REPORTE JURÍDICO

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Boletín de los Abogados de la Administración Nacional de la Seguridad Social

Algunas consideraciones en torno a la litigiosidad de los

beneficios otorgados por la Ley Nº 24.241 I Primera Parte I

I Introducción
Todo intento de efectuar un análisis sobre la litigiosidad en torno a los reajustes de haberes de beneficios otorgados por la Ley Nº
24.241, no puede prescindir del cambio radical que dicha ley produjo en el sistema previsional argentino, estableciendo un Sistema
Integrado de Jubilaciones y Pensiones de naturaleza mixta, conformada por dos Regímenes: uno de Capitalización y otro de Reparto.
Asimismo, con relación a sus antecesoras, las Leyes Nº 18.037 y Nº 18.038, implicó una modificación sustancial tanto de los re-
quisitos para acceder a las prestaciones, como de las modalidades de administración del sistema previsional, la metodología de
cálculos de haberes, las garantías de movilidad y principios rectores de los beneficios previsionales, que se encontraban pro-
fundamente enraizados en el sistema previsional anterior.
Si bien el cambio no se limita a tales diferencias, a fin de no explayarnos sobre la complejidad de la Ley Nº 24.241, toda vez que
requeriría de un extenso y profundo análisis que excedería el marco del presente, nos limitaremos a señalar aquellos aspectos en que
la Ley Nº 24.241 innovó respecto de sus antecesoras, marcando las diferencias, para luego introducirnos en el análisis de los
beneficios que otorga el Régimen de Reparto. Ello a fin de determinar con carácter previo, el marco conceptual a partir del cual
tipificaremos la litigiosidad en torno a los reajustes de tales beneficios.

II Diferencias con las Leyes Nº 18.037 y Nº 18.038

La Ley Nº 24.241, al igual que sus predecesoras, también tiene
alcance nacional sin perjuicio de los derechos de los Estados
provinciales y las municipalidades de conservar sus propios
regímenes de Seguridad Social, aunque la propia ley prevé la
incorporación de las provincias al SIJP mediante la celebración
de un convenio con la Nación.
Cubre las contingencias de vejez, invalidez y muerte, aunque a
diferencia de sus antecesoras, establece la integración en el
marco de un único y mismo sistema, tanto de trabajadores de-
pendientes como por cuenta propia.
Se trata de la primera diferencia por la cual pierde relevancia la
caja otorgante a nivel nacional; los requisitos que se establecen
son los mismos y no se producen los problemas en torno a la de-
terminación del haber inicial que en algunos casos suscitaba la
litigiosidad en materia de haberes mixtos.
Otras de las diferencias sustanciales están dadas por la necesi-
dad de establecer, con carácter previo, a cuál régimen pertene-
cerán los afiliados activos, es decir, la opción por el Régimen de
Reparto o de Capitalización. Mientras que en el esquema ante-
rior todos los afiliados estaban comprendidos en un único siste-
ma -público de reparto-, en el SIJP existen dos regímenes, de-
biendo los afiliados optar por uno o por otro, pues se trata de un
sistema mixto.
El afiliado se encuentra comprendido en uno solo de los regí-
menes que lo componen: Capitalización o Reparto, no obstante
el hecho de que todos los afiliados al SIJP pueden estar en condi-
(1)
ciones de recibir prestaciones del Régimen Previsional Público.
La incorporación a uno de los dos regímenes excluye legalmente
la pertenencia al otro.
Si bien la elección para incorporarse a uno u otro régimen es li-
bre para el trabajador sin más condicionamiento que ciertos pla-

Responsable de Contenido: Dra. Alejandra Austerlitz.

