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Prof: Federico González 6to I.U.A.

2024

METAFISICA
INTRODUCCIÓN
Según el historiador de la filosofía Rodolfo Mondolfo, la filosofía surge en el siglo VII antes de
Cristo en las colonias griegas de Asia Menor e Italia meridional, donde los primeros filósofos
abandonaban las respuestas míticas a sus profundas preguntas sobre el origen de la naturaleza y
comenzaban a responder guiados por la razón. Así, los llamados filósofos de la naturaleza
(también conocidos como pre-socráticos), al preguntarse por el origen de la naturaleza buscaban
encontrar el principio o elemento fundamental del que han surgido todas las cosas, que
permanece a pesar de todos los cambios y que viene a constituir la esencia de lo que hay.

El asombro frente a la realidad origina el filosofar y lleva a preguntarse ¿qué es lo que hay?, ¿qué
es lo aparente y qué es lo real?, ¿qué distintos tipos de entes hay?, ¿hay un ente fundamental
capaz de dar razón del todo?, ¿por qué hay ser y no más bien nada? , ¿qué es la nada? Este tipo
de cuestiones constituye lo que globalmente se designa con el nombre de problema del ser, que
es abordado por una disciplina filosófica que se denomina metafísica.
Los filósofos antiguos al tratar de hallar una explicación última al conjunto de lo real dieron con la
noción de Ser. Esta noción es la más comprensible de suyo y a su vez la más abarcativa, en tanto
que cotidianamente referimos a cosas que son, como una persona, un átomo o un pensamiento,
pero en este caso, esta noción no refiere a un ente concreto como los antes mencionados, sino a
todo lo que es. A su vez, esta noción tampoco afirma nada más ni nada menos de lo antes dicho,
o sea, de lo que es, que es, por lo tanto, decimos que este concepto es indefinible.
El infinitivo1 del verbo ser en latín es: ese y el participio de presente2: ens; de estos dos vocablos
provienen los términos castellanos ser y ente, respectivamente. Ambos suelen utilizar como
sinónimos en el lenguaje común, pero no lo son técnicamente, al menos para la mayoría de los
filósofos que abordan el estudio de esta disciplina.
El ser –ya lo dijimos- es indefinible; sólo podemos decir que designa todo lo que es en cuanto es;
el ente, por su parte, designa lo que existe, en cuanto existe y cómo existe, es decir, en particular.
En un sentido muy amplio la palabra Metafísica (meta-physica: lo que está más allá de las cosas
físicas) ha hecho siempre alusión al conocimiento de realidades que trascienden el mundo
sensible – que están más allá de nuestra experiencia- y que tienen la característica de ser
realidades privilegiadas y fundamentales con respecto a todas las demás que existen como el
mundo de las ideas en la alegoría de la caverna de Platón.

Sobre el libro “Metafísica”…


Según Tomas Calvo Martínez, “la articulación de los distintos asuntos abordados en la Metafísica
(de Aristóteles) tienen lugar, fundamentalmente en torno a dos núcleos temáticos: en torno a la
noción de “lo que es” o el “Ser”, y en torno a la reflexión sobre el “Ser Supremo”. Al trato de la
primera temática se le denomina ontología y al trato de la segunda se le denomina teología.
El término Metafísica no fue acuñado por Aristóteles sino por Andrónico de Rodas quien publicó la
obra de Aristóteles bajo ese título en el siglo I a.C. La afortunada titulación dio nombre a la ciencia
que fuese descrita por Aristóteles y a una rama de la filosofía que históricamente ha pasado de ser
vanagloriada en la Edad Media a ser rechazada a principios del siglo XX.

Filosofía Primera.
Aristóteles (384 - 321 a.C) fue el primero en realizar una sistematización respecto a la tradición
filosófica que tiene como objeto de estudio el Ser. A ésta le llamó Filosofía Primera por
considerarla la más alta teorización del intelecto humano y la única digna de ser llamada sophía, a
saber: sabiduría. En el libro IV, capitulo primero, Aristóteles escribe sobre la ciencia que estaba
buscando:
“Hay una ciencia que estudia lo que es, en tanto que algo que es, y los
atributos que, por si mismo, le pertenecen. Esta ciencia, por lo demás, no se
identifica con ninguna de las denominadas particulares. Ninguna de las otras
1
Forma básica del verbo.
2
Indica la condición de estar realizando una acción.
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ciencias, en efecto, se ocupa universalmente de lo que es, en tanto que algo
que es, sino que tras seccionar de ello una parte, estudia los accidente de
ésta: así por ejemplo, las ciencias matemáticas.”
Es ésta la más ambiciosa de todas las ciencias en tanto que el resto de ellas se encargan de
estudiar una parte o aspecto de la totalidad del ser, pero no el ser en general, sino un ente en
particular como el hombre, la economía, la sociedad o el movimiento de los cuerpos. Esta ciencia
es, pues, la más general de todas, puesto que no tiene por objeto de estudio a ningún ser en
particular, sino al propio Ser.

