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INSTITUTO DE EMPRENDEDORES UNIVERSA

DERECHO PENAL INTERNACIONAL


Y
DERECHO INTERNACIONAL PENAL

LICENCIATURA EN DERECHO

DECIMO CUATRIMESTRE

PROFESOR: EFRAIN QUEZADA

ALUMNA: BRENDA ANTONIO MALAGON

FEBRERO 2019
EL DERECHO PENAL INTERNACIONAL Y EL DERECHO INTERNACIONAL
PENAL

El Derecho penal internacional puede ser definido como aquella rama del
ordenamiento jurídico internacional que tiene como función la protección de los
bienes jurídicos más importantes del orden social internacional frente a las formas
de agresión más graves, lo cual se logra a través de normas dirigidas a los
individuos, cuya infracción genera la responsabilidad penal individual de los
mismos en Derecho internacional.
En virtud de este concepto amplio, comprensivo del Derecho Internacional penal,
el objeto de las normas penales internacionales (o Derecho Penal de las naciones)
consiste en determinar las conductas que atentan contra un interés social de
trascendencia universal, cuya protección exige su tipificación como delitos y la
aplicación de penas impuestas por los Estados miembros de la Comunidad
Internacional «a través de actuaciones nacionales o internacionales, colectivas y
de cooperación».

Esta rama del Derecho Internacional ha sufrido una importante evolución; en la


actualidad existen tribunales penales internacionales, una Corte penal
internacional de carácter permanente y tribunales nacionales que actúan
respetando el principio de jurisdicción universal. Todos estos órganos
jurisdiccionales enjuician crímenes internacionales aplicando y desarrollando el
Derecho penal internacional, el cual ha sido incorporado también en gran medida
a los ordenamientos internos.
El Derecho Penal Internacional surge como consecuencia del hecho de que, los
estados desarrollan dentro de sus propios Códigos Penales, los límites de
vigencia de sus leyes para el caso de que determinados actos delictivos traspasen
los límites de un país, regulando con ello aspectos internacionales de tales
conductas. Por ejemplo, el Código Penal argentino dispone que sus normas se
aplicarán a los delitos que sean cometidos en su territorio o que tengan efectos en
éste, o en lugares bajo su jurisdicción. Este tipo de disposiciones nacen del
principio y derecho de soberanía que los Estados tienen para poder sancionar los
delitos que se cometan en su territorio o que tengan allí sus efectos.
El contenido del Derecho Penal Internacional, en tanto que Derecho
Supranacional, se compone de diversas normas jurídicas que determinan cuál es
la ley que ha de aplicarse al delito cometido, en caso de que el mismo trascienda
los confines de un Estado y altere valores de la comunidad mundial en su conjunto
(por ejemplo, los delitos cometidos durante el régimen nazi en el marco de la
Segunda Guerra Mundial). Por ello cuando de Derecho Penal Internacional se
trata, el sujeto de derecho a nivel internacional es la persona, y no los Estados,
como era tradicional entenderlo.
En 1945, en virtud de lo establecido por el Acuerdo de Londres, se incluyen como
regulados por el Derecho Penal Internacional, los crímenes contra la paz,
crímenes de guerra y contra la humanidad en su conjunto.
En el año 1998 se creó el Primer Tribunal Penal Internacional, radicado en la
Haya, con carácter estable (pues anteriormente se habían creado otros para
resolver conflictos en situaciones específicas) para juzgar a personas que
cometan delitos que involucren a más de un país.
La Corte Penal Internacional, tiene jurisdicción y competencia sobre ciertos delitos
específicos, (de los cuales no forman parte el contrabando, el tráfico de personas
o drogas o armas o el blanqueo de dinero), que reciben la denominación de delitos
transnacionales, por el hecho de que los mismos tienen efectos sobre la
comunidad mundial, que aunque gravísimos, no pueden concebirse como delitos
internacionales a juzgar por la Corte Internacional, y que serán juzgados por el
Estado que detenga al o a los delincuentes.
El ámbito de aplicación espacial de la ley penal se rige por el principio general
de territorialidad, que es consecuencia de la soberanía. El Art. 8 ,Código Civil y
los Art. 4,Art. 21, ,Ley Orgánica del Poder Judicial consagran el principio de
territorialidad, en virtud del cual la ley penal se aplica a todos los delitos
cometidos dentro del territorio del Estado y no se puede aplicar a delitos
cometidos fuera del mismo.
En relación con ello, se define el territorio como el conjunto de espacio dentro del
cual el sujeto ejerce su soberanía, ya sea en tierra, en el mar territorial (incluyendo
las aguas interiores), en el espacio aéreo territorial o en buques y aeronaves
(dentro de las cuales hay que distinguir entre las privadas y las de guerra), así
como en las sedes de misiones diplomáticas en el extranjero.
Por otra parte, en virtud del principio real o de protección, la ley penal española
se aplica también a ciertos delitos que se cometan fuera del territorio nacional
(23.3 ,Ley Orgánica del Poder Judicial), a algunos delitos cometidos por españoles
en el extranjero (23.2 , Ley Orgánica del Poder Judicial), en virtud del principio de
comunidad de intereses del 23.4 , Ley Orgánica del Poder Judicial (limitada por la
Ley Orgánica 1/2014, de 13 de marzo, de modificación de la Ley Orgánica 6/1985,
de 1 de julio, del Poder Judicial, relativa a la justicia universal).
El Derecho penal internacional (en la terminología adoptada por la cátedra:
Derecho internacional penal) es la rama del ordenamiento internacional cuya
misión es proteger los bienes jurídicos más importantes del orden social
internacional frente a las formas de agresión más graves mediante normas
dirigidas a los individuos cuya infracción genera la responsabilidad penal individual
de los mismos en Derecho internacional.
Las fuentes del DERECHO INTERNACIONAL PENAL

