ternporary Arts {]CA) de Londres en 1953.
Esta a causa de los bombardeos), ya se estaba vis-
264 Alisan y Peter Smithson,
ampliación de la Universidad
de Sheffield, 1953.
son y de! escultor Eduardo Paolozz1, de quienes
el Bruta!ismo denvo.,buena parte de su caracter
existencial.
Los años 1951-1954 fueron cruciales para la
formación arquItectomca de esta sensibilidad.
Ya plenamente dedicados a la realización de la
escuela palladiana y mIesiana diseñada en 1949
para Hunstanton, en Norfolk, terminada unos
cinco años más tarde, los Sm1thson prolonga-
ron su exito 1rncral con una secuencia de pro-
puestas de concurso sumamente ongina!es,
unos proyectos que -como ha observado Ban-
ham- sólo pueden verse como intentos de in-
ventar una clase de arquitectura totalmente
'distinta'. En realidad, el poco palladiamsmo
que queda en sus proyectos de este penado
está profundamente transformado: desde la ca-
tedral de Coventry, de 1951, hasta las viviendas
268
' No se podía evitar la sensación de que este par-
de Golden Lane, en Londres, de 1952, o la am~}
pliación, igualmente notable, de la Universji ,-
dad de Sheffield, del año sigmente. En todo
caso, estos proyectos son 'constructiv1stas'
en sus afinidades, aunque, vrstos en retros:
pectIva, su contenida retórica estructural pare.:
ce haber mostrado un poder de persuasión
mas Japones que ruso. La pérdida que supuso
para !a cultura arqu!tectomca inglesa el hecho
de que ninguno de estos diseños tuera pre~
miado puede mzgarse observando la absoluta
tnvralidad de las construcciones levantadas en
su lugar.
El espíritu subyacente de la sensibilidad bru~
talista angina! -el elemento críptico que tras- ·
cendia su pa!ladiamsmo- se hizo público por
pnmera vez con !a exposición 'Paralelo de lá
vida y el arte', instalada en el lnstitute ot Con~.
HIII - MATERIAL DE USO EXCLUSIVO CON FINES DIDÁCTICOS
muestra inc!u1a una didáctica colección de foto-
grafías reunidas y comentadas por Henderson,
paolozzi y los Smithson. Extraídas de tatos de
noticias y de mIstenosas tuentes arqueológicas,
antropológicas y zoológicas, muchas de estas
imágenes upresentaban escenas de violencia y
vistas distorsionadas o antiestéticas de la figura
humana, y todas tenían una tosca textura gra•
nulosa que era considerada claramente por los
colaboradores como una de sus pnnc1pales vtr•
tudesn. Había algo decididamente existencial en
esta exposición, que rns1stla en visualizar el
mundo como un paIsa1e arrasado por la guerra,
la decadencia y la entermedad, deba¡o de cuyas
capas cenicientas aun se podían encontrar ras-
tros de vida, aunque microscópica, palpitando
dentro de !as rumas. Henderson, escribiendo
sobre su obra de este penado, declaraba:
uComo más feliz me siento es entre cosas dese-
chadas, fragmentos m_1uriosos, arro¡ados ca-
sualmente tuera de la vida, pero aún con una
chispa de vitalidad. Hay cierta irania en esto, y
forma al menos un símbolo parcial de la activi-
dad de un artIsta.i1
Que ésta era la motivación subyacente del
Brutalismo en los años cincuenta era algo que
no pasaba inadvertido para los visitantes de
'Esto es el mañana', un espectaculo representa-
do en 1956 por el grupo independiente del ICA
en !a galena de arte de Whitechapel, ba10 la di-
rección de Lawrence Al!oway. Para esta actua-
ción, !os Smithson, una vez mas en colabora-
ción con Henderson y Paolorn, diseñaron un
temenas simbólico: un cobertizo metafónco en
un patio trasero igualmente metafórico, una
reinterpretación irónica de la cabaña primitiva
de Laug1er, de 1753, desde la perspectiva de la
sordida realidad de Bethnal Green, del que Ban-
ham observaba:
ticular cobertizo de Jardín -con las ruedas de bi-
cicleta oxidadas, una trompeta abollada y otras
trastos domesticas- se habia excavado despues
de un holocausto atómico y se habia de.1ado al
descubierta para que formase parte de una tra-
dición europea del diseño de asentamientos
que se remontaba a la Grecia arcaica y aun mas
atras.
