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La II República

Tabla de contenido
LA II REPÚBLICA 158
PREÁMBULO. 160
INTRODUCCIÓN. 161
CUESTIONES GENERALES SOBRE LA II REPÚBLICA . 162
NACIMIENTO DE LA II R EPÚBLICA, GOBIERNO PROVISIONAL Y CONSTITUCIÓN. 164
LA CONSTITUCIÓN DE 1931. 165
ESTRUCTURA DEL ESTADO. 166
INSTITUCIONES DEL ESTADO. 166
LOS CUATRO “CUESTIONES ” DE LA R EPÚBLICA. 167
LA “CUESTIÓN REGIONAL”. 168
LA “CUESTIÓN RELIGIOSA”. 169
LA “CUESTIÓN MILITAR”. 170
LA “CUESTIÓN AGRARIA”. 171
EL BIENIO IZQUIERDISTA. 172
LA “CUESTIÓN MILITAR”. 172
LA “CUESTIÓN AGRARIA”. 173
LA “CUESTIÓN REGIONAL”. 173
LA CUESTIÓN RELIGIOSA 174
EVOLUCIÓN ECONÓMICA Y SOCIAL. 174
LA SANJURJADA (AGOSTO DE 1932). 177
CASAS VIEJAS (ENERO DE 1933). 177
LA CRISIS DE LA COALICIÓN REPUBLICANO-SOCIALISTA. 178
EL BIENIO RADICAL-DERECHISTA. 182
LA CUESTIÓN MILITAR 184
LA CUESTIÓN RELIGIOSA. 184
LA CUESTIÓN AGRARIA. 185
LA AMNISTÍA DE 1934. 185
LA REVOLUCIÓN DE ASTURIAS. 185
EL FIN DEL BIENIO. 186
EL FRENTE POPULAR. 187
LAS ELECCIONES DE FEBRERO DE 1936. 187
EL GOBIERNO DEL FRENTE POPULAR. 190
LA DESTITUCIÓN DE ALCALÁ-ZAMORA 190
TEMAS EN PROFUNDIDAD 193
EL ASESINATO DE CALVO SOTELO. 193

158
L A I I R E P Ú B L I C A

Proclamación de la II República en la Puerta del Sol


Descripción

El tema abarca desde el 14 de abril de 1931 hasta el 17 de julio de 1936, o lo que


es lo mismo, el tiempo que duró el segundo intento de régimen republicano, una
etapa convulsa y muy debatida de la historia de España que finaliza con el episodio
más dramático del siglo XX español: la Guerra Civil.

Síntesis

Con la salida de Alfonso XIII, se instauró la República. Los nuevos gobernantes


convocaron elecciones a Cortes que elaborarán la nueva constitución republicana,
muy influida por las ideas de la mayoría izquierdista del Parlamento.

Una vez aprobado el texto, se nombró presidente de la República a Niceto Alcalá


Zamora, que se mantendrá en dicho cargo hasta 1936.

Tradicionalmente se distinguen cuatro etapas de gobierno durante el lapso


republicano:

159
- el gobierno provisional, hasta la elaboración de la Constitución
- el bienio izquierdista, hasta las elecciones de 1934
- el bienio radical-derechista, hasta las elecciones de 1936
- el Frente Popular, hasta el estallido de la Guerra.

Preámbulo.
Este no es un tema más. La, tantas veces recordada cita de Croce -
“toda la historia es contemporánea”- se materializa aquí en forma
muy clara.

En estos últimos años, se ha retomado el debate sobre la forma


constitucional de España, resquebrajándose el consenso que se
había alcanzado durante la transición en torno a la Monarquía. Así
las cosas, la historia de la II República no es un episodio “indiferente”,

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de su lectura se pueden obtener lecciones que conduzcan la


opinión pública hacia una actitud favorable o no a un modelo
de régimen republicano.

De esta manera, se ha abierto también un debate


historiográfico entre quienes identifican la etapa de la II
República como un momento de progreso, de reformas
sociales y avances educativos; y quienes, por el contrario,
recuerdan la ausencia de libertades, la presunta manipulación
de las elecciones y la violencia y el miedo desatado en las
calles de España.
Niceto Alcalá- Zamora (1880
La virulencia de las posiciones hace difícil un acercamiento no 1940)
apasionado por lo que resulta un tema muy espinoso para la
Jurista y político de ideas
PAU y, casi siempre, será aconsejable eludirlo y elegir la otra liberales. Fue varias veces
opción. ministro de Alfonso XIII.
Apartado de la Monarquía tras
el golpe de estado de Primo de
Introducción. Rivera, formará parte de
Derecha Liberal Republicana –
luego Partido Republicano
El 14 de abril el régimen republicano veía la luz de una forma Progresista-, constituyéndose en
que, tan sólo unos días antes, no habían imaginado ni sus más el ala moderada del comité
fervientes partidarios 1. En apenas unas horas, la Monarquía, republicano.
que ciertamente no vivía sus mejores momentos, se desarmó y Nombrado Presidente del
el comité republicano de Madrid pasó, de la noche a la Gobierno Provisional, dimitirá
mañana, de ser oposición semi-clandestina a ocupar la como rechazo a los aspectos
anticatólicos de la Constitución
titularidad de los Ministerios 2. (Alcalá- Zamora era un hombre
creyente). Será nombrado
En las calles los partidarios festejaban su triunfo mientras que Primer Presidente de la
otra parte de la población contemplaba los acontecimientos República.

con expectación y prudente recogimiento. Disolverá las Cortes en 1933 al


no respaldar éstas a su
Con la caída del régimen monárquico, se hacía preciso candidato a la Presidencia del
redactar un nuevo texto constitucional y, como en anteriores Consejo de Ministros. Acción
que volverá a repetir en 1936, lo
ocasiones, se cometerá el error de elaborar una ley hecha a que permitirá que las nuevas
la medida de los que ocupaban el poder. Cortes los destituyan para
nombrar a Azaña.

1 . El que luego fuese Ministro de la República, Miguel Maura, relata como la


noche del 12 de abril, los socialistas Largo Caballero y Fernando de los Ríos, le
llamaron iluso cuando Maura vaticinó la inminente llegada de la República
(MAURA, Miguel: Así cayó Alfonso XIII. Barcelona, Arie, 1966, pp. 147 y ss.
2 . El análisis de este sorprendente episodio se ha realizado en el tema anterior.

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Una cuestión importante a dilucidar era el modelo republicano que
se instauraría. De forma semejante a lo
sucedido cuando, en 1848, triunfó La
Gloriosa, aunque se había alcanzado un
acuerdo entre republicanos –y algún
monárquico descontento- para derribar
la Corona, sin embargo, no existía la
misma avenencia sobre la forma política
que habría de erigirse y, mientras algunos
la imaginaban como una república
burguesa semejante a la que existía en
Francia, otros sólo la contemplaban como un paso intermedio
hacia un modelo más radical –semejante al soviético, o incluso, a
una utopía anarquista.

Cuestiones generales sobre la II República.

La j efatura del E stado.

A la hora de estudiar la etapa republicana, una cuestión que


suele ser fuente de confusiones entre los alumnos es la Jefatura
del Estado. A lo largo de toda la historia de España, la
institución monárquica “evita” confusiones al estudiante. El Rey
es el Jefe del Estado, un cargo que asume siempre las funciones
de representación de la nación. Por otro, lado los Jefes o
Presidentes de Gobierno desempeñan el gobierno ejecutivo
Manuel Azaña (1880-1940) del Estado –a veces compartido, o usurpado, por el Rey-. Los
Jefes del Estado, además de funciones protocolarias tienen
Escritor y político de vocación
también otras de carácter más político (nombrar presidentes
tardía. Fue diputado durante la
Monarquía, cesando en su de gobierno, disolver las Cortes, …) pero, conforme las
actividad durante la Dictadura. Constituciones eran más democráticas (1869, 1876 –un poco
La proclamación de la
República, como miembro de
menos-, 1931 y 1975), estas tareas estaban cada vez más
un pequeño partido Acción “encorsetadas” por la Ley y, por lo tanto, la figura del Jefe del
Republicana, le lleva a ser Estado se iba haciendo más simbólica.
Ministro de Defensa durante el
Gobierno Provisional y luego
Presidente del Consejo de En la II República, la Jefatura del Estado la ejercía el Presidente
Ministros durante el bienio de la República. El jefe del ejecutivo es el Presidente del
izquierdista. Volverá a serlo tras Consejo de Ministros. Se trataba de dos desempeños distintos
el triunfo del Frente Popular en
1936, siendo elegido, en marzo
que asumían las diferentes funciones que ya hemos
de ese año, Presidente de la mencionado.
República, cargo que,
prácticamente sin ningún poder Al no tratarse de cargos hereditarios ni existir otra
real, mantendrá hasta la caída
de Cataluña en 1939, momento incompatibilidad que la simultaneidad, una misma persona
en que se exilia y presenta su podía ocupar ambos cargos las veces que accediera a los
dimisión. mismos de acuerdo a lo establecido por las leyes. De hecho,
durante la II República dos personas ocuparon, en algún
momento, ambos cargos.

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Así, Niceto Alcalá-Zamora fue, primero,


Presidente de Gobierno Provisional
(equivalente a la Presidencia del Consejo de
Ministro) –entre abril y diciembre de 1931- y,
luego, Presidente de la República -entre
diciembre de 1931 hasta abril de 1936-. Por su
parte, Manuel Azaña será, primero,
Presidente del Consejo de Ministros -de 1931
a 1933-; puesto que volverá a ocupar por 4
meses, en 1936; y, finalmente, asumirá el
cargo de Presidente de la República, en abril
de 1936. Durante las dos presidencias de
gobierno de Azaña, el Presidente de la
República fue Alcalá-Zamora.

