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neumatologÍa

- Doctrina del Espíritu


Santo
Licenciatura en

TEOLOGÍA
RESUMEN
1 -UNAINTRODUCCIÓN AL ESTUDIO DEL ESPÍRITU SANTO
1.1. EL OBJETIVO DEL ESTUDIO
1.2. LA IMPORTANCIA DE NUESTRO ESTUDIO
2 -LADIVINIDAD DEL ESPÍRITU SANTO
2.1. LA TRINIDAD
2.2. LA DIVINIDAD DEL ESPÍRITU SANTO
3 -LAPERSONALIDAD DEL ESPÍRITU SANTO
3.1. EL ESPÍRITU SANTO ESTÁ ASOCIADO AL PADRE Y AL HIJO
3.2. EL ESPÍRITU SANTO TIENE TODOS LOS ATRIBUTOS DE UNA PERSONA
4 LADOCTRINA DEL ESPÍRITU SANTO EN EL ANTIGUO TESTAMENTO
4.1. LA PERSONA DEL ESPÍRITU SANTO EN EL ANTIGUO TESTAMENTO

4.2. EL ESPÍRITU SANTO EN LA CREACIÓN


4.3. LA OBRA DEL ESPÍRITU SANTO EN LA SALVACIÓN
4.4. LA OBRA DEL ESPÍRITU SANTO EN LA REVELACIÓN

4.5. LOS DONES ESPECIALES DEL ESPÍRITU SANTO EN EL ANTIGUO TESTAMENTO


4.6. LAS PROFECÍAS SOBRE EL ESPÍRITU SANTO EN EL ANTIGUO TESTAMENTO

5 LAOBRA DEL ESPÍRITU SANTO EN RELACIÓN CON CRISTO


5.1. LA NECESIDAD DE SER UNGIDO
5.2. ETAPAS DE LA ACTIVIDAD DEL ESPÍRITU SANTO EN RELACIÓN CON CRISTO
6 LAOBRA DEL ESPÍRITU SANTO EN LA INSPIRACIÓN
6.1. INSPIRACIÓN
6.2. INSPIRACIÓN VERBAL
6.3. INSPIRACIÓN VERBAL PLENARIA

6.4. LA LIMITACIÓN DE LA INSPIRACIÓN


7 -LASFIGURAS SIMBÓLICAS DEL ESPÍRITU SANTO
7.1. POMBA
7.2. ACEITE Y ACEITE DE OLIVA
7.3. AGUA
7.4. VINO
7.5. FUEGO
8 -LAOBRA DEL ESPÍRITU SANTO EN LA GRACIA COMÚN (I)
8.1. RESTRICCIÓN DE LA DEPRAVACIÓN
8.2. ILUMINACIÓN DE LOS INCRÉDULOS
8.3. REGALOS ESPECIALES
8.4. INFLUENCIAS ESPECIALES

9 LAOBRA DEL ESPÍRITU SANTO EN LA GRACIA COMÚN (II)


9.1. CONVICCIÓN
9.2. INFLUENCIAS ESPIRITUALES
9.3. LA FINALIDAD DE LA GRACIA COMÚN
10 -LAOBRA PREPARATORIA DEL ESPÍRITU EN LA SALVACIÓN
10.1. CONCIENCIA
10.2. ILUMINACIÓN
10.3. CONVICCIÓN
10.4. EL DESEO DE LOS MEDIOS DE GRACIA
11 -LAOBRA DEL ESPÍRITU SANTO EN LA REGENERACIÓN
11.1. LA NECESIDAD DEL NUEVO NACIMIENTO
11.2. LA NATURALEZA DEL NUEVO NACIMIENTO
11.3. EL AGENTE DE LA REGENERACIÓN
11.4. EL FRUTO DE LA REGENERACIÓN
12 -LAINHABITACIÓN DEL ESPÍRITU SANTO
12.1. LA DOCTRINA BÍBLICA DECLARADA

12.2. UNA FALSA VISIÓN


12.3. DOCTRINA BÍBLICA PROBADA

12.4. PROBLEMAS RESUELTOS

13 -ELTRABAJO DEL ESPÍRITU EN LA SEGURIDAD


13.1. LA DOCTRINA DE LA SEGURIDAD
13.2. LA OBRA DEL ESPÍRITU EN LA SEGURIDAD
14 -EL CONSOLADOR
14.1. QUÉ ES COMFORT
14.2. CÓMO EL ESPÍRITU SANTO CONSUELA A LOS CREYENTES
15 -ELESPÍRITU SANTO DE LA PROMESA
15.1. EL ESPÍRITU SANTO COMO SELLO34 ................................................................................................
15.2. EL ESPÍRITU SANTO COMO PRENDA35 .............................................................................................
16 -ELESPÍRITU SANTO COMO MAESTRO
16.1. LA INSPIRACIÓN DE LA BIBLIA
16.2. REGENERACIÓN
16.3. VIDA CRISTIANA

17 -LLENARSE DEL ESPÍRITU SANTO


17.1. QUE NO ES ESTAR LLENO DEL ESPÍRITU
17.2. QUÉ ES ESTAR LLENO DEL ESPÍRITU
17.3. CONDICIONES PARA ESTAR LLENO DEL ESPÍRITU
17.4. LOS RESULTADOS DE ESTAR LLENO DEL ESPÍRITU

18 -ELFRUTO DEL ESPÍRITU


18.1. LA FUENTE DE LOS FRUTOS DEL CRISTIANO

18.2. LA IMPORTANCIA DEL "FRUTO DEL ESPÍRITU"


18.3. LA NATURALEZA DEL "FRUTO DEL ESPÍRITU"
18.4. LA UNIDAD DEL "FRUTO DEL ESPÍRITU"
19 -SECRETOSCONTRA EL ESPÍRITU SANTO
20 -ELBAUTISMO EN EL ESPÍRITU SANTO
20.1. PRINCIPALES PRUEBAS DEL BAUTISMO EN EL ESPÍRITU SANTO
20.2. OTRAS PRUEBAS DEL BAUTISMO EN EL ESPÍRITU SANTO

21 -DONES DEL ESPÍRITU


21.1. DEFINICIÓN DE LOS DONES ESPIRITUALES
21.2. TIPOS DE DONES ESPIRITUALES
21.3. LA FUENTE DE LOS DONES ESPIRITUALES
21.4. ¿A QUIÉN SE LE HAN DADO LOS DONES DEL ESPÍRITU ?
21.5. LA REGULACIÓN DE LOS DONES DEL ESPÍRITU
21.6. EL PELIGRO DE LOS DONES ESPIRITUALES
22 -LOS REGALOS TEMPORALES
22.1. LOS NUEVE DONES ESPIRITUALES
1 -UNA INTRODUCCIÓN AL
ESTUDIO DEL ESPÍRITU SANTO

Al comenzar nuestros estudios sobre la persona y la obra del Espíritu Santo,


es importante que tengamos actitudes adecuadas. Si realmente disfrutamos del
estudio de la Palabra de Dios, recordémoslo:
1. Reza para que el Espíritu Santo nos enseñe. Juan 14:26; 1 Corintios 2:11-
13.
2. Someternos a las Escrituras como nuestra única regla de fe y práctica.
Especialmente en el estudio de la obra del Espíritu Santo, donde muchos
han hecho de su propia experiencia la autoridad final. Otros afirman, en
nombre del Espíritu Santo de Dios, haber recibido revelaciones
extrabíblicas. II Timoteo 3:16-17, Isaías 8:19-20; Mateo 15:9.
3. Creer que Dios quiere que entendamos las doctrinas de su Palabra. La
existencia de enseñanzas contradictorias entre los distintos grupos
religiosos no debe considerarse nunca para poder decir que la Biblia es
demasiado oscura para ser interpretada con precisión. Nuestro Salvador
nos ha prometido que el Espíritu nos guiará a toda la verdad. II Timoteo
2:15; Hechos 17:11-12; Juan 16:13.
4. Recordemos que debemos comenzar el estudio de la Palabra de Dios con
humildad. La Biblia no contiene todo lo que queremos, sino todo lo que
debemos saber. Hay verdades reveladas (por ejemplo, la interrelación de la
Trinidad), que deben ser creídas, aunque no puedan ser completamente
comprendidas por el hombre mortal. Deuteronomio 29:29; Job 11:7; II
Pedro 3:15-16.
5. Deseo de crecer espiritualmente mientras aprendemos. El conocimiento por
sí solo sólo produce orgullo. Es triste pensar que algunos pueden estudiar
sobre el Espíritu Santo, pero no están llenos del Espíritu Santo y sus vidas
no producen el Fruto del Espíritu. I Pedro 2:2; I Corintios 8:1; Santiago
1:22.

1.1. El objetivo del estudio


El objetivo de nuestro estudio es la tercera persona del Dios Trino. Puede ser
útil que empecemos por ver los títulos atribuidos a esta Persona Divina.
A. El Espíritu (Romanos 8:23). La palabra "espíritu" es la traducción del
Antiguo Testamento de la palabra hebrea ruach y la traducción del Nuevo
Testamento de la palabra griega pneuma. Estas palabras también se traducen como
"viento" (Salmo 1:4; Juan 3:8). Estas palabras también pueden referirse al espíritu
humano (I Tesalonicenses 5:23), a los ángeles (Hebreos 1:7) o a la naturaleza de
Dios (Juan 4:24). La idea central es la del poder invisible. El Espíritu Santo, sin
embargo, es una Persona Divina y nunca debe ser visto como un espíritu creado
(que niega su divinidad) o, como la mera presencia o poder de Dios (que niega su
personalidad).
B. El Espíritu Santo (Lucas 11:13). Se le llama Espíritu Santo porque:
1. Su naturaleza es eterna y esencialmente santa.
2. Él es el autor de toda santidad en el hombre.
C. El Consolador (Juan 14:16).
D. Títulos que revelan su relación con el Padre: Espíritu de Dios (Mateo 3:16),
Espíritu del Señor (Lucas 4:18), Espíritu del Señor (Jehová, Jueces 3:10) y Espíritu
de tu Padre (Mateo 10:20).
E. Títulos que revelan su relación con el Hijo: Espíritu de Cristo (Romanos
8:9), Espíritu de Jesucristo (Filipenses 1:19) y Espíritu de su Hijo (Gálatas 4:6).
F. Títulos que revelan sus atributos: Espíritu eterno (Hebreos 9:14), Espíritu
de santificación (Romanos 1:4) y los Siete Espíritus (Apocalipsis 3:1). [Esto muestra
su perfección].
G. Títulos que revelan su obra: Espíritu de verdad (Juan 14:17), Espíritu de
vida (Romanos 8:2), Espíritu de gracia (Hebreos 10:29) y Espíritu de adopción
(Romanos 8:15).
Hay aproximadamente cincuenta títulos atribuidos al Espíritu Santo en la
Biblia y cada uno de ellos nos revela un aspecto de su persona o de su obra.

1.2. La importancia de nuestroestudio


El estudio del Espíritu Santo de Dios es importante debido a Quién es, lo que
ha hecho y lo que aún hará.
A. Su Persona - El Espíritu Santo es Dios y lo que se conoce verdaderamente
de Dios es el fundamento de la religión.
B. Su trabajo. Aunque el mundo parece asociar al Espíritu Santo sólo con el
fanatismo religioso, Él permanece activo en todos los ámbitos de la vida. Él es el
Creador, también actúa en la providencia, en la naturaleza, en la política, en los
talentos humanos, en la salvación y en el crecimiento espiritual. Él inspiró la Biblia
y ahora ilumina nuestras mentes para que podamos entenderla.
Su venida al mundo era tan necesaria para nuestra salvación como la venida
de Cristo. Sin el Espíritu nuestra religión está vacía y no tenemos ninguna prueba
de nuestra salvación (Romanos 8:9). El Espíritu Santo nos da vida física, espiritual
y resucitada (Job 33:4; Juan 3:5; Romanos 8:11) El Espíritu Santo es el autor de
todo lo que es bueno y agradable en nuestra existencia (Gálatas 5:19-22).

2 -LA DIVINIDAD DEL


ESPÍRITU SANTO
En el estudio de la divinidad del Espíritu Santo encontramos una tendencia
moderna que busca minimizar la importancia de las doctrinas. En ninguna parte es
tan peligrosa esta apatía hacia las doctrinas, excepto cuando tiene en vista el
conocimiento de Dios. Errar en relación con la doctrina sobre cualquier Persona de
Dios es lo mismo que pervertir la doctrina de la Trinidad, perdiendo así la pureza
del verdadero conocimiento que proviene del verdadero Dios. No hay salvación ni
servicio cuando no hay un conocimiento puro sobre la Persona de Dios (Jer
9:23,24; Juan 17:3; Daniel 11:32; Oseas 6:6).
El estudio de la persona de Dios es la actividad más provechosa en la que su
pueblo puede ocuparse (Fil 3:8). Ninguna otra cosa expande nuestras mentes
mientras nos humilla. Cuando aprendemos de Dios, nuestra comunión con Él se
fortalece y nuestro corazón se tranquiliza (Job 22:21). Saber que tenemos
el Espíritu Santo que habita en nosotros recibimos la alegría y la confianza de Dios.
Estas verdades deben alentar nuestra fe ( I Juan 4:4) y provocar el repudio
del pecado (I Cor 6:18,19). Que Dios use esta lección para confirmar esta gran
verdad de la deidad del Espíritu Santo.

2.1. La Trinidad
La Biblia nos enseña que, aunque hay un solo Dios (Deuteronomio 6:4), hay
tres personalidades en la Divinidad (Mateo 28:19; I Juan 5:7). En este estudio de la
deidad del Espíritu Santo sería útil que recordáramos la relación entre las Personas
del Dios Trino.
A. Dios Espíritu Santo - Teológicamente hablamos del Espíritu Santo como la
Tercera Persona de la Trinidad y es Él quien procede del Padre y del Hijo (Juan
15:26; Salmos 104:30; Gálatas 4:6; Filipenses 1:19). "Procesión eterna" esta frase se
utiliza para describir la relación del Espíritu Santo con el Padre y el Hijo.
B. Dios Hijo - Jesucristo es el Hijo unigénito del Padre. Cristo siempre ha sido
el Hijo del padre (Gálatas 4:4; Juan 3:16; Isaías 9:6). "Generación eterna" esta frase
se utiliza para describir la relación del Hijo entre el padre. Teológicamente
hablamos de Cristo como la Segunda Persona de la Trinidad.
C. Dios Padre - El Padre no "procede de" ni es "engendrado" por nadie y por
eso hablamos de Él como la Primera Persona de la Trinidad. Debemos recordar que
estos términos nunca pueden implicar inferioridad respecto a las Personas Divinas.
Aunque no se entiendan mentalmente estas relaciones con nosotros, hay que
aceptarlas o pronto nos alejaremos de la doctrina del trinitarismo hacia el
unitarismo. Quizás sería bueno que concluyéramos esta parte del estudio con una
cita de la antigua Confesión de Fe de los Bautistas de Filadelfia:
"En este Ser divino e infinito hay tres Personas, el Padre, el Verbo (Hijo) y el
Espíritu Santo, de una sola sustancia, poder y eternidad, teniendo cada uno toda la
esencia divina, sin dividirla: El Padre no es engendrado ni procede de él; el Hijo es
eternamente engendrado del Padre; el Espíritu Santo procede del Padre y del Hijo;
totalmente infinito, sin principio, por lo tanto un solo Dios, que no está dividido en
su naturaleza ni en su ser, sino que se distingue por propiedades peculiares y
relativas, y por relaciones personales; cuya doctrina, sino la de la Trinidad, es el
fundamento de toda y cualquier comunión con Dios, y de la cómoda dependencia
en Él."

2.2. La divinidad del Espíritu Santo


Las pruebas de la divinidad del Espíritu Santo pueden dividirse en cinco
categorías.
A. El Espíritu Santo es llamado Dios - (Hechos 5:3-4, 9; I Corintios 3:16;
Efesios 2:22; II Corintios 3:17). El Espíritu se llama Adonai (compárese Hechos
28:25 con Isaías 6:8-9). El Espíritu se llama Jehová (compárese Hebreos 10:15-16
con Jeremías 31:31-34).
B. El Espíritu Santo está asociado con el Padre y el Hijo en el mismo nivel de
igualdad - (Mateo 28:19) [Nótese que la palabra "nombre" está en el significado
singular para que el poder, la gloria y la autoridad del Padre, el Hijo y el Espíritu
Santo sea uno]. (I Juan 5:7; II Corintios 13:14).
C. Los atributos de Dios son dados al Espíritu Santo.
 La eternidad (Hebreos 9:14).
 La vida (Romanos 8:2).
 Omnipresencia (Salmo 139:7-8).
 Santidad (Mateo 28:19).
 Omnisciencia (1 Corintios 2:10).
 Soberanía (Juan 3:8; 1 Corintios 12:11).
 Omnipotencia (Génesis 1:1-2; Juan 3:5).
D. Las obras de Dios se entregan al Espíritu Santo.
 La creación (Job 33:4).
 La encarnación (Mateo 1:18).
 Regeneración (Compara Juan 3:8 con I Juan 4:7).
 La resurrección (Romanos 8:11).
 La inspiración de la Palabra de Dios (compárese II Pedro 1:21 con II Reyes
21:10).
E. La naturaleza del pecado 'sin perdón' revela la dignidad del Espíritu Santo
(Mateo 12:31-32).
La importancia de esta lección se enfatiza cuando se explica el gran número de
sectas que Satanás ha instigado para atacar la verdad de la deidad del Espíritu
Santo. Que esto nos impulse a tener más cuidado en dar al Espíritu Santo su lugar
apropiado en nuestro amor y adoración.

3 -LA PERSONALIDAD
DEL ESPÍRITU SANTO
La personalidad (es decir, la cualidad o el hecho de ser una persona) del
Espíritu Santo es un hecho descrito en la Biblia tanto como la personalidad del
Padre y del Hijo. Cuando el hombre niega esta verdad se evidencia una ceguera
satánica. Satanás, que ataca toda la verdad, ha actuado en dos frentes contra la
doctrina de la personalidad del Espíritu Santo:
A. Negación doctrinal. El antiguo hereje Arrio hablaba del Espíritu como la
"energía ejercida por Dios". Esto reduce el Espíritu de Dios a una mera muestra del
poder del Padre. Este error sigue siendo difundido por varias sectas.
B. Negación práctica. Hay muchos religiosos que, aunque no niegan la
doctrina de la personalidad del Espíritu en sus confesiones de fe, en la práctica lo
ven como un mero poder. Como la obra del Espíritu es invisible, lo confunden con
sus obras y dones. Estas personas suelen referirse al Espíritu como si fuera posible
tener "mucho" de Él. El autor recuerda una ocasión en la que un pastor bautista
dijo: "El Espíritu estaba allí con gran poder. Este hombre piadoso se corrigió
entonces diciendo: "El Espíritu estaba allí con un poder infinito y manifestaba un
gran poder". Que tengamos cuidado cuando hablemos del bendito Espíritu de Dios.
Las primeras iglesias conocían al Espíritu Santo como una Persona Divina a la
que podían seguir (Hechos 13:2) y con la que podían tener comunión (II Corintios
13:14). Debemos estar alerta para notar cuando perdemos el reconocimiento de Su
presencia y Persona.
3.1. El Espíritu Santo está asociado al Padre y
al Hijo
Es imposible entender cómo alguien puede negar la personalidad del Espíritu
y seguir teniendo sentido común con las Escrituras (Mateo 28:19; II Corintios
13:14; I Juan 5:7). Alguien mencionaría un mero "esfuerzo" en una lista de
personalidades.

