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El libro de ESDRAS

Título

Aunque el nombre de Esdras no aparece en el relato del regreso postexílico de Judá a Jerusalén
hasta el 7:1, el libro lleva su nombre (“Jehová ayuda”) como título. Esto se debe a que tanto la
tradición judía como cristiana atribuyen este libro a este famoso escriba-sacerdote. Los escritores
del Nuevo Testamento no citan el libro de Esdras.

Autor y fecha

Esdras es la persona que con mayor probabilidad escribió tanto Esdras como Nehemías, los cuales
originalmente pudieron haber sido un libro. Esdras 4:8–6:18 y 7:12–26 fueron escritos en arameo.
Aunque Esdras nunca afirma que él escribió estos libros, argumentos internos lo favorecen
fuertemente. Después de su llegada a Jerusalén (alrededor del 458 a.C.), él cambió de escribir en
tercera persona a hacerlo en primera persona. En la primera sección es probable que usó la
tercera persona porque estaba citando sus memorias. Se cree que Esdras posiblemente sea el
autor de los libros de Crónicas. Hubiera sido natural para el mismo autor continuar la narración del
AT mostrando como Dios cumplió su promesa al regresar a su pueblo a la tierra después de
setenta años de cautividad. También hay un fuerte tono sacerdotal en Crónicas, y Esdras fue un
descendiente sacerdotal de Aarón (cp. 7:1–5). Los versículos de conclusión de 2 Crónicas (36:22,
23) son casi idénticos a los versículos de inicio de Esdras (1:1–3a), afirmando su papel como autor
de ambos.

Esdras fue un escriba que tuvo acceso a muchísimos documentos administrativos que se
encuentran en Esdras y Nehemías, en particular a aquellos que están en el libro de Esdras. Muy
pocas personas habrían tenido acceso a los archivos reales del Imperio Persa, pero Esdras fue la
excepción (cp. Esd. 1:2–4; 4:9–22; 5:7–17; 6:3– 12). Su papel como escriba de la ley se encuentra
expresado en el 7:10: “Porque Esdras había preparado su corazón para inquirir la ley de Jehová y
para cumplirla; y para enseñar en Israel sus estatutos y decretos”. Fue un hombre fuerte y piadoso
que vivió en el tiempo de Nehemías (cp. Neh. 8:1–9; 12:36). La tradición dice que fue el fundador
de la Gran Sinagoga, donde el canon completo del AT fue formalmente reconocido por primera
vez.

Esdras guió el segundo regreso de Persia (alrededor del 458 a.C.), por lo tanto, el libro terminado
fue escrito en algún punto en las siguientes décadas (alrededor del 457–444 a.C.).

Contexto histórico
Originalmente Dios había sacado a Israel de la esclavitud de Egipto en el éxodo (alrededor del
1445 a.C.). Cientos de años más tarde, antes de los acontecimientos de Esdras, Dios le dijo a su
pueblo que si escogían quebrantar su pacto, Él volvería a permitir que otras naciones los llevaran
como esclavos (Jer. 2:14–25). A pesar de las advertencias continuas de Dios por boca de sus
profetas, Israel y Judá escogieron rechazar a su Señor y participar en la adoración de dioses
extraños, además de cometer las prácticas abominables que acompañaban a la idolatría (2 R.
17:7–18; Jer. 2:7–13). Fiel a su promesa, Dios trajo a los asirios y a los babilonios para disciplinar a
Israel y Judá que se habían alejado de Él.

En el 722 a.C. los asirios deportaron a las diez tribus del norte y las dispersaron por todo su
imperio (cp. 2 R. 17:24–41; Is. 7:8). Varios siglos después, en el 605– 586 a.C., Dios usó a los
babilonios para saquear y casi despoblar a Jerusalén.

Debido a que Judá persistió en su infidelidad al pacto, Dios disciplinó a su pueblo con setenta años
de cautividad (Jer. 25:11), de los cuales regresaron a Jerusalén como lo reportaron Esdras y
Nehemías. Ciro, el persa, conquistó Babilonia en el 539 a.C., y el libro de Esdras comienza con el
decreto de Ciro un año después para que los judíos regresaran a Jerusalén (alrededor del 538 a.C.),
y el libro relata el reestablecimiento del calendario nacional de Judá de festividades y sacrificios,
incluyendo la reedificación del segundo templo (comenzado en el 536 a.C. y terminado en el 516
a.C.).

Así como hubo tres olas de deportación de Israel a Babilonia (605 a.C., 597 a.C. y 586 a.C.), así
hubo de hecho tres regresos a Jerusalén en un período de nueve décadas. Zorobabel regresó por
primera vez en el 538 a.C. Él fue seguido por Esdras, quien guió el segundo regreso en el 458 a.C.
Nehemías hizo lo mismo trece años después, en el 445 a.C. No obstante, la autonomía política sin
estorbos nunca regresó. Los profetas Hageo y Zacarías predicaron durante el tiempo de Zorobabel,
alrededor del 520 a.C. en adelante.

Temas históricos y teológicos

El regreso de los judíos de la cautividad babilónica pareció como un segundo éxodo,


soberanamente diseñado en algunas maneras igual que la primera redención de Israel de la
esclavitud egipcia. El viaje de regreso de Babilonia incluyó actividades similares a las del éxodo
original: 1) la reedificación del templo y los muros de la ciudad; 2) la reinstitución de la ley, lo cual
hizo que Zorobabel, Esdras y Nehemías colectivamente parecieran como un segundo Moisés; 3) el
desafío de enemigos locales; y 4) la tentación a casarse con no judíos, resultando en idolatría.

Otros paralelos entre el éxodo original y el regreso de Babilonia debieron haber parecido a los que
regresaron como si el Señor les hubiera dado un nuevo comienzo.

En su relato del regreso, Esdras tomó información de una colección de documentos


administrativos persas a los cuales él tuvo acceso como escriba. La presencia de documentos
reales administrativos lleva un poderoso mensaje cuando es acompañada por la frase resonante
“la mano de Jehová su Dios estaba sobre Esdras” (7:6, cp. 28). Los decretos, proclamaciones,
cartas, listas, genealogías y memorias, muchos de ellos escritos por la administración persa, dan
testimonio de la mano soberana de Dios en la restauración de Israel. El mensaje primario del libro
es que Dios determinó y llevó a cabo la sombría situación pasada (cautividad) y continuó llevando
a cabo su obra a través de un rey pagano y sus sucesores para darle a Judá esperanza para el
futuro (regreso). La administración de Dios está por encima de la de cualquiera de los reyes de
este mundo, y de esta manera el libro de Esdras es un mensaje de la gracia de pacto continuo de
Dios con Israel.

