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1 Contratos típicos

Un contrato típico, será aquel tipo de contrato en donde se puede visualizar un

acuerdo legal entre dos o más partes que establece las condiciones y obligaciones que cada

una de ellas debe cumplir en relación con un determinado asunto. Estos contratos pueden

abarcar una amplia variedad de situaciones, desde acuerdos de arrendamiento de viviendas

hasta contratos comerciales complejos, etc.

En otras palabras, son aquellos que cuentan con una regulación legal explicito, y que

deben hacerse conforme lo indica la norma. Entonces vemos que la ley, ya sea civil o

comercial, e incluso laboral, definirá y regulara de forma expresa algunos contratos, y a estos

contratos que la norma regula, son los llamados contratos típicos, los cuales se encuentran en

la ley misma y se debe ajustar a ella.

Para Ortega Piana, abogado y docente de Derecho Civil de la Universidad de Lima,

los contratos típicos serán aquellos que son objeto de disciplina legislativa, y de su

regulación; que puede obedecer a múltiples razones primando el significado económico que

pudiera tener la respectiva modalidad contractual en el intercambio de bienes y servicios.

(Ortega Piana, 2015).

El también nos señala que, conforme a la disciplina legislativa, esta establece “el

tipo”, que es la descripción de las características que debe presentar necesariamente

determinado contrato para ser categorizado de una manera y no de otra. Entonces el negocio

jurídico debe de reunir ciertos elementos llamados tipificantes (lo que la teoría domina

elementos esenciales especialísimos) para efectos de quedar sometido a cierta regulación

legal, más allá de la denominación que las partes pudieran haber dado al respectivo contrato.

Pero también nos cuestionamos de cuando se empezó o porque se estableció la

tipicidad, no es una idea que al legislador se le ocurrió de la noche a la mañana. Debemos

entender en este contexto que el derecho es una disciplina que regula las relaciones sociales,
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y estas son evidenciadas en los acuerdos para efectos del intercambio de bines y servicios y

constituyen así un procesamiento en materia contractual, el cual genera un “”tipo” el cual es

el output, el cual es el respectivo procesamiento del fenómeno social. Entonces vemos que el

legislador recoge el conjunto de normas convencionales (constantes, generalizados y

aceptados) que están agrupadas de hecho (la llamada tipificación social), bajo un determinado

nombre, titulo; ordenándolas y concordándolas con el sistema legal.

Un contrato típico, como cualquier tipo de contrato, tendrá sus elementos esenciales,

los cuales son:

Las partes: En otras palabras, serán las personas o personas jurídicas que están

celebrando el contrato, al ser personas naturales las que se encuentran celebrando el contrato,

será de suma importancia identificar los nombres, direcciones y otra información de contacto.

 Objeto del contrato: Describe claramente el propósito del contrato, es decir,

qué bienes, servicios o derechos se están intercambiando o acordando.

Además de poder incluir, con acuerdo previo de las partes, algunos términos

como precio, cantidad y calidad, etc.

 Términos y condiciones: Serán las que establece las reglas y responsabilidades

de cada parte en el acuerdo, aquí se pueden abordar otros aspectos como los

son los plazos, fechas de entrega, condiciones de pago, garantías y

penalizaciones por incumplimiento.

 Consideración: Indica lo que cada parte recibe a cambio de cumplir con sus

obligaciones en el contrato; esta consideración puede ser dinero, bienes,

servicios u otros beneficios que las partes acuerden.

 Firma y fecha: El contrato debe ser firmado y fechado por todas las partes

involucradas como evidencia de su acuerdo y para establecer cuándo entra en

vigencia.
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Entonces se puede concluir que este tipo de contratos, pueden variar en complejidad,

desde simples acuerdos verbales hasta documentos legales elaborados por abogados. Sin

embargo, independientemente de su nivel de complejidad, todos los contratos tienen como

objetivo principal establecer reglas claras para las partes involucradas y proteger sus

intereses. Además, de que este tipo de contratos se deben redactar cuidadosamente para evitar

malentendidos y conflictos futuros. En caso de disputa, los tribunales pueden hacer cumplir

los términos y condiciones especificados en un contrato típico.

1.1.1. Ejemplos de contratos típicos

Existen varios de contratos los cuales se consideran típicos, como ejemplo de estos

importantes contratos tenemos los siguientes:

 Los contratos de compraventa: El cual es un acuerdo legal entre dos partes en

el que una persona o entidad se compromete a vender un artículo o propiedad

a otra persona o entidad a cambio de una cantidad específica de dinero u otros

bienes. En el cual se debe especificar: El vendedor y el comprador, el articulo

o bien a vender, las condiciones del contrato, así como la fecha y las firmas de

ambas partes.

 Los contratos de arrendamiento: Este contrato se puede definir como un

acuerdo legal entre un arrendador (propietario) y un arrendatario (inquilino)

que establece los términos y condiciones para el alquiler de una propiedad;

este será un documento legal que especifica la duración del alquiler, el monto

del alquiler, las responsabilidades de ambas partes y otros términos

relacionados con la propiedad arrendada.