3.2. El Espíritu Santo tiene todos los atributos


de una persona
 Piensa (I Corintios 2:10-11; Hechos 15:28).
 Se siente.
 Puede ser afligido (Efesios 4:30).
 Puede ser afligido (Isaías 63:10).
 Él ama (Romanos 15:30). Podemos mencionar aquí que es imposible llorar a
una persona que no nos ama.
 Ejerce la volición (poder de elección) (1 Corintios 12:11).
 Actúa.
 Él inspiró las Escrituras (II Pedro 1:21).
 Él enseña (Juan 14:26).
 Él guía (Romanos 8:4).
 Él habla (Hechos 8:29; 13:2).
 Convence (Juan 16:8-11).
 Él regenera (Juan 3:5).
 Él consuela (Juan 14:16).
 Él da testimonio (Juan 15:26).
 Él intercede (Romanos 8:26).
 Llama al ministerio (Hechos 13:2; 20:28).
 Él creyó (Job 33:4).
E. El Espíritu Santo nunca debe ser confundido con Sus dones - (I Corintios
12:4,7-11; Hechos 2:38). Todos los cristianos tienen el "don del Espíritu Santo",
pero nadie tiene toda la "diversidad de dones".
F. Cristo consoló a los Apóstoles con la promesa de la presencia de otra
persona divina en su ausencia (Juan 14:16).
La palabra 'parakletos', traducida como "Consolador" en Juan 14:16, se
traduce como "Abogado" en I Juan 2:1 y en este versículo se refiere a Jesucristo.
Jesucristo es nuestro Consolador y así sigue el Espíritu, 'otro Consolador' que
también debe ser una persona divina. La palabra griega utilizada en Juan 14:16
para "otro" es allos, que significa "otro del mismo tipo", en lugar de heteros, que
significa "otro de diferente tipo".
G. Las acciones del hombre hacia el Espíritu demuestran que es una persona
 El hombre blasfema contra el Espíritu (Mateo 12:31). La naturaleza del
pecado que no tiene perdón demuestra la personalidad del Espíritu. Es la
blasfemia contra una persona y no un poder que no tiene perdón.
 El hombre miente al Espíritu Santo (Hechos 5:3.
 El hombre tienta al Espíritu Santo (Hechos 5:9.
 El hombre se resiste al Espíritu Santo (Hechos 7:51.
 El hombre obedece al Espíritu Santo (Hechos 13:2,3.
H. Se trata de pronombres personales utilizados en referencia al Espíritu
Santo. En Hechos 13:2 se utiliza el pronombre "yo" y el verbo en primera persona
"he" en Juan 15:26; el pronombre "él" también se utiliza en Juan 16:8,13.

4 LA DOCTRINA DEL
ESPÍRITU SANTO EN EL
ANTIGUO TESTAMENTO
El valor de la obra del Espíritu Santo se acentúa si observamos su actividad
en el Antiguo Testamento. Incluso como cristianos del Nuevo Testamento, nuestra
dependencia del Espíritu Santo aumenta cuando contemplamos sus diversas obras
en la vida de los héroes de la fe del Antiguo Testamento.
Otra ventaja de ver la doctrina del Espíritu Santo en ambos Testamentos es la
revelación de la maravillosa unidad de la Palabra de Dios. Aunque la Biblia nos da
una "revelación progresiva", Pablo no contradice en ningún momento a Moisés, sino
que se remite a él para confirmar la doctrina. Tanto los escritores del Antiguo como
del Nuevo Testamento revelan que el Espíritu de Dios es el autor de toda bondad
que pueda existir en el hombre.

4.1. La persona del Espíritu Santo en el


Antiguo Testamento
Hay varias referencias al Espíritu de Dios a lo largo del Antiguo Testamento.
Aunque la doctrina de la Trinidad a veces no es muy clara en el Antiguo
Testamento, se revela la personalidad y la divinidad del Espíritu. En el primer
versículo de la Biblia (Génesis 1:1), la palabra hebrea para "Dios" se utiliza en
plural. En Génesis 1:2 se menciona expresamente al Espíritu. Dios también se
refiere a sí mismo en plural (Génesis 1:26; 11:7), y en al menos un lugar se
menciona a las tres personas de la Trinidad juntas (Isaías 48:16). Muchos de los
títulos atribuidos al Espíritu se encuentran en el Antiguo Testamento (Salmo 51:11;
Zacarías 12:10; y Job 33:4).

4.2. El Espíritu Santo enla creación


Muchas de las obras divinas se atribuyen a las tres personas de la Trinidad.
Este hecho también es cierto para la creación. Aunque el Padre y el Hijo son
reconocidos por la obra (Hechos 4:24; Juan 1:3), no se excluye al Espíritu Santo.
 Participó en la creación del universo (Génesis 1:2; Isaías 40:12-13; Job
26:13).
 Participó en la creación del hombre (Job 33:4).
 Es activo en la preservación de la naturaleza (Salmos 104:10-30; Isaías 40:7).

4.3. La obra del Espíritu Santo en la salvación


Desde la caída de Adán, el hombre ha permanecido en un continuo estado de
depravación. Sin la influencia de la gracia del Espíritu de Dios nunca ha habido un
tiempo en el que el hombre natural pudiera amar, confiar o acercarse a Dios. En
cada época el Espíritu debe convencer (Génesis 6:3), vivificar (Salmos 119:25),
iluminar (Salmos 119:27) y conducir el alma a Dios (Salmos 65:3-4). El Espíritu
Santo siempre ha sido el guía y el maestro del pueblo de Dios (Nehemías 9:20).
La creencia de que algunos de los creyentes del Antiguo Testamento no tenían
el Espíritu Santo debe ser rechazada. Nadie puede negar que el día de Pentecostés
trajo una nueva era del Espíritu (Juan 7:37-39; 14:16-17; Hechos 1:8), pero hay
que asegurar que nunca hubo un hijo de Dios que estuviera desprovisto del
Espíritu. La carne nunca puede producir un cristiano (Juan 3:3-6; Romanos 8:7,8).
En Proverbios 1:23. La Sabiduría promete derramar su Espíritu sobre aquellos que
hacen caso a su reprimenda. Mientras Cristo enfatizaba el futuro descenso del
Espíritu, era cauto al afirmar que el Espíritu Santo ya estaba con los discípulos
(Juan 14:16- 17).
Otro error que a veces se escucha es la enseñanza de que los creyentes del
Antiguo Testamento podían perder el Espíritu. Algunos han usado el caso de Saúl
(1 Samuel 16:14) para probar esta enseñanza, pero estos están confundiendo la
obra del Espíritu Santo en la salvación con Su obra en equipar a los hombres para
el servicio de Dios. El Espíritu Santo viene a los hombres y sale de ellos de diversas
maneras, pero nunca en relación con la salvación. Sugerir esto equivale a negar la
seguridad que tiene el pueblo de Dios (Salmos 37:24).

4.4. La obra del Espíritu Santo en el Apocalipsis


De la misma manera que Cristo prometió que el Espíritu Santo sería nuestro
maestro, el Espíritu Santo enseñó a los creyentes del Antiguo Testamento.
 Inspiró a los profetas (II Samuel 23:2; Ezequiel 2:1-2; Miqueas 3:8).
 Él inspiró las Escrituras del Antiguo Testamento (II Pedro 1:21; Hechos 1:16).
 Instruyó al pueblo de Dios (Nehemías 9:20).

4.5. Los dones especiales del Espíritu


Santo en el Antiguo Testamento
A. Dones políticos (Génesis 41:38; Números 11:25; 27:18). Fue el Espíritu de
Dios quien dio a Israel sus líderes.
B. Regalos morales.
 Valor (Jueces 6:34; 11:29).
 Indignación (I Samuel 11:6).
C. Dones físicos.
 Fuerza (Jueces 14:6; 15:14).
 Capacidad mecánica (Éxodo 31:2-5).
Todo esto debería enseñarnos el significado de Zacarías 4:6. Sin el Espíritu de
Dios no podemos ofrecer ningún servicio a Dios.

4.6. Las profecías sobre el Espíritu Santo en el


Antiguo Testamento
A menudo se estudian las profecías que se refieren a Cristo en el Antiguo
Testamento, pero no debemos olvidar las que predicen la venida y la obra del
Espíritu de Dios.
 Profecías sobre la obra del Espíritu durante el ministerio terrenal de Cristo
(Isaías 61:1-3).
 Profecías sobre la obra del Espíritu durante el reinado de Cristo (Isaías 11:1-
9).
 La profecía del descenso del Espíritu Santo en el día de Pentecostés (Joel
2:28).
 Profecías sobre la futura obra del Espíritu Santo con los judíos (Isaías 44:2-
3; Ezequiel 37:1-14; 39:28-29; Zacarías 12:10).

5 LA OBRA DEL ESPÍRITU


SANTO EN RELACIÓN CON
CRISTO
Si la interacción entre las personas de la Trinidad es siempre incomprensible,
aún más misteriosa es la relación entre el Espíritu de Dios y nuestro Señor
encarnado. El Salvador era tan Dios como hombre, cansado pero omnipotente,
ignorante pero omnisciente, capaz de un crecimiento perfecto. Cristo era
autosuficiente como Dios, pero en su humillación necesitaba ser ungido por el
Espíritu. No debemos murmurar, pues, que todas las cosas son incomprensibles,
sino alegrarnos por el misterio de la piedad (I Timoteo 3:16).
La obra del Espíritu en la vida de Cristo es muy importante haciéndose
evidente cuando consideramos que ambos títulos "Cristo" y "Mesías" significan
"ungido". Jesús es el "Cristo" porque fue preeminentemente ungido con el aceite del
Espíritu (Hebreos 1:9; Juan 3:34; Hechos 10:38).
El Antiguo Testamento tiene mucho que decir sobre Cristo como el ungido
que debe Ven:

A. En la profecía - Tenga en cuenta los siguientes versos: Salmos 45:7; 2:6 (Una
El rey judío no fue "coronado" sino "ungido" como rey), Isaías 10:27; Lucas 4:16-21;
Proverbios 8:23 (Antes de la creación nuestro Señor fue preordenado para ser el
"Cristo").
B. En Tipo:
 La flor de harina (un tipo de la carne inmaculada de Cristo) debía ofrecerse
con aceite (un tipo del Espíritu) según el libro del Levítico (Levítico 2:1 y
otros).
 Los casos de unción en el Antiguo Testamento. En el Antiguo Testamento,
los hombres eran ungidos para el cargo de profeta, sacerdote o rey. Estos
tipos se cumplieron en nuestro Salvador, el ungido de Dios.
o Profeta (Isaías 61:1-3).
o Sacerdote (Hebreos 9:14,15).
el Rey (Isaías 11:1-4; 42:1-4).

5.1. La necesidad de ser ungido


La cuestión de por qué el Hijo de Dios necesitaba ser ungido por el Espíritu
forma parte del gran misterio de la encarnación. Debemos considerar exactamente
lo que dicen las Escrituras, para no caer en vanas especulaciones.
A. El Señor al ser ungido se igualó a sus hermanos. El pacto de gracia
requiere que Cristo represente a su pueblo haciéndose siervo y tomando su
naturaleza (Filipenses 2:5-11; Hebreos 2:14, 17). De este modo, Cristo se convirtió
en el último Adán. Como los hijos de Dios dependen del Espíritu para servir, Cristo
también sirvió a Dios por el poder del Espíritu (Hechos 10:38; Isaías 61:1-3).
Marcos, que muestra a Cristo como un siervo, dice que fue dirigido por el Espíritu
(Marcos 1:12).
B. Cristo tuvo dos maduraciones. Como hombre, Cristo pudo crecer y así fue
instruido por el Espíritu de Dios (Lucas 2:40; Isaías 11:1-4). Como hombre, Cristo
fue guiado por el Espíritu (Lucas 4:1). Incluso las obras de Cristo fueron atribuidas
al Espíritu Santo (Mateo 12:28). En todo esto, Cristo nunca dejó de ser Dios aunque
sus verdaderas características humanas se manifestaran.

5.2. Etapas de la actividad del Espíritu Santo


en relación con Cristo
A. El precursor de Cristo. El Espíritu Santo dio poder a Juan el Bautista para
que realizara su trabajo como precursor de Cristo (Lucas 1:15). Incluso los padres
de Juan el Bautista estaban llenos del Espíritu Santo (Lucas 1:41, 67).
B. La concepción de Cristo. El Espíritu de Dios preparó el cuerpo humano del
Salvador en el vientre de María (Mateo 1:18-20).
C. El bautismo de Cristo. Cristo fue ungido de nuevo en su bautismo (Mateo
3:13-17). El propósito era:
 Para dar una señal de la completa satisfacción del Padre a través del Hijo
(Mateo 3:17; Salmos 45:7).
 Dar una señal a la gente (Juan 1:32-34; 6:27). Juan reconoció que Cristo
tenía el poder del Espíritu Santo (Juan 3:34).
 Equipar a Cristo para el servicio (Isaías 61:1-4).
D. La tentación de Cristo. Fue el Espíritu Santo quien llevó a Jesús a ser
tentado (Mateo 4:1; Marcos 1:12).
E. El servicio de Cristo. Las maravillosas palabras y obras de Cristo fueron
producidas por el poder del Espíritu (Hechos 10:38; Lucas 4:16-21; Mateo 12:28).
F. La muerte de Cristo (Hebreos 9:14).
G. La resurrección de Cristo (Romanos 1:4; 8:11; I Pedro 3:18).
IMPORTANTE! Esta obra, como las demás, también se atribuye al Padre y al
Hijo. Esto nos ayuda a recordar que Cristo nunca dejó de ser Dios ni de ejercer su
poder divino.
H. La glorificación de Cristo. Juan el Bautista enseñó que sólo Cristo podía
bautizar con el Espíritu (Mateo 3:11). Esto no pudo ocurrir después de la ascensión
de Cristo (Juan 7:39; Hechos 2:33). El derecho de dar el Espíritu de vida y poder
sobre su pueblo se le dio a Cristo con la condición de que hiciera su obra redentora
(Gálatas 3:13-14). [Cuando la Biblia habla de que Cristo envía su Espíritu no
debemos entender que el Espíritu no estaba presente antes de ese momento. Estas
referencias apuntan a la venida del Espíritu en el Nuevo Testamento con poder y
bendición. Nótese que en Juan 14:16,17 nuestro Señor habla de que el Espíritu
está presente y de su futura venida].
I. El Reino de Cristo viene a la Tierra. La Biblia vincula la gloria del futuro
reino de Cristo con el poder del Espíritu (Isaías 11:1-4; 42:1-4).

6 -LA OBRA DEL ESPÍRITU


SANTO EN LA INSPIRACIÓN
Hoy en día, cualquier mención del Espíritu Santo lleva a muchos a
preguntarse por los que profetizan y hablan en lenguas entre los pentecostales. Hay
multitud de personas que atestiguan tener nuevas revelaciones y dones especiales
de sabiduría y conocimiento. El autor se regocija en contraste con todo lo que
tenemos: "muy seguro, la palabra de los profetas" (II Pedro 1:19-21), que es la
Biblia. El Espíritu Santo nos ha dado una revelación tan completa en las Escrituras
que su obra es ahora "iluminación" y ya no "inspiración".
El autor se entristece al ver a los hombres tan consumidos por la afirmación
de los profetas modernos mientras que la Palabra es LA guía de la verdad. La Biblia
parece "letra muerta" para aquellos que no han orado sobre su contenido, sino que
tienen hambre de algo "nuevo". La Biblia, como gran obra de revelación del Espíritu,
es superior en todos los sentidos:
 Tradición (Mateo 15:1-9).
 Ciencia (1 Timoteo 6:20). Incluso la verdadera ciencia, que se ocupa sólo de
los hechos, no puede profundizar en áreas en las que las Escrituras han
sido claras.
 Fábulas (II Timoteo 4:4). El Libro de Mormón nos da un ejemplo de fábulas
modernas.
 Ocultismo (Isaías 8:19-20).
 Operadores de señales (Deuteronomio 13:1-3). En Hebreos 2:3-4, vemos
que las señales se usaron para confirmar la Palabra de Dios, también se
permiten señales y maravillas mentirosas para engañar a los que no aman
la verdad.
 Falsos profetas.
 Opinión (Proverbios 14:12).
La obra del Espíritu Santo en la inspiración puede resumirse en la afirmación
de que "creemos en la inspiración verbal y plenaria de las Sagradas Escrituras".
6.1. Inspiración
En II Timoteo 3:16, encontramos que la Biblia es un libro inspirado. La
palabra "inspirada" es una traducción de la palabra griega theopneustic que
significa "aliento divino". En II Pedro 1:21 aprendemos que los hombres de Dios
fueron movidos por el Espíritu como el viento mueve una barca. Incluso si las
variadas porciones de la Palabra de Dios vinieron por dictado (Éxodo 20:1), visión
(Apocalipsis 1:11), o dirección íntima (Lucas 1:1-3), está claro que todas deben ser
vistas como La Palabra de Dios (Hebreos 4:12).
La inspiración nunca debe entenderse como una mera capacidad de la
inteligencia humana. La inspiración nos asegura que cada palabra de la Biblia
representa los pensamientos del Espíritu. Esto se demuestra por las declaraciones
hechas en la Biblia (II Samuel 23:2-3; Jeremías 1:9), y también por el hecho de que
los propios profetas estudiaron sus propios escritos, para saber lo que estaban
informando (I Pedro 1:10- 12). La palabra "inspiración" subraya que las Escrituras
provienen de Dios. Muchos hablan de "hombres inspirados", pero, la Biblia fue
inspirada y no los escritores humanos.

