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FINAL CLÍNICA DE ADULTOS - Promoción

PATOLOGÍAS DE BORDE
Dujovne, A y Paulocci, O. - “Nuevas realidades: el borderline y la vigencia de los
fundamentos”
Breve revisión del concepto de la patología Borderline.
• En la literatura psicoanalítica se ha observado un creciente desarrollo de la llamada patología
borderline.
• Se revelaría una insuficiencia de los fundamentos del psicoanálisis para su abordaje teórico y
clínico.
- A partir de la dificulta de la instalación de la transferencia y de la operatoria interpretativa se
plantea la necesidad de modificar el dispositivo analítico y los instrumentos de análisis que
se mostrarían inoperantes.
• Sujetos con interrogantes sobre el sentimiento de sí mismos, con dificultades en el
acercamiento al otro y episodios de claustro y agorafobia.
- Frecuentes los registros fantasmáticos de entrega sacrificial al Otro, habiendo intentado dar
lo que el otro demanda.
- Habitualmente son relatadas experiencias depresivas y sentimientos de baja estima.
- Situaciones de Acting-Out.
- En algunos casos hay historia de aparentes episodios psicóticos o despersonalización. Hay
que diferenciar síntomas psicóticos descriptos fenoménicamente que pueden presentarse en
estructuras neuróticas, de aquellos correspondientes a las psicosis estructurales.
• Las descripciones sintomáticas más allá de su gravedad, no pueden ser la brújula que nos
oriente para ubicar un sujeto fuera del campo de la neurosis.
- Si nos guía la estructura del sujeto en cuanto a su posicionamiento frente al deseo.
• Para los autores que prioricen la analizabilidad (Kohut), las características intrapsíquicas y
fenoménicas (Kernberg) o, las descripciones sintomáticas (Gunderson y Kolb), se constituye un
conjunto que es la patología borderline.
- Esta categoría avanza sobre la categoría freudiana de la neurosis. Se llega a constituir un
terreno que, no siendo ni psicosis ni neurosis, el de los pacientes difíciles o severamente
perturbados. Representa un conjunto heterogéneo tanto desde el punto de vista sintomático
como estructural.
Nuestra perspectiva desde Freud y Lacan
• Es posible ubicar muchos de los casos catalogados como pacientes borderline en la categoría
de la neurosis en su vertiente histérica u obsesiva, no meramente en función de la presentación
sintomática sino en lo concerniente a su ubicación en relación al deseo como insatisfecho en la
histeria y, como imposible en la neurosis obsesiva.
• Tanto la histeria, como la obsesión, y la fobia, implican consecuentemente la posibilidad de
analizabilidad según el dispositivo analítico freudiano.
- El establecimiento de la transferencia analítica y, su correlato la regla fundamental,
condiciones indispensables para que la interpretación sea operativa.
• La frecuente emergencia de angustia, así como la presencia de fobias espaciales nos orienta al
grado cero de la neurosis que constituye la fobia, placa giratoria que a su vez puede
evolucionar hacia la histeria o neurosis obsesiva.
• Se han descripto transiciones de síntomas fóbicos a síntomas aparentemente perversos.
- Pasaje de un objeto fóbico a un objeto fetiche.
- Este pasaje no implica a nuestro entender una estructura perversa como tal, sino que ilustra
en la transitoriedad del síntoma perverso, el lugar de placa giratoria de la fobia.
• Uno de los elementos que sustentan el diagnostico de patología borderline para diferentes
autores, es la existencia de actuaciones como signo de fallas en el control de impulsos.
- Ubicamos el Acting-Out en línea con el agieren freudiano, no como estructura sino como
zona de relación del sujeto con el Otro, hallable en las diferentes estructuras clínicas y,
diferenciándolo del síntoma en el sentido psicoanalítico. El síntoma es una formación del
inconsciente, y tiene a nuestro entender una estructura discursiva metafórica. Implica un
goce engañoso, bastándose a sí mismo.
- La operación analítica en el Acting-Out debe diferenciarse de la interpretación en el sentido
clásico, posibilitando la instauración de la transferencia. El intento de reducir el Acting por
vía de su prohibición o de la insistencia interpretativa, puede generar un incremento de las
actuaciones y por lo tanto llevara una ratificación del diagnóstico “borderline”.
• El reforzar el yo ofreciéndose el analista como yo auxiliar, favorece lo que podemos llamar
borderlinización del sujeto, al obturarse la dimensión del deseo y quedar el mismo reducido a la
necesidad.
• Consideramos equivoco ubicar las actuaciones como uno de los pilares en el diagnóstico de
borderline, ya que estas pueden corresponder a una estructura neurótica, psicótica o perversa
que se pondrá más claramente en evidencia una vez reducido el Acting-Out.
• En cuanto a la ubicación de pacientes con crisis psicóticas, episodios de despersonalización,
perdida de realidad, polimorfismo sintomático y dificultad en la instauración y mantenimiento de
la transferencia: pensamos a la psicosis como estructural, en tanto diferente de la neurosis y la
perversión, más allá de la fenomenología que se evidencia en su desencadenamiento.

Mazzuca, R. - “Los excesos de la histeria”


Resumen
• Valor clínico actual de la categoría de “locura histérica”. La necesidad de delimitar histeria y
psicosis surge cuando el concepto de histeria es ampliado para abarcar, además de las crisis
histéricas y fenómenos corporales, rasgos de personalidad y fenómenos alucinatorios y
delirantes. En este caso fueron denominadas “locuras histéricas”. Mientras Bleuler la consideró
parte del grupo de las esquizofrenias, numerosos clínicos objetaron esa inclusión señalando
que el carácter disociativo de la histeria difería esencialmente de la Spaltung bleuleriana. Se
mencionarán en este sentido los aportes de Janet, que investigó el estado mental de los
histéricos delimitando los factores que determinaban los estados de desdoblamiento de la
personalidad característicos de esos sujetos; de Freud, quien utilizó el término “psicosis
histérica” para casos ricos en fenómenos alucinatorios, delirios oniroides y estados hipnoides,
que también abordó este tema en la neurosis demoníaca del pintor Haitzmann y la Gradiva de
Jensen y, finalmente, en las distinciones sobre la alucinación en la esquizofrenia, el sueño y la
amentia. Por último, se hará una referencia a la desaparición de la histeria en los sistemas
diagnósticos originados en la psiquiatría anglosajona (DSM IV, CIE 10) y a las contribuciones
sobre este tema derivadas de la obra de Lacan.
Los excesos de la histeria
• La histeria es una categoría clínica milenaria: contamos con descripciones de síntomas que
muestran que ya los egipcios la reconocían. Desde la cultura griega ha conservado su nombre,
el cual, como es sabido, proviene de útero, De allí que durante mucho tiempo fue considerada
propia de las mujeres. Recién en el siglo XVII, al iniciarse el desarrollo de la anatomía y la
investigación del sistema nervioso, se trasladó su localización desde el útero al cerebro. Por
primera vez, entonces, se la reconoció como una enfermedad que podía afectar a ambos
sexos, pariente de la epilepsia.