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Pág.1
 Nota
zos legales, lo cierto es que la especial modalidad establecida
por la ley para incorporarse a uno u otro sistema, coloca a todos
los afiliados automáticamente en el sistema de Capitalización,
de tal manera que quien desea su inclusión en el Régimen de Re-
parto debe (si es un trabajador nuevo) o debió (si es un traba-
jador con antigüedad) optar expresamente por su inclusión en el
Régimen Previsional Público.
Vencido el plazo legal, la opción realizada por Capitalización es
definitiva, mientras que subsiste para quienes se encuentran en
Reparto, el derecho al traspaso al Régimen de Capitalización en
cualquier momento. Los trabajadores que ingresen al mercado
laboral tienen, por el plazo de ley, la libertad de elegir la perte-
nencia cualquiera de los dos regímenes.
A FINANCIACION DE LAS PRESTACIONES
Otro aspecto de singular importancia en cuanto a las diferencias
con sus antecesoras, lo constituye el sistema de financiación de
las prestaciones.
En efecto, si bien el SIJP -al igual que el sistema de las Leyes Nº
18.037/38- es esencialmente contributivo, y el derecho de los
afiliados a percibir sus prestaciones previsionales está condi-
cionado al cumplimiento del pago de sus aportes por el lapso le-
gal prescripto, la existencia de dos regímenes obliga a diferen-
ciarlos, pues las fuentes y los mecanismos de financiación difie-
ren en uno y otro régimen.
Mientras el Régimen de Reparto presenta básicamente un es-
quema tripartito (aportes personales, patronales y recursos del
Estado), abandonando la lógica del Sistema Puro de Reparto pa-
ra insertarse en un esquema de Reparto Asistido (donde el Esta-
do cubre las diferencias), el Régimen de Capitalización tiene na-
turaleza conmutativa, se financia fundamentalmente con apor-
tes del trabajador. Así, el trabajador que esté comprendido ex-
clusivamente en Reparto, destinará sus aportes y contribuciones
a ese régimen; mientras que el trabajador incluido en
Capitalización, destinará a su cuenta individual sólo el aporte
personal y la contribución patronal se destinará al Régimen de
Reparto, por ser un sistema solidario que otorga a todos los
afiliados en condiciones de obtener la jubilación por vejez una
prestación única, con independencia del régimen al que
pertenezcan.
También son diferentes los tipos de aportes admitidos o exigidos
en uno y otro régimen, y los tipos de prestaciones. En Reparto,
son prestaciones definidas, con montos mínimos y máximos. En
Capitalización, el valor de la prestación depende de lo acumu-
lado en el fondo y de la rentabilidad obtenida, respecto de la cual
no existe una garantía legal de rentabilidad mínima positiva
asegurada en el sistema.
(1) La PBU en caso de jubilación, siempre que se reúnan los requisitos del Art. 19. En caso
de invalidez y fallecimiento, el Estado Nacional coparticipa en la financiación de los
mismos, salvo aquellos afiliados que, encontrándose en el Régimen de Capitalización,
hubieren nacido después de 1969 las mujeres, y de 1963 los hombres.
También cobra relevancia el esquema de financiación de las
contingencias de invalidez y fallecimiento en actividad. En el
Régimen de Capitalización se cubren a través de un seguro
colectivo contratado con una compañía de seguros, razón por la
cual el derecho a los beneficios se dirime en términos de
regularidad, bajo un esquema fiscal que termina repercutiendo
también en el Régimen de Reparto, por ser las normas comunes
a ambos regímenes.
B El AMPO
Uno de los elementos de mayor trascendencia en el sistema de la
Ley Nº 24.241, es el AMPO (Aporte Medio Previsional Obligato-
rio), que luego será reemplazado por el MOPRE (Módulo Previ-
sional) y que constituye la unidad de medida por excelencia
creada por el legislador para distintos fines dentro del sistema
previsional.
Originalmente fue prevista tanto como unidad de medida para la
determinación del máximo y mínimo imponible, como unidad
para establecer topes intrínsecos y valores referenciales, y como
pauta de movilidad, conforme lo establecía el Art. 32 de la Ley Nº
24.241, hasta su derogación por la Ley Nº 24.463.
Actualmente, sólo constituye una unidad de medida o valor
referencial para la determinación del máximo y mínimo impo-
nible, y determinación de prestaciones, tal como analizaremos a
continuación.
C TOPE INTRINSECO DEL SISTEMA
PREVISIONAL: “EL SALARIO PREVISIONAL” EN
EL MARCO DE LA LEY Nº 24.241.
El concepto de tope en la Ley Nº 24.241 difiere sustancialmente
de su antecesora. Mientras en la Ley Nº 18.037 estaba asimilado
a los haberes máximos, esto es una vez otorgado el beneficio li-
mita el quantum del haber en el tope de ley; en la 24.241 el
legislador introdujo la noción de tope intrínseco, aplicable al
afiliado en actividad. En tal sentido, este tope intrínseco común
a ambos regímenes, es un límite por encima del cual no hay
(2)
derecho, despejando la noción de tope como quita.
Es un tope a las cotizaciones, regulado en el Art. 9º de la ley, en
cuanto establece un máximo imponible para los aportes y con-
tribuciones sobre la nómina salarial para los trabajadores en re-
lación de dependencia, equivalente a 60 ampos. Se trata de lo
que hemos denominado el “salario previsional”. No importa cual
sea el salario real del trabajador, definido en el Art. 6º, a los
efectos previsionales siempre se tendrá en cuenta el máximo
imponible al que refiere el Artículo 9º supra citado.
Con respecto a los trabajadores en relación de dependencia, el
(2) El criterio de tope como quita ha sido receptado por la CSJN respecto del cual se
introdujo la noción de confiscatoriedad para liberar su aplicación. En la Ley Nº 24.241, no
existe noción de confiscatoriedad en este tope intrínseco, toda vez que limita la
cotización, no el monto de la prestación.
Pág.2

