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Preguntas final psicopatología 2022. Chequeadas y corregidas.

MÓDULO 1

¿Qué es el síntoma para Freud? Aspecto libidinal y aspecto representacional.

El síntoma es una formación inconsciente sustitutiva de satisfacción pulsional. Son actos


perjudiciales que requieren gran consumo de energía psíquica y anímica pudiendo generar
diferentes tipos de padecimientos y empobrecimiento de las tareas de la vida cotidiana.

Siguiendo a Freud, el síntoma es el resultado de un conflicto entre el yo (realidad) y una


modalidad de satisfacción pulsional o experiencia que no es admitida por éste. La vía de
formación de síntomas implica que ante esta situación de conflicto la defensa, también
denominada represión, actúa debilitando la huella mnémica a través de la sustracción del
monto de afecto. Esto es, separando el aspecto libidinal (quantum energético) de la
idea-representación (aspecto representacional, huella mnémica). Sin embargo, este
quantum de energía de verse frustrado su objeto, al ser rechazado por la realidad, debe ser
transferida a otro objeto/representación o huella mnémica por lo general aspirando por el
camino regresivo a fijaciones (puntos de satisfacción resignadas o dejadas en el transcurso
del desarrollo), la libido inviste estas posiciones reprimidas, sustrayéndose del yo y de sus
leyes. Las representaciones sobre las cuales la libido transfiere ahora su energía en calidad
de investidura pertenecen al sistema del inconsciente y están sometidas a los procesos allí
disponibles - desplazamiento y condensación-. Las dos fuerzas de un conflicto que se han
enemistado vuelven a coincidir en el síntoma, se reconcilian gracias al compromiso de la
formación del síntoma.

Esquizofrenia para Bleuler, de que conceptos freudianos se sirve y marcar diferencias


teóricas con Freud. Definir síntomas fundamentales y accesorios.

Bleuler llamó a la demencia precoz esquizofrenia. Ésta se caracteriza por un tipo específico
de alteración del pensamiento, los sentimientos, y la relación con el mundo exterior.
Es así que la definición que encontramos de esquizofrenia remite a “un debilitamiento
general de todas las facultades intelectuales. Los sentimientos afectivos están embotados
(...); son incapaces de amar u odiar”.

La sintomatología fundamental de la esquizofrenia se caracteriza por:


1. Trastornos de la asociación y afectividad.
2. Predilección por la fantasía en oposición a la realidad.
3. Inclinación a divorciarse de la realidad (autista).

Síntomas secundarios: los mejores conocidos de ellos son las alucinaciones e ideas
delirantes. Aparte de éstos, las perturbaciones de la función de la memoria y los cambios de
la personalidad han recibido una atención relativamente mucho menor. El habla, la escritura,
y varias funciones físicas, se alteran a menudo de una manera irregular pero típica.
Los síntomas fundamentales o primarios son aquellos que se derivan de la estructura del
cuadro clínico, mientras que los síntomas accesorios o secundarios son, como su nombre lo
indica, productos secundarios de la perturbación que originan los síntomas primarios.

Bleuler, influenciado por las ideas del psicoanálisis, pensaba que la alocución
esquizofrénica se asemejaba bastante a lo que Freud mencionaba respecto al trabajo del
sueño en sus pacientes. Es decir: tanto en el relato de los sueños como en el hablar
esquizofrénico, se trataría para Bleuler de que los pacientes utilizarían vías de asociación
de ideas desusadas, razón por lo cual resulta para el soñante tan incomprensible el sentido
de sus sueños. De la misma manera, el habla del esquizofrénico sería sin sentido, en tanto
usa vías asociativas desusadas, fuera de las vías principales que utilizan las personas en el
estado normal. Pero, a diferencia de Freud, quien supone que el trabajo del sueño está
sujeto a mecanismos de formación de carácter enteramente psicológicos, Bleuler sostenía
que ese lenguaje del esquizofrénico era producto de una alteración en el cerebro y, por lo
tanto, carente de sentido.

Las funciones simples están alteradas.


a) Asociación: las asociaciones pierden su continuidad. De los miles de hilos
asociativos que guían nuestro pensamiento, esta afección parece interrumpirlos en
mayor o menor medida. El pensamiento se hace ilógico y a menudo extravagante.
b) Afectividad: La “deterioración emocional” ocupa el primer plano del cuadro clínico: se
trata de una carencia de manifestación de signo alguno de satisfacción o desagrado
ante alguna actividad (indiferencia ante todo).

Las funciones compuestas: resultan de las operaciones coordinadas de las funciones tales
como la atención, la inteligencia, la voluntad y la acción. Las funciones compuestas están
perturbadas, por supuesto, en la medida en que lo estén las funciones elementales
(simples) de las que dependen.

Una de las funciones compuestas alteradas es la relación con la realidad (autismo). La vida
interior asume una preponderancia patológica. Los esquizofrénicos más graves, que no
tienen contacto con el mundo externo, viven en un mundo propio. (El término autismo casi
coincide con lo que Freud denominó autoerotismo en donde, a partir de la defensa, se
produce una regresión a esta etapa del desarrollo que no posee objeto generando la
desvinculación con el mundo exterior). Los pacientes son todavía capaces de relacionarse
con el mundo externo, por eso no siempre se percibe al autismo con la primera observación
pero el mundo exterior no tiene influencia alguna sobre sus ideas delirantes.

Desarrolle las concepciones de Bateson acerca de la etiología de la esquizofrenia.


Comunicación.- Doble vínculo.

Lo central de la teoría de Bateson es el hecho de encarar sus investigaciones con el fin de


establecer una teoría comunicacional que dé cuenta del origen y la naturaleza de la
esquizofrenia. La hipótesis que da origen al proyecto de investigación sostiene que, a partir
del análisis de la comunicación humana sobre el modelo de los “tipos lógicos” se puede
definir una modalidad particular de comunicación, a la que denomina “doble vínculo”, “(...)
en la cual una persona, haga lo que haga, ‘no puede ganar’. Postulamos que una persona
atrapada en una situación de doble vínculo puede desarrollar síntomas de esquizofrenia”
Para ello, centrará sus estudios en los modos de interacción en la familia de
esquizofrénicos, haciendo hincapié en la comunicación madre-hijo.

Un tipo particular de comunicación la denomina doble vínculo: Tiene como característica el


hecho de impedir que el sujeto pueda establecer un análisis correcto de los diversos niveles
en que la comunicación humana suele acontecer. La comunicación tiene múltiples niveles, y
el sujeto debe “aprenderlos” para ser capaz de asignar a cada tipo de señal el nivel en que
debe entenderse (literal, metafórico, irónico, etc).
Bateson denomina esta capacidad adquirida “función yoica”, y postula que el esquizofrénico
manifiesta debilidades en esta función, presentando dificultades en la asignación del modo
comunicacional correcto de los mensajes. El doble vínculo presupone la coexistencia de
mensajes contradictorios en un contexto en el cual el individuo no encuentra forma de “salir”
para poder “metacomunicarse”, es decir, analizar los mensajes tomándolos como objeto. De
esta forma, la etiología y la semiología de la esquizofrenia se reducen al plano
comunicacional.

Elementos del doble vínculo:


1) DOS O MÁS PERSONAS: UNA ES LA VÍCTIMA
2) EXPERIENCIA REPETIDA: NO SE TRATA DE UNA VIVENCIA TRAUMÁTICA
ÚNICA, SINO DE UNA VIVENCIA TAN REPETIDA QUE LA EXPERIENCIA DEL
DOBLE VÍNCULO SE TORNA UNA EXPECTATIVA HABITUAL.
3) MANDATO PRIMARIO
4) MANDATO SECUNDARIO EN CONFLICTO CON EL ANTERIOR, PERO A UN
NIVEL MÁS ABSTRACTO (AMENAZA PARA LA SUPERVIVENCIA)
5) MANDATO TERCIARIO: NO HAY NINGÚN TERCERO QUE INTERCEPTE EL
MANDATO Y POR LO TANTO NO HAY ESCAPATORIA.

Los seres humanos manejamos comunicaciones que incluyen tipos lógicos, es decir,
muchos tipos de mensajes. Por ejemplo, mensajes de aprobación, de desagrado,
humorísticos, de seducción, de amistad, etc. Batenson postulará que la “función yoica” es
precisamente el proceso de distinguir los modos comunicacionales, siendo esto el resultado
de un aprendizaje. Los seres humanos utilizan el contexto como guía para la discriminación
de los modos. Se dice que el sujeto esquizofrénico tiene una función yoica débil porque
tiene graves dificultades para distinguir esos modos comunicacionales, para entender qué
se está queriendo decir realmente. Por ejemplo, si alguien le dice “¿Qué te gustaría hacer
hoy?” será incapaz de juzgar adecuadamente qué es lo que quiso decir. Ante esto la
persona puede intentar defenderse eligiendo una o más de varias alternativas. Por ejemplo,
puede suponer que en cada frase hay un significado oculto, y buscará continuamente
significados ocultos en lo que dice la gente y en los acontecimientos fortuitos. O puede
elegir tender a aceptar literalmente todo lo que le dice la gente; o también puede elegir
ignorar toda comunicación. En otras palabras, un individuo esquizofrénico puede
defenderse adoptando actitudes paranoides, hebefrénicas o catatónicas.
La metáfora es una herramienta indispensable para la expresión. Ahora bien, el
esquizofrénico emplea metáforas no rotuladas.

Los ingredientes necesarios para una situación de doble vínculo son los siguientes:
- Dos personas: Llamamos víctima a una de ellas. El doble vínculo no es solo infligido
por la madre: puede serlo también por alguna combinación de madre, padre y/o
hermanos.
- Debe ser una experiencia repetida, habitual, no una única experiencia traumática.
- Un mandato negativo primario, por ejemplo: “No hagas eso o te castigaré”: contexto
de aprendizaje basado en la evitación del castigo, en lugar de un contexto de
búsqueda de recompensa.
- Un mandato secundario que está en conflicto con el primario en un nivel más
abstracto y que también está reforzado por castigos (o señales que se perciben
como una amenaza a la supervivencia). Suele comunicarse al niño de forma no
verbal: posturas, gestos, tonos de voz, etc. Por ejemplo: no consideres esto como un
castigo, no dudes de mi amor, etc. O también puede pasar que uno de los
progenitores puede negar los mandatos del otro.
- El mandato negativo terciario que prohíbe a la víctima escapar de esa situación.
- Por último, el conjunto completo de los ingredientes deja de ser necesario cuando la
víctima ha aprendido a percibir su universo según patrones de doble vínculo

La situación familiar del esquizofrénico presenta las siguientes características generales:


- Una madre que experimenta ansiedad y se retrae si el niño responde
cariñosamente.
- Una madre que no acepta sus sentimientos de ansiedad y hostilidad hacia su hijo, y
cuya forma de negarlos consiste en manifestar abiertamente una conducta amorosa
para inducir al niño a responder como una madre cariñosa y en apartarse de él si no
lo hace.
- La falta en la familia de alguna persona que pueda intervenir en la relación
madre/hijo y apoyar al niño frente a las contradicciones.

Dada una situación con estas características, la madre de un esquizofrénico expresa


simultáneamente por los menos dos tipos de mensajes:
a. Conducta hostil o de retraimiento que surge cada vez que el niño se le acerca (un
tipo lógico).
b. Conducta simulada de amor o acercamiento, como una forma de negar ese
retraimiento que surge cuando el niño responde a su conducta hostil (otro tipo
lógico).

Como consecuencia el niño no puede distinguir entre ambos tipos lógicos. Se ve obligado a
distorsionar sistemáticamente su percepción de las señales metacomunicativas. Si el niño
las interpretara correctamente, tendría que afrontar el hecho de que su madre no lo quiere.
Pero aceptar como real la conducta amorosa simulada de su madre tampoco es una
solución, porque buscará acercársele y eso provocará sentimientos hostiles en la madre,
quien lo dejará. Pero si él se aparta, ella lo interpretará como una afirmación de que no es
una madre amorosa, y lo castigará por alejarse. Es así como el niño queda atrapado en un
doble vínculo sin salida.

Otra noción fundamental planteada por Bateson es la de “nomeostasis familia”. Tomando la


noción utilizada por Jackson, se postula a la familia como un sistema homeostático, es
decir, un sistema cerrado de regulación que suple las fallas operacionales de alguno de sus
miembros con el recargo de funciones en los otros.
Estructura psicosis del adulto Lacan, diferenciar de la etapa de desencadenamiento,
diferenciando estructura psicótica de psicosis desencadenada. Hablar de la
devastación del orden simbólico y disolución imaginaria. Las 5 etapas del
desencadenamiento de la psicosis.

La explicación estructural que Lacan intenta dar sobre la psicosis es a nivel de un accidente
en la simbolización. El proceso de simbolización es un proceso donde se articulan
significantes, la articulación de lo que Lacan llama “el ser del sujeto”; el ser es aquello de lo
que se puede predicar, las cuestiones significantes van definiendo el ser del sujeto. Si hay
un elemento de una simbolización que es rechazada, si ésta provoca un accidente al nivel
de la simbolización habrá un aspecto del sujeto que queda indefinido.

El mecanismo es en un accidente de este registro (simbólico y el lugar del Otro) y en la que


en él se cumple la preclusión del nombre del padre en el lugar del Otro, y en el fracaso de la
metáfora paterna, donde designamos el efecto que da la psicosis su condición esencial, con
la estructura que la separa de la neurosis.

En psicoanálisis la forclusión es la expulsión de un elemento simbólico. En el caso de la


psicosis, el elemento expulsado (forcluido) es el significante nombre del padre. En el
atravesamiento del edipo, la metáfora paterna y la producción de la significación fálica
divide el campo sexual para neurótico en términos fálico-castrado. Si falla algo de esto la
delimitación del ser sexuado no se produce en estos términos. Esto delimita una estructura
y otra: en la estructura de la neurosis el ste nombre del padre está presente metaforizando
el ste del deseo de la madre y produciendo una significación fálica (en términos
fálico-castrado). En la psicosis es este significante el que está ausente, está forcluido, por lo
tanto no hay metáfora paterna, y en consecuencia, no existe esa significación fálica que es
la que le permite al sujeto definir su posición sexuada. La forclusión del nombre del padre
genera falla en la simbolización relativa a este campo.

Cómo se desencadena la psicosis: No a partir de la ausencia del significante, sino que es a


partir de que desde el campo de la realidad ese significado sea llamado a operar y no pueda
porque no tiene asistencia.
La expulsión del significante nombre del padre del orden simbólico es condición
indispensable para la psicosis, pero su desencadenamiento, esto es, la emergencia de sus
manifestaciones clínicas requieren de un hecho concreto.
Para que la psicosis se desencadene, es necesario que el nombre del padre forcluido sea
llamado ahí en oposición simbólica al sujeto. Un hecho concreto lo convoca y se admite la
ausencia de éste. El llamado: estos hechos concretos que demandan la operatoria de este
significante se denomina “llamado”. El llamado proviene del Otro (en oposición simbólica al
sujeto) convocando la articulación del ste NDP. La falta de respuesta al llamado produce la
cascada de retoques de significantes de donde procede el desastre creciente en lo
imaginario.

Es por eso que la fenomenología de la psicosis se evidencia en la dimensión imaginaria. Se


establece así una sucesión de etapas:
- Un estadío previo, en el cual no se manifiesta ningún indicio de enfermedad y que
suele implicar una “compensación imaginaria “ del elemento simbólico ausente. En
este estadío no hay ninguna manifestación fenomenológica del cuadro clínico,
puesto que la psicosis aún no se ha desencadenado.
- A partir de la formulación de la pregunta (propuesta como un llamado que proviene
del campo del otro) el sujeto se ve enfrentado al agujero en la dimensión simbólica.
Momento pre-psicosis. Cuando la falta se hace sentir en cuanto tal.
Fenomenológicamente puede presentarse como un momento de perplejidad.
- Le sigue el desencadenamiento, en el cual la falta de un significante lleva
necesariamente al sujeto a poner en tela de juicio el conjunto del significante. Todo
el orden simbólico es puesto en cuestión y será necesario una tarea de
reconstrucción. Antes de ella, este período muestra los efectos de la devastación:
“disociación, fragmentación, movilización del significante en tanto palabra, palabra
jaculatoria, insignificante o demasiado significante, plena de insignificancia,
descomposición del discurso interior”.
- Paralelamente a esta devastación del orden simbólico, ocurre otro tanto nivel de lo
imaginario, fenómeno que Lacan califica de “disolución”.
- Finalmente, un movimiento restitutivo que buscará recomponer el “orden simbólico
roto” a partir de la introducción de una metáfora delirante, es decir, algo que ocupe el
lugar del significante ausente y permita, a partir de él, reconstruir el universo
simbólico. Este movimiento de restitución delirante no siempre acontece.
Si se toma como ejemplo el caso de Schreber, hallamos en él un largo estadío previo que
se desestabiliza a partir de un llamado, de una pregunta que, fenomenológicamente se
manifiesta a través de la fantasía “debe ser bello ser una mujer en el momento del coito”.
Esta fantasía abre la interrogación sobre la posición sexuada del sujeto (¿Qué es ser un
hombre, qué es ser una mujer?) y no obtiene sostén simbólico alguno, pues, al decir de
Lacan, Schreber nunca integró en modo alguno alguna forma femenina. Les indico por
adelantado que se trata de la función femenina en su significación simbólica esencial, y que
sólo la podemos volver a encontrar en la procreación. En un momento cumbre de su
existencia, esto se le manifiesta bajo la forma de la irrupción en lo real de algo que jamás
conoció, de un surgimiento totalmente extraño que va a provocar una sumersión radical de
todas sus categorías hasta forzarlo a un verdadero reordenamiento de su mundo.

A partir de allí surgen diversos fenómenos elementales (alucinaciones, ideas persecutorias).

El desmoronamiento del orden simbólico se patentiza a través de dos fenómenos: los


estribillos y los neologismos. En la cadena de stes articulando dos tipos de stes: 1) los que
representan al sujeto, que llamaremos S1 y 2) el resto de los significantes con los que sí se
relaciona y opone, a los que llamaremos S2. La devastación del orden simbólico rompe la
articulación de Ste S1 y Ste S2 provocando la emergencia de dos manifestaciones típicas:
1) Neologismos: palabras aisladas, muchas veces inventadas por el propio hablante y
que cobran para él un peso de sentido muy importante, pero intransmisible a otros.
Esto es lo que ocurre con Schreber con la alucinación “almicida” y en general con
todos los vocablos pertenecientes a la “lengua fundamental” en la que se comunica
con Dios. Adquieren la forma de un S1 sin relación con un S2.
2) Estribillos: son parte de frases que se repiten muchas veces a través de
alucinaciones auditivas. Carecen de sentido, pues le falta el elemento principal, es
decir, el elemento capaz de engendrar significación. Adquiere la forma de un S2 sin
relación a un S1.
A su vez, la disolución imaginaria se evidencia, por ejemplo, a través de la fantasía del fin
del mundo. El imaginario humano se organiza bajo la estructura de lo especular. La “imagen
del Otro” es sostén del yo, funciona como yo ideal unificando la imagen (efecto de Gestalt o
totalidad). La disolución imaginaria trae como consecuencia la fragmentación tanto del yo
como del otro semejante. Fragmentación de lo imaginario: en el caso Schreber, pensado
desde la ley, sin ley hay agresividad imaginaria, la erogenización está descontrolada, su
relaciones se tornan agresivas y eróticas

El orden simbólico se restablece a partir de la organización delirante: dios creará una nueva
raza de seres, y para ello es necesario que Schreber se convierta en mujer, y engendre en
su vientre esa nueva raza. El delirio reorganiza el mundo y le devuelve a Schreber una
significación que sirve como respuesta a la preguntar por su ser:”tu eres la mujer de dios”.