E tapas

Otra cuestión de interés para clarificar un poco


el proceso político es tener claras las etapas que, de una manera muy
sucinta, son:

• Nacimiento de la II República, Gobierno Provisional y


Constitución
• El bienio izquierdista
• El bienio radical-derechista
• El Frente Popular

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Nacimiento de la II República, Gobierno
Provisional y Constitución.
Ya se ha hecho mención de la sorprendente manera en que la
República fue proclamada. En unas pocas horas, el Comité
Revolucionario se convirtió en un Gobierno Provisional que
agrupaba a personalidades del Partido Socialista y de otros partidos
republicanos de izquierda y de centro; asumiendo la presidencia
del mismo Niceto Alcalá-Zamora (Derecha Liberal Republicana –
luego llamado Partido Republicano Progresista-).

El nuevo gobierno, acatado por todas las instituciones españolas, se


otorgó un estatuto jurídico y comenzó a gobernar en forma
enérgica, usando, en ocasiones, la fuerza en forma contundente 3,
aunque, paradójicamente, en otras, resultaba mucho más tolerante
4.

En este sentido, el nuevo régimen se protegió pronto contra las


posibles amenazas promulgando, en octubre de 1931, la Ley de
Defensa de la República.
Ley de Defensa de la República (ver Ley)

Seguramente existían motivos razonables que hacían temer amenazas para


la nueva legalidad y los nuevos dirigentes asumían que era preciso
Constitución, 1931
apuntalar legalmente la República, en particular en sus primeros meses,
cuando ni siquiera contaba con una Constitución. Uno de estos mecanismos
fue la Ley de Defensa de la República , que dejaba las manos libres al
nuevo de gobierno para actuar contra enemigos y críticos, sin cortapisas ni
necesidad de garantías judiciales. La norma, además de los aspectos

3 . Así, por ejemplo, el 28 de mayo una manifestación de obreros en Pasajes fue


disuelta a tiros, ocasionando 8 muertos y más de 50 heridos.
4 A las dos semanas del nacimiento de la República, miembros organizados de

algunos partidos de izquierda, argumentando haber sido provocados por la


reproducción gramofónica de Marcha Real, iniciaron la “quema de conventos”
con la destrucción de unos 50 edificios religiosos sin que intervinieran ni las Fuerzas
de Orden Público ni los bomberos. La preparación de los acto s fue conocida por
el gobierno pero pese a que el Ministro de la Gobernación, Miguel Maura, solicitó
el empleo de la policía para evitar o poner fin al vandalismo, los demás miembros
del gobierno se negaron (“todos los conventos de Madrid, no valen la vida de un
republicano”).

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convencionales en leyes análogas, iba más allá de lo habitual prohibiendo


la difusión de noticias que “pudieran quebrantar el crédito o
perturbar la paz” o realizar propaganda a favor de la Monarquía 5.
La ley facultaba al Ministro de la Gobernación a clausurar asociaciones o
suspender manifestaciones públicas que se sospechase que pudieran
perturbar la paz. Por último, permitía a confinar a quien se considerase
necesario, sin más límite de tiempo que la vigencia de la ley.

La norma, que se declaraba con carácter temporal, prolongó su


vigencia hasta 1933 y, posteriormente se transformó en la Ley de
Orden Público que mantuvo algunos de los elementos más tajantes
de su antecesora.

La Constitución de 1931.

La tarea más urgente del nuevo régimen era dotarse de una


Constitución. A tal fin, se convocaron elecciones a Cortes el 28 de
junio de 1931. La mayoría de los partidos monárquicos y
conservadores no concurrieron a las mismas y los que lo hicieron
desarrollaron una campaña con escaso entusiasmo. El resultado
fueron unas Cortes con abrumadora mayoría de las izquierdas que
no parecía reflejar la realidad ideológica del país 6. El texto
constitucional resultó a medida de la ideología de los partidos
mayoritarios 7 y, con ello, se incurrió, de nuevo, en uno de los errores
más frecuentes en las constituciones del siglo anterior.

La Ley definía a España como una República de trabajadores y


aunque, en un principio, reconocía la propiedad privada,

5 Puntos 3 y 6 del Art. 1º


6 Según el testimonio del propio Presidente del Gobierno Provisional, l as Cortes
“…adolecían de un grave defecto, el mayor sin duda para una Asamblea
representativa: que no lo eran, como cabal ni aproximada coincidencia de la
estable, verdadera y permanente opinión española". (ALCALÁ-ZAMORA, N; "Los
defectos de la constitución de 1931", Madrid, 1936, p. 14-.)
7 Luis Jiménez de Asúa, Presidente de la Comisión de Constitución, presentó el

proyecto de Constitución afirmando que “sin enmascarar nuestro


pensamiento…es una constitución de izquierda…hacemos una Constitución de
izquierda”. Años después, el entonces Presidente del Gobierno Provisional y luego
Presidente de la República, Alcalá-Zamora afirmaba: "La Constitución se dictó,
efectivamente, o se planeó, sin mirar a esa realidad nacional [...] Se procuró
legislar obedeciendo a teorías, sentimientos e intereses de partido, sin pensar en
esa realidad de convivencia patria, sin cuidarse apenas de que se legislaba para
España" (ALCALÁ-ZAMORA, N; "Los defectos de
la constitución de 1931", Madrid, 1936, p. 14.)

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establecía la posibilidad de “socializarla”, también permitía que el
Estado “impusiera transformaciones” a las propiedades privadas.
Por último, facultaba la expropiación de las propiedades de los
condenados.

Estructura del Estado.

En relación con la estructura del Estado, sobre un planteamiento


unitario, la Constitución establecía que aquellas agrupaciones de
provincias que lo deseasen podrían alcanzar un “Estatuto de
Autonomía”. El planteamiento inicial era más limitado que el que de
nuestra actual Constitución de 1978, tanto en cuanto a las
competencias que los gobiernos autonómicos podía asumir como
al número de entes autónomos. Inicialmente, la propuesta parecía
estar dirigida exclusivamente a las autonomías de Cataluña, la del
País Vasco, -tal vez- la de Galicia y –con más dudas- la de
Andalucía.

Tras un intenso debate, que se detalla más adelante, la Constitución


acabó recogiendo el sufragio universal incluyendo a las mujeres.
No era la primera vez que se obtenían el reconocimiento legal de
este derecho, que ya aparecía en forma limitada en el proyecto de
Ley Municipal de Primo de Rivera, pero sí era la primera vez que lo
hacía en un texto constitucional.

Instituciones del Estado.

La P resi denci a de l a R epúbl i ca

La Constitución apenas reconocía poderes al Presidente de la


República. Una de sus escasas competencias era la facultad, que
debía ser ratificada por las Cortes, de nombrar al Presidente del
Consejo de Ministros. En el caso de que la persona designada no
obtuviese el apoyo de las Cortes, el Presidente de la República
podía disolver la cámara y convocar nuevas elecciones, aunque
esta potestad sólo se podía ejercer dos veces durante la
presidencia. En el caso de una segunda disolución de las Cortes, al
reunirse la nueva asamblea, tras la segunda disolución, ésta tendría
que evaluar si efectivamente habían sido necesarias las dos
disoluciones anteriores y, en caso de no entenderlo así, las Cortes,
por mayoría absoluta, podían destituir al Presidente de la República.

Las C ortes.

Por su parte, las Cortes estarían formadas por una única cámara
que controlaría la acción del gobierno.

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La Constitución fue aprobada por las Cortes el 9 de diciembre de


1931. El desacuerdo con la forma en que se habían abordado las
Rojigualda es el
cuestiones religiosas, llevó a Niceto Alcalá-Zamora, Presidente del nombre con el que
Gobierno Provisional, a presentar su dimisión. Se iniciaba así el durante muchos
años se ha hecho
llamado bienio izquierdista (1931-33). referencia al rojo y
amarillo de la
Los símbolos republicanos. bandera nacional.
El “gualda” es un
El deseo de hacer más visible el cambio de régimen llevó a un cambio en sinónimo del
amarrillo utilizado
la bandera nacional. La enseña rojigualda, había pasado de ser el que se ha utilizado
ampliamente en
estandarte de la Marina (1785) a ser empleada desde finales del s.XVIII relación al
cromatismo de la
por el Ejército de Tierra. Finalmente, las Cortes de 1812 la proclamaron bandera. En la
Constitución de
como Bandera Nacional, condición que se mantendría ya desde 1981, a propuesta
de Camilo José
entonces, incluso durante la I República. Ahora, el nuevo gobierno Cela, el vocablo
gualda fue sustituido
introducirá un tercer color, el morado, dotando a la insignia del mismo por “amarillo”.

ancho para las tres bandas. La justificación para este cambio era ampliar
la representación del morado que se creía, erróneamente, que había sido
el color del antiguo pendón de Castilla 8.

En cuanto al escudo, se mantuvo el que había sido hasta 1868 el escudo


real pero, como ya antes había sucedido durante el sexenio democrático,
la Corona fue eliminada, en su sustitución y, aparentemente para
mantener el efecto estético, se colocó un castillo que ofrecía una apariencia
semejante a la de una corona.

Por último, también se rechazó el Himno Nacional, originalmente Marcha


de Granaderos o Marcha de Honor, que había sido usado
consuetudinariamente desde el s. XVIII, con los paréntesis del Trienio
Liberal y la I República. El nuevo régimen adoptó el llamado Himno de
Riego, tradicional himno de los liberales durante el s. XIX.

Los cuatro “cuestiones” de la República.


Además de su propia defensa como régimen, la República afrontó
una serie de “cuestiones” que absorberán buena parte de las

8 El pendón de Castilla era carmesí, es decir rojo.

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energías políticas y provocarán intensos debates públicos durante
la existencia del régimen.