Aristóteles decía “La expresión “algo que es” se dice en muchos sentidos”, lo que permite
interpretar la noción del ser en varios sentidos. Una interpretación de gran importancia es la de lo
que es como sustancia. La sustancia, según el crítico de filosofía antigua Rodolfo Mondolfo, es
“el ser por excelencia, que existe y puede ser pensado en sí y por sí, sujeto de todas las
cualidades que sólo pueden ser inherentes a él y sus atributos; es la realidad concreta, que
se nos presenta como plenitud y viva síntesis de todas las determinaciones: en suma, es el
individuo.” La sustancia es lo que permanece en todo cambio, lo que sub-yace, lo que queda por
debajo de todo cambio, en oposición a lo accidental que es lo que cambia y necesita de la
sustancia para ser.
La sustancia entendida como individualidad sensible es un compuesto hylemórfico, o sea, un
compuesto de materia y forma. La materia (hylé) es aquello de lo que está hecha una cosa, por
ejemplo la madera, el metal, el cuero, etc.; y la forma (morfé) es lo que hace que la cosa sea, a
saber, su esencia, es aquello que determina a la materia, como por ejemplo la esfera, la estatua
de Atenas, la flor.
Aristóteles acepta y explica el cambio. Para ello introduce dos nociones: acto y potencia. Todo lo
que es, puede ser en acto o en potencia, pero no ambas a la vez, sobre un mismo aspecto. Por
ejemplo, la semilla es un árbol en potencia, pero no en acto, porque en acto es semilla. Por tanto,
el acto es lo que es una cosa actualmente, en un momento determinado, y potencia es la
posibilidad de lo que puede llegar a ser, en otro momento. Es así que Aristóteles definirá el
movimiento o cambio, como el paso de la potencia al acto.
Para Aristóteles la ciencia es el conocimiento de las causas y al Filosofía Primera es la búsqueda
de las primeras causas y los primeros principios del ser, a saber:
“Y puesto que buscamos los principios y las causas supremas, es evidente que
éstas han de serlo necesariamente de alguna naturaleza por sí misma. Y,
ciertamente, si también buscaban estos principios quienes buscaban los
elementos de las cosas que son, también los elementos tenían que ser
necesariamente elementos de lo que es, no accidentalmente, sino en tanto que
algo que es. De ahí que también nosotros hayamos de alcanzar las causas
primeras de lo que es, en tanto que algo que es.”
Es una indagación racional que va más allá de lo físico para conocer las causas primeras que
explican lo que es. La metafísica es por tanto, una filosofía teórica.

La causa primera.
Según el ya mencionado crítico Mondolfo, en su búsqueda de las causas primeras, el principio de
todo lo que es, Aristóteles alcanza el concepto de theos:
“A este concepto de Dios, Aristóteles llega partiendo del problema del
devenir y sus causas. Toda la realidad natural es desarrollo, cambio,
movimiento; todo movimiento supone una causa motora que lo engendre.
Pero un motor puede imprimir el movimiento a otro cuerpo sólo en cuanto
él mismo se halle en movimiento; de ahí que su movimiento requiera a su
vez una causa motora, por la cual la misma exigencia se renueva, y así
sucesivamente hasta el infinito: por eso en la serie de las causas motoras
no se encuentra nunca una causa primera en la cual sea posible detenerse;
y la explicación, llevada al infinito, llega entonces a faltar. Es menester,
pues, considerar el movimiento desde otro aspecto, el del fin hacia el cual
tiende: todo el devenir tiene su explicación verdadera en la causa final, o
sea en la tendencia al desarrollo, a la realización de una forma y perfección
superior. Y aquí se encuentra un límite: último término para nuestro
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pensamiento, pero causa primera en sí misma; es decir, la perfección
suprema absoluta, esto es, la forma pura o Acto puro, en la cual no hay
mas materia ni potencia, y por ello falta cualquier posibilidad del devenir y
del movimiento. Aquí está Dios, motor inmóvil, que mueve el mundo en
cuanto es causa final de él: pero él no puede tener un final al cual tender,
porque es realización perfecta y acabada.”