• Pero esta concepción neurológica era tan discordante con la ideas psiquiátricas de la época
que fue ignorada por varios siglos. Cuando Freud, a su regreso de su estada en París para
estudiar con Charcot, publicó su artículo sobre un caso de histeria masculina, fue recibido con
desdén por su colegas vieneses. El hecho de que se haya conservado tanto tiempo la idea de
una enfermedad de mujeres constituye, sin embargo, un indicio de que la psiquiatría reconocía
connotaciones sexuales en sus síntomas.
Evolución del cuadro clínico
• En cuanto a la composición de su cuadro clínico, fue evolucionando a lo largo de los siglos.
1) Inicialmente, se la identificó con los ataques o crisis histéricas. Esto da cuenta de que se la
considerara pariente de la epilepsia y originó los estudios de diagnóstico diferencial entre
ambos tipos de crisis.
2) Pero muy pronto, ya entre los griegos, se incluyó una serie de síntomas corporales que se
confundían con los de múltiples enfermedades.
3) Finalmente, se agregaron características del estado mental, lo que hoy muchos denominan
rasgos histéricos de la personalidad.
• Sobre este último grupo, a fines del siglo XIX se delimitó un síndrome específico constituido
fundamentalmente por alucinaciones y delirios que recibió la denominación de locura histérica.
Su naturaleza psíquica y localización nosográfica
• Es muy conocido que Freud inventa el psicoanálisis a partir de su trabajo con pacientes
histéricas, problemática con la que se había familiarizado cuando estudió con Charcot. Fue el
primero en sostener abiertamente que la formación de sus síntomas respondía a mecanismos
psíquicos. Lo hizo en un trabajo de semiología neurológica en el que mostró que las parálisis
histéricas no podían confundirse en el diagnóstico con las parálisis orgánicas, ya que aquellas,
en su conformación, no respetaban las vías del sistema nervioso, sino, algo nunca visto en una
enfermedad orgánica, se formaban según el significado de las palabras. De este modo, la
histeria dejó de ser una enfermedad del sistema nervioso -como sostenía todavía Charcot, a
pesar de haber proporcionado las bases firmes sobre las que se erigió la tesis freudiana- para
tornarse en una patología psíquica que, junto con la neurosis obsesiva, pasó a constituir la
pareja protagonista de la clínica freudiana.
• Un movimiento semejante se cumplió en la psiquiatría, especialmente entre los discípulos de
Charcot. Por la misma época, Babinsky probó fehacientemente que las parálisis histéricas no
eran orgánicas, al punto de refutar incluso la existencia de una lesión funcional, como la había
llamado el maestro parisino. De este modo, al perder toda conexión con una base orgánica, se
agregó un motivo más para la desconfianza que siempre tuvo la psiquiatría hacia esta entidad
clínica. De allí que su desaparición, en la actualidad, de los sistemas estadísticos como el DSM
IV, no constituya una novedad: es una manifestación más de una tendencia que se ejerció de
manera permanente en la historia de la psiquiatría. Por otra parte, esa eliminación es coherente
con los criterios básicos con que se construyen esos sistemas que, al definir trastornos
observables bien delimitados, no admiten síndromes tan polifacéticos y móviles como son los
síntomas de la histeria.
• Necesariamente deben desmembrarlos en varias categorías. La histeria y la paranoia son las
dos categorías centrífugas, en el sentido de que ambas, aunque por razones muy diferentes,
tienden a ser expulsadas de las nosografías psiquiátricas. A pesar de que grandes clínicos se
ocuparon de ella, desde Pinel y Esquirol, Griesinger, Morel, Krafft-Ebing, hasta Janet y
Kraepelin, la histeria quedó ubicada en la psiquiatría siempre en un lugar marginal.
Los mecanismos de formación de sus síntomas
• Su existencia milenaria se prolongó hasta nuestros días principalmente por el lugar privilegiado
que adquirió en el psicoanálisis, el cual proporcionó sus fundamentos, distinguió sus formas y
desarrolló una clínica muy precisa, sobre todo en algunas de sus orientaciones, como las de
Freud y de Lacan. Otras escuelas psicoanalíticas, en cambio, como Melanie Klein, la tuvieron en
un segundo plano. Freud la caracterizó por la firmeza de la represión y por una forma especial
de retorno de lo reprimido, el mecanismo de conversión, específico de la formación de sus
síntomas, lo cual indica que, en su concepción de la histeria, predominaba el segundo grupo,
los síntomas corporales, forma que fue denominada pequeña histeria, como la del caso Dora.
• Lacan, en cambio, considera que la histérica se identifica imaginariamente con un hombre, para
desde allí interrogarse sobre la sexualidad femenina: en qué, por qué y cómo una mujer suscita
y sostiene el deseo sexual de un hombre. Es por esto que en su concepción se destaque el
aspecto homosexual de la histeria. En cuanto al mecanismo de constitución de sus síntomas,
ubica en el primer plano, no la conversión, sino otro mecanismo freudiano, la identificación con
el síntoma de los otros, lo que le otorga esa apariencia de imitación o de contagio, como en el
ejemplo del pensionado: cuando una interna produce un síntoma es seguida por gran parte de
las otras.
• Aunque el resultado sea un contagio, la vía por la que se produce es la identificación de sujeto
a sujeto en el deseo. Esta vertiente, condujo a Lacan a ubicar la histeria no sólo como una
patología sino también como la modalidad misma por la que se trasmite el deseo.
Los fenómenos colectivos de la histeria
• La medicina también se ha ocupado del contagio en fenómenos colectivos que, como los de
posesión, en ocasiones han llegado a asumir la magnitud de verdaderos movimientos sociales
que no se desarrollaron solo en el interior de los conventos sino que abarcaron ciudades
enteras. Estas epidemias de posesión se prolongaron mucho mas allá de la edad media y
moderna. En pleno siglo XIX, imbricada con el proceso imperial francés, se desarrolló una de
ellas. Comenzó en 1857 con un niña atacada de un mal extraño; en 1859 la cantidad de
enfermos alcanzaba ya los 150. Al año siguiente el gobierno imperial, debido a la magnitud
creciente del fenómeno, toma cartas en el asunto enviando un médico al que posteriormente
debieron agregarse otras delegaciones. Un año más tarde, el Ministro del Interior se vio
obligado a instalar un puesto de gendarmería. Al siguiente, debió enviarse el Regimiento 76 de
infantería. Recién en 1863 pudo declinarse el control militar. Pasaron diez años más hasta que
el episodio pudo darse por superado.
• Esta epidemia no fue un episodio aislado, sino una de las últimas repercusiones de fenómenos
de posesión que tuvieron un gran desarrollo en la Europa de la segunda mitad del siglo XVI y
primera del XVII. En 1563, por primera vez un médico se atreve a desafiar a la Inquisición al
considerar la posibilidad de enfermedad mental en las brujas y posesas. Fue necesario esperar
al siglo siguiente para que los médicos fueran convocados como peritos en esos procesos.
