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Universidad Autónoma de

Nuevo León

Facultad de Odontología

Cirugía Bucal III

“SINUSITIS MAXILAR DE
ORIGEN DENTARIO”

Profesor:
Dr. Juan Eduardo Arizpe Coronado

Alumna:
Lopez Montes Samantha Leonor
Matrícula:
1889923

Grupo: 001
Fecha: 08/12/23
INTRODUCCIÓN
Los senos maxilares son espacios que contienen aire y ocupan el hueso maxilar
bilateralmente. Son los primeros de los senos paranasales que se desarrollan en el embrión
y que comienzan en el tercer mes de desarrollo fetal como invaginaciones de la mucosa o
un embolsamiento del infundíbulo etmoidal. El desarrollo inicial del seno maxilar, también
llamado neumatización primaria, progresa cuando la invaginación se expande en el interior
de la cápsula nasal cartilaginosa. La neumatización secundaria comienza en el quinto mes
del desarrollo fetal, cuando las invaginaciones iniciales se expanden a medida que va
creciendo el hueso.
Después del nacimiento, el seno maxilar se amplía por neumatización en el proceso alveolar
en desarrollo y se extiende anterior e inferiormente desde la base del cráneo, emparejado
estrechamente con la tasa de crecimiento del maxilar y con el desarrollo de la dentición.
El seno maxilar también es conocido como el antro o antro de Highmore. Antro deriva de la
palabra griega cuyo significado es cueva. El doctor Nathaniel Highmore, médico inglés del
siglo xvii, describió una infección de seno asociada a un diente maxilar, y su nombre ha
estado asociado durante mucho tiempo con la nomenclatura del seno. El seno maxilar se
describe como una pirámide de cuatro lados, con la base coincidiendo verticalmente en la
superficie medial y formando la pared nasal lateral. Su ápice se extiende lateralmente en el
proceso cigomático del maxilar. La pared superior o techo del seno también es la base de la
órbita. La pared posterior se extiende en toda la longitud del maxilar y entra en la
tuberosidad del maxilar. El seno se extiende anterior y lateralmente hacia la región de los
caninos o los primeros molares. El suelo del seno forma la base del proceso alveolar. El seno
maxilar adulto mide unos 34 mm en dirección anteroposterior, 33 mm de altura y 23 mm de
anchura. Su volumen es de unos 15 a 20 ml. Los senos están recubiertos principalmente por
el epitelio respiratorio, un epitelio columnar ciliado, seudoestratificado y que segrega moco.
Los cilios y el moco son necesarios para el drenaje del seno porque la abertura del seno u
ostium no está en una posición declive (inferior), sino que se localiza en el punto de
encuentro del tercio superior y medio de la pared medial y drena en la cavidad nasal. El seno
maxilar se abre hacia el extremo posterior, o inferior, del hiato semilunar, que descansa en
el meato medio de la cavidad nasal, entre los cornetes nasales inferior y medio. El ambiente
en el interior del seno es una capa delgada de mucosidad en movimiento constante que es
transportada a lo largo de las paredes del seno, a través del ostium y hacia la nasofaringe.
EXAMEN CLÍNICO DEL SENO MAXILAR
La evaluación clínica de un paciente en el que se sospecha que existe sinusitis maxilar
debería comenzar con un examen visual cuidadoso de la cara del paciente y del vestíbulo
intraoral por si existieran inflamación o enrojecimiento. La secreción nasal puede ser
evidente durante la evaluación inicial. El examen del paciente en el que se sospecha la
enfermedad de seno maxilar también debería incluir el golpeteo de las paredes laterales del
seno por fuera, sobre la prominencia de los huesos de la mejilla, y la palpación intraoral de
la superficie lateral del maxilar entre la fosa canina y el arbotante cigomático. El seno
afectado puede ser muy sensible al golpeteo suave o a la palpación. En algunos casos, la
pared lateral del seno puede estar erosionada y exhibir un defecto palpable.
Los pacientes con sinusitis maxilar suelen quejarse de dolor dental, y el dolor a la percusión
de varios dientes posteriores maxilares a menudo es indicativo de una infección aguda del
seno. Un examen complementario puede incluir la transiluminación de los senos maxilares,
que se lleva a cabo colocando una luz brillante de fibra óptica contra la mucosa en las
superficies palatinas o vestibulares del seno y observando (dentro de una habitación a
oscuras) la transmisión de la luz a través del seno. En la enfermedad unilateral, un seno se
puede comparar con el seno del lado opuesto. El seno afectado ofrece una transmisión
disminuida de la luz debido a la acumulación de fluido, desechos o pus y al aumento de
grosor de la mucosa del seno. Estas pruebas pueden ayudar a distinguir la enfermedad de
seno del absceso u otro dolor de origen dental asociado con los premolares y molares.

