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1. Introducción
2. Células fagocitarias
Hasta ahora, los tres tipos de células fagocitarias que se han visto son los macrófagos, neutrófilos y células
dendríticas e interdigitantes.
Los neutrófilos son las células más abundantes (se generan unos 100.000 millones de estas células al día).
Tienen una vida media de 6h y presentan una serie de enzimas dentro de las vesículas de su citoplasma
que les permiten matar a los microorganismos patógenos que invaden el organismo (como la lisozima,
colagenasa o elastasa).
Los monocitos son células circulantes que cuando llegan al foco de infección se convierten y especializan
en macrófagos. Tanto monocitos como macrófagos constituyen el sistema fagocítico mononuclear, por lo
que, estas células recibirán nombres distintos dependiendo de su localización en el organismo. Los
macrófagos se encuentran distribuidos por todo el cuerpo, especialmente concentrados en las zonas de
entrada de patógenos.
La entrada de un patógeno en nuestro organismo desencadena una serie de pasos que preceden y
favorecen una respuesta inmune:
1. Reclutamiento de los fagocitos a la zona de infección. Las células presentes en la zona de infección
en el momento de la entrada del patógeno, no son suficientes como para combatir al patógeno y
desencadenar la respuesta inmune, por lo que se produce un reclutamiento quimioatrayente
(normalmente mediado por sustancias químicas como las citoquinas) que atrae a diferentes tipos
celulares al foco de infección.
2. Reconocimiento de los microorganismos por parte de los fagocitos. Las moléculas que opsonizan a
los macrófagos (PAMP’s, DAMP’s o inmunoglobulinas) son reconocidas por los receptores de los
fagocitos.
3. Fagocitosis. Los fagocitos proceden a fagocitar al microorganismo patógeno localizado y reconocido
pro sus receptores de membrana.
4. Muerte intracelular de los microorganismos
Tras estos 4 pasos, se desencadena el proceso de inflamación, que cuenta a su vez de los siguientes 3
pasos:
5. Rolling. Desplazamiento rodante y frenado de células del sistema inmune a través del torrente
sanguíneo.
6. Adhesión mediante integrinas y selectinas. Mediante interacciones entre la membrana de la célula
del sistema inmune y las células del tejido epitelial que componen las paredes del vaso por el que
se circula.
7. Diapédesis. Extravasación de las células del sistema inmune hacia el foco de infección.
Las membranas de las bacterias Gram + tienen residuos de manosa y fucosa. Los patógenos de esta
naturaleza son reconocidos y neutralizados gracias a que los fagocitos presentan receptores específicos
para reconocer a este tipo de moléculas.
Receptor Scavenger
La función de este receptor es reconocer el ácido siálico (presente en células en proceso de muerte o
envejecimiento) y polímeros aniónicos (presentes en las membranas de las bacterias Gram + y Gram -.
Estos receptores reconocen a muchos tipos diferentes de PAMP’s (patrones moleculares asociados a
patógenos) tanto bacterianos como víricos. El más estudiado de todos ellos es el TLR4, responsable de
reconocer al LPS de las bacterias Gram -.
Este receptor TLR4 se estimula mediante el reconocimiento del LPS. No obstante, el contacto no se
produce directamente entre el receptor y el ligando, sino que interviene una proteína de unión al LPS que
lo reconoce y se une a él. Así, esta proteína va a unir el LPS con el CD14, un cofactor del TLR4.
Una vez se produce la unión entre el LPS y el CD14, la proteína de unión al LPS se libera, y el CD14 se une
ahora a otra molécula, la MD2. El complejo formado por ambas moléculas (CD14 y MD2) es el que estimula
al TLR4.
De esta forma, una vez activado el TLR4, este desencadena una cascada de señalización intracelular a
través de una molécula denominada MID88, la cual activa al factor celular NFKß, responsable de inducir la
expresión de ciertos genes que codifican la síntesis de citoquinas proinflamatorias, entre ellas, el factor de
necrosis tumoral alfa (TNF-alfa), la interleucina-1 (IL-1) y la interleucina-12 (IL-12).
Todos los receptores tipo TOLL son receptores de señalización intracelular, por lo que la función principal
de estos receptores es enviar señales al núcleo de la célula para la síntesis de citoquinas que ayuden a la
eliminación del patógeno invasor.
