Está en la página 1de 5

COMENTARIO A LA CANCIÓN DEL PIRATA DE JOSÉ DE ESPRONCEDA

1.- Resumen del contenido


Estamos ante un conjunto versificado enteramente descriptivo. Se nos presentan
los rasgos más característicos de un barco pirata en el marco de una noche clara,
mientras la luz de la luna incide sobre las aguas del mar. Seguidamente, el yo
poético nos transmite, en estilo directo, sus propios signos de carácter: su
inclinación a la libertad, al desarraigo (con respecto a la tierra y a la ley), y a la
confrontación.
2.- Localización del texto
El texto objeto de comentario es La canción del pirata, del poeta romántico
español José de Espronceda.
El Romanticismo, movimiento que fructifica especialmente en Alemania e
Inglaterra desde el último tercio del siglo XVIII, llega tardíamente a España,
puesto que no sería hasta el primer tercio del XIX cuando la nueva estética y la
mentalidad renovada que lo inspira penetraron en nuestro país, y lo hicieron a
través de tres vías: los artículos publicados en Cádiz por el cónsul alemán Nicolás
Boehl de Faber, los textos que se editaron en El Europeo, periódico barcelonés,
y el retorno de los exiliados españoles tras la implantación del trienio liberal.
El Romanticismo, en cualquier caso, se caracterizó por la búsqueda de la libertad,
del sentido de la existencia, la subjetividad y la originalidad, la sentimentalidad
extrema y pasional, la atracción por todo lo nocturno, lo tétrico y lo tenebroso,
la evasión en el espacio y en el tiempo, las actitudes titánicas, la proyección de
los sentimientos exaltados sobre una naturaleza a menudo salvaje y hostil, y el
suicidio como puerta de salida a la desesperación.
Espronceda es, sin duda, por personalidad, un arquetipo romántico. Su
temperamento desmesurado y pasional así lo confirman. Escribió dos poemas
extensos, de tono épico-lírico, con contenido narrativo y también reflexivo, en los
que se aprecia la huella de Lord Byron; se trata de El diablo mundo y El estudiante
de Salamanca. La canción del pirata, por su parte, quedó incluida en su libro
Poesías, (1840), colección en la que se alternan poemas juveniles de aire
neoclásico con otros de corte romántico. Tienen especial interés las canciones
que Espronceda dedicó a seres marginados de la sociedad: el mendigo, el reo de
muerte, el verdugo y el pirata. Estas canciones derivan de la canción francesa,
que proclaman la libertad y la independencia. Así, La canción del pirata sigue de
cerca el Chant des pirates (1827), del francés Fontan. Sin embargo, no por ello
se ve resentida en cuanto a originalidad.
3.- Tema
El tema fundamental es la libertad, la independencia, predicadas por un
personaje proscrito –el pirata- perseguido siempre, pero temido y libre.