Frente al tema del DIP, podremos indicar que básicamente sus fuentes
se encuentran en una configuración bipartita, muchas veces excluyente
Tratados y normas internas. Así, la fuente originaría de éste derecho, y además principal, se
encuentra en los instrumentos internacionales; la mayoría de los tratados son bilaterales, y a la
vez poseedores de una gran variedad de construcciones jurídicas y repercusiones judiciales,
claro está, como fruto de los consensos entre los principales sujetos de derecho internacional

En otras palabras, se encuentra generalmente aceptado que la ley suple en


materia de derecho extradicional, la ausencia de tratado o norma internacional
sobre el tema. Lo mismo se aplica en relación a las demás figuras que hoy día
integran el DIP, como mecanismo de
cooperación judicial internacional frente a la criminalidad transnacional.

Pero vale la pena realizar una precisión conceptual sobre el alcance de los
tratados o instrumentos internacionales en materia de DIP; hay que decir que
generalmente el alcance que se le da a los tratados a nivel de relaciones inter-
nacionales, está contenido en las constituciones de cada Estado. En ese sentido
vale la pena en consecuencia manifestar, que se puede aceptar como plausible, la
siguiente clasificación de las fuentes de DIP: las constituciones; los tratados y por
excepción la ley.

CONCLUSION
El DIP y el DPI tienen un punto especial y único de convergencia hasta el momento, y
es el relacionado precisamente con la
cooperación judicial; es en este sentido en donde los dos derechos pueden
eventualmente confluir con el propósito anunciado en el párrafo precedente, de
desterrar de la faz de la tierra la impunidad, instaurando una justicia penal
globalizada, que se sustente en principios liberales, en derechos y garantías
procesales, no en los anhelos y las remembranzas de un sistema de justicia
soportado en la venganza, no importa cuál sea la naturaleza de su origen.

Así en un mundo inmerso en la globalización, pero también con evidentes e


influyentes elementos nacionalistas, locales y regionales, el DIP será durante el
siglo XXI, piedra angular frente a la persecución de conductas, imposibles de
llevar ante una CPI, ya sea por razones de consenso, por la entidad y
características delas mismas, o por móviles políticos, sin los cuales se
hace imposible la existencia del Derecho.

