El término SOCIALISMO ha sido entendido a través de la historia como una
denominación genérica de un conjunto de teorías socio-económicas, ideologías y prácticas políticas que en esencia persiguen abolir las desigualdades económicas, sociales y políticas entre las clases sociales. Desde su aparición ha estado vinculado al establecimiento de una clase trabajadora organizada, creada ya sea mediante revolución o evolución social, con el propósito de construir una sociedad sin clases y es así como se le ha identificado con postulados marxistas y/o comunistas. Es prudente aclarar aquí la acepción negativa que se le ha acuñado al termino “COMUNISTA”, puesto que el mismo se deriva del vocablo “COMÚN” y que en esta oportunidad esta referido a lo que debe ser igual para todos los integrantes de un conglomerado social en cuanto a sus esquemas de cohabitación, especialmente en lo atinente a la propiedad de los bienes de producción; vale decir que COMUNISMO en este caso se refiere, y así debe ser tomado, como lo común a todos los integrantes de un determinado grupo social.
Visto como sistema de organización social, el SOCIALISMO reafirma la
superioridad de los intereses colectivos sobre las individualidades a través de una ACCIÓN COMÚN para el mayor bienestar de la comunidad, en la que el Estado debe ejercer plena potestad para estructurar la sociedad y la economía, sobre la base de la propiedad colectiva de los medios de producción y de cambio para eliminar la división de clases y la lucha entre las mismas como consecuencia de las desigualdades que la propiedad del capital establece en las relaciones humanas de un conglomerado. Visto así, el SOCIALISMO BOLIVARIANO puede y debe ser entendido como una doctrina cuyo eje centrales de desarrollo es lo SOCIAL, sobre el cual deben converger todas las acciones del Estado. Ahora bien, el SOCIALISMO DEL SIGLO XXI (SSXXI) que plantea el Señor Tcnel. (EJ.) Hugo Rafael Chávez Frías, Presidente Constitucional de la República Bolivariana de Venezuela debe ser tomado como la sumatoria de algunos elementos ya explicados pero con constructos conceptuales que provienen del HUMANISMO, en virtud a que se plantea al HOMBRE como centro del esquema y sobre el cual deben estar dirigidos todos los esfuerzos del Estado para presentarle un escenario propicio para su realización plena. Se define al HOMBRE-PUEBLO como la clave fundamental del proceso, siendo agente y sujeto, el que hace y debe hacer esta revolución; vale decir este binomio HOMBRE-PUEBLO debe ejercer el poder real para efectuar las transformaciones que se requieran, especialmente en lo económico sin llegar a la estatización del sector. La propiedad privada en el SOCIALISMO DEL SIGLO XXI debe ser respetada, pero por vía legal obligada a transformar sus doctrinas para que aún ella cumpla una razón social donde el CAPITAL no prevalezca sobre el TRABAJO y que sea éste el que genere al primero como rasgo “sine qua non” de un verdadero socialismo. Así las cosas, la propiedad privada y la estatal pueden y deben coexistir vía normas constitucionales.
En cuanto a lo político, el SSXXI pretende instaurar un estado que propicie el
bienestar de los venezolanos (as), creando las condiciones para su desarrollo social y espiritual y procurando la igualdad de oportunidades para que el conglomerado nacional pueda desarrollar libremente su personalidad, dirigir su destino, disfrutar los derechos humanos y buscar su felicidad para que eventualmente y apoyados en los principios de SOLIDARIDAD SOCIAL Y DEL BIEN COMÚN se llegue al establecimiento de un Estado Social de Derecho que debe nutrirse de la voluntad de los ciudadanos (as) expresada libremente a través de su participación política y social.
El SSXXI establece que la EDUCACIÓN Y EL TRABAJO serán los procesos
fundamentales para garantizar el establecimiento de ese Estado Social de Derecho donde sus integrantes y las organizaciones sociales deben ejercer el derecho y el deber de concurrir a la instauración y preservación de esas condiciones mínimas y esa igualdad de oportunidades, aportando su propio esfuerzo, vigilando y controlando las actividades estatales a través de la contraloría social, impulsando la participación individual y comunitaria en todos los ordenes, especialmente en lo social y estatal a través de los mecanismos de participación popular como los concejos comunales, censurando la pasividad, la indiferencia y por sobre todo la falta de solidaridad. En fin, toda persona o grupo social tendrá en el SSXXI la ineludible obligación de ejercer sus derechos y cumplir sus deberes con el apoyo irrestricto del Estado como instrumento para la satisfacción de tales fines.
El Estado Social de Derecho aludido deberá estar basado en la vida, la libertad,
la justicia, la igualdad, la solidaridad, la democracia participativa, la responsabilidad individual y social, la preeminencia de los derechos humanos, la ética publica y el pluralismo político como valores superiores que darán vida a un modelo federal cooperativo en el que las comunidades y autoridades en los distintos niveles político- territoriales participan en la formulación de LAS POLÍTICAS PUBLICAS COMUNES A LA NACIÓN, integrándose en una esfera de gobierno compartido para el ejercicio de las competencias en que concurran. El nacimiento de este modelo federal cooperativo concretiza al SOCIALISMO DEL SIGLO XXI a que alude el Señor Tcnel. (EJ.) Hugo Rafael Chávez Frías, Presidente Constitucional de la República Bolivariana de Venezuela. Un Estado Social de Derecho así concebido no implica que el binomio HOMBRE- PUEBLO debe crear nuevas fuerzas, sino unir, transformar y dirigir las que ya existen para crear una sumatoria de fuerzas capaz de vencer resistencias a su movimiento y hacerlas obrar de acuerdo no ya a los intereses particulares del binomio señalado, sino por encima de estos, de acuerdo a los requerimientos de su colectivo.
En este orden de ideas, el SSXXI recoge el planteamiento original de Rousseau en
su obra EL CONTRATO SOCIAL cuando habla de “….encontrar una forma de asociación capaz de defender y proteger con toda la fuerza común, la persona y bienes de cada uno de los asociados; pero de modo que cada uno de estos, uniéndose a todos, solo obedezca a si mismo y quede tan libre como antes.” Este planteamiento implica la rendición parcial de los derechos individuales a favor de los intereses colectivos para que así las condiciones de cohabitación sean las mismas para todos sin que se convierta en una carga difícil de sobrellevar. En esencia el planteamiento rousseauniano requiere que cada individuo debe poner en común su persona y todo su poder bajo la suprema dirección de la voluntad general, recibiendo también a cada miembro como parte indivisible del todo”. En este sentido, se puede afirmar que tal como lo expresa Rousseau, el SSXXI a través del estado social de derecho busca desarrollar una sociedad con un nivel de igualdad tal que la coexistencia este regida por condiciones similares para todos sus integrantes, disfrutando de los mismos derechos, de manera tal que todo acto de soberanía que se derive de la voluntad popular repercuta por igual para todos los ciudadanos, vale decir que solo así el soberano esta en capacidad de percibir y reconocer el cuerpo de la nación sin hacer reparos en las individualidades que la componen, percepción esta que es legitima porque viene del soberano, equitativa porque es común a todos, útil porque pretende el bien colectivo, justa porque pretende abarcar el colectivo nacional sin discriminaciones ni exclusiones de ninguna naturaleza tratando de aplicar elementos de la justicia social y sólida porque tiene el respaldo de la fuerza del soberano entendido este como originario del poder supremo . CNEL (GNB) BLONDER NOVOA RANGEL