1
4.- Estructura interna
En La canción del pirata pueden distinguirse claramente dos partes: en la
primera, una voz externa, en tercera persona, sitúa el lugar y el momento de la
acción y presenta al protagonista (del verso uno al dieciséis); este núcleo
estructural, casi enteramente descriptivo, adopta la forma de una pragmatografía
(descripción del barco) y de una topografía (presentación somera del escenario
marítimo en que se desarrolla el poema). La segunda parte, emitida enteramente
en estilo directo por parte del yo poético, sigue conservando las formas y rasgos
consustanciales a la descripción, a la pintura del carácter del pirata en este caso,
por lo que se trata de una etopeya. La anécdota que sirve de hilo para la
progresión temática del texto permite que el mismo tenga un ligero tono
narrativo. Así pues, la disposición de las partes del poema nos revela una mixtura
de perspectivas, tipografías y también de géneros, dado que combina los
elementos épicos con los líricos. Todo ello pone de manifiesto su condición
eminentemente romántica.
5.- Estructura externa
En el poema, se aprecia la polimetría, igualmente típica del Romanticismo, y la
revitalización de metros populares, especialmente del octosílabo y de otros
metros de arte menor. También las dos partes señaladas anteriormente tienen
distinta métrica: la primera parte consta de dos octavillas italianas que siguen
este esquema: 8- 8a 8a 8b 8- 8c 8c 8b. En la octava italiana, los versos cuarto y
octavo tienen rima aguda consonante o asonante y los restantes versos admiten
diversas combinaciones. En La canción del pirata quedan libres los versos primero
y quinto, riman en consonante los versos segundo y tercero, y por otra parte,
tienen rima consonante los versos sexto y séptimo. La segunda parte está
compuesta de tres estrofas diferentes: una sextilla (estrofa de seis versos
consonantes) desde “Navega, velero mío” hasta “ni a sujetar tu valor”; riman los
versos de la siguiente manera: 8a 4b 8a 8c 8c 8b. Encontramos, también, una
octavilla tetrasilábica desde “veinte presas” hasta “a mis pies “que rima de la
siguiente forma: 4- 4a 4a 4b 4- 4c 4c 4b. Y se da, además, una copla asonantada,
la del estribillo del poema: “Que es mi barco mi tesoro…mi única patria, la mar”;
se trata de una estrofa de cuatro versos de arte menor, octosílabos con rima
asonante en los pares en que quedan sueltos los impares; su esquema métrico
sería: 8- 8a 8- 8a. La copla asonantada, como estribillo de la canción, demuestra
el gran interés que sentían los románticos por lo popular. Estas tres estrofas
forman una unidad estructural que se repite a lo largo de la canción cinco veces.
Marcadamente romántica es también la rima aguda, que Espronceda utiliza
profusamente en este poema (bergantín, confín, azul, Estambul, temor, valor,
inglés, mar…) Vemos, por tanto, cómo Espronceda actúa con libertad en el plano
métrico, combinando distintos tipos de versos y estrofas. Con estas
combinaciones pretende provocar, innovar y ligar el poema a la poesía popular,
donde el romántico encuentra una raíz identitaria para los pueblos y los

2
individuos, pero también aspira a romper con la tradición culta que había
impuesto el criterio de la imitación como principio creador.
5.- Análisis de la forma a partir del contenido
En la canción del pirata podemos observar perfectamente la ideología romántica
y personal del autor. La obra es un canto a la libertad y una protesta contra la
sociedad. En ese marco, el pirata aparece como un hombre rebelde que reivindica
su orgullo y su independencia frente a unas leyes y unos valores a los que desafía.
La ambientación de los sucesos es claramente romántica: la presencia de la luna
(“la luna en el mar riela”), el vaivén del viento, crean una atmósfera misteriosa
unido a una mezcla de sensaciones que buscan impactar al lector. El viento está
personificado, ya que “gime” al chocar contra las velas del navío; pero también
el viento consigue efectos acariciadores sobre el mar: “y alza en blando
movimiento/olas de plata y azul”. La naturaleza armoniza con un ritmo dinámico,
muy diferente del estatismo neoclásico y preludia ya el carácter del protagonista:
bravo y fuerte. La lengua en esta primera parte es más ampulosa, algo que
cambiará en la segunda parte del poema, donde se utiliza una expresión sencilla
y directa que conecta con el carácter del pirata que aparece caracterizado con
vocablos relacionados con el valor, el arrojo y la fuerza.
Estamos, pues, ante una de las expresiones por excelencia del Romanticismo
español. Se trata de una declaración exaltada de libertad, manifestada por un yo
poético encarnado en un personaje marginal, el pirata, que se jacta de estar
fuera de la ley, de sentirse como un apátrida sin sujeciones morales ni legales.
El texto se completa con una bravata exagerada de las victorias obtenidas por el
protagonista poético en múltiples enfrentamientos de los que se han obtenido
otros tantos botines.
En el aspecto estrictamente lingüístico, la tipología descriptiva del poema hace
que predomine, en él, el estilo nominal frente al verbal. Destaca el profuso
empleo del adjetivo calificativo explicativo. Encontramos una acumulación de
epítetos que contribuyen al estilo retórico y ampuloso del poema. A ese tono
declamatorio y retórico coadyuva la expresión en primera persona de la segunda
parte del texto, donde se mantiene la tipología descriptiva, apoyada, también, en
el presente de indicativo activo, como tiempo verbal predominante, recurso que
Espronceda emplea con gran habilidad y efectismo retórico, puesto que opta por
un presente habitual que, con su aspecto perfectivo, se presta muy
adecuadamente a la pincelada descriptiva, suspendiendo, así, la acción del verbo
sin que, por ello, se altere la evolución del escaso hilo narrativo (apenas una
anécdota), y, con él, la progresión temática del texto. Por lo demás, el uso del
presente continuo da, al contenido del texto, ese sesgo tan romántico que implica
el hecho de no deber nada al pasado, de ruptura violenta y rebelde con la
tradición y de suspensión de la mirada hacia un futuro en que no se confía por
desesperanza y escepticismo.

