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INTRODUCCIÓN Contenido
En 2011 la National Institutes of Health de Estados Unidos publica los datos
Introducción
referentes a analgesia postoperatoria y establece que más del 80% de los pacien-
tes presentan dolor en el postoperatorio y que solo menos del 50% reciben un Analgesia en cirugía
adecuado control del mismo. De igual manera, un estudio en Europa que englobó torácica
a 746 hospitales concluye que el manejo del dolor postoperatorio fue subópti-
mo, fundamentalmente por la ausencia de valoración de dicho dolor en el 34% de Dolor crónico
los centros, ausencia de documentación en el 56% y no existencia de protocolos
escritos en el 75 % de los centros participantes. Toracoscopia y Fast-track
Por lo tanto, y dado que la toracotomía es uno de los procedimientos qui- Recidiva de tumores
rúrgicos que presenta un dolor postoperatorio más intenso, hecho que puede malignos
repercutir sobre la función respiratoria y posterior recuperación del paciente, es Bloqueo paravertebral
de gran importancia realizar una correcta analgesia en los pacientes sometidos torácico guiado por
a cirugía torácica. ultrasonidos
Existen diferentes métodos analgésicos que pueden asociarse, entre los que Anatomía del espacio
se encuentran la analgesia sistémica basada en la administración endovenosa paravertebral
combinada de diferentes analgésicos (opioides, AINES, paracetamol, ketamina o
lidocaína entre otros) y las diferentes técnicas loco-regionales (bloqueo epidural, Técnica del BPVT guiado
paravertebral, intercostal). No obstante, las técnicas loco-regionales basadas en por ultrasonidos
técnicas neuroaxiales o bloqueos nerviosos regionales constituyen la base del tra-
tamiento del dolor en cirugía torácica. Bibliografía
No obstante, en los últimos años han aparecido diversos artículos que cues-
tionan algunas de las indicaciones de la analgesia epidural, basándose en la
aparición de nuevos metaanálisis y mediante la revaloración de estudios previos,
demostrando unos beneficios menores a los esperados. Todo lo anterior asocia-
do a la aparición de técnicas quirúrgicas menos agresivas, mayor extensión de la
profilaxis antitrombótica peroperatoria, posibilidad de realizar técnicas regiona-
les analgésicas menos invasivas e igualmente efectivas con unos mejores índices
riesgo-beneficio, justificaría un cambio en nuestra forma de actuar no solo en ciru-
gía torácica sino también en otras especialidades.
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En cuanto al índice de complicaciones menores, Si bien el BPVT y el BET son opciones viables en
demostró un riesgo de hipotensión que no requi- el caso de intervenciones de carácter unilateral sobre
rió inotropos, nauseas y vómitos postoperatorios el tórax, en el caso de cirugías que engloben ambos
(NVPO), sedación excesiva, prurito y retención uri- lados del tórax parece más lógico el uso de BET por
naria significantemente inferior en el grupo de BPVT su carácter bilateral, como ocurre en el trasplante
comparado con el de BET. pulmonar bilateral, cirugía del pectus excavatum,
etc. Nos obstante debemos tener en cuenta que el
Por último, la revisión de la Cochrane conclu- BPVT bilateral puede ser un a opción en estos proce-
ye que no existen datos suficientes para comparar sos. Así el equipo de Richardson realiza una revisión
BPVT y BET en cuanto al dolor crónico y coste econó- de 12 estudios que englobaron a 196 pacientes, en
mico. Con una eficacia analgésica similar, con menor los cuales se realizan BPVT bilaterales concluyen-
riesgo de fallos en la técnica y menor incidencia de do que es una alternativa razonable a la anestesia
complicaciones menores en el grupo de BPVT. epidural con escaso índice de complicaciones (
hipotensión 3,6%, pneumotórax 1%); no obstante
no debemos obviar que realizar un bloqueo bilateral
aumentaría las molestias del paciente y posiblemen-
te, la incidencia de complicaciones.
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Una revisión que incluía estudios publicados Por otro lado se estima que más del 70% de los
entre 1995 y 2005 con la intención inicial de pacientes con BPVT presentan cierto grado de difu-
investigar las complicaciones neurológicas de la sión epidural del anestésico. Dicha difusión desde el
anestesia regional estimaba la tasa de paraplej´ia espacio paravertebral al epidural se produciría a tra-
posterior a una epidural en un 0,0009% y la tasa vés del foramen vertebral y su incidencia seria mayor
del síndrome de la cola de caballo en un 0,0023%. en casos de infiltración única de grandes volúmenes
Se ha descrito que la incidencia de punción de un en comparación con múltiples inyecciones a diferen-
vaso sanguíneo es significativamente mayor durante tes niveles de bajos volúmenes de anestésico local
la colocación de epidural lumbar que la epidural o con la realización del bloqueo guiado por ultraso-
torácica. Este riesgo se incrementa si el paciente nidos. Marhofer et al, en un estudio en voluntarios
presenta una alteración de la coagulación o ha sanos donde realiza 20 BPVT guiados por ultraso-
recibido cualquier medicación anticoagulante. El nidos tras lo cual realiza una Resonancia Magnéti-
absceso epidural puede causar compresión de la ca para valorar la difusión del anestésico local, en
médula espinal y requiere descompresión urgente un caso evidenció difusión contralateral y en otros
para evitar lesión neurológica permanente. 5 difusión epidural del anestésico local; en ninguno
de los cuales se produjo bloqueo sensitivo contrala-
Los bloqueos paravertebrales tambien se han teral ni epidural lo cual se atribuye a que el volumen
asociado con complicaciones neurológicas. La litera- de anestésico local que difunde es insuficiente para
tura recoge solo cuatro casos que causaron morbili- provocar dicho bloqueo.