Pero este gesto no era en absoluto completa-
mente retrospectivo, pues dentro de esta meta-
tora cnptica y casi casual del cobertizo el pasa-
do remoto y el futuro inmediato se fundían en
una sola cosa. Asi, el patio del pabellón estaba
adornado no sólo con una rueda vIeIa y un
avión de .Iuguete, smo también con un aparato
de televisión. En resumen, dentro de un tejido
urbano ruinoso y saqueado testo es, desalo¡ado
lumbrando !a 'prosperidad' de un consumismo
11:
ambulante que se acogía como el tundamento
vital de una nueva tradición vernacula indus- j'
tria!. El irónico collage realizado por Richard Ha-
milton para esta exhibición, titulado ¿Que es lo
¡i
que hace las hogares de hoy tan diferentes, tan
atractivos?, no sólo inauguró la cultura pop,
smo que también cnstalizó !a imagen domesti-
ca de la sensibilidad bruta!ista. La 'casa del fu-
turo' disehada por los Smithson, presentada en
la Exposición del Hogar Ideal patrocinada por el
Daily Mail en 1956, estaba pensada evidente-
mente como la casa ideal para esos persona¡es
de Hamilton: el hombre natura! de músculos
cultivados en el g1mnasI0 y su escultura! com-
pañera.
Divididos entre !a simpatía por una anticua- 1
da solidaridad obrera y la promesa del consu-
mismo, los Smíthson estaban atrapados en la
ii
J¡
ambivalencia Intrinseca de un populismo asu-
mido. Durante !a segunda mitad de la década
de los cincuenta, se apartaron de su simpatía
1mc1al por e! estilo de vida del pro!etanado para I'
aproximarse más a unos ideales de la clase me- 1
dia que basaban su atractivo tanto en e! consu-
mo ostentoso como en la posesión generaliza- ·'
da del automovil. Al mismo tiempo, seguían
siendo muy poco opt1mIstas con respecto al po-
tencia! evidente que esa 'movilidad' recién des-
cubierta mostraba para destruir tanto la estruc-
tura como la densidad de la crudad tradicional.
En su estudio sobre las carreteras de Londres,
de 1956, intentaron resolver este dilema pro-
yectando la autopista elevada como nueva so•
lución urbana. Mientras tanto, a escala domesti-
ca, continuaban considerando los objetos de
consumo cromados, en medio de una casa des•
maranada o un mtenor de plástico, como !as
imágenes mas liberadoras de su estilo concilia-
dor.
Hasta mediados de los años cincuenta, la
verdad en el uso de los matena!es tue un pre-
cepto esencial de la arquitectura brutalista, que
se manifestó m1c1a!mente en una preocupación
obses1va por la articulación expresiva de los
elementos mecamcos y estructurales, como en
!a citada escuela de Hunstanton, y que se reafir-
mo en el gusto mas normativo pero antiestético
de la pequeha casa en et Soho proyectada tam-
bién por tos SmIthson en 1952. Diseñada para
ser construida en ladrillo, con dinteles vistos de
hormigón y un mtenor sin enlucir, esta caJa de
cuatro alturas hacia numerosas reterenc1as a fa
tradición vernacula bntámca de los almacenes
de finales del siglo xIx, precediendo en un arlo
a la publicación del avant pro1et igualmente
bruta!ista de Le Corbus1er para !as casas Jaou!
y anunciando diversos proyectos residenciales
para el relleno de nuc!eos urbanos, diseñados
269
 por James Stir!ing, William Howell y los mis-
mos Sm1thson, y presentados en el ClAM de
Aix-en-Provence de 1953.