Además de tener los elementos esenciales, lo que lo hace un contrato típico,

como son la especificación de quienes son las partes, la propiedad, duración y

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el bien materia de alquiler, el deposito de seguridad, las responsabilidades, y

las firmas de las partes.

 La permuta: Debemos entender a la permuta como el acuerdo entre dos partes

para intercambiar bienes, propiedades o servicios de valor similar; entonces se

entiende al contrato de permuta como el contrato en el cual dos partes

acuerdan intercambiar algo de valor similar, como propiedades, bienes,

servicios o derechos, sin que necesariamente haya una transacción de dinero

involucrada.

Para poder este contrato estar dentro de los contratos típicos, debe de tener las

formalidades establecidas los cuales son: Las partes y sus respectivos

nombres, las partes a intercambiar, el acuerdo y valor del intercambio, así

como se hará la entrega de propiedades o bienes, además de las condiciones

adicionales y finalizando con las firmas de las partes.

Se debe saber también que, las permutas pueden involucrar una amplia

variedad de activos y acuerdos, y es importante que todas las condiciones y

detalles se documenten adecuadamente en el contrato.

 El comodato: El comodato es un acuerdo legal en el cual una persona, el

comodante, presta temporalmente un objeto mueble o inmueble a otra persona,

el comodatario, para que lo use gratuitamente, pero con la obligación de

devolverlo en el mismo estado en que lo recibió. Entonces, el comodato es un

contrato en el que una parte (comodante) cede temporalmente el uso de un

bien (como una propiedad, un vehículo, una herramienta, etc.) a otra parte

(comodatario) sin recibir un pago a cambio. El comodatario tiene la

responsabilidad de utilizar el bien de manera adecuada y devolverlo en el

mismo estado al comodante al final del período acordado.

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 El usufructo: El contrato de usufructo es un acuerdo legal en el que una

persona, llamada usufructuario, obtiene el derecho de usar y disfrutar de un

bien (como una propiedad) que pertenece a otra persona, llamada propietario o

nudo propietario, durante un período específico o hasta que se cumpla una

condición determinada; en otras palabras, este contrato es un acuerdo en el que

una parte (usufructuario) adquiere el derecho de usar y disfrutar de un bien de

otra parte (propietario o nudo propietario) sin necesidad de ser dueño de ese

bien. El usufructuario tiene el derecho de recibir los beneficios del bien, como

los ingresos de alquiler de una propiedad, mientras que el propietario retiene la

propiedad legal.

Además de otros contratos que se encuentran en nuestras diferentes leyes y normas,

con la condición de que siempre y cuando sean negocios jurídicos con representación legal.

1.1.2. Diferencia entre contratos típicos y atípicos

Para la página web Iberley (Iberley, 2013); las principales diferencias entre los

contratos típicos y los atípicos son:

 Los contratos típicos poseen una regulación jurídica propia, frente a los

contratos atípicos, que carecen de regulación legal.

 Los contratos típicos tienen una base legal que les da nombre y de él nacen. En

cambio, los contratos atípicos nacen en el seno de la sociedad como

consecuencia de las necesidades o de avances.

 Los contratos atípicos se rigen por leyes especiales, ya que su regulación no se

encuentra en el Código Civil; en cambio los contratos típicos si se encuentran

dentro de una normativa o Ley.

En resumen, la principal diferencia entre contratos típicos y contratos atípicos radica

en la conformidad con un modelo legal establecido; vemos que los contratos típicos siguen
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patrones reconocidos y están regulados por leyes específicas, mientras que los contratos

atípicos son personalizados y no se ajustan a categorías predefinidas, lo que les brinda mayor

flexibilidad en su redacción y contenido.

Bibliografía
Gerencie. (25 de Marzo de 2022). Google. Obtenido de Gerencie.com :

https://www.gerencie.com/contratos-tipicos-y-atipicos.html#Contratos_tipicos

Iberley. (07 de Febrero de 2013). Google. Obtenido de Iberley.com:

https://www.iberley.es/practicos/caso-practico-principales-diferencias-entre-

contratos-tipicos-contratos-atipicos-27641

Ortega Piana, M. A. (2015). Contratos nominados e innominados tipicos y atipicos, y su

relacion con las normas legales. UNIVERSIDAD DE LIMA, 100.

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CONCLUSIONES

Vemos la diferencia fundamental de los contratos típicos y atípicos es en sí la

formalidad, la cual reviste a los contratos típicos. Y la importancia de estos contratos típicos

radica en si la formalidad que da una cierta seguridad jurídica a las partes que lo celebran,

además de que es importante reconocer a los contratos típicos como los contratos comunes:

contrato de arrendamiento, de compraventa, de comodato, de mandato y un largo etcétera,

todos ellos contenidos en el Código Civil.