Es decir que no obstante la culminación de un grande esfuerzo centenario, con la


creación y puesta en funcionamiento de una corte internacional en materia penal
todavía nos encontramos inmersos en un mundo de culturas, religiones y sistemas
políticos y jurídicos diferentes, lo que hace altamente improbable que figuras como
la extradición puedan ser reemplazadas totalmente, a pesar de los pasos
agigantados que se han dado frente a su naturaleza jurídica, con la reforma de
algunos de sus principios y elementos, tal y como se corroborará en otro aparte
de esta investigación.

Por otro lado, sí se quiere encontrar un consenso sobre la nominación actualmente de un


nuevo tipo de derecho, lo que rápidamente lo está llevando hacía el
establecimiento de un contenido propio, incluso en relación a una construcción
dogmática, se puede buscar precisamente en el DPI.

De hecho actualmente encontramos, un acercamiento frente al establecimiento


teórico de la parte general del DPI; un consenso sobre la función del mismo a
través de la persecución de la macro criminalidad; una clara determinación sobre
su objeto; garantizar universalmente los DH; un propósito evidente, convertir con
carácter permanente a la persona natural como sujeto de responsabilidad
internacional; y una clara enseñanza, evitar la impunidad, haciéndole un llamado
a los estados, para que persigan aquellas conductas que todos los seres humanos
han decidido que no se pueden generar y tolerar.

Todo lo anterior basta para poner a tambalear los pilares sobre los cuales se
construyó el derecho internacional público, haciendo necesario un alto en el
camino, para re-orientar propósitos y esfuerzos, frente a realidades que desbordan
toda previsión normativa.

El DIP tiene que reconstruirse sí se quiere, comprendiendo las nuevas realidades


y amenazas mundiales y el tipo de criminalidad que persigue, muy diferente de
aquella macro criminalidad política, propia del DPI tiene que entender que su
principal estrategia en la actualidad se funda en apreciar y aprovechar las
cercanías y diferencias aún existentes entre los distintos sistemas jurídicos y
judiciales, unidos a través de un hilo conductor que recoge un propósito común; la
cooperación judicial interestatal.

El DIP debe comprender que hoy en día el reconocimiento mutuo de aquellas


jurisdicciones cercanas política, económica, ideológica y culturalmente, debe
primar frente a la definitiva participación de órganos administrativos en las
decisiones sobre entrega de personas para su juzgamiento y el eventual
cumplimiento de condenas; esta es una necesidad apremiante.

Pero por sobre toda consideración el DIP debe tener en claro que todas las
nuevas propuestas de cooperación interestatal para la persecución de la
delincuencia organizada transnacional, deben estar apegadas al respeto irrestricto
de os DH, sustentados en la dignidad humana; incluso toda cruzada contra el
terrorismo internacional, debe partir de la consideración especial que tiene la
persona humana, simple y llanamente por su naturaleza. Esos son los retos que
deberá afrontar jurídicamente una comunidad internacional cada vez más compro-
metida con el ser humano. Allí se encuentra el presente y futuro del DIP, pero por sobre
toda consideración esbozada, allí se encuentra su razón de ser.

BIBLIOGRAFIA

SANDOVAL MESA, Jaime Alberto. Principales aspectos de la convención contra la


delincuencia organizada transnacional y sus protocolos adicionales.

Inédito .Serie de Libros Azules Vol. VII “Las Naciones Unidas y los Derechos
Humanos, 1945-1995.

SERRANO FIGUEROA, Rafael. El terrorismo y el derecho internacional. Anuario


mexicano de derecho internacional. Volumen III. 2003

GARCÍA SÁNCHEZ, Beatriz. Límites a la ley penal en el espacio. Primera edición.


Barcelona España: Atelier libros jurídicos. 2004.

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