Está en la página 1de 9

EL DON, LOS DONES Y LA PLENITUD DEL ESPIRITU

Santiago Crane W.

El lugar del Espiritu Santo en la vida cristiana es un tema de interés para todo creyente
serio. Tanto la lectura de la historia cristiana como el estudio de la Biblia, nos convencen
de que la obra - evangelÍstica y misionera no pueden prosperar aparte del poder del
Espíritu en la vida de los obreros. Sin excepción, los grandes hombres de Dios han sido
axzˀ

Para llegar a ser "hombres "del Espíritu" precisamos como primer paso, estudiar el Nuevo
Testamento para captar bien su enseñanza respecto a la relación que existe (y la que
debe existir) entre el creyente y el Espíritu de Dios. Tal estudio puede traernos grandes
bendiciones, como ha testificado uno de los más destacados biblicos de nuestra época:

"Sólo puedo decir que el estudio de la enseñanza del Nuevo Testamento acerca del
Espiritu Santo ha sido para mi una experiencia humillante, desafiante y consoladora
-humillante, porque me ha hecho comprender cuán poco he experimentado del esplendor
de la vida en el Espíritu: desafiante, porque al fin he podido vislumbrar algo de las
cumbres de experiencia cristiana que me faltan escalar, consoladora, porque nunca antes
me había dado cuenta de las reservas de poder divino que están a la disposición del
hombre que quiera someter su vida a la soberanía de Cristo Jesús".

(William Barclay, The Primics of the Spirit, (Philadelphia; The Westminster Press, 1960)
pp. 9-10).

Una manera provechosa de hacer semejante estudio neotestamentario es acercarse al


tema desde el triple punto de vista de el DON, Los DONES y la PLENITUD del ESPÍRITU.

EL DON DEL ESPIRITU


Leáse Hechos 2:37-39. Cuatro veces en el Nuevo Testamento se habla del "don del
Espiritu" (Hech. 2: 38, 8:20; 10:45, 11:17). Siempre se refiere al Espiritu mismo como don
de Dios para todo aquel que se arrepiente de sus pecados y cree en Jesucristo como su
Señor y Salvador.

Es bien sabido que la vida cristiana empieza cuando recibimos por fe a Cristo como
nuestro Señor y Salvador (Apoc. 3:20, Juan 1:12). Lo que a veces no se entiende, sin
embargo, es que cuando uno recibe a Cristo recibe
también -y al mismo tiempo- el Espíritu Santo (2 Cor. 3:17). Tan es así que el apóstol
Pablo afirma categóricamente que quien no tenga el Espíritu de Cristo simplemente no es
cristiano. (Rom 8:9; 1 Cor. 6:-19; Gal. 3:2).

El "don del Espíritu"," pues; 'no es alguna "segunda bendición" que debemos buscar y
recibir después de haber aceptado a Cristo. Es más bien la "primera bendición" de la vida
cristiana, puesto que cuando aceptamos a Cristo en ese mismo instante recibimos el
Espíritu Santo como don de Dios. Véase la pregunta de Pablo a los llamados "discípulos"
de Efeso. en Hechos 19:7 VRV.
2

El "Don del Espíritu" se relaciona entonces con la iniciación de la vida cristiana, y de


acuerdo con el Nuevo Testamento hay diez aspectos del asunto que debemos tener: en
cuеnta.

1.-El Espíritu Santo nos CONVENCE de pecado. Juan 16:7-11.

2. El Espíritu Santo nos CONVIERTE a la soberanía de Cristo. 1 Cor. 12:3; Hechos


22:10.

3.- El Espíritu Santo nos ADOPTA en la familia de Dios. Rom. 8: 15; Gal. 4:4-5

4.- El Espíritu Santo nos REGENERA, impartiéndonos una naturaleza nueva. Juan 3:5, 1-
8; · Tito 3:5.

5.- El Espíritu Santo nos SELLA como de la propiedad exclusiva de Dios. Efesios 1:13;
Efesios 4:30; 2 Соr. 1:22.