Dos cuestiones con respecto a lo imaginario: Identidad y unidad, las dos cosas se
disuelven.
Aquí tenemos lo mismo, si planteamos que el campo de lo imaginario le permite al sujeto a
través de una alienación adquirir una identidad y al mismo una unidad, si la posibilidad de la
imagen con la que me identifico en el campo imaginario en ese momento inaugural que es
el estadio del espejo, es una unidad (que desmiente la vivencia de fragmentación) y al
mismo tiempo una unidad que permite que me pueda reconocer en una imagen. tendrían
que ser estos elementos los que deberian estar implicados en el desencadenamiento de la
psicosis a nivel de lo imaginario. Y todo este campo es sostenido y regulado por una matriz
simbólica donde ese Ste NDP es un ste primordial (que no significa que no haya otros, ya
que Schreber estudió, se caso, trabajo, etc.).
El llamado que produce el desencadenamiento no necesariamente debe ser algo
importante para el sujeto, puede ser nada, se trata de algo que al sujeto le implique un
posicionamiento en relación a la significación fálica.
En el caso de Schreber vemos que esa pregunta o afirmación “Qué bello sería ser mujer”
evidentemente operó como un llamado a que el ste no opere.
Una de las posibilidades que ofrece el campo imaginario es que se manifieste en el delirio,
dado que cuando se construye RECHAZA, o expulsa a la fragmentación y coloca en su
lugar a la unidad. Pero si esa unidad no se puede sostener, lo que va a primar es la
fragmentación.
Por eso el delirio tiene otra función, además de la que plantea Freud, intenta restituir el
campo simbólico e intenta volver a desarrollar la trama imaginaria que fue disuelta. Con esta
función de estabilización y ordenamiento de las significaciones el delirio viene a intentar
organizar el campo. Por ejemplo; en fálico o castrado, (significación fálica) que en schreber
no se pudo producir.

Explique el valor restitutivo del delirio paranoico para Freud y para Lacan

Freud explica la paranoia, el cuadro clínico, a partir de dos movimientos libidinales: el


primero retracción de la libido al Yo (narcisismo secundario): como resultado la
megalomanía y la fantasía del fin del mundo. La libido sale de los objetos y va al Yo, primer
movimiento;
Y un segundo movimiento que buscaba devolver la libido a los objetos de la realidad a
través del mecanismo de la proyección, y el síntoma característico que nace es el delirio.
Por eso esto tiene carácter restitutivo, porque busca restituir las relaciones libidinales del
sujeto con su mundo, y que también entonces habría que entenderlo con un carácter
curativo. Es más enloquecedor la pérdida de realidad que provoca el primer movimiento,
que la restitución de la realidad que este segundo movimiento intenta establecer. Para
Freud esta eleccion de objeto narcisista es una eleccion de objeto homosexual y se basa en
la formula “YO (UN HOMBRE) AMO A OTRO HOMBRE”. Entonces hay un aspecto del yo
del paranoico que rechaza esta modalidad y da como resultado tres formas de delirios,
porque se le agrega el mecanismo de la proyección: vamos a operar sobre la frase
negandola en algunos de sus elementos
-DELIRIO PERSECUTORIO: inversión del verbo: yo no lo amo, lo odio …(¿Y porque lo
odio?) ahi proyecto: porque él me odia.
-DELIRIO DE CELOS: inversión del sujeto: “yo no lo amo ¿porque? proyección: porque ella
lo ama
DELIRIO EROTÓMANO: inversión del complemento: yo no lo amo, ¿porque? porque ella
me ama.
Es en este sentido que Freud explica la función del delirio en su carácter restitutivo del
vínculo libidinal con la realidad. A modo de ejemplo, en el caso de Schreber, se inicia con un
delirio persecutorio hacia su médico quien cree que lo odia. Y al final de su proceso este
delirio deriva en un delirio erotómano, en donde de lo que se trata es de que “dios lo ama”.
Por otro lado, para Lacan el delirio originalmente restituye lo simbólico, pero restituir lo
simbólico es restituir lo imaginario y también la realidad. Volver a hacer el mundo “vivible” de
algún modo. Lacan llama a la función del delirio “metáfora delirante”, porque él juega con la
metáfora paterna, debido a que falta el significante nombre del padre, que es este
significante de da unidad al resto de los significantes del mundo, y se produce un
mecanismo que Lacan llama de “FORCLUSIÓN”, donde la metáfora paterna no se puede
realizar, y el delirio viene a “suplir” al lugar de la metáfora para tratar de reordenar este
campo, para dar unidad, organización a estos significantes, al mundo que lo rodea.
Entonces, lo que busca el delirio en Lacan a partir de la metáfora delirante es volver a hacer
funcional el campo simbólico, ésta metáfora delirante vendría a hacer un parche a nivel de
la metáfora paterna, que a veces lo logra y en otras ocasiones prima la desintegración y la
desorganización, porque este delirio no logra esa función restitutiva.

Qué es la metáfora paterna, que función cumple y qué sucede cuando está forcluido
el NP.

Lacan va a plantear que en el campo simbólico funcionan significantes que él va a llamar


significantes primordiales, queriendo significar con esto que esos significantes tienen un
peso y una función especial en lo que concierne ordenar un campo de significación. Los
significantes primordiales que plantea son: Nombre del Padre y el Deseo de la madre.
En el atravesamiento del edipo, la metáfora paterna y la producción de la significación fálica
divide el campo sexual para el neurótico en términos fálico-castrado. Si falla algo de esto la
delimitación del ser sexuado no se produce en estos términos. Esto delimita una estructura
y otra: en la estructura de la neurosis el ste nombre del padre está presente metaforizando
el ste del deseo de la madre y produciendo una significación fálica (en términos
fálico-castrado). En la psicosis es este significante que representa la Ley, el que está
ausente, está forcluido, por lo tanto no hay metáfora paterna, y en consecuencia, no existe
esa significación fálica que es la que le permite al sujeto definir su posición sexuada y
ordenar su campo simbolico. La forclusión del nombre del padre genera falla en la
simbolización relativa a este campo.
“el sujeto neurótico (...) habita un mundo orientado, organizado alrededor de un polo central
al cual se deben y con el cual se miden todas las significaciones”. Este polo central funciona
a la manera de un punto de capitón (o basta de acolchado). Tal como es descrito por Lacan
a lo largo del Seminario 3, el Nombre del Padre es un significante fundamental cuya función
es la de ordenar el campo de las significaciones.
El neurótico sostiene el Saber del Padre: existe al menos uno que sabe lidiar con el deseo
del Otro. Hay, entonces, en la neurosis, un sujeto supuesto al saber (el Padre), respecto del
cual el neurótico queda en posición subordinada. Pierde libertad, pero gana confort: el
enigma del deseo del Otro ya no le concierne ni le provoca angustia, es algo que se deja a
cuenta del Padre: “Él sabrá cómo encargarse…”.
¿Qué ocurre en la psicosis? Con relación al primer punto: no hay amarre central y, por
tanto, las significaciones no están organizadas. “Ningún punto define el valor de los otros”,
cada uno vale por sí mismo. Se suele hablar de la “creencia psicótica”, pero en verdad el
“creyente” es el neurótico: cree en la justicia, cree en la veracidad de los discursos, en la
medida en que su sistema se organiza en torno a una fe central. El psicótico no tendría esa
suerte. Pero a la vez, no habiendo nada que funcione como “centro” tampoco hay un Saber
central, ni un sujeto supuesto saber para él. Por tanto, la tarea recae sobre sus espaldas:
“la tarea de sustentar, de producir la red, el tejido de ese saber, le corresponde al sujeto
mismo. De allí la necesidad de una errancia infinita que de hecho es como la tarea de una
araña que tratara de encapsular a un peligroso enemigo del tamaño del mundo”.

Paranoia para Freud y su relación con el narcisismo.


Paranoia-proyección-narcisismo.

Freud va a decir que en la evolucion de la libido, hay una etapa que se constituye como
narcisismo donde el objeto se elige tomando como modelo al propio Yo. Cuando analiza el
caso Schreber y explica cómo se constituye el cuadro clínico, va a decir que, el mecanismo
paranoico se da por una regresión a la fase narcisista, y el hecho de que la libido regresióne
a esa fase determina un tipo de elección de objeto, que es la elección de objeto
homosexual, se elige lo mismo. Habrá luego un rechazo a este mecanismo de regresión, y a
partir de que opera este rechazo, la represión, la oposición, ahi se configura el cuadro
clínico de la paranoia. Este retorno se leerá como “Narcisismo secundario, respecto a un
momento inicial original en el que la libido se concentra en el yo antes de libidinizar a los
objetos del mundo. Hay regresiones que no son patológicas como el dormir, y hay otras
regresiones patologicas como la fantasía del fin del mundo o la megalomanía. Entonces en
la paranoia Freud, va a explicar que se producen dos movimientos: un movimiento de
retracción (REGRESION) de la libido al Yo, que dará como resultado la megalomanía
(pensar que todo esta relacionado a uno mismo) y la fantasía del fin del mundo. Y un
segundo movimiento que buscaría devolver la libido a los objetos, (REPRESION del objeto
homosexual) reconstruir la relación de la libido con los objetos del mundo, y que se hace a
través de un mecanismo llamado PROYECCIÓN. Y el resultado es el síntoma característico
de la paranoia que es el DELIRIO. Como la formula unica de la eleccion de objeto
narcisista es la frase “yo (hombre) amo a otro hombre”, en el paranoico se rechaza esta
frase, es decir, que lo reprime, y da como resultado tres formas de delirio: delirio
persecutorio, donde se rechaza el verbo y en lugar de Yo lo amo, se transforma en yo lo
odio y proyecta en el afuera, porque el me odia. Delirio de celos, dond e lo que se invierte
es el sujeto, y la frase será ella lo ama, y proyectara su odio porque ella lo ama. Y el delirio
de erotomania, será aquel que invierte el complemento y se creera el paranoico que alguien
lo ama, porque “ella me ama”. por ejemplo en Schreber cuando cree que “dios lo ama”.

Qué caracteriza la vía de formación de síntomas en la paranoia según Freud. Cómo se


construye según Freud las diversas formas de delirio paranoico. 4 formas de delirio
de la paranoia están en el texto del caso de Schreber (persecutorio, erotomaníaco,
celotípico y megalomanía).

Según Freud, la paranoia implicaría una regresión al “narcisismo” (el yo es tomado como
objeto por la libido). Aquí se pone en juego un narcisismo secundario, ya que implica el
retorno al yo de la libido objetal. El narcisismo es el prototipo del amor homosexual, dado
que el yo y el objeto coinciden. Según el posicionamiento Freudiano, la paranoia busca
rechazar la elección homosexual mediante la proyección de su contenido al mundo exterior.
Esto es lo que marca la singularidad del cuadro clínico: “el contenido tanto como el afecto
de la idea intolerable se conservan, pero son proyectados al mundo exterior”.

Mecanismo paranoico:
La explicación Freudiana propone pensar la psicosis a partir de dos movimientos libidinales:

Primer movimiento libidinal: Retracción de la libido al yo; narcisismo secundario. La libido


sale de los objetos y va al yo, quedando como resultado la megalomanía y la fantasía del fin
del mundo. La carga libidinal en este primer movimiento adquiere el título de “Yo, un
hombre, amo a otro hombre”.

Elección narcisista de objeto:

● Esa elección narcisista de objeto se basa, para Freud, en una fórmula única: Yo
(hombre) amo (a otro hombre)
● Esa elección es narcisista porque toma como modelo al propio yo. Por tomar como
modelo al propio yo en la elección de objeto, Freud sostiene que se trata de una
elección de objeto homosexual. Y es a esta elección de objeto que el aspecto del yo
paranoico rechaza en su modalidad. Este rechazar implica represión, pero se le
agrega el mecanismo de la proyección.
● Esta modalidad de elección objetal es rechazada y da por resultado tres formas de
delirios típicos de la paranoia.
1. Delirio persecutorio: Inversión del verbo : “Yo no lo amo, lo odio”. Proyección:
porque el me odia.
2. Delirio de celos: Inversión del sujeto: “Yo no lo amo (proyección) porque ella
lo ama”.
3. Delirio erotómano: Inversión del complemento: “Yo no lo amo, yo la amo
(proyección) porque ella me ama”.

Esto comienza en la segunda fase de la paranoia; la fase de la restitución, el devolver la


libido al yo. Toda esta fase comienza con el rechazo a la modalidad de objeto narcisista; “Yo
(un hombre) amo a otro hombre. Elección homosexual.
Entonces lo que Freud dice es: “Vamos a operar en la frase negando alguno de sus
elementos; sujeto, verbo o complemento”. Entonces vamos a explicar cómo opera el
mecanismo de la proyección en estos casos, en el que lo que me pasó a mi se lo adjudicó a
otro.
En el caso de Schreber; la cosa se inicia con un delirio persecutorio, él dice que su médico
lo odia, pero de alguna manera la evolución del delirio va hacia lo erotómano. Entonces lo
que se trata es de que Dios lo ama.

Aquí ocurre que funciona una suerte de negación sobre algún elemento de la frase:
a) Transforma el verbo, amar por odiar, y lleva al delirio persecutorio.
b) Transforma al sujeto: en lugar de decir que soy “yo el que ama” puedo decir “ella es
la que lo ama”. Entonces el hombre empieza a tener la sensación de que ella lo
engaña porque proyecta sobre ella ese amor que en realidad es él el que lo siente.
Esto lleva a lo que se denomina celotipia delirante.
c) Cambia el objeto, por el cual se traslada el amor afuera, no soy yo el que lo ama o
sea que me ama.

Desarrolle qué relaciones establece Freud entre Paranoia y Narcisismo (Regresión al


narcisismo- punto de fijación)
En una primera instancia el concepto narcisista fue utilizado por Freud como un recurso
para explicar cuadros patológicos o elecciones de objetos. Más tarde, en “Introducción al
narcisismo”, este concepto pasa a adquirir una fundamental e imprescindible importancia en
la constitución del yo; la fase narcisista como originaria que permite la constitución del yo.
Tenemos que en la evolución de la libido -que es relativa al concepto de narcisismo- hay 4
etapas:
● Autoerotismo: en el que no aún no está constituido el yo y que cada pulsión (parcial)
se satisface de manera independiente de la otra en relación a su zona erógena.
● Narcisismo primario: implica la concentración de la libido en un primer objeto; el yo.
● Elección de objeto: donde la libido comienza a ser introyectada hacia los objetos en
el mundo.
● Narcisismo secundario: proceso en el que la libido regresa al yo. Implican
regresiones que puede ser patológicas o no. En una regresión no patológica se
extrae la libido de los objetos y se introyecta en el yo para, por ejemplo, poder
dormir. Ahora bien, en las regresiones patológicas, la libido se introyecta en el yo
pero no vuelve a los objetos, hay megalomanía y como contrapartida aparece lo que
Freud llama “fantasía del fin del mundo” (característico en la paranoia). La
megalomanía y la fantasía del fin del mundo consiste, a rasgos generales, en la
creencia de un desajuste en el mundo, el mundo ya no es lo que era, y hay un Dios (
como en el caso de Schreber) que pone los ojos en él para resolverlo.
Freud comienza a dar cuenta, a partir de los casos clínicos, que algunos síntomas
característicos de la psicosis se explican por un retorno de la líbido al yo, es decir,
narcisismo.
Dicho esto, podemos decir que la relación que establece Freud entre el narcisismo y la
paranoia está en la base de su producción. El mecanismo narcisista, el cual implica la
introyección de la libido al yo, en un primer momento es originaria; constitutiva del yo. Este
narcisismo primario debe darse pero también debe superarse, la libido también debe
catectizar objetos en el mundo exterior (elección de objeto). Sucede que en la base de la
paranoia, hay una regresión narcisista que es patológica, es decir, la libido se introyecta al
yo dando como resultado la megalomanía y la fantasía del fin del mundo. Por ello se habla
de un narcisismo secundario; se regresa al punto de fijación donde la elección de objeto es
el propio yo.
Esta modalidad de elección objetal, que Freud denominó homosexual, es rechazada por un
aspecto del yo que pone en marcha el mecanismo represivo, pero a este mecanismo
represivo se le agrega el mecanismo de la proyección y con la proyección se da inicio al
segundo movimiento en la producción de la paranoia.

Cuál es la especificidad de la paranoia para Freud, que la diferencia de la neurosis a


la altura de la teoría en el caso de Schreber

La especificidad de la paranoia es el mecanismo de formación de síntoma de la proyección,


y su regresión al narcisismo. Mientras que en la histeria y en la neurosis obsesiva la
regresión es a una fase fálica en el caso de la histeria y a la fase anal en el caso de la NO,
en la paranoia hay una regresión a la fase narcisista. Ésta fase tendría dos características:
a) La de la megalomanía, en que la libido vuelve al yo.
b) El hecho de un tipo especial de la elección de objeto narcisista, en la que el Yo elige
al objeto tomándose como modelo a sí mismo.
En Schreber se da una modalidad de objeto narcisista, como es la elección de objeto
homosexual, porque eligió bajo el modelo del Yo, busco a alguien igual a mí, con mis
mismas características. Esa modalidad de elección de objeto es rechazada por el Yo y
reprimida. El planteo del conflicto en el caso de Scrheber desde el punto de vista de Freud
es ese, la libido busca un objeto homosexual y el Yo que no tolera esa forma de elección de
objeto lo reprime. Se empieza a producir un extásis libidinal y entramos en una fase de
narcisismo secundario y se produce este proceso de megalomanía. La megalomanía
supone en el momento en donde la libido se ha retirado del mundo. El mecanismo de
producción de síntomas es un mecanismo que supone el retorno de la libido a los objetos
del mundo a través de la proyección (volver a catectizar el mundo, darle un orden).

Explicar por qué lo que se suprime de lo simbólico retorna en lo real.


En la psicosis hablamos de un rechazo: Lacan dice que hay algo “rechazado” desde lo
simbólico, y eso que es rechazado retorna por lo real, no dice “en la realidad” porque
justamente en la medida en que hay algo rechazado en lo simbólico, la realidad, empieza a
ser puesta en duda. Que retorna en lo real, quiere decir que se ha roto esta función que la
realidad tiene de velarte al sujeto lo real, uno está en contacto con lo real pero siempre está
mediado por lo simbólico y lo imaginario. Uno no está propiamente en lo real, hay también
como un rechazo a lo real, el mundo real queda cubierto con el velo de la realidad, lo real
queda allí en un segundo plano y nuestra relación es con la realidad. Entonces, si yo
rechazo algo en el lenguaje, eso va a retornar por la vía del lenguaje, pero si yo expulso del
lenguaje, eso reaparece ya no en el campo de lo simbólico sino en el campo de lo real, lo
que quiere decir que aparece sin “velo”, sin que el entramado lo ubique o lo posicione.

¿Cómo entiende Lacan la noción de estructura? ¿cómo precisa su noción para


pensar la psicosis?
Lacan entiende a la noción de estructura como “un conjunto de elementos co-variantes”,
¿que son estos elementos co-variantes?, un conjunto de significantes. En el seminario 3
Lacan va a explicar como ciertos significantes a quienes les da el nombre de “deseo
Materno” y “nombre del padre”, van a conformar la estructura de la metáfora paterna, que
dará lugar a la estructura de la neurosis en el sujeto. Entonces primero tratará de delimitar
el problema que ocurre en la estructura de la psicosis debido a que esos significantes no se
estructuran de la misma manera que en la neurosis. Está de acuerdo con Freud que utiliza
las nociones de Narcisismo y Proyección, y que a partir del caso Schreber, utiliza para
explicar el mecanismo de la paranoia, pero agrega que estas dos nociones pertenecen al
campo de lo imaginario. Entonces volviendo a retomar este concepto de estructura que
diferencia a la estructura neurótica de una estructura psicótica, manifiesta que el “ser del
sujeto” es aquello de lo que se puede predicar una cosa, que se organiza con esos
significantes, pero que en el caso de la psicosis habrá un elemento de esa simbolización
que no estara presente, que será rechazado, y que pertenece al campo de lo simbólico.
Entonces si hay un accidente en el nivel de los significantes, o si algún significante que haya
sido rechazado, puede existir una dimensión del ser del sujeto que no quede delimitada.
Esto lo piensa en un origen lógico, no cronológico, por la modalidad en que los significantes
se ordenan o no se ordenan. Más adelante, en el seminario 5, en el “Escrito de una
cuestión preliminar a todo tratamiento posible de la psicosis”, dará una definición del
mecanismo de la psicosis: le da el nombre de preclusión (forclusión) y dice que “Es en un
accidente de este registro simbólico, el lugar del Otro, y de lo que en él se cumple, a saber,
la preclusión del Nombre del Padre en el lugar del otro, y en el fracaso de la metáfora
paterna, donde designamos el efecto que da a la psicosis su condición esencial, con la
estructura que la separa de la neurosis” (Lacan 1958, p 556)

¿A qué llama Lacan Forclusión?