6.2. Inspiración verbal


Cuando la palabra "verbal" se utiliza en relación con la palabra "inspiración",
implica que las propias palabras utilizadas en la Escritura son inspiradas. Enseñar
que los escritores fueron meramente ayudados por Dios o que sólo sus doctrinas
fueron inspiradas equivale a malinterpretar la doctrina de la inspiración.
Las evidencias de la inspiración verbal son muchas. Se nos asegura que el
Espíritu Santo enseñó "palabras" (1 Corintios 2:13). Nuestro Señor enseñó que cada
jota y tilde de la Escritura es correcta (Mateo 5:18). David enseñó que las "palabras"
de Yahveh son puras y se guardan (Salmo 12:6-7). Otros testificaron que la
inspiración recibida fue verbal (Jeremías 1:9; II Samuel 23:2). Pablo creía que cada
palabra de la Escritura era inspirada y esto se entiende por el hecho de que
construyó doctrinas sobre una sola letra de la Escritura (Gálatas 3:16).
IMPORTANTE! Utilizamos el término "pentecostal" como adjetivo para
referirnos no a una iglesia en particular, sino a una creencia que tiene en común
los dones. En relación con la iglesia católica, ese término sería "carismático". Otros
grupos religiosos utilizarían el término "renovación" para referirse a lo que nosotros
queremos llamar "pentecostal".

6.3. Inspiración verbal en sesión plenaria


El adjetivo "pleno" significa "completo" y deduce que la Biblia es toda ella
inspirada. La Biblia no contiene la Palabra de Dios en algunos lugares, pero es la
Palabra de Dios en su totalidad. Así lo afirma II Timoteo 3:16: "Toda la Escritura es
de inspiración divina".
La Biblia está inspirada verbalmente y se ve plenamente por la posición del
Señor Jesús y sus Apóstoles. Cristo utilizó todas las partes del Antiguo Testamento
en su enseñanza (Lucas 24:27), y citó libros como Jonás y Daniel que son atacados
por los críticos de hoy. En Hechos 1:16 y 4:24-25 se hace referencia al Libro de los
Salmos como la Palabra de Dios. El apóstol Pablo cita a Moisés y a Lucas como
autoridades (1 Timoteo 5:18). En II Pedro 3:15-16, encontramos que Pedro
considera las escrituras de Pablo como "Escritura". La iglesia primitiva no
conocía la "inspiración por grado" o porciones "no inspiradas" de la Biblia. La
Biblia, toda ella, debe creerse "inspirada por Dios".
6.4. La limitación de la inspiración
Tan importante como la inspiración verbal de la Escritura, es asegurarse de
que sólo la Escritura es inspirada. Ampliar la inspiración más allá de la Biblia, para
hoy, significa socavar las verdades de la Biblia como revelación completa. Tenemos
la advertencia de no aumentar nada en la Palabra de Dios (Apocalipsis 22:18). Las
afirmaciones de todo profeta moderno son ataques contra la propia Palabra de Dios.
Algunos han declarado que enfatizar la obra del Espíritu Santo es promover el
fanatismo. Esta falsa conclusión ha sido provocada por aquellos que ven la
revelación del Espíritu Santo fuera de las Escrituras. Cuando uno entiende que el
Espíritu Santo ha completado su trabajo en la inspiración, y ahora está involucrado
en la apertura de los corazones a la comprensión de las Escrituras, se libera de su
error.

7 -LA SFIGURAS SIMBÓLICAS


DEL ESPÍRITU SANTO
Alguien dijo una vez que la enseñanza adecuada "convierte los oídos de los
hombres en ojos". Esto se ejemplifica en la Biblia mediante tipos, parábolas,
comparaciones y metáforas. Las verdades espirituales se presentan en una
multitud de figuras terrenales.
La persona y la obra del Espíritu Santo se ilustran en la Escritura con
diversas figuras simbólicas. Estas figuras simbólicas pueden ser objetos, personas o
acontecimientos que prefiguran otro objeto, persona o acontecimiento. En esta
lección queremos examinar algunas de estas figuras simbólicas del Espíritu Santo.
Hay que recordar que hay cifras que pueden especificar más de una persona o
evento.

7.1. Paloma
En Juan 1:32, encontramos al Espíritu tomando la forma de una paloma. Las
características de la paloma la convierten en un tipo apto del Espíritu, que son su
belleza, su mansedumbre, su limpieza y la característica de que se perturba
fácilmente (Efesios 4:30). La paloma también es inofensiva (Mateo 10:16) y
tranquila. Otras referencias en la Escritura donde se utiliza este tipo son las
siguientes:
 Génesis 1:2, pues se ve al Espíritu acariciando la creación como un pájaro
sobre su nido.
 Génesis 8:6-12, una paloma es liberada del arca por Noé. Aquí encontramos
al menos dos figuras del Espíritu Santo.
o La paloma, no como el cuervo, se negó a permanecer fuera del arca,
donde no se podía encontrar un lugar limpio. Es evidente que el
Espíritu sólo mora en aquellos que han sido lavados por la sangre de
Cristo.
o La paloma trajo una hoja de olivo como signo de esperanza para los
que estaban en el arca. Esto prefigura al Espíritu que trae la
seguridad de la salvación a los que están en Cristo.
IMPORTANTE! Es interesante señalar que el cuervo era un ave abominable
(Levítico 11:15). Las aves también se utilizan en las Escrituras como figuras de
espíritus demoníacos (Mateo 13:4, 19; Apocalipsis 18:2).

7.2. Aceite de oliva yaceite de oliva


El aceite de oliva (aceite de oliva) era un artículo de gran importancia en
Palestina, utilizándose como alimento, medicina, iluminación y unción. Es un tipo
constante del Espíritu Santo tanto en el Antiguo como en el Nuevo Testamento.
 En Éxodo 40:9-11, aprendemos que el tabernáculo y los muebles debían ser
ungidos con aceite. Como el tabernáculo era una figura de Cristo, el aceite
representaba a Cristo siendo ungido por el Espíritu.
 En Éxodo 27:20-21, observamos que el interior del tabernáculo se
iluminaba con aceite de oliva. Dado que las pertenencias eran imágenes de
Cristo, la interpretación es fácil. Sin la iluminación del Espíritu de Dios
nadie podría ver las glorias de nuestro Salvador.
 En Levítico 14:14-18, aprendemos que en la limpieza de una lepra se
utilizaba tanto sangre como aceite. Esto revela que: cuando uno se
convierte y se cura del pecado, operan tanto la sangre de Cristo como la
persona del Espíritu Santo.
 Los profetas, sacerdotes y reyes ungidos prefiguran a Cristo como nuestro
profeta, sacerdote y rey.
 En Levítico 2:1, encontramos la flor de harina (un tipo de la carne
inmaculada de Cristo) que fue ungida con aceite (un tipo del Espíritu
Santo).
 El aceite se asocia a menudo en la Biblia con la curación (Isaías 1:6; Lucas
10:34; Marcos 6:12-13). El Espíritu Santo cura espiritualmente.

7.3. Agua
El agua es un tipo común del Espíritu Santo en la salvación. El espacio nos
prohíbe profundizar en este tipo como nos gustaría:
 El agua es la fuente de la vida. Sin agua, este mundo sería un cementerio
desolado y reseco. Asimismo, es la presencia del Espíritu la que da vida y
fruto espiritual a nuestras vidas (Gálatas 5:22; Isaías 44:3; Hechos 2:17).
 La tierra tiene abundancia de agua. Los redimidos también tienen un
suministro abundante del poder del Espíritu (Juan 7:38).
 El agua es necesaria para la limpieza. Es el Espíritu quien limpia nuestros
corazones en el momento de la regeneración y continúa limpiándonos
mientras nos acercamos diariamente a nuestro Padre celestial (Tito 3:5;
Éxodo 29:4).
 El Espíritu Santo es comparado con el agua viva que sale de una corriente
constante. Él es en todo sentido superior a los pozos y estanques de este
mundo. Mientras que los placeres de esta vida se desvanecen y terminan, el
Espíritu de Dios sigue siendo una fuente interna de vida y disfrute (Juan
4:14; 7:37- 39).
7.4. Viento
El viento es una clase especial del Espíritu porque la palabra "espíritu"
también puede traducirse como "viento". Nuestro Señor utiliza el viento como tipo
del Espíritu (Juan 3:8).
 El viento es invisible en su trabajo (Juan 3:8). Cristo reveló así la insensatez
de relacionar la regeneración con signos visibles como el bautismo.
 El viento no es controlado por los hombres (Juan 3:8). El Espíritu Santo es
soberano en sus operaciones.
 La presencia del viento se conoce por su influencia (Juan 3:8). Del mismo
modo, la presencia del Espíritu Santo se conoce por su influencia en los
corazones.
 El viento es poderoso (Hechos 2:1-2). El Espíritu Santo puede romper el
corazón más duro.
 Al igual que el viento mueve un barco de vela, el Espíritu de Dios movió a
los que escribieron las Escrituras (II Pedro 1:21).
 Así como un viento seco puede marchitar la belleza de la naturaleza, el
Espíritu Santo puede secar el corazón orgulloso a través de su obra de
convicción (Isaías 40:6-7).

7.5. Fuego
 En Hechos 2:3, vemos que el fuego era una señal de la presencia del
Espíritu. Vemos en el Antiguo Testamento que el fuego es una prueba de la
presencia del Señor (Éxodo 3:2), la aprobación del Señor (Levítico 9:24) y la
protección del Señor
{Exodo 13:21}. Tal vez, todas estas ideas están incluidas en Hechos 2:3.
 En Apocalipsis 4:5, el Espíritu está simbolizado por siete lámparas de fuego.
El número siete ha confundido a algunas personas, pero parece referirse al
conocimiento perfecto dado a Cristo, el ungido de Dios (Isaías 11:1-4;
Apocalipsis 5:6).
De ninguna manera hemos tratado todas las figuras simbólicas del Espíritu en
la Biblia, y no hemos profundizado en cada figura ya tratada. Que esta lección sirva
para animar al alumno en sus estudios.

8 -LA OBRA DEL ESPÍRITU SANTO


EN LA GRACIA COMÚN (I)
La gracia común puede definirse como la bondad inmerecida de Dios, pero
concedida al mundo en su conjunto. Se llama "común" no por desprecio, sino para
distinguirla de la gracia "salvadora" o de la conocida gracia "eficaz". Algunos
ejemplos de la gracia común serían la provisión divina para las necesidades físicas
del hombre (Mateo 5:45; Hechos 14:17), la llamada del evangelio (Marcos 16:15), la
influencia cristiana (Mateo 5:13) y la longanimidad de Dios (Romanos 9:21-22).
Aunque todas estas bendiciones mencionadas anteriormente son eternas, la
gracia común se efectúa además de esto para incluir las operaciones internas del
Espíritu de Dios. Algunas personas han pensado, basándose en el hecho de que el
llamamiento eficaz se extiende sólo a los elegidos, que el Espíritu Santo nunca
actúa en los demás. Esta es una conclusión falsa. La Biblia menciona muchas
operaciones del Espíritu Santo en hombres que nunca han sido regenerados.

8.1. Restringir la depravación


El poder corruptible del pecado es tan grande que sólo el poder restrictivo del
Espíritu de Dios impide que el mundo se convierta en un pozo negro insoportable.
El hecho de que se permita el gobierno civil, la familia, el culto público y cierto
grado de seguridad debe atribuirse a la gracia común. Que la moral y la honestidad
se encuentren entre los incrédulos revela que Dios frena al hombre en cuanto a la
práctica de toda su depravación. Piensa en lo que sería de nuestro país si Dios
cesara su operación en la preservación de la verdad y la obediencia de su pueblo.
¿Podría este mundo que crucificó a Cristo permitir que un creyente sobreviviera si
Dios no ejerciera ninguna restricción (I Tim. 2:1-2; Gen. 20:1-18)?
Este poder restrictivo de Dios se revela en el hecho de que "endurece" los
corazones o "entrega" a los hombres a la iniquidad. Dios no es el autor del pecado
(Santiago 1:13) esta expresión debe significar que Dios ha eliminado las
restricciones que antes estaban prohibidas para estos individuos (Éxodo 10:1;
Salmo 105:25; 1 Samuel 2:25; Romanos 1:24,26,28). La acción de eliminar las
restricciones puede incluir la autorización de eventos que revelen la naturaleza
pecaminosa del hombre, o la eliminación de la conciencia y el miedo al castigo. Las
Escrituras también revelan que Satanás y sus demonios animarán al hombre a
pecar siempre que Dios lo permita (II Tesalonicenses 2:8-11; I Reyes 22:15-23; I
Samuel 16:14).
El poder restrictivo del Espíritu es una bendición por la que no debemos
olvidar dar gracias a Dios. Los incrédulos que se enorgullecen de su moralidad y
cultura externas, saben poco de las profundidades de la depravación que se
almacena en sus corazones. Es ciertamente una verdad gloriosa que Dios restringe
cualquier pecado que no contribuya en última instancia a su gloria (Salmos 76:10).

8.2. La iluminación de los incrédulos


La Biblia enseña claramente que los hombres no regenerados son
espiritualmente ciegos (1 Cor. 1:18; 2:11-14; Ef. 4:17,18). Sus ojos están cerrados a
la gloria de Cristo y a la naturaleza de la salvación. Sin embargo, esto no significa
que éstos no tengan conocimientos morales. Es por el placer de Dios, por Su obra
en la gracia común, que Él cede algún conocimiento a los no regenerados.
 Aunque los hombres incrédulos odian el conocimiento que viene de Dios, no
pueden borrar completamente dicho conocimiento de sus mentes (Rom.
1:23,28). En todas las naciones los hombres admiten la existencia de una
Deidad. El ateísmo nunca ha sido natural para el hombre. Esto se debe a
que Dios se complace en dar una manifestación universal de su existencia
(Rom 1:19-20).
 Otra manifestación de la gracia común es la concepción que los hombres
tienen del bien y del mal. El hombre natural odia la ley de Dios (Romanos
8:7), pero nunca podrá borrar los preceptos de la ley. Esto se debe a que el
Espíritu Santo los escribe en su conciencia (Rom 2:14-16). Esta referencia
demuestra que cualquier moralidad por parte del hombre no regenerado
debe ser atribuida a Dios.
Debemos notar que tanto los salvados como los incrédulos tienen la ley de
Dios escrita en sus corazones (Rom 2:14,15; Heb 8:10). La diferencia se ve porque
los salvados tienen una mayor revelación espiritual de la ley de Dios y están
capacitados para amarlo (Rom 7:22). Los incrédulos tienen una visión inferior de la
ley de Dios que produce culpa, y una simple restricción en lugar de una obediencia
feliz.

8.3. Regalos especiales


Todo buen regalo viene de Dios (Santiago 1:17). Fue el Espíritu el que se
apoderó de Sansón (Jueces 14:6) y el que dio capacidad a Bezalel (Éxodo 31:2-5).
¿No podemos atribuir también capacidades a los que benefician a la sociedad actual
como obra del Espíritu de Dios?
Además, podemos encontrar en algunas ocasiones dones espirituales que se
dan a los no regenerados. Así, Balaam recibió el don de la profecía y Judas tuvo el
poder de hacer milagros (Mateo 10:1). Saúl profetizó y recibió poder para reinar y
luchar con valor (I Samuel 10:9-11; 11:6). En todo debemos ver que hay una
diferencia entre los dones espirituales y la gracia salvadora, pero sin embargo estos
dones son vistos como bendiciones de Dios.

8.4. Influencias especiales


El Espíritu Santo no restringe su actividad a los elegidos, pero es notable que
a menudo los ayuda y protege a través de la influencia de quienes los rodean.
Aprendemos que Dios controla el corazón de los reyes (Proverbios 21:1). Se puede
pensar en Ciro, Artajerjes y Nabucodonosor. Ciro, a pesar de ser pagano, fue
llamado "el ungido de Dios" debido al propósito especial que Dios tenía de bendecir
a los judíos (Isaías 45:1). Recordemos cómo José y Daniel encontraron favor ante
sus carceleros, y Jacob se salvó de la ira de Labán. Todo esto nos recuerda que Dios
puede influir para bien incluso en los no regenerados (Proverbios 16:7).
Tanto si se trata de frenar el pecado como de satisfacer las necesidades físicas,
todos deben admitir que Dios es bueno con los hombres (Salmos 145:9). Es un gran
error limitar todas las bendiciones de Dios sólo a los elegidos. Debemos emular a
Dios en cuanto a la bondad, mostrándose tanto con los buenos como con los malos
entre los hombres (Mt. 5:43-48).

9 LA OBRA DEL ESPÍRITU SANTO


EN LA GRACIA COMÚN (II)
Los estudiantes de la Biblia se enfrentan a un peligro que es el desarrollo de
opiniones desequilibradas sobre las doctrinas. La persona que rechaza tanto la
gracia común como la gracia eficaz siempre interpretará mal no sólo la Biblia, sino
también gran parte de lo que ocurre a su alrededor. Un pastor atribuyó hace tiempo
el engaño de muchos "creyentes nominales" a los predicadores que no saben
discernir entre la gracia común y la gracia salvadora, o a los que predican que la
gracia común es suficiente. En estos días, ¿cuántas personas se han equivocado al
atribuir a regeneración a un movimiento religioso. Así que examinemos algunas de
las obras del Espíritu que provienen de la regeneración.
9.1. Condena
En Génesis 6:3, vemos que el Espíritu de Dios contendió con los hombres
antes del diluvio. Sin duda, su poder hizo que la predicación de Enoc convenciera a
muchos. Desde ese día, multitudes como Félix (Hechos 24:25) se han aterrorizado
ante la predicación de la Palabra de Dios, mientras que otros como Herodes han
recibido con gusto la Palabra de Dios (Marcos 6:20). Nuestro Señor promete que el
Espíritu convencerá al mundo de pecado, justicia y juicio (Juan 16:8-11). Tanto en
la Biblia como en nuestra experiencia debemos estar convencidos de que muchos
no se salvarán, aunque sabemos lo que es ser tratados por Dios.

