Sexología Positiva: placer, salud y bienestar
ESTRATOS SOCIO-ECONÓMICOS ASOCIADOS A LA VULNERABILIDAD
DEL ABUSO SEXUAL EN NIÑOS Y NIÑAS DE SUCRE - COLOMBIA
Leslie Yulieth Bravo García a, 1, Deerek Luis Martínez Ortega a,*
a Corporación Universitaria del Caribe CECAR, Carretera Troncal de Occidente - Km 1 - Vía
Corozal, Sincelejo, sucre - Colombia
1 Corresponding author. Tel.: Colombia +57 3014223190. E-mail address: leslie.bravo@cecar.edu.co
(Bravo, L. Y.).
deerek.martinez@cecar.edu.co
INTRODUCCIÓN
El abuso sexual infantil es una forma
de maltrato (Alonso & Horno, 2005) que se
puede dar en todos los espacios donde
interactúan los niños y niñas, dejando
secuelas negativas tanto físicas como
psicológicas, que pueden asociarse a
alteraciones en las habilidades sociales,
emocionales y cognitivas (Cantón y Cortés,
2003). Estos efectos negativos repercuten en
la calidad de vida y en los contextos
psicosociales, familiares y de salud pública
(Losada, 2012) deteriorando los procesos
individualizadores e incrementando los
trastornos, enfermedades físicas y mentales
a lo largo de toda la vida (Losada & Saboya,
2013). El ASI se evidencia como cualquiera
acción, actividad o comportamiento
encaminada a la obtención de placer sexual
por parte del agresor valiéndose de la
superioridad que ejerce (Hermida, 2007).
Así mismo, Grupo Opciones, (2007) citado
por Secretaria Distrital de Integración Social
(2015, p.12) argumenta que existe abuso
sexual cuando hay un desequilibrio de
poder ya sea por diferencia de status,
conocimientos, experiencia o nivel de
desarrollo. De igual forma, Save the
Children (2001) citado por Secretaria
Distrital de Integración Social (2015, p.12)
75
afirma que el ASI se da, si la diferencia de
edad entre el agresor y la víctima es más de
3 años, además si la víctima es menor de 14
años según consentimiento legal en
Colombia, independientemente si la victima
declara ser la promotora de la relación
sexual o manifieste estar enamorada del
agresor, o si hay coerción, es decir, cuando
se utiliza cualquier tipo de violencia física o
presión ya sea en forma de engaño,
amenazas, soborno o chantajes, si el agresor
o agresora se aprovecha de una condición
de infección de la víctima por discapacidad
física, mental o cognitiva o por consumo de
alcohol o drogas.
No es fácil determinar la incidencia
real de este problema, pero es notable que
en las últimas décadas, se han presentado
aumentos significativos en casos
registrados de abuso sexual infantil (ASI),
así como, consecuencias adversas asociadas
a secuelas emocionales, psicológicas,
ruptura de la dinámica familiar, entre otras
(Echeburúa & Corral, 2006). Es evidente
que gradualmente ascienden los casos
clínicos relacionados con el abuso sexual en
niños y niñas no existen herramientas claras
que proporcionen a las familias factores de
protección y cuidado ante el abuso sexual
(Children, 2004). Los datos de muestras
 Contribuciones presentadas al 18º Congreso Latinoamericano de Sexología y Educación sexual
representativas en Colombia aportadas por
el Instituto Nacional de Medicina Legal y
Ciencias Forenses INMLCF, (2014) indican
que las cifras más altas de violencia sexual
se dieron en el año 2011 con 22.597 casos.
Para el año 2014 se realizó una comparación
con el año 2013 mostrando una diferencia
estadística significativa a la alza de 1,81%
igual a 376 casos. Donde las mujeres tienen
una mayor prevalencia con un porcentaje
de 85,9% equivalente a 17,966 casos, es
decir, por cada seis mujeres víctimas de
abuso sexual se registra un hombre. Pero de
forma general, las conductas delictivas
afectan en mayor proporción a los Niños,
Niñas y Adolescentes (NNA) desde los 0
hasta los 17 años equivalentes al 85,8% es
decir 18,116 casos registrados en INMLCF;
de estos casos las mujeres entre los 10 y 14
años son más víctimas de abuso con
porcentajes de 41,3% y los hombres de los 5
a los 9 años con porcentajes de 39,3%.
