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WILLIS CARDENAS
ERIKA VASQUEZ
2. Sentencia SU087/22
DERECHO A LA ESTABILIDAD LABORAL REFORZADA Y DEBIDO PROCESO-
Vulneración por desconocimiento del precedente constitucional y violación directa de la
Constitución, trabajador despedido en circunstancias de debilidad manifiesta por
razones de salud
DERECHO FUNDAMENTAL A LA ESTABILIDAD LABORAL REFORZADA DE
QUIENES SE ENCUENTRAN EN CIRCUNSTANCIAS DE DEBILIDAD MANIFIESTA
O INDEFENSION-Reglas jurisprudenciales
31. Para cumplir con esta exigencia y las emanadas del principio de solidaridad social y
de la cláusula de Estado Social, se ha establecido una garantía para los trabajadores
que se encuentran en condiciones de debilidad manifiesta por situaciones de salud. La
estabilidad laboral reforzada protege “a aquellas personas susceptibles de ser
discriminadas en el ámbito laboral y que se concreta en gozar de la posibilidad de
permanecer en su empleo, a menos que exista una justificación no relacionada con su
condición”.
33. En atención a este mandato, el legislador profirió la Ley 361 de 1997, “[p]or la cual
se establecen mecanismos de integración social de las personas en situación de
discapacidad y se dictan otras disposiciones”. El artículo 26 de esta norma incluye la
garantía de la estabilidad laboral reforzada de la siguiente manera:
4) La accionante prueba que tuvo un accidente de trabajo durante los últimos meses
de la relación, que le generó una serie de incapacidades y la calificación de un
porcentaje de PCL antes de la terminación del contrato.
5) El empleador decide contratar a una persona con el conocimiento de que tiene una
enfermedad diagnosticada, que al momento de la terminación del contrato estaba en
tratamiento médico y estuvo incapacitada un mes antes del despido.
Por el contrario, este conocimiento no se acredita cuando (i) ninguna de las partes
prueba su argumentación; (ii) la enfermedad se presenta en una fecha posterior a la
terminación del contrato; (iii) el diagnóstico médico se da después del despido; y (iv)
pese a la asistencia a citas médicas durante la vigencia de la relación, no se presentó
incapacidad o recomendaciones laborales como consecuencia de dichas citas médicas.
iii) Que no exista una justificación suficiente para la desvinculación, de manera que sea
claro que la misma tiene origen en una discriminación. Para proteger a la persona en
situación de discapacidad, se presume que el despido se dio por causa de esta. Sin
embargo, esta es una presunción que puede desvirtuarse pues la carga de la prueba le
corresponde al empleador, para mostrar que el despido obedece a una justa causa
3. Sentencia T-136/14
ESTABILIDAD LABORAL REFORZADA DE PERSONAS CON DISCAPACIDAD-
Caso en que sindicato da por terminado contrato de afiliación con un trabajador que se
encontraba incurso en un proceso de valoración y calificación de pérdida de capacidad
laboral
“Art. 26.- En ningún caso la limitación de una persona, podrá ser motivo para
obstaculizar una vinculación laboral, a menos que dicha limitación sea claramente
demostrada como incompatible e insuperable en el campo que se va a desempeñar.
Así mismo, ninguna persona limitada podrá ser despedida o su contrato terminado por
razón de su limitación, salvo que medie autorización de la oficina de trabajo.
De igual forma, hizo extensivo dicho beneficio a aquellos trabajadores que durante el
cumplimiento de las funciones propias de su relación contractual sufran algún deterioro
en su salud. Por tanto, cuando quiera que ocurra un despido de manera unilateral a
una persona discapacitada, o como en el presente asunto, terminación sin justa causa
del contrato de afiliación, y el empleador o sindicato contratante no logre demostrar que
el mismo tuvo lugar con ocasión a una causa diferente a la limitación que padece el
trabajador; esta corporación ha tachado tal conducta como constitutiva de
discriminación y por tanto contraria a la Constitución.
De acuerdo con lo anterior, para que el amparo de la acción de tutela proceda respecto
a un despido o terminación de la afiliación injustificada, debe probarse, que tal situación
se fundó en las limitaciones físicas, psíquicas o sensoriales del trabajador o afiliado y
que, en consecuencia, tal conducta constituye una discriminación intolerable frente al
derecho fundamental a la igualdad.
