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TEMA 6.

6.1 ORIGEN Y MODELOS DE JUSTICIA CONSTITUCIONAL.

Hemos visto que la justicia constitucional es una novedad vinculada a la implantación del modelo de
sistema constitucional. La primera Constitución en ofrecer esta solución fue la Norteamericana de 1787,
recordemos que, la Constitución como norma es una idea que se abandona en la Europa occidental a
mediados del S.XIX y S.XX. No obstante, en EEUU, la Constitución como norma no se abandona nunca. En
España solo aparece por primera vez en la Constitución de 1931 (Tribunal de Garantías Constitucionales).

La Constitución Norteamericana no prevé expresamente este tipo de justicia constitucional, pero el control
de constitucionalidad se derivará de dos clausulas:

1. Cláusula de la supremacía a la Constitución (Art. 6.2): dice expresamente que “Esta Constitución y
las leyes de los EEUU hechas conforme a ella, serán el Derecho supremo de la Tierra; y los jueces de
todos los Estados están vinculados por ella, siendo nula cualquier cosa contraria a ella.

2. Cláusula de la atribución del poder judicial al TS norteamericano, los atribuye la resolución de


todos los conflictos que surjan bajo la Constitución. El TS americano aplicó sin vacilaciones la
supremacía de la Constitución federal sobre las leyes de los Estados. Dispuso la inaplicación de estas
desde el principio de su funcionamiento. Se entendió que tanto el Supremo como el resto de los
tribunales estaban vinculados a la Constitución. Está clara entre este modelo y el británico, este
último no establece límites, se decía, que el Parlamento lo puede todo menos cambiar un hombre
en mujer. El sistema norteamericano es radicalmente diferente, la Constitución es siempre fija y ,
contiene la voluntad permanente del pueblo, es superior al poder legislativo .

El origen del control de constitucionalidad difuso se sitúa en Estados Unidos. Es en 1803, en la Sentencia
Marbury V. Madison, obra del juez Marshall, que dispone que, la Constitución es superior a cualquier acto
del legislativo. Sobre esta base se fundamenta la revisión judicial sobre las leyes en nombre de la
Constitución, es decir, los jueces controlarán la procedencia y la constitucionalidad de las leyes. Esto es
relevante ya que son jueces ordinarios, el control no lo realiza un órgano especifico. Todos los jueces y no
solo el Tribunal Supremo tienen el deber de aplicar la Constitución y verificar la constitucionalidad de la ley.

El principio “atare decisis” implica que los jueces están vinculados a la jurisprudencia establecida por
cualquier otro tribunal de igual rango; y, por tanto, la sentencia dictada por un juez norteamericano vincula
al resto de jueces (de igual rango). Todos los jueces deben contrastar las leyes con la Constitución. En caso
de que entiendan que la ley es inconstitucional no la anula, sino que la inaplica. En realidad, esta
inaplicación vincula al resto de jueces, pero formalmente la ley no es expulsada del ordenamiento. Por
tanto, podrá ser aplicada para otros supuestos que no sean el mismo que el referido a una sentencia previa
de inconstitucionalidad. El sistema funciona así desde hace varios siglos y ha sido imitado por
constituciones hispanoamericanas.

El proyecto de constitución federal española en 1873 importaba a España un modelo muy similar al
norteamericano. Esto acaba con la Restauración Borbónica de la mano de la Constitución de 1876.