La metafísica a través de la historia


Desde el comienzo en la Grecia antigua como reflexión filosófica fundamental hasta la actualidad,
la metafísica ha sido una disciplina controversial, puesto que de haber una verdad en el terreno
metafísico será una verdad absoluta, que no depende del ser humano, sino que el ser humano
depende de aquella, pero el hecho de que sea el ser humano el único ser que pueda realizarse las
preguntas metafísicas, y el único que puede darle respuestas, genera controversia. La
controversia ronda toda afirmación que no pueda ser demostrada, y como no contamos con
pruebas empíricas respecto a lo que está más allá de lo físico, es un problema filosófico
controversial e irrenunciable.
Proponemos tres fragmentos de filósofos a través de la historia que han discutido el problema de
la metafísica, a saber: Santo Tomás de Aquino, Martin Heidegger y Rudolf Carnap.

Santo Tomás de Aquino.

“La existencia de Dios se puede demostrar por cinco vías. La primera y más clara se fundamenta
en el movimiento. Es innegable, y consta por el testimonio de los sentidos, que en el mundo hay
cosas que se mueven. (…) Es, pues, imposible que una cosa sea por lo mismo y de la misma
manera motor y móvil, como también lo es que se mueva a sí misma. Por consiguiente, todo lo
que se mueve es movido por otro. Pero si lo que mueve a otro es, a su vez, movido, es necesario
que lo mueva un tercero, y a éste, otro. Más no se puede seguir indefinidamente, porque así no
habría un primer motor y, por consiguiente, no habría motor alguno, pues los motores intermedios
no mueven más que en virtud del movimiento que reciben del primero, lo mismo que un bastón
que nada mueve si no lo impulsa la mano. Por consiguiente, es necesario llegar a un primer motor
que no sea movido por nadie, y éste es el que todos entienden por Dios.”

(Suma teológica)

Martin Heidegger.

“El preguntar metafísico debe ser planteado en su totalidad y desde la situación esencial del
Dasein3 que pregunta. Preguntamos aquí y ahora, para nosotros.
¿Qué es la nada? (…) El preguntar por la nada (qué y cómo es) convierte a lo preguntado en su
contrario. La pregunta se priva a sí misma de su propio objeto.
¿Ocurre en el Dasein del hombre un estado de ánimo tal en el que éste se vea llevado ante la
propia nada? Este acontecer es posible y hasta efectivamente real, si bien raro, únicamente en
algunos instantes en los que surge el estado de ánimo fundamental de la angustia.
Es preciso que llevemos a cabo la transformación del hombre en su ser-ahí, que toda angustia
hace acontecer en nosotros, a fin de que podamos apresar firmemente la nada que allí se
manifiesta en su manera de evidenciarse.
Existir significa: estar sosteniéndose dentro de la nada.”

(¿Qué es metafísica?)

Rudolf Carnap.

3
Ser auténtico.
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“Este método del análisis lógico es lo que distingue a los nuevos empirismos y positivismos de los
anteriores, que estaban más orientados biológico-psicológicamente. Si alguien afirma “no hay un
Dios”, “el fundamento primario del mundo es lo inconsciente”, “hay una entelequia como principio
rector en el organismo vivo”, no le decimos “lo que Ud. dice es falso”, sino que le preguntamos:
“¿qué quieres decir con tus enunciados?”. Y entonces se muestra que hay una demarcación
precisa entre dos tipos de enunciados. A uno de estos tipos pertenecen los enunciados que son
hechos por las ciencias empíricas, su sentido se determina mediante el análisis lógico, más
precisamente: mediante una reducción a los enunciados más simples sobre lo dado
empíricamente. Los otros enunciados, a los cuales pertenecen aquellos mencionados
anteriormente, se revelan a sí mismos como completamente vacíos de significado si uno los toma
de la manera como los piensa el metafísico. (…) El metafísico y el teólogo creen,
incomprendiéndose a sí mismos, afirmar algo con sus oraciones, representar un estado de cosas.
Sin embargo, el análisis muestra que estas oraciones no dicen nada, sino que sólo son expresión
de cierto sentimiento sobre la vida. La expresión de tal sentimiento seguramente puede ser una
tarea importante en la vida. Pero el medio adecuado de expresión para ello es el arte, por ejemplo,
la lírica o la música. Si en lugar de ello se escoge la apariencia lingüística de una teoría, se corre
un peligro: se simula un contenido teórico donde no radica ninguno.”

(La concepción científica del mundo)

TAREA DOMICILIARIA

Consigna de evaluación:

1- Busca información biográfica sobre los últimos tres autores antes mencionados.
2- ¿Qué influencia teórica reconoces en el pensamiento de Santo Tomás? Fundamenta tu
respuesta.
3- ¿Qué interpretación realizas de la afirmación “la pregunta se priva a sí misma de su objeto”
de Heidegger?
4- ¿Qué crítica realiza Carnap al metafísico?
5- ¿Cuál es tu postura ante el problema metafísico? ¿con cuál de los autores encuentras ma-
yor coincidencia?

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