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SOCIALISMO DEL SIGLO XXI. UNA CONCEPCION LIBRE.

El término SOCIALISMO ha sido entendido a través de la historia como una


denominación genérica de un conjunto de teorías socio-económicas, ideologías y prácticas
políticas que en esencia persiguen abolir las desigualdades económicas, sociales y
políticas entre las clases sociales. Desde su aparición ha estado vinculado al
establecimiento de una clase trabajadora organizada, creada ya sea mediante revolución o
evolución social, con el propósito de construir una sociedad sin clases y es así como se le
ha identificado con postulados marxistas y/o comunistas. Es prudente aclarar aquí la
acepción negativa que se le ha acuñado al termino “COMUNISTA”, puesto que el mismo
se deriva del vocablo “COMÚN” y que en esta oportunidad esta referido a lo que debe ser
igual para todos los integrantes de un conglomerado social en cuanto a sus esquemas de
cohabitación, especialmente en lo atinente a la propiedad de los bienes de producción;
vale decir que COMUNISMO en este caso se refiere, y así debe ser tomado, como lo común
a todos los integrantes de un determinado grupo social.

Visto como sistema de organización social, el SOCIALISMO reafirma la


superioridad de los intereses colectivos sobre las individualidades a través de una
ACCIÓN COMÚN para el mayor bienestar de la comunidad, en la que el Estado debe
ejercer plena potestad para estructurar la sociedad y la economía, sobre la base de la
propiedad colectiva de los medios de producción y de cambio para eliminar la división de
clases y la lucha entre las mismas como consecuencia de las desigualdades que la
propiedad del capital establece en las relaciones humanas de un conglomerado. Visto así,
el SOCIALISMO BOLIVARIANO puede y debe ser entendido como una doctrina cuyo eje
centrales de desarrollo es lo SOCIAL, sobre el cual deben converger todas las acciones
del Estado.
Ahora bien, el SOCIALISMO DEL SIGLO XXI (SSXXI) que plantea el Señor
Tcnel. (EJ.) Hugo Rafael Chávez Frías, Presidente Constitucional de la República
Bolivariana de Venezuela debe ser tomado como la sumatoria de algunos elementos ya
explicados pero con constructos conceptuales que provienen del HUMANISMO, en virtud
a que se plantea al HOMBRE como centro del esquema y sobre el cual deben estar
dirigidos todos los esfuerzos del Estado para presentarle un escenario propicio para su
realización plena. Se define al HOMBRE-PUEBLO como la clave fundamental del
proceso, siendo agente y sujeto, el que hace y debe hacer esta revolución; vale decir este
binomio HOMBRE-PUEBLO debe ejercer el poder real para efectuar las transformaciones
que se requieran, especialmente en lo económico sin llegar a la estatización del sector. La
propiedad privada en el SOCIALISMO DEL SIGLO XXI debe ser respetada, pero por vía
legal obligada a transformar sus doctrinas para que aún ella cumpla una razón social
donde el CAPITAL no prevalezca sobre el TRABAJO y que sea éste el que genere al
primero como rasgo “sine qua non” de un verdadero socialismo. Así las cosas, la
propiedad privada y la estatal pueden y deben coexistir vía normas constitucionales.

En cuanto a lo político, el SSXXI pretende instaurar un estado que propicie el


bienestar de los venezolanos (as), creando las condiciones para su desarrollo social y
espiritual y procurando la igualdad de oportunidades para que el conglomerado nacional
pueda desarrollar libremente su personalidad, dirigir su destino, disfrutar los derechos
humanos y buscar su felicidad para que eventualmente y apoyados en los principios de
SOLIDARIDAD SOCIAL Y DEL BIEN COMÚN se llegue al establecimiento de un Estado
Social de Derecho que debe nutrirse de la voluntad de los ciudadanos (as) expresada
libremente a través de su participación política y social.

