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Inmunidad innata

El sistema inmune se conforma por dos divisiones: la inmunidad innata y la inmunidad


adaptativa, estas trabajan de la mano para generar una respuesta inmunitaria eficaz.

La inmunidad innata consta de defensas contra infección que están listas para entrar
en acción de inmediato cuando un huésped es atacado por un agente patógeno
(virus, bacterias, hongos o parásitos). Este sistema incluye barreras anatómicas
contra infecciones (físicas y químicas) así como respuestas celulares.

Los componentes de la inmunidad innata están presentes en el organismo desde el


nacimiento y son activados de manera rápida y automática ante la detección de un
patógeno.

Barreras anatómicas para la


infección

Las barreras anatómicas pueden


clasificarse en 3 categorías:
biológicas, físicas y químicas.

Biológicas: Entre estas


encontramos la resistencia de la
especie,en donde la inmunidad a
microorganismos varía según la
especie y la microbiota natural
que obliga a los microorganismos
a relacionarse de manera simbiótica contribuyendo a la protección del organismo
hospedero.

Físicas: La piel y las mucosas son las primeras barreras físicas que impiden la
entrada de microorganismos al organismo.
La piel actúa como una barrera mecánica resistente, mientras que las mucosas en el
tracto respiratorio, gastrointestinal y urogenital secretan mucosidad que atrapa y
elimina microorganismos.

Químicos: El ácido gástrico tiene un pH ácido que destruye muchos


microorganismos patógenos que podrían ingresar al cuerpo a través de la ingesta de
alimentos o agua contaminada. Los lisosomas contienen enzimas que pueden
degradar la pared celular de bacterias y otros patógenos presentes en sudor, lagrimas
y saliva.
Por último los péptidos antimicrobianos “Defensinas α y β, la Catelicidinas y las
Histatinas” se encuentran en la piel, mucosas y otras superficies del cuerpo. Estas
moléculas tienen la capacidad de perforar las membranas celulares de los patógenos,
lo que conduce a su lisis y muerte.

Fagocitosis

Las células fagocíticas constituyen la siguiente línea de defensa contra agentes


patógenos que han penetrado en las barreras de células epiteliales. Los macrófagos,
los neutrófilos y las células dendríticas en los tejidos, y los monocitos en la sangre,
son los principales tipos de células que llevan a cabo fagocitosis siendo capaces de
reconocer, ingerir y destruir microorganismos invasores.

Los macrófagos fagocitan patógenos y células muertas, y liberan citocinas para iniciar
y regular la respuesta inmune. También presentan antígenos a células T para
activar la respuesta adaptativa.
Los neutrofilos son fagocitos altamente móviles que son los primeros en llegar a los
sitios de infección. Fagocitan y destruyen patógenos, así como también participan
en la inflamación.
Las células dendríticas pueden presentar varios antígenos a la vez; los capturan y
procesan para después presentarlos a las células T y B. Son esenciales para
la iniciación de la respuesta inmune adaptativa.
Proceso de la fagocitosis de una bacteria

Respuestas innatas celulares inducidas

Además de desencadenar su propia captación y muerte por células fagocíticas, los


microbios inducen un amplio espectro de respuestas inmunitarias innatas celulares
por medio de una amplia variedad de tipos de células.
Los PRR receptores de reconocimiento de patogenos, detectan la presencia de
patogenos y activan la respuesta inmune innata. Se unen a los patrones moleculares
asociados a patogeno (PAMPs) y a los patrones moleculares asociados a daño
(DAMPs).

Receptores Toll (TLRs): Presentes en la superficie celular y en los endosomas.


Reconocen patrones moleculares asociados a microorganismos (PAMPs) y activan
respuestas inflamatorias y defensivas, incluyendo la producción de citocinas y la
estimulación de la fagocitosis.

Receptores NOD-like (NLRs): Presentes en el citoplasma celular. Detectan diversos


estímulos, como componentes bacterianos, y activan respuestas inflamatorias, la
producción de citocinas y la inflammasoma, un complejo multiproteico que induce la
liberación de interleucina-1β (IL-1β) y IL-18.
Receptores C-type lectin (CLRs): Presentes en la superficie celular. Reconocen y
eliminan moléculas modificadas o dañadas, así como patógenos, contribuyendo a
la limpieza y eliminación de desechos celulares.

Receptores C (CLR): Presentes en la superficie celular. Reconocen carbohidratos


específicos en patógenos y activan respuestas inmunitarias, como la fagocitosis, la
producción de citocinas y la activación de células inmunes.

Receptores RIG-I-like (RLRs): Presentes en el citoplasma celular. Reconocen


ácidos nucleicos virales y activan respuestas antivirales, incluyendo la producción
de interferones tipo I y la inhibición de la replicación viral.

Receptores scavenger (SRs): Presentes en el citoplasma celular. Reconocen


ácidos nucleicos virales y activan respuestas antivirales, incluyendo la producción
de interferones tipo I y la inhibición de la replicación viral.

Citosinas inflamatorias: Son proteínas señalizadoras que regulan la respuesta


inmune. Estas aparecen en respuesta a la presencia de patogenos o daño tisular.
En la inmunidad innata, las citocinas inflamatorias, como el factor de necrosis
tumoral (TNF), las interleucinas (IL) y las quimiocinas, promueven la inflamación y
reclutan células inmunes adicionales al sitio de la infección.