La recepción en Europa del modelo de constitucionalidad de las leyes fue obra de Hans Kelsen, jurista
austriaco que en 1920 introduce cambios al modelo norteamericano. El control de constitucionalidad se
llama difuso porque está repartido por todo el territorio; Kelsen establece un sistema de control
concentrado que supone la existencia de un solo tribunal denominado Tribunal Constitucional. El sistema
no está difuso, sino concentrado. El TC es el único órgano que puede declarar la inconstitucionalidad de la
ley. En EE. UU. el juez puede inaplicar en un caso concreto una ley que crea contraria. La ley inaplicada en
EE. UU. sigue formando parte del ordenamiento. En Europa, el sistema kelseniano es distinto ya que el TC
anula la ley inconstitucional y la expulsa del ordenamiento. Los TC efectúan una declaración general, erga
omnes, y se publica en el BOE. Las sentencias del TC son decisiones de un poder legislativo negativo, lo que
hace es limpiar del ordenamiento las leyes contrarias a la Constitución. El TC queda fuera del poder judicial,
aunque se llame tribunal y aunque sus miembros se denominen jueces. El Art. 80 de la Ley Orgánica del
Tribunal Constitucional señala que en los procedimientos ante TC son aplicables las disposiciones
procesales de la LOPJ; esto no significa que el TC sea parte Poder Judicial. No obstante, aunque el TC no es
Poder Judicial, hay una técnica que se ha utilizado para unir la mecánica de los jueces ordinarios. En un
pleito en el que le juez sospeche que una ley aplicable al caso de cuya validez dependa el fallo sea
inconstitucional tiene que elevar al TC la duda. La cuestión de inconstitucionalidad trata de garantizar la
unidad de criterio en la constitucionalidad de las leyes, siendo un solo órgano el encargado de expulsarlas.
El tema clave del control de constitucionalidad de las leyes es la legitimación activa, generalmente
corresponde a una porción de la cámara legislativa al poder ejecutivo; y en los estados descentralizados a
cada ente (ej. CCAA). El dato relevante del TC es el carácter anulatorio general que tienen las leyes
declaradas inconstitucionales, el proceso que se sustancia ante el TC es un proceso principal en Europa, sin
embargo, el norteamericano es incidental, donde el objeto principal del pleito no es la constitucionalidad
de la ley, sino un incidente en el que cada parte tratara de defender sus intereses. En EE. UU., la unidad de
acción de los jueces se garantiza mediante la unificación de la doctrina del TS.

El modelo kelseniano tiene éxito y se extiende rápidamente por Europa empezando por la Constitución de
la 2ª República Española, que crea garantías constitucionales, el cual no llega a ser completamente
operativo por la inestabilidad de la época. Este sistema de justicia constitucional se fundamenta en este
modelo y, tras la II GM, se generaliza en Europa, se crea la Constitución italiana de 1947 con una Corte
Constitucional, la Ley Fundamental de Bon de 1949. Se extenderá a Francia, a Portugal, a Bélgica… Tanta
fuerza tiene este modelo que incluso algunos Estados sudamericanos han abandonado el modelo
norteamericano.

El principal problema de la justicia constitucional es justificar la posibilidad misma de un proceso judicial


contra las leyes, en el caso norteamericano se justifica porque el constituyente cree que hay un derecho
natural superior al derecho positivo. Esta tradición existía en el Reino Unido, pero se abandona en el S. XVII
como consecuencia de la victoria del Parlamento frente al rey. En Europa, la Declaración de Derechos del
Hombre y del Ciudadano (1789), dice de forma muy solemne que esta declaración se formula para que este
presente a todos los miembros del cuerpo social y con el fin de que los actos del poder legislativo y los del
poder ejecutivo puedan respetar los derechos. Es claro que los derechos del hombre y del ciudadano se
conciben como un límite a los poderes legislativo y ejecutivo. Sin embargo, pronto se abandona la idea de
control de la ley y se instaura o que se denomina jacobina de la ley que ve a la ley como la expresión de
voluntad general y producto de la soberanía. En España también el claro el papel secundario de la
constitución frente a la ley, e igual que en Francia, la ley no está sometida a la constitución porque la
constitución no es norma jurídica hasta el S. XX. En España, la Constitución de 1931 asume la influencia de
Weimar de 1919 y la austriaca de 1920, y acoge una verdadera influencia constitucional.

En 1978, la disposición derogatoria tercera de la Constitución afirma el poder de esta de la derogación de


todas las disposiciones contrarias a su articulación. El Art. 531 afirma de forma muy clara y el Art 164
determina la inconstitucionalidad de las leyes contrarias a la Constitución cuando así lo sentencie el TC.

