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TERESA RODRIGUES – 16-10994

ENSAYO CRÍTICO: TÁCTICAS PARA PRACTICAR LA ASERTIVIDAD

La asertividad puede entenderse como la manera de comunicarse con otras personas sin permitirse llegar a
extremos emocionales. Para practicarla, es necesario realizar primero un análisis introspectivo y recordar que, sin
importar el sentimiento que lidere en ese momento, éste no se debe reflejar dentro de las conversaciones, puesto
a que, cualquiera que sea, si no intentamos llevarlo a un equilibrio, podríamos mostrarnos susceptibles u ofendidos
(en caso de sentir molestia), o muy complacientes (en caso de estar alegres).
Para comenzar a practicar la asertividad, y lograr ver resultados positivos dentro de cada diálogo, es importante
entrenar la conducta personal, tomando algunas posturas como:
• Comprender que, sea cual sea el tema de conversación, no somos dueños de la verdad absoluta. Además
de esto, no siempre existe una única solución o manera de ver las cosas. Tener consciencia de esto, nos
permitirá saber defender nuestra opinión sin llegar a una disputa, ya que las ideas de nuestro receptor,
aunque a veces no concuerden con las nuestras, también son válidas.
• Mantener una actitud positiva, donde los gestos, la postura, mirada y manera de platicar, demuestren
seguridad y comprensión, que el receptor perciba el interés en la charla.
• El mensaje debe ser lo más claro posible en cuanto a los pensamientos a transmitir. Se sabe que en los
diálogos, tanto en persona como a distancia, las opiniones pueden ser mal interpretadas, ya sea por falta
de atención o de precisión al hablar o redactar. Para lograr la asertividad en este caso, debemos estar
dispuestos a repetir la idea hasta que nuestro destinatario la comprenda. O, por lo contrario, preguntar si
no hemos entendido lo que nos han dicho.
• Dar explicaciones al emitir un comunicado. Si es cierto que al opinar se debe ser preciso, muchas veces
es necesario poner en contexto al receptor, para que el mensaje o la acción tengan sentido.
• Buscar el momento adecuado para transmitir una información. Hay conversaciones cuyo tema es delicado,
y de la misma manera, existen contenidos que son importantes y se necesita que la otra parte se encuentre
atenta, neutral, en un lugar tranquilo sin distracciones. Aunque siempre será mejor hablar que callar las
cosas, el ambiente y condiciones correctos permitirán una reacción o respuesta más acertados.
• No tomar posición de víctima ni poner a los demás como villanos. Por muy distintos y variados que puedan
ser los debates, debemos recordar la frase “nadie puede hacerte sentir mal sin tu consentimiento”; aplica
bastante bien en numerosas ocasiones: en vez de decir “me hiciste sentir mal” o “tus palabras fueron
hirientes” (colocando al otro como culpable), tomar responsabilidad de nuestros propios sentimientos
diciendo “me sentí mal con lo que me dijiste”.
• Saber hablar o saber callar. La mayor parte de las veces querremos dar nuestro punto de vista, sin embargo,
si tememos que al hacerlo nos costará nuestra tranquilidad o salud mental, es crucial tomar una buena
decisión sobre lo que es más importante para nosotros.

No todas las ideas para practicar la asertividad nos servirán en las mismas circunstancias, y de la misma forma,
no todas las conversaciones que mantengamos lograrán serlo. No obstante, hablamos de un tema que nace y se
perfecciona con la práctica, con el control de las emociones y con la puesta en acción de las numerosas tácticas
que ayudan a que sea un hecho. La conducta y postura correctas en una comunicación asertiva, nos mostrarán
como personas maduras y empáticas capaces de razonar antes de interponer sus sentimientos o ideales, pero lo
suficientemente seguras de saber poner límites y expresarse con honestidad.

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