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Hacia una fundamentación histórico-crítica de la perspectiva tecnológica en América Latina: aportes dusselianos

desde la Filosofía de la poiesis (1976)

Santiago Cordero Salusso

Universidad Nacional del Sur, Bahía Blanca, Argentina

santi.cs03@gmail.com

En 1976, Enrique Dussel desarrolla las líneas programáticas fundamentales de lo que denominó “Filosofía de la poiesis”.
Este escrito homónimo, luego pasaría a formar parte de una compilación de textos titulada Hacia una estética de la
Liberación, publicado en 2013. La conceptualización categorial elaborada en esta obra promueve una reconsideración
histórica e introductoria de la cuestión de la poiética, o producción técnica, en América Latina. No obstante, la
fundamentación de su perspectiva de la evolución tecnológica en nuestra región, como elemento constitutivo de su
proyecto de una Filosofía de la liberación, ha quedado, como enuncia su autor, inconclusa.

Por este motivo, pretendo hacer un relevamiento de este horizonte de producción categorial para abordar el
contexto y la problemática que gira en torno a la concepción de “técnica” desde una visión latinoamericana. De manera
introductoria, busco relevar la relocalización geopolítica e histórica que Dussel desarrolla sobre esta cuestión para
considerar sus esfuerzos por elaborar las distintas etapas de una historia poiética latinoamericana en clave crítica, situada
y anti-imperialista.

En términos históricos, Dussel entiende que Europa bloqueada por el mundo turco-árabe logra evadir los límites estrechos
del Mediterraneo gracias a España y Portugal, que se lanzan a la conquista del Atlántico norte y de allí ala colonización de
la periferia. Por el sólo hecho económico de acumular en Europa riqueza extraídas de sus colonias, el continente europeo
se constituye como ‘“‘centro” de un proceso de desarrollo tecnologico sin precedentes, que va a rematar, afirma Dussel,
en la Revolución industrial dentro del modo de producción capitalista. América Latina, por su parte, recibirá el impacto de
la conquista no s6lo al nivel político de dominaci6n, económico de explotación, ideológico de evangelización, sino
también en sus derivaciones tecnologicas. Todo esto inaugura una larga historia de dependencia, desde 1492 hasta el
presente.

De esta manera, por el proceso de la conquista de América comenzada a fines del siglo XV y concluida a fines del
siglo XVI, establece un modo de producción europeo-hispánico que choca en todas sus instancias contra un modo
de producción que Dussel califica como “amerindio”. A través de la violencia de las armas (que implican una
superioridad tecnológica) se impone una dominación socio-política, lo que permite exigir el pago de un tributo en
trabajo, mercancías o dinero (sistemas de la encomienda), todo ello explicado y justificado por la finalidad
ideologica de la conversión de los indígenas al cristianismo. La expansión del modo de producción hispano pos-
medieval (MP!) deja lugar a un nuevo modo de producción que, en aquella época, todavía no es ni puramente
feudal ni capitalista; es un modo de producci6n tributario, periférico, monetario, con fuertes relaciones con el
naciente mercado mundial mercantilista, que Dussel denomina como capitalista de ‘‘primera forma’’.

De todas maneras, lentamente, a través del siglo XVII y XVIII primero, y del siglo XIX después, fueron
surgiendo a partir de dicho modo de producción “‘tradicional’’ una cierta configuración nacional de formaciones sociales
latinoamericanas con dependencia externa o interna. La emancipación ibérica (de España y Portugal) significó el caer en
la dependencia anglosajona (Inglaterra y Estados Unidos), lo que repitió, ahora con otro signo, el proceso anterior.
Durante la segunda mitad del siglo XIX y mucho mas aceleradamente en el siglo XX, en especial en su segunda mitad, el
modo de producci6n capitalista bajo su forma imperialista desde 1880 impacta ahora al modo de producción tradicional
latinoamericano y los incluye como ámbitos periféricos del horizonte de la economía imperialista.

Ahora bien, para Dussel, los países periféricos de América Latina, África y Asia, se encuentran en una situación de
subdesarrollo. Bien sabemos que años más tarde, el autor va a morigerar esta subdivisión entre desarrollo-subdesarrollo,
centro-periferia, pero en este escrito mantiene esta categorización como una forma de distinción que le permita continuar
con sus reflexiones. Este subdesarrollo, para Dussel, se debe a la desigualdad del intercambio internacional que produce
una inmensa acumulación de capital en los países industriales, lo que les permite extender su poderío político e
ideológico sobre los países periféricos, dependientes desde todo punto de vista. En especial, remarca Dussel,
dependientes en el nivel técnico, que es un condicionante material de todos los otros niveles. Es esta situación la que
mueve al filósofo a teorizar una filosofía poiética de la liberación en la periferia. A partir de esta distinción, Dussel
entiende que es posible ofrecer una alternativa a este escenario, es decir que las naciones dependientes del capitalismo
imperialista pueden cambiar el rumbo de su historia por una decisión política que determine su manera de
vincularse con la instancia tecnológica.