Acerca del segundo aspecto, en lo que tiene que ver con el conocimiento del
empleador, además de lo expuesto anteriormente, basta con mencionar que el mismo
sindicato se ofreció a ayudarle en la gestión del reconocimiento de la pensión de
invalidez (folio 6). Este hecho por sí solo demuestra que SANAR conocía de primera
mano la situación de invalidez en que se encuentra su afiliada.
“Para esta Corporación es claro, así mismo, que la estabilidad laboral de quienes se
encuentran en condición de debilidad manifiesta resulta especialmente relevante, no
sólo por la evidente relación entre ésta y la posibilidad de gozar de condiciones de
subsistencia dignas, sino porque la realización laboral de quienes se encuentran en tal
posición se asocia directamente con la realización de la dignidad humana, y con la
integración social de quienes enfrentan una limitación física, o de cualquier otro tipo”[2].
4. Sentencia T-1219/05
En esa medida, debe entenderse que el estatuto antidiscriminación que existe para
proteger la igualdad de oportunidades de las personas desaventajadas, se extiende
también a quienes sufren dolencias o enfermedades graves. En este sentido se ha
manifestado la Corte, por ejemplo, al proteger los derechos especiales de las personas
que sufren VIH a no ser desvinculadas de su puesto de trabajo en razón de su
enfermedad.
6. En el caso particular del derecho al trabajo de las personas desaventajadas, la Ley
361 de 1997 consagra lo siguiente:
“ARTÍCULO 26. En ningún caso la limitación de una persona, podrá ser motivo para
obstaculizar una vinculación laboral, a menos que dicha limitación sea claramente
demostrada como incompatible e insuperable en el cargo que se va a desempeñar. Así
mismo, ninguna persona limitada podrá ser despedida o su contrato terminado por
razón de su limitación, salvo que medie autorización de la oficina de trabajo.
“Para la consecución de esos fines, la efectividad del ejercicio del derecho al trabajo,
como ocurre para cualquier otro trabajador, está sometida a la vigencia directa en las
relaciones laborales de unos principios mínimos fundamentales establecidos en el
artículo 53 de la Carta Política. Cuando la parte trabajadora de dicha relación está
conformada por un discapacitado, uno de ellos adquiere principal prevalencia, como es
el principio a la estabilidad en el empleo, es decir a permanecer en él y de gozar de
cierta seguridad en la continuidad del vínculo laboral contraído, mientras no exista una
causal justificativa del despido, como consecuencia de la protección especial laboral de
la cual se viene hablando con respecto a este grupo de personas.
Tal seguridad ha sido identificada como una “estabilidad laboral reforzada” que a la vez
constituye un derecho constitucional, igualmente predicable de otros grupos sociales
como sucede con las mujeres embarazadas y los trabajadores aforados, en la forma ya
analizada por esta Corporación.”
En suma, tanto la jurisprudencia de la Corte como el artículo 26 de la Ley 361 de 1997,
buscan garantizar la no discriminación laboral por la existencia de desventajas físicas o
sensoriales. A esta necesidad responde el derecho a la estabilidad laboral reforzada
que se expresa en la exigencia de una autorización de la oficina de trabajo o del juez
previa al despido.
Así las cosas, el cumplimiento del deber de solidaridad comporta una carga especial en
cabeza del empleador por corresponderle a éste brindar un trato especial a la persona
desaventajada para asegurarle mayores condiciones de estabilidad laboral.
8. Sin embargo, la carga que imponen al empleador los derechos especiales de las
personas desaventajadas y el deber de solidaridad, no es absoluta.
“En estos casos, por lo tanto, opera una presunción a favor del trabajador, que, en todo
caso, no lo exime de la carga de allegar una prueba sumaria, que le proporcione al juez
los suficientes elementos de juicio para concluir que el despido se efectuó por razón de
la condición de especial protección.
“(…) toda mujer tiene derecho a la maternidad y es libre de definir, en los términos del
artículo 42 de la Carta Política, junto con su pareja, el número de hijos y el momento en
el cual quedará en estado de gravidez, independientemente de si se encuentra o no
vinculada laboralmente.
“Ninguno de los dos derechos enunciados puede ser sacrificado, por la voluntad
unilateral del patrono, en términos tales que se vea la mujer expuesta a una forzada
escogencia entre sus oportunidades de trabajo y su natural expectativa respecto de la
maternidad.
