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Eunice Odio
Mira la herida para no olvidarla
-Antología-
Eunice Odio
2016
Eunice Odio
Mira la herida para no olvidarla - Eunice Odio
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Revista de poesía Exilio
8 e
Mira la herida para no olvidarla - Eunice Odio
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Revista de poesía Exilio
Su poesía
Hoy ya nadie discute que El tránsito de fuego sea el mejor
libro de la poeta y uno de los mayores logros de la lírica
americana del siglo XX. Obviamente sus dos anteriores –
Los elementos terrestres y Zona en territorio del alba– son im-
portantes elaboraciones poéticas, si se toma en considera-
ción la juventud de Eunice en el momento de escribirlos.
Especialmente Los elementos terrestres anticipa esa gran
aventura creadora que es El tránsito de fuego, pues allí se in-
cuban el argumento y la estructura de este. Las imágenes
insólitas y la metaforización arriesgada, a veces, se desli-
zan por un surrealismo propio y sugerente, premonitorio
de la amplitud de registros de El Tránsito. Incluso la versi-
ficación será la misma: endecasílabos y alejandrinos con-
jugados con versos libres eludiendo rimas y asonancias.
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Mira la herida para no olvidarla - Eunice Odio
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Mira la herida para no olvidarla - Eunice Odio
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Revista de poesía Exilio
Colofón
Eunice Odio es la gran poeta de Costa Rica en el siglo
XX. (Creo que con Max Jiménez y Jorge Debravo, nues-
tros otros grandes creadores del siglo, era la persona más
“agraciada”, poéticamente hablando, que hemos tenido).
Y una de las más importantes voces de Centroamérica y
del continente. Tal vez por ello hubo de cargar en vida con
la indiferencia y la insidia de la sociedad de su tiempo, es-
pecialmente la costarricense que la excluyó, prácticamen-
te, de su memoria hasta años recientes.
Por supuesto Eunice no era una mujer fácil. Su fuerte per-
sonalidad y su carácter, templado en una colectividad ma-
chista y patriarcal donde el asedio masculino –debido a
su belleza física, a su talento natural y a su agudo nivel
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Mira la herida para no olvidarla - Eunice Odio
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Revista de poesía Exilio
Bibliografía consultada
Esquivel, Mario (Presentación notas y selección). Eunice Odio en
Guatemala. Instituto del Libro, Ministerio de Cultura, Ju-
ventud y Deportes, San José, 1983.
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Mira la herida para no olvidarla - Eunice Odio
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Mira la herida para no olvidarla - Eunice Odio
A Jorge
Poema primero
Posesión en el sueño
Ven
Amado
Tu cuerpo acabará
donde comience para mí
la hora de tu fertilidad y tu agonía;
y porque somos llenos de congoja
mi amor por ti ha nacido con tu pecho,
es que te amo en principio por tu boca.
Ven
Comeremos en el sitio de mi alma.
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Revista de poesía Exilio
Tu sexo matinal
en que descansa el borde del mundo
y se dilata.
Ven
Hablaremos de tu cuerpo
con alegría purísima,
como niños desvelados a cuyo salto
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Mira la herida para no olvidarla - Eunice Odio
Ven
te probaré con alegría.
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Revista de poesía Exilio
Poema segundo
Ausencia de amor
Amado
en cuyo cuerpo yo reposo,
Oh,
Amado mío, dulcísimo
como alusión de nardo
entre aromas morenos y distantes,
Amado,
hoy te he buscado
por entre mi ciudad
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Mira la herida para no olvidarla - Eunice Odio
y tu ciudad extraña,
donde los edificios
no se alegran al sol,
como frutales conchas
y celestes cabañas.
Y andaba yo
con un crepúsculo enredado entre la lengua,
yo te andaba buscando
por entre el verde olor de sus caballos,
Y pensando en tu boca
reposaban mis ojos,
como palomas diurnas
entre hierbas amargas.