La justicia constitucional es una novedad vinculada a la aplicación del moderno sistema constitucional, la
primera constitución en ofrecer esta solución fue la norteamericana de 1787, la constitución como norma
suprema es un principio que se abandonó en Europa continental desde el siglo XIX a principios de XX para
recuperarse tras la guerra. Sin embargo, en EEUU este principio no se abandona nunca, en España aparece
en la constitución de la segunda república del 31. La constitución norteamericana no establece
expresamente este tipo de justicia constitucional pero el control de constitucionalidad se deriva a dos
cláusulas, primero el artículo 6.2 donde se dice que en esta constitución y las leyes de los estados unidos
hechas conforme a ella serán el derecho supremo de la tierra y los jueces, todos los estados están
vinculados por ellos, siendo nula cualquier cosa contraria a ella; segundo la atribución del poder judicial al
TS de EEUU y los atribuye a la resolución de todos conceptos que surjan bajo la constitución. El TS
americano aceptó sin vacilaciones la supremacía de la constitución federal sobre las leyes de los estados,
dispuso la inaplicación de estas desde el principio de su funcionamiento, los gobiernos federales están
sujetos a la constitución. Está clara la diferencia entre el modelo británico y el norteamericano, el británico
el parlamento no tiene límites, en el sistema norteamericano es radicalmente diferente, la constitución es
cierta y fija y contiene la voluntad permanente del pueblo, el derecho supremo de la tierra es la
constitución y dice el TS que es superior al poder legislativo.

6.2

La función principal de los TC es depurar el ordenamiento jurídico, expulsar las leyes que sean
inconstitucionales. Hay dos sistemas de control de constitucionalidad de las leyes: El objeto de los dos es el
mismo, garantizar la supremacía de la constitución.

El sistema español es concentrado y su función principal se centra en los procesos sobre la


inconstitucionalidad de las leyes, el sistema norteamericano de jurisdicción difusa no tiene un proceso
singular de control de inconstitucionalidad de las leyes, es incidental, es decir, es una vía añadida al objeto
principal del pleito que esté juzgando el tribunal norteamericano. Además, en el sistema difuso el control
de constitucionalidad de la ley es una parte del juicio lógico que efectúa el juez, es decir, el juez tiene que
decidir qué ley se le aplica al pleito y en este juicio previo es el momento en el que decide si la ley es
constitucional o no.

El sistema concentrado tiene un proceso previo específico, en España está regulado en los artículos 31 y
siguientes de la LOTC, por tanto, es una acción directa en los sistemas de control concentrado por el que
una serie de sujetos legitimados puede acceder al TC y plantear la acción de impugnación ante el tribunal.
En los sistemas de control concentrado existe una acción directa pero también hay una incidental por la
cual un órgano judicial ordinario puede elevar al tribunal una cuestión si entiende que una ley es
inconstitucional.

Los legitimados activos vienen el artículo 162.1.a, la legitimación activa la tienen el presidente del gobierno,
el defensor del pueblo, 50 diputados o senadores, gobiernos y parlamentos autonómicos. Generalmente el
recurso planteado por el presidente del gobierno no será contra leyes de comunidades autónomas porque
por las mayorías coincidirá el partido del presidente del gobierno con el parlamento autonómico.

En cuanto a la legitimación activa de los gobiernos la LOTC exige que la ley afecte al ámbito autonómico,
esto ha sido interpretado de una forma muy flexible por el TC y gobiernos y parlamentos autonómicos
pueden impugnar cualquier ley, aunque afecte a su ámbito de autonomía.

Las leyes autonómicas sólo pueden impugnarse por vía directa por los órganos del estado que
generalmente será el presidente del gobierno o 50 diputados o senadores, el plazo para interponer recurso
es de tres meses desde la publicación en el BOE o si es una ley autonómica en su propio boletín oficial.

El gobierno del estado puede acudir al artículo 161.2 , que reconoce la potestad del gobierno de la nación
para impugnar las disposiciones o resoluciones adoptadas por las CCAA, la simple alegación del gobierno
produce automáticamente la suspensión de la ley, lo que pasa solo con las leyes autonómicas con un plazo
máximo de cinco meses, transcurridos cinco meses el TC decide si sigue la suspensión o la levanta, si pasa
este plazo tras cinco meses, se mantiene la suspensión hasta la resolución definitiva del recurso.
En el año 2000, la LOTC se reformó con el fin de ampliar el plazo de impugnación de 3 a 9 meses siempre
que dentro de los 3 primeros se haya iniciado un proceso de negociación entre el estado y la CA afectada,
este plazo es para leyes autonómicas y la negociación se ha tenido que celebrar en una comisión bilateral
de cooperación que existe para cada CA.