Otro tema prominente que sale a la superficie en Esdras es la oposición de los residentes locales
samaritanos cuyos ancestros habían sido importados de Asiria (4:2; cp. Jn. 4:4–42). Por razones de
sabotaje espiritual, los enemigos de Israel pidieron participar en la reconstrucción del templo (4:1,
2). Después de ser rechazados, los enemigos contrataron a consejeros en contra de los judíos (cp.
4:4, 5). Pero el Señor, a través de la predicación de Hageo y Zacarías, reavivó el espíritu del pueblo
y de sus líderes para edificar, con las palabras “…esfuérzate… y trabajad; porque yo estoy con
vosotros” (Hag. 2:4; cp. Esd. 4:24–5:2). La reconstrucción volvió a iniciarse (alrededor del 520 a.C.)
y poco después el templo fue terminado, dedicado y de nuevo en servicio a Dios (alrededor del
516 a.C.).

Retos de interpretación

En primer lugar, ¿cómo se relacionan los libros históricos postexílicos de 1 y 2 Crónicas, Esdras,
Nehemías y Ester con los profetas postexílicos Hageo, Zacarías y Malaquías? Para la cronología de
Esdras, Nehemías, y Ester, vea las notas sobre Esdras 6:22–7:1. Los dos libros de Crónicas fueron
escritos por Esdras como un recordatorio del reinado davídico prometido, el sacerdocio aarónico y
la adoración del templo apropiada. Hageo y Zacarías profetizaron en el período de Esdras 4–6
cuando la construcción del templo se retomó. Malaquías escribió durante la segunda visita de
Nehemías a Persia (cp. Neh. 13:6).

En segundo lugar, ¿qué propósito tiene el libro? Históricamente Esdras reporta los primeros dos
de tres regresos postexílicos a Jerusalén de la cautividad babilónica. El primer regreso (caps. 1–6)
fue bajo Zorobabel (ca.538 a.C.) y el segundo (caps. 7–10) fue guiado por Esdras mismo (ca.458
a.C.). Espiritualmente, Esdras reestableció la importancia del sacerdocio aarónico al rastrear su
linaje hasta Eleazar, Finees y Sadoc (cp. Esd. 7:1–5). Él reportó la reedificación del segundo templo
(caps. 3–6). La manera en que lidió con el terrible pecado de matrimonios mixtos con extrañas se
presenta en los caps. 9, 10. Lo más importante es que reporta como la mano soberana de Dios
movió a reyes y venció diferentes tipos de oposición para reestablecer a Israel como la simiente de
Abraham, nacional e individualmente, en la Tierra Prometida a Abraham, David y Jeremías.

En tercer lugar, el templo fue edificado durante el reinado de Ciro. La mención de Asuero (4:6) y
Artajerjes (4:7–23) podrían llevar a uno a concluir que el templo también pudo haber sido
construido durante sus reinados. No obstante, tal conclusión viola la historia. Esdras no estaba
escribiendo acerca de los logros de construcción de Asuero o Artajerjes, sino que más bien
continuó relatando sus oposiciones después de que el templo fue construido, lo cual continuó
hasta la época de Esdras. Al parecer, entonces, Esdras 4:1–5 y 4:24–5:2 lidian con la
reconstrucción del templo bajo Zorobabel, mientras que el 4:6–23 es un paréntesis relatando la
historia de oposición en los tiempos de Esdras y Nehemías.

En cuarto lugar, el intérprete debe decidir dónde encaja Ester en el tiempo de Esdras. Una
evaluación cuidadosa indica que se llevó a cabo entre los acontecimientos de los caps. 6 y 7. Vea
notas sobre Ester.

En quinto lugar, ¿cómo se relaciona el divorcio en Esdras 10 con el hecho de que Dios odia el
divorcio (Mal. 2:16)? Esdras no establece la norma, sino que más bien lidia con un caso especial en
la historia. Parece haber sido decidido (Esd. 10:3) sobre el principio de que el mal menor (divorcio)
sería preferible al mal mayor de que la raza judía fuera contaminada por matrimonios mixtos, de
tal manera que la nación y la línea mesiánica de David no se terminarían al mezclarse con gentiles.

Resolver el problema de esta manera exalta la misericordia de Dios ya que la única otra solución
habría sido matar a todos aquellos que estaban involucrados (maridos, mujeres e hijos) al
apedrearlos, como fue hecho durante el primer éxodo en Sitim (Nm. 25:1–9).

Bosquejo

I. El primer regreso bajo Zorobabel (1:1–6:22)

A. El decreto de Ciro de regresar (1:1–4)

B. Tesoros para reconstruir el templo (1:5–11)

C. Aquellos que regresaron (2:1–70)

D. Construcción del segundo templo (3:1–6:22)

1. La construcción comienza (3:1–13)

2. La oposición aparece (4:1–5)

3. Explicación de la oposición futura (4:6–23)

4. La construcción renovada (4:24– 5:2)

5. La oposición renovada (5:3– 6:12)

6. El templo terminado y dedicado (6:13–22)


II. El segundo regreso bajo Esdras (7:1– 10:44)

A. Esdras llega (7:1– 8:36)

B. Esdras guía el avivamiento (9:1– 10:44)

1:1–3a Estos versículos son casi idénticos a 2 Crónicas 36:22, 23. La historia preexílica de 1 y 2
Crónicas dio a los retornados postexílicos una guía acerca del reinado davídico, el sacerdocio
aarónico y el culto del templo. Este libro reanuda la historia.

1:1 primer año. Ca. 538 a.C. Ciro rey de Persia. Ca. 550–530 a.C. El Señor había profetizado por
medio de Isaías, que dijo de Ciro: “Es mi pastor, … al decir a Jerusalén: Serás edificada; y al templo:
Serás fundado” (Is. 44:28). El historiador Josefo relata que Daniel leyó a Ciro la profecía de Isaías,
que como respuesta fue llevado a hacer la proclamación de 1:2–4 (538 a.C.). por boca de Jeremías.
Jeremías había profetizado el retorno de los exiliados después de una cautividad de setenta años
en Babilonia (Jer. 25:11; 29:10–14; cp. Dn. 9:2). Esto no fue un acontecimiento aislado, sino la
operación de las promesas del pacto hechas a Abraham en Génesis 12:1–3. despertó Jehová. Una
enérgica expresión de la realidad de que Dios opera soberanamente en la vida de los reyes para
llevar a cabo sus propósitos (Pr. 21:1; Dn. 2:21; 4:17). hizo pregonar. Esta era la forma más común
de comunicación hablada, pública, generalmente por parte de la administración central. El rey
enviaba a un heraldo, quizá con un documento escrito, a la ciudad. Con el fin de dirigirse al pueblo,
acudía bien a la puerta de la ciudad, donde a menudo se congregaban las personas para los tratos
sociales, o bienn convocaba al pueblo en una plaza, ocasionalmente con un toque de cuerno. El
heraldo anunciaba entonces la proclamación al pueblo. Un documento llamado el Cilindro de Ciro,
recuperado en una condición razonablemente buena por los arqueólogos, alienta a las personas
de muchas tierras a regresar a sus ciudades para reconstruir los templos a sus dioses,
aparentemente como una especie de política general de Ciro. Que este documento fuera o no una
extensión de la proclamación hecha a los exiliados en este pasaje queda como materia de
especulación (cp. 6:2–5). por escrito. Las proclamaciones eran anuncios orales, generalmente
dados por un heraldo, que a menudo se registraban por escrito para su archivo.