Luego de recuperar el trayecto histórico de la dependencia técnica de los diferentes imperios europeos sobre la periferia,
Dussel resalta que el pensamiento crítico y las izquierdas, ocupadas de la instancia política, han tendido a olvidar casi por
completo el condicionante material de las revoluciones históricas: es decir, han obviado o reflexionado de manera
colateral la instancia del trabajo humano, de las fuerzas productivas, de la relación inmediata entre el individuo y la
naturaleza. Este olvido, afirma Dussel, tiene las peores consecuencias. Una de esas consecuencias es la opinión teórica de
que la economía es la condicionante material de las restantes instancias. Dicho economicismo está regido con el
pensamiento de Marx, para quien es la instancia poiético-tecnológica la condicionante estrictamente material de la
economía. Por supuesto que no se deberá caer en la posición opuesta, el tecnologismo, que pretende que la instancia
poiético-tecnologica es la última instancia real y concreta del orden histórico, sino que se requiere de un abordaje de la
técnica desde una posición crítica y latinoamericana. Si la revolución y los movimientos nacionales de estos países se han
situado a un nivel práctico, será el momento ahora, afirma, de la revolución tecnológica.

Una vez que Dussel recobra la distinción e interrelación entre poiesis-tejne en la tradición occidental, señala que para salir
del estado de dependencia económica de los grandes centros de poder neocolonial e imperial se requiere de una “poiética
de la Filosofía de la liberación” que esclarezca el estado de dependencia e indague en alternativas viables a los modelos
preexistentes. (poiesis: acto creador –poesía, arte- / tejne: develar la esencia de la naturaleza, instrumentalismo)

Lo que más le interesa a Dussel es mostrar como América Latina entra en la historia mundial de la poiética y queda
definida en esa totalidad concreta, para después señalar a la “‘teoría de la dependencia” como la pretensión de formular un
marco teórico, frecuentemente abstracto, que explique el horizonte desde el cual la poiética latinoamericana es
comprensible pero que necesita ser constantemente revisitado. Nace así la conciencia de una tecnología dependiente y
periférica y la exigencia de la liberación.

La esencia material de toda esta dependencia se encuentra en el nivel tecnológico. En el intercambio desigual consiste la
injusticia o explotación practica; en la desigualdad técnica estriba la posibilidad real de dicha dominaci6n. Se descubre así
en el coraz6n de la dominaci6n política y económica, e igualmente ideológica, la instancia tecnológica. En efecto, ’’al
colonialismo de la primera generación —ocupación militar, saqueo, masacres entre los indígenas— y de la segunda
generación —penetración económica, cambio de materias primas, baratas por manufacturas industriales caras—, sigue
ahora el colonialismo de la tercera generación o neo-colonialismo. Este se caracteriza por una nueva división internacional
del trabajo promovida por los intereses de la metrópoli, según la cual el trabajo de la innovación tecnológica y los
procesos productivos altamente calificados se concentran en la metrópoli, mientras se permite a la periferia en calidad de
proletarios externos de los países céntricos , una industrializaci6n productiva [. . .] Hasta el momento la periferia cumplía
su función como proveedor de materias primas baratas para la metrópoli; le espera ahora un nuevo rol no menos
deprimente: por un lado ser el ejército de reserva de mano de obra barata para la metrópoli; por otro lado, funcionar como
el anhelado basural de la afluente metrópoli’’

Bajo este escenario, la necesidad de una liberación poiético-tecnológica, es evidente, supone, para que sea real, la
liberación económica, política e ideológica, pero, al mismo tiempo, la liberación material es el supuesto de la plena
liberación en las otras instancias. Por otra parte, el modo de producci6n capitalista al desagregar los modos de producción
“‘tradicionales’’ destruye, al mismo tiempo, la poiética artesanal, popular, histórica. La introducción de nuevos objetos (lo
que impulsa la propaganda de las transnacionales), crea nuevas necesidades de dichos objetos, crea nuevos, usos, nueva
cultura. La cultura nacional y popular entra en crisis y con ella la posibilidad de poder definir un contenido humano al
proceso de liberación. Este choque entre una estructura objetual del capitalismo imperial mundial y las culturas-
tradicionales nacionales enmarca un problema de suma actualidad y perentoria resolución. O se llega a afirmar, por un
proceso de liberación, los valores propios del proceso del trabajo del pueblo y su historia, o, simplemente,
navegamos rápidamente hacia la extinción y muerte de nuestra realidad como formaciones sociales históricas. En
este choque y su resoluci6n se juega el destino de las dos terceras partes de la humanidad de la región del Sur, de
toda América Latina, África y Asia. La poética de la liberación tiene delante de si una magna labor de clarificación
y producción. Sin embargo, Dussel refiere que la resolución no será nunca un no a la tecnología, sino un sí pero
desde una “‘autodeterminación nacional”, popular, desde la decisión y gestión de las clases hoy oprimidas: la clase
obrera y campesina. Es decir, no podemos caer en una actitud de negación romántica de la técnica, como había
promovido Heidegger en los años 50, sino en una responsabilidad óntica de sus determinaciones, que requieren de un
núcleo ético rector que conduzca sus instrumentaciones.

La recuperación del aporte dusseliano con respecto al funcionamiento de la técnica en las distintas etapas de intervención
económica, política y militar que ha padecido, y aun padece, nuestro continente, abre el camino hacia una reflexión
filosófica y crítica sobre la necesidad de articular los avances y alternativas tecnológicas locales con las luchas y
necesidades del pueblo nuestroamericano.

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