ingreso imponible está constituido por las remuneraciones. Con
respecto a los trabajadores autónomos, se considera ingreso
imponible a la renta presunta calculada sobre la base de
categorías prefijadas por las normas reglamentarias. Sin per-
juicio de ello, cabe señalar que el límite del Art. 9º se aplica en
forma individual por cada actividad, en caso de servicios si-
multáneos, no siendo posible aplicarlo a la sumatoria de ambas
remuneraciones, y no se aplica para los servicios autónomos. No
obstante ello, el Decreto Nº 679/95, efectuando una errónea
interpretación de la norma, extendió su aplicación a la suma-
toria de servicios, dependientes o mixtos. Más adelante volvere-
mos sobre este tema, por ser un aspecto altamente conflictivo
en materia de litigiosidad.
Otra de las características más importantes del SIJP radica en la
individualización de los aportes y contribuciones que ingresan al
III Los beneficios en el marco de la Ley Nº 24.241
A PRINCIPIO DE
SUSTITUCION O PROPORCIONALIDAD
La más importante de las innovaciones del actual Régimen de
Reparto es la eliminación -en materia de jubilación ordinaria-
de la referencia a una tasa de sustitución salarial; esto es: deja
de lado el Principio de Proporcionalidad entre las remune-
raciones percibidas en actividad y los haberes previsionales; es
decir, no considera un porcentaje del promedio de las mismas
que deberían mantenerse en el tiempo. En tal sentido, la
jubilación ordinaria se integrará por prestaciones cuya modali-
dad de cálculo difiere sustancialmente de su predecesora, sin
guardar relación de proporcionalidad sustitutiva con los últimos
años laborados, y manteniendo un esquema permanente de
topes intrínsecos y extrínsecos, tal como lo veremos
oportunamente.
Se trata de una modificación sustancial, pues en el caso no se
efectuará la elección de los mejores años del activo, sino que se
atenderá a un promedio general de los 120 meses inmediata-
mente anteriores al cese para los trabajadores en relación de
dependencia, o la actualización de las rentas presuntas de todas
las categorías en las que revistió el afiliado, para los autónomos,
y con ella se establecerá un haber de referencia que no es el
haber previsional propiamente dicho- sobre el cual se calcularán
las prestaciones que integran la jubilación ordinaria, pero que
no significa necesariamente que deba garantizarse un
porcentaje de ese haber de referencia.
(3) Ver al respecto la doctrina de ambas leyes en el Dictamen GAJ Nº 27.216.
Nota
sistema durante todas la etapas -recaudación, transferencia y
registración- mediante la utilización de una clave personal:
CUIL para los trabajadores en relación de dependencia, y CUIT
para los trabajadores autónomos.
Hemos esbozado en líneas generales algunas diferencias sus-
tantivas que, aunque no se agoten en ellas, deben ser tenidas en
cuenta al momento de evaluar la litigiosidad en torno a los
beneficios de la nueva ley, y que nos permitirán comprender la
diferencia sustancial en materia de beneficios: en el esquema de
la Ley Nº 24.241 no existe el principio de proporcionalidad o
sustitución de la jubilación por el salario en actividad.
Contrariamente, el esquema de definición de beneficios aban-
dona tal principio que subyacía en el marco de la Ley Nº 18.037.
Se trata de un tema sustancial a tener en cuenta en materia de
reajustes.
B INEXIGENCIA DE CESE Y DEL REQUISITO DE
“ENCONTRARSE EN ACTIVIDAD”
Otro de los aspectos en los que difiere sustancialmente el nuevo
sistema con relación al régimen anterior, es la inexigencia de
cese para acceder al beneficio de jubilación ordinaria, y la
compatibilidad entre la percepción del beneficio previsional y el
salario en actividad, salvo los casos expresamente establecidos
en la ley (Art. 34).
En efecto, la Ley Nº 18.037 establecía como requisito para
acceder al beneficio, además del cumplimiento de la edad y años
de servicios, el cese en la actividad, lo que equivale a sostener
que era necesario encontrarse en actividad para adquirir
derecho, salvo la excepción conte-nida en el Art. 43 de la misma
norma, que confirma la regla. Así, el cese era el hecho jurídico
inmodificable, a partir del cual se efectuaba el cómputo de las
remuneraciones en los diez años calendarios inmediatamente
anteriores, sin que pueda extenderse más allá de esa fecha. Vale
decir, el cómputo se efectuaba a ciclo cerrado decenal y
calendario, considerado a partir de la fecha de cese.
Por otro lado, este principio de la “ley del cese”, que rigió en la
Ley Nº 18.037, es consecuencia del Principio de Sustitutividad: si
la jubilación era el sustituto del salario, era necesario que el
trabajador cesara para entrar en el goce del beneficio. Tan es así
que el Art. 70 de la Ley Nº 18.037 establecía que quien hubiere
reunido los requisitos para la jubilación (edad y servicios) en
vigencia de dicha ley, pero no hubieren cesado, el beneficio le
(3)
sería otorgado por la ley vigente a la fecha de cese.
Por su parte, la Ley Nº 24.241 no exige como requisito para
acceder a la jubilación ordinaria que el afiliado o pretenso por
Pág.3
beneficiario se encuentre en actividad. Basta reunir los
requisitos de edad y de aportes para el Régimen de Reparto, y
sólo el requisito de edad para el Régimen de Capitalización, para
acceder a la jubilación ordinaria o por vejez, y con relación a los
beneficios de invalidez y fallecimiento en actividad, basta reunir
los requisitos de regularidad en las cotizaciones.
La cesación de servicios ha dejado de ser condición indispen-
sable para entrar o continuar en el goce de la jubilación, toda vez
que a partir del dictado del Decreto Nº 679/95, no es condición
necesaria el cese en actividad para acceder a la jubilación
ordinaria (PBU, PC y PAP).
En efecto, es un principio inveterado de la jurisprudencia y
doctrina en la materia, que el hecho jurídico del cese constituye
uno de los elementos esenciales para acceder a los beneficios
previsionales. Ello así por cuanto el cese configura el momento a
partir del cual se establece el período que comprende el
cómputo del haber inicial, otorgándole certeza jurídica al
cálculo del haber, impidiendo situaciones de abuso tanto por
parte de la Administración como de los pretensos beneficiarios,
que podría verificarse eligiendo el momento más beneficioso
para determinar el período de cómputo del haber.
Sin embargo, el Art. 3º del Decreto Nº 679/95, al reglamentar el
Artículo 24 de la Ley Nº 24.241, prescindió de este principio:
“Artículo 24: reglamentación. 1.- A los fines establecidos
en el inciso a), se entiende por cesación de servicios la fecha
de la extinción del contrato de trabajo o relación de empleo
público, o de la solicitud del beneficio, la que ocurra
primero”.
De ello resulta que, en el marco de la Ley Nº 24.241, el cese de
servicios no ha sido considerado por la norma reglamentaria
como un requisito para acceder al derecho, sino simplemente
-
como el hecho deter minante para el cálculo del haber, y en tal
sentido se puede entender como cesación de servicios tanto al