EXAMEN RADIOGRÁFICO DEL SENO MAXILAR


El examen radiográfico del seno maxilar puede realizarse con una amplia variedad de
exposiciones disponibles en el acto en la consulta dental o la clínica de radiología. Una
radiografía periapical es limitada debido a que solo puede visualizarse una pequeña parte
del aspecto inferior del seno. En algunos casos pueden verse los ápices de las raíces de los
dientes del maxilar posterior proyectados en el suelo del seno. Las radiografías panorámicas
pueden proporcionar una vista «más en detalle» de los senos maxilares. Esta proyección es
la mejor radiografía que se puede obtener en la mayor parte de las consultas dentales para
tener una visión de ambos senos maxilares y compararlos. La radiografía panorámica
proporciona una imagen enfocada dentro de un punto focal limitado, lo que hace que las
estructuras que se encuentran fuera de esta área no estén claramente representadas. Las
radiografías periapicales, oclusales y, ocasionalmente, las panorámicas son útiles para la
localización y recuperación de cuerpos extraños dentro del seno que han sido desplazados
por un traumatismo o durante la extracción de un diente. Estas radiografías también
deberían utilizarse para la planificación cuidadosa de la extracción quirúrgica de los dientes
adyacentes al seno.
INFECCIONES ODONTOGÉNICAS DEL SENO MAXILAR
La sinusitis maxilar es causada en ocasiones por fuentes odontogénicas debido a la
yuxtaposición anatómica de los dientes y el seno maxilar. La causa odontogénica abarca
aproximadamente del 10 al 12% de todas las sinusitis maxilares. Este cuadro puede
extenderse fácilmente y afectar a otros senos paranasales si no se tratan o se tratan
inadecuadamente. En casos excepcionales, estas infecciones pueden llegar a ser
potencialmente mortales y pueden incluir la celulitis orbitaria, la trombosis del seno
cavernoso, la meningitis, la osteomielitis, el absceso intracraneal y la muerte.
Las fuentes de infecciones odontogénicas que afectan al seno maxilar incluyen la
enfermedad periapical aguda y crónica y la enfermedad periodontal. La infección y la
sinusitis también pueden resultar del traumatismo ocasionado a la dentición o de la cirugía
del maxilar posterior, incluyendo extracciones de dientes, alveolectomías, reducciones de la
tuberosidad, injerto de elevación de seno y colocación de implantes u otros procedimientos
que crean un área de comunicación entre la cavidad oral y el seno maxilar.
Las infecciones del seno maxilar de origen odontogénico tienden a ser causadas por
bacterias anaerobias, tal y como resulta en la infección odontogénica habitual. Raramente
H. influenzae o S. aureus provocan una sinusitis odontogénica. Los organismos
predominantes son estreptotocos aerobios y anaerobios y Bacteroides anaerobios,
Enterobacteriaceae, Peptococcus, Peptostreptococcus, Porphyromonas, Prevotella y
Eubacterium.