El procedimiento para el recurso de inconstitucionalidad es sencillo, se interpone una demanda en la que


se referenciar unos hechos, unos fundamentos de derecho y un suplicio en la que se solicita al tribunal la
declaración de nulidad de la ley, se traslada la demanda al parlamento y al gobierno si es una ley
autonómica también al parlamento y ejecutivo autonómico para que formulen alegaciones en un plazo de
15 días que puede ampliarse hasta 8 días más si el asunto es complejo. Concluido el plazo de 15 días el
tribunal cuenta con un plazo de 10 días para publicar la sentencia ampliable hasta 30 si el asunto es
complejo. El propio tribunal incumple este plazo ante la acumulación extraordinaria de asuntos que
produce una dilación en la administración de justicia por el TC.

La sentencia en un recurso de inconstitucionalidad recoge la opinión mayoritaria del tribunal sobre el tema
planteado, los discrepantes pueden formar un voto particular haciendo valer sus motivos, el valor de un
voto particular jurídico es nulo, pero sirve para mostrar el desacuerdo y puede servir para recoger opciones
de futuro en caso de una evolución de jurisprudencia del TC. Por ejemplo, en el asunto del “fracking”, la
primera decisión del TC decía que entraba dentro de la competencia del estado el regular esta técnica e
impedir que las CCAA pudiesen aprobar esta norma. El TC declaró inconstitucional la ley de Cantabria del
“fracking” pero un voto particular estableció que la CA pudiese limitar el uso del “fracking” en la
comunidad, después se aceptó que las CA regularán el “fracking” evolucionando la jurisprudencia y
acogiéndose al voto particular. Las sentencias por las que se resuelven los recursos de inconstitucionalidad
son firmes e inapelables como dice el artículo 164.1, tienen valor de cosa juzgada desde el día siguiente de
su publicación y no cabe recurso contra ellas, el TC tiene un monopolio para declarar la inconstitucionalidad
de las leyes.

El 164.1 añade que las sentencias que declaran la inconstitucionalidad de una ley tienen plenos efectos
sobre todos, es decir, sus efectos son obligatorios y generales. Si la sentencia confirma la constitucionalidad
de la ley esta se mantiene válida a todos los efectos y no puede volverse a plantear recurso frente a la
misma. La inconstitucionalidad significa nulidad. Las sentencias interpretativas que limitan los efectos de la
inconstitucionalidad y lo que hace el TC es fijar el sentido de la cuestión impugnada, es decir, el precepto es
inconstitucional sólo si se interpreta de una determinada forma, lo cual implica validez del precepto si se
interpreta de otra forma.

Esta función del tribunal no está contemplada en la LOTC y es muy delicada porque altera las funciones de
los órganos y sobre todo la de los tribunales ordinarios. Los tribunales tienen como función cumplir, hacer
cumplir, interpretar las leyes, juzgar los conflictos y hacer ejecutar lo juzgado. El TC en las sentencias
interpretativas ocupa la posición constitucional del tribunal extraordinario disponiendo cómo debe
interpretarse la ley porque lo que tiene que hacer el TC es interpretar la constitución, no las leyes, para ello
están los tribunales. Si la sentencia declara la inconstitucionalidad de la ley no permite revisar procesos
resueltos por sentencia con fuerza de cosa juzgada salvo los penales y los contenciosos administrativos, en
teoría la jurisprudencia o la sentencia impediría resucitar casos resueltos mediante sentencia, aunque
muchas veces el TC ha aceptado.

La cuestión de inconstitucionalidad es otro instrumento para valorar la constitucionalidad de las leyes,


regulado en el artículo 163.

