguía en la infancia.
Descansa, maestro. Yo te agradezco que de tantos modos me hayas conducido. Tú serás siempre el guardagujas, es
decir, el afantasmado guía que evita colisiones y descarrilamientos.

Arreoleana

Busquen en la breve y puntual obra de Arreola y encontrarán esa memorable carta que le dirige a su zapatero. Las
palabras que le envía a este artesano son precisas y firmes. Todas ellas formulan un perplejo reclamo: ¿por qué no
hace usted bien su trabajo?. Arreola le cuenta de lo mucho que apreciaba sus zapatos y de la confianza con la que los
puso en sus manos. Tan descuidado y tan chambón resultó el zapatero, que el calzado de Arreola quedó
irreconocible. No se atreva, le dice, a quejarse del gobierno; no tiene usted derecho a decir que ama a su país; si
usted ni siquiera es capaz de hacer bien su tarea, no me diga que el gobierno es malo, es como usted; no me diga
que ama a México, si ni siquiera se ama a usted mismo, ni ama lo que hace.

Eso escribió Arreola hace años. Creo que hoy la carta sigue viva y ardiente cuando la lee cada uno de nosotros. Tan
fácil que es proclamar que "Fox nos tiene muy desilusionados", que "no vemos el cambio por ninguna parte", que "el
voto útil resultó totalmente inútil". Una vez agotado el tema de la evaluación y crítica del nuevo gobierno, falta todavía
por abordar un tema igualmente sustantivo: evaluación y crítica de nuestro trabajo y de nuestras contribuciones al
cambio. ¿O no tenemos nada que ver?.

El Teletón es un Hecho V

Es un hecho y, con nuestra colaboración, seguirá estando bien hecho.

Cualquier correspondencia con esta columna que evita descarrilamientos, favor de dirigirla a
germandehesa@prodigy.net.mx o al Apartado Postal 19-111, Delegación Benito Juárez, México D.F.

Gaceta del Angel / La Evaluación

Por

Germán Dehesa
(06-Dic-2001).-

Hace muuuchos, pero muuuchos años, Canito, mi primogénito, reprobó matemáticas y no encontró mejor manera de
negociar esta adversidad que declararla inexistente y extraviarse en el laberinto de su soledad. Hasta allá tuve que ir a
buscarlo para que juntos encontráramos una salida. No sólo reprobaste tú, le dije, reprobó también tu maestro que no
encontró la manera de motivarte, de hacerte entender y de conducirte (eso quiere decir educar) al emocionante y
preciso país de los números que, por razones que luego entenderás, tiene tan lejanas y ásperas relaciones con
México; y te diré algo peor, mi apreciado Canito, yo también reprobé junto contigo por desatención e inasistencia.
Frente a este triple fracaso, podemos ocultar las cosas, culparnos unos a otros, maldecir al destino y hacer otra bola
de ociosidades; de cualquier manera, seguiremos reprobados. También podemos inaugurar el cerebro y buscar la
manera de que los tres salgamos de esta desairada situación: tú tienes que ponerte a estudiar, yo tengo que ayudarte
y necesito hablar con tu maestro para pedirle que haga un esfuercito para que sea maestro de verdad. Si los tres
cooperamos, verás que las matemáticas nos hacen los mandados. Canito, que es un ser paroxístico, distendió el
espíritu, se resignó a trabajar y comenzó la operación rescate que culminó con aceptable éxito. Desde entonces y
hasta hoy, en todos los terrenos del vivir cotidiano, somos los reyes de la segunda vuelta. Nuestras vidas no son
ejemplares, pero poseemos esa característica de las chicas francesas: apretamos al final.

Antes de que la potosina me envíe un correo electrónico con ántrax, quiero poner en evidencia que esta vieja historia
no la conté nomás así a lo menso, sino que consideré que era aplicable al desmelenado drama que hoy estamos
viviendo a causa de la publicación de los nada gratos resultados de la evaluación que hizo la OCDE del nivel de
calidad de la educación en 32 países. Ya pusimos el grito en el cielo (tarea de propulsión que es una especialidad
mexicana), ya maldijimos de todas las maneras posibles al magisterio mexicano y a la SEP, ya concluimos, sin rubor
de por medio, que nuestros niños y adolescentes son unos perfectos e irredimibles jumentos. Después de todas estas
efusiones, las cifras ahí siguen y exigen de nosotros un poquito más de inteligencia.

A mí me parece un alentador acto de madurez participar voluntariamente en una evaluación que nos indique cómo
estamos en relación con los países más avanzados del mundo. No me sorprende que seamos el penúltimo lugar.
Autoridades, maestros, padres y estudiantes nos dedicamos por muchas décadas a obtener aplicadamente la
mediocridad. La conseguimos. De los mejores somos los peores. Es importante saberlo, mirarlo de frente y no
disiparnos en escándalos y maldiciones. Lo cierto es que estamos reprobados. Hoy sabemos que los niños de
Finlandia leen más y mejor que los nuestros y que el joven Yukio Matsumoto tiene más aptitud e interés por la ciencia
y por las matemáticas que el gandallita Austreberto Nicolín. Hay tres remedios: a) fingir demencia; b) exterminar a los
maestros y a los educandos y c) padres, autoridades, maestros y estudiantes asumir nuestra parte de responsabilidad,
beneficiarnos de lo que han hecho en otros países y todos juntos ponernos a trabajar, a recuperar el tiempo y a disipar
la nube de demagogia que es como el smog moral. Para esto sirven las evaluaciones. Bienvenidas sean.

Una Teoría sobre Godoy

La estupefacción cunde entre la ciudadanía capitalina. El ínclito Leonel Godoy, el del bigote de código de barras, ha
incurrido en graves contradicciones a raíz de la inesperada presencia de la PFP en las calles de la Ciudad de México.
Primero dijo que no tenía ni la más pastelera idea al respecto, horas después declaró con la misma impavidez que
todo estaba perfectamente coordinado (¿cómo se puede coordinar lo que se desconoce?). Después apareció AMLO y
lo descobijó de fea manera porque dijo que Leonel estaba presente cuando se anunció esta intervención de la PFP.
Leonel remató de media chilena el galimatías afirmando frente a los micrófonos que él no estaba, aunque experimentó
un leve desconcierto cuando le mostraron el video donde aparece junto al Jefe de Gobierno que habla precisamente
de la PFP. Frente a este festival del absurdo, la ciudadanía está entre desconcertada y como con ganas de enviar al
jefe de seguridad a una casa de reposo.

Creo tener la explicación. Por experiencia propia puedo decirles que un ser humano que es obligado a estar todos los
días en el Zócalo a las 6:30 de la mañana sufre severos daños en su ciclo sueño-vigilia, amén de que se le pega el
cláxon y le comienzan a sonar las punterías. Mi hipótesis es la siguiente: Godoy despierta enloquecido a las cuatro de
la mañana, se peina, se lame los bigotes y toma su cena-desayuno. Como duerme vestido, sale a la calle, toma tres
combis, lo asaltan en las tres y llega al Zócalo a las 6:29. Acuerda con AMLO de 6:30 a 6:40. A las 6:41 se duerme
parado y con los ojos abiertos. Dicho de otra manera: está pero no está. Creo que esta certera hipótesis explica
suficientemente su errático comportamiento sonámbulo.

Cualquier correspondencia con esta columna evaluada, devaluada y revaluada, favor de dirigirla a
germandehesa@prodigy.net.mx o al Apartado Postal 19-111, Delegación Benito Juárez, México D.F.

Gaceta del Angel / Para salir de pobres

Por

Germán Dehesa

(07-Dic-2001).-

7:00 A.M., un reno sintético farfulla en el más allá (que acabará siendo el más acá): ¡feliz navidaaad!. Propongo al
curioso lector este experimento: atraviese a las seis de la tarde la ciudad, desde la salida a Toluca hasta San Ildefonso
(90 minutos); ya en el historiado edificio, presente, a la sombra de Diego Rivera, un espectáculo de poesía y de
música (150 minutos) y, concluido éste, trasládese a cenar a rumboso restorán (150 minutos); llegue a su casa y vea
las grabaciones del Tigres-Cruz Azul y el Toluca-Pachuca (horripilantes partidos ambos), lea un rato, apague la luz
hacia las 3:15 A.M. y oiga los mugidos de un reno a las siete de la mañana. Si logra sobrevivir a todo esto, San Pedro
nos franqueará las puertas del paraíso por pago adelantado del infierno. Bien mirado, es un paquetazo.

Lo crean o no, me levanté, apagué al filial reno, bebí el indescriptible jugo de nopal, bañéme, emperifolléme y en
compañía de la Hillary que lucía su atuendo de reina de las nieves, me dirigí a Los Pinos (70 minutos). Mi amiga
Josefina Vázquez Mota presentaba su Plan "Superación de la pobreza: una tarea Contigo" y me había pedido que
hablara a nombre de los ciudadanos. Lo hice. Llegué, me senté entre los ciudadanos y, cuando me llegó la hora,
hablé.

Dicen que fue un discurso. Creo que es un exceso titular así a una intervención que no llegó a los cinco minutos.
Oficio de los periodistas es querer amarrar navajas e inventar conflictos. Yo estuve ahí y yo hablé. Creo que esto me
da una cierta autoridad para comentar lo que dije. Hablé sobre los modos de la pobreza mexicana y me concentré en
la pobreza de ánimo que han manifestado los tres poderes de la Unión y, en particular, me referí a la pobreza de
espíritu de una ciudadanía que da por supuesto que ya cumplió con emitir su voto útil o inútil, sin entender que la
democracia no termina ahí, sino que ahí comienza a ser posible. Sin ánimo belicoso, cité a J.L. Borges porque creo
que es mi obligación conocerlo, del mismo modo que creo que un Presidente puede dispensarse de ello (aunque sigo
considerando que su obligación es, antes de proclamarlos en público, leer en privado sus discursos). Al término de mi
brevísima intervención, le dije a Fox que el país necesitaba verlo alegre y entrón como lo vimos en la campaña y,
reservándome el derecho a la crítica y subrayando mi negativa a dar apoyos incondicionales, le comenté llanamente:
"si es para salir de pobres, cuente con nosotros." De eso se trató ni más ni menos. Si los "medios" quieren inventar
otra cosa, yo entiendo su urgencia de fabricar una "nota", pero no cuenten conmigo. Dije lo que dije e hice lo que, a mi
juicio, me pareció más sensato para que este país salga de pobre. Bíblicamente diré que hay tiempo para la inquina y
tiempo para la reconciliación, tiempo para echar brava y tiempo para extender la mano. Frente a la posibilidad de salir
de pobres, sería absurdo buscar confrontaciones. Créanme que cuando quiero mentar madres, no dejo lugar a dudas.
Quien invente conflictos confirmará que seguimos en la pobreza de espíritu. Yo voté por Fox y porque sigo creyendo
en su decencia, porfío y porfiaré en que mi voto resulte útil.

Macbeth de Lichtinger

El Tarzán. Así le dicen sus cuates. Todo el tiempo que estuve ahí en Los Pinos lo tuve delante. Creo que es una
buena persona. Esto ya es decir mucho cuando de políticos mexicanos se trata. Mirándolo hice una extraña
asociación con aquella profecía que escuchó Macbeth, el asesino timorato: tu reino sólo lo perderás cuando el bosque
de Dunsinae camine. Con esta noticia, Macbeth se quedó muy tranquilo. Así nos quedamos nosotros. Ahora
acabamos de recibir la noticia de que nuestro bosque ya caminó. El reino se nos vuelve baldío. ¿Qué hacemos, Víctor
Lichtinger?