Recién entonces, se formuló oficialmente el diagnóstico de histeria para algunos casos de
posesión. Estas ideas tardaron otro siglo en difundirse y aceptarse. Este movimiento forma
parte de la obra civilizadora de la psiquiatría que tomó a su cargo el espíritu científico de las
luces y realizó varias veces la operación de transformar en enfermedad los que hasta ese
momento eran considerados pecados o delitos. Por eso no resulta erróneo ubicar el comienzo
de la psiquiatría, en su forma contemporánea, en el acto por el cual, por mítico que sea, Pinel
libera de sus cadenas a los alienados, sacándolos de las prisiones para darles un lugar en la
institución hospitalaria. Se puede evocar también la transformación realizada por la psiquiatría
al lograr imponer la categoría clínica de las perversiones, iniciando así el movimiento por el cual
muchas de ellas, incluida la homosexualidad, pasaron primero de la categoría de pecados y
delitos a la de enfermedad y, finalmente, a su exclusión del campo de la psicopatología como
ocurre en la actualidad. Como vimos, mucho antes de Pinel, la psiquiatría hizo ese movimiento
con las víctimas de la Inquisición, cuyos archivos fueron investigados todavía por Charcot,
como si se tratara de historias clínicas, que le permitieron demostrar la objetividad de los
síntomas histéricos, es decir, cómo a través de los siglos y con desconocimiento de sus actores
repetían formas que se acomodaban a ciertas reglas.
Las locuras histéricas en la nosología psiquiátrica y psicoanalítica
• No solamente en los estados de posesión la histeria asume formas delirantes. Varios de los
primeros casos atendidos por Freud e incluidos en sus Estudios sobre la histeria, entre ellos
también Ana O., la paciente atendida por Breuer, presentaban entre sus síntomas diferentes
clases de alucinaciones, además de estados de desdoblamiento de la personalidad
característicos de esos sujetos. Para englobar casos de este tipo, se constituyó hacia fines del
siglo XIX la categoría clínica de las locuras histéricas, caracterizada por “el polimorfismo de las
manifestaciones delirantes, riqueza de alucinaciones, delirio onírico análogo al delirio tóxico, y
posibilidad de tratamiento mediante hipnosis o psicoterapia”, según la definición de Jean
Claude Maleval, psicoanalista lacaniano y catedrático de la Universidad de Rennes, quien se ha
ocupado en numerosos trabajos del estudio de esta entidad clínica construida tanto por la
escuela francesa de psiquiatría como por la de lengua alemana. En la primera, se destacan los
trabajos de Moreau de Tours, Legrand de Saule, y sobre todo, los de Pierre Janet sobre el
estado mental de las histéricas y sus estudios, construidos detalladamente y cuidadosamente
expuestos, de los casos de Madeleine y de Achille.
• En la segunda, cabe mencionar, en primer término, los trabajos de Griesinger, y algo más tarde
los de Krafft-Ebing. La sexta edición del tratado de Kraepelin, la incluye en el grupo de las
neurosis junto con la locura neurasténica y la locura epiléptica. Los delirios histéricos pueden
ser agudos, intermitentes, o aún crónicos.
• Dos décadas más tarde, sin embargo, esta entidad clínica desaparece de manera simultánea
con la creación, por parte de Bleuler, del grupo de las esquizofrenias. Maleval llama la atención
sobre cómo, paradójicamente, el mismo Freud contribuyó en esta dirección ya que, si bien en
los primeros años de su trabajo utilizó el término psicosis histérica e incluyó entre sus casos,
como ya mencionamos, algunos con manifestaciones alucinatorias y delirantes, posteriormente,
cuando inició el diálogo con la escuela de Zurich, se dejó impregnar por las concepciones de
psiquiátricas de Bleuler, quien las incluyó dentro del amplio y heterogéneo grupo que creó para
continuar y modificar a la vez la demencia precoz de Kraepelin. Los psicoanalistas
posfreudianos, por su parte, contribuyeron a desplazar esta forma de la histeria hacia las
psicosis, ya que, no solo consideraron, justificadamente, la paranoia del Hombre de los lobos
como una psicosis, sino que aún Ana O. fue clasificada entre las esquizofrenias, en un abuso de
la categoría de las formas pseudoneuróticas de esa entidad clínica.
Los excesos actuales de la histeria
• Cabe preguntarnos entonces ¿qué ocurrió con las locuras histéricas, esas formas “psicóticas”,
entre comillas, de la histeria? ¿Desaparecieron en una cultura que excluyó las prácticas
demonológicas?, como opina Freud. ¿O se expresan en la actualidad por medio de otras
formas? Las respuestas abarcan ambas alternativas.
• En cuanto a la primera, se puede tomar en cuenta el diagnóstico de Lacan, que sostiene que la
histeria mitigó sus formas y sus síntomas como respuesta al surgimiento del psicoanálisis.
Lacan describe la histeria y sus síntomas en permanente diálogo con los clínicos. Así como el
globus histericus existió durante cientos de años transmitido por las sugerencias de los
médicos que, a través de los interrogatorios, contribuyeron a su conservación; el surgimiento
del psicoanálisis, la posibilidad de una nueva escucha ofrecida a los histéricos y, sobre todo, la
prescindencia de los métodos sugestivos en relación con la histeria, condujeron, si no a
silenciar sus síntomas, por lo menos a moderarlos.
• En cuanto a la segunda alternativa, cabe preguntarse cuáles son las formas actuales de los
excesos de la histeria. En mi opinión, pueden señalarse por lo menos cuatro.
1) Ante todo, la vía facilitada por Bleuler al incluir las locuras histéricas, con la complicidad de
Freud, dentro del grupo de las esquizofrenias: se conocen multitud de casos de histéricas
tratadas, y aún internadas por años, como esquizofrénicas. Estos casos no son novedosos:
proponen al clínico las mismas dificultades diagnósticas de los casos muy conocidos:
Madeleine y Achille, de Janet; Natalia, de Víctor Tauk; Suzanne, de Marion Milner; Suzanne
Urban, de Ludwig Binswanger; o Marie-Christine de Maleval, entre otros.
2) En segundo lugar, deben mencionarse las anorexias actuales. Los psicoanalistas y clínicos
dedicados a su estudio y tratamiento coinciden en que gran parte de los pacientes que
integran este grupo se caracterizan por una estructura subjetiva histérica y responden al
tratamiento como tales. Por lo general, cuando ocurre alrededor de la adolescencia, como
modo de resistencia ante madres ansiosas y demandantes. No todas las anorexias
constituyen locuras histéricas, muchas de ellas llegan a la psicosis. Aquí, al igual que dentro
de los otros fenómenos designados como síntomas actuales, se trata de un grupo muy
heterogéneo. Sin embargo, la clínica de la anorexia reconoce en este campo un refugio para
los excesos de la histeria, ya que gran parte de quienes modulan su imagen corporal según
las formas ideales de la moda, presentan problemáticas y mecanismos propios de la histeria;
se trata de un testimonio ampliamente compartido.
3) En tercer lugar, debe hacerse una referencia al síndrome de personalidad múltiple, aun
cuando esa moda no haya llegado hasta nosotros, sudamericanos, con la misma intensidad y
extensión que las anorexias. En 1972, la personalidad múltiple parecía ser todavía una mera
curiosidad. En 1980 se convirtió en un trastorno oficial en la tercera versión de DSM de la
Asociación de Psiquiatría Norteamericana. En 1982 ya se hablaba de la epidemia de
personalidad múltiple. En 1986 se diagnosticaron seis mil casos. Después, su incremento fue
calificado como exponencial. Ian Hacking, epistemólogo norteamericano de las
clasificaciones psiquiátricas, se pregunta qué pasó: ¿se trata de una nueva forma de locura,
poco conocida anteriormente? ¿o existía desde antes pero no se la sabía reconocer?