3
En cuanto a los recursos estilísticos empleados, destacan la incorporación de
símiles como el que podemos leer en el verso 12 (“olas de plata y azul”), donde
se compara el efecto de la luz de la luna con la plata, con lo que se nos sitúa en
un escenario nocturno, tan afecto al hombre romántico.
El posicionamiento extremo, desmesurado, del yo poético puede apreciarse en
efectos como los que produce el polisíndeton de los versos 19-22, donde la
reiteración de la conjunción ni produce una sensación de énfasis en la idea de la
negación, con lo que se incide en la idea del nihilismo y de la falta de oposición
de este espíritu libre.
Finalmente, es destacable el uso de la hipérbole en los versos 27-30, donde el
protagonista poético declara haber rendido nada menos que cien naciones, logro
que representaría la conquista de un imperio. Debemos entenderlo dentro del
marco de la retórica inflamada general a todo el texto.
6.- Conclusión
La canción del pirata, por sí misma, como la personalidad de su autor, son un
compendio de la mentalidad y la estética románticas: la libertad, el desprecio por
la sociedad burguesa, la marginalidad como forma de vida, el titanismo, la
noche…Con una gran habilidad sincrética, Espronceda logra aunar, en este texto,
todas las recurrencias propias del movimiento del que formó parte. Por lo demás,
la mixtura de géneros y de moldes estróficos y rítmicos ratifican cómo el
movimiento romántico apuntaba hacia la originalidad y la innovación, en una
tendencia que la literatura en particular y el arte en general todavía mantienen.
7.- Posicionamiento crítico
La canción del pirata conecta totalmente con los principios románticos tanto en
temas como en formas y se aleja de las ideas neoclásicas.
El pirata es presentado como un protagonista poético típicamente romántico:
amante de la libertad, valiente y ufano, contrario a las leyes y a los principios que
rigen la convivencia de la vida en sociedad. Es un personaje proscrito como el
cosaco, el reo de muerte o el verdugo. Es el canto rebelde de la nueva concepción
del mundo en la primera mitad del siglo XIX: frente a los preceptos neoclásicos,
los románticos ensalzan la libertad y reivindican el valor de los sentimientos,
buscando sensaciones extremas y contrastes violentos que consigan lar reacción
sentimental del lector.
También la oposición al Neoclasicismo se aprecia en las formas. Los románticos
proclaman el valor de la libertad creadora y se opone a toda traba que anule el
valor de la inspiración y del genio individual. Esa es la razón en la que estriba la
mezcla de géneros, el interés por los metros populares, la polimetría…
Igualmente innovador es el procedimiento del cambio de perspectiva entre la
tercera y la primera persona, recurso que, por sí mismo, hace que el poema se
ahorme a los géneros épico y lírico sin que su cohesión se resienta.

4
Pero, tal vez el logro más importante de Espronceda con este poema es su
capacidad de atracción e identificación del lector con el protagonista poético: el
lector se siente desde el principio atraído por la arrogancia y el poderío del pirata,
por la orgullosa independencia del hombre libre, por la exaltación de la libertad
y el riesgo y, en definitiva, por la actitud del rebelde que transgrede el orden
social. Esa atmósfera emocional de simpatía es un hallazgo indiscutible del
Romanticismo, donde la figura del pirata ha ido cobrando valor hasta convertirse
en un personaje habitual en la literatura juvenil con libros que se han convertido
en clásicos como La isla del tesoro (1883) de Stevenson o La venganza de
Sandokán (1907) de Emilio Salgari. La presencia de esta figura en el imaginario
colectivo viene ratificada por su exitosa presencia en el cine.

También podría gustarte