Otra Indigencia

Es la de los que ya se dispensaron. La de los que ya perdieron el saber y el sabor. La de los que entran de oyentes.
Evitémosla. Hoy toca.

Cualquier correspondencia con esta columna que quiere salir de pobre, favor de dirigirla a
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Gaceta del Angel/ Problemas renales

Por

Germán Dehesa

(10-Dic-2001).-

Hay un sector importante de la historia viva de México que, durante casi 40 años me había sido totalmente incógnito:
¿qué hacen los mexicanos que están despiertos entre las seis y las diez de la mañana?. Por intuición y deducción, yo
suponía que se dedicaban a hacer bufonadas y futesas intrascendentes que no influían ni poco ni mucho en la marcha
del país. Si esto no fuera así, por fuerza lo notaríamos los entes civilizados que emprendemos la cotidiana
persecución de nuestra canasta básica a partir de las 10:30 A.M.

Ahora he comenzado a dudarlo. Las arduas negociaciones mediante las cuales conseguí que mis seres cercanos
respetaran mi difícil sueño ya son en el presente, letra muerta y veteada nostalgia. Entre Andrés Manuel que decide a
las 6:30 A.M. permitir, sin previa advertencia ni explicación (¿por qué demonios, no nos explican?), el ingreso de la
PFP a la Capital, o la arrebatada y fantasiosa edificación de un segundo piso para el Viaducto y Periférico, o el
fulminante lanzamiento de un bando, o la colocación de unas atroces y discordantes "luminarias" en un tramo del
Paseo de la Reforma, o la compra de un millón de galones de pintura que ahora aflige a puentes y túneles de nuestras
vías rápidas con su consternante color verde flema (en plan de aprovechar esta medida, podrían colocar salutíferos
avisos que dijeran: si usted comienza a arrojar flemas de este color, acuda a su centro de salud más cercano). Con
esta alocada hiperquinesis de AMLO, ya no hay manera de dormir tranquilo. Pero está, además, Osama bin Bucles
(¡ya no le diga así!, me dijo una señora con los ojos perlados) que me trae fregado con el reno sintético que canta
¡feliz navidad! y que apedrea mis sueños hacia las 7:30 A.M. Como verán, tengo problemas renales que me obligan a
vivir experiencias inéditas.

Cuando yo era feliz, los arrebatos de AMLO los conocía a las trece horas en voz de Carmen Aristegui. En mi ya
difunta época de oro, jamás escuché noticieros matutinos, prescindí de las catástrofes viales que organizan las
señoras con camionetota que, enfundadas en unos pants bolsones y del color de la encía del tigre, avientan niños en
las banquetas de su escuela (casi siempre se propinan hórrido cerebrazo y luego reprueban en comprensión de la
lectura). De no ser por el reno, me habría perdido de la etapa final de la estancia en Canal 40 de Brozo y su equipo
mañanero. Nunca entenderé por qué Canal 40 dejó ir al fenómeno más novedoso, inteligente y refrescante de la
información televisiva en los últimos años. Según sé, Brozo va ahora a Televisa. Ojalá y que le vaya bonito. No va a
ser fácil, pero Víctor Trujillo es inteligente y sabe lo que hace.

Gracias a AMLO y al reno, ahora sé lo que pasa antes de las diez de la mañana en mi ciudad que es chinampa. No sé
si ahora estoy mejor informado; lo que el espejo me dice es que cada vez estoy más desmejorado. Me alarma
rasurarme y descubrir que el cristal ya no me devuelve mi plácida imagen de media mañana. Cada día me parezco
más a Ruiz Sacristán pero color verde viaducto. El reno y yo no cabemos en el mundo.

La Democracia y la Información

Ambas cuestiones no tan sólo vienen juntas, sino que son vasos comunicantes que se alimentan mutuamente y
adquieren el mismo nivel. Renglones arriba comentábamos la cuestión de la PFP en la Ciudad. En principio, yo diría
que cualquier cosa es mejor que la indefensión frente a los secuestradores y los criminales adueñados de nuestras
calles; pero, disfraz de más o de menos, se trata del Ejército metido a tareas policíacas y, hasta la fecha, nadie nos ha
informado y explicado con claridad de qué se trata, qué conflictos constitucionales podrían estarse creando, si se trata
o no de algo definitivo y en qué consisten sus ventajas y desventajas.

No acabo de entender por qué la renuencia y/o la tibieza del gobierno de Fox para permitirle al ciudadano ejercer su
derecho a la información. La nueva ley que el Ejecutivo acaba de enviar al Legislativo no es necesariamente un
avance, sino una desviación hacia el territorio del atole digital. ¿No puede entender Fox que su mejor base de
sustento sería una ciudadanía con pleno derecho a la información?, ¿cuál es el interés presidencial en constituirse en
guardián de todos los cadáveres que dejó el PRI en la alacena?, ¿o acaso hay nuevos cadáveres?. No entiendo.

Envío
Quisiera disolver aquí un breve y amoroso recado de felicitación para mi exposa que viene siendo también la solícita e
inteligente madre de tres de mis hijos. Resulta que se llama Concepción y el sábado provocó el planetario huateque
con su muy celebrable santo. Felicidades, Tatcher querida, reina de la cumbia y dispensadora caudalosa de los más
delicados dones y rones.

Cualquier correspondencia con esta columna con cólico renal, favor de dirigirla a germandehesa@prodigy.net.mx o al
Apartado Postal 19-111, Delegación Benito Juárez, México D.F

Gaceta del Angel/ Beneficios de la viudez

Por

Germán Dehesa

(11-Dic-2001).-

Hacia las 19:00 hrs. del domingo, de cualquier domingo, su Charro Negro experimenta la más profunda de las
melancolías. Sé que en esto no soy nada original y que en todo el universo mundo hay millones de seres que, como
yo, viven su hora azul. Mi revolucionaria iniciativa de cancelar el domingo y ponerlo en miércoles jamás ha sido
atendida por nadie y así nos va. Yo no sé si es algo vinculado con el ciclo biológico e ignoro asimismo si es una
secuela de aquel terrible desasosiego infantil que nacía de saber que pronto sería lunes y no habíamos hecho la tarea
sobre el aparato digestivo de los rumiantes. No lo sé, pero no hay nada más espantoso que un domingo a las siete de
la tarde.

Ahora bien, si el domingo es decembrino, si hace un frío insidioso, si acabamos, como fue mi caso, de estar en el cine
viendo "Harry Potter" en compañía de 200 caperuzos con intenso olor a tornillo y haciendo, por respeto a la película y
a la salud mental de Osama bin Bucles, esfuerzos heroicos por no quedarme dormido y morir desnucado contra el
borde del respaldo; entonces se trata de un domingo particularmente negro. En pleno abatimiento, hojeaba yo las
páginas del "Proceso" que trajo este domingo una colección de fotografías de torturados que mucho me ayudaron
para salir de la tristeza e ingresar en la desesperación. Desde el fondo del desconsuelo escuché el timbre del teléfono.
Con aire de Madama Butterfly a punto de preparar autocarnitas, levanté la bocina y escuché una voz de mujer: ¿el
señor Dehesa?. Yo soy. ¡Qué bueno!, con usted quería hablar; no sé si ya le habrán contado, pero hoy fui a misa y el
sacerdote dedicó todo su sermón a hablar de usted y de lo que dijo allá en Los Pinos y el Padre nos hizo reflexionar
acerca de que no teníamos derecho a perder la esperanza, si no hemos cumplido nuestros compromisos como
ciudadanos; y nos habló de lo importante que es la alegría y ¡bueno! dijo muchas cosas sobre usted y como yo soy su
vecina, pues me sentí muy orgullosa; porque, además, soy viuda y conozco a su esposa que es muy buena gente y
siempre que me ve tristona, se acerca y me platica y ya no sabe qué hacer para ponerme contenta; y pues, yo estoy
muy agradecida con los dos, porque mire, señor Dehesa, yo salí de la iglesia muy alegre y muy confortada y por eso
le quería dar las gracias. Todo esto me lo dijo así de corrido y he de confesar que si la oreja me quedó caliente, el
corazón me quedó todavía más. Agradezco enormemente el buen uso que el sacerdote hizo de mis palabras y
agradezco de especial manera la llamada de mi vecina. No recuerdo haberla visto, pero me bastó escucharla para
cancelar la honda morriña dominical. En nuestro oficio, no creo que haya mejor premio que saber que nuestras
palabras sirven para algo.

Colgué el teléfono, estrené una inédita sonrisa, me puse a escribir sobre futbol (¡Pachuca y ya!) y concluida mi tarea,
caí sobre la mesa de póker como cae el gavilán sobre los polluelos. De sobra está decir que jugué como los grandes y
que mis rivales quedaron como la Magnífica: sin cosa alguna. Y todo, gracias al telefonema más inesperado de mi
vida. Me parece correcto.

La Perversa Navidad

Mi casa (que es la suya si me ayudan a pagar el Predial) se ha vuelto inhabitable. Al furor barroco de la Hillary se ha
sumado ahora el de ese niño a quien amé antes de conocerlo y a quien amo con todo y que lo conozco. "Horror al
vacío" es una buena definición del espíritu barroco. Las almas churriguera no pueden avistar un espacio de diez
centímetros cuadrados sin aprovecharlo para colocar una hermosa y diminuta acuarela titulada "Atardecer en Apan"
que, según estas almas, se ve "di-vi-na". La variante más morbosa de esta contrahechura espiritual suele presentarse
en navidad. La invasión es tan masiva como el desembarco en Normandía. Todo, absolutamente todo, tiene que ser
adornado con algún guéguere, firulete y "motivo" navideño. En su humilde casa tenemos vasos, ceniceros, picaportes,
sábanas, servilletas, manteles, toallas, arbolitos, arbolotes, adornos adosables, felpudo y publicidad exterior pletórica
de peregrinos con aire de talibanes, borreguitos, trineos, foquitos, santacloses y renos. Milagrosamente no me han
foqueado a mí. Todo lo demás es saturación navideña. A cualquier hora que llegue, la atmósfera está contaminada
por unos méndigos enanos gangosos llamados "Los Pedroches" que cantan "los peces en el río" como marranitos
sacrificados. Lo peor ocurrió esta mañana. Con el debido pudor y diligencia me dirigí al baño y me encontré con que la
tapa del excusado acaba de ser forrada con un paño rojo que luce la idiota efigie de Santaclós. Me desespera que las
mujeres no entiendan que los hombres necesitamos que esa tapa pueda mantenerse levantada sin ayuda externa,
cosa que no ocurre con los estúpidos forros que le colocan. Ustedes no saben cuánto más compleja es la maniobra.
De hecho, el único que la ha logrado hacer sin tropiezos es David Copperfield. Y todavía hay algo peor: alzar la tapa y
encontrarse con el mismo y cocacolero Santaclós que ahora, para mayor oprobio, se tapa sus ojitos. Créanme: a
veces el matrimonio pesa, pesa.