6.- El Espíritu Santo nos ANTICIPA las glorias futuras de nuestra herencia celestial.
2 Cor. 1:22, Rom, 8:23 - las "Primicias", 2 Соr. 5:5; Efesios 1:14; 2 Cor. 1:22 las.
"Arras".

7.- El Espíritu Santo nos UNGE con discernimiento espiritual. 1 Cor. 2: 8-13; 2 Cor. 2:20-
21; 1 Juan 2:20-27.

8.- El Espíritu Santo nos ENRIQUECE con algún don espiritual que nos hace
potencialmente aptos, para algún servicio (ministerio) en la Iglesia y en el mundo.
1 Соr. 7:7; 1 Cor. 12:1; Efe. 4:7; 1 Pedro 4:10-11.

9.- El Espíritu Santo nos HABITA como su morada permanente, constituyéndonos en


sendos templos de Dios. Rom. 8:9; 1 Cor. 6:19.

10- Cristo nos BAUTIZA en el Espíritu Santo para que formemos parte de su Сuеrро, lа
Iglesia. 1 Cor. 12:13.

(NOTA: En relación con esta última consideración, se recomienda el sustancioso estudio


del Sr. Juan R. W. Stott intitulado "El Bautismo y la Plenitud del Espíritu" publicado por
Editorial Caribe).

LOS DONES DEL ESPIRITU


Es necesario distinguir claramente entre "el don del Espíritu" y "Los dones del Espíritu".
Cuando hablamos del "don del Espíritu" estamos refiriéndonos, como vimos: en el estudio
anterior, al Espíritu mismo como don de Dios para todos sus hijos. Más al hablar "de los
dones del Espíritu", estamos señalando las capacidades con que el Espíritu Santo dota a
los hijos de Dios con el fin de capacitarlos para glorificar a su Señor mediante algún
servicio (ministerio) en la Iglesia o en el mundo.

Este aspecto, de la obra del Espíritu Santo es tan importante -y generalmente tan poco
comprendido - que necesitamos dedicarle atención. Lo haremos bajo cinco
consideraciones:
-3-

1.- EL HECHO de los dones del Espíritu.


1 Соr. 7:7; 1 Сor. 12:7; Еf. 4:7; 1 Pedro 4:10-11.
Cada una de estas citas declara categóricamente que cada creyente posee alguna
capacidad espiritual que le ha sido conferida pon el Espíritu de Dios.

2. El PROPOSITO de los dones del Espíritu.


1 Cor.:. 12:7.(VHA); Ef. 4:11-12; 1 Pedro 4:10-11.
Recibimos dones (capacidades) del Espíritu con el doble fin de emplearlos en beneficio
de nuestros hermanos (para su edificación) y de esta mапеrа glоrificar a Dios.
Los dones del Espíritu nos capacitan para servir (ministerio); nos hacen potencialmente
aptos para el desempeño de algún servicio (ministerio) en la Iglesia y en el mundo.

...у соmо саda uno de nosotros posee algún don, se sigue que сada uno es
responsable de algún servicio (ministerio).

3. La IDENTIFICACION de los dones del Espiritu.


Rom. 12:3-8; 1 Соr. 7:1-7; 1 Соr. 12:27-28; 1 Cor. 13:1-3; Efesios 4:7-13.

Juntando estos pasajes podemos decir que el Nuevo Testamento menciona


específicamente o por clara implicación cuando menos veintidós (22) dones espirituales:

