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Durante el estadio de sacos terminales, que abarca desde la semana 24 hasta el final
del período fetal, se produce un desarrollo significativo de los sacos alveolares
(alvéolos primitivos), con un adelgazamiento del epitelio alveolar y la proliferación de
capilares. Esta etapa es crucial para establecer la barrera sangre-aire necesaria para
el intercambio de gases en el feto, especialmente si nace prematuramente. Hacia la
semana 26, los sacos terminales están mayormente revestidos por células epiteliales
escamosas, conocidas como neumocitos tipo I, que facilitan el intercambio gaseoso.
Además, las células epiteliales secretoras redondeadas dispersas, los neumocitos
tipo II, segregan surfactante pulmonar, una sustancia crucial para reducir la tensión
superficial en los alvéolos y prevenir.
El estadio alveolar marca el período desde el final del período fetal hasta los 8 años
de edad y es esencial para el desarrollo completo de los pulmones. Durante este
tiempo, los sacos terminales se transforman en alvéolos maduros, con una delgadez
creciente del epitelio y una proliferación de capilares que permiten un intercambio
eficiente de gases. Los neumocitos tipo I se vuelven muy finos, permitiendo que los
capilares se proyecten en los sacos alveolares. La producción de surfactante
continúa siendo crucial para mantener la tensión superficial adecuada y prevenir el
colapso de los alvéolos durante la respiración. El desarrollo alveolar se completa
aproximadamente a los 3 años, pero se siguen agregando nuevos alvéolos hasta los 8
años. Durante este proceso, se multiplican los alvéolos y los capilares, aumentando
así la superficie disponible para el intercambio gaseoso. Este desarrollo está
controlado por una serie de vías de señalización molecular y factores de
transcripción que regulan la diferenciación celular y la ramificación de las yemas
respiratorias. Los movimientos respiratorios fetales juegan un papel importante en el
desarrollo pulmonar al estimular la aspiración de líquido amniótico y mantener la
forma y función de los músculos respiratorios.
Bronquios: son dos tubos que se ramifican desde la tráquea y llevan aire a los
pulmones.
Opinión:
El sistema respiratorio cumple una función vital para el ser humano: la oxigenación de
la sangre. La interrelación entre su estructura y función son las que permiten que este
objetivo se cumpla. Además tiene otras funciones importantes no relacionadas con
el intercambio gaseoso.