Los años centrales de la década de 1950 tue-
ron testigos de una clara extensión de los tun-
damentos bruta!istas, mas allá de !as preocupa-
cmnes hermeticas de los Smithson, Henderson
y Paolorn. Hacia 1955, tanto Howell como Stir-
ling formaban parte de esta comente brutalista,
aunque Stirling siempre nego que se hubiera
visto a sr mismo como ta!. Mientras que la pro-
puesta de 1953 para !a Universidad de Sheffie!d
seguía de hecho la línea de Tecton, un proyecto
para una casa del mismo año !e hizo volver a la
utilitaria estética de ladrillo del siglo x1x, aun-
que esta obra quedaba muy leios, por su com-
posición neoplástica de cuadrados entrelaza-
dos, del aura antiartistica y brutalista de la casa
de los Sm1thson en el Soho. Entretanto, dentro
de! LCC, arquitectos como Colquhoun, Carter,
Howell y John Killick habian empezado a reali-
zar algunos conjuntos residenciales inspirados
en Le Corbus1er, que cu!mmarian en esa paro-
dia de la ·ciudad radiante' que es Alton East
Estate, construida en Roehampton en 1958.
Pese a! hecho de que el campus diseñado
por Mies para el !IT habia sido la mfluenc1a Inr-
c1al de los Smithson al dar forma a su prrmer
edificio, el desarrollo postenor del estilo bruta-
lista encentro gran parte de su vocabu!ano en
265 Stirllng Y Gawan, vwiendas en Harn
Comrnon, Richrnond, Surrey, 1955-1958.
270
A 11
266 Stirling y Gowan, proyecto para el Se!wyn
Co!lege, Cambridge, 1959.
la obra tardía de Le Corbusier. Su revitalización
de la tradición vernacula mediterranea, mani-
fiesta en el proyecto de Roq et Rob (1948), se
reveló trascendental para la formación de la
sensibilidad bruta!ista, y al entusiasmo de los
Sm1thson por Mies siguió una sutil adaptación
de! gusto de Le Corbusier por el béton brut:
como ellos decian en 1959, ((Mies es sensacio-
nal, pero Le Corbus1er es comumcatlvon_ De
manera semeJante, la sorpresa que 1nrcialmente
se llevo Stirling al visitar las casas Jaout en
1955 pronto quedó compensada por e! entu-
siasmo con el que siguió su e_1emplo. La estre-
cha correspondencia entre la sintaxis de estas
casas y e! estilo de las v1v1endas de Ham Com-
mon, proyectadas por Stirling en 1955, difícil~
mente puede negarse, si bien los muros de car-
ga se usaban en cada caso para alcanzar fines
arquitectónicos completamente distintos.
La integración definitiva de la estética bruta-
lista bntamca -la fusión de sus contradictorios
aspectos 'formalistas' y 'populistas' en un estilo
'vernacu!o' de vidrio y ladrillo sacado de las
construcciones industriales del siglo xIx- se
produjo con las obras de Stirling y su socio Ja-
mes Gowan en 1959: el proyecto de una resI-
HIII - MATERIAL DE USO EXCLUSIVO CON FINES DIDÁCTICOS
1
1,
j,
'.1·•.
:¡:
l.
I¡::"•:
2ol Reyno!ds, proyecto para un almacén de reparto, Bristol, 1958.
,¡
dencia para el Selwyn Co!lege, en Cambridge, y une architecture. Por !o demás, Le1cester era un :
el edificio de Ingeniería de la Universidad de alarde ecléctico que recordaba, por su extraor-
Leicester. En este punto hay que retenrse con dinana yuxtaposición de elementos diversos,
1
cierto reconocimiento a la obra de Edward Rey- no sólo la obra de Telford y Brunei, sino tam-
1
nolds, cuyos diseños estructuralmente expresi- bién la de Wil1iam Butterfield ta! como se plas-
1
vos (por no decir expres1onrstas), hechos cuan- mo en !a 1gles1a de AH Saints en Margaret Street, 1:
do todavía era estudiante, e1ercIeron una Londres, de 1849. ¿Que otro planteamiento sino
influencia decisiva en el desarrollo de! Bruta!is- e! del gothic reviva/ -puede alegarse- ha-
mo, especialmente en la propuesta de Howell y bna conseguido combinar !os elementos terma-
Killick para el Churchill Co!lege de Cambridge,
de 1958, y luego en e! proyecto de Stirling para
LeIcester, del año s1gwente.