9.2. Influencias espirituales


En la regeneración se realiza una obra permanente en el espíritu del hombre.
Su corazón se mueve para amar a Dios y sus ojos se abren para ver las verdades
espirituales. La fe que es fruto de la regeneración no puede ser superada (1 Juan
5:4,5). Todo esto se atribuye al poder del Espíritu Santo (Juan 3:5).
Nada menos que un nuevo nacimiento puede salvar a un pecador, sin
embargo, hay obras menores hechas por el Espíritu y muchos se equivocan al
pensar que estas obras son la regeneración. Sólo Dios conoce de cerca a los que
viven de las apariencias y no se salvan. ¿No conocemos a hombres que parecen
haber amado a Dios y que, de hecho, más al final, se alejaron?
La perseverancia parece ser la marca principal que distingue la regeneración
de los efectos temporales de la gracia común. Esto se ha hecho tan evidente que los
teólogos en el pasado han hablado de las influencias de la gracia común como
gracia temporal. Queremos destacar tres de los muchos versículos que lo
demuestran.
A. En Mateo 13:1-24, tenemos tanto la parábola del sembrador como la
exposición inspirada de Cristo de la misma. Esta parábola enseñó que los
discípulos debían esperar en sus ministerios y esto ha iluminado a muchos
predicadores desde ese día.
Tal vez la lección más importante de la parábola fue que muchos recibieron la
Palabra de Dios y confesaron a Cristo, demostrándolo después con sus vidas y
reconociendo que estaban sin Cristo. Aunque el hombre, por su naturaleza, odia a
Dios, algunos, por la influencia del Espíritu, reciben su Palabra con alegría (v. 20),
pero el cambio no es duradero. La verdadera fe es victoriosa, pero la fe temporal
puede ser vencida por las persecuciones (v. 21), las tentaciones (v. 22) y las herejías
(II Timoteo 2:18). La parábola del sembrador es ilustrada en todas partes por las
iglesias evangélicas existentes.
B. En II Pedro 2:20-22, tenemos otro caso de aquellos influenciados por el
evangelio pero que luego revelan su estado no regenerado. El autor ha encontrado
útil comparar esta referencia con II Pedro 1:3-4 para mostrar la diferencia entre la
gracia común y la gracia salvadora.
 En primer lugar, observaremos las características de las personas de II
Pedro 2:20-22 que sólo han experimentado un cambio temporal:
o Se libraron por un tiempo de los pecados más graves (v. 20).
o Recibieron un grado de iluminación (v. 20). Esto nos recuerda a
Balaam, que recibió una visión de cosas divinas hasta el punto de
decir: "Que mi alma muera la muerte de los justos" (Números 23:10),
pero murió sin Cristo.
o Cayeron (v. 20-22). Pedro los compara con los cerdos y los perros que
sólo estuvieron limpios durante un corto tiempo, pero evidentemente
su verdadera naturaleza se reveló cuando volvieron a sus viejos
hábitos.
 Veamos las características de los hombres regenerados en II Pedro 1:3,4.
o No sólo se libraron de los pecados graves, sino que también
sometieron sus lujurias a Dios.
o Fueron "llamados" a su gloria y a sus virtudes.
o Eran "partícipes de la naturaleza divina".
o Recibieron "todo lo que pertenece a la vida y a la piedad", y no sólo
algunas influencias.
o No se menciona que hayan caído.
C. La última referencia que veremos está en Hebreos 6:4-6. Algunos de los
judíos que confesaron a Cristo estaban en peligro de recaer. El autor de la Epístola
a los Hebreos advierte que los que niegan a Cristo después de haber experimentado
las influencias de gracia del Espíritu de Dios están sin esperanza. Pensamos en
hombres como Balaam, Judas, Saúl, Demas o los israelitas que murieron en el
desierto. Experimentaron el aliento del cielo, pero murieron perdidos y sin
esperanza.

9.3. El propósito de Common Grace


El estudiante puede tener curiosidad por conocer el propósito de Dios para la
gracia común. Veremos algunos de los propósitos de las operaciones del Señor.
A. La bondad de Dios se magnifica. Dios manifiesta su bondad con la comida,
la bebida, el aliento y la vida que da a sus enemigos. Dios lleva mucho tiempo
sufriendo con los que insultan su nombre. Dios ha enviado su evangelio de
reconciliación a muchos de estos rebeldes, e incluso obra en sus corazones una
preocupación por las cosas espirituales. ¿No es cierto que estas cosas, dadas
misericordiosamente por Dios, muestran su bondad?
Alguien puede argumentar diciendo que la gracia común no es una gracia
salvadora, Dios no es sincero al extender la gracia común. Esta objeción es
defectuosa, porque la persona no observa que es el pecado del hombre lo que hace
que la gracia común sea ineficaz. Si el hombre no estuviera totalmente depravado,
podría responder a la llamada universal del Evangelio. Dios no está obligado a
hacer nada por el hombre, y todo lo que hace es una manifestación de su bondad.
B. La naturaleza depravada del hombre queda verdaderamente expuesta por
la gracia común. El hecho de que cualquier influencia que no sea una resurrección
espiritual, realmente revela el grado de depravación humana. No son las
bendiciones físicas, ni un mensaje de amor, ni la atracción del Espíritu Santo lo que
se puede disfrutar hasta que se dé una nueva vida.

IMPORTANTE! Esto ciertamente expone la falla en la doctrina arminiana de


que la gracia común es gracia suficiente.
C. La gracia común revela verdaderamente la justicia de Dios en el juicio. En
Romanos 1:18-20, podemos ver que la revelación de Dios por naturaleza hace al
hombre inexcusable. En Romanos 2:15,16, encontramos que los paganos serán
juzgados en base a la ley escrita en sus corazones. Como la gracia, de todos modos,
es una opción de Dios, el hombre no tiene forma de excusarse.
D. El modo en que Dios trata con gracia al mundo en su conjunto es un
ejemplo de cómo el creyente debe tratar a su prójimo. Si queremos ser como
nuestro Padre Celestial, debemos amar y hacer el bien a nuestros enemigos (Mateo
5:38-48).

10 - LA OBRA PREPARATORIA
DEL ESPÍRITU EN LA
SALVACIÓN
Hay una obra común que es preparatoria de la regeneración y que tiene lugar
en el corazón del pecador. Dado que la salvación es una obra tanto moral como
legal, hay que esperar esta preparación. Los que van a disfrutar eternamente de los
beneficios de la fe en Cristo son tocados primero para que vean la necesidad de
tener a Cristo. El hombre egoísta debe ser roto para que el Salvador pueda recibir
toda la gloria en la salvación.
Antes de comenzar este tema, debemos ser advertidos para recordar que el
Espíritu Santo es un agente soberano en la salvación. Él trabaja como quiere, y la
experiencia de una persona no debe convertirse en un patrón para los demás.
Algunas personas tienen la convicción durante meses, mientras que otras
reconocen pronto la plena seguridad de la salvación (Hechos 8:25-39; 16:25-34).
Algunos, con Pablo, encuentran al Señor sin estar buscándolo (Romanos 10:20).
Porque parece que a algunos se les permite ver la profundidad de su depravación
antes de encontrar la paz, mientras que otros reconocen plenamente su pecado sólo
después de la salvación. Podemos alegrarnos porque sólo Dios conoce nuestros
corazones, sólo Él sabe lo que es mejor para cada persona.
Teniendo en cuenta estos hechos, estudiaremos algunas de las obras
preparatorias del Espíritu en la salvación.

10.1. Despierta
Nadie puede sobrestimar el peligro en el que se encuentran los hombres
pecadores (Juan 3:18; Hebreos 10:31), la Biblia los retrata como dormidos, ciegos,
muertos e inconscientes. La muerte, el pecado, el juicio y la eternidad no son
realidades para los no regenerados (Isaías 28:15). Los hombres duermen al borde
del infierno.
En el despertar del pecador, el Espíritu de Dios imprime en la mente la
realidad de la eternidad y el juicio. El pecador se da cuenta de que está
peligrosamente bajo la ira de Dios. Los asuntos espirituales se vuelven importantes.
No todos los despiertos llegan a la salvación. Algunos vuelven a dormirse por una
confesión vacía de religión o por la fuerza del mundo (Hechos 24:25).

10.2. Iluminación
Mientras que sólo los regenerados son "renovados para el conocimiento"
(Colosenses 3:10), los no salvos pueden recibir un grado de iluminación. Cuando
un pecador está convencido, puede ser ignorante de la naturaleza de la fe, pero ve
claramente el peligro del pecado y la gravedad de la eternidad. Por primera vez su
alma cobra importancia. ¿No requiere todo esto un grado de iluminación?
Incluso el hombre natural puede ser movido a temer el infierno y preocuparse
por su bien eterno. Esto es claramente diferente de la luz de la regeneración que
permite al hombre amar a Dios. Esta iluminación es simplemente una advertencia
en la mente natural del hombre para que pueda ver el peligro del pecado y el juicio.

10.3. Condena
Mientras que el "despertar" trata más del peligro, la "convicción" es la obra de
Dios por la que se revela la causa del peligro. Por medio de la convicción el hombre
es convencido y reprendido de su condición pecaminosa. Sólo esto puede dar al
pecador el deseo de conocer a Cristo.

Una forma de palabras, por muy bien elaborada que esté, nunca puede salvar
las almas; El Espíritu Santo debe golpearlas, Y la herida sanar completamente.

A. Las áreas de convicción. En Juan 16:8-11, encontramos tres áreas por las
que el hombre se convence.
 De pecado - Dios convence a los hombres de los pecados graves que han
cometido (Hechos 2:36-37), del pecado original, del incumplimiento del
deber y del pecado de incredulidad.
 De la justicia - Los hombres están convencidos de la justicia de Cristo, y de
la necesidad de su justicia (Mateo 5:6).
 Del juicio venidero - El juicio suele referirse al dominio. Los hombres están
persuadidos de que Satanás será vencido, y Cristo será Rey, y la resistencia
es una tontería. Los poderes del mal no tendrán oportunidad de vencer,
sino que todos estarán ante Dios.
B. Requisito de la condena.
 Sin la convicción, los hombres nunca estarían dispuestos a admitir su total
contaminación, ni vendrían a Cristo como mendigos desesperados. "Cristo
es todo" (Colosenses 3:11) en la salvación, y Dios quiere que los redimidos
lo entiendan. La convicción, pues, prepara al alma para la fe en Cristo.
 La convicción es preparatoria del arrepentimiento. El dolor, según Dios (2
Corintios 7:10), precede al arrepentimiento, que es un cambio permanente
de corazón y mente respecto al pecado.
C. Los medios de convicción. Aunque la convicción es una obra del Espíritu
de Dios, Él se complace en usar ciertas verdades en esta obra. Así como a menudo
utiliza las verdades de la ira divina para despertar a los pecadores, así lo hace para
convencerlos:
 La ley (Romanos 3:19-20; 7:7-13). Los hombres suelen juzgarse a sí mismos
por las acciones del prójimo, pero por convicción comprenden que lo que les
falta es la gloria de Dios (Romanos 3:23).
 La bondad de Dios (Romanos 2:4). Muchos han testificado que fue la
comprensión de la bondad de Dios lo que les convenció de sus pecados.
D. Las marcas de la verdadera convicción.
 La verdadera convicción hace que los hombres acepten su culpa (Salmo
51:4; Lucas 18:9-14).
 La verdadera convicción destruye el egoísmo del hombre (Lucas 18:9-14;
Isaías 64:6).
 La verdadera convicción considera que el pecado es contra Dios (Salmo
51:4; Lucas 15:18).
 La verdadera convicción guía a los convencidos a Cristo, y no a la
desesperación mundana (II Corintios 7:10).
El convencimiento puede no ser un trabajo agradable, pero es necesario. Ver
como somos, es un requisito previo para que podamos ver a Cristo. En las cuatro
primeras bienaventuranzas (Mateo 5:3-6), nuestro Señor explica que sólo los que
conocen la verdadera convicción son verdaderamente bendecidos.

10.4. Un deseo para los medios de gracia


Antes de que un alma se convierta, el Espíritu Santo suele producir en el
sujeto un deseo de orar y escuchar la Palabra de Dios.
Conclusión - Esperamos que todo estudiante de la Palabra de Dios pueda ver
ahora que el propósito de la obra preparatoria del Espíritu es hacer que el pecador
estime al Señor Jesucristo. Cada obra del Espíritu acerca al pecador a la
realización, pues sólo la fe en Cristo puede salvar el alma.

11 - LA OBRA DEL ESPÍRITU


SANTO EN LA REGENERACIÓN

Las palabras "nuevo nacimiento" se han convertido en un lugar común en los


círculos religiosos de hoy. Sabiendo que Satanás es un maestro en redefinir los
términos bíblicos, es necesario reafirmar continuamente el significado bíblico de
estas palabras.

11.1. La necesidad del nuevonacimiento


En Juan 3:3 y 5, nuestro Señor afirma claramente que la regeneración es
necesaria para la salvación. El hombre no sólo necesita el perdón para tener
comunión con Dios, sino que su naturaleza también debe ser renovada. El hombre
caído es natural (I Cor. 2:14), sensual (Judas 19) y carnal (Rom. 8:5-7), lo contrario
de espiritual (I Cor. 2:15). Cristo revela que hay una distinción inmutable entre lo
que nace de la carne y lo que nace del Espíritu. La carne puede ser religiosa,
refinada, educada y tener una apariencia moral, pero sigue siendo carne (Juan 3:6).
Cada parte del hombre natural está corrompida por el pecado. Su mente está
oscurecida para las cosas de Dios (1 Cor 1:18; 2:14; Ef 4:18). Su corazón está en
una condición de enemistad con Dios (Rom 8:7; Jer 17:9). Su voluntad es libre sólo
para cumplir los deseos de una naturaleza depravada (Juan 1:13; Rom. 9:16; Fil.
2:13). La carne se vuelve completamente inútil para las cosas de Dios (Juan 6:63).
11.2. La naturaleza del nuevonacimiento
A. Regeneración definida. El cambio que necesita el alma del hombre para
poder entrar en el reino de Dios se llama "regeneración" (Tito 3:5), "nacer de nuevo"
(Juan 3:3) o "nacer del Espíritu" (Juan 3:6). La regeneración es una obra
instantánea del Espíritu de Dios por la que se da una disposición santa al alma.
Los afectos son renovados por el amor a Dios, y la mente es iluminada y capacitada
para la comprensión del reino espiritual. Así como el cambio que tiene lugar en la
tierra durante el milenio se llama regeneración (Mateo 19:28), el nuevo nacimiento
es la renovación del alma del hombre.
B. Regeneración ilustrada. El maravilloso cambio que se produce en la
regeneración se ilustra de muchas maneras. Examinamos algunos términos
aplicados al Nuevo Nacimiento para ilustrar mejor su naturaleza.
"Regeneración" o "Nuevo Nacimiento". ¿No son estas palabras meras
comparaciones de lo que ocurre en el milagro de la gracia, en el alma del hombre?
En la generación física, se da una nueva vida y se reproducen los rasgos familiares.
¿No son estas verdades las que hacen del nacimiento una figura maravillosa de la
obra de la gracia de Dios en el hombre?
 Resurrección (Efesios 2:1,5).
 Renovación (Col 3:10).
 Traslado (Col 1:13).
 Corazón nuevo (Ezequiel 36:26).
 La ley escrita en el corazón (Hebreos 8:10).
 Nueva naturaleza (II Corintios 5:17).
 Brillar con luz (II Cor 4:6).
 Un buen árbol (Mateo 7:17).
 La creación (Efesios 2:10).
C. Regeneración experimentada. La regeneración no es experimental (algo que
se puede experimentar), sino que tiene lugar en un nivel más allá de la conciencia
humana. Esto no quiere decir que el nuevo nacimiento nunca vaya acompañado de
emociones fuertes, sin embargo la obra de regeneración en sí no es algo que se
sienta, sino que se reconoce por su fruto en la vida. La conversión es el resultado
del nuevo nacimiento y esto lo experimentamos. La regeneración es una acción de
Dios, pero la conversión es una acción del hombre, producida por el nuevo
nacimiento.

11.3. El agente de la regeneración


La regeneración no se produce por el bautismo, por la voluntad humana (Juan
1:13), ni por ninguna otra obra, sino que es una obra específica de Dios en el alma.
Al igual que el viento (poderoso, fuera del control del hombre e invisible) esta obra
no es producida, controlada o entendida por el hombre (Juan 3:8). Esta obra
atribuida a menudo al Espíritu Santo es una acción instantánea y completa de Dios
sobre el alma. Aunque Dios se sirva de medios para salvar a los elegidos, hay que
entender que la regeneración en sí no es un esfuerzo conjunto. La Biblia presenta el
nuevo nacimiento como un imperativo, no como un mandamiento (Juan 3:3).
Ahora nos enfrentamos a una cuestión importante sobre el lugar del evangelio
en la regeneración. La Palabra de Dios se menciona a menudo en relación con el
nuevo nacimiento (I Cor. 4:15; Santiago 1:18; I Pedro 1:23; Salmos 119:93). ¿Cuál
es exactamente el papel del Evangelio en esta obra? Algunos exageran enseñando
que muchos están regenerados siendo que nunca han escuchado el evangelio.
Consideremos este asunto. (No se contempla el caso de los niños que mueren en
la infancia).
Primero debemos entender que aunque la regeneración es una obra directa de
Dios sobre el alma del hombre, por su naturaleza se hace en conjunto con el
evangelio. La regeneración produce la fe, y la fe es imposible sin el evangelio
(Rom.10:17). ¿Cómo se puede creer en un Salvador del que nunca se ha oído hablar
(Rom 10,14)? La regeneración nos da un corazón de conocimiento y amor a Dios
(Jer 24:7). Esto también implica el conocimiento de las Escrituras, de quién es Dios.
Si la regeneración no ocurre en conjunción con la Palabra de Dios no hay fe, amor,
santidad, ni conocimiento espiritual puede ser producido por ella.
En I Tesalonicenses 1:4-5, encontramos a Pablo diciéndoles a los creyentes de
Tesalónica que él sabe de su elección por el hecho de que el evangelio viene a él con
poder. A través de la regeneración, Dios da poder al evangelio abriendo los
corazones para recibirlo (Hechos 16:14). Muchos de los que han pasado su vida en
la iglesia han testificado que cuando Dios los salvó sintieron como si estuvieran
escuchando el evangelio por primera vez.
Los que enseñan que la regeneración puede tener lugar aparte del evangelio
parecen temer que los que no están de acuerdo con ellos compartan el crédito de la
obra de Dios con el predicador. Hablan de nuestro punto de vista como
"regeneración evangélica" y parecen creer que hemos rebajado la regeneración a
una mera obra de persuasión moral. Estos temores, por tanto, no tienen ningún
apoyo. Veamos la regeneración como una obra soberana y directa de Dios sobre el
alma, pero no distorsionemos las Escrituras con la enseñanza de que la gente
puede experimentarla fuera del evangelio. Esto sería como si Dios diera al hombre
el poder de la vista aunque no creara la luz por la que el hombre mismo puede ver.
Esto es un insulto a la sabiduría de Dios.

