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Desalineamiento partidista en México y sus

consecuencias electorales

En base a:
Díaz Jiménez, Oniel Francisco (2019). El sistema de partidos mexicano después de la
elección crítica de 2018. Desalineamiento, cartelización y desinstitucionalización. Estudios
sobre las Culturas Contemporáneas, XXV (5), pp. 33-71.
Aparicio, Francisco Javier y Castro Cornejo, Rodrigo (2020), Elecciones 2018: Una
coyuntura histórica en México, Política y Gobierno, Vol. 27 Núm. 2, pp. 3-21.
Aguilar, Rosario (2019). Las coaliciones electorales de López Obrador a través del tiempo:
variaciones sociales y políticas, en Alejandro Moreno et al., El Viraje Electoral: Opinión
pública y voto en las elecciones de 2018 en México. Ciudad de México: CESOP/Cámara de
Diputados/ITAM, pp. 57-74.

16 de noviembre de 2023

Comportamiento político

Ana Carolina Cabrera Mendoza


(1) Desalineamiento partidista
Una de las críticas más habituales que tienen que soportar las explicaciones del voto que
se basan en los valores políticos es que se trata de explicaciones que hoy en día no
tienen tanta relevancia. Si bien era cierto que la identificación con un partido influía
poderosamente en el voto, ahora ya no lo es. Actualmente los electores están menos
identificados con los partidos.
La disminución de la identificación con los partidos aparece como un fenómeno paralelo
mucho más importante, se muestran menos identificados con los partidos, como si no lo
es, sucede que el voto de los electores se ve cada menos determinado por su
identificación con un partido. El voto está cada vez más condicionado por factores
coyunturales y contextuales. Antes los electores estaban alineados con unos partidos y
deducían su voto de ese valor político, este alineamiento está en crisis. A esto se le
conoce como desalineamiento.
El desalineamiento es la pérdida de influencia de la identificación con un partido (y de
otros valores políticos, como la ideología) sobre el voto. Si bien el desalineamiento
originalmente se refería a la pérdida de impacto electoral de la identificación con un
partido, este concepto se puede trasladar sin demasiados problemas a la pérdida de
impacto electoral de otros valores políticos, como la ideología izquierda-derecha. E
incluso se puede trasladar a la pérdida de impacto electoral de la posición social del
individuo.
Las causas del desalineamiento son diversas, y algunas de las que han destacado son las
siguientes:
- Se han erosionado mucho los vínculos grupales que se habían construido sobre la
base de la clase social, la religión, etc. Esta erosión debilitaba los clivajes y
también ha debilitado las identificaciones con los partidos, ya que estos valores
políticos estaban fuertemente influidos por la posición social.
- Se ha incrementado la habilidad cognitiva de los electores, esta mayor habilidad
cognitiva facilita que los electores hagan una evaluación directa de los inputs
políticos, sin tanta necesidad de las pistas que ofrece la identificación con un
partido.
- El reemplazo generacional también facilita el desalineamiento. La experiencia
política de los mayores hace que las generaciones pasadas desarrollen
alineamientos mucho más sólidos, las nuevas generaciones aún no lo han podido
desarrollar. El desalineamiento no sería un cambio en los individuos, sino un
cambio de individuos.
- En la decisión del voto, cada día se da más la importancia a las cuestiones
coyunturales y contextuales.
- Durante el ultimo siglo se han propagado nuevos valores políticos que no están
recogidos ni por la vieja ideología de izquierda-derecha, ni por los partidos
tradicionales con los que se sientan identificados los electores. En la medida que
estos nuevos valores políticos aumentan su influencia sobre el voto, va
disminuyendo la identificación con un partido y la de la ideología, el efecto
electoral de estos nuevos valores es mucho mayor entre los electores que se
identifican menos con los partidos.
Consecuencias:
- La volatilidad del voto: aquel voto normal (que se repetía una y otra vez) deja de
tener tanto vigor, los electores ya no votan de forma estable, es mucho más
probable que cambien su voto cuando cambien las circunstancias coyunturales.
- Cambio de sistema de partidos: Este debilitamiento genera la aparición de nuevos
partidos que irrumpen en unos sistemas de partidos que a menudo habían sido
estimulantes durante décadas.
- Devaluación de las explicaciones basadas en los valores políticos: es más fácil
que la dirección de causalidad se invierta; es decir, que no sean los valores
políticos los que influyen en el voto, sino todo lo contrario. Cuando los políticos son
débiles, es más probable que el elector decida primo su voto y después ajusto sus
valores políticos según este voto.