(1) Apóstoles. 1 Cor. 12:28; Ef. 4:11


(2) Profetas (profecía}. 1 Cor. 12:28; Ef. 4:11; Rom. 12:6.
(3) Evangelistas. Ef. 4:11
(4) Pastores que enseñan. Ef. 4:11
(5) Maestros (enseñanza). 1 Cor. 12:28; Rom. 12:7.
(6) Palabra de Sabiduría. 1 Cor. 12: 8.
(7) Palabras de Ciencia. 1 Cor. 12: 8.
(8) Exhortación. Rom. 12: 8 (Este término podría traducirse "consolación" o "habilidad de
aconsejar).
(9) Diversos géneros de lenguas o don de lenguas. 1 Cor. 12:8; 1 Cor. 12:28 (veáse
también 1 Cor. 14:1-40).
(10) Interpretación de lenguas. 1 Cor. 12:10
(11) Fé.1 Cor. 12:9: 1 Cor. 13:2b
(12) Dones de sanidades. 1 Cor. 12:9
(13) El hacer milagros. 1 Cor. 12:10; 28
(14) Discernimiento de espíritu. 1 Cor. 12:10
(15) El martirio. 1 Cor. 13:3b.
(16) Liberalidad, o sea, el don de compartir. Rom. 12:8; 1 Cor. 13:3a.
(17) Servicio. Rom. 12:7
(18) Agudas. 1 Cor. 12:28
(19) El hacer misericordia. Rom. 12:8
(20) El don de presidir (o de ser líder). Rom. 12:8
(21) Administraciones. 1 Cor. 12:28
(22) El celibato. 1 Cor. 7:1-7
-4–

4 - La DISTRIBUCION de los dones espirituales.


1 Соr. 12:4-11 - Variada y de acuеrdo сon la soberana voluntad del Espíritu mismo.
1 Cor. 12:29-30 - Ningún creyente los tiene todos. Esto significa que los creyentes
tenemos que ayudarnos mutuamente. Véase 1 Con. 12:21 y Efesios 4:16.

5.- PREGUNTAS SOBRE los dones del Espíritu.

(1). ¿Son validos hoy en día todos los dones espirituales mencionados en el
Nuevo Testamento?
En el sentido más estricto los "apóstoles" ya no existen (veáse Hech. 1:21-22). Sin
embargo, algunos le darían a este don el sentido contemporáneo de misionero. Otros
afirman que los dones milagrosos todos fueron retirados al final de la era apostólica.

No cabe duda que los dones milagrosos son muy poco evidentes hoy en día, perо еl
que esto escribe crее quе uno debе tener сuidado en no incurrir en un dogmatismo
que negaría la posibilidad de que Dios otorgue todavía algunos de éstos dones
milagrosos, si le complace hacerlo.

(2) ¿Menciona el Nuevo Testamento todos los posibles dones Espirituales?


Quizá una mayoría de los estudiosos afirmarían que sí. Sin embargo, la expresión "la
multiforme gracia de Dios" en 1 Pedro 4:10, sugiere la posibilidad de que los dones del
Espíritu podrían tomar formas aún no especificadas de acuerdo con las necesidades
de tiempo y lugar. A este respecto es interesante la opinión de un destacado
comentarista conservador:

"Algunos de los dones que el apóstol enumera en 1 Cor. Capitulo 12, no existen en la
Iglesia hoy en día. La razón de su no existencia consiste, en que Dios ha dado a cada
uno según su propia voluntad. Otros dones podrán ser encontrados en la Iglesia hoy
en día que nо fuerоn поmbrados por el aрóstol porque aún no habían sido conferidos.
Procurar comprimir la actividad del Espíritu de Dios en la Iglesia Cristiana dentro de la
fórmula de una generación muerta, aunque la historia esté en la Biblia, es estorbar el
progreso del Reino de Dios".

(G. Cambell Morgan, The Acts of the Apostles, H., Revell, 1924). (New York; Fleming
p. 176.

(3) ¿Qué relación existe entre los dones del Espíritu y los llamados "Talentos
naturales"?
Esta también es una pregunta difícil de contestar, en parte porque los "talentos naturales"
son todos dones de Dios para la humanidad. El Dios de la redención es también el Dios
de la creación, y hay evidencia clara de .la intervención del Espíritu Santo en la obra
creadora (Gen. 1:2; Job. .26:13; 33:4; Salmo 104:30). También es cierto que muchas
veces, cuando Dios salva a un individuo, echa mano de talentos que ya exhibía y les da
realce y los consagra para su servicio divino.
-5–

Por otro lado, es evidente que algunos de los dones del Espíritu no tienen ninguna
relación necesaria con los talentos naturales, v.gr.: el hacer misericordia, ayudas, fe,
palabras de sabiduría, palabra de ciencia, el martirio. Además, hay una grande diferencia
entre lo que el hombre hace "en la energía de la carne“ y lo que hace "con demostración
del Espíritu y poder" (vea 1 Cor. 1:20, 2:5).

