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CAPITULO 1
CONCEPTOS Y DEFINICIONES

Prolegómenos, el título de esta sección, significa simplemente los comentarios


introductorios o preliminares. Le provee al autor la oportunidad de dejarle saber a sus
lectores algo del plan general que trae en mente, tanto su alcance como sus
limitaciones; asimismo algunas de las presuposiciones de su forma de pensar y los
procedimientos que planea usar. Los prolegómenos sirven para orientar a los lectores
acerca de lo que el autor tiene pensado para el libro.

I. EL CONCEPTO DE LA TEOLOGIA
Porque es una obra sobre la teología, esto inmediatamente dice algo de su alcance,
su enfoque, y sus limitaciones. La palabra “teología”, de theos que significa Dios y logos
que significa expresión racional, denota la interpretación racional de la fe religiosa. De
modo que la teología cristiana significa la interpretación racional de la fe cristiana.
Se incluyen por lo menos tres elementos en ese concepto general de la teología. (1)
La teología es inteligible. Se puede comprender con la mente humana en una manera
ordenada y racional. (2) La teología requiere explicación. Esto, a su vez, abarca la
exégesis y la sistematización. (3) La fe cristiana tiene su fuente en la Biblia, de modo
que la teología cristiana deberá ser un estudio basado en la Biblia. Es, pues, la
teología el descubrimiento, la sistematización, y la presentación de las verdades de
Dios.

II. LA VARIEDAD DE TEOLOGIAS


Las teologías se pueden catalogar en varias maneras.
(1) Por épocas; i.e., teología patrística, teología medieval, teología de la Reforma,
teología moderna.
(2) Por puntos de vista; i.e., teología arminiana, teología calvinista, teología católica,
teología bartiana, teología de la liberación, etcétera.
Por enfoque; i.e., teología histórica, teología bíblica, teología sistemática, teología
apologética, teología exegética, etcétera. Algunas de estas distinciones son muy
importantes para cualquiera que estudia la teología.

A.Teología histórica
La teología histórica se ocupa de lo que aquellos que estudiaron la Biblia pensaron
tocante sus enseñanzas, individual o colectivamente, como en los pronunciamientos
de los concilios de la iglesia. Muestra cómo la iglesia ha formulado tanto la verdad
como el error, y sirve para guiar al teólogo en su propio entendimiento y declaración
de la doctrina. Un estudiante puede llegar mejor a su propio entendimiento de la
verdad por conocer las contribuciones y los errores de la historia de la iglesia. En su
lugar correspondiente incluiré alguna historia de doctrina en este libro.

B.Teología bíblica
Aunque el término teología bíblica se ha usado en varias maneras, sirve para designar
un enfoque específico en el estudio de la teología. En un sentido no técnico puede
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referirse a una teología devocional (en contraste con la filosófica), o a una teología
basada en la Biblia (a diferencia de una que tiene interacción con los pensadores
contemporáneos), o a la teología exegética (contrastada con la teología especulativa).
Algunas teologías contemporáneas de la perspectiva liberal caen bajo esta última
categoría, la exegética, aunque su exégesis no representa fielmente la enseñanza
bíblica. También a menudo sus obras consisten en un reportaje que recorre la Biblia y
se limita a algún tema principal como el reino o pacto de Dios (si es teología bíblica
del Antiguo Testamento), o a las enseñanzas de Jesús, de Pablo, y de la cristiandad
primitiva (si es teología bíblica del Nuevo Testamento).
Técnicamente, la teología bíblica tiene un enfoque más agudo que ese. Trata
sistemáticamente con el progreso históricamente condicionado de la autorrevelación
de Dios en la Biblia. Cuatro características surgen de esta definición.
(1) Los resultados del estudio de la teología bíblica tienen que presentarse en forma
sistemática. En esto es como otras áreas de estudios bíblicos y teológicos. El sistema
o esquema en el cual se presenta la teología bíblica no va a utilizar necesariamente
los mismos razonamientos que la teología sistemática. No tiene que usarlos ni
tampoco los tiene que evitar.
(2) La teología bíblica presta atención al contexto histórico en el cual llegó la revelación
de Dios. Investiga las vidas de los escritores de la Biblia, las circunstancias que los
impulsaron a escribir, y la situación histórica de aquellos para quienes escribieron.
(3) La teología bíblica estudia la revelación en la secuencia progresiva en la cual fue
dada. Reconoce que la revelación no se completó en un solo acto de Dios, sino que
se desarrolló en una serie de etapas sucesivas, usando una variedad de personas. La
Biblia es un registro del progreso de esa revelación, y la teología bíblica se centra en
eso. Por contraste, la teología sistemática mira la revelación como un todo.
(4) La teología bíblica halla su fuente de materiales en la Biblia. En realidad, las
teologías sistemáticas ortodoxas también lo hacen. Esto no es decir que las teologías
bíblicas o sistemáticas no pudieran tomar o que no tomen material de otras fuentes,
sino que la teología o la doctrina misma no viene de ningún otro lugar sino de la Biblia.