Comparando las cifras dadas en
Colombia hasta 2014 y a nivel mundial
entre 1946 y 2011, existe una correlación,
denotada en los porcentajes de ASI en
mujeres 18,95% y en varones 9,7% (Losada,
2012), lo cual se relaciona con la incidencia
en mujeres, donde de cada cinco mujeres
una es abusada y uno de cada diez
hombres. Aunque la generación del abuso
sexual es problemática compleja, gran parte
de ella no se conoce la causa de su
generación. Por lo cual se han propuesto
modelos teóricos para dar explicación a una
problemática tan compleja, donde se
establece las causas del abuso sexual
considerando diversos criterios y factores
que pueden estar relacionados, pero que no
son determinantes a la hora de explicar la
causa del abuso. Es por esto que Faller,
(1998) afirma que la generación del abuso
76
sexual puede estar determinada por la
presentación de unos prerrequisitos, o
específicamente factores asociados o
contribuyentes, los cuales involucran
factores ambientales, individuales,
familiares, económicos y culturales que
pueden potencializar el abuso sexual
interactuado de forma dinámica, pero no
existe una diada establecida ni mucho
menos específica de causa-efecto entre estos
y la instauración del abuso sexual, pero si
una estrecha relación entre la presencia de
estos factores y la acción o hecho del abuso.
Cuando se trata de describir,
caracterizar y comparar las causas del
abuso basta con consultar estadísticas e
indicadores de instituciones encargadas de
su atención, pero contar con herramientas
que prevengan, predigan o den bases para
seguimientos individualizadores a NNA,
puede llegar a disminuir los altos y
crecientes índices de ASI. Por lo cual, el
software NOABS, se encarga de evaluar y
arrojar índices de vulnerabilidad y riesgo
en esta problemática a partir de la
incidencia de los contextos familiares,
escolares y sociales, complementado con
una ficha sociodemográfica para conocer el
contexto de desenvolvimiento de cada
infante a nivel familiar, económico, laboral
y cuidados. En una muestra de 220 niñas y
niños entre los 6-13 años de diferentes
estratos socioeconómicos 1-2 y 4-5 (M= 8,98;
DT= 2,10). Con un nivel de confianza del
95% y un margen de error de 0,43053%. Es
importarte aclarar que el departamento de
Sucre los estratos socioeconómicos van
desde 1 hasta 6, donde 1-2 corresponde a
ingresos socioeconómicos bajos, 3-4 a
ingresos medios y 5-6 a ingresos altos.
Utilizando una metodología de corte
transversal, tipo comparativo y diseño
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cuantitativo, para comparar el grado de
vulnerabilidad y riesgo por cada niño y
niña basado en su capacidad de decisión a
partir de la construcción de esquemas
mentales y contextos.
RESULTADOS Y DISCUSIONES
De acuerdo a los resultados
encontrados existe una mayor
vulnerabilidad ante el abuso sexual en
niños y niñas pertenecientes a estratos 1 y 2,
con un 15,6%, a diferencia del 4 y 5 con un
5,6% (Tabla 1). Vázquez, (2004) demostró
que en estratos socioeconómicos bajos que
se asociaban con bajos niveles culturales
existía un alto porcentaje de generación de
abuso 57%, donde el contexto familiar
constituía el mayor riesgo, lo cual está
relacionado con el ambiente y formas de
comportamiento de la sociedad. De igual
forma, cabe aclarar que aunque existan
grados altos de vulnerabilidad, no es
indicativo de generación de abuso, pero si
puede llegar a potenciar este hecho. Faller
(1998) afirmaba que no existía una causa-
efecto probable de ocurrencia del abuso,
pero si existía relación entre factores
contextuales vulnerados en personas
abusadas.
En cuanto al género las niñas del
estrato bajo presentan mayor grado de
vulnerabilidad con un porcentaje de 16,7%,
en comparación del status alto con un 3,4%.
Así mismo los niños del status
socioeconómico bajo son más vulnerables
con un porcentaje del 14.6%, que los niños
del status socioeconómico alto con
porcentaje de 6.9% (Tabla 1). De la misma
forma los valores por estratificación antes
mencionados, se puede relacionar con la
investigación realizada por Pereda, N.,
Guilera, G., Forns, M., & Gómez-Benito, J.
77
(2009), en la cual establece una similitud
estadística en cuanto a la proporción de
mujeres (19,2%) y varones (7,4%) abusados
sexualmente en su niñez con el grado de
riesgo y vulnerabilidad establecidos en este
estudio.
De igual forma, los resultados
encontrados establecen que existe una
mayor vulnerabilidad ante el abuso sexual
en los niños y niñas de 6 a 9 años con un
porcentaje de 14,2% a diferencia de los
niños de 10 a 13 años 1,3%. Estos resultados
concuerdan con los hallados por Cortés,
Cantón Duarte y Cantón-Cortés (2011),
donde los varones abusados representaban
el 8,4% de la muestra masculina, y 13,2% de
la muestra femenina, donde la edad de
inicio de los abusos se da entre los 7.7 años
hasta los 10.57 años. Estos resultados
evidencian claramente que las edades
anteriormente mencionadas están en mayor
riesgo de ser abusados sexualmente.