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Revista de poesía Exilio
Y te buscaba entonces
por las inmediaciones de mi cuerpo.
Tú me podías llegar
desde el suceso cálido.
II
Amado
Hoy te he buscado sin hallarte
por entre mi ciudad
y tu ciudad extraña,
Y de pronto llegaste,
huésped de mi alegría,
y me poblé de islas
con tu brillante dádiva.
24 e
Mira la herida para no olvidarla - Eunice Odio
Amado,
en cuyo cuerpo yo reposo
y en cuyos brazos desemboca mi alma,
Amado
Hoy te he buscado sin hallarte
por entre mi ciudad y tu ciudad extraña
y no te he hallado.
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Revista de poesía Exilio
Poema tercero
Consumación
Tus brazos
como blancos animales nocturnos
afluyen donde mi alma suavemente golpea.
A mi lado,
como un piano de plata profunda
parpadea tu voz,
sencilla como el mar cuando está solo
y organiza naufragios de peces y de vino
para la próxima estación del agua.
Luego,
mi amor bajo tu voz resbala,
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Mira la herida para no olvidarla - Eunice Odio
Y ya dentro de ti
yo no puedo encontrarme,
cayendo en el camino de mi cuerpo,
Tú me conduces a mi cuerpo,
y llego,
extiendo el vientre
y su humedad vastísima,
donde crecen benignos pesebres y azucenas
y un animal pequeño,
doliente y transitivo.
II
Ah,
si yo siquiera te encontrara un día
plácidamente al borde de mi muerte,
soliviantando con tu amor mi oído
por donde corra el agua
y no retoñe...
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Revista de poesía Exilio
Ah,
Camarada,
28 e
Mira la herida para no olvidarla - Eunice Odio
Poema cuarto
Asomada a mi pecho
Tatuada en él como la edad
Y el daño.
Habla mi amada
con su amor que tiene
apenas pecho diurno y voz descalza.
A mi sombra
se bordearon de pulpa sus caderas.
Párpados transitados
de nieve y mediodía,
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Revista de poesía Exilio
Ven,
Amada.
Los árboles
todos tienen tu cándida estatura,
y tu párpado caído,
y tu gesto mojado,
Edificio de alondras
habitado de climas
donde legisla el sol
sobre viñedos de oro.
30 e
Mira la herida para no olvidarla - Eunice Odio
A tu sombra
me encontrarán los pájaros salvajes.
Ven,
te probaré con alegría,
tú soñaras conmigo
esta noche.
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Revista de poesía Exilio
Poema quinto
Esterilidad
El hombre
nacido de mujer,
corto de días y harto de sinsabores;
que sale como una flor, y es cortado,
y huye como la sombra, y no permanece.
Job – 14, 1 y 2
32 e
Mira la herida para no olvidarla - Eunice Odio
Asomada al arrimo,
con media flor y apenas
medio rostro
Sola
como el primer hombre cuando descubrió
la primera sonrisa
y se volvió,
de pronto,
con todo el cuerpo
a flor de fabuloso labio estremecido,
más solo que antes,
cuando no tenía sonrisa cotidiana
que dividir en dos pedazos triunfales;
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Revista de poesía Exilio
Secreto cauce
quieto,
agua sin ruido.
“Nacida de mujer,
corta de días, y harta de sinsabores;
que sale como una flor, y es cortada,
y huye como la sombra, y no permanece.”
34 e
Mira la herida para no olvidarla - Eunice Odio
Poema sexto
Creación
Proposiciones de Prometeo
Me apoyo en ti,
clima desenterrado de lo estéril
para fundar el aire de la gracia y el asombro;
y el metaloide aciago y desmentido,
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Revista de poesía Exilio
Y la alegría purísima,
la honda gracia presente y madurada,
que rebota hasta el fondo de la sangre,
que hace correr y madrugar en pájaros,
y equivocarse de pecho y ponerse,
como ciertas flores,
un corazón de pana en la mañana.