1:2–4 Es posible que Daniel tuviera un papel en el que los judíos recibieran un trato tan favorable
(cp. Dn. 6:25–28). Según el historiador judío Josefo, fue primer ministro de Ciro y testificó de las
profecías de Isaías con Ciro (Is. 44:28; 46:1–4). La existencia de estos documentos, escritos más de
un siglo antes del nacimiento de Ciro, lo llevaron a reconocer que todo su poder procedía del Dios
de Israel, y lo impulsaron a cumplir la profecía.

1:2 Jehová el Dios de los cielos. El Dios de Israel queda reconocido como la máxima autoridad
divina (cp. 5:12; 6:9, 10; 7:12, 21, 23), que dispensa soberanamente la autoridad a monarcas
humanos. casa. Esto se refiere al segundo templo, que sería edificado después del retorno a la
tierra bajo la guía de Zorobabel.
1:5 cuyo espíritu despertó Dios. El mensaje primordial subyacente de Esdras y Nehemías es que la
mano soberana de Dios está obrando en forma totalmente acorde con su plan en sus tiempos
señalados. Los setenta años de cautividad habían llegado a su fin, de modo que Dios despertó, no
solo el espíritu de Ciro para que promulgara el decreto, sino a su propio pueblo para que subiera y
edificara Jerusalén y el templo (cp. 1:1).

1:6 todos los que estaban en sus alrededores. A lo largo de Esdras y Nehemías se ve una
semejanza básica con el éxodo. Se pueden oír débiles ecos de los egipcios suministrando tesoros
para dar esplendor al tabernáculo (cp. Éx. 11:2; 12:35, 36). Aquí se llama a contribuir a otras
naciones alrededor de Israel. Se vieron asistidos por algunos de sus propios compatriotas cautivos,
que habían nacido en Babilonia y que habían preferido quedarse, y quizá por algunos babilonios y
asirios que estaban dispuestos favorablemente hacia Ciro o hacia los judíos.

1:7 los utensilios de la casa de Jehová. Cp. Esdras 6:5. Los utensilios que Nabucodonosor había
saqueado del templo (ca. 605–586 a.C.; Dn. 1:2; 2 R. 24:13; 2 R. 25:14, 15). Dios los había
preservado (2 Cr. 36:7) con los babilonios (cp. Dn. 5:1–4) para el retorno como había profetizado
Jeremías (Jer. 27:22).

1:8 Sesbasar príncipe de Judá. Cp. 1:11; 5:14, 16. No se dice más acerca de este hombre fuera del
libro de Esdras. Lo más probable es que fuera designado políticamente por Ciro para supervisar
Judá. No debe confundirse con Zorobabel, que era el dirigente reconocido por los judíos (cp. 2:2;
3:2, 8; 4:2, 3; 5:2) y por Dios (cp. Hag. 1–2; Zac. 4). Aunque Zorobabel no actuó como rey,
pertenecía al linaje davídico del Mesías (cp. Hag. 2:23; Mt. 1:12).

Regresos postexílicos a Jerusalén

Secuencia Fecha Referencia bíblica Líder judío Gobernante persa

Primero 538 a.C. Esd. 1–6 Zorobabel, Josué Ciro

Segundo 458 a.C. Esd. 7–10 Esdras Artajerjes

Tercero 445 a.C. Neh. 1–13 Nehemías Artajerjes

1:9–11 Los dos mil cuatrocientos noventa y nueve artículos contados en 1:9, 10 son solo
representativos del total de cinco mil cuatrocientos mencionados en 1:11.

1:11 cautiverio. Aquellos que Nabucodonosor había llevado de Jerusalén a la cautividad en


Babilonia, y cuyo regreso tuvo lugar probablemente a principios del reinado de Ciro (ca. 538/537
a.C.). Babilonia a Jerusalén. Un viaje que precisaba de tres a cinco meses (cp. Esd. 7:8, 9).
2:1–70 Esta lista se da de forma casi idéntica en Neh. 7:6–73 (vea las notas sobre este pasaje).

2:1 la provincia. Esto se refiere a Judá, reducida de ser un reino ilustre, independiente y poderoso
a la condición de una pobre y sumisa provincia del Imperio Persa. Los judíos que regresaron
seguían siendo considerados súbditos de Ciro que vivían en una provincia persa.

2:2 Zorobabel. Era el dirigente legítimo de Judá ya que pertenecía a la dinastía de David a través de
Joaquín (cp. 1 Cr. 3:17). No actuó como rey (cp. la maldición sobre el linaje de Joaquín, Jer. 22:24–
30), pero seguía en la dinastía mesiánica porque la maldición había quedado soslayada (cp. Mt.
1:12; Lc. 3:27). La maldición sobre el linaje mesiánico quedó soslayada para Cristo en la genealogía
de Lucas al rastrear el linaje mediante el hijo de David, Natán. Su nombre significa “descendencia
de Babilonia”, lo que indica su lugar de nacimiento. Él, y no Sesbasar, el designado político de Ciro
(cp. 1:11), dirigió a Judá según la voluntad de Dios. Jesúa. El sumo sacerdote del primer retorno,
cuyo nombre significa “Jehová salva”. Se le llama Josué en Hageo 1:1 y Zacarías 3:1. Su padre
Josadac (Esd. 3:2) había ido al exilio (cp. 1 Cr. 6:15). Pertenecía al linaje de Leví, Aarón, Eleazar y
Finees; así, pertenecía legítimamente al linaje sumosacerdotal (cp. Nm. 25:10–13). Nehemías…
Mardoqueo. No son las mismas personas que aparecen en Nehemías o Ester.

2:3–20 Se da una relación de varias familias judías.

2:21–35 Pobladores de diversas ciudades de Judá.

2:36–42 Sacerdotes y levitas. Vea Nehemías 12:1–9 para detalles adicionales.

2:43–54 sirvientes del templo. O netineos. Descendientes de los gabaonitas que llevaban a cabo
las tareas de servicio en el templo.

2:55–58 Descendientes de los siervos de Salomón.

2:59–62 Aquellos cuya información genealógica no pudo verificarse.

2:63 Urim y Tumim. vea la nota sobre Éxodo 28:30. Estos artículos, que se guardaban en el
pectoral del sumo sacerdote, se empleaban para determinar la voluntad de Dios.

