La comprensión lectora es el proceso cognitivo orientado a entender el
significado de un texto. Aprender a leer no es una tarea fácil y requiere por parte de los niños mucho tiempo y práctica. Dominar la lectura significa desarrollar una serie de estrategias que se van perfeccionando a lo largo del tiempo hasta que se consigue leer con fluidez y comprensión. Es decir, hay que aprender a leer con precisión (sin errores), de forma rápida (sin titubeos) y con la entonación adecuada. Y, lo más importante, se debe comprender lo que se va leyendo.
NIVELES DE COMPRENSIÓN LECTORA
Por un lado, vamos a ver algunos de los tipos de lectura más empleados y estudiados. 1. Lectura secuencial. Es la forma más natural de leer: el lector comienza un texto de principio a fin y lo termina sin interrupciones. 2. Lectura extensiva. Tiene como objetivo comprender el sentido general de textos extensos. En este caso, no importa que algunas palabras resulten complicadas, ya que se busca una comprensión más general. El ejemplo más claro es el de la lectura de novelas, pues no se busca una comprensión detallada y sistemática, sino el disfrute a partir de su sentido general. 3. Lectura intensiva. Al contrario que la lectura extensiva, la intensiva se utiliza para obtener informaciones detalladas. Es el modo en el que leemos para preparar un examen: necesitamos comprender todas las palabras y entenderlo todo. Se trata, por tanto, de una lectura más esforzada. 4. Lectura crítica. Esta lectura va un paso más allá y nos lleva a evaluar lo que leemos. Importa el sentido de las palabras y, sobre todo, nuestra opinión y juicio acerca de ellas. Por ejemplo, cuando realizamos un comentario de texto. Por otro lado, no toda la comprensión se realiza de la misma manera. Hay tres niveles de comprensión lectora que entran en juego al enfrentarnos a un texto: Nivel literal. Exige identificar y comprender la información explícita: conocer el significado de las palabras y su sentido en cada oración. Tratamos, pues, de descubrir qué dice el texto. Nivel inferencial. Obtenemos información que no aparece explícitamente, sino que el lector deduce del texto a partir de su experiencia e intuición. Es una comprensión más profunda y que interpreta lo que el autor quiere decir, aunque de forma implícita. Nivel crítico. Al igual que en la lectura crítica, la comprensión va seguida de una evaluación del contenido.
Técnicas para mejorar la comprensión lectora
Existen algunas técnicas concretas en función de los objetivos de lectura.
1. Lectura globalizada o skimming. Cuando buscamos los conceptos más
importantes y no tanto profundizar, solemos leer por encima y echar un vistazo a todo el texto. Se trata de repasar el texto sin detenerse demasiado, como cuando se repasa para un examen o una presentación. 2. Lectura focalizada o scanning. Por el contrario, aquí se realiza una comprensión lectora general del tema y el contenido del texto, pero con el fin de localizar datos concretos de manera rápida. 3. Lectura diagonal. El lector va saltando de forma rápida de epígrafe en epígrafe y recorre los párrafos de esquina a esquina leyendo solo palabras sueltas: títulos, palabras remarcadas, las más importantes, etc. 4. Lectura rápida. Este nuevo paradigma entrena al lector para aumentar su velocidad de lectura sin comprometer por ello el grado de comprensión. Existen numerosos ejercicios para incrementar el número de palabras que se leen por minuto, de unas 250 a una velocidad media hasta 400 o 700.