11.4 El fruto de la regeneración


Puesto que la regeneración sólo se conoce por sus frutos, conviene conocer los
efectos que la regeneración producirá en el hombre. ¿Cómo podemos saber si
hemos nacido de nuevo o simplemente estamos engañados? Enumeremos algunas
de las virtudes que la regeneración produce en el alma.
A. La fe. I Juan 5:4,5; Hebreos 12:2; I Pedro 1:3; Hechos 18:27. (El lector no
debe entender que estamos diciendo que la regeneración viene antes que la fe
cronológicamente. La regeneración precede a la fe sólo como su causa. La fe se
produce instantáneamente por el poder regenerador de Dios y, por tanto, es
simultánea a la regeneración cronológicamente. Esto se puede ejemplificar de la
siguiente manera. Una bala disparada contra una pared produce instantáneamente
un agujero. En relación con el tiempo, la acción de la bala que golpea la pared no
puede separarse del efecto producido, pero la bala es la causa del agujero. La gracia
regeneradora produce instantáneamente la fe, pero la precede como causa).
B. Arrepentimiento (II Timoteo 2:25).
C. Amor a Dios (1 Juan 4:19).
D. El amor por otros creyentes (I Juan 4:7; 3:14).
E. Perseverancia (Filipenses 1:6; 1 Juan 5:4,5).
Esperamos que la comprensión del lector sobre el nuevo nacimiento haya sido
ayudada. Hay muchos que se equivocan al pensar que toda experiencia religiosa es
esta maravillosa obra de la gracia. El conocimiento del nuevo nacimiento no sólo es
necesario para hacer firme nuestro propio llamado y elección, sino que también es
necesario si queremos ser un verdadero testigo para los demás.

12 - LA MORADA DEL ESPÍRITU


SANTO
Los Apóstoles se entristecieron y confundieron al mencionar la muerte y la
partida de Cristo. La noche antes de su crucifixión, el Salvador los fortaleció
hablando de la venida de otro Consolador (Juan 14:16, 17). Este Consolador no sólo
estaría con ellos durante su vida, sino que realmente moraría en ellos. La morada
del Espíritu de Dios sigue siendo consuelo y sustento para los creyentes. Nuestro
Salvador no está con nosotros en la carne mientras enfrentamos las aflicciones de
cada día, pero hay Uno más grande que el mundo (I Juan 4:4).

12.1. La doctrina bíblica declarada


El Nuevo Testamento enseña que el cuerpo de cada creyente es una morada
para el Espíritu de Dios (1 Cor. 6:19; Juan 7:38,39). La morada del Espíritu no
debe confundirse con sus obras de gracia en el creyente. La regeneración y los
dones del Espíritu deben distinguirse del don de la propia persona del Espíritu (I
Cor. 12:4; Hch. 2:38).

12.2. Una visión falsa


Ninguna verdad bíblica ha escapado a la perversión a manos de los hombres.
El error más común respecto a la morada del Espíritu en los creyentes es la
afirmación de que esta bendición no es común a todos los creyentes. Muchos
enseñan que la salvación debe ser complementada por otra experiencia antes de
poder disfrutar de la presencia y el poder del Espíritu. A esta experiencia la llaman
la segunda bendición, la santificación o el bautismo con el Espíritu Santo. Aunque
varios grupos añaden sus propios conceptos, la idea general sigue siendo la misma.
El defecto fundamental de esta enseñanza es la idea de que la salvación debe
ser complementada. Estando en Cristo el creyente alcanza todas las bendiciones
(Col. 2:10; Ef. 1:3; 1 Cor. 1:30). Cuando los hombres no están atentos a Cristo,
cometen errores. El don del Espíritu Santo nos llega a través de la salvación por
medio de Cristo, no como un suplemento (Rom 8:32; Juan 7:39). El Espíritu Santo
vino a magnificar a Jesucristo y no a llamar la atención sobre sí mismo (Juan
15:26).

12.3. Doctrina bíblica probada


Ya se han mencionado versículos que muestran claramente nuestra doctrina,
y los que siguen revelarán que hay muchas otras verdades bíblicas que sugieren la
morada del Espíritu Santo en cada creyente.
A. El Espíritu se recibe a través de la fe. La condición de la salvación y la
recepción del Espíritu son la misma (Efesios 2:8; Juan 7:38,39; Hechos 11:16,17;
Gálatas 3:2; Efesios 1:13).
B. Los que están sin el Espíritu no se salvan (Romanos 8:9; 1 Corintios 2:9-
15; 12:3; Judas 19).
C. La presencia del Espíritu es necesaria para que uno sea resucitado o
trasladado (Romanos 8:11).
D. El Espíritu es un don (Hechos 10:45).
E. La seguridad de la salvación se basa en que tenemos el Espíritu (1 Juan
4:13; 3:24; Romanos 8:15,16; 5:5).
F. Los creyentes son vencedores (1 Juan 4:3,4).
G. Dios nos da el Espíritu porque somos hijos (Gálatas 4:6).
La simple idea de que un cristiano no tenga el Espíritu es contradictoria con
todas las enseñanzas de la Biblia sobre la salvación

12.4. Problemas resueltos


Dediquemos unos momentos a los versículos utilizados en la enseñanza de un
aspecto falso de esta doctrina.
A. Efesios 5:18 - La "llenura" del Espíritu y la "morada" no deben confundirse.
Nunca se nos instruye para ser "habitados" por el Espíritu de Dios.
B. Hechos 5:32 - La obediencia mencionada aquí es simplemente la fe en
Cristo. II Tesalonicenses 1:8; Juan 6:28,29; 7:39.

13 - LA OBRA DEL ESPÍRITU


EN LA SEGURIDAD
El Señor desea que su pueblo disfrute de la seguridad de la salvación. Durante
su ministerio terrenal, nuestro Salvador lo aseguró con sus propios labios a los que
creían en Él (Juan 14:1-3; Lucas 23:43). Habiendo ascendido al cielo, nuestro
Salvador nos envió otro Consolador. Ahora el Espíritu Santo tiene una obra definida
que produce la seguridad de la salvación.
Antes de comenzar nuestro estudio de la obra del Espíritu en la seguridad,
repasemos algunas verdades básicas sobre este tema. Esto beneficiará a los que
nunca han estudiado este tema.

13.1. La doctrina de la seguridad


A. La posibilidad de la seguridad.
 En el pasado el pueblo de Dios ha experimentado la seguridad (Salmo 23:6;
II Cor. 5:1; Heb. 11:13; Fil. 1:21; I Juan 4:16).
 La Palabra de Dios declara que podemos tener seguridad (1 Juan 5:13;
3:14).
 Dios nos manda buscar la seguridad (II Pedro 1:10; II Cor 13:5).
 La gracia de Dios es la base de la seguridad (Rom 4:16).
Los que hacen que la salvación dependa en parte de la obra del hombre no
pueden predicar la seguridad en Cristo. Esto se ilustra en todos los grupos que
enseñan que el hombre debe obtener o mantener su salvación por sus propias
fuerzas.
B. La necesidad de seguridad. La seguridad en la salvación es necesaria tanto
para la alegría como para el servicio del creyente. La base de nuestro regocijo es la
seguridad de la salvación (Lucas 10:20; Rom 5:2). El servicio de los creyentes no
está motivado por el miedo, sino por la seguridad (Rom 8:15; Gálatas 4:5-7). No
somos siervos aterrorizados, sino hijos alegres de Dios. Nuestra fe actúa a través del
amor (Gálatas 5:6). Es posible que no todos los creyentes posean una seguridad
completa, ni ninguno a lo sumo, todo el tiempo, pero cada creyente debe procurar
"hacer más y más segura vuestra vocación y elección" (II Pedro 1:10).
C. La base de la seguridad. ¿La seguridad está "basada en la Palabra de Dios,
o en nuestra experiencia"? Esta pregunta es engañosa para muchos porque es una
provocación de la experiencia cristiana contra la Biblia. Es un error basar nuestra
seguridad en experiencias que no tienen base bíblica, sin embargo, nuestro estudio
continuado mostrará que nuestra experiencia cristiana es parte de la seguridad.
Hoy en día a muchos se les ha dicho que "vivan por fe" sin haber experimentado
nunca una obra de gracia, y se encontrarán finalmente engañados. Rechazar las
enseñanzas bíblicas relativas a la experiencia cristiana en relación con la seguridad
no es "fe en" sino, "ignorancia de" la Palabra de Dios. Entendamos, pues, que la
Palabra de Dios es la base de nuestra fe, y el juez (y no el sustituto) de nuestra
experiencia.

13.2. La obra del Espíritu en la seguridad


Hay numerosas obras realizadas por el Espíritu Santo en la seguridad. Para
una mejor comprensión, dividiremos estas obras en tres categorías. Estas
categorías pueden denominarse los "tres niveles de seguridad".
A. Las condiciones del Evangelio (Hechos 20:21, Juan 3:16, Lucas 13:3,
Hechos 10:43, Hechos 17:30, Lucas 24:46-47).
Quien quiera estar seguro debe empezar por reconocer si se cumplen las
condiciones por las que Dios perdona a los pecadores. Estas condiciones son
claramente: el arrepentimiento y la fe. Recuerda que aunque tanto el
arrepentimiento como la fe son expresados por el hombre, sin embargo, las
calificaciones provienen del poder del Espíritu Santo.
 El arrepentimiento. El arrepentimiento evangélico no debe confundirse con
la penitencia o la reforma. No hay que confundir el arrepentimiento con el
alejamiento del pecado, la vuelta a Dios y la fe en Cristo. Estas cosas
siempre siguen al arrepentimiento y verifican su presencia, pero deben
distinguirse (Marcos 1:15, Hechos 26:20, Hechos 3:19, Mateo 3:8). El
arrepentimiento es un "cambio de opinión" que implica:
o Una convicción de impiedad personal.
o Un dolor piadoso por el pecado (II Corintios 7:10).
o El deseo de ser perdonado y limpiado del pecado. El verdadero
arrepentimiento implica mucho más que un deseo de perdón.
El pecador verdaderamente arrepentido desea la salvación de la pena,
el poder y la presencia del pecado.
 La fe. La fe salvadora no debe confundirse con un mero asentimiento
histórico (Santiago 2:19), o con una experiencia emocional temporal. La
verdadera fe implica:
o Una convicción espiritual de la verdad, del evangelio (1 Corintios 2:45,
1 Tesalonicenses 1:4-5 y 2:13).
o Un corazón enteramente vuelto a Jesucristo para la salvación
(Romanos 10:8-10, Hechos 16:30-31)
Algunos se preguntarán por qué no terminamos nuestro debate sobre la
seguridad en este punto. Pero el hecho de que la Escritura tiene mucho más que
decir sobre la seguridad revela que una persona, puede verdaderamente
arrepentirse y confiar en Cristo aunque no tenga todavía una seguridad completa.
La seguridad no forma parte de la esencia de la fe. Mirar a Cristo para la salvación
no es lo mismo que saber que Él nos ha salvado (I Juan 5:13, II Corintios 13:5). Los
nuevos cristianos suelen temer que su fe no sea verdaderamente salvadora. Las
dudas sobre sus experiencias y su estado pueden atormentarles.
Los que enseñan que la fe y la seguridad son lo mismo confunden a muchos.
Suelen decir que "si has confiado en Cristo, realmente no tienes dudas". Eso es lo
mismo que fundar la seguridad en nuestra experiencia de seguridad y eso es muy
desconcertante para el débil o tembloroso hijo de Dios. Esto es lo mismo que
enseñar que tenemos que creer que estamos salvados para serlo.
La doctrina bíblica predica que la seguridad es el acto natural de reflexión, o
consecuencia de la fe. La seguridad debe seguir a la fe como resultado del
autoexamen y el estudio de las Escrituras (1 Juan 5:13).
Una vez tratado este tema, queremos seguir con los otros "niveles" de
seguridad. A través de estos niveles el joven creyente llegará a la seguridad
completa.
B. El fruto de la regeneración. ¿Cómo puede una persona saber si la fe que
tiene es realmente "la fe de los elegidos de Dios"? El libro de I Juan fue escrito en su
totalidad como respuesta a esta pregunta (I Juan 5:13). Podemos ver que aquellos
que han nacido verdaderamente de nuevo ciertamente tendrán evidencia en sus
vidas. Al igual que el "Pato Feo" reconoció su verdadera identidad al ver su reflejo, el
creyente ve una mayor seguridad no sólo en las marcas de regeneración explicadas
en la Escritura, sino también en las producidas en su propio corazón. El Espíritu
testifica junto con nuestro propio espíritu, dándonos la seguridad de que somos
hijos de Dios (Romanos 8:16). ¿No es el testimonio de nuestro propio espíritu la
prueba personal de que el Espíritu Santo nos ha hecho nuevas criaturas en Cristo
(II Corintios 5:17)?
Nuestro Señor dijo que un árbol se reconoce por sus frutos (Mateo 7:17-20).
Pablo sabía que los habitantes de Tesalónica eran elegidos por la obra del Espíritu
Santo en sus vidas (I Tesalonicenses 1:4-6). A continuación se enumeran algunas
de las marcas de la regeneración que los verdaderos creyentes reconocerán en sus
vidas:
 Conciencia de la depravación personal (I Juan 1:8 y 10, Mateo 5:3-4,
Romanos 7:22-25).
 Un nuevo deseo de obedecer a Dios (I Juan 2:3, 5:2-3, 3:18-19, Romanos
8:14).
 Amor por el pueblo de Dios (1 Juan 3:14-15).
 Fe duradera (I Juan 5:4).
 Oídos abiertos a la Palabra de Dios (1 Juan 4:6).
 Amor hacia Dios (1 Juan 4:19).
 Una nueva actitud hacia el sistema de este mundo (I Juan 2:15).
Permítanme concluir esta sección recordando al lector que las marcas de la
regeneración no nos salvan, sino que revelan que somos salvos. El lado espiritual
de la salvación se llama "nuevo nacimiento" porque produce en nosotros la
semejanza de nuestro Padre Divino (II Pedro 1:4, Colosenses 3:10). ¿Se manifiestan
estas características en tu vida?
C. El testimonio del Espíritu. En Romanos 8:16 aprendemos que el Espíritu
Santo da testimonio del advenimiento de nuestra salvación. Esto sucede en
conjunto con, pero diferente de, lo que es atestiguado por nuestro propio espíritu
sobre la nueva vida que tenemos en Cristo. El testimonio del Espíritu es una
demostración interna del amor de Dios por nosotros y nuestra aceptación de Cristo.
En las Escrituras, el Espíritu Santo se llama a veces "espíritu de adopción"
(Romanos 8:15, Gálatas 4:6-7). Esto se debe a que realmente hace que el creyente
se sienta como un hijo de Dios y lo impulsa a dirigirse a Dios en la oración. Los que
confían en Cristo son libres del espíritu de esclavitud y es muy natural mirar a Dios
como Padre.
Por eso el Espíritu nos lleva a gritar "Abba, Padre". Abba es una palabra que
significa "padre" y los esclavos no podían usarla en relación con los hombres libres.
Esto revela el nuevo espíritu de libertad que siente el creyente. El Espíritu Santo
permite al creyente sentirse "hijo" y no "siervo" de Dios (Gálatas 4:5-7).
Además, el "testimonio del Espíritu" implica una manifestación directa del
amor y la presencia de Dios en el alma del creyente. En Romanos 5:5, donde el
contexto es la seguridad, encontramos al Espíritu de Dios derramando amor en sus
corazones. Podemos conocer realmente el amor que Dios nos tiene (I Juan 4:16).
Cristo ha prometido manifestarse a los que le aman (Juan 14:21). Él cenará con los
que se abran a Él (Apocalipsis 3:20). Aunque no podamos disfrutar plenamente de
las manifestaciones del amor de Dios, al igual que la novia del Cantar de los
Cantares, debemos rezar para que el Espíritu nos traiga esas manifestaciones de
amor (Cantar de los Cantares 1:2, 2:3-6). El testimonio del Espíritu es la forma más
elevada de seguridad, y todo hijo de Dios debería desear experimentarlo con
creciente claridad y poder. "Acércate a Dios, y él se acercará a ti". (Santiago 4:8).

14 - EL CONSOLADOR
En la Santa Cena nuestro Señor habló de su traición, de su muerte y de su
partida que estaba próxima. Aunque Cristo había estado enseñando a sus apóstoles
sobre esto durante algún tiempo (Mateo 16:16-21), sin embargo, parece que sólo en
esa hora los discípulos entendieron lo que Jesús había dicho. Cuando pensaron en
vivir sin Jesús en medio de ellos se sintieron aplastados. Cuando Cristo habló de
las persecuciones venideras (Juan 16:1-4), sus corazones se llenaron de dolor (Juan
16:6).
Los apóstoles habían visto cómo se acumulaban nubes de problemas durante
mucho tiempo, pero se sentían seguros con la presencia de Cristo. Nuestro Salvador
había calmado todas las tormentas, había alimentado a la multitud cuando era
impotente y había expulsado al demonio que ellos no podían expulsar. Había sido
su guía infalible y su maestro. Se sentían, ahora, como huérfanos impotentes. Con
el oscuro telón de fondo de su inminente marcha al cielo, nuestro Señor pronunció
palabras de consuelo en Juan, capítulos 14 a 16. Fue en ese momento cuando les
dio la promesa de otro Consolador (Juan 16:7).
Hoy, para los cristianos que nunca han conocido a Cristo en la carne (II Cor.
5:16), el miedo de los apóstoles puede parecer una debilidad. Tendemos a olvidar
que nuestra fuerza y toda nuestra dirección provienen de la morada del Espíritu de
Dios. En esta lección queremos profundizar en la misión del Espíritu como nuestro
Consolador. Esta obra es tan maravillosa que se expresó que Cristo debía partir
para que el Espíritu pudiera ser enviado (Juan 16:7).

14.1. Qué es el confort


La comodidad es una experiencia agradable, pero implica la presencia de
dificultades. Este mundo es un lugar de tribulación, persecución y lágrimas para
los hijos de Dios. Antes de la partida de Cristo, Él aseguró a los apóstoles que las
dificultades serían grandes en sus vidas (Juan 16:1-4). El hijo de Dios, por lo tanto,
no debe esperar el fin de las dificultades, sino el consuelo en sus aflicciones.
A. La necesidad del confort. El cristiano que va por la vida como si fuera un
infeliz huérfano, ciertamente no debe vivir preocupado por sus privilegios. Dios
quiere que sus hijos tengan consuelo y alegría en este mundo (Juan 14:27, Juan
16:33, Romanos 14:17, Juan 14:18). Un cristiano miserable es culpable de
incredulidad (Romanos 15:13), y tiene un testimonio insignificante. La alegría del
Señor es nuestra fuerza y la clave del éxito en el servicio (Nehemías 8:10, Salmo
51:12-13).

IMPORTANTE! Cabe mencionar que la alegría cristiana no es incompatible con


un grado de dolor por la existencia del pecado y el deseo de ir al cielo.
Recibimos consuelo en nuestras aflicciones y podemos alegrarnos en ellas
(Santiago 1:2).
B. El Consolador. La palabra griega utilizada para consolar es 'parakletos' que
significa "persona llamada a acompañar..." el Espíritu Santo como consolador es
nuestro ayudante, consejero y defensor.
En I Juan 2:1, se menciona a Cristo como nuestro "parakletos". En Juan
14:16 Cristo dijo que enviaría "otro" consolador. La palabra griega para "otro" es
allos y significa "otro del mismo tipo". El Espíritu Santo es entonces (como lo fue
Cristo) una persona divina que vela por nosotros en ausencia física de Cristo. Al ser
omnisciente puede enseñarnos la voluntad de Dios. Siendo omnipotente nos apoya
en el mundo. Nos ama como Cristo y está en comunión con nosotros (Rom 15:30; 2
Cor 13:14).

