Unidad 1.

PROFESORA: KAREN ALBARRACIN.

BIOLOGÍA

LLA RESPUESTA
AL MEDIO

ALUMNO: ___________________________________
CURSO: ____________ COLEGIO: ________________
CICLO LECTIVO: __________

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La Biología es la ciencia que estudia a los seres vivos y su entorno, analizando de

manera integral todo aquello que se relaciona con la vida, desde el nivel molecular hasta la
formación de los ecosistemas, con la finalidad de conocer el origen, estructura y el
funcionamiento de todos los organismos.

Todos los seres vivos realizan acciones como moverse, caminar, saltar, respirar,
haciendo que todo el organismo esté en funcionamiento, pero ¿por qué todo el organismo y
no solo una parte? Los científicos concluyeron que para entender cómo funciona un
organismo es necesario analizarlo como un sistema. Se llama “sistema” a cualquier parte
del universo elegida para su estudio, es decir, a un conjunto de componentes que se
relacionan entre sí, cada uno de los cuales tiene propiedades particulares. Sin embargo un
sistema vivo no es la suma de sus componentes, sino que a partir de la acción coordinada de
estos, surgen propiedades nuevas denominadas propiedades emergentes.
Para entender esto pongamos un ejemplo, la molécula de agua está formada
por átomos de hidrógeno y un átomo de oxígeno, estos átomos por separado
tienen determinadas características como la cantidad de electrones, el estado
de oxidación, si es metal o no metal, etc. Pero cuando se unen a través de sus
electrones forman la molécula de agua que tiene sus propiedades físicas y químicas que le son
propias como por ejemplo: el punto de ebullición a 100°c.

Existen 3 tipos de sistemas:

 Sistemas abiertos: son los que intercambian materia y energía con el medio
externo. Por ejemplo una estufa que consume oxígeno y gas natural como
combustible, y libera calor y dióxido de carbono como resultado de la combustión.
A la vez, los organismos vivos constantemente intercambian materia y energía
con el medio externo, las transforman en su interior y las aprovechan para su
crecimiento.
 Sistemas cerrados: son aquellos que intercambian energía con el ambiente,
pero no intercambian materia. Un ejemplo puede ser una compresa de frio como
las que se usan para tratar lesiones musculares en los atletas.
 Sistemas asilados: son los que no intercambian materia y energía con el
exterior, esto implica que el sistema no interactúa con nada ya que toda
interacción requiere al menos un intercambio de energía. Un ejemplo puede ser
un termo.

Los seres vivos, al ser sistemas abiertos, al intercambiar materia y energía con el medio
obtienen información del ambiente. Los procesos que permiten conocer el
ambiente constituyen lo que se denomina función de relación. La información
que los organismos reciben constituye un estímulo, que al procesarlo genera una
serie de acciones que son una respuesta a esa información. Un estímulo es
cualquier señal o cambio en las condiciones externas (del ambiente) o internas del
cuerpo, que origina una respuesta en el organismo. Los receptores son las
estructuras que perciben a los estímulos. El centro de procesamiento en los animales
vertebrados es el sistema nervioso central (principalmente el cerebro) y en las plantas, así como
en los microorganismos, el procesamiento de la información se produce mediante cambios
fisiológicos que luego se traducen en señales para los efectores. Los efectores son las

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estructuras que ejecutan las respuestas al estímulo y por último, las respuestas son la acción
que ejerce un organismo provocada por un estímulo. Veamos un ejemplo, cuando recibimos un
estímulo como una luz intensa, este es captado por órganos especializados llamados
receptores, en este caso, los ojos. Luego de procesar el estímulo, mediante la acción del
sistema nervioso la respuesta se manifiesta a través de los órganos efectores, como puede ser
la modificación de los músculos de los ojos para cerrar las pupilas, entrecerrar los parpados, o
girar la cabeza para evitar encandilarnos.

