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UNIDAD EDUCATIVA DE FF.AA. COLEGIO MILITAR No.

4
"ABDÓN CALDERÓN"

Lengua y Literatura

ESTUDIANTE : STEVEN ROBLES

CURSO : TERCERO

PARALELO : B

2023 - 2024
Parricidio, una posibilidad para crear

Los escritores tzántzicos, como parte de un movimiento literario en los años 60 en Quito,
Ecuador, abogaban por un "parricidio intelectual" dirigido hacia figuras literarias
establecidas, como Gonzalo Zaldumbide, quien representaba una concepción aristocrática de
la literatura. Su objetivo era desafiar y rechazar las tradiciones literarias elitistas, apostando
por una literatura más popular y comprometida con la realidad social, llevando sus obras a
lugares marginales como cárceles y fábricas.
Estos parricidas literarios fueron criticados por algunos por centrarse más en la política que
en la calidad de su escritura. Sin embargo, su movimiento representó una ruptura con los
legados aristocráticos y una democratización de la cultura en Ecuador.
Otros críticos, como Huilo Ruales, argumentaron que en Ecuador no había una figura literaria
lo suficientemente prominente como para justificar un "parricidio", y que los tzántzicos no
boicotearon enérgicamente a las figuras literarias establecidas en el país. Aun así, la revista
Pucuna, fundada por los tzántzicos, proporcionó un espacio para sus trabajos y manifiestos.
Mientras tanto, en la costa ecuatoriana, surgió otro grupo autodenominado Sicoseo, que
también fue etiquetado como parricida por algunos críticos. Sin embargo, miembros como
Jorge Velasco Mackenzie argumentan que su movimiento no negó a sus predecesores, en
contraste con los tzántzicos en la sierra.
Aunque movimientos similares surgieron en toda América Latina, como los nadaístas en
Colombia y el Movimiento Hora Zero en Perú, la noción de parricidio literario ha perdido
relevancia en la nueva generación de escritores ecuatorianos. En cambio, se enfocan en
superar a sus predecesores a través de su propia obra, sin necesidad de combatirlos
directamente.
Para algunos escritores contemporáneos, como Augusto Rodríguez, los "padres literarios" ya
no necesariamente representan a figuras nacionales, sino que pueden ser influencias globales
como Borges en la era de las comunicaciones.
El "parricidio intelectual" de los escritores tzántzicos estaba dirigido hacia figuras literarias
establecidas en Ecuador, específicamente hacia Gonzalo Zaldumbide, quien representaba una
concepción aristocrática de la literatura y era visto como un símbolo de las élites culturales
del país. Los tzántzicos se oponían a esta visión elitista y buscaban desafiarla, abogando por
una literatura más popular y comprometida con la realidad social del Ecuador.
En cuanto a la discusión sobre el parricidio literario en la actualidad, muchos escritores
ecuatorianos han abandonado esta noción y se centran en desarrollar su propia voz y estilo sin
necesidad de confrontar directamente a sus predecesores. La evolución de la literatura
ecuatoriana refleja una madurez en la que los escritores buscan establecer su propio camino
creativo, reconociendo la influencia de aquellos que vinieron antes, pero sin sentir la
necesidad de rebelarse contra ellos de manera activa.

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