A veces coпосеmos а uпа реrsопа que antes de su conversión no daba evidencia de ser
muy talentosa. Pero después de convertida,Dios le usó grandemente. Como alguien ha
dicho "en el ministerio no se encuentran muchos hombres talentosos, pero sí se
descubren hombres dotados".

Finalmente, el hecho de que se trata de dones del Espíritu y de que el hombre inconverso
es descrito en las Escrituras como quien "no tiene al Espíritu" (Judas 19), parecería
indicar que los dones del Espíritu constituyen un capítulo aparte de los llamados
"talentos naturales".

(4) ¿Qué relación existe entre los dones del Espíritu y la "espiritualidad?

Una comparación de 1 Cor. 1:4-7 (que indica que en la Iglesia de Сorinto no fаltaba
ningún don) con 1 Cor. 3:1-3 (que califica de carnales a los mismos creyentes corintianos)
demuestra que la posesión de los dones espirituales no constituye ninguna garantía
de espiritualidad.

Este es un punto que debe meditar seriamente quien sostenga que determinado don del
Espíritu sea evidencia de superioridad espiritual.

(5) ¿Son de igual importancia todos los dones del Espíritu?

1 Cor. 12:31; índica claramente que algunos dones son mejores que otros, y el capítulo 14
de 1 Cor. demuestra que se trata de que los dones (como la Profesía) que edifican a la
Iglesia, son mejores que el don de lenguas que sólo edifica al que las hable.

(6) ¿Cuál es nuеstra responsаbilidad respеcto a los donеs del Espíritu?

a) Debemos DESEAR los mejores dones. 1 Cor. 12:31b.


b) Debemos DESCUBRIR cuál sea nuestro don.
(a) Estudiar las listas en el Nuevo Testamento y tener curiosidad.
(b) Pedirle sabiduría a Dios. Santiago 1:5
(c) Experimentar
(d) Tomar consejo
c) Debemos DEDICAR nuestro don al servicio de Dios y de la humanidad.
Es recibido, por tanto, no es mío en verdad. 1 Cor. 4:1
Lo dedicado al Señor es bendecido y multiplicado. Juan 6:8-11
-6-

d) Debemos DESARROLLAR nuestro don en el trabajo evangelístico -


misionero de la Iglesia 1 Tim. 4:14; 2 Tim. 1:6.

LA PLENITUD DEL ESPIRITU

Ya vimos que cada creyente ha recibido del Espíritu algún don que le
capacita. Cuando menos potencialmente, para servir a otros y glorificar a
Dios (1 Pedro 4:10-11). Pero es evidente que no todo creyente realiza esta
potencialidad. Pablo felicita, por ejemplo, a los hermanos de Corinto porque
"en todas las cosas fuisteis enriquecidos en El... de tal manera que nada os
falta en ningún don" (1 Cor. 1:5,7). Un poco adelante, sin embargo, se lamenta
de que no pudo hablarles "соmо а espirituales, sinо сomо a сarпales, como a niños
en Cristo" (1 Cor. 3:11). Esos creyentes carnales, lejos de estar usando sus dones
para la edificación de la Iglesia, la estaban destrozando con divisiones.

Esto nos hace ver que el empleo adecuado de los dones del Espíritu exige que seamos
"espirituales", es decir, que tengamos aquella calidad de vida que sólo es producida por
LA PLENITUD DEL ESPIRITU. Es esta la razón porque se nos ha ordenado ser
continuamente "llenos del Espíritu" (Efesios 4:18).

