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''Argumentos lineamientos sobre los conceptos de Estado, Sociedad y políticas públicas.

''
Cicogna
La historia del nacimiento del Estado moderno es la historia de una tensión: del sistema policéntrico y
complejo de los señoríos feudales se llega al Estado territorial centralizado y unitario. Para Giddens, por
ejemplo, una de las notas cardinales para entender el proceso de estatidad, será la identificación del habitante
en el territorio en el que habita.
El orden internacional durante el periodo entre los siglos 8 y 14 puede ser caracterizado como el orden de la
''sociedad cristiana internacional'': la unidad del mundo estaba dada por Dios que estaba sobre la pluralidad
del mundo y la razón divina legislaba para el universo y permea toda la aparente pluralidad.
Asimismo, fue el concepto de soberanía el que se constituyó en emergente de la organización del Estado
moderno y el que posibilitó por su traslación la posterior ubicación y desarrollo de la democracia y los
procesos que la consolidaron.
(...)Lo que distingue al Estado, sostendrá Giddens, no son fundamentalmente las relaciones entre gobernantes
y gobernados, entre autoridad y todos aquellos que están sujetos a ella, sino que es de cardinal importancia la
territorialidad. (...)El Estado está hecho sobre la idea y la realidad de la soberanía y sobre la artificialidad de
las reglas de convivencia, ya que las mismas no se dan naturalmente si no que se imponen desde el Estado
hacia los habitantes de manera coercitiva (por la fuerza). El Estado paso así a edificar una nueva forma de
poder político separada tanto del gobernante como del gobernado, la cual constituiría el punto de referencia
político absoluto dentro de una comunidad y un territorio específico.
(...)El Estado se va edificando como una forma de organización patrimonial cuando el soberano comienza a
organizar su poder político en forma análoga al poder familiar. El Estado nacional comienza a constituirse
luego de la Revolución Francesa para definirse plenamente como tal a lo largo del siglo XIX y universalizarse
durante el XX.
Hobbes considera que existe un estado de naturaleza anterior a la formación de la sociedad política en donde
el otro solo es expresión de potencial pretensión de aniquilamiento, por lo tanto el autor plantea la necesidad
de crear artificialmente un Leviatán, un Estado surgido del pacto que instituye un poder absoluto, ilimitado,
indivisible e irrevocable. (Es decir, sustituir la anarquía y el miedo del estado de naturaleza). Será el Leviatán,
como el dios mortal, el encargado de dar seguridad a la convivencia social y el tráfico comercial.
La institución del Estado y la concreción de la soberanía indivisible hacen que los hombres puedan seguir en
un contexto de seguridad y tranquilidad sus diversos fines y actividades. Es decir que, para Hobbes, el
problema del Estado se resuelve entonces en el consciente y necesario abandono de cada uno con respecto a
cada quien a gobernarse, para conferir al soberano la capacidad de representación de una multitud (aquí
comienza a presentarse el moderno concepto de pueblo)
El Estado comienza a articularse en términos de soberanía política y su función principal es pacificar hacia el
interior, erradicando centros de poder territorial y autoridades rivales, y diferenciar hacia afuera.
Oszlak identifica cuatro atributos que definen la ''estatidad'', es decir la condición de ''ser Estado'': la
capacidad de ''externalizar su poder'' (ser reconocido como Estado soberano por otros Estados); de
institucionalizar su autoridad (detentar el monopolio de los medios organizados de coerción); de
diferenciar su control (poder crear un conjunto de instituciones públicas con legitimidad para extraer
recursos de la sociedad civil) y de internalizar una identidad colectiva (construir una identidad nacional
reforzando los sentimientos de pertenencia y solidaridad. Este atributo hace referencia al control
ideológico como eficiente mecanismo de dominación).
Por otro lado, la construcción de la soberanía, como el establecimiento de una frontera que separa lo interior
de lo exterior, llevó una lógica comunicativa particular, la de la violencia que, mientras pacificaba en el
interior (e iba produciendo el proceso de monopolio de la violencia física legítima), guerreaba en el exterior.
El Estado aparece como estructurante de la vida social que impone un orden necesario para el
desenvolvimiento del tráfico comercial entre sus habitantes que, en el siglo XIX, desde la creación de la
Sociología por Comte (1957) asumirá la denominación de Sociedad.
La Declaración de los Derechos del Hombre y del Ciudadano, genuino acto de muerte del Antiguo régimen, y
la ulterior constitución de 1791, son el punto de inflexión a partir del cual se generalizó el Estado como forma
casi universal de organización política de la sociedad moderna.
Es la conciencia nacional la que hace posible conectar una forma abstracta de identidad social con estructuras
políticas cambiantes. Provee un sustratum cultural a partir del cual se forma la ciudadanía. Siendo así, la
pertenencia al Estado para a ser no solo una forma de subordinación, sino una forma de participación en el
poder político, y aquí es donde se cuela el problema de la organización democrática del Estado moderno. (27)
2. Sociedad
El concepto de sociedad surge, a partir de la creación del Estado moderno, aquel que comienza a codificar
derechos y obligaciones, y cuyo seno alberga habitantes y ciudadanos, quienes se diferencian a partir de la
membresía que otorga dicha institución: si se cumple con sus requisitos (explicitados en las constituciones
nacionales, cartas magnas que ordenan sus instituciones y listan derechos, obligaciones y garantías) se es
ciudadano, si no se puede permanecer en el territorio, acorde a lo dictado por la ley, pero no se gozará
plenamente de los beneficios que conlleva pertenecer a dicha unidad política.

