En este texto se mencionan a las actitudes como lo que sentimos por
determinadas cosas, personas, grupos hechos o problemas del mundo. Son juicios evaluativos tales como positivos, negativos o neutrales sobre los objetos del pensamiento y unas mostraran gran intensidad y otras poco significado para nosotros. Durante este capítulo se incluyen los estados de ánimo porque se consideran conceptos afines. Unas y otros presentan un componente afectivo, aunque se piensa que las actitudes son más permanentes y suelen acompañarse de un estímulo u objeto actitudinal en particular, en cambio los estados de ánimo son estados emocionales temporales que pueden o no fluctuar con determinadas condiciones ambientales. Las actitudes están organizadas en redes y esa organización se refleja en las funciones que cumplen, esto se refiere a que si conocemos las actitudes de alguien nos ayudará a saber como se comportará, sin embargo LaPiere nos enseña que las conductas no siempre concuerdan con las actitudes. Es importante tener en cuenta que las creencias y los valores tomaran un papel importante en las actitudes que los individuos tendrán ante los contestos que se les presentan. Por otro lado tenemos también presente en este texto el concepto de estados de ánimo, los cuales el autor se refiere a ellos como las reacciones psicológicas temporales que influyen de modo profundo en el pensamiento y en la conducta, esto quiere decir que si nuestro estado de ánimo es positivo pensaremos de forma positiva, pero que si es negativo pensaremos negativamente; y es aquí donde estos estados de ánimo influirán a las actitudes que proyectemos hacia una situación a la que nos enfrentemos, y precisamente es aquí donde podemos hablar entonces de la Teoría más importante de la consistencia cognoscitiva la cual es la Disonancia Cognoscitiva propuesta por Festinger, y es nuevamente aquí cuando volvemos a hablar de Tensiones que nos llevan a comprender la discrepancia que se produce cuando surgen dos ideas en el individuo. Esta teoría de la disonancia la iremos atenuando con el tiempo, es por ello que también posterior a esta puede presentarse la Teoría de la autopercepción la cual estable que inferimos las actitudes de nuestra conducta y de las circunstancias en vez de experimentar y cambiar las actitudes para disminuirla. Cooper demostró que si sentimos se aplican mejor a las situaciones donde la conducta concuerda con la actitud original. Retomando las teorías de la disonancia y la autopercepción así como los conceptos de actitud y estados de ánimo podemos decir como lo menciona el autor que la legislación de lo moral afirmará las teorías y conceptos antes señalados en el sentido de que la conducta influye en las actitudes y también podemos influir en las conductas de los demás. ACTITUDES Y ESTADOS DE ÁNIMO En esta lectura nos habla que las actitudes son importantes ya que nos permite conectar de diferentes maneras en lo que nos relacionamos en nuestra vida social y son muy relevantes a la hora de adquirir nuevos conocimientos ya que las personas asimilan y relacionan la información que reciben del mundo en torno a dimensiones evaluativas y nos permite conectar áreas de investigación tradicionalmente dispersas, pero ¿Qué son las actitudes? Son el grado positivo o negativo con que las personas juzgan cualquier aspecto de la realidad que nos ayuda a satisfacer nuestras motivaciones. Y dentro de las actitudes son muy relevantes para adquirir nuevos conocimientos y estas tienen una gran relación con la conducta y nos permiten conectar en el contexto social en el que vivimos con la conducta individual y estas se dividen en clasificaciones funcionales pero el autor solo habla de tres particularmente: Organización del conocimiento, utilitaria y de expresión de valores. De igual forma las actitudes se pueden definir como lo que sentimos por determinadas cosas, personas, grupos, hechos o problemas del mundo. Son juicios evaluativos, sean estos positivos negativos o neutrales, sobre los objetos del pensamiento. Algunas de ellas muestran gran intensidad; otras tienen poco significado para nosotros. La fuerte convicción se relaciona con una cuestión específica; es decir, si alguien presenta actitudes intensas ante un tema, probablemente sea mucho menos fanática en otros. En general nuestras convicciones profundas influyen muy directamente con nosotros y en personas que se parecen a nosotros. A juicio de algunos psicólogos sociales las actitudes se construyen a partir de las creencias y de los valores. Muchos investigadores también piensan que las actitudes constan de tres componentes principales: creencias o cogniciones; afectos, sentimientos o emociones y conductas. La función de organización de los conocimientos nos habla que las actitudes ayudan a satisfacer esta necesidad básica de conocimiento y control, estructurando la información en términos positivos y negativos. De esta forma, ante situaciones nuevas, nuestras actitudes permiten decidir que cabe esperar de ellas, aumentando así nuestra sensación de control y las actitudes guían la búsqueda y la exposición a información relevante, acercando a la persona a todos aquellos aspectos de la realidad congruentes con ellas y evitando aquellos elementos que les sean contrarios. La función instrumental o utilitaria dice que las actitudes nos ayudan a alcanzarlos objetivos deseados y que a través de las actitudes podemos conseguir lo que queremos y evitar aquello que no nos gusta, contribuyendo de esta forma a crear sensaciones de libertad y competencia. La función de identidad y expresión de valores nos habla que las la expresión delas actitudes personales sir ven para informar a los demás de quienes son o quiénes somos y es así como las actitudes llegan a ser muy importantes en la definición de esta ya que la expresión de actitudes nos ayudan a expresar nuestros principios y valores como personas y también identificarnos con otros grupos con los que se comparten actitudes similares. Llegamos a tener actitudes porque nuestra mente debe de tener la capacidad de organizar y darle coherencia al mundo. Las actitudes nos ayudan a satisfacer la necesidad del control y conocimiento formando la información en términos positivos y negativos. Para esto hay ciertos términos que nos simplifican entenderlas actitudes. 