14.2. Cómo consuela el Espíritu Santo a los


creyentes
A. El Espíritu instruye a los cristianos. Cristo instruyó constantemente a sus
apóstoles durante su ministerio terrenal, sin embargo, con su partida, todavía
tenían mucho que aprender. Les "prometió otro Consolador" que seguiría
enseñándoles (Juan 14:26, Juan 16:13-14). En esta condición el Espíritu
Santo es llamado "El Espíritu de la verdad" (Juan 14:17) que vino a darles las
palabras que debían decir cuando se presentaran ante los tribunales (Mateo 10:17-
20). En los tiempos apostólicos enseñaba por revelación e iluminación. Con la
finalización del Nuevo Testamento, su trabajo se limitó a la iluminación (Mateo
10:17-20).
B. El Espíritu intercede por los cristianos. En Romanos 8:26-27, aprendemos
que el Espíritu Santo intercede por nosotros impulsando nuestras oraciones. Esto
no debe confundirse con la labor de intercesor de Cristo, que es nuestro abogado
(griego, 'parakletos') ante el Padre (I Juan 2:1). Sobre la base de la obra remisoria
realizada por Cristo, Él intercede por nosotros ante el Padre. Sin embargo, el
Espíritu Santo no intercede directamente por nosotros, sino que nos enseña a orar.
Su trabajo puede compararse al de un abogado que instruye a su cliente sobre lo
que debe decir en el tribunal. Es interesante considerar que la palabra 'parakletos'
tiene una connotación interesante y se traduce como "abogado" en I Juan 2:1. Es
bueno saber que cuando nos arrodillamos para orar tenemos a alguien que nos
guía y que conoce la voluntad de Dios y puede guiarnos en nuestros deseos y
peticiones (Romanos 8:27, Zacarías 12:10, Efesios 6:18).

IMPORTANTE! En Romanos 8:26 las palabras "gemidos inefables" confunden a


algunas personas. Se refieren a las emociones ardientes del creyente que
siente remordimiento por los fracasos o porque desea ser más como Cristo. A
menudo estos deseos son tan fuertes que se expresan en gemidos en lugar de
oraciones verbales. Sin embargo, Dios los oye y comprende de la misma
manera que una madre oye los gemidos de un niño enfermo o sediento. Por
supuesto, es el Espíritu Santo quien produce ese deseo en el corazón del
cristiano.

El autor no puede dejar de reflexionar sobre el hecho de que nuestro Señor


enseñó a sus discípulos a rezar durante sus días en la tierra. El Espíritu
Santo es realmente "otro consolador" del mismo tipo.
C. El Espíritu sella a los cristianos. En Efesios 4:30, entendemos que los
creyentes están sellados por el Espíritu hasta el día de la redención. El hecho de
que el Espíritu que mora en nosotros nunca nos abandona fue utilizado por Cristo
como una fuerte base de consuelo (Juan 14:16,17). Estas Escrituras parecen
contrastar la presencia continua del Espíritu de Dios con la naturaleza temporal de
la presencia física de Cristo.
D. El Espíritu asegura a los cristianos el amor de Dios. El Espíritu Santo
consuela a los elegidos de Dios haciéndoles reconocer en su alma el amor que Dios
les tiene (Romanos 5:5). El Espíritu nos revela todo lo que Dios ha preparado para
nosotros (1 Corintios 2:9-10) como resultado de su amor.
E. El Espíritu produce la fe en los cristianos. Toda la fe y la esperanza del
creyente son producidas por el Espíritu Santo. Él sostiene estas gracias que actúan
como un ancla en nuestras almas (Romanos 15:13, Gálatas 5:22).
F. El Espíritu produce alegría en los cristianos (Romanos 14:17, Gálatas 5:22).
G. El Espíritu santifica a los cristianos. El Espíritu Santo conforta al creyente
fortaleciendo su gracia, dándole la victoria sobre el pecado. El Espíritu no permitirá
que la obra iniciada en la regeneración sea vencida o destruida por Satanás (Fil.
1:6; Rom. 6:14).
H. El Espíritu da poder al Evangelio. El Espíritu Santo conforta al creyente
dándole éxito en su trabajo en la Gran Comisión. No estamos solos en una tarea
imposible, sino que estamos dotados del poder divino (Hechos 1:8, 1 Pedro 1:12, 1
Tesalonicenses 1:5).
I. El Espíritu equipa a la Iglesia. El Espíritu Santo es un consuelo y una ayuda
para el pueblo de Dios, poniendo en las iglesias los dones necesarios para su
edificación (I Corintios 12:1-31, Efesios 4:11-12). La próxima vez que seamos
bendecidos por el ministerio de otro creyente, debemos recordar quién permitió que
esa persona fuera una bendición.

15 - EL ESPÍRITU SANTO
DE LA PROMESA
Aunque la obra del Espíritu Santo en el nuevo nacimiento ha asegurado al
pueblo de Dios (Filipenses 1:6), sin embargo Él trabaja de otras maneras para
asegurar la salvación. En Efesios 1:13, se le llama "Espíritu Santo de la promesa"
porque su presencia es una promesa de seguridad para el creyente. En esta
consideración se le ve como un sello y una prenda. Aunque estos dos conceptos son
muy diferentes, se estudian juntos porque ambos están relacionados con la
seguridad del creyente (Efesios 1:13-14, II Corintios 1:22).

15.1. El Espíritu Santo como sello


El sello se utiliza para afirmar la propiedad. La presencia del Espíritu en un
individuo es la prueba de que pertenece a Dios.
El sello también confirma que algo es genuino o auténtico. Encontramos un
ejemplo de esto en el ministerio terrenal de nuestro Señor (Juan 6:27, Isaías 42:1-
4). El verdadero creyente se reconoce por el hecho de que está habitado por el
Espíritu. (1 Juan 3:24).
El concepto principal del sello es la seguridad. Véase esto en las siguientes
Escrituras: II Timoteo 2:19, Mateo 27:66, Apocalipsis 20:3. Compárese con
Apocalipsis 7:4 y 14:1.
Los hijos de Dios serán sellados hasta el día de la redención (Efesios 4:30).
¿Podría Pablo presentar otra cosa que la preservación de los creyentes hasta el
regreso de su Señor, y en qué momento recibirían la glorificación? Observe que este
sello es tan seguro que en lugar de amenazar a los efesios hablando de la pérdida
de la seguridad, Pablo los insta a la santidad por la seguridad misma.
A. El sello. En Efesios 1:13, entendemos que el propio Espíritu Santo es el
sello. Este es un hecho importante porque algunos tratan de enseñar que somos
sellados por la obra del Espíritu, en lugar de la presencia de Su persona.
B. La naturaleza del sello. Aquellos que enseñan que el creyente es sellado por
una obra especial del Espíritu lo hacen un sello experimental (capaz de ser
experimentado). Confunden el "sellado con el Espíritu Santo" con su obra en la
santificación y seguridad del creyente. Por otro lado, la Biblia nunca describe el
sello como una experiencia. El Espíritu puede producir experiencias cristianas, pero
su presencia es el sello. Ser sellado con el Espíritu no debe ser visto como una
experiencia personal.
C. La finalidad del sello. Si confundimos el sello con la seguridad, entonces
debemos creer que los creyentes débiles aún no han sido sellados. La Biblia asume
el sello de todo creyente (II Corintios 1:22, Efesios 1:13 y 4:30). Esto se confirma
por el hecho de que no se ordena a nadie buscar el sello. Esto todavía se considera
un hecho para que todos los creyentes se regocijen.
D. La finalidad del sello. Los cristianos están sellados para estar seguros. El
sellado es la base, no el conocimiento de la seguridad. El Espíritu Santo es un sello
maravilloso por Su poder (I Juan 4:4), y por Su obra en la salvación asegurándonos
que nunca nos dejará (Filipenses 1:6; Juan 7:38-39; 4:14; 14:16).
E. El tiempo de ser sellado. Los creyentes son sellados cuando reciben el
Espíritu. Esto sucede cuando confían en Cristo (Gálatas 3:14, Juan 7:38-39;
Efesios 1:14).

15.2. El Espíritu Santo como prenda


Como prueba de nuestra seguridad, el Espíritu Santo no sólo se considera un
sello, sino también la prenda de nuestra herencia (Efesios 1:13-14, II Corintios 1:22
y 5:5). Una promesa es un pago que nos da fundamento y confianza en las
intenciones del proveedor.
A. Una promesa es parte del todo. Nuestro Salvador murió para comprar para
nosotros todas las bendiciones espirituales (Efesios 1:3). Por la fe recibimos el
Espíritu Santo como un don cortés que nos llega por obra de Cristo (Hechos 2:32-
33, Juan 7:39).
B. Un compromiso es una promesa de la existencia de un futuro. Una prenda
es una promesa de que se realizará el resto de la compra o se pagará su precio o
importe. Nuestro Salvador ha comprado una maravillosa herencia para nosotros (1
Pedro 1:3-4). Esto incluye un cuerpo glorificado y un hogar en el cielo. Podemos
estar seguros de que, como tenemos el Espíritu, el resto de nuestra herencia está
asegurado hasta que nos llegue (Efesios 1:13-14, Romanos 8:23). Una vez
determinado el compromiso, el donante no puede volver atrás. Al llamar al Espíritu
"prenda", Dios nos ofrece una garantía de su intención, que es glorificar a su
pueblo.
En Romanos 8:23 se muestra que tenemos las "primicias" del Espíritu. Esto es
lo mismo que el ideal de una "prenda" y lo ilustraremos un poco. Los primeros
brotes que aparecen en el olivo desarrollan las primicias. Confirman que el resto de
la cosecha está en camino. Del mismo modo, el Espíritu habita en nosotros,
dándonos la seguridad de que algún día tendremos una nueva naturaleza, un
nuevo hogar y un nuevo cuerpo. Esta idea de seguridad está implícita y puede verse
por el hecho de que Cristo es "las primicias" de la resurrección. (I Corintios 15:20).
Porque Él ha resucitado los que están en Él también deben resucitar. "Las
primicias" pueden verse como una "prenda" de la cosecha.
En los negocios el "compromiso" nos da una seguridad y una tranquilidad.
Disfrutemos de ello con respecto a nuestra herencia. Dios no nos retiene con
expectativas, pues nos da toda la seguridad de que nuestra herencia está
"reservada en el cielo". (I Pedro 1:4).

16 - EL ESPÍRITU SANTO
COMO MAESTRO
De las muchas religiones del mundo, sólo el cristianismo requiere un maestro
sobrenatural. Ninguna cualificación terrenal puede permitirle a uno entender la
verdad de Dios. Que esta lección sea utilizada por Dios para recordarnos
nuestra gran necesidad de un maestro divino, y el privilegio de tener el Espíritu
Santo como tal Maestro. Él es realmente el "Espíritu de la Verdad" (Juan 15:26).
16.1. La inspiración de la Biblia
La Biblia, como nuestro libro infalible de enseñanza de la fe y la práctica, fue
inspirada por el Espíritu Santo. Ciertamente, la inspiración del Nuevo Testamento
fue una parte importante de la promesa de Cristo sobre la venida del Espíritu como
nuestro maestro (Juan 14:26).

16.2. Regeneración
Los hombres no regenerados están en un estado total de ignorancia espiritual
(II Corintios 4:3-4, Juan 3:3, Efesios 4:18). La Biblia los describe como cubiertos,
dormidos, insensatos y llenos de oscuridad. Esta condición no debe verse sólo como
una ausencia de conocimiento, sino también como una falta de capacidad natural
para apreciar, comprender y recibir la verdad espiritual. Los pecadores pueden ser
grandes conocedores de la Biblia y, sin embargo, nunca haber discernido
verdaderamente las cosas de Dios (1 Corintios 1:18-21; 2:9-16).
Una gran parte de la obra del Espíritu en la regeneración consiste en llevar a
los elegidos un verdadero conocimiento de los asuntos espirituales (Colosenses
3:10, 1 Corintios 1:23-24). El nuevo nacimiento es comparado por Pablo con la
creación de la luz (Génesis 1:3, II Corintios 4:6). Los creyentes fueron llamados de
las tinieblas a la "luz maravillosa". (I Pedro 2:9). Todos los creyentes son enseñados
personalmente por Dios (Juan 6:45). Muchos testificarían que se sentaron en las
iglesias (o incluso predicaron desde el púlpito) durante años, estando, todavía,
cubiertos espiritualmente hasta que Dios los salvó.

IMPORTANTE! Quizás el pensamiento más triste relacionado con este tema es


que los no regenerados no son conscientes de su propia ceguera. Incluso los
ciegos tratarán de guiar a otros ciegos (Mateo 15:14).

16.3. La vida cristiana


Los cristianos tienen una unción y ésta les enseña lo que no se puede
aprender de los hombres (I Juan 2:20 y 27, II Corintios 1:21 - Por favor, tenga en
cuenta que "unción" y "unción" tienen el mismo significado). Esta unción es la
comunicación del Espíritu a ellos (Compare Isaías 61:1 con Hebreos 1:9). Sólo a
través de la enseñanza del Espíritu se puede vivir una vida cristiana.
A. Abre las Escrituras. El Espíritu Santo ilumina la mente de los creyentes
para que puedan entender las Escrituras. Cristo prometió a los apóstoles que,
aunque se iba, el Espíritu vendría a enseñarles (Juan 14:26). La realización de esta
promesa se ve de varias maneras:
 En el libro de los Hechos, vemos que los apóstoles llegaron a
comprender muchas de las enseñanzas de Cristo a las que estaban
ciegos, durante su ministerio terrenal.
 En las escrituras del Nuevo Testamento, la manifestación del don de
profecía en el período apostólico.
 En la iluminación que se da a los creyentes de hoy al estudiar la
Palabra de Dios.
B. Él guía al creyente. El Espíritu Santo guía al creyente y le hace saber cuál
es la voluntad de Dios (Romanos 8:14, Proverbios 3:5-6).
C. Glorifica a Cristo. El Espíritu Santo en sus enseñanzas tiene el propósito
de glorificar a Cristo. El Espíritu nos enseña sobre Cristo y lo hace precioso para
nosotros (Juan 15:26; 16:14-15).

IMPORTANTE! Es necesario que entendamos que el Espíritu de Dios no ha


venido a llamar la atención ni a darle gloria. El Espíritu no busca que le
adoren (aunque es objeto de adoración), sino que nos lleva a adorar a Cristo.
En su enseñanza revela las verdades previamente enseñadas por Cristo (Juan
14:26; 16:13-14) y glorifica a Cristo como el gran maestro. Las semillas de
toda la verdad en el Nuevo Testamento se encuentran en las enseñanzas de
Cristo.

El lector no debe pensar, por esto, que el Espíritu Santo es inferior al Hijo de
Dios. Entendemos que en la era de la gracia cada Persona de la Trinidad tiene
una obra diferente que hacer en la salvación. El Espíritu vino a señalar a los
hombres a Cristo.

D. Él protege al creyente del error. El creyente está seguro en Cristo porque el


Espíritu le ilumina para ver el peligro. En lugar de ser seducidos por el anticristo,
los creyentes permanecen fieles al Salvador porque son enseñados por el Espíritu (1
Juan 2:18-20 y 26-27).
E. Enseña al creyente sobre su bendición en Cristo. El Espíritu Santo revela
a los creyentes la grandeza de su herencia, las maravillas del amor de Dios y el
poder manifestado en la salvación (1 Corintios 2:9-16, Efesios 1:15-19; 3:14-19).

17 - LA LLENURA DEL ESPÍRITU


SANTO
Todo hijo de Dios está bajo el mandato de "estar lleno del Espíritu" (Efesios
5:18). Así que no nos conformemos con aprender esta doctrina, sino que estemos en
obediencia, y experimentemos realmente esta "Plenitud".

17.1. Lo que no es estar lleno del Espíritu


A. No estás recibiendo más del Espíritu. Cada hijo de Dios es habitado por el
Espíritu Santo. El Espíritu de Dios es una persona y sería una locura decir que
puede ser recibido en proporciones.
B. No es crecimiento espiritual. Los cristianos pueden estar llenos del Espíritu
en todas sus etapas de madurez. Un bebé en Cristo puede estar lleno del Espíritu
mientras que un creyente maduro puede estar fallando en esta área. Vivir "lleno del
Espíritu" debe ser visto como una posición de buena salud espiritual. La salud
puede experimentarse a cualquier edad, sin embargo la falta de buena salud es un
impedimento para el crecimiento formal tanto en el ámbito físico como en el
espiritual.
C. No confundir con otras obras del Espíritu. Las experiencias de "ser lleno
del Espíritu" y "ser bautizado con el Espíritu" se han confundido a menudo. Como
era de esperar, el llenado acompañó al bautismo en Hechos 2, pero confundirlos es
un grave error que acaba pervirtiendo ambas verdades. El bautismo con el Espíritu
se determinó para el día de Pentecostés, ya que la gente estaba llena del Espíritu
incluso antes del nacimiento de Cristo. Se nos instruye a ser llenos del Espíritu,
pero nadie, nunca, fue instruido a ser bautizado con el Espíritu. Son experiencias
claramente diferentes.

17.2. ¿Qué es la llenura del Espíritu?


Para ser lleno del Espíritu, simplemente ríndase a Él en todas las áreas de su
vida. En comparación con la embriaguez, esta experiencia suele ser directa o
indirecta (Efesios 5:18; Lucas 1:15; Hechos 2:13). Así como el vino controla al
borracho convirtiéndolo en una persona evidente, el individuo lleno del Espíritu
está bajo el dominio del Espíritu Santo. Se vuelve espiritualmente evidente y capaz
de dar testimonio de su Señor.
La experiencia de los que han sido llenos del Espíritu parece variar mucho. En
la vida cristiana normal el creyente se llena del Espíritu al confesar sus pecados y
entregarse a Dios. En un caso, el llenado ya no es tanto una experiencia emocional
como una continuación de la comunión con Dios. En otros casos, el relleno no era
buscado y venía con signos especiales. Obsérvese en los siguientes versículos que la
ocasión de ser colmado estuvo rodeada de diversas circunstancias: Lucas 1:15;
1:41; 1:67; 4:1, Hechos 2:4; 4:8; 4:31; 7:55; 9:17; 11:24;
13:9; 13:52
Las escrituras muestran claramente que la experiencia de ser lleno del
Espíritu Santo no sigue un patrón con respecto a las circunstancias antes y
después de Pentecostés, con o sin señales visibles, y en muchas clases diferentes de
siervos de nuestro Señor incluso un niño todavía en el vientre. La experiencia se
asocia con la alabanza, la evangelización y el juicio (en el caso de Barjesus).
Tomando nota de todo esto, debemos tener cuidado de recordar que, a pesar
de los acontecimientos circundantes, la llenura es simplemente el Espíritu de Dios
tomando el control de una vida. En nuestra vida podemos tener momentos llenos
del Espíritu que se sienten como si estuviéramos en la cima de una montaña,
mientras que en otros momentos la entrega a Dios sólo produce alegría y paz en la
vida diaria del creyente. A pesar de la presencia o ausencia de ciertas experiencias
debemos estar seguros de que todo creyente puede ser lleno del Espíritu cada día.
Dios conoce el trabajo particular que hay que hacer y entonces puede determinar
las circunstancias de nuestro llenado diario.