Lo saca del vocablo jurídico, donde significa que un derecho o facultad que no fue ejercido a
su debido tiempo, ya no puede ser ejercido. que son además atribuciones que se le dan al
sujeto por un sistema simbólico. Pasado ese tiempo, el derecho pierde efectividad. En
alemán Lacan hace referencia al término como Verwerfung, que se ha traducido como
Forclusión en los seminarios y como Preclusión en los escritos. Y significa, como dijimos en
la respuesta anterior, la expulsión de un elemento simbólico, que en el caso de la psicosis,
el elemento forcluido es el Nombre del Padre, lo que trae como resultado la no efectuación
de la metáfora paterna, es decir, su fracaso. Como el resultado principal de la metáfora
paterna es la producción de la Significación Fálica, (la instauracion de una ley) que permite
al sujeto definir su ser sexuado, la forclusión del Nombre del padre genera una falla en la
simbolización relativa a ese campo.

Tomar dos síntomas que puedan identificar y analizarlos desde la semiología que se
presenta en la ficha “La psicosis”. Es decir, por ejemplo: ese síntoma, alguno de los
dos que elijan, ¿es un trastorno de la afectividad, del pensamiento, o de la
percepción? ¿Cómo lo llama la psiquiatría?
El primer síntoma que queremos describir lo sufre Schreber durante su segunda
enfermedad a partir del año 1893, llamado delirio de persecución, donde en sus
memorias la describe como pensamientos persecutorios. Estos pensamientos persecutorios
son atribuidos a su propio médico el Dr. Flechsig, a quien acusa de “almicida” (un asesino
de almas). El propio Freud analiza e interpreta esta idea dándole la siguiente explicación: en
principio este médico había sido quien lo había curado durante su primera enfermedad, y
ante esta inmensa sensación de agradecimiento, de veneración por ese médico, el Dr.
Flechsig, los delirios habían transformado ese sentimiento de amor profundo en odio, odio
por quien cree que lo está persiguiendo. Estaríamos hablando de una proyección de este
mecanismo paranoico donde la fórmula “yo hombre amo a otro hombre” es rechazada y da
por resultado una de las formas de delirios típicos de la paranoia, que es el delirio
persecutorio. Es invertido el verbo, “yo no lo amo, yo lo odio”, porque el me odia”.
Dicho esto, según el texto de “La Psicosis”, podríamos estar frente a una alteración del
pensamiento, en donde se puede observar una idea obsesiva. Estas son aquellas que se le
imponen al enfermo (son ideas erróneas) pero él mismo las reconoce como patológicas. Por
ejemplo, el paciente puede tener reiteradamente la idea de matar a su hijo, pero lo vive
como algo no deseado, raro, extraño, en este caso lo extraño era que su propio médico a
quien él admiraba y había vuelto para que lo ayude ahora quería hacerle daño.
A su vez este hilo de delirios van construyéndose en detrimento de un sueño que les da
origen, se trata de ese sueño donde él piensa: “que hermosisimo sería ser una mujer que
goza del acoplamiento”. Este sueño es anterior a su primer enfermedad, pero vuelve a
resurgir antes de la segunda y forma el síntoma principal en este caso.
En primera instancia le produce una sensación de hostilidad hacia verse convertido en
mujer, gozar sexualmente como mujer, lo que le provoca padecimiento debido a su
condición de hombre viril. Pero más adelante este síntoma, de verse reflejado o con deseos
de sentirse mujer, comienza a transformarse en una idea donde él debe realizar ese
proceso de cambio, se trata de una mudanza a lo femenino para cumplir con el designio que
le había encomendado un “Dios superior” que le hablaba a través de pajaros, de rayos de
luz, de personas pequeñitas, etc. donde le demanda que debe engendrar “nuevos
Hombres”.
Así esta idea delirante en principio persecutoria donde el Dr. Flechsig quería abusar
sexualmente de él debido a esta condición de cuerpo femenino en la cual se transformaría,
pasa a ser una idea delirante de grandeza, porque su cuerpo femenino ya no sería utilizado
como mujerzuela sino que sería la mujer de Dios, con el fin de un ordenamiento del
universo. Esta idea si era aceptable y reconciliable tanto para su “yo” con el desafío de
grandeza, como para la fantasía femenina y de esta manera si podía ser aceptada.
Podríamos sugerir que también nos encontramos con síntomas que tienen que ver con
alteraciones de la afectividad, según el texto de semiología psiquiátrica, debido a que
presenta un cuadro de depresión, de ansiedad e irritabilidad ante la situación de mudar en
mujer, presenta un estado de ánimo disfórico, que quiere decir que es displacentero para él
pero que más adelante -al construirse esta idea conciliadora, con su Dios y su yo- deviene
en delirio de grandeza, lo cual termina siendo placentero para él debido a que su actuación
era de vital importancia porque su Dios le demandaba y hablaba solo a él, sin que los
demás pudieran escuchar. También tiene que ver con la afectividad con su parte más
cualitativa, porque observamos que en relación al Dr. Flechsig se produce una
Ambivalencia: sentimientos opuestos que se experimentan simultáneamente hacia la misma
persona o situación, en este amor que se transforma en odio a partir del delirio persecutorio.
Describí el contenido y la evolución del delirio, tomando sus aspectos centrales. La
evolución de la idea delirante se puede hacer en función de los temas, contenidos o
piezas fundamentales de ésta. ¿Qué contenido fue primero, cuál vino después? Freud
habla principalmente de dos.

Las dos piezas principales del delirio de Schreber son: la mudanza en mujer y el papel
redentor, están enlazadas en su sistema mediante la actitud femenina ante a Dios. Se
convierte en tarea insoslayable para nosotros demostrar la presencia de un vínculo genético
esencial entre esas dos piezas.
El delirio comienza con el sueño que tiene en el que piensa que sería hermosísimo ser una
mujer sometida al acoplamiento, pero que en primera instancia es un pensamiento hostil,
que atenta contra su virilidad, y del cual no hay muchas especificaciones de que sucedió en
esa primera etapa. El Sr. Schreber queda internado por un lapso de 6 meses, y su médico el
Dr. Flechsig lo diagnostica como un cuadro hipocondríaco grave, debido a sus afectaciones
y sensaciones de enfermedad y de que iba a morirse. También ambos atribuyen esta etapa
de la enfermedad a una sobrecarga del trabajo, de su trabajo como juez. Freud en el texto
de “la psicosis”, manifiesta que la aparición de este sueño tiene carácter de moción sexual
homosexual, el cual como en toda neurosis se reprime, y es este deseo reprimido que luego
se introyecta en el exterior produciendo síntomas, en este caso delirios que comienzan a
evolucionar a partir de su segunda etapa de la enfermedad.
Podemos decir entonces que esta etapa de la incubación de la enfermedad corresponde a
la mudanza de mujer como algo hostil. Durante la segunda enfermedad, aparecen los
delirios persecutorios que proyectaba en su Médico el Dr. Flechsig, donde pensaba que éste
quería abusar sexualmente de él debido a la mudanza de su cuerpo masculino en cuerpo
femenino. Comienza a desarrollarse más sistemáticamente las ideas delirantes de manera
que lo llevan a profundizar en el por qué de esta cuestión femenina estaba siéndole
impuesta, esta transformación debía realizarse más allá de su pesar y es así que llegó un
momento en que empezó a reconciliarse con esa mudanza en mujer porque la conecta con
unos propósitos superiores de Dios; “desde entonces e inscrito en mi bandera, con plena
conciencia, el cultivo de la feminidad”(S.Freud 1911). Este Dios que para su propia
satisfacción, le demandaba la feminidad, y que era por un propósito concebible con el
ordenamiento del universo: “fecundar hombres nuevos”. Sólo podría conseguirlo si su
cuerpo era femenino. (Tiene relación con la frustración de no poder tener hijos con su mujer
y que su linaje quedaría perdido).

Caso Schreber, primera enfermedad, caracterizar las ideas delirantes.

En el caso de Schreber, el cae internado por primera vez en el año 1884, donde presenta un
cuadro que fue diagnosticado como hipocondria grave, y manifestó los siguientes sintomas:
“El enfermo manifestaba sobre todo idea hipocondríacas quejándose por ejemplo de que
padecía reblandecimiento cerebral y afirmando que no tardaría en morirse. Se lamentaba de
que su cuerpo era sumergido a repugnantes manipulaciones.”
Es decir, padecía sensaciones corporales, cinestésicas, que claramente podemos calificar de
alucinatorias. No eran solo ideas, sino sensaciones corporales alucinadas que lo llevaban a plantear
que el cerebro se le había reblandecido, que sentía olor a podrido que venía de su cerebro, etc. etc.
Sale del hospital después de estar 6 meses internado y cree estar totalmente curado.
Luego de 8 años de convivencia con su mujer, sin sobresaltos, le ofrecen un ascenso y uno
o dos meses antes de asumir su puesto cae nuevamente enfermo pero esta vez con un
cuadro mucho más complejo.
Primero presenta sueños, que tienen que ver con que le vuelve la enfermedad. No lo imagina, no lo
siente, pero lo sueña. Se sueña nuevamente enfermo como hace 7 años atrás.
El segundo sueño que él consigna, no está claro si es un sueño o una idea que le aparece al
despertar: "una mañana en estado de duermevela tuvo la idea de que debía ser muy agradable ser una
mujer en el momento del coito. Idea que luego, con plena conciencia, rechazó indignado". A finales de
octubre de ese mismo año la enfermedad se desencadena con tenaces insomnios.
Parece singular esto... él venía soñando que se enfermaba y luego deja de soñar y deja de dormir. Lo
va a consultar al doctor nuevamente con este síntoma fundamental, y con ideas que ya empiezan a
vincularse con nuevamente sensaciones hipocondríacas. El doctor lo interna y al poco rato empieza a
elaborar ideas claramente persecutorias.
La paranoia es un cuadro clínico que esencialmente tiene como síntoma fundamental un
delirio sistematizado. La diferencia que hacemos entonces es entre ideas delirantes, como
pueden ser las ideas hipocondríacas, y un delirio sistematizado, que no es una idea, sino un
conjunto coherente de ideas que adquieren una forma fija.

Según Lacan, cuál es el mecanismo que diferencia las estructuras de la psicosis de


las neurosis. Explíquelo.

El mecanismo que explica la estructura de la psicosis como diferente de la psicosis, el “la


forclusión del nombre del Padre. En primera medida Lacan dice: "La interpretación que hace
Freud del delirio de Sch es sensacional. Pero tiene un gran problema: deja a la paranoia en
el mismo plano que la histeria."
Para Lacan hacia falta distinguir cual era ese rasgo que hacia a la paranoia paranoia, y a la
histeria histeria, entonces dice que la singularidad no se va a dar en el campo de lo
imaginario, proque allí somos todos parecidos, sino que va a estar en el campo de lo
simbolico. Y es en el seminario 3, que comienza a hablar de las nociones de lingüística,
como la metáfora y la metonimia, son lecciones que él dicta dentro de este seminario. Todo
el tiempo él está tratando de decir que en la paranoia hay una suerte de trastorno del
lenguaje. El delirio puede pensarse como un trastorno del lenguaje no porque uno hable
mal, sino en el sentido de una producción discursiva. Lo compara con las afasias porque ahí
también aparece, a partir de la perturbación que la afasia supone, una distorsión en la
capacidad de comunicación. Si la idea del Icc estructurado como un lenguaje también se
empieza a gestar en este seminario, hay una frase que muestra como se diferencian, "Lo
que en la histeria aparece reprimido, el paranoico lo dice abiertamente". Entonces, si se
trata del mismo mecanismo (represión) y se trata de contenidos Icc, en la psicosis ese Icc
estaría “a cielo abierto”.
Pero como en la psicosis el mecanismo que estructura es la Forclusion del Nombre del
Padre. Es decir, Algo que fue rechazado del interior, reaparece en el exterior: Previo a toda
simbolización, (lógica, no cronológica), hay una etapa -lo demuestran las psicosis- donde
puede suceder que parte de la simbolización no se lleve a cabo. Esta etapa primera
precede toda la dialéctica neurótica fundada en que la neurosis es una palabra que se
articula en tanto lo reprimido, y el retorno de lo reprimido, son una sola y única cosa. Puede
entonces suceder que algo primordial en lo tocante al ser del sujeto, no entre en la
simbolización y sea no reprimido, sino rechazado. Esto que es rechazado, retorna en lo real.
El término Forclusion o Preclusion, pertenece al discurso jurídico. Es un elemento que se
presenta fuera de término en un proceso judicial. La palabra es buena cuando nos ilustra la
idea de cómo un elemento puede ingresar en un circuito simbólico y adquirir valor simbólico,
pero vencido un plazo queda sin existencia, y en ese momento de constitucion del Yo, lo
que queda por fuera es la simbolizacion del Nombre del Padre del lugar del otro, aquel que
transmite la ley, y da un ordenamiento a ese conjunto de significantes, como punto de
capiton.

Que es la fantasía del fin del mundo y megalomanía; explicar teoría y ejemplo con
Schreber.
La fantasia del fin del mundo y la megalomania, son dos sintomas de la paranoia, donde se
genera unas ideas delirantes

Para Calligaris la estructura de la psicosis no desencadenada.

Si bien este autor parte de los postulados de Lacan, en un intento por despejar la estructura
de la psicosis, cuestiona su modo de caracterizarla: Ustedes saben que la cuestión
preliminar (se refiere al texto de Lacan De una cuestión preliminar a todo tratamiento posible
de la psicosis), a veces, se resume así: que lo propio de la psicosis sería la forclusión del
nombre del padre. Esta afirmación es impropia por la siguiente razón: que lo propio de la
psicosis sea la forclusión del nombre del padre es una afirmación negativa, según la cual la
psicosis no es la neurosis, y solamente. Desde este punto de vista es un concepto
preliminar, que permite un abordaje de la psicosis, pero que podría difícilmente ser tomado
como ‘propio’, o sea, la definición propia de psicosis.
Por tanto, Calligaris intentará avanzar en la búsqueda de ‘lo propio’ de la psicosis. Para ello
seguirá el modelo de investigación de Lacan, la “clínica diferencial”, que busca distinguir lo
propio de la psicosis por comparación con la neurosis. Caracteriza ‘lo propio’ de la neurosis
en dos puntos:

1. La organización de las significaciones: “el sujeto neurótico (...) habita un mundo


orientado, organizado alrededor de un polo central al cual se deben y con el cual se miden
todas las significaciones”
Este polo central funciona a la manera de un punto de capitón (o basta de acolchado). Tal
como es descrito por Lacan a lo largo del Seminario 3, el Nombre del Padre es un
significante fundamental cuya función es la de ordenar el campo de las significaciones.

2. La forma que adquiere el Saber: “Cualquier tipo de estructuración del sujeto, sea
neurótica o psicótica, es una estructuración de defensa (...), en la medida en que
subjetivarse, existir como sujeto (...) es necesario para que el sujeto sea algo distinto de lo
Real de su cuerpo, algo Otro y más que unos hilos de carne. (...) ¿De defensa contra qué?
Contra lo que sería, imaginariamente, su destino si no se defendiera estructurándose: ser –
reducido a su cuerpo – el objeto de una Demanda imaginaria del Otro. La operación de
defensa implica cierto tipo de metáfora, o sea, (...) que la significación puede prevalecer,
que puede sustituir al pedazo de carne una significación subjetiva.2 (...) Hace falta que algo
prevalezca sobre la Demanda imaginaria de la cual seríamos objeto y, de preferencia, un
saber sobre esa Demanda misma”.
El neurótico sostiene el Saber del Padre: existe al menos uno que sabe lidiar con el deseo
del Otro. Hay, entonces, en la neurosis, un sujeto supuesto al saber (el Padre), respecto del
cual el neurótico queda en posición subordinada. Pierde libertad, pero gana confort: el
enigma del deseo del Otro ya no le concierne ni le provoca angustia, es algo que se deja a
cuenta del Padre: “Él sabrá cómo encargarse…”.
¿Qué ocurre en la psicosis? Con relación al primer punto: no hay amarre central y, por
tanto, las significaciones no están organizadas. “Ningún punto define el valor de los otros”,
cada uno vale por sí mismo. Se suele hablar de la “creencia psicótica”, pero en verdad el
“creyente” es el neurótico: cree en la justicia, cree en la veracidad de los discursos, en la
medida en que su sistema se organiza en torno a una fe central. El psicótico no tendría esa
suerte. Pero a la vez, no habiendo nada que funcione como “centro” tampoco hay un Saber
central, ni un sujeto supuesto a él. Por tanto, la tarea recae sobre sus espaldas: “la tarea de
sustentar, de producir la red, el tejido de ese saber, le corresponde al sujeto mismo. De allí
la necesidad de una errancia infinita que de hecho es como la tarea de una araña que
tratara de encapsular a un peligroso enemigo del tamaño del mundo”.

Estos puntos caracterizarían la estructura psíquica del psicótico “fuera de la crisis”, es decir,
en el tiempo previo al desencadenamiento, tal como éste es definido por Lacan en el
Seminario 3. El desencadenamiento se produciría por una imposición, que obligaría al
psicótico a referirse a un amarre central del que carece. Estas imposiciones son posibles
porque la red social está organizada, según Calligaris, al modo neurótico, y por tanto las
referencias al polo central organizador son constantes. El fracaso del psicótico, al no poder
dar cuenta de este amarre central, traería por resultado la crisis psicótica, que sigue este
recorrido típico:
a) Estado crepuscular: “lo que era saber del sujeto (...) entra en estado crepuscular,
queda sin ningún tipo de significación. (...) Los significantes que fueron evocados por
la imposición misma de referirse a una función paterna (...) van a hablar en lo Real”
(alucinaciones auditivas).
b) Intento de constitución del delirio: “¿cómo construir una metáfora análoga a la
metáfora neurótica, esto es, un amarre central que pueda distribuir todas las
significaciones subjetivas, pero que va a ser delirante?” La diferencia entre el amarre
central en la neurosis y en la psicosis, que le da a este último su carácter de
delirante, radica en su ubicación: mientras que el amarre neurótico es simbólico
(significante Nombre del Padre), el amarre delirante se mantendrá en lo Real.
Siguiendo a la letra los planteos de Lacan, Calligaris sostiene la idea de que el
delirio funciona a la manera de un significante fundamental (S1), pero alojado en lo
Real: desde allí organiza el universo significante (S2) en torno a sí, a la manera de
un amarre central, que sin embargo ha de permanecer ajeno al juego significante,
como un valor inmodificable en el tiempo.
Ahora bien: antes del desencadenamiento de la crisis, el sujeto psicótico vive una vida que
organiza sus significaciones de una manera distinta a como lo hace el neurótico. No existe
un amarre central, un significante primordial. Por tanto, todo significante tiene un valor en sí
mismo, y cada significante cuenta. Lo que Calligaris describe a través de relatos de
pacientes, es a sujetos que van conformando “redes de saber”. En la conformación de esa
red Calligaris destaca la noción de “errancia”. Podríamos leerla en oposición a la noción de
“carretera principal” que Lacan desarrolla en una de las últimas clases del Seminario 3. Allí
compara la carretera principal con el Nombre del Padre: la carreta principal ordena y
polariza todas las significaciones. Ejemplo: si accedemos a la ruta Nº 2, sabemos que ella
nos conducirá a la ciudad de Buenos Aires; no hay más que dejarse llevar, ni siquiera es
imprescindible prestar atención a la información de los carteles. Así procede el neurótico
con el Nombre del Padre: cree en él, en su eficacia, se deja llevar. Pero si no hallamos la
carretera principal, nos dice Lacan, hay que empezar a prestar atención a todos los signos:
cada pequeña señal cuenta. Ya no hay un significante que polarice y ordene las
significaciones, y el trabajo de la significación, de “saber a dónde vamos y por dónde
vamos”, queda, como dice Calligaris, a cargo del sujeto.