hecho del cese en actividad como a la solicitud del beneficio, lo
que ocurra primero, con la salvedad que, a la fecha de solicitud,
debe reunir todos los requisitos para acceder a la prestación,
toda vez que estas normas deben armonizarse con las restantes
normas de la misma ley, en particular los Art. Nº 19, 22, 23 y 24 y
las normas reglamentarias.(4)
C COMPATIBILIDAD
En consecuencia de lo expuesto precedentemente, podemos
concluir que, en el ámbito de la Ley Nº 24.241, resulta com-
patible el goce del beneficio y el reingreso a la actividad, salvo
(4) Ver Dictamen GAJ Nº 27.216.
(5) Siempre que se reúnan los requisitos del Art. 19. También es pilar básico en relación a
las prestaciones de invalidez y fallecimiento conforme lo establecía el Art. 27 original, que
fue vetado. En su reemplazo, el Decreto 55/94 dispuso la coparticipación en su
financiación, salvo el caso de los hombres nacidos a partir del año 1963 y las mujeres a
partir del año 1969, limitación que no surge del texto de la ley sino del Decreto
reglamentario Nº 55/94.
las incompatibilidades expresamente previstas en el Art. Nº 34 y
34 bis de la ley. Al permitirse la compatibilidad en el resto de los
casos, no se le aplica la reducción de haberes que preveían los
regímenes de compatibilidad limitada vigentes desde 1957
hasta 1994.
Subsiste la obligación para el jubilado que continúa o reingresa
en actividad, de seguir aportando al SIJP y los aportes se
destinan al Fondo Nacional de Empleo. Estos nuevos aportes no
dan derecho a ningún tipo de reajuste o mejora en los haberes de
la prestación jubilatoria.
El empleador tiene la obligación de denunciar ante la autoridad
competente el reingreso de los jubilados al trabajo.
D SOLIDARIDAD Y REDISTRIBUCION
Si bien la Ley Nº 24.241 establece un sistema mixto, entendemos
que se trata de un sistema multipilar. En efecto, existe un pilar
básico de reparto y, a partir de allí, 2 pilares que lo complemen-
tan según la opción de los afiliados: a) Capitalización o b)
Reparto.
-
El régimen público -pilar básico- tiene un sustrato eminente
mente solidario a través de la Prestación Básica Universal (PBU),
que reciben todos los afiliados al SIJP, independientemente de su
pertenencia al Régimen de Capitalización o Reparto.( ) Se trata de
5
-
una solidaridad horizontal, que se complementa con una solida
-
ridad vertical o intrín seca: a menores salarios, mayor es la
prestación en términos de sustitución.
El carácter redistributivo del sistema se ve reflejado en los topes
mínimos y máximos del sistema. La PBU tiene fijado un monto
mínimo y un monto máximo, y es una prestación esencialmente
redistributiva toda vez que, con independencia del nivel salarial
de los afiliados y su capacidad contributiva en actividad, se otorga
a todos por igual; es decir, no guarda ningún tipo de relación con
el promedio salarial de la vida activa.
E EDAD Y SERVICIOS
La igualdad de acceso a los beneficios se traduce en la exigencia
de cumplimiento de edad legal y años de servicios con aportes
para todos los trabajadores, sin ningún tipo de discriminación.
Se ha elevado la edad para acceder a la jubilación -aunque de
manera gradual para los trabajadores dependientes conforme el
Art. 37 de la ley-, estableciendo el requisito de 65 años para el
hombre y 60 años para la mujer. Este requisito de edad también
rige para el Régimen de Capitalización.
A diferencia de los regímenes anteriores, la Ley Nº 24.241 no
efectúa distingo según el tipo de actividad de que se trate: es
común tanto para dependientes como cuentapropistas y difiere
sólo según el sexo del afiliado, con la salvedad que las mujeres
pueden optar por permanecer en actividad hasta los 65 años de
edad.
Pág.4
Concomitantemente al requisito de edad legal, la ley exige 30
años de servicios con aportes computables en uno o más
regímenes comprendidos en el sistema de reciprocidad. Este
requisito de años de servicio con aportes puede llegar a
reducirse por dos razones:
1. Por la compensación de la falta del mínimo de
servicios exigidos con el exceso de edad, en la proporción
de 2 años de edad por 1 de servicio faltante (Art. 19).
2. Por la invocación de servicios acreditados mediante
declaración jurada (Art. 38). Con relación a la cantidad de
años que se pueden invocar por declaración jurada, deberá
tenerse en cuenta el año de cese o baja en autónomos, y
los mismos no podrán ser posteriores al 12/68 (Decreto Nº
679/95) para el caso de los servicios dependientes. Al
respecto, los trabajadores autónomos que invocaren la Ley
de Condonación de Deudas Nº 24.476, y que reunieren los
requisitos establecidos en el Art. 3º de la misma, podrán
invocar el Art. 3º y solicitar que tales servicios se
computen como servicios sin aportes, en la cantidad
gradual permitida por el Art. 38, aunque sin la limitación
temporal a que se refiere el Decreto Nº 679/95. En tal
sentido, podrán invocarse servicios en los términos del Art.
3 de la Ley Nº 24.476 y Art. 38 de la Ley Nº 24.241 que sean
anteriores al 9/93.
Debe señalarse que no resulta admisible renunciar a períodos
efectivamente cotizados para ser reemplazados por servicios
invocados como declaración jurada. Ello así atendiendo al
carácter excepcional de éstos últimos y la finalidad de los
(6)
mismos en un período de transición de un sistema a otro.
Una mención aparte merece la consideración de los servicios
blanqueados al amparo de la Ley Nº 24.013. Respeto a ellos, la
Ley de Empleo establece que los mismos no serán considerados
servicios con aportes, sino simplemente servicios probados.
Ahora bien, en el marco de la Ley Nº 24.241, la categoría
servicios probados pero sin aportes resulta de difícil asimilación,
por cuanto la ley sólo reconoce servicios con aportes para
acceder a los beneficios. Razón por la cual el esquema
originalmente previsto en la Ley Nº 24.013 sólo tenía razón de
ser en el marco de la Ley Nº 18.037, que admitía tres tipos de
servicios: por declaración jurada (con el límite temporal allí
fijado), servicios probados sin aportes, y servicios con aportes,
cuyo mínimo debía acreditar el trabajador para acceder al
beneficio, pudiendo completar los 30 años con los restantes
tipos de servicios.
En tal sentido, entendemos que esta característica no fue
librada al azar por el legislador, toda vez que el Art. 193 de la Ley
Nº 24.241 establece que los servicios reconocidos por la Ley Nº
24.013 se consideran con aportes. Ahora bien, la calificación de
servicios con aportes debe ser entendida en los términos del Art.
19 de la ley, es decir, se consideran con aportes al sólo efecto de
reunir los requisitos de antigüedad de años de servicios, pero no
se bonifican en la determinación del haber de la PC y la PAP.
Otra mención especial merecen los servicios reconocidos por
sentencia laboral, respecto de los cuales al momento de valorar
la probatoria de servicios deberán tener en cuenta los criterios
establecidos por la Gerencia de Asuntos Jurídicos(7), sin perjuicio
de adelantar que la complejidad del tema está siendo materia de
estudio.