Diversos indicios indican que su modo de transmisión no es diferente de las epidemias de
otros siglos y, especialmente, que su reconocimiento e inclusión como categoría diagnóstica
no han sido ajenos a su desarrollo.
- Finalmente, corresponde preguntar si los fenómenos de posesión son específicos de otras
épocas, como Freud sostuvo cuando escribió su artículo sobre el pintor Haitzmann: Una
neurosis demoníaca del siglo XVII, o continúan existiendo en la actualidad. Todo indica que
su desarrollo no fue propio de un único momento de la historia, particularmente propicio,
sino que se desarrollan toda vez que esas condiciones vuelven a presentarse en muy
diferentes grupos culturales. No son hechos que transcurran solamente en la ficción fílmica,
sino en la vicisitudes de las sectas que mantienen su creencia en los espíritus y la posesión,
algunas de origen afrobrasilero, pero también de otras latitudes. No es extraño, entonces,
reencontrarlas en determinados nichos culturales de nuestras propias ciudades, a veces por
sí solas, otras en delirios a dúo, o colectivos, donde pueden converger distintas estructuras
psicopatológicas y combinarse las locuras histéricas con las psicosis propiamente dichas.
El diagnóstico diferencial entre locuras histéricas y esquizofrenias
• Los problemas de diagnóstico diferencial entre las locuras histéricas y las psicosis,
especialmente, las esquizofrenias, fueron señalados desde el nacimiento de ambas categorías
clínicas. Numerosos clínicos objetaron la amplitud abarcativa del grupo de las esquizofrenias,
señalando que el carácter disociativo de la histeria difería esencialmente de la Spaltung
descripta por Bleuler como el proceso basal de la esquizofrenia. Debe mencionarse a Janet,
quien investigó el estado mental de los histéricos y delimitó los factores específicos de los
estados de desdoblamiento de la personalidad característicos de esos sujetos. Por otra parte,
las contribuciones del psicoanálisis, aún las de Freud, pero sobre todo de Lacan, resultaron
decisivas en el establecimiento de los rasgos diferenciales de ambos tipos de delirios.
• Para terminar, mencionaré brevemente los cuatro grupos en que pueden distribuirse:
1) La modalidad del desencadenamiento o, como la llamaba Freud, las ocasiones de la
enfermedad. Mientras en las psicosis predomina la situación delimitada por Lacan como la
presencia de Un padre en lo real, introduciendo una instancia tercera en la relación imaginaria
del sujeto con su pareja; en las locuras histéricas actúan condiciones erógenas que movilizan
la culpabilidad inconsciente.
2) La modalidad de delirio. Este responde a mecanismos disociativos, automatismos mentales y
alteración de la estructura del lenguaje, en el caso de la esquizofrenia. Se trata de delirios
oniroides, con alteración del registro imaginario y la presencia de significados inconscientes,
en las locuras histéricas.
3) La evolución del delirio, ya que en las últimas no se presentan deterioros.
- Finalmente, la respuesta a la transferencia. Las locuras histéricas se comportan en este
sentido de igual modo que las otras formas de histeria y son susceptibles del tratamiento
analítico o, en general, de mejoras por vías psicoterapéuticas, como quedó señalado desde
el momento mismo de su constitución como entidad clínica.

Reyes, M. T. - “El caso Lucy: desafíos en la clínica psicoanalítica”


• La práctica psicoanalítica reciente recibe consultas de sujetos que los situamos en el borde de
las neurosis, estos fenómenos que se presentas por fuera de las clásicas formaciones del
inconsciente que mas allá de las diferencias sintomatológicas, los une un denominador común:
la carencia de representación psíquica. Sus penas son así mostradas, allí donde n o se habla.
• No podemos desconocer que estas presentaciones clínicas como los trastornos alimenticios, la
toxicomanía, los actings, las enfermedades psicosomáticas y las depresiones, existen desde
todos los tiempos, es incuestionable que hay un notable incremento de ellas que son propias
de las características de la época.
• Frente a estas, es necesario maniobrar con recursos y estrategias que permitan acotar las
escenas en lo real para posibilitar el pasaje entre lo que “insiste mostrarse” en una “insistencia
en decirse”.
Caso clínico: De la deriva a un punto de partida.
• La paciente a la que llamaré Lucy, tiene 18 años y vive sola con la madre desde hace un año.
Sus padres se separaron cuando ella tenía 2 años.
• La paciente se presenta desaliñada, habla en forma confusa, contradictoria y entrecortada.
Aparece como adormecida, su tono de voz es bajo y su mirada perdida. Cuenta escenas de
actings continuos, no puede tener un hilo de pensamiento, se pierde, anda a la deriva y se
angustia cuando percibe esto.
• La madre está encima de ella todo el tiempo, no le saca la mirada de encima y le dice que
desordenada, “el otro día me tiro toda la ropa porque estaba desordenada, toda tirada”.
• Desde el discurso materno se trata de tirar lo que no entra en el orden. La analista aloja el
desorden que ella trae y esto cobra dimensión de acto: dejar que sus pensamientos
desordenados vengan, en vez de ser tirados.
• El hermano (que es el que hace todo bien) también pretende guiar su vida “puesto en el lugar
del padre”, le dice que no tienen que salir de noche y se pelean.
• Lucy cuenta que sus noches de boliche y de su atracción por un gay (Alejandra).
• Habla del padre que lo ve caído, permisivo, pasivo, femenino, y manejado por mujeres.
• Yo, como analista, siento angustia y no sé bien que hacer porque me preocupaba su estado de
confusión y sus actings. Por otra parte, ante el llamado a sus padres, estos no responden y me
preocupa también Lucy es menor de edad, le propongo ver a un médico para ver si es
necesario medicarla para que pueda dormir. La psiquiatra no le gusta porque “le pregunta
mucho, la invade, no la deja hablar”.
• Porque el analista no sabe todo, es que ella está dispuesta a hablar Lucy capara la angustia del
analista y la lee como un deseo: La analista está preocupada por ella. Le digo que no la voy a
medicar pero que tiene que venir más.
Entrevista con los padres
• La madre dice que ella sabe todo sobre su hija “siempre fue rara, si no es psicótica le pega en
el poste. Algo me dice que va a terminar mal. Yo soy vidente y se de lo que le hablo.
• El padre dice ¿Cuánto tiempo tengo que invertir en ella? Yo suelo caer tanto anímicamente
como económicamente. Tengo problemas.
Guardar un secreto. Un punto de partida.
• Lucy relata angustiada que la madre le ha dicho que hoy tiene que hablar conmigo de cosas
graves que le vienen pasado.
• A: No es necesario que lo digas, si hoy no tenes ganas. Vos podes guardar tu secretos.
• L: Claro (Este es el punto de partida).
• Tener un secreto posibilita el hecho que ella quede afuera de la madre, con vida interior. En esa
sesión la paciente no cuenta anda, pero a la siguiente me trae una carta donde queda
desplegado un delirio persecutorio. En las siguientes sesiones confiesa que hace tiempo que
tiene sentimientos de persecución: siente voces, risas y teme ser escuchada y no tener
intimidad.