Se suelen señalar cuatro: la “cuestión regional”, la “cuestión


religiosa”, la “cuestión militar” y la “cuestión agraria”.

La “cuestión regional”.

La cuestión regional se encontraba inicialmente focalizada en el


caso catalán. Paralelamente a la proclamación de la II
República en toda España, Francesc Macià, líder del
nacionalismo catalán exaltado, proclamó en Barcelona la
República Catalana. Fue necesario la intervención del nuevo
gobierno español para que Macià rectificase y aceptase una
estructura unitaria y autonómica que se establecería en la futura
Constitución.

Sin embargo, antes de que el nuevo texto constitucional


estuviese finalizado, el Estatuto de Autonomía de Cataluña,
Estatuto de Nuria, fue redactado y aprobado en referéndum.
Cuando finalmente se concluyó la Constitución, se hizo evidente
Francesc Macià
que el Estatuto –una Ley de rango inferior- vulneraba varios
puntos de la Carta Magna, otorgándose privilegios y derechos
que la Constitución no establecía para las Comunidades
Autónomas 9.

Se generó, a partir de este momento, un debate que llevó a


modificar el texto definitivo del Estatuto, que sería aprobado por las
Cortes en septiembre de 1932. Posteriormente, con motivo del
levantamiento revolucionario que encabezó, en 1934, Lluis
Companys, Presidente de la Generalitat, la Autonomía fue
suspendida hasta que, en 1936, el gobierno del Frente Popular la
restituyó.

También se llegó a elaborar un estatuto para el País Vasco, el


Estatuto de Estella, pero este no fue inicialmente aprobado ya que,
al igual que el de Cataluña, se atribuía competencias no

9 El texto original del Estatuto de Nuria se ajustaba a un modelo federal, creaba


el derecho a la autodeterminación, así como otras cuestiones que no podían
tener cabida legal en la Constitución de 1931.

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autorizadas por la Constitución y asumía un carácter


confesional católico. Esta cuestión religiosa complicó las
relaciones entre el PNV –partido mayoritario en la región- y el
gobierno español, motivando que la autonomía del País Vasco
sólo comenzase a funcionar en 1936 y, entonces, sin apenas
efecto.

La “cuestión religiosa”.

El nuevo gobierno, pese a estar compuesto por algunos


católicos, mantuvo inicialmente una posición aconfesional –
anticlerical, según algunos autores- que se transmitirá a la
nueva Constitución.

Sin embargo, los roces con la Iglesia fueron constantes. Portada anticlerical de un semanario
satírico
Días después de la proclamación del nuevo régimen,
empiezan a producirse agresiones y asesinatos de
religiosos 10. Ante algunos de estos episodios,
aparentemente organizados, las nuevas autoridades
no actuaron la diligencia debida o se inhibieron11. La
Iglesia, que había recibido de buen grado el cambio
de régimen, se vio atacada y sin una protección eficaz
por parte del gobierno.

En este ámbito se promulgarán una serie de leyes


acordes con la nueva situación de separación Iglesia y
Estado, como la legislación sobre matrimonios civiles y
sobre el divorcio que, obviamente, no despertaban la
simpatía de los católicos. Por otra parte, se suprimían
derechos de la Iglesia y situaba a sus instituciones bajo Detención del Cardenal Pedro Segura
el control del nuevo gobierno.

10 . El primero de estos crímenes ocurrió el 1º de mayo cuando el anciano


sacerdote de Villalafuente (Palencia), fue abordado por un grupo de individuos
quienes le golpearon reiteradamente hasta fracturarle la base del cráneo y un
brazo para clavar su cuerpo al suelo con una estaca.
11 . Según el propio testimonio del entonces Ministro de la Gobernación (Interior),

Miguel Maura, cuando, siendo conocedor de los actos violentos organizados,


propuso en el Consejo de Ministros la intervención de la Fuerza de Orden Público
para evitarlos, recibió la respuesta del entonces Ministro de Guerra, Manuel
Azaña: «Todos los conventos de España no valen la vida de un republica no. Si
sale la Guardia Civil, yo dimito». Por su parte, el Gobernador Militar de Málaga,
González Caminero, ordenó a la fuerza pública que se retirara mientras se
incendiaba y destruía el palacio arzobispal de Málaga. Más allá, la misma
autoridad informó al propio Azaña en un telegrama: “Hoy ha comenzado quema
de conventos, mañana continuará” en CÁRCEL ORTÍ, Vicente: La Persecución
Religiosa en España durante la Segunda República . Madrid, Rialp, 1990.

169
Paralelamente, algunos miembros de los partidos gobernantes y
algunas de sus organizaciones no ocultaron su vocación anti-
religiosa provocando con declaraciones a los católicos que se
sentían desvalidos ante la situación.

Al mismo tiempo, el gobierno –esgrimiendo la defensa de la


República- actuó en forma contundente contra destacados
prelados que manifestaron individual y públicamente su posición de
aprecio a la monarquía o rechazo a la república. Se llegó así, a la
detención y expulsión de España del Cardenal Primado, Pedro
Segura.
Cardenal Primado.
Obispo, cardenal o
no, que ocupa la Finalmente, la propia Constitución prohibió la Compañía de Jesús,
Diócesis de Toledo, muchos de cuyos miembros hubieron de abandonar el país o pasar
considerada como
a la clandestinidad. Igualmente, el texto constitucional limitaba
“primada” de todas
las diócesis de derechos de la Iglesia y prohibía a las congregaciones el ejercicio
España. Aunque el del comercio y de la enseñanza, abocando a las instituciones
cargo tuvo un
religiosas a la asfixia económica y, por añadido, limitando el
contenido en la Edad
Media y Moderna, en derecho de los ciudadanos a la elegir el tipo de educación para sus
la actualidad, su hijos.
importancia es
simbólica
La “cuestión militar”.

La República no tenía graves motivos para desconfiar del Ejército.


Fueron militares quienes habían protagonizado, en 1930, los primeros
intentos de instaurar la República; y, en 1931, la inacción de algunos
uniformados, como el General Sanjurjo, hizo posible el triunfo
republicano. No obstante, el nuevo régimen realizó un esfuerzo para
subrayar la subordinación del poder militar al poder civil y evitar
posibles movimientos contrarios.

En este contexto, tuvo lugar la llamada reforma Azaña que


pretendía modernizar el Ejército reduciendo el desproporcionado
número de jefes y oficiales, facilitando su retiro remunerado y
reorganizando los mecanismos de ascenso. Entre las reformas de
Azaña, destacan el cierre de la Academia General Militar de
Zaragoza -que, en ese momento dirigía el General Franco, quien
acató con desagrado pero disciplinadamente la orden-; y el fin a la
Ley de Jurisdicciones.
Ley de
Jurisdicciones.
Aunque, a semejanza del resto de la sociedad, en las Fuerzas
Promulgada en Armadas existía una división política, los gobiernos de izquierda
1906 y que mantuvieron su desconfianza –en ocasiones suficientemente
situaban los delitos
de ofensa a la
fundada- hacia algunos militares a los que se procuró alejar de
Patria bajo la puestos y lugares neurálgicos.
jurisdicción de
tribunales militares.

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La “cuestión agraria”.

La terrible situación social de los trabajadores del campo y la


desigual distribución de la propiedad de la tierra era, para muchos,
un elemento sangrante. La reforma agraria se va a convertir en una
cuestión ampliamente reclamada pero con diferentes propuestas
sobre cómo debía llevarse a la práctica.

La reforma agraria no fue una acción única sino un conjunto de


medidas y leyes tendentes a mejorar la situación social de los
campesinos.

Destaca en este sentido el Decreto de Términos Municipales, que


obligaba a los empresarios a contratar mano de obra dentro de
municipio, lo que daba a los trabajadores locales más fuerza en las
negociaciones 12. Gran importancia tuvo también la Ley de los
Jurados Mixtos, que regularían las condiciones de trabajo. Ambos
fueron promulgados por el gobierno provisional.

R eform as soci al es y educati vas.

Este mismo afán reformista de mejorar la situación de los


trabajadores, promovió la Ley de Contratos de Trabajo, que
regulaba los convenios laborales y otorgaba una serie de derechos
de los que carecían los asalariados (siete días de vacaciones al
año), se regulaba el marco de contratos y despidos y se protegía el
derecho a la huelga.

En lo que respecta a la
educación, el gobierno lleva
a cabo un esfuerzo
importante por aumentar la
oferta escolar proporcionada
por el Estado. Se trazaron
ambiciosos proyectos para
incrementar los porcentajes
de escolarización, que
incluían la creación de unas
27.000 escuelas. Sin embargo,
las limitaciones
presupuestarias no permitieron llegar ni a la mitad de las
planificadas. Como, debido a la Ley de Congregaciones –que

12 . Si el empresario no podía contratar personal procedente de otras localidades


que aceptaban el empleo, se veía acuciado a alcanzar acuerdos con los
trabajadores locales que, de esta forma, contaban con más fuerza para imponer
sus peticiones.

171
veremos más adelante- se cerraron los colegios religiosos, cuyos
alumnos habían de ser acogidos en la escuela pública, el resultado
final es el mantenimiento del ritmo de escolarización iniciado ya
durante la Dictadura.

También se trató de llevar a cabo iniciativas experimentales como


las Misiones Pedagógicas que trataron de acercar la cultura a los
habitantes de la España rural. La falta de presupuesto, igualmente,
no permitió un gran desarrollo de estos atractivos proyectos.