La propuesta de Stirling y Gowan para el
Se!wyn Col!ege no sólo introducla !a plast1c1dad
cristalina de su estilo inicial, sino que presenta-
ba también por pnmera vez el tema de la oposi-
ción entre e! 'frente' y la 'espalda', que iba a ser
un rasgo tipico de su esquema organizativo; un
tema que provenía de la oposición expresiva de
lo macizo trente a !o acnstalado en los bloques
de la Vi!le Radieuse. Una vez mas, un proyecto
de almacen diseñado por Reynolds en 1958 pa-
rece que fue la 1nfluenc1a clave en !a terma del
edificio de !ngemena de Le1cester, una obra en
!a que Stir!ing y Gowan lograron finalmente
una expresión propia y smgu!ar. Lo que ante-
riormente habia sido el elemento bloque en el
Pabellón Swzo de Le Corbus1er se transtormo
aqui (pasando por e! esquema de! almacen de
Reynoldsl en la terma horizontal de una nave
de laboratonos con cubierta cnstalina, mientras
que !a torre exenta de los accesos reaparec1a
como una agrupación vertical que mclu1a otros
\aboratonos apilados, salas de conferencias y
oficinas. Letcester absorbía las contradicciones
fundamentales de la postura brutalista 1mcia!
recombinando !as formas canomcas del Mov1-
m1ento Moderno con elementos extraídos de !a
cultura vernacula industnal y comercial de la
crndad natal de Stiriing, Liverpool !véase, por
e_Iemp!o, la innovadora obra de Peter E!lis). Lo
Umco que quedaba por entonces de! paradigma
purista de finales de los años veinte eran los
detalles náuticos: las barandillas de cubierta,
!as escalerillas y las chimeneas que tan po- 268 Stirllng y Gowan, edificio de Ingeniería, Univer-
!émicamente se hablan ilustrado en Vers sidad de Leicester, 1959.
271

269 Stirlíng, Facultad de Historia, Umversidad de
Cambridge, 1964.
les puristas con la imagen romantica del con-
Junto de la Johnson Wax (1936-1939) de Wright,
integrando al mismo tiempo componentes es-
tructurales brutalistas tales como los tonados
reticulares vistos, sacados de !os laboratorios
Richards (1958) de Kahn?
Mientras que Le1cester rmponla, por decirlo
asi, una malta de 45 grados sobre una geome-
tría por fo demás ortogonal, la Facultad de His-
toria de Cambridge, diseñada por Stir!ing en
1964, hacia de la diagonal-el principal eie orga-
nizativo de la planta. A! mismo tiempo, el edifi-
cio de Historia ampliaba la sintaxis de ladrillo y
vidrio de Selwyn y Leicester hasta un punto en
el que !a torma cristalina del vidrio empezaba a
superar el armazon de control del ladrillo. Pese
a elfo, todavía presentaba las torres pareadas
de escaleras y ascensores, no sólo como una
articulación de los accesos evocadora de los
elementos 'servidores' de Kahn (compárese
272
con los laborator"1os Aichards), sino tambiérÍ :·
como un recurso tipológico que denotaba el esti-:
lo propio de Stir!ing. Este recurso iba a repetirse
en el último y menos afortunado edificio de ra:;_-
serre de ladrillo y vidrio: concretamente la resi-i'.
ciencia Florey, diseñada por Stirling para el·:.
Queen's College de Oxford en 1966. Las obras•;·
principales de la serte -Setwyn, Leicester, la Fa-'.
cultad de Histona y el edificio F!orey- se suceden;
como una especie de catálogo de tipos para la:_'.}
universidad moderna. La orrentación tlpológ1ca, ,"-
con su tendencia a desmembrar y recombinar:
elementos arquitectorncos discretos -en parte
como respuesta a !as exigencias empíricas y en·!/,-
parte por la determinación de 'deconstrmr' tas '.
termas heredadas del Movimiento Moderno--· ·
configuraban estos 'monumentos' tardíos def,
Brutalismo en mucha mayor medida que cual-.,
quier interés por los atributos del lugar. :-,
Aunque esas exigencias programáticas se :
han cumplido mvanablemente, la 1mportanc1a
de Stirling ha radícado en la cualidad convm-_'
cente de su estilo; en la brillante tectómca de su
forma mas que en ta depuración coherente de
esos atributos del 'lugar' que necesariamente,
determman la calidad de vida. A pesar de su
admiración por Alvar Aalto, los !ogros de Stir~
ling en su mayor parte han quedado !e1os del
ambiente receptivo y de la sensibilidad modes-
ta de, por e1emplo, el ayuntamiento de sayniit-
salo. Es como s1 e! domm10 torma! de su 1mag1-.
