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UNAM – ENES MORELIA. Licenciatura en Arte y Diseño.

Pensamiento filosófico (2023-I)

Profesor Hugo Leyva

09 de diciembre de 202

(Este en un principio fue un ensayo para Escritura y redacción).

UNA VISIÓN DE ANA MENDIETA MÁS ALLÁ


DEL MITO
INTRODUCCIÓN

La obra de Ana Mendieta (nacida en Cuba en 1948, exiliada en Estados Unidos desde los doce
años y muerta en condiciones extrañas a los 37 años) ha sido reconocida y analizada en las
últimas décadas, sin embargo, en muchas ocasiones se han resaltado más sus obstáculos
personales, su vida amorosa y su polémico fallecimiento, sobre su propio trabajo.

Reconocida a partir de los años 80, desafortunadamente a raíz de su fallecimiento y en relación


con el posible autor de este: su esposo y también artista-de talla mundial-Carl Andre. Mendieta
ha sido objeto una y otra vez de las opresiones de una sociedad patriarcal y anglosajona. Incluso
su reconocimiento tardío ha sido, en parte, producto de estas.

El indagar sobre el lenguaje construido por Mendieta para su obra, el simbolismo utilizado y la
forma de producción de esta fue un interés tanto académico como personal, con la finalidad de
enriquecer mi bagaje de referentes artistas femeninos.

El siguiente trabajo busca reconocer y analizar la obra de Ana Mendieta, sin dejar de lado su vida
personal, que es, al fin y al cabo, causa, consecuencia y contextualizadora de su obra; pero, sin
caer en la omisión de sus logros artísticos, sus referentes externos y la agudeza de su producción.
Así pues, se abordará desde una perspectiva feminista y se desarrollará de la siguiente forma:

1. Contexto sociocultural y político


2. Vida y obra de Ana Mendieta
3. Análisis de una obra en específico
DESARROLLO
Ana Mendieta fue una artista conceptual nacida en La Habana, Cuba, el 18 de noviembre de
1948. Creció en medio de la dictadura de Fulgencio Batista, y la posterior revolución cubana.
Fue en estos años que comenzó a gestarse una maniobra perpetrada por el Departamento del
Estado, la CIA, la contrarrevolución externa e interna y organizaciones católicas para
desestabilizar la revolución y engañar a la población mediante manipulación psicológica
(d. Cutiño, 2020 parr 1).

La Operación Peter Pan se encargaría de trasladar a los infantes a refugios en Estados Unidos y
España, sin ningún acompañante. El padre de Ana, quien estaba en contra de la dictadura y
apoyaba la revolución y, por tanto, temía por la seguridad de sus hijas, se valió de esta estrategia
para evitar que sufrieran represalias en Cuba gracias a su posicionamiento. Ana contaba en ese
momento con 12 años y su hermana Raquel con 15.

Una vez en Estados Unidos la realidad para Ana y su hermana fue trágica: pasaron años en casas
de acogida y de estado en estado, exiliadas sin querer de su patria.

Desde su juventud, Ana Mendieta mostraría interés en el arte, más tarde, como adulta,
comentaría lo siguiente:

“Sé que, si no hubiera descubierto el arte, habría sido una criminal. Theodore Adorno ha dicho:
´Todas las obras de arte son crímenes no cometidos´. Mi arte proviene de la rabia y del
desplazamiento.” (declaraciones de Ana Mendieta a Cockcroft, Eva: “Culture and survival:
interview with Mendieta, Willie Birch and Juan Sánchez” en la revista Art and artists , Nueva
York (febrero, 1984) recogidas por Merewether, Charles: op. cit. (1996). Pág. 93).

Pintaría a temprana edad, pero, más temprano que tarde, se daría cuenta que esto no saciaría sus
intereses artísticos, así pues, exploró el campo del performance. Moviéndose libremente, sin
encasillarse en una corriente en específico, Mendieta contribuiría grandemente al land art, al
body art y al earth art.

Sin embargo, ha tenido un reconocimiento tardío. Manuel Borja Villel, director del Museo Reina
Sofía y admirador de Ana, señala:
Hay que decir que la generación de creadoras de la que Mendieta o Nancy Spero forman parte
tardó años en explotar porque estaba presa entre dos masas tectónicas: la de los grandes artistas
estadounidenses de los sesenta y los setenta —casi todos hombres—, como Donald Judd o Dan
Flavin, y la siguiente generación de los ochenta, con artistas más bien ligados al
neoexpresionismo y la vanguardia, como Schnabel. (Hermoso, 2020 párr 6)

La esfera artística estadounidense de aquellos años no era favorecedora—por no decir


obstaculizadora—para las mujeres ni para las minorías, como lo era la comunidad latina, y esto
significaría para Mendieta un escaso reconocimiento.