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Gaceta del Angel/ Hasta aquí llegó el amor

Por

Germán Dehesa
(12-Dic-2001).-

Para que yo pudiera escribir estas líneas, tuvieron que asistir a mi espíritu con extraña y perfecta puntualidad las
siguientes personas: Jacobo Zabludovsky, mexicano, Antonio Muñoz Molina, andaluz, R. Kapuscinski, polaco, y
George Steiner, judío más o menos errante. Yo participo como moderador y lo que ahora hago es confesar mis
fuentes y no parapetarme detrás de tan ilustre nómina. Yo, como diría Arreola, soy el lugar de la aparición de todos
estos seres y soy el provocador de la mágica y virtual conversación que, sin ellos saberlo, sostuvieron dentro de mi
atareada cabeza que en algo se tiene que entretener para defenderse de "Los Pedroches" y su cauda de melcocha.

El lunes 10 de diciembre, J. Zabludovsky tuvo la amabilidad de enviarme un artículo publicado en "El País" y firmado
por Antonio Muñoz Molina. Se titula "Geografía e Historia" y es una impecable reflexión acerca de cómo las lecciones
y los libros de historia y de geografía van sembrando en nuestro corazón y en nuestra mente las semillas de la
violencia, de los prejuicios y del odio racial. Una pregunta: ¿han leído a Muñoz Molina?, ¿conocen "El jinete polaco"?.
Es un narrador magnífico y, a veces, terrible. También lo es como ensayista. "Geografía e Historia" comienza
proponiéndonos un ejemplo: en los libros de geografía de Israel, no existe Palestina; no hay para ella un lugar en el
mapa. En los libros palestinos, no existe Israel. Lo que ocurrirá cuando crezcan estos niños judíos y palestinos ya es
previsible y está anunciado en estos textos.

Con todas las salvedades del caso, recuerdo que algo similar sucedió en mí en la clase de historia y geografía que
recibí en 1953. El maestro desplegó el mapa de América del Norte y nos dijo: todo esto sería México si los gringos no
nos hubieran robado nuestro territorio. De golpe ingresé a la geopolítica como virtualidad y como ciencia ficción. Los
matices que llegarían después, no han alcanzado a extirpar esta primera fantasía que me muestra a los
estadounidenses empujando nuestra frontera, achaparrando al país y condenándolo al subdesarrollo. Supongo que,
en sentido contrario, los niños norteamericanos serán también tempranamente inoculados con delirios como el del
"destino manifiesto" y el de Estados Unidos como la nación designada por la divinidad como la única que puede
modificar fronteras para el bien de la humanidad.

En "El Imperio" de Kapuscinski viene una larga meditación del autor acerca del horror de las fronteras. Tratemos de
imaginar la inmensidad de la URSS rodeada toda ella de alambre de púas. Imaginemos cómo, a lo largo de 70 años,
los alambres cercaron también cada región, cada paraje, cada ciudad y cada barrio. Los habitantes no necesitaron de
las púas, les bastaba con saberse amedrentados prisioneros de su propia piel. Cada quien se convirtió en policía de sí
mismo y esto no tan sólo ocurrió en la URSS, sino que sigue ocurriendo aquí y ahora.

Dice Steiner que cuando la lengua humana comenzó a hablar en futuro, la mente pudo concebir las cosas como son y
las cosas como podrían o deberían ser. Puede uno, por ejemplo, borrar del mapa a un país, o a una persona
incómoda. La frontera queda modificada y el odio comienza a ser posible cuando puedo decir: hasta aquí llega mi
amor.

El Espía del Aire

No reproduzco textualmente el mensaje porque no sé dónde lo dejé, pero dice más o menos así: Germán, leí lo que
escribiste de Juan José Arreola y sentí la necesidad de enviarte otra vez mi libro que recrea aquellos años sesenta en
la Facultad de Filosofía y Letras de la UNAM que compartimos con Arreola. Espero que ahora sí lo leas. ¡Sácale!. Ya
lo leí y diré algo todavía peor: me gustó muchísimo y, en verdad, me llevó no tan sólo a mis años de estudiante, sino a
las fuentes mismas de este extraño afán de juntar palabras para crear otros tiempos y otros mundos para luego,
intentar pasarlos de contrabando a esa confusión que llamamos realidad. Imagina, lectora lector querido, a un chavo
sesentero que literalmente no se halla en ese mundo. Por sus purititas pistolas (en este caso: por su pura pluma)
decide dinamitar los relojes, huir de la cárcel del tiempo, e instalarse en los años cuarenta y vivir en esa época un
romance arrebatado, laborioso y de plena cancelación de fronteras. Margarita se llama ella. "El espía del aire" (Ed.
Alfaguara) se llama el libro. El joven escritor y Margarita se quedaron a vivir en un rincón de ese libro y ahora Ignacio
Solares tiene que trabajar para mantenerlos. Está bien.
Cualquier correspondencia con esta columna en plena ampliación de fronteras, favor de dirigirla a germandehesa
@prodigy.net.mx o al Apartado Postal 19-111, Delegación Benito Juárez, México D.F.

Gaceta del Angel/ La manguera de la dirección

Por

Germán Dehesa

(13-Dic-2001).-

Es posible que este misterioso título te resulte enigmático al principio, lectora lector querido; pero verás que, al final,
será totalmente incomprensible. No son tiempos para hablar claro. Los Pedroches ya me quemaron el chip (¡arre,
borriquillo, arre, burro, arre!) y no tengo más tarea que encontrar, a estas alturas de diciembre, a un buen ingeniero en
acústica que aísle mi búnker y me defienda del reno, del "conmovedor bullicio infantil" y de los gemidos de la Hillary
cada vez que encuentra una nueva "divinidad" adosable a la pared (que ya tampoco es fácil encontrar).

Vuelvo a la manguera. Lo que ocurre es que a mí se me entierran muy feo las uñas de los pies (¡Argh!, hace la señora
potosina antes de envenenarse con queso de tuna remojado en Fanta). Después de muchos años de búsqueda
infructuosa, me encontré con doña Lucy, espejo de mujer mexicana y con doctorado en extracción de uñas rebeldes
por la London School of Economics. Nuestro ungular idilio lleva ya varios años y entre ella y yo, como entre las almas
y entre las rosas, hay semejanzas maravillosas. A ella también la navidad le parece la temporada más pestífera y
abominable del año. Hace unos minutos, estuvimos compartiendo nuestros pesares y nuestro único punto de
desacuerdo fue el bacalao. A ella sí le gusta, siempre y cuando esté bien hecho (este dato me permitió deducir que
mal hecho no le gusta). Para todos los demás efectos legales, ella y yo estamos de acuerdo en que las festividades de
diciembre producen en el ser humano la excesiva producción de una hormona llamada "margalopina" que se
manifiesta en una profusa y permanente efusión de llanto y mucosidades adjuntas. Lloras si te invitan al brindis de la
oficina, lloras si no te invitan, lloras si el jefe de cobranzas, al calor del brindis, te hace una proposición indecorosa,
lloras si eres el jefe de cobranzas, lloras si ves a tus hijos despiertos, lloras si ya se durmieron, lloras si este año ya no
está con nosotros la tía Marucha, lloras si llega la tía Marucha; lloras por todo. Es la margalopina.

Pero volvamos a la manguera. En tiempos normales (para la Ciudad de México: tres semanas al año), Doña Lucy es
sorprendentemente puntual y cumplidora. Diciembre es caso aparte. Pretender en este mes hacer algo provechoso es
como ofender a los penates tutelares de la mexicanidad. Entre las señoras que van de mall en mall comprando
regalos inicuos y coronas de adviento, ambulantes que venden el DVD pirata de una película que todavía no se filma y
los ya típicos macheteros de Texcoco, no hay hombre o mujer que pueda darle cabal y puntual cumplimiento a su
voluntad laboral. Diciembre te puede gustar para lo que quieras, menos para trabajar.

Por lo que se refiere a la manguera, Doña Lucy, mientras me extraía una uña que ya había interesado el páncreas, me
explicó que con tantas bolas, sólo pudo atender hoy a mi llamado. Y que conste que hoy es mi santo, porque yo me
llamo Guadalupe Lucía; pero eso no importa, lo malo es que para rematar tanta desgracia, a mi carro se le
descompuso la manguera de la dirección, ¿usted cree?. Creí. Tan lo creí que, a modo de oasis decembrino y pequeño
homenaje a las Lupitas, le regalé a mi pedicurista una manguera de dirección; más bien, le di el dinero para que la
comprara, porque yo no voy por la vida cargando tan extrañas refacciones. Se cumple así un año de obsequios
automotrices: a la Hillary, unos amortiguadores; a Doña Lucy, una manguera. ¿Nadie necesita una defensa de Audi?.
¡Lleve su Código de Conducta!

La SECODAM me hace llegar un folleto invaluable. En su título hay un sospechoso gerundio: "Construyendo un
programa de integridad: el papel de los códigos de conducta". El gerundio puede ser sospechoso, pero el contenido es
claro y aleccionador. Es aplicable a una empresa, a un equipo y a una familia. Su contenido se dirige a comunicarnos
los pasos que tenemos que dar para que los miembros de un grupo establezcamos lo que se debe hacer y lo que no
se debe hacer para lograr la sobrevivencia y el buen progreso de ese grupo y de sus miembros. No se trata de crear
un código de ética que, en la práctica, siempre puede ser discutible; de lo que se trata es de las conductas que
lesionan esa ética, o que entorpecen o impiden el buen funcionamiento de una comunidad. El cuadernillo está bien
redactado y le viene muy bien a una sociedad que comienza a entender la esencial perversidad e ineficiencia de la
corrupción. Si les interesa obtener una copia de este folleto, o desean más información pueden acudir a esta dirección
electrónica: www.secodam.gob.mx ¿Quieren hacer algo bueno por sus hijos además de regalarles una Play Station?,
enséñenlos a crear un código de conducta y a atenerse a él.

¡Pachuca y Ya!

Eso. Sólo eso, pero nada menos que eso.

Cualquier correspondencia con esta columna desmanguerada, favor de dirigirla a germandehesa@prodigy.net.mx o al


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Gaceta del Angel/ Respeto a los mayores

Por

Germán Dehesa

(14-Dic-2001).-
Por primera y quizá única vez en mi vida, he sido entrevistado en mi calidad de fundador, presidente vitalicio y líder
histórico del Club de Scrooge. En espera de ver qué tratamiento le dan a mis contundentes declaraciones, me
congratulo por el hecho mismo de que la entrevista se haya realizado. Es una señal clarísima de que la asociación y el
concepto mismo va ganando adeptos e iluminando con la verdadera luz las foqueadas conciencias de los tenochcas.
Es obvio que todavía no somos mayoría, pero me queda claro que cada día somos más los que nos negamos a
rendirle culto a ese anciano menguado que, según reporte de la DEA, es conocido como Santaclós. Y no es nada más
la entrevista; están también los mensajes, los telefonemas y las vivas muestras de adhesión que a diario recibo de
mexicanas (algunas) y mexicanos (muchísimos) que por fin se dan cuenta de la incompatibilidad esencial que hay
entre los conceptos "ser feliz" y "obligatoriamente, tal día, tal hora y en presencia del Tío Rafa que, ya en copas,
cuenta unos chistes consternantes". Si la navidad es el nacimiento de la esperanza, ésta puede ocurrir en una discreta
tarde de otoño, o, como es mi caso, puede ser provocada, en las últimas horas del 12 de diciembre, por la mera charla
con mis mayores.

Esta fue mi sosegada y personal navidad y la recibí como un guadalupano premio por la osadía de trabajar en una
fecha tan señalada.

Casi de pasada, comento que mis mayores no lo tienen que ser en edad, aunque en muchos casos se da la
coincidencia; pero reconozco también a mis mayores en conocimiento, en sabiduría, en sufrimiento y en otras
disciplinas orientales.