Por otro parte, los resultados a nivel
contextual demuestran que a nivel familiar
los status 4 y 5 presentan mayor
vulnerabilidad en el familiar y social con un
porcentaje igual a un 15,4%, y en el status 1
y 2 se presenta mayor vulnerabilidad en el
contexto social con un porcentaje de 38,9%
(Tabla 1). Según Losada et. al., (2009)
argumenta que el aumento de abusos
sexuales infantiles se genera por la alta
vulnerabilidad de los niños y niñas
trasmitida por cuidadores primarios. Esta
asociación se establece debido a que los
padres cuentan con escasa o nulas
herramientas en la resolución de problemas
ante cualquier situación cotidiana. De igual
forma, Faller, (1998) en su modelo
integrador define que los contextos donde
se desarrolla el niño o niña constituyen un
 Contribuciones presentadas al 18º Congreso Latinoamericano de Sexología y Educación sexual

riesgo en el cual se puede dar una situación no necesariamente el ambiente lo provoque

de abuso por parte del abusador, pero que
.
Tabla 1: Vulnerabilidad ante el abuso sexual Infantil

Total n Total n
(%) (%)
Grado de Vulnerabilidad
Estrato 1- Estrato
2 4-5
Bajo Medio Alto Bajo Medio Alto
21 55 14 63 60 17
(23,3%) (61,1%) (15,6%) (48,5%) (46,2%) (5,4%)
Vulnerabilidad según Genero
Estrato 1- Estrato
2 4-5
Bajo Medio Alto Bajo Medio Alto
Femenino 9 (21,4%) 26 7 29 (50%) 27 2 (3,4%)
(61,9%) (16,7%) (46,6%)
Masculino 12 (25%) 29 7 34 33 5 (6,9%)
(60,4%) (14,6%) (47,2%) (45,8%)
Vulnerabilidad según Edad
Niños y
Niñas
Bajo Medio Alto
6 a 9 años 36 85 20
(25,5%) (60,3%) (14,2%)
10 a 49 (62%) 29 1 (1,3%)
13años (37,2%)
Vulnerabilidad según Contexto y Estrato
Estrato 1- Estrato
2 4-5
Bajo Medio Alto Bajo Medio Alto
Familiar 42 16 32 68 42 20
(46,7%) (17,8%) (35,6%) (52,3%) (32,3%) (15,4%)
Social 44 11 35 109 1 (0,8%) 20
(48,9%) (12,2%) (38,9%) (83,8%) (15,4%)
Escolar 46 21 23 79 38 13 (10%)
(51,1%) (23,3%) (25,6%) (60,8%) (29,2%)

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Tabla 2: Características Sociodemográficas

Total n (%)
Estrato 1-2 Estrato 4-5
Presencia de Figura Paterna
Padres 76 (84,4%) 130 (100%)
Padrastros 11 (11,1%) 0
Abuelos 2 (2,2%) 0
Tíos 2 (2,2%) 0
Cuidadores Primarios
Abuelos 47 (52,2%) 39 (30,0%)
Niñera 14 (15,6%) 32 (24,6%)
Empleada
Domestica 0 27 (20,8%)
Uno de los
Padres 2 (2,2%) 23 (17,7%)
Nadie 0 3 (2,3%)
Tíos 4 (4,4) 3 (2,3)
Hermanos 17 (18,9) 2 (1,5)
Características de la Vivienda
108
Unifamiliar 56 (62,2%) (83,1%)
Multifamiliar 34 (37,8%) 22 (16,9%)
Número de Habitaciones para Dormir
1 15 (16,7%) 0
2 60 (66,7%) 39 (30,0%)
3 14 (15,6%) 67 (51,5%)
4 0 22 (16,9%)
5 0 2 (1,5%)
6 1 (1,1%) 0
Con Quien Duerme el Niño o Niña según
Estrato Socioeconómico
Padres 23 (25,6%) 31 (23,8%)
Solo 44 (48,9%) 80 (61,5%)
Abuelos 5 (5,6%) 4 (3,1%)
Hermanos 18 (20,0%) 12 (9,25%)
Tíos 0 1 (0,8%)
Otros 0 2 (1,5%)

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 Contribuciones presentadas al 18º Congreso Latinoamericano de Sexología y Educación sexual
Sumado a todo lo anterior es preciso
señalar que aunque existan figuras paternas
en altos porcentajes, el principal cuidador
no es el padre o la madre. En el estrato 1 y 2
existen terceras personas como lo son
padrastros 11,1%, vecinos 6,7%, tíos 2,2% y
abuelos 2,2% al igual que el estrato 4-5
donde la niñera 24,6%, las empleadas
domésticas 20,8%, los abuelos 30% y tíos
2,3% constituyen la principal figura de
cuidado del infante (Tabla 2).