nación smtácttca llegase a renegar del potencial
crítico de la ·creación de lugares' que él mismo
habia planteado ya en sus VJVJendas de relleno
para núcleos urbanos de mediados de los años
cincuenta. Como ha escrrto Mantredo Tafun de
la obra posterior de Stirling:
Suspendiendo al público destinado a utilizar
sus edificios en el limbo de un espacio oscilan-
te entre el vacio de la forma y el 'discurso sobre
la función• -la arquitectura como maquina autó-
noma, enunciada en la Facultad de Histona de
Cambridge y hecha explícita en el proyecto
para Siemens-, Stirling realiza la más cruel de
las operaciones posibles, partiendo del recinto
sagrado en el que esta protegido el universo
semantico de la tradición moderna. Ni atraído
n, rechazado por la articulación autónoma de
las máqumas formales de Stirling, el observa-
dor se ve obligado, a pesar suyo, a reconocer
que aquellas arqwtecturas hablan ciertamente
un Jengua¡e propio, pero perversamente ence-
rrado en s1 mismo.
HIII - MATERIAL DE USO EXCLUSIVO CON FINES DIDÁCTICOS
3. Las vicisitudes de la ideología:
los CIAM y el Team X,
crítica y contracrítica, 1928-1968
1. El problema de Ja arquitectura en sentido
moderno exige en pnmer Jugar una relación m-
tens,va de su cometido con el cometido de la
economia general.
2. Se debe entender economía en sentido tecni-
coproductivo, y esto significa la utilización más
racional posible del traba¡o, y no el max1mo be-
neficw en sentido especulativo comerc,aJ.
3. La necesidad de la producción económica-
mente mas eficaz resulta 1mpenosamente del
hecho de que en el presente y en el futuro pro-
x1mo deberemos contar con unas condiciones
de vida detenoradas en general.
4. Las consecuencias de la producción econó-
micamente eficaz son la racionalización y la
estandanzación. Éstas tienen una mfluenc,a de-
c1s1va sobre el traba¡o de la arquitectura actual.
5. La racwnalización y la estandanzación se ma-
nifiestan en tres aspectos:
a, exigen del arquitecto una reducción y una
s1mplificación intensas de los procesos de tra-
ba¡o necesarios en Ja obra,·
b, suponen para la artesania de la construc-
ción una reducción tajante de la actual multipli-
cidad de profesiones en favor de menos oficios,
fáciles de aprender me/uso para el traba1ador
inexperto;
e, exigen del usuano, del promotor y del ha-
bitante de la casa una clarificación de sus ex1-
genc1as en el sentido de una amplia s1mplifica-
ción y generalización de las viviendas. Esto
significa una reducción de las ex1genc1as parti-
culares actualmente sobrevaloradas y cultiva-
das por algunas industnas, en favor de una sa-
tisfacción general y amplia de las necesidades,
hoy postergadas, de las masas.
Declaración de La Sarraz
Congreso Internacional
de Arquitectura Moderna, 1928
1
La declaración del C!AM en 1928 -firmada por 1
1
veinticuatro arquitectos que representaban a
Francia (6), Swza (6), Alemanra (3), Holanda (3),
Italia (2), Espalla (2), Austria (1) y Bélgica (1)-
hacia mas hincapié en la construcción que en la
arquitectura como ((actividad elemental del
hombre que torma parte en todo su alcance y
en toda su profundidad de! desarrollo creativo
de nuestra vician. El ClAM afirmaba abiertamen-
te que !a arquitectura estaba inevitablemente
supeditada a los temas más amplios de !a polí-
tica y !a economía, y que, le_1os de separarse de
las realidades del mundo mdustrializado, habría
de depender, para su nivel general de calidad,
no de los artesanos, smo de !a adopción univer-
sal de los métodos de la producción racionaliza-
da. Mientras que cuatro años después Hitch-
cock y Johnson iban a defender la preemi-
nencia del estilo como algo determinado por !a
técnica, el CIAM hacia hincapié en la necesidad
de la economía y la industrialización planifica-
das, pero denunciando a! m1smo tiempo la efi-
cacia como medio para alcanzar el maximo be-
neficio. Por e! contrano, abogaba por la
introducción de dimensiones normativas y efi-
caces métodos de producción como paso pre-
vio a la racionalización de la industria de la
construcción. Asi, lo que los estetas considera-
ban como una preterencia tormal por la regula-
ridad era para el CIAM el reqwsito previo para
aumentar la producción de viviendas y para
reemplazar !os metodos de una era artesanal. Et
documento de La Sarraz adoptaba una actitud
igualmente radica! con respecto al urbanismo,
cuando declaraba:
El urbanismo no puede venir determmado por
cons1derac1ones estéticas, sino exclusivamente
por exigencias funcionales (..• ) La actual frag-
mentación caótica del suelo -debida a la com-
praventa, a la especulación y a fas leyes relat,-
273

vas a las herencias- debe combatirse mediante
una admm1stración colectiva del suelo e1erc1da
de forma planificada. Este proceso ya se puede
m1c1ar hoy mediante la transferencia de Ja plus-
valía m1ustificada a la comunidad y la modifica-
ción de las leyes de las herencias.