El bienio izquierdista.
Tan pronto como la Constitución fue aprobada, Alcalá- Zamora,
disconforme por el carácter anticatólico del texto, dimitió como
Presidente del Gobierno Provisional, siendo sustituido por Manuel
Azaña, dirigente de Acción Republicana –un pequeño partido de
centro izquierda-. El gobierno entonces elegirá como Presidente de
la República a Alcalá-Zamora quien, tras negarse varias veces,
acabará aceptando.

El nombramiento tenía la virtud de presentar una figura católica que


serviría para atraer a los miembros de esta confesión a la causa
republicana, sin que, por el contrario, la medida tuviera repercusión
adversa entre los elementos anticlericales puesto que, en realidad,
la Presidencia de la República tenía un valor meramente
protocolario.

El nuevo gobierno que, con la dimisión de los dos católicos 13,


acentuaba su orientación izquierdista, mantuvo la línea reformista
que había iniciado durante su etapa provisional.

La “cuestión militar”.

Se continuaron con reformas con la creación del cuerpo de


suboficiales y la unificación de las escalas 14. También se facilitó el
retiro de los jefes y oficiales a los se consideraba poco leales.

Escalas Militares. De esta forma y, sobre todo, con la modificación del mecanismo de
Categorías militares, -
promoción, el gobierno fue enfrentándose a una parte importante
no confundir con el
rango- en relación
con el procedimiento
de ingreso en el
Ejército (Escala de
Tropa, Escala Básica -
suboficiales-, Escala 13 . El otro era Miguel Maura, quien había renunciado en octubre de 1931 a
Superior -oficiales). continuar como Ministro de la Gobernación.
14 . Con esta medida se unificaban en una única escala a los oficiales “de carrera”

con los procedentes de la tropa.

172
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de los militares, particularmente, al sector africanista, considerados


como los más preparados y prestigiosos 15.

La “cuestión agraria”.

A los decretos promulgados por el gobierno provisional, se une


ahora la Ley de Bases de la Reforma Agraria, norma largamente Señoríos
debatida, aprobada en marzo de 1932 y que permitía la Jurisdiccionales.
expropiación (con indemnización a los dueños) de las tierras: Tierras pertenecientes
a los antiguos señoríos
feudales que habían
• que perteneciesen a señoríos jurisdiccionales; pasado a convertirse
en simples
• que no estuvieran bien explotadas; propiedades
territoriales.
• que continuamente fueran arrendadas; o

• que, pudiendo, no hubiesen sido convertidas en regadío.

Para llevar a cabo la tarea reformista se creó el IRA (Instituto de


Reforma Agraria). Sin embargo, la escasa dotación económica que
se otorgó a esta institución trajo como consecuencia una
aplicación lenta y mal desarrollada, que acabó generando
enormes tensiones no ya sólo entre los contrarios a la ley –los
propietarios perjudicados- sino entre los propios campesinos, que
contemplaban con exasperación la tardanza del proceso y la
ineficacia del mismo 16.

La “cuestión regional”.

Como el Estatuto de Autonomía catalán se había adelantado a la


Constitución y entraba en colisión en varios puntos con la Carta
Magna, de rango legislativo superior, las Cortes se vieron obligadas
a modificarlo para adaptarlo al texto constitucional.

El Estatuto vasco contaba con el problema añadido de la cuestión


religiosa. El PNV, partido hegemónico en la región, quería reservarse
competencias en sus relaciones con la Iglesia. Por otra parte, la
población de las capitales de la futura comunidad autónoma

15 Según Javier Tusell, "Azaña se enfrentó innecesariamente con una parte de la


oficialidad que era, además, la mejor preparada desde el punto de vista técnico.
Es posible que se dejara aconsejar por un sector liberal y juntero pero poco
respetable profesionalmente..."
16 . El proyecto inicial planteaba el asentamiento de unos 75.000 campesinos

anualmente con un presupuesto anual de 300 millones de pesetas (LA CIERVA,


Ricardo: Historia Esencial de la Guerra Civil. Madrid,) y, sin embargo, la asignación
económica no superó los 50 millones (GIL PECHORROMAN, Julio: La Segunda
República. Esperanzas y frustraciones. Madrid: Historia 16.; p. 54-55) y a finales de
1933 sólo se habían asentado a 4.339 campesinos.

173
(Vizcaya, Guipúzcoa, Álava y Pamplona) no era muy partidarias de
la autonomía. El Partido Carlista, antiguo aliado del PNV, hizo
campaña en contra del Estatuto que, finalmente no llegaría a entrar
en vigor hasta 1936, impidiendo la guerra su aplicación real.

La cuestión religiosa

Las relaciones con la Iglesia no hicieron más que empeorar. La


Constitución había expulsado de España a una de las principales
órdenes católicas, la Compañía de Jesús y el gobierno daba pasos
que limitaban las libertades de la Iglesia y ocupaba sus
competencias tradicionales. Paralelamente, en algunos municipios
se implantaron normas que gravaban los actos religiosos públicos y,
en determinados casos, se llegaron a prohibir procesiones y
ceremonias. Inicialmente se trataba de episodios puntuales pero
socavaban aún más las relaciones entre los católicos y el régimen
republicano.

Ley de
Sin embargo, el gran enfrentamiento se produjo a raíz de la Ley de
Confesiones y Confesiones y Congregaciones Religiosas (1933), por la cual el
Congregaciones Estado nacionalizaba los bienes de la Iglesia, si bien concedía el
Religiosas usufructo temporal a las instituciones religiosas respectivas; y
establecía su control sobre el nombramiento de todos los cargos y
responsabilidades eclesiásticas; a la vez que sometía el culto en
general a la autoridad política. El documento legal situaba la Iglesia
bajo el control total del gobierno; gravaba actividades que
anteriormente nunca lo habían estado; impedía a la Iglesia recibir
ayudas del Estado; y, por último, ordenaba el cierre de los centros
de enseñanzas mantenidos por la Iglesia. La norma generó una
respuesta indignada por parte de los católicos y el mismo Papa Pío
XI emitió una Encíclica de condena de la Ley.

Evolución económica y social.

La crisis del 29, que había contribuido en provocar el declive de la


Dictadura y había dificultado los intentos de la Monarquía por
retornar a la normalidad constitucional, no remitió tras la
instauración del nuevo régimen. La caída internacional del precio
de los productos agrícolas y mineros supuso un terrible golpe para
las escasas exportaciones españolas.

Según algunos autores, las características atrasadas de la


economía nacional –exceso de peso del sector primario, fuerte
proteccionismo, falta de integración de sectores…- hacían más
inmune la economía española que otras europeas a la tormenta
internacional pero, por otra parte, las características singulares del
momento político actuaron como elemento potenciador de la

174
L A I I R E P Ú B L I C A

crisis. La incertidumbre que generó el cambio de régimen y las


medidas laborales introducidas, supusieron un retraimiento de los
inversores. Por otra parte, el incremento de los costes salariales y el
aumento de la tensión social empeoraron las cuentas de resultados
de las empresas, muchas de las cuales optaron por el cierre con el
consiguiente aumento del desempleo.

La evolución de la producción en estos años nos ilustra de la grave


situación económica. Mientras que algunos valores registran
reducciones tolerables, en otros -particularmente el sector minero-
el desplome es dramático.

17

17 Los gráficos han sido elaborados empleando los datos del Apéndice II de
THOMAS, Hugh: La Guerra Civil Española. Barcelona, Grijalbo, 1977. Los datos, a
su vez, son tomados de las estadísticas ofrecidas por la Sociedad de Naciones.
Con el objeto de estandarizarlos, hemos asignados a los valores de finales de 1930
un índice 100, separando por colores los datos correspondientes al periodo
republicano de los anteriores, señalando solamente el dato numérico de finales
de 1935.

175
Otros datos económicos subrayan la profundidad de la crisis.

18

Y, en consonancia, la inflación alcanzó un nivel más que


preocupante.

19

La República soñada tardaba en traer los beneficios prometidos a


los trabajadores, algunos empezaban a impacientarse y a reclamar
reformas más radicales con la esperanza de que éstas solventasen
la situación. Otros, los partidarios de ideologías revolucionarias –la
mayor parte de los socialistas, comunistas y anarquistas-, veían en la
situación social la comprobación de que el régimen recién nacido
no era más que una estación de paso hacia el modelo político que
querían imponer.

18 . Ibidem
19 . Ibidem

176
L A I I R E P Ú B L I C A

La situación se va haciendo cada vez más complicada y la tensión


social se manifiesta violentamente en las calles.

La “Sanjurjada” (agosto de 1932).

Por su parte, algunos militares comenzaban a manifestar su


descontento por las reformas del Ejército, la pérdida de la paz social
y la situación general del país. La aprobación del Estatuto de
Autonomía de Cataluña fue para uno de ellos, el General Sanjurjo,
la gota que colmó el vaso.

Sanjurjo, militar africanista, fue el hombre que el 14 de abril de 1931,


desde la Dirección General de la Guardia Civil 20, había sido el
principal artífice de la instauración de la República.

Ahora, decepcionado con el nuevo régimen, se levantó contra el


gobierno en Sevilla el 10 de agosto de 1932. La falta de apoyo en
otras regiones militares y la misma dificultad para hacerse con el
control de la capital andaluza, le llevó a huir rumbo a Portugal,
siendo detenido, juzgado y condenado a muerte. Posteriormente la
sentencia fue conmutada por cadena perpetua y, más adelante,
en 1934, amnistiado, abandonará el país y se instalará en Portugal.

Casas Viejas (enero de 1933).

Anarquistas y comunistas no se identificaban con una república a


la que consideraban “burguesa”. Aunque los anarquistas, fieles a
sus ideas, no habían participado en las elecciones y, menos aún, en
el gobierno, su sindicato -la CNT- llevaba a cabo una intensa acción
revolucionaria. En este sentido se planeó una “acción
insurreccional” para enero de 1933.

