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Diego Parente. Técnica y gelassenheit: Heidegger y la clausura de futuros artificiales alternativos .

Parente discute alguna de las nociones que vertebran la interpretación heideggeriana sobre la técnica, particularmente se
centrará en la noción de gelassenheit, para demostrar sus falencias y vislumbrar qué aportes puede ofrecer Heidegger a la
discusión en torno a la tecnología contemporánea más allá de esas limitaciones.

El texto comienza señalando algunas valoraciones de la técnica en la obra de Heidegger: en primer lugar, Parente
menciona el §15 de Ser y tiempo, en el cual el estar en el mundo significa para el dasein estar remitido de manera
inmediata a un todo de sentidos en donde los entes se nos presentan primera y originariamente como un plexo de útiles a
la mano. En esto que Heidegger denomina zuhandenheit o zuhandensein, ser a la mano o utilidad de las cosas.

Esta utilidad contrasta con la concepción tradicional que hace de los entes un puro objeto de conocimiento. Por
medio del uso, dice Parente, el dasein descubre la naturaleza; a través de un puente, de un camino, etc.

Un segundo momento, en la obra de Heidegger es lo que tiene que ver con la obra posterior de la kehre, este giro
que se da en la obra del 1930. A partir de este giro la técnica moderna ya no se refiere a un conjunto de artefactos sino a
un modo de desocultación del ser del ente; a uno de los modos en el que el ser se muestra. Este modo de descubrirse el
ser, descubre a todo ente como sustancia puramente manipulable; como recurso disponible para el usufructo humano.

En esa línea de pensamiento encontramos una serie de consideraciones negativas en torno a artefactos y sistemas
técnicos modernos: la radio, la televisión, una represa eléctrica en el rio Rin, la industria alimenticia, etc. Parente señala
que en todos estos casos Heidegger ejemplifica la desocultación del ente como Bestand, utilizada en La pregunta por la
técnica, para referirse a los entes como pura reserva de energía, stock disponible para el uso del ser humano.

Sin embargo, para Parente es posible hallar en este periodo algunas aproximaciones al objeto técnico que no
concluyen en criticas de tono condenatorio: Parente distingue tres tipos de aproximaciones de este cariz:

 En primer lugar, tenemos la idea de un producir autentico que sirve como fundamento de la técnica moderna (ejm:
copa de metal en La pregunta por la técnica).
 En segundo lugar tenemos la idea de objeto técnico como coligador de la cuaternidad de este entrecruzamiento de
tierra, cielo, divinos y mortales del que habla Heidegger: varios ejemplos: el templo griego, en El origen de la
obra de arte; el puente en Construir, habitar, pensar; y el cáliz de la cosa. Estos artefactos, dice Parente,
funcionan como núcleos de sentido, abriendo un mundo particular
 En tercer lugar, tenemos la idea de gelassenheit, como apertura de una posible relación libre con la tecnología.

2. La idea de Gelassenheit. En el segundo apartado de su texto, Parente se adentrará en la idea de gelassenheit, traducido
como serenidad, abandono o desasimiento. La gelassenheit implica una actitud de reserva prudente que contrasta con una
actitud condenatoria hacia el mundo técnico. Frente a esta actitud, Heidegger recomienda salir de esa relación de
servidumbre que establecemos con los objetos técnicos en la cotidianeidad. Usarlos, servirnos de ellos de una forma
apropiada, manteniéndonos tan libres de ellos como podamos.

Parente señala que la gelassenheit consiste en un dejar ser al ente, un dejar a lo presente en su presencia sin añadir
ni interponer nada, sin manipular, sino salvando, protegiendo lo ente. Ese dejar ser (seinlassen) sería la actitud opuesta al
uberfallen, el asaltar propio de la metafísica y de la técnica. Parente señala que este desasimiento que implica la
gelassenheit puede ser no solo preparado por la tecnología sino por la poesía y el arte, en tanto ellas también son formas
del desocultamiento del ser.
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Por ejemplo la obra de Van Gogh que aparece analizada por Heidegger en El origen de la obra de arte. En este
ejemplo encontramos que es en el desasimiento con respecto a la utilidad del par de zapatos lo que permite que la verdad
de este ente acontezca. Debido a su relación esencial con el ser el hombre debe predisponerse para dejarlo hablar, para
oírlo. Esa predisposición es la gelassenheit como abandono de la subjetividad caracterizada por una voluntad de poder.

