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esa energía hara mucho por convertir la tradi• artificial que pretendía albergar- só!o podría te- ción y la abstracción. Surge así la cuestión de s, 1,
ción Japonesa en algo nuevo y creativo. ner un éxito limitado parece que fue reconocido el uso de tales métodos puede provocar el ale-
por el propio Mayekawa cuando en 1965, en un 1am1ento de las realidades humanas. {... ) La ar-
La generación anterror -la de los nacidos a pnn- texto titulado Pensaimentos sobre la civilización ·qwtectura moderna debe recuperar sus rudi-
ciptos de siglo, como Mayekawa y Sakakura- en la arquitectura, llegó a la a!ecc·1onadora con- mentos, sus prmcip,os fundamentales como
continuaba haciendo aportaciones significati- clusión de que: una arquitectura humana. Mientras que la cien•
vas, aunque menos espectaculares, mientras la c1a y la mgemeria son productos del cerebro
obra teónca de Mayekawa desafiaba eficazmen- La arquitectura moderna está y debe estar di- humano, la arquitectura moderna y las C1Uda-
te toda la onentación de la arquitectura del si- rectamente basada en /os continuos logros de des modernas que se construyen tienden a ser
glo xx y su vinculo fatal con la rnstrumentalidad la c1enc1a, la tecnolog1a y la ingemena moder- inhumanas. Lo que ha nublado los pnnc1p10s
de Occidente. Tanto el Museo de Arte Moderno nas. ¿Por que entonces suele convert1rse tan a · '. bas1cos de la arqwtectura moderna y Jo que
está distorsionando el sentido de su misión es
el sistema ético actual que regula la acción hu-
mana, y el sistema de JUICIOS de valor que se
oculta tras ese sistema ético. Esos entenas et1-
cos y de valores son las fuerzas que están im-
pulsando la civilización moderna, pero también
están arrasando la dignidad humana y ndicu/i-
zando la Declaración de los Derechos Humanos.
La conclusión de la tragedia no es nada sene,*
/la. Hemos de volver a los comienzos de la c,vr-
lización occidental y descubnr s1 el poder de
provocar seme1ante revolución ética puede en•
contrarse realmente en el inventana de la pro-
pia c,vilización occidental. Si no, hemos de bus-
carlo, Junto con Toynbee, en Onente, o tal vez
en Japón.
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terencIas Leith, pronunciadas en 1955 por Pevs- la exasperada afirmación de James Stírling:
En enero de 1950, yo compartía estudio con ñanza obligatoria hasta la edad de quince años·· ner baJo e! titulo general de 'La esencia mglesa ,,Reconozcámosla, William Morns era sueco. 11
mis estimadas colegas Bengt Edman y Lennart y la tey de nuevas ciudades de 1946. Esta !egis: del arte inglés', reafirmaron públicamente !a La precisión objetiva de esta afirmación no de•
Holm. Estos arquitectos estaban diseñando por !ación fue el instrumento eficaz de un extenso irregularidad pintoresca como esa esencia ver- beria hacemos perder tiempo en ello; lo tras-
entonces una casa en Uppsa/a. Observando sus programa gubernamental de edificación que dadera de !a cultura británica. Esta versión hu- cendental es la verdad emoc10nal como rechazo
dibu10s fes llame, en un tono levemente sarcas• dio como resultado la construcción de unas manizada del Movimiento Moderno llego inclu- total del estilo de todas las formas de la arqui-
t1co, ·neobrutalistas' (forma sueca de 'nuevos 2.500 escuelas en una década, y la aprobación so a ser propagada bajo el título de 'E! nuevo tectura del bienestar. La revitalización de Wif-
brutalistas'). El verano s1gwente, en una fiesta de diez nuevas ciudades que habnan de cons- humanismo' en un editorial de The Archítectu- liam Moms, los 'detalles populares' o cualqwe-
con algunos amigos ingleses -entre Jos que se truirse siguiendo el modelo de la ciudad iardin ral Rev1ew. ra que fuese el término comunmente empleado
encontraban Michae/ Ventns, Oliver Cox y Grae- de Letchworth, con poblaciones entrf! tos El Festival de Gran Bretaña sirvió en 1951 para satirizar los intentos de reavivar las téc-
me Shankland-, ef termino se menc10no en 20.000 y los 69.000 habitantes. para dar a esta política cultural tan poco exi- nicas constructivas del ladrillo propias del si-
tono ,1ocoso. Cuando v1s1té a estos mismos ami- Salvo organismos precoces como el conseI0 gente una dimensión progresista y moderna, glo x,x, con sus ventanas pequeflas y arquea•
gos en Londres el año pasado, me dijeron que regmnal de Herttordshire -que, ba_¡o !a dire·c- parodiando para ello la 1conografia heroica de das, quedó dignificado en alguna ocasión con
se habían llevado la palabra de vuelta a Inglate- ción de C.H. As!in, iba a ser pionero en la preta- los constructivIstas soviéticos. Sus dos s1mbo- el grandioso título de 'El nuevo humamsmo',
rra, que se habia extendido como un reguero bncación sistemática de escuelas-, buena parte !os mas potentes, el Skylon (de Phi!ip Powell y que era una adaptación de un título inventado
de pólvora y que, de un modo algo asombroso, de este trabaJo se llevó a cabo s1gwendo el gus- John Hidalgo Moya) y la 'cúpula del descubri- (por The Architectural Rev1ew) para el abando-
habia sido adoptada por cierta facción de los to neogeorgiano ·s1mp!ificado' del arquitecto miento' (de Ralph Tubbs), no representaban no sueco de la arquitectura moderna: el nuevo
arqwtectos jóvenes ingleses. municipal medio, o bien en e! denominado 'es- con su retórica estructural nada más trascen- empirismo.
