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UNIVERSIDAD AUTÓNOMA DEL

ESTADO DE MÉXICO

FACULTAD DE DERECHO

Grupo 03

Asignatura: Derecho agrario.

Título del trabajo:

Hacienda en México

Alumna: Carolina Guadalupe Santos García

Septiembre del 2023, Toluca, México

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A lo largo del siglo XVI la economía española se fue imponiendo poco a poco
sobre la de los indígenas. Significaba bienes, posesiones y riqueza material, se
utilizaba para denominar al conjunto de bienes que poseía un individuo o una
comunidad, país o institución.
Originalmente se trataba de propiedades muy extensas en las que se criaba
ganado y aves de corral, se sembraban productos agrícolas alimenticios y se
producían textiles, se explotaban canteras, minas y todo aquello que permitiera el
abasto de sus dueños y sus trabajadores.
La creciente demanda interna y externa de productos agrícolas y ganaderos
propició la expansión territorial y económica de las labores y estancias de ganado
y este fenómeno dio origen al surgimiento de la hacienda.
A las fincas rurales que lograban acumular cierta riqueza material, como
Miraflores, se les empezó a conocer como haciendas.
La primera mención del término “hacienda” corresponde a un mapa de 1579, de la
zona de Zacatula, actual estado de Guerrero, donde se señala la “casa y hacienda
de Villegas”
Posterior se consolidan con las primeras encomiendas de tierra que la Corona
Española otorgara a sus soldados de más alto rango, luego se consolidaron como
el pilar de la economía colonial y la propiedad más característica del México
Novohispano.
Las haciendas novohispanas tenían ciertas peculiaridades, divididas en tres
grupos:
1) El dominio sobre los recursos naturales de una zona “tierra y agua”
2) El dominio sobre la fuerza de trabajo.
3) El dominio sobre los mercados regionales y locales.
El proceso de gestación del sistema agrario basado en el dominio de la hacienda,
duro más de cien años.
La Ley de Desamortización (de bienes de la Iglesia) permitió incrementar la
extensión de las haciendas, y, gracias a los ferrocarriles y al crecimiento de la
economía, se pudo elevar la producción de artículos para el mercado.
En esa época florecieron, por ejemplo, las haciendas pulqueras, situadas
principalmente en el estado de Hidalgo, las azucareras del estado de Morelos, las
henequeneras de Yucatán y las algodoneras de Coahuila.
La hacienda en la época colonial
Tuvo su origen en la sustitución del tributo en especies, como forma de
aprovisionamiento de los colonos, por una producción específica destinada a

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satisfacer las necesidades de los europeos, así como de la propia fuerza laboral
agrícola, ganadera y minera.
La economía de los pueblos de los valles de México y Toluca, que actualmente
forman el Estado de México, tuvo su base en la agricultura y se organizó
principalmente en unidades productivas conocidas como haciendas.
El siglo XVII durante el cual se consolido la hacienda por completo, se caracteriza
por tres tendencias
1) Un descenso notable en la producción de la plata y el debilitamiento de
varias ciudades que constituían los polos mercantiles más importantes de la
Colonia.
2) Una contracción en el comercio exterior de Nueva España, debido a la falta
de plata, la crisis en que estaba hundida España.
3) Después de un proceso vertiginoso de desaparición de la población
indígena, esta llega a su nivel más bajo (1,300,000).
La hacienda no es solo una institución económica, sino también un sistema social
y político.
Relación en las haciendas.
Era la interrelación que tenían hacendados con administradores, capataces y
peones, así como con los empleados de a casa grande
Caracterización general de la hacienda.
Las características estructurales primarias de la hacienda eran:
a) el dominio sobre los recursos naturales de una zona, tierra y agua
b) el dominio sobre la fuerza de trabajo.
c) el dominio sobre los mercados regionales y locales
El desarrollo de la hacienda significó el triunfo de la economía española sobre la
tradicional, ubicando a los indígenas en una situación de inferioridad dentro del
nuevo sistema. El problema más severo se relacionaba con la tierra, porque la
pérdida paulatina de grandes extensiones que originalmente pertenecían a los
pueblos indígenas o eran baldías, que se inició desde el siglo XVI y se acrecentó
durante el XVII, condujo a este grupo a un estado crítico.
Una pieza indispensable de toda hacienda era la capilla, en la cual se ofrecían los
servicios religiosos a los habitantes de la finca y por supuesto, todas contaban con
trojes estables y algunas humildes chozas que utilizaban los peones acasillados.
La iglesia, la reforma y las haciendas.
La iglesia es parte importante en el desarrollo de la hacienda.