En 1985, Mendieta caería desde su apartamento en el piso 34 después de una fuerte discusión
con su esposo, el también artista, Carl Andre, muriendo al impactar sobre el techo de una tienda.
A pesar de que minutos antes de caer se escuchara gritar a Mendieta “¡nooo, nooo!”, y de que se
encontraran arañazos en la cara de Andre (prueba de que hubo una pelea), se absolvió a este de
toda culpabilidad, acusando a Mendieta de un probable suicidio.

La familia de esta última niega dicha probabilidad y responsabiliza a Andre de la muerte de la


artista. El hecho de que este fuera juzgado por un juez y no por un jurado popular, como debió
haber sido, son muestras claras del privilegio que gozaba Andre, no sólo por ser un artista de
fama mundial, sino también por el privilegio patriarcal.

Actualmente existe una fuerte denuncia social sobre la invisibilización de la obra de Mendieta,
mientras el trabajo de Andre es mundialmente reconocido y exhibido. Consecuencia de ello son
los actos de protesta fuera de museos y galerías cuando se trata de alguna exposición del trabajo
de este.

Afortunadamente la obra de Mendieta ha sido reconocida poco a poco en los últimos años y se le
ha nombrado como uno de los principales referentes del performance en los años 70’s y 80’s en
Estados Unidos.

Su obra en aquellas décadas resultará transgresora y de vital denuncia social. Mendieta


demostrará una preocupación latente por los marginados sociales en la comunidad anglosajona,
como lo son los latinos, los exiliados—como ella misma lo fue—, y las mujeres en una sociedad
patriarcal y en el mundo artístico. Su propuesta performática opta por trabajar con la
construcción de la identidad, los límites del cuerpo y la relación de pertenencia con la tierra
demostrando las posibilidades del mestizaje cultural (Torres, 2018 párr 6). Mendieta definiría su
trabajo de la siguiente forma:

“He estado conduciendo un diálogo entre el paisaje y el cuerpo femenino (basado en mi propia
silueta). Creo que esto ha sido resultado directo de haber sido arrancada de mi tierra natal (Cuba)
durante mi adolescencia. Estoy abrumada por el sentimiento de haber sido arrojada del vientre
(la naturaleza). Mi arte es la forma que restablezco los lazos que me unen al universo. Es un
regreso a la fuente materna. A través de mis esculturas de tierra/cuerpo me hago una sola con la
tierra. Me convierto en una extensión de la naturaleza y la naturaleza se convierte en una
extensión de mi cuerpo. Este acto obsesivo de afirmar mis lazos con la tierra es en realidad una
reactivación de creencias primigenias … (en) una fuerza femenina omnipresente, la imagen
posterior de estar encerrada en el útero; es una manifestación de mi sed de ser.” Ana Mendieta,
1981. Declaración sin publicar (Ana Mendieta. A retrospective, 1988: 17).

La obra de Mendieta se torna conceptual en 1970, gracias a programas de arte innovador, como
lo fue el CNPA—The Center for New Performing Art— donde Mendieta experimentó con
nuevas formas de hacer arte y materiales no tradicionales, encaminándose hacia el body art. En
el otoño de ese mismo año el curso contaría con un artista invitado: Robert Wilson. Este
enseñaba movimiento corporal y consciencia del cuerpo. Mendieta interiorizaría las lecciones
tomadas y posteriormente las integraría en su trabajo (Herzberg, s.f)

Otro de los grandes referentes de Mendieta y al cual admiraría profundamente, sería Marcel
Duchamp. En varios de sus performances se percibe un diálogo entre el trabajo de ambos
artistas. Se hace evidente en Facial Cosmetics Variation la respuesta al trabajo de Duchamp,
específicamente a Marcel Duchamp with Shaving Lather (Herzberg, s.f). Ambos se parecen en
forma y hay un uso similar de simbolismos.

Su trabajo comienza a plagarse de simbolismos. La utilización de su propio cuerpo, sangre y


tierra se volverían elementos recurrentes en la realización de sus obras. En Death of a Chiken
(1972), se observa a Mendieta, desnuda, con un gallo boca abajo decapitado, mientras este se
mueve convulsamente hasta morir. Este performance sería la primera vez en que usaría sangre y
a su propio cuerpo como medio de expresión. Mary Jane Jacob (1996:190) identifica en esta obra
elementos de santería y de sacrificio ritual.

La sangre en el lenguaje creado por Mendieta sería índice de dolor en las letras escritas en su
obra She got love (1974), como huella, como violencia.

“Empecé a usar sangre porque, supongo, es algo con un gran poder mágico” ; “Yo lo iba a
conseguir porque estaba trabajando con sangre y con mi cuerpo. Los hombres estaban en el arte
conceptual y hacían cosas muy limpias” . (Mendieta, Ana: entrevista con Judith Wilson en el
Village Voice en agosto de 1980 recogidas por Merewether, Charles: op. cit. (1996). Pág. 90).