El levantamiento fracasó en casi toda España, no obstante, en una


pequeña aldea de la provincia de Cádiz, Casas Viejas, el comité
local anarquista atacó el cuartel de la Guardia Civil matando a dos Guardia de Asalto.
Guardias. Las autoridades respondieron enviando un Cuerpo policial
destacamento de la Guardia de Asalto. Las fuerzas de orden creado por el
gobierno
reprimieron el levantamiento prendiendo fuego a una cabaña republicano con el
donde se habían refugiado varios anarquistas y desde la que se objetivo de cubrir la
necesidad de una
había disparado mortalmente contra un Guardia. El balance final
unidad policial
fueron seis víctimas entre los ocupantes de la vivienda. Horas moderna y a la vez
después, la Guardia de Asalto detuvo a varios sospechosos que contar con un
cuerpo de marcada
fidelidad a la
República.
20 . Tras las elecciones del 12 de abril, el General Sanjurjo, como jefe supremo de
la Guardia Civil, ordenó a todos los puestos que, ante un posible golpe de estado
para cambiar el régimen, se abstuviesen de intervenir. El comunicado, divulgado
por los sindicatos de telégrafos, fue la señal que el comité republicano esperaba
para intensificar su presión contra el gobierno monárquico.

177
serían muertos a tiros. El número total de fallecidos fueron 19
hombres, 2 mujeres y un niño.

Se ha discutido mucho al respecto sobre si el gobierno de Azaña


había ordenado estos niveles de
violencia o si, por el contrario, fue una
extralimitación de la Guardia de
Asalto. Se difundió, incluso, la
instrucción “tiros a la barriga”,
atribuida al propio Azaña. Si bien es
poco probable que fuese el autor de
dicha frase y, menos aún, en esos
estos términos, sí existen indicios de
que las autoridades había ordenado
dar un escarmiento 21.

La conmoción pública fue enorme y


aunque una comisión parlamentaria no halló pruebas de la
responsabilidad del gobierno, el ejecutivo sufrió un desgaste terrible
en su imagen pública.

La crisis de la coalición republicano-socialista.

La situación social contribuía al desgaste del gobierno pero más allá


generó un debate interno en el seno del Partido Socialista, el más
importante del gobierno, entre cuyos dirigentes se planteó si debían
mantener el apoyo al Ejecutivo. Inicialmente se impuso la tesis de
Largo Caballero y Prieto de mantener esta colaboración. Sin
embargo, desde las bases socialistas arreciaba la presión por parte
de quienes veían incompatible la acción represiva del gobierno
republicano-socialista con el carácter obrero y revolucionario del
partido.

La tensión entre Alcalá-Zamora y Azaña también fue creciendo


debido a la Ley de Congregaciones la cual, el primero, como
católico, rechazaba.

21 El Capitán Rojas, al mando del destacamento declaró que había recibido


instrucciones directas del Director General de Seguridad de acabar con la
insurrección sin piedad disparando “contra todos los que dispararan contra las
tropas”. El Director General fue, con posterioridad, cesado y detenido

178
L A I I R E P Ú B L I C A

Las elecciones municipales del año 33, con un


resultado muy parecido a las de abril de 1931, Tribunal de Garantías
Constitucionales. Órgano
suponiendo una importante victoria de las judicial, semejante a
derechas. El mismo año, las elecciones al Tribunal de nuestro Tribunal
Garantías Constitucionales arrojaron también un Constitucional, cuya misión
era determinar si leyes o
resultado muy negativo para la coalición actos vulneraban la
gubernamental. Constitución, así como
• CEDA: 6 representantes otras cuestiones
competenciales y de
• Partido Radical: 4 fiscalización. A diferencia
• Socialistas y del actual Tribunal
Republicanos: 4 Constitucional, una parte
de sus vocales eran
elegidos por todos los
Estas derrotas denotaban un concejales de cada región
cambio social y facilitaron a
Partido Republicano Radical. Alcalá-Zamora retirar su
Fundado por Alejando Lerroux
en 1908. Tuvo escaso peso
confianza a Azaña y encargar la
durante la Monarquía pero formación de gobierno al líder del
adquirió mayor presencia Partido Radical, Alejandro Lerroux. El
durante la República, cuando
el partido había perdido la nuevo ejecutivo radical, intentó incorporar a CEDA. Confederación de
radicalidad de los primeros otros partidos, excluyendo a los socialistas, Derechas Autónomas.
años y se había transformado pero, carente de una mayoría Coalición de partidos de
en un partido de centro. centro-derecha creado por
Gobernó, con el apoyo de la parlamentaria, acabaría convocando Herrera Oria y liderado por Gil
CEDA, desde finales de 1933 elecciones el 19 de noviembre –primera Robles, que se constituyó en la
gran alternativa al
hasta febrero de 1936. Dada vuelta- y 3 de diciembre de 1933 –segunda
su condición marcadamente izquierdismo durante la etapa
republicano fue uno de los vuelta-. Sería la primera vez que la mujer iba republicana, defendiendo los
pocos partidos de centro a ejercer el sufragio activo en unas valores conservadores y
católicos. Pese a su triunfo en
derecha “tolerado” por elecciones legislativas.
socialistas y republicanos de las elecciones de 1933, no
izquierda. Debido a divisiones podrá más que participar en el
internas y al desastroso apoyo al gobierno del Partido
resultado de las elecciones de Radical.
1936, el partido desapareció
prácticamente.

El debate sobre el voto femenino

La de 1931 fue la primera Constitución Española que reconoció la igualdad


electoral entre hombres y mujeres (art. 36).

El intenso debate para la inclusión de este artículo había tenido lugar en


septiembre de 1931. Debido a la débil disciplina de partido de la época
muchos parlamentarios actuaron en forma contraria al resto de sus
respectivos grupos.

179
En el momento del debate formaban parte de las Cortes tres mujeres:
Clara Campoamor (Partido Radical), Victoria Kent (del Partido Radical-
Socialista) y Margarita Nelken (del Partido Socialista) 22.

Sorprende conocer los argumentos con los que muchos de los sectores
políticos, considerados progresistas, se opusieron a reconocer a la mujer el
derecho al voto.

Así Novoa Santos, de la Federación Republicana Gallega, médico,


profesor universitario y reputado investigador, explica el sentido de su
contrariedad al voto femenino:

“¿Por qué hemos de conceder a la mujer los mismos títulos y los mismos
derechos políticos que al hombre? …¿Cuál sería el destino de la República
si en un futuro próximo, muy próximo, hubiésemos de conceder el voto a
las mujeres? Seguramente una reversión, un salto atrás. Y es que a la
Santos Novoa
mujer no la domina la emoción, … se haría del histerismo ley. El histerismo
no es una enfermedad, es la propia estructura de la mujer; la mujer es eso:
histerismo…”

Otros, como Manuel Ayuso del Partido Republicano , Catedrático


Historiador y Antropólogo, se contentaba con modificar la igualdad,
Manuel Ayuso defendiendo que hombres y mujeres fuesen reconocidos como mayores de
edad a distintas edades: los hombres a los 23 años y las mujeres a los 45.
Es decir, cuando hubiera acabado el ciclo reproductor de las mujeres que
condicionaba su capacidad para el voto.

Aunque ya sorprende esta actitud contraria al voto femenino, más llamativa


aún fue la posición de dos de las diputadas a Cortes, Victoria Kent
(Partido Radical Socialista) y Margarita Nelken (Partido Socialista)
quienes se también opusieron a otorgar el derecho al voto a la mujer.

Victoria Kent

22 Margarita Nelken, se incorporó al Congreso poco después de que se aprobase


el artículo pero llegó a participar en el debate político y pronunciarse al respecto .

180
L A I I R E P Ú B L I C A

Los argumentos de ambas diputadas, aun siendo escasamente éticos, son,


al menos, francos. Al igual que otros compañeros de partido, temían que
las mujeres votasen a partidos de derecha, puesto que entendían que
estaban dominadas por su mayor vinculación con la Iglesia Católica:

“no es cuestión de capacidad; es cuestión de oportunidad para la


Margarita Nelken
República. (...) Por hoy, Sres. Diputados, es peligroso conceder el voto a la
mujer” 23

No se negaba la capacidad intelectual o anímica de la mujer, simplemente


se intuía que podían votar a partidos contrarios.

Finalmente, con el apoyo de una parte del partido socialista y de los


partidos de derechas, se aprobó el voto femenino y las elecciones de 1933
fueron las primeras legislativas en las que la mujer pudo ejercer el derecho
al voto en España.

Las elecciones de 1933 son también las primeras a las que


concurrirá, con un resultado bastante pobre, la Falange Española,
un partido que, pese a su carácter inicialmente minoritario, va a
representar un destacado papel en la historia de España.
La Falange

En octubre de 1933 nació Falange Española 24. Uno de sus fundadores y


líder principal es José Antonio Primo de Rivera –José Antonio-, hijo
del General Miguel Primo de Rivera, que había comenzado su vida política
defendiendo en la prensa memoria de su padre.

La Falange nace en un contexto influido por el ascenso de los fascismos José Antonio
con los que el nuevo movimiento tendrá una serie de elementos en común.
Sin embargo, la Falange desarrollará un modelo original.

23Victoria Kent, 1 de octubre de 1933.


24 En 1934, se fusionará con las Juntas Ofensivas Nacional Sindicalistas,
constituyendo FE de las JONS.

181
Su ideología es el nacional-sindicalismo -un modelo económico socialista
autogestionario-, un sistema político que prescindía de los partidos a favor
del “Estado corporativo” y un marcado nacionalismo.

