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EL PROBLEMA DE LA POLÍTICA EN MARX

A inicios del siglo XIX Europa se encuentra sumergida en un proceso de


profunda transformación:

- Vive la aparición de los nuevos sistemas constitucionales.


- Se produce la Revolución Industrial, consolidando el sistema
económico capitalista y, con él, la burguesía.
- Los avances científico-técnicos son numerosos.
- Aparecen diversos movimientos sociales opuestos entre sí: surge
el romanticismo y los diversos nacionalismos a la par que se dan
las revoluciones obreras (la de mayor importancia, en 1848).

En definitiva, como podemos observar, Europa está sufriendo el


desmantelamiento del Antiguo Régimen y asiste al nacimiento de la sociedad capitalista.
Marx se propone llevar a cabo un análisis riguroso del capitalismo como sistema económico.
Para ello, recoge la teoría del valor de Ricardo (un economista clásico). En toda mercancía
podemos distinguir un doble valor:

1) Valor de uso, en la medida en que satisface unas necesidades (primarias o


secundarias) y es útil. Por ejemplo: un bolígrafo sirve para escribir, un abrigo para
mantener el calor generado por el cuerpo humano, etc.

2) Valor de cambio, en la medida en que puede intercambiarse por otras mercancías.


Se trata de establecer una equivalencia entre mercancías para poder intercambiarlas.
Por ejemplo: 2 kilos de trigo = 3 metros de tela. Por comodidad, la equivalencia
termina haciéndose a través de una única mercancía que sirve de medida de
intercambio general: el dinero [sí, el dinero es una mercancía, aunque una mercancía
muy especial].

El valor de cambio se expresa, por tanto, en el precio de las mercancías. Pero, ¿cómo podemos
concretar dicho valor? En condiciones ideales de mercado 1, el precio viene determinado por
dos variables:

 Por un lado, los costes de producción, que se refieren a los gastos de materias primas,
maquinarias, etc. que se necesitan para elaborar dicha mercancía. Por ejemplo: para
producir un zapato necesitas cuero, cordones, plásticos para los herretes, hilo, agujas o
máquinas de coser, pegamentos, ordenadores para hacer el diseño, máquinas que
corten las suelas, etc.
 Por otro, el trabajo socialmente necesario para la producción de dicha mercancía.
Para elaborar una mercancía, su productor invertirá un número concreto de horas.
Pues bien, el trabajo socialmente necesario es la media de horas necesarias que

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Acuérdate de los experimentos mentales de Galileo y Rousseau, entre otros: se trata de imaginar cómo
sería el mercado en unas condiciones originarias, donde no haya ningún tipo de defecto o vicio. Unas
condiciones que quizás nunca hayan existido ni existirán, pero que nos sirven para entender mejor cómo
funciona realmente el mercado.
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necesita una sociedad en su conjunto para producir la mercancía. Por ejemplo: en una
tribu indígena que dispone de unos medios de producción muy rudimentarios, los
carpinteros tardarán bastante en hacer una cuchara de madera. Pongamos que tardan
3 horas. Algunos tardarán más y otros tardarán menos, eso depende de la habilidad
del artesano, pero la media total es la que nos importa. En cambio, en el caso de una
sociedad capitalista muy avanzada, el trabajo socialmente necesario para producir una
cuchara de madera puede ser de 5 minutos si se dispone de máquinas avanzadas.

Una vez establecido dicho valor de cambio originario, este variará en función de la ley de la
oferta y la demanda. Cuando en el mercado se ofrece gran cantidad de una mercancía
concreta, es decir, cuando hay mucha oferta y toda la demanda social queda cubierta y sobran
mercancías, los precios tienden a bajar para estimular la demanda del producto. En cambio, si
hay poca oferta y mucha demanda los precios tienden a subir, para frenar la demanda. Piensa
en el ejemplo que hicimos en clase de nuestra sociedad ideal: había muchos productores de
teléfonos móviles y sin embargo tan solo uno que produjera llaves.