Haz un intento de explicación de ese “misterio” del que hablamos al inicio sobre el
título de este historial clínico, según el diagnóstico que da Weber. Sobre el
diagnóstico. ¿Es una paranoia? ¿Es una demencia (esquizofrenia) paranoide?

La contradicción que se presenta en el título del texto remite al nombramiento de dos


cuadros diferentes, a saber, la demencia por un lado y la paranoia por el otro, en uno solo
como si fueran parte de una misma enfermedad.
Existieron discusiones en torno a esta cuestión; por un lado un autor Griesinger sostenía
que se trataba de una sola enfermedad que se iba desarrollando en la sucesiva de 3
etapas. Por otro lado, el autor Kraepelin propuso finalmente que cada una de esas etapas
correspondía a un cuadro distinto, dando lugar a: locura maníaco-depresiva, paranoia, y
demencia precoz (más tarde llamada por Bleuler como esquizofrenia).
La paranoia será definida por Kraepelin como “el desarrollo insidioso, bajo la dependencia
de causas internas y según una evolución continua, de un sistema delirante duradero e
imposible de sacudir, y que se instaura con una conservación completa de la claridad y del
orden del pensamiento, el querer y la acción”. Esto último tiene mucha relevancia en el
sentido de que este orden del pensamiento, el querer y la acción en Schreber estaban
totalmente conservados y es, justamente, lo que marca la diferencia entre una paranoia y
una esquizofrenia, tal como lo describe su médico en ese momento el Dr. Weber; en el juicio
y la claridad en sus argumentaciones el Sr. Schreber que se podía mostrar “racional” frente
a otros, entablar conversaciones de distinta índole con un pensamiento claro que denotaba
su inteligencia y coherencia en el curso del pensamiento, de su memoria que se conservaba
intacta, de sus saberes.
Frente a una esquizofrenia el orden del pensamiento en sí mismo y el contenido suele estar
alterado la mayor parte de las veces. Es así que la definición que encontramos de
esquizofrenia remite a “un debilitamiento general de todas las facultades intelectuales. Los
sentimientos afectivos están embotados (...); son incapaces de amar u odiar”. Estas
facultades intelectuales, según el diagnóstico y los datos aportados por Weber estaban
conservados.
Bleuer llamó a la demencia precoz esquizofrenia, que hasta ese momento - en el que Freud
hace este diagnóstico del Caso Schreber- no estaban bien definidas cuáles eran las
características principales de una paranoia y las de una esquizofrenia, (había controversias
entre los autores) porque en ambas podemos encontrar ideas delirantes. Consideramos que
la aclaración que hace Freud entre paréntesis de (demencia paranoide) hace alusión a esta
dificultad de definir cuando se trata de una paranoia y cuando se trata de ideas delirantes
que son parte del proceso de evolución de la enfermedad en una esquizofrenia, y que en
Schreber no se podían definir por como fue el comienzo de su enfermedad, que parece ser
un cuadro agudo los que hace pensar a Freud en una esquizofrenia o principio de ella, pero
que luego de hacer este análisis y con la información aportada por el Dr. Weber, en el Caso
Schreber se habla específicamente de una paranoia, por cómo evolucionó su enfermedad y
por cómo conservar las capacidades intelectuales superiores, tal como se dijo antes.

MÓDULO 2. NEUROSIS: HISTERIA, NEUROSIS OBSESIVA EN EL ADULTO.

Cambio en la etiología de la histeria. Explicar teoría del trauma y cómo cambia con la
incorporación de las fantasías.

En los inicios de su obra, Freud postula —después cambiará de opinión— que el enfermo
histérico sufrió en su infancia una experiencia traumática: la "seducción sexual" por parte de
un adulto. La noción de trauma supone un tipo de estímulo que ingresa al psiquismo y
resulta imposible de tramitar. ¿Qué quiere decir “imposible de tramitar”? Pensemos que
todo estímulo es un quantum de energía psíquica que exige al aparato una respuesta.
Hay una vivencia sexual que ocurre en la infancia. Hasta ese momento Freud sostenía que
en la infancia no había vida sexual, por tanto esa vivencia tiene que provenir de un adulto;
hay un adulto seductor que produce en la vida del niño una excitación y ésta excitación no
logra la descarga porque no tiene cómo descargar biológicamente. Estas vías de
tramitación o de descarga no alcanzan. El quantum de energía crea una exigencia al
aparato psíquico, el que está regulado a través de un principio económico de la distribución
de la energía que Freud llama “Principio del placer”, que leerá como displacentero todo
aumento de la energía, y como placentero la disminución de la misma.

Por todo ello, un estímulo imposible de tramitar psíquicamente adquiere el carácter de


TRAUMA. Frente al trauma, el Aparato responde DEFENDIÉNDOSE. Crea una defensa;
una barrera; una represión que divide el aparato psíquico en dos creando la nueva instancia
del inconsciente. Allí se aloja ese monto de excitación que finalmente busca derivarse o
satisfacerse a través de otros mecanismos; desplazamiento, esa excitación sexual se deriva
hacia otras representaciones que no están reprimidas, a través de ellas se logra una
descarga sintomática porque está muy alejada de esa satisfacción que la excitación busca.
Pero, dice Freud, aunque deformada, no deja de ser el síntoma neurótico una forma de
satisfacción
La eficacia de la representación traumática produce vías de descarga alternativas, que
darán por resultado los síntomas histéricos.
La histeria es provocada cuando el yo quiere neutralizar la representación sexual
intolerable, reprimiéndola. Dicha representación adquiere paradójicamente su verdadero
poder patógeno cuando se ve atacada por un yo recalcitrante a ella. Reprimir quiere decir,
ante todo, "aislar". Lo que hace a la representación radicalmente intolerable y patógena es
el hecho de haber quedado aislada de las otras representaciones organizadas de la vida
psíquica.

Entonces, la razón esencial de la histeria es este conflicto entre una representación


sobrecargada de afecto y la represión. Así, el yo se extenúa y se debilita en un vano
combate que genera el efecto contrario.

El conflicto entre la representación sobrecargada con exceso de energía y la represión no


puede resolverse, sino que únicamente pueden instrumentarse soluciones de compromiso,
consistentes, investir otras representaciones menos peligrosas que la representación
intolerable. Se trata de un desplazamiento de energía. Para poner fuera de juego a la
represión, el exceso de energía pasa de su estado primero —sobrecarga de una
representación intolerable— a ese otro estado de carga que es el sufrimiento corporal.

Ahora bien, este conflicto "sobrecarga/represión" en realidad constituye el fundamento de


todas las neurosis. La especificidad de cada tipo de neurosis (obsesión, fobia e histeria)
dependerá de la modalidad que adopte el desenlace del conflicto. Tendremos una neurosis
diferente según el tipo de representación que la sobrecarga invista tras abandonar la
representación intolerable. Puede investir una representación cualquiera perteneciente al
pensamiento (obsesión), al mundo exterior (fobia) o al cuerpo (histeria). La conversión de la
sobrecarga energética a un síntoma somático hizo que Freud modificara denominación de
“Neurosis de defensa” por “Neurosis por conversión”. La parte del cuerpo afectada por el
síntoma de conversión corresponde a aquella afectada por el trauma infantil.

El cambio de la Etiología de la histeria con la incorporación de la fantasía a la teoría del


trauma asume dos cambios fundamentales:
● La teoría traumática coloca al sujeto en un lugar pasivo padeciendo la intromisión de
la sexualidad por parte de un adulto.
● La nueva concepción, a través de la noción de “fantasía” ubica al sujeto en un rol
activo, no tanto por lo que efectivamente actúan sino más bien por lo que realiza en
su fantasía. En la fantasía es activa, pero no tiene que ver con lo que hace o no
hace porque la realización es a nivel de la fantasía. Como en el sueño, la fantasía
expresa el rol activo del sujeto, lo que él querría, no lo que padece.
El pasaje de la teoría traumática (en la que el adulto introduce la excitación sexual en la vida
del niño provocando un efecto traumático) a la teoría de la fantasía en la que el recuerdo del
trauma es un recuerdo encubridor que funciona a la manera de una pantalla que vela la
verdad en juego, que es la propia vida sexual infantil del paciente. Pantalla o recuerdo que
encubre su propia sexualidad y en su lugar pone otra cosa; por ejemplo la idea de un adulto
seductor.
Esto altera la concepción del mecanismo de los síntomas histéricos: ya no son más retoños
de los recuerdos reprimidos de vivencias sexuales infantiles, sino que entre los síntomas y
las impresiones infantiles se intercalaban las fantasías (invenciones de recuerdos) de los
enfermos.

Freud afirma que el ser humano adapta sus conductas a los imperativos de la realidad, pero
a la vez toda renuncia al placer es dolorosa. La compensación que el sujeto encuentra para
esa renuncia dolorosa que le impone lo real es la fantasía. Los fantasmas equivalen a
traumas porque, en el foco del fantasma, que es el lugar erógeno, brota una sexualidad
excesiva, autoerótica, sometida automáticamente a la presión de la represión: la sexualidad
infantil es siempre exorbitante y extrema. Este fue el gran descubrimiento que hizo
abandonar a Freud la teoría del trauma real como origen de la histeria.

En lo real se encuentran la frustración y la renuncia, mientras que en lo imaginario se


encuentran la fantasía, el rechazo a la renuncia y una "reserva a la manera de los parques
naturales". Los parques naturales son espacios en los que se preserva la naturaleza. La
fantasía sería un "parque natural psíquico", en el cual existe una felicidad imaginaria, en el
cual la adquisición de placer se independiza del sentimiento de realidad. Estas fantasías se
dan a través de sueños diurnos (fantasías propiamente dichas) que pueden ser cc o icc, y a
través de sueños nocturnos.
La fantasía queda ligada a viejas formas de satisfacción, abandonadas en los hechos, pero
mantenidas en la imaginación. Cuando la libido es frustrada por lo real, emprende un
camino regresivo hacia antiguas formas de satisfacción abandonadas. Ese camino es
guiado por la fantasía. Esto inicia la vía de formación de síntomas, porque en el caso de las
neurosis el yo no tolera esas viejas formas de satisfacción, por eso reprime invistiendo otro
tipo de representaciones admitidas como puede ser el cuerpo en el caso de la histeria

Desde la perspectiva de Lacan explique los desarrollos relativos a la pregunta


histérica a partir de su lectura del caso Dora.

La neurosis tiene forma de pregunta y el yo se precipita a la pregunta; es decir, el yo


taponea con su presencia el lugar de la pregunta. ¿Cuál sería la pregunta que la histérica se
hace? En el caso de Dora, ¿Qué dice Dora mediante su neurosis? Su pregunta es la
siguiente: ¿Qué es ser mujer?. A través de esta pregunta nos adentramos en la dialéctica
de lo imaginario y lo simbólico en el complejo de edipo.

La pregunta histérica sobre ¿Qué es ser mujer? remite a el intento de simbolización del
sexo. La pregunta tiene su origen como hacer algo simbólico algo que pertenece al orden
de lo real, es decir, el sexo como diferencia macho-hembra. La diferencia entre estos
opuestos se tapa con una carencia, hay una carencia de simbolización. Esto es porque lo
imaginario proporciona una ausencia. La primera cuestión es que los sexos
imaginariamente se viven como presencia/ausencia, y esto es leído simbólicamente en
relación a un único atributo y no a dos; el falo.
El espacio donde la simbolización se realiza es el complejo de edipo. El resultado del
complejo de edipo para Lacan es que el sujeto salga con una posición sexuada. Esta
posición sexuada no responde a lo real, a lo vivido, a la experiencia vivida, por ello es tan
complejo. Sobre todo en la vía femenina, en lo que se da toda una vuelta en el pasar por lo
masculino para luego reconocerse como no varón, es decir, reconocerse como castrado y
desde allí poder construir una posición femenina.
El plano imaginario viene a compensar aquello que en lo simbólico aparece como una
carencia y lo hace desde la identificación. Cuando Dora se pregunta ¿qué es ser mujer?
intenta simbolizar el órgano femenino en cuanto tal. “Su identificación al hombre, portador
del pene, es en esta ocasión un medio de aproximarse a esa definición que se le escapa. El
pene le sirve literalmente de instrumento imaginario para aprehender lo que no logra
simbolizar”.
Dora se identifica con el portador del pene, Señor K. Es decir, desde una posición masculina
trata de imaginar la dimensión femenina. La identificación se dirige hacia lo masculino y esto
es lo que sostiene la situación que se vive como histeria ya que se identifica con uno de los
varones en juego.
Esto continúa así hasta que ocurre la descompensación neurótica: Lo que sucede es que,
en Dora, el Sr K le dice que su señora no significa nada para él y ella lo abofetea. Aquí se
produce la descompensación neurótica (imaginaria) porque es ese punto en el que ella se
sostenía; un hombre que desea a una mujer, aprender que es ser un hombre en el deseo de
una mujer a través de una identificación a ese hombre. Si el hombre nos confirma que no
desea a esa mujer, la estructura no se sostiene
Pregunta histérica en Lacan, Ejemplificar con Dora.

El punto central de la interrogación lacaniana en torno a la problemática de las neurosis es


la asunción de una posición sexuada por parte del ser hablante.
Más allá de la sexualidad anatómica, los seres hablantes debemos asumir una posición
sexuada en las dimensiones de lo imaginario y de lo simbólico.

En el plano imaginario: la identidad sexual se resuelve a través de las identificaciones. Pero


esto no debemos entenderlo de una manera lineal. No se trata, en principio, de
identificaciones masivas, sino de identificaciones a algún rasgo del otro que el sujeto eleva
a la categoría de “insignia” o “emblema”. Esta va a ser fundamental en el caso de las
histerias (fantasías histéricas).
En el plano simbólico: Lacan dirá que hay “carencia de significantes”. Con ello hace
referencia al hecho de que la significación del campo sexual surge de la metáfora paterna, y
se basa en la oposición “fálico-castrado”. Hay un solo significante para significar ambos
sexos: el falo simbólico. Es decir, la oposición significante de la cual se desprende el
significado, “lee” la diferencia sexual en términos de presencia o ausencia de un atributo.
Por tanto, concluye Lacan, no hay simbolización de lo femenino en tanto que tal. Entonces:
si el campo de la diferencia sexual se lee desde la oposición “fálico-castrado”, no hay modo
de leer lo femenino (así como tampoco lo masculino) desde lo que le sería propio. Este
significante, el significante fálico, que surge de la metáfora paterna es el único con el cual va
a situar algo de la realidad sexual, tanto hombres como mujeres.

El sexo femenino tiene un carácter de ausencia, de vacío, de aguero. No hay simbolización


del sexo femenino ya que es fálico o castrado. Entonces Lacan sostiene que la estructura
de una neurosis es esencialmente una pregunta, tanto un histérico o una histérica como un
obsesivo utilizan su yo para hacer la pregunta .La neurosis tiene forma de pregunta y el yo
se precipita a la pregunta; es decir, el yo taponea con su presencia el lugar de la pregunta.
La pregunta histérica es la siguiente: ¿Qué es ser una mujer?.
Está vinculada a la relación del sujeto con el significante en su conjunto, es decir, es una
pregunta sobre la feminidad. En el entrecruzamiento de lo imaginario y lo simbólico, yace la
fuente de la función esencial que desempeña el yo en la estructuración de las neurosis.
Cuando Dora se pregunta ¿Qué es una mujer? intenta simbolizar el órgano femenino en
cuanto tal. Su identificación al hombre, portador del pene, le es en esta ocasión un medio de
aproximarse a esa definición que se le escapa. El pene le sirve literalmente de instrumento
imaginario para aprehender lo que no logra simbolizar. Entonces, Dora, se identifica con el
señor K por vía imaginaria, y de esa manera intenta averiguar qué es ser una mujer para el
deseo de un hombre, la pregunta es una pregunta sobre el deseo y por ende imposible de
responder. Por otro lado, Dora se identifica con la Sra K por vía simbólica, ya que ésta
puede darle una respuesta acerca de la feminidad. La histérica necesidad de identificar al
pequeño otro para poder entrar en relación con el deseo enigmático. Esto la llevará a
identificarse con el hombre, para así a través suyo saber lo que es amado en la otra. El
objetivo está vinculado con alcanzar un saber sobre el deseo, ella supone que ese saber lo
tiene la otra mujer ya que se presenta como un enigma para ella y cree que se puede
alcanzar.
La pregunta por el deseo lleva a la histeria a la identificación ya que el deseo se sostiene en
la carencia de ser y no se sostiene de ningún otro objeto, por lo tanto la vía más rápida de
acceso es la que se obtiene por medio de la consistencia imaginaria.

Identificación de Dora hacia el Sr K, por Lacan:

Sabiendo que la neurosis tiene la estructura de una pregunta por falta de significantes en el
campo de lo simbólico a la hora de definir lo sexual en dicho campo. A modo de
compensación, a nivel de lo imaginario se produce un sistema de compensación que viene
a suplir la falta de significantes en el campo simbólico.

Esa compensación imaginaria se realiza a través de una identificación. La pregunta histérica


acerca de "qué es ser una mujer" es taponada por el yo, entonces no es que el yo se
identifica imaginariamente con algo femenino, no es que Dora se identifica con la Sra. K.,
no: la Sra. K. es justamente el misterio de la femineidad, dice Lacan. La Sra. K. quedaría en
el punto del sujeto del esquema Lambda (si la pregunta es dirigida al Otro, surge desde el
polo el sujeto), mientras que el sr. K estaría en el polo del otro con minúscula, y Dora
quedaría en el nivel del yo; Dora identificada con el Sr. K. Eso es lo que sostiene ese
"cuarteto amoroso" que ella vive, del cual ella participa no como mujer sino como histérica,
es decir, como alguien que se identifica a uno de los varones en juego. Y esto es así hasta
que ocurre lo que Lacan llama la "descompensación neurótica". Pero en principio, aparece
esta idea de que Freud se confunde cuando se pregunta "qué desea Dora", y cuando
entonces intenta pensar que lo que le pasa a Dora es que está enamorada del sr. K. Lo que
nos muestra Lacan es que Dora está IDENTIFICADA con el sr. K. y, de alguna manera,
desde la posición del sr K., Dora cree estar fascinada por la señora K. Ese apoyo en el Sr. K
es una manera de intentar avanzar hacia el misterio de lo femenino. Ocurre que, en lo que
se conoce como "la escena del lago", el sr. K. le dice a Dora que su mujer ya no es nada
para él, que él no la desea, y por eso Dora lo abofetea: ahí aparece la descompensación
neurótica, imaginaria: en ese punto en el cual ella se sostenía -un hombre que desea a una
mujer-, aprende qué es ser una mujer en el deseo de un hombre a través de una
identificación con ese hombre... pero el hombre nos confirma que no desea a esa mujer, por
lo tanto la estructura ya no se sostiene y se viene todo abajo.

¿Por qué para Freud el mecanismo de represión es menos eficaz en neurosis


obsesivas que en la histeria?.