En su propuesta política, no excesivamente definida, se imponía el carácter


poético con el que Primo de Rivera quiso dotar al movimiento,
proporcionándole una estética muy atractiva para la juventud española,
que vio en el movimiento una romántica alternativa a la revolución
marxista.

El asesinato de José Antonio en 1936 no le permitirá concretar la definición


ideológica del grupo y convertirá al líder desaparecido en “El Ausente”,
un mito que embellecía aún más la imagen de Falange.

Cuando en 1936, el fracaso del golpe de estado de julio dé comienzo a la


Guerra Civil, Franco sabrá ver en la Falange un sugestivo banderín de
enganche que serviría para ilusionar a los jóvenes con la causa “nacional”.
El franquismo que surja tras la guerra asumirá buena parte de los
elementos visuales de la Falange. Sin embargo, la contradicción que para
los ilusionados jóvenes supondrá comprobar que, más allá de las formas,
no se realizaban las propuestas de fondo de la Falange, dará lugar a uno
de los motivos de tensión más serios a lo largo del régimen franquista.

El bienio radical-derechista.
Este periodo es conocido, en ocasiones, como el
“bienio negro”, un epíteto que trasluce la falta
de simpatía de no pocos historiadores hacia este
momento de la historia de la II República.

El término bienio derechista se aproxima un poco


más a la imparcialidad pero no a la verdad.
Como ya veremos, es el Partido Radical el que
gobernará durante esta etapa y, aunque el
“radicalismo” había evolucionado mucho desde
su creación -a principios de siglo-, no podía ser Alejandro Lerroux
considerado como un partido derechista, en
todo caso, como un partido de centro. Aunque, eso sí, el gobierno

182
L A I I R E P Ú B L I C A

se mantendrá con el apoyo parlamentario de la mayoría de


derechas.

El resultado de las elecciones de 19 de noviembre y 3 de diciembre


de 1933 fue un triunfo importante de los partidos de la derecha y de
centro que se habían presentado formando coaliciones electorales.
Por el contrario, los partidos de izquierda lo habían hecho desunidos,
en un momento de gran impopularidad debido a las
consecuencias del gobierno socialista-republicano del anterior
bienio. Por si fuera poco, los anarquistas promovieron activamente
la abstención.

Si agrupamos los resultados por tendencias tendríamos que

• las derechas obtuvieron 200 diputados (108 de la CEDA),

183
• los partidos centristas: unos 170 (102 de Partido Radical)

• las izquierdas: unos 100 (59 del Partido Socialista)

Ante este resultado, considerado como inesperado para todos,


Azaña y otros dirigentes republicanos trataron de presionar a
Alcalá-Zamora en nombre de la “legitimidad republicana”
para que convocase nuevas elecciones 25. Aunque el
Presidente no cederá, tampoco le encargará la formación de
gobierno al partido ganador, la CEDA, al que los grupos de
izquierda consideraban “sospechoso de anti-republicanismo”.
Esta decisión de Alcalá-Zamora se verá favorecida por la
propia tibieza de la CEDA a la hora de reclamar la
responsabilidad de gobierno. De esta forma, el Presidente de
la República volverá a encargar la formación de un ejecutivo
Gil Robles, líder de la CEDA a Lerroux, quien, eso sí, contará ahora con el apoyo de los
diputados de la CEDA y de otros partidos derechistas. Es el inicio
del bienio radical-cedista o radical- derechista.

El nuevo gobierno tuvo que hacer frente a una situación que no


resultaba más cómoda que la soportada por el anterior ejecutivo.
A los pocos días, de iniciar su andadura debió confrontar una
insurrección anarquista -diciembre de 1933-, la tercera desde 1931,
que, al igual que las anteriores, fracasó.

La cuestión militar

En relación con la “cuestión militar” el gobierno radical devolverá


puestos de importancia a los militares que habían sido apartados
durante el periodo anterior.

La cuestión religiosa.

En cuanto a la “cuestión religiosa” los radicales no aplicaron


estrictamente las medidas anti-religiosas del gobierno de Azaña,
aunque tampoco cambiarán las leyes. La no aplicación de las
medidas legales fue argumentada por los conflictos que podrían
derivarse de la puesta de marcha de algunas de ellas. Así, por
ejemplo, la Ley de Congregaciones hubiera dejado en la miseria a
los párrocos rurales, por lo que se optó mantener la contribución el
Estado aunque reduciendo drásticamente su volumen. Del mismo
modo, la imposibilidad de poner en marcha suficientes escuelas
para sustituir las administradas por la Iglesia Católica, llevó al
gobierno a prorrogar el permiso para que las órdenes religiosas
continuasen enseñando.

25 El testimonio procede del radical Martínez Barrios.

184
L A I I R E P Ú B L I C A

La cuestión agraria.

Durante el anterior bienio el proceso reformador ya había


mantenido un ritmo lento, muy lejos de las expectativas. No
obstante, el gobierno radical suspendió estas actuaciones pero sin
modificar la legislación.

La Amnistía de 1934.

Uno de las cuestiones más polémicas que afrontó el nuevo gobierno


fue la Ley de Amnistía de 1934. La medida no tomó a nadie
desprevenido, ya que figuraba en el programa electoral tanto del
Partido Radical como de la CEDA. Gracias a esta ley obtuvieron la
libertad los implicados en la “sanjurjada”, se toleró la apertura de la
revista Acción Española, se permitió que José Calvo Sotelo -Ministro
durante la Dictadura- volviese del exilio e, incluso se liberó a los
participantes en la insurrección anarquista de diciembre de 1933.

Los estatutos de autonomía no avanzaron por la falta de acuerdo


sobre cuestiones económicas.

Sin embargo el problema más serio al que tuvo que hacer frente el
gobierno radical fue la, mal llamada, Revolución de Asturias.

La revolución de Asturias.

En octubre de 1934, Lerroux aceptó la petición de la CEDA para


entrar a formar parte del gobierno y, en este sentido, se nombró a
tres ministros cedistas. El Partido Socialista había amenazado
públicamente con una acción armada caso de que se permitiese
a la CEDA participar del gobierno. Ciertamente tras la salida del
gobierno de los socialistas, en septiembre de 1933, y su derrota
electoral de ese mismo año, una parte del partido había
emprendido abiertamente el camino de la revolución 26. En ese
sentido, desde enero de 1934, se iniciaron los preparativos de un
levantamiento armado, expulsando de la ejecutiva del partido a los
miembros que, como Julián Besteiro, no compartían esta estrategia,

26 . En realidad, no hacían otra cosa que seguir la línea marcada por Pablo
Iglesias: «El partido socialista viene a buscar aquí lo que de utilidad puede hallar,
pero la totalidad de su ideal no está aquí; la totalidad entiende que ha de
obtenerse de otro modo. Es decir, que este partido… estará en la legalidad
mientras la legalidad le permita adquirir lo que necesita; fuera de la legalidad,
como han estado todos los partidos, cuando ella no le permita realizar sus
aspiraciones». (1909)

185
mientras que otros, más favorables a la misma, como Largo
Caballero, se hicieron con el control del partido 27.

Sin embargo, era necesaria un pretexto desencadenante que


pudiera ser presentado ante la opinión pública como justificación y,
en este sentido, la entrada de los ministros de la CEDA sirvió para
este fin.

La acción, planteada como una huelga insurreccional para el 5 de


octubre, fracasó en Madrid debido a la falta de unos objetivos
claros. En las zonas rurales del sur, careció del apoyo de los
campesinos que se habían visto decepcionados por los anteriores
intentos revolucionarios anarquistas. En Barcelona, el presidente de
la Generalitat, Lluis Companys proclamó el Estat Català dentro de
la República Federal Española. Sin embargo, también allí la
insurrección, sin demasiados apoyos, fue fácilmente reducida por
Lluis Companys las fuerzas del orden, siendo detenidos los dirigentes de la
Generalitat implicados en el golpe, con la excepción de algunos
que huyeron.

Análogos resultados se producirán por toda España. El único sitio


donde la revolución alcanzará cierto desarrollo fue en Asturias 28
donde obreros y mineros controlaron durante dos semanas las áreas
mineras hasta que, finalmente, fueron sometidos por la intervención
del Ejército y las fuerzas de orden.

El balance del episodio supuso más de 1500 muertos, unos 20.000


detenidos y, en opinión de algunos autores, el nacimiento de la
convicción para todos de que la República no sería viable como
régimen y se abocaba a un próximo enfrentamiento armado aún
más importante. A partir de este momento, en la prensa de la
época comenzaron a aparecer, en forma reiterada, referencias a
que España se encaminaba a una guerra civil.

El fin del bienio.

El gobierno de los radicales, aún con su inestabilidad, que obligaba


a una continua sucesión en la Presidencia del Consejo de Ministros,
continuaba su labor. Sin embargo, su caída vendrá dada por un
episodio de corrupción realmente chocante, sobre todo si lo
contemplamos desde la distancia.

27 Se crea la Comisión Mixta, compuesta por miembros del PSE, la UGT y la JJSS
para preparar la revolución.
28 De aquí que reciba el nombre de Revolución de Asturias pese a que fue un

movimiento de carácter nacional.

186
L A I I R E P Ú B L I C A

El “estraperlo”.

El escándalo del “estraperlo” fue un episodio ciertamente grotesco. Debe


su nombre a tres estafadores (Straus, Perl y Lohman) que tenían el plan
de explotar una ruleta fraudulenta en España. Para lograr los permisos
oportunos no dudaron en sobornar a personas próximas a las autoridades.
Es así como obsequiaron con un reloj de pulsera a un sobrino de Lerroux
con la esperanza de que este mediase ante su tío.