1.- El PROPOSITO de la plenitud del Espíritu.

Dios da la plenitud de su Espíritu para que podamos emplear nuestras


capacidades en forma efectiva en el testimonio y el servicio cristianos.
Podemos observar esto en la historia de la Iglesia primitiva. Diez veces
en los primeros trece capítulos de los Hechos hallamos la expresión "lleno
o llenos) del Espíritu". En cada clase se produjo un resultado positivo en
relación con el testimonio o el servicio.

Al ser llenos del Espíritu, los creyentes tuvieron:

(1) Capacidad para testificar en idiomas inteligibles que antes no habían sabido
hablar. Hechos 2:4

(2) Valor para enfrentarse con autoridades hostiles, Hechos 4:8-13.

(3) Confianza "libertad" según la versión de Nácar-Colunga) para


testificar. Hechos 4:31.

(4) Sabiduría para administrar la beneficencia de la Iglesia. Hechos 6:3

(5) Fe para esperar de Dios, los recursos con que resolver las necesidades
materiales de la Iglesia. Hechos 6:5

(6) Amor para perdonar y orar por sus enemigos. Hechos 7:55-60.
-7-

(7) Poder para romper con las creencias y prácticas equivocadas


de toda una vida y dedicarse a la predicación del Evangelio.
Несhos 9:17-20.

(8) Prosperidad en la evangelización de una ciudad pagana.


Hechos 11:24-26.

(9) Autoridad para reprender la oposición satánica. Hechos 13:9.

(10) Gozo en medio de la persecución. Hechos 13:50-52.

De estos pasajes se ve que cuando el Espíritu llena a un creyente transforma su carácter


y prospera su obra. Dos pasajes que resumen este doble resultado de la plenitud del
Espíritu en la vida del Creyente son:

Gálatas 5:22-23. Aquí tenemos "el fruto del Espíritu" que no es otra cosa que la
reproducción fiel en el creyente del carácter de Cristo mismo. Las nueve virtudes
comprendidas en este fruto unitario, han sido descritas como "una terna de ternas de las
gracias cristianas: La terna de la experiencia (amor, gozo, paz); la terna de la conducta
(paciencia, benignidad, bondad) y la terna del carácter (fidelidad, mansedumbre, dominio
propio)".

(J. Oswald Sanders, The Holy Spirit and His Gifts (grand Rapids; Zondervan Publishing
House, 1970) p. 147).

2 Timoteo 1:6-8. Aquí tenemos el impacto que hace el Espíritu Santo sobre nuestro
testimonio y servicio cristianos, dándonos: valor, poder, amor y cordura. (Este último
vocablo es traducido de diversas maneras: "dominio propio" (RVR, VHA, VE, VLA),
"Templanza" (RV, VM, NC, BJ), "prudencia" (BES, TA), "Cordura" (NP, De la Cruz, "Buen
sentido" (Pablo Besson) y "buen juicio" (UP).

LOS REQUISITOS DE LA PLENITUD DEL ESPIRITU

En Juan 7:37-39, el Señor Jesús presenta la plenitud del Espíritu bajo la figura de "ríos de
agua viva". De acuerdo con las legitimas implicaciones de esta metáfora, son cuatro las
condiciones que tenemos que llenar para que tanto nuestro carácter como nuestro
testimonio y servicio lleven el sello de esta indispensable plenitud.

(1) Tenemos que tener sed. Esto quiere decir que necesitamos darnos cuenta de la
esterilidad actual de nuestra vida y desear profundamente que Dios cambie la situación.
Tal deseo behemente nos conducirá irremisiblemente a la búsqueda en oración (Salmo
42:1-2; Lc. 11:13).

(2) Теnemos que limpian el vaso. Esto se rеfiere a la сuеstión de ресado en nuestra
vida. Los pasajes bíblicos que más directamente vienen al caso son Efesios 4:30 y
1 Tesalonicenses 5:19.
-8-

Interpretados a la luz de sus respectivos contextos, el primero dice simplemente que


tenemos que dejar de hacer lo que el Espíritu NO quiere que hagamos, mientras que el
segundo nos exhorta a no dejar de hacer lo que el Espíritu SI quiere que hagamos.