Se podría decir que ese conjunto de personas que comparte lengua, rituales (tradiciones), lineamientos para
su vida (religión), música y bailes, cocina, e incluso una historia común, entre otros, conforma una nación. Si
ese grupo se ve atravesado por una institución que regula su vida a través de normas ya se podría hablar de
una sociedad, y si ese grupo vive dentro de un territorio que le brindan acceso a una pertenencia (membresía),
se puede hablar de ciudadanía.
3. Políticas Públicas
El Estado se objetiviza en instituciones, las cuales toman distintas formas. La formulación e implementación
de políticas es la actividad esencial del Estado. Estas pueden convertirse en tareas permanentes de las
burocracias o ser un programa de acción limitada. La materialización de un proyecto político exige actuar en
el seno de una estructura burocrática preexistente.
Casa institución, como objetivación del Estado, desarrolla ''acciones y omisiones'' que manifiestan una
determinada modalidad de intervención del Estado en relación con una cuestión que concita la atención,
interés o movilización de otros actores en la sociedad civil.
La esencia de la planificación es establecer operativamente qué se trata hacer (qué se va a producir y cuál será
la calidad) y cómo se lo debe hacer (con qué actividades y con cuáles y cuántos recursos)
El enfoque de los derechos humanos puede ser entendido como una nueva perspectiva para concebir y diseñar
políticas públicas como una nueva perspectiva para concebir y diseñar políticas públicas tendientes al
desarrollo humano en el marco de un proceso de concertación entre Estado y sociedad civil. El punto central
es la incorporación de principios de interdependencia e integralidad de los derechos humanos.

Entonces la participación ciudadana en el ciclo de las políticas públicas (diseño, implementación,


monitoreo y evaluación) surge cuando se genera una relación entre Gobierno y ciudadanía para la solución de
los problemas públicos e intenta lograr efectividad en las políticas públicas y accountability; es es una de las
mejores formas que la sociedad tiene para organizarse y así poder alcanzar sus fines o la solución de los
problemas que le aquejan porque significa ejercer la ciudadanía dentro del ámbito de organizaciones
establecida por el Estado, para que, de esa manera, se establezca las garantías, los derechos y las obligaciones
de los ciudadanos en el ámbito de la participación.

4. Conclusiones

En algunos casos, el Estado adopta distintas formas para favorecer a la mayoría. Actualmente ese
modelo se plasma a partir del diseño de plíticas desde el enfoque de derechos, y durante el siglo XX lo
hizo a partir de la implementación del Estado de Bienestar y del Estado Populista.

''Reflexiones sobre la formación del Estado y la construcción de la sociedad argentina''. (Oscar


Oszlak)

Estatidad

La formación del estado es un aspecto constitutivo del proceso de construcción social. De un proceso en
el cual se van definiendo los diferentes planos y componentes que estructuran la vida social organizada.
En conjunto, estos planos conforman un cierto orden cuya especificidad depende de circunstancias
históricas complejas.