Células asesinas naturales

Las células asesinas naturales (NK) son linfocitos con funciones inmunitarias
innatas. Expresan un grupo de receptores activadores que reconocen
componentes de superficie de las células del cuerpo inducidos por infección,
transformación maligna u otros tipos de estrés. Las células nk activadas pueden
matar la célula alterada misma, o producir citocinas que ayudan a inducir
respuestas inmunitarias adaptativas contra la célula alterada, o efectúan ambas
acciones.
Respuestas inflamatorias

La respuesta Inflamatoria se activa cuando las barreras externas como la piel están
dañadas, desencadenando una serie de eventos para combatir infecciones o
reparar tejidos.
Los síntomas característicos de la inflamación, incluyen enrojecimiento, hinchazón,
aumento de temperatura y dolor, junto con la pérdida de función. Estos reflejan
cambios vasculares como la vasodilatación y el aumento de la permeabilidad
vascular que causa edema.

Las células inmunitarias innatas como macrófagos, mastocitos y células


dendríticas, activadas por señales de daño o infección, liberan mediadores como
citocinas y quimiocinas que promueven la inflamación. Esto incluye el reclutamiento
y activación de leucocitos para eliminar patógenos o tejidos dañados.

Las citoquinas son proteínas de señalización que actúan como mensajeros


intercelulares, regulando la función y la comunicación entre diferentes tipos
celulares del sistema inmunitario.
En la inmunidad innata, las citoquinas desempeñan diversas funciones, como la
activación de células inmunes, la modulación de la respuestainflamatoria y la
coordinación de la defensa contra patógenos.
Las quimiocinas actúan como señales quimiotácticas, atrayendo y dirigiendo el
movimiento de células inmunes hacia áreas de inflamación o infección. En la
inmunidad innata, las quimiocinas reclutan y activan fagocitos, como los neutrófilos
y los macrófagos, hacia el sitio de la infección para eliminar patógenos.

Regulación y evasión de respuestas innata e inflamatoria

La importancia de las respuestas innata e inflamatoria es demostrada por las


repercusiones de diversos defectos genéticos en seres humanos. Defectos en prr y
en vías de emisión de señales que activan respuestas innatas llevan a incremento
de la susceptibilidad a ciertas infecciones,
mientras que otros defectos que activan inflamasomas de manera constitutiva
contribuyen a diversos trastornos inflamatorios.

Las respuestas innatas e inflamatorias están reguladas por mecanismos de


retroalimentación positiva y negativa para equilibrar la eliminación de patógenos sin
causar daño a tejidos ni enfermedades. Los mecanismos de retroalimentación
positiva amplifican estas respuestas para proteger al organismo, mientras que los
mecanismos de retroalimentación negativa limitan las respuestas para prevenir
daños excesivos.

La sepsis es una respuesta sistémica a la infección, es un ejemplo extremo de


respuesta innata e inflamatoria descontrolada, con una alta tasa de mortalidad. Es
causada principalmente por bacterias gramnegativas y la liberación de LPS, un
potente activador del sistema inmunitario.

Interacciones entre los sistemas inmunitarios innato y adaptativo

La inmunidad adaptativa genera respuestas específicas contra antígenos a través


de linfocitos B y T, necesita de la inmunidad innata para ser activada y regulada
adecuadamente. Esta colaboración es crucial para resolver infecciones de manera
exitosa.

Activación de Respuestas Inmunitarias Adaptativas: Las células innatas en el sitio


de infección, como macrófagos y células dendríticas, no solo combaten la infección
inicialmente sino que también son clave para activar las respuestas inmunitarias
adaptativas. Esto se logra capturando y presentando antígenos a las células T y B
en los tejidos linfoides.

Las células dendríticas actúan como puente entre la inmunidad innata y adaptativa
al capturar patógenos, migrar a tejidos linfoides, y presentar antígenos a las células
T, iniciando así respuestas adaptativas. Su maduración y activación son esenciales
para la activación efectiva de células T.
Activación Específica de Subgrupos de Células TH: Dependiendo de los
patógenos y los patrones moleculares reconocidos, las células dendríticas pueden
inducir diferentes tipos de respuestas en las células T ayudantes (TH), como TH1,
TH2, o TH17, optimizando la respuesta inmunitaria contra tipos específicos de
patógenos.

Activación de Células T Citotóxicas (TC): Las células dendríticas también son


cruciales para activar las células T citotóxicas, que son necesarias para eliminar
células infectadas por virus u otros patógenos intracelulares.

Antígenos Independientes de T: Los TLR (receptores tipo Toll) en células B pueden


activar estas directamente en respuesta a patógenos, lo que permite una activación
de células B independiente de las células T ayudantes en ciertos contextos.

Los adyuvantes son materiales que aumentan las respuestas inmunitarias, y


muchos de ellos contienen ligandos para receptores tipo Toll (TLR) u otros patrones
moleculares que activan el sistema inmunitario innato. También pueden influir en la
dirección de las respuestas adaptativas, como la preferencia por respuestas de
células TH1 o TH2. Son especialmente útiles en vacunas que contienen antígenos
débiles o antígenos tumorales que tienden a inducir respuestas inmunitarias
débiles.

Preguntas

¿Cuál es la importancia de regular cuidadosamente las respuestas innatas e


inflamatorias en el organismo humano?

¿Qué estrategias han desarrollado los agentes patógenos para evadir las
respuestas innatas e inflamatorias del sistema inmunitario?

Referencia bibliográfica

Thomas J. Kindt (2014). Inmunología de Kuby. 7ma Edición. Ed. Mc Graw-Hill.

Fátima Vianney Ponce Sánchez 08/02/2024

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