dad importante. En 1931 se recogieron tres casos de
mielopatía tras inyección paravertebral de efocaína, Los bloqueos paravertebrales se asocian tam-
en 1954 un solo caso de síndrome de Brown Sequard bie´ n con la punción vascular con una incidencia
despues de la inyección paravertebral de alcohol. del 3,8%, sin embargo y dado el gran volumen del
En raras ocasiones se ha descrito el bloqueo bra- espacio paravertebral la posibilidad de que un
quial ipsilateral, la inyección epidural, la inyección hematoma causa alguna complicación por compre-
intratecal con resultado de anestesia espinal total o sión es remota.
tetraplejia transitoria y la cefalea postpunción dural
por una presumible punción meníngea. Se ha des- Por ultimo, existe el riesgo de puncio´ n pleural
crito tambien en un paciente intervenido de colecis- involuntaria, con una incidencia del 1,1%, asociado
tectomía, un dolor toracico segmentario prolongado a neumoto´rax en el 0,5% de los casos, lo cual puede
durante 3 meses despues de la cirugía, probable- minimizarse mediante la realización del bloqueo
mente secundario a lesión del nervio intercostal. guiado por ultrasonidos.
BLOQUEO PARAVERTEBRAL TORÁCICO Son motoras para el músculo liso del árbol bron-
quial (broncoconstrictoras), inhibidoras para los
GUIADO POR ULTRASONIDOS vasos pulmonares (vasodilatadoras) y secretoras para
las glándulas del árbol bronquial (secretomotoras).
Inervación de la pared torácica (Figura 1 y 2) Las fibras simpáticas de los plexos pulmona-
res son fibras postsinápticas. Sus cuerpos celula-
La pared torácica está formada por la caja torá- res (células ganglionares simpáticas) están en los
cica y los músculos que se extienden entre las cos- ganglios simpáticos paravertebrales de los troncos
tillas; así como por la piel, el tejido subcutáneo, los simpáticos. Son inhibidoras para el músculo bron-
músculos y las fascias que cubren su cara antero quial (broncodilatadoras), motoras para los vasos
lateral. Las mismas estructuras que cubren su cara pulmonares (vasoconstrictoras) e inhibidoras para
posterior se consideran pertenecientes al dorso. las glándulas alveolares del árbol bronquial, células
epiteliales secretoras de los alvéolos de tipo II.
La inervación de la pared torácica proviene de
12 pares de nervios espinales torácicos. En cuanto Las fibras aferentes viscerales de los plexos pul-
salen de los forámenes (agujeros) vertebrales, se monares son tanto reflejas (conducen la sensibili-
dividen en ramos anterior y posterior (ramos pri- dad subconsciente asociada a reflejos que controlan
marios). Los ramos anteriores de T1-T11 forman los funciones) como nociceptivas (conducen impulsos
nervios intercostales que discurren a lo largo de los dolorosos generados en respuesta a estímulos dolo-
espacios intercostales. El ramo anterior del nervio rosos o nocivos, como irritantes químicos, isquemia
T12, inferior a la 12a costilla, forma el nervio subcos- o estiramiento excesivo).
tal. Los ramos posteriores de los nervios espinales
torácicos se dirigen hacia atrás, inmediatamente Las fibras aferentes nociceptivas procedentes de
laterales a los procesos articulares de las vértebras, la pleura visceral y los bronquios acompañan a las
para inervar las articulaciones, los músculos profun- fibras simpáticas a través del tronco simpático hasta
dos del dorso y la piel del dorso en la región torácica. los ganglios sensitivos de los nervios espinales torá-
cicos superiores, mientras que las que proceden de la
La cavidad torácica está dividida en tres compar- tráquea acompañan a las fibras parasimpáticas hasta
timentos: el ganglio sensitivo del nervio vago (X par craneal).
