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PATOLOGÍAS DE BORDE
Dujovne, A y Paulocci, O. - “Nuevas realidades: el borderline y la vigencia de los
fundamentos”
Breve revisión del concepto de la patología Borderline.
• En la literatura psicoanalítica se ha observado un creciente desarrollo de la llamada patología
borderline.
• Se revelaría una insuficiencia de los fundamentos del psicoanálisis para su abordaje teórico y
clínico.
- A partir de la dificulta de la instalación de la transferencia y de la operatoria interpretativa se
plantea la necesidad de modificar el dispositivo analítico y los instrumentos de análisis que
se mostrarían inoperantes.
• Sujetos con interrogantes sobre el sentimiento de sí mismos, con dificultades en el
acercamiento al otro y episodios de claustro y agorafobia.
- Frecuentes los registros fantasmáticos de entrega sacrificial al Otro, habiendo intentado dar
lo que el otro demanda.
- Habitualmente son relatadas experiencias depresivas y sentimientos de baja estima.
- Situaciones de Acting-Out.
- En algunos casos hay historia de aparentes episodios psicóticos o despersonalización. Hay
que diferenciar síntomas psicóticos descriptos fenoménicamente que pueden presentarse en
estructuras neuróticas, de aquellos correspondientes a las psicosis estructurales.
• Las descripciones sintomáticas más allá de su gravedad, no pueden ser la brújula que nos
oriente para ubicar un sujeto fuera del campo de la neurosis.
- Si nos guía la estructura del sujeto en cuanto a su posicionamiento frente al deseo.
• Para los autores que prioricen la analizabilidad (Kohut), las características intrapsíquicas y
fenoménicas (Kernberg) o, las descripciones sintomáticas (Gunderson y Kolb), se constituye un
conjunto que es la patología borderline.
- Esta categoría avanza sobre la categoría freudiana de la neurosis. Se llega a constituir un
terreno que, no siendo ni psicosis ni neurosis, el de los pacientes difíciles o severamente
perturbados. Representa un conjunto heterogéneo tanto desde el punto de vista sintomático
como estructural.
Nuestra perspectiva desde Freud y Lacan
• Es posible ubicar muchos de los casos catalogados como pacientes borderline en la categoría
de la neurosis en su vertiente histérica u obsesiva, no meramente en función de la presentación
sintomática sino en lo concerniente a su ubicación en relación al deseo como insatisfecho en la
histeria y, como imposible en la neurosis obsesiva.
• Tanto la histeria, como la obsesión, y la fobia, implican consecuentemente la posibilidad de
analizabilidad según el dispositivo analítico freudiano.
- El establecimiento de la transferencia analítica y, su correlato la regla fundamental,
condiciones indispensables para que la interpretación sea operativa.
• La frecuente emergencia de angustia, así como la presencia de fobias espaciales nos orienta al
grado cero de la neurosis que constituye la fobia, placa giratoria que a su vez puede
evolucionar hacia la histeria o neurosis obsesiva.
• Se han descripto transiciones de síntomas fóbicos a síntomas aparentemente perversos.
- Pasaje de un objeto fóbico a un objeto fetiche.
- Este pasaje no implica a nuestro entender una estructura perversa como tal, sino que ilustra
en la transitoriedad del síntoma perverso, el lugar de placa giratoria de la fobia.
• Uno de los elementos que sustentan el diagnostico de patología borderline para diferentes
autores, es la existencia de actuaciones como signo de fallas en el control de impulsos.
- Ubicamos el Acting-Out en línea con el agieren freudiano, no como estructura sino como
zona de relación del sujeto con el Otro, hallable en las diferentes estructuras clínicas y,
diferenciándolo del síntoma en el sentido psicoanalítico. El síntoma es una formación del
inconsciente, y tiene a nuestro entender una estructura discursiva metafórica. Implica un
goce engañoso, bastándose a sí mismo.
- La operación analítica en el Acting-Out debe diferenciarse de la interpretación en el sentido
clásico, posibilitando la instauración de la transferencia. El intento de reducir el Acting por
vía de su prohibición o de la insistencia interpretativa, puede generar un incremento de las
actuaciones y por lo tanto llevara una ratificación del diagnóstico “borderline”.
• El reforzar el yo ofreciéndose el analista como yo auxiliar, favorece lo que podemos llamar
borderlinización del sujeto, al obturarse la dimensión del deseo y quedar el mismo reducido a la
necesidad.
• Consideramos equivoco ubicar las actuaciones como uno de los pilares en el diagnóstico de
borderline, ya que estas pueden corresponder a una estructura neurótica, psicótica o perversa
que se pondrá más claramente en evidencia una vez reducido el Acting-Out.
• En cuanto a la ubicación de pacientes con crisis psicóticas, episodios de despersonalización,
perdida de realidad, polimorfismo sintomático y dificultad en la instauración y mantenimiento de
la transferencia: pensamos a la psicosis como estructural, en tanto diferente de la neurosis y la
perversión, más allá de la fenomenología que se evidencia en su desencadenamiento.