Las plantas pueden producir movimientos de curvatura de

sus órganos frente a distintos estímulos, como la luz, la gravedad o la
temperatura. Básicamente se distinguen 2 tipos de movimientos: los
que implican un crecimiento de alguna parte de la planta y los que se
producen sin modificar su tamaño. El primer caso corresponde a
tropismos y pueden ser positivos o negativos según la parte de la
planta que se acerque o se aleje del estímulo. Por ejemplo los tallos y
las hojas tienen una reacción positiva hacia la fuente de la luz,
mientras que las raíces tienen una respuesta negativa. (En el caso de
las bacterias, los protistas y los animales se evidencia otro tipo de
respuesta locomotora: los taxismos, se tratan de respuestas
direccionales que se orientan continuamente con respect5o a un estímulo del ambiente). El
segundo caso se conoce como nastia y es un movimiento pasajero de determinados órganos de
un vegetal frente a un estímulo de carácter externo y difuso, basado en procesos de crecimiento
o en el cambio de turgencia de grupos de células que
varían su volumen mediante el control de la entrada y
salida del agua. El movimiento resultante no está
influido por la dirección del estímulo. Podemos
encontrar ejemplos en algunas plantas que durante el
día tienen sus flores abiertas y de noche las cierran,
eso se conoce como fotonastia responden a estimulo
oscuridad-luz. En cambio las plantas que responden al
estímulo producido por la transición luz-oscuridad, como las damas de noche y las dondiego de
noche se conoce como nictinastia. Otro tipo de reacciones a estímulos son las respuestas
secretoras. Las plantas tienen la capacidad de secretar
distintas sustancias a partir de estructuras o tejidos
especializados. Las células que forman estas estructuras
pueden producir secreciones externas cuando la sustancia se
elimina fuera de la planta, o interna cuando la sustancia se
acumula dentro de ella.
Por ejemplo algunas
plantas con flores
producen compuestos
tóxicos o de mal sabor en respuesta al daño causado por
herbívoros, como las orugas o las vacas. La producción de
esta sustancia frena la predación y protege así a la planta.
En el caso del ser humano una respuesta secretora la
podemos observar cuando picamos una cebolla, nuestros
ojos reaccionan frente a los compuestos químicos que libera la cebolla haciéndonos llorar. Los

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efectores involucrados en este caso son las glándulas (tema que

veremos más adelante). En el caso de los animales pueden
responder de distintas formas a los estímulos que perciben del
ambiente. El tipo de respuesta que involucra algún tipo de
movimiento se conoce como respuesta motora y en este caso los
efectores involucrados son los músculos que al contraerse permiten
moverse, trasladarse, manipular elementos y hasta manifestar los
pensamientos. Por ejemplo, la presencia de un predador puede
generar que una cebra huya en respuestas de huida.

Los seres vivos a la vez también pueden recibir

estímulos del interior del cuerpo. El conjunto de procesos que
mantienen ese equilibrio interno, en el que las células
pueden vivir y funcionar se conoce como homeostasis. Existen
2 tipos: la termorregulación y la osmorregulación. En el
primer caso, los seres humanos como otros animales, son
capaces de mantener la temperatura corporal constante
independientemente de la que haya en el ambiente. En el caso
de los perros eliminan el exceso del calor del cuerpo a través del jadeo. Al dejar la lengua
colgando se libera calor al exterior, favoreciendo la disminución de la temperatura. El segundo
caso implica la regulación del contenido de agua y de la composición química de los fluidos del
cuerpo. Los animales cuentan con órganos excretores, en el ser humano esos órganos son los
riñones. Cuando la cantidad de agua es baja los riñones retienen el agua y producen menor
cantidad de orina. En el caso de las plantas la osmorregulación les permite resistir condiciones
de sequía y altas concentraciones de sales en el suelo. Cuando
las células vegetales se deshidratan por alguna de esas
causas, se activan mecanismos fisiológicos que inducen al
cierre de los estomas. Estos son poros ubicados en el envés de
la hoja que permiten el intercambio gaseoso de oxígeno y
dióxido de carbono, y regulan la salida de vapor de agua. Al
cerrarse se reduce la perdida de agua. Por otra parte, la
temperatura elevada en el ambiente constituye un estímulo
que provoca la apertura de los estomas en muchas especies de
plantas, favoreciendo la transpiración, lo que genera la
disminución de la temperatura de la hoja.