A las 17:30 pude conversar con un hombre que es ligeramente mayor en edad e inalcanzablemente mayor en
discernimiento. Compartimos la esperanza y la voluntad de que por nosotros no quede. Sabe de poesía y, puesto que
sabe de eso y lo sabe bien, sabe de todo. Me despachó a mi casa cargado de buenas ideas y de buenos libros y así
fue como, no muy lejos del Polanco-Rodeo-Drive, yo pude celebrar mi navidad en las montañas.

Dos o tres horas después, fui arrinconado por un militar de alta graduación que, en el mejor estilo castrense, me
notificó de viva voz y por escrito que tomara yo las providencias del caso, porque él me declaraba la guerra en su
doble calidad de militar y de abuelo. Según él, yo he infamado a los abuelos al propalar la disolvente e infundada
teoría de que son precisamente los abuelos los que echan a perder a los nietos. Como yo tenía entendido que los
militares mexicanos de alta graduación no se andan con bromas, me apresuré a adquirir (a buen precio) rigor mortis.
Mi proceso de autoembalsamamiento fue interrumpido, rasgado diría yo, por la sonrisa del canoso militar que me
otorgó su gracia e inició las pláticas de paz que, por explicables y cercanas razones, se centraron en los múltiples y
cálidos dones que un abuelo puede dispensar. Firmada la paz, los hombres de buena voluntad pudimos retirarnos a
contemplar con palpable espíritu navideño el holocausto de los Tigres oficiado por 11 Tuzos y un árbitro.

Conclusiones provisionales: a) navidad es una buena época para respetar a nuestros mayores; b) nuestros mayores
son los únicos capaces de suscitar en nuestra alma el espíritu navideño; c) Santaclós no es nuestro mayor y d) un
poeta sabio y un militar sonriente son, sin duda, nuestros mayores.

Otras Perspectivas

Entiendo y casi acepto que los médicos tengan en alto aprecio las festividades decembrinas. Para ellos, es como
asegurar una profusa clientela para la difícil cuesta enero-febrero (a la que, me informan, ya también le van a poner un
segundo piso). Intoxicación por romeritos, estallamiento de vísceras por ingestión de cuete modalidad buscapiés,
quemadura de tercer grado por inmersión en ponchera, bronconeumonía por asistencia a pastorela carretera Ajusco,
sordera por penetración luz de bengala, balazo muslo por lío de faldas en brindis oficina. Todas estas dolencias y
muchas otras más que no enumero requieren de tratamientos largos y costosos. Sólo así puedo entender cómo un
médico culto y mundano como es el internista de la Hillary, que funge también como mi mecánico en jefe, declare tan
a la ligera que la navidad no tan sólo es maravillosa, sino que le resulta conmovedora y vigorizante. El sabrá por qué
lo dice, pero mi diagnóstico es distinto. Yo no espero un aumento notable de clientela, yo tengo que oír diario a Los
Pedroches, yo he recibido ya diez de los cuarenta Fruit-Cakes que circulan por la ciudad y, además, tengo que oír la
canina tos de Osamita bin Bucles que ya cayó víctima de los navideños efluvios y que está acabado porque mañana
no podrá asistir a la fiesta de su escuela. Yo estaría feliz, pero él sufre. Los médicos gozan. ¡Cómo está el mundo!.
Conclusión Definitiva

Hoy toca.

Cualquier correspondencia con esta columna dedicada a mis mayores, favor de dirigirla a
germandehesa@prodigy.net.mx o al Apartadot Postal 19-111, Delegación Benito Juárez, México D.F.

Gaceta del Angel/ La fogata

Por

Germán Dehesa

(17-Dic-2001).-

No es fácil presidir un organismo tan complejo como el Club de Scrooge. Hacia el interior hay que mantener la
disciplina y el equilibrio. Percibo que, entre nuestras filas, ya hay brotes de extremismo fundamentalista (sospecho que
la calcinación del arbolote de Coca-Cola podría haber sido obra de este sector talibán y más específicamente de
Osama Reséndiz, anarco-electricista). Como es sabido, no pretendemos sabotear las navidades; lo que reivindicamos
es el derecho de cada individuo a celebrarlas cuando y como se le dé la gana y en ausencia de Santa, los Pedroches,
las horripilantes coagulaciones viales, el intolerable Frosty, el impresentable reno, los martirizados güíjolos, los regalos
boomerang, las cataratas de lágrimas y los ya devaluadones Reyes Magos que, con agenda foxiana, llegan doce días
tarde. Esta es la noble misión que nos ocupa noche y día. Somos persuasivos, jamás represivos (y miren que la
tentación de meter el CD de los Pedroches y las funditas de los baños al horno de microondas es fortísima).

Sabemos que la tarea es difícil, que enfrentamos una conspiración mundial y que basta un parpadeo para que la
voluntad flaquee. A mí me ha sucedido. Hace unas cuantas horas, por ejemplo, leí un artículo de Sergio Sarmiento
sobre la paternidad e instintivamente experimenté el deseo de obsequiarle, en calidad de regalo navideño, una
preciada corbata que fue de Ruiz Cortínes. Resistí, pero reconozco mi debilidad.

Otro caso y otra falla: ni siquiera entre el personal de mi oficina he logrado la plena difusión del mensaje de Scrooge.
Estoy rodeado de almas frágiles y tornadizas que requieren de un permanente adoctrinamiento. Ahí tienen a Janet (a)
Mafalda que presta excelentes servicios como recepcionista, carrilera y stoper. ¿Te gusta la navidad?, le pregunté.
Muchísimo, contestó con perfecto cinismo. Fue un golpe rudísimo. ¿No te parece espantosa la celebración?. No, la
disfruto mucho. ¿Pues qué haces?. Nada, nos juntamos todos los de la familia, hacemos una fogata y platicamos. ¿Y
ya?. Sí, la pasamos muy bien. Mi primera reacción fue de perplejidad. Mi idea de "pasarla bien" requiere de más
producción y escenografía y no incluye a la familia (por lo menos, no en su variante tumultuaria). Después lo pensé
mejor y en el secreto de mi corazón tuve que admitir que es muy posible que Mafalda tenga razón. En esencia y a lo
largo de muchos siglos, los humanos para estar realmente juntos y acercar nuestros corazones y hablar de modo
sustancial y sustancioso (no olvidemos que sub-stancia significa "lo que está por debajo de lo aparente") sólo hemos
necesitado de la complicidad de la noche, la cercanía de los nuestros y un fuego que nos reúna. No suena mal como
proyecto navideño. Con tal motivo y para los fines que la interesada quiera darle, el Club de Scrooge le extiende a
Mafalda y consanguíneos un permiso provisional para que, aun en la noche del 24 al 25 de diciembre, celebre la
navidad y provoque el alumbramiento de la esperanza.

¿Los Nuevos Gobiernos?

Hace ya muchos meses comenté aquí que, en lo referente a corrupción, mal gobierno, abuso de poder y tráfico de
influencias, el PRI era socio mayoritario, pero de ningún modo tenía la exclusiva. El tiempo, mi correo electrónico y lo
que oigo en mis ires y venires por la República parecen, por desgracia, darme la razón.

Platico con mis amigos residentes en el Estado de Morelos y tarde se les hace para platicarme de las frivolidades,
tonterías y gansadas del gran Estrada Cajigal y su helicóptero. Desde Guanajuato, me cuentan del señor Romero Gris
que es un verdadero puntal de la industria niñícola en el Bajío. Dirán ustedes que muy su derecho, muy su esposa y
muy sus niños. El problema es pagar con cargo al erario al ejército de guaruras que tiene que brindarle protección a la
multitudinaria familia. Las expectativas que generó en Chiapas el sucesor del surrealista Croquetas Pablo Salazar
Mendiguchía han quedado, hasta el momento, notoriamente insatisfechas. Leo las declaraciones de Canales Clariond
y no me explico cómo le hace para urdir tamañas insensateces. Si además de todo esto, nos asomamos al más
reciente artículo de René Delgado, veremos el desgarriate que reina en los partidos que, como bien señala Delgado,
no le rinden cuentas a nadie y, ni de lejos, cumplen con su tarea de ser los cauces legales para expresar y hacer
cumplir la voluntad ciudadana. Nosotros les pagamos, pero ellos van por su cuenta. Partidos, gobernadores,
diputados, senadores, alcaldes y funcionarios oscilando entre la tontería y el abuso de poder con escala en la
corrupción. Todo esto por cuenta nuestra. Y que conste que el problema no está en las instituciones, ni lo que se
pretende es que éstas desaparezcan. El problema, como siempre, reside en las personas, en su ingenuidad y/o en su
incapacidad de gobierno.

Envío

Mi amigo Pepe celebró su cumpleaños, cumplió 30 años de casado y su hija le acaba de anunciar que será abuelo por
primera vez. Corre grave peligro de perecer abrumado bajo el peso de la felicidad. Resiste, Pepe, resiste.

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Gaceta del Angel/ Un metro de libros


Por

Germán Dehesa

(18-Dic-2001).-

El Metro de la Ciudad de México tiene diariamente 5 millones de usuarios. Ante esta cifra, mi amigo el Gordo se hizo
la siguiente pregunta: ¿por qué no leen esos cinco millones?. La respuesta es múltiple: porque no les gusta, porque no
tienen costumbre, porque, por muchas décadas, resultó preferible mantenernos en la manipulable ignorancia; porque
los libros otorgan conocimiento y millones de seres prefieren no saber, prefieren que otro piense y decida por ellos;
porque los maestros de literatura nos hemos encargado de convertir la lectura en una ominosa obligación y en una
aburrida tarea, porque la televisión vino a rematar esta prolija labor de secuestro neuronal, porque la gente supone, o
emplea como coartada, que los libros son muy caros y porque a muchísima gente le aterra la idea de entrar a la
librería, o de visitar una biblioteca. Durante muchos años, he visto a hombres y mujeres remoloneando con rostro
temeroso y perplejo en el umbral de una librería, sin animarse a entrar. Cuando era yo un infante que deambulaba
libre y feliz por el centro de la Ciudad, sólo pesaba en mi ánimo una terminante advertencia maternal: si entras a una
iglesia protestante, o a una sinagoga, perderás tu alma de golpe y para siempre. Cerca del cine Arcadia había un
templo de los Adventistas del Noveno Inning, o algo así y, cada vez que pasaba por enfrente, me detenía a mirar la
puerta y a recordar la estimulante advertencia de mi madre. Mi cara y mi actitud eran exactamente las de aquellos que
se atoran en la puerta de una librería. La diferencia es que una tarde junté fuerzas y entré a ese penumbroso recinto
que me pareció ideal para las convenciones nacionales de agencias de pompas fúnebres. Clarito sentí cómo se me
chicharroneaba el alma y se perdía dejando un leve olor a mixiote. Perdí mi alma, pero a la salida la encontré en el
café Sorrento donde despachaba León Felipe. Pero, para variar, ya me distraje. El asunto es que mi amigo el Gordo
ha generado la obsesión de que los cinco millones de usuarios del Metro se pongan a leer. Ya hablé, me dijo, con el
Director del Metro y me trató de maravilla; ahora necesito que te movilices tú (ésa es siempre la conclusión del Gordis:
ponerme a trabajar a mí). Consígueme una cita con López Obrador y apóyame en todo lo que puedas. Dado el alto
cargo que ocupo en el Club de Scrooge, yo laboro intensamente en estos días navideños y de inmediato me puse a la
faena.