2:64, 65 Esta cantidad global asciende a 12.000 más que las cantidades parciales que se dan en el
catálogo cuando se añaden todas. Sumando las cantidades más pequeñas, encontramos que
suman 29.818 en este capítulo, y 31.089 en el capítulo paralelo de Nehemías. Esdras hace mención
también de cuatrocientos noventa y cuatro personas omitidas por Nehemías, y Nehemías
menciona 1.765 no mencionadas por Esdras. Así, si el sobrante de Esdras se añade a la suma en
Nehemías, y el sobrante de Nehemías a la cantidad en Esdras, ambas sumas ascienden a 31.583.
Restando esta cantidad a 42.360, hay una diferencia de 10.777. Estos se omiten porque no
pertenecían a Judá ni a Benjamín, ni al grupo sacerdotal, sino a las demás tribus. Los siervos y
cantores, varones y mujeres, se cuentan por separado (v. 65), de modo que al reunir todas estas
cifras, la cantidad de todos los que partieron con Zorobabel ascendía a 50.000 con 8.000 bestias de
carga.

2:69 dracmas… libras. “Dracma” se refiere probablemente a una moneda persa, el dárico,
designada por Darío I. Esto habría ascendido a aproximadamente 500 kg de oro. “Libras” o
“minas”. Una mina pesaba alrededor de 540 gramos, de modo que esto representaría 2,7
toneladas de plata (cp. 1 Cr. 29:7).

2:70 sirvientes del templo. vea la nota sobre 2:43–54.

3:1–13 Se reanudaron el culto y el calendario regular. El altar fue reconstruido probablemente en


537 a.C.

3:1 Después de su llegada, estuvieron ocupados con sus propias viviendas en y alrededor de
Jerusalén. Cuando quedó acabada aquella obra, emprendieron la construcción del altar del
holocausto a tiempo para las fiestas, resueltos a celebrarlas como si el templo estuviera acabado.
El mes (ca. sept. / oct. 537 a.C.) de la fiesta de las trompetas, de la expiación y de los tabernáculos
(cp. 3:4) era el séptimo. Una asamblea así no se había convocado en setenta años. Y obedecieron
según Levítico 23:24–44. Más de noventa años después, Nehemías y Esdras dirigirían una
celebración parecida (cp. Neh. 8:13–18).

3:2 Jesúa… y Zorobabel. Los dirigentes reconocidos, espiritual y civil respectivamente. Vea las
notas sobre Esdras 2:2. como está escrito en la ley de Moisés. Los holocaustos se ofrecieron en
conformidad con Levítico 1:3–17.

3:3 colocaron el altar. Esto era todo lo necesario para restablecer el culto del templo (cp. 3:6). Lo
volvieron a colocar en su viejo fundamento (“base”), de modo que ocupara su emplazamiento
sagrado. los pueblos de las tierras. Los colonos que habían venido a ocupar la tierra durante los
setenta años de ausencia de Israel eran deportados introducidos desde otros países por los asirios
y babilonios. Estos habitantes consideraban a los judíos como una amenaza, y rápidamente
intentaroN minar su lealtad a Dios (cp. 4:1, 2). holocaustos. Estas eran las ofrendas más comunes
por el pecado (cp. 3:2).

3:4 por orden conforme al rito. Según Números 29:12–38.

3:7 albañiles… carpinteros… madera de cedro. El proceso de reconstruir el templo parece similar a
la construcción original bajo Salomón (1 R 5, 6; 1 Cr. 22; 2 Cr. 2). los sidonios y tirios… Jope. Los
materiales se enviaban desde los puertos fenicios de Sidón y Tiro a Jope en el sur, el principal
puerto, a unos 56 km de Jerusalén. conforme a la voluntad de Ciro. Cp. 1:2–4.

3:8 año segundo… mes segundo. Ca. abril–mayo 536 a.C. Esto puso fin oficialmente a la cautividad
de setenta años que había comenzado en 605 a.C.

3:11 cantaban, alabando. Un cántico con un formato similar al Salmo 136:1.


3:12 la casa primera. El templo edificado por Salomón (cp. 1 R 5–7). lloraban en alta voz. El primer
templo había sido destruido hacía cincuenta años. Los más ancianos, que habrían tenido sesenta
años o más, sabían que este segundo templo no podía ni compararse en esplendor con el templo
de Salomón, y que la presencia de Dios no residía en su interior (cp. Hag. 2:1–4; Zac. 4:9, 10). La
nación era pequeña y débil, el templo más pequeño y menos hermoso de lejos. No había riquezas
como en los tiempos de David y Salomón. El arca había desaparecido. Pero lo más triste era la
ausencia de la gloria de la Shekiná de Dios. De ahí el llanto. daban grandes gritos de alegría. Para
los que no tenían una referencia para comparar, este era una gran ocasión. Es posible que el
Salmo 126 fuera escrito y cantado para esta ocasión.

4:1 los enemigos. Cp. 5:3–17. Eran los enemigos de Israel en la región, que se resistían a su
retorno.

4:2 a él ofrecemos sacrificios. Esta falsa pretensión representaba el culto sincretista de los
samaritanos, que descendían de matrimonios mixtos con emigrantes extranjeros establecidos en
Samaria después de 722 a.C. (cp. 4:10). En el Museo Británico se encuentra un gran cilindro, y en
el mismo están inscritos los anales de Esarhadón, rey de Asiria (ca. 681–669 a.C.), que deportó a
una gran población de israelitas de Palestina. Luego tuvo lugar un correspondiente asentamiento
de colonos babilonios, que contrajeron matrimonio con mujeres judías que se habían quedado, y
con descendientes de ellas. El resultado fue la raza mestiza conocida como samaritanos. Ellos
habían desarrollado una forma supersticiosa de adorar a Dios (cp. 2 R. 17:26–34).

4:3 nosotros solos. La idolatría había sido la causa principal de la deportación de Judá a Babilonia,
y ellos querían evitarla totalmente. En tanto que tenían sus propios problemas espirituales (Esd. 9,
10), rechazaron cualquier forma de mezcla religiosa, en particular este ofrecimiento de
cooperación que tenía el sabotaje como propósito (cp. vv. 4, 5). nos mandó el rey Ciro. Cp. Esd.
1:2–4 (ca.538 a.C.). Esta mención daba autoridad a su actitud de rechazo.

4:5 frustrar. Esto ocasionó un retardo de dieciséis años (ca. 536–520 a.C.). Como resultado, el
pueblo comenzó a interesarse más en sus asuntos personales que en las cuestiones espirituales
(cp. Hag. 1:2–6). Darío. Darío gobernó Persia ca. 521–486 a.C.