C. Teología sistemática
La teología sistemática correlaciona los datos de la revelación bíblica como un todo
para poder exhibir sistemáticamente el cuadro total de la autorrevelación de Dios.
La teología sistemática puede incluir los trasfondos históricos, la apologética y defensa
de la fe, y trabajo exegético, pero se centra en la estructura total de la doctrina bíblica.
En resumen: La teología es el descubrimiento, la sistematización, y la presentación
de las verdades acerca de Dios. La teología histórica realiza esto por tomar en cuenta
lo que otros han dicho sobre estas verdades a través de la historia. La teología bíblica
lo hace por investigar la revelación progresiva de la verdad de Dios. La teología
sistemática presenta la estructura total.
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CAPITULO 2
ALGUNAS PRESUPOSICIONES

I. LA BASICA
Consciente o inconscientemente, cada persona opera basándose en algunas
presuposiciones. El ateo, que dice que no existe un Dios, tiene que creer esa
presuposición básica. Y al creerla, entonces mira al mundo, la humanidad, y el futuro
de una manera totalmente diferente que el teísta. El agnóstico, no sólo afirma que no
podemos tener conocimiento, sino que también tiene que creer esto como punto
básico de su forma de mirar el mundo y la vida. Si podemos tener conocimiento acerca
del Dios verdadero, entonces su sistema entero sufre derrota. El teísta cree que existe
un Dios. El presenta evidencia confirmatoria para respaldar esa creencia, pero
básicamente cree.
El trinitario cree que Dios es una triunidad. Esta es una creencia sacada de la Biblia.
Por lo tanto, él también cree que la Biblia es verídica.
Esta entonces queda como la presuposición decisiva. Si la Biblia no es verídica,
entonces el trinitarianismo es un error y Jesucristo no es quien El afirmó ser. No
llegamos al conocimiento acerca de la Trinidad o de Cristo por medio de la naturaleza
o de la mente humana. Y no podemos estar seguros de que lo que aprendemos en la
Biblia acerca del Dios triuno es cierto si no creemos que la fuente misma que
utilizamos es confiable. De modo que, la creencia de que la Biblia es verídica es la
presuposición básica. Esto se va a tratar en forma completa en los temas sobre la
inspiración e “inerrancia”.

LAS INTERPRETATIVAS
II.
Si nuestra fuente de información es tan crucial, entonces también debe ser muy
importante para nosotros la manera en que la consideramos y la empleamos. La
teología precisa depende de una exégesis sana. Hay que realizar estudios exegéticos
antes de desarrollar una sistematización teológica, como es necesario hacer ladrillos
antes de poder construir un edificio.

A. La necesidad de la interpretación clara e imparcial


Aunque una discusión más completa sobre la hermenéutica aparecerá en la Sección
III, necesitamos afirmar aquí la importancia de la interpretación imparcial como la base
de una exégesis correcta. Al darnos la revelación de Sí mismo, Dios quiso comunicar,
no oscurecer, la verdad. Por lo tanto, emprendemos la interpretación de la Biblia
presuponiendo el uso de las reglas normales de la interpretación. Recuerde que
cuando se usan símbolos, parábolas, tipos, etcétera, éstos dependen de un sentido
literal como la base aun de su propia existencia, y la interpretación de éstos tiene que
ser siempre controlada por el concepto de que Dios se comunica en forma normal,
clara, o literal. El ignorar esto resultará en la misma clase de exégesis confusa que
caracterizó a los intérpretes patrísticos y medievales.
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B. La prioridad del Nuevo Testamento
Aunque las Escrituras en su totalidad son inspiradas y provechosas, el Nuevo Testamento
tiene prioridad como fuente de doctrina. La revelación del Antiguo Testamento fue
preparatoria y parcial, mientras que la revelación del Nuevo Testamento fue culminante y
completa. La doctrina de la Trinidad, por ejemplo, aunque está presente en el Antiguo
Testamento, no se revela hasta el Nuevo Testamento. O, pensemos de cuánta diferencia
existe entre lo que enseñan el Antiguo y el Nuevo Testamento sobre la expiación, la
justificación, y la resurrección. Al decir esto no estamos minimizando las enseñanzas del
Antiguo Testamento ni tampoco sugiriendo que es menos inspirado, pero sí afirmamos que
en la revelación progresiva de Dios el Antiguo Testamento ocupa un puesto anterior
cronológicamente y, por lo tanto, ocupa teológicamente un lugar preparatorio e incompleto.
La teología del Antiguo Testamento tiene su lugar, pero es incompleta sin la contribución
de la verdad del Nuevo Testamento.

C. La legitimidad de textos de comprobación


Los liberales y los partidarios de la teología de Barth han criticado a menudo a los
conservadores por utilizar textos de comprobación para establecer sus conclusiones. ¿Por
qué hacen esto? Simplemente porque el citar textos bíblicos resultará en conclusiones
conservadoras, no liberales. Ellos alegan que es una metodología ilegítima y no propia de
la erudición, pero no es más ilegítimo que el usar notas de referencia en una obra erudita.
Por supuesto, los textos bíblicos han de usarse en forma apropiada, y lo mismo hay que
decir de las notas de referencia. Se deben usar para decir lo que realmente significan; no
deben usarse fuera de contexto; no se deben usar en parte cuando la totalidad cambiaría
el significado; y los textos de comprobación del Antiguo Testamento, en particular, no se
deben forzar para que sirvan de apoyo a una verdad que solamente se reveló después en
el Nuevo Testamento.