• Lucy atrapada como objeto materno, su paranoización revela como ella es todo vista y oída
como si estuviera abierta, sin un adentro ante esta madre vidente.
• Lucy le pregunta al analista que piensa de esto que ella le pasa; y le respondo que “sentir
• sensaciones locas no la definen como loca”, y responde con entusiasmo “entonces no estoy
loca”.
• Empieza a salir con la cuñada y algunos amigos.
• Su discurso actual gira en torno a hablar de la cuñada como una mujer que sabe tener al
hermano, se pregunta porque ella no ha tenido novio. Momento del análisis donde muestra una
histerización, Lucy quiere localizar, reconstruir, desde su análisis, a partir de cuando se empezó
a sentir a la deriva y como lo simple para otros fue tan difícil para ella: guardar un secreto, elegir
cuando estar y cuando no (ya que falto una vez a terapia), estos descubrimientos ella los
nombra como su punto de partida.

Freud, S. - “De la historia de una neurosis infantil” (Hombre de los Lobos)


• El caso, "Sobre la historia de una neurosis infantil", también conocido como uno de los
historiales freudianos, “el hombre de los lobos”, escrito en 1914, y publicada en 1918; describe
la reconstrucción histórica de la infancia de Sergei Pankejeff (se juega lo sexual en su nombre
“Sergei”: “ser-gay”): un joven ruso que inicia su análisis con Freud a sus 23 años tras haber
contraído gonorrea. El caso clínico presenta una serie de particularidades que incluso
desconciertan al mismo Freud.
• Se ubicarán como fechas clave las siguientes:
1) Primer infancia:
• El año y medio de edad: fecha estimativa de la escena primordial; (ve a los padres teniendo
relaciones sexuales)
• los dos años y medio: se da la escena con la Gusha;
• los tres años y medio: prehistoria de seducción; (es seducido por la hermana mayor,
desencadenando su agresión)
• los cuatro años: tiene un sueño que le desencadena síntomas de una histeria de angustia
(zoofobia); (sueño de los lobos que se escribe más adelante)
• los cuatro años y medio: Sergei comienza a desarrollar una neurosis obsesiva,
• (comienza a realizar actos religiosos de tipo compulsivos) duración hasta los diez años
• y los cinco años, donde tiene lugar la escena de alucinación del dedo
2) Adultez:
• A los 18 años: contrae gonorrea lo que le provoca un "quebranto psicológico". Desde ese
entonces pasa largo tiempo en sanatorios alemanes. Es diagnosticado por Kraepelin y Siehen
como un caso de "insania maniaco-depresiva".
• Años después: inicia tratamiento con Freud: en cuanto al diagnostico, Freud difiere de Kraepelin
y Siehen, y plantea que la insania maníaco depresiva seria un diagnostico mas pertinente para
el padre del paciente.
Composición familiar
• La familia de Sergei está compuesta por su padre, maniaco depresivo, una madre enferma y
una hermana esquizofrénica la cual muere a edad temprana. Sus padres se casan jóvenes y
siguen viviendo un matrimonio dichoso por algún tiempo hasta que aparecen en escena las
afecciones abdominales de la madre y los primeros ataques de desazón del padre, razones que
llevan a los padres a ausentarse de la casa. Al paciente, el quebranto de la madre, se le hizo
notorio desde la primera infancia, ya que esta mujer a causa de su enfermedad se dedicaba
relativamente poco a sus hijos.
• En cuanto a su hermana (dos años mayor) Freud la caracteriza como una muchacha vivaracha,
inteligente y prematuramente díscola, desempeñaría un importante papel en la vida de Sergei. A
sus tres años y medio ésta lo habría seducido intensamente tocándole el miembro y jugando
con él. Esta escena dará lugar a una serie de cuestiones relativas a lo activo-pasivo y a la
amenaza de castración.
Otros personajes
- “La ñaña”, que por lo que recuerda el paciente, habría sido una anciana inculta, de humilde
origen, que le demostraba mucho afecto; (lo reprime cuando Sergei le muestra el miembro)
- una gobernanta inglesa a la que contratan un verano para cuidar a Sergei y a su hermana.
- Gusha, una niñera que lo habría cuidado previamente a la llegada de la ñaña y que al parecer
habría ocupado el lugar de un primer amor. (Una criada a la que vio fregando el piso en una
posición similar a la que se encontraba la madre en la escena primordial; intentó seducirla y
la criada amenaza, diciéndole que “a los niños que hacen eso se les pega ahí, dejándoles
una herida”: hay un retroceso de la libido genital a la anal)
• La familia vivía en una finca. Con el correr del tiempo los padres la venden y se movilizan a la
ciudad. Este hecho es significativo en la infancia del paciente: sus padres comienzan a viajar en
los veranos, dejándolo al cuidado de la ñaña y del personal doméstico. De pequeño se
mostraba tranquilo y dócil y por este motivo los padres decían que él debería haber sido la niña
y su hermana mayor el varón. (Se juega lo sexual: activo pasivo: su hermana, la que debería
haber sido varón es activa en tanto excita, y Sergei quien debería haber sido niña, se ve dócil,
tranquilo, castrado constantemente por quienes le decía que mostrar su miembro estaba mal)
Sin embargo, luego de un viaje que realizaron los padres un verano, el niño se mostraba
irritable, violento y embravecido.
• El paciente cree haber hecho su primer escena de irritabilidad una Navidad en que no recibió
doble regalo ya que su cumpleaños era el mismo día que navidad, pero no recuerda muy bien
los tiempos cronológicos. (Su cumpleaños era el 25 de Diciembre, fecha que en el caso se
asocia con el nacimiento de Jesús, y aparentemente recibía siembre doble regalo: por Navidad
y por su cumpleaños. A partir de su irritabilidad, no le dan doble regalo)
Estructura, sintomatología, organización yoica y mecanismos de defensa
Cuando y como se conformó la enfermedad, y el motivo desencadenante
• Estructura: Desde lo comprendido del caso freudiano, podemos dar cuenta que se trata de una
estructura conocida como “inclasificables” que Freud la llama “neurosis de infancia”. Se
observa que su vida sexual cuenta con características sádicas – anales. Sadismo que luego se
vuelve contra sí volviéndose masoquismo. El paciente desarrolla un fuerte sentimiento de culpa
con respecto al onanismo (“le pegarían en el pene”) (De nuevo se juega el rol activo – de
mostrar - y pasivo – es castrado cada vez que muestra el miembro-). El padre se convierte en
su objeto, es con quien se identifica y quien ante la conducta de Sergei, le pega, Cuanto Sergei
más gritaba, el padre más le pegaba: en otras palabras, pedía ser el pasivo porque se había
identificado con la madre en la escena primaria y pedía que el padre, con rol activo, le pegara)
de esta manera el niño recibe la “anhelada satisfacción sexual masoquista” (Freud, 1918 [1914]
p.27) y alivio al sentimiento de culpa. Erotismo anal.