Acostumbrado como estoy a los rituales priístas, no creí que bastara marcar un teléfono para conversar con AMLO.
Así fue y la charla resultó amable y tersa, salvo por el hecho de que López Obrador pretendía darnos cita este lunes
17 a las 6:30 de la mañana. Sin embargo, no fue difícil negociar con el Jefe de Gobierno y ponerle un segundo piso a
nuestra cita: a las doce del día quedó de recibirnos y, hacia las 11:50, su Charro Negro y su amigo el Gordo surcaban
el poblado y variopinto Zócalo capitalino. El Gordo cargaba una gran caja de cartón que hacía pensar que acababa de
llegar a la Tapo proveniente de Zacapu, Michoacán. A las doce en punto nos recibió AMLO y a las 12:03 el Gordo ya
había sacado de la caja todo su tenderete de buenos libros cuyos precios oscilaban entre los tres y los cuarenta
pesos. De lo que ocurrió con López Obrador y de cómo le vamos a hacer para inundar el Metro con libros
platicaremos mañana.

Las Ateridas Almas


No es broma. Cada vez son más las almas sentimentales, sensibles, sensitivas que quieren sustraerse al maleficio
navideño e incorporarse al Club de Scrooge. Hace unos minutos, una acongojada esposa me llamó a nombre de su
marido para preguntarme cuáles son las condiciones de inscripción y si tenemos sesiones de terapia de grupo, o ya
de perdis, jugadas de dominó. A esta transida ñora le expliqué que pronto estará en prensa "El Manual del Perfecto
Scrooge" y que, por lo pronto, trate de mantener a su marido alejado de los arbolitos, los Pedroches y el incomible
turrón (el suave sabe como a atole coagulado y el duro sólo es útil para abrir pistaches remisos). Y eso que todavía no
pongo el Nacimiento, me dijo la señora que, según veo las cosas, está en ruta de colisión conyugal. ¡No lo haga,
señora!, déle gracias a Dios de que su marido no ha agarrado todavía un VTP al cercano Oriente que están de oferta
y de que todavía no se haya electrocutado con los pinchemil foquitos que dice usted haber instalado. Si me da el
teléfono del susodicho, trataré de templar su ánimo y lo invitaré el 24 a jugar dominó. ¿Alguien quiere incorporarse?.
Nos aislaremos acústicamente y cada vez que ahorquemos a una mula, pensaremos en alguna parienta política.
Oferta limitada.

Envío

Este trabajo y este gozo, como tantos otros, son para mi hijo Angel que cumple 28 años.

Cualquier correspondencia con esta columna de libros, favor de dirigirla a germandehesa@prodigy.net.mx o al


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Gaceta del Angel/ Un metro de libros II

Por

Germán Dehesa

(19-Dic-2001).-

Afuera, los vendedores de piña ofrecían dos por diez pesos y anunciaban, así como de pasadita, que ya estaba en
camino la vaca que iban a sacrificar públicamente. Si como dicen, con los intermediarios lo más que reciben por una
piña es un peso, la venta directa suena más que razonable. Lo que ya comienza a sonar demencial es esto del
holocausto vacuno. Es lo único que faltaba para redondear el diciembre capitalino: la secta de los Talivacas. Toda la
Capital parece corte de los milagros: los que se crucifican, los que llegan con sus machetes texcocanos, los policías
que se le volvieron grises a Godoy, los que inmolan vacas, los que venden musgo navideño entreverado con mota
para ver con mayor claridad al niñito, los secuestradores y los secuestrados, Arne que ya se emperró en poner su
tianguis sobre rieles, el delegado Zuno que está arrasando con la avenida de las Flores y los muy sospechosos
vendedores de lo que fue la respetable academia Merici. La ciudad florece bajo el imperio de la ilegalidad. Ni Andrés
Manuel se salva. Mientras platica con nosotros, está en curso la clausura de una de sus preparatorias allá en la Benito
Juárez. De aburrirse, nadie se aburre aquí en la Capital.
Mi amigo el Gordo ya está en pleno furor. Estos van a salir a tres pesos, éstos otros los podemos vender a diez, estas
maravillas a quince y estos videos a veinte. AMLO está muy perplejo. Mira, Andrés Manuel, le digo, o le das
oportunidad de que venda sus libros en el Metro, o nos das un permiso provisional de ambulantaje para venderlos
junto con las piñas; pero yo ni loco cargo de regreso la cajota. Es notorio que mi argumento pesa sobre el ánimo del
Jefe de Gobierno, porque de inmediato manifiesta su anuencia y le propone al adiposín que hagan algo así como una
prueba piloto en diez estaciones. El gordo manifiesta su beneplácito, AMLO hace las consabidas llamadas por "la red"
y, no sin alivio, nos dice: ¡ya está!. Alivio general.

Yo he conocido la mirada aviesa de Roberto Madrazo, la mirada ominosa de Carlos Salinas y la mirada mula de
Andrés Manuel. Yo no sé si sea de uso general, pero a mí siempre me mira como con fallidas ganas de alburearme. El
Gordo es muy propio y, terminada esta primera fase de la negociación, le dijo a Andrés Manuel: si le parece, le dejo
los libros para que los lea, o los regale. AMLO, pensando en lo segundo, estuvo de acuerdo y, acto seguido, se dirigió
a mí y me dijo: ven y te enseño una cosa (yo pensé en la desgracia de mi prima Lupe, pero no dije nada y obedecí).
López Obrador emprendió la marcha rumbo a una oficina adjunta a su oficina principal. Si en la primera todo está
presidido por un gran óleo de Benito Juárez, en la segunda, la presencia dominante es un pejelagarto disecado de
más de medio metro de largo. AMLO lo miraba como si fuera el más distinguido de sus ancestros, el Gordo tenía cara
de what? y yo, que suelo ser profundo, comenté: de éstos ya no hay. Nomás ejte, dijo AMLO y no supe si se refería al
disecado o a él. Fin de la visita.

Si todo va como tiene que ir, en enero comenzará la Operación Tropezón que consistirá en que los usuarios del Metro,
al tropezarse con los libros, caigan en la tentación de leerlos. CONACULTA lanzó el proyecto de "México, país de
lectores". Entre AMLO y mi amigo el Gordo pueden detonarlo en la Ciudad de México y si logramos que todo el país
se ponga a leer, entonces, con esa tersura que tan galanamente solicita F. Reyes Heroles, este país será, para bien,
otro país.

Cartas a "Proceso"

Desde que se fundó y hasta hoy, he sido y seguiré siendo suscriptor de "Proceso". El repartidor no es tan leal como
yo. A veces lo lleva el domingo en la mañana, a veces en la tarde y a veces nunca. También es posible que, a veces,
a mí se me olvide pagar. El caso es que este domingo no lo recibí. Lo compré el lunes y en la sección de Cartas del
lector me encontré con la misiva de una señora que está muy enojada por lo que dije en esa revista acerca de M. S.
de Fox. Yo opino que es un poco riesgoso juzgar a alguien por lo que, según un entrevistador, dijo o dejó de decir. Ya
me podría haber escrito directamente. Los de la revista ya me podrían haber solicitado una respuesta, o una opinión.
En ausencia de ambas faltas de claridad, yo opino desde mi rincón que, en principio, la señora que escribió esa carta
tiene todo el derecho a no estar de acuerdo. Tal cual lo publicó "Proceso", yo tampoco estoy de acuerdo con lo que yo
supuestamente dije. Falta contexto, falta oralidad y sobran ganas de armar bronca. Está bien. Son gajes del oficio,
pero si la señora Fox ha decidido ser útil a México desde el bajo perfil que, a últimas fechas ha mantenido, bienvenida
sean su ayuda y su capacidad de convocatoria. No me retracto, pero matizo.

Cualquier correspondencia con esta columna disecada cual pejelagarto, favor de dirigirla a germandehesa
@prodigy.net.mx o al Apartado Postal ayuda 19-111, Delegación Benito Juárez, México D.F.

Gaceta del Angel/ Los falsos Scrooges

Por

Germán Dehesa
(20-Dic-2001).-

¡Cuidaos, mexicanos, de los falsos profetas, de los lobos con plástico imitación piel de oveja y de los fementidos
ventarrones que nos llegan por la noche y por detroit!. Las amenazas decembrinas han alcanzado en este 2001 su
cota más alta. Por lo mismo, no podemos tolerar actitudes tibias o ambivalentes. Jamás imaginé que el género
masculino se hubiera vuelto tan sacatón. Algo hay en nuestra actual dieta, quizá el Yakult, que ha debilitado nuestra
proverbial bravura.

Esta denuncia va enderezada en contra de los Scrooge vergonzantes. Esos que me llaman por teléfono y me dicen:
¡qué bueno que denunciaste lo que sufrimos los hombres con las peluchosas tapas de los baños!, pero que no tienen
los arrestos para llegar a su casa, arrancar todos los apliques de paño, peluche o fieltro y tirarlos a la basura con todo
y el santaclosito que se tapa los ojos. Para que vean la diferencia que hay entre un hombre cabal (y no Peniche) y un
proyecto de homínido, yo ya procedí así y ya arrostré con noble impavidez la desatada furia de la Hillary y ya saqué de
la basura lo que había tirado y ya puse todo en su lugar, pero esto último lo hice bajo protesta y en espera de que se
reabran los tribunales y la PROFECO.

Ya me hartan también tantos y tantos subhombres, submujeres y subchiquillos que en la calle y en las reuniones se
me acercan a decirme que quieren pertenecer al Club de Scrooge, pero que no se deciden porque "prefieren llevar la
fiesta en paz" (¡bah!), o "porque a los niños les hace mucha ilusión" (¡akelá!). Así no vamos a ninguna parte (de hecho,
creo que en diciembre nadie quiere ir a ninguna parte). Lo que este país y esta sociedad necesitan son actitudes
firmes y rumbos claros. Estos falsos Scrooges lo único que hacen es sembrar la confusión y fomentar la esquizofrenia.
Basta ya. Lo afirmo de una vez y para siempre: no lloren como pastorcitos lo que no supieron defender como
Scrooges. ¡He dicho!.

¡Albricias, Pastores!

Todos estamos de acuerdo en que Trino Camacho es un ser impresentable. Yo lo conocí en concurrido callejón de
San Juan de Dios vendiendo (intentando vender) peluchitos del Atlas. Luego se puso a dibujar y, en lo que aprendía,
comenzó a publicar. Ahora resulta que somos vecinos periodísticos y, por razones que algún día me explicará mi
psicoanalista, la noticia me llena de tapatío júbilo. Tengo entendido que lo cambiamos por Estay, el de los rulos
engominados. Mucho mejora diciembre en la subversiva compañía de Don Trino.

Aviso a mis Deudores


Como bien consta, yo soy muy formal cuando pierdo una apuesta. En un plazo máximo de seis meses, ya estoy
renegociando mi deuda. Lo que nunca he hecho ni haré es huir de mis acreedores (aunque lo he intentado). Con este
historial crediticio, me alarma grandemente la desaparición de tantos y tantos que, en cuanto publiqué mi decidido
apoyo al Pachuca F.C., tarde se les hizo para comunicarse y cruzar sustanciosas apuestas en moneda y en especie.
Ahora no aparecen y por lo visto, se acogen a una piedad decembrina inexistente en un Scrooge tan señalado como
es el autor de estos renglones. En lo que aparecen estos olvidadizos deudores, mando un efusivo abrazo a la
ejemplar afición regiomontana que me parece tan o más admirable que los primeros mártires del cristianismo.

