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Stephen L.

Franzoi

Capítulo 6. Actitudes

Es el objetivo de la psicología estudiar el comportamiento, y de supone que las


actitudes influyen en el comportamiento. Antes de los 90' las actitudes eran
definidas con frecuencia en función de tres componentes distintos: creencias,
sentimientos e intenciones conductuales. Todo esto hacia un objeto. Aunque
ahora la investigación indica que no todos los tres componentes necesitan estar
en su lugar para que exista una actitud. Ahora, estas tres fuentes de juicio
evaluativo, creencias, sentimientos y comportamiento pasado, se consideran
como determinantes de las actitudes ya sea de manera individual o en
combinación.
De una definición multidimensional a una definición unidimensional:
Actitud: una evaluación positiva o negativa de un objeto.

Las actitudes implícitas pueden subyacer en las actitudes explícitas


La cognición implícita implica juicios o decisiones que ocurren de manera
automática sin nuestra conciencia. Siendo un producto de la cognición implícita,
una actitud implícita es una actitud que es activada en forma automática de la
memoria, con frecuencia sin que la persona se dé cuenta que la posee. Una
actitud explícita se tiene de manera consciente.

Actitudes duales. La posesión simultánea de actitudes implícitas y explícitas


contradictorias hacia el mismo objeto.

Los valores pueden moldear las actitudes y el comportamiento


Una variable psicológica que se asocia muy de cerca con las actitudes son los
valores. Los valores son creencias perdurables sobre metas importantes en la
vida que trascienden situaciones específicas. Transmiten lo que es importante
para nosotros en nuestra vida y sirven como nuestros principios rectores.
La importancia que le damos a un valor particular determina en gran medida si
influirá en nuestras actitudes y comportamiento. Las actitudes formadas sobre
todo a través de la influencia de valores de hace mucho tiempo se llaman
actitudes simbólicas. Son simbólicas debido a que el objeto de la actitud no es
percibido tan sólo como es, sino más bien como un símbolo de algo más.

¿Cómo se forman y mantienen las actitudes?


Las actitudes pueden desarrollarse a partir de sus creencias, sus sentimientos y
su comportamiento, por separado o en combinación.

La simple exposición puede conducir a actitudes positivas, este fenómeno se


llama efecto de la simple exposición (Zajonc, 1968). No requiere ninguna acción ni
creencia acerca del objeto. El que tiene la actitud con frecuencia no se da cuenta
por qué sostiene esta actitud.

Las actitudes pueden formarse por medio de condicionamiento clásico. A través


de esto, un objeto de actitud neutral previa (el estímulo condicionado) puede
llegar a evocar una respuesta de actitud (respuesta condicionada) con sólo ser
emparejados con algún otro objeto (el estímulo incondicionado) que evoca de
manera neutral la respuesta de actitud (la respuesta incondicionada).
El reforzamiento y el castigo pueden moldear actitudes. Una de las formas más
poderosas en las que el componente conductual puede moldear actitudes es por
medio del condicionamiento operante. Cuando una acción hacia un objeto es
recompensada o reforzada, es probable que se repita en el futuro. Y aunque las
actitudes pueden desarrollarse al ser recompensadas o castigadas en forma
directa cuando interactúan con el objeto de la actitud, también pueden
desarrollarse a través de medios indirectos de aprendizaje por observación. En
tales casos, las actitudes son moldeadas al observar a otras personas siendo
reforzadas o castigadas cuando interactúan con el objeto de la actitud. Las
personas a quienes observamos e imitamos se llaman modelos, debido a que nos
enseñan cómo representar papeles sociales.

La teoría de la autopercepción sostiene que el comportamiento causa las


actitudes. La teoría de la autopercepción es la teoría que con frecuencia
inferimos nuestros estados internos, como nuestras actitudes, observando
nuestro comportamiento. La teoría de la autopercepción sostiene que cuando
formamos actitudes, funcionamos como un observador, viendo nuestro
comportamiento y luego atribuyéndolo a una fuente externa (la situación) o
interna (actitud).
La teoría de Bem es una explicación radical del concepto de actitud, debido a que
sostiene que, en lugar que las actitudes causen el comportamiento, es el
comportamiento el que causa las actitudes.

Las actitudes son influidas por cambios en la expresión facial, movimientos de


cabeza y postura corporal. La hipótesis de la retroalimentación facial afirma que
los cambios en la expresión facial pueden conducir cambios correspondientes en
la emoción. Aunque el condicionamiento clásico puede proporcionar una explica
adecuada de cómo se forman estas actitudes, estudios recientes sugieren que
las acciones no verbales también pueden moldear las actitudes de las personas al
influir en su confianza en los pensamientos que tienen sobre el objeto de la
actitud.