El Art 163 CE es la segunda vía que reconoce nuestro ordenamiento jurídico para controlar la
constitucionalidad de las leyes. A través de estos procedimientos, el TC se convierte en legislador negativo
expulsando las normas y las leyes que vulneran la constitución. La cuestión de inconstitucionalidad es una
vía muy habitual, puesto que la inconstitucionalidad de una disposición se observa muchas veces cuando se
aplica y sólo cuando se aplica. Muchas veces ha transcurrido el plazo de tres meses, incluso años, y el juez
duda de la constitucionalidad de la ley ante un pleito que se ha planteado. El recurso directo de
inconstitucionalidad está reservado a órganos políticos, que responden a criterios políticos; sin embargo, el
juez, en el contexto de un pleito debe valorar consideraciones jurídicas para plantear la constitucionalidad
de una ley. Este segundo procedimiento (cuestión), permite la evolución de la jurisprudencia del TC pues se
plantea sin limite de tiempo y el TC puede así separarse del criterio que marco anteriormente. Si se ha
planteado un recurso de inconstitucionalidad ante una ley no es obstáculo para que la misma disposición
pueda ser objeto de una cuestión, es decir, el TC ha podido desestimar un recurso contra una ley y puede
estimar una cuestión contra esa misma ley. Un juez no puede dejar de aplicar una ley porque sea contraria
a la Constitución, aunque si puede promover que la misma ley sea revisada por el TC. La cuestión de
inconstitucionalidad es una garantía justiciable para e ciudadano que puede evitar la aplicación de una ley
inconstitucional.

El Art. 163 CE prevé esta iniciativa para que todo juez que considere que en un proceso una norma con
rango de ley de cuya aplicación dependa el fallo es inconstitucional podrá plantear la cuestión de
inconstitucionalidad ante el TC. Pueden pedirlo tanto as partes como el Ministerio Fiscal, pero la decisión le
corresponde sólo al juez, que antes de plantear la cuestión tiene que escuchar al ministerio fiscal. La
elevación de la cuestión tiene que ser el último expediente ya que el juez tiene que buscar una
interpretación conforme de la ley a la Constitución. Sólo cuando no encuentre una aplicación conforme
cabe el planteamiento de la cuestión. Además, el juez tiene que encontrárselo en un proceso judicial en el
que haya dos partes. Todos esos expedientes que no sean un proceso judicial de dos partes no se podría
plantear la cuestión de inconstitucionalidad. El momento de plantear la cuestión es una vez finalizado el
procedimiento y han de dictar sentencia. El juez plantea la cuestión mediante un auto y debe concretar la
norma que se cuestiona, el articulo o artículos que suponen infringidos, y la justificación de por qué se
entienden infringidos. Así mismo debe justificar el juez que de la validez de la norma depende el fallo del
pleito. El auto es irrecurrible, el TC procede a su admisión o no pudiendo denegarla si faltan condiciones
procesales o si la cuestión esta notoriamente infundada. Se procede de la misma forma que el recurso,
trasladándose al gobierno, al Congreso, al Senado y si es una ley autonómica al gobierno y al parlamento
autonómico. Los efectos de la sentencia sobre la cuestión son erga omnes y no solo en el pleito que dio
lugar a la cuestión.

El Art 52 de la LOTC contempla la auto cuestión de inconstitucionalidad, es decir, cuando una de las salas
del TC que resuelve recursos de amparo advierte que un derecho fundamental resulta lesionado, la sala no
puede resolver el recurso ni la cuestión, la sala resuelve solo recursos de amparo. Si estudiando el recurso
estima que una ley puede vulnerar la Constitución, eleva la cuestión al pleno. Este procedimiento se
sustancia con los mismos tramites que una cuestión de inconstitucionalidad.

El TC tiene más procedimientos, por ejemplo, el TC conoce de los conflictos de competencia entre el Estado
y las CCAA, o entre éstas. Los conflictos pueden ser positivos o negativos en función de si se discute el
ejercicio de una competencia (positivos) o si se rechaza el ejercicio de una competencia (negativo).

también conoce de un recurso denominado defensa de autonomía local que introdujo la Ley Orgánica
6/2007, la puede plantear un conjunto de municipios si existe una ley que vulnera la autonomía local, Art
140 CE.

El TC conoce los recursos de amparo, son recursos que se plantean para proteger derechos fundamentales
(Arts. 15 a 29 CE). Es necesaria la impugnación previa del acto ante la jurisdicción ordinaria en un
procedimiento precedente y sumario y posteriormente se puede acudir al amparo del TC si el ciudadano no
ha visto protegido su derecho fundamental. El recurso de amparo solo existe en España y en Alemania.
Finalmente, el TC emite dictámenes consultivos a propuesta del gobierno para dictaminar si un tratado
internacional se acomoda o no a la Constitución.

El TC resuelve el conflicto entre órganos constitucionales que pueden plantear el gobierno contra el
congreso, contra el senado o contra el CGPJ.

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