Mientras que la región variable de las inmunoglobulinas sirve para el reconocimiento antigénico, la
fracción constante es la que queda libre para poder unirse a su respectivo receptor. Existen diversos
receptores que reconocen la Fc de diversas inmunoglobulinas (esquema inicial del apartado):
Se trata de un receptor transmembrana afín a muchos ligandos, tales como compoenntes de los
patógenos, quimiocinas, o mediadores de la inflamación. Además, este receptor no sólo se encuentra
presente en los fagocitos, sino también en otras muchas células del organismo, pues e encuentra en
moléculas que viajan por todo el cuerpo.
Este receptor reconoce a una gran diversidad de moléculas, entre las cuales se destacan:
Interleucina-8, una quimiocina que por tanto actúa como sustancia quimioatrayente.
Anafilotoxina C5-A, un factor del sistema del complemento. Se trata de una molécula de pequeño
tamaño cuya función es trasladar la información desde el foco de infección a otros lugares a larga
distancia.
Mediadores lipídicos que forman parte de la respuesta inflamatoria. El proceso inflamatorio activa
el sistema de coagulación sanguínea, dentro del cuál están involucrados estos mediadores lipídicos.
Patógenos que presentan péptidos con un residuo de N-formilmetionina.
El interferón gamma es la citoquina que convierte a los macrófagos en supermacrófagos. Está compuesto
por dos cadenas polipeptídicas (una alfa y otra beta) y es estimulado tanto por las células NK de la
respuesta inmune innata, como por los linfocitos T citotóxicos de la respuesta inmune adaptativa.
Cuando el interferón gamma estimula al macrófago (es decir, cuando la citoquina se une al receptor del
macrófago, =fagocito), éste se convierte en supermacrófago, estimulando la fagocitosis y la muerte
intracelular constantemente.
RESUMEN
Los 7 receptores de los fagocitos vistos hasta ahora pueden clasificarse en 3 grandes grupos:
Otros receptores
o Receptor con 7 segmentos transmembrana en hélice alfa
o Receptor de la citoquina interferón gamma
2. Evaginación de la membrana del fagocito: La evaginación de la membrana del fagocito genera unas
protuberancias que forman unos pseudópodos, los cuáles van a englobar al patógeno. De este
modo, se fusionan las membranas del patógeno y del fagocito , quedando este último dentro de un
compartimento denominado fagosoma.
Objetivos de la fagocitosis
Además de la formación del fagolisosoma y de las ROS y RNS, otra función importante de la fagocitosis
consiste en captar los péptidos antigénicos de los patógenos y separarlos para poder procesarlos y unirlos
a las moléculas del MHC-II, para que de esta forma los macrófagos puedan actuar como células
presentadores de antígenos (CPA).
El estallido respiratorio es un conjunto de reacciones químicas que se producen en los lisosomas de los
fagocitos a través de las cuales se producen especies reactivas de oxígeno y nitrógeno, especies tóxicas
para las células y que por tanto resultan efectivas para matar a los patógenos fagocitados (siempre dentro
del fagocito, ya que si estas especies disuelven hacia ele xterior de la célula, podrían dañar a células sanas
del organismo).
El proceso de formación de las ROS se lleva a cabo a través de los siguientes pasos:
1. La oxidasa fagocitaria es la enzima responsable de oxidar al oxígeno molecular a través del cofactor
NADH. A partir de esto, se formarán radicales superóxidos (tóxicos para las células) y peróxido de
hidrógeno.
La óxido nitrosintasa o óxido nitrosintetasa (Inos) es una enzima de carácter inducible que es estimulada
por el interferón gamma. Esta enzima cataliza el paso de arginina a citruliina, liberando durante el proceso
óxido nítrico y peróxido de hidrógeno, especies que dan lugar a radicales tóxicos para células y bacterias.
Las células NK forman parte de la respuesta inmune innata, ya que su mecanismo de acción es único y
predeterminado para cualquier tipo de patógeno. No precisan de un proceso de maduración para poder
actuar y tienen un tiempo de vida medio corto.
Morfológicamente, son similares a los linfocitos, excepto que son de mayor tamaño y, al contrario que los
linfocitos, carecen de tal grado de especificidad. Se categorizan dentro del grupo de los granulocitos
debido a la notable presencia de gránulos en su citoplasma.
Se forman en la médula ósea, maduran fuera del timo y son células circulantes que se encuentran
principalmente en el torrente sanguíneo.
Sus marcadores de membrana definitorios son el CD56 y el CD16 (que también actúan como receptores).