La represión en la neurosis obsesiva se revela menos eficaz que en la histeria,


determinando la necesidad de desplazar el afecto de manera continua, de una
representación nimia y desprovista de importancia a otra de igual tenor con el fin de
mantener alejada de la conciencia la representación originaria reprimida; pero el fracaso de
la represión se advierte en el hecho de que cuanto más alejada parece la representación en
cuestión más se acerca en su expresión verbal a aquella que se ha esforzado por sepultar.
La neurosis obsesiva tiene como premisa una regresión que sustituye la tendencia erótica
por una tendencia sádica. Este impulso hostil contra una persona amada es algo que
sucumbe a la represión.
Desarrollar sintomatología de neurosis obsesiva con ejemplos del caso del
hombre de las ratas.

La semiología es: obsesiones, compulsiones, lo que tiene que ver con las dudas, con la
culpa, con el ritual, el síntoma en dos tiempos y esta cuestión de escrúpulos morales.

Las obsesiones siempre van a tener que ver con ideas. Obsesiones o ideas obsesivas.

Las compulsiones van a tener que ver con conductas repetitivas, estereotipadas,
compulsivas que muchas veces son guiadas a la acción por las ideas obsesivas. Esa idea
hace hacer determinadas cosas, por ejemplo, lo de la piedra del caso. Esta compulsión,
esta duda, también nos habla del síntoma en dos tiempos de la neurosis obsesiva. Un
tiempo en que hace una cosa y el segundo tiempo que anula con un pensamiento mágico,
digamos, lo que hizo inicialmente. Anular eso a partir de un pensamiento mágico por lo
siguiente: si por ejemplo, yo digo que cuando salga de acá espero que no me pise un auto y
toco madera, es decir, ante una idea mala necesito un gesto o acción que anule,
mágicamente, la idea inicial. Por eso Freud siempre sostuvo que la neurosis obsesiva era
una religión privada, es decir, que esos rituales repetitivos, que esos ceremoniales que
tienen que ser siempre de la misma manera, siempre son para prevenir que algo malo pase.
La idea obsesiva no es una idea delirante.

La neurosis obsesiva se comporta más discretamente que la histeria, y concentra todos sus
síntomas en el dominio psíquico. Los enfermos de neurosis obsesivas generalmente,
muestran manifestaciones tales como impulsos extraños a su personalidad, se ven
obligados a realizar actos cuya ejecución no les proporciona placer algo, pero a los cuales
no pueden sustraerse y su pensamiento se halla invariablemente fijo a ideas ajenas a su
interés personal. Los actos obsesivos son siempre inocentes e insignificantes, consistiendo
en repeticiones o ceremonias de los actos más corrientes de la vida cotidiana. Estas
acciones no son realizadas públicamente, sino que intenta circunscribirlas al ámbito
estrictamente privado.
La segunda característica que Freud destaca es la capacidad de desplazamiento de los
síntomas “el carácter psicológico de la neurosis obsesiva tiende típicamente a hacer el
mayor uso posible del mecanismo de desplazamiento. En consecuencia, la indecisión se
extiende paulatinamente a toda la actividad del sujeto. Con ello queda instaurado el régimen
de la obsesión y de la duda, tal como se nos muestra en la vida anímica de los neuróticos
obsesivos”.
Otra cuestión fenomenológica típica de este cuadro es la duda. En el historial del hombre de
las ratas enferma de neurosis al detenerse frente al conflicto sin llevar a cabo ningún
movimiento tendiente a hallar una solución.

Articule desde la perspectiva de Lacan la problemática del deseo en la


neurosis obsesiva.

El obsesivo queda vinculado al “deseo del Otro”, impidiendo de ese modo toda pregunta
relativa a su propio deseo. El fantasma conecta una vía progresiva con una vía regresiva, la
vía progresiva implica el deseo más allá del Otro en cambio la vía regresiva implica el
Deseo del Otro, y es ahí donde apunta el deseo en la neurosis obsesiva: al deseo del Otro.
En la neurosis obsesiva hay una dependencia respecto del Otro en el acceso al deseo.

El obsesivo es alguien que no está jamás verdaderamente allí en el lugar donde está en
juego algo que podría ser calificado como su deseo. No estar allí, ocupa el lugar del muerto,
es una estrategia de defensa frente al deseo del Otro, pues ante la emergencia de éste el
sujeto siente que su deseo se desvanece. El juego al que se entrega el obsesivo es una
forma de ponerse a resguardo de la muerte, el juego consiste en aproximarse a la muerte
tanto como sea posible quedando a salvo de todos los golpes, porque el sujeto de algún
modo, ha matado su propio deseo por adelantado… lo ha mortificado.

El deseo es el deseo del Otro, y el deseo del neurótico obsesivo es evanescente y su causa
se ha de buscar en una dificultad fundamental en su relación con el Otro, en tanto éste es el
lugar donde el significante ordena el deseo.

La mecánica de la relación del sujeto obsesivo con el deseo: a medida que intenta, por las
vías que se le proponen, acercarse al objeto, su deseo se amortigua, hasta llegar a
extinguirse, a desaparecer. El obsesivo resuelve la cuestión de la evanescencia de su
deseo produciendo un deseo prohibido. Se lo hace sostener al Otro, precisamente mediante
la prohibición del Otro. La prohibición está ahí para sostener el deseo.

Características de los síntomas en Neurosis obsesiva e histérica, haciendo hincapié en


desplazamiento y condensación.

Represión en la N.O y ejemplificar con síntomas presentes en el hombre de las


ratas:

La represión en la neurosis obsesiva actúa borrando los nexos entre un elemento y otro,
borrando nexos entre diferentes ideas, los nexos que se borran en las neurosis obsesivas
son en el plano del pensamiento.

Hombre de las ratas:


- Hay una pulsión erótica, la cual es alterada: un deseo todavía no obsesivo y un
temor ya obsesivo que contradice al deseo.
- Un afecto penoso y un esfuerzo hacia acciones de defensa.
- Una suerte de delirio o formación delirante: los padres sabrían sus pensamientos
porque él los habría declarado sin oírlos él mismo.

Desarrolle los puntos fundamentales de la explicación Freudiana de la N.O a la altura


del historial del hombre de las ratas. Ejemplificar:

Conflicto del padre en la neurosis obsesiva, según Freud y Lacan.

Freud: hay una ambivalencia de sentimientos al padre, por ejemplo, en el hombre de las
ratas el componente de hostilidad es reprimido y aparece en la consciencia como temor a
que el padre sufriera en el más allá.
Lacan: toda neurosis es un intento de restitución de una función. El hombre de las ratas
intenta restituir la función del padre; la función del padre es simbólica, lo simbólico recubre
todo lo real pero este recubrimiento es completamente inasible, el padre siempre algún
punto es carente, por eso se vuelve patógeno.

Por qué Lacan dice que la neurosis tiene estructura de pregunta:


Lacan toma los aportes del antropólogo Levi Strauss respecto a la noción de estructura,
esta refiere a una organización simbólica que establece leyes que determina el campo de
posibilidad de los actores involucrados. El esquema Lambda es una forma de representar la
estructura, es decir, las relaciones entre los registros simbólicos e imaginarios. A su vez, el
esquema sirve a los fines de graficar la relación del sujeto con la ley. El sujeto recibe del
otro su posición respecto de la ley, y si la ley en juego es la del Edipo, el resultado debe
permitir al sujeto asumir un rol sexual. El yo (campo imaginario representado por el vector
a´…a) aparece determinado desde una matriz simbólica: la asunción de una imagen sexual
es posible por la existencia de una ley. Ahora bien, esta ley nada me dice acerca de que es
ser un varón o una mujer. Esta pregunta es formulada por cada sujeto a nivel de su yo, y la
forma que adquiere el yo de cada uno es el modo de respuesta que cada cual encontró, es
decir, su significación. El neurótico hace su pregunta neurótica con su yo, la estructura de
una neurosis es esencialmente una pregunta. La neurosis es posibilitada por la existencia
de la dimensión imaginaria. La estructura neurótica aporta significantes (deseo de la madre,
Nombre del padre) y significaciones (por efecto de la metáfora paterna: significación fálica)
que a su vez posibilita una estabilidad a nivel imaginario (del padre se desprende el ideal
del yo, que rige las identificaciones).

Explicar una frase de Lacan: “El obsesivo manifiesta en efecto una de las
actitudes que Hegel no desarrolló en su dialéctica del amo y el esclavo. El
esclavo se ha escabullido ante el riesgo de la muerte, donde le era ofrecida la
ocasión del dominio en la lucha de puro prestigio. pero puesto que sabe que
es mortal, sabe también que el amo puede morir”:

Refiere a la mención que hace Lacan de Hegel para describir como el neurótico obsesivo es
el “esclavo” del Otro, postergando su deseo para colmar el deseo de ese Otro (que vendría
a hacer el “amo”), pensando que cuando este muera, recién ahí el neurótico obsesivo será
libre y podrá encargarse de su propio deseo. Esto está explicado en la ficha “selección de
textos sobre NO”, pag 20.

También podemos hilar el término de procrastinación. El neurótico obsesivo deja para más
adelante su deseo, esclavizándose al Otro. Esa es la actitud que Hegel no menciona del
esclavo.
La pregunta del neurótico obsesivo es acerca de la muerte, y la neurosis tapona esa
pregunta, negando la muerte y la castración que se da a partir del Edipo, tanto del Otro,
como del sujeto, que se constituye como deseante a partir de ese tiempo. Entonces, el
sujeto hace una especie de regresión al tiempo anterior en donde el Otro es omnipotente, y
él es objeto de su deseo y no un sujeto deseante como instala el nombre del padre con los
significantes que posicionan sexualmente (castrado-fálico). Por eso pasa a ser esclavo del
Otro.
El nombre del Padre barra tanto al sujeto como al Otro, y el deseo es una falta, la falta del
Otro.

Relación entre el error que tiene Freud a la hora de tener en cuenta la


transferencia y el misterio de la femineidad.

El error que comete Freud es creer que Dora ya ha asumido una posición sexuada y que su
objeto de amor es el Sr K, Lacan dice, en cambio, que el objeto que le interesa a Dora es la
Sra K, que no es objeto de amor, sino objeto de su idolatría y de fascinación. La Sra K,
representa para Dora el misterio de la feminidad corporal, porque a los ojos de Dora la Sra
K si sabe lo que es ser una mujer, es la mujer deseada por dos hombres, y por tanto
representa un misterio y un enigma para Dora. Cuando Dora se pregunta ¿Qué es ser una
mujer? cree que la respuesta la puede hallar en la señora K. Freud dice que no pudo ver
esto los prejuicios propios de él (el analista) que interfirieron en la transferencia.
Por ello Dora abandona el análisis, porque Freud mal interpreta esa transferencia. Freud por
sus propios prejuicios, y el hecho de que era muy amigo del Sr K, eso intervino en la
transferencia y no supo ver la corriente homosexual en Dora, y por eso no llegó al 3er
desarrollo de la verdad, o 3ra inversión dialéctica de las que habla Lacan.

Siguiendo los lineamientos de Lacan sobre deseo y demanda, ¿qué nos


permite ejemplificar la presentación ambigua y dubitativa de las cavilaciones
del personaje?

Siguiendo los lineamientos de Lacan, sobre el deseo y la demanda, me propongo


ejemplificar el corto presentado por la cátedra en relación a la presentación ambigua y
dubitativa del personaje principal. El corto permite mostrar cómo el sujeto se enfrenta al
problema del deseo y la oposición entre la fantasía y el plano real, es decir, lo que piensa o
imagina y lo que realmente hace.
El corto se comienza narrando, en primera persona, la historia de la pareja. Más bien una
descripción a rasgos generales, mencionando los diferentes aspectos que le permiten al
sujeto dar cuenta de que su relación es placentera. No obstante, ese deseo de encontrar el
placer en la relación o la felicidad, lo narcisista de sentirse amado, se ve imposibilitado con
la creencia -la fantasía- de que ella no lo ama. Sin embargo, este “no me ama” no proviene
de lo real porque en relación a la acciones éstas demuestran lo contrario. Este “no me ama”
proviene lo de imaginario, refiere a que ella no se lo dice; y por tanto, si no se lo dice, no lo
ama y no puede ser feliz en esa relación que para él se presenta como “violenta”. Más
teóricamente, implica la idea de un deseo insatisfecho; determinante de la estructura de la
histeria. Éste sería el aspecto que es desconocido para él -aspecto inconsciente- pero que
guía su fantasía. Se necesita que el deseo sea insatisfecho para que el deseo como tal no
desaparezca.

Girando en torno a la idea del deseo insatisfecho, en la temática del deseo y la demanda de
Lacan, se sostiene la idea de que la demanda implica una articulación significante que falta
en este deseo insatisfecho creado por el protagonista para mantener su condición de
deseante. Esto es, el deseo del joven aparece como algo que retorna la insistencia de la
necesidad -en tanto ésta de alguna manera mantiene un anclaje en lo real- y por lo que el
deseo no se termina de articular en significantes; es un deseo que no se puede nombrar.
Esto se ve claramente en la diferenciación que existe en el corto en relación a lo que piensa
(su fantasía) y lo que realmente hace, por ejemplo, como cuando juntó el valor para dejarla,
en el cual lejos de poner en palabras aquel resultado de su fantasía le dice otra cosa y que
tampoco es una demanda.

El deseo no tiene nombre porque no puede articularse simbólicamente y en la medida en


que logre algo de esta articulación es en donde se podrá situar una demanda. Esto no
sucede en el corto, el protagonista no puede poner en palabras su deseo porque este poner
en palabras, a saber, articulación significante, lo convertiría en una demanda. El poner en
palabras el deseo pondría en juego su condición deseante, la satisfacción de ese deseo
amenazaría con su propia desaparición; es por ello, justamente, que el protagonista no se lo
pide directamente, poner en palabras el deseo llevaría a su extinción ya que el motor del
deseo es la falta, es aquello que permanece insatisfecho

Su ubicación frente al deseo y cómo se manifiesta en su vida sexual. ¿Puede


articularlo con lo que refiere Nasio sobre la vida sexual del neurótico?

Ely se ubica frente al deseo como “un sapo de otro pozo”. Esa es la expresión que utiliza al
presentarse frente al analista y que comienzan a investigar en tres diferentes etapas. En el
primer apartado donde queda manifestado las vicisitudes de identificación con el padre, Ely
cuando era pequeña se encuentra en una posición de confidente de la madre y recibe
información acerca del matrimonio de su madre y de su padre, sobre cuál era el tipo de
vinculación sexual que tenían, donde la madre le confiesa, por un lado, el asco que le
producía que su padre la toque y, por otro lado, su deseo de haber querido realizar abortos
de todos sus hijos, pero que estos fueron impedidos por su padre.
Ely reproduce en cierto sentido ese asco y goce (materno) a la vez, cuando manifiesta
como son sus propias relaciones personales, las cuales no tienen éxito, ya que ella solo se
relaciona con hombres (colegas de su trabajo) para “pasarla bien” y de los cuales no goza
en su totalidad por tratarse de hombres casados. Queda representada esa ajenidad que la
caracteriza, por encontrarse en una posición donde los hombres se sirven de ella, ella
parece ser objeto de deseo, la miel que ellos necesitan, para que su pareja sobreviva, para
luego quedarse “sola”, como un sapo de otro pozo porque no es elegida. A si es que se ve
identificada con su padre y por el amor que le tiene, se ve reflejado en su profesión, de la
cual si hace buen uso de esa “herramienta fundamental” que la hace brillar en su trabajo y
así poder obtener el amor de su padre, esa es su necesidad, obtener todo el amor de su
padre ante la intolerancia que le produce su madre a quien denomina ella misma
“ESFINGE”, y también ante la intolerancia que la madre demuestra hacia ellos como hijos,
debido a que deseaba haberlos abortado.
Este deseo de Ely se ve interrumpido cuando le pregunta a su padre luego de una fuerte
discusión con la madre: “¿por que la aguantas?”, a lo que él le responde …”me jodo porque
la quiero ¿que seria yo sin ella?”. Se puede visualizar como ese deseo insatisfecho de ser
amada completamente por su padre, de no ser elegida por él, se transforma en la evidencia
de la histeria que manifestara a través del vértigo. Este vértigo va a manifestarse cuando,
durante una de sus relaciones con uno de los hombres casados, se produce un episodio,
más precisamente con un colega al cual ella conocía la mujer y la frecuentaba muy de
cerca, y es por este motivo que ella rechaza el estar con ese hombre, aunque la atracción
si formaba parte de ella, pero aun asi lo rechaza. Y es allí donde esta represión de esa
representación de la niñez donde no es elegida por su padre, que estaba sostenida por esa
representación donde ella dejaba que los hombres se sirvieran de ella por ser la preferida,
al igual que lo hacía su padre, para el cual ella era la sierva, se convierte en un punto de
ruptura y que luego se destapa aún más cuando escucha a uno de sus compañeros decir
que tampoco la eligirian a ella, porque se quedaría siempre con su mujer.
Nasio manifiesta que la vida sexual del histérico es una paradoja y dice que esta paradoja
es la expresión dolorosa de un fantasma inconsciente. Cuando se pregunta cuál es ese
fantasma inconsciente, origen de la histeria, sostiene que: este fantasma inconsciente que
se convierte en un paso de la angustia a una enfermedad psicosomática, queda
manifestada más directamente en ese desajuste en la vida sexual del enfermo. Se observa
un mecanismo de conversión de la angustia en un desorden más general de la sexualidad
histérica. Nasio afirma que “La angustia del fantasma se transforma en una perturbación de
la vida sexual del histérico, en un estado de sufrimiento causado por una erotizacion general
del cuerpo, erotizacion que se acompaña, paradojicamente, de una inhibicion concentrada
en el nivel de la zona genital. Así pues la conversión global de la angustia del fantasma da
lugar a un sorprendente contraste: un cuerpo”. (Nasio, J.D. 2003. Pag. 45) En el caso de
Ely, este fantasma que ronda en ella entre el asco y el deseo por sus “hombres”, los
hombres que frecuenta para satisfacer ese deseo sexual, está marcado a la vez por el asco
que le producen, tanto por estar posicionada en ese lugar de “sapo de otro pozo”, como por
esa sensación de ser la “sierva” de la cual toman posesión pero luego se mantiene ajena a
la relación, ella es la “otra mujer”, y así es como vemos aparecer nuevamente esa pregunta
histérica que desarrolla la perturbación. Perturbación que transformará este sufrimiento de
Ely, esta angustia provocada por dicha situación, por ese fantasma, en un vértigo, queda
inhibida su zona genital y ahora el problema lo manifiesta en todo el cuerpo por esta
erotizacion general de la que habla Nasio.

¿Cómo es posible despejar la expresión “soy un sapo de otro pozo” que formula
desde el inicio?