En Rape scene (1973) Mendieta invitó a sus compañeros mientras ella yacía sobre una mesa
semidesnuda replicando una escena de violación. Atada de pies y manos con sangre en las
piernas desnudas, de espaldas sin dar el rostro, denuncia el uso de la mujer como objeto sexual,
posiciona al espectador como el victimario, lo obliga a tomar partido, a ver lo que se evita, lo que
se calla, lo grotesco, lo horrible, las prácticas que se esconden bajo la alfombra para no
incomodar. La sangre y el encuadre funcionan como símbolo de sacrificio, de lo ritual, de la vida
y muerte. Mendieta yace paralizada sobre la mesa como una presa y el espectador pasa a ser el
depredador. En el lenguaje construido por Mendieta para su obra, utiliza su cuerpo como lienzo y
comunicador.

En Glass on body deforma su rostro presionándolo contra una placa de vidrio, poniendo de
manifiesto la violencia ejercida contra la mujer. El cristal juega el papel del machismo y la
misoginia, aparentemente invisible, como la propia sociedad quiere pintarlo, como si no
existiera: pero existe y es opresor.

Los trabajos tempranos de Mendieta mostrarían una preocupación por la figura de la mujer en la
sociedad. Podrían clasificarse como obras con enfoque feminista, aunque Mendieta fuera
duramente crítica con el feminismo institucionalizado. Se desilusionaría rápidamente de este al
ver que era conformado mayoritariamente por mujeres blancas, sintiendo una desconexión con el
movimiento.

Jugará también con lo efímero y el tiempo, defendiendo que el arte se redefine, ya no sólo en la
producción de objetos estáticos sino en experiencias. De esta idea surge un proyecto llamado
Freeze en el cual participarían niños, los cuales andarían en un espacio común y corriente hasta
que Mendieta los parara diciendo “¡congélense!”, entonces la artista haría un registro de sus
posiciones para mostrar el movimiento natural de los cuerpos.

Creek de 1974 es un video donde se muestra a Ana Mendieta desnuda en un riachuelo en México
mientras el agua fluye tranquilamente. Aunque podría considerarse que el uso de su cuerpo
desnudo es un elemento narcisista, Mendieta utiliza el desnudo como símbolo de conexión con el
entorno, además como reapropiación simbólica de la agencia sobre el cuerpo propio. Así como la
mayoría de artistas mujeres de aquéllas décadas, Mendieta busca la existencia de un cuerpo
propio, lejos de la mirada sexista y cosificadora de los hombres.

Utiliza su cuerpo como símbolo de la pérdida primaria de la madre, el ser arrancado del útero.
También como posibilidad lingüística al poder comunicar por medio de él.

En Creek, Mendieta se vuelve una con el río, buscando siempre el sentido de pertenencia con la
tierra. Podríamos interpretar que el cuerpo, al igual que la corriente, es siempre cambiante, fluye
con el tiempo. Al igual que el agua es dadora de vida y también, de muerte.

El cuerpo de Mendieta se fusiona así con el paisaje y demuestra una inquietud por la búsqueda de
identidad y de conexión directa con la naturaleza.

Desde 1973 hasta 1980 Mendieta se dedica a realizar una serie de obras (Siluetas) con su silueta
en distintos contextos y con distintos materiales, por ejemplo, hojas, fuego, tierra, flores, sangre,
entre otros. Posiblemente sería la primera en combinar body art y land art (Torres, 2018),
Mendieta se referiría a su arte como body-earth.

Una de las piezas de la serie Siluetas Flowers in the body fue realizada en uno de los viajes que
Mendieta hizo a México, la vemos dentro de una tumba zapoteca no muy profunda, su cuerpo
desnudo está cubierto por flores blancas que uno de sus allegados compraría en un mercado,
entonces este tomaría fotografías en distintos ángulos mientras otros dos de sus compañeros
harían guardia para avisar si alguien se acercara. En esta obra Mendieta vincula su cuerpo con la
naturaleza, volviéndolo una sola forma. Simboliza la vida y la muerte, las raíces que anclan su
persona con sus antepasados y con la propia tierra.
Mendieta se puede clasificar en este sentido como una artista primitiva (aunque no en su
totalidad), pues hace uso de elementos de santería, lo místico y ritual, además de crear un
lenguaje personal y liminal. Mendieta habla del arte primitivo como el más real, en sus propias
palabras comenta sobre su ruptura con el arte tradicional: “quería que mis imágenes tuvieran
fuerza, que fueran mágicas”, (Mendieta, Ana: declaraciones sin fecha conocida recogidas en
Merewether, Charles: “De la inscripción a la disolución: un ensayo sobre el consumo en la obra
de Ana Mendieta” dentro del catálogo Ana Mendieta. CGAC. Santiago de Compostela, 1996.
Pág. 90), cosa que consideraba no poder lograr a través de la pintura convencional.