• Sintomatología: El paciente siente angustia desde el sueño de los 4 años, ceremonial obsesivo,
alucina a los 5 años, sufre de grave constipación y defeca mediante purgas. Sufre períodos de
grandes y severas depresiones. Desarrolla un trastorno obsesivo de contenido religioso y
Zoofobia.
• Al momento de consultar a Freud, había contraído gonorrea, presentaba un talante sombrío
desde el mediodía hasta las 5 de la tarde, constipación, falta de autonomía, dependencia
absoluta e incapacidad de estudiar y trabajar.
• Para Freud los síntomas de la infancia del paciente serian aquellos de una “histeria de
• conversión”, donde el intestino se comporta como un órgano fallado a modo de histeria, debido
a la homosexualidad inconciente reprimida. Asimismo, la fobia a los lobos la relaciono con la
escena primaria (que Freud mismo no sabe si fue verdaderamente observada o fantaseada), la
zoofobia a las mariposas, caballos, escarabajos, orugas y otros animales (se juega el sadismo y
el masoquismo: en un primer momento les teme, y en un segundo momento daña a estos
insectos, por ejemplo arrancándole las alas a las mariposas. Primero les tiene fobia y luego los
tortura. De nuevo se juega el rol de pasivo – les tiene miedo – y rol activo – los tortura -) tenían
para él una relación directa con esto y por lo tanto con la angustia de castración.
• Motivos desencadenantes: Sueño de los lobos. Se detalla más adelante.
• Conformación de la enfermedad: podríamos marcar como inicio, la seducción temprana de la
hermana (que lo seduce) y luego el rechazo de ella, el haber visto a sus padres tener relaciones
sexuales (la llamada escena primordial), luego la introducción de la religión (por la madre,
comenzando rituales obsesivos), la escena con Gusha y la amenaza de castración de la ñaña,
(lo castran), el cuento de la víbora del padre, el haber visto a las niñas orinar, entre otras
cuestiones. Podríamos pensar que el temor al lobo es una advertencia del yo al deseo secreto
de adoptar el rol sexual pasivo, homosexual y castrante de la madre. Su solución fue
identificarse con Cristo, con quien coincide en fecha de nacimiento, identificándose con Cristo
puede amar al padre sin temor al castigo.
Cronología
• Nace el 24 de diciembre de 1886.
• 1año y medio de edad: Contrae Malaria. Por este motivo se va a dormir al dormitorio de los
padres donde observa la escena primordial o de sus padres estando juntos que luego introduce
la fantasía
• del coito.
• Primera infancia: grave perturbación neurótica. Al principio se describe como: manso, dócil,
tranquilo. Decían que debería haber sido niña y su hermana un varón.
• 3 años y medio: Estando los padres de viaje, la hermana comienza sus actos de seducción
hacia el niño. Sergei la desautoriza. La hermana dejo de cortejarlo. Luego comienza a mostrarle
el miembro a su ñaña y a no ocultar su onanismo. Ella le dice que los chicos que hacen eso
reciben allí, una “herida”. A partir de entonces abandona el onanismo. Al volver los padres de
un viaje y se encuentran con un niño embravecido que gritaba como un salvaje.
• 4 años: Histeria de angustia (zoofobia). Tenía miedo a animales, grandes y pequeños.
Escarabajos, mariposas, caballos. Sueño de los lobos, génesis de la fobia.
• 4 años y medio: Emergen los síntomas obsesivos, influjo de la historia bíblica. Comienza a tener
incontinencia y dice “así no puedo vivir”. Ésta es una frase que se la escucho decir a la madre
po su enfermedad y el la repitió. (Sergei pensaba que el padre había enfermado a la madre
teniendo relaciones sexuales por los que ella “así no podía vivir”. Se observa aquí de nuevo que
se identifica con la madre)
• 5 años: alucinación del dedo. (Jugaba en el jardín junto a la niñera. Él estaba cortando los
nogales con una navaja y noto que se había seccionado el dedo meñique, decía que le colgaba.
Dice que no le dolió pero si tenía angustia y que no se atrevía a mirarse el dedo. Sin embargo
cuando se mira el dedo, el mismo estaba intacto. Nuevamente se juega el rol activo de haberse
cortado el dedo, y el rol pasivo, de que verdaderamente no ocurrió sino que fue una
alucinación, y se juega la castración, en tanto alucina que se corta el dedo; lo cual le produce
angustia)
• Hasta los 10 años: Neurosis obsesiva de contenido religioso (inculcado por la madre): rezaba po
largo rato y hacia muchas veces la señal de la cruz antes de irse a dormir. Tenía muchos
pensamientos sacrílegos como “Dios-cochino” o “Dios- caca” (Asociado a la fijación anal. Se
asocia con su adultez cuando tenía que hacerse enemas, lo cual le generaba placer: aspecto
homosexual.)
• 8 años: van desapareciendo progresivamente los fenómenos de la mano de los maestros y
educadores de sexo masculino.
• 10 años: Sufre depresiones temporarias desde el medio día hasta las 17 hs. Luego la depresión
se cambio por fiebre o fatiga.
• 18 años: Sufre un “Quebranto patológico ̈ , gonorrea, enfermedad de transmisión sexual; motivo
por el que ingresa en tratamiento psicoanalítico.
• Fallece el 7 de mayo de 1979
Mecanismos de defensa
• Represión (de homosexualidad), racionalización (ante la figura de Dios) y escisión (por ejemplo
cuando llora la muerte de la hermana, quien se había suicidado, dos años más tarde de su
fallecimiento, y no sobre la tumba de la hermana, sino sobre la de un poeta. Aparentemente su
hermana era la favorita del padre, y al padre le gustaban las poesías, Sergei no parecía mostrar
dolor alguno por la muerte de la hermana y llora dos años más tarde sobre la tumba de un
poeta)
Técnica utilizada por Freud: Algunas cuestiones sobre las técnicas y la transferencia
• El paciente relata un sueño de gran relevancia clínica, que será el que inicie un período de
angustia. Se pueden observar la técnica de la interpretación y la construcción.
• En cuanto a la interpretación, su objetivo es llegar al contenido inconciente del paciente y dar
lugar a las consecuencias que ellos tienen. Contenidos del inconsciente reprimido o escindido.
Los contenidos inconscientes se manifiestan en síntomas y síndromes emocionales y
psicosomáticos, lapsus, actos fallidos, contenidos simbólicos de acciones, resistencias,
transferencia, sueños (se condensan y desplazan representaciones), silencios, etc.
• La construcción, es una técnica mediante la cual se le presenta al analizado una pieza de su
• prehistoria olvidada. La interpretación y la construcción parecen parte de una misma técnica,
sin embargo, cada una de ellas tiene sus particularidades.