Tres Mujeres

Ya no recuerdo en cuál de todas las crisis que han azotado a los tenochcas, tuve que subarrendar mi torre de marfil.
Creo que fue en los estremecedores tiempos de Echeverría. Desde entonces, me dedico muy disfrutablemente al
ambulantaje. Me encanta ir a todos lados y escuchar con las invaluables orejas parabólicas que la naturaleza me
adosó. Hay algo que oigo diariamente: se ve que tienes debilidad por las mujeres. Lo peor es que quien me lo dice
pone cara de astuto Sherlock Holmes, cuando se trata de una de las facetas más obvias de mi desempeño público y
privado. Tan lo es, que no quiero comenzar el año nuevo sin testimoniar mi solidaria admiración por el más que
aceptable desempeño de tres mujeres del equipo foxista.

Para comenzar, entiendo la cantidad de intereses que ha machucado y las molestias que ha causado la firme
independencia de Xóchitl Gálvez. La conozco desde hace varios años y siempre la he visto actuar con inteligencia,
conocimiento de causa y buena fe. ¿Qué más quieren?.

A Leticia Navarro no la conocía, pero ahora la he visto en acción cumpliendo y haciendo fructificar su trabajo como la
elegante anfitriona de todo un país que está aprendiendo que recibir visitas es una oportunidad y no una humillante
intromisión. México tiene encanto; ella también.

A Josefina Vázquez Mota quizá le he creado algún contratiempo, pero ella sabe que cuenta conmigo para que todos
salgamos de pobres. La quiero y la respeto mucho. La escojo como prima cercana.

Aprovecho que es posada, para hacer esta declaración de flagrante trigamia.

Envío

Van estos renglones rumbo a Argentina, lugar predilecto de mi corazón. No se merece tan brutales dosis de
neoliberalismo y corrupción.

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Gaceta del Angel/ Rechiflao en mi tristeza


Por

Germán Dehesa

(21-Dic-2001).-

No habrá navidad en Argentina y esto nos duele y nos alarma a todos. Físicamente nunca he estado ahí. Moral e
intelectualmente, me considero viajero frecuente. Ahora que estudien mi genoma en el ISSSTE, descubrirán alguna
estructura gardeliana, vestigios de José Hernández, huellas de Lugones, pizcas de Cortázar, acordes de Falú y algún
borgeano laberinto con todo y minotauro. Es extraño mi fatigoso andar por un Buenos Aires que no conozco. He
estado, sin embargo, en puente Alsina, en el número 24 de la calle de Maipú y, con respecto a la calle Corrientes,
Suipacha, Esmeralda, el mismo arrabal, alguien me ha contado que está floreciente y un juego de calles le va en
diagonal. Ajena a precisiones geográficas, mi imaginación pasea por Palermo, divisa a lo lejos obeliscos y casas
rosadas, se ahonda en el cementerio de la Recoleta, gambetea a cuchilleros y compadritos que van y vienen de la
milonga al estilo y al tango. Sobre héroes y tumbas va al encuentro de Adán Buenosaires y del brazo de Echeverría,
descubre en el alucinante matadero uno de nuestros sangrientos daguerrotipos originales y repetitivos. Ahí se cumple,
entre la noche lateral de los pantanos, uno de nuestros destinos sudamericanos. Una vez tras otra nos medio
engordan para luego degollarnos. En efecto: no nos une el amor, sino el espanto/ será por eso que la quiero tanto.

De la pesadilla de la guerra sucia, hemos pasado al horror de la paz corrupta. No es fácil entender cómo una nación lo
suficientemente dotada y culta no ha sabido aprender de su historia y va de tumbo en tumbo sin encontrar un modo de
ser. Y si nos duele Argentina es porque más allá de estereotipos y chistes fáciles, esa nación es cosa nuestra (varios
de sus mejores hombres y mujeres están entreveradas con la cultura mexicana); pero es también un espejo que
refleja todos los riesgos que corren las llamadas "naciones emergentes" que adoptan acríticamente los esquemas
globalizadores y que arrastran la marginalidad, la injusticia y la caudalosa corrupción y entreguismo de sus castas
gobernantes.

Es cierto que nadie experimenta en cabeza ajena; pero estaría por verse si Argentina es para nosotros cabeza ajena.
Hay tantos argentinos que son tan entrañables, tan cercanos, tan nuestros. Como en Argentina, aunque de modo más
higiénico y silencioso, también nosotros tuvimos nuestra guerra sucia; también estamos en la cada vez más
exasperada espera de la justicia; también nos cerca la tentación de entregar al mercado internacional nuestros bienes
estratégicos. ¿Cuántos rentistas particulares de este país no experimentan el creciente deseo de tomar la justicia en
sus manos?. Hay quien me dice que Argentina está muy lejos. Yo, por amor y por espanto, la siento ominosamente
cercana. Su pena es nuestra pena y sus riesgos son los nuestros. Sólo le pido a Dios que Argentina no nos sea
indiferente.

Ultima Hora

De nuevo el destino y sus malas jugadas. Termino de escribir el último párrafo de mi canto triste por la caída de
Argentina y la radio me anuncia que un helicóptero se posó sobre la casa de gobierno de ese país y se llevó al
Presidente. Fernando de la Rúa ha presentado su dimisión y deja a su país al garete. A reserva de esa mejor
información que ustedes tendrán, a mí me parece que éste era el peor momento para abandonar el mando. Yo
todavía creo en el romanticismo de aquellos capitanes que se hundían con su barco. Hoy todos los capitanes
sobreviven para contemplar su decrepitud, para atestiguar su menguante senilidad, para escuchar las voces
acusatorias de sus fantasmas. Sólo se quedan los de siempre, los que no tienen helicóptero, los que no tienen a
dónde ir, los que son de donde son... Y a todo esto: ¿qué opinará Carlitos Menem?.

Los Neotrineos

En franco plan de tregua y reconciliación, el líder histórico del Club de Scrooge (a propósito, ¿vieron a Rodríguez
Alcaine huir por piernas de la lucida reunión cetemista en Acapulco?. Hasta el peinado se le desarregló. Diche que le
da mucha trichtecha, porque lach bachechs no han entendido que en la cheteeme hay democracha) les propone un
pacto. Si en su casa hay cobijas sobrantes y en buen estado, juguetes, suéteres, bufandas y/o algún tipo de prenda
calorífica, rellenen con todo esto su automóvil y, en compañía de su familia cercana vayan a la calle y repartan
regalos. Así su auto se convertirá en neotrineo, ustedes serán Santacloses meshicas y los niños se convertirán en
duendes tenochcas. Esto sí sería una actividad navideña y no andar causando lástimas etílicas en las posadas. De
todo lo que le podemos enseñar a nuestros hijos, nada mejor que la generosidad (se suplica no regalar porquerías).

El Frente Frío

Está llegando por todas partes y de todas las maneras. Algo tenemos que hacer para defendernos. Ni siquiera se les
ocurra enchufar una cobija eléctrica, porque con la bestial sobrecarga que ya provocaron los santacloseros con sus
foquitos, conectan un aparato más y vuela toda la colonia. Ni sueñen con encender un anafre porque amanecen
tiesos. No prendan la chimenea porque le queman la colación a Santaclós. Hay un mejor remedio: hoy toca.

Cualquier correspondencia con esta columna en forma de bandoneón, favor de dirigirla a


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Gaceta del Angel/ El vino dulce

Por

Germán Dehesa
(24-Dic-2001).-

Estoy en el rincón de un restorán y, en compañía de la Hillary y de dos amigos, me esfuerzo en olvidar que es
domingo, que es diciembre y que la navidad es ya una inminencia fatal. No deja de ser meritorio (o un poco idiota, o
las dos cosas) presidir el Club de Scrooge y, año tras año, contemplar que todo esfuerzo es en vano. Es como ser
presidente del América. Habitado por la melancolía, estoy a punto de engullir una razonable porción de robalo a la
veracruzana, cuando se aproxima a la mesa una señora de ojos tristes que reclama mi atención. Mi cuidadísima
educación me obliga a maniobrar con gran celeridad. En un segundo, degluto 200 gramos de robalo, me aplico un
servilletazo, me pongo de pie y le extiendo la mano a la señora. Ella me mira a los ojos y dice: usted no me conoce,
pero, aunque llevo más de 20 años viviendo en México, soy argentina y quiero agradecerle el amor y la compasión
que tiene por mi tierra; hasta que lo leí, me di cuenta de por qué estaba tan triste. Me decía esto y su mano
estrechaba con tibieza la mía y marcaba una pesarosa cadencia sureña. Ella se fue, pero alguien desde mis adentros
decía: "he cometido el peor de los pecados que un hombre puede cometer: no he sido feliz" ... regresé a mi mesa,
tomé un traguito de vino y lo encontré consolador y dulce como aquellas primeras caricias que recibimos, o como un
lento atardecer.

Hay vinos amargos que tienen falsedad de origen, o que se beben sin más complicidad que la muerte, o que nos son
ofrecidos por la falsa alegría, por la ficticia amistad, o con la ingenua intención que se cifra en el sofisma de que sólo
el olvido trae el contento, cuando bien sé que no hay derrota peor que la desmemoria; pero hoy, al filo de la primera
navidad del nuevo milenio, he descubierto que aún en diciembre hay vinos dulces, alegres, tramados con luz que nos
inundan de un dorado otoño.

Un amigo está injustamente encarcelado, muchos otros lo ignoran, pero son prisioneros de sus prejuicios y ya ni
siquiera les tienta la ilusión de la libertad. A una mujer cercana y querida le acaban de avisar que su padre, a quien
pronto visitaría, acaba de morir y ella se ha quedado con miles de besos inútiles. Muchos otros hay en este mundo
que tienen padres, seres cercanos, compatriotas que, en realidad, están vivos, pero que, para ellos, siempre han
estado muertos porque, para los que no corren el peligro del amor y se instalan en la higiénica soledad, el mundo, los
otros, están muertos.

Por todos, por los que tienen patria y sufren con ella, por los que creen que pueden vivir sin sufrir; por los enfermos,
por los sanos, por los que ya se fueron, por los que están, por los que van llegando, por los que te miran de frente, por
los que prefieren no mirar, por los que padecen frío o injusticia, por la milagrosa flor de la nochebuena, por las firmes
mujeres, por los hombres honrados y valientes, por mi gente y por Dios que al mirarnos nos da vida; por todo eso
llenaré esta noche una copa del vino más dulce y te diré y nos diremos: salud, pronto amanecerá.

¿Y Scrooge?

Firme. Firme como el hierro. El hecho de abandonarme a ciertos amorosos parpadeos, no cancela ni el temple, ni la
firmeza del ideario de la liga anti-Santaclós (viejo mamuco). Si algún día se animan a leer el libro titulado "Los
naufragios" de Alvar Núñez Cabeza de Vaca, se toparán con esa escena en la cual, el hispano narrador es hecho
prisionero por una tribu apache que, en lugar de comérselo (que hubiera sido lo correcto), le hacen fiesta y lo invitan a
bailar y a beber licores fermentados y, ya en pleno deschongue, el cacique le ofrece a su hija y le avisa que
considerará un honor que folgue con ella. En este punto, el narrador que es entre cínico y mustio y que sabe que su
esposa leerá esos renglones, nos avisa que tuvo que aceptar por puro compromiso, pero que no gozó nada porque
todo el tiempo tuvo su mente concentrada en los santos del cielo y en las divinas potestades. Es muy posible que a mí
me pase lo mismo y que me obliguen a comer romeritos y bacalao y que tenga yo que abrazar a mis cuñados y que
aguantar los pisotones y los besos pringosos de los minimafiosos, pero todo el tiempo mi mente estará concentrada
en ese hombre visionario llamado Ebenezer Scrooge.