(2) El caso mexicano, ¿debe ser visto como un caso de desalineamiento o de


realineamiento de las lealtades partidistas entre el electorado?
Los efectos de la fragmentación de los sistemas de partidos sobre la estabilidad de los
sistemas políticos contemporáneos han generado un intenso debate centrado en la
gobernabilidad contra la representatividad, ya que “mientras para unos la baja
fragmentación generaría mayores niveles de gobernabilidad.
Las consecuencias de la fragmentación de los sistemas de partidos para la calidad y el
rendimiento democrático es un tema que ha generado un amplio debate en la literatura
comparada sobre la relación entre partidos políticos y democracia. Por un lado, existen
argumentos acerca de los efectos negativos de la fragmentación sobre la gobernabilidad
democrática y el buen funcionamiento de las relaciones ejecutivo-legislativo. La excesiva
fragmentación partidista en sistemas con elección separada del ejecutivo y la asamblea
produciría con frecuencia gobiernos divididos en los cuales el contingente legislativo del
ejecutivo sería una minoría respecto de la oposición, mermando la gobernabilidad y la
capacidad del ejecutivo para llevar a cabo su plan de gobierno. Por otro lado, se esperaría
que el surgimiento de la competencia partidista y el paso gradual desde sistemas de
partidos dominantes a competitivos en el nivel estadual reflejara el creciente pluralismo
político y activara diversos mecanismos de separación real de poderes y un papel más
activo de los legislativos frente a los ejecutivos locales, lo cual contribuiría al buen
funcionamiento de la democracia.
El caso mexicano puede ser visto como un caso de desalineamiento de las lealtades
partidistas entre el electorado. Según el desalineamiento no solo refleja la pérdida de
lealtades partidistas hacia el PRI sino también la dificultad del PAN y del PRD para
generar lealtades más fuertes y estables entre el electorado. Además, diversos estudios
argumentan que el desalineamiento respecto al otrora partido dominante no se tradujo
automáticamente en un realineamiento hacia los partidos de oposición. Por otro lado, se
menciona que se ha observado una gradual despartidización del electorado mexicano,
que se ha venido acelerando durante la administración peñanietista.
(3) Los ciudadanos que no se identifican con ningún partido político se han incrementado
considerablemente en la presente década hasta constituir la mayor parte del electorado.
Este declive del partidismo ha tenido a su vez importantes consecuencias para la
competencia política y la configuración actual del sistema, incentivando una creciente
fragmentación partidista, competitividad y volatilidad electorales, así como un menor
grado de institucionalización, que paradójicamente ha tenido lugar a la par del aumento
constante y considerable de los subsidios estatales a los partidos.
La situación actual en el sistema de partidos se puede describir como una
desinstitucionalización significativa respecto al pasado, cuyas causas son complejas e
involucran: una creciente insatisfacción de los electores con el desempeño de los
gobiernos de los partidos tradicionales (particularmente en temas tales como la economía,
la seguridad pública y el combate a la corrupción) y todo se combina con su gradual
alejamiento de la sociedad.
En este sentido, el aumento en el número de apartidistas y la disminución de los electores
con identificación partidista en el caso mexicano se traduce en una ampliación del
electorado disponible para ser movilizado y persuadido por medio de las acciones
estratégicas de los partidos y sus candidatos.
Así, puesto que en las últimas dos décadas hay menos electores mexicanos que se
identifican con los partidos y más electores independientes dispuestos a votar, respecto a
décadas anteriores, los principales partidos se han visto cada vez más obligados a apelar
a los electores independientes (así como a los votantes débilmente identificados) para
generar coaliciones electorales ganadoras, a través de estrategias electorales de tipo
catch-all, que tienden a priorizar aspectos relativos a la imagen de los candidatos, los
temas y las evaluaciones de tipo retrospectivo, entre otros factores de corto plazo que
influyen sobre las decisiones de los votantes, por encima de las etiquetas partidistas.
Voto tardío: Se refiere a aquellos votantes que deciden su voto al momento de conocer a
los candidatos, durante las campañas o incluso el mismo día de la elección (late
deciders). Esto se debe al declive en las lealtades partidistas y potencia diversos efectos
de activación y persuasión de las campañas electorales en el comportamiento electoral.
El incremento de los electores independientes y la fragmentación partidista se debe al
desalineamiento del electorado respecto de los principales partidos políticos. Los
ciudadanos mexicanos que no se identifican con ningún partido político se han
incrementado considerablemente en la presente década hasta constituir la mayor parte
del electorado. Este declive del partidismo ha tenido a su vez importantes consecuencias
para la competencia política y la configuración actual del sistema, incentivando una
creciente fragmentación partidista, competitividad y volatilidad electorales, así como un
menor grado de institucionalización.

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