tilo contemporaneo·, que tomaba como modelo dente que el 'circo' de una forma de vida a !a
Hans Asplund la arquitectura oficia! de ese estado del bienes- que presumiblemente pronto se le summtstraría En la medida en que el Brutalismo englobaba
Carta a Eric de Man~, Architectural Rev1ew, tar tan arraigado ya en Suecia. La sintaxis de el 'pan'. No es que !a exposición careciese de una tendencia 1dentificablemente pal!adiana, su
agosto de 1956 este estilo -que presumiblemente se considera- contenido, sino que dicho contenido se presen- respuesta al 'nuevo humanismo' de The Archi-
ba suficientemente 'popular' para la realización taba de manera gratuita. tectural Review consistió en reafirmar el anti-
de la reforma socia! inglesa- comprendía una Aunque la obra de Edman y Holm pueda ha- guo humanismo que, por otro lado, siempre ha-
arquitectura de cubiertas de poca inclinación, ber suscitado la invención del término ·nuevo bia estado latente en el Mov1m1ento Moderno
Tras la H Guerra Mundial, Gran Bretafla no po- muros de ladrillo, emutas cerradas con tablas brutalismo' fue en Inglaterra y no en Suecia don- antenor a la guerra. La publicación en 1949 del
seIa ni los recursos materiales ni la necesaria verticales y ventanales más o menos cuadrados de surgió la reacción radical que la expresión libro de Rudolf Wittkower Architectural Princi-
convicción cultural para .1ustificar forma alguna con carptntena de madera, esta última al natu- denota. El populismo gratificante del Festiva! de pies m the Age of Humamsm tuvo el inespera-
de expresión monumental. En todo caso, la ten- ra! o pintada de blanco. Todo esto -los llama- Gran Bretaña tue rechazado categóricamente do etecto de llamar la atención de la generación
dencia de posguerra iba en la dirección opues- dos 'detalles populares'- llego a ser, con algu- por Alisan y Peter Smithson, los primeros deten- en alza sobre la metodolog!a y los fines de Pa-
ta, puesto que en arquitectura, como en otras nos añadidos locales, e! vocabulario heredado sores del espíritu brutalista, quienes teman entre lladio. En otro terreno, los brutalistas respon•
cuestiones, Gran Bretaña estaba en las etapas de los arquitectos de 1zquierdas del London sus simpatizantes y colegas a buena parte de la dían al reto de los 'detalles populares' haciendo
finales de su renuncia a !a identidad 1mpena!. County Council (LCC, !a admm1stración metro- generación de la inmediata posguerra, incluyen- una reterencia directa a las ratees antropo!ó•
Aunque la mdependenc1a de !a India 1mció la politana de la capital bntanica), y logro una do a Alan Co!quhoun, William Howell, Co!in St. gIcas de la cultura popular, al tiempo que re-
desintegración de! lmpeno en 1945, el conflicto aceptación aún mayor gracias a !a mfluenc1a de John Wilson y Peter Carter, todos los cuales chazaban categóncamente la respetabilidad
entre clases que tan amargamente había dividi- los directores mas activos de The Architectural estaban trabaJando en !os primeros años cin- pequeñoburguesa del emp1rlsmo sueco. Este
do e! paIs durante la Gran Depresión quedó pa- Rev1ew, J.M. Richards y Nikolaus Pevsner, quie- cuenta para el departamento de arquitectura del esteticismo antropológico (estrechamente rela-
liado en parte por los programas de asistencra nes, habiendo abogado primero por una arqui- LCC sin seguir la 'linea sueca'. Reyner Banham cionado, como impulso, con el culto antiartist1-
social del gobierno labonsta de Att!ee. La re- tectura 'estnctamente moderna, empezaron a describia así esta situación: co al art brut profesado por el pintor Jean Du·
construcción social de posguerra tuvo su 1mpul- optar a prmcIpIos de los años cincuenta por un buffet) puso a los Smithson en contacto a
so en dos importantes leyes parlamentanas: la enfoque menos riguroso con respecto a la crea- El aspecto negativo de la actitud de la genera- pnnc1pios de los años cincuenta con la persona-
ley de educación de 1944, que amplió la ense- ción de la forma construida. Las llamadas con- ción 1oven puede resumtrse perfectamente en lidad excepcional del totograto Nigel Hender-
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