Entre las funciones de las células NK se destacan:
Detección y eliminación de células con baja expresión de HLA-I: Una baja expresión de HLA-I
puede ser indicador de estar ante una célula patógena (virus o células anucleadas). Al no recibir
información por parte de las moléculas HLA-I (reconocidas a través de los receptores KIR), se activa
la función citotóxica de las células NK. Éstas expulsan los gránulos contenidos en su citoplasma
que, al liberar su contenido, inducen la lisis en patógenos intracelulares (bacterias intracelulares y
virus).
Además de los receptores KIR, estas células cuentan con otros receptores como CD16 o CD56,
receptores que reconocen la fracción constante de ciertos anticuerpos para así poder eliminar a
patógenos opsonizados por inmunoglobulinas (aunque esto forma parte de la respuesta inmune
adaptativa).
Secreción de citocinas: Estas citocinas actúan sobre células de la respuesta inmune innata y
estimulan el desarrollo rápido y eficaz de la misma.
NOTA: Entre los motivos de por qué una célula tiene una baja expresión de HLA-I en su membrana, se contempla
que dicha célula pueda estar siendo atacada por un virus que induce una baja expresión de dichas moléculasl, o
bien puede ser la propia presencia del patógeno la que activa la alarma de una baja expresión de HLA-I.
Linfocitos B: Sus marcadores de superficie son las propias inmunoglobulinas que sintetizan, aunque
existe un subgrupo cuyo marcador distintivo también es el CD5.
Las células NK (células de la parte superior de la foto) cuentan con un receptor específico del tipo
inmunoglobulina asesino, el receptor KIR, responsable de reconocer la presencia de moléculas HLA-1 que
expresan todas las células con un péptido intracelular propio. El reconocimiento de HLA-1 induce la
inhibición de la célula NK, provocando la desactivación de su función citotóxica. Sin embargo, si KIR
reconoce moléculas de HLA en alguna célula, éste envía una señal y entonces se expulsan los gránulos de la
célula NK hacia la célula diana, para su posterior desgranulación y liberación de toxinas que maten al
patógeno presente.
NOTA: HLA-1
Las HLA de clase 1 son moléculas que se expresan en todas las células nucleadas del organismo. Están
constituidas por dos cadenas polipeptídicas, una larga (alfa) y una corta, unidas entre sí. Esta molécula expresa
péptidos propios procedentes de un procesamiento citosólico de la célula, y se va a localizar en la superficie de
todas las células nucleadas del organismo.
Este mecanismo no puede considerarse parte de la respuesta inmune innata, ya que precisa de la
actuación de anticuerpos. Por tanto, es un claro ejemplo de cómo se coordinan y complementan el sistema
inmune innato (células NK) y el adaptativo (anticuerpos).
El mecanismo consiste en que, una célula con el marcador CD16 (también conocido como FcgammaRIIIA,
que también actúa como receptor de la Fc de la IgG (en concreto, de la IgG1 y la IgG3). Estas IgG actúan
como opsoninas que opsonizan y neutralizan a los patógenos detectables. En este momento, es cuando el
receptor CD16 de las células NK puede reconocer al patógeno, mediante la unión de su receptor a la Fc de
estas IgG opsoninas.
Una vez se ha producido el reconocimiento del patógeno, se activa la célula NK, por lo que se libera el
contenido de los gránulos de su citoplasma sobre el patógeno extracelular en cuestión, eliminándolo.
La IgE presenta un mecanismo de acción similar, ya que también reconoce patrones moleculares de
patógenos extracelulares de gran tamaño (ej: platelmintos o gusanos). Esta IgE opsoniza al patógeno, y la
Fc de esta IgE será reconocida por receptores específicos presentes en eosinófilos y mastocitos. Esto
produce tanto la activación y desgranulación de estas células, así como, en algunos casos, la actuación
complementaria de las células NK.
Asimismo, los clones de células NK activos, se produce la secreción del interferón-gamma, la citoquina que
se une a su correspondiente receptor de membrana de los fagocitos para estimular su paso a
superfagocitos (feedback positivo fagocitos-NK).
Todas las proteínas involucradas en el sistema del complemento se sintetizan en el hígado (hepatocitos) y
se almacenan en el plasma.
Todas las vías tienen comienzos y estimuladores distintos, pero presentan un punto o nexo común que
deriva en una vía común, la cuál promueve el que correcto desarrollo del sistema del complemento. Este
nexo común entre vías es el factor C3.