Entre la declaración de la Sarraz en 1928 y su
última reunión, celebrada en Dubrovnik en
1956, los C!AM pasaron por tres fases de desa-
rrollo. la primera -que duró desde 1928 hasta
1933 e incluyó los congresos celebrados en
Frankfurt en 1929 y Bruselas en 1930- tue en
muchos aspectos la más doctrinaria. Dommada
por !os arquitectos de habla alemana de la
Neue Sachlichke1t, que eran en su mayoría de
convrcc1ones socialistas, estos congresos se de-
dicaron primero -en Frankfurt, ba¡o el titulo 'Die
Wohnung für das Ex1stenzmin1mum', {'la vi-
vienda mimma')- a los problemas de las condi-
ciones m!mmas del aloiam1ento, y luego -en
Bruselas (111 CIAM), con e! titulo 'Ratione!le Be-
bauungsweisen' {'Métodos constructivos racio-
nales')- a los temas de la altura óptima y la se-
paración entre bloques para el uso mas eficaz
tanto del suelo como de los matena!es. El 11
CIAM, promovido por Ernst May, arquitecto
municipal de Frankfurt, estableció también un
grupo de traba.10 conocido como C!RPAC (Co-
mité Internacional para la Resolución del Pro-
blema de la Arquitectura Contemporánea), cuya
tarea pnmordial era preparar temas para futu-
ros congresos.
la segunda tase de los C!AM -que abarco de
1933 a 1947- estuvo dominada por la personali-
dad de le Corbus1er, que reonentó consciente-
mente el entas1s hacia e! urbanismo. El IV
CIAM, en 1933, fue sin duda el congreso mas
completo desde el punto de vista urbamstico,
en virtud de su análisis comparativo de 34 cJU-
dades europeas. De él salieron los articulas de
la Carta de Atenas, que por razones inexplica-
bles no se publicaron hasta una década más
tarde. Reyner Banham describía en 1963 !os lo-
gros de este congreso en los siguientes térmi-
nos, bastante criticas:
El IV CIAM -tema: 'La ciudad funcional'- tuvo
lugar en Julio y agosto de 1933 a borda del va-
por Patns, en Atenas y, al final de la travesia, en
Marsella. Fue el primero de las congresos 'ro-
mantIcos· representada en un marco de esplen-
dor esciinica y sm relación con la realidad de la
Europa mdustnal, y fue el primer Congres do·
mmado por Le Corbus1er y los franceses, más
que por los estrictos realistas alemanes. El cru-
cero mediterraneo fue claramente un alivio de
agradecer frente al empeoramiento de Ja situa-
ción europea, y en esa breve pausa de /a reali-
dad los delegados redactaron el documen-
274
to más olimp1co, retórico y a la larga destructi•
vo que salió de los CIAM: la Carta de Atenas.
Las 111 propos1c1ones que comprende la Carta
se componen en parte de declaraciones sobre
las condiciones de las cwdades, y en parte de
propuestas para la rectificación de esas condi-
ciones, agrupadas en cmco epigrafes prmc1pa-
les: v1V1enda,_ diversión, traba10, circulación y
edificios historicos.
