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Y EL FIN DE LA HISTORIA
Franclsco Quiroz Chueca
ORíGENES METoDoLÓGIcos
B reconocido que la historiografía dependentista se origina en los postulados teó-
ricos y prácticos de la CEPAL. La simbiosis de Raúl Prebischlez debe entenderse como
producto de una combinación de las tesis económicas de Keynes, tas bases epistemo-
lógicas estructuralistas (Althusser) y los fundamentos políticos de lo que se conoció co-
mo la teoría de la dependencia.
Los aportes de esta "escuela" a la epistemología de las ciencias sociales en América
Latina son muchos. Entre ellos se pueden mencionar los siguientes. En primer término,
la premisa de especificidad de la realidad económica de la región. Esto íue la base para
un estudio autónomo de la trayectoria histórica del subcontinente. En segundo término,
el conjunto de ideas-fueza esgrimido por los dependentistas. Representó un aporte
verdaderamente original para las ciencias sociales latinoamericanas: el planteamiento
estructural de los problemas históricos.
como una forma de "transición" entre el "desarrollismo" y Ia "dependencia", he-
bisch propuso la tesis del difusionismo; pablo González casanova hizo lo propio con la
del colonialismo interno. El difusionismo considera que la periferia debe asimilar el capi-
tal y la tecnología para desarrollarse y este desarrollo es desigual en la periferia. Segun
Chilcote, estas premisas conducen "a dos proposiciones controvertidas: 1) las naciones
subdesarrolladas se encuentran estructuradas en sociedades duales: una moderna y
avanzada, otra retrasada y feudal; y 2l en el sector moderno de la sociedad subdesa-
rrollada surgirá una nueva burguesía, comercial e industrial, progresista y defensora del
interés nacional en la medida en que el desarrollo capitalista se difunde en las áreas ru-
rales y las medidas económicas y políticas restringen la penetración y el dominio de los
intereses extranjeros".
te2 I-a literatura sobre esle tema es vasla. En especlal, ver la anrplia reseña de José Mllaián al
volumen I de la revista Latin Ane¡lcan lbrspective, Catlfornla, 1974, dedicado a la teorfa
de
la dependencia, en Apuntes (Lima) 1976 n. 5 pp. 97-104. Asimismo, los aportes de James
Dietz y James Petras (eds.), F\'ttgress toward developntent in Latin America: ftom hebisch ta
technologícal autonomy, Boulder, Linne Rienner, 1990; Ronald chilcote y Joel Eldstein,
"Latin America: the struggle with dependency and beyond", Laün American furspective, 1974
vol. l; Id., "Latin America: capitalist and socialist perspectives of development and underdeve-
lopment", HAHR 1986 vol. XV; Ronald chilcote y D.L. Johnson, Theories of development:
mode of pn>duction or dependenqt?, Beverly Hitls, sabe, l9B3; cristóbal Ray, Latin,Aneri-
can theoríes of development and underdeuelopmen( New york, Routledgn, tsas; eL. o'
Brien, "A critique of Latin American theories of dependence", I. oxaal et al., Beyond the so-
ciology of developmend London, Routlege & Kegan, 1975; Ian Roxborough, Theories of un-
derdevelopmen{ London, Mac Millan, 1979.
2. RELACIONES SOCIOPOLÍTICAS.
Los maestros del circulacionismo (hank, wallerstein, Braudel) prestaron escasa
atención al análisis de los grupos sociales internos. Les interesó en la medida en que se
podía establecer una relación entre los grupos dominantes internos y los intereses del
comercio y las inversiones externas.
3. TELEOLOGÍA.
Uno de los aspectos más rescatables era la convicción abierta de la finalidad teleo-
lógica de la escuela de la dependencia en la historiografía. Los "dependentistas" no
ocultaban que sus estudios tenían la misión de descubrir las raíces de los problemas de
la regíón para tratar de encontrar la solución política al subdesarrollo. No siempre, em-
pero, fue clara la dirección de esta solución.