1. Componente Cognitivo: Incluye los pensamientos y creencias de la persona acerca del objeto de actitud. 2. Componente afectivo: Agrupa los sentimientos y emociones asociados al objeto de actitud. 3. Componente conductual: Recoge las intenciones o disposiciones a la acción, así como los comportamientos dirigidos hacia el objeto de actitud. Indicadores objetivos de la fuerza de Actitudes El concepto de fuerza de las actitudes se refiere a la capacidad de una actitud para ser relativamente estable y resistente en el tiempo, y con capacidad de percibir la conducta de las personas. o La extremosidad o polarizaciones un indicador que se define por dos elementos, la dirección o la violencia y la intensidad y esta se refiere a la valoración positiva o neutra que la persona atribuye al objeto actitudinal. o La accesibilidad de una actitud se puede medir registrando el tiempo que tarda las sondas en contestar a una escala de actitud y se refiere al grado en el las actitudes se activan espontáneamente cuando las personas exponen al objeto de actitud o la rapidez que va una actitud hacia nuestra mente. o La ambivalencia se puede evaluar midiendo por separado la respuesta positiva y negativa de la actitud. Cuando mas extremas y semejantes en intensidad son las evaluaciones. o La estabilidad llega a ser una actitud estable y por lo tanto es fuerte y es capaz de mantenerse en el tiempo. Indicadores subjetivos de las actitudes Se refiere a la velocidad a la que las actitudes vienen a la mente y que se evalúan objetivamente con el registro de tiempos de reacción, algunos de estos parámetros subjetivos carecen de su correspondiente parámetro objetivo. Los más importantes de este grupo son: La confianza, la importancia y el conocimiento. La organización de las actitudes se ve afectada también por la función que cumplen. Katz sostuvo que las mantenemos por cuatro razones: para maximizar los premios y minimizar los costos en el entorno (función de ajuste); para protegernos en contra de los conflictos internos y de las amenazas externas contra el yo (función de defensa del yo); para indicar el tipo de persona que somos (función expresiva de valor); y para darle significado y orden a nuestro mundo (función de conocimiento). La función que una actitud desempeña determinará su lugar en la red de ellas. Krosnick y sus colegas demostraron que el autointerés (el hecho de que el problema de la actitud lo afecte a uno y a sus resultados), la identificación social (el hecho de que afecta a un grupo con quien uno se identifica o no) y la relevancia del valor ¿(el hecho de que le objeto de la actitud guarde o no relación con los valores personales) influyen en que a una actitud en particular se le considere importante o no. Cuanto más intenso sea un estado de ánimo en el momento de obrar, menores probabilidades habrá que nuestra conducta concuerde con nuestra actitud. El estado de ánimo es un estado psicológico positivo o negativo de carácter transitorio. A menudo lo producen o cambian hechos ordinarios. Un estado de ánimo positivo puede deber sea cosas tan dispares como recibir un elogio o una aprobación e incluso recordar un suceso favorable. Un hecho reciente desagradable puede ponernos de mal humor. Algunos resultados indican que los estados de ánimo intensos pueden anular la influencia que las actitudes tienen en la conducta, disminuyendo así la consistencia entre actitudes y conducta. Los estados de ánimo en comparación con las actitudes duran menos tiempo o son reacciones más emotivas, estos se consideran respuestas emocionales susceptibles de ser influidas por factores cognoscitivos y sociales. Estos, aunque temporales la mayoría de las veces, influyen en los pensamientos y en las conductas ordinarias. Por ejemplo, en un estado de ánimo positivo procesamos la información más superficialmente que en un estado negativo, pues en este último caso lo hacemos de un modo sistemático. El procesamiento superficial durante un estado positivo se caracteriza por una tensión menos concentrada o difusa, por una categorización más general y por mayor flexibilidad cognoscitiva que la atención más estrecha y concentrada de un estado de ánimo negativo. Una característica importante de los estados de ánimo es su temporalidad. La teoría de los procesos oponentes aporta una razón de esta propiedad. Establece que cuando comienza una reacción emocional, el cerebro inicia una reacción contraria que termina devolviéndonos a un estado neutral. Sirva para explicar por qué no podemos mantener un estado de ánimo positivo ni siquiera después de las experiencias más agradables. Pierde intensidad y hasta podemos sentir tristeza si no logramos recrear mentalmente el estado positivo reviviendo el hecho. Por otra parte, el proceso oponente impide que permanezcamos sumidos en la depresión durante un periodo muy largo. Además, quienes muchas veces han vivido la misma experiencia, tanto positiva como negativa, con el tiempo siente, la emoción primaria más debilitada y fuerte, la reacción oponente. En numerosas investigaciones se ha examinado s las personas en un estado de ánimo positivo o negativo tienen recuerdos o perciben los sucesos en una forma acorde o contraria a su estado de ánimo. Casi siempre se comprueba que tienen percepciones o recuerdos congruentes a su estado de ánimo. Bibliografía. Kimble C., Hirt, E., Díaz Lovine, Horch R., Lucker W y Zárate (copiladores). Psicología social de las américas. Ed. Printice Hall. Ed. Printice Hall. México: 135 – 171. Antología pág. 113 – 131. Referencia: Briñol, P, Falces, C, y Becerra A. (2007) Actitudes. En J. Morales, M. Moya, E. Gaviria E, & I. Cuadrado. Psicología Social Madrid: Mc Graw Hill. Pp. 457-476