4:6–23 Esta sección expone una oposición posterior que Esdras eligió exponer aquí como una
continuación parentética del tema “oposición al reasentamiento y a la reconstrucción de Judá”
(vea la Introducción: Retos de interpretación). Primero se refirió a la oposición de parte de los
enemigos de Israel bajo el rey Asuero (un título regio) o Jerjes (ca. 486–464 a.C.), que reinó en la
época de Ester (4:6). Esdras

4:7–23 pasa luego a narrar la oposición en tiempos de Nehemías bajo Artajerjes I (ca. 464–423
a.C.), manifestada en una detallada carta de acusación contra los judíos (vv. 7–16). Esta carta tuvo
éxito en detener la obra, como lo indica la respuesta del rey (vv. 17–23). Lo más probable es que
esta oposición es la también expuesta en Nehemías 1:3. Todo esto fue resultado de la dura
hostilidad entre los israelitas y los samaritanos, que quedó posteriormente agravada cuando los
samaritanos erigieron un templo rival en el Monte Gerizim (cp. Jn. 4:9). La oposición a Zorobabel
vuelve a recrudecerse en 4:24–5:2 durante el reinado de Darío I, que en realidad reinó antes tanto
de Asuero como de Artajerjes.

4:6 escribieron acusaciones. La palabra traducida “acusaciones” significa “una queja”. Satanás, con
el significado de “adversario legal” u “oponente”, es un término relacionado.

4:7, 8 carta… carta. Aquí se usan dos palabras diferentes. La primera se refiere a un documento
oficial en contraste a una simple carta. La segunda es el término genérico para carta. El contexto
verifica las elecciones de los dos diferentes términos, por cuanto se indican dos cartas diferentes.

4:8–6:18 Por cuanto esta sección contiene primordialmente correspondencia, se escribió en


arameo (como también 7:12–26) en lugar de en hebreo; el arameo era la lengua diplomática de
aquella época (cp. 2 R. 18:26; Is. 36:11).

4:10 Asnapar. Muy probablemente otro nombre para el rey asirio Assurbanipal, ca. 669–633 a.C.
hizo habitar en las ciudades de Samaria. La raza de los samaritanos resultó en matrimonios mixtos
de estos inmigrantes con los pobres del pueblo que no fueron llevados cautivos a Nínive (vea la
nota sobre 4:2 y 2 R. 17:24–41).

4:11 Artajerjes. vea la nota sobre 4:6–23. del otro lado del río. Al oeste del río Éufrates.

4:12 judíos. Esta designación se usó de manera general después de la cautividad, porque los
exiliados que regresaron eran principalmente de Judá. La mayoría de los miembros de las diez
tribus del norte quedaron dispersados, y el mayor número de los que regresaron procedía de las
dos tribus del sur.

4:13, 14 Esta acusación está llena de hipocresía. A ellos tampoco les gustaba pagar los tributos,
pero aborrecían a los judíos.

4:15 el libro de las memorias. Un documento administrativo llamado “memoria” que se guardaba
archivado en los archivos reales. esta ciudad fue destruida. Una mención de la destrucción de
Jerusalén por el rey babilonio Nabucodonosor (ca.586 a.C.).

4:19 Y por mí fue dada orden. Esto podría traducirse mejor como “establecí un decreto”. En otras
palabras, no fue una simple orden rutinaria dada a una persona, sino un edicto principal a un gran
número de personas.

4:21 Ahora… dad orden. No una orden menor para uno o dos trabajadores, sino que se hizo
detener el esfuerzo de cincuenta mil. El rey estaba con ello promulgando un decreto de gran
alcance. El lenguaje original establece la diferencia. Este decreto no perdería su autoridad hasta
que el rey promulgara un nuevo decreto.
4:23 carta. Otro documento oficial, en contraste a una carta genérica, llegó de Artajerjes
otorgando autoridad a los dirigentes regionales para poner el decreto en vigor. Sin la
correspondencia administrativa oficial del rey, este decreto no se hubiera podido hacer cumplir.

4:24 cesó… y quedó suspendida. El trabajo de reconstrucción quedó suspendido durante dieciséis
años, entre 536 a.C. y 520 a.C.

5:1 Hageo y Zacarías. El libro de Hageo se designa como “correspondencia administrativa regia”
(cp. Hag. 1:13) enviada por el Rey soberano del universo mediante el “mensajero de Jehová”,
Hageo (Hag. 1:13). Parte de su mensaje se dirige de manera específica a Zorobabel, el dirigente
político, y a Josué, el dirigente religioso, diciéndoles que “cobrasen ánimo y trabajasen” en el
templo, porque Dios estaba con ellos (Hag. 2:4). Estos dos profetas lanzaron unos severos
reproches y amenazas si el pueblo no volvía a edificar, y prometieron prosperidad nacional si lo
hacían. No mucho después que los exiliados oyeran este mensaje, la obra del templo comenzó de
nuevo después de una interrupción de dieciséis años. Vea las notas sobre Hageo y Zacarías.

5:2 profetas de Dios. Otros además de Hageo y Zacarías.

5:3 Tatnai. Probablemente un funcionario persa. ¿Quién os ha dado orden…? En otras palabras,
“¿Quién os ha dado un decreto real para construir?” Cp. Esdras 5:9.

5:5 Mas los ojos de Dios estaban sobre los ancianos. La mano protectora de Dios que dirigía este
esfuerzo permitió que la obra prosiguiera mientras se establecía la comunicación oficial con Darío,
el rey de Persia (vea la nota sobre 4:5).

5:8 piedras grandes… maderos. Esta técnica de usar maderos y bloques de piedra era una forma
bien conocida de construcción de muros. La razón de que se mencione aquí es que parecía ser una
preparación para un conflicto, o batalla. La inclusión de este particular servía de amenaza para el
oficial persa, que no quería esta clase de conflictos.

5:11 nos respondieron. Enviaron de vuelta un informe (un documento oficial para los archivos). el
gran rey de Israel. Salomón edificó el primer templo (ca. 966–960; 1 R 5–7).

5:12 los entregó en mano de Nabucodonosor. Esta expresión es de uso común en la


correspondencia administrativa cuando un administrador más poderoso, como un rey, cede algo
de su autoridad a un inferior y sin embargo, mantiene al oficial administrativo inferior
completamente bajo sus órdenes. El argumento aquí es que Dios, como rey del universo, satisfizo
su ira cediendo la autoridad para esta acción administrativa a Nabucodonosor. El mayor de los
reyes que haya jamás conocido el Cercano Oriente era simplemente un funcionario menor en la
administración del soberano Señor.

5:13 Ciro… orden. Cp. Esdras 1:2–4.


5:14, 16 Sesbasar… puso los cimientos. Esto parece contradecir la declaración en Esdras 3:8–10 de
que Zorobabel, Jesúa y los obreros judíos echaron el fundamento, pero en realidad no es así, ya
que Sesbasar era el cargo político designado por el rey de Persia sobre los judíos, y por ello se le
atribuye la responsabilidad oficial por la obra que realmente ellos habían hecho. vea la nota sobre
Esdras 1:8.