Sin embargo, Parente plantea un problema. No se trata de una actitud específicamente humana, la gelassenheit no
pertenece al dominio de la voluntad; no es una cuestión individual y subjetiva; sino que tiene que ver con un
abandonarse del dasein a las aperturas en las que el ser se envía.

3. Limitaciones de la idea de Gelassenheit. Parente va a señalar una especie de aporías conceptuales de la gelassenheit a
fin de mostrar que esta noción no alcanza para considerarla como una alternativa para modificar nuestro trato con el
mundo artificial. Con esto, va a dar tres versiones acerca de por qué esta noción de gelassenheit implica una limitación
para establecer una relación distinta con la tecnología.

3.1 ¿Transformación ontológica o modificación de actitud óntica? En este apartado, Parente señala que la gelassenheit
implica una contradicción entre la postulación de un esclavizamiento total de la humanidad a la tecnología, como se puede
ver en La pregunta por la técnica donde la técnica es definida como el máximo ocultamiento del ser propio de la
contemporaneidad; y la idea de una posible liberación a través del aprendizaje de ciertos usos apropiados de los objetos
técnicos. Así, Parente se refiere a una incompatibilidad entre una aproximación sustantivista de la técnica, como destino
ontológico no modificable mediante acciones humanas; y la esperanza en que un “cambio de actitud” pudiera modificar
efectivamente dicha relación. Esta última concepción es la que se encuentra planteada en la gelassenheit.

Por un lado tenemos, una concepción sustantivista de la técnica, como la que está planteada en La pregunta por la
técnica, donde la técnica es algo que está mas allá del agenciamiento humano, algo que va más allá de nuestra capacidad
de vincularnos con los objetos técnicos, ya que implica un desocultamiento del ser mismo que se da en esta forma del
gestell, la organización en la cual todo queda dispuesto como puro recurso. Y, por otro lado, una concepción no
sustancialista como la que sostiene en la gelassenheit, en la cual hay una esperanza de modificación del vínculo con lo
tecnológico que radica en el cambio de actitud que pudiera modificar ese vínculo con la tecnología.

Parente muestra esta complejidad del término gelassenheit al señalar que una interpretación posible para señalar
esa doble naturaleza de lo técnico en la obra de Heidegger sería pensar que el autor no está proponiendo ningún cambio de
actitud óntico respecto a la tecnología sino una transformación ontológica de nuestra relación con el ser, de tal manera que
la gelassenheit correspondería al modo propio del acontecer del ser y no a una actitud puramente humana.

Sin embargo, resulta muy difícil pensar la noción de gelassenheit sin que quede asociada, de algún modo, a una
disposición humana. Parente muestra así, la contradicción en la que incurre Heidegger al pensar la técnica, por un lado,
como destino del ser; y, plantear que un simple cambio de actitud puede modificar tal destino, que se encuentra más allá
de la voluntad humana.

3.2 Unidimensionalismo. La segunda limitación que Parente encuentra en la idea de gelassenheit tiene que ver con el
carácter unidimensional que la técnica tiene para Heidegger. Para este la técnica constituye una voluntad de dominio
planetario que desoculta todo ente como recurso, circunscribiéndolo a un proceso de circulación y consumo dirigido por
criterios de eficiencia y maximización de control. De esta manera, la tecnología aparece asociada a un espíritu de
dominación de la naturaleza.

Parente va a decir que con este movimiento, Heidegger sumerge a las distintas tecnologías concretas en la
noche en la que todos los gatos son pardos. La principal aporía de este enfoque unidimensional radica en que “impide
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diferenciar entre las armas eficientes y las medicinas eficientes, entre la propaganda eficiente y la educación eficiente,
entre la explotación eficiente y la investigación eficiente. Esta diferencia es social y éticamente significativa y no puede
ser desestimada.” (Feenberg).