“En ese orden de ideas, todo acto del patrono orientado a "sancionar" o a impedir el
embarazo de la empleada, o a investigar si él existe para que de allí dependa el
acceso, la permanencia, o la promoción de la mujer en el trabajo, se revela como
ilegítimo e inconstitucional y, en los términos dichos, puede ser objeto de acción de
tutela.
“Así, la exigencia de "pruebas de embarazo" por parte de una empresa, con el
propósito de condicionar el ingreso o la estabilidad de la trabajadora en la nómina de la
misma, es una conducta reprochable que implica vulneración del derecho a la intimidad
de la empleada y de su familia y que lesiona también el libre desarrollo de su
personalidad, afectando por contera el derecho al trabajo”.
Adicionalmente, dentro de las medidas que el Estado colombiano debe adoptar para la
colocación laboral de los desaventajados, se encuentra la de practicar evaluaciones
físicas y profesionales, sólo cuando ello sea necesario:
(2) Estas disposiciones deberán asegurar una colocación satisfactoria por los medios
siguientes:
15. De conformidad con las reglas antes mencionadas y al igual que en el caso del
enfermo de VIH y la mujer en estado de embarazo, en el caso de la persona enferma
de diabetes, la necesidad de practicar una evaluación física o de manifestar esta
dolencia debe estar específica y claramente justificada en la incompatibilidad
demostrada respecto del cargo a desempeñar.
16. Con todo, la carga de determinar si el cargo resulta incompatible con la diabetes, no
puede recaer exclusivamente en el trabajador. Por esa razón el empleador debe
consignar por escrito las razones relativas a la incompatibilidad de esta dolencia con el
cargo. En efecto, para garantizar el derecho a la igualdad y a la no discriminación y
para asegurar que la no selección de una persona que padece diabetes no se debe a
perjuicios no fundamentados sobre dicha dolencia, resulta fundamental que en aquellos
casos en los cuales la empresa considera la enfermedad de diabetes incompatible e
insuperable en el cargo que se va a desempeñar, deba consignar éste hecho por
escrito y comunicárselo en igual forma a los aspirantes, quienes, en tales condiciones,
inmediatamente adquieren la obligación de manifestar si se encuentran o no en la
circunstancia descrita.
Así mismo, las preguntas encaminadas o obtener la información relevante, deben hacer
énfasis en las necesidades del cargo a desempeñar y no en las posibles desventajas
de los aspirantes. Las preguntas que no guardan relación alguna con el cargo, serán
interpretadas como posibles indicios de discriminación laboral, y en todo caso, no
obligan al trabajador a responderlas.
18. El presente caso se produce dentro de una relación entre una cooperativa de
trabajo asociado y uno de sus miembros, relación que debe ser revisada para
determinar si le asiste al actor (miembro de la cooperativa) el derecho a la estabilidad
laboral reforzada.
21. Adicionalmente, la Corte ha señalado que todo contrato que reúna las
características de un contrato de trabajo debe incluir los derechos de los trabajadores,
con independencia del nombre que formalmente se le asigne al contrato o a la relación
contractual. En esa medida ha aplicado a las relaciones denominadas contrato de
trabajo asociado, normas generales dirigidas a garantizar los derechos del trabajador.
5. Sentencia T-1101/01
Problema jurídico
Esta Corte ha señalado que la mujer embarazada “conforma una categoría social
que, por su especial situación, resulta acreedora de una particular protección por
parte del Estado”[3].
7. Sentencia T-689/04
2. Fundamentos
“(...)
“En ningún caso la limitación de una persona, podrá ser motivo para
obstaculizar una vinculación laboral, a menos que dicha limitación sea
claramente demostrada como incompatible e insuperable en el cargo
que se va a desempeñar. Así mismo, ninguna persona limitada podrá
ser despedida o su contrato terminado por razón de su limitación, salvo
que medie autorización de la oficina de Trabajo.
“(...)
“(...)
“(...)
8. Sentencia T-519/03
“En ningún caso la limitación de una persona, podrá ser motivo para
obstaculizar una vinculación laboral, a menos que dicha limitación sea
claramente demostrada como incompatible e insuperable en el cargo
que se va a desempeñar. Así mismo, ninguna persona limitada podrá
ser despedida o su contrato terminado por razón de su limitación,
salvo que medie autorización de la oficina de Trabajo.