La expresión con la Ely llega desde el inicio, a saber, “soy un sapo de otro pozo”, tiene que
ver con un indicio que marca la autora sobre algo que ya no funciona como sostén y que
corre peligro de desmarcamiento y del pasaje al acto.
Ely se posiciona en este lugar de “soy un sapo de otro pozo” cuando, dirigida por el enigma
de “¿Qué es ser mujer?”, se relaciona con hombres casados -cuyas esposas ella conoce-
en busca de saber cómo es aceptarse como objeto de deseo de un hombre. También
podríamos pensar, antes de reflexionar lo que subyace en esta expresión, que la frase
también está en relación a lo parental; esto es, ella como sostén del padre, de la relación
del padre y del deseo del padre en general como así de todos los hombres casados con los
que se relaciona.
Se podría decir que, en un primer momento, ante la identificación con el portador del pene-
a saber, el padre- ella se ubica en una posición en relación al deseo del Otro. Esto se ve
claramente en lo profesional; ya que comparten la misma profesión que padre, lo que
representa en el brillo y éxito en el manejo de la herramienta como simbolización de lo
fálico. Pero también, se ve claramente en las elecciones de compañeros con los que ella
elige relacionarse íntimamente; son profesionales como su padre, exitosos, y lo más
importante, también son casados. Ely, en relación a estos factores posee una función de
sostén del deseo del Otro que, ubicada en una identificación masculina, lleva al yo a
taponear la pregunta sobre el qué femenino, a preguntarse como es ser objeto de deseo de
un hombre. Al sostener el deseo de los hombres como objeto permite el funcionamiento del
goce fálico para que las parejas se sirvan y funcionen. Acá hay alguien que se pone en
juego en el cumpliento del deseo del Otro, más allá de su propio deseo.
Dicho esto, en el caso de Ely la autora advierte que esta identificación con el padre que
servía como sostén de la estructura cae cuando, ante una discusión entre sus padres, Ely le
pregunta por qué no la deja, a lo que el padre le responde “me jodo porque la quiero, ¿Qué
sería yo sin ella?”. Con esta respuesta el padre se mostró en su impotencia, en su falta, y el
padre, en tanto identificación como sujeto idealizado en relación a su potencia, queda en
corto circuito. Descubrimiento que le provoca vacilación subjetiva, tristeza y un cambio de
posición; se inscribe la falta, la castración en donde ya no se busca la potencia del padre o
el sostenerlo, ya no se tiene que cubrir la falta del otro porque en todo caso deberá
ocuparse de lo que le falta.
Aquí es donde marca la autora como ese peligro en relación a que ese fantasma se
desmorone, la frase que antes era “Levántate, lúcete” ahora para Ely es “levántate, lúcete y
tirarse”; tirarse al pozo. Esta identificación ya no funciona como sostén sino que aparece
esto de que ella siempre queda afuera, por ello “sapo de otro pozo”, por lo que le empieza a
parecer insatisfactorio todas aquellas posiciones que se fueron dando en torno a esta
identificación, como; lucirse con el instrumento, ser la que le da el néctar a los hombres para
que funcionen con sus parejas, la posición de ser sostén de estos hombres -incluido el
padre-, hasta la elección misma de estos hombres.
Estos factores son claros indicios de una ruptura en torno a esta identificación imaginaria
con aquel portador del pene que la coloca en un lugar donde se siente objeto de desecho,
un sapo de otro pozo, ubicada ahí donde no tiene cabida. El peligro ante el analista se
enfrenta en el hecho de si Ely quedase atrapada como objeto a, de desecho que la llevaría
al acting out o pasaje al acto.

¿Qué vínculos establece Freud entre sexualidad infantil y perversión? ¿Qué


entiende por sexualidad normal? Explique las nociones de fijación y de
regresión.

En Tres ensayos, Freud puntualizó que la disposición sexual constitucional del niño es
"perversa polimorfa", y la función sexual normal surge de esa disposición, por represión de
ciertos componentes. Lo "normal" resultó ser el fruto de la represión de ciertas pulsiones
parciales y ciertos componentes de las disposiciones (constitucionales) infantiles, y de la
subordinación de los restantes bajo el primado de las zonas genitales y al servicio de la
función de la reproducción. En cambio, las perversiones correspondían a perturbaciones
debido al desarrollo hiperpotente de algunas de estas pulsiones parciales (infantiles). En
cuanto a la neurosis, Freud la recondujo a una represión excesiva de las aspiraciones
libidinosas. Por eso la neurosis puede caracterizarse como el "negativo" de la perversión.

Las pulsiones parciales que se desarrollan hiperpotentemente están originadas mediante el


mecanismo de formación de síntomas similar al de la neurosis y psicosis; mediante un
proceso regresivo y de fijación en la puesta en juego de retirar de la realidad. Las pulsiones
parciales de la sexualidad infantil deben ser reprimidas y algunas subordinadas a la función
reproductiva, esta renuncia al placer es dolorosa y la forma de compensación que se lleva a
cabo es mediante la fantasía. Cuando una modalidad de satisfacción se ve coartada por
intolerable se emprende un camino regresivo, guiado por la fantasía, a viejas formas de
satisfacción alojadas en puntos de fijación que obedecen a reglas del inconsciente. Lo que
sostiene Freud es que en este punto regresivo lo que varía entre la histeria, paranoia y la
perversión es el producto sintomático distinto según el campo inervado. Es así que en la
perversión se pone en juego una puesta en escena, la práctica sexual perversa del adulto
está basada en modalidades de satisfacción infantil. Se homologa la perversión a las metas
parciales de la sexualidad infantil; masoquismo. Hay algo de esa fantasía que cobra
realidad, que se actúa. Pero tampoco podríamos decir que el sujeto perverso es un sujeto
consciente de el sentido de esa puesta en escena. Hay algo de la fantasía que sigue siendo
inconsciente. Para que la fantasía devenga patógena y genera síntomas tiene que ser
inconsciente, tiene que ser reprimida.

Por qué la neurosis es el negativo de la perversión.

En Tres ensayos, Freud puntualizó que la disposición sexual constitucional del niño es
"perversa polimorfa", y la función sexual normal surge de esa disposición, por represión de
ciertos componentes. Lo "normal" resultó ser el fruto de la represión de ciertas pulsiones
parciales y ciertos componentes de las disposiciones (constitucionales) infantiles, y de la
subordinación de los restantes bajo el primado de las zonas genitales y al servicio de la
función de la reproducción. En cambio, las perversiones correspondían a perturbaciones
debido al desarrollo hiperpotente de algunas de estas pulsiones parciales (infantiles). En
cuanto a la neurosis, Freud la recondujo a una represión excesiva de las aspiraciones
libidinosas. Por eso la neurosis puede caracterizarse como el "negativo" de la perversión.

Definición de fantasía de Freud. Cómo se relaciona con la formación del


síntoma en la neurosis.

Freud afirma que el ser humano adapta sus conductas a los imperativos de la realidad, pero
a la vez toda renuncia al placer es dolorosa. La compensación que el sujeto encuentra para
esa renuncia dolorosa que le impone lo real es la fantasía.
En lo real se encuentran la frustración y la renuncia, mientras que en lo imaginario se
encuentran la fantasía, el rechazo a la renuncia y una "reserva a la manera de los parques
naturales". Los parques naturales son espacios en los que se preserva la naturaleza. La
fantasía sería un "parque natural psíquico", en el cual existe una felicidad imaginaria, en el
cual la adquisición de placer se independiza del sentimiento de realidad. Estas fantasías se
dan a través de sueños diurnos (fantasías propiamente dichas) que pueden ser cc o icc, y a
través de sueños nocturnos.
La fantasía queda ligada a viejas formas de satisfacción, abandonadas en los hechos, pero
mantenidas en la imaginación. Cuando la libido es frustrada por lo real, emprende un
camino regresivo hacia antiguas formas de satisfacción abandonadas. Ese camino es
guiado por la fantasía. Esto inicia la vía de formación de síntomas. Pero en el caso de las
neurosis el yo no tolera esas viejas formas de satisfacción, por eso reprime. A partir de la
represión se abre el campo de la formación de síntomas. Las fantasías pueden ser
conscientes e inconscientes y para que la fantasía genere patología o síntoma tiene que
haber devenido inconsciente (todo lo consciente no genera síntoma, tiene que haber
represión). Es reprimido y retorna hacia formas viejas de satisfacción. Es necesario que
haya conflicto, represión y retorno de lo reprimido.
A un mismo síntoma le pueden corresponder varias fantasías. Reglas de composición para
que un síntoma se constituya: tienen que intervenir varios elementos: “el síntoma está
múltiplemente determinado” no es una única cosa lo que forma el síntoma. Esos elementos
que tienen que intervenir son: una fantasía masculina + una fantasía femenina + represión.
Este conjunto debe permanecer inconsciente.
Por ejemplo: En un ataque de histeria (contraer el cuerpo, convulsionar) una parte de ese
accionar parece representar un cuerpo femenino que se defiende del ataque y la otra parte
parece ser un cuerpo masculino que realiza el ataque sexual.

Fantasía en Freud como compensación imaginaria.

Freud afirma que el ser humano adapta sus conductas a los imperativos de la realidad, pero
a la vez toda renuncia al placer es dolorosa. La compensación que el sujeto encuentra para
esa renuncia dolorosa que le impone lo real es la fantasía.
En lo real se encuentran la frustración y la renuncia, mientras que en lo imaginario se
encuentran la fantasía, el rechazo a la renuncia y una "reserva a la manera de los parques
naturales". Los parques naturales son espacios en los que se preserva la naturaleza. La
fantasía sería un "parque natural psíquico", en el cual existe una felicidad imaginaria, en el
cual la adquisición de placer se independiza del sentimiento de realidad. Estas fantasías se
dan a través de sueños diurnos (fantasías propiamente dichas) que pueden ser cc o icc, y a
través de sueños nocturnos.

A partir de la lectura que hace Nasio de lo planteado por Freud sobre la


histeria explica la primera teoría. Y explicar los conceptos.

Según la primera teoría freudiana, la neurosis histérica es provocada por la acción patógena
de una representación psíquica, de una idea parásita no consciente y fuertemente cargada
de afecto, con un contenido esencialmente sexual. La aparición de esta representación
sexual inconsciente trae consigo la aparición de un síntoma histérico en el paciente.
En los inicios de su obra, Freud postula —después cambiará de opinión— que el enfermo
histérico sufrió en su infancia una experiencia traumática: la "seducción sexual" por parte de
un adulto. La huella psíquica de ese trauma, que ahora llamaremos "representación
intolerable" comprende dos elementos inconscientes:
1. Sobrecarga de afecto en el niño, que subsistirá en el yo y generará futuros síntomas
histéricos.
2. Imagen sobreactivada por la acumulación de este exceso de energía sexual. ¿Cómo
surge esa imagen? En el momento del trauma, el impacto de la seducción toca
puntualmente una de las imágenes corporales. El excedente de tensión psíquica se
concentra entonces en esta imagen y la inviste. Dicha imagen es la fuente del
síntoma histérico.
La representación inconsciente o idea parásita es esa misma imagen inconsciente. Hay que
tener presente que el trauma que el niño sufre no es la agresión exterior, sino la huella
psíquica que queda de la agresión. El trauma se ha desplazado, se ha transformado en una
representación inconsciente, sobrecargada de energía sexual y fuente de un dolor
intolerable para el yo.
La histeria es provocada cuando el yo quiere neutralizar la representación sexual
intolerable, reprimiéndola. Reprimir quiere decir, ante todo, "aislar". Lo que hace a la
representación radicalmente intolerable y patógena es el hecho de haber quedado aislada
de las otras representaciones organizadas de la vida psíquica.

Entonces, la razón esencial de la histeria es este conflicto entre una representación


sobrecargada de afecto y la represión. Así, el yo se extenúa y se debilita en un vano
combate que genera el efecto contrario.

El conflicto entre la representación sobrecargada con exceso de energía y la represión no


puede resolverse, sino que únicamente pueden instrumentarse soluciones de compromiso,
consistentes, investir otras representaciones menos peligrosas que la representación
intolerable. Se trata de un desplazamiento de energía. Para poner fuera de juego a la
represión, el exceso de energía pasa de su estado primero —sobrecarga de una
representación intolerable— a ese otro estado de carga que es el sufrimiento corporal.

Ahora bien, este conflicto "sobrecarga/represión" en realidad constituye el fundamento de


todas las neurosis. La especificidad de cada tipo de neurosis (obsesión, fobia e histeria)
dependerá de la modalidad que adopte el desenlace del conflicto. Tendremos una neurosis
diferente según el tipo de representación que la sobrecarga invista tras abandonar la
representación intolerable. Puede investir una representación cualquiera perteneciente al
pensamiento (obsesión), al mundo exterior (fobia) o al cuerpo (histeria).

Esta pregunta es posible que la encontremos articulada con el cambio de teoría del
trauma a la fantasía desde Nasio para explicar la etiología de la neurosis. Asique la
agrego por las dudas.
A la teoría de la conversión Freud le introdujo una modificación en 1900: el origen de la
histeria es un fantasma inconsciente, no una representación. Y lo que se convierte es una
angustia fantasmática, no una sobrecarga de la representación.
La sexualidad infantil es un foco inconsciente de sufrimiento, pues es siempre desmesurada
en relación con los limitados recursos, físicos y psíquicos, del niño. El propio cuerpo
erógeno del niño produce el acontecimiento psíquico, pues es foco de una sexualidad
rebosante, asiento del deseo. Un deseo que entraña la idea de que algún día podría
realizarse en la satisfacción de un goce ilimitado y absoluto. Lo insoportable para el sujeto
es, justamente, esta posibilidad de un absoluto cumplimiento de deseo. Es tan intenso el
surgimiento de este exceso de sexualidad llamado deseo, que, para atemperarse, necesita
la creación inconsciente de fabulaciones, escenas y fantasmas protectores.
Los fantasmas equivalen a traumas porque, en el foco del fantasma, que es el lugar
erógeno, brota una sexualidad excesiva, autoerótica, sometida automáticamente a la
presión de la represión: la sexualidad infantil es siempre exorbitante y extrema. Este fue el
gran descubrimiento que hizo abandonar a Freud la teoría del trauma real como origen de la
histeria.
Estas formaciones fantasmáticas producidas inconscientemente son la respuesta psíquica
obligada para contener el exceso de energía que el empuje del deseo implica. Esta tensión,
una vez fantasmatizada, sigue siendo una tensión igualmente insoportable, pero ahora está
integrada en la escena del fantasma y a ella se circunscribe. Ahora la llamamos angustia
fantasmática.
Sin embargo, se entienda el exceso de energía como una demasía de afecto resultante de
un choque traumático (primera teoría), o como una angustia fantasmática respondiendo al
despertar espontáneo y prematuro de la sexualidad infantil (nueva teoría del fantasma),
invariablemente seguimos sosteniendo la tesis de que la causa principal de la histeria reside
en la actividad inconsciente de una representación sobreinvestida. Con la salvedad de que
el contenido de esta representación ya no se reduce a la imagen delimitada de una parte del
cuerpo (primera teoría), sino que se despliega respondiendo a un libreto dramático llamado
fantasma.
El desajuste de la sexualidad histérica se explica cómo la conversión somática más
inmediata del fantasma. El mecanismo de conversión tiene un alcance más global que la
estricta conversión que transformaba la sobrecarga en un síntoma somático peculiar.
Existirían entonces dos clases diferentes de conversión que, lejos de oponerse, se
complementan: una conversión global que transforma la angustia en un estado general del
cuerpo, y una conversión local que transforma la angustia en un trastorno somático limitado
a una parte definida del cuerpo. La idea de una conversión global permite explicar mejor la
sexualidad histérica. La angustia del fantasma se transforma en un estado de sufrimiento
causado por una erotización general del cuerpo, erotización que se acompaña,
paradójicamente, de una inhibición concentrada en el nivel de la zona genital.
La histérica se ve inevitablemente arrastrada a la pendiente de la insatisfacción. estado
permanente y latente de insatisfacción. Una insatisfacción que no se acantona en el mero
registro sexual sino que se extiende al conjunto de la vida; a veces, con enorme dolor, a
través de episodios depresivos y hasta de tentativas de suicidio. Sin embargo, a pesar de
este dolor, el histérico se empeña asombrosamente en su insatisfacción. Tanto se empeña
que hace de ella su deseo: deseo de insatisfacción; deseo con el cual Lacan marcó para
siempre lo propio de la histeria. El histérico desea estar insatisfecho porque la insatisfacción
le garantiza la inviolabilidad fundamental de su ser. Cuanto más insatisfecho está, mejor
protegido queda contra la amenaza de un goce que él percibe como riesgo de
desintegración y locura

Caracterice el pasaje al acto. Explique el acting out.

Son formas de presentación que no tienen el mismo carácter que tiene el síntoma. Lacan
decía que el síntoma esa suma máscara, siempre supone un trabajo de elaboración
simbólica o un trabajo de desplazamiento o condensación. Un trabajo donde lo que se
presenta es distinto a lo que se quiere dar a ver. En cambio, en este tipo de presentaciones
hay algo de lo que se muestra que queda por fuera del cálculo del sujeto, es decir, lo que
uno podría esperar por parte del sujeto. En el pasaje al acto hay siempre algo del orden de
la impulsión. Una acción que de alguna manera no se justifica por sus antecedentes. Como
grandes paradigmas del acting out podemos decir, el acto homicida o el acto suicida.

Lacan conjuga estos conceptos en la medida en la que tienen una estructura similar a la
que él trabaja en el seminario 11 respecto a las operaciones de causación del sujeto. Estas
operaciones son alienación y separación que nos sirven para explicar el concepto de pasaje
al acto.

En la intersección que se produce entre el campo del Otro y del otro (con minúscula, es
decir, el sujeto) es en donde podemos pensar las operaciones de surgimiento del sujeto,
separación y alienación.
El movimiento de la alienación va desde el campo del sujeto, es decir, desde el conjunto del
sujeto hacia el campo del Otro. Es decir, el sujeto se aliena en la medida en que abandona
su territorio, se sumerge en el campo del otro, se hace representar por un significante.
Lacan coloca dentro del conjunto del Otro la palabra sentido, y dentro del conjunto del
sujeto la palabra ser. Entonces claramente hay un abandono del ser real, del ser del sujeto
como ser natural, y una alienación en el campo del otro, en el campo del sentido. abandono
el ser para adquirir un sentido.

Lógica de la separación: Representa el movimiento contrario, el movimiento que va desde el


campo del Otro hacia el campo del sujeto. Lo interesante que tenemos que ver aquí y que
tiene que ver con esa intersección de los campos, es que tanto el otro como el sujeto se
separan de sus propios elementos. Al producirse la separación se produce también la
pérdida de un elemento en común, el Objeto A. El objeto A es lo que el sujeto pierde por su
acceso al lenguaje. Tiene que ver con su ser real, tiene que ver con lo que podríamos
imaginar que fuera la satisfacción natural de sus necesidades, se alienta en el Otro y lo que
éste le ofrece son significantes, constituyendo así el circuito de la demanda. pero lo que
aquí encontramos es “me separo de este Otro” produciendo un vacío central. Ni del sujeto ni
del otro, el resultado de la separación tendríamos que pensarlos como tachadura, un
elemento barrado, el Otro queda barrado, el objeto queda barrado, le falta un elemento.
Lacan sostiene que “el sujeto y el Otro se las tienen que arreglar” porque no son completos
y no lo tienen todo, ninguno de los dos es el complemento del otro.

En torno al objeto A diríamos que tiene una función de amboceptor, vincula un espacio y el
otro, sirve de puente para unir al sujeto con el Otro. En cambio en la separación es el objeto
separador. Ese mismo objeto en un movimiento une, en el otro separa. Da un ejemplo de la
placenta, el dice bueno en la gestación, en el crecimiento del bebé en el vientre de la madre
en realidad el be´be crece dentro de un organismo que él mismo construye que es la
placenta. El vive dentro de eso que, a su vez, está unida a él por el cordón y a la madre por
su útero. Ese sería el objeto A como amboceptor. Cuando se produce la separación, es
decir, el parto, la madre queda sin placenta y el bebé también. Eso que los unía deja de
existir, cae. El objeto A en la separación entonces es aquello que ha perdido su función,
deja de existir, se cae.

Habíamos hablado de las operaciones de alineación y separación como operaciones donde


el sujeto se causa como haciéndose representar por un significante en el campo del otro
pero luego separándose del Otro y produciendo en esa separación una falta. Una falta para
él y para el Otro. Esa falta es la que causa el deseo. Esa falta causa que el sujeto sea
deseante. Que un sujeto sea deseante quiere decir que hay un elemento que se pierde a
causa de la separación.