Mantener el equilibrio interno de los seres vivos no es tarea fácil ya que se deben
regular las distintas actividades fisiológicas que ocurren en el cuerpo. Para esto existen
mecanismos que permiten que cada actividad ocurra en el momento
indicado y de la manera apropiada, y de ello se encarga la función
de control. Algunas actividades en los animales son procesos lentos
que pueden llevar tiempo, como por ejemplo el crecimiento de los
huesos, el desarrollo de las características sexuales, entre otros. Pero
también hay otras actividades que para ser eficientes deben ocurrir
rápidamente, como escapar de un predador, bombear sangre al
cuerpo o vigilar a una cría recién nacida. Todas esas actividades están bajo el control del
sistema nervioso y el sistema endocrino.

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Modelo estimulo-procesamiento-respuesta.

Los estímulos y el ambiente: hasta el momento vimos los tipos de respuestas que
pueden realizar los animales, las plantas y el ser humano ante la presencia de diversos
estímulos. Sabemos que los órganos de los sentidos son los encargados de captar esos estímulos
pero ¿qué estructura específica de esos órganos son realmente los encargados? Acá vamos a
conocer a los receptores sensoriales.

La luz, la electricidad, la gravedad, el calor, entre otros, pueden ser estímulos para
determinados organismos y pueden ser captados por un tipo particular de receptor sensorial.
En los unicelulares, toda la célula o una parte de ella, es capaz de estimularse. En el transcurso
de la evolución los receptores sensoriales se fueron especializando. Los más simples son
terminaciones nerviosas o células aisladas como los receptores de luz que encontramos en
organismos pluricelulares simples. Los más complejos, en cambio, poseen células receptoras
bien organizadas especialmente y asociadas a estructuras
anexas que facilitan la captación del estímulo y protegen a los
receptores. En estos casos constituyen los órganos de los
sentidos, como los ojos y los oídos. En el caso de la Euglena
(protista fotosintético unicelular) posee un flagelo asociado a
un orgánulo fotorreceptor, la mancha ocular. Este le permite
detectar la dirección y la intensidad de la luz.

Los receptores pueden ser clasificados en 2 grupos:

 Interoceptores: son los que captan estímulos provenientes del medio interno del
organismo. Estos contribuyen al mantenimiento de la homeostasis, ya que se
requiere conocer que ocurre en el interior del organismo, como por ejemplo, el
contenido de agua de los líquidos corporales. El hambre y la sed son también
algunos de los estímulos internos que pueden ser captados por los interoceptores.
 Exteroceptores: están especializados en la captación de estímulos que provienen
del exterior del cuerpo. Uno de ellos son los fotorreceptores, son los receptores
que, a lo largo de la evolución, se han especializado en detectar los estímulos
lumínicos, pero solo pueden detectar un rango limitado de longitudes de onda. En
los organismos, estos fotorreceptores se ubican de distintas maneras.

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En los organismos unicelulares ya vimos que poseen una mancha ocular en su interior, pero
en otros se distribuyen en la superficie de todo el cuerpo como por ejemplo en las
plantas donde las células fotosensibles se encuentran en casi todos los órganos, así
como en sus semillas. Los fotorreceptores más primitivos se encuentran en algunos
invertebrados, como lombrices y medusas. En el primer caso las células están
dispersas en la epidermis, en el caso de las medusas están concentradas en algunas
regiones del cuerpo y se llaman ocelos. Este tipo de receptores solo informa al
organismo sobre las variaciones en la intensidad de luz en el ambiente, pero no permite
distinguir las formas. Es decir que estos animales perciben el mundo como una
gradación de luces y sombras.

La visión en colores es patrimonio de la mayoría de los

vertebrados gracias a la presencia de células
sensoriales llamadas conos que se estimulan a
diferentes longitudes de onda. En el ojo humano hay 3
tipos de conos cada uno de ellos con una clase
diferente de pigmento. Un tipo de cono detecta la luz
roja, otro la luz verde y otro la azul. Por eso se dice
que somos tricromáticos. Con estos colores podemos
crear una imagen de color completa. Los demás
mamíferos son dicromáticos porque solo poseen 2 tipos
de receptores para el color.

Por su parte, las aves y los reptiles son tetracromáticos debido a que tienen cuatro tipos
de receptores, y pueden ver la luz ultravioleta. Además de los conos, los vertebrados presentan
otras células sensoriales llamadas bastones, que poseen una alta sensibilidad a la luz, pero no
informan sobre colores, por eso en la penumbra vemos en “blanco y negro”.