IV Prestaciones del Régimen Previsional Público

El Régimen Previsional Público otorga prestaciones comunes a todos los afiliados del SIJP y en forma exclusiva cubre las contingencias
de vejez, invalidez y muerte de aquellos que hayan optado por el Régimen de Reparto.
La más importante es la PBU porque ampara a todos, que constituye el verdadero elemento de solidaridad del SIJP. También podemos
señalar la jubilación por edad avanzada, que se otorga a quienes hayan cumplido 70 años de edad y hayan contribuido al menos 10 años,
independientemente del régimen al que pertenecen.
En el presente artículo nos limitaremos a analizar la prestación por vejez.

RIESGO VEJEZ

La ley no se refiere expresamente a la jubilación por vejez, 1 PRESTACION BASICA UNIVERSAL (PBU)
jubilación común u ordinaria. Regula tres prestaciones, la PBU,
Ya dijimos que la PBU es básica porque constituye la compo-
la PC (Prestación Compensatoria) y la PAP (Prestación Adicional
nente primaria indispensable para tener derecho, en el caso de
por Permanencia), que en realidad son las componentes de la
los afiliados a Reparto, a la PC y a la PAP. Es universal porque se
jubilación común y se abonan en forma unificada por la ANSES.
otorga a todos los afiliados al SIJP que reúnan los requisitos
(6) Respecto a la naturaleza de los servicios por declaración jurada, su ámbito de para acceder a ella.
aplicación y doctrina administrativa sobre los mismos ver, entre otros, Dictámenes Nº
17890, 26057, 29642, 25217.

(7) Consultar Dictamen GAJ Nº 32.620.