La activación del sistema del complemento se produce cuando una serín-esterasa escinde a una proteína
del sistema del complemento (factor del complemento) en dos fragmentos:
En ausencia de patógenos
1. El factor C3 se escinde en dos fragmentos (C3a y C3b) mediante una reacción de hidrólisis mediada
por una enzima serín-esterasa (la cual está presente en el suero).
2. El grupo funcional tioéster presente en el factor C3, queda expuesto cuando se produce la escisión,
por lo que es capaz de unirse a un radical libre.
3. El fragmento C3b que presenta el grupo tioéster es inhibido por el factor H cuando éste se acopla al
C3b para evitar que se pueda unir a cualquier membrana celular del organismo. Así, la inhibición de
este factor a su vez inhibe las cascadas enzimáticas del sistema del complemento (ya que no hay
señal de que se tenga que desarrollar un mecanismo de defensa). En este momento, C3b pasa a
3Sbi (forma inactiva), y es degradado por reacciones catabólicas.
Este es un mecanismo de regulacion interna del sistema del complemento. Este conjunto de pasos se
produce de forma repetida y continuada en el organismo hasta que se detecte la invasión por un patógeno
que requiera la activación del sistema.
En presencia de patógenos
Generalmente, este mecanismo está enfocado al ataque de bacterias extracelulares ya que los virus están
poco tiempo en el medio extraccelular.
2. Todavía en la membrana de la bacteria, el complejo C3b-B va a sufrir una hidrólisis por acción del
factor D (una enzima del tipo serín-esterasa), fragmentándose en dos trozos:
o C3b-Bb
o C3b-Ba (una anafilotoxina)
3. El fragmento C3b-Bb es una serín-esterasa capaz de hidrolizar al factor C3, obteniendo de nuevo
C3b y C3a (igual que en el paso 1). Este C3b-Bb recibe el nombre de convertasa de C3 de la vía
alterna. Esta enzima es un factor limitante en el proceso, ya que debido a su tiempo de vda tan
corto (= 1 minuto), limita el tiempo para que se lleve a cabo la función lítica del complemento.
4. Para aumentar y favorecer la hidrólisis, se acopla otro factor, la properdina. Esta molécula tiene un
tiempo de vida media de 5 minutos, y su función es aportar estabilidad y escindir el factor C3b en
C3b y C3a.
5. Llegados a este punto, todas las moléculas C3b hasta ahora generadas, se adhieren a la membrana
de la bacteria patógena y la opsonizan. De tal forma, la bacteria podrá ser reconocida por
receptores de fagocitos como el CD3, que reconoce a las moléculas de C3b.
6. Retomando el paso 3, al C3b-Bb se le une un C3b (uno de todos los obtenidos en los pasos 1, 3 y 4),
y se forma el complejo C3b-Bb-3b. Este complejo tiene actividad enzimática sobre otro factor del
complemento, el factor C5, al cual hidroliza de la misma forma que la convertasa del C3: escinde el
C5 en C5a y C5b. Mientras que el C5b se adhiere a la membrana del patógeno, el C5a es una
anafilotoxina.
4.2. Anafilotoxinas
Las anafilotoxinas llevan a cabo su función localmente y a larga distancia gracias a la amplia distribución de
su receptor tipo 7 segmentos transmembrana en alfa-hélice. Este receptor se encuentra en células
epiteliales, fibroblastos, células musculares lisas… De ahí que las anafilotoxinas tengan la capacidad de
llegar a cualquier parte del organismo.
C3a: involucrada en la cascada enzimática de la vía alterna del sistema del complemento.
C4a: deriva de la vía clásica del sistema del complemento.
C5a: involucrada en la cascada enzimática de la vía alterna del sistema del complemento.
En cuanto a potencia, la C5a es la más potente de las tres anafilotoxinas, mientras que C3a es 250 veces
menos potente que C5a, y C4a 2500 veces menos potente (C5a > C3a > C3a).
Este sistema de eliminación de patógenos es tan potente que precisa de un sistema de regulación. La
inhibición de este sistema se lleva a cabo por la acción del factor H, el cuál se acopla a los factores del
mecanismo para inhibir su función ante la ausencia de patógenos. Asimismo, también hay una gran
cantidad de proteínas que participan en la activación del sistema del complemento.
4. Citocinas
Son producidas por los macrófagos, neutrófilos, células NK y en menor medida, por células
endoteliales y epiteliales (ej: queratinocitos).