TRATAMIENTO DE LA SINUSITIS MAXILAR


El tratamiento inicial de la sinusitis maxilar consiste en la humidificación del aire inspirado
para ablandar y ayudar al desprendimiento de las secreciones secas de la vía nasal y el
ostium del seno. Descongestivos administrados por vía sistémica y el pulverizador nasal que
contiene vasoconstrictores disminuyen la congestión nasal y del seno y ayudan a facilitar el
drenaje normal. Los pacientes con infecciones de seno suelen experimentar un dolor de
moderado a intenso y puede ser apropiada la prescripción de un analgésico narcótico o no
esteroideo.
Muchos casos de sinusitis son consecuencia de alergias que provocan la congestión y alteran
el drenaje natural del seno. La sinusitis alérgica suele responder a las medidas descritas
anteriormente. Sin embargo, cuando la sinusitis es el resultado de un proceso infeccioso,
está indicado el uso de antibióticos. Es importante conocer las bacterias que con más
frecuencia se aíslan en la sinusitis para la selección de un antibiótico.
La sinusitis odontogénica implica por lo general a organismos que están asociados con
infecciones odontogénicas comunes, incluyendo estreptococos aerobios y anaerobios y
microorganismos anaerobios, como Bacteroides y las enterobacterias. Por lo tanto,
antibióticos como la penicilina, la clindamicina y el metronidazol, que suelen ser eficaces en
las infecciones odontogénicas, también lo son contra la sinusitis de origen odontogénico. A
causa de la amplia variedad de microorganismos que pueden contribuir a infecciones del
seno maxilar, es importante obtener el material purulento para su cultivo y pruebas de
sensibilidad siempre que sea posible. Las pruebas de sensibilidad pueden sugerir un cambio
a otro antibiótico si se cultivan organismos resistentes en el seno y si la infección deja de
responder al tratamiento inicial asignado. Si el paciente deja de responder a este régimen
de tratamiento inicial en el plazo de 72 horas, es necesario reexaminar el tratamiento y el
antibiótico. Si no se ha identificado y eliminado la causa del problema, ha de revaluarse
cuidadosamente. Deberían evaluarse los resultados del cultivo y de las pruebas de
sensibilidad y realizarse modificaciones cuando esté indicado. Al menos, el 25% de los
organismos cultivados de infecciones de seno agudas son productores de beta (b)-
lactamasa, y muchos pueden ser anaerobios, sobre todo si la infección es odontogénica. Si
el organismo u organismos causantes de la infección son productores de b-lactamasa, podría
ser eficaz otro antibiótico, como por ejemplo el agente de combinación trimetoprima-
sulfametoxazol. También se ha demostrado que es eficaz la combinación de amoxicilina y
clavulanato potásico.
La sinusitis maxilar aguda es un proceso doloroso, potencialmente grave, que requiere una
atención inmediata y un cuidado médico y quirúrgico agresivo. Los pacientes de los que se
sospecha que padecen una sinusitis maxilar deberían derivarse a un cirujano oral y
maxilofacial o a otro especialista, como puede ser un otorrinolaringólogo. El médico que lo
deriva ha de enviar al cirujano las radiografías, los resultados de los procedimientos clínicos,
los resultados del cultivo y las pruebas de sensibilidad del drenaje purulento, así como
cualquier otra información diagnóstica pertinente.
El diagnóstico y tratamiento de la sinusitis maxilar crónica son difíciles y pueden incluir
pruebas de alergia, cirugía nasal o del tabique y desbridamiento quirúrgico de los senos. El
objetivo principal de la cirugía de seno es eliminar el tejido anómalo del interior de la
cavidad del seno y restaurar el drenaje normal a través del ostium. Tradicionalmente, esto
fue llevado a cabo con un abordaje abierto al seno conocido como procedimiento de
Caldwell-Luc. En esta técnica, se accede a la pared anterior del seno en la zona de la fosa
canina a través de un abordaje vestibular. El seno se abre y se eliminan el tejido anómalo o
los cuerpos extraños. Se evalúa y se abre el área osteomeatal o se practica una abertura
nueva para que el drenaje más dependiente se produzca más por la nariz (lo que se
denomina antrostomía) cerca del suelo del seno. Las técnicas más modernas permiten la
exploración y la cirugía del seno con procedimientos endoscópicos menos invasivos.
Los procedimientos de elevación de seno, realizados principalmente como procedimientos
quirúrgicos preprotésicos para mejorar la base alveolar maxilar posterior para la colocación
de implantes endoóseos secundarios o simultáneos, pueden contribuir en ocasiones a crear
infecciones de seno. En la mayoría de los casos, la elevación cuidadosa de la membrana de
Schneider crea un espacio en el que pueden colocarse injertos de partículas de hueso
autólogo, hueso alogénico, materiales aloplásticos o combinaciones de estos. Si el
procedimiento se realiza cuidadosamente, serán raras las complicaciones de las operaciones
de elevación de seno. Las complicaciones son más frecuentes por lo menos en dos casos:
cuando la membrana del seno está gravemente lacerada o avulsionada, o bien cuando el
seno está excesivamente lleno.
La discontinuidad importante de la membrana de seno permite la exposición del material
de injerto al seno abierto y la posible contaminación por bacterias nasales. Esta
discontinuidad permite también que el material en partículas procedente de injertos
sinusales o de los implantes se convierta en cuerpos extraños libres dentro del seno, los
cuales pueden causar respuestas de rechazo de cuerpo extraño de la mucosa del seno o
infección. Las membranas de seno laceradas pueden interferir también con la movilidad
ciliar normal del epitelio nasal e impedir así el drenaje fisiológico del seno. Finalmente, los
fragmentos de mucosa del seno o material del injerto pueden obstruir el ostium del seno,
causando posteriormente la falta de drenaje normal del mismo.
Cuando esto ocurre, el tratamiento consiste principalmente en el control de la infección y
en la eliminación de los materiales de injerto contaminados o desvitalizados. Este
tratamiento incluye también la eliminación de fragmentos libres del cuerpo extraño y el
adelgazamiento de injertos demasiado extendidos. Estos procedimientos suelen llevarse a
cabo mediante el abordaje quirúrgico de la pared lateral del seno de Caldwell-Luc o, menos
frecuentemente, con un acceso nasal mediante cirugía de seno endoscópica. El tratamiento
con antibióticos por sí solo puede mejorar temporalmente el problema agudo, pero el
tratamiento final requerirá la exploración del seno y su desbridamiento.
CONCLUSIÓN