Cuando se desmontó la impostura, quisieron recuperar el dinero invertido


en sobornos (unos 460€ de hoy) y se dirigieron a Lerroux reclamando el
reloj entregado a su sobrino. El líder radical no les prestó atención y los
estafadores acudieron a Azaña quien, a su vez, los encaminó a Alcalá-
Zamora.

Ni Lerroux ni su partido había recibido soborno alguno pero la mancha que


se generó causó la sensación de una corrupción general del partido y situó
a los radicales en una posición muy complicada.

Ante la situación creada, Azaña solicitó a Alcalá-Zamora que


hiciera uso de la prerrogativa que le concedía la Constitución para
disolver por segunda vez las Cortes y convocar elecciones. Serán las
elecciones de febrero de 1936.

El Frente Popular.
Las elecciones de febrero de 1936.

En 1936, las izquierdas habían aprendido la lección de 1933 y


concurrían bajo las siglas de una gran coalición, el Frente Popular.
Por su parte, en las derechas la unidad se había resquebrajado.

Las elecciones respiraron un ambiente de enorme violencia política.


En los discursos políticos se aludía directamente a un conflicto
armado.

187
En cuanto al resultado de las elecciones, de nuevo, nos
encontramos con un nuevo debate abierto y dos lecturas de las que
se derivarían importantes consecuencias. La interpretación de una
victoria limpia de la izquierda restaría legitimidad al golpe de estado
de julio de 1936. Por el contrario, una manipulación electoral que,
incluso, hubiese ocultado la victoria de las derechas, cargaría de
razones a los golpistas.

188
L A I I R E P Ú B L I C A

Y lo cierto es que volvemos a tropezar con una serie de episodios


irregulares que abren la puerta a este debate. Para comenzar, en
las horas que siguieron al cierre de los colegios electorales, en no
pocos lugares, grupos afines al Frente Popular reclamarán la
autoridad de gobiernos civiles y de juntas electorales, pudiendo
hacerse con el control de las actas oficiales. Así lo relata el mismo
Presidente de la República, Alcalá-Zamora:

" Desde el 17 de febrero, incluso desde la noche del 16, el


Frente Popular, sin esperar el fin del recuento del escrutinio y
la proclamación de los resultados, lo que debería haber
tenido ante las Juntas Provinciales del Censo en el jueves 20,
desencadenó en la calle la ofensiva del desorden: reclamó el
Poder por medio de la violencia. Crisis; algunos gobernadores
civiles dimitieron. A instigación de dirigentes irresponsables, la
muchedumbre se apoderó de los documentos electorales; en
muchas localidades los resultados pudieron ser falsificados” 29

Así, los primeros resultados otorgaban una diferencia de 100.000


votos en beneficio del Frente Popular, lo que se traducía en una
mayoría no absoluta del bloque de izquierdas con unos 200
diputados del total de 457 de la cámara.

Sin embargo, pronto comenzarán a producirse más alteraciones del


proceso. La legislación electoral establecía un mecanismo de doble
vuelta. En aquellas circunscripciones en las que los vencedores no
hubieran reunido el 40% de los votos, debía realizarse una segunda
vuelta el 23 de febrero. Pero el Presidente de Gobierno, el radical
Portela, no pudo hacer frente a las presiones que venía sufriendo –
por todos lados- y, el día 19, antes de que se produjera la votación
del 23, dimitió y dejó el gobierno en manos del Frente Popular.

En estas condiciones, la jornada del 23 estuvo plagada de episodios


de intimidación a los votantes, la manipulación e, incluso, robo de
las actas. Tal como lo cuenta el propio líder del Frente Popular,
Manuel Azaña:

«En La Coruña íbamos a sacar cinco o seis (diputados). Pero


antes del escrutinio surgió la crisis, y entonces los poseedores
de 90.000 votos en blanco se asustaron ante las iras populares,
y hemos ganado los trece puestos… ¡Veleidades del
sufragio!… Han sacado al otro… para que no saliera Emiliano,
a quien metimos preso la misma noche de formarse el

29ALCALÁ- ZAMORA, N; «Los caminos del Frente Popular», Journal de Genéve (17
enero de 1937)

189
gobierno, para salvarle la vida, decían los de allí… hemos
sacado… otro en Guipúzcoa… y no tenemos dos, porque los
comunistas se llevaron las actas pistola en mano». 30

De esta forma, la segunda vuelta mejoró el resultado del Frente


Popular. Pero, al constituirse las Cortes, se presentó una auténtica
batería de denuncias sobre supuestas irregularidades. Se creó una
Comisión de Validez de las Actas Parlamentarias para revisar casi
300 de las 457 credenciales, retirando actas a la derecha y
aumentando las de las izquierdas. También se ordenó repetir la
votación en Granada y Cuenca. En ambos lugares habían triunfado
las derechas pero en Granada ya no volverían a presentarse
candidatos de esta adscripción y en Cuenca arrasó el Frente
Popular. Con ello, crecía sustancialmente la mayoría frentepopulista
en las Cortes. El resultado final arrojaba 278 diputados del Frente
Popular frente a 137 de diversos partidos de derecha.

El gobierno del Frente Popular.

Como ya se ha señalado, Portela Valladares había cedido a


Manuel Azaña la Presidencia del Consejo. El gobierno del Frente
Popular comenzó, por lo tanto, antes de que las nuevas Cortes se
reunieran por primera vez; e incluso, antes de celebrarse la segunda
vuelta de las elecciones.

Las primeras medidas del nuevo gobierno fueron: alejar a los


militares considerado hostiles a lugares remotos y amnistiar a los
condenados por la Revolución de 1934, así como retomar la
Autonomía de Cataluña, suspendida desde octubre de 1934.

También se aceleró la Reforma Agraria. En algunos casos, la


impaciencia de los campesinos les llevo a actuar de forma
autónoma prescindiendo del necesario aparato legal. Tampoco
faltó quien, aprovechando la situación de confusión que se iba
extendiendo, llevase a cabo la confiscación de propiedades no
estrictamente agrarias.

La destitución de Alcalá-Zamora

A principios de abril, cuando ya se había estabilizado la cuestión de


las actas, se presentó una moción para declarar que Alcalá-
Zamora había disuelto las Cortes en 1934 “sin necesidad”. Según el
artículo 81 de la Constitución, si la moción alcanzaba la mayoría
absoluta, el Presidente podía ser destituido, cosa que acabó
ocurriendo dada la mayoría parlamentaria con la que contaba el

30 . AZAÑA: Carta a Cipriano Rivas Cherif. 19 de marzo de 1936.

190
L A I I R E P Ú B L I C A

nuevo gobierno. Pocos días después, se nombró como sustituto a


Manuel Azaña, quien, a su vez, fue reemplazado en la Presidencia
del Consejo de Ministros por Casares Quiroga –de su partido-.

La situación que tenía que asumir el nuevo gobierno era


sumamente compleja tal como expresaba el propio Azaña, todavía
Presidente del Consejo de Ministros:

“Ahora vamos cuesta abajo por la anarquía persistente de


algunas provincias, por la taimada deslealtad de la política
socialista… por las brutalidades de unos y otros, por la
incapacidad de las autoridades, por los disparates… en casi
todos los pueblos, por los despropósitos que empiezan a decir
algunos diputados republicanos de la mayoría. No sé, en esta
fecha como vamos a dominar esto” 31

Al testimonio de Azaña se unen también los datos estadísticos que


muestran el espectacular incremento de los asesinatos políticos
desde febrero de 1936:

32

Desglosando los actos violentos, las cifras resultan terribles:

31Carta a Cipriano Cherif (19 de marzo de 1931).


32 Los datos han sido elaborados con la información de LINZ, Juan J. et al:
“Elecciones y Política” en CARRERAS, Albert y Xavier TAFUNELL (cords.):
Estadísticas Históricas de España. Siglos XIX y XX. Bilbao, Fundación BBVA, 1989.
He prescindido de los 1500 muertos de la Revolución de 1934.

191
total diariamente
actos violentos 759 5
iglesias destruídas 153 1
ataques a edificios 110 1
periódicos destruídos 10 1 periódico destruido cada dos semanas
huelgas rurales 192 1
huelgas industriales 719 5
incidentes con una o más muertes 118 1
muertes cometidas por las FOP 57 1 muerto cada tres días
muertos en total 273 2

33

De hecho, durante todo el periodo de


gobierno del Frente Popular estuvo
declarado el Estado de Alarma 34 que el
gobierno fue prorrogando mensualmente.

Por su parte, la población general tenía una


percepción imprecisa de la situación
puesto que, en realidad, la censura del
gobierno impedía a la prensa publicar
ningún hecho que supusiera una merma de
la imagen de la República y, en la medida
que todos estos hechos violentos no
contribuían en transmitir una imagen
demasiado favorable del régimen, su
publicación era censurada y no eran
conocidos directamente por la ciudadanía Página censurada de ABC (12-feb-36)
35. Esto podía servir para tranquilizar a la

población o, por el contrario, para facilitar la divulgación de bulos


que superasen la realidad, contribuyendo a generar una sensación
de terror.

33 Datos obtenidos de la misma fuente.


34 De acuerdo con la Ley de Orden Público de 1933 que era la continuación de
la Ley de Defensa de la República
35 El único mecanismo para eludir la censura gubernamental era comunicar los

hechos a un diputado que, como persona inmune, sí podía denunciar


públicamente los hechos haciéndose eco los periódicos de las informaciones

192
L A I I R E P Ú B L I C A

Con todo, soslayando el debate sobre el clima de violencia extrema


y, partiendo de la asunción de que sí existía tal, se abriría otro sobre
quiénes fueron los desencadenantes. De nuevo las posiciones
historiográficas pugnan por acusar al contrario de haber iniciado los
crímenes y –al mismo tiempo- justificar los propios como una
necesaria defensa ante la agresión.

