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CONTRATO DE MUTUO

Ha dispuesto el artículo 1525 que hay contrato de mutuo cuando el mutuante se compromete a
entregar al mutuario en propiedad, una determinada cantidad de cosas fungibles y éste se obliga a
devolver igual cantidad de cosas de la misma calidad y especie.
Caracteres El contrato de mutuo tiene los siguientes caracteres:

 consensual, se perfecciona como tal por el solo consentimiento de los intervinientes.


 bilateral, pues por definición (art. 1525) las partes se obligan recíprocamente la una hacia la
otra, una comprometiéndose a entregar determinada cantidad de cosas fungibles y la otra a
reintegrar igual cantidad de cosas de igual especie y calidad.
 Se trata de un contrato, por regla, oneroso, pues así lo indica la ley (art. 1527), en razón de que
las ventajas que le procura a una de las partes le son concedidas en función de una prestación
que la otra ha hecho o se obliga a hacer. Sin embargo, la norma citada admite que sea gratuito si
así lo hubieran convenido los contratantes.
 Se trata finalmente de un contrato nominado, pues se encuentra específicamente regulado por
la ley (arts. 1525 y ss.).
DIFERENCIA

 con el comodato reside en esencia en la naturaleza de la cosa prestada: en el mutuo la cosa es


necesariamente fungible (art. 1525); en el comodato debe ser no fungible (art. 1533). De esta
diferencia surge como consecuencia que en el mutuo hay transferencia de la propiedad de la
cosa, en el comodato no. A la vez, los riesgos de la cosa, dado que se hallan en cabeza del
propietario, recaen en el mutuo en el que recibió el préstamo y en el comodato en el que lo
hizo. El comodato es gratuito (art. 1533), el mutuo es por regla oneroso (art. 1527).
 con la locación se advierte en la cosa objeto del contrato; la diferencia esencial reside en la
naturaleza de la cosa sobre la cual recae el contrato: las cosas fungibles en principio no pueden
ser dadas en locación, en tanto que el mutuo solo puede recaer sobre ellas. De donde se sigue
que el prestamista transfiere la propiedad de la cosa, en tanto que el locador la conserva, por lo
cual y como consecuencia de ello los riesgos de la cosa originados en un acontecimiento de
fuerza mayor son sufridos por el mutuario, mientras que en la locación pesan sobre el locador.
 con los contratos societarios. Si bien la posibilidad de confusión entre ambos es difícil, ella se
presenta cuando una persona facilita dinero a otra con destino a un negocio asociativo. El
elemento distintivo y que permite advertir la diferencia es el siguiente: si el que entrega el
dinero no participa de las pérdidas y se le asegura el reintegro de su capital contra todo evento,
hay préstamo y no sociedad.
PROMESA DE MUTUO: Dado que en el Código Civil y Comercial el mutuo se ha convertido en un
contrato consensual, no podemos hablar de promesa de mutuo como ocurría en vigencia del
Código Civil y del Código de Comercio, pues hoy ella se confunde con el contrato mismo que genera
la obligación de entregar la cosa comprometida, conforme surge del artículo 1525 y su extensión en
el artículo 1526.
No obstante, nada impide que la promesa de mutuo se instrumente a través de la promesa de
celebrar un contrato, conforme regula el artículo 995, en cuyo caso el futuro contrato prometido
debe contener todos los elementos esenciales que identifiquen el mutuo, acuerdo al cual le serán
aplicables las normas de las obligaciones de hacer (arts. 773 al 778) y dicha promesa no podrá tener
validez por más de un año (art. 994).
Forma y prueba El mutuo no requiere formalidad alguna. Dado que las normas particulares de este
contrato no indican ninguna forma específica en la celebración del acuerdo, podrá ser contratado
incluso verbalmente. Regirá el principio de libertad de forma, el artículo 1016 impone que la
formalidad con la que se celebrara el contrato rige también para las modificaciones ulteriores que
puedan introducirse, salvo que versen sobre cláusulas accesorias o secundarias o exista disposición
legal en contrario.
En cambio, si se trata de un mutuo para el consumo, el contrato debe ser celebrado por escrito y
expresar, bajo pena de nulidad: a) la descripción del bien o servicio objeto de la compra o
contratación, para los casos de adquisición de bienes o servicios; b) el precio al contado, solo para
los casos de operaciones de crédito para adquisición de bienes o servicios; c) el importe a
desembolsar inicialmente —de existir— y el monto financiado; d) la tasa de interés efectiva anual;
e) el total de los intereses a pagar o el costo financiero total; f) el sistema de amortización del
capital y cancelación de los intereses; g) la cantidad, periodicidad y monto de los pagos a realizar, y
h) los gastos extras, seguros o adicionales, si los hubiere.
Además, si el proveedor omitiera incluir alguno de estos datos en el documento que corresponda, el
consumidor tendrá derecho a demandar la nulidad del contrato o de una o más cláusulas. Cuando el
juez declarara la nulidad parcial, deberá integrar simultáneamente el contrato, si ello fuera
necesario.
En lo que atañe a la prueba, será válido cualquier medio de prueba apto para llegar a una razonable
convicción sobre la existencia del mutuo, según las reglas de la sana crítica y con arreglo a lo que
disponen las normas procesales. De lo expuesto, entendemos que la sola entrega del dinero, aun
cuando pudiera ser por sí una presunción importante, un indicio relevante, no será suficiente para
la plena prueba del contrato. En la práctica usual de los negocios difícilmente suela acordarse un
mutuo sin contrato escrito.
Obligación del mutuante o prestamista. Dado que el contrato de mutuo es consensual, la primera y