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Además de los fotorreceptores también existen los quimiorreceptores que son

receptores que intervienen en la captación de cambios químicos en el entorno. De manera
general podemos afirmar que hay 2 tipos de recepción de sustancias químicas:

 La quimiorrecepción a distancia: involucra señales que se originan a partir de

fuentes distantes. Fue la primera en aparecer y es el único tipo presente entre los seres
vivos que carecen de un sistema nervioso organizado.
 La quimiorrecepción por contacto: capta las señales químicas producidas por
fuentes que están en contacto con los receptores.

Las bacterias y los protozoos pueden detectar un gradiente de concentración de

sustancias, por ejemplo, del oxígeno. Gracias a sus
quimiorreceptores, obtienen información sobre la cercanía o la
lejanía de ellas. Las lombrices poseen receptores químicos
distribuidos a lo largo de toda la piel que les permiten percibir
el grado de acidez que posee el suelo. En los vertebrados, los
receptores químicos suelen estar organizados en órganos sensoriales
específicos, como los del gusto (contacto) y el olfato (a distancia). Los anfibios, reptiles y
aves, por ejemplo, poseen papilas gustativas en la boca y la
faringe, mientras que en algunos peces se distribuyen a lo
largo de toda la superficie del cuerpo o se concentran en sus
aletas. Los receptores a distancia suelen ubicarse en
conductos nasales. En serpientes y lagartos, así como en
diferentes tetrápodos en la parte superior de la cavidad bucal
se encuentra un órgano
auxiliar del sentido del
olfato conocido como
órgano de Jacobson u
órgano vomeronasal. Se
utiliza para detectar feromonas, que son sustancias
químicas liberadas por los seres vivos que provocan
comportamientos específicos en otros individuos de la
misma especie.

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Por otra parte también tenemos que existen ¿Sabías qué un tipo de
los mecanorreceptores que son los mecanorreceptor de
encargados de detectar vibraciones que se contacto específico
producen en el medio circundante, así como llamado NOCICEPTOR,
el contacto (presión mecánica) sobre la es responsable de la
superficie de sus cuerpos. Comúnmente los sensación del dolor?
mecanorreceptores consisten en
prolongaciones en forma de espinas, pelos o
cilios, desde la superficie del cuerpo del organismo. Cuando el
receptor es movido por algún objeto del entorno, se generan
deformaciones mecánicas en su estructura que lo estimulan. En
los vertebrados como los peces poseen un conjunto de receptores
de vibraciones que forma un sistema denominado línea lateral.
Consiste en una serie de surcos que se concentran en las cabezas
y se extienden por todo el cuerpo y la cola. Por medio de este
sistema, estos organismos captan las vibraciones del agua, y así obtienen información
sobre el movimiento de esta y el de otros objetos, como una presa.
Los receptores por contacto se encuentran por ejemplo en algunas
plantas, como la venus atrapamoscas, que tiene cilios detectores
en sus hojas y también en el ser humano. A través de ellos
captamos diferentes estímulos que nos informan las
características y propiedades de los objetos que tocamos.

A la vez aquellos animales que poseen mecanorreceptores sensibles a las vibraciones de las
ondas sonoras tienen fonorrecepción. Esta sensibilidad es poco frecuente en los seres
humanos aunque está presente en algunos artrópodos y en los vertebrados. Si bien entre
los invertebrados se encuentran algunos insectos con una capacidad de captar sonidos
excelente, por lo general este grupo de organismos se caracteriza por no poder distinguir
entre frecuencias altas y bajas, es decir, graves y agudos.