El parlamento no era ajeno a la


situación de la calle y los debates
resultaban de una agresividad
extrema.

En este contexto, la perspectiva de una


guerra se hacía muy evidente. Los
rumores sobre preparativos de un golpe de estado y los de una
revolución corrían por las calles.

En esta situación, el 13 de julio, se produjo un episodio


brutal, que destaca, incluso en el ambiente de violencia
generalizado: el asesinato de Calvo Sotelo. José Calvo
Sotelo, antiguo Ministro de Primo de Rivera, había
regresado a España y era líder de un partido, Renovación
Española. Encarcelado José Antonio, Calvo Sotelo se
había convertido, junto a Gil Robles, en el máximo
representante de la oposición al gobierno
Calvo Sotelo
frentepopulista.

En la madrugada del 13 de julio, una brigada de la


Guardia de Asalto, vestidos de uniforme, junto a varios miembros de
las milicias del Partido Socialista y guardaespaldas del Ministro
Indalecio Prieto, sacaron de su vivienda al político y lo asesinaron.
Aunque desde hacía meses se estaba preparando un golpe de
estado militar –junto con una revolución de signo opuesto-, el
episodio sirvió como detonante del mismo y para decidir a
participar en la conjura a los que aún dudaban.

Temas en profundidad
El asesinato de Calvo Sotelo.

Si ha habido un episodio que ha sido considerado como el gran


prolegómeno de la Guerra Civil fue el asesinato, el 13 de julio de
1936, de José Calvo Sotelo, posteriormente considerado por el
franquismo como el “protomártir”.

Hoy en día, nadie discute que la conjura para organizar el golpe de


estado del 17 de julio llevaba meses fraguándose y la muerte de

193
Calvo Sotelo, 4 días antes, sólo pudo actuar como detonante y -si
se quiere- como acelerador- del golpe. También se le puede
reconocer el efecto de terminar de decidir a algunos que sólo
tomaron la decisión de participar en el mismo tras conocer el
crimen.

La magnitud del hecho no radicaba en la muerte de un líder


político, por más destacado que éste fuese, lo que no sería más que
otro sangriento episodio dentro de la violencia instalada en la
cotidianidad. Lo que verdaderamente resultaba espeluznante era
la forma en la que se cometió el homicidio y la reacción
gubernamental.

Calvo Sotelo, tras su regreso del exilio, había desarrollado una


intensa actividad política. Su brillantez intelectual y su manejo del
discurso, destacable incluso en una época de brillantes oradores, lo
hizo convertirse en uno de los líderes más prominentes de la
derecha, a pesar de que tras él no existía ningún partido político
importante.

La madrugada del 13 de julio de 1936, dos capitanes con Guardias


de Asalto y paisanos, llegaron, en una camioneta oficial, al domicilio
de Calvo Sotelo; se identificaron con sus documentos, llevaron a
cabo un rápido registro, cortaron la línea telefónica del domicilio y
pidieron al político que les acompañase a la Dirección General de
Seguridad. Aunque Calvo Sotelo era, como Diputado, aforado no
se opuso y se marchó en la camioneta. Al poco de iniciarse la
marcha, le dispararon en la nuca, dejando su cadáver tirado a las
puertas de un cementerio de Madrid.

Pese a que el episodio es en sí mismo despiadado e incalificable,


tampoco ha escapado a la polémica historiográfica. En este caso,
tenemos quienes presentan el hecho como muestra de lo
insostenible de la situación a la que se había llegado y, por lo
tanto, una justificación del golpe del 17 de julio. Y también
quienes, por el otro lado, sin mermar el horror ante el asesinato, lo
presentan como una respuesta al atentado que, unas horas antes,
le había costado la vida al Teniente Castillo de la Guardia de
Asalto, vinculado a las milicias del partido socialista.

Castillo había sido mortalmente tiroteado por unos desconocidos


la noche del 12 de julio. Su muerte había generado una profunda
indignación entre algunos de los que en la noche siguiente
formaron parte del destacamento que fueron a casa de Calvo
Sotelo.

194
L A I I R E P Ú B L I C A

Con todo, como veremos más abajo, existen indicios de que el


asesinato de Calvo Sotelo podía haber sido planeado con mucha
antelación a la muerte del oficial de la Guardia de Asalto. Lo que
no es incompatible con el que los asesinos actuaran en un estado
de arrebato por la muerte de Castillo.

En cualquier caso y más allá de la existencia de una relación causa-


efecto entre ambas asesinatos, lo que determina el diferente
impacto que tuvieron, más allá de la relevancia personal de uno y
otro, fueron algunos elementos, que pronto se difundieron, en torno
al asesinato del líder político y que le conferían un carácter singular:

• En las semanas anteriores a su asesinato Calvo Sotelo


había sido amenazado de muerte por diputados miembros
de la coalición del gobierno, en forma tan pública como en
las Cortes, siendo recogido en el mismo diario de sesiones 36 .

36 En la sesión de Cortes de 1º de julio de 1936 el diputado socialista dirigiéndose


a Calvo Sotelo dijo: "Pensando en su Señoría encuentro justificado todo, incluso el
atentado que le prive de la vida" (Gil Robles: No fue Posible la Paz. Esplugues,
1985; p. 675). El Presidente de las Cortes, Martínez Barrio, trató de reconducir la
situación e interpela a Galarza: "La violencia, Sr. Galarza, no es legítima en ningún
momento, ni en ningún sitio; pero si en alguna parte esa ilegitimidad sube de
punto es aquí. Desde aquí, desde el Parlamento, no se puede aconsejar la
violencia. Las palabras de S. S., en lo que a eso respecta, no constarán en el Diario
de Sesiones" (Diario de Sesiones, nº 54, 1 de julio de 1936; p. 1795). Pero Galarza
no se retractó: "Yo me someto, desde luego, a la decisión de la Presidencia,
porque es mi deber, por el respeto que le debo. Ahora, esas palabras, que en el
Diario de Sesiones no figurarán, el país las conocerá, y nos dirá a todos si es
legítima o no la violencia". (Diario de Sesiones de las Cortes, nº 54, 1 de julio de
1936, p. 1795).
El 11 de julio, tras finalizar un discurso Calvo Sotelo, la Diputada Dolores Ibarruri, La
Pasionaria, le espetó que era su último discurso. Fueron testigos y dan fe d e del
hecho Josep Tarradellas, Presidente de la Generalitat (Josep Tarradellas
(entrevista por Pilar Urbano); Revista Época, nº 33; 1985; p. 26. ) y Salvador de
Madariaga, Diputado Republicano (MADARIAGA, Salvador de; España: ensayo
de historia contemporánea; 1979, pg. 384.).

195
• Un guardaespaldas de Calvo
Sotelo había denunciado que, entre
las instrucciones del Director
General de Seguridad, se
encontraba no sólo “no proteger” la
vida del político sino colaborar con
quien intentase quitársela.

• El grupo de asesinos,
conformado por Guardias de Asalto
–uniformados-, militantes socialistas,
y guardaespaldas de ministros del
gobierno, se presentó en casa de
Calvo Sotelo, a cara descubierta,
mostrando sus credenciales y
dando sus nombres reales, sin
Noticia tal como apareció al día siguiente debido a la censura
aparente temor a que fuesen a ser
objeto de detención o enjuiciamiento.

• Y que, efectivamente, al día siguiente, los asesinos, ya


perfectamente identificados, continuaron sus labores
habituales sin mostrar demasiada preocupación por ser
apresados y, de hecho, no se hará nada serio por detenerles
37. Las únicas precauciones que alguno de ellos tomará fue

refugiarse en los domicilios de importantes figuras del partido


del gobierno.

Todo ello supone que, mientras el asesinato de Castillo fue un


atentado execrable, de cuya autoría política, a día de hoy, sigue
existiendo controversia 38. El asesinato de Calvo Sotelo, además de
la mayor relevancia social de la víctima, posee las características
de un auténtico “crimen de estado”.

Por otra parte, esa misma noche del 13 de julio, otro destacamento
semejante se había presentado en el domicilio de Gil Robles, quien
no se encontraba en Madrid.

37 . Casares Quiroga mantuvo una reunión con dirigentes del Frente Popular y
cuando manifestó su voluntad de detener a los sospechosos del crimen, el
dirigente socialista Indalecio Prieto amenazó con que el Partido Socialista
abandonaría el Congreso (en SEMPRÚN, Alfredo: El crimen que desató la Guerra
Civil. Barcelona, Debolsillo, Escena Decimoquinta).
38 Entre quienes atribuyen el asesinato a falangistas y los que los asocian con

elementos carlistas.

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En las horas que siguieron al crimen, el gobierno impidió que la


prensa emplease el término “asesinato”. Mientras los autores
seguían en la calle, las únicas medidas consistieron en cerrar sedes
del partido del líder asesinado y de otros partidos de derechas y
detener a miembros de partidos de la misma orientación. Se
planteó incluso la ilegalización de los partidos de derechas, la
detención y confiscación de bienes de sus militantes y simpatizantes
y el cierre de todos los periódicos no afines a las izquierdas 39.

La muerte de Calvo Sotelo no originó el golpe de estado del 17 de


julio pero si transmitió a una mitad de España, la conservadora y
católica, la idea de que se habían alcanzado unos límites en los que
no estaban garantizadas vidas ni haciendas. Si un político , aforado
y de la relevancia de Calvo Sotelo, había sido asesinado con esta
impunidad, significaba que nadie estaba a salvo. La nación
caminaba hacia el fratricidio.

39. El Partido Comunista tenía previsto la presentación de un proyecto de ley el


mismo día 13 de julio que incorporaría todas estas medidas (en SEMPRÚN: op.cit)

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