Soneto XXIII «En tanto que de rosa y azucena»

Guía de corrección

Aquí se exponen líneas de corrección, es decir, ideas y cuestiones que deben aparecer
desarrolladas en vuestros comentarios de manera coherente y cohesionada.

1. Localización

Párrafo de presentación donde aparezcan nombrados los siguientes términos: Garcilaso

de la Vega, primera mitad del siglo XVI, Renacimiento, reinado de Carlos I,
Humanismo, Petrarca.

2. Tema y resumen

Tema: consejo a una mucha para que aproveche su juventud (carpe diem) antes de que
pase el tiempo (tempos fugit).
Resumen: Después de describir la belleza de la cara, la mirada, el cabello y el cuello de
una mucha, le exhorta a que aproveche su juventud antes de que el tiempo le haga
envejecer.

3. Estructura

3.1. Métrica: dos cuartetos (ABBA ABBA) y dos tercetos (CDE CDE) de endecasílabos
con rima consonante, que forman un soneto.

3.2 Estructura interna: los dos primeros cuartetos describen la belleza de la muchacha,
desde el modelo típico renacentista de una mujer rubia, de mirada bella, piel blanca y
cara sonrosada. En la segunda parte, con el primer terceto introduce el tópico del carpe
diem, para confrontarlo después con el del tempus fugit.

4. Comentario crítico

4.1. Forma:

-términos relacionados con el campo semántico de la naturaleza (rosa, azucena, viento,

oro, primavera, fruto, nieve, cumbre) que dan coherencia al poema. Igualmente,
observamos la repetición a principio y al final de poema de las palabras «rosa»
y «viento». Además, en el último terceto observamos una clara derivación en
«mudará» y «mudanza».
-se dirige directamente al interlocutor, una muchacha joven que bien podría ser la
representación de la amada, a la que impele mediante el imperativo «coged» a
que disfrute de los placeres de la juventud, y y la que hace referencia con los
posesivos «vuestra/a».
-de manera general se observan hipérbatos y encabalgamientos (vv. 5, 9, 10).
-en los dos primeros cuartetos destaca la anáfora en la repetición en el primer verso de
«en tanto que».
-se repite como paralelismo la estructura «adjetivo calificativo + sustantivo» a lo largo
del poema: «hermoso cuello, alegre primavera, dulce fruto, hermosa cumbre»,
 en muchos casos con el uso de epítetos. Otro paralelismo claro se da en los
versos 3 («mirar ardiente, honesto») y 7 («cuello blanco, enhiesto»).
-enumeración en el verso 8 («mueve, esparce y desordena»).
-sinestesia en la expresión «mirar ardiente», «alegre primavera» (posible
personificación también).
-hipérbole en la expresión «el cabello, que en la vena / del oro se escogió».
-Todo el poema está jalonado de metáforas, casi en una alegoría de la edad y la
juventud relacionada con la naturaleza: el color de la cara identificados con la
rosa y la azucena, el rubio del cabello con el oro, la juventud con la primavera, el
placer con el fruto, las canas con la nieve, la cabeza con la cumbre de una
montaña, la joven con una rosa, el tiempo con el viento.

4.2. Contenido:

-Destaca el tratamiento de dos tópicos literarios: el tempus fugit, cultivado a lo largo de

toda la Edad Media, y el del carpe diem, novedoso en el Renacimiento. Solo a
partir de la renovación de las ideas que supuso el humanismo y el
antropocentrismo renacentistas se entiende que este tópico aparezca en el arte
literario. Es digna de ser señalada la sutilidad con la que el poeta alude al placer
sexual a través de la metáfora «el dulce fruto», de manera que aparece como un
tema natural.
-la descripción de la amada responde al canon de belleza renacentista: cabello rubio,
juventud, piel blanca, cara sonrosada. Resulta llamativa la caracterización de la
mirada de la dama, que adquiere una doble función: por un lado es «ardiente» y
«enciende» el corazón del amante, pero por otro lado, como es una mujer
honrada, es un mirar «honesto» y «refrena» el ímpetu del amante. La dama, por
tanto, es digna del más intenso de los placeres y de la más pura de las
honestidades.
-si quisiéramos relacionar este soneto con algún estado de la relación amorosa de
Garcilaso con su musa, Isabel Freire, seguramente podríamos situarlo en los
albores de la relación, cuando el amante quiere recoger el premio de la amada, el
«galardón» según la retórica del amor cortés, que no es otra cosa sino la unión
sexual y amorosa.