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INTRODUCCIÓN
En este contexto, está claro que el Estado Comunal solo será posible si se
logran superar los obstáculos y enormes dificultades que, hasta ahora, han
limitado su desarrollo, en primer lugar de la burocracia genéticamente
incompetente y la ineficiencia de la que es portadora, la cual, con contadas
excepciones, ha mostrado su incapacidad para ejecutar lo mínimo que le está
asignado, la falta de coordinación, las engorrosas gestiones institucionales con su
abuso discrecional de los requisitos; y la corrupción que encuentra espacio libre
para actuar de mano de la burocracia incompetente y la impunidad, hay pocos
espacios de la administración pública y de la gestión de gobierno, donde esta
mano peluda no se muestre en toda su obscenidad; las comunas y los consejos
comunales, así como las empresas del Estado no han escapado de sus garras
La política y la ética-política
Se considera la ética como una disciplina que reflexiona sobre las acciones
morales explicando las causas y las razones que nos conducen a actuar de una
manera o de otra, la ética parte de la libertad y de la responsabilidad de los
hombres para la acción lo que supone tratar a las personas como un fin y no como
un medio para nuestros intereses, por tanto la ética defiende y lucha por los
derechos humanos, plasmados en la constitución del 78, este sería el punto de
partida para un acuerdo en torno a que valores socialmente compartidos
establecen la convivencia, una ética democrática es una ética de los ciudadanos
donde se concilian y articulan la autonomía de cada uno con las universidades de
las normas morales, de esta manera es un proyecto colectivo para una
convivencia democrática.
Hoy en día tenemos que exigir una ética democrática que fortalezca la
sociedad civil, y para ello debemos ser exigentes, en la transparencia,
denunciándolo y poniendo de manifiesto actitudes poco éticas y corruptas,
debemos ser más participativos en el desarrollo de nuestra competencia
ciudadana, la política tiene un espacio propio para la reflexión pero no es ajena al
juicio moral pues no solo un repertorio de procedimientos y de métodos para
conquistar el poder o mantenerse en el control y la exigencia democrática unida a
una participación ciudadana , ya que está en juego la libertad y el bienestar.
En primer lugar, se establece como obligación legal para los órganos, entes
e instancias del Poder Público el promover, apoyar y acompañar las iniciativas
populares para la constitución, desarrollo y consolidación de las diversas formas
organizativas y de autogobierno del pueblo; la Ley Orgánica de Comunas dispone
que “los órganos integrantes del Poder Ciudadano apoyarán a los consejos de
contraloría comunal a los fines de contribuir con el cumplimiento de sus funciones”
(art. 48).
Actuaciones de los órganos y entes del Poder Público. Todos los órganos,
entes e instancias del Poder Público guiarán sus actuaciones por el
principio de gobernar obedeciendo, en relación con los mandatos de los
ciudadanos, ciudadanas y de las organizaciones del Poder Popular, de
acuerdo a lo establecido en la Constitución de la República y las leyes.
Como las organizaciones del Poder Popular no tienen autonomía política
pues sus voceros no son electos democráticamente mediante sufragio universal,
directo y secreto, sino designados por asambleas de ciudadanos controladas e
intervenidas por el partido oficial y el Ejecutivo Nacional que controla y guía todo el
proceso organizativo del Estado Comunal, en el ámbito exclusivo de la ideología
socialista, sin que tenga cabida vocero alguno que no sea socialista, en definitiva
esto de gobernar obedeciendo es una limitación a la autonomía política de los
órganos del Estado Constitucional electos, como la Asamblea nacional, los
Gobernadores y Consejos legislativos de los Estados y los Alcaldes y Concejos
Municipales, a quienes se le impone en definitiva la obligación de obedecer lo que
disponga el Ejecutivo Nacional y el partido oficial enmarcado en el ámbito
exclusivo del socialismo como doctrina política.