6:1 el rey Darío dio la orden. En lugar de un edicto público, esto fue una simple orden enviada a un
pequeño grupo de funcionarios.

6:1, 2 Babilonia… Acmeta. Acmeta es otro nombre para la capital persa de Ecbatana, a 500 km al
NE de Babilonia, en las estribaciones de los montes donde Ciro y otros tenían su casa de verano.

6:2 un libro en el cual estaba escrito. Una clase especial de documento designado como memoria
(Esd. 4:15; Mal. 3:16). Los oficiales administrativos guardaban a menudo estos documentos que
registraban decisiones administrativas tomadas, o cuestiones que quedaban por resolver, para
archivar los detalles de acciones administrativas para referencia futura.

6:3 año primero. Ca. 538 a.C. (cp. Esd. 1:2–4). sesenta codos… sesenta codos. Estas dimensiones
son mayores que las del templo de Salomón (cp. 1 R. 6:2).

6:5 Nabucodonosor sacó. Vea las notas sobre Esdras 1:7.

6:6, 7 Dios favoreció a los judíos de tal modo (cp. 5:5) que, mediante Darío, prohibió a los
funcionarios que interfirieran con el proyecto de edificación.

6:8–10 No solo los funcionarios no podían estorbar la edificación, sino que tenían que ayudar a
financiarlo, dando a los judíos una parte de la recaudación de los impuestos recogidos para el rey
de Persia. Los judíos podían recurrir a la tesorería provincial.

6:10 oren por la vida del rey y por sus hijos. Este era esencialmente el mismo motivo utilitario que
había impulsado a Ciro a decretar que todas las naciones cautivas volvieran a sus países,
reconstruyeran los templos que Nabucodonosor y otros habían destruido, y aplacaran a las
ofendidas deidades. Quería a todos los dioses de su lado, incluyendo al Dios de Israel.

6:11 arranque… alzado… colgado… hecha muladar. Un castigo acostumbrado para una infracción
grave (cp. Ap. 22:18, 19). Esto estaba dirigido de manera específica a los hostiles samaritanos.

6:14 prosperaban. Cp. Hageo 1:7–11. por orden del Dios de Israel… por mandato de Ciro. Este no
es el término normal para mandamiento, sino que es la misma palabra que se traduce “decreto”
en el sentido de “orden administrativa” a lo largo del libro. Su connotación aquí es enérgica. Era el
decreto de Dios, el Soberano del universo, quien dio la autoridad administrativa de reconstruir el
templo. Los decretos (misma palabra) de tres de los más grandes monarcas de la historia del
Cercano Oriente eran solo una cosa secundaria. Dios rige el universo y Él levanta reyes, y luego los
arranca de sus tronos cuando han servido a sus propósitos. Artajerjes. Aunque él no contribuyó al
proyecto bajo Zorobabel, lo hizo bajo Esdras (cp. 7:11–26).

6:15 Adar… sexto año. El mes doce (febrero / marzo) en 516 a.C.

6:18 turnos. Cp. 1 Crónicas 24, donde se describen los turnos sacerdotales. Aunque David ordenó a
los sacerdotes y levitas en turnos según la familia de cada uno de ellos, fue Moisés quien les asignó
sus derechos, privilegios y deberes (vea las notas sobre Números 3, 4). el libro de Moisés. Es decir,
el Pentateuco.

6:19 pascua. Cp. Levítico 23:4–8. Entre otras notables pascuas están las de Ezequías (2 Cr. 30:1–22)
y Josías (2 Cr. 35:1–19). mes primero. Marzo / abril.

6:21 las inmundicias de las gentes. Estos eran prosélitos al judaísmo, que habían confesado su
impureza espiritual ante el Señor, y se habían circuncidado y renunciado a la idolatría para guardar
la Pascua (v. 22).

6:22 había vuelto el corazón del rey de Asiria hacia ellos. Al volver el corazón del rey en su favor
para que les permitiera completar la reedificación, Dios alentó a su pueblo. Por medio de esta
prueba, ellos comprendieron mejor el versículo “está el corazón del rey en la mano de Jehová” (Pr.
21:1). El título “rey de Asiria” fue retenido por cada rey que sucedió al gran Imperio Neoasirio
fuera cual fuera el país del que procediera.

6:22–7:1 El libro de Ester pertenece a este intervalo de cincuenta y nueve años entre la finalización
del templo (ca.516 a.C.) bajo Zorobabel (Esd. 1–6) y el segundo retorno (ca.458 a.C.) bajo Esdras
(Esd. 7–10). Esdras 4:6 da un atisbo también a este período.

7:1–10:44 Esta sección cubre el retorno del segundo grupo a Judá, dirigido por Esdras (ca.458
a.C.).

7:1 Artajerjes. Rey de Persia los años 464–423 a.C. Esdras. Vea la Introducción: Autor y fecha. hijo
de. El linaje de Esdras pasaba por sumos sacerdotes tan destacados como Sadoc (1 R. 2:35), Finees
(Nm. 25:10–13) y Eleazar (Nm. 3:4).

7:6 escriba diligente. El papel de Esdras como escriba fue crucial para la restauración de la nación,
por cuanto los dirigentes habían de volver a la ley e interpretarla. Esta no era una tarea
insignificante, porque muchos aspectos de la vida habían cambiado en los mil años transcurridos
desde la primera promulgación de la ley. Dice la tradición que Esdras había memorizado toda la ley
y que la podía escribir de memoria. la mano de Jehová su Dios estaba sobre Esdras. Este estribillo
aparece una y otra vez por los libros de Esdras y Nehemías. Su eco constante asegura al lector que
no fue por sagacidad y habilidad en el liderazgo de unos pocos hombres que Judá, con su templo y
murallas, fue reconstruido en medio de un poderoso Imperio Medopersa. Más bien, fue la mano
soberana del sabio y poderoso Rey del universo la que lo permitió.
7:7 sirvientes del templo. Vea las notas sobre Esdras 2:43–54. séptimo año. Ca. 458 a.C.

7:8, 9 El viaje de cuatro meses de Babilonia a Jerusalén, de unos 1.600 km, comenzó en marzo /
abril y acabó en julio / agosto.

7:10 inquirir… cumplirla… enseñar. El modelo de la preparación de Esdras es ejemplar. Primero


estudió antes de emprender una vida de obediencia, y estudió y practicó la ley en su propia vida
antes de abrir la boca para enseñar aquella ley. Pero el éxito del liderazgo no procedió solo de su
fuerza, sino más significativamente porque actuaba “estando con él la buena mano de Dios” (7:9).

7:11 la copia de la carta. El original se guardaba generalmente para archivo. La carta iba dirigida a
Esdras porque el decreto registrado en la misma era el documento administrativo decisivo. Los
decretos iban comúnmente incorporados a cartas. En esencia, la carta autorizaba el documento en
manos de Esdras para que lo pudiera llevar y leerlo a los destinatarios a que se dirigía.

