Está en la página 1de 3

¿Qué es el socialismo?

Introducción

Con el auge de las ideas liberales en el siglo XIX, a mediados del mismo Centeno, se fundamentó
los orígenes del socialismo, en contraposición a las formas de desigualdad enraizadas en el
capitalismo. Sus principios consolidaron la masificación de la igualdad, como mecanismo de
redistribución equitativa de la riqueza.

Explicación

¿Qué es el socialismo?

El socialismo es un sistema de organización económica y social que se basa en el control de los


medios de producción y del patrimonio público, con el fin de alcanzar una sociedad más equitativa.

El socialismo contempla que todas las personas son iguales, con la necesidad de acceder a los
mismos bienes y recursos naturales de un país. Por eso propone que el control social sea la base
para la prosperidad y para garantizar la igualdad y la libertad.

Se opone al capitalismo que defiende a la propiedad privada de los medios de producción y que
permite las decisiones individuales en el mercado. Considera al capitalismo como un sistema
injusto en el que el poder y la riqueza recaen en una minoría.

Orígenes del socialismo

Las raíces intelectuales del socialismo se remontan a las ideas del filósofo griego Platón y su obra
llamada “La República” en la que hablaba sobre lo justo y lo injusto de la sociedad, en la que unos
pocos tenían el poder.

La palabra “socialismo” fue empleada por primera vez en 1766 por el monje Ferdinando Facchinei.
La usó para hacer referencia al concepto planteado en la obra de Juan Jaques Rousseau sobre el
“contrato social” entre el Estado y la comunidad (pacto que defendía la libertad y la igualdad
social).

El origen del socialismo científico ocurrió durante la Revolución Industrial. Fue una idea política
elaborada en 1848 por Karl Marx y Friedrich Engels en su Manifiesto Comunista que instaba a los
trabajadores (llamados proletarios) a unirse y a destruir del poder a los capitalistas.

• La propiedad pública. Es la característica central de una economía socialista en la que los medios
de producción y de distribución, son controlados y regulados por el Estado con el objetivo de
mantener una sociedad justa (a diferencia del capitalismo donde la propiedad privada se reparte
de manera desigual entre los ciudadanos).

• La planificación económica. En la economía socialista todas las actividades económicas


(producción, distribución, intercambio y consumo) son planificadas y coordinadas por una
autoridad central del Estado para producir solo lo que es necesario y evitar remanentes. No está
impulsada por las leyes de la oferta y la demanda como ocurre en el capitalismo, donde existe una
sobreproducción innecesaria.

• La sociedad igualitaria. En el sistema socialista la riqueza es distribuida de manera igualitaria


entre los ciudadanos para que no recaiga en manos de una minoría. De esta manera, pretende
desintegrar las clases sociales y equiparar el acceso a los bienes y servicios para toda la sociedad.

• La falta de competencia en el mercado. En el mercado socialista no existe la competencia dado


que el Estado es el único emprendedor y quien controla los precios. No existe la elección del
consumidor, solo puede comprar lo que el Estado provee. Este tipo de intervención pretende evitar
la explotación laboral y el monopolio del mercado.

El sistema socialista se caracteriza por el Estado que administra los medios de producción de toda
la sociedad de modo que, son las empresas estatales o las cooperativas (con autogestión de la
clase obrera) las que se ocupan de dar impulso a la economía. El objetivo primordial del socialismo
es construir una sociedad justa con un reparto igualitario de la riqueza. Para eso, necesita que los
medios productivos sean administrados por una autoridad central y no por la propiedad privada.

Sin embargo, existen opiniones contrapuestas entre los socialistas respecto a la extensión y al tipo
de propiedad pública que la sociedad debería controlar. Algunos han sostenido que casi todo debía
ser propiedad social, excepto los artículos personales como la ropa.

Otros, como los denominados social-demócratas, suelen aceptar el libre mercado como sistema
económico básico, junto con una considerable intervención del Estado para corregir desigualdades
sociales.
Diferencias entre socialismo y comunismo

El socialismo y el comunismo suelen ser términos que se confunden o que se emplean

como sinónimos. Lo cierto es que estas corrientes se diferencian por:

• El origen de la ideología. El socialismo surge en respuesta a las enormes fallas del capitalismo
(como la explotación laboral o la inequidad de las riquezas). El comunismo busca terminar con el
capitalismo y con la propiedad privada en su totalidad.

• El tipo de sistema. En el socialismo la autoridad central de la economía (sea el gobierno o una


cooperativa) es elegida de manera popular. En el comunismo no existe la elección popular y el
gobierno se impone de manera autoritaria.

• La propiedad privada. En el socialismo los medios de producción son de propiedad pública,


aunque los individuos tienen el derecho de comprar algunos bienes. En el comunismo, todo es
propiedad pública, tanto los medios de producción como los bienes manufacturados.

• La participación ciudadana. El socialismo pretende que todos los ciudadanos se involucren en la


administración de los medios de producción, mediante la representación del Estado. El comunismo
no permite la participación ciudadana.

Sin embargo, ambos sistemas se confunden porque tienen algunas similitudes, como la búsqueda
de la igualdad social, el concepto de propiedad pública y el control del Estado. Además, se
emplean como sinónimos porque algunos estudiosos sostienen que el socialismo es necesario para
pasar de un sistema capitalista a uno comunista, es decir, pasar de un sistema donde la burguesía
tiene poder sobre el proletariado, a uno donde los medios de producción no recaigan en una
minoría burguesa.

Lo cierto es que, en la actualidad, ninguna nación considerada socialista o comunista, ha logrado


llevar a la práctica estas ideologías de manera pura debido a la corrupción. El representante de la
autoridad nacional termina abusando del poder en lugar de ayudar a la sociedad a la que sirve (y
se rehúsa a devolver ese poder al pueblo).

Algunos ejemplos de países considerados socialistas son: China, la Unión de Repúblicas Socialistas
Soviéticas (URSS), Cuba, Corea del Norte

También podría gustarte