• Sergei había comunicado su sueño muy al comienzo de su tratamiento, y enseguida aceptó el
convencimiento de Freud de que tras él se escondía la causación de su neurosis infantil. En el
tratamiento, se volvió varias veces sobre el contenido del sueño pero sólo en los últimos meses
de la cura se logró comprenderlo del todo. El sueño consiste en lo siguiente:
- “He soñado que es de noche y estoy en mi cama. (Mi cama tenía los pies hacia la ventana,
frente a la ventana había una hilera de viejos nogales. Sé que era invierno cuando soñé, y de
noche). De repente la ventana se abre sola y veo con gran terror que sobre el nogal grande
frente a la ventana están sentados unos cuantos lobos blancos. Eran seis o siete. Los lobos
eran totalmente blancos y parecían más bien como unos zorros o perros ovejeros, pues
tenían grandes rabos como zorros y sus orejas tiesas como de perros al acecho. Presa de
gran angustia, evidentemente de ser devorado por los lobos, rompo a gritar y me despierto”
• Lo asocia a los cuentos infantiles: “Caperucita roja” y “El lobo y los siete cabritos”. En éste
último cuento, eran 7 cabritos que eran perseguidos por un lobo, el lobo los alcanza y se come
a 6 de ellos, el restante se había escondido en un reloj. (Sergei se había identificado con ese
cabrito el cual el lobo no pudo comerse y asocia al lobo con el padre. El padre, cuando sergei
era chico le decía jugando mientras corrían “te como”.)
• Lo asocia a la posición en la que había visto a los padres en la escena primordial. “Coitus
atergo” (díganle a Gastón) que refiere a la posición erguido del padre sobre la madre mientras
tenían relaciones sexuales. Además la hermana, cuando eran chicos lo asustaba con una
portada de un libro en la que había un lobo erguido (La hermana de nuevo es activa, mostrando
y logrando asustar a Sergei con la figura de un lobo que “come” – castra; dejando a Sergei
como pasivo)
• Freud lleva a cabo la interpretación del sueño: Da cuenta de los elementos oníricos que Freud
rescata como “restos diurnos” de una historia que le había relatado su abuelo sobre un sastre
que le arranca el rabo a un lobo que entra por la ventana. Los elementos del sueño parecerían
ser una condensación de este relato y de las historias de “El lobo y los siete cabritos” y
“Caperucita roja”. Freud interpreta en este punto que el Lobo vendría a ser un objeto fobígeno,
que se presentaría como tal a partir del desplazamiento de la ambivalencia hacia el padre,
produciéndose de este modo un falso enlace. Hasta aquí podría pensarse en un caso de fobia
típico, pero Freud sitúa que hay algo en el sueño que se refiere a un hecho ocurrido, a una
escena ignorada: el punto de partida para la construcción.
• Del contenido del sueño se destacan dos aspectos de mirar atento y la inmovilidad. De este
modo, a lo que Freud asocia que algo de este sueño estaría relacionado con una escena de la
temprana infancia: las ventanas que se abren de repente podrían significar que los ojos se
abren de pronto y algo le es dado a ver, con lo cual la mirada de los lobos podría trasladarse en
este caso al paciente. En cuanto a la inmovilidad, se plantea que este también podría ser un
aspecto del sueño desfigurado, al cual correspondería pensar como su opuesto: Un
violentísimo movimiento. (Cuando Sergei se portaba mal, el padre le pegaba: es sádico porque
él mismo lo provoca, él mismo sabe que si se porta mal el padre le pega y aparentemente
Sergei encontraba en ello satisfacción sexual)
• En su argumentación Freud establece que aquello que funcionó de incitador del sueño podría
estar asociado a la castración. A partir de estos datos Freud construye la escena que habría
suscitado el sueño: “La escena primordial” la cual, hace referencia al hecho de que el paciente
habría sido testigo del coito de los padres a la edad aproximada de un año y medio. Allí pudo
ver los genitales de la madre y el miembro del padre, (diferencia los sexos) pero no fue sino
hasta los cuatro años que comprendió el significado de esta escena en relación con la
castración.
• A partir de la técnica de la construcción, puede desplegarse el análisis de ciertos sueños
referidos a acciones agresivas para con su hermana o la gobernanta. Los cuales Freud
interpreta como sueños en los que parecería satisfacer un deseo incestuoso de arrancarle las
vestiduras a la hermana; lo cual lleva al paciente a recordar que cuando él era pequeño su
hermana lo había seducido a través de diferentes manejos sexuales. Freud interpreta la
existencia de fantasías homosexuales con su padre, punto que lo lleva a pensar sobre el
erotismo anal.
• En relación a la transferencia, en un primer momento el paciente se mostraba apático, y se
fijaba a la condición de enfermo (Se identificaba con la madre, por ejemplo en la parte en la que
dice “así no puedo vivir más”; y cuando juega el rol de pasivo, etc.) No daba lugar a la
aproximación del terapeuta. Por este motivo Freud le informa que el tratamiento tendría una
duración limitada. Esta intervención permite que ceda la resistencia del paciente y la fijación a
su condición de enfermo. (Le da una alerta que de nuevo Sergei lo siente como una castración)
En la transferencia el paciente, toda vez que ante dificultades en la cura se refugiaba en la
transferencia, optaba por demostrar su cariño amenazando con devorar mediante maltratos.
Freud asocia esta situación con el hecho de que el padre del paciente jugaba al regaño tierno
con su hijo, amenazándolo con comerlo al emular a un lobo y a un perro (1918 [1914] p.97).
‘’Por otra parte, el padre de mi paciente tenía la peculiaridad de reprenderlo con el ‘regaño
tierno’ (...) y en los primeros años, cuando ese padre, más tarde severo, solía jugar con su hijito
y mimarlo, bien pudo pronunciar más de una vez la amenaza en broma: ‘Te como’” (Lo
amenaza jugando a que lo va a comer, como el lobo a los cabritos, es decir que lo va a castrar)
Cuestiones relativas a la finalización del tratamiento
• El fin del análisis da en base al cese arbitrario de las sesiones. Freud decide ponerle un plazo al
tratamiento, con el fin de que el paciente levante las resistencias. Da cuenta que el paciente no
sufre más de inhibiciones, síntomas ni angustia y que éste ha hecho ya consciente tanto
material reprimido, que ya no es posible temer una repetición de los procesos patológicos en
cuestión. En otras palabras, que no haya retorno de la neurosis.
• Freud refiere que el Hombre de los Lobos era un caso donde se encontraba al borde del
fracaso, debido a su resultado de éxito parcial; si bien fue posible que Serguei adquiriera cierta
autonomía, interés por la vida y se relacionarse con personas que le interesaban, la mejoría se
detuvo y no fue posible avanzar en el esclarecimiento de la neurosis. Freud sostenía que su
paciente se encontraba cómodo en su actual posición y sin interés de llegar al fin del análisis.
• Freud agrega en 1924 puntualiza los distintos episodios mencionados en la historia del
paciente, y luego relata que cuando Serguei vuelve de la guerra como refugiado empobrecido,
retorna al análisis. Freud lo envía a proseguir con el análisis con una colega, la Dra. Ruth Mac
Brunswick quien le refiere luego, que surgió nuevo material sobre su infancia, que debidamente
tratado produjo excelentes y duraderos resultados.

Miller, J. A.- “El efecto retorno de la psicosis ordinaria”


La psicosis ordinaria definida a posteriori
• El autor plantea un nuevo concepto: psicosis ordinaria. Busca esquivar la rigidez denla clínica
que siempre se uso, binaria: neurosis o psicosis. Si bien se tenia en cuentantambién la
perversión, como esta no se analiza verdaderamente, solo entran alnanálisis sujetos que
presentan rasgos perversos, por ende no pesaba lo mismo que lanpsicosis o neurosis. =
siempre se vio a los analistas preguntándose por si su pacienteno era neurótico o era psicótico.