En su obra El Capital, Marx analiza el ciclo económico del mercado. En un mercado no


capitalista, el ciclo adopta la forma de Mercancía-Dinero-Mercancía (M-D-M): se producen
mercancías que son cambiadas por dinero que será cambiado por otras mercancías. Sin
embargo, esto no ocurre en el mercado capitalista.

La ley fundamental que rige el ciclo económico del capitalismo es: Dinero-Mercancía-Dinero’
(D-M-D’). Es decir:

1) El capitalista invierte dinero (D).


2) Con él, produce mercancías (M).
3) Dichas mercancías se vuelven a vender, recuperando el dinero invertido más un
beneficio: el plusvalor (D’).

Pero… ¿de dónde sale dicho beneficio? Aquí viene la clave de todo el sistema capitalista.

Entre las mercancías que el capitalista adquiere con su inversión inicial, compra una con
capacidad de producir valor. Es la fuerza de trabajo de los obreros. Como todas las mercancías,
la fuerza de trabajo tiene un doble valor. Esta vez los veremos al revés:

 Valor de cambio: El salario, que debe ser suficiente para cubrir todas las necesidades
del obrero: vivienda, alimento, agua, luz, etc. Sin embargo, debemos recordar que está
sujeto a la ley de la oferta y la demanda, por lo que puede variar. Por ejemplo:
actualmente, el gobierno de España fija que el salario mínimo interprofesional es 1000
euros. Con ello, se entiende que al menos quedan cubiertas todas las necesidades.
 Valor de uso: El propio trabajo del obrero.

El secreto del plusvalor es que el valor de uso del obrero produce valor por encima de su valor
de cambio. Por ejemplo: pongamos el caso de un carpintero. A lo largo del mes hace un total
de 50 mesas, que luego serán vendidas cada una por 100 euros. El carpintero está generando
un total de 50*100=5000 euros. Sin embargo, solo recibe 1000 de salario. Obviamente, a esos

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5000 euros le restaremos los costes de producción, pero al capitalista le sigue quedando un
beneficio que antes no existía.

El plusvalor solo puede salir de la explotación de los trabajadores por parte de los
capitalistas. En nuestro ejemplo anterior, podemos observar que al carpintero, si trabajara
para sí mismo, le bastaría con producir 10 mesas al mes para obtener el mismo salario. Las 40
mesas restantes las está trabajando “gratis” para su patrón. Es decir: está siendo explotado.

Cabe preguntarse ahora: ¿Cómo ha llegado a esta situación de explotación? Al carpintero en


realidad no le ha quedado otra opción, porque ha sido desprovisto de los medios de
producción. El capitalista ha adquirido todos los medios de producción, dejando a los obreros
sin ellos. A los obreros no les queda nada más que su fuerza de trabajo. Es lo único que tienen
para vender en el mercado, por lo que se ven obligados a ello.

Pero, ¿cómo se ha producido dicha apropiación por parte del capitalista? ¿Cómo ha llegado a
tener todos los medios de producción? Es fácil de entender:

1º. Obligó al carpintero a venderle todas sus mesas.

2º. Acabó comprándole la carpintería y convirtiéndole en un empleado suyo.

Parece absurdo esto que cuenta (¿quién narices aceptaría vender todos sus productos a un
solo benefactor?), pero piensa en lo que hacen los supermercados con las marcas blancas. Los
supermercados hacen un acuerdo con una empresa para, por ejemplo, producir zumos de
tomate. El supermercado vende ese producto con el nombre de su marca, siendo este más
barato para el consumidor. ¿Cómo puede ofrecerlo tan barato? Porque ha llegado a un
acuerdo con la empresa de zumos: “si te compro 30.000 zumos al mes, me lo dejas a 0,30
céntimos en vez de a 0,50 céntimos, que es al precio al que lo vendes tú”. A la empresa le
interesa dicho trato, porque eso supone una facturación al mes muy grande:
30.000*0,30=9.000 euros, cuando quizás por su cuenta, vendiéndolos a 0,50 céntimos, solo
conseguían llegar a 5.000 euros (porque vendían 10.000 zumos).

