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Información de la literatura salvadoreña

La literatura salvadoreña es la acaecida a partir de la segunda mitad del siglo XIX. Con anterioridad a esa fecha, el actual
territorio salvadoreño formaba parte de otras entidades políticas, razón por la que carece de sentido hablar de una
identidad propia que aspirara a expresarse literariamente. No fue sino a partir del triunfo liberal que una élite de
intelectuales asumió la función de la conciencia nacional y, con ello, fundó el espacio de una cultura nacional donde la
literatura tendrá una participación protagónica. Orígenes de la literatura salvadoreña La literatura durante la colonia.

En los siglos correspondientes a la colonia hubo un florecimiento literario considerable en la metrópoli ibérica; reflejo de
lo cual, también en las posesiones americanas se verificó un notable cultivo de las artes, especialmente la arquitectura,
la plástica y la música. Existieron, empero, obstáculos importantes para un despunte comparable en la literatura. Entre
ellos resaltaba el celo con que la autoridad religiosa controlaba las vidas de sus feligreses recién convertidos al
cristianismo. El cultivo de la palabra debía estar al servicio de la fe y bajo el cuidadoso escrutinio de sus guardianes. A
pesar de ello tuvo lugar una vida literaria secular de importancia en las cortes virreinales de México y Lima. Esta
literatura cortesana tendía a reproducir de forma mimética los cánones metropolitanos, aunque ocasionalmente nutría
una voz original y memorable como la de sor Juana Inés de la Cruz, la poeta mexicana.

Algunas características de la literatura salvadoreña son:


1. Se suele nombrar y desarrollar muchos elementos culturales y costumbristas del país.
2. La literatura salvadoreña sirve como espacio de protesta social.
3. Puede tener distintos elementos de diversos movimientos literarios como el romanticismo y el realismo.

Es importante considerar que la literatura salvadoreña ha ido evolucionando con el tiempo y ha introducido nuevos
elementos vanguardistas que hacen a la literatura salvadoreña muy diversa. Por ejemplo, en la actualidad se evidencia el
modernismo.

Algunas características que se perciben en la literatura salvadoreña de esta época son las descripciones exhaustivas del
paisaje salvadoreño, el culto a las costumbres y las tradiciones, la realidad social de la época y la caracterización de las
personas y de sus creaciones.

Algunos libros de la literatura salvadoreña


Cuentos de barro, de Salarrué (1933)
La diáspora, de Horacio Castellanos Moya (1989)
Las historias prohibidas del Pulgarcito, de Roque Dalton (1979)
Mediodía de frontera, de Claudia Hernández (2002)
Luz negra, de Álvaro Menen Desleal (1962)
Helechos, de Rolando Costa (1972)
Injurias, de Ricardo Lindo (2004)
Estados sobrenaturales, de Alfonso Kijadurías (1971)
Vicente Alberto Masferrer Mónico Edgardo Alfredo Espino Najar

Claudia Lars Horacio Castellanos Moya


Luis Salvador Efraín Salazar Arrué Roque Antonio Dalton García

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