(...)
En el presente asunto, al no hallarse la relación causal entre el
padecimiento del accionante y la terminación del contrato de trabajo
a término fijo, el juez constitucional se encuentra ante un asunto que
no le compete resolver, por cuanto de lo aportado al proceso no se
deduce la violación de los derechos fundamentales de aquél, en el
sentido de que haya podido ser discriminado o estigmatizado por el
patrono.
2.5. Cuando se comprueba que la causa del despido fue en realidad el estado de
salud del accionante, la Corte ha encontrado que la desvinculación configura una
discriminación, frente a la cual procede la tutela como mecanismo de protección.
Para justificar tal actuación no cabe invocar argumentos legales que soporten la
desvinculación como la posibilidad legal de despido sin justa causa. Ha dicho esta
Corporación:
(...)
la motivación que en sí misma es lesiva de derechos fundamentales,
hace que la situación jurídica que en tal motivación toma pie no pueda
surtir efectos, porque precisamente dichos efectos se erigen como la
concreción material de la violación de los derechos mencionados.
(...)
2.6. Esta protección especial se soporta, además del singular amparo brindado por
la Constitución a determinadas personas por su especial condición, en el
cumplimiento del deber de solidaridad; en efecto, en estas circunstancias, el
empleador asume una posición de sujeto obligado a brindar especial protección a
su empleado en virtud de la condición que presenta. Ha dicho la Corte con
respecto a este deber:
2.7. Por último, la Corte ha afirmado que de presentarse un despido sin justa
causa que tenga como velada motivación las condiciones de debilidad manifiesta
del trabajador se configura un abuso del derecho. Al respecto, ha dicho la
Corporación:
2.8. Las medidas dispuestas por la Corte para proteger el derecho fundamental al
trabajo y garantizar la especial protección a personas que se encuentran en
debilidad manifiesta han llegado al reintegro del accionante y la orden de no hacer
uso de la facultad de despido sin justa causa hasta cuando, según certificación
médica se éste se encuentre en condiciones normales de salud para conseguir
otro trabajo[9].
9. Sentencia C-531/00
DISCAPACITADO EN ESTADO SOCIAL DE DERECHO-Protección superior
Demanda de inconstitucionalidad contra los incisos 1o. (parcial) y 2o., del artículo
26 de la Ley 361 de 1997
10. Sentencia
Ha señalado esta Corporación que para terminar un contrato laboral cuando existe
notificación del estado de gravidez de la trabajadora que cumple con sus
obligaciones, deberá analizarse si las causas que originaron la contratación aún
permanecen, pues de responderse afirmativamente no es dable ponerle fin al
contrato de trabajo a término fijo, más aún cuando la Constitución obliga al Estado
y a la sociedad a brindar una protección especial a la mujer en estado de
embarazo.
Esta Corporación ha sostenido que, los elementos fácticos que deben quedar
demostrados para que proceda el amparo transitorio del derecho a la estabilidad
laboral reforzada son los siguientes: "(1) que el despido o la desvinculación se
ocasionó durante el embarazo o dentro de los tres meses siguientes al parto; (2)
que la desvinculación se produjo sin los requisitos legales pertinentes para cada
caso; (3) que el empleador conocía o debía conocer el estado de embarazo de la
empleada o trabajadora; (4) que el despido amenaza el mínimo vital de la actora o
que la arbitrariedad resulta evidente y el daño que apareja es devastador."
2. La materia a examinar
Es más, los demandantes precisan que si bien el trabajo no sólo tiene una
finalidad redistributiva sino también social, ésta resulta ignorada con la
posibilidad que asiste a los empleadores de indemnizar al trabajador por
razón del despido sin autorización de la oficina de Trabajo, lo que en
consecuencia lo sustrae de la obligación de rehabilitar y capacitar a dicho
trabajador por la limitación sufrida, con el fin de que pueda desenvolverse
en una nueva labor. Esto, a su vez, en criterio de los actores, conduce a un
irrespeto de derechos ajenos y abuso de los propios, así como a la
imposibilidad de que exista justicia social dentro de las relaciones laborales,
impidiendo que la respectiva empresa realice la función social que le ha
sido asignada, como base del desarrollo socioeconómico del país, lo que
genera una vulneración de los artículos 95 y 333 constitucionales.