El SSXXI establece que la EDUCACIÓN Y EL TRABAJO serán los procesos


fundamentales para garantizar el establecimiento de ese Estado Social de Derecho donde
sus integrantes y las organizaciones sociales deben ejercer el derecho y el deber de
concurrir a la instauración y preservación de esas condiciones mínimas y esa igualdad de
oportunidades, aportando su propio esfuerzo, vigilando y controlando las actividades
estatales a través de la contraloría social, impulsando la participación individual y
comunitaria en todos los ordenes, especialmente en lo social y estatal a través de los
mecanismos de participación popular como los concejos comunales, censurando la
pasividad, la indiferencia y por sobre todo la falta de solidaridad. En fin, toda persona o
grupo social tendrá en el SSXXI la ineludible obligación de ejercer sus derechos y cumplir
sus deberes con el apoyo irrestricto del Estado como instrumento para la satisfacción de
tales fines.

El Estado Social de Derecho aludido deberá estar basado en la vida, la libertad,


la justicia, la igualdad, la solidaridad, la democracia participativa, la responsabilidad
individual y social, la preeminencia de los derechos humanos, la ética publica y el
pluralismo político como valores superiores que darán vida a un modelo federal
cooperativo en el que las comunidades y autoridades en los distintos niveles político-
territoriales participan en la formulación de LAS POLÍTICAS PUBLICAS COMUNES A
LA NACIÓN, integrándose en una esfera de gobierno compartido para el ejercicio de las
competencias en que concurran. El nacimiento de este modelo federal cooperativo
concretiza al SOCIALISMO DEL SIGLO XXI a que alude el Señor Tcnel. (EJ.) Hugo
Rafael Chávez Frías, Presidente Constitucional de la República Bolivariana de Venezuela.
Un Estado Social de Derecho así concebido no implica que el binomio HOMBRE-
PUEBLO debe crear nuevas fuerzas, sino unir, transformar y dirigir las que ya existen
para crear una sumatoria de fuerzas capaz de vencer resistencias a su movimiento y
hacerlas obrar de acuerdo no ya a los intereses particulares del binomio señalado, sino
por encima de estos, de acuerdo a los requerimientos de su colectivo.

En este orden de ideas, el SSXXI recoge el planteamiento original de Rousseau en


su obra EL CONTRATO SOCIAL cuando habla de “….encontrar una forma de asociación
capaz de defender y proteger con toda la fuerza común, la persona y bienes de cada uno
de los asociados; pero de modo que cada uno de estos, uniéndose a todos, solo obedezca a
si mismo y quede tan libre como antes.” Este planteamiento implica la rendición parcial
de los derechos individuales a favor de los intereses colectivos para que así las condiciones
de cohabitación sean las mismas para todos sin que se convierta en una carga difícil de
sobrellevar. En esencia el planteamiento rousseauniano requiere que cada individuo debe
poner en común su persona y todo su poder bajo la suprema dirección de la voluntad
general, recibiendo también a cada miembro como parte indivisible del todo”. En este
sentido, se puede afirmar que tal como lo expresa Rousseau, el SSXXI a través del estado
social de derecho busca desarrollar una sociedad con un nivel de igualdad tal que la
coexistencia este regida por condiciones similares para todos sus integrantes, disfrutando
de los mismos derechos, de manera tal que todo acto de soberanía que se derive de la
voluntad popular repercuta por igual para todos los ciudadanos, vale decir que solo así el
soberano esta en capacidad de percibir y reconocer el cuerpo de la nación sin hacer
reparos en las individualidades que la componen, percepción esta que es legitima porque
viene del soberano, equitativa porque es común a todos, útil porque pretende el bien
colectivo, justa porque pretende abarcar el colectivo nacional sin discriminaciones ni
exclusiones de ninguna naturaleza tratando de aplicar elementos de la justicia social y
sólida porque tiene el respaldo de la fuerza del soberano entendido este como originario
del poder supremo .
CNEL (GNB) BLONDER NOVOA RANGEL

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