El problema llega después: el supermercado cada vez exige a la empresa que le venda más
zumos, y la empresa deja de hacer zumos para otros. Ya no vende sus zumos a nadie más, solo
al supermercado. Cuando llega ese momento, entonces el supermercado le aprieta las tuercas
y le baja el precio de venta: ahora en vez de a 0,30 céntimos, se los comprarán a 0,20. A la
empresa de zumos no le queda otra que aceptar. Si no, se quedan sin negocio. Es fácil
comprender cómo este proceso puede ir agudizándose hasta que el supermercado acabe
finalmente comprando la empresa de zumos. El empresario se convertirá entonces en
empleado del supermercado y pasará a cobrar un salario.

A esta manera de hacerse con la propiedad privada de los medios de producción, Marx la
llamó acumulación originaria y es la condición previa para la aparición del capitalismo, su
punto de partida. La acumulación originaria es el proceso de separación del productor y los
medios de producción. Este proceso no se puede llevar por las buenas, sino que surge de la
violencia, del robo, de la conquista de los medios de producción. La acumulación de plusvalía

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es lo que da origen al capital: la relación entre personas (capitalistas propietarios de los
medios de producción y propietarios desposeídos de todo menos de su fuerza de trabajo)
mediada por las mercancías producidas en el sistema capitalista. Dicha relación adquiere la
forma de la pura y simple explotación.

El capitalismo es un sistema competitivo en el que el burgués o capitalista busca producir más


mercancía a menor coste. Dos estrategias se lo permiten:

1) Invertir en maquinaria para producir más y poder vender más barato.


2) Ajustar al máximo el sueldo del obrero (salario de subsistencia y aumento del horario
de trabajo).

La tendencia al monopolio, las condiciones de trabajo progresivamente peores y el paro


causado por la sustitución de obreros por máquinas llevan a Marx a concluir que el
capitalismo es un sistema injusto: cada vez se producen más cosas que pueden disfrutar
menos personas y el exceso de mercancías se resuelve con su destrucción mientras millones
de personas carecen de los bienes más básicos. Para que unos pocos puedan disfrutar de vidas
lujosas, otros muchos deben estar explotados sufriendo para poder subsistir.

La solución pasa por abolir la propiedad privada de los medios de producción [IMPORTANTE:
NO TE OLVIDES DE QUE no se trata de abolir la propiedad privada a secas, tal cual, sino la de
los medios de producción. Es muy diferente un caso y otro] para que nadie tenga que vender
su fuerza de trabajo a cambio de un salario. La propiedad colectiva de los medios de
producción haría innecesaria la plusvalía, por lo que acabaría con la explotación y la injusticia.

Es necesario luchar por alcanzar dicha situación. Para ello:

 Se debe conseguir que los obreros adquieran conciencia de clase (es decir, que
asuman que pertenecen a la clase trabajadora explotada).
 Se debe emplear la violencia con fines revolucionarios.

El fin es instaurar una dictadura del proletariado que asuma temporalmente el control del
Estado y se haga con el control de los medios de producción. Esa primera fase (Estado
socialista) terminará cuando la propiedad privada haya sido abolida y los medios de
producción sean colectivizados. Solo entonces desaparecerán las clases sociales y el Estado y
los seres humanos vivirán el final de la historia en una sociedad libre y justa denominada
comunismo.

El comunismo es la fase final de la historia, el último modo de producción que existirá y que
nacerá necesariamente tras el agotamiento del capitalismo. En otras palabras: no se puede
pensar que el capitalismo existirá como modo de producción eterno, pues en su seno mismo
encontramos contradicciones que acabarán con él. El comunismo es entonces el siguiente
paso dialéctico en la historia de los modos de producción: “Para nosotros, el comunismo no es
un estado que debe implantarse, un ideal al que haya de sujetarse la realidad. Nosotros
llamamos comunismo al movimiento real que anula y supera el estado de cosas actual [el
capitalismo].” (Marx y Engels en La ideología alemana).

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