17.3. Condiciones para estar lleno de Espíritu


Dado que se nos ordena estar "llenos del Espíritu" (Efesios 5:18) es obvio que
hay ciertas condiciones que deben cumplirse en situaciones normales. El creyente
que desea estar lleno del Espíritu debe tener en cuenta lo siguiente:
 No apaguéis el Espíritu (1 Tesalonicenses 5:19).
 No entristezcas al Espíritu (Efesios 4:30).
 Camina con el Espíritu (Gálatas 5:16).
 Ríndete al Espíritu y no al poder de la carne.
 Reza (Hechos 4:31; Lucas 11:13). Todo creyente debe orar diariamente para
tener una relación más íntima con Dios y una mayor presencia del Espíritu
en su vida.
Qué triste es que cualquier hijo de Dios deshonre al Señor permitiendo que la
carne arruine su testimonio (1 Corintios 3:3). Dios utiliza a los que están "llenos del
Espíritu" (Hechos 6:3; 11:24).

17.4. Los resultados de estar llenos del Espíritu


 Audacia en la predicación (Lucas 1:15-16; Hechos 4:8; Hechos 4:31; Hechos
9:17-20; Isaías 61:1).
 Alegría (Hechos 13:52; Efesios 5:18-19).
 Unión (I Corintios 3:1-3, Efesios 4:3).
 Alabanza (Efesios 5:19-20).
 Crecimiento espiritual - Cuando Dios está a cargo de nuestra vida podemos
esperar crecer diariamente en la gracia y el conocimiento de nuestro Señor
(II Pedro 3:18).
 Comportamiento formal en nuestras relaciones con los demás - En Efesios
5:21-6:9 Pablo habla de los diversos deberes de un marido, una esposa, un
hijo, un padre, un empleado y un empleador. Nótese que el texto habla de
estar llenos del Espíritu (Efesios 5:18).
¿No está enseñando Pablo con esto que podemos cumplir correctamente
nuestras diversas responsabilidades sólo por el poder del Espíritu de Dios?

18 - EL FRUTO DEL ESPÍRITU


En Gálatas 5:17, encontramos que dentro del creyente hay dos poderes
opuestos. El Espíritu de Dios que mora en todos los creyentes los conduce (vs. 18)
por el camino de la justicia. La carne (la vieja naturaleza) está claramente en
oposición al Espíritu Santo y a la nueva naturaleza. Esto produce una batalla
constante en la vida de todos los cristianos (Romanos 7:15-23), y hace que anhelen
liberarse de la carne (Romanos 7:24-25; 8:23).
Pablo enseña que ambos poderes producirán ciertas características y obras en
la vida de un individuo que se somete a ellos (Gálatas 5:19-23). Aunque la "obra de
la carne" y el "Fruto del Espíritu" pueden ser producidos por la vida del creyente,
Pablo destacó claramente que los creyentes se caracterizan por los frutos del
Espíritu. La carne del cristiano no está muerta, sino que ha sido crucificada
(Gálatas 5:24). Crucifixión" y "mortificación" se utilizan en la Biblia para describir la
muerte lenta y debilitante del poder de la carne en la vida del cristiano. Aquellos
cuyas vidas son constantes muestras de las obras de la carne no entrarán en el
reino de Dios (Gálatas 5:21).
18.1. La fuente de los frutos del cristiano
Los creyentes a veces se preguntan por qué siguen luchando contra la carne
en esta vida. ¿No es Dios quien nos enseña que todos los bienes espirituales son
suyos? Nuestra vieja naturaleza no produce más que espinas y rosas silvestres.
Todo lo que agrada a Dios en un cristiano debe ser llamado "fruto del Espíritu".
El cristiano puede producir buenos frutos sólo en la sumisión al Espíritu
Santo. Al someternos a Él, estas características se producen en nuestra vida. Esta
verdad la ilustra el Salvador en Juan 15:4-5, pues habla de su persona como la
"vid" y de la de los cristianos como los "palos". Sin una unión espiritual con Cristo a
través del Espíritu no habría flujo de vida para los hijos de Dios.

18.2. La importancia del "Fruto del Espíritu


La importancia del "Fruto del Espíritu" en la vida del cristiano puede verse
comparándolo con los "dones del Espíritu". Ambos son producidos por Dios, pero
está claro que los "Frutos del Espíritu" son mucho más importantes como evidencia
de la verdadera espiritualidad.
A. Los "dones del Espíritu" no ofrecen ninguna prueba de la salvación, porque
en algunas ocasiones fueron practicados incluso por los no salvos - (Balaam,
Judas). El "Fruto del Espíritu", sin embargo, sólo puede ser producido por las vidas
de aquellos que son guiados por el Espíritu Santo.
B. Los "dones del Espíritu" pueden ser utilizados como medio de glorificación
personal más que de edificación. La naturaleza del "Fruto del Espíritu" impide el
abuso con fines egoístas (1 Cor 12-14).
C. Los "dones del Espíritu" son dispensados soberanamente por Dios,
mientras que cada cristiano puede producir el "Fruto del Espíritu". A veces los
dones espirituales se colocan en la vida de los orgullosos y egoístas, mientras que el
fruto espiritual sólo puede producirse mediante la consagración y la sumisión
cristiana.
D. El amor (un fruto del Espíritu) es claramente visto como superior a los
"dones del Espíritu". (I Corintios 12:31-13:13). Los "dones del Espíritu" deben ser
regulados por el amor, o no lograrán su propósito determinado, que es edificar al
pueblo de Dios.
No debe interpretarse que estamos despreciando los dones espirituales. Tienen
un propósito determinado por Dios. El punto a recordar es que el "Fruto del
Espíritu" revela nuestra relación con Dios y forma nuestro carácter cristiano. Sin la
producción del Espíritu de Cristo en nosotros a través de la sumisión a Dios, todo lo
demás sería en vano y nuestro testimonio sería inútil.

18.3. La naturaleza del "fruto del espíritu


En Gálatas 5:22-23, encontramos nueve gracias que se manifiestan como
"Fruto del Espíritu".
A. El amor. El amor es un afecto hacia Dios y el hombre. Es producido por el
nuevo nacimiento (I Juan 4:7-8), y descrito por Pablo en I Corintios 13:1-8. Sólo
cuando estamos controlados por el Espíritu de Dios podemos amar de verdad.
B. Alegría. Esta santa alegría viene por conocer a Dios y creer en sus
promesas. Es necesario para el servicio cristiano (Deuteronomio 28:47; Salmos
51:12-13), y es un atributo de los cristianos llenos del Espíritu.
C. La paz. Se trata de una disposición tranquila de la mente y el corazón que
proviene de la seguridad de haber sido perdonados y de saber que Dios puede
satisfacer todas nuestras necesidades (Filipenses 4:6-7).
D. La longanimidad. Esta es una característica cristiana que se caracteriza por
no ofenderse ni provocarse fácilmente.
E. La bondad. Este es un espíritu bondadoso y benévolo que se ve en aquellos
que caminan con Dios.
F. Qué bien. Esta es una moral general y excelente que no tiene motivos
secundarios.
G. La fe. Toda fe verdadera es producida por el Espíritu de Dios, ya sea la fe
salvadora o la fe ejercida diariamente en las promesas de Dios cuando surgen
necesidades o aflicciones.
H. La mansedumbre. Se trata de la voluntad de contenerse como resultado
del reconocimiento de nuestra propia depravación (Mateo 5:4-5).
I. Templanza. Se basa en el autocontrol y la moderación que se encuentran
en aquellos que viven sólo para la gloria de Dios.

18.4. La Unidad del "Fruto del Espíritu


El autor recuerda haber visto un cuestionario en el que se preguntaba a los
cristianos cuál de los "Frutos del Espíritu" se manifestaba en sus vidas. Esta
pregunta tiene algunas implicaciones erróneas. Los creyentes pueden tener un don
espiritual, sin embargo nunca es el caso del "Fruto del Espíritu". Los cristianos
llenos del Espíritu tendrán el "Fruto del Espíritu" porque la "mente de Cristo"
(Filipenses 2:5) está en ellos. Una vez que sean controlados por el Espíritu de Dios,
llegarán a ser como Cristo en todas las áreas de su carácter.
La unidad del "Fruto del Espíritu" puede verse por el hecho de que todos los
frutos pueden incluirse junto con el primero, que es el "amor". En Romanos 13:8-
10, encontramos que el amor cumple la ley. Todos los deberes del hombre pueden
incluirse bajo el mandato de amar a Dios y al hombre. Sería un estudio provechoso
para el estudiante de la Palabra de Dios meditar en la descripción que hace Pablo
del amor en I Corintios 13:1-8. El estudiante pronto vería que el "Fruto del Espíritu"
se manifiesta por el amor.

19 - PECADOS CONTRA EL
ESPÍRITU SANTO
Cada Persona de la Santísima Trinidad tiene una obra distinta que realizar en
el gran plan de la redención. Debido a que su obra y manera de manifestarse son
diferentes, encontramos que el pecado puede ser perpetrado contra las Personas
separadas de la Trinidad (Mateo 12:32).
El Espíritu Santo tiene la obra particular de operar en los corazones de los
hombres haciendo que reciban los beneficios salvadores de la obra de Cristo. Él
habita en los creyentes y está presente en las iglesias del Señor. También condena a
los no salvos y lucha contra los pecadores. Debido a su trabajo en nuestras vidas y
en medio de nosotros, la Biblia menciona ciertos pecados que se cometen contra Él
mientras lleva a cabo su trabajo especial. Que Dios se sirva de esta lección para que
cada uno de nosotros sea más sensible al peligro de desagradar al Espíritu de Dios.
A. Mentir al Espíritu Santo. En Hechos 4:34-5:11, tenemos la historia de
Ananías y Safira mintiendo al Espíritu Santo. El pecado que cometieron no fue por
retener parte del dinero, sino por la pretensión de decir que lo habían dado todo,
para así recibir honores por un sacrificio que no hicieron . Son los padres de todos
los que buscan la alabanza por una consagración que no poseen.
Traer tal engaño a la iglesia es un pecado contra el Espíritu Santo. Tratar de
engañar a la iglesia es lo mismo que tratar de engañar al Espíritu, que es el
administrador omnisciente de la asamblea. Los hombres olvidan que meterse con la
casa de Dios es lo mismo que meterse con Dios mismo. Al llevar a cabo su pecado,
Ananías y Safira estaban tentando a Dios (Hechos 5:9), y su destino es una
advertencia para aquellos que sigan sus pasos.
B. El dolor del Espíritu Santo. En Efesios 4:30 Pablo nos instruye a no
contristar al Espíritu Santo de Dios. El hecho de que el Espíritu pueda ser
contrariado implica que Él ama al pueblo de Dios. Sólo podemos llorar a aquel cuyo
amor y generosidad despreciamos.
Esta idea del amor del Espíritu es utilizada por Pablo como una razón para no
contrariarlo. El hecho de que Él nos selle revela su amor y hace que Él habite en
nosotros, ayudándonos y bendiciéndonos. El hecho de que nos selle hasta el día de
la redención revela que nunca nos abandonará. Ante tanto amor y generosidad,
¿querríamos pecar o contrariarle?
El Espíritu Santo es contristado por el pecado en la vida de los creyentes.
Nuestros cuerpos son su templo y debemos estar atentos para no contaminarnos.
Él es perfectamente santo y el pecado ofende a su persona. En el contexto de
Efesios 4:30 se mencionan formas particulares en las que el Espíritu puede ser
contrariado.
 Palabras pecaminosas - Efesios 4:29, 31; y 5:4.
 Actitudes pecaminosas - Efesios 4:31.
 Actos pecaminosos - Efesios 5:3.
Que Dios nos ayude a caminar con prudencia mientras recordemos su
presencia.
C. Extinción del Espíritu Santo. En 1 Tesalonicenses 5:19, se nos advierte
que no debemos apagar el Espíritu. Esto lo puede hacer un creyente durante un
tiempo al endurecer su corazón contra la guía del Espíritu.
Debemos estar prevenidos para no ahogar la voz del Espíritu de Dios.
Hombres como David, Abraham y Jonás parecen haber apagado el Espíritu durante
un tiempo y lo han pagado caro. Este pecado seguramente trae castigo y nos deja
susceptibles de cometer muchos errores. Las formas en que se apaga el Espíritu
son las siguientes:
 Rebelarse contra la Palabra inspirada de Dios tal y como se recoge en la
Biblia o la palabra dada oralmente por los profetas (1 Tesalonicenses 5:20).
 Sofocar las reprimendas del Espíritu cuando lo contrariamos.
 Resistir el liderazgo interno del Espíritu en nuestras vidas.
D. Resistiendo al Espíritu Santo. En Hechos 7:51, Esteban acusó a los judíos
de resistirse al Espíritu Santo como habían hecho sus padres (Hebreos 3:7-10, e
Isaías 63:10). En Génesis 6:3, Dios habla de que el Espíritu contendió con la gente
antes del diluvio. Algunos han tratado de interpretar estas Escrituras como si sólo
se refirieran a la rebelión de la gente contra la Palabra de Dios. Concluyen
pensando falsamente que su obra en los elegidos significa que nunca obra en los
corazones de los que no se salvarán. Aunque la rebelión contra la palabra de Dios
resiste al Espíritu Santo, no hay razón para negar que él trata personalmente con
los que nunca se salvan. Al igual que otras bendiciones de la gracia común (el
llamado del evangelio) la obra del Espíritu con los no elegidos sólo es ineficaz debido
a la depravación de sus corazones.
E. Blasfemia contra el Espíritu Santo. En Mateo 12:22-32, tenemos la historia
de algunas personas que cometieron el pecado imperdonable. Algunos fariseos
acusaron a Cristo de actuar por el poder de Satanás. Al hacerlo, blasfemaron contra
el Espíritu Santo siendo que Cristo estaba obrando por su poder (Hechos 10:38).
Nuestro Señor proclama este pecado como imperdonable.
Todo esto es muy simple, pero cuando los hombres comienzan a aplicar estos
preceptos hoy en día, resulta en una gran confusión. Algunos han afirmado que el
pecado imperdonable no se puede cometer hoy y otros lo han definido como sólo la
muerte sin Cristo (este último punto de vista confunde la cuestión ya que el pecado
imperdonable es imperdonable tanto en este mundo como en el mundo venidero). El
autor se ha preguntado a menudo por qué no aceptamos la afirmación de Cristo de
que el pecado imperdonable es blasfemar conscientemente (profanar abusando e
insultando) contra el Espíritu Santo. Los hombres no salvos llenos de maldad y en
contra del Espíritu de Dios nunca serán regenerados por el poder del Espíritu.