7:12–26 Este es un destacable decreto que da evidencia del gobierno soberano de Dios sobre los
reyes de la tierra y su propósito de guardar los pactos abrahámico, davídico y el nuevo pacto con
Israel. Esta sección está en arameo, como 4:8–6:18.

7:12 rey de reyes. Aunque es cierto que Artajerjes dominaba sobre otros reyes, Jesucristo es el
definitivo Rey de reyes (cp. Ap. 19:16), el único que puede reclamar de forma genuina este título,
por cuanto Él regirá sobre todos los reyes en su reino venidero (cp. Ap. 11:15).

7:14 siete consejeros. Esta cifra era conforme a la tradición persa (cp. Est. 1:14).

7:17 pues. El protocolo del decreto real que se registra en las palabras iniciales de 7:13–16 lleva a
la sección que comienza con esta palabra.

7:22 cien talentos. Como 3,4 toneladas. cien coros. Aproximadamente 270 hectolitros. cien batos.
2.700 litros.

7:25 Y tú, Esdras. La carta en la que iba incluido el decreto estaba escrita a Esdras. El rey se volvió a
él en una demostración de confianza administrativa y le concedió permiso para designar
magistrados y jueces para la región. El efecto de esta decisión sería la de otorgar una medida de
autonomía local para los judíos.

8:1–14 de Babilonia. La lista que sigue incluye sin duda a aquellos que vivían en las áreas
colindantes. El número total de varones en esta sección es de 1.496 más los nombrados, de modo
que con la adición de las mujeres y de los niños, la cifra asciende fácilmente a siete u ocho mil. Así
como estos no habían marchado con el primer grupo de retornados, también muchos judíos se
quedaron en Babilonia después que este grupo partiera. Durante los setenta años, muchos de los
exiliados se habían acomodado en una vida próspera. Surgió un conflicto no pequeño entre los
que retornaron y los que se quedaron en Babilonia. El Imperio Persa.
8:15 río… Ahava. Un lugar desconocido donde un canal o río iba al Éufrates. Estaba en Babilonia y
fue escogido como lugar donde los judíos que regresaban iban a hacer votos durante varios días
en preparación para la marcha. no hallé… de Leví. No había levitas que hubieran decidido regresar,
de modo que Esdras buscó a estos hombres tan necesarios enviando un mandamiento a Iddo, que
era el jefe de los sirvientes del templo. La influencia de Iddo atrajo a treinta y ocho levitas y a
doscientos veinte sirvientes del templo (vv. 16–20).

8:17 sirvientes del templo. vea la nota sobre 2:43–54.

8:21–23 publiqué ayuno. Estaban a punto de emprender el largo viaje. Era un trayecto peligroso,
porque los caminos eran frecuentados por ladrones que robaban para sobrevivir. Incluso los
mensajeros viajaban con caravanas para su seguridad. Esdras y el pueblo no quisieron confundir al
rey acerca de la confianza que tenían en la protección de Dios, de modo que se encomendaron a Él
para su seguridad con un ayuno en oración. Dios honró su oración de fe otorgándoles su
protección.

8:26 seiscientos cincuenta talentos. Algo más de 22 toneladas. cien talentos. Como 3,4 toneladas.

8:27 mil dracmas. Alrededor de 9 kg. vea la nota sobre 2:69.

8:31 Ahava. Vea la nota sobre el v. 15. mes primero. vea la nota sobre 7:8, 9. El retardo de doce
días ocurrió debido a un retardo de tres días buscando a más levitas (8:15) y al ayuno buscando la
protección de Dios (8:21).

8:36 entregaron los despachos del rey. El plural “despachos” puede dar cuenta de un cambio de
terminología. Esto incluiría los decretos más otras órdenes en la correspondencia oficial que
Artajerjes entregó a Esdras para su entrega, para apoyar a los judíos y su construcción del templo.

9:1 Acabadas estas cosas. Esto se refiere a la aplicación de los diferentes encargos y deberes que
les habían sido encomendados. sacerdotes… levitas. Tal como había sucedido antes de las
deportaciones bajo los asirios y babilonios, el liderazgo espiritual pecó junto con el pueblo (cp. Is.
24:2; Jer. 5:30, 31; 6:13–15; Os. 4:9; Mal. 2:1–9; 2 Ti. 4:2–4). cananeos… amorreos. Vea las notas
sobre Josué 3:10. abominaciones. La razón de este exclusivismo era mantener puro al pueblo. En
su primer asentamiento, se advirtió a Israel que no hiciera pactos con las naciones, lo que
resultaría en matrimonios mixtos e inevitablemente al culto a dioses ajenos (Éx. 34:10–17; Dt. 7:1–
5). En gran medida, fue la continua infracción de esto lo que precipitó el exilio de setenta años del
que acababan de regresar. Esdras descubrió que había vuelto a suceder, y llamó a un
arrepentimiento inmediato. Nehemías (Neh. 13:23–27) y Malaquías (Mal. 2:14–16) encontró más
tarde el mismo pecado. Es inconcebible que los judíos descendieran tan rápidamente por el
desastroso sendero de la idolatría. Ni la ira de Dios en el exilio a Babilonia ni la gracia de Dios en el
retorno eran suficientes para detenerlos de apartarse otra vez.
9:2 linaje santo. La simiente de Abraham que Dios había apartado (cp. Gn. 13:15, 16; 17:4–14). No
debía ser mezclada con otras naciones; en tal caso, constituía una violación del pacto de Dios (cp.
Dt. 7:2, 3). Estos matrimonios con mujeres gentiles introducirían de cierto la idolatría en la
siguiente generación, y de ahí la intensa reacción de Esdras.

9:3 rasgué… arranqué… me senté. Una expresión externa de un espíritu dolido y perturbado
debido al pecado (cp. 2 Cr. 34:27) caracterizó a Esdras al ver al pueblo volver a los viejos senderos
que atraerían otra vez el juicio sobre ellos.

9:4 los que temían las palabras. En contraste con los que habían participado en los matrimonios
mixtos, había aquellos que los contemplaban como una abominación. Los tales temieron
grandemente el juicio del Señor otra vez sobre ellos (cp. Is. 66:2, 5) y se sentaron con Esdras hasta
la reunión del pueblo para el sacrificio de la tarde, cuando habría de seguro oración pública y
confesión, con Esdras ayunando, lamentándose y orando (v. 5), en un esfuerzo por llevar a los
príncipes y al pueblo al arrepentimiento.

9:5–15 La oración sacerdotal intercesora y confesión de Esdras es como la de Daniel (Dn. 9:1–20) y
la de Nehemías (Neh. 1:4–11) en que empleó pronombres en plural que lo identificaban con el
pecado del pueblo, aunque él no había participado en el mismo. El uso de “nosotros”, “nuestro” y
“nos” demuestra la comprensión de parte de Esdras de que el pecado de los pocos es suficiente
para contaminar a los muchos.

