Profesora: Florencia Ratti Comisión: E En lo que atiene al fallo, desde una perspectiva critica sobre este, se podrían mencionar los siguientes puntos: En primer lugar, si bien nuestro sistema legal continental, no es como el common law, en el sentido de la idea del precedente judicial obligatorio, donde, a partir de la doctrina del stare decisis los jueces están obligados a resolver según las sentencias dictadas anteriormente en casos similares, es posible afirmar que los casos semejantes entre sí suelen ser resueltos similarmente en casi todas las jurisdicciones o sistemas jurídicos, comprendiendo al derecho continental. En relación a esto, se puede evidenciar que la Corte no mantuvo su propia jurisprudencia, sino que introdujo un cambio considerable en su interpretación. En efecto, no hay jurisprudencia de la Corte que interprete al derecho a la vida de la manera en que lo ha hecho en este fallo, en este caso, lo hizo de manera restrictiva al decir que la concepción en el sentido de art. 4.1 es desde el momento en que el embrión se implanta en el útero, razón por la que antes de esto, no sería procedente aplicación del art. 4º de la Convención"56, y que, por ello, "el embrión no puede ser entendido como persona efectos del art. 4.1 de la Convención Americana". La jurisprudencia que la Corte había mantenido hasta aquel momento decía lo contrario, al reconocer la naturaleza del derecho de toda persona a que se respete su vida, y rechazando enfoques restrictivos de este. Incluso instando a adoptar medidas positivas para garantizar su máxima protección, puesto su carácter de derecho fundante de los demás. Esto conlleva a plantear algunas dificultades en relación a la interpretación del derecho a la vida, ya que no es criterio sostenido en el tiempo, y por tanto, tampoco jurisprudencia constante de la Corte. Asimismo, se podría quizás mencionar cierta arbitrariedad en relación a la aplicación de la interpretación sistemática a la hora de analizar la implicancia del término “nacer” según los trabajos preparatorios de la Declaración Universal de Derechos Humanos, y también en lo referente a el sentido del artículo 6.1 del PIDCP. Puesto que se puede evidenciar cierta falta de ponderación de la totalidad de instrumentos y no solamente aquellas partes que favorecieron la interpretación que realizo la Corte. Además, el fallo al concluir que el embrión no es persona también plantea cierta problemática en relación al delito del aborto en algunos países, ya que se sostiene que a partir de este, se tutela la vida, es decir el bien jurídico protegido es la vida, especialmente la intrauterina. Pero a partir de la negación de la personalidad del embrión, y por consiguiente de la negación de la titularidad de sus derechos, entonces cabe preguntarse quién es el titular del bien jurídico y cuál es el bien jurídico tutelado con la criminalización del aborto. Por último, si bien se habla de cierta dignidad del embrión, esto llega a ser un tanto contradictorio, ya que la dignidad es un atributo de la persona, y el embrión, según la Corte, no resulta serlo. Tiene una especie de dignidad conferida, que no es igual a la propia de las personas. De esto deriva una imposibilidad de llegar a un acuerdo acerca del estándar mínimo de protección del embrión, en razón de la diversa cantidad de concepciones morales que existen en una sociedad. Claramente se recae sobre un relativismo, al cual quedan sujetas las obligaciones morales para con el embrión.