Específicamente, la trama argumentativa heideggeriana tiende a homologar, bajo la categoría de “comprensión


tecnológica” del Sein, a la electricidad y las bombas atómicas o -lo que resulta más llamativo- a las técnicas agrícolas y las
técnicas de producción de cadáveres en los campos de concentración. Como consecuencia de esta equiparación de
ejemplos ónticamente inequiparables, al presentar todos estos casos como “consecuencias” de la era de la técnica
planetaria en tanto destino del ser, Heidegger, según Parente, estaría incurriendo en dos errores: por un lado, Heidegger
desideologiza las prácticas tecnológicas. Por otra parte, desliga de responsabilidades a los agentes particulares
involucrados en dichas prácticas tecnológicas.

3.3 Rechazo de la agencia humana. En tercer lugar como limitación de la idea de gelassenheit, tenemos un rechazo de la
agencia humana. Parente señala que en el plano ético-político, la idea de gelassenheit tiene un fuerte sesgo conservador
porque desestima el valor de los agenciamientos humanos, teniendo en cuenta la concepción heideggeriana de la técnica
como modo del desocultamiento del ser mismo. Parente recupera la recepción norteamericana de la obra de Heidegger,
que considera su concepción de la técnica como un fetichismo que dota a una cosa creada por el ser humano con la
apariencia mágica de poseer un fin independiente.

El impacto histórico de la tecnología en el plano ontológico no puede ser controlado por acciones humanas, y de
esta manera Heidegger desestima la dialéctica entre cambio social y cambio tecnológico pasando por alto el poder de las
prácticas concretas para producir modificaciones relevantes en el curso del desarrollo tecnológico.

4. Conclusiones. Parente indica que los argumentos tratados hasta aquí permiten pensar que la idea de gelassenheit posee
un fuerte sesgo conservador desde el punto de vista ético-político; y en segundo lugar, no proporciona pistas efectivas
para encaminar una nueva relación con la tecnología. Los escritos heideggerianos sobre la técnica clausuran la
dimensión hermenéutica al rechazar a priori la posibilidad de que los artefactos técnicos puedan escapar de la meta del
control total sobre la naturaleza al quedar remitidos a la absoluta bestandlichkeit (disponibilidad) de todos los entes.

“La preocupación esencial de Heidegger no es tanto la destrucción causada por las tecnologías concretas (la
bomba atómica, la devastación del medioambiente, etc), sino más bien el antropocentrismo metafísico que subyace a la
comprensión tecnológica del ser. En tal sentido, el insistente privilegio de lo ontológico por sobre lo óntico conduce a una
despolitización de lo óntico, esto es, a desatender la esfera en la que efectivamente se pone en juego el diseño y el
funcionamiento de las redes sociotécnicas.”

Lo que plantea Parente es que al llevar el campo de la técnica a un plano prioritariamente ontológico,
comprendiendo la técnica como una forma de destinarse el ser mismo, lo que hace Heidegger es despolitizar lo óntico, la
prácticas tecnológicas concretas, que son prácticas sociales en las cuales los individuos tienen distintos tipos de agencia,
de accionar con respecto a estos productos tecnológicos.

“En la medida en que Heidegger niega la posibilidad de que las intervenciones humanas desplegadas en este
último nivel puedan dar lugar a transformaciones ontológicamente relevantes (dar fin a la Gestell), la Gelassenheit
termina asociada a un planteamiento que no proporciona pistas concretas para la construcción de una “nueva relación” con
la tecnología”.
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El argumento final de Parente es que justamente en la noción de Gelassenheit no encontramos pistas para
encaminar una nueva relación con la tecnología, para situarnos en un vínculo con la tecnología que salga de la tecnofobia
y permita pensar futuros alternativos.

Ser y tiempo

Zuhandenheit

zuhandensein

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