En las creencias afrocubanas, se creía que la duplicación del cuerpo podía ser imbuida con el
poder de una divinidad y añadir esta fuerza al material con el que estuviera hecho. Así pues,
Mendieta se duplica y recurre a un ritual de reforzamiento, de poder.

Análisis de obra.

En 1981 iniciaría una serie de esculturas llamada Esculturas rupestres. Para ésta regresaría a
Cuba por primera vez después de su exilio en 1961. Las obras serían resultado de una
investigación sobre la cultura taína y estaría dedicada a distintas deidades femeninas. El libro
Mitología y Artes prehispánicas de las Antillas de José Juan Arrom sería uno de las principales
referentes para la artista.

La cultura taína, exterminada en 1492 por la colonización colombina, daba una importancia
especial a la feminidad y a la naturaleza.

Mendieta, a través de un permiso del Ministerio de Cultura de Cuba, interviene el paisaje


directamente creando esculturas en piedra consideradas petroglifos modernos. En la cueva del
Águila del Parque Nacional de Jaruco, esculpió un grupo de 10 figuras antropomorfas de tamaño
superior al natural. Para estas fechas, Ana demostraría comodidad por crear obras de gran
formato. De estas esculturas resaltaría Guabancex (Diosa del viento), Atabey (Madre de las
aguas), Guanaroca (Primera mujer) y Guacar (Nuestra menstruación).

En Esculturas rupestres, podemos identificar en un principio elementos sensoriales que tienen


que ver con la luz y el color: manchones de pintura verde oscura y marrón, colores terrosos, un
espacio poco iluminado que nos remite a la angustia.
En segunda instancia nos movemos al mundo pensante donde se hacen relaciones de forma y
significado: las esculturas antropomorfas que nos llevan a pensar en figuras femeninas.

Como tercer peldaño nos encontramos con la producción simbólica, donde la forma ya no sólo
nos lleva a pensar en un ente físico sino a relacionarlo con conceptos como la madre, el vientre
materno, la integración con la tierra y la proximidad con sus orígenes. Quizá Mendieta utilizara
todo este bagaje de símbolos y esta expresión artística para aminorar el dolor del desarraigo de la
pérdida de patria en su adolescencia o como catarsis para curar esta misma y sentirse
perteneciente a un lugar, a una tierra.

Esculturas rupestres funciona como un símbolo según la definición de Peirce. Además, la


simbología utilizada por Mendieta no representa un cuerpo femenino en particular. Puede
representar a todas y a cualquier mujer, no se encasilla a reflejar un parecido con alguna diosa de
la cultura Taína en particular. Funciona como símbolo, pues, según Peirce (1984): “un símbolo
no puede indicar una cosa particular, denota una especie (un tipo de cosa) (…) Él mismo es una
especie y no una cosa única”.

En esta serie, el elemento tierra es valorizado como materia fundamental, sirve de lienzo a
Mendieta y configura todo el significado de la obra. Para Mendieta, la conexión con la tierra
tiene que ver con un ritual sagrado para volver al estado uterino.
CONCLUSIÓN.

Ana Mendieta fue una artista nacida en Cuba, durante la dictadura de Fulgencio Batista y la
posterior revolución cubana. Exiliada en Estados Unidos a los 12 años, donde pasó años en casas
de acogida y de estado en estado. Esto marcaría una ruptura en su sentido de pertenencia con una
patria, lo cual después influiría en su obra. Fue una de las principales representantes del body art,
del earth art y creadora de body earth. También una de las principales artistas de las décadas de
los 70’s y 80’s en Estados Unidos.

Muere a los 37 años. Su fallecimiento se ve rodeado de polémica pues, minutos antes de caer de
la ventana de su apartamento, se le escuchó discutir con su esposo, el artista Carl Andre, y
también gritar reiteradamente: ¡no, no! Gran parte de su reconocimiento es tardío y
principalmente consecuencia de este fatídico hecho.

Es en las últimas décadas que el trabajo de Mendieta ha sido valorado y analizado a profundidad,
dándole un lugar dentro de la historia del arte, no sólo por el hecho de su triste deceso, sino por
sus logros artísticos.

Su propuesta artística juega con un bagaje amplio de materiales como la sangre, su propio
cuerpo-por lo general desnudo-, la deformación y la tierra, que a la vez remiten a conceptos
como el sentido de pertenencia, la patria, la violencia machista, el sexismo, entre otros. Con
todos estos elementos Ana Mendieta crea un lenguaje personal que podría definirse, hasta cierto
punto, como primitivista y liminal.

Son estos elementos lo que vuelven tan importante e innovador en su tiempo el trabajo de
Mendieta. Actualmente es una de las principales referencias del performance de aquellas ép
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