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 Requisitos:
Se encuentran establecidos en el Art. 19 de la ley. Los
mismos son:
a) Cumplimiento de la edad legal: 65 años para hombres y
60 para las mujeres, con una escala gradual de transición
fijada en el Art. 37 para los trabajadores dependientes que a
partir del año 2001 llegará a los 65 de edad.
(8)
b) Cumplimiento de años de servicios con aportes. Debe
acreditarse 30 años de servicios con aportes computables en
uno o más regímenes comprendidos en el sistema de
reciprocidad.
El sistema de reciprocidad funciona entre el SIJP y los regímenes
provinciales que hubieran adherido al mismo, y permite el
funcionamiento de mecanismos de reconocimientos de los serv
icios con aportes realizados en las distintas instancias. También
pueden formar parte del respectivo cómputo de servicios,
aunque la ley no lo diga expresamente, los servicios prestados en
otros países, que pueden hacerse valer en nuestro derecho
conforme los convenios de reciprocidad internacional con
aquellos países que se celebraron.
Con el único fin de acreditar el mínimo de servicios necesarios
para el logro de la PBU, se podrá compensar el exceso de edad con
la falta de servicios, en la proporción de 2 años de edad
excedentes por un año de servicio faltante.
No se admite el cómputo separado de los aportes por servicios
simultáneos -es decir, como autónomo y dependiente- toda vez
que no se acepta el desdoblamiento de los períodos de aportes
para alcanzar una antigüedad mayor a la del tiempo real de
desempeño laboral.
La PBU se devengará desde la presentación de la solicitud,
siempre que a la fecha de formularla, el peticionario fuera
acreedor a dicha prestación.
Haber de la prestación:
El haber mensual de la prestación varía según los años de
servicios acreditados.
a) Para los beneficiarios que acrediten 30 años de servicios
con aportes, el haber será equivalente a dos veces y media el
valor del AMPO.
b) Para los beneficiarios que acrediten más de 30 y hasta 45
años como máximo de servicios con aportes, el haber de la
prestación se incrementará en un 1% adicional sobre el valor
mínimo de la PBU establecido en el inciso anterior.
A estos fines, la fracción mayor de 6 meses será computada
como un año. Como puede apreciarse, el haber de la PBU tiene
montos mínimos y máximos.
(8) En caso de regímenes diferenciales, tanto la edad como los servicios deben
determinarse conforme lo establezcan las normas que regulan dichos servicios.
2 PRESTACION COMPENSATORIA (PC)
Es una prestación cuya finalidad consiste precisamente en
compensar a los afiliados, los años aportados al sistema previ-
sional hasta el momento de entrada en vigencia del SIJP. Puede
decirse, entonces, que la PC no es en rigor una prestación
exclusiva de los afiliados pertenecientes a Reparto, pues la
compensación por aportes a sistemas previsionales anteriores,
de los comprendidos en el sistema de reciprocidad, se efectúa a
todos, independientemente de la opción por uno u otro régi-
men, siempre que se traten de servicios con aportes anteriores al
15/7/94. Se trata de una prestación que irá desapareciendo en el
tiempo habida cuenta de su causa específica.
Requisitos:
a) El primero y fundamental de los requisitos consiste lisa y
llanamente en reunir los requisitos para la PBU, es decir, el
cumplimiento de la edad legal según el sexo y una
antigüedad de 30 años de servicios.
b) Debe acreditarse servicios con aportes comprendidos en
el sistema de reciprocidad jubilatoria, prestados hasta la
fecha de vigencia del SIJP (15/7/94). Este requisito pone de
manifiesto que estamos en presencia de una prestación que
tenderá a desaparecer.
c) No debe encontrarse el afiliado percibiendo retiro por
invalidez, cualquiera fuera el régimen otorgante. Se trata, en
realidad, de una regla de incompatibilidad entre el goce de la
prestación y el retiro por invalidez.
Haber de la prestación:
A diferencia de otros esquemas de determinación de haber,
tanto la PC como la PAP se calculan como porcentajes fijos
sobre una renta de referencia, que en el caso de los
trabajadores dependientes es el promedio salarial de los 120
meses inmediatamente anteriores al cese, y en el caso de los
trabajadores autónomos es el promedio actualizado de las
rentas presuntas de cada categoría en que revistió el afiliado
durante su vida activa.
Este porcentaje, a su vez, tiene dos límites que, en los hechos,
constituyen el tope intrínseco de los beneficios:
a) La limitación de años de servicios con aportes a
computarse para la PC: hasta un máximo de 35 años.
Esta última disposición, en cuanto limita a 35 años el
reconocimiento para la PC, es una fuente de litigiosidad, en
la medida en que deja fuera de su cómputo años con aportes
que excedan el máximo de 35, lo que mereció la
descalificación por parte de la justicia, en la medida en que
torna los aportes excedentes en un impuesto al trabajo.
b) El límite del valor de un AMPO al quantum que surgiere de
aplicar el porcentaje legal sobre los salarios promedios o
rentas de referencia, es decir, sobre el ingreso base de
referencia. Es decir, se trata de un tope intrínseco: el 1,5% a
Pág.6
 del haber de referencia sobre el cual se calcula el quantum
de la PC, no podrá ser superior al valor de un AMPO. Se trata
de un verdadero tope intrínseco que guarda una relación
directa con el tope del Art. 9º: si comparamos el haber
máximo imponible, advertiremos que el 1,5% del mismo
jamás supera el valor de un ampo. Así, por ejemplo,
actualmente el máximo imponible es de $ 4.800; el 1,5% de
$ 4.800 es igual a $ 72, de lo cual resulta que ambos topes
intrínsecos se encuentran directamente relacionados. No es
una cuestión menor y su impacto incidirá directamente en
los reajustes por movilidad, razón por la cual será analizada
en la segunda parte del presente artículo.
Se trata de un tope intrínseco de la prestación, por lo cual la
misma está limitada al valor de un AMPO por cada año de
servicio con aportes, y hasta un máximo de 35, lo que en la
actualidad implica que el haber máximo de la PC actual es de $
2.800.
También este aspecto constituye fuente de litigiosidad, respecto
de la cual se ha asimilado el criterio de confiscatoriedad que
venía empleándose para el tope del Art. 55 de la Ley Nº 18.037,
tema sobre el que volveremos más adelante.
Con respecto a los servicios que pueden computarse, éstos
deben ser anteriores al 15 de julio de 1994, y debe tratarse de
servicios con aportes acreditados fehacientemente.
Por último, no debe soslayarse que el cálculo del haber se
efectúa computando sólo los años con aportes efectivos, es
decir, no se bonifican ni se reconocen para el cómputo los años
de servicios por declaración jurada (Art. 38 Ley Nº 24.241 y Art.
3º Ley Nº 24.476), cuya única finalidad es reunir los requisitos
del Art. 19 para acceder al beneficio, pero no para el cómputo del
haber.
En cuanto al cálculo, varía según se trate de servicios con
aportes computados como trabajador dependiente, autónomo o
servicios mixtos.
A I Servicios con aportes computados en relación de
dependencia
El haber de la PC será equivalente al 1,5% por cada año de
servicio con aportes, o fracción mayor a 6 meses, hasta un
máximo de 35 años, hasta el 15 de julio de 1994.
Se calcula sobre el promedio de las remuneraciones imponibles,
actualizadas y percibidas durante el período de 120 meses
inmediatamente anteriores a la cesación de servicios, sin que se
computen los períodos de inactividad, o los períodos donde no se
hubieren devengado remuneraciones.
A diferencia de su antecesora, la Ley Nº 24.241 no se refiere a 10
(9) Al momento de analizar las causas de litigiosidad, analizaremos la incidencia que, en
estos casos, tiene la aplicación del tope del Art. 9º de la Ley Nº 24.241, según la norma
reglamentaria dispuesta por el Decreto Nº 679/95.
años calendarios cerrados anteriores al cese, sino a 120 meses
donde se percibieron remuneraciones contadas hacia atrás
desde la fecha de cese, o de la solicitud si el titular continúa en
actividad. Es decir, desde el cese se retrocede en el tiempo
buscando los 120 meses con remuneraciones sin límite temporal
alguno, pues los meses pueden ser continuos o discontinuos. En
tal sentido, no se computan períodos de excedencia (Art. 183
LCT), reserva de puesto (Art. 211 y concordantes), y suspensión
por causas económicas o disciplinarias, pues en estos períodos
no se percibieron remuneraciones.
Asimismo, si el trabajador hubiere desempeñado simultánea-