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Mira la herida para no olvidarla - Eunice Odio
II
Y será como el árbol plantado
junto a arroyos de aguas,
que da su fruto en su tiempo,
y su hija no cae; y todo lo que
hace, prosperará.
Salmo 1-3
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Revista de poesía Exilio
III
Pasa mi corazón
con su pastosa identidad doliente.
38 e
Mira la herida para no olvidarla - Eunice Odio
IV
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Revista de poesía Exilio
40 e
Mira la herida para no olvidarla - Eunice Odio
Poema séptimo
Germinación
INTRODUCCIÓN
I
Oh don,
oh don de sí, tu pelo
albo discurso,
designio azul,
futuro de jacinto.
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Revista de poesía Exilio
II
Y antes de ser,
para futuro arribo de planeta
tiniebla inaugural,
cristal esquivo,
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Mira la herida para no olvidarla - Eunice Odio
PRELUDIOS
Cuando la soledad
bajo tu nombre oída y apretada,
Cuando yo era como niño enterrado
a quien llaman por su nombre pasado,
y responde, y no se oye en sí mismo;
Y mi mano en el fondo,
confundida,
tenía ya atisbo, llave, forma mía,
Tú me llamabas a tu nombre,
y vine,
con clara identidad de nacimientos,
con la veraz acostumbrada gracia
con que sueñan su honor las catedrales.
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Revista de poesía Exilio
EPÍGRAFE
II
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Mira la herida para no olvidarla - Eunice Odio
ACORDE FINAL
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Revista de poesía Exilio
Y tú, amado,
que pones rumbo fijo al arado
que circuye la tarde y apresura la rosa
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Mira la herida para no olvidarla - Eunice Odio
¡Oh dádivas,
Oh dones terrestres,
Oh suaves alimentos;
Oh piel,
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Revista de poesía Exilio
Poema octavo
Pregunté a la mujer
cuya insepulta frente deteníase
al cabo de su niño infecundo
y sollozaba.
-¿Mujer
has visto tú a mi Amado,
Su nariz de poniente,
¿Lo conoces?
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Mira la herida para no olvidarla - Eunice Odio
Oh,
el Camarada hermoso
con los talones ágiles
y pálido el peinado candoroso,
¿Lo reconoces
reposando al borde de mis inmediaciones
como torrente de islas y pájaros cautivos?
II
Yo lo busco.
Él es mi Camarada;
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Revista de poesía Exilio
Busco a mi Camarada
y por su origen inocente
avanzo
sin saberlo;
y me detengo.
Buscadlo cuando el trueno,
50 e
Mira la herida para no olvidarla - Eunice Odio
Y al otro,
desamado sollozo de mi frente
que apenas tiene un trozo de hierba
para posar su oído
y es señor de arboledas y ciudades.
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Revista de poesía Exilio
Al Hombre, al Camarada.
Queréis buscarlo
y exaltarlo conmigo,
Oh niños,
Oh doncellas alegres,
52 e
Mira la herida para no olvidarla - Eunice Odio
Glorificadlo
y exaltadlo conmigo.
Así sea.
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Mira la herida para no olvidarla - Eunice Odio
Estoy sola,
muy sola,
entre mi cintura y mi vestido,
sola entre mi voz entera,
con una carga de ángeles menudos
como esas caricias
que se desploman solas en los dedos.
Entre mi pelo, a la deriva,
un remero azul,
confundido,
busca un niño de arena.
Sosteniendo sus tribus de olores
con un hilo pálido,
contra un perfil de rosa,
en el rincón más quieto de mis párpados
trece peregrinos se agolpan.
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Revista de poesía Exilio
II
Arqueándome ligeramente
sobre mi corazón de piedra en flor
para verlo,
para calzarme sus arterias y mi voz
en un momento dado
en que alguien venga,
y me llame...
pero ahora que no me llame nadie,
que no quepo en la voz de nadie,
que no me llamen,
porque estoy bajando al fondo de mi pequeñez,
a la raíz complacida de mi sombra,
porque ahora estoy bajando al agónico
tacto de un minero, con su media flor al hombro,
y una gran letra de te quiero al cinto.