Como lógica general tendríamos que pensar que tanto el acting out como el pasaje al acto
tienen en común que ese corte o separación se haya producido mal, o inadecuadamente. El
objeto A no cae, no adquiere esa función separadora y queda como en una especie de
circuito de retorno, como en una especie de objeto no perdido evacuado que complica las
relaciones entre el sujeto y el Otro.
Agregamos aquí que la presencia de A provoca el feeding del sujeto. Éste es un término
que Lacan usa en relación a eso que pasa cuando la persona, por ejemplo, está hablando
por teléfono y se le pierde la voz, no se puede escuchar bien. Eso sería que se entrara en
Feeding, desaparición de la voz del hablante, a lacan le gustó este término para pensar la
desaparición del sujeto en la medida en la que la presencia del objeto A se hace demasiado
fuerte.
Como la separación da lugar a la existencia del sujeto como sujeto barrado, si la pérdida de
A de alguna manera se hace presente, el sujeto entra en feeding y pierde valor, pierde
separación respecto del otro y, por otra parte, la relación con el otro queda como
empastada.

La estructura del Acting out nos lleva a pensar que, de alguna manera, va en sentido de la
alienación. Es algo así como el mensaje que el sujeto le dirige al Otro, no se trata de que el
sujeto busca separarse, es al revés, es como si deseara seguir simbolizando, alienandose.
Es un llamado al Otro para que el Otro ponga en juego los significantes. Por ello Lacan, lo
llama “un llamado a la interpretación”.
Hay que pensarlo en contextos terapéuticos porque, de hecho, las primeras
manifestaciones del acting out fueron analizadas en contextos como este. Imaginemos que
se trata de algo que el paciente hace, un movimiento, que está dirigido al analista y busca
que el analista interprete y ponga en juego sus propios significantes.

Lacan, como muchos otros autores, dice que si este pasaje al acto se produce es porque de
alguna manera el analista lo ha generado. Es el Otro, el analista en este caso, el que
produce este corte demasiado rápido, con demasiada anticipación. Se tiende al corte mucho
antes de que el sujeto esté en condiciones de tolerar ese corte.

Tenemos por un lado, el asunto de que algo se hace demasiado deprisa (el sujeto separado
sin que esté en condiciones de ser separado), un corte mal hecho (un objeto A que no
termina de caer) y ese elemento (objeto A) será el objeto que se muestre.

Que quiere decir que el acting out que se muestra como el objeto A. El objeto A es el objeto
que causa el deseo, entonces que algo se muestre a la manera del objeto A es que algo se
muestre causando el deseo. Una persona por ejemplo que se viste de determinada manera,
se maquilla, lo hace para atraer una mirada, para causar en el otro algún deseo. Es algo
que está en este sentido, un llamado de atención. Cuando un niño en la escuela hace
cagadas, los berrinches, no es un mensaje porque no se muestra en palabras; nadie dice
con palabras que le presten atención. Es un mensaje hecho con el objeto A, éste no es un
significante, es un mensaje innombrable.

El sujeto no deja caer este objeto A y por lo tanto no va a tener esta función separadora. Y
es algo que va a ser utilizado entonces como mensaje. Es un mensaje hecho con el objeto
A, éste no es un significante, es un mensaje innombrable.
Por ejemplo; en el caso de Dora, el cachetazo que le da Dora al señor K como respuesta a
esa afirmación del señor K de que su mujer no era nada para él. Acá Lacan lee el
movimiento separador del señor K. “Mi mujer no significa nada para mi” como diciendo que
la que me importa sos vos, como una propuesta deseante que ubica a Dora en el lugar de
objeto de deseo: justamente fue eso lo que Dora no podía tolerar. Lo que la hace entrar en
feeding y que entonces termina con el cachetazo.
Si decimos que en el acting out hay una separación mal lograda, un objeto A que no termina
de caer y que se usa como mediador para dirigir un mensaje al otro. Lo que tenemos que
decir en el pasaje al acto al respecto es que el sujeto queda identificado con el objeto A, en
su papel de objeto caído. Intenta cumplir la separación pero no queda el sujeto en el campo
del sujeto, el Otro en el campo del Otro, y el A como elemento perdido entre los dos. Lo que
pasa es que el sujeto queda identificado con el objeto A y cae al mismo tiempo en el que
éste cae. Por eso el acting out más extremo es el acto suicida, se identifica con el objeto
caído, el cadáver.

El pasaje al acto es también un resultado de un mal corte. Sea el Otro aquello que
represente en la instancia del sujeto, puede ser un Otro concreto como una pareja, un
padre, un amigo pero también puede ser un Otro que está representado en una religión.
Algo de lo cual el sujeto se siente expulsado y que no le permite subjetivarse y en ese
movimiento él queda caído. Ese objeto que antes los vinculaba con el Otro se cae.

Pasaje al acto: suicidio


Acting out: es más leve, el sujeto no lleva a cabo la acción de identificarse con un cadáver y
convertirse en él pero sí existen acciones donde se manifiesta esta identificación como
acciones como por ejemplo; cortarse, berrinches, el cachetazo de Dora.

Escena del Lago, Dora. Pregunta histérica, y cómo Dora pregunta acerca de su
femeneindad y en qué lugar coloca al Señor K.

Sabiendo que la neurosis tiene la estructura de una pregunta por falta de significantes en el
campo de lo simbólico a la hora de definir lo sexual en dicho campo. A modo de
compensación, a nivel de lo imaginario se produce un sistema de compensación que viene
a suplir la falta de significantes en el campo simbólico.

Esa compensación imaginaria se realiza a través de una identificación. La pregunta histérica


acerca de "qué es ser una mujer" es taponada por el yo, entonces no es que el yo se
identifica imaginariamente con algo femenino, no es que Dora se identifica con la Sra. K.,
no: la Sra. K. es justamente el misterio de la femineidad, dice Lacan. La Sra. K. quedaría en
el punto del sujeto del esquema Lambda (si la pregunta es dirigida al Otro, surge desde el
polo el sujeto), mientras que el sr. K estaría en el polo del otro con minúscula, y Dora
quedaría en el nivel del yo; Dora identificada con el Sr. K. Eso es lo que sostiene ese
"cuarteto amoroso" que ella vive, del cual ella participa no como mujer sino como histérica,
es decir, como alguien que se identifica a uno de los varones en juego. Y esto es así hasta
que ocurre lo que Lacan llama la "descompensación neurótica". Pero en principio, aparece
esta idea de que Freud se confunde cuando se pregunta "qué desea Dora", y cuando
entonces intenta pensar que lo que le pasa a Dora es que está enamorada del sr. K. Lo que
nos muestra Lacan es que Dora está IDENTIFICADA con el sr. K. y, de alguna manera,
desde la posición del sr K., Dora cree estar fascinada por la señora K. Ese apoyo en el Sr. K
es una manera de intentar avanzar hacia el misterio de lo femenino. Ocurre que, en lo que
se conoce como "la escena del lago", el sr. K. le dice a Dora que su mujer ya no es nada
para él, que él no la desea, y por eso Dora lo abofetea: ahí aparece la descompensación
neurótica, imaginaria: en ese punto en el cual ella se sostenía -un hombre que desea a una
mujer-, aprende qué es ser una mujer en el deseo de un hombre a través de una
identificación con ese hombre... pero el hombre nos confirma que no desea a esa mujer, por
lo tanto la estructura ya no se sostiene y se viene todo abajo.
El cachetazo que le da Dora al señor K como respuesta a esa afirmación del señor K de que
su mujer no era nada para él, Lacan lo lee como el movimiento separador del señor K
demasiado pronto en un momento en el que Dora continúa buscando los significantes que
den respuesta a su pregunta histérica. El “Mi mujer no significa nada para mi” fue como una
propuesta deseante que ubica a Dora en el lugar de objeto de deseo: justamente fue eso lo
que Dora no podía tolerar. Al producirse una separación mal lograda y el objeto A al que se
identifica Dora cae (Sra K), la hace entrar en feeding y que entonces termina con el
cachetazo manifestando esta identificación mediante dicha acción.

MÓDULO 3: PSICOSIS Y NEUROSIS INFANTIL.

Síntoma en neurosis infantil desde Mannoni, ejemplificar: (Neurosis)

Mannoni dice que hay una relación entre el discurso familiar y el surgimiento del síntoma. El
síntoma en el niño responde a una dinámica familiar más que a algo endógeno propio del
sujeto. El discurso familiar tiene un valor etiológico, funciona como inconsciente para el niño
posibilitando el síntoma, el no lo sabe, se articula a sus espaldas produciendo esos efectos
sintomáticos. Por eso dice que solo es posible curar al niño si el analista desplaza el
problema por el que los padres han consultado a la dinámica familiar, y se revela así la
situación de enfermedad de uno u otro de los padres, dado que los trastornos del hijo
servían como para “taponar” esa situación. Cuando la enfermedad sale a la luz hay que
abrir los ojos, acceder al yo por un proceso de desidentificación desprendiendo de un drama
familiar que es el del otro.

Lacan y Winnicott fueron los primeros en teorizar sobre la etiología de los síntomas en el
niño admitiendo el peso del contexto de desarrollo; en tanto dinámica familiar y ambiente de
desarrollo en el cual se constituye.

Winnicot fue uno de los primeros autores en incorporar la idea de “ambiente facilitador”
como elemento esencial para pensar el desarrollo normal, o en los trastornos del desarrollo
Una de las cuestiones que él va a plantear es que los bebés pasan de un estado de
dependencia absoluta a una independencia cada vez más grande, pero ese movimiento
lleva tiempo. Cuanto más grande sea la dependencia, más necesaria es el papel del
ambiente para que el psiquismo se pueda desarrollar y se pueda constituir ahí uno de las
bases del desarrollos que es la confianza.
Ese ambiente facilitador que permite el desarrollo de las funciones psíquicas esta integrado
por una función central que Winnicott llamó “madre suficientemente buena”. La madre
suficientemente buena es la que logra adaptarse a las necesidades de su bebé
(necesidades psíquicas y fisiológicas). Entonces, más allá de identificarse con ese bebe y
de ingeniárselas para cubrir sus necesidades, lo más importante es la identificación de esa
madre a hacia ese bebé en tanto persona.
Las patologías, dice Winnicott, es mejor pensarlas como “fallas ambientales”. El ambiente
facilitador tiene que proveer cosas para que haya un desarrollo del niño, si el ambiente
fracasa hay una detención del desarrollo y hay signos característicos.
Dos fallas que menciona Winnicott que producen efectos característicos:

1) Deprivación: el ambiente facilitador funcionó bien durante cierto tiempo, pero en


tiempos de mediana dependencia presenta una falla que deja en el niño una marca
característica. Por ejemplo; una familia queda deshecha por la separación de los
padres; una familia que funcionó más o menos bien en la crianza de los hijos hasta
que se separan y comienzan los problemas; la madre se deprime, o desatiende al
niño porque tiene que ocuparse de otras cosas. El niño registra esos cambios en el
ambiente y deja una marca en él que va a dar lugar a lo que Winnicott llamó “
conducta antisocial”. Por ejemplo; el robo, berrinches, hacerse pis en la cama. Esas
conductas son gestos espontáneos; un sujeto que através de ese acto reclama al
Otro (ambiente) aquello de lo que se siente deprivado.
2) Privación: en tiempos de mayor dependencia el ambienta deja de proveer lo
imprescindible. Esta falla fuerte del ambiente lo que genera para Winnicott es la
psicosis infantil.

Según Lacan, el síntoma del niño responde a lo que hay de sintomático en la estructura
familiar. Es decir, no hay síntoma del niño aislado, el síntoma del niño no tiene que ver
exclusivamente con sus propios contenidos icc. El síntoma es representante de una verdad.
Es decir, eso que no se quiere saber respecto del síntoma, es algo que atañe a una verdad.
Pero esa verdad no lo atañe al niño exclusivamente, sino que es una verdad que está en
relación con la pareja familiar.
Respecto a la neurosis veníamos diciendo que sí el síntoma del niño representa la verdad
de la pareja parental, lo que dice respecto a la psicosis es que esto queda restringido a la
subjetividad materna. No es escindidamente un problema parental sino que es de la madre
y lo que plantea es una explicación en relación al deseo de la madre porque el niño ocupa el
papel de objeto en el fantasma materno, es decir, el fantasma que convierte en deseante a
esa mujer que es madre de ese niño. Si un niño ocupa el lugar de objeto del deseo de la
madre (en los términos del ste deseo de la madre) el niño ocupa el lugar de falo, y sabemos
que está destinado a ser despojado de ese lugar por el SNP:
En cambio si el niño está alojado en un fantasma de la mujer que lo tuvo y que llamamos
madre pero que no es deseo de la madre que define e instituye y que entonces al quedar
tomado en el papel de objeto en el fantasma materno no hay intervención posible que lo
pueda sacar de allí. Por eso él dice que la opción de articulación se reduce mucho cuando
el síntoma compete solo a la subjetividad de la madre. Es decir, las posibilidades de acción
se reducen mucho.
Cuando la distancia entre la identificación con el ideal del yo y la parte tomada del deseo de
la madre no tiene mediación (lo que asegura la función del padre) el niño queda expuesto a
todos las capturas fantasmáticas. Se convierte en el “objeto” de la madre y su única función
es entonces revelar la verdad de ese objeto. El niño realiza la presencia de eso que Lacan
designa como objeto a en el fantasma.
Mannoni, siguiendo esta idea, dice que representa la mentira, el secreto, lo no dicho. Esa
verdad de la que habla Lacan es una verdad no dicha, silenciada, es una verdad que, por
estar reprimida en la pareja parental, estalla de manera sintomática en el niño.

Entonces, Mannoni propone que las entrevistas con el psicoanalista permitan que el analista
ocupe para el niño el lugar del Otro, es decir, el lugar a donde el niño dirige sus mensajes y
desde donde recibe cierta sanción, cierta nueva significación respecto de esos mensajes.
Esto le permite al niño despegarse de esa mentira proveniente de la historia familiar; le
permite emprender su propio camino, un camino que lo saque de esa función de expresar, a
través de su padecimiento, aquellos elementos que no están resueltos en la historia familiar.

Estadio del espejo, que resultados psíquicos produce y articular con autismo infantil.
(Martinez dijo que se podía responder desde la sintomatología de autismo de Kanner).

El estadio del espejo Lacan lo plantea como necesario para la constitución del yo, cuerpo y
realidad. El Yo, es producto de identificarse con la propia imagen especular que el espejo le
devuelve, esta operación implica un nuevo acto psíquico. Entonces, el Estadio del Espejo,
básicamente describe la formación del Yo; a través de un proceso de identificación: El Yo es
el resultado de identificarse con la propia imagen especular.

El deseo de la madre se trata de un significante que hará ingresar a la o el viviente en un


campo de significación preciso, determinado por el complejo de Edipo. El viviente adquiere
una significación fálica, el o ella son equivalentes simbólicos del falo. El falo no remite a
ningún objeto existente. Al contrario, es el elemento significativo que surge al constatar la
ausencia de un elemento presente en algunos seres vivos y ausente en otros. El falo es una
ausencia, y es a partir de una ausencia es que puede constituirse un deseo.

A su vez está inscripción en el campo simbólico permite la organización del campo


imaginario bajo la forma de lo especular. Gracias a la mirada de la madre el bebé
reencontrará en la imagen que el espejo le devuelve un lugar con el cual identificarse y en el
que reconocerse.

El pequeño bebe humano a los pocos meses de vida queda fascinado con la imagen que el
espejo le devuelve, es capaz de reconocerse en esa imagen y lo asume jubilosamente
como su propia imagen anticipándose a estos hechos ya que esta imagen se contrapone a
una impotencia motriz y un cuerpo que se presenta fragmentado.

El hecho de que su imagen especular sea asumida jubilosamente por el ser sumido todavía
en la impotencia motriz y la dependencia de la lactancia que es el hombrecito en ese
estadio infans manifiesta el sostén de la matriz simbólica necesaria para que la imagen se
asuma. Esta matriz simbólica está dada por el deseo de la madre quien aloja al niño, vé ahí
un hombrecito, un todo integrado y lo ayuda a reconocerse en esa imagen que le devuelve
el espejo. El sujeto se identifica en el espejo con lo que es el objeto del deseo de la madre

El sujeto se identifica con el reflejo de su propio cuerpo al cual percibe como totalidad, pero
a su vez esa imagen es otro – Yo ideal. La criatura ve la imagen como un todo, lo cual
contrasta con el cuerpo que al principio se ve como fragmentado, esta amenaza de
fragmentación suscita la tensión agresiva entre el sujeto y la imagen, una tensión entre la
imagen unida al espejo y la impotencia motora; para resolverla, el sujeto se identifica con la
imagen, lo que da forma al Yo, es como si dijera ‘antes de estar fragmentado me precipito a
transformarse en esa imagen’. Es decir, no es tanto verse en el espejo como el hecho de
ver que esa imagen esté sostenida por la mirada del Otro, del primer Otro que es la madre.
La matriz simbólica es el deseo de la madre, o sea que el falo imaginario es la imagen con
la que el sujeto se identifica. La imagen del hijo como falo es la pantalla en la que la madre
engaña su deseo y con el mismo gesto engaña al niño.
Nos revela como un caso particular de la función de la imago, que es establecer una
relación del organismo con su realidad. En el caso del bebé humano, la identificación con la
imagen especular tiene efectos sobre el organismo y sobre las relaciones de este con la
realidad circundante. Veamos esto con más detalle: llamemos organismo al cuerpo
biológico. El efecto que sobre el produce la identificación especular es el de transformarlo
en un cuerpo unificado. El bebé se aliena en lo imaginario, asume psíquicamente como
propia una imagen de su cuerpo que viene al lugar de sus sensaciones propioceptivas
reales. Dicho en otros términos se pierde el organismo real y se gana un cuerpo imaginario,
conformando a imagen y semejanzas de los demás cuerpos humanos. Y por otra parte ese
cuerpo imaginario ocupará un lugar dentro del mundo circundante que también quedará
ordenado imaginariamente.

Veamos ahora las descripciones del autismo infantil establecidas por kanner. En ellas se
subrayan los siguientes aspectos: el cuerpo es rígido e insensible, el niño evita toda forma
de contacto con los demás, su mirada evita a los otros, mutismo, desorientación, y
desapego, los sujetos parecen no tener menor interés por lo que sucede a su alrededor, se
muestran más bien retraídos.

Si comparamos estás descripciones con los efectos constitutivos del primer tiempo del
Edipo y el estadio del espejo, podemos concluir que en los casos de autismo infantil no se
ha logrado ni la constitución del cuerpo ni la de realidad. El cuerpo se comporta como un
organismo rígido e insensible; el mundo circundante no concita su atención y el sujeto no
logra una interacción con los objetos similar a la de los otros niños de la misma edad.
Tampoco reconoce la presencia de otros semejantes.

La hipótesis etiológica dirá entonces que hubo una dificultad en el desarrollo del primer
tiempo del Edipo y que por tanto no aconteció el estadio del espejo. Si el operador principal
del primer tiempo del Edipo es el significante del deseo de la madre. ¿Podremos concluir
que en los casos de autismo infantil este significante no entró en juego, no abrió el juego
que posibilita la humanización de la cría humana?

Caracterización de neurosis en relación a los tiempos del edipo en Lacan.


Problemáticas neuróticas en relación con los tiempos del Edipo. (F. 10140)

En la ficha 10140 es donde explica las patologías según los 3 tiempos del edipo en Lacan,
te dice que si no entra en el primer tiempo se da la psicosis infantil, esquizofrenia infantil o
autismo. Y es, justamente, por lo que no es ubicado en el lugar de objeto de deseo, no hay
operatividad del significante deseo de la madre y el nene no puede constituir su yo, cuerpo y
realidad (que es justamente lo que se constituye con el estadio del espejo).

En el primer tiempo se presupone la existencia del deseo de la madre como agente que
posibilita la constitución del yo del niño a través del estadio del espejo. El pasaje del primer
al segundo tiempo es posibilitado por un “padre terrible” que priva a la madre del niño en
cuanto equivalente al falo. Este segundo tiempo supone una ruptura de la “armonía” del
primero y debe resolverse en un tercer tiempo que establezca un nuevo orden, sostenido
por la operatoria del significante nombre del padre, que por una parte metaforiza al
significante deseo de la madre y por otra sostiene la función del padre real como agente de
castración.