mente dos actividades en relación de dependencia, se sumarán
las mismas en el período en que hubiere percibido ambas
(Decreto Nº 679/95).
Por último, debe tenerse en cuenta que las remuneraciones
percibidas a partir del 1º/02/94 se computan con el límite
máximo de 60 MOPRES (el máximo imponible del SIJP conforme
al Artículo 9º), es decir las remuneraciones desde esa fecha se
computarán hasta el máximo legal, independientemente que el
salario real sea superior a éste, pues por encima de ese máximo
legal no se cotizan aportes ni contribuciones.
Un aspecto poco feliz de la reglamentación es que aplica el
límite máximo de 60 AMPOS/MOPRES, inclusive, a la sumatoria
de remuneraciones en caso de servicios simultáneos, aun
cuando ambas consideradas individual o separadamente no
superen ese valor. Se trata de un tope intrínseco impuesto por la
(9)
reglamentación, que constituye una causal de litigiosidad.
B I Servicios computados como autónomos
El haber de la PC será equivalente al 1,5% por cada año de
servicio con aportes, o fracción mayor a 6 meses, hasta un
máximo de 35 años, hasta el 15 de julio de 1994. Existe aquí un
cambio radical con su antecesora, la Ley Nº 18.038. En efecto, se
calcula sobre el promedio mensual de los montos actualizados
de las rentas presuntas de todas las categorías en que revistió el
afiliado, considerando los valores vigentes a la fecha de solicitud
(Decreto Nº 679/95). A estos efectos, se computará todo el
tiempo con aportes en cada una de las categorías. No se
computan los períodos en que no se hubieren efectuado aportes.
Una vez establecida la cantidad de meses que el trabajador
aportó en cada categoría, se calcula la renta presunta de cada
una de ellas, se suman la totalidad de las rentas presuntas y se
dividen por la cantidad de meses efectivamente aportados,
obteniendo así la renta imponible promedio de autónomo.
Si bien rige aquí también la limitación del cómputo hasta un
máximo de 35 años con aportes, en el caso de los servicios
autónomos, si los años totales con aportes excedieren los 35, se
computarán los 35 años de las categorías mayores. Vale decir
entonces, que el trabajador autónomo se encuentra en una
mejor situación que la que tiene el trabajador dependiente.
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C I Servicios mixtos: Cómputo sucesivo o simultáneo
de servicios con aportes en relación de dependencia
y autónomos
El haber de la PC se establecerá sumando el que resulte para los
servicios en relación de dependencia, y el correspondiente a los
servicios como autónomos, en forma proporcional al tiempo
computado para cada clase de servicios.
Si el período computado excediera de 35 años, se considerarán
los 35 más favorables.
Se trata de uno de los aspectos más complejos toda vez que la
reglamentación de la norma no respeta el espíritu de la ley. En
efecto, si bien la ley en su texto establece que el haber se
determinará sumando en forma proporcional el que resulte para
cada tipo de servicios, lo cierto es que la reglamentación
estableció una fórmula de cálculo que, en la práctica, tiende a
bajar el haber cuando se computan servicios autónomos,
particularmente aquellos afiliados que computan 30 años de
aportes simultáneos en cada tipo de servicios, lo que originó que
muchos afiliados renunciaran al cómputo de los servicios
autónomos, o impugnen judicialmente esta disposición
reglamentaria, constituyendo entonces en una de las causas
más significativas de litigiosidad en torno a los autónomos.
Por otro lado, también la reglamentación ha dispuesto un límite
poco feliz extendiendo la aplicación del Art. 9º al cómputo del
haber cuando se verifiquen servicios simultáneos autónomos y
en relación de dependencia, de tal manera que aquellos servicios
posteriores al 2/94 cuya suma supere los 60 AMPOS/MOPRES, se
les aplica tal límite, aunque considerados los servicios en forma
independiente ninguno de los servicios supere dicho máximo.
Es también una causal importante de litigiosidad que, en
muchos casos, motiva el pedido de renuncia a los servicios
autónomos por parte de los afiliados a efectos de no ver
disminuido su haber.
Como puede advertirse, en los tres supuestos, según la
naturaleza de los servicios de que se trate, la determinación del
haber resulta de la aplicación de un porcentaje 1,5% por cada
año de servicios o fracción mayor a 6 meses, calculado sobre los
ingresos imponibles de determinados períodos cuya extensión
depende de la naturaleza de tales servicios.
Para establecer el promedio de las remuneraciones, no se tendrá
en cuenta el Sueldo Anual Complementario, ni los importes que
excedan el máximo imponible.
(10) El presente Baudou se refiere a aquellos afiliados que, habiendo cesado con
posterioridad al 31/03/91 y en vigencia de la Ley Nº 18.037, se les reconoció la aplicación de
la variación del AMPO (de conformidad al Considerando 48 de “Chocobar”) para actualizar
las remuneraciones hasta la fecha de cese. Luego, los tribunales inferiores y la Alzada
extendieron el criterio a los beneficios de la 24.241, ordenando actualizar las
remuneraciones hasta el 31/03/95 con el mismo criterio que “Baudou”.
D I Actualización de remuneraciones
Un aspecto importante a tener en cuenta en materia de
actualización de remuneraciones de servicios dependientes, es
que la norma no establece un método taxativo, ni un índice
determinado, como sí lo preveía su antecesora, delegando tal
facultad en el organismo previsional: ANSES.
En ejercicio de esas facultades, por Resoluciones DE-N 63/94
(BO, 04/02/1994) y 918/94 (BO, 29/09/1994) se dispuso que la
actualización de las remuneraciones se realizará según el índice
de salarios básicos de la industria y la construcción (ISBIC)
(Promedio general personal no calificado) base marzo
1991=100. El mismo se actualiza hasta el 31/03/91, ya que a
partir de abril de ese mismo año entró en vigencia la Ley de
Convertibilidad. En tal sentido, el Organismo entendió que no
corresponde actualizar remuneraciones más allá de su vi-
gencia.
Cabe señalar que la elección del ISBIC no fue azarosa. Teniendo
en cuenta la gran litigiosidad que se generó en torno a los
índices y coeficientes, tanto para la redeterminación del haber
inicial como la movilidad, el Organismo quiso evitar que el
mismo planteo se extendiera a los beneficios de la Ley Nº 24.241.
En efecto, recordemos que las tres Salas de la ex Cámara
Nacional de Apelaciones de la Seguridad Social declaraban la
inconstitucionalidad de los Art. 49 y 53 de la Ley Nº 18.037,
sobre la base de considerar que el índice allí dispuesto resul-
taba confiscatorio, y ordenaban redeterminar y reajustar los
haberes con otros índices, que variaron según la época y las
Salas (IPI, costo de vida, índice combinado, precios al
consumidor, etc). Finalmente, en el año 1991, se dictó el primer
plenario de la Cámara, conocido como plenario “Bordó” por el
cual las tres Salas unificaron el índice a aplicar en el índice de
salarios básicos de la industria y la construcción.
La elección del índice fue positiva, toda vez que, hasta el cambio
de composición de la Corte y su pronunciamiento en el Fallo
“Sánchez” y posteriores fallos de la Alzada que fueron más allá
de Sánchez, tal como lo veremos más adelante, el índice de
litigiosidad en torno a la aplicación del ISBIC fue prácticamente
nulo, limitándose a cuestionar la actualización por el período
1º/04/91 al 31/03/95, que fue resuelta por los tribunales
“ ” (10)
inferiores de conformidad al precedente Baudou .
3 Prestación Adicional por Permanencia (PAP)
La PAP es, en principio, la prestación exclusiva del Régimen de
Reparto, que se adiciona a la PBU y la PC. En este sentido, es la
tercera componente que cubre la contingencia de vejez.
Así como la PC es la componente cuya finalidad es reconocer al
afiliado los años de aportes efectuados antes de la vigencia del
SIJP, la PAP tiene por objeto incorporar al haber mensual del
beneficiario del Régimen de Reparto, la porción que corres-
ponda en virtud de los años aportados después de la vigencia del
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SIJP y hasta el momento de solicitar la jubilación. Es decir, se
trata de una prestación que integra la jubilación por vejez deri-
vada de la permanencia del afiliado en el Régimen de Reparto.
Es importante señalar que la PAP también se abona a aquellos
que, habiendo permanecido durante un tiempo en Reparto,
luego se traspasan a Capitalización. En estos casos, la PAP se
abona por los años que, contados a partir de entrada en vigor