Y bajo más,
a las inmediaciones del aire
que aligerado espera las letras de su nombre
para nacer perfecto y habitable.
Bajo,
desciendo mucho más,
¿quién me encontrará?
Me calzo mis arterias
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Mira la herida para no olvidarla - Eunice Odio
Marzo, 1946
San José, Costa Rica
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Mira la herida para no olvidarla - Eunice Odio
De Pasto de sueños
(1963-1971)
A Rodolfo Sanabria
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Revista de poesía Exilio
II
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Mira la herida para no olvidarla - Eunice Odio
III
IV
Cuando miras
¿ves la hora que vino y la hora que llega?
Una hora, ¿es todas las horas en el día secreto?
Una hora es millones de hombres
floridos
y dormidos
y jugando bajo las estrellas.
Tú,
¿ves la hora de la flor paciendo bajo los olmos?
¿Y la del ángel en los pliegues del joven?
¿Y, simultáneamente,
la del mendigo que vino
de un planeta sin fondo
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Revista de poesía Exilio
62 e
Mira la herida para no olvidarla - Eunice Odio
A Jehová,
VI
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Revista de poesía Exilio
64 e
Mira la herida para no olvidarla - Eunice Odio
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Revista de poesía Exilio
Este es el bosque
A Alfonso Chase
Este es el bosque
y aquí, un momento,
mi corazón espía…
Van y vienen
los descendientes de los árboles
-escondidos animales geométricos.
Se meten en sus cóncavas materias
-sienes aéreas,
largos fantasmas de alas sumergidas.
Se despliegan,
gravitan contra la sombra,
ciertas partes ascendentes,
del poderoso y habitante oxígeno.
Este es el bosque desprendido
y aquí, en esta forma de sed
pongo mi corazón a descansar,
a desandar,
un pensamiento de hojas que fue mío.
Aquí, sobre la tempestuosa apariencia
de una campana lanzada por la hierba.
Este es el bosque
y aquí mi corazón, desanudándose,
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Mira la herida para no olvidarla - Eunice Odio
sólo es un ruido,
una alegría que se desvió por dentro,
y se perdió incesantemente,
y no puede encontrarse,
o siquiera parecerse a sí misma.
Aquí mi corazón
-este es el bosque-
reposa celebrando su partida.
Se va, irá pronto en camino,
como después, como antes,
como si “siempre irse” fuera su pronombre.
Parte hacia ayer,
hacia el día de un año que nadie vio crecer
porque se devoró,
porque comió de su propia substancia.
Va hoy, fue antes,
irá siempre en camino
abandonando páramos,
espinas,
huesos activos;
la posada que parecía del tamaño del mundo,
y sólo era
un espejo flamígero.
Se va, se irá, siempre se ha ido,
abandonando calles invencibles,
meses deshabitados,
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Revista de poesía Exilio
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Mira la herida para no olvidarla - Eunice Odio
y su anegado resplandor.
Vamos al sitio de la sien, al pasar de los huesos
perfectos, despoblados, desollados.
Vamos a nuestros días en secreto;
a nuestra piel que ocultamente pasa por manos
atmosféricas,
por tactos elevados a potencia.
Tengo frío. Tenemos.
No debimos salir a ser mirados
y tenidos por suyos;
y desgajados,
y partidos
como el árbol que somos,
que nos sueña.
Caminemos.
Entremos
a no salir jamás,
a cumplir con nuestra obligación de latir,
de sollozar,
de morir
en la sola compañía
del último de nuestros huesos
que oyó llamar a la Tierra
2 de agosto de 1966
México
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Mira la herida para no olvidarla - Eunice Odio
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72 e
Mira la herida para no olvidarla - Eunice Odio
I PARTE
De Síntesis del primer desterrado
III
¡Silencio!