Aproximación diagnóstica:

a. El niño ni siquiera es ubicado en el primer tiempo: no hay un deseo que lo promueva


al estatuto de falo, y por tanto, no hay constitución del yo, ni del cuerpo ni de la
realidad. Se pueden ubicar aquí los cuadros clínicos como: autismo, psicosis infantil
y esquizofrenia infantil.
b. El niño permanece en el primer tiempo: ha constituido su yo, pero no deja de ser el
falo de la madre, no hay un padre “que logre desalojarlo de ese lugar”. Teniendo en
cuenta los diferentes y singularidad, se puede ubicar aquí cierta forma de debilidad
mental, dificultades escolares.
c. El niño permanece en el segundo tiempo: ha dejado de ser el falo pero no logra
instaurarse un “nuevo orden”. Por ejemplo el caso de Juanito.

Deprivación de Winnicott:
Para Winnicott el medio ambiente ocupa un lugar central, tanto en el desarrollo del
psiquismo como en la producción de patologías. La función de ambiente suficientemente
bueno, capaz de proveer lo necesario para que este desarrollo se produzca sin dejar huellas
de patologías. Tal es la importancia del ambiente, que sus criterios diagnósticos se basaran
exclusivamente en la evaluación del mismo.

El primer signo que Winnicott establece es la pérdida de un marco familiar que haya
provisto lo necesario, a los niños afectados de esta falta los caracteriza como deprivados.
Aquí hubo un medio familiar que luego se perdió, “las bases de la salud mental del niño
quizás estén ya bien establecidos, de modo que la enfermedad provocada por la
deprivación se produjo en un periodo de salud”.

El segundo signo a establecer será el de si alguna vez existió o no para ese niño en
particular un marco familiar proveedor; en este caso nunca hubo un medio familiar
proveedor-Privación-, el niño carece de toda experiencia sana que pueda redescubrir en un
nuevo ambiente y, además, puede haber existido un manejo tan complejo o deficiente de la
temprana infancia, que las bases para la salud mental en términos de estructura de la
personalidad y sentido de la realidad sean muy escasas.

La noción de deprivación ocupa un lugar central en el pensamiento de Winnicott, y de ella


se desprenden las categorías de conducta antisocial y esquizofrenia infantil. “La tendencia
antisocial nace de una deprivación, la finalidad de acto antisocial remedia el efecto de la
deprivación negándola”.. La privación, produce otro resultado, si la relación básica del
ambiente facilitador es deficiente se distorsiona el proceso de maduración y el resultado no
es un defecto en el carácter sino en la personalidad.

Esquizofrenia para Lacan y para Winnicott. Cómo situar la etiología de la psicosis


infantil desde los puntos de vista de Winnicott y Lacan.
Donald Winnicott: entiende a la etiología de la esquizofrenia infantil en términos de falla
adaptativa y añade el concepto del odio inconsciente reprimido de la madre hacia el niño.
Los padres aman y odian naturalmente a sus bebés en diverso grado. Esto no provoca
daño. A cualquier edad, y sobre todo en la temprana infancia, el efecto del deseo de muerte
reprimido hacia el bebé es perjudicial y desborda la capacidad del bebé para tramitarlo.
Puede observarse que el niño se esfuerza todo el tiempo para llegar al punto de partida, o
sea para contrarrestar el deseo inconsciente de los padres, encubierto por formaciones
reactivas, de que el niño se muera. En las etapas previas relacionadas con el tema del
autismo, él bebe solo puede mostrar la distorsión resultante de que lo cuide alguien cuyas
acciones positivas son formaciones reactivas.

Si el deseo de la muerte del niño se encuentra reprimido retornara en manifestaciones


sintomáticas específicas: las formaciones reactivas. Estas son acciones contrarias al
contenido del deseo. Por ejemplo si se trata de un deseo de muerte reprimido, la madre
actuara sobreprotegiendo a su bebe. cuando hay carencia de un deseo materno hacia el
niño lo que aparece son acciones compensatorias; como un hipercuidado, conductas
reactivas por parte de la madre frente a lo que incc ella percibe como deseo destructivo
hacia el niño.
El niño lo percibe y lo que siente o enfrenta es una “angustia impensable” Ante la
emergencia de esta angustia aparecen también defensas. Winnicott cree que el resultado
de estas defensas infantiles es la psicosis, defensa que coloca una barrera respecto a otro.
Esta defensa tiene que ver con la construcción de una entidad de protección (el falso self)
detrás del que se esconde el self verdadero y que en el caso de la psicosis infantil ocupa
todo el escenario.

En lugar del deseo de la madre, el deseo de muerte. El niño no será alojado en el lugar de
objeto maravilloso.

Lacan teoriza en estos términos: cuando la distancia entre la identificación con el ideal del
yo y la parte tomada del deseo de la madre no tiene mediación, la que asegura la función
del padre, el niño queda expuesto a todas las capturas fantasmáticas. Se convierte en
objeto de la madre y su única función es revelar la verdad de ese objeto. Afirma que el niño
ocupa en la subjetividad de la madre el lugar de un objeto distinto al falo, es decir distinto al
objeto determinado por el significante deseo de la madre. Si ocupara el lugar de falo, estaría
mediado por la función del padre, ingresaría a la estructura del complejo de Edipo. Pero al
ser alojado como correlato de un fantasma inconsciente de la madre, no hay mediación
posible, y su única función quedará para siempre ligada a ese fantasma.

Teoría Winnicott:
Winnicott sitúa la etiología de la psicosis (esquizofrenia infantil) en una falla ambiental,
adaptativa y añade el concepto de “odio inconsciente reprimido de la madre” hacia el niño.

Winnicott introduce el papel del “ambiente” facilitador como elemento esencial para pensar
el desarrollo normal. Ese ambiente facilitador que permite el desarrollo de las funciones
psíquicas está integrado por una función central que Winnicott llamó “madre suficientemente
buena”. La madre suficientemente buena es la que logra adaptarse a las necesidades de su
bebé (necesidades psíquicas y fisiológicas). Entonces, más allá de identificarse con ese
bebe y de ingeniárselas para cubrir sus necesidades, lo más importante es la identificación
de esa madre a hacia ese bebé en tanto persona.
Para ello el autor subraya la presencia de gestos espontáneos del niño que la madre tiene
que reconocer y que le hablan de su singularidad.

La tarea se plasma en dos operaciones: Ilusión/desilusión.


Esto tiene que ver con un ajuste casi perfecto de la madre a las necesidades físicas del
bebé.
Ilusión: cuando en el bebé surge la necesidad, el objeto ya tiene que estar allí. Eso crea en
el bebé un grado omnipotencia; el bebé no sabe si el objeto fué creado por su omnipotencia
(deseo) o si fué provisto del exterior. Esto crea una imposibilidad de distinguir la realidad.
-Distinguir la realidad supone un proceso de desilusión: en la que frente a cada nueva
necesidad la respuesta de la madre se retrase, va generando un espacio/tiempo para que el
bebé pueda ir aceptando la primacía de la realidad por fuera del pensamiento de
omnipotencia.

Esto es algo que la madre tiene que lograr, pero no se va a lograr si primero no se sentó la
base para la ilusión: proceso de ilusión-desilusión.

¿Qué debe ocurrir para pasar de una posición a otra?


Destrucción del objeto: para él la relación del sujeto con el objeto subjetivo, en la fantasía, o
el objeto de su fantasía empieza a fallar cuando empieza a presentarse tardíamente. Esto
implica la destrucción del objeto. Ese objeto subjetivo tiene que ser destruido pero tiene que
ser destruido en la fantasía para luego encontrarlo en la realidad. Si el objeto desaparece en
la fantasía y se reencuentra en la realidad este puede ser usado, se convierte en objeto
objetivo, de la realidad compartida.

Entre medio del campo de la ilusión y desilución se ubica el campo de los fenómenos
transicionales. Son fenómenos que no son enteramente subjetivos pero tampoco objetivos.
tenemos; el campo del sueño, el juego, etc. Cuando uno ve una obra de teatro lo ve como
algo de la realidad objetiva y sin embargo, sabe que no es la realidad objetiva, pero también
sabe que no es una alucinación. Lo mismo pasa con el juego del niño; el niño hace que
pasa una cosa, que pasa tal otra, sabe que no es real pero puede compartirlo con otro. Es
un espacio que crea un lazo con el otro.

Las fallas ambientales: Las patologías, dice Winnicott, es mejor pensarlas como “fallas
ambientales”. El ambiente facilitador tiene que proveer cosas para que haya un desarrollo
del niño, si el ambiente fracasa hay una detención del desarrollo y hay signos
característicos.
Lo primero que hay que tener en cuenta es el grado de dependencia que niño/niña tiene
respecto del ambiente para poder calibrar el impacto de una falla ambiental. Cuanta más
dependencia al entorno ambiental más efectos efectos la falla va a producir.
Dos fallas que menciona Winnicott que producen efectos característicos:

1) Deprivación: el ambiente facilitador funcionó bien durante cierto tiempo, pero en


tiempos de mediana dependencia presenta una falla que deja en el niño una marca
característica. Por ejemplo; una familia queda deshecha por la separación de los
padres; una familia que funcionó más o menos bien en la crianza de los hijos hasta
que se separan y comienzan los problemas; la madre se deprime, o desatiende al
niño porque tiene que ocuparse de otras cosas. El niño registra esos cambios en el
ambiente y deja una marca en él que va a dar lugar a lo que Winnicott llamó “
conducta antisocial”. Por ejemplo; el robo, berrinches, hacerse pis en la cama. Esas
conductas son gestos espontáneos; un sujeto que a través de ese acto reclama al
Otro (ambiente) aquello de lo que se siente deprivado.
2) Privación: en tiempos de mayor dependencia el ambiente deja de proveer lo
imprescindible. Esta falla fuerte del ambiente lo que genera para Winnicott es la
psicosis infantil.

La etiología de la esquizofrenia infantil es una falla ambiental.


Cuáles serían las causas de la falla ambiental temprana (privación); Winnicott propone la
idea de un “deseo inconsciente de muerte” en la madre relativo al niño.
Cualquier madre, en algún tiempo durante la crianza, puede estar podrido de su hijo y
común que exista el deseo de muerte, pero también puede retomar su tarea tras un
deshago porque hay algo del amor hacia el niño que nunca decae y que tiene que ver con el
deseo de la madre hacia el niño.
Sin embargo, cuando hay carencia de un deseo materno hacia el niño lo que aparece son
acciones compensatorias; como un hipercuidado, conductas reactivas por parte de la madre
frente a lo que incc ella percibe como deseo destructivo hacia el niño.
El niño lo percibe y lo que siente o enfrenta es una “angustia impensable” Ante la
emergencia de esta angustia aparecen también defensas. Winnicott cree que el resultado
de estas defensas infantiles es la psicosis, defensa que coloca una barrera respecto a otro.
Esta defensa tiene que ver con la construcción de una entidad de protección (el falso self)
detrás del que se esconde el self verdadero y que en el caso de la psicosis infantil ocupa
todo el escenario.

DSM. Una crítica fundamentada al DSM. Articula con Winnicott y las 5 etapas de la
infancia en las que la falla en la provisión ambiental puede ocasionar diferentes
patologías. Desde el psicoanálisis se cita a dos autores que hacen críticas al DSM
(Laurent y Pujo).

A pesar de nuestros esfuerzos por mitigar la euforia diagnosticadora, el DSM-4 se había


utilizado incorrectamente. A pesar de que habíamos sido obstinadamente modestos en
nuestros objetivos, obsesivamente meticulosos en nuestros métodos y rígidamente
conservadores en nuestro producto, no fuimos capaces de predecir ni prevenir tres nuevas
falsas epidemias de trastornos mentales infantiles: autismo, déficit de atención y trastorno
bipolar infantil. Además no hicimos nada para frenar la creciente inflación diagnóstica que
ya estaba extendiendo los límites de la psiquiatría mucho más allá de sus competencias.

A causa de la inflación diagnóstica un excesivo número de personas ha pasado a depender


de agentes antidepresivos, antipsicóticos y ansiolíticos, somníferos y analgésicos.

La advertencia es clara. Hay que salvar de manera urgente a los normales y tratar
inmediatamente a las personas enfermas.
Los verdaderos trastornos psiquiátricos requieren un diagnóstico precoz y un tratamiento
activo, no mejoran por sí solos y cuanto más persisten más difíciles son de tratar. Por el
contrario, los inevitables problemas cotidianos se solucionan mejor mediante nuestra
capacidad de recuperación y con el paso del tiempo. A medida que nos vamos acercando a
tratar sistemáticamente la normalidad como un problema médico, perdemos nuestra gran
capacidad de autocuración y olvidamos que la mayoría de los problemas no son
enfermedades y que sólo en raras ocasiones tomarse una pastilla es la mejor solución.

En fin mi crítica va dirigida únicamente a los excesos de la psiquiatría, no contra su esencia.


Busco poder alertar a la gente que no necesita tratamiento de que lo evite y animar a
quienes sí lo necesiten que lo soliciten y lo sigan

La crítica desde el psicoanálisis:

Laurent: Las críticas recaen sobre la dificultad de obtener diagnósticos fiables y válidos,
independientemente de las diferentes teóricas psicopatologías . La falta de consenso en el
diagnóstico de las patologías mentales es resultado de la diversidad de doctrinas
psiquiátricas y de un desacuerdo acerca de la causalidad de las enfermedades. La
construcción de un lenguaje común, aparece como una única solución para lograr ese
cometido. Ese lenguaje común, apunta a establecer un consenso en relación a la noción de
síndrome.

La crítica que desarrolla Laurent, plantea cuestiones modales sobre la palabra causalidad,
en el diagnóstico del DSM y también subraya el movimiento que lleva a concebir
nuevamente a la enfermedad como entidad mental.

Por otro lado Mario pujó crítica la concepción de enfermedad mental como una entidad
natural que esté por fuera de la cultura.

¿Cuáles son las características fundamentales que desarrolla D. Winnicott relativas al


autismo?. Articule con el caso Ronald que se presenta en “Autismo” y que aparece
como anexo.

Uno de los primeros autores que introduce el papel del “ambiente” facilitador como elemento
esencial para pensar el desarrollo normal, o en los trastornos del desarrollo, es Winnicott.
Ese ambiente facilitador que permite el desarrollo de las funciones psíquicas está integrado
por una función central que Winnicott llamó “madre suficientemente buena”. La madre
suficientemente buena es la que logra adaptarse a las necesidades de su bebé
(necesidades psíquicas y fisiológicas). Entonces, más allá de identificarse con ese bebe y
de ingeniárselas para cubrir sus necesidades, lo más importante es la identificación de esa
madre hacia ese bebé en tanto persona.
Para ello el autor subraya la presencia de gestos espontáneos del niño que la madre tiene
que reconocer y que le hablan de su singularidad. Un gesto espontáneo habla de la
singularidad del bebé o su subjetividad.
Si el ambiente facilitador permite el desarrollo de las funciones psíquicas a cargo de una
“madre suficientemente buena” las fallas en éste nos remitirán a patologías.
Cuando se observa un desarrollo anormal, cuando ocurre la privación o deprivación, en
relación a las fallas correspondientes a la función de esa madre en tanto ilusión-desilusión
vemos emergen trastornos como el autismo.
En el caso de Ronald se ve claramente como este niño viene al mundo a ocupar un lugar en
el que, para su madre, compite con su propio deseo de desarrollo personal. Desde los
inicios, hablando del embarazo, ya existieron dificultades que giraron en torno al dolor y
complejidad. Una vez nacido el niño, tras una enfermedad, la madre no puede seguir
amamantandolo (acción sumamente importante para el fortalecimiento del vínculo,
sobretodo para la lectura de esos gestos espontáneos; las respuestas a las miradas, el
entendimiento de las necesidades del niño).
En el caso se ve que la identificación de la madre hacia ese niño en tanto sujeto y como
objeto de deseo es deficiente y por lo tanto no sustenta las necesidades para ese bebé en
desarrollo sino que más bien lo ubica como un cuerpo viviente.
El niño comienza así a desarrollarse con lentitud, comenzó a presentar comportamientos
estereotipidados gestuales, siempre aislado dibujando, con pocos recursos para la
comunicación (al niño, al igual que a su madre, le gustaba dibujar). Los padres comenzaron
por pensar qué hacer con este niño problemático más que en poder reconocer en él a un
Otro, un ser.

Según Tustin, Esquizofrenia y Autismo.

En relación a la esquizofrenia escribe: Se trata de un síndrome clínico muy infrecuente, que


a menudo se da en los niños de familias afectadas de esquizofrenia y por lo general su
desencadenamiento sucede al destete, al nacimiento de un hermanito, la separación
materna o un trauma en pequeños de temperamento marcadamente esquizoide.

En relación con el autismo infantil precoz escribe: trátese de un tipo de niño más frecuente
al que a menudo se diagnostica erróneamente como sordo, ciego, o débil mental. Por lo
general provienen de familias inteligentes y educadas, si bien su nacimiento se produjo en
momentos de discordia o separación de los padres, periodo caracterizado por la depresión
de la madre. Como se trata de niños sensitivos, de disposición afectiva y buenos lactantes,
a menudo el trastorno que sufren solo se advierte después del destete y en especial al
producirse un deterioro en la evolución del lenguaje. Sus extrañas características a menudo
se acentúan con el nacimiento de un hermanito y la separación materna.

Autismo Esquizofrenia infantil

● Inicia en la temprana infancia ● Los sintomas están precedidos por


● Buena salud en general un período de normalidad
● Cuerpo tieso (piedra) ● Mala salud desde el nacimiento
● Evita el contacto con personas ● cuerpo como de plastico de arcilla
● Desvios en los ojos, no miran de ● contacto patógeno invasivo.
frente. Ansiedad por relaciones
● Ojos fuera de foco, mira “a través de
la gente”

El autismo infantil precoz de Kanner.


Leo Kanner detecta, estudia y construye la categoría de autismo infantil precoz en los años
40, de alguna manera tomando ese síntoma que aparece en la esquizofrenia de Bleuler y
dándole la categoría de cuadro entero. Y los signos característicos que él propone tienen
que ver con:

● Un inicio muy precoz (desde los dos primeros años de vida)


● Aislamiento extremo (autismo) como síntoma central del cuadro
● Necesidad de inmutabilidad, refiriéndose a que el niñx necesita que su vida
cotidiana, objetos, ropa, no sufran ningún cambio. Si algo de eso cambia, aparece
un estado que Winnicott llama "de angustia impensable" (que no es una angustia
neurótica).
● Estereotipias gestuales y de acciones
● Trastornos del lenguaje (o bien no hay habla, o bien usan palabras, pero no con una
función comunicativa).

El cuadro clínico pensado como una "detención del desarrollo"

La idea de este cuadro clínico como "una detención del desarrollo" , se venía pensando en
la época de Kanner.
Se comenzó a pensar como un trastorno en el desarrollo de la función yoica (como la
pensaban los psiquiatras de esa época: una función de síntesis, que de alguna manera
reúne todas las demás funciones psíquicas). El desarrollo evolutivo normal del psiquismo,
del yo, se ha detenido.
Para los psicoanalistas de la época, esto significaba una detención del desarrollo en el nivel
del Narcisismo Primario: la constitución del yo es propia de esa etapa, y en estos casos no
se habría puesto en juego.

Del DSM IV al DSM V

En el DSM V (2015), desaparece la categoría del TGD y, en su lugar, aparece el grupo


llamado "Trastornos del espectro autista” (TEA). Más allá del cambio de nomenclatura, la
caracterización del grupo hará eje en los siguientes ítems:

a. Deficiencias persistentes en la comunicación social y en la interacción social y diversos


contextos.
b. Patrones restrictivos y repetitivos del comportamiento, intereses o actividades.
c. Los síntomas han de estar presentes en las primeras fases del periodo de desarrollo. d.
Los síntomas causan un deterioro clínicamente significativo en lo social, laboral u otras
áreas importantes de funcionamiento habitual.

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