• Las cavidades pulmonares derecha e izquierda, Los nervios de la pleura parietal derivan de los
que contienen los pulmones y las pleuras, y ocu- nervios intercostales y frénicos. La pleura costal y la
pan la mayor parte de la cavidad torácica. porción periférica de la pleura diafragmática están
• Un compartimento central, el mediastino, que se inervadas por los nervios intercostales. Éstos trans-
interpone entre las dos cavidades pulmonares se- portan las sensaciones de presión y dolor. La porción
parándolas y contiene el resto de las estructuras central de la pleura diafragmática y la pleura medias-
torácicas: el corazón, las porciones torácicas de tínica están inervadas por los nervios frénicos.
los grandes vasos, la porción torácica de la trá-
quea, el esófago, el timo y otras estructuras (p.
ej., nódulos linfáticos). Se extiende verticalmente
desde la abertura torácica superior hasta el dia- ANATOMÍA DEL ESPACIO
fragma y anteroposteriormente desde el esternón PARAVERTEBRAL
hasta los cuerpos de las vértebras torácicas.
El espacio paravertebral torácico es un área en
La inervación de los pulmones y la pleura vis- forma de cuña que se encuentra a ambos lados de la
ceral deriva de los plexos pulmonares localizados columna vertebral. Sus pared anterolateral la cons-
anterior y posteriormente (sobre todo) a los hilios tituye la pleura parietal; el cuerpo vertebral, disco
pulmonares. Estas redes nerviosas contienen fibras intervertebral, y agujero intervertebral forman la
parasimpáticas, simpáticas y aferentes viscerales. pared medial; y el ligamento costotransverso supe-
rior determina la pared posterior. Después de salir
Las fibras parasimpáticas del plexo pulmonar de sus respectivos agujeros intervertebrales, las
son fibras presinápticas del nervio vago (X par cra- raíces de los nervios torácicos se dividen en ramas
neal). Hacen sinapsis con las células ganglionares dorsal y ventral.
parasimpáticas (cuerpos celulares de las neuronas
postsinápticas) que se localizan en los plexos pul-
monares y a lo largo de las ramas del árbol bronquial.
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Figura 1 y 2. Anatomia del tórax (de Netter F.H. Atlas de Anatomía Humana. 2ª edición. Barcelona: Ed. Masson S.A.1999).
La rama dorsal proporciona inervación de la piel Los pacientes se pueden colocar en sedesta-
y el músculo de la región paravertebral; la rama ven- ción, decúbito lateral o en decúbito prono, nosotros
tral continúa lateralmente formando el nervio inter- utilizamos la última opción porque entendemos que
costal y también da lugar a los ramos comunicantes, es la posición más cómoda tanto para el paciente
que conectan el nervio intercostal a la cadena sim- como para el anestesiólogo.
pática. El espacio paravertebral torácico se continúa
con el espacio intercostal lateralmente, medialmen- Mediante una sonda de ultrasonidos de alta fre-
te con el espacio epidural, y con el espacio paraver- cuencia en el área central vertebral torácica se ha
tebral contralateral a través de la fascia prevertebral. de localizar la apófisis espinosa. La sonda se ha de
Además, el anestésico local también se puede pro- mover lateralmente hasta que la apófisis transversa
pagar longitudinalmente ya sea en dirección craneal y la pleura se visualizan en una sola imagen, poste-
o caudal. El mecanismo de acción del bloqueo para- riormente colocar la sonda oblicua respecto al eje de
vertebral incluye la acción directa del anestésico la columna vertebral, para facilitar la colocación pos-
local sobre el nervio espinal, sobre los nervios inter- terior del catéter. El espacio paravertebral torácico
costales por su posible extensión lateral y sobre el se identifica por su forma de cuña, hipoecoica, deli-
espacio epidural por su extensión medial a través de mitada por la pared lateral de la apófisis transversa
los agujeros intervertebrales. (visualizado en el lado medial como una línea conve-
xa hiperecogénica con sombra acústica por debajo)
y las líneas hiperecoicas de la pleura.
TÉCNICA DEL BPVT GUIADO POR Tras la infiltración de la piel se inserta la aguja
ULTRASONIDOS (FIGURA 3 Y 4) en plano. El bloqueo se realiza con un bolo de 20 ml
del anestésico local seleccionado que se inyecta a
Se describe una técnica en plano guiada por través de la aguja.
ultrasonidos que utiliza la visualización directa de
la posición de la punta de la aguja. La visualización Durante la administración del anestésico local,
ecográfica del avance de la aguja en plano reduce se ha de observar un desplazamiento caudal de la
el riesgo de punción pleural, así como de entrada pleura. Esta es una señal importante de la coloca-
de la aguja en el agujero intervertebral. Sin embar- ción adecuada de la punta de la aguja. Si vamos a
go, debemos tener en cuenta que existe un riesgo realizar una técnica continua posteriormente intro-
de difusión del anestésico local al espacio epidural duciremos el catéter.
tras la inyección paravertebral de hasta el 10% de los
casos, según algunas series publicadas.
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Figura 4. la flecha indica la localización de la punta de la aguja en el espacio paravertebral, identificado por su forma de cuña hipoe-
coica, delimitada por la pared lateral de la apófisis transversa (AT), visualizada en el lado medial como una línea convexa hiperecogé-
nica con sombra acústica por debajo, y las líneas hiperecoicas de la pleura (P).
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