En verdad, aún no sé qué voy a hacer. Toda la tarde jugaré dominó con los del Club y, si junto fuerzas, a las doce de
la noche estaré en el Parque Hundido dispuesto a encabezar una sesión-orgía de todos los leales y las lealas. Si no
llego, van comenzando.
Un Abrazo

Soy de brazo corto, pero de voluntad larga. Con ella me alcanza para abrazar a todos los lugares de la República
donde tengo amigos sorprendentes e inesperados y agradecibles lectores. Mi único deseo es que sigamos platicando
y que todos nos valgamos a todos; que México sea.

Cualquier correspondencia con esta columna en forma de nacimiento, favor de dirigirla a


germandehesa@prodigy.net.mx o al Apartado Postal 19-111, Delegación Benito Juárez, México D.F.

Gaceta del Angel/ ¿Morsas en París

Por

Germán Dehesa

(26-Dic-2001).-

Aprovechando que el 99% de mis compatriotas yacen inconscientes y embrutecidos por la sidra Santaclós, las
incontables botanas, el pavo que salió recio y ese bacalao que hace una semana era tiburón en Tuxpan;
aprovechando todo esto, he sido abducido (verbo reciclado por Trino) por un grupo de alienígenas que dicen ser mis
parientes políticos (afirmación poco creíble) y que aseguran tenerme en alta estima (afirmación totalmente increíble).
He sido arrancado del pesado y reconstituyente sopor del 25 de diciembre y conducido al aeropuerto internacional de
la Ciudad de México.

Me dicen que emprenderemos un viaje de ensueño. Yo pienso que va a ser una experiencia peor que participar en Big
Brother. Son 15 días en el viejo continente en compañía de un conglomerado alarmantemente parecido a la familia
Burrón. En el papel de Borola, asiste mi suéter azul que lleva puros atuendos de reina de las nieves y que ha asumido
plenamente su cargo de lideresa de los tolerados. Como Macuca, la Hillary transporta media tonelada de tlapalería,
cremas humectantes y su secadora de pelo modelo Tomahawk. Como Foforito viene el gran Osama bin Bucles cuyos
conocimientos geográficos son más bien vagarosos y como sabe que en París, que es nuestro punto de llegada, reina
una temperatura ártica, ya estableció como hecho científico que en el Sena retozan las morsas con gran júbilo y
algarabía. Yo, preparándolo para la decepción, le he dicho que las morsas ya las llevamos nosotros, pero él insiste en
conocer las especies nativas. Muy mexicanamente me digo: ya allá, a ver qué le invento.

Todos me dicen que es una oportunidad maravillosa. Yo no estoy tan seguro. Hacia el final de mis días, no me
disgustaría la idea de ser congelado; pero todavía no ha llegado el momento y no me siento psicológicamente
preparado para quedar en calidad de paleta de la Michoacana al lado del Obelisco parisino. Si en París no armamos
una reyerta tipo PRD, los expedicionarios, quizá ayudados por varios sherpas, avanzaremos sobre Roma y Florencia,
lugares que no visito desde 1969, año en el que acudí en plan de miserabilísimo estudiante y dormí en los más
sórdidos hoteles de paso de las comarcas itálicas. No sé en qué vaya a terminar todo, pero la Hillary dice que este
viaje le hace mucha ilusión y no sé si esto se deba a que ella anda en ánimos de viudez, o porque en realidad piensa
que congelarse en varios idiomas es un destino deseable. Entiendo que mi mejor seguro de vida es reseñar
diariamente los pasos de esta tenochca expedición punitiva. En cuanto deje yo de publicar, hablen por favor a nuestra
embajada y pidan que me busquen en el frigorífico de la localidad y que localicen a los Burrón, pues se ve que me
traen ganas.

No crean que me voy muy feliz. La pachorra de los legisladores me tiene muy preocupado. Se los encargo mucho.
Cuiden a Andrés Manuel y a Fox para que no hagan bufonadas, perrerías, trampantojos y maldades. No le abran a
nadie. Parto (sin dolor) en busca de las morsas de Montmartre. ¡Vamos,,,México!, ¡Adiós, amigos!.

Scrooge 1- Santaclós 1

La tarde-noche del 24 de diciembre arrojó como resultado un empate. A las 17:00 hrs. se presentaron los leales a
jugar dominó. La partida duró cuatro horas y media y resultó emocionante y heroica. Refugiados en el búnker,
jugamos un dominó de muy alto nivel con todo y que las esposas intentaron sabotear el animado cotejo. La Hillary se
asomaba cada media hora con una capa más de pintura y preguntaba si ya mero terminábamos. El teléfono
repiqueteaba sin cesar y mis compañeros de mesa aguantaron como los buenos, comentarios tan disolventes como
los que ahora cito: dime si no vas a venir para suspenderlo todo...tu hermano y su familia llevan media hora sentados
en la sala y Braulia les está haciendo la visita...si quieres acabar con nuestro matrimonio, dímelo de frente, pero no te
escondas detrás del dominó. Resistimos. Cerca de las diez de la noche, acudimos cada uno a su respectivo festejo
que resultó de una duración tolerable. Con mi animada plática dejé profunda huella en una niñita llamada Isabel a
quien dejé electrizada con la noticia de que Santaclós no iba a llegar porque se habían llevado su trineo al corralón y
Rodolfo el reno de la nariz roja estaba consignado por ebriedad manifiesta. No diré que fue un triunfo, pero obtuvimos
un marcador más que aceptable y, lo más importante: los del Club de Scrooge nunca perdimos la actitud. Eso es
bueno.

Dedicatoria

Como alcalde, como actor, como escritor, Antonio Ríos Granados es el Mozart de la mediocridad y de la tontería. En
su espumosa confusión mental supone que todavía se puede impunemente intentar corromper o amenazar a los
periodistas. Es profundamente desalentador que estos seres limítrofes supongan que representan a alguien, cuando
no pueden ni siquiera representarse correctamente ellos mismos. Mi más sentido pésame para Tultitlán.

Cualquier correspondencia con esta columna tipo torre Eiffel, favor de dirigirla a germandehesa@prodigy.net.mx o al
Apartado Postal 19-111, Delegación Benito Juárez, México D.F.

Gaceta del Angel/ ¿Morsas en París? II


Por

Germán Dehesa

(27-Dic-2001).-

El traslado de la avenida San Jerónimo a los Campos Elíseos es un poco abrupto. Todavía hace unas horas que
estaba en compañía de mis hijos, mi ex-posa y mi primera familia política en pleno recalentado de los excedentes
navideños. De ahí partí a forrarme como oso de circo y a encontrarme en el aeropuerto con un conglomerado de
nueve adultos y tres niños que son apenas una representación simbólica de mi actual parentela adquirida por vía
conyugal. Si se considera que yo, en calidad de familia cercana y de nacimiento, sólo tengo a una diminuta
gastroenteróloga que no se incorporó al viaje, comprenderán el grave estado de desventaja en el que me hallo en esta
expedición. Soy una especie de adherencia o secreción de la familia Landeros; un irrelevante sub-Landeros puesto
bajo las órdenes de mi suéter Azul que avanza sobre Europa como una síntesis de Cleopatra y la Malinche dispuesta
a recuperar su imperio. Los demás somos perrada. Perrada de primera, los hijos. Perrada de segunda, los nietos.
Perrada de tercera, la nuera y un confuso núcleo de cortesanas que la rodean. Al final vengo yo que soy proto-perro
que siente una especie de extravío ontológico muy similar al de Eugenio Derbez.

Ya estoy en París. El vuelo, como todos los vuelos de más de cuatro horas, me resultó alucinante. Leí dos libros,
intenté dormir en esa posición fetal de los entierros quechuas, cené cuando me tocaba desayunar, tomé un "pequeño
desayuno" a una hora en la que yo nunca como nada y ahorita, ya instalado en mi cuarto, me dicen que vamos a salir
a cenar, cuando lo que yo quiero es almorzar unos chilaquiles estilo albañil que no son usuales en estas gálicas
tierras. Osama bin Bucles anda en las mismas y como no sabe si es hora de dormir, o de entregarse al júbilo francés,
se dedica a sentarse en el suelo y a hacer perrerías. Creo que en un año, ya estaremos adaptados.

Como ya comenté, mi última y única estancia en París tuvo lugar en 1969. Lo encuentro muy cambiado, pero yo
también estoy tan o más cambiado que la ciudad. En 1969 yo tenía 25 años, era pobre como rata, venía huyendo de
Díaz Ordaz y me instalé en un hotel muy viejo, pero muy miserable donde la única regadera había que apartarla con
dos días de anticipación y la infame ruca que administraba el negocio te concedía cinco minutos de baño, siempre y
cuando tú llevaras tu jabón. Creo que nunca olvidaré ese húmedo cuartucho con vista al Tepito de París. Con todo y
las miserias creo recordar que la pasé muy bien y que, contra todo lo que me habían advertido, la gente fue muy
amable y me llenó de buenos consejos. Alguna madrugada, tomé el tren a Versalles. Cuando llegué, aún de noche, un
anciano barría la enorme explanada que está al frente del Palacio y me ofrecí a ayudarlo. El francobetabelito me
agarró la palabra y me tuve que chutar como media plaza. Mi recompensa fue enorme: el vejuquito me franqueó todas
las puertas de Versalles, por dos horas el lugar fue exclusivamente mío y me tocó ver al sol asomándose, como un rey
que llegara a su propiedad, entre el césped, los mármoles y los espejos de agua. Aquello fue glorioso, pero también
es glorioso tener 25 años y disposición para barrer.

Regreso ahora, 32 años después y en París hace un frío tolerable. He visto a lo lejos Montmartre y el Sagrado
Corazón. Todo está ganado por el gris pizarra y una suave neblina que crea una atmósfera impresionista. París ha
cambiado, pero el viajero también. Sobre ambos, el tiempo ha llovido con incesante dulzura. Mañana saldremos en
busca de Morsas.

Relaciones con el Sur


A punto de abordar el avión se me acerca un caballero muy notable que camina sonriente, tiene canas sonrientes y
todo él se percibe encantado de la vida. ¿Es usted Don Germán Dehesa?, me pregunta. Soy nada más Germán
Dehesa. ¡Sabía que me lo tenía que encontrar!, soy guatemalteco, leo todos sus libros y bajo todos sus artículos por
Internet. Pues me tiene que dar usted un abrazo, le dije, porque es usted mi primer lector guatemalteco que conozco y
porque es usted paisano de Miguel Angel Asturias y de Tito Monterroso, que ésos sí son escritores. Abrazo. Amor a
primera vista. En el aeropuerto Charles de Gaulle nos reencontramos y mi nuevo cuate me presenta al embajador de
Guatemala. Intensa labor de cabildeo, intercambio de direcciones e invitaciones a charlar y/o a cenar. Ojalá y estos
renglones los lea Jorge Castañeda y entienda que su deber moral es mandarme por valija diplomática una
sustanciosa cantidad que me permita mantener muy en alto la diplomacia mexicana. Y como ya estoy desvariando,
mejor me voy a comer-desayunar-cenar y luego vendré a dormir en la mañana una siesta nocturna. Espero que con
ocho horas de sueño ya me suba el agua al tinaco.