9:8 un lugar seguro en su santuario. O “estaca en el lugar de su santuario”. Una figura de lenguaje
que indicaba permanencia y prominencia.

9:8, 9 misericordia… misericordia. O “gracia… misericordia”. Dios había sido fiel a su carácter y a su
pacto (cp. Lm. 3:22–23) al restaurar a Israel, Jerusalén y el templo.

9:9 protección. O “muralla”. Como pueblo esparcido por todo el Creciente Fértil, los judíos eran
vulnerables ante las naciones. Juntos en Judá, con Dios como protector, estaban a salvo. La
muralla no excluye las murallas de Jerusalén que todavía estaban por construir, pero hace
referencia más amplia a la provisión de protección de parte de Dios.

9:10–12 tus mandamientos. Esta no es una cita de ningún texto solitario de las Escrituras, sino más
bien un compendio de los mandamientos de Dios acerca de esta cuestión (cp. Éx. 34:15–17; Dt.
7:1–6).

9:13, 14 Cp. una situación parecida en el primer éxodo, cuando los israelitas se implicaron en la
idolatría y en la inmoralidad, encabezados por Aarón, con quien se encaró luego Moisés (Éx. 32:1–
35).

9:14 sin que quedara remanente. Esdras temía que este pecado pudiera llevar al juicio definitivo
de parte de Dios y a la abrogación de los pactos incondicionales de Dios. En tanto que Dios iba a
juzgar el pecado, la venida del Mesías y la percepción de Pablo de la fidelidad constante de Dios en
su promesa a los judíos (Ro. 9–11) nos aseguran que el llamamiento de Israel por parte de Dios
como pueblo y nación amada es irrevocable (Ro. 11:25–29).

9:15 no es posible estar en tu presencia. Todos estaban contados como culpables, y no tenían
derecho a estar en presencia de Dios, pero acudieron contritos buscando la gracia del perdón.

10:1 oraba… y hacía confesión, llorando y postrándose. El contrito espíritu de Esdras ante el
pueblo era evidente, y se unieron a él. Estas extremas expresiones de contrición demostraron la
gravedad del pecado y la sinceridad de su arrepentimiento.

10:2 Secanías. Este dirigente, no involucrado en los matrimonios mixtos por cuanto su nombre no
aparece en la lista en los vv. 18–44 (aunque su padre y cinco tíos paternos aparecen en el v. 26),
fue valiente y escogió obedecer a Dios antes que complacer a sus parientes. a pesar de esto, aún
hay esperanza para Israel. Esta esperanza se centra en el amor de Dios en el pacto y en el perdón
de los pecadores que se arrepienten sinceramente.

10:3 hagamos pacto. Secanías llama al pueblo y a los príncipes a que concluyan la acción específica
de divorciarse de las esposas y despidan a los hijos y reconoce que Esdras ha aconsejado un curso
de actuación consecuente con las Escrituras (cp. 2 Cr. 29:10). los que temen. Cp. Isaías 66:2, 5.
Esto se refiere a los que se toman seriamente la Palabra de Dios, especialmente el juicio que Él ha
pronunciado sobre los pecados de ellos. conforme a la ley. Querían alinearse con la ley de Dios tal
como se había revelado en Deuteronomio 7:2, 3.

10:4 tu obligación. Esdras es reconocido como el principal dirigente espiritual con una apropiada
autoridad divina y responsabilidad humana de asumir la ejecución de esta formidable tarea de
determinar los divorcios de tantos (cp. vv. 18–44).

10:5 juramentó. El juramento en relación con el pacto que se especifica en 10:3. Cp. Nehemías
10:28–39 para el contenido de un juramento posterior bajo condiciones parecidas.

10:7 hicieron pregonar. Se hizo una proclamación mediante un pregonero. A menudo tenía fuerza
de ley, como en este caso. La no participación en la asamblea, como algunos pudieran haberse
sentido tentados, significaba no solo la pérdida de las propiedades, sino la exclusión de Israel.

10:8 tres días. El mensaje tenía que salir, y el pueblo debía responder en el plazo de setenta y dos
horas. Por cuanto solo estaban involucrados los territorios de Judá y Benjamín, las mayores
distancias no hubieran sido superiores a los 65–80 km.

10:9 todos los hombres. Unas graves consecuencias resaltaban la trascendencia de la situación, y
por ello todos acudieron. mes noveno. Diciembre-enero el tiempo de las más pesadas lluvias y del
tiempo más frío, especialmente en Jerusalén, que está a una altitud de más de 760 m.
10:11 dad gloria… apartaos. Aquí tenemos los dos elementos esenciales del arrepentimiento. “Dad
gloria”, esto es, confesar, estar de acuerdo con Dios, y emprender una acción recta de separarse
del pecado.

10:12–14 mucho… porque somos muchos. Esto expone lo extendido de este pecado entre el
pueblo. Con la pesada lluvia y la gran cantidad de personas que debían ser procesadas, toda la
operación iba a tomar tiempo, de modo que el pueblo hizo una sugerencia administrativa para
tratar con la magnitud del problema. Para cada matrimonio ilegítimo, se podría llevar a cabo una
audiencia a escala local. Todos estos detalles tenían que tratarse con sumo cuidado; así, la
sugerencia de delegar el proceso judicial fue muy semejante a la hecha por Jetro en el desierto
(cp. Éx. 18).

10:15 se opusieron a esto. No está claro si estos cuatro se opusieron al retardo para tratar con la
situación o si se oponían a que el pecado fuera tratado en absoluto. Sin embargo, se trataba de un
buen plan, que condujo a una resolución razonablemente rápida.

10:16, 17 mes décimo… mes primero. Se precisó de tres meses para rectificar la situación en todos
los casos, después de lo cual el pueblo estuvo preparado para celebrar la Pascua con una
conciencia limpia.

10:18 los hijos de Jesúa hijo de Josadac, y… sus hermanos. Encabezando la lista de los que habían
concertado matrimonios mixtos estaban los descendientes y otros parientes del sumo sacerdote
que había retornado al principio con Zorobabel y que había dirigido la reconstrucción del templo.
Ellos dieron ejemplo para todo el pueblo al ofrecer una ofrenda por el pecado apropiada por su
delito (v. 19).

10:18–44 Visto que se precisó de tres meses para resolver la situación, esta lista de ciento trece
personas podría ser representativa de solo los dirigentes (cp. “el pueblo es mucho”, 10:13). Parece
que había más infractores entre el pueblo. Aunque este problema fue tratado de forma directa,
volvería a repetirse (cp. Neh. 9–10; 13).

10:44 Sin duda alguna, se procuró provisión adecuada para las esposas divorciadas y sus hijos.

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