El diagnóstico y tratamiento correcto de las sinusitis maxilares odontogénicas debe ser


multidisciplinario. Un examen odontológico acucioso, junto con la recopilación de la historia
médica y el uso de imágenes adecuadas, en especial la TC-CPN y la TC-CB, son esenciales
para el diagnóstico y para planificar un manejo terapéutico adecuado. Es importante
recordar que la microbiología de la sinusitis odontogénica difiere de las otras, por lo que su
manejo debe enfocarse en los microorganismos de la cavidad oral, prefiriendo el uso de
antibióticos betalactámicos, acompañados de un inhibidor de las betalactamasas. Además
de ello, es imprescindible el tratamiento odontológico de la etiología.

En caso de la existencia de una comunicación o fístula oroantral, se debe cerrar


quirúrgicamente, ya sea con un colgajo mucoperióstico vestibular o con el uso de bola
adiposa de Bichat, según el tamaño del defecto. Finalmente, el equipo de
otorrinolaringología debe realizar la cirugía endoscópica funcional para drenar el seno,
recuperar su ventilación y corregir los factores de riesgo anatómicos que pudiesen estar
involucrados en la sinusitis odontogénica. La CEF es considerada como la primera opción de
tratamiento, por sobre el uso de Caldwell Luc.

La sinusitis maxilar odontogénica involucra un manejo tanto del equipo de


otorrinolaringología como de cirugía maxilofacial, por lo que es imprescindible la buena
comunicación y el trabajo conjunto de ambos equipos, facilitando el manejo de la patología
y llevando a resultados exitosos.

Cíngulos profundos y dens in dente son alteraciones dentarias que merecen atención para
el diagnóstico y la prevención de los procesos de caries con el fin de evitar más
complicaciones. Los métodos radiográficos son importantes para confirmar el origen
odontológico de la lesión sinusal. Sin embargo, los casos de sinusitis odontogénica
atraumática pueden ser tratados con endodoncia y cirugía con curetaje como suplemento
en los casos de lesiones extensas o persistencia de los signos y síntomas, siendo la técnica
de Caldwell-Luc indicada para la intervención quirúrgicamente en estos casos.
BIBLIOGRAFÍA
Gay Escoda, C., Berini Aytés, L., & Sánchez Garcés, M. Á. (2015). Tratado de Cirugía Bucal
(1.a ed., Vol. 1). ERGON.

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