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¿Sabías que algunos animales pueden encontrar una presa en la oscuridad detectando su calor
corporal? ¿Alguna vez te preguntaste como hacen los animales migratorios para encontrar su
camino? Algunos casos particulares o curiosos de captación de estímulos son los siguientes:

 Electrorrecepcion: hay animales, en su mayoría peces,

que pueden percibir las descargas eléctricas que
producen las contracciones musculares de otros seres
vivos, en especial, sus presas. Así, pueden reconocerlas y
localizarlas muy fácilmente. Ellos presentan receptores
denominados ampollas de Lorenzini que suelen
ubicarse en fosetas de la piel, en la cabeza y también alrededor de la boca. Esto ocurre
en tiburones, rayas, bagres, renacuajos e incluso en el mamífero ornitorrinco. En el caso
de las anguilas eléctricas y la raya torpedo lo usan como arma pero peces como el
gimnoto lo utilizan para percibir el medio que lo rodea.
 Magnetorrecepción: algunos seres vivos poseen la habilidad de
notar los campos magnéticos para percibir una posición
determinada, la dirección del campo magnético. Por lo general se
trata de unos cristales de un mineral natural, la magnetita. A
través de ella algunas tortugas, las palomas e insectos como
avispas y hormigas utilizan el campo magnético terrestre y así obtienen información
sobre la dirección y la latitud.
 Termorrecepción: cuando muchos organismos obtienen información sensorial acerca
de la temperatura a través de termorreceptores ubicados en la piel.

Hasta el momento hemos visto taxismos, tropismos,

nastias y algunas otras respuestas en organismos maso menos
simples, como las bacterias, y en las plantas. Pero hay respuestas
mucho más complejas, presentes en los animales. Todos sabemos
que los perros tienen el hábito de rascarse, sin embargo, lo curioso
es que esta conducta no es exclusiva de nuestras mascotas: es
común a la mayoría de las aves, los reptiles y los mamíferos.
Evidentemente, estos animales responden a un estímulo, como
sucede cuando una gaviota observa a sus pichones con el pico abierto
y se acerca para alimentarlos. Se llama comportamiento al
conjunto de acciones que realizan los animales. Hay numerosos
ejemplos de diferentes
comportamientos en
animales. Si observamos a una ardilla durante un
año de vida notaríamos que suele enterrar nueces en
otoño y volver a buscarlas durante el invierno. Ahora
¿las ardillas en cautiverio se comportan de la misma
manera? Los científicos observaron que si se crían
dentro de una jaula y se las mantiene con una dieta
líquida, cuando se les presenta por primera vez una
nuez, luego de comerse varias de ellas, se dirigen

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hasta una esquina y realizan movimientos de cubrir y aplanar con las patas, como lo hacen las
nacidas en su ambiente natural. Esto pone en evidencia de que se trata de un comportamiento
innato, es decir que está presente desde su nacimiento, y es lo que se conoce como instinto.

Los animales, desde los más simples, como una esponja,

pasando por ardillas, gaviotas y perros, poseen comportamientos
instintivos o innatos, y actúan de determinada manera ante los
estímulos, según este instinto. Ejemplos de estos
comportamientos se observan en la construcción de los nidos, la
búsqueda de alimento o la búsqueda de pareja. Otros, en
cambio, son propios de la especie.

El comportamiento de huida es instintivo o innato de los

animales y de vital importancia para la conservación de la vida. Ejemplos de esto tenemos en
los guepardos cuando intentan cazar a su presa,
la gacela. Ante el estímulo de amenaza, la
gacela responde como muchos otros mamíferos
presas, con un aumento del ritmo cardíaco, la
dilatación de las pupilas y la disposición a
correr. En las gacelas este comportamiento se
presenta a minutos de nacer y resulta
fundamental para la supervivencia de esta
especie, sobre todo porque es precisamente en
este momento cuando son más vulnerables a sus
predadores.

Uno de los estudios más

importantes de Lorenz se
relaciona con las aves y su
comportamiento al nidificar.
De las aves que nidifican,
cada especie tiene una forma
particular de construir el
nido. La elección de los
materiales, los sitios de
construcción y hasta las técnicas son
particulares de cada una. Por ejemplo, existen 2
variedades emparentadas de perico africano,
cuyas hembras construyen su nido utilizando
hebras delgadas de la vegetación que cortan con
su pico. Sin embargo, una de las especies
transporta las hebras de a una hasta el sitio de
anidación, mientras que la otra lleva varias
hebras y más cortas. Cuando los científicos
cruzan un macho y una hembra de cada especie
para que se reproduzcan, las crías, al ser

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adultas, poseen un comportamiento mezclado. Esta y muchas otras investigaciones demuestran

que ciertos comportamientos poseen una base genética y se heredan.

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