El tono sigue siendo dogmático, pero tam-
bién es geniirico y esta menos relac,onado con
/os problemas prácticos mmediatos que los in-
formes de Frankfurt y Bruselas. La generaliza-
ción tenia sus virtudes, pues comportaba una
mayor amplitud de miras e ms,stia en que las
cwdades sólo podían examinarse en relación
con sus regiones circundantes, pero este per-
suasivo carácter general que da a la Carta de
Atenas ese aire de aplicabilidad un,versal oculta
una concepción muy limitada tanto de la arqui-
tectura como del urbanismo, y comprometía
meqwvocamente a /os C/AM con: 1, la rig1da
zonificación funcional de los planes urbanisti•
cos, con cinturones verdes entre las áreas re-
servadas para fas diferentes funciones; y 2, un
Umco tipo de v1v1enda social, descrita en pala-
bras de la Carta como ub/oques altos y muy se-
parados, alli donde exista la necesidad de alo¡ar
una gran densidad de población"º A treinta
años de distancia, reconocemos esto como la
mera expresión de una preferencia estética,
pero en su momento tuvo el poder de un man-
damiento mosaico y, en efecto, paralizo ta in-
vestigación de otras formas de a/o¡am1ento.
Aunque el consenso mmediato sobre la Carta
de Atenas puede que sirviera para impedir un
examen mas detenido de otros modelos resi-
denciales alternativos, el hecho es que hubo un
apreciable cambio de tono. las exigencias poli•
ticas radicales del mov1m1ento inicia! habian si-
do abandonadas, y aunque el funcionalismo se-
guia siendo el credo genera!, !os puntos de la
Carta suenan como un catecismo neocapitalis-
ta, cuyos mandatos eran de un 'racionalismo'
tan idealista como mayoritariamente irrealiza-
ble. Este enfoque idealista alcanzo su formula-
ción antenor a la guerra en el V congreso, dedi-
cado al tema de la vivienda y el ocio, y
celebrado en Paris en 1937. En esta ocasión, los
ClAM estaban preparados para reconocer no
sólo e! impacto de tas construcciones históri-
cas, sino también la 1nfluenc1a de la región en
la que la ciudad resultaba estar situada.
Con !a tercera y última fase de !os CIAM, el
idealismo liberal triunfó completamente sobre
el materialismo del pnmer penado. En 7947, en
el VI congreso, celebrado en Bridgewater, Ingla-
terra, los C!AM intentaron superar la esterilidad
abstracta de la 'ciudad tunc1onal' declarando
HIII - MATERIAL DE USO EXCLUSIVO CON FINES DIDÁCTICOS
que 11el objetivo de los CIAM es trabaJar para la
creación de un entorno fisico que satisfaga las
necesidades emocionales y matenales de las
personasn. Esta idea se desarrolló aún mas
ba¡o los ausp1cIos del grupo inglés MARS, que
preparo el tema de 'El núcleo' para el VIII CIAM,
celebrado en Hoddesdon, Inglaterra, en 1957. Al
e!eglí como argumento 'El corazón de !a cm-
dad', MARS hizo que el congreso abordase un
tema que ya habia sido introducido por Sigfried
Giedion, Jase Luis Sert y Fernand leger en su
manifiesto de 1943, en el que escribían: ula
gente quiere que los edificios que representan
su vida socia! y colectiva proporcionen algo
mas que una simple satisfacción tunc1onal.
Qweren sat1stacer sus asp1racIones de monu-
mentalidad, de alegria, de orgullo y de entu•
s1asmo.11
Para Gíedion, al igual que para Camilla Sitte,
el 'espacio de apariencia pública' dependía ne•
cesanamente del marco monumental de las Ins-
tltuc1ones públicas que lo delimitaban, y vice-
versa. Sin embargo, pese a su entonces patente
interés por !as cualidades concretas del lugar, !a
v1e¡a guardia de los CIAM no daba indicación
alguna de saber valorar de un modo realista !as
compleiidades de la dificil situación urbana de
posguerra; el resultado fue que los nuevos afi•
liados, procedentes de la generación más 10-
ven, estaban cada vez mas desilusionados e m-
qu1etos.