De acuerdo con 1 Juan 1:9, la manera de lograr esta necesaria limpieza espiritual es por
medio de la confesión, seguida de fe en la fidelidad de Dios de perdonar y limpiar (claro
está que si van de por medio daños o algún tercer, tiene que haber también restitución.
Mat. 5:23-24.

(3) Tenemos que entregar el vaso. Aunque mi vaso esté limpio, mientras yo lo retenga
bajo mi propio dominio, 'seguirá vacío. ¡Sólo Cristo puede llenarlo! Debo, entonces
entregar mi vida incondicionalmente a la amorosa voluntad de Dios. (Rom. 12:1-2).
Cuando yo le reconozco como "Soberano Señor" (Hech. 4:24) y tomo mi debido lugar
como su "siervo", o sea, su esclavo (Hech. 4: 29), entonces seré lleno del Espíritu
(Hechos 4:31).

(4) Tenemos que beber. En Juan 7:37-39, es claro que "beber" es sinónimo de "Creer".
Se trata de que por la fe hagamos nuestra bendición provista. Cuando tengo sed no digo:
"No beberé hasta que no sienta que se ha apagado la sed". ¡NO! Bebo primero. Entonces
desaparecen las sensaciones de la sed. Así también debemos proceder en este asunto
de la plenitud del Espíritu...por fe. (Col. 2:6).

En otras palabras, cuando hemos llenado las primeras tres condiciones, debemos confiar
en que el Señor nos ha llenado de su Espíritu, y en esta confianza salir a testificar y servir
sin detenernos para esperar - antes alguna manifestación emotiva. (veáse James
McConkey, El Triple Secreto del Espíritu Santo. (El Paso: Casa Bautista de
Publicaciones,1977). págs. 55-56.

3.- Las MANIFESTACIONES de la Plenitud del Espiritu:

Las manifestaciones de la realidad de la plenitud del Espíritu vendrán "Sobre la marcha“


(Juan. 14:21; Luc.17:14b), y serán aquellas que transforman nuestro carácter en la
semejanza de Cristo (veáse la discusión previa del fruto del Espíritu) y que hacen
efectivos nuestro testimonio y servicio cristianos. Las más importantes de estas
manifestaciones son:

(1) El Testimonio del Espíritu. Rom. 8:15-16


(2) La garantía del Espíritu. Ef. 1:14, VP.
(3) La enseñanza del Espíritu. Jn. 16:13. Ver también Jn. 15:26; I Jn. 2:20-27;
1 Cor. 2: 9-13
(4) La dirección del Espíritu. Rom. 8:14 ver también Hech. 6:3; 13:1-3; 15:28;
Hech. 16:6-7.
(5) La victoria del Espíritu. Rom. 8:2, 13 (Col. 3:5) Ilustración: de la aerodinámica y la ley
de la gravedad.
(6) EL Poder del Espíritu. Нес. 1:8; 10:38; 1 Соr. 2:4.
(7) La ayuda del Espíritu. Rom. 8:26. Ilustración del significado del verbo, aquí traducida
"ayudar".
-8-

4.- La PERMANENCIA de la Plenitud del Espíritu.

La norma para la vida cristiana es que "siendo continuamente llenos del Espíritu" (Ef.
5:18) también "andemos habitualmente en el Espíritu" (Gal. 5:19). El secreto de un
continuo andar en el Espíritu, estriba en la práctica de confesar y abandonar cada pecado
que cometamos tan luego como nos demos cuenta de haberlo cometido. (1 Jn.1:9;
Mt. 5:23-24).

¡SEAMOS CONSTANTEMENTE LLENOS DEL ESPIRITU!


¡ ANDEMOS CONTINUAMENTE EN EL ESPIRITU!
asp.

También podría gustarte