¡Silencio!
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Revista de poesía Exilio
porque el aprisionado,
Está presente.
74 e
Mira la herida para no olvidarla - Eunice Odio
De Fábula de la abeja
LA EXPANSIÓN
Yo estaría ya entornada
si antes hubieras dicho El Nombre
cuya primera sílaba es mi cuerpo,
con cuya duración me dilato eternamente fija,
quieto mi centro, velozmente inmóvil.
Entra,
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Revista de poesía Exilio
II PARTE
De Proyecto de mí mismo
ION
***
76 e
Mira la herida para no olvidarla - Eunice Odio
DÉDALO
su espuma es el silencio.
Sólo ha de sojuzgarlo
aquel cuya palabra es un acto amoroso,
un movimiento en llamas.
Lo he clausurado.
He guardado su cifra bajo losas de fuego.
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Revista de poesía Exilio
el fuerte,
el señalado!
a mí,
Me llamará y no he de responderle.
78 e
Mira la herida para no olvidarla - Eunice Odio
incontenible,
murmurante llave.
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Revista de poesía Exilio
***
80 e
Mira la herida para no olvidarla - Eunice Odio
DÉDALO
***
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Revista de poesía Exilio
ION
Solo en tu compañía.
la forma de tu aire.
***
82 e
Mira la herida para no olvidarla - Eunice Odio
III PARTE
GUNE
ANDROS
la voz larga,
por la tarde
nuestra.
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Revista de poesía Exilio
GUNE
***
84 e
Mira la herida para no olvidarla - Eunice Odio
ION
eres el poseído,
el invadido que ahora borraré,
***
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Revista de poesía Exilio
ION
***
86 e
Mira la herida para no olvidarla - Eunice Odio
VII
ION
Padre,
abuelo,
Y me asomo a tu frente.
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Revista de poesía Exilio
Padre,
Padre,
abuelo,
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Mira la herida para no olvidarla - Eunice Odio
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Revista de poesía Exilio
-en mi meñique-
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Mira la herida para no olvidarla - Eunice Odio
tu suelo venerable.
Ayer noche
sin mi gracia.
***
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Revista de poesía Exilio
ION
Dédalo,
ve a la ciudad,
particípale,
el padre, el hijo,
-y yo que soy el hijo de mí mismo,
y el padre de mi padre-
detenido
en una arteria de esas que desnuda la muerte,
y que la tierra hostiga, dispersa y arrebata;
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Mira la herida para no olvidarla - Eunice Odio
a él,
memoria de la sangre
que en mí y en ti se anima recordando;
a él,
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Revista de poesía Exilio
DÉDALO
¿Dónde la encontraré?
ION
***
94 e
Mira la herida para no olvidarla - Eunice Odio
ION
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Revista de poesía Exilio
y todos juntos
Y yo, Señor,
y yo soy todos ellos
y estoy solo.
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Mira la herida para no olvidarla - Eunice Odio
Le pregunté:
¿yo me devoro? ¿O tú me devorabas?
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Revista de poesía Exilio
Su oscuridad me asalta,
¿cómo la miraré si no es la mía?
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Mira la herida para no olvidarla - Eunice Odio
Tengo miedo.
¡Mujer! ¡Sorda!
¡Pietra!
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Revista de poesía Exilio
Tú, Dendro,
responde:
¡Dime!
***
100 e
Mira la herida para no olvidarla - Eunice Odio
XII
ARKHOS
y a mí me sitiaría
ION
Tú no puedes vivirme.
No puedes agonizarme a mí, con tu agonía.
Sólo yo,
solo,
puedo vivirme y desvivirme.
¿Qué quiero?
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Revista de poesía Exilio
Deshabitarme el cuerpo,
tener vacía la lengua, desalojar la espalda,
echar a dentelladas la arteria que me sigue.
***
102 e
Mira la herida para no olvidarla - Eunice Odio
ION
¿Tiendes a descender?
Mi alma, como tú, tiende a caer.