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Los bienes se acumulaban por donaciones, derechos por ceremonias religiosas,
diezmos y limosnas, comercio, trabajos de los indios. La acumulación de grandes
fincas rusticas en manos de la iglesia constituye una de las fuentes mas
importantes de donde surgieron las haciendas.

Con la independencia, se intento eliminar los monopolios que ejercían los


hacendados, pero no resulto. Las leyes de reforma destruyeron el latifundio
eclesiástico, así como la comunidad indígena.
De un golpe la Reforma aniquilo el latifundismo eclesiástico, por este medio se
consiguió agrandar los latifundios laicos existentes y erigir algunas nuevas
haciendas.
La hacienda aumento durante la era liberal por la desamortización de las tierras
comunales “eclesiásticas e indígenas” y por la enajenación de los baldíos.
Merced a la desamortización y posterior nacionalización de los bienes
eclesiásticos, gran parte de dichos bienes paso a manos laicas “extranjeras en
gran medida” aunque el clero retuvo algunos por interpósita persona, de cualquier
modo, perdió su fuerza como terrateniente.
Las haciendas con fuerte producción agrícola se diferenciaron un tanto de las
haciendas ganadera, en sus edificaciones y distribuciones espaciales. La hacienda
es el principal protagonista de la historia rural regional.

Las haciendas azucareras

Las principales zonas azucareras estaban ubicadas en lo que ahora es el estado


de Morelos, en Jalapa y en zonas de Michoacán; también se producía azúcar en
Autlán e Izúcar, aunque en menor escala.

Junto con la minería, los ingenios azucareros fueron las unidades productivas con
mayores requerimientos de capital y de mano de obra. Las tierras apropiadas para
cultivar caña tenían un precio elevado y al costo de la tierra había que agregar el
del agua, además de que la mayoría de los hacendados tenía que construir
acueductos, acequias y canales para conducir el líquido a sus haciendas.

Las haciendas cerealeras


Las haciendas cerealeras producían principalmente trigo, maíz y, en menor
cantidad, cebada. La región de mayor producción de grano fue la zona de Puebla-
Atlixco-Tepeaca. En segundo lugar, estaba El Bajío, cuyo desarrollo agrícola se
inició en el siglo XVII Les seguían, en orden de importancia, las zonas situadas
inmediatamente al norte y oeste de la ciudad de México y algunas localidades de
la Nueva Galicia y la Nueva Vizcaya.

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La tierra para este tipo de cultivos costaba cara, lo mismo que los derechos sobre
el agua, de manera que, al igual que en las haciendas azucareras, los hacendados
tenían que realizar obras hidráulicas, tales como presas, acueductos y canales,
porque el agua también se utilizaba para accionar los molinos de trigo.
Las haciendas ganaderas
Por otra parte, las haciendas ganaderas criaban ganado bovino, equino y mular,
que comercializaban como animales de tiro, de montura y de carga. También
producían para el rastro, donde se utilizaba no sólo la carne, sino también el sebo
y las pieles. La carne de res constituía un importante componente alimenticio en la
dieta de toda la población —blanca, indígena y castas— y se abastecía de ella a
las ciudades.
Como unos cuantos pastores se hacían cargo de los rebaños, no se necesitaban
viviendas ni capilla. Sólo las haciendas muy grandes contaban con este tipo de
edificios.
Las haciendas pulqueras
Por tradición, la elaboración de pulque —bebida alcohólica obtenida de un agave
— estuvo en manos de los indígenas que lo producían en pequeña escala para el
consumo local. El pulque resultó un buen negocio: requería poco capital y escasa
mano de obra. Los magueyes se daban bien en las tierras áridas y necesitaban
muy poca agua.
No se sabe con certeza si esta práctica fue común, ya que existen pocos trabajos
sobre haciendas pulqueras.
Las haciendas de productos tropicales
Durante el periodo virreinal, las haciendas de productos tropicales tuvieron menor
importancia que las antes mencionadas. Surgieron en las tierras bajas calurosas,
principalmente de las costas. La mayor parte de los productos tropicales estaba
orientada al mercado de exportación y entre ellos destacaban el cacao y el índigo
(añil).
Finalmente, cabe aclarar que, además de que la mayoría de las haciendas
agrícolas criaban algún ganado para proveerse de animales de trabajo y de tiro, y
las ganaderas producían cierto número de productos agrícolas básicos para el
autoconsumo, había un gran número de haciendas mixtas.

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