Orden social: depende de los problemas y desafíosque el propio proceso de construcción social
encuentra en su desarrollo histórico, así como de las posiciones adoptadas y recursos
movilizados por los diferentes actores (incluido el estado) para resolverlos.

La formación de estado nacional supone a la vez la conformación de la instancia política que


articula la dominación en la sociedad, y la materialización de esa instancia en un conjunto
interdependiente de instituciones que permiten su ejercicio.

Analíticamente, la estatidad supone la adquisición por parte de esta entidad en formación, de una
serie de propiedades: (1) Capacidad de externalizar su poder, (2) Capacidad de institucionalizar
su autoridad, (3) capacidad de diferenciar su control, y (4) capacidad de internalizar una
identidad colectiva. (Conviene aclarar que estos atributos no definen a cualquier tipo de estado
sino a un estado nacional)

El estado nacional surge en relación a una sociedad civil que tampoco ha adquirido el carácter de
sociedad nacional. Este carácter es el resultado de un proceso de mutuas determinaciones entre
ambas esferas.

Nación y estado.

El tema de la estatidad no puede entonces disvincularse del tema del surgimiento de la nación,
como otro de los aspectos del proceso de construcción social. Varios fueron los factores que
impidieron la organización nacional una vez roto el vínculo colonial con España. Sin embargo,
romper con las Provincias Unidas requería tener opciones: ser viable política y económicamente,
tener ventajas comparativas en elegir la autonomía.

Los constructores del estado argentino (fundamentalmente los sectores dominantes de Buenos
Aires) no buscaron formar una unidad política mayor o más fuerte, sino evitar la disgregación de
la existente y producir una transición estable de un estado colonial a un estado nacional.

Indudablemente, la unidad nacional argentina durante las primeras décadas de vida


independiente se asentó más en elementos expresivos y simbólicos que en vínculos materiales
plenamente desarrollados.

Ni siquiera perduró un andamiaje institucional colonial suficientemente desarrollado. Por lo


tanto, así como la provincia fue una creación del proceso independentista -un sustituto del estado
colonial desaparecido-, el caudillismo fue un sustituto de la democracia asociada al movimiento
libertario. Fue la modalidad que asumió localmente la representación del pueblo, en un pueblo
que desconocía la práctica democrática.

Orden y progreso.

Solo a partir de la aparición de condiciones materiales para la estructuración de una economía de


mercado se consolidan las perspectivas de organización naciona; y sólo en presencia de un
potencial mercado nacional (y consecuentes posibilidades de desarrollo de relaciones de
producción capitalistas) se allana el camino para la formación de un estado nacional.

En la experiencia argentina, la expansión de la economía exportadora durante la primera mitad


del siglo no se vio interrumpida por las guerras civiles.

Las nuevas posibilidades tecnológicas, sumadas a los cambios producidos en las condiciones
políticas internas, crearon oportunidades e intereses cuya promoción comenzó a movilizar a los
agentes económicos, produciendo ajustes y desplazamientos en las actividades productivas
tradicionales.

Esta intensa actividad despertada por la apertura de la economía, presentó varias dificultades,
una de las principales era la ausencia de garantías sobre la propiedad, la estabilidad de la
actividad productiva y hasta la propia vida (derivadas de la continuidad de la guerra civil y las
incursiones indígenas) que oponían escollos practicamente insalvables a la iniciativa privada.

La intención de los hombres de la organización nacional era la de imponer un nuevo marco de


organización y funcionamiento social, coherente con el perfil que iban adquiriendo el sistema
productivo y las relaciones de dominación. Roto el orden colonial, el proceso emancipador había
desatado fuerzas centrifugas que desarticulaban una sociedad que pretendía ser nación, sin que
las diversas fórmulas ensayadas hubieran conseguido establecer un nuevo orden.

El orden aparecía así como la condición de posibilidad del ''progreso'', como el marco dentro del
cual, librada a su propia dinámica, la sociedad encontraría sin grandes obstáculos el modo de
desarrollar sus fuerzas productivas. Pero a su vez, el ''progreso'' se constituía en condición de
legimitidad del ''orden''.

Por definición, entonces, el ''orden'' excluía a todos aquellos elementos que pudieran
obstacularizar el progreso, el avance de la civilización, fueran estos indios o montoneras.
Además, instaurar el orden permitiría obtener la confianza del extranjero en la estabilidad del
país y sus instituciones.

Dominium

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