Incorpórate, piedra mía entrañable,
levántate
y yo me levantaré.
***
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ARKHOS
***
104 e
Mira la herida para no olvidarla - Eunice Odio
ARKHOS
Nada veo.
ION
***
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ION
106 e
Mira la herida para no olvidarla - Eunice Odio
***
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ION
108 e
Mira la herida para no olvidarla - Eunice Odio
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ION
110 e
Mira la herida para no olvidarla - Eunice Odio
TIARA
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TIARA
-Y siempre regresabas.
***
112 e
Mira la herida para no olvidarla - Eunice Odio
OM
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OM
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114 e
Mira la herida para no olvidarla - Eunice Odio
ION
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ION
***
116 e
Mira la herida para no olvidarla - Eunice Odio
ION
¿Y si yo te prestara la palabra
con que todo se alumbra y manifiesta,
la que nada aprisiona
y todo lo devuelve a su móvil materia?
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Revista de poesía Exilio
ION
Aguardamos,
aguardo
como un niño cuya sílaba primera,
está en alto esperando tu palabra.
***
118 e
Mira la herida para no olvidarla - Eunice Odio
HOMBRE 2º
ION
¡Silencio!
Todo calle.
Conténgase la flor al entrar en su tallo,
aquiétese el creciente rumor de la azucena,
todo sea un oído cardial y primordial,
como allá en un silencio de primeras estrellas.
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Revista de poesía Exilio
HOMBRE 2º
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120 e
Mira la herida para no olvidarla - Eunice Odio
ION
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Revista de poesía Exilio
ION
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122 e
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ION
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DÉDALO
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124 e
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ION
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ION
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126 e
Mira la herida para no olvidarla - Eunice Odio
ION
Después de mí,
cuando sea mi cabeza una raída flor desanimada,
en ti estarás guardando mi morada;
tu presencia sin término,
será presencia viva en que no acabo.
En ella me estaré sobreviviendo.
***
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LA MADRE
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128 e
Mira la herida para no olvidarla - Eunice Odio
ION
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ION
130 e
Mira la herida para no olvidarla - Eunice Odio
Quién te hallara,
quién te viera
construida de materia deleitosa
y en ti no se alegrara;
esparce tu semblante, madre,
tiéndelo al frente de la rosa;
para que yo te vea como allá en mi niñez,
tu cara, un rayo manso, una luz apartada,
posándose en los vasos humildes de la casa,
en el húmedo padre que tenía vastos los brazos
y el entrecejo borrascoso;
en mi rizo de ayer que ha sido convocado
y ha traído su presencia de oro.
El semblante esparcido de mi madre
tocando con su tacto iluminado
un juguete caído,
el alimento victorioso y puro
que impartía su mano inagotable.
Tú que recibes todas las cosas,
que siempre estás abierta
para que todo en ti se guarde,
recíbeme,
guárdame entre tus cosas más amadas.
Permite
que tu vientre me haga sombra.
Hazme un pan, madre,
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Revista de poesía Exilio
hazme un salto,
reanúdame un juguete prenatal.
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132 e
Mira la herida para no olvidarla - Eunice Odio
LA MADRE
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Revista de poesía Exilio
ION
La sombra de mi padre
era la sombra de un torrente
con musgos a la orilla;
Cuando callaba
hasta su alrededor se sosegaba.
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Mira la herida para no olvidarla - Eunice Odio
Su intromirada era
entrañable calor en movimiento.
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Revista de poesía Exilio
ION
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136 e
Mira la herida para no olvidarla - Eunice Odio
ION
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f 137
Revista de poesía Exilio
DÉDALO
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138 e
Mira la herida para no olvidarla - Eunice Odio
ION
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f 139
Revista de poesía Exilio
HYBRIS
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140 e
Mira la herida para no olvidarla - Eunice Odio
Contenido
Pasto de sueños 59
Argos del día oculto 59
Este es el bosque 66
El tránsito de fuego 71
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