esencial obligación del mutuante es entregar la cosa fungible prometida y consecuentemente
respetar el derecho del mutuario de retener la cosa consigo durante todo el término fijado en el
contrato. Por ello, si el mutuante no entregara la cantidad comprometida en el plazo pactado, o en
su defecto, ante el simple requerimiento del mutuario, éste podrá exigir el cumplimiento forzoso del
mutuo o la resolución del contrato, tal como dispone el artículo 1526, segundo párrafo, más los
daños a que hubiere lugar. Por otro lado, el mismo artículo 1526 dispone que, acordado el mutuo,
puede el mutuante negarse a la entrega de la cosa prometida si —con posterioridad al contrato—
ocurriera un cambio en la situación económica del mutuario, que hiciera incierta la restitución del
objeto del contrato, aspecto este cuya prueba y acreditación recaerá en cabeza del mutuante o
prestamista.
Nada en particular dice el Código Civil y Comercial sobre el lugar de entrega de la cosa, por lo que
—si nada se hubiera pactado— corresponderá estar a las normas generales de las obligaciones, y en
tal sentido será lugar de entrega el del domicilio del deudor (mutuante o prestamista) al momento
del nacimiento de la obligación, o bien —si la obligación es de dar cosas ciertas— será el lugar
donde la cosa se encuentra habitualmente (conf. arg. art. 874). La entrega puede ser real o ficta. La
primera ocurre por vía de tradición (art. 750); la segunda, cuando la cosa está ya en poder del
mutuario por otro título.
ii) Responsabilidad por la mala calidad o vicios ocultos de la cosa. si la cantidad prestada no es
dinero, el mutuante o prestamista responde por los daños causados por la mala calidad o vicio de la
cosa prestada. Si el mutuo es gratuito responde solo si conoce la mala calidad o el vicio y no
advierte al mutuario. Es de aplicación al caso el artículo 747, pues el tomador del mutuo (mutuario)
tiene derecho a requerir la inspección de la cosa en el acto de su entrega. La recepción de la cosa
fungible por el mutuario hará presumir la inexistencia de vicios aparentes y que la cosa es de la
calidad acordada, ello sin perjuicio de la natural obligación de saneamiento que tiene el mutuante o
prestamista y que resalta el artículo 1530.
iii) Obligaciones del mutuario.
a) Plazo: El mutuario debe devolver al prestamista en el término convenido una cantidad igual de
cosas de la misma especie y calidad que la prestada. Si bien el artículo 570 del Código Civil de
Vélez entendía que el plazo se reputaba acordado en beneficio de ambas partes, el Código Civil y
Comercial, siguiendo la orientación del derecho comparado (conf. art. 1184, Cód. Civil italiano),
varió el criterio presumiendo que el plazo se entiende establecido en beneficio del obligado a
cumplir o a restituir (art. 351) salvo pacto en contrario u otras circunstancias que indiquen que
el plazo es en beneficio de ambas partes o del acreedor. En caso de no haberse previsto un plazo
o término para el cumplimiento de la obligación del mutuario, la restitución deberá hacerse
dentro de los diez días de requerido a ello, salvo que de los usos o costumbre surja otra
alternativa
b) Lugar de restitución: De conformidad con lo determinado por el artículo 1528 y su remisión al
artículo 874, la restitución debe efectuarse en el lugar convenido y, en su defecto, en el
domicilio del deudor al nacimiento de la obligación.
iv) Incumplimiento del mutuario. Consecuencias. De conformidad con lo determinado por el
artículo 1529, la falta de pago de los intereses o de cualquier amortización del capital da derecho al
mutuante o prestamista a resolver el contrato y exigir la devolución de la totalidad de lo prestado,
más sus intereses hasta la efectiva restitución. En caso de no haberse previsto acuerdo alguno sobre
intereses moratorios, regirá a su respecto lo regulado por el Código en relación con las obligaciones
de dar sumas de dinero (art. 1529, in fine), por lo que deberá estarse a lo que pudieran disponer las
leyes especiales y en su defecto por las tasas que se fijen según reglamentación del Banco Central.
v) Intereses. La regla es la onerosidad: Los intereses son aumentos que las deudas pecuniarias
devengan en forma paulatina durante un tiempo dado como precio por el uso de la cosa o suma de
dinero por el mutuario. La medida del interés lo da la tasa. Es un porcentaje de unidades por cada
cien unidades de capital, expresado por un tiempo determinado.
La modalidad de determinación puede ser fija o variable, la forma de pago puede ser por
adelantado, vencida, periódica o no.
El mutuo es oneroso, excepto pacto en contrario. Si el mutuo es en dinero, el mutuario debe los
intereses compensatorios, que se deben pagar en la misma moneda prestada. No obstante, por
aplicación del art. 765 CCCN, si la obligación fuese en moneda extranjera, el deudor podrà liberarse
dando el equivalente en moneda de curso legal.
La disposición nos remite a lo dispuesto por el artículo 767 que al efecto indica que son válidos (en
principio, conf. art. 10) los intereses convenidos y la tasa fijada entre acreedor y deudor. Pero si no
se hubiere acordado ello por las partes, ni resultara de la ley o de usos y costumbres, la tasa de
interés puede ser fijada por los jueces.
Compensatorios: funcionan como una retribución por el uso del capital ajeno. Compensan al
acreedor por el préstamo.
Punitorios o moratorios: causados por incumplimiento de la obligación.
El punitorio pena el incumplimiento (cuando no se cumple con la obligacion), el compensatorio es
como una retribución al mutuante por haber entregado esa suma de dinero, o cosa fungible.
Si se paga con un recibo, y no se da la reserva de que no pago algún interés anterior, se presume
que pago todos los intereses anteriores.

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