Cualquier correspondencia con esta columna en forma de Arco del Triunfo, favor de dirigirla a
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Gaceta del Angel/ ¿Morsas en París? III

Por

Germán Dehesa

(28-Dic-2001).-

LAS TRIBULACIONES DE UN FAX: DEHESA SUFRE. O el progreso es una porquería, o ya estoy descontinuado. El
desencuentro es total. Nomás no me hallo. Estoy en una reunión y nunca falta un peterete que se acerca, echa mano
a su bolsillo, extrae una "palm" y una varita de Harry Potter y me dice: ¿quieres ver tu artículo de hoy?. Ni siquiera me
da tiempo de notificarle que lo que menos me importa es reencontarme con lo que escribí. Chin, chin, chin, tres
golpecitos de su varita y aparece íntegra mi columna. Ahora te voy a enseñar una cosa que salió en el Bildung
Zeitung: chin, chin, chin, y aparece. Se supone que yo tengo que poner cara de orgasmo cibernético. Ahora te voy a
enseñar un Kamasutra portátil: chin,chin,chin. A mí me vienen como náuseas y busco y busco alguna escapatoria
elegante. Vivo en un mundo cada vez más ajeno. Estoy rodeado de computadoras y no las sé usar. Cuando me animo
a aprender, me avisan que les acaba de caer un virus terrible y que será mejor que ni me acerque. Tengo teléfono
celular y cuando junto fuerzas para encenderlo y avisarle a la Hillary que ya voy para la casa y que tengo antojo de
una torta de jamón, la maniobra implica, por lo menos, siete llamadas: ¡Hola, ya voy para allá!... glubulubo. Otra
llamada: no he comido... fitripox. Otra llamada: que me preparen una torta... ¿crisnamurti? y así hasta salir del
periférico.

Ahora estoy en París escribiendo a mano estos renglones (el pinche fax sigue en estado de rebeldía). Anoche, antes
de irrumpir en los Campos Elíseos en busca de algún alimento, puse punto final, tomé mis hojitas, bajé a recepción y
me enfrenté con un amable conserje a quien le expliqué en inglés narvarteño, en francés del segundo imperio, en
español clásico y en señas universales que deseaba yo enviar un fax a México lindo y querido. El conserje me sonrió
como si fuera yo el más bruto de sus hijos, tomó las hojas, anotó todo lo anotable y desapareció. Minutos después,
reapareció sonriente y me dijo: ¡ya estufas! (en francés) y me devolvió mis hojas. Con enorme alivio subí a mi cuarto,
llamé a México y Rosita de Olivo, mi secretaria, me dio la fatal noticia: no ha llegado ningún fax, el aparato como que
quiere, pero hace unos ruiditos y luego se atranca, diles que lo intenten otra vez. Cinco veces bajé y otras tantas volví
a subir. No es fácil explicar en francés eso de que hace unos ruiditos y luego se atranca. Diálogo conflictivo. Francia
es la nación racionalista por excelencia y los aztecas somos de un mundo raro. Pensé en llorar. Pensé en enterrarme
junto a Porfirio Díaz. Me fui a cenar. Regresé. Hice otro intento con el fax y fracasé espectacularmente. Alguien en
México, dichoso él, ha recibido cinco copias manuscritas de mis artículos de ayer y de hoy. Hacia las doce de la
noche, tiempo de París hablé a México y le dicté a Rosita la Chivita el artículo íntegro. Igual sucede con éste. Si con
ellos no me gano el premio Pulitzer, mis finanzas están hundidas. Hasta el conserje quiere que le pague el tratamiento
psiquiátrico.

24 horas después, vino la pachanga para enviar este artículo. El fax sigue en actitud rebelde y canina. Me quedan dos
caminos: suicidarme en Notredame como Antonieta Rivas Mercado, o tomar el avión y entregarlo en propia mano. Esa
segunda posibilidad es la más barata. Entretanto, mi suegra amenaza con llevarme a Louvre a ver a la Mona Lisa
rodeada de japoneses. Dehesa sufre.

París de Noche

En teoría, todos tendrían que estar en su casa. El frío y el viento son los únicos dueños de la ciudad. Sin embargo, las
calles están atestadas y miles de viandantes sonríen, disfrutan de la maravillosa iluminación y entran y salen de
tiendas y museos como si todo fuera enormemente grato. Los únicos que no disfrutamos enteramente somos los
turistas tropicales. A nosotros se nos ve repegados a la pared, como en Veracruz cuando cae el norte, y caminando
como almas en pena. Nada más nos miramos unos a otros con los ojos llorosos y con la ropa térmica oliendo a baños
del Jordán.

Yo nunca me había puesto tanta ropa interior y exterior. Me siento como alcachofa y tengo la impresión de que más
que caminar, lo que hago es rodar como una bola de trapo impelida por el viento. En México, me bastan cinco minutos
para estar totalmente vestido. Aquí necesito por lo menos media hora para colocarme la cantidad de tiliches, propios y
subarrendados, que la Hillary me empacó. Ya que estoy forrado, avanzo tres cuadras azotado por los vientos y llego a
un historiado restorán que se llama "El buey en el tejado" que era punto de reunión de los artistas dadá. El lugar tiene
calefacción y entonces comienza la operación inversa: 30 minutos para quitarse de encima el cúmulo de géneros
caloríficos que trae uno encima. Es muy duro esto de ser internacional. Hay que fajarse y desfajarse como cincuenta
veces al día. Lo peor es que si hoy toca, voy a tener que comenzar como a las cinco de la tarde.

Cualquier correspondencia con esta columna con cobija eléctrica, favor de dirigirla a germandehesa@ prodigy.net.mx
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Gaceta del Angel/ ¿Morsas en París? IV

Por

Germán Dehesa
(31-Dic-2001).-

BAJAS EN LAS FILAS: En México, me cuentan, los volcanes, el Ajusco y los diputados ya juntaron nieve en sus
cumbres y no dan señales de actividad. Todavía no sé cómo, pero esos renglones llegarán a tus manos el último día
del año y quiero creer que, en la mejor tradición azteca del cierre ciclónico, hoy nuestros legisladores se pondrán a
trabajar en todo aquello que lleva seis meses juntándose y atorándose, por la compartida ineptitud del Ejecutivo y
Legislativo, el avance del país. Ya se sabe que, en México, el cuarto para las doce es la hora ideal para trabajar.

Acá en París, doce bolas de estambre, cada una con un mexicano al centro, rodamos por los adoquines, brillantes y
fríos, de la ciudad. Sinfonía en gris. Es obvio que mi familia política me trajo con la intención de deshacerse de mí. No
les va a ser fácil. Soy frágil pero tenaz. Un buen cuate me regaló una ropa interior térmica de la acreditada marca "Hot
Chilli" que es capaz de repeler misiles y mentadas de madre. Varios de los parientes que la fortuna me obsequió ya
dan muestras de escorbuto, o de severos problemas bronquiales y yo, de la mano de Osama bin Bucles, avanzo
sereno por los puentes de París. El primer día de estancia en la antigua Lutecia, éramos doce los expedicionarios.
Fuimos, nomás faltaba que no, a la Torre Eiffel. Andrés externó su intención de treparse a la cúspide, pero su buen
padre le advirtió que, si lo hacía, lo iban a bajar con picahielo y en cubitos azules. Santo remedio. Paseo por las orillas
del Sena. Los tradicionales vendedores de viejo mandaron todo al tradicional demonio y no vinieron a trabajar. La
Cúpula de los Inválidos hace honor a su nombre y nos acoge bajo su concavidad. A mí la tumba de Napoleón me
viene más o menos guanga y sólo me interesa el dato de que los restos del Emperador están resguardados dentro de
seis ataúdes. Yo creo que a los Presidentes mexicanos habría que ponerles, por lo menos, doce. Cerca de ahí, en un
bosquecillo, el pensador de Rodin se ve melancólicamente concentrado en la situación argentina.

En las afueras de Notredame el viento arrecia y se arremolina. Hagan de cuenta que las gárgolas hubiesen decidido
soplar al unísono. El Bucles tiene los ojos saturados de tanta novedad y su madre le proporciona datos de la Catedral
de muy dudoso valor histórico. Por aquello del fervor, un cuñado compra una botellota de vino de Burdeos y yo, en un
gesto democrático que me honra, accedo a beber con ellos a pico de botella: me pongo a mirar al Sena y a brindar por
Cortázar y por Bryce Echenique (favor de leer "Guía triste de París"). La pirámide de Louvre es un adefesio horrible.
Es como si a la Gioconda le hubiera salido un barro espantoso. Papá: ¿esto es un museo?, nada más hay pizzas y
hot-dogs. No, hijo mío, esta es la cafetería del museo; en cuanto termines de zamparte tu pizza, entramos al museo.
En 32 años, la museografía del Louvre ha cambiado mucho. La Mona Lisa está en otra parte, pero sigue rodeada de
japoneses y de una familia veracruzana que saludo con mucho alborozo. Las pinturas de gran formato (el naufragio de
la Medusa, la coronación de Napoleón, las bodas de Canán) tienen muy impresionado al Bucles. En mi caso, me fue
más que suficiente tratar de entender todo lo que hay en los Esclavos de Miguel Angel. Termina la visita y el batallón
meshica parece el ejército napoleónico al regreso de la campaña de Rusia. Habrá que volver al Louvre, aunque sea a
dinamitar la pirámide. En total tenemos seis bajas, sin contar a mi suéter Azul a quien ya se le pegó el cláxon e intentó
comprarse una cámara de fotografiar, convencida de que era de chocolate. Así termina un año.

Brindemos por el Año que Comienza

Tengo un amigo muy querido que se llama Plácido. Los últimos años le habían ido quitando esa placidez que su
nombre le imponía. Hace unas cuantas semanas sufrió un severo problema vascular. El diagnóstico no era nada
optimista. Ocurre, sin embargo, que está rodeado de tanto amor que lentamente se va recuperando. Me consta
porque, entes de emprender mi expedición polar lo fui a visitar y encontré en su cara y en sus ojos una antigua
dulzura. No está volviendo a ser el que era antes del accidente; está volviendo a ser el que siempre tendría que haber
sido. Esa es, a mi juicio, la verdadera recuperación. Al despedirme, le di un gran beso y él se puso de pie para
abrazarme.

Episodios así, son lo más importante del mundo. A veces la vida nos da, a los individuos y a las comunidades, la
oportunidad de renacer y ésta llega disfrazada de daño o de adversidad. Yo quiero creer que estamos en el umbral de
un renacimiento que ha cursado por un severo daño. Así como tengo ganas de que mi amigo, y tantos más que
padecen enfermedad e injusticia, se recuperen, deseo lo mismo para México, para Argentina y para tantos países que
llevamos fregados tanto tiempo. Según me consta la medicina está formulada con amor, trabajo, honradez e
inteligencia.

Aquí en París, en el barrio Latino, Voltaire y Rousseau, los amigos-enemigos, son ahora dos estatuas cercanas. En
otro rumbo de París, ocurre lo mismo con Churchill y Charles de Gaulle. Sin reconciliación no hay cultura durable.
Abracémonos y que México vuelva a ser plácido. Salud.

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