El enfoque funcional afirma que las actitudes se forman para satisfacer


necesidades actuales. Las teorías expuestas hasta ahora enfatizan un
componente de la actitud sobre otros al explicar la formación de actitudes. En un
intento por entender cuándo un componente de la actitud ejercerá mayor
influencia que los otros al moldear una actitud particular, varios teóricos han
afirmado que necesita examinarse el propósito o función de las actitudes. El quid
de su argumento es que las personas sostienen actitudes que corresponden con
sus necesidades psicológicas actuales y, cuando esas necesidades cambian,
también lo hacen sus actitudes. Desde esta perspectiva, las personas podrían
tener actitudes similares hacia un objeto, pero razones diferentes. En este
proceso de desarrollo y cambio de actitud, el enfoque funcional ve al individuo
como un participante activo, que cambia de actitudes para satisfacer
necesidades actuales.
Dos autores propusieron cuatro funciones psicológicas a las que pueden server
las actitudes:
● Función utilitaria: supone una necesidad básica de interés personal,
obtener recompensas y evitar castigos del ambiente.
● Función de conocimiento: cuando las actitudes satisfacen esta función de
conocimiento cuando proporcionan un marco de referencia para organizar
el mundo de modo que tenga sentido.
● Función de defensa del yo: cuando las actitudes ayudan a afrontar
conflictos emocionales y proteger la autoestima. Las actitudes funcionan
como mecanismos de defensa protegiendo al yo del conflicto interno.
● Función de expresión de valor: actitudes que ayudan a dar una expresión
positiva a sus valores centrales y aspectos nucleares de su concepto.

¿Cuándo predicen el comportamiento las actitudes?


La teoría del comportamiento planeado afirma que las actitudes influyen en el
comportamiento al moldear las intenciones. Esta teoría refiere a que las personas
pensamos de manera racional sobre las consecuencias de nuestro
comportamiento antes de actuar. Es decir, el comportamiento tiene la intención
de lograr ciertos resultados, y la cognición es el proceso primario de desarrollo de
la actitud.
De acuerdo con esta perspectiva, la causa más inmediata del comportamiento no
son las actitudes, sino más bien las intenciones conductuales, las cuales son
decisiones conscientes de llevar a cabo acciones específicas. Además de la
actitud de una persona hacia un comportamiento, la intención conductual también
es determinada por normas subjetivas y por el control conductual percibido.

Una actitud hacia ejecutar un comportamiento particular se forma de acuerdo con


un proceso bastante racional y es el producto de dos factores 1) las creencias de
uno sobre las consecuencias de ejecutar el comportamiento particular y 2) la
evaluación de uno de las posibles consecuencias.
Una norma subjetiva es el juicio de una persona sobre sí otras aprobarán un
comportamiento particular. Como las actitudes, las normas subjetivas también son
un producto de dos factores: 1) las expectativas percibidas de otros significados y
2) la motivación de uno a ajustarse a esas expectativas.
Cuando las personas creen que tienen poco control sobre la ejecución de un
comportamiento debido a una falta de capacidad o recursos, entonces sus
intenciones conductuales serán bajas sin importar sus actitudes o normas
subjetivas.
● La teoría del comportamiento planeado ignora la posibilidad que las
actitudes en ocasiones produzcan un comportamiento involuntario
espontáneo.

Factores que determinan la relación actitud-comportamiento: nivel de


especificidad actitud-comportamiento, intervalo de tiempo entre la medición de la
actitud y el comportamiento, tipo de autoconciencia inducida antes de
comportarse, intensidad de la actitud, accesibilidad a la actitud.

¿La consistencia cognoscitiva es un aspecto importante de las actitudes?


Uno de los enfoques más influyentes en la psicología social, en especial en el
estudio de las actitudes, ha sido la noción de que las personas están motivadas
para mantener sus propias cogniciones (creencias, actitudes, autopercepciones)
organizadas en una manera consistente libre de tensión (esto es consistencia
cognoscitiva).
La teoría de la disonancia cognoscitiva (Leon Festinger, 1957) afirma que la
racionalización moldea las actitudes. Propone que aunque podamos parecer
lógicos en general en nuestro comportamiento y pensamiento, con frecuencia
nos ocupamos en un comportamiento irracional y desadaptativo para mantener la
consistencia cognoscitiva. También describe y predice como dedicamos mucho
de nuestro tiempo a racionalizar nuestro comportamiento en lugar de ocuparnos
en realidad en una acción racional.
Al reconocer que ha actuado de manera inconsistente, experimentará un
sentimiento de incomodidad conocido como disonancia cognoscitiva. La teoría de
la disonancia cognoscitiva demuestra que entre más débiles son las razones para
actuar de manera inconsistente con las actitudes de uno, mayores serán las
presiones para cambiar las actitudes en cuestión.
En la teoría de Festinger, supuso que todos tenemos un deseo igual de ocuparnos
en acciones consistentes desde el punto de vista cognoscitivo. Después están las
críticas a esta teoría que sugieren que puede no ser necesaria la disonancia
cognoscitiva para explicar cómo las inconsistencias conductuales pueden causar
un cambio de actitud.

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