• Esto presentaba una dificultad en los casos de histeria (cuando en la histeria nonhabía una
identificación con su cuerpo “suficientemente buena”, entonces podíanpreguntarse si este
abandono llegaba hasta el punto de no concernir ya a la histeriansino a la psicosis).
• O cuando los sujetos testimonian de un vacío que experimentan en si mismos,npueden
preguntarse si este vacío es histérico, o si es el vacío psicótico, el agujeronpsicótico.
• Con Lacan sigue lo binario: si hay Nombre del Padre, es neurótico, si no hay,npsicótico.
• La psicosis ordinaria: forma de introducir un tercero. Esto seria una manera de decir, que si
tuvieron durante años razones para dudar de la neurosis del sujeto, entonces pueden apostar a
que se trata de un psicótico ordinario. Ya que si fuera un neurótico, ésta es una estructura muy
precisa, el analista se debe dar cuenta. Por lontanto si no se reconoce que sea esta, se puede
apostar a que es una psicosis disminuida.
• Esta nueva categoría, se trata mas de una categoría epistémica que objetiva. Se habla de la
psicosis ordinaria cuando no se reconocen signos evidentes de neurosis, y se dice que es una
psicosis disimulada, difícil de reconocer tal cual, pero que se deducen pequeños índices
variados.
La construcción lacaniana de la psicosis en los Escritos
1) El mundo imaginario movedizo
• Lacan piensa a la psicosis como una derivcion fundamental de la neurosis o de la normalidad.
• Entre normalidad y neurosis hay una conexión: el complejo de Edipo (q Lacan traduce como
Metáfora Paterna)—esto es el lazo entre normalidad y neurosis, siendo la neurosis la
normalidad.
• El inicio de la vida psíquica en Lacan, es lo imaginario. Pero desde el inicio, el sujeto esta
inmerso en el lenguaje. pero en su texto sobre la psicosis, cosntruye la dimensión fundamental
de sujeto como perteneciendo a la dimensión imaginaria. Dependiendo de cómo habite el
estadio del espejo será un futuro neurótico, un futuro normal, futuro perverso, o psicótico.
• Estadio del espejo: primera estructura del mundo primario del sujeto = mundo muy inestable,
sin consistencia. Es a partir de aca que se estructura la psicosis.
• Es también para él el mundo de la madre, el deseo desordenado de la madre con respecto al
niño. la locura es el mundo primario.
2) El orden simbólico
• Viene en un segundo tiempo de esta construcción. El orden viene al mundo imaginario con lo
simbolico. La estructura lacaniana introduce a lo simbólico (el lenguaje, la metáfora paterna)
como lo que impone el orden, la jerarquía, la constancia, que estabiliza el mundo imaginario
movedizo.
• El goce imaginario, que vuelve posible el mundo imaginario, es expulsado, sustraído. Este goce
es evacuado por lo simbolico. = cuando se introduce el elemento ordenador del N. Del Padre,
se obtiene una sustracción a nivel de la libido, del goce y las pulsiones.
• Lacan construye la psicosis como una falta del Nombre del Padre, y la falta de ese falo
castrado.
• Si el goce imaginario que está en “demasiado” continua existiendo, el N del Padre no es
operatorio.
• En el psicótico (Ej: Schreber) no hay una metáfora paterna, sino una delirante. Al
desencadenarse su psicosis , se observa que su mundo ordenado se reorganiza a si mismo. S
logra armar progresivamente un mundo vivible.
• Un delirio es simbólico, y es capaz también de ordenar al mundo.
• Que se intenta captar al hablar de la psicosis ordinaria?
- Cuando no tiene aspecto de ser una neurosis, cuando no tiene estabilidad ni consistencia ni la
repetición de la neurosis. La neurosis es una formación estable. Y cuando no se tienen claros
los fenómenos de psicosis extraordinaria, entonces es una psicosis (aunq no sea manifiesta)
disimulada.
- Se debe ir a la búsqueda de pequeños índices. Se busca un desorden en la juntura mas intima
del sentimiento de la vida en el sujeto.
- El desorden se situa en la manera en q sienten el mundo q los rodea, como sienten su cuerpo,
y como se refieren a sus propias ideas. Pero, los neuróticos también sienten este desorden
(histérico desorden en su cuerpo, obsesivo desoren en sus ideas, etc.)--- que es entonces ese
desorden que llega a la juntura mas intima del sentimiento de la vida en el sujeto?
- Ese desorden en el sentimiento de la vida, se puede organizar en una triple externalidad:
a) Externalidad social: cual es la identificación del sujeto con una función social, una profesión,
etc.? El índice se ve cuando el sujeto es incapaz de asumir su función social. Cuando observa
un desamparo misterioso, no se ajusta, hay una desconezion. EJ: se desconecta de la flia, del
mundo labora, etc. Aquí habría una identificación social negativa. Pero también tener en
cuenta cuando hay identificaciones sociales positivas en la psicosis ordinaria: cuando invisten
demasiado su trabajo, su posición socia;. Entonces la perdida de trabajo desencadena la
psicosis, porque su trabajo quería decir mas que un trabajo o una manera de vivir. Tener ese
trabajo era su Nombre del Padre. El nombre del Padre en estos días es el hecho de ser
nombrado, de ser asignado a una función, es acceder a una posición social. Ser miembro de
una organización, administración, club puede ser el único principio del mundo de un psicótico
ordinario.
b) Externalidad corporal: Concierne al Otro corporal, al cuerpo como Otro para el sujeto,
partiendo de que “no se es un cuerpo, sino que se tiene un cuerpo”. En la psicosis ordinaria:
desorden mas intimo: el cuerpo se descompone, y el sujeto es llevado a inventarse lazos
artificiales para reapropiarse de su cuerpo. Pero hoy en día estos medios artificiales se
utilizan, están dem oda: los piercings, tatuajes, etc. = la moda se ve inspirada en la psicosis
ordinaria. Un tatuaje puede ser un Nombre del Padre en la relación que tiene el sujeto con su
cuerpo.
c) Externalidad subjetiva: En la psicosis ordinaria: buscar un indicio de vacío de una naturaleza
no dialéctica. Tamb: fijación de la identificación con el objeto a como desecho. La
identificación en lugar de ser simbolica, es real: sobrepasa la metáfora. El sujeto puede
transformarse en un desecho.
Las consecuencias teóricas de la psicosis ordinaria
• Una dirección nos conduce hacia una afinación del concepto de neurosis: la N es una
estructura particular, se necesitan ciertos criterios para que lo sea: una relación al Nombre del
Padre, una diferenciación tajante entre el yo y el ello, entre los significantes y las pulsiones, un
superyó claramente trazado. Por otro lado: somos conducidos hacia una generalización del
concepto de psicosis. Esto implica que no hay un verdadero Nombre del Padre. El N del Padre
es un predicado que es siempre un elemento especifico entre otros que, para un sujeto
especifico, funciona como un Nombre del Padre. Es una perspectiva que acuerda con “todo el
mundo esta loco” o con “todo el mundo delira a su modo”. Ser analista es saber que el propio
mundo, el propio fantasma, la propia manera de dar sentido, es delirante.

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