Su función es actuar como mensajeros químicos que intercambian señales y comunican las células
inflamatorias y el endotelioi vascular.
Su actividad aumenta la producción de fagocitos, ya que son los que estimulan la migración de
estas células a la zona de infección y las activan para que se produzca la eliminación del patógeno
invasor.
Su presencia activa, a su vez, la síntesis de citocinas involucradas en la respuesta antimicrobiana.
Las citocinas que participan en la respuesta inmune innata son:
o IFN-g: derivado de las células NK, su función es activar a los macrófagos)
o IL-1, TNF y quimiocinas: responsables de mediar la inflamación local.
o IL-15 e IL-12: estimulan la proliferación y actividad de las células NK.
o IL-10: limita la inflamación local*
o IL-6: aumenta la producción de neutrófilos en la MO
Este balance de regulación de citocinas es necesario, ya que sin él, se dañarían las células sanas más próximas al
foco de infección.
5. Mediadores enzimáticos
Además de los factores del sistema del complemento, también existen otros mediadores solubles que
median el proceso de inflamación. Estos son los mediadores enzimáticos, involucrados en tres rutas:
Sistema de coagulación
Sistema de la kinina
Sistema fibrinolítico
La coagulación consiste en el cambio físico por el cuál la sangre pasa de estado líquido a estado gel, gracias
a una serie de reacciones en las que está involucrada la proteína fibrinógeno. El proceso comienza con la
activación del factor de Hageman, el cual se activa cando se detecta algún daño en el endotelio vascular.
Así, el fibrinógeno, mediante otra serie de reacciones y por la acción de la enzima trombina, se convierte
en otra proteína, la fibrina, la cuál forma una estructura en forma de red que actúa, junto con las
plaquetas, como tapón o trombo plaquetario para evitar una hemorragia.
Las fibrinas forman un coágulo que, junto con el trombo plaquetario, es lo que permite que se detengan las
hemorragias. Asimismo, estos coágulos también inmovilizan a los gérmenes para evitar su disipación por el
organismo.
La función principal de esta ruta es la de aumentar el diámetro de los vasos sanguíneos, para así
incrementar el flujo de sangre al foco de infección. En otras palabras, este sistema actúa como
vasodilatador. Además de ésta, se destacan otras funciones relacionadas como:
Aumento de la permeabilidad vascular, y por tanto, también el número de células sanguíneas y del
sistema inmunitario (del tipo circulantes) que llegan al foco de infección.
Contracción del músculo liso para evitar la difusión del patógeno por el organismo.
Este sistema también es estimulado por el factor Hageman, el cuál, estimula la conversión de la
glicoproteína plasminógeno (forma inactiva) en plasmina (forma activa). La plasmina es una enzima con
actividad proteasa, encargada de despolimerizar la fibrina para deshacer los coágulos sanguíneos
problemáticos.
Los mediadores lipídicos son moléculas que forman parte de la respuesta inmune innata y que se activan
cuando se detectan daños en las membranas celulares. En esta situación, una enzima fosfolipasa, los
fosfolípidos de las membranas dañadas van a ser tomados e incluidos en dos vías enzimáticas para dar
lugar a los diferentes mediadores lipídicos:
Vía del ácido araquidónico: los fosfolípidos van a dar lugar a tromboxanos y prostaglandinas.
Vía de la lipooxigenasa: los fosfolípidos van a dar lugar a leucotrienos.
Además, por acción de las fosfolipasas, estos fosfolípidos de membrana también van a dar lugar a los
factores activadores de plaquetas (FAP).
Intermediario Efecto
Tromboxanos Función vasoconstrictora.
Prostaglandinas Aumento de la permeabilidad y dilatación vascular.
Actúa como factor quimiotáctico de neutrófilos.
Leucotrienos C4, D4, E4 Dilatación del músculo liso.
B4 Actúa como factor quimiotáctico de neutrófilos.
Factor activador de plaqueñas liso Participa en la agregación plaquetaria.
(flat PAF) Actúa como factor quimiotáctico de eosinófilos.
Activa a neutrófilos y eosinófilos.
6. Proceso de inflamación
La inflamación es la respuesta protectora que emite el organismo ante una agresíno que produce un daño,
y cuyo objetivo es destruir la causa inicial de la lesión celular y compensar el daño causado. Es un
mecanismo complejo que coordina todos los elementos moleculares vistos en este tema.
La inflamación no es un fenómeno patológico. Tan sólo constituye una señal de que hay un daño en el
sistema, o bien de que el sistema inmune está reaccionando frente a un agente extraño.
Respuesta inflamatoria aguda: tiene lugar a nivel local y se produce en un momento concreto y
aislado.
Respuesta inflamatoria crónica: se prolonga en el tiempo debido a la imposibilidad de eliminar al
patógeno.
En la imagen superior se muestra un resumen esquematizado que resume lo estudiado en el tema, así
como el proceso de inflamación y las cuatro características descritas por Celsus y Galeno. Algunos apuntes
sobre lo explicado en la imagen son:
1. Ante la presencia de un foco de infección, el primer paso consiste en la fagocitosis de los patógenos
por parte de los fagocitos residentes (presentes en los tejidos), los cuáles van a reconocer a los
agentes patógenos a través de diversos receptores de membrana. Una vez reconocidos, los
patógenos son fagocitados y entonces comienzan los mecanismos de muerte celular.
2. La fagocitosis, a su vez, estimula la liberación de citoquinas por parte de los fagocitos en el tejido
donde se localiza la infección. Estas citoquinas presentan función proinflamatoria (ej: TNF y IL-1).
Estas dos citoquinas en concreto presentan dos funciones:
o Promueven la expresión de las moléculas de adhesión (ej: selectina-E) en las células epiteliales
del endotelio vascular).
o Inducen la expresión de ligandos como VCAM-1 e ICAM-1 en las células del endotelio, los cuales
actúan como ligandos de las integrinas VLA-4 y LFA-1 que se expresan en la superficie de los
fagocitos.
En suma, la fagocitosis también estimula la activación de la vía alterna del sistema del complemento.
Además, los fagocitos también secretarán quimiocinas que, al unirse al endotelio, atraen a los leucocitos
en circulación hacia el foco de infección.
3. Gracias a esto, los leucocitos reducen su velocidad y se frenan (rolling) y proceden a dirigirse hacia
el foco de infección por interaccciones con receptores de la pared del endotelio vascular. Mediante
un proceso de diapédesis, los leucocitos pasan por los huecos entre las células del endotelio, lo cuál
aumenta el flujo de células y de plasma sanguíneo en el tejido y en el foco de infección, y explica la
hinchazón característica.
4. La activación del sistema del complemento deriva en 3 fenómenos:
o Activación de la función lítica del sistema del complemento, originada por la formación del
poro que se constituye a partir de las subunidades del factor del complemento C9.
5. Asimismo, también se va a llevar a cabo la activación del sistema de coagulación, mediante el cuál
se van a formar coágulos a partir de redes de fibrina que van a evitar hemorragias e inmovilizar a
los patógenos para evitar su diseminación. También se van a activar el sistema de la kinina y el
sistema fibrinolítico.
Los componentes de la respuesta inmune innata se relacionan estrechamente con los componentes de la
respuesta inmune adaptativa, ya que son los responsables de estimular la R.I. Adaptativa, así como de
activar a sus componentes, los linfocitos T y B.
Los fagocitos, como CPA, se encargan de reconocer al patógeno, fagocitarlo, y presentar sus péptidos en la
superficie de la membrana para que sean reconocidos por el linfocito T. Esta es la primera señal que
conduce a la activación de los linfocitos T.
Sin embargo, los linfocitos T precisan de otra señal para su activación, la dada por las moléculas
coestimuladoras que se presentan en la membrana del fagocito una vez éste engulle al patógeno. Una de
las principales moléculas coestimuladoras es la molécula B-7, la cual emite una señal una vez el fagocito se
ha unido al CD28 (receptor del linfocito T), culminando el proceso de activación de los linfocitos T.
En primer lugar, se tiene que producir el reconocimiento de los antígenos del patógeno por parte de los
receptores de membrana de los linfocitos B (BCR), las inmunoglobulinas.
No obstante, también es necesaria una segunda señal de activación, la proporcionada por el factor del
complemento C3b. Esta molécula se une a los linfocitos B gracias al receptor CR2 presente en la
membrana de los linfocitos que reconoce al C3b. Esta unión manda una señal que estimula al linfocito a
proliferar y transformarse en células plasmáticas productoras de anticuerpos específicos para el patógeno
en cuestión.
En resumen, se puede ver que, sin una respuestsa inmune innata eficiente, la respuesta inmune adaptativa
es inviable.