Esta falta de claridad ha pernritido que su proyección sea manipulada a gusto. una
de las crlticas más difundidas que se ha hecho a la escuela de la dependencia es acusar-
la de fatalista por concluir que el desanollo es imposible en los marcos de la conserva-
ción de fos fundame¡rtos de la dependencia y, por tanto, se debe esperar un futuro ca-
tastrófico de continuarse bajo el mismo modelo (Celso Furtado).
r!4 porlerionnente, Bonilla siguió un poslgrado en hlstoria. Acerca de Yepes y Cotler se han
técnicas y metodología de haba-
manifestaclo abundantes citicas. Sobre todo, en tomo a sus
4 pp'
jo. Remíto a los comentarios crlticos de Bonilla sobre Yepes (l-Iumanidades 19.70-71n
'ZSS
SOt) y de Guillermo Rochabrun sobre Cotler (Análisis 1978 n 4 pp' 69-84)'
re:, ;iu ina"pánanncia en el Perú. Las palabras y los hechos", Bonilla et al, La independencia en
de sus-publicaciones "La
el funi,Lima,l1p, 1972. Sus propuestas pueden apreciarse a través
coyuniura comercial del siglo ilK nl Peru" , Revista del Museo Nacional (Lima) t. XXXV pp
"n (acaba de reeditarse en Quito);
tS-S-tSZ; Guano 9r bury;esfa en el Peni, Lima, lEIl 1974
Lima, IEB 1977; "Guano
Gran Bretaña y el Pe¡ú. Los mecanismos de ut't conlro! económico, jma'
et al', Nueva historía genemt det Peni' l Mosca Azul' 1979
y crisis enel Peru", Lumbreras
.El Peru entre la independencia y la Guerra con chile", Historía del Fbni, Lima,
pp.
'Ei. tzs-lss;
t.l"iiu Baca, 1gg0 t. VI pp. 3g5_473; Lln siglo a la deriva,l-ima, IEB 1980.
re6 La polémica fue suscitada por el artfculo de J. Gallagher y R. Robinson de 1953 sobre la ln-
tervención del Estado británico en la expansión comercial del imperio antes de 1870, es decir
antes del imperialismo "formal". D.C.M Platt y William W Mathew se opusieron a esta tesis
con argumentos formales sobre la neutralidad y no intervención británica. Los materiales de
la polémica fueron reunidos por W.R. Louis en el volumen Imperialism: The Robinson and
Gallagher Conhoversy, New York, New Viewpoints, 1976. Bonilla afirma que era "una neu-
halidad establecida entre dos naciones básicamente desiguales" {Guano y... p. 149).
1e7 Paul Gootenberg reitera la clasificación de Macera entre los devotos de esa escuela. Ver espe-
cialmente, "los liberales asediados...", Revista Andina (cusco) 1988 no 12 pp,4O7-408; Teii-
dos y harinas, cor¿,zones y menfeq Lima, IEB 1989 p. 95. Tomando parcial y aisladamente la
visión de Macera en tomo a la finalización de la esclavitud en el Peni, Carlos Aguirre al ver
est€ proceso en Lima lo incluye en la corriente (Agentes de su propia ubertad, Lima, RJCB
1993 p. 19).
tee Sobre el fatalismo historiográfico en nuesho medio se ha escrito con cierta amplitud. En 1987
Magdalena Chocano escribió sobre el recurso ucrónico de la llamada moderna historiografla
("ucronía y frushación en la conciencia histórica peruana", Márgenes no 2 pp. 43-60). A con-
ünuación, Femando Iwasaki publicó su Nación peruana: entelequia o utopla, Lima, CRESE'
1988. Le siguieron Guillermo Rochabrún en "ser historiador en el Per6", Máryenes, n" 7 pp.
130-145 y Cecitia Méndez, Incas sf, indios no, Lima, IEB 1993. Atribuyen una conexión lineal
entre Riva Agüero y la modema historiografía sin tener en cuenta las distintas bases metodo-
lógicas en que se apoyaron. No por estudiar iguales fenómenos ni usar semejante terminolo-
gíá se puede establecer parangones ent¡e los historiadores. El mismo pesimismo puede tener
muy diferenles molivaciones y alcances.