20 - EL BAUTISMO EN EL
ESPÍRITU SANTO
Hechos 1.5 "Porque Juan ciertamente bautizó con agua, pero vosotros seréis
bautizados con el Espíritu Santo no mucho después de estos días."
Una de las principales doctrinas de las Escrituras es el bautismo en el
Espíritu Santo. Con respecto al bautismo en el Espíritu Santo, la Palabra de Dios
enseña lo siguiente:
A. El bautismo en el Espíritu es para todos los que profesan su fe en Cristo;
que han nacido de nuevo, y por lo tanto han recibido el Espíritu Santo para morar
en ellos.
B. Uno de los principales objetivos de Cristo en su misión terrenal fue
bautizar a su pueblo en el Espíritu (Mateo 3.11; Marcos 1.8; Lucas 3.16; Juan
1.33). Ordenó a los discípulos que no empezaran a dar testimonio hasta que fueran
bautizados en el Espíritu Santo y revestidos de poder desde lo alto (Lc 24,49; Hch
1,4,5,8).
C. El bautismo en el Espíritu Santo es una obra distinta y separada de la
regeneración, que también es realizada por Él. Así como la obra santificadora del
Espíritu es distinta y complementaria de la obra regeneradora del mismo Espíritu,
el bautismo en el Espíritu complementa la obra regeneradora y santificadora del
Espíritu. El mismo día que Jesús resucitó de entre los muertos, sopló sobre sus
discípulos y les dijo: "Recibid el Espíritu Santo" (Juan 20:22), indicando que la
regeneración y la nueva vida se les estaba dando (ver el estudio LA REGENERACIÓN
DE LOS DISCÍPULOS).
Luego les dijo que también iban a ser "revestidos de poder" por el Espíritu
Santo (Lc. 24.49; cf. Hch. 1.5,8). Por lo tanto, este bautismo es una experiencia
posterior a la regeneración (véase 11.17-nota; 19.6-nota).
D. Ser bautizado en el Espíritu significa experimentar la plenitud del Espíritu
(cf. 1:5; 2:4). Este bautismo sólo tendría lugar a partir del día de Pentecostés. En
cuanto a los que fueron llenos del Espíritu Santo antes del día de Pentecostés (por
ejemplo, Lucas 1.15,67), Lucas no utiliza la expresión "bautizados en el Espíritu
Santo". Este acontecimiento no se produciría hasta después de la ascensión de
Cristo (1,2-5; Lc 24,49-51, Jn 16,7-14).
E. El libro de los Hechos describe el hablar en otras lenguas como la señal
inicial del bautismo en el Espíritu Santo (2.4; 10.45,46; 19.6).
F. El bautismo en el Espíritu Santo dará al creyente audacia celestial y poder
para hacer grandes obras en el nombre de Cristo y ser eficaz en su testimonio y
predicación (cf. 1.8; 2.14-41; 4.31; 6.8; Rom. 15.18,19; 1 Cor. 2.4). Este poder no es
una fuerza impersonal, sino una manifestación del Espíritu Santo, en la que la
presencia, la gloria y la operación de Jesús están presentes con su pueblo (Juan
14.16-18; 16.14; 1 Cor. 12.7).
G. Otros resultados del genuino bautismo en el Espíritu Santo son: (a)
mensajes proféticos y alabanzas (2.4, 17; 10.46; 1Cor 14.2,15); (b) una mayor
sensibilidad contra el pecado que contrista al Espíritu Santo, una mayor búsqueda
de la justicia y un sentido más profundo del juicio divino contra la impiedad (véase
Jn 16.8 nota; Hch
1.8 nota); (c) una vida que glorifica a Jesucristo (Jn. 16.13,14; Hechos 4.33); (d)
visiones del Espíritu (2.17); (e) manifestación de los diversos dones del Espíritu
Santo (1 Cor. 12.4-10); (f) mayor deseo de orar e interceder (2.41,42; 3.1; 4.23-31;
6.4; 10.9; Rom. 8.26); (g) un mayor amor por la Palabra de Dios y una mejor
comprensión de la misma (Jn. 16.13; Hechos 2.42) y (h) una creciente convicción de
que Dios es nuestro Padre (Hechos 1.4; Rom. 8.15; Gal. 4.6).
H. La Palabra de Dios cita varios prerrequisitos para el bautismo en el
Espíritu Santo. (a) Debemos aceptar por fe a Jesucristo como Señor y Salvador y
alejarnos del pecado y del mundo (2:38-40; 8:12-17). Esto significa someter nuestra
voluntad a Dios ("a los que le obedecen", 5:32). Debemos abandonar todo lo que
ofende a Dios, para poder ser entonces "vasos para el honor, santificados y aptos
para el uso del Señor" (2 Tim 2,21). (b) Es necesario querer el bautismo. El creyente
debe tener mucha hambre y sed del bautismo en el Espíritu Santo (Juan 7:37-39;
cf. Isa. 44:3; Mat. 5:6; 6:33). (c) Muchos reciben el bautismo como respuesta a la
oración por él (Lc. 11:13; Hch. 1:14; 2:1-4; 4:31; 8:15-17). (d) Debemos esperar con
convicción que Dios nos bautice en el Espíritu Santo (Marcos 11:24; Hechos 1:4,5).
I. El bautismo en el Espíritu Santo permanece en la vida del creyente a través
de la oración (4.31), el testimonio (4.31, 33), el culto en el Espíritu (Ef. 5.18,19) y
una vida santificada (ver notas de Ef. 5.18). Por muy poderosa que sea la
experiencia inicial del bautismo en el Espíritu Santo en el creyente, si no se expresa
en una vida de oración, testimonio y santidad, pronto se convertirá en una gloria
que se desvanece.
J. El bautismo en el Espíritu Santo ocurre una vez en la vida del creyente y lo
mueve a consagrarse a la obra de Dios, para así dar testimonio con poder y justicia.
La Biblia habla de renovaciones posteriores al bautismo inicial del Espíritu Santo
(ver nota 4.31; cf. 2.4; 4.8, 31; 13.9; Ef. 5.18). El bautismo en el Espíritu, por tanto,
lleva al creyente a una relación con el Espíritu, que ha de ser renovada (4.31) y
conservada (Ef 5.18).
20.1. Evidencia primaria del bautismo en el
Espíritu Santo
La Biblia nos da ejemplos de que el hablar en lenguas extrañas es una
evidencia física y audible de la plenitud del Espíritu en nosotros, lo cual es
confirmado por la experiencia de millones de personas bautizadas. ¿Puede haber
casos de bautismo sin hablar inmediatamente en lenguas? Dios es soberano en su
voluntad y no se limita a las fórmulas. También hay casos en los que la plenitud del
Espíritu viene simultáneamente con otros dones además del de lenguas. Veamos
algunos ejemplos bíblicos de hablar en otras lenguas como evidencia de este
bautismo:
 El día de Pentecostés, 120 personas se reunieron en la sala superior. "Y de
repente vino un ruido del cielo, como de un viento impetuoso, que llenó
toda la casa donde estaban sentados. Y se les aparecieron lenguas como de
fuego, y una se sentó sobre cada uno de ellos. Y todos fueron llenos del
Espíritu Santo y empezaron a hablar en otras lenguas, según el Espíritu les
daba que hablasen" (Hechos 2.1-4).
 No sólo los discípulos de Jesús estaban allí. Hombres y mujeres, incluso
María, la madre de Jesús, recibieron la plenitud del Espíritu en ese
momento (Hechos 1.14-15). "Y mientras Pedro seguía hablando estas cosas,
el Espíritu Santo cayó sobre todos los que escuchaban la palabra. Y los de
la circuncisión que habían creído se asombraron, porque el don del Espíritu
Santo había sido derramado también sobre los gentiles, pues los oían
hablar en lenguas y magnificar a Dios" (Hechos 10.44-46).
 Desde el momento en que los cristianos hebreos oyeron a los gentiles hablar
en lenguas, tuvieron la certeza de que habían recibido el derramamiento del
Espíritu.
 Los discípulos de Éfeso. "Cuando Pablo les impuso las manos, el Espíritu
Santo descendió sobre ellos, y ambos hablaron en lenguas y profetizaron.
En total, eran unos doce hombres" (Hechos 19.1-7). Aquí se concedió más
de un don en el acto del bautismo.
 Los creyentes samaritanos: "Entonces [Pedro y Juan] les impusieron las
manos y recibieron el Espíritu Santo. Pero cuando Simón vio que el Espíritu
Santo se daba por la imposición de las manos de los apóstoles, le ofreció
dinero" (Hechos 8.15-18). Por inferencia, lo que vio el mago Simón fue
hablar en lenguas. ¿Qué otra señal habría visto? ¿Alegría? No, porque ya
habían sido bautizados en el nombre del Señor Jesús, y vivían con alegría el
nuevo nacimiento. ¿Se habrían desmayado? No, no hay informes bíblicos de
reacciones emocionales, como caídas, llantos, desmayos, aunque esto
puede ocurrir.
Además de esta señal física -hablar en otras lenguas- el genuino bautismo en
el Espíritu Santo proporciona una mayor capacidad de amar, exaltar y glorificar a
Dios; aumentará el desprecio por los placeres mundanos; dará más convicción de la
presencia del Espíritu Santo en nuestras vidas; aumentará el apego a las
Escrituras; aumentará el interés por salvar a las almas perdidas y por predicar el
Evangelio; proporcionará el poder de proclamar la Buena Nueva con audacia, valor,
intrepidez y amor, bajo la dirección del Espíritu: "Pero quedaos en la ciudad de
Jerusalén, hasta que seáis revestidos de poder desde lo alto" (Lucas 24.49; Hechos
1.4; 2.14).
20.2. Otras Evidencias del Bautismo en el
Espíritu Santo
"Mientras Pedro seguía diciendo estas palabras, el Espíritu Santo cayó sobre
todos los que escuchaban la palabra. Y los de la circuncisión que habían creído se
asombraron, todos los que venían con Pedro, porque el don del Espíritu Santo
había sido derramado también sobre los gentiles" (Hechos 10.44 y 45).
Muchas personas dicen que han probado el Bautismo en el Espíritu Santo.
¿Pero vemos una diferencia en nuestras vidas causada por el Bautismo en el
Espíritu Santo? El Espíritu Santo es Dios.
Ser bautizado en el Espíritu Santo significa estar totalmente sumergido o
inmerso en su Persona Divina, de manera dependiente y sumisa a su voluntad. Por
lo tanto, una vida compacta con el pecado, y que no glorifica a Cristo en su esencia,
actitudes y forma de ser no evidencia el Bautismo en el Espíritu Santo.
Por eso la Escritura advierte:
 "Prueba los espíritus..." (I Juan 4.1).
 "Examina todas las cosas. Mantén lo que es bueno" (I Tesalonicenses 5.21).
El que está verdaderamente bautizado en el Espíritu Santo manifestará el
amor de Dios, producirá su fruto y recibirá sus dones según su voluntad para servir
y glorificar a Cristo en una vida nueva.
Algunas evidencias del Bautismo en el Espíritu Santo:
 El Bautismo en el Espíritu Santo nos lleva a glorificar a Dios más que antes
(Juan 16.13-15).
 Aumentará nuestra convicción como hijos de Dios (Romanos 8.16; Juan 14.
16- 23).
 Aumentará nuestro amor por las Escrituras (Juan 16.13).
 Profundizará nuestro amor por los hermanos (Hechos 2.44-46; Hechos 4.32).
 Nuestra vida estará marcada por la santidad (Hechos 2.38-40).
 Aumentará nuestra aversión al pecado (Romanos 16.19-20; 12.9-11; 1
Corintios 2.12).
 Aumentará nuestro deseo de dar testimonio (Hechos 2.18 y 40).
 Despertará en nosotros el deseo de buscar los dones del Espíritu Santo,
para bendecir a los demás (I Corintios 12.7-11,31).
 Los puntos señalados anteriormente evidencian una vida bautizada en el
Espíritu Santo, y comprometida con el Señor, y con la construcción y
expansión de su Reino.
Si deseamos el Bautismo en el Espíritu Santo, debemos buscarlo, sin miedo,
pues el Señor quiere que nos llenemos y rebosemos de su presencia, y que seamos
instrumentos útiles en sus manos, como declara Pedro en Hechos 2.33, 39.

21 - LOS DONES DEL ESPÍRITU


21.1. Definición de dones espirituales
Los dones del Espíritu son habilidades y talentos dados a alguien por la
operación interna del Espíritu Santo (1 Corintios 12:4-11). Deben distinguirse del
don inicial del propio Espíritu (Hechos 2:38; 10:45; 11:17, I Corintios 12:4). Los
dones espirituales tampoco deben confundirse con las habilidades o talentos
naturales. Se nace con ciertas habilidades que se pueden desarrollar. Los dones
espirituales, en cambio, no son producto del nacimiento sino del poder del Espíritu
Santo.

21.2. Tipos de dones espirituales


Los dones espirituales se enumeran en los siguientes pasajes: Romanos 12:5-
8, Efesios 4:11-12, 1 Corintios 12:8-10, 28-29. Se han sugerido varias
clasificaciones:
 Administrativa - funcional - signo.
 Edificio - autentificación.
 Permanente - temporal.
Algunos de los dones han sido determinados como señales (Lenguas, Milagros,
Sanación, etc.). Otros dones permiten que la iglesia funcione de manera más
ordenada (ayudas, gobiernos), o bendicen a algunos con suministros especiales
(mostrar misericordia, etc.). Un gran número de dones se refieren al ministerio de la
palabra (enseñanza, profecía, etc.). Esos dones, dados únicamente para suplir las
necesidades de las iglesias apostólicas, eran obviamente temporales. Esto incluye
todos los dones de señales y cualquier don que implique una revelación directa
aparte de la Biblia.
Al señalar los diversos tipos de dones espirituales, también debemos
mencionar que se enumeran ciertos hombres dotados (1 Corintios 12:28-29). Los
hombres que ocupan estos puestos deben, sin duda, poseer más de un don para
llevar a cabo su trabajo. Ellos mismos son dones para la iglesia (Efesios 4:7-12).
Algunos de estos cargos, como el de Apóstol y Profeta, eran temporales.

21.3. La fuente de los dones espirituales


Los dones del Espíritu tienen un doble origen. A saber:
 Fueron dadas por Cristo (Efesios 4:7-11).
 Son dadas por el Espíritu (Corintios 12:4-11).
Estos dos puntos se pueden reconciliar entendiendo que el Espíritu fue dado a
la iglesia por Cristo. El Espíritu fue llamado "el don" de la ascensión de Cristo a la
iglesia (Hechos 2:33, Juan 7:39). El Espíritu, así enviado, produce en nosotros las
capacidades espirituales necesarias.

21.4. ¿A quién se le dieron los dones del Espíritu?


Todos los creyentes tienen dones espirituales (I Pedro 4:10, I Corintios 12:7),
pero es correcto decir que los dones fueron dados a la iglesia. No todos los
cristianos son miembros de una de las iglesias del Señor, pero es la voluntad
de Dios que lo sean.
La iglesia es el lugar adecuado para el ejercicio de los dones del Espíritu. Los dones
fueron dados a la iglesia para su desarrollo espiritual (Efesios 4:8-12; nota versículo
12; 1 Corintios 12:14-31; nota versículos 27- 28). Los dones se dan a los santos
individualmente para que la asamblea en su conjunto sea bendecida.
La relación de los dones del Espíritu con la iglesia puede verse en el concepto
del Nuevo Testamento, donde la iglesia es vista como el Templo de Dios, y como el
Cuerpo de Cristo. Si bien la regeneración "nos convierte en piedras vivas" (I Pedro
2:5), son los dones del Espíritu los que hacen que estas "piedras vivas" lleguen a
formar el templo de Dios que está "bien puesto" (Efesios 2:21). Al igual que un
cuerpo humano tiene muchos miembros que contribuyen al bienestar general del
conjunto, la iglesia local, como cuerpo de Cristo, está dotada de todas las funciones
necesarias gracias a la variedad de dones de su comunidad (1 Corintios 12:12-28;
Efesios 4:16). A la iglesia se le han dado dones del Espíritu porque es responsable
de promover el crecimiento espiritual del pueblo (Efesios 4:11-16).
Tal vez este sea un buen lugar para mencionar el concepto pentecostal de que
las personas reciben dones espirituales para ser bendecidas personalmente y esto
es una concepción falsa. Cada regalo es para el cuerpo de Cristo en su conjunto. No
recibimos los dones para nuestro propio beneficio, sino para el beneficio del cuerpo.
Al igual que el cuerpo humano, existe una interdependencia entre sus miembros. El
bien del cuerpo debe ser el factor de control en el ejercicio de cualquier don
espiritual (1 Corintios 12-14).

21.5. La regulación de los dones del Espíritu


Mientras que los dones espirituales se dan para el beneficio del cuerpo, y
deben ser regulados para que se logre este propósito. Aunque se determinan reglas
específicas (I Corintios 14:27-35), el precepto general es permitir que el amor hacia
los demás controle nuestras acciones. El amor es tan importante en el ejercicio de
los dones espirituales que la mayor exposición del amor en la Biblia se encuentra
en medio de una discusión sobre los dones espirituales (l Corintios 13:1-13).
Al mencionar la regulación de los dones espirituales notaremos que esto
implica que aquellos que poseen dones espirituales pueden controlarlos (1 Corintios
14:32- 33). Los que interrumpen los servicios de culto con acciones incontroladas
no pueden atribuir su comportamiento al poder del Espíritu de Dios.

21.6. El peligro de los dones espirituales


Mientras los dones del Espíritu se den como una bendición se puede abusar
de ellos. Al contrario que el fruto del Espíritu, pueden producir orgullo. A veces,
donde hay multitud de dones espirituales, hay poco de gracia (Compara 1 Corintios
1:7 con 3:1-3). Considere los siguientes puntos.
1. Los dones espirituales se dan a alguien para el beneficio de otros. Por lo
tanto, es notable que la adquisición de un don espiritual no asegura una
bendición personal.
2. Los dones espirituales no son una marca segura de que uno es un hijo de
Dios. Judas y Balaam recibieron dones espirituales.
3. La posesión de los dones espirituales, a diferencia de la posesión del fruto
del Espíritu, no prueba en absoluto que nuestra vida cristiana sea
agradable a Dios (1 Corintios 13:1-3). Los que manifiestan el fruto del
espíritu está caminando cerca de Dios. No siempre se puede decir lo
mismo de las personas que poseen dones espirituales.
4. Los dones espirituales pueden exponernos a ciertas tentaciones cuando no
están regulados por el amor. Los corintios utilizaban los dones como medio
de autoglorificación.
No pretendo en modo alguno menospreciar los dones espirituales, pero sí
advertir a los que abusan de los dones o se apoyan en ellos como prueba de
aceptación personal a Dios.

22 - LOS REGALOS TEMPORALES


Los bautistas creen históricamente que algunos dones espirituales (y oficios)
pertenecían a la infancia de la iglesia del Señor. Esto era un resultado natural de su
posición en relación con la Biblia. La aseguraron como "única regla de fe y
práctica". Esta posición también fue sostenida por los protestantes ortodoxos.
Por otro lado, el catolicismo y la mayoría de los cultos siempre han afirmado
poseer dones milagrosos. Estos grupos siempre han presumido de profetas
inspirados, nuevas revelaciones, curaciones milagrosas y señales. En los últimos
tiempos, un movimiento religioso llamado "renovación carismática" ha afirmado que
los dones milagrosos se están restableciendo en su ámbito. Este movimiento es
ahora interconfesional y ha experimentado un enorme crecimiento.
Cuando se examina el énfasis moderno en los milagros, pensamos que se está
preparando el camino para la venida del Anticristo (II Tesalonicenses 2:8-12). Su
venida será durante una época de gran énfasis en los milagros (Mateo 24:24; 7:22-
23). Al pueblo de Dios le corresponde examinar todo con la luz de la Palabra de
Dios.

22.1. Los nueve dones espirituales


En 1 Corintios 12:8-10, hemos enumerado nueve dones que poseían de
manera peculiar las iglesias apostólicas. Estos dones (como el oficio de apóstol y
profeta) eran temporales. Nuestro plan es definir primero estos dones y luego
demostrar que no fueron dados por Dios como un regalo permanente.
A. La Palabra de la Sabiduría. Se trataba de la capacidad sobrenatural de
tomar decisiones o no hablar basándose en el estudio o la premeditación, sino por
la obra directa del Espíritu Santo en la mente (Hechos 6:8-10, Mateo 10:19-20).
[¿Por qué los que dicen poseer este don contratan abogados cuando se ven
envueltos en un litigio?]
B. La palabra del conocimiento. Se trataba de la capacidad de conocer hechos
y comprender situaciones en virtud de una revelación directa del Espíritu Santo
(Hechos 5:1-10, II Reyes 5:25-26).
C. El don de la fe. Esto es lo que llamaríamos "fe milagrosa" (1 Corintios 13:2,
Hechos 3:1-9). Esta fe no la poseían todos los creyentes, sino que fue dada
soberanamente por Dios según su voluntad (1 Corintios 12:11). No debe
confundirse con la fe salvadora, común a todos los creyentes.
D. Dones de curación. Se trataba de la capacidad de sanar a voluntad (Hechos
9:32-35). La curación se realizaba como una señal (Juan 10:38, Hechos 4:29-30).
E. Para hacer los milagros. Se trataba de la capacidad de realizar milagros
como señal o confirmación de que el mensaje procedía de Dios (Hebreos 2:3-4).
F. La profecía. Esta era la capacidad de recibir y comunicar a otras personas
mensajes o doctrinas que provenían de la revelación directa de Dios. La Biblia fue
escrita por profetas.
G. Discernimiento de espíritus. Esta era la capacidad de discernir si los que
decían ejercer los dones espirituales eran de Dios o de Satanás. Las primeras
iglesias no tenían un Nuevo Testamento completo para examinar las enseñanzas de
los profetas.
H. Lenguas. Se trataba de la capacidad sobrenatural de hablar en lenguas que
no se habían adquirido mediante el estudio (Hechos 2:1-11). Esto ocurrió como una
señal (1 Corintios 14:22).
I. Interpretación de lenguas. Esta era la capacidad sobrenatural de interpretar
a los que hablaban en lenguas (1 Corintios 14:27).

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