III. LAS QUE SISTEMATIZAN

A. La necesidad de un sistema
La diferencia entre la exégesis y la teología es el sistema que se usa. La exégesis analiza;
la teología correlaciona esos análisis. La exégesis relaciona los significados de los textos;
la teología interrelaciona esos significados. El exégeta se esfuerza en presentar el
significado de la verdad; el teólogo, el sistema de la verdad. La meta de la teología, sea la
teología bíblica o la sistemática, es la sistematización de las enseñanzas en consideración.

B.Las limitaciones de un sistema teológico


En fin, las limitaciones de un sistema teológico deben coincidir con las limitaciones de la
revelación bíblica. En su deseo de presentar un sistema completo, los teólogos a menudo
se ven tentados a llenar los espacios en la evidencia bíblica con la lógica o con implicaciones
que puede que no sean justificadas.
La lógica y las implicaciones tienen su lugar apropiado. La revelación de Dios es ordenada
y racional, así que la lógica tiene un lugar apropiado en la investigación científica de esa
revelación. Cuando las palabras se combinan para formar oraciones, esas oraciones
adquieren implicaciones que el teólogo tiene que tratar de entender.
Pero cuando la lógica se usa para crear la verdad, por decirlo así, entonces el teólogo será
culpable de llevar su sistema más allá de las limitaciones de la verdad bíblica. Algunas veces
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esto es motivado por un deseo de darles respuestas a preguntas que las Escrituras no
contestan. En tales casos (y hay varios de estos cruciales en la Biblia) la mejor respuesta
es el silencio, no una lógica hábil, ni implicaciones casi invisibles, ni un ansioso
sentimentalismo. Ejemplos de áreas que se prestan particularmente a esta tentación
incluyen la soberanía y la responsabilidad, el alcance de la expiación, la salvación de los
bebés que mueren, etcétera.

IV. LAS PERSONALES


Uno debe también ser capaz de presuponer ciertos factores acerca del estudiante de la
teología.

A. Tiene que creer


Por supuesto, un no creyente puede escribir y estudiar la teología, pero el creyente posee
una dimensión y una perspectiva sobre la verdad de Dios que ningún inconverso puede
tener. Las cosas profundas de Dios son enseñadas por el Espíritu, lo cual es una experiencia
que un no creyente no tiene (1 Corintios 2:10–16).
Los creyentes necesitan tener fe también, porque algunas áreas de la revelación de Dios
no podrían comprenderse totalmente por nuestras mentes finitas.

B. Tiene que pensar


Finalmente, él tiene que tratar de pensar teológicamente. Esto involucrará el pensar
exegéticamente (para entender el significado preciso), el pensar sistemáticamente (para
poder correlacionar los datos de manera completa), el pensar críticamente (para evaluar la
prioridad de la evidencia relacionada), y el pensar sintéticamente (para poder combinar y
presentar la enseñanza como un todo).
La teología y la exégesis deben siempre actuar recíprocamente. La exégesis no provee
todas las respuestas, de modo que cuando legítimamente existe más de una opción
exegética, la teología decidirá cuál es la preferible. Algunos pasajes, por ejemplo, pueden
al parecer enseñar o no la seguridad eterna; el sistema teológico de uno hará la decisión.
Por otro lado, ningún sistema teológico debe ser tan inflexible que no esté abierto al cambio
o la depuración que puedan traer los conocimientos que vienen de la exégesis.

C. Tiene que depender


El intelecto por sí solo no hace al teólogo. Si creemos en la realidad del ministerio de
enseñanza del Espíritu Santo, entonces, seguro que esto debe de ser un factor en el estudio
de la teología (Juan 16:12 –15). El contenido del plan de estudios del Espíritu Santo abarca
toda la verdad, concentrándose específicamente en la revelación de Cristo mismo que se
encuentra, por supuesto, en las Escrituras. Para experimentar esto se requerirá una actitud
de dependencia consciente del Espíritu, lo cual se reflejará en humildad intelectual y en un
estudio diligente de lo que el Espíritu les ha enseñado a otros a través de la historia. El
estudio inductivo de la Biblia es una forma de estudiar beneficiosa, pero hacer esto
únicamente es ignorar los resultados del trabajo de otros, y el hacerlo siempre puede ser
una repetición inútil de lo que otros ya han hecho.

D. Tiene que adorar


El estudiar la teología no es meramente un ejercicio académico, aunque lo es. Es una
experiencia que cambia, convence de culpas y errores, ensancha, reta, y finalmente lleva a
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una profunda reverencia para Dios. La adoración significa reconocer el valor del objeto que
se adora. ¿Cómo puede algún mortal prestar su mente al estudio de Dios sin que aumente
su reconocimiento de Su valor?

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