del SIJP, el afiliado permaneció en Reparto hasta el momento
de su traspaso.
Requisitos:
Tener derecho a la PBU y computar años de servicios con
aportes al SIJP en el Régimen de Reparto. Para la percepción
de la PAP, la permanencia en Reparto no puede ser inferior a
6 meses. También se exige que el afiliado no esté
percibiendo retiro por invalidez.
Haber de la prestación:
El haber mensual de la PAP se determinará considerando el
0,85% del promedio de las remuneraciones o categorías,
según la naturaleza de los servicios prestados por el afiliado
como dependiente o autónomo, por cada año de servicio
con aportes al SIJP, Régimen de Reparto, a partir del 15 de
julio de 1994. En cuanto al procedimiento de cálculo es el
mismo empleado para la PC.
Por último, señalamos que ningún beneficiario podrá
percibir más de una PBU, una PC y una PAP. Las tres
componentes serán percibidas en forma conjunta y
unificada.
4 PRESTACION ANUAL COMPLEMENTARIA
(PAC)
Es una prestación propia del Régimen de Reparto, toda vez que
V Haberes máximos y mínimos de las prestaciones
Tal como lo sostuvimos en un principio, los haberes mínimos y
máximos constituyen dos institutos básicos de todo Sistema
Público de Reparto. En efecto, teniendo en cuenta que los
principios básicos en que se sustenta son la universalidad y la
solidaridad, la eliminación de los haberes mínimos genera
situaciones de injusticia, pues pone en situación de desamparo
al adulto mayor que, en su vejez, no puede garantizarse un
mínimo ingreso de subsistencia.
Por su parte, la eliminación de un haber máximo condena al
Sistema de Reparto solidario a una permanente situación que
oscila entre la insolvencia y el colapso, impidiéndole cumplir su
su monto se calcula tomando en consideración, en forma
exclusiva, las prestaciones que el beneficiario reciba de este
régimen. No obstante ello, también comprende a los
beneficiarios del Régimen de Capitalización en la medida que
perciban las prestaciones del Régimen de Reparto como la PBU y
la PC, o la PAP inclusive, en caso de corresponder.
Consisten en una prestación pagadera en dos cuotas,
equivalente al 50% de la prestación total (PBU, PC y PAP).
5 PRESTACION POR EDAD AVANZADA
Beneficia tanto a trabajadores dependientes como autónomos
de ambos regímenes.
Requisitos:
a) 70 años, cualquiera sea su sexo.
b) Acrediten 10 años de servicios con aportes computables
en uno o más regímenes jubilatorios comprendidos en el
Sistema de Reciprocidad, y que hayan prestado servicio por
lo menos 5 años dentro de un periodo de 8 años
inmediatamente anterior al cese de actividad.
c) Los autónomos deben acreditar, además, una antigüedad
en la afiliación no inferior a 5 años.
Haber de la prestación:
El haber mensual será el 70 % de la PBU, más lo que
correspondiere en concepto de PC y PAP o jubilación
ordinaria, según el afiliado se encuentre en Reparto o
Capitalización.
El goce de esta prestación es incompatible con la percepción
de toda jubilación, pensión o retiro civil o militar, nacional,
provincial, municipal, sin perjuicio del derecho del
beneficiario de optar por esta prestación en llegar de las que
tuviere.
cometido. Teniendo en cuenta que ello es incompatible con el
Régimen solidario de Reparto, se establecieron haberes mínimos
y máximos.
No podemos soslayar que la Ley Nº 24.241, en su versión
original, no establecía un haber máximo de las prestaciones, que
recién fue incorporado con la sanción de la Ley Nº 24.463. La
razón anida en la propia lógica de los topes intrínsecos que
establece la ley y que comentamos precedentemente. No
obstante ello, teniendo en cuenta que para la determinación del
haber podrían resultar computables períodos en los que no
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rigiera el límite máximo previsto en el Art. 9º y su proyección en
el cálculo de las prestaciones, el legislador introdujo el tope
máximo al quantum del haber resultante de la sumatoria de la
PBU, la PC y la PAP.
La ley establece que los importes mínimos y máximos de las
VI Movilidad de las Prestaciones
A diferencia de sus antecesoras, la Ley Nº 24.241 escindió la
determinación del haber inicial de la movilidad. Recordemos que
en la Ley Nº 18.037, tanto el haber inicial como la movilidad se
efectuaban aplicando el índice al que se refería el Art. 53 de la
misma ley. En el marco de la Ley Nº 24.241, la aplicación de
índices sólo se receptó a efectos de la actualización de las
remuneraciones, pero se prescindió de los mismos para reajustar
los haberes, reemplazándolo por una unidad de medida propia
del sistema.
En efecto, con respecto a la movilidad de las prestaciones, la
versión original de la ley estableció como módulo de movilidad
la variación semestral del AMPO. No obstante ello, a partir de la
sanción de la Ley Nº 24.463, se estableció que los beneficios
tendrán la movilidad que anualmente determine la Ley de
Presupuesto conforme al cálculo de recursos respectivo.
La Ley Nº 24.463, dispone en sus Art. 1º y 2º que el Sistema
Previsional Público nacional será, a partir de su vigencia, un
sistema de reparto asistido, en función de los recursos
enumerados en el Art. 18 de la Ley Nº 24.241. Conforme surge de
los Art. 5º y Art. 7º inciso 2º, del mismo texto legal, le
corresponde al Congreso de la Nación la atribución de
establecer mediante la Ley de Presupuesto la movilidad de las
prestaciones, como así también la prerrogativa de reconocer
dicha movilidad en forma diferenciada a fin de favorecer las
prestaciones mínimas.
Resulta oportuno señalar que la ley citada no estableció una
metodología específica para la determinación de las
movilidades, no obstante lo cual el legislador se impuso una
auto restricción al mecanismo para establecerlas: “… en ningún
caso esta movilidad podrá consistir en una determinada
proporción entre el haber de retiro y las remuneraciones de los
activos” (Art. 5º).
En este marco legal, podemos concluir que la Ley Nº 24.463 no
merece objeciones constitucionales. Ello así toda vez que, tal
como lo ha sostenido nuestro Superior Tribunal en innumerables
precedentes, el precepto constitucional no lleva implícita una
pauta de movilidad específica, correspondiendo al Poder
Legislativo, en uso de las facultades que le son propias,
establecer la movilidad de las prestaciones (entre otros: “JADES
prestaciones a cargo del Régimen Previsional Público serán
determinados por la Ley de Presupuesto.
En cuanto a los haberes máximos, la ley consigna expresamente
que ningún beneficiario tendrá derecho a percibir prestaciones
por encima del tope máximo legalmente establecido.
ZARATE” 13/08/1981 CSJN 303-II-1155 y recientemente en
“Sánchez, María del Carmen” S. 27588 XXVIII sentencia del 17
de mayo del 2005, Considerando 4º voto de la mayoría y
recientemente en “Badaro, Adolfo Valentín” B. 675. XLI,
sentencia del 8 de agosto de 2006).
Sin perjuicio de ello, no podemos soslayar que desde su sanción
hasta la emergencia económica, financiera y social dispuesta
por la Ley Nº 25.561, no se ha reconocido movilidad alguna de
las prestaciones, habida cuenta del marco de estabilidad
económica que vivió el país durante la vigencia de la Ley Nº
23.928. Tal criterio fue confirmado por la CSJN en el precedente
“Heit Rupp”.
Recién a partir de la situación descripta, particularmente
después del pronunciamiento de nuestro Superior Tribunal en el
Fallo “Sánchez”, tanto los tribunales inferiores como la Alzada
del fuero comenzaron a reconocer el derecho a la movilidad de
las prestaciones de los beneficiarios de la Ley Nº 24.241,
receptando criterios disímiles según el juzgado de primera
instancia o la Sala que intervenga, sin que hasta el presente se
haya alcanzado un consenso generalizado sobre la pauta y la
metodología a aplicar en caso de movilidad de las prestaciones
de la Ley Nº 24.241, tema sobre el que avanzaremos en la
segunda parte del presente artículo.
Finalmente, y a modo de conclusión provisoria, cabe señalar que,
pese a la acotada descripción de los principios generales y de la
determinación de las prestaciones, se advierte con claridad
meridiana que la Ley Nº 24.241 presenta una complejidad
propia, en muchos aspectos radicalmente opuesta a sus
antecesoras -las Leyes Nº 18.037 y Nº 18.038-, que requiere de
un análisis técnico previo del letrado, a fin de encuadrar
apropiadamente los focos de litigiosidad que se planteen tanto
en sede administrativa como judicial.
Dra. Alejandra Austerlitz
Coord. Área Control de Litigiosidad
Gerencia de Asuntos Jurídicos
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