Constituyendo cada una de estas
condiciones es un potenciador de riesgos de
vulnerabilidad ante el abuso sexual. Así
mismo, se encuentra que en un alto
porcentaje las familias de estratos bajo son
multifamiliares 37,8% y cuentan con una
16,7% o dos habitaciones 66,7%, donde es
un tercer cuidador primario quien duerme
con el niño o niña abuelos, hermanos y tíos.
Faller (1998) en el modelo multifactorial
establece que unos de los principales
prerrequisitos y factores asociados o
constituyentes presentes en esta
problemática, es el estado de hacinamiento
que se da en los núcleos familiares, debido
al acercamiento del abusador sobre el niño.
CONCLUSIONES
El estudio dio cuenta de diferentes
características y factores asociados al estado
de vulnerabilidad y riesgo en que se
encuentran los niños y niñas, lo anterior
considerando su desarrollo evolutivo y los
aspectos sociales, económicos y ambientales
en los cuales estos se hallan. Por tanto se
puede decir que según el estrato
80
socioeconómico los niños y niñas
pertenecientes a estratos más bajos son más
vulnerables y se encuentran en más riesgo
de ser abusados sexualmente, en relación a
niños y niñas de estratos más altos.
Así mismo es importante resaltar que
los niños y niñas por su condición de
infantes son vulnerables ante el abuso
sexual infantil, aunque puede existir mayor
grado de vulnerabilidad en unos niños más
que en otros.
De igual forma según el desarrollo
evolutivo de los niños y niñas se puede
establecer que quienes se encuentran entre
los 6 a 9 años de edad son más propensos o
vulnerables al ASI por lo que su
pensamiento es concreto y los de 10 a 13
años se encuentran en un estadio de
desarrollo evolutivo superior, por tanto
tienen mejores herramientas para
defenderse.
Ahora bien de acuerdo a los contextos
de relación o ambiente en que los niños y
niñas se desarrollan, los de estatus
socioeconómico bajo son más vulnerables
en los contextos sociales y los niños de
estatus socioeconómico alto son vulnerables
en los contextos familiares y sociales, sin
embargo los niños y niñas de estratos bajos
en el contexto social presenta mayor
vulnerabilidad y riesgo, que los niños y
niñas de estatus altos, según lo encontrado
en los resultados de este estudio. En ese
mismo orden según el género y también el
estatus socioeconómico puede decirse que
en los estratos bajos las niñas son más
vulnerables en los contextos escolares y los
niños de estatus altos y bajos en el contexto
 Sexología Positiva: placer, salud y bienestar
social, a diferencia de las niñas que son
más vulnerables en el contexto familiar.
Considerando que los niños y niñas de
estatus socioeconómico bajo son más
vulnerables en los contextos sociales, puede
decirse que esto se deba a que los padres
tienen una ocupación de oficios varios, que
es una labor inestable y que por ende deben
estar fuera de casa, esto incide en el
aumento de las posibilidades de riesgo de
ser abusados.
Al igual otro factor que incide en la
vulnerabilidad y riesgo de niños y niñas
para ser abusados sexualmente es que en la
mayoría son dejados al cuidado de abuelos,
tíos, vecinos, niñeras, entre otros y en
última instancia los padres como cuidador
principal, pese a que los sujetos de estatus
socioeconómico alto tengan un empleo
estable. Por otra parte no se puede dejar de
lado que en los estratos bajos en su mayoría
las familias son muy extensas y deben
compartir las habitaciones, aumentado el
riesgo y vulnerabilidad del ASI.
Por otro lado en el ámbito escolar el
estrato 1-2 presenta un mayor riesgo y el
estrato 4-5 en menor grado de
vulnerabilidad, lo cual indica que para
ambos casos la escuela en vez de ser un
lugar protector para prevenir el abuso
sexual infantil, se convierte en algunos
casos, un territorio amenazante y riesgoso,
por consiguiente se considera que la mejor
forma de mitigar esta problemática que
atañe a niños y niñas es enseñándole
estrategias para defensa, que abarque desde
el conocimiento de su propio cuerpo,
reconocimiento de situaciones de riesgo,
actitudes de los abusadores, entre otros.
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