Joel Cuevas Suero

2020-2352
Unidad 1.1
Pedro y Ana son dos amigos, que se reúnen de ves en cuando para
conversar sobre diversos temas, en esta ocasión decidieron iniciar
un diálogo sobre la importancia de la salud mental.
Pedro y Ana son dos amigos, que se reúnen de ves en cuando para
conversar sobre diversos temas, en esta ocasión decidieron iniciar
un diálogo sobre la importancia de la salud mental.

—Hola, Pedro. ¿Cómo estás?

—Hola, Ana. Me encuentro bien, aunque últimamente he estado

pensando mucho en mi salud mental. ¿Y tú?
Ana:
—Me alegra que estés reflexionando sobre eso. Yo también he
estado considerando mi bienestar emocional. Es un tema
importante que no siempre se discute lo suficiente.

Pedro:
—Tienes razón. A veces parece que la salud mental es un tabú.
Hace poco hablé con un amigo que me dijo que estaba
luchando con la ansiedad, pero que no sabía cómo pedir
ayuda.
Ana:
—Sí, es triste que aún haya estigmas alrededor de estos
temas. La gente debería sentirse libre de buscar apoyo
cuando lo necesita. ¿Le sugeriste algo a tu amigo?

Pedro:
—Le recomendé que hablara con un profesional, como un
terapeuta o psicólogo. También le mencioné algunos
recursos en línea donde puede encontrar información y
apoyo.
Ana:
—Eso fue un buen consejo. Yo también creo que hablar
con un profesional puede ser muy útil. Además, he
notado que llevar un diario puede ayudar a identificar
patrones de pensamiento o emociones negativas.

Pedro:
—Me gusta esa idea. A veces, escribir sobre nuestros
sentimientos puede ayudarnos a procesar lo que estamos
experimentando. ¿Has encontrado algún otro método que
te haya ayudado?
Pedro
— Una cosa que he aprendido es que es importante no
compararse con los demás. Todos enfrentamos nuestras
propias luchas, y es mejor centrarnos en nuestro propio
progreso.

Ana
—Eso es muy cierto. Compararse con otros puede ser
perjudicial para nuestra salud mental. Es importante
recordar que todos tenemos nuestro propio camino.
Pedro
—Gracias a ti, Ana. Me ha gustado esta
conversación. ¡Hasta luego!

Ana
—¡Hasta luego, Pedro!