la escisión dec1s1va llegó con el lX CIAM, ce-
lebrado en Aix-en-Provence en 1953, cuando
esta generación, encabezada por Alisan y Peter
Smithson y Aldo van Eyck, cuestionó las cuatro
categorías tunc1onalistas de la Carta de Atenas:
vivienda, traba¡o, diversión y circulación. En lu-
gar de presentar un con1unto alternativo de
abstracciones, los Smithson, Van Eyck, Jacob
Bakema, Georges Candilis, Shadrach Woods,
John Voe!cker y William y Jill Howel!, buscaban
!os pnnc1p1os estructurales del crecimiento ur-
bano y la siguiente unidad significativa por en-
cima de la célula tami!iar. Su insatistacción con
el funcionalismo modificado de la v1e_1a guardia
-con el 'idealismo' de le Corbus1er, Van Eeste-
ren, Sert, Ernesto Rogers, A!fred Roth, Kumo
Mayekawa y Grop1us- quedó refle1ada en su re-
acción crítica al informe del Vl!I CIAM. Al mode-
lo simplista de! nucleo urbano respondían plan-
teando un trazado más comple.10 que sena, en
su opmión, mas receptivo a la necesidad de
1dent1dad. Y escribian lo siguiente:
El hombre puede identificarse inmediatamente
con su propio hogar, pero no tan fácilmente
con la ciudad en la que esta situado. La ·perte-
nencia' es una necesidad emocional básica; las
ideas con /as que se asocia son de Jo mas sim-
ple. De la ;pertenencia; -identidad- proviene el
ennquecedor sentido de la vecindad. Las calles
cortas y angostas de los bamos baJos lo consi-
guen, mientras que las remodefac1ones espa-
ciosas con frecuencia son un fracaso.
En este párrafo singularmente agudo no sólo des-
cartaban e! sentimentalismo de la v1e_1a guardia,
inspirado en Sitte, smo también el racionalismo
de la 'ciudad funciona!'. Su impulso crítico para
encontrar una relación mas precisa entre la ter-
ma física y las necesidades soc1ops1cológ1cas se
convirtió en e! argumento del X CIAM, celebra-
do en Dubrovnik en 1956 -la última reunión de
los CIAM-, de! que este grupo, conocido en
adelante como el Team X (leido 'Team Ten'),
fue e! prmc1pal responsable. la desaparición
oficia! de !os CIAM y su sucesión por parte del
Team X quedaron confirmadas en una reunión
posterior que tuvo lugar en 1959 en el elegiaco
marco de[ Museo de Otterloo, obra de Van de
Ve!de. Pero el epitafio de los ClAM ya estaba
escnto en la carta que Le Corbus1er había en-
viado a! congreso de Dubrovnik, en la que de-
claraba:
Los que ahora tienen cuarenta años -nacidos
hacia 1916, en medio de guerras y revoluc10-
nes- y los que por entonces aun no habían ve-
nido al mundo y que ahora tienen vemticmco
años -nacidos hacia 1930, durante /os prepara•
t1vos para una nueva guerra y en medio de una
profunda crisis económica, social y política-.
todos aquellos que se encuentran, por tanto, en
el corazon del presente, son los únicos capaces
de entender los problemas reales de manera
personal y profunda, las metas que buscar, /os
medios para alcanzarlas, la patética urgencia de
la situación actual. Son ellos los entendidos.
Sus antecesores ya no lo son; estan acabados;
ya no están sometidos al impacto directa de la
situación.
E! peculiar clima cultural de Londres a media-
dos de los años cincuenta, sometido como esta•
ba a la mfluencia del ex1stenc1alismo pans1ense,
no sólo configuro dec1s1vamente el espiritu del
movimiento brutalista británico, smo que con-
tribuyó también a tomentar esa polémica del
Team X con la que tan estrechamente asociado
estaba. A este respecto, e! merito hay que atn-
bulrselo al fotógrafo Nigel Henderson, cuyas ta-
tos de !a vida calle1era londinense fueron ex-
puestas por los Smithson en Aix•en-Provence, y
cuya percepción y estilo de vida desempeñaron
un papel crucial en e! modelado de la sensibili-
dad de los Sm1thson. El hecho de que esta sen-
sibilidad fuera en última instancia contrana a
las implicaciones de tábula rasa de la malla